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OSTO 2005 Información Financiera al:

31/08/05

Metodología de Calificación de Riesgo de Bancos e Instituciones


Financieras
I. Los Bancos y el Riesgo

Riesgo es la posibilidad que ocurra un hecho o evento de cualquier naturaleza, el cual trae
consecuencias negativas, que en el caso del riesgo bancario, se refiere a consecuencias financieras.
Los bancos empiezan a asumir riesgos desde el momento en que captan fondos del público o de
entes gubernamentales, y continúan afrontándolos en cada una de las operaciones bancarias que
realizan. Por ende, se considera la gestión de los riesgos, como la principal actividad de los bancos,
así como de otros intermediarios financieros.
En términos generales, los bancos están expuestos a dos tipos de riesgos:
-Riesgos endógenos: aquellos que tienen su origen internamente en la institución, debido
fundamentalmente a fallas organizacionales u operativas.
-Riesgos exógenos: aquellos que se generan en los mercados y afectan directamente a los clientes y, por
vía de éstos, se transmiten a los bancos.
La administración integral de los riesgos es un conjunto de objetivos, políticas, procedimientos y acciones
que se implementan para identificar, medir, monitorear, limitar, controlar, informar y revelar los
distintos tipos de riesgos a que se encuentran expuestas las instituciones financieras.
De acuerdo a la normativa de SUDEBAN, la administración integral de riesgos debe asegurar la
homogeneidad de las herramientas, estructuras organizativas, procesos y sistemas adecuados a la
dimensión de la institución financiera; que permita facilitar la gestión global de todos los riesgos que
se asuman en cualquier actividad o área geográfica. Para ello, la unidad de administración integral de
riesgos observará las técnicas básicas que a continuación se señalan:

 Identificación: En un proceso dinámico y productivo aparecen nuevos y variados riesgos. Su


descubrimiento es un precursor esencial de la acción.
 Medición: Cuantifica los riesgos financieros, a través de la estimación de la probabilidad de
ocurrencia y severidad de los eventos.
 Control: Permite velar por el cumplimiento de las políticas de riesgo.

Por tanto, dicha Unidad deberá contar con por lo menos los Manuales debidamente aprobados por
su Junta Directiva y ser de uso obligatorio de la institución financiera, los cuales deben contener
como mínimo lo siguiente:

1) Manual de organización y descripción de funciones:


Detalla la organización funcional de la unidad de administración integral de riesgos de la institución
financiera, así como, las funciones, cargos y responsabilidades de ella y de los funcionarios y demás
trabajadores vinculados a la unidad.
2) Manual de políticas y procedimientos:
Contiene las políticas y procedimientos establecidos por la institución financiera para la
identificación, medición, control, adecuación, seguimiento y administración de todos los riesgos de la
institución financiera; así como, de las acciones correctivas a ser implementadas y del seguimiento de
las instrucciones impartidas, según sea el caso. Contempla, entre otros, los sistemas preventivos para
detectar los riesgos a que pudiese estar expuesta la institución financiera y los mecanismos de
vigilancia a los fines de no exceder los límites por riesgo para las actividades u operaciones que ésta
realiza. El contenido de este Manual debe ser constantemente revisado y actualizado.

3) Manual de sistemas de organización y administración:


Permite la instauración de una adecuada estructura organizativa y administrativa que delimite
claramente las obligaciones, responsabilidades y el grado de dependencia e interrelación existente
entre el área de sistemas y las distintas áreas de la institución financiera, las cuales deben estar
englobadas en el respectivo Manual de organización y descripción de funciones.

4) Manual de sistemas de información: Incluye los mecanismos dispuestos para elaborar e intercambiar
información, tanto interna como externa y los procedimientos necesarios para identificar, desarrollar,
administrar y controlar los riesgos de la institución financiera. Debe comprender las acciones
previstas para la difusión de las actividades que corresponden a los diferentes niveles directivos y al
personal sobre el control de sus tareas e incluir, adicionalmente, las políticas y procedimientos
contemplados para la utilización de los sistemas informáticos y las medidas de seguridad, así como
los planes a ser implementados para afrontar las contingencias que pudieran presentarse en
dichos sistemas.
En lo que respecta a la prevención y detección de legitimación de capitales en las instituciones
financieras, y tomando en cuenta que es un área de especial sensibilidad de los factores de riesgos
inherentes a la misma; los manuales de dicha área, deben ser adaptados y/o configurados para incluir
cada uno de los aspectos señalados en este artículo; con el objeto de apoyar la administración integral
de riesgos a que se refiere la presente normativa.

Tipos de riesgos bancarios y su administración

A) Riesgo de crédito
Es un riesgo exógeno y en su sentido ideal, permite identificar la probabilidad de incumplimiento y la
severidad de las pérdidas en caso que ocurra el siniestro. Se puede subdividir en dos tipos:

A.1) Riesgo de crédito por préstamos


Se refiere a la posibilidad que ocurra un siniestro por incapacidad de pago de los deudores del banco.
Generalmente consta de tres etapas:
Etapa 1: posibilidad que el cliente no cancele los intereses del crédito (cuando éstos no han sido
cobrados por adelantado), lo cual se traduciría en que el banco no percibiría ingresos por el crédito
otorgado, los cuales son necesarios para cubrir los gastos de la institución.
Etapa 2: posibilidad que el cliente se retrase en el pago del capital del préstamo a la fecha de su
vencimiento, lo cual se traduciría en un gasto adicional para el banco, por cuanto tendría que deducir,
de los ingresos del ejercicio, el monto correspondiente a la provisión que deberá crear por mandato
de SUDEBAN, generalmente igual al 100% del monto del crédito que se encuentra en una situación
de mora.
Etapa 3: posibilidad que el cliente finalmente no cancele el monto del crédito otorgado, lo cual le
generaría una pérdida al banco, por cuanto deberá cargar dicho monto contra la provisión que había
creado. Esta medida por parte del banco es necesaria para restituir el monto del crédito otorgado,
que no pudo ser recuperado.

Son tres las causas que pueden originarlo:


-Riesgo particular: vinculado al cliente mismo (su honorabilidad y responsabilidad) y el conocimiento
del negocio por parte del cliente, sin el cual las condiciones personales no son suficientes.
-Riesgo sectorial: tiene su origen en los mercados en los cuales opera el cliente, independientemente de
su responsabilidad. Por ser un riesgo exógeno, el cliente tiene poco control sobre el mismo y al ser
sectorial, solo afecta a los clientes que operan en determinados mercados.
-Riesgo general: como resultado de eventos que afectan a todas las empresas en forma generalizada.
La protección de la institución financiera contra este tipo de riesgo es de tipo normativa, la cual
contempla las garantías mínimas y voluntarias, como definición de políticas de crédito con base en
estudios sobre las características de los mercados de crédito y los riesgos presentes, rigurosos análisis
de las solicitudes de crédito, los cuales en última instancia, permiten definir las garantías que se
requieren.
El analista debe revisar la política de crédito de la institución, solicitando el manual o guía de acción
en materia crediticia. Estas políticas por ser de obligatorio cumplimiento a todos los niveles deben
ser definidas y conocidas por la máxima autoridad del banco: la Junta Directiva.

Los componentes principales de las políticas crediticias deberían al menos incluir:


-Monto a colocar de los fondos captados, que estará en función de la decisión de la directiva del nivel
de liquidez que el banco considere necesario mantener. Para decidir correctamente en esta materia, se
debe considerar de manera integral, una serie de factores endógenos o internos al banco, tales como
la composición de las captaciones (remuneradas versus no remuneradas), diversificación de la cartera
de clientes, magnitud de los gastos de transformación, entre otros. Asimismo, factores exógenos tales
como el comportamiento estacional de la preferencia del público por el efectivo, también deben ser
tomados en cuenta.
-Mercados que atiende el banco: que dependen de diversos factores tales como la actividad
económica a la que se dedican los miembros de la directiva, el carácter regional o nacional de la
institución, etc., que a su vez, determinará el número y ubicación de las agencias y sucursales que
constituyen sus principales puntos de contacto con los clientes actuales y potenciales.
-El tamaño del banco: en función del punto anterior, se diseña este elemento.
-La tasa de interés a cobrar por los préstamos: o tasa activa, puede ser diferenciada por tipo de
cliente, en función del nivel de riesgo, del sector al cual va dirigido, el plazo y el monto del crédito. Se
puede considerar además los servicios adicionales ofrecidos a los clientes, como un paquete integral
de beneficios.
-El plazo de los créditos: determinado principalmente por el destino de los fondos prestados.
-Modalidades para el desembolso de los recursos del crédito.
-Canales para la aprobación y liquidación de los créditos: autonomía de los gerentes de agencias para
autorizar créditos bajo determinadas condiciones, comités regionales de crédito, etc.
-Garantías: tipo de garantía exigida al cliente.
-Modalidades para cancelar los intereses (por período anticipado o por período vencido)
-Diversificación de la cartera de créditos.

A.2 Riesgo de crédito por inversiones en títulos valores


Es de tipo exógeno y consiste en la posibilidad que el emisor de los títulos valores adquiridos por el
banco, no los cancele a su vencimiento. Consta de tres etapas:
Etapa 1: posibilidad que el emisor de los títulos valores no cancele los intereses que éstos
devenguen, lo cual se traduciría en que el banco no percibiría ingresos por sus inversiones
financieras, los cuales son necesarios para cubrir los gastos de la institución.
Etapa 2: posibilidad que el emisor de los títulos valores no los cancela a su vencimiento, lo cual se
traduciría en un gasto adicional para el banco, por cuanto tendría que deducir, de los ingresos del
ejercicio, el monto correspondiente a la provisión que deberá crear por mandato de SUDEBAN,
generalmente igual al 100% del valor nominal de los títulos valores.
Etapa 3: posibilidad que el emisor de los títulos valores finalmente no los cancele al vencimiento, lo
cual le generaría una pérdida al banco, por cuanto deberá cargar el monto correspondiente al valor
nominal de los títulos valores contra la provisión que había creado. Esta medida por parte del banco
es necesaria para restituir el valor de los instrumentos financieros que no puedan ser recuperados.

Son tres las causas que pueden originarlo:


-Riesgo particular: vinculado al emisor de los títulos valores (privado o gubernamental).
-Riesgo sectorial: tiene su origen en los mercados en los cuales opera el emisor de los títulos valores.
Por ser un riesgo exógeno, el cliente tiene poco control sobre el mismo y al ser sectorial, solo afecta a
los clientes que operan en determinados mercados. Si el emisor es el Gobierno nacional, el concepto
de riesgo sectorial no tendría aplicación, pero podría entenderse como la posibilidad de reducciones
significativas en el ingreso fiscal.
-Riesgo general: como resultado de eventos que afectan a todas las empresas en forma generalizada. En
el caso de títulos valores públicos, este concepto no aplica en un contexto nacional.

¿Qué aspectos serían claves para detectar si un banco administra correctamente este tipo de riesgo?
Al igual que las políticas crediticias, las decisiones en materia de inversiones en títulos valores no
pueden ser tomadas de manera aleatoria, por lo que las mismas deben formar parte integral de
lineamiento específicos de política, que deberían tomar en cuenta tres premisas básicas: seguridad,
rentabilidad y liquidez. Por ende, se deberían adquirir aquellos instrumentos expuestos al menor
riesgo posible en lo que se refiere a la capacidad del ente emisor para cancelarlos a su vencimiento,
que ofrezcan rendimientos atractivos y que sean fácilmente negociables a precios razonables en caso
que surjan problemas de liquidez.
En ese sentido, el analista debe revisar la política en inversión financiera por parte de la institución,
solicitando el manual o guía de acción en materia. Los componentes principales de las políticas de
inversión financiera debería al menor incluir:
-El monto a invertir en títulos valores: se obtiene como un residuo, luego de calculado el encaje legal
y determinadas las reservas primarias adicionales de liquidez, y el monto a canalizar hacia el
otorgamiento de créditos.
-La normativa legal vigente.
-El plazo de los instrumentos: la directiva debería tratar de conformar una cartera de inversiones en
títulos valores con vencimientos escalonados, a fin de disponer de una fuente de fondos en forma
previsible y periódica y, al mismo tiempo, evitar vencimientos masivos en una fecha específica, lo
cual se traduciría en un gran volumen de disponibilidades que no generarían ingresos y que, por su
elevado monto, resultaría más complicado invertirlo rápidamente.
-El tipo de instrumento: sector privado o público
-Diversificación de la cartera de inversiones.

B) Riesgo de liquidez:
Representa la falta de capacidad que podría tener un banco para hacer frente a salida de depósitos y
otros compromisos financieros adquiridos con terceros, así como atender la demanda de crédito de
sus clientes, en condiciones normales de trabajo.
Aun cuando no es posible hacerlo por tiempo indefinido, un banco puede posponer el otorgamiento
de créditos durante períodos de baja liquidez, pero no podrá negarse a atender retiros de depósitos
de sus clientes, por cuanto ello podría causar pánico entre los depositantes y generar una corrida de
depósitos que lleve a la institución e incluso al sistema al colapso.

Las causas fundamentales del riesgo de liquidez son:


-Falta de correspondencia entre el plazo de vencimiento de las captaciones y el plazo de vencimiento de las colocaciones
(también conocido como riesgo de calce). Por lo general, el plazo de vencimiento de las captaciones
de los bancos es inferior al plazo de vencimiento de sus colocaciones. En este caso y haciendo uso
del término “brecha”, entendido como la diferencia entre el plazo de vencimiento de los activos
(préstamos) y el plazo de vencimiento de los pasivos (captaciones), estaríamos ante una “brecha
negativa”.
-Fallas organizacionales: que se traducen en errores en las previsiones de las necesidades estacionales de
liquidez a través del año, lo que ocasiona que la institución carezca de suficientes reservas de liquidez
en períodos en los cuales tradicionalmente los clientes efectúan retiros significativos de fondos.

¿Qué protección existe contra este tipo de riesgo?


 Diversificación de las fuentes de fondos
 Disponer de un monto adecuado de reservas secundarias en la forma de títulos de deuda pública
 Adecuada diversificación de la cartera de crédito e inversiones, por plazo de vencimiento, a fin de
disponer en forma continua de fuentes de fondos, cuyos recursos pueden ser utilizados para
honrar retiros de depósitos o atender la demanda de crédito de los clientes.
 Plan de contingencia que implique la identificación de las necesidades de liquidez máximas y
mínimas y el examen de escenarios de los distintos cursos de acción alternativos para corregir
desviaciones.

¿Qué aspectos serían claves para detectar si un banco administra correctamente este tipo de riesgo?
El analista debe revisar si el banco efectúa el control de los siguientes aspectos para determinar el
riesgo de liquidez que asume:
 Reporte de posiciones diarias de fuentes y usos de efectivos por períodos semanales, en forma
proyectada y por saldos o flujos efectivamente realizados. Adicionalmente, dichas posiciones
considerarán los usos o salidas de efectivo de carácter imprevisto, basados en las experiencias y o
factores estacionales de influencia en la operatividad de las instituciones financieras.
 Reporte de las brechas o diferencias de liquidez entre activos y pasivos, por períodos semanales y
mensuales.
 Ratio de liquidez, representado como el coeficiente de activos líquidos y liquidables entre el
monto de los pasivos y contingencias exigidas, el cual se calculará en períodos de 15, 30, 60 y 90
días.
Las necesidades de liquidez se pueden cubrir mediante un manejo estratégico de la estructura de
activos, a través de la venta o realización planificada de una porción de activos líquidos de rápida
conversión en efectivo. El banco debe darle importancia al crecimiento de las captaciones como
medio para expandir la cartera de créditos.
La cuantía de activos líquidos que debe mantenerse disponibles depende de la estabilidad de su
estructura de depósitos y la posibilidad de una rápida expansión de la cartera de créditos. Por lo
general, si los depósitos están compuestos fundamentalmente de pequeñas cuentas de ahorro
combinadas con una porción de cuentas corrientes estables, será necesario contar con un colchón
para liquidez relativamente bajo.

Se requiere de una porción de liquidez más alta cuando se dan las siguientes condiciones:
o La experiencia pasada y la tendencia futura, muestran una gran volatilidad de fondos,
caracterizado por una rotación en las cuentas grandes de depósitos, entre ellos depósitos
oficiales y otros depósitos de tipo corporativo.
o Una parte considerable de la cartera de créditos está constituida por grandes préstamos con
tendencia a la inmovilización, ya que sus expectativas de recuperación lucen a un plazo mayor
que el plazo originalmente pactado.
o Se estima que las líneas de crédito concedidas no utilizadas o los créditos aprobados por
montos importantes serán utilizados de inmediato.
o Los créditos otorgados se encuentran concentrados en actividades económicas que presentan
problemas financieros.
o Existe una fuerte relación entre las cuentas de depósitos en cuenta corrientes individuales y
los prestatarios que tienen dificultades para hacer frente a sus compromisos con el banco.

Ahora bien, las dificultades de liquidez se pueden cubrir con fuentes de pasivo, tales como fondos
del mercado interbancario, anticipos recibidos del BCV, depósitos de grandes clientes y venta de
títulos valores, que le permitirían cubrir la salida de depósitos. La decisión de utilizar o no fuentes de
pasivo para financiar operaciones de créditos se debe basar en un análisis completo de los factores
estacionales, cíclicos o de otro tipo, y de los costos involucrados así como del comportamiento de los
factores macroeconómicos actuales y futuros.
Los siguientes riesgos asociados con la práctica de la cobertura “rápida” de necesidades de liquidez
con pasivos (gestión de pasivos) deben ser vigilados por la Directiva:
o Es posible que los fondos no siempre estén disponibles cuando se necesitan. Si el mercado
pierde confianza en un banco, su liquidez puede verse amenazada.
o La concentración en un reducido número de grandes depositantes, aumenta los riesgos
relacionados con la liquidez. Un banco que depende en gran medida de líneas de crédito del
exterior o del mercado interbancario nacional, experimentará dificultades para obtener
fondos.
o La excesiva dependencia de la gestión del pasivo o captación de fondos rápidos en el
mercado, puede dar como resultado una drástica reducción en las tenencias de inversiones en
valores temporales, disminuir las pautas de liquidez, dando por resultado una gran
concentración de obligaciones a corto plazo que respaldan activos con un vencimiento más
largo (riesgo de calce). En ese sentido, los fondos tomados de la gestión del pasivo deben
cubrirse o colocarse principalmente en activos con vencimientos calzados y/o que tengan
tasas de interés variables en el mismo ciclo.
C) Riesgo operacional:
Se refiere a la posibilidad que el banco sufra pérdidas directas o indirectas, como resultado de
procesos internos inadecuados, sistemas computarizados desactualizados o con fallas (sean humanas
voluntarias o no), controles internos deficientes, procedimientos internos inadecuados, sistemas
contables desactualizados, fallas en la programación de las necesidades de efectivo de las agencias del
banco, entre otros; que se traducen en que la Gerencia no pueda ejercer una rigurosa supervisión de
los empleados a cargo de las operaciones y, finalmente, fenómenos externos que inciden sobre los
sistemas operativos internos del banco.

¿Qué aspectos serían claves para detectar si un banco administra correctamente este tipo de riesgo?
El analista debe revisar la implementación procedimientos de evaluación acerca de la correcta
interacción de los procesos, actividades, sistemas y prácticas utilizadas en las áreas operativas y
administrativas a los fines de controlar y monitorear situaciones o condiciones que puedan derivar en
pérdidas o inadecuadas asignaciones de recursos. Igualmente, se implementarán mediciones de
pérdidas que se originen por actividades, áreas o procesos internos, a los fines de contar con registros
históricos que permitan determinar áreas o procesos con mayor susceptibilidad a la generación de
pérdidas; lo que posibilitará el desarrollo de mecanismos o medidas que minimicen los factores
definitorios de tales riesgos.

D) Riesgo de mercado:
Es la factibilidad que ocurran pérdidas en el valor de las posiciones mantenidas (activas y pasivas)
como consecuencia de movimientos adversos en las variables de mercado (tasas de interés, tipo de
cambio y precios o cotización de títulos valores). Para lo cual se deben considerar los siguientes
riesgos:

D.1) Riesgo de tasa de interés


Surge del impacto negativo que tendrán las tasas de interés futuras en el monto de las utilidades, en la
rentabilidad del banco y en el comportamiento y tendencia del valor de mercado de los instrumentos
que componen su cartera de inversiones en valores.
Es decir, debido a que existe similitud entre el rendimiento de los títulos y las expectativas de los
inversionistas en los mercados financieros, en lo referente al nivel de las tasas de interés a corto y
mediano plazo, la cotización de los títulos en cuestión se mantendrá a la par con su valor nominal.
Contra este riesgo de cotización de mercado, no existe protección inmediata que los bancos puedan
tomar, excepto constituir las provisiones de ley para cubrir las pérdidas que potencialmente sufrirán
si tuviesen que vender los bonos de la deuda pública de su propiedad. No obstante, las provisiones
son gastos para los bancos, que tendrían que deducir de los respectivos ingresos del ejercicio.
Una gestión prudente del riesgo para el manejo de la tasa de interés, debe tomar en cuenta como
mínimo, los siguientes lineamientos o políticas:
o Los créditos serán otorgados a tasas de interés variable acordes con las tasas de interés
prevalecientes en el mercado financiero y a plazos y régimen de amortización que guarden
adecuado equilibrio con la cuantía, grado de volatilidad y vencimiento de los pasivos.
o La cartera de inversiones temporales e inversiones permanentes deberá estar compuesta de
instrumentos pactados a plazos y tasas de interés variables que guarden relación con los
valores de mercado, de manera que exista una adecuada relación con la cuantía, grado de
volatilidad y vencimientos de los pasivos.
El procedimiento más utilizado para evaluar la sensibilidad de las tasas de interés es un informe del
perfil de vencimiento de los activos y pasivos en un punto determinado de tiempo. Estos informes se
utilizan para evaluar el riesgo que representa para el margen financiero, que surge de las tasas de
interés de las operaciones activas y las tasas de interés pasivas a que están pactados los instrumentos
financieros, siendo muy útiles para detectar e identificar riesgo potenciales que surgen de los
desequilibrios entre los activos y pasivos existentes.
Se pueden calcular las posiciones netas en cada período expresadas como:
-Activos menos pasivos
-Pasivos menos activos
-Coeficiente entre los activos y los pasivos
Posición negativa neta sería cuando: cuando los pasivos aumentan de valor mientras los activos
permanecen sin cambios.
Posición equilibrada se daría si: la relación entre Activos y Pasivos en un mismo periodo de
vencimiento es igual a 1
Un coeficiente de Activos / Pasivos mayor a 1 en un mismo período indica: una posición favorable
Un coeficiente de Activos / Pasivos menor a 1 en un mismo período indica: una posición
desfavorable

D.2) Riesgo de tipo de cambio:


Se refiere a la posibilidad que el banco sufra pérdidas financieras, debido a la depreciación o
apreciación del tipo de cambio. En términos generales, se conoce que:
Si los Activos en divisas es superior a Pasivos en divisa = posición activa o superavitaria
Si los Pasivos en divisas es superior a Activos en divisas = posición pasiva o deficitaria.
Posición activa + Una depreciación del tipo de cambio = Ganancia financiera
Posición pasiva + Una depreciación del tipo de cambio = Pérdida financiera
En este punto es importante destacar que de acuerdo a una circular del Banco Central de Venezuela,
a partir del 01 de Junio de 2006, el límite máximo autorizado de la posición neta en moneda
extranjera será de 30% en relación con los recursos propios.

¿Qué aspectos serían claves para detectar si un banco administra correctamente este tipo de riesgo?
El analista debe revisar si la Gerencia realiza estimaciones periódicas de las pérdidas que le permitan
simular variaciones extremas y efectos negativos en los valores de mercado de las variables que
conforman el riesgo de mercado (tasa de interés y tipo de cambio). La metodología para la
determinación de la exposición de este riesgo, se tendrá como referencia las variaciones históricas
experimentadas en el mercado, a los fines de estimar o simular comportamientos futuros con cierto
grado de confianza; esto bajo la premisa que la evolución futura de las variables del mercado se
asemejan a la evolución pasada, desde el punto de vista estadístico. Lo anterior, requerirá una
conformación de base de datos estadísticos de los citados conceptos.

G) Riesgo legal
Este tipo de riesgo consiste en la posibilidad que el banco incumpla con la normativa contenida en la
Ley General de Bancos y Otras Instituciones financieras, en las Resoluciones del BCV y en la
normativa de SUDEBAN, lo cual le puede ocasionar fuertes multas o sanciones para los directivos y
ejecutivos de la institución.
De acuerdo a SUDEBAN, la forma de controlar este tipo de riesgo es mediante la verificación de
que las operaciones realizadas estén de conformidad con las disposiciones legales; así como con las
políticas y normativas aprobadas por la institución financiera. De igual forma, la participación o
incursión en nuevos mercados y productos debe contar con la aprobación o visto bueno del área
jurídica.

H) Riesgo de reputación
Es la opinión negativa ocasionada por la afectación de la imagen de una institución financiera, al
verse involucrada involuntariamente en transacciones o relaciones de negocios ilícitos con clientes,
así como cualquier otro evento externo. La principal herramienta para aminorar este tipo de riesgo,
es mantener y aplicar amplios y efectivos mecanismos de control para el conocimiento del cliente, en
las áreas, operaciones o relaciones con clientes sensibles o proclives al uso involuntario de la
institución financiera en actividades ilícitas; tales como fraudes, legitimación de capitales, estafas, etc.

I) Riesgo país
Recoge las condiciones políticas, económicas y sociales del país deudor y afectan a todos los activos
que el acreedor tiene en dicho país.

J) Riesgo de competencia
Se origina en la amenaza de entrada de nuevos competidores al sector o del fortalecimiento de
competidores actuales.
Como se observa, son tan diversos los tipos de riesgos que enfrenta la banca, que desde un punto de
vista metodológico, resulta más sencillo una clasificación genérica de los mismos en riesgos
sistémicos y no sistémicos. Los primeros, como su nombre lo indica se refiere a los riesgos propios
del sistema económico o financiero, es decir, sería un “riesgo de mercado”, que no se puede evitar ni
siquiera aplicando la diversificación del portafolio o cartera de inversión. Por su parte, el riesgo no
sistémico, se refiere a aquellos específicos de la institución bancaria, que podrían reducirse
significativamente a través de una correcta diversificación del portafolio.
Para enfrentar diversos niveles de riesgo en cualquier negocio, es necesario que el mismo esté
asociado a un nivel de rendimiento acorde y equilibrado que lo compense. El modelo de fijación de
activos de capital (método CAPM, por sus siglas en inglés) supone un equilibrio implícito entre el
rendimiento esperado y el riesgo sistemático, de tal forma que mientras más grande sea éste último,
mayor será el rendimiento que los inversionistas esperen. El aporte de Markowitz sobre la relación
entre el riesgo y el rendimiento supuso un avance, ya que sostiene que más allá que esperar que la
rentabilidad esperada del portafolio sea alta, también un inversionista espera que la misma sea lo más
segura posible. Es decir, el inversionista busca maximizar los retornos esperados y minimizar el
riesgo de la cartera.
Ahora bien, ciertamente los bancos buscan protegerse de los riesgos mencionados y ante las
turbulencias que han tenido que enfrentar, han buscado alternativas que les permitan reducir las
posibles pérdidas patrimoniales por riesgos difíciles de diversificar. Como una muestra de tales
intentos se puede mencionar el Acuerdo de Basilea en 1988 y sus posteriores discusiones y
enmiendas, con el objeto de alinear el cálculo de los requerimientos de capital de los bancos con las
mejores y más avanzadas prácticas de gestión de los riesgos y de esta forma contribuir a una mayor
estabilidad del sistema financiero internacional1.

Análisis de la Información:
El proceso comienza por un paso que es imprescindible para asegurar un mayor éxito en la exactitud
de la calificación de riesgo, y consiste en chequear la calidad y validez de la información suministrada
por la institución. En esta fase se analiza si la información presentada (estados financieros,
proyecciones e información complementaria) permite predecir razonablemente la situación actual y
futura de la institución.

1
El análisis del riesgo bancario tiene sus orígenes a principios de los años 70, con la creación del Comité de Supervisión
Bancaria de Basilea, que aprobó en el año de 1988 con el objetivo de desarrollar normas cautelares más uniformes en el
plano internacional respecto del capital requerido por los riesgos crediticios de los bancos. El Comité no tiene
formalmente autoridad supervisora en el ámbito supranacional, por lo que sus conclusiones no tienen fuerza legal. No
obstante, se trata de recomendaciones y directrices que, aún no siendo jurídicamente vinculantes, las autoridades de
supervisión llevan a la práctica en su ámbito nacional, creando así una convergencia internacional sin necesidad de
armonizaciones detalladas. En 1988, el Comité aprobó el denominado Acuerdo de Capital de Basilea, que introducía unas
exigencias mínimas de recursos propios del 8% en función de los riesgos asumidos, principalmente de crédito. En 1999,
el Comité de Basilea realizó una primera propuesta para introducir un nuevo acuerdo sobre adecuación del capital que
sustituyera al de 1988, que fue revisada sucesivamente en el 2001, 2003 y 2004, no publicándose aún el Acuerdo
definitivo que llevará el nombre de Basilea II. Se pretende que el nuevo acuerdo entre en vigor a partir del 31 de
diciembre de 2006 para los enfoques más simples y a partir del 31de Diciembre de 2007 para los enfoques más
avanzados. En: www.bancodeespaña.com
El proceso de calificación de riesgo no pretende realizar una auditoría de los estados financieros
suministrados, pero es importante evaluar el cumplimiento por parte de la entidad calificada, de las
normas contables vigentes establecidas por la Superintendencia de Bancos y otras Instituciones
Financieras (SUDEBAN) y que aún estando orientadas a los principios de contabilidad de aceptación
general y los principios básicos internacionales aceptados, presentan una serie de diferencias con
respecto a las normas DPC-10 (como por ejemplo el uso de los Estados financieros históricos, no
ajustados por inflación).

La disponibilidad de información en este sector, así como la estandarización de las normas contables,
permite un mejor grado de comparación entre instituciones que realizan operaciones similares.

El levantamiento de información incluye tener acceso a los manuales y políticas para evaluar el
manejo de los riesgos operativos, tecnológicos, legales, de liquidez y de mercado en los que puede
estar involucrada la institución.

En el caso que un emisor no posea información suficiente o representativa, la información


suministrada sea falsa o los auditores externos se abstengan de dar opinión o sea adversa, y las causas
se mantengan al momento de la calificación, se le asigna al instrumento objeto de calificación, la
Categoría E.

Análisis Sectorial:
Consiste en la evaluación del entorno en el que se desenvuelve la institución. Para ello, analizamos
los aspectos propios del sistema financiero y los de la economía en general que pueden incidir en los
resultados futuros, tales como nuevas regulaciones, calidad del organismo supervisor, niveles de
liquidez del mercado, entrada de nuevos competidores, etc.

Evaluamos los principales indicadores del sector bancario, su evolución así como los factores que
explican sus principales resultados. Adicionalmente, comparamos a la entidad evaluada con los
resultados consolidados del sistema, así como con otras instituciones de similares características que
podamos definir como competidores, tomando como referencia entre otros aspectos, la
especialización o el tamaño.

Analizamos la capacidad de adaptación que pueda tener la empresa ante cambios del entorno y las
ventajas competitivas que pueda tener con respecto a su competencia, en términos de: productos y
servicios que ofrece, fondeo, canales de distribución, tamaño o la cobertura geográfica, entre otras.

Debemos considerar cómo afecta la legislación y las políticas del gobierno al sector, quiénes pueden
influenciar su viabilidad financiera o brindar apoyo a instituciones en dificultades.
Mientras menor sea la varianza en los resultados de una institución ante cambios en su entorno,
tendremos una mayor certeza sobre el resultado de nuestras proyecciones, por lo que disminuye el
riesgo asociado a la incertidumbre.

Análisis de la Gerencia:
Una buena administración puede permitirle a un banco mantener una posición importante dentro del
mercado, mejorando su eficiencia, por lo que se solicitará la información relativa a la calificación de la
Junta Directiva, así como el organigrama de la institución y distribución de funciones, para verificar
la existencia de un departamento de riesgo crediticio bien estructurado, que permita llevar una
política de administración crediticia sana (incluye detalle de los procedimientos crediticios, sistema de
cobranza, acciones efectuadas en caso de atraso y controles). Si bien la evaluación de la gerencia en
muchos aspectos depende de un análisis subjetivo, y sólo puede lograse tras un período de tiempo,
los resultados financieros históricos y la comparación de los resultados tanto financieros como
operativos proyectados con los reales, pueden darnos señales objetivas sobre su capacidad de gestión.

En esta parte del análisis tienen gran importancia las reuniones de nuestros analistas con los
ejecutivos de la institución evaluada, para poder entender claramente sus objetivos y tener una idea
de su coherencia con la estrategia, comportamiento ante el riesgo y conocimiento del entorno.

Se evalúa el grado de experiencia, antigüedad e influencia de la gerencia en la gestión de la entidad


financiera, considerando aspectos como currículum de los principales ejecutivos, estructura
organizativa, control interno de las áreas críticas y calidad en las comunicaciones internas.

Análisis de los Propietarios:


Los propietarios pueden influir positiva o negativamente en la calificación de una emisión, por lo
cual en esta sección se busca determinar el grado de compromiso que ellos tengan para mantener la
estabilidad de la entidad financiera en el largo plazo, mediante el análisis de factores tales como su
grado de atomización, nivel de influencia en la toma de decisiones, solvencia, reputación, posición
financiera y asistencia recurrente a comités que les permitan conocer los riesgos en los que está
incurriendo la entidad.

Asimismo dentro del análisis se incorpora el apoyo que significa para una entidad financiera que esté
vinculada o controlada por un grupo económico fuerte o sea una filial de una casa matriz
internacional. En la medida que esto ocurra, se podría inferir que la entidad tenga mejor capacidad de
respaldo financiero ante dificultades imprevistas, que se traduce en una menor exposición al riesgo,
ante otra alternativa más costosa y desfavorable.
Análisis Cuantitativo:
Se analizan los estados financieros de la institución, con el objeto de determinar su capacidad de pago
y su fortaleza. Los indicadores calculados son evaluados tanto históricamente para poder determinar
su tendencia y su comportamiento ante cambios del entorno. Los factores que se toman en
consideración son los siguientes:

Adecuación de Capital: Se calculan una serie de indicadores que permitirán medir la solvencia o
suficiencia patrimonial, para sustentar el volumen actual y futuros crecimientos de sus obligaciones.
Así mismo se verifica que la entidad cumpla con el índice de capitalización mínimo requerido por la
SUDEBAN. Bancos capitalizados tienen mayor capacidad de hacer frente a perturbaciones que
afecten sus balances y debe soportar los distintos riesgos en los que incurre la institución en el
desempeño de su actividad, en este sentido se analizan: la composición del patrimonio, política de
dividendos, la posición de los propietarios ante nuevas exigencias de capital de la institución en caso
de requerir apoyo y la capacidad de la institución de acceder a fuentes de capital en el mercado, entre
otros.

Calidad de Activos: Se analiza su estructura para determinar que la institución está orientando los
recursos captados del público en inversiones acordes con su objeto. Los principales activos que se
deben tomar en cuenta en los balances de un banco son los créditos, por lo que resulta fundamental
evaluar su composición, concentración (por grupos económicos, sectores de actividad económica,
zonas geográficas, etc.), plazos y vencimientos, y así determinar la posibilidad para responder a los
pasivos (depósitos) y obtener ganancias. Resulta importante analizar el comportamiento histórico de
la morosidad, de la cartera vencida y en litigio (inmovilizadas), así como la provisión que se haya
calculado de ella, siguiendo lo estipulado por la normativa bancaria vigente. Asimismo es importante
revisar la cartera de inversiones que el banco realiza y su relación con la cartera de créditos, toda vez
que cuando existe exceso de liquidez, los bancos invierten sus recursos excedentarios en títulos
valores, que para el caso venezolano, la mayor parte está conformada por títulos emitidos por el
Estado, que son considerados inversiones sin riesgo.

Gerencia: En esta sección se calculan una serie de indicadores que relacionados con los resultados de
las entrevistas con ejecutivos de la institución, permite obtener una percepción de los resultados de
los planes gerenciales. Es importante evaluar la capacidad de la institución en colocar los recursos en
activos que sean productivos, la participación en el mercado de las cuentas más representativas del
balance, cuánto capta o coloca la institución en relación al número de empleados o de oficinas, la
relación entre los ingresos financieros y gastos financieros, los gastos de transformación con respecto
al tamaño de la institución y los niveles de operación de la institución, entre otros.

Rentabilidad: este componente refleja la eficiencia de la entidad financiera en mantener una


estabilidad de ingresos y gastos. No siempre un indicador de altas ganancias se traduce en una
calificación positiva, ya que al contrario, podría significar que se están asumiendo mayores riesgos
crediticios que generan altas ganancias pero que en el mediano plazo podrían significar pérdidas por
morosidad. En ese sentido, se deben considerar la relación entre los niveles de riesgo asumidos y su
rentabilidad, por ello es importante relacionar estos indicadores con los de Adecuación de Capital
debido a que una alta rentabilidad pudiera ser originada por una baja capitalización. El análisis se
concentra en determinar la calidad y estabilidad de los ingresos, extrayendo de ellos los que sean de
carácter extraordinario y analizando el impacto que las distintas regulaciones tienen principalmente
sobre los de carácter financiero y los originados por comisiones de servicio.
La estructura de los Ingresos es fundamental en el análisis de la capacidad financiera de una
institución, ya que son los que atraen a fuentes de capital externa y afectan el crecimiento del
patrimonio, al mantenimiento o crecimiento de la capacidad operativa, a la habilidad de hacer frente
a condiciones adversas, y por último, a la supervivencia de la institución. Es importante para la
institución que sus ingresos provengan de su gestión operativa y no por operaciones extraordinarias.

Liquidez: refleja la capacidad de atender las demandas de efectivo en situaciones normales de


operación y en situaciones de crisis. En este punto también se evalúan la diversidad de las fuentes de
fondos, su composición y sus posibilidades de fondos disponibles para hacer frente a sus
obligaciones. Si bien es cierto que la normativa bancaria prevé niveles de encaje y aportes a un fondo
de garantía, para ser utilizado por alguna institución que se encuentre en problemas, es importante
conocer los planes de contingencia de la institución para estas situaciones.

Análisis de Riesgos:
En esta fase se analizan las políticas, procedimientos y controles que ha implantado la institución
para poder identificar y monitorear los diferentes riesgos a los que se enfrenta y la manera de
manejarlos para poder preservar la solvencia de la institución. Para ello se evalúan los siguientes
factores:
Administración del Crédito: La cartera de créditos es el principal activo de la institución financiera,
por lo tanto es importante evaluar la existencia de: políticas claras para el otorgamiento de los
créditos, departamentos de análisis con metodologías idóneas y recursos tecnológicos suficientes,
comités para decidir el otorgamiento de los créditos, políticas de garantías, sistemas de control y
seguimiento, así como procedimientos de cobranzas.

Tasas de Interés: Se analiza la exposición que pueda tener la institución ante cambios en las tasas de
interés, evaluando la composición de los activos y pasivos, el calce de plazos y los sistemas de
monitoreo.

Tasas de Cambio: Se analiza la exposición que pueda tener la institución ante cambios en la tasas de
cambio de las monedas en las que tenga registradas sus inversiones, evaluando la composición de los
activos y pasivos, el calce de monedas y los sistemas de monitoreo.
Liquidez: Se analizan las políticas para hacer frente a las operaciones y las posibles contingencias por
cambios en el entorno. Es importante acotar que en un entorno de alta liquidez, la valoración de
estos indicadores es inferior al resto de los componentes.

Operaciones: Se analizan las políticas para prevenir pérdidas originadas por procesos, personal o
sistemas inadecuados.

Tecnológico: Se analiza el grado de automatización de la institución, su dependencia de terceros,


controles y costos en el desarrollo de nuevos sistemas, entre otros.

Legal: Se analizan los riesgos en los que incurre la institución ante cambios en las leyes o en las
normativas según la naturaleza de su negocio.

Proyecciones y Análisis de Sensibilidad:


En esta fase proyectamos los resultados de la institución a un plazo acorde al vencimiento de la
emisión que se esté calificando, tratando de evaluar cómo impactarían las amenazas y oportunidades,
y las fortalezas y debilidades mediante la creación de tres escenarios con probabilidades de ocurrencia
diferentes y con diferentes grados de incidencia en la institución. Para ello, identificamos las variables
que la afectan, proyectamos los estados financieros, para poder determinar si en el futuro, la
estabilidad de la institución y la capacidad de pago pudieran verse comprometida.

Análisis Comparativo:
En la medida que sea posible comparamos la consistencia de la calificación metodológica otorgada
con otras instituciones que a su vez tengan emisiones con una calificación.

Análisis del Título:


Es importante mencionar que la calificación está ligada a un instrumento en particular, por lo tanto
una misma institución puede tener diferentes calificaciones dependiendo del objeto de la calificación,
Papeles Comerciales, Obligaciones, Acciones, en donde los plazos (en el caso de emisiones) o las
ponderaciones asignadas a diferentes indicadores (Rentabilidad en el caso de Acciones) juegan un
papel importante en el análisis.

En el caso de Papeles Comerciales y Obligaciones, deben ser analizados:


Resguardos del Instrumento: Evaluamos la existencia de cláusulas en el prospecto de la emisión que
obligan a la institución a mantener ciertos indicadores dentro de unos márgenes o cumplir con
algunas restricciones o condiciones en la operatividad de la institución.

Garantías: Tienen por objeto proteger al inversionista y es preferible que sean líquidas, cubran el
capital más los intereses, sean exigibles en el país al vencimiento de la emisión y que tengan una
mejor calificación que el emisor.

Para Acciones:

Estabilidad de la Rentabilidad, Política de dividendos, Volatilidad de los retornos, Liquidez de la


acción, Composición accionaria, Mercados en que se transa, Relación precio/utilidad y Valor de la
acción, entre otros.

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