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Una superficie lubricada se puede gastar por factores que pueden ser intrínsecos al
tipo de lubricante utilizado, a su tiempo de servicio o debido a contaminantes
externos. En algunos pocos casos se presenta como resultado de la selección
incorrecta del equipo, de un mal diseño, o del empleo de materiales inadecuados
para las condiciones de operación de los mecanismos. En las superficies lubricadas
el proceso de desgaste es leve y genera partículas del orden de 1µm a 2µm. El
desgaste es consecuencia directa del rozamiento metal-metal entre dos superficies
y se define como el deterioro sufrido por ellas a causa de la intensidad de la
interacción de sus rugosidades superficiales; este puede llegar a ser crítico,
haciendo que las piezas de una máquina pierdan su tolerancia y queden
inservibles, causando costosos daños y elevadas pérdidas de producción. La
excesiva contaminación con carbón tupe los rociadores de enfriamiento
del pistón por aceite aumentando bruscamente la temperatura de los pistones lo
que se dilatan excesivamente y comienza un proceso acelerado del desgaste,
inclusive puede trancar los pistones muy rápidamente al fallar el flujo de aceite.
Los aceites empleados para la lubricación de los motores pueden ser tanto
minerales, como sintéticos. Las principales condiciones o propiedades del aceite
usado para el engrase de motores son: resistencia al calor, resistencia a las altas
presiones, anticorrosivo, antioxidante y detergente. Por su densidad: espesos, extra
densos, densos, semidensos, semifluidos, fluidos y muy fluidos. Por sus
propiedades, los aceites se clasifican en: aceite normal, aceite de primera , aceite
detergente y aceite multigrado (puede emplearse en cualquier tiempo), permitiendo
un arranque fácil a cualquier temperatura.
Existen en el mercado unos aditivos que suelen añadirse al aceite para mejorarlo o
darle determinadas propiedades. El fin de estos aditivos es que el polvo de estos
productos se adhiera a las partículas en contacto, haciéndolas resbaladizas.
Pie de biela.
Árbol de levas.
Eje de balancines.
Engranajes de la distribución.
Una de las funciones básicas que debe tener toda sustancia que se emplee como
lubricante es la de reducir la fricción sólida y por tanto, el desgaste a los valores más
bajos posibles.
El aceite debe controlar los depósitos sobre las partes calientes en el motor que se
producen por efecto de los productos de la combustión, así como por la
descomposición (volatilidad) del mismo; siendo esta la característica detergente.
La presión a la que circula el aceite, desde la salida de la bomba hasta que llegue
a los puntos de engrase debe ser la correcta para que el aceite llegue a los puntos
a engrasar, no conviene que sea excesiva, ya que aparte de ser un gasto
innecesario llegaría a producir depósitos carbonosos en los cilindros y las válvulas.
Hay muchas piezas que rotan en el interior de un motor. Cuando el motor está
funcionando, todas estas piezas rotativas generan calor por la fricción que las
piezas de metal hacen cuando entran en contacto directo con otras piezas de metal.
Como resultado del desgaste y el calor de todo este movimiento y fricción, es fácil
para un motor agarrotarse o empezar a dañarse. El equipo de lubricación crea una
película de aceite en las piezas de metal en movimiento del motor, aliviando el
desgaste y el calor, originando que las piezas roten fácilmente.
Sistema mixto
Sistema a presión
De esta forma se consigue un engrase más directo. Tampoco engrasa a presión las
paredes del cilindro y pistón, que se engrasan por salpicadura.
Es el sistema más perfeccionado. En él, el aceite llega a presión a todos los puntos
de fricción (bancada, pie de biela, árbol de levas, eje de balancines) y de más trabajo
del motor, por unos orificios que conectan con la bomba de aceite.
Bomba de engranajes
Es capaz de suministrar una gran presión, incluso abajo régimen del motor. Esta
formada por dos engranajes situados en el interior de la misma, toma movimiento
una de ellas del árbol de levas y la otra gira impulsada por la otra. Lleva una tubería
de entrada proveniente del cárter y una salida a presión dirigida al filtro de aceite.
Bomba de lóbulos
También es un sistema de engranajes pero interno. Un piñón (rotor) con dientes, el
cual recibe movimiento del árbol de levas, arrastra un anillo (rodete) de cinco dientes
entrantes que gira en el mismo sentido que el piñón en el interior del cuerpo de la
bomba, aspira el aceite, lo comprime y lo envía a una gran presión. La holgura que
existe entre las partes no debe superar las tres décimas de milímetro.
Bomba de paletas
Tiene forma de cilindro, con dos orificios (uno de entrada y otro de salida). En su
interior se encuentra una excéntrica que gira en la dirección contraria de la dirección
del aceite, con dos paletas pegadas a las paredes del cilindro por medio de dos
muelles (las paletas succionan por su parte trasera y empujan por la delantera).