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TEMA: 14.

La verdad y la no-verdad (los límites de la verdad), sobre el error del conocimiento y la


condición humana. Universidad cronológica y geográfica de la verdad. Importancia y estima de la verdad en la
historia, en el genio, en la cultura y en la psicología de los pueblos y por parte de las doctrinas filosóficas y
ético-religiosas de los diversos pueblos.

LIMITES DE LA VERDAD

La verdad es el objeto propio y natural del pensamiento, que es formalmente pensante por la verdad.
Sin la verdad no sería ni pensamiento, y, por lo tanto, afirmar que el hombre es pensante y negar que conozca
la verdad, es contradictorio, pues sin verdad no hay pensamiento, y sin pensamiento verdadero tampoco hay
certeza.

Dentro de los límites de la verdad, siempre a lo largo de la historia ha sido una problemática.

Las posiciones escépticas de cualquier especie admiten la verdad como un sueño imposible, un ideal
inasequible para la mente humana.

Las posiciones positivistas, al clausurar la potencia cognoscitiva dentro de los límites de la pura experiencia
material y sensitiva, hicieron imposible el conocimiento de la verdad, por lo tanto sostienen que solo es posible
la verdad de las apariencias, nunca la verdad de las cosas.

Los racionalistas, negaron la posibilidad gnoseológica de la verdad racional, gnoseológica y trascendente,


quedándose en una verdad oscura, extraracional y emotiva. Donde más que verdad conoce emocionalmente
una fe.

El idealismo, por su parte hace asequible la verdad, por ser obra del mismo entendimiento, de manera que el
error no se hace gnoseológicamente posible.

Los filósofos escolásticos, exponen que la verdad no siempre es asequible, las razones de esta limitación en
el conocimiento de la verdad radica tanto en la imperfección natural del entendimiento humano como en la
complejidad del objeto.

Por esta razón el abuso del término verdad nos dificulta seriamente el camino para comprender el
problema de sus límites. Según Suárez, la verdad ni es tan frecuente ni tan evidente como la suponemos, y
con mucha frecuencia llamamos verdadero a lo que sencillamente es pseudo evidente. Es preciso decir
entonces que nuestro entendimiento tiene verdadera dificultad para conocer la verdad, por carecer de
especies propias de las cosas, carencia no motivada por el entendimiento en sí mismo, sino por la realidad del
objeto.

Para la fijación gnoseológica de verdad, podríamos distinguir dos clases de verdad, a saber:

 verdad humana: ( social, vital de coexistencia humana). Es una verdad suficiente, en la que casi
nunca nos detenemos para perfilar sus motivos.

 Verdad gnoseológica: la depuración de sus motivos es estricta, requiere una evidencia total, y
esta casi nunca es suficiente.

Por esto mismo el problema del límite de la verdad es realmente complejo, es decir, nos movemos dentro de
un ambiente estricto siempre y cuando hablemos de verdad gnoseológica.1

Sobre el error del conocimiento en la condición humana.

1
DE ALEJANDRO JOSÉ MARÍA GNOSEOLOGÍA Bliteca de Autores Cristianos de la editorial católica.
S. A Madrid 1974.Pag. 136- 138.
En referencia al error, éste conviene definirlo, primeramente: presenta necesariamente una relación con la
verdad formal, y se caracteriza por su falsa certeza.

Error puede significar privación de inteligibilidad (Descarte, Leibniz), podríamos definirlo también
como una deformidad positiva de la mente cognoscente con su objeto, de manera que se afirme como
verdadero lo que es falso (lo que incluye a su vez la afirmación como falso de lo que es verdadero).

La noción, pues, gnoseológica del error depende esencialmente de la noción de verdad. Verdad-falcedad y
error –certeza constituyen actitudes gnoseológicas relativas; el error indica una firmeza gnoseológica,
correlativa a la certeza. El error no es ignorancia, aunque la ignorancia se mezcle en algún grado en todo
error; el error no puede definirse como ignorancia de la verdad.

Conviene distinguir entre afirmación falsa y estar en el error, entre el error subjetivo o acto de sujeto
que tiene por verdadero lo que es falso (estar en el error) y el error objetivo o proposición en sí misma no
conforme con algo que es para ella norma de rectitud (proposición falsa). El problema del error se plantea el
error subjetivo, o sea en el acto de conocimiento.

El error en referencia en la condición humana, nos lleva a decir que: el entendimiento humano no
puede conocer el error tal como error y seguir en él; el error a de entrar en el entendimiento disfrazado de
verdad, precisamente porque error y verdad están íntimamente relacionados en la mente humana y sin uno no
podríamos conocer bien el otro. Podríamos sintetizar este punto de la siguiente manera si el entendimiento
conociese lo falso como falso, conocería la verdad. La falsedad por lo tanto, ha de disfrazarse de verdad pera
poder entrar en el entendimiento; de donde se sigue que, aunque sea capaz de error, el entendimiento
humano, es la facultad de la verdad.2

UNIVERSALIDAD CRONO GEOGRAFICA DE LA VERDAD

Respecto de este punto, es necesario, precisar en las determinadas concepciones de verdad, a saber:

El mundo cultural griego, situó la verdad únicamente en las cosas, es decir, en la verdad óntica, de
esta manera la verdad, la identificaban con las palabras ser, uno, verdad etc. Heráclito, por ejemplo, sitúa la
verdad en el logos.

A sí mismo, Platón, expresa que la verdad es la asimilación del logos, el cual es interior al hombre, todo ello
se centra bajo la idea trascendente, de este modo la verdad ha dejado de ser un desvelarse, para convertirse
en un conformarse a algo que las trasciende. Este conformarse se lleva acabo, a través de un conocimiento
recordativo, “anámnesis”.

También la verdades vista como conformidad o adecuación del pensamiento humano con la realidad
en virtud de su asimilación intencional por parte del sujeto cognoscente: Concepción aristotélica escolástica.

Aristóteles: precisa que la verdad está en el entendimiento, más exactamente en el juicio operación
del entendimiento, capaz de realizar la composición o división, también llamada síntesis judicativa, entre un
sujeto y un predicado.

San Agustín: expone que la verdad es una adecuación entre el entendimiento y las cosas, llevado a
cabo, no por una asimilación del entendimiento a las cosas, sino por una iluminación o reflejo luminoso en
nosotros, procedente del Verbo, esta iluminación equivale a una presenciabilidad de las ideas en nuestra
mente.

San Anselmo: sostiene que la verdad es la adecuación (rectitud) de la enunciación con la cosa
enunciada, y de la cosa con la Suma Verdad.

Santo Tomás de Aquino: La verdad es la adecuación de la cosa y el entendimiento, veritas est


adecuatio cum re.

2
IIBID Pag. 163- 173
Descartes: la verdad es la atribución de cada idea a la realidad a la cual representa. Esta atribución
es el resultado de un análisis intrasubjetivo, que permite descubrir las ideas o normas que poseo en mi
interioridad.

La concepción idealista trascendental de Kánt, precisa que la verdad sostenida como conformidad
del pensamiento humano deba regirse bajo las leyes estructurales, universales y necesarias.

Hégel: la verdad como creación de la realidad, es decir, “espíritu absoluto”.

La verdad existencialista (Kirkergaard, Nietzcche) es utilidad vital personificadora, es decir, si no hay


verdad caemos en la masa impersonal que nos arrastra a la despersonalización.

Para la concepción pragmatista y marxista la verdad es concebida como asunción individual de algo
en la razón de su utilidad vital o de su fecundidad técnica, práctica o social.

Para los empirístas y así mismo los neopositivistas encaminan la verdad como verificalidad de
proposiciones y enunciados clari está en el terreno de lo fenoménico o empírico.

Zubiri: expone que la verdad nos la da el ser. La verdad viene y se nos da hecha por la realidad, esta verdad
está libre de todo subjetivismo.3

Respecto de este punto conviene precisar en las diferentes concepciones históricas de verdad, pero
nos limitaremos aquellas concepciones que de alguna manera han sido punto de partida de nuevas
investigaciones, estas son:

a) La filosofía griega: notamos que la concepción de la verdad en le pensamiento griego puede


resumirse que es un proceso que va de la aletheia (desvelarse) a la omoiosis (adecuación),
teniendo como paso intermedio la orthotes (rectitud).

De los dos componentes fundamentales que participan en el proceso veritativo o situacional – cosas y sujeto
cognoscente-, el mundo cultural griego se inclinó alternativamente a favor de uno de los dos extremos. Unas
veces situó la verdad en las cosas; otras en situó la verdad en los juicios, que el sujeto forma sobre las cosas.
Así, mientras parménides situaba la verdad únicamente en las cosas verdad óntica , al identificar o
sononimizar la palabra ser = v, uno = v y verdad “aletheia”, Heráclito, sin dejar d situar la verdad en las
cosas, no lo hace de modo exclusivo . Ello es debido, a que introduce un nuevo componente en el proceso
veritativ: logos. Pero esta pequeña inflixión que supuso el logos eraclíteo, impuso la aparición del término
orthotés –rectitud- como componente de la verdad. Ello fue debido al desplazamiento que el ser sufrió hacia
la forma o idea. Este desplazamiento fue acompañado de una interiorización en ámbito hombre cognoscente,
del logos – ley cósmica.

La verdad al término de este proceso, debía consistir en una conformidad, en una rectitud entre la
idea- fuera del sujeto- y el logos interior al sujeto. La verdad sufrió, pues, un despalzamiento desde las cosas
al entendimiento, papel importante en este desplazamiento jugaron el nous de Anaxágoras y la teoría
socrática de las definiciones. Con todo el verdadero artífice del desplazamiento del concepto de verdad,
desde la verdad como desvelamiento a la verdad adecuación fue Platón. La labor platónica se resume en
dos momentos:

 Convertir el ser de las cosas en un eidos –idea – trascendente a ellas.


 Convertir el logos – razón o entendimiento- en una función o propiedad del alma humana.

Para Aristóteles, lo verdadero está en el entendimiento o, para ser más exactos, en el juicio o operación del
entendimiento, capaz de realizar la composición o división, también llamada síntesis judicativa, entre un sujeto
y un predicado.

La filosofía escolástica: El principal problema que encontró el cristianismo en su calidad de fenómeno


cultural, fue la elaboración una categorías intelectuales propias, capaces de transmitir adecuadamente la
nueva concepción del hombre y del mundo que aportaba.. Esta elaboración de categorías intelectuales duró
más de diez siglos. Entre dichas categorías ocupó un lugar destacado la categoría filosófica de verdad. La
razón es obvia: si por verdad hemos entendido una actitud situacional ante el mundo y, si el cristianismo,
como fenómeno cultural, significaba una nueva concepción del mundo, la modificación significativa del término

3
IBID Pag. 129- 132
verdad era una exigencia intelectual insoslayable. Los que destacan en esta línea son: San Agustín, con el
iluminismo procedente del Verbo y San Anselmo, que propone como elemento fundamental constitutivo de la
verdad la rectitud, entendida como adecuación de la enunciación con la cosa enunciada , y de la cosa con
suma Verdad. Pero el gran creador de la categoría intelectual de verdad fue Santo Tomás de Aquino, para él,
la verdad es la adecuación de la cosa y el entendimiento. Con esta definición formal de verdad, Santo Tomás
retoma la relación estructural de verdad, pero estableciendo un equilibrio inestable entre los dos polos
dialécticos de dicha relación : entendimiento y cosa. Si el equilibrio se desplaza hacia el polo cosa, tenemos la
verdad ontológica; si el equilibrio se desplaza hacia el polo entendimiento tenemos la verdad lógica. Debe
notarse, que en la verdad ontológica , la adecuación de la cosa es llevada al horizonte del entendimiento
Divino. La adecuación constitutiva de la verdad formal tiene cumplida realización únicamente en el horizonte
del conocimiento . Así escribió: “ la verdad propiamente está en el entendimiento”. Esta verdad se da con rigor
y propiedad en la operación intelectual llamada juicio.

Filosofía moderna: con Descartes, padre de la filosofía moderna, verdad ha sufrido un proceso de
inmanentización. Ello se ha debido a dos factores:

 Dependencia de la filosofía cartesiana respecto de Dios, como garantía de la verdad del


conocer humano.
 Innatismo de las ideas.

Consecuentemente, para Descartes, la verdad no es otra cosa que la atribución de cada idea a la
realidad a la cual representa. Esta atribución es el resultado de un análisis intrasubjetivo, que me permite
descubrir las ideas normas que poseo en mi interioridad.

Kant, supuso la pérdida de la llamada verdad trascendental o del ser. La verdad seguirá teniendo una
estructura relacional y seguirá siendo una adecuación o conformación. Lo que sucede es que se han invertido
las primacías. Si en la filosofía pre kantiana, era el entendimiento quien se adecuaba a la realidad, ahora es
el objeto o la realidad quien se adecua al entendimiento.

Filosofía contemporánea: La más importante inflexión en el concepto tradicional de verdad fue protagonizada
por la fenomenología de Husserl, para este filósofo, en la verdad existe adecuación; pero ésta debe ser
entendida, no en la línea de una información cognoscitiva, sino en la línea de planificación de una intención.
Quiere esto decir que solamente hace aparición la verdad allí donde hace acto de presencia, la adecuación
entre un acto con valor significativo y la presencia de un objeto. La verdad, así entendida, implica una doble
referencia: por un lado, al juicio lógico; por otro, a la subjetividad trascendente. Junto a la verdad del ser, que
es inmediata y anterior en cierto modo a la constitución científica de la experiencia, Hursserl destaca la
verdad crítica, entendida como una verdad lograda al término de una vuelta reflexiva del juicio sobre el dato
empírico suministrado por la experiencia.

Nos faltaría concluir en los diferentes criterios de verdad, en su proceso histórico:

PROPOSICIÓNES DE VERDAD

 DESCARTES Y ESPINOSA------------ EVIDENCIA.

 ESCOLASTICA--------------------------- ADECUACION CON LO REAL.

 MALEBRANCHE---------------------EL Éxito.

 FILOSOFOS DE LA CIENCIA-------VERIFICALIBILIDAD.Œ PRÁCTICA Y TEORÉTICA.

Sobre el momento y el valor que conlleva la verdad desde el punto de vista de la diversa experiencia,
personalidad, cultura y sicología de la persona y desde las doctrinas filosóficas no ético-religiosas de los
pueblos.

El problema de la verdad es el problema fundamental del hombre; un problema estrictamente


humano donde es más existencial que especulativo. Como sabemos el término verdad primariamente se
refiere al conocimiento. Recordemos a Santo Tomás de Aquino “veritas est adecuatio cum re”. Pero como la
verdad exige más que eso, porque en ella se da una conciencia de la adecuación entre los extremos
entendimiento y objeto es preciso decir que esa conciencia es la raíz gnoselógica del juicio y en ese plano la
verdad expresada por un juicio es considerada con la propia verdad. Por ello mismo la verdad no es un valor
gnoseológico absoluto, sino que en parte depende de la naturaleza humana, y en ese sentido el hombre en
vista a su personalidad está inquieto hasta aunque no se siente seguro de su conocer arriesga todo hasta
saber que es verdadero o falso, en otras palabras la personalidad exige seguridad psicológica. Pero
profundizando en la cuestión es de hacer notar que el hombre no puede con la razón natural encontrar toda
la verdad ni evitar todo error, aún en las cosas naturales y especulativas. La razón de esta limitación en el
conocimiento depende tanto de la imperfección del entendimiento como en la complejidad del objeto. Como
afirma Suárez, Muchas veces llamamos verdadero a algo que es sencillamente pseudoevidente.

Pero la interrogante que más conviene sería: ¿Dónde radica primariamente la verdad?; frente a tal
interrogante surgen dos posiciones fundamentales: la que pone la verdad fundamentalmente en el objeto (ser,
cosas, realidad extramental). Y la de los que ponen la verdad en el sujeto (acto de la mente, juicio).

Según estas dos concepciones, en la primera el entendimiento sería verdadero por que participa de
la verdad del objeto, y, en la segunda, es el ser o cosa que participa del entendimiento. Esta doble concepción
de la dinámica interna de la noción de verdad será el origen de todas las concepciones realistas e idealistas
en la filosofía humana. Frente a todo esto surgen dos interpretaciones:

Primera interpretación: la palabra en griego “aletheia ” nos descubre la verdad como atributo radical
del ser, como verdad del as cosas. El desvelamiento del ser por el entendimiento no significa que éste le dé a
aquél la verdad, sino que deja al descubierto al mismo ser en su verdad, su “aletheia “, por la que el ser
queda patente al entendimiento.

Segunda interpretación: es la concepción de Parménides de la verdad como autorevelación del ser,


la verdad de raíz óntica. Precisa que ademàs que en la verdad no sólo hay presencias ónticas, sino también
presencias aparenciales; gnoseológicamente no era todo ser y uno, sino también el no-ser y la opinión.

Progresivamente la verdad no es ya un desvelarse del ser, sino el ser en cuanto es desvelado por el
logos, de aquí que la verdad consiste en la adecuación pero no por que el ser se presente al entendimiento, al
logos, sino porque el ser es una participación de la idea correspondiente, de manera que contenga en sí su
propia forma. En otros términos la verdad formal es radicalmente ontológica y no simplemente óntica, por ello
lo verdadero es aquello que se conforma con la idea.

La especulación sobre la verdad se encaminó en una abusiva gnoseologización (desde Platón al


racionalismo), y por otra, de una no menos abusiva teologización (patrística y escolástica). Son nieblas que no
dejan ver la verdad, sólo perceptible en su ontología. Por que es ser es quien nos hace conocer la verdad. El
sentido óntico de la verdad es su auténtico y originario sentido; el exceso de gnoseologías no los ha hecho
perder de vista y de ahí los grande errores de la filosofía occidental. D es modo la sustitución del ser por la
idea ha subjetivizado la verdad, encadenándola al juicio y haciendo olvidar el original sentido de “aletheia”. El
mal se agrava a hacer a Dios responsable de la verdad al concebir ésta como la conformidad de las cosas
con las ideas divinas.

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