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Botero Urmbe
,
~
.
.g UNIVERSIDAD
f\ Q NACIONAL
~ . DE COLOMBIA
Darío Botero Uribe
Escritor, pensador, profesor emérito y maestro
de la Universidad Nacional de Colombia; recibió
el doctorado de la Universidad Nacional con
el título de maestro; estudió derecho, ciencias
políticas yiilo50fía -<urso de Magíster- en la
misma Universidad, en la cual ocupó el cargo
de decano de la FKultad de Derecho, Ciend ••
Política. y Soclale., 1986-1988.
UNIVERSIDAD
NACIONAL
DE COLOMBIA
Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales
© Universidad Nacional de Colombia
Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales
Carátula
Camilo Umaña
Ilustración de carátula
Anabela Botero A., tinta sobre papel
Armada electrónica
Ana Rita Rodríguez R.
ISBN: 958-701-554-1
CAPÍTULOI
¿Normativismo o teoría social del derecho? 39
Crítica del normativismo 41
Propuesta de una teoría social del derecho 47
Hacia la construcción de una ciencia
del derecho 54
CAPÍTULO II
El orden jurídico-social 59
El concepto 61
El orden jurídico-social: componentes
tentativos 63
¿Cómo se forma el orden jurídico-social? 64
¿Cómo se legitima el orden jurídico-social? 65
Hacia la legitimidad de las relaciones
de poder 66
Proceso de legitimación de las relaciones
de poder 67
El orden jurídico-social y el derecho
como pensamiento regulador
y técnica de ajuste social 70
DARÍO BOTERO URIBE
CAPÍTULO lB
Teoría Social del Derecho 83
¿Qué tipo de relación social es el derecho? 85
Crítica del positivismo y la dogmática
jurídica 95
Crítica de la concepción
del derecho natural 98
Crítica a la insuficiencia
del derecho positivo 100
La teoría social del derecho
en la perspectiva de una concepción
dinámica de la sociedad 102
CAPÍTULO IV
El derecho y la ética como formas
del autocontrol de la sociabilidad 107
El derecho y la conducta humana 109
El derecho y la ética como elementos
configurado res de la sociabilidad 112
El derecho no es ideología, pero genera
ideologías 115
El derecho puede representar el acuerdo
o la imposición de fuerzas sociales 117
Teoría social del Derecho
CAPÍTULO V
El derecho es un pensamiento regulador
y una técnica de ajuste social 127
Autorregulación social y orden normativo 129
La sociedad como orden dinámico
y el conflicto social 132
El derecho como pensamiento regulador
y como técnica de ajuste social 139
El derecho se mueve en la perspectiva
de un telos 140
El derecho no se basa en la libertad
sino en la coercibilidad 143
El derecho es un orden valorativo 145
El derecho no tiene historia propia
(Marx) 147
CAPÍTULO VI
Del poder de la palabra a la democracia 149
Ética y derecho en la producción
de un orden jurídico 159
DARía BOTERO VRIBE
CAPÍTULO VII
Utopía, anarquía y derecho 165
CAPÍTULO VIII
El derecho es de la vida 187
BIBLIOGRAFÍA 195
PRÓLOGO A LA CUARTA EDICIÓN
~
culturales, económicas, jurídicas, de discurso, etc. En cada for-
mación social y en cada momento, uno u otro tipo de relación
tiene la preponderancia; pero teóricamente no existe la mono-
causalidad que domine la vida psicosocial. Así, la economía, el
derecho, la política, el pensamiento filosófico son diversas ex-
presiones de la vida social, más cercanas unas al mundo y más
próximas otras al lenguaje, pero sólo constituyen momentos
en la concepción genética del pensamiento vitalista: mate-
ria-vida-forma o pensamiento. La materia y el pensamiento,
mediados por la vida, que aparece como el centro del pensa-
miento filosófico.
Las principales formas previsoras del orden so-
cial son el derecho, la economía política y la política; ellas pro-
ducen normas, códigos, reglamentos, planes, programas, que
se proponen regular el orden social a partir de una previsión
determinada; en cambio, la sociología se ocupa de ese mismo
orden pero no en su previsión sino en su efectiva realización fác-
tica. El derecho y la ética son disciplinas normativas, pero mi
interpretación filosófica consiste en potenciar la normatividad
Teoría social del Derecho
La interpretación en derecho
Paul Ricoeur escribe:
... es notable que en Aristóteles el término (hermenéutica) no
se restringe al de alegoría, sino que añade a todo discurso
significante, más aún, el discurso significante es hermeneia, es
decir, 'interpreta' la realidad, en la medida en que dice 'algo
de algo'; hay hermeneia porque la enunciación es una captura
de lo real por medio de expresiones significantes, y no un
extracto de supuestas impresiones provenientes de las cosas
mismas"l.
4 El derecho y la formación
Actualmente en Colombia, por lo menos en la mayoría de las
facultades, no se enseña derecho, desde mi perspectiva. La en-
señanza se ocupa de legislaciones, reglamentos, normas, ca-
sos. ¿Constituye esa práctica pedagógica enseñanza de
derecho? Mi respuesta es: no. La ley no es derecho, es apenas
uno de sus instrumentos. El resultado de esa enseñanza ins-
trumental no es la formación de juristas, profesionales con
una formación ética, con un saber general sobre la vida social
y con un conocimiento del derecho y de la ley, sino expertos
en manipulación de normas, mañosos, que rápidamente ad-
quieren en el mundo del litigio una herramienta que les per-
mite el éxito. Los mejores no son los más talentosos, sino los
más habilidosos. El derecho hay que buscado, además de la
ley, en el pensamiento jurídico, en la reflexión sobre la vida
social en la perspectiva de la normatividad, en la crítica del ar-
chipiélago jurídico. En algunas facultades se han formado dos
grupos de docentes: los "jurídicos" y los "sociólogos"; dos
grupos entre los cuales no existe diálogo; forman discursos
Teoría social del Derecho
La proyección vitalista
Cuando la sociedad se vislumbra desde una posición providen-
cial, se pide al súbdito el ejercicio de una creencia y una morali-
dad determinada; cuando la sociedad se concibe desde el cono-
cimiento (positivismo), hay que confiar en el desarrollo científi-
co-tecnológico, en el progreso asumido como ideología; cuando
la sociedad se observa desde la pobreza, es ineludible asumir el
imperativo de un cambio social para satisfacer la carencias.
Cuando la sociedad se concibe desde la vida, hay necesi-
dad de analizarla desde:
l. El movimiento incesante
a) interno
b) externo
2. La vitalización
3. El ambientalismo
4. La lucha contra la miseria
DARía BOTERO URIBE
El derecho es una pieza clave del orden social. Por esa razón
los conservaduristas han buscado siempre valorar altamente
el derecho en la vida social, y de esta manera han contribuido
a concebir y a perfilar un derecho estático que busca infruc-
tuosamente detener el devenir. Han elaborado una imagen
tan convincente del derecho ligado al statu quo, que el mar-
xismo como reacción a ese enfoque negó el derecho dialéctica-
mente en cuanto lo concebía como un conjunto de relaciones
sociales falsas y luego en la negación de la negación aparece-
rían las relaciones sociales devenidas en su verdad. Hoy nin-
gún pensador considera que el derecho pueda superarse. El
problema se traslada entonces a qué tipo de derecho debe de-
linearse. El derecho que uno defiende tiene relación estrecha
con el tipo de sociedad que aspira a prefigurar. Por esa razón,
para valorar una concepción del derecho es necesario vislum-
brar entre líneas cuál idea de la vida social, de la libertad, del
individuo, de la propiedad, de la justicia, del poder se avala.
La Teoría social del derecho es una concepción dinámica
que he perfilado en torno al telos de una evolución que busca
construir una sociedad justa y democrática. La justicia y la de-
mocracia son dos conceptos sobre los cuales he venido refle-
xionando en mi obra. Al hablar de democracia, no me refiero a
ese estereotipo desgastado por el uso y el abuso de distintas
vertientes ideológicas del prisma político, sino al horizonte de
pensamiento y acción que he delineado en El derecho a la uto-
Pía; Vida, ética y democracia y El poder de la filosofía y la filosofía
del poder. Respecto a la justicia social, me opongo a las concep-
ciones que creen haber resuelto teóricamente el problema.
Pienso que la democracia y la justicia, en tanto ideas tutelares
de un replanteamiento de lo social, tienen que diseñarse y
DARía BOTERO URIBE
~
PRÓLOGO A LA PRIMERA EDICIÓN
3. Ibíd., p. 28.
Teoría social del Derecho
r.' N ormativismo
o teoría social del derecho?
Crítica del normativismo
Habermas ha reformulado la teoría de los tres mundos de
Popper y como resultado ha llegado a la concepción de un
mundo objetivo, constituido por hechos; un mundo social,
configurado por normas y un mundo subjetivo, representado
por vivencias l .
El mundo social es, pues, un mundo normativo. Existe
una tipología amplia de normas sociales: normas jurídicas,
normas éticas, normas culturales, normas semánticas, normas
fonéticas, etc. A diferencia de la naturaleza, la vida social está
regida por reglas, por prefiguraciones de la conducta, por un
pensamiento normativo.
La sociedad para poder sobrevivir necesita una forma de
autorregulación social: ésta se cumple a través de formas re-
guladoras de la conducta social, tales como las normas jurídi-
cas propiamente dichas, las normas sociales básicas, las
normas éticas y las normas políticas. Parto de la afirmación de
que la sociabilidad es histórica, que se configuró en un mo-
mento relativamente avanzado de la historia del hombre,
como forma subsiguiente a la horda primitiva. El hombre,
pues, ha devenido social. Todas las sociedades históricas han
necesitado unas normas sociales, éticas, jurídicas y políticas
para regular el desenvolvimiento social. Se puede decir que esa
normatividad es expresión de las relaciones sociales, configura
formas culturales y políticas que han ido acuñando los pueblos
para encaminar la vida social.
~
sólo, por decirlo de alguna manera, un mero resumen del derecho
positivo, una puntualización de los valores más significativos de
ese orden jurídico, sino que representa una autorreflexión de los
juristas en torno a requerimientos del orden, a los desajustes, a los
esfuerzos de legitimación del mismo y a los problemas de aplica-
bilidad del derecho, ocasionados principalmente por la violencia
y las condiciones sociales existentes.
El orden jurídico-social pretende crear un centro de grave-
dad de la vida social ideado y regulado por el derecho. Ese cen-
tro de gravedad debe ser un cerebro que procesa informaciones,
tanto respecto a la aplicación del derecho, como al desarrollo de
las instituciones sociales, al acatamiento de la normatividad so-
cial, a la anomia en las zonas de descomposición social, a la ca-
pacidad del derecho para interpretar y ordenar la vida social ...
Al procesar informaciones, críticas, perspectivas, deben los ju-
ristas poder tener una visión coherente de la situación que les
permita elaborar el orden jurídico-social: una conciencia unita-
ria de las necesidades de regulación de la vida social, de la
aplicabilidad del derecho en determinadas condiciones, de la
Teoría social del Derecho
1r 1r
ORDEN JURÍDICO SOCIAL
1r
INTERACCIÓN
1r
REGULACIÓN
SOCIAL NORMATIVA
Teoría social del Derecho
A B C
1 1 1 ly2
r
2
2
,
2
11. Hans Kelsen, Teoría pura del derecho, ob. cit., p. 69.
Teoría Jocial del Derecho
13. Hans Kelsen, Teoría pura del derecho, ob. cit., p. 62.
Teoría social del Derecho
El derecho y la ética
como formas de autocontrol
de la sociabilidad
El derecho y la conducta humana
Todas las disciplinas sociales de alguna manera se ocupan de
la conducta, pero el ángulo desde el cual la estudian difiere se-
gún el objeto específico de cada una.
Así se dividen en:
a) Disciplinas normativas: ética y derecho.
b) Disciplinas empírico-teóricas: sociología, psicología, eco-
nomía, política, etc.
La principal diferencia consiste en que las disciplinas
normativas tienen que ver con la previsibilidad, la regulación,
la ordenación de la conducta. Son, por tanto, disciplinas del
deber ser y no de la facticidad.
Las disciplinas empírico-teóricas se basan de alguna ma-
nera en la previsibilidad, porque todo el mundo social es nor-
mativo, pero a diferencia de las anteriores, su objeto no se
determina en la previsibilidad, sino más bien en el resultado,
en lo acontecido, en lo efectivamente realizado de conformi-
dad con los planes y las políticas. Aun cuando desde luego
también formulan pronósticos, su objetivo es recomendar po-
líticas, medidas culturales o legislativas. Cada una de las disci-
plinas tiene un campo de investigación en el cual conoce
relaciones, conductas, "hechos". Estas disciplinas producen
conocimientos en su respectivo campo de investigación y ac-
ción. No obstante, nada se opone a hacer del derecho una disci-
plina científica, si se logra -como lo propuse antes-, atribuirle,
con la competencia debida, un campo de investigación y de
producción de conocimientos propio.
Existen cuatro disciplinas que se ocupan muy detenida-
mente de la conducta. Ellas son: la psicología, la sociología, la
ética y el derecho.
DARía BOTERO URIBE
~
duo, de la conducta que debe adoptar ante distintas formas de
acción social, o ante situaciones que le crea la vida social.
El derecho se aplica lo mismo que la ética a discernir
cuál es la conducta viable en una situación determinada,
pero en tanto la ética apela a la conciencia moral, el derecho
busca la coerción. El derecho y la ética están inescindible-
mente unidos en una concepción no positivista. Son las dos
caras de una misma moneda, dos formas de pensamiento y
acción complementarias.
El derecho en la perspectiva de la teoría social del dere-
cho se integra a la ciencia social como disciplina normativa,
con un objeto propio y una complementariedad e interdisci-
plinariedad con las demás ramas científico-sociales. El dere-
cho ya no será más guardián de la letra muerta de los códigos,
sino una disciplina que regula y autocontrola el orden jurídi-
co-social, sin pretermitir el derecho positivo, pero con una vi-
sión muy amplia para enriquecer, complementar, ubicar las
normas positivas y establecer en muchos casos la aplicabilidad
o inaplicabilidad y el criterio de validez.
Teoría social del Derecho
~
sis del derecho y la ética se remontan a la más profunda ar-
queología de la vida social, pero siguen brotando de la vida
social permanentemente, por supuesto. Todo el que quiera
puede experimentarlas. Basta que se traslade a un pequeño
pueblo de cualquier provincia e intente introducir modifica-
ciones bruscas en los hábitos de vida de la comunidad. Recibi-
rá el rechazo social y el grupo lo presionará, incluso a veces
acudiendo a la violencia, para que adopte las normas de la vida
social vigentes allí. ¿A partir de qué momento adquieren fiso-
nomía propia la ética y el derecho?
A partir del momento en que la conciencia reguladora del
orden toma dos caminos diferentes: uno, la ética, se retrae a la
autoconciencia, se convierte en reflexión sobre el respeto que se
debe a todos. Es la conciencia de autorresponsabilidad que
piensa que yo debo dar al otro el respeto que quiero que él me
dé. Es la idea misma de la libertad. El autocontrol social como
libre determinación de mi yo: el otro, el derecho, se proyecta a
la exterioridad, es la forma de autocontrol complementario de
la ética, que no se basa en la libertad, sino en la coerción. El
Teoría social del Derecho
~
tación del derecho y no simplemente de la ley, asume una posi-
ción mediadora entre las relaciones de poder y las necesidades
de justificación política. En la perspectiva de la teoría social del
derecho, el derecho comienza a poner fines universales a la vida
jurídica. De esta manera, el derecho deviene el más grande con-
trapoder. Continúa dirimiendo los conflictos de intereses priva-
dos, pero en vez de ser una fuerza inconsciente, anárquica de
defensa de los intereses de poder, comienza progresivamente a
facilitar una evolución en la cual se resuelven los conflictos de
intereses, no sólo como proyección de la sociedad burguesa sino
en la perspectiva de las necesidades universales de la sociedad.
El derecho, la praxis jurídica se puede convertir en un
contrapoder, sólo si, como lo propone la teoría social del dere-
cho, se define un orden jurídico-social, como un gran acuerdo
entre las nuevas escuelas de interpretación del derecho que se
crearían. Ese orden jurídico-social deberá delimitar en cada
momento del desarrollo social las reglas de conciliación entre
los intereses privados y los intereses universales de la libertad,
del bienestar, de la justicia.
CAPÍTULO V
El derecho es un pensamiento
regulador y una técnica
de ajuste social
Autorregulación social y orden normativo
Toda sociedad implica un orden. Sin orden estamos en pre-
sencia de una turba, de una cáfila, de una aglomeración, de
una montonera, pero no de una sociedad. La sociedad compor-
ta un animus societatis, la aceptación de la complementariedad,
una integración que tiene un estatus, unos principios mínimos,
unas reglas para que la asociación de cada uno con el grupo se
repute normal, normada, normativa. Esta normatividad (se
trata de normas sociales o de primer grado) es no escrita, pero
igualmente exigible. Cuando una persona transgrede las nor-
mas sociales, el grupo presiona a ese individuo para que acate
la regulación social. Podemos decir que el orden social se re-
nueva, se revitaliza con cada acción en que el grupo presiona a
un individuo. El orden social evoluciona con la cultura, las
tradiciones, la política, la confrontación de problemas que
amenazan o que dificultan la vida de la comunidad, en fin,
con toda la constelación de valores e influjos sociales.
E! orden social es movible, tiende a osificarse con las vie-
jas generaciones, pero entonces viene el desafío de los jóvenes
o de los revolucionarios que rompen con aquellas reglas que
estiman desuetas. Cuando el desafío se generaliza, las reglas se
hacen más flexibles y, finalmente, se transforman. La escolari-
dad, la educación, la cultura juegan un papel importante en la
evolución del orden.
E! derecho positivo está construido sobre este orden, aun
cuando muchos lo ignoren. Si este orden desaparece, por
ejemplo en condiciones de extrema violencia o descomposi-
ción social, se presenta la anomia, y en esa eventualidad el de-
recho positivo no opera. Esto nos demuestra que así el derecho
positivo tenga o no una conciencia clara de las normas de
DARÍO BOTERO URIBE
~
dica sólo reconoce el derecho positivo, es decir, el segundo piso.
Pocas veces se acerca al primero, o sea al constituyente, allegis-
lador, a las autoridades administrativas investidas de funciones
creadoras de derecho. Entre nosotros no se crea derecho ni se in-
terpreta, atendiendo el orden social, es decir los cimientos del
edificio, sino copiando a otras legislaciones. Eso muestra la su-
perficialidad del saber jurídico. Hay una conciencia jurídica va-
cía, que no toma nota de los problemas que enfrenta el derecho.
De acá deriva el formalismo de los abogados, su falta de con-
ciencia, su ignorancia acerca de cuál es el efecto del derecho en
la vida de la comunidad, qué normas se necesitan, cuáles son las
fallas en la infraestructura del derecho. Se enteda a los estudian-
tes en la telaraña de las normas, no se les proporciona una base
de conocimiento, se les vendan los ojos y después se les dice: rom-
pan la piñata, ganen dinero, no importa que la sociedad se hun-
da. Es una patente de corso para mantener el statu quo, no se les
proporciona a los estudiantes una forma de interpretar el derecho
en consonancia con las necesidades sociales, de hacer del dere-
cho un instrumento de la justicia. La alternativa es clara: o
Teoría social del Derecho
~
dispersa y caótica de la vida jurídica en la actualidad. Los juris-
tas, las facultades de derecho, las asociaciones profesionales,
las escuelas de interpretación que preconiza la teoría social del
derecho propondrían reglas y una vez acordadas podrían apli-
carlas en la práctica.
El pensamiento regulador es el pensamiento jurídico
propiamente dicho, el cual tiene la responsabilidad de diseñar
el orden jurídico-social, su actualización y legitimación. Es un
pensamiento ético-político-jurídico. Es ético-político como
todo pensamiento social, y jurídico por la especificidad de la
regulación que se trata de establecer. La técnica de ajuste so-
cial es la praxis de ese pensamiento regulador, es la actividad
diaria de los abogados de interpretación y aplicación del
derecho.
El derecho se mueve
en la perspectiva de un telos
El derecho como forma de auto control de la sociabilidad,
como conciencia y como disciplina intelectual, va orientado
Teoría social del Derecho
Primera oposición
Individuo - hombre - individuo
~
hombre - individuo - hombre
Segunda oposición
Cuerpo - pensamiento - cuerpo
pensamiento - cuerpo - pensamiento
~
cuerpo fuerte, probablemente bien conformado, ágil, que tie-
ne una propensión a disfrutar de la vida, pero carece de espíri-
tu. El goce puramente físico, pulsional, es muy limitado sin
conocimiento. A mi juicio, es lo que me enseña la experiencia
reflexionada, se necesita saber mucho para aprender a vivir.
Por supuesto que se trata de un saber especial; no de un saber
científico-técnico, sino precisamente de la sabiduría específi-
camente; un saber sobre la vida es el saber por ejemplo de los
ensayos de Montaigne, el saber que se expresa en las novelas
de Dostowieski, el saber de Así habló Zaratustra y otras obras
de Nietzsche; el saber de Freud en las historias clínicas y en
otras de sus obras; el saber de El derecho a la utoPía y Vida, ética
y democracia, del autor de este ensayo, etc. Un saber que ha re-
flexionado sobre la experiencia humana y ha descubierto nor-
mas que nos sirven para construir un proyecto de vida lúcido y
gratificante.
Por otra parte, el desarrollo del pensamiento es funda-
mental. Pensar no es obvio. En un sentido estricto, no pode-
mos definir al hombre como el animal que piensa. Pensar es la
Teoría social del Derecho
Utopía, anarquía
y derecho
Todo sistema político y todo ordenamiento jurídico presupo-
nen un orden. Un orden es una estructura normativa que rige
en un espacio y en un tiempo determinados. Todo orden re-
presenta un acuerdo de los asociados o una imposición de los
poderosos. El orden es susceptible de legitimarse mediante la
aceptación de todos o de la mayoría de los escudados por él l .
Ningún orden es rígido, estacionario. Todo orden está
evolucionando permanentemente, pues aunque las normas
que lo configuran se mantengan inmodificadas, todo aquello
que el orden gobierna está inscrito en el devenir. El orden
cambia explícitamente de dos maneras: una, cuando se modi-
fican expresamente las normas que lo constituyen; dos, cuan-
do cambia el espíritu que lo interpreta o lo aplica.
El orden puede ser aceptado voluntaria o involuntaria-
mente, o rechazado. Cuando un orden se mantiene sólo gra-
cias a la fuerza es un desorden. Las ideas políticas siempre
parten implícitamente de un orden real o presentido. No se
puede pensar políticamente sin la consideración de un orden.
El Anarquismo es, por supuesto, un orden. Un orden distinto
al orden de la dominación, pero de todas maneras un orden.
Un orden de la libertad, de la autonomía, del autogobierno. El
anarquismo en tanto movimiento político es la búsqueda de
un orden determinad0 2 • Existe acá una confusión, porque sue-
le llamarse vulgarmente desorden a la Anarquía. El desafío a
~
Hay una recomposición del universo social en consonancia con
ese significado "objetivo", que le atribuimos a la realidad, el
cual deviene verdaderamente objetivo, porque le acordamos
ese sentido y actuamos en consecuencia frente a la realidad así
caracterizada.
Si las metas utopistas en algunos campos específicos se
cumplen, hay necesidad de volver a comenzar. La revolución tie-
ne un punto final ideal en el horizonte; la utopía, no; ésta, cuando
consigue una meta, sabe que siempre habrá un horizonte de
posibles que es necesario explorar. Que la humanización es un
campo del pensamiento, de la eticidad, la política, un proyec-
to inacabado e inacabable. Las revoluciones se institucionali-
zan, mueren como proyectos intelectuales; la utopía incide en
los procesos, contribuye a humanizar el mundo, pero siempre
se retrae al horizonte, no muere como proyecto intelectual,
simplemente se reestructura y vuelve a alimentar el pensa-
miento y en alguna medida la historia. Incluso porque hay un
desfase entre el pensamiento y la objetividad: éstos constitu-
yen más bien dos líneas que no pueden coincidir nunca. El
Teoría social del Derecho
acción del Estado, para crear rumbos nuevos, que solo poste-
riormente irán adquiriendo perfiles jurídicos.
El poder en su fuente misma de producción se puede re-
gular sólo formalmente. El desafio que asume la Teoría social
del derecho es el de que puedan regularse crecientemente las
coordenadas generales del orden social: las instituciones, los
derechos, etc. Éstos, desde luego, están normalizados por es-
tatutos jurídicos, pero ahora con la regulación nos referimos al
progresivo sometimiento de las instituciones al orden jurídi-
co-social. Una regulación que va buscando paulatinamente
un orden social legítimo que beneficie a todos los asociados.
La Teoría social del derecho ha dejado de concebir el dere-
cho respecto al orden social como pasivo y lo lanza a la ofensi-
va: el derecho como contrapoder9•
Cuando ya no hubiera ni un asomo de pequeños y media-
:z4 nos poderes, habría un pueblo de borregos moviéndose por
inercia, pero paradójicamente habría un dictador omnímodo,
un poder absoluto. Esta es la experiencia paradigmática del
estalinismo. Es también de alguna manera la experiencia de
las masas en todas las sociedades modernas contemporáneas.
Cuando se crea un conglomerado humano en el cual cada in-
dividuo se reconoce en el otro, las relaciones de poder han de-
saparecido en el grupo, pero sólo al costo que las relaciones de
poder externas sobre el grupo se han hecho más férreas. No se
pueden destruir los micropoderes sino construyendo un gran
poder. Así puedo afirmar que del mismo modo que pasa en el
cosmos con la energía, en el cual ésta siempre se mantiene cons-
tante, el poder dentro de unas relaciones sociales determinadas
constituye en cada momento histórico un quantum preciso y
determinable, representa la cantidad de fuerza necesaria para
9. Ibíd.
Teoría social del Derecho
~
en la búsqueda de un mundo de posibles. Si la violencia puede
realizar la justicia, el derecho no es más que un alcahuete del
viejo orden. Pero, si la violencia no es capaz de realizar la justi-
cia, como lo sabemos hoy, el papel del derecho en la vida social
no puede ser mirado tan olímpicamente.
Los neo kantianos desarrollan la ruptura kantiana de na-
turaleza e historia; dan al mundo natural la connotación de
ser, y al mundo histórico la connotación de deber ser. Max
Weber lo consigna en los siguientes términos:
"Cuando se habla de derecho", "orden jurídico", "preceptos
jurídicos", debe tenerse en cuenta de un modo particularmen-
te riguroso la distinción entre la consideración jurídica y la so-
ciológica. La primera se pregunta lo que idealmente vale
como derecho. Esto es: qué significación o, lo que es lo mis-
mo, qué sentido normativo lógicamente correcto debe corres-
ponder a una formación verbal que se presenta como norma
jurídica. Por el contrario, la última se pregunta lo que de he-
cho ocurre en una comunidad en razón de que existe la proba-
bilidad de que los hombres que participan en la actividad
Teoría social del Dere.ho
-ª4
25. Ídem.
CAPÍTULO VIII
El derecho
es de la vida
El derecho fluye por las venas y arterias de la vida social; circu-
la impetuosamente en períodos de transformación social y se
desliza suave, imperceptiblemente cuando la vida social se se-
rena y la cultura jurídica, eventualmente, penetra por todos
los resquicios del universo social. El derecho aparece en el for-
cejeo, en la disparidad, en la controversia; brota en la interac-
ción social como brota la ética por la urgencia de regular el
conflicto, de buscar un tercero que examine los argumentos en
pugna; obedece a la necesidad de hallar la fluidez del inter-
cambio, la satisfacción de necesidades; de regular el reparto en
un convite social; de proscribir el delito y asegurar la posesión.
El derecho está allí. Si en un momento determinado hi-
ciéramos abstracción del derecho positivo y aguzáramos el
oído, podríamos escuchar el rumor de la juridicidad que fluye
a borbotones en las relaciones sociales.
Una etapa tardía de la historia del derecho ha sido la for-
malización, la codificación y finalmente la renuncia del positi-
vismo a investigar la causalidad social 1 y, como consecuencia,
la pérdida de la memoria del papel del derecho en la vida so-
cial. Todo el mundo olvidó -muchos, por supuesto, jamás lo
supieron- que el derecho existe más allá de los códigos, en el
subsuelo de la vida social; que sin una percepción de lo que allí
ocurre, el derecho ha sido arrancado de raíz de la sociabilidad; y
un derecho positivo sin conciencia del devenir social puede obs-
truir la sociabilidad, en vez de hacerla más fluida y gratificante.
El derecho se configura en los conflictos, en la previsión o
en la solución de los mismos; es la construcción de la paz en la
3. Ibíd., p. 66.
DARía BOTERO URIBE
194
1
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DARía BOTERO URIBE
El derecho a la utopía
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El Vitalismo Cósmico
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