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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA DEFENSA

UNIVERSIDAD EXPERIMENTAL POLITÉCNICA DE LA FUERZA ARMADA

UNEFA – Núcleo Aragua, Extensión Cagua.

ENSAYO:
Cátedra Bolivariana

Facilitador/a:

Zaida Borro

Autor:

Ascención Bernardo

La historia de Simón Bolívar como precursor y defensor de la libertad tomaría


partida cuando apenas entraba a la adolescencia. Con tan sólo quince años de edad,
el joven ícono por excelencia de nuestra historia zarpaba a tierras europeas a
descubrir el mundo y su mundo. Surcada que no se limitaría a una sola
oportunidad. Bien que los tres viajes a Europa acaecieron por razones disjuntas, sí
que convergieron en un solo fin: la nutrición y formación al hombre que todos
recordamos hoy día. Sus convicciones, espíritu y voluntad, se construyeron a pulso
y a pasos agigantados, bajo la tutela de numerosos ejemplares como Esteban
Palacios y Blanco, quien lo acogió a su llegada; Andrés Bello y sobre todo, de
manera más que especial, su maestro: Simón Rodríguez. Sembró una semilla de
saberes en un Simón que no tardó en enaltecer éste regalo. Antes de regresar a
Venezuela, conoce su primer amor, tratándose de María Teresa Rodríguez del Toro,
a quien desposa y comparte vida, aunque por un corto periodo. Esta fallece tan sólo
ocho meses después de casarse. Bolívar es sumido en una profunda tristeza, y no en
balde, regresaría con una nueva faceta, pero sin dejar atrás por lo cual se desviviría.
Y es así que en su segundo viaje a dichas tierras extranjeras, su afinidad por las
relaciones políticas y por el bienestar de nuestra patria lo conducen a Roma,
acompañado de Rodríguez, en donde emite el célebre Juramento del Monte Sacro:
“¡Juro delante de usted, juro por el Dios de mis padres, juro por ellos, juro por mi
honor y juro por mi patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma,
hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español!”.
Sobran las palabras para describir la soflama que representa la estadía de Simón
Bolívar en el mundo. Así pues, una vez forjadas las armas de su cuerpo y alma, el
camino de la independencia de Venezuela da comienzo. Entre conspiraciones,
presiones diplomáticas y revueltas de pensamientos por lo devenido, para el 19 de
abril de 1810 se declara al país como independiente, formándose el Congreso y
denominando a la nación como Estados Unidos de Venezuela. Incluso si la
presencia de Bolívar no fue del todo palpable durante la Primera República, el
convencimiento sobre Francisco de Miranda, fue acción clave para alcanzar este
primer objetivo. Pero cuando parecía que los inicios de la sublevación prometían, el
terremoto estalló, la moralidad decayó y las manos que se habían alzado titubeaban
inquiriendo una nueva oportunidad para luchar. No así, Francisco de Miranda se
ve obligado a negociar el reintegro de Venezuela al completo yugo español una vez
más, acto que, eventualmente es castigado tanto por Bolívar como por los realistas.
Siendo exiliado a Curazao, Bolívar no da tregua a empeñar todas sus fuerzas para
persistir por el bien de la nación. Es de esta manera que, explicando las razones de
la caída de la primera república y exhorta a la Nueva Granada a actuar aislada de
estos errores, se embarca a la liberación de dicho territorio con tan sólo una
guarnición de setenta hombres. Poco a poco, el reconocimiento militar llegaría, y
con absoluto mérito ganado. La Campaña Admirable se hace presente, dando
punto y aparte a la predecesora que cedería apertura a la Segunda República,
obteniendo la victoria en la mella occidental venezolana, con el apoyo de
granadinos y venezolanos por igual. En este periodo es cuando finalmente es
proclamado y condecorado como Libertador de Venezuela. El país quedaba al
delegado de dos dirigentes, Simón Bolívar en la parte central, y Santiago Mariño en
oriente. No por ello la aspiración de la corona española daría su brazo a torcer, así
pues, se desarrolla la batalla de Bárbula cuya derrota estuvo a favor de las fuerzas
independentistas, más sus bajas fueron significativas. Y para mayor problemática,
la llamada “Legión Infernal” comandada por José Tomás Boves, arrasa cruelmente
provincia tras provincia, dejando otro aletargado proceso de la liberación que con
vehemencia se busca. Todavía con la muerte a manos patrióticas de Boves, la
segunda república ve la oscuridad con las fuerzas desmanteladas y desorientación
en la población republicana. Venezuela llegaría a dominios españoles
reiteradamente. Más tarde, se da pie a la Tercera República; a un conglomerado de
numerosos importantes eventos: La Liberación de Guayana, la Campaña del
Centro, la creación del Correo del Orinoco, el Congreso de Angostura. Es la
Campaña Liberadora de Nueva Granada la que da permiso a las etapas finales de la
Guerra de Independencia de Venezuela. Con el nacimiento de la gran Colombia,
también se origina su disolución, amén de ello, la Campaña del Sur, o también
conocida como Campañas del Sur, lograron el anexo de otros territorios al sur de
Hispanoamérica, obteniendo en el proceso, la liberación de países (actualmente
conocidos así) como Bolivia, Perú, Ecuador y Chile. Irónicamente, la desintegración
de países que conformaron alguna vez La Gran Colombia, fue lo que llevó
concretamente a la autonomía de Venezuela de una vez por todas. En virtud de
estos sucesos históricos, no existe manera de negar la pasión, amor y firmeza que
Simón Bolívar siempre cargó consigo, que incluso pudo influenciar a otros
combatientes para reconocer y develar el fin por el cual se habían unido: la
independencia de las naciones. Concluyentemente, la mano de Simón nunca será
refractada por otro venezolano, tal vez, en mucho tiempo.

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