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OTO - NORA PAGANO

FERNANDO DEV

PREFACIO

Historia de la
a
historiografía argentin
Desde que en 1857 Bartolomé Mitre publicó su primer boceto de lo
que-sería luego su Historia de Be/grano y Je la fodependencia Argenti11a mu­
cfios e,tudimos se han ocupado de pensar el pasado argentino. Escribir
un'a historia de la historiografía argenúna que dé cuenta de esos esfuer­
zos es una tarea tan atrayente como problemática. En 1925 lo intentó por
primera vez Rómulo Carbia en una obra destinada justamente a conver­
tirse en un clásico. Que luego de él nadie se atreviese a intentarlo nueva­
mente muestra rápidamente las dificultades para realizarla con éxito.
Muchos, incluidos algu nos de nuestros mejores historiadores, esbozaron
aproximaciones parciales centradas en figu ras individuales, en temas o en
tradiciones historiográficas específicas. No faltaron tampoco recopilacio­
nes de artículos de uno o de varios autores, dedicados a temas, períodos,
problemas, muy diferentes entre sí.
Mirando la obra del mismo Carbia se percibe rápidamente una difi­
cultad mayor que se suma a la de la vastedad del territorio potencial a
explorar. ¿Cómo delimitar el objeto de estudio? ¿Qué incluir en ella y
qué no? Cronistas, viajeros, memorialistas, recopiladores de documentos,
¡¿sayistas de todo tipo, políticos, novelistas, poetas, historiadores y sedi­
centes historiadores, científicos sociales, periodistas, todos ellos y muchos
ERICANA más se ocuparon del pasado en el territorio de la actual Argentma, ya desde
EDITORIAL SUDAM
BUENOS AIRES el momento de la Conquista por el poder español. Una obra que inten-
tase dar cnenta de todo ello se
confundiría sin más con una hist En la A rgentina durante demasiado tiempo aquella conjuncióp pro­
escnto en este n11s1no ter r itorio. ona de lo
Y, en tren d e no escatimar amb puesta--n�u;�a t� r minó de s;ildar del todo y la historia de aquel modo enten­
¿por qué no incluir a pintores, icione,, _
escultores, urbanistas, cineasta .dida nunca llegó a dominar plenarn ente el panorama y por ende Junto a
que en su t rabajo plasmaban o con s, músicos,
sagraban. implícita o explícit:imc ella perduraron O florecieron la pura erudición, la mera crónica, el ens�­
una imagen del pasa
nte,
do? Llegados a este punto, se
p ercibe claramente la yo inter pretativo O el apurado panfleto Lo_'_!utores de este_ l ibro han cre1-
imposibilidad de escnbi r un libr _
o de esa mturaleza. No sería ade do entonces útil ir un poco má, allá y por bs páginas sigmente, desfilan
histor ia de la historiog rafía sino más una
m:1, bien una histori:i de b cnlt a;tores que un criter io má, estricto hnbiera aconsej;ido excluir. Lo hicie­
tina o, incluso, una historia argentin ur:i :irgen­
a, t011t ro11rt ron en la convicción de que una delimitación rígida hubier;i empobren­
Desde luego es posible, y tal vez
auspiciable, partir de Otro reco do la imagen de una histor iograffa que encuentr:t una de sm claves, ayer
todo, es bastante sencillo record rte Ante
ar que en bs imágenes de la cult y hoy, en esa temión r ecur rente e ir resnelta é'n��e erudió�n [ di�ulg� ­
da de las sociedades occidentale ura letra­
s, siempre fu� bastante clara la ,
dist inción ción, por una parte, y entre aspi ración "científica y aspiraoon política ,
entre quien era un histor iador y
quien no. Ciertamé'nte también por la otra_
hubo problemas en los márgene , siem pre
s, en la distinción entre historia Un segundo criter io de discrimmación ligado al p recedente no refie­
o entre histor ia y retór ica. Problem y ficc ión
as en los márgé'nes de los géneros re a la pe r tinencia sino a b calidad. En un párrafo célebr e, P aul G oussac
en los géneros. Atendiendo no a , no �
los autores sino a la oper:ición apostrofó a Ricardo Rojas por haber escrito una Historia de la literatura
ponían, dos dé' los mayores historia q ue pro­
dores contemporfoeos -Marc arorntína má, brga que eq misma literatura, al haber incluido el "rancho
y A r naldo Momigliano---, por vfas Bloch
diferentes, propusieron un:i lect d; paja" junto con la "arquitectura". Nuevamente, la ?istinción puede ser
cidente: L1 hí,toriografía moder nra coin­
na (y se subraya modern.1) era más útil para otros contextos que para �l caso argentino donde, má, allá
de una convergencia entre un con el resu ltado
junto de é'squemas gennales de las seculares debilidades de b, imtituciones y de lo improví,ado de los
p retación del pasado y una serie de inter­
de técnicas o instrumentos para saberes esp ecializados, tan a menu do los ámbito, cu ltur ales, perm eados
con los restos de ese pasado (en operar
su caso, los restos escntos). Ni unos por ar raigadas creencias igualitar ias, han postulado y postulan que cada
independientemente, sino ambos ni otros,
conjnnt:imente.Volt:iire y Mo uno es lo que c rea es.Y dado qu e no exi,te, afortunadamente por otra
más Mabillon y Tillemont o, en ntesquieu
otros tér minos, filosofia de la ilm par te, el "ejercicio ilegal de la Histo r ia", el resultado es tan ab1g�r rado
erudición. En la propuesta de trac ión más
aquella convergencia como con como disp;:ir En ese contexto, una mirada má, abarcadora perrmte ilurm-
la histor iografía tuvieron desd stitutiva de
e luego antecesores que aunq n;_-r desde una multiplicicbd de fogulos un t erritorio heterogéneo y dis-
ue sugiriendo
otros nombres ddineaban un mis
mo tipo de operación. He ahí, ;ar. Dicho toclo ello, en h medida que los autores no han tratado de rea­
plo, Alessandro Manzoni para q po r ejem­
uien la nueva Histori
a debía combinar la lizar un inventar io smo seguir itiner arios y problé'mas, e_c; mdudable que
filosofía (V ico) y la filología (M
uratori). Tuvieron tam
bién sure,ores. Por pueden señalarse ausencias de estudiosos y de obras de valor d1finl<:s de
ejemplo, Carlo Ginzburg ha defe
ndido, recienté'mente, esa mism;i ennnclrar en las ,ecuenciJs propuesta,. De ese modo, h, inclusiones/ exclu­
ción aunque proponiendo una concep­
cronología má, ;intigu;i y por siones no reposan ,ohre nn jmcio crítico sino sobre hs necesidades fun­
ejemplos. La delimit
ende otros
ación presenta la ventaja de al
udir a la ope ración cionales del libro. Lo mismo pued e afirmarse acerca de los crite r ios de
toriog ráfica y no al lugar de en his­
unciación. Va de su
yo que ese recorte 110 organización clé' la ob ra. La división propue,tJ, que organiza los capítu los
gozó ni goza de consenso unán
ime, incluso entre los histori;i en torno a trJdicione, historiográficas, es uno de los tantos modos O<" pre­
dente también q ue :i(Ín desde aq dores F, evi­
uel recorte, los lim
ites son siempre pro­ sentar el problema. Como cualquier criterio presenta ventajas y desven­
blemáticos, mudables a lo larg
o del tiempo y diferenci :i dos segú
terísticas de la organi?ación de n hs carac­ t�jas. Entre los pr imeros debe señalar se que ayuda a percibir itiner arios y
l carnpo intelectual en cada soci
edad. zonas de coherencia. Entre los segundos debe obse r varse que no siempre

8
s
,ufioenten1ente a barcadora o, a lJ mve1:,a, no sufiuentemente estrecha s del pasado con los climas culturale
la, comtruccwnes o reconstruccione
es

y que no ,1en1pr e es ,u1uilo e rn.,J:,ilLn a autores y obrJ, en uno de l os las cmnentes histor iográficas n acio ­
y aun p olíticos locales y n o sólo con
cor porarlos al
recorte, propuestos Es de esperar yue pese a ello el 1e,ullado proporuo­
nales e mternao onales
, er a dificil encont1 ar un modo de m
el
arecía desaco s ej ada p or
n
ne un cua dro plausible y comp rens ible ndice Esta soluuón ap
relat o, salvo en un Apé
es
Dos preci:,ron es ad1uonales deben ,er 1eahuJas La pumera se rela­ requenmK ntos editonal
núrncio de págmas de la obra y los
c101u con el or te temporal cPor qué no comenur en la pr imera 11i.rtad entos Amb os aut or e, expresan su
:<:_<:_ Un pánafo fin,11 para los agradecirm
del ,1glo XIX, p or ejemplo con el Deán Funes o a ú n más atrás ? Es rela­ o, Chldlamo11te, director de l� colec­
gratitud, en pr imer lugar, a José Call
ara esta tarea , fa c1hto , de
tiva111ente ,enullo rc,ponder que aquella conve1genu.1 aludidJ .1mes con1o su
u L onfianza en ell os p
ció n , qmen dep os itó s
cuten o general puede aplicarse en este ca,o la uómca del Deán cordo­ acce,o , se tomó la ardua
tarea de leer
bibhotLca, much os libro, de difícil
bés , el magnífico emayv,mo de Saumento, la loable erudición de Pedro tmtos p untos del trab,lJ O Y realizó
lo:, manuscr itos ougmales , discutió dis
n para J or ge
de Angeb o la, rn1uat11.,a:, de Florenuo Va rela n o ,011 obras de Hi,tona es La gratitud va tamb ié
opor tuna, e mtchgentes obou vac10n
en el s entido estncto antes mdrcado As í, con1enzar p or el momento p os t­ ales de esta obra y que luego tu�o
Myers , que par nc1pó de las fases rn1ci
Ca,eros Y por Mitr <c es , a la vez, c onvenuonal y no ar b1trano, aunq ue ese omisos acadénucos S u colabor�c10n
que apartar se de ella por otros c ompr
con uenLo no sirva luego para dehrmtar el campo de mdagauón que nec e­ sug1n endo lecturas, leyendo cntica­
fue mu v valiosa en mucho, planos, anva
sar iamente va más allá de él Con todo, los autores admlten que otra cro­ de d1s tmtas for mas la rn1ci
mente :lgunos capítulos y apoyando
nología más larga hubiera :,1Jo factible y que ella fue explorada y esbo­ asmusrno a T uho Halper m, que le
Fernando Devoto quiere agradecer
zad.1 en lm 1110111en tos 1 111oales de la 111vest1gación, en el marco de un HV/luó y le bnndó referen
c ias y obser­
fauhtó el te:,,.to ongmal de su, ]'..[u
actellLd, a Ezeqmel Gallo, que lo ayu

pwyecto más a barcador, al que distmt.1s urcunstanua, dew1aron de su
vacwnes con la ,agaudad que l o car
nue vas m iradas
rumbo Por ,u par te, el momen to de füuhL.1uón, fine, de lo, aüos 'GO del e y aguda a explorar
a través de su c onversa ción amabl
,1glo XX, aunque puede no ser arb1tu110 conceptualmente, ya que es p osi­ te puso a dis­
sobre los aü os '60, a Lms
Alberto Romero, que generosamen
ble comiderar que allí concluye un odo h1sto11ográfico, ,1 lo e, temáti­ ndó no menos val10,a,
,ugerencias, ª
posioón matenales mhallables y bn
camente El p eríodo más reciente de nue stra lustonobo-rafia es ' a la vez ' iante su lectur a estnnulantes perspec­
M aría Inés Bar bero, qu e aportó m ed i­
dema,udo complejo y fugment;1110 y l o, lazos con aquell o, aü os '60 ó diferentes matenales sobre el rev
uvas, y a Juh o Stortm1, que le acerc
qm er e expresar su agradecinuent o
a
n1eno, evidentes que lo que la mvención de trad1uones , algunas trayec­
,10m,mo Por otra pc:nte, también h
su valioso tiempo a ay
udar a acer
tona, md1v1duale, o b, gene,1logías puntuales lucen s uponer En cual­
Ahoa Méndez, que deuvó par te de
quier (.,a,o, los autore, J uzgaron ,upeuor a sus fuerzas y a su ne c esar ia dis­
más legibles sus capítulos
de Teoría
t<lllU,l crítica ade11t1Ji;,e e u el dilatado, complejo y laberíntico perí odo sus colegas de la Cátedra
Noia Pagano expresa ,u gratitud a
enmarcado ent1e lo, pnmero alboroudos y lueg o sombrí o,, pcw Ju,to­ Un1vers1dad de Bue nos Aires Y de
e His tor ia de la H1st on ografia de la
s segmen­
nogr:ífo., amente no tan 111feLundo,, aü o, '70 y lo, tan p10lífico, conio h e­
otras Umver sidades , qme
nes leyeron con b enevolencia alg uno
te10géneo, del pe1íodo dunouátrco En un futuw, tal vez lumen así c orno otro,
que por las
tos de lo:, textos que rntegr an este vo
La ,egunda cues tió n concierne a la decmó n de m clmr en este l ibro no fueron mco rp orado
s
r azones antes expuestas
luego, responsabl e de los
errores
soL1rnente édQ, J11,to11ad01es a1gentmo;, DL:,dc luego éstos no tienen nm­
Nadie de todos lm aludidos es , desde
eñado en sos­
guna e:,,.d u,1v1dad wb1e el argumento y el ap01te de estud10sos extranJ e­
u 01111s10nes O de la, o
pmiones que los autores se han emp
ros fue, en oca,10nes , muy relevante en la formulación de esquemas mter­ as y de su plaus1bihdad
tener El lect or J uzgará acerca de ell
pretat1vo, perdur able, o en el aporte de nuevJ, pe1:,pcct1vJ;, mctodológh.-as estrec hamente en la obra
, corno
Aunque los autore, han colabo1Jdo
Sm embargo, en_la med ida en que en el hbw ,e ha tratado de relac10nar de la h 1s ton ografia des
de hace más de
lo hacen en �rcarnpo de la lusrona

10
ve nte años , <:'l lector podrá per
� , c1 bu algunas d1 fereno as de estr
en oque entre los capitu ategia y
los que cada uno escnb10, as1, com
das parci.a1mente divergentes. Se o al gun as nura-
espera que ello enn. quezca 1 a
En ese marco, debe señalarse que pro pue sta
los capítulos 1 , 3 Y 5 han s1do
dos por Nora Pagano y los capítu realiza-
los 2, 4 y 6 por Fernando Dev
oto.

FERNANDO DEVOTO - NO
RA PAGANO

CAPÍTULO 1

Surgimiento y consolidación
de la Historiografía erudita

Existe cierto consenso en datar el surgimie_nt() y consolidación de la


historiografía erudita argentin a en l a, segunda mitac:!, del siglo XIX, aun
cuando puedan reconoceVie prefi guraciones y :mticipaciones.
La diacronía. dimemión presente del relato literario, del discur,o polí­
tico, de la crónica o de h 1nemoria, comenzaba a ,er considerada una con­
dición no suficiente para convertir esos textos en "historias". Para serlas.
el clima de época onentab a a dotar a la narración de un conjunto de atri­
butos que consensualmente iban adoptando aquellm letradm que aspira­
b an a ser reconocid_os como "historiadores"¡
Aunque ,e trata de un fenómeno generaliz1do en la histonografia oco­
dental. la erudición presenta particularidades e,pecífica, en cada contex­
to en el que tuvo lugar; en las págma, ,i guiente, daremos cuenta de l as
modulaciones que adoptó en el ámhito local a partir de la ,egunda mitad
del siglo XIX.
En Argentma , la �presión "lustoriografü �n1dita" aparece hteralmen­
te consignad a a mechados de la _década de 1920 en la Hí,taría dP la hi,taria­
gra.f!.a_ arientina de Rómuldt arbia (1925), obra que podría considerarse
como el pnmer intento sistemático por dar cuenta de la , caracteri,tica,

12
c¡ue los estudios históricos En 1980T uho l-Ía_lpe rin Donghi·se interrogaba en
� ltisto1iog111Jía_: tre:
asumieron en nuestro paí . �
binación de perspectivas s.A par tir de la com­
ge nética y taxonómica, su ta a ños en busca de .un- ium.b v (reeditado c omo La histonogrc!fla a rgentina e
auto r distm uía
. . .
tradicio nes histo
riográficas c entrale s: "filos g dos Ochenta a l Centena rio) sobre . las modalidades qu e los estud.!OS h.1s co' nco · s
ofante ''. y "er udita". La pri . .
ra contaba entr e sus repres
entantes a Vic��te Fid;l y
me­ ostentaban en nuestro med10 a lo la rgo de1 tne m. o 1880-1910 inaugura-
así como a José Ma nuel Lucio Vice�te López
Estrada; la segunda, por su d. o bajo los efectos de lo que supo11L1 una doble cns1s: · · poritica e histor io-
Ba rtolomé Mitre su princi par te, en contraba en . -,,
pal referente anticipado p gráfi
-- c a. En ese c ont exto, "lo s \., -lásic os de la hist orio grafía ar gentma

continuado por
Paul Groussac y fundam, ent
or L uis Domín
almente por la Nueva Escue
g uez, --Mitre y López- poco pod'ian apor tar por c onstltmr
,
. . "mode1o,- a 1 V"'Z ª �
I--Iistórica , tradición que e la .
mimitables y cada vez menos per tm entes , en re1ae10� con ese nns1no con- ·,
l mismo Car bia integraba
les hi,tor iadores. La oper junto con o tros nove ­ , ,
ación de (a uto)fifüción y texto. S,onc1i1u afirmando que durante e sas tres decadas -y a pesar de
ble en el texto no iba en zag legitimación perc epti­
a a aquella otra que tenía los valiosos aportes de P. Groussac-, no pudo surgir una tr adición histo­
por objeto co��ar_ . , ,
a Mit re en un lugar centra rÍográfica capaz de sustituir a la mitrista, venficac10n esta que permitía a
l de la co11,tclación, y con .
leros. Aunq ue la o br a fu él, a sus jóvenes here­ ,
e reeditada bajo
su ve z e xphc ar la emergenci. a de la Nueva Escuela H1stonca. H a1penn
e l título H isto ria . . · .
Húturiografla Argentina en 193 crít ica de la Dongh1 caractenzaba 1a Obra de Mitre como u11 "eJ· emplo particular men-
9 y 1940 con al nas modifi ,
tancial de la concepción p , gu ca cio nes, lo sus­ :e -exlt . o so ,, ponderando la Historia de Be 1¿;rano en ter nlin os de "h azana - "
e rmaneció canón
icamente en vigencia.
Bien mirado, e,te car.ácter e n la que 1' a "indagación erudita" se combinaba admirablemente �on las
bifionte que Carbia atribu . , ,
ía a la historiog ra­ "'ideas onenta
---�
fía nacional encontraba su fun . d oras,, · El análisis inscnb1a a Lopez en una perspectiva que
damento más lejano en la rec . . . ,
.!�Jlue protagopizai:-on !vli epción del ctd)-;-.:. iendo a Mitre-- consider aba ma, s "pol'ltlca . , que "filosó fica" y en la
taba del primero ni del úlÚ
tre y López entre 1881-1882
rrio "éiuce polémico, ya que
.Aunque no se tra-
el géne ro se hallab
--::i;;;
q
.
colocido. , namtivo
..
no pndb oculm b pa,cialid,d d, su pon
. ;� :
amplumente difunclido ent
re cierto, íntegr:mtté, dté círc
a vista y de alh la imposi.b1T1d ªd de instituir se como un hi stor iador e
turales argentino
ulos político, y cul­ . .,
, la partic ula ridad de aquél na, c10nalidad · En 1996 ' Halperin volv10 sobre el part1c · _ u1ar en el artíc ulo
, consis te en que var · .
vie ron allí un "acontecim ios autores Mitre y la formula ción de una historia na cional p ara la A ,g entma, en el que ran-
iento" funda dor. En esa c
onstr ucción oc u
lugar central la ree dición q pa un fic aba y ampliaba los c onc eptos vertidos una década y media antes.
ue Ricardo Roja,
hizo de las intervenciones .
Mitre y López en la colecc de N1 el tiempo tr anscurn·¿o m la disparidad de analistas alteraron sus-
ión Biblivteca A entina (1916)
en su Historia de
rg . Un l ustro d spués , ·
la líiet<1t11ra argentina, Roja, e t antívamente los tér minos genenc os e n que se formu laba el pro blema de
volvería a colocar el de bate ,
el lugar fundacional de la
hi,toriografia local y a Mit
en la cónformación cle la histonog rafia ermhta,. ella encontraba en la Historia
_En d texto Jvl1tre. 11n ldotvri, re en el centro de
ésta . -· . · ' Y la rnwn , -
ulor}irnte ¡¡[ deot ino 11acio1111l de Belgrunv y la í11depe1zdeni:w ar;qeut111a y La h i,·-toria de San A1<1rtrn
( 1943); José !..uis . .
R ome ro' agreg;¡ba a la cond cipación sudamericana de ��-, olomé Mitre
. .
- su más mend1ana expres10n.
.,
La
ición e 1udít1 de la admirable coexisten­ �
�i; que percibía entre ,u lab robustez de la c onstrucc ión heunst1ca y hermeneu ,
or de ,,·.. ,.,k4 tíca se asentaba pro-
raleza po,ibilitó al historiad w,wfo.e faa doble natu- .
g res1vamente en cada una de las reediciones -cuatro en e1 pnme . r caso
or de uc1lé_1.du.v
del pas ad o nacional sino y .
funddmcntalmente una c o y dos en el segundo-- Y e.11as dominarían · · el espac10 h. l�to n· o g r a'fiico por
firme que reconocía como n ciencia históric a
condiuón de posibilidad la más de tres décadas (1857 a 1890).
s.is post-Caseros. Las innegab exi ,tencia de la cr i­ . , .
les resonancias q ue una con El e fec to parad1gmat1c o produe1· do por esos te xtos s e reeLorza • b a en la
cepción tal revis­
ten en el contexto de ,u enu medida en que eran confrontados con los d e V1eente F. sena - 1ada -
nciación -un juego de esp
el final del texto-- no o,c
urecen Li ,mtantividad de
ejm explicito sobr

,u contenido: Mitre
e
. .,

mente s.u r 'ístori�·de 111 R.enúblíca r A�gentina ; a los que se les atnbma la cali-
. es, para mue
. ,
fue para Jo,é Luis Rome ro ficae1on de "filosofant e" ' tér mino cuyas connotac10n hos nesra-
el "const1 uctor de la hi,tori
alegato iuebatíbl e para la afir a de la Nación ... º,
mación de nuestra existenci nvas, refor�aban los méritos de aquel otro formato "eru¿·ito,, . por lo <lemas,
a colectiva... "

14
el con-
de crÍt .
t>rlO'i . r subJet1vo
mte . . s de orde• 'n herní,tico �nn
la eficacia d el m odelo mitrista hallaba otra justificación acaso más tras cen- como a1 0 fi. i. ' n
oac wn.
. u. ento de cnterios de vah
ªc o

dente: la consumación de u na conciencia histór ica que le perrmtía hilva- sigu.iente estab e1 cm
1

<"rtiditos recorrw. ron los


,,,.�R,= """ <l '
h ,.,�

n . mero, h.1 ,tona . d or '


nar convenientemente una imagen d el pasado, presente y futuro de una A su modo, n,uestrm p por-
ir,ance,es: si Gu1zot les pro
e

. d os p los r epubl.icano, c.
nación que fraguaba en el rel ato y en la g estió n polític a meandros tra sita r<"
. r áfico, y la vrn . .cu1 :ic10n ' entre. h figur a dd h omb
n or

Este m odo de configurar el p roblema -fu ncional a la necesidad de cionó motivo, ,ustonog . ne l t>, abrió h r flex ió
e exarm. nar e 1 pa,
ado, 'fai
t . .

disefíar tradiciones legitimadoras y c r istalizarlas en textos canónicos--:- difi­ 1


a 1 b or d
n

c n
t>

dt> Est ado ª menos filo,Ó-


.
as que p repararo
n para una c.on<;°1 dt>r:ición
o

culta sin embargo la percepción d e u n conj unto de fenóm<"n os q ue pt> r­ a otr as perspectiv
. J amente cientí
fica del frn,omeno ,oc1. al .
miten pensar la. ébh,titución de la histor iografia erudita)como unfart11m fi.ca sino pret<" ndw , por un lado, un con-
or
.·' del for ma t o er udit . o supmo ;i,1,
resultante de la convergencia de múltiples procesos que tuvinon lugar a La co nso ·1· d ao
aq udh que comprome.-
nicas ' comennndo por
1

junto de operao. ones t�, c


1

lo largo de décadas, y com o tal,susceptible de ser d esag regad o en diver sos


., h'istor , !Ca con s u �-,,ce.:,::..,,:,,&, E,te prim<"r critnio ah-
planos analíticos. Dificulta asimismo la posibilidad de concebir la comtruc­ tía a la ac1 0n ntre
u ndo · la cnti
:'
, ca de Y la confrontación e
r
1 seg
nar

cíón historiográfica como producto c olectivo y d e carácter no lmeal. rñentan, a lu g . -


. es
s10n p;i,ad o d t>r ivada, dd conJun
n e 11o se acot ab an las ver
e o e

Ciertamente la construcción de una his toriografía erudita fue el pro­ ellas . Co l, fam .
i-
.
an
1 t es p roc ed <"llt<", de
la me· moria individm
ducto de un desarrollo gestado e n medio de las cambiantes <;:,O,J;1c!i;::á.9pes t a dio . es o · rcu
t o de a su idt>ntid1d a
d odo que 1a "h.iston. a"esculpí
on

le tiva,_
r

d e posibilidad que tuvieron lugar durante la segunda mitad d el sigl o XIX liar, grupal o e,ta-
con 1 a or a 11·dad ,
J;¡ literatura y];¡ filo,offa,
c e

, nm
co

y principios del siguiente ; tales condiciones alimentaron modos d e abor­ ti de la d·c11 r enoano os
par
·
,
on en la que e 1 car a
• cter histór ico de l os hech
e

c d. i fi c:io
r

daje e interpretaciones del pa sado e hicieron de él un objeto digno de bleciend na . La referen-


mo, ,mo . en a1 eion11,1. d e conocnlo,
o

no reposab.a en. e 11os mis


o u

atención. La razón políti ca constituye enton ces un el emento necesari o .o de autorid:id -com o
aunque no suficiente para expli car el fenómeno que se aspira a ab ordar; l s do um nt s y a no se fündaba en un ent. en
cia a · ator io adquir ido
por
· -no en e 1 cara, cter prob
o

. 1Co-- 51
c e

teolog
o

se requiere asimismo dar cuenta de los var iad os aspectos q ue ofrece la pro­ en el dis cur so

ducción de textos de desigual procedencia y factura, a través de l os cua­ la fuente. s como


1f< nn a to erudito -con
. sus not a, a pie O ,ucedáneo
les resulta posible trazar los der roteros que culminaron en la estabilización Asimí ,m o, te una
les y luego cnt . ico . s-- i. mtituía gradualmen
e o

histori ográfica verificable en el cambio de siglo los apéndices documenta o qu , difie-


.
c n d an · a que seguia a a
. 1 tr;in1a de h primaria pt>r
s
e

ión
e
Tales_itinerarios podrían sintetizarse en los siguientes: la gradual y rela­ ra
• principal ,e convertw . , a, ad"'má, en una narra-
nar r ac1on
c e u

renci a de ella. La
nar

tiva diferenciación que la nar ración histór ica fue adoptando respecto del _ r ica de otro s
namente a una obra hi,.tó
relato literario,del género biog ráfico- autobiográfico, m em or ialísti co,la tra­ ción cnti , . ca q ue d1f.e renciaría ple ,upus o requíneron
op eracw nes t, ecm. cas que ello
dición oral y del discurso peri odístico. En relación con ello, cabe destacar relatos d1a . r , mc . os L as
ura, di.e-
-
.
rabaJO . e 1ectU,al para el c ual las fig
. mt
,,, ,n· del t
o

de oer ta e��C.far. 1!.ii;CÍÓ


c

la difusión d el libro, la actividad editorial y las publica ciones per iódicas • t1co
.
o,ófi.co o el cn
especializada,: d�sde el punto de vista de acceso a las fuentes, debe ría aten­ h s s d 1 co 1eccíoní,t:i. . , de t extos, e1 emay1· ,t:1, fiJ.
cio
1 , .m,ufiich · Ant<", Por otra p :i rte, el
1 lJan a todas uce
ca e

iconoch,ta resu ta
c e

derse además al trayecto que conduce del pred ominio inicial de las redes tivo no lineal, no
privadas y círculos de bibliófil os, a la coexistencia de aquellas redes con . onog . rJ'fiico em<"raí 0· a
c omo un prod uc·t o c olec
ro hVit .. io en las for-
n , c l o técnico' ,ino vm
culado (. on nn ':ªmb
a
.

instituciones públicas y pr ivadas redimensionadas (institutos,juntas. biblio­ reductib le , ·, en efecto, al


presente y pa, , ;ado
.·,on de la, relaciones entre
<;tl u e

teca, archivo, museo) y con sus correlativos órganos de expresión m as de· percep o ía como
.
b.� eto d e estudi. o en, e
,. 1 pasad o, h' histor ia se imtitu
Finalmente y desde una perspectiva estric tamente histori og ráfica , la p si a s
de.
empo qu e tt>,timo
mab :i la <liferen-
e el presente al ti.
u o

s br
t r

xi· v o
o

implantación de un canon erudito supus o también el con ocimiento y un act o r e fl e o

recepción de m od elos, rt>fctentes y tradiciones intelectualt>s externos así cia entre éste Y aquél.

16
Adema, Je , u J:,pecto
te'c111
. co y couceptU Jl, . er
fenómeno cor r<"ld u 1a lmtoru nJita es un
onJd o con el proce,o Comercio del Plata, fimdada por el pnmero de ellos y contmuada por el
r�Jcio1uf y h erner de c� nso!:cbción dd
�- a - -

Estado
-� --

, . gencid de , u burocrJu. .. . . segundo; en esta colección -prnfu,,unente consultada por B. Mitre-


gian uu evJ, demJndJ d e,pccüliza . da. Desde allí
.. " J1 con. o un .. uen
. to sur- fueron publicadas valiosas fuentes utilizadas luego por nuestros primeros
forn uc1. 0ne, socüle;, !11,tónco' en el mar
co de trans- historiadores, como la célebre Descripción e /iistoria del Parag1wy y del Río
.� . e,tructUrdle,, y de,J . e allí :,e bn.ndd bJ ,
tn111J ad J Lile, :,,ibcres d] t"te, entido y leo-
mpo guc lo:, dotaba co ° i- de la Plata, de Félix de Azara, y la Compílc1ción de documentos relacivos a suce­
1..,ond1. c1.onn n uterül n sus recursos
de n uev as sos del Río de la Plata desde 1806, a cargo de VAlsina y V1cente F. López.
e:,
, de po:,1·oil·1dad.
. e Caseros reunió a los emigrados en su tierra natal aunque almeados en
facciones enfrentada,; la revolución seguiría devorando a sus herederos y
Las apdmio11eo al ¡>its les impondría a algunos de ellos nuevos exilios derivados de los posicio­
(ulo: la tribu1u' 1J o l'(·
l tw, la piensa
la literatwa y la bioo¡
"" ly,a periódiLat, �amientos adoptados en medio de crecientes turbulenoas políticas. Buena
,¡rrl 11e
. mp l ar
. .
parte de esas tomas de posición se expmieron púlilícamente a través del
P.ir J q--u icne, empren . recurso de la prensa periódica ampliamente conocido y transitado, sea en
dieron el carniuo del
, .1men
n.:g t ] d , . . 1 ex. 1T10 ante los ngore
s del Montevideo, Santiago o Vd.lparaíso. En tal sentido, resulta conocida la corre­
.... - d eo,io, n es propo1c1011 . 0, 1 .
lla1 una intensa socü J oportu nidJd de desarro
b1ll (1Jd Y un conJ unto . - lación que hacia mediados del siglo XIX hgaba la fuerte politización con la
1ect u<1le,. En e,e com de expe n· enu , . ·a, p o}'1t1.co-ime-
.
ext o, l.i cu
. alid.id hterari.1 erª e centralidad del fenómeno de la prensa periódica y la expansión del aso­
li.co al q ue lo, e mig ., 1 mJyor capi.tal ,imbó
- dacionismo; de allí el afán de las c!íiígencias políticas urbanas por captar
r<1do, pud�ier " on apelar.. escn·b·
t1ad uje1011 y difund iero n novelas hist
óric
ieron d 1os el'a,1co;, . as, y conquistar al público -potencial prosélito-- en tanto necesaria instan­
.
luc1011n liter.1rü,, del rorn. a11t1ci,m .. o, fu11dJ1on in
edu ca . t"lVJs, de c onocüni sti- cia legitmudora. Esa incipiente esfera pública operó como un nexo entre
ento, e mtc .
rncnte en 1<1 preu,.1 . , d. r v1meron acti va- la sociedad y el Estado; ámbito de sociabtlidad, de publicidad de opinio­
pe no ica. T.Jles des e1npe,n- o, .
canalización de una n o solo, significaron la
vocacion ., . nes, de crítica, debate y jmcios así como formador de reputaciones y lugar
mte1ectua1 de inqui = ,
rJle:, o fa cxpre,ión dudes polít 1co-cultu-
de 1 a con1 . un , conv1. cc1o .', n ro , ·
rnautica, sm . o que
de acumulación de capital simbólico. Ese "temible poder del diarismo"
pmporcion.iron un med b . . también al decir de Ernesto Quesada, explica que muchos hombres públicos esh1-
io de ,u ,istencu en bs dur.i,
t1:, por el de,tien · . unstan . . .
co1 1u c1o
1-1 •
es
o, urc u.i, tod.i·, que, contri.
n 1 mpues- viesen ligados a la propiedad y gestión de la empresa periodística, convir­
. b uyen a e.:...plic<1r la
t1pliciddd de esfer.i, . mu1- tiéndose en verdaderos"caudillos de la prensa", como denunciaba Alberdi
- cu q u e, taJ,es dct1v1.dJdc
t,ictore, g uc p o,ibilita , ,e de,p1 cg- , ' ron
. a,1, como los
i On que eso, hombres en las Cartas Quillotc111cb.
ca y ernabl.iran vínc u . adqm·uera· n not
otieclJJ púb li-
l os 111 terpersonales. La prensa periódica revistió una apreciable centralidad en la instru­
D urJnte el destierro,
:-r_an· os mt· electu mentación de di,eüos político-culturales, dato ineludible para compren­
dJd y p rofundid.id d ales se dispu · s1·eron a dar comi
Jq ue11·a t1p1 .cam nui- der parte de la dinámica historiográfica de la segunda 1111tad del siglo XIX
.1111.cu . ron ·, ente ro1 " OJ.Clltla restrospectív
nántica
l.1, p e,g u i,as tend.ien ae ya que a través de ese soporte, las divergencias tomaron estado público
, tes a escrutar el asad
lo, ,u nbolo, Cdpdces d e, í-u P o para encontrar en
él
nddr e1 orden republ. asu1111endo la forma característica de "debates" en los que no sólo se sal­
danfa. A,í lo hicicwn icano y una nueva ciu
D- onu. ngo f SJrmicn da- daban discrepancias puntuales sino que se cunen taban famas y prestigios.
Chil . e, to y V iccnte Fid . d ,
Ba nolomé
----: -- M1 tre 1v];an n ,lUti,tJ Lopez en Publicistas, letrados, políticos, hombres públicos, frecuentemente incluye­
que notono,, e,to,
. Albe rdi des de e¡ Uruguay; aun-
desemp,eños no fiucro , . ron temáticas históricas en ese sector de la esfera pública en un contexto
p uede mfe . n por cier to los umc
rí r;, e a de 1a 1a b or he un,t . os, corno en el cual aquéllas no encon traban todavía un ámbito especializado de
, 1ca J,e person .. .
Florencio Varela o . ay J 1 idad es como
Valentín Alsm empresas como la producción, tal como parecen indicar los fracasados in tentos como el de
Biblioteca de El
Mitre en 1854 por e,tablecer el Instituto Histórico y Geográfico del Río
18

8 de�36
eo,
tab a el perió
dico chileno El Mw
de la P lata, que remedara al que Andrés Lamas fiundara en Montevideo en Diego B r os Arana edi
En 1857, ar cono-
e de b iogr afüs,
al tiempo que daba a
1843, inspirado a su vez en el estªbleo.do en Río d_eJane1· m (1838), o bien donde publ icó amb i én un a ser i
.
el dJrigid o por P1�01 en Paraná (1860) E.5ta ausenoa d e 1mt1tuciones espe-
t

ia general de la indepm
denria de Chile.
cer su Histor ión titulada , v·, v< -
Gale11a
cializadas fu e atri buida tanto a 1a f:al r;i �e :ipoyos estatale s como de 1os c on- n Bu enos Au es, veía- la luz una colecc
. P, or entonces, e,¡pr!T" ••>0C", _,_,,
'' -•
más notables del Río de la
.. . entaba el fun- rafía, de los personajes
sensos necesan os '· en su ¡ ugar, la fir moon , colecc1·0m· sta alun ,iJ r biog
a que M itr e
. vil es y milit ares , en l
ª
de cclebri � ,1�:;i�J iJl ,
. . p r sonalidad es ci
c10 namiento de r edes Pnva . o,as a traves , de las cuales orcu1aban y se acopi;ihan Plata, un pant n d e e
utiérre:z la d e Rívadavía,

.
doc umentos, lib ros y cat;¡']ogos, en un clima tertuliar que concentraba a i og rafía d e
Rclgrano,]uan María G
pu bl.Jc aba su b
la d el Almirante Brown,
nu· emb ros conspicuos de 1os o,rcu1os polític , . o-culturales. t l de San Martín, Tomá s Guido
6. F. S ar mi onúnguez
nuelJosé Gaffía, Lni, D
en o a
. la d s u padre Ma
La vJrtual ausencia de una disciplina hi,tóri ca for rnahzada . no mv:ili-
Manuel Rafael G rcí e
la figura del
a a General
. e oc n paba d e
daba la necesidad d e :ip e,1.ar a algunas de sus fu ncion s, a1 menos la de pro­ y P ed ro L ac asa s
la de fl(lrc la p r fran­
argo d el prestigioso im
Flor f'l1CÍO reso
� fía s e,tuvier on a c
veer i nsumos para comtruir tradicione s y lina· ,0 es que contn buyeran a legi- Lavalle, cnya lit g ;i.
Galería Naríonal chilen
s o ra
. t mbi é litóg rafo de la
t11n . , n en p ugna O. para fiundar un relato capaz .de
ar a d eter minada J.eacc10 esmad yl,
ron enunciad os
n
cés Narciso D
r a
.
fo rta·lecer las virtudes cívicas· No se trataba por c1· erto de fiunoones exclu-
.
d la Galería de
celebridades argc11tinas fu e
t v er­
L os o bj gr afía de Riv;idavia , p
e i os e
. . M. Guti é rrez en s u b io
yentes, como bien eJi emplifica e1 caso de B. Mitre qmen desde las páginas te p r J
elocu entemen 857. Decía G utiér rez:
"L_os
o uan
· atriad o en 1
d el diar io Los Debate,· apelal:n a l pasado para mven tar una gene:ilogía que q fu pr eci sam ente r ep s h mil­
sonaje or tan b ajo su
e
entina . .. sop
u e u
. re vol ución arg
,· ' a ele Manano Moreno con el"p:1rt1.do de la líber-
anudaba la tradición d;h�y- t l d l de
hombres no diferencia... El vient o
ab es e a
. p s o d e l a losa y d e !a in
tad" q ue, a la sazón, él nu· s1n o lideraba,·nuentras , s1m · u1, taneamente, en 1857, des sepulcros el dob l e e
próceres. Es pre­
esculpía una bi og rafia d e B elg rano p:ira ilmtrar v
.
; P ron10ver entre los lec- s ha ll evad o en pe
dazos a n uestro, viejos
nuestras q rell a
ar de , obre ell os las
necesar io lav
ue

tores las c ualidad es rerrnr bl.1c anas. h ell d s us pasos ... Es


ciso buscar la ar­
revolucionar io... coloc
u a e
.. i có el carro
El proyecto de escr ibir la hi stor ia de h om br es not:ibl es '--"celebr ida - s d lo d c on que les salp vo n­
. man cha e o
tud les venere ..." ; es a lu
, , fin d e qu e la juven
des amer i canas"-}iab'ia ,1-0o concebido luci a 1843 por Andres Lama, y les en digno s p d e,t ;:¡
la t e a
imponía a rns cultores
e ales ar
. . r gráf ic o- literar ia ,
el mismo Mit re en el marc. o de las a ctivi dad es dn P lega el :i, en el Instituto , hi
t ad c ívico-polític a c on cauchU ismo,
a sto io
.
H1stor
.
, ico y Geogr áfi co del U ruguav reoentemente tiundado. Al último arq uía c on repub
lic anism o, demunaci
de sut ur r m o n
m orali:zante
ar un p :inteón
a
. as ct iv s más ampli os ; gen er
le cupo la tarea de biog r'afi a ' r a Art1g , , tarea que completo , -y no será la localismos con c l os d e
ca ac ord e a los r eclam
o e o
. a b ase h eurísti
, ruca vez- en 1846 con e1 ensayo La montonera y 1a g uerra reg ular, apare- p s s r e una ad ecuad la n ece-
que re s otros demandados p
u o ara ob or
. j ga b a c on aqu ello
odo en el periódico La ]\T11e va Era·' por su P arte Lamas se debía encargar u�a práctica q ue s e c o n u

olíticos.
de la b10g rafia de B elg rano, tarea que aparente_mente no c ompletó. sidad d e consensos p on una biog
rafía d e M anu
el B e l-
Casi una décad a d esp ués' Chile, se p ublicaban los dos tomos de la c tr yó a tal es fin es c
B. Mit r ba en
hasta 1812 y se ciment a
e on ibu

Galería Nacional o' colewon �/J:,w,,,"Yf·


. ' de. hiogr ajías y ret rato, dr hombl'l's célebres de Chile d d su n:icimient o
grano que abarc
e
d o s u int er vención
aba es
. . om plementa n
oc ument al; c
i�11,,.-
(1854), escrita por los " pr mopal es literatos del país"·. D'ieg o B �rros Arana, p b l e co mpuk1 d se p racticaba
de B e lg rano no sól o
una a reci a

M.ig uel Amuná tegui ,Joa quín B est Gana , H erno, gene s de In sarri , ent re pú lic , c n l a biografía
en l a esfera t oso
se inc ub :ib a e1 más exi
b a o

otros. S e trataba d e un a emp,es . a que aspi.raba a conoce r y pop nb nza . r las


pú lic d el pasad o re
ci ente sin o q ue
ve t ría y
el mism o Mitre i
b o n a
nación que el
uso
. . ,, n
vidas de h ombres a quiene s Cl11·¡e deb'ia 1a "repu, blica ' ]·a "'111dependen- d l s ríg en es" d e una
. ,, . ":lit o e o o

cia y la " naci onalidad"·' en (,U a, lª b10grafia de San M art,m di. sena - da por presidir ía. trayectoria
. . cs Arge ntinas aspiraba :i difu ndir la
I). F. S anrn ento coe,xist1'a ·'ºl n dem . as1 ados ob resa ¡ tos con la de José M. Si la Galería de Crlc bridad
pendentista
rn � ' s blic os relaciona
dos con la guerra inde
Carrera,Tomás Cochrane o Be ar o O H1gg111 s. d e ciertos h o m b r es pú

20
on trib uyera
., di.rigida nt deseaba que la
iniciativa edi tor ial c
c om o rez ab a el prospecto de 1a Imprenta de M·ayo, 1� co1ecc10n d e ]a prensa". Fma lme e
s
jóv en es h acia las
mvest1gac10nes histórica .
por Alejandro Mag,uiüo, Cer v,mtes, l a B1bliot "'. eL·1 · 1 111�r1�ana que poco des- r a l s erar l a
a in lm iraba a rec up
os no s ól o asp
c a o
'. a de Ma g anñ
p ués comenz aba a cditar,e am lidba.aquella .m1c1.ativa y acaso l a c omple-
, p L a Bibl eca Ame rica n
mo un Boletín Bi­
oyectó asmús
iot

lit r i y d e las id eas; pr


Illentaba. m ejor tradioón ecía a sus s uscrip
e ar a tores
libreros y ofr
-- una personalida el P 1enam ente de época , l p úbli w er udito y a l os n,
E ra el ur ug u'iyo Magaunos bliug1íific o útil Confe ció
uenos Aires, l a
a dera
q e circ ul ab an p or B
c uyos i ntereses literari os s e entre1az a ban c on los histo n.og ra'fi1cos y polí- lib ros y per ió
icos u
s e inc or porab
Crónic a s de la Bibliutcca
d an
. os como ,m a dmüados rom,annc . os argentinos. por q menes guardaba un . E n el ap artad o
ne y M tevid a q ue librara
cac io nes, com o aq u ell
on eo

críti , c artas y rectifi


g ran respeto intelect ual, par t"ic u1arm ente dirigido haci a las figuras de E · com entar i s, stas carac­
Literari o, Carlos Paz. E
o cas

. n tr iv al del fvlw eo
Echeverría yVAl . sma. v ü ulentament c r
te ndrán
dinnento, q ue
e o a su
. . • ·
" 1om at1co, p rofe- erán mfrec ue
nte s en otros em¡nen
Magarifim s e des empcfió c om o rmm stro s enador, dip t erís tic erá n ej e m-
¡/cü1 grou,sa qu1ana s
as no s u
. · , ui e rnes; La Bi/Jli,
sor y rec tor de la unive r;,i dad on ental, dc,arrollo , en Espan- a y 1uego en l ugar en los a ñ os s u b,ig
. .
, n.· a mte1ectual cmafrzata . 1a proJucción
Francld . una intensa expenen l liana plo de ello. la Biblioteca
. . . . M . G utiérrez uno d
e los colabofddores de
literaria y la colaboración en peno, dicos y revistas,· en P·an, s p ublic,o Estudios F ue el mi m ]. 59) -Pen­
d e los tom os VI (18
s o
. , . g l a c onfección
Jwto nw; po lítico:. y ;oúa/e:, ; ob!ce
' l R, '-w1eaP/l l ata (l854) · Y fiundo'la Revi.sta y q ui en tom a ra a s u c a r o
y lwmb1es d e Estado de la
wcia s de esc 1 ito1e:., ro údore,
,. -ola de a111 bo; muiulus (1853). súmÍe/ltOs, 111á.x.ima s y , e n
up,m os de escritores, 01údo1e.1
t

. . , q ue Andrés n , y V II (186 0) -A 1tp 1 1tes bíugráflc


La Bibliotec<1A11terÍal an -cu yo nombre evoca 1ª publicanon R epública A r gen ti a
nclu ía allí de
m od o aparen­
. d la Rep úb lica Arge11ti11a. I
Bell o fundar a en Londres (1823)- estab a d estmada a estlm · u1ar el pro- y Jwmbw de Est ado orena,
Tomás Man uel Anch
e
lid ades tales c omo
gre, o .rntele ct ual a Lravfa d"e 1ª d1fu,r. on , de las o bras de pensad or es, p oetas tem ente ecléctic o a
p e rs ona
é Agrelo, P atr io o B

- ear, Pedro Jos
o, Car l os Alv
!. prohombres notable,. E n catta de J. M. G_uti.,errez a Magaufio, de octu- J ulián S e g d Agü r o ta m­
arce y otros, retomand
un o e

rano, Florencio Balc


bre de 1858, el fu tmo re e to1 Je 1a Umva,1 . dad de B rn;no, , .e, ,aluJaba
Air ,av1lbaso, Manuel Belg 18 57 c n m otivo
nz ara a biografiar en
o
. . . R ivad avi a q ue c om e
la 1mc1ativa "hteraiia" de,J uruguayo Y recordaba c on razon q ue Chile h abía bién a aq ue l
. uecer su , e o1,ecc10 . nes de Hist us rest os.
mverti do tiem.p o y dinero en "ennq . or i a d e l a repatriación de s de L uis D omín
guez -ex
. p t , el ton1 0 VII I ob edeció al diseño p líticos,
patn,l y a rehabiliur los no111bre,s mernorables, sea c ual haya sido la época Por s r e
e l os Escritos
uien se oc upó d
u a o
,, p ri ó ic E l Orde n-, q
o la bandera b aj o q ue se ilustraron.... 'segmamente al udiendo a 1a Galería red act or d el abía biografi
e d o
Vatcla, figura q ue ya h
ado

. a no s en•a escasa la cose- e D. Fl o1 einoí


N.<lcÍúnal. Sostenia q ue en 1ª R ep ,ublica Argentm ew 1 1ó11i i,os y lite1 ¡¡1Íú s d
ti11c1s.
cna
1
y tras suger ü lo;, nombres de "hombres notables... por e1 profundo en l a Galerí a
de CelebrídaJe; A1g w
c onocimi ento q ue t uvieron de 1as cosas patn.as y p or 1a grave m oralidad
.
de1 carácter"' afir maba. " . . .El senor - don B artolom'e Mitre, en 1a elegante
biografía a la Historia
y erudita iutrod ucción a. la Gúer .
l ,1 ú d e celeblldado argentinas, ha plantado Barto l o mé ]\litre: de la
. nos al ha llaz-
seguros jalones para ' 111arcar e1 sen J ero que p uede conduc1r
narí a en l os c
ampos de Cepeda
.
go de pingüe, j oyas de L'iterat ura patna". Instab a a "anudar" present e y El accidentado proc es o q ue c ulmi 8/59.
· l-Iistv1ía de Be(�111110
el� !\_Mitre hasta 185
., n, particular- p rici ó e la
pa,ado c omo c ondic1 ón del progreso y de la mongerac10 demoraron la
d
a a n
ad o de masi ad o
cercano en
,, voc ativ o h aci a un pas
m ente "cua11Jo alg una vez se tr oz a por medio la cadena soCl.a1 y s enten- En m edi o d e tal f er vo r e
terari as, filos ófi
cas J9:
nes p olític as, li
e nes d e tradicio
ciab a "la Histon..a es en nuestros dí as l a m usa q ue cons uela a los fuertes el q ue col o c ar lm oríg
i e, A1g e1Jti1Ja:, ,e
Ccleb úl.;d
había
.mgcn10, . náufrago, en l·ª' 01ª' tur bulcntas de los 11 eg oc10s fía inc id a e n la Galería de
p u, bh. cos, y la modesta biog ra talmente en un a hist
ori a .
lu

s o libro y fundamen
•·
. . .
tíd o en v lumí no
qu e cbupliua a los sol dados cornu1ptos para la, batallas de la tribuna o conv<::r o

22
En efecto, el desplaza
,, mie nto concef,tual que .
grafia a una "histona supone pa,:ir · de una época en que vivió el per,onaje cuya figura ocupa el rnmer tér­
�. . · " sugiere "b
•"·10-
, . � · · una tn"y ., or sens1bil.id ';id l1.ao· .
nes d.iacromcas y cole a 1as dimem10- iw.no", concepto bastante afin;i_do con el que inioaba el trámito de la bio­
ctivas,. aun cuanclo ,e re
:1p.iclable hil o con conozca en la hio, un
ductor. La 1on for- grafía a la historia, trámito que se consumaría con una anunciada Historia
e nula -en la q
plutarquianos - fue ue resonaban ecos dr la reFolurilm argrntina.
expres ada po r Mi tre en . . .
trataba de dar cuenta l os s1gu 1entes ténninos: se
. d e "1 a v1 da de un hombre ¿Qué significaba operativamente escribir la historia de una revolución
,
� poc a"' trazada ahora hasta .
y d e 1a hi.sto na .
de una que estaba por cumplir su medio siglo ,in contar aún con ninguna otra
- · 1816 graoas ,
a la ';implIaCl·on de la
mental, ese arbotant , e en que se apoyaba bue bas e docu- -"vacío criminal que pone en evidencia nuestra incuria y nuestro atra­
En tanto biografía' el na parte de 1a constr
,
texto . ucci ón. so en materia de estudios hi,tórico,"-, como consignara Mitre?
aspiraba a representar, ,
"un ti.po de virtud repu .
a traves de Belgrano, La respuesta ,e h:1lh en t'.l Prefa_cio, lugar donde se de,plieg;i la "larga
blicana " con acier tos .
dezas; he allí la "i dea y errores, debili . dacles y gran-
mord.l . i de111bro "' capaz de enumeración de los documentos en que se basa la verdad bi,tórica de
ción". La historia de "serv·1r de ejemplo y
. vida no so'lo opero , lec- nuestro tr;ibajo y la exactitud de nuestro, juicios"; rara pieza en el con­
, � . como ejemP1 o et1c , .
g,Jla para. la mvestigaci o s.mo como texto de la historiografía mitrí,ta, a partir de aquí bast;inte reticente ; con­
. ón-. "la antorcha de la .
lu,toria a la vez que el . biogra fía i1urruna el libro de
can uno de1 }mto . . signar con precisión sus fuente, documentales y bibliográfica, como no
nado' r "·' e1 genero fue
por Mitre desde su expe . , practicado sea en el marco del debate, aci.,o porque como afirmara, las citas "poco
. rienc1a exi·¡ar üur:i' nte h· cua¡ . ,
yectorias de José G. Arri mdago sobre las tra- importan a la generalidad de lo, lectore, y los verdadero, ernditm no nece­
=
o·· ,, M :muel Dorrcgo, Jmé R l,eia .
Moreno; en su Diario d . Indarte y l\1ariano
e ;.11 w11t111, -¡ com.1gnaba el im
sitan de ellas ...", acaso porque el prestigio que adquiriera de,<le entonces
1a B1og . rqfía U11i1Jrr,al CJ. . , p.Jeto que Li lectura
crc10 en su r , de tornaba innecesaria tal exhibición.
ior mao.on inte lectua1' as1, como
Thie . rs, pero fun la de A pesar de "el saqueo que ,e ha hecho de nue,trn, archivm públicos",
dament;ilmrnte 1ª 1-H15 t()//(J . ,1rJ C1om11'Cll
do hablar s1e1n . de VillJ.mam, · .
pre a los documento ,, . "dcym- Mitre pudo conformar un nutrido ((lrpus que ab:ircaba entre otrm, desde
1. des s.. . S1 Plutarco le aporto J;i, , .
uda pedagógicas de la bio . p otencia- documentos proporcionados por el sobrino del biografiado,;¡ una pode­
s. "· .nadie es capaz
puede for mularse e ., · d e ·imagmar todo lo que rosísima �radición oral transmitida por los contemporáneos de lo, •mce­
,
n
· la narra . cion de la v .ida... nm · gu n'.l relaoon .,
mas lecciones para los presenta
ho111bres 111. contrib . uye. mas , sos que se narraban -señaladamente la versión de su suegro Nicolás de
un pueblo ... ", a trav a la educación mor
és de V'retor C ous1n . al de Vedia-, pa,ando por memoria,, bandos, partes, etc., que integran un apén­
. descubrió -como
treos- el concepto de otros ron1án- dice documental, a la usanza de los historiadores alemanes y_ que a partir
. "hom bre representati
M itre aplicaba aqueli . vo". En su Hizstorz.a de
as nocion Bcfgmno de entonces se generalizará en la historiografía rioplantense.
es para ilustrar 1os
Revolución al concebir di stmt. os aspectos de la
;¡ l\i',1.n. :1no l\iloreno Prob:iblemente uno de los méritos de la Historia de Bclgrano rádique
Martm , como su fiug;i7 c,pmtu
, su dimm,i(,11 amnimna . , . ; a San en el esfuerzo de su autor por convertir el pasado reciente en historia, en
y- g·1 1r11.na.· R1v ·
adJ\'' .' encar nao
U 1
srntafÍFo, en t;into que . . ;i el i,tcma rcprc- diferenciar la historia vivida de la percepción histórica de lo vivido, en do­
Art1ga, era pmt
1

. ado como eI A ft"fª ,oh


revoluczón interna, el 111 ovunz 1 r el que giró la
• •ento SP1111har . , mesticar la memoria espontánea sustituyéndola por otra voluntarí;i y deli­
hm·o d e masas cmanopa
to de las cuatro biog das. El conjun- berada.
rafía,' de las "cuatro
podía , celebridades de d.1st1n . '
ofrecer p arci:i lmente" to gener, o: , La necesidad de e,cribir una hí,toria en los términm antes enunci:1dos
el CU Juro .., de nue,tra I evol
r a de Bel grano las . UCl(? · • ].1_",_J:)ero J;¡ fi. u-
suturaba )' conecta ba g preéedía para el autor a su tratamiento "fil�sófico" ent;ndido bfocamcn-
operando eomo "
cadena que une las trad . e,labón de la te como una lección ética; ella debía resultar del estudio de "sub-
·1c1o
. nes co1onules a los . .
En cuanto historia ' M."
ILte ' P ri nop1os revolucionarios ". ordinados a . la "idea de independencia, argumento princi­
. apea J ba a la 'cronolo , . .
s ucesos, los h ornb re , gi J., el mov1n ucnto, los
• );¡, id CJ.,, las tendenC1:1, . · pal del texto". No se trataba de nn punto menor, partic�1larmente si se
' en u n;i pa ¡;¡ br a, h
fr;ononúa atiende a b preocupación con que Mitre recordaba el pasaje de L. Do-
24
núnguez en su b10grafi
a de F'' vare1a en el que afir maba ,
conocer h, vud idet dO' que este munó sm
inLeuc1oncs de 1d JUllLd d1dnO El Núaondl donde el últ11110 puLh'-o RutifiLc1uo11u /11:,IÓ1t,L1:, Gene1L1l
, ncvoluuonana
Aden1a, d e 1as p i opiedªdes morah
zantes, hterar ias y e B�f;;;-;:a, Q11L�¡/ Gueme:, Los artkulo:, fueron re,po11d1do, por Mitre en /Ji
samente por ellas' con la rud1tas, o p reci- f'!:1uó_i_ 1 A1gwt11ta bajo el titulo LtuJw:, ltt:,!Órrcm sobre la Revolunón de Mayo
H1:, tDllú de BL l<gt<Ztto' l'vhtr
a e,u 1bir un "hbw pop e dec 1ar dba su aspiración
� l-1l dr ,, que urculaia Belgrú1to y Gue111e:, FmalmenteVélez contestó lo, argurneut o, 1111tnstas en
Junto ,oeld l" , en efe et ' po i las "e,cue,],¡;,
Y en el con-
O Y cou10 so,tuv1era otras dos piezas Conte:,tauón a lo; a,tíu,/o:, publLLaJo:, por el a11tor de la Historia
grdn dphuuón de tod Gutié rrez, "] a Histor ia es la
os lo, ta1ento, " y en tal de Be/grano, refutJdos d ,u vez en Ilwt1úuonc:, wmplementúrtas de B Mitre
exenta de una \ 1 ,iLle di sentido, la obra no estaba
n1ens1on , Qe ,u soport� �nodísuco -IJ Núcton.:il lulna ,ido fundddo porVélez
, p o ]'ltKd consignada po
Sdr nuento en tl C'>r'1¡ r Dommgo F
a110 que hiz o d ]
p umer vol umen fech Sársfield y Mitre adquuuía tiempo de,pué, La N,utóu Argrnt111a, rebauti­
de 1858 AfirnuLa dfü ado en Julio zándola como La N<10Ó11-, la pol[mJ( a p,1,0 ca,1 mmcd1atamente a sen­
qu, e "un li b10 es Cd,i ,1e1np
donde nace" e imi,na en te, ]11J0 de 1a ,oucdad en
l:i relauo11, entre biografía e, ¡ dm libros Rectifiwuo1to lmt011ca:, Gene1.:1l Ddg ia110, General Guemes, de D
tmcu en Lt tneJ de r�s mtona y su lmpor-
' 1lt"«r v11 tud es p d fd te V6lcz Sársfield, y btudto:, fmtóttws sobre la Rcvol11uó11 de l'vfoyo Be/grano y
El rnmno C�010l,1110 con [.
orz:i r 1 d conuenuJ
pública
,
, titun Gueme:, de B Mitre, ambos de 1864
un d1,eu1,o p ol'1t1eo que
Belgrano con l'vhtre dl para ngo naba a El punto de partida del cordob_ésfue cuemo11d1 la 1mdgen de Belgrano
sost encr que dl11bos "[¡uer
pdt11a y};¡ hbertdd req on p ubhustas cuando
mneron e1 contmgente de la comtw1da por Mitre, empeñado en contradec�r aqu�llo que entendía una
dOlldron Li plum,1 para sus luces, Y am bos aban-
cerur- ld espal:id e Udndo la sobree,t1mac1ón de la poi sob1c la de de las
las p uertas de Buenos 111\ d;,10n v mo a ild
Ai res "El e,pcJo -qu mar a provmuas Una segunda discrepancia er d la que se orgamzaba en torno de
C>.trJh1Honográfica de e de,nudJbJ l d finJ hda d
1 ª 0b ia- no se pnvabd la ��ia-�.P��rp�s cu2'd t:_Statura her01c,1 er d P_!�d '!_elez l10111ologable a las
mental emple,1dJ p oi el a de destacar 1a base do
utor, "por lo que es facil , cu- de San 1',,l�rtí!1 y Bolívdr, en tanto que para Mitre no pasab,1 de ser un mero
los nusmo, actores y test cor regir los errores de
igos de l os sucesos y d caudillo locdl Ld, RLctzficacw11e; expre,aban funddmcntdlmentc lds tens10-
acreditado, por lllld corue esvanecer los que venían
nte Y dceptada tr dd1uón" 1 �es que el presente proyectaba hacia el pasado, ello, �n el contexto de las
El Corolario constituye r��steuuas provinciales post-Pavón y de l�s pro]egómenos de ]a Guerra
entonces un e emp lo de 1
gente que con,ahdJba, ob eg1timac10n conver-
la h 1,ton og1,1fi, :l contra Paraguay, no dejaba de asmmr fuertes connotac10nes políticas
s m embargo, ob"eto ca y ob r a po]'lttcd , ambas fueron
" de cn,t1cas ' Por su parte, Mitre se autocons1deraba en una pos1nón eqmd1stante
entre el protdgomsmo de los héroes y el que le correspondía a las fuerzas
sooales colectivas, nuentras colocaba el texto de Vélez en una de las lí­
Alg11nm ncepuo110 de f¡.¡ neas 1nterpretat1vas sobre la Revolución de Mayo aquella que pondera­
H1,to1 iJ d e B e1grano
y ulg1111as aput111i1:, lust ba la acción de lo, pueblos por sobre la de las nunorias -revelando mdi­
onogreficas
reclamentc la ex1,tenua de mterpretac10nes discordantes-, y acusaba a
Las
� criti
-cd, a la Hi s tonE.__de _eig su contradictor de no apoyar sus dtscrepanoas con pruebas que autonza­
B l raiw fuero
- n-
DdlnlduoV dez S:ír,ficld-' - minad -- _ as por un cmdobes,
ran tal refutanón
�- - -- Y p or un tucununo'] B Alb
se prd ct1c,1bdn opc1.1u - crdt
- , en ambos esos
one, no SO'l O 111te,¡ectudJe, para crear héroes con atnbutos que nuncd tuvieron, es preoso
tlcas qu� , b !Jü - , ,mo dbicrta¡_uente flOJi-
Ja form_L� J __c_tt.f: lu, lmto1 1ográfica p , , - mfamar a los pueblos ", dena Vélez Sarsfield, a lo que Mure contesta­
su, d1vergencld, en el pie l' - rnt d 1 man!fe�
- � -
,en e v.11tendo,e� ------'' t:n t l tar ba "ese hbro, al cual parece reprochárscle, sacnficar la influencia eficaz
dd pasa do
El lllt
- e1c,1'mb10 -- entre- de los pueblos a la acción aislada de la, md1v1dudhdades h1stóncas, fue
Mltie, por entonces p1e,1

] �z S-�i�e
,Ve'_�
,_ dcnte de ld Nduón, D
ld, tuvo lug.ir
- en 1864 y pU( ¡o ,e _y precisamente escnto p,1ia despertar el scntmnent o de la nauonahdad ar­
r seguid o poi lo, lectores
del gentma, amo1t1guado entonces (1858) por la d1v1:,1ón de los pueblos"
26
Poco tiempo después , en
el marco de otro
, deb ate mu y ce'lebre a pro
pos1to de la G uer ra de la ­ ter expl ic a par a el tu cumano s u generahz aoó n como fe nóme no d esde
Tnple Alianza,Juan C, arlo ,
s Go mez le con
b a a M itre "los hechos se ,om te,ta- B uenos Arres hasta México, restándole de ese modo la e,peoficJCbd no­
eten flexibles a ,u pluma
E stos n1otivos reap arecera de histonador " platense que Mitre le había confer ido Pero sr la revol uoón fue obia de
/"- - -- n oertamente ex
acerbados ' en 1 ' q::_1�
�erdiie ntabló al hbro d lla _g_ue É_1:1r:=i_pa_-y una de las fases de su devemr -, la g r andeza del_fut1:1!2 �1:1:e­
e M1tie b a 1 ti,tulo Bef.í;rano_y ,usJmt()Jta
i;au;do en sus Esc ncano t ambién será produ cto de la c1vrhzaoón europea Alberdi se decla­
ntos Póstu11105 ({89�� _:___aun dores,
q ue concebido hacia 186
y reeditado l uego ba_¡o otra , 5- r aba con�n ente que éste, su modo de explica;: la revol�oón mdepende n­
oenonunaoón (Grandes Y
Plata) pe queñ os hom bus del t 1 sta amencana, no halagab a l a v1md3d de los p ueblos, p1rt1cularme nte a

Buena parte de la argume , "los hombres de Buenos Arres y ,us ideas", con la adJudrcaoón de la mde­
ntaoón alberdi ana
de sus conceptos ll- am-d
- podn a smtetrzar se en uno pendencra "a l a espada de los soldadm 1menc;ino,, la mdependencra que
a �os
- a tener m usitadas apropr
acw nes "L _a falsa hrs-
t ona es ongen de
laS� ,, on esta es obra de la acoón ov1hzad a de la E uropa, , e h ace un ídolo de la glon a
afirmación revel ab a el car
�r-qu; atnbuía al texto ;e ác- militar, que es la plaga de nuestra, república,"
, Mrtr:y'e; de su propia mt
ervenS:lO ' � ro
b ien 111,talaba una estrecha , e t am- Para el autor de Las Bases, l a verdadera obra revoluoon1na debi ó con­
rpl
c acron entre p
as a do y presen
la eritrea historiográfica fue te, d e mod o que
un vehicu1o utlll
sistir en el e,t1blec11mento de u n gob ier no libre, firme, estable y naoo­
.1- 7ado por Alb
oar impl aca blem ente a s erd1 para eq¡m-
nal, el tucumano constataba que ese t ipo dt' gobier no nunca fu e pcmble,
u a d vers ano, com
o lo- -h i zo
- am
S:irrmento a través de Facund t b�en
, contr a m 'en 181O m en los 55 años s ubs1gu1entes, de lo que ,e mfiere el carác­
o y 51J biógrafo
-er-d1 id--
Alb ent-
ifica---
ba a M�tre con_l;is JJ�rspectiv ter "h1t;otét1co" d e b hr,tona de Mitre, una "le y enda doc ume nt1d a , la
�, , a,
- e -mte-reses de las
nas tlust....
ra�� - �, histo
das 2,t;��l,l;¡. �- fábu la reve,tida de certificados una revolución de mdependencn con-
ncan1ente llamadas a soi u
s ucedió en 1810 con Mo " zga r al mte
-- no r como t ra la a utond ad de lo, docume ntos una hrst ona pat a h alagar la v;imd ad
reno y en 1865 con el rms
ino M itre , este "
maj e portefio" -1ª mte1ve , colo- del país 5 000 documentos para apoyar 5 000 exageraoones e hipérbo­
nc1011 de lo
t s r les 1nent1rosa,, con que h ace de nn hombre seno, bravo, digno de respe­
nmtía denunc1 a1 las amb 0
:� : �:�: i c:o�::;::: u::
i:: ;::� :¿c�o ;��
r bra 5 := t o, un figur ó n extrafio y sm fisonomía "El úmco ménto que Alberd1
La resi stenoa a tal avance , reconocía a I a Historia de Bclgrano com1<;tía en el2;�!,��-���ll;e,;,;�� ofre­
fue y se�ua estando p ara el
cargo de los caudillos -d tu cmn ano, a odo_que pernutía a cada qmen sacar sus conduqones con prescmdencu
"'� e Ar t rgas a Penalo
za-, verdaderas encirn1c
nes de la "soberan
ía del p ueblo ,, en 1os q ue 10- de l a mterpretaoón que bnndaba, fue precrsamente est1 c uahct1d la que
Mt e entab a mcor rec-
tamente l a democraoa :t� �:�::: le confinó
senubá rbar a y e e
rer advert1r, seQÚ ,
l spín l
º n su crítreo, q ue este ultimo no era
Arres, verdadero despotism
a, ;ica,o ,111 q ue-
otro q ue e1 de B
ue nos
--
- tude, republ
La,(y¡r - -
icana� que aq uel relato erud1t0-�,p1rnba a e,t1m u-

l ar en"'e- l colect ivo ,oc1al eran t ambié n d1fund1da, desde 1� otra s text nah-
o de la "de1nocr aoa mtelig , '
, ente " Luod amen
1 critic-o pre:.,:,aunt
e-- -- ara_
' c:_omo supr 11mr - te dad"'es y _..,,
, o_port"' e ,,como la, ev oc acrone, literaria, y la pe dagogía de l as
- --
a los c1udtllm sm ,11pr�]_:1_ ci
crac1a y a que "é sa es la cu , erno- estat uas
:; - -est101-1 de1 gob ier no en
nucleo de la mte
-- --Am - -énca", con ello, �J El pr rrner c1,o se eJemphfica en alguna, obra, de Juana Manuela Gorntl
rvencrón alberdrana se sit
uaba en la c uest ,
nda i on p ol'itica refe
-
-- a l a gober na btli dad y 1a naturaleza del gobier no, l editadas por Cas avalle en 1865 ba_J o direcció n de Vice nte Que,;ada, o bie n
a g ran rmea de co
tmmd a d entre p - aquella novela de G utrérrez, El Capitán de I'atrroo'--(1864), el segundo
asa do y presen te n

Partiendo del ca ráeter " ;it ,


¡ ant1co ., de la re vol uc ión puede ilustrarse a través de l a m1c1at1va q ue tuvo l ugar en Buenos Aires
Alberch se colocaba en a mdependentVita ,
b ier ta contrad1cc10n con M en 1863, a fin de dar ug pede,tal a la figura d e_Sa n �i!!:!Ín c uando sim ul­
itre, qmen ms1s ,
el onge n ameuc t10 en t áneamente se e ngía ot ra en Santia go de Chile
ano del cicl o revoluc10 nan
o rmcr ado en 1776, tal ca
1ac- La ductrhdad hterana de "Gut1érrez se mamfe,tó t1mb1én e- nt on ce,
28
El cr uce im-
germe n de la 1 ibertad" .
en sostener q ue " el catoricismo es el . mo
-como ot101;1 hiciese con m otivo d e la re patn ación de los restos d e - ubhca ci o nes.
en las que el catolicis
na zaga de c on�erencias. y p d q ue
Rivadavia en 1857-, a través del diseño de s u Bosquejo Biográfico del ció , del pasa
, nota central·' se abna paso una c.oncepción
u o

se a la
Genera l D. José de San JÍfartÍll-;�;;�púí-:ido p or textos pertenecientes a milita nte r
nj- ugab a e on l a
tradición católica en
o libe ral, lo co
sin renunciar a s u tronc izantes. Ese
Flo1e ncio Varela , Félix Frías,Vicente López, Esteban De Luca, Cayetano __ p or el avance d
e sect . ores. laicos y secular
un co ntext marc a d o
comenzan-
, también el dictado de comeerenc·ias públicas '
o
Rodríguez, ent1e otros. Las corn,ideraciones de G unérrez serían reedita­
. . . as
das por Casavalle en 1868 con el agregado d e "Un breve paralelo entre fervor aliment o
. . .zt1u.u11 po]'wu. .
. 1 en las provmu.as Unid
. r
' i , tóriw de la uvtl1 '
San Mar tín y B olívar" q ue el autor del Bosquejo Biográfico había dado a do por aque1 Bosq11eJO i

conocer en el Co11c0 del Domingo. del Río de l Pl t (1866). . e se dirimió esta


renos en los q u
a a a

El ámb ito educativ . o_ fiu_e un9 de los ter tina" (1868)


Los t�1��s elogio ,o, con que Gutiérrez pintaba a San Martín, ligando
, ; as1, las "I.ec. ciones sobre h1s _·-tona . de 1'a RePública Ar gen . .,
rn "vid.i pública a los grandes acontecimientos de la Independencia, y con tensi· on
--- Arge
. que él nusmo creó y ding10,
nt111<-1
· la histo na moder na de c.1::,i todo el continente Americano ", con tr astaban de Estrada public . adas por 1 a Revis t a
na Manso en
Ofirecida por J ua
· ulares co mo 1 a
xis ía c n v ersiones sec
con los juicios que sobre la m.i,ma personalidad vcrtier:i Alberdi en el y a co e t n o
. .c1s Uni.das de¡ Río de la Plata , desde su
d h. istor i·a de las P1ov111u 6
. nct.a el 9 de julio de 181
referido c1legato antimitrüta. Expre,ab.i dllí cierto imaginario más o menos su Com pe ndio e
.
. 1wto d e·cl llÚÓ11 d e s11 independe
de,wb11m h ast l a <-11
. de la manua-
difundido que con::,íderaba a San Mar tín como un raro general argentino,
s constituyeron un clásico
a
.
c ya s reed 1c1 ones ampliada
convertido en tal po r "un;i logia influyente ... no es genio sino en tre (18 62) u

mediocres"; un general q ue empezó por defender a lo, e.ipaíioles y acabó lístíca escolar. . ontr ab an asimis
mo repre-
. . ..,1-t te y sec - ulansmo se enc
por defender :1 los rhilen0;, y pemc11 10:,; peleador cmmopolita cuyo plan con­ Ca t olicismo I11.Ul an bmocracia estata1
-- .
s fun c10. nar ios q ue for m.iban par_te de la
dujo a la pérdida de cuatro provincias, San Martín "no inició la revolu­ sentados e n lo . ctor general de
. .
iv , en 186 9 Esrra da f u e d es1gnado dire .
ción y tampoco le tocó acabarla", "castigó a patriotas como l os Carreras" del -áre a educat a
e - a b a co m o rect or de la
Um-
-- - . . ne- , rrez se dese mp n
y, obstinado con cruzar los Andes -episodio que no constituye "hazaña y Escuel as mientr as G u . o, n que debía redactar el pro-
s Aíres Y p residí a la co mm .
versídad d Bu . rem1-
. trucción general y umvers1·tar ia. En ese marco
en o
ni siquiera era una idea propia"-, no reparó en que los p ortugueses e

saqueaban las Mi,ionc::, donde había nacido. yecto de un plan de ms . la provi ncia de
. A ve 11 an eda -m1m
stro de Gobie rno d e
tió Ni c l' s de,anullo de
- to que 11evaba Por título Origen y
o a
Me_121orias en pugna que ni diez mil documentos lograrían compat í- a
.
s- 1 m a scn
B uenos Aire n·
nu
Noticias Ji i,tóricas sobre el o
e
bilizar acabadamente.
uperior en Buenos A.ires.
Estas diversas mod ulaciones en las que se expresaba el mito d e los orí­ la Emeñanza P H'bl"tea S .
rior en Bueno·' Aires.
l époc
"'ª Desd e a a

de 1 ll em wa- tt- pública supe


genes, su legado y las figuras con ellos asociadas, era sólo una de las direc­ de:ill rrollo és d
gen y - 1767 hasta poco despu
e

l e omp -• d e ]esus , ell e l ano


ciones en que se expresaba la actividad hi,toriográfica. de lll exti1 nió1 1 d e a ama
.
id d en 1821 (1868) erior en B uenos
Una incipienteJlisi.6"riografia católica encontró en la producción d e fundada la Unive,:, ll es de la educación sup
�--� i daga b l os an tec ede n t
El te xt a no se
dos del siglo XIX y
n
(i osrM:"i:strada uno d� ; us prin�ip;les eip onentes; en Üs61 'este auto r
o
.
- �-� - - - . c lo rnal
. es hasta med"ia
Aires desde los ne mp o
�· sobre intelect uales
m
publicaba La génc.iis de nuestr,1 raza y un año desp ués, El catolicismo y la . Est11d.ios. B.wgrá'tcos
de me
. 1 uir 1 os consab1do s
priv ab . cas; en tal
dw1oaa�ía. En el último- texto mencionado se declaraba "católico y rep u­ . - tas ,ar eas sean e11 as cient'1ficas o humanísti
a

destacados d is m las
ción sobre el mundo de
t
blicano ", corno Zuviría y Frías, a quienes refería elogiosamen te. Colo ­ en '
uye una log rad a indag,a .
c:índo,e en la per,pectiv.i de Lamenn.ü,, antagonizó con el intelectual chi­ sentido' la obra constit htico ar gentmo.
., el desarrollo sociopo
le_110 _Fra!J-c:isco Bilbao y s u La América en pcligw, obra en la gu<= s u autor ideas y su re1 ac10n e on
argumentaba sobre la temíón que encontraba entre las formas democrá­
ticas la estructur a r eligiosa; frente a ese juicio crítico , Estr ada no d udó

30
Vicente Fidel López: 1111a historia
filosefzca
carente de linealidade,, tampoco de inconsistencjas y yerros; _desde sus
\?frente Fidel López compar ce 'lebre, "retratos" -frescos literarios en los que se localiza buena parte
tió como muchos de sus con
neos Jóvenes románticos- temporá­ d� 5�1 celebridad- hasta aquellos otros en los q ue pintab� con destreza el
l_;is vicisitudes del destierro, p.1r
te el clima político intelectual ticu Lirmen­
de la república portaliana, tal com concierto internacional en la coyuntura prerrevolucionaria.
lla en el capítulo antenor. A o se deta­ . ente E Lo'pez fue un activo col borador de la Revista de Buenos Aires,
Vic
d1ferenc1a de algunos de aqu �-- _ ;i
ellos jóven es,
pertenecía no sólo a una" din fundada por Vicente Quesada y Miguel Navarro Viola; sus ª�culo, esta­
astía mt electual" smo que a trav _
dre, Vicente López y Planes, és de su pa­ ban particularmente centrados en aspectos históncos, etnologicos Y filo­
estuvo en contacto desde s u
p ersonalidades que integ raron mfa �cia con
parte de la dirigencia postrev lógicos del antiguo Perú: la búsqueda romántica de los orígen es .
tal como lo reconoce en su Aut olucionarÍa, .,
obiograj{a publicada por Paul En la ReFista del Río de la Plata --que codirigía con J M. Guoerrez Y
Gro ussac en
La Biblioteca (1896). Estas circ
unstancias han sido
A. La�as:__ publicó en varias entregas entre 1872 y 1877 una prü1�. e�a
presentadas a modo de
hahitus que penmte compre visión �rgá_ni_ca sobre el pasado nacio!lal: Año XX. Cuadro general y smt�­
nder algunas de las per spect
en s u vasta y diversa
producción; ella tuvo lugar en
van ado
i vas contenidas
¡�
tico d¡ revolurión; esos texto, prodt1jeron comentarios críticos contem-
obedeció a distintas mot1v.1cio s contextos y
nes s urgidas a lo largo de un agit d-os en una illlS1· ·va de Mitre a su colega Barros Arana, conocida como Carta
siglo entre las que no se hallan ado medio ,abre /a literatura amerirana (1875), corre,pondencia que el chileno tuvo el
ausentes las surgidas de su pro
dición exiliar lon gada con­
. "desatino" de publicar y en la que anticipaba un conjunto de ju icios que
S! las Jornadas de Junio significaron par actualizaría en ocasión del debate que un lustro más tarde los habría de
a Mi tre una carrera política
ascendente, ellas implicaron enfrentar. En ef ecto, en tono d escalificante Mitre aconsejaba tomar con
para Lóp ez un nuevo destie
reinstaló definitivamente en rro; cuand¿ se
Buenos Aires ocupó diverso cautela la producnón de Vicente Fidel, a quien acmaba de liviand�d por
cos: convencional constit uyen s cargos políti­
te y senador provmcial, diput ajustarse a "ideas preconcebidas, teorías, hipótesis más que a un sistema
ministro y aunque fuera propu ado nacional,
esto como candidato
metódico de comprobación".
presidencial, no alcan­
zó la centralidad de algunos Por entonces el "historiador filosofante" ejercía el rectorado de la
de sus contemporáneos.
También como ellos, 1� rmproi:i. Uni;�rsidad de B uenos Aires (1873-1876),J_11�itución_que lo revistó
ra románti ca lo llevó a incurs
la novela histórica --El Cap ionar en
itán Vargas (1846-1850), La como profesor de D erecho Romano y de Economía Política; de su des­
nov _
(1854), El último de los Ptza1ro ia del hereje e�peño emanaron textos como Curso de Derech Romano b Jº un nuevo
(1856)-, género que no aba � �
cuando el clima cultural que ndo nó aun
las mformaba había variado ost plan O bien �guellos referidos a la hi,toria finannera -paruc�l�r mente
ensi blemen­
te; como ejemplifica La lora al crtdito público-, temática que revísitó en calidad de nnmstro de
de la Guardia (1896). En su arc
es posible verificar algunos traz hivo p ersonal
os de una ficción que nunca esc Hacienda de Pellegrini a través de su obra El Banco: ,11s complirarione, ron
Santiago de Li mers; la i dea nbió sobre
había sido esbozada en 185 la polítíca de 1826 y sus transformariones hiHórira, (1891). J mé C. Chia­
Navarro Viola, que precede 4 en carta a _ ,
a la edición de La nov ia del ramonte ha recon,truido esta faceta poco cononda de Lopez: la d e su
López en unciaba su mtención here je, en la cual
de trabajar sob re El Conde de pensamiento económico, atribuyendo a lafiloscifía ecléctic� la defensa que
como curiosament e hicier a Bue nos Aires
su futuro eritreo, Paul Groussa éste hizo de las políticas proteccíomstas -tanto en su catedra como en
tres años más tarde. c, cuarenta y
los debates parlamentarios d e 1876-, sin abandonar completamente sus
El desembarco de López en convicciones liberales.
la indag_ación sistemática sob
local fue nertamente más tard re el pasado
ío que en el caso de Mitre y, Hombre versátil, en 1878 prologó la primera parte de Las neurosis de
ciertas p refiguraciones, debería más allá de
situarse en los temprano� sete los hombres célebres en la historia argentina: Rosas y su época,j.e José María
nta; historia
Ramos M ejía; seguramente ajeno al clima desde el que Ramos concibió
32
su texto, López lo pre,
ent.:iba com O Ull €/J\il)lú qu
estudios Súciales en la se e, mpi·rabª .:i colocar los
nda uc11t1
. {jiua y l o cn cuad 1 ab cientos títulos diferentes de a utores americanos y europeos.También fue
., ' . a en el gén ero .
gacion med11i1 Súáal; si br . de mda- de consulta obligada la persona de Andrés Lamas, dedicado constantemen­
en de( _1 ai.1
. l la ,u 111,
n otoria a J·uzg.:ir po.r e1 ompctcn,i,1 cn la matnia
. tem J o dd p1ólogo
con -rn.uy te a ampliar sus colecciones de papeles históricos; su casa de la calle Piedad
.
ndad con ellac, admitaba l - , Y aun su esc asa solida-
os talento, de su joven a fue sede de nñportantes tertulias literarias protagonizadas por coleccionis­
d::ido en el pióximo capí utor, el cua1 sera, abor-
tulo. tas y protohistoriadores del siglo XIX.
Así, en las librerías, se desarrollaba un conjunto de actividades muy
vinculadas con la ge,tión hi,totiográfica como la edición y venta de libros,
Otrosfenón1e11os vi11wlad la .distribución de periódicos locales y extranjeros, la difusión de catálo­
os a L1 e111diu 'ó
n .- librcr
, o:i, l'b
revistas y reposito1ios / 1:,,
t ic1ll
gos y el acopio y circulación de documentos y aun la divulgación de bole­
tines bibliográficos como el Boletín B1bliog1áfico Sudame1icano redactado por
En tre la segunda y la ter Gutiérrez y erutado por Casavalle; este tipo de insumos permitieron a los
cer ecf1c10n . , de b Ilisto1 ía de
peraciones, refuta cion :s y � . Be/grano, las recu­ e,tudio,os tomar conocimiento de obras prestigiosas del mundo intelec­
apertura, l11H o11ogüfica, ten1'a11 1u
marco de un el ::iprecIJ) · ¡ ¡ e exp,msión de la,� gar en el tual americano y europeo, constituyéndose de tal modo en un auxiliar de
. 1 ten
l'b ' ,as e unp- re
no que ejerció sus efectos n tas- , f¡eno, me- la indaga ción .
en 1a d.ma, 1111. ca mt . e lectual, en la cultura .
ta, y -e n lo que aquí escn- En similar sentido, merece destacarse la obra de Alberto NavarroViola
interesa, - [avor.ec10 . , 1a cir. culación de textos
m entos. y docu- quien e ntre 1879 y 1887 editó nu,,ve tomos de l Anuario Bíbliog11ifíco de la
Efectivamente durante fa Rcpúblha Argentina, en el que cada obra se clasificaba genéricamen te y, en
déc'i·la
, de,¡ ,esema s e venfi
de la actividad gráfica '· p , ca e¡ mc· remento ocasiones, era objeto de una reseña crítica . En la sección Historia y Biogrcifía
or ese entonces se establ .
.
las imprentas de Coni' K eci eron en Buen
os Aires aparecieron jugosas recension es de libros de reciente publicación que per­
rap
,r¡_ Y E-5tnula Y la, LibrerÍ,1:,
te ::i Cado, Ca,,ivalle' la L de AlaYO, pertenecren-
1·¡'lt1
, 1,1
, ue1
l Colco1.0 de lo, her ma miten percibir ciertos cánones hiswriográficos por entonces vigentes no
N11m1 de Peuser, La Libre,, n os Igo , n, Librería exentos de notas políticas.Vaya como ejemplo el comentario sobre sen ­
11<1 E . 11r0 pw , e1e Jac
, "' ob,en, además de la Lib
11ola d e Federi co y Tceouom rería Espa­ dos libros refe r idos a Ber nardo de Monteagudo apare cidos en 1880:
iro R eal y Prado.
Algunos d e esos e,tableci " ... propi::irm:nte, Fregeiro ha hecho un libro erudito. No hay página sin
mientos constituyeron ver
de ,ociabilidad, cuyas t da deros espacios notas. C ada línea lle va su comprobante al pie, su certificado de vera cidad,
ras t.1endas -par ticu · 1armente las Libr
Colegio y la J e MJyo- erías del que nadie se preocupará de compulsar, p ero que debe producir efecto
albcrg , aban a pe r,o , n a1lL · :1ades el e1 umndo po1,
co mte · ] e cttldl re lac1. 0n ata . sob ltl-· decisivo en el ánimo de los l ectores mal prevenidos o desprevenidos del
. l s con e1 estudio
Gunérrcz ' Ba1tolomé M'
1 t-re,v·1cen te f1d . el López re e 1 p as a d o:Ju a n María todo. Pelliza ha compulsado documentos, tanto o más que Fregeiro, ha
Lunas, Antonio Zin ny· , M: nan · o Pelli.za, Andrés
'· Í'v1 anue,¡ R1ca . rdo Tre consultado fuentes semeJ antes hasta agotar los materiales disponibles para
rranza, Dalnucio Vélez S:ín lles , ,!\ Il.Je,¡]u,tm1a · · n o Ca -
field, Rafael ObligaJ O Y una obra d e este género; y, más avezado a tales estud10s, con criterio más
y Ge rm án Burmeister. Ol eg a no V Andrade hecho, no se ha dejado n unca llevar con ligereza por la letra de una nota
En ese med.10, c:_ rlos Ca o de una carta que puede no ser en manera algu na a pócrifa, y estar, sin
ta .ºblig
. � savalle constituía la consul
escntores, quien . ada de estos embargo, contradicha por otras circunstancias mejor probadas, desmenti­
es solicitaban su
5 11)IO. S, e:locu . mentos ' l:í,n una, Y peno ·
1e acercaban proyectos O , dicos, da por otros detalles más dign os de fe".
. e
1, o fiicc
, un
_, su,
_ autog , rafos para 1a e
ciertamente bien fund'ide . d.rc10, n, opción La difusión de libros y d0Lun1.entos fue una importante estación en el
l ªJ. uzg.11. por 1d
gran drspon1'bilidªd de obr
que contaba l.1 librcn,a, al pu as con proceso de erudición al igual que las publicaciones p eriódicas entre las
nto que en 1887
..ilca11¡,c1b:1 a reunir mil och
o- cuales ld, rev1;ras merecen una particular referencia. Los directores de estas
34
empr sas for maban
� p arte de esa elite político-int
electual que se expr
en nmlt1ples direco_ ones tem esaba 1872).A este infatigable estudioso se debe ;i,imismo la fevista de la Bihliotcca
áticas entre las cuales la histór
ba au sente, aunque sin reclam ica no se halla­ Páblira de Buenos Aires, institución que t:imbién pre,idió entre 1879-1884
ar pri macía al una.
La exte sa serie s e remonta g e��n; gestión q ue aspiró a continuar el impu l,o qu e le imprimiera su
_ � a El Plata científico
y literario (1854) diri­
gida por Miguel Navarro Viol antecesor,Vicente Qu.esada . Este último e_n su condición de director de
a y editad a por C
as a valle, y a la not
efimera Revista del Para able y la Biblio�e::-a desde 1871, estimuló su reorganización indagando modelos
. ná (1861) de Vic ent e G . Ques
ada q u e pod n,a con europeos, experiencia que m:iximizó emprendiendo búsqueda, documen­
s1derar e como el órgano no -
� oficial del malogrado Institu
Geografico de la Confederació to Hi,tórico y tales en archivo, extr;injeros particularmente sobre el período colonial; de
n. E sta publicación hallaría su
dad en l a Revzjta de Buenos Air continui­ ello dio cu enta en su obra Las bibliotecas europeas y alg1111as de la América
es (1863-1871) y en l a Revista
Plata (187�-1877); la primera del Río de la latina con un !lpé11dirc sobre el Archivo de Indias (1877). Gracias a e stos apor­
de ellas editada por la Im re
estu vo d1rig1da por p nta de M ayo, tes, :implió y modernizó las salas de lectura , relacionó a la Biblioteca con
Miguel Navarro Viola y Vic
ente Q ues ada y con
entre sus cola borador tó sus simibre, de E uropa y obtuvo del extranjero significativ;i<; r�mes;is de
es a Juan .M aría Gu
. , tiérrez, Antom·o z·inny; Ma material bibliográfico.
Ricardo Trelles y Anj el Justini n ue 1
ano C arranza. Una
particularidad de la Trelles intentó reorganizar el Museo P úblico de Buenos Aires, dirigió
publicación es la considerable
cantida d de artículos sobre
ricana entre cu yos autores se de historia ame­ el De� art;m ento de Estadística y publicó el Regi,tro E,tadfstiro de Buenos
staca n lo s chilenos
E.Vicuña Mackenna Aires qu e hacia 1875 contaba de 12 volúmenes que contenían informa­
D. Barros Arana y M. Amunát
egui, el uruguayo A. Magariñ
buoones de procedencia franc os y contri� ción sobre la historia d e las antiguas regiones del Virreinato. Por su parte
es a y es tadounid en
se. Una so m era lect
de la nómina de sus suscripto ura Andrés Lama, contribuyó decididamente al campo de la archiví,tica ; s us
res permite reconocer q uién
es eran su s lec ­
tores -o al menos sustentaron Instrucciones para la adquisición de archivos europeos que p11edan ilustrar la his­
económicam ente
el emprendimiento-: toria del Rio de la Plata, constitu yen según Rómulo Carbia "la primer::i ten­
A. L mas, B. Mitre,
� A. Carranza, C. G
_ uido Spano,Damiá
Gut1errez,J. M. E strada , Lucio n Hudson,J. M. tativa orgánica de revisión e integración con datos fehacientes de nuestra
V Mansilla,M. Trelles , Nicolá
Carlos Pellegrini, entre otros. s Avellaneda ' historiografía del período hispánico". En 1874,junto a Manu el Trelles y
Por su parte, la Revista del Río Juan María Gutiérrez, participó en la elaboración de un proyecto de ley
de la Plata, creada por J uan
Gu tiérrez, Vicente Fidel Lóp María orgánica para el Archivo General de la Provincia de Bu enos Aires, y en
ez y André s Lam a
s, también se dedicaba a 1884 :ictuó en la comisión que implem entó su nacionalización, dando
temas d e historia y literatura
_ am ericanas, prolon
gando la experiencia de origen a nuestro actual Archivo General de h Nación.
las pu bhcaoones anteriores,
continuidad verifica ble adem
d e cola boradores. ' en e1 elenco
as Resulta final m ente necesario refenr el de sarrollo de l a tarea escasa­
En la mayor parte de e sas pub mente conocida y valorada desarrollada por bibliógrafos como Antonio
licaciones periódicas, se trascrib
ment s inédit s, contrib
ían docu­ Zinny. a q uien Torre Revello consideraba un "maestro de 1a bibliografia
� � u yen do con ello a s u difusión y em
de qmenes rrura ban hacia el pl eo por parte argentina". En 1866 com enzó a publicar, en la Rei•i,ta de Bueno, Aires, s u
pasado por curio,idad intel
ectu al voluntad prim er trabajo bibliográfico, "Efemeridografia argiro m etropolitana h;:ista
política o com mera rem ezó
_ � n del formato que uardab
an 1a: publica­ la c aída del gobierno d e Rosa," -curios a denomin:ición qu e Andrés
ciones transoceanicas. g

Existían asimismo pu blicacio Lamas, reb;iutizó como "Bibliografia periodística de Bu eno, Aires" en el
nes emanadas de distintas in
stit uciones qu e se presenta ba s:�da periódico, su título, fecha de su aparición y cesa­
9fic1ales de carácter municip:il ent
re hs que se destacan la Revista
General de Buenos Aires -cre del Archivo ción, formato, imprent;i. núm ero de que se compone cada colección, nom­
ada por Man uel Ric
ardo Tre11 e s en su
dición de director del repo,itor con­ bre de los directores o fundadore,. colaboradores y redactare,, ob,erva­
io-, que llegó a publicar 4 to
mo s (1869- cione, y noticia, biográficas sobre cada uno de éstos y b bibliotern pública
36
1 d r de se encontraba el per
:�:�::� iódico; tres años más tarde
de�l� ro que superaba las 600 adop-
consensos entre las elites política, c1ue pmilllhtaran alinear presente, pasa­
páginas. Un año antes ha b'
reci·¿o ,u E0 :J C m LúI ¡cigra¡.r.I ll a1g1r.e 1a apa- do y porvenir, tal como pudieron hacerlo expenencias políticas más esta­
pa11q11i6tica -de 1d, provm · c1as· argent1 as-,
publICd<lo a,rnú,mo com bles que posibilitaron la aparición de sólidas construcciones historiográ­
o tirada dparte de la Revist �
a de Buen os A tre
,us tomo, XVI a XXIV s en ficas como había s ucedido en Chile y Brasil. Es ta ��lefd de la
Estas ob1 d , se convirtieron Historia de Be/gr ano p10porcionada por Mitre fue pioudblcmente uu inten­
en VJlio,o, duxihares en l
como lo fue -y es- l . a inves tiganon,
d 111w i: LdU. ül), de La Gacetª de Buen os A to por alcanzar esas metas.
1810 a 1812 y La GaLCta íres desde
. Aiercan til desde 1823 a 185 Varios fueron los cambios operados en aquella imcial biografía, comen­
,i;,tematizJción de bu111¡o;, 2 , que con . tien . en la
prv1 lamas, 1/laHife;tcllíune, 'Pu zando por su título, que ahora vinculaba la histona del creador de la ban­
I te.1, 01
' de ne',, decretos,
ú1mlt1res' ob.i ctlJih ÍOne; , d,te . dera con el proceso de la independencia argentina; la edición contenía
¡ar,1u o1 e i ;' trutacl05' ur: :_; .· .1.,
re:J'ln · ILlo nutici
· ·m , e:.
r oluiíunes' a cta s'
' iott cJ,
"' J!r 0/IIOCIOl !D ' Jonat ivo.1, renu · además algunos agregados originados en la polénuca con V élez y exten­
1 1c1a.1, remocione.1 ' etc .
de 1875 se editaba la Bibli . (187 ::>r) • T:am bien ,
. o'nc. a de la s Provincias Un
�' r< 1/'ta Ju.1t
u día su arco temporal y su correlativa masa heurística . Pero fue la incorpo­
la J>luta, de:,de eluno 1780/- idas d el R' to de
imtael de 1821 ' fiuente esca ración del capítulo mt10ductono -La .1oúubilide1d argentina:'-i 770-1794-­
Fmalmente, es ms . samente explorada.
oslayable la referencia a ld . . ld -im;OVdCÍÓn histonográficamente más notable contenida en la edición,
His t o11a obra de Anton10 Z1nny,
¡ lo, gobemado1e.1 de las p1ov1. .
· ie . cuya adquirida celebridad contrasta con la parquedad referencial explíci­
1 1uu.1 argrnt111e1s Je;J
. , , vol , e 181O hasta lafecha,
en tre umcues apareci. dos entre ta de un diseño llama do a fundar la pre�xistencía de la 1�ación y su tradi­
1879 y 188-, ? pre ce d'dI a po r una cro-
nologÍJ <le los a delanta dos, ción igualitaria y republicana .
gobernadores y virreyes del
desde 1535. Río de la Plata
N. Botana demos tró hasta qué punto el capítulo res ulta tributario de
Por cierto, los trabajos con las ideas de Tocqueville y Mign et; el primero habría aportado la reflexión
tenidos en es ta s revistas -
Trelles centrados en proble en el caso de
mas limítrofes, temas de nu s obre "el punto de partida" en tanto factor explicativo de desarrollos ulte­
ografia- no constltm,an " ' mi sm át"1ca y pale-
h1storias-rela' tos" , Y las ms riores; por su parte la Historia de la Revolución Francesa de Mignet inspiró
· a10
. n esas . · ·
htu c10 nes que patro-
cm publicaciones estaban lejo un cierto "determinis mo" prefigurador del porvenir y capaz de sortear
s <le fiunno. nar com ,
Cha, te:, lo hacía en Franci , , o la Ecole des
a desde hacia m a
s de medw siglo; sin embar reveses y dificultades. Ese "punto de partida " o "determinación" de ori­
dun e, su aporte fuese mo go gen podía hallarse para Mitre en la sociabilidad des plegada en el pa sado
{ des to, res ult rá gradualmente verificable
as pro:ucnones historiog
a
en colonial local, definida- a partir de un medio natural, un estilo particular
ráficas posteriores .
de colonización, un modo de relaciones sociales y un cor-u unto de rasgos
culturales y económicos que dieron por resultante el suelo igualitario en
Hístoriu'da d y nalio11alidad . el que podrá germinar la libertad política conquis tada en 1810.
• 1'l
v 1 to;·fiun da ntes
Y wlectividades imagillcl d Con ello, el a ulor fij.ibd po,ic ión sub re un tema que varios intelec­
as

tuales hispanoamericanos habían abordado en una etapa temprana de sus


�uJndo ent1c J876/77 apd reflexiones : !a evaluación del pa sado colonial y s u legado en tanto clave
reció b Jfoto1 ia de Bel:gu
r n o Y de la mdepen -
dc n cta mgc n ti n c-1 de B.. M
. - tre' . para comprender su presente y modelar el porvemr. Ciertamente, el punto
- . i e l con
. junto de fenom, enos que contn.buye
a la contormJcióu de Ulld ron '
hi,toiiograffa erudita , se enc fue objeto de discrepancias y polémicas que en los años 40 se desarro­
·,10n
· ' , pero lJ, on traba en exp- an-
turbulcnci,t, políticd:, no dec llaron desde México hasta Chile, alimentadas por las personalidades de
recfan como P ª1mJrl.dmente
<lemo,trdba el nm· mo Ml. lre, lo Lucas Alamán, Lastarr ia , Bello, Sarmiento y Bilbao. Precisamente este
, cnc1bezan<lo la revolución
·
y .futuro ,e res1stran a serlo de 187 4 · pasa d o
acaso porque par
a ello era prenso . constru úlnmo publicab a en 1844 su Svcillbilidlld Chilen a, obra en la que asocia­
ir ba el régimen colonial con el complejo autoritar ismo-feudalismo-cato-
38
licismo e mc ulpaba a la
revoluc ión -y a l orden
de incapacidad para ab postrevolucionario-
orIr los pnv1leg10s q u e i Era el surgimiento de la concepción "genealogista" de Nación_; e�a pre­
n tent, o socavar; ello dio
por resultante un régim . existía a las provincias, confi gurando un núcleo localizado desde la con­
en libera1 pero no .1guaht
república de Portales·' tal an o encarnado en la
"de ter1111.nao.o , n de ongen . quista e,pañoh (principio de unidad) cuya particular sociabilidad le otor­
gida a través de una p " so'l O pod'1a ser corre-
ropuesta cuyo radi calismo gaba claras diferencias respecto de otros rincones de la América meridional
político chileno. es ca ndalizó al espe
ctro
(principio de exclusividad). Esta vía le habría permitido a Mitre llegar a
posible relacionar la op c-;_;-nclmiones di,tintas de Bilbao, así como explicar la, amputaciones terri­
erac10'n con tem. da en 1 · !: . .
Arg ª "S , ooa 1111 dad
' entina" dé' Mitre con estas reflex1.0 toriales que tuvieron lu gar durante las guerras por la Independencia. La
nes;i· De ser as,i ,
opuesta a la de Bilbao,. d s u re s ultan te sería
onde ,este encontraba com particularidad del punto de partida era también la del desenlace; la inde­
desigualdad, Mitre veía el o legado Y escollo la
. erso·. una pendencia argentina culmina en 1821, rnnqui,tada por e,fuerzo, propios,
espacio litoral h:1hía genera
f<eno11
, 1eno mv .º
c lom.zao. o , n que en su
no batida militarmente como ocurnó en otro, é',cenarios americanos
do una sociedad sm d
un régimen col
es1gu_aldades ostensibles,
onial que contenía el sobre los cuales a su vez llevó la libertad. Estas especificidade, de la revo­
. . germ en repu blicano que será a s u
vez a una contm lución "externa" parecen corré'btív:i, con aqnelb, que Mitre atribuía a la
mdad irrefrenable-- el so
. de nacio
t1co p orte de l i.deal roman ,. -
nalidad. En efecto
, la soc1.ab11· I·da d�defim1.da . os
revolución "interna" q u e también respondió a ",m propim elementos
actores concierne precis P or l_os nusm
amente a las relaciones " ,, orgánicos" (republicanos) vaciados sobre el modelo proporcionado por
civi les const1t
lazo social, una "nacwnahd ut1vas del
ad" defi1111.da por aspecto Buenm Aires. En efecto, aquella idé'a del glorimo de,tino manifiesto de
ya especifi cidad permitirí s_ S OO OCU 1tural
es CU-
a establecer fronteras J.u . una nación contenida en el capítulo inicial ,e enrainba en una experien­
des de esta perspectiva par nsdicc1 0nales a1 Esta elo;
ece razonable q ue M ltre . se refi era cia más regional que nacional, como fuera observado por Halperin Don­
bilidad argentina" y Bilba . . a la "socia-
o a 1a " soo ab 1hd ad chilena". En m bos. ghi, dato que permite explicar la recepción favorable que tu vo entre la
.
la operac1,0n posibilitaba casos,
además satisfa cer el nnc . 1.p .10 de � as��ndente bur gu esía porteña.
dad"y a través de él con � par t1culari­
strmr el de "ident"d 1 ª d ' tan caro
Elías Palti llamó la atención sobre el cará cter in exorable de ese de­
lidad romántica para la sensibi-
. sarrollo, presentado virtualmente como una "fatalidad", concepción q ue
Desde estos sup uestos ' e, aparecía en tensión con el resto del texto; ciertamente ambos mecanis­
· p osible repensar aquella
trazara en el Prefacio de su agenda q ue M'Itre
H"zstona . de Br¿;m 1 11() en la q ue proyec. mos de explicación coexisten en la hi,toríografia mitri,ta: h determina­
b1r una Historia de la R evo¡ taba e scn. -
uc10
. ,n ara . ción previa y la acción humana, circunstan cia q ue remite al marco del
" ent ma para 1o cual cre1,a nec
al texto dé' "una mt . roc:lucoón sobre el e_ esario dotar
tado mte . 1ectual y debate entre Ilustración e Historicismo y a la �oHe causalidad prfsente
Colonia .. dando así al des p olíti co de la
,, . arrollo de 1a 1� ea revolu en la Historia: los hechos históricos en cuanto objetos de conoc_imiento
.
part1da ; colocada en est o ona n a u n punto de
e plano, la Socia . · son aprendidos a partir de sus camas-efectos bajo el principio del dé'ter­
b l ¡·d
l a d A raentma . vendna , a com-
P letar una concepción minismo; en cuanto acciones humana,, postulan "libertad" pero se nor­
originaria pe ro gradua1 . da al calor
múltiplcs factores me"nte foi:¡a
de man por el imperativo moral del "deber-ser". Desde esta perspectiva. t:l
.
La introducción a la terc . ,0n es ent acto de conocimiento propio de la Historia era "compré'nder el sentido"
era ed1c1· onces 1a expos1·c1·,on de
proceso q ue responde a te un
ndencia5 evo! ut"
1vas I.nmanentes q ue gob de esa totalidad en movimiento (de una época, de una -�-cult��;,-d�
-�-- una
-
y exp1ican su desarro llo .' . · n an
ier sociedad, de una personalidad); a partir de entonces_ er;i. pos1_bJe_'_'.�xplicar"
s1· la l1bertad polit1ca y e
en germen en ese orgam l republ"icarnsm . o estaban
. . '.smo vir . re.inal ' tam ., la confi guración peculiar de ciertos hechos particulare,.
" v 1c10s " ' a 1os q ue Mitre b ien 1o estaban sus lírru"tes o
harí�� exp l'Iota . e renc1.a Sintéticamente el ar gumento de la Hi,toria de Bcl.1;ra110 ... consi,te en '.
re1e años mas ' tarde en s u
epílogo a la Historia de San dar cuenta del "desarrollo gradual de la idea de indeprndencia del pue­
1Wa rtf11.
blo argentino" desde sus orígenes a fines del siglo XVIII y _durante su revo- , ,
40
' luc1ón lu,la Ia de,compo,1
oón del re, g1men co1o
uuugurJ uru den ma1 e_n 1820 "cuando
1oc1Jc1a gen1ª1 , em b se combmaoón de espeJOS oblicuos que se llama h1stona y en la que un país
nor nulizarse de11t10 n ona na y anarqmca que tien
d,e ,u, propio, ele de a cuJlqu1era puede ver;e, a un 1111:,1110 t1e1npo, por todos sus costados en
mento, orgámcos"
pJ.rJ MItre, Id revoluuón ,us diversas edades y en sus diversos perfiles"
emanaba entonces
Illd1 un otg
, Jno n1u del 1111smo orden
- mc1pa1 el C ªbtldo , colo- En la Introducción, el autor colocaba el punto de partida de su aná­
cometud] que en L.1, u na trad1 cion Jun'dica, la liber
estnbaoones d e ese ' 11 u,rno orden tad lisis en la España del siglo XVIII en torno de la cual entramó un con­
ra polit1ca, factore, antiopó la ruptu-
éstos que conjugaba junto de hecho,, de causas, consecuencias y paralelismos onentados a
que ,uced10 a Li;, Im n sm efectos con 1a
,blOne; Ing1esas y 1a c mov 1hzac1ón lograr la comprensión de la hi,tona de la Revolución Argentma, así como
"1a ley mexorable que ns1s pensmsu1ar abrer
se cumplia", ta en 1808, "para Juzgar el carácter moral y polmco que le han dado los gérmenes
HJ,ta 1820 ld revolu
uón fue tubutana
de ese antiguo orden prop10s del país combmados con los grandes hechos europeos del siglo
�d,e, todJvía u,ufr en cuyas
uctuabd, en tdn to s u, , pasado y del presente en sus primeros años" De tal modo, los sucesos de
Cdu,a de M,1yo, la gu lideres atenuaban su fe
rvor por la

-��
erra sooal ab1er ta en
eI ocaso dIrectona1 mayo de 1810 eran colocados en el cuadro rriis a�pho y diestramente
1ano de l,1 revoluci ti
ue e] coro-
ón pol't 1 lCJ, e,J"demoua t1Jzado de la !11,tona umversal en el cual -tal como señalara José L
completará el e ido cia morga, mca,, pero
El añ° '?O - tiue entonces un momento "gema!" Romero- no se hallabañausentes la sagaz lectura del político atento a
1a revoluci ón en el culrmnante de
qu<.::� lo, cauc !1llos co la dmám1ca de los partidos y las mtngas, m la preocupaoón hterana, 111
heredero del orden n,unuron ¡a dc,truc
colollldI Y transfo1 m uón del Estado
an la revo1 ucro, n p olít referenoa, al texto de Mitre
Iuuón social" medi ica en"revo-
ante ese comp1eJo López no se pnvó tampoco de ciertos tonos críticos que, aunque
reacc1 0ne,, trJ11,for1 Juego que M ltre lla
11Jc10ncs' evoIuc1on ma "acciones, puntuales, veh1cuhzaban profundas concepc10nes políticas como su nu­
es y trJns1e1ones"
mfiesta adnuraoón por Jefes del partido liberal español Aranda, Flo­
ndablanca, Campomanes,Jovellanos, quienes supieron conjugar su con­
Co111probac1om:, y nfu
tauone:, d1c1ón de grandes estadistas con su conounnento del pasado Por lo
demás, el conjunto de tradioones aprendidas en el hogar paterno fue la
En 1881 Carlos
Casavalle daba a con , cantera que pernut1ó a Vicente F1del esboLar la dmán11ca de las facoo­
onge11, :,¡¡:, guum:, y 511 ocer La llVO¡UU()n
de:, 'mol!o po!'Illco Izmta (l_rg-entina Su nes que él llama los"partidos" locales coronados por el "partido naoo-
en cuyos CUd tro vo 183 0, de1 Dr V F López:
lúmenes reumo, 1os , texto ------� 't¡_�
nal" tnunfante el 25 de Mayo de 1810 Este "hberahsmo conservador"
autor publicara en articulos que a p arti
la Revista del R'10 d � r de 18 72 su tan suyo_lo llevó a nurar con recelo lo, levantanuentos de Chuqmsaca y
, e la Plata
lam
-- b1en en 1881 p ubhCdba Lt
lutroduwón a la Htsto La Paz, fracasados por haber estado conducidos por"turba, populares sm
a,grnt11w dude su; na de la revoluuón
pruedcnte:, colomales
hasta el derrocamiento freno y d1recc1ón", es deor, por la presencia de esa "plebe proletana"
1852 de la tira-,
- ma en mexistente en Buenos Aires
En el Prefaoo' Ló ,
pez haoa referencia Comc1dente con Mitre, afir maba que la revoluoón económica
cupJda, por enco , a"much'1sm1as p ers
onas" preo- ��.,,*h prece-
ntrar los ong enes de nuestra revo1 , d1ó a la sooal la Repre:,entauón de los Hacendados era considerada "Carta
hbros Y document ucwn en " m ultitud de
o,", Junque dudaba Magna de nuestro Derecho en el canuno de nuestra Revoluoón", y con­
t� cara, cter revest de los méntos que un
a empresa de
iría en"pa1,ses que se cluía que más allá de vaolac10nes, dudas y med1tac10nes de Belgrano,
p o,1tiv1,mo y por ven arrastrddos p or
un emP 1eo mas pr , , el huracán del
, actico de Ias asp1rac1o Moreno y Saavedra,"Buenos Aires hará por sí, y se gobernará por su pro­
mas cilla de lo cual ex nes m orales"
isten quienes pro derecho antes que dejarse gobernar otra vez por Cád1z, su verdugo y
negocios" se dedica con"esp1,ntu �eno a
la vorágme de los
n a presentar a los enerrugo secular", atnbuyendo a los monopolistas gaditanos el pnnopal
oio
J s de Ios contemp
oráneos "esa mterés en el mantemrruento de la condición colomal
42
En este pu nto, cor .
nenza
ba su d1 scu s1 0n
, fron
como el biógrefo de tal con M1tre. alu
b ran o, sobre gm_
Belo· dido
en senten c1a
mica debería ser remitida a la distinta consideración que la figura de
p uede escnb1r se . ba: " La histo ria
. con pereza ... ser cla no Artigas inspirab a a cada contr adictor; se iniciab a 1a campaña de rehabi­
ner la vida de las gen . ro, comPJeto Y catego, nc .
e raciones gue la . o al exp o- litación artiguí,ta.
11111.1110 e t Jáctis". han hech O Y Juzg ar a sus actores in
Precisamente esta
última expresión se
do con el célebred con v·irti. o, en el eprg , rafe a
. , e p1.otagorn7
eb;n . socia - Como en otros casos, el intercambio protagonizado por V. E López y
. . . ;ido p or L'ope .
Los JlllCi os cóticos c . z y Mitre entre
onteIl1 dº' en 1a Intro 1881. B. Mitre ofrece múltiples planos analíticos entre los que es posible recor­
B<'lgmno y de la i11 de d11wo· ·'n ref,endo · s a la I-füt01i
p dr11rlil
c11 · a1g .
. e11t1 1111, n1ot1vJ r _ 11 de tar aquellos que rerrúten a las vías de producción del conocirrúento sobre
toeJgra111a . on la rep . del . ,
, ] ic1
no quien , alud·Ido, b1o
comenzo, a re, . ponderl os dc,dc 'gra-fo el pasado, la reconstrucción e interpretación de los hechos históricos y la
la recientemente las pág ina, de
aparecidª Nueva Rev. construcción del p1mto de vista.
Emesto Quesada bai r,ta d e B 1i e nos A. tres, dir .
. ig
. :; o el títu1 O C,ompro . ida por Frente a los señalamientos históricos, geográficos, toponímicos, cro­
el n11sm o Mitre b11rro11es,· ella, fiuero
en La N.acio n reed ita das por nológico, y conceptuales efectuados por López, Mitre desplegó una nutri­
. . 'n. La respu es
Histórico. Refuta cio t a d e Lo, pez -
nes a las comp rob a . "Deb ate da artillería de fjl,.¿¡.Jl�<c,,.S de diverso tipo -nurrúsmáticas inclusive--, así
ria de Belgrano"- c10nes histór icas so
pu do cono cerse a bre la histo- como frondosos marcos bibliográficos y referenciales que avalaran cada
Nacw . tra vés de 1 as colu
nal a partir de octub mn s
e,.0111p1obarro. 11cs de B . re de 188 1. El cicl . de El
a una de sus afirmaciones. En tal sentido, mucho ,e ha insistido en la tem­
o se cer raba con ,
. M1 tre. las Nuel!as prana argumentación de Mitre que hacía de los "documentos" la piedra
No es necesar io in
sistir en las connota angular de toda construcción historiográfica; la actividad heurística posi­
en e] cual estas dis ciones que denva
crep n del sopor
. . an cias tornaban estad te bilitaba el establecirrúento de los hechos los cuales debían ser ordenados,
mficativo consignar o P úb1.ico, aunque
gtie e11as adgu1.r iero . resulta sig-
n ráp
cl�fi.cados y correlacionados, asign :'mdoles su significado para formar de
en 1882 Casavalle , idamente fon
editó C.omp10 . bao.oncs y N11r¡ ,115 mto libresco·' la; partes un conjunto; "tal es el objeto de la historia, de cualquier modo
.
/11,torr.a a roe11ti11a . ntras C,., 111pr (lh11 no. 1 1es ,(lb re la
<> de M1.t.te, nue que ella se escriba ... porque todo eso sirve a formar los elementos del
te hi,tárir(l Refi1t11ri(l que FT e x L aJo . u an e
11es a la, . compr11,a 1 ,.1· _ � p ublicó el De b a -
(lf1es lu,f(lnra, <ohrc l juicio racional o de l a conciencia colectiva..."
cle López. a hi,tor {a de
Befr¡m,w Por su parte,V. E López no fue ajeno al aran documentalista como ilus­
Quedaba así plant
eada l a ge, nesi s de1 tra su correspondencia de fines de la década del cincuenta con Po,se, Terán
un lugar pn·vrle . ce'lebre cruc e que
gíado en la ] 11.ston. . Ila ocupado y Marcos P az solicitándole, fuentes para reconstruir el período 1810-1824,
a d e la his
que por cierto no . . tonog rafia argen
fuer a el u, mco 111 tin a aun - particularmente en lo vinculado con lo, partido, políticos en el interior.
1 os. l1asta aquí rese el pnmero o e1 u, 1 t
üados -Y otros m .
m1 0; además de
uchos-, contemp Sin embargo resulta necesario reconocer que no compartía con su adver­
desar rollaba la pol . . o ran, eamente se
. émi ca que se ongmo, . sario ¡; rrúsma confianza que éste depositaba en esos testimonios del pasa­
oon , del Bosquejo H r en l a a par icio · , n de la tercer
. ¡
i,t r ir11 de a R rp11 , . a edi- do: "nuestros archivos no contienen verdaderos secretos, ni encierran la
osco Ber ra (prim er a e hhr11 01 irn tal de l r�r
d1c10 ,
.. n de 186 6) . rug 1111y , de Fr
an -
, R a mí refutado en 1882 s�lución de ningún problema histórico o social por resolver; contienen,
Mana rez en suj111n . po Carlos
. o rnt' 1ro. del Bº''] 111JO r cuando má�, ínfimos o curiosos detalles sobre incidentes personales que
Oriental de l Uma Hi,t/,1 ico de la Re
.
¿, uay , puh
l 1c1 do en Bncno, AIrc . p ública en nada pueden cambiar la noción viva y general que todos tenemos de
mm edíata rép11ea d s, texto que habili
e Bena . con sus Es t udi tó la nuestra reciente historia y de nuestra tradición de ayer". Invocaba a su
Oriental del Urugua o , H'zstonco, . s arcrra de la
y ' ed·J tac¡o en M � R e p ública favor, la obras de "Tucídides, Salustio, César, T ácito y Macaulay que, sin
Rann,rez de se nas . s l1e
ontevideo. E11 e'1
su autor acusaba
defi cien
. cia uns , tic a documentación alguna, son, sin embargo, los más grandes modelos de los
. as, aunque el fo
ndo de la, P o]e- , historiadores a los ojos de la crítica universal", punto que Mitre atendió
44
ero no
la trad ición p
entrado en
s rv r d e Lópe z, c
El liberalismo con
do
do c ontra,t
e a ado con
. ona . p asa do, ha si
ch,ific ando a tan dispar elenco de "hist don::s filmóficos, no filo,ófi- nent so re el
unívoc:u os en
b
ore s por teñ
e
por ello voludo ue era el de los sect
cos y .1nt1filo;,óficos ".
s nt rl ocutor -q gá­
el progresism o d re , un cur so histór i
e u i e co or
Si es posi.ble reconocer en la obra de L,op ez r c;,on:rncias dé Mid1det fu n �l caso de Mit
blica-
ultant
e
ascenso--; la res la tradición repu
e e
ere deras de
�� y
perceptible e n su concepcwn , del pasado en ter ' mm os de resurrecció n o l as lit s - h
gradual en el que l a ·'razón
e e
, reflexiva" a
rem embranza, también lo e s hallar s u disid . encia con e 1 firance s en su ale-- niz a ió n- aportaron la "razón
· na-·originada en la
colo c
e sa "histona
nacional" que
Jclllll
· ent o del pa,ctdo "elo cum . ental " y su susti tución por el pasado "viví- c lave pa r :i conceb ir
ma:,as,
do " en la medida en que laº fiu11 CIOn . . e en info r- espontánea" de la, producida por Lóp .
ez
, d é lo, docun1ent · , os con,i:,t
st d q uel l a o tra "de partido" l c ercauuento
en tre
rodujer
a e a a
C d da se p
. di ab a e
nur al e,cntor -deter minar l o, I1echos-, tras ¡o cual este debe ser "artista d é
Cuando h aci.1 el ca
m bi o e d
dar, sólo un
.,
y c ompmitor". Resurrecció n, ren1en1b. ranz,a ' pa,a. do vivid .. o, nocione, aso- pas a s er un modo de acor
la polémi iencia de San
a ba
los pol emistas y
ca
·· enlo,": la d esobe d
Ci.adas con la "tradición" cuya centrali da d fue expu esta p or López en su ra de l os "ac u
e nnd n eció fu or López
ión founu lada p
e
aspec to p
. . de la rci•olucíón · · · .· "nue,Lro deber n. os manda c ontar a quello que
Jlistona se g r1 n la consi derac
erú al
to de ,tiuado al P
e
NLutín. E l disenso
ori i a
. st o el ejérci
v11nm en l.1, nubes fant'a, tic.1, de la .mfanua. · · lo que Ol,am os a nuestros rtador h i p
1819, no se
ub era ue
'--- . t.1sn1O }, de 1ª g1or ia conmo- sobre que -si el Libe la Constitución de
padres... cuando lo, priinew, r ayos de patno h acer r espetar
to p obse rva­
se trataba de una
ra
servicio d el Direc
r io a
,,
, al país entero y el hogar en que mecían nuestra cuna ' e1ocuente sín-
vun r n el a ño '20; no
er­
el deso
ulación con la int
d
hubiera producido
de
. d e la "h1,to1ü . , . directa vinc
tesis de fanul'1ª , con que recurrentemente se ha asociado a i n q ue guardaba M tre
m ,
ci.ón trivial en la
e i
820. F rente al argu
ed da o
, n 1ent
1a conccpc10n . lopizta. o vil bier ta en 1 n la
err racional
pretación de la gu
a a e
.
Este modo de con cebir la l.1b o1 lustonog ráfica probª blemente exph- nr n " Uc lno nia" o "la ut opía
. . inculpó a s
u r ival de
mcu r e
ieron preve
nirse cier tos
cóm o p ud
-
que el gu,to de López p or 1 os testm10m . os orales, a l os que Mitre también demue s tra
·-· . . histor ia, según la
c u al s e
orno ap,uec
e definida por
apeTara y que ,in embargo hiue .· re valer corno en· tena · impugnador d e la lóg i m ente ", tal c
ucit�e o t s ca
europea co
mo
l1ech os y prod ó1ico de la :.ocicd,id
ro
. encia . hi,t
construcci ón de aquél-;," ' 1 alguna difer pucd,e establecerse entre ambos, de Uch 1 011ia
o stud io
ento por par te
E
Renouv ier autor velaba el conocim i
e11d re,1 .de 1 nellrn en el t'1po de fiuente que en su procedenoa , en la rnedi- n o sólo re
riJo. Su r f n cia nifiesto un
que ponía de ma
e ere
, ,
da en que los testirnoniantes comultad o, p or L op ez cornpar t1an con él 110 ha ouu
n k t ianos sino
. . de M itre de
pensadore s eo a n
ba reser vas a
la aplicabi­
una srnular a d,cr ipción p o1í nea,
. ... a,1, , la b urgue"ía l'b 1 er al era para él n o :,ólo t d l ual expre,a
nndo histórico a pa
c
y no a proce-
r ir e

1a· protag - oni,ta d el p roce,o h Mone


.
, . o sm o que Op eraba corn.o fuente pr i- a finado se
t rafac uca a
hechos concretos
ma ó
lidad de la aproxi
ci n c on
vileg1ada . y propo 1cion,1ba el punto d e v.1,La desde el que se narraba. En ma con-
sos general s. o en su nús
e fue miciad
e
ef¡ecto, e,:i hi ,torÍJ, y aquelld trad'1c. 10, n no era otra que 1a de esa nusma ent al del de b at
, ' El car ácter aco nt eci m Aires, publi­
bu rg ue,1a libc1al p o r teiia, ' tal . co1no co11,.1gnara el p ropio . Lop , e3'., quien ar- ág n as de l a Nu
oAl Revista de Buenos
sde l s p nativas,
mb io y s us alter
i
tempouneidad de
a
gumentaba d favor d e la P 'iru4l · '1 < ¡acl de1 pun to d, · afiu mando l.1 nece -
e v1�ta i uen ta del interca
rápidam ent
e d o c
evocaba el
debate
ca ción q ue
.
a s ubJet1vidJd contemtl a en tod o rcbto·" . e1 que escnbe es sie·mp e Mitre. En
1892, este último
,au ·- · re un d mien­
• · . .

tido fav ns
tornando par ladas por un "comú
a or en ti
.
hombre que tiene u na ínteuno, n Y un mterés" ·. t s it ari as" v incu
. , , . en tér min os
de "dispu a l er
colo que al
deb ate en
L a md.1gaoon · , de L opez vuelta sob1e la intimicLd y habito, de los dnces- ra d p r R ojas cuando
uL1 recup a o
to n.1cional ", fór m
e
colección
Bibliotew
tros propi,1 de la novela 1u,
.
. t'ouc.a, que fa,cm . aba a R amos McJ.,1.1, debía con- afi a argentina
reeditándolo en la
el nudo de la lúst
01 gr s m ejores
ón mensual de l o
io
. . da '· co1ecci
Jugarse con las emeñanzas de1 pa,ado Y la construcu· ,on de una filo,ofia de e sa - ,ub titu la vasto
Argentina . La em pr un proyecto
pedagó gico más
1a lustorü, tal como cnunciab'� Thoma, Macdtilay, qmen en s u obra On his- "--· formab a p ar te de
irectrices
.d° que un valor del c-onoe1m1 . lib ros nacionales alio 11afota (1909), cuy
as l íneas d
to1 y ( 1828) lubía s uge11 · ento del pasado se t,nt ll1ci ó 1 N
ntenido en la Re,
1
co
encontraba en el h�cl10 " de peumtJ.r . f<ormar e á1 culos j us tos para el futuro.

46
los peligros d er ivados del
fueron enunci adas p or Roj as en 1914 en el marco de una conferencia rial en tanto esas e
xperiencias sup ieron sortear
ntemente en su mter
pretación his-
resaron concomíta
pronunciada en la Facultad de Filosofía y Letras en la q ue se desempe­ electoralismo, se exp

ñaba como profesor de Historia de la Literatu ra A rgentina: "restaurar tex­ tor iog ráfica. -cen-
tina ilustra la función guizotiana
tos cor rompidos o divulgando los olvidados a fin de pop ularizar sus ense­ Su Historia de la RPpúbliraA1gcn re­
ad para e�plicar el �
ñanzas". tralmente p olítica-
de la histor ia y su funcionalid
el Prefac10,V F. Lopez
E n la Noticia Prcli111i11ar (1916) -que prologaba los argumentos que B. sente y funcionar co
mo ej emplo o correctivo . En
ca d a p�gina habría
de t�<;tirnoniarse el "fra­
Mitre esgr imió en el deb at e--, R ojas fundamentaba la impor t ancia del par ticip aba al lector de que en lect oral desde
o representativo y e
el verd adero gobiern
mismo en la voluntad por establecer la "verdad" de los "hechos" y un con­ caso que ha sufndo
fracaso institucional era
cepto general de método histórico. E n una explícita alusión a las q uere­ sus orígenes hasta
nuestros días"; ese recurrente
colocab a en
para el autor si el ob ser vador se,
llas entre Alberdi y Sarmiento, el futuro decano sostenía que "lo esencial particularmente perceptible l, s1
la revoluoon , la cua
e siet e décadas de
de la p olémica no fue como otras, una l ucha en sí misma , sino las co¡as el presen te de l a ob ra, distant
ndep endentista, no
pudo di,eñar un sist ema
que en ella se debatían" elevándose de rencilla personal par;i afront;ir la bien había abierto la senda i ola, p articular­
ación secular e,p añ
a moderada domin
"crítica histórica dond e se defendieron ternas, fuentes, métodos y juici os capaz de susti tuir l
III y el vi rrey
por el refor mismo de Carlos
sobre el pasado argen tin o y lo s orígenes de nuestra independencia". El mente a quella etapa m arcada a d el
a valoración p o,i tiv
ación no afectab a l
tex to, sob r io y e q uilibrado, trataba de recons truir los principales argumen­ Vértiz; ciertam ente esta afirm
leg ado, motivo éste
que remite nuevamen­
tos esgrimidos por los pole mistas, distingui r sus perfile s soci opo lítico s y hecho revolucionar io sino su
eron lu g:ir desde Chile
atr ib uir los méritos corre,p ondientes; Mitre e ra colocad o en e l cen tro de te a l as p olémi c as
que a lo lar go de l os '40 tuvi
la escena porque a él s e debía la tarea fundamental d e hab er cimentad� la hasta México. el acento en l a difi
-
emática que ponía
lab or historiog ráfica marcando convencione, y regul aciones.A López se Ese modo de plan tear la probl pu os
rar un orden capaz
de b alancear los nacientes irn h
le atr ibuí a una "intención profondamente naciona füta" au nque era col o­ cultad p ara mstau cir­
nía con su tiemp o,
to u na notable sinto
cado "a la vera " de su p ole mista a quien "complementaba; p or h ab er
, dem ocrá ticos le confería al tex Mitre apareci-
a sob re las ob ras de
e sta a la que a p esarí
iniciado en nuestro medio la historia "c omo ar te" en la convicción de que cunstancia casi opu

"la ciencia no excluye al arte". das por entonces. . .


nitiva- de la Histori
defi a de
l u rt edi c ión -y
E n 1887 vio la luz a c a a
c1mb ios sig­
m;r;rntina, h cual no presentab:i·
Belgrano y de la i, 1 dcprndcnria ese
contextuale s: p or
sfor macione s eran
Luego del debate nificativos ; l as princip al es tran en­
aconhr con un rum
bo ascendente de la nación Y su
entonces era dificil aba
com o p or ento nce
s d em ostr
ocracia orgánica, tal
En 1883 Y por espacio de una década tuvo lugar la edició n de la monu­ cuad re e n una dem
n iciab a la
de López. Ese mi smo a ño ,e i
mental Historia de la República A rgentina de V E I .ópez, esbozada en sus ras­ la con st ru cción historiog ráfica 11 a111críca11a de
San Martin y de la c111 anríp ació
g os generales en los a ños del exilio c hileno. publicación de la Historia de
La obra ab arcaba diez tomos y e,tuvo financiada por el concur so del Mitre reeditada en 1890. Martín, de M itre,
ias de Belg rano y San
e rario púbfü:o g raci as a la g estión de Carlos Pellegri ni ante el Senado L:s diferencias entre las histor
de t reinta años Y en
Nacional; el gesto no se fomhba sohmente en una ponderación favora­ resultan elocuentes
: el p rimero retocado a l o largo
lurez his­
te ; el segundo, producto de la m:ir
ble de la labor intelectual de López, sino en su cercanía con las convic­ medio <le una carrera ascenden de
auto r. S i la im ag en
ento político de su
ciones de éste y su identificación con h, tradicione, del p artido J1Jhíg, con tor iog ráfi ca y del descentrarni lid d n-
la mciona a o co
o era p reciso ge nerar
la república conservadora y oligárq uica c hilena y aun con el Brasil impe- Belgrano -concebida cuand
49
48
desdoblamiento
ctivas en un r ecurrente
acuó n md1vidual y fu erzas col e fraca­
ciliar a las facciones- armomzaba con s� p resente, la de San Martín resul-
ue atribuía la rela
tividad de los triunfo s y
taba un tanto anacrómca o al menos tard1a en relación con 1 os antccede n- de plan os como aquel q g r: el de las
hubiese tenido lu
. sos segú n el ám
bit o en el que la ac oón
a

t es que prec edieron la re hau 1.il1 tac10, n luston


.. .ogr áfii ca En todo caso, no se
tico.
trataba de u na novedad, ya que 1 a recup eració n de una fi gura pole1111ca ideas, el militar o el polí ntor nos m ás nínd
os graoas al
. . L t dor adquiría sus co
como la sanmartmuna había s1. do i.m. ci. ada por Sar 1111ento, Lamas, Alberd1, La figura del astantes; la cent
ral
nalidades contr
a

br e par es de p erso
iber

em nc. l do so n­
Gut1errez y otras p ersonal·¿1 ªdes p rocedentes del contexto 1 an· noamer i- esq
n y B ol ívar, pero
también y sec u ndar iame
u a
r:tí
a ar
Ma
., u

y ya cl.í,ica nt $an ­
cano, com o B.Vicuña Mackena. o, r esulta intere
no En est e punt
B elgrano o éste y More .
e re

te, San Martí n y o


Cuando en 1862 el gobierno nac10nal dcc1·¿ 10 ·, engir la p rimera esta-
o de u n modo
de argumentación que
sant e comprobar el emple
a ton

tua de San Mar tín en suelo patno .· ,_1a i.�agcn del Liber tador estaba rodea- os físicos en rela
ción con aspec­
·
con l a moda cie
ntifiosta, colocaba los rasg iento
da de tintes negativos, su1111 ¿ o en una larga y tenebrosa n oche de ingra- trado en el tratam
· col óg ico , y aún 1no rales, procedurnento ilus
to, p,i adas
titud y ol vi dos " como observara Mitr_e. A propo , s1to de este evento,]. M.
nd o afirm aba " ...mi
rado de frente, sus marc
que hizo d B líva evo-
Gutiér rez escr ibió el text-o antes al uJ1Jo, Bosquejo bíog11ífico publicado en idea de una naturaleza d
ca, daban en el reposo la
e o r cua

· :! . antítesis foo nómi


1863 y ree ¿ itac o cmc o anos después or C a e�;s;a v ez co_n la fir ma
� ;: ::� go inter no".
de su a urm: Mitre pronu11ció en la oc sión rada por un fu e la esta-
c s cuyos lmea1111en-
o d explicación -
-que por c ierto no alcan za
Este me c i y román­
tos seguí.m los tra zados en un ar tlCU ' 1 O que ya había sido pubricado en La i vencias clásicas
o-- coexistía con superv
an sm e

. . aba el disciplmamien­ tura Jel úlnmo Sarmient


nucvu eru Je l'viontevideo (184?)· - en el 11u:,1110 e nfatiz moral más que
mente un juicio
' c omporta b ásica
una

uy em pl o
t o mil itar por sobre el ím petu re voluc10 nano ret omando un concepto es mitristas a
l ifican las alusion
al como lo ej emp
o e

indagación "cie ntífic.a" t


ticas c

ta de
s::m111.11 tiniano expre,aJo en la p roclama a los p eruanos sobre que era pre-
as, al cru ce de
los A ndes y a la entrevis
ciso realizar la unión para no ser devorados p or ¡a anarqma , ,. er a un San la, m .íxima, ,anmar tinian H istor ia, o s1 se
op eya que a la
. p od ás cer can os a la ep
, muy adecuado a 1ªs ci.rcunstancia . s. Guayaqm l, resul­
Martm ra de San Mar tín
mito que al logos. La figu
e is ios m

H acia 1864 Mitre re1111tía a L H era,s un cuest10 nar io refer ido a la prefiere, má;, p1óximos al que surge un "hé roe"
es sometido, del
p d es tratami ento al que
su s
campaña transcordillerana · una dé::d as tarde; La Nación anuncia ba la
esmterés- ap ena
s al can za para comp ensar
e e e

. . :; cuya mayor virtud -el d


ta en art

publicación en folletín de � H storta e an .1�Ia1ttll que tuvo cuatro entre- riv ó de reseñ .
la pluma mitr ista no se p
var ias hrrutacion es, qu e
ar

pr i­
gas ; entre am bas obras -en 18;8-, conc1b10 Las cuentas del Gran Capi't'an
1 uJtO la nación re
publicana era un destino
texto que, aunque c arent e del ap arato erudito cara . cten,s nco de otros, pro- Si en la Historia de Belg n o era la ins u oó
. la de San Martín ese desti
. migenio e ir revocable, en
rre c n

cu raba establ ecer fehacientem ent e 1 a hones t1dad y amterida d ,amnar t1-
arácter ineluctab
le la auwnorrn ­ z
. n cip ación cuyo c
a

., ra[.º �e B elgrano pronunció una ora- y la co s c t


manas . Finalment e en 1880 l bwg s. Ciertamente Mitre
figu ras de los libertadore
uen e em a

'
e
. ba en buena par te de las
n

a repatnacion de los restos del Liber tador. ica del Sur,


c 1ón fú ne bre e n ocasión de t l i cano de la Amér
· . . conservaba su con
fianza en el desun o repub
"'
S1. en la 1-fü toria de Bcl,rrc1110 ' Mit re e1 1g10, un per sona�, e secundano · p ero esperan zas que mi­
realizó todas las
. a d o ier a que ésta no
fu n c.io11al en tor no del cual narrar 1os avatares de la revoluuo, n, con su San aun c tor desplazaba
afirmación, el au
r tó su revoluoón ; con tal
n o rec no c

.
u

, afron taba la trayecton. a de un protagom sta de 1a eman c1pao ón


1Vlar t111 cialm ente desp e , el juicio sobre
roceso hist órico
so ulter ior del p
amer icana, pró ceso éste que era co1 ocadO por e1 autor a la altur a de los hacia la posteridad y al cur rica profana" aque
­
ente esa "fe histó
e y c iones; es precisam
grandes epi,o dios de la histor ia univer sal. los hom ción apor tada
verdader a r enova
in constituye la
s sus a c

llo que para Tulio Halper


br

El ahora biógrafo sanmartiniano co nservaba el viej.o em_p eno de lle- puso nuevos
l m edida en qu e la
tarea heurística , s1 bien im
po r Mi ll timis-
gar a la e,emia de las cosas, explorando e .integran do - no sm t ensión- i ó n gener al y op
,u obra histór ica m su v is
e en a

conj.untos de pares tales como causas/fines ' realidadFd


. .
1 ea1 , i nsn nt o/ razon, parámetros, no reor ientó

50
ra-
. ep t ar di,curso,
rnor:i l.inntes q\_,., ront V

ci<> ntífica re,1,t ent e a ac


cultura ecir,
t a del proc eso históric o Desde una perspectiva complementaria, con est a
. u e ella en c o ntra
b :111 ,n fun damento, es d
c omideración Mitre denotab:i un régimen de hi,t oricidad moder no que ·--- ra-n ]e,, supu esto, en q
dije , ica algú n sen tl-
ma de una p ract
. --qn e ' de t ener
la fina 1 l d ad mis .
sup one un cambio en las for mas de p ercepción de la, rclac10nes entre pre­ afec taba
r -sos heurísticos
p ar a av lar
a
de val en e de .mgentes recu
sente y pasado, cambio que disocia el camp o de la exp eriencia inmedia­ do- no e ra ya l a
s republic anas.
t a de los individuos y el de las expectativas, fo r malizándose a,í la ruptura modelos cívico s y v ir tncle
ent re p,ado -esp ac10 de la e xperie>ncia- y fut uro -horiz onte de h,

e xpect ativa s-. Ello p ermit e marcar c iert o de slizamient o en la concien­


te
cia históric a : si la hi,toria magí,tm uifap ,e escnbía desde un punt o de vist a Dd,ate, má, allá del deba
anc lado en el pasado y era ést e el qu e le c onfería sentido a la experiencia
. . dos del deb at e fue l a v u lnerabilida d de to da
Si uno d e lo s p reci p ita
a p artir de una ej empbndad ilumm:idora del p orvenir comtituyéndose . um entales que ava-
.
his t o n .og r,afiica q ue no exh1b1.era p rneb a,. doc
pres a e-
así en una h erramien t a h eu rístic a, e l nuevo régimen de hi,t orici dad c on­ em
., ' t amb.ie, n lo es aguel que 1io confinab a tal empr , .
lar;m su a rgu m e n t a cw 11
cib e que l os aco ntecimient os suc eden a través del tiemp o, y el tiemp o n el que a partir
del ult i-
, . vist a -' ése fue el e,pao. o e
mismo es un o p erador de la Hist oria . ,a a un umco p unto de . n cia de muv div
ersa s

v eint eno del üglo XIX, se mamfiest a 1 a prese


La Historia de San ]'vfart[n y de la cmanriparión a111rrírana no desp ertó Li, rno
cas .
p olémic as suscitad as p or las reediciones de Bclg rano, otro signo del des­ expre·siones hist oriográfi , 1 �rº do alguno, de
. n ¡·b , " l --aun cuan
1 a rru sma trad.i oo
aju ste en tre la obra y su tiempo a,í c omo de b rel ativa cfrscentración de Concebi·¿ a, desde ntr ahi,tor ia,-, b1 vin-
. s seran ao P or sendas co
' r e t o inados 1ue º
Mitre de la e scena polít1c1 aunque dlo no fue óbice p ara desper tar -no sus mo tiv o
m" que c on di,tintas
o alegat o, "elocume>ntad
casualmen te en el dia no Sud Amfrica- ;i]gún c ome ntario iró nico como rf1.ranc. mcs, se present an com ios o
- . n e, tcnd'ian a clifund.ir o re,t1tm . .r l a memor ia de episod
mo d u h o o . s dispo-
el de Lucio V Lóp ez, o crítico como la reseña qne Lucio V Mmsilla p ubli­
t
.
e mv ocados o i
gnor ado, en la, narracione
p ersonaj e . s .
111J· USt. am en
có en 1890 en sus cél ebres" Causeries del jue ves", ap arecida también en la - e,taha alimentado p or
practic ado p or G"1 bb on
Reuista Nari1111al. 111.bl e s,. e1 género -ya
olítica y ¡ o ·111te
lectual .
El t e xt o no se orientab a a discutir c uestiones fácticas sabiendo que no raz ones de m , dnle familiar, ,ociaL p .
. aciones.
_ .m ar e l f.
e nó me no y ,ns deriv
1 um
Al nos ejemplo, pued
en l
, ar go
saldría gan:mcío,o debido " a la copiosa dornmentación autén tica en que
ció n his tóri ra del brig adi er grneml Tm11a� �w.d0 a �
se 1p oya, cle safiando y refutando de ant emano tocfa rectificación empíri­ En�882 1: Vindica el i l
Sp ano, ilustraba no sólo
ca ..."; sin emb argo, el sobrino de Rosas atribufa a la Hist<1ria rÍP San Martín de su hij o, ¿arlos Guido o qu ,
; :; q �1 \� : �. :::::�
' ica , q ue su scit aban algunos u,g '
tramos "paisajist as, idealist as y sent enciosos", objctaba h acer "de la l eyen­ smo e1 tip . o de cn't
ca
da historiJ." y d1screp aba e>xplícitamente c on Mitre sobre la existencia de te ac dad hist oriográfi .
tivi de Buenos Aires y pri-
El p or en t on ce, cli rec t or del Areh .ivo Gener al ado
"h ombres pro\·ick nciales", p unt o que reflej aba muy bien el clima de la 4, afirmaba que"un af aro
mero del rep o s1t . on.o nacionalizado en 188 hlic ar
ép oca. , . , e1 Congreso, e stimulándole a rn
o r cont emp or aneo a qm en
e scrit
En efect o y sin p erj uicio de otras much as e in tere sant e s observacio­
e mbreñad o en un
a intric ada p olémic a,
ent ma .. (,e ha)
nes, el artícu lo pm1Ía en eviden cia l as p roy ecciones hist oriográfic as que una "hist on a arg . , n.co s v, ant agonism os per ,onales,
, re puntos h.1,to
adquirían l a s t e nsio neó política, rlel presentP, c o mo un cuar t o de siglo t odavia encenc¡·icl ::i, 5ob . . ·
.. " , y p asab a a
, en e1 Nari<111al .. , la, proroqcwne, que signen .
an tes h abía suc ed1do co n Alberdi: tambié-n c o rno en aqu el caso, sól o la estamp o . , Martín de sustraer
. , lo, qne Lop ez ac usalia a San
transcrib ir lo, p arufos. en , ocan-
hip er trofia docum en talista de Mitre quedaba füera del disenso de modo
a 1 g
.
b1e
.
rno nanona1 al E. �J erc 1· t o de los A ndes, prov
de la o b e d"i e n c 1a
que no h abí a allí ninguna !1(,vedad. La pernliJridad de la crític a de l os � convertía a patrí0tas
era]'.izada.Ta1 c omiderJCÍÓn
in t electuale s del S11da111n iran<' rf'flej;iba con el ocu<>ncia cÍ :rvance de una do con ello la anarqma gen

52
il11:.11c_, y ,old,ulo" fu:w
íws -co1110 su pad
c1u,.1 revol uciou.11i.1 re-' en r1,[h,¡l¡C:, smo
y an 1en.cana. Las cau t11.1iJores a la res; Cdp1talmo,/p10vmudles, e1ert.1mcnte más ecuménicos que la fórmu­
pa,,ido erd11 atríbuid.1 sas de este modo de
·, por G1 lllc concebir el Ta 10mám1ca"civ1liució11 ,'b,11bane". L:i nurada meno, .1pasionada sobre
. . ¡o Sp,mo a L peisp ,
"hbt otü de fan ulü" d,1, - cct1· va emanada de la
como a la prox1m1 . . e,o, conflictos y sus líderes acomeJadJ por los nuevos tiempos permitie­
los ,u ce,o, relatad dad temp oral e xi;,t
os "1 el rel·ato 1111sn10 . ente entre ron advertir que e,m pe1,onajes demomzados fueron en verdad patriotas
segun la feliz expresi
, , es a"p o,te,n'dad casi co .
ón de Luc·10 V. Man etan, ea", que ,irvieron en lo, ejércitos libertadores y como tales, lucharon por la
vez de pasar repen silla." . - . e.110 sen,a n1a,
tinamente de la epopey , sen s .ito, en independencia y lo, pr incipio, y fumhmentos del sistema que formal­
de la lite . a a 1a cnt1 , . ca, .
ratura, consi ar con u ' l tim a expresión
gn verdad, con sencillez mente regía a la república po,ible.
l o, venideros su apr l os hechos, dejando
eu.iuo'n defim1t1v . . a ... ?", pregunta a Sm perjuicio de algún antecedente, en 1879 y con motivo de cum­
reconociendo que co ba el vmd . .
1c ador, aun
n cll0 ,e .ipl.lZdba la plme lm cincuenta años del fusilanuento de Dorrego, la consabida rnemo­
m.ido p oi nuestra his "erecciót1 e¡el monume
toria nac1on . a]". nto recla- na estatuaria promovía un cruce epi,tolar entre Manano Pelliza y Adolfo
El fragmemo refleJJ
- un punto de vi,ta Carranza; lJ, exp1e,iones entre ello, mte1c,1mbiadas referían llegada la" era
11 1:,toriográfic,1:, con mu y revefador de las
i '-
'nt es y ,u re,u p rácticas de reparación y justicia",justificaban la necesidad de depurar la figura qel
. . ltante·. la. tens1011 , .
rnterpret,nlo,.' elL no . ent re fi�ar los hechos e
sólo e, , me,cm . dlble d- e los avan . ., n1ártir de Navarro de quien"nuestras trJ.Jie,ione, acomodadas a la pasión,
que con,,tituye su cor - . ces , de la erudioo
relato· A.' s1 lo expresaba Gui n sino nos tr.1Lm un recuerdo fune,to" asociado al caudilfümo y al rosismo. Pro­
yo ,us papele, (deTo do ,Spano." ... . p
má, Guido) ,e11,.1 111e . oseyendo d�cto de esa operación fueron los textos de Ánjel Carranza Manuel Dorrego
el momento dej.us xcu,.1bl, e reservarlos cuand
uficar ,u n1emori,1 . tan o llega (1879) y de Mariano Pelliza Donego. lí11gote, de bronce para rn estatua (1886).
Por cierto fue l.1 ver gratmtamen te dep
, ió11 de v·H..ente
rim ida ..."
F. L ópez l.1 que, re,ul , , Paralelamente, en 1878, se colocaba el nombre de Lavalle a una de las anti­
te a este y ot10,"v11 . . to mas irritan-
1d JcJdo1e, guas plazas porteñas; al comenzar la década del '80, Ánjel Justiniano
. ; en ",pero ello no exc , ulpo, de enJ.m.u.1 .
a M1t1e el e..1,0 de G l1l.do ,Spa , 11 úentos
no esto, y,1 no ,e cen (:a11d1;za procuraba recolocar a aquella figura a partir de la publicac1Ón
ra- en ,u concleuJ traban -como otro
.l ],¡ gu, erra contra paraguay s - d(o las carta, que le rern.iúe,en SalvJdor María del Carnl y Jum Cruz Varela
a don B:irtol omé ele . mo que esta vez ac
lucer un uso p:itnm usab a imtigánclol0 al fu,ilamiento de Dorrego. Carranza las dio a conocer en
cuyo detalle p ubli car oni.il de1 :.uc . ·luvo . SJnmartinüno
á en"su d1an . .o" La Nación y luego la, recopiló en el volumen Lavalle mtle la justicia póstu­
mérito a los"ahrde, -c edid . o por Manan · o Balcarce--- en
lit,eu1. 1os y por ,er Jef . e de . ma (1ª ed.1880; 3 ª ed. 1886). Lavalle fue también recolocado por Carranza
poncler.111te" de aq un p:irt1do a la sazón pre-
uél. en su obra La Revolució11 del 39 en el ,iJt de Buenos Aires (1880), dedicada
C orno ilu,tu el CJ.e
. mplo .1nten.or y los a los ciudadanos Francisco B. Madero y Matías Ramos Mejía, iniciadores
catono fue arnplL1111 siguientes, el gen , ero re1. vind
en te empleJ. do para . i- del levantamiento y ayudantes ele campo del general; mediante el testi­
d..1, con hs gucna, incl res1 tu ar a cl5=rt
· as , fi - guras vm .
epen , d,ent1.st.1, cuya me cula- monio de contemporáneos y la documentación escrita,la obra aspiraba a
mor ü resul ta ba ign .
el p rotJ.goui,1110 de or ad a por
. los " grandes hombres" . recuperar la memoria del episodio sin a,piracione, literarias ni de parn­
ensombrecid,1 por h.1 o de las e lites pol1,t1ca
11 J1,e a,oc1a . s, o bie n do pero alentadas por la búsqueda de la verdad sín querer avivar resentimien­
. . . J.l a la etapa de las .
cons1gu1ente memo
.
tcst1rn o11io, vindicativ
rü [ ª . .
11111 JJ1 o de facc , .
10n que, refii
gu erras civiles y la
eren cas1. todos los
tos, producto de t1adiciones o rum.ores de fanulia.
o, · En tJl ,cnt1uo ., ' no resulta casua¡ Otros casos intentaron "desagraviar" la, actuacione, de Estanislao López
1 ugJr en el clima de que e, stos tengan
. id,e.1, Jbler , to en lo, ochenta . (Historia de López de Ramón Lassaga; 1881), Facundo Qmroga (El gene­
ton o, deriv.iclo, d, y los Inten tos CQn
e 1o, cow,en,o, polí . cilia- ral Quiroga y la Expedición al DeoiotJ de RJmÓn Cárcano; 1882),Antonino
tico s ie q ue1 .
Estado n.1c101ul que i. " . l dos p or el naci ente
, tolllJuan mo1 1bund Reyes, edecán de Ro,J.s ( Vi11diLc1ciÓ1t y 111c111u1 ias de do11 A11to11ío Reyes de
,le conflic to, ,ec tori a" aque11a extensa . .,
.i les re ,ernplJZ',l!Jdol.l p or trad1c10n Manuel Bilbao; 1883);José G.A1ugas (Artíga.1, e.1tudio hi.1tórico. Documentos
p.1nteo11es cívico/
milita- j11,tib1blioficatívu, Clemente Fregeiro; 1886), o la desafamada memoria del
54
gene ral Ángel Pacheco reótJtuida gracias a la labor heurística de un parien­ encontraban respectivament e en el Pact o Fe dera l y en la condicifrn rela­
te político : Ernest o Quesada. cional de Ro sas, dos de las claves para repensar el pa,ado argentino.
En 1902 Berna rdo Frías comenzaba a publica r su Hi,toria del general Saldías hacía derivar el poder de Rosas de un mecanismo con,emnal,
Martín Giicmcs y de la prouinria de Salta, en la que el aut o r a djudicib� al "no es la imposición, no es el t error, como lo sost enía especulativamente
líder saltefi.o el triunfo de la batalla de Suipacha y c omo supo hace�loVélez la propaganda contra Ro<;a,...";inspirado en el ca,o de h reina habel-tal
Sársfield,ot orgab a a Gú em es la dime nsión de Jo,, libertadores americanos como a ,u vez era irnaginada por Macaulay-·, afirmaba que la "esencia "'
trazando un vínculo ambiguo con aquella hist oriografía que t anto había de esos gobiernos era "popular" aunque su forma rcvi,tiera un "estil o des­
denostado a los caudillos; baste recordar la fórmula con la que Frias ini­ pótico".En la base del consenso se hallaba la opi11i611 y el ¡;oto reit eradam en­
oaba su t ext o " .. .l a lust oria de un h ornbre y la hist o ria de un puebl o ..." t e manifesta do de los pueblos y gobiernos que constituían la Confecleración
Un añ o después David Peña trasladaba a un libro el p roduct o de ,us con­ Argentina, reforzados cuando la sobcra11ía e integridad de la misma se vie­
f erencias sobre Juan Facundo Quiroga impartidas en la Facultad. ron amernzada, por "h minoría de los unitarim aliados a las grande, poten­
En este contexto,es necesario referirse a la obra diAdolfo Saldías; quien cias eu ropeas". De Renán tomó la idea acerca de que "nn gran hombre
si ocu pa un lugar en la historia de la historiografía argentina es por la res­ se per,onifica en sm defect os como en sus cualidades", aunque para Sal días
titución que intentó hacer de Rosas desde una perspectiva que se pen5;a­ l os segundos pesaron más en la ponderación de S;iJdfa,; de allí partieron
ba como objetiva y desapasionada. C ont ab a pa ra ello con el hecho de per­ sus princirale, di,nepancias con López y Mitre; al primero le reprocha
t enecer a una generación posterior a la de l os contemporáneos del ro,i,mo algunas afirmaciones cont enidas sobre el año '20 aparecidas en la ReFi,ta
Y contaba además con precisas coordenadas políticas e hist oriográficas: hij o del Río de la Plata; al segundo por pre,entar al Re,taurador como un per­
político de Alsina,adminrlor de Sarmiento,vástago hist oriográfico de Mitre sonaje mu y secundario, corrigiéndol o puntualment e en alguno, juicios
Y que go zab a de la respetabilidad de los medios político -int electuales. vertidos "con más pa,ión q ue reposo".
El primer t omo de su Rosas fu e publicado en París en 1881 y conti­ Buena part e de las consideraciones de Saldia, sobre el ro,i,mo se alinea­
nuado en Buenos Aires con dos vol úmenes aparecidos en 1884 y 1887, ban con aquellas contemporánea, que tendían a considerar esa experiencia
t odos reeditadm en 1911 con prólogo de Rafael Altamira. En 1892 se edi­ co1�0 u n producto social y en ese sentido, alertaba ,obre h per,i,tencia de
taba su obra de mayor envergadura, Historia de la Co1ifedemrión A rgentina los factores que incubaron tal régímen:"El peligro de la tiranía existe laten­
(5 vols.), versión ampli ada y modificada de la Historia de Rosas y su época. te en el país gue cree haber cimentado su libertad de,haciéndose del tirano
En ciert o modo. Saldías inicí::1ba su narración allí donde Mitre había pero sin remover las camas gue a éste lo incubaron". Como ,eñahra Rodolfo
concluido la suya,y lo hacía a partir del reconocimiento de dos cicl ¿s que Irazusta, Saldías aspiraba a "hacer liberal al liberalismo argentmo" y en este
ant ece dieron al esta blecinúento "orgánico'" de la Confederación Argentina punto no resulta ocioso recordar que la Historia de la Confedemrión ,e incu­
como result ant e del P act o Federal de 1831; cada uno de ellos abarcó una bó en el clima de la crisis de legitimiclad d<:l orden rnn,ervador.
década (1810-1820; 1820-1829). Como en el afio '20,la nueva crisis abier­ Desde el punto de vista heurístico,la obra exlúbía una cantidad y varie­
ta en 1829 condujo a Rosas "engendro de las aspiraciones de la campaña dad de mat eriales de distinta proc<:dencia: los papeles de Rosas facilitacl os
por colocar sus re presentantes en el gobi erno" en el cent ro de la escena , en Londres por M:muela Rma, y Máximo Terrero (corre,pondencia envi;i­
no como mera expresión de la ba rba ri e rural como solía afirmar la tradi­ da y recibida, borradores de las no tas ofici;iles,de los memaje,, de las notas
ción sarmi entina sino en tant o nex o entre ciudad y c ampañ a .- E� e st e
diplomática,; lo, informes reservados de su s mini,tros en Lonclre,, ParÍ'i,
punt o e s ne cesa no acotar c uán solida rio s fu e ron alguno s phnteos de Washington y 1-¡___ío de Janeiro; los informes reserva dos de la policía); docu­
Saldías no sól o con el revi,ionismo histórico sino con aquella hist o rio­ mentos aparecido, en la prensa perióclic;i -La Careta de Bwno, Aire,, La
gra fía profesio nal --Emili o R avigna ni y Ricardo Le vene-, qui enes Gaceta Mercantil, El Centinrla, El mgentino de Córdob,1, El l.1ffcro, El Comrrrio

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del Pl,1ta, El Allliívo A111c1itano y los contenidos en la Revista de Buenos pleta en 1898. Hud,on se v..ihó de la memor ia y los documentos para pro­
Aiic,, ld Revi,ta del Anliivo de Biienos Aires, la Revista del Paraná. Es posible porcionar una interpretación del pasado cuyano a través de una narración
asrnm.mo h.illar referencias a las pubhcac10nes de Lamas, de De Angelis, que abarcaba desde la Revolución de Mayo hasta Casero,, relato que si
los p.ipelcs de Ch1lavert, la Hi,toria de los Gobernadores de Zinny y aun bien no recusaba el origen porteño del pnmer acontecimiento, resaltaba
incorporddd, b.1,ldnte acríticamente, las memorias de varios jefes milita­ el papel jugddo por ld, pwvinc.Íd, en la construcción de la"nueva nación".
res. La volumino,d Hútorfo de la Co1zfedcrc1cióu A1gcntina incluía dpéndices Lo propio hizoJC>ag11ín f_;irrillo en }!iJuy provincia federal argoJfina.
documentale, confonnddos püt fuentes idemifiudd, a pie de página como Apt111tes de su historia civil (1877), obra que contó con el elogio del mismo
"orignldl en rm archivo","manuscrito","duplicado onginal","hoja suel­ Mitre y que reunió una abundante información procedente del archivo
ta en mi colección", además de los clásicos "testigos oculares","declara­ local, de la tradición oral y de libros de alcance naoonaL Como Hudson,
LÍone, de...", recursos utihz..idos también por Mitre y López. Carrillo se empeñaba en señalar la partICipación provrncial en la consci­
Má., dllá del mo no siempre ríguw,o que S.ildfa, húo de e,e ampl10 tución de la repúlihld desde una óptica reactiva al caudillismo.
corpus, la compo,ición del nmnw peunite aprecidr la convérgenna de los En este contexto, Benigno TeJeiro Martínez constituyó un caso par­
esfuerzos héurhticm antes re,dL:idos: ediciones documcntalé�, public:<1cio­ ticular. Ese gallego llegado a la Argentma en 1873 estaba munido de
ues periódicd,, y material obtenido a través de redes pnvadas. amplios intereses culturales; su amistad con Juan María Gutiérrcz le posi­
En fa líne.i vind1catona es posible colocdr también uu grupo hetero­ bilitó su inserción en el medio local a través de la edición de manuales
géneo de textos t1ue hoy llunarÍJ.mos "hi,torid, provmu..ile," y que Carbia escolares de geografía, aritmética e historia que fueron objeto de incesan­
preferí..i llamar" uónic.as regiou..ile,/provmciales". El contemdo y factura tes reediciones entre 1879 y el fin de siglo. Su principal aporte historio­
de estos textos abarcaba un amplio espectro de temas y motivos en los gráfico fue la obra Apuntes históricos sobre la Provincia de Entre Ríos (1881)
que no pocd influencia tuvo el partic.ular tipo de relación que la región texto cimentado en las compuha, practicadas en el archivo histórico de
o provincü guardaba con el puerto y aun con sus vecinas; en otros tér­ Entre Ríos y sobre la base documental aport2da por Trelles (a la sazón
rrrinm, los complejm y distinto, vínculo, que Cuyo, el Nomrsg:_ y �l J,üoral director de la Biblioteca porteña), de B. Mitre y de C. Casavalle; tal base
mantuvieron lfr,tórica1nente entre sí y con Buenos Aires; ello generó una fue incrementada al punto de conformar su archivo particular gracias a
memotia loc..il cuyos panteones, efem�údes-y gc,t..is no sie�pr� ;;-1��16r:;i­ obsequios y copias facilitadas -entre otros- por la viuda de Urquiza.
cos e on los p1opue,tos desde las rni1ddd:, ldllZdUdS desde el pu�i:to. Corrían Producto de todo ello fue su Historia de Entre Ríos (3 tomos) que comen­
lm tiempo, de la Liga de Gobernadores y de los liderazgos políticos naoo- zó a publicarse con grandes dificultades en los albores del siglo XX. Como
1ldle, ,urgido, desde el interior del país. hiciesen varios contemporáneos, Martínez fundó en 1887 la rev ista men­
Ya se reseñó cómo algunas historias aspiraban a reivindicar la trayec­ sual El invetigador, en la que incorporaba documentos y desde la cual po­
toria de personajes actuantes durante las guerras de Independencia, en lernizó con V E López a propósito de la figu ra de Francisco Ramírez, cuya
otros ;e trat1bd de valorar la p,trlÍLÍpación de las provincias en _el proce�o recuperación histor iográfica había comenzados dos años atrás.
�cvolucionario, e, decir, de,,¡nollar mu peispectiva províncialista ng nece­ También en los ochenta tuvieron lugar los primeros esfuerzos de
,..iriamente locahsta concebida como dporte a la historia general de la Manuel F. Mantilla por trazar una histona de Corrientes: la Crónica histó­
I ica de la provincia de Corrientes terrmnada en 1897 pero publicada muchos
República_Argentina; esta perspectiva fue tempranamente e�unciada por
Damián _Hudson, qmen tras escribir sus Apunte:, mmológico:, paia :,e1vir a la años más tarde. Por su parte,José Manuel Solá trazaba en 1886 su Ensayo
hútoria de la mitiguu l}>pi11fi,1 de Cuyo (1852) concibió sus Recuerdos histÓ­ histórico y de,aiptivo sobre la provillcia de Salta, que comenzó a publicarse en
IÍws sobre la Pio1;ÍJ1Lia de Cuyo, aparecidos regularmenre en la Revista de la Revi:,ta Nacional en 1889, Santiago Albdrracín publicaba Bo:,quejo histó­
Buenos Aires entre 1863 y 187,4 y 1eeditado, póstunldmente en forma com- rico, político y económico de la provincia de Córdoba. Dur:lllté las décadas

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siguiente s ap ar e ci eron: Cróním Córrl()/1a d e Igna cio Garzón (1898); Curso tiguar sus r a ÍCé'S y ge ne al ogía "; la e v oca ción d e González vincul ab a p ai­
rfp _
elcmc11tal rfp la historia de Catamarra d e M;mu el S o ria (1891); Noticias histó­ saje, folklore, sociedad e histor ia p ar a explicar l a a rgé'ntinidad, integrando
ricas [d e Tucumán] d e Artur o Dáva l os (1896); Bosquejo Histórico de la pro­ �t��ias, dilatando su cron o logía y amplundo su t e rritorialidad. Va de suyo
vincia de La Rioja de Ma rc elm o Reye s (1900); Crónica y gc()gmfla rlc Santiago que estas reflexion e s se as o cian e strecha ment e al rroblema que c om enza­
_
del Estero d e Baltasar Olaechea y Alcorta (1900) y el más ta rdío de Manuel ba a asom arse en la age nda de lo s inte lectua le, finí,eculare,: el d e la "ide?­
Cervera Co11trihfl(íÓ11 a la historia de la Repúhlim Argentina, hi,toria dP la cí11- tÍd;d-�acional", m otivado p or las rápidas tra nsformacione s ,ociale, op e ­
dad y prouínria de Santa Fe, 1573-1853 (1907). r;das por la m od erniz a ción y l a mnugr ación rna,iva.
, Otro grupo d e o bras lo c onstituye n aqu ellas qu e c on el afán de pr e­ - N o hay p asado indíg en a en Mitre - -quirn n o s e pr ivó de reprochar a
s ervar tradicion e s ;m1é'nazadas d e e xtinción en épo cas d e m od erniz a ción Go ��ál�; s obr e el p articular-, pero ciertam ente lo h ay en Man an o Pelliza
y co,mopo hfr,m o, s e vo lcab a hacia el estudio de las lenguas indígenas, la pe�� e; t;nto presencia n egativa, tal com o pued e apre ciarse e n t od as ,ns
arque ología y e l folklore.
obras e n las que evocó cierto s episodio s bélic o s y proh o mbres en cuyo
Así, S amu el Lafon e Qu e v ed o int entó pre s e rvar y difundir la, m a nif e s­ caráct er heroic o fundab a l a nación
tacione s d e l a tr adición popul ar catamarqu eña e n una serie de artículos pu­ Así, e n e l texto Glorias argentinas (1885), prolog:ido p or And1 és I am a ,,
blicado s e n el dia r io La Narión y t ext o s como I ondres y Catamarm (1888). su autor daba cuenta de b atallas, biografías de militares y p ers onalidadé's
En es a s e nd a habrían de tr a nsita r t a mbién Adán Quir oga con Folklore civiles. Para e l historia dor roqtfr,ta, esas g e sta, y e, o s patri otas no s e ag o­
Calchaqu[ (1897), Estanisl ao Zeballo s, rec opil ador de l o s cancioneros de taron c o-� el ciclo revolucionario smo qu e prolongaron esa bé'néfic1 acción
las provincias del antigu o Tucumán, y Juan Baurista Ambrosetti, tod os ellos s obr; l¿s indíge nas a quien e s había que s omé'té'r a fin de hacer pmible el
mié'mbros de la ]11nta de Historia y Numísmátím Americana. goce de una vida civilizad a ; Pelliza h abí a historiado sus orígenes en El paf,
El tema fue asnnismo reflejad o en las págmas que Paul Groussa c le Je las pampa,: descubrimiento, población y costumbres, 1516-1780 (1887).
dedicar a e n su te xto Viaje i11tPlnt11al (1904), en el qu e propició un méto­ Dur ante los dos años siguiente s produj o su Hist0ria A1gentina desde el des­
d o d e e ncu e st a par a l a búsqued a folklór ica : "Cre o que es necesar io y cubrimiento d e América hasta la época de Ro sas en l a que incluía re fe­
urgente, ante s que la rápida e volución de l p aís ac abe d e b o rr ar nu e stras rencias a grupo s étnic o s, indígé'rn,, g a uchos, producción agríc ola y gana­
hu e ll as origin ales, re unir en colección todos los element o s genuin amen­ dera, comercio, pr oblemas de límite s. La zag a se cerr aba con l a Historia de
t e a rgentin o s d e l a a ntigu a vida c amp e stre, qu e se torn ará muy pr ont o la organización nacional: Urquiza, Alsina, Mitre 1852-1862 (1897) obra que
l eg e nda ria : hábitos, e stilo, p oe sía, música, a lgun o s d e un s ab or inc ompa­ abarcaba desde el Acu erdo d e Sa n Nico lás ha,ta l a b a talb de P,ivón. C::o­
rabl e. Cre o que nuestro folkl ore se co nta rá e ntre los más intere sante s d e laborado r del diario o ficialista La Tribuna Nacional, funo o mno y prop a ­
su gén ero y repre s entará un pre cioso tr asunto del alma arg entina". gandista de l juar is1no, Pelliza era una de l os ta nto, fiecuentado rcs del ,alón
Esta s e mpresas p odrían alm e arse c on l a cél e br e pr e gunta s a rnn e nti­ lit;r;í o de la Libr ería de M ayo, de Ca rlo s Ca,avalle .
n a c ontenida en Conf/irto, y armo11ía dP las razas en América de 1883: "¿Ar­
g e ntin os? Hasta dónd e y desde cuándo, bu e n o e s d ars e cuenta de ello".
Un a r e ,pué',ta al int e rrogante pu ed e hallarse en La tradición narional El afia11za111íe11to de la erudición. Hacia la i11,tit111io11alizari611
(1888), texto en e l que Joaquín V Go nzále z co nstruía un linaje q�e ins­
pirad o en el trípode de Tain e -e l m edio geográfico, el m omento histó­ Durante las últimas dos década s de l siglo XIX, un canal por e l cu al se
r ic o y la raza-, c ol o cab a l as r aíces lejan as de la forma ción d el argentino vehiculizó l a activ idad histo r iográfica de los "lfr;tori:i d01é', nacio nales"
e n e l indíg e n a , e l e spañol, e l cr iollo, e l n e g ro y l a s mixturas entr e e llo s en -de Bueno s Aír e s- e hist ori a dores de provincia, fue e l de bsJé'VÍ,t�,3 las
la convicción que "la nac10nahdad será más perfe cta mientras p�eda ates-- cuales a partir de e ntonces adquir ieron p:1rticnh, re levancia.

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D urante la década d el '80 apd1ec1eron la Rci1i,taA1genti11a (1880-1882) cación característica : la Revista del Jv/.useo, en la c ual se daba cuenta de la
y la (Nuevu} Revi,ta de Buenos Aires (1881-1885); entre 1886 y 1908 t uvo procedencia de las piezas que mgresaban al repos1tono; su director contó
lugar la empresa imp ubdda por Adolfo Carranza, l a Revi,ta Naúonal, c uya con la inestimable colaboración de Jo,é Antomo Pillado, conoc edor de los
archivos p ú bl icos y priv ados y propietario de una biblioteca que sup era­
dp1ecidble importancia no sólo se debe a su contir�uidad en el tiempo sino
a ::,u contenido hi,tórico co11for111Jdo por monogrdfid, y p1ezd, docum en­
ba los 1.000 libros, en tanto que la de Carranza -donada a la institución­
tales. Entre 1888 y 1892 apdreció la Revi,tu I'atriótiw del Pu,ado Argentino llegaba a los 8.000. El Archivo General estuvo a cargo de Agustín Pardo,
administraoón contmuada entre 1904 y 1912 por J.J. füedm a c uy a biblio­
dirigida por M.Trelles cuyos dp01tes heurísticos sugieren q ue estaba diri­
gida hdCia un público especialista . teca integra hoy,juntamente con la de Pillado, parte del patrimonio de la
Junto a e,te tipo de publicaciones, aparecían otras cuyas características mstitución . Por su parte, la Biblioteca N acional contó con la fugaz con­
E__IllÍt en presumir la exi::,tencia Je otros consumidores; se trat� de las
ducción de José A. W1lde, tras la cual est uvo a cargo de Paul Gro ussac
p�
' en ldS que la temática histórica se "aligeraba" merc�d a la incor­ desde 1885 h asta 1929.
,(�!,�;,�!,:_�;:
t�s
por;ición de sembbnzds, anecdotarios, biografías, t extos breves a�! <:9mo El d�sempeño inicial de G10u,,ac tuvo lugar en un contexto en el cual
era ya p erceptible la existencia de u n ancíw régime intelectu al qu e opera ­
g�abados de p aisaj es o batallas y re tratos de personaj es de nuestro p asado.
Erdn ella::, LJ flmtmcíó11Argcnti1w (1831-1888), El SudamcrÍüllW (188.8-18-9.1\ ba en dos sentidos: si por un lado sumim,trab a uu ámbilo crítico de cáno­
nes cu lturales en contra de los c u ales podían defimrse formas contestata­
La Il11.1tra1ió11 Sudamericana (1892-1906); La Bibli;teca (1896-1898).
Otro� a1,1xiliares inestimables de la i;1ve,tígdción lo constitu yeron los rias, por otro ofrecía también términos en los que e,as fo1 mas contestatarias
catál ogos_ como el confeccionado por Antonio Zinny p ara la Biblioteca podían articularse, así sea p arcialmente. El francés transitó ambos circ ui­
P_ública de La Plata, institución a la cual acercó 675 colecciones de perió­ tos, circunstancia q ue presumiblem ente p ermita explicar su innerario de
dico, amelÍcdnos y varios centenares relevados en las ptovincias. Producto los márgenes al centro del esp acio cultural argentino.
de esa actividad, en 1887 p ublicó un Catálogo razonado de las obras adqui­ Aquel "antiguo régimen" le proporcionó los mecamsmos clásicos de
ridas en las p1ouí11úa.1 ar:,;entinas; un año antes veía la l uz s u "Biblioarafi a
legitimación : se vmcul ó con miembros de la elite político-cult ural como
b

periodhtica de B uenos Aires hasta la caída del gobierno de Rosas", p ubli- Pedro Goyen a y José Manuel Estrada en el Colegio Naoonal de Bu enos
cada en la Revista de BuenosAires. Aires en los tempranos '70; incm,ionó en publicaciones p eriódicas q ue
D urante las dos últimas décadas del siglo XIX y en comonancia con dieron visibilidad a su la bor inte lectual como ocurriera con la favorable
el ritmo agitado de las tramforrnacione, políticas, sociales y económica,, el
recepción de su artícu lo sobre Espronceda en la Revista Argentina. Según
e::,pacio cult ural se presenub o,temiblem ente diverso de aq uel otro impe­
sus biógrafos, ello le franqueó un empleo p úblico media namente expec­
rante en los años cinc uenta, prod ucto del doble movimiento impulsado table en Tucumán, obtenido gracias a la mediación del por entonces rninis­
desde el flamante Estado nacional: la inserción argentina en el mundo y tro d� Instrucción P ública Nicolás Ave llane da. Pasó por el diarismo local
a través de La Unión y La Razón en los que colocó sus t alentos lite rarios
la entrada de éste en el contexto local.
En lo concer niente a l� problemática que nos ocup a, es necesario rese­ al servicio de la campaña a favor de Ave llaneda; tiempo antes había imp ul­
ñar el desempeño de un conj unto de instituciones redimensionadas a par­ sado la campaña a la dip utaoón nacional de D elfín Gall o como años des­
tir de la federalizació n de B uenos Aires; en 1884 se nacionalizaron la pués lo h ará con Roq ue Sáenz Peña.
Bibliotec a y Archivo 1-fütótico, convirtiéndose respectivamente en Bi� Incursionó en el campo historiográfico con su obra Emuyo, históricos
blioteCd Nacional y A1chivo General de la Nación ; un l ustro más tarde sobre elTucumá11 (1882) cuya dispar recepción p ermite verificar nuevamen­
s�cedería lo propio con el M useo. te la dinámica historiográfica de la época: el elogio de Avella neda y la crí­
A�_olfo Cárr anza dirigió esta última institución dotándola _cl_s: .SJJ.]2Jlbli- tica aguda de ÁnJel J ustiniano Carranza, ambos desde las páginas de la

62
con Rafael Obligad o q uien bregar a "por un año die z de revolución in­
Nueva Revista de Buenos Aíres. La atr ibución de er rores fáctic os e interpre­
telectual".
tativos al text o groussaqt1iano guardaba sintonía con los argumento, esgr i­
Acas o esta sintonía con cier tas preocupaciones modernistas lo lleva­
mid os d urante el notable debate q ue p or ent onces se cer r aba y q ue
ron a c oncebir lo vernác ulo a través de lo univ er sal y esta concepción sea
-c om o fuera señalado más arriba- enc ontró ta mbién en la revista dir i­
-más allá del métod o y de la mordacida d de sus críticas- su herencia
gida por Q uesada uno de sus espacios p rivilegiados.
menos visible. La recuperación de su figur a que en 1929 -año de su falle­
La centralidad de la esfera pública en la acumulación de capital sim­
cimiento- hÍciera en la rev ista Nosotro, un hi,toria<lor de la semibilidad
bólic o se ve r ifica asnnism o en las c ontribuciones q ue G roussac hiciere
de José Luis Rom.ero no es, desde esta perspectiva, una pura for malidad.
para El Diario, para La Naci6n, Le Co11rrícr Franrais y fimdamentalmente
D e su vasta empresa intelectual, impor ta aq uí rec ortar aquella opera­
en el Sud-Amérira, diario de la tarde po/{fi((, y literario, des empeñ os que le
da sobre el ámbito historiográfic o a par tir del pan óptico cu ltural que fue­
posibilitaron consolidar vínculos c on la clase política así como afir m:irse
ron la, publicaciones periódicas d e la B iblioteca Naoonal: La Bibliot!'rn
en s u dominio de temáticas literar ias y educa tivas en el marc o del inci­
(1896-1898) y po,tniormente los Anales de la Bíblíotrra (1900-1915). E n
piente modernismo y del refor mismo liberal.
1893 publicó Historia de la Biblioteca Nacional, texto que oficiaba d e pre­
Como nuestros "primeros histor iadores" y nrnchm d e ,m contempo­
facio al Catálogo met6diro de la Bibliotl'ra, en el q ue los estudimo, han enc on­
ráneos, s e valió de la prensa per iódica para da r a conocer var io, de sus tex­
trado las claves del diseño que Groussac q uiso impr imirle a la imtitución
tos -a unque l uego se lamentara-, y también como ellos se vio inmer­
y, particularmente, a su órgano de expresió n.
so en debates, producciones todas que encontraron allí ,u lugar. En este
D esde la dirección del repositorio, el francés se dedicó a las tarea, téc­
punto importa menos el carácter de la polémi ca -ora literar ia, ora peda­
nica; de catalogación de libros, per iódicos y papeles inéditm así como a
gógica- que la persistencia del género y su soporte mediátic o que cier­
1a-a1npliación del fondo q ue pasó de 32.600 volúmenes en 1882 a 62.700
tamente c onser vaba e incrementaba el rasgo faccioso q ue siempre le fue
u;-;dé:ad; después y continuaría creciendo. Alternó estas funciones carac­
tan propio; estas polémicas estaban referidas a tem:is dt> apreciable actua­
terizadamente bibliotecológicas con otras cuyo sesgo puede percibirse con
lidad frente a los c uales, Gro ussac tendía a fijar posición en el marco de
nitide z a través de las páginas de la p ublicación q ue le diera una gran visi­
una evident e polifonía doctrina r ia finisecular.
bilidad: La Bibliotera. Re11i,ta m ensual de lú,toria, cicnrí a y letras. Con justicia
Cier tamente su condición de un h ombre nuevo -par ticularmente
se vinc�l6- ;1 emprendírnit>nto ·¿e Groussac c on los influJ os c ombinados
de o r igen francés-, constituyó un factor fav oreced or de s u crit ica .al
__ de revistas francesas -Revue de Deux Afondes-, y locales -como aque­
ancíen régímc cultural; al respecto se p ronunció acmando la falta.de auto­
lla Biblioteca Amerirana de Magar iñ os y la más reciente de Trelles-, todo
nomía del medio cultural respecto de la política cuando afirmara en 1896
elloc olocado ahora en el clima del modernismo. Cada entrega se com­
q ue "en estas repúblicas, es 1mpos1ble que cualquiera sup er ioridad inte­
ponía de artículos seleccionados y en ocasiones escritos por el director, y
lectual no remate en la política, com o en la encr ucijada central a la q ue
de varias secciones a su cargo: Boletín Bibliográfico conformado por comen­
c onducen todas las avenidas ... " La contaminación q ue la política ej ercía
tarios sobre las novedades editor i::iles, Redartores de La Biblioteca c omtitui­
s o� re la c ultura se conj ugaba con la falta de or iginalidad
de ésta, sea en
da por reseñas bibliogr áficas sobre los c olaboradores de la publicación, y
el cont exto l ocal c uanto en· el hispanoamericano. En s u obra Del Plata al
finalmente los c onsabidos Documentos.
NiJg ara (1897). instaba a los "ci ud:idanos de Mimópolis" a librar sus jor­
La rev ista operó como medio de legitimación y acnmulación de pres­
nad as de Ma ípo y Ayawcho a fin de lograr la e111ancipari6 11 m oral del intPlecto
tigio o b ien su contrario; desfilaron por ella intelectuales consagrados y en
sudamericano, c onceptos no m uy diversos a los q ue c ontemporáneainen­
vías de serlo, tanto per tenecientes al medio local cuanto internacional.
te circ ulaban en el Ateneo de Buenos Aires, donde se libr aba una polémi­
Mirada desde sm objetivos -la difusión de estudio, de carácter cu l-
ca en tor no de la c ultura y la identidad que enfrentó a C:i lixto Oyuela

64
de un pr óc er c uyo busto el
tural, p r incipal mente l igados a la histor ia y la l iter atur a ,-
la p ubhcación t1ca que afectaba ne gativamente l a figura
egiado de la Biblioteca.
se en raizaba en u na larga t1adición de la q ue se di,linguía p or su convic­ mismo Grow.::..ic hizo er igir en un e,pacio privil
ero no sól o
sta de int er és : el ataque a P1ñ
ción civil izadora en el cont ext o del refo r mi smo finisecular, por estar episodio tuvo además otra ari
en l a matc:ria que p retendía a
bordar sino a s u
financiada por el erar io públ ico, así como po r la de exacerbar una v ieja era atr ibmble a su imp er icia
dictador intelectual: B. Mitre.
práctica p ropia de círcul os político-mtelectuales: la crítica. En tal sen­ condioón de imitador y canonízador de un
o lugar otro, esta vez provo­
los

tido, buena parte de recusaciones q ue Groussac oper ó sob re los dio­ Precisamente en medio de este debate tuv
a propósito de la entrega de
las

rnayor cs y meno 1es del ol impo lú,tor iográfico, estu v ieron fundadas cado por la réplica que Mitre efectuó en 1897
o de Lmiers , conde de Buenos
ses

en l os criter ios prescriptm por la no vel m etodología histór ica q ue é l Groussac de l a pr imer � parte de su "Santiag
cidos en La Biblioteca. Desde
mismo introdujo y difundió en el medio local. Aires" baJO la for ma de cuatro ar tículos apare
l as col umnas de La Nación, s
u fundador lanzaba tres ar tículos conocidos
Esta, p.irticular idades incidieron acaso paudójicamente en l a cl ausu­
nos Aires por los ingleses en
ra de la empresa editor ial a partir del incidente q ue enfrentó a Groussac como ''Paréntesis histói icos. A salto de B ue
ucional ; el francés respon­
con No1ber to Piñero, moti vado por l :S objeciones que el director de la 1807", también reproducidos en la revista imlit
o "Digresión pol émica".
Bibhot ec.1 Nacional formul ara sobre la recopilación de escr itos q ue el di ó en las páginas de esta úl tima baJO el títul
las Invasiones Inglesas que
dipl omático arge ntino ante Chile hicier a de los esc ritos de Mar iano Má� all.i de los detalles muy menor es sobre
to aquello que definimos más
Moreno. E s ta pol émica se or iginó en el texto de Gro ussac, Escritos de alim;��aron el cr uce, éste pone de manifies
régi111e intelect ual, al procla­
l\1aria110 Moreno, aparecido en el tomo I de La Biblioteca en 1896; Piñero arr iba como la crítica gruossaquiana al amien
ible a su calidad histor iográ­
resp ondió e n 1897 con Los e;aítos de lvliiriano lvloreno y la crítica del Señor m�r q ue el prestigio de Mitre no er a atribu
a perniciosa t endencia hi spa­
Groussac, siendo refutado a su vez por aquél en Escritos de Mariano Moreno. fic.1 ni literaria, ejemplo nuevamente de es
a.
cu l tura resp ecto de la polític
Segundo artíwlo, publicado nuevamente en La Biblioteca en 1898. El epi­ �Z��ner icana de fal ta,de aut onomía de la
o ria entendiéndola como
sodio il mtra la, dimensiones histor iogr áficas y extrahist oriográficas invo­ Groussac estabilizó su concepción de la Hist
ecificidad en tanto actividad
lucradas en éste y otros debates, l os cuales terminaron por cer tificar aque­ cien�i�r te y filosofía, bregando por su esp
do SU transitoriedad im­
lla verificac ión q ue Groussac realizara desde l as páginas de La Biblioteca que-supo;;-e p rocedÍmientOS preClSOS, aun cuan
" una tela de Penél ope".
a
ent ,
plique construcción y renovación perman
es
propósito de la rel ación e ntre l a pol ítica y histor ia .
empleo del método históri-
la

El conjunto de l os argumentos g roussaq uianos refer idos a esta última faa especificidad quedaba reasegurada por el
entendido no c omo fin sino
co mo medio de la práctica historiogr á­
di,cipl ina se referían a la n�ce,idad de entender la hi,toria -como la filo­
ebía descuidar sus cualidades
sofía Y l a liter atura- en tanto e,pecial idades intel ectuales que demand�n fica que, tras la búsqueda de la verdad, no d
nda década del siglo XX ajus­
prácticas espec íficas; respecto de la primera de ellas, la crítica y el méto­ liter�r ias . Desde esta convicción, en l a segu
Escuela Histór ica en el Pre­
do debían config urar sabe res pr imor dial e, no cond ucentes a la constr uc·­ tar ía cuentas con los miembros de la Nueva
ente la predilección por estos
ción de l egalidades per o necesarios para dotar de m.iyor probabilidad e n facio de Mendoza y Caray (1916). Precisam
antes l o había sido Santiago de
Líniers, conde de
la conj eturación histór ica. objetos de estudio -co mo
concepción histor iogr áfica
Estas afirmaciones - en buena par te der ivadas del conocimiento que Buenos Aires (1907)- ilustra otro rasgo de la
e centrales que sin embargo
Groussac poseía de la reciente met odología his tór ica difundida por de su autor en tanto personajes relativament
Langl ois y Seignobm- l o condujeron a rechazar con vehemencia la atri­ condemaban una época .
n característica de nues-
bución de .1Utoría que Piñero hiciera del r:_Ian de o¡emcio11es a la pluma de Groussac nC> practicó la "hist oria de familia" ta
anifiesta tributaria de pro­
l'v1ar iano Moreno ; el car ácter apóc rifo q ue el director atr ibuía a tal pieza tra prirr;�;a histor iografía, su labor tampoco se m
a , ni de claves políticas estre-
no sól o �onfig urab.1 un caso de improcedencia historiográfica"sín�-patrió- bl;máticas tales como la nación o la repúblic

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cha1nente facc10sas, características que marcan cierta particularidad res­ Tal parece ser el caso de textos como La gran semana de Mayo (1896) de
pecto de las concepc10nes precedentes. En efecto, s1 en Mitre se cho la V F I ópez en el que se aludía a ese hecho de la historia argentina ,obre la
sabia articulación entre éstas y la H1stona, y López rmraba la Hi,toria de,de b-;�e de un esquema ficcional, o bien aquellas Páginas de Hi,taria, compila­
la tradición de una ehte política, en Groussac esa, d1menqone, t�·�di�-;�n ción de al gunos escntos dispersos de Mitre: publicados en 1906 p.or la
a ser despla zada s en benefic10 de un espacio en el que solía deshz_;Js�;;;n Biblioteca de La Naci6n. El hbro contenía episodios ma1ginales de la his­
comodidad pero sm ausencia de conflictos: la cul tura o má, cspccífic;� toria patna que su prol oguista -Roberto J. Payró- prese ntaba como
mente la crítica cul tural. En ese marco, la H1stona no parece haber ocu­ h istónco, v documentados aunque "tendrá cada uno la umdad de un drama
pado el centro de las preocupac10nes groussaquianas -no más que la lite­ y se leerá ,como una novela, popularizando así la lustoria patria, a la vez
ratura ·-·; ese centro se presenta en cambio domm;ido por intcr�-;es má, que ;idelantándob"; medallones que evocaban al negro Falucho o a lo, qr-
amplios que mspiraron a Ricardo Caillet-Bois la adecuad a expresión de gentos de Tambo Nuevo.
"orientador cul tural" para sintetizar la prolongada ge,tión del cf,]ebre b1- Eran l os ti empos en que la argentmizac1ón demandaba do,i, comide-
bliotecario. rables de educaoón patriótica y por ello el paqdo adqmría una func10-
Debido presmrubl emente a la notoriedad que Groussac revestía por n;}�dal di,tinta de la que le fuera atnbuida a l o largo de la, tres década,
entonces,José María Ramos Mejía le ofreció -como había hecho opor­ pÓ,tenores a Caseros. Es en este nuevo contexto en el que se popula1 iza
tunamente conVicente F1del López- que prol ogara el texto La lomra en b versi ón mitri,ta del pasado argentmo, pa,ado quc- se convertía ahora en
la lmtoria (1895). El gesto representó -al decir del prologuista- un:i honra un formidable dispositivo naoonalizado1.
i111nr1crida, la que por cierto no le impidió descargar sobre la obra sus JUÍ­ · En este marco, concretamen te en 1901, un gr upo de contertulios
cios lapi darios: "Aun dejando de lado la doctnna d1scut1bl e que lo infor­ �Bartol omé Mitre, Alejandro Rosa, Ennque Peña, Alfredo Meabe, Ánjel
ma , este hbro no es perfecto; codéanse en él, como en cas1 todas las obras ]. Carranza y José Marcó del Pont-, dedicados mícialmentc a colecoo­
del ingenio, los mclicios del talento personal y los defectos que atestiguan nar y acuñar medallas, deod1ó por iniciativa del primero da1 "señales de
la humana flaqueza". vida, haciendo algo práctico y de utilidad y no limitarse a acuñar meda­
Un aüo después se creaba la Facultad de Filosofí a y Letras.de la U_ni­ llas". Así,laJunta de Numismática Americana se dotó de una mesa direc­
vers1dad de Buenos Aires; el presidente Jo sé E. Uriburu designó a l os tiva y esta�utos propios: nacía la Junta_,de H1stona y Nunusmánca Ame­
miembros titulares del Consejo Académico en las personas de Bartolomé ncana que en SU sesión del 5 de �Ct�-bre de 1902 p10cbmÓ el 4 de jUnio
Mitre, Ber nardo de Irigoyen, Ricardo Gut1érrez, Rafael Obligado,Joaquín de 1893 -fecha de la acuñaoón de su pnmera medalla- c�1!10 el__ día
V González, Carlos Pellegrini,Lorenzo Anadón y al rmsmo Paul Groussac,· de sn fundación.
quie11 renunoaría pocos meses más tarde debido a d1ferenoas suscitadas No sm razón se ha sostenido que la Junta comtituyó el primer ancla-
con sus colegas respecto de la orga mzación de la mst1tución y caracterís­ je mstitucional exitoso de la acti v idad historiográfica partILularmente si
ticas de la enseñanza. se atiende a sus frustrados antecedentes arnba mencionadm· el Instituto
A L1 inversa, la v1S1btl1dad del bibliotecario torna sintomática su ausen­ Histónco y Geográfico del Río de la Plata, el Imtituto I-11,tónco de la
cia en el elenco de la Junta de Historia y Numismática amer icana, de l a c;nfederación (Pujo!; 1860), o bien el Instituto Bonaerense d�Numis­
que sí formaron rápid;imente parte �entre otros- Biedma, Pill;do y A. mática y Antigúedades (Aureho Prado y Rojas; 1872).
Carranza. La institución patrocinada por Mitre en 1854, inspirada a su vez en las
A esta altura la erud1oón historiográfica hacía avances mncgabl es en exp�riencias del Imrituto Hi,tónco y Geográfico de Río deJanciro (1838)
el marco polifónico del espac10 cul tu�al, aunque ciertamente �o �"e trata­ y de l Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay (Lama,; 1843), ;_¡,pi­
ba de un itinerar i o !mea! ni exento de factores funcionale,. raba a " ... centralizar las fuerzas intel ectuales del país, haciéndola, ,erv 1 r a

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sede del
su adelanto y engrandecmuento, acopiar, preparar y clasificar los mater ia­ chivo General, Juan José Biedma, ofreoo a la Junta no solo la
les que han de servi r para escnbi; la lustona del pdÍ,, ,.1k1r del ol:��i;:;los rqios1tor io smo su fondo documental y personal espec i al i zado, circuns­
guardaba
documento;, 111,LÓncos, geográficos y estadísLicos que po,e�rno��cer tanoa demostrativa de los aceitados vmculos que la msnruoón
el cre­
mvcsng.iuone, lustóncJ, sobre las épocas antenores y po,tenores a la-�¿"n­ con d Estado a través de sus nucmbros más conspicuos, así como
quista, hasta nuestros días, ilmtr.1ndo algunos puntos oscuros ciente mterés público por este tipo de emp1endm11en tos
s por las
Aquel lnWLuto no pudo sobrevivir a las vicisitudes polít1e.1s de la época - A partir de entonces, sus .1ct1vid.1des regulares -atravesada
públi­
p_e10 ,í lo lu7o l.1 ,en,1b1lidad lmtonográfica de su promotor quíen,ahora pcnm i.1, financieras der ivadas de la ausenoa de ren1esas de fondos
ros- consisn eron en
acomp.1ñado por un grupo de cokccio1mtas, nunmm.Íticos y b1bl7ofilo,, cos y por desavenenci as entre algunos de sus rmemb
de l bros
el tratarmento de textos monograficos, disertaciones, reimpresión
i
colocaba en 1893 la pi ed1a fundamental de la futura Ac.1dcn11J Nduon.il
acompa ñados con notas h stór cas, etno­
de l 1_!::!1,tona Alepndro Rosa era un reputado colecu01mt.1 y nu1��1᭠refer ido, a l.1 historia amer icana i i

gráficas, bibliográficas y de apéndices mtegra dos por mediro s


t1c o v mcul.1do a ld Rwic.ta Nacwnal y a través de ella con Adolfo P
do
Carranza, José Ju.111 Biedma y José Antomo P illado, en 1907 Rosa fue Sus finalidades, notor iamente mas modestas que las del frustra
i g­
de,1gnddo pumcr director del Mu,eo Mitre Por su parte Ennque Peña Instituto Histonco y Geográfico de Mi tre, estaban expresamente cons
tar los estudio s que su nombr e
fue <ludio de una importante b1bhoteca que pasó a mtegrar el fondo nadas en los siguientes térnunos "fomen
de ellos den­
bibhog1áfico del Complejo Mmeográfico Enr ique Udaondo de LuJan mdica y establecer relaoones entre personas que se ocupen
rá libros,
que él 1111,1110 contr i buyera a crear Juntamente con Jo,é Marcó del Pont tro o fuera del país Con tal objeto celebrará reumones, publica
las med das e m oanvas tendien tes al
en 1918, h nmma estaba compuesta por colecc10nes documentales y libros acuñará medallas y tomará todas i i

entre los que ,e de,taca11 mcu11.1ble, de Ped10 de Angehs y Manuel Ricardo cumplinuento de ,us fines"
de
Trelles y las copias de documentos procedentes del Archivo General de Por afuera de las frágiles 111st1ruc10nes, ,e expresaban otros modos
ban el foco
Indias lustonar proluJados p;r el clima oentificista, modos que coloca
ut llaje proced ente de
Lm pr imeros n11cmbros de la Junta eran colaboradores de dos nota­ en el análisis de los fenómenos sociales a partir del i

blc,publ.tuuone, periódica, la Rev1c.ta 1Yacw11ul de Adolfo Carranza (1886- disci plmas no estrictamente sooales
. De ello tratará el capítulo siguiente
1208) en la�que desfilaron Vicente Quesada, AleJandro Rosa, Juan A
P illado, ÁnJel J Carranza, Manuel Mantilla,J J Biedma, Pacífico Otero, y
la Revista de Derecho, Historia y Letras dingi da por Estamslao Zeballos
(1898-1923), en la que colaboraron Juan Álv.1rez,Ju.111 B Ambrosetti,Juan
J Biedma, Naroso Bmayán,Juho Busamche,Teodoro Caillet-Bois,Adolfo
Carranza, Dardo Corval.ín Mendilaharzu, Carlos Ibarguren, Roberto
Lehmann N1etsche, M.1nuel Mdnt11l.1, Ernesto Quesada, Adán Qmroga,
Martín Rmz Moreno, Adolfo Saldí.1s
Ac.1,0 ld, .1 usenu.1, deV1centc Fidel López y la ya apuntada de Groussac
sean en este punto, s1gmficat1vas Se trat.1b.1 de una mstitución de carácter
119 oficldl, cuyo, n11embro, ,e mtegraban pm cooptaoón y de modo vlta­
huo, procedían mayori t.1n.1mente del foro, la burocracia e,tatal y la docen­
ua muvers1tar ia
En 1904, en nombre del pre,1dente de la Nauón, el director del Ar-

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