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ESCLEROMETRIA

Resistencia del hormigón mediante esclerómetro. Ensayo y valores de Fc

Con lo descrito en la entrada anterior de este monográfico sobre la determinación de la resistencia


del hormigón o concreto mediante esclerómetro ya conocemos que son múltiples los factores de
influencia que actúan sobre el resultado de las mediciones. En esta entrada veremos cómo se
relacionan los valores del índice de rebote y la resistencia a compresión del hormigón o concreto.

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Número de determinaciones

En primer lugar debemos establecer unas características de la toma de valores de índice de rebote
en número y forma. Para Schmidthammer sin CRello nos basaremos en la norma ASTM C805
(Standard Test Method for Rebound Number of Hardened Concrete) y la UNE-EN-12504-2
(Ensayos de hormigón en estructuras.

Parte 2: Ensayos no destructivos. Determinación del índice de rebote). Ambas normas requieren
de piezas con un espesor mayor a los 100 mm, de superficie lisa y seca, con el esclerómetro en
posición perpendicular a la superficie de ensayo y distanciando los puntos de ensayo un mínimo
de 25 mm. Mientras que la ASTM C805 marca un número de lecturas de 10, la UNE señala un valor
de 9 determinaciones.
Una vez hemos obtenido estos valores, solo se consideran validos en el caso que:

ASTM C805: Se descartan todas las lecturas que difieran en más de 6 unidades de la media. Si
existen más de dos lecturas que cumplan esta condición debe descartarse el conjunto.

UNE-EN-12504-2: Si el número de lecturas que difieren de la mediana es igual o superior al 20% se


descarta el conjunto.

Observe la diferencia entre media y mediana. Recordamos que mientas la media aritmética la
hallaremos dividendo la suma de los valores entre el número de valores, la mediana la obtenemos
del valor central si ordenamos los datos de mayor a menor o viceversa (en el caso de valores
pares, la media de los valores centrales)

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Elementos a ensayar

Cuando estamos ensayando muestras confeccionadas en laboratorio o extraídas por medios


mecánicos de elementos de obra la relación entre muestra y pieza es unitaria, si bien Bungey
indica la necesidad de que las lecturas sean tomadas al menos en las dos caras verticales de piezas
cilíndricas o cúbicas.

En obra no debemos utilizar esta misma relación. Elementos verticales como los pilares deben
ensayarse en sus tres tercios de altura (inferior, medio y alto) incluso dividiendo en mayor número
de sectores en el caso de pilas o pilares de gran altura. Otros elementos como las vigas planas,
quedan más limitados por sus caras encofradas (una o dos) y en el caso de las vigas de cuelgue
deben ensayarse vertical y horizontalmente. Esto se justifica por los cambios de las características
finales del hormigón o concreto endurecido por causa de la disgregación, diferencias de vibrado,
curado o entramado de armaduras

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Conversión de unidades

Los valores obtenidos de índice de rebote son adimensionales. Para traducir este valor a la
resistencia a compresión cada esclerómetro tiene una curva dimensionada de acuerdo con sus
características, y en algunos casos, con los hormigones típicos de la zona.

Un valor general lo determinan las siguientes ecuaciones que configuran lo que se denomina curva
básica:

Para un índice de rebote entre 20 y 24: Fc = 1,73 x IR – 34,5


Para un índice de rebote entre 25 y 50: Fc = 1,25 x IR – 23,0

Debemos tener en cuenta las indicaciones del esclerómetro en cuanto a la variación entre lecturas
tomadas en vertical u horizontal

En posteriores entradas, cuando relacionemos los distintos métodos de determinación de la


resistencia en el hormigón endurecido (testigos, esclerometría y ultrasonidos) veremos que, para
ajustar los resultados, se desplaza esta curva en función de los valores obtenidos con otros
métodos.

Diversos autores proponen distintas curvas de interpretación incluyendo otros valores como las
características dimensionales de la probeta, el tipo de árido, el valor de resistencia esperado o la
edad del hormigón o concreto. También se proponen distintas curvas que representan los límites
de confianza del ensayo. Bungey indica que incluso en los ensayos de laboratorio se aprecia una
variación de un ± 15% en el valor de la resistencia en mezclas iguales, por lo que podemos esperar
una precisión en el índice de rebote medio de ± 15 / √n% con una confianza del 95 %.
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Factores de corrección

Múltiples son las propuestas de factores de corrección para los resultados de resistencia a
compresión obtenidos por índice de rebote; tantos como los factores de influencia y los autores
que han investigado sobre su influencia. Nos quedamos con dos de los más importantes a nuestro
criterio.

Factor de forma en piezas confeccionadas en laboratorio o extraídas in situ

-Estándares: Pieza cúbica de 150 mm de lado o cilíndrica de diámetro 100 mm por 100 mm de
altura: Factor de corrección 1.

-Pieza cúbica de 200 mm de lado o cilíndrica de diámetro 200 mm por 200 mm de altura: Factor de
corrección 0,95.

-Pieza cúbica de 300 mm de lado o cilíndrica de diámetro 100 mm por 200 mm de altura: Factor de
corrección 0,86.

-Pieza cilíndrica de diámetro 100 mm por 100 mm de altura: Factor de corrección 1,02.
-Pieza cilíndrica de diámetro 100 mm por 200 mm de altura: Factor de corrección 0,86.

-Pieza cilíndrica de diámetro 150 mm por 300 mm de altura: Factor de corrección 0,81.

Factor de influencia de la profundidad de carbonatación

En la anterior entrada de este monográfico vimos cómo la carbonatación superficial ofrece unos
valores de resistencia superficiales sobreestimados. A continuación se muestran los factores de
corrección aplicables en función de la profundidad de carbonatación que presente la pieza a
ensayar.

Otros ensayos de dureza en el hormigón

Martillo Frank: Dureza superficial por medición del diámetro de huella impresa de una bola de
acero.

Esclerómetro Windsor: Medición de la profundidad de penetración de un clavo de acero disparado


por una pistola sobre la superficie del hormigón.
La evaluación de las estructuras de concreto en sitio, además de los métodos de extracción de
testigos y pruebas de carga, se pueden realizar mediante ensayos no destructivos, que tienen la
ventaja de permitir el control de toda la estructura y sin afectarla en forma rápida.

Dentro de los métodos no destructivos, los de dureza superficial son los más generalizados, por su
economía y facilidad de ejecución, entre ellos el método del esclerómetro es empleado por el
mayor número de piases.

El esclerómetro fue diseñado por el Ing. Suizo Ernest Schmidth en 1948, constituyendo una versión
tecnológicamente más desarrollada que los iniciales métodos de dureza superficial generados en
la década del veinte.

Campo de Aplicación

Originalmente, fue propuesto como un método de ensayo para determinar la resistencia a la


comprensión del concreto, estableciendo curvas de correlación en laboratorio. Sin embargo, por
los diferentes factores que afectan los resultados y la dispersión que se encuentra, en la actualidad
se le emplea mayormente en los siguientes campos:

Evaluar la uniformidad del concreto en una obra.

Delimitar zonas de baja resistencia en las estructuras.

Informar sobre la oportunidad para desencofrar elementos de concreto.

Apreciar, cuando se cuenta con antecedentes, la evolución de la resistencia de estructuras.

Determinar niveles de calidad resistentes, cuando no se cuenta con información al respecto.

Contribuir, conjuntamente con otros métodos no destructivos a la evaluación de las estructuras.


Descripción del aparato y del método

Un esquema del aparato está dado en la figura 1, según la información del fabricante, en el que se
singulariza los siguientes elementos:

1. Percutor, 2. Concreto, 3. Cuerpo exterior, 4. Aguja, 5. Escala, 6. Martillo, 7. Botón de fijación


de lectura, 8. Resorte, 9. Resorte, 10. Seguro.

El ensayo se efectúa apretando el percutor contra la superficie examinar, hasta que el martillo,
impulsado por un resorte, se descargue sobre el percutor. Después del golpe, el martillo rebota un
acierta distancia, la cual se indica por una aguja en una escala graduada. La lectura de la posición
de la aguja representa la medida del retroceso en porcentaje del avance del martillo.

Básicamente el proceso está constituido por una masa móvil, con una cierta energía inicial, que
impacta la superficie de una masa de concreto, produciendo una redistribución de la energía
cinética inicial. Parte de la energía es absorbida como fricción mecánica en el instrumento y otra
parte como energía de formación plástica del concreto. La parte restante es restituida a la masa
móvil en proporción a la energía disponible. Para tal distribución de energía es condición básica
que la masa de concreto sea prácticamente infinita con relación a la masa del percutor del aparto,
lo que se da en la mayoría de las estructuras. En consecuencias, el rebote del esclerómetro es un
indicador de las propiedades del concreto, con relación a su resistencia y grado de rigidez.
En la actualidad se encuentra en el mercado varios tipos de esclerómetro:

Modelo N

Energía de percusión = 2,207 Nm (0,225 kgm), sirve para el control del concreto en los casos
normales de construcción de edificios y puentes.

Modelo L

Energía de percusión 0,735 Nm (0,075 kgm) es una reducción del modelo N. Es más apropiado
para el examen de elementos en concreto de escasas dimensiones a los golpes.

Modelo M

Energía de percusión = 29,43 Nm (3 kgm) sirve especialmente para la determinación de la


resistencia del concreto en obras de grandes dimensiones y para el examen de calidad de
carreteras y pistas de aeródromos de concreto. Sin embargo no es excluyente el uso del modelo
M

Todas estas variantes, vienen también provistas de un sistema que permite el registro automático
o impresión de cada uno de los resultados de ensayo, evitando que el operador deba detenerse
para tomar nota o requiera dictar los valores obtenidos, evitando errores y documentando los
registros.

Para efectuar el ensayo se apoya firmemente el instrumento, con el émbolo perpendicular a la


superficie, incrementando gradualmente la presión hasta que el martillo impacte y se tome la
lectura.

Los impactos deben efectuarse a por lo menos 2.5 de distancia


Se tomaran 10 lecturas para obtener el promedio. En el caso que una o dos lecturas difieran en
más de 7 unidades del promedio, serán descartadas. Si fueran más las que difieren se anulará la
prueba.

Los ensayos son influenciados por la característica del concreto en la zona de impacto, los vacíos o
la presencia de agregado grueso, disminuyen o incrementan los valores.

Esto ocurre a menudo en concretos con agregado mayor de 2” o con menor a 140 kg/cm2 de
resistencia, en los cuales el método no es apropiado.

El coeficiente de variación del número de rebote cecrece con el incremento de la resistencia del
concreto.

Información adicional al análisis de resultados

Los resultados de ensayo deberán ser registrados y ser sujetos a análisis estadístico, cuando fuera
el caso, incluyéndose en el informe lo siguiente:

Identificación de la estructura

Localización, ejemplo columna 2, nivel 3,2 m de altura, cara este.

Descripción del área de ensayo; ejemplo superficie seca, esmerilada, con textura del encofrado
de madera.

Descripción del concreto

Composición, si se conoce, agregados, contenido de cemento a/c, aditivo usado, etc.

Resistencia del diseño

Edad

Condiciones de curado o condiciones inusuales relativas al área de ensayo.

Tipo de encofrado

Promedio de rebote de cada área de ensayo


Valores y localizaciones de rebotes descartados

Tipo y número de serie del martillo.

Factores que inciden en la prueba

Además de los factores intrínsecos, los resultados de los ensayos reciben la influencia de los
siguientes parámetros:

Textura superficial del concreto

Medida, forma y rigidez del elemento constructivo

Edad del concreto

Condiciones de humedad interna

Tipo de agregado

Tipo de cemento

Tipo de encofrado

Grado de carbonatación de la superficie

Acabado

Temperatura superficial del concreto y la temperatura del instrumento.

Procedimiento del ensayo

Para obtener resultados válidos y reproductibles conviene tener en cuenta las siguientes
disposiciones:

El método concreto sometido a prueba está fijo en la estructura, teniendo mínima dimensión
100mm, de espesor. Los especimenes más pequeños deberán ser sujetados rígidamente. En el
caso de probetas, se aconseja fijarlas entre los cabezales de la máquina de comprensión.
El área en la cual se podrá efectuar una determinación, por el promedio de una serie de
pruebas comprenderá aproximadamente una circunferencia de 150 mm de diámetro.

Deberá efectuarse el pulido superficial en la zona de prueba de los especimenes, hasta una
profundidad de 5mm, en los concretos de más de 6 meses de edad, en texturas rugosas, en las
húmedas y cuando se encuentran en proceso de carbonatación.

A efecto se utilizará una piedra abrasiva de carburos de silicio o material equivalente, con
textura de grano medio. Adititamento que forma parte del equipo provisto por el fabricante.

La posición del aparato, en casos de 4 ensayos comparativos, deberá tener la misma dirección.
La posición normal del aparato es horizontal.

De actuar verticalmente incide la acción de la gravedad, dando resultados de rebotes más altos
actuando hacia abajo y más bajos hacia arriba.

El accionar angular dará resultados intermedios.

Resistencia del hormigón mediante esclerómetro o índice de rebote (1)

El ensayo esclerométrico o índice de rebote mediante esclerómetro es una prueba no destructiva


de la resistencia del hormigón. La diseñó y desarrolló el ingeniero suizo Ernest Schmidt en los años
40. Patentado como martillo SCHMIDT, siendo su valor «R» (índice de rebote) una unidad
adimensional que relaciona la dureza superficial del hormigón con su resistencia de modo
experimental.

Un esclerómetro pesa menos de 2 kg, tiene una fuerte energía de impacto y su funcionamiento es
muy sencillo. Para hacer una comparación, pensemos que estamos en una habitación a unos tres
metros de una pared. Esta pared se encuentra a oscuras por lo que no sabemos de qué material
está construida. Disponemos de una pelota de tenis que podemos lanzar contra la pared y que tras
salir despedida de la misma nos golpeará en el cuerpo. A mayor dureza del paramento, con igual
fuerza de lanzamiento, el impacto que recibiremos será mayor. No sabremos de qué material se
trata pero podremos advertir si es duro o blando en función del golpe de respuesta. Esto es lo que
hace básicamente un esclerómetro. Como se trata de un instrumento totalmente manual
debemos “cargar” el émbolo para enviarlo con una energía de impacto fija. Para ello presionamos
el mismo sobre la superficie del hormigón (no hay ninguna mediación hasta ahora) Una vez el
émbolo llega a un determinado punto un resorte lo libera y golpea el hormigón (no medimos nada
aún) El émbolo golpea sobre la superficie y dependiendo de la dureza de misma, rebota con mayor
o menor fuerza. Es la respuesta de rebote la que desplaza una guía sobre un visor escalado (de 10
a 100) y consigue la medición. Podemos presionar el botón de bloqueo para permitir la lectura.
Ese valor es adimensional y arbitrario ya que depende de la energía almacenada en el resorte y la
masa utilizada.

Resistencia del hormigón mediante esclerómetro o índice de rebote (1)

Sección de un esclerómetro

Se trata pues de un ensayo mecánico no destructivo que presenta las siguientes ventajas y
desventajas:

Ventajas

+ Es un ensayo no destructivo lo que permite realizar un gran número de determinaciones sin


alterar la resistencia, estética y funcionalidad de una estructura.

+Ensayo muy económico.

+ Puede operar en horizontal o vertical

+ Permite ensayar muchos elementos en un corto espacio de tiempo con escasos medios
auxiliares.

Desventajas

– El resultado obtenido depende de demasiados factores, los cuales veremos a continuación.

– Se necesita una superficie perfectamente lisa para realizar el ensayo por lo que no es útil en
elementos no encofrados.

– Requiere de una calibración (hemos de exigir siempre al laboratorio una muestra in situ de
calibración antes de la ejecución del ensayo)

– Solo afecta a los primeros centímetros de la pieza (2-3 cm)

– Puede variar según la pericia del operario.

– Existe pérdida de energía por la deformación elástica del hormigón en el interior de la pieza.

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Factores de influencia

* Tipo de cemento: La finura de molido del cemento puede ocasionar variaciones en torno al 10%
en el resultado de los ensayos, si bien se considera un factor de baja influencia. Sin embargo, en
determinados tipos de cemento como el supersulfatado (escoria, sulfato de calcio y cal) o
cementos de alúmina, las desviaciones pueden oscilar entre el 50% y el 100% respectivamente.

*Contenido de cemento: en combinación con otros factores, la influencia del contenido en


cemento se estima que es inferior al 10%.

* Tipo de agregado (árido) grueso: La resistencia del hormigón se basa tanto en las características
de la pasta como en las del agregado grueso por lo que es un factor de gran influencia.
Obtendremos valores inferiores (entre 6-7 N/mm2 menos) en agregados de piedra caliza triturada
que con canto rodado (grava). También podemos encontrar desviaciones dentro del mismo tipo
de agregado dependido de sus características (dureza, tamaño, etc.)

* Masa del elemento ensayado: El elemento a ensayar debe contar con una masa suficiente para
que no se produzcan vibraciones o movimientos que desvirtúen la medición. Según la norma EN
12504-2 “Ensayos de hormigón en estructuras. Parte 2: Ensayos no destructivos. Determinación
del índice de rebote” el área de ensayo debe ser de aproximadamente 300×300 mm. Se requiere,
además, que el elemento cuente con un espesor mínimo de 10 cm y se encuentre fijado en una
estructural o en un sistema específico de laboratorio que no permita su desplazamiento.

* Compactación: El ensayo requiere para su eficacia de un grado de compactación uniforme.


Veremos en posteriores entradas la combinación entre métodos de análisis de resistencia del
hormigón. Con la inspección de la superficie de los testigos podremos comprobar el grado de
compactación.

* Tipo de superficie: Este método no es adecuado para superficies abiertas, fratasadas u


hormigonadas contra el terreno o elementos irregulares. Solo las superficies bien encofradas son
fiables de ensayar. Pueden emplearse métodos de pulido en otras superficies pero la
experimentación indica que esto nos lleva a valores sobrestimados. Hay que tener en cuenta que
la absorción del encofrado puede influir sensiblemente sobre la dureza superficial del hormigón.
Generalmente encofrados más absorbentes implican mayor dureza superficial.

* Edad: Hasta los 90 días de edad no existe influencia. A partir de ese tiempo pueden obtenerse
valores sobrestimados por lo que se aconseja aplicar coeficientes de reducción.

* Carbonatación superficial: Dentro de la carbonatación normal de un hormigón (hasta unos 5


mm) los estudios realizados no muestran errores significativos en la medición del índice de rebote.
Sin embargo, en el caso de carbonatación profunda podremos sobrestimar la resistencia hasta un
50%.

* Humedad: Los estudios indican que un hormigón húmedo reduce su dureza superficial y puede
provocar una subestimación de la resistencia hasta en un 20%.

* Temperatura: La norma EN 12504-2 limita el uso del esclerómetro entre los 10 y 35oC
ambientales.
Quizás, lo expuesto hasta ahora nos haga pensar en desechar este ensayo dada la cantidad de
limitaciones y factores de influencia que presenta. No obstante, como veremos en las siguientes
entradas dedicadas al ensayo de esclerometría, se trata de una prospección bastante útil,
especialmente en combinación con otros ensayos.

Fotografía de cabecera: Autor Habib M’henni en http://commons.wikimedia.org bajo licencia


Creative Commons.

Imagen sección esclerómetro: Autor Boughattas Omar en http://commons.wikimedia.org bajo


licencia Creative Commons.

Referencias bibliográficas (29) (34) y (45)

CARBONIZACION

Carbonatación a fondo (3) Ensayo y determinación 1 de 2

Seguimos con el monográfico carbonatación a fondo. En los anteriores artículos estudiamos qué
es la carbonatación, cómo se origina y evoluciona, y qué factores son de influencia. Ahora nos
toca hablar de cómo se determina la carbonatación del hormigón mediante ensayo y por qué el
test de la fenolftaleína no es el mejor proceso de determinación de la carbonatación.

Determinar si un hormigón está o no carbonatado es relativamente sencillo: solo tendremos que


medir su Ph. El Ph es una medida estandarizada del grado de acidez o alcalinidad de una
determinada sustancia o compuesto. El término Ph viene de la abreviatura de “Potencial de
hidrógeno” ya que químicamente, el Ph es una valoración de la concentración de iones hidronio
(H3O+).

Existe una escala para las disoluciones acuosas (que mide la concentración molar del ion
hidrogeno) que oscila entre el 0 (acido) y el 14 (básico) y donde la actividad neutra se marca en
el 7 (agua destilada).
Como ya hemos mencionado el hormigón endurecido tiene un Ph medio igual o superior a 12,5
(la reserva alcalina está entre 12,6 y 14), es decir, extremadamente básico. En el proceso de
carbonatación el Ph puede caer hasta valores inferiores a 9. Estaríamos todavía en la parte
básica de la escala pero con este valor de Ph el acero quedaría desprotegido. Nos interesa por lo
tanto conocer si nuestro acero está o no protegido en función del Ph del hormigón que lo rodea.

El ensayo más común para la determinación del valor de Ph del hormigón (mal llamado
habitualmente ensayo de carbonatación) es el test de la fenolftaleína. El test consiste en rociar
un hormigón recién fracturado (es decir, no expuesto anteriormente al aire) con un solución al
1% de fenolftaleína en hidro-alcohol (70% de alcohol y 30% de agua). Si el color del hormigón
impregnado vira a un púrpura intenso se interpreta como no carbonatado y si no cambia de
color se supone carbonatado. Ahora veremos por qué este no es el mejor indicador.

En primer lugar, recientes estudios afirman que la fenolftaleína, que forma también parte de
algunos medicamentos, puede provocar cáncer. De ahí que estos medicamentos se hayan
retirado del mercado en países como USA, Francia, Japón, etc. Por lo tanto, manipular
fenolftaleína, que puede ingresar al cuerpo por vías respiratorias o cutáneas, no es en absoluto
recomendable.

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Para establecer por qué técnicamente tampoco es aconsejable veamos primero cómo funcionan
los indicadores de Ph.

Un indicador de Ph, es un ácido o base orgánica débil, cuyo equilibrio se altera con facilidad al
mezclarse con otras soluciones ácidas o básicas, lo que produce un cambio de color (viraje) por
algo conocido como protonación o desprotonación. Se conoce y se suele utilizar una serie
estandarizada de estos compuestos para un medición rápida, pero no certera, del Ph. Por
ejemplo: la fenoltaleina, el amarillo de alizarina, el rojo de metilo o el azul de timol.

Esto no significa que podemos usarlos indistintamente, pues cada compuesto tiene un grado de
viraje limitado: aproximadamente 2 (si bien algunos pueden contar con un espectro algo mayor:
3 – 3,4, lo hacen a costa de perder precisión, como el papel de tornasol) Es decir, si quisiésemos
medir la acidez de un zumo de cítricos (en torno a 2,5) añadiendo fenolftaleína (mide ph entre 8
y 10) veríamos que no hay ningún cambio visible. No es el indicador de Ph adecuado.

Por ello, en función del conocimiento que tengamos de la sustancia a medir y de los datos que
nos resulten interesantes debemos elegir un indicador de Ph capaz de mostrarnos el resultado
deseado. He aquí algunos ejemplos de indicadores con su rango de medida y viraje de color:

– Amarillo de alizarina: amarillo 10 – violeta 12.

– Timolftaleína: incoloro 9,4 – 10,6 azul.

– Fenolftaleína: incoloro 8 – 10 púrpura.

– Azul de timol: amarillo 8 – 9,6 azul.

Carbonatación_a_fondo_3_determinacion_01Para entender el funcionamiento pongamos un


ejemplo: Si rociamos una porción de hormigón con una solución de azul de timol nos podemos
encontrar con cuatro situaciones:

– No se colorea: El Ph es inferior a 8 o superior a 9,6

– Se torna en color verdoso: El Ph se encuentra en el punto de equivalencia (la mezcla del color
amarillo y azul origina el verde) es decir muy cercano al punto medio del rango: (8+9,6)/2 = 8,8.

– Se torna en color amarillo: Ph cercano a 8.

– Se torna en color azul: Ph cercano a 9,6.

Hemos comentado que deberíamos elegir el indicador de Ph más adecuado para cada caso, así
que volvamos al hormigón para conocer nuestras necesidades.

Nuestra armadura se encuentra en un estado pasivo dentro del hormigón. Este, con su rango
altamente alcalino ha creado una finísima capa pasivadora en la superficie del acero (apenas
unos nanómetros) que impide que se produzca la corrosión. Incluso cuando hemos introducido
en él un acero que comenzaba a corroerse, la corrosión se detiene atrapada bajo esa capa.
Cuando el Ph disminuye por debajo de un valor y su reserva alcalina no es capaz de restituirlo, el
hormigón no puede mantener la capa pasivadora y deja al acero a la expectativa. Y decimos a la
expectativa pues no significa que obligatoriamente tenga que producirse corrosión, sino que no
hay protección extra.

Ahora la pregunta es: ¿a qué grado de Ph el hormigón ya no es capaz de mantener la capa


pasivadora?

Si tienes la respuesta ya puedes comenzar a mostrar tus dudas sobre el test de la fenolftaleína.
Pero no tan deprisa, también hay que matizar ciertas cosas.

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