Вы находитесь на странице: 1из 23

MAYELEWÓ: PRÁCTICA SOTERRADA DE LAS RELIGIONES

DE INSPIRACIÓN AFRO EN MEDELLÍN, COLOMBIA

Luis Carlos Castro Ramírez*

Resumen: Este artículo se enfoca en la dinámica religiosa que han tenido el palo monte y la sante-
ría, religiones de origen cubano, en la ciudad de Medellín, Colombia. Se toma como base el trabajo
de campo que se realizó en esa metrópoli y se señalan, según sea el caso, algunos contrastes con las
urbes de Bogotá y Cali. El argumento señala las transformaciones y tensiones características de
estas religiones de la diáspora y sus practicantes, en sus subsecuentes reacomodamientos en con-
textos geográficos y socioculturales distintos a su lugar de origen. Las problemáticas que deben
afrontar los practicantes de estos sistemas religiosos de inspiración afro van desde la estigmatiza-
ción sociocultural, como resultado de la escogencia religiosa, hasta dificultades relacionadas con lo
legal y la libertad de cultos.
Palabras clave: religiones de inspiración afro, libertad de cultos, tensiones socioculturales,
Colombia.

Mayelewó: Underground Practices


of Afro-Inspired Religions in Medellin, Colombia
Abstract: This article focuses on the religious dynamics that Palo Monte and Santería, religions
of Cuban origin, have had in the city of Medellin, Colombia. This article is based on fieldwork in
this city, while providing information on certain contrasting aspects in the cities of Bogota and
Cali. The discussion points out the characteristic transformations and tensions of these religions
in the Diaspora and their practices, in their subsequent readjustment to geographic and sociocul-
tural contexts different from their place of origin. The problems of those who practice these Afro-
inspired religious systems range from sociocultural stigmatization stemming from their religious
choice, to difficulties related to the law and religious freedom.
Keywords: Afro-inspired religions, religious freedom, sociocultural tensions, Colombia.

Ahora, yo soy la casa Mayelewó, de eso también me di cuenta. Tú sabes,


tienes tu padrino, la cabeza mayor, tus guías espirituales, tu casa reli-
giosa y en donde esté tu padrino está tu casa.
Gloria Vergara, Bogotá, 2013.

D
esde hace cuatro décadas las zación religiosa, han salido de su lugar
religiones cubanas de inspira- de origen y se han instalado en nuevos
ción afro, como resultado de un contextos socioculturales: Alemania,
proceso de diáspora y transnacionali- España, Italia, Bolivia, Chile, Colombia,
* Doctor en Antropología por la Universidad
de los Andes (Colombia). Línea principal de péutica, diáspora y transnacionalización de re-
investigación: fenómenos de trance-posesión, ligiones de inspiración afro. Correo electrónico:
espiritismo, santería, palo monte, vodou, tera­ olofidf@gmail.com

52
Mayelewó: práctica soterrada de las religiones... 53

Estados Unidos, México, Perú y Ve- ciones sociales y espirituales, al tiempo


nezuela son algunos de los escenarios que se forja un vínculo con el mundo de
de reasentamiento de estas prácticas los ancestros. Las tres variantes prin-
religiosas (Castro, 2015, 2011, 2010, cipales de este culto son: el mayombe,
2009; Cros, 2006; Juárez, 2009; Ortiz y la vriyumba y la kimbisa; sin embar-
Castro, 2014; Packer y Tibaduiza, 2012; go, las distinciones entre unas y otras
Rossbach, 2009, 2007; Saldívar, 2015, suelen diluirse en la práctica (Cabrera,
2011, 2009; Schmidt, 2008). 2006, 1986; James, 2013, 2006, 2001).
En este artículo se discutirá la di- La argumentación de este artículo
námica religiosa que han tenido el palo partirá del trabajo de campo realizado
monte y la santería, religiones de ori- en Medellín, en tanto que se propor-
gen cubano, en Medellín, Colombia. La cionará en ciertos aspectos diversos
santería es un producto sincrético que contrastes con las urbes de Bogotá y
emerge a finales del siglo xix, y tiene Cali.1 El seguimiento a estas prácti-
como cimiento principal las creencias cas ocurrió entre 2005-2015 con los
de los pueblos yorubas, que posterior- estudios de maestría y doctorado. El
mente se articularon con el catolicismo argumento central es producto del con-
español y el kardecismo francés a me- tacto establecido con la casa religiosa
diados de este mismo siglo. Este siste- Mayelewó en Medellín a partir de 2012
ma de creencias y rituales reposa en la y su seguimiento hasta la fecha. En su
adoración a los orichas, divinidades de dinámica se evidenciarán tensiones
origen yoruba intermediarias entre el características de estas religiones de la
hombre y Olodumare, Olofi u Olorun diáspora y sus practicantes, en los sub-
(Barnet, 2001; Bolívar, 1990; Cabrera, secuentes reacomodamientos dentro de
2006; Castro, 2010). Por su parte, el contextos geográficos y socioculturales
palo monte es de inspiración bantú, su distintos al de origen. Unas cuantas
sustrato africano se desprende, prime- precisiones metodológicas y éticas:
ro, de los pueblos bakongo que habitan como suele suceder con estas prácticas
el bajo Congo, cuyo tronco lingüístico y sus iniciados, a ellos se llega por me-
es el kikongo, del que se deriva buena dio de redes personales, aquí no exis-
parte de la etimología palera (Fuentes ten señales visibles como las de ciertas
y Schwegler, 2005). Inzambi es el prin- tiendas esotéricas, por ejemplo el Indio
cipio creador que contiene el universo; Amazónico, en Bogotá (Castro, 2010).
dada su inaccesibilidad, los creyentes El acercamiento se produjo por medio
centran su culto en entidades diviniza- de Javier Castaño, religioso paisa a
das que se corresponden con fuerzas de quien conocí en Medellín a través de
la naturaleza, conocidos como mpun- uno de los directores de la casa religiosa
gos. Además, el palo se estructura en Cabildo de Agayu. El contacto previo
torno al pacto entre un nfumbi (muer-
to) y el practicante, con esta alianza se 1
 Ciudad localizada al suroccidente de Co-
busca protección ante diversos males o lombia, capital del departamento de Valle del
desequilibrios acontecidos por sus rela- Cauca.
54 Luis Carlos Castro Ramírez

lo hicimos por medio de Facebook, red redes virtuales, lo cual aumenta el es-
social que ha sido una herramienta tigma sobre esos sistemas religiosos,
metodológica muchas veces útil para el analogados a la “brujería” y a la “bar-
análisis de las comunidades religiosas barie”: la radicalización de la otredad
que se mueven a través de ésta (Castro, y lo otro.
2015). Finalmente, los nombres de las
personas empleados, salvo en el caso De regreso a colombia con una
de Eduardo y Gloria, son seudónimos. antigua herencia a cuestas
En relación con la información reco-
lectada durante estos años, cada uno Localizada al nororiente del país, Me-
de los religiosos tuvo conocimiento de dellín posee uno de los complejos indus-
su difusión, en algunos casos pudimos triales más importantes y, comparte
discutir y reflexionar sobre ciertos con Cali uno de los pasados históricos
argumentos. En lo que atañe a este más violentos de Colombia. Durante
artículo, he mantenido comunicación el decenio de 1980 emergería con vigor
ininterrumpida desde 2012 con la reli- una nueva dinámica monetaria, que
giosa Gloria Vergara, ésta ha permiti- venía perfilándose desde mitad de los
do el enriquecimiento de las primeras años setenta. La irrupción de la econo-
observaciones y conversaciones que mía del narcotráfico produjo un cambio
tuvimos. radical en la sociedad colombiana ha-
Por último, en algunas de las discu- cia dentro y respecto a sus relaciones
siones presentes devienen temas sensi- exteriores; pero no sería sino desde
bles como los sacrificios y la presencia mediados de la década de los ochenta
de los muertos. De manera preliminar cuando se empezaría a dimensionar la
señalaría lo siguiente: los motivos de gravedad de la problemática (Bagley,
seleccionar estos temas y en otros tex- 2000; Camacho, 2009; Duncan, 2009;
tos tratar los fenómenos de trance-po- Henderson, 2012).
sesión (véase Castro, 2017, 2015, 2011, Las diferentes dinámicas ilegales,
2010, 2009; Ortiz y Castro, 2014), y no entre ellas el narcotráfico y el sicariato,
centrarme en aspectos como la poética en Colombia se articularon de manera
mitológica o las distintas estéticas que singular con prácticas religiosas que se
les son inherentes a estos sistemas re- movían dentro del catolicismo popular,
ligiosos apunta a una desexotización de como el culto a las ánimas, a los san-
las prácticas religiosas de inspiración tos y a las vírgenes, con las cuales se
afro. Los últimos temas se han tratado buscaba, en síntesis, establecer una
ampliamente (Bolívar, 1990; Brown, protección sobrenatural para la reali-
2003; Cabrera, 2006; Fernández, 2012; zación de dichas actividades (Castro,
Schweitzer, 2003). Y los muertos, la 2011; Pinzón y Suárez, 1992; Salazar,
posesión y el sacrificio ritual aparecen 1990; Uribe, 2009, 2003). Ahora bien,
reiterativamente, debatidos de manera durante la indagación dentro de la
descuidada y cargados de exotismo en capital antioqueña, por prácticas reli-
los medios de comunicación y en las giosas de inspiración afro, surgieron
Mayelewó: práctica soterrada de las religiones... 55

algunas narrativas que aludían al ima- dencia paisa, habían entrado a la re-
ginario de la brujería y que se vincu­ ligión nueve años atrás. Por aquella
laban con actividades ilegales. época ella formaba parte del Ballet
Al contrario de Cali, en Medellín la de Bogotá y atravesaba por una difí-
práctica de religiones como el espiritis- cil situación de salud. Gloria viajó en
mo, el palo y la santería no se mues- 2003 a La Habana para recibir algunas
tran de manera abierta. No obstante, con­sagraciones dentro de la ocha,4 su
allí se han establecido y conformado arribo a la capital cubana fue mediada
espacios religiosos de significativa im- por un amigo suyo del grupo de danza,
portancia. Éste es el caso del Cabildo quien además era un osteópata de la
Agayu, dirigido por el babalawo2 Irete- Universidad Nacional, él la contacta-
Iká, aquí el complejo ocha-ifá (santería- ría con quienes serían sus padrinos de
ifá) es el centro de las actividades que religión en Cuba.
se realizan; y es también el caso del A su regreso a Colombia, retornó a
Templo Mayelewó, coordinado por los Medellín, donde conocería a Eduardo
religiosos Gloria Vergara y Eduardo en un club llamado la Sonora Matance-
Arrieta, en donde el foco religioso está ra; en ese momento él se desempeñaba
puesto en el palo monte y el espiritismo como profesor de química, física y bio-
cruzao. logía. Al poco tiempo, ambos viajaron
A finales de septiembre de 2012, a La Habana, al municipio de San
Javier Castaño, santero paisa omo Miguel del Padrón, donde recibieron
(hijo) Changó, me presentó a Gloria sus consagraciones dentro del palo ma-
y Eduardo el encuentro se produjo en yombe.
una tienda de productos esotéricos de
nombre Mayelewó, ubicada al sur de la Brama con Brama es una línea de
ciudad. Cuando conocí a la pareja de palo que llega por José Reynerio
esposos, se hallaban a puertas de fina- Pérez a Santiago de Cuba, nosotros
lizar su periodo de yaboraje.3 Eduardo, descendemos de esa rama. José Rey-
de origen samario, y Gloria, de ascen- nerio Pérez fue Tata, oriaté, un gran
religioso de los que se formaron con
2
 Babalawo (padre de los secretos), especia- Tata Gaitán. Brama con Brama sig-
lista religioso dentro de la regla de ifá. De ori-
nifica “hierba mala quien la pisa mue-
gen yoruba, ifá es un sistema filosófico, ritual y
de adivinación-interpretación. El centro del cul-
to en ifá es el oricha Orula, él es quien tiene co-
4
 La regla de ocha o santería es una religión
nocimiento del pacto de vida-muerte que las de inspiración afro cuyo sustrato cultural es yo-
personas trazan en el Orun (Cielo) antes de ba- ruba y en su dinámica sincrética se articuló con
jar a la tierra. Así, los babalawos desempeñan el el catolicismo popular español y el espiritismo
papel de intercesores entre Orula y los seres kardecista hacia finales del siglo xix. Este siste-
humanos. ma religioso se fundamenta, principalmente, en
3
 En términos generales, es el periodo co- el culto a los orichas, divinidades asociadas a
rrespondiente al año que sigue tras la iniciación las fuerzas de la naturaleza, adicionalmente,
de la persona que atraviesa por el rito funda- son las intermediarias entre el hombre y la
mental de la santería, conocido como hacer san- deidad principal que conforma una suerte de
to, asiento, coronación, kariocha o yoko ocha. trinidad sagrada: Oloddumare, Olofi y Olorún.
56 Luis Carlos Castro Ramírez

re”. Dicen que es de las ramas más místico y social en frente del cual se
puras, porque trabaja con todos los realizan todas las ceremonias dentro
elementales de la naturaleza. Dentro del palo monte. Usualmente forjado
del palo tienes varias ramas ¿cierto?, en hierro, este receptáculo tiene en-
y hay unos calderos que caminan con tre sus componentes elementos tales
huesos humanos. No todas las ramas como: el matari (piedra) que deviene
de palo en los calderos llevan eso. mpungo, ciertos palos del monte que
Volvemos a reiterar, como a nosotros tienen propiedades medicinales o ve-
nos lo hicieron nos ha funcionado per- nenosas, diferentes tipos de tierras, y
fectamente, y fue que del caldero del otros elementos asociados a las fuerzas
padrino de nosotros, que es gigante, de la naturaleza, y por último, restos
nacieron los calderos nuestros.5 del nfumbi con el que se pacta. El pacto
con el muerto es un asunto cardinal en
A partir del testimonio de Gloria se la práctica palera, y es quizá el que su-
puede observar la amplia variabilidad pone una mayor dificultad en términos
en los modos en que opera el sistema de comprensión para la persona que
religioso palero. Pertenecientes a la se iniciará y para quienes lo rodean y se
vertiente mayombe, dentro de la que se encuentran por fuera de este sistema de
introduce una modificación sustancial: referencia. Desde el punto de vista del
la de la creación de un caldero sin ki- palo monte, el creyente establece una
yumba (cráneo), lo cual no la convierte alianza con el muerto. Para los religio-
en una “prenda espiritual”, si se acepta sos, este muerto no se lleva en contra
el argumento de la religiosa de que ésta de su voluntad, a él se le pregunta por
posee parte del nfumbi,6 uno derivado medio de los chamalongos, el sistema
del caldero de su padrino. El caldero co- de adivinación-interpretación por ex-
nocido como prenda, nganga,7 ganga, o celencia en la regla conga, si quiere o
nkisi, es una suerte de microuniverso no habitar la prenda (Fuentes y Schwe-
gler, 2005; James, 2013, 2006; Castro,
2015, 2009; Ortiz y Castro, 2014). El
5
 Entrevista a Gloria Vergara, Medellín, chamalongo se compone de cuatro las-
2012. cas formadas de la corteza del coco, o de
6
 El término posee diferentes variantes fo-
néticas, por ejemplo, fumbe, fumbi, enfumbe, en-
cuatro caracoles, que arrojadas al piso
tre otras, y deriva de la palabra kikonga o sobre una estera responden a pregun-
mvúmbi, la cual significa “cadáver, persona tas cerradas que implican, en su forma
muerta” (Fuentes y Schwegler, 2005). Sin em- básica de respuesta, un “sí” o un “no”.8
bargo, en mi entendimiento, y dentro de la lógi-
ca del palo monte, el nfumbi es el muerto que
Sin embargo, cada caída corresponde a
habita la nganga, con el que la persona ha pac- un “signo” o “letra” y su distribución es-
tado, esta entidad es quien realiza los trabajos pacial complejiza la interpretación que
mágico-religiosos que le solicitan. sobre éste haga el religioso a cargo. El
7
 El término nganga, proveniente del kikon-
go, inicialmente refiere al especialista religioso,
en Cuba pasaría a significar fundamentalmen- 8
 En ocasiones se utilizan siete u ocho cara-
te al objeto (Fuentes y Schwegler, 2005). coles.
Mayelewó: práctica soterrada de las religiones... 57

significado de la letra resultante de la la regla de ifá (Brown, 2003; James,


caída vendrá en compañía de refranes 2006; Palmié, 2006; Wirtz, 2004; Zaid,
y relatos míticos que establecen situa- 2006).9 Desde estas narrativas se pue-
ciones y prescripciones para la persona den delinear unas genealogías que se
que está buscando respuestas acerca aproximan a las que destacan otros
de diferentes aspectos de su vida. religiosos y que reafirman la impor-
Dos aclaraciones acerca de la pren- tancia de las relaciones socioculturales
da de los religiosos paisas: primera, que se mueven entre lo transnacional y
esta modificación se produjo dentro lo diaspórico.
del linaje de su misma casa de palo Trazar una familia religiosa de
en Cuba y no obedece a un cambio por proveniencia es tan importante como
adaptaciones en Colombia: segunda, preservar su legado a través de la re-
la idea de prenda espiritual es usada producción del conocimiento adquiri-
por algunos religiosos para referir un do, que se transmitirá a las sucesivas
caldero, en cuyo fundamento no se generaciones de ahijados que se ini-
encuentran restos humanos. Sin em- cien. Tal labor no está ausente de di-
bargo, en este caso, y como se explicó ficultades en los nuevos contextos, “se
antes, las ngangas nacieron de la de su trata de mantener las costumbres lo
padrino cubano, a partir de un “gajo”, que más se pueda, de conservar esa
desde esta explicación ofrecida por línea al cien por ciento, pero a veces
ellos, el muerto habitaría los nuevos las condiciones climáticas o sociales
fundamentos. no te lo permiten”.10 Lo que advierte
Es relevante considerar el énfasis Eduardo tiene que ver con un asunto
en la descendencia en términos de la básico que, en principio, alude a los
rama de la que se proviene. Heredar inconvenientes para obtener los in-
una tradición religiosa, de figuras sumos materiales para llevar a cabo
como Reynerio Pérez (1890-1974) o las diferentes clases de trabajo. En
Eulogio Rodríguez, más conocido como Colombia, el palo monte, como muchas
Tata Gaitán (1861-1944), a quienes se otras prácticas religiosas de inspira-
les atribuye haber nacido en Matan- ción afro, encuentra obstáculos en la
zas, establece un lugar de legitimi- obtención, especialmente, de plantas
dad del conocimiento adquirido, por y palos utilizados. En el nuevo contex-
cuanto, dentro de la escena religiosa, to, estos sistemas de referencia deben
ambos son personajes fundacionales, replantearse el empleo de ciertas ma-
muy respetados por su saber y por la terias primas de uso ritual. Ésta es
promulgación de estos sistemas de re-
ferencia. Pérez es reconocido como uno
de los personajes más importantes en 9
 Es importante señalar que existen disen-
el establecimiento del palo mayombe sos alrededor de las fechas y lugar de nacimien-
to, así como de las genealogías de las que se
y la regla de ocha en el oriente cuba- desprenden y conforman estos religiosos.
no; Gaitán es considerado el primer 10
 Entrevista a Eduardo Arrieta, Medellín,
criollo consagrado en Cuba dentro de 2012.
58 Luis Carlos Castro Ramírez

una cuestión primordial que implica, conocía, si el vendedor —y esto era lo


en algunos casos, renegociar un cono- que usualmente sucedía— no reco-
cimiento en los diferentes lugares por nocía el nombre de la planta, Juan
donde circulan plantas y otras especies procedía a describirla por texturas,
vegetales. olores y la comparaba con otras que se
Este problema se presenta con ma- encontraban en el sitio. De este modo,
yor frecuencia en contextos urbanos, se creaba un entendimiento entre el
en los que no todas las veces resulta proveedor y el consumidor, y esto per-
fácil obtener de la naturaleza lo que se mitía la negociación; en estas ocasio-
necesita. En ese sentido, lugares como nes tanto el uno como el otro tomaban
las plazas de Paloquemao, Ricaurte o nota mental o escrita de los nombres,
Las Ferias, en Bogotá, las galerías La lo cual les facilitaría el intercambio la
Alameda y Santa Helena, en Cali, o la siguiente vez. Ese mecanismo, que se
plaza La Minorista, en Medellín, son señala a partir de la experiencia con
esenciales para la adquisición de plan- Juan, es empleado por muchos otros
tas, palos, flores, frutas y animales. religiosos o por los usuarios del siste-
Este procedimiento involucra una tran- ma dentro de las plazas urbanas.
sacción de saberes entre comerciantes También puede ocurrir que la reli-
y consumidores, ya que aun cuando en gión en el nuevo contexto renegocie su
muchos casos pueden existir los distin- práctica. Algunos iniciados explicaron
tos productos, éstos poseen nombres que cuando algún insumo vegetal o
diferentes. Por supuesto, la expansión animal no existía en Colombia, era
de estas religiones en tiempo y espacio, difícil de conseguir o no podían im-
en nuestro contexto, ha conllevado un portarlo desde Cuba, se le preguntaba
aprendizaje a quienes venden las dife- al muerto o a la divinidad por otro, de
rentes mercancías. propiedades similares para sustituir
Sobre las transacciones de conoci- el faltante y que se pudiese efectuar
miento, relacionadas con la circulación la ceremonia. Es decir, lo que opera es
de plantas rituales dentro de las prác- un reajuste del conocimiento práctico,
ticas religiosas afro en Colombia, pue- el comienzo de un nuevo sincretismo,
den mencionarse dos procedimientos como consecuencia de un proceso dias-
importantes. El primero surge de los pórico, el cual se mostrará altamente
años iniciales de mi trabajo de campo, desregulado dadas las necesidades de
Juan, religioso cubano, quien cola- cada religioso en su relación con las en-
boraba con algunos de los babalawos tidades trascendentes.
cubanos y colombianos en Bogotá, era Las renegociaciones de los sabe-
el encargado de conseguir las plantas res africanos en materia de plantas,
utilizadas para las diferentes ceremo- herbolaria y medicina tradicional en
nias. El cubano, al llegar a los puestos Colombia tienen referencias en estu-
de venta de los insumos vegetales, dios coloniales (Ceballos, 2002; Maya,
preguntaba por la yerba con el nombre 2001; Navarrete, 1995); sin embargo,
que en Cuba o dentro de la religión se en lo específico, es un estudio que ape-
Mayelewó: práctica soterrada de las religiones... 59

nas se realizará, así como las transac- Renegociaciones del quehacer


ciones de estos sistemas de inspiración religioso: entre tensiones
afro con los saberes afrocolombianos legales y sociales
o indígenas. El 22 de mayo de 2014 se
realizó un evento en el Jardín Botáni- Gloria y Eduardo señalaban que du-
co José Celestino Mutis, denominado rante su residencia en Bogotá, no tu-
“Conversatorio Espiritualidades y Me- vieron mayores problemas en cuanto a
dicina Ancestral Afrocolombiana en su quehacer religioso; sin embargo, su
Bogotá”, allí hubo una experiencia de convivencia dentro de la capital antio-
intercambio de médicos tradicionales, queña no estuvo exenta de conflictos
parteras y babalawos afrocolombia- personales con vecinos y familiares.
nos, la intención era darle continuidad
a este espacio, sin embargo, se suspen- Mira, se dice que en Colombia hay
dió los años siguientes. También falta libertad de cultos, nosotros en Bogo-
llevar a cabo un compendio de plantas, tá vivimos por Colina Campestre, en
sus usos, asociaciones con los orichas apartamento. Nunca tuvimos ningún
similar al presentado por Lydia Ca- problema, le dejábamos gallo a la
brera (2006). No obstante, existe gran prenda, hacíamos una cosa y la otra
riqueza en materia vegetal, a manera y jamás tuvimos ningún inconvenien-
de ejemplo, éstas son algunas de las te, luego vivimos en Chía y tampoco.
plantas mencionadas por Cabrera y Pero llegamos hace un año a Mede-
que se utilizan en Colombia: albahaca llín, estábamos en un apartamento
morada, artemisa, bledo, quitamal- en Conquistadores y nos mandaron
dición, romero, ruda, sábila y salvia, la policía tres veces. ¿Qué pasa? Yo
entre otras. pienso que las personas son muy so-
Por otra parte, la alusión a las trans- lapadas. Tuvimos una experiencia
formaciones sociales que antes señaló cuando llegamos a ese apartamen-
Eduardo refiere un asunto más com- to, nosotros llamábamos la atención
plejo. Medellín, como ciudad históri- porque estábamos de blanco todos los
camente influida por el catolicismo, días, por el yaboraje. ‘¡Ay! ¿Ustedes
creó una dinámica de ocultamiento de blanco?’, y yo dije, ‘es que nosotros
de estas religiones. El silencio que ob- trabajamos terapias alternativas’.
servo en torno a la existencia de estas ‘¿Sí?’, dijo una vecina. ‘¡Ay no, ustedes
prácticas es extendido y está atravesa- son santeros!’. ‘Entonces, ¿sabe o no
do por una confrontación sociocultural sabe?’. Le dije, ‘¡Ah! Sí, somos sante-
que experimentan algunos de sus par- ros’, ‘¡Qué miedo!’, dijo la señora.
ticipantes. En la siguiente parte del Los vecinos nos han hecho una
artículo abordaré algunos elementos guerra impresionante. Nos faltaron
alrededor de los modos en que se ma- al respeto de una manera fuerte, no
nifiesta la sanción sociocultural sobre teníamos tranquilidad, nos abrían
estas costumbres y quienes las llevan las ventanas del patio, nos tiraban
a la praxis. novenas de la Virgen, cosas de Dios
60 Luis Carlos Castro Ramírez

¿Quién dijo pues que nosotros no cree- pues ésta suele desconocer la regla-
mos en Dios? Nos estábamos volvien- mentación y pasa por alto los derechos
do locos allá, estábamos encarcelados fundamentales de los participantes. En
en nuestra propia casa y la policía iba, el episodio que refiere Gloria, la policía
porque siempre la casa de nosotros irrumpió en el escenario religioso, sin
era muy visitada por los ahijados, y ni tener claridad sobre el motivo de su
siquiera allá se hacían “matanzas”, ni presencia en el lugar, más allá de la
se hacía nada.11 entrada y salida de muchas personas
no había nada “extraño” o “ilegal”, así
Las experiencias de estos religiosos que se marcharon. Aunque, la presen-
no son un asunto aislado, de hecho, es cia de los agentes no se encuentra por
algo que se convierte en una constante fuera del marco legal, sí deja entrever
para estos cultos en la diáspora. En sus un conflicto social como se explicará a
contextos originarios, estas prácticas continuación.
han ganado un lugar en la sociedad, Como se ha referido antes, los he-
y en el caso cubano se han convertido chos sucedidos en Medellín no son
incluso en un marcador identitario de exclusivos. En Cali, durante mi es-
“cubanía” (James, 2006). Sin embargo, tancia en 2012, Juana Castro, religio-
no sucede lo mismo en sus subsecuen- sa cubana y directora de Iyaré Ocha,
tes diásporas; estos credos en el nuevo uno de los templos religiosos dedicado
espacio geográfico se enfrentan a un a las prácticas del espiritismo, el palo
choque cultural (Frigerio, 2004). La y la santería hubo de afrontar una si-
adscripción a estos otros sistemas de tuación similar a la que refería Gloría
referencia, históricamente estigmati- líneas atrás.12 Al igual que en la casa
zados, se convierte en indicador de bar- Mayelewó, en el templo caleño no exis-
barie y brujería y reflejan una otredad tían irregularidades; sin embargo, allí
radical. las “autoridades” se extralimitaron
La aserción de Gloria: “Se dice que en sus funciones e incluso ejercieron
en Colombia hay libertad de cultos”, presión e intentaron extorsionar a la
plantea una seria problemática jurídi- religiosa. Tal incidente promovió al
ca referente a la praxis doctrinal. Un poco tiempo, el cierre transitorio del
primer asunto es que en el plano legal, espacio. Aunado a lo que se ha dicho lí-
La Constitución de 1991 y la Ley 133 neas antes, la tensión que se crea entre
de 1994 revelan una serie de inconsis- los practicantes de estas religiones de
tencias medulares que ponen en cues- la diáspora y la sociedad receptora es
tionamiento la libertad de conciencia notoria. En el ingreso de la policía a la
y de cultos (Castro, 2015; Ortiz, 2012;
Ortiz y Castro, 2014). El segundo pro- 12
 El seguimiento a Iyaré y a algunos de sus
blema es la intervención de la policía, miembros se ha realizado desde 2012, anterior
a Mayelewó, allí, el espiritismo y el palo tenían
gran fuerza, así como la idea de la familia y la
11
 Entrevista a Gloria Vergara, Medellín, transmisión del conocimiento religioso (véase
2012. Castro, 2017, 2015; Ortiz y Castro, 2014).
Mayelewó: práctica soterrada de las religiones... 61

casa religiosa de Gloria y Eduardo, así en el caso de Medellín era frecuente la


como en el templo coordinado por Jua- búsqueda de una “alianza” dentro de
na, habían tenido un papel importan- estas religiones por causa de la bruje-
te sus vecinos, quienes fueron los que ría. Es decir, muchas de las personas
realizaron las llamadas a los agentes que se acercaban a estos espacios, lo
indicando el movimiento anómalo de hacían en búsqueda de protección ante
personas dentro del escenario religioso. la sospecha de que otros se encontra-
El conflicto que emerge en el ejer- ban “trabajándolos”.
cicio de una libertad de cultos y con-
ciencia, podría afirmarse, tiene lugar Aquí nosotros no damos el número
al margen de la legalidad constitucio- del chance13 ni de la lotería, ya nos la
nal. Es decir, aunque la carta consti- hubiéramos ganado y no estaríamos
tucional y la Ley 133 señalan que no trabajando con tanta cosa, porque
se molestará a nadie en virtud de sus realmente es pesado, ¿sí? Estarle qui-
creencias, esto es algo que en teoría tando brujerías a la gente y muertos
aplicaría a la relación entre el Estado y oscuros no es fácil. Entonces parta-
la sociedad civil. Pero, esta misma lógi- mos de la base de eso. Los trabajos
ca no siempre resulta válida al conside- más fuertes, donde la persona llega
rar las relaciones que se dan entre las con brujería, han sido aquí en Mede-
personas de una comunidad o una so- llín. Aquí son solapados, la gente dice
ciedad cualquiera. En lo cotidiano, las que no cree y cree más que todos no-
relaciones sociales responden a imagi- sotros.14
narios y a presupuestos consensuados
y renegociados siempre y no se ciñen a Es importante considerar también el
lo que se establece en el papel. testimonio de Javier:
Por la vía que señala Gloria, se
tensionan la aversión y la simpatía por Lo he visto también en mi casa con los
estas costumbres y sus practicantes, y tíos, los primos, las abuelas. “Javier
emerge un aspecto importante en rela- es brujo, hace cosas malas, no cree en
ción con los itinerarios de las personas Dios”. Y voy a investigar porque ya mi
dentro de estos sistemas de referencia. mamá me ha dicho, “mijo tranquilo”,
Ambos religiosos argumentaban que yo le digo, “sí mami, creo en mis san-
la mayoría de personas que no eran tos, creo en mi Dios, mi virgen, todo.
cubanas, se aproximaban a estas reli- No me importa lo que hablen”. Pero,
giones, principalmente, para resolver ese que está hablando de ti, tú no sa-
situaciones desestabilizadoras de la bes que hizo pa’ conseguir sus cosas.15
cotidianidad, como las concernientes a
la salud, lo económico y lo afectivo, tal 13
 El chance es un juego de azar reglamenta-
cual había sido su caso y el de muchos do por el Estado colombiano desde 1982.
14
 Entrevista a Gloria Vergara, Medellín,
de sus ahijados. Esto es una narrativa 2012.
reiterativa de quienes itineran en estos 15
 Entrevista a Javier Castaño, Medellín,
escenarios (Castro, 2010). No obstante, 2012.
62 Luis Carlos Castro Ramírez

Las alusiones de los religiosos eviden- religiosos de un lado u otro suelen


cian la tensión que hay entre ambos transformarse con el tiempo dentro de
sistemas de creencias, los de inspira- la práctica ritual, aunque, en ocasiones
ción afro y los judeocristianos, éstos se tales préstamos pueden permanecer
cruzan simultáneamente en la cotidia- sin mayores cambios, sumándose al
nidad de ellos como practicantes, y de resto de insumos mágico-religiosos de
esta situación emerge una confronta- los especialistas rituales.
ción que tiene lugar como consecuencia Ejemplos de esos préstamos son la
de su elección y de su quehacer religio- presencia de la Santa Muerte, vene-
so. La discrepancia con una sociedad rada en México; el Mohán, personaje
marcadamente católica no es algo que mítico colombiano; las Tres Potencias
resulte extraño, y de ahí la mirada so- Venezolanas (María Lionza, el Indio
bre sus prácticas como brujería, la Guaicaipuro y el Negro Felipe); Shiva,
cual se despliega de modo inmediato, el dios hindú de la destrucción, o Guan
incluso desde sus propios grupos fami- Yu, el famoso general chino venerado
liares. Paradójicamente, la acusación por los taoístas conocido como el “Dios
que se cierne sobre ellos es la misma que de la Guerra” o el “Buda de la Guerra”.
los religiosos argumentan combatir Ésas son algunas de las representacio-
dentro de este espacio social, que ellos nes que suelen aparecer en los altares
entienden como portador de una doble de las tradiciones religiosas de inspira-
moral. Además, la alusión a las prác- ción afro, de las cuales los iniciados no
ticas del otro como brujería constituye tienen mayor conocimiento, o no esta-
una forma de rechazar o de objetar blecen una conexión directa con la pra-
aquello que no se puede entender, y que xis de su culto. Estas entidades están
no encuentra correspondencia con el ahí en virtud de sus asociaciones con el
sistema de referencia hegemónico. poder, la fortuna y la protección.
De nuevo, esa condición de limina- Sin embargo, la renegociación del
lidad no es ajena a la conformación de espacio no es una cuestión que proceda
estos sistemas religiosos, que desde de manera fácil cuando se está visible-
tiempos coloniales han sido signados mente marcado por una condición de
al imaginario de lo brujesco. Ello no ha liminalidad. Gloria comentó cómo ha-
imposibilitado los itinerarios de perso- bía llamado la atención el hecho de que
nas que poseen disímiles adscripciones usaran ropa blanca al regreso de Cuba.
en cuanto a creencias. Las dobles o Una de las características del iyawó
múltiples pertenencias religiosas de los es que debe permanecer vestido en su
sujetos que acceden a estos espacios; totalidad de blanco en ocasiones exis-
los intercambios culturales, en el lugar ten permisos especiales que el oricha
de acogida, con otras prácticas, son concede a su hija o hijo, bien sea para
consustanciales a los cultos de inspi- no vestirse en su totalidad de blanco
ración afro en las subsecuentes diáspo- o para levantar la imposición después
ras. Estas dinámicas de renegociación de los tres meses. Esto es punto de
operan en ambas vías, los préstamos disenso con los religiosos más conser-
Mayelewó: práctica soterrada de las religiones... 63

vadores. Al regresar a Medellín, llevar advierte un difícil ejercicio de adapta-


siempre vestidos blancos y portar los ción. Es hacerse extranjero en su tierra
vistosos collares que se reciben en natal y estar separado de la familia
las diferentes ceremonias, se convirtió religiosa que lo acogió afuera. Las difi-
en un identificador “negativo” para las cultades se incrementan cuando, como
personas que vivían a su alrededor. en el caso de los dos religiosos, se debe
retornar a un espacio que se encuen-
El yaboraje es un proceso de depu- tra anclado dentro de una sociedad
ración. Siempre he dicho que para la de tradición católica, en la cual existe
mujer es más duro que para el hombre, una vigilancia permanente sobre cual-
porque estás jugando con tu humildad quier práctica religiosa que se aleje de
desde lo femenino durante un año. la tradición socialmente válida. Para
Es un contacto muy directo y muy Gloria y Eduardo, el proceso de yabo-
sentido con tus santos, es realmente raje culminaría a finales de noviembre
donde se prueba la fe, porque el que no de 2012, tras haber cumplido el año de
renuncia en el yaboraje a lo que se le iniciación.
ha prohibido, es difícil que lo haga más
tarde. A diferencia de muchas perso- La ruptura: nuevas y antiguas
nas, para mí no fue tan difícil el tema tensiones en la praxis
del cabello o dormir y comer tres meses religiosa
en la estera. Fue más difícil el tema del
maquillaje, de las uñas, y todo lo que Seis meses después de haber concluido
tenía que cargar. Imagíname allá en el yaboraje, la joven pareja religiosa ter-
Medellín, con sombrilla, faldas lar- minó su relación afectiva. En parte, ex-
gas, medias, chal, pamela, collares, plicaba Gloria, la decisión de separarse
cartera, más la estera, el plato, el po- había sido consecuencia de la transfor-
cillo y la cuchara, más la pañalera de mación de la relación, como producto
los mellizos. A mí me marcó mucho el del periodo de yaboraje, en el cual se
yaboraje, es muy duro en una socie- habían vuelto “hermanitos”. No se debe
dad como la nuestra, porque no es lo olvidar que en estos procesos iniciáticos
mismo vivirlo en Cuba, en donde es la construcción de familia religiosa se ge-
parte de su cultura.16 nera de varios modos y, a pesar de haber
ingresado al igbodú (cuarto de santo)
Esta nueva condición de vida que se como esposos, su salida se daba también
adquiere al atravesar por el proceso como hermanos de religión, una her-
iniciático dentro de la santería, y cómo mandad creada en el momento de haber
lo experimenta después el colombiano recibido juntos la kariocha.
o la persona proveniente de otro país, En buena medida, las diferentes
una vez que regresa al lugar de origen, ceremonias iniciáticas dentro de las
religiones de inspiración afro implican
16
 Entrevista a Gloria Vergara, Bogotá, la creación de relaciones familiares.
2013. Éstas se crean no sólo entre padrinos
64 Luis Carlos Castro Ramírez

y ahijados, es decir, entre quien se ini- mucha polémica y disgusto con otras
cia y es iniciado, sino también entre las casas. Ahora, yo soy la casa Maye-
personas que forman parte de una mis- lewó, de eso también me di cuenta.
ma casa religiosa, más aún cuando se En el momento hay algunos ahijados
atraviesa de manera conjunta por uno que se atienden con Eduardo y otros
de los rituales de paso. En tal sentido, que estando en Medellín lo hacen
si más de una persona pasa por cual- conmigo. Fíjate que él y yo seguimos
quiera de las iniciaciones, éstas salen funcionando de cierta manera a nivel
en condición de hermanas o hermanos religioso, porque las fracturas sen-
de religión. En tales vínculos parenta- timentales no tienen nada qué ver y
les existe una esos relacional, de acuer- no pueden afectar nuestro acompaña-
do con la condición en la que entren los miento religioso.17
neófitos.
El entendimiento de esto último es En adición a esta circunstancia, Gloria
de significativa importancia, pues en señalaba las tensiones producidas en-
la medida en que las personas emergen tre Mayelewó y otras casas religiosas
en condición de hermandad del cuarto en Medellín. El malestar con otros lí-
de iniciación, ello supondría a futuro, deres se suscitaba en el polémico am-
según explican algunos religiosos, el biente de enseñanza que tenía como
impedimento de una relación amorosa pilar fundamental la praxis de Maye-
entre los participantes. La transgre- lewó. El espacio de enseñanza se con-
sión de tal normatividad encerraría virtió en un transgresor del orden, en
el germen del “incesto espiritual”. Por tanto que existía la prevención de que
igual razón existe teóricamente la pro- se revelaran secretos de la religión a
hibición de relaciones entre padrinos y quienes aún no poseían las consagra-
ahijados. Caso contrario representa el ciones.18 La secrecía sobre la que se
de Gloria y Eduardo, ya que entraron originaron estos sistemas de referencia
como esposos, y dicha relación primó es algo que se ha mantenido a lo lar-
sobre la posteriormente adquirida. go de los siglos. El secreto, alegan en
La ruptura del lazo conyugal supu- ocasiones los practicantes, es lo que ha
so otro problema: la continuación de permitido la subsistencia en el tiempo
Mayelewó como casa religiosa y de ellos de sus creencias. Por otra parte, para
como padrinos —padres— de la fami- Juana y Gloria, la instrucción de los
lia creada hasta ese momento. ahijados es necesaria por cuanto evita
engaños, equívocos y evita amarrar a
Mayelewó como tal sigue existiendo. los ahijados al poder de los padrinos.
¿Qué pasa?, que estando radicada
ahora en Bogotá, se creó un poquito 17
 Entrevista a Gloria Vergara, Bogotá, 2013.
de dispersión en relación [con] cómo se 18
 Esta misma tensión entre casas religiosas
se presentaba en Cali y el templo que dirigía
venían manejando las tertulias y los
Juana Castro, quien del mismo modo considera-
temas de estudio con los ahijados. Lo ba necesaria la fundamentación filosófica, his-
cual, entre otras cosas, había creado tórica y ritual de sus ahijados.
Mayelewó: práctica soterrada de las religiones... 65

Los desa­cuerdos y confrontaciones con dicen, “que usted madrina vino aquí a
otros religiosos en éste y otros puntos, Cali a revolucionar la religión”.23
levantaron la sospecha sobre un silen-
cioso enemigo: la brujería. El espectro de la brujería y de la magia
enviada por “otros” es una constante
Yo tengo mis puntos de vista y los en estos sistemas de referencia. En el
he hecho respetar, así sean oriatés19 caso de Cali y Medellín, se refuerzan
o babalawos. Pero si para mí, en mi las ideas antes consideradas en rela-
convicción espiritual hay cosas que no ción con la presencia y articulación de
están contempladas, pues las discu- la “brujería” con otro tipo de prácticas
to. Eso creó mucho conflicto, yo creo mágico-religiosas. En adición, puede
que sí hubo malas jugadas dentro de afirmarse que la brujería, concordaría
magias y cosas que se hicieron para con una lógica guerrerista, los cultos
terminar con nuestra casa.20 de inspiración afro y en general las
prácticas religiosas en estas zonas del
Algo similar relataba la directora de país se han insertado dentro de un dis-
Iyaré en Cali: curso atravesado por la violencia. Por
supuesto, esto no es algo menos válido
Yo conocía aquí a un babalawo brasi- para el resto de Colombia, en el que
leño que practica la nigeriana,21 yo le distintas formas de violencia se han
hice una misa espiritual a su esposa instalado y desarrollado desde el siglo
y ese hombre quedó encantado. A los pasado.
cinco meses apareció el babalawo y Sin embargo, y esto es aún de ma-
me dijo, “madrina, cinco personas yor relevancia que la simple asociación
fueron a la casa, cada uno está pagan- de estas prácticas religiosas con una ló-
do dos millones de pesos para que le gica guerrerista, lo que emerge de cada
haga una macumba 22 a usted, para una de las reglas cubanas es la impor-
que se muera”. El motivo es que ellos tancia del manejo y la conexión con el
mundo de los muertos, el palo en su
relación con el nfumbi, el espiritismo
cruzado con los muertos de los cordones
19
 Especialista religioso dentro de la regla
de ocha, quien conoce toda la parafernalia reli-
espirituales, el culto a eggun (muerto)
giosa: cantos, plegarias y quehacer de la prácti- dentro de la santería y la importancia
ca ritual, las cuales son indispensables en los de divinidades como Orun y Oddua en
diferentes procesos consagratorios. ifá, son formas de conectar con el ma-
20
 Entrevista a Gloria Vergara, Bogotá,
2013.
nejo de la muerte.
21
 Se refiere a la línea de ifá nigeriano que En todas las sociedades, la rela-
ha ingresado desde hace unos años al país. ción entre vivos y muertos supone, en
22
 En este contexto la palabra significa mayor o menor medida, aspectos fun-
“brujería o magia negra”. Macumba es una pa-
labra de raigambre bantú, la cual se utiliza des-
damentales sobre cómo se entiende la
pectivamente, en ocasiones, para referirse a
algunas prácticas religiosas afrobrasileras.  Entrevista a Juana Castro, Cali, 2012.
23
66 Luis Carlos Castro Ramírez

condición humana y de qué manera se divinidades, señoras de los mares por


experimenta el ser y estar en el mundo, medio de la interpretación musical de
dentro de marcos de relaciones socio- un conjunto mariachi.24
históricas y socioculturales, en las que El altar estaba dispuesto de la
se hallan contenidas múltiples dimen- siguiente manera: en medio de una
siones de carácter social, económico, planta de frondosas hojas y un árbol
político, científico, religioso y estético. navideño caía sobre una de las pare-
Así, en nuestro contexto, las religiones des que daba contra el ventanal del
afrocubanas permiten un manejo del apartamento, una tela brillante, azul
duelo diferente al que tiene lugar des- oscuro, de unos dos metros de largo y
de las tradiciones judeocristianas, en ancho, unida a ésta, a unos 40 metros
tanto que, desde su lógica, el mundo de de arriba abajo, otra tela luminosa de
los muertos no está separado del de los color blanco se descolgaba, cada una
vivos, incluso existe la posibilidad de parecía formar una suerte de corona de
un contacto vis-à-vis. tres puntas. Del lado derecho, sin supe-
Tras la ruptura de Mayelewó, Glo- rar a las otras dos, otro tramo de tela
ria se trasladó a Bogotá en donde con- amarilla y refulgente se descolgaba de
tinuó sus prácticas y la reconformación la misma altura de la blanca, éste era
de una familia religiosa. A finales de el trasfondo del altar levantado en ho-
noviembre de 2013, en su apartamento
al norte de la capital, ella ofreció una 24
 Quisiera introducir una breve digresión
celebración a su “ángel de la guarda” en este punto: las readaptaciones en la diáspora
Olokun-Yemayá. El motivo era el se- suelen ser comunes, pese a la reticencia de una
especie de ortodoxia religiosa existente; éstas
gundo año tras su iniciación en 2011, tienen lugar de diferentes maneras. Uno de los
la santera convocó a algunos practican- primeros ejemplos al respecto en Colombia se
tes, ahijados y personas allegadas a la encuentra en la tesis de Mónica Velasco, más
reunión. Estas ocasiones sociales, al te- allá de una serie de imprecisiones conceptuales
y de comprensión de la praxis religiosa, dada la
ner un carácter festivo, se encuentran dificultad de enfrentarse a este campo de estu-
abiertas a todas las personas cercanas dio en el país —en mi entendimiento, por pri-
al oferente o a la casa en que tiene lu- mera vez— la autora señalaba, verbigracia, el
gar la conmemoración. En general, en reemplazo que Yoyo, uno de sus informantes,
hacía dentro del sistema de adivinación-inter-
estos casos se ofrece un tambor, el cual pretación conocido como diloggún, en el cual
se ejecuta en horas de la tarde, estos sustituía los caurís (caracoles) por tapas de ga-
son espacios rituales donde los músicos seosa dobladas (véase Velasco, 2003: 84). Estas
hacen toques dedicados a alguno de los modificaciones, como la renegociación de insu-
mos vegetales y animales, es permanente, así
orichas en particular, aunque siempre como las transformaciones de la práctica. Aun-
se ejecutan ritmos y cantos consagra- que siempre se trate de mantener la tradición,
dos a varias de las divinidades del pan- ésta se modifica, y ello es algo consustancial a
teón yoruba. Dada la dificultad que ello esos sistemas religiosos por fuera de sus luga-
res de origen. Sin embargo, ello no significa li-
representa en Bogotá y en Colombia, bertad total, como señala James (2001), existen
para el evento se había tomado la de- unos “principios rectores” que no pueden trans-
cisión de presentarle los respetos a las gredirse.
Mayelewó: práctica soterrada de las religiones... 67

nor a Yemayá y Olokun aquel día. De nos de novillo encima, ésta pertenecía
izquierda a derecha, en la parte cen- a Aggayú, y una última con tela roja en
tral se veían tres soperas alargadas de cercanía a un caparazón de tortuga, la
unos 50 centímetros de alto, la primera cual daba cuenta del oricha Changó, y
de ellas blanca y cubierta alrededor de al lado suyo un arreglo de astromelias
su forma por un velo del mismo color; amarillas-rojas. Por último, en la parte
enseguida otra recubierta en piedras y frontal del altar había una estera ten-
conchas marinas, envuelta en una tela dida sobre la cual reposaban diferentes
azul oscuro con puntos blancos brillan- frutas, casi en el centro había un plato
tes, y sobre ésta una corona plateada; blanco con una jícara con agua y alre-
a su lado otra sopera azul oscuro res- dedor suyo cuatro vistas de coco y unos
guardada por un velo transparente. En pedacitos de este mismo fruto,26 al lado
su respectivo orden estas soperas eran izquierdo un recipiente cubierto con
las contenedoras del fundamento de los una tela azul para depositar las ofren-
orichas Obatalá, Olokun y Yemayá.25 das en dinero, en frente de éste una
Entre las soperas y la punta central de maraca azul con cuatro puntos blancos,
la tela blanca un arreglo de rosas rojas- y por último, dos pequeños muñecos ne-
blancas, más abajo un abanico y unas gros que aludían a los Ibeyis.
margaritas blancas. La música irrumpió en el lugar con
De izquierda a derecha se encontra- la llegada de la serenata, todos se en-
ban en el suelo un florero azul oscuro contraban animados mientras canta-
con margaritas blancas, un Echu-Ele- ban: “por ahí viene el gavilán, por ahí
gguá de barro, un arco, una flecha en viene ya volando, no se lo dejen acercar,
acero y unas esposas, atributos del ori- pollitas anda buscando…”. Al comen-
cha Ochosi, otro Echu-Elegguá, unos zar la segunda canción, los mariachis
lirios blancos sobre una silla de tres se encontraban en dirección a Gloria, a
patas en madera se hallaban Osun, quien ellos pensaban que se le estaba
y un Echu depositado dentro de una realizando el agasajo. Rápidamente,
freidera de barro atrás de ellos, unos ella les indicó que el homenaje era para
calabacines verdes, a los pies de la si- Yemayá, y les señaló hacia el esplén-
lla otro Echu y un caldero de Oggún. dido altar que se había levantado. En
Luego, unos lirios azul aguamarina, ese momento se produjo un incidente
un ramo de rosas amarillas, una so-
pera revestida por una tela blanca con 26
 Las vistas se refieren a cuatro lascas de
puntos amarillos brillantes que co- coco empleadas en el sistema de adivinación-in-
terpretación como obi. Su uso resulta similar al
rrespondía a Ochún; otra con una tela de los chamalongos, al cual me refería al comie-
cobriza de puntos blancos con dos cuer- zo. Estas vistas estaban allí porque con anterio-
ridad a la llegada de los asistentes se habían
empleado en lo que se conoce como “dar coco al
 Las descripciones de los orichas, sus atri-
25
santo”; esto es, ir preguntando oricha a oricha si
butos y relatos míticos han sido ampliamente está satisfecho con lo ofrendado o si existen ad-
caracterizados (Barnet, 2001; Bolívar, 1990; vertencias o requerimientos para quien realiza
Cabrera, 2006). la ofrenda.
68 Luis Carlos Castro Ramírez

que cambiaría, transitoriamente, el ver con la importancia de la readapta-


ánimo de los participantes. Una de ción de ciertos aspectos ceremoniales.
las mujeres de la agrupación se negó Como se ha insistido, éste es un rasgo
a seguir cantando, alegando que ella fundamental de las religiones afro en
“sólo le cantaba a cosas de Dios”, tras lo sus procesos de diáspora; la serenata
cual abandonó el apartamento dejando como sustituta del tambor habla de
atrás a los otros músicos.27 un contexto religioso que se encuen-
Lo que prosiguió fue una acalorada tra aún en formación. En este tipo de
discusión con los miembros del grupo, ceremonias se emplean los tambores
quienes también lucían confundidos batá, llamados también tambores
por la abrupta salida del apartamento de fundamento o Añá, son un conjun-
de su colega. Durante unos minutos to- to de tres: el más grande recibe el
dos discutieron el suceso y algunos de nombre de iyá , el de tamaño medio
los asistentes estaban contrariados. Se itótele y el más pequeño es el okónkolo.
alegaba ignorancia y falta de respeto Estos tambores poseen en su interior
por parte de la mujer que había salido un secreto, que es lo que les otorga su
y que ellos no dejaban de ser católicos carácter sagrado, esto se resume en la
al ser santeros ni por participar en la existencia interna, dentro de los tambo-
ritualidad de esta tradición. res, del oricha Aña (Schweitzer, 2003).
Tras la salida de los músicos, aún Esas reuniones sociales, comunes
hacía falta cantarle el cumpleaños a la en Cuba, en el contexto de Colombia
agasajada. La canción que se le dedicó resultan menos frecuentes, pues quie-
en aquella ocasión fue una composición nes realizan los toques sagrados deben
vallenata de Víctor Manjarrez: “Que estar jurados en el oricha Añá, y hay
Dios te bendiga y que cumplas muchos pocos músicos que cumplan con este
años, hoy que estás cumpliendo años requisito. De hecho, entre 2005 y 2016
que Dios te regale vida […] te regalo sólo he tenido conocimiento de un con-
mi cariño, éste es mi mejor regalo. Hoy junto de tambores y músicos que cuen-
te quiero regalar al dueño del sol y del tan con esas consagraciones. Se trata
mar”. De ahí en adelante, la festividad de los integrantes de la casa religiosa
se desarrolló como minutos antes. Omi Aro-Omi Oloyú, asentada en Bo-
Un primer punto de discusión acer- gotá y Cali, y la cual es dirigida por
ca del cumpleaños de santo de la reli- un religioso cubano. Ellos son quienes
giosa colombiana es el que tiene que organizan con frecuencia las ocasiones
sociales y prestan su conocimiento a
27
 Un asunto relevante: si bien en algunos
otras casas en el país. Por supuesto,
casos con la realización de un tambor se espera hay otros tambores consagrados, mas
que baje el oricha o que monte, es decir, que no los músicos; en diferentes fundacio-
tomen lugar los fenómenos de trance-posesión nes culturales afros y no afros existen
(Castro, 2015, 2010), esto no es una regla ge-
neral, aun cuando se empleen los tambores
músicos virtuosos que conocen los to-
consagrados, no siempre se hace presente la di- ques y los cantos para cada uno de los
vinidad. orichas, pero no cuentan con el proceso
Mayelewó: práctica soterrada de las religiones... 69

iniciático que los autorice a participar un ejercicio cerrado sobre sí, se nutre
más allá de la escena cultural. Aunque del afuera, nombrar constituye un acto
los tambores que se ofrecen a las divi- ordenador de la experiencia y se asocia
nidades tienen un carácter sagrado, en con formas preconcebidas a lo largo de
ellos no se prohíbe la entrada de per- la historia que, si bien se transforman
sonas ajenas al culto; ésta es una fies- con el paso del tiempo, no desaparecen
ta abierta para todos los allegados de en definitiva (Bollnow, 1984; Desia-
quienes estén realizando el homenaje. to, 2000; Merleau-Ponty, 1994). Estos
Solamente le está vedada la entrada a modos de habitar el lenguaje se basan
quienes estén iniciados, pero no hayan en parámetros que ofrecen seguridad
sido presentados al tambor. frente a las amenazas del exterior.
El suceso descrito en el aparta- Nombrar establece un orden, expresa
mento de Bogotá reitera el conflicto las maneras en que la intimidad psí-
que deben afrontar estas religiones quica de los sujetos conecta con el mun-
fuera de sus lugares originarios, y tie- do y con otras interioridades.
ne un doble movimiento; por un lado, la De esta complejidad, como se ha
negativa de la mujer a cantar a Yema- insistido, surge la dificultad de acopla-
yá se consideró, en general, como una miento de estos sistemas de referencia
agresión a la divinidad y a ellos en tan- en los diferentes escenarios sociales, lo
to religiosos; por otro lado, la cantante cual es más palpable cuando estos cul-
vio confrontado su sistema de creencias tos han alcanzado nuevas geografías.
por uno que, dentro de su formación ju- Por supuesto, dentro de las tradiciones
deocristiana, se alejaba de la idea de religiosas de origen judeocristiano,
un dios verdadero. estas tensiones deberán considerarse
Las tensiones producto de los en- como particularidades propias; por
cuentros de distintas denominaciones ejemplo, las disímiles imágenes que
religiosas suponen siempre una con- representan lo divino son aceptadas
frontación desde los imaginarios de de manera más o menos generalizada
cada sistema de referencia. Los modos entre los católicos. Pero no sucede lo
de habitar el lenguaje, más allá de que mismo desde las iglesias reformadas,
en las religiones de inspiración afro de corte protestante o pentecostal, en
exista una praxis vinculante con el las que existe un fuerte sentimiento
catolicismo, no constituyen algo que iconoclasta28 y el contacto con lo divino
pueda resignificarse fácilmente en las es un acto personal y emotivo, que no
tradiciones judeocristianas. Habitar el debe estar mediado por las imágenes
lenguaje se refiere a la forma como nos (Ospina, 2006). En este sentido, es
relacionamos con el exterior, es el modo posible entender la reacción de la inte-
en el que nuestra experiencia cotidia- grante del grupo de mariachis, los al-
na, atravesada por diferentes paráme-
tros socioculturales y sociohistóricos, 28
 La iconoclasia se refiere a la negación del
nos sitúa en el mundo. La forma en que culto a las imágenes religiosas y a la considera-
se significa o resignifica la vida no es ción de estas como idolatría.
70 Luis Carlos Castro Ramírez

tares de santería, especialmente, en un sociedad mestiza implican también au-


día importante como el cumpleaños de mento o disminución en su aceptación.
santo, despliegan una impactante esté- El análisis de la inserción de prácti-
tica. Las soperas en las que residían los cas y sistemas religiosos, su aceptación
santos, las otanes (piedras) hechas Ele- o no dentro del contexto de Colombia,
gguá y los pequeños muñecos negros los modos como conectan entre sí y
hechos Ibeyis, que tenían un carácter con otros sistemas de referencia, bien
sagrado para los participantes, para la sean nacionales o extranjeros, no pue-
cantante adquirían el carácter de los den comprenderse a través de gene-
falsos dioses: de la idolatría. ralizaciones descuidadas. Cada una
Desde hace más de cuatro décadas, de estas experiencias religiosas tiene
Colombia ha experimentado una explo- particularidades históricas que no pue-
sión de ofertas religiosas de diferentes den obviarse. Los imaginarios sobre
procedencias. No obstante, en todos “lo indígena” (indio), “lo afro” (negro) y lo
los casos, dicha dinámica no está des- “oriental” son radicalmente distintos;
provista de malestar; el peso de una cada una de estas etiquetas oculta la
sociedad históricamente forjada dentro diversidad, que es fundamental, pues
del pensamiento católico y judeocris- en algunas ocasiones las formas de
tiano no desaparece para acomodarse nombrar tienden a homogeneizar y
a otras formas de relación con lo sa- anular la diferencia. Eso sucede, por
grado. A esto se suma, en el caso de los ejemplo, cuando se habla de las religio-
sistemas religiosos de inspiración afro, nes afrocubanas como si fueran un blo-
la tensión entre lo afro (“negro”) y lo que uniforme, pero las distinciones de
mestizo (“blanco”). Marcadores identi- estos sistemas no sólo proceden de orí-
tarios que han estado presentes en la genes disímiles, lo yoruba, lo bantú y lo
construcción de la nación colombiana, fon, sino también de los modos en que
una paradójica relación que se mueve esas tradiciones se resignificaron en
entre la fascinación y el rechazo de una el contexto cubano. La práctica de la
sociedad mestiza que desde el siglo xix santería en La Habana no es la misma
buscó el blanqueamiento como meca- que tiene lugar en Santiago, a pesar
nismo de ascenso dentro de la escala de que guarden relación. De hecho,
moral-evolutiva, en la cual lo negro el nombre santería en la Provincia de
y lo indio —e incluso lo español— se Santiago de Cuba se emplea también
vieron como un lastre en el camino del para referirse a la variante cubana de
progreso (Wade, 1997). Este aspecto vodou. Tanto más resulta válida esta
es quizá uno de los que singulariza la aclaración, si se habla del palo monte
percepción y admisión de estas prácti- o el espiritismo con sus distintas ver-
cas religiosas en Colombia. Los casos tientes.
de Bogotá, Cali y Medellín apuntan en Por último, habría de señalar que
esa dirección, la mayor o menor presen- las condiciones de posibilidad en las
cia de población negra en estos centros que se insertan estas prácticas de
urbanos y su grado de contacto con la inspiración afro inciden en su perma-
Mayelewó: práctica soterrada de las religiones... 71

nencia a lo largo del tiempo. Las ex- B olívar , Natalia (1990),  Los orichas en
periencias de Bogotá, Cali y Medellín Cuba, La Habana, Ediciones Unión.
han mostrado una alta variabilidad Bollnow, Otto (1984), “Antropología filosófi-
en la aparición, desaparición y poste- ca”, Educación: Colección Semestral de
rior reconfiguración de los templos y Aportaciones Alemanas Recientes en las
casas religiosas. El sostenimiento de Ciencias Pedagógicas, vol. 30, pp. 7-23.
los espacios religiosos está dado por el Brown, David (2003), Santería Enthroned.
grado de cohesión de sus miembros y Art, Ritual, and Innovation in an Afro-
su nivel de especialización. A pesar de Cuban Religion, Chicago, The University
que la presencia de religiones de ins- of Chicago Press.
piración afro en el país tiene más de Cabrera, Lydia (2006a) [1954], El monte, La
tres décadas, éstas aún se encuentran Habana, Editorial Letras Cubanas.
en un estado incipiente de consolida-  (2006b) [1979], Reglas de Congo. Ma-
ción. La fluctuación de los escenarios yombe palo monte , Miami, Ediciones
religiosos, en cuanto a su aparición o Universal.
desaparición, no se traduce en un nú- Camacho, Álvaro (2009), “Paranarcos y nar-
mero reducido de participantes o en el coparas: trayectorias políticas delincuen-
ocaso de las prácticas. Por otra parte, ciales”, en Álvaro Camacho et al. (eds.), A
la debilidad interna de las redes, den- la sombra de la guerra. Ilegalidad y nue-
tro de los grupos y en sus relaciones vos órdenes regionales en Colombia, Bo-
locales, trata de compensarse fuera gotá, Universidad de los Andes, Facultad
del país, razón por la cual el mayor de Ciencias Sociales, Centro de Estudios
número de procesos iniciáticos se lle- Socioculturales, pp. 7-95.
van a cabo todavía en Cuba. Claro Castro, Germán (2011), La bruja. Coca, polí-
está, no se olvide que para algunas de tica y demonio, Bogotá, Editorial Planeta
las personas las iniciaciones en la Isla Colombiana.
obedecen también a una búsqueda de Castro Ramírez, Luis Carlos (2017), “Cordo-
lo auténtico y de lo originario, el “ver- nes espirituales, cordones de identidad:
dadero religioso es cubano” y allí las la misa de investigación en el espiritismo
ceremonias se hacen más apegadas a cruzao en Cali (Colombia)”, Chungara,
la tradición. Revista de Antropología Chilena, mimeo.
 (2015), “Caballos, jinetes y monturas
bibliografía ancestrales: configuración de identidades
diaspóricas en las prácticas religiosas afro
Bagley, Bruce (2000), “Narcotráfico violen- en Colombia”, tesis doctoral, Departamen-
cia política y política exterior de Estados to de Antropología, Universidad de los An-
Unidos hacia Colombia en los noventa”, des, Bogotá.
Colombia Internacional, vol. 49, núm.  (2011), “Arrear el muerto: sobre l as
50, pp. 5-38. nociones de trabajo, en las religiones
Barnet, Miguel (2001), Afro-Cuban Reli- afrocubanas practicadas en Bogotá”, Ma-
gions, Princeton, Markus Wiener Publi­ guaré, vol. 25, núm. 2, pp. 89-119.
shers.
72 Luis Carlos Castro Ramírez

 (2010), Narrativas sobre el cuerpo en el Dioses cubanos y sus fuentes africanas,


trance y la posesión. Una mirada desde la Madrid, Iberoamericana.
santería cubana y el espiritismo en Bogotá, Henderson, James (2012), Víctima de la glo-
Bogotá, Universidad de los Andes, Facultad balización. La historia de cómo el narco-
de Ciencias Sociales, Departamento de An- tráfico destruyó la paz en Colombia, Bo-
tropología / ceso / Ediciones Uniandes. gotá, Siglo del Hombre Editores.
 (2009), “ ‘Con l icencia de Zarabanda’: James Figarola, Joel (2013), Cuba la gran
violencia y ritual en el palo monte en Bo- nganga. Algunas prácticas de la brujería,
gotá”, Scripta Ethnologica, vol. 31, pp. La Habana, Editorial José Martí.
33-48.  (2006), La brujería cubana. El palo
Cros, Mercedes (2006), Worldview, the Ori- monte. Aproximación al pensamiento abs-
chas, and Santeria. Africa to Cuba and Be- tracto de la cubanía, Santiago de Cuba,
yond, Gainesville, University Press of Flo- Editorial Oriente.
rida.  (2001), Sistemas mágico-religiosos
Ceballos, Diana Luz (2002), Quyen tal haze cubanos: principios rectores, La Habana,
que tal pague. Sociedad y prácticas mági- Ediciones Unión.
cas en el Nuevo Reino de Granada, Bogo- Juárez, Nahayeilli (2009), “Transnacionali-
tá, Ministerio de Cultura. zación y relocalización de la santería cu-
Desiato, Massimo (2000), “Hermenéutica, bana: el caso de la ciudad de México”,
posmodernidad y violencia”, Lógoi, núm. Stockholm Review of Latin American
3, pp. 159-175. Studies, núm. 4, pp. 85-94.
Duncan, Gustavo (2009), “El dinero no lo es Maya, Luz Adriana (2001), “Botánicas y me-
todo: Acerca del narcotráfico en la persis- dicinas africanas en la Nueva Granada,
tencia del conflicto colombiano”, en Álva- siglo xvii”, Historia Crítica, núm. 19, pp.
ro Camacho et al. (eds.), A la sombra de la 24-42.
guerra. Ilegalidad y nuevos órdenes re- Merleau-Ponty, Maurice (1994), Fenomeno-
gionales en Colombia, Bogotá, Universi- logía de la percepción, Buenos Aires,
dad de los Andes, Facultad de Ciencias Planeta-Agostini.
Sociales, Centro de Estudios Sociocultu- Navarrete, María Cristina (1995), Prácticas
rales, pp. 165-210. religiosas de los negros en la Colonia.
Fernández, Mirta (2012), A la sombra del Cartagena siglo xvii, Cali, Universidad
árbol tutelar, La Habana, Editorial de del Valle, Editorial Facultad de Humani-
Ciencias Sociales. dades.
Frigerio, Alejandro (2004), “Re-Africaniza- Ortiz Martínez, María José y Luis Carlos
tion in Secondary Religious Diasporas: Castro Ramírez (2014), “Esta tierra no es
Constructing a World Religion”, Stefania de ocha, esta tierra es de palo: redefinicio-
Capone (ed. del núm.), Civilisations. Re- nes identitarias y género en la regla vri-
veu Internationale d’Anthropologie et de yumba”, Maguaré, vol. 28, núm. 1, pp.
Sciences Humaines, vol. 51, núm. 1-2, pp. 139-173.
39-60. Ortiz Martínez, María José (2012), Libertad
Fuentes, Jesús y Armin Schwegler (2005), de cultos en Colombia: entre la letra escri-
Lengua y ritos del palo monte mayombe. ta y los orichas del panteón yoruba en Bo-
Mayelewó: práctica soterrada de las religiones... 73

gotá, tesis de grado, Bogotá, Departa- tólica del Norte-Universidad de Tarapa-


mento de Ciencia Política, Universidad cá, Tarapacá.
de los Andes.  (2011), “El desarrollo del turismo re-
Ospina Martínez, María Angélica (2006), ligioso translocal: el caso de la santería
“«Satanás se desregula»: sobre la parado- afrocubana en Lima, Perú”, Revista In-
ja del fundamentalismo moderno en la ternacional de Ciencias Sociales y Hu-
renovación carismática católica”, Univer- manidades, SOCIOTAM, vol. 21, núm. 1,
sitas Humanística, núm. 61, pp. 135-162. pp. 171-205.
Packer, Martin y Silvia Tibaduiza (2012), “A  (2009), “Nuevas f ormas de adoración y
Concrete Psychological Investigation of culto: la construcción social de la sante-
Ifá Divination”, Revista Colombiana de ría en Catemáco, Veracruz, México”,
Psicología, vol. 21, núm. 2, pp. 355-371. Revista de Ciencias Sociales, vol. 125,
P almié , Stephan (2006), “Thinking with pp. 151-171.
Ngangas: Reflections on Embodiment Schmidt, Bettina (2008), Caribbean Diaspora
and the Limits of Objectively Necessary in the USA. Diversity of Caribbean Reli-
Appearances”, Comparative Studies in gions in New York City, Aldershot, Hamp-
Society and History, vol. 48, núm. 4, pp. shire, Ashgate Publishing Company.
852-886. Schweitzer, Kenneth George (2003), “Afro-
Pinzón, Carlos y Rosa Suárez (1992), Las Cuban Batá Drum Aesthetics Developing
mujeres lechuza. Historia, cuerpo y bruje- Individual and Group Tech­nique, Sound,
ría en Boyacá, Bogotá, Colcultura / Ican / and Identity, Doctoral Dissertation, Ma-
Cerec. ryland, University of Maryland, School of
Rossbach de Olmos, Lioba (2009), “Santeria Music” [en línea], disponible en <http://
Abroad. The Short History of an Afro-Cu- drum.lib.umd.edu/bitstream/1903/55/1/dis-
ban Religion in Germany by Means of Bio- sertation.pdf?origin=publication_detail>,
graphies of Some of Its Priests”, Anthro- consultado el 23 de diciembre de 2013.
pos, vol. 104, pp. 1-15. Uribe Tobón, Carlos Alberto (2009), “Ante el
 (2007), “De Cuba al Caribe y al mundo: santuario de la esperanza: imágenes que
La santería afrocubana como religión en- curan en Soracá, (Boyacá, Colombia)”,
tre patrimonio nacional(ista) y transna- Cuicuilco, vol. 16, núm. 45, pp. 81-113.
cionalización”, Memorias, núm. 7, pp.  (2003), “Magia, brujería y viol encia en
129-160. Colombia”, Revista de Estudios Sociales,
Salazar, Alfonso (1990), No nacimos pa’semilla, núm. 15, pp. 59-73.
Bogotá, Corporación. Velasco Olarte, Mónica Eliana (2003), “Pa’ que
Saldívar Arellano, Juan Manuel (2015), baje el santo. La santería: práctica mágico-
“Con los ancestros en la espalda. Trans- religiosa de los afrocolombianos en Bogotá”,
nacionalización, localización y filtración trabajo de grado, Departamento de Antro-
cultural de la santería cubana en Santia- pología, Universidad Nacional de Colombia,
go, Chile y la Paz, Bolivia (1990-2012)”, Bogotá.
tesis doctoral en antropología, Departa- Wade, Peter (1997), Gente negra, nación mes-
mento de Antropología, Universidad Ca- tiza. Dinámicas de las identidades raciales
74 Luis Carlos Castro Ramírez

en Colombia, Bogotá, Siglo del Hombre Zaid, Shanti (2006), Life in the Land of the
Editores / Ediciones Uniandes. Dead: Reynerio Pérez, Vincente Portuondo
Wirtz, Kristina (2004), “Santeria in Cuban Martin, and Twentieth-Century Religious
National Consciousness. A Religious Practice in Santiago de Cuba, Unpublis-
Case of the Doble Moral”, The Journal hed Honor’s Thesis, Department of His-
of Latin American Anthropology, vol. 9, tory, Michigan State University, East
núm. 2, pp. 409-438. Lans­ing.

Вам также может понравиться