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Las primera Carta de Pedro es un libro muy especial, nos anima a preparar la mente

para actuar y estar vigilantes en cuanto a las oraciones, a tratar bien a nuestro cónyuge
y estar dispuestos a pasar por pruebas mientras esperamos el Reino de Dios.
¡¡Corre video!!

Imaginemos una madre y a su pequeño. ANTES de que el niño salga de casa, la madre
comprueba que se ha bañado y que lleva ropa limpia y presentable. ¿Por qué? Por un
lado, porque comprende que la higiene contribuye a que crezca sano y, por otro,
porque sabe que la gente juzga a los padres por la apariencia de los hijos. leamos 1
Pedro 1:14-15

Nuestro Padre celestial también desea que sus siervos seamos personas limpias, por
eso, al igual que esa madre que desea que su hijo se mantenga limpio, nos anima a ser
obedientes y santos, es decir limpios, leamos 1 Pedro 1:16

Como vemos, para que Jehová acepte nuestra adoración, debemos ser santos, es
decir, limpios. ¿Qué significa ser limpio...

 ... en sentido espiritual?


Hacemos lo posible por vivir según sus justos
principios y leyes, aunque nos persigan.
Los cristianos verdaderos no queremos participar
en ninguna costumbre ligada a la religión falsa y
como personas santas, demostramos por nuestra
manera de vivir que las leyes de Dios son buenas
y que las acusaciones de Satanás son falsas.
Es cierto que todos cometemos errores, pero nos
arrepentimos de verdad y dejamos de hacer cosas
que deshonran a Jehová (Sal. 79:9).
 ... en sentido moral?
Jehová solo aceptará nuestra adoración si es
santa, es decir, limpia. Nuestra adoración
no puede ser limpia si hacemos cosas que
Jehová odia, como por ejemplo cosas
inmorales, violentas o relacionadas con el
demonismo. Pero a Jehová también le
desagrada que elijamos entretenimiento que
incluya este tipo de cosas. Esto podría ensuciar
nuestra adoración y hacer que Jehová la
rechazara. Además, podría dañar mucho nuestra
amistad con él.

 ... en sentido físico?


Independientemente de la cultura y condiciones de
vida del lugar donde vivamos, debemos bañarnos
con regularidad. Esto incluye lavarnos las manos
antes de comer o manipular alimentos, y después
de usar el inodoro o cambiar pañales.
También debemos lavar con frecuencia la ropa,
mantener limpio y presentable el hogar y demás
posesiones que tengamos. Y obviamente, nuestro
Salón del Reino debe ser digno del Dios al que
adoramos.

Por eso, al igual que esa madre que desea que su hijo se mantenga limpio,, nuestro
Padre celestial Jehová también desea que sus siervos seamos personas limpias
espiritual, moral y físicamente. porque está escrito: “Tienen que ser santos porque
yo soy santo”.

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