UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO

FACULTAD DE MEDICINA
ESCUELA DE ESTOMATOLOGÍA

CURSO :
LENGUAJE II

DOCENTE :
PAZ RAMOS, LILIANA ALICIA

ALUMNO :
JOAQUIN IBAÑEZ, JHEREMY

CICLO : II

Jueves de 6 a 9:35 p.m.

Aula: K-402
TRUJILLO – PERÚ
2019
 PARTE DE LA SOCIEDAD, PARTE DE NOSOTROS: “EL SÍNDROME DE DOWN”

En el transcurso de los años la sociedad se ha encontrado inmersa bajo una serie de

anomalías, la mayoría de estas son producidas por alteraciones de cromosomas y que
son transferidas hereditariamente. Una de estos padecimientos es el llamado
“SÍNDROME DE DOWN” o conocido mundialmente como “TRISOMÍA 21”, las personas
con este síndrome nacen con características tanto físicas como psicológicas haciendo
que el individuo poseedor de esta enfermedad tenga capacidades diferentes a las
nuestras originando ser un objeto de discriminación, pues sufren rechazo por la
colectividad sin tomar en cuenta que son personas como cualquiera de nosotros pero
con ciertas limitaciones. Por ello, se tiene el deber de incluir a las personas con síndrome
de Down a nuestra sociedad, es decir, ser tratadas por igual siendo acreedores de los
mismos derechos, ya que son seres humanos dignos de respeto y consideración,
respecto a esta problemática cabe formularse la siguiente pregunta ¿vivimos en una
sociedad que vela por la inclusión de estos individuos? En relación a esta interrogante
nos pronunciaremos en las siguientes líneas.

En primer lugar, un niño con Síndrome de Down es como cualquier otro niño que
requiere ser amado, con ansias de lograr su independencia, quiere tener amigos, y
especialmente llevar a cabo sus sueños o metas fijadas a lo largo de su vida. Para lograr
esta inclusión se requieren como bases fundamentales a la familia y escuela para que
finalmente pueda ser aceptado en un centro laboral, puesto que, el logro satisfactorio
de estos tres enfoques conllevan a la entera aprobación de este ser en la sociedad.

Con relación al primer aspecto, se sabe que la llegada de un nuevo ser a la familia es un
momento inexplicable, sin embargo, al enterarse que este bebé tiene Síndrome de
Down algunos padres, por no decir la mayoría, empiezan a crear dudas y miedos sobre
si el niño será aceptado en el entorno que lo rodea.

En este caso, la familia desempeña un rol importante, ya que su responsabilidad como

padres es proporcionar al bebé desde sus primeros pasos apoyo incondicional y sobre
todo brindar un entorno de acuerdo a sus necesidades, así mismo, son los primeros en
concientizar a la sociedad que son niños que pueden y tienen el deber de estudiar,
trabajar, e interactuar como cualquier otra persona haciendo que éstos sean
independientes y autónomos con igualdad de oportunidades.

Por otro lado, el lactante al crecer necesita obviamente tratar de desarrollar sus
capacidades con un plan estudio. Este segundo enfoque en una sociedad como la actual
es muy difícil de lograr debido a que la inclusión escolar de estos niños en los últimos
años ha sido relativamente lenta, por dicho motivo, se ha planteado que las escuelas
estén obligadas a estimar un centro de integración enfocado a los alumnos con el
mencionado síndrome logrando una educación más eficaz y puedan gozar derechos de
carácter educativo, al mismo tiempo, para fortalecer la convivencia entre niños sin o con
síndrome de Down para conseguir también que la comunidad estudiantil comprenda la
igualdad de todos a pesar de sus diferencias, fomentando el sentido de la empatía y
respetuosidad.

Estos niños al lograr la aceptación escolar no solo ganan conocimientos, si no también

adquieren la habilidad para adaptarse al medio alcanzando su independencia de una
manera más óptima. Por eso, la escuela además de la familia, son dos pilares
importantes para que personas con síndrome de Down puedan ser aceptadas con
facilidad en nuestro entorno.

En el ámbito laboral, se presentan concurridas veces el rechazo de un puesto de trabajo

a una persona con síndrome de Down debido a que los empleadores tienen miedo o
desconocimiento de las capacidades que estas personas pueden desarrollar, sin
embargo, ocurren situaciones en donde las empresas suelen ser reconocidas por tener
a su servicio personas con estas características destacándose eficazmente en su
ambiente de trabajo, tal es el caso de “Jorge Sandoval de 31 años, que brinda servicios
óptimos en la recepción del Ayuntamiento Municipal de Sayula donde lo que más
disfruta hacer es ayudar y atender a las personas que llegan a las oficinas”. (E.F.E., 2019,
pág. 01).

Así mismo, es evidente que las empresas sean conocedoras de las capacidades y
potencialidades que estas personas ofrecen en un puesto laboral a fin de obtener la
inclusión en este aspecto, para dar respaldo a dicho argumento han surgido estudios
donde se ha dado la comprobación veraz demostrando la mayor rentabilidad que
ofrecen este tipo de trabajadores por el hecho de ser sumamente responsables,
puntuales y ofreciendo un clima divertido, haciendo dejar a un lado la monotonía
característico de una empresa.

Si hablamos del ámbito deportista, se ha percibido el gran desenvolvimiento que estos

individuos hacen de conocer a la sociedad mediante su destreza para las diferentes
disciplinas deportivas, como lo es, a manera de ejemplo, los juegos para-panamericanos,
ocasión donde se manifiesta que ninguna anomalía es impedimento para realizar
cualquier actividad, esta es la situación de Dunia Camacho, joven nadadora
sobresaliente en los juegos olímpicos.
Así como estos jóvenes lograron sus objetivos, la otra cara de la moneda prueba que hay
jóvenes queriendo mejorar su calidad de vida pero, por ciertas circunstancias no pueden
ni siquiera trabajar y si lo hacen son explotados por diversas entidades que
supuestamente brindan este derecho. Además de ello, creen inútiles a personas con
esta enfermedad, pero con los ejemplos mostrados, se verifica que todos tienen la
capacidad de trabajar realizándose como personas con una vida soportable pesar de las
adversidades.

Entonces, para erradicar todas las situaciones de discriminación hacia estas personas en
nuestro Perú, país con alta tasa de exclusión a seres humanos por presentar diferentes
enfermedades, el gobierno debe implementar políticas, normas o derechos en donde
respalden su identidad como tal y ayuden a su completa inserción a la sociedad.

Pero lamentablemente sucede lo contario, se muestra desigualdad ante estos sucesos,

la población peruana aún juzga logrando destruir las aspiraciones de muchos, esto sería
diferente si los adultos fueran como niños, ya que estos no observan diferenciación
alguna por color, trastorno, o enfermedad, ellos tan solo se comportan amablemente,
juegan y comparten experiencias con los demás, sin embargo, todo esto se ve nublado
al crecer o en la mayoría de los casos, por la mala enseñanza o educación de sus
mayores.

De igual modo, la sociedad entera, no todos, cuando ve a una persona con síndrome de
Down intentando lograr alguna dificultad no nace de nosotros algún gesto de ayuda, lo
primero que hacemos es solo dirigirle una mirada, muchas veces de lástima, y seguir
nuestro camino, este gesto, por más singular que sea, es uno de los principales factores
causales de discriminación. Todo ello por la falta de valores que mostramos en ese
instante, pues si exigimos que esto pare, no se va a realizar porque, además de
implementar variedad de normas para la posible inclusión se necesita también que los
valores adquiridos sean los correctos.

Con el paso que vamos no podremos lograr igualdad para todas aquellas personas, para
nosotros tal vez sea algo pasajero o sin importancia, pero no sabemos el mayúsculo
daño que provocamos así sea solo con un pequeño gesto. Por ello, se concluye que no
vivimos en una sociedad donde prospere la igualdad, ya que muchas personas no le dan
la debida importancia a la vulneración de derechos del otro, ente esta situación, cabe
realizar un llamado de conciencia a tanto autoridades como población, pues si queremos
que este problema se erradique tenemos que realizar un cambio drástico en nuestro
modo de pensar y lograr así una sociedad con beneficiosos para todos.