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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA

EDUCACIÓN UNIVERSITARIA,

CIENCIA Y TECNOLOGÍA

INSTITUTO UNIVERSITARIO POLITÉCNICO

“SANTIAGO MARIÑO”

SEDE CABIMAS, EXTENSIÓN COL

CONTROL DE AGUA

AUTORES:

BARBARA RIVAS CI: 26.759.022

MARIA PARRA CI: 27.315.605

CABIMAS, NOVIEMBRE 2019


INTRODUCCIÓN

El agua afecta todas las etapas de la vida del campo petrolero, desde la
exploración hasta el abandono, pasando por el desarrollo y la producción del
mismo, puesto que cuando se extraen los hidrocarburos de un yacimiento, el
agua proveniente de algún acuífero subyacente o de los pozos inyectores se
mezcla y es producida junto con el petróleo. De esta manera, los productores
buscan formas económicas para mejorar la eficiencia de la producción y los
servicios de control del agua resultan ser uno de los métodos más rápidos y
menos costosos para reducir los costos operativos y aumentar la producción de
hidrocarburos en forma simultánea.
ORIGENES DEL AGUA

El agua se encuentra presente en todos los campos petroleros y es el fluido


más abundante en el campo. Si bien es cierto que ningún operador quiere
producir agua, hay aguas que son mejores que otras. Con respecto a la
producción de crudo, es fundamental distinguir entre el agua de barrido, el
agua buena (aceptable) y el agua mala (o excesiva).

AGUA DE BARRIDO: Proviene de un pozo inyector o de un acuífero activo


que contribuye al barrido del petróleo del yacimiento. El manejo de este tipo de
agua es una parte fundamental del manejo del yacimiento y puede constituir un
factor determinante en la productividad de los pozos y de las reservas finales.

AGUA BUENA: Es el agua producida dentro del hueco a una tasa inferior al
límite económico de la relación agua/petróleo (RAP). Es una consecuencia
inevitable del flujo de agua a través del yacimiento, y no se puede eliminar sin
perder parte de las reservas. La producción del agua buena tiene lugar cuando
existe un flujo simultáneo de petróleo y agua en toda la matriz de la formación.
El flujo fraccional de agua está determinado por la tendencia natural de mezcla
que provoca el aumento gradual de la relación agua/petróleo. Otra forma de
producción de agua aceptable proviene de las líneas de flujo convergentes
dentro del hueco, por ejemplo, en un cuadrante de un esquema de inyección de
cinco puntos, un inyector alimenta un productor.

Dado que el agua buena, por definición, produce petróleo junto con ella, se
debería tratar de maximizar su producción. Para reducir los costos implícitos, el
agua debería eliminarse tan pronto como fuese posible; en forma ideal
mediante un separador de fondo. Estos dispositivos, junto con las bombas
electrosumergibles, permiten separar hasta el 50% del agua e inyectarla en el
fondo, con lo cual se evitan los costos del levantamiento y la separación del
agua en la superficie.
AGUA MALA: El agua mala se puede definir como el agua producida dentro
del hueco, que no produce petróleo, o bien cuando la producción de petróleo
no es suficiente para compensar el costo asociado con el manejo del agua, es
decir, es agua producida por encima del límite económico de la RAP. En los
pozos individuales, el origen de la mayor parte de los problemas de agua mala
se puede clasificar dentro de diez tipos básicos.

PROBLEMAS DEL AGUA

FILTRACIONES EN EL REVESTIDOR, TUBERIA DE PRODUCCON O


EMPACADURAS: Las filtraciones a través del revestidor, la tubería de
producción o los empacadores permiten que el agua proveniente de zonas que
no producen hidrocarburos ingrese en la columna de producción. La detección
de los problemas y la aplicación de las soluciones correspondientes dependen
fundamentalmente de la configuración del pozo. Los registros básicos de
producción, tales como la densidad del fluido, la temperatura y el flujo pueden
resultar suficientes para diagnosticar estos problemas.

En los pozos de mayor complejidad, puede ser necesario contar con registros
de flujo de agua (WFL, por sus siglas en Inglés) o perfilaje multifásico de
fluidos, como el registro de la fracción volumétrica (holdup) de cada una de las
tres fases (TPHL, por sus siglas en Inglés). Las herramientas con sondas
eléctricas, como la herramienta FloView, pueden identificar pequeñas
cantidades de agua en el flujo de producción. Las soluciones habituales
incluyen la inyección forzada de fluidos sellantes y el cegado mecánico por
medio de tapones, cemento o empacadores, aunque también se pueden utilizar
remiendos. Cuando existe este tipo de problema, conviene aplicar la tecnología
de cegado del agua dentro del revestidor, que es de bajo costo

FLUJO CANALIZADO DETRÁS DEL REVESTIDOR: La existencia de fallas


en la cementación primaria puede provocar la conexión de zonas acuíferas con
zonas de hidrocarburos. Estos canales permiten que el agua fluya por detrás
del revestidor e invada el espacio anular. Una causa secundaria puede ser la
creación de un ‘vacío’ detrás del revestidor cuando se produce arena. Este flujo
de agua se puede detectar mediante los registros de temperatura o los
registros WFL basa- dos en la activación del oxígeno. La solución principal
consiste en el uso de fluidos de cegado, que pueden ser cementaciones
forzadas de alta resistencia, fluidos a base de resinas colocados en el espacio
anular, o fluidos a base de geles de menor resistencia colocados en la
formación para detener el flujo dentro del espacio anular. El emplazamiento de
los mismos es muy importante y, por lo general, se realiza con tubería flexible.

CONTACTO AGUA – PETROLEO DINAMICO: Si un contacto agua-petróleo


uniforme asciende hacia una zona abierta de un pozo durante la producción
normal por empuje de agua, puede existir producción de agua indeseada. Esto
ocurre en aquellos lugares donde existe una permeabilidad vertical muy baja.
Dado que el área de flujo es extensa y que el contacto asciende lentamente,
puede incluso ocurrir en casos en que las permeabilidades verticales
intrínsecas son sumamente bajas (menos de 0,01 mD). En realidad, si bien
este tipo de problema podría considerarse como un subgrupo dentro de la
conificación, la tendencia a la conificación es tan baja que el cegado cerca del
hueco resulta efectivo.

El diagnóstico no se puede realizar únicamente sobre la base de la invasión de


agua identificada en el fondo del pozo, ya que otros problemas también pueden
provocar este mismo fenómeno. En un pozo vertical, este problema se puede
resolver fácilmente por abandono del pozo desde el fondo utilizando algún
sistema mecánico, como un tapón de cemento o un tapón colocado por medio
de cable de acero. Si el CAP se desplaza muy por encima de la parte superior
del tapón, será necesario realizar un segundo tratamiento. En los pozos
verticales, este problema es el primero que supera los límites del ambiente
local del hueco dentro del sistema de clasificación.
En los pozos horizontales, cualquier solución que se aplique en las cercanías
del hueco se debe extender bastante en todas las direcciones con respecto al
intervalo productor de agua para impedir que el flujo de agua horizontal supere
los límites del tratamiento y retardar la consiguiente invasión de agua. Como
alternativa, se puede considerar una desviación de la trayectoria una vez que la
RAP resulte intolerable desde el punto de vista económico.

FRACTURAS O FALLAS ENTRE EL INYECTOR Y PRODUCTOR: En las


formaciones naturalmente fracturadas bajo recuperación secundaria por
inyección de agua, el agua inyectada puede invadir rápidamente los pozos
productores. Este fenómeno se produce en forma habitual cuando el sistema
de fracturas es extenso o se encuentra fisurado y se puede confirmar mediante
el uso de trazadores radioactivos y pruebas de presión transitoria. También
se pueden utilizar registros de trazadores para cuantificar el volumen de las
fracturas, valor que se utiliza para el diseño del tratamiento.

La inyección de un gel en el pozo inyector puede reducir la producción de agua


sin afectar la producción de petróleo de la formación. Si se utiliza un flujo de
geles reticulados, podría no resultar efectivo dado que su penetración en la
matriz es limitada y, por lo tanto, penetra en las fracturas en forma selectiva.
Por lo general, la mejor solución para este problema consiste en cegar la
producción de agua. Los pozos que presentan fracturas o fallas severas a
menudo sufren una considerable pérdida de fluidos de perforación.

Si se espera encontrar una falla conductora y fracturas asociadas con la misma


durante la perforación, conviene bombear un gel dentro del pozo para resolver
al mismo tiempo el problema de la perforación y los problemas consiguientes
de producción de agua y barrido deficiente, en particular en las formaciones
cuya matriz tiene poca permeabilidad. En los pozos horizontales, puede existir
el mismo problema cuando el pozo intercepta una o más fallas conductoras o
que tienen fracturas conductoras asociadas.
CONIFICACION O FORMACION DE CUSPIDE: En un pozo vertical se
produce conificación cuando existe un CAP cerca de los disparos en una
formación cuya permeabilidad vertical es relativamente elevada. La tasa crítica
de conificación, que es la tasa máxima a la cual se puede producir petróleo sin
producir agua por conificación, a menudo es demasiado baja para que resulte
económica. En algunos casos, se propone colocar una capa de gel por encima
del contacto agua-petróleo estacionario. Sin embargo, este método difícilmente
podrá detener la conificación, ya que se necesita un gran volumen de gel para
provocar una reducción significativa de la RAP. Por ejemplo, para duplicar la
tasa crítica de conificación, se necesita un radio gelificado efectivo de por lo
menos 15 m [50 pies]. Sin embargo, resulta difícil colocar un gel en forma
económica tan adentro de la formación. Cuando se realizan tratamientos de
menor volumen, por lo general, se produce una rápida reinvasión del agua a
menos que, por casualidad, el gel se conecte con láminas de lutitas.

En lugar de colocar un gel, una alternativa conveniente consiste en perforar


uno o más huecos laterales de drenaje cerca del tope de la formación para
aprovechar la mayor distancia con respecto al CAP y la disminución de la caída
de presión, que reducen el efecto de conificación.

En los pozos horizontales, este problema se puede asociar con la formación de


una duna (duning) o de una cúspide. En dichos pozos, puede ser posible al
menos retardar la formación de la cúspide con una operación de cegado cerca
del hueco que se extienda lo suficiente hacia arriba y hacia abajo, como en el
caso de un CAP ascendente.

BARRIDO AREAL DEFICIENTE: Muchas veces el agua marginal o


subyacente de un acuífero o de un pozo inyector de agua en una zona
productiva, provoca un barrido areal deficiente. Por lo general, la anisotropía
areal de la permeabilidad origina este problema, que es especialmente serio en
los depósitos de canales de arena. La solución consiste en desviar el agua
inyectada fuera del espacio de los poros, que ya han sido barridos por agua.
Esto requiere un tratamiento de gran volumen o una inyección continua de un
elemento viscoso, lo que normalmente resulta poco económico. En este tipo de
situaciones, con frecuencia se logra mejorar la recuperación mediante la
perforación de pozos de relleno, si bien los tramos laterales de drenaje se
pueden utilizar para llegar al petróleo no barrido en forma más económica.

Los pozos horizontales pueden atravesar zonas con diferentes valores de


permeabilidad y presión dentro de la misma capa, lo cual provoca un barrido
areal deficiente. También puede suceder que el agua invada sólo una parte del
pozo simplemente debido a su proximidad horizontal a la fuente de agua. En
cualquiera de los dos casos, es posible controlar el agua por medio del cegado
en las cercanías del hueco y con una extensión vertical lo suficientemente
amplia respecto del agua.

SEGREGACION GRAVITACIONAL: Para poder tratar un problema de control


del yacimiento existe una capa de gran espesor con buena permeabilidad
vertical, la segregación gravitacional —denominada a veces barrido de agua en
el fondo de la arena (water under-run)— puede provocar la invasión de agua no
deseada en un pozo en producción. El agua, ya sea que provenga de un
acuífero o de un proceso de recuperación secundaria por inyección de agua, se
escurre hacia abajo en la formación permeable y barre sólo la parte inferior del
yacimiento.

Cuando existe una relación de movilidad petróleo-agua desfavorable el


problema puede agravarse, incluso más en las formaciones con texturas
sedimentarias que se vuelven más finas hacia arriba, dado que los efectos
viscosos junto con la segregación gravitacional fomentan el flujo, en la base de
la formación. Cualquier tratamiento realizado en el inyector con el fin de cegar
los disparos inferiores tendrá sólo un efecto marginal en el barrido de un mayor
volumen de petróleo antes de que la segregación gravitacional vuelva a ser
dominante. En el pozo productor existe conificación local, es poco probable que
los tratamientos con geles produzcan resultados duraderos.
Los tramos laterales de drenaje pueden resultar efectivos para alcanzar al
hidrocarburo no barrido y los fluidos de inyección viscosos y gasificados
también pueden mejorar el barrido vertical. En los pozos horizontales, la
segregación gravitacional puede ocurrir cuando el hueco se encuentra cercano
al fondo de la zona productiva, o bien cuando se supera la tasa crítica de
conificación local.

CAPA INUNDADA CON O SIN FLUJO TRANSVERSAL:

CAPA INUNDADA CON FLUJO TRANSVERSAL: El flujo transversal de agua


puede existir en capas de alta permeabilidad que no se encuentran aisladas
por barreras impermeables. El problema de la producción de agua a través de
una capa sumamente permeable con flujo transversal es similar al de una capa
inundada sin flujo transversal, pero se diferencia de éste en el hecho de que no
existe una barrera para detener el flujo en el yacimiento. En estos casos, los
intentos realizados para modificar los perfiles de producción o de inyección
cerca del hueco están condenados al fracaso debido a la existencia de flujo
transversal lejos del hueco. Es fundamental poder determinar si existe flujo
transversal en el yacimiento, puesto que ésta es la única diferencia entre los
dos problemas.

Cuando no existe flujo transversal, el problema se puede solucionar fácilmente,


mientras que cuando existe flujo transversal es menos probable encontrar un
tratamiento exitoso. Sin embargo, en casos aislados, puede ser posible colocar
un gel muy penetrante en forma económica en la capa permeable ladrona,
siempre que ésta sea delgada y tenga alta permeabilidad comparada con la
zona de petróleo. En muchos casos, la solución consiste en perforar uno o más
tramos laterales de drenaje para alcanzar las capas no drenadas.

Para poder tratar un problema de control del agua es esencial conocer el


problema específico. Los primeros cuatro problemas se controlan con relativa
facilidad en el hueco o en las cercanías del mismo. En el caso de los dos
problemas siguientes—fracturas entre inyectores y productores, o fracturas de
una capa de agua—es necesario colocar geles muy penetrantes en las
fracturas o las fallas. Los cuatro últimos problemas no admiten soluciones
simples y de bajo costo cerca del hueco, y requieren modificaciones en la
completación o la producción como parte de la estrategia de manejo del
yacimiento. Todo operador que desee lograr un cegado del agua en forma
efectiva, rápida y con bajo nivel de riesgo debería comenzar por aplicar las
tecnologías comprobadas en los primeros seis tipos de problemas.

CAPA INUNDADA SIN FLUJO TRANSVERSAL: Un problema habitual en la


producción proveniente de capas múltiples se produce cuando una zona de alta
permeabilidad rodeada por una barrera de flujo (como una capa de arcilla) está
inundada. En este caso, la fuente de agua puede ser un acuífero activo o un
pozo inyector de agua. Por lo general, la capa inundada presenta el nivel de
permeabilidad más elevado. Al no existir flujo transversal en el yacimiento, este
problema se resuelve fácilmente mediante la aplicación de fluidos de cegado
rígidos o de un cegado mecánico, ya sea en el inyector o el productor. La
decisión de colocar un fluido de cegado—en general se utiliza tubería flexible—
o utilizar un sistema de cegado mecánico depende de si se conoce cuál es el
intervalo inundado. En este caso se pueden emplear fluidos selectivos, tema
que se desarrolla más adelante, para evitar el costo de obtener registros y
seleccionar el emplazamiento. La ausencia de flujo transversal depende de la
continuidad de la barrera de permeabilidad.

Los pozos horizontales completados en una sola capa no son proclives a este
tipo de problema. Los problemas de agua en pozos sumamente inclinados
completados en capas múltiples se pueden tratar de la misma forma que los
pozos verticales.
TECNICAS DE DIAGNOSTICO PARA EL CONTROL DE AGUA

En el pasado, se consideraba que el control del agua no era más que la simple
colocación de un tapón acompañado por una operación de cementación, o bien
un tratamiento con gel en un pozo. La razón principal por la cual la industria
petrolera no pudo lograr un método adecuado para controlar el agua ha sido su
falta de conocimiento de los diferentes problemas y la consiguiente aplicación
de soluciones inapropiadas. Esto queda demostrado con la gran cantidad de
trabajos técnicos en los que se describen los tratamientos y los resultados con
poca o ninguna referencia a la geología, al yacimiento o al problema de control
del agua. El factor clave es el diagnóstico, es decir poder identificar el problema
específico que se presenta. Los diagnósticos de pozos se utilizan de tres
maneras:

 Para seleccionar los pozos que podrían necesitar un sistema de control


del agua
 Para determinar el problema de agua de manera que se pueda
seleccionar un método de control adecuado
 Para localizar el punto de entrada del agua en el pozo de tal manera que
se pueda emplazar el tratamiento en el lugar correcto.

Cuando se cuenta con una historia de producción confiable, muchas veces ésta
contiene un cúmulo de información que puede ayudar a diagnosticar el
problema del agua. Para poder distinguir las diferentes fuentes de agua no
aceptable se han desarrollado varias técnicas analíticas que utilizan, por
ejemplo, las relaciones agua/petróleo, los datos de producción y las mediciones
de los registros.

GRAFICO DE RECUPERACIÓN: El grafico de recuperación es un gráfico


semilogarítmico de la RAP con respecto a la producción acumulada de
petróleo. La tendencia de producción se puede extrapolar al límite económico
de la RAP para determinar la producción de petróleo que se obtendrá si no se
toma ninguna medida para controlar el agua. Si la producción extrapolada es
aproximadamente igual a las reservas esperadas para el pozo, quiere decir que
el pozo produce un nivel de agua aceptable y no se necesita ninguna medida
de control del agua. Si este valor es mucho menor que las reservas
recuperables esperadas, significa que el pozo está produciendo agua no
aceptable y, de existir suficientes reservas para compensar el costo de la
intervención, se debería considerar alguna medida de reparación.

GRAFICO DE HISTORIA DE PRODUCCION: Este gráfico es un gráfico doble


logarítmico de tasas de petróleo y agua con respecto al tiempo. Por lo general,
los pozos en los que conviene aplicar un sistema de control del agua muestran
un aumento de la producción de agua y una disminución de la producción de
petróleo en forma casi simultánea.

ANALISIS DE LA CURVA DE DECLINACION: Este es un gráfico


semilogarítmico de la tasa de producción de petróleo con respecto al petróleo
acumulado. El agotamiento normal produce una curva cuya tendencia es
rectilínea, mientras que una declinación pronunciada puede indicar la
existencia de algún otro problema, como por ejemplo la disminución severa de
la presión o el aumento del daño.

GRAFICOS DE DIAGNOSTICO: Para determinar el tipo de problema


específico estableciendo comparaciones con los esquemas de comportamiento
conocidos, se utiliza un gráfico de diagnóstico doble logarítmico de la RAP con
respecto al tiempo. Existen tres signos básicos que permiten distinguir entre los
diferentes mecanismos de invasión de agua: flujo abierto por fallas, fracturas o
flujo por canal detrás del revestidor; flujo de agua marginal o un CAP dinámico;
y problemas de conificación.

Las interpretaciones del flujo de agua marginal fueron construidas a partir de


simulaciones numéricas y experiencias de campo. También se puede utilizar
la derivada de la RAP con respecto al tiempo, si bien su aplicación se ve
limitada por las incertidumbres o el ruido propio de las mediciones de campo.
El ingeniero a cargo de la interpretación puede aprender a reconocer las
diversas variaciones existentes en estos perfiles y a minimizar el problema de
la carencia de una solución única cuando se combinan con otros datos.

ANALISIS DE CIERRE Y ESTRANGULAMIENTO: La historia de producción


de la mayoría de los pozos incluye períodos de estrangulación o cierre. El
análisis de la RAP fluctuante puede proporcionar indicios muy valiosos para
determinar el tipo de problema. Los problemas de invasión de agua, como la
conificación o una fractura individual que intercepta una capa de agua más
profunda provocan una RAP inferior durante el estrangulamiento o después del
cierre. Por el contrario, cuando las fracturas o una falla interceptan una capa de
agua superpuesta se produce el efecto opuesto. Estos sistemas no son
estables en el transcurso del tiempo geológico pero, por cierto, pueden ser
inducidos durante la producción.

Cuando la calidad de los datos de la historia de producción es pobre, se puede


realizar una prueba de estrangulamiento de la producción a corto término con
varios tamaños de orificios. La presión se debe monitorear junto con la RAP
desde un separador o, mejor aún, con un medidor de flujo trifásico, para
determinar con precisión los cambios ocurridos en la RAP en función de la
caída de presión. Esto se puede realizar sólo si la presión en el cabezal del
pozo es suficiente para fluir a varias tasas, por lo que convendría realizarlo en
las primeras etapas de la vida del pozo.

ANALISIS NODAL: El diseño de un sistema de producción depende del


rendimiento combinado del yacimiento y la tubería de fondo o sistema de
‘plomería’ del yacimiento. Las cantidades de petróleo, gas y agua que fluyen en
unos pozos provenientes del yacimiento dependen de la caída de presión en el
sistema de tuberías, y la caída de presión depende de la cantidad de cada
fluido que corre por la tubería. La productividad de un pozo, a menudo, se
puede ver disminuida en gran medida debido al rendimiento inadecuado o a
una falla de diseño de alguno de los componentes del sistema.

El análisis del comportamiento de un pozo en fluencia junto al de las tuberías


asociadas con el mismo, se conoce como análisis NODAL y se utiliza con
frecuencia para evaluar el efecto de cada componente en un sistema de
producción desde el fondo de un pozo hasta el separador. El análisis NODAL
también se emplea para determinar la ubicación de zonas de resistencia
excesiva al flujo, lo que provoca grandes pérdidas de presión en los sistemas
de tuberías.

SOLUCIONES PARA EL CONTROL DE AGUA

Cada tipo de problema tiene distintas opciones de solución que varían desde
las simples soluciones mecánicas y químicas, que son relativamente de bajo
costo, hasta las más complejas y costosas soluciones de completaciones
retrabajadas. Es habitual la existencia de diversos problemas de control del
agua y, a menudo, se hace necesario adoptar una combinación de varias
soluciones. Hoy en día, además de las soluciones tradicionales descriptas
anteriormente, existen métodos nuevos, innovadores y convenientes desde el
punto de vista económico para los problemas de control del agua.

SOLUCIONES MECANICAS: En muchos de los problemas que ocurren en


las cercanías del hueco, como las filtraciones del revestidor, el flujo por detrás
del revestidor, el ascenso de agua desde el fondo y las capas inundadas sin
flujo transversal, se opta por utilizar tapones mecánicos o inflables. La
herramienta PosiSet, que incluye un tapón mecánico, se puede transportar con
tubería flexible o bajar con cable de acero. Esta herramienta utiliza tecnología
que ya ha sido probada en el campo y garantiza el cegado del hueco tanto en
huecos revestidos como en huecos abiertos.

Cuando el hueco debe mantenerse abierto hasta niveles más profundos que el
punto de invasión del agua, la solución puede ser colocar un remiendo que se
baja a través de la tubería de producción. Por ejemplo, existe un nuevo
remiendo, denominado camisa PatchFlex, que se puede colocar por medio de
tubería flexible o cable de acero dentro del revestidor y se ha utilizado con todo
éxito en diversas aplicaciones en todo el mundo. Resulta especialmente
indicado para cegar la entrada de agua o gas mediante operaciones realizadas
a través de la tubería de producción, y para modificar el perfil de inyección y
para el aislamiento zonal. La única desventaja de la tubería corta compuesta es
que el diámetro del hueco se ve reducido en poco menos de 1 pulgada [2,5
cm]. Sin embargo, otros remiendos mecánicos ocupan aún más espacio del
diámetro interno del revestidor.

SOLUCIONES QUIMICAS: Los tratamientos químicos requieren el


emplazamiento preciso del fluido. La tubería flexible con empacadores inflables
permite colocar la mayor parte de los fluidos de los tratamientos sin riesgo de
afectar las zonas de hidrocarburos. La inyección doble con tubería flexible es
un proceso que consiste en bombear un fluido protector a lo largo de la tubería
flexible hasta el espacio anular del revestidor y bombear el fluido del
tratamiento a través de la tubería flexible.

PROBLEMAS DE POZOS INYECTORES

Los pozos inyectores pueden originar problemas si el agua de inyección no


está filtrada correctamente, ya que puede contener partículas tan grandes que
provoquen el taponamiento de la matriz. Por otra parte, si no se trata en forma
adecuada con químicos de producción como bactericidas y secuestrantes de
oxígeno, el daño puede aumentar. Ambos factores pueden provocar el
aumento de la presión de inyección hasta que se inicia una fractura, que en un
principio es corta, pero luego crece en longitud y en altura para mantener la
inyectividad a medida que las caras de la fractura se taponan. Cuando las
fracturas inducidas se extienden en forma vertical a través de varias capas, se
pierde el control sobre el barrido vertical y resulta difícil recuperar el control del
perfil de inyección.
La fracturación térmica, que a menudo se encuentra en las zonas marinas, es
provocada por la reducción de los esfuerzos en la zona de inyección debido al
enfriamiento. La zona que tiene mayor inyectividad se enfría en primer lugar y
luego se fractura, tomando aún más fluido de inyección y provocando un
escaso barrido vertical. Como en estos casos, resulta difícil evitar la
fracturación térmica, probablemente la mejor estrategia sea garantizar la
fracturación de todas las zonas, ya sea por medios térmicos o hidráulicos, para
obtener un perfil de inyección más parejo. Algunas veces si existe una capa de
alta permeabilidad adyacente a la capa de baja permeabilidad, la fractura
térmica puede irrumpir en la zona de alta permeabilidad, la cual puede llegar a
tomar toda el agua de inyección y como consecuencia se pierde el barrido de la
zona de baja permeabilidad.

EVALUACION DE RIESGOS

La justificación de un tratamiento en cualquier pozo depende del valor del


incremento esperado en la producción de hidrocarburos. Se trata de un valor
‘esperado,’ lo cual indica que existe un cierto grado de incertidumbre en el
análisis. Algunos tratamientos destinados al control del agua pueden garantizar
un aumento substancial de la producción. En tales circunstancias, el elemento
primario de incertidumbre es el éxito de la operación en sí misma. Cuando el
incremento de la producción es relativamente pequeño (o se basa en diversos
supuestos) no sólo comienza a cobrar importancia el riesgo de la operación,
sino también el pronóstico mismo se convierte en un riesgo clave. Por lo tanto,
el operador necesita cuantificar el valor de un tratamiento de control del agua.

CONTROL DE AGUA A NIVEL DE CAMPO: Los problemas de control del


agua, las técnicas de diagnóstico y las soluciones ya se han analizado en el
contexto de su aplicación en pozos individuales dentro de un campo. Ahora
bien, si las técnicas de diagnóstico se modifican y se extienden a una gran
cantidad de pozos en un campo, se obtendrá una mayor reducción en el
manejo total del agua y, en muchos casos, se logrará un incremento importante
en la producción total de hidrocarburos en el campo.

Cuando se conjuga el diagnóstico correcto con la aplicación de soluciones


comprobadas, el control del agua puede convertirse en una herramienta
efectiva para el manejo del yacimiento. Si bien es posible aplicar estrategias
individuales de control del agua en un cierto número de pozos dentro de un
campo, en los campos extensos puede resultar poco eficiente e implicar un
gran consumo de tiempo. El primer objetivo de un programa de control del agua
en todo un campo consiste en identificar los pozos que presentan las siguientes
características:

 El pozo es accesible para realizar una intervención.


 La completación es lo suficientemente robusta como para tolerar la
intervención.
 Existe un valor económico relacionado con la reducción de la producción
de agua en ese pozo.
 El pozo tiene un problema de control del agua que se puede tratar en
forma económica con un riesgo aceptable.

Las estrategias de control del agua en todo un campo a menudo son diferentes
de las que se aplican en cada pozo individual. Por ejemplo, es posible que sea
necesario modificar los diseños de completación que han dado buenos
resultados en pozos individuales para lograr mejoras en todo un campo.

Como ejemplo se puede citar el caso de un operador en América del Sur que
estaba produciendo de un yacimiento multicapa con distintas unidades de flujo
separadas por lutitas. Se dispararon todas las capas ignorando las diferencias
de presión que existían entre las distintas capas. Como resultado, se inundaron
varias capas en diferentes pozos y la consiguiente disminución de la presión
provocó una reducción en la producción de petróleo en las capas restantes.
En un principio, el operador simplemente cegó el agua en las capas inundadas
donde la geología local resultaba favorable, pero la producción del campo
continuó declinando debido a una mayor invasión de agua y a un posible flujo
transversal a través de las barreras de lutitas discontinuas. Utilizando una
estrategia de control del agua a nivel de campo, el operador abandonó la
producción simultánea para iniciar la producción de cada capa en forma
individual en cada pozo, con el propósito de impedir el flujo transversal y lograr
una caída de presión efectiva en las capas de petróleo de baja presión. Esto
significa que, si bien un menor número de pozos drenaba cada capa, se
conseguía mayor eficiencia en el barrido del campo.

Al considerar los tratamientos a nivel de campo también se tiene en cuenta la


influencia colectiva del comportamiento de la producción de muchos pozos. La
geología local y regional— en términos de estructura y heterogeneidad—
ejercen influencia sobre el movimiento de los fluidos.

Por ejemplo, es importante tener en cuenta las relaciones hidráulicas entre los
pozos productores y los acuíferos o los pozos inyectores, además de las
estrategias de completación actuales y futuras, que también son factores
fundamentales dentro del análisis. Resulta claro que no es necesario realizar
un estudio de pre-selección o de pre-factibilidad de pozos prolongado cada vez
que se inicia un proyecto de control del agua en todo el campo. Tampoco un
estudio de pre-selección debería ser simplemente un mecanismo para
identificar pozos tratables. El estudio debe ajustarse al problema y los amplios
conocimientos del operador a menudo pueden servir para perfeccionar y
facilitar el mismo.

Cada estudio de pre-selección de pozos para el control del agua utiliza


herramientas de ingeniería de diagnóstico para identificar los pozos de mayor
valor y los que pueden ser tratados en forma efectiva y con bajo riesgo.
El estudio de pre-seleción consta de dos fases: la fase de diagnóstico y la fase
de soluciones. En la primera fase se utilizan los conocimientos y la experiencia
del operador en la región junto con la ingeniería y el software de Schlumberger
para analizar la naturaleza y la causa del problema. En primer término, se
examinan los pozos para seleccionar un área de enfoque dentro del campo;
luego, una vez más, para identificar los pozos que podrían beneficiarse con
algún tipo de intervención y, por último, para seleccionar los pozos cuyo valor
es suficiente para justificar el tratamiento.

La metodología basada en el software WaterCASE examina los pozos


probables tomando como base los datos existentes, como las historias de
producción, los registros de producción disponibles, la caracterización de los
yacimientos a partir de modelos numéricos y analíticos, y los datos y la
experiencia de los tratamientos realizados en pozos vecinos. Un estudio
reciente realizado por Schlumberger en el Mar del Norte muestra los resultados
del proceso de identificación. En este caso, un campo contenía
aproximadamente 100 pozos con cortes de agua que oscilaban entre el 20% y
el 90%, mientras que el promedio del campo era del 60%. A partir del estudio
de pre- selección se obtuvieron los siguientes resultados:

 15 pozos son submarinos, requieren un equipo para intervenciones y 6


tienen problemas con el árbol de producción o problemas de pescas en
el pozo, lo cual dificulta las intervenciones.
 De los 85 pozos restantes, 20 presentan proble- mas de corrosión en las
tuberías, lo cual aumenta el riesgo de intervención.
 De los pozos restantes, 25 tienen un gran potencial de productividad
adicional si se reduce el corte de agua.
 De estos 25 pozos, 15 tienen problemas solu- cionables: filtraciones del
revestidor, flujo detrás de las tuberías, agua en el fondo, capas con alta
permeabilidad sin flujo transversal o fracturas desde el inyector al
productor.
Los resultados identifican los pozos candidatos primarios para pasar a la
segunda fase del proceso de intervención; el desarrollo de un plan de
soluciones.

En esta fase se desarrolla un amplio espectro de soluciones, que incluyen


distintas opciones mecánicas, de fluidos y de completación. Estas soluciones
están clasificadas de acuerdo con sus riesgos, costos y beneficios mediante el
análisis de riesgos cuantitativos de Schlumberger (QRA). Existen soluciones
rápidas y que se pagan pronto y otras de mayor alcance, cuyos costos son más
elevados pero que ofrecen mejores resultados. Schlumberger trabaja en forma
conjunta con el personal a cargo de la operación para identificar la opción de
tratamiento más efectiva, de menor riesgo y mayor valor para cada pozo. La
solución escogida para cada pozo se desarrolla totalmente desde una
perspectiva ingenieril y se somete a la consideración y revisión final de los
expertos antes su puesta en práctica.

En el proceso general de selección deberían incluirse servicios de control del


agua relaciona dos con los tratamientos de superficie para maximizar la
reducción de costos en todo el campo. Una solución integrada es a menudo
una combinación de elementos que incluyen el yacimiento, el hueco y los
sistemas de superficie. Las instalaciones de superficie pueden aportar hasta un
25% de la reducción de los costos totales del sistema de manejo del agua.

PROBLEMAS A NIVEL DE CAMPO: Tarde o temprano la mayor parte de los


campos petroleros se encuentran bajo un empuje de agua, ya sea por un
tratamiento de recuperación secundaria mediante la inyección de agua o por un
acuífero natural. Si se desea aumentar en forma significativa el factor de
recuperación se debe incrementar por lo menos uno de los componentes de
dicho factor: la eficiencia del desplazamiento, la eficiencia del barrido areal o la
eficiencia del barrido vertical.
El primero, la eficiencia del desplazamiento, sólo se puede mejorar reduciendo
la saturación residual del petróleo con un surfactante, flujo miscible o esquema
alternativo de agua y gas. El control del agua mejora la eficiencia del barrido
areal o vertical.

Para poder realizar un análisis de barrido de agua a nivel de un campo es


necesario entender la geología y contar con una adecuada caracterización del
yacimiento. En los inicios de la vida del campo se sabe bastante poco acerca
de la caracterización del yacimiento, en particular de su heterogeneidad, pero
la información aumenta gradualmente a medida que se obtienen datos de la
dinámica de la producción. En los casos de ambientes de deposición calmos,
como las áreas marinas poco profundas, a menudo se encuentran arcillas
continuas que proporcionan un buen aislamiento vertical entre las capas, por lo
cual el aumento del barrido vertical resulta conveniente. Cualquier problema
existente con las capas inundadas sin flujo transversal se puede corregir
fácilmente en el hueco y, en este ambiente, este problema es más habitual que
el problema de las capas inundadas con flujo transversal, que resulta más difícil
de solucionar. Las arenas eólicas, que a menudo tienen buen espesor y buena
permeabilidad vertical, presentan problemas con respecto al control del agua.

Puede existir segregación gravitacional de fluidos, causando invasión de agua


en los pozos productores. En ambientes con deposición fluvial y deltaica, por lo
general, se crean canales de arenas, que pueden variar desde arenas bien api-
ladas con buena continuidad vertical y horizontal hasta canales aislados con
escasa comunicación. Dado que en este ambiente pueden producirse varios
tipos de problemas, es importante realizar una caracterización correcta de las
arenas.

Los yacimientos de carbonatos presentan sus propios problemas, que incluyen


frecuentes fracturas naturales que provocan invasión de agua proveniente de
una capa de agua, o a través de fracturas que conectan los pozos inyectores
con los pozos productores.
Por otra parte, pueden existir grandes canales de disolución causados por el
flujo de agua del subsuelo, que a veces tienen varios metros de amplitud, y
pueden crear trayectos de alta velocidad para el flujo, provocando a menudo
invasión prematura de agua. Estos se deben considerar como derivaciones de
los problemas de agua inducidos por fracturas, y el cegado de este tipo de
canales resulta sumamente difícil.

Muchos operadores se resisten a controlar el agua en forma preventiva antes


de que se produzca una invasión, por lo cual la mayor parte de las operaciones
son de remediación. El control preventivo del agua debería incluir el
estrangulamiento de las zonas con mayor permeabilidad para crear un barrido
más uniforme, lo cual significaría sacrificar el flujo de fondos en un principio a
cambio de un retorno incierto, debido a que no se tiene un conocimiento
completo de las heterogeneidades del yacimiento. Sin embargo, se puede
mejorar el perfil de producción (y de inyección) por medio de la estimulación
selectiva de las zonas con menor permeabilidad.

Esta constituye una opción particularmente atractiva debido a la posibilidad de


utilizar tubería flexible para emplazar con precisión fracturas hidráulicas
pequeñas. El perfeccionamiento de las técnicas de perforación horizontal,
incluyendo los pozos con múltiples tramos laterales y las tuberías flexibles
también ofrecen una mayor variedad de soluciones viables para resolver
problemas en yacimientos complejos. Sin embargo, es probable que se
mantenga este enfoque predominantemente reactivo respecto del control del
agua y, como consecuencia, de un mejor barrido, hasta que se logre realizar
una caracterización temprana del yacimiento más precisa.

Tomando como base los datos conocidos, o incluso una estimación


aproximada, del volumen del yacimiento y la curva de flujo fraccional, se puede
calcular la recuperación esperada, suponiendo que la producción continúa
hasta un corte de agua dado. Si se compara la recuperación esperada con la
recuperación final indicada por los gráficos semilogarítmicos de la RAP, se
pueden utilizar diagnósticos a nivel de campo para estimar la eficiencia de
barrido del yacimiento. Si la RAP es menor que la curva de flujo fraccional,
quiere decir que existe petróleo no barrido. Si la producción de petróleo se
acelera, entonces deberá compensar el valor del retardo supuesto en los
cálculos del valor actual neto; esto es, el valor del petróleo cuando se produce
menos su valor cuando se hubiera producido. Si el petróleo es incremental, se
puede utilizar el valor de este petróleo incremental para justificar los costos de
la operación de control del agua. El petróleo incremental es a menudo más
valioso que el petróleo acelerado.

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