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LA LEYENDA DE HIRAM-ABIF
Del Exoterismo Primigenio a
La Realidad Masónica
Recopilación y edición:
M\ M\ René A. Thomas R.
Resp\ Log\ Sol de Curpa N°112
Or\ de Acarigua – Edo. Portuguesa
De hecho, muchas por no decir casi todas las religiones del mundo, han venido justo
en el momento en que los pueblos han necesitado de una fuerza de renovación diferente a la
que tenían en el momento, desde hace más de 6.000 años.
De aquí que surgen los mitos y las leyendas, aspectos éstos que no debemos en
ningún momento confundir ni entre ellos ni con lo que puede ser los enigmas del mundo.
Iniciaremos por lo tanto, tratando de descubrir las diferencias entre estos términos,
para luego una vez en claros, pasar al tema central de esta presentación.
Un mito como tal, está asociado entonces a la historia, situada fuera del tiempo y que
nos ofrece respuestas acerca de cuestiones fundamentales de la vida. Intentan dar respuesta
a “grandes temas” usando relatos de personajes que a menudo suelen tomar un aire
legendario. Los mitos forman parte del sistema de creencias de una cultura o de una
comunidad, la cual los considera historias verdaderas. Su carácter fantástico ha hecho que
algunos consideren que los mitos son mentiras y por ello utilicen ambos términos como
sinónimos. Sin embargo, los mitos sólo son entendibles en su contexto. Para una persona
ajena a éste, los mitos de cierto grupo resultarán inentendibles tal como los ejemplos que
citamos a continuación:
Por otro lado tenemos a las leyendas y según la Real Academia Española
es “Una historia o relación de la vida de uno o más santos”, en su sentido
religioso bíblico o sino una “Relación de sucesos que tienen más de
tradicionales o maravillosos que de históricos o verdaderos”, ya en relación a
las leyendas folclóricas y urbanas. Y también, “una opinión desfavorable y
generalizada sobre alguien o algo, generalmente infundada”.
A pesar de unos pocos testimonios que remontan la leyenda de Hiram al siglo XVII ,
se acepta unánimemente que ésta se incorporó a la masonería especulativa entre 1.720 y
1.723 y lo hizo, no sin suscitar ciertas resistencias.
No hay duda que el pastor anglicano James Anderson cuando recibió el encargo de
compilar los antiguos usos y costumbres de la masonería operativa, destruyó muchos
documentos en lo que se ha calificado como un auténtico auto de fe.
A partir de ese momento se hizo muy difícil reconstruir cuales eran las leyendas y
tradiciones del período anterior. Es posible que James Anderson y
Jean Théophile Desaguliers aprovecharan algunos residuos que encontraron en estos
documentos y con ellos construyeron la leyenda de Hiram, o es posible incluso que, tomaran
a este personaje secundario en la mitología de los masones “operativos” y lo magnificaran a
efectos didácticos.
Por otra parte, el Manuscrito “Regius” (1.390), uno de los documentos más
importantes y antiguos que se dispone sobre la masonería operativa, no habla ni de Hiram,
ni del Templo de Salomón. El manuscrito “Dowland” menciona solo al rey de Tiro y el
Manuscrito de “Cooke” lo considera solo como hijo del Rey de Tiro.
La Biblia relata la petición formal del Rey Salomón de Jerusalén al rey Hiram
de Tiro de obreros y material para la construcción del templo. El relato del templo
así como los dos Hiram se encuentran desde 1 Reyes, capítulo 5 a 7 (ya en el 8
traslada el arca), hasta 2 Crónicas, capítulo 2, versículos del 1 al 3 y 13 al 14.
para sí. 2 A este fin destinó setenta mil peones para traer a hombros las cargas y ochenta
mil para cortar y labrar las piedras en el monte, y les puso tres mil y seiscientos sobre
estantes. 3 Y envió a decir a Hiram, rey de Tiro: Así como lo hiciste con David, mi padre,
remitiéndole maderas de cedro para la fábrica de la casa donde él habitó. 13 Envíote pues
un hombre inteligente y experto, que es Hiram, a quien honro como a mi padre, 14 hijo de
una mujer de la tribu de Dan, de padre natural de Tiro, el cual sabe trabajar en oro y en
plata, en bronce, y en hierro, y en mármol, y en maderas, y asimismo en púrpura, y en
jacinto, y en lino fino, y en escarlata, y que sabe igualmente hacer toda obra de
entalladura, e inventar ingeniosamente cuanto es menester en todas labores, y estará en
compañía de tus artífices y con aquellos de mi señor David, tu padre”.
Aquí tenemos pues el mandato y el personaje central de nuestra leyenda, con sus
cualidades y procedencia. Hiram Abif, es pues hijo de una viuda, de una mujer sin marido,
como otra versión de la virgen que ya no necesita seguir siéndolo, porque no tiene
significado en la leyenda y representante de la línea de Caín.
La madre de Hiram es una viuda como la naturaleza cuando muere el sol, como en el
caso de la leyenda de ISIS y OSIRIS y como cuando la Masonería se queda viuda sin
HIRAM, hasta cuando recobre los signos verdaderos, resucite Hiram, vuelva la paz y se
inicie el IMPERIO DE LA VERDAD; ésta es la razón de los trabajos de los Hijos de la
Viuda en todos los talleres, pues sólo cuando brille el sol de la verdad ya serán innecesarios
los mitos y leyendas.
Hiram separó a los obreros en tres clases a fin de que cada uno pudiera recibir una
paga proporcionada a su mérito y a sus talentos; cada categoría recibió signos, palabras y
toques diferentes y palabras de pase o paso, y se reunían en tres puntos concretos del
Templo. Los aprendices recibían el salario en la Columna Boaz, los compañeros en la
Columna Jakin y los maestros en la Cámara Media o Cámara del Medio. Éste instaló el
taller de fundición en una explanada no lejos del Jordán y otorgó a los masones tres
categorías: Aprendiz., Compañero y Maestro, Habían 70.000 aprendices, 8.000 compañeros
y 3.600 masones.
Hiram vuelve en sí, y la obra está salvada. Tras regresar al Templo, Hiram Abif está
aturdido por el sueño y las visiones, acaba la obra y se une a Balkis.
Sin embargo los tres ayudantes no renuncian a la venganza y proyectan
asesinar a Hiram. Salomón se entera pero no interviene, no evita el asesinato
como venganza por haber perdido a Balkis la reina de Saba.
Casi terminadas las obras del Templo de Jerusalén, los tres compañeros que
veían difícil ser admitidos en la maestría masónica, decidieron conseguirla por la
fuerza. Apostados cada uno en una puerta del Templo, invitaron a Hiram Abif a
desvelar sus secretos. Como éste no quiso revelarlos, cada uno le asestó un golpe
(uno con una regla sobre el gaznate, otro con una escuadra de hierro sobre el
pecho izquierdo y un tercero con un mazo en la frente) y lo hirieron de muerte. En
ese momento, entrega lo que constituye el fruto de su iniciación en los misterios de
Tubal Caín: el compás, la escuadra y la plomada, los símbolos de los constructores
del templo, posteriormente símbolos de la masonería.
Los asesinos escondieron el cuerpo sin vida de noche en un bosque, plantando sobre
su tumba una rama de acacia (símbolo de la inmortalidad y la maestría). Hiram fue
descubierto y vengado. Su cuerpo reposó en el Monte Zión, a unos pocos metros de la
Puerta de Zión.
Se dice que sus paredes tenían nueve codos (alrededor de cuatro metros) de espesor
en su base y soportaba un techo plano de vigas de cedro rematado en pino. La característica
sobresaliente del templo era la cantidad de oro que cubría suelo, paredes y techo, colocado
entre los tallados de querubines y flores abiertas.
El interior era de veintisiete metros de largo por nueve de ancho, y todo el edificio
estaba alineados de oeste a este con una sola entrada en el extremo occidental. Una
separación con un par de puertas plegadizas dentro, dividía el interior en una hendidura de
dos a un tercio, creando un cubo de nueve metro de altura, ancho y largo. Era el Oráculo del
antiguo Testamento, también llamado el Santo de Santos y conocidos en el ritual masónico
como el Sanctum Sanctorum, que estaba completamente vacío excepto por una caja
rectangular de madera de acacia de un metro y cuarto de largo por sesenta centímetros de
ancho y sesenta de alto, colocada exactamente en el centro del piso. Era el Arca de la alianza
que contenía solo tres cosas: dos tabletas de piedra que llevaban los Diez Mandamientos y al
mismo dios Jehová.
Si hubo una conexión entre el antiguo Egipto y los judíos del primer siglo d.C., es
casi seguro que se estableciera por conducto de Moisés, el fundador de la nación judía,
quien fuera adoptado por la familia real de Egipto.
La única explicación razonable que se pudo encontrar en relación con el nombre del
héroe masónico fue que Hiram significaba "noble" o " real" en hebreo, en tanto
que Abif significa "el extraviado o desaparecido" en francés antiguo, como ya lo vimos
anteriormente, dando así un sentido literal de la descripción del “rey que se extravió”.
A mediados de la Era de Bronce, y alrededor del final del tercer milenio a.C. Egipto
entró en un periodo de la decadencia continua, con un gobierno débil y una ruptura social;
muchos extranjeros provenientes del desierto se asentaron en el territorio.
La invasión fue una consecuencia inevitable y los egipcios fueron dominados por los
hicsos.
La historia nos proporciona algunas fechas especificas sobre la pérdida del vigor
nacional, llamadas hoy el segundo periodo Intermedio, entre los años 1780 y 1560 d.C., al
final de una etapa más amplia de la historia egipcia conocida como el Reino Medio.
Al principio los reyes hicsos extendieron su influencia para gobernar al Bajo Egipto,
que era el más grande y suntuoso de los Dos Territorios. Más tarde controlaron los Dos
Territorios desde Menfis, la antigua capital pero a pesar de que los egipcios perdieron el
control de Menfis, los elementos de su autentica monarquía continuaron su existencia en
una ciudad del Alto Egipto, Tebas.
Con el tiempo los reyes hicsos absorbieron cada vez más la cultura egipcia y las
prácticas religiosas, lo que origino un problema político religioso. Los invasores
comenzaron a desear tanto poder espiritual como poder físico. Más aun, a pesar de imitar los
estilos y costumbres egipcias, los hicsos permanecieron diferentes en esencia.
Una vez que los reyes hicsos pertenecieron a una tercera o cuarta generación nacida
en Egipto y habiendo adoptado su tecnología era casi seguro que se sintieran con derechos a
poseer los secretos del Horus, por considerarse ellos mismos el Horus. Quizá más
importante aún, deseaban convertirse en Osiris al morir y ser una estrella que brillara por
siempre.
Hacia finales del reinado hicso, Seqenenre (rey egipcio 1.560 o 1.558 a.C.) estaba
limitado a Tebas, ciudad del Alto Egipto, y la historia o la leyenda de Hiram Abif pudo
originarse aquí debido a la lucha de poderes entre Seqenenre Tao II y el importante rey
hicso Apepi I, quien tomó el nombre del trono egipcio A-user-re (Grande y poderoso como
Ra) y el título de Rey del Alto y Bajo Egipto, hijo de Ra.
Cuando en julio de 1.881, Emil Brugsch descubrió la momia del faraón Ramses II, en
el mismo escondite había otro cadáver real, unos 300 años más antiguo que el de Ramses II,
y que se distinguía por su particular pútrido olor.
De acuerdo con la etiqueta, era el cuerpo de Seqenenre Tao II, uno de los gobernantes
egipcios nativos que fueron forzados a vivir lejos, hacia el sur, en Tebas, durante el periodo
hicso, y como era obvio incluso para el ojo no educado, Seqenenre se había enfrentado a un
final violento. La parte media de su frente había sido aplastada… Otro golpe fracturó la
cuenca de su ojo derecho, su pómulo derecho y su nariz. Se le había dado un tercer
golpe detrás de la oreja izquierda, destrozando el hueso mastoideo y terminando en la
primera vértebra del cuello.
Aunque se sabe que en vida fue un hombre joven, alto y apuesto, con el pelo negro y
ondulado, la expresión fija en la cara de Seqenenre mostraba que había muerto en agonía.
Después de muerto no le fue mucho mejor, ya que su cuerpo parece haber sido abandonado
por un rato antes de ser momificado; de ahí el pútrido olor y los signos de descomposición
prematura.
Los registros egipcios no dicen nada sobre como encontró la muerte Seqenenre, pero
es casi seguro que fue a manos de los hicsos/cananeos.
La primera teoría, que la francmasonería fue creación del rey Salomón, parece
imposible de investigar porque el Antiguo Testamento es la única fuente, así que los
investigadores no han ido más allá de aquel tiempo.
La mayoría de los albañiles en la Edad Media eran iletrados y habrían tenido poca o
ninguna educación fuera de su aprendizaje, que solo los proveía de habilidades para el
oficio. Imaginar que pudieran haber entendido, ya no digamos que hubieran dado origen, a
un ritual tan complejo como el usado ahora por los francmasones, carece de credibilidad. Su
vocabulario y más probablemente su capacidad para el pensamiento abstracto ha de haber
sido en efecto muy limitados.
El primero fue el construido por el rey Salomón hace tres mil años, aunque en
realidad si nos vamos a las construcciones de Templos en honor a YHVH, el primero fue
construido por Besaleel, citado en la Biblia, hecho en tejas bajo el mandato de Moisés.
El siguiente nunca existió en piedra; fue el visto por el profeta Ezequiel en una visión
durante el cautiverio de los judíos en Babilonia alrededor de 570 a.C. Aún imaginario, no
podía ignorarse a este templo, ya que tuvo un efecto significativo en las creencias y escritos
posteriores de los judíos que después se transmitieron a la creencia cristiana.
El tercero fue construido por el rey Zorobabel a inicios del siglo VI a.C., después de
que los judíos regresaron de su cautiverio babilónico.
Y el último templo fue erigido por Herodes en los tiempos de Jesucristo y destruido
por los romanos en 70 d.C., justo cuatro años después de su terminación.
Cabe destacar, que en la actualidad, es y seguirá siendo, una lección de vida para el
mundo, una luz en lo infinito que nos obliga a caminar hacia ella, con la única intención de
forjar nuestro propio templo interno, poniendo como ejemplo la sabiduría como eje del
comportamiento humano y de la gran obra del G\A\D\U\ que es “el hombre”.
REFLEXIONES
1).- El maestro Hiram Abif, como personaje, poseía el “Secreto del Maestro” y por
ello tres Compañeros estaban deseosos de conocer tal secreto, pero el Arquitecto se negó a
darles la “palabra de pase” y consiguió la muerte.
3).- Es posible que esta leyenda se haya dado a conocer dentro de la Orden en el siglo
XVI, inspirada en la Biblia. Lo que es cierto, es que la “Leyenda de Hiram-Abif” fue
introducida en la masonería entre los años 1.723 y 1.730, aunque Anderson en sus primeras
Constituciones editadas en 1.723 no la menciona, sí hace alusión a ella en las editadas en
1.738 cuando narra: “[…] la muerte súbita de nuestro muy Querido Hermano Hiram-
Abif, quien fuese enterrado en la Logia, cerca del Templo según las antiguas
costumbres..[…]”.
4).- Esta Leyenda nos hace ver que en toda sociedad iniciática, como lo es la
masonería, la toma de conciencia de una nueva vida, se hace a través de la muerte simbólica
seguida de una resurrección a esa nueva vida. Esto no ocurre así en las religiones hoy día
reveladas, es decir aquellas donde una creencia se impone a través de un dogma, y la sola fe
basta, convirtiendo a la muerte iniciática inútil.
6).- Es probable además, que el regreso a una nueva vida o a un renacer a través de la
muerte, lo cual es común en todos los Ritos iniciáticos, tuvo su génesis en la ápoca del
inicio de la agricultura en el hemisferio norte, por el paso de las estaciones, las pérdidas por
inundaciones, sequías, cambios en el suelo, aparición de enfermedades y plagas, lo cual
marcó al hombre de ese entonces, dándole paso a su imaginación, tal como sucedió en el
antiguo Egipto, hace más de 6.000 años.
7).- En todo proceso iniciático, la muerte como tal asociada a un renacer opta por tres
condiciones en el ser: el acondicionamiento del recipiendario, su muerte y su renacimiento.
8).- Las antiguas tradiciones, desde los albores de los tiempos, ha sido consagrada a
través de los ritos y cultos egipcios, o mejor dicho, las tradiciones ocultas de los egipcios
renacen en el ritual tradicional, de la inmortalidad de Hiram.
10).- Esta leyenda es una analogía a la de Osiris en Egipto, con sus particularidades
propias de esa cultura.
11).- La muerte de Hiram puede ser interpretadas como una muerte ritual. Es del
mismo tipo del mito solar asociado a la vegetación. Hiram muere para renacer igual de
radiante y más, que antes de su muerte. Este pensamiento está claramente expresado en el
R\E\A\A\ donde reza: “[…] alegrémonos Hermanos, la luz regresó. Nuestro Maestro
volvió a ver el día, renace más fuerte que nunca en la persona de nuestro Hermano…”
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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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