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Revisión de la contabilidad nacional

Los datos definitivos muestran una mejora que difiere poco de la


inicialmente anunciada

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Mª JESÚS FERNÁNDEZ SÁNCHEZ
24 SEP 2017 - 00:00 CEST

Hace unos días el INE publicó la revisión de las cifras de la Contabilidad


Nacional Anual de los últimos años. El crecimiento del PIB real en 2015 y 2016
fue superior al estimado inicialmente –dos décimas porcentuales más en 2015,
hasta el 3,4%, y una décima más en 2016, hasta el 3,3%–, mientras que los
deflactores apenas sufrieron cambios, de modo que el volumen de PIB nominal
en 2016 fue superior en 4.600 millones al anteriormente calculado. También han
sido revisados los resultados de 2014, pero no se ha modificado la cifra de
crecimiento del PIB. A diferencia de lo sucedido en otras ocasiones, esta vez las
revisiones no han traído cambios de gran envergadura en la composición del PIB
y su patrón de crecimiento, aunque vale la pena mencionar algunos aspectos de
las mismas.

El elemento más destacado de la revisión de las cifras de 2016 es que la


aportación del sector exterior al crecimiento fue más elevada de lo que se creía
(0,7 puntos porcentuales, frente a 0,5), debido a una revisión al alza de las
exportaciones y a la baja de las importaciones. Se acentúa con ello uno de los
rasgos más positivos, y que más sorprendieron, del patrón del crecimiento
registrado el pasado año, que fue el reducido crecimiento de las importaciones en
relación al crecimiento de la demanda final, y, como consecuencia, la aportación
positiva del sector exterior al crecimiento del PIB, que nunca había sido tan
elevada en un contexto de crecimiento de la demanda nacional. No obstante, las
cifras de 2015 fueron revisadas en el sentido contrario, desde una aportación del
sector exterior de -0,1 puntos porcentuales a -0,4 puntos porcentuales, con menos
crecimiento para las exportaciones, y más para las importaciones.

Con respecto a la demanda nacional, su aportación al crecimiento de 2016 fue


inferior a la inicialmente estimada, debido a un crecimiento más bajo del
consumo, que contrarrestó el mayor incremento de la inversión –tanto en bienes
de equipo como en construcción–. En las cifras de 2015, por el contrario, se ha
revisado al alza la aportación de la demanda nacional, con un mayor avance del
consumo y de la inversión en equipo.
El resultado final las revisiones de ambos años ha sido que en 2016 el nivel en
términos reales tanto de las exportaciones como de las importaciones era
ligeramente más bajo de lo que se creía, al igual que el del consumo privado,
aunque se trata de cambios de muy poca magnitud. De una cuantía solo algo
mayor, y en el sentido contrario, ha sido la revisión de la inversión en equipo –un
0,6% mayor– y sobre todo la inversión en construcción –un 2,5% más–. En
cualquier caso, el peso estos componentes sobre el PIB a precios corrientes
prácticamente no varía.

Por el lado de la oferta también ha habido algunas modificaciones, especialmente


en el caso de la industria. Se ha revisado al alza el crecimiento de su VAB en
2015 y 2016, de modo que al final del periodo su volumen en términos reales era
un 1,2% superior al indicado por la anterior contabilidad, siendo ahora el sector
que más crecimiento ha registrado todos los años desde el inicio de la
recuperación. La construcción también creció más en el conjunto de los dos años
–un 0,9%–, al igual que el sector primario –un 4,3%-. Los servicios de mercado,
por el contrario, han sufrido una revisión a la baja del 0,6%.

Finalmente, el empleo medido en puestos de trabajo equivalentes a tiempo


completo creció más en ambos ejercicios, de modo que en 2016 la cifra fue
superior en 51.000 personas a la estimación previa. Estos ocupados adicionales
se concentran, básicamente, en el sector industrial. La remuneración media por
trabajador en el conjunto del periodo también se ha revisado al alza en un 1%.

En suma, aunque la mayoría de las modificaciones son de escasa magnitud, en


líneas generales se puede afirmar que suponen una mejora del patrón de
crecimiento con respecto al que reflejaban las cifras anteriores, en el sentido de
que este se ha sustentado en una medida algo mayor de lo que se creía sobre la
inversión en bienes de equipo y el sector industrial, así como, al menos en 2016,
sobre el sector exterior.
COMERCIO EXTERIOR DECEPCIONANTE
Los resultados relativos a la evolución del comercio exterior en julio han sido realmente
decepcionantes. Las exportaciones se redujeron de forma notable en dicho mes en
comparación con el mes anterior, según cifras desestacionalizadas, descenso que se suma al
que también tuvo lugar en junio. Como consecuencia de ello, el crecimiento interanual y en
el acumulado del año se ha desacelerado considerablemente. Uno de los factores que más
pesan en este comportamiento es la caída de las exportaciones de automóviles, y más
concretamente, de las dirigidas a Reino Unido –país de destino del 13% de las mismas–,
que caen un 16%.

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