Unidad - 2 y 3 - Fase 4 - Plantear problemas y alternativas de solución

Participante:
EDITH YULIANA GONZALEZ GALLEGO CODIGO 1006811738

Grupo: 403014_81

Presentado a la tutora:
Clara Guzmán

Sexualidad y Género

Programa de Psicología
Escuela de Ciencias Sociales Artes y Humanidades (ECSAH)
Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD)
Noviembre del 2019
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El género como poder.

Desde el inicio de la historia humana la sociedad establece una relación de poder

asimétrica entre ambos sexos, como también nuestro contexto desde un inicio en

nuestras vidas se ha encargado de moldear la percepción acerca de la sexualidad dentro

de los roles de género. Se creía en un orden social que la mujer era la encargada de

llevar a cabo los quehaceres domésticos del hogar y solo recibía a cambio en el plano

privado el afecto de su pareja sin vinculo económico, atribuyendo a las mujeres el

descontrol emocional, pero se ha logrado modificar o minimizar estas conductas en la

sociedad. El lugar asignado a la feminidad y las exigencias de los modelos que el orden

simbólico propone, son factores que intervienen en la génesis de diversas

manifestaciones psicopatológicas: el malestar o sufrimiento que no puede ser descifrado

y expresado en palabras para ser elaborado y buscar soluciones –o, cuando no hay

posibilidad de resolución, al menos para asumirlo y tolerarlo– no encuentra otra vía que

los síntomas para significarse como demanda de reconocimiento (Assoun, 1997). Luego,

entre el malestar corriente y la patología sólo hay una diferencia de grado, como indicó

Freud.

Es a partir de la década 70 en donde se llevó a cabo la primera conferencia

internacional y desde ese momento se inició a reconocer los derechos reproductivos,

como derechos humanos y en 1965 nace por fin la asociación pro bienestar de la familia

colombiana de carácter privado como diferentes políticas que buscan el protagonismo

femenino y los roles de la mujer en la familia, pero por muchos años estuvimos

divididos en dos mitades; dos sexos, dos géneros y dos espacios diferentes, provocando

que se fragmente la humanidad en dos partes desiguales. La equidad de género busca

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garantizas las mismas oportunidades entre mujeres y hombres, aplicando diferentes

medidas de acción para generar igualdad, es un hecho probado la incorporación de la

mujer a la educación superior y al mercado laboral como está indicado por Ester Barbera

y Isabel en su libro de psicología y género. Pero según los datos del año 2012-2014 para

el 2014 las mujeres tuvieron una menor participación en el mercado laboral a la de los

hombres, el 8.3 de las mujeres que están inactivas laboral es porque están ejerciendo su

rol como madres y responsabilidades familiares, siendo la cifra menor la de los hombres

inactivos. Según el instituto de la mujer en su primer enfoque, plante que una mayor

representación de mujeres en la toma de decisiones es necesaria para lograr la equidad y

un cambio de valores y formas de comportamiento más igualitarias, que beneficiarían a

las mujeres y la sociedad en su conjunto. La diversidad se ha convertido en una

estrategia para fomentar la igualdad y la reivindicación de las mujeres dentro del

contexto laboral y comunitario, pero para Sarrio (2002) indica que las relaciones de

género en el mundo laboral y en los puestos de poder deben abordarse de desde dos

perspectivas, por un lado, el análisis de las barreras que todavía impiden el acceso de las

mujeres a posiciones de responsabilidades. Pero, por otro lado, la perspectiva más

positiva e innovadora, se debe a los factores que podría favorecer su incorporación. Pag

162.

Cada mujer constituye y transmite un mensaje por todo ese conflicto y lo que fue la

histeria en tiempos de Freud, fueron la inspiración de los poetas para revelar el eterno

femenino y aludir a unos términos culturales dentro de la relación en su cuerpo como la

manipulación no solo de su imagen corporal. Por tanto, sufriendo el cuerpo de la mujer

se vio afectado y responde a una compleja problemática. Al final de la era victoriana las
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clases medias comienzan a rechazar el alimento en aras de un ideal estético: ya no se

aspira a la perfección del alma, sino a que el cuerpo se ajuste a una imagen modélica. Ya

no se lucha contra apetitos o deseos, buscando el control de impulsos y la evitación de

excesos, sino que se combate contra la grasa, la celulitis, la flaccidez. Se desarrollan

técnicas destinadas a lograr una transformación puramente física, como dietas,

gimnasias, medicamentos e incluso intervenciones quirúrgicas, pero según Freud (1994)

La anorexia es paradójica: pretende controlar el cuerpo –cuando es imposible controlar

otra cosa– y lograr autonomía –no depender de nada ni de nadie– pero el control acaba

por escapar al control y debilita tanto que da lugar a la hospitalización y a la

dependencia total de los otros. Entonces, el control de los cuerpos, el dominio de los

deseos, intenta regular en el organismo individual las inestabilidades o transformaciones

que amenazan al cuerpo social (Douglas, 1991). Pag 166.

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