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eficaz:
Operaciones rutinarias
Básicas: son aquellas que sirven para la obtención de bienes o servicios de la empresa.
Generalmente se estipulan en ellas a los usuarios o clientes externos.
De apoyo: sirven como soporte para la prestación de las operaciones básicas. Acá se
encuentran los usuarios o clientes internos y externos.
Operaciones no rutinarias
sta se hace a través de los medios que se defina para cada una de las operaciones a usar. El
contador debe asegurarse que toda la información que se ha estipulado sea confiable.
Reales o del balance: acá se registran las operaciones que afecten la situación financiera de la
empresa (Activos, pasivos, patrimonio).
Los resúmenes intermedios son aquellos que producen los estados financieros que permitirán
informar a los usuarios internos y externos de los recursos que tiene la empresa. Estos
resultados se registran en dos clases de libros: los libros auxiliares y los libros principales
(Libro diario, Columnario, Libro mayor y Balances).
Son el producto final del estado contable y tiene como objeto presentar la información
financiera a los jefes de la empresa para que puedan tomar decisiones económicas eficientes. La
información que se encuentra en los estados financieros se enfoca en la rentabilidad, posición
financiera, capacidad de crecimiento y el flujo de fondos.
Estos comprenden cinco partes, balance general, estado de resultados, estado de cambios en el
patrimonio neto y estado de flujos de efectivo.
Balance general: en muchos sentidos, esto es una radiografía del estado de una
empresa en un plazo de tiempo determinado.
En los datos contables pueden no figurar de forma explícita los gastos e ingresos asociados a la
gestión ambiental, derivados de los esfuerzos llevados a cabo para prevenir, corregir o minimizar
el impacto ambiental causado por las operaciones de la empresa, por lo que permanecerían
invisibles para los decisores. La búsqueda de una posible solución a esta circunstancia permitió
lograr la integración entre las ciencias contables y el medio ambiente, consideradas por mucho
tiempo disciplinas que no tenían relación alguna. Estas particularidades permiten entonces centrar
la atención en la contabilidad de gestión o de costos.
Según las investigaciones realizadas por Chacón (2011), se reconocen dos enfoques en la
aplicación práctica de la disciplina. De un lado, se hallan los que la estudian a partir de diversas
técnicas de contabilización y control, tales como el costeo basado en las actividades (ABC en
inglés), el sistema de costos de calidad o la contabilidad ambiental. Estas emanan de las
respuestas más recientes que la contabilidad de costos ofrece a las empresas para que
incrementen su productividad, reduzcan sus costos, mejoren la calidad de sus productos y ajusten
sus plazos de entrega. En esta línea de pensamiento, se valoran los sistemas de contabilidad de
costos y de control de gestión como uno de los factores asociados al éxito competitivo, es decir,
constituyen una de las variables características de la dirección de cada empresa que favorece la
adquisición de ventajas competitivas. Asimismo, analizan el uso de dichos sistemas junto a la
influencia que los factores contextuales, internos y externos, pueden ejercer sobre su nivel de
desarrollo en las empresas. Por otra parte, desde el punto de vista de la información contable se
considera que "es la contabilidad de gestión en la que la cuestión medioambiental toma un
verdadero contenido multidimensional" [Asociación Española de Contabilidad y Administración de
Empresas (AECA), 1996, p. 5].
El producto del hotel es enteramente diferente. En el área de alojamiento una habitación que no
ha sido vendida es una pérdida de ingresos irrecuperable. En forma similar, en el área de
gastronomía una parte de la comida que no se vende es perecedera, tanto en forma de materia
prima, como elaborada.
La causa primaria o fundamental de la inestabilidad de los ingresos en los hoteles lo constituye, las
características de su ciclo anual de operaciones, que se comporta por temporadas según las
condiciones climatológicas o los eventos económico sociales, (estaciones del año, ferias y eventos
internacionales de prestigio, etc.) que se producen, tanto del polo turístico emisor, como del polo
receptor, o de su área geográfica de emplazamiento.
Esta estructura de operación, con altibajos cíclicos da lugar a las denominadas temporadas altas o
de máximo nivel de producción y a las temporadas bajas con escaso o ningún nivel de ingresos, lo
que produce en muchos casos la necesidad del cierre total o parcial de la instalación hotelera
durante la temporada baja.
Los costos de un hotel pueden ser directos o indirectos. Un costo directo, es aquél que puede
identificarse directamente con un proceso, producto, trabajo, o servicio. Como ejemplo de costos
directos puede citarse el costo de los comestibles que se consumen en un restaurante o el salario
del cantinero de un bar.
Un costo indirecto es aquél que no puede atribuirse directamente a una producción o servicio,
como por ejemplo el salario del director del hotel o la depreciación del edificio; los costos
indirectos se pueden distribuir a las producciones, servicios o puntos de venta del hotel de
acuerdo con una base o índice que refleje la manera en que se supone que se utilizan o aplican
esos elementos indirectos en las producciones o servicios a los que se distribuye. Pero las bases de
distribución de los costos indirectos son generalmente arbitrarias (al arbitrio) o se fundamentan
en bases teóricas o cuestiones de criterios, por lo que actualmente la mayoría de las entidades
rechazan la distribución de los costos indirectos y los registran como tales por su naturaleza.
En sentido general la mayoría de los hoteles tienen una alta proporción de costos fijos y
analizándolo desde el punto de vista de los departamentos productivos del hotel, el mayor
porcentaje de los costos fijos ocurre en el área de alojamiento, muchos de los gastos del área de
alojamiento son de una naturaleza fija, siendo los principales, la depreciación, la operación y
mantenimiento de las instalaciones. Como gastos variables pueden señalarse el lavado de la
lencería, los artículos para los huéspedes y otros gastos eventuales, constituyendo estos gastos un
porcentaje relativamente pequeño de la producción de alojamiento. (El consumo de agua y
electricidad tiene una parte fija y otra variable).
En cuanto a las operaciones de gastronomía, el porciento de gastos fijos es más bien bajo en
relación con el volumen de los ingresos por ese concepto.
Mientras mayor sea el porcentaje de costos fijos, será más difícil mantener una adecuada
productividad mediante la manipulación o control de los costos variables. En tales circunstancias,
además de prestar una adecuada atención al control de los costos, debe existir una mayor
preocupación por el incremento de los ingresos del hotel.