Вы находитесь на странице: 1из 12

PRINCIPIOS DE LA LIBERTAD EN CRISTO

EJERCER MI LIBERTAD EN CRISTO EXIGE CUMPLIR LOS PRINCIPIOS QUE NOS


ENSEÑAN A TOMAR DECISIONES

PRINCIPIOS DE CÓMO EJERCEMOS NUESTRA LIBERTAD EN CRISTO

INTRODUCCION:

 ¿Qué es un LIMITE? Línea, borde, frontera.


 ¿Desde qué momento se inician los LIMITES en nuestras vidas? Niñez
 ¿Quién pone los LIMITES en nuestras vidas? Job 38: 8 y 11; Gén 2:16, 17. Vallas,
carteles linderos,
 Libre albedrío: ¿Deberían los creyentes: bailar, fumar, beber licor, usar maquillaje,
trabajar los domingos, trabajar las mujeres, ir al cine, ver televisión, participar en
juegos de azar, tatuarse sus cuerpos, ver pornografía, participar en la política, asistir
a la iglesia católica, comer morzilla, usar pantalón, ?
 NO debemos confundir el silencio de las ESCRITURAS con indiferencia de DIOS.
 Hay que aprender a DISCERNIR lo que es bueno o no para nuestras vidas.

La BIBLIA da un montón de PRINCIPIOS para ayudarnos a tomar decisiones buenas que honren a
DIOS y minimizan nuestros conflictos interiores:

I.- ¿Es necesario para nuestras vidas?


Heb. 12:1 Debemos correr la carrera que tenemos con dedicación, disciplina y excelencia.
II.- ¿Es provechoso para mi madures en CRISTO?
1 Cor. 6:12 Todo lo que hacemos nos debe ayudar para ser un mejor siervo del SEÑOR.
III.- ¿Lo haría el SEÑOR JESUCRISTO?
1 Juan 2:6 Como creyentes nuestras vidas deben imitar a JESUS en todo lo que hacemos.
IV.- ¿Si lo hago da buen testimonio a los demás?
Col. 4:5 Mi comportamiento debe fortalecer mi testimonio ante el mundo exterior.
V.- ¿Si lo hago me edifico a mi mismo?
1 Cor.10:23 Lo que hago debe tener un efecto positivo en mi crecimiento espiritual.
VI.- ¿Si lo hago glorifico a DIOS?
1 Cor. 10:31 Debemos entender que hemos sido apartados para glorificar a DIOS y
adorarle siempre en todo lo que hacemos.
CONCLUSIONES Y APLICACIONES:

¿Cómo utilizo y manejo los LIMITES de mi LIBERTAD en CRISTO?


(Juan 8:32) dice: “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. Jesús dijo en
Juan 14:6; “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida”.

Esto quiere decir que, cuando entregamos nuestro corazón a Jesús, pues él nos hace
libres, te preguntaras ¿Libres de que?, Claramente nos hace libres del pecado, libres de
la muerte, libres de la condenación, y libres de toda atadura que martirizaba nuestra vida.
Ere libre porque a él, le plació escogernos para hacernos libres.

Pero en muchas ocasiones la libertad que Dios nos ha otorgado a través de nuestro Señor
Jesucristo, viene a convertirse en un libertinaje, y es ahí en donde debemos hacer un alto
a todo aquello que esta lejos de agradar a Dios, y más bien lo esta desagradando.

La mayoría de los jóvenes, están entusiasmados por el deseos de darle rienda suelta a
vivir la vida erradamente, y optan por no analizar si lo que hacen le es conveniente o no
hacerlo, sino mas bien seducidos por el mundo se dejan caer así como algunas hoja que
un día estuvieron en un árbol.

Es triste que en ocasiones de nuestras vidas después de estar consagrados a Dios, nos
encontremos perdidos en una confusión del mundo todo por creer que “algunas
acciones no estaban mal” y sin darnos cuenta de que estas acciones nos van llevando
lentamente a tener una derrota espiritual.

1.- Antes de tomar una decisión tienes que buscar a Dios


Principalmente es fundamental que la búsqueda de Dios, sea constante para que tu
caminar sea dirigido por él. Si tu no buscas a Dios, no tendrás una comunión con él, y si
no posees una comunión con él, es difícil que escuches su voz para que te guié por el
camino correcto.

2.- Examina si lo que vas hacer levantara el nombre de


Jesús en alto
Los hijos de Dios, debemos entender algo y es que nos hacemos llamar “Cristiano”, lo
cual significa que estamos siguiendo los pasos de Jesús y parte de seguir los pasos de
Cristo, también es agradar a nuestro Padre celestial, entonces si vamos a hacer algo que
no exalta el nombre de Jesús, esto hará que otras personas hablen de tu comunión con
Dios,

Por ello, es que debemos reflexionar y darnos cuenta que testimonio damos a los demás,
Para que hacemos las acciones que no edifican en nuestra vida, ni en otra, Preguntemos
¿Que vale más? Agradar a los hombres o agradar solo a Dios?, nuestra respuesta debe
ser sencilla y ya tu la sabes, entonces debemos tomar en cuenta que si vamos a hacer
algo que pisoteara el nombre de Jesús, entonces “No lo hagas” y seguramente Dios se
agradara más de nosotros por la fidelidad en medio de un mundo infiel.

3.- No asistas a lugares en donde un hijo de Dios no


tiene que estar
Muchas veces solemos decir: ¿Qué malo tiene que asista a “x” sitio si de igual manera
no haré nada malo?”, y literalmente puede que tengas razón, y la intención tuya no sea
de hacer algo malo, pero no solo por ello dejaras que tu testimonio sea vituperado.

Siempre pensamos que como no haremos nada malo, podemos ir a todos los lugares,
pero obviamente que si puedes ir, pero lo malo sería que el testimonio que darás estando
en diversos lugares, te pondrán como cordero en medio de llenas que quieren devorar.

La Biblia habla que somos cartas leídas para el mundo, esto significa por así decirlo, que
la gente esta muy pendiente de lo que hacemos nosotros y si queremos ganar personas
para Cristo, debemos demostrar que Jesús ha cambiado nuestra vida y que no es
necesario ir a lugares donde no esta él en primer lugar.

4.- No te dejes llevar por algo, aunque parezca inocente


Hay ciertas acciones que nos parece que no le hace mal a nadie y quizá sea cierto, pero
en esos momentos tienes que pedirle dirección al Espíritu santo y preguntarle que haría
Jesús en ese preciso momento, No actuar conforme a tus emociones, sino conforme a la
voluntad de Dios, pero esa conexión se manifiesta en tu vida de acuerdo a la comunión
que tengas con el Padre, ya que siempre estarás direccionado por él.

5.- No tomes en cuenta los comentarios de los demás


Debemos tomar en cuenta que cuando decidimos apartarnos del mal, empezamos a
obtener criticas de las cosas que dejamos de hacer con nuestros amigos o familiares,
entonces suelen decirnos cosas, las cuales podrían hacernos dudar de lo que queremos.
Pero tomemos en consideración que ellos no ven malo el pecado, pero una vez estando
el Espíritu santo en nosotros podemos discernir con la mente espiritual y lo que una vez
llamamos bueno, lo veremos muy malo.

Y en la palabra de Dios esta claro que cuando nuestro entendimiento es entenebrecido no


vemos sino las tinieblas, porque la Biblia dice que las personas “a lo malo le llaman
bueno, y a la bueno le llaman malo”, porque las cosas que son espirituales deben ser
discernidas espiritualmente y una persona que no busca de Dios es difícil que entienda
que existen ciertos limites a los cuales no nos conviene por el bien de la relación y la
comunión personal con Dios.

Evaluar aspectos antes de realizar acciones


Existen muchos factores que debemos evaluar antes de realizar alguna acción que
posiblemente vaya a ofender a Dios, no se trata de que seamos aburridos o apáticos, pero
si de agradarle al que agrado se merece, quién más que Dios.
Quizás estés perdiendo el tiempo en tratar de agradarle a las personas que te rodean y
por más que trates de intentar no lo lograrás y en ese afán de lograrlo muchas veces le
fallas a Dios, olvidando que hay ciertas acciones que no le honran sino que lo deshonras,
allí es donde debemos ser sabios y buscar primeramente el reino de Dios y su justicia,
puesto que lo demás vendrá por añadidura.

Recuerda todo nos es licito


Sin duda alguna no debemos negar que al momento de tomar cualquier decisión tenemos
el conocimiento que es correcto y que no es correcto.

Pero tienes que recordar que todo me es licito pero no todo me conviene. Pero también
es una medida para ver quienes de verdad son fieles a Dios, y que aun en medio de la
libertad que Cristo nos dio por elección siempre deciden elegir el agradar a Dios.

Si tu estas en la lista celestial y eres uno de ellos te felicito y te aseguro que hay
galardones que te llegaran desde el cielo a establecerse en tu vida. Te animo cada día a
seguir buscando de nuestro padre celestial, las cosas están hechas por él y para él,
disfruta de todo en este mundo bajo su sagrada voluntad y lleva a otros el testimonio de
servirle a Dios con lealtad y fidelidad.

Manejando adecuadamente nuestra libertad en Cristo (1


Corintios 10: 23-33)

“Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.
Ninguno busque su propio bien, sino el del otro. De todo lo que se vende en la
carnicería, comed, sin preguntar nada por motivos de conciencia; porque del Señor es
la tierra y su plenitud. Si algún incrédulo os invita, y queréis ir, de todo lo que se os
ponga delante comed, sin preguntar nada por motivos de conciencia. Mas si alguien os
dijere: Esto fue sacrificado a los ídolos; no lo comáis, por causa de aquel que lo
declaró, y por motivos de conciencia; porque del Señor es la tierra y su plenitud. La
conciencia, digo, no la tuya, sino la del otro. Pues ¿por qué se ha de juzgar mi libertad
por la conciencia de otro? Y si yo con agradecimiento participo, ¿por qué he de ser
censurado por aquello de que doy gracias? Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa,
hacedlo todo para la gloria de Dios. No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la
iglesia de Dios; como también yo en todas las cosas agrado a todos, no procurando mi
propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos”.

1 Corintios 10: 23-33

INTRODUCCIÓN

El apóstol Pablo vuelve una vez más a enfocarse en lo sacrificado de los


ídolos. Con esto y el versículo 1 del siguiente capítulo estaría concluyendo con este tema
que inicio allá en el capítulo 8. En esta sección nos habla de la manera correcta de
manejar nuestra libertad en Cristo, por lo que es un mensaje dirigidos a los fuertes en la
fe de la iglesia de Corinto, pero al mismo tiempo busca proteger la conciencia de los
débiles. Con esto terminaría explicando cómo hacer un uso de la libertad cristiana sin
romper con las relaciones familiares o sociales.

EL USO DE NUESTRA LIBERTAD EN CRISTO

“Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.
Ninguno busque su propio bien, sino el del otro”.

1 Corintios 10:23-24
Los filósofos griegos creían que un hombre libre tenía licencia para hacer
cualquier cosa que le pareciera. Posiblemente, esta premisa fue acuñada por los corintios
de tal manera que aquellos que decían tener un conocimiento superior de las Escrituras
pensaban que podían hacer cualquier cosa como comer de lo sacrificado a los ídolos ya
que un ídolo no era nada. Sin embargo, estaban cometiendo dos errores. Al hacer uso de
su libertad estaban dañando la conciencia de los cristianos débiles que creían que comer
de lo sacrificado a los ídolos era pecado, y algunos tropezaba de la fe lo cual ya era muy
grave. Por otro lado, al no usar de su discreción terminaban involucrado en los templos
paganos donde su alma podía contaminarse de las fiestas inmundas donde los demonios
tenían una fuerte influencia. Si bien Cristo nos ha hecho libres, eso no significa que
debemos usarla indiscriminadamente. Pablo lo dice de esta forma: Todo me es lícito,
pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica. Obviamente, la clave para
usar nuestra libertad en Cristo es saber si nos conviene practicarla y si realmente
edificara a los demás o solo será tropiezo para su fe. Si nuestras acciones dañaran la
conciencia del débil en la fe o nos conducirán a contaminar nuestra alma, esto es algo
que no nos conviene hacer y definitivamente no edifica. Pablo refuerza su consejo
pastoral estableciendo un principio más que nos ayudara a reforzar lo anterior: Ninguno
busque su propio bien, sino el del otro. En otras partes de la Escritura el apóstol tiene las
mismas recomendaciones, por ejemplo, lo dice en Romanos con estas palabras: “Cada
uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación”, (Romanos
15:2). También lo dice el Filipenses: “no mirando cada uno por lo suyo propio, sino
cada cual también por lo de los otros”, (Filipenses 2:4). Como servidores de Cristo, los
intereses de Dios y los demás deben estar por encima de nuestros intereses, y toda buena
obra debe buscar edificar a nuestros hermanos en Cristo.
LA APLICACIÓN DE ESTE PRINCIPIO PARA LOS CORINTIOS

“De todo lo que se vende en la carnicería, comed, sin preguntar nada por motivos de
conciencia; porque del Señor es la tierra y su plenitud. Si algún incrédulo os invita, y
queréis ir, de todo lo que se os ponga delante comed, sin preguntar nada por motivos de
conciencia. Mas si alguien os dijere: Esto fue sacrificado a los ídolos; no lo comáis, por
causa de aquel que lo declaró, y por motivos de conciencia; porque del Señor es la
tierra y su plenitud. La conciencia, digo, no la tuya, sino la del otro. Pues ¿por qué se
ha de juzgar mi libertad por la conciencia de otro? Y si yo con agradecimiento
participo, ¿por qué he de ser censurado por aquello de que doy gracias? Si, pues,
coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios. No seáis
tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios; como también yo en todas las
cosas agrado a todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que
sean salvos”.

1 Corintios 10: 25-33

En esta sección el apóstol Pablo les enseña a los corintios a cómo usar su
libertad en lo referente a comer de lo sacrificado de los ídolos. Mucha de la carne que se
vendía en la carnicería provenía de los templos sagrados, y esta carne a su misma vez
provenía de animales sacrificados a dioses paganos. Ahora, Pablo les dice: De todo lo
que se vende en la carnicería, comed, sin preguntar nada por motivos de conciencia;
porque del Señor es la tierra y su plenitud. La sugerencia es comprar carne sin preguntar
su origen por motivos de no dañar la conciencia, y justifica su acción diciendo que todo
lo que hay en la tierra, incluyendo esa carne, es de Dios, basado en uno de los
Salmos: “De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan”,
(Salmo 24:1). También era posible que algún incrédulo los invitara a comer, ya que el
hecho de que fueran cristianos no significaba que tenían que romper con las actividades
familiares y sociales de su comunidad. Si esto era así, la recomendación del apóstol
era Si algún incrédulo os invita, y queréis ir, de todo lo que se os ponga delante comed,
sin preguntar nada por motivos de conciencia. Sin embargo, advierte que: si alguien os
dijere: Esto fue sacrificado a los ídolos; no lo comáis, por causa de aquel que lo
declaró, y por motivos de conciencia; porque del Señor es la tierra y su plenitud. Las
razones para no comer son dos, por quien lo dijo, ya que posiblemente quería poner a
prueba la fe del creyente, y por motivos de conciencia. Pero a todo esto, la conciencia de
quién: La conciencia, digo, no la tuya, sino la del otro. Este “otro” que Pablo menciona
tiene que ser un creyente débil que está presente cuando el incrédulo hace la declaración
de que la carne que se está comiendo proviene de lo sacrificado a los ídolos. Si el fuerte
en la fe por su conocimiento que un ídolo no es nada sigue comiendo, el débil en la fe
seguirá su ejemplo, pero después su conciencia lo acusara y puede hasta tropezar en la
fe. Por eso Pablo le recomienda al fuerte en la fe no comer, no por él, sino por la
conciencia del débil. Si no se tiene consideración en este punto, la libertad de uno sirve
de tropiezo para otro y esta es juzgada: ¿por qué se ha de juzgar mi libertad por la
conciencia de otro? De igual forma, aunque ore y de gracias por la comida, aun cuando
el incrédulo le dijo con mala intención su procedencia, su acción de gracias se anularía
por la condena del incrédulo a la verdadera fe. Diría, que clase de religión es esta que el
cristiano se contamina con algo abominable, su acción serviría para dar desmerito al
evangelio, por tal motivo, el creyente debería abstenerse de comer: Y si yo con
agradecimiento participo, ¿por qué he de ser censurado por aquello de que doy
gracias? Por tanto, el apóstol nos vuelve a recordar que en todo lo que hagamos
debemos buscar glorificar el nombre de nuestro Dios y el bienestar del prójimo. Estos
principios son los que tiene que regular nuestra libertad cristiana.

1. ¿Me beneficiará espiritualmente? Primera de Corintios 10:23 dice: "Todo me es lícito,


pero no

todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica."


2. ¿Esta actividad, me esclavizará? Primera de Corintios 6:12 dice: "Todas las cosas me
son lícitas,

mas yo no me dejaré dominar de ninguna." No es prudente ejercer ninguna práctica que


puede

crear un hábito cuestionable.

3. ¿Va a profanar el templo de Dios? Primera de Corintios 6:19-20 dice: "¿O ignoráis
que vuestro

cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y
que no sois

vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro
cuerpo". No

hay que hacer nada con nuestro cuerpo que deshonraría al Señor.

4. ¿Hará que otros tropiecen? Primera de Corintios 8:8-9 dice: "Si bien la vianda no nos
hace más

aceptos ante Dios; pues ni porque comamos, seremos más, ni porque no comamos,
seremos

menos. Pero mirad que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero para los débiles".
Uno

debe abstenerse de usar su libertad en un área que podría causar que otros pecaran. Pues
"pecando contra los hermanos e hiriendo su débil conciencia, contra Cristo pecáis. Por lo
cual", dijo

Pablo, "si la comida le es a mi hermano ocasión de caer, no comeré carne jamás, para no
poner

tropiezo a mi hermano".

5. ¿Ayudará a la causa de la evangelización? Primera de Corintios 10:32-33 dice: "No


seáis tropiezo

ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios, como también yo en todas las cosas


agrado a todos,

no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos". Debemos
pensar en

el efecto que cualquier práctica podría tener en nuestro testimonio a los perdidos.

6. ¿Violará mi conciencia? Primera de Corintios 10:25-29 contiene tres referencias a


abstenerse de

de ciertas prácticas "por motivos de conciencia". Y Romanos 14:23 dice: "El que duda
sobre lo que

come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es
pecado." Si no

estamos seguros si una acción es agradable a Dios, no debemos hacerla. De esa manera,
nuestra
conciencia se mantendrá limpia y nuestra relación con Dios no se verá afectada.

7. ¿Dará gloria a Dios? Primera de Corintios 10:31 resume todos estos principios al
decir: "Si, pues,

coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios."

Вам также может понравиться