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ÉXODO 22:29
Además del incidente con Isaac, Barker hizo referencia a Éxodo 22:29 como un
ejemplo de que Dios acepta el sacrificio humano. En su libro, Sin dios, incluyó el
versículo en la página 240: “No demorarás la primicia de tu cosecha ni de tu lagar.
Me darás el primogénito de tus hijos”. Con todo respeto para Barker, él ha engañado
intencionalmente al lector al citar este versículo o ignora su significado
verdadero. Teniendo en cuenta sus antecedentes de estudios bíblicos y sus
reclamaciones de conocer la Biblia, desafortunadamente la primera opción parece ser
cierta.
Éxodo 22:29 nunca tuvo el propósito de sugerir que los israelitas sacrificaran a
sus primogénitos ante Dios. De hecho, Éxodo 13:13 dice, “También redimirás al
primogénito de tus hijos”. ¿Qué significaba redimir el primogénito? Significaba que
los israelitas debían dar al Señor cinco siclos de plata cuando el primogénito
tenía un mes de edad (vea Números 18:16). ¿Cuál era el propósito de redimir al
primogénito? Moisés explicó que esto era un recordatorio del proceso por el cual
Dios libró a los israelitas de la esclavitud egipcia (Éxodo 13:14-15). Es evidencia
de erudición pobre que alguien que haya leído el libro de Éxodo haga la declaración
ignorante que Éxodo 22:29 habla del sacrificio humano. Sin embargo, deberíamos
recordar que Barker ha admitido su creencia que la honestidad no siempre es la
mejor táctica para lidiar con el cristianismo o la Biblia (Butt, 2009).
LA PROMESA DE JEFTÉ
Como “evidencia” adicional de una contradicción bíblica en cuanto al sacrificio
humano, Barker hizo referencia a la historia de Jefté que se encuentra en Jueces
11:30-39. En esa narración bíblica, Jefté hizo una promesa a Dios que, si Dios le
daba la victoria contra sus enemigos, entonces Jefté sacrificaría lo primero que
saliera de su casa a su regreso. Jefté derrotó a sus enemigos, y su única hija fue
la primera en salir a recibirle. Jefté se entristeció mucho en cuanto a su promesa,
pero el texto dice que “hizo de ella conforme al voto que había hecho” (Jueces
11:39).
Note que el texto indica que los que fueron ahorcados fueron “hombres” (2 Samuel
21:6; LBLA), quienes hubieran tenido la edad suficiente para ser responsables de
sus decisiones morales. Además, note que el texto indica que la “casa” de Saúl era
una casa sangrienta (2 Samuel 21:1), implicando aparentemente que muchos de sus
familiares estaban involucrados en conspiraciones homicidas. En 2 Samuel 16:5-14,
la Biblia presenta a un hombre malvado llamado Simei que era “de la casa de Saúl”
(2 Samuel 16:5). Y se documenta la maldad de Saúl por todo el libro de 1 Samuel.
Puede ser que los descendientes de Saúl que fueron ahorcados habían seguido los
pasos de muchos de la “casa de Saúl”, y merecían la pena de muerte. Por ende, otra
vez, es imposible usar este pasaje para “probar” que Dios acepte sacrificio humano.
Barker está muy conciente de esta verdad. De hecho, ha hablado en sus escritos en
cuanto al sacrificio expiatorio de Cristo. En su libro, La Pérdida de la Fe en la
Fe, Barker señaló:
Los cristianos saben cómo pensar; pero ellos no comienzan muy profundamente. Una
conclusión profunda es la síntesis de presuposiciones o conclusiones antecedentes.
Por ejemplo, la naturaleza expiatoria del sacrificio de Cristo es muy lógica. Es
decir, es lógica si acepta primero la existencia del pecado, la caída de la
humanidad, la ira de Dios y el juicio divino. Si no acepta las premisas, entonces,
desde luego, la conclusión no puede ser lógica (1992, p. 60).
En realidad, Barker no “acepta las premisas”, pero su rechazo no les hace menos
lógicas o verdaderas. Y si son verdaderas, entonces él reconoce que aunque los
hombres impíos que actuaron contra la voluntad de Dios perpetraron el sacrificio de
Cristo, esto calza lógicamente en la escena de la redención.
CONCLUSIÓN
Dios nunca ha aceptado el sacrificio humano. Los ejemplos que Barker ha listado no
pueden proveer un ejemplo de contradicción bíblica en cuanto a la política divina
sobre tal práctica. La falta de conocimiento, o la deshonestidad de Barker, es
evidente en toda su discusión del enfoque bíblico sobre el sacrificio humano. Ya
que no existe contradicción, entonces la acusación de Barker no tiene fundamento, y
no se la puede usar contra la Biblia o la existencia de Dios. Recordemos seriamente
que los que tuercen las Escrituras lo hacen para su propia destrucción (2 Pedro
3:16).