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ABSURDO

NÚMERO 1
A Ñ O 2 014
OTO Ñ O
         ABSURDO
NÚMERO 1
A Ñ O 2 014
OTO Ñ O

1
        

E D I TO R I A L

GEL PARA EL ASOMBRO


Javier Tinajero

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2
L A C I TA

LA CITA
“La única manera de lidiar con este mundo sin libertad
es volverte tan absolutamente libre que tu mera existencia
sea un acto de rebelión.”

3
L A C I TA

ROSARIO CASTELLANOS
“El sentido de la palabra es su destinatario: el otro que escucha, que entiende y
que cuando responde, convierte a su interlocutor en el que escucha y el que en-
tiende, estableciendo así la relación  del diálogo que sólo es posible entre quienes
se consideran y se tratan como iguales, y que sólo es fructífero entre quienes se
quieren libres.”

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HUELL A MNÉMICA

HISTERIA Y FEMINIDAD
Fernanda Magallanes

“Huella mnémica (al, Erinnerungsspur o Erinnerungsrest).


Término psicoanalítico para denominar la forma bajo la que
acontecimientos y percepciones se inscriben en en el aparato
psíquico. Pueden ser reactivadas en un tiempo posterior
retornando como pensamiento, sueño o síntoma.”

Sigmund Freud, genio y maestro de la sospecha chosos, enigmáticos, resbaladizos, inaprensibles,


como bien decía Paul Ricoeur, consideró la femi- difíciles de explicar. Cuerpos más allá de la biolo-
nidad como un enigma y tuvo siempre una pre- gía, erógenos, invadidos de significantes. ¡Pero
gunta insistente: ¿Qué quiere una mujer? qué curiosidad despiertan!: cuerpos expuestos a
A sus 29 años, el neurólogo austriaco y pos- la mirada ávida de saber del médico. Es así la his-
teriormente padre del psicoanálisis, pasó un perio- térica portadora de saber.
do de practicas en Paris con Charcot, fundador de En psicoanálisis, la histeria aparece como
la escuela de neurología en el Hospital de La Sal- un cuadro primordial desde el cual el modelo psi-
pêtrière. Charcot llevaba más de veinte años traba- coanalítico se despunta pues llevó a Freud al des-
jando en ésta institución y para el momento en cubrimiento del inconsciente. ¿Cómo una parte
que Freud llegó, dicho hospital en Paris era ya del cuerpo podría paralizarse contrariamente a
considerado un hospital orientado a la enseñanza las reglas de la parálisis orgánica cerebral? Estos
teórica y clínica, e incluso se promovía el uso de cuerpos que no correspondían al cuerpo biológi-
la fotografía para la investigación de patología. co, llevan a Freud a postular toda una metapsico-
Las mujeres histéricas eran el motivo más logía, diferenciando así entre el cuerpo orgánico y
grande de investigación y los modelos favoritos otro cuerpo: la vida psíquica.
para ser fotografiados por Charcot y su equipo. Escuchando a sus pacientes, Freud da cuen-
Cuerpos paralizados, desparramados, inestables, ta que sus pacientes histéricas (en su mayoría mu-
en estado de ensoñación, fantasiosos, imprevisi- jeres), tienden a contar sus síntomas a través de
bles, contorsionados, delirantes, inhibidos, capri- ensoñaciones, rememoraciones y fantasías. A la

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escucha, Freud va transformando su manera de nían hijos pequeños y Dora a menudo iba a cuidar-
proceder. Del método hipnótico que había apren- los. La Sra. K visitaba al padre de Dora por lo que
dido de Charcot, cambió a la cura a través del ha- la joven sospechaba que la Sra. K y su padre eran
bla (método catártico), el uso de la asociación li- amantes. Al mismo tiempo, Dora relata un mo-
bre y más adelante, la escucha de la transferencia mento de su memoria en que el Sr. K la besó y la
como herramienta fundamental y condición nece- abrazó fuerte, sintiendo ella repugnancia y corrien-
saria para conducir el tratamiento psicoanalítico. do hacia otro lugar. Decía haber sentido asco ante
Cada uno de estos planteamientos que se hizo el brazo del Sr. K sobre su busto. Freud da cuenta
acerca de su método, apareció en el esfuerzo cons- de por cómo en el relato el estaba en una escalera,
tante de escuchar a sus pacientes histéricas. Los el brazo era un desplazamiento del pene erecto del
casos emblemáticos en el cambio de su forma de Sr. K.
proceder aparecen documentados en su obra. Es en el marco de este enredo de amores
Entre estas analizandas de quienes escribió, del discurso de Dora que Freud hila el tejido de la
está Ida Bauer a quien Freud le dio el pseudónimo aparición de sus síntomas, siendo éstos represen-
“Dora”. A través de la experiencia con Dora, Freud taciones simbólicas en ese cuerpo imaginario que
habló de la formación de los síntomas histéricos y le aquejaba a la señorita. En este relato, la apari-
la estructura interna de la neurosis, e interpretan- ción de una presión en el pecho, asco y resistencia

“ ¿Qué quiere una mujer? ”

do sus sueños apuntó su importancia en la labor a acercarse a individuos en un diálogo amoroso y


analítica. Ésta joven de 18 años acudió a trata- es que Dora tenía la idea de que su padre la entre-
miento durante tres meses. gaba al Sr. K a cambio de el estar con la Sra. K.
El padre de Dora la llevó con Freud a los 16 Freud se preguntaba por qué Dora estaría
años después de ataques de tos. La tos desapare- celosa de la Sra. K si su padre por su enfermedad
ció y regresó a los 18 años porque habían reapare- no podría mantener relaciones sexuales. Dora sen-
cido los ataques de tos pero también síntomas típi- tía los celos que habría de sentir su madre por la
cos que eran repetitivos en esa época en las muje- Sra. K. La cosa no era simple. Es aquí donde co-
res histéricas: disnea, afonía, jaquecas, excitabili- mienza a agudizarse la pregunta de Freud por la
dad y depresión. Dora había escrito una carta de sexualidad femenina: ¿Qué quiere una mujer?
suicidio. Enigma que se ha tratado de manera incansable
La joven victoriana pasaba por momentos no solo en textos psicoanalíticos sino en represen-
difíciles. Su padre estaba enfermo y su madre fue taciones artísticas, literatura y muchas otras disci-
descrita por Freud como una mujer con “psicosis plinas.
de ama de casa”, esto es, una mujer que había mu- Lacan sugerirá, de manera igualmente enig-
dado todo su interés a la limpieza obsesiva del ho- mática, que una mujer quiere algo más allá del se-
gar. La madre de Dora no se acercaba a su padre xo, más allá del hijo, más allá del falo, goza de al-
al inicio de la enfermedad. go que no sabe de sí misma pero que siente y lo
La familia Bauer, tenía amistad con una pa- sabe solo cuando ocurre. Terminará por decir que
reja que Freud apodó bajó el pseudonimo K. Te- ésto no les ocurre a todas.

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Huella mnémica (al, Erin-
nerungsspur o Erinnerungs-
rest). Término psicoanalítico
para denominar la forma ba-
jo la que acontecimientos y
percepciones se inscriben en
en el aparato psíquico. Pue-
den ser reactivadas en un
tiempo posterior retornando
como pensamiento, sueño o
síntoma.

Fernanda Magallanes es psicóloga por la Universidad Iberoamericana, Maestra en Psico


pia General por la Asociación Psicoanalítica Mexicana con Mención Honorífica y Doctorand
Filosofía, Medios y Comunicación en European Graduate School. Ejerce psicoanálisis en cons
privada en el Distrito Federal. Ha participado en diferentes investigaciones acerca de teoría
coanalítica, género e inmigrantes, transtornos de personalidad y transtornos alimenticios y
trabajos han sido presentados en congresos nacionales e internacionales.

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GA B I N E T E D E A S O M B R O S

EL COLECCIONISMO
Y LA IMAGINACIÓN POÉTICA

Mariana Romero
“Desde era muy pequeña he tenido una afición por recolectar, guardar y atesorar
ciertos objetos, pero no por la necesidad de acumularlos, de poseerlos o de
conformar una colección. Lo que me seduce en realidad es la elocuencia poética
con que se revelan ciertas cosas en el momento de ser encontradas
inesperadamente. Estos objetos encontrados son hallazgos de la experiencia
cotidiana cuando es alumbrada por el asombro.”

La relación que establecemos personalmente con culo social al que pertenecen o aspiran a pertene-
los objetos que nos rodean se construye en base a cer y los utilizan como mecanismos de mediación
una serie de factores culturales, históricos, fami- en sus relaciones interpersonales, un objeto tam-
liares, económicos y sociales de los que podemos bién puede ser un espacio de unión con lo sagra-
o no ser conscientes. Algunas personas guardan do o lo trascendente para ciertas personas o gru-
“hasta los alfileres” y son incapaces de deshacerse pos, mientras que quienes buscan una experien-
de cualquier cosa, por más insignificante que pa- cia poética se concentran en la belleza que el obje-
rezca, mientras que otros ni siquiera se cuestio- to les representa para ser contemplado (ya sea
nan en el momento de desechar todo lo que haya una belleza convencional o una más subjetiva y
dejado de serles útil. En base a cada una de estas exótica), un arqueólogo sabrá leer en cada objeto
actitudes se pueden elaborar interesantes metáfo- toda la historia y tradición que contiene, al igual
ras si nos adentramos en la hondura psicológica que los coleccionistas, quienes se vuelven exper-
de cada persona, y en medio de los dos extremos tos en encontrar las mínimas diferencias entre
descubrimos todos los matices posibles. Hay quie- dos cosas aparentemente similares, pues se apa-
nes movidos por la nostalgia emplean los objetos sionan y se obsesionan en articular una colección
como vehículos para transportarse hasta otras que de muchas formas llena de sentido su existen-
épocas y momentos vividos o idealizados, otros cia.
ven en los objetos valores establecidos por un cír-

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Para conocer la historia que un objeto del Con el objetivo de albergar esa gran multi-
pasado, de una cultura remota o de una obra de plicidad de curiosidades se destinaron cuartos en-
arte asistimos a museos y exposiciones donde to- teros y se construyeron muebles a la medida en
das las cosas son organizadas de tal forma que nos los que cada pequeño espacio estaba diseñado en
detenemos a contemplarlas y leemos ciertas inter- función de cierta cosmovisión en que las jerar-
pretaciones acerca de su historia, sus usos o su sig- quías estaban perfectamente establecidas y todas
nificado. Antes de que existieran estos recintos, las cosas clasificadas según su tipo: naturalia, arti-
tal como ahora los conocemos, las primeras gran- ficialia, mineralia, etc. Así nos describe Philiph
des colecciones de arte, historia natural o de obje- Bloom en su magnífico libro To have to hold, tra-
tos curiosos eran reguardadas y ocasionalmente ducido al castellano como El coleccionista apasio-
exhibidas dentro de las Cámaras de maravillas o nado el gabinete creado por Philiph Hainofer (un
Gabinetes de curiosidades, habitaciones que eran importante coleccionista alemán del S.XVI):
especialmente destinadas para albergar una varie- El Kunstchrank de Hainofer era no sólo un
dad de objetos que llegaban a Europa desde de tie- repositorio de rarezas y maravillas, también era
rras remotas, principalmente durante los S.XVI y una enciclopedia de objetos, un programa del
XVII, época de las grandes exploraciones y descu- mundo en un microcosmos, un theatrum memo-
brimientos. riae en el que cada parte hacia valer su lugar en

“Cómo hablar de estas cosas comunes, cómo asediarlas, co-


mo hacerlas salir, arrancarlas del caparazón al que están
pegadas, como darles un sentido, una lengua: que final-
mente hablen de lo que existe, de lo que somos”

Este tipo de colecciones privadas comenzó el drama de la mente de dios. Manifiesto metafísi-
a proliferar por varias ciudades del continente Eu- co más que mueble, hablaba con elocuencia de
ropeo, como una manifestación de las profundas una visión del mundo dominadas por las ideas de
transformaciones que se estaban gestando en lo la metamorfosis y los significados ocultos. Los ar-
político, lo económico y lo religioso y paulatina- tificialia y los naturalia eran, como quedaba de-
mente en la cosmovisión y en la mentalidad de las mostrado, dos aspectos de lo mismo, igual que la
personas. El espíritu científico emergente, anima- vida y la muerte eran intercambiados ante los
do por los recientes descubrimientos, el intercam- ojos del observador.
bio mercantil y la expansión del colonialismo euro- Ahora que todas estas categorías se ha sub-
peo se vio reflejado en el interés no sólo por colec- divido en campos de conocimiento cada vez más
cionar objetos exóticos traídos de mundos lejanos específicos hemos llegado a ampliar el universo de
sino también por el estudio metódico de la natura- lo conocido de una manera inimaginable para las
leza que se entremezclaba con la especulación fan- mentalidad de esa época, pero lamentablemente,
tástica debida a la falta de instrumentos y méto- con ello se ha perdido una noción de intercone-
dos precisos de observación. xión entre todas las cosas que conforman nuestro

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Gabinete de curiosida-
des de Ferrabte en Pa-
lazzo Gravina de Nápo-
les, publicado en Ferran-
te Imperatos, Dell’Histo-
ria Naturale, Stampería
a Porta Reale, Nápoles
1955

cosmos. Gracias a esto se ha extraviado también el encanto que tenían es-


tos espacios, en los que se manifestaba no solamente el interés por conocer
sino también un mundo mágico y desbordado de imaginación poética, pre-
vio al divorcio entre la filosofía, la ciencia, el arte, la espiritualidad y la reli-
gión.
Afortunadamente, desde principios del S.XX, muchos de los artistas
que estuvieron al frente de movimientos de vanguardia lograron reanimar
la vida oculta de los objetos, liberándolos de la esfera del utilitarismo y de
la pasividad en que se encontraban al extraerlos de la cotidianeidad y llevar-
los al espacio simbólico de la obra de arte para lograr así cuestionar la reali-
dad y la percepción que tenemos del mundo. Mientras que los Gabinetes
de curiosidades como espacios en los que se reúnen y se expresan una serie
de ideas y conceptos que permiten configurar una cosmovisión personal
también han sido reinterpretados por muchos artistas modernos y contem-
poráneos. El artista surrealista checo Jan Svankmajer, gran admirador y
reinventor de estos recintos mágicos establece una distinción más profun-
da entre los museos y los gabinetes.
Para la gente en general, los gabinetes de curiosidades, o Kuntskam-
mern, son una especie de prototipo de los museos modernos y de las gran-
des galerías de arte. Se consideran como un estadio precientífico de estos
“monumentos al intelecto y las habilidades del ser humano”. Pero, en reali-
dad, nos encontramos ante dos visiones del mundo esencialmente contra-
dictorias. (…) Los gabinetes de curiosidades nos son depositarios de testi-

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monios de la evolución de la especie humana dispuestos cronológicamente,
Lorem ipsum dolor sino que van más allá de la clasificación científica y sistemática del mundo
sit amet, ligula sus- y la naturaleza tal como la presentan los museos modernos.
pendisse nulla pre- En este último año como parte de un proyecto artístico personal he
tium, rhoncus tem- estado investigando acerca de estas expresiones tan fascinantes del ingenio
por placerat fermen- y la creatividad humana. Es por esa razón que a partir de este momento es-
taré compartiendo con ustedes en este espacio mi propio Gabinete de asom-
tum, enim integer ad
bros, en el que podrán encontrar toda clase de hallazgos de la experiencia
vestibulum volutpat.
cotidiana que se nutren y entremezclan con referencias muy diversas que
Nisl rhoncus turpis
de una u otra forma están dando respuesta sin saberlo a las preguntas que
est, vel elit.
se hizo el escritor Georges Perec con respecto a lo cotidiano: «Cómo ha-
blar de estas cosas comunes, cómo asediarlas, como hacerlas salir, arran-
carlas del caparazón al que están pegadas, como darles un sentido, una len-
gua: que finalmente hablen de lo que existe, de lo que somos».

Mariana Romero es psicóloga por la Universidad Iberoamericana, Maestra en Psicoterapia


General por la Asociación Psicoanalítica Mexicana con Mención Honorífica y Doctoranda en Filo-
sofía, Medios y Comunicación en European Graduate School. Ejerce psicoanálisis en consulta pri-
vada en el Distrito Federal. Ha participado en diferentes investigaciones acerca de teoría psicoa-
nalítica, género e inmigrantes, transtornos de personalidad y transtornos alimenticios y sus tra-
bajos han sido presentados en congresos nacionales e internacionales.

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LA PHYSIS Y EL COSMOS
B I OA R T E

Carl Junk
Esa única noche de estrellas propias es una instalación lumínica de
bioarte que se exhibió del 07 al 27 de marzo de 2014 en la Academia de San
Carlos, durante la Bienal Universitaria de Arte y Diseño de la UNAM. La artis-
ta visual, Sol de María Zamora Corona, recreó “un jardín en una noche oscu-
ra”, utilizando plantas acuáticas reales. Al entrar a la pieza, el espectador acti-
va un circuito electrónico encendiendo esferas de acrílico suspendidas a mane-
ra de estrellas e iluminando la noche. La energía con la que se prenden las es-
trellas tiene dos fuentes: eléctrica y microbiana. La fuente microbiana provie-
ne de las mismas plantas que se encuentran en el interior de la obra, es decir,
las plantas se utilizan como un elemento visual pero también como un genera-
dor vivo de energía. La instalación forma parte de una línea de producción ar-
tística y de investigación de su autora, llamada La physis y el cosmos.

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Sol de María Zamora explora rela-
ciones espaciales y materiales que las ins-
talaciones convencionales habían dejado
de lado. Ante todo destaca el interior
concebido como «residuo de un mundo
onírico», como lo definiría Walter Benja-
Esa única noche de min: «el firmamento encerrado como
más verdadero que el firmamento exte-
estrellas propias rior, una cámara oscura innegablemente
situada en un espacio mnémico, cuya tex-
tura es a la vez compleja, evocativa y
equívoca». Por otro lado, se trata de una
obra con un fundamento material cen-
tral (cristal, agua, plantas, luz), que ha-
bla por sí mismo y de manera compleja
y contradictoria: a través de la utiliza-
ción de la energía microbiana, el elemen-
to vegetal se convierte en alimento del
mundo celeste, cumpliendo la paradoja
del mundo exterior como sueño latente
del mundo orgánico, como su verdad in-
terior. Por último, la obra anima de ma-
nera silenciosa al espectador no sólo a
contemplar sino a habitar el espacio, de
la misma manera casual y misteriosa en
que habitamos efímeramente los lugares
que nos dan abrigo de forma casual, un
acto cuya profundidad puede pasar desa-
percibida, pero es decisiva. Esa única
noche única de estrellas propias es ante todo una aparición interior: un es-
pacio venido de nosotros mismos, como si el mundo se hubiera perdido
dentro de nosotros y nuestro único deber fuera ir a su encuentro.

Alonso Zamora Corona.


Ciudad de México, marzo de 2014

Sol de María Zamora Corona, artista visual egresada de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de
la UNAM, ahora FAD. Actualmente estudia Filosofía en la misma casa de estudios. Trabaja en distintos
medios, principalmente pintura, dibujo, escultura e instalación, trenzando el quehacer filosófico con la
producción artística. Entre sus exposiciones más destacadas se encuentran: This is the night, instalación
individual en el bosque de la Haya, Holanda (2013), Gabinete gráfico, colectiva de dibujo en el Museo
Carrillo Gil (2013), y la selección en la primera Bienal de Artes y Diseño de la UNAM (2014), en la cate-
goría de instalación, con la pieza Esa única noche de estrellas propias.

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Instalación lumínica/ Bioarte. Plantas
acuáticas, circuito electrónico, esferas de
acrílico, cristal, tela. 2014

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E S C R I TO R I O

ERNEST HEMINGWEY
“Para escribir me retrotraigo a la antigua desolación del cuarto de hotel en el que empecé a
escribir. Dile a todo el mundo que vives en un hotel y hospédate en otro. Cuando te locali-
cen, múdate al campo. Cuando te localicen en el campo, múdate a otra parte. Trabaja todo
el día hasta que estés tan agotado que todo el ejercicio que puedas enfrentar sea leer los dia-
rios. Entonces come, juega tenis, nada, o realiza alguna labor que te atonte sólo para mante-
ner tu intestino en movimiento, y al día siguiente vuelve a escribir.”

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A DIEZ DEDOS

VOLTEAR POR SI ACASO


 María J. Borja

“Es tan difícil verse a uno mismo como


mirar para atrás sin volverse.”
~ Henry David Thoreau         

Era fácil mirarme al espejo todos los días. Se sien- cando algún nuevo movimiento que me muestre
te seguro, como ese lugar a salvo donde uno pue- infinitos riesgos de la máscara que voy diseñando
de encontrarse a sí mismo hasta el fin de la tan al transcurrir de la vida. Me gusta jugar con la
poco valorada eternidad. Los cambios cuando idea de disolver esta imagen, irla abreviando poco
uno se mira a diario al espejo no suelen ser alar- a poco, volverla fragmentos que no se comuni-
mantes, menos con el detenimiento que yo lo ha- quen para nada. Me quedo viéndola fijamente a
go. Decirme yo y ser siempre acierto. Me conozco los ojos. La mirada nunca es igual, a veces está fas-
de ángulo a ángulo con una ambigua certeza de tidiada, a veces melancólica y a veces feliz. No es
que si me volteo y regreso, sólo me encontraré a fácil entretenerse ahí hasta que el estado de tran-
mí. La falsa creencia de que siempre soy la mis- ce llegue, ese estado importantísimo que nos per-
ma, se me confirma día a día. Conozco bien mi ru- mite trascender todas las ideas, acrecentar esta
tina y la llevo a cabo igual cada vez, no me enfoco disposición interna de aquí en más. A veces basta
mas que en los detalles mínimos que pueden irse con nada para que aparezca pero hay que tener
presentando en el proceso, uno a uno se vuelven calma para ser receptivo, pues no siempre llega
cómplices de mi presente, el tiempo sin tiempo rápido al pasar por el repetitivo proceso de juicios
que se vive actualmente. Me repito constantemen- y limitantes nuevos que deben ser confrontados.
te —aunque no tenga mucho sentido— que yo soy Hay que ser expertos en el juego de no parpadear.
ese objeto imposible que me ayudará al entendi- Comprender la extension y la profundidad de
miento de lo que me rodea en mí. Ir más allá del nuestras posibilidades. Aguantar las lágrimas y
tiempo, tan sólo con el placer de permanecer. Con- controlar la mente. Olvidar las necesidades bási-
firmo mi gesticulación e intento innovarla provo- cas para entender las verdaderas. Uno debe ser

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valiente para mirarse fijamente. Y mientras reconocemos la necesidad de
Lorem ipsum dolor estar quietos, conscientes y en silencio; la imagen se va tornando grisácea
sit amet, ligula sus- hasta que poco a poco se va distorsionando toda. Podría no acabar nunca.
pendisse nulla pre- De pronto mi nariz y las nubes de la ventana terminan siendo una misma
tium, rhoncus tem- nueva figura. Hoy tengo siete manos, tres orejas, mis labios hacen los movi-
por placerat fermen- mientos de mis cejas y dependiendo de la luz que dejo entrar con el ir y ve-
nir de mis brazos, se entiende mi cabello como pájaros o no. No me siento
tum, enim integer ad
fuera de lugar cuando empiezo a llorar al revés, a gritar con los ojos y a es-
vestibulum volutpat.
cuchar con las manos; me recuerda que no tengo ninguna obligación de
Nisl rhoncus turpis
permanecer estática, reconozco que mi naturaleza nunca deja de modificar-
est, vel elit.
se y que no hay porque poner resistencia al paso de lo que quiera atravesar-
nos, al contrario, hay que dejar que nos marque, permitirle empujar lo que
nos arraiga y siempre, en caso de que sintamos que se nos olvide: parpa-
dear, avanzar en un solo movimiento hacia atrás y voltear, por si acaso. 

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A L A S D E E L E FA N T E

CONSTRUIRTE PARA
DESCONSTRUIRTE
María Martínez Marentes
“When others asked the truth of me, I was convinced it
was not the truth they wanted, but an illusion they
could bear to live with”
~ Anaïs Nin        

Lo bueno de ser persona —pienso— es que nos construimos, día a día, palabra por palabra. ¡Pode-
mos ser la persona que queramos ser! Sólo tenemos que saber quién queremos ser desde el princi-
pio. Lo que nadie nos dice, es que no tenemos que conformarnos con ser sólo eso que queríamos
ser cuando empezamos a construirnos. Podemos destruirnos las veces que queramos para volver a
construir algo completamente distinto: podemos ser tantas personas como la imaginación nos dé
permiso. Si hay alguna limitante, siempre podemos imaginar lo que queremos ser; imaginar es ser
(aunque sea un poquito).
La tragedia —pienso— es exactamente la misma.
Todo cambia, día a día, palabra por palabra. Incluso en el proceso de construcción, algo pue-
de cambiar y tendrás que volver a empezar para evitar volverte loco. Yo —en lo personal— soy inca-
paz de conformarme con ser solamente una, pero hay gente que lo encuentra práctico. Son esas per-
sonas las que me miran raro el día que quiero ser astronauta: no entienden cómo alguien pudo ha-
ber errado de carrera tan catastróficamente.
A lo mejor por eso escribo o por eso decido esconder a la mayor parte de personas que he si-
do o que voy a ser. El problema es que hay cambios
chiquitos, 

difíciles de notar 

y que no se quedan en el imaginario.
Son estos cambios los que poco a poco, palabra por palabra, salen a la superficie y es cuando
la gente te mira distinto.
– Cambiaste, dicen.

18
María Martínez Ma-
rentes, 26 años. Le
encanta que su nom-
bre esconda tres ve-
ces al mar, dice ser
una alcachofa y escri-
be flores moradas.
Vive en la Ciudad de
México y siempre es-
tá por darle la vuelta
al mundo.

19
IUDICIUM

LA POESÍA EN TIEMPOS
MODERNOS
Erika Said
“La poesía debe buscar su profundidad en la realidad, en el lenguaje de todo y
hablando no como elegidos de los dioses, sino como ciudadanos que tienen una
mirada preocupada, en ese sentido, cuando la poesía se preocupa por la gente, la
gente se convierte en lectora de poesía”
~ Luis García Montero      

De unos años para acá me he estado preguntando hay miles de "poetas" que a niveles locales consi-
sobre la rentabilidad de la poesía, luego de que en guen tener lectores entre sus conocidos y publi-
mis días universitarios escuchara por primera vez can libros en auto-ediciones o editoriales indepen-
una discusión pesimista sobre el futuro de ésta dientes, las cuales más bien son "imprentas" por-
(rebatido en aquél momento por David Huerta), que no logran la función de distribuir exitosamen-
donde se decía que la poesía desaparecería, que la te la obra.
misma función para la que nació hace miles de Así que es un hecho: la poesía está en cri-
años la desempeñaban entonces la música, el cine sis. Tiene muchos años en crisis y si no hacemos
y los medios de comunicación. No sólo eso, sino algo, seguirá en crisis.
que más tarde, la constante invención de hobbies Habríamos de pensar entonces, que más
impulsados por las redes sociales o los videojue- allá de las circunstancias evolutivas de una socie-
gos, y el poco tiempo del hombre y la mujer mo- dad adaptada y dependiente al infinito mar de in-
dernos para sentarse a leer un poema —entre em- formación y entretenimiento que es el Internet,
pleo, familia y vida social—, paulatinamente iban hemos sido los mismos poetas quienes dejamos
a acabar con el consumo y la utilidad de la poesía. morir a nuestra industria.
Bueno, ésto sí que sucedió. Las editoriales Últimamente leo poetas contemporáneos
hacen tajante el hecho de que no hay mercado pa- malos, aburridos, arcaicos y cursis. Últimamente
ra ella: los libros de poemas no se venden y la úni- veo "escritores" que no leen, o peor aún, ¡que no
ca poesía que tiene un mercado fiel es la que se escriben! Que han publicado o auto-publicado un
escribió hace décadas o siglos. Pero eso sí, aún mal libro y se conforman con reeditarlo para re-

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partírselo a sus compas en encuentros y congresos que sólo son una excusa
para emborracharse o pasear.
Pero dejando de lado las acusaciones, mi propuesta para un cambio co-
menzaría en refrescar la forma en la que hacemos poesía, es decir, hacerla
contemporánea, divertida, placentera de leer y, por supuesto, de calidad, aun-
que nos cueste toda una vida. En el supuesto de que queramos ser leídos
(pues aquí no cabría el cliché de "yo escribo para mí mismo"), hay que dejar
de escribir solamente para otros poetas y fijarnos en el lector promedio, escri-
bir inteligentemente sobre temas que masajeen sus mentes y a
la vez les den el mismo nivel de placer que una canción o que
ver fotografías en Facebook.
Dijo el poeta Luis García Montero: "La poesía debe buscar su
profundidad en la realidad, en el lenguaje de todo y hablando
no como elegidos de los dioses, sino como ciudadanos que tie-
nen una mirada preocupada, en ese sentido, cuando la poesía
se preocupa por la gente, la gente se convierte en lectora de
poesía".
Ésa es la clave. Darle color y vitalidad a nuestra poesía —como
los gringos, que reviven el ánimo poético con el slam poetry—,
reinventar los clichés, hablar del hombre que da el clima en la
televisión, de la contaminación en el Atlántico o del rock, pero
tal como en la narrativa, hacer que la poesía se venda a sí mis-
ma, pues hoy en día le sucede lo que a las religiones, las cua-
les muchas veces no van acorde a las necesidades de la socie-
Erika Said, nacida en Tampico, Ta- dad. Son anticuadas, incongruentes y caen en desuso.
maulipas en 1985. Licenciada en Letras La segunda serie de sugerencias, y sólo después de haber lidia-
Españolas por la Universidad Autóno- do con la primera, sería ganarle la competencia a todas las dis-
made Chihuahua. Fue miembro del ta- tracciones anteriormente enlistadas. Por ejemplo, ganarnos
ller literario de René Orozco (Ibero) en un lugar en televisión nacional no estaría mal (en tiempos de
el Instituto Cultural Tampico (2003) y Juan Rulfo, el narrador tenía apariciones estelares en Televi-
del taller de cuento de Humberto Payán sa, y el público, hasta el más reacio para la literatura, le adora-
en Chihuahua (2007). Ha participado en ba). Unirnos en colectivo los poetas de habla hispana en una
mesas de lectura (Revista Tole 2005; organización nacional o internacional bien construida para
Nueva Lechuza 2006; Feria del Libro mejorarnos y promovernos, por ejemplo. Dejar a un lado
Chihuahua 2008) y en los encuentros de nuestros egos, nuestros favoritismos, y permitir que sea sola-
artistas Conjugando Musas (Chihuahua, mente el talento el que se gane becas, premios o menciones.
2008) y México Joven (Xalapa, 2009). Echarle ganas y... leer poesía (¿cómo queremos que nos lean
Coordinó el Taller Literario “Sin Musa” si nosotros mismos no somos lectores?).
en 2007 y 2008 y fue juez en concursos Sé que soy idealista, pero como dice mi maestra de yoga: en-
de literatura infantil del Estado de Chi- tre más das, más recibes. Y si el mero hecho de escribir poesía
huahua. Ha publicado en El Diario de es un entregarse al mundo, también habría que poner todos
Chihuahua (poesía), en Mono Magacín nuestros recursos, fuerzas e ideales para que ésta renazca de
(cuento) y en Panorama de la Poesía Jo- sus cenizas.
ven Mexicana. Y iPoems, Ediciones el Hu-
mo 2013.

21
LA VIDA OCULTA EN LA
CAJA DE NOGAL
L A RESEÑA

Luz Fernández de Alba

Se dice que todas las familias felices son iguales, pero el sentido en que lo dijo Tolstoi es que son igual-
mente planas y aburridas, porque no les ocurre ningún hecho que sea lo suficientemente dramático como
para hacer una novela. Y yo creo que sí son iguales, pero no por eso, sino porque en cada familia feliz exis-
te una caja de nogal, como la que encontró la protagonista de esta admirable primera novela de Amélie
Olaiz, en la que se oculta una vida llena de secretos y mentiras con el fin de seguir preservando la etique-
ta de “familia feliz”, que orgullosamente se muestra ante la pequeña o la gran sociedad a la que pertenez-
ca dicha familia.
Me he referido a una admirable primera novela porque no es lo más común que la primera sea de
esas que atrapan desde que uno abre el libro hasta la última página, haciendo que el ocupado lector deje
pendiente todo lo que tenía que hacer con tal de desentrañar una trama tan compleja como la que plan-
tea Amélie Olaiz quien, además, nos cuenta una Historia con mayúscula y otra, con minúscula.

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Me explico, la escritora —a quien yo conocí hace años caminando en
la cordillera de los Himalayas— escribió en realidad dos novelas que se van
alternando capítulo por capítulo. La narradora de la primera, que en el li-
bro aparece en cursivas, es Elisa Aguillón de Renard quien escribe —cuan-
do puede— lo que pasa en su vida cotidiana. Y aquí comienza la Historia
con mayúscula que irrumpe violentamente en la plácida seguridad porfiria-
na que ella creía vivir en su pequeña historia con minúscula.
Los apuntes que Elisa hace a manera de diario, en una libreta que
“oculta” —ya empezamos con los ocultamientos— primero en un cajón de
doble fondo en su recámara y después entre sus enaguas, comienzan el 5
de febrero de 1913. No hay que olvidar, y menos aquí en este Instituto dedi-
cado al estudio de la Historia de las Revoluciones de México, que la llama-
da Decena Trágica comenzó justamente el 9 de febrero de 1913 y terminó,
diez días después. Fueron los días más sangrientos que ha vivido la ciudad
de México.
Veamos, por ejemplo, lo que escribió Elisa ese domingo 9 de febrero
de hace cien años:
Hay muertos tirados en la calle y muchos heridos. Nosotros rezamos
el rosario para que papá no esté entre ellos. No sé si al rezar se desaten po-
deres divinos que atiendan nuestras plegarias, pero después de tanto repe-
tir lo mismo las ideas aparecen con mayor lentitud y dejo de tener marañas
en la cabeza […]. Eso me hizo recordar a mi poeta. Una vez afirmó, que en
Oriente las personas repiten mantras y el estado de paz que logran se les
nota en la expresión, quizá sea algo parecido a rezar el rosario. (Elisa se re-
fiere al poeta Amado Nervo con quien, como nos enteraremos más tarde,
mantuvo una relación… debidamente oculta).
La segunda novela que, como ya dijimos corre paralela a la
primera, comienza ochenta años después, en marzo de 1992,
La vida oculta en la caja de nogal,
cuando la nieta de Elisa Renard, llamada igual que su abuela
Ediciones Amarcafé, 2013. Novela.
pero a quien se le conoce como Eli, descubre en un clóset la
famosa caja de nogal y le entra una extraña pasión por investi-
gar “hasta sus últimas consecuencias” —como se dice ahora
Compra en línea
tan frecuentemente sin que casi nunca se llegue a saber na-
da— la historia de su familia.
La obsesión por investigar hasta el más mínimo detalle de lo que su
familia ocultó durante tantos años, lleva a Eli de la secretaría de la Defensa
—porque su bisabuelo era un militar que imponía la ley del terror a su fami-
lia y ella quería saber cómo lo veían sus colegas del ejército-- a consultar a
un grafólogo para indagar sobre su personalidad, y a buscar datos en el Ins-
tituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM sobre el secreto romance
de su abuela con Amado Nervo. También a averiguar en el panteón francés
de La Piedad los trámites que tendría que hacer para exhumar los restos de
su abuelo Julio Renard. La verdad ya no recuerdo cómo logra completar la
siempre complicada tramitología que hay en México hasta para pagar im-

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puestos, pero si leen la novela de Amélie se entera- dejándole de hablar un tiempo). El problema fue
rán de todo lo necesario para cuando se les ofrez- que simultáneamente al derroche de energía, Eli
ca ir a abrir una tumba. fue creando demasiadas expectativas sobre lo que
Cuando Eli era una niña pequeña no se le encontraría en los secretos que su Abuelo Julio
permitió ir al sepelio de su abuelo Julio y se le di- quiso llevarse a la tumba.
jo que había muerto porque se había desnucado Sin embargo, cuando ya tuvo la caja abierta
al darse un resbalón en la regadera. Ya grande, y pudo examinar los papeles y fotografías desteñi-
cuando sus investigaciones la van convirtiendo en das que allí encontró, se dio cuenta de que muy
más obsesiva que el Javert de Los miserables, Eli poco de todo aquello tenía significado para ella.
se siente sorprendida y engañada al saber --por Recordó algo que había aprendido de los budis-
uno de sus primos mayores-- que su pacífico abue- tas: si se crean expectativas no basadas en la reali-
lo Julio se había suicidado dándose un balazo en dad lo que sigue, inevitablemente, es el dolor de
la cabeza “así se usaba antes –la consoló Rober- la frustración. Tanto esfuerzo para que el conoci-
to— los niños no se enteraban de nada” y que en miento que ya tenía de su familia se quedara en el

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la nota de despedida que dejó al abandonar este mismo punto al que ya había llegado antes de la
mundo, sólo pedía que su caja de secretos se ente- exhumación. Esta es, a muy grandes rasgos, la es-
rrara con él. tructura de la novela de Amélie que ahora esta-
O sea que en esta “familia feliz”, cada quien mos presentando. Pero falta lo más importante:
tenía su caja para ir guardando lo que era más el gozo, la emoción, el suspenso, que ustedes en-
conveniente mantener oculto. Como es de supo- contrarán en la lectura de este thriller familiar.
nerse, Eli se empeña en recuperar esta segunda La autora sabe que la Historia, con mayús-
caja de secretos, cuyo contenido no es tan rico co- cula, de un país no sólo está hecha con los gran-
mo el de la caja de la Abuela Elisa por la simple des nombres de los héroes o villanos, más o me-
razón de que el Abuelo Julio tenía menos imagina- nos conocidos por todos. Está también formada
ción que su mujer. por las pequeñas historias de todos los que vivie-
Eli gastó tanta energía física (los ires y veni- ron y sufrieron o disfrutaron –según el bando en
res de oficina en oficina para lograr la exhuma- el que anduvieran-- los acontecimientos que con-
ción); moral (¿estaría bien o no hacerlo? porque signa la Historia oficial. Y ése es el material con el
le daba miedo ir a desenterrar a un muerto); eco- que Amélie escribió su novela.
nómica (entre otros muchos gastos, tuvo que pa- La vida oculta en la caja de nogal, es una
gar setenta y cinco pesos a un cerrajero para que lectura que enriquece nuestra visión de la Histo-
abriera el candado de la caja sin romperlo); y has- ria de México porque al mostrarnos la historia
ta emocional (su prima Brenda, con quien se lleva- que la Abuela Elisa escribió de su vida cotidiana,
ba muy bien, la llamó “necrófila” y la hizo sufrir nos está relatando al mismo tiempo por qué se

24
tambaleaba el gobierno de Madero y cómo fue toma taxis, va y viene a donde quiere. Escribe,
que entramos a aquellos días --que Alfonso Reyes probablemente en una computadora, que no tiene
llamó “De Caín y de metralla”-- y que conocemos que guardar en un cajón de doble fondo o en una
como la Decena Trágica. Pero no fueron sólo diez bolsa secreta
días, sino toda una década convulsa que va de la de sus enaguas. Lee todo lo que quiere sin
Revolución maderista al Cuartelazo de felicistas, que nadie se lo censure. Puede viajar a Europa
huertistas, reyistas. Y de ahí a una guerra civil y a con su novio o amigo, sin que nadie le pregunte si
la guerra entre facciones de grupos revoluciona- en Italia tendrán dos habitaciones o compartirán
rios: carrancistas, villistas, obregonistas, zapatis- la misma.
tas, que se andaban peleando por todo el país. Por último quiero decirles que La vida ocul-
La historia que va escribiendo la abuela Eli- ta en la caja de nogal, que tan fácilmente se deja
sa, ocultándola de las miradas de su familia, nos leer por amena, ligera e interesantísima, le tomó
está relatando al mismo tiempo cómo vivía la es- a su autora varios años de estarla pensando y es-
posa y los cuatro hijos de un Teniente Coronel rí- cribiéndola en su cabeza; muchos meses de estar
gido, estricto y atrabiliario; cómo eran tratadas investigando y comprobando los datos históricos
las mujeres mientras los hombres se mataban en que aparecen en la novela; y otros tantos para es-
las calles alrededor de La Ciudadela; cómo era la cribirla y publicarla en esta hermosa y bien cuida-
ciudad de México hace cien años; cómo se vivía da edición de AMARCAFE. Por todo lo cual te doy
en las vecindades del ahora Centro Histórico; có- las gracias querida Amélie, me has regalado deli-
mo se educaba a los niños para que no supieran ciosas horas de lectura.
nada de lo que pasaba con los grandes mas que a Muchas gracias.
través de chismes o escuchando detrás de las
puertas; cómo era Nahui Ollin, cuando todavía no
era ni Nahui ni Ollin, sino solamente Carmen
Mondragón, hija de un temible general, entusias-
mada porque muy pronto se casaría con su novio
Manuel. Y, sobre todo, los problemas que todos
los días tenían que enfrentar las mujeres, felices o
infelices, para darles de comer a sus maridos y a
sus hijos, en una década en la que con frecuencia
había problemas de abasto y no era fácil conse-
guir los alimentos.
Por su parte, la historia que escribe su nie-
ta Eli, que abarca de 1992 a principios de 1994,
también nos habla de los avances políticos y socia-
les que tuvo nuestro país en esos ochenta años.
Nos encontramos ahora con una mujer que se ga-
na la vida como fotógrafa y que no tiene que es-
conderse de nadie para ir a comer al pequeño res-
taurante del cual es dueño un hombre que ella de-
sea. Eli camina sola por el centro histórico y se
toma una limonada en la Casa de los Azulejos, no
necesita ir acompañada. Es una mujer libre e inde-
pendiente. Se apasiona con la caja de nogal y se
dedica a investigar. Realiza muchas entrevistas,

25
LA DANZA DE LA
REALIDAD
PA LO M I TA S

Simus Freud

Alejandro Jodorowsky es un personaje cuyo trabajo ha dado la vuelta al mundo, cineasta de lo más pro-
fundo, versátil y con gran sentido espiritual, nos ha llevado de la mano por diferentes aventuras e histo-
rias, no sólo en pantalla grande sino en libros, historietas, hapennings, teatro y más. Primeramente reco-
nocido por su famosa película “El topo”, fue y es ícono de una época de artistas. También es conocido por
su encuentro con el escritor y chamán Carlos Castaneda, así como haber sido el creador de la Psicoma-
gia. Hombre incansable y con gran sentido del humor y la compasión, hace en su última película un pe-
queño viaje a su niñez en Tocopilla, provincia al norte de Chile, y nos invita a conocer su mundo y la vi-
sión que le fue compartida del mismo.
La cinta va de una infancia dura con la influencia de un padre severo, arquetipo de la persona que
no cree en lo divino sino en lo material, contraparte de su madre quien le alimentaba todo tipo de deta-
lles para el alma. En esta coproducción franco-mexicana, Brontis, hijo de Alejandro, es uno de los perso-

26
najes principales. En una paradoja, hace el papel de padre de Alejandro, su
propio abuelo. Siendo su séptima colaboración con su padre desde la pelí-
cula de El topo.
Ya hace unos años cuando veíamos por las redes sociales la presenta-
ción que hizo de su filme, video que hizo desnudo en la comodidad de su
casa y se hizo viral, afirmando que no deseaba hacer cine industrial en el
que ganara millones. Para él el cine es sagrado y tendría que perder dinero
para poder realizarlo; sería por medio de otros proyectos que lograría se-
guir haciendo cine, pero así estaría “creando algo que sería funcional para
los demás, que sirviera de algo, que tuviera un propósito”, en sus propias
palabras.
Sus producciones absurdas son la mera genialidad, son la locura, ele-
mento que buscamos y plasmamos aquí, por ello creímos conveniente invi-
tarles a ver esta pieza como primer película de esta sección. La danza de la
realidad, no sólo es una pieza de arte, como a las que acostumbra darnos
Jodorowsky, sino también es muestra de la irreverencia que uno debe te-
ner para el buen humor. Llegar al absurdo en circunstancias es indispensa-
ble para reconocernos y sanarnos a nosotros mismos, como bien se puede
apreciar en representación de metáforas a lo largo del filme.
La vida oculta en la caja
de nogal, Ediciones Amar-
café, 2013. Novela.

27
M I E R DA Y M U E R T E

BEYOND HERE LIES


NOTHIN’
Eduardo Medina Frías

“I'd come from a long ways off and had started a long ways down. But now
destiny was about to manifest itself. I felt like it was looking right at me and
nobody else..”
~ Bob Dylan      

Sucede una y otra vez en mi vida, que de pronto el nar (también los nuevos) y es en el recogimiento
corazón se siente desarraigado, el sentido desubi- en una voz característicamente desgarrada que
cado, la voluntad algo agotada, pero se redescu- descubro el hilo conductor que mantiene unida
bre el sendero a uno miso y el latido certero al mi- mi identidad y una vida que palpita con un cora-
rarse -como se mira uno en el espejo- en la textu- zón roto desde que la memoria es memoria y nace
ra, afectos y ritmos de una voz siempre presente frente a la luz de un atardecer próximo e irreme-
en este viaje, presencia constante, como las líneas diable. ¿Decepcionarme? Decepcionarme el mun-
blancas e intermitentes en medio de la carretera do cuando nací, lo demás es ahora fortuna y un
que sólo dicen: seguir, seguir, seguir; cruzando el sombrero nuevo de piel de leopardo; desde muy
asombro, en este sueño. Recuerdo no tener más pronto lo supe, esta carretera irá de escuchar un
de cinco años cuando mi madre solía poner sus cassette de Dylan manejando, de lanzarse frecuen-
viejos acetatos a girar mientras pintaba frente a temente a la carretera para tolerar la mierda que
su caballete, recuerdo tener catorce años cuando uno tiene que tragarse diario, y redescubrir así lo
me apropié de algunos de ellos y despreciaba que nos mantiene vivos: el asombro, el asombro,
otros, recuerdo hacerlos girar y sonar todos por el asombro; destino manifiesto: expresado en mí
igual cuando ella se encontraba en su cama con la en palabras y sonido; de esto irá esta columna
mirada perdida durante las últimas semanas de también. “…this land is your land & this land is
su vida, hacerla sonreír así; después el silencio. my land –sure- but the world is run by those that
Hoy en la misma casa de la infancia -tan callada y never listen to music anyway -“enthusiasm is mu-
en la oscuridad- esos viejos acetatos vuelven a so-

28
sic which needs a flashlight to be heard” so says permiten escuchemos cómo resonamos en el cam-
Plague”. po de lo real, -un buen texto nos permite escu-
Sí, mi corazón está roto, desde el momento en char resonancias inéditas o reconocer con ojos
que nací, irremediablemente roto, humano otra nuevos aquellas que nos llegan desde los bardos
vez. Peripecia, lo impensable, uno se asfixia en la de la antigüedad-, dichas resonancias habrán de
cuartilla, es lamentable ser objetivo, develar, tal vez, lo inédito por surgir en nosotros:
como cuando la filosofía se limita a comentar pun- lo real ya no una piedra superficie por penetrar,
tualmente una obra ajena, estar vivo es perder la sino una sinfonía en proceso –spiritus, respira-
imparcialidad, mentí sobre el Buddha, estoy bien ción- y el corazón gira a las distintas velocidades
conmigo mismo, hoy. Un texto que versa sobre el e intensidades de la misma; conocer es hacer mú-
rostro de otro autor debiese crear un rostro siem- sica, con cada inhalación y exhalación. Un texto
pre diferente, una tendencia heterodoxa, una pa- se valora por aquello a lo que incita y la intensi-
sión divergente, -Dylan, su música es siempre dad con que lo hace; en el vértigo angustioso de la
otra no porque él sea siempre otro, él es siempre rueda de la existencia, algo habrá de incitarnos

“…this land is your land & this land is my land –sure-


but the world is run by those that never listen to music
anyway -“enthusiasm is music which needs a flashlight to
be heard” so says Plague”.”

otro porque su música es siempre otra-. Seguir, -con el peso del dolor del mundo, a amar-; que las
seguir, seguir, todo excede el momento presente, palabras escritas sean una súplica al amor frente
la verdad: un viejo recorrido impuesto por pulsio- a toda descripción de la vorágine, es la mayor pro-
nes que desean conservar su poder al precio de testa. Algo ocurre, algo pasa, algo se transforma,
restringir la libertad de crear, crear no es asunto un misterio está gestándose en la tormenta que se
de conservar sino de devenir, de fuga, de la pro- avecina, alguien lanza una flecha y otro la recoge
pia transformación de un sujeto, de abandonar la para lanzarla en otra dirección; escribir es desen-
propia identidad hacia una promesa, la de una vi- cadenar, asunto ambicioso, pretencioso, lo sé, -el
da como un espectáculo de fuegos artificiales; voy sueño de Jean-Louis Lebris de Kérouac, y el de
a morir sí, muy pronto tal vez, sí, devenir en soni- Adeline Viginia Woolf, era que la escritura devi-
do y palabras en el camino, despedir mi vida en el niera en la línea del dibujo-poema chino, mencio-
bosque, maldiciendo el mundo, agradeciendo mi naba Deleuze-; escribir, ir al encuentro de otras
soledad bajo un cielo estrellado, agradeciendo el formas de existir, a travesar el horizonte hacia
amor. "Now's not the time to get silly, so wear una vida distinta, cruzando umbrales de intensi-
your big boots and jump on the garbage clowns." dad en la experiencia
Escribir, incidir sobre la vida, producir afectivida- cotidiana: en un mundo de mutismos y ausencias,
des antes que significados, crear conceptos, diluir la soledad se desvanece al escuchar, ¡panorámica-
otros, en donde el concepto poético es un acto del mente! Escritura bruja como medio para devenir
pensamiento que desencadena vibraciones que en cualquier otra cosa menos en escritores; afir-

29
mar la fragilidad, nunca ne-
garla, del lado más frágil de
cada quién surge su propio
estilo, libre del peso de lo he-
redado aparece su propio en-
canto, aquello que lo hace in-
sustituible y único, ahí el bal-
buceo que arrastra el lenguaje
hasta sus límites y lo libera
hacia nuevos conjuros; desper-
tar, la escritura deviene en vi-
da. Hay asuntos que se sostie-
nen permanentes en una vida
frente a su irremediable tran-
sitoriedad, la mayoría por há-
bito- toda la mierda del mun-
do y nuestros reiterados erro-
res en toda su infamia bastan
de ejemplo-, otras cosas se
sostienen en una profunda vo-
luntad frente a dicho hábito -y eso es el despertar:
la vida, para que sea vida, se debe vivir-, y en ese
vivir sostener en la voluntad, ciertas antorchas, co-
mo la del amor, como la de la amistad, como la del
arte, como la memoria –¡recuerda, recuerda!-: Bar-
do, poesía y transición, cuando muera me converti-
ré en un atardecer, mi mirada fija en el gran sol
carmesí frente a mí se vuelve ese mismo sol, el ho-
rizonte de una promesa cumplida en esta vida,
unas cuantas aves volando en contra de la parvada
toman refugio frente a la noche del mundo. El lati-
do del corazón, seguir, seguir, seguir, el flujo de la
carne, mi tacto se volverá la escritura de un golpe-
tear de las teclas de un piano que habrá de sobrevi-
virme, como sobrevivió a la abuela y a la madre;
este mundo de corazones rotos habrá de sobrevi-
virnos y habremos de volver a él, como el eco de
nuestros actos, como el eco de la inflexión de una
voz, áspera, ya gastada, reinventándonos otra vez,
entre la tensión de los opuestos, lo que se sostiene,
lo que irremediablemente de las manos se nos va.
Escribir es una antorcha, como el amor. “Beyond
here lies nothin’, Nothin' we can call our own. Be-
yond here lies nothin', Nothin' done and nothin'
said”.

30
ESCRIBE

HENRY MILLER
Henry Miller (1891-1980) es uno de los autores que, quizá sin proponérselo, más hicieron por el triunfo
de la libertad de expresión en literatura y por la distinción entre los juicios morales y los juicios estéticos.
Tras su paso por el City College de Nueva York y después de aceptar los empleos más diversos, en 1930
se estableció en París, donde se dedicó de lleno a la creación literaria y llevó una vida independiente y an-
ticonvencional que lo convirtió en el ejemplo más conocido de bohemia moderna y en un modelo para la
beat generation (Burroughs, Kerouac, Ginsberg...) y para autores como Bukowski o Norman Mailer.

Este es el plan de trabajo que esbozó Henry Miller cuando empezó a escribir Trópico de Cáncer. Su efica-
cia está probada, ya que dio como resultado una de las grandes obras de la literatura universal:

31
1. Trabaja en algo hasta que termines.
2. No empieces nuevos libros, no agregues material nuevo a Black
Spring.
3. No seas nervioso. Trabaja con calma, alegría, imprudencia o lo
que sea que tengas a mano.
4. Trabaja de acuerdo al Programa, no a tu estado de ánimo. ¡Deten-
te en el momento señalado!
5. Cuando no puedes crear, no puedes trabajar.
6. Consolida un poco cada día, en vez de agregar nuevos fertilizan-
tes.
7. ¡Mantente humano! Visita personas, ve a lugares, bebe si te ape-
tece.
8. ¡No seas un caballo de tiro! Trabaja únicamente por placer.
9. Descarta el Programa cuando lo desees —pero vuelve a él al día
siguiente. Concéntrate. Afina. Excluye.
10. Olvida los libros que quieres escribir. Piensa únicamente en el
libro que estás escribiendo.
11. Escribe, antes que nada y siempre. La pintura, la música, los ami-
gos, el cine: todo eso viene después.

El Programa al que se refiere Miller en la lista anterior es el que sigue:

MAÑANA
• Si estás atontado, escribe algunas notas como estímulo.
• Si estás en plena forma, escribe.

Nota: Deja tiempo


MEDIODÍA
suficiente durante el
• Trabaja en la sección en curso, siguiendo su plan escrupulosamente.
día para hacer una
Sin intrusiones, sin desviaciones. Escribe para terminar una sección
visita ocasional a los
de cada vez, para bien del conjunto.
museos, un boceto

ocasional o una vuel-
ta ocasional en bici- TARDE
cleta. Bosqueja en ca- • Ve amigos. Lee en cafés.
fés, trenes y calles. • Explora zonas poco familiares —a pie si el tiempo es húmedo, en bici-
¡Deja las películas! cleta si es seco.
Ve a la biblioteca pa- • Escribe, si estás de ánimo, pero solo sobre el programa menor.
• Pinta si te encuentras vacío o cansado.
ra buscar referencias
• Toma notas. Haz esquemas, planes. Corrige el manuscrito.
una vez por semana.

32
SIN
DESODORANTE

NO ERA PENAL
Eran los octavos de final de la Copa Mundial de Futbol disputada en Brasil 2014. El 29 de
junio en el Estadio Castelao de Fortaleza, la temperatura era marcada como las más alta del
torneo, 29º C, con un factor de humedad del 68%, es decir... (falta)

33
PORNO ELÉCTRICO

SIMONKEY O SIMUS FREUD

Julio Cesar Medellín

“No puedo evitar pensar que en algún lugar del universo tiene que haber algo
mejor que el ser humano. Tiene que haberlo.”
~ Planeta de los Simios          

Estimados lectores, les damos la bienvenida a es- ciedad “moderna” o si se prefiere: tecnológica. El
ta sección. Probablemente se preguntarán ¿Qué tiempo, el espacio, la simultaneidad, la conscien-
es el porno eléctrico? A qué me refiero con ello, cia digital, el futuro y pasado que convergen en el
¿es acaso una vulgaridad sexualmente textual? Lo presente impregnando en todo momento nuestra
es, ciertamente; pero no sólo es un abuso para tus humanidad para ser partícipe (voyeur) de un or-
ojos, sino que será un desfloramiento en diferen- gasmo que puede ser eléctrico, por la mera ima-
tes emociones y sensaciones, todas combinadas: gen pornográfica vista en internet o por un gran
amor, romance, acción, ilusión, ternura, traición, dildo de baterías. Dar la viveza en nuestras cabe-
negación, compasión, terror…sí, hasta terror se- zas a películas, series, música con sonidos sexua-
xual. Llegaremos a los confines de toda aquella les, narraciones poéticas o novelas eróticas dirigi-
percepción que gira en las situaciones íntimas y das a nuestra pelvis para dejar nuestros vellos eri-
recónditas de nuestro cuerpo y psique. El concep- zados con esa electricidad, como si fuesen ante-
to va desde la sensación que atraviesa nuestro nas. O encontrarnos identificados en eso que hace-
ser, del alma que florece en la piel, hasta la maqui- mos habitualmente al jugar en mensajes en nues-
naria más absurda que pueda provocarnos un or- tro chat: el sexteo (texteo (acto de escribir) + sexo
gasmo, que para nosotros muchas veces es más = sexteo = escribir sexualmente. Sexting, en in-
una máquina de escribir que la mera idea de un glés) jerga y slag que da un matiz exacto de nues-
artefacto diseñado para dar placer. tro ánimo sexual a través de nuestros teléfonos,
No siendo suficiente para mí lo arriba men- computadores y tabletas. Es así, pues, como nos
cionado, pienso que incluir una variedad de ar- sumergiremos en un mundo lleno de erotismo y
mas (conceptos y palabras) en nuestra literatura romance trepidante.
es indispensable para hacer más real nuestra so-

34
Ficción futurística, ficción en la amplitud Márquez deleitándonos con la inocencia del amor
de la palabra, porque también aparecen fantas- eterno y puro, y Paz dándonos clases de tantra y
mas del pasado, que día a día se van desabotonan- el Tao del amor en un festín de paisajes y cátedras
do para desnudar la ciencia ficción haciéndola pal- acerca del funcionamiento del hombre en la socie-
pable; hasta el punto de la singularidad que posee- dad; Jodorowsky platicándonos sus sueños eróti-
rán las máquinas, la inteligencia artificial. Desde cos con mujeres pantera y Coopola haciéndonos
luego, nuestro tema dentro de esos saltos cuánti- ver que los monstruos son monstruos porque
cos a pasados y futuros, es el tema del amor, del aman. Mientras K. Dick y Asimov nos hacen ver
sexo, de las traiciones, de la fidelidad, de la evolu- que el amor en los robots puede existir. Así, todo
ción. Que siempre termina siendo una búsqueda cuanto leemos es un banquete contado sexual-
interna para curar todos los males, para llegar a mente, que rompe nuestra virginidad de pensa-
algún lado, para apagar todo y sentirnos en el mientos y juicios, de posibilidades en el ser. Y
vientre materno. Para ser nada o todo, porque nuestra historia –que puede ser la de cualquier

“Como escribir es desnudar el alma, nuestro ejercicio má-


gico será escribir o leer desnudos frente a la computadora,
libro, tableta, no teniendo nada por perder.”

hay quienes no gustamos de las medias tintas. vagabundo excitado mirando revistas pornográfi-
No es intención hablar acerca del amor, pe- cas en los puestos de la esquina– puede estar for-
ro tenemos que pasar a través de él para todo tipo mada de puro suicidio en el intento de morir una
de encuentros, porque la vida gira entorno a la y otra vez en el desflore, en la idea de saberse par-
cantidad de afecto que uno tenga por tal o cual te de miles de historias ya antes vividas a través
objeto de deseo. El sentido del amor ha cambiado del amor y del sexo ¿Qué mayor belleza que eso?
tanto como la expresión del mismo, como el len- Perder la virginidad por vez primera con el
guaje, como la exposición de sí mismo a los de- verdadero amor de una historia que sólo tú refle-
más. Somos víctimas de la manera de cómo nos jas en tu imaginación, con un poema, con el per-
hablamos a nosotros mismos. Podemos ultrajar- fecto personaje que describe perfectamente todo
nos, amarnos o darnos atole con el dedo, si bien cuanto deseas en tu contraparte. En la historia,
lo queremos. En el amor sucede todo ello, todo en en la nada del cerebelo, el espacio inmenso de
un tiempo respectivo, con una intensidad específi- creación, donde sólo hace falta una semilla que
ca en medida de la experiencia asimilada. tarde o temprano germinará en eyaculación, semi-
Expresarse en formas romances es toda lla de la semilla, creación eterna. Lo que proviene
una paradoja cuando hay una bestia queriendo de una cosa da nacimiento a otra eternamente.
salir de nuestro cuerpo. Ahí tenemos a Sade que- Todo es orgasmo y juguete sexual porque la repro-
riendo darnos de su propio amor, de su propia ducción –o su intento– es indispensable e inevita-
consideración pagana y burlesca, llena de verdad ble. Las masturbaciones por teléfono cuando lees
y sabor. A Baudelaire matándonos pacientemente un poema lujurioso, mientras se dicen te amos y
con su calvario, con fetiche macabro. Tenemos a terminar el poema después del orgasmo, es una

35
muestra de mente abierta, de sano juicio y aceptación de realidad en dife-
Lorem ipsum dolor rentes niveles: es disfrute de la historia.
sit amet, ligula sus- Como escribir es desnudar el alma, nuestro ejercicio mágico será es-
pendisse nulla pre- cribir o leer desnudos frente a la computadora, libro, tableta, no teniendo
tium, rhoncus tem- nada por perder. No queremos aburrirles con la definición y etimología de
por placerat fermen- las palabras que conforman tal concepto porque estamos en un acto flexi-
ble pero… está bien, pequeños bribonzuelos. Dejaré esto por aquí y me mar-
tum, enim integer ad
charé lentamente:
vestibulum volutpat.
pornografía.
Nisl rhoncus turpis
(De pornógrafo).
est, vel elit.
1. f. Carácter obsceno de obras literarias o artísticas.
2. f. Obra literaria o artística de este carácter.
3. f. Tratado acerca de la prostitución.

Cuya etimología es muy graciosa ya que viene del griego πόρνη


(pórnē = prostituta), femenino del πορνό (porno) como le llamaban a los
rufianes en Grecia y cuya raíz viene de πέρvηµ‫( ו‬pernami = vender) porque
los “rufianes” solían ser esclavos así como las prostitutas solían ser escla-
vas.
eléctrico, ca.
(Del lat. electrum, y este del gr. ἤλεκτρον, ámbar).
1. adj. Que tiene o comunica electricidad.
2. adj. Que funciona mediante ella.
3. adj. Perteneciente o relativo a la electricidad.
4. m. coloq. El Salv. Hueso del codo que, al ser golpeado, produce
una sensación de corriente eléctrica.

Bienvenidos a esta aventura con nosotros. Queremos que dejen la


marca de la última lectura en la tableta para irse a dormir con gusto, por-
que han saciado su mente de imágenes perfectas, de nuevas perspectivas,
mismas que elucubrarán para ustedes la mejor de las epopeyas, donde sal-
van al mundo y se quedan con la doncella o príncipe, o donde son la vícti-
ma ultrajada por el tirano, pues hay quienes gustan del dolor.

Julio Cesar Medellín, auspiciosamente nacido en el Distrito Federal. Estudió Ciencias y Técnicas
de la Comunicación en el Centro de Ciencias de la Comunicación y en la Universidad del Tepeyac.
Con su gran talento ha trabajado como guionista y ha sido Proyect Manajer para televisión nacio-
nal y productoras independientes. También, ha sido Coordinador, Desarrollador y Administrador
de Contenidos en la Sociedad de Autores y Compositores de México. Y, en su gran sapiencia, ha da-
do a luz a las novelas El toque de la bestia, Ucronía de un amor y el poemario Esclavos del pasado.
Algunas revistas como La Pluma del Ganso, 84 mil, palabras que despiertan y Spanish Developers
Comunity, han tenido la oportunidad de publicarle. Le gusta el café cargado.

36
E L B O R R A D O R D E L A V I DA

MIS 11 ERRORES FAVORITOS

Toby Castrejón

“Cometer un error y no corregirlo es otro error.”


~ Confucio        

Hace tiempo comencé una lista de la tantas que acostumbro lle-


nar en mis libretas, en ella escribí los errores que había cometido
en mi vida hasta ahora, con la única condición de que fueran erro-
res de los que hubiera aprendido algo, de lo contrario aún no ha-
brían madurado para cumplir su función. La lista rebasa ya los
100 y creo seguirá creciendo y creciendo, pues no tiene nada de
malo equivocarse, el problema reside en no aprender nada de
ellos. Particularmente no me gusta llamarle “errores”, mejor diga-
mos que son "lecciones rudas".
 
Aquí les comparto 11 de ellas:
(Fueron renumeradas para esta publicación, ya que están
desordenadas dentro de la lista de más de 100)
 
1. Estudiar una carrera "decente", una de esas que
dejan dinero.
Pertenezco a esa generación en la que nos enseñaron que
teníamos que estudiar algo de lo que fuéramos a vivir y luego, ten-
dríamos tiempo de hacer las cosas que nos gustan. Esto desato
tanta frustración en nuestra generación, pocos se dedican en ver-
dad a lo que les apasiona, otros tantos no saben ni que paso, o co-
mo acabaron atrás de ese escritorio que más que lugar de trabajo
parece sentencia de muerte. Me costo trabajo incluso pase por va-

37
rias carreras, pero se puede vivir de lo que te gus-  
ta, solo debes volverte el mejor o lo más cercano a 5. A las mujeres no hay que enten-
ello. derlas, solo hay que quererlas.
  Me creí esa mentira, creo que quienes apo-
  yan esta frase, tienen pereza por conocer a las mu-
2. La vida perfecta es casarse, te- jeres, prefieren no entrar en tantas complicacio-
ner hijos y un trabajo estable. nes y listo. Tantos años desperdicie diciendo: solo
Bueno para muchos lo es y no tengo nada quiérelas, quiérelas y quiérelas, cuando te hartes,
contra ellos, pero para mí nunca lo fue, no tuve vuelve a quererlas, hasta darme cuenta lo poco
suficiente con creer que ese tipo de vida me basta- que sabía de las mujeres; hace ya algún tiempo
ría, poco a poco muchos divorcios de gente cerca- me preocupe por llegar más allá, por tratar enten-
na, amigos y conocidos, fueron rodeando mi vida, der los mensajes subliminales que nos dicen en-
lo que me hizo entender que quizá ese no era el tre líneas, por reconocer sus tipos de miradas y su
camino correcto, aunque por un largo tiempo em- variedad infinita de estados de ánimos, hasta po-
pecé a creer que sí. Muchos hace esta hazaña, no co a poco disfrutar como pasan de uno a otro co-
convencidos por ellos mismos, sino por una socie- mo si fuera una sinfonía. Solo escúchalas, puedes
dad que les grita hazlo de una vez, todos lo hemos aprender mucho.
hecho, ya estás en edad, no te vayas a quedar.  
Todo llega en el momento preciso y de la 6. Nunca cambies, (te quiero cho-
manera precisa en la que nos debe de ocurrir, ya rros, vales mil).
no corro, siempre hay tiempo. Esto me escribían en los anuarios, la gente
  que quería, una frase muy trillada de nuestra ge-
3. Deja esos hobbies que no te de- neración y cuando reaccione, creo que era la peor
jan nada bueno. sentencia que podías desearle a alguien.
Si la gente que no tiene hobbies, supiera lo Cambia! Claro, cambia cuanto sea necesa-
confortante que es tener algo que te salve de la rio, niégate, reinvéntate, transfórmate, pero por
locura, todos tendrían uno, o varios. favor, no sigas siendo siempre el mismo, evolucio-
Quizá algún día tengas la suerte que tuve na.
yo, que permitió que uno de mis hobbies, el que  
más me apasionaba, se volviera mi forma de vida. 7. No saber decir “NO”
No abandones tus sueños, solo porque alguien En todos los años que pase en oficinas co-
que se rindió, quiere que le hagas compañía. mo entrenador, trabajando con gerentes y directo-
  res, nunca me di cuenta que yo también estuve
4. Un chocolatito no hace daño. enfermo de lo mismo, no saber decir “NO”, es tan
Uy esta mentira me la creí mil veces, es sencillo, dos letra, una consonante seguida de
más creo que me la creí durante más de 120 kilos una vocal, no tiene una pronunciación difícil, pe-
y claro con una sociedad que te dice que puedes ro nos puede salvar de tantos problema, pero no,
ser un gordo feliz, vaya excusa, era difícil encon- preferimos decir, déjame checarlo, ahorita lo revi-
trar ropa con tantos kilos de felicidad en mí, has- samos, vamos a ver, chance si chance no, a lo me-
ta que vas a USA y te das cuenta que allá existen jor se podría, etc. ¿Sabes que entienden los jefes
tallas más grandes, para gente con tanta felicidad cuando dices cualquiera de esas frases? ¿No? Pa-
como tú, pero dejando fuera el lado estético, por ra ellos significa que lo vas a hacer y urgentemen-
salud, un chocolatito más, un mazapán más, no te, así que aprende que decir “NO”, no es negati-
hacen daño, pero que me repitiera más de 10 ve- vo, ni positivo, simplemente es ser sinceros en
ces al día, sí.  nuestra capacidad de hacer algo.

38
 
Lorem ipsum dolor 8. Ahoritita
sit amet, ligula sus- Si la Real Academia Española, incluyera esta palabra en el dicciona-
pendisse nulla pre- rio, vendría la foto de un mexicano, en su disfraz de Godínez, esa extraña
tium, rhoncus tem- unidad de medida de tiempo, de la que también fui esclavo, podía abarcar
por placerat fermen- desde unos segundos, hasta días o más, mucho más, tenemos miedo de dar
tiempo exactos y claro eso es comprometernos con fechas de entrega, pero
tum, enim integer ad
un día por fin entendí, que solo comprometiéndote terminaras lo que empe-
vestibulum volutpat.
zaste.
Nisl rhoncus turpis
 
est, vel elit.
9. Buscar la perfección
Sigo y sigo aprendiendo de este punto, México tiene gente extrema-
damente talentosa, pero también extremadamente temerosa al éxito, creer
que no somos lo suficientemente buenos o que aún no estamos listos, es el
primer paso para el autosabotaje, debemos aprender que los que hacemos,
lo que creamos, es tan bueno como nuestras capacidades nos permitieron
en ese momento. Claro que aprendemos, mejoramos y seguiremos crecien-
do, pero nunca pasara sino salimos del capullo, la perfección no existe, pe-
ro siempre puedes dar tu máximo esfuerzo para hacerlo tan bien como te
sea posible cada ocasión y eso debe ser suficiente. Además podrías lograr
transformar esa insatisfacción, en un motor de creación, yo lo uso seguido.
 
  10. Ponerme cómodo
El miedo tiene muchos disfraces y uno de ellos se llama comodidad,
viene acompañado de: “dejar de exigirse”, junto con el famoso, “esto es sufi-
ciente” y nunca sin dejar atrás el, “pues ya hice más que los demás”. Cada
que te exijas más, descubrirás que no conocías tus límites, que siempre po-
demos alcanzar metas más altas, pero compararte, puede consolarte o sabo-
tearte falsamente, no te detengas y sigue y sigue y sigue…
 
11. Un final feliz, como en los cuentos de Disney
Espero no ser el único que por mucho tiempo se consoló creyendo
que el final sería lo mejor y por eso valía la pena soportar todo, sufrir e in-
cluso adoptar el papel de mártir, por un buen tiempo lo hice, hasta que un
día me cuestione ¿Cuándo llegara ese final? ¿Por qué esperar un final feliz?
Se puede tener mejor, una vida feliz. Que cada día sea siempre el último,
siéntete orgulloso cada noche antes de dormir de todo lo que hiciste y si
vuelves a despertar, es un regalo, una oportunidad de sumar un día más
del que te sientas orgullos al libro de tu vida.
Espero hayan encontrado en estas once lecciones rudas, algo que les
sea de utilidad o que por lo menos los haya hecho cuestionarse un par de
cosas, ¿Porque no haces tu propia lista? Siempre habrá cosas que podamos
aprender en zapatos ajenos. AUuuuuuuuuuuuuuuuuu…!
 

39
EL ARTIFICIO DE L A ESCRITURA

FALL

Santiago Daydí-Tolson

Otoño es, yo diría, el mejor período del año. Días como hoy, este primer do-
mingo de noviembre, lo convencen a uno de la excelencia de esta estación. Al-
go hay en su lento avanzar hacia el invierno que nos afecta de un modo inex-
presable, algo que conmueve y tranquiliza. Algo que a la vez nos exalta y nos
calma. Nuestro sistema se trastorna al extremo de alcanzar, sin saber cómo ni
por qué, los estados más intensos de lo espiritual. Se diría que tiene esta luz de
noviembre un fulgor de trascendencia, que la quietud del aire tiene el vibrar
profundo de lo numinoso y que las cosas participan de un estar contemplativo.
Y todo esto por que el eje de la tierra se ha inclinado una vez más según
un ritmo y una ley que pensamos inviolables. Año a año vuelve el otoño y siem-
pre el mismo de otras veces. Contamos con su vuelta y lo recibimos y acepta-
mos como un bien indisputable, un derecho y un don que nos otorga nuestro
estar en el tiempo. Ese mismo tiempo que nos dice que aunque siga el orbe en
su girar interminable, para cada uno de nosotros habrá un último otoño, el im-
predecible otoño de nuestra última exaltada ilusión de lo trascendente.

Santiago Daydí-Tolson (Chile, 1943), ha vivido en los Estados Unidos desde la década de los sesen-
ta. Recibió en 1973 el Doctorado en Filosofía y Letras por la Universidad de Kansas y actualmente, des-
pués de enseñar en las universidades de Fordham, Virginia y Wisconsin-Milwaukee —de la que es pro-
fesor emérito—, es catedrático de literaturas hispánicas en la Universidad de Texas en San Antonio. Ha
publicado en su campo de especialización, pero a pesar de haber escrito poesía desde que tiene memo-
ria ha publicado poco o casi nada de su obra lírica. La lira de la ira, próximo a aparecer publicado por
Bilingual Press, recoge una selección de poemas en español e inglés de varios volúmenes inéditos

40
Ñ

CAMBIO DE CANAL

Usaba la televisión como una ventana al abis-
mo. Llegaba después del trabajo con ganas de
olvidarlo todo, el papeleo en la oficina y la ru-
tina en ello, el tráfico de regreso a casa y el
tedio en él, la falta de esperanza y el hastío en
ella. Esa noche, como todas, tomó el control,
encendió la televisión pero esta vez saltó.

Rodolfo Orozco E. B., nació en Guadalajara,


Jalisco el 17 de febrero de 1971. Autor en el libro
colectivo Hecho a breve y de Lo que duden las pa-
labras, de la serie La ronda de los solos del taller
literario Al gravitar rotando.

41
42
Ñ

NO SÉ POR QUÉ ESTOY TAN GORDA

Tengo orgasmos con la comida. Mmmmm. Siempre hago ese ruidito desagrada-
ble. Cuento las calorías de todo. Analizo las raciones del día. No sé por qué es-
toy gorda. Agarré una manzana, creo que trae un gusano. Nunca me han cogi-
do, pero debe ser tan placentero como cuando como. Supongo. Estoy enamora-
da de mi jefa. Creo que es asexual. El cabello le brilla, debe ser el sebo. No sé
por qué estoy gorda. Me como una toronja en la mañana. A mediodía una man-
zana y después pescado a la plancha con ensalada verde. No sé por qué estoy
gorda. Me como una toronja en la mañana, galletas y un poco de pastel. A me-
diodía una manzana y un par de papitas. Más tarde encargo pescado a la plan-
cha con ensalada verde, aderezo y pan; de postre un chocolate. Mmmmm. Nun-
ca me han cogido, pero debe ser tan placentero como cuando como. Supongo.

Karen Martínez no tiene semblanza, tam-


poco es fotogénica. Tal vez en su segunda
vida sepa explicar quién es.

43
Ñ

NO SÉ POR QUÉ ESTOY TAN GORDA

Tengo orgasmos con la comida. Mmmmm. Siempre hago ese ruidito desagrada-
ble. Cuento las calorías de todo. Analizo las raciones del día. No sé por qué es-
toy gorda. Agarré una manzana, creo que trae un gusano. Nunca me han cogi-
do, pero debe ser tan placentero como cuando como. Supongo. Estoy enamora-
da de mi jefa. Creo que es asexual. El cabello le brilla, debe ser el sebo. No sé
por qué estoy gorda. Me como una toronja en la mañana. A mediodía una man-
zana y después pescado a la plancha con ensalada verde. No sé por qué estoy
gorda. Me como una toronja en la mañana, galletas y un poco de pastel. A me-
diodía una manzana y un par de papitas. Más tarde encargo pescado a la plan-
cha con ensalada verde, aderezo y pan; de postre un chocolate. Mmmmm. Nun-
ca me han cogido, pero debe ser tan placentero como cuando como. Supongo.

Karen Martínez no tiene semblanza, tam-


poco es fotogénica. Tal vez en su segunda
vida sepa explicar quién es.

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LÍRICA

LOS CAMINOS DE LA VIDA

Héctor Ochoa Cárdenas

Los caminos de la vida,


no son los que yo esperaba,
no son los que yo creía,
no son los que imaginaba.

Los caminos de la vida,


son muy difíciles de andarlos,
difíciles de caminarlos,
y no encuentro la salida.

Yo pensaba que la vida era distinta


cuando era chiquitito yo creía
que las cosas eran fácil como ayer
que mi madre preocupada se esmeraba
por darme todo lo que necesitaba
y me doy cuenta que tanto así no es.

porque a mi madre la veo cansada


de trabajar por mi hermano y por mí
y ahora con ganas quisiera ayudarla
y por ella la peleo hasta el fin
por ella lucharé hasta que me muera
y por ella no me quiero morir
tampoco que se me muera mi vieja
pero yo sé que el destino es así.

45
C U E N TO

ATADURAS

Amélie Olaiz
Últimamente no llueve por aquí y el polvo se junta sobre los sentimientos
entumidos. Ayer bajé a la ciudad. Hace meses que no lo hacía porque el tra-
bajo ha aumentado y el poco tiempo que me queda libre lo uso para escri-
bir.
Bajé porque me mandaron llamar de la escuela. La maestra sabe que
soy cuenta cuentos y quería que leyera uno durante el festival del libro. Lle-
vaba dos bajo el brazo; uno tuyo y uno mío. Seguro adivinarás cuáles.
Caminé por una calle paralela a la principal, mi ánimo no estaba pa-
ra el barullo propio de la ciudad. Además últimamente se ha llenado de ex-
tranjeros y gente rara que usa objetos estrafalarios y máscaras sin chiste. A
veces siento que ya no conozco a nadie por aquí. El humor de los nuevos po-
bladores no me causa gracia, ni encuentro diversión en leer los letreros que
cuelgan afuera de sus casas para que sepamos quiénes son. No es lo mismo
que cuando iba tomada de tu brazo y comentábamos las locas ideas de uno
y otro, o el arribo de algún invasor con nombre novedoso, que en el fondo,
sabíamos, era una antigüedad de pueblo. Recordé aquellos tiempos y una
lágrima rodó marcando una línea en mi cara de polvorón. Supe que te te-
nías que ir antes de que lo hicieras. Y aunque te extrañaba mucho, sabía
que una dosis de lejanía le sentaría bien a nuestros arcones que rebosan de
un cariño que pide tocarse.
Iba tan ensimismada en tu recuerdo que me tropecé con las evocacio-
nes. Por lo menos eso sentí en aquel momento. Rodé por el terregal un par
de metros, pero me levanté rápidamente. No vi nada concreto que me hubie-
se hecho caer, pero tampoco me detuve a investigar demasiado, cuando uno
va de prisa no tiene tiempo para sutilezas. Mi abuela decía que caerse resul-
ta humillante, por eso es mejor reponerse rápido para seguir la marcha, ano-
tar el incidente en la memoria profunda y a otro asunto. Así el cuerpo solito
se va a acostumbrando a superar las caídas.

46
Llegué a la escuela tarde, raspada y llena —¿Puedo?—preguntó sonrojándose un po-
de polvo. La maestra me hizo una mueca de desa- co.
grado, pero los niños me recibieron con un escán- Asentí con la cabeza. Juntó dedo pulgar e
dalo a la medida de mi facha, a ellos no les impor- índice y tomo algo del aire, justo a la altura de mi
tan esas cosas de la etiqueta y la pulcritud. seno izquierdo, y dio un tirón firme y fuerte. Sentí
Al iniciar mi voz temblaba, eso siempre me un vuelco en el corazón. Era el hilo invisible.
pasa cuando tengo un público al frente. Elena, Le di un beso tronado que se limpió de in-
que da muchas conferencias, dice que ese nervio- mediato con la manga de la camisa y me despedí
sismo genera expectativa en los escuchas y hace rápido del grupo, no tenía tiempo que perder. Ha-
el discurso más emocionante. Desde que me lo bía tomado conciencia de mi situación: estaba uni-
dijo ese instante tiene otro matiz y hasta lo disfru- da con un hilo invisible. Salí a la calle y caminé
to. Cuando tomé vuelo leí los cuentos haciendo por la avenida central, hasta llegar al final del ca-
aspavientos con las manos, me movía con la li- mino. El trayecto no fue fácil porque al hilo, cons-
viandad de quien acostumbra trabajar sobre nu- ciente de que ahora lo notaba, le dio por jalarme
bes y simulando que atrapaba estrellas hice voces con demasiada fuerza, además se había enredado
diversas. Les gustó mi cuento, pero los hice feli- a un montón de objetos que tuve que ir librando
ces con el tuyo. Al final les dije tu nombre. Uno de hasta llegar a la cima de la hondonada que prece-
los niños se acercó con intención de hablar en pri- de la entrada a la ciudad.
vado. Me puse en cuclillas para que nuestras cabe- Desde ahí te vi venir con la madeja invisi-
zas quedaran a la misma altura. Con el dedo índi- ble en las manos y el extremo opuesto atado a tu
ce señaló algo sobre mi pecho, incliné la cabeza corazón.
pero de nuevo no vi nada.

Amélie Olaiz, nació en León Guanajuato, México. Es licenciada en Diseño gráfico por la UIA, cur-
só la maestría de Diseño industrial en la UNAM y un Diplomado de creatividad en la UIA. Ha sido
docente de la UIA y de la UIC. Es tallerista de minificción en la Marina de Ficticia.

47
E L PA JA R I TO

48
SEMILL AS DEL MAL

CITATION X-11
Mauricio González

Te dejo manejar porque no me quiero hacer responsable


vas lo más rápido posible sin cinturón de seguridad
cambias las velocidades sin clutch, todo de oído
te le cierras a los autobuses y rebasas por la derecha
yo de copiloto sumido en horror y euforia me quedo callado
porque llené el tanque, te abrí la puerta y te di las llaves
Ya estás harto y me ordenas manejar
después de que el radiador escupe vapor
desgarrar la lámina y arrancarle la defensa
manejar sobre el pasto de los parques
arrollar mascotas de ancianos
de atropellar peatones con bebés
Me regresas el control y no respingo
Aunque el estallido del retrovisor me haya cortado la cara
Aunque el choque en el costado me haya dislocado el hombro
Aunque me arrepienta de haberte dado el volante para destrozarlo todo
Pero no quiero quedarme estacionado.

Mauricio González Álvarez, abril 1 de 1979. Graduado del Diplomado en Creación Literaria de
SOGEM en 2008, autor del programa “Muñeca de cabaret, la música de The Dresden Dolls” trans-
mitido por Radio Educación y autor de “El mercader de rostros” incluido en la antología Después
del Azar de Editorial Eón. Colaborador con Fernanda Tapia en Radioactivo de 1999 a 2003 y White
Wolf Publishing Inc. de 1999 a 2007. Creyente a pies juntillas de que la fábula “La hormiga y la ci-
garra” de Esopo es una división veraz de caracteres humanos.

49
NO SÉ POR QUÉ ESTOY TAN GORDA

Tengo orgasmos con la comida. Mmmmm. Siempre hago ese ruidito desagradable. Cuento las calorías de
todo. Analizo las raciones del día. No sé por qué estoy gorda. Agarré una manzana, creo que trae un gusa-
no. Nunca me han cogido, pero debe ser tan placentero como cuando como. Supongo. Estoy enamorada
de mi jefa. Creo que es asexual. El cabello le brilla, debe ser el sebo. No sé por qué estoy gorda. Me como
una toronja en la mañana. A mediodía una manzana y después pescado a la plancha con ensalada verde.
No sé por qué estoy gorda. Me como una toronja en la mañana, galletas y un poco de pastel. A mediodía
una manzana y un par de papitas. Más tarde encargo pescado a la plancha con ensalada verde, aderezo y
pan; de postre un chocolate. Mmmmm. Nunca me han cogido, pero debe ser tan placentero como cuan-
do como. Supongo.

50
SEMILL AS DEL MAL

CASA
Alfredo Ávalos
“No es para quedarnos en casa que hacemos una casa.”
~ Juan Gelman

Mi casa se erige sobre el despojo;


antes de ser mi casa fue hogar de otros.
Mi casa es duda y esperanza,
una de cal y otra de arena.

Mi casa fue guarida del viento,


abrevadero de coyotes,
refugio de conejos,
nido de serpientes.

Mi casa es Pangea,
isla al borde del precipicio.
A veces noctiluca de asfalto,
a veces un hueco en el código postal.

Mi casa es vecina de la casa donde se gesta la Revolución.


Mi casa es el nudo ciego de la soga.
No tiene herida de bala, pero sangra
y exhibe cicatriz como tatuaje de marinero.

A veces, mi casa engulle como boa,


otras da a luz.
Mi casa se abre al forastero, al paria,
al desahuciado del amor.

Esta casa quedará yo me habré ido.

51
SEMILL AS DEL MAL

TRES POEMAS INÉDITOS


Octavio Quintanilla

AUTORRETRATO

Conozco bien la fisonomía del verdugo


la he dibujado
sueño con ella.

Me busca en los camiones.
Me vigila en la pecera húmeda de cumbia.
A veces me le pierdo en el hedor del metro.
Por si acaso me quiere robar,
siempre ando con los bolsillos vacíos.

En la cartera,

sólo tengo una foto de mí mismo

para no olvidar

quién fui.

52
HUECO QUE QUEDA
EN EL CUERPO
CUANDO SE VA
LA LUZ
Imagino a mi padre muerto.
 Le pido que abra la boca.

Días después de enterrarlo, llega
 Confiesa, le digo.

al pie de mi cama con el cuerpo
 Ya estas aquí con los dedos encendidos.
de otro hombre.
 Dibuja en el aire negro el trapo

En la oscuridad no puedo verle la cara,
 con el que te limpié

pero sé que es él,
 la sangre de la cara.

sé que es su mano la que toca mi mano,
 Cuéntame de tu nueva patria.
su aliento lo que lame mis rodillas
 Dime, ¿por qué has cruzado

como ola salada.
 la frontera de los vivos?

Quiero prender la luz
 ¿A qué le temes?

pero, ¿para qué?
 Ya has de saber que los nombres de los olvidados
¿Para qué abrir los ojos?
 están hechos de viento.
Me lo imagino vistiendo la piel
 De viento estás hecho, y llegas desde el mar

del vecino que murió
 a tocarnos la puerta,

algunos meses antes que él.
 a recordarnos,
Me lo imagino con el bigote de su padre
 a abrirnos la ventana que dejamos,
que nunca conoció en persona.
 casualmente,

Nunca fuimos al mar
 desatrancada.
aún cuando el mar estaba siempre

a nuestro alcance.

Siempre le dolían las muelas.

Las bolsas de los pantalones siempre repletas de
desgracias.

Cada noche se quitaba el rostro

y lo dejaba descansar en la mesa de la cocina.
Creo que tenía sus razones

para no ir al mar.

Allí, de pie en el agua, creemos

que el tiempo pasa.

Pero el tiempo nunca pasa.

Esta noche vino a ofrecerme respuestas.
Presiento que me quiere decir algo, confesarme,
finalmente,

lo que se le quedó fuera

del ataúd.


53
TREN
DE LOS
DESCONOCIDOS
Le cortó un brazo.

El brazo izquierdo.

El brazo izquierdo quedó tendido
entre la vías.

Se resbaló.

Se resbaló y el tren le cortó la pierna.
Se resbaló y el tren le cortó

la pierna derecha.

Nadie vigila el tren.

Al tren nadie lo vigila.

Solo los maleantes y la lluvia

que no quiere caer.

La lluvia tiene miedo y los maleantes quieren sangre.

El tren siempre tiene sed.

El tren le cortó las dos piernas.
Cuatro mil kilómetros de pierna

para cruzar México.

El tren siempre tiene hambre.

Pero la sed tiene más filo.

El tren le cortó los senos

con la sed.

La sed comió machete.

La sed del tren comió machete

y le cortó los senos.

Senos que amamantan la distancia.
Distancia como cobija.

Cobija para los muertos.

Los muertos que vienen en camino.

Octavio Quintanilla, ha publicado poesía en revistas literarias como Salamander, RHINO,


Alaska Quarterly Review y Huizache. Su primera colección de poesía, If I Go Missing, fue publicada
por Slough Press en el verano del 2014. Es asesor docente de la revista The Thing Itself Literary
Journal y trabaja como profesor de Literatura Inglesa en Our Lady of the Lake University de San
Antonio.

54
FA N F I C T I O N

HAY ALGO QUE INTENTO


LEER EN SUEÑOS
Mauricio González

“Trelkovsky: If you cut off my head, what would I say... Me and my head, or
me and my body? What right has my head to call itself me?”
~ Le locataire-The Tenant, Dir. Roman Polanski (1976).        

Hay algo que intento leer en sueños, esos párpado inferior, opaca los colores y escala por
sueños pesados que sellan los ojos desde la el centro de mi cráneo hasta hundirse en mi
frente y te hacen dudar si cuando duermes cerebro, congelándolo y me deja mareado. Si, la
respiras. Es un texto escrito en pergamino y luz enceguece pero solo el piso, y no siempre de
tengo el presentimiento que es la razón por la ambos ojos, las más de las veces es el izquierdo
que escribo y embebido en ello está también la y al hundirse en mi frente, vibra, genera ondas
razón por la que ya no puedo hacerlo. que sacuden levemente mi cerebro y llega a mis
Dentro de ese mismo sueño me he encontrado ojos, la gente se mueve más lento, sus voces se
con conocidos de mi subconsciente, uno de amortiguan, pero no los ruidos de los autos,
ellos sale de una habitación blanca, su ropa tampoco la lluvia. Solo la gente se revela como
clara manchada de sangre y armado con un algo ilusorio en esos momentos de vigilia; y me
garrote me dice recuperando el aliento con voz llama el sueño.
entrecortada y expresión sonriente- Atrápalo, Y luego un golpe de ansiedad me devuelve el
sácale el secreto a golpes, no lo dejes que te oído y disipa la luz, me hace respirar de nuevo,
despierte antes de que tomes el texto, pégale aleja el mareo y me recuerda que estoy lejos del
con esto, es un--. Y despierto de un brinco, con pergamino con lo que creo que es la respuesta a
pesadez en la frente, temiendo que la apnea sea lo que percibo como deambular entre dos
el origen de esto, inhalando profundo y con un estados de conciencia incompatibles.
saborcito metálico en la boca. La última vez que le conté esto a alguien, me
Así que después de lavarme voy a la calle, recomendó tomar vitaminas, antioxidantes y
donde los sonidos apagados; la luz inunda mi luego antidepresivos, con ellos la sensación de

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Mauricio González Álvarez, abril 1 de 1979. Graduado del Diplomado en Creación Literaria de
SOGEM en 2008, autor del programa “Muñeca de cabaret, la música de The Dresden Dolls” trans-
mitido por Radio Educación y autor de “El mercader de rostros” incluido en la antología Después
del Azar de Editorial Eón. Colaborador con Fernanda Tapia en Radioactivo de 1999 a 2003 y White
Wolf Publishing Inc. de 1999 a 2007. Creyente a pies juntillas de que la fábula “La hormiga y la ci-
garra” de Esopo es una división veraz de caracteres humanos.

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M U LT I M E D I A

SO YOU WANT TO BE
A WRITER?
Charles Bukowski

“if it doesn’t come bursting out of you


in spite of everything,
don’t do it.”

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