Cuando llegué a Madrid lo primero que hice, tras comenzar la licenciatura de
Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información de la UCM, fue
buscar emisoras de radio donde pudiera comenzar a «hacer radio», a «jugar» a ser locutora y a formarme como tal. Pero me encontraba con un primer inconveniente, que tenía que «corregir» o saber manejar, mi acento murcianico y lo conseguí. Conseguí manejar la voz y hacer radio, en Radio Complutense y en Radio Universo, ambas ya no existen pero mi humilde sueño se cumplió. Ahora, a por una radio más grande… 😉 Cuando conozco a alguien y digo que soy de Murcia se sorprende porque no me nota acento pero tranquilidad, que no lo he perdido. En más de una ocasión me ha pasado estar con amigos en Madrid, coger el móvil porque me llamaba alguna amiga murciana o mi madre y de pronto, sacaba el acento. Tras colgar, los amigos con los que estaba me decían: «pero ¿qué te ha pasado? De pronto, te has transformado». Siempre me hace mucha gracia, me parece muy interesante trabajar con la voz.
Tras compartir ejercicios de logopedia y foniatría que aprendí en un curso de
doblaje que hice y algunos consejos para el cuidado de la voz, porque si te ganas la vida con ella, hay que saber cuidarla muy bien, hoy quiero compartir algunos trabalenguas que os servirán como ejercicio de dicción. Son parte de mis apuntes del Taller de Radio para la Convivencia, la Diversidad y los Derechos Humanos que hice en el Centro de Iniciativas de Comunicación, Onda Verde hace ya varios años, no recuerdo bien si en 2.008 o 2.009 pero se siguen utilizando y resultan muy útiles. El Trabalenguas añade al problema de precisión de los fonemas, propio del ejercicio de dicción, la dificultad de la combinación, sea de fonemas aislados, o bien, agrupados en sílabas. Se trata de combinaciones poco frecuentes, o de agrupamientos difíciles por exigir un rápido cambio de posición de los resonadores. El trabalenguas debe estudiarse con mayor lentitud inicial y buscando más precisión en el caso del ejercicio de dicción. La velocidad no es esencial, sino accesoria y sólo debe buscarse cuando el dominio del texto es pleno y seguro. Hay que procurar siempre que cada fonema o sílaba tenga no sólo su pleno valor sono, sino que no se confunda con otros semejantes y que conserve su lugar dentro de la palabra, sin alteraciones ni desplazamientos.