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INTRODUCCIÓN

MARCO TEÓRICO

El tema de la educación inclusiva tiene sus propios antecedentes y dentro de ellos se encuentran
algunos conceptos de los que ya se ha hablado previamente; pero que no se han evaluado con
detenimiento y son de vital importancia para ilustrar de mejor manera el enfoque de esta
investigación.

1. Discapacidad

La discapacidad como su palabra lo dice se puede definir como la falta de capacidades en un


individuo y este tipo de capacidades se abarcan a todo nivel, bien sea cognitivo, físico, etc.

Hurtado, L. T. (2016) refiere que con la palabra discapacidad se resume un gran número de
diferentes limitaciones funcionales que se registran en las poblaciones de todos los países del
mundo. La discapacidad puede revestir la forma de una deficiencia física, intelectual o sensorial,
una dolencia que requiera atención médica o una enfermedad mental. Se han identificado cuatro
grandes grupos en los que se resumen o abarcan las diferentes discapacidades: física, sensorial,
intelectual y mental y cada una de ellas requiere y demanda una atención especial.

1.1 Discapacidad física es la relacionada con la deficiencia de movilidad o insuficiencia motora de


una persona. Se considera una discapacidad física cuando una persona tenga anomalías en su
fisionomía, bien sea en sus extremidades, cabeza, columna u otra parte del cuerpo que le impida
moverse con normalidad.

1.2 Discapacidad sensorial se refiere a la pérdida de alguno de los sentidos, aquellos que permiten
o facilitan el aprendizaje, como el sentido auditivo, visual o el habla.

1.3 Discapacidad intelectual es aquella que va ligada al razonamiento lógico, al pensamiento


abstracto, comprensión, solución de problemas, entre otras funciones de nuestro cerebro que
permite la interacción con otras personas y desarrollar competencias del saber.

1.4 Discapacidad mental se puede definir como la falta del desarrollo mental o el desarrollo
incompleto de esta, lo que conlleva a la afectación de la inteligencia, la socialización, el raciocinio y
fallas en algunas funciones motrices, cognitivas y de lenguaje.

Teniendo en cuenta la necesidad especial de dichas personas, años atrás, los gobiernos
implementaron diferentes servicios y centros que atendieran las necesidades principales de las
personas con algún tipo de discapacidad, centralizando su atención en puntos específicos. En un
principio las acciones tuvieron acogida positiva, pues se le estaba dando una adecuada educación
a las personas discapacitadas, tenían su propio espacio para convivir con los demás y estaban bien
atendidos; pero a la luz de la inclusión, esto solo estaba causando rechazo a la sociedad con
condiciones especiales y desencadenaba problemas mayores como depresión en las personas
vulnerables y promovía el bullying y la discriminación por parte de las personas “normales”.

Luego de sentar dicho precedente, se iniciaron procesos de mejora y adaptaciones al sistema


educativo actual, que permitiera integrar personas con discapacidades al entorno educativo
estándar, obviamente garantizando las condiciones físicas y de competencias necesarias para sus
necesidades especiales. En la investigación previa realizada por Correa, J., Sierra, M. B., & Alzate,
G. A. (2015) concluye que en la educación para la diversidad de la población se reconoce que entre
los seres humanos existe infinidad de diferencias, derivadas de su género, raza, religión, cultura,
posibilidades de aprendizaje, entre otras; esta concepción lleva a que los sistemas del Estado
garanticen la igualdad de oportunidades a todos los servicios, no sólo por el hecho de ser
ciudadanos, sino por su condición humana. Estas personas tienen derecho a acceder a una
educación de calidad a lo largo de toda la vida, que promueva su desarrollo integral, su
independencia y su participación, en condiciones de igualdad, en los ámbitos público y privado.

Se conoce que la educación no solamente se trata de estudiar las lecciones que enseña el maestro
sobre geografía, ciencias naturales o tecnología; por el contrario, más que una educación estricta y
repetitiva, lo que busca la nueva versión de la educación en Colombia es formar ciudadanos, seres
humanos, personas con corazón que aprendan a compartir con personas con condiciones
diferentes a las propias sin ningún tipo de recelo, discriminación o rechazo.

Es entonces cuando entra a jugar un papel importante lo llamado Educación Inclusiva y bien lo
definen Correa, J., Sierra, M. B., & Alzate, G. A. (2015) en su artículo: La educación inclusiva es la
posibilidad de acoger en la institución educativa a todos los estudiantes independientemente de
sus características personales o culturales. Parte de la premisa de que todos los estudiantes
pueden aprender, siempre y cuando su entorno educativo ofrezca condiciones de accesibilidad
para todos y provea experiencias de aprendizaje significativas para los diferentes estamentos que
la integran. Significa que todas las niñas, niños, jóvenes y adultos de una comunidad determinada
tengan igualdad de oportunidades para educarse.

De acuerdo a lo propuesto por los investigadores Correa, J., Sierra, M. B., & Alzate, G. A., ¿estará
Antioquia en la capacidad de afrontar estos retos frente a la educación inclusiva, principalmente
en la educación básica primaria? La educación primaria es la parte más importante del aprendizaje
de nuestros niños, pues es aquella que forma en valores, argumentos éticos y visión humana a los
futuros profesionales, y es, por tanto, que se requiere atacar y fomentar de forma prioritaria las
instituciones educativas hacia la inclusión educativa.

Reiteradamente se insiste en que la educación inclusiva no es simplemente integrar en un aula


niños de diferentes condiciones, donde se conjugue la diversidad social, económica y racial, sino
también educar a los niños en el mundo de los valores que les permita aprender a convivir juntos,
respetando las diferencias del otro, donde la justicia y la tolerancia hacia las divergencias de la
otra persona sea la base fundamental de una nueva cultura ciudadana.

Es importante reconocer y enseñar a los niños, desde la escuela primaria, que ningún ser humano
es autosuficiente completamente, nuestra naturaleza nos distingue por tener la necesidad del
otro, buscar una cooperación constante en los demás, identificar las capacidades que tiene la otra
persona que me hacen falta a mí para complementarme y que esto es lo que nos define como
sociedad.

En relación con lo anterior, resalto una idea importante de Molina Correa, M., Suárez López, D.,
Villarreal, J. E., Ibarra Mares, A., & Calvo Muñoz, C. (2016)

Pensar en una escuela inclusiva es asumir el reto del cambio, es reflexionar


permanentemente sobre la realidad educativa, significar los aspectos que enseña: para
qué, por qué, cómo y cuándo ocurren los eventos de la escuela.
La tendencia educativa en Colombia invita a que las escuelas construyan su sentido y
pertinencia para atender la diversidad cultural, donde el respeto y el valor de la condición
humana sean el estandarte de la formación que se privilegia.

Y con esto se puede inferir que el cambio debe venir desde un aspecto global que incluye
entidades gubernamentales, escuelas, profesores, padres de familia y a la sociedad en general,
dado que la educación comienza en casa y es el hogar la primera fuente de conocimiento de los
niños, que por razones culturales arraigadas traen consigo predisposición o posturas según el
círculo social en el que se desarrollen. Los valores de nuestros padres son transferidos de
generación en generación y sabemos que años atrás la educación de las personas con necesidades
especiales fue segregada y obligada a “particularizarse” por el tipo de deficiencia que tuviera la
persona.

López Melero, M. (2005) en su artículo señala una situación lamentable pero verdadera: “En un
mundo donde se valoran la habilidad física y un cuerpo “perfecto” una persona en silla de ruedas
empieza a relacionarse con una gran desventaja. Si esta persona no se acomoda a ese espacio
físico, no sólo no se humaniza el espacio, sino que se le subraya su incapacidad para moverse por
él y por tanto su inadaptación al medio. De ahí que sea necesario un cambio cultural donde sean
los sistemas los que se transformen y no las personas. “Por consiguiente, el cambio se debe situar
en la sociedad y no en el individuo.””

Así pues, es importante iniciar con una nueva percepción de cultura social de aceptación de la
diversidad y aplicar las enseñanzas en ética y valores que representen un cambio significativo en la
mentalidad de todos los que se desenvuelven alrededor de personas con necesidades especiales.
Para conseguir dicho objetivo, se hace necesario implementar un plan de ajuste mutuo donde se
enfoquen los esfuerzos en modificar la conducta social en la escuela, que permita la inclusión y la
educación integrada de niños con discapacidades. En un estudio similar para Latinoamérica, Porras
Vallejo R, Cotrina García M J. (2009) señala que el Centro de estudios de la educación inclusiva
1996 presenta algunas razones que argumentan el planteamiento del cambio en la inclusión
educativa y que podrían considerarse las bases principales por las cuales interiorizar el cambio
cultural en la inclusión educativa en Colombia:

Los derechos humanos:

1. Todos los niños/as tienen derecho a aprender juntos.


2. Los niños/as no deberían ser devaluados o discriminados ni ser excluidos o rechazados
debido a su discapacidad o dificultad de aprendizaje.
3. Los niños/as necesitan que se les proteja, los adultos con discapacidad que estén bien
atendido además que demandan mucha atención.
4. No existen razones legítimas para separar a los niños/as de una educación común, los
niños/as deben estar juntos, con las ventajas y beneficios que esto supone para cada uno.

Una educación de calidad:

5. La investigación demuestra que los niños/as mejoran, académica y socialmente, en


entornos integrados.
6. No existe enseñanza y atención en una escuela segregada, lo cual no sucede en una
escuela ordinaria.
7. Dado un apoyo, a la educación inclusiva es más eficaz en el uso de los recursos educativos.

Una mejora del sentido social

8. Que no haya segregación pues esto enseña a los niños/as a ser temerosos, ignorantes y a
tener prejuicios de clase.
9. Todos los niños/as necesitan una educación que les ayude a desarrollar relaciones y
prepararles para una vida integrada.
10. Solamente la inclusión tiene el potencial de reducir el miedo y crear amigos/as, respeto y
comprensión.

Como conclusión podemos resaltar que López Melero, M. (2005) resume correctamente la
finalidad de la educación inclusiva en sociedad:

La educación para la convivencia democrática y participativa nos abre la esperanza para la


construcción de un proyecto de sociedad y de humanización nueva, donde el pluralismo, la
cooperación, la tolerancia y la libertad serán los valores que definan las relaciones entre
familias y profesorado, entre profesorado y alumnado y entre profesorado y comunidad
educativa, donde el reconocimiento de la diversidad humana esté garantizado como
elemento de valor y no como lacra social.

Reforzando la conducta cultural de una ciudad, se puede lograr el éxito en la educación inclusiva y
dando paso al cambio colectivo, no solo obligar a los individuos a adaptarse a las condiciones
normales de aprendizaje sino pensar en la re-educación tanto de los adultos como de los niños
que conviven con personas con discapacidades para retomar los valores de tolerancia y
aceptación.

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