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IMPORTANCIA DE LA ARGUMENTACIÓN JURÍDICA EN EL EJERCICIO

PROFESIONAL DEL ABOGADO

Introducción

En la antigüedad específicamente en la Grecia clásica la conexión entre el Derecho

y la argumentación siempre fue de la mano. Las cuestiones políticas sociales y

económicas de aquella época propiciaron una gran de demanda de expertos en

litigios y en la participación de procesos públicos. Esto conllevo como consecuencia

a uno de los periodos de mayor desarrollo y propagación de la argumentación en

ese entonces llamada “persuasiva” o “retorica”. Fue así como el arte retorico fue

convirtiéndose en el más poderoso instrumento del Derecho en el mundo.

Ya que en aquel entonces no existía todavía el oficio de abogado tal cual hoy lo

conocemos y cada quien se veía en la situación de defender su propia causa, las

personas que se veían en la necesidad de enfrentar un litigio y que no contaban con

la elocuencia para hablar, contrataban en su caso a especialistas llamados

“logógrafos” (considerados los precursores de los abogados) para elaborar sus

discursos de defensa ante el tribunal.

En este contexto histórico ante la creciente educación de la época surge la figura

de los sofistas, un grupo de pensadores independientes, entre sus características

comunes la principal y que más nos interesa es su habilidad y destreza en el manejo

de la argumentación centraron sus enseñanzas en el arte de la persuasión, también

coincidían en el cobro de sus enseñanzas. (JAEGER, 1957)


Desarrollo

Para poder entender la importancia de la argumentación jurídica tenemos que

analizar su concepto por consiguiente hemos de entender por argumentación

jurídica:

Al conjunto de razonamientos de índole jurídico que sirve para demostrar, justificar,

persuadir o refutar, alguna preposición que va encaminada a la obtención de un

resultado favorable para el litigante y su cliente o para la resolución de un caso

controversial por parte del juzgador o tribunal de determinada.

La argumentación jurídica es una teoría prescriptiva, que nos sólo describe el

proceso de justificación de las soluciones de los casos jurídicos, que realizan los

jueces y otros operadores jurídicos, sino que también prescribe cómo debe

realizarse dicho proceso de justificación (ATIENZA, 2004). “Nadie duda que la

práctica del derecho consiste de manera fundamental en argumentar y todos

solemos convenir en que la cualidad que mejor define lo que se entiende como un

buen jurista, tal vez sea a capacidad para idear y anejar argumentos con habilidad.

Parafraseando a Atienza (2004, PAG.28) la argumentación jurídica contribuye a que

los juristas sean más conscientes de su propio quehacer esto es, dentro de una

faceta descriptiva de la argumentación. Así mismo, una perspectiva prescriptiva nos

lleva a concluir cómo deberían decidir los jueces en los casos difíciles. Pero ¿qué

se argumenta? Según el maestro español, significa exponer las premisas,


normativas o no, de una inferencia práctica, es decir, de un razonamiento cuya

conclusión es una norma. Nos dice, también, que no es posible estudiar la

argumentación jurídica aisladamente, sin ninguna atención a la razón práctica, así

como que la argumentación jurídica nos va servir para resolver conflictos de

envergadura compleja. Y en efecto, prevemos que es así. Los casos sencillos no

nos van a exigir más allá de la aplicación de la subsunción como procedimiento de

resolución directa.

Lo anterior implica que si el caso puesto en nuestro conocimiento no es complejo,

bastará que hallemos la solución al conflicto en el sentido previsiblemente literal de

la norma jurídica. Pero, si un problema jurídico está caracterizado por ser complejo

y contener numerosas premisas factuales y si llegan a concurrir muchas normas

jurídicas para resolver el conflicto donde tiene lugar la intervención y utilidad de la

teoría de la argumentación jurídica para definir, de otra forma, cuáles han de ser

las herramientas conceptuales más idóneas para dar solución al conflicto.

El producto de estos estándares no se resume sino en una argumentación

suficiente, válida e idónea que va más allá de la aportación de los abogados en la

formulación de la pretensión, sino que va a necesitar medir todas las destrezas y

fuerzas del juez para hallar una solución equilibrada, justa y razonable al problema.

aquí el rol del abogado cobra protagonismo en atención a que, si el mismo

materializa su deber de formular ordenadamente su pretensión, si desarrolla una

capacidad argumentativa que no solo recurra al esquema persuasivo, sino al

aglomerado del conocimiento suficiente y profundo de los hechos, entonces la tarea

motivadora del juez se beneficia enormemente, dado que ante una argumentación
insoslayablemente buena, y sobre todo fundamentada en el derecho y la prueba

aportada, no le queda al decisor racional sino conceder tutela respecto de la

pretensión propuesta.

La manera en los operadores jurídicos tiene que construir sus argumentos, premisas

y conclusiones está condicionada a una serie de factores derivados del tipo de

norma jurídica que se trate, ya sea que estén redactadas en forma de reglas o en

forma de principios, además de la importancia de los Derechos Humanos y los

estándares internacionales al respecto.

Una de las características más relevantes de los ordenamientos jurídicos actuales

consiste en que la mayoría de normas jurídicas se encuentran redactadas en forma

de principios, lo que exige nuevas pautas argumentativas y mayores retos para la

construcción de buenos argumentos. Estas exigencias superan la forma tradicional

de la subsunción, concentrándose en el juicio de ponderación y el principio de

proporcionalidad.

Tipos de argumentación Jurídica

Habrá que distinguir primeramente entre la argumentación que llevan a cabo los

jueces y aquella que es propia de los abogados litigantes, así tenemos:

 Argumentación por parte del Juzgador:

Esta argumentación es llevada a cabo por el juez o tribunal (según sea el caso

y la instancia) que conoce de la causa en determinada materia, su

trascendencia se traduce en la resolución que tome dicho tribunal o juez.


 Argumentación por parte de abogado litigante:

Este tipo de argumentación es aquella que desarrollara el abogado de la causa

ante juez o tribunal que este conociendo de la misma, para esto el abogado

habrá de valerse de sus habilidades como buen orador, así como de sus

herramientas de tipo lingüístico para poder obtener una resolución o sentencia

favorable.

Es conveniente diferenciar, conforme señala ( GUASTINI, 2005) que en tanto la

intervención del abogado respecto a la solución del conflicto es de valoración,

elección y decisión, y fundamentalmente de persuasión, la tarea del juez difiere por

cuanto representa una actividad de conocimiento.

En efecto, el abogado valorará la dimensión de solución del problema de su

patrocinado desde la óptica de atender a la defensa de la posición de su cliente, a

lo cual debemos agregar que ello es razonablemente legítimo. A su turno, el

abogado deberá construir la argumentación que va a sustentar mejor la posición de

su cliente y de seguro, propiamente no resulte razonable invocar las razones que

desmerecen su defensa. Finalmente, la tarea del defensor es también de decisión

dado que deberá proyectar una posible solución al problema de su defendido desde

la perspectiva de cuál es la mejor solución aplicable al caso.

Distinto es, en cierto modo, el rol que concierne al juez, a quien le compete

básicamente una actividad de conocimiento en la medida que sin perjuicio de lo

importante que pueda resultar la actividad persuasiva del abogado, al decisor

racional le corresponde un estudio imparcial.


Conclusión

A modo de conclusión podemos señalar de acuerdo a todo lo que ya se ha

mencionado antes y con la experiencia de cursar la licenciatura de Derecho

actualmente que la argumentación jurídica es de una importancia relevante para

todo aquel que quiera desempeñarse en el ámbito jurídico.

Tanto en nuestra vida en general como en la vida profesional de los abogados,

cuando argumentamos, lo que hacemos en realidad es comunicarnos con los

demás a través del ofrecimiento de razones.

Argumentar es sin duda una de las habilidades, si no es que la más importante, que

todo buen abogado ha de saber desarrollar y llevar a cabo en la práctica jurídica.

Es por ello que todo buen estudiante y egresado de la carrera de derecho debe de

estar lo suficientemente preparado para conducir a buen término los asuntos que

se encuentren bajo nuestra tutela o patrocinio.

Es por eso que yo concluiría que para realizar una buena argumentación jurídica.

Primeramente se tiene que identificar y analizar el problema, segundo, efectuar

posibles propuestas que nos lleven a la mejor solución, proceder a la comprobación,

revisión y sustento. Finalmente se prepara un argumento sólido, valido que defienda

y sostenga el discurso que el abogado defenderá.

De igual forma y der manera igualitaria un ala argumentación en el ejercicio de la

práctica jurídica nos puede llevar a situaciones sumamente adversas y graves en

contra de nuestros clientes o patrocinios.


Bibliografía

GUASTINI, R. (2005). “Problemas de interpretación”. LIMA .


ATIENZA, M. (2004). LAS RAZONES DEL DERECHO, TEORIAS DE LA
ARGUMENTACION JURIDICA . MEXICO: PALIESTRA.
JAEGER, W. (1957). Paideia. México: Fondo de Cultura Economica .
Amaya, Amalia, Virtudes, Argumentación Jurídica y Ética Judicial (Mayo 21, 2012).
SSRN: https://ssrn.com/abstract=2064304 o http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.206430
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ATIENZA, M., “Argumentación jurídica” en AA.VV. en El Derecho y la justicia, ed.
de E. Garzón Valdés y F. Laporta, Trota, Madrid 1996.

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