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DESMANTELANDO EL SISTEMA / A LOS BUSCADORES DE LA VERDAD
LA KABBALAH ‐ CÓDIGO SERAPHIM‐DRAKONIAN (1º parte)
En el artículo denominado “EL CONOCIMIENTO INTERIOR” se comentaba lo siguiente:
***En términos de la mecánica de la creación, la semilla en el corazón de toda esta creación
es el Átomo Simiente, en él están integradas tanto la semilla divina (desde la cual emerge
la etapa de manifestación) como toda la plantilla de programación de esta falsa
realidad.
En el interior del átomo simiente se irradia en oleadas lo que se denomina la Llama Eterna.
El átomo simiente, el cual alberga esta Llama, es conocido como el Punto Central de esta
Creación. Es una llama viva de la conciencia divina.
La Llama Eterna reside en el centro del Átomo Personal Simiente, en el punto central de
la impronta “Divina” encerrada en el Alma (el alma es el “vehículo” del Ser en esta
experiencia de separación). Este punto en la plantilla original queda a medio camino entre
las esferas sexta y séptima y, por lo tanto, en nuestra anatomía física corresponde a la
ubicación de la glándula del timo, entre los chakras del corazón y la garganta. Es desde este
punto central que podemos acceder a nuestra propia conexión interna y eterna con la Fuente
Divina, desde donde podemos conocernos a nosotros mismos.
El hecho de que este centro no forme pares es muy importante, dado que estamos hablando
del Centro de Conciencia donde emana la llamada “llama eterna” o punto de vacío. En
cambio, los demás centros de conciencia forman pares por el efecto del sistema de chakras
implantado, que produce el desdoblamiento***
En el libro de Enoc se hace una descripción del paraíso, con numerosos árboles, entre ellos
se menciona al "árbol del conocimiento del bien y el mal" con el nombre del "árbol de la
sabiduría".
(Génesis 2:9) Y el SEÑOR Dios hizo brotar de la tierra todo árbol agradable a la vista y bueno
para comer; asimismo, en medio del huerto, el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del
bien y del mal.
(Génesis 2:1617) Y ordenó el SEÑOR Dios al hombre, diciendo: “De todo árbol del huerto
podrás comer, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día
que de él comas, ciertamente morirás”.
El árbol del conocimiento del bien y el mal (en hebreo ֵעץ ה ַּד ַעת
ַ טֹוב ו ָ ָרע Etz hada'at tov va
ra) es uno de los Árboles del Paraíso en la historia del Jardín del Edén en Génesis 23, junto
con el árbol de la vida.
En teología cristiana, el consumo de la fruta del árbol del conocimiento del bien y del mal
fue el pecado original cometido por Eva y posteriormente Adán, conocido como la “caída
del hombre”.
Cuando comieron de este árbol, se percataron de su desnudez y se pusieron a coser hojas
del jardín para cubrirse. Como resultado de su pecado, fueron expulsados del cielo, la
morada de Dios, y fueron colocados en la Tierra para vivir y morir.
La narración del Edén, que toma los capítulos 1 a 3 del Génesis, cuenta cómo Dios creó al
primer hombre y lo colocó en un jardín paradisíaco en Edén. Antes de crear a la primera
mujer, Dios le dice al hombre que él puede comer la fruta de cualquier árbol en el jardín
exceptuando el del conocimiento del bien y el mal. Y le advierte que si come de él morirá.
Jehová no la llama Eva sino "hembra, por haber sido tomada del hombre". Una serpiente
tienta a la mujer a comer de la fruta con la promesa del conocimiento.
Tanto el hombre como la mujer comen, volviéndose conscientes de su desnudez y
sintiendo vergüenza. Dios, consciente de que los primeros humanos también tienen
conocimiento, los expulsa del jardín del edén para evitar que coman también del Árbol
de la Vida.
Adán y Eva ya no tuvieron más acceso al árbol de la vida (ya no podrían vivir para
siempre). Según el texto bíblico, murieron finalmente y su descendencia moriría también.
Y así se produce la caída del hombre, desde un árbol de 12 sephiroth a otro con 10
sephiroth. Desconectados de su Esencia y de la vida eterna.
El árbol del conocimiento del bien y del mal, también llamado árbol de la ciencia del bien y
del mal, es presentado como el instrumento de la caída de Adán. A diferencia del árbol de
la vida que en la Kabbalah se presenta como unidad, el árbol del conocimiento del bien y
del mal se presenta como una dualidad. Esto, aparentemente contradictorio, se entenderá
fácilmente cuando se mencione a la trinidad KetherBinahChokmah (AlephMemShin)
que “crea” y “polariza” por medio de Daat, la llamada sephirah oculta.
Tenemos que diferenciar, por lo tanto, entre el Árbol de la Vida (integrada por 10
sephiroth) y el Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal (integrado en la sephirah oculta
Daat).
Daath es un símbolo en el Árbol de la Vida. Daath representa el Árbol del Conocimiento. Si
recuerdan en el libro de Génesis, la mujer tuvo la tentación de comer del Árbol del
Conocimiento, y la palabra que se traduce como “Conocimiento” en hebreo es Daat.
El Sepher Yetzirah (en hebreo “Libro de la Formación” o “Libro de la Creación”, ספר
)יצירה es el título del primer libro que concierne a la Kabbalah y trata el tema del
esoterismo judío. También llamado "Libro de Abraham" (a quien se le atribuyen sus
enseñanzas transmitidas de modo oral), junto con el Zohar, las principales fuentes del
esoterismo judío.
Los diez Sephiroth de la Kabbalah son las "Diez Emanaciones", que son las fuerzas
primarias que conducen a toda manifestación en cada uno de los planos en sucesión.
Estos comandos, estas instrucciones, fueron reveladas a Abraham, quien las recibió y
aceptó fielmente, como una forma de Sabiduría, en un Pacto. Estas instrucciones, en el
idioma hebreo, se llaman Kabbalah.
En Kabbalah se distinguen cuatro mundos:
Atziluth, el mundo de los Arquetipos, relacionado con el triángulo superior.
Briah, el mundo de la Creación, donde las fuerzas se combinan para crear. Está
relacionado con el segundo triángulo.
Yetzirah, el mundo de la Formación, en el que se elabora la creación. Está relacionado
con el tercer triángulo.
Assiah, el mundo de la Acción, relacionado con el sephirah Malkuth.
En la Kabbalah, el Espacio Absoluto Abstracto está dividido en tres partes. La primera parte
se llama אין Ain, que significa "nada". Ain está formada por tres letras: Aleph , Iod y Nun.
Ain, la nada, es el espacio abstracto del que todo emerge. Cuando decimos la nada, no es
porque no sea nada, sino porque es algo que no está relacionado con lo que conocemos en
este universo; es otra cosa, pero no materia, no energía. Aunque la materia y la energía
emergen de Ain, no es materia o energía.
El Ain Soph simboliza a la Kundalini, que en Kabbalah relacionan con la Divina Madre. El
aspecto femenino del Espacio Absoluto Abstracto es el Ain Soph. Se la llama la Madre no
manifestada.
Del Ain Soph emerge el Rayo de la Creación. ¿Y cómo llamamos a ese Rayo de Creación?
Se llama luz o Aur, en hebreo , Aleph , Vav , Resh. Aur (luz), es el tercer aspecto del
Absoluto: el Ain Soph Aur. La luz (Aur, Cristo) emerge del Ain Soph y aparece en el
universo como un rayo; el final de ese rayo de luz que se proyecta está simbolizado en la
Kabbalah como Kether, como el Iod que emerge, como un punto, un punto que emerge del
Espacio Absoluto Abstracto.
El Ain Soph Aur de la Kabbalah es lo que se denomina el "Absoluto Solar". El Absoluto Sol
es esa luz, pero no pertenece al mundo tridimensional; el Absoluto Solar pertenece a la
séptima dimensión.
El rayo de la creación, por ende, desciende a través de los Sephiroth del Árbol de la Vida.
En muchas filosofías se menciona a Lucifer como el “portador de la luz”. En esta rama
basada en 10 sephirot, Lucifer simbolizaría esa luz que emergiendo de la oscuridad,
permanece no manifestado dentro del Absoluto Solar, pero cuando se manifiesta se divide
en tres. Estos tres aspectos son lo que se denomina en Kabbalah: Kether, Chokmah,
Binah.
El Ouroboros es el Ain Soph que gira, origina el Aur, el Ain Soph Aur.
El Ain, el Ain Soph y Ain Soph Aur son los tres aspectos de lo Incognoscible que no se
manifiestan. Lo manifestado surge del Aur y el manifestado del Aur se llama Kether;
entonces Kether no puede existir sin Aur. Ese Aur es Lucifer, la luz manifestada.
El Ouroboros es Lucifer.
Os acordáis cuando se mencionaban en otros artículos los tres campos primarios de
sonido (AIN), los tres campos primarios de luz (AIN SOPH) y los tres campos de luz
hidroplasmática ( AIN SOPH AUR)?
Y os acordáis, igualmente, cuando se mencionaba que la Gran Mente polariza desde las
dimensiones 13, 14 y 15, en su unión con la plantilla de manifestación (dimensiones 112)?
Todo está relacionado, y lo que estoy tratando en este artículo es la perspectiva de la
Kabbalah.
De los cuatros mundos de la Kabbalah, Assiah es el más bajo, el más denso, y contiene
dentro de sí los otros tres, que son más sutiles. Los primeros tres mundos (Atziluth, Briah,
Yetzirah) hacen que Assiah exista. Entonces, las primeras doce letras representan cómo el
Ain Soph Aur desciende a la manifestación a través de tres mundos o etapas: arquetipos
(Atziluth), creación (Briah) y formación (Yetzirah), hasta convertirse en el mundo de la
acción (Assiah).
El Génesis nos dice que "en el principio Dios creó los cielos y la Tierra”, esto es los Números
1 y O, la Circunferencia Infinita cuyo "centro (DIOS) está en todas partes". Entonces
tenemos el número 1O, el Mundo Arquetípico.
Esto quiere decir que las ideas arquetípicas producen VIBRACIONES, que el Sepher
Yetzirah llama Sonidos, pero los Sonidos como vibraciones producen FORMAS
GEOMÉTRICAS. Esas formas geométricas son las LETRAS del Alfabeto hebreo.
El sepher es una relación puntual del proceso de la creación perenne, por emanaciones
sucesivas que la Ciencia académica llama EVOLUCIÓN.
“YAH, Jehovah Tzabaoth , el Dios de Israel, los Elohim de lo viviente, Rey y Creador
del Universo en treinta y dos senderos ocultos de Sabiduría, EL Shaddai Sublime y
Misericordioso, el Uno, que mora en la Eternidad grabó su nombre que es Santo
El es Sublime y Santo con tres Sepharim: con Sepher (letra), con Sephar
(número) y con Sippur (sonido)”
Las veintidós LetrasSonidos son el fundamento de todo: Tres letras Madres,
Siete letras Dobles y Doce letras Simples. Las Tres Madres son Aleph, Mem y
Shin, están sobre el platillo del mérito y sobre el platillo del deber, y son
mantenidas en equilibrio por el pacto del Verbo.
A estas veintidós Letras Fundamento, Él las circunscribió en un círculo, como
si fuera un muro con 231 puertas. El círculo oscila hacia delante y hacia atrás,
para bien o para mal.
Las 231 "puertas" son NOMBRES o PALABRAS = Mantras o vibraciones de las IDEAS
FUERZA que "simbolizan" las sustancias materiales, constituidas por combinaciones de los
elementos que llamamos PRINCIPALES.
El estableció por la Voz veintidós letras nervios, formándolas por el ALIENTO del Aire y las
fijó en cinco lugares de la boca humana, a saber: Guturales, Paladiales, Linguales, Dentales
y Labiales.
¿Cómo lo hizo? Él las combinó, las pesó y las transformó. Aleph con todas y todas con Aleph.
Beth con todas y todas con Beth. Se repiten en un ciclo y existen en 231 Puertas del
Conocimiento. Todo lo que ha sido formado y todo lo que ha sido dicho emana de un
Nombre Único.
El árbol de la vida (o םייחה ץע el Árbol de las Vidas, porque es plural) es el árbol de la
Kabbalah. Ese árbol es tu columna vertebral, tu sistema nervioso y cerebro.
El segundo árbol es el Árbol del Conocimiento de la pureza y la impureza: ערו בוט תעדה ץע.
Ese árbol es Alquímico. Está escondido dentro del Árbol de la Vida.
El misterio de la Alquimia es Daath, el árbol del bien y del mal, el Árbol del Conocimiento,
dado que la tríada del mundo arquetípico formada por Kether‐Binah‐Chokmah crean
por medio de Daath.
Crear el alma, nacer de nuevo, es una obra de Alquimia. En la Kabbalah, el alma humana se
relaciona con Tiphereth, que se encuentra en el centro mismo del Árbol de la Vida, ya sea
que lo mires vertical u horizontalmente, es el medio.
Tiphereth en el segundo triángulo (el mundo de Briah, mundo de la Creación) está
relacionado con el templo del corazón.
Recordemos que el centro de la plantilla original está representado por el punto medio
entre los sephiroth seis y siete, a la altura de la glándula Timo. En cambio en la plantilla
de la Kabbalah, dicho centro está representado por la sephirah Tiphereth que está
relacionado con el órgano Corazón. La Conciencia es proyectada desde el centro de la
plantilla.
Génesis 2:7. “Y Jehová Elohim formó a Adán [del] polvo de la tierra, y sopló en su nariz
Neshamah Jaim (el aliento de la vida); y el hombre se convirtió en un היח שפנ Nephesh
Chaiah (alma viviente)”
En el artículo “Análisis video Dan Winter “GEOMETRÍA SAGRADA DEL CORAZÓN”, se menciona
lo siguiente:
***Hay que conectarse con el corazón?
Interesante cuestión, sobretodo porque nuestra esencia no está en el corazón físico
manifestado, sino DESPLAZADA Y OCULTA cerca de la glándula del Timo. Ahí es donde
tenemos que enfocarnos, ahí reside nuestra verdadera Esencia***
Enlace del artículo anterior:
https://www.facebook.com/groups/M24javier/permalink/1281844458626087/
Cuando observamos un gráfico del alfabeto hebreo dispuesto verticalmente simboliza y
codifica matemáticamente cómo el Ain Soph Aur (Rayo de Creación) desciende y se
modifica, dando lugar a todo lo que existe. Para ser más específicos, las tres primeras
letras (Alef‐Bet‐Gimel), efectivamente, representarían conceptos muy abstractos que el
intelecto tiene dificultades para entender, porque representan el mundo de los arquetipos,
Esto es comparable al potencial bruto que existe en la semilla, el esperma y el óvulo.
Dentro de la semilla de cualquier organismo están los arquetipos, factores matemáticos,
que cuando se combinan adecuadamente producirán un nuevo organismo. En la ciencia
moderna, esto se llama ADN. En cada célula de nuestros cuerpos existen arquetipos. Los
arquetipos son nuestra herencia que hemos recibido a través de innumerables
generaciones. Estos arquetipos existen en nuestro ADN en el sentido físico y en el sentido
kármico; son factores de causa y efecto.
En los albores de la creación, esa luz emerge de la nada, una trinidad de tres en uno,
simbolizada en las tres primeras letras del alfabeto hebreo. La trinidad desciende para
crear con los arquetipos, porque se divide en dos, se desdobla.
Al estudiar la división celular dentro del campo de la biología, se revela que este es
exactamente el proceso que ocurre en cada célula de cada organismo en la naturaleza. La
célula se divide, creando una imagen reflejada. Este es un microcosmos de lo que sucede
cuando la trinidad en el mundo de Atziluth se divide para ingresar al Mundo de la
Creación, llamado Briah.
Esto es exactamente lo que sucede en Daath, en Briah, el Mundo de la Creación. La luz se
divide y luego se recombina. Este es el proceso exacto de la naturaleza en todos los
niveles: división y combinación. Todo lo que existe se reproduce de esta manera, pero en
niveles: entre los elementos, minerales, plantas, animales y humanos.
Por lo tanto y recapitulando, el Árbol de la Vida está representado en las diez esferas
(sephiroth) y el Árbol del Conocimiento está representado en el sephirah Daath, que está
en su garganta. El Árbol del Conocimiento es la esencia misma del Árbol de la Vida.
Desde aquí la creación se polariza y desdobla. Podemos crear para bien o para mal.
De la garganta emerge la palabra de Dios. A través de la garganta, Dios hace al hombre,
como está escrito en Génesis 1:3.
Por lo tanto, con la pronunciación de la palabra de Dios, con su voz, estamos llevando a
cabo su voluntad, la palabra en Daath, activada por Tiphereth.
La expresión del “aliento de Dios”. La palabra de Dios, el “Logos".
Continúa en la 2ª parte.