Visión ética del biólogo

Ser biólogo implica una filosofía de vida, es ser científico acostumbrado al ensayo y

error para perseguir diversos fines, pero que el de mayor importancia es conocer,

clasificar y cuantificar la naturaleza en su globalidad, para aprender de ella y lo que

es aún más de suma importancia, protegerla, porque salvaguardarla es

salvaguardar la vida propia. El biólogo es el protagonista directo de muchas

especialidades con una importante difusión social y ética, ligadas a semblantes de

relevancia como el medio ambiente, la investigación de células madre, reproducción

asistida, y la tan polémica experimentación animal entre otras áreas, esto implica

una carga ética que puede difuminarse y no parecer muy claro, pero en ello consiste

la pericia del biólogo, encontrar el punto exacto en que no se trasgreda la eticidad y

aun así se logre grandes avances en la ciencia.

En primer lugar se debe tener claro que es un biólogo, y para entenderlo es

necesario recordar que la biología es una disciplina que estudia la vida y todos los

sistemas en donde se desarrolla, entonces el estudioso de dicha área del

conocimiento es alguien que vive para escudriñar los secretos de la vida que guarda

la naturaleza, y de qué forma pueden ser usados para mejorar el modus vivendi del

ser humano y aunado a ello la protección de las leyes naturales que permiten el

equilibrio que logra el milagro de la existencia.

Las anteriores razones llevan a preguntarse entonces ¿cuál es la ética del biólogo?,

pues además de la ética profesional ligada al desempeño de cualquier labor

humana, se debe comprender un término que concierne directamente al estudioso

de la vida, la bioética, que según la RAE es la “aplicación de la ética a las ciencias

de la vida”, sin embargo, esa es una definición demasiado corta, así que en un

concepto más amplio la bioética es el “conjunto de orientaciones filosóficas y

metodológicas, guía los procesos y decisiones en las investigaciones científicas,

sociales y humanistas, con el propósito de alcanzar el bien”, pero además incorpora

la diversidad y pluralidad del pensamiento a favor de salvaguardar la vida, que es el

fundamento primordial que debe llevar un biólogo.

Dado que el estudio de la vida implica la delicada labor de explorar, clasificar,

cuantificar y utilizar los secretos de la naturaleza viva, un biólogo debe regirse

estrictamente por fundamentos basados en valores que fortifiquen el respeto que

se debe tener ante la vida y el poder que ella tiene en el planeta y en el universo.

No se trata de evitar la muerte mientras se investigan especímenes, y es que la

muerte misma es parte de la vida, sin ella no habría equilibrio, sino más bien en

valorar al espécimen que se sacrifica para el estudio, el verdadero principio radica

en salvaguardar la vida y por eso la bioética lleva a reflexionar en el peligro de los

riesgos de destrucción asociados al progreso de la ciencia, y es labor del biólogo

que el avance científico no rivalice con la proliferación de la vida, es decir que no se

destruya el equilibrio natural.

El avance científico y tecnológico le ha otorgado al ser humano la capacidad de

intervenir en la naturaleza, aun hasta modificar las estructuras más esenciales de sí

mismo, léase como la investigación genética, con ese poder es inevitable ver

también la capacidad de destrucción que puede llegar a tener la ciencia, ella es un

ente sin moral y sin ética, crece desmesuradamente lanzando sus tentáculos por

todas las áreas del conocimiento humano sin medir consecuencias, está en el

hombre decidir cuáles puertas se deben abrir o cuáles hallazgos no deben usarse

hasta que sea el momento indicado, y siempre, pero siempre, respetando el poder

que tiene la vida.

En la actualidad el mundo es un hervidero de sociedades en la que todos sus

miembros son individuos morales autónomos, con criterios distintos acerca de lo

que debe ser bueno y lo que debe ser malo, sobre lo justo o lo injusto, de lo que es

preferible y lo que no, lo que dificulta ceñir la ética del biólogo, sin embargo, se

puede recurrir a condiciones universales que se acepten para normatizarlas y

aplicarlas a una visión ética, por lo tanto la bioética se rige y se expresa en la

búsqueda de valores universales que encajen con la ideología de los derechos

humanos, que vele por la equidad de condiciones.

Las razones anteriores dan una visión general de lo que es la ética del biólogo, un

estudioso respetuoso de la vida, que se guía según la eticidad que permite los

procesos y decisiones en las investigaciones científicas, sociales y humanísticas,

con el propósito de alcanzar el bien, pretendiendo mejorar la conciencia humana

por medio del acuerdo, encontrando que el objetivo de la bioética es educar y buscar

la transformación del hombre en el ejercicio del bien y en criterio moral responsable.

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