¿A qué se refiere velocidad de dilución en un cultivo continuo?

¿Por qué hay que

controlarlo?

El quimiostato es el sistema de cultivo continuo donde se controla la densidad de la

población celular y la velocidad de crecimiento del cultivo, ajustando la velocidad de
dilución y variando la concentración de un nutriente que actúa como factor limitante
respectivamente.

La velocidad de dilución (D) indica el cambio de volumen o renovación por hora; viene
dada por la tasa de flujo o de salida (f) y por el volumen del recipiente de cultivo. Así,
con un recipiente de 1000 ml y una velocidad de flujo de 500 ml/h la velocidad de
dilución será de 0,5 h-1. Si en el momento de poner en marcha el quimiostato las
bacterias que se encuentran en el recipiente de cultivo no creciesen, se irían eliminando
del recipiente según una tasa de lavado.

Si la tasa de crecimiento (µ) y la velocidad de dilución (D) son iguales, la pérdida por
lavado se iguala al crecimiento bacteriano, es decir, la modificación es nula, y la
densidad bacteriana se mantiene constante. Bajo estas condiciones el cultivo se
encuentra en un "equilibrio dinámico".

La importancia de controlar la tasa de dilución radica en mantener el sistema en el

equilibrio dinámico, es decir, mantener un ambiente constante durante todo el tiempo de
cultivo. Aunque los límites en los que la velocidad de dilución controla la velocidad de
crecimiento son muy amplios, a valores extremos el equilibrio se rompe.

A velocidades de dilución muy altas, el organismo no puede crecer lo suficientemente

rápido como para evitar su dilución y equilibrar el sistema, y el cultivo desaparece por
lavado del sistema. Por el contrario, a velocidades de dilución muy bajas, gran parte de
la población celular puede morir porque el nutriente limitante no llega a ser suministrado
a la velocidad adecuada como para permitir el mantenimiento del metabolismo celular.

Por tanto, la estabilidad del equilibrio dinámico en el sistema se basa en esta limitación
de la tasa de crecimiento por la concentración del factor limitante. Si a través de la
Ilimitación por el nutriente limitante se consigue que la tasa de crecimiento (µ) sea
menor que la tasa de crecimiento máxima alcanzable con el nutriente saturante (µmáx),
entonces la tasa de dilución puede variarse en un amplio margen sin que las bacterias
resulten lavadas. De todos modos, la tasa de dilución no puede sobrepasar µmáx. De
esta forma el quimiostato puede manejarse fácilmente como un sistema autorregulado;
si se establece una velocidad de flujo constante a lo largo del tiempo; en consecuencia
el sistema llega a regularse por sí solo.