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Ya estamos a fin de año, una época de alegría y festejos, de cierres y de evaluaciones.

Pero
también, para muchos, una época de andar a marchas forzadas cerrando tareas, preparando
cenas familiares y comprando regalos. Esta, más que ninguna otra temporada del año,
puede ser una época de agotamiento.

Sin embargo, no tiene que ser así, ni en las fiestas, ni en otros momentos del año.
Muchas personas actualmente se quejan de no tener suficiente energía. La vida moderna
tiene muchas exigencias y pareciera que todo nos desgasta. Pero la falta de vitalidad no solo
es sentirse cansado.

Quienes no han conectado con su vigor, no solo tienen desgaste físico, sino que pierden
entusiasmo, su ánimo decae y entran en un círculo vicioso en donde sólo hacen lo que
deben hacer, pero no lo que realmente disfrutan.

A mí siempre me ha gustado hacer muchas cosas. Sin embargo, antes, las hacía a cambio de
mi desgaste físico y mental. Toda la vida he sido muy activa, estudié dos carreras a la vez
(teatro e ingeniería) y además ensayaba teatro profesional en las noches y daba funciones
los fines de semana. ¡Esa época de mi vida era una locura! Hacía todo, y lo hacía bien, pero
no porque tuviera tanta energía, sino porque me empujaba a mí misma. ¿Tienes a veces la
sensación de que te fuerzas a ti mismo para hacer algo? Cuando yo vivía así, pagaba un
precio muy caro: en cuanto tenía unos días libres, o me enfermaba, o dormía mucho. Mi
record, en un diciembre hace muchos años: 20 horas seguidas luego de una serie de
exámenes en la universidad.

No fue hasta que descubrí cómo usar mi cuerpo y mi mente con sensibilidad e
inteligencia, en lugar de hacerlo con sobreesfuerzo, que pude acceder a toda la
vitalidad que estaba escondida en mi cuerpo. Y hoy sigo haciendo muchas cosas, pero
lo hago disfrutándolo, y no con compulsión y deterioro.

Así que aquí te voy a contar mis secretos de vitalidad:

1. Aprende a accionar sin desgastarte.


¿Sientes a veces que realizas una actividad y en ella perdiste mucha energía? Eso es porque
estás usando más fuerza que la necesaria. Claro que todas las acciones requieren aplicar
fuerza, pero queremos buscar la fuerza justa, no esfuerzo innecesario, que es lo que nos
desgasta y envejece. Te reto a que prestes atención a la fuerza que haces en tus actividades
cotidianas y si te descubres haciendo demasiada, la sueltes. Por ejemplo, ¿aprietas con
demasiada fuerza el cepillo de dientes? ¿Subes los hombros cuando estás manejando?
¿Aprietas la mandíbula al caminar? Elimina todos esos esfuerzos
y vas a ganar vitalidad.

2. Mantente en el aquí y ahora.


Cuando no estamos en el momento presente, tenemos la mente en el pasado o en el futuro.
Esto nos deprime o nos da ansiedad, nos roba muchísima energía, ya que nuestro cuerpo
está en un sitio y nuestra mente en otro. Cuando estás presente con todo tu ser en lo que
estás haciendo accedes a toda la energía que está escondida en tu cerebro esperándote.
Prestar atención a tu cuerpo, por ejemplo, dándote cuenta cómo estás sentado en éste
momento, es una excelente manera de volver al presente e integrar mente y cuerpo.

3. Honra tus limites.


El empujarnos a nosotros mismos nos agota. Así de simple. A veces estamos cansados, y en
lugar de tomar una corta pausa para recargarnos, nos forzamos a seguir y seguir, sin
respetarnos y agotándonos. Cuando escuchas a tu cuerpo y vas con sus ritmos,
respetándolos, puedes hacer todo lo que te propongas a tu propio tiempo, alcanzando tus
metas de manera armónica. Escucha qué necesitas: tomarte una semana libre, o solamente
hacer una pausa de 15 minutos para tu té preferido, o no faltar a tu clase de danza, o lo que
sea que disfrutes mucho, pase lo que pase.

4. Sal de la rutina.
Cuando hacemos siempre lo mismo, el cerebro entra en automático, y ya no nos da energía.
Con la novedad tu cerebro despierta y te ofrece vitalidad. Así que en estos días de festejos
aprovecha para hacer algo que nunca hayas hecho: prueba una nueva comida, conoce un
lugar diferente, encuentra una manera creativa de festejar.

5. Muévete.
Puedes tomar carísimos suplementos alimenticios pero si no te mueves, nunca vas a
alcanzar altos niveles de vitalidad. La energía está escondida en tu cuerpo, tienes que
moverte para acceder a ella. Cuando te mueves no gastas energía, sino que la usas y se
renueva. ¡Así que aprovecha las vacaciones decembrinas para moverte lo más que puedas!
Sal a caminar, a bailar, a nadar, haz jardinería, lo que sea active tu cuerpo y tu vigor. O haz
este video en el que te comparto una clase de movimiento inteligente con la que puedes
revitalizarte en 5 minutos, ¡energía asegurada! Pruébala junto con los consejos que te doy
arriba y déjame tus comentarios.

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