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República de Colombia

Corte Suprema de Justicia

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA


SALA DE CASACIÓN PENAL
SALA DE DECISIÓN DE TUTELAS No. 3

PATRICIA SALAZAR CUÉLLAR


MAGISTRADA PONENTE

STP16760-2014
Radicación 77.028
Aprobada Acta No. 415

Bogotá, D.C., dos (2) de diciembre de dos mil catorce


(2014)

VISTOS

Se pronuncia la Sala sobre la impugnación formulada


por CARMEN TULIA CÁRDENAS MILLÁN, contra el fallo
proferido por la SALA PENAL DEL TRIBUNAL SUPERIOR
DE PEREIRA el 31 de octubre del presente año, mediante el
cual negó el amparo constitucional por ella invocado, en la
demanda de tutela formulada contra los JUZGADOS
SEGUNDO DE EJECUCIÓN DE PENAS Y MEDIDAS DE
SEGURIDAD de esa ciudad y PENAL DEL CIRCUITO
ESPECIALIZADO de Manizales, por la presunta vulneración
de sus derechos fundamentales.
Proceso de Tutela
Radicación 77.028
Impugnación
Carmen Tulia Cárdenas Millán

ANTECEDENTES Y FUNDAMENTOS DE LA ACCIÓN

Fueron sintetizados por el A Quo en la forma en que a


continuación se indica:

Lo sustancial de la información de la señora CÁRDENAS MILLÁN


en el escrito de tutela, se puede concretar así: (i) se encuentra
privada de la libertad en el Centro Penitenciario y Carcelario La
Badea de Dosquebradas (Rda.) desde el 05-06-09, por una
condena impuesta por el Juzgado Penal del Circuito
Especializado de Manizales (Cdas.), cuya vigilancia y control de
la pena la ejerce el Juzgado Segundo de Ejecución de Penas y
Medidas de Seguridad de la ciudad; (ii) es madre de tres
menores, dos con problemas cognitivos, los cuales siempre han
estado al cuidado de su progenitora que es una persona adulta
mayor con los achaques propios de la edad; (iii) el padre de los
mismos falleció tal como se demuestra con el certificado de
defunción que aparece en el expediente que reposa en el juzgado
ejecutor; (iv) su madre también tiene bajo su custodia a una
menor hija de su hermana, persona ésta que falleció en el mes
de diciembre de 2012; (v) sus hijas tienen diagnóstico de
epilepsia focal sintomática, retardo mental moderado,
leudidistrofia metacromática, y su madre por su avanzada edad
y quebrantos de salud le impiden cuidar en forma diligente a los
niños, a consecuencia de lo cual su presencia en el hogar se
hace indispensable; (vi) solicitó la prisión domiciliaria al Juzgado
Segundo de Ejecución de Penas porque reunía los requisitos
para ser cobijada con tal medida, pero el juzgado se la negó; (vii)
presentó y sustentó recurso de apelación y el Juzgado Penal del
Circuito Especializado de Manizales – Despacho que dictó la
sentencia condenatoria de primera instancia – confirmó la
decisión; y (viii) los falladores no tuvieron en cuenta el contenido
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Proceso de Tutela
Radicación 77.028
Impugnación
Carmen Tulia Cárdenas Millán

de la sentencia T-705/13 referente a una situación similar a la


que ella demuestra y por medio de la cual la Corte
Constitucional ordenó conceder prisión domiciliaria bajo la figura
de madre cabeza de familia.

Por lo anterior solicita se le conceda la prisión domiciliaria a


efectos de estar al cuidado de sus hijos.

EL FALLO IMPUGNADO

Luego de recordar los requisitos de procedibilidad de la


acción de tutela contra providencias judiciales, el Tribunal
Superior de Pereira consideró que las decisiones
controvertidas por la accionante se hallaban ajustadas a la
ley y debidamente sustentadas, por lo que negó el amparo
constitucional invocado.

LA IMPUGNACIÓN

Fue propuesta por CARMEN TULIA CÁRDENAS


MILLÁN, quien insiste en que los jueces accionados
vulneraron sus derechos fundamentales.

Recalca que para el caso debe aplicarse la providencia


CC T-705/13, cuestión que no fue valorada por el A Quo,
amén que no ha perdido su condición de madre cabeza de
hogar, dado que su cónyuge falleció y su progenitora no
puede brindarles el cuidado suficiente, en razón a su estado
de salud.

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Proceso de Tutela
Radicación 77.028
Impugnación
Carmen Tulia Cárdenas Millán

Por lo anterior, pide a esta Sala la revocatoria del fallo


impugnado y de contera, que se le conceda la prisión
domiciliaria, atendiendo al interés superior de sus hijos
menores de edad.

CONSIDERACIONES DE LA CORTE

De conformidad con lo establecido en el artículo 2º del


Decreto 1382 de 2000, la Sala de Casación Penal de la
Corte Suprema de Justicia es competente para resolver la
impugnación instaurada por CARMEN TULIA CÁRDENAS
MILLÁN, contra el fallo emitido por la Sala Penal del
Tribunal Superior de Pereira.

En primer término, recordará los requisitos de


procedencia de la acción de amparo contra providencias
judiciales, ya explicados in extenso por la jurisprudencia de
esta Sala.

1. Requisitos de procedibilidad de la acción


de tutela contra providencias judiciales.

La acción de tutela es un mecanismo de protección


excepcionalísimo cuando se dirige en contra de providencias
judiciales y su prosperidad va ligada al cumplimiento de
rigurosos requisitos de procedibilidad que esta Corporación,
en posición compartida por la Corte Constitucional en fallos

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Proceso de Tutela
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Impugnación
Carmen Tulia Cárdenas Millán

C-590 de 2005 y T-332 de 2006, entre otros, ha venido


acogiendo y que implican una carga para el actor, no sólo
en su planteamiento, sino también en su demostración.

Según la doctrina constitucional, los requisitos


generales de procedencia de la acción de tutela contra
providencias judiciales, ameritan que la cuestión que se
discuta resulte de evidente relevancia constitucional.
Además, que se hayan agotado todos los medios -ordinarios
y extraordinarios- de defensa judicial al alcance de la
persona afectada, salvo que se trate de evitar la
consumación de un perjuicio iusfundamental irremediable.

Igualmente, exige la jurisprudencia que se cumpla el


requisito de la inmediatez, es decir, que la tutela se hubiere
interpuesto en un término razonable y proporcionado a
partir del hecho que originó la vulneración; así mismo,
cuando se trate de una irregularidad procesal, debe quedar
claro que la misma tiene un efecto decisivo o determinante
en la sentencia que se impugna y que afecta los derechos
fundamentales de la parte actora.

Además, «que la parte actora identifique de manera


razonable tanto los hechos que generaron la vulneración
como los derechos vulnerados y que hubiere alegado tal
vulneración en el proceso judicial siempre que esto hubiere
sido posible».1

Y finalmente, que no se trate de sentencias de tutela.

1
Ibídem.
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Proceso de Tutela
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Impugnación
Carmen Tulia Cárdenas Millán

Los anteriores requisitos no pueden quedarse en


meros enunciados, pues han sido ratificados por la Corte
Constitucional, primero en la sentencia C-590 de 8 de junio
de 2005, ya citada y luego en las decisiones T-332, T-780 y
T-212 de 2006, reforzando lo dicho en la primera de las
mentadas providencias, en el sentido que, cuando se trata
de acciones de tutela contra providencias judiciales, las
mismas sólo pueden tener cabida «…si se cumplen ciertos y
rigurosos requisitos de procedibilidad. Dentro de estos
pueden distinguirse unos de carácter general, que habilitan
la interposición de la tutela, y otros de carácter
específico, que tocan con la procedencia misma del amparo,
una vez interpuesto» (C-590 de 2005) –Negrillas fuera del
original-.

De otra parte, los requisitos de carácter específico han


sido reiterados en pacífica jurisprudencia a partir de esa
decisión y pueden sintetizarse así:

Para que proceda una tutela contra una sentencia se requiere


que se presente, al menos, uno de los vicios o defectos que
adelante se explican.

a. Defecto orgánico, que se presenta cuando el funcionario


judicial que profirió la providencia impugnada, carece,
absolutamente, de competencia para ello.

b. Defecto procedimental absoluto, que se origina cuando el juez


actuó completamente al margen del procedimiento establecido.

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Proceso de Tutela
Radicación 77.028
Impugnación
Carmen Tulia Cárdenas Millán

c. Defecto fáctico, que surge cuando el juez carece del apoyo


probatorio que permita la aplicación del supuesto legal en el que
se sustenta la decisión.

d. Defecto material o sustantivo, como son los casos en que se


decide con base en normas inexistentes o inconstitucionales o
que presentan una evidente y grosera contradicción entre los
fundamentos y la decisión.

f. Error inducido, que se presenta cuando el juez o tribunal fue


víctima de un engaño por parte de terceros y ese engaño lo
condujo a la toma de una decisión que afecta derechos
fundamentales.

g. Decisión sin motivación, que implica el incumplimiento de los


servidores judiciales de dar cuenta de los fundamentos fácticos y
jurídicos de sus decisiones en el entendido que precisamente en
esa motivación reposa la legitimidad de su órbita funcional.

h. Desconocimiento del precedente, hipótesis que se presenta, por


ejemplo, cuando la Corte Constitucional establece el alcance de
un derecho fundamental y el juez ordinario aplica una ley
limitando sustancialmente dicho alcance. En estos casos la tutela
procede como mecanismo para garantizar la eficacia jurídica del
contenido constitucionalmente vinculante del derecho
fundamental vulnerado.

i. Violación directa de la Constitución.

Los eventos en los cuales procede la acción de tutela


contra decisiones judiciales, involucran, de un lado, la
superación del concepto de vía de hecho, y del otro, la
admisión de específicos supuestos de procedibilidad en
eventos en los que si bien no se está ante una burda
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Proceso de Tutela
Radicación 77.028
Impugnación
Carmen Tulia Cárdenas Millán

trasgresión de la Carta, si se trata de decisiones ilegítimas


que afectan derechos fundamentales.

Debe reiterar la Sala en esta oportunidad, que cuando


la tutela pretende la protección de un derecho fundamental
presuntamente vulnerado por una providencia judicial, su
procedencia no es excepcional, sino excepcionalísima, pues
corre el demandante con la carga de demostrar la presencia
de una o varias de las causales de procedibilidad que esta
Corporación ha venido acogiendo, en posición compartida
con la Corte Constitucional, que expresó en sentencia CC T-
780/06 que:

La eventual procedencia de la acción de tutela contra sentencias


judiciales y otras providencias que pongan fin al proceso tiene
connotación de excepcionalísima, lo cual significa que procede
siempre y cuando se cumplan unos determinados
requisitos muy estrictos que la jurisprudencia se ha
encargado de especificar (Negrillas fuera del original).

Finalmente, cabe destacar que a partir de la misma


decisión CC C-590/05 arriba citada, la procedencia de la
tutela contra una decisión emitida por un juez de la
República se habilita, únicamente, cuando se presente al
menos uno de los defectos generales y específicos
sintetizados en precedencia.

2. De la concesión del beneficio de la prisión


domiciliaria al padre o madre cabeza de familia.

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Proceso de Tutela
Radicación 77.028
Impugnación
Carmen Tulia Cárdenas Millán

2.1 Sobre la «madre cabeza de familia».

Ha sido pacífica la jurisprudencia al delimitar el


concepto de madre cabeza de familia, planteado
inicialmente en la Ley 82 de 19932.

Sobre ese tópico, ha dicho la Corte Constitucional que:

…el concepto de miembro cabeza de familia podría ser


igualmente aplicado al padre que se encuentre en similares
circunstancias a la mujer, con base en el interés superior
consagrado en el artículo 44 de la Carta Política respecto de los
derechos fundamentales de los niños. La Corte en sentencia SU-
389 de 2005 unificó su jurisprudencia acerca de los requisitos y
beneficios aplicables a los “padres cabeza de familia”. En dicha
providencia, la Corte manifestó que será tenido como padre
cabeza de familia, no solo el que provea los recursos económicos
para asegurar unas condiciones mínimas de subsistencia de sus
hijos, sino aquél que demuestre ante las autoridades
competentes, que cumplía con algunas de las condiciones que a
continuación se enunciarán:

“(i) Que sus hijos propios, menores o mayores


discapacitados, estén a su cuidado, que vivan con él,
dependan económicamente de él y que realmente sea una
persona que les brinda el cuidado y el amor que los niños
requieran para un adecuado desarrollo y crecimiento; que
sus obligaciones de apoyo, cuidado y manutención sean
efectivamente asumidas y cumplidas, pues se descarta todo tipo

2
Artículo 2º: “(…) entiéndase por mujer cabeza de familia, quien siendo soltera o
casada, tenga bajo su cargo, económica o socialmente, en forma permanente, hijos
menores propios u otras personas incapaces o incapacitadas para trabajar, ya sea
por ausencia permanente o incapacidad física, sensorial, síquica o moral del
cónyuge o compañero permanente o deficiencia sustancial de los demás miembros
del núcleo familiar.”
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Proceso de Tutela
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Carmen Tulia Cárdenas Millán

de procesos judiciales y demandas que se sigan contra los


trabajadores por inasistencia de tales compromisos.

(ii) Que no tenga alternativa económica, es decir, que se


trate de una persona que tiene el cuidado y la manutención
exclusiva de los niños y que en el evento de vivir con su
esposa o compañera, ésta se encuentre incapacitada física,
mentalmente o moralmente, sea de la tercera edad, o su
presencia resulte totalmente indispensable en la atención de hijos
menores enfermos, discapacitados o que médicamente requieran
la presencia de la madre.

(iii) Lo anterior, sin perjuicio de la obligación que le asiste de


acreditar los mismos requisitos formales que la Ley 82 de 1993 le
impone a la madre cabeza de familia para demostrar tal
condición. En efecto, de conformidad con el parágrafo del artículo
2 de la Ley 82 de 1993: “esta condición (la de mujer cabeza de
familia y en su caso, la del hombre cabeza de familia) y la
cesación de la misma, desde el momento en que ocurra el
respectivo evento, deberá ser declarada por la mujer cabeza de
familia de bajos ingresos ante notario, expresando las
circunstancias básicas de su caso y sin que por este concepto, se
causen emolumentos notariales a su cargo”.

3.3.3. Si bien esta jurisprudencia analizó el artículo 1° de la Ley


750 de 2002, norma relativa al especial apoyo que se le brindaría
a la mujer cabeza de familia en materia de prisión domiciliaria y
trabajo comunitario, en esa oportunidad la Corte también
consideró la situación del hombre que tuviese a su cargo el
cuidado de los hijos y actuase en ese evento como padre cabeza
de familia. Más la importancia de reconocer el derecho a la
detención domiciliaria no tiene por finalidad principal
favorecer a uno u otro padre, sino la efectiva protección de
quienes se encuentran en especial condición de

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Impugnación
Carmen Tulia Cárdenas Millán

vulnerabilidad y dependencia de sus padres.3 (Énfasis


agregado por la Sala)

Por ende, como ya lo ha referido esta Corporación, el


concepto padre o madre cabeza de familia no debe limitarse
a que se considere como tal a quien se encuentre al cuidado
de los hijos o soporte económicamente al hogar. Estos
factores no deben sopesarse aisladamente sino de forma
integral, valorando también si el progenitor que reclama tal
condición les brinda el afecto, la formación y la educación
que su especial condición de indefensión exige y si es
realmente ineludible su presencia en el núcleo familiar,
para que con ella, los menores obtengan el bienestar
necesario, que debe ser garantizado por sus progenitores.

Tales circunstancias es menester que sean valoradas


por el Juez al momento de considerar si se reúnen los
requisitos para que se le reconozca la condición de cabeza
de familia al solicitante, de forma integral, valorando el
interés superior del menor y la protección que el Estado
debe brindarle a éste, atendiendo a la familia,
constitucionalmente consagrada como institución básica de
la sociedad.

2.2 Requisitos que deben ser valorados y


ponderados por el Juez al resolver sobre la
solicitud de prisión domiciliaria del padre o madre
cabeza de familia.

3
Ver en ese sentido sentencias T-925 de 2004, SU-389 de 2005 y T-039 de 2009,
entre otras.
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Carmen Tulia Cárdenas Millán

Es claro el numeral 5º del artículo 314 de la Ley 906


de 2004, cuando estableció una serie de condicionamientos
para la procedencia de la sustitución de la detención
intramural, por la domiciliaria, cuando es reclamada por el
padre o la madre cabeza de familia.

Entre esos requisitos, se hallan entre otros:

1. Que su hijo sea menor de edad o,


2. Que el descendiente sufra discapacidad
permanente, siempre que haya estado bajo su
cuidado.

Además, si bien el artículo 68A del Código Penal


(modificado por el canon 32 de la Ley 1709 de 2014) contempla

unas prohibiciones para la concesión de beneficios, el


inciso 3º ejusdem consignó que tales excepciones no se
aplicarían, entre otros, frente a «la sustitución de la
detención preventiva y de la sustitución de la ejecución de la
pena en los eventos contemplados en los numerales 2, 3, 4 y
5 del artículo 314de la Ley 906 de 2004».

Y si bien es cierto, la medida de prisión domiciliaria


por vía del numeral 5º aludido, está encaminada a
garantizar que el padre o madre cabeza de familia no evada
la acción de la justicia protegiendo con ello el
funcionamiento de la administración judicial y el orden
justo constitucionalmente consagrado, tiene además un fin
de garantía del bienestar de los menores de edad, que
podría verse afectado con la privación de la libertad del
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Impugnación
Carmen Tulia Cárdenas Millán

progenitor encargado de su manutención y cuidado en un


establecimiento penitenciario.

Sin embargo, si bien la regla en cuestión tiene un fin


proteccionista y de respeto al interés superior del menor, tal
finalidad no puede ser absoluta, pues su aplicación debe
atender a las condiciones particulares de los menores de
edad involucrados y a la existencia de una verdadera y
manifiesta situación de indefensión que pueda poner en
peligro su bienestar.

Sobre el punto ha dicho la Corte Constitucional que:

…corresponde al juez de control de garantías evaluar la


situación del menor cuya madre o padre deben soportar una
medida de aseguramiento, con el fin de determinar si resulta
factible conceder el beneficio de la detención domiciliaria. De
hecho, la misma norma precisa que la detención preventiva en
establecimiento carcelario podrá ser modificada por la detención
domiciliaria, en expreso reconocimiento de que la valoración de
su concesión debe quedar a cargo del juez de control de
garantía.

Sobre este particular debe decirse que, en primer lugar, es


requisito legalmente impuesto que el menor no cuente con otra
figura paterna, es decir, que a quien debe imponerse la medida
de aseguramiento sea la madre cabeza de familia o el padre que
esté en dichas condiciones. La existencia de otra figura paterna
reclama la obligación de cuidado por parte de quien no se ve
afectado por la detención preventiva y elimina el factor de
desprotección que haría operante la disposición.

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Proceso de Tutela
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Impugnación
Carmen Tulia Cárdenas Millán

En el análisis respectivo debe considerarse, por supuesto, la


definición de madre cabeza de familia consagrada por la Ley 82
de 1993 y que se refiere a aquella mujer que “quien siendo
soltera o casada, tenga bajo su cargo, económica o socialmente,
en forma permanente, hijos menores propios u otras personas
incapaces o incapacitadas para trabajar, ya sea por ausencia
permanente o incapacidad física, sensorial, síquica o moral del
cónyuge o compañero permanente o deficiencia sustancial de
ayuda de los demás miembros del núcleo familiar”, así como los
criterios identificadores suministrados por la jurisprudencia de
la Corte Constitucional, que en esencia son los establecidos en la
Sentencia SU-388 de 20054, previamente citada.

De otro lado, la norma establece como requisito necesario que


quien debe soportar la medida de detención preventiva
efectivamente esté al cuidado del menor cuya protección se
reclama. La condición de que el menor deba estar “bajo el
cuidado” de la persona que debe soportar la medida de
aseguramiento es un concepto que debe ser valorado en
cada caso por el juez…pero cuya recta aplicación está
dirigida a impedir que por virtud de la retención del
padre o la madre en un centro de reclusión, el menor
quede en completo desamparo.

(…)

El juez en cada caso analizará la situación especial del


menor, el delito que se le imputa a la madre cabeza de
familia, o al padre que está en sus mismas
circunstancias, y el interés del menor, todo lo cual debe ser
argumentado para acceder o negar el beneficio establecido en la
norma que se analiza.

4
M.P. Clara Inés Vargas Hernández
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Impugnación
Carmen Tulia Cárdenas Millán

Los límites y controles a la concesión de la medida de detención


preventiva domiciliaria se complementan, además, por las
disposiciones legales del artículo 314 estudiado, que imponen al
procesado el cumplimiento de ciertas obligaciones tendientes a
garantizar su comparecencia al proceso, como son “permanecer
en el lugar o lugares indicados, a no cambiar de residencia sin
previa autorización, a concurrir ante las autoridades cuando
fuere requerido, y, adicionalmente, podrá imponer la obligación
de someterse a los mecanismos de control y vigilancia
electrónica o de una persona o institución determinada, según lo
disponga el juez”5 (CC C-154/07, negrillas de la Corte).

Por lo anterior, es menester que el juez competente


para determinar la procedencia o no del beneficio de la
prisión domiciliaria, luego de considerar los requisitos
objetivos que consagra la norma procedimental penal,
realice un análisis concienzudo y mediante un ejercicio de
ponderación, verifique el cumplimiento de todas las
circunstancias fácticas que rodean la solicitud, consistentes
en: «i) el interés superior del menor, ii) la gravedad de la
conducta que lesionó el bien jurídico tutelado, iii) la situación
de indefensión en que pueda verse abocado el niño o
adolescente y iv) la garantía de que el beneficiado no vaya a
evadir la justicia» (Ver CSJ STP, 6 de agosto de 2013, Rad. 68.224 y CSJ
STP, 14 de mayo de 2013, Rad. 66.744).

Además, ha dicho la Corte Constitucional sobre el


juicio de ponderación que debe hacer el juez frente a los
derechos de los menores en el caso del padre o madre
cabeza de familia que solicita el beneficio de la prisión
domiciliaria lo siguiente:

5
Sentencia C-154 de 2007.
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Proceso de Tutela
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Impugnación
Carmen Tulia Cárdenas Millán

…aunque la presencia de un principio constitucional de cierto


peso abstracto no hace inocuo el juicio de ponderación, sí
demarca una clara línea de solución a la colisión de principios.
El juez constitucional reconoce, por tanto, una medida que
restrinja el esquema de protección del menor, porque limita el
goce de sus derechos fundamentales prevalentes, debe ser
sometida a un examen de constitucionalidad de mayor rigor que
establezca si el sacrificio al que se someten dichas garantías se
justifica necesariamente en aras de la satisfacción de los
intereses que se le contraponen. En otros términos, el juicio de
ponderación debe dirigirse a establecer si el sacrificio
infligido a los derechos de los menores es rigurosamente
necesario frente al beneficio perseguido por la norma. (C-
154/07, énfasis agregado).

Por lo tanto, el funcionario competente para resolver la


solicitud de sustitución de una medida intramural por la
domiciliaria elevada por el padre o madre cabeza de familia
privado de la libertad – sujetos de especial protección

constitucional por su situación de vulnerabilidad – , debe, luego del

análisis de los factores atrás descritos, llevar a cabo un


juicio de ponderación entre el interés superior del menor y
la satisfacción del orden justo, ambos, axiomas
constitucionalmente consagrados, para determinar si es
necesario el sacrificio a que podría someterse uno de estos
con la decisión que se adopte.

3. Análisis del caso concreto.

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Proceso de Tutela
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Impugnación
Carmen Tulia Cárdenas Millán

En esta excepcional sede, CARMEN TULIA CÁRDENAS


MILLÁN, expone su inconformidad con las providencias
dictadas por los Juzgados Segundo de Ejecución de Penas
de Pereira y Penal del Circuito Especializado de Manizales,
mediante las cuales se le negó la sustitución de la prisión
intramural por la domiciliaria en razón a su condición de
madre cabeza de familia y la presenta como vulneración de
sus garantías fundamentales.

No obstante, observa la Sala que bajo un acertado


ejercicio de ponderación, los funcionarios demandados
rememoraron el análisis que en la sentencia condenatoria
se hizo frente a la gravedad de la conducta lesiva del bien
jurídico y por ese factor, concluyeron la imposibilidad de
conceder el subrogado a CÁRDENAS MILLÁN, como así lo
explicó el Ad Quem al resolver el recurso de apelación
formulado contra el auto que negó la medida. En sus
términos:

…la señora Carmen Tulia Cárdenas Millán fue llamada a


responder en juicio criminal como probable autora de los delitos
de concierto para delinquir con fines de narcotráfico en concurso
heterogéneo con homicidio y en concurso homogéneo y sucesivo
con tráfico, fabricación o porte de estupefacientes…bajo la
prédica de que era la persona encargada de administrar una de
las cuatro zonas bajo dominio de esa organización…en busca de
mantener el monopolio del negocio ilícito ordenaba la ejecución
de diferentes homicidios…6

6
Folio 36 del cuaderno de la Corte.
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Proceso de Tutela
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Carmen Tulia Cárdenas Millán

Pero no sólo se estudió la valoración hecha por los


funcionarios de conocimiento frente a la gravedad de la
conducta, sino también, la presunta situación de
indefensión de los menores hijos de la accionante, que fue
descartada al constatar que:

…a pesar de que no se desconocen sus condiciones de salud, los


menores no se encuentran en condiciones de vulnerabilidad, que
actualicen lo imperativo de la sustitución de la reclusión
carcelaria de su progenitora. Pues, reitera este Ad Quem, los
menores no se encuentran en situación de abandono, peligro o
seria amenaza de sus derechos fundamentales, contando con el
apoyo de su actual núcleo familiar que encuentra soporte en su
abuela y abuelo…no se puede estimar a los menores en
situación de deficiencia sustancial de ayuda de los demás
miembros del núcleo familiar. Y, en consecuencia, siendo
esta la condición que habilita el sustituto, ante la inadecuada
estructuración de un supuesto fáctico de dicha entidad, es
absolutamente improcedente conceder la prisión domiciliaria 7.
(Negrillas del texto).

Entonces, es claro para la Sala que la valoración de la


gravedad de la conducta hecha por el funcionario de
conocimiento, no fue el único factor por el cual los jueces de
Ejecución de Penas ahora accionados se abstuvieron de
conceder el beneficio reclamado, pues si bien es cierto, ese
es uno de los elementos, no es el único que debe ser
valorado en cada caso concreto, como ya se dijo, resultando
acertada la ponderación que hicieron y el análisis de la
presunta desprotección de los menores, descartado por

7
Folio 35 ibídem.
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completo de los elementos de convicción que a ese trámite


se allegaron8.

En este sentido, evidencia la Sala que los funcionarios


demandados, no vulneraron derecho fundamental alguno a
CARMEN TULIA CÁRDENAS MILLÁN con la emisión de las
providencias cuestionadas, pues analizaron en su
integridad las condiciones que tanto la norma
procedimental penal como la jurisprudencia de esta Sala y
de la Corte Constitucional, han establecido para la
concesión del beneficio de la prisión domiciliaria a la madre
cabeza de familia9.

Así, es de recordar que los jueces de ejecución de


penas, quienes cumplen funciones constitucionales al
emitir sus decisiones, deben valorar en este tipo de
solicitudes, no solo los factores objetivos ya descritos, o
atenerse a la gravedad de la conducta cometida como
condición única para resolver si es procedente conceder o
no el beneficio de la prisión domiciliaria al padre o madre
cabeza de familia, tópicos que en efecto analizaron en el
caso concreto los Juzgados accionados, particularmente en
lo relativo a la situación de indefensión de los menores hijos
de la accionante, que descartaron en el caso concreto por
estar al cuidado de sus abuelos.

De otra parte, invoca la accionante la aplicación en su


caso de la decisión CC T-705/13. Allí se pronunció la Corte
8
Concretamente, la visita que llevó a cabo al núcleo familiar de la accionante, la
asistente social de los Juzgados de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de
Pereira, folios 42 a 50 del cuaderno de la Corte.
9
En ese sentido, auto de casación 32844 de 1 de septiembre de 2010.
19
Proceso de Tutela
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Impugnación
Carmen Tulia Cárdenas Millán

Constitucional sobre un asunto similar al que concita la


atención de la Sala.

No obstante, como bien lo ha dicho ese Alto Tribunal:

Independientemente de lo estatuido en el artículo 243 superior,


cuyas implicaciones han sido desarrolladas
jurisprudencialmente, y siendo claro que las sentencias
dictadas por la Corte Constitucional en una Sala de
Revisión de Tutelas producen efectos inter partes, se ha
precisado reiteradamente que la ratio decidendi de dichas
sentencias tiene fuerza vinculante para las autoridades
judiciales. (CC T-784/11, resaltado de esta Sala).

Cabe señalar que las decisiones que dicta esa


Corporación en las respectivas Salas de revisión de acciones
de tutela, tienen efectos inter partes, es decir, lo que allí se
resuelve es aplicable a quienes intervinieron en cada caso
concreto; lo que no sucede con la ratio decidendi de la
providencia, que en efecto, «constituye un precedente
constitucional que, por regla general, ha de ser observado
por todas las autoridades y por la comunidad» (Ídem).

Ahora bien, en la providencia CC T-705/13, se recordó


la postura de la Corte Constitucional referente al interés
superior del menor y los presupuestos que deben analizar
los jueces de ejecución de penas para la concesión de la
prisión domiciliaria a la madre cabeza de familia, los que ya
explicó esta Sala en precedencia. En síntesis, esto dijo esa
Corporación:

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…en el esquema del actual sistema de procesamiento, la


posibilidad de acceder al mecanismo de la prisión domiciliaria
por virtud de lo dispuesto en la Ley 750 de 2002, a partir de las
disposiciones más benignas que regulan la materia (Ley 906 de
2004, artículo 314-5), está supeditada a que se demuestre
dentro del proceso, que se tiene la condición de ‘cabeza de
familia’.

En suma, de acuerdo a adicionales pronunciamientos de esta


corporación y lo expuesto por la Sala de Casación Penal de la
Corte Suprema de Justicia sobre el principio de favorabilidad en
la aplicación de la Ley 906 de 2004, se puede concluir que esta
nueva preceptiva sobre los sustitutos penales para la mujer
cabeza de familia, tiene aplicación prevalente por ser más
ventajosa.

Tales argumentos constituyen la ratio decidendi de la


providencia y son los que, para el caso, podían observar los
jueces demandados como en efecto sucedió, pero la
solución dada en aquella oportunidad por la Corte
Constitucional, no puede imperar para situaciones como la
actual, en la que los jueces advirtieron que no se
vulneraban las garantías fundamentales de los menores
involucrados, quienes cuentan con familiares cercanos que
velan no solo por su bienestar económico, sino también
social y afectivo.

Así las cosas, al descartarse alguna vía de hecho en la


emisión de las providencias censuradas o la vulneración de
las garantías fundamentales de la accionante, se hace
imperioso confirmar el fallo impugnado.

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En mérito de lo expuesto, LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA, SALA DE CASACIÓN PENAL – EN SALA DE
DECISIÓN DE ACCIONES DE TUTELA, administrando
justicia en nombre de la República y por autoridad de la
Ley,

RESUELVE

CONFIRMAR el fallo impugnado.

NOTIFICAR esta providencia de conformidad con el


artículo 30 del Decreto 2591 de 1991.

REMITIR el expediente a la Corte Constitucional para


su eventual revisión, una vez en firme.

NOTIFÍQUESE y CÚMPLASE

JOSÉ LEONIDAS BUSTOS MARTÍNEZ

EUGENIO FERNÁNDEZ CARLIER

PATRICIA SALAZAR CUÉLLAR

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NUBIA YOLANDA NOVA GARCÍA


Secretaria

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