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filologia

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LOS PROBLEMAS FUNDAMENTALES
DE LA

FILOLOGÍA COMPARADA
su historia, so naturaleza y sus diversas relaciones científicas
POR EL

D R . A . AMOR RUIBAL
profesor en las Jfacwltabcs be geología j) Jerecho Canónico
g be cstubios superiores be ¿Eenguaá (Orientales en la Unibersibab
pontificia Conipostelana,
(Canónigo be la 3V. ¿tt. E. C. be .Santiago.

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SEGUNDA P A R T E

ÜN1VLRSSDAD DE NüfYO LtOM CaPMa Alf onsina


iUUoieoü Valveráe y Ttttu Biblioteca Universitaria

MADRID a BARCELONA
IF'eia.a.aa.cl© I^e S-u."bira,:n.a, H e r m . - s
Carrera tío San Jerónimo, 2 P a e r t a Ferrisa, 14
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PARÍS LEIPZIG
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üaclxstte et C. Otto Hanasso-witz
Boulevard S a i n t Germain, 79 <¿> Quérstrasse, 14

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ÍNDICE-SUMARIO

Pags.
i
Advenimiento del método de la Filología comparada.—Hervás
P a n d u r o como creador do la Ciencia del L e n g u a j e . Sus
obras filológico-lingiiisticas. Sus t r a b a j o s de c o m p a r a c i ó n .
Sus d e s c u b r i m i e n t o s . Su d o c t r i n a sobro el o r i g e n del len-
g u a j e . I m p o r t a n c i a de H e r v á s P a n d u r o con relación á la
de otros i l u s t r e s c u l t i v a d o r e s de los estudios glotológicos.
P r i m e r o s r e p r e s e n t a n t e s del procedimiento comparado en
R u s i a . T r a b a j o s s u b s i g u i e n t e s á las i n i c i a t i v a s de C a t a l i -
na I I de R u s i a . El Miíhridates de A d e l u n g . E l a d v e n i m i e n -
to del sánscrito, y el estado en que h a l l ó I03 estudios l i n -
güisticos. Los dos defectos capitales del método antiguo, y
efectos del conocimiento del s á n s c r i t o en orden á ellos.
O r i g e n d é l a e r r ó n e a creencia d e q u i la l e n g u a s á n s c r i t a
es m a d r e d e los i d i o m a s europeos. I m p o r t a d o r e s del conoci-
m i e n t o del s á n s c r i t o en E u r o p a y de su aplicación glotoló-
gica europea. El sánscrito e n t r e los griegos, chinos y á r a -
bes. El s á n s c r i t o e n t r e los misioneros, y sus principales
c u l t i v a d o r e s desde la llegada á la I n d i a de Vasco d e G a m a
h a s t a la creación de la Socie lad Asiática. S a n F r a n c i s c o
J a v i e r , R o b e r t o dei Nobili, H a n x l e d e n , P . de S. B a r t o l o -
meo, Coeurdoux, etc. etc. L a l i t e r a t u r a védica e n t r e los
misioneros católitos. L a Sociedai Asiática de Calcuta.
P r i n c i p a l e s obras s a l i d a s de esta Sociedad a l comenzar la
Filología comparada. W . Jones, W i l k i n s , Colebrooke, C a -
r e y , F o r s t e r etc. Los h e r m a n o s Schlegel y la l i t e r a t u r a y
lengua indias I

IX

For.nación sistemática de la Gramática Comparada.—F. Bopp.


Su preparación d o c t r i n a l . Su p r i m e r t r a b a j o "sobre el sis-
t e m a de la c o n j u g a c i ó n de la lengua s á n s c r i t a . " Sus Memo-

010846
rias, principio do la G r a m á t i c a comparada, y los trabajos
lengua protoaria y la escuela de los neogramáticos. L a cues-
contemporáneos sobre el lituanio, eslavo, zend, etc. Su
tión do I03 orígenes de las nuevas formaciones lingüísticas,
"Gramática comparada." Formación y génesis de las teorías
y las conformaciones morfológicas. Inducciones y deduccio-
de Bopp; cuáles sean sus innovaciones propias, y cuáles no
nes sobre el consonantismo y vocalismo primitivos, y fórmu-
le corresponden. Tres fases de las doctrinas de Bopp. I n -
la primera de Leskien en sentido de la teoría neogramatical.
fluencia doctrinal de diversas teorías que se revelan en los
Bases de la escuela de los neogramáticos. Principales soste-
trabajos de Bopp. Mérito legítimo de las investigaciones
nedores é impugnadores del sistema neogramatical. Críti-
boppianas. D e f j e t o s de procedimiento y"de fonética en el
ca de la teoría de neogramáticos y paleogramáticos. E l pro-
sistema de Bopp. Sus leyes "físicas" y "mecánicas" en el
blema de las leyes fonéticas en ambas escuelas. Las enseñan-
lenguaje. A u x i l i a r e s y sucesores de Bopp, y su categoría
zas de Humboldt, Bopp, Grimm, Pott, Schleicher, etcétera,
doctrinal. Influencia de G. Humboldt, G. Schlegel y Bopp.
sobre dichas leyes, y com3 precedentes históricos en la ma-
Los trabajos de G. Grimm. La ley de la rotación de los so-
teria. P u n t o à que viene á reducirse la controversia acerca
nidos. Representación filológica de P o t t y Benfey. Schlei-
de las leyes fonéticas en dichas dos escuelas. Impugnación
clier, y sus doctrinas comparadas con las de Bopp. Las teo-
de las leyes fonéticas como normas naturales fijas. Crite-
rías de Schleicher é influencias que se revelan en ellas.
rios legítimos en la materia. Carácter de la regularidad f o -
Schleicher como slavista. El encuentro y convergencia del
nética; su causa próxima y principios remotos. Influencias
método griego ó abstracto y del sánscrito ó concreto en los
perturbadoras de las normas fonéticas é interferencias psí-
comienzos de la G r a m á t i c a comparada, y resultados gene-
quicas. Carácter de la analogía en el fonetismo. Api-eciacio-
rales inmediatos. La lengua griega y la lengua védica.
nes varias sobre lo que debe entenderse por "leyes fonéti-
Historia interior de l a comparación del sánscrito y de las
cas." Causas de la diferenciación lingüistica. La "fuerza
lenguas europeas. El origen de las afinidades sánscritas y
centrifuga" v la "fuerza centrípeta" en el orden glotológico.
griegas y l a t i n a s según la escuela conservadora. Dugald
La nomenclatura lingüística y los paleogramáticos y neo-
Stewart, Lord Monboddo etc. en este punto. La escuela in-
gramáticos. Las lenguas como una Evepvsia y como un
novadora, y el parentesco greco-sánscrito según W . Jones.
Epyov. Las expresiones figuradas en la Glotología. Si se d a n
Criterio de F. Schlegel sobre dicho parentesco. Las tres
organismos lingüísticos, y lenguas vivas y lenguas muertas.
direcciones en los estudios indo-europeos. Escuela bonense;
Las denominaciones abstractas en la Ciencia del Lenguaje.
escuela berlinense; escuela de Gottinga. Representantes
E x a m a n critico do las falsas apreciaciones de los neogramá-
principales de estas escuelas. La distribución de la Filolo-
ticos en la m a t e r i a , é impugnación de las "Antinomias lin-
gía comparada y sus cultivadores. La r a m a germánica. Las
güísticas" de V. H e n r y
lenguas italo-grecas. Los idiomas romances. Los dialectos
célticos. E l grupo eslavo. L a glotología erania. Los semi-
tistas; sinólogos; cultivadores de las lenguas polinesias;
id. dravidianas; id. africanas; id. australianas; id. ame-
La Glotología Fonética— El lenguaje. Nociones inadmisibles
ricanas 25
del mismo. Doble carácter del lenguaje. Su definición y ex-
posición. Los sonidos articulados. Nociones falsas y nocio-
XII
nes incompletas sobre la articulación lingüistica. Verdade-
Los Métodos déla Filología comparada.—Los dos métodos lin- ro concepto de ésta en la palabra, y conclusiones generales
güísticos. Paleogramdticos y neogramáticos. Aspecto gene- sobre la materia. Doble aspecto fonético de la palabra. Fo-
ral de sus procedimientos; y ventajas y desventajas de cada netismo estático. Límites del dominio de -la Fonética en la
uno de ellos. Los principios de los neogramáticos en oposi- Ciencia dal Lenguaje, y doctrinas erróneas en este punto.
Los sonidos orales en sus causas productoras, y considera-
ción con los de los paleogramáticos. Razón ganética del sis-
dos acústicamente. La intensidad; la cantidad; el timbre y
tema de Bopp. Las causas de transformación fonética entre
sus constitutivos. Distinción genérica y distinción específi-
los griegos y entre los indios. El protoarianismo como r a -
ca en el timbre. El timbre, signo manifestativo. Diferencias
zón genética del sistema neogramatical, y principio de la
entre los constitutivos musicales y los constitutivos do la
división de métodos lingüísticos. La escuela de los paleo- palabra. Conclusiones. Independencia del pensamiento do
gramáticos y la reconstrucción de la lengua protoaria. La
todo timbro fonético. Critica del simbolismo fonético. El al-
fabeto fonético filosófico. E l simbolismo gráfico. Los ins- gramatical en las lenguas. Triple forma de esta ú l t i m a in-
trumentos significativos del pensamiento. I n s t r u m e n t o s dividualización. Doctrinas generales de los glotólogos sobre
acústicos y ópticos; instrumentos de conversión (de acústi- las raices. La naturaleza de las raíces según las enseñanzas
cos en.ópticos), y de reversión (de ópticos en acústicos). Gra- de los indios, y según Bopp, Schleicher, Fick, Curtius, etc.
dación evolutiva y clasificación de represan tac iones g r á f i - Id. según P o t t . I d . según Sayce. I d . según los Neogramá-
cas hasta el fonetismo alfabético. Clasificación de Federi- ticos: Brugmann, Misteli, etc. Razón genética de las res-
co Müller. Diferencias dentro del alfabetismo, y teorías so- pectivas diversas tendencias y su critica. Las ciases de rai-
bre el origen da la escritura. Orden genético histórico de los ces. Dualismo de Bopp y divergencias denominativas. Mo-
sonidos en las lenguas; principio á que sa subordina, y de- nismo do Benfey. Otros extremos de G r i m m , Schleicher,
mostración práctica "del mismo. Clasificación glotológica etc.; de Sayce, Ascoli, Breal, etc. Critica do estas teorías.
de los fonemas. Unidades lingüisticas naturales y unida- La forma de raices. Doble aspecto de este problema. El
des artificiales; su examen y su noción legítima. E l voca- vocalismo radical de Schleicher y el consonantismo exclu-
lismo y el consonantismo; sentido en qué cabe rechazar ó sivo de F. Müller. L a teoría de Bopp sobre la constitución
admitir esta distinción de sonidos, y sistemas d e su reduc- silábica de las raíces. I d . de Fick, M. Müller, Ascoli, etcé-
ción científica á la unidad. Fonetismo dinámico. Clasifica- tera. Crítica. La formación de las palabras flexivas. Teoría
ciones de los fonemas considerados en movimiento. Causas de de la aglutinación y su crítica. Teoría psíquico-evolutiva de
Westphal, y su critica. Teoría de la adaptación do Ludwig,
la altcraciónde los fonemas. N a t u r a l e z a compleja del acento.
y su crítica. Conclusión 207
Efectos de la acentuación. Los dos aspectos del acento,
lógico y fonético. Cuál de estas manifestaciones sea la más v i •
antigua. La acentuación sánscrita, griega y l a t i n a . Fone- La Glotología Psíquica.—has relaciones lógico-psicológicas y
tismo histórico. El sistema fonético ario p r i m i t i v o . La teo- glotológicas. Clasificación de teorías filosóficas en orden á
ría de los paleogramáticos representada por Schleicher. La sus soluciones lingüisticas. Las dos direcciones f u n d a m e n -
de los neogramáticos representada por B r u g m a n n . E l voca- tales objetivas y sujetivas, y preponderancia de las primeras
lismo. E l consonantismo. Opiniones diversas y conclu- en sistematización glotológica. Criterios acerca de las re-
siones
laciones psiquico-glotológicas. Triple aspecto de la Gloto-
•v logía psíquica. Aspecto histórico c\o la Glotología psíquica.
La Glotología Morfológica.— Sistemas erróneos acerca de l a Las relaciones dialéctico-lingüísticas entre los estoicos.
constitución de los elementos materiales de la palabra. Ex- I d e m entre los neoplatónicos. La ESaaYWYÍj de Porfirio en
- t r e m o s inaceptables sobre la constitución de las raíces. las pscuelas cristianas desde Clemente Alejandrino y Orí-
Criterios legítimos para d e t e r m i n a r el verdadero valor genes. Influencias glotológicas de San Isidoro de Sevilla,
glotológico de las raíces en los idiomas. R e s u l t a n t e s morfo- Alcuino, etc., y bases de los trabajos dialéctico-lingüísticos
lógicas. Unidades naturales y unidades artificiales morfo- de éste. L a s corrientes arábigo-judaicas y sus escuelas. L a
lógicas, y concepto de cada u n a de ellas. Conclusiones, y Edad Media en el cultivo de los idiomas, é injustificada cri-
conceptos equivocados en la m a t e r i a . Contraposiciones'de tica en este punto. La dialéctica aristotélica en sus tres di-
la raiz y de la palabra. Escuelas erróneas o r i g i n a d a s do recciones, latina, siriaca y helénica. El problema de los
extremar las contraposiciones dichas. L a p a l a b r a en la f r a - Universales en el orden lógico-lingüistico. Origen y solucio-
se, é ideas equivocadas de Sayce. L a realidad y la idealidad nes del mismo. La solución nominalista, la solución realista,
en las raices. Bases para una verdadera teoría de raíces. La la solución conceptualista, sus autores y sus conclusiones on
evolución lingüística como ley etimológica. Valor relativo orden al lenguaje. La solución aristotélica en sus relaciones
de todo arquetipo radical, y á qué se reduce la reconstruc- glotológicas. La Grammatica Speculativa de Duns Escoto.
ción de la lengua primera en un tronco de idiomas. Conse- Las Summulae Logicales de Pedro Hispano y la Súvo^'.?
cuencias. Impugnación de las nociones de raiz dada por d i c h a de M. Psellus. El renacimiento y sus oscilaciones
M. Müller y F . Müller. Orden genético de la morfología lógico-psicológicas. El problema de los universales nueva-
sintaxis y semántica. Principios de diferenciación sucesiva', mente como centro lógico-lingüistico en épocas posteriores.
de individualización significativa y de individualización El nominalismo sensualista y positivista. E l realismo onto-
P&gs. PágS.

logista. E l conceptualismo k a n t i a n o . Criterio l e g i t i m o doc- p a r a l a expresión do las d i v e r s a s categorías de idiomas. L a s


t r i n a l . L a s v a r i a n t e s lógico-lingüisticas e n t r e los escolás- l e n g u a s semíticas en orden á su c a t e g o r í a glotológica. Opi-
ticos. Doctrinas glotológico-lógicas de C a r a n m e l . El aspec- niones y c a u s a d e las d i s c r e p a n c i a s . P r i n c i p i o s y observa-
to objetivo d é l a Glotología psíquica. Síntesis de las teorías ciones p a r a u n a l e g í t i m a solución. La flexión a r i a y la fle-
lógico-psicológicas. Los problemas del ser y del conocer á xión semítica, y puntos de confluencia de una y o t r a . O r i g e n
t r a v é s d é l a s escuelas filosóficas. Critica d é l a s soluciones de la flexión en ario y en semítico. I m p u g n a c i ó n del simbo-
positivistas en la m a t e r i a . I d . de las t r a s c e n d e n t a l i s t a s . lismo semítico d e K a u l e n y otros. L a s l e n g u a s harmónicas.
Teorías inadmisibles sobre el nexo del orden r e a l é ideal y C u a d r o de lenguas que, sagún los principios sentados, debe
sus soluciones glotológicas. L a teoría a r i s t o t é l i c a del co- establecerse. Tipos da l e n g u a s isolantes, de l e n g u a s aglu-
nocer y sus consecuencias en orden á la n a t u r a l e z a del l e n - tinantes, do l e n g u a s da flexión aglutinante, y d e l e n g u a s de
g u a j e . E l l e n g u a j e como imagen. E l l e n g u a j e como signo, inflexión vocal. Relación del o r d e n fonético y del o r d e n se-
y varios aspectos d e éste. El valor significativo del objeto mánticoQn n u e s t r a clasificación. E l parentesco a r i o - a l t a i c o -
y del concepto en la p a l a b r a y o r d e n cronológico de estas semitico-camitico. Nexo semitico-ario. Sus p a r t i d a r i o s é
significaciones. Orden genético d e la significación de lo i m p u g n a d o r e s . Exposición y e x a m e n critico de los a r g u -
universal y de lo particular en la p a l a b r a . Doble aspecto de mentos que se oponen a l nexo semitico-ario. L a r a i z semí-
la cuestión y opiniones diversas. Génesis d e categorías l i n - tica, el t r i c o n s o n a n t i s m o s e m í t i c o , y paralelo de raices se-
güisticas. L a v i d a del l e n g u a j e ó independencia en sus m a - míticas y arias. L a evolución morfológica del egipcio como
nifestaciones en el i n d i v i d u o y en la sociedad. Aspecto se- tipo de la f o r m a c i ó n g r a m a t i c a l semítica y a r i a . Combina-
mántico general de la Glotología psíquica. Cambios fonéticos ciones y p e r m u t a c i o n e s en las raices egipcias. Los f e n ó m e -
y c a m b i o s semánticos en sus v a r i a s relaciones. Observacio- nos ia variación, de inversión, d e crecimiento y decrecimien-
nes sobre la Etimología. P a r t e f u n d a m e n t a l de la Semasio- to. Efectos y su aplicación. E n c u e n t r o de los tres órdenes
logía) y representación de las influencias r o t ó r i c a s en su a n t e r i o r e s de fenómenos. Los fenómenos s e m á n t i c o s en
desarrollo. L a s influencias s i n t á c t i c a s . Objeto de la s i n t a x i s egipcio y su enlace con los morfológicos. Su aplicación se-
histórica. P r o c e d i m i e n t o s que h a n de'desecharse en su sis- mítica y aria, y conclusiones generales 371
tematización, y cuál debe seguirse. Teorías y c r i t i c a sobre
-vxxx*
el concepto del n o m b r e y verbo 277
La Glotología Histórica.—El objeto de la Glotología h i s t ó r i c a
VII y la e n u m e r a c i ó n lingüistica. Concepto y valor r e l a t i v o s de
l a s p a l a b r a s lengua, dialecto, subdialecto. Diferenciaciones
Las Clasificaciones Glotológicas.—has formas lingüísticas y
lingüisticas. L e n g u a j a y lengua,parentesco l i n g ü í s t i c o , fa-
l a s teorías fonéticas y morfológicas. L a s p r i m e r a s clasifi-
milia de l e u g u a s y l e n g u a madre. M a t e r i a l glotológico y sus
caciones, y c a u s a d e su f a l t a de c a r á c t e r científico. A c l a r a -
distribuciones. L e n g u a s a f r i c a n a s de la raza a m a r i l l a . Len-
ciones sobre el c a r á c t e r , n a t u r a l e z a y procedimientos d e
g u a s cafres. I d e m de la raza n e g r a a f r i c a n a . I d e m de los
distribución en las clasificaciones glotológicas. V e n t a j a s
Papuos. I d e m de la raza a u s t r a l i a n a . I d e m de la r a z a ína-
d e la clasificación morfológica, y motivo d é l a s discrepan-
layo-polinesia. I d e m de la r a z a d r a v i d i a n a . I d e m d e la
cias en la calificación de las lenguas d e n t r o de ella. L a c l a -
a m e r i c a n a . I d e m de la h i p e r b ó r e a . I d e m de la mongólica.
sificación de F . Sahlegel, G. Schlegel, y F . M ü l l e r . I d . d e
I d e m de la n u b i a n a . I d e m d e la r a z a caucásica. R a m a s de
B o p p . I d . d e H u m b o l d t . Id. d e M . Müller, Schleich3r, etc.
l a s l e n g u a s c a u c a s i a n a s , y clasificaciones de las camí-
Clasificaciones de P o t t , B r i n t o n , Oppert, y o t r a s divisiones.
tico-semiticas, y de los i d i o m a s indo-europeos. E l g r u p o
L a clasificación morfológica en sus relaciones con la genea-
lingüístico ario como centro legítimo de las investigaciones
l ó g i c a y psicológica. Cuadros de las principales clasificacio-
glotológicas. Critica do los "ídolos d e la Glotología" d e
nes. Conclusiones en la m a t e r i a . Base h i s t ó r i c a de la clasifi-
Sayce. E l p r o b l e m a del origen d e los arios y su doble as-
cación morfológica, y f o r m a común en que suele presentar-
pecto glotológico y antropológico. D i v e r s a s opiniones sobre
se. Criterios á q u e deba a j u s t a r s e u n a legítima clasificación
el origen dol n o m b r e "arios" y c u a l sea la m á s verosímil.
morfológica. N a t u r a l e z a compleja y noción de flexión.
Opiniones sobro los orígenes d e los arios. L a teoría asiática,
G r a d o s en la. flexión. El orden genético y el o r d e n morfoló-
sus comienzos y sus sostenedores. L a teoría ario-europea.
gico en las lenguas. F ó r m u l a s d e la distribución morfológica
Principios y criterios en la cuestión. El calificativo Indo- güistica en indo-europeo. La existencia do la lengua madre
europeo && valor no étnico y exclusivamente lingüístico. La y su desaparición. Su naturaleza polidialectal. E l tipo del
personalidad lingüística y la personalidad antropológica protoario comparado con el de los idiomas arios. Opiniones
a r i a .Ursprache, Urvolk, Urheimat,Urzeit y Urkultúr. Sen- y consecuencias. La re luotibilidad do los idiomas á la uni-
tido en qué debe admitirse y en qué debo negarse la exis- dad. Diversos criterios, y observaciones. Las fases en orden
tencia de los arios. Arios y (¡Harneado». La cuestión antro- á la unidad lingüística. E l cálculo de Yonng sobre las pro-
pológica de los protoarios, sus aspectos y soluciones. Las babilidades de que palabras semejantes en distintos idiomas
dos direcciones capitales de la controversia. A r g u m e n t o s en tengan común origen. El proceso de clasificación glotoLógi-
favor del origen asiático ario y crítica de cada uno de ellos. ca. Tesis, antítesis y síntesis en los grados evolutivos de las
La hipótesis del origen europeo de los arios, y sus f u n d a - lenguas. La expresión do conceptos en las lenguas isolantes.
mentos. P r i m a c í a relativa ótnico-lingüística de los arios, Diferencias f u n d a m e n t a l e s entre el monosilabismo y las len-
y sus consecuencias en orden á los orígenes de los protoarios guas arias. Di versas apreciaciones acerca delmonosilabismo
y prearios. L a formación del grupo lingüístico indo-europeo chino, y criterio que debe sostenerse. L u g a r intermedio del
como simultánea á la constitución de la lengua madre indo- tipo a g l u t i n a n t e . El tipo de conformación en las lenguas fle-
europea. E l grupo étnico ario en sus relaciones prearias y xivas en su relación con las aglutinantes. Argumentos con-
anarias. Distinción entre el centro de expansión lingüistica t r a la evolución de fases y su critica. El centro único en
a r i a 3' el centro étnico ario. La paleolingüística indo-euro- las lenguas y el poligenismo glotológico. Inversión poli-
pea. Doctrina de Pictet, K u h n , etc.'; i<J. de Hehn y de O. Schrä- genista de la divergencia y convergencia de las lenguas.
der. Conclusiones. Valor de las concordancias y discordan- Las conclusiones glotológicas en la materia y las doctrinas
cias etimológicas en las deducciones paleolingüísticas. L a bíblicas. La reductibilidad ó irrreductibilidad d é l a s len-
significación primitiva y la significación histórica en los vo- guas indiferente en el orden biblico. El acontecimiento
cablos. La expansión lingüística p r i m i t i v a y la expansión de Babel y amplitud de. su interpretación. L a extensión
del pueblo primitivo. Distinción del preario, del protoario etnográfica en la confusión babélica supuesta su realidad
y de la difusión aria, y efectos do su confusión en las de- lingüística. Doctrina más probable. L a unidad ó pluralidad
ducciones paleolingüísticas. Si puede alcanzarse una r e - de lenguas antediluvianas. La lengua de los que tomaron
construcción prehistórica a r i a por la paleolingüística-. Dis- parte en la obra de Babel- Si la confusión babélica h a d e
tinción entre la reconstrucción prehistórica indo-europea y decirse ó no confusión do lenguaje, y opiniones sobro este
la protoaria, y sus consecuencias. Analogía entre la re- punto. Conclusiones 587
construcción de la lengua protoaria y la de la c u l t u r a pro-
toaria. Las conclusiones e x t r e m a d a s sobre la cultura pro-
toaria, orígenes complejos de ésta, y doctrina que debe sos-
El origen del lenguaje.—La lengua primitiva.—Los ídolos de la
tenerse. Datos glotológicos sobre conocimientos concretos
Ciencia del Lenguaje.—Naturaleza del problema del origen
de diversos órdenes entre los protoarios. El encuentro ario
del lenguaje y principios próximos y remotos á que se su-
con la c u l t u r a p r e a r i a , y múltiples pruebas que lo demues-
bordina. Doctrinas sobre el origen del lenguaje que según
t r a n . La formación de la f a m i l i a aria, y primeras opiniones
dichos principios deben excluirse, y cuáles pueden soste-
d é l o s filólogos h a s t a Bopp. La teoría de la ramificación
nerse. Las opiniones sobre la posibilidad abstracta de que el
simple de Schleicher. L a teoría de la ramificación doble.
hombre forme el lenguaje, y cuál h a y a de admitirse. I d e m
La teoría do l a s ondas, sus bases, y teoría mixta que ha de
acerca del hecho concreto, y cuál sea la más probable. Cla-
sostenerse '
sificación de las teorías inadmisibles del origen del len-
g u a j e . Sus precedentes en las escuelas griogas. Crítica del
revelacionisvio puro. Idem del nativismo puro en sus dos
as Fcises Glotológicas — Las lenguas en los tres grupos gloto- direcciones. Idem del nativismo evolucionista en sus varios
lógicos f u n d a m e n t a l e s . Extensión de cada grupo. Causa de aspectos. Conclusión. Imposibilidad de conocer el lenguaje
dichas manifestaciones lingüísticas. La teoría de los tipos fi- primitivo, y diversas tradiciones acorca del mismo. L a
jos. L a teoría de las fases y su razón de ser. L a permanencia t r a d i c i ó n rabinica del hebraísmo primitivo, y su no univer-
de los tipos glotológicos. E l problema de la evolución lin- salidad en la Iglesia. Impugnación del hebraísmo y critica
de sus argumentos. El hebraísmo primitivo y el lenguaje de
Jesticristo. Opiniones diversas acerca de la lengua propia
de J . C. La denominación helenista de "lengua hebrea"como
exclusiva de la "lengua aramaica." Conclusión sobre el
idioma de J . C. y su inutilidad para favorecer al hebraísmo
primitivo. Los fundamentos de la incertidumbre en orden
a l a lengua primitiva. E l problema de l a reductibilidad de DE LA

los idiomas no es el problema del lenguaje primitivo. Pro-


porción entre los troncos glotológicos y el tronco común en
la hipótesis de la convergencia, ó no convergencia de las fa- FILOLOGÍA COMPARADA
milias lingüisticas. Las raices en orden al lenguaje primi-
tivo. Los elementos esenciales en el lenguaje primitivo, y la
pretendida filosofía de la lengua primera. Los ídolos d é l a
Filología comparada. El ídolo de la interpretación lin- P r e l i m i n a r e s g e n e r a l e s de la C i e n c i a del L e n g u a j e
güistica de la mitología aria. Los orígenes religiosos y los
orígenes míticos. El Panteón griego y el Panteón romano.
La exégesis mitológica de la antigüedad. El sistema de la i
alegoría y el evhemerismo en sus varias manifestaciones, y
en las diversas épocas históricas. E l sistema de la Mitolo- L a palabra como distintivo exterior del hombre; dignidad e impor-
tancia de la misma. Apreciaciones de P o t t , F . Müller, Stuart
gía comparada fundado en el de la Filología comparada. Mili, etc. Antigüedad de los problemas lingüísticos, y carácter
Los principios f u n d a m e n t a l e s del método lingüístico en de su estudio entre griegos, romanos é indios. L a palabra en el
dicho sistema. E l simbolismo glotológico y su explicación Ritr-Veda y en el Atharva-Veda. Dificultades que se ofrecen al
estudiar el lenguaje y disciplinas con las cuales confina la inves-
según los sistemas naturalista, litúrgico, etc. Impugnación tigación glotológíca." Extremos sistemáticos (psicologismo, em-
y^critica de la teoría glotológico-mítica en todos sus aspectos. pirismo, tradicionalismo) que deben evitarse. La Lógica, la Psico-
Naturaleza compléja del problema de los orígenes del poli- logía, la Antropología, la Etnografía comparadas con la Ciencia
del Lenguaje, y sus diferencias. L a Etnopsíquica. Aclaraciones
teísmo, y orden genético de su formación y desarrollo. sobre los conceptos de Lógica, Psicología y Etnopsíquica. Con-
Conclusión secuencia contra el método de Pott, Schleicher, etc., y su legiti-
midad según M. Müller y F. Müller. Triple objeto con que puede
hacerse el estudio del lenguaje y denominaciones respectivas.
Relaciones de la Glólica, Filología general y Filología compa-
rada. Significación tradicional del nombre Filología, y sentido
en que aparece usado desde Wolf. Períodos de la Filología en
esta acepción. L a Filología comparada. Triple valor de la voz
Filología, según Littré. Crítica de las impugnaciones de la expre-
sión "Filología comparada." Otras denominaciones de la Ciencia
del Lenguaje. Relaciones entre la Filología en general y la Filo-
logía comparada. Acepciones de la voz "Filología" en Platón, Se-
neca, Plutarco, Marciano Capela, etc., y ulteriores determinacio-
nes de su concepto. Predecesores y sucesores de Wolf en cuanto
al uso y noción de la Filología en sentido enciclopédico.

Es la p a l a b r a don singular y maravilloso que en


e l m u n d o e x t e r i o r resume toda la g r a n d e z a de la
criatura racional, poniendo en sus manos como expre-
sión de la inteligencia, el cetro de la soberanía que le
corresponde sobre todos los seres de la t i e r r a .
de sus argumentos. El hebraísmo primitivo y el lenguaje de
Jesticristo. Opiniones diversas acerca de la lengua propia
de J . C. La denominación helenista de "lengua hebrea"como
exclusiva de la "lengua aramaica." Conclusión sobre el
idioma de J . C. y su inutilidad para favorecer al hebraísmo
primitivo. Los fundamentos de la incertidumbre en orden
a l a lengua primitiva. E l problema de la reductibilidad de DE LA

los idiomas no es el problema del lenguaje primitivo. Pro-


porción entre los troncos glotológicos y el tronco común en
la hipótesis de la convergencia, ó no convergencia de las fa- FILOLOGÍA COMPARADA
milias lingüisticas. Las raices en orden al lenguaje primi-
tivo. Los elementos esenciales en el lenguaje primitivo, y la
pretendida filosofía de la lengua primera. Los ídolos d é l a
Filología comparada. El ídolo de la interpretación lin- P r e l i m i n a r e s g e n e r a l e s de la C i e n c i a del L e n g u a j e
güistica de la mitología aria. Los orígenes religiosos y los
orígenes míticos. El Panteón griego y el Panteón romano.
La exégesis mitológica de la antigüedad. El sistema de la i
alegoría y el evhemerismo en sus varias manifestaciones, y
en las diversas épocas históricas. E l sistema de la Mitolo- L a palabra como distintivo exterior del hombre; dignidad e impor-
tancia de la misma. Apreciaciones de P o t t , F . Müller, Stuart
gía comparada fundado en el de la Filología comparada. Mili, etc. Antigüedad de los problemas lingüísticos, y carácter
Los principios f u n d a m e n t a l e s del método lingüístico en de su estudio entre griegos, romanos é indios. L a palabra en el
dicho sistema. E l simbolismo glotológico y su explicación Ritr-Veda y en el Atharva-Veda. Dificultades que se ofrecen al
estudiar el lenguaje v disciplinas con las cuales confina la inves-
según los sistemas naturalista, litúrgico, etc. Impugnación tigación glotológíca." Extremos sistemáticos (psicologismo, em-
y^critica de la teoría glotológico-mítica en todos sus aspectos. pirismo, tradicionalismo) que deben evitarse. La Lógica, la Psico-
Naturaleza compléja del problema de los orígenes del poli- logía, la Antropología, la Etnografía comparadas con la Ciencia
del Lenguaje, y sus diferencias. L a Etnopsíquica. Aclaraciones
teísmo, y orden genético de su formación y desarrollo. sobre los conceptos de Lógica, Psicología y Etnopsíquica. Con-
Conclusión secuencia contra el método de Pott, Schleicher, etc., y su legiti-
midad según M. Müller y F. Müller. Triple objeto con que puede
hacerse el estudio del lenguaje y denominaciones respectivas.
Relaciones de la Glólica, Filología general y Filología compa-
rada. Significación tradicional del nombre Filología, y sentido
en que aparece usado desde Wolf. Períodos de la Filología en
esta acepción. L a Filología comparada. Triple valor de la voz
Filología, según Littré. Crítica de las impugnaciones de la expre-
sión "Filología comparada." Otras denominaciones de la Ciencia
del Lenguaje. Relaciones entre la Filología en general y la Filo-
logía comparada. Acepciones de la voz "Filología-' en Platón, Se-
neca, Plutarco, Marciano Capela, etc., y ulteriores determinacio-
nes de su concepto. Predecesores y sucesores de Wolf en cuanto
al uso y noción de la Filología en sentido enciclopédico.

Es la p a l a b r a don singular y maravilloso que en


e l m u n d o e x t e r i o r resume toda la g r a n d e z a de la
criatura racional, poniendo en sus manos como expre-
sión de la inteligencia, el cetro de la soberanía que le
corresponde sobre todos los seres de la t i e r r a .
En la p a l a b r a encarna, v i v e y se nutre el pensa-
miento de los individuos y de los pueblos, trasmitién- ciertas de un desquiciamiento social inevitable, del
dose de generación en generación á t r a v é s de las eda- aislamiento de la muerte y de la frialdad del sepul-
des; en ella se refleja la acción vital de la inteligen- cro (1).
cia que la utiliza p a r a las m ú l t i p l e s variadísimas
Los p r o b l e m a s r e l a t i v o s á la n a t u r a l e z a d e l a palabra y á su
manifestaciones de la vida h u m a n a , llevando á, todas
i m p o r t a n c i a y d i g n i d a d , h a n sido p l a n t e a d o s d e s d e la m á s re-
partes los destellos de la f u e r z a creadora del espíritu m o t a a n t i g ü e d a d en las d i v e r s a s escuelas, y e s t u d i a d o s s e g ú n
y la luz incomparable que por su virtud alumbra al los p r i n c i p i o s filosóficos d e c a d a u n a . P a r a los g r i e g o s los pro-
mundo de las ideas. b l e m a s l i n g ü í s t i c o s e s t u v i e r o n g e n e r a l m e n t e asociados á las
t e o r í a s psicológicas, s i e n d o de esta s u e r t e l a c a t e g o r í a d e la
G-uardadora de todos los tesoros del ingenio y del
s a b e r , potencia misteriosa que entre hombre y hom-
b r e , entre entendimiento y entendimiento establece (1) Por muy lejos que estemos de la triple manifestación del ag-
corrientes inefables de ideas y de afectos, la p a l a b r a nosticismo filosófico (agnosticismo tradicionalista, agnosticismo on-
tologista y agnosticismo positivista) en sus exageraciones respectivas
es vínculo poderoso que une en universal consorcio sobre la fuerza creadora de la palabra, que cada escuela acomoda á
á los hombres del Globo, y reveladora fiel de todas su peculiar sistema como'veremos, no por eso hemos de rehusar re-
las maravillas del genio, y de los elevados conceptos conocer el soberano influjo que como signo y como instrumento le
concierne, y en cuya legítima determinación y deslinde va envuelto
de las especulaciones más abstrusas. A la m a n e r a que uno de los problemas capitales de la Ciencia del Lenguaje, de tan di-
el sol en nuestro sistema planetario es fuente perenne fícil estudio como es el de la naturaleza de la palabra en sus relacio-
de vida, de actividad y de energías derramando sin nes con la inteligencia, y tan importante como es todo lo que á és-
t a y á aquélla se refiere. "Wir haben in der Sprache, escribe Pott
cesar los esplendores de la belleza en el Universo, así (W. von Humboldt und die Sprachviiss.) ein erstaunlich grosses und
el lenguaje es en el mundo de las inteligencias, ma- zugleich wundersam geheimnissvolles Räthsel vor uns, nach so vie-
nantial fecundo de actividad y colorido en las ideas, len Richtungen hin noch ungelöstes und unverstandenes Räthsel,
schwerer und unendlich verwickelter als das, welches die Sphinx
que con su benéfico influjo esplendora y vivifica. Y aufgab; kaum leichter als das unseres Daseins und unseres Geistes-
como la desaparición de aquel astro, inmensa hogue- lebens überhaupt, aber möglichster Lösung ebenso würdig als be-
r a encendida en medio de los cielos p a r a b a ñ a r al dürftig."
Refiriéndose al alcance del l e n g u a j e , dice F e d e r i c o MU 11er
mundo en sus fulgores, a r r e b a t a r í a a l punto de nues- (Grundriss d. Sprachwissch): "Vor allen die Sprache in der geisti-
t r a vista el concierto prodigioso de la n a t u r a l e z a y g e Sphäre ist welche die Richtung und den Entwickelungsgang des
una h o r r e n d a noche y un silencio absoluto en la tie- Menschen bestimmt, und um welcher er mit der grössten Zähigkeit
häng." W a s bleibt, pregunta Stuart Mill, uns von der Kenntniss der
r r a presagiarían el exterminio de la vida, así al des- Dinge uebrig, wen wir alles hinwegnehmen was wir durch W o r t e
a p a r e c e r la p a l a b r a de los reinos del espíritu, se apa- von Auderen erlangten? Wir müssen also bei der Aufzählung - und
g a r í a la lumbre que á nuestros ojos los ofrece con Classification der Dinge bei den Namen aufangen und sie als einen
Schlüssel, zu den Dingen gebrauchen, sodass wir uns alle Distinc-
toda su variedad y hermosura, los reviste de forma tionen nicht wie sie ein einziger Forscher von vielleicht beschränk-
sensible y presenta v i v i e n d o la vida misma de los ten Ausichten, sondern wie sie der Gesammtgeist der Menschen er-
hombres y de los pueblos, y sobre las regiones del en- kant hat vor Auge bringen." (S. M. tr. Schiel, cit. P. Merlo). Afirma-
ciones son estas que aunque obedecen á los principios de escuela de
tendimiento cerneríanse entonces súbitamente, con el los respectivos autores que las profieren, tienen un fondo de verdad
silencio y la inacción, densas sombras precursoras que subsiste independientemente de t o d o sistema cualquiera que
este sea.
Filosofía principio y n o r m a d e las c a t e g o r í a s g r a m a t i c a l e s . nificados) en f r e n t e á cuyos p r i n c i p i o s lógico-lingüísticos el rea-
( C f . B r e a l , Mélanges de Mythologie et de Lingüistique; Max lismo moderado h a v e n i d o s o s t e n i e n d o el l e g i t i m o v a l o r d e l a
M ü l l e r , Lectures on tlie science of Language; S t e i n t h a l , Ges- p a l a b r a y de los c o n c e p t o s u n i v e r s a l e s ; el ontologismo d e Male-
b r a n c h e h a s t a el d e G i o b e r t i ; el sensualismo d e L o c k e con l a s
chichte der Sprachwissenschaft bei den Griechen und Römern;
transformaciones de Condillac y sus secuaces; el criticismo de
G r a e f e n h a n , Geschichte der Classisclien Philologie im Alter-
K a n t e l e v a d o á l a s r e g i o n e s del trascendentalismo absoluto e n
thum etc.). L a s i n g u l a r i m p o r t a n c i a del l e n g u a j e e n t r e los hele-
H e g e l y sus i n m e d i a t o s p r e d e c e s o r e s y sucesores; el tradiciona-
nos p u e d e a p r e c i a r s e p o r lo q u e significaba p a r a ellos l a p u r e z a
lismo de L a m e n n a i s c o n las v a r i a n t e s d e B o n a l d , R á u l i c a , etc.;
y h a r m o n í a d e su idioma, q u e con t a n t o e m p e ñ o h a n p r o c u r a d o
el positivismo, en fin, d e la e s c u e l a d e C o m p t e con l a s t r a n s f o r -
s i e m p r e c o n s e r v a r . L a s a n é c d o t a s d e D e m ó s t e n e s a l t e r a n d o in-
maciones de sus discípulos, y l a s n e c e s a r i a s y lógicas a l i a n z a s
t e n c i o n a d a m e n t e el a c e n t o d e a l g u n a s p a l a b r a s e n sus oracio-
con el darwinismo, h a n e j e r c i d o i n f l u e n c i a n o t a b l e e n las co-
n e s p a r a l l a m a r la a t e n c i ó n del p u e b l o sobre ellas, q u e las co- r r e s p o n d i e n t e s t e o r í a s sobre el l e n g u a j e ; t e o r í a s m o d e l a d a s á l a
r r e g í a i n m e d i a t a m e n t e , y p r o p o r c i o n a b a al o r a d o r el é x i t o d e s e m e j a n z a de los principios r e s p e c t i v o s e n las e s c u e l a s m e n c i o -
su c a u s a ; las t e o r í a s de la L ó g i c a y d e la R e t ó r i c a , q u e e n al- n a d a s , y q u e o p o r t u n a m e n t e h a b r e m o s d e e x p o n e r en el d e c u r -
g u n a s escuelas casi se r e d u j e r o n á las t e o r í a s g r a m a t i c a l e s ; la so d e este libro.
m i s m a evolución histórica d e l a l i t e r a t u r a , y su significación
d e s d e el p u n t o d e vista d e la f o r m a ; l a e s t u d i a d a corrección y Los indios, cuyo i d i o m a v a u n ideas g r a m a t i c a l e s t a n e x t r a -
o r d i n a r i o y decisivo influjo h u b i e r o n de e j e r c e r en l a F i l o l o g í a
v a r i e d a d d e la morfología y s i n t a x i s d e su g r a m á t i c a , p u d i e r a n
c o m p a r a d a , e l e v a r o n el l e n g u a j e á los h o n o r e s de la d i v i n i d a d ,
s e r v i r p a r a e v i d e n c i a r lo q u e v e n i m o s diciendo. P u e d e a f i r m a r -
y le h a n c o n s i d e r a d o como el d i s t i n t i v o m á s a l t o de s u p r e m o
se q u e l a d i v i n i d a d de la E l o c u e n c i a y d e la P o e s í a f u e r o n e n
B r a h m a , c u a n d o n o la h a n i d e n t i f i c a d o con él, e x p r e s a n d o con
G r e c i a las d i v i n i d a d e s d e l a palabra.
v i v a s i m á g e n e s y personificaciones la v i r t u d m á g i c a , el pode-
Cosa a n á l o g a ha sucedido con los estudios filológicos d e los
río sin i g u a l q u e en el m u n d o del e s p í r i t u e j e r c e la palabra.
r o m a n o s , q u i e n e s recibieron d e la G r e c i a la i n f l u e n c i a d o c t r i n a l
«Ella (dice V á c k —la P a l a b r a p e r s o n i f i c a d a — e n el Rig-Veda)
d i r e c t a d e sus teorías en p u n t o a l l e n g u a j e , con los s i s t e m a s es la p r i m e r a q u e h a conocido á los santos dioses y q u e h a ha-
filosóficos á q u e v e n i a s u b o r d i n a d a la solución de los proble- b l a d o á las d i v i n i d a d e s ; la q u e se h a l l a p o r t o d a s p a r t e s d i f u n -
m a s d e la p a l a b r a . O p o r t u n a m e n t e h a b r e m o s d e e x p o n e r las d i d a , p e n e t r a las cosas y t i e n e á todos s u b o r d i n a d o s sin q u e lo
c o r r i e n t e s helénico-latinas, q u e h a n sido por t a n t o s siglos nor- a d v i e r t a n ; la q u e m a n i f i e s t a c u a n t o es d i g n o d e e s t i m a á los
m a o b l i g a d a d e las escuelas l i n g ü í s t i c a s de E u r o p a h a s t a el a d - h o m b r e s v á los dioses, y q u e h a c e poderoso, b r a h m á n , p r o f e t a
v e n i m i e n t o del sanscritismo, el c u a l como ocasión más q u e co- y sabio á q u i e n e l l a d i s p e n s a sus f a v o r e s . Ella la q u e t i e n d e el
mo c a u s a , d e t e r m i n ó en el siglo X I X el m é t o d o d e la F i l o l o g í a a r c o á R u d r a (dios del rayo), h i e r e de m u e r t e á los e n e m i g o s d e
comparada. las d i v i n i d a d e s , p e l e a p o r el p u e b l o , llena cielo y t i e r r a , y e n
Si d e s d e e s t e p u n t o d i r i g i m o s u n a m i r a d a r e t r o s p e c t i v a á m e d i o d e todos los seres e l e v a h a s t a el cielo su cabeza».—«Como
las a n t e r i o r e s edades, el i n f l u j o g r e c o - r o m a n o y l a d i r e c c i ó n el v i e n t o y o soplo a b a r c a n d o todos los s e r e s , y p a s a n d o m á s
filosófica a p a r e c e n manifiestos en los estudios l i n g ü í s t i c o s he- allá del cielo y d e l a t i e r r a ; t a l soy en g r a n d e z a . » (Rig-Ve-
chos con i n t e n t o científico en todas las épocas d e l a civilización da, X , 125.) Cf. el A t h a r v a - V e d a , IY, 30 y X I X , 9 (1).
e u r o p e a ; y a u n el e m p i r i s m o g r a m a t i c a l y etimológico e n l a
p a r t e p r á c t i c a son t r a s u n t o fiel del i n s e g u r o criterio d e los es-
coliastas d e l a d e c a d e n c i a de G r e c i a y R o m a , como v e r e m o s .
Y es de o b s e r v a r q u e si e n la a n t i g ü e d a d clásica s i r v e n de. (1) He aquí el texto íntegro del Rig-Veda á que nos referimos,
g u i a á l a glosologia científica los sistemas filosóficos, con i g u a l , y que merece ser conocido en todo su conjunto, aunque arriba no lo
hemos trasladado totalmente. El lector deberá suplir las deficien-
p o r no decir m a y o r s u b o r d i n a c i ó n á las ideas lógicas y psicoló-
cias de transcripción inevitables por falta de caracteres propios, y
g i c a s , a p a r e c e a q u é l l a e n las d i v e r s a s escuelas q u e nos o f r e c e
aun de signos que de algún modo pudieran reemplazarlos.
l a H i s t o r i a d e l a Filosofía h a s t a n u e s t r o s días. El nominalismo 1. "Aham rudrebhih vasubhih carami, aham aditayaih uta vi9va-
y el realismo exagerado (por no r e c o r d a r m á s q u e s i s t e m a s sig-
P o r el c o n c e p t o r a c i o n a l q u e d e l a palabra como de l a poesía
h a n t e n i d o los indios, el c u a l 110 e s i n f e r i o r al de los g r i e g o s , se con las teorías filológicas y ejercer m a r c a d a influen-
v e c l a r a m e n t e la e l e v a c i ó n d e sus i d e a s e n e s t e p u n t o , a s i como cia en ellas, llevando no pocas veces sus prejuicios á
la e x a c t i t u d d e sus a p r e c i a c i o n e s , s e g ú n t e n d r e m o s ocasión d e perturbar la m a r c h a regular de las investigaciones
a d v e r t i r . (Cf. R e g n a u d , LaRhétorique Sanskrite, etc.)
glotológicas, de igual suerte que sus doctrinas verda-
deras hubieran contribuido á asegurar las conquistas
Pero cuanto es noble la misión de la p a l a b r a é im-
de la nueva ciencia y á fijar las leyes y norma de sus
portante el objeto del lenguaje, tanto más difícil es el
principios. Puede decirse que las diversas encontra-
estudio de su naturaleza y mayores y m á s árduas son
das soluciones lingüísticas en los puntos fundamenta-
las cuestiones que en él se ofrecen y múltiples las teo-
les, y en todo aquello que se refiere al nexo singular
rías que se disputan la v e r d a d de sus soluciones.
del orden de las ideas con el orden de las cosas que
Colocada el habla h u m a n a en los confines de am-
se establece en el lenguaje, son determinadas de una
bos mundos del sensible y del inteligible, participa de
m a n e r a inmediata por los opuestos principios filosófi-
las leyes que en ellos rigen, y lleva en sí misma los
cos y científicos en general, que se h a c e n intervenir
problemas que á dichos dos órdenes se refieren, obje-
en ellas.
to de tantas controversias en el campo de la ciencia.
La Filología comparada, debe estudiar el lenguaje
Las teorías antropológicas, psicológicas é históricas
en sí mismo y en su ser abstracto, y debe también es-
vienen por lo mismo á encontrarse por mil m a n e r a s
tudiarle en sus manifestaciones concretas. H a de fijar
la naturaleza del lenguaje en su conjunto y como me-
devaih. A h a m m i t r a v a r u n a ubha b i b h a r m i , a h a m indragnim, a h a m dio de expresión de las ideas, y luego examinar sus
a l v i n a ubha. variedades en la historia, mediante los elementos lé-
2. A h a m Somam a h a n a s a m biharmi, a h a m t v a s h t a r a m u t a pus-
xicos, morfológicos y sintácticos de cada idioma. Y en
h a n a m b h a g a m , aham dadhami d r a v i n a m h a v i s h m a t e supravye ya-
j a m a n a y a sunvate. estas investigaciones de la naturaleza de la palabra
3. A h a m r a s h t r i s a m a g a m a n i vasunam cikitushi p r a t h a m a yajni- como auxiliar de la inteligencia, y de las formas his-
y a n a m , tam m a devah vyadadhuh p u r u t r a b h u r i s t h a t r a m bhuryave- tóricas que reviste en el tiempo, está el todo complejo
fayamtim.
4. Maya sah a n n a m a t t i yah v i p a ? y a t i yah praniti yah im ?rnoti de la Ciencia del Lenjuage, que estudiando la síntesis
u k t a m a m a m t a v a h mam t e upakshiyamti f r u d h i ?ruta ?raddhivan singular de la palabra y del concepto viene á colocar-
te vadami. se en los confines de las ciencias del espíritu y de la
5. A h a m èva svayam idam v a d a m i j u s h t a m devebhih uta ma-
nushebhih, y a m k a m a y e tam u g r a m k r n o m i t a m b r a h m a n a m t a m
m a t e r i a , y en cierta manera h a de contraponerse á
r s h i m t a m sumedham. unas y otras, y a que la p a l a b r a es órgano universal de
6. A h a m rudvaya d h a n u h a t a n o m i , b r a h m a d v i s h e ?arave ham- toda forma de conocimiento (1).
ta vai u m . A h a m j a n a y a s a m a d a m k r n o m i , a h a m dyavaprthivim
avive^a.
7. A h a m save p i t a r a m asya m u r d h a m , m a m a yonih a p s v a m t a h (1) E n este sentido no h a dudado Boechk denominar á la Filología
SI\mudre, t a t a h vitishte bhuvana anu v i f v a u t a a m u m dyam vars- c o m p a r a d a "dialéctica histórica y viviente"; el •d'QÍyxos adrjfiázaiv
h m a n a m upa s p r f a m i . con que P l a t ó n designa la p a r t e f u n d a m e n t a l de su Filosofía. "Diná-
8. A h a m èva v a t a h iva pravami a r a b h a m a n a bhuvanani vi?va mica de las inteligencias" la llama Novalis, y con él P. Merlo en su
par ah d i v a p a r a h ena prthivya e t a v a t i m a h i n a sam babhuva." (Rig- Saggi Gloltol., 1.1.
Veda, 1. cit.). Con r e f e r e n c i a á las n e c e s a r i a s relaciones de la Ciencia del Len-
E n t r e l a s disciplinas con las cuales confina y g u a r d a próxi- No p u e d e , sin e m b a r g o , d e j a r d e reconocerse l a n o t a b l e di-
m a s r e l a c i o n e s l a Ciencia del l e n g u a j e , e s t á n d e u n a p a r t e l a f e r e n c i a q u e e x i s t e e n t r e la Ciencia del L e n g u a j e y las disci-
Lógica y la Psicología, y de otra la Antropología y la Etnogra- p l i n a s a u x i l i a r e s d e q u e h e m o s h a b l a d o . P o r eso son i g u a l m e n -
f í a . Con las dos p r i m e r a s se r e l a c i o n a en c u a n t o se e s t u d i a el t e r e p r o b a b l e s e n F i l o l o g í a c o m p a r a d a , el psicologismo d e las
l e n g u a j e e n sí mismo ó sea en abstracto; con las ú l t i m a s e n escuelas t r a s c e n d e n t a l e s , el empirismo p o s i t i v i s t a de Schlei-
c u a n t o se c o n s i d e r a en su ser individual ó en concreto, como cher con todas las v a r i a n t e s del m a t e r i a l i s m o a n t e r i o r y poste-
i d i o m a p e c u l i a r d e c a d a pueblo. Históricamente c o n s i d e r a d o el rior á él, y el revelacionismo e x a g e r a d o de la e s c u e l a tradicio-
l e n g u a j e , a b r a z a los dos ó r d e n e s de relaciones y p r o p i e d a d e s n a l i s t a e n t o d a s sus v a r i e d a d e s . De todos estos e x t r e m o s y d e
q u e le c o r r e s p o n d e n como sér individual y como sér abstracto, otros con ellos r e l a c i o n a d o s , h a b r e m o s d e o c u p a r n o s e n el de-
sin los c u a l e s e l e m e n t o s no se da idioma a l g u n o . curso d e e s t e libro, al e s t u d i a r l a n a t u r a l e z a , o r i g e n del l e n g u a -
P o r esta m i s m a condición c o n c r e t a d e las l e n g u a s e n t r a n en j e , etc. A q u i nos l i m i t a m o s á h a c e r las observaciones g e n e r a l e s
el estudio adecuado de ellas, los criterios g e n e r a l e s d e o r d e n siguientes:
histórico, y a u n los s u p e r i o r e s de c a r á c t e r teológico e n c u a n t o 1.° Q u e l a ciencia del L e n g u a j e ó F i l o l o g í a c o m p a r a d a n o
p u e d a n a q u é l l o s s e r i l u s t r a d o s y completados p o r éstos, sobre p u e d e i d e n t i f i c a r s e con la L ó g i c a : a) p o r q u e l a L ó g i c a (ciencia
todo, en lo q u e a t a ñ e á los p r i m i t i v o s o r í g e n e s de l a p a l a b r a , ó a r t e ó a m b a s cosas á la vez) es disciplina d e raciocinio y q u e
q u e , como las i n v e s t i g a c i o n e s a c e r c a del o r i g e n del h o m b r e , d i r e c t a m e n t e se r e f i e r e á las o p e r a c i o n e s de l a i n t e l i g e n c i a hu-
t a n sólo p u e d e n t e n e r dirección l e g í t i m a y r a c i o n a l e n las en- m a n a ; l a Ciencia del L e n g u a j e es disciplina histórica q u e di-
s e ñ a n z a s d e u n a T e o l o g í a d e v e r d a d i n d i s c u t i b l e y d e fijeza r e c t a m e n t e se refiere á los sonidos a r t i c u l a d o s , e x p r e s i ó n de l a s
n u n c a d e s m e n t i d a . Con esta ciencia confina l a F i l o l o g í a com- o p e r a c i o n e s i n t e l e c t u a l e s , b) L a L ó g i c a t i e n e p o r o b j e t o los con-
p a r a d a no sólo p o r lo q u e a t a ñ e al o r i g e n del l e n g u a j e , sino ceptos e n si mismos, q u e como t a l e s n o n e c e s i t a n e x p r e s i ó n de-
t a m b i é n d e s d e el p u n t o d e v i s t a psicológico y a n t r o p o l ó g i c o del t e r m i n a d a p a r a ser i n t e l i g i b l e s , y se f o r m u l a n en c a t e g o r í a s ,
mismo, e n c u a n t o l a Psicología y la A n t r o p o l o g í a e n c u e n t r a n y l u e g o en p a l a b r a s , á la m a n e r a q u e las M a t e m á t i c a s en sig-
n o r m a s g e n e r a l e s á las luces q u e s u m i n i s t r a n los D o g m a s (1). nos a l g e b r a i c o s ; la Ciencia del L e n g u a j e t i e n e p o r o b j e t o las
p a l a b r a s en c u a n t o son d e t e r m i n a d a e x p r e s i ó n d e los concep-
tos y d e sus c a t e g o r í a s , d e s u e r t e q u e a q u e l l a s q u e son simple-
m e n t e medios p a r a l a L ó g i c a , c o n s t i t u y e n fin en la F i l o l o g í a
guaje, con otras r a m a s del saber, escribe atinadamente el filólogo
c o m p a r a d a , c) L a L ó g i c a es u n a e n sí m i s m a p o r su objeto, co-
húngaro Giesswein en su Hauptpr. der Sprachwissenschaf (trad.
del magyar "As osssehasonnlitó nyelvésset f ó problémáiu): Die mo u n a s m i s m a s son las leyes de las ideas; l a Ciencia del L e n -
Sprachwissenschaft steht an der Grenzscheide zweier Hanptzweige g u a j e , a u n q u e u n a en si m i s m a , es m vil t i p l e e n su objeto, como
des menschlichen Wissens, nämlich der historischen und der Nutur-
wissenschaften; sie ist gerade deshalb dazu berufen, ein vermitteln-
des Band zwischen den verschiedenartig beschaffenen Wissenszwei-
hen zu bilden, indem sie Anthropologie, Philosophie, Ethmographie, facilidad acoge los principios, muchas veces inciertos y falsos de
Theologie miteinander in nähere Berührung bringt. otras ciencias, de los cuales no juzga prudente prescindir. 3.° Que el
(1) Por aquí se ve: 1.° que los criterios teológicos alcanzan al carácter g e n e r a l de los estudios científicos de la lengua reviste for-
conjunto de la Ciencia del Lenguaje, á los elementos que la constitu- ma histórica, en cuanto de esta suerte se nos ofrece la realidad de la
yen y á las ciencias auxiliares que la Filología comparada utiliza en palabra en todo su conjunto como manifestación psicológica y fisio-
sus investigaciones, entre los cuales ocupan lugar principalísimo l a lógica humana, y de t a l m a n e r a nos elevamos al estudio de las cau-
Lógica, la Psicología, la Antropología y la Etnología. 2.° Que di- sas concretas del lenguaje, al conocimiento de su objeto y fin, y á
chos criterios pueden ser en la Ciencia del Lenguaje positivos ó ne- los más generales problemas que á la palabra se refieren. En este
gativos, según sea necesario atenerse á ellos directamente ó tan só- sentido hacemos nuestras las siguientes palabras de Sichoff: "Philo-
lo no excluirlos en el decurso de las investigaciones de la ciencia. logie und Geschichte gehen Hand in Hand, und die eine leiht ihren
Siendo la existencia de verdades dogmáticas científicamente de- Beistand der Anderen und wen der Faden der Ueberlieferung
mostrable y demostrada, la Ciencia del Lenguaje no está racional- reisst, dann begginnt der alte Stammbaum der W ö r t e r , welcher den
mente autorizada p a r a prescindir de ellas, tanto menos, cuanto con Fall der Reiche Uberlebt, ihre W i e g e zu belenchten."
m ú l t i p l e s son los i d i o m a s y las g r a m á t i c a s r e s p e c t i v a s , d) D a d a p a l a b r a s , ó h a y q u e decir q u e p a l a b r a s é ideas son A u n mismo
l a i d e n t i d a d d e l a s c a t e g o r í a s l ó g i c a s y d e las c a t e g o r í a s g r a - t i e m p o i d é n t i c a s y d i v e r s a s (1).
m a t i c a l e s , el d e s a r r o l l o d e a m b a s s e r i a i d é n t i c o t a m b i é n ; y sin
e m b a r g o esto no se verifica en m a n e r a a l g u n a . E l v e r b o mismo
•que es e l e m e n t o l ó g i c a m e n t e n e c e s a r i o é i n d i s p e n s a b l e , no lo (1) Nos limitamos á notar estas diferencias generales entre la
es g r a m a t i c a l m e n t e ; y así sucede e n a l g u n a s l e n g u a s a s i á t i c a s Filología comparada, la Lógica y la Psicología, porque ellas solas
bastan á nuestro objeto. Las exageraciones de escuela, cualesquiera
( g r u p o m a l a y o ) y en a l g u n a s a m e r i c a n a s ( g r u p o a l g o q u i n ) , q u e
que sean en este punto, tienen en Filología comparada la refutación
no t i e n e n v e r b o s , e) L a v e r d a d d e las proposiciones l ó g i c a s es
misma de los respectivos sistemas filosóficos.
i n d e p e n d i e n t e d e l a v e r d a d d e l a s proposiciones g r a m a t i c a l e s ; F. Müller en su Grundriss der Sprachwissenschaft (t. I. Stellung
así, u n a proposición f i l o l ó g i c a m e n t e e x a c t a , p u e d e s e r i n e x a c t a der Sprachwiss. in Kreise der Natur und Geiteswissenschaften), se-
l ó g i c a m e n t e y v i c e v e r s a ; p o r q u e u n a proposición f a l s a p u e d e ñala como diferencia entre la Lógica y la Ciencia del Lenguaje, que
ser r i g u r o s a m e n t e g r a m a t i c a l , y u n a v e r d a d e r a p u e d e n o ser- la primera es abstracta como las matemáticas, mientras la segunda
lo si no se g u a r d a n las leyes del l e n g u a j e e n su e x p r e s i ó n . es concreta como la historia. Esto no es exacto, ya porque la Lógica
2.° Q u e l a Ciencia del L e n g u a j e t a m p o c o es c i e n c i a p u r a - no es puramente abstracta, á la m a n e r a de las matemáticas, sino
que reviste caracteres directamente concretos, ya porque la Ciencia
m e n t e psicológica: a) p o r q u e l a P s i c o l o g í a t i e n e p o r o b j e t o el
del Lenguaje es á un tiempo concreta y abstracta, según el punto de
e s t u d i o del e s p í r i t u h u m a n o e n si mismo y en sus f a c u l t a d e s ,
vista desde donde se considere, y según se estudien las formas del
m e d i a n t e l a s o b s e r v a c i o n e s d e l a c o n c i e n c i a y las d e d u c c i o n e s lenguaje cronológicamente, en cuanto esto sea factible, ó se inquie-
r a c i o n a l e s , y l a Ciencia del L e n g u a j e e s t u d i a las m a n i f e s t a c i o - ran las leyes que rijan en los idiomas y los problemas racionales
nes d e ese m i s m o e s p í r i t u o b j e t i v a d a s e n los sonidos, p r e s c i n - que éstos suscitan. Tomando el ejemplo comparativo de las mate-
d i e n d o d e l a n a t u r a l e z a de a q u é l , b) L a P s i c o l o g í a i n q u i e r e l a máticas, diríase con más exactitud que como éstas pueden ser cien-
n a t u r a l e z a r a c i o n a l del h o m b r e y el o r i g e n de las i d e a s ; l a Fi- cia abstracta ó de aplicación, así la Filología comparada puede te-
lología c o m p a r a d a busca la n a t u r a l e z a d e l a p a l a b r a y el ori- ner ambos aspectos. Y así lo nota Alej. Giesswein: "Wie die Ma-
thematik, k a n n auch die Sprachwissenschaft e i n e reine oder eine
g e n del l e n g u a j e , c) E l o b j e t o d e l a P s i c o l o g í a es u n o p o r su
angewandte Wissenchaft sein."
n a t u r a l e z a é i n t e l e c t i v o , como es el a l m a y sus p o t e n c i a s ; el de
No es menester advertir que al hablar de Lógica y Psicología, to-
la Ciencia del L e n g u a j e es p o r n a t u r a l e z a m ú l t i p l e y s e n s i t i v o ,
mamos su concepto según el clasicismo escolástico tan alejado de la
como son las p a l a b r a s y sus f o r m a s , d) D a d a l a i d e n t i d a d d e Lógica y de la Psicología del empirismo como de la Lógica y Psico-
la P s i c o l o g í a y d e l a Ciencia del L e n g u a j e , s e r i a i m p o s i b l e logía del trascendentalismo. Dentro de su sistema consideramos la
q u e h u b i e s e i d e a s sin p a l a b r a s c o r r e s p o n d i e n t e s , y q u e exis- Lógica en cuanto está ordenada á la dirección de la inteligencia pa-
tiesen p a l a b r a s sin q u e e x p r e s e n v e r d a d e r a s i d e a s ; lo c u a l es ab- r a la adquisición de la verdad, de la certeza y de la Ciencia en gene-
s o l u t a m e n t e falso, p o r q u e t e n e m o s i d e a d e m u c h a s c o s a s a n t e s ral, sin hacer entrar en ella el estudio de las verdades ontológicas á
de conocer su d e n o m i n a c i ó n , y á l a v e z sabemos n o m b r e s cu- que se refiere y que son r a m a filosófica distinta, siquiera no falten
ejemplos de opuestos procedimientos. Manera de poder saber, ha
y a s i d e a s e x p r e s a d a s no son e n u n o s casos del todo desconoci-
llamado á la Lógica Aristóteles (Meth., 1.1), y andamio y vestíbulo
das y e n otros conocidas i m p e r f e c t a y e q u i v o c a d a m e n t e . Asi-
de las ciencias la han dicho también con verdad Kant en la Critica
mismo, t e n e m o s ó f o r m a m o s f r a s e s filológicamente e x a c t a s q u e déla razón pura, y H e r b a r t en la Introducción ála Filosofía. Y
110 t i e n e n v a l o r ideológico r e a l n i p o s i b l e , como s u c e d e e n las en este sentido restringido y propio, hablamos aquí de la Lógica.
ficciones q u i m é r i c a s y e n las a s o c i a c i o n e s d e i d e a s i n c o h e r e n t e s (Cf. entre otros muchos, Prisco, Elemenli di Filosofía Specolati-
p o r su n a t u r a l e z a , e) S u p u e s t a l a i d e n t i d a d p s i c o l ó g i c a y lin- va, 1.1).
g ü i s t i c a , el o r i g e n d e las i d e a s s e r i a el o r i g e n del l e n g u a j e ; las También el concepto de Psicología, que distinguimos aquí del de
ideas s e r i a n i n i n t e l i g i b l e s sin l a p a l a b r a , y como la p a l a b r a es Filología comparada, no es otro que el tradicional aristotélico en el
i n i n t e l i g i b l e si no s u p o n e u n a i d e a , r e s u l t a r í a i m p o s i b l e á u n cual se incluye el de la vida propia del espíritu y el de sus manifes-
taciones á través de la realidad de la materia como principio íntimo
mismo t i e m p o l a a d q u i s i c i ó n d e l a i d e a y d e la p a l a b r a ; l a s mis-
del compuesto viviente—"¿fon Se t¡ xpvxv zov £covzog atá^azog auca
m a s ideas, son e x p r e s a d a s e n d i v e r s o s i d i o m a s p o r p a l a b r a s di- xal aQ/rj x. z. A.—(Arist. 2, de an. 4). Con esto queremos indicar que
v e r s a s ; p o r c o n s i g u i e n t e , las i d e a s s o n i n d e p e n d i e n t e s d e las
3.° Que la A n t r o p o l o g í a y l a E t n o g r a f í a t a m p o c o g u a r d a n
11a c o n s i s t e p r e c i s a m e n t e e n el e s t u d i o d e d i c h a s a g r u p a c i o n e s .
i n t i m a y n e c e s a r i a r e l a c i ó n c o n la F i l o l o g í a C o m p a r a d a . N a d a
P e r o esto t a m p o c o s u c e d e ; p o r q u e r a z a s y p u e b l o s a g r u p a d o s
más natural á primera vista que suponer para hombres empa-
e t n o l ó g i c a m e n t e y r e u n i d o s e n u n a m i s m a n a c i ó n , p u e d e n con-
rentados por u n a misma r a z a , idiomas emparentados en u n a
s e r v a r y c o n s e r v a n d e h e c h o a l g u n a v e z los r e s p e c t i v o s i d i o m a s .
m i s m a f a m i l i a l i n g ü í s t i c a , y sin e m b a r g o e s t e p a r a l e l i s m o a n -
D i c h o s e e s t á q u e se t o m a a q u í la E t n o l o g í a e n la a c e p c i ó n
tropológico-lingüístico n o resulta exacto; porque sucede que
u s u a l , asi c o m o a l h a b l a r d e l a A n t r o p o l o g í a e n c o m p a r a c i ó n
pueblos de u n a m i s m a r a z a h a b l a n idiomas de familias distin-
con l a C i e n c i a del L e n g u a j e , n o la t o m a m o s en el s e n t i d o a m p l i o
tas, y a l contrario, pueblos d e distinta raza hablan l e n g u a s
q u e a l g u n o s le a t r i b u y e n d e s i g n i f i c a r la c i e n c i a d e l s é r h u m a n o
d e u n a m i s m a f a m i l i a . A u n m á s ; a c o n t e c e q u e dos p u e b l o s d e
f í s i c a é i n t e l e c t u a l m e n t e c o n s i d e r a d o , e n lo c u a l se i n c l u i r í a l a
d i s t i n t o o r i g e n l l e g a n á t e n e r u n a l e n g u a c o m ú n q u e es com-
P s i c o l o g í a y a u n l a F i l o l o g í a c o m p a r a d a , sino e n el m á s e s t r i c -
pletamente e x t r a ñ a á l a familia lingüistica propia d e ambos to q u e l a l i m i t a a l e s t u d i o d e l a s c o n d i c i o n e s e x t e r n a s y n a t u -
r e s p e c t i v o s p u e b l o s . Y s o n p o r e s t o t a n i n d e p e n d i e n t e s la A n - r a l e s del h o m b r e , y q u e es el q u e c o m u n m e n t e se l e d a .
t r o p o l o g í a y l a F i l o l o g í a c o m p a r a d a , q u e e n r i g o r se p u e d e
T a n sólo d e s d e el m o m e n t o e n q u e c o l o c á n d o n o s e n el p u n -
s o s t e n e r el poligenismo filológico sin d e j a r d e a d m i t i r el mono-
to de v i s t a de las m a n i f e s t a c i o n e s psíquicas peculiares de cada
genismo a n t r o p o l ó g i c o , s e g ú n t e n d r e m o s o c a s i ó n d e o b s e r v a r .
p u e b l o , e n c u a n t o c o n ello s e e x p r e s a el r e f l e j o del m e d i o físi-
Como se v e , l a A n t r o p o l o g í a n o c o n v i e n e c o n la F i l o l o g í a
co, i n t e l e c t u a l y s o c i a l e n los a c t o s h u m a n o s , s e e s t u d i e el l e n -
c o m p a r a d a debido á las a g r u p a c i o n e s antropológicas reales ó g u a j e c o m o d e t e r m i n a d o p o r l a s v a r i a s i n f l u e n c i a s q u e e n él
posibles de d i v e r s a s razas, q u e p u e d e n e f e c t u a r s e i n d e p e n d i e n - r e c a e n , p o d r á n hallarse e n a l g ú n sentido relaciones e n t r e cla-
t e m e n t e d e l a s a g r u p a c i o n e s y c a m b i o s l i n g ü í s t i c o s . Mas p o r sificaciones e t n o l ó g i c a s y c l a s i f i c a c i o n e s l i n g ü i s t i c a s . Y d e c i m o s
ello m i s m o p u d i e r a p e n s a r s e q u e la E t n o l o g í a h a b r á d e g u a r d a r e n a l g ú n sentido, p o r q u e no será y a p r o p i a m e n t e entonces u n a
conformidad con la Ciencia del L e n g u a j e , toda vez que aqué- r a z ó n d e E t n o l o g í a s e g ú n el v a l o r u s u a l d e la p a l a b r a , l a q u e
h a b r á d e i n v o c a r s e , sino u n m o t i v o ó m o t i v o s p s i c o l ó g i c o - s o c i a -
les d e n t r o de g r u p o s etnológicos q u e llevan ó h a n llevado á de-
sé excluyen de una p a r t e las t e o r í a s trascendentales, según l a s cua
les todo el sér h u m a n o es absorbido por la evolución pura del espíri- t e r m i n a d o s hechos glotológicos y á las f o r m a s peculiares del
t u , cuyas manifestaciones realizan á nuestros ojos toda objetividad, l e n g u a j e , c u y o e s t u d i o c o n s t i t u y e lo q u e d e n o m i n a m o s Etnop-
y de otra l a s t e o r í a s empíricas, cualesquiera que sean sus f o r m a s y síquica (1).
procedencia, que e n c i e r r a n y limitan á los fenómenos de la vida físi-
ca toda la r e a l i d a d psicológica y todo el sér del espíritu. L o s prime-
ros, haciendo d e s a p a r e c e r el elemento físico y fisiológico a n t e la ac- (1) En la Etnología, en efecto, podemos distinguir lo que los ale-
tividad psicológica, p e r v i e r t e n á un tiempo la idea de la Psicología m a n e s h a n dado en denominar Wolkerpsychologie' y n o s o t r o s llama-
y la de la Ciencia del L e n g u a j e , que se convierte en uno de los pro- r e m o s Etnopsíquica, ó sea el estudio de las manifestaciones concre-
cesos dialécticos ordinarios de la escala evolutiva del espíritu en el t a s del espíritu de cada pueblo como tal, en un medio a m b i e n t e dado.
cual se e n c i e r r a n . "Die dialektischen Productionen (es principio t r a s - En este sentido el l e n g u a j e e n t r a en la Etnología, y es una de l a s
cendentalista) und B e g r i f f e sind Entwicklungstufen des Geistes, von r a m a s m á s i m p o r t a n t e s de la Etnopsíquica, como f r u t o de la vida de
denen die h ö h e r n die niedern in sich aufgehoben enthalten." Los se- cada pueblo en el medio a m b i e n t e físico, social é histórico en que se
gundos convirtiendo, por el contrario, la Psicología en p a r t e de la encuentre ó se h a y a hallado. Decimos Etnopsíquica y no Etnopsico-
Fisiología, r e n u n c i a n á toda idea de la vida racional, y con ello á la logía, etc., porque la psíquica como contrapuesta á la psicología,
exposición científica de la p a l a b r a , que sólo se mantiene en c u a n t o designa los fenómenos de la vida del entendimiento y de los sentidos
f ó r m u l a viva del mundo de las ideas, cuya realidad se n i e g a en los en cuanto d e t e r m i n a d o s por sus c a u s a s próximas, y sin relación di-
sistemas a l u d i d o s . "Der Geist im menschen ist nur die Allgemen- r e c t a á sus p r i m e r o s orígenes, m i e n t r a s la psicología sé refiere á l a
heit der Sinne.—Das Geheimniss des L e b e n s ist die Sinnlichkeit", es- vida del espíritu en sí misma y en los fenómenos externos en c u a n t o
cribe F e u e r b a c h (Wortes, ü. des Wessen d. Relig.) resumiendo los d i r e c t a m e n t e la reflejan. P o r eso siendo una la n a t u r a l e z a del espíri-
principios del empirismo g e n e r a l m a t e r i a l i s t a . L a s consecuencias tu en todos los individuos humanos, no puede h a b l a r s e á no admitir
lógicas en e s t o s s i s t e m a s en orden á la Filología c o m p a r a d a , habre- el determinismo de una "psicología de los pueblos" (Volkerpsycholo-
mos de o f r e c e r l a s oportunamente. gie-Etnopsicología), como distinta de las d e los miembros que l a s

ÍIKIVfKSIDAO DÉ mm LE3M
BIMioleca Valverde y Telia
c i e r t a la p r e m i s a e s t a b l e c i d a p o r dichos filólogos, q u e está m u y
P r e s c i n d i e n d o , p u e s , de l a r e d u c t i b i l i d a d ó i r r e d u c t i b i l i d a d
lejos de serlo, t a l conclusión s e r í a p o r lo i n d i c a d o i n s o s t e n i b l e
d e l a s l e n g u a s á la u n i d a d , d e lo c u a l no t r a t a m o s en e s t e lu-
y f a l s a , c o m o e n o t r o l u g a r d i r e m o s m á s a m p l i a m e n t e . M a x Mü-
g a r , es desde l u e g o c o m p l e t a m e n t e ilógico el p r o c e d e r d e todos
11er (Leçons sur la Science du Langage), ha n o t a d o p o r su p a r -
aquellos filólogos evolucionistas ( c o m o P o t t , Die Ungleichei t e la sin r a z ó n d e t a l e s d e d u c c i o n e s ; y el mismo F e d e r i c o Mü-
menschl. Rassen hauptsächl. vom sprachwiss. Standpunkt; 11er, de la e s c u e l a e v o l u c i o n i s t a , lo h a reconocido t a m b i é n ex-
Scheleicher, Die Deutsche Sprache; C h a v é e , Moïse et les Lan- p r e s a m e n t e , s i q u i e r a f u e s e c o n propósito a j e n o á l a v e r d a d
gues; H o v e l a c q u e , La Linguistique; L a C a l l e , La Glossolo- q u e d e f e n d e m o s . (Grundriss d. Spracluuissenschaft, I B d . 1.
gie, etc.), q u e p a r t i e n d o , como d e v e r d a d i n c o n c u s a , d e la plu- A b t h . s. 50).
r a l i d a d o r i g i n a r i a de las l e n g u a s , c o n c l u y e n sin r e p a r o s l a plu-
r a l i d a d o r i g i n a r i a d e las r a z a s h u m a n a s . A u n a d m i t i d a como
El estudio de las lenguas puede considerarse desde
un triple punto de vista: 1.° en cuanto tiene por obje-
componen. Por el contrario, siendo la Psíquica el estudio de la for-
to conocer g r a m a t i c a l y lexicográficamente uno ó mu-
ma exterior de los hechos psicológicos, y de la razón circunstancial
que los ofrece, puede existir una Etnopsíquica, sin detrimento alguno chos idiomas, pero t a n sólo como instvumentos p a r a
del ideal psicológico que debe mantenerse íntegro en medio de las ulteriores estudios, p a r a leer y escribir lenguas extra-
contingencias de la historia que la Psíquica eslabona y sistematiza.
ñas, ó p a r a los usos generales de la vida p r á c t i c a . Tal
La Psicología sosteniéndose en l a s esferas de derecho y de la li-
bertad, y la P s í q u i c a examinando las limitaciones de hecho en es el objeto de la Glótica, que pudiera decirse también
el ejercicio de aquélla, no pueden confundirse sin que el hecho y el Lingüística. Tratándose de pluralidad de lenguas de-
derecho pierdan respectivamente su carácter y naturaleza, y con
nomínase dicho estudio Poliglotía ó Poliglótica, y con
ello se lesionen principios legítimamente inviolables.
Sentemos, pues: 1.° la posibilidad de una r a m a etnológica con el
relación á esto se habla de libros y de personas poli-
carácter indicado, para la cual proponemos la denominación de Et- glotas. 2.° en cuanto tiene por objeto conocer un idio-
nopsíquica, y que expresa en principio la adaptación realizada de la m a como instrumento y medio de una Literatura, si-
actividad psicológica en uno ó m á s pueblos como tales. El lenguaje
ya en cuanto conjunto expresivo de ideas y sentimientos (y por lo
mismo en su t r a m a sintáctica) ya como resultante fonético de la ac- para muchos, el concepto de la Psicología d e s g a j a d a del árbol de la
ción acumulada del medio físico y tradicional sobre los que lo hablan Filosofía, y fruto comparado de la fisiología, de la etnografía y glo-
(y por consiguiente en su distribución morfológica), presenta los ca- tología, etc.—Waíz, Lehrbuch d. Psychol. als Naturwissensch.;
racteres más definidos de aquella adaptación, y cae dentro del nú- Volkmann, Grundriss d. Psychologie.... nach genetischer Methode;
mero de fenómenos etnopsíquicos m á s acentuados. 2.° Que en el sen- Nohlowsky, Das Gefühlslehen; Cornelius, Zur Theorie d. Vechsel-
tido antes expresado la Psíquica es la Psicología histórica de los in- wirkung swischen Leib und Seele; J. H. F i c h t e , Anthropologie,
dividuos, como la Etnopsíquica lo es de l a de los pueblos y por lo mis- Lehre von 'd. menschl. Seele, etc.; G. Schilling, Lehrbuch d. Psy-
m o s e distinguen, no sólo por su condición peculiar arriba señalada, chologie, y otros muchos. 4.° Que dada nuestra noción de Etnopsí-
sino también por los procedimientos, que en la Psicología, supuesta quica, no es imposible reducir á ella (ajustando á sus criterios el
la realidad humana, son a priori y del orden especulativo, y en la fondo y transformando la denominación i m p r o p i a y regional) lo
Psíquica, supuesta la realidad psicológica, son a posteriori y de la que se llama por algunos V'ólkerpsichologie. Esta e s , dice Laza-
categoría de actos no realizables sino ejecutados. 3.° Que por lo di- rus (Zschrft. für Völkespsychol. und Sprachwiss.) "die L e h r e von
cho al introducir la distinción aludida, y por el hecho de introducir- den Elementen und Gesetzen des geistigen Völkerlebens; es kommt
la, estamos lejos de aceptar la noción de Psíquica como sinónima de ihr darauf an, das Wesen des Volksgeistes und sein Thun psycholo-
Psicología, aunque no falten ejemplos en contrario (así lo hace, en- gisch zu erkenen, die Gesetze zu entdecken, nach denen die innere
t r e otros, H. Míinsterberg, en su reciente libro Ueb. Aufgabeund geistige Thätigkeit eines Volkes in Leben, Kunst und Wissenschaft
Methode der Psychologie), y menos en el sentido positivista, que no vor sich geht, sich ausbreitet, erweitert oder verengt, erhöht oder
deja de la verdad psicológica otra cosa que los fenómenos concre- vertieft." Todo lo cual puede decirse dentro de nuestros conceptos,
tos, los actos psíquicos, una Psicología sin alma y un constitutivo y sólo dentro de ellos es racional y admisible.
más de las ciencias históricas, ó mejor, de las naturales. Este es-
guiendo á t r a v é s de las varias manifestaciones cien- de la lengua, es con subordinación al fin de las reglas
tíficas y literarias en general, el desarrollo de la vida gramaticales aludidas. Por eso la Glótica no es cien-
intelectual histórica de un pueblo, de una institución cia, sino simplemente arte en el cual se persigue, co-
ó de una civilización entera. Tal es el objeto de la Fi- mo hemos dicho, el fin de entender y hablar las len-
lología en su acepción genérica. B.° en cuanto se pro- guas sin ideal más elevado.
pone el examen científico de las lenguas en sí mismas, El objeto de lo que hemos llamado Filología gene-
analizándolas, comparándolas, fijando las leyes de su ral ó sea la Filología en la acepción amplia que hoy
existencia y evolución, su historia y sus relaciones de se le atribuye, y en cuanto por ella conocemos la vida
parentesco con las demás. Y este estudio constituye la literaria de los pueblos, es superior al de la Glótica; y
Ciencia del Lenguaje (1). En los dos primeros casos las si bien en este caso los estudios lingüísticos no puede
lenguas tienen razón de instrumento; en el último tie- decirse que procedan por principios propios científi-
nen razón de objeto y son fin inmediato de las investi- cos y de sistema, pues la lengua misma viene también
gaciones glotológicas. directamente á constituir p a r t e de los monumentos li-
Entre los varios nombres con que se h a intentado terarios que filológicamente se i n t e n t a n examinar,
designar la Ciencia del Lenguaje, son los más comunes conservan sin embargo su nota característica y a en
el de Filología comparada y el de Lingüistica, si bien la categoría de arte bello ya en la de ciencia tal como
• esta última denominación es la menos apta p a r a sig- corresponden á la Literatura, á uno de cuyos órdenes
nificar el concepto científico que se intenta expresar. ó á ambos á la vez (en cuanto á la Literatura puede
De los tres grados que hemos señalado en el estu- ser a r t e ó ciencia) h a b r á de reducirse todo el conjun-
dio de las lenguas, el inferior es el que se designa con to de la labor filológica mencionada.
el nombre de Poliglotismo ó estudio simplemente lin- La Filología en el sentido en q u e acabamos d e
güístico; y a que se funda en un procedimiento pura- considerarla se refiere principalmente á la parte lite-
mente empírico, donde no se inquiere razón alguna rario-histórica y monumental de la vida intelectual de
f u e r a de las reglas gramaticales del idioma, y si lle- los pueblos, y por eso se ocupa particularmente de las
gan alguna vez á esbozarse los principios de la teoría literaturas clásicas con todo lo que con ellas se rela-
ciona, llevándonos á apreciar su valor y significación
social, histórica y científica en general.
(1) En esta división están comprendidos los varios objetos de los
estudios lingüísticos, si bien no todas las lenguas sirven para el tri- La Filología comparada ó Ciencia del Lenguaje,
ple estudio mencionado. Idiomas hay que no sirven para el lingüis- representa el grado supremo en el estudio de los idio-
t a práctico, y son útiles para la Filología general y para la Filolo- mas, porque se propone investigar científicamente los
g í a comparada; otros que siendo utilizables en ésta (porque en la
Ciencia del L e n g u a j e lo son todas las lenguas), no son útiles en la problemas lingüísticos en sí mismos, p a r a conocer el
Glóiica, por la condición del pueblo que los usa, ni en la Filología origen, naturaleza, vida y evolución de las lenguas;
general, por no tener Literatura, á cuya investigación va ordenada analizar los elementos que las- constituyen, clasificar
dicha disciplina.
F. Müller en su Grundris etc.—Einleitung in die Sprachwissens-
los idiomas y. establecer su verdadero c a r á c t e r psico-
chaft—(Zweck und unfang der Sprachkenntniss), hace clasifica- lógico, con todos los demás problemas que de esto se
ción análoga á la nuestra, la cual vemos reproducida por R. De la originan y que oportunamente habremos de examinar.
Grasserie en su libro Divisions de la Lingiiistique.
Es de advertir que en las t r e s formas señaladas de
gesis d e los a u t o r e s a n t i g u o s , s e r i a t a n a r b i t r a r i o como l i m i t a r
estudiar las lenguas, las dos p r i m e r a s están en razón l a B o t á n i c a á la d i s t r i b u c i ó n d e las h i e r b a s d e u n campo.» E n
de medio al fin no sólo p a r a sus respectivos inmedia- estos mismos p e n s a m i e n t o s a b u n d a n o t r o s m u c h o s escritores
tos objetos, como hemos visto y a , sino con respecto al posteriores.
' objeto mismo de la Ciencia del Lenguaje, á la cual la A u n q u e asi c o n s i d e r a d a l a F i l o l o g í a , es susceptible d e t o d a s
l a s divisiones d e la H i s t o r i a , y a u n p u e d e decirse q u e es el
Glótica y la Filología general pueden ordenarse como
substractum m á s completo d e la historia d e la h u m a n i d a d , co-
instrumentos. En su condición de instrumentos, así en mo y a i n d i c a b a Otf. Müller al p r o t e s t a r d e los p r o c e d i m i e n t o s
el Poliglotismo c o m o en la Filología general puede d e s e p a r a c i ó n e n t r e las dos disciplinas, sin e m b a r g o t i e n e divi-
darse variedad de grados. Uno y otra son m á s ó me- siones p e c u l i a r e s , q u e -varían s e g ú n el p u n t o d e v i s t a q u e se
nos utilizables en orden al fin de la Ciencia del Len- e l i j a . Suele a c e p t a r s e , a u n q u e es p o r v a r i o s conceptos, inexac-
t a , la división d e los cuatro periodos, q u e personifican c u a t r o
guaje ó Filología c o m p a r a d a , s e g ú n se planteen los n o m b r e s conocidos. El periodo i t a l i a n o ó d e i m i t a c i ó n , r e p r e s e n -
problemas y s e g ú n la clase de estos que s e intente t a d o p o r P e t r a r c a ; el p e r í o d o f r a n c é s ó d e la polihistoria, re-
examinar y resolver. p r e s e n t a d o p o r E s c a l í g e r o ; el p e r í o d o a n g l o - h o l a n d é s ó critico,
r e p r e s e n t a d o p o r B e n t l e v ; el p e r í o d o a l e m á n ó histórico q u e
c o m i e n z a con Boeckh.
P o r m u c h o t i e m p o y d e u n a m a n e r a t r a d i c i o n a l , s e h a n con-
Mas l a p a l a b r a F i l o l o g í a t i e n e o t r a significación m u y d i v e r -
s i d e r a d o i n d i s t i n t a m e n t e los e s t u d i o s filológicos como e s t u d i o s
sa c u a n d o se aplica á l a Ciencia del L e n g u a j e , q u e se d e n o m i -
g r a m a t i c a l e s y l i n g ü í s t i c o s e n s u a c e p c i ó n g e n é r i c a . Mas des- n a e n t o n c e s Filología comparada, y es a c e p c i ó n m u y r e c i b i d a .
d e Wolf a c á se ha hecho p r e v a l e c e r u n a s i g n i f i c a c i ó n especial E. L i t t r é en su Diccionario (Filología), reconoce tres d i v e r s a s
en l a p a l a b r a Filología, q u e y a se le h a b í a d a d o e n l a a n t i g ü e - significaciones en d i c h a p a l a b r a : 1.° l a g e n e r a l , ó sea « u n a s u e r -
d a d e n f o r m a a n á l o g a , y q u e c o r r e s p o n d e á la q u e , c o n t r a p o , t e d e s a b e r g e n é r i c o q u e se refiere á las b e l l a s l e t r a s , l e n g u a s y
n i é n d o l a á l a Glótica y . á l a F i l o l o g í a c o m p a r a d a , h e m o s deno- c r í t i c a ; 2.° l a g e n e r a l p a r t i c u l a r i z a d a , ó sea el e s t u d i o de u n a
m i n a d o Filología general. E s t a a c e p c i ó n d e l a F i l o l o g í a t i e n e l e n g u a como medio d e u n a l i t e r a t u r a , d e su c r i t i c a , etc.; 3.° la
h o y u n a significación m á s a m p l i a q u e la e x p r e s a d a p o r Wolf- de Filología comparada ó estudio aplicado á muchas lenguas,
q u i e n l i m i t a b a y h a c í a c o n v e r g e r t a l e s e s t u d i o s á los d e «la a n - el c u a l se realiza y se p e r f e c c i o n a p o r la c o m p a r a c i ó n d e u n o s
t i g ü e d a d g r i e g a , p u n t o c e n t r a l p a r a reconocer lo q u e es el i d i o m a s con otros. Los dos m i e m b r o s p r i m e r o s de esta clasifi-
h o m b r e y la h u m a n i d a d . » E n t r e los m o d e r n o s y s e g ú n lo q u e cación se r e d u c e n á la F i l o l o g í a g e n e r a l s e g ú n l a noción y a
a t r á s d e j a m o s i n d i c a d o , l a F i l o l o g í a a b r a z a l a e x p o s i c i ó n siste- d a d a , y el ú l t i m o es el concepto d e l a Ciencia del L e n g u a j e .
m á t i c a d e t o d a s las m a n i f e s t a c i o n e s d e l a a c t i v i d a d h u m a n a en Se h a i n t e n t a d o s u s t i t u i r la d e n o m i n a c i ó n d e Fitología com-
el espacio y en el t i e m p o , e n c u a n t o se o r d e n a al m e j o r conoci- parada con la d e Lingüistica, calificativo «un poco b á r b a r o »
m i e n t o del h o m b r e y de su d e s t i n o social é i n d i v i d u a l . P u e d e como lo l l a m a Max Müller, q u e los filólogos d e la e s c u e l a f r a n -
decirse q u e la F i l o l o g í a asi c o n s i d e r a d a es u n a e s p e c i e de Psi- cesa h a n i n t r o d u c i d o (1). E n t r e éstos A. H o v e l a c q u e (La Lin-
cología e m p í r i c a , q u e e s t u d i a el e s p í r i t u en el t i e m p o y e n el
espacio, m i e n t r a s l a P s i c o l o g í a filosófica lo e s t u d i a e n s i m i s m o
y e n los f e n ó m e n o s d e l a c o n c i e n c i a . P a r a Otf. M ü l l e r como p a - (1) Al formarse la nueva ciencia se han ensayado para designar-
r a Boeckh (los dos m á s decididos i n t r o d u c t o r e s m o d e r n o s d e l a la los nombres de "Etimología científica", "Glosología", "Glotolo-
e s c u e l a filológica, c o n t r a l a t e n d e n c i a conservadora d e Her- gía", "Fonología", "Logología", "Ciencia del Lenguaje", "Filología
m a n n y sus p a r t i d a r i o s ) , «la F i l o l o g í a n o se p r o p o n e e x a m i n a r comparada", "Lingüistica", etc.; pero algunas de ellas han sido acep-
hechos p a r t i c u l a r e s ni conocer f o r m a s a b s t r a c t a s , s i n o a b a r c a r tadas y prevalecido preferentemente. En Alemania é Inglaterra fué
admitido generalmente el nombre de "Ciencia del Lenguaje", en Ita-
el e s p í r i t u a n t i g u o todo e n t e r o e n l a s o b r a s de l a r a z ó n , d e la
lia el de "Glotología", en Francia el de "Lingüística", y simultánea"
i m a g i n a c i ó n y del s e n t i m i e n t o . » « L i m i t a r l a F i l o l o g í a á la exé- mente con todos éstos, el d e "Filología comparada." Por nuestra
güistique, c h a p . 1), c r e e insostenible la d e n o m i n a c i ó n d e Filo-
l o g i a c o m p a r a d a , p o r q u e si la «Filología» como t a l y sin o t r a d e aoía aoír¡, etc., e n H o m e r o y Hesiodo, y la del mismo com-
a d i c i ó n no significa l a Ciencia del L e n g u a j e , con d e n o m i n a r l a p u e s t o iXoaoía q u e e n c o n t r a m o s u s a d o e n H e r o d o t o por v e z
p r i m e r a , n o c o n d u c e c i e r t a m e n t e á la a c e p c i ó n q u e ha t e n i d o
«comparada,» no p u e d e t r a n s f o r m a r s e su significación g e n e r a l
después, y q u e p r o b a b l e m e n t e m e r c e d á la ficción p o é t i c a d e
e n significación l i n g ü i s t i c a .
H e r á c l i d e s , h u b o d e t o m a r s e como d e s c u b r i m i e n t o de P i t á g o -
P o r su p a r t e el filólogo i n g l é s A. H . Sayce, á p e s a r d e acep-
r a s , y como t a l lo h a n c o n s i d e r a d o L a e r c i o , Cicerón, etc., c u y a
t a r el n o m b r e de F i l o l o g í a c o m p a r a d a a l t e r n a n d o con el d e
a u t o r i d a d se h a s e g u i d o c o m u n m e n t e y sin r e p a r o . P e r o d a d a
Ciencia del L e n g u a j e , j u z g a q u e s o b r a la adición d e «compa-
l a v e r d a d del hecho, es m a r c a d í s i m a la d i v e r s i d a d d e e q u i v a -
r a d a » p o r q u e s e g ú n él, todo conocimiento científico p o r el he-
lencia p r i m i t i v a , p i t a g ó r i c a y a c t u a l , q u e es lo q u e h a c e á nues-
cho d e s e r l o , es n e c e s a r i a m e n t e comparativo; d e s u e r t e que
tro intento.
p a r a S a y c e , «Filología c o m p a r a d a » « e s n o m b r e l a r g o y en-
Mas p o r esto mismo n o es en m a n e r a a l g u n a a t e n d i b l e la
g a ñ o s o á la vez». (The Principies of Comparative Philology,
razón q u e i n v o c a H o v e l a c q u e p a r a d e s e c h a r l a d e n o m i n a c i ó n
c. 1).
d e F i l o l o g í a c o m p a r a d a ; p o r q u e n o siendo como e n r e a l i d a d
No h e m o s d e d e t e n e r n o s á d i s c u t i r a q u i u n a cuestión q u e ' e s
n o es u n a razón etimológica l a q u e hizo q u e el n o m b r e de «Fi-
p u r a m e n t e d e n o m i n a t i v a , t e n i e n d o sobre todo en c u e n t a q u e e n
lología» s i m p l e m e n t e t u v i e s e la acepción g e n e r a l q u e h e m o s
p u n t o á d e n o m i n a c i o n e s d e ciencias, sobre u n f o n d o d e analo-
visto, no p u e d e i n v o c a r s e d i c h a razón p a r a d e s e c h a r la signi-
g í a e n t r e c a d a ciencia y el n o m b r e aplicado, h a c o n s t i t u i d o la
ficación l i n g ü i s t i c a q u e se le d a c u a n d o h a b l a m o s d e «Filología
a c e p t a c i ó n c o n v e n c i o n a l la r a z ó n s u p r e m a d e la p r o p i e d a d que c o m p a r a d a . » Y si el uso h a hecho q u e «Filología» sea aplica-
en l a d i c h a aplicación n o m i n a l solemos d e s c u b r i r . Muchas p r u e - b l e e n a q u e l s e n t i d o g e n e r a l al clasicismo, no e x i s t e m o t i v o
b a s p u d i é r a m o s p r e s e n t a r d e n u e s t r o aserto, y a u n de t r a n s f o r - p a r a n e g a r q u e el uso h a y a hecho q u e «Filología c o m p a r a d a »
m a c i o n e s t a l e s en la e v o l u c i ó n d e l a ciencia, q u e la s e m e j a n z a sea a p l i c a b l e á l a s m a t e r i a s glotológicas. Y es d e n o t a r q u e el
p r i m i t i v a e n t r e ésta y el n o m b r e q u e se le h a i m p u e s t o , q u e d a calificativo d e « c o m p a r a d a » a u n siendo c o n v e n c i o n a l , no p u e d e
i n m e n s a m e n t e a l e j a d a y casi b o r r a d a en absoluto. Max Müller decirse a r b i t r a r i o . L a p a l a b r a F i l o l o g í a d e s i g n ó y d e s i g n a p a r a
en l a s p r i m e r a s p á g i n a s d e sus «Lecciones sobre la Ciencia del los mismos q u e i n t r o d u c e n la d e n o m i n a c i ó n d e «Lingüistica»
L e n g u a j e » (Serie 1., lee. 1), h a c e v e r a u n q u e á otro propósito las como p a r a los q u e la d e s e c h a n , el estudio d e las l e n g u a s , siquie-
d i f e r e n c i a s e n t r e el concepto d e v a r i a s disciplinas y la composi- r a sea como m e d i o d e u n a L i t e r a t u r a ; y p o r c u a n t o l a L i t e r a t u -
ción e t i m o l ó g i c a del n o m b r e con q u e son conocidas. Y es obvio r a en el s e n t i d o u n i v e r s a l e n q u e a q u i se t o m a , y a comparada
á todos q u e en m u l t i t u d d e casos el n o m b r e de u n a c i e n c i a , m á s consigo m i s m a en sus d i v e r s a s épocas, y a con l a s d e m á s , cons-
q u e p a r a su definición r e a l , sirve como f r a s e m n e m o t é c n i c a t i t u y e p r o c e d i m i e n t o f u n d a m e n t a l p a r a el e s t u d i o científico d e
p a r a r e t e n e r el o b j e t o q u e la m o t i v a . Sabido q u e el n o m b r e Fi- las l e n g u a s , t e n e m o s q u e en l a F i l o l o g í a g e n e r a l e x i s t e u n a ra-
losofía, p o r v a l e m o s d e u n a d e las p a l a b r a s más conocidas y zón lingüística y u n a r a z ó n d e comparación que, concretada
u s a d a s , e s t á m u y lejos d e r e s p o n d e r á lo q u e c o n c r e t a m e n t e se á los i d i o m a s e n si mismos, l l e v a d i r e c t a m e n t e á la Ciencia del
l e a p l i c a , y la significación m i s m a d e d i c h a p a l a b r a se nos ofre- L e n g u a j e el e l e m e n t o c o m p a r a t i v o de la F i l o l o g í a , p o r el cual
ce e n l a a n t i g ü e d a d g r i e g a con u n a g r a n v a r i e d a d , y sin re- se c o n s t i t u y e en F i l o l o g í a c o m p a r a d a .
lación n o sólo á lo q u e h o y significa, sino t a m b i é n al mismo va-
De lo dicho se s i g u e t a m b i é n q u e n o s o b r a , como q u i e r e S a y -
lor e t i m o l ó g i c o q u e a c t u a l m e n t e le a t r i b u i m o s . L a significación
ce, el calificativo d e « c o m p a r a d a » , y a p o r q u e e x i s t e o t r a a p l i c a -
ción d e l a F i l o l o g í a d e q u e es m e n e s t e r d i s t i n g u i r la a c e p c i ó n
l i n g ü i s t i c a , y a p o r q u e d e n o t a l a comparación m a n i f e s t a d a ex-
p a r t e creemos preferibles las denominaciones de Ciencia del Len-
guaje y Filología comparada, á la cómoda pero insubstancial de p r e s a m e n t e , el m o d o p e c u l i a r d e ser y señal c a r a c t e r í s t i c a d e
"Glotología", apta únicamente para expresar el estudio mecánico de l a Ciencia del L e n g u a j e . P o r esto a u n q u e a d m i t i é r a m o s , como
las lenguas, y más aun á la de "Lingüística", traducción b á r b a r a de p r e t e n d e Sayce, q u e t o d a c i e n c i a es comparativa (lo c u a l es
-la precedente, que no le aventaja en ningún sentido, y le es muy in- falso é i n s o s t e n i b l e d e todo p u n t o f u e r a del Positivismo que
ferior léxicamente. c o n v i e r t e la ciencia en m e r a a g r u p a c i ó n y clasificación de he-
_

- 2 2 -
- 2 3 -
chos y fenómenos), s i e m p r e h a b r í a e n los estudios glotológicos
c o r r e s p o n d i e s e n á la l e n g u a , e l e m e n t o v i t a l é i n s u s t i t u i b l e
u n m o t i v o especial p a r a l l a m a r l e s c o m p a r a d o s (1).
en t o d a f a s e d e l a c u l t u r a h u m a n a . L a F i l o l o g í a g e n e r a l , p u e s
T e n e m o s , p u e s , q u e si se a t i e n d e al concepto d e l a Filología» (ó F i l o l o g í a simplemente), y la F i l o l o g í a c o m p a r a d a , e n c u é n -
no h a y r a z ó n a l g u n a p a r a q u e s i g n i f i q u e m á s b i e n el clasicis- t r a m e en el t e r r e n o común d e las l e n g u a s y h a n d e e s t u d i a r d e
mo l i t e r a r i o é histórico q u e p a r a q u e se a p l i q u e á l a Ciencia c o n s u n o el sistema asi fonético como morfológico q u e se o f r e z c a ,
del L e n g u a j e . Si se a t i e n d e á l a d e n o m i n a c i ó n , n o h a y m o t i v o con la d i f e r e n c i a d e q u e la F i l o l o g í a g e n e r a l u t i l i z a r á t a l e s es-
p a r a d e j a r l a d e F i l o l o g í a c o m p a r a d a p o r la d e Lingüística, t u d i o s principalmente como m e d i o en el m a t e r i a l l i t e r a r i o , y
e t i m o l ó g i c a m e n t e i n f e r i o r , m e n o s científica q u e la p r i m e r a , y l a F i l o l o g í a c o m p a r a d a , al c o n t r a r i o , u t i l i z a r á principalmente
o r d e n a d a á s e r v i r m á s al e m p i r i s m o glotológieo y al positivis- dicho m a t e r i a l l i t e r a r i o como medio de la c o m p a r a c i ó n d e l a s
mo q u e h a i n v a d i d o t a m b i é n n u e s t r a disciplina, q u e al e s t u d i o f o r m a s l i n g ü i s t i c a s , de d o n d e p o r a n t o n o m a s i a r e c i b e el califi-
r a c i o n a l psicológico-histórico q u e debe p r e v a l e c e r en l a C i e n c i a cativo d e «comparada».
del L e n g u a j e .
P o r lo d e m á s y e n c u a n t o se refiere á la a c e p c i ó n d e l a v o z
D e b e a s i m i s m o t o m a r s e en c u e n t a q u e l a Filología general
«Filología», no existe, como q u e d a indicado, r a z ó n e t i m o l ó g i c a
y la Filología comparada, si b i e n se d i s t i n g u e n r e a l m e n t e , tie-
q u e d e t e r m i n e el sentido d e la misma, que f u é u s a d a con m u y v a -
n e n p u n t o s d e c o n t a c t o y p a r t e c o m ú n . De la F i l o l o g í a compa-
ria significación. L a Filología se h a considerado p o r u n o s c o m o
r a d a es p r o p i o el e s t u d i o de los sonidos g l o t o l ó g i c o s , d e los
« S t u d i u m s e u a m o r l i t t e r a r u m » q u e es su a c e p c i ó n m á s a m p l i a
p r i n c i p i o s del l e n g u a j e sus f a s e s y f e n ó m e n o s , de sus a l t e r a -
y o r i g i n a r i a (á esto e q u i v a l e la Filología e n v a r i o s p a s a j e s d e
ciones y cambios, la clasificación d e i d i o m a s y todo lo q u e se
Séneca); p o r otros, como «amor disserendi et l o q u e n d i d e r e ali-
refiere al sistema g e n e r a l del l e n g u a j e . D e la F i l o l o g í a g e n e r a l
qua» (y asi l a t o m a P l a t ó n e n el Theéteto y t a m b i é n e n l a s L e -
es p e c u l i a r á t e n o r d e lo d i c h o , e s t u d i a r el c o n t e n i d o d e los
y e s , c u a n d o d i c e ' q u e la ciudad d e Atenas—los a t e n i e n s e s — s o n
i d i o m a s e n su l i t e r a t u r a r e v e l a d o r a d e la c u l t u r a d e los p u e -
t e n i d o s p o r a m a n t e s de l a o r a t o r i a , ¿>s tpdóXoyos zé íazi-nóXig-) •
blos, y p o r esto, el v a l o r científico y estético q u e á la luz d e l a
E n C a t ó n <pdoXoyeiv tiene la significación d e «philosophari, dis-
critica se manifiesta e n el l e n g u a j e d e c a d a escritor ó d e los es-
s e r e r e c u m philosophis;» P l u t a r c o toma l a e x p r e s i ó n cpdóXoyog
critores d e c a d a é p o c a . P e r o á l a F i l o l o g í a le es t a n i m p o s i b l e
como e q u i v a l e n t e á «docto» (asi como a l g u n a v e z e n s e n t i d o d e
el r e a l i z a r sus i n v e s t i g a c i o n e s l i t e r a r i a s y científicas sin p e n e -
«locuaz», etc); en el mismo P l u t a r c o (De o r a t . P y t h . ) t i e n e equi-
t r a r en lo m á s i n t i m o del i d i o m a ó i d i o m a s c o r r e s p o n d i e n t e s ,
v a l e n c i a d e e r u d i t o <pdona&r¡s ¿azi fiaXov, etc. E n M a r c i a n o Ca-
como á la F i l o l o g í a c o m p a r a d a el a l c a n z a r d o m i n i o científico
pela (De nuptiis Fhilologice et Mercurii) significa el c o n j u n t o
d e e s t e i d i o m a ó i d i o m a s sin p r e v i o estudio de las f u e n t e s cien-
de estudios l i t e r a r i o s superiores, d e m a n e r a a n á l o g a , a u n q u e
tíficas ó l i t e r a r i a s á q u e l a F i l o l o g í a g e n e r a l d i r i g e sus investi-
m e n o s a m p l i a , á la acepción q u e d e s p u é s hubo d e d a r l e W o l f ,
g a c i o n e s . Y a u n q u e p r e s c i n d i é r a m o s d e e s t o , l a F i l o l o g í a hu-
l a c u a l t a m b i é n ha sido m o d i f i c a d a p o s t e r i o r m e n t e e n el s e n .
b i e r a de s e r en todo caso i m p e r f e c t a é i n c o m p l e t a si d e j a s e d e
tido en q u e hemos d i c h o atrás l a e n t i e n d e n Otf. Müller,
s e g u i r a l mismo t i e m p o q u e las evoluciones l i t e r a r i a s , las q u e
Boeckh, etc. P o r ú l t i m o , l a Ciencia del L e n g u a j e c o m p a r t i e n d o
su l a b o r con los estudios filológicos y r e c i b i e n d o á l a v e z d e ellos
e l e m e n t o s p a r a su f o r m a c i ó n , se h a dicho F i l o l o g í a c o m p a r a d a ,
(1) Por lo expuesto, se colige la sinrazón de lo que afirma el mis- m i e n t r a s l a F i l o l o g í a g e n e r a l se ha d i v i d i d o y s u b d i v i d i d o , se-
mo Sayce (1. cít.), cuando dice que el nombre de Filología compa- g ú n las r a m a s p e c u l i a r e s de l a c u l t u r a d e los pueblos, y l a a m -
rada "perpetúa la idea de que la materia de esta ciencia no es sino p l i t u d m a y o r ó m e n o r d e n t r o d e su c a r á c t e r enciclopédico (1).
una parte de una Filología más alta y más amplia", cosa que según
dicho filólogo no es admisible. La Filología comparada perpetúa la
idea de que existe una Filología que no es la comparada, como la (1) Eu el siglo XVI notaba ya Enr. Stéfano (Thesaur. Ling.
Gramática crítica supone la existencia de otra que no lo es; pero no grcec t n - v . App., t. V de las antig. edic.) las varias acepciones
dice en m a n e r a alguna relación de superioridad ni de inferioridad que há tenido la "Filología." Sobre ellas v. especialmente Lehrs, De
respecto de otra; es simplemente la razón diferencial conveniente- vocabulis cpdéXoyos, vea^azcxóS, (apénd. á su Serodiani
mente expresada, y nada más. scripta tria emendatiora). Como precedentes de la escuela de Wolf
L a s r e l a c i o n e s e x i s t e n t e s e n t r e l a F i l o l o g í a c o m p a r a d a y la
t a , h a n h e c h o sin d u d a q u e los e s t u d i o s g l o t o l ó g i c o s p r o p i o s d e
F i l o l o g í a g e n e r a l y l a s t e n d e n c i a s e n c i c l o p é d i c a s d i c h a s d e és-
l a p r i m e r a y los l l a m a d o s d e e r u d i c i ó n filológica p e c u l i a r e s d e
la s e g u n d a , se r e ú n a n p o r a l g u n o s a u t o r e s b a j o l a d e n o m i n a -
pueden c o n t a r s e J. P h . van der W o u w e r , De Pólimathia vete- c i ó n g e n é r i c a d e F i l o l o g í a , lo c u a l sin e m b a r g o n o s i g n i f i c a
non (1603); G. J. V o s i o , De Phüologia líber (1650); Th. Crenius, o t r a cosa q u e l a a g r u p a c i ó n m a t e r i a l d e la F i l o l o g í a c o m p a r a -
Tractatus de Phüologia studiis liberalis doctrince, etc. (16%), De d a y d é l a Filología g e n e r a l , c o n s e r v a n d o cada u n o sus carac-
eruditione comparanda in humanioribus, etc. (1699), entre otros. t e r e s d i s t i n t i v o s . Asi a c o n t e c e e n el Grundriss d e filología d e
Wolf consolidó la a c e p c i ó n filológica en el sentido amplio de los an- H e r m á n n P a u l , e n el d e G u s t a v o G r o b e r , e n el d e J o r g e Biih-
teriores, encaminada á la erudición g r i e g a , con sus múltiples traba- l e r , e t c . , t r a b a j o s d e c o n j u n t o n o u n i p e r s o n a l e s , d e n t r o d e los
jos (v. Encyklop. d. Philol., public, por Stockmann; Vorlesung, ü. c u a l e s los e s t u d i o s d e l i t e r a t u r a y los l i n g ü í s t i c o s f o r m a n sec-
die Encyclop. d. Alterthumsw., hrsg. v. Gürtler, complem. de Hoff-
ciones distintas, como no podía menos de suceder r e s p e t a n d o
mann; Darstellungen d. Alterthumsw. (hrsg. v. Hoffmann). Sobre
los l e g í t i m o s c o n f i n e s d e a m b a s d i s c i p l i n a s . E s t u d i o s estos e n
la misma base, a u n q u e no siempre con igual criterio, se escriben los
los c u a l e s si s e p l a n t e a n p r o b l e m a s c o r r e s p o n d i e n t e s á l a s dos
llamados t r a t a d o s d e "Filología" en contraposición á los que se di-
cen de "Filología c o m p a r a d a . " Representan la escuela filológica así r a m a s , e s s i e m p r e con a p l i c a c i ó n e x c l u s i v a á u n p u e b l o ó civi-
entendida, e n t r e o t r o s muchos: Matthias, Encyclop. ¡i. Methodol. d. l i z a c i ó n , y sin p r e s e n t a r el s i s t e m a c o m p l e t o d e l a C i e n c i a del
Philol.; L a n g e , Ueber des Verhaeltniss. d. Studium d. klass. Phi- Lenguaje.
lol., etc.; Ast, Grundr. d. Philol.; Ilübner, Grundriss su Vorlesun-
gen d. Gesch. und Encyclopäd. des Classisch. Philol. L ü b k e r , Ges-
samt. Schrift, s. Philol.; Eksteín, Nomencl. Philol.; Pökel, Philol.
Schrifteller; Boeckh, Encyclopäd. und Methodolog, d. Phtlol. Wis-
sensch. h r s g . v. B r a t u s c h e k , b e s o r g t , v . Klussmann; B e r n h a r d y ,
Gründl, s. Encycl. d. Philol.; F r e u n d , Triennium philol. oder
Grundr. d. philol. Wissenschaften; la Biblioth. philol. e t c . de
Schmidt, Müldenes, H e y s e y Cosina; Otf. Müller, y Hildebrand en la
t r a d . de la L i t e r a t , g r i e g a del primero; L. Müller, Gedanken über
das Studium d. class. philol.; J. Curtius, Ueber die Geschichte it. d.
Aufg. d. Filol.; E. Curtius, Allerthum und Gegenvart, y con éstos
Ciernen, Hasse, Ritsehl, B. Schmidt y compend. como los de Reinach,
Inama, etc.
P o r lo que hace a l procedimiento a r r i b a aludido, que junta b a j o
el n o m b r e de Filología la Filología comparada y la Filología gene-
ral (bien que con c a r á c t e r aplicado y concreto) véase el plan en el
Grundriss d. Germanischen Philol. hrsg. von H. P a u l (en coopera-
ción); Grundr. d. Romanisch. Philol. hrsg. v. G. Gröber (en coop.);
Grundr d. Iranisch. Philol. hrsg. v. W . Geiger ü. N. Kuhn (en
coop.); Grundr. d. Indo-Arisch. Philol. und Altertumskunde, v. G.
Bühler, fortgesetst v. Kielhorn (en coop.).
Sobre el aspecto y división del conjunto e n la Filología gene-
ral, véanse L ü b k e r , De partitione Philologice; W e l c k e r , Ueb. die
Bedeutung der Philol.; J . Curtius, Philologie und Sprachwissens-
chaft; E. Curtius, Mitlleramt der Philol.; F. H a a s e , art. Philolo-
gie la Encyklopäd. d e Ersch y Gruber; Jahn, Bedeutung und
Stellung d. Alterthumsst.; Clemns, Ueb. Aufgabe und Stellung
class Philol.; H i r z e l , Grundzüge zu ein. Geschieh, d. class.
Piniol.; L a n g e , ob. cit. Ueb. d. Verliaeltn. etc. y g r a n p a r t e de los
a n t e r i o r m e n t e citados.
Constitutivos y naturaleza de la Ciencia del Lenguaje

ii

Principios á que está subordinada la Ciencia del Lenguaje. Princi-


pios del orden psicológico y fisiológico. Concepto de la Ciencia del
Lenguaje. Problemas generales y primarios que resultan en el
todo orgánico de dicha ciencia. P a r t e descriptiva. P a r t e filosófica.
Gramática comparada. Gramática histórica, y relaciones de una
y otra. Momento empírico en el estudio de las lenguas, momento
filosófico abstracto y momento sintético histórico. Sus mutuas re-
laciones. Divisiones d é l a Filología comparada. Morfogenia, me-
tamorfismo, paleomorfismo. Opiniones sobre la naturaleza del
lenguaje y significación concreta de las voces natural é histórico
que se emplean. Schleicher, Max Müller, etc., y variaciones de és-
te. Crítica de la opinión naturalista. La alteración fonética y l a
renovación dialectal. Lengua y dialectos. Whitney, Sayce, etc.,
y crítica de la escuela psicológica. Escuela histórico-uaturalista
de F. Müller, y crítica de la misma. Doctrina que debe sostener-
se. Observaciones sobre el carácter complejo del lenguaje. Cate-
goría científica de la Filología comparada. Criterios que regulan
la naturaleza de la Ciencia del Lenguaje, y elementos diversos
que determinan su constitución científica. Aspectos por los cuales
la denominación de ciencia es propia de la Filología comparada.
El procedimiento analítico y el sintético en la ciencia, según la
noción aristotélica, y su aplicación á los estudios glotológicos.
Elemento descriptivo en la Filología comparada (Glotografía);

i
elemento racional (Pragmatismo); elemento teórico (Glotoma-
fe thia), y coordinación general en la norma histórica de estos ele-
mentos, según la noción legítima de la Historia. La base prime-
r a , la condición primera, y el principio primero glotológicos.

Vil La Ciencia del Lenguaje está subordinada á la na-


turaleza del lenguaje mismo; y siendo éste la resultan-
$
te de un orden psicológico y de un orden físico, algo in-
terior que alcanza al mundo de las ideas y algo exterior
que objetiva fonéticamente los conceptos intelectua-
les y los reduce á fórmulas asequibles en el mundo
sensible, h a de constituir un objeto complejo regulado
por principios fisiológicos y psicológicos, de los cua-
les no puede prescindirse al determinar los c a r a c t e r e s
de la Filología comparada.
Los principios del orden fisiológico conciernen so-
lamente al origen, formación y evolución de los so-
nidos; los del orden psicológico de los. cuales depen- En el todo orgánico en que se sistematiza dicha
den todo lo que se refiere al oficio y significación de suma de conocimientos a p a r e c e n desde luego dos pro-
las p a l a b r a s , son las leyes mismas del espíritu huma- blemas generales, alrededor de los cuales se agrupan
no y de todo lo que constituye la manifestación de la otros m á s concretos: es el primero, qué cosa sea el len-
actividad de nuestras facultades, las cuales h a n contri- g u a j e objetivamente considerado en el espacio y en
buido á modelar el lenguaje según sus exigencias, y el tiempo: y el segundo, por qué el lenguaje es lo que
mediante el t r a b a j o impersonal que resume la acción es en el tiempo y en el espacio. A estos dos problemas
y a consciente y a indeliberada de varias generacio- deben corresponder dos p a r t e s de la ciencia que t r a t a
nes. De aquí los tres órdenes de fenómenos que se dis- de resolverlos. Una en la cual se estudien los idiomas
tinguen en el lenguaje: fenómenos q u e afectan á los en su ser, y otra en la cual se inquieran y consideren
sonidos y dichos fonéticos; fenómenos de formas, ó las razones del ser mismo de las lenguas; una p a r t e
morfológicos, y de significación llamados semánticos ó que puede llamarse descriptiva, y otra que puede de-
semasiológicos. cirse filosófica; pero ambas eslabonadas entre sí y apo-
Los dos órdenes de principios accionan y reaccio- y a d a s en la realidad de las lenguas, ó sea en el con-
nan sin cesar en la palabra y obran de una manera junto histórico que constituye el habla humana (1);
simultánea en los sonidos articulados, dando por re-
sultante el todo del lenguaje, á la manera que el todo (1) Podemos distinguir en el estudio de los idiomas tres momen-
de los actos humanos resulta en el hombre del doble tos: momento empírico, momento filosófico abstracto, y momento
sintético histórico. E l primero y el segundo dan origen á dos méto-
elemento físico y psicológico que los constituyen. Co-
dos contrapuestos con las mismas denominaciones: uno parte de los
mo éstos t r a z a n el todo de la vida histórica en general, hechos, otro de las ideas; uno clasifica las formas lingüísticas, otro
aquéllos describen el todo de la vida histórica de los compone categorías lógicas; uno se esfuerza en fijar los tipos del
pensamiento, hecha abstracción de la palabra, otro inquiere los ti-
idiomas, y el principio generador de sus variedades.
pos de la palabra, sin atender á las abstracciones del pensamiento.
A la luz de aquellos dos órdenes de principios que, El método filosófico fué más de los griegos que de los indios; el
á nuestro e n t e n d e r , dan la norma p a r a llegar al exac- empírico más de los indios que de los griegos. El método filosófico
fué más de los antiguos que de los modernos; el.empírico, más de és-
to concepto de la Ciencia del Lenguaje, es como el fi- tos que de aquéllos. Con esto queremos dar á entender que no es po-
lólogo p u e d e examinar los elementos constitutivos de sible en este punto una clasificación rigurosa, pues que las diversas
los idiomas, su naturaleza íntima, y origen y evolu- tendencias se acentúan ó se atenúan, imperan exclusivas ó con in-
tervención más ó menos marcada de su opuesta respectiva en todos
ción de sus formas, en relación con la vida del espí- los períodos lingüísticos, como veremos. Max Müller que en sus Lee-
ritu que en ellos se refleja, clasificándolos y ordenán- tures (1. a ser.) ha introducido la división de períodos filológicos em-
dolos en sistema. pírico, de clasificación y de teoría, incurre en frecuentes contradic-
ciones, según tendremos ocasión de observar, por ese convenciona-
P u d i e r a decirse que en esto se resume la disciplina lismo metódico en que se encierra, y que es común á otros autores
glotológica ó Filología comparada, que nosotros defi- sistemáticos. La distribución que acabamos de hacer está muy lejos
nimos: de llevarnos á la clasificación de estos escritores.
El momento que hemos dicho sintético histórico, corresponde al
La suma científica de las razones naturales y de método en que se realiza la fusión de los dos métodos antes dichos,
las razones psicológicas del lenguaje históricamente rea- en la medida conveniente á la realidad psico-física de las lenguas, ó
lizadas.— sea á la realidad histórica de ellas. Es el procedimiento histórico
porque si las ideas abstractas del lenguaje no se nos sus relaciones con otras muchas. Sin embargo, la gra-
revelan sino á través de las lenguas, como es de ver mática histórica no es la g r a m á t i c a comparada, ni la
en todos los problemas glotológicos, el estudio del len- comparada es g r a m á t i c a histórica; y la diferencia en-
g u a j e mismo debe resolverse lógicamente en el estu- tre ellas está en la preponderancia que en cada una
dio de los idiomas adecuadamente considerados, ó sea, tiene su elemento propio sobre el ajeno, de suerte que
desde el doble punto de vista del sonido y del sentido. en una resalte la p a r t e histórica sobre la comparati-
La p a r t e filosófica comprende los razonamientos de va, y en otra la comparada sobre la histórica.
sistema y las teorías; la p a r t e descriptiva a b a r c a la Si reuniendo la parte que hemos dicho descriptica
gramática comparada y la gramática histórica; la pri- con su conjunto gramatical, á que acabamos de refe-
mera se refiere á lenguas e m p a r e n t a d a s , estudiándo- rirnos, y la p a r t e filosófica con el suyo de principios
las en sus relaciones mutuas; la segunda al conjunto y teorías, las consideramos en el edificio de la pala-
orgánico de una ó más lenguas, considerándolas en los bra, tendremos l a vidci propiamente histórica del
diversos períodos de su existencia y en sus varias vi- lenguaje, con la serie de causas y efectos que la pro-
cisitudes. La g r a m á t i c a que estudie varias lenguas ducen. En la p a r t e filosófica se comprenden el prag-
emparentadas, y en las diversas épocas de su existen- matismo lingüístico y demás elementos teóricos de la
cia, será, pues, histórico-comparada, por resumir los Ciencia del Lenguaje históricamente considerada, de
procedimientos de una y otra. En realidad, no existe que hablaremos después; en la p a r t e descriptiva se in-
gramática comparada que no sea también de algún cluyen las series de modificaciones que resultan en el
modo gramática histórica, porque no es posible com- lenguaje en el espacio y en el tiempo, y que constitu-
p a r a r varias lenguas en un período de su vida, sin re- yen la Morfología lingüística general.
currir á períodos precedentes de las mismas; á su vez. En el espacio: serie de fenómenos que se refieren á
no es posible gramática histórica que no participe de las varias formas con que se presentan las lenguas del
gramática comparada, porque el estudio de las evolu- orbe, origen de estas formas y sus fases. En este sen-
ciones de una lengua, no puede h a c e r s e aislándola de tido puede distinguirse en la parte descriptiva de la
Ciencia del Lenguaje y dentro de la Morfología, la
propiamente tal, que no se detiene en los fenómenos externos, como
morfogenia y metamorfismo lingüísticos; en la Morfo-
pretende Heyse (System d. Sprachwiss.), sino que inquiere también genia se comprende la parte descriptiva de los esta-
las causas que los originan, porque sólo estudiando ambos elementos dos definido ó de transición que se distinguen en los
se adquiere el conocimiento glotológico adecuado que se intenta. "La
idea refleja de las causas del lenguaje y de las leyes en que se funda"
idiomas en orden al cambio de fases, así como tam-
que dice Heyse ser objeto de la Filología comparada, no pueden al- bién en orden á alterar los elementos constitutivos de
canzarse más que examinando la vida histórica de los idiomas, y es- los idiomas que tienen desarrollo peculiar íntimo á la
tudiándolos históricamente, cuando quedan lejos de nuestro alcance.
Reducir el método histórico á la g r a m á t i c a comparada y á la gra-
estructura g r a m a t i c a l de cada lengua; en el Metamor-
mática histórica (elementos tan sólo de la p a r t e descriptiva de las fismo se estudia el conjunto de transformaciones rea-
lenguas, según arriba exponemos), prescindiendo de la parte filosó- lizadas y las causas internas y externas al lenguaje y
fica que indispensablemente le informa, es t e r g i v e r s a r por completo
el concepto de dicho método; proceder f r e c u e n t e de muchos, y no
á la sociedad qué lo habla, á las cuales sean debidas
ajeno al citado Heyse. las variaciones realizadas. Es el estudio del evolucio-
nismo y del transformismo histórico manifestados en
ra» etc., en lo cual se atiende al valor propiamente
la palabra.
descriptivo y de observación; que es, en efecto, lo que
En el tiempo: serie de fenómenos que en épocas re-
dice la p a l a b r a historia (iazoQeiv de eiSévai, ver, — o I S a —
lativa ó absolutamente primitivas han tenido lugar en
sánscr. veda de la raíz vid, ver, observar etc.) En es-
el lenguaje en su primera organización, en la consti-
ta acepción los mismos que afirman que la Ciencia del
tución de raíces, en la distribución de éstas en cate-
Lenguaje corresponde al grupo de las naturales, tie-
gorías, en las ramificaciones lingüísticas sobre un
nen que admitir que es ciencia histórica, á la manera
tronco común, etc. Esto constituye lo que llamaremos
que las ciencias naturales son susceptibles del carác-
Paleomorfismo glotológico.
ter histórico dicho, y en cuanto las lenguas ofrecen
Dado nuestro concepto de la Ciencia del Lenguaje amplios elementos de descripción en todas sus mani-
y las clasificaciones que de conformidad con él aca- festaciones. Hecha esta aclaración importante al ob-
bamos de presentar, veamos de examinar cuál sea la jeto y harto olvidada, veamos de exponer las diversas
naturaleza de la Filología comparada y el lugar que opiniones, y cuál sea la doctrina que creemos debe
científicamente le corresponde. Cosa es esta que h a sostenerse en la m a t e r i a .
sido vivamente discutida por los- filólogos sin llegar á
En las escuelas positivistas, identificado el elemen-
un acuerdo definitivo, sosteniéndose controversias por
to psicológico con el de la naturaleza física, desapare-
demás empeñadas y en manera alguna justificables,
ce un factor principalísimo de la palabra, cuyo estu-
si no es en cuanto representan el diverso espíritu do
dio (llámese histórico ó no histórico) queda en realidad
las escuelas que aquí viene también á reflejar sus ten-
reducido al de las ciencias p u r a m e n t e naturales. En
dencias. Y por cuanto en esta cuestión háblase prin-
las escuelas no positivistas, las diferentes apreciacio-
cipalmente de dos extremos, ó sea de si á la Ciencia
nes son ocasionadas por el distinto modo de entender
del Lenguaje le corresponde c a r á c t e r natural ó histó-
y a el lenguaje en sí mismo, y a la subordinación que
rico, conviene advertir p a r a fijar el significado de los
puedan tener las leyes fonéticas á las psicológicas, y
términos, que natural se toma aquí por equivalente á
éstas á aquéllas. He aquí sucintamente los diversos gru-
todo lo que se realiza con absoluta independencia de
pos que pueden formarse de las opiniones en este punto:
la humana voluntad individual ó colectivamente con-
1.° La Filología comparada es una ciencia pura-
siderada, é histórico significa todo aquello en que de
mente n a t u r a l como cualquiera otra ciencia física, por
un modo absoluto ó relativo se refleja la acción vo-
su objeto, por sus leyes y por su método. (Schleicher,
luntaria y a por acción personal ya colectiva, ora en-
Max Müller, Hovelacque, Vinson, De la Calle, etc.).
caminada por propósito sometido á deliberación ora
P a r a éstos las lenguas son una manifestación necesa-
llevada por movimientos directos en un medio ambien-
ria de la naturaleza; las lenguas, según ellos, no tie-
te dado que da c a r á c t e r a l momento psíquico del des-
nen propiamente historia. —Escuela naturalista.—
arrollo histórico concreto. Por consiguiente la «histo-
ria» 110 se toma aquí en su significación estricta eti- Schleicher, como p a r t i d a i i o del d a r w i n i s m o , a f i r m a q u e el
mológica, como cuando se habla de «historia natural», l e n g u a j e está s u j e t o á u n proceso n e c e s a r i o d e e v o l u c i ó n . Doc-
«historia de la escritura», «historia de la literatu- t r i n a q u e e x p o n e l a r g a m e n t e en su Darwin' s Theorie und die
Spraehwissenschaft, asi como en su Die deutsche Sprache, don-
de c o m p a r a el h a b l a h u m a n a a l c a n t o d e las a v e s ; «objeto d e
P e r o si p o r u n m o m e n t o a d m i t i é r a m o s la d o c t r i n a d e Schlei-
l a Ciencia del L e n g u a j e , dice, n o es u n a a c t i v i d a d l i b r e , sino
c h e r sobre l a n a t u r a l e z a no l i b r e del ejercicio del l e n g u a j e , no
la l e n g u a d a d a p o r la n a t u r a l e z a , s u j e t a á leyes i n m u t a b l e s d e
s e r í a n u n c a lógico en su t e o r í a concluir q u e l a ciencia q u e lo es-
f o r m a c i ó n , c u y a o r d e n a c i ó n está f u e r a del a l c a n c e d e la v o l u n -
t u d i a n o es ciencia histórica por d e f e c t o de l i b e r t a d ; p o r q u e si
t a d i n d i v i d u a l , no d e o t r a s u e r t e q u e al r u i s e ñ o r le es imposi-
en l a t e o r í a d e Schleicher (como en l a de todo d a r w i n i s t a ) n o se
ble modificar su c a n t o ; en u n a p a l a b r a , l a l i n g ü í s t i c a es u n or- d a n ni p u e d e n d a r s e actos h u m a n o s p r o p i a m e n t e t a l e s ó libres,
g a n i s m o n a t u r a l . » A e s t e t e n o r c o n t r a p o n e Schleicher f r e c u e n - es n e c e s a r i o concluir, ó q u e la l i b e r t a d no es condición e s e n c i a l
t e m e n t e l a F i l o l o g i a como «disciplina histórica», á l a Ciencia e n la ciencia histórica, y en e s t e caso n o p u e d e d e c i r s e q u e l a
del L e n g u a j e como «disciplina n a t u r a l » , y a q u e s e g ú n él «la Ciencia del L e n g u a j e d e j e de ser ciencia h i s t ó r i c a p o r q u e l a
h i s t o r i a y la f o r m a c i ó n del l e n g u a j e son dos a c t i v i d a d e s h u m a - p a l a b r a n o f u e s e libre, como p r e t e n d e Schleicher; ó es menes-
n a s q u e se repelen» (ob. cit.). t e r a f i r m a r q u e e n la t e o r í a d i c h a no se d a n ciencias históricas
D i c h o se está q u e s e m e j a n t e d o c t r i n a c o m o f u n d a d a e n c o n t r a lo q u e e x p r e s a m e n t e afirma el filólogo a l e m á n .
u n a t e o r í a i n s o s t e n i b l e sobre el o r i g e n del h o m b r e , en l a ne-
P e r o a u n s u p u e s t o q u e Schleicher a d m i t i e s e l a noción pro-
g a c i ó n del v e r d a d e r o concepto de l i b e r t a d y d e la p a r t e psico-
p i a d e actos libres p a r a l a historia, n u n c a p o d r í a con v e r d a d
lógica h u m a n a , t i e n e como r e s p u e s t a los a r g u m e n t o s todos así
e s t a b l e c e r l a c o n t r a p o s i c i ó n q u e h a c e de é s t a con la Filología
del o r d e n ontològico como del o r d e n psicológico y del o r d e n
histórico con q u e se d e m u e s t r a n dichas v e r d a d e s , a d e m á s d e
su a b s o l u t o i n c o m p a t i b i l i d a d con el o r i g e n del l e n g u a j e , como ralista, no deja de reconocer una cierta filosofía del lenguaje, si bien
v e r e m o s en otro l u g a r . P o r o t r a p a r t e , filológicamente es f a l s a separa ésta de los estudios lingüísticos. "El objeto de la Ciencia del
e n a b s o l u t a la a s e r c i ó n de Schleicher, no sólo p o r q u e l a concien- Lenguaje (dice en la citada obra Die Deutsche Sprache), es algo
cia i n d i v i d u a l nos m a n i f i e s t a c l a r a m e n t e q u e somos libres e n el concreto, real, y lo constituyen las lenguas formadas ya; el objeto
e j e r c i c i o del l e n g u a j e , en la elección d e u n o u otro, y e n la in- de la Filosofía del Lenguaje, es el contrario, abstracto é ideal". Bien
t r o d u c c i ó n d e a q u e l l a s modificaciones q u e d e p e n d e n del uso se deja ver que esta división es de todo punto insostenible desde
p a r t i c u l a r d e c a d a u n o , sino t a m b i é n p o r q u e esto mismo se el momento en que se pretenden estudiar científicamente los idio-
mas. Una investigación científica sin que envuelva los conceptos fi-
m a n i f i e s t a h i s t ó r i c a m e n t e e n los v a r i o s i d i o m a s y en los c a m b i o s
losóficos correspondientes y las nociones ideales y abstractas que
e t n o g r á f i c o s y lingüísticos, los c u a l e s h a n ocasionado q u e p u e - como fundamentos sostengan el edificio sistemático, es un imposible,
blos d i s t i n t o s h a b l e n u n mismo i d i o m a , y q u e u n a m i s m a n a c i ó n y la Ciencia del Lenguaje así entendida, sería una ciencia contra-
h a b l e i d i o m a s distintos. C o m p a r a r el l e n g u a j e al c a n t o del rui- dictoria. El mismo Schleicher renunciando á sus principios, no duda
s e ñ o r , es b o r r a r la distinción d e la p a l a b r a y del simple sonido, ocuparse en sus exposiciones lingüísticas, de los problemas ideales y
o l v i d a r el fin ideológico q u e c a r a c t e r i z a al l e n g u a j e , medio d e abstractos que se refieren á la naturaleza del lenguaje, al origen y
o r d e n social i n s u s t i t u i b l e q u e c o n s t i t u y e la condición r a c i o n a l formación del mismo, al valor de las partes del discurso, etc., cosas
q u e s e p a r a al h o m b r e d e los i r r a c i o n a l e s , y desconocer el hecho todas que están en el orden filosófico que él separa del glotológico
arbitrariamente. En cuanto al orden de relaciones de los problemas
m i s m o de l a inmutabilidad q u e c a r a c t e r i z a los sonidos q u e és-
filosóficos más generales con el estudio concreto de los idiomas, de-
tos p r o d u c e n , y l a v a r i e d a d y c a r á c t e r e s e n c i a l m e n t e mudable pende del aspecto y modo de considerar el lenguaje en cada caso-
del h a b l a en el h o m b r e (1). porque en esto, como escribe Steínthal (Philologie, Geschichte und
Psychologie), "á la manera que sucede en las disciplinas generales
que tienen por objeto combinar la Filosofía con una cosa concreta
(1) No nos detenemos en el desarrollo de estos argumentos de dada para su intelección, no es posible fijar con estricta precisión
suyo más que suficientes para arruinar el sistema darwinista aplica- sus límites en uno ó en otro sentido". P e r o es indudable que aun di-
do al lenguaje, porque nos llevaría á la exposición crítica de dicho chos problemas generales filosóficos intervienen frecuentemente en
sistema, hoy harto desacreditado, y á explanar teorías filosóficas, las cuestiones lingüísticas. Bueno es advertir que la tradición filoló-
especialmente psicológicas, que están fuera de nuestro cometido, si- gica nacional en Alemania, está más bien representada por la di-
quiera á ellas hayamos de aludir en más de una ocasión. rección iniciada por Humboldt — Die kavi Sprache — que no por las
Schleicher, á pesar de no ver en el filólogo otra cosa que un natu- enseñanzas exóticas de Schleicher.
c o m p a r a d a , no sólo p o r q u e el l e n g u a j e no e s t á s u j e t o á evolu-
ción n e c e s a r i a , como h e m o s dicho, sino p o r q u e el d e s a r r o l l o y
Lenguaje. L a s e g u n d a Lección l a c o n s a g r a dicho escritor á r e -
dirección de los p r i n c i p a l e s f e n ó m e n o s en la h i s t o r i a q u e revis-
solver l a s d i f i c u l t a d e s q u e p u e d a n oponerse á s u clasificación
t e n c a r á c t e r social, n o d e p e n d e d e l a acción i n d i v i d u a l i n m e -
del estudio filológico e n t r e los e s t u d i o s n a t u r a l e s . A la p r i m e -
d i a t a n i está en t a l s e n t i d o s u b o r d i n a d a al l i b r e ejercicio de l a
r a objeción q u e él se o p o n e diciendo q u e «el l e n g u a j e es o b r a
v o l u n t a d p r i v a d a , como e x a c t a m e n t e s u c e d e e n la Ciencia del
artificial del h o m b r e y p o r lo mismo p a r e c e n o c o r r e s p o n d e r
L e n g u a j e . Y si el m e n c i o n a d o filólogo, y los q u e le s i g u e n , no
al dominio d e las ciencias n a t u r a l e s » , r e s p o n d e q u e «el l e n g u a -
r e d u c i r í a n p o r esto l a historia á u n o r g a n i s m o n a t u r a l , t a m p o -
j e n o es u n a i n v e n c i ó n , como p u e d e decirse de l a p i n t u r a d e
co p o r ello p u e d e n e n c e r r a r en d i c h a c a t e g o r í a la F i l o l o g í a
l a a r q u i t e c t u r a , d e l a e s c r i t u r a , etc.» A l a s e g u n d a , q u e el 'len-
comparada.
g u a j e esta s u j e t o á a l t e r a c i o n e s fonéticas, es susceptible de des-
P o r lo q u e h a c e á H o v e l a c q u e y d e m á s escritores d e l a es- a r r o l l o y p e r f e c c i o n a m i e n t o , y q u e p o r lo mismo se d i s t i n g u e
c u e l a filológica p o s i t i v i s t a f r a n c e s a , ni t i e n e n el m é r i t o d e la d e los p r o d u c t o s de l a n a t u r a l e z a » , h a c e n o t a r q u e el d e s a r r o -
o r i g i n a l i d a d en la f a l s a t e o r í a q u e s u s t e n t a n , q u e es t r a s u n t o llo del L e n g u a j e r e s u l t a d e dos operaciones d i s t i n t a s , la alte-
servil d e la e s c u e l a d e Schleicher, ni a u n h a n sabido d a r l e co- ración fonética y l a renovación dialectal. L a descomposición
lorido n a c i o n a l propio. P o r eso n o m e r e c e n q u e d e ellos nos q u e i n s e n s i b l e m e n t e p r o d u c e en el l e n g u a j e la a l t e r a c i ó n d e los
o c u p e m o s en p a r t i c u l a r , y a q u e t a m p o c o p r e s e n t a n a r g u m e n t o sonidos, es c o m p e n s a d a p o r l a recomposición q u e p r o d u c e l a
a l g u n o especial, ni o f r e c e su t e o r í a otro i n t e r é s ni m a y o r nove- i n c e s a n t e r e n o v a c i ó n d e f o r m a s q u e se p r o d u c e n s i e m p r e y q u e
d a d q u e l a del filólogo a l e m á n d e q u e a r r i b a nos hemos o c u p a d o son r e s u l t a n t e d e l a c o n t i n u a r e n o v a c i ó n d i a l e c t a l . Mas, s e g ú n
y h a b r e m o s d e o c u p a r n o s e n otros l u g a r e s (1). Max Muller, a m b o s f e n ó m e n o s d e descomposición y d e r e g e n e -
Max Müller sostiene t a m b i é n q u e l a Ciencia del L e n g u a j e ración l i n g ü i s t i c a , no d e p e n d e n en m a n e r a a l g u n a d e la vo-
debe c o n t a r s e e n t r e las ciencias n a t u r a l e s . D i v i d e e s t e filólogo l u n t a d h u m a n a , sino q u e e s t á n s u j e t o s á evolución necesaria-
los conocimientos h u m a n o s e n dos g r u p o s : u n o está c o n s t i t u i d o v p o r c o n s i g u i e n t e el l e n g u a j e es p a r a él u n a o b r a n a t u r a l y
p o r las ciencias de la naturaleza, q u e t r a t a n d e las obras d e su e s t u d i o p e r t e n e c e al g r u p o d e las ciencias n a t u r a l e s .
Dios; y el otro p o r l a s ciencias históricas q u e t r a t a n d e l a s o b r a s L a t e r c e r a y ú l t i m a «objeción» es q u e «la Ciencia del L e n -
del h o m b r e . «El l e n g u a j e siendo o b r a de la n a t u r a l e z a , y no g u a j e debe clasificarse e n t r e l a s ciencias históricas, p o r q u e uo
u n a i n v e n c i ó n del h o m b r e , h a c e q u e la F i l o l o g í a c o m p a r a d a podemos d a r n o s c u e n t a de la v i d a y d e s a r r o l l o d e n i n g u n a len-
d e b a colocarse e n t r e las ciencias q u e h e m o s d e n o m i n a d o cien- g u a sin conocer la historia del p u e b l o en el cual se h a f o r m a d o
cias de la naturaleza,» escribe M. Müller en el s u m a r i o mismo y sobre todo sin l a h i s t o r i a d e sus r e l a c i o n e s con otros p u e b l o s »
q u e p r e c e d e á l a p r i m e r a d e sus Lecciones sobre la Ciencia del A lo c u a l r e s p o n d e n e g a n d o q u e se halle a b s o l u t a m e n t e e n l a -
z a d a la historia d e los p u e b l o s y l a e v o l u c i ó n d e sus idiomas y
a f i r m a n d o q u e «la Ciencia del L e n g u a j e n o d e p e n d e en m a n e r a
(1) Todo el saber de Hovelacque en este punto (La Lingüisti-
que, c. l.°), se reduce á copiar un trozo de la introducción de la men- a l g u n a d e la historia» (Cf. sus Lectures, 1. 1. a y 2. a ).
cionada obra de Schleicher, Die Deutsche, sprache en que expone E v i d e n t e m e n t e en todo este discurso de Max Müller no se
las ideas que hemos impugnado, y á decirnos que á este filólogo á e n c u e n t r a d e m o s t r a c i ó n a l g u n a d e q u e la Ciencia del L e n g u a -
Kuhn y á Chavée, les es debida la afirmación capital de que la Lin- j e d e b a clasificarse e n t r e las ciencias n a t u r a l e s . T o d o su razo-
güística es del dominio de las ciencias naturales. El elogio que hace n a m i e n t o se r e d u c e á n e g a r q u e l a F i l o l o g í a c o m p a r a d a p e r t e -
de Schleicher como "espíritu perfectamente desprendido de aspira- nezca al g r u p o d e las ciencias históricas, p o r q u e p e r t e n e c e al
ciones metafísicas, cosa r a r a entre sus compatriotas"...; cuya "in- de las ciencias n a t u r a l e s , y á a f i r m a r q u e p e r t e n e c e á las Cien-
teligencia positiva no habían podido seducir los doctores del teur-
cias n a t u r a l e s p o r q u e es i n d e p e n d i e n t e d e todo a c t o h u m a n o y
gismo y del hyperfisísmo con sus fantasías, porque no se p a g a b a de
de los e s t a d i o s históricos; q u e es p r e t e n d e r p r o b a r u n a cosa p o r
enfáticas y vanas palabras"...; "á quien sus notables conocimientos
de botánica le fueron de utilidad capital p a r a la morfología de las si m i s m a , y s u p o n e r g r a t u i t a m e n t e lo q u e está en cuestión P e -
lenguas", etc., sirve á la vez para r e t r a t a r á Schleicher y al mismo ro el mismo Max M ü l l e r ha reconocido la insuficiencia d e sus
Hovelacque. a s e v e r a c i o n e s al r e t r o c e d e r a n t e ellas, y n e g a r como negó m á s
t a r d e q u e h a y a sostenido j a m á s q u e l a F i l o l o g í a c o m p a r a d a
sea u n a ciencia n a t u r a l , l l e g a n d o á i n v o c a r u n jurado a n t e el mos los p r i n c i p i o s lógicos y psicológicos q u e i n f o r m a n l a v i d a
c u a l c o m p a r e c e r í a p a r a h a c e r v e r q u e t a l a f i r m a c i ó n no se h a - del l e n g u a j e ) , de i g u a l s u e r t e q u e las ciencias e x a c t a s , y en ge-
n e r a l todas las q u e no d e p e n d e n del e m p i r i s m o y d e l a i n d u c -
lla e n sus escritos (1).
ción, no son las ciencias d e la naturaleza ni las c i e n c i a s históri-
P a r a c o n t e s t a r á M. Müller, y á las a f i r m a c i o n e s q u e h a c e con
cas d e M. Müller, y n i d e p e n d e n del h o m b r e ni e s t á n s u j e t a s
m o t i v o d e l a c u e s t i ó n p r o p u e s t a , b a s t a t e n e r p r e s e n t e : 1.° q u e
en sus leyes á la m i s m a v o l u n t a d d e Dios. Y sin e m b a r g o é s t a s
la división d e los conocimientos h u m a n o s en c i e n c i a s d e la na-
son ciencias p o r e x c e l e n c i a , y e n t a n t o las de c a r á c t e r p r á c t i c o
turaleza, q u e t r a t a n d e las obras de Dios, y ciencias históricas,
se dicen tales, en c u a n t o son i n f o r m a d a s p o r los principios su-
q u e t r a t a n d e las o b r a s del hombre, es, p r e s c i n d i e n d o de otros
p e r i o r e s q u e p r e s i d e n á todo concepto u n i v e r s a l científicamen-
r e p a r o s m u y a t e n d i b l e s , i n a d e c u a d a é i n s u f i c i e n t e , p o r q u e to- t e d e m o s t r a b l e (1). 2.° Que la c u e s t i ó n del o r i g e n del l e n g u a j e
d a s l a s ciencias p u r a m e n t e filosóficas (en cuyo n ú m e r o inclui- á q u e r e c u r r e Max Müller al p l a n t e a r lo q u e l l a m a « p r i m e r a ob-
jeción», es i n d e p e n d i e n t e de la cuestión sobre la n a t u r a l e z a del
(1) Esta inverosímil retractación ha causado natural sorpresa, mismo y d e la d e su estudio científico. P u d i e r a el l e n g u a j e ha-
y no puede menos de maravillar sobremanera á todo el que haya leí- b e r sido i n v e n t a d o p o r el h o m b r e , y n o e s t a r s u j e t o á u n proce-
do las Lecciones de Max Miiller, que este filólogo se desmienta de so de e v o l u c i ó n n e c e s a r i a y p o r lo mismo d e j a r de p e r t e n e c e r
un modo tan inexplicable y de todo punto insostenible, dadas las ter- al g r u p o de las ciencias n a t u r a l e s ; p o r el c o n t r a r i o , p u d i e r a ha-
minantes y clarísimas afirmaciones que hace, y á las cuales nos he- b e r sido dado p o r Dios i n m e d i a t a m e n t e al h o m b r e , y fijar d e
mos referido arriba, "Tutti rimasero sbalorditi, escribe De Cara, di t a l s u e r t e sus leyes q u e no f u e s e l i b r e á éste su d e s a r r o l l o ni el
questa scapata di Max Müller, é II Breal dice: Je croyais moi-même c a m b i a r l e , q u e d a n d o así f u e r a del d o m i n i o d e las disciplinas
d'avoir lu là-dessus (nelle L e t t u r e sulla scienza del linguaggio di históricas. P a r a d e s h a c e r l a e q u i v o c a c i ó n e n q u e i n c u r r e Max
Max Müller), des pages brillantes et convaincues (Lettre á Ed. Tour- Müller y otros e n este p u n t o b a s t a d i s t i n g u i r e n t r e la facultad
nier sur les rapports de la ling. et de la philolog.—Rev. de Philolog.
de hablar y el habla en el h o m b r e : la p r i m e r a es natural é in-
an. 2.1.11). Quelle pagine le avevamo lette e rilette tuti, tanto nelle
n a t a , como lo son las f a c u l t a d e s psíquicas; p e r o d e ello n o se si-
prime, quanto nelle nuove lezioni sulla scienza del linguaggio, e si
possono leggere tuttora". (Studii linguistici, VII). Vea el lector no g u e q u e el l e n g u a j e e s t é s u j e t o á las leyes n e c e s a r i a s d e n a t u -
más que el sumario que precede á las dos primeras Lecciones de las ral e v o l u c i ó n , como no lo está l a voluntad humana q u e es fa-
citadas Lectures de Max Müller, y h a b r á de persuadirse de que es
imposible asentir á las nuevas declaraciones de su autor, sin renun-
ciar á la verdad de la evidencia. Intitúlase la primera: "A qué orden
de ciencias pertenece la Ciencia del Lenguaje"; en ella Max Müller (1) Referímonos con lo dicho á la naturaleza intrínseca de las
después de hablar de la "historia de las ciencias inductivas," y de di- cosas, y á las relaciones esenciales de los seres, que son siempre
vidirla en t r e s períodos (empírico, de clasificación y de la teoría), unas, siempre inmutables, é independientes, como tales, de toda vo-
hace la distribución mencionada de los conocimientos humanos en luntad que las establezca. La Filosofía halla la razón última de ellas
ciencias de la naturaleza y ciencias históricas, formula en términos en la plenitud misma de la esencia divina, donde como en ejemplar
radical se ofrecen cognoscibles los seres todos en su posibilidad al
expresos la doctrina de que la Ciencia del Lenguaje es ciencia pura-
entendimiento infinito, qué así los conoce como términos actuables
mente natural, y termina dicha Lección prometiendo examinar en
por su omnipotencia. De suerte que fuera del Cartesianismo que ha-
la siguiente las "objeciones" de los que no consideran el lenguaje
ce depender la posibilidad intrínseca de la voluntad divina; de la
"como un producto de la naturaleza". En esta segunda Lección inti-
doctrina de Wolf (no sin precedentes en algunos filósofos escolásti-
tulada: "De la distinción que ha de hacerse entre el desarrollo del cos) que la supone independiente de Dios; de la de Okam que la suje-
lenguaje y la historia del lenguaje", no hace otra cosa más que pre- ta á su soberano, pero exclusivo poder y de otras erróneas enseñan-
sentar las tres "objeciones" arriba indicadas y repetir á todas ellas zas, tan a j e n a s como éstas á la verdad ontològica y teológica de las
que el estudio del lenguaje pertenece á las ciencias naturales. No es esencias de las cosas, no queda otro recurso aceptable que recono-
menester decir que en el decurso de las siete Lecciones restantes de cer los firmes cimientos metafísicos de la ciencia en sus primeros
esta primera serie y en sus Nuevas Lecciones, confirma las ideas á principios con la teoría que dejamos indicada, y que t a n mal se avie-
que venimos aludiendo. Mas cuanto es patente por lo dicho la con- ne con la división de Max Müller, tan cómoda como insubstancial é
tradicción de M. Müller, tanto mejor prueba es de que esta su doc- imperfecta.
trina no es sosteniblc.
c u i t a d natural t a m b i é n , ni el e n t e n d i m i e n t o q u e es l i b r e m e n t e eso llámese d i a l e c t o ó i d i o m a , es p e c u l i a r d e c a d a i n d i v i d u o ó
sea e x i s t e t a n sólo en el h o m b r e q u e le h a b l a ; y si d e esta suer-
d e t e r m i n a d o por l a v o l u n t a d , ni a u n las facultades naturales
t e c a d a h o m b r e h a c e l a lengua, c a d a l e n g u a p u e d e considerar-
i n f e r i o r e s q u e son r e g i d a s y g o b e r n a d a s p o r las s u p e r i o r e s . P o r
se como d i a l e c t o p e r s o n a l , y asi como d e la s u m a d e i d i o m a s
lo mismo el habla h u m a n a ó la p a l a b r a , á p e s a r d e ser n a t u r a l
p e r s o n a l e s r e s u l t a n los dialectos r e g i o n a l e s , el substractum de
al h o m b r e e n c u a n t o es el a c t o d e u n a p o t e n c i a ó f a c u l t a d n a -
éstos d a l u g a r á l a l e n g u a , y á s u v e z dialecto d e la r a m a res-
t u r a l , no está n e c e s a r i a m e n t e r e g i d a p o r leyes i n m u t a b l e s , co-
p e c t i v a d e d o n d e p r o c e d e . «Son dos n o m b r e s d e u n a m i s m a co-
mo v e r e m o s e n otro l u g a r . L a f o r m a c i ó n sucesiva d e los distin-
sa, q u e se e m p l e a n s e g ú n q u e nos colocamos en u n o ó en otro
tos i d i o m a s con v o c a b u l a r i o d i s t i n t o y d i s t i n t a g r a m á t i c a , las
p u n t o d e v i s t a - , dice W h i t n e y e n la Vie du Langage (c. VII).
t r a n s f o r m a c i o n e s q u e d e n t r o de u n a m i s m a l e n g u a se verifi- P o r esto mismo l a a l t e r a c i ó n f o n é t i c a n o es m á s q u e la p r e p o n -
c a n , los cambios d e i d i o m a s l i b r e m e n t e a c e p t a d o s por los indi- d e r a n c i a de l a r e n o v a c i ó n d i a l e c t a l en u n d e t e r m i n a d o s e n t i d o
v i d u o s y pueblos, etc., son indicios d e la acción l i b r e del hom- y t r a n s f o r m a c i ó n . T e n e m o s , p u e s : a) q u e las f o r m a s dialectales
b r e en los dominios d e l a l e n g u a (1). 3.° Que el d e s a r r o l l o d e las con relación á l a l e n g u a podemos c o n s i d e r a r l a s ó en c u a n t o
l e n g u a s como r e s u l t a n t e d e dos o p e r a c i o n e s , la renovación dia- son principio d e ellas, p o r q u e con los i n d i v i d u o s se inicia, ó e n
lectal y l a alteración fonética, es d o c t r i n a q u e no s u p o n e e n c u a n t o s u p u e s t a la a c e p t a c i ó n d e t e r m i n a d a , c r e c e n en d e r r e -
m a n e r a a l g u n a las i d e a s f a t a l i s t a s q u e e n a s u n t o s l i n g ü í s t i c o s dor, como e n el t r o n c o d e u n á r b o l f o r m a d o . E n el p r i m e r sen-
sostiene M. Müller. La alteración fonética q u e i n s e n s i b l e m e n t e tido la r e n o v a c i ó n d i a l e c t a l y la a l t e r a c i ó n f o n é t i c a s o n u n a
t i e n e l u g a r e n todos los i d i o m a s y ocasiona las sucesivas t r a n s - m i s m a cosa; en el s e g u n d o t i e n d e n á serlo, b) L a c o r r u p c i ó n fo-
f o r m a c i o n e s q u e en ellos se a d v i e r t e n , es u n a de las m a n i f e s t a - n é t i c a , p u e d e d a r s e i g u a l m e n t e en los dialectos m i s m o s , d e
ciones h i s t ó r i c a s del l e n g u a j e q u e en el i n c e s a n t e m o v i m i e n t o i g u a l s u e r t e q u e e n l a l e n g u a , y esta a l t e r a c i ó n p u e d e á l a v e z
social, c e d e á los i n f l u j o s dialectales que existen simultánea- convertirse en verdadera renovación dialectal, entrando en la
m e n t e y a c o m p a ñ a n á los i d i o m a s . E n r i g o r , la alteración foné- c o r r i e n t e g e n e r a l d e la l e n g u a , c) L a a l t e r a c i ó n f o n é t i c a y re-
tica y l a renovación dialectal no p u e d e n c o n t r a p o n e r s e , sino e n n o v a c i ó n d i a l e c t a l , n o son corrupción f o n é t i c a , como p r e t e n d e
c u a n t o se considera u n a l e n g u a e n si m i s m a , y se s u b o r d i n a n á Max Müller, sino m a n i f e s t a c i o n e s t a n n a t u r a l e s como las pri-
ella t o d a s las f o r m a s p a r t i c u l a r e s d e n t r o d e la m i s m a e s t i r p e . m e r a s f u s i o n e s v e r b a l e s , p o r q u e p a r a q u e se diese a q u é l l a se-
P e r o en r i g o r filológico esa s u b o r d i n a c i ó n n o es v e r d a d e r a m e n - r i a i n d i s p e n s a b l e s u p o n e r a n t e s u n o r g a n i s m o intangible, de
t e l i n g ü í s t i c a , es p u r a m e n t e social y c o n v e n c i o n a l . L a l e n g u a s u e r t e q u e l a a l t e r a c i ó n s o b r e v i n i e s e como q u e b r a n t a n d o u n a
y el dialecto, no son cosas d i s t i n t a s , sino m a n i f e s t a c i o n e s diver- naturaleza fija, y a q u e d e otro m o d o no s e r i a c o r r u p c i ó n lin-
g ü i s t i c a . A la a l t e r a c i ó n p r e s i d e en su o r i g e n l a i d e a de l a ex-
s a m e n t e a t e n d i d a s y c o n s i d e r a d a s ; l a l e n g u a no está e n el or-
p r e s i ó n d e v a r i a s ideas en u n m e n o r e s f u e r z o posible como se
g a n i s m o social, sino e n c u a n t o es p u r a m e n t e i n d i v i d u a l ; p o r
echa d e v e r f á c i l m e n t e en la f o r m a c i ó n e t i m o l ó g i c a en g r i e g o ,
l a t i n , l e n g u a s m o d e r n a s , etc. d e los n o m b r e s del sistema n u m e -
(1) L a doctrina que sobre la distinción entre el desenvolvimien- r a l por a l t e r a c i ó n d e e l e m e n t o s c o m p o n e n t e s ; 4.° q u e la c o n t r a -
to de las lenguas y la historia nos ofrece Max Müller, aislándolas en posición e n t r e l a historia y la l e n g u a t a l como q u i e r e h a c e r l a
absoluto; su teoría sobre el instinto irresistiblemente determinante a p a r e c e r M a x Müller es d e todo p u n t o e q u i v o c a d a . No se t r a t a
de las formas del lenguaje, de las raíces, y de todo sonido en gene- d e s a b e r si l a h i s t o r i a del p u e b l o c o n s t i t u y e l a historia de u n
ral, producto del dominio de la naturaleza, según él; sus ideas sobre i d i o m a , p u e s es h a r t o conocido q u e u n a y o t r a son i n d e p e n d i e n -
la decadencia fonética, y aparición de formas gramaticales, etc.,
tes e n su n a t u r a l e z a , a u n q u e e x i s t a n a p r o x i m a c i o n e s m u y sig-
son una reproducción servil en el fondo, poética en la forma, de las
nificadas v q u e p e r m i t e n c o l e g i r de la historia d e la l e n g u a l a d e
ideas de Schleicher, que hemos indicado y tendremos ocasión de re-
cordar. La teoría de M. Müller sobre el lenguaje expuesta en las los pueblos, y á l a v e z por la d e los p u e b l o s e x p l i c a r f e n ó m e n o s
Lectures, puede traducirse por estas palabras del autor del Compen- l i n g ü í s t i c o s . E s t o no p u e d e n e g a r l o Max Müller, a n t e s se v e pre-
dium d. vergleich. Grammatik: "Los idiomas viven la misma vida cisado á reconocerlo e x p r e s a m e n t e en sus Lectures. T a m p o c o se
de todos los organismos naturales; no obran como el hombre, y no t r a t a de s a b e r si l a s l e n g u a s p u e d e n ó no c a m b i a r d e f o r m a s
tienen por lo mismo historia, tomada esta palabra en su genuino'y
verdadero sentido."
g r a m a t i c a l e s y r e c i b i r o t r o m o l d e q u e el q u e t u v i e r e n ; p u e s esto
i n d e p e n d i e n t e m e n t e d e l a n a t u r a l e z a del l e n g u a j e , p u e d e soste- de la ciencia del espíritu humano en su manifestación
n e r s e o n e g a r s e ; y c o m o v e r e m o s a l o c u p a r n o s d e l a s dos t e o r í a s regular histórica, bajo la acción absoluta psicológi-
c o n t r a r i a s en este p u n t o , no existe relación n e c e s a r i a e n t r e la ca. —Escuela psicológica.—
n a t u r a l e z a del l e n g u a j e y l a d o c t r i n a e v o l u t i v a ó n o e v o l u t i v a
Los r a z o n a m i e n t o s de W h i t n e y p u e d e n reducirse al a r g u -
I r a í a s e d e d e t e r m i n a r la v i d a p r o p i a e n c u a n t o a p a r e c e e n
m e n t o g e n e r a l d e q u e l a s l e n g u a s r e v i s t e n s i e m p r e c a r á c t e r so-
el l e n g u a j e c o m o u n h e c h o i n d i v i d u a l y social, y c o m o a l g o
cial e n s u s e r , y a p a r e c e n d e t a l m a n e r a e s l a b o n a d a s á la ac-
r e a l q u e o b j e t i v a u n s é r i d e a l . L a h i s t o r i a externa d e la l e n - u a
ción h u m a n a , q u e e n t r a ñ a n el c a r á c t e r y l a f o r m a e x c l u s i v a
e n sus revoluciones, se p r e s e n t a y se e s t u d i a c o n s i d e r á n d o l a en
d e los a c t o s q u e son r e g u l a d o s p o r la v o l u n t a d . L a s l e n g u a s n o
s u s e t a p a s ; la historia interna, e n la r a z ó n i n t i m a d e los f e n ó -
g u a r d a n relación antropológica y q u e d a n libres de toda deter-
m e n o s y d e l a s t r a n s f o r m a c i o n e s si se r e a l i z a s e n . T o d o s los he-
m i n a c i ó n e t n o l ó g i c a ; p o r lo m i s m o n o e x i s t e r e l a c i ó n a l g u n a
chos e x t e r n o s e n o r d e n á d e t e r m i n a r l a n a t u r a l e z a d e la l e n -
d e n e c e s i d a d e n t r e u n a r a z a y u n l e n g u a j e , e n t r e el h o m b r e y
g u a , n o t i e n e n v a l o r sino e n c u a n t o se fija l a razón d e los he- s u l e n g u a , q u e él p u e d e c a m b i a r á v o l u n t a d (1). « N i n g u n a p a l a -
c h o s , o en c u a n t o s o n éstos d e t a l n a t u r a l e z a q u e n o se e x p l i c a n b r a , a ñ a d e , h a sido p r o n u n c i a d a sin i n t e r v e n c i ó n d e l a v o l u n -
sino e n u n a p e c u l i a r m a n e r a q u e c a r a c t e r i c e s u s é r i n t i m o t a d h u m a n a . E s t a m i s m a v o l u n t a d h a o b r a d o t o d o s los creci-
N i n g u n a de las a d v e r t e n c i a s de Max Müller tiene c a r á c t e r in- mientos y desarrollos lingüísticos.»
t e r n o ; n i n g u n a es d e t e r m i n a n t e d e la v i d a del l e n g u a j e - n i n -
Los cambios fonéticos, s e g ú n W h i t n e y , son debidos á la in-
g u n a p o r lo m i s m o es a t e n d i b l e al o b j e t o q u e se p r o p o n e (1).
v e r s a d e lo q u e d i c e M ü l l e r , á la a c c i ó n d e la v o l u n t a d q u e or-
d e n a d e u n m o d o r e g u l a r los m e d i o s á los fines b a j o el i m p u l s o
2.° L a Filología comparada es una ciencia histó- d e m o t i v o s q u e son c o n s e c u e n c i a d e m ú l t i p l e s c a u s a s c u y o co-
rica por su objeto y por su método (filólogos que no nocimiento no está sujeto á un procedimiento regular y deter-
reconocen en el lenguaje organismo independiente,, ni m i n a d o . N o n i e g a la e x i s t e n c i a d e l e y e s l i n g ü í s t i c a s , p e r o h a c e
n o t a r de u n a parte, que por tratarse de la acción de la volun-
existencia propia f u e r a de la que le da el espíritu hu-
t a d , no está s u j e t a á leyes del o r d e n mecánico y físico, y de
mano, considerando el idioma según f r a s e de Hum- o t r a q u e esto m i s m o m o t i v a q u e n o p u e d a p r o c e d e r s e a priori;
boldt, como una « w , no como un w á los cuales el f o n ó l o g o h a d e n o t a r los h e c h o s , d e t e r m i n a r l a s r e l a c i o n e s e n -
filólogos se asocia en sus obras y especialmente en La t r e los a n t i g u o s y los n u e v o s , y t o m a r e n c u e n t a los c a m b i o s
me du langage W . D. Whitney); según éstos la natura- r e a l i z a d o s ; p e r o t a n sólo m o s t r a n d o l a s t e n d e n c i a s , ó m e j o r , la
f o r m a d e l a s t e n d e n c i a s d e d o n d e p u e d e o c a s i o n a r s e el m o d o d e
leza de la Ciencia del L e n g u a j e , es la misma que la s e r d e u n a l e n g u a . L a s d e m o s t r a c i o n e s e n l a C i e n c i a del L e n -
g u a j e n o s e h a c e n d e u n a m a n e r a a b s o l u t a , sino c o m o e n l a s
d e m á s r a m a s d e la h i s t o r i a .
* J Í 1 P ° r a q U Í 8 6 v e r á q u e l , n 0 d e l 0 s r e c u " 0 S á que a p e l a y que pre-
t e n d e convertir en axioma, á saber que "la g r a m á t i c a es el elemento D e u n a m a n e r a a n á l o g a , A . Sayc& (Principies ofeomp. phi-
(LectTía é mmUtable
t ¿ 7 qUe "ima ™ es i m p o " lology) c o n s i d e r a la C i e n c i a del L e n g u a j e como c i e n c i a i n d u c -
n e S1 nificaci
t u" ^ ° n en nuestro caso. P o r ello r e s u l t a
t a m b i é n afirmación g r a t u i t a y falsa que las lenguas n e o L t í n a no
h a n adquirido principio vital, ni un solo elemento propio Cosas to- (1) Después de hecha esa justa distinción e n t r e lenguas y r a z a s ,

S r;
s0 b e d e r n á ias insostenibies a ñ a d e W h i t n e y en La vie du Langage: "Or, de meme que l ' i n d i v i -
du peut p a r l e r une l a n g u e d i f f é r e n t e de celle de ses ancetres, de me-
e n Z ' T q u e n ° q U e r a m 0 S a d m i t í r l a ^nominación d me une société (qui n' est qu' une a g g l o m é r a t i o n d' individus) peut
ístfcas 6 e r J ^ f S n e C e S a d ° r e C 0 n 0 c e r líls "«'as caracte- acquérir une l a n g u e é t r a n g è r e et n e p a s g a r d e r le moindre souvenir
qUG 138 h a C e n d Í S t ¡ n g U Í r a s í d e s d e
is a p s i C 0 2 t o " H P-to de de sa l a n g u e originelle." Que es una fórmula concreta de la indepen-
como n S ^ f d e , e X p r e S 1 Ó D d e l a s í d e a s > ^ g ú n nota Steinthal, dencia de la Glotología y de la Antropología de que hemos habla-
d elem nt0S f0nétÍC0S suces vame
Íy aTe Zv a Z Z a n e r a s combinados.
nas m J ' ° t e adquirido do, y que es f u e r z a reconocer.
t i v a , l a c u a l s i g u e el mismo p r o c e d i m i e n t o q u e se e m p l e a p a r a n e r a a l g u n a al e s t u d i a r la n a t u r a l e z a d e la p a l a b r a , y a q u e
los estudios geológicos y biológicos, al p r o c u r a r d e s c u b r i r pol- a m b o s son sus e s e n c i a l e s c o n s t i t u t i v o s , s e g ú n d e j a m o s i n d i c a d o .
los hechos leyes g e n e r a l e s q u e p u e d a n a p l i c a r s e d e d u c t i v a m e n - E s v e r d a d , como dice W h i t n e y , q u e h a n de e s t u d i á r s e l a s leyes
te. L a d i f e r e n c i a e s t á en q u e e n los e s t u d i o s geológicos y otros q u e d e t e r m i n a n l a acción psicológica en l a s l e n g u a s , y d e esta
a n á l o g o s se t r a t a d e ciencias n a t u r a l e s , s u j e t a s á l e y e s fijas q u e s u e r t e r e l a c i o n a r hechos con h e c h o s , y t r a n s f o r m a c i o n e s con
o b r a n h o y como h a c e c e n t e n a r e s de años, y en los estudios lin- t r a n s f o r m a c i o n e s ; p e r o es falso lo q u e él mismo dice d e q u e e n
güísticos sucede á l a i n v e r s a , porque la s u m a d e las f u e r z a s F o n o l o g í a j a m á s p o d r á p r o c e d e r apriori el filólogo, p o r q u e d e
hecho se p r o c e d e y se p r o c e d e l e g í t i m a m e n t e en m u c h a s d e d u c -
crece en r a z ó n p r o g r e s i v a d e la c e l e r i d a d . T o d a g e n e r a c i ó n
ciones g e n e r a l e s y p a r t i c u l a r e s ; asi en el o r d e n etimológico por
n u e v a r e c i b e el c a u d a l y el influjo d e l a q u e l a ha p r e c e d i d o ;
e j e m p l o , se d e t e r m i n a a priori q u e u n a etimología es f a l s a ,
influjo q u e como f u e r z a a c t i v a debe t o m a r s e s i e m p r e en c u e n t a
p o r q u e el c a m b i o d e c o n s o n a n t e s q u e s u p o n e no se h a c e j a m á s ,
en l a v i d a d e las l e n g u a s . L a v o l u n t a d h u m a n a a p a r e c e siem-
y p o r el c o n t r a r i o p o r a n á l o g o p r o c e d i m i e n t o p u e d e conocerse
p r e o b r a n d o en e s t a s f u e r z a s , s e g ú n S a y c e , c o n f o r m e á l e y e s
a priori la f o r m a d e u n a r a í z d a d a ó de u n a s e r i e d e r a i c e s á
no d e t e r m i n a b l e s e n el o r d e n físico como los n a t u r a l e s ; y e s t a
t r a v é s de l a s v a r i a s l e n g u a s d e u n a f a m i l i a (1). E s i g u a l m e n t e
acción f o t o g r a f i a d a e n los m o n u m e n t o s d u r a b l e s del l e n g u a j e ,
cierto q u e los c a m b i o s f o n é t i c o s son debidos á la acción d e l a
es l a r a z ó n d e q u e l a F i l o l o g i a . c o m p a r a d a , cuyo o b j e t o cae b a j o v o l u n t a d q u e o r d e n a medios á fines s e g ú n disposiciones propias;
l a a l t e r n a t i v a d e los tiempos, sea ciencia h i s t ó r i c a (1). p e r o es t a m b i é n c i e r t o q u e dichos c a m b i o s f o n é t i c o s son r e g u -
L a opinión q u e a c a b a m o s d e resumir, y q u e d e f i e n d e W h i t - l a r e s y e j e c u t a d o s s e g ú n l a n a t u r a l e z a de los r e s p e c t i v o s idio-
n e y con t a l e m p e ñ o q u e c r e e debe e x c l u i r s e d e los e s t u d i o s d e m a s (2); p o r c o n s i g u i e n t e , ó ha d e a d m i t i r s e q u e n o es l i b r e la
n u e s t r a c i e n c i a al q u e l a i m p u g n e (2), e n c i e r r a u n a v e r d a d v o l u n t a d on l a s d e t e r m i n a c i o n e s g l o t o l ó g i c a s , c o n t r a lo q u e
g r a n d e del o r d e n psicológico, l a cual no p o d r á n u n c a ser con- p r e t e n d e el a u t o r m e n c i o n a d o , ó h a de r e c o n o c e r s e q u e l a vo-
t r a r r e s t a d a c i e n t í f i c a m e n t e , n i menos v e n c i d a p o r p r e j u i c i o s l u n t a d h u m a n a n o es á r b i t r o ú n i c o y a b s o l u t o d e l a s leyes lin-
d e e s c u e l a a l g u n a . P o r q u e m i e n t r a s e n el o r d e n h u m a n o p o d a - g ü i s t i c a s , sino q u e su acción se e j e r c e d e c o n s u n o con las exi-
mos a i s l a r l a acción física r e g u l a d a y fija d e la acción de l a vo- g e n c i a s f o n é t i c a s d e n t r o d e ciertos limites y condiciones en q u e
l u n t a d , m i e n t r a s l a s l e n g u a s v i v a n sin s u b o r d i n a c i ó n á los in- i n f l u y e , sino como c a u s a d e t e r m i n a n t e , como condición de la
d i v i d u o s y éstos sin s u b o r d i n a c i ó n á ellas, m i e n t r a s h i s t ó r i c a y
a n t r o p o l ó g i c a m e n t e no a p a r e z c a n v i n c u l a d o s h o m b r e s y len-
g u a s , h a b r á s i e m p r e a q u í recursos s e g u r o s , y a r g u m e n t o s q u e
(1) Dicho se e s t á que este procedimiento a priori se apoya en
resisten sin dificultad los e m b a t e s d e los a d v e r s a r i o s .
una inducción primera, por la cual se ha observado que de hecho si-
P e r o es d e o b s e r v a r q u e los r a e o n a m i e n t o s d e W h i t n e y , si guen los sonidos tales ó tales caminos de transformación; pero esta
bien d e m u e s t r a n el c a r á c t e r psicológico, n o p r u e b a n el v e r d a - forma de conocimiento es de certeza moral completa (sabido es que
d e r o c a r á c t e r histórico d e l a Ciencia del l e n g u a j e , p o r q u e se re- hay certezas de este orden comparables á la certeza física), lo cual
fieren e x c l u s i v a m e n t e al e l e m e n t o psíquico, sin t e n e r e n c u e n - no es compatible con la teoría de Whitney, al menos en la forma en
t a el e l e m e n t o fonético, del c u a l no p u e d e p r e s c i n d i r s e e n ma- que la presenta.
(2) No se t r a t a aquí de justificar el fatalismo fonético de ciertos
filólogos, desmentido, como las leyes de Grimm, en casos evidentes
(1) "We must bear in mind that Glottology is an historical scien- é incontestables, sino de hacer notar el hecho de una acción fisioló-
ce, and the historical sciences imply change and progress with the gica en el fonetismo con tendencias normales, que resultan del con-
change and progress of time" (The Principles etc.). junto del idioma. Tampoco nos referimos á las alteraciones que la
introducción premeditada y refleja de palabras no conformes con el
(2) Aunque D' Ovidio en la traducción italiana de Whitney (Vita
orden fonético de una lengua puede ocasionar; las que así se a p a r t a n
e Svilupo del Linguaggio), c r e e estas palabras excesivas, es de te-
del orden g e n e r a l para subvenir á necesidades científicas, etc., no
ner presente que en el c a r á c t e r psicológico del lenguaje, va envuelta
prueban cosa alguna contra lo que venimos diciendo. Dígase lo mis-
la constitución científica del sistema lingüístico. Por ello, el que nie-
mo de la suma de ingerencias de otros órdenes, de todo lo cual ha-
g a la naturaleza psicológica de estos estudios, no merece ser con-
blaremos en su lugar.
tado en el número de sus cultivadores.
d e t e r m i n a c i ó n d e los actos volitivos, el s i s t e m a m o r f o l ó g i c o d e a p l i c a n d o á l a Ciencia del l e n g u a j e las d i v e r s a s f o r m a s l i n g ü i s -
l a l e n g u a , el c a r á c t e r g e n e r a l d e e l l a y l a ley d e m e n o r e s f u e r - t i c a s h a n d e c o n s i d e r a r s e como e x p r e s i ó n d e u n a ley n a t u r a l
zo en c a d a caso. R e s u l t a , p u e s , q u e es m e n e s t e r t e n e r p r e s e n t e fija é i n a l t e r a b l e . El m é t o d o histórico, s e g ú n el mismo, p r o c e d e
el e l e m e n t o m a t e r i a l de l a p a l a b r a , y q u e 110 p u e d e d e m o s t r a r - á la i n v e r s a , es p u r a m e n t e casuístico, y e n él los hechos p a r -
se su v e r d a d e r o c a r á c t e r , sino r e c o n o c i e n d o , como d e j a m o s di- t i c u l a r e s no se o f r e c e n como r e s u l t a n t e d e l e y e s g e n e r a l e s , si-
cho a t r á s , el doble e l e m e n t o q u e p r e s i d e á los actos h u m a n o s , no q u e m á s b i e n se o r d e n a n e n u n c u e r p o sistemático, eslabo-
d e u n o de los c u a l e s se h a c e caso omiso e n la t e o r i a d e q u e nos n á n d o s e p o r sus r e l a c i o n e s e x t e r i o r e s , y a d e oposición y a d e
ocupamos. y u x t a p o s i c i ó n . El m é t o d o científico (de las ciencias n a t u r a l e s ) ,
se a p o y a p s i c o l ó g i c a m e n t e e n u n a Apperception subsumiren-
den (lo p a r t i c u l a r p e r c i b i d o en lo g e n e r a l ) ; el histórico e n u n a
3.° La Ciencia del Lenguje es una ciencia histó-
Apperception harmonisirenden (las d i v e r s a s e s f e r a s d e p e r c e p -
rica por su objeto, una ciencia natural por su método ciones o r d e n a d a s e n t r e si). «De d o n d e se s i g u e , a ñ a d e F . Mü-
(F. Mtiller, Grundriss der Sprawissenschaft, etc.). En ller, q u e los r e s u l t a d o s d e l a s dos direcciones científicas son
esta opinión el lenguaje es organismo con vida pro- m u y d i f e r e n t e s . M i e n t r a s las ciencias i p d u c t i v a s y d e d u c t i v a s
l l e g a n á conclusiones del todo c i e r t a s , las d e m é t o d o casuístico
pia, que aunque regida por leyes del espíritu (de don-
(como las históricas) sólo a l c a n z a n probabilidades» (1).
de procede su c a r á c t e r histórico), en su individuali-
dad peculiar, y en cuanto es susceptible de composi- E c h a s e de v e r sin dificultad q u e la a n t e r i o r d o c t r i n a d e
F . Müller, y la aplicación á l a Ciencia del L e n g u a j e de leyes in-
ción y descomposición fonética y morfológica, está m u t a b l e s n a t u r a l e s , c o n d u c e á la identificación d e los actos hu-
sujeta al método de investigación de las ciencias na- m a n o s con la acción i n s t i n t i v a y n e c e s a r i a d e la n a t u r a l e z a y
turales, y participa de la certeza de las conclusiones d e los o r g a n i s m o s i n f e r i o r e s d e l a escala zoológica, q u e es el
de éstas. —Escuela lústórico-naturalista.— e s p í r i t u d e la e s c u e l a filológico-darwiniana, d e l a c u a l se de-
c l a r a discípulo el filólogo a u s t r í a c o (2). E n esta t e o r i a t o d o sis-

E n esta opinión d e F e d e r i c o M ü l l e r se h a q u e r i d o s o s t e n e r
el c a r á c t e r psicológico del l e n g u a j e q u e h e m o s visto en l a doc-
t r i n a a n t e r i o r , y al efecto el filólogo a u s t r í a c o i n v o c a los mis- (1) Esta clasificación de métodos histórico y científico, la usa
también el profesor de Viena para distinguir la Filología general
mos a r g u m e n t o s q u e u s a W h i t n e y , ó sea l a f a l t a de correspon-
(método histórico), de la Filología comparada (método de las cien-
d e n c i a e n t r e r a z a s y l e n g u a s , la s u b o r d i n a c i ó n d e las l e n g u a s
cias naturales): "Como es de todos sabido, dice, la Filología y la
al c a m b i o v o l u n t a r i o de los i n d i v i d u o s y el c a r á c t e r psicológi- Lingüística t r a t a n del lenguaje de muy diferente manera. Mientras
co é i d e a l q u e i n f o r m a las m a n i f e s t a c i o n e s d e la p a l a b r a . P e r o la Filología examina y resuelve casos concretos la Lingüística
e c h a n d o d e v e r l a insuficiencia q u e h e m o s y a s e ñ a l a d o en la t r a t a de examinar cada caso como expresión de una ley general
t e o r í a a n t e r i o r p a r a e x p r e s a r el concepto d e la ciencia q u e nos Mientras que la Lingüística llega á una serie de leyes generales cier-
o c u p a , se ha p r o p u e s t o s u b s a n a r l o y e n d o al e x t r e m o opuesto, tas, la Filología no puede hacer otra cosa que esclarecer casos de-
ó s e a b u s c a n d o las leyes a b s o l u t a s d e las ciencias n a t u r a l e s . terminados, y procurar concordarlos con o t r o s y a coordinados".
«En el f o n d o , dice en su Grundriss d. Sprachioissenschaft— (Grundriss etc. I.) L a s erróneas apreciaciones de F. Müller en este
punto, son consecuencia legítima de su evolucionismo sistemático.
E i n l e i t u n g — , el e r r o r d e colocar á l a c i e n c i a del l e n g u a j e en-
(2) Nach Darwin, dice en el cit. Grundriss d. Sprachwiss., "und
t r e las ciencias n a t u r a l e s , p r o v i e n e d e q u e el m é t o d o d e q u e der modernen Naturforschung, ist der Mensch nicht erschaffen, son-
h a c e uso dicha ciencia difiere a b s o l u t a m e n t e del q u e es segui- dern aus einem niedriger organisisten Wesen auf den W e g e tausend
do por las d e m á s ciencias históricas, p u e s t o q u e su m é t o d o es und über tausendjähriger Entwicklung entstanden. W i e dieses W e -
e x a c t a m e n t e el d e las ciencias n a t u r a l e s . » E s t e m é t o d o en di- sen beschaffen w a r , kann Niemand wissen und hat kein wissenschaf-
chas ciencias, dice el mismo filólogo, es i n d u c t i v o - d e d u c t i v o , y tlich gebildeter Mann je behauptet." Tales son los principios con los
e n él los hechos p a r t i c u l a r e s se p r e s e n t a n b a j o la acción d e u n a cuales discurre F. Mtiller en materias lingüísticas, para acabar por
ley g e n e r a l i n m u t a b l e y como e x p r e s i ó n d e ella; d e s u e r t e q u e la confesión que encierran las últimas líneas citadas, de la absoluta
/

t e m a histórico como todo edificio científico, en el s e n t i d o r i g u - cia del Lenguaje, debe fijarse con arreglo á la natu-
roso d e la p a l a b r a , es un a b s u r d o , c o n s i g u i e n t e á las n e g a c i o -
raleza del lenguaje mismo, y que siendo éste un con-
nes psicológicas y ontológicas del m a t e r i a l i s m o e v o l u c i o n i s t a ;
s i e n d o a d e m á s imposible q u e p u e d a d a r s e d i s t i n c i ó n d e méto- junto que resulta del orden psicológico y del orden fí-
dos (se h a b l a del método en la m i s m a significación d o c t r i n a l sico, algo interior que se refiere a l mundo de las ideas
q u e le d a M ü l l e r ) con f u n d a m e n t o en l a distinción d e p r i n c i - y algo exterior que ofrece el concepto en una ase-
pios científicos, d o n d e éstos e s t á n s i e m p r e c o n s t i t u i d o s p o r u n a quible fórmula fonética, es necesariamente un todo
m i s m a u n i v e r s a l n o r m a de c i e g a é i n c o n s c i e n t e n e c e s i d a d , á l a
complejo regulado por aquellos dos órdenes de prin-
cual ha d e r e d u c i r s e como á r a z ó n s u p r e m a t o d a d i s c i p l i n a
histórica ó no histórica.
cipios, de los cuales el primero se refiere al oficio y
P e r o a d m i t i d o p o r un m o m e n t o q u e p u e d a n s u b s i s t i r como significación de las palabras, y el segundo á la forma-
d i v e r s o s en el d a r w i n i s m o a c e p t a d o p o r F . Müller, los dos pro- ción y evolución de los sonidos, dando un todo perfec-
c e d i m i e n t o s , casuístico y científico, c o r r e s p o n d i e n t e s á las cien- to, á la m a n e r a que la materia y el espíritu, la p a r t e
cias h i s t ó r i c a s y á las n a t u r a l e s r e s p e c t i v a m e n t e , j a m á s p u d i e - racional y la parte física se ofrecen eslabonadas p a r a
r a n j u n t a r s e c i e n c i a y método d e diverso o r d e n , como p r e t e n d e
formar el todo de los actos humanos. Como éstos, tiene
h a c e r l o F. M ü l l e r e n la Ciencia del L e n g u a j e , rin r e n u n c i a r á
sus p r o p i a s d o c t r i n a s . Si con el m é t o d o histórico ( f o r m a i n t r í n - el lenguaje la acción psicológica que impera en la ac-
seca á l a h i s t o r i a ) n o p u e d e l l e g a r s e á conclusiones c i e r t a s , y ción física y la determina; como en ellos, la acción
con el m é t o d o científico ( e x p r e s i ó n c a r a c t e r í s t i c a d e las cien- física se pone á contribución, mediante los elementos
cias n a t u r a l e s ) 110 se obtiene n u n c a conclusión d u d o s a , n o pue- fonéticos y la condición de los órganos de la palabra,
d e l l e v a r s e el m é t o d o histórico á l a s ciencias n a t u r a l e s , ni el d e
ocasionando determinados rumbos y direcciones que
ésta á l a h i s t o r i a , sin t r a s t o r n a r la n a t u r a l e z a d e los dos órde-
nes d e estudios. E n este caso, ó se a d m i t e q u e l a s conclusiones
influyen en la p a r t e psíquica, mientras la acción re-
110 son d e p e n d i e n t e s d e sus principios, ó, con p e o r l ó g i c a si ca- fleja no impone s u s superiores consejos p a r a hacer
be, se le d a á a q u é l l a s un c a r á c t e r q u e no t i e n e n éstos. P r e t e n - p r e v a l e c e r , contra aquel influjo, alguna voz ó pala-
d e r r e u n i r m é t o d o y ciencia d i s t i n t o s , p r i n c i p i o s v conclusiones bra. Y si dichos actos no pueden decirse propiamen-
diversos ( q u e á eso se r e d u c e l a t e o r í a q u e i m p u g n a m o s ) , es te del espíritu ni de la materia, sino del compuesto
u n a c o n t r a d i c c i ó n manifiesta, si no es r e c o n o c e r u n a m i s m a ley
humano que se refleja allí en su unidad, de igual mo-
n e c e s a r i a c o m ú n , con nombres distintos, n e g a n d o la distinción
q u e a p a r e n t e m e n t e se establece. Si, pues, el m é t o d o y n o r m a do el acto de la palabra no puede decirse físico ni psi-
d e las conclusiones l i n g ü i s t i c a s son de l a s ciencias n a t u r a l e s , cológico, sino del compuesto, y ejercido dentro de la
i m p o r t a m u y poco, c u a l q u i e r a q u e sea l a distinción q u e se ima- esfera de libertad compatible con las leyes naturales
g i n e , h a b l a r d e a q u é l l o s como disciplina histórica. de la pronunciación y el c a r á c t e r social que reviste
el l e n g u a j e , que son los dos factores que mantienen
Nuestra teoría en este punto, dedúcese fácilmente reguladas las tendencias de cada idioma. De ahí las
de lo que dejamos indicado en los comienzos de este leyes fonéticas, las cuales sin ser absolutas, sin tener
capítulo. Hemos dicho que la naturaleza de la Cien- necesidad intrínseca, como cada uno sabe por sí mis-
mo y observa en los demás, conservan una cierta re-
impotencia del darwinismo en orden á resolver el problema de la gularidad, la cual puede tomarse por norma de su mar-
existencia, el cual tan fácil y racionalmente explicado aparece en el cha ordinaria.
sistema ortodoxo y racional de la creación. Declaraciones análogas
hace en su Allgemeine Ethnographie sobre este punto. Según esto, la cuestión de que se t r a t a a p a r e c e en
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las anteriores opiniones mal entendida y mal propues- 2.° El lenguaje humano es un hecho individual
ta. Mal entendida en cuanto en ellas se prescinde de en su origen, y, como principio, presupuesto p a r a el
la síntesis de esa operación h u m a n a que se llama pa- hecho colectivo á la m a n e r a q u e los individuos se
labra ó lengua, deshaciendo su conjunto; mal propues- presuponen p a r a constituir la sociedad; pero es tam-
t a , porque se h a c e un análisis donde ninguno de los bién un hecho social, cuya acción refluye en los indivi-
elementos puede subsistir después de hecho, y se pre- duos, de modo que las corrientes mutuas individuales
senta la disyuntiva entre extremos, de los cuales nin- y sociales mantienen el equilibrio de las formas en la
guno es verdadero considerado aisladamente. De aquí composición y descomposición de los idiomas. Sin em-
que todas las opiniones dichas ó proceden del supuesto bargo éstos no son en caso alguno un hecho de r a z a ;
que el lenguaje es obra exclusiva de leyes mecánicas, porque las lenguas, como los sistemas de numeración,
ó de que todos los hechos lingüísticos se explican por como los procedimientos de escritura, como las teorías
el influjo de la voluntad, cual si la p a l a b r a fuese la de un sistema, traspasan los confines de su nacimiento
idea misma que representa (1). y cambian de medio ambiente recorriendo muy diver-
Pueden, pues, establecerse como criterio: sas regiones de la tierra, sin resistencia alguna á la
1.° El lenguaje es un hecho complejo en sí mismo, adaptación. Y es de notar, contra lo que generalmen-
que además reviste c a r á c t e r social en su complejidad. te se dice, que si la dependencia ó independencia an-
Es un todo constituido por elementos psíquicos (parte tropológica y lingüística es de importancia p a r a co-
formal) y elementos fonéticos (parte material). Es una nocer la naturaleza de los idiomas, dista mucho de
energueia en cuanto participa de l a vida intelectual serlo en los problemas generales de la Ciencia del Len-
h u m a n a , y es un ergon como obra hecha, como subsis- guaje, á donde se lleva esta cuestión con otros fines.
tencia individual. En el primer sentido tiene la lengua L a historia interna de los idiomas, en efecto, puede
c a r á c t e r subjetivo, y se considera en orden á la facul- seguirse en su desarrollo, sin mentar en m a n e r a algu-
tad de hablar; en el segundo se significa su c a r á c t e r n a el c a r á c t e r de las relaciones entre lenguas y ra-
objetivo, y como actuación de aquella potencia, aun- zas: la historia externa, que se refiere á la clasifica-
que sin aislar estos dos inseparables aspectos (2). ción de pueblos y lenguas, distribución de éstas, etc.,
ni aun a t a ñ e á la vida de los idiomas, pues los supone
(1) A uno de dichos extremos se reducen las opiniones mixtas, constituidos. Por consiguiente, ninguno de los aspec-
como acontece con la ya examinada de Federico Müller, y con la que tos v e r d a d e r a m e n t e glotológicos de la p a l a b r a tiene
indica L. Adam (Les Classif. de la Ling.), según la cual la Filolo-
relaciones antropológicas; y todas las que pudieran
g í a comparada participa del carácter de ciencia natural y del de
ciencia histórica, y por ello recibe el influjo de ambos métodos. Vin-
son ha notado á este propósito que no existen ciencias mixtas (Rev.
de Ling., XIV). Entendido, sin embargo, dicho carácter mixto, en que el lenguaje constituye una ciencia natural, es debido á que la
orden á los factores del lenguaje, como lo entendemos en otro t r a b a - mayor parte de los lingüistas no han visto en él más que un ergon.
jo nuestro (Lingüística, I.-E. Introducción), la doctrina de L. Adam P a r a comprender la aserción de Schleicher, que las lenguas viven
sería reducible á la que sostiene la naturaleza histórica de los idio- como los organismos naturales, sería necesario confundir el lengua-
mas, y no incompatible con la doctrina que arriba presentamos. je verdadero con el lenguaje literario fijado por la escritura." No
(2) No sin razón nota Federico Müller (Grundriss der Sprach- sería difícil retorcer este razonamiento contra la doctrina del mis-
mo F. Mtiller, a t r á s impugnada.
iviss, I), que "si en estos últimos tiempos se ha propagado el error de
descubrirse son meramente adventicias y circunstan- sí mismo, que presenta períodos análogos á los de la
ciales, referentes á la parte descriptiva de las lenguas, vida orgánica en su nacimiento, desarrollo, etc., y
como cuando se t r a t a , p. ej., de saber el número y for- conserva la virtud de asimilación y actividad produc-
ma de idiomas de las r a z a s de un continente. Relacio- tiva que le asegura su existencia. Una aglomeración
nes éstas que significan muy poco al filólogo, el cual de sonidos que han llegado á constituir una p a l a b r a ,
t r a t a de estudiar la palabra y no busca clasificaciones y una aglomeración de p a l a b r a s que forman una len-
de pueblos ni de gentes (1). gua, ofrécensenos como eslabones de una cadena his-
3.° El lenguaje, pues, vive en el individuo y en tórica, como p a r t e de un sistema, como términos de
la sociedad, recibiendo en ellos organización propia. una serie, que diría W h i t n e y , como algo capaz de
Si quisiéramos llamarle organismo, habría que distin- ser examinado objetivamente, de modo análogo al de
guir el doble aspecto de esta denominación. No puede cualquier organismo viviente, al de cualquier planta
decirse tal, si á manera de los organismos naturales, de un jardín, y nos dan fundamento sobrado p a r a ha-
se intenta considerarlo con una subsistencia que no blar de las palabras como de organismos ideales que
t i e n e independientemente de la sociedad q u e le da viven y mueren en el decurso de los tiempos (1). Or-
el sér; las mismas lenguas escritas no r e c u p e r a n su ganismo en el cual deben siempre considerarse las dos
c a r á c t e r sino en cuanto, sobre los signos gráficos que clases de fenómenos físicos y psíquicos que le consti-
las representan y son medio de su conocimiento, hace- tuyen, y que se reflejan en las leyes morfológicas, sin-
mos revivir un idioma, trasladando á nosotros el sis- tácticas y semánticas propias de cada idioma (2). Estos
t e m a fonético, morfológico é ideológico de los que le
hablaron. Las teorías que consideran la p a l a b r a ex-
(1) Teniendo en cuenta que en denominaciones como la de orga-
clusivamente como un ergon, dánle la forma orgánica nismo aplicada al lenguaje se procede por analogías, no sería difícil
falsa que acabamos de indicar (2). conciliar á los que discuten dicho nombre (no nos referimos á los que
le -hacen centro de sistema) renunciando unas y otros á exageracio-
4.° Mas, puede llamarse organismo el lenguaje en nes comparativas. El mismo F. Müller para quien el lenguaje "no es
cuanto constituye un todo capaz de ser estudiado en un organismo en sí", acaba por admitir esta denominación (Grun-
driss d. Sprachwiss, I), en un sentido sin duda aceptable: "Gleich
jedem Organismus, der belebt in die Erscheinung tritt, muss die
(1) Esta observación bastaría para juzgar la ligereza de ciertos spräche zwei Sphaeren der Entwicklung durchlaufen, nämlich jene,
filólogos (La Calle, Chavée, Hovelacque, etc.), que creen indispen- in welcher wir sie unter unsern Augen heranwachsen und sich entfal-
sable hablar de pluralidad originaria de razas al t r a t a r de los idio- ten sehen, und jene, in welcher sie zu dem, als was sie uns erscheint,
sich heranbildete."
mas, y no vacilan declarar luego ex trípode como conclusión incon-
cusa la irreductibilidad de unos y otras. (2) Sobre el estudio y significación de la parte material (fonéti-
(2) A esto mismo vienen á p a r a r , si bien por camino distinto, ca, morfología) y de la parte formal de las lenguas (sintaxis, semán-
las teorías del nativismo inconsciente, aun considerando el lengua- tica), se han hecho observaciones harto atinadas y convenientes,
je como una evegyeia; pero energía d e evolución necesaria que que coinciden con nuestras apreciaciones en la materia. "L' histoir
da los idiomas como frutos desprendidos del árbol de la vida física. des formes, escribe Breal en sus Mélangés etc., n' est que la moitié
Steinthal, que no quiere admitir los organismos lingüísticos en el de la g r a m m a i r e comparative, et 1' étude purement extérieure des
sentido de Becker,acaba por aceptarlos con todos.los demás de su es- mots doit toujours être éclairée et contrôlée par l'examen de la sig-
cuela de que nos ocuparemos al t r a t a r del origen del lenguaje, for- nification." Vinson (La Science du langage et la langue basque),
mulando sus teorías psíquico-fatalistas en la m a t e r i a . (Cf. Abriss -después de dividir la gramática en fonética, morfología, funciología
des Sprachwiss. l-Einleitung in die Psychologie und Sprachwiss). (denominación un tanto bárbara) y sintaxis, hace notar como sólo las
fenómenoa y l e y e s multiplicándose ordenadamente, unidad y cohesión á los elementos muertos de la pala-
dan lugar á un todo histórico; es decir, á u n a serie de bra que ellos mismos han convertido en piezas de an-
manifestaciones orales que dentro de los dos órdenes fiteatro. De igual suerte todo sistema que siguiendo
orden inverso estudie únicamente la parte psicológi-
de elementos constitutivos, como los actos humanos
ca de la palabra, a c a b a r á por l e v a n t a r un edificio de
dentro de los suyos, pueden estudiarse á la m a n e r a de
existencia puramente ideal y subjetiva, pero que no
la vida social de los pueblos.
será el edificio de la Ciencia del Lenguaje.
5.° Por lo dicho se colige también que la Filología
Uno y otro extremo a p a r t a del camino de la ver-
comparada tiene con su condición histórica, carác-
dad en los estudios lingüísticos y lleva á consecuen-
ter peculiar científico, el cual de conformidad con lo
cias de no pequeña entidad en la materia; en uno y
que dejamos asentado al t r a t a r de la n a t u r a l e z a de di-
otro caso se hecha en olvido que p a r a realizar el fin
cha disciplina, h a de resultar del conjunto de elemen-
filológico de los estudios comparados, h a b r á de tenerse
tos que le dan el sér. Por lo mismo, separar el orden
en cuenta que éstos han de describir la evolución gra-
fonético de las influencias psicológicas, como h a c e n
dual del pensamiento y de la acción h u m a n a represen-
algunas escuelas, al sentar las bases científicas de los
tados en los monumentos durables del l e n g u a j e , ex-
estudios lingüísticos, sería pretender calificar un or-
presión exterior de aquel pensamiento y acción. Esto
ganismo imaginario pervirtiendo á u n tiempo la na-
es, que ni la p a r t e puramente fonética ni la p a r t e pu-
t u r a l e z a del lenguaje y la de la ciencia que se propo-
r a m e n t e ideológica pueden darnos la ciencia que se
ne estudiarlo. El sistema filológico en que se inquiere
intenta, sino que reunidas ambas, como lo están real-
exclusivamente la p a r t e fonética y lexicológica del
mente el sonido y la idea en el habla humana, han de
lenguaje, sin cuidar de la p a r t e activa psicológica que
estudiarse en su conjunto y tal como se nos ofrece en
en él interviene, ó d e b e renunciar á todo c a r á c t e r
la vida social de la humanidad.
científico, ó h a de constituir a priori leyes que den
De la teoría q u e acabamos de indicar se deduce
dos primeras p a r t e s han sido seriamente cultivadas; la sintaxis lo
desde luego como corolario digno de ser tomado en
ha sido menos; muy poco contra toda r a z ó n , la q u e él denomina cuenta, que no basta t r a z a r las leyes del pensamiento
funciologia, y que con mejor derecho llamamos semántica (cien- ni examinarlas p a r a constituir la Ciencia del Lengua-
cia de las significaciones). Porque su objeto, en efecto, es dar cuenta
del sentido exacto de cada expresión sonora en todo tiempo, y de las
je, sino que es menester seguir el desarrollo histórico
alteraciones sucesivas en cada raíz y palabra. En esto va el estudio de los sonidos; de igual suerte que no es suficiente la
de la vida íntima y esencial de la palabra, y por lo mismo constituye semejanza de los sonidos p a r a la investigación filoló-
la parte de labor más ardua y complicada. Chavée (Revue Linguis-
tique,t. XI), advierte también el desequilibrio mencionado, sistema-
gica, ni suministra los elementos de comparación y
tizando el doble proceso del lenguaje, ó los constituvos de la lingüís- análisis científico, sin la encarnación de la idea á que
tica integral, en dos órdenes de leyes: 1.° Leyes de la fonología le- históricamente corresponde. Por eso ni la fonética
xiológica. 2.° Leyes de la ideología léxica. L a ideología lexiológica
es para Chavée "1' ensemble des lois qui règlent le devenir des idees,
constituye la Ciencia del Lenguaje sin el elemento
en tant qu' elles sont incorporées dans les mots." Noción que tomada psicológico, ni éste la constituye sin aquélla, sino que
en sentido inverso, esto es, en cuanto se t r a t a de "un conjunto de le- uno y otro deben aparecer eslabonados históricamen-
yes que regulan el devenir de las palabras en cuanto á ellas se in-
corporan las ideas", pueden tener sentido aceptable.
te p a r a constituir la palabra, y p a r a darnos la étimo-

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Síguese también de lo dicho que los caracteres pro-
logía de ella; etimología que por lo mismo no h a de
pios ele la Ciencia del L e n g u a j e no pueden ser los de
confundirse con la semejanza puramente léxica; por-
las ciencias e x a c t a s ni los de l a s ciencias metafísi-
que pueden darse palabras fonéticamente idénticas,
cas, sino los que corresponden en general á las cien-
cuyo o r i g e n sea muy diverso, y palabras fonética-
cias históricas cuya realización en el tiempo se tra-
mente diversas que tengan un m i s m o origen etimo-
lógico según frecuentemente acontece (1).
unir algunos ejemplos de falsas etimologías, no duda concluir con
una clara alusión al conocido epigrama de Voltaire, según el cual el
(1) Dos extremos son, pues, igualmente viciosos y reprobables
etimologista es un adivinador para quien nada valen las vocales y las
en la materia; uno el de aquellos que juzgan que la etimología pura-
consonantes bien poca cosa. Ciertamente que si las investigaciones
mente fonética y en sí misma considerada puede darnos constituida
etimológicas se ajustasen á los procedimientos del empirismo de Ho-
la Ciencia del L e n g u a j e , y otro el de los que desechan toda investi-
velacque, sería verosímil lo que afirma y tolerable la ligereza vol-
gación etimológica aun debidamente entendida, como incapaz de
teriana de este escritor, pero no se alcanza qué cosa hubiera sido
elevarnos con certeza á las conclusiones lingüísticas. Los primeros
entonces la Ciencia del Lenguaje, y sería difícil adivinar también en
aceptan las siguientes palabras de Whitney en su Vie du Langage:
qué apoya y estriba la doctrina que él expone en su t r a t a d o de Lin-
"Le procédé de recherches linguistiques repose sur 1' étude desety-
güistica. Bastarían los dos primeros capítulos de su libro (en el 1.° se
mologies, sur l'histoire individuel des mots et de leurs éléments. Des
exponen las ideas á que aludimos, y en el 2.° se t r a t a de la "Facultad
mots on s' élève aux classes de mots, puis aux parties du discours,
del lenguaje articulado"), para desacreditar el positivismo aplicado
puis aux langues tout entières. C' est donc de l'exactitude des recher-
á la Filología comparada.
ches étymologiques que dépend le sucés général, et le perfectionne-
ment de la méthode appliquée â cette étude distingue le linguiste Entre los extremos mencionados está la doctrina que sustenta-
moderne de ses devanciers." mos, en la cual se mantiene con el valor filológico é histórico de l a
derivación debidamente establecidos, el valor psicológico que ha de
Los segundos suscriben estas afirmaciones de Hovelacque en La
figurar en la etimología para que pueda y deba admitirse científi-
Linguistique (Les dangers de V étymologie)): "L' étymologie, par
camente. "Laspalabras, diremos con Sayce (Theprincipies etc., c.I),
elle-meme, n' est qu' une jonglerie, une sorte de jeu d ' e s p r i t , si bien
no tienen valor en sí mismas sino para el que t r a b a j a un diccionario.
que le g r a n d ennemi de 1'- étymologiste, son ennemi implacable, c est
Sólo tienen valor en cuanto reflejan é incorporan el pensamiento. E l
le linguiste. En un mot, 1' étymologie par elle-meme et pour elle
objeto de una etimología verdaderamente filológica es descubrir y
meme n' est que de la divination; elle fait abstraction de toute ex-
proclamar las leyes que han regido la evolución del pensamiento, ó
périence, néglige les difficultés et se contente des apparences spé-
mejor, la manera como las circunstancias materiales y sociales han
cieuses de ce qui n' est qu' à peine probable ou á peine veaisem-
determinado esta evolución." Por esto mismo, como nota La Calle
blable." , , en La Gossologie, es tan reprensible el procedimiento de los que en
L a doctrina de Whitney puede llevar, prescindiendo del elemento el estudio de los fenómenos lingüísticos se atienen simplemente á la
psicológico y de idea encarnada en el sonido, á las exageraciones estructura y forma de las lenguas sin tener en cuenta la parte ideo-
de los etimologistas que descubren relaciones las más incoherentes lógica, la más importante de la vida del lenguaje, como el de aque-
para establecer parentesco en las palabras. Por este procedimiento llos que se limitan á este orden de fenómenos, sin fijarse en la es-
hemos visto formarse las etimologías que nos presenta la Filología tructura y formación de los idiomas.
latina desde V a r r ó n hasta Donato y S. Isidoro de Sevilla, y que se En la reunión de dichos elementos se funda la teoría de la Ciencia
reproducen y repiten durante toda la Edad Media; de igual suerte del Lenguaje que sustentamos, y que debe sostener la etimología
que los escoliastas griegos y principalmente los comentadores ho- científica. Entendida así, puede decirse (y lo notó ya Max Müller en
méricos, llegaron á crear palabras imaginarias para dar explicación sus Nouvelles Leçons), que las irónicas frases de Voltaire contra
etimológica de sus supuestos derivados. Etimologías como nobilts los etimologistas de su tiempo, vienen á convertirse hoy en una ver-
de non vilis, coelum de quod est celatum, Parcae quia nulliparcant, dad científica; porque ciertamente en un serio procedimiento filoló-
ludus (escuela) quia est longe a lusu, cadaver de ca-ro-da-ta-ver-mi- gico, no preocupa á nadie ya ni la identidad ni la semejanza de los so-
bus, etc., bastan para hacernos formar concepto en la materia. nidos para el parentesco de las palabras, sino la evolución fonético-
Por lo que hace á las doctrinas de Hovelacque, son t a n indiscre- ideológica realizada históricamente.
t a s como anticientíficas. Después de las palabras ya citadas y de re-
t a de determinar en orden al lenguaje. Así es que la los elementos del arte lingüístico; y la Ciencia del Len-
Ciencia del Lenguaje considerada desde el triple pun- guaje ó Filología comparada los eleva al orden cien-
to de vista del origen y formación de las palabras (Eti- tífico presentándolos como manifestaciones históricas
mología, Fonética, Morfología), del sentido de las mis- dentro de un sistema (1).
m a s (Semántica), y d e las funciones gramaticales y Estas manifestaciones históricas en cuanto sujetas
categorías ideológicas (Lógica, Psicología), debe ofre- á las contingencias de c a r á c t e r individual y social que
cerse históricamente, y en esta vida histórica ha de
fundarse el análisis científico de donde se derive el (1) Abel Hovelacque en su citado libro La Linguistique, querien-
orden genético así de los idiomas como de las palabras do darnos el concepto de la Filología general y de la Ciencia del
dentro de cada idioma. Lenguaje, escribe: "La tache du philologue est 1' étude critique des
littératures, sous le rapport de 1' archéologie, de 1' art, de la mytho-
Y lo que acabamos de exponer es de significación logie; c' est la recherche de 1' histoire des langues et subsidiairement
no sólo p a r a conocer l a n a t u r a l e z a del objeto de la de leur extension géographique L a linguistique peut etre définie:
Ciencia del Lenguaje, sino también p a r a determinar l'étude des éléments constitutifs du langage articulé et des formes
diverses qu' affectent ou peuvent offecter ses éléments."
el verdadero concepto de esta ciencia en cuanto tal; En la descripción de ambos estudios hay aquí inexactitud. A la
concepto que suelen presentar los filólogos con inexac- Filología general no le compete la investigación lingüística, s i n o
titud y falta de precisión harto señaladas. únicamente cuando se considere como medio para la Filología com-
parada y en cuanto instrumento dirigido por los principios de ésta.
En l a Filología comparada d e b e distinguirse (de Y aun en este sentido es menester distinguir la historia interna de
conformidad con lo que dejamos dicho al indicar los la historia externa de las lenguas. La historia interna está consti-
tuida por las evoluciones morfológico-ideológicas y sus causas en los
diversos fines con que pueden ser estudiados los idio-
idiomas, y es del dominio exclusivo de la Ciencia del Lenguaje. L a
mas) el elemento activo y sistemático que está consti- historia externa estudia la sucesión de las formas de lenguaje, esti-
tuido p o r la denominada Ciencia del Lenguaje, y el lo, etc., consideradas tan sólo cronológicamente con los demás fenó-
menos extrínsecos á la naturaleza misma del idioma, como las alte-
elemento instrumental que suministran la Glotología y
raciones producidas por invasiones literarias extranjeras, aconteci-
la Filología general. Estas investigan l o s hechos lin- mientos políticos que afecten al modo de ser lingüístico, etc. Desde
güísticos, aquélla establece la teoría doctrinal; éstas este punto de vista la historia de los idiomas, es del dominio de la
Filología general, y bajo la dirección de la Filología comparada es
reúnen los datos relativos á la existencia de las len-
utilizable en la historia interna del lenguaje.
guas, á sus v a r i a n t e s fonéticas, contextura gramati- P e r o si la definición de Hovelacque peca por exceso en la Filolo-
cal respectiva, etc., y aquélla las estudia en orden á gía, la que nos da de Filología comparada ó Lingüística como él
sus relaciones con el espíritu, de donde han de resul- la llama, peca por defecto. En las palabras transcritas, queda redu-
cido el objeto de ésta á la morfología y fonética, ó sea á la p a r t e
t a r determinadas la naturaleza y propiedades del len- material de las palabras, que son los sonidos, prescindiendo de la
guaje, y aun las razones del modo de ser individual parte formal é ideológica. Esto, así como la clasificación científica
de los idiomas en cuanto pueda éste averiguarse his- de los idiomas y el orden genético de los mismos, que constituyen
parte notable de la Ciencia del Lenguaje, ni aun indirectamente se
tóricamente, según los principios de orden superior de mentan en la noción que dicho escritor ofrece.
que dependen, que constituyen el c a r á c t e r diferencial Se ha comparado la Ciencia del Lenguaje á la Botánica y la Filo-
de la Ciencia d e l Lenguaje, el cual h a c e que nadie la logía general á la horticultura. Tal comparación en sus dos extre-
mos debe tomarse, para que sea admisible, en sentido un tanto res-
confunda con las investigaciones p u r a m e n t e glotoló- tringido; y aun por lo que hace á la comparación de la horticultu-
gicas. La Glotología y la Filología general p r e p a r a n r a , es más aplicable al Poliglotismo que á la Filología.
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ínfluyen en los demás acontecimientos históricos, no les, sin referirse más que á la realización posible de
pueden ser estudiados sistemáticamente sino en cuan- su objeto, el cual sin duda h a b r á de ser clasificado se-
to en abstracto se fijan las leyes que, atendida la na- gún las leyes lógicas, metafísicas y geométricas; pero
turaleza del l e n g u a j e , h a n de verificarse constante- la aplicación concreta de éstas ó de las otras leyes, no
mente, y en concreto se ven realizadas aquellas leyes puede ser determinada sino después de ser determina-
con el mismo c a r á c t e r contingente que les correspon- do el objeto mismo, cuyo estudio concreto puede ser
de. Mas de que no siempre pueda determinarse el he- discutido desde diversos puntos de vista de la aplica-
cho concreto como se h a realizado la evolución de un ción científica de las leyes mencionadas. Que en las
lenguaje por f a l t a de datos históricos, no ha de con- ciencias físicas, en las ciencias históricas, y en general
cluirse n a d a contra la ciencia que por una parte sien- en todas las ciencias de observación, h a y a n de ofre-
ta los principios generales d e n t r o de los cuales, en cerse puntos concretos discutibles, es tanto más fácil
una ú otra forma de las que en ellos se expresan, debe cuanto es más frecuente la hipótesis y la inducción p a r a
estar comprendido el caso particular de un idioma ó los fines reales de la ciencia, y la clasificación subor-
familia de idiomas, y p o r otra establece principios dinada de los principios que establece. Mas de ello, en
científicos ordenados á l a investigación concreta de m a n e r a alguna se sigue que sea discutible el c a r á c t e r
los hechos glotológicos desconocidos. Y así como nadie científico de las respectivas disciplinas mencionadas.
niega á la ciencia de la Historia la realidad y valor L a Filología comparada no presenta únicamente
de s u s procedimientos sistemáticos, porque no todos reglas p a r a la investigación, sino q u e n o s ofrece la
los hechos sean conocidos, de igual suerte las disputas teoría racional de procedimientos y principios, y en
y controversias e n l o s hechos históricos de los idio- ellos el por qué de sus aserciones, y aun de las inves-
mas, no atañen á la realidad científica del sistema filo- tigaciones mismas cuando éstas proceden de una ma-
lógico legítimamente fundado. n e r a científica; p a r t e de los principios del orden fisio-
lógico cuando se t r a t a de la n a t u r a l e z a de los sonidos;
P a r a que una disciplina se halle constituida en la
de los principios filosóficos p a r a las relaciones entre el
categoría de ciencia, basta que demuestre la natura-
signo y la idea, entre la p a l a b r a y el pensamiento; de
leza y propiedades de su objeto dentro de una teoría
los principios que corresponden á la naturaleza física,
racional que dé la razón del sistema, y constituya por
moral y social del hombre, p a r a el influjo de las cau-
lo mismo la demostración conveniente del objeto una
sas físicas, morales y sociales en la vida r e a l de las
vez conocida la forma de su existencia. Así es que la
lenguas.
demonstratio rei per causas de que hablan los filósofos
Tenemos, pues, que la Filología comparada es cien-
a l ofrecer el concepto de ciencia, se refiere de una ma-
cia: a) en c u a n t o sus doctrinas están moderadas y
n e r a directa y primaria, á los principios de la teoría
dirigidas por principios generales que constituyen la
que t r a t a de explicar el sér objetivo de la cosa, y sólo
razón del sistema lingüístico; b) en cuanto por proce-
indirectamente á la cosa misma, cuyo es el sér objeti-
dimientos determinados de una manera racional y sis-
vo . Por eso la Lógica, la Metafísica, la Geometría, etc.,
temática estudia la naturaleza individual de los idio-
formulan las demostraciones que d a n primariamen-
mas, la m a n e r a de su organización, la forma de su evo-
te la razón de sus sistemas respectivos en cuanto ta-
l a e n t i d a d d e q u e se t r a t e , y a q u e no es u n o mismo el c a r á c t e r
lución, y el parentesco que con otros les correspon- d e l a s ciencias m e t a f í s i c a s q u e el d e las m o r a l e s y sociales, el
de; c) en cuanto subordinada dicha disciplina á las teo- d e l a s m a t e m á t i c a s q u e el d e las n a t u r a l e s , etc. E n e s t e s e n t i d o
rías legítimas de la Filosofía, de la Psicología, de la h a b l a n los a n t i g u o s d e los c a r a c t e r e s r e q u e r i d o s p a r a la cien"
cia, sin e x c l u i r , a n t e s i n c l u y e n d o en l a c a t e g o r í a d e éstas, l a s
Antropología y de la Historia, nos lleva á reconocer
disciplinas históricas. E n e s t e mismo s e n t i d o se e n t i e n d e a q u e -
su manifestación concreta en la formación, génesis y llas p a l a b r a s d e Aristóteles q u e r e s u m e n las condiciones d e la
transformación de los idiomas. ciencia s e g ú n los escolásticos: 'Eníozao-&ai Se OLÓ/¿£&' exaazov
ájzXcos, áXXá FÍI] TÓV aocpiazixóv XQÓTCOV zóv xaxá evpfiepexós, ózav
P a r a la v e r d a d e r a n o c i ó n de l a Ciencia del L e n g u a j e es, zr¡v z alzíav olú>fj.eSa yiyvcooxetv Se fjv zó ozQay/iá éoxiv, ozi éxeívov
p u e s , n e c e s a r i o el e x a m e n d e sus e l e m e n t o s b a j o el p r i n c i p i o alzia éazí xal fie évSéxo&ai zovz' aXkcog e%siv. (Análit. P. 1. I).
d e l a u n i d a d e n q u e e s t á n c o n s t i t u i d o s (1). L a f o r m a científica 2.° H a b i d a r a z ó n d e q u e el o r g a n i s m o filológico n o r e v i s t e
d e esta u n i d a d p o d r á , á m á s d e lo dicho, d e t e r m i n a r s e á t e n o r f o r m a m e t a f í s i c a sino h i s t ó r i c a , las últimas causas (prescin-
d e e s t a s o b s e r v a c i o n e s : 1.° e n el concepto d e c i e n c i a e x p u e s t o d e diendo d e los principios s u p r e m o s d e o r d e n lógico y psicológico
t a n v a r i o modo p o r las d i v e r s a s escuelas y t e o r í a s , e n t r a siem- g e n e r a l ) , h a n d e b u s c a r s e de d i v e r s a m a n e r a en l a F i l o l o g í a
p r e el c o n o c i m i e n t o d e c a u s a s , q u e p u e d e n ser las q u e p r o d u - c o m p a r a d a y e n las ciencias a b s t r a c t a s y o n t o l ó g i c a s (1). P e r o
c e n el s e r de la cosa, l a s q u e m u e v e n el a g e n t e á p r o d u c i r l a , l a s d e n t r o d e su m o d o d e ser, l a Ciencia del L e n g u a j e e x i g e p a r a
q u e e n t r a n como c o n s t i t u t i v o s del o b j e t o , ó el c o n j u n t o d e to- su r e a l i z a c i ó n la n o r m a d e p r o c e d i m i e n t o s analítico-sintéticos
d a s ellas; p e r o e n todo caso ha d e a t e n d e r s e á l a n a t u r a l e z a d e c o m u n e s á t o d a disciplina científica, q u e n o s i e m p r e h a n t e n i d o
p r e s e n t e los filólogos.

(1) Téngase presente que el concepto de ciencia, así en sentido E n la o p e r a c i ó n m e n t a l d e análisis se p r o c e d e s i e m p r e d e lo


subjetivo, ó en cuanto serie de conocimientos, como en sentido obje- c o m p u e s t o á lo simple, del hecho á l a r a z ó n d e él, del efecto á la
tivo, ó en cuanto sistema de conclusiones, admite diversos grados, c a u s a , p o r q u e la r a z ó n del hecho ó la c a u s a del efecto son m á s
ya atendido el nexo conocido de causas y efectos, ya la condición de simples y p a r a nosotros menos accesibles q u e los hechos ó los
los principios que pueden ser en sí mismo susceptibles de varia des- efectos mismos. En la síntesis, l a o p e r a c i ó n i n t e l e c t u a l es i n v e r -
igual cognoscibilidad. De aqní las ciencias en sentido lato, menos sa, ó se p r o c e d e p o r recomposición d e p a r t e s e n el todo, t e n i e n -
lato, estricto, etc., de que se habla en Metodología. (Cf. entre otros, do p o r n o r m a l a c o n e x i ó n de c a u s a y e f e c t o , d e r a z ó n y d e
Tilmann Pesch, Lógica maj., I).
L a Filología comparada, dentro de su naturaleza histórica, me-
rece aquel nombre en sentido propio. L a rápida evolución de los es-
tudios lingüísticos, las preocupaciones de escuela en sus cultivado- (1) Es de observar que los dos métodos extremados en la Filolo-
res, la naturaleza y amplitud de las materias, h a n dado ocasión á gía comparada, el empírico y el filosófico, de que hemos hablado
multitud de direcciones simultáneas, dificultando la orientación se- atrás, resumen igualmente los procedimientos inadmisibles en el te-
gura, y aun ocasionando algunas corrientes escépticas, de las cuales rreno de la Historia. El método empírico en ésta, lo representan
quedan dejos en las obras de Whitney (La Vie du langage, y en sus bien claramente las ideas de A. Compte, de Quetelet, de Buckle, de
On inconsistency in views of language; Logical consistency in Hellwald, de Du Bois-Reymond, etc. El método filosófico abstracto,
views of languaje), en Ascoli (Saggi, y Studii critici), y en otros, está representado entre los idealistas por Kant (Ideen su einer all-
á los cuales deben asociarse los Studii Lingiiistici de De Cara, es- gemeinen Geschichte, etc.), Schlosser, etc.; entre los panteistas por
critos bajo el más enervante criterio escéptico. Los que así no du- Herder (Ideen sur philosophie der Geschichte, etc.), por Fichte,
dan proclamar la inseguridad de una disciplina por la variedad de Schelling, y sobre todo por Hegel (Philosoph, des Geschichte), por
dictámenes, cual si las ciencias más firmes fuesen las de menos diver- Lötz, etc. Todo ello demuestra el aspecto científico que la Historia,
gencias, debieran recordar cuan fácil es por las mismas sendas de- como la Filología comparada, puede admitir, y los puntos de vista
rribar otras doctrinas científicamente establecidas que por su varie- comunes que pueden darse en una y otra. (V. Steinthal, Philologie,
dad y arduidez presentan aspectos semejantes. En tal sentido, la Hisn Geschichte, Psychologie in ihren gegenwärt. Besiehungen, y Hum-
toria déla Filosofía es palmaria confirmación de nuestro aserto; boldt. (Ueb. die Auf gäbe d. Geschichtschreibers).
pudiera decirse que ella es la Historia universal de las variaciones.
hecho, l a c u a l c o n e x i ó n p e n d e del conocimiento d é l a n a t u r a l e - 3.° D a d a la r e l a c i ó n d e las dos o p e r a c i o n e s f u n d a m e n t a -
les de m é t o d o s e ñ a l a d a s , t e n e m o s como corolario i m p o r t a n t e
za de los p r i n c i p i o s .
q u e las i n v e s t i g a c i o n e s l i n g ü i s t i c a s y las i n d u c c i o n e s filológi-
El p r o c e d i m i e n t o científico p o d r á ser m á s ó m e n o s a n a l í t i c o ,
cas p u e d e n p r e p a r a r la Ciencia del L e n g u a j e , p e r o n o l a cons-
y m á s ó m e n o s sintético s e g ú n l a n a t u r a l e z a d e la ciencia y el
t i t u y e n , d e i g u a l f o r m a q u e los principios a b s t r a c t o s p u e d e n
e s t a d o d e su desarrollo, p e r o no p o d r á ser n i lo u n o ni lo otro
f a c i l i t a r las bases á la d e d u c c i ó n , p e r o no s i r v e n p o r si solos
e x c l u s i v a m e n t e . E l a n á l i s i s p u e d e o f r e c e r n o s los c o m p o n e n t e s
p a r a el edificio científico. E s decir, q u e , como a t r á s d e j a m o s
d e u n c u e r p o c i e n t í f i c o ; p e r o siendo la ciencia no el conoci- s e n t a d o , ni el p r o c e d i m i e n t o e m p í r i c o aislado, n i el filosófico
m i e n t o d e p a r t e s , sino d e c a u s a s y principios d e m o s t r a t i v o s d e b a s t a n p a r a f o r m a r la c i e n c i a , sino q u e d e b e n r e u n i r s e a m b o s
hechos v d e efectos, el análisis n o l l e g a r í a j a m á s á c o n s t i t u i r l a , de modo q u e el e m p i r i s m o l i n g ü í s t i c o nos c o n d u z c a á l a filosofía
Su o b j e t o final, pues, no es otro q u e e l e v a r n o s á las r a z o n e s d e los hechos, y los principios filosóficos e n c a r n e n en el e m p i r i s -
r e l a t i v a m e n t e s u p r e m a s de las cosas, p a r a q u e visto asi su su- mo m e n c i o n a d o . Dicho se está q u e en l a o p e r a c i ó n sintética asi
p e r i o r e n l a c e , conozcamos l a n a t u r a l e z a y a m p l i t u d d e las cau- e j e c u t a d a , q u e es d o n d e c o m i e n z a la o b r a científica p r o p i a m e n -
sas, d e d u c i e n d o d e allí las series d e efectos q u e l ó g i c a m e n t e ve- te t a l , las conclusiones d e b e n s u b o r d i n a r s e á la n a t u r a l e z a d e
mos d e s p r e n d e r s e de los principios, en lo c u a l está la realiza- los principios; d e p e n d i e n d o éstos á su v e z e n c a d a ciencia con-
ción d e la síntesis, y el o r i g e n del o r g a n i s m o científico. P o r c r e t a d e l o s m e d i o s a n a l í t i c o s e m p l e a d o s , d e las i n d u c c i o n e s
d o n d e se confirma lo a n t e s dicho q u e si el análisis no b a s t a p a r a c o m p l e t a s ó i n c o m p l e t a s , d e los m e d i o s de a n a l o g í a é hipótesis
l a ciencia, la síntesis p o r si sola n o es suficiente, p u e s é s t a no utilizados, etc. D e v a r i a s m a n e r a s , p u e s , se q u e b r a n t a el o r d e n
se a l c a n z a sin a q u e l m e d i o ú n i c o y n a t u r a l d e su a s e c u e i ó n . debido e n l a Ciencia del L e n g u a j e : e l e v a n d o á la c a t e g o r í a d e
Al análisis c o r r e s p o n d e el m é t o d o d e inducción, proceso ascen- principios f e n ó m e n o s de hechos a i s l a d o s i n s u f i c i e n t e s p a r a cons-
d e n t e de efectos á c a u s a s ; á la síntesis, el d e deducción, que t i t u i r l o s ; l l e v a n d o l a s d e d u c c i o n e s á e x t r e m o s q u e no p e r m i -
b a j a d e c a u s a s á efectos (1). t e n las i n d u c c i o n e s ni l a a n a l o g í a ; c o n f u n d i e n d o el c a r á c t e r
s e c u n d a r i o y p r i m a r i o en los p r i n c i p i o s l e g í t i m a m e n t e e s t a t u i -
dos, c o n c e d i e n d o c a r á c t e r de t a l e s á los q u e son m e r a m e n t e hi- (
(1) Dos medios coadyuvan principalmente la labor científica en
sus inducciones y deducciones. Uno es la analogía lógicamente apli- potéticos, ó r e h u s a n d o a d m i t i r a q u e l l o s q u e p o r e x i g e n c i a ra-
cada, que nos permite establecer argumentos de proposición (á eso cional y l ó g i c a d e b e n ser p r e s u p u e s t o s . No es o t r o el o r i g e n d e
se reduce su concepto) de extremos conocidos con otros ignorados, esos p r o c e d i m i e n t o s deficientes y con f r e c u e n c i a i n v e r t i d o s q u e
dentro de límites racionales y fundados. Otro es la hipótesis ó pro- o b s e r v a m o s e n t r e los c u l t i v a d o r e s d e la F i l o l o g í a c o m p a r a d a ,
posición provisional aun no demostrada, pero idónea para explicar
una serie de fenómenos. "Die Hypothese, dice Ueberweg (System
d. Logik), ist die vorläufige Annhame einer ungewissen Prämisse,
die auf eine dafür gehaltene Ursache geht zum Zwecke ihrer prü- observaciones deben hacerse, qué experimentos practicarse, qué hi-
fung an ihren Consequenzem." A la hipótesis y á la analogía deben pótesis plantearse. Y casi n o es otra cosa aquella sagacidad con
las ciencias principalísima parte de sus progresos, sin excluir de es- que avivada l a mente descubre como por olor la verdad y la busca
te número la Filología comparada. Por hipótesis han comenzado con una especie de instinto venatorio, sino una cierta facilidad y
muchas teorías, fuentes después de importantes verdades; por ella prontitud para descubrir analogías en las analogías, y para aplicar-
el sistema copernicano sustituyó a l de Ptolomeo, con l a serie de las, ampliarlas y confirmarlas después de halladas." "Hoc argumen-
consecuencias que hoy t o d o s admitimos y por igual medio llegó tandi genere passim utimur, afirma el mismo (1. cit.), ejusque ope
Kepler, el inmortal legislador de los mundos celestes, á sus admira- cognitiones pene innúmeras adipiscimur." (Cf., entre otros muchos,
bles descubrimientos, hallando en pocos minutos, como él mismo Ueberweg, Syst. d. Logik; Wundt, Logik, I ; Sanseverino, Philo-
dice, la clave reformadora de toda la astronomía. Dígase lo mismo soph. chr., I; Pesch, lnstit. Logicales, p. I; Urraburu, lnstit. Philo-
de la analogía. "De ésta brotaron, escribe Tongiorgi (lnstit. Philo- soph., I). Es, pues, tan reprobable el proceder de aquellos filólogos
soph. I), las primeras semillas de los sistemas físicos y los celebérri- *que abusan de estos medios de investigación, como el de los que de
mos descubrimientos de nuestra edad. De aquí reciben, principal- una manera más ó menos explícita creen contra toda lógica, la hi-
mente las ciencias experimentales, como la Astronomía, la Política, pótesis y la analogía incompatibles con la ciencia, y por lo mismo
la Crítica y la Filología sus primeras instrucciones para saber qué con el carácter de tal en la Filología comparada.
e n los c u a l e s la P s i c o l o g í a , la L ó g i c a , la T e o l o g í a y Ciencia d e
S e g ú n lo e x p u e s t o asi sobre l a n a t u r a l e z a d e estos e s t u d i o s
l a s religiones, el e s t u d i o de la n a t u r a l e z a del h o m b r e y sus orí-
como sobre los e l e m e n t o s , m é t o d o y o b j e t o de ellos, a p a r e c e n
g e n e s , etc., d i j é r a n s e disciplinas c r e a d a s p o r la n u e v a c i e n c i a
y a d e t e r m i n a d o s criterios q u e d o m i n a n en el todo sistemático
y s u p e d i t a d a s á su i n a p e l a b l e d i c t a m e n , c u a n d o e n r e a l i d a d es
d e los m i s m o s , los c u a l e s h a n d e r e s p o n d e r n e c e s a r i a m e n t e á
e l l a l a q u e r e c l a m a el a p o y o y a u x i l i o de t a l e s e n s e ñ a n z a s .
la p a r t e q u e a t r á s hemos l l a m a d o descriptiva e n el t e r r e n o d e
R e d u c i d a s á la u n i d a d la p a r t e empírica y filosófica en l a la i n v e s t i g a c i ó n , y á la q u e hemos dicho filosófica e n el campo
n a t u r a l e z a h i s t ó r i c a d e la Ciencia del L e n g u a j e , es d a d o distin- e s p e c u l a t i v o , b i e n q u e e s l a b o n a d a s m e d i a n t e el n e x o fisiológi-
g u i r en é s t a u n e l e m e n t o d e s c r i p t i v o q u e c o n s t i t u y e l a gloto- co-psicológico r e s u l t a n t e del sér h u m a n o .
grafia, u n e l e m e n t o r a c i o n a l del e s l a b o n a m i e n t o d e hechos,
T o d o el sistema d o c t r i n a l glotológico p o r r a z ó n del fin prác-
p r o p i o del Pragmatismo, u n e l e m e n t o teórico, l a glotomathia,
tico á q u e se o r d e n a , s u p o n e a d e m á s n o r m a s g e n e r a l e s d e eje-
ó e n s e ñ a n z a de l a s t e o r í a s y d o g m a t i s m o científico. T a l se nos cución q u e p r e c e d a n á los c r i t e r i o s históricos ó no históricos
p r e s e n t a la F i l o l o g í a c o m p a r a d a como disciplina histórico-cien- aplicables, los c u a l e s le s i r v e n como de p u n t o d e a p o y o y son
tifica, y en este c o n j u n t o h a d e s i s t e m a t i z a r s e p o r e x i g e n c i a p u n t o d e p a r t i d a obligado. E s t a s n o r m a s p o d e m o s r e d u c i r l a s á
n a t u r a l d e sus c o n s t i t u t i v o s , y h a b i d a r a z ó n d e su fin y d e l a
c a t e g o r í a d o c t r i n a l q u e le c o r r e s p o n d e (1).
en t a l acepción no se duda que pertenezca á la r a m a histórica la
Ciencia del Lenguaje.
Según estos principios, á la Filología comparada le corresponde
(1) A esta clasificación se ajusta la que dejamos hecha a t r á s ,
el concepto histórico objetivo, que es propio de las acciones huma-
cuyos extremos disponemos aquí en orden á la condición histórica
nas, y el subjetivo, que estudia sistemáticamente las razones y cau-
de la Filología comparada. En efecto, la Historia puede distribuirse
s a s de ellas. Tiene un objeto rigurosamente histórico en sí mismo (la
de una m a n e r a a n á l o g a , y los procedimientos que en ella señala
evolución glotológica), y un sistema que investigando las manifesta-
Hegel, primitivo, reflejo y especulativo (die n a i v e , reflectirende,
ciones de aquél, se ajusta á las leyes generales de la historia como
speculative Geschichtsbetrachtung), reducibles respectivamente á
ciencia, de que habla Humboldt (Sprachphil. Werke, edit. Stein-
empírico, critico y filosófico de otros autores, pueden formularse sin
thal.—Ueb. d. Aufg. d. Geschschr.), y cuya aplicación lingüistica
inconveniente según nuestra clasificación glotológica, con sólo apro-
se colige de lo que venimos exponiendo.
piar las denominaciones.
Son muchas y de diversa índole las inexactitudes en que suelen
El criterio histórico que en nuestro sentir preside á la Ciencia del incurrir los impugnadores de la doctrina que sostenemos sobre la na-
L e n g u a j e , es el que se nos ofrece en las ciencias históricas como ta- turaleza de la Ciencia del Lenguaje, algunas de ellas ya notadas arri-
les, y no como simple a r t e n a r r a t i v o de hechos pasados. L a historia ba al hablar de la opinión de Max Müller, etc., y otras que no mere-
es, objetivamente y en general, la evolución de todo ser en el tiem- cen ser mentadas. Júzguense, por lo dicho, afirmaciones como estas,
po y en el espacio. Sin esta razón evolutiva, inconstancia presente tomadas de un reciente t r a b a j o (El Lenguaje, etc., I, por D. J. Ceja-
de todo lo sucesivamente actuado, no existe realidad histórica. Ni el dor): "En resumidas cuentas, ¿qué es historia? Narración de hechos
Sér absoluto, personal, Dios; ni el no sér absoluto, la nada, ni los se- pasados. El n a r r a r fenómenos de una lengua antigua, pase que ten-
r e s posibles, tienen historia. En el primer caso falta la contingencia; g a algo de histórico, aunque ni veo, á la verdad, en qué esté ese al-
en el segundo falta el concepto de entidad y de sér; en el tercero la go Pero la Gramática comparada no consiste en contar antigua-
realización en el espacio y en el tiempo. Dicha evolución, considera- llas, y mucho menos para que sean espejo de la vida, maestra del
da en las diversas manifestaciones de la vida humana, constituye el porvenir, y todo lo demás que allá dice Cicerón." Antes (p. 100) ha-
sér objetivo especial de la historia, que es el sentido en que se toma bía dicho: "La Gramática comparada consiste en comparar y en acla-
esta palabra cuando no se concreta su alcance. L a ley de la mutabi- rar por comparación los fenómenos lingüísticos, vengan éstos de la
lidad, estudiada en sus manifestaciones y en las causas que las origi- Cochinchina ó del reino d e l preste J u a n , sean d e hoy ó d e hace
nan, da lugar al sistema histórico general y al aspecto subjetivo de ochenta siglos. Por este lado no se la puede, pues, llamar conoci-
dicha disciplina, ó sea á la ciencia de la historia. Sólo por la etimo- miento histórico." "No basta, añade luego (p. 107), la historia por ra-
logía a t r á s señalada, y en sentido inadecuado, descriptivo exclusi- zonada que sea; el lenguaje es un fenómeno que debe estudiarse á
vamente, cabe decir que historia es simple narración de hechos. En fondo la Lingüística no es historia, es ciencia." "La Lingüísti-
este caso nos colocaríamos desde luego, fuera de la cuestión en or- ca (p. 109) no es un conocimiento histórico, porque en las lenguas in-
den á la Filología comparada como hemos dicho arriba, por cuanto tervenga la acción del hombre, pues no es su voluntad, sino sus
t r e s c a p i t a l e s , q u e l l a m a r e m o s base primera, condición prime-
ra, principio primero. La base primera sobre la c u a l d e s c a n s a b r i r l a s v e r d a d e r a s d i s c o r d a n c i a s , e s t u d i a r la e s t r u c t u r a , des-
l a F i l o l o g í a c o m p a r a d a , es la uniformidad de la naturaleza hu- a r r o l l o y p a r t i c u l a r i d a d e s i n d i v i d u a l e s de c a d a i d i o m a y d e
mana e n o r d e n á los hechos lingüísticos, á t r a v é s de las e d a d e s c a d a g r u p o , e s l a b o n a n d o l u e g o los g r u p o s diversos en u n a u n i -
y en t o d a s las r e g i o n e s . Sin esto no p o d r í a n s u p o n e r s e las mis- d a d s u p e r i o r h a s t a a l c a n z a r los c e n t r o s ó c e n t r o p r i m o r d i a l al
m a s leyes, los mismos p r o c e d i m i e n t o s ni r e s u l t a d o s c o m p a r a - c u a l aquéllos se r e f i e r e n , y e s c l a r e c e r en c u a n t o sea f a c t i b l e las
bles en el m a t e r i a l lingüístico de p a s a d a s g e n e r a c i o n e s , y p o r m ú l t i p l e s c u e s t i o n e s q u e e n el o r i g e n , t r a n s f o r m a c i ó n y dife-
lo mismo s e r i a i n ú t i l t o d a i n v e s t i g a c i ó n g l o t o l ó g i c a . r e n c i a c i ó n m u t u a d e l a s l e n g u a s se s u s c i t a n . A e s t e p r o c e d i -
m i e n t o d e b e su e x i s t e n c i a l a F i l o l o g í a c o m p a r a d a , q u e asi se
L a condición primera p a r a h a c e r e f e c t i v o el s i s t e m a filológi-
e j e r c i t ó p r i m e r o e n los i d i o m a s indo-europeos, y hoy se e x t i e n -
co dicho, es la d i s t r i b u c i ó n del m a t e r i a l l i n g ü í s t i c o en f a m i l i a s
de á las d e m á s l e n g u a s , p e r o s i e m p r e con el mismo procedi-
p r o v i s i o n a l e s , p e r o con f u n d a m e n t o r e a l m o r f o l ó g i c o ó g e n e a -
m i e n t o y b a j o la condición i n s u s t i t u i b l e q u e i n d i c a m o s .
lógico q u e p e r m i t a c o n v e r t i r l a s en r e a l e s m e d i a n t e l a d e b i d a
selección, h a l l a r las m á s i n t i m a s r e l a c i o n e s de a f i n i d a d , descu- El principio primero sin el c u a l n o se d a v e r d a d e r a Ciencia
del L e n g u a j e , e s t á e n g u a r d a r el paralelismo etimológico e n la
c o m p a r a c i ó n d e p a l a b r a s y p a r a las deducciones l i n g ü i s t i c a s
facultades instintivas l a s que intervienen." Y antes (p. 81): "Se m á s g e n e r a l e s . E s t o es, q u e en t o d a e t i m o l o g í a se p r o c e d a p o r
comprende que el entendimiento piense sin actos reflejos, como por
cotejo d e f o r m a s q u e t e n g a n el mismo e s t a d i o l i n g ü í s t i c o , ó q u e
instinto P e r o no se comprende que la facultad del lenguaje se
m e d i a n t e u n a l e g i t i m a r e c o n s t r u c c i ó n se p u e d a n o f r e c e r e n el
ejerza sin reflexión, porque esta es cosa distinta del entendimiento,
g r a d o de d e s a r r o l l o p r o p i o de la época en q u e c o r r e s p o n d e ha-
puesto que en ella entran otros mecanismos fisiológicos, movidos por
el entendimiento en parte, pero distintos de él." L a s inexactitudes, cer la c o m p a r a c i ó n . E s t e p r i n c i p i o c o n s t i t u y e l a g a r a n t í a d e
así en orden á la Historia como á la Ciencia del Lenguaje y á la Psi- a c i e r t o e n t o d a l a l a b o r d e d u c t i v a d e p a r e n t e s c o d e idiomas,
cología, son demasiado claras en lo transcrito para que nos detenga- d e c o n s t i t u t i v o s d e raices, y d e m á s p r o b l e m a s c o n c e r n i e n t e s al
mos á señalarlas. sér i n t i m o d e las l e n g u a s .
Reducir el concepto de la disciplina histórica á "contar antigua- T o d a c o m p a r a c i ó n g l o t o l ó g i c a , en efecto, s u p o n e e n las p a -
llas;" añadir que aunque la Lingüística presente á la consideración
l a b r a s c o m p a r a d a s p a r a h a l l a r su p a r e n t e s c o , dos condiciones:
fenómenos glotológicos de hace ochenta siglos "ni aun en dicha tan
u n a , q u e e x i s t a e n t r e ellas a l g ú n m o t i v o de s e m e j a n z a , sin lo
impropia acepción puede llamarse histórica (sentido en el cual na-
c u a l s e r í a p r o c e d e r a r b i t r a r i a m e n t e v al acaso e n c o m p a r a r ;
die niega la condición histórica de las lenguas, ni mucho menos es
éste discutido cuando se pregunta si la Filología comparada es cien- o t r a , q u e se h a l l e e n las m i s m a s a l g u n a d i f e r e n c i a , sin lo q u e
cia natural ó ciencia histórica, según queda observado); describir se c o m p a r a r í a u n a cosa consigo mismo. H a l l a r la r a z ó n p r i m e -
la Gramática comparada como aglomeración de fenómenos lingüís- r a histórica de t a l e s d i f e r e n c i a s y s e m e j a n z a s , s i g u i é n d o l a s á
ticos sin otros criterios intrínsecos ni extrínsecos que el comparar t r a v é s de las v i c i s i t u d e s é historia d e las l e n g u a s ; fijar con cla-
hechos, "sean estos de la Cochínchina ó del reino del preste Juan"; r i d a d p r e s e n t a n d o el tipo o r i g i n a r i o (absoluto ó r e l a t i v o ) d e los
afirmar sobre tal base que la Lingüística no es historia, ya que es vocablos c o m p a r a d o s , q u e d e c i d a si l a d i f e r e n c i a e n t r e ellos es
ciencia, y añadir luego que es conocimiento subordinado al ejercicio p r i m i t i v a y p r o p i a , y la s e m e j a n z a a d v e n t i c i a y no p r i m i t i v a ,
de "facultades instintivas" (?), dejando de ser histórico por la no in- ó p o r el c o n t r a r i o , si l a s e m e j a n z a tiene f u n d a m e n t o l e g i t i m o
tervención de la voluntad (con lo cual la "ciencia" lingüística ni aun e n los o r í g e n e s de a m b o s t é r m i n o s , y las d i f e r e n c i a s son e f e c t o
queda al nivel de la historia, tan maltratada por nuestro autor); ha-
d e a l t e r a c i ó n f o n é t i c a p o s t e r i o r , es l a a s p i r a c i ó n v o b j e t o d e l a
blar de "facultades instintivas" del lenguaje, y decir después que la
Etimología científica. A h o r a b i e n , si prescindimos del parale-
facultad del lenguaje no se ejerce como por instinto, sino por refle-
lismo etimológico q u e nos h a c e l l e v a r p o r i g u a l l a s p a l a b r a s
xión; excluir, en fin, la acción de la voluntad para dejar en pleno do-
minio al instinto, y para afirmar á la vez que "los mecanismos fisio- c o m p a r a d a s á l a f o r m a y época c o r r e s p o n d i e n t e p a r a c o n f r o n -
lógicos son movidos por el entendimiento en parte" (?); todo ello y t a r l a s l e g í t i m a m e n t e , h a b r í a m o s d e concluir p o r l a s s e m e j a n -
otras afirmaciones análogas que se echan de ver en el mencionado zas a c t u a l e s el p a r e n t e s c o p r i m i t i v o , v p o r las d i f e r e n c i a s exis-
trabajo, no se avienen fácilmente entre sí, y menos con un criterio t e n t e s la d i v e r s i d a d o r i g i n a r i a , lo c u a l s e r i a d e s t r u i r l a Ciencia
legítimo en materias glotológicas. del L e n g u a j e , q u e p r e c i s a m e n t e i n t e n t a h a c e r v a l e r sus con-
clusiones en f r e n t e á las a p a r i e n c i a s i n e s t a b l e s d e a p r o x i m a c i ó n
ó d i f e r e n c i a c i ó n e x t e r i o r d e los i d i o m a s . P a l a b r a s h a y en d i v e r -
sas l e n g u a s , c u y a s e m e j a n z a en el sonido y a u n e n el s e n t i d o , in-
d u c e á p r i m e r a v i s t a á c r e e r en u n p a r e n t e s c o i n c u e s t i o n a b l e d e
l a s m i s m a s (v. g r . el g r i e g o análogos y el a l e m á n aehnlich, a n á -
logo; el inglés to cali y el g r i e g o coleo, llamo; whole y g r . oíos,
Evolución histórica y sistemática de la Ciencia del Lenguaje.
tintero, completo, etc.), y sin e m b a r g o d e su r e l a c i ó n f o n é t i c a y
s i g n i f i c a t i v a , d e b e c o n c l u i r s e y se c o n c l u y e q u e t i e n e n d i v e r s a
etimología. Otras muchas, á la inversa, que p u d i e r a n creerse La fase glotológica sánscrita.
a b s o l u t a m e n t e d i s t a n c i a d a s , son r e d u c i b l e s á u n a m i s m a base,
y es lo q u e a c o n t e c e con l e n g u a s al p a r e c e r t a n d i s t i n t a s como 111
el l a t í n y el p e r s a , el g r i e g o y el s a j ó n , etc. T a l es el f r u t o de
t r a s l a d a r c a d a f o r m a á l a é p o c a p r o p i a de s u p r i m e r a evolución Aspecto general histórico de los estudios de la Filología comparada.
La historia de las teorías glotológicas y la filosofía de esta histo-
y colocar las l e n g u a s c o m p a r a d a s e n u n mismo p l a n o , p o r decir- ria. Procedimiento que ha de seguirse. Los tres períodos de la
lo asi, q u e es lo q u e se e j e c u t a con el paralelismo mencionado. historia lingüística según Max Müller. Crítica de su clasificación.
Tendencias diversas de los estudios lingüísticos entre los indios y
De las t r e s n o r m a s s e ñ a l a d a s , la s e g u n d a es d e c a r á c t e r griegos. Causa ocasional de la Analítica india. Primeros ensayos
lingüísticos indios. Aranyakas, Vedangas, Sutras. Yaska y Pani-
p r á c t i c o y h a s t a cierto p u n t o p r o v i s i o n a l ; la p r i m e r a y l a terce- ni, y carácter de sus trabajos filológicos. Las fases de la Litera-
r a son p r á c t i c a s y teóricas, y de c a r á c t e r a b s o l u t o e n F i l o l o g í a tura sánscrita. El período védico; el período del sánscrito arcai-
co; el período del sánscrito clásico, y carácter de los escritos en
c o m p a r a d a . E s decir, q u e 110 sólo e n t r a n en l a p a r t e q u e h e m o s cada uno de ellos. Panini y Cakatayana. Epoca en que escribió
l l a m a d o descriptiva d e l a Ciencia del L e n g u a j e , sino t a m b i é n Panini, y opiniones de Boehtling, Weber, Goldstücker, etc. Otros
tratadistas posteriores. El Mahabhashya de Patangali y los Su-
en la filosófica ó filosofía del l e n g u a j e , e n c u a n t o t o d a s las con- tras de Panini. Gramáticos indios que escribieron en diversas
clusiones t e ó r i c a s a c e r c a d e l a s l e n g u a s d e b e n t e n e r como f u n - épocas después del Cristianismo. Tratados gramaticales sánscri-
tos que se separan del método de Panini. Tratados lexicográficos
d a m e n t o ó l a base primera d e la uniformidad de la naturale- indios y colecciones de raíces sánscritas. Cultivadores de la Mé-
za c u a n d o se t r a t a de p r o b l e m a s a b s o l u t o s , ó el principio pri- trica y de la Retórica entre los indios. El lenguaje en la literatura
filosófica india.—Comparación del sistema glotológico indio con
mero del paralelismo etimológico, c u a n d o se t r a t a d e p r o b l e m a s el de los griegos. L a palabra, la frase, las categorías denomina-
s u b o r d i n a d o s á las f o r m a s c o n c r e t a s de los i d i o m a s , y q u e n o tivas. Diversos criterios de los escritores indios en este punto.
Las dos teorías griegas y las dos teorías indias sobre el origen
p o d r á n n u n c a g e n e r a l i z a r s e sino b a j o la o b s e r v a c i ó n d e los he- significativo de las palabras. Este problema entre los latinos, y su
chos, ó finalmente, a m b o s á la v e z , como r e g u l a r m e n t e aconte- aplicación á la naturaleza de las raíces.
ce e n el c o n j u n t o de las t e o r í a s l i n g ü i s t i c a s (1).

Antes de entrar en el examen de los problemas lin-


(1) P a r a realizar el paralelismo etimológico y la obra de selec-
güísticos, y una vez determinada la índole de la cien-
ción consiguiente, son de tomar en cuenta los factores extrínsecos
diversos que influyen en el material de los idiomas. En orden á ellos cia cuyo objeto constituyen, importa no poco p a r a r la
pueden señalarse tres momentos en las lenguas. El momento geo- atención en el cuadro que nos ofrece la historia de
gráfico, qne determina en éstas la acción de los idiomas del territo-
ésta, y considerar los varios caminos de evolución que
rio ó territorios limítrofes, verificándose una mutua invasión léxica.
E l momento histórico, que explica el origen de formas exóticas in- h a seguido á t r a v é s de los siglos y de los pueblos cul-
troducidas en las alternativas de la historia de cada pueblo, y en el tos del orbe.
correspondiente estado de dependencia ó independencia política. El
Mas la Filología comparada forma y a ciencia t a n
momento etnológico, que hace reflejar la acción á distancia de las
gentes y razas que hayan cruzado un territorio con lengua y civiliza- vasta y de tan compleja t r a m a , t a n amplios son los ho-
ción propias. Estudiado un idioma desde estos tres puntos de vista, rizontes que se ofrecen á la vista del que se a c e r c a á
han de aparecer indefectiblemente las ingerencias lingüísticas, aje-
explorar la extensión de sus dominios y de tan vario
nas por lo mismo á la etimología regular que le corresponda.
clusiones en f r e n t e á las a p a r i e n c i a s i n e s t a b l e s d e a p r o x i m a c i ó n
ó d i f e r e n c i a c i ó n e x t e r i o r d e los i d i o m a s . P a l a b r a s h a y en d i v e r -
sas l e n g u a s , c u y a s e m e j a n z a en el sonido y a u n e n el s e n t i d o , in-
d u c e á p r i m e r a v i s t a á c r e e r en u n p a r e n t e s c o i n c u e s t i o n a b l e d e
l a s m i s m a s (v. g r . el g r i e g o análogos y el a l e m á n aehnlich, a n á -
logo; el inglés to cali y el g r i e g o coleo, llamo; whole y g r . oíos,
Evolución histórica y sistemática de la Ciencia del Lenguaje.
tintero, completo, etc.), y sin e m b a r g o d e su r e l a c i ó n f o n é t i c a y
s i g n i f i c a t i v a , d e b e c o n c l u i r s e y se c o n c l u y e q u e t i e n e n d i v e r s a
etimología. Otras muchas, á la inversa, que p u d i e r a n creerse La fase glotológica sánscrita.
a b s o l u t a m e n t e d i s t a n c i a d a s , son r e d u c i b l e s á u n a m i s m a base,
y es lo q u e a c o n t e c e con l e n g u a s al p a r e c e r t a n d i s t i n t a s como 111
el l a t í n y el p e r s a , el g r i e g o y el s a j ó n , etc. T a l es el f r u t o de
t r a s l a d a r c a d a f o r m a á l a é p o c a p r o p i a de s u p r i m e r a evolución Aspecto general histórico de los estudios de la Filología comparada.
La historia de las teorías glotológicas y la filosofía de esta histo-
y colocar las l e n g u a s c o m p a r a d a s e n u n mismo p l a n o , p o r decir- ria. Procedimiento que ha de seguirse. Los tres períodos de la
lo asi, q u e es lo q u e se e j e c u t a con el paralelismo mencionado. historia lingüística según Max Müller. Crítica de su clasificación.
Tendencias diversas de los estudios lingüísticos entre los indios y
De las t r e s n o r m a s s e ñ a l a d a s , la s e g u n d a es d e c a r á c t e r griegos. Causa ocasional de la Analítica india. Primeros ensayos
lingüísticos indios. Aranyakas, Vedangas, Sutras. Yaska y Pani-
p r á c t i c o y h a s t a cierto p u n t o p r o v i s i o n a l ; la p r i m e r a y l a terce- ni, y carácter de sus trabajos filológicos. Las fases de la Litera-
r a son p r á c t i c a s y teóricas, y de c a r á c t e r a b s o l u t o e u F i l o l o g í a tura sánscrita. El período védico; el período del sánscrito arcai-
co; el período del sánscrito clásico, y carácter de los escritos en
c o m p a r a d a . E s decir, q u e 110 sólo e n t r a n en l a p a r t e q u e h e m o s cada uno de ellos. Panini y Cakatayana. Epoca en que escribió
l l a m a d o descriptiva d e l a Ciencia del L e n g u a j e , sino t a m b i é n Panini, y opiniones de Boehtling, Weber, Goldstücker, etc. Otros
tratadistas posteriores. El Mahabhashya de Patangali y los Su-
en la filosófica ó filosofía del l e n g u a j e , e n c u a n t o t o d a s las con- fras de Panini. Gramáticos indios que escribieron en diversas
clusiones t e ó r i c a s a c e r c a d e l a s l e n g u a s d e b e n t e n e r como f u n - épocas después del Cristianismo. Tratados gramaticales sánscri-
tos que se separan del método de Panini. Tratados lexicográficos
d a m e n t o ó l a base primera d e la uniformidad de la naturale- indios y colecciones de raíces sánscritas. Cultivadores de la Mé-
za c u a n d o se t r a t a de p r o b l e m a s a b s o l u t o s , ó el principio pri- trica y de la Retórica entre los indios. El lenguaje en la literatura
filosófica india.—Comparación del sistema glotológico indio con
mero del paralelismo etimológico, c u a n d o se t r a t a d e p r o b l e m a s el de los griegos. L a palabra, la frase, las categorías denomina-
s u b o r d i n a d o s á las f o r m a s c o n c r e t a s de los i d i o m a s , y q u e n o tivas. Diversos criterios de los escritores indios en este punto.
Las dos teorías griegas y las dos teorías indias sobre el origen
p o d r á n n u n c a g e n e r a l i z a r s e sino b a j o la o b s e r v a c i ó n d e los he- significativo de las palabras. Este problema entre los latinos, y su
chos, ó finalmente, a m b o s á la v e z , como r e g u l a r m e n t e aconte- aplicación á la naturaleza de las raíces.
ce e n el c o n j u n t o de las t e o r í a s l i n g ü i s t i c a s (1).

Antes de entrar en el examen de los problemas lin-


(1) P a r a realizar el paralelismo etimológico y la obra de selec-
güísticos, y una vez determinada la índole de la cien-
ción consiguiente, son de tomar en cuenta los factores extrínsecos
diversos que influyen en el material de los idiomas. En orden á ellos cia cuyo objeto constituyen, importa no poco p a r a r la
pueden señalarse tres momentos en las lenguas. El momento geo- atención en el cuadro que nos ofrece la historia de
gráfico, qne determina en éstas la acción de los idiomas del territo-
ésta, y considerar los varios caminos de evolución que
rio ó territorios limítrofes, verificándose una mutua invasión léxica.
E l momento histórico, que explica el origen de formas exóticas in- h a seguido á t r a v é s de los siglos y de los pueblos cul-
troducidas en las alternativas de la historia de cada pueblo, y en el tos del orbe.
correspondiente estado de dependencia ó independencia política. El
Mas la Filología comparada forma y a ciencia t a n
momento etnológico, que hace reflejar la acción á distancia de las
gentes y razas que hayan cruzado un territorio con lengua y civiliza- vasta y de tan compleja t r a m a , t a n amplios son los ho-
ción propias. Estudiado un idioma desde estos tres puntos de vista, rizontes que se ofrecen á la vista del que se a c e r c a á
han de aparecer indefectiblemente las ingerencias lingüísticas, aje-
explorar la extensión de sus dominios y de tan vario
nas por lo mismo á la etimología regular que le corresponda.
al par que ameno cultivo el campo que cada cual ha Pero cuando el autor de la primera Gramática compa-
tomado allí p a r a su labor, que punto menos que impo- r a d a entró á legislar sobre las lenguas indo-europeas,
sible hubiera sido pretender encerrar en cortas líneas abrióse p a r a dicha ciencia la e r a de sus investigacio-
y pequeño espacio una narración minuciosa de su com- nes y conquistas. Aquella t i e r r a desconocida, que diría
pleto proceso histórico, la cual por otra p a r t e no hace Breal, aquel continente nuevo de que todos los nave-
á nuestro intento, ni es tampoco menester p a r a llegar gantes nos hablaban en términos vagos como si ellos
al concepto de la filosofía de la historia lingüística, hubieran arribado allí los primeros, es explorada hoy
objeto exclusivo en las disquisiciones que sobre esta por expertos y laboriosos cultivadores del saber. Los
materia emprendemos aquí. grandes problemas lingüísticos de c a r á c t e r abstracto,
Desde Bibliander y Gesner que ensayan t r a t a r en- como los de aplicación y examen concreto; los relacio-
tre los primeros (dejando de mentar las antigüedades nados con la psicología como los que llevan á cuestio-
clásicas y trabajos medioevales de que luego hablare- nes etnográficas y puntos antropológicos é históricos;
mos) De Ratione communi ling. y De Differentiis lin- los trabajos de conjunto que según los nuevos métodos
guarum respectivamente, hasta Leibnitz que protesta de investigación se han llevado á feliz término en gru-
á un tiempo del rutinarismo tradicional lingüístico y pos de idiomas determinados, como los de ejecución
del hebraísmo primitivo y su universal supremacía; minuciosa y delicada realizados en la crítica verbal y
desde Adelung que sistematiza rudimentariamente los lexicográfica de los clásicos romanos, griegos y sáns-
estudios glotológicos, hasta Wiliam Jones que sienta critos, ofrecen caudal inmenso á la exposición filológi-
la doctrina del parentesco colateral de los idiomas tal ca, histórica y científica, y constituyen testimonio fe-
como hoy se conoce, excepción hecha de su criterio haciente de nuestro aserto.
inexacto sobre el gótico y el celta; desde H e r v á s que Y de dónde progresos t a n rápidos é inesperados en
lleva el primero á los estudios lingüísticos los princi- el edificio doctrinal de una ciencia q u e , á juzgar por
pios de Gramática comparada, hasta Bopp que los des- la antigüedad de sus comienzos tales como nos los ofre-
envuelve y aplica de un modo regular y general cien- ce el clasicismo de civilizaciones primitivas, siglos h á
tífico, la Filología comparada a v a n z a de una m a n e r a debieran haberse llevado á feliz término de una ma-
lenta y con rumbos no bien definidos, casi sin otro mo- n e r a pausada y gradual? Qué agente misterioso, ha-
vimiento que el que estos escritores representan (1). ciendo llegar un rayo de luz hasta las más obscuras é
inexploradas regiones del pasado histórico, consiguió
reunir los restos dispersos de antiguos organismos y
(1) Sin pretender justificar en todas sus partes el método filoló-
gico de Bopp ni presentarle como el único ni como el mejor en g r a -
comunicarles movimiento y vida p a r a presentarlos
mática histórica, fuerza es confesar que su Vergleichende Gram- luego como una palingenesia glotológica, como una
matik habrá de ser mirada siempre como el primer notable monu- v e r d a d e r a resurrección? Punto es este cuyo esclareci-
mento levantado á la Ciencia del Lenguaje. Aunque reclamamos con
justicia para Hervás el título de iniciador de los estudios lingüísticos
miento importa por igual al que estudia los problemas
comparados, Bopp es el primero que supo realizarlos de una manera generales de la Ciencia del Lenguaje, como al que
completa y acabada. Ni Wilkins, ni Wiliam Jones, ni Fed. Schlegel, cultiva los más concretos de la Gramática comparada,
sabios predecesores suyos en los mismos estudios han podido a r r e -
batarle este honor, que hoy nadie le disputa.
y que conviene declarar aquí, siquiera sea sumaria-
mente, y a porque constituye la base de la crítica en
P e r o todo ello, como se v e , no c a r a c t e r i z a en m a n e r a a l g u -
procedimientos de Filología c o m p a r a d a , y a porque su n a á u n a ciencia c o n c r e t a , y a u n como g e n e r a l á todas ellas, n o
conocimiento y el de las nociones expositivas que re- t i e n e m á s q u e u n a v e r d a d psicológica a b s t r a c t a q u e en el or-
quiere, a y u d a r á n no poco al lector p a r a apreciar por d e n p r á c t i c o ni r e s u l t a , ni d e b e ni p u e d e r e s u l t a r a p l i c a d o p o r
sucesión r i g u r o s a d e periodos; los c u a l e s p o r el c o n t r a r i o s u e l e n
sí mismo la evolución de la G r a m á t i c a científica, y
c o m p e n e t r a r s e y coexistir s i m u l t á n e a m e n t e , c u a n d o no aconte-
formar al mismo tiempo concepto de la historia de la ce (como se v e r i f i c a en m u c h a s ciencias subordinadas, y tam-
Filología comparada y de la filosofía, por decirlo así, b i é n en las filosóficas y abstractas), q u e l a teoría p r e c e d e á l a
de esta misma historia. clasificación d e hechos, y es p r e c i s a m e n t e l a r a z ó n d e ésta.
L o q u e a c a b a m o s de i n d i c a r p r u e b a á m á s del c o n v e n c i o n a -
E n t r e los fines q u e p u e d e n p e r s e g u i r s e a l t r a z a r el c u a d r o lismo a r b i t r a r i o d e l a clasificación d e M a x Müller, la f a l t a de
de la h i s t o r i a l i n g ü i s t i c a , es sin d u d a u n o d e los p r i n c i p a l e s fi- e x a c t i t u d con q u e se p r e t e n d e a j u s t a r á t a n v a g a n o r m a todo
j a r con c l a r i d a d la i m p o r t a n c i a q u e los d i v e r s o s m é t o d o s se- el c o n j u n t o d e u n a d e t e r m i n a d a disciplina. E s t a i n e x a c t i t u d se
g u i d o s h a n t e n i d o en si mismos p a r a l a c i e n c i a y el q u e corres- e v i d e n c i a t a m b i é n h i s t ó r i c a m e n t e con sólo c o n s i d e r a r q u e en la
p o n d a á c a d a u n o e n o r d e n al c o n j u n t o y á l a i n t i u e n c i a t o t a l F i l o l o g í a c o m p a r a d a se e n c u e n t r a n d o c t r i n a s q u e c a r a c t e r i z a n
e n el o b j e t o c o m ú n á q u e t i e n d e n . D e esta s u e r t e , al p a r q u e la al q u e Max Müller l l a m a periodo de la teoría, en el periodo em-
n a r r a c i ó n , a p a r e c e el porqué d e l a historia q u e e l l a c o n s t i t u y e , pírico y v i c e v e r s a ; p u e s n a d i e p u e d e n e g a r q u e las a n t i g ü e d a -
y l a t r a b a z ó n h a r m ó n i c a en las v a r i a s f a s e s q u e l a c o m p o n e n , des clásicas g r i e g a s é i n d i a s q u e dicho filólogo h a c e p e r t e n e c e r
q u e es la p a r t e filosófica d e l a m i s m a . Con e s t e c r i t e r i o h a b r e - al p e r i o d o e m p í r i c o , e n c i e r r a n d o c t r i n a s sobre la n a t u r a l e z a del
mos d e o c u p a r n o s a q u i de esta m a t e r i a , c o m p l e t a n d o la p a r t e l e n g u a j e , sobre su o r i g e n y sobre las raices y c a t e g o r i a s lógicas
d e t e o r í a s l i n g ü i s t i c a s con las t e o r í a s p s i c o l ó g i c a s r e s p e c t i v a s y g r a m a t i c a l e s , las cuales r e v i s t e n el c a r á c t e r d e sistema y obe-
y a ú n con las l i t e r a r i a s en c u a n t o c o n v i n i e r e á f o r m a r concep- decen á p l a n cientifico como c u a l q u i e r a d e las m o d e r n a s q u e
to de lo q u e h a n sido las disciplinas g l o t o l ó g i c a s e n las d i v e r - M a x Müller coloca en el p e r i o d o d e la t e o r í a ; y á la v e z es inne-
sas e d a d e s y civilizaciones. g a b l e q u e m u c h a s i n v e s t i g a c i o n e s del p e r i o d o de la t e o r í a son
Max Müller d i s t r i b u y e l a F i l o l o g í a c o m p a r a d a y su historia hoy t a n r u d i m e n t a r i a s y t a n e m p í r i c a s en los p r o c e d i m i e n t o s ,
e n los consabidos períodos: empírico, de clasificación y d e la como lo e r a n p a r a los del p r e t e n d i d o p e r i o d o p r i m e r o . Más es;
teoría. E s t a clasificación q u e p u e d e ser c ó m o d a , es p u r a m e n t e al sistema g e n e r a l lingüístico d e los indios, c o r r e s p o n d e la b a s e
p r i m e r a d e p r o c e d i m i e n t o s teóricos y prácticos q u e se h a em-
c o n v e n c i o n a l , é i n e x a c t a c i e n t í f i c a m e n t e . E s c o n v e n c i o n a l , por-
p l e a d o y se e m p l e a a ú n en el periodo de la teoría, y de los c u a l e s
q u e no e s t á f u n d a d a en la evolución i n t e r n a d e n i n g u n a cien-
B o p p se ha s e r v i d o con el éxito q u e todos a d m i r a m o s . L a s cono-
cia, m u c h o m e n o s e n l a d e l a F i l o l o g í a c o m p a r a d a , y p o r o t r a
cidas p a l a b r a s del R i g - V e d a q u e h e m o s m e n c i o n a d o en los co-
p a r t e p u e d e a p l i c a r s e de u n a m a n e r a e x t r í n s e c a á todas l a s
m i e n z o s del p r i m e r c a p í t u l o de este libro y q u e el mismo Max
ciencias: n o e x i s t e n i n g u n a en l a c u a l no p u e d a d i s t i n g u i r s e
M ü l l e r , c i t a n d o los Miscellan. Essays d e Colebrookel, nos re-
u n m o m e n t o histórico d e o b s e r v a c i ó n de hechos ó f e n ó m e n o s , ó
c u e r d a ; la i d e a q u e d e la p a l a b r a y d e l a f r a s e se nos d a e n el
lo que en l u g a r de éstos r e s p o n d a al o b j e t o d e l a ciencia, q u e
Maliabhashya y Sahitya-Darpana, las c a t e g o r i a s d e n o m i n a t i -
seria el p e r í o d o empírico; otro, e n q u e el m i s m o o b j e t o se t r a t e vas del Kavya-Prakasa y del mismo S a h i t y a - D a r p a n a ; las teo-
de i n d i v i d u a l i z a r y o r d e n a r e n sí mismo y e n sus relaciones con r í a s sobre el o r i g e n del l e n g u a j e d e B h a r t r h a r i y las q u e a p a -
los demás, ó p e r i o d o de clasificación; otro finalmente, en q u e r e c e n en el c i t a d o S a h i t y a - D a r p a n a ; l a t e o r í a de P a n i n i sobre
a p a r e z c a l a t r a m a científica del c p n j u n t o , q u e nos d a r í a lo q u e l a s raices, con t o d a s las observacione s d e c a r á c t e r a n a l í t i c o ó
Max M ü l l e r l l a m a p e r i o d o d e la teoría. L a r a z ó n d e esto há- filosófico q u e o f r e c e l a l i n g ü i s t i c a s á n s c r i t a , son m á s q u e sufi-
llase en el o r d e n genético y cronológico d e la f o r m a c i ó n d e cientes, a u n p r e s c i n d i e n d o d e su sistema r e t ó r i c o y q u e t a n d e
n u e s t r o s c o n c e p t o s p r i m e r o s , q u e y a se a c e p t e la teoría aris- c e r c a toca al l i n g ü í s t i c o , p a r a d e s a c r e d i t a r la clasificación de
t o t é l i c a de las i d e a s , y a c u a l q u i e r a d e l a s d e m á s q u e a d m i t e n Max M ü l l e r , y p r o b a r con las p r i n c i p a l e s c u e s t i o n e s q u e é s t e co-
u n proceso d e a b s t r a c c i ó n sucesivo, nos es f o r z o s o r e c o n o c e r .
loca en el p e r i o d o de l a t e o r í a , q u e t o d a s ellas c o r r e s p o n d e n al
Desde los comienzos de los estudios glotológicos y
periodo empírico d e los indios. E n c u a n t o á los g r i e g o s , b a s t a
o b s e r v a r q u e el c a r á c t e r a b s t r a c t o d e sus especulaciones lin- tal como nos es dado conocerlos, a p a r e c e n dos diver-
g ü i s t i c a s , como h a r e m o s n o t a r d e r i v a c i ó n i n m e d i a t a d e l a Fi- sas tendencias en la dirección de las investigaciones
losofía, les h a i m p e d i d o el desarrollo empírico g r a m a t i c a l , y lingüísticas. U n a p r á c t i c a y experimental, y otra de
q u e el h a b e r s e c o n s t i t u i d o en el e x a m e n d e l a teoría es el p r i n - principios especulativos y abstractos (1). Estas tenden-
cipal defecto s e ñ a l a d o p o r l a critica en sus ideas l i n g ü i s t i c a s . Y
cias representadas por los dos pueblos que en la anti-
p o r lo q u e h a c e á los p r o b l e m a s del o r i g e n del l e n g u a j e , su na-
t u r a l e z a , r e l a c i ó n c o n las ideas, etc., no h a y t r a t a d o filológico
güedad han cultivado los estudios gramaticales (indios
a l g u n o d e los q u e Max Miiller h a c e p e r t e n e c e r a l p e r i o d o d e l a y griegos), debían encontrarse un día y adunarse en
teoría, q u e no r e c u e r d e los n o m b r e s de P l a t ó n y d e A r i s t ó t e l e s , feliz consorcio p a r a realizar los descubrimientos de la
de D e m ó c r i t o y d e E p i c u r o , de Orates de Mallos y d e los discí- Gramática comparada, siquiera antes de ello muchos
pulos d e éste e n su e s c u e l a r o m a n a , q u e d e b i e r a n s e g ú n él, que- siglos hubieran de correr sin resultado alguno p a r a la
d a r r e l e g a d o s al empirismo de la p r i m e r a e t a p a .
ciencia.
E s t á , pues, la división d e Max Müller f u e r a d e l a v e r d a d
p o r todos conceptos; a ñ á d a s e q u e h a c e dicha división p a r a aco- El pueblo de las más antiguas tradiciones arias, á
m o d a r la Ciencia del l e n g u a j e á la e v o l u c i ó n de las ciencias n a - quién dió el Indo su nombre, y al cual van vinculadas
t u r a l e s s e g ú n él d e c l a r a e x p r e s a m e n t e (Lect. 8. a ), á cuyo g r u - las diversas r a m a s de estirpe europea, a p a r e c e como
po como hemos visto, 110 p e r t e n e c e e n m a n e r a a l g u n a l a Filolo- iniciador, si bien de un modo casi inconsciente, de las
g í a c o m p a r a d a , ni p o r lo mismo a u n s i e n d o a p l i c a b l e á a q u e l l a s
investigaciones lingüísticas. La transparencia y tersu-
ciencias la clasificación, q u e no lo e s , n a d a h a b r í a c o n s e g u i d o
á su i n t e n t o . F i n a l m e n t e , el mismo Max Müller reconoce q u e e n
(1) Frecuente es al buscar los orígenes de la Filología compara-
su división e x i s t e n f r e c u e n t e s e x c e p c i o n e s , y q u e m u y f r e c u e n -
da, remontarse h a s t a los comienzos de la escritura iconográfica, y
t e m e n t e e s p e c u l a c i o n e s filosóficas q u e p e r t e n e c e n al periodo d e singularmente á los principios de la escritura fonética, no de otra
la t e o r í a , a p a r e c e n aún en las ciencias naturales, en el p e r i o d o suerte que algunos encuentran vestigios de sistema glotológico en
e m p í r i c o (1). la formación etimológica de las lenguas antiguas. Mas lo primero es
completamente ajeno á las cuestiones lingüísticas, y lo segundo no
prueba la existencia de t r a b a j o propiamente filológico, el cual es
(1) "Mais ainsi, que je l'ai fait observer dans ma première leçon, siempre labor refleja, como no lo prueba la derivación dialectal in-
dice la última ed. fr. de sus Lectures (L. 3. a ), il y a à cette règle des evitable en las lenguas modernas. Que Elhoin, Jehovah (Jahvee) y
fréquentes exceptions, et il est assez ordinaire de trouver que des centenares de palabras más (ya que al hebreo se ha recurrido tam-
spéculations philosophiques, q u i appartiennent proprement à l a bién) sean de muy significada derivación, no demuestran otra cosa
période de la théorie, ont été tentées avant qu' on eut recueilli on que la evolución espontánea de la lengua, como sucede siempre en
a r r a n g é les faits qu' il eut été nécessaire de connaître. C' est ainsi los primeros períodos de todos los idiomas. Los vocabularios asirios
que la science du l a n g a g e se jette, dès le principe dans des théo- de la Biblioteca de Sardanápalo y la conocida historia de Psamético
ries, etc." y los niños egipcios, no son tampoco prueba de investigación cientí-
Parece ser que han sugerido á Max Müller su división de los tres fica alguna. Como coincidencia filológica puede hacerse notar que el
expresados períodos, la "Historia de las ciencias inductivas" de Whe- sonido becos, que Herótodo pone en boca de éstos, concuerda etimo-
wel, y aun el Cosmos de Humboldt. No sabemos si al redactar su li- lógicamente con el sánscrito bhatch, con el griego faguein, con el
bro, y leyendo en vez de los mencionados, una Historia de la filo- sajón bacam y es además palabra frigia; probablemente no se t r a t a
sofía, ó de las Matemáticas puras, etc., hubiera venido Max Müller de otra cosa que de la pronunciación de un sonido formado por los
á plantear á la inversa su clasificación, puesto que, por humildes niños aludidos á imitación del valido de las cabras, cuya leche les ali-
que sean en sus orígenes las disciplinas aludidas, es tan evidente co- mentaba. Entre los que traen de los orígenes antes dichos la historia
mo esencial á ellas el procedimiento de la teoría en sus comienzos glotológica, figura Benfey en su Geschichte etc., á quien han seguido
y fundamentos. otros menos significados.
r a de su lengua sánscrita (perfecta), la riqueza exube- en lugar preferente Yaska y Panini. El NiruJcta de
r a n t e de formas que posee, y el espíritu investigador Y a s k a constituye un tratado de analogía ó morfología
de los indios, prestábanse á maravilla p a r a los estu- completo. En él se estudian los sonidos, las leyes de
dios analíticos del lenguaje, á los cuales les impelía flexión y cambios fonéticos; se despejan las raíces,
también la idea religiosa y el deseo vivísimo de con- dando de ellas igual concepto al que ahora tenemos.
servar íntegro el depósito de sus venerandas tradicio- Se clasifican las partes del discurso y se determina el
nes. Creían ellos que no y a todos los himnos de sus sa- valor de modos y casos, etc. En punto á derivación,
grados libros, sino también todas las p a l a b r a s y frases, Yaska se muestra partidario de la teoría de Cakata-
todos los sonidos é inflexiones de cada uno, e r a n algo y a n a j quien sostenía (contra Garguía y los suyos) la
revelado y divino que debía conservarse con fidelidad derivación v e r b a l de todo nombre, bien que sin hacer
suma, p a r a lo cual nada t a n á propósito como el estu- esta opinión base de su g r a m á t i c a como Panini.
dio g r a m a t i c a l de esos mismos sonidos é inflexiones. A este gramático indio apenas igualado por nin-
A medida que iba siendo menos popular la lengua gún otro, si se exceptúa en cuanto al método Vopa-
de los libros religiosos indios creció l a necesidad de deva que vivió bastantes siglos después, le es debida
una interpretación literal; y al ser sustituido el dia- buena p a r t e de las investigaciones g l o t o l ó g i c a s de
lecto de los Vedas por el sánscrito clásico, los comen- nuestros días. Panini estudió más que ningún otro el
tadores y escoliastas se reservaron la misión de per- valor de los sonidos, y nos dió muchos centenares de
petuar aquél con exquisito cuidado y escrupulosidad años antes de Orchel la clasificación fisiológica de so-
supersticiosa. Comienza entonces l a labor analítica nidos que representamos con el llamado triángulo or-
más esmerada que puede imaginarse; descomponen
las palabras, clasifican las raíces, inquieren las leyes
guen luego en los comentarios dichos aranyaka, diversas exposicio-
de combinación de sonidos en c a d a grupo de éstas, nes etimológicas, y más tarde los vedaitgas, ensayos gramaticales
examinan el principio de todo cambio fonético y mor- de los Vedas que fueron progresando más y más, merced á los g r a -
fológico, fijan las reglas prosódicas, y, en suma, des- máticos posteriores propiamente tales. Entre las composiciones no-
tables de los indios, y que se encuentran ya en la época de la litera-
envuelven un plan g r a m a t i c a l t a n completo, que pue- tura védica, merecen ser contadas los sidras lingüísticos; reglas
de servir y h a servido y a de modelo á los filólogos eu- gramaticales brevísimas (no suelen ocupar más de media línea) que
ropeos. son tan singulares por su concisión como por su exactitud. En poco
más de 100 páginas del texto indio de Panini (dividido en ocho libros,
Entre los muchos gramáticos indios que se ocupan cada libro en cuatro secciones), se encierran cerca de cuatro mil su-
de parte ó de toda la analítica sánscrita (1), figuran tras en tipos sánscritos de escritura nagari (urbana?) ó deva-nagarí
(escritura de los brahmanes, de los diosesi). Dicho se está que para
un europeo, y aun para los mismos indios resultarían reglas ininte-
ligibles sin los comentarios que van al pie, lo mismo que otras abre-
(1) Mientras los maestros y profetas del pueblo (Rishis) hacían viaturas muy bien elegidas por los gramáticos (por Panini especial-
sus comentarios filosófico-teológicos de los Vedas, coleccionados en mente), p a r a simplificar y ordenar el estudio, pero que necesitan
general en los brahmanas, otros expositores g r a m a t i c a l e s que fue- exposición. Véase sobre la labor gramatical de Panini, fonética y
ron en muy crecido número, componían sus estudios analíticos (pra- morfológica, m á s que sintáctica sin duda alguna, pero verdadera-
tisakhyas en los que t r a t a n especialmente de los sonidos, pronun- mente notable, entre otros trabajos, el de Goldstücker, Panini, etc.,
ciación, etc. Los primeros ensayos lingüísticos de los indios son de y los de los indíanistas que citamos en este capítulo.
carácter lexicográfico, y se reducen á colecciones de sinónimos; si-
cheliano (1). Ideó un sistema completo gramatical con H e m o s c i t a d o á Y a s k a y á P a n i n i , e n t r e los d e m á s g r a m á t i -
casi todos los elementos analógicos y sintácticos que cos indios, p o r q u e ellos h a n d a d o la n o r m a á todos los posterio-
hoy cuentan los filólogos, y los compiló al uso indio en res, y en ellos e s t á r e p r e s e n t a d o el m o v i m i e n t o filológico q u e
se reconoce en los e s t u d i o s l i n g ü í s t i c o s sánscritos. E l t r a b a j o
reglas concisas (en sutras) cuyo contenido supone un d e Y a s k a , como t r a t a d o etimológico, sintáctico y lexicológico á
análisis de idioma verdaderamente serio y notable. u n t i e m p o , es d e s i n g u l a r i m p o r t a n c i a , y h a p r o p o r c i o n a d o á
Siguiendo el ejemplo de gramáticos anteriores, reunió P a n i n i g r a n p a r t e d e su t e r m i n o l o g í a científica. A u n q u e u n o
como ellos en grupos las raíces, pero de un modo más
completo y perfecto, si bien el defecto radical del mé- hoy tan perfectamente conocida, que con razón dice Reinach que "el
todo que hacía derivar forzosamente todo nombre de occidente ha acabado por enseñar al oriente su lengua." Sabido es
verbo, no podía menos de ocasionar derivaciones ar- que los Parsis de Bombay en una polémica con los prisioneros pro-
testantes, han citado como una autoridad el Comentatario de Bur-
bitrarias y de propia invención. nouf sobre el Yapia. Una asamblea d e 700 brahmanes declaraba
De esta m a n e r a la marcha de los gramáticos sáns- en 1862 la edición del Rigveda de Max Müller más perfecta que las
que poseían, no habiéndola aceptado por creer que la s a n g r e de ani-
critos, rumbo obligado en sus propósitos críticos y de
males entraba en la composición de tintas de la imprenta europea.
exégesis s a g r a d a , estaba bien definida, y sólo e r a me- Veamos de resumir aquí los datos convenientes á los fines espe-
nester que su rica y hermosa literatura fuese conoci- ciales que en este libro se persiguen:
da, p a r a apreciar la importancia de sus estudios', y la Podemos dividir la literatura india en tres períodos, formando el
primero con la literatura estrictamente védica, el segundo con la
significación que é s t o s y aquélla pudieran tener en menos propiamente llamada védica, ó del sánscrito arcaico, y el ter-
adelantos lingüísticos posteriores (2). cero con la correspondiente al sánscrito clásico. Esta clasificación
en tres períodos (que suelen presentar los indianistas europeos y los
brahmanes reducidos á dos, comprendiendo el segundo en el prime-
(1) No intento con esta indicación mermar en lo más mínimo el
ro), tiene su razón de ser en las mismas obras literarias y es prefe-
mérito del hebraísta valenciano; es acto de justicia el reconocerlo,
rente para nuestro objeto por claridad y exactitud.
y ningún español debiera vacilar un momento en ello, ni menos ne-
Representan el primer período los cuatro Vedas —Rigveda, Sa-
gárselo como se ha intentado; pues es bien seguro (y no se oculta á
maveda, Yadhnrveda y Atharvaveda,— colección de poemas, prin-
nadie que conozca su biografía) que Orchel nada recibió de la Lite-
cipalmente hieráticos de la antigüedad india, donde se resume el sa-
r a t u r a india. Pero sería llevar las cosas al extremo opuesto afirmar,
ber teúrgico y las prácticas litúrgicas de dicha edad.
como lo hace García Blanco, que Gesenius se ha aprovechado de la
clasificación de Orchel sin citarle. Aparte de que no son del todo Como es sabido, los escritos védicos no tienen un mismo origen,
idénticas las clasificaciones de ambos, como cualquiera ve leyendo ni son de la misma época y condiciones, como tampoco los himnos de
la sección de vocales de la Gramática hebraica de Gesenius, es des- que se componen los Vedas pertenecen á autores conocidos, aunque
conocer el estado de la cultura oriental alemana en tiempo de Gese- lleven nombres determinados (regularmente míticos), ya que la crí-
nius, y la del eruditísimo autor d e l Hebräisches Elementarbuch, tica demuestra el carácter impersonal y anónimo de aquéllos; En los
creer que se le ocultaban á éste los principios de fonética sánscrita, Vedas distingüese la colección —samhita— de himnos, y la parte de
cuando de allí habían salido y salían al comenzar él la publicación comentarios y exposición que recae sobre los himnos védicos 6 la
de sus obras, los indianistas más notables. En tanto el triángulo de samhita. Sólo estos himnos constituyen los Vedas en sentido estric-
Orchel no t r a s p a s a b a las fronteras de España, y dentro de ellas era to, y de ellos decimos pertenecen á la literatura rigurosamente védi-
de pocos conocido, hasta que García Blanco le dió importancia en su ca. Los comentarios, que comprenden el Brahmanam Upanishad y
Diqduq. Por lo demás, la explicación fisiológica de Orchel t a l como Sutra, constituyen la literatura expositiva intermedia, ó del sáns-
la presenta y acepta su entusiasta discípulo, el referido G. Blanco, crito arcaico á que hemos aludido, y que los brahmanes comprenden
tiene mucho de inexacta, y va envuelta en un equivocado concepto bajo el nombre de los Vedas en la literatura propiamente védica,
sobre el modo de formarse la voz, según se observa á primera vista no sin ocasionar confusiones. Además de esta literatura extrínseca
leyendo el citado Dicduq (t. I). á la mencionada samhita, é intermedia entre la fase védica y la del
sánscrito clásico, originóse de los Vedas ó con ocasión de ellos otra
(2) La literatura sánscrita, paulatinamente llegada á Europa, es 9
de sus objetos p r i n c i p a l e s es l a morfología, su d o c t r i n a sobre
las r a i c e s , s o b r e los sufijos, q u e d i v i d e e n p r i m a r i o s y secun- nes filológicas i n d i a s . E n c u a n t o á P a n i n i , es d e todos bien co-
n o c i d a su l a b o r n o t a b l e d e compilación d e r a i c e s á q u e aludi-
darios, a c e r c a d e las p a r t e s del discurso, d i s t r i b u i d a s en catego-
mos a r r i b a , y la d e la r e d a c c i ó n de r e g l a s g r a m a t i c a l e s , t r a b a j o s
r í a s h a r t o filosóficas, s o b r e la d e r i v a c i ó n , e n fin, d e todo nom-
a m b o s d e u n m a e s t r o de p r i m e r o r d e n en l a m a t e r i a , asi como
bre d e v e r b o , s u p o n e n u n concepto a l t a m e n t e científico d e los
sus d o c t r i n a s sobre l a c o n j u g a c i ó n , d e c l i n a c i ó n , p a r t e s del dis-
p r o b l e m a s glotológicos. B a s t a r í a e s t a c o n t r o v e r s i a d e las rela-
curso, s i n t a x i s , empleo de afijos y leyes e u f ó n i c a s , q u e d e t a n t a
ciones del n o m b r e y del v e r b o p a r a h o n o r d e las i n v e s t i g a c i o -
significación h u b i e r o n d e ser en la G r a m á t i c a c o m p a r a d a .

r a m a literaria m á s extrínseca todavía á la colección de himnos (sa-


mhitas), que fué conocida con el nombre de "filosofía vedanta," y cu- de los sacrificios (colección particular del Yadhnrveda), ya final-
yas divisiones y escuelas estudia ampliamente la Historia de la Fi- mente las que se refieren á fórmulas expiatorias, prácticas religio-
losofía. P e r o no ha de confundirse en m a n e r a alguna esta r a m a filo- sas, etc. (reunidas en el Atharvaveda). Pero la p a r t e principal está
sófica de la literatura india con la r a m a expositiva de brahmanas, constituida por himnos libres á las divinidades, fragmentos poéticos
upanishadas y sutras: éstas constituyen el período intermedio alu- á la naturaleza, estrofas de tinte épico sobre héroes divinizados y
dido del sánscrito arcaico en la transición del clasicismo védico al luchas sobrehumanas, etc.
clasicismo sánscrito, mientras la doctrina filosófica, aunque con ba- Según se colige de lo expuesto, la samhita del Rigveda tiene ca-
ses en el período arcaico, es de formación posterior; la r a m a exposi- r á c t e r enciclopédico, y en ella de algún modo se comprenden las co-
tiva se apoya inmediatamente sobre los himnos ve'dicos, cuyo ca- lecciones ó samhitas de los tres Vedas restantes, cuyo objeto está
rácter general presentan (por ello dejan los brahmanes de conside- ya indicado con lo dicho. Decimos de algún modo, porque el mismo
r a r l a a p a r t e y la ofrecen en conjunto con el período védico); la r a m a carácter enciclopédico del Rigveda hizo de una parte que no res-
filosófica no tiene por base inmediata los himnos védicos, sino más pondiese con la exactitud y precisión de los demás Vedas á los pe-
bien comentarios más ó menos antiguos y más ó menos auténticos culiares y respectivos fines de cada uno de éstos arriba señalados, y
de dichos himnos. Hay entre estas dos r a m a s literarias, la diferencia de otra, que revistiese carácter más profano que los Vedas restantes,
que existe entre la glosa doctrinal de comentarios á un texto s a g r a - pues su condición ecléctica hace que al lado de los himnos religiosos
do, y la especulación a b s t r a c t a de una filosofía religiosa con fines figuren otros muchos que no lo son, y que pierda la condición prácti-
escolásticos y de sistema. ca y popular de los demás. La importancia especial del Rigveda es-
tá precisamente en estos himnos profanos y mitológicos, excelentes
Como las samhitas forman el período védico, y la literatura na- para conocer el espíritu y el carácter g e n e r a l de las letras indostá-
cida de la exposición directa de éstas constituye el período que lla- nicas. De los diez libros que componen el Rigveda, el último es el de
mamos del sánscrito arcaico, así la literatura del sánscrito clásico compilación más reciente y el más enciclopédico. En g e n e r a l , el
está principalmente formada sobre la anterior, ó sea sobre la del Rigveda, es el más rico, el más completo é interesante de los cuatro
sánscrito arcaico dicho; con lo cual vienen á ser directa ó indirecta- Vedas, pero es el menos sagrado de todos.
mente siempre los himnos védicos el centro del movimiento de todas
Los compiladores del Rigveda hanse propuesto reunir en la sa-
las fases literarias indias; y en efecto, en las principales obras que
mhita de éste todos los himnos y fragmentos que creyeron de mayor
se refieren al período último (Mahabharata, Kamayana, los Pnra-
importancia, sin distinción de clases y sin tener en cuenta la clasifi-
na, etc.), período el más alejado de los Vedas, muéstranse por do-
cación y objeto ritual de muchos de ellos. De aquí que abarque á más
quiera señales inequívocas de continuar lu tradición de éstos, soste-
de otros himnos, casi todas las estrofas del Samaveda (Veda de los
niéndose el mito védico á través de nuevas f o r m a s literarias, y refle-
saman ó versos cantados), la mayor parte de las del Yadhnrveda
jándose en el conjunto sus influencias.
(Veda de los sacrificios), y g r a n parte de las del Atharvaveda (Veda
Los cuatro Vedas arriba mencionados, en cuanto representantes del Atharvan, sumo sacerdote del fuego).
del período propiamente védico, se clasifican por el conjunto de sus De aquí también las variantes que se ofrecen en estrofas comunes
himnos ó sea por las respectivas samhitas, prescindiendo de las ex- á éstos y á aquél; porque revistiendo éstas varias formas tradiciona-
posiciones que los acompañan. La samhita del Rigveda constituye, les populares, los compiladores de los últimos se atuvieron á la for-
como dice este nombre, el Veda de las ric', ó sea la colección de es- ma más arcaica y fija con fin litúrgico, y los del Rigveda recogieron
trofas tradicionales de las diversas familias védicas, ya fuesen aqué- la que estimaron más conveniente á su objeto. Por esto mismo es
llas las cantadas en el sacrificio del Soma (las cuales tienen su co- aventurado afirmar que el Samaveda esté tomado del Rigveda, aun-
lección exclusiva en el Samaveda), ya las empleadas en la liturgia que así suela sostenerse; antes es más verosímil que la colección ó sa-
Es i n d u d a b l e q u e con a n t e r i o r i d a d á P a n i n i h a n e x i s t i d o
L a época en q u e vivió P a n i n i , d e q u i e n d a t a el estableci-
otros muchos t r a t a d i s t a s , d e q u i e n e s a q u é l recibió sus e n s e ñ a n -
m i e n t o definitivo d e la g r a m á t i c a s á n s c r i t a , n o p u e d e fijarse
zas; Y a s k a c i t a a l g u n o s d e ellos p o r sus n o m b r e s , d e s i g n a n d o á
con c e r t e z a . B o e h t l i n g k q u e publicó u n a edición e u r o p e a d e su
otros c o l e c t i v a m e n t e . Créese q u e P a n i n i no hizo o t r a cosa q u e
g r a m á t i c a , le s u p o n e c o r r e s p o n d i e n t e al siglo IV a n t e s de J e s u -
c o m p l e t a r y p r e s e n t a r a m p l i f i c a d o el t r a t a d o g r a m a t i c a l d e Ca-
cristo, f u n d á n d o s e en d a t o s d e S o m a d e v a , el c u a l le h a c e con-
katayana, u n o d e sus p r e c u r s o r e s , cuyo n o m b r e q u e d ó obscure-
t e m p o r á n e o d e N a n d a . E l i l u s t r e i n d i a n i s t a W e b e r modifica l a
cido p o r el d e dicho g r a m á t i c o .
opinión d e B o e h t l i n g k , y j u z g a q u e P a n i n i , q u i e n h a b l a y a d e l a

mhita de uno y otro sean independientes, como l a s s a m h i t a s del


Los sutras —hilos, lazo de unión— constituyeron especie de com-
Yadhurveda y del Atharvaveda lo son también. Unos setenta y ocho
plemento de los brahmanas, aunque distintos de ellas, con el objeto
saman ó estrofas de canto del Samaveda (como hemos dicho, este
de señalar de una manera didáctica las más pequeñas particularida-
Veda es recopilación para el canto en el sacrificio de Soma, que por
des del texto comentado, que pasaron luego de los brahmanes á los
esto pudiera decirse Somaveda) faltan en el Rigveda, con m á s las
filósofos y gramáticos. No hace á nuestro objeto e n t r a r en las ulte-
variantes que inducen á no tomar aquél como extracto de éste. L a
riores declaraciones históricas sobre todas las clases de comentarios
samhita del Atharvaveda es la última de las colecciones védicas, sin
aludidos, abundosos en el período literario á que nos referimos, y
que esto signifique que no sean muy antiguos algunos de los himnos
asunto propio de un tratado de Literatura indostánica.
en ella referidos.
De la misma m a n e r a que la labor del sánscrito arcaico á que aca-
Habremos de añadir que así como del Rigveda existen dos clasifi-
bamos de referirnos se funda principalmeete sobre los himnos védi-
caciones ó redacciones, la clásica y la ritual, que se diferencian por
cos, en el período del sánscrito clásico gran parte de sn literatura
la f o r m a de división, penemos también dos redacciones del Yadhur-
tiene por base la precedente, ó del sánscrito arcaico. Es este el pe-
veda que hacen se clasifique éste en blanco y negro. L a principal di-
ríodo de mayor movimiento literario indostánico, la edad clásica del
ferencia entre uno y otro está en que en el primero la parte lírica y
sánscrito y de la expansión de las letras, al cual responden las g r a n ,
los comentarios se distinguen convenientemente, mientras en el se-
des producciones de la poesía épica, representada por colecciones
gundo se hallan confundidos entre sí. Hay igualmente dos redaccio-
como la del Mahbharata, de los Puranas, y del Ramayana; las de
nes, bien que con menores diferencias, del Atharvaveda. Una perte-
la dramática, á la cabeza de cuyos cultivadores está Kalidasa y el
nece á la escuela de los sucesores de £aunaka, y o t r a á la de los
hermoso y conocido drama Gakuntalá, y las composiciones eróticas
de Pipalda. (Sobre la literat. védica pueden verse, entre otros, y á
y gnómicas abundantes entre los indios, de las cuales llegó á hacer-
más de los concienzudos trabajos especiales existentes sobre cada
se singularmente célebre la colección de apólogos conocida con el
uno de los Vedas, los Abhandlungen—Zurlitterat. und. Geschichte
nombre de Panchatantra —cinco tantra ó libros.— A esta época per-
d. Weda, d e R o t h ; The history of aucient sansk. literat.; los Indis-
tenece también la labor gramatical propiamente dicha, cuyos repre-
chen Studien de W e b e r , Diccionario de Grassman, y el de Boethling
sentantes mencionamos en el texto.
y Roth, etc.).
Hemos dicho que la literatura de este período está en parte ba-
Según lo dicho, distínguense en los Vedas una parte fundamental sada en la de la época anterior, porque no se ciñe á ella de una ma-
y otra complementaria expositiva y crítica. Esta constituye lo que nera completa, ni es exclusiva representación del movimiento védico
hemos llamado segundo período de la literatura india ó del sánscri- y brahmánico de las dos fases precedentes. En el Mahábharala, las
to arcaico. A ella pertenecen los bralimañas, con sus variantes y divinidades del Olimpo védico se h a n transformado en héroes huma-
los stitras. Los primeros tuvieron por objeto declarar y especificar nos, y á m a n e r a de las divinidades de la Iliada, toman parte activa
los correspondientes comentarios de los textos védicos. "Aquí, dice en luchas con los hombres. Cuando es designado este poema ó com-
W e b e r , encontramos las más antiguas declaraciones lingüísticas, pilación de poemas con el nombre genérico de itihasa, leyenda, y
las más antiguas leyendas tradicionales, las más antiguas especula- maha-itihasa, la gran leyenda, tal denominación debe entenderse
ciones filosóficas." A cada uno de los Vedas acompaña su propio aplicada á una leyenda primitiva elemental de la época arcaica, fun.
brahmana. El brahmana de los himnos puramente especulativos del damento primero de la agrupación de leyendas de que hoy resultan
Rigveda llamóse Upanishad —sesión=lección—, revistiendo carác- los dieciocho libros del Mhabharata. No es improbable que los com.
ter directamente filosófico; y estos upanishadas fueron luego los piladores de dicho poema hayan tenido á la vista las obras homéri-
aramyaka —silvestre— en manos de los intérpretes brahmanes, ana- cas, y que á ello sean debidas las varias analogías que guarda con
coretas que se dedicaron á la exposición védica. éstas. La primera alusión al Mhabharata es la que hace Dión Crisós-
c s c r i t u r a de los Yavana ( s e g ú n a l g u n o s son los Yaones ó grie- r e f u t a d a p o r W e b e r , p o r Biihler, y en g e n e r a l , no s e g u i d a p o r
gos), debe n e c e s a r i a m e n t e s e r p o s t e r i o r á N a n d a , c o l o c a n d o su los i n d i a n i s t a s . L a s p r o b a b i l i d a d e s e s t á n sin d u d a a l g u n a en
e x i s t e n c i a d e s p u é s del v i a j e d e A l e j a n d r o á l a I n d i a . E s t a s opi- f a v o r de q u e P a n i n i c o r r e s p o n d e p r ó x i m a m e n t e á los comienzos
n i o n e s e s t á n e n t r e o t r a s m á s e x t r e m a d a s , d e l a s cuales u n a , la de la e r a c r i s t i a n a .
del chino H i u a n - T h s a n g , coloca á P a n i n i en el a ñ o 140 de nues- D e s p u é s d e P a n i n i n o h a n f a l t a d o e n l a época d e la litera-
t r a e r a ; o t r a , l a d e G o l d s t ü c k e r , le h a c e a n t e r i o r á B u d d h a , y t u r a clásica c o m e n t a r i s t a s g r a m a t i c a l e s d e s i g n i f i c a c i ó n . L a
su g r a m á t i c a m á s a n t i g u a q u e los Praticakya védieos; d o c t r i n a

En cuanto á la literatura dramática india, hemos hecho ya indi-


tomo, y ciertamente sosteniendo que los indios tenían en su lengua cación sobre sus probables orígenes; y aunque no haya de afirmarse
trozos de Homero y los heméridas, que cantaban al modo griego. E r a en absoluto con Vindisch que es de base griega con colorido indio,
la analogía grande de partes del argumento y de situaciones comu- bien puede decirse que tiene una base india con colorido helénico, lo
nes, no ajena tal vez á una influencia helénica en l a epopeya indostá- cual se revela en muchas de las producciones literarias sánscritas
nica. Esta influencia por lo menos es innegable en la literatura dra- posteriores á la expedición de Alejandro á la India. Entre las m á s be-,
mática sánscrita, no conocida con g r a n probabilidad de los indios lias producciones del género dramático hemos citado las conocidas
antesdel tiempo del g r a m á t i c o Panini. El profesor Vindisch ha idotan Qakuntald, Urvasi y Malavika, atribuidas á Kalidasa, y cuya in-
allá en esto, que no ha dudado sostener en una disertación (Congr. de comparable tersura, corrección de forma y viveza de imágenes y
Oriental, de Berlín, 1880), que la dramática india es totalmente he- sentimientos ha arrancado expresiones de legítimo entusiasmo y las
lénica con sólo colorido nacional. a r r a n c a r á siempre. Sabido es el juicio que Qakuntald mereció á Goe-
Trabajo colectivo impersonal como el Mahbharata son los Para- the, G. Humboldt y G. Schlegel, á cuyo autor coloca éste entre los
na, 6 pequeños poemas tradicionales del período arcaico, casi todos más g r a n d e s poetas del mundo.
relativos á los dioses, mientras los itihasa se r e f e r í a n á los héroes. En qué tiempo haya de colocarse el Kalidasa, autor de estos dra-
L a diferencia en la formación del Mahbharata y de los Purana está mas, es cosa muy discutible. Desde luego, y en cuanto á este dra-
en que al itiasa, núcleo tradicional arcaico del primero, sucedió sin maturgo, debe desecharse la narración poética del rey de las nueve
interrupción la recopilación continuada hasta constituir la epopeya perlas, de las cuales sería la primera Kalidasa. El nombre del rey
existente; mientras sucedió lo opuesto con los Purana primitivos, Vakrama ó Vikramaditya (sol de fuerza), á quien se le atribuye
cuya recopilación ha comenzado relativamente muy t a r d e , y sin re- haber reunido y remunerado en su corte á nueve genios ó piedras
unir más que fragmentos de los tipos primitivos. preciosas, no es denominación individual, sino calificativo honorífi-
El origen del Ramayana es el mismo de las epopeyas anteriores, co de diversos reyes, como lo fué igualmente en la Edad Media el de
y t r a b a j o impersonal como ellas en su conjunto, siquiera la leyenda narasinha, león de los hombres y algún otro. P e r o aun aplicada la
ó akhyana elemental a n t i g u a , como en los anteriores, no faltase tradición referida al rey Bhogia, que vendría á ser el de las nueve
tampoco aquí. W e b e r en su disert. TJeb. das Ramayana, sostiene el perlas, no resultaría el Kalidasa de su corte el autor aludido, según
influjo homérico también en varios episodios de este poema, el más expone W e b e r , quien coloca á nuestro Kalidasa entre el segundo y el
elegante, aunque algo desigual en esto, de los libros poéticos indos- cuarto siglo de la era cristiana durante la dinastía de Gupta. No fal-
tánicos. tan quienes le trasladan al siglo sexto y aun al décimo, enfrente á
Debemos advertir, finalmente, que estas obras capitales sáns- los que le ponen en el siglo primero de la era vulgar. A Kalidasa se
critas así como no son de los autores á quienes se le atribuyen, y re- le atribuye también el pequeño poema Meghaduta que por la ele-
visten el carácter de trabajo sucesivo sin personalidad determinada, gancia no desmerece de las obras anteriores.
tampoco tienen la antigüedad que por muchos se le ha atribuido, De la r a m a sentenciosa de la literatura india hemos mencionado
y que la sana crítica ha demostrado ser ilusoria. Ni el Mahbharata tan sólo el Panchatantra, porque en los varios ciclos tabulares in-
ni el Ramayana son anteriores á los tiempos de Virgilio; y aun pue- dostánicos es esta obra la más especial por sus apólogos y senten-
de añadirse que mientras la p a r t e substancial del primero precede cias, la más extendida y la que ejerció mayor influjo en otras litera-
en poco á la aparición del cristianismo, el segundo es posterior á él. t u r a s . (Sobre esta influencia es de leer la I n t r o d . de Benfey á su
En cuanto á los Purana, su formación se extiende desde el siglo VIII. trad, alemana de dicha obra, hecha con erudición y crítica).
Por aquí puede también colegirse la probabilidad de una influencia Juzgan algunos, entre ellos Weber, que las fábulas indias donde
helénica en tan modernas obras indias que, como hemos indicado, entran irracionales, son de origen exclusivamente griego, mientras
están éstas muy lejos de desmentir. otros las creen propias del budhismo, cuyos ministros introdujeron
Paribhasha, c o m e n t a r i o d e a u t o r ó a u t o r e s desconocidos; el
E s de n o t a r q u e el Mahabhashya de P a t a n g a l i n o c o n t i e n e
Mahabhashya d e P a t a n g a l i , las exposiciones Varttika de Ka-
el c o m e n t a r i o d e t o d a s las r e g l a s ó sutras d e P a n i n i , lo c u a l h a
t y a y a n a , son los t r a b a j o s más i m p o r t a n t e s hechos e n los tiem-
d a d o ocasión á d i v e r s a s e x p l i c a c i o n e s . Creen u n o s q u e los su-
pos á q u e a c a b a m o s d e a l u d i r . De estos, los dos ú l t i m o s son fre-
tras d e P a n i n i 110 c o m e n t a d o s p o r P a t a n g a l i , no son a u t é n t i c o s
c u e n t e m e n t e a n t i t é t i c o s e n sus criticas d e la d o c t r i n a d e P a n i n i ,
d e a q u é l , sino a ñ a d i d o s p o s t e r i o r m e n t e ; p i e n s a n otros con Kiel-
c u y a d e f e n s a t o m a P a t a n g a l i c o n t r a los c o m e n t a r i o s d e Ivatya-
h o r n , q u e los c o m e n t a r i o s d e P a t a n g a l i t a l v e z no se c o n s e r v e n
y a n a . L a é p o c a fija e n q u e h a n e x i s t i d o estos dos e s c r i t o r e s 110
í n t e g r o s ; j u z g a n finalmente a l g u n o s con G o l d s t i i c k e r , q u e el
p u e d e d e t e r m i n a r s e c o n precisión.
t r a t a d o d e dicho c o m e n t a r i s t a n o h a t e n i d o p o r o b j e t o a n a l i z a r
los 3.983 c á n o n e s g r a m a t i c a l e s d e P a n i n i , sino e x p l i c a r sus 1.720
estos apólogos con fin educativo. No es inverosímil que unas y otras t a n sólo, p a r a d e f e n d e r á P a n i n i d e los a t a q u e s d e K a t y a y a n a ,
causas hayan influido en este linaje de producciones, si bien por lo que con lo c u a l se e x p l i c a sin d i f i c u l t a d el p u n t o d i s c u t i d o .
hace al Panchatantra es necesario reconocerle un fondo originario A d e m á s del libro f u n d a m e n t a l d e P a n i n i y de sus c o m e n t a -
popular muy antiguo. dores a n t i g u o s , se c u e n t a n e n t r e los indios otros estudios lin-
En el siglo VI de nuestra era la colección dicha debía gozar ya güísticos p o s t e r i o r e s . R e c o r d a r e m o s c o n W e b e r e l Vakyapa-
de especial estima, pues f u é entonces cuando por orden del rey sasá- diyam de H a r i , e n r e l a c i ó n con el Mahabhashya, publicado por
nida Nushirvan ó Cosroes se tradujo del sánscrito al pcldvi, que era
K i e l h o m ; el Kagika d e V a m a n a , c o m e n t a d o r d e P a n i n i , del si-
á la sazón el persa literario. Hiciéronse luego o t r a s versiones, entre
las cuales figuran la traducción hebraica del R. Joel y la a r á b i g a de
ben Almocaffá, l a s cuales se fundaron sobre un t e s t o sánscrito-
lo hace también De Gubernatis. La primera fase de la lengua res-
budhístico más completo que el empleado para la traducción persa,
ponde al primer período védico, exclusiva de las samhitas de him-
de donde provienen las variantes ulteriores según el texto tomado
nos védicos; la segunda se refiere á la prosa expositiva de dichos
por modelo por otros traductores.
himnos, propia de los bralimañas, y de las upanishad, etc., que for-
También fué traducida al latín y griego por Juan de Capua y Si- man el que hemos llamado período del sánscrito arcaico, el cual di-
món Seth respectivamente. En tiempos de Alfonso el Sabio púsose en fiere de una parte del de los himnos védicos, y por otra del sánscrito
castellano el Libro de Calila y Dimita, título de la versión á r a b e del clásico ó de las epopeyas (llamado simplemente sánscrito en oposi-
Panchatantra, de donde fué hecha la española, y que está conforme
con la arábigo-francesa publicada por Sacy en 1816. Es esta la obra
que representa plenamente la invasión del simbolismo oriental en el
romance castellano (antes iniciada en la esfera eclesiástico-latina
por la Disciplina clericalis del R. P. Alfonso), como luego la famo-
ción al védico, por los que sólo forman dos períodos). L a tercera fa-
se es la del sánscrito clásico aludido, último período de las letras in-
dias, que difiere tanto del primero como proporcionalmente del se-
gundo. Se ha sostenido que el sánscrito no fué jamás lengua popular
í
hablada en la India, y que fué siempre exclusivamente idioma litera-
sa Crónica Troyana (versiones gallega y castellana principalmente) rio; se ha afirmado también, siguiendo rumbo opuesto (y en el Con-
significa en España la reversión de aquella tendencia literaria al cla- greso de Berlín de 1880 lo sostuvo el pandito de Bombay Cyamagi
sicismo greco-romano. Krishnavarman en discursos pronunciados en legítimo sánscrito),
P e r o si en la época del sánscrito clásico aparecen en todos los gé- que la lengua sánscrita no sólo ha sido, sino que continúa siendo po-
neros literarios, aunque no en igual medida para la epopeya y para pular en la India. Evidentemente son ambos extremos inaceptables.
las demás producciones, otras fuentes que no las puramente védicas, El sánscrito, como todo lenguaje oficial y literario, comenzó por ser
en lo que hace á las obras gramaticales, no se revela influjo extraño idioma vulgar, sustituido por transformaciones dialectales sucesivas
ni elementos exóticos de lingüística. Los tratados de gramática sáns- en el pueblo, mientras en la esfera de las letras se mantenía la inte-
crita ó vyakarana de esta edad, á que nos referimos en el texto, en- gridad primera y aun crecía en quilates como suele acontecer, el
lázanse con los pratifakhyasutra, tratados de fonética arcaica, y atildamiento y corrección. En los mismos himnos védicos de la últi-
como los sidras filosóficos se apoyan en las discusiones brahmánicas ma etapa se revela la existencia de formas dialectales y del hablar
de los upamshad, así los sutras gramaticales son continuación de pracrito contemporáneo, cuyas diferenciaciones ulteriores eran ine-
los sutras léxicos y fonéticos precedentes. vitables. Por esto mismo resulta el sánscrito hoy tan muerto en la
^ Dividida en los tres períodos que acabamos de ver, la literatura India como lo es el latín de Marco Tulio entre los países de las len-
sánscrita, aunque suela presentarse en dos, es consiguiente que dis- g u a s romances, siquiera de la lengua del Lacio hayan salido éstas, y
tingamos tres fases correspondientes en la lengua indostánica, según á ella se refieran como á idioma hablado en otro tiempo.
glo X I I I ; el c o m e n t a r i o al Unadisutra, de U g v a l a d a t t a , del mis-
' E s t a b l e c i e n d o u n a c o m p a r a c i ó n g e n e r a l d e l sistema lin-
mo siglo, e d i t a d o p o r A u f r e c h t en B o n n a ; el t r a t a d o g r a m a t i c a l
güístico d e los g r i e g o s con el de los indios, r e s u l t a e v i d e n t e se-
d e V a r d h a m a n a , del siglo X V I I , e d i t a d o e n C a l c u t a e n 1864;
g ú n la i n d i c a c i ó n hecha a t r á s , q u e el p r o c e d i m i e n t o d e éstos
el Phitsutra, d e C a n t a n a v a , publicado por Kielhorn, traductor
es p r i n c i p a l m e n t e p r á c t i c o y de c a r a c t e r a n a l í t i c o , p o r q u e se
t a m b i é n d e N a g o g i b h a t t a , g r a m á t i c o del siglo X V I I I ; l a La-
p r o p o n í a n s a b e r , n o lo q u e p u d i e r a ser el l e n g u a j e , sino lo q u e
ghúkaumudi, d e V a r a d a r a g a , t r a d u c i d a al i n g l é s p o r Ba-
e r a ; p o r el c o n t r a r i o , e n t r e los g r i e g o s los t r a b a j o s c o n c r e t o s
llantyne.
d e clasificación h a n r e s u l t a d o d e las t e o r í a s a b s t r a c t a s y psico-
E n t r e los t r a t a d o s g r a m a t i c a l e s s á n s c r i t o s q u e s e a p a r t a n lógicas, las c u a l e s l l e v a b a n m á s b i e n á conocer el aspecto ge-
del m é t o d o de P a n i n i , se c u e n t a n el Mugdhábodha, d e Vopa- n e r a l de u n i d i o m a posible q u e no á e s t u d i o concreto a l g u n o .
d e v a , escritor del siglo X I I I , p u b l i c a d o p o r B o e h t l i n g k e n S a n - L a s i n v e s t i g a c i o n e s s á n s c r i t a s se r e f i e r e n d i r e c t a m e n t e al len-
p e t e r s b u r g o ; el Sarasvata, de A n u b h u t i s v a r u p a c i a r y a , editado g u a j e y s u g r a m á t i c a ; las de los g r i e g o s á l a filosofía d e a m b o s .
l i t o g r á f i c a m e n t e en B o m b a y ; el Katantra, de C a r v a v a r m a n , P o r eso m i e n t r a s los indios s u b e n d e los sonidos á la idea, d e
con el c o m e n t a r i o d e D u r g a s i n h a , p u b l i c a d o p o r E g g e l i n g e n l a palabra á l a categoría lógica c o r r e s p o n d i e n t e y e s t u d i a n pri-
l a Bibliotheca Indica, y c o n c o r d a d o con la g r a m á t i c a pali d e m e r o la m o r f o l o g í a q u e l a s i n t a x i s , los g r i e g o s p o r u n procedi-
K a c c i a y a n a (1). m i e n t o opuesto b a j a n del concepto al vocablo, d e las categorías
E n l a p a r t e l e x i c o g r á f i c a s á n s c r i t a m e r e c e n s e r citados el lógicas á la clasificación g r a m a t i c a l , y e s t u d i a n s i n t á c t i c a m e n -
Amarakosha, d e A m a r a s i n h a , c u y a época se d i s p u t a . A l g u n o s • t e m u c h o m á s q u e a n a l í t i c a m e n t e su l e n g u a .
q u i e r e n q u e sea u n o d e los l e x i c ó g r a f o s m á s a n t i g u o s d e la I n -
d i a ; otros, f u n d á n d o s e e n datos q u e p r o p o r c i o n a su l é x i c o n y e n
p a l a b r a s d e o r i g e n l a t i n o q u e figuran e n él, le h a c e n d e los pri- litterature des Hindus. Véase también, omitiendo otros muchos, la
m e r o s siglos d e n u e s t r a e r a , á lo c u a l se i n c l i n a W e b e r , y es lo Letteratura Indiana de De Gubernatis, y, á nuestro objeto, la Ré-
más p r o b a b l e , d e no h a b e r s e c o m p l e t a d o p o s t e r i o r m e n t e i n t r o - thorique Sanskrite de Regnaud).
d u c i e n d o e l e m e n t o s e x t r a ñ o s ; los Abhidhanacintamani, d e He- L a literatura verdaderamente filosófica india no ha llevado sus
m a c i a n d r a , e d i t a d o s por B ó h t l i n g k y R i e u , y Abhidhanaratna- imposiciones lógicas y psicológicas á las teorías lingüísticas, más
mala, d e H a l a y u d h a , p u b l i c a d o p o r A u f r e c h t , asi como las co- que en lo que se refiere á la naturaleza y origen de la palabra, se-
gún hemos visto. El panteísmo, materialismo, idealismo y enseñan-
lecciones d e r a i c e s s á n s c r i t a s i n t i t u l a d a s Dhatuparayana y
zas escépticas que recorren alternativamente todos los sistemas
Dhcitupatha (2).
filosóficos indios (los dichos ortodoxos ó conformes con los Vedas,
los heterodoxos ó disconformes, y los ensayos mixtos), tienen en ge-
neral un carácter más bien teológico, que de aplicación á.otros ór-
(1) De Gubernatis en su Letteratura Indiana, compendioso tra- denes de ciencia. La palabra ocupa en las respectivas teorías lugar
sunto de los estudios de Weber, cita el t r a b a j o de Pischel De Gram- preferente, no por sí misma, sino en cuanto es para los indios encar-
maticis pracriticis, para los gramáticos indios que el título indica, nación de la idea, y esta es la realidad suprema y universal, ó en
y que son también numerosos. Sobre la literatura relativa á las raí- cuanto el lenguaje es una emanación divina, la más a l t a de las ema-
ces indias, el prefacio de W e s t e r g a a r d á su libro Radices Linguae naciones, comparable á las ideas mismas; una especie de verbo sen-
sanscritae.
sible, inseparable del verbo mental, manifestaciones necesarias del
(2) Completan la parte puramente filológica, los tratados indios verbo supremo brahmánico. (V. sobre los sistemas de filosofía india,
sobre métrica, poética y retórica. En la primera es clásico el t r a t a - cuya esencia está contenida en los Sutrasfilosóficos, las Misceláneas
do de Píngala. Son igualmente fundamentales en poética y retórica de Colebroocke —con el pref. y notas de Cowell—; Dows, History of
las obras medioevales, el Sahityadarpana, y Alankaralastra de Indostan etc.; Banerjea, Dialogues of the Hindou phil.; Chaupa,
Bharata. En la Bibliotheca Indica se incluyen el Kavyadarfa de Essais s. la philosoph oriental y las Hist. de la Phil. antique de Rit-
Dandín, y el Dafarupa, del siglo VI y X respectivamente, que son ter, el Manuel de la hist. de la Phil. de Tenemann, y algunos datos
también autoridad en la materia. (V. W e b e r , Worlesungen iL In- en Ueberweg, Geschichte d. Philos. Weber recomienda los trabajos
dische Litteratur Geschichte; L a s e n , Indische Altertumskunde; de Roer, Ballantyne, Cowell, Hall, Gough, Saint Hilaire, las nuevas
Stenzler, Indisch. Studien; Wheeler, The history of India e t c . ; ediciones indias de los Sutras, y el Indice bibliográfico de los siste-
Müller, A history of ancient sansk. literature; Enault, Ilist. de la mas filosóficos indios, publicado por Hall).
P a r a los g r i e g o s l a p a l a b r a es «expresión d e l a i d e a » , y la ¿XX' èvÓexézai àvev Qefiázcov eìvai Xóyovescribe Aristóteles e n l a
g r a m á t i c a es el estudio d e las ideas e n las p a l a b r a s . P l a t ó n q u e Poética (c. X X ) . P e r o es d e t e n e r p r e s e n t e q u e las c a t e g o r í a s
e s t u d i a en l a g r a m á t i c a los sonidos y sus signos —stoijeia kai g r a m a t i c a l e s no t u v i e r o n p r i m i t i v a m e n t e e n t r e l o s g r i e g o s
grammata—, y las vocales y c o n s o n a n t e s ; A r i s t ó t e l e s , q u e exa- d e n o m i n a c i ó n d e f i n i d a . L a p a l a b r a reema —verbo— no t i e n e
m i n a sus t r e s p a r t e s del discurso — o n o m a , reema, syndesmos—, f r e c u e n t e m e n t e e n Aristóteles o t r a significación q u e l a d e
y los mismos estoicos q u e a u m e n t a n e s t a s clasificaciones, se a t r i b u t o , y e n a n á l o g o s e n t i d o dice e n el p á r r a f o q u e a c a b a -
m a n t i e n e n d e n t r o de u n o r d e n ideológico, c o r r e s p o n d i e n d o al mos d e c i t a r , q u e el v e r b o - r e e m a - no es esencial á la f r a s e .
concepto a b s t r a c t o de la n o m e n c l a t u r a q u e e m p l e a n , la cual «En e x p r e s i o n e s como e s t a : la nieve es blanca, A r i s t ó t e l e s hu-
h u b o p o s t e r i o r m e n t e d e c o n v e r t i r s e en g r a m a t i c a l . b i e r a dicho q u e blanco es v e r b o » , a d v i e r t e con r a z ó n M. Mü-
P a r a los g r a m á t i c o s indios l a p a l a b r a —<;abda— es «un so- 11er (Lect. 1. 3).
nido vocal — d h v a n i — q u e h a c e p r e s e n t e al e s p i r i t u l a i d e a d e E n c u a n t o á las c a t e g o r í a s d e n o m i n a t i v a s , l o s g r i e g o s ,
u n o b j e t o e n c u a n t o conocido»;—es la e x p r e s i ó n d e la relación como es s a b i d o , l a s r e d u c í a n e n g e n e r a l á las c a t e g o r í a s ló-
e n t r e el v o c a b l o y el o b j e t o d e n o m i n a d o . (Mdhbhasya).—Es un g i c a s , s e g ú n los p r i n c i p i o s d e c a d a e s c u e l a . L a s c a t e g o r í a s
c o n j u n t o d e l e t r a s s i g n i f i c a t i v a s de u n objeto, o r d e n a d a s con- peripatéticas que han prevalecido y h a n s i d o ampliamente
v e n i e n t e m e n t e p a r a la c o n s t r u c c i ó n d e la f r a s e , p e r o sin cons- e x p l i c a d a s p o r los escolásticos, son d e todos b i e n conocidas.
t r u c c i ó n a c t u a l . (Sáhitya-Darpana). L a f r a s e — v a k y a — es «un S o b r e las c a t e g o r í a s e s t r i b a la f a m o s a y d e b a t i d a c u e s t i ó n
c o n j u n t o d e p a l a b r a s d e s t i n a d a s á f o r m a r s e n t i d o p e r f e c t o . » Es d e los universales, d e c a r á c t e r á l a vez lógico, ontològico, psi-
u n a r e u n i ó n d e p a l a b r a s , q u e : 1.° d e b e n ser m u t u a m e n t e apro- cológico y l i n g u i s t i c o , como v e r e m o s en otro l u g a r . P e r o n o
p i a d a s , p o r q u e si se c o n t r a p o n e n s e r i a n u n a simple y u x t a p o s i - o b s t a n t e el c a r á c t e r d i r e c t a m e n t e filosófico d e los predicamen-
ción d e sonidos inconexos; 2." d e b e n ser n e c e s a r i a s las u n a s á tos d e A r i s t ó t e l e s , éste h a e n s a y a d o , s e g ú n t e s t i m o n i o d e Va-
las o t r a s e n el c o n j u n t o , p o r q u e d e o t r a s u e r t e no r e s p o n d e n á r r ó n , a p l i c a r l a s al e s t u d i o l i n g ü í s t i c o y en f o r m a q u e es p r o p i a
l a a t e n c i ó n del q u e escucha, y con l a r e p e t i c i ó n d e u n a m i s m a d e l a s d o c t r i n a s g r a m a t i c a l e s , y q u e se a p r o x i m a á la m a n e r a
p a l a b r a p o d r í a c o n s t i t u i r s e u n a f r a s e ; 3.° d e b e n e s t a r (1) en c o n c r e t a e n q u e nos o f r e c e n los i n d i o s las c a t e g o r í a s glotolo-
c o n t a c t o r e c í p r o c o , d e s u e r t e q u e no se i n t e r p o n g a n ni f r a s e s g í a s (1). ... ..
d i v e r s a s ni t i e m p o excesivo. (Sahitya-Darpana). Estos, si b i e n no c o n v i e n e n s i e m p r e en l a exposición, t i e n e n
S e h a n o t a d o ( R e g n a u d , La Rhetorique Sansk., c h a p . I) l a u n mismo p r o c e d i m i e n t o d e a n á l i s i s y d e e x a m e n p r á c t i c o d e
c o n t r a p o s i c i ó n e n q u e a p a r e c e n los g r a m á t i c o s indios s e ñ a l a n - la c u e s t i ó n , como en los d e m á s p r o b l e m a s l i n g ü í s t i c o s . E l a u -
do al v e r b o como esencial á l a f r a s e ( B h a r t r h a r i ) , m i e n t r a s en- t o r del Mahabasyha d i s t r i b u y e e n c u a t r o c a t e g o r í a s l a s rela-
t r e los g r i e g o s se h a c r e í d o n o esencial: "Qv yae anag Xóyo? ex ciones del objeto con la palabra: 1. a la q u e r e s u l t a de la materia
QTJ/xázcov nal Óvofiázcov avyxeizai, oTov 6 zov áv&gcójtov ógiofiós, del o b j e t o , ó sea de las p a r t e s q u e c o n s t i t u y e n el todo; 2. a la del
acto y del m o v i m i e n t o q u e p r o c e d e n del o b j e t o ; 3. a la d e los
(1) En la lingüística sánscrita existe además de la frase ordina- a t r i b u t o s y c u a l i d a d e s q u e á dicho o b j e t o c o r r e s p o n d a n ; 4. a la
ria, la frase grande (mahavahya), que es La composición literaria d e l a forma, ó sea a q u e l l o q u e l a m a t e r i a ó el i n d i v i d u o t i e n e
á cuyo conjunto de f r a s e s se le señalan las mismas condiciones que
á las p a l a b r a s respecto de la frase simple, ó sea la apropiación, la
necesidad y el contacto. El Mahabharata, el Ramayana etc., son (1) Antes de Aristóteles, P i t á g o r a s había intentado una clasifica-
composiciones de esta clase. Es de notar con Regnaud y Ballantyne, ción de palabras, que si bien no es verdaderamente gramatical ni lin-
que la división mencionada de la frase entre los indios, responde á güística, no es tampoco del todo abstracta. He aquí lo que de ella es-
la división que hace en la Poét. (c. XX) Aristóteles, en donde reduce cribe Varrón (De ling. lat. V. 1): "Pythagoras Samius ait omnium
el Discurso á dos categorías: á la primera corresponden los pensa- rerum initia esse bina, ut finitum et infinitum, bonum et malum
mientos aislados, como la definición de hombre; á la segunda los Quare ítem duo, status et motus; quod stat aut agitur, corpus: ubi
pensamientos encadenados como la lliada. L a s condiciones que exi- a g i t a t u r , locus: quod est in agitatu, actio: dum agitatur, tempus
g e n en las dos suertes de frases los indios, son para ellos fundamen- Igitur initiorum quadrigae locus et corpus, tempus et actio. Quare
to de la Retórica. quod quatuor genera prima rerum, totidem verborum "
d e c o m ú n con la e s p e c i e . E s t a s r e l a c i o n e s d a n l u g a r á o t r a s fieren p r i n c i p a l m e n t e á los universales denominativos y gra-
tantas categorías de palabras. m a t i c a l e s , t a m b i é n discutidos y discutibles, p e r o con c a r á c t e r
B h a r t r h a r i e c h a n d o las bases d e u n m é t o d o s i n t é t i c o r e d u c e s u b o r d i n a d o , y , en sí mismos, sin l a t r a s c e n d e n c i a filosófica d e
l a s c a t e g o r í a s v e r b a l e s á u n a sola, la del g é n e r o , si b i e n , expli- los p r i m e r o s .
cado p o r él s e g ú n el p a n t e í s m o vedanta, n o c o n d u c e á la abs- No d e j a r e m o s d e o b s e r v a r q u e la noción del verbo y del nom-
tracción de l a ideología a r i s t o t é l i c a , sino á u n e m p i r i s m o r i g u - bre e n t r e los indios o f r e c e t a l v e z más i n t e r é s q u e l a d e los g r i e -
roso y á u n p r o c e d i m i e n t o l i n g ü í s t i c o del t o d o r e a l i s t a , c u y a e x - gos. E n otro l u g a r h a r e m o s d e esto m e n c i ó n , r e c o r d a n d o a q u í
plicación c o n c r e t a nos d a el a u t o r del Kavya-Prakaca. Según q u e l a s disquisiciones g r a m a t i c a l e s de m á s r e n o m b r e sobre es-
éste x-edúcense los p a l a b r a s del h u m a n o l e n g u a j e á c u a t r o c a t e - to, como l a s d e P o r t - R o v a l , L o c k e , S t u a r t Mili, etc., son en g e -
g o r í a s : g é n e r o , c u a l i d a d , acto, i n d i v i d u a l i d a d ; ó á u n a sola de n e r a l i n f e r i o r e s á las d e aquéllos.
d o n d e p r o v i e n e n todas, q u e es el g é n e r o . D i c h a s c u a t r o catego- S o b r e l a célebre c o n t r o v e r s i a d e la imposición d e n o m b r e á
rías son las q u e hemos m e n c i o n a d o del Mahabhashya, y q u e se las cosas y la relación de las p a l a b r a s con los objetos, indios y
r e s u m e n en e s t e p a s a j e : «Las p a l a b r a s t i e n e n c u a t r o f u n c i o n e s g r i e g o s h a n sostenido a n á l o g o s conceptos. Dos o p i n i o n e s capi-
q u e c o r r e s p o n d e n á los e j e m p l o s , buey ( g é n e r o ) , blanco (cuali- t a l e s e n c o n t r a m o s e n la l i n g ü i s t i c a h e l é n i c a : u n a q u e e n s e ñ a
dad), semoviente (acto), Dittha (nombre propio, individuali- q u e l a relación del n o m b r e con su o b j e t o es n a t u r a l y necesa-
dad).» Los atributos son el m e d i o d e l a d i s t i n c i ó n d e n o m i n a t i v a ria, y á ella o b e d e c e la imposición d e n o m b r e s ( E p i c u r o y otros);
d e los objetos, y c o n c r e t a n s i n g u l a r m e n t e l a c a t e g o r í a ó c a t e - o t r a q u e sostiene q u e es d i c h a d e n o m i n a c i ó n p u r a m e n t e arbi-
g o r í a s l i n g ü í s t i c a s e n c a d a o b j e t o ó f e n ó m e n o . L o s a t r i b u t o s se t r a r i a , y la relación de p a l a b r a s y cosas d e f u n d a m e n t o c o n v e n -
d i v i d e n , s e g ú n dicho libro, en inherentes y no inherentes ó a r b i - cional ( D e m ó c r i t o y los q u e le s i g u e n ) . E n t r e los indios, sostiene
t r a r i o s . El a t r i b u t o no inherente es el n o m b r e propio, p. e j . el l a p r i m e r a d e e s t a s o p i n i o n e s B h a r t r h a r i , s e g ú n los p r i n c i p i o s
d e la filosofía vedanta, á c u y a e s c u e l a hemos visto p e r t e n e c e .
n o m b r e Dittha, q u e c o n v e n c i o n a l m e n t e s u s t i t u y e al n o m b r e g e -
L a p a l a b r a ( f r a g m e n t o s citados por el gabdartharatna), ofrece
nérico hombre, p a r a significar u n i n d i v i d u o . E l a t r i b u t o inhe-
s e g ú n él dos aspectos, u n o e s p i r i t u a l é ideológico q u e le h a c e
rente se d i v i d e e n actual y sucesivo; el sucesivo está, c o n s t i t u i d o
i d e n t i f i c a r s e con el a l m a s u p r e m a y u n i v e r s a l , c o n s t i t u y e n d o e n
p o r las f o r m a s d e m o v i m i e n t o , el c u a l , c u a l q u i e r a q u e sea, es
esa f o r m a u n a p u r a a b s t r a c c i ó n con el n o m b r e d e sphota ( f r a g -
e s e n c i a l m e n t e transeúnte; el actual se d i v i d e en inherente-vivi-
m e n t o e n s e n t i d o d e átomo indivisible), y otro concreto y apto
ficante é inherente-cualificativo; el p r i m e r o es el mismo género,
p a r a r e c i b i r las v a r i a n t e s del l e n g u a j e de los h o m b r e s , q u e es
y se d e n o m i n a vivificante, p o r q u e sin g é n e r o q u e nos d a r a z ó n
l a f o r m a p r á c t i c a d e la p a l a b r a , con l a d e n o m i n a c i ó n d e dhva-
d e la e s e n c i a , es imposible l a existencia d e i n d i v i d u o s ; el se- ni, sonido. L a p a l a b r a sólo en c u a n t o dhvani, e s t á s u j e t a á las
g u n d o r e s u l t a d e t o d a cualidad inherente. leyes d e l a n a t u r a l e z a (prakrta), r e c i b i e n d o en e s t a f o r m a to-
En' esta t e o r í a c o n v i e n e n e n g e n e r a l los g r a m á t i c o s indios, d a s las modificaciones é i n f l e x i o n e s g r a m a t i c a l e s y lexicológi-
y es l a m i s m a q u e en o t r a s p a l a b r a s está r e p r o d u c i d a e n el Sa- cas q u e le c o r r e s p o n d e como e x p r e s i ó n d e t e r m i n a d a del sphota
hitya-Darpana. a b s o l u t o y a b s t r a c t o . L a e s e n c i a d e la p a l a b r a r e p r e s e n t a d a p o r
E s t a b l e c i e n d o u n a r e l a c i ó n g e n e r a l d i a l é c t i c a e n t r e l a s ca- el sphota, es la m i s m a del a l m a u n i v e r s a l y a b s o l u t a ; d e a q u í
tegorías d e los g r i e g o s y las de los indios, h a l l a m o s l a m i s m a q u e l a relación e n t r e la p a l a b r a y el o b j e t o sea t a n n a t u r a l y
p r e p o n d e r a n c i a filosófica en las p r i m e r a s y g r a m a t i c a l en l a s n e c e s a r i a , como son n e c e s a r i a s e n el p a n t e í s m o v e d a n t a las re-
s e g u n d a s q u e se h a l l a n en los d e m á s p r o b l e m a s lógico-lingüís- laciones (si p u e d e n l l a m a r s e tales) del m u n d o sensible con el al-
ticos p l a n t e a d o s p o r u n o y otro p u e b l o . L a s c a t e g o r í a s a r i s t o t é - m a u n i v e r s a l . B h a r t r h a r i no d u d a a f i r m a r , d e c o n f o r m i d a d con
licas son d i r e c t a m e n t e lógicas é i n d i r e c t a m e n t e g r a m a t i c a l e s ; t a l e s principios, q u e h a s t a la relación d e los n o m b r e s propios
las de los i n d i o s son d i r e c t a m e n t e g r a m a t i c a l e s é i n d i r e c t a m e n - con su o b j e t o es n e c e s a r i a .
t e lógicas. L a s p r i m e r a s r e s p o n d e n p r i n c i p a l m e n t e al p r o b l e m a
E n el Kavya-Praka^a se sostiene la d o c t r i n a c o n t r a r i a á l a
filosófico d e l a f o r m a c i ó n psicológica d e los universales, que
e x p u e s t a , y se a f i r m a , de c o n f o r m i d a d con las ideas de D e m ó c r i -
t a n discutidos h u b i e r o n d e s e r y s e r á n s i e m p r e e n c a d a sistema
to, q u e los n o m b r e s son i m p u e s t o s á las cosas a r b i t r a r i a y con-
metafisico s e g ú n sus principios p e c u l i a r e s . L a s s e g u n d a s se re-
v e n c i o n a l m e n t e . El Sáhitya-Darpana acepta esta doctrina, y
a u n d e s c i e n d e á p r e s e n t a r e j e m p l o s d e los v a r i o s modos como
p u e d e n t r a s m i t i r s e las d e n o m i n a c i o n e s c o n v e n c i o n a l e s , q u e es
l a m a n e r a p r á c t i c a d e d e m o s t r a r su tesis u s a d a p o r los escrito-
res g r i e g o s d e l a e s c u e l a glotológica c o r r e s p o n d i e n t e (1).
La fase glotológica greco-romana.

IV

Los estudios glotológicos en Grecia. Origen de estos estudios entre


los griegos. Los tiempos primitivos. Las escuelas filosóficas. E l
período filulógico-gramatical. Analogistas y anomalistas. Princi-
pales gramáticos. Introducción en Roma de la Filología y princi-
pios gramaticales griegos. Líneas generales de la Glotología ro-
mana como derivada de la griega. Sistematización de la filología
griega. Estudios técnicos, histárico-exegéticos y críticos. Signifi-
cación y alcance lingüístico y literario de dichas tres fases filoló-
gicas. Relaciones glotológicas de los griegos con otros pueblos.
Él Zend-Avesta, la Versión de los 70, Sanconiaton, Hannón, etc.
L a elaboración de la gramática crítica, y enlace mutuo entre la
g r a m á t i c a crítica, la exegética y técnica. La Cuestión homérica
como centro de crítica griega y posterior. Influencia doctrinal de
Aristarco y Zenódoto. Duración del período Alejandrino y aspec-
to general de su importancia. Crates de Mallos, iniciador de los
estudios glotológicos griegos entre los romanos. L a formación
lingüística romana y procedimiento inverso de su desarrollo com-

Edearada con la griega. Fases y secciones de la filología romana,


os monumentos literarios del período primitivo desde el punto
vista filológico. Las 12 tablas, los himnos salios y canto de los
Arvales. El verso saturnio en la edad primitiva. Período arcaico,
y causas del movimiento filológico en el mismo. L a tendencia in-
novadora helenizante y la conservadora antihelénica. Invasión
del método gramatical griego. Escuelas gramaticales, g r a m á t i -
cos de esta época é innovaciones en la lengua. El sermo urbanus
y el sermo plebeius, é influencia glotológica de las especies de
métrica entonces existentes. Epoca de Cicerón. Las escuelas grie-
gas de este período. Movimiento filológico g r a m a t i c a l de esta
época. Representación de V a r r ó n . L a edad imperial. Carácter
glotológico y gramatical de ella. Escuelas retóricas y g r a m á t i -
cos de la misma. Influencia de Séneca. El siglo primero de la E r a
vulgar, su carácter filológico y tratadistas gramaticales. Idem
(1) La lingüística latina, derivación de la griega, no ofrece en del segundo. Idem del tercero. ídem del cuarto hasta la caída del
sus caracteres generales novedad alguna respecto de ésta; por eso Imperio. Escritores gramaticales de los siglos VI, VII y VIII, y
comienzo de la Edad Media. Representación filológica de San Isi-
hemos prescindido de ella en las comparaciones que acabamos de doro de Sevilla.
hacer. Por lo que se refiere al origen y naturaleza de las denomina-
ciones, los latinos reproducen, como veremos, las doctrinas griegas
en general, y algunos como Lucrecio (De rer. nat.), identifican todo
ello con el origen del lenguaje. Mientras los estudios gramaticales tomaban entre
El problema aludido preséntase hoy y viene á plantearse con re- los indios la dirección indicada, iniciábanse en Europa
lación á la naturaleza de las raíces, cuyo estudio está á la vez ínti- con muy distinto c a r á c t e r . La gramática sánscrita sa-
mamente enlazado con la formación de las lenguas, y consiguiente-
mente con el fundamento originario del idioma primero, llevando lió de los Vedas y la g r a m á t i c a griega iba á salir de la
así á determinar la facultad del habla en el hombre, Filosofía, á cuyas leyes hubo de ajustarse por mucho
v e n c i o n a l m e n t e . El Sáhitya-Darpana acepta esta doctrina, y
a u n d e s c i e n d e á p r e s e n t a r e j e m p l o s d e los v a r i o s modos como
p u e d e n t r a s m i t i r s e las d e n o m i n a c i o n e s c o n v e n c i o n a l e s , q u e es
l a m a n e r a p r á c t i c a d e d e m o s t r a r su tesis u s a d a p o r los escrito-
res g r i e g o s d e l a e s c u e l a glotológica c o r r e s p o n d i e n t e (1).
La fase glotológica greco-romana.

IV

Los estudios glotológicos en Grecia. Origen de estos estudios entre


los griegos. Los tiempos primitivos. Las escuelas filosóficas. E l
período filológico-gramatical. Analogistas y anomalistas. Princi-
pales gramáticos. Introducción en Roma de la Filología y princi-
pios gramaticales griegos. Líneas generales de la Glotología ro-
mana como derivada de la griega. Sistematización de la filología
griega. Estudios técnicos, histárico-exegéticos y críticos. Signifi-
cación y alcance lingüístico y literario de dichas tres fases filoló-
gicas. Relaciones glotológicas de los griegos con otros pueblos.
Él Zend-Avesta, la Versión de los 70, Sanconiaton, Hannón, etc.
L a elaboración de la gramática crítica, y enlace mutuo entre la
g r a m á t i c a crítica, la exegética y técnica. La Cuestión homérica
como centro de crítica griega y posterior. Influencia doctrinal de
Aristarco y Zenódoto. Duración del período Alejandrino y aspec-
to general de su importancia. Crates de Mallos, iniciador de los
estudios glotológicos griegos entre los romanos. L a formación
lingüística romana y procedimiento inverso de su desarrollo com-

Edearada con la griega. Fases y secciones de la filología romana,


os monumentos literarios del período primitivo desde el punto
vista filológico. Las 12 tablas, los himnos salios y canto de los
Arvales. El verso saturnio en la edad primitiva. Período arcaico,
y causas del movimiento filológico en el mismo. L a tendencia in-
novadora helenizante y la conservadora antihelénica. Invasión
del método gramatical griego. Escuelas gramaticales, g r a m á t i -
cos de esta época é innovaciones en la lengua. El sermo urbanus
y el sermo plebeius, é influencia glotológica de las especies de
métrica entonces existentes. Epoca de Cicerón. Las escuelas grie-
gas de este período. Movimiento filológico g r a m a t i c a l de esta
época. Representación de V a r r ó n . L a edad imperial. Carácter
glotológico y gramatical de ella. Escuelas retóricas y g r a m á t i -
cos de la misma. Influencia de Séneca. El siglo primero de la E r a
vulgar, su carácter filológico y tratadistas gramaticales. Idem
(1) La lingüística latina, derivación de la griega, no ofrece en del segundo. Idem del tercero. ídem del cuarto hasta la caída del
sus caracteres generales novedad alguna respecto de ésta; por eso Imperio. Escritores gramaticales de los siglos VI, VII y VIII, y
comienzo de la Edad Media. Representación filológica de San Isi-
hemos prescindido de ella en las comparaciones que acabamos de doro de Sevilla.
hacer. Por lo que se refiere al origen y naturaleza de las denomina-
ciones, los latinos reproducen, como veremos, las doctrinas griegas
en general, y algunos como Lucrecio (De rer. nat.), identifican todo
ello con el origen del lenguaje. Mientras los estudios gramaticales tomaban entre
El problema aludido preséntase hoy y viene á plantearse con re- los indios la dirección indicada, iniciábanse en Europa
lación á la naturaleza de las raíces, cuyo estudio está á la vez ínti- con muy distinto c a r á c t e r . La gramática sánscrita sa-
mamente enlazado con la formación de las lenguas, y consiguiente-
mente con el fundamento originario del idioma primero, llevando lió de los Vedas y la g r a m á t i c a griega iba á salir de la
así á determinar la facultad del habla en el hombre, Filosofía, á cuyas leyes hubo de ajustarse por mucho
tiempo, sin conseguir emanciparse de su tutela y dejar La escuela itálica y la escuela atomística, repre-
el sello de su origen. Se estudió la g r a m á t i c a entre sentantes en filosofía del espíritu dorio y jonio respec-
los griegos, no p a r a fijar la categoría de p a l a b r a s ni tivamente, cuyo antagonismo se manifiesta en todas
frases, sino p a r a examinar su valor ideológico; se es- las r a m a s de la civilización helénica por c a r a c t e r e s
tudiaron las flexiones, no p a r a conocer su origen, sino muy definidos, ensayaron t r a t a r puntos generales de
p a r a poder apreciar á qué operación del entendimien- lingüística, como- después lo han hecho igualmente la
to respondía cada caso. «Tomad, dice Breal en sus Me- de los sofistas y la socrática. A ellas se deben las ob-
lang. de Mithol. et de Lingüistique, uno á uno los tér- servaciones tradicionales de Pitágoras, si hemos de
minos técnicos de que aun nos valemos en las escue- creer á los filósofos neoplatónicos, sobre el origen de
las: tras el sustantivo descubrís la substancia, t r a s el las denominaciones; las de Demócrito sobre la natu-
adjetivo veis el atributo. El sujeto y el régimen son raleza y origen del lenguaje; las investigaciones lexi-
nociones q u e pertenecen á la lógica al menos tanto cológicas y fonéticas de Protágoras, Hipias y Pródico,
como á la g r a m á t i c a . L a idea de que el verbo ser es como también las ideas atribuidas á Sócrates en esta
necesario á todas las f r a s e s , como lo es e n todo los materia (1).
juicios, se enlaza estrechamente, con la teoría del silo-
Platón en diversos lugares de sus obras, especial-
gismo.» Por eso comienzan sus investigaciones gloto-
mente en el Kráülo, diálogo consagrado al estudio de
lógicas sin preparación analítica alguna y s i n otros
conceptos fijos que los p u r a m e n t e psicológicos; de es-
t a suerte, queriendo crear la g r a m á t i c a , producen la (1) Sobre historia gramatical griega no existe hasta ahora traba-
filosofía general del lenguaje. Dicho se está que faltos jo alguno completo y perfecto, si bien reúnen muchos datos: Lersch,
Die Sprachphilosophie d. Alten; Steinthal, Geschichte d. Spra-
de método de a n á l i s i s , verdadero procedimiento en chwiss. bei den Griech. u. Rom.; Classen, De Gramm, graec. pri-
principios gramaticales, no podían h a c e r grandes pro- mordiis; Schmidt, De Alexand. gramm. y De Stoic. grammatica,
gresos, y la evolución de sus estudios hubo de ser muy así como su Beitrage s. Gesch. d. Gramm. d. Griechisch, u. Latei-
nisch.; Schoemann, Die Lehre v. Redet heilen nachd. Alten; Grae-
lenta é irregular. fenhan, Geschick, d. klassisch. Phüol. in Alterthum, etc. Son dig-
nos de mención por analogía, y siquiera sea por el olvido no del todo
Pasó aquel período primero de formación literaria, justificado en que han caído: la Historia linguae Graecae de F. Bur-
cuya infancia se deslizó bajo la tutela sacerdotal, co- ton, impresa en Londres en 1657, en 8.°; la Hist. graecae ling. de
mo pasó p a r a los indios la época de sus profetas, sin L. Ingewald, impresa en Leipzig en 1691, en 4.°; la Hist. critico-lilt.
grecae. ling. de L. Reinharó, Leipzig, 1728, en 8.°; la Introd. in hist.
interés conocido p a r a la Filología; pasaron los tiempos ling. grecae. de Th. Chr. Haerlés, Altenburg, 1778, 3 t. en 8.°
heroicos que proporcionaron en las g r a n d e s epopeyas Lo mismo puede decirse de la historia crítica de glotología lati-
homéricas el estímulo mayor p a r a los t r a b a j o s de los na, derivación de la alejandrina. Suetonio entre los antiguos, Surin-
g a r para la historia délos escoliastas latinos, Reisich para la histo-
gramáticos Alejandrinos; con los tiempos de Solon, con ria de la lengua, y Eckstein para la historia de la enseñanza de ésta,
el engrandecimiento de Atenas y en medio de las agi- son las fuentes generales comunmente consultadas, como son espe-
taciones de este período, la literatura griega llega á ciales para Varrón las obras de Boissier y W i l m a m m De M. T. Va-
rronis lib. grammaticis. V. asimismo la excelente colección de los
su esplendor y la historia, la filosofía y la religión, ex- Grammatici latini de Keil, que como todos los Corpus Grammati-
presadas hasta entonces y envueltas en conceptos poé- corum griegos y latinos existentes, proporcionan la crítica en las
ticos, toman vida propia y modo de ser individual. mismas fuentes.
las denominaciones —ne S i ¿vo^ázcov óq&ózVzos,— y Aris- Las doctrinas de estos dos grandes filósofos, impor-
tóteles, en varios de sus escritos, entre ellos en la Poé- tantes por la significación científica d e sus autores,
tica, plantean, además de los problemas generales so- fuéronlo también por el influjo histórico que han ejer-
bre las relaciones de la palabra y de la idea ofrecidos cido en otras escuelas posteriores. Las ideas y clasifi-
con criterio no siempre preciso y bien definido, otros caciones aristotélicas principalmente, facilitaron no
referentes á conceptos directamente gramaticales, co- poco el camino á los filósofos estoicos, quienes en su
mo veremos adelante. La doctrina de Platón sobre el a f á n p e r s e v e r a n t e de h a c e r resaltar la importancia
c a r á c t e r íntimo de las palabras en cuanto expresión de su sistema dialéctico, centro de sus especulaciones
de los conceptos, tiende á establecer que en el lengua- científicas, y del cual eran partes muy significadas la
je existe un elemento convencional (avv&eae xai ofioXoyia) Retórica y l a G r a m á t i c a , hicieron adelantar de t a l
con cierto fundamento en la naturaleza de las cosas suerte las investigaciones sobre esta última, que hubo
denominadas que debió ser norma p a r a la imposición luego de desprenderse d e la filosofía p a r a constituir
del nombre peculiar de cada una. El mismo Platón se cuerpo doctrinal independiente, originándose pronto
declara partidario del simbolismo alfabético, según el el período llamado gramatical. Las distinciones de ca-
cual cada letra, como representación de su sonido, tie- sos y modos, del artículo y de la partícula, de nom-
ne una equivalencia peculiar expresión de un orden bre substantivo y apelativo e t c . , fueron declaradas
de ideas determinado. Prescindiendo de esto último y p o r los filósofos d e l estoicismo y completados otros
salvas las diferencias generales de procedimiento, no conceptos glotológicos con las ideas dialéctico-grama-
puede decirse que la teoría de Aristóteles sea muy ticales que asiduamente cultivaron.
desemejante de la de su maestro; el estagirita sostiene, El período filológico no había llegado, sin embar-
en efecto, que las palabras alcanzan valor significati- go. Como en la India al terminar el período védico,
v o , no c o m o instrumento n a t u r a l del l e n g u a j e , sino así en la Grecia dan comienzo los estudios filológico-
como convención (*ara ovv&exe), pero con fundamento lingüísticos al desaparecer el clasicismo. Muertas las
de semejanza en los sonidos naturales ó en la onoma- formas dialectales, los inmensos tesoros de la litera-
topeya. De una m a n e r a general cabe afirmar que las t u r a h e l é n i c a resultaban ya p a r a muchos inaccesi-
opiniones dichas de Platón y Aristóteles son como un bles, y sólo á contados eruditos e r a dado saborear sus
intermedio entre la de Demócrito, que hacía á las pa- bellezas en la lengua que los contenía (1). P a r a con-
labras de valor puramente convencional, y la de Epi-
curo, según cuyos principios deben considerarse c u a l
(1) El griego antiguo no era hablado de un modo uniforme por
derivación necesaria de la naturaleza. Aquella expre- los helenos; la lengua primitiva común de los griegos debe decirse
sión de Heráclito «las palabras son como la sombra de que es una lengua puramente hipotética. No existe una clasificación
científica de las múltiples formas dialectales, ni tampoco es necesa-
las cosas,» pudiera tener algún sentido en las teorías
ria por la escasa significación literaria de algunas de dichas formas.
á que nos referimos, y es idea que efectivamente cabe La clasificación admitida generalmente por gramáticos y tratadis-
traducir por esta otra de la Retórica de Aristóteles: tas de literatura g r i e g a es la que ya hizo Estrabón (VIII, 1,2), en jó-
nico y ático, eólico y dórico, con algunas subdivisiones. El dialecto
Ta yaQ óvófiaza /xi/xr¡/xazá éaziv, y por Vai'iaS f r a s e s análo- más arcaico es el eólico, hablado en Beocia, Norte de Tesalia, Les-
bos, colonias eólicas del Asia Menor, etc. Alceo, Safo, Corina y Teó-
gas de Platón.
servar, pues, aquéllos en su integridad y h a c e r revi- de este movimiento fueron los célebres bibliotecarios
vir ante el pueblo las figuras v e n e r a n d a s á las cuales de los Ptolomeos, Calimaco, Eratóstenes, Zenódoto,
debía la Hélade su nombre y sus días de gloria, era Aristófanes y en especial Aristarco, c u y o s trabajos
indispensable la reacción literaria que p r e p a r a el aná- pueden considerarse como la base de la crítica filoló-
lisis léxico y morfológico de las formas históricas, y gica, iniciada por Wolf en los tiempos modernos, y hoy
que hubo de iniciarse con un movimiento gramatical de t a n amplia aplicación. Si bien dentro del empirismo
muy acentuado en las escuelas de Alejandría, consa- general antiguo de la investigación gramatical, pres-
g r a d a s principalmente á las obras de Homero, de don- taron grandes servicios en la clasificación y ordena-
de salieron en tan crecido número lexicógrafos, esco- ción sistemática, no menos que en la apreciación de
liastas y críticos de renombre. Dignos representantes formas sintácticas.

crito (en t r e s idilios) han hecho del beociano y lesbiano lengua lite- verse también en el Lexicón g r i e g o de Gesner, el extenso trozo que
r a r i a . El eólico se aproxima b a s t a n t e al latín en sus flexiones, y muy t r a s l a d a del mismo Juan el Gramático sobre los dialectos).
singularmente al sánscrito. El dórico hablado en g r a n p a r t e del Pe- T r e s g r a n d e s períodos pueden distinguirse en la vida histórica
loponeso y en todas las colonias dóricas, tiene a l g o de la sonoridad del griego. El primero que comienza con la poesía épica primitiva,
se sostiene y brilla en las f o r m a s dialectales y dura h a s t a la apari-
beocíana, sobre todo en las odas de P í n d a r o y en los idilios de Teó-
ción de la lengua común. El segundo que constituye la época del
crito, principales r e p r e s e n t a n t e s de este dialecto; pero es b a s t a n t e
xoivi] SiáXexzog, forma ática decaída de su elegancia clásica, que
m á s áspero y duro en los trágicos, en algunos líricos como Alemán,
a p a r e c e en todo el imperio y dominación g r i e g a desde Alejandro y
y en los primeros filósofos pitagóricos que le han usado. El jonio ha-
alcanza h a s t a los tiempos bizantinos. El tercero que se señala con la
blado en las colonias jónicas del Asia Menor, en las Cicladas, etc.,
caída del imperio bizantino, y pasó á f o r m a r la e t a p a helénica, ya
f o r m a contraste con el dorio puro; es el g r i e g o asiático l i g e r a m e n t e muy distinta, del griego moderno.
suavizado, pero de una fluidez y h a r m o n í a singular. L o s p o e m a s ho-
E n la forma común mencionada, dicha vulgarmente alejandrina,
méricos están escritos en el antiguo jonio, y las o b r a s de Heródoto
debe distinguirse la fase de la l i t e r a t u r a profana cuya representa-
é Hipócrates pertenecen al nuevo. El ático h a b l a d o en A t e n a s y sus
ción hemos indicado, y cuyo c a r á c t e r está en el desenvolvimiento li-
cercanías, es el tipo de una l e n g u a perfecta y a c a b a d a ; r e ú n e la fir- bre d é l a lengua emancipada cada vez m á s del aticismo clásico, y la
meza del dórico sin tener su dureza, la sonoridad del jónico sin su fase de La literatura religiosa que se manifiesta en primer término
e x a g e r a d a blandura; junta m a r a v i l l o s a m e n t e , decían los antiguos, y por el antiguo y nuevo Testamento, cuyos libros, escritos ó traduci-
es la verdad, la dignidad y la elegancia, aefivóztjza xaí xetgtv. E s la dos á dicha lengua, han llegado á nosotros.
lengua de Esquilo y Sófocles, de Tucídides y de Jenofonte, de P l a t ó n L a f o r m a alejandrina se distingue en los escritores bíblicos: por
y Demóstenes, y demás eseritores áticos, con pequeñas diferencias diferencias léxicas, en cuanto se dan á las p a l a b r a s significaciones
de subdialectos. L a lengua común (koine dialektos), no es propia- que no h a b í a n tenido; por diferencias morfológicas, en cuanto se al-
mente dialecto; es la lengua de los prosistas g r i e g o s sin distinción t e r a n algunas p a l a b r a s y se componen o t r a s nuevas; por diferencias
de origen, á p a r t i r de los tiempos de Alejandro. Aristóteles, P l u t a r - sintácticas en el régimen gramatical; por diferencias ortográficas
co, Polibio, E s t r a b ó n , etc., son sus r e p r e s e n t a n t e s . y fonéticas en la pronunciación y escritura de varias palabras; por
D e estas cinco formas helénicas h a b l a n con extensión y con ma- introducción de hebraísmos ya en cuanto á vocablos ya á construc-
yor ó menor exactitud los antiguos, e n t r e otros, Juan el Gramático, ciones y modismos. Si se c o m p a r a n el g r i e g o del antiguo y nuevo
quien en su Arte da la razón siguiente de ellas: AiaXexzóg éazi yXázrjg Testamento, la diferencia a p a r e c e principalmente en los latinismos
ídíwfia. eiai Se SiaXexzoi néfinze, áz&tg, ScoQÍg aíoXíg, iag, xoivr¡. (palabras y giros) debidos á la influencia r o m a n a , que aparecen en el
xaí az&íg pev exXr¡&T] ano áz&íSog zrjg xgavoav {hjyazQÓg. áioXlg nuevo Testamento, y no en el viejo. Una simple lectura de la Biblia
Sé ano aíoXov zov é'XXrjvog. ScÓQig Sé ano SCÚQOV zov EXXr¡vog. iag Sé en griego, basta para notar lo que a c a b a m o s de apuntar. (Cf. VVí-
ano Xoivog zov £v&ov zov é'XXrjvog •&vyazQÓg. xoivrj Sé éx zov zeooa- ner, Gramm. d. neutestam. sprachid. y Tischendorf, Nov. Test,
gcov ovveazwaa. é'xei Sé éxáozrj SiaXexzóg oixeiov íSicofia. (Puede graaece, Prolegotn.)
Por entonces comenzó á agitarse-la cuestión de for- Establecidas y a las corrientes de comunicación doc-
mación de las palabras entre anomalistas y analogis- trinal entre Grecia y Roma, surgieron pronto escuelas
tas, que hubo de revestir aspectos diversos en los tiem- y filólogos en el Lacio que se esforzaban en emular las
pos subsiguientes, y esto contribuyó 110 poco á desper- glorias del saber helénico, siquiera á éste recurriesen
t a r la afición á los estudios gramaticales. Los primeros habitualmente como á fuente obligada de sus estudios
(dejando a p a r t e las variantes que ofrece la controver- filológico-gramaticales. Entre los muchos gramáticos
sia) sostenían, en general, con Orates de Mallos á la de las diversas épocas de la literatura latina que ha-
cabeza, que la analogía no entra en m a n e r a alguna en bremos de mencionar, sólo Varrón, y más tarde un in-
la formación de las palabras, las cuales no guardan signe ingenio español, Quintiliano (1), han ensayado
relación con los conceptos que envuelven. Los analo-
gistas, por el contrario, afirmaban (también en gene-
ral) con Aristarco la existencia de leyes analógicas en- (1) Quintiliano, ex Hispania, Calagiirritanus, como escribe Eu-
tre los conceptos y las palabras, de suerte que siempre sebio, fué el primero que abrió en Roma escuela pública de Retórica
categorías equivalentes (signo interior, que es clasifi- pagada por el Erario romano, según lo manifiestan el mismo Euse-
bio en su Crónica y S. Jerónimo al traducirla. Una biografía anóni-
cación de Aristarco), son expresadas por sonidos equi- ma inserta al principio de varias ediciones de las Instituciones ora-
valentes (signo exterior). El gramático Herodiano ini- torias, en la cual se pretende que Quintiliano nació en Roma, indujo
ció más t a r d e , una opinión media concediendo parte á á algunos á negar su nacionalidad española, entre los cuales se ha
señalado E. Dowel en su Vita M. F. Quintiliani per anuales dispo-
la analogía y parte á la formación anómala del uso en sita. Nicolás Antonio y otros después de él han t r a t a d o de eviden-
la constitución de las palabras, la cual dirección ha ciar la falsedad de tal aserción y la ineficacia de los fundamentos en
prevalecido entre los latinos, merced especialmente al que se intentó apoyar. Fundamentos todos negativos tomados ora
de que Marcial no cuenta á Quintiliano entre los españoles en su
criterio moderado y autoridad de Varrón, como dire- Epigrama LXII, ora de que los ascendientes de Quintiliano no esta-
mos adelante. ban en España, y otros menos serios todavía. Baste notar, a p a r t e de
la insuficiencia intrínseca de tales negativos recursos en f r e n t e á
Entre los gramáticos de las varias escuelas y épo- testimonios positivos, que Marcial no habla en el lugar aludido de
cas que aparecen después de Aristarco, merecen espe- Quintiliano, porque menciona poetas, y Quintiliano no lo fué. En
cuanto á lo segundo, aun dado que Quintiliano Declamator, avecin-
cial mención Amonio, Trifón, Dídimo el compilador y dado en Roma, fuese abuelo de nuestro Quintiliano, no se sigue que
singularmente Dionisio de Tracia, autor de la prime- éste naciese allí; Lucano nació en Córdova á pesar de que su abuelo
r a g r a m á t i c a griega (Tex»e ^ a ^ a n ^ j dispuesta metó- Marco Séneca estaba avecindado en Roma. Y no insistimos en este
punto, porque tales conjeturas están justamente olvidadas, y son
dicamente, y base de otras muchas. Solía citarse como puramente gratuitas.
mnemotécnico que comprende las ocho partes oracio- L a obra que dió á Quintiliano universal renombre y la más im-
nales de la división de Dionisio, este verso de Home- portante en orden al estudio de la filología latina son sus 12 libros de
Instit. Orator., compuesta después de abandonar su cátedra de Re-
r o (I 1. 2 2 , 5 9 ) : Jigos 6c fie zov 8vgzr¡vov ezi cpQovéovx éléijaov.
tórica. Incompleta corrió dicha obra por bastante tiempo hasta que
Apolonio Díscolo, Dositeo y Herodiano, entre otros, el célebre florentino Poggío la descubrió íntegra en Constanza, en-
enseñaron la ciencia alejandrina en las escuelas ro- viándola al Aretino (Leonardo Bruni), al mismo tiempo que daba
noticia del hallazgo á G u a r i n i por carta fechada en Constanza
manas, á donde fué llevada la glotología griega por en 1417; carta que figura en varias ediciones de los escritos de Pog-
el célebre jefe de la escuela de Pérgamo, Orates de gio, y reproduce Fabricio en la Biblioteca lat., extractándola Ma-
Mallos. billón en su Iter Italicum.
p r o c l a m a r una legítima y bien entendida independen- romana no es más que un pálido reflejo de los estudios
cia de las enseñanzas griegas, sentando principios pro- helénicos según el procedimiento primitivo, que roma-
pios ó por lo menos vaciados en otros moldes que los nos y bizantinos procuran ordenar cada cual á su ma-
anteriormente recibidos, siquiera el imperio decaden- n e r a . Donato y Servio —s. IV,— M. Capela —s. IV,—
te, llevando los gérmenes de su decadencia á todos los Prisciano —s. VI— cuyos Institutionum grammatica-
órdenes de la vida y de las letras, h a y a impedido ejer- rum libri XVIII, fueron norma de enseñanza duran-
ciesen toda la benéfica influencia que e r a dado espe- t e la Edad Media, el extracto De significatione verbo-
r a r . Puede decirse q u e exceptuadas algunas figuras rum de Verrio Flaco, hecho por Festo, y conservado
del relieve de las indicadas, en adelante la Glotología por Paulo Diácono —s. IX,— así como la obra Com-
pendiosa doctrina de Nonio Marcelo, y la inmensa la-
bor de nuestro San Isidoro de Sevilla, cuya influencia
La edición de las Instituciones que se cree más antigua es la he- trasciende á toda la época medioeval, constituyen re-
cha en Roma, sin año de impresión, por Ulrico Gallo, corregida por presentación significada de l a Glotología romana en
Campam, con un prefacio del mismo en el que se comparan Cicerón
y Quintiliano. Siguieron á ésta, aun en el siglo XV, otras ediciones
su fase de absoluta reversión á los procedimientos grie-
ilustradas por los mejores comentaristas, entre los cuales figuran gos. No de otra suerte en Bizancio, Focio, Céfalas, Sui-
Lorenzo Valla, Rafael Real, Pomponio Sulpicio, etc. No pocas edi- das y los compiladores y escoliastas de la época, re-
ciones han reproducido los elogios tributados á Quintiliano por es-
critores como Marcial, Lactancio, Ausonio, S. Isidoro, Casiodoro, y
unen los restos del saber alejandrino, que á su vez re-
después por Justo Lipsio, Vosio, Luis Vives, Angel Policiano etc., ciben devueltos de los continuadores de las escuelas
que bastan para atestiguar el aprecio g r a n d e en que el insigne espa- romanas, herederas en otro tiempo del saber helénico,
ñol fué tenido siempre. (Puede verse en la Biblioteca lat. de Fabri-
cio, 1. 2.°, el g r a n catálogo de ediciones de Quintiliano, y en la mis-
y próximas entonces á fenecer.
ma, así como en la Bibliot. ant. de Nicolás Antonio, 1. el juicio Así llegó casi á extinguirse el estudio sistemático
de muchos escritores sobre las Instituciones). Es de advertir que de los problemas lingüísticos, tan vivamente discuti-
las Instit. dichas han sido objeto de diversas correcciones y por
críticos varios, entre ellos por Jano Gebhardo (De crep. sive juve- dos e n Grecia y Roma, y aquella luz relativamente
nil. curis l. tres-1615), y J. Hermann Schmiitk (Sintagma crit. 1717), espléndida y brilladora que parecía destinada á alum-
sin que las variantes sean, sin embargo, de mayor momento. b r a r las tortuosas sendas por donde comienza su cami-
Sobre la labor de Quintiliano se han t r a b a j a d o otras obras de pre-
no la glotología europea a l e n t r a r la fase modioeval,
ceptiva literaria; entre ellas debemos recordar la Retórica escrita
en rabínico (conocida por el Liquor Favoruni, trad. latina de su tí- perdíase paulatinamente entre las ruinas del Imperio
tulo rabino) del judío León de Mantua, la cual, si bien en parte for- de Occidente p a r a no volver á hacer su aparición, pol-
m a d a sobre Cicerón, está basada en Quintiliano.
lo menos á la m a n e r a de su sér primero.
A las Instituciones acompañan en algunas ediciones las Decla-
mationes majores, obra que tiene analogías con la precedente, si No e r a poco, en verdad, lo que con aquellos estu-
bien en varios puntos aparece en oposición con ella. Fundándose en dios se había alcanzado al despertar la afición al cla-
esto último y en buen número de manuscritos que llevan el nombre
sicismo y sus obras, encauzando e n tal dirección la
de Floro, han negado fuese obra de Qtiintiliano, entre otros, Filelfo
en su carta crítica á Tuscanella, Luis Vives Decorrup. discipl. etc., crítica y espíritu literario, y suscitando con el empe-
Andrés Scoto De Séneca rethore Dissert., y Erasmo. Apoyados en ño con que griegos y romanos procedieron, problemas
lo primero y en los manuscritos que llevan el nombre de Quintiliano,
múltiples de filosofía del lenguaje que aun hoy se agi-
declaráronse por la afirmativa Lorenzo Valla, Ennodio, R. Agrí-
cola, etc. tan sin solución cierta. De aquel movimiento brotaron
la crítica de Zenódoto, Aristarco, etc., sobre los tex- A u n q u e el c a r á c t e r g e n e r a l d e las i n v e s t i g a c i o n e s lingüis-
tos homéricos, y todos los escoliastas de Homero, de t i c a s d e los g r i e g o s sea filosófico y a b s t r a c t o , no p o r eso ha d e
Hesiodo, de los trágicos, de Píndaro, de Aristófanes, j u z g a r s e q u e no h a y a n a l c a n z a d o á s i s t e m a t i z a r sus p r i n c i p i o s
en u n o r d e n p r á c t i c o ; á la m a n e r a q u e el c a r á c t e r e m p í r i c o y
de Tucídides, de Demóstenes, de Teócrito, de Platón, a n a l í t i c o d e l a g r a m á t i c a s à n s c r i t a no h a i m p e d i d o á los indios
de Aristóteles , que h a n proporcionado ópimos fru- e l e v a r s e á la filosofía del l e n g u a j e y al e x a m e n d e los proble-
tos á las generaciones subsiguientes. En Roma Stilón m a s g e n e r a l e s q u e éste p r e s e n t a .
y Varrón, inaugurada la crítica de Plauto, h a n con- Mas p o r c u a n t o los p r o c e d i m i e n t o s d e a p l i c a c i ó n h a n sido
tribuido eficazmente, entre otros, á p r e p a r a r el cami- diversos e n t r e los g r i e g o s , s e g i i n los a u t o r e s y el t i e m p o en q u e
e s c r i b i e r o n y el c r i t e r i o d e la é p o c a filosófica ó d e l a g r a m a t i -
no á la grande serie de expositores de Cicerón, de Ho-
cal q u e d o m i n a e n sus e s c r i t o s , no hemos d e s e g u i r l o s a q u í en
racio, de Lucrecio, de Virgilio e t c . , que publicaron las a l t e r n a t i v a s q u e p r e s e n t a n , r e s e r v a n d o p a r a o t r o c a p i t u l o
sus trabajos en los primeros tiempos de nuestra era, l a exposición m á s d e t e r m i n a d a y c o n c r e t a de la evolución del
y que abrieron las sendas filológicas y glotológicas á sistema g r a m a t i c a l , d o n d e p o d r á a p r e c i a r s e e n p a r t i c u l a r e l
c a r á c t e r d e l a g l o t o l o g í a h e l é n i c a . E n lineas g e n e r a l e s v acomo-
críticos y gramáticos hasta el advenimiento del semi-
d a n d o á n u e s t r o o b j e t o la división h a r t o v u l g a r q u e nos re-
tismo filológico-lingüístico, el cual por obra de árabes c u e r d a Q u i n t i l i a n o , p u e d e n d i s t r i b u i r s e los e s t u d i o s l i n g ü í s t i c o -
y judíos se instaura en Europa, con general predomi- g r a m a t i c a l e s e n técnicos, históricos y críticos. L a g r a m á t i c a
nio sobre los restos de la filología greco-romana en la técnica se refiere al p l a n , o r d e n v r e g l a s p a r a h a b l a r y e s c r i b i r
Edad Media (1). la l e n g u a , y p o r eso d e n o m i n á b a s e t a m b i é n g r a m á t i c a metódi-
ca; la histórica o c u p á b a s e de la p a r t e e x p o s i t i v a e n el l e n g u a j e
escrito, v de c o m e n t a r los a u t o r e s d e épocas a n t e r i o r e s , q u e p o r
ello se conocía i g u a l m e n t e p o r el n o m b r e d e g r a m á t i c a ex emé-
(1) Prescindiendo de los muchos é importantes trabajos especia-
tica; la g r a m á t i c a critica p r o p o n í a s e la corrección d e los escri-
les sobre las diversas partes de la literatura g r i e g a y romana que
no es dado enumerar aquí, aunque puedan ser muy útiles para ilus- t o s y el e x a m e n d e su g e n u i n i d a d y a u t e n t i c i d a d .
t r a r puntos varios de la Filología comparada, hemos de mencionar E n el d e s e n v o l v i m i e n t o d e l a p a r t e técnica g r a m a t i c a l g r i e -
á este mismo fin, además de la ya citada Historia de la lengua g a se ha t r a b a j a d o d e s d e los c o m i e n z o s d e estos e s t u d i o s pol-
griega de Haerles, de la Bibliot. deliterat. griega de Schulz, de las
los e s c r i t o r e s q u e hemos m e n c i o n a d o y a . D e él se h a n o c u p a d o
Lecciones de F. A. Wolf, la obra capital y erudita aunque incom-
D e m o c r i t o al d i s c u t i r la n a t u r a l e z a de los n o m b r e s y d e los v e r -
pleta , de Bernhardy, Grtindriss der griechisch Litteratur, la de
Otfr. Müller, Geschichte der griechisch. Litterat. etc. con anot. de bos, y el c a r á c t e r d e los dialectos, como escribe D i ó g e n e s L a e r -
E. Heitz, las de Bergk, Nicolai, K. Littl, W . Christ (forma parte del cio; P l a t ó n q u e e n v a r i o s d i á l o g o s t r a t a del a n á l i s i s fonético y
Handbuch d. Klassisch. Alterthums-Wissenschaft d e Iwan Mü- morfológico; A r i s t ó t e l e s q u e e x a m i n a las p a r t e s del discurso, y
ller), la de F. Susemihl p a r a los tiempos alejandrinos, —Gesch. d. asi en o r d e n á l a s i n t a x i s como á l a r e t ó r i c a , e s t u d i a el l e n g u a -
griechs. Litterat. in d. Alexandriner zeit,— etc. Citemos también j e p o r a q u e l l a s i n g u l a r m a n e r a q u e le h a c e a c r e e d o r á q u e
la hermosa Biblioteca de Anthim. G a z i s — B i ß X i o & i j x r j S éXrjvixfjs Dión Crisòstomo coloque en él el principio d e l a g r a m á t i c a ;
ßX. Svo— los Principios de la hist. literaria griega de Groddeck, y T e o d o c t e s , T e o f r a s i o , y sobre t o d o l a escuela estoica q u e t a n t o
la Guía de la Hist. liter. gr., de Horrmann. Por lo que hace á la lite- t r a b a j ó e n el a n á l i s i s de los e l e m e n t o s d e la p a l a b r a , e l e v a n d o
r a t u r a romana, las obras de Wolf, Bernhardy y Horrmann menciona- s u c e s i v a m e n t e á ocho las p a r t e s del discurso, como y a n o t a b a n
dos, que llevan igual título que las respectivas de los mismos auto- Dionisio d e H a l i c a r n a s o , Q u i n t i l i a n o y P r i s c i a n o ; Dionisio d e
r e s sobre literatura g r i e g a y con método a n á l o g o ; la excelente
T r a c i a , d e n o m i n a d o el tècnico p o r E u s t a t e s (del n o m b r e d e s u
Gesch. d. röm. Litterat. de Teufel, la obra de igual título de Bhär
Tekne grammatike) q u e figura á la c a b e z a d e todos los q u e
con suplementos que alcanzan hasta la Edad Media, y, omitiendo
otras, la interesante Hist. de la literat. crist. hasta Cario Magno, t r a t a r o n d e g r a m á t i c a técnica, p o r su m é t o d o y p o r su análisis,
de Ebert. definiciones, divisiones etc. d e n o m b r e s , v e r b o s y d e m á s p a r t e s
del discurso, y q u e h a sido o b j e t o d e estudio p o r los p r i n c i p a l e s d e estas dos r a m a s filológicas r e d u n d a b a e n bien y p r o g r e s o d e
c o m e n t a r i s t a s de l a a n t i g ü e d a d (1). E n g e n e r a l , d e s p u é s d e la p a r t e técnica, como f á c i l m e n t e se a l c a n z a y se v e e n las obras
A r i s t a r c o y Orates, q u i e n p o r su s a b e r filológico, p o r l a eficacia d e esta índole. C o m i e n z a e s t e periodo con las e s c u e l a s d e Ale-
d e s u acción en el e s t u d i o del g r i e g o en las e s c u e l a s r o m a n a s , j a n d r í a , q u e p o r ellas h a m e r e c i d o se c o n s i d e r a s e c e n t r o d e
y p o r el n ú m e r o d e sus discípulos, p u e d e decirse p r i n c i p e d e todo el s a b e r g r a m a t i c a l helénico, como dice Vosio e n su Arte
los técnicos, todos los q u e f o r m a d o s e n su e s c u e l a , c i e r t a m e n t e Gram., y p u d i e r a decirse la A t e n a s d e la filología y d e l a g r a -
m u y n u m e r o s o s , se p r o p u s i e r o n d a r á conocer e n t r e g r i e g o s ó mática.
r o m a n o s la e s t r u c t u r a d e la l e n g u a h e l é n i c a , h a n sido c u l t i v a - Y no es q u e l a c r í t i c a y la e x e g e s i s g r i e g a h u b i e s e n e n t o n -
d o r e s d e la p a r t e g r a m a t i c a l técnica d e q u e v e n i m o s h a b l a n d o . ces d e e j e r c i t a r s e e n el c a m p o d e a j e n a s l i t e r a t u r a s , p o r q u e
P o r e s t e c a m i n o h a n l l e g a d o los g r i e g o s á la r i g u r o s a a n a l í t i c a é s t a s a p e n a s e r a n conocidas, ni o b j e t o d e e s t u d i o en G r e c i a ,
q u e r e v e l a n a l g u n a s d e las obras q u e se h a n c o n s e r v a d o y o t r a s como v e r e m o s e n o t r o l u g a r . L a s o b r a s e s c r i t a s en g r i e g o p o r
d e q u e se t i e n e n o t i c i a . Cinco libros escribió Apolonio Díscolo e x t r a n j e r o s , ó t r a d u c i d a s d e o t r a s l e n g u a s á dicho i d i o m a , a p e -
s o b r e los a c e n t o s , c o n otros más s o b r e c u e s t i o n e s prosódicas y n a s si m e r e c e n r e c o r d a r s e á n u e s t r o propósito. P o r t e s t i m o n i o
o r t o g r á f i c a s , e n lo c u a l t u v o p o r i m i t a d o r e s , e n t r e otros q u e d e P l i n i o ( X X X , 2) sabemos q u e el Zend-Avesta f u é traducido
del p e r s a al g r i e g o p o r H e r m i p p o , d e l a e s c u e l a a r i s t o t é l i c a , y
e n u m e r a F a b r i c i o e n su Bibliotheca graeca, á A r c a d i o el An-
e x p l a n a d o y c o m p l e t a d o con indices p o r el sabio a l e j a n d r i n o .
t i o q u e n o , á N i c a n o r q u e compuso seis libros sobre signos g r á -
S a b e m o s t a m b i é n q u e la v e r s i ó n g r i e g a d e l a E s c r i t u r a h e b r a i -
ficos y sobre los d e H o m e r o , á T r i f ó n q u e escribió a c e r c a del
ca, d i c h a c o m u n m e n t e versión de los 70 ( c u a l q u i e r a q u e s e a el
uso y v a l o r d e v a r i a s l e t r a s , y m á s t a r d e al mismo Porfirio q u e
f u n d a m e n t o de l a t r a d i c i ó n q u e a c e r c a de e l l a r e f i e r e n F i l ó n y
se ocupó t a m b i é n d e los espíritus y su uso e n g r i e g o .
J o s e f o F l a v i o ) , ha sido h e c h a en los t i e m p o s d e P t o l o m e o Fila-
M a y o r significación q u e la g r a m á t i c a técnica h a a l c a n z a d o
delfo; q u e F i l ó n Biblio p u s o en g r i e g o , t r a d u c i d a del fenicio,
la exegética y l a crítica, n o sólo p o r l a i m p o r t a n c i a y a l c a n c e l a H i s t o r i a de S a u c o n i a t o n ; q u e a l g r i e g o se t r a d u j e r o n el
d e s u objeto, sino p o r q u e de u n a m a n e r a r e f l e j a l a p e r f e c c i ó n libro g e o g r á f i c o d e H a n n o n y el t r a t a d o de a g r i c u l t u r a d e Ma-
g ó n , en v e i n t i o c h o libros escritos en l e n g u a p ú n i c a , si b i e n l a
época d e s u t r a d u c c i ó n no p a r e c e c o m p a r a b l e á la d e l a s a n t e -
(1) E n t r e los muchos imitadores de Dionisio de Tracia se han riores (1). P o r lo q u e h a c e á escritores e x t r a n j e r o s a n t i g u o s
significado Teodosio Alejandrino, J . Chorebosco, Eustacio y más q u e escribiesen e n g r i e g o , sólo t e n e m o s n o t i c i a d e Beroso, d e
tarde Crisoloras, L a s c a r i s y Teodoro Gaza que escribían en el si- Manéton y d e Menandro de Tiro, cuyos respectivos idiomas
glo XVI. En dicha época son trabajos gramaticales griegos dignos e r a n el caldeo-babilónico, el egipcio y el fenicio. Estos t r e s his-
de mención: la Gram, griega del citado Constantino Lascaris (1476),
t o r i a d o r e s al escribir los a n a l e s d e sus respectivos p a í s e s en l a
escrita en g r i e g o ; los Introductivae gramaiicae 1. I V , de T. Ga-
l e n g u a d e los g r i e g o s , p r o p o n í a n s e h a c e r l o s conocer d e sus con-
za (1529); las Gramm, graecae lnstitutiones de Aldo Manucio (1555);
las Instituciones de Clenard (1630); los Commentarii ling. graecae q u i s t a d o r e s y c o n s e r v a r a n t e éstos los p r e s t i g i o s a n t i g u o s de los
de G. Budeo y la obra del mismo título de Carnerario, además de la pueblos c o n q u i s t a d o s .
Institutio gram. gr. de Candem.
Mas si b i e n n o e x i s t e e n G r e c i a comercio i n t e l e c t u a l con
Posteriormente, y concretándonos á trabajos que ó por sus inno-
vaciones sistemáticas, ó por su influencia doctrinal, ó por una y otra otros pueblos, e l l a m i s m a s u m i n i s t r a á la c r i t i c a y á la e x é g e s i s
cosa se han señalado, son de mencionar: el Etymologicum ling. m a t e r i a l a b u n d a n t í s i m o d e l a b o r v estudio. No h a c e á n u e s t r o
graec. de Lennep; De emendanda ratione grammat. graecae de
Hermann; Ellipses graecae de Lamb. Bos (cum priorum adit. suis-
que observat. ed. Sturz); los Paralipomena gramm. gr. y Patholo- (1) Humboldt en el Cosmos, t. II, atribuye á Magón la antigüe-
giae sermonis graec. prolegom. de Lobeck; la conocida y extracta- dad de 500 años a. de J. C. Varrón nos habla de una traducción arre-
da Ausführliche griech. Grammatik de Matthiae; la de Kühner, glada por C. Dionisio de Utica del tratado de aquél, en veinte libros;
Ausführ. Gramm der griech. spräche; la Wissensch. Syntax d. y de ser ésta la primera traducción griega de la obra de Magón, re-
griech. spräche de Bernhardy. Entre los tratados elementales, Cur- sultaría hecha medio siglo antes de J. C., época en que vivía Dioni-
tius, Krüger, Koch, Chasang, etc. sio de Utica.
t i e m p o y el influjo d e las c i r c u n s t a n c i a s , los e s f u e r z o s q u e se
i n t e n t o m e n c i o n a r a q u i los i n n u m e r a b l e s escritores q u e en con-
l l e v a r o n á cabo p o r m u c h o s p a r a c o n s e r v a r l a i n t e g r i d a d d e l a s
cepto de e x é g e t a s ó críticos se h a n o c u p a d o d e los clásicos d e
o b r a s clásicas, las c u a l e s s u f r í a n n o t a b l e s q u e b r a n t o s . E s t a s al-
l a H é l a d e , n i t a m p o c o v i e n e á n u e s t r o propósito. Más d e dos-
t e r a c i o n e s u n a s veces e r a n d e b i d a s á l a homología d e n o m b r e s
cientos m e n c i o n a F a b r i c i o e n su Biblioteca griega q u e se h a n
d e los a u t o r e s ó d e los t í t u l o s d e sus o b r a s , o t r a s á la analogia
o c u p a d o de l a s o b r a s d e H o m e r o , y s o l a m e n t e a c e r c a d e los co-
del a r g u m e n t o d e é s t a s , v n o pocas veces o b e d e c í a n al deseo d e
m e n t a d o r e s d e é s t e escribió u n escoliasta d e D i ó g e n e s L a e r c i o
poseer los escritos o r i g i n a l e s , s i q u i e r a f u e s e n s u p u e s t o s , d e a u -
u n v o l u m e n TIEQI E^EYR¡ZCOV O¡J.T]QOV, á la m a n e r a q u e lo hizo An- t o r e s d e r e n o m b r e , como r e f i e r e A m m o n i o d e los libros d e Aris-
t i s t e n e s sobre los c o m e n t a d o r e s en g e n e r a l , los q u e e n o r d e n á tóteles, l l e g a n d o e n este p u n t o el e s p í r i t u c o m e r c i a l á desfigu-
los p r i n c i p a l e s o r a d o r e s , p o e t a s é h i s t o r i a d o r e s g r i e g o s son casi r a r a r t i f i c i a l m e n t e los m a n u s c r i t o s de s u e r t e q u e escritos n u e v o s
incontables. L a e x é g e s i s llegó p r o n t o d e esta s u e r t e á e x t r e m o s y apócrifos s i m u l a b a n a n t i g u o s y a u t é n t i c o s , s e g ú n n o t a Dión
e x a g e r a d o s , ' y los escolios a ñ a d i d o s á g r a n n ú m e r o d e a u t o r e s Crisòstomo. T a l e s abusos l l e g a r o n á e x t r e m a r s e en t i e m p o s d e
110 r e s p o n d í a n á los a l t o s fines q u e con este l i n a j e d e t r a b a j o s las escuelas d e A l e j a n d r í a y P é r g a m o , las c u a l e s r i v a l i z a b a n
se h a b í a n p r o p u e s t o sus iniciadores, sino q u e h a b í a n s e conver- e n p r e t e n d e r la g l o r i a d e s u p e r i o r i d a d en sus b i b l i o t e c a s .
tido en n a r r a c i o n e s i n c o n d u c e n t e s , c u a n d o no i n e x a c t a s , y e n
El c a r á c t e r d e estos d e s m a n e s y l a c a u s a q u e los o c a s i o n a b a ,
f r i v o l a s e x p l i c a c i o n e s de q u e a u n q u e d a n e j e m p l o s . S a b i d o es
hizo se p r o c u r a s e a t a j a r l o s e l i g i e n d o p a r a las bibliotecas pú-
lo e x t r e m a d o d e l a i n v e s t i g a c i ó n d e m u c h o s escoliastas en cues-
blicas h o m b r e s d e e r u d i c i ó n v c r i t e r i o q u e s u p i e s e n d i s t i n g u i r
tión d e n o m b r e s y p a l a b r a s , uso d e e s t r o f a s y a n t i e s t r o f a s , y d e
los libros l e g í t i m o s d e los q u e n o lo e r a n , y j u z g a r del m é r i t o
razones arbitrarias y vanas que en todas partes descubrían, y d e las obras. Al e f e c t o f u e r o n d e s i g n a d o s g r a m á t i c o s , los c u a -
q u e t a n j u s t a s q u e j a s ha ocasionado d e p a r t e d e los h o m b r e s les en a d e l a n t e e n c o n t r a m o s como p r e f e c t o s d e l a s bibliotecas
s e n s a t o s y discretos. E u s t a c i o en sus c o m e n t a r i o s á la Itiada, g r i e g a s y r o m a n a s . No t a r d a r o n e n a p a r e c e r t r a b a j o s d e criti-
en el c a n t o s e g u n d o , nos h a b l a del a f a n o s o e m p e ñ o q u e m u c h o s ca q u e al mismo t i e m p o e r a n g r a m a t i c a l e s , y q u e a b a r c a b a n
escoliastas p o n í a n en e s c u d r i ñ a r las r a z o n e s q u e h a b r í a n podi- todos los g é n e r o s d e p r o d u c c i o n e s l i t e r a r i a s . E n t r e éstos e s t á n
do d e t e r m i n a r á H o m e r o á c o m e n z a r el c a t á l o g o d e g u e r r e r o s el libro de D e m e t r i o M a g n e s i o sobre los e s c r i t o r e s homólogos,
y n a v e s p o r l a Beocia y 110 p o r o t r a p r o v i n c i a , así como de l a q u e m e n c i o n a L a e r c i o ; el d e Dionisio S i n a p e n s e d e q u e h a b l a n
m i s t e r i o s a c á b a l a q u e se i m a g i n a b a n en el n ú m e r o d e los con- a l g u n o s escoliastas d e D e m ó s t e n e s ; los 720 libros d e la t a b l a d e
vidados de Agamenón. Calimaco, q u e se dice r e f e r i a c r o n o l ó g i c a m e n t e los a u t o r e s e n -
T a l e s abusos en l a exégesis r e c l a m a b a n p r o n t o c o r r e c t i v o , tonces conocidos, sus o b r a s t o d a s y t í t u l o s r e s p e c t i v o s , las p a r -
q u e á l a v e z sirviese p a r a m o d e r a r y e n c a u z a r l a acción d e los tes d e c a d a u n a y las p a l a b r a s c o n q u e c o m e n z a b a n . Con i g u a l
c o m e n t a r i s t a s ; p o r o t r a p a r t e , i m p o n í a s e l a n e c e s i d a d d e cla- i n t e n t o se h a n hecho otros t r a b a j o s q u e se r e f e r í a n á a u t o r e s
sificar c o n v e n i e n t e m e n t e l a s o b r a s l i t e r a r i a s s e g ú n e l m é r i t o d e t e r m i n a d o s , como los d i v e r s o s d e q u e h a sido o b j e t o H o m e r o ,
d e c a d a u n a y a d j u d i c a r l a s á sus r e s p e c t i v o s a u t o r e s , s e p a r a n - el d e A n d r o n i c o R o d i o sobre las o b r a s d e A r i s t ó t e l e s q u e m e n -
do los libros a u t é n t i c o s de los e s p ú r e o s , y d i s t i n g u i e n d o d e n t r o c i o n a P l u t a r c o y al q u e a l u d e L a e r c i o , los t r a b a j o s diversos d e
d e ellos los e l e m e n t o s l e g í t i m o s d e los e x t r a ñ o s . E s t a f u é l a b o r c r i t i c a b i b l i o g r á f i c a d e Pánfilo A l e j a n d r i n o , T é l e f o G r a m á t i -
co y otros q u e r e f i e r e S u i d a s . A e s t e g é n e r o h a n d e r e d u c i r s e
m e r i t o r i a y e m p r e s a g r a n d e d e l a critica, q u e h u b o d e s d e lue-
los e s t u d i o s q u e los g r i e g o s , á m a n e r a d e los m a s o r e t a s h e b r e o s ,
go d e e j e r c i t a r s e con p r e f e r e n c i a sobre las obras h o m é r i c a s , y a
e f e c t u a r o n a c e r c a d e los signos, e s t a b l e c i e n d o u n sistema com-
p o r q u e e l l a s c o n s t i t u y e r o n e n t r e los g r i e g o s o b j e t o d e culto
pleto d e ellos p a r a d i s t i n g u i r los p a s a j e s v e r d a d e r o s , los su-
s i n g u l a r í s i m o , y a p o r q u e esta m i s m a p r e f e r e n c i a y el m é r i t o
puestos y los dudosos, los períodos a l t e r a d o s p o r los copistas,
d e las o b r a s e r a n d e s u y o h a r t o ocasionados á abusos d e todo
los r e p e t i d o s , e n m e n d a d o s , etc. (1). Las obras d e P l a t ó n , Aris-
g é n e r o q u e v e m o s a p a r e c e r d e s d e el m o m e n t o e n q u e los ráp-
sodas se e n c a r g a n d e l l e v a r l a s d e pueblo en p u e b l o y son á l a
vez p r e g o n e r o s , i n t é r p r e t e s y c a n t o r e s d e a q u e l l a s e p o p e y a s e n
(1) Sobre estos signos que, como distintivos y aunque en diver-
t o d a s las r e g i o n e s d e la Grecia.
so sentido de los de la masora, pudieran llamarse diacríticos, se ha
No h a b í a n b a s t a d o á i m p e d i r l a acción d e s f a v o r a b l e d e l
t é t e l e s , d e D e m ó s t e n e s , d e Hesiodo, d e P i n d a r o , y s i n g u l a r m e n -
te d e H o m e r o , h a n sido o b j e t o d e m u c h o s e s t u d i o s e s p e c i a l e s d e L a s c o r r i e n t e s c o m b i n a d a s d e g r a m á t i c a exegética y d e g r a -
este g é n e r o . D e b i d o á l a e x q u i s i t a a t e n c i ó n d e q u e f u e r o n ob- m á t i c a critica d e las escuelas a l e j a n d r i n a s , m i e n t r a s p o r u n a
j e t o los libros d e e s t e ú l t i m o , p u d o d e c i r s e q u e e r a m á s fácil p a r t e e j e r c í a n m a r c a d o i n f l u j o e n el d e s a r r o l l o d e la g r a m á t i c a
cosa d e s p o j a r á H é r c u l e s d e sú c l a v a q u e q u i t a r u n solo v e r s o técnica, r e c l a m a b a n á l a vez su a u x i l i o p a r a los t r a b a j o s d e
á H o m e r o (1). c o n j u n t o q u e d e b i e r o n r e a l i z a r s e en los clásicos. B a s t a r e c o r d a r
q u e no se t r a t a b a d e simples ediciones —ekdoseis— d e libros,

ocupado la antigüedad con diligencia no pequeña, cual lo requería


la conservación de las obras y su integridad. Descuidados luego por la escritura en Grecia en los tiempos del poeta, reforzando con nue-
muchos copistas hubieron de recordarse más tarde cuando igualmen- vos datos los aducidos antes de él en el mismo sentido negativo, de-
te ya en el siglo VI de nuestra era se reprodujeron las r e g l a s que so- rriba de un golpe el edificio de las glorias homéricas, quebrantando
bre la separación de las palabras había dado Aristófanes de Bizan- decididamente la unidad originaria de ambas epopeyas, ya que la
cio. Acerca de los signos homéricos h a n escrito con singular cuidado composición de poemas tan extensos hecha de memoria y la conser-
Aristónico Alejandrino y Filoxeno, quien además expuso los de la vación de los mismos sin consignarlos por escrito, serían cosas im-
Teogonia de Hesiodo. posibles. Sustituido así Homero por los poetas y rdpsadas cuyas pe-
(1) El centro primero de todo el sistema crítico griego, genera- queñas canciones de corte heroico fueron más tarde eslabonadas
dor del de los romanos y otros posteriores, fué, como se colige de lo bajo un plan (en tiempo de Pisistrato) de donde proceden la Iliada
que diremos en el texto, la Cuestión Homérica, cuya solución se dis- y la Odisea, los partidarios de Wolf fueron más allá que el maestro,
putaba en Grecia con viveza singular, con carácter análogo al que á tratando de distinguir las suturas de las diversas canciones compo-
dicho problema suele dársele en nuestros días. De antiguo discutía- nentes y de separarlas restituyéndolas si posible fuese á su primer
se si Homero fué ó no el infortunado hijo de Meón, el ciego de Esmir- estado independiente, mientras los defensores de la antigua escuela
na, que g a n a b a el sustento cantando de ciudad en ciudad los versos reclamaban contra VVolf y aprovechaban las disensiones mismas de
de sus inmortales poemas; disputábanse también la época de su exis- sus discípulos en la osada empresa de desmembración homérica, para
tencia (desde el lOOOa. J. al 600 oscilan en esto las opiniones), y m á s impugnar fuertemente tal empeño. L a s famosas Betrachtungen sur
aun cuál fuese su p a t r i a , honor pretendido por siete ciudades. Al lle- Ilias de Lachmann, descomponiendo la Iliada en dieciocho cancio-
g a r la crítica Alejandrina de los textos homéricos, las controversias nes combinadas, más ó menos auténticas, hizo prosélitos decididos
acentuáronse más, y sobre todo ciñéronse al contenido de los poe- que practicaron la misma labor de disección con la Odisea, á la vez
mas, iniciándose la discusión de la legitimidad de algunos versos y que volvían de nuevo sobre la Iliada, apartándose de Lachmann y
de la integridad y sentido de otros, y lo que es más, negóse por los fraccionándose también entre sí al hacer las divisiones y el recuento
gramáticos de la escuela que se dijo separatista (oí ^cogt^ovre$) que de piezas halladas.
fuese uno mismo el autor de la Iliada y de la Odisea. No hace á nuestro intento ni sería fácil encerrar en pequeño es-
L a tradición antigua consiguió, sin embargo, imponerse poste- pacio el inmenso movimiento crítico por esta cuestión ocasionado.
riormente, respetándose como de Homero, á más de aquellos poemas, Una reacción harto pronunciada se forma ya contra las exageracio-
otros que no lo son ciertamente como el Magyízijs y la conocida pa- nes de Lachmann y sus seguidores, y la defensa hecha por la escuela
rodia de la Iliada Bazgaxofivo/iaxia que acompaña á algunas edi- conservadora, á cuya cabeza figuró con honor Nitzsch, acérrimo
ciones de ésta. impugnador de Wolf y Lachmann, viene á justificarse en sus líneas
Sobre la antigua fe de la elaboración unipersonal de la Riada y generales. Y aunque á la tradición antigua sobre Homero no se vol-
Odisea, descansó la filología largo tiempo, como sobre la labor de verá más, tampoco prevalecerá el criterio innovador en todas sus
los gramáticos de Alejandría reposa la verdad de la contextura de partes. Que ha existido una civilización prehelénica, intermedio de
aquellos monumentos épicos, tales como llegaron á nosotros. Y aun- la oriental y de la griega, que se extendía por las costas del Asia
que alguna voz se ha dejado oír opuesta á los ecos de la tradición, Menor, l a s de la Grecia oriental é islas del Egeo, base más que su-
como la de Bentley, la de Vico etc., sólo la autorizada p a l a b r a de ficiente para que no sorprenda la labor homérica y aun p a r a sumi-
Wolf hizo plantear seriamente el problema de los orígenes de dichas nistrarle el fondo histórico de ella, es innegable, y las investigacio-
epopeyas, viniendo así nuevamente Homero á ser objeto p r e f e r e n t e nes arqueológicas que sobre ello inició Schliemann con éxito, con-
de crítica, al inaugurarse con Wolf la Filología general, dicha cien- ducen á eso mismo. Que la escritura se conocía en Grecia en tiempo
tífica. El autor de los Prolegomena ad Homerum al negar el uso de de Homero (por los siglos VIII y IX), aunque no estuviese en uso la
lectura de los poemas, sino su recitación, y que aquélla era emplea-
sino d e l a b o r m á s h o n d a , f r u t o de la critica histórica y d e l a L a i n f l u e n c i a d e Z e n ó d o t o se hizo l u e g o s e n t i r en l a g r a m á -
g r a m a t i c a l y l i t e r a r i a —diorthoseis,— s e g ú n lo e x i g í a n l a mul- t i c a p o r l a f o r m a a n a l í t i c a de sus i n v e s t i g a c i o n e s , y el c r i t e r i o
s e g u r o con q u e r e g u l a r m e n t e p r o c e d í a en ellas. F u é el p r i m e -
t i t u d e x t r a o r d i n a r i a d e m a n u s c r i t o s q u e d e todas las p a r t e s de
ro en d i s t i n g u i r el a r t í c u l o g r i e g o del p r o n o m b r e p e r s o n a l , res-
G r e c i a a f l u í a n A P é r g a m o y A l e j a n d r í a , los c u a l e s p o r sus m u -
t a b l e c i e n d o con ello el a r t i c u l o d e l a n t e de los n o m b r e s propios
chas v a r i a n t e s d e t o d o g é n e r o e r a m e n e s t e r e x a m i n a r asi cri-
d e l a lliada y d e l a Odisea en sus correcciones d e H o m e r o y
tica como g r a m a t i c a l m e n t e . E x a m e n q u e con t a n t a m a y o r emu-
d i s t i n g u i e n d o a d e m á s el c a r á c t e r del d u a l y p l u r a l e n las o b r a s
lación h u b o d e e f e c t u a r s e , c u a n t o d e él d e p e n d í a en b u e n a p a r t e
d e é s t e , si b i e n e x a g e r a n d o el uso del d u a l .
el t r i u n f o en l a e m p e ñ a d a l u c h a q u e i n i c i a r o n A r i s t a r c o y Ze-
E n c u a n t o á A r i s t a r c o , s a b i d o es el u n i v e r s a l r e n o m b r e q u e
n ó d o t o a c e r c a d e l a i n t e r p r e t a c i ó n d e H o m e r o , d e d o n d e pro-
se h a c o n q u i s t a d o e n la a n t i g ü e d a d de critico y d e g r a m á t i c o ,
v i n i e r o n dos e s c u e l a s d i v e r s a s e n t r e c u y a c r i t i c a e r a necesario
y cómo h a i m p u e s t o á G r e c i a y R o m a sus p r e c e p t o s l i t e r a r i o s .
decidir (1).
Más de c u a r e n t a c é l e b r e s g r a m á t i c o s salieron d e su escuela, y
p o r c e n t e n a r e s , a l d e c i r d e los a u t o r e s a n t i g u o s , c o r r í a n en-
da por los autores para la conservación de las composiciones; que t r e los sabios sus escritos. A r i s t a r c o y el y a m e n c i o n a d o C r a t e s
existió en dicha época un poeta notable que llamaremos Homero, el d e Mallos, á q u i e n t a n t o d e b e n los e s t u d i o s l i n g ü í s t i c o s g r i e -
cual redactó un poema épico bajo el plan general que hoy presenta gos, se d e n o m i n a r o n críticos, s e g ú n escribe D i ó n Crisóstomo,
la lliada, y que otro poeta posterior de no menores talentos compu- asi como E r a t ó s t e n e s prefirió el n o m b r e de filólogo, con otros
so á ejemplo suyo la Odisea; que lliada y Odisea en boca de los ráp-
que refiere Suetonio, á la m a n e r a q u e n o han faltado entre
sodas sufrieron alteraciones, y que otros poetas han introducido epi-
griegos y romanos cultivadores de la gramática y de la critica
sodios y escenas según lo juzgaron conveniente para el mejor éxito
q u e q u i s i e r o n d i s t i n g u i r s e con el calificativo d e polystores.
de los poemas; que estas alteraciones datan de muy antiguo, y exis-
tían con anterioridad á los poemas cíclicos griegos, á los cuales sir- El periodo a l e j a n d r i n o e x t i é n d e s e desde Zenódoto e n tiempo
vieron aquéllos de modelo, y que no es posible distinguir con exac- d e P t o l o m e o F i l a d e l f o (284-247 a. J . C.), h a s t a Apolonio Díscolo y
tud lo genuino de lo que no lo es, tales son las conclusiones que pa- su hijo H e r o d i a n o en t i e m p o d e Marco A u r e l i o (161-180 d e J . C.)
recen hoy más fundadas, sostenidas por filólogos de prestigio. D u r a n t e él, y d e b i d o á las m i s m a s r i v a l i d a d e s d e l a e s c u e l a d e
(1) Ambos críticos han sido objeto de trabajos especiales; entre P é r g a m o y á las d i v e r s a s c o r r i e n t e s d e i n t e r p r e t a c i ó n q u e lle-
otros, son de mencionar el célebre libro de Lehrs De Aristarchi stu-
g a r o n á e s t a b l e c e r s e , se ha e s t u d i a d o d e u n a m a n e r a c r i t i c a y
diis homericis, y el de Dtintzer De Zenodoti studiis homericis. Por
filosófica la l e n g u a g r i e g a , se creó el tecnicismo g r a m a t i c a l , se
su p a r t e Pierrón en su Prefacio á la lliada condena á Zenódoto de
d i s t i n g u i e r o n las p a r t e s del discurso y las c a t e g o r í a s g e n e r a l e s
m a n e r a inexorable, mientras Nanck llega á decir de Aristarco que
ni aun conocía suficientemente el griego para la crítica: —graecae d e la p a l a b r a , se e s t a b l e c i e r o n las bases d e la critica, n o sólo
ling. minus gnarus.— Si Zenódoto ha podido ser exagerado en al- p a r a a p r e c i a r la a u t e n t i c i d a d , sino t a m b i é n p a r a j u z g a r de l a s
gunas de sus aserciones, la fidelidad de Aristarco es, c o m o dice c o n d i c i o n e s d e estilo en muchos escritos, y p a r a h a c e r la con-
Bruchman en su Critica del texto homer. harto dudosa, y el dicho de v e n i e n t e d i s t i n c i ó n e n t r e las f o r m a s a r c a i c a s y l a s f o r m a s clá-
Cicerón: Aristarcus Homeri versum negat, qtiem non probat, pue- sicas asi en l a p a l a b r a c o m o e n l a dicción, l l e g a n d o d e e s t a
de tener p a r a su sistema significación poco favorable. (V. Die kom. s u e r t e A l e j a n d r í a al e m p o r i o d e su g r a n d e z a en el c u l t i v o d e
Textkritik in Altertum de L a Roche). las l e t r a s . S e g ú n t e s t i m o n i o del r e t ó r i c o M e n a n d r o , g l o r i á b a n -
No sería difícil encontrar en las antiguas escuelas los principios se t a n t o los a l e j a n d r i n o s d e su p e r i c i a en la g r a m á t i c a , como
de la critica, tal como vinieron á presentarla las escuelas de Escalí- los t e b a n o s e n el a r t e d e p u l s a r l a l i r a y los d e Mitelene en el
gero y Bentley. Y en efecto, la critica sujetiva de Bentley no es otra c a n t o al son d e la c i t a r a . D e s p u é s del p e r i o d o a l e j a n d r i n o la
cosa que el procedimiento de Zenódoto metodizado, comoHermann, g r a m á t i c a g r i e g a e n t r a p o r los c a m i n o s de l a c u l t u r a r o m a n a ,
dentro de la escuela de Escalígero, tiende al procedimiento de Aris-
v e n i d a d e G r e c i a , y d e c a e con ella en l a f o r m a q u e i n d i c a m o s
tarco. L a escuela aprioristica de Peerlkamp, Lhers, etc., tiene su
arriba.
precedente en el viejo método dicho de Procusto, y no faltan tampo-
co ejemplos de la moderna escuela conservadora entre los antiguos. L a l e x i c o g r a f í a g r i e g a nació t a m b i é n , como la filología ge-
Entre los modernos la crítica de textos se ajusta al método de Bek- n e r a l , d e s p u é s del p e r i o d o del clasicismo, p a r a fijar la signifi-
ker, Dindorf etc.
cación del l e n g u a j e d e H o m e r o y c o n s e r v a r las r i q u e z a s del dia-
lecto ático e n su p u r e z a . D e e s t a r a m a de la filología h e l é n i c a sión y c o m p l e m e n t o . A j u s f a n d o á la historia l i t e r a r i a d e R o m a
h a b l a r e m o s al o c u p a m o s del s i s t e m a g r a m a t i c a l g r i e g o . las divisiones d e su historia política, c u y o s r e s p e c t i v o s p e r i o d o s
g u a r d a n e s t r e c h a c o n e x i ó n y enlace, p u e d e decirse q u e , como
Hemos hecho mención r e f i r i é n d o n o s á los g r a m á t i c o s g r i e -
e n la l i t e r a t u r a l a t i n a , se d i s t i n g u e n en las d o c t r i n a s l i n g ü i s t i -
g o s , d e Dionisio d e T r a c i a , p o r l a r e p r e s e n t a c i ó n q u e en los
cas r o m a n a s dos g r a n d e s fases: u n a q u e c o m p r e n d e el doble pe-
e s t u d i o s d e a q u e l l a l e n g u a l e c o r r e s p o n d e , y v o l v e m o s á recor- riodo d e l a m o n a r q u í a y d e l a r e p ú b l i c a , y c o n s t i t u y e la e d a d
d a r su n o m b r e al p a s a r á los g r a m á t i c o s r o m a n o s , p o r l a sig- a n t i g u a d e l a s m a n i f e s t a c i o n e s filológicas,y o t r a l a e d a d m o d e r -
nificación h i s t ó r i c a q u e t i e n e como p r o m o t o r y d i v u l g a d o r d e l n a , q u e c o m i e n z a con el i m p e r i o y t e r m i n a en l a E d a d Media.
h e l e n i s m o e n las e s c u e l a s d e R o m a : <Avor¡oios 'AXetavSSe4s, A la p r i m e r a d e e s t a s dos fases c o r r e s p o n d e n tres secciones: la
0ga| Sé ano nazSog zovvopa xXi}&eíg, 'Aqíozaexov fia-&^zr¡g, yea/¿- sección l i t e r a r i a d e los cinco p r i m e r o s siglos d e R o m a h a s t a l o s
fiazivtog og eoocpíxevoev ¿v 'Ptófirj ¿ni Ilofmrjíov zov fieyaXov.» comienzos d e su v e r d a d e r a l i t e r a t u r a con las p r i m i t i v a s r e p r e -
U n g r i e g o , p u e s , de o r i g e n t r a c i o , discípulo d e A r i s t a r c o , s e n t a c i o n e s d r a m á t i c a s (a. 514 d e R . - 2 4 0 a . J . C.); l a sección
se e s t a b l e c e e n R o m a en t i e m p o d e P o m p e y o , p a r a o f r e c e r á a r c a i c a d e los dos siglos s u b s i g u i e n t e s h a s t a el t é r m i n o d e l a
los l a t i n o s u n m a n u a l p r á c t i c o d e l a l e n g u a q u e se p r o p o n e e n - g u e r r a social (514 á 666 de R., ó sea 240-88 a. J . C.), y l a época
s e ñ a r de u n a m a n e r a p r á c t i c a t a m b i é n , no sin a p o r t a r á l a ciu- d e Cicerón, d e s d e la f e c h a i n d i c a d a h a s t a l a b a t a l l a d e F i l i p o
d a d de los Césares las t e o r í a s y p r i n c i p i o s d e los m a e s t r o s d e (712 de R.—42 a. J . C.)
la Grecia que s e convierten a s i n u e v a m e n t e en maestros d e
L a p r i m e r a de e s t a s secciones sólo p u e d e ser r e c o r d a d a des-
R o m a y d e las t e o r í a s l i n g ü i s t i c a s q u e v e m o s p r e v a l e c e r e n - d e el p u n t o d e v i s t a filológico, en c u a n t o s u m i n i s t r a m o n u m e n -
t r e los r o m a n o s . Con todo, Dionisio d e T r a c i a asi como no e s tos l i t e r a r i o s d i g n o s d e e s t i m a p a r a el c o n o c i m i e n t o d e las a n -
el f u n d a d o r d e l a disciplina g r a m a t i c a l , cuyos m a t e r i a l e s or- t i g u a s f o r m a s l i n g ü i s t i c a s l a t i n a s , ocasionados o r a p o r el pro-
d e n a d a m e n t e d i s p u e s t o s p o r él h a n sido p r e p a r a d o s p o r los g r a - f u n d o sentido j u r í d i c o q u e r e v e l a r o n los r o m a n o s desde la m á s
m á t i c o s q u e le p r e c e d i e r o n , t a m p o c o p u e d e decirse el p r i m e r a n t i g u a c o n s t i t u c i ó n política en t i e m p o d e los R e y e s , o r a pol-
m a e s t r o d e g r i e g o e n R o m a . C r a t e s d e Mallos, d e la e s c u e l a d e los s e n t i m i e n t o s religiosos q u e t a m b i é n d e t e r m i n a n los oríge-
P é r g a m o , discípulo de D i ó g e n e s el B a b i l o n i o q u e inició el mo- nes d e los p r i m e r o s a l b o r e s l i t e r a r i o s del Lacio. E n la l i t e r a t u -
v i m i e n t o y l a dirección d e su e s c u e l a c o n t r a l a de A r i s t a r c o , r a j u r í d i c a d e esta época m e n c i o n a r e m o s t a n sólo las l e y e s d e
e n s e ñ a b a y a p ú b l i c a m e n t e en R o m a á m e d i a d o s del siglo I I a n - las doce t a b l a s , q u e son á u n t i e m p o indicio claro d e los p r o g r e -
t e s d e J . C., e n t r e l a s e g u n d a y la t e r c e r a g u e r r a p ú n i c a , y f u é el sos r á p i d o s d e l a c u l t u r a d e l a legislación r o m a n a , m u e s t r a in-
p r i m e r o s e g ú n S u e t o n i o , e n l l e v a r el e s t u d i o sistemático g r i e g o s i g n e d e i n g e n i o c r e a d o r en D e r e c h o q u e se l e v a n t a con inde-
á R o m a : Primus igitur, quantum, opinamur, studium gramma- pendencia d e ajenas iniciativas y tradiciones y mantiene l a
ticae in Urbem intulit Crates Mallotes Aristarchi aequalis, e t c . f u e r z a d e sus leyes sin el a m p a r o d e fingidas i n s p i r a c i o n e s y
(De v i r i s illustr. 2). P e r o el c a r á c t e r d e l a g l o t o l o g í a l a t i n a e x i - t e o f a n í a s , q u e f u e r o n r e c u r s o o b l i g a d o e n los d e m á s a n t i g u o s le-
g e l a e s t u d i e m o s , á la i n v e r s a d e l a g r i e g a , n o como f u n d a d a g i s l a d o r e s arios, é i n s t r u m e n t o f e h a c i e n t e e n las i n v e s t i g a c i o -
en su r e s p e c t i v a l i t e r a t u r a y p o r lo mismo p o s t e r i o r á ella, si- nes d e la a n t i g u a f o r m a c i ó n l a t i n a y del e s t a d o del i d i o m a ro-
n o como c o n c o m i t a n t e y d e d e s a r r o l l o c o l a t e r a l á l a l e n g u a y m a n o en a q u e l l a e d a d (]).
á sus m a n i f e s t a c i o n e s l i t e r a r i a s . E s e s t a n o t a p e c u l i a r , p o r l a
c u a l l a h i s t o r i a filológica l a t i n a se d i s t i n g u e d e l a g r i e g a , a p a r -
t e de o t r a s d i f e r e n c i a s d e q u e m á s a d e l a n t e h a b l a r e m o s , y p o r (1) La legislación de las doce tablas debe decirse obra propia-
eso c o n v i e n e t o m a r su c o n j u n t o d e s d e los o r í g e n e s l i t e r a r i o s , mente romana; pues no obstante la embajada enviada á Grecia y el
con a n t e r i o r i d a d á la s i s t e m a t i z a d a i n f l u e n c i a h e l é n i c a . honor de una estatua dispensado al intérprete de los decenviros Er-
Si h u b i é r a m o s d e s e g u i r , e n e f e c t o , la e v o l u c i ó n d e los es- modoro de Éfeso, muy contadas son las disposiciones que revelan
con certeza el influjo de las leyes solonianas. Este Código que, á di-
t u d i o s glotológicos l a t i n o s en t o d a su a m p l i t u d , h a l l a r í a m o s
ferencia de los de Zoroastro, de los griegos etc., no se presenta co-
q u e éstos h a n t e n i d o m a n i f e s t a c i o n e s s i m u l t á n e a s á l a histo- mo obra de los dioses, ha sido objeto de muchas exposiciones entré
r i a d e la l i t e r a t u r a r o m a n a , de l a cual f u e r o n a q u é l l o s e x p r e - los romanos, quienes le estudiaban en las escuelas a u n e n tiempo de

— * * . .
', p o r lo q u e h a c e A la l i t e r a t u r a r e l i g i o s a d e l a é p o c a A q u e g u a j e , q u e e s casi i n i n t e l i g i b l e . N o d e o t r a s u e r t e el Carinen
n o s r e f e r i m o s , los Í t a l o s q u e n o h a n c r e a d o n i t e n i d o u n a mito- fratrum Arvalium ( s a c e r d o t e s d e l a d i o s a Dia) q u e s e conser-
logia v e r d a d e r a m e n t e propia, no produjeron tampoco la rique- v a , l l e v a el sello del a n t i g u o l a t í n r o m a n o (1). A la l i t e r a t u r a
z a l i t e r a r i a r e s p e c t i v a c u a l o t r o s p u e b l o s a r i o s ; p e r o si b i e n n o r e l i g i o s a del p e r i o d o á q u e nos r e f e r i m o s p e r t e n e c e n los l i b r o s
se h a l l a n e n t r e ellos v e s t i g i o s d e u n a cosmogonía como la d e d e las r e s p u e s t a s d e los o r á c u l o s y s u s c o m e n t a r i o s , annosa vo-
H e s i o d o ó d e c r e a c i o n e s p o é t i c a s p o p u l a r e s como se r e v e l a n e n lumina vatum, q u e dice Horacio, de las cuales r e s p u e s t a s nos
la Iliada, ó c u a l l a s q u e s u p o n e n los p o e m a s i n d i o s y a u n l a s d a L i v i o la m u e s t r a e n dos v a t i c i n i o s , r e l a t i v o s u n o á la b a t a -
t r a d i c i o n e s p e r s a s , n o p o r e s o h a n e s t a d o los a n t i g u o s p o b l a d o - lla d e C a n n e s y o t r o á l a i n s t i t u c i ó n d e los Indi apollinares.
res itálicos desprovistos d e l i t e r a t u r a s a g r a d a , c o m p u e s t a e n P e r o p o r c u a n t o el l a t í n e s t á a l l í c l a r a m e n t e m o d e r n i z a d o , p i e r -
su m a y o r p a r t e d e h i m n o s c u y a f o r m a a r c a i c a se c o n s e r v a b a d e n t o d o s u v a l o r á n u e s t r o o b j e t o (2).
á t r a v é s de las diversas generaciones, porque como r e c u e r d a
Q u i n t i l i a n o , mutari vetat religión et consecratis utendum est. (1) E s t e himno c a n t a d o á Dia p a r a obtener abundantes cosechas,
D e t a l e s h i m n o s , á m á s d e l a s Tablas Eugebinas d e los U m - ha llegado á nosotros g r a b a d o en una pieza de m á r m o l descubierta
b r í o s q u e d a n , p e r t e n e c i e n t e s á los r o m a n o s , r e s t o s d e los him- en R o m a á fines del siglo XVIII, en tiempo de Pío VI. En él se invo-
n o s d e los S a l i o s y el c a n t o d e los A r v a l e s . E n los examenta can p r i m e r o los dioses L a r e s ó Lases, luego Marmar, Mars, M a r m o r
( i n v o c a c i o n e s ) ó Carmina Salaria c u y a h i s t o r i a n o nos com- ó B e r b e r , que son u n a misma divinidad, la del campo y de la prima-
p e t e h a c e r a q u i , e l l e n g u a j e e r a t a n a r c a i c o q u e , c o m o es sa- v e r a , y por último los Semnnis, divinidades de la c a t e g o r í a de los
Lares.
b i d o , a u n d e s p u é s d e los c o m e n t a r i o s d e S t i l ó n , H o r a c i o afir-
H a s e t r a b a j a d o con v e r d a d e r o empeño en la reconstrucción del
m a b a q u e n o los e n t e n d í a , y Q u i n t i l i a n o d u d a los e n t e n d i e s e n
texto aludido, sin que se h a y a n obtenido resultados c i e r t a m e n t e de-
los m i s m o s s a c e r d o t e s q u e los c o n s e r v a b a n . Los t r e s f r a g m e n - finitivos. Después de las investigaciones de Bucheler, Bréal, Edon
t o s o f r e c i d o s p o r Maurenbrecher e n 1894 ( S u p l e m . a l I a h r b ü c h y Pauli, sin duda a l g u n a de g r a n valor, h a hecho nuevo y concienzu-
d e F l e c k e i s e n ) a t e s t i g u a n la a n t i g ü e d a d d e s u s f o r m a s d e l e n - do ensayo de i n t e r p r e t a c i ó n Teodoro Birt, sometiendo las p a l a b r a s
del canto de los Arvales á un estudio morfológico, sintáctico y se-
mántico el más completo, y haciendo intervenir en él la fonética exo-
histórica y la acentuación primitiva. Aunque la reconstrucción de
C i c e r ó n . . D e él quédannos tan sólo f r a g m e n t o s conservados en su
Birt sea de hecho a t r e v i d a en d e m a s í a y su n o t a b l e t r a b a j o pueda
m a y o r p a r t e por F e s t o , los cuales se h a n procurado dividir en doce
recibir modificaciones, como h a b r á de recibirlas, es en principio el
p a r t e s según las doce tablas. Aunque la f o r m a de dichos f r a g m e n t o s
m á s aceptable. L a i n t e r p r e t a c i ó n de dicho crítico (Das Arvalied,
ha experimentado la influencia de épocas posteriores, conserva sin
en el Archiv für Lateinische Lexicografie, de Woelfflin, t. IX),
e m b a r g o el tipo arcaico de sus orígenes. En ellos e n c o n t r a m o s ejem-
reproducida ya por varios latinistas (cf. R a m o r i n o , La Poesía in
plos de a n t i g u a s f o r m a s como amlermini (confinantes), duere por
Roma neiprimicinque secoli, y en su Lett. romana), es la siguiente:
daré, endoplare por implere, escit por erit, stlis por lis, transdare,
ansegetes, aevitas, arbosem, oenum, etc ; ejemplos de p a l a b r a s em- E nos, Lases, iuvate (tres veces).
p l e a d a s en sentido anticuado, como la expresión enemigo —hostis— Nevé Inerve, Marmar, sins incurrere inpleores (ter).
Sata tutere, Mars, Ciernen sati sta Berber (ter).
en significación de forastero, la de asiduo —adsiduus— en la de po- Semnnis altemei advocapit cunctos (ter).
seedor, etc.; ejemplos de morfología a r c a i c a , como el genit. plur. en E nos, Marmor, iuvato (ter).
nm por orum, adgnatum por adgnatorum, el g e n i t . s i n g . de la Triumpe (cinco veces).
1.a decl. en as, el de la 5. a en e, el p a r t . pas. en s por tus; dainnas No es necesario decir que esta e r a la lengua de los libri augúra-
por damnatus, etc. E n cuanto á la sintaxis ofrécense ejemplos d e les, de los comment. augurum, libri saliorum, comment. magistra-
construcción elíptica como este: Si in jus vocat, tío; que significa: tuum, y demás producciones en prosa de la época de los Reyes en
Si Cajus in jus vocat Titíum, Titiusito; ejemp. de la figura de cons-
Roma. . .
trucción tmesis, como transquedato, por et transdato; de cambio (2) Los himnos religiosos, así como algunos libros de vaticinios,
significativo en los tiempos verbales, como si volet vivito suo (im- fueron escritos en verso llamado saturnio, que era el d e l a s cancio-
p e r a t . significando concesión, por sujuntivo), de igual modo que nes campestres. Su m e t r o no se f u n d a b a en la cantidad como el ver-
otros ejemplos de r é g i m e n especial entonces. (Entre otros estudios so g r i e g o , sino en una convencional sucesión de p a l a b r a s o r d e n a d a s
críticos d e las 12 t a b l a s , v. el r e c i e n t e de Voigt, Die zftólf Tafeln).
Si d e la e d a d p r i m i t i v a p a s a m o s á la é p o c a q u e h e m o s lla- conquistas, y concibió la i d e a de u n dominio u n i v e r s a l y con
m a d o a r c a i c a , h a l l a m o s u n a t r a n s f o r m a c i ó n e x t r a o r d i n a r i a li- e l l a l a d e u n c o s m o p o l i t i s m o a m p l i o y sin r e s t r i c c i o n e s ; 2.° e n
terario-lingüística, o r i g i n a d a principalmente por dos órdenes la i n v a s i ó n d e l a c u l t u r a g r i e g a q u e c o m e n z ó e n t o n c e s á i m p o -
d e c a u s a s q u e i n f l u y e n e n t o d a s l a s m a n i f e s t a c i o n e s d e la v i d a n e r s e á los l a t i n o s s u b y u g a n d o á u n t i e m p o s u i n t e l i g e n c i a y
i n t e l e c t u a l y social d e e s t a f a s e d e l a h i s t o r i a r o m a n a . D i c h o s su c o r a z ó n con l a s p r o d u c c i o n e s c i e n t í f i c a s y l a s c r e a c i o n e s d e l
d o s ó r d e n e s d e c a u s a s s e s i n t e t i z a n : 1." e n el d e s a r r o l l o y cre- a r t e , q u e hicieron d e l pueblo vencedor un sumiso vencido y
c i m i e n t o del p o d e r d e R o m a , q u e d e s p o j á n d o s e d e s u s v i e j o s u n r e n d i d o v a s a l l o del h e l e n i s m o .
p r e j u i c i o s y e s t r e c h o c o n c e p t o d e p a t r i a , t r a s p u s o los c o n f i n e s T e r m i n a d a la s e g u n d a g u e r r a p ú n i c a y l i b r e s y a los r o m a -
a n t e s s e ñ a l a d o s c o m o d e g e n t e s bárbaras c o n sus crecientes nos d e la p r e s e n c i a t e r r i b l e d e A n n i b a l , l e v a n t ó s e c o n b r í o s el
e s p í r i t u l i t e r a r i o e n t r e ellos, s i g n i f i c a d o e n t o n c e s á m á s d e l a s
producciones jurídicas, por ideas estéticas v i n c u l a d a s al t e a t r o
según el acento, con f r e c u e n t e s casos de aliteración e n t r e ellas. En
y p o r c o n c e p t o s filosóficos n o sólo p i t a g ó r i c o s , a n t i g u o s e n I t a -
verso saturnio fué escrito el a n t i g u o carmen ruslicum que recuer-
dan e n t r e otros, Macrobio y F e s t o : lia, sino t a m b i é n e p i c ú r e o s y estoicos, t o d o lo c u a l c o n s t i t u y ó
el p r i m e r v e h í c u l o p a r a la i n v a s i ó n l i t e r a r i a d e G r e c i a e n Ro-
Hiverno pulvere - Verno, luto. m a . P o r e n t o n c e s c o m o s e h a dicho, l l e n a n d e a d m i r a c i ó n á los
Grandia farra — Camille, metes. romanos las lecciones de g r a m á t i c a y critica l i t e r a r i a de Crates
En el mismo l i n a j e de verso, a u n q u e con muy v a r i a distribución y d e M a l l o s , q u i e n e n v i a d o e n c a l i d a d d e e m b a j a d o r al S e n a d o ,
extensión se han escrito o t r a s m u c h a s poesías. R e c o r d e m o s la ins- p o r h a b e r r o t o u n a p i e r n a v é s e o b l i g a d o á d e t e n e r s e e n t r e los
cripción en oro de una tumba de P r e n e s t e , que se c r e e del s. 3 0 de l a t i n o s . P o c o s a ñ o s d e s p u é s v i e n e á R o m a la e m b a j a d a a t e n i e n -
los Reyes: Manios med fhefhaked numasio (esto es, Manius me fe- se d e los t r e s filósofos, d e q u e h a b l a m o s e n o t r o l u g a r , q u e t a n
cit N'umerio—para Numerío); la l l a m a d a "inscripción de D u e ñ o " de g r a t a i m p r e s i ó n p r o d u c e e n la c i u d a d c o n s u s d i s c u r s o s ; s i g u e
traducción incierta y muy discutida, h a l l a d a en R o m a (1880) y ' g r a - l a t o m a d e C o r i n t o y la c a í d a d e la G r e c i a , lo c u a l o c a s i o n a la
b a d a en una taza de b a r r o cocido: Jovei sal Deivos qoi med mitat
t r a s l a c i ó n á R o m a d e m u c h o s h e l e n o s q u e d i f u n d e n allí s u len-
net ted endo cosmis virco sied asted - noisi Ope Toitesiai pakari
g u a h a s t a el p u n t o d e q u e n o sólo se l e e n los a u t o r e s g r i e g o s
vois - Dueños med feced en manon einom die noine me mano sta-
sin n e c e s i d a d d e s e r t r a d u c i d o s , sino q u e e n el t e a t r o r o m a n o
tod. I m p o r t a n t e s también p a r a la t e o r í a de los s a t u r n i o s son algu-
n a s inscripciones d e s c u b i e r t a s en R o m a en las t u m b a s de los Scipio- se r e p r e s e n t a n los d r a m a s e n g r i e g o , n o f a l t a n d o q u i e n e s , co-
nes, como la de L. Cornelio B a r b a t o (Cónsul en el 495 de Roma): m o P . C r a s o el j u r i s t a ( s e g ú n t e s t i m o n i o d e V a l e r i o M á x i m o )
c o n o c í a n á p e r f e c c i ó n los cinco d i a l e c t o s g r i e g o s y los h a b l a -
Hone oino ploirume—consentiont A'- omai—
Duonoro optumo—Fuise viro b a n c o m o la l e n g u a p r o p i a . D e e s t a s u e r t e , á fines d e l siglo VI
Luciom Scipione—Filios Barbati las v e i n t e e s c u e l a s d e G r a m á t i c a q u e e x i s t e n e n R o m a , o r g a n i -
Cónsul, censor, aidilis-Hic fuit « - p u d v o s - z a n y a u n a d i v i s i ó n m e t ó d i c a d e sus e s t u d i o s , p r e l u d i o d e l a
Hec cepit Cor sica—Aleriaqtie urbe q u e p r e v a l e c i ó siglos d e s p u é s , d i s t i n g u i é n d o s e la g r a m á t i c a in-
Dedet Tempestatebus—Aide mereto.
ferior ó enseñanza d e l o s primeros elementos (litteratores,
Otros ejemplos pueden v e r s e en la Poesía in Roma neiprimi chi- grammatistaej, la g r a m á t i c a s u p e r i o r ó p e r f e c c i ó n g r a m a t i c a l
que secóli de Ramorino, y en el m á s r e c i e n t e t r a b a j o de S . Ricci y e d u c a c i ó n d e l g u s t o l i t e r a r i o (litterati, grammatici), la r e t ó -
Epigrafía latina. El citado R a m o r i n o no cree i m p r o b a b l e y está r i c a ó e n s e ñ a n z a del a r t e d e b i e n d e c i r (rhetores), y l u e g o la
en efecto lejos de serlo, que el s a t u r n i o latino sea r e s t o é indicio de filosofía fphilosophi). L a s i g n i f i c a c i ó n y a l c a n c e d e e s t a s escue-
un a n t i g u o m e t r o común á la estirpe a r i a n a (á v a r i a s de sus ramifi- las de u n a p a r t e , q u e t e n d í a n al monopolio doctrinal, y de otra
caciones, al menos), de donde h a podido o r i g i n a r s e el verso silábico
los a b u s o s d e los m a e s t r o s d e r e t ó r i c a , d i e r o n l u g a r á l a s dos
del Zendavesta, el m e t r o de los himnos védicos y el e x á m e t r o ^rie-
d i r e c c i o n e s q u e a p a r e c e n c l a r a m e n t e e n el siglo V I I d e R o m a ,
g o , con la diferencia de que donde como en G r e c i a , prevaleció la
u n a conservadora opuesta á la invasión helénica, á la cual se
distribución rítmica de las p a l a b r a s al pronunciar, fué p r e f e r i d a la
cuantidad m i e n t r a s en el L a c i o por h a c e r s e m á s p e r c e p t i b l e la di- le a c u s a b a d e d e s m o r a l i z a d o r a , y o t r a d e c r i t e r i o innovador
versidad de silabas a c e n t u a d a s ó no que las de vocales l a m a s v bre- q u e r e p r o b a n d o los a b u s o s , se d e c l a r a b a e n f a v o r d e l a s c o r r i e n -
ves, se dió p r e f e r e n c i a al acento.
tes iniciadas o r i g i n á n d o s e con e l l o u n a l u c h a m ü y sostenida m a e s t r o del g r a n d e filólogo V a r r ó n y d e Cicerón, c o m e n t a d o r
en pro y en c o n t r a del g r i e g o , q u e a c a b ó p o r el t r i u n f o d e los d e los h i m n o s salios, d e las doce t a b l a s é i n s t a u r a d o r d e la cri-
p a r t i d a r i o s d e éste, s e c u n d a d o s por el m o v i m i e n t o i r r e s i s t i b l e t i c a p l a u t i n a ; d e L i v i o A n d r ó n i c o , á su vez m a e s t r o de l e t r a s
d e la n a c i ó n e n t a l s e n t i d o (1). g r i e g a s y l a t i n a s e n las q u e i n f l u y ó con sus escritos ( a u n q u e d e
D e s d e el p u n t o d e v i s t a filológico-gramatical, los n o m b r e s ellos d e c i a Cicerón q u e no m e r e c i a n s e r leídos dos veces) y con
q u e en el p e r i o d o arcaico á q u e nos r e f e r i m o s m e r e c e n ser cita- t r a d u c c i o n e s como la d e l a Odisea hecha en s a t u r n i o s r e f o r m a -
dos son: el d e S p u r i o Carvilio, el p r i m e r o q u e a b r i ó e n R o m a dos q u e p o r t e s t i m o n i o d e H o r a c i o sabemos se l e í a n a ú n en su
e s c u e l a g r a m a t i c a l l a t i n a , cuyo m é t o d o v i n o á a m p l i a r l u e g o t i e m p o e n l a s e s c u e l a s , d e b e n m e n c i o n a r s e en e s t a época el
Orates d e Mallos i n t r o d u c i e n d o e l p r i m e r o e l m é t o d o g r i e g o p o e t a Accio (Accius ó Attius) y C. Lucilio, c a b a l l e r o d e naci-
y l a critica l i t e r a r i a . A C a r v i l i o se le a t r i b u y e l a i n t r o d u c c i ó n m i e n t o (el p r i m e r e s c r i t o r r o m a n o q u e n o f u e s e esclavo ó ple-
e n el a l f a b e t o r o m a n o d e l a G ( r e p r e s e n t a d a a n t e s p o r l a C, q u e beyo). A Accio se le d e b i e r o n v a r i a s r e f o r m a s o r t o g r á f i c a s , si
bien c a y e r o n l u e g o e n desuso, como la d e s i g n i f i c a r en la escri-
t e n i a doble e q u i v a l e n c i a ) , y la supresión de la Z p o r innecesa-
t u r a las v o c a l e s l a r g a s con la d u p l i c a c i ó n d e l a l e t r a , costum-
ria (supresión q u e a l g u n o s dicen ser de Apio Claudio); el p o e t a
b r e c o r r i e n t e e n t r e otros Ítalos (Oseos, U m b r í o s y Sabelios), el
E n n i o , a m i g o d e Scipión y m a e s t r o d e l e t r a s g r i e g a s , u n o d e
r e p r e s e n t a r i l a r g a p o r ei, s e ñ a l a r uso distinto á la k, q y c, d e
los m á s g r a n d e s e s c r i t o r e s d e R o m a , q u e c o n t r i b u y ó poderosa-
s u e r t e q u e l a p r i m e r a se e m p l e a s e d e l a n t e d e a, l a s e g u n d a de-
m e n t e á la p e r f e c c i ó n d e l a l e n g u a con sus n u m e r o s o s escritos,
l a n t e de u y la t e r c e r a e n los d e m á s casos y escribir á la m a n e -
i n t r o d u j o el v e r s o heroico g r i e g o en l a l i t e r a t u r a r o m a n a , y es-
r a g r i e g a aggelus p o r ángelus, aggulus p o r angulus, etc., p a r a
tableció el uso d e d u p l i c a r l a s c o n s o n a n t e s d e sonido m á s a g u -
h a c e r d i s t i n g u i r l a n a s a l g u t u r a l d e o t r a s n a s a l e s . A m á s de es-
do, con lo c u a l se r e s t a b l e c í a el v a l o r etimológico d e m u c h a s to i n t r o d u j o Accio l a i n n o v a c i ó n d e q u e e n los n o m b r e s g r i e g o s
p a l a b r a s y l a c u a n t i d a d d e a l g u n a s s i l a b a s a l t e r a d a s en l a pro- se c o n s e r v a s e su flexión d i c i e n d o , p o r e j e m p l o , n o Hectorem,
n u n c i a c i ó n v u l g a r . Los Anales d e E n n i o , h e r m o s a i m i t a c i ó n sino Héctor a; Oresten y no Orestem, etc.; i n n o v a c i ó n q u e a l c a n -
d e H o m e r o , n a r r a c i ó n d i v i d i d a en dieciocho libros, e n e x á m e - zó r e l a t i v o é x i t o , q u e f u é d e f e n d i d a p o r V a r r ó n c o n t r a Cicerón
t r o s , d e la h i s t o r i a l e g e n d a r i a d e R o m a d e s d e l a v e n i d a d e y q u e a d o p t a r o n u m v e r s a l m e n t e los p o e t a s d e l a época d e A u -
E n e a s al L a c i o , s i r v i e r o n d e modelo á V i r g i l i o p a r a l a Eneida, g u s t o . Opuesto á las r e f o r m a s d e Accio f u é el c i t a d o C. L u c i l i o ,
q u e tomó de E n n i o n o sólo conceptos, sino t a m b i é n expresio- p o e t a m e n c i o n a d o p o r S. J e r ó n i m o y f u n d a d o r del v e r d a d e r o
nes é i m á g e n e s (2). D e s p u é s de E n n i o , a d e m á s d e Elio Stilón, g é n e r o satírico e n R o m a (cuyos p r i m e r o s esbozos h a l l a m o s a n -
tes en las Satural d e E n n i o ) , á q u i e n el i d i o m a l a t i n o d e b e bas-
t a n t e s p r o g r e s o s , y si b i e n e s c r i b í a con cierto descuido y desali-
(1) En el último tercio del siglo V I las exageraciones y extra-
ñ o q u e le e c h a en c a r a H o r a c i o y q u e él mismo reconocía al
vagancias en la enseñanza de la elocuencia dieron lugar á que los
censores Cn. Domicio Enobarbo y L. Licinio Crasso fijasen su edicto
de prohibición, cuyos motivos se recuerdan en M. Tulio —De Orat.—,
y en Aulo Gelio —N. Att.—; Suetonio —De Reth.— nos han conserva-
do el edicto mencionado. A últimos del mismo siglo, después de la los mayores los de las tragedias (unos 400 versos) y los de los Anua-
expulsión de los filósofos Alceo y Filisco, se t r a t ó de hacer salir de les que llegan á 690. (V. la edic. de L. Müller de 1885, Q. Ennicarm.
Roma á los retóricos y filósofos, como atestigua Suetonio, y es bien reliquiae etc., y la de los Anales hecha en 1900 por Valmagi). Si no
conocida la oposición hecha á Scipión Africano por el partido con- fuesen suficientes estos restos de las obras de Ennio p a r a atestiguar
servador con motivo de sus tendencias helénicas. Scipión Africano su verdadero mérito, bastaría recordar el grande honor en que le tu-
representó en su época la dirección innovadora, como algún tiempo vieron hombres como Cicerón, Horacio y Quintiliano (sin contar Lu-
después capitaneó la conservadora M. P. Catón, inspirador de va- crecio y Ovidio), p a r a atribuírselo. En la decadencia hubo quienes lo
rios decretos del Senado contra los adversarios, cuyo triunfo vino al preferían á Virgilio, y en su tiempo los Anales producían entusias-
fin él mismo á atestiguar dedicándose, ya septuagenario, al cultivo mo delirante. Ennio tradujo la 'lega avaygacpr¡ de Evhemero, autor
de la literatura g r i e g a . del evliemerismo ó sistema que explica el origen de la mitología
(2) De las varias obras de Ennio (Anales, Tragedias, Comedias, griega por l a divinización hecha de los héroes; la cual teoría aplica-
Sátirag etc.), no quedan más que fragmentos, entre los cuales son ba Ennio á las divinidades romanas de la misma manera.
I - 1 2 6 -

d e c i r q u e escribía p a r a las p r o v i n c i a s r o m a n a s y n o p a r a la ciu-


d a d , sin e m b a r g o no le h a n f a l t a d o elogios d e C i c e r ó n , Quinti-
l i a n o y del mismo H o r a c i o , l l e g a n d o en t i e m p o d e T á c i t o á ser
p r e f e r i d o al p o e t a v e n u s i n o . L u e i l i o dedicó e n t e r o el Kbro I X d e
sus Sátiras á c u e s t i o n e s g r a m a t i c a l e s , i m p u g n a n d o á Accio so-
urbanus
- 1 2 7 -
A1 e n t r a r e n el p e r i o d o l i t e r a r i o d e l a e d a d d e Cicerón, v e s e
no sólo a c e n t u a d a la d i f e r e n c i a del sermo plebeius y del sermo
del periodo a r c a i c o , sino q u e t a m b i é n a p a r e c e a q u é l
f r a c c i o n á n d o s e en m ú l t i p l e s dialectos c o r r e s p o n d i e n t e s á l a s
provincias que Roma iba conquistando, de donde más adelante
d e b í a n r e s u l t a r l a s l e n g u a s r o m a n c e s q u e s o b r e v i v i e r o n á su
b r e todo e n su t e o r í a d e r e d u p l i c a c i ó n d e vocales l a r g a s , 6 intro- i m p e r i o ; d e e s t a s u e r t e , las l u c h a s e x t e r i o r e s d e los r o m a n o s
d u c i e n d o i n n o v a c i o n e s como l a d e q u e el n o m . pl. d e l a s e g u n d a m i e n t r a s p o r u n a p a r t e d e s p i e r t a n el e s p í r i t u l i t e r a r i o y contri-
d e c l i n a c i ó n se escribiese con ei e n v e z d e i, q u e r e s e r v a b a p a r a b u y e n á l e v a n t a r l a l e n g u a g r a v e y a c o m p a s a d a del Lacio, el
el g e n . d e s i n g u l a r d e d i c h a d e c l i n a c i ó n . A estos e s c r i t o r e s p r i n - sermo urbanus, á l a s a l t u r a s d e c u l t í s i m o i d i o m a , p o r o t r a pre-
c i p a l m e n t e , y e n g e n e r a l á los c u l t i v a d o r e s d e l a poesía épica p a r a con las c o n q u i s t a s y la c o n s i g u i e n t e imposición del h a b l a
q u e v e l a r o n solícitos p o r la s e v e r i d a d m é t r i c a , son debidos los latina elementos de destrucción de aquella misma g r a v e d a d y
p r o g r e s o s del i d i o m a del L a c i o e n l a época arcaica y l a distin- h a r m o n i a en las clases p o p u l a r e s , q u e p r o d u c e n con el sermo
ción q u e e n t o n c e s se estableció e n t r e el sermo rusticus del pue- rusticus las mil v a r i a n t e s del sermo provincialis ó dialectos ro-
blo, el c u a l c o n t i n u ó h a b l a n d o e n l a p r i m i t i v a f o r m a s u e l t a é in- m á n i c o s . Y c u a n d o la f u e r z a e x p a n s i v a del d o m i n i o r o m a n o
d e p e n d i e n t e , y el sermo urbanus, que va limándose, enrique-
c i é n d o s e y r e g u l á n d o s e c a d a v e z m á s p o r obra d e la l i t e r a t u r a ,
h a s t a f o r m a r l e n g u a j e d i s t i n t o del t o d o é i n c o m p r e n s i b l e p a r a g o y su tendencia á cambiar definitivamente la medida del acento
l a m a y o r í a del v u l g o (1). por la de la cuantidad, dista mucho de tener la fijeza y fuerza sufi-
ciente p a r a oponer á las desviaciones usuales, reflejamente litera-
rias, dique estable y duradero; metro originariamente popular, con-
(1) P a r a apreciar la diferencia lingüística en el sentido indicado, servó en todo tiempo el sello de su procedencia, y aun la timidez é
basta comparar los restos literarios anteriormente aludidos del pe- inseguridad de sus pasos; al ser transformado le desautorizaron cada
ríodo primario con el período arcaico á que nos referimos. Dentro vez más para imponer ley á la lengua. Pero ni aun al e n t r a r en Ro-
del mismo período arcaico es dado encontrar ejemplos elocuentes m a la métrica decididamente cuantitativa, cuya necesidad sintieron
de las dos clases de sermones latini. Al lado de Ennio y de Plauto, luego poetas, cómicos y trágicos al imitar los modelos griegos, de
p. ej. las páginas latinas del decreto de L. E. Paulo (inscripción en donde acabaron por tomar el verso como habían tomado el argu-
bronce, descubierta en España en 1867) y del documento de los baca- mento, se dejó sentir su influencia benéfica en los dominios del len-
nales, uno y otro del tiempo del mismo Plauto, ofrecen diferencias g u a j e de una m a n e r a ostensible; la poesía dramática, en efecto, y en
muy notables, lo mismo fonéticas (comp. ceiueis y civi, cinvorsei y especial la cómica, lejos de oponerse á la corrupción lingüística del
universi, arfuisse y adfuisse, etc.), que morfológicas y de flexión latín popular, buscó allí muchos de sus elementos y aceptó sin escrú-
(nominus genit. por nominis, senatuos genit. por sena tus, conven- pulos la pronunciación vulgar con todos los defectos contraídos por
ionid ablat. por contione, potisit por poterit, adíese—adiisset, etc.) la acción del tiempo y la ausencia de vida literaria durante siglos, de
Recuérdese que g r a n parte del lenguaje de las comedias plautinas donde provino el escaso respeto á la prosodia y la métrica irregu-
está directamente tomado de boca del pueblo cuya libertad y soltura lar y abrumada de licencias que el aludido género literario llegó á
lingüística intentó reproducir, p a r a apreciar en el cotejo con las alu- sancionar. Otros fueron los procedimientos de la métrica épica (exá-
didas formas arcaicas la diversidad de expresión entonces reinante. metro heroico y luego metro elegiaco) que desde Ennio domina en-
Por lo demás, con todo el relativo progreso literario que suponen los t r e los latinos, la cual ya por la naturaleza del metro empleado, ya
escritos de Ennio P l a u t o , Terencio etc., su lenguaje resulta lleno por la mayor elevación de los asuntos, y no poco por obra y lauda-
de arcaísmos cuando nos trasladamos á la época del clasicismo lati- ble empeño de los poetas, se opuso desde luego á las innovaciones
no, última manifestación del primitivo sermo urbanus. del vulgo rechazando muchas de sus voces deformadas, restituyendo
Hemos indicado arriba á la poesía épica como influyente en la otras á su prístina pureza y estableciendo investigaciones regulares
lengua y en la lingüística latina en el período arcaico. En efecto, de sobre las formas más legítimas de las palabras y el correspondiente
las tres especies métricas que es dado distinguir en la fase literaria valor prosódico de las mismas, con lo cual vinieron los épicos, á cuya
mencionada (saturnia, cómica y épica) sólo á la épica son debidos cabeza encontramos á Ennio, á constituirse en beneméritos servido-
progresos positivos. El saturnio que Andrónico y Nevio procuran res de la etimología y de la lingüística de aquel tiempo.
sostener, á pesar de que no es y a puro y muestra bien el corte grie-

-
r e a l i z a b a asi la variedad d e n t r o d e la unidad l i n g ü i s t i c a lati- E n el p e r i o d o d e q u e nos o c u p a m o s los críticos y g r a m á t i -
n a , el m o v i m i e n t o i n t e r i o r ocasionado sobre todo p o r l a g u e r r a cos e s t á n e n g e n e r a l á la a l t u r a d e su época, y S u e t o n i o e n su
social, l l e v a b a o t r a variedad glótica de los Ítalos á la u n i d a d libro De Grammaticis, e n u m e r a n o pocos d e éstos. E n t r e ellos
d e la l e n g u a del L a c i o , r e d u c i e n d o las v a r i a s e s t i r p e s d e l a fa- h a b r e m o s d e m e n c i o n a r , d e s p u é s del crítico S e r v i o Clodio re-
milia i t á l i c a b a j o el p o d e r d e R o m a y c o n s i g u i e n d o q u e las pro- c o r d a d o con e l o g i o p o r Cicerón, á A u r e l i o Opilio, m a e s t r o su-
vincias se romanizasen con la d e s a p a r i c i ó n p r o g r e s i v a d e los c e s i v a m e n t e d e filosofía, d e r e t ó r i c a y de g r a m á t i c a , a u t o r d e
dialectos u m b r í o , oseo y e t r u s c o , s u s t i t u i d o s p o r el l a t í n en poco u n pinax ó í n d i c e d e o b r a s g e n u i n a s y no g e n u i n a s d e P l a u t o ,
tiempo. y de u n t r a t a d o filológico Las nueve musas; A. G r i f ó n , a u t o r
A l a é p o c a d e Cicerón, en la c u a l l l e g a la l e n g u a d e l a pro- d e dos v o l ú m e n e s De latino sermone, á c u y a e s c u e l a n o se des-
sa l a t i n a á su a p o g e o , como la l e n g u a d e la poesía t i e n e su e d a d d e ñ a b a d e asistir M a r c o T u l i o s i e n d o y a p r e t o r ; M; P o m p i l i o
d e oro e n l a é p o c a d e A u g u s t o , le c o r r e s p o n d e en la g l o t o l o g í a A n d r ó n i c o , d e o r i g e n sirio, q u e compuso u n libro sobre los Ana-
r o m a n a l u g a r d e i m p o r t a n c i a , no sólo p o r el n ú m e r o y signifi- les de E n n i o ; L . Orbilio P u p i l o , m a e s t r o d e r e t ó r i c a y g r a m á -
t i c a , de q u i e n f u é discípulo H o r a c i o ; A t e y o P r e t e s t a t o , l l a m a -
cación d e sus filólogos, sino t a m b i é n por la fijeza m o r f o l ó g i c a
do el Filólogo, m a e s t r o d e S a l u s t i o , a u t o r d e u n a m i s c e l á n e a
q u e e n t o n c e s a d q u i e r e l a l e n g u a , el p r o g r e s o sintáctico q u e se
en ochocientos libros con el t i t u l o d e Hyle — m a t e r i a , — y d e
e f e c t ú a en e l l a m e r c e d á los e s t u d i o s d e éstos, y la r i q u e z a léxi-
u n t r a b a j o s o b r e el a r t e d e e s c r i b i r d e d i c a d o á A. Polión; Va-
ca q u e la m i s m a l o g r a a l c a n z a r sin d e t r i m e n t o d e la corrección
lerio C a t ó n , q u e enseñó e n R o m a e n tiempo d e Sila y e n c u y o
y t e r s u r a q u e o s t e n t a por d o q u i e r a , h e r m a n á n d o s e e n t o n c e s ,
e l o g i o escribió F . Bibacolo: Cato grammaticus, Latina Siren—
m e j o r q u e en época a l g u n a de las l e t r a s r o m a n a s , los p r i n c i p i o s
Qui solus legit ac facit poetas; L . Cornificio, a u t o r d e l a Retó-
d e l a t e o r í a lógico-lingüistica ( p a l a b r a s a b s t r a c t a s , c o n c r e t a s ,
rica á Herennio; S t a b e r i o E r o , a u t o r d e u n libro De Propor-
especificas, g e n é r i c a s , etc.), las l e y e s d e l a r e t ó r i c a e n su m á s tione, sobre la Analogía, y m a e s t r o d e B r u t o y Casio; Curcio
a m p l i a a c e p c i ó n y los p r e c e p t o s g r a m a t i c a l e s del h a b l a d e Ro- Nicia, a m i g o d e Cicerón, p o r él v a r i a s v e c e s m e n c i o n a d o , a u -
ma. P o r o t r a p a r t e , l a i n f l u e n c i a g r i e g a , á q u e t a n t o d e b i e r o n t o r de u n e s t u d i o s o b r e Liicilio; G a v i o Basso, q u e escribió ade-
las l e t r a s del p e r i o d o a n t e r i o r , se h a c e m á s sensible e n éste, y m á s d e v a r i o s c o m e n t a r i o s , t r a t a d o s De origine verborum y De
110 sólo se l e e n y t r a d u c e n los escritores g r i e g o s , sino q u e las verborum significatione; el n o t a b l e filólogo S a n t r a , a u t o r en-
p r i n c i p a l e s casas r o m a n a s se d i s p u t a n el honor d e s e r v i r d e al- t r e o t r a s o b r a s , d e u n a De viris illustribus y d e l a De antiqui-
b e r g u e á a l g u n o de los muchos doctos m a e s t r o s de la G r e c i a q u e tate verborum. Con estos n o h e m o s de d e j a r de m e n c i o n a r á
se h a l l a n e n l a c i u d a d , y q u e son escuchados con el e n t u s i a s m o u n a d e las g r a n d e s figuras d e R o m a q u e p e r t e n e c e asi á l a his-
s i e m p r e c r e c i e n t e q u e p r o d u c e n las l e t r a s en medio d e a q u e l l a t o r i a política como á l a l i t e r a r i a d e esta época, á J u l i o C é s a r ,
e s p l é n d i d a c u l t u r a d e la l a t i n i d a d (1). h i s t o r i a d o r t a n n o t a b l e como l i t e r a t o i l u s t r e , á q u i e n se d e b e
e n este concepto a d e m á s d e s u p o e m a Iter, de sus e x á m e t r o s
sobre T e r e n c i o , d e sus libros d e s e n t e n c i a s etc., dos libros d e
(1) Mientras los griegos contemporáneos afluían personalmente
g r a m á t i c a De Analogía libri dúo. P e r o s i n g u l a r m e n t e son de
á Roma coadyuvando á la labor del perfeccionamiento literario, los
c i t a r e n e s t e p e r i o d o el e m i n e n t e filólogo M. T e r e n c i o V a r r ó n
antiguos maestros se hallaban presentes mediante sus libros. E. Pau-
lo, ya vencedor, cuidó de trasladar á R o m a una biblioteca completa (llamado Reatino del n o m b r e d e su p a t r i a , p a r a d i s t i n g u i r l o
de autores griegos que pudo alcanzar; después de la destrucción de del otro V a r r ó n , p o e t a , dicho Atacino), u n o d e los m á s g r a n d e s
Atenas, Sila hizo llevar á Roma la biblioteca de Apelicon, que con-
tenía, entre otras, las obras de Aristóteles y Teofrasto, y Lúculo tra-
jo de Oriente el mayor número de libros que pudo conseguir. De este
modo el estudio y crítica de la literatura griega se hizo común entre las producciones homéricas en la epopeya dicha mitológica, repro-
los romanos, á quienes eran familiares lo mismo los grandes poetas ducción literaria del mito griego en la época ciceroniana. El gusto
de Atenas que l o s escritores d e la época alejandrina. L a Iliada griego había llegado á tal refinamiento entre los latinos, que la pro-
(prescindiendo de las demás obras de todo género) se traduce por sa inimitable de M. Tulio era, como es sabido, poco menos que in-
este tiempo dos veces (versiones de Cn. Mazio y de N. Craso, citado aguantable para los partidarios del estilo ático puro y de la elocuen-
éste por Prisciano y Nonio Marcelo), imitándose de varias maneras cia de Demóstenes.
p o l í g r a f o s y el e s c r i t o r m á s f e c u n d o d e t o d a l a a n t i g ü e d a d la-
t i n a , y a d e m á s el e r u d i t o p i t a g ó r i c o N i g i d i o F i g u l o , t a m b i é n l a e n s e ñ a n z a no t i e n e y a el c a r á c t e r p r á c t i c o q u e f u é t r a d i c i o -
p o l í g r a f o i n s i g n e e n c o m i a d o p o r Cicerón y c e l e b r a d o p o r m u - n a l é histórico en t o d a l a v i d a del p u e b l o r o m a n o , sino q u e á
chos como el m á s docto d e los e s c r i t o r e s r o m a n o s d e s p u é s d e l a i n v e r s a d e la a n t i g u a Roma, b u s c a l a m o d e r n a en las l e t r a s
V a r r ó n . D e la m u l t i t u d d e escritos d e V a r r ó n s o b r e casi t o d a s el fin e s p e c u l a t i v o de l a i l u s t r a c i ó n y d e l a c u l t u r a , con lo c u a l
l a s r a m a s del s a b e r (620 libros e n 74 o b r a s s e g ú n los t r a b a j o s los m a e s t r o s d e los v a r i o s g r a d o s d e G r a m á t i c a y d e R e t ó r i c a
d e i n v e s t i g a c i ó n de F . Ritschl), p u d i é r a m o s c o n t a r á n u e s t r o (bien q u e é s t o s no t a r d a s e n e n d e c a e r ) a d q u i r i e r o n m a y o r e s
p r o p ó s i t o los d e c r í t i c a l i t e r a r i a , los de e l o c u e n c i a , los d e retó- p r e s t i g i o s y t r a t a r o n á su v e z d e e n c a m i n a r m á s s e ñ a l a d a m e n -
r i c a y l i t e r a t u r a , con la o b r a e n v e i n t i c i n c o libros De lingua la- t e al ideal d e l a l i t e r a t u r a las r e g l a s d e sus r e s p e c t i v a s discipli-
tina. De é s t a (como d e l a s d e m á s o b r a s del m e n c i o n a d o escri- nas. L a s bibliotecas c r e a d a s p o r este t i e m p o en R o m a (la d e Po-
tor) se h a p e r d i d o l a m a y o r p a r t e , no q u e d a n d o m á s q u e seis lión, en el a t r i o d e l a l i b e r t a d , las dos o c t a v i a n a s , u n a e n el
d e los v e i n t i c i n c o libros De lingua latina, q u e son del q u i n t o al t e m p l o d e A p o l o P a l a t i n o , y o t r a en el pórtico d e Octavia), f u e -
d é c i m o , a m b o s i n c l u s i v e , con a l g u n a s deficiencias y l a g u n a s ; r o n u n g r a n a l i c i e n t e p a r a el cultivo d e los e s t u d i o s g r a m a t i -
los t r e s p r i m e r o s e s t á n c o n s a g r a d o s á c u e s t i o n e s etimológicas^ cales con t e n d e n c i a s criticas y d e f o r m a c i ó n del g u s t o l i t e r a r i o
y los r e s t a n t e s á l a flexión y sus leyes s e g ú n las t e o r í a s domi- s o b r e los modelos g r i e g o s y romanos a n t e r i o r e s , y el h e c h o mis-
n a n t e s e n l a é p o c a . (V. l a edic. d e Oft. Müller, 1830, v s o b r e mo d e q u e el clasicismo d e J u l i o César y d e Marco T u l i o ten-
t o d o l a d e S p e n g e l d e 1885). d í a n á d e s a p a r e c e r en l o s prosistas d e l t i e m p o d e A u g u s t o ,
m i e n t r a s e n éstos se e n c e n d í a c a d a v e z m á s el deseo (poco dis-
Como V a r r ó n , escribió N i g i d i o F í g u l o s o b r e a s u n t o s espe-
creto en la e j e c u c i ó n ) d e m a n t e n e r í n t e g r o y p u r o el depósito
c u l a t i v o s y p r á c t i c o s d e t o d o g é n e r o , y a d e m á s d e los t r a b a j o s
de l a l e n g u a , c o n t r i b u y ó 110 poco á los p r e s t i g i o s d e los p r e c e p -
d e c a r á c t e r l i t e r a r i o , t r e i n t a libros d e Commentarii gramma-
tores de l a G r a m á t i c a , de q u i e n e s se e s p e r a b a l o g r a s e n c o n j u -
tici m u y c e l e b r a d o s e n su t i e m p o .
r a r los p e l i g r o s i n m i n e n t e s de u n a total d e c a d e n c i a l a t i n a . Los
Con los e s c r i t o r e s m e n c i o n a d o s c i é r r a s e l a t e r c e r a y ú l t i m a sermones provinciales de que hemos hablado antes, hacían en
d e l a s s e c c i o n e s e n q u e h e m o s d i v i d i d o l a edad antigua de l a efecto su c a m i n o , y si en todo el o c c i d e n t e del I m p e r i o , e n las
filología r o m a n a q u e c o n c l u y e con el siglo V I I , p a r a d a r l u g a r Galias, en A f r i c a , en E s p a ñ a , d o m i n a b a el l a t í n , sobre él h a c í a n
á l a edad moderna d e los e s t u d i o s l i t e r a r i o s e n g e n e r a l , y e n s e n t i r su eficacia los dialectos y l e n g u a s d e e s t a s r e g i o n e s con-
especial á n u e s t r o i n t e n t o , d e los l i n g ü í s t i c o s . L a edad moder- q u i s t a d a s q u e le l l e n a b a n de provincialismos. Estos p r o v i n c i a -
na d e la l i n g ü i s t i c a l a t i n a c o m i e n z a , s e g ú n q u e d a dicho, con lismos l l e g a r o n á R o m a como l l e g a r o n g e n t e s d e t o d a s las re-
el i m p e r i o y c o m p r e n d e , como l a a n t i g u a , t r e s secciones d e g i o n e s del i m p e r i o q u e no c o n s e g u í a n p r e s e n t a r s e sin los dejos
t i e m p o: l a e d a d d e A u g u s t o (712 d e R . - 4 2 a. J . C. al 14 d e C.> d e su h a b l a n a t i v a (de ellos 110 a l c a n z a r o n á d e s p o j a r s e escrito-
el p r i m e r siglo d e l a e r a v u l g a r h a s t a l a m u e r t e d e T r a j a n o r e s como S é n e c a y T i t o Livio) a m e n a z a n d o asi i n v a d i r con sus
(14 d. J . C. al 117), y finalmente, el t i e m p o q u e c o r r e h a s t a l a giros y locuciones el sermo urbanus e n l a m i s m a c i u d a d d e l a s
e n t r a d a d e l a E d a d Media d e s d e el siglo I I d e l a e r a v u l g a r . siete colinas. P o r o t r a p a r t e s u s t i t u i d o el ideal d e la e l o c u e n c i a
M u d a d a s con l a e d a d i m p e r i a l las c o n d i c i o n e s p o l í t i c a s d e p o r las e l e g a n c i a s c a d a v e z m á s c o r r e c t a s y f a s c i n a d o r a s d e la
R o m a , el m o v i m i e n t o l i t e r a r i o q u e j a m á s f u é e x t r a ñ o al m e d i o p o é t i c a l a t i n a q u e á m a r a v i l l a h a c í a n r e s a l t a r á la sazón las
a m b i e n t e social e n q u e se o r i g i n a y sostiene, n o p u d o p e r m a - o b r a s de Virgilio, H o r a c i o y Ovidio, los prosistas r o m a n o s con
necer indiferente á l a s n u e v a s direcciones q u e solicitaban á la m a r c a d o m a l g u s t o y c u a l si las i m á g e n e s y g i r o s d e la poesía,
i n t e l i g e n c i a y á los d i s t i n t o s a l i c i e n t e s y e s t í m u l o s q u e se ofre- los a r c a í s m o s a l g u n a v e z e n ésta r e p r o d u c i d o s p o r m o t i v o s d e
c í a n . El cultivo d e l a e l o c u e n c i a q u e á t a n e x t r a o r d i n a r i a al- a r t e asi como m e t á f o r a s , construcciones é i m i t a c i o n e s propia-
m e n t e g r i e g a s p u d i e r a n sin d e t r i m e n t o d e la l e n g u a t r a s l a -
t u r a l l e g a e n l a é p o c a c i c e r o n i a n a , d e c a y ó v i s i b l e m e n t e ; l a poe-
darse á una prosa limpia y bien entendida, t r a t a r o n de ajustar
sía v i n o á p r e v a l e c e r sobre l a p r o s a , y a l i m e n t a d a con los g r a n -
al estilo poético las p r o d u c c i o n e s no s u j e t a s al m e t r o , con lo
des modelos del a r t e g r i e g o , a l c a n z ó en f o n d o y f o r m a , y m á s
c u a l a q u e l l e n g u a j e q u e en los p o e t a s e r a d e i n s u p e r a b l e ele-
e n ésta q u e en a q u é l , los q u i l a t e s d e p e r f e c c i ó n suprenna, v si
g a n c i a , resultó en los prosistas vicioso y r e p r o b a b l e , a c e n t ú a n -
b i e n p o r e n t o n c e s n o se h a c a m b i a d o d e p l a n en las escuelas,
do e n la é p o c a d e A u g u s t o y a q u e no l a d e c a d e n c i a , el carác-
t e r d e u n a e t a p a d e t r a n s i c i ó n q u e v e r d a d e r a m e n t e le corres- eficacia su i n f l u e n c i a . R e c o r d e m o s a d e m á s del n o t a b l e filólogo
ponde. e s p a ñ o l C. J . H y g i n i o b i b l i o t e c a r i o d e la P a l a t i n a (1), á P . R u t i -
E n t r e t a n t o d e c a í a n d e sus p r i m e r o s p r e s t i g i o s los retóricos, lio L u p o , g r a m á t i c o y retórico, a u t o r de u n a o b r a e n dos libros
c u y a s e s c u e l a s i b a n d e g e n e r a n d o como las q u e a n t e s p r e p a r a - Skemata lexeos, t r a s u n t o d e o t r a d e u n retórico g r i e g o , Gor-
ron el decreto d e e x p u l s i ó n d e Craso y Domicio. E n t r e los nom- g i a s ( c o n t e m p o r á n e o d e Rutilio), q u e t r a t a b a de las figuras d e
b r e s d i g n o s de r e s p e t o q u e d a b a n en e s t a e d a d el del e s p a ñ o l p e n s a m i e n t o y d e las de p a l a b r a , y d e la c u a l sólo se c o n s e r v a
M. P o r c i o L a t r o n e , el d e A. Fusco, asiático, el de C. A. Lilo, l a s e g u n d a p a r t e ; Sinio C a p i t ó n q u e escribió a d e m á s d e sus li-
ítalo, e t c . , y sobre t o d o el del e m i n e n t e cordobés A. S é n e c a , b r o s De Antiquitatibus, m u c h a s epístolas g r a m a t i c a l e s ; M. Ve-
g l o r i a l e g i t i m a d e E s p a ñ a y d e R o m a al mismo t i e m p o (1). Los rrio F l a c o q u i e n , á más de sus Fasti, Rerum etruscarum, etc.,
publicó su De verborum significatu, del c u a l t e n e m o s el ex-
g r a m á t i c o s , q u e s u p i e r o n m e j o r sostener su disciplina, g o z a r o n
t r a c t o De Significatione verborum, de Festo, compendiado á
d e m a y o r e s t i m a al m i s m o tieihpo q u e d e j a r o n s e n t i r con m á s
la v e z p o r P a b l o D i á c o n o en el siglo IX; Cecilio E p i r o t a , el pri-
m e r c o m e n t a d o r g r a m a t i c a l d e Virgilio y d e otros p o e t a s con-
(1) No han faltado quienes, como Posevino, R. Agrícola y otros,
han identificado á Marco Séneca el retórico, y á Lucio Séneca el filó-
sofo y filólogo, opinión que de antiguo fué desestimada (y que con-
tradice Marcial, Epigr. LXI1), acabando por ser rechazada de la (1) Cayo Julio Hygino es el filólogo español m á s antiguo, corres-
crítica en absoluto. Entre los más explícitos y concretos en señalar pondiente á la edad de Augusto. De él se ha ocupado con elogio Sue-
la diversa personalidad y representación literaria de ambos Séne- tonio, De illustr. Grammaticis, como discípulo distinguido del gra-
cas, padre é hijo respectivamente, figura el Volaterrano, señalándo- mático griego Cornelio Alejandro, llamado Polyhstor por su erudi-
se con él Justo Lipsio, Ambr. de Morales, Andrés Scoto, Luis Vi- ción de la antigüedad. El mismo Suetonio le declara español; con el
ves etc. sobrenombre de Polyhstor, como su maestro, se le conocía cuando
fué Prefecto de la Biblioteca Palatina, donde adquirió renombre y
Por lo que hace á Lucio Séneca, á quien nos referimos aquí, puede
muchos discípulos, contando entre las personas de su amistad á Ovi-
verse su mejor biografía y completa relación de lugares de escritores
dio, M. Séneca, al Cónsul C. Licinio etc.
antiguos que citan ó se ocupan del ilustre cordobés (trabajos ambos
Sobre el número de obras de Hygino, "docto en todo género de
de J. Lipsio), en la edición plontiniana L. Annaei Senecae Philoso-
letras", según Ambrosio Morales, "grande hombre en la profesión
phi opera quae exlant omnia —a Justo Lipsio emendata et scholiis
de Retórica y comentador insigne de Virgilio," como dice Luis Vi-
illustrata—lA.DClÁl. De ella toma Nicolás Antonio la mayor parte
ves, no todos están conformes. Entre los trabajos que nadie le dis-
de sus datos; y á la Biblioteca ant. de éste, así como á la Bibliotec.
puta están sus Comentarios á Virgilio y el tratado De vita rebusque
lat. de Fabricio, remitimos el lector por lo que se refiere á las su-
illustrium virorum, que es citado por A. Gelío en el libro I de sus
puestas epístolas entre Séneca y San Pablo, que aparecen en algu-
Noches Aticas, por S. Jerónimo, en el Prólogo al tratado de los Es-
nas ediciones de L. Séneca y se han impreso también separadamente.
critores eclesiásticos, y por Asconio Pediano en su Comentario á
Entre las ediciones completas de Séneca, es de mencionar, ade- Marco Tulio.
más d e l a indicada de Plontino, la parisiense d e Adriano Tiffai-
Luis Vives en su Prefacio á la Geórgica de Virgilio habla de
ne (1619), que contiene las obras de los dos Sénecas, acompañando á
Hygino como conterráneo suyo, y de él se ocupan también con enco-
las de Lucio Séneca, á más de los comentarios de Lipsio, la crítica
mio, entre otros, Ambrosio de Morales en el libro VIII de la Cróni-
de Erasmo y una g r a n colección de tratados compuestos con pasajes
ca general de España; Mariana en el libro III de su Historia, y en
y doctrinas de Séneca, por Dionisio Godofredo, los cuales se han tra-
especial Nicolás Antonio en el libro I de su Biblioteca.
ducido á muchos idiomas. Entre ellos figura uno intitulado: De Arti-
No han faltado quienes erradamente tuvieron á Hygino por Ale-
bus, quas liberales vocant, ut Grammatica, Relhorica, Oratoria,
jandrino, sin otro fundamento que el origen de su maestro Cornelio
Declamationibus, Historia, Poetice, Dialectice, Sophistice etc.
Alejandro, griego de nación, y la aptitud para el equívoco en el
Otra edición parisiense de 1627 lleva, entre otros comentarios, los
calificativo alejandrino del nombre d e su maestro. Cual fuese la
de Mureto, Godofredo, Erasmo, Lipsio, Scoto, el Pinciano, Morellio,
verdadera patria de dicho gramático Cornelio Alejandro es objeto
Isaac Pontano etc. L a s ediciones posteriores, sin excluir i a correcta
de discusión por las encontradas noticias que de él nos dan Stéfano,
de los Elsivirios, apenas son otra cosa que reproducción de las di-
Suidas y otros escritores, conviniendo todos, sin embargo, en su mé-
chas y de mayor ó menor número de sus comentarios mencionados.
rito como gramático y hombre de saber.
t e m p o r á n e o s ; el filósofo L. Crasicio, p r e c e p t o r d e G r a m á t i c a y
c i t a d o en los g r a m á t i c o s posteriores p o r su m é t o d o especial,
c o m e n t a d o r del p o e m a Smirna d e E l v i o C i n n a ; Scribonio Afro-
a u n q u e d i s e n t i e n d o éstos no pocas veces d e su d o c t r i n a .
disio q u e escribió De Orthograpliia; y Clodio T u s c o , del cual se
Al c o m e n z a r l a t e r c e r a y iiltima fase d e l a filología r o m a n a ,
h a c o n s e r v a d o t a n sólo su C a l e n d a r i o a s t r o n ó m i c o en la t r a d u c -
ó s e a c o n el siglo s e g u n d o d e la E r a v u l g a r ( d e s d e A d r i a n o á
ción g r i e g a d e L o r e n z o Lido. S e p t i m i o Severo) la l i t e r a t u r a l a t i n a m u é s t r a s e c a d a v e z m á s
E n t r a m o s en l a s e g u n d a f a s e d e l a e d a d m o d e r n a de l a s le- c a m i n a n d o á l a d e c a d e n c i a (1). L a l e n g u a m i e n t r a s q u e p o r e n -
t r a s l a t i n a s , ó en el siglo p r i m e r o d e l a e r a v u l g a r . Y si b i e n la tonces a d q u i r í a la n o r m a d e f i n i t i v a d e su d e s a r r o l l o f o n é t i c o y
h e r e n c i a l i t e r a r i a , sobre todo p o é t i c a , d e l a é p o c a a n t e r i o r p u . m o r f o l ó g i c o , a d m i t í a p a r a l a s i n t a x i s c o n s t r u c c i o n e s no legi-
d i e r a h a b e r c o n t r i b u i d o al m a n t e n i m i e n t o d e l a c u l t u r a en e s t e t i m a d a s p o r los clásicos, en la p a r t e léxica voces i n u s i t a d a s y
siglo, la opresión política y el e s p í r i t u s u p e r f i c i a l e n t o n c e s domi- e x ó t i c a s , y e n la dicción y estilo g i r o s e x t r a ñ o s á la p r o s a la-
n a n t e o b s t a r o n á ello; r e t ó r i c o s y g r a m á t i c o s s i g u i e r o n u n mis- t i n a . Y si b i e n la c u l t u r a a d q u i r í a m a y o r e x t e n s i ó n l l e g a n d o á
m o d e r r o t e r o p e r d i e n d o su p r i m i t i v o a s c e n d i e n t e . H e a q u í los p u e b l o s a l e j a d o s d e R o m a , la o r i g i n a l i d a d d i s m i n u í a en r a z ó n
n o m b r e s d e los gramáticos-filólogos m á s s a l i e n t e s : J u l i o Modes- d i r e c t a d e este desarrollo, c u l t i v á n d o s e el l a t í n clásico y el g r i e -
to, c u y o es el t r a t a d o Quaestionum confusarum; M. P o m p o n i o g o ( q u e c o n t i n u ó e s t u d i á n d o s e p o r los l a t i n o s y a u n escribién-
Marcelo, critico, a d v e r s a r i o d e i n n o v a c i o n e s , y d e t o d o solecis- dose p o r a l g u n o s ) m á s como i n s t r u m e n t o p a r a la c r i t i c a y p a r a
mo y neologismo; el m a e s t r o d e Q u i n t i l i a n o , Q . R . P a l e m ó n . B a j o l a e r u d i c i ó n g e n e r a l sobre escritores a n t e r i o r e s , q u e p a r a h a -
C l a u d i o y N e r ó n , Asconio P e d i a n o , c o m e n t a r i s t a n o t a b l e d e Ci- b l a r l e ó r e p r o d u c i r l e en n u e v a s o b r a s . Los e s c r i t o r e s eclesiás-
c e r ó n (suyos son a d e m á s d e sus c o m e n t . sobre M. T u l i o g r a n ticos q u e h a s t a este t i e m p o h a b l a n e m p l e a d o l a l e n g u a g r i e g a
p a r t e d e los Scholia Bóbiensia, p u b l i c a d a s p o r e L C a r d . Mai,
m i e n t r a s q u e los c o m e n t . q u e le a t r i b u y e P o g g i o n o le p e r t e n e -
cen); V a l e r i o P r o b o , d e B e y r u t , c o m e n t a d o r al estilo d e los g r a - (1) No hemos de omitir aquí un recuerdo al emperador romano,
m á t i c o s a l e j a n d r i n o s con sus clásicos, d e Virgilio, Horacio, Lu- español de origen Elio Adriano, maestro consumado en letras grie-
crecio etc., c o r r e c t o r d e l i b r o s l a t i n o s , y a u t o r d e u n t r a b a j o gas y latinas y autor de buen número de t r a b a j o s en prosa y verso,
De notis ó t r a t a d o d e a b r e v i a t u r a s , del c u a l se c o n s e r v a p a r t e de cuya universal cultura hablan, entre otros, Dión Casio, Apiano
Alejandrino, Eusebio y Suidas, el cual en su Lexicón, colócale en-
m u y i m p o r t a n t e p a r a la i n t e r p r e t a c i ó n . Otros t r a b a j o s g r a m a t i -
t r e los cultivadores de la filología g r i e g a y latina: <&iXoXóyog ?¡v év
cales q u e se le a t r i b u y e n son d e e s c r i t o r e s p o s t e r i o r e s á P r o b o .
éxazéga z f j ykcóaoT] xaí ziva jze£á xaí év ejieoi jzoírjpaza JzavzoSaná
D e este t i e m p o se c r e e f u é E m i l i o A s p r o , c o m e n t a d o r d i s t i n g u i - xzéXme x. z. X. "Era filólogo en una y otra lengua, y dejó escritas
do d e T e r e n c i o y d e Salustio, a b o n a n d o t a l c r e e n c i a l a p o l é m i c a varias obras en prosa, y poesías de todo género etc." (Ob. cit., voz
q u e s o s t u v o con C o r n u t o , g r a m á t i c o i l u s t r e , d e c u y a s Quaest. 'Adgiavóg).
Ver gil. q u e d a n f r a g m e n t o s coleccionados. E n t i e m p o de T r a j a -
Entre los diversos escritos de Adriano, cuéntanse el conocido con
n o , Velio L o n g o a u t o r d e u n t r a t a d o De Ortliographia y co- el nombre de las Sentencias qué anda unido á la Gramática de Dosi-
m e n t a d o r d e Virgilio; F l a v i o C a p r o , q u e escribió De dubiis ge- teo en ediciones antiguas, t r a b a j o editado por Enr. Stéfano, el cual
neribus, De latinitate ó Libri enucleati sermonis, y al c u a l se le refiere Fabricio (t. VII de su Bibliot. g r . hablando de Dositeo) corri-
a t r i b u y e n otros escritos g r a m a t i c a l e s , los c u a l e s , si b i e n p u d i e - gió J. Cuiacio según un ejemplar más perfecto de la Gramática y
r a n p e r t e n e c e r l e o r i g i n a r i a m e n t e , h a n p a s a d o sin d u d a a l g u n a Sentencias. En los Ejercicios gramaticales de las Excerpta latino-
p o r u l t e r i o r e s modificaciones (1). A e s t a época c o r r e s p o n d e t a m - graeca publicadas por E. Stéfano, van comprendidas también las
Sentencias de Adriano. Este mismo t r a b a j o unido á la citada Gra-
b i é n el Stromateus —Lectiones antiquae— d e Ceselio Vindice,
mática de Dositeo, se publicó e n L e y d e n (1717) en g r i e g o y en latín
con notas de A. Schulting.
De otro t r a b a j o de Adriano, de carácter ortográfico, hay indicios
(1) En la labor t a n erudita como interesante de Keil, Granima-
en el libro griego publicado por David Hoeschel, cuyo título puesto
tici lat.,1a. cual es de consultar, con sus demás t r a b a j o s sobre los
allí en latín: "Librorum quos legit Photius patriarcha excerpta et
t r a t a d i s t a s latinos, cuéntanse como de H. Capro dos escritos, uno de
censurae." Léese, en efecto, en una nota inserta en él: 'A veyvá&i)
O r t o g r a f í a y otro De verbis dubiis, los cuales ciertamente no son
áSgiavov elaaycoyr¡ zrjg ygaipijg, xQ'ñoifiog zoig cloayopévoig f¡ fiífiXog.
de él, por lo menos tales cuales llegaron á nosotros y hoy se hallan.
(el P a p a S a n V í c t o r I inició en l a c á t e d r a d e R o m a l a l i t e r a t u - matica q u e p r o b a b l e m e n t e no le c o r r e s p o n d e ; Elio D o n a t o , a u -
r a eclesiástica en latín) r e a c c i o n a r o n u n t a n t o en el cultivo del tor d e u n a Ars grammatica, á l a q u e p r i n c i p a l m e n t e debió su
i d i o m a r o m a n o , p e r o sin t r a t a r d e r e s t a b l e c e r d i r e c t a m e n t e lo n o m b r e d u r a n t e l a E d a d Media; Carisio, c u y o Ars es e n b u e n a
a n t i g u o , y l e v a n t a n d o con u n a n u e v a civilización, l e n g u a j e p a r t e r e p r o d u c c i ó n del t r a b a j o c i t a d o d e C o m i n i a n o ; Servio, co-
apropiado á u n a nueva cristiana literatura. m e n t a d o r del a r t e g r a m a t i c a l d e Elio D o n a t o . E l Ars métrica
L a f a l t a d e p r o d u c c i o n e s o r i g i n a l e s o c a s i o n a n d o el d e s a r r o - f u é s i n g u l a r m e n t e c u l t i v a d o p o r el c i t a d o Victorino, q u e ocupa
llo d e l a c r i t i c a d e l a s o b r a s clásicas, hizo al mismo t i e m p o m a n - con esto p a r t e p r i n c i p a l d e su G r a m á t i c a ; p o r Atilio, c u y a Mé-
t e n e r la i m p o r t a n c i a d e los e s t u d i o s g r a m a t i c a l e s q u e s i g u i e r o n trica ha l l e g a d o á n o s o t r o s (v. Keil, Gramm. VI)- p o r el mencio-
c u l t i v á n d o s e . Al s e g u n d o siglo d e l a E r a v u l g a r c o r r e s p o n d e n n a d o S e r v i o q u e escribió sobre los m e t r o s , c o m e n t a n d o t a m b i é n
e n t r e otros: Q. T . S c a u r o , c o m e n t a d o r d e P l a u t o , H o r a c i o y á Virgilio, como g r a n p a r t e de los g r a m á t i c o s dichos comenta-
Virgilio, y a u t o r d e u n a g r a m á t i c a l a t i n a , d e la c u a l se conser- r o n d i v e r s a s o b r a s clásicas; p o r F l a v i o Mario, q u e al finalizar el
siglo c u a r t o p u b l i c a b a su opúsculo De metris. D e Macrobio, q u e
v a p a r t e t a n sólo; el c a r t a g i n é s G. Sulpicio A p o l i n a r , a u t o r d e
escribía á p r i n c i p i o s del s i g l o q u i n t o , q u é d a n o s , e n t r e otros
Quaestiones epistolicae, critico d e l a Eneida y d e T e r e n c í o , y
t r a b a j o s los Libri Saturnálium, obra dialogada que suministra
m a e s t r o d e Gelio. E l e n i o A c r ó n , escoliasta d e H o r a c i o ( a u n q u e
g r a n c a u d a l d e d a t o s sobre l a a n t i g ü e d a d r o m a n a , d e reconoci-
la exposición q u e h o y l l e v a su n o m b r e n o le p e r t e n e c e , y es d e
do v a l o r en F i l o l o g í a . A l a p r i m e r a m i t a d del mismo siglo per-
u n p s e u d o - A c r ó n del s. V I I ) y d e v a r i o s escritos g r a m a t i c a l e s ;
t e n e c e l a s i n g u l a r o b r a De nuptiis Philologiae et Mercurii (edi-
P . P o r f i r i ó u , d e q u i e n nos q u e d a n sus i m p o r t a n t e s c o m e n t a r i o s
ción E y s s e n h a r d t , 1866) del a f r i c a n o Marciano M. F. C a p e l l a ,
horacianos. Deben también mencionarse aquí l a s excelentes
d o n d e las siete a r t e s l i b e r a l e s d e s e m p e ñ a n su p a p e l p e c u l i a r , y
Noches Aticas de A u l o Gelio, especie d e Veladas y Miscelánea v a n e x p u e s t a s en sus libros respectivos. Poco a n t e s d e l a c a i d a
en v e i n t e libros ( f a l t a el 8.° del c u a l sólo se c o n s e r v a el índice) del i m p e r i o d e O c c i d e n t e e s c r i b í a n sus c o m e n t a r i o s al Ars d e
de m u y s u b i d o v a l o r p o r l a s noticias q u e s u m i n i s t r a y f r a g m e n - D o n a t o Cledonio d e R o m a y P o m p e y o d e M a u r i t a n i a , asi como
tos q u e c o n s e r v a . T a m b i é n d e b e colocarse s e g ú n m u c h o s en es- el g r a m á t i c o F o c a , q u e a d e m á s d e la Vita Vergilii en e x á m e -
t a época á F e s t o , el c e l e b r a d o c o m p e n d i a d o r d e V e r r i o F l a c o . t r o s , d e j ó su Ars de nomine et verbo, y Consencio Galo, de c u y a
Al t e r c e r siglo d e la E r a v u l g a r (desde C a r a c a l l a á Diocle- G r a m á t i c a se c o n s e r v a y r e p r o d u j o Keil los c a p í t u l o s De nomi-
ciano), p e r t e n e c e n los g r a m á t i c o s : J u l i o R o m a n o y Censorino, ne et verbo, y De barbarismis et metaplasmis.
d e los c u a l e s no se c o n s e r v a n escritos g r a m a t i c a l e s , si b i e n f u e -
r o n a u t o r e s d e r e n o m b r e ; N o n i o Marcelo, b i e n conocido p o r su E n el siglo s e x t o , y e n t r e las r u i n a s del i m p e r i o caído, bri-
o b r a Compendiosa doctrina per litteras (esto es, p o r o r d e n al- l l a n a ú n en los e s t u d i o s g l o t o l ó g i c o s : el e m i n e n t e Casiodoro,
f a b é t i c o , a u n q u e lo q u e b r a n t a ) , q u e si no es t r a t a d o d e g r a n con sus Instit. divinarum et saecularium litterarum (enciclo-
p e d i a r e l i g i o s a y d e las a r t e s liberales), y con su t r a t a d o De
c r i t i c a es m e r i t i s i m a r e c o p i l a c i ó n g r a m a t i c a l (edic. d e L. Mii-
ortograpliia, o b r a s a m b a s q u e c o r r e s p o n d e n al s e g u n d o p e r i o d o
11er, 1888, y d e Onions, 1895). C o r r e s p o n d e n i g u a l m e n t e á e s t a
d e su v i d a l i t e r a r i a ; P r i s c i a n o , q u e compuso e n C o n s t a n t i n o p l a
época los t r e s libros s o b r e Artes grammaticae d e Mario Plozio
su i m p o r t a n t í s i m a o b r a Institucionum grammaticarum en die-
( r e p r o d . e n Keil, Gramm. 6".°), en l a c u a l o b r a t r á t a s e t a m b i é n
ciocho libros; su discípulo E u t i q u e s , del c u a l q u e d a u n t r a t a d o
d e métrica latina. El arte métrica es a d e m á s c u l t i v a d a p o r Gu-
del v e r b o en dos libros; y finalmente el g r a m á t i c o f r a n c é s Vir-
b a — A r s métrica— q u e n o se c o n s e r v a , y f u é u t i l i z a d a p o r
gilio, cuyos Epitomae son h a r t o i n e x a c t o s y deficientes (su Epi-
A f t o n i o e n su o b r a De metris ómnibus, como l u e g o se sirvió d e
toma de metris h a sido r e c i e n t e m e n t e o b j e t o d e e s t u d i o y dis-
é s t a Mario V i c t o r i n o al c o m p o n e r su Ars grammatica. cusiones p o r sus d o c t r i n a s s o b r e el verso, á q u e a l u d i m o s e n
E n el siglo c u a r t o y p r i m e r a m i t a d del q u i n t o ( d e s d e Cons- otro l u g a r ) .
t a n c i o y G a l e r i o h a s t a l a c a i d a del imperio), b r i l l a r o n e n los
E n el siglo V I I l a o b r a q u e se i m p o n e y q u e d o m i n a toda l a
estudios g r a m a t i c a l e s y críticos: C o m i n i a n o , q u e escribía en
E d a d Media, sale d e la E s p a ñ a v i s i g o d a ; son los v e i n t e libros
t i e m p o d e C o n s t a n t i n o su Ars grammatica; Mario Victorino, á
Etymologiarum —Originum—de S a n Isidoro d e Sevilla, mo-
q u i e n se le a t r i b u y e n a d e m á s d e los c u a t r o libros — Ars gram-
n u m e n t o l i t e r a r i o q u e si d e s d e el p u n t o d e v i s t a crítico p u e d e
matica,— u n opúsculo De metris y o t r a compendiosa Ars gram-
p a r t i c i p a r de los defectos d e l a é p o c a e n q u e f u é e s c r i t o , y bajo Etimologías y como s e ñ a l a n d o los u m b r a l e s de la E d a d Media,
el aspecto filológico r e p r e s e n t a l a s t r a d i c i o n e s c o m u n e s e n las a p a r e c e n e n el siglo o c t a v o los estudios d e m é t r i c a de Aldelmo
e s c u e l a s r o m a n a s , l e v á n t a s e como o b r a de c o n j u n t o y por la Obispo d e S a l i s b u r y , los de g r a m á t i c a del v e n e r a b l e B e d a y
u n i v e r s a l e r u d i c i ó n q u e e n c i e r r a s o b r e c u a n t a s se h a n escrito del m o n j e b e n e d i c t i n o , l u e g o Arzobispo, T a t u i n o , c e r r á n d o s e
con i g u a l fin y c a r á c t e r (1). D e s p u é s del i n s i g n e a u t o r de las l a época d e l a g l o t o l o g í a r o m a n a p a r a d a r l u g a r á l a d e los
t i e m p o s m e d i o e v a l e s q u e c o m i e n z a c o n el e x t r a c t o d e Festo
hecho p o r P a b l o Diácono.
(1) L a g r a n obra enciclopédica de las Etimologías, compuesta
con fines didácticos, aunque la disposición del plan no corresponda á
ellos de una m a n e r a completa (debido, sin duda, á que no llegó S. Isi-
doro á darle la última mano, ni es suya la división en libros que pre-
senta aquel trabajo), incluye las artes liberales (los siete saberes)
del trivio y cuatrivio, según la a n t i g u a tradición que menciona ya
Casiodoro, ocupando el primer lugar la gramática, la retórica y la
dialéctica, principios de los estudios filológicos. Aunque la influen-
cia de la escuela hispalense hizo mantener en la Edad Media aquella
distribución, los á r a b e s y judíos la modificaron, sin embargo, supri-
miendo del trivium la gramática y la retórica, como del quatrivium
la aritmética y la geometría, según lo declara P e r o Alonso en su
Disciplina clericalis.
En las Etimologías muéstrase S. Isidoro conocedor profundo de
todo el saber filológico griego, romano y de la decadencia, y si bien
en la p a r t e puramente lingüistica y etimológica se echa de ver en
cada página la deficiencia de los métodos y procedimientos emplea-
dos entonces en dicho orden de conocimientos, no puede menos de
ser admirado el caudal de erudición de todo género que allí se hace
manifiesto. V a r r ó n , Donato, Prisciano, Festo, V e r r i o Flaco, los par-
nasos hebreo, griego y latino, los preceptos de l a retórica romana y
helénica, las doctrinas de Porfirio y las de la dialéctica de Aristóte-
les, han venido á prestar tributo á los Orígenes ó Etimologías en
las tres mencionadas disciplinas que constituyeron e 1 trivium an-
tiguo.
No mencionaremos aquí otros libros de S. Isidoro que, como el
De differentiis sive proprietate verborum, 1. prim., y el Alias di fi-
fierentiarum sen de proprietate sermonum liber, pertenecen á los
estudios filológicos y tienen no pequeño mérito, pero quedan supe-
ditados por el nombre y honor alcanzado por las Etimologías.
Debemos advertir que el segundo de estos libros no se encuentra
en todas las ediciones de las obras isidorianas. Figura en la que te- primer libro está en esta edic. revisado por P. Pontino, notando lo
nemos á la vista fS. Isidor. Hispal. Episc., Opera omnia quae ex- que hay en él de los gramáticos antiguos. Las Etimologías lo han si-
tant, Parisiis 1601) y en la de Colonia de 1617, reproducción de ésta. do á la vez por Antonio Agustín, Chacón y A. Covarrubias. L a ver-
En ambas está tomado dicho t r a b a j o de la edic. matritense de 1599, sión española de esta obra hecha en el siglo XIII, no tiene la divi-
en la cual, como en la de París de 1580, se han incluido o t r a s varias sión en libros, trabajo de S. Braulio, sino únicamente en títulos y
obras que Belarmino reputa apócrifas en su De Scriptoribus -eccle- capítulos, como la dejó S. Isidoro, cuyo original se intentó imitar.
siasticis. En la edic. de Madrid hecha de orden de Felipe II, apare- Sobre la norma del g r a n doctor español, daba años después el ve-
cen el 1.° y 2.° Differentiarum (de l o s cuales hemos indicado á nerable Beda, muestras de su saber no sólo en las letras s a g r a d a s si-
nuestro objeto el primero), más no el Alius d i f f erentiarum. Dicho no en el clasicismo antiguo y estudios filológicos.
Compenetración lingüística greco-romana.

v
L a s relaciones glotológicas greco-romanas. Invasión literaria de la
Grecia en Roma. Espíritu de los romanos en el cultivo del grie-
go. Invasión literaria de Roma en Grecia. Medios de invasión del
latín en el griego empleados por los romanos. Resultados de la
influencia militar. Resultados de la influencia de la vida oficial.
El griego en el Senado romano. Los historiadores griegos en or-
den á la lengua latina después de tomada Grecia. Los jurisconsul-
tos griegos y lengua jurídica bajo la dominación romana. Los re-
tóricos y los gramáticos griegos y el cultivo del idioma latino. El
latín en Bizancio en tiempo de Constantino. Traducciones grie-
gas del latín; Virgilio, Tertuliano, S. Jerónimo etc. en Grecia. El
conocimiento del latín en las iglesias de Oriente. Subsistencia del
griego bajo el predominio latino y sus causas. Reacción del grie-
go en tiempo de Justiniano. Retroceso ulterior del latín en Gre-
cia. Decadencia del idioma latino en la literatura jurídica griega.
Sucesiva decadencia de la lengua del Lacio en la iglesia g r i e g a .
El latín en los Concilios de Oriente. El conocimiento del latín en
tiempo de Focio; id. de M. Cerulario, y primeros precursores de
Renacimiento, restaurador del vínculo greco-romano en el or
den literario.

Después de trazado el cuadro general filológico


greco-romano, no s e r á inoportuno bosquejar como
complemento el de las relaciones literario-lingüísticas
de romanos y griegos, á cuya historia v a n estrecha-
mente unidas las manifestaciones filológicas dichas y
las vicisitudes de los idiomas de Roma y Grecia.
Suetonio que nos refiere la historia de la gramáti-
ca entre los romanos, habla muy distintamente de la
afición y gusto con que se leían, se traducían y se co-
mentaban en Roma los libros griegos. De la Grecia
recibieron los romanos los grandes modelos de la lite-
r a t u r a , del a r t e y de la filosofía; de ella habían toma-
do su alfabeto y demás signos de la e s c r i t u r a , g r a n
parte de su nomenclatura técnica en artes é indus-
trias, y casi todas las denominaciones de máquinas,
náutica e t c . , c o m o demuestra Mommsen (Romische
Geschichte, 1.1), así como también no pocos nombres de glo III a. J . C., traducía en versos latinos la Odisea de
las divinidades latinas, que, aun siendo propiedad co- Homero p a r a sus alumnos romanos; Ennio, estableci-
mún de la familia aria, h a n llegado á Italia por inter- do como Andrónico en Roma, hacía poco después en-
medio de la lengua helénica (1). Antes de las guerras tre otras traducciones, la versión de Eurípides; Plau-
púnicas los romanos conocían el griego y p r o c u r a b a n to, en el mismo tiempo que Ennio, reproducía en subs-
su estudio, que algunas veces les e r a facilitado por tancia la comedia griega, mientras muchas tragedias
los esclavos y libertos de origen griego. Ya en el si- e r a n literalmente traducidas a l latín. En tiempos de
glo V antes J . C. fueron enviados á estudiar la legis- Syla se autorizaba á los enviados extranjeros p a r a ha-
lación de Atenas y de otras ciudades griegas delega- blar en griego a n t e el Senado romano, práctica que
dos romanos quienes hubieron de a p r e n d e r el idioma en según D i ó n Casio (I-VII), continuaba en tiempos de
que se había redactado. En tiempo de Catón el griego Tiberio; y Cicerón arengó en griego a n t e el Senado de
e r a una señal de distinción, y él mismo ensayó estu- Siracusa, como Augusto lo hizo en Alejandría. En una
diarlo en su vejez p a r a enseñarlo á sus hijos y no des- p a l a b r a , la literatura griega, la filosofía griega y la
decir de la cultura general, á pesar de su decidida lengua de Grecia, llegaron á convertirse en elemen-
oposición al helenismo literario, justificada en g r a n tos de la cultura romana, hasta el punto de provocar
p a r t e p o r el abuso en la traducción de obras, cuya la reacción de los elementos latinos, si bien éstos no
lectura no siempre convenía ni al bien individual ni h a n llegado á p r e v a l e c e r , ni llegaron á contener la
social. Tiberio Graco, cónsul romano (177 a. J . C.), desmedida afición al griego, que nos revelan ciertas
pronunciaba en Rodes y publicaba luego un discurso alusiones de Ovidio, algunas de las sátiras de Juve-
en lengua griega; Fabio Pictor, por los años 200 a. J. C., nal, y las declaraciones q u e sobre e l estudio de las
escribía en la misma Roma y en griego la p r i m e r a lenguas latina y griega h a c e Quintiliano (1).
historia r o m a n a , lo c u a l hizo probablemente que Ca-
tón compusiese en son de protesta su ¡historia de Ro- (1) Ovidio cuenta que Menandro andaba en manos de mujeres y
m a en lengua latina; Livio Andrónico, á fines del si- niños "pueris virginibusque legi;" Juvenal escribe que todos "Hoc
sermone Cgraeco) pavent, hoc i r a m , g a u d i a , curas,— Hoc cuneta
effundunt animi secreta" (Sat. VI); Quintiliano recomienda el g r i e -
g o á los oradores, por el cual deben comenzar. "Graecum esse prio-
(1) E n t r e los nombres de las divinidades g r i e g a s que tomaron
rem placet" (Inst. Orat. I, 1, 13), si bien es de observar que los conse-
los romanos, ya directamente, ya por intermedio de los varios dia-
jos de Quintiliano son de carácter circunstancial, y como él dice "la-
lectos latinos (oseo, sabelio, ombrio etc.), pueden citarse los de Apo-
tinum vel nobis nolentibus perbibet" (I, 1, 12).
l o (oseo Apolloun), Hércules (oseo Heraclo), Castor y Pollux etc.
Aunque no podemos admitir la doctrina de Max Mliller y otros so-
(cf. Mommsen, ob. cit.) "Dans d ' a n t r e s cases," diremos a q u í con
bre la penetración y predominio del griego en el latín, porque es
M. Mtiller (Lee. sur la science etc. 1. 3. a , tr. Harris) que extracta á
opuesta á la verdad histórica, la cual por el contrario, nos hace ver
Mommsen, les dieux grecs étaient identifiés avec les dieux italiens.
como preponderante el influjo del latín en los dominios del griego,
Comme Jupiter était clairement la même divinité aryenne que Zens,
según demostramos en su lugar, hacen sin embargo á nuestro pro-
Juno, sa femme, était identifiée a Hera. Dans Mars, on reconnut
pósito la siguientes palabras del profesor de Oxford: "Quand Rome
Ares, Hephaistos dans Vtdcanus, Athene dans Minerva, etc.; qui
prit des mains défaillantes de la Grece le flambeau de la science, il
plus est, Saturnus qui était primitivement, á ce qu'il semble, une di-
avait cessé de geter son plus vif éclat. Crysippe et Carnéade avaient
vinité agricole italienne, fut identifié á Kronos, et comme Kronnos
succédé á Platon et a Aristote; Eschyle et Aristophane avaient été
était fils d'Uranos, une nouvelle divinité fut inventée, et on raconte
remplaces par E u r i p i d e et Ménandre. En devenant gardienne de
que Saturnus était fils du Coelus.
Pero si bien estos y otros hechos demuestran la griego por la preponderancia indiscutible de las letras
aceptación de la lengua helénica en las regiones lati- y ciencia helénicas, pero se procuraba m e r m a r no
nas, no pueden en m a n e r a alguna aducirse como de- sólo el ascendiente, sino también los dominios de di-
mostración de una invasión lingüistica del griego, á cho idioma; aparecía éste como elemento de cultura
pesar de que en tal sentido suelan invocar filólogos y p a r a la civilización romana en concepto de lengua sa-
críticos ejemplos análogos. Por el contrario, es inne- bia, pero aspirábase sin cesar á reducirla á la catego-
gable que no obstante el cultivo del griego en Roma, ría de lengua muerta, con lo cual vino á t r a b a r s e una
la invasión y dominio del latín en Grecia h a sido as- lucha muy sostenida entre el idioma invasor y el idio-
piración constante de l o s romanos; se estudiaba e l m a invadido, en la que después de alternativas de
v a r i a índole, acabó el griego por sobreponerse á las
1' etincelle de Promèthée, qui avait d' abord jailli en Grece et qui incursiones glotológicas del Lacio p a r a continuar vi-
était destinée «à eclairer non seulement l'Italie, mais tout 1' Eurepe, viendo vida propia, bien que alejándose sin cesar de
Rome perdit beaucoup de cette vertu native qui avait été la source
de sa grandeur .... Toutes les générations nouvelles furent pénétrées los antiguos modelos del clasicismo helénico.
de plus en plus p a r 1' élément grec. En 131, nous entendons parler
d ' u n consul, Publius Crassus, qui, comme un autre Mezzofanti savait
tiempo establecieron su trono en Roma los gramáticos: veinte céle-
parler les différents dialectes du grec. Sylla permit aux ambassa-
bres escuelas abrieron luego en aquella ciudad, y exigían millares
deurs étrangers der parler grec devant le Sénat romain. Le philoso-
de escudos en pago de su acreditada enseñanza. No se contentaban
phe stoïcien Panaetius fut 1' hote des Scipions, dont la maison fut
los gramáticos griegos y latinos con este nombre común á todos
pendant longtemps le rendez-vous de tous les écrivains célebres de
ellos, y tomaban otros que les parecían más pomposos. Eratóstenes
Rome. La 1' historien g r e c Polybe et le philosophe Clitomaque, Lu-
Filólogo, y el gramático Ateyo quiso ponerse el mismo nombre. Aris-
cilius le satirique, Térence le poëte africain (196-159) et l'improvisa-
tarco, Crates y otros se hicieron llamar Críticos. El latino Higino, el
teur Archias (102 av. J. C.) étaient toujours assurés d ' u n accuella-
griego Alexandro y otros gramáticos fueron distinguidos con el nom-
mical. Dans cette reunion choisie, les chefs-d' reuve de la littératu-
bre de Polyhistores; y de este modo eran honrados los gramáticos
re grecque étaient lus et commentés; les problèmes de la philosophie
con diversos títulos. L a fama de aquellos célebres profesores llama-
grecque étaient discutés, et les plus g r a v e s intérêts de la vie humai-
ba á sus escuelas no sólo á los jóvenes, sino hasta á los mismos ma-
ne formaient le sujet des conversations sérienses. (Leçons etc. 1. 3. a
gistrados públicos. Y Cicerón por más ocupado que estuviese en su
tr. Harris).
pretura, corría ansioso á la escuela de Marco Antonio Grifo para
En confirmación de lo dicho, plácenos trasladar aquí las palabras aprovecharse de sus lecciones: Salustio no se desdeñaba de buscar
de un sabio escritor español del siglo XVIII, contemporáneo del in- para la composición de sus historias el auxilio del gramático Ateyo;
signe filólogo Hervás, como éste desterrado de España en los acia- y Asinio Polión, que p a r e c e haber querido reprender por esto á Sa-
gos tiempos de Carlos III, y ambos de la Compañía de Jesús. El Aba- lustio, reconoció después por maestro al mismo Ateyo. Varrón, el
te J. Andrés en su obra escrita en país é idioma italiano: Origen, oráculo literario de los romanos, el hombre más erudito que había
progresos y estado actual de toda la Literatura (trad. española de visto Roma, quiso componer muchos libros sobre la gramática
C. Andrés), dice refiriéndose á los antiguos estudios lingüísticos de En tiempo de los emperadores hubo en Roma g r a n número de g r a -
los latinos: "Su ejemplo (el de Crates de Mallos, á quien hemos men- máticos griegos y latinos; y entonces se señalaron estipendios pú-
cionado como introductor en Roma de los principios gramaticales blicos para los profesores de aquel arte, que antes sólo eran paga-
griegos), movió á algunos romanos á imitarlo, y luego se vió á un dos por los discípulos; entonces se erigió un edificio donde se abrie-
Cayo Octavio Lampadión explicar el poema de la g u e r r a púnica de ron escuelas públicas; entonces en otras varias ciudades no sólo de
Nevio, á u n Quinto Vargunteyo leer á un g r a n concurso de oyentes Grecia y de Italia, sino de las Galias, de España, de Africa y de todo
los anales de Ennio, á un Quinto Filocomo exponer las sátiras de Lu- el imperio romano, eran tenidos en mucho aprecio los gramáticos
cilio su amigo, á dos caballeros romanos L. Elio Lanavino y Servio griegos y los latinos, y ningún título literario se vió tan frecuente-
Clodio, ennoblecer la gramática, que cultivaban con particular estu- mente en las antiguas lápidas para honrar los sujetos, como el de
dio, y á otros ilustrar de otros modos aquella docta arte. En poco gramático ó de filólogo. Tiberio y Nerón gustaban de tener varias
L a i n v a s i ó n del latin e n el g r i e g o c o m i e n z a con l a i n v a s i ó n fueron á constituirse en familia, podrá j u z g a r s e d e la influencia
m i l i t a r d e las l e g i o n e s r o m a n a s e n G r e c i a ; y d e s d e F e l i p e V d e e j e r c i d a m i l i t a r m e n t e p a r a i m p l a n t a r el l a t i n e n G r e c i a (1). Es-
Macedonia q u e h a c e a l i a n z a con A n n i b a l c o n t r a R o m a , h a s t a t a i n f l u e n c i a f u é l u e g o s e c u n d a d a p o r la colonización l a t i n a .
l a c o n v e r s i ó n d e l a G r e c i a e n p r o v i n c i a r o m a n a , el e l e m e n t o Corinto, totius graeciae lumen, como d i j o Cicerón, f u é p o b l a d a
m i l i t a r ejerció p r e s i ó n c o n s t a n t e y s o s t e n i d a s o b r e l a a c c i ó n p o r J u l i o César d e g e n t e r o m a n a y d e v e t e r a n o s , s e g ú n r e f i e r e
política d e los g r i e g o s y sobre el i d i o m a h e l é n i c o e n f a v o r de E s t r a b ó n ( V I I I , 6, 23—11, 540, 24), y l a m i s m a h e r m a n a d e Au-
la l e n g u a del L a c i o . L a s l e g i o n e s r o m a n a s h a b l a b a n l a t i n , y g u s t o , O c t a v i a , t u v o allí u n s a n t u a r i o al lado de l a s d i v i n i d a -
en l a t í n se les o b l i g a b a á e x p r e s a r s e e n los d o c u m e n t o s y a c t o s des e g i p c i a s Isis y S e r a p i s (2). D e i g u a l s u e r t e que e n Corinto,
oficiales como en los de c a r á c t e r p r i v a d o , c o n e x c l u s i ó n abso-
l u t a d e t o d o otro i d i o m a ; en l a t í n se e x h o r t a b a a l e j é r c i t o , en (1) Sobre el sistema de colonización de los romanos y para da-
l a t í n se les c o m u n i c a b a n disposiciones y l e y e s , y e n l a t i n se tos de h i s t o r i a v. el manual —Hündbiich—, III, de Becker-Mar-
r e d a c t a b a n las p r o c l a m a s á l a g e n t e g r i e g a . A s e s e n t a y seis quardt, y en orden directo á nuestro propósito, v. á Lafoscade, quien
mil a s c e n d í a n los soldados r o m a n o s q u e o c u p a b a n el O r i e n t e e n en la Biblíot. de la Escuela de Altos Estudios, fase. 92, hace sabio
estudio de la tesis que esbozamos. Suyas son estas palabras acerca
los p r i m e r o s siglos d e l a e r a c r i s t i a n a , sin c o n t a r l a s t r o p a s a u -
de la importancia en el orden lingüístico de la invasión militar lati-
x i l i a r e s , y si á esto se a ñ a d e el c r e c i d o n ú m e r o d e a n t i g u o s le-
na: "La conquete des pays de langue grecque avait été autre chose
g i o n a r i o s q u e , libres de l a m i l i c i a , se e s t a b l e c i e r o n e n t e r r i t o r i o qu' une promenade militaire. Dés 215 a. C., Philippe V de Macédoine
g r i e g o b a j o los auspicios m i l i t a r e s d e R o m a , l a m u l t i t u d d e la- avait signé une alliance défensive avec Hannibal contre Rome et
tinos y d e l i b e r t o s , á q u e a l u d e n D i ó n Casio y P l i n i o , q u e a l l á c'est seulement en 146 que la Grèce fut réduite en prouvince romaine.
Dans l'interwalle eurent lieu bien des campagnes; les premiérs, mal
conduites, n' en maintinsent pas moins en Macédoine les soldats de
cuestiones con los gramáticos m á s célebres, y tomaron algunos de Rome; d ' a u t r e s aboutissent aux victoires de Cynoscépales des Ther-
e l l o s por confidentes y privados; y posteriormente A d r i a n o , tan mopyles, Maquésie; puis c' est la lutte de Persée, et de Paul-Emilie,
amante de la lengua griega y de toda la l i t e r a t u r a , llevó á Roma c' est enfin la défaite définitive de la ligue achéenne à Leucopetra.
muchos gramáticos g r i e g o s , que dieron nuevo lustre á su a r t e ; y Ces expéditions répétées mettaient en contact les soldats romains et
los gramáticos, con la decadencia de los otros estudios y con la pro- les peuples qui leur résistaient avec plus d'efficacité que ne 1' ut fait
tección de los emperadores, reinaban en Roma y ocupaban el impe- une simple marche militaire. D' ailleurs meme après la somission de
rio universal de las letras g r i e g a s y romanas Había en Roma es- la Grèce, 1' Orient ne cessait pas d ' e t r e le théâtre des opérations
cuelas g r i e g a s y latinas, y h a b í a profesores distintos p a r a una y otra stratégiques des romains. C' était d ' u n e parte la soumission du ro-
lengua. Y así se ven, en efecto, en las inscripciones de Grutero un yaume de P e r g a m e , et la g u e r r e contre Mithridate, et les succès de
M. Meció Epafródito y Domicio Esquilmo, gramáticos griegos, y un Lueullus et le siège d ' A t h è n e s par Sylla. C' étaient d ' a u t r e part les
P. Atilio Septiciano, g r a m á t i c o latino. Asinio Polión d a b a , según guerres civiles dont les pays grecs semblaient etre le théâtre préfé-
Suetonio, el nombre de g r a m á t i c o latino á Ateye el Filólogo, y el ré: Pharsale, Philippes, Actium, et pendant tout cela et longtemps
mismo Suetonio llama g r a m á t i c o g r i e g o á Cornelio Alejandrino..... encore après, les guerres contre les Parthes.
L a literatura griega y romana casi toda había llegado á t a l e s tér- Toutes ces expéditions ne se faisaient pas sans soldats Or si
minos, que merecía el nombre de Gramática ó Filología antes que nous nous plaçons au temps de Tibère, nons constatons vingit-cinq
otro alguno. ¿Qué eran si no doctos y eruditos filólogos los Plutarcos, légions romaines répandues sur les frontières Au s. II. nous Trou-
los Porfirios, los Jamblicos y los Ateneos? Qué los Diones Crisósto- vous onze légions répandues en Orient Tout ce monde parlait-il
mos, los Hérodes áticos, los Hermógenes, los Longinos y otros sofis- le latin? Pas en totalité sans doute, mais en grande partie ce qu' il
tas y retóricos? Qué Solino llamado Polyhistor, Apuleyo, A. Gelio y faut retenir, c' est que les condition d'expansion de la langue latine
Macrobio, Censorino, Marciano Capela y cuantos se distinguían en ne paraissaient pas, en ce qui concerne 1' armée, moine favorables
alguna mayor erudición? Aun de los autores eclesiásticos, ¿cuántos sur cette frontière (la griega) que sur les autres." (Ob. y 1. cit.)
no podrían, y aun tal vez deberían referirse á esta clase? L a gramá- (2) En las inscripciones y monedas, escribe Lafoscade, 1. cit.
tica podrá tener á mucha gloria suya el contar entre sus escritores Corinto es llamada L A U S J U L I C O R I N T , Ó también C - I - C - A (es decir, Co-
dos ilustres doctores de la Iglesia, San Agustín y San Isidoro, y otros lonia Julia Corinthus Augusta). Sobre ésta y demás colonias, véase
dos casi igualmente célebres, B o e c i o y Casiodoro." (Ob. cit., to- Pauly's, Real Enciclopadie, Kiepert, M a n u e l , 157-158, Miliarakis,
mo VI, 1. 4, 1). Cor. 110, Niebuhr, Lánd. u. Volkerk., 49-50.
la l e n g u a l a t i n a a d q u i r i ó c a r á c t e r oficial e n P a t r a s , repoblada m a e s t r o de C i c e r ó n ; y este p r o c e d i m i e n t o es e n é r g i c a m e n t e
p o r A u g u s t o d e r o m a n o s (oí év Ilázgaíg 'PcafiaZoi, q u e menciona r e p r o b a d o por V a l e r i o M á x i m o , q u i e n se l a m e n t a d e q u e se le
E s t r a b ó n ) d e s p u é s d e l a b a t a l l a d e Accio, así como en Nicópo- «abriese la p u e r t a » á esa c o s t u m b r e « q u a g r a e c i s a c t i o n i b u s
lis y o t r a s p o b l a c i o n e s en el E p i r o f u n d a d a s p o r A u g u s t o con a u r e s c u r i a e e x u r d a n t u r . » Al mismo Cicerón se le a c u s a de
g e n t e d e r e l i g i ó n y l e n g u a r o m a n a s . L a s s i e t e colonias latinas g r a v e c r i m e n , « f a c i n u s i n d i g n u m , » p o r h a b e r hecho uso del
d e M a c e d o n i a , l a s c u a t r o d e T r a c i a , y m á s a l l á del Bosforo, en g r i e g o e n el S e n a d o , y se le r e p r u e b a sobre todo como intole-
r a b l e q u e h a b l a s e e n griego á los griegos d e S i r a c u s a (1). Tibe-
l a G r e c i a a s i á t i c a , l a t a n i m p o r t a n t e e n t r e o t r a s , de Ale-
rio á p e s a r d e sus aficiones al g r i e g o d e q u e nos h a b l a D i ó n
j a n d r í a d e T r o a s , villa á d o n d e en el siglo I i n t e n t ó Julio
Casio (I, V I I , 15), se a b s t e n í a d e h a b l a r l e sobre todo en el Se-
C é s a r t r a s l a d a r el g o b i e r n o del i m p e r i o , como refiere Suetonio
n a d o , como d e c l a r a S u e t o n i o (Lib. c. 79), y llegó á p r o h i b i r á
(Div. J u l . 79-32, 22-), y m á s t a r d e C o n s t a n t i n o volvió á pensar
u n centurión responder en griego ante dicha asamblea á u n a
en ello a n t e s d e d e c i d i r s e p o r Bizancio. L a s g r a n d e s colonias
p r e g u n t a f o r m u l a d a e u este i d i o m a (2). P o r su p a r t e C l a u d i o
d e B i t i n i a , el P o n t o , H e r a c l e a , N i c o m e d i a , l a c i u d a d m á s im-
p r o h i b i ó á los g o b e r n a d o r e s del t e r r i t o r i o helénico ni a u n men-
p o r t a n t e d e l a G r e c i a en el s. IV, d e s p u é s de C o n s t a n t i n o p l a , y,
t a r el g r i e g o , y r e t i r a el t i t u l o de c i u d a d a n o r o m a n o (á p e s a r
p o r n o c i t a r o t r a s m u c h a s , las d e G a l a c i a , L i c a o n i a , Cilicia, d e p r o d i g a r s e éste t a n e x t r a o r d i n a r i a m e n t e , q u e p o d í a a d q u i -
Capadocia y Cesarea en tiempos de Vespasiano, constituyeron rirse, s e g ú n D i ó n Casio, p o r cosa b a l a d í , h a s t a p o r vasos rotos,
c e n t r o s d e i n f l u e n c i a p o d e r o s a y decisiva d e civilización roma- —ualina skeue suntretummena—), á u n d i p u t a d o d e l a L i c i a poí-
n a , cuyo p r i m e r e l e m e n t o e r a s i e m p r e su l e n g u a q u e indefec- n o conocer el l a t í n , como m a n i f i e s t a el citado Dión Casio (3).
t i b l e m e n t e p r e s i d i a á las señales d e toda c o n q u i s t a , como dice El conocimiento d e l a l e n g u a l a t i n a llegó á ser condición g e n e -
S a n A g u s t í n : « A t e n i m o p e r a d a t a est, u t i m p e r i o s a civitas non ral i n d i s p e n s a b l e p a r a o c u p a r p u e s t o s públicos en el p a í s con-
solum j u g u m , v e r u m e t i a m l i n g u a m s u a m domitis g e n t i b u s q u i s t a d o , sin q u e se t u v i e s e t a n en c u e n t a si el d e s i g n a d o
p e r p a c e m societatis i m p o n e r e t . » (De Civ. Dei, X I X , 7 (II, 320). conocía la l e n g u a del país q u e d e b í a a d m i n i s t r a r ; así, no fal-
D e s p u é s d e l a s u j e c i ó n d e l a G r e c i a al i m p e n o r o m a n o , la
l e n g u a l a t i n a g r a n d e m e n t e e s t e n d i d a en a q u e l l a r e g i ó n , acabó
p o r h a c e r s e i d i o m a obligado en la v i d a civil, y o b l i g a t o r i o en mirationi fuísse aiunt Rutilius et Polybius philosophorum trium sui
c u a n t o esto p o d í a e f e c t u a r s e . E n G r e c i a la l e n g u a oficial, la cuiusque generis facundiam." (Aul. Gell. Noct. Att. VI).
l e n g u a d e los t r i b u n a l e s , d e l a legislación, d e la administra- (1) Cic. In C. Verr. II, IV: "indignum facinus esse, quod ego in
ción, d e l a s e s c u e l a s p ú b l i c a s e t c . , f u é el l a t í n e x c l u s i v a m e n t e . senatu Graeco verba fecíssem; quod quidem apud Graecos Graece
Y m i e n t r a s e n O r i e n t e se i m p o n í a l a l e n g u a r o m a n a , en Roma, locutus essem, id ferri nullo modo posse."
(2) Es de notar hasta qué extremo se llevaba la escrupulosidad
e n el S e n a d o , se prohibió p o r m u c h o t i e m p o á los d i p u t a d o s ex-
en este punto, la cual se refleja en estas palabras de Suetonio (1. cit.)
t r a n j e r o s h a b l a r otro i d i o m a q u e no f u e s e el del Lacio. Aulo
relativas á Tiberio: "Sermone graeco quamquam alias promptus et
Gelio en sus c i t a d a s Noches Aticas, m e n c i o n a los t r e s filósofos facilis, non tamen usque quaque usus est, abstinuitque máxime in
q u e e n v i a d o s a n t e el S e n a d o r o m a n o p o r los a t e n i e n s e s para senatu; adeo quidem, ut monopolium nominaturus veniam prius pos-
f o r m u l a r u n a r e c l a m a c i ó n , no se les h a q u e r i d o oír sino me- tularet, quod síbi verbo peregrino utendum esset; adque etiam cum
d i a n t e i n t é r p r e t e , y n o e r a c i e r t a m e n t e p o r i g n o r a n c i a del grie- m quodam decreto patrum emblema recitaretur, commutandum cen-
go, p u e s t o q u e como t a l i n t é r p r e t e les sirvió u n s e n a d o r , y sin suit vocem, et pro peregrina, nostratem requirendam, aut si non re-
n e c e s i d a d d e él, f u e r o n allí mismo a d m i r a d o s los t r e s filósofos periretur, vel pluribus et per ambitum verborum rem enuntiandam."
Y adviértase que Tiberio sentía verdadero placer en hablar griego
d i s e r t a n d o s o b r e a s u n t o s a j e n o s á su misión ( 1 ) . El primer
cuantas veces le era dado: «IloXXág ¡iév Síxag év xij SiaXéxxcov
e x t r a n j e r o q u e se hizo oir sin i n t é r p r e t e , f u é el retórico Molón,
xavxrj xai éxeí Xeyofíévag áxovcov, izoXXás Sé xal avxóg éjzegcoxcov »
escribe Dión Casio (I, 7, 15).
(1) "Erant isti philosophi Carneades ex Academia, Diogenes (3) «... xt)v jtoXixeíav átpeíXero, EIJIÍOV SEIV 'Pcopaiov eivai xóv
Stoicus, Critolaus Peripateticus. Et in senatum quidem introducti Hr¡ xal xrjv diáXe¿¡ív o<pcov éjiioráfievov » (Dión Casio L X 17 4 —
interprete usi sunt C. Acilio senatore, sed ante, ipsi seorsum quisque Cf. Suet. Claud. 16).
ostentandi g r a t i a magno conventu hominum disertaverunt. Tumad-
t a n e j e m p l o s como el q u e r e f i e r e F i l o s t r a t o d e u n g o b e r n a d o r c l a r a éyco xazajiXevoag eíg 'IzaXíav..., dice, SíaXexzóv re rijv 'Pcu-
de A c a y a e n t i e m p o d e N e r ó n , y o t r o a n á l o g o c i t a d o p o r Liba- f¿aíxr]v éxfia&cav xai ygafifiázcov ¿JZIXOIQÍCÚV Xafiorv ¿Jiiazijfiijv...
nio, q u e n o conocían ni l a p r i m e r a p a l a b r a d e l a l e n g u a de la xal zá ¡xev naga zcov Xoyitozázcov ávSg&v, olg eig ófiiXíav f¡X&or
r e g i ó n q u e les e r a e n c o m e n d a d a . SiSaxñ jiaQaXafi<i>vt e t c . (Antiq. rom. I, 7, 21). Así m i s m o , se
Los e s c r i t o r e s g r i e g o s n o h a n p o d i d o ' p e r m a n e c e r alejados ocupa e n t r a d u c i r é i m i t a r á los a u t o r e s l a t i n o s , bien q u e e n
del m o v i m i e n t o g e n e r a l e n f a v o r d e l a l i t e r a t u r a l a t i n a ni de ello es r e g u l a r m e n t e poco feliz, y a u n se p e r m i t e h a c e r obser-
v a c i o n e s críticas a c e r c a d e la l e n g u a r o m a n a . P l u t a r c o , y a en-
su l e n g u a , cuyo i n f l u j o e n l a v i d a social llegó á d e j a r s e sentir
t r a d o en a ñ o s , se d e d i c a al l a t í n , d e c u y o c o n o c i m i e n t o h a c e
d e u n a m a n e r a p r e p o n d e r a n t e y v i s i b l e m e n t e e x t r e m a d a (1).
l u e g o uso e n sus t r a b a j o s ( P l u t . Q u a e s t . rom. y S u i d a s , voz
Los h i s t o r i a d o r e s g r i e g o s n o son y a lo q u e e n t i e m p o s más
Ploutarjos) asi como E s t r a b ó n q u e cita á César y se r e l a c i o n a
venturosos eran Herodoto, Tucidides, J e n o f o n t e sino que,
d i r e c t a m e n t e con los r o m a n o s ; A p i a n o de A l e j a n d r í a t r a d u c e
c a m b i a d o el c a r á c t e r p o l í t i c o y social d e l a G r e c i a , su historia
versos l a t i n o s ; A r r i a n o escribe c a r t a s en l a t i n al e m p e r a d o r
v a u n i d a á la historia r o m a n a , y s u v i d a n i en l i t e r a t u r a ni en
— en tois rómaickais grammasin guegraptai— ( A r r . Peripl.
hechos p e r m a n e c e a i s l a d a d e l a v i d a d e l a s r e g i o n e s l a t i n a s . P o n t . E u x . V I , 2); D i ó n Casio p a r t i c i p a t a m b i é n del c o m ú n
Polibio e s t u d i a l a t í n , v i v e l a r g o s a ñ o s en R o m a e n c o n t a c t o con a m b i e n t e r o m a n o ( p á r a s e á n o t a r q u e la p a l a b r a auctoritas no
los e s c r i t o r e s r o m a n o s é h i s t o r i a d o r e s l a t i n o s , y t r a d u c e al p u e d e t r a d u c i r s e con e x a c t i t u d al g r i e g o ) , y , o m i t i e n d o otros,
g r i e g o los m á s a n t i g u o s tratados d e los r o m a n o s c o n otros pue- Zenobio h a c e u n a t r a d u c c i ó n g r i e g a d e Salustio— MezatpQáaiv
blos, a l g u n o d e los c u a l e s es t r a d u c i d o n u e v a m e n t e sobre la EXXrjvixwg... ZaXovozíov zov QoifxaCxov laxoqixov..., como d i c e
v e r s i ó n g r i e g a al l a t í n p o r T i t o L i v i o . Dionisio d e H a l i c a r n a s o S u i d a s (voz Zenobios).
a p r e n d e el l a t i n y lee los e s c r i t o r e s l a t i n o s , como él mismo de-
Al l a d o de los h i s t o r i a d o r e s figuran los j u r i c o n s u l t o s , los re-
tóricos y los g r a m á t i c o s , q u e c o n s t i t u y e n n u e v a p r u e b a d e la
(1) El romanismo h a b í a p e n e t r a d o en l a s costumbres griegas i n v a s i ó n l a t i n a en G r e c i a . L e y e s l a t i n a s , c o n s t i t u c i o n e s r e d a c -
por modo singular. Latinos e r a n los nombres comunmente usados, y t a d a s en l a t i n q u e v a n a u m e n t a n d o el c u e r p o del derecho, m a -
en especial preferidos los nombres romanos d e personas ilustres, g i s t r a d o s q u e h a b l a n en l a t i n y procesos r e d a c t a d o s e n l e n g u a
que se prodigaron extraordinariamente entre los g r i e g o s . Latina
l a t i n a , hicieron n o sólo q u e ésta f u e s e la l e n g u a j u r í d i c a , sino
era la cultura en todos sus aspectos y variedades; latinas las formas
t a m b i é n o b l i g a d o su e s t u d i o á los j u r i s c o n s u l t o s g r i e g o s (1);
del culto, y contados entre las divinidades los emperadores de Ro-
ma . Inscripciones bilingües greco-latinas ó v i c e v e r s a , nombres y
apellidos semigriegos y semilatinos ó g r i e g o el uno y latino el otro,
latinizantes en prosa y verso que escriben en honor de Roma ó de (1) Los magistrados que conocían el griego rehusaban general-
sus Césares, y que tienen á honra el título de "poeta del empera- mente hablarle, como dice Valerio Máximo (II, 2): "Illud quoque
dor" etc., son cosas comunísimas en el período á que nos referimos. magna cum perseverantia custodiebant, ne Graecis unquam nísi la-
Los títulos d e philoromaios y philokaisar aparecen lo mismo en tine responsa darent, quin etiam ipsius linguae volubilitate, qua plu-
las inscripciones de las islas del m a r Egeo que en las márgenes del rimum valent, excussa per ínterpretem loqui cogebant non in urbe,
Bósforo; con los títulos de "dios libertador," "padre de la patria," tantum nostra, sed etiam in Graecia et Asia, quo scilicet latinae vo-
"salvador del mundo" y otros análogos, era corriente adular á los cis honos per omnes gentes venerabílior diffunderetur." A las partes
emperadores latinos. A Nerón mismo, a d e m á s de esos dictados, se se les permitía hablar en griego, pero donde ésta no era la lengua
le daba el de "nuevo sol que esplendora á los helenos" —véog'HXiog de la ley, ni de los magistrados, ni del juicio (que aun en tiempo de
iniXányas zoig"EXXr]oaiv;— Claudio se ha visto en la precisión, se- Constantino se substanciaba en latín), significaba muy poco aquella
gún Suetonio, de prohibir el abuso de los nombres gentilicios de Ro- concesión, y veíanse los contendientes en la precisión de hablar la-
ma, y por su parte P l u t a r c o creyó oportuno recomendar á los grie- tín ó usar de intérprete. En cuanto al cuerpo del Derecho, el forma-
gos "discreción y dignidad." (Cf. Lafoscade, 1. cit. y también los men- lismo romano se oponía á toda traslación al griego, é hizo que se
cionados E g g e r , Mommsen, Budinszky, y aun Renán, Orig. III). En vacilase largo tiempo sobre la traducción de las fórmulas legales
Egipto, donde se hablaba el g r i e g o desde los Ptolomeos, por r a r a ex- romanas, algunas de las cuales dejó intactas el mismo Teófilo. (Véa-
cepción continuó la lengua helénica con c a r á c t e r oficial bajo la do- se sobre esto, Dirksen, Freund. Spr. beid. rom., Bethmann-Holweg,
minación romana. Civilprosess, II, Lafoscade, Influence du lat. etc.).
b u e n a p a r t e d e éstos e r a n f o r m a d o s t o t a l m e n t e e n l a s escue-
mos c o m o f ó r m u l a c o r r i e n t e l a e x p r e s i ó n <r¡ éxzéea yAóírta» e n -
l a s r o m a n a s , d e d o n d e s a l i e r o n los h o m b r e s m á s c o n s p i c u o s
t r e los g r i e g o s , p a r a s i g n i f i c a r la c o n v e n i e n t e p e r i c i a e n el g r i e -
e n l a c i e n c i a del D e r e c h o . R e c u é r d e s e q u e el j u r i s c o n s u l t o P a -
g o y e n el l a t í n , á l a m a n e r a q u e los r o m a n o s h a b l a n f r e c u e n -
piniano era originario de la Fenicia, y que Ulpiano procedía t e m e n t e d e « u t r a q u e l i n g u a » e n i g u a l s e n t i d o (1).
d e T i r o (1), c o l o n i a r o m a n a q u e p o s e í a el d e r e c h o i t á l i c o , como
Con l a t r a s l a c i ó n d e la c a p i t a l del i m p e r i o á B i z a n c i o , el la-
el mismo U l p i a n o d e c l a r a (Dig. L, 15,1). San G r e g o r i o T a u m a -
t í n c o n t i n u ó en s u p r e p o n d e r a n c i a s o b r e el g r i e g o c o n t o d a l a
t u r g o , d e s p u é s d e h a b e r e s t u d i a d o e n C a p a d o c i a , c r e y ó conve- p u j a n z a q u e le p e r m i t í a la corte de Constantinopla. E n las re-
niente perfeccionar sus estudios en la escuela de jurisprudencia g i o n e s oficiales el l a t í n se i m p o n í a con l a c o r t e y l a a r i s t o c r a -
r o m a n a e s t a b l e c i d a e n t o n c e s en B e i r u t — ...rj zcov BIJQVZUOV no- cia r o m a n a s t r a s l a d a d a s á G r e c i a . C o n s t a n t i n o h a b l a e n l a t í n ,
Aig... Tcov voficov naídevzQÍov.— e m p l e a e s t a l e n g u a a s i e n el S e n a d o como e n los Concilios, y
E n t r e los r e t ó r i c o s y g r a m á t i c o s h u b o a l g u n o s , c o m o escri- o b l i g a á los s o l d a d o s á a p r e n d e r l a l e n g u a l a t i n a y á o r a r e n es-
b e L a f o s c a d e (Ob. c i t . ) , q u e se l a t i n i z a r o n c o m p l e t a m e n t e , lo t e i d i o m a (2). L i b a n i o y el m i s m o S. J u a n C r i s ó s t o m o , s u disci-
c u a l c o n s t i t u í a u n a v i c t o r i a p o s i t i v a p a r a el l a t í n ; otros se con-
t e n t a r o n con conocerlo y traducirlo, favoreciendo su introduc-
c i ó n . T i m o l a o s , d e s c e n d i e n t e d e la r e i n a Z e n o b i a , r e t ó r i c o y HezacpQásEO&ai ov Svvaxai ovzs ánó 'eklijvixov sis 'Paipai xjjs sis xa
g r a m á t i c o d i s t i n g u i d o , Q. Cecilio, d e o r i g e n g r i e g o , q u e a b r i ó 'EUrjvixóv... xoíixov zov ngáypazoS EVQE&R¡OEzai Poqfrqpa fie&óóco.»
u n a e s c u e l a e n R o m a p a r a e x p l i c a r á V i r g i l i o , c o m o d i c e Sue- E n t r e los poetas latinizantes, h a b r e m o s de r e c o r d a r á Evodio Ro-
t o n i o ( G r . X V I ) , y o t r o s m e n c i o n a d o s e n i n s c r i p c i o n e s , al lado dio que cultivaba e l g é n e r o épico en l a t í n , en tiempo de Nerón;
"o zaumassomenos eis rómaikén poiésiucomo escribe Suidas
d e c u y o n o m b r e figura e l d i c t a d o d e yQafipxixós Pcofiai'xós, p e r -
(v. Evodios).
t e n e c e n á l a p r i m e r a c l a s e . E n t r e los d e l a s e g u n d a , p r e s c i n - (1) Cf. Cicerón de O f f . , I, 1; Quintiliano lnst. Or. 1,1, A. Gel.
diendo de Aristónicos, Eraklides, Didimo, Theón y demás gra- Noel. Att. XVII, 5, y el mismo Tertuliano adv. Prax. c. III, pres-
m á t i c o s g r i e g o s q u e h i c i e r o n sus e s t u d i o s e n R o m a , m e r e c e n ci- cindiendo de otros, como Horacio, Suetonio, etc.
t a r s e A p i ó n A l e j a n d r i n o q u e e n el siglo p r i m e r o d e n u e s t r a e r a (2) Eusebio (v. C. IV) que t r a d u c e a l g r i e g o la oración usual,
e s c r i b i ó u n a g r a m á t i c a IIEQL ' Pwfiaixijs SiaXéxxov, y los e j e r c i - dice: Ka i tés eujés de tois stratiotikois apasi didascalos én autos,
cios d e t r a d u c c i ó n c o m p a r a d a d e l a t í n y g r i e g o a t r i b u i d o s á Romaia glotté tous patitas óde legein egkeleusamenos. "El mismo
D o s i t e o , d e t a n t a e f i c a c i a p a r a la d i f u s i ó n d e la l e n g u a r o m a n a Eusebio (lib. IH) a d v i e r t e que en el concilio de N i c e a , el e m p e r a -
dor habló en latín a n t e los obispos griegos. (Cf. W e b e r , L a t . Gr. II,
e n t r e los h e l e n o s (2). F i n a l m e n t e a n t e s del siglo I V , e n c o n t r a -
H e r t z b e r g Gesch. Gr. I, L a f o s c a d e 1. cit.)
Aunque Constantino se ve obligado á publicar en g r i e g o y en la-
(1) Aunque Ulpiano dice ser de origen tirio —" Tyriorum co- tín sus constituciones, la lengua oficial es la última, y las sentencias
lonia, u n d e m i h i origo e s t " etc.— (Dig. L , 15,1), creen algunos, en- continúan r e d a c t á n d o s e en ella h a s t a Arcadio, que p e r m i t e optar
t r e ellos Teufel, Niebuhr —Rom. Gesch. V— etc., que este origen se e n t r e dichos dos idiomas. L o s t e s t a m e n t o s tampoco tienen valor
refiere á la procedencia de su familia, pues Ulpiano conocía el latín sino r e d a c t a d o s en latín, h a s t a Teodosio II.
demasiado bien p a r a ser e x t r a n j e r o . No s e r í a difícil sin e m b a r g o que L a leyenda que nos refiere Codinus sobre el origen de Constanti-
un subdito r o m a n o y educado en las escuelas r o m a n a s , llegase á fa- nopla, es el símbolo más expresivo de la completa romanización que
m i l i a r i z a r s e con la lengua latina como propia, ya que decididamen- se t r a t ó de llevar á la capital del imperio bizantino. Según ella hizo
t e hubo de ser p r i v a t i v a p a r a el inmortal jurisconsulto. N a d a , pues, Constantino que cierto día saliesen los Senadores r o m a n o s á pelear
obsta p a r a que le c r e a m o s nacido en la esplendidísima colonia de á la P e r s i a , y a p r o v e c h a n d o su ausencia dispuso que hábiles arqui-
Tiro —in S y r i a Phoenice,— que él menciona. tectos reproduciendo e x a c t í s i m a m e n t e el plano de R o m a , de sus ca-
sas, edificios públicos etc., l e v a n t a s e n á orillas del Bosforo la nueva
(2) E s t o s t r a b a j o s del Pseudo-Dositeo, corresponden como los de
R o m a , á la cual hizo t r a s l a d a r las familias de los Senadores roma-
Julio Polux ya mencionados, al s. IV. (Cf. K r u m b a c h e r , Decod. Pseu-
nos, de suerte que al r e g r e s o halláronse éstos f u e r a de su p a t r i a , con
dodosit., y sobre éste y otros, W e b e r , Lat. gr. I, Dirksen, Freund.
la ilúsión p e r f e c t a de R o m a : 'Sis yovv, escribe Codinus, EISOV xvvg
sprach. bei d. Rom. y también E g g e r , ob. cit.). L a f o s c a d e (1. cit.)
JtvXEcovas *ai xas avXás xal xas ávóóovs ófioias xais ¿v zfj'Pcó/xr] xal
copia las siguientes p a l a b r a s del Pseudo-Dositeo, que se refieren á
xa ftéxQa sóogav elvai ex tpavzaaías ELS ZTJV Pdiprjv.
la utilidad del libro: moXXá fúvzoi xal noixiXa, a eíg égfirjveíav
p u l o , nos d i c e n q u e p a r a o b t e n e r p u e s t o s e n l a c o r t e es m e n e s - s e g u n d o a n t i o q u e n o ) escriben sus t r a b a j o s e n l a t í n , y p u e d e
t e r s a b e r l a t i n , y el q u e lo s a b e «év zoT? Basdeíoig ¿azi Xapjtgó? d e c i r s e q u e con ellos se c i e r r a e n la l i t e r a t u r a l a t i n a el c a t á -
xal Jiávza ayei xal ipégei ra évóov.» (ChrySOSt. Adv. opp. vit. l o g o d e los e s c r i t o r e s l a t i n o s d e a l g ú n m é r i t o .
raon. I I I ) . P o r los e s c r i t o r e s e c l e s i á s t i c o s g r i e g o s e s i g u a l m e n t e c u l t i .
F u e r a del d o m i n i o oficial, los j u r i s c o n s u l t o s , los e r u d i t o s y v a d a la l e n g u a l a t i n a , la cual d o m i n a y a de u n a m a n e r a ex-
h o m b r e s d e c i e n c i a , y el a l t o p e r s o n a l d e l a I g l e s i a c o n o c e n el c l u s i v a e n los e s c r i t o r e s d e l a I g l e s i a e n O c c i d e n t e . L a t r a d u c -
l a t i n , l e e n los e s c r i t o r e s l a t i n o s y los t r a d u c e n , los c i t a n ó los c i ó n g r i e g a del Apologético d e T e r t u l i a n o , l a d e los Escritores
e c l e s i á s t i c o s d e S a n J e r o n i m o y d e o t r o s t r a b a j o s del m i s m o ,
c o m e n t a n s e g ú n l a s c i r c u n s t a n c i a s . E n u n d i s c u r s o d e Cons-
h e c h a p o r S o f r o n i o , el p r o f u n d o c o n o c i m i e n t o d e l l a t i n q u e
t a n t i n o c u y o t e x t o g r i e g o n o s d a E u s e b i o , v a i n s e r t a la h e r m o -
p o s e e e l O b i s p o d e T i r o , D o r o t e o , y q u e c e l e b r a n los a u t o r e s
sa y t a n c o m e n t a d a é g l o g a d e Virgilio «Sicelides m u s a e , paulo
g r i e g o s , la i n s t r u c c i ó n l a t i n a d e S a n A t a n a s i o ( q u e él r e c l a m a
m a j o r a c a n a m u s . . . » —ZtxelíSes Movoai, ^eyáXr¡v cpáziv v^oco-
t a m b i é n p a r a los Obispos g r i e g o s e n g e n e r a l ) , asi c o m o l a d e
nev...,— t r a d u c i d a t a m b i é n e n v e r s o , a u n q u e l i b r e m e n t e a l g r i e -
o t r o d e c i d i d o a d v e r s a r i o del a r r i a n i s m o , S a n E p i f a n i o , d e m u e s -
g o , y s i n d u d a p o r el m i s m o E u s e b i o , á q u i e n e r a f a m i l i a r el co-
t r a n q u e la I g l e s i a g r i e g a a l e s c u c h a r la v o z y a c a t a r l a s d e t e r -
n o c i m i e n t o d e los a u t o r e s l a t i n o s , c o m o lo d e m u e s t r a a d u c i e n d o
m i n a c i o n e s d e R o m a p r o c u r a b a c u l t i v a r l a l e n g u a oficial d e la
constituciones d e Licinio, edictos de Galiano, textos d e Tertu- I g l e s i a R o m a n a (1).
l i a n o e t c . (1). A m a n o , c i t a d o p o r S u i d a s , a p a r e c e c o m o t r a -
d u c t o r d e la G e ó r g i c a d e V i r g i l i o : Mezácpgaaiv zcov recoeyixcov L a i n v a s i ó n d e l l a t i n e n el g r i e g o , p u e s , h a s e e f e c t u a d o e n
t o d a s l a s m a n i f e s t a c i o n e s d e l a v i d a social, r e c o r r i e n d o el or-
zov BegyiXXíov éjtixwg jtoir¡aas- T e m i s t i o p o n e e n g r i e g o u n a
d e n civil y el r e l i g i o s o , el p o p u l a r , oficial y e l c i e n t í f i c o , d e t a l
c a r t a de Constancio al S e n a d o ; V a r r ó n , T i t o L i v i o , Salustio,
Columela... son leidos y citados y h a s t a copiados e n ocasiones
p o r los e s c r i t o r e s g r i e g o s d e e s t a é p o c a . C l a u d i a n o y A m i a n o (1) L a lengua latina no es sin e m b a r g o conocida en todas las
M a r c e l i n o , a m b o s d e o r i g e n g r i e g o ( a l e j a n d r i n o el p r i m e r o y el iglesias de Oriente por este tiempo, como lo d e m u e s t r a el hecho de
que en el Concilio do Éfeso (431), leídas por los legados las l e t r a s
pontificias en latín, r e c l a m a r o n s e g u i d a m e n t e los c o n g r e g a d o s su
(1) H a s e dicho que la t r a d u c c i ó n g r i e g a de la n o t a b l e produc-
traducción al griego; cosa que á su vez se h a b í a previsto en R o m a ,
ción virgiliana, se ha hecho d e propósito sin e s t r i c t a s u j e c i ó n al tex-
pues los legados llevaban también una versión g r i e g a d e b i d a m e n t e
to latino, con i n t e n t o c r i s t i a n o y p a r a a j u s t a r í a á las c r e e n c i a s reli-
a u t o r i z a d a ; porque "hay muchos de n u e s t r o s santos h e r m a n o s y
giosas. No es esto improbable dado el c a r á c t e r excepcional que en
obispos que ignoran el latín" —JZOXXOÍ siat zcov áyícov áSsXcpcov xal
este sentido o f r e c e la E g l o g a m e n c i o n a d a , en la cual se h a r e p a r a d o
¿jiiaxójtcov f/ficov, oí' ziveg 'Pcafiaíozl ayvoovai... (Mansi Ampl.
desde muchos siglos ha, y se fija t a m b i é n C o n s t a n t i n o al aducirla en
Coll. IV, 1284).
favor del cristianismo, á la m a n e r a que r e c u e r d a a l mismo objeto
en su discurso el acróstico m i s t e r i o s o de la Sibila E r i t r e a , cuyas le- E s de a d v e r t i r que la lengua de la Iglesia aun en Occidente du-
t r a s iniciales de los 34 v e r s o s g r i e g o s nos dan: " J e s u c r i s t o hijo de r a n t e los p r i m e r o s siglos fué la lengua g r i e g a , y m i e n t r a s por una
Dios salvador del mundo." L a i n t e r p r e t a c i ó n c r i s t i a n a de la Eglo- p a r t e ella p r e s t a b a su cooperación á la obra divina del Evangelio,
g a IV, que Gibbon no duda d e n o m i n a r "la de m á s brillo, y en ver- el Cristianismo la m a n t e n í a en sus dominios y la elevaba en sus pres-
dad la m á s plausible" (Decad. del Imp. Rom. 20), así como la auten- tigios. D u r a n t e los dos primeros siglos, la liturgia, la predicación,
ticidad de los c a n t o s sibilinos, ha sido a m p l i a m e n t e discutida; pero las epístolas de los P a p a s , los escritos de los santos P a d r e s y escri-
no hace á n u e s t r o propósito n i es posible ocuparnos a q u í de este tores eclesiásticos (excepción hecha de los de la Siria), todo es grie-
punto. Con r e s p e c t o al texto g r i e g o a d v e r t i m o s que la libertad con go, y las inscripciones sepulcrales de los P a p a s a p a r e c e n en g r i e g o
que e s t á t r a d u c i d a la E g l o g a m e n c i o n a d a , es cosa f r e c u e n t e en l a s en la c a t a c u m b a de San Calixto h a s t a mediados del siglo III, como
demás traducciones de la é p o c a , aun l a s que no t i e n e n c a r á c t e r ecle- dice Rossi (Roma sotterranea, II), y hemos tenido ocasión de com-
siástico; y no debe por lo m i s m o c a u s a r esto s o r p r e s a , ni es menes- p r o b a r v a r i a s veces d u r a n t e nuestra residencia en Roma. L a iglesia
ter pensar en que el t r a d u c t o r se h a y a propuesto a l t e r a r el texto de de A f r i c a , t a n d i g n a m e n t e r e p r e s e n t a d a en el orden teológico y
una composición en verso, c u a n d o no e s la l e t r a sino el espíritu aun científico g e n e r a l por los Tertulianos, Ciprianos, Fulgencios y Agus-
de los p r o s i s t a s latinos lo que e n t o n c e s solían c o n s e r v a r l a s traduc- tinos, es la p r i m e r a en f r a n q u e a r el paso á latinidad con el c a r á c t e r
ciones en p r o s a g r i e g a . eclesiástico que hubo de recibir y conserva.
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s u e r t e q u e á no h a b e r sido el g r i e g o , c u a l q u i e r otro idioma hu-


ciales, y las inscripciones e n e s t a l e n g u a a p a r e c e n en las m e d a -
b i e r a s u c u m b i d o d e f i n i t i v a m e n t e . Mas á l a l e n g u a d e l a H é l a d e
llas y m o n e d a s ( e n t r e las c u a l e s inscripciones figura el c é l e b r e
i b a a s o c i a d a toda l a historia h e l é n i c a d e r e c u e r d o s p e r d u r a b l e s ,
Ev irovzco víxa de C o n s t a n t i n o ) , sin q u e q u e d e del uso l a t i n o ofi-
u n c a u d a l i n m e n s o d e r i q u e z a s l i t e r a r i a s , y el c a r á c t e r imbo-
cial otra cosa m á s q u e c i e r t a s f ó r m u l a s , como l a d e «legimus»
r r a b l e d e u n p u e b l o q u e c o n s e r v a v i v a conciencia d e su v a l e r
p u e s t a s al pie d e a l g u n o s d o c u m e n t o s i m p e r i a l e s , y o t r a s d e ca-
é i d o l a t r a en sus m a y o r e s y e n sus p a s a d a s g r a n d e z a s , e s p e r a n -
r á c t e r p u r a m e n t e c e r e m o n i a l (1).
do c o n a n s i a l a r e d e n c i ó n de u n y u g o q u e no h a n l l e v a d o n u n -
E n l a e s f e r a l i t e r a r i a la r e a c c i ó n comienza p o r los j u r i s t a s ,
ca n i s e a v e n d r á n j a m á s á l l e v a r r e s i g n a d a m e n t e . Estos t r e s
los c u a l e s h a c e n a p a r e c e r e n g r i e g o los t e x t o s del D e r e c h o ro-
f a c t o r e s , el c a r á c t e r g r i e g o , su historia civil y su h i s t o r i a lite-
m a n o , y d a n l u g a r á b u e n n ú m e r o de glosas y c o m e n t a r i o s , q u e
r a r i a , o p u s i e r o n v a l l a i n s u p e r a b l e á l a d e s a p a r i c i ó n d e l a len-
sin d u d a s e c u n d a b a n en m u c h o las a s p i r a c i o n e s h e l é n i c a s e n
g u a g r i e g a , q u e p o r o t r a p a r t e t a n e n c o n s o n a n c i a e s t a b a con
o r d e n al l e n g u a j e . A c u a t r o clases p u e d e n r e d u c i r s e los t r a -
el e s p í r i t u y m o d o de s e r del p u e b l o q u e la h a b i a f o r m a d o y la b a j o s d e los j u r i s c o n s u l t o s : u n o s f u e r o n t r a d u c c i o n e s l i t e r a l e s
h a b í a e l e v a d o ( e l e v á n d o s e t a m b i é n con ella) al g r a d o de l a ma- (xazá jtóSa), y r e g u l a r m e n t e d e t e x t o b i l i n g ü e ; otros f u e r o n
yor cultura. t r a d u c c i o n e s c o m p e n d i o s a s (>taz ém.zopr¡v), o c a s i o n a d a s p o r l a
L a r e a c c i ó n h e l é n i c a si b i e n i n i c i a d a a n t e s d e J u s t i n i a n o , g r a n m u l t i t u d d e leyes q u e e r a preciso a c o m o d a r al e s t u d i o
c o m i e n z a con éste s e ñ a l a d a m e n t e ; p o r q u e al d e t e r m i n a r s e , p o r del D e r e c h o ; l a t e r c e r a clase e s t a b a f o r m a d a p o r las p a r á f r a s i s ,
a d o p t a r el g r i e g o como l e n g u a j u r í d i c a , d a b a á u n t i e m p o gol- glosas, etc. (jzaqayeacpaí), a u x i l i o n e c e s a r i o p a r a la i n t e r p r e t a -
p e m o r t a l á l a t r a d i c i ó n l a t i n a del d e r e c h o con sus m ú l t i p l e s ción d e t e x t o s a n t i g u o s y como c o m p l e m e n t o d e las t r a d u c c i o -
c o n s e c u e n c i a s , y r e s t i t u í a á l a c a t e g o r í a oficial el i d i o m a d e la nes a b r e v i a d a s ; finalmente, p a r a o b v i a r l a o b s c u r i d a d d e los
G r e c i a , q u e m e d i a n t e sus sucesores a c a b ó d e c o n f i r m a r s e en su c o m p e n d i o s y l a d i f u s i ó n d e l a s glosas, a d o p t ó s e u n t é r m i n o
p o s e s i ó n (1). A p a r t i r d e e s t e p u n t o , a p a r e c e c a d a vez m á s cla- medio (néoq zájjig), en el c u a l t o m a n d o lo b u e n o d e los c o m p e n -
r o el r e t r o c e s o del l a t í n en sus dominios, y l a r e c o n q u i s t a grie- dios y u t i l i z a n d o lo o p o r t u n o d e las p a r á f r a s i s , se f o r m a b a u n
g a . L a s constituciones en e s t e i d i o m a a d q u i e r e n p r e d o m i n i o todo d i s t i n t o d e a m b a s clases (2).. E n el siglo I X los juriscon-
s i e m p r e c r e c i e n t e ; en el t i e m p o mismo d e J u s t i n i a n o , L y d o ha-
c e n o t a r el uso del g r i e g o e n los f u n c i o n a r i o s públicos, y re-
c u e r d a con m o t i v o d e la d e c a d e n c i a del l a t í n , q u e s e g ú n u n a (1) Watenbach habla del "legimus" de una misiva imperial del
a n t i g u a predicción l a s u e r t e d e los r o m a n o s v a i n s e p a r a b l e " siglo VIII á Pipino, y Gardthausen cita esta expresión puesta á va-
m e n t e l i g a d a á la s u e r t e d e su l e n g u a ; e x t i é n d e s e el dominio rias bulas pontificias en Bizancio.
del g r i e g o , y el p u e b l o le e m p l e a e n los actos oficiales y n o ofi- Entre las fórmulas ceremoniales son de recordar las que nos ha
conservado Const. Porphyrogenetes, que se proferían en el acto de
la comida de los emperadores. Al sentarse á la mesa, cinco de sus
(1) Aunque Constantino había redactado disposiciones en grie- domésticos entonaban un "Conservet Deus imperium vestrum." Al
mezclar el a g u a al vino, dejábase oír el "In gaudio prandete Domi-
go, e r a n éstas como excepciones respecto de la regla ordinaria del
ni." Al tomar la bebida decían: "Bibite imperatores in multos annos;
latín. L o opuesto exactamente sucede desde Justiniano, en que el
Deus omnipotens praestet;" terminando al levantarse el emperador
g r i e g o se inicia como regla cuya excepción será el latín (Weber,
y comensales con las palabras: "Bono Domino semper." Constantino
Lat. gr.; Blastaris, Synt. II; Lafosc. Lat. en gr.): 'Iovaziviavòg... ezt
Porph. t r a e dicho ritual trasladado en caractéres griegos: Legou-
xal TCQÓq zr¡v éXXr¡vixr¡v zá re TCOV xcoSíxcov xal zà zcòv Siyeazcov
si oi pente boukoloi: "Konserbet Deous eemperioum bestroum."—
fíeza^éXXrjxe cpqáoiv. En la Nov. VII, c. I: ov zij jzazQÍcp cpcovfj zòv "Beebete Domeni eemperatores een moultos annos," etc. E s de no-
vófiov ovveyeáii>ap£v àXXà zaúzy Sf] xfj xoivfj ze xal éXoáSi, coaze t a r que dicho escritor traduce seguidamente al g r i e g o este formula-
anaaiv avzòv elvai yvcógipvov Sia zò ZIQÓXEIQOV zr¡g éQfir/víag. Cf. rio, lo cual demuestra que su significación no era entendida.
T h e o p h . R. III, 7. (v. Psichari, Mots. lat. dans Theoph. et les Nov.). (2) Pueden verse en W e b e r , Lat. gr. II, y Lafosc. Lat. en gr.
Nótese la expresión z f j jiazQico qacovrj aplicada al latín; en sentido —H. Etudes, 82— clasificaciones y obras de estos diversos grupos.
a n á l o g o la usa Just, en la Const. XXXVIII hablando de ciertos pre- Psichari, Mots lat. dans Th. etc., enumera los principales t r a b a j o s
fectos. léxicos bizantinos y posteriores sobre las voces latinas en las obras
sultos g r i e g o s no c o n o c í a n los t e x t o s r o m a n o s , y el d e r e c h o e v i t a r las m a l a s t r a d u c c i o n e s d e los escritos pontificios, y las
griego, siquiera privado de originalidad n a t i v a é impregnado c o n s i g u i e n t e s i n e x a c t a s i n t e r p r e t a c i o n e s q u e les d a b a n en Gre-
d e latinismos, h a b í a s e e m a n c i p a d o p o r c o m p l e t o d e l a a n t i g u a cia (1). E n t i e m p o d e Focio (s. IX), el l a t í n n o se r e p u t a nece-
t u t e l a d e Occidente. s a r i o ni ú t i l , y dicho h e r e s i a r c a p r e s c i n d e y a d e él e n a b s o l u t o ;
E n el o r d e n eclesiástico d é j a s e t a m b i é n s e n t i r l a n e g l i g e n - á m e d i a d o s del siglo X I el Obispo de A n t i o q u i a no h a l l a q u i e n
cia h a c i a la l e n g u a r o m a n a , y á p e s a r d e los e s p e c i a l e s m o t i - p u e d a t r a d u c i r u n a epístola del P a p a , y s e v e p r e c i s a d o á ha-
vos q u e o b l i g a b a n á los g r i e g o s á c o n s e r v a r p o r e n t o n c e s el cerla c o p i a r p o r el mismo e m i s a r i o y r e m i t i r l a á Miguel Ce-
c o n o c i m i e n t o del l a t í n , d e s d e el siglo VI son m u y pocos los teó- l u l a r i o ; con el siglo X I I , p u e d e d a r s e p o r t e r m i n a d o el influ-
logos d e G r e c i a q u e s a b e n este i d i o m a . Si e j e r c e a l g ú n i n f l u j o jo l a t i n o en Grecia, y a q u e los escritores helénicos posteriores
el l a t í n e n d i c h a época, es p o r q u e l a c o r r e s p o n d e n c i a c o n t i n u a q u e a p a r e c e n conociendo l a t í n , como P l a n u d e s y D e m e t r i o K y -
con la I g l e s i a d e R o m a y las c o n t i e n d a s f r e c u e n t e m e n t e susci- dones, más b i e n q u e c o n t i n u a d o r e s d e l a s a n t i g u a s c o r r i e n t e s
r o m a n a s , son y a p r e c u r s o r e s d e la época del r e n a c i m i e n t o q u e
t a d a s m o v í a n á ello, y p o r q u e a u n q u e d a b a u n r e s t o d e v e n e -
a n u n c i a n (2).
r a c i ó n p o r el i d i o m a de los P a d r e s d e O c c i d e n t e , c u y o s escritos
l e í a n los d i g n a t a r i o s d e l a iglesia g r i e g a , a u n q u e n o s i e m p r e
con á n i m o de consolidar sus r e l a c i o n e s r e l i g i o s a s c o n los l a t i -
nos (1). Asi se e x p l i c a q u e h a y a q u i e n , como A n a s t a s i o , Obispo
d e A n t i o q u i a , t r a d u z c a al g r i e g o á f i n e s d e l siglo V I á S. G r e -
g o r i o M a g n o , y q u e las a c t a s del concilio s e g u n d o c o n s t a n t i -
n o p o l i t a n o se escribiesen a ú n en l a t í n . Mas f u e r a d e esto, el
m o v i m i e n t o l a t i n o a p a r e c e en a b s o l u t a d e c a d e n c i a . Y a h e m o s
visto como en el concilio d e É f e s o s e r e c o n o c i ó l a n e c e s i d a d
d e t r a d u c i r a l g r i e g o l o s escritos p o n t i f i c i o s , p o r q u e m u c h o s
Obispos n o los e n t e n d í a n . E n u n concilio c e l e b r a d o e n L e t r á n
(conc. •particular) á m e d i a d o s del siglo V I I , c o n t r a los monote-
litas, se reconoce la n e c e s i d a d d e t r a d u c i r las actas a l g r i e g o ;
y en el t e r c e r o g e n e r a l d e C o n s t a n t i n o p l a (680), a p e n a s se h a -
lla q u i e n t r a d u z c a u n e s c r i t o l a t i n o , r e c u r r i e n d o los Obispos á
u n p r e s b í t e r o l l a m a d o C o n s t a n t i n o , á q u i e n se l e r u e g a e n s e ñ e (1) V. estos datos en las colec. conciliares; en Coleti (VII, VIII,
á u n d i á c o n o l a m a n e r a d e escribir e n c a r a c t é r e s r o m a n o s : kai IX y X), lugares respectivos de los concilios y decretos pont., y en
Krumbacher, W e b e r y Lafoscade, ya cit.
upodeixon autoo, poos ofeilei grapsai ta romaika grammata.
(2) Planudes vierte al griego varios poetas latinos, en verso y
E n el siglo V I I I , y en el conc. s e g u n d o d e X i c e a , y a n o se lee
en prosa; y Kydones (s. XIV) traduce á Santo Tomás de Aquino.
el t e x t o d e u n a epístola d e H a d r i a n o I , sino s i m p l e m e n t e su En el conc. de Florencia los Obispos griegos y romanos usan sus
t r a d u c c i ó n : Ermeeneia grammatoon romaikon Adrianou y respectivos idiomas, haciéndose entender por intérpretes.
m á s t a r d e Nicolás I se v e p r e c i s a d o á r e c u r r i r al a n a t e m a p a r a La gradación de retroceso latino en los escritores no eclesiásti-
cos de Grecia g u a r d a paralelismo con la señalada en la literatura ju-
rídica y en la de la Iglesia. Es de ver, p. ej., como en J. Malalas, en
jurídicas griegas. V. en igual sentido, además de Du Cange y Reitz, el mencionado Lydo y aun en Procopio y otros escritores griegos
el Lex. de Th. etc. de Triantaphyllides. que conocen el latín, se refleja el período de transición y la deca-
(1) Recuérdese el hecho de que en la colección canónica Tntla- dencia de la lengua romana. Tiempos después y como marcando los
na se suprimieron los cánones de Sárdica, y se insertaron los cáno- grados de extinción de ésta ante el helenismo, encontramos á Jorge
nes africanos, que eran latinos, entre los cuales estaban los refe- Syncelas y Teofanes, cuya latinidad es de exactitud más que dudosa,
rentes á la controversia de S. Cipriano con el R. Pontífice, favora- lo cual por singular manera se acentúa más tarde en las equivoca-
bles á la escisión que los griegos intentaban. L a confirmación de ciones de Suidas y en el Etimologicum Magnum, cuando la domina-
esto, puede verse en algunos casos que cita W e b e r , Lal. gr. III. ción latina está para desaparecer.

t
Naturaleza de la glotología greco-romana.

vi

Principios doctrinales en la glotología g r i e g a y sus períodos. F a s e


filosófica. F a s e gramatical. La época romana. Principios gene-
rales sobre la naturaleza significativa de las p a l a b r a s según las
antiguas normas de analogía y anomalía. Opiniones y criterios
necesarios en la cuestión del lenguaje cpvaei ó •d'éaei. El perío-
do antesocrático, filósofos que t r a t a r o n dichas cuestiones gloto-
lógicas, y opiniones de los mismos. El período postsocrático.
Platón; el Pitagoreismo neoplatónico; opiniones atribuidas á Pi-
t á g o r a s y formación d e s u s aknsmas. A r i s t ó t e l e s , los estoi-
cos etc. L a época de los gramáticos griegos en orden á aquellos
problemas. Los gramáticos técnicos. Caracteres íntimos de la
glotología romana y planteamiento de las cuestiones dichas. Los
gramáticos anteriores á Varrón. El criterio varroniano en estos
problemas. Los gramáticos latinos de origen g r i e g o posteriores
á Varrón y los de origen latino. Las partes del discurso entre los
filósofos griegos. Idem entre los gramáticos. Té%vr¡ de Dionisio
de Tracia, y su clasificación gramatical. Defectos é influencia de
la misma. L a s partes del discurso entre los g r a m á t i c o s latinos.
La etimología entre griegos y romanos. El hecho histórico de
derivaciones etimológicas. EÍ fundamento de las etimologías.
L a s reglas de investigaciones etimológicas. L a noción de la eti-
mología entre los antiguos. Definiciones de Casiodoro, San Isi-
doro, Alcuino etc. Etimologistas y lexicógrafos griegos. Triple
clase de lexicografía antigua g r i e g a , y cultivadores de cada una
de ellas. La escuela helenista, la escuela romanista y la escuela
mixta en la lexicografía y etimología romana.

Señaladas las alternativas é indicadas las varias


sendas de los estudios lingüísticos en Grecia y Roma,
son de considerar ahora los elementos que hubieron
de constituirlos, y los generales principios á que vi-
nieron subordinándose las ideas glotológicas en estas
regiones, con lo cual quedará determinado el carác-
ter y alcance de aquellas investigaciones, y comple-
t a d a la verdad histórica y doctrinal filológica de los
pueblos y edades á que nos referimos. P a r a ello for-
zoso nos será comenzar por una somera recapitulación
de conceptos más ó menos desenvueltos en páginas
11
anteriores, con las cuales se eslabonan las materias de Alejandría f u n d a d a por Aristarco, y por la de Pér-
que habremos de t r a t a r en el presente capítulo. gamo, de Orates de Mallos. La escuela de Aristarco,
Dos grandes períodos hemos de distinguir en la glo- cuyos discípulos fueron conocidos por los aQiazáQxeíoi,
tología griega y en orden á la formación sistemática del nombre de su maestro, ocupóse con p r e f e r e n c i a
de ésta: el período filosófico, ó sea la época en que las de la crítica y de la hermenéutica de los textos de
ideas lingüísticas se hallan vinculadas estrechamente los poetas clásicos, en especial de Homero, con crite-
á las teorías filosóficas, sin constituir cuerpo indepen- rio literal y severo, ordenando á este fin sus preceptos
diente de ellas, y el período gramatical, en que las gramaticales. L a escuela de Orates, aunque se ocupó
doctrinas sobre el lenguaje, desprendiéndose de la de crítica (él mismo escribió su Diorzosis Iliados kai
filosofía, son directamente estudiadas por los g r a m á - Odusseias en nueve libros), siguió otras tendencias
ticos. El primer período a b a r c a las dos p r i m e r a s de que las de Aristarco, sin a l c a n z a r la importancia
las tres épocas en que suele por muchos dividirse la de éste en el terreno crítico. Fué el iniciador de la
historia de la filosofía helénica (Ritter, T e n n e m a n n , interpretación alegórica de Homero y de los poetas,
Zeller, Brandis, U e b e r w e g , Hegel, etc.), ó aceptan- ocasión después de no pocas hipótesis infundadas y
do o t r a norma bastante común y admisible, a l c a n z a arbitrarias. En general la escuela de Pérgamo fué
la fase de las escuelas h a s t a Sócrates, y la fase de las menos precisa, literal y gramatical que la de Alejan-
que corren después de él. El período antesocrático es dría, y dada con preferencia á la erudición y comen-
fase que puede decirse y suele llamarse cosmológica, tarios; en la g r a m á t i c a y crítica señalóse la escuela
por el especial cultivo de los problemas que se refie- de Aristarco, como notamos oportunamente.
r e n a l origen y formación de la m a t e r i a y del mundo;
Por lo que h a c e á las escuelas romanas en las cua-
durante ella las cuestiones lingüísticas v a n inmediata-
les las doctrinas glotológícas no comienzan como en
mente subordinadas á las ideas sobre la realidad cós-
Grecia por ser filosóficas, sino por ser expuestas gra-
mica, y en general son poco precisas. En el período
maticalmente, tienen c a r á c t e r empírico más que es-
postsocrático, llamado antropológico por la preferen-
peculativo, si bien con las oscilaciones que y a se de-
cia que obtienen las cuestiones relativas á la lógica,
jan v e r por lo atrás indicado sobre las mismas, y con
á la psicología etc., adquieren importancia directa
resultados de significación en el orden analítico de la
los problemas del lenguaje y se presentan con interés
Gramática, cuyos principios son en general los impor-
creciente hasta que en la filosofía estoica, última es-
tados de la Grecia, sistematizados por m a n e r a v a r i a
cuela de la fase á que nos referimos, la lógica recibe
entre los latinos.
con el t r a t a d o sobre el lenguaje, una de sus p a r t e s
Estudiando comparativamente las tendencias lin-
constitutivas, que a c a b a por d e s g a j a r s e p a r a f o r m a r
güísticas de filósofos y gramáticos, hallamos como
sección independiente en las escuelas gramaticales.
punto célebre de controversia entre los primeros la
Las fases del período filológico-gramatieal que co- cuestión de la naturaleza de las p a l a b r a s y modo de
r r e desde la época a l e j a n d r i n a hasta el desarrollo de formarse el todo del lenguaje; «quaeri enim solitum,
estos estudios en las escuelas r o m a n a s , están repre- dice Gelio, apud philosophos, <pvcset ra ovo/iara sint V #«*«.»
sentadas singularmente, según lo dicho, por la escuela Cuestión que si bien no se h a presentado siempre de
un modo uniforme, ni se formuló primitivamente en tiva y voluntaria del hombre, pero conformándose á
orden al o r i g e n del l e n g u a j e , acabó por plantearse la naturaleza de las cosas denominadas. Y por cuan-
indistintamente sobre si el valor significativo de las to la segunda opinión viene á ser una misma en am-
palabras es n a t u r a l ó convencional, y a c e r c a del ori- bos grupos, puede decirse que Amonio reduce á tres
gen n a t u r a l ó convencional de las denominaciones. las opiniones sobre este punto: el extremo ytoei, el ex-
Entre los gramáticos hubo de referirse principalmen- tremo y un intermedio que no reconoce como
te la controversia á las palabras consideradas objeti- principio exclusivo de la p a l a b r a ni la naturaleza ni
vamente, inquiriéndose el influjo de la analogía y de la arbitrariedad. Intermedio en el cual puede descu-
la anomalía en el lenguaje, y si h a de juzgarse regido brirse el punto de unión de las direcciones diversas
éste p o r la proporción lógico-fonética e n las formas en que se han presentado á Platón y Aristóteles, y
históricas de las voces, como quisieron los analogistas, que explicaría la discrepancia nominal y no doctrinal
ó ha de decirse el idioma independiente de aquella de los que declarasen cpvaei ó &éoei las formaciones lin-
razón h a r m ó n i c a , según afirmaron los anomalistas, güísticas, pero sólo en la segunda opinión de cada
cuando ambas direcciones llegaron , á sistematizarse uno de aquellos grupos.
constituyendo escuelas diversas. Como complemento He aquí también como León Majent., sobre el mis-
de los extremos indicados origináronse otros varios, mo Perihermen., forma tres clases de opiniones en la
siendo entre ellos de mencionar las tendencias especu- materia: Aló oí fiév <pvaei é'Xsyov zá óvóuaza cog zrjg rpvaecog ovza
lativa y empírica en la sistematización gramatical, 8t]fiL0VQyrifA.aza xai cog ngog;<pógcog z f j zov jzgáypazog rpvaei zv&é-
(levo- xai náXiv oí fiév &éoei é'Xeyov zá óvó/xaza, Sió é£ov éxáazw
resultante en p a r t e de los dos grupos de gramáticos
exaazov aigayfia óvo[iá£eiv cog ftovXezai • oí Sé ozi vno zov vopo&é-
que fueron denominados técnicos y empíricos, á los zov zov sniorafievov zr¡v cpíiaiv zcov jZQaypázcov JiQoacpÓQiag éizczí-
cuales aludimos a t r á s , y que de alguna manera repre- &evzai• zov fiev yág rjXiov ¿QQEVixcog.
sentan, con analogistas y anomalistas entre los anti- Por su parte Proclo (ad Cratylum, c P') señala cua-
guos, corrientes que muchos siglos después vinieron á tro modos según los cuales puede decirse tpvoei el len-
significarse en la Filología comparada. g u a j e . En cuanto se considere éste como un ÉQXOV, com-
A cuatro r e d u c e Amonio (in Arist. neei 'Eei*ev.) las parable á las demás cosas de la naturaleza; en cuanto
opiniones de los filósofos antiguos s o b r e la natura- se diga una actividad natural ó una propiedad como
leza del lenguaje. Dos que explican la formación de el calor es propio del fuego, que es ejemplo de Proclo;
las palabras yvoei, de las cuales la primera quiere que en cuanto se tome como reproducción ó sombra de las
los nombres sean producto ordenado de la naturaleza, cosas; en cuanto se presente como una imagen hecha
conforme á la de c a d a objeto designado; la segunda á semejanza perfecta del ejemplar. Expresiones sig-
supone la intervención de nuestras facultades en la nificativas respectivamente de estas cuatro opiniones:
formación de las voces, pero resultando éstas siempre ovoíai, — Svváfieig, — éfupáoeig — eixóveg.

de conformidad con las cosas designadas. De las otras Sobre estas clasificaciones y la apropiación que de
dos opiniones que sostienen haberse originado &éoei, ellas hacen á diversos filósofos Proclo y Amonio, los
una invoca el acaso y el arbitrio humano como razón dos escoliastas respectivos de Platón y Aristóteles que
suprema de las denominaciones; otra la acción selec- han hecho prevalecer umversalmente su criterio acer-
ca de las ideas glotológicas de éstos, descansa la ex- güísticas platónicas y aristotélicas h a y deficiencias,
posición tradicional de las teorías aristotélica y pla- en cuanto á las de otros filósofos, como Heráclito y •
tónica y las de otras anteriores sobre la n a t u r a l e z a Demócrito, están lejos de ser dignos de entera fe, así
de la palabra. La crítica y el estudio detenido de los porque consta que no han consultado las fuentes, como
autores y textos h a n hecho modificar muchas de las por la falta de crítica que revelan en estas cuestio-
apreciaciones de aquellos escoliastas, y h a quebran- nes, cuya confirmación se encuentra á cada paso.
tado el conjunto histórico-lingüístico del neoplatonis- 3.° La cuestión de si las denominaciones son cons-
mo, con toda la restauración pitagórica que se com- tituidas cpvaei ó •d-éasi no se ha planteado de una mane-
plació en sostener y aun en inventar. No h a c e á nues- r a precisa por los primeros filósofos á que suele atri-
tro intento entrar en un minucioso examen de las buírsele, sino que las indicaciones rudimentarias de
doctrinas glotológicas de comentaristas y libros co- c a r á c t e r metafísico y psicológico reducibles á aque-
mentados de la antigüedad griega; pero hemos de sen- llas fórmulas, se han aplicado posteriormente á la ex-
tar algunos principios generales que á m a n e r a de cri- posición probable de sus ideas lingüísticas. La primi-
terios puedan utilizarse en la m a t e r i a , y permitan tiva fórmula d e l a filología griega sobre el punto
apreciar el valor de muchos conceptos que suelen re- dicho (que comenzó con los sofistas, aunque y a Hi-
cibirse y transmitirse sin reparos. pias la emplea) y de donde desciende la mencionada,
es si las cosas tienen su ser vó^co ó <pvoei; p a l a b r a s am-,
1.° La doctrina lingüística presentada por los es- bas de la más amplia acepción en cada época y en
coliastas de los antiguos filósofos h a de considerarse cada sistema filosófico que las emplea, y de aplicación
simplemente como exposición tradicional de estos, no sucesiva á los principios lingüísticos en sentido vario,
siempre conforme con su legítima t e o r í a , la cual en bien que en el fondo de este oscile comunmente la
unos casos a p a r e c e claramente diversa, y en otros es idea del valor natural ó arbitrario de las significacio-
posible conjeturarlo. La obscuridad y v a g u e d a d de nes verbales.
fórmulas empleadas, l a s varias acepciones de u n a
4.° La sustitución de vó^w por &éoei, y por consi-
misma p a l a b r a en diferentes tiempos y las ideas sis-
guiente la contraposición de yvoei y &éoei como expre-
temáticas de los expositores, originan las diferencias
sión de las dos teorías glotológicas y a señaladas, es
doctrinales que es dado hallar cuando se cotejan de-
obra de los tiempos alejandrinos, bien que no pueda
bidamente el texto y sus escolios.
determinarse quien ó quienes hayan introducido la in-
2.° Escoliastas de autoridad como Amonio y Pro- novación (tiene fundamento en varias expresiones de
clo (para el Perihermenias de Arist. el primero, y el Aristóteles), la cual no es puramente verbal, sino que
segundo p a r a el Kratilo de Platón) que h a n impuesto dada la evolución de los conceptos lingüísticos, im-
-la tradicción de su tiempo sobre las doctrinas lingüís- púsose como importante p a r a la precisión de la contro-
ticas de otros escritores más antiguos por ellos comen- versia que entonces se acentuaba.
tados, no pueden admitirse como testigos fehacientes
Es según esto manifiesto anacronismo que puede
sino respecto de aquellos cuyos escritos h a n estado en
incluir inexactitudes doctrinales, inquirir si los filóso-
condiciones de estudiar y entender convenientemen-
fos que precedieron á la época alejandrina indicada,
te. De aquí que si en sus exposiciones de las ideas lin-
han defendido la teoría Ó sobre las palabras, ción al uso, a l empleo convencional e t c . ; l a acción
• cosa sin embargo habitual y corriente en muchos es- libre é independiente de la naturaleza en el lenguaje,
critores. El mismo Proclo no duda plantear la cues- e r a representada p o r <pvmS. Las opiniones simboliza-
tión en los términos dichos sobre la opinión de Pitá- das en estas dos palabras no se refirieron originaria-
ras, inclinándose á que defendió éste la doctrina t ^ « ; mente, contra lo que sientan no pocos, al origen del
Amonio refiriéndose al mismo Pitágoras cree que sos- lenguaje, sino a l c a r á c t e r concreto significativo que
tuvo la opuesta, ó sea Teodoto h a c e igual afir- revisten las voces, y su relación con los objetos, sea
mación que Proclo; y de esta suerte se ha hecho que cualquiera la causa originaria del lenguaje (1). Cuan-
Pitágoras intervenga en una cuestión que estaba muy do llegó á sistematizarse el conjunto teórico de cada
lejos de ser formulada en su tiempo, como en el de to- escuela, substancialmente volvió á r e a p a r e c e r el vófiog
dos los demás cultivadores de la filología, predeceso- en el concepto de norma legal lingüística, y a resulta-
res de los alejandrinos. Pudiera aquel proceder justi- do de una ordenación n a t u r a l de voces y significacio-
ficarse si c o n él se intentase trasladar la doctrina nes —vófioi cpvoeu,— y a de la voluntaria labor humana
antigua en cuanto fuese factible á los moldes nuevos, —vófioi &¿oei Ó áv&gcójtivoi—.
empleando las denominaciones en sentido no histórico, 6.° La oposición de la ávcofiaiía á l a ávaicoyía co-
sino convencional y de analogía; sentido en el cual mienza sistemáticamente con los filósofos estoicos. La
habremos nosotros de aplicar la fórmula zesei y fusei primera ocasión histórica de dichas dos direcciones,
á tiempos á que no corresponde, por ser más asequible fué el análisis de las composiciones literarias, princi-
y evitar aclaraciones de pormenor sobre las antiguas palmente de Homero, y el propósito de hallar un cri-
escuelas que no es nuestro propósito presentar. Pero terio que explicase las semejanzas y desemejanzas de
no h a sido ese el intento de los escritores menciona- formas que se ofrecían, permitiendo regular las va-
dos, ni el de los que posteriormente se ocuparon de la riantes y reducirlas á normas dadas. La f a l t a de ba-
controversia con igual criterio, en cuyos trabajos en ses fonéticas y morfológicas suficientes p a r a entender
vano se buscaría ningún género de salvedades ó indi- el movimiento dialectal y de las partes gramaticales,
caciones que determinasen sus palabras (1). condujo á los extremos d e harmonía y desharmonía
5.° L a s expresiones primeras consagradas á l a glotológica, que proclamaron analogistas y anomalis-
c o n t r o v e r s i a de las denominaciones fueron, pues, tas como fundamento de sus respectivas teorías. La
cpvais y vófiog; sustituida esta última por se em- analogía y la anomalía disputáronse e n un principio
pleó p a r a significar que la p a l a b r a debe su significa- el dominio de la p a l a b r a y de sus leyes, no en el sen-

(1) Como equivalente á &éoig encuéntrase usada la palabra e&og,


(1) Entre los modernos Steinthal (Gesch. d. Sprachw. bei d. Gr.
que entre otros, emplea Amonio; y Platón la usa en el Krátilo: OV
ii. Rom.) es uno de los que se a p a r t a n del error común, en el cual
yá.Q (pvaei éxáoxco, dice, necpvxévai ovo/iá OVSEV ovSevl, áXXá vófico
incurre Lersch (Sprachphilosoph, d. Alten) no obstante su compe-
tencia y erudición. Por nuestra parte al emplear las palabras grie- xai e&ei; donde figura en el mismo sentido de vófiog. F r a s e s no in-
gas zesis, fusis, en épocas en que no aparecen contrapuestas, ha- frecuentes en el Krátilo son también la de 'og&óxtjg significando es-
bremos de escribirlas en caracteres romanos á fin de recordar su tabilidad y norma, y la contrapuesta de avxó/iaxov, casualidad y
significación convencional. ausencia de regla, en orden á las palabras.
tido psíquico en que todos reconocemos un influjo de malismo á que pertenecían, hubieron de ocasionar las
organización y desorganización sucesivas en las len- diferencias de técnicos y empíricos con que luego fue-
g u a s , producto de analogías ú ocasión de anomalías ron conocidos, y de los cuales hablaremos luego. Tres
en sus formas y vocablos, sino en un sentido objetivo, palabras de muy vario uso entre los antiguos, cuya
en cuanto existiese una causa d e t e r m i n a d a y concre- significación fué determinándose muy paulatinamen-
ta que rigiese la acción del hombre a l h a b l a r , y que te, encontramos relacionadas con los orígenes del Ar-
fuese norma obligada de toda manifestación glotoló- te de Gramática. Son estas: ¿^«geta, zéXvV, im.<rcr¡^V; ex-
g i c a . Tampoco h a s i d o uno mismo e l aspecto de la presiones que si, como hemos dicho, tienen diversas
cuestión de analogía y anomalía entre filósofos y gra- acepciones entre los filólogos griegos y aun en tiempo
máticos. Los primeros, que fueron los estoicos, plan- de Aristarco y Orates de Mallos no aparecen bien de-
teaban e l problema entre l a lógica y la g r a m á t i c a , finidas, ofrecían y a entonces la idea de dos extremos
p a r a determinar las relaciones de categorías corres- denominativos y de un término medio que más t a r d e
pondientes; los segundos, limitándose a l empirismo de se acentúa. La primera de dichas voces, fórmula del
las formas, combatieron en el terreno de los elemen- empirismo, refirióse á la p a r t e doctrinal producto de
tos léxico-gramaticales (1). la experiencia, y al conocimiento en cuanto resultan-
7.° Resultado de las disputas e n t r e analogistas y te de hechos; la tercera, por el contrario, designando
anomalistas fué sin duda la sistematización gramati- la teoría, se ordenó á significar los conocimientos por
cal, que cada escuela trató de reducir á xavóveg pecu- principios que constituyen la ciencia; como interme-
liares según los respectivos principios. Es este el ori- dio la p a l a b r a zéXvV —ars— abrazó la teoría en cuan-
gen del Arte de Gramática —zéxvrj yean/¿azixrj—, cuyos to aplicada, y los hechos de la práctica en cuanto su-
cultivadores según la fracción del analogismo ó ano- bordinados á principios. De aquí también la acepción
q u e h a tenido la voz zéXvV como significativa d e he-
(1) Del concepto de analogía y anomalía t r a t a n con mayor ó
chos y principios, y de todo saber en general, con equi-
menor extensión los principales g r a m á t i c o s de la antigüedad. V. so- valencia de doctrina, pericia —peritus—. Conocida es
bre Analog. Sexto Emp. Adv. Math.; Suidas, Lexicón palab.'avó^o- la gradación que hacían los estoicos con las palabras
yog; posteriormente, Stephano en su Appendix á V a r r o n ; Bekker,
de que nos ocupamos y que responde á lo que acaba-
Anecd. grcec. Aé^eig Qr¡zoQixaí, y todos los que se ocupan de las es-
cuelas gramaticales griegas. También se h a n contrapuesto las pala- mos de indicar: 'H ¡J.EV OVV jzeiQa elg éfuieiQEÍav jzgoxójtzei, f¡
b r a s avaXoyía y ovvé&eia, como lo h a c e n o t a r E. Stephano en Sexto Sé ¿[¿jzeigELa stg zéXvrjv, r¡ Sé zéXvrj elg ¿jiiozri/j.i]v, f] Sé éniozT¡nrj
Empírico, y fué común á otros. Esta última f o r m a de antítesis res- elg zijv xa&ókov zéXvr¡v (xa&oAov oocpíav).
ponde á la de ratio y tisus ó consnetudo respecto del lenguaje, de
igual suerte que la que existe entre analogía y anomalía es la de Con las t r e s denominaciones mencionadas se h a
proportio, aequalitas é inaequalitas de los latinos. Sobre l a s escue- designado la Gramática entre los antiguos, bien que
las agitadoras de este problema, v. a d e m á s de L a e r c i o (Prooem XII),
las calificaciones de zéXvV y é^eieeía sean las comun-
Sexto Emp. (ob. cit. II) y otros antiguos. Con posterioridad y con
crítica, Enrique Stephano. Ad M. T. Varronis assertiones analo- mente usadas. La última de estas denominaciones en-
gice etc. Appendix; Vower, De Polymathia; G. J. Vosio, De Ana- cuéntrase, entre otros, en Dionisio de Tracia y Ptolo-
logía; Wolf, Encyclop. der Philol., y últimamente los autores a t r á s meo el Peripatético; la primera, usada por Asclepia-
citados al t r a t a r de la fase glotológica g r e c o - r o m a n a , en especial
Lersch, Sprachphilosoph. d. Alt. y Stheinthal Geschichte etc.
des, por Cares, Demetrio Cloro etc., es la que se h a
- r e -
considerado m á s digna y ha prevalecido en toda la mos estudios hubieron de experimentar otra división
época bizantina. Pero es de tener presente que con el en inferiores y superiores, según que se limitaba la
nombre de Gramática estaba muy lejos de significarse Gramática á sentar las reglas de lectura y escritura,
entre los antiguos el concepto que hoy se nos ofrece de ó revestía el c a r á c t e r más alto que indican las defini-
ella, y que es posterior á los comienzos de la era cris- ciones dadas. En el p r i m e r sentido llamóse la gramá-
tiana. La noción antigua de Gramática incluía la de tica yeappazazixr, ó g r a m á t i c a menor (zéx*v yeácp£LV
una suerte de general erudición, semejante á la acep- ze xai ávayivcóaxeiv, la define Sexto Emp.); en la última
ción que hoy tiene la Filología en su sentido más am- acepción díjose simplemente yeappazixr,, con el califi-
plio: v Sé YQafifiaTixf¡ jtávzcor ei'óv<ne. De aquí las definicio- cativo á veces de más perfecta, zeXeiozéea (es la que
nes que se daban de la Gramática, y que tanto distan describe el escoliasta de Eratóstenes: ¿'te jcavreXijg év
de las actuales. r r e a ^ a z i ^ , dice Demetrio Cloro, i ™ ygáfipazi). Sobre la gramatistica y gramática mayor for-
zéXvV t<5v no.Qà jtoiezaTg ze xai záv xazà zr,v xotv^y avv^eíav móse como obra de selección lo que luego constituyó
Es esta substancialmente la definición de
léSecor eí'Sqacs.
y constituye la gramática, y cuya división tradicio-
Cares, de Ptolomeo Peripat. etc., y es la que t r a d u c e nal conserva vestigios de sus orígenes (1).
al latín Mario Victorino, de Aristón: «Grammatice est
scientia poetas et historíeos intelligere, f o r m a m p r a e - (1) Los t r e s n o m b r e s de filólogo, gramático y critico que halla-
cipue l o q u e n d i ad rationem et consuetudinem diri- mos usados en la a n t i g ü e d a d con f r e c u e n t e a n a l o g í a de o b j e t o . n o
pueden r e p u t a r s e idénticos, siquiera en el p a r a l e l i s m o evolutivo de
gens.» Con lo qual guarda conformidad lo que el mis- su significación se e n c u e n t r e n a l g u n a s veces. Hemos visto en el ca-
mo M. Victorino escribe de su parte: «Ut Varroni pla- pítulo I de este libro l a s d i v e r s a s acepciones de la voz filología;
cet, ars grammatica (quae a nobis litteratura dicitur) acepciones cuya varigdád dependió principalmente de l a s múltiples
significaciones de su c o m p o n e n t e Xóyo? e n t r e los antiguos (v. Xóyog
scientia est eorum quae a poetis, historiéis, oratori- y Xóyiog históricamente estudiados en Herod. II y V; Curtius, Beri-
busque dicuntur e x p a r t e majore.» Definición en un chte ü. d. Verhh. d. K. Siichs. Ges. d. W. phil. hist.; L e r s c h f i e r o -
todo conforme con la que dió Crates de Mallos. diani etc. Append.). T r e s f a s e s significativas podemos distinguir en
la ^abra filología. L a a n t e r i o r á los tiempos alejandrinos en que
Prescindiendo de otras definiciones análogas (pue- se t o m a ora por "amor a l s a b e r " en el cual sentido la usa Isócrates,
den verse muchas en los Grammatici latini, ed. Keil), ora por "afición á pronunciar discursos", ó por sinónimo de filoso-
fía etc., como la emplea e n t r e otros, P l a t ó n . L a f a s e post-alejan-
y de las en que se renueva la idea de arte á la mane- drina, con la significación de "erudición y doctrina" en g e n e r a l . La
r a estoica, en la época bizantina encuéntranse aún f a s e r o m a n a en que p r e v a l e c e el sentido de " l i t e r a t u r a " , y de todo
definiciones como estas: ryeapnaz^r, lazi zéXvv &e<»evzi*v aquello quee ad litteras pertinet, como dice Cicerón, t e r m i n a n d o
m á s t a r d e en la amplia acepción que le da M. Capela.
TCÚV jtagà jzonjzaig ze xai Aoyevoi. (LOS Xoyetg SOn IOS p r O S l S -
L a p a l a b r a gramática siguiendo también las a l t e r n a t i v a s signi-
tas.—Bekker, Anecd. gr.) reafj.ftazixr¡ ytáooav i§Mi¡vieu ficativas de yeáfifiaza, liíerce, pasó de su equivalencia e l e m e n t a l y
xai lozoQÍav avváyei xai pszQOig ¿JtiazazeZ noi^fiaaiv. (Stein- o r t o g r á f i c a p r i m e r a , á la de "estudio de las f o r m a s l i t e r a r i a s , " á la
thal, Gesch. etc.) m a n e r a que yQappazixog t r a d ú j o s e por "literator;" adquirió luego
el sentido de polimathia, como dice Dionisio de Tracia aludiendo á
Los cultivadores de los estudios gramaticales se las definiciones a r r i b a dadas, limitándose después esta amplitud con
dividieron en gramáticos y críticos, representando es- la división de gramatistica y gramática mayor, h a s t a c o n c r e t a r s e
á la f o r m a vulgar.
tos últimos la p a r t e más noble y científica en la mate-
L a Critica desprendióse t a m b i é n de la Gramática con la signifi-
ria desde los tiempos de Aristarco y Crates; y los mis-
D e los filósofos del periodo antesocrático t r a t a r o n p u n t o s t á g o r a s á pesar de sus tendencias filosóficas, se h a decidido por
glotológicos, Heráclito, Demócrito, Pródico, P r o t á g o r a s é Hi- n e g a r u n enlace n a t u r a l e n t r e los nombres y los objetos, c u v a
pias. Heráclito enseñó, según indica Proclo i n t e r p r e t a n d o el denominación enseña d e p e n d e de la imposición de los hombres
K r á t i l o , q u e el o r i g e n de la p a l a b r a es debido á la n a t u r a l e z a , (zesei, no fusei). Escribió M E I 'oe&ózVzog ¿JZÜV, la cual obra así
no á la convención (fusei, no zesei), y de ser e x a c t a la exposi- en el F e d r o como e n el Krátilo a p a r e c e m e n c i o n a d a por P l a t ó n .
ción que h a c e Amonio (in Arist. Hegi ' E Q M v - ) s e r i a n l a s pala- Se ha discutido si este t r a b a j o filológico es distinto de otro q u e
b r a s i m á g e n e s d e r i v a d a s de las cosas, sin q u e e n ellas e j e r c i e s e se menciona en los escritores a n t i g u o s como de P r o t á g o r a s con
influencia a l g u n a la v o l u n t a d h u m a n a . D e m ó c r i t o , p a r a q u i e n el n o m b r e de 'Oe&oéneia; pero a u n q u e Classen se decide p o r
todo p e n d e de positivas instituciones, sostuvo q u e el l e n g u a j e t o m a r éste como libro distinto y del «arte de bien d e c i r , , no
t i e n e o r i g e n convencional, no n a t u r a l (zesei, 110 fusei); Proclo, existe f u n d a m e n t o p a r a ello, y a que esta denominación con-
sobre el Krátilo, le a t r i b u y e la doctrina de H e r m ó g e n e s , q u e es v i e n e en lo substancial con la p r i m e r a . Sobre si el libro citado
la q u e a c a b a m o s de i n d i c a r . S e g ú n el mismo P r o c l o se r e d u c e n f u é obra i n d e p e n d i e n t e ó p a r t e de otra con el titulo de ' A X ^ e c a ,
á c u a t r o los f u n d a m e n t o s de la aserción de D e m ó c r i t o : a) la ho- no todos e s t á n conformes, a u n q u e 110 es improbable el p a r e c e r
de Stallbaum que se inclina á esto último. Aristóteles en l a
m o n i m i a , por la c u a l damos u n mismo n o m b r e á cosas d i v e r s a s ;
Retórica nos r e c u e r d a la división de p a l a b r a hecha p o r Protá-
b) la polionimia, por la cual se d a n distintos n o m b r e s á u n a sola
goras, si bien en ello como e n la división de los modos verba-
cosa; c) el cambio d e n o m b r e de que son s u s c e p t i b l e s las cosas;
les, es más g r a m á t i c o que retórico. En cuanto á Hipias, h a t r a -
d) la m u l t i t u d de n o m b r e s f o r m a d o s unos d e otros p o r d e r i v a -
t a d o del l e n g u a j e desde el p u n t o de vista etimológico, y a u n
ción y por a n a l o g í a . P o r todo ello concluía D e m ó c r i t o q u e la
retórico, que indica Cicerón (De orat. III), y más c l a r a m e n t e
imposición de n o m b r e á las cosas está m u y lejos de o b e d e c e r á
dice P l a t ó n : ôiaiçeïv JZZQÍ T £ yga/tfiázcov óvváfiecog xai avXXapwv
u n a ley ciega de la n a t u r a l e z a : — ov% aga cpvaei xó ovo^a. L a e r -
xai gv&uûv xai ás/¿ovi<Zv; lo cual f u é procedimiento común en-
cio, en su b i o g r a f í a , le a t r i b u y e , e n t r e o t r a s , u n a o b r a i l e e 1 t r e los sofistas, s e g ú n d a á e n t e n d e r J e n o f . — Memorab. I V - ,
'Ofir/gov rj oQ&óeneíris xai yXoiaaéwv, otra ÜEQI gefiáxcov y 'Ovo- donde el estudio de las l e t r a s se p r e s e n t a como disciplina cien-
n a a n x ó v ; todas con carácter g r a m a t i c a l . L a o p i n i ó n de P r ó d i c o tífica ~éjtiazénr¡ xcov yga^áxcov— e n t r e dichos filósofos.
no consta de u n a m a n e r a cierta, a u n q u e suele a t r i b u í r s e l e por
c o n j e t u r a s la' de q u e las p a l a b r a s g u a r d a n relación n a t u r a l con Al t r a s p a s a r los confines del periodo antesocrático, débese
las cosas, y por lo mismo 110 p e n d e n de la e l e c c i ó n ; (fusei, no r e c o r d a r a ú n en orden al l e n g u a j e el n o m b r e de Sócrates mismo,
zesei). En el K r á t i l o de P l a t ó n y en otros l u g a r e s d e e s t e filóso- el cual, si bien no dejó como es sabido, escrito a l g u n o , apare-
fo se a l u d e á la o b r a de Pródico HEQÍ ovo^ázcov oQ-d-ózr¡zog, la ce en P l a t ó n y en J e n o f o n t e , sus discípulos, discurriendo sobre
cual s e g ú n unos, e n t r e ellos W e l c k e r , debió t r a t a r d e la diver- problemas g r a m a t i c a l e s . En los Memorabilia — Apomneemoneu-
sa significación y uso de las p a l a b r a s , y s e g ú n o t r o s , como mata Soleratous— de J e n o f o n t e , habla a q u e l filósofo mgi ôvo-
Lersch, v e r s a b a sobre la n a t u r a l e z a del l e n g u a j e ; el m i s m o ti- fiázcov OQ&ÔXIJXOÇ, y P l a t ó n le p r e s e n t a sosteniendo su opinión
tulo indicado f a v o r e c e más á la s e g u n d a q u e á l a p r i m e r a de sobre el o r i g e n del l e n g u a j e ; en sentido lingüístico debe tam-
dichas hipótesis. El discípulo de Pródico T h e r a m e n e s , escribió bién i n t e r p r e t a r s e la f r a s e de otros escritores griegos al dedi-
t a m b i é n y p r o b a b l e m e n t e s e g ú n la m e n t e d e l m a e s t r o , ü e g i que Sócrates ocupóse negi èjiœv, lo qual significa e v i d e n t e m e n -
ónoKooecog Xoyov, ó sea sobre la a n a l o g í a d e las p a l a b r a s . P10- t e t r a t a r de p a l a b r a s , y no de poesía: « E r r a n t , dice B e r g k y re-
p i t e L e r s c h , qui ista v e r b a ad poesim r e f e r u n t , de q u a nihil
omnino d i c i t S ó c r a t e s , immo respiciunt g r a m m a t i c a m illam
d o c t r i n a m , q u a m P r o t a g o r a s orthoepeiam a p p e l l a v i t , q u a m q u e
cación de "estudio literario de los textos" y "corrección de textos;" illustrât Sócrates.» La opinión que en el K r á t i l o a p a r e c e de-
separadas estas dos cosas, se reservó el nombre de xgung para lo f e n d i e n d o Sócrates, es u n intermedio e n t r e la del mismo Krá-
primero, y lo segundo se designó con el de Sióg&tooig. Como el nom- tilo, que dice son los nombres expresión n a t u r a l de las cosas,
bre de "filólogo" sustituyó al de "gramático," éste reemplazó tam- y la de H e r m ó g e n e s , q u i e n sostiene el o r i g e n convencional dé
bién al "crítico," siendo el primero en hacer la última sustitución, significación de las p a l a b r a s ; a f i r m a n d o c o n t r a el último q u e
según dice Clemente Alejandrino, el crítico Apolodoro de Cumas.
Heráclito e n reconocer la condición m u d a b l e e n los sonidos ora-
no son los n o m b r e s cosa impuesta á capricho y sin f u n d a m e n t o
les, y con la de K r á t i l o e n a d m i t i r el principio e s t a b l e de las
e n la n a t u r a l e z a de los objetos, sin a s e n t i r á lo que e n s e n a allí
relaciones de las ideas y de las cosas y u n a cierta proporción
el p r i m e r o sobre la necesidad intrínseca de que la n a t u r a l e z a
n a t u r a l e n t r e objeto y p a l a b r a (1). D e a q u í q u e , como decimos
h a y a d e t e r m i n a d o cada p a l a b r a p a r a cada cosa. en otro l u g a r , oscilen sus e x p r e s i o n e s e n t r e las de los conten-
P l a t ó n , q u e nos ha d e j a d o e n sus diálogos modelos no supe- dientes, q u e son á la vez reflejo de los e x t r e m o s sostenidos en
rados e n la prosa g r i e g a de limpidez, elegancia y corrección, las escuelas filosóficas á q u e v e n i m o s refiriéndonos. Dos mo-
nos ofrece e n ellos ocasión de a p r e c i a r sus ideas en la m a t e r i a m e n t o s psicológicos se d e s c u b r e n e n el Diálogo de q u e t r a t a -
de que nos ocupamos, b i e n que sin s e n t a r d i r e c t a m e n t e conclu- mos: uno e n el cual P l a t ó n h a c i é n d o s e eco de las opiniones que
siones s e g u r a s y bien definidas. De dichos diálogos, el p r i m e r o p r i v a b a n entonces, se propone p r e s e n t a r sus a r g u m e n t o s y las
de la s e g u n d a tetralogía, ó sea el Krátilo, es el más significado dificultades respectivas p a r a l l e g a r A u n justo medio d o n d e pue-
á nuestro objeto (1). E n él defiende K r á t i l o , s e g ú n q u e d a in- d a n utilizarse aquéllos y o b v i a r s e é s t a s ; otro, e n el cual ce-
d i c a d o , la f u e r z a significativa de las p a l a b r a s como n a t u r a l : diendo á su t e o r í a filosófica de las i d e a s , y m o s t r a n d o á la vez
¿vófiazos ¿Q&ózVza elvai éxáozo* zo>v ovzcov cpvaei. Lo opuesto sos- el influjo de la d o c t r i n a p i t a g ó r i c a , e s t a b l e c e que las p a l a b r a s
tiene H e r m ó g e n e s : be{bózVS óvdfxazog 1-VVMIKV *«<• ¿poXoyla. h a n sido constituidas de c o n f o r m i d a d con la razón y s e g ú n la
E n t r e ellos se i n t r o d u c e n los p e n s a m i e n t o s de Sócrates, favo- i d e a de las cosas, al mismo t i e m p o q u e proclama la realidad de
reciendo la opinión de Krátilo en c u a n t o existe algo q u e es u n artífice p r i m e r o de la p a l a b r a , y del legitimo legislador de
n a t u r a l e n el l e n g u a j e , como t a m b i é n se d a n e n las cosas sus las etimologías: o zá ovó(iaza jtoicov — zó ovofia zovzo ó zi^éfis-
respectivas f o r m a s n a t u r a l e s , de c u y a relación e n la p a l a b r a vos — ó zá. óvo'fiaza zi&eíg. — Otros i n n u m e r a b l e s l u g a r e s como
r e s u l t a el idioma. Como el i n s t r u m e n t o en manos del artífice, estos p r u e b a n q u e si P l a t ó n no e r a a j e n o á las enseñanzas filo-
asi son las p a l a b r a s p a r a la inteligencia; de donde resulta u n a sóficas de P i t á g o r a s tampoco lo e r a á las que se d e c í a n doctri-
n a s lingüisticas de éste, por o t r a p a r t e m u y conformes con su
p a r t e artificial en el l e n g u a j e e n c u a n t o á su formacion y u n a
sistema de filosofía y con sus p r i n c i p i o s psicológicos.
p a r t e n a t u r a l q u e procede de la condición de i n s t r u m e n t o , e n
c u a n t o á su uso. Y en esto encontramos el p u n t o de p a r t i d a de
Mientras Dion Crísóstomo, s e g ú n d e j a m o s n o t a d o , da la pri-
la d o c t r i n a p l a t ó n i c a , q u e p u e d e decirse conviene con l a de
m a c í a g r a m a t i c a l á Aristóteles, l l e v a d o de su entusiasmo p o r
P l a t ó n no d u d ó D i ó g e n e s Laercio d e s i g n a r á éste como inicia-
dor de los estudios g r a m a t i c a l e s , üqcozos é&ecúQijoe zrjs yga/ifia-
(1) Sabido es que de antiguo los gramáticos y escoliastas trata-
ron de separar las obras verdaderas de Platón, de las apócrifas (és- tixijg zf¡v Svvafiiv ( L a e r t . P l a t . 19). Con todo, no sólo no p u e d e
tos en número no pequeño), y distribuyeron aquéllas en grupos que decirse f u n d a d o r de dichos estudios, sino que e n r i g o r su objeto
los modernos filólogos se propusieron retocar cada cual á su mane- no h a sido d e t e n e r s e en cuestiones g r a m a t i c a l e s al tocar p u n -
ra. La división en trilogías, de Aristófanes de Bizancio y más aun la tos glotológicos, c u y a exposición la e n c a m i n ó siempre P l a t ó n á
hecha en tetralogías del neoplatónico Trasillo (en tiempo de Tibe- fines psicológicos ó ideológicos e n g e n e r a l . E n este sentido p u e -
rio) por afinidad de materias, han prevalecido generalmente. L a de l e g i t i m a r s e lo que dice S t e i n t h a l : «keine G r a m m a t i k bei
segunda de las nueve tetralogías que formó Trasillo, á la cual alu- Platón» (Ob. cit. I), y lo q u e a n t e s q u e él escribió Deuschle (Pla-
dimos arriba, comprende: I. Krátilo ó de la rectitud en los nombres; tonisch. Sprachphilosoph.); «Plato u n t e r n a h m es nicht, die Na-
II. Teéteto ó de la ciencia; III. Sofista ó del existir; IV. Político o
del poder real. De estos diálogos el Krátilo es el más importante á
nuestro intento. También en el Teéteto y en el Sofista aparecen sus
ti) La forma ambigua de expresarse Platón, hace que sea en
ideas lingüísticas (cf. Stobaeos Florileg. n e e l yqa^azcov). En las
este punto interpretado de varias maneras. Así Boecio (ad Arist. De
trilogías de Aristófanes de Bizancio el Krátilo es el tercero de la
Interpret. II) le atribuye la opinión de Krátilo, presentándolo en
segunda trilogía. (De este diálogo tratan, además de los comenta-
frente á Aristóteles. "Plato vero in eo libro qui inscribitur Cratylus
ristas generales de Platón, Alberti, Rhein. Mus. X X I ; Benfei,
aliter esse constituit... nomina quoque secundum naturam esse arbi-
Nachr. v. á. Kgl. Ges. d. Wiss. (1866); Lehrs, Rhein. Mus. XXII;
tratur. Sed hoc Aristóteles negat, et Alexander multis in eo nititur
Luckow, DePlat. Kratylo; Schmidt, Plts. Crat.; Hayduck, DeKra-
argumentis, monstrans orationem non esse instrumentum naturale."
tyli Plat. fine el consilio; Der Crat., ein Dial. Plts. etc.).
riores. «Wie a u c h sein möge, escribe Lersch, d e r H a u p t p u n k t
t u r d e r S p r a c h e um ihrer selbst w i l l e n z u e n t w i c k e l n , s o n d e r n
bei P y t h a g o r a s i s t die P e r s ö n l i g k e i t eines solchen Ursprach-
u m i h r e n g e v a h n t e n W e r t fiir d i e E r k e n n t n i s aufzuzeigen.»
bildners; u n d diese t r i t t a u c h in d e n ü b r i g e n N a c h r i c h t e n d e u t -
Después de P l a t ó n es de m e n c i o n a r el neoplatonismo pita-
lich g e n u g h e r v o r . Yrgl. Davis zu Cic. T u s e . I, 25: «Theodotus
górico en m a t e r i a s lingüisticas, y a p o r q u e las influencias pita-
in Eclog. e x Script. P r o p h . c. 32. ÜV&ÁYOEAS T¡%ÍOV, firj /¿óvov
góricas comienzan á reflejarse e n el m i s m o P l a t ó n , y a p o r q u e
Aoyixcóxaxov, áAAó nal jxgeoßvxaxov r¡yeia{bai xeov oo'fcöv xov &é/¿e-
sólo á t r a v é s de dicho n e o p l a t o n i s m o nos es dado j u z g a r de las
vov xa óvófiaxa xolg jtQáypaoiv. E t h a n c P v t h a g o r a e fuisse sen-
ideas glotológicas de P i t á g o r a s , s i q u i e r a l l e g u e n v a c i a d a s e n
t e n t i a m p a t e t e x Jamblicho. I d e m secundas t a n t u m p a r t e s h u i c
otros moldes que los genuinos d e l f u n d a d o r d e la e s c u e l a itáli- s a p i e n t i a e t r i b u i t . Ti, i n q u i l , Xó aocpcoxaxov; agi&pós' Sevxegov Se,
ca. S i g u i e n d o la r u t i n a t r a d i c i o n a l d e h a c e r i n t e r v e n i r á P i t á - xov xoíg JtQáyfiaai xá ovó^axa xi&é[ievov. V. A e l i a n u m V. H. YI, 17,
g o r a s en la controversia de si los n o m b r e s son cpíioei ó &éoei, se ac Hieroclem in A u r . c a r m . LXI.» A la opinión de P i t á g o r a s asi
h a n dividido los c o m e n t a r i s t a s n e o p l a t ó n i c o s a c e r c a d e cuál e n t e n d i d a , a l u d e n todos los p a r t i d a r i o s del origen d i r e c t a m e n t e
f u e s e la opinión de a q u e l filósofo, s e g ú n q u e d a i n d i c a d o . revelado del l e n g u a j e primero, i n v o c a n d o á este fin la a u t o r i -
Hemos dicho q u e Proclo (Com. al K r á t i l o ) e n s e ñ a q u e Pitá- d a d del f u n d a d o r de la escuela itálica.
g o r a s es de p a r e c e r que las p a l a b r a s son o b r a d e la n a t u r a l e z a ;
Es necesario c o n v e n i r , sin e m b a r g o , en q u e las e n s e ñ a n z a s
p o r q u e al p r e g u n t a r este filósofo c u á l sea la cosa m á s sabia,
p i t a g ó r i c a s e n la m a t e r i a están lejos de p o d e r s i s t e m a t i z a r s e
r e s p o n d e q u e el n ú m e r o ; y á la p r e g u n t a , c u á l sea lo q u e m á s
e n n i n g u n a de las dos f o r m a s que a c a b a m o s de p r e s e n t a r , l a s
se le a p r o x i m a por s a b i d u r í a , c o n t e s t a q u e el. q u e dió n o m b r e
cuales son más bien creaciones de los expositores s e g ú n las res-
á las cosas, que es el e s p í r i t u . Y p o r c u a n t o los n o m b r e s no se
p e c t i v a s t e n d e n c i a s de e s c u e l a , que n o producto l e g i t i m o d e
i m p o n e n c a p r i c h o s a m e n t e , s i n o q u e r e s p o n d e n á la n a t u r a l e z a
las doctrinas de P i t á g o r a s . P a r a p e r s u a d i r s e d e ello b a s t a ob-
de los objetos significados, s e g ú n P r o c l o e n s e ñ ó P i t á g o r a s q u e
s e r v a r : 1.° q u e dichas dos exposiciones de las d o c t r i n a s pitagó-
las p a l a b r a s proceden de u n a i n t e l i g e n c i a , p e r o son i m p u e s t a s
ricas se f u n d a n e n las respectivas opiniones d e si el l e n g u a j e
por n a t u r a l y n e c e s a r i a p r o p o r c i ó n c o n lo e n t e n d i d o : <pvaei ago es cpvoei ó &éoei, las cuales no f u e r o n conocidas p o r P i t á g o r a s ;
xa bvófiaxa. 2 . ° , que l a s d o c t r i n a s p i t a g ó r i c a s recibidas t r a d i c i o n a l m e n t e
J u z g a n otros q u e P i t á g o r a s h a s o s t e n i d o la imposición vo- p o r los discípulos, h a n s u f r i d o i n n u m e r a b l e s modificaciones y
l u n t a r i a é i n t e l i g e n t e de los n o m b r e s á los objetos, lo cual f u é alteraciones, q u e imposibilitan todo juicio cierto y e x a c t o d e
g e n e r a l m e n t e a c e p t a d o . A t r i b ú v e s e l e , e n efeéto, la d o c t r i n a d e su f o r m a o r i g i n a r i a . A u n q u e no creamos ni sea e n m a n e r a al-
q u e la m e n t e —vovg— dió n o m b r e á l a s cosas, refiriéndose á la g u n a p r o b a b l e , dado el método d e e n s e ñ a n z a d e entonces y
i n t e l i g e n c i a p r i m e r a , que p o r eso d e n o m i n a s a p i e n t í s i m a , se- sobre todo el de los indios que copió P i t á g o r a s , la e x i s t e n c i a d e
g ú n el mismo Proclo: x¿ ooqcoxaxov xcóv ovxcov; 6 xa bvófxaxa las dos clases de e n s e ñ a n z a q u e le a t r i b u y e Porfirio (De vit. Py-
xoTs nqáyiiaai •d-é^ievog. E s t a s ú l t i m a s p a l a b r a s «el q u e impuso thag.) y otros muchos después de él, u n a exotérica y p ú b l i c a ,
nombres á las cosas» dieron l a b a s e p a r a a f i r m a r q u e no se t r a - o t r a esotérica ó p r i v a d a peculiar p a r a los iniciados e n los se-
t a de la n a t u r a l e z a ni d e l a f u e r z a c i e g a q u e p o r m o v i m i e n t o cretos del saber, es sin d u d a admisible q u e los alcúsmata ó doc-
n a t u r a l d e t e r m i n e á los h o m b r e s , s i n o d e u n a c t o volitivo e n t r i n a s t r a s l a d a d a s de unos oyentes á otros o y e n t e s , dieron lu-
u n sér conocedor d e los objetos al a p l i c a r l e s su p r o p i a denomi- g a r á Alarios ciclos de tradiciones, de las cuales u n a s se t e n í a n
n a c i ó n , lo cual c o n v i e n e á u n a i n t e l i g e n c i a l l e n a de s a b i d u r í a - como d i r e c t a m e n t e recibidas del Maestro, y otras como d e r i v a -
R e c u é r d é s e a q u e l l a i n t e r p r e t a c i ó n d e Cicerón (Tuse. I): «Aut ciones y ampliaciones de ellas. E s t a s v a r i e d a d e s de akúsmatas
qui p r i m u s , q u o d s u m m a e s a p i e n t i a e P v t h a g o r a e v i s u m e s t , o r i g i n a r o n de u n a p a r t e la creencia de dos c a t e g o r í a s de ense-
ómnibus r e b u s i m p o s u i t n o m i n a ? A u t qui d i s i p a t o s h o m i n e s ñ a n z a sobre la q u e se f o r m a r o n más t a r d e los g r u p o s de doctri-
c o n g r e g a v i t et a d societatem v i t a e c o n v o c a v i t ? Omnes rnag- n a s exotéricas y esotéricas q u e suelen m e n c i o n a r los historia-
ni.» Conforme con esta e x p l i c a c i ó n c i c e r o n i a n a d e la d o c t r i n a dores de la Filosofía como distribución de P i t á g o r a s , y de o t r a
p a r t e p r o d u j e r o n u n a diferenciación m á s ó menos a c e n t u a d a de
pitagórica y refiriéndola c o n s t a n t e m e n t e á u n a personalidad
las e n s e ñ a n z a s p r i m i t i v a s , causa de las i n c e r t i d u m b r e s y d u d a s
primitiva, hállanse frecuentes p a s a j e s e n escritores antiguos,
eclesiásticos y p r o f a n o s , de d o n d e l a h a n t o m a d o otros poste-
q u e existen s o b r e muchos puntos doctrinales de la escuela itá- tes. Y d a d o esto, q u e d a y a d e s c a r t a d a toda controversia so-
lica. Asi h a l l a m o s , concretándonos á n u e s t r o asunto, que los b r e el origen de las d e n o m i n a c i o n e s en c u a n t o se p r e t e n d a de-
mismos q u e p r e t e n d e n ofrecernos las p a l a b r a s de P i t á g o r a s so- ducir de aquellas p a l a b r a s conclusión f a v o r a b l e ó d e s f a v o r a b l e
b r e la imposición de nombre álas cosas están m u y lejos de con- á c u a l q u i e r a de las o p i n i o n e s e x t r e m a s (tpvaei ó éaec); por
v e n i r e n t r e s í a l s e ñ a l a r l a s . Jamblico (De vita Fithag.) pre- c u a n t o dicho akusma en J a m b l i c o no reviste c a r á c t e r lingüís-
s e n t a el akusma pitagórico e n esta f o r m a : Tí xó oocpwxaxov; tico, ni t i e n e otro sentido q u e el filosófico g e n e r a l señalado. L a
aQi&fiog • SBVXEQOV Sé xO xoig jiQÚy/xaoi xa óvó/iaxa xi&éfievov. xi exposición de Proclo d a n d o c a r á c t e r personal á u n a f o r m a im-
aotpcóxaxov rcov jtaga r/fiiv; íaxQixr¡. personal, ocasionó las i n t e r p r e t a c i o n e s q u e de a n t i g u o h a n pre-
E n T e o d o t o (Clemens, Exerp. Theod.J aparece asi: Ilv&a- valecido sobre la d o c t r i n a q u e se creyó de P i t á g o r a s , cuando
yOQag rj^iov ¡xrj fióvov Xoyicoxaxov áXXá xai jtQsafivxaxov T¡yeio&ai en realidad era p r o p i a del neoplatonismo y por otra p a r t e bas-
zwv ooqicov xov défievov xa Svofiaza xoig jtQaypaaiv. t a b a fijarse en las p a l a b r a s p a r a a d v e r t i r , como lo hemos hecho,
En Proclo (Op.-Com. in. Tim.): 'EQCúzr,&sig yovv IIv&ayÓQag- que p r e g u n t a y r e s p u e s t a son en el t e x t o de Proclo inconcilia-
zi oocpcozaxov zcov ovzcov; " aQi&pdg" ecpr) • zi Sé SEVZEQOV elg ao- bles é incoherentes.
tpíav; "ó xa ¿vófiaxa xoTg 7tQ0.yfi.aoi ftéfievog. Xo consta q u e A r i t ó t e l e s h a y a recibido influencias pitagóri-
Ahora b i e n , en las p a l a b r a s de Jamblico no se hace referen- cas, ni h a y a siquiera c o m e n t a d o el K r á t y l o de P l a t ó n , ó t r a t a -
cia a l g u n a á u n sér personal concreto, de quien t r a i g a n su ori- se de exponer las d o c t r i n a s allí contenidas; m a s no por eso dejó
g e n las denominaciones de las cosas: P r e g ú n t a s e t a n sólo qué de f o r m u l a r su opinión a c e r c a del p r o b l e m a q u e en dicho diálo-
cosa sea la más sabia —xL zó oocpúxaxov— (en f o r m a n e u t r a ) , ó go se ventila, y a u n c o m o dice Lehrs (De Aristarchi studiis
«ea i n q u i é r e n s e razones absolutas del saber, de las cuales p a r a homer). «Aristotelis p a r t e s h a u d e x i g u a s fuisse f r a g m e n t i s cog-
P i t á g o r a s e r a u n a el número y otra la correspondencia de pa- noscimus, fusei an nomoo r e b u s imposita sint nomina. > Los es-
labras á ideas: — xo xoTg Jtgáyfiaoi xa ovópaxa zr&é/xevov— (forma colios de Proclo le h a e e n p a r t i d a r i o de la opinión de Hermóge-
neutra). nes; t e n g a n ó no las d o c t r i n a s aristotélicas este o r i g e n , es lo
E n T e o d o t o por el contrario, el mismo akusma reviste ca- cierto que convienen con las de dicho filósofo, en c u a n t o se opo-
r á c t e r personal, designándose allí como el más grande de los nen á la doctrina de la sig-nificación n a t u r a l de las palabras.
aabios al que dio nombre á las cosas —xov ftéfievov zá ovófiaza— «Inter contrarias l i n g u a e e x p l i c a n d a e rationes, escribe Classen
{forma masculina). (De Gram. Gr. prim.), e a m m a g i s r e s p u e b a t , q u a e in ipsa na-
L a s p a l a b r a s de Proclo señalan como un intermedio e n t r e t u r a finem et fontem se i n v e n i s s e gloriabatur.» El E s t a g i r i t a
la significación impersonal y absoluta de las de Jamblico, y la declara, en efecto, a b i e r t a m e n t e en su Perihemenias que <pvaei
zcov óvofiáxcov ovSév éaxiv. Y después de s e n t a r q u e las p a l a b r a s
personal y concreta de las de Teodoto. A la p r e g u n t a : zi aocpói-
h a n de g u a r d a r c o n c o r d a n c i a con las ideas, cuyos símbolos son
zazov; (qué cosa sea la de más saber? —forma neutra—), res-
—év x f j yvxfi Jia&r]/¿ázcov ovpfíoXa— (Aristóteles symbolum appe-
ponde que después del número, el que dio nombre á las cosas
llat, dice Cic. Topic. 8, q u o d l a t i n e est nota), establece con to-
—ó zá ovófiaza défievog— (forma personal masculina).
da precisión q u e la significación de las p a l a b r a s d e p e n d e del
3.° A la m a n e r a que los principios filosóficos de P i t á g o r a s
v a l o r que c o n v e n c i o n a l m e n t e se le h a atribuido: Aóyog Sé ¿azi
s u f r i e r o n evoluciones y cambios los más radicales hasta d a r el rpcovi] arjfiavxixt] xaxá ovv&r¡x7]v.— ' Eaxi Sé Xóyog ajiag fiév ar¡¡xav-
tipo neoplatónico-pitagórico, los principios lingüísticos hubie- vtxóg, oi¡x cóg oqyavov Sé (lo cual a t r i b u y e n algunos á Platón)
ron de correr la misma suerte, llegando á nosotros á t r a v é s de <xAA' cbg xaxá avv&r¡xr¡v; •d-éaig y avv&ijxr] son a q u í p a l a b r a s de
v a r i a n t e s sistemáticas tales como las q u e se reflejan en los tres la misma significación, y P l a t . en el K r a t . , e n t r e otros, las em-
modos diversos de p r e s e n t a r u n a misma noción pitagórica que plea como sinónimas. E n t r e los seguidores de la t e n d e n c i a aris-
acabamos de v e r en los escritores citados. Hemos de decir, sin totélica debe ser m e n c i o n a d o T e o f r a s t o , el cual según Dióge-
e m b a r g o , q u e de las tres f ó r m u l a s t r a n s c r i t a s del akusma glo- nes Laercio, escribió u n libro JIEQÍ Xégecog, y otro sobre solecis-
tológico, la d e Jamblico es la m á s conforme al espíritu de la mos. Heráclides escribió t a m b i é n u n t r a t a d o JIEQÍ óvo/xáraiv.
escuela itálica primitiva y ofrece m a y o r e s g a r a n t í a s extrínse-
cas de a p r o x i m a r s e á la m e n t e de P i t á g o r a s que las dos restan- Con los estoicos el periodo filosófico de la g r a m á t i c a adquie-
r e m a y o r alcance, y pasa á f o r m a r sección e n los e s t u d i o s d e el Museo, obra c o m o la a n t e r i o r d e P t o l o m e o , centro d o n d e
L ó g i c a ; u n a de las cinco p a r t e s e n u m e r a d a s p o r Crisipo e s el e r a n recibidos con honor y d e b i d a m e n t e r e m u n e r a d o s los hom-
t r a t a d o de las voces. P o r Diógenes L a e r c i o (Zeno c. 50J sabe- bres más ilustres en ciencias y letras. Los m a n u s c r i t o s q u e d e
mos la i m p o r t a n c i a suma que t e n í a n p a r a dichos filósofos los t o d a la Grecia afluían á la Biblioteca, obligaron á la distribu-
t r a t a d o s g r a m a t i c a l e s en la teoría l ó g i c a , y la i n s i s t e n c i a c o n ción c o n v e n i e n t e de ellos, y á u n inicial t r a b a j o filológico-críti-
q u e p r e t e n d e n q u e las p a l a b r a s no son s i g n i f i c a t i v a s &éoei (lo co q u e se revela en la disposición de catálogos, en los cuales,
mismo e n la l e n g u a onomata q u e e n el l e n g u a j e e n g e n e r a l , no sólo se clasificaron las obras de cada a u t o r , sino q u e se in-
logos). El criterio de v e r d a d p a r a m u c h o s estoicos e s t a b a e n lo c l u y e r o n datos biográficos de muchos de éstos. Sobre los catá-
q u e ellos l l a m a r o n ¿e&óg Xoyog. H e a q u í como O r í g e n e s se e x - logos t r a t ó s e luego de a n o t a r las obras legitimas de cada escri-
p r e s a acerca de la opinión estoica c o m p a r a d a con la a r i s t o t é l i - tor, clasificando A la vez las dudosas, las c i e r t a m e n t e e s p ú r e a s
y las interpoladas; t r a b a j o que l l e v a b a t r a s si el cortejo de da-
ca: Aóyog ¡¡á¿h>g, dice Cont. Cels. I, xal aJtÓQQrjTog, ó Jtegi (pvaecog
tos históricos, g r a m a t i c a l e s , críticos etc. que l u e g o vemos des-
ovo/xázcov, JIÓZEQOV, <og o'iezai 'AQiazozéXrjg &éoei éazl za óvófiaza,
a r r o l l a r s e merced á la meritoria labor de los doctos alejandi-i-
rj, cog vofií^ovaiv oí aitó Zzoag, tpvaei, ¡¿i/¿ov[iévo>v cpcovcov za jtQay-
nos, e n especial de los bibliotecarios, que iniciaron este movi-
fiaza, xaft' o)v za ovófiaza xa&ó nal axoi^eiá ziva ézvfioXoyiag
miento (1). G r a m á t i c o s y críticos á la vez los bibliotecarios d e
elaáyovaiv.
A l e j a n d r í a , d i e r o n con las ediciones (éxdóaeig) de los clásicos y
L a opinión de E p i c u r o en este p u n t o es a n á l o g a á la de los
con las disertaciones, notas críticas, e x e g é t i c a s é históricas so-
estoicos, a u n q u e no idéntica; como ellos, p i e n s a q u e á la n a t u -
b r e los mismos, u n impulso g r a n d e á toda la erudición filológica
r a l e z a se debe todo el ser de las p a l a b r a s , p e r o a p l i c a l u e g o la y g r a m a t i c a l , c u y a influencia se dejó s e n t i r e n t o d a la a n t i g ü e -
t e o r í a á la f o r m a c i ó n de las l e n g u a s e n si m i s m a s , e n s e ñ a n d o d a d , alcanzando a ú n de varios modos á las e d a d e s posteriores
q u e t i e n e n su o r i g e n en las n a t u r a l e s v a r i a n t e s de los sonidos, h a s t a los confines de los tiempos modernos.
e n u n principio v a g o s y sin significación. D e c o n f o r m i d a d con
E p i c u r o dijo Lucrecio, V: El nombre de Zenódoto de Efeso, j e f e de la Biblioteca ale-
j a n d r i n a , figura á la cabeza de a q u e l movimiento. A él se d e b e
A t varios l i n g u a e s o n i t u s n a t u r a s u b e g i t
la p r i m e r a edición critica de Homero, f u n d a m e n t o de los estu-
Mittere, et u t i l i t a s expressit n o m i n a r e r u m
dios homéricos que p e n e t r a n toda la Filología a n t i g u a ; t r a b a -
jo que más que u n a éxdóoeig debe llamarse, como dijo Suidas,
P o s t r e m o quid in hac m i r a b i l e t a n t o p e r e est re,
u n a v e r d a d e r a Sióe&cooig; p o r q u e en efecto, Zenódoto, p a r t i e n -
Si g e n u s h u m a n u m , c u i v o x e t l i n g u a v i g e r e t ,
do de q u e la l e n g u a es p r o d u c t o directo de u n a evolución re-
P r o v a r i o sensu v a r i a s res v o c e n o t a r e t ?
g u l a r de la n a t u r a l e z a (fusei), se había propuesto descubrir el
E n sus escolios al K r á t v l o h a c e c o n s t a r P r o c l o cuál h a sido tipo lingüístico g r i e g o fijando u n a n o r m a p e c u l i a r de correc-
el p e n s a m i e n t o epicúreo con estas p a l a b r a s : 'Oyág 'Ejtíxovqog ción en el idioma, al cual t r a t ó de a j u s t a r los clásicos, e n espe-
eXeyev, ozi ov%i ¿jugzrjfióvcog ovzoi 'E&EVZO za ovó/xaza, aXXa cpvai- cial á H o m e r o , i n t r o d u c i e n d o n o v e d a d e s g r a m a t i c a l e s q u e si
xwg etc. Con más precisión escribe O r í g e n e s : 'íig SiSáaxei 'Ení- bien iban i n f o r m a d a s de g u s t o estético, obedecían á u n a criti-
ca convencional é i n s e g u r a . P e r o la labor de Zenódoto (estu-
xovQog (¿regeos V <*>S o'íovzai oí ano zfjg azoag) cpíioei ¿azi za óvó-
d i a d a m a g i s t r a l m e n t e p o r Wolf en sus Prolegomena) h a llevado
¡xaza, ájzoQQTj^avzcav z<Zv JIQCOZCOV áv&QCÓJtcov zivág <pa>vág Haza
al t e r r e n o g r a m a t i c a l , por su mismo c a r á c t e r p o s i t i v a m e n t e lin-
zcov jtQay/iázcov (Cont. Cels. I , 24).
P r e p a r a d o s y a muchos e l e m e n t o s p o r los filósofos, á los cua-
les se j u n t a r o n l u e g o los r e t ó r i c o s , l a é p o c a g r a m a t i c a l t r a t ó (1) De los Catálogos de Alejandría originóse el llamado Canon
de disponerlos y o r d e n a r l o s d e n t r o d e los m o l d e s menos abs- alejandrino, clasificación metódica de los principales escritores
t r a c t o s q u e los fines de la G r a m á t i c a r e q u e r í a n . Dos institucio- griegos, que por ello fueron llamados escritores canónicos 6 clási-
n e s a p a r e c e n e n la época a l e j a n d r i n a , o c a s i ó n del d e s a r r o l l o cos; la distribución estaba hecha por categorías, según se t r a t a s e
l i n g ü í s t i c o y filológico á q u e nos r e f e r i m o s ; la c é l e b r e Bibliote- de poetas ó prosistas, de épicos ó dramáticos, de oradores, gramá-
ticos, etc.
ca donde se r e u n i e r o n los tesoros d e la l i t e r a t u r a h e l é n i c a , y
omneis v e r b a e x v e r b i s i t a d e c l i n a n v o l u n t , ut v e r b a literas
ffüistico, i m p o r t a n t e s elementos p a r a el análisis de las formas, a l i a a s s u m a n t , alia m i t t a n t , alia c o m m u t e n t . »
f a u p l r a a etimología t a l como la p r a c t i c a r o n los a n t i g u o s Después de Aristófanes a p a r e c e n dos de sus discípulos Aris-
corno v a a d v i r t i ó P a r t h e y (Das alexandrm. Museum), y d e s - t a r c o y Crates de Mallos, q u e h a n e c l i p s a d o de a l g ú n modo el
pués de él h a n notado otros m u c h o s . n o m b r e del maestro, y á q u i e n e s se d e b i ó q u e las escuelas filo-
P
Calimaco de d r e n e , poeta y filólogo, f - ^ d o r de la h.s o lógico-gramaticales comenzasen á c o n s t i t u i r s e con el c a r á c t e r
r i a l i t e r a r i a con sus ü í r a x e s , c u a d r o s o t r a b a j o s bibliográficos de sistema que t u v i e r o n las de los filósofos y las de los retóri-
biográficos de los escritores i l u s t r e s griegos, sostuvo la direc- cos. S e x t o Empírico los califica e n t a l sentido de f u n d a d o r e s
ción s e ñ a l a d a p o r su predecesor Z e n ó d o t o , e n m a t e r i a s filo- del sistema g r a m a t i c a l . A r i s t a r c o s i g u i e n d o á Aristófanes, pro-
t e - g r a m a t i c a . e s ; y si b i e n C a l i m a c o , asi como su sucesor clamó la teoría de los analogistas; C r a t e s siguiendo á los es-
v c o n t e r r á n e o el i l u s t r e p o l í g r a f o Eratóstenes, no e j e r c i e r o n toicos, defendió la doctrina a n o m a l i s t a . «Dúo a u t e m graeci
i n f l u j o directo en los p r o b l e m a s glotológicos, g r a i n m a t i c i , A r i s t a r c h u s e t Crates, s u m m a ope ille ávaXoyíav,
i n t e r v e n c i ó n l i t e r a r i a hizo r e f l u i r e n aquéllos su benéfica m- hic ávco[¿aX¿av defensitavit», dice G e l i o (N. Att. II) (1).

flU
P e r o si bien Aristarco al a p l i c a r los principios de su teoría
Suce¡or e n la Biblioteca y discípulo de los precedentes f u é
hizo s e n t i r sus efectos en toda la m o r f o l o g í a g r i e g a (2), dista
A r i s t ó f a n e s de Bizancio g r a m á t i c o notable y jefe de> u n a m u c h o de hacer uso t a n rígido y e x c l u s i v o de la n o r m a de la
c u e l a que a d q u i r i ó u n i v e r s a l r e n o m b r e . Completo los c u a d i o s analogía, que no c o n v e n g a con C r a t e s en a d m i t i r como legí-
-nívales- de Calimaco, p r e p a r ó n u e v a edición critica de Ho- t i m a s otras formas lingüísticas s a n c i o n a d a s por el uso. «Est
m e r o , asi como de A n a c r e o n t e , P i n d a r o etc. y sentó los prin- profecto, dice L e h r s (De Aristarchi Stud. Homer), q u o d nobis
cipios de la controversia q u e l u e g o vemos sostenida e n t r e ana- g r a t u l e m u r h u n c u n u m esse A r i s t a r c h u m , qui se modestissime
listas y anomalistas, decidiéndose por admitir e imperio. de
praebuit, analogiae normam m o d e r a t e adhibuit, et p r a e
l a analogía e n las f o r m a c i o n e s lingüisticas; y aplicando este
a n a l o g í a certis fixisque r e g u l i s u s u m tuitus» etc.
criterio á las obras l i t e r a r i a s , c o r r i g i ó no pocas formas admiti-
Crates b a j o la influencia de los libros de Crisipo iZegt xrjg
d a s e n la l e n g u a por el uso q u e r e d u j o por analogia con otras^
ávcoftaXías se m a n t u v o e n la r i g i d e z de su teoría p a r a i m p u g -
al estado q u e él j u z g a b a propio y m á s perfecto «Primus í d e m n a r á Aristarco, si bien no h a p e n e t r a d o el v e r d a d e r o sentido
l i n g u a e g r a e c a e g r a m m a t i c u s , dice Wolf -Prolegom.- máxi- del p r i m e r o ni del s e g u n d o en la c u e s t i ó n , de ser e x a c t o lo q u e
m e a n a l o g i a m et r e l i q u a s p a r t e s q u a e discretis n u n c a philoso- dice V a r r ó n (1. VIII): «Krates nobilis g r a m m a t i c u s , qui f r e t u s
phis t r a c t a n t u r , a c c u r a t i u s r i m a t u s est.»
A r i s t ó f a n e s c o n s i d e r a b a y a la analogía como u n a propor-
cional relación en el c o n j u n t o de l a s palabras, s e g ú n más t a r d e (1) Lersch, Die Sprachphil. etc. t r a e á este propósito las pala-
la h a n e n t e n d i d o I í e r o d i a n o y los escoliastas de Dionisio d e bras de la Encyclop. der Philol. de Benhardi: "In Alexandria, wo
T r a c i a ; av^Xoxi, Xóycov áxoXov&aiv év U f r , dice C a n s í o ha- der empirische Reichthum des technischen Materials auf andere
b l a n d o de la noción q u e d a b a Aristófanes de la a n a l o g í a . Es Bahnen führt, regte wenigstens das Bemiichen, Ordnung in den wi-
de n o t a r que e n las d o c t r i n a s de Aristófanes se reflejan las teo- derstrebenden Massen zu stiften, den wichtigen über unentschiede-
rías de los filósofos q u e h a n t r a t a d o de asuntos g r a m a t i c a l e s . nen Streit Uber das sprachgesetz an, welches Aristarch einer Regel
El principio de la anomalía q u e Crisipo creyó n o t a r en la dis- (avaXoyia) unterwarf, Krates infolge der Stoischen Unregelmässig-
p a r i d a d de f o r m a s de n o m b r e s q u e designaban objetos seme- keit (avco/iaXta) lengnete."
(2) Después de advertir esto Wolf (Proleg.), hace notar: "Vix
j a n t e s , y e n la s e m e j a n z a d e a q u e l l a s donde éstos e r a n deseme-
hoc suspicabamur antea: nunc ex Scholl, rem clare perspieimus.
j a n t e s , t r a t a A r i s t ó f a n e s de h a c e r v e r la ley de analogía, ha-
Nam quod nusquam in Homero &éXw, areva^éco legimus, pro é-9-éXco,
liando la proporción de u n o s y otros. A su vez el principio de axeváxco, nusquam rjSvfios pro vr/Svnos... quod nonnulla etiam prae-
etimología f u n d a d o e n la p e r m u t a c i ó n de letras que establecie- ter legem proportionis declinantur, ut KáXxav, Ooav, JiovXvSáfxa,
r o n los sofistas, es u t i l i z a d o p o r Aristófanes p a r a a s e g u r a r con a. 86. ß• 1. n- 231. v. 222. ß. 688., id cum similibus multis Aristarchei
él la d e r i v a c i ó n análoga d e las palabras. A ello a l u d e \ a- iudicii putandum est."
r r ó n —1Y— c u a n d o escribe: «Aristophanes et Apollodorus, qui
Chvisippo homine acutissimo (qui reliquit sex libros peri tees
encima de las controversias tradicionales el plan de u n a filoso-
anomalías) heis libréis contra analog'iam et A r i s t a r c h u m est fía del l e n g u a j e .
nixus, sed ita, ut scripta indicarit ejus, ad n e u t r i u s v i d e a t u r Como entre los filósofos el problema de la significación de
pervidisse voluntatem.» No |deben confundirse al j u z g a r á Ora- las palabras (<pvacS ó &éms), y entre los gramáticos citados el
tes su carácter de gramático y el que por su critica l i t e r a r i a le de la formacion de las voces (ávaXoyía ó ¿vco^aXía), sobrevino
corresponde, como se ha hecho por algunos al b u s c a r parale- luego el de la n a t u r a l e z a misma de la gramática y del carácter
lismos entre ambos aspectos de dicho filólogo. E n la interpre- de sus investigaciones. T r a t á b a s e de determinar el método y
tación de los clásicos, según lo que dejamos s e n t a d o a t r á s , plau de procedimientos lingüísticos, y si éste debía regirse por
Orates es partidario de la exposición alegórica, c o n t r a el cri- principios racionales que mantuviesen la g r a m á t i c a en reglas
terio de Aristarco; en la investigación de las f o r m a s lingüisti- fijas, ó había de a t e n e r s e á la observación y al resultado del
cas acepta, como se h a dicho, la anomalía, contra lo q u e pen- empirismo verbal; esto es, si la gramática debía constituir ver-
saba este filólogo; mas esto no autoriza p a r a identificar en sus dadera xéXvV ó simple énjzeieía. De aquí las dos direcciones,
doctrinas la alegoría y la anomalía, y t o m a r u n a p o r la o t r a una dicha de los técnicos y la otra llamada de los empíricos,
i n d i s t i n t a m e n t e , («anomaliam vel i n t e r p r e t a t i o n e m absolute que sigue á las antes indicadas, ó mejor viene á encontrarse
allegoricam... anomalam a u t allegoricam i n t e r p r e t a n d i ratio- con ellas en las varias manifestaciones de unas y otras. Porque,
nem» etc., escribe W e g e n e r ) . E s t a i n e x a c t i t u d filológica es m á s en efecto, asi como las dos opiniones primeras sobre el origen
inadmisible, si se a d v i e r t e que el mismo Orates de Mallos cui- natural ó convencional de la significación en las palabras hu-
d a b a de hacer notar la diferencia que existe e n t r e el critico y bieron de enlazarse con las de la analogía y de la anomalía res-
el gramático, distinguiendo en consecuencia los procedimientos pectivamente, de igual suerte la doctrina de los analogistas
peculiares á uno y otro: Kal yág ¿xeTvos, dice S e x t o Empí- vino á encontrarse con la de los gramáticos técnicos y la de los
rico — A d v . Math. I—é'Xeye Sia<pé(>eiv xov XQIXIXOV XOV yQap/xaxi- anomalistas con la de los gramáticos empíricos. <Analogía ser-
xov, etc. Orates consideraba la G r a m á t i c a s u b o r d i n a d a á la monis, dijo á este propósito Diomedes, a n a t u r a proditi est or-
Critica, a u n q u e a u x i l i a r valioso de ella. dinatio secundum technicos;» y pudiera añadir que «anomalía
sermonis ex n a t u r a profluens est ratio ordinationis secundum
Las escuelas de Aristarco y Orates hicieron su camino e n
empíricos» en la g r a m á t i c a . Como f u n d a m e n t o p a r a la deno-
medio de la m u t u a oposición de procedimientos, si b i e n mode-
minación de las dos dos opiniones indicadas, técnica y empíri-
r a n d o no pocas veces los principios de los maestros respectivos.
ca, hállanse en Platón las mismas expresiones con objeto aná-
Recordaremos entre otros á Ptolomeo el Análogético, cuya obra logo, y a u n significando pareceres encontrados en orden al ca-
JXEQÍ OWDÉFFFTCOV menciona Apolonio Alejandrino, e n f a v o r de la rácter de u n a misma disciplina: Qi)xoQixf¡ éaxlv T¡ XE VT¡, se dice
X

opinión q u e indica s u sobrenombre; Aristocles, citado p o r en el Krátilo, y á su vez en el Gorgias del mismo Platón dice
V a r r ó n , asi como Arusino, Aristodemo, de quienes n o tenemos Sócrates que Qrjxoeixrj no es xéXv7j, sino que es éfxjieiQia xal XQE^.
convenientes noticias, a u n q u e de atribuírsele con S u i d a s al pri-
mero de éstos los Comentarios en cuatro libros á la obra de Cri- E n t r e los técnicos figuran el notable gramático Dionisio de
sipo, fácil es colegir q u e su opinión sería la de los a n o m a l i s t a s . T r a c i a , cuyas doctrinas expuestas en la TeXvV yQa^axixrt,
Dos filólogos se distinguieron por este tiempo e n t r e las encon- han adquirido universal renombre (v. Steinthal, Geschich'.
t r a d a s corrientes de analogistas y anomalistas; f u e r o n éstos d. Sprachw.; Delbrück, Vergleichende Syntaxe entre otros);
Pindario y Apolonio Alejandrino. El primero, s e g ú n el testi- Ptolomeo Peripatético, que se a p a r t a , sin embargo, de las apre-
monio de Sexto Emp. —Adv. Math. I— (v. en L e r s e h , Sprach- ciaciones dionisianas respecto de la noción de Gramática técni-
phil. I el t e x t o griego) f u é de los pocos a n t i g u o s g r a m á t i c o s ca (v. en Bekk. Anecd. Graec. II Schol. á Dionisio de Tracia
q u e supieron prescindir de los dos extremos consabidos y redu- sobre su doctrina, y S e x t . E m p . I p a r a la de Ptolomeo); As-
cir á u n justo medio las pretensiones de a n o m a l i s t a s y analo- clepiades Myrleano, p a r t i d a r i o también de los técnicos, a u n q u e
gistas, con procedimiento s e m e j a n t e al que u s a V a r r ó n e n t r e 110 sin a p a r t a r s e en a l g ú n punto de Dionisio de Tracia (v. Fa-
los latinos. El segundo en sus numerosos t r a b a j o s y e n su obra bricio, Biblioth. gr. VII); Teodosio Alejandrino, el cual sin ser
nee'i owxal-ecov que ha llegado á nosotros, t r a t a d e l e v a n t a r p o r claramente de los técnicos, admite las doctrinas generales de
esta escuela (v. L e r s c h . Die sprachph I), y Herodiano, escritor la Filosofía, d e donde m á s t a r d e la reciben los filólogos y c r í t i -
del tiempo de Marco A u r e l i o , el c u a l , e n t r e otros t r a t a d o s , cos; la r o m a n a no t i e n e periodo filosófico, y n a c e del e s f u e r z o y
compuso el évo^óa, avíalo, ateóaoSog, neei /?«<>/? t e n d e n c i a de los primeros cultivadores del g é n e r o l i t e r a r i o e*n
(v Etym. Magn. p a r a los primeros; Crauser, Anecd. gr. en especial de los poetas, p a r a r e g u l a r las f o r m a s de la l e n g u a l a -
Lersch, p a r a el último), y la obra g e n e r a l de G r a m á t i c a que ci- t i n a , y p r o c u r a r su p e r f e c c i o n a m i e n t o . E n t r e los g r i e g o s l a s
t a Sex. E m p . , conocida por n xa&ólov (xa&ohxá. (!)• controversias g r a m a t i c a l e s comienzan después de f o r m a d a s u
l i t e r a t u r a y c u a n d o el idioma helénico h a b í a llegado á su d e s -
E n t r e los más decididos adversarios de los técnicos, está Sex-
arrollo, constituyendo dichas controversias u n m o m e n t o h i s t ó -
t o E m p í r i c o , asi l l a m a d o por su intervención e n f a v o r de la
rico de reflexión sobre u n m u n d o i n t e l e c t u a l realizado; e n t r e
G r a m á t i c a e m p í r i c a , s e g ú n los principios d e los anomahstas
los romanos éstas comienzan con los o r í g e n e s l i t e r a r i o s , y asis-
(v Frabricio, Bibliot. gr. VII) q u e sostiene con empeño, de-
ten á la formación de la l e n g u a y l i t e r a t u r a del Lacio, a n t e s d e
fendiéndolo de todo helenismo analógico (siete a r g u m e n t o s to-
todo m o m e n t o reflejo posible sobre u n a e n t i d a d q u e e s t á r e a l i -
mados de la n a t u r a l e z a m u d a b l e del l e n g u a j e y de la inconse-
zándose, y por lo mismo vemos suscitarse las cuestiones s o b r e
cuencia de los a n a l o g i s t a s a d u c e contra éstos, cuyo e x t r a c t o el campo de las l e t r a s d i r e c t a m e n t e sin que a p a r e z c a n , c o m o
p u e d e verse, e n t r e otros, en Lersch, ob. cit.) L a lucha de la en Grecia, escuelas r e g l a m e n t a d a s que discutan a priori sus
G r a m á t i c a empírica y técnica cierra el periodo de las contro- respectivas teorías. F i n a l m e n t e , la etimología g r i e g a es el p r i -
versias lingüisticas g r i e g a s , las cuales son luego t r a s m i t i d a s a m e r paso p a r a la m o r f o l o g í a , tal como la han e n t e n d i d o los
las escuelas r o m a n a s q u e de la Grecia recibieron directo influjo. a n t i g u o s maestros de la Grecia, desarrollándose u n a y o t r a
C o m p a r a n d o la glotología r o m a n a con la helénica échanse d e n t r o de los moldes prefijados por los varios sistemas q u e se
de v e r e n t r e otros c a r a c t e r e s diferenciales de u n a y otra, los si- disputaron el dominio del l e n g u a j e ; la etimología r o m a n a ca-
g u i e n t e s : la glotología g r i e g a d e r i v a las categorías g r a m a t i - m i n a con m a y o r i n d e p e n d e n c i a , y a u n las mismas r e g l a s q u e
cales de las del orden lógico por intervención de las especula- i n v a d e n las derivaciones helénicas y a h o g a n todo asomo de e t i -
ciones filosóficas; la glotología r o m a n a , a u n b a j o la ineludible mología bien e n t e n d i d a , está lejos de presidir á las i n v e s t i g a -
influencia de los g r i e g o s , constituye aquellas categorías con ciones l a t i n a s á que aludimos, siquiera éstas no a l c a n c e n á s e r
c a r á c t e r d i r e c t a m e n t e lingüístico. El origen de dichos estudios más felices q u e a q u é l l a s (1).
g r a m a t i c a l e s v i e n e e n t r e los griegos del m u n d o de las ideas y
de la teoría a b s t r a c t a de la n a t u r a l e z a ; e n t r e los romanos há-
llase e n el de los hechos de donde se originan teorías g r a m a t i - (1) Como entre los griegos, hállanse entre los gramáticos roma-
cales, concretas. L a glotología g r i e g a tiene su p r i m e r a fase en nos expresiones peculiares de la cuestión primera que empezó á de-
batirse. Las principales son: anomalía, analogía—natura, usus
aequalítas, inaequalítas—proportío, comparatío. El concepto de
(1) Los analogistas acabaron por hacer aplicación concreta de
las dos primeras es el que hemos visto prevalecer entre los griegos.
sus doctrinas á ciertas partes de la Gramática, y así encontramos la
"Quum ab heis ratio, dice Varrón —IX—, quae a similitudine oriretur
prosodia definida como tratado del acento según la analogía, la or-
vocaretur analogía, reliqua pars appellaretur anomalía." Concepto
tografía entendida en el mismo sentido etc., hasta que se introdujo
que es común en la glotología romana desde el mismo Terencio Va-
la parte llamada Analogía como tratado añadido á los demás de
rrón hasta S. Isidoro de Sevilla, señalado también por Cicerón (ad
que constaba antes la Gramática, en la cual se comprendió buena
Attic. IV), por Séneca (Ep. 220) y por otros más extraños á las dis-
parte de la morfología.—Hemos de notar aquí que los árabes han
cusiones gramaticales; natura y usus, corresponden exactamente al
tratado de la Analogía lógica, derivada sin duda de la Analogía g r a .
cpvois y &éoig de los griegos, y en ese sentido encontramos dichas
matical griega. Entre ellos han existido tratados con el nombre de
Catholicon (como el de Herodiano), de los cuales son conocidos uno locuciones en los principales gramáticos latinos. Varrón —VIII
de Ibn-el-Cadí (Mahomed ben Said) de la primera mitad del si- cúidase de advertir que el fundamento de la analogía es la natura-
glo XIV, y otro de el-Mawerdi (M. ben-Habib) de la mitad del si- leza, "analogiae fundamentum obliviscuntur esse naturam." En cuan-
glo XV. La introducción en el Islam de la literatura científica grie- to á la aequalítas é ínaequalítas, y á la proportio y comparatío,
ga es muy probable haya por lo menos contribuido al perfecciona- son equivalentes á la ávaXoyía y aveofiaíía griegas. "Aristarchus,
miento de su disciplina gramatical. dice Varrón—VIII— de aequalitate conscribit.... Chrisypus de in-
E n g e n e r a l los escritores de l a v i e j a l a t i n i d a d t r a t a r o n de cuentes los ejemplos tomados de los escritores aludidos, por
fijarse r e g l a s peculiares no e x e n t a s d e l a i n f l u e n c i a de analo- donde se v e el uso de formas g r a m a t i c a l e s q u e obedecían á u n
g i a Gramatical que más t a r d e e s t u d i a r o n los críticos y g r a m á t i - principio de sistematización e n t r e ellos y la formación analó-
cos p a r a la normalización de f o r m a s e n l a l e n g u a , y q u e f u e gica de muchos casos, como lo hacen a d v e r t i r los g r a m á t i c o s
s e g ú n lo v a indicado, aspiración p r e f e r e n t e d e la g l o t o l o g í a ro- citados. Los estudios glotológicos romanos son t o t a l m e n t e em-
m a n a . Livio Andronico, Nevio, E n n i o , P a c u v i o , P l a u t o , etc., píricos en los gramáticos glosógrafos de las p r i m e r a s épocas
(glossematorum scriptores les llama Festo, y a n t e s en f o r m a
s e ñ a l a n v a u n cierto rumbo l i n g ü í s t i c o , c o n e m p e ñ o e n hacer
semejante habló Varrón—VI) t r a n s f o r m á n d o s e u n t a n t o merced
p r e v a l e c e r en el m a t e r i a l léxico de la é p o c a a r c a i c a á q u e per-
á la influencia de la escuela de Orates y á la cuestión de ana-
t e n e c e n , u n a morfología d e t e r m i n a d a . N o p o r otro m o t i v o ha-
logia y anomalía. Bajo la acción de las teorías del f u n d a d o r
b l a V a r r ó n - V I - del estudio d e la g r a m á t i c a d e los poetas:
de la escuela de P é r g a m o , escribieron los citados Elio Stilon,
eSecundus ( g r a d u s j quo g r a m m a t i c a d e s c e n d i t a n t i q u a , q u a e
Aurelio Opilio (sobre ellos, A . Gelio, I y I I I respectivamente;
ostendit q u e m a d m o d u m q u o d q u e p o e t a v e r b u m c o n f i x e r i t ,
f r a g m e n t o s del último en V a r r ó n , .Festo etc.), y S a n t r a cuyo
q u o d declinarit. » E n P r i s c i a n o v e n N o n i o Marcelo son fre-
helenismo (v. Lersch, Zschrft, fufAltertimmwissens. 1838), ma-
nifiesta á las claras como en Roma hacian progresos las ense-
ñ a n z a s g r i e g a s . Más que n a d a revela la acción de dichas escue-
aequalitate cum scribit etc." "Analogia est similium similis declina- las, la i m p o r t a n c i a que d a V a r r ó n á la controversia de analo-
tio quam quídam latine proportionem vocant," dice Gelio (N. A. II).
gistas y anomalistas en los libros De Gvamm., e x p o n i e n d o con
"Analogia graece, escribe S. Isidoro —I,— latine similium compa-
amplitud y a los a r g u m e n t o s de los anomalistas c o n t r a la analo-
r a d o sive proportio nominatur." Y Quintiliano (I. I): "Analogia
gia («Prius c o n t r a u n i v e r s a m analogiam», lib. VII), y a los de
ex graeco transferentes in latinum, proportionem vocaverunt."
los analogistas c o n t r a la anomalía («Nunc j a m primuin dicam
Advertiremos, además, que la p a l a b r a Latinitas se tomó entre
pro u n i v e r s a analogia», 1. VIII). Contra los analogistas h a c e
los romanos alguna vez en el mismo sentido que muchos griegos ha-
blaban del Hellenismos; esto es, como n o r m a histórica y gramatical n o t a r la condición n a t u r a l y e s p o n t á n e a del l e n g u a j e , cuyo
de la lengua, en oposición á toda o t r a interpretación de formas y carácter práctico es incompatible con la evolución artificial en
palabras que no fuese la recibida, y en especial contraponiendo la que se p r e t e n d e e n c e r r a r l a con la a n a l o g í a ; la s e m e j a n z a que
analogía, como tipo de latinidad y helenismo, á las incursiones de tiene el l e n g u a j e con otras obras de la n a t u r a l e z a y del a r t e
la escuela anomalista. En este sentido, dice Aristóteles refiriéndo- que no a p a r e c e n sometidas á r e g l a s e q u i p a r a b l e s á las d e la
se á la Retórica (Rhet. III): "Eoxid' áeXV xrjg U^ecag xó ékXVvífriv. a n a l o g í a y la contradicción en q u e están los mismos analogistas
Por eso, para él, como para otros muchos, la g r a m á t i c a no es per- e n t r e si. V a r r ó n critica la a n a l o g i a siguiendo l u e g o las p a r t e s
fecta si no es JISQI rebv éXXijviOftóv. Los estoicos oponían, como ma- del discurso, y concluyendo siempre c o n t r a ella. Procediendo
nifiesta Sext. Emp. (Adv. Math. I), el helenismo á todo barbarismo después á la i n v e r s a ó sea contra los anomalistas y en f a v o r de
en el lenguaje; y el mismo Diógenes L a e r c i o —Zeno, 40— se encar-
la a n a l o g i a , halla en la h a r m o n í a de las obras de la n a t u r a l e -
g a de señalar como la primera de las cinco partes de la gramática
za, en el proceder por semejanzas t a n f r e c u e n t e e n las cosas
estoica éXXeviOfiós, que luego define con a r r e g l o á la escuela de los
h u m a n a s , en las proporciones psicológicas y e n las relaciones
técnicos, y en oposición á los empíricos y anomalistas. (V. en Fabri-
cio, sobre Sext. Emp., la noción de helenismo tomada de los escol. á del a l m a y del cuerpo, razones p a r a sostener que existe la efi-
Dionisio de Tracia). Aunque este concepto del helenismo pasó al la- ciencia a n a l ó g i c a e n el edificio de las l e n g u a s .
tinismo, fué recibido con moderación y sin la exclusión sistemática
que caracterizó al primero. Ya P r o b o decía: " L a t i n i t a s ex duabus V a r r ó n establece esta m a n e r a de a n t i l o g í a d e f e n d i e n d o el
partibus constat, hoc est analogia et anomalía,'-1 borrando así los pro y el contra, no con propósitos de escéptico, sino con á n i m o
confines de las escuelas anomalista y analogista. A esta Latinitas
de h a r m o n i z a r las doctrinas de los contendientes, m o s t r a n d o lo
se hace alusión en la obra de Dídimo sobre la Analogía entre los ro-
q u e en u n a y o t r a es admisible, y q u é p a r t e sea de a c e p t a r en
manos. Más tarde dice Diomedes: " L a t i n i t a s est incorrupta loquen-
ambas, restableciendo asi la v e r d a d e r a u n i d a d á los procedi-
di observatio constat autem iis quatuor: n a t u r a , analogia consue- mientos del uso y sus anomalías, d e n t r o de los q u e s e ñ a l a la
tudine, auctoritate." Palabras que indican el triunfo del eclecticismo n a t u r a l e z a á las f o r m a s de a n a l o g í a , y a q u e a n a l o g í a y ano-
gramatical de Varrón en las escuelas romanas.
m a l l a d e b e n ser e x p r e s i ó n n a t u r a l del habla h u m a n a . 1 or eso V a r r o n . No d u d a Cicerón q u e el i d i o m a t e n g a sus n o r m a s «ut
en la obra c i t a d a (1. V I I I ) escribe: «Consuetudo (anomalía) et e a sibi ratio v e r a r e s t i t u â t , q u a e c o n s u e t u d o vitiosa d e t r a x e -
a n a l o g í a c o n j u n t a r e s sunt Ínter se, q u a m hi c r e d u n t , quod est rit;» pero n i é g a l e derecho á todo m o n o p o l i o lingüístico de suer-
n a t a e x q u a d a m c o n s u e t u d i n e analogía.» «Quare, qui ad con- t e q u e no sea licito i n t r o d u c i r g i r o s no admitidos p o r aquéllas
s u e t u d i n e m nos v o c a n t , si ad r e c t a m , s e q u a m u r ; in eo e n i m (la anomalia): «Quod si indocta c o n s u e t u d o , dice en s u Orator
q u o q u e est analogía» (1. VIII). «Cum, ut ego arbxtror (1. \ 1 I ) , a d B r u t . , tam est a r t i f e x s u a v i t a t i s , q u i d a b ipsa t a n d e m a r t e
s i t u t r u m q u e sequendum.» Este sistema racional de equilibrio e t doctrina p o s t u l a n p u t a m u s . . . . » I m p e t r a t u m est a consuetu-
e n t r e ambos extremos que Varrón p r o c u r a consolidar en todo dine, u t peccare s u a v i t a t i s causa l i c e r e t . » Aulo Gelio —XIII—
el 1 I X con sus doctrinas sobre la a e q u a l í t a s é i n a e q u a l i t a s va- l l a m a la atención sobre la i m p o r t a n c i a q u e a t r i b u í a Cicerón
tio íloyo5), proportio (analogía) y uso lingüístico, p u e d e decir- «voluptati a u r i u m in d i i u d i c a n d i s q u i b u s d a m de L a t i n o sermo-
se q u e es el que h a regido en las escuelas l a t i n a s que s i g u e n n e controversiis.» L o cual no d e b e c a u s a r s o r p r e s a c u a n d o se
h a s t a la E d a d Media, cualesquiera que sean las diferencias q u e r e c u e r d e n aquellas sus p a l a b r a s q u e p u e d e n considerarse como
las s e p a r e n e n este p u n t o , desde luego más a p a r e n t e s que u n principio e n boca del orador r o m a n o : «Vocum a u t e m et nu-
m e r o r u m a u r e s sunt judices.» E s t á , p u e s , Marco T u l i o lejos del
reales (1). , , ...
exclusivismo de n i n g u n a de las e s c u e l a s l i n g ü í s t i c a s g r i e g a s , y
P o r lo demás, e n las oscilaciones doctrinales de la cuestión
m u e s t r a bien con su modo de p e n s a r e n esto la t e n d e n c i a ecléc-
no seria difícil hallar quiénes r e p r o d u c e n más en la práctica
tica del e s p í r i t u g e n u i n a m e n t e r o m a n o e n t a l e s controversias.
q u e e n el concepto la teoría analogista. P . Nigidio (según Aulo
«Ergo u t e m u r (dice como r e s u m e n d e s u p e n s a m i e n t o , De
Gelio más dado á l a s opiniones lingüisticas d e P l a t ó n que a
orat. I l i ) v e r b i s a u t iis, q u a e p r o p r i a s u n t et c e r t a q u a s i voca-
las disquisiciones de los gramáticos griegos) es antianomalis-
b u l a r e r u m , p a e n e u n a n a t a cum r e b u s ipsis: a u t iis, q u a e trans-
ta: «Nomina v e r b a q u e non positu f o r t u i t o , dice Gelio - X - ,
f e r u n t u r , et quasi alieno in loco c o l l o c a n t u r : a u t iis, q u a e no-
sed q u a d a m vi ac r a t i o n e n a t u r a e f a c t a esse P . Nigidius m
v a m u s et facimus ipsi.» Cicerón, q u e no habla e n caso a l g u n o
g r a m m . coment. docet; rem s a n e in philosophiae dissertatiom-
d e fusis ó zesis, de analogía ó anomalía, j u n t a e n estas pala-
bus celebrem. Q.uaeri enim etc.» (En el mismo l u g a r p u e d e ver-
bras lo que en dichas teorías h a y d e m á s r a c i o n a l y a c e p t a b l e .
se u n a r g u m e n t o «lepidum ac festivum» como escribe Gelio,
P o r el contrario, los escritores d e o r i g e n g r i e g o q u e se ocu-
de P . Nigidio en f a v o r de su tesis).
p a n de la l e n g u a r o m a n a , v u e l v e n à los procedimientos siste-
J u l i o César en su obra de Analogía, cuyo titulo De ratione
máticos, a c e p t a n d o c o m u n m e n t e l a s conclusiones de los analo-
latine loquendi (De analogía, Analogici), i n d i c a la t e n d e n c i a
g i s t a s . E n t r e dichos escritores figuran D i o d o r o , a u t o r d e las
de escuela que en realidad h a tenido. Suyo era el precepto ana-
riwoai 'IzaXixai; Filoxeno, q u e escribió Hegl zfjç zcov 'Pœfialcov
logista que t r a e Gelio: « T a n q u a m scopulum sic f u g i a s inaudi-
ôiaXéxzov; Apión, con su IIEQÌ zrjç 'Pcofiaíxijs ôiaUxzov, y espe-
t u m a t q u e insolens verbum.» (Sobre el carácter de la obra de
cialmente el g r a m á t i c o Didimo, m u y conocido d e los a n t i g u o s
César e n c o n t r a m o s testimonios en Cic., Brut. 72; A. Gelio, I;
por la obra ÜEgl zijg nagá 'Pœ/j.atoiç àvaloyLaç, del cual mencio-
Prisciano, I ; P o m p e n Comm. artis Donati, segm. I; y Carisio, I.
n a t a m b i é n Prisciano u n t r a t a d o d e Latinitate (ó sea de Ana-
O t r a s referencias al mismo libro e n estos escritores, en Quinti-
l o g i a l a t i n a , por ser el Latinitas, como q u e d a dicho, equiva-
liano, e n S. Isidoro etc.)
lencia del Hellenismos e n sentido g r a m a t i c a l ) .
Marco Tulio que no pocas veces toca este p u n t o , sostiene
L a dirección c o n t r a r i a á los a n a l o g i s t a s se r e n u e v a e n Sti-
a b i e r t a m e n t e el criterio medio q u e hemos indicado d o m i n a en
lón como i n d i c a Gelio (N. A. X I I I ) y a p a r e c e en muchos escri-
tores a j e n o s á las escuelas g r a m a t i c a l e s . Recordemos, á más d e
(1) La restauración de la teoría epicúrea sobre la formación de Lucrecio, p a r t i d a r i o de la acción l i b r e de la n a t u r a l e z a e n el
las palabras que inició Lucrecio en aquellos conocidos versos: De l e n g u a j e s e g ú n los y a indicados versos de su Rerum natura, y
rerum natura "At varios linguae sonitus etc.," antítesis de la teo- de Manilio, q u e escribe a l g u n o s versos e n el mismo sentido, á
ría lingüística pitagórica, y aun platónica y aristotélica, revela la Vitrubio (el Pseudo-Vitrubio m e d i o e v a l de algunos), quien ha-
dirección de la época en la solución de problemas generales gloto- bla de la formación de las p a l a b r a s e n sentido a n á l o g o al de
lógicos, si bien esta doctrina no ha llegado á prevalecer.
13
Lucrecio; «Deinde, concluye después de p i n t a r el e s t a d o primi-
romanos, ó mejor, entendidos al modo r o m a n o , decreciendo
tivo s a l v a j e del h o m b r e , significando r e s s a e p i u s in u s u , e x
de u n a p a r t e el interés de la e m p e ñ a d a lucha sostenida dn-
e v e n t u f a r i f o r t u i t o c o e p e r u n t , et i t a s e r m o n e s Í n t e r se pro-
a n t e siglos y a u m e n t a n d o de otra el a s c e n d i e n t e de los maes-
c r e a v e r u n t ; » y á Horacio, que m i e n t r a s describe (Sat. I ) el mis-
C
mo estado s a l v a j e - Q u u m p r o r e p s e r u n t p r i m i s a n i m a l i a te- griegos ' °n máS freCUencia leidos
^ los escritores
r r i s e t c . - p r o c l a m a al uso en el Arte poet. à r b i t r o d e l l e n g u a j e :
Asi Probo en las Analecta Grammatica (Probi G r a m m de
Vocabula, si vollet usus, octo o r a t . p. a r s minor), a d m i t e en la misma noción de g r a m á -
Quem p e n e s a r b i t r i u m est et j u s et n o r m a l o q u e n d i . tica a n a l o g í a y a n o m a l í a : «Nunc h u j u s artis, id est, g r a m m a t i -
che omnis d u n t a x a t l a t i n i t a s ex d u a b u s p a r t i b u s constai, hoc
E n t r e las dos c o r r i e n t e s i n d i c a d a s v i e n e Q u i n t i l i a n o á res- est a n a l o g i a et anomalia, et u t r i u s q u e p a r t í s r a t i o n e m subiici-
t a b l e c e r la h a r m o n í a de los c o n t e n d i e n t e s , á la m a n e r a q u e lo mus.» Probo e s t u d i a la a n o m a l i a dividiéndola en tres clases
h a hecho V a r r ó n , esto es, reconociendo la u t i l i d a d d e l a t e o r í a (ímmisceiis, i m m u t a n s , deficiens) d i g n a s de a t e n c i ó n , p o r q u e
a n a l ó g i c a p a r a la conservación de f o r m a s l i n g ü í s t i c a s («Recta no h a habido t r a t a d i s t a g r i e g o ni r o m a n o que se ocupase de la
est h a e c v i a , quis negat?»), p e r o concediendo al uso la legiti- cuestión con precisión y método i g u a l (una p á g i n a en Lersch
m a c i ó n de s u eficaz influencia («Consuetudo v e r o c e r t i s s i m a lo- Die Sprachwiss. etc. I). A su vez Carisio, i m b u i d o en las doc-
q u e n d i m a g i s t r a » ) . Como V a r r ó n a d v i e r t e q u e l a a n a l o g í a y el t r m a s a n a l o g i s t a s de César y de J u l i o Romano, y en las mode-
uso lingüístico, n o r m a y a n o m a l í a s , t i e n e n el m i s m o o r i g e n v r a d a s de Quintiliano, dice: «Constai e r g o L a t i n u s sermo n a t u r a
r a z ó n de ser, asi Quintiliano e n s e ñ a q u e la c o s t u m b r e e n el ha- a n a l o g i a , consuetudine, auctoritate.» L a n a t u r a l e z a es a q u í la
b l a y la a n a l o g i a t i e n e n f u n d a m e n t a l m e n t e la m i s m a n a t u r a l e - e x i g e n c i a q u e resulta ó de la etimología conocida ó del ser his-
t ó r i c a m e n t e primitivo de la p a l a b r a en la l e n g u a ; «nam, escri-
za: Non e n i m cum p r i m u m fingerentur h o m i n e s , a n a l o g i a de-
be el m i s m o , si quis dicat scrimbo p r o scribo, n o n a n a l o g i a e vir-
missa coelo f o r m a m loquendi dedit; sed i n v e n t a est p o s t q u a m
t u t e , sed n a t u r a e ipsius constituí ione convincitur.» L a analo-
l o q u e b a n t u r , et n o t a t u m in s e r m o n e , q u i d q u o m o d o c a d e r e t
g í a y el uso r e s u l t a n r e s p e c t i v a m e n t e de la proporción, ó del
u t i p s a m a n a l o g i a m n u l l a res alia f e c e r i t , q u a m c o n s u e t u d o . »
consentimiento tácito e n el uso d e p a l a b r a s . La a u t o r i d a d es
Y del mismo modo que Marco Tulio, e s t a b l e c e el i l u s t r e a u t o r
solo n o r m a loquendi c u a n d o f a l t a n las demás indicadas. P o r su
d e las Inst. oratoriae que son varios los f a c t o r e s d e l a p a l a b r a ) p a r t e Diomedes De Latinitate, se declara p a r t i d a r i o de la mis-
sean a n a l ó g i c o s ó a n ó m a l o s : «Nam cum s i n t e o r u m a l i a , u t m a doctrina, m a n i f e s t a n d o d e r i v a r l a de V a r r ó n : «Constat a u -
dicit Cicero, n a t i v a , q u a e significata s u n t p r i m o s e n s u , a l i a re- t e m , u t asserit V a r r ò ( e x p l í c i t a m e n t e no habla asi Varrón)
p e r t a , q u a e ex his f a c t a sunt; u t j a m nobis p o n e r e a l i a , q u a m n a t u r a , a n a l o g i a , consuetudine, a u c t o r i t a t e . » Escribiendo á su
q u a e illi r u d e s homines p r i m i q u e f e c e r u n t , f a s n o n s i t : a t deri- vez De Latinitate Máximo Victorino, dice: «Constat a u t e m
v a r e flectere, c o n j u n g e r e . » ( L a t m i t a s ) t r i b u s modis, r a t i o n e , a u c t o r i t a t e ; c o n s u e t u d i n e ,
D e s p u é s de Quintiliano i m p e r a n u e v a m e n t e el c r i t e r i o con- r a t i o n e s e c u n d u m technicos; a u c t o r i t a t e , v e t e r u m scilicet lec-
ciliador q u e éste hizo r e v i v i r , y q u e c o n t a b a e n s u a p o y o los tione; c o n s u e t u d i n e q u a e doctorum modo loquendi u s u placita
nombres r e s p e t a b l e s de V a r r ó n y T u l i o . P r e s c i n d i e n d o d e al- a s s u m p t a q u e sunt.» P o r lo que hace á Prisciano, b a s t e n o t a r
g u n o s t r a t a d o s q u e y a no e j e r c i e r o n especial i n f l u j o (1), las es-
cuelas l a t i n a s posteriores v i v e n en este s e n t i d o d e e l e m e n t o s

el cual aparece como autor de un tratado de Analogía; (v. Cod


(1) E n t r e ellos el de Analogía de Julio Romano "Dissertissimus Biblioth. Bobbíensis en Muratori, Antiquit. Ital. med. aevi III)
artis scriptor" dice Casirio —I— quien reproduce un p a r á g r a f o ínte- Aunque la analogía y la anomalía figuran en todos los trata-
g r o del mismo sobre analogía; Staverio, que escribió según Priscia- dos gramaticales posteriores á esta época (S. Isidoro de Sevilla
n 0 —VIII—De proportione, ó sea de analogía; Flavio Caper, al cual Ongm. I, las expone, y aun Alcuíno en su Grammat. define la ana-
menciona Casirio —I— como autor de una obra de Latinitate (de logía al modo griego, además de los escritores que arriba citamos)
analogía); Papirio ó Papiriano (muy lejano y distinto del Papirio, no es ya sin embargo con el carácter sistemático de los antiguos si-
autor del Jus civ. Papirianum, cuyos f r a g m e n t o s t r a e Festo)i no en forma más bien doctrinal y expositiva.
q u e no a d m i t e la a n a l o g í a como n o r m a si no es s a n c i o n a d a poi p r e p a r a d o á los g r a m á t i c o s b u e n a p a r t e de su labor. Prescin-
el uso f u n d i e n d o asi del todo la teoría a n a l o g i s t a y a n o m a h s t a . diendo de las escuelas a n t e r i o r e s á P l a t ó n en las cuales si bien
Y p a r a concluir este estudio i n t e r n o de la lingüistica g r i e g a existen clasificaciones g r a m a t i c a l e s (especialmente e n t r e los
y r o m a n a s o b r e las teorías de formación léxica y morfológica pitagóricos, los primeros en la critica de homonimias y polioni-
de la p a l a b r a , ponemos á continuación l a s f r a s e s de Marcia- mias, paco conformes con su d o c t r i n a de la imposición de nom-
no Capela, ú l t i m a p r u e b a de lo ya sentado-, que el criterio ro- b r e propio á las cosas, e n Demócrito q u e estudia las transfor-
m a n o d e unificación de las dos t e n d e n c i a s helénicas, se impuso maciones de las p a l a b r a s , e n P r o t á g o r a s que las d i s t r i b u y e en
d e f i n i t i v a m e n t e en las escuelas (1). Después de t r a t a r de las c a t e g o r í a s elementales etc.), no h a n llegado á sistematizarse,
l e t r a s y p a r t e s del discurso e n la Celebrada obra De nuptns ni f u e r o n en su c o n j u n t o principio de sistemas ulteriores, he-
Philologiae et Mercurii, pasa á ocuparse de las formas comen- mos de r e c o r d a r p r i m e r a m e n t e la división platónica de pala-
b r a s q u e a p a r e c e e n el K r á t i l o , diálogo, como hemos v i s t o ,
zando con estos versos:
v e r d a d e r a m e n t e lingüístico. E n este t r a t a d o establece P l a t ó n
E x p l e t a cursim s y l l a b a r u m p a g i n a est dos categorías de p a l a b r a s ovofxa y fá^ia, c u y a significación es
I u g a n d a d e m u m v e r b a , n a m probabilis a q u í d i v e r s a de la q u e después h a tenido (de nombre v verbo)
H i c ordo rebus q u i q u e d i s g r e g a b i t u r en los g r a m á t i c o s griegos. E n el K r á t i l o ¿ w a es u n a p a l a b r a
I n b i n a d e m u m : p r i m a n a m proportio ó c o n j u n t o d e p a l a b r a s t o m a d a s e n significación de predicado;
D i c e n d a est, G r a i a n a l o g i a m q u a m v o c a n t ; asi Ai't (píkog (un a m a n t e de Dios) es s e g ú n P l a t ó n u n evt*«, el
A t m o x , repulsa q u a e n o v a n t u r r e g u l a , cual p a r a que sea convertido e n ovopa no se necesita otra cosa
V u l g o docti q u a e q u e a n ó m a l a n o m i n a n t . que f u n d i r dichas dos p a l a b r a s e n u n a con el cambio del acento
y la supresión de la ú l t i m a l e t r a de la p r i m e r a , lo que d a r á
E x p u e s t o s los principios g e n e r a l e s q u e d o m i n a n toda la lin-
Aícpilos, designación de persona concreta que p u e d e t r a d u c i r s e
güistica g r i e g a y r o m a n a , veamos ahora siquiera sea ligera-
por Teófilo. Esto dice e x p r e s a m e n t e P l a t ó n a d u c i e n d o el ejem-
m e n t e la evolución concreta de los elementos g r a m a t i c a l e s e n
plo citado; de donde resulta que 9 » puede decirse, como es-
las mismas. Los primeros ensayos d e análisis y determinación
cribe Ast en su Lexicón platonicum: «Declaratio ejus, quod de
de las p a r t e s del discurso e n c u é n t r a n s e e n los filosofos, los
homine aliquo vel de r e p r a e d i c a t u r . » El ovo^a v i e n e á ser la
cuales en esto como en las cuestiones antes indicadas, h a n
expresión concreta del q foa, p a r t e de la oración m a t e r i a l m e n t e
distinta de esta q u e p u e d e l l a m a r s e sujeto, pero f o r m a l m e n t e
(1) En los escritores eclesiásticos griegos y latinos que en los incluida en el e v / i a , del cual es u n a f o r m a d e t e r m i n a d a . Estas
primeros tiempos de la Iglesia se ocuparon de problemas glotologí- dos c a t e g o r í a s de p a l a b r a s c o n s t i t u y e n el discurso: 'Ex zcov
a s domina el mismo criterio moderado de las escuelas romanas.
Así'Clemente Alejandrino, fundador del eclecticismo filosófico, da óvofiázwv xai Qrjfíázcov r¡8t] xi xai xalóv xai olov ovozijoonev, etc.
en sus Stromata parte á la naturaleza y parte al arte en la forma- Con lo cual d a á e n t e n d e r P l a t ó n q u e l i e n e n también p a r a él
ción de palabras subordinando estos conceptos al de la imposición
la e q u i v a l e n c i a de p a r t e s de la oración, p o r lo menos como ex-
(&éoei) de la significación primera á las voces, de conformidad con la
presión de un objeto y de la actividad del mismo en acto. Em-
interpretación bíblica más común sobre el origen del lenguaje, y con
las ideas platónicas (á su vez de origen pitagórico) sobre el mismo plea asi mismo l a p a l a b r a fíj/ta en senlido genérico de locu-
punto que el fundador del Didascaleo aceptaba de buen grado \ ción, frase etc., u s á n d o l a a d e m á s p a r a d e s i g n a r verbos e n va-
prescindiendo d e otros autores que mencionaremos al hablar del rios casos.
origen del lenguaje, citaremos de entre los escritores eclesiásticos Al ocuparse de los elementos del discurso en el Krátilo, no
latinos á Arnobio, quien en su tratado Adv. gentes, I, escribe estas revela P l a t ó n influjo a l g u n o de los ensayos g r a m a t i c a l e s he-
significativas palabras, proclamación de una legitima independencia chos con a n t e r i o r i d a d . La g r a m á t i c a es p a r a él conocimiento
del convencionalismo de escuela que analogistas y anomalistas in-
de los sonidos y de sus signos (ozoixeia xai yQafj.fiaxa). El len-
troducían en materias lingüísticas: "Quamquam, si verum spectes,
g u a j e (sílabas y letras) sirve p a r a la manifestación del ser de
nullus sermo natura est integer, vitiosus similiter nullus. Quaenam
las cosas: o Siá zcov ovllafidov ze xai yQafifiázcov zrjv ovaíav zcov
* t enirn ratio naturalis, aut in mundi constitutionibus lex scnpta, ut
hic paries dicatur, et haec sella etc?" jiQayfiázcov anofiifioifievos.
E n c u a n t o á Aristóteles, y prescindiendo de las controversias subsistentes del l e n g u a j e , á los cuales a t r i b u í a la r e p r e s e n t a -
que se h a n suscitado respecto y a del contenido g e n u i n o de sus ción oral del pensamiento, como es de v e r e n muchos l u g a r e s
obras sobre esta m a t e r i a , y a de la significación de sus p a l a b r a s de sus escritos filosóficos y retóricos.
c u a n d o h a b l a de las p a r t e s del discurso, diremos: 1.° q u e si he- 4.° Que si bien Aristóteles no admitió más de dos catego-
mos de creer á la g e n e r a l i d a d de los a n t i g u o s g r a m á t i c o s , Aris- rías g r a m a t i c a l e s propias (las dos p a r t e s del discurso dichas),
tóteles n o reconoció más q u e dos p a r t e s del discurso, n o m b r e reconoció a d e m á s la existencia d z partículas, las cuales e n t r a n
y verbo: «Curavimus, dice Casiodoro, a l i q u a de nominis v e r b i - en el discurso, sin ser p a r t e s de él, en c u a n t o no son elementos
q u e r e g u l i s pro p a r t e s u b j i c e r e q u a s recte t a n t u m Aristóteles esenciales de todo concepto expresado. De a q u í q u e , t o m a n d o
orationis p a r t e s a d s e r u i t . » Esto r e p i t e n los c o m e n t a r i s t a s de la f r a s e «partes gramaticales» en el sentido e n q u e hoy se u s a
D o n a t o : «Aristotelici d i c u n t d u a s esse p a r t e s orationis, n o m e n o sea i n c l u y e n d o e n t r e ellas las p a r t í c u l a s , p u e d a decirse q u e
e t v e r b u m » (Serg. insecund. Donati); «Partes orationis... Aris- el E s t a g i r i t a admitió m á s de dos clases de p a l a b r a s ; pero limi-
tóteles b e n e definirit, n o m e n e t v e r b u m » (Pomp. Comment. t á n d o l a en sentido aristotélico, t a n sólo dos p a r t e s del discurso
artis Donati); «Partes o r a t i o n i s , dice S. Isidoro, Aristóteles d u a s p u e d e n a t r i b u í r s e l e como d i g e r o n los escoliastas y g r a m á t i c o s
t r a d i d i t , nomen et v e r b u m » . L o mismo se r e p i t e en el Pseudo- a n t i g u o s . Ambos modos de e n u m e r a c i ó n son, pues, concilia-
A g u s t i n ( t r a b a j o sobre las c a t e g o r . a t r i b u i d o á S. A g u s t i n ) , y bles, c o n v e n i e n t e m e n t e explicados (1).
y a lo h a b í a dicho mucho a n t e s V a r r ó n —VII—: «De eis Aristó- 5." Que si se p r e t e n d e d e t e r m i n a r c u á n t a s sean las espe-
teles d u a s p a r t e s orationis esse v o c a b u l a et verba.» cies de partículas s e ñ a l a d a s por Aristóteles, no f a l t a n quienes
2.° Q u e Dionisio de H a l i c a r n a s o (De Comp. verbor. 2, y
De vi Demost. 48) a t r i b u y e al E s t a g i r i t a h a b e r a d m i t i d o tres
(1) Sin embargo de que las dos afirmaciones (de los que admiten
p a r t e s g r a m a t i c a l e s : &Eo8énxr¡g pev nal 'AQioxoxéXr¡g dice e n el
la división aristotélica en dos partes, y de los que señalan tres) no
p r i m e r o de los l u g a r e s citados, nal oí nax énéí vovg cpíXooo- distan entre sí tanto como parece, de hecho estuvieron sus sostene-
<pr¡aavxeg... ovofiaxa nal Qr¡fj.axa nal ovvSéofiovg jiQtoxa /xégr¡ dores todo lo alejados que podían estar de la exactitud. En unos, en
xi75 Ufriog Jioiovvzeg. Y r e p i t e e n el s e g u n d o d e dichos l u g a r e s , efecto, el motivo de hablar tan sólo de nombre y verbo, no es el ca-
ToTg ngcóxoig /¿ogíoig xfjg Xégecog, a 8r¡ gxoixeia varó xivcov naXeixai: rácter peculiar que en Aristóteles tiene la partícula, sino el creer
e'íxe xQÍa xavx' eoxiv cog OeoSénxfj xé nal AQiqzoxÉXsi Sonei, óvó- clasificadas en Aristóteles aquellas dos partes exclusivamente; sólo
fiaxa nal Qijfiaxa nal ovvSsopoi, etc. T a m b i é n Quintiliano (Inst. I) Amonio indica que se trata de las dos partes principales. En Dioni-
s i g u i e n d o sin d u d a la t r a d i c i ó n dionisiana, m e n t a tres p a r t e s sio, de donde toma Quintiliano su doctrina, las tres partes de la ora-
ción son atribuidas á Aristóteles, porque así lo enseñó Teodecto, á
g r a m a t i c a l e s en la d o c t r i n a a r i s t o t é l i c a : «Veteres e n i m , quo-
quien le atribuye igual clasificación. La afirmación dionisiana ha na-
r u m f u e r u n t Aristóteles q u o q u e a t q u e Teodectes, v e r b a modo cido de confundir la doctrina del Estagirita como autor, y la que
et n o m i n a et c o n j u n c i o n e s t r a d i d e r u n t » . expuso al comentar á Teodecto como propia de éste. Sabemos que
3.° Que en las obras r e c o n o c i d a s como l e g i t i m a s de Aristó- Aristóteles compuso además de los suyos una especie de Suma de
teles, y refiriéndonos e s t r i c t a m e n t e á lo q u e él l l a m a partes los libros retóricos que se conocían en su tiempo, á la cual alude Ci-
del discurso, sólo a p a r e c e q u e h a y a a d m i t i d o dos p a r t e s . En cerón (De orat. II): «Aristotelem cujus et illum legi librum, in quo
este sentido escribe e n l a Ehetor. I I I : "Ovxcov 8' ovofiáxcov nal exposuit dicendi artis omnium superiorum etc." "Ac veteres quidem
Qrjfiáxcov, á>v ó Xóyog ovvéoynev. Esto mismo r e p i t e e n otros (De invent. II) scriptores artis... unum in locum conduxit Aristóte-
les, et nominatim cujusque praecepta magna conquisita cura perspi-
l u g a r e s d e la Retórica, d e la Poética y de los Tópicos (véase
cue conscripsit, adque enodata diligenter exposuít, etc." Teodectes
T o p . VI, 11), de c o n f o r m i d a d con la i n t e r p r e t a c i ó n de los anti- escribió en tiempo de Aristóteles y probablemente asistió á su es-
guos g r a m á t i c o s a r r i b a citados; á ellos hemos de a ñ a d i r la afir- cuela, sin que por eso dejase el Estagirita de ocuparse de él, y aun
mación de Amonio, q u i e n e x p o n i e n d o el P e r i h e r m e n i a s a t r i b u - escribir, como atestigua Laercio, una xexvrjg Oeo&énxov Eloaycoyrj,
y e a q u e l l a división á Aristóteles: óva xov Xóyov nvgítag uégi¡ á cuya doctrina alude cuando habla en la Retórica de &EO8ÉHXEM.

x o ovofia nal xó Q'ij/xa eivai xi&é/xevog ('AQioxoxéXovg). No puede Es de aquí de donde sin duda deriva la confusión de Dionisio, que ha
p r o b a r s e q u e Aristóteles h a y a a d m i t i d o e n p a r t e a l g u n a más tomado por doctrina de Aristóteles y Teodectes, la que, aunque ex-
q u e los dos elementos i n d i c a d o s como constitutivos propios y puesta por el primero, era peculiar del último.
d i g a n que dos, conjunciones y artículo (ovvSeofioi y agógov); de cido e n los t r a t a d o s filosóficos y g r a m a t i c a l e s de la E d a d Me-
donde r e s u l t a r í a n , e n u m e r á n d o l a s e n el l e n g u a j e a c t u a l , cua- dia (1). P o r este modo de e n t e n d e r el n o m b r e y el v e r b o , lleva
t r o p a r t e s del discurso reconocidas p o r Aristóteles. P a r a con- g r a n v e n t a j a la noción aristotélica á la platónica, a u n q u e tam-
t a r el articulo (a.Q&eov) e n t r e las p a r t í c u l a s aristotélicas, es me- bién en varios l u g a r e s llama verbo, eij/xa, al p r e d i c a d o de u n
n e s t e r a c u d i r á la Rhetorica ad Álexandrum, donde distinta- n o m b r e —zcov xa&' ¿ZÉQOV lEyofiévcov aij^siov—, c o m o lo hizo
m e n t e se habla de él, y asi lo h a c e Lersch (Die Sprachphil. I), P l a t ó n , viniendo asi á d e n o m i n a r v e r b o s á las p a l a b r a s q u e co-
q u e es de la opinión i n d i c a d a , á fin de sostener su aserción. nocemos con el n o m b r e de a d j e t i v o s . Aristóteles restablece doce
Mas siendo esta u n a de las obras discutidas de Aristóteles q u e c a t e g o r í a s de sustantivos q u e se e n c u e n t r a n calificados en va-
con toda probabilidad debe decirse pseudo-aristotélica, la afir- rios l u g a r e s de sus obras.
mación q u e d a sin f u n d a m e n t o , y por lo mismo h a y que l i m i t a r P a s a n d o á los filósofos estoicos, hallamos como g e n e r a l m e n -
la distinción hecha por el filósofo en p u n t o á p a r t í c u l a s g r a m a - t e a d m i t i d a s por ellos las p a r t e s siguientes del discurso: Onoma,
ticales, á las conjunciones (avvSea/x.oi), únicas á q u e él mismo proségoría, rema, arzron, sundesmos, pandektés (nomen, appe-
en sus obras g e n u i n a s se refiere (1). L a distinción completa en- llatio, v e r b u m , p r o n o m e n vel a r t i c u l u s , c o n j u n c t i o , a d v e r -
t r e las ovvSeo/íoi y aq-d-qa f u é p r o p i a m e n t e h e c h a p o r los estoi- bium). Decimos g e n e r a l m e n t e , p o r q u e no todos h a n convenido
cos, a u n q u e está incluida t a m b i é n en el t r a t a d o dicho ad Ale- en ello, p o r lo menos de u n a m a n e r a explícita. Los q u e no re-
xandrum. Tenemos, pues, en Aristóteles, dos partes del dis- conocieron el a d v e r b i o y no hacen la división del n o m b r e en
curso, y u n a clase de partículas. nomen y apellatio, c u e n t a n sólo c u a t r o p a r t e s , que son las res-
6.° Que Aristóteles establece como n o t a s diferenciales de t a n t e s de las e n u m e r a d a s ; por eso Dionisio de H a l i c a r n a s o atri-
b u y e á los estoicos h a b e r dividido en c u a t r o las p a r t e s del dis-
los dos elementos q u e d i s t i n g u e en la oración, n o m b r e y v e r b o ,
curso, como p r o b a b l e m e n t e hicieron Zenón y Cleantes. Los más
el p r i m e r o e l ser significativo de algo sin l a idea de tiempo,
a d m i t í a n con Diógenes y Crisipo cinco elementos oracionales,
m i e n t r a s el s e g u n d o incluye la noción de éste. "Ovo/ia /¿sv ovv
tales como q u e d a n indicados descontando el a d v e r b i o ; asi dice
dice TI. EQftev. 2, cpoivT) oijfiavzixT] xazá avv&T¡xr¡v avev XQÓVOV, i]s
Laercio refiriéndose á éstos: tou dé logou esti meré pempte; y
¡xrjSév fiéQos ¿azi arjfiavzixov xExcoQLafíévov.—P-rj/xa Sé, escribe c. 3,
Prisciano escribe: «Secundum Stoicos q u i n q u é sun orationis
¿azi zo ttQoaorifxaTvOv XQÓVOV, OV /i¿QOg ovSév OTjfiaivEi xcogt?, xal
partes», lo cual repiten los coment. de Donato y demás g r a -
EOZIV asi zcov xa&' ¿ZBQOV Xsyofiévcov er¡[¿Eiov. P a l a b r a s q u e se
máticos.
h a l l a n r e p e t i d a s en la Poética, y cuyo concepto se h a r e p r o d u -
L a división del n o m b r e en onoma y proségoría (relacionada
con la cuestión de si los nombres significan fusei ó zeseij hizose
(1) Siguiendo las huellas de Victorio, han sostenido con vigor
p a r a d e s i g n a r d i s t i n t a m e n t e la cualidad peculiar de u n a cosa,
entre los modernos que la Rhetorica ad Alexandrum es obra pseu-
ó u n a cualidad general. El v e r b o p a r a los estoicos e r a s e g ú n
do-aristotélica, la cual pertenece al retórico Anaximeno, Spengel
en su TBXVCOV avvaycoyr¡, Usener (Quaest. Anaximeneae) y otros. Laercio: meros logou sémainon asunzeton lcatégoréma; siendo
Lersch, entre los filólogos, ha tomado la defensa contra Spengel de a d v e r t i r , como n o t a Apolonio, q u e f u é común e n t r e los es-
como puede verse en el Apéndice á su Die Sprachphil. (II Ueber die toicos c a m b i a r e n esto, como en otras cosas, las denominacio-
Rethorik an Alexanderj, procurando presentar como antitéticas las
doctrinas de la Rhetorica ad Alexandrum y las que se suponen de
Anaximeno, si b i e n con escaso éxito, por las interpolaciones d e (1) Omitimos aquí referirnos al discutido c. 20 de la Poética de
aquella obra que ocasionaron determinadas variantes, mientras su Aristóteles; sobre el mismo, v. el Apéndice I de Lersch (Veber das
conjunto está fuera de los moldes de Aristóteles. Debe advertirse 20 Capitel der aristotelischen Poetik). Recordaremos, sin embar-
que tratándose de un retórico contemporáneo de Aristóteles, y de un go, que al exponerse allí la Aeftj (manera de hablar, discurso articu-
libro escrito con anterioridad á los respectivos de éste, como dice lado prescindiendo de los conceptos, como contraposición de lóyog
Spengel —ante Aristotelis rhetoricam i l l u m exiisse librum—, las que se refiere al lenguaje en cuanto expresión de ellos), se hace esta
teorías gramaticales de uno y otro pudieron compenetrarse en los enumeración harto significativa: Tes de lexeos apasés ta d'esti ta
sucesivos expositores. (V. también Kalischer, De Arist. Rhetoricis meré, stoijeion, sullabé, sundesmos, onoma, rema, arzron, ptó-
et Eth. quo el cnr inter se cum congruaut tum differant, Diss.J. sis, logos.
nes; p o r eso al infinitivo le l l a m a r o n évf- a > d e n o m i n a c i ó n del
d á S IaS Cate
verbo, y al v e r b o e n las d e m á s f o r m a s , xarr]yÓQi]fj.a, a p l i c a n d o ? ; S ° r í a s S ^ a t i c a l e s estoicas
C n I&S c a t
luego ésta y otras d e n o m i n a c i o n e s á la clasificación de f r a s e s escuela ° ^ 0 1 ' i a s ' ¿ g i c a s de dicha
q u e solían h a c e r . El p r o n o m b r e y a r t í c u l o c o m p r e n d í a n s e e n D e s p u é s de los estoicos mencionaremos á los llamados p o r
la p a l a b r a CÍQ&QOV, q u e e r a definida: stoijéion logou, ptótikon
dioridsón ta guené ton onomatón kai tous aridmous, s e g ú n Dió- g r a m a t i c a l de M°9 ( 1 ° S C U a I ° S V h l Í e r ° n * escuela
g e n e s Laercio. E x p o n i e n d o la a p l i c a c i ó n que h a c í a n del a r t i c u - Dartes dp L ***** 7 C ° n * e p Í C Ú m i ) * t t e « c o n o c í a n dos
lo como p r o n o m b r e (significación d e t e r m i n a d a ) y como a r t i c u l o dice P r t - oración, n o m b r e y v e r b o (secundum Dialécticos,
dice P n s c i a n o , d u a e , nomen et v e r b u m ) a d m i t i e n d o las demá
propio (sentido i n d e t e r m i n a d o ) , escribe Prisciliano —IT—: «Ar-
9
tículos a u t e i n p r o n o m i n i b u s c o n n u m e r a n t e s finitos e a artículos Z Z Z - ° r e m ^ a S ( h 0 C e S t c 0 n s i ^ a n t i a appellabant
e s c n b e el mismo P n s c i a n o ) . Su diferencia de los estoicos e
a p p e l l a b a n t , ipsos a u t e m a r t í c u l o s , q u i b u s nos c a r e m u s , infini-
tos artículos d i c e b a n t , v e l u t alii d i c u n t , a r t í c u l o s connume- Z Z n l T - e y 6 S¡mpIe clasificación
« a l , si bien en
a q u e l l a división se manifiesta u n a doble influencia e x t r a ñ a á
r a n s p r o n o m i n i b u s , et a r t i c u l a r í a eos p r o n o m i n a vocabant.»
éstos, la platónica, por lo q u e hace á considerar n o m b r e v v e r
L a conjunción definíanla los estoicos: meros logou aptóton,
bo como p a r t e s ú n i c a s p r o p i a m e n t e tales del discurso; y la
sundoun ta mere tou logou. P o r el libro de Posidonio Peri sun-
aristotélica, al h a b l a r de elementos sincategoremáticos, éxpre-
desmón y por lo que refiere Apolonio, p u e d e n d i s t i n g u i r s e once
s i o y i s a d a con el mismo objeto en Aristóteles p a r a d i s t i n g u i r
clases de conjunciones e n las conocidas por el estoicismo. F i n a l -
partes y partículas g r a m a t i c a l e s , según d e j a m o s e x p u e s t o
m e n t e , c u a n d o ha sido a d m i t i d o el a d v e r b i o recibió el n o m b r e
Con las escuelas criticas de Homero del periodo a l e j a n d r i -
de navSexzj]?, por la u n i v e r s a l i d a d en significar, y p o r la virtua-
no, la g r a m á t i c a despréndese de las especulaciones filosóficas
lidad q u e le a t r i b u y e r o n los estoicos segiin a l g u n o s g r a m á t i - p a r a comenzar á v i v i r v i d a p r o p i a sostenida p r á c t i c a m e n t e
cos. «Omnis p a r s o r a t i o n i s , dice Sergio el g r a m . a l u d i e n d o á la por los clásicos, a u n q u e a p r o v e c h a n d o las investigaciones del
d o c t r i n a estoica, cum d e s i e r i t esse q u o d est, nihil a l i u d est nisi periodo filosofico. Zenódoto, iniciador de la n u e v a época, intro-
a d v e r b i u m . . . si dicas sedulo liomini dedi, n o m e n est; si dicas duce el pronombre como p a r t e g r a m a t i c a l distinta que los es-
sedulo feci a d v e r b i u m est.» D a n d o la r a z ó n de la d e n o m i n a - toicos no h a b í a n calificado s e p a r a d a m e n t e del a r t í c u l o , y Aris-
ción m e n c i o n a d a , escribe Carisio: « A d v e r b i u m stoici pandecten tarco s e ñ a l a t a m b i é n la preposición y el p a r t i c i p i o (que á él v
v o c a n t : n a m omnia in se c a p i t q u a s i collata p e r s a t u r a m con- no á T n f o n , como se ha dicho, corresponde la distinción de
cessa sibi r e r u m v a r i a p o t e s t a t e . » este ultimo). Con lo cual las p a r t e s del discurso a d m i t i d a s pol-
A los estoicos se debe la r e g u l a r i z a c i ó n d e n t r o de la filoso- los estoicos (seis ó m e j o r cinco, pues su división del n o m b r e e n
f i a de u n plan g r a m a t i c a l r e l a t i v a m e n t e d e s a r r o l l a d o . Es sabi- ovofia y TtQoarjyoQÍa no h a prevalecido) se elevaron á s e i s en
do q u e la dialéctica p a r a los estoicos c o m p r e n d í a u n a p a r t e Zenodoto, y á ocho con las dos i n t r o d u c i d a s por Aristarco, q u e
a c e r c a de la f o r m a e x t e r i o r del p e n s a m i e n t o , el l e n g u a j e e s c o m o c u e n t a Quintiliano: «Alii t a m e n e x idoneis d u n t a x a t
peri demainontón, peri fónés; y otra sobre la f o r m a i n t e r n a de a u c t o n b u s octo p a r t e s secuti s u n t u t Aristarchus, etc.» (1).
la p a l a b r a ó su significación, peri semainomenón, peri prag-
matón. De la p r i m e r a p a r t e se o c u p a r o n p a r t i c u l a r m e n t e en-
t r e otros estoicos a d e m á s d e Crisipo, D i ó g e n e s , Tejné peri (1) En este número se encierran todas las categorías gramati-
fónés; A n t i p a t r o s , Peri lexeón kai tón legomenón; Arquide- cales griegas, pues el adjetivo no ha sido reconocido como catego-
mos, Peri fonés; Posidonio, Peri lexeós eisagógué, etc. De la ría en la antigüedad, y la interjección fué clasificada por los gra-
s e g u n d a t r a t a r o n D i ó g e n e s , Crisipo y otros; de éste e r a n los máticos romanos. Del diverso modo de considerar las partes del
t r a t a d o s Peri tés suntaxeós kai stoijeión, y otro Peri tón stoi- discurso provino la diversidad de enumeración de ellas hechas por
jeión tou logou etc., q u e m e n c i o n a , como los a n t e r i o r e s , Dióge- los antiguos; así en el Cledonii ars se dice: "Aristóteles duas dicit
nes L a e r c i o . No pocos e l e m e n t o s retóricos h u b i e r o n d e comple- btoici quinqué, multi novem, multi decem usque undecim " Y el
Pompen Comment. artis Donati: "Donatus quidem octo definivit
t a r la p a r t e lógica y la p a r t e g r a m a t i c a l estoica, v esto se echa
Aristóteles duae, Stoici quinqué. Ideo dixit Donatus multi plures'
de v e r e n las clasificaciones q u e dichos filósofos hicieron de las multi pauciores partes orationis putant."
sas de p a l a b r a s (eíSij), las cuales d i v i d e en dos c a t e g o r í a s prin-
A los m e n c i o n a d o s sigue Dionisio de T r a c i a , c u y a TeXvV
cipales, s u b o r d i n a n d o l u e g o á ellas otras clases. Se a d v i e r t e
ypauuazixr] h a obtenido u n i v e r s a l prestigio e n la a n t i g ü e d a d ,
f á c i l m e n t e q u e todas estas s u e r t e s de nombres, están f u e r a de
ejerciendo en el t e r r e n o g r a m a t i c a l d i c t a d u r a poco menos q u e
los accidentes del n o m b r e , a u n q u e Dionisio los i n c l u y a en ellos.
indiscutible; v a u n q u e se h a disputado la a u t e n t i c i d a d de di-
'Prjfia, p a r t e de la oración sin casos que indica acción ó pa-
cha obra desde diversos p u n t o s de v i s t a , creyéndola a l g u n o s
sión (évégyeiav ij jzá&og). E n él d i s t i n g u e , a d e m á s de eX6r¡ y
composición a n ó n i m a de los maestros bizantinos ( n i m i r u m ista
oxtifiaxa como e n e l n o m b r e , l o s modos (indicat., i m p e r a t . ,
Pseudo-Dionvsii, g r a m m a t i c a , dice Gotling, cento est e x p a n -
o p t a t . , s u j u n t . , é infinit.), los géneros (activo, pasivo y medio),
nis t a m v e t e r u m q u a m recentiorum g r a m m a t i c o r u m ) , no h a n
los n ú m e r o s , personas y tiempos ( p r e s e n t e , pasado y f u t u r o ) .
llegado á p r e v a l e c e r los a r g u m e n t o s aducidos, f u n d a d o s e n ge-
Ocho accidentes verbales, c o n t a n d o los dos primeros y a ñ a d i e n -
n e r a l e n p u n t o s de v i s t a críticos que e s t a b a n lejos de ser in- do los que Dionisio de T r a c i a l l a m a ovljvyíai en el v e r b o .
vulnerables. a
Meroxv, p a r t e de la oración q u e p a r t i c i p a del modo de ser
Dionisio de T r a c i a divide la g r a m á t i c a en seis p a r t e s : l. *«-
del n o m b r e y verbo, d i f e r e n c i á n d o s e de éste en no t e n e r perso-
r a rtQoocoSíav (pronunciación, lectura); 2. a x a r á xovg évvjzáexov-
n a s ni modos v e r b a l e s .
rag no^xcxovg xe6jzovg (narración); 3. a yXuocáv xe xai loxo^v...
"AQ&OOV, p a r t e de la oración con casos, que a n t e c e d e ó se pos-
ájtóSoacg (conocimiento de a n t i g ü e d a d e s y p a r t i c u l a r i d a d e s g r a - pone á los casos del nombre. El a r t i c u l o q u e a n t e c e d e es o, y
maticales); 4 . a éxvfioXoyíag eSSeoig (etimología); 5. a avaXoyiag el q u e se pospone es og, s e g ú n Dionisio; y como el p r i m e r o es
éxXoytg^s (analogía); 6. a xSímg no^áxo>v (critica l i t e r a r i a ) . el articulo g r i e g o y el s e g u n d o el r e l a t i v o , v i e n e á j u n t a r con
Estas e s t á n reducidas p o r el escoliasta de Dionisio á c u a t r o el mismo n o m b r e el relativo y el a r t í c u l o ; p a r t e s no sólo g r a -
p a r t e s : diorzotikon (emmendatio, ó sea la critica): anagnosti- m a t i c a l m e n t e diversas, sino t a m b i é n etimológicamente, esto
con (lectio, pronunciación); exeguetikon (enarratio, exposición); último c l a r a m e n t e d e m o s t r a d o hoy p o r i n t e r m e d i o del sánscrito.
kritikon (judicium, critica expositiva).
'Avxcowfiía, p a r t e de la oración q u e se usa en l u g a r del nom-
L a oración es p a r a Dionisio, u n c o n j u n t o de p a l a b r a s q u e b r e d e s i g n a n d o d e t e r m i n a d a s p e r s o n a s (jzgcooájzcov cíigiofiévwv
hacen sentido p e r f e c t o : Xéfrcov oiv&eocg dúvocav avxxoeXij ór/Xcoxixri). Esta d o c t r i n a del p r o n o m b r e , e n la cual se limita su
SrjXovaa. Las p a r t e s de la oración («pequeñas porciones, s e g ú n concepto á los personales y posesivos, es t r a s u n t o de la de Aris-
dicho g r a m á t i c o , del c o n j u n t o oracional» - xov xaxá aívxa&v t a r c o , asi como la que eriseña s o b r e el participio. Los demás
Xóyov—•), son las ocho s i g u i e n t e s : ovo/ia nombre, éwa verbo, p r o n o m b r e s son incluidos por la e s c u e l a de Dionisio e n el nom-
f i e x o x v ' p a r t i c i p i o , a ^ o v a r t i c u l o , ávxcovofiía p r o n o m b r e ; b r e ó en el a r t i c u l o , a u n q u e no t o d o s convienen en ello.
neó&eotg preposición, é n l e e w * a d v e r b i u m , ovvdeo^og con-
ÜQÓ&eoiS, p a r t e de la oración q u e se a n t e p o n e á las demás,
junción. . y a en el c o n j u n t o y a en coordinación g-ramatical (ev xe ow&éoei
"Ovo¡xa es u n a p a r t e de la oración con casos que significa al- xai owxágei). E n u m e r a l u e g o dieciocho preposiciones (el n ú -
go concreto (oáifia), ó abstracto (neay^a), «rem corporalem a u t m e r o en q u e dice Carisio «ínter o m n e s críticos g r a m m a t i c o s
rncorporalem» dice Carisio. En el n o m b r e asi entendido distin- p e r f e c t e convenit» es el de veintidós).
g u e tres géneros (áeoevixóv} frr¡Xvxóv, oiSéxegov); tres n ú m e r o s
'EnÍQQ-qfxa, p a r t e d e la oración sin casos que se u s a con el
(évixdg, dvixóg, jtXV^vvxvxóS;); cinco casos (¿e&V, *w««í. Soxix-q, v e r b o ó se le a ñ a d e . Los a d v e r b i o s se d i v i d e n a q u í e n veinti-
aixiaxLx-q, xXrjxixr,). E n t r e los accidentes del n o m b r e (1) pone tam- cinco clases, d o n d e se i n c l u y e n m u c h a s p a l a b r a s q u e no los son.
bién los diversos modos de forma ( o X í n a x a ) , y las clases diver-
2VVSE0/¿ÓS, p a r t e de la oración q u e sirve p a r a m a n t e n e r e n
enlace o r d e n a d o el sentido de é s t a , y l l e n a r deficiencias de ex-
(1) La doctrina de los accidentes nominales era ya conocida y posición. Refiérese esto ú l t i m o á las p a r t í c u l a s , m u y f r e c u e n t e s
expuesta de una manera semejante á la de Dionisio de Tracia. Así, en el verso griego, que se usan t a n sólo por e x i g e n c i a del me-
entre otros, Aristófanes hacía la clasificación siguiente según Can- tro ó por elegancia de la f r a s e —PÉXQOV i} xóo^ov evexev.— Di-
sío —I—: "Huic (á la analogía) Aristophanes quinqué radones de- v i d e las conjunciones e n copulativas, disyuntivas, condiciona-
dit, aut, ut alii putant, sex. Primo ut ejusdem sint generis, dein ca- les, causales, finales, dubitativas, raciocinativas y explectivas,
sus; tum exitus, quarto numeri, quinto syllabarum, item soni sexto.
q u e son las q u e hemos dicho se e m p l e a n con c a r á c t e r l i t e r a r i o e n t r e si; y esta superficialidad toca al e x t r e m o c u a n d o a l g u n a s
t a n sólo. p a r t e s de la oración como la preposición, adverbio, conjunción
T a l e s son las ocho p a r t e s g r a m a t i c a l e s q u e se c u e n t a n e n el y a u n el artículo (excepto la a d v e r t e n c i a q u e h a c e de q u e tie-
Techne de Dionisio de T r a c i a , c u y o n ú m e r o no se h a c a m b i a d o * n e casos), vienen definidos t a n sólo por su posición, ó sea por
e n tiempos posteriores; p u e s si b i e n los romanos d e j a r o n el ar- el l u g a r q u e ocupan en relación con otras p a l a b r a s , sin que se
ticulo q u e no t i e n e n e n su l e n g u a , s u s t i t u y é n d o l o con el pro- h a g a alusión a l g u n a á la idea peculiar que e n c i e r r a n , ni por
lo mismo al c a r á c t e r propio que las d i s t i n g u e .
n o m b r e , en cambio a d m i t i e r o n como p a r t e d e la g r a m á t i c a la
i n t e r j e c c i ó n , lo cual no se hizo e n la e n u m e r a c i ó n de los g r i e - A d e m á s de este r u d i m e n t a r i o sistema de clasificar y definir
incompatible con la e x a c t i t u d y precisión, la critica l i n g ü i s t i c a
gos. El adjetivo ó «nombre epíteto» (éní&ezov, d e s d e Aristóte-
p u e d e n o t a r t a m b i é n e n Dionisio de T r a c i a q u e con la f a l t a de
les á Dionisio de T r a c i a ; ém&exixóv, d e s d e Apolonio Díscolo),
criterio filosófico en el asunto, m u e s t r a t a m b i é n escaso criterio
d i s g r e g a d o p a u l a t i n a m e n t e d e las f o r m a s de la p o e s í a y 110
morfológico al no a l c a n z a r á d i s t i n g u i r las p a r t e s de la oración
contado como c a t e g o r í a g r a m a t i c a l e n t r e los a n t i g u o s , v i n o
por los c a r a c t e r e s de flexión ó ausencia de ellos, p a r a distri-
á ser p a r t e del discurso, p e r o r e e m p l a z a n d o al participio que
b u i r l a s en flexivas y no flexivas. Y esta idea obvia que debiera
dejó de e n u m e r a r s e e n t r e a q u é l l a s , y por lo mismo m a n t e n i é n -
presidir á t o d a exposición metódica de formas, no sólo no se to-
dose el n ú m e r o dicho de e l e m e n t o s oracionales.
m a en cuenta, sino q u e e x p l í c i t a m e n t e resulta a b a n d o n a d a e n
E n la Téxvrj yQa.y.^áxi.y.7] d e Dionisio d e T r a c i a está repre- el libro de Dionisio: al t r a t a r éste, en efecto, de las p a r t e s no
s e n t a d o el a r t e g r a m a t i c a l p o s t e r i o r ; y q u i e n c o m p a r e las doc- flexivas, preposición, conjunción y adverbio, sólo califica como
t r i n a s de Apolonio Díscolo s o b r e la m a t e r i a e x p u e s t a s p o r Pris- sin flexión' (f¿éSoS Xóyov HxXixov) al adverbio, como se v e por las
ciano, y como las de éste, las de D o n a t o y Probo y d e m á s g r a - definiciones respectivas a n t e s presentadas; y á la vez, al ocu-
máticos q u e les s i g u e n , con las de Dionisio, no p o d r á menos de p a r s e de las f o r m a s con flexión, artículo, nombre, verbo, p a r t i -
echar d e v e r la influencia e j e r c i d a e n ellos por el e s c r i t o r de cipio y p r o n o m b r e , define como flexivo el n o m b r e y a r t i c u l o
q u e nos ocupamos, y a u n p u e d e a ñ a d i r s e q u e en él e s t á la pac- Créeos Xóyov nxcaxiKÓv), llama 110 reflexivo al verbo (Úfa ajzxco-
t a d e los t r a t a d o s q u e le h a n s u c e d i d o , s i q u i e r a h a y a n sido ros), y d e j a sin definir el c a r á c t e r de las p a r t e s r e s t a n t e s . Pro-
completados a l g u n o s conceptos, sin d u d a i n s u f i c i e n t e m e n t e ex- b a b l e m e n t e a u n en la noción del verbo omitió Dionisio de T r a -
puestos en la Techne dionisiana (1). cia i n d i e a r q u e es p a r t e de la oración «con tiempos, n ú m e r o s
Los defectos q u e se a d v i e r t e n e n la d o c t r i n a e x p u e s t a de y personas,» si bien esto se e n c u e n t r a hoy en el t e x t o g r i e g o
Dionisio de T r a c i a proceden y p u e d e n r e d u c i r s e á u n o g e n e r a l ; de su obra. S i g u i e n d o á a l g u n o s críticos modernos (G. Uhlig,
el no h a b e r definido a d e c u a d a m e n t e las p a r t e s del discurso, Dion. Thracis ars gramm.; Delbrück, Vergleich. Syntax — Ein-
h a c i e n d o de esa s u e r t e descripciones más q u e definiciones de leit.— etc.) hemos suprimido dichas p a l a b r a s al t r a s l a d a r arri-
lo q u e se propuso e x p l i c a r . Asi se v e e n las nociones superficia- ba su definición por creerlas adición posterior.
les q u e d a de nombre, verbo, pronombre etc. q u e son insuficien-
tes de todo p u n t o p a r a e s t u d i a r la v e r d a d e r a n a t u r a l e z a de ca- P r e s e n t a d a s las nociones f u n d a m e n t a l e s del Arte de Dio-
da elemento gramatical y p a r a distinguirlos científicamente nisio y hechas estas observaciones criticas que creemos necesa-
rias si ha de j u z g a r s e con seriedad al q u e p u d i é r a m o s l l a m a r
c r e a d o r del «sistema gramatical» (reflejo en no pocos casos de
(1) El dominio de la Téxvr¡ de Dionisio se extiende en las escue- las ideas de Aristarco, u n o de los iniciadores de la g r a m á t i c a ) ,
las griegas desde el siglo II a. J. C. hasta el siglo XII de nuestra era,
no es m e n e s t e r nos d e t e n g a m o s en u n minucioso análisis d e
en que es reemplazado por breves tratados gramaticales dispuestos
los t r a t a d i s t a s q u e le suceden, los cuales h a n tenido p o r nor-
por preguntas y respuestas, de los cuales usaron aún los importado-
res en Italia de los estudios griegos, Crisoloras, Teodoro Gaza y ma la obra m e n c i o n a d a , y por lo mismo p u e d e y a j u z g a r s e á
C. Láscaris. Aunque su influencia en las escuelas latinas no ha sido t e n o r de ella las lineas más g e n e r a l e s de la dirección lingüísti-
tan universal y uniforme, hubo sin embargo de hacerse sentir efi- ca e n los tiempos s u b s i g u i e n t e s . Las oscilaciones y v a r i a n t e s
cazmente, penetrando además en las escuelas de Armenia y de la q u e e x p e r i m e n t a n los estudios á que nos r e f e r i m o s , p u e d e n
Siria. _ apreciarse con el simple cotejo de l a s doctrinas indicadas con
las de alguno de los principales gramáticos griegos y latinos nisio, a u n q u e indicados por otro orden. En Prisciano «verbo
posteriores. E n t r e los primeros mencionaremos á Apolonio Dís- accidunt octo, significatio sive genus, tempus, modus, species,
colo, de cuya teoría sobre las categorías gramaticales quéda- figura, conjugatio et persona cum numero, q u a n d o affectus
n o s , á más de o t r a s fuentes, la exposición autorizada de Pris- animi definit.» Donato distingue en el verbo qualitas et genus,
ciano, quien declara haberle seguido —in ómnibus sequendam lo cual r e ú n e Probo, que sigue su doctrina, en «genus sive
(ejus auctoritatem) p u t a v i - q u a n t u m potuimus sequi destina- qualitas.» Este «genus sive qualitas» reviste ocho formas: ac-
bimus—, a u n q u e haya completado algunos conceptos con otras tiva, pasiva, neutra, deponente, común, incoativa, frecuenta-
autoridades, según él mismo manifiesta (XII, XIV, XVI); si bien tiva, defectiva. E n Donato dicha «qualitas» comprende además
pues, la obra de Apolonio n. fieQtafioi z<Zv zov Xóyov ^ee&v cuya de los modos, cuatro formas: perfecta, mediativa, frecuenta-
continuación f u é el tratado de su hijo Elio Herodiano Elg zá. tiva, incoativa. L a exposición de la teoría del verbo en cuanto
ZrjToíifieva z<Zv fiegcov zov Xóyov, se ha perdido, los fragmentos á las subcategorias respectivas liase modificado sucesivamente
griegos, la obra n. avvzafrcog del mismo y la de Prisciano, bas- desde Dionisio de Tracia, de una manera análoga á las clasi-
tan p a r a poder apreciar sus ideas en la materia. E n t r e los se- ficaciones de adjetivos y nombres b a j o el concepto tradicional
gundos, ó sea de los gramáticos latinos citaremos al mismo antiguo de — ovopá — n o m e n - , dentro de cuya inexacta no-
Prisciano, á Donato y á Probo. ción, como dentro de la de verbo, se desarrolló la t r a m a gra-
El nombre es en Prisciano «pars orationis quae unicuique matical, desplegada metódicamente en tiempos subsiguientes.
subjectorum corporum seu rerum communem vel propriam En cuanto al participio, a u n q u e mejorada su idea, con-
qualitatem distribuit.» Con esta conviene la definición de Apo- serva en Apolonio el lugar medio entre el nombre y el verbo
lonio que t r a e el mismo Prisciano, y está conforme con lo que que presenta en Dionisio de Tracia, y que r e g u l a r m e n t e ha
escribe Apolonio (n. owzá^ecog) al decir que el nombre signi- sostenido: «Mansit participium médium inter nomen et ver-
fica jtoidzTjzag xoivág rj íóíag. D o n a t o le llama «pars orationis bum, u n d e rationabiliter hoc nomen est ei a grammaticis in-
cum casu», con lo cual se aproxima más á Dionisio de Tracia, ditum per confirmationem d u a r u m partium orationis principa-
cuyas nociones Donato como los anteriores, reproduce en lo lium.» (Prisc. XI). Y por lo que hace á Prisciano se atiene más
demás. Lo mismo hace Probo, con la diferencia de admitir más estrictamente á la noción de Dionisio, y enseña ser «pars ora-
subdivisiones en las subcategorias del nombre que las señala- tionis q u a e pro verbo accipitur ex quo et derivatur naturali-
das por Donato. L a tendencia general es idealizar la noción de ter etc.» S e g ú n Donato el participio recibe del nombre género
Aristarco, según la cual el nombre designa un cuerpo ó u n a y casos, del verbo «témpora et significationes», y «qualitatem»
cosa, atribuyéndole la designación de universalidad ó parti- y «tempus» según quiere Probo.
cularidad, sin inmutar la condición intrínseca de dicha parte El artículo, cuya noción es t a n deficiente en Dionisio de
de la oración en lo restante. Tracia, adquiere en Apolonio su legitima exposición, en cuan-
El verbo en Prisciano, «pars orationis cum temporibus et to le a t r i b u y e como nota distintiva modificar la extensión del
modis, sine casu, agendi vel patiendi significativum.» En Apo- sustantivo en designar personas ó cosas. Entre los latinos, se-
lonio (Bekker, Anecdot. gr.) es n¿eog Xóyov év ISíoig pezaoxw1- gún hemos dicho, es inútil buscar la noción del articulo, y Do-
ziofioiq SiacpÓQiov xeóvtov Sevzxóv fiez' évEQyeíag rj ná&ovg, jigoacó- nato y Probo colocan en vez de éste la interjección. Prisciano,
TCCOV ze nal agi&/xcov naQaozazixóv oze xa I zág zrjg yvxíjs Sia&éoeig
sin embargo, por ser fiel á la doctrina de Apolonio, hace refe-
Xr¡XoL. (Cf. Apol., De constr. III). En Donato, «pars orationis rencia á él y dice (XVII): «Articulus secundara noticiam sup-
cum tempore et persona sine casu a u t agere aliquid, a u t pati, positorum demonstrat. Si enim dicam av&Qcojiog ?iX&ev, primam
a u t neutrum significans.» Por donde se ve que Prisciano se noticiam ostendo, sin ó av&Qconog i¡X&ev, secundam.»
a p a r t a un t a n t o de Apolonio Díscolo, y que Donato, a u n q u e Al definir el pronombre como elemento declinable que sus-
ampliando el concepto del verbo, repite con Prisciano que es tituye al nombre, Apolonio lo concreta á reemplazar sólo á los
indeclinable, «sine casu», lo cual no se halla en Apolonio, y es nombres propios ó individuales, y por lo mismo sin que se ex-
reproducción de lo asentado por Dionisio de Tracia. Los acci- tienda á ocupar el lugar de los colectivos ó adjetivos. Cosa aná-
dentes del verbo son para Apolonio los mismos que señala Dio- loga hace Prisciano al decir que es «pars orationis quae pro
u
n o m i n e proprio u n i u s c u j u s q u e a c c i p i t u r , p e r s o n a s q u e finitas
í?enei al d e la lin üística
recipit.» o-, 1 1 , ! ' S gramatical grie-
D o n a t o j u z g a q u e «pronomen est p a r s orationis, q u a e p r o í l l 1 ' 7 y a m a r c h a n o d e t i e n e n ™ c a m b i a n e n lo
substancial los problemas lógicos d e la E d a d Media, con los
n o m i n e posita t a n t u n d e m poene significai, i n t e r d u m q u e per-
cuales h u b o de e n c o n t r a r s e l a g r a m á t i c a y f o r m a r a l i a n z a s
s o n a m recipit»; m i e n t r a s Prisciano dice q u e es «pars posita más o menos estables, como habremos de v e r o p o r t u n a m e n t e .
pro n o m i n e , m i n u s q u i d e m piene, idem t a m e n significai.» \ decimos el c a r á c t e r g e n e r a l , p o r q u e si bien en las divisiones
L a preposición, se dice en Prisciano (XIV), es «pars oratio- y subdivisiones q u e caen b a j o las c a t e g o r í a s e n u m e r a d a s se
nis indeclinabilis, q u a e p r o p o n i t u r aliis p a r t i b u s vel appositio- ofrecen v a n a n t e s m u y f r e c u e n t e s e n los escritores q u e convie-
n e v e l compositione»; y es eco esta definición (excepto la indi- n e n e n t r e sí c u a n d o se t r a t a de las nociones f u n d a m e n t a l e s de
cación de p a r t e indeclinable), de lo q u e escribe Apolonio (De las p a r t e s del discurso, tales v a r i a n t e s no i n m u t a n la u n i d a d
construc. IV): Protizemenai dé tón tou logon merón é kata sun- sistemática de p l a n g r a m a t i c a l a n t i g u o , que es lo q u e i m p o r t a
zesin é kata parazesin (Cf. Anecd. gr. de B e k k e r ) . Y D o n a t o á nuestro objeto, siquiera la elaboración p a u s a d a y silenciosa
a ñ a d e á lo dicho q u e es p a r t e que «significationem e a r u m (ce- de las s u b e a t e g o r i a s viniese á c o m p l e t a r su c o n j u n t o con el de-
t e r . p a r t i u m ) a u t m u t a t a u t compi et a u t minuit.» curso del tiempo (1).
Al definir el a d v e r b i o Apolonio Discolo lo h a c e e n esta for-
m a : Lexis áklatos katégorousa tón en tois rémasin agklisein
kazolou é merikós ón aneu ou katakleisei dianoian. N ó t e n s e las so provino la diversidad de enumeración de e l l a s hechas por los
p a l a b r a s xa&óXov % ¡¿eQixwg, q u e no se h a l l a n e n Dionisio d e antiguos; a s í en el Cledonii ars se dice: "Aristóteles duas dicit
T r a c i a , ni t a m p o c o se i n c l u y e n e n la definición de P r i s c i a n o : Stoici quinqué, multi novem, m u l t i decem usque undecim." Y eí
«pars orationis i n d e c l i n a b i l i s , c u j u s significatio v e r b i s adjici- Pompea Commeni. artis Donati: "Donatus quidem octo definivit
Aristóteles duae, Stoici quinqué. Ideo dixit (Donatus) multi plures'
t u r » , si bien se h a c e cargo del concepto c u a n d o a d v i e r t e q u e
multi paucmres, partes orationis putant."
h a y a d v e r b i o s comunes á todos l o s t i e m p o s v e r b a l e s «ut sa-
(1) No hacemos aquí especial estudio de cada uno de los gramá-
pienter dico, sapientes dicebam, sapientes d i x i etc.», m i e n t r a s ticos latinos que atrás hemos mencionado, omitiendo también no
otros son s i n g u l a r e s p a r a cada caso, «ut hodie facis, heri feci, pocos griegos, porque unos y otros convienen en las líneas salientes
eras faciam.» D e un modo s e m e j a n t e al de la noción de prepo- de exposición y sistema que quedan señaladas, las cuales pasando á
sición, señala D o n a t o al a d v e r b i o por o b j e t o —significationem través de los tiempos medioevales (entre otros el Doctrínale de Ale-
jandro de Villa Dei - s . X I I I - escrito en versos leoninos, estudiado
ejus (del verbo) a u t compiere a u t m u t a r e a u t m i n u e r e — , es-
y comentado en París, Oxford, Bolonia y P r a g a , es prueba de ello)
pecificando e l concepto genérico que i n d i c a n las definiciones vienen á encontrarse con el renacimiento y con las subsiguientes
anteriores. manifestaciones filológicas, cuando dos insignes españoles, Antonio
P o r lo que h a c e á la conjunción, convienen substancialmen- de Nebrija y Sánchez de las Brozas, cerraban y abrían respectiva-
t e con Dionisio de T r a c i a , Prisciano, Apolonio, D o n a t o y P r o - mente el periodo tradicional y el científico de la gramática, forman-
bo. P a r a todos estos es la conjunción: «pars indeclinabilis con- do época en esta disciplina.
j u n c t i v a a l i a r u m p a r t i u m orationis q u i b u s c o n s i g n i f i c a t , v i m El nombre, sin embargo, de Varrón hemos de mencionarlo tam-
v e l o r d i n a t i o n e m d e m o n s t r a n s ; ó fiégos Xóyov äxXczov, aw&ezi- biénaquí, no sólo por el valor de sus propias investigaciones, sino
xòv zcöv zov Xóyov /ACQWV, olg xal [ova] orjfiaivei, rj zá£iv f j Svva/Áiv por lo que representa en la transición greco-romana de la gramática
jtaQiozcöv; ó finalmente, «pars orationis a d n e c t e n s o r d i n a n s q u e y su influjo en gramáticos posteriores. M. Terencio Varrón á quien
s e n t e n t i a m » , q u e son las respectivas definiciones de los ú l t i m a - hemos visto conciliando las dos opuestas tendencias de anomalistas
m e n t e m e n c i o n a d o s (la de Probo es i g u a l á la de Donato) (1). y analogistas en las escuelas latinas, ha formulado en sus libros De
lingua lat. su clasificación gramatical, de un modo diverso del de
Dionisio de Tracia y demás que le siguieron. Teniendo de una parte
(1) En estas ocho se encierran todas las categorías gramati- en consideración las disputas sobre el origen significativo de las pa-
cales griegas, pues el adjetivo no ha sido reconocido como catego- labras (cpvots y y de otra tomando en cuenta la división
ría en la antigüedad, y la interjección fué clasificada por los gramá- pitagórica de todo ser en "cuerpo", "lugar", "tiempo" y "operación"
ticos romanos. Del diverso modo de considerar las partes del discur- establece Varrón su plan de categorías gramaticales. Divide desde
P a r a c o m p l e t a r e n orden á nuestro objeto la exposición de p o r q u é se d a n c a t e g o r í a s d e raices de tal s u e r t e i n d e p e n d i e n -
la filología g r i e g a y l a t i n a , hemos de a ñ a d i r a l g u n a s indicacio- tes q u e desde los comienzos del l e n g u a j e s u p o n g a n u n a orde-
nes sobre la etimología a n t i g u a , lazo de unión e n t r e los pro- nación i n t e n t a d a al calificar las cosas s e g ú n sus diversos ca-
blemas v a expuestos d e la d o c t r i n a g r e c o - r o m a n a sobre el ori- r a c t e r e s . El o r i g e n del l e n g u a j e s u p o n e , p u e s , el hecho más
g e n significativo de las p a l a b r a s , y del sistema g r a m a t i c a l y u n i v e r s a l y g e n u i n o de n a t u r a l e z a etimológica, bien q u e h a s t a
c a t e g o r í a s á q u e debe reducirse el l e n g u a j e . nosotros, y abstracción h e c h a d e testimonios extrínsecos á la
investigación científica, no l l e g u e sino reflejado por el sistema
E n la etimología a n t i g u a podemos d i s t i n g u i r el hecho histó-
doctrinal que al efecto se a d m i t a ó se excogite.
rico de derivaciones etimológicas-, el fundamento de las etimo-
logías, v finalmente las reglas de la investigación e n la etimo- En el s e g u n d o orden d e hechos, ó sea e n los de derivación
logía. E n c u a n t o hecho, la etimología es t a n a n t i g u a como el etimológica, e n t r a p l e n a m e n t e lo q u e hemos llamado hecho his-
l e n g u a j e , y refiriéndose á lo m á s intimo de su sér, se refleja tórico de e t i m o l o g í a a n t i g u a , e n el c u a l , supuesto no sólo el
por modo necesario é i n e v i t a b l e en sus m a n e r a s de f o r m a c i o n l e n g u a j e , sino los varios i d i o m a s á los cuales se refieren las de-
v desarrollo, las cuales v a n o r i g i n a r i a m e n t e v i n c u l a d a s á dos rivaciones u l t e r i o r m e n t e hechas, e n c o n t r a m o s vestigios de la
elaboración sobre elementos conocidos y previos necesariamen-
órdenes de hechos, el de creación de p a l a b r a s p r i m e r a s y el de
t e al t r a b a j o personal ó social de e n r i q u e c i m i e n t o de u n a len-
derivación de otras n u e v a s sobre las primitivas. Considerada
g u a , por t r a n s f o r m a c i o n e s d e d i v e r s a índole, y a que con el dic-
la etimología e n relación con el primero de estos dos hechos,
t a d o de derivación i n t e n t a m o s significar todo l i n a j e de m u t a -
nos lleva d i r e c t a m e n t e al problema mismo de la n a t u r a l e z a de
ción en el sonido ó e n el s e n t i d o , ó en u n o y otro, en u n m a t e r i a l
las raíces e n su individuación y e n su diferenciación, ó sea a
lingüístico dado.
fijar p o r q u é u n a r a í z lingüistica corresponde á u n objeto, y
Asi e n t e n d i d o el hecho histórico de la etimología a n t i g u a
(sentido c l a r a m e n t e r e l a t i v o , p u e s el p r i m e r hecho a n t e s indi-
luego las palabras en indeclinables - a l i a verba nusquam declinan-
cado no d e j a de ser histórico, p o r mucho q u e se desconozca su
t u r - y en declinables - a l i a d e c l i n a n t u r - ; las palabras declinables
son "alia verba a volúntate, alia a natura" (IX), si bien como norma
general establece que la voluntad obra en la imposición significativa, no sólo que en griego y latín existen cuatro categorías, sino que en
y la naturaleza en la derivación y declinación: "Voluntatem dico im- aquel idioma como en éste, se dan tres tiempos, que es intento de
positionem verborum, naturam declinationem verborum."—"Imposi- Varrón hallar analogía entre los idiomas.—Se ha querido ver una
tio est in nostro dominatu, nos in natura; quemadmodum quisque vult contradicción en Varrón, cuando después de enumerar las cuatro
ímponit nomen, at declinat quemadmodum vult natura" (IV). Sobre categorías antes dichas, añade: "Has vocant quídam appellandei,
esto, y de conformidad con la doctrina pitagórica, clasifica las pala- dicendi, adminiculandei, iungendei. Appellandei dicitur, ut homo
bras en cuatro categorías (quare quatuor genera prima rerum toti- et Néstor, dicendei, ut scribo et lego, iungendei, ut at etque, admi-
dem verborum), que son: nombre, verbo, adverbio y participio. "Ora- niculandei, ut docte et commode." Estas dos últimas divisiones están
tio dice—VII—y repite en otros lugares, secanda, ut natura, in quat- traspuestas, dado el orden anterior de enumeración de las mismas.
tuor parteis, unam quae habet casus, alteram, quae habet témpo- "Sed etiam, dice O. P. Müller, sic et haec divisio et secum pugnat et
ra, tertiam, quae habet neutrum, et quartam in qua est utrumque." cum loco inferiore, X, 17, (IX, p. 163 ed Bip.), quo docte etfacte ut
Ejemplo de lo primero, según escribe en otra parte—IX—, "docilis vocabula ponuntur, quae ñeque témpora, ñeque casus habeant."
et facilis", de lo segundo "docet et facit", de lo tercero "docte et fac- Pero, como ya notó Lersch que se propone esta dificultad, no trata
te", y de lo último "docens et faciens". Esta teoría del eminente filó- Varrón de convertir aquí su división en otra idéntica sino que, como
logo latino tiene sin duda la razón de su existencia en doctrinas helé- lo manifiestan las palabras del mismo "has vocant quidam", hace
nicas, según queda indicado, pero como sistema gramatical es exclu- referencia á una clasificación de algunos que establecen dicha últi-
sivo y original de Varrón, y sin precedentes en las escuelas griegas. ma distribución.
Más de una vez dice el mismo Varrón que los griegos tienen también Todos los demás gramáticos latinos mencionados antes y omiti-
sus cuatro partes (vides, ut graeci habeant eam quadripartitam, dos al tratar las manifestaciones gramaticales, están comprendidos
unam in qua sit casus etc.); lo cual ha de entenderse, no de teoría ó en la teoría de Dionisio de Tracia, ó con reminiscencias de las doc-
alguna gramatical, sino de que en realidad la lengua griega se aco- trinas de Crates ó de las de los estoicos, presentan las huellas y ten-
moda á la misma norma por él establecida en la latina; por eso halla dencias varronianas.
"r %

forma de ejecución), la evolución etimológica se manifiesta des-


que más t a r d e debía formularse en reglas determinadas. El
de los primeros albores de la v i d a l i t e r a r i a de los pueblos, y en
fondo común sin embargo á todos los procedimientos f u é en es-
todas las l i t e r a t u r a s conocidas. Los libros de Moisés (los men-
to hallar u n a ley de harmonía entre el signo oral ó la palabra
cionamos por su antigüedad) p u e d e n servir de ejemplo de for-
y lo significado por ella; de aquí las expresiones frecuentes en
maciones lingüisticas por evolución etimológica, donde a u n sin
los filósofos griegos de ^[leZo&ai, eixóves áyáXpara etc.
salir de los nombres propios de l u g a r e s y personas, desde el
aplicadas al l e n g u a j e , que vienen y a desde los pitagóiicos,
de A d a m hasta el mismo de Moisés, incluyendo e n ellos los da-
a u n q u e no todas. Por ello la Escuela de P i t á g o r a s f u é dicha
dos á la Divinidad (Jehová, Elohim, Adonai ), son m u e s t r a
no sin motivo iniciadora de los estudios etimológicos: «Etenim
evidente de derivaciones lingüisticas. Concretándonos á las li-
res nota est, dice Lobeck, cit. por Lersch, etymologiae studium
t e r a t u r a s griega y romana de cuyos elementos filológicos veni-
a Pythagoricis inchoatum esse primis, qui cum ita statuerent,
mos hablando, 110 es menos cierto q u e de la misma f o r m a h a n
r e r u m vocabula naturalia esse et ex veritate ducta, consequens
comenzado el desarrollo glotológico necesario p a r a los fines li-
e r a t u t , qua de causa quidque ita a p p e l l a r e t u r explicata no-
terarios, de lo cual pudiéramos t r a e r a q u í muchos ejemplos si
minis origene planum reddere conarentur.»
la extensión de este capitulo lo permitiese. En el p r i m e r perio-
Este sistema harmónico de representaciones orales lo halla-
do de las letras helénicas e n c u é n t r a n s e las p r u e b a s inequívo-
mos manifiesto ó latente desde Demócrito (cuya es la frase «las
cas que nos d a n Homero y Hesiodo con sus frecuentes e x p r e s a s
palabras son imágenes, pero de los dioses») hasta Platón, Aris-
ó implícitas alusiones á los varios orígenes de los n o m b r e s de
tóteles y los estoicos. Platón parte de que las palabras son imi-
los héroes y de los dioses como se e n c a r g a r o n de h a c e r notar
taciones - u c e á i s - de las cosas y de su naturaleza, distin-
los escoliastas, y de cuyos procedimientos tenemos ejemplos en
guiendo en el l e n g u a j e la parte intelectual reproductiva de la
los poetas, p a r t i c u l a r m e n t e dramáticos, de la s e g u n d a época,
esencia —ovala— de los objetos, que dice Siávoia, y la parte ex-
cuando y a asomaban los principios lingüísticos de los filósofos.
terna por medio de la cual se manifiesta la intelectual, ó sea el
Esquilo, Sófocles, Eurípides etc. r e p r o d u c e n con f r e c u e n c i a la
Xóyos. Este es algo asi como el género respecto á las dos espe-
etimología de los nombres q u e e m p l e a n en el decurso de la
cies de vocablos ovopa y fá^a. Como en la música, dice, se dis-
composición utilizándola á los fines y exigencia del verso en
tinguen los movimientos rítmicos, asi en el l e n g u a j e se distin-
varios casos, el cual sistema t i e n e sus comienzos en Homero
g u e n las palabras, las silabas y los sonidos; y como en aquélla
y en Hesiodo, como queda indicado.
pueden separarse las notas, en la palabra pueden aislarse sus
El fundamento de la etimología a n t i g u a en c u a n t o á los
elementos; pero siendo su virtud representativa del conjunto,
procedimientos, ha s a l i d o p r i m e r a m e n t e de la controversia
letras y sílabas deben estar reunidas p a r a reproducir los obje-
a r r i b a expuesta sobre el valor originario de las significaciones,
tos, como están los colores distribuidos en el cuadro que hace
si h a sido natural ó convencional (cpvois ó -d-éoig); pues mien-
el pintor, los cuales colores deben acomodarse á la naturaleza
tras los primeros querían e n c a u z a r todo el desarrollo lingüísti-
-y forma de la cosa si h a n de reproducirla con exactitud y fide-
co en moldes n a t u r a l e s de u n a r e g u l a r i d a d acompasada, no ad-
lidad, que es lo que acontece en los elementos de la palabra
mitiendo sinónimos p r o p i a m e n t e dichos ni homónimos, n i n a d a
—o Siá xcov ovXXaficov re xal yga^áxcov xr¡v ovoíav xcov ngay/xá-
que perturbase la correspondencia y simetría peculiar de cada
rcov ajtofiipovnevos—. Mas siendo esta semejanza de palabras y
objeto con cada p a l a b r a , los s e g u n d o s partiendo de la existen-
cosas obra del que impuso los nombres y les dió ley -ovo/ia-
cia de irregularidades del l e n g u a j e , de la homonimia y sinoni
xovQyós, vono&éxr¡s—, nunca podrá alcanzarse la verdadera eti-
mia, de las aplicaciones del l e n g u a j e figurado y de todo lo que
mología y consonancia de la p a r t e significativa con la signifi-
demostrase l i b e r t a d de procedimiento, hicieron r e s a l t a r los
cada, si bien pueden establecerse categorías de palabras que
contrastes del idioma propio ( y a q u e otros términos de compa-
g u a r d a n semejanza de terminaciones, por las que distingui-
ración les faltaban) e n t r e las p a l a b r a s usadas por varios escri-
mos las formas verbales de las nominales, sobre todo median-
tores en una misma época, y e n t r e las empleadas por escrito-
te el simbolismo literal, esto es, atendida la significación pe-
tores en épocas diversas, comenzando p o r u n a y o t r a p a r t e el
culiar que se le a t r i b u y e en los escritos de Platón á cada letra
estudio de las derivaciones y de las transformaciones verbales,
del alfabeto (según el cual A, p. ej., denota m a g n i t u d , H Ion-
gitud, O redondez etc.), y que da carácter á las palabras en verbi causa crux p r o p t e r e a dicta sit, quod ipsius verbi asperi-
que dominan, haciendo t e n g a n análogo sentido. tas cum doloris, quem c r u x efficit, asperitate concordai; crura
Aristóteles, después de distinguir el sonido ó tono — y ó y o g — tamen non propter asperitatem doloris, sed, quod longitudine
de la voz —<p(ovr¡—, y de haber definido ésta, hace notar la di- a t q u e d u n t i a inter m e m b r a cetera s u n t ligno crucis similiora
ferencia entre cpcovr¡, que es propia de todo a n i m a l , y Xóyog, appellata sunt.»
que es peculiar del sér racional y que constituye la palabra, 3.° Formación de p a l a b r a s xazà ávaXoyíav, esto es, no por
verdadero Xóyog or¡fiavzixóg, en cuya formación e n t r a n los soni- semejanza de cosas, sino por a l g u n a proporción ó enlace de
dos articulados en sus categorías de vocales y consonantes. A metafora, que permita t r a s l a d a r y a la denominación de u n a
la inversa de Platón, sostiene que las palabras no reproducen cosa á otra, ya derivar u n a n u e v a . «Inde ad abusionem, conti-
los seres, sino que expresan las ideas y afectos — n a ^ ^ a x o i v n u a el escritor aludido, v e n t u m est (ó sea á las derivaciones
ovuPoXa—, los cuales corresponden á la realidad de los objetos; por analogía), u t u s u r p e t u r nomen n o n tara rei similis, sed
y en este sentido dice en la Retórica: Ta yág óvó^aza ¿«¿Mj^ará quasi vicinae Ilud m a g i s p e r t i n e t ad hoc, quod cum piscina
éaziv, etc. Las cosas son, pues, designadas con relación á las dicitur in balneis, in qua piscium nihil est, cum nihil piscibus
ideas que despiertan en nosotros, formándose los nombres y a simile habeat, videtur tamen apücibus dicta propter aquam,
por derivación, y a por semejanza etc. Aristóteles no ha clasi- ubi piscibus vita est.>-<Nam et ista omnino vicinitas iate pa-
ficado sistemáticamente los distintos modos de etimología. tet et per multas partes secatur: a u t per efficientiam, ut a Me-
Los estoicos, reconociendo la distinción entre cpcovrj y Xóyog d i t a t e porci, per quem foedus efficitur; a u t per effectum, ut
q u e sienta Aristóteles (á lo cual añaden la Xéfrg), establecen puteus, quod ejus effectus potatio est; a u t per id quod conti-
también como norma principal de las palabras, la imitación de net, ut urbem ab orbe a p p e l l a t u m volunt ; a u t per id quod
las cosas con relación á las ideas que producen, y según la tra- contmetur, u t si quis h o r r e u m , m u t a t a d littera, affirmet ab
bazón lógica que en s u Dialéctica eslabonaba el sonido y el hordeo nominatum; a u t p e r abusionem, ut cum hordeum dici-
mus et ibi triticum conditur; vel a parte totum, u t mucronis
sentido. Sobre esta base desarrollaron su plan de etimologías,
nomine, quae summa p a r s est gladii, totum gladium vocant;
cuyas lineas principales SQ reducen á estas cuatro: 1.° Forma-
vel a toto pars, u t capillus quasi capitis pilus.»
ción de palabras xazá fií/u.r¡aiv, ó sea con f u n d a m e n t o inmedia-
to en la n a t u r a l e z a de la cosa ó en su sonido, á lo cual h a n de 4.° Formación de p a l a b r a s xaz évavzíwaiv, por antífrasis,
reducirse en todo caso cualquier género de palabras ulterior- ó sea por oposición y c o n t r a s t e del nombre con la cosa á qué
mente formadas. He a q u í como se expresa el autor del tratado se aplica. «Ilinc, a ñ a d e el consabido autor, facta est progressio
atribuido á S . A g u s t í n —Dial. Prin—. «Stoici a u t u m a n t , nu- ad contrarium. Nani lucus dictus p u t a t u r , quod minime luceat,
llum esse v e r b u m , c u j u s non certa ratio explicari possit. Et et bellum quod res bella non sit.»
quia lioc modo s u g e r e r e facile f u i t , si díceres, hoc infinitum Tales son f u n d a m e n t a l m e n t e (pues d e ellos derivan otros
esse, quibus verbis alterius verbi o r i g i n e m interpretareris, complementarios) 4 los procedimientos de la formación de pala-
eorum rursus a t e originem quarendam esse, doñee pervenia- bras según los estoicos, y p o r lo mismo los criterios de etimolo-
mus eo, u t res cum sono verbi aliqua similitudine concinat gía, cuyo valor puede a p r e c i a r s e por los ejemplos y doctrina
Sed quia sunt res q u a e non sonant, in similitudinem tactus va- que de intento hemos querido p r e s e n t a r por ajeno testimonio.
lere, u t si leniter vel a s p e r e sensum t a n g u n t Lene est auri- Y n a d a hemos de a ñ a d i r respecto al método etimológico roma-
bus cum dicimus voluptas, asperum est cum dicimus, crux no, por cuanto sus bases son e x a c t a m e n t e las mismas que las
Mel quam suaviter res ipsa gustum, tam suaviter nomen tan- de los gramáticos griegos, y los resultados son idénticos, como
git a u d i t u m . Acre in u t r o q u e asperum est, etc.» puede verse recorriendo los ejemplos de etimología que se ofre-
2.° Formación d e palabras xa&' ofioiózrjza, ó sea las que cen desde Varrón (por no c o n t a r fases anteriores) hasta Festo
resultan por semejanza de la cosa que ha de recibir denomina- desde éste hasta los que escribieron de «Arte gramatical» á últi-
ción con otra que y a la tiene, y sobre la cual se forma el nue- mos de la Edad Media. E j e m p l o s por demás elocuentes p a r a
vo nombre. «Hinc, escribe el autor citado, ad ipsarum inter se evidenciar la distancia á q u e se hallaba la lingüística a n t i g u a
rerum similitudinem processisse licentiam nominandi: ut cum de los confines de la v e r d a d , á pesar de los insignes varones que
la h a n c u l t i v a d o , c o n t r a s t a n d o s u n o m b r e y sus conclusiones
p l e a b a n las r e g l a s del sentido, esto es las figuras retóricas co-
etimológicas del modo más s o r p r e n d e n t e . H e m o s de m e n c i o n a r
r r e s p o n d e n t e s , m e d i a n t e las cuales pudiese r e d u c i r s e l l sTgn -
sin e m b a r g o los c u a t r o g r a d o s d e i n v e s t i g a c i ó n e t i m o l ó g i c a
q u e d e n t r o del p l a n que a c a b a m o s de i n d i c a r s e g ú n el m é t o d o Í n C r , T , e p a n t ! á 0 t r a *l l l e g u a r d a s e c o n f o r m i d a d con la de
la p a l a b r a á la cual se comparaba. De este g é n e r o son las eti
g r i e g o , señala V a r r ó n e n las e s c u e l a s l a t i n a s . El p r i m e r o y m á s
mologias «per effectum», «per id quod continet», «pex id quod
fácil es el q u e se e j e r c i t a en e t i m o l o g í a s de p a l a b r a s u s u a l e s y
de o r i g e n r e c i e n t e : «Infimus is q u o e t i a m p o p u l u s v e n i t . Quis Z T d T 6 t V r a I U d C 61
^ " A g u s t í n asi comoTas
e n i m n o n v i d e t , u n d e a u r i f o d i n a e et viocurrus?» El s e g u n d o se o rnadas p e r anüphrasim. (bellum eo q u o d m i n i m e est bellum-
refiere á las p a l a b r a s a n t i c u a d a s y de uso poético, c u y a decla- lucus, quod m i n i m e luceat; Par cae, quia nulli p a r c a n t etc. '
r a c i ó n etimológica se i n t e n t a : « S e c u n d u s , quo g r a m m a t i c a as- f . ^ t r a r i o e n p a l a b r a s del mismo s e n t i d o ó significa-
c e n d i t a n t i q u a , quo ostendit', q u e m a d m o d u m q u o d q u e p o e t a c on a n á l o g a p e r o discrepantes en el sonido de s u e r t e q u e u n a
v e r b u m confixerit, q u o d d e c l i n a r i t . » E l t e r c e r o , v i n i e n d o al l f Z u Z f a s r d a h a c e d a s c o m P a r a l ) l e s , la etimología
l e n g u a j e u s u a l y g u a r d a n d o a n a l o g í a con el p r i m e r g r a d o , e h a l l a b a verificando la mutación c o n v e n i e n t e al efecto, p L
a u n q u e en f o r m a m á s alta, e x a m i n a las voces del idioma ha- lo cual se u s a b a n l a s l l a m a d a s en g r a m á t i c a « f i g u r a s de dic-
b l a d o : «Tertius g r a d u s , quo p h i l o s o p h i a a s c e n d e n s p e r v e n i t , ción» que a ñ a d e n letras, ó las q u i t a n , ó las m u d a n , ó las in-
a t q u e q u a e in c o n s u e t u d i n e c o m m u n i e s s e n t , a p e r i r e coepit, u t v i e r t e n , y que con diversos nombres f u e r o n d e s i g n a d a s por los
a quo d i c t u m esset o p p i d u m , v i c u s via.» El c u a r t o , q u e t i e n e g r a m á t i c o s a n t i g u o s al llevarlas á la Etimología. M u y f r e c u e n -
a n a l o g í a con el s e g u n d o , e n v u e l v e el e x a m e n más h o n d o de t e e r a el cambio (que a l g u n o s c u e n t a n p o r p r i m e r a r e g l a ) de
las letras e n t r e sí, designado por los griegos con los nombres de
las f o r m a s lingüisticas h a s t a d e s c u b r i r s u s o r í g e n e s : «Quartus,
reonrj, ^ o X r , , ^rá&^g etc.; p o r este medio A se c o n v e r t í a
u b i est a d i t u s ad initia r e r u m ; q u o si n o n p e r v e n i a m , s c i e n t i a m
en ¿7, en I, en O etc.; la B en M; la ren B, e n K, en M; la W
a d opinionem aucupabor.»
e n M, e n B, en T, en V, en K, en T; la E en A, e n I, en O; la Z
P o r lo e x p u e s t o fácil es c o l e g i r c u á l e s h a y a n sido las reglas
e n ^ y en $>• la H en A, en E, en Ec, en O, e n I, en Y, e n la
de etimología greco-romana, c u y o s c r i t e r i o s g e n e r a l e s v a n vin-
0 en n, en en T, en y asi s u c e s i v a m e n t e , como lo com-
culados á las r e g l a s p r e s e n t a d a s como fundamento de su siste-
p r u e b a n las a n t i g u a s obras léxicas. En esta r e g l a c o m p r e n d í a n
m a . P u e d e decirse q u e el p r i n c i p i o de semejanza l a t e n t e en las
as llamadas SMvacg p a r a los diptongos, p a r a l a d u p l i c a c i ó n de
c u a t r o f o r m a s s e ñ a l a d a s , es l a r a z ó n s u p r e m a d e t o d a n o r m a letras, duiXaaia^óg, p a r a la fusión de letras, xQ&oig etc
etimológica, y a u n p u e d e a ñ a d i r s e q u e e n t r e la analogía y la
Recurso, dicho s e g u n d a r e g l a , distinto del a n t e r i o r v t a n
antífrasis (de esta xiltima p r e s e n t a n V a r r ó n y S. Isidoro al de-
u s a d o como él p a r a r e d u c i r etimologías, e r a el de las l e t r a s
finirla los ejemplos q u e hemos visto t r a e el P s e u d o - A g u s t í n
epenteticas, con el cual se c r e í a n los etimologistas a u t o r i z a d o s
refiriéndose á l o s g r i e g o s ) oscila e l p r i n c i p a l m o v i m i e n t o de p a r a h a c e r las más p e r e g r i n a s hipótesis y d e r i v a c i o n e s . A éste
etimologías l a t i n a s y g r i e g a s p r i m i t i v a s , c u y o f o n d o c o m ú n e r a se a n a d i a , como t e r c e r a regla, el de la metátesis, ó inversión
s i e m p r e la /¿i/Ar/oig helénica. P o r ello no d e b e s o r p r e n d e r n o s si de letras, q u e t a m b i é n conocieron los g r i e g o s con v a r i o s nom-
hallamos q u i e n e s , c o m o T i r a n i ó n , d e f i n e n l a G r a m á t i c a : bres, y cuyo influjo e n las etimologías, como el de los dos an-
r^afifiazinT] laxiv -&eu>QÍa pifiégecog, p a r a h a c e r r e s a l t a r la impor- teriores procedimientos, f u é marcadísimo (de este g é n e r o son
t a n c i a de la f u e r z a i m i t a t i v a e n t o d o lo q u e concierne á las los t a n f r e c u e n t e s cambios de l e x i c o g r a f í a g r i e g a , de batr en
palabras. brat, de bar en bra, de dart e n drat, de enne e n enen, de era
Sobre el principio, p u e s , d e c o m p a r a c i ó n de las p a l a b r a s en are, de ker e n kre etc.)
con las cosas y de las voces n u e v a s con las a n t i g u a s , las r e g l a s
Tales f u e r o n las normas de los etimologistas q u e sistema-
p r ó x i m a s de análisis se refirieron u n a s al sonido y otras al
t i z a d a s d a n n o s p o r r e s u l t a d o , como hemos a p u n t a d o v a , las
sentido, y a que por u n o y otro c o n c e p t o e r a n las p a l a b r a s imi-
hoy l l a m a d a s figuras de dicción: antitesis y metátesis, por me-
t a b l e s y de hecho i m i t a d a s , ó i m i t a c i ó n á su vez. P a r a h a l l a r
dio de las cuales r e s p e c t i v a m e n t e se m u d a b a n ó se i n v e r t í a n
l a etimología de u n a p a l a b r a m a t e r i a l m e n t e s e m e j a n t e á otra,
las l e t r a s con fines etimológicos; prótesis, epéntesis y parago-
ó sea p a r e c i d a e n el sonido, p e r o de d i v e r s a significación, em-
ge, m e d i a n t e las cuales se a ñ a d í a n l e t r a s al p r i n c i p i o , al me-
dio ó al fin de p a l a b r a , con aquel objeto; aféresis, síncopa y La Ortografía hubo t a m b i é n de e n t r a r en estrechas relacio-
nes con la a n t i g u a Etimología g r e c o - r o m a n a , y a recibiendo el
apócope, con las cuales se s u p r i m í a n l e t r a s al principio, medio
i n f l u j o de ésta y por lo mismo modificándose la m a n e r a de es-
ó fin d e u n vocablo.
cribir muchas p a l a b r a s s e g ú n la derivación que les e r a atri-
E s t e método f u é común á los etimologistas de la l e n g u a la-
b u i d a , y a por el c o n t r a r i o i m p o n i e n d o la O r t o g r a f í a su autori-
t i n a como á los de la l e n g u a g r i e g a , con la diferencia de pre-
p o n d e r a r e n unos m a s q u e en otros el uso de varios de los re-
cursos indicados, y de h a b e r limitado u n t a n t o los romanos el
Dióg. Laercio; Heladio, Lexeós pant. jrésis etc., en Suidas; Amo-
medio de t r a s l a d a r la significación (figuras retóricas) p a r a d a r nio, P. omoion kai diaforón lexeón; Polo de Agrigento, P. lexeón;
con la etimología d e s e a d a (1). Eugenio de Augustopolis, Pammigués lexis kata stoijeion; Antígo-
no de Caristo, P. lexeós, en Ateneo; Polemón, P. Onómatón etc.
en Ateneo; Autodoro de Cumas con su Lexis, en Fabricio; Demócri-
(1) Por muy inexactos que hayan sido los criterios greco-roma-
to, Onomastikon, en D i ó g e n e s Laercio; Gorgias, Onomastikon
nos en punto á etimologías, no por eso fueron extraños totalmente
biblion, en el Onomasticon de Polux; Palamedes de Elea, Onoma-
al carácter propio de las investigaciones etimológicas, como lo de-
tologos, en Suidas; Arcadio, Onomastikon zaumasion, en Suidas;
muestran bien á las claras las indicaciones de los filósofos griegos,
Trifón, P. Onomasión, en Ateneo; Dionisio, hijo de Trifón, P. Onó-
en especial de los estoicos, y asimismo las de los gramáticos roma-
matón, en Ateneo; Teodoro Griego, P. Onómatón, en la Theol. Plat.
nos, según es de ver en Varrón, Quintiliano etc.; Cicerón lo había
de Proclo; Herodiano, Onomatikon, (v. Anécdota gr. de Bekker);
advertido también cuando dice q u e lo que llaman etimología los
Miguel Pselo, Iresis spanión onomatón, en el Lexicón de Zanoras.
griegos, no es otra cosa que "verbum ex verbo, veriloquium." En
A estos pueden añadirse: Hesiquio Alejandrino, Lexicón (v. Ranke,
gramáticos posteriores hallamos expresado el c o n c e p t o de igual
De Lexici Hesyhiani vera origine et genuina forma comment., y
suerte: "Etymologia, dice Casiodoro, est aut vera aut verisimilis
Pearson, Adversaria Hesichiana); Favorino y Filemón, Lexikon
demonstratio, declarans ex qua origine verba descendant." "Etymo-
teknologikon—K. L e h r s ; Cirilo Alejandrino, Lexicón (v. Cirilli,
logia, dice S. Isidoro, est origo vocabulorum;" y á su vez Alcuino,
Philoxeni aliorum vet. gloss. ed. Th. Labbacus, y Mehler, De Cyri-
"Etymologia est origo et ratio verborum," e t c . No dejaremos de
lli Alex. Léxico inédito), y algunos otros controvertidos. Como le-
mencionar aquí la definición del monje Anastasio, que trae el Ety-
xicografía especial: Crisipo, P. ton kata tén dialektikén onomatón
mol. Magnum, y que merece recordarse: Etimologuia, estin é tés
pros Zénona, en Dióg. Laercio; Kalímaco, además de sus Ménón
dunameos ton onomatos orsotés ex autou ton onomatos erméneuo-
poségoriai etc., y sus Metonomasiai (en Suidas), sus Ednikai ono-
mene.
masiai, en Ateneo; Helánico, Ednón onomasiai, en Ateneo; Zenó-
Por lo que se refiere á este punto, la Filología griega y romana doto (á quien se le atribuyó también un tratado léxico —Glóssai—
ha tenido buen número de cultivadores. Entre los griegos, aunque general), Lexeis ednikai (Galen. Gloss. Hippocr.); y finalmente los
pueden distinguirse el grupo de lexicógrafos y de etirnologistas, varios trabajos de lexicografía técnica, ó sea de profesiones espe-
por cuanto se completan mutuamente reducírnoslos á un cuadro ge- ciales, como los de Sorano y de Galeno (en el Lexicón de Zanoras,
neral bajo la denominación de los primeros. Los lexicógrafos pue- y Etymol o gicon de Orion Tebano, respectivamente), Dioskuri-
den distinguirse en tres clases: 1.a la de los que trataron en gene- des etc., con los cuales pueden contarse los de Telefo de Pérgamo,
ral de lexicografía helénica antigua con relación al lenguaje usual; de Artemidoros, de Kriton, Heráclides, Zopirino, Erasístrato, Filó-
2. a la de los que se ocuparon de la lexicografía dialectal griega; timo etc. (Ateneo Deinosofistai). En Aristarco, así como en Focio,
3. a la de los que escribieron sobre lexicografía peculiar de u n a ó hállanse frecuentes alusiones á escritores de lexicografía general
más obras literarias de reconocida significación en la historia de la con el dictado de oi glóssografoi; lo cual sucede también con tra-
lengua. A la primera de estas clases pertenecen Simias de Rodes, tadistas especiales. (V. también en Bekker, Aned. gr.—Sunagogue
que escribió, según Suidas, Glóssai Biblia; Piletas de Cos, cuyas lexeón jresimón y Erméneia ton fónón etc.)
Glóssai recuerda el Etymologicum Magnum; Chares, cuyo Glóssón
exéguétikon menciona Sexto Empírico; Amerias el Macedonio con En la lexicografía dialectal hemos de mencionar: Aristocles,
sus Glóssai, á que alude el egipcio Ateneo en su Convite de los sa- P. dialektón, en el Etyrn. Magnum, y P. dialektón en Cramer,
bios (deipnosofistai); Nicandro de Colofón, citado por el mismo, así Anecd. gr.; Demetrio, P. dialektón, en el E. M.; Teodoro, P. dia-
como Glaucon, Timáquidas de Rodes y Klitarco (mencionado tam- lektón omoiótétos etc., en Suidas; Trifón, P. tés Ellénón dialextou,
bién en el Etymol. Magnuyn);Y\\oyieno Alejandrino, que entre otros en Suid.; Astiages, P. dialektón, en Suid.; Corinto, P. dialektón, en
trabajos l é x i c o s , escribió Peri glóssón; Crisipo, P. lexeón, en Suid.; Dionisio lambo, P. dialektón, en Ateneo; Filoxeno, sobre to-
d a d en cuestiones etimológicas, y h a c i e n d o q u e los g r a m á t i c o s n e m , i n m u t a t i o n e m , adnexionem) señala como medios de co-
se a t u v i e s e n al modo de ser escrita l a p a l a b r a p a r a colegir su rrección la historia de la p a l a b r a , la a n a l o g í a con otras f o r m a s
o r i g e n . Scauro, e n t r e otros, refiriéndose á la a c c i ó n de la p a r t e y la e t i m o l o g í a , á la cual se reducen n e c e s a r i a m e n t e asi la
etimológica sobre la o r t o g r a f í a , d e s p u é s de n o t a r c u a t r o ma- analogía como la historia en m a t e r i a s léxicas. «Recorrigitur
n e r a s d e a l t e r a r s e l a o r t o g r a f í a (per a d i e c t i o n e m , detractio- vero regulis tribus, historia, o r i g i n a t i o n e , q u a m G r a e c i érv^o-

dos los dialectos, en Suid.; Apolonio Díscolo, P. onomatón kai dia- mericarum"); Lexikon Omérikon de Apolonio Sofista; P. lexeón
lektón, Dialeklón doridos iados, diolidos, atsidos, en Suíd.; Aris- Omerikón kata stoijeion de Apolonio de Archebulo; P. tés litados
tófanes, Attikai lexeis, en Ateneo; Orates, Attike dialektos, en Ate- kai Oduseias asuntaklón onomatón Biblia de Aristónico; P. tón
neo; Diodor Valerio, Attiké lexis, en Suid.; Nicandro de Tyatira, par' Oméró polla sémainousón lexeón de Longino; P. tón parale-
Atlika onomata, en Ateneo, y Attiké dialektos, en el Lexicon de leimmenón tó poiété onomatón de Porfirio; P. tón Oméró dialek-
Harpocración; Epiterses, Attikai lexeis, en el Thesaurus de Stepha- tón etc. de Trifón; P. Omérikés lexeós de Basilides; Lexikon tés
no;Pausanias, Attilcailexeis, en el Lexicon de Focio; y también Atti- Iliados (autor ignorado, v. Etym. M.); Lexeis Antimajou kai Era-
kón onomatón sunagógué (Escol. de Tucídides); D e m e t r . Ixión, kleónos de Longino. P a r a los trágicos en general, Ta omoiós eiré-
Attikai glossai (Escol. de Aristófanes); Pánfilo, Attikai lexeis, en mena tois tragikois de Ptolomeo —Suid.—; para los cómicos, Suna-
Ateneo; Filemón Ateniense, Attikai lexeis, en Ateneo; Dionisio de gógué tés kómikés léxeós de Palamedes, —Etym. M.—; para unos y
Halicarnaso, Attika onomata, e n Focio; Dionisio d e Alejandro otros, Teón y Didimo(v. Hesych. ad Eulogium Epistida); añádanse
(hijo del anterior), O attikistés, en Suid.; Ireneo, O Attikistés, en los libros P. Alóssón de Pánfilo, —Suid.—; Lexeis pantodapai de
el E. M.; Ister, Sunagógué tón Atzidón; Orión, Sunagógué attikón Diogeniano (según Hesiquio, para Homero, trágicos, cómicos y ora-
lexeón, en Suidas; Casio Longino, Attikón lexeón ekdoseis etc., en toria). En cuanto á lexicografía de la prosa: Kaekilio, Kata stoijeion
Suid.; V . Polión, Sunagógué attikón lexeón etc.—Suid.; Doroteo apodexeis etc. —Suid.—; Eudemo, Kata stoijeion peri lexeón etc.
Ascalonio, Lexeós sunagógué, en Ateneo y en Focio; Mnaseas de —Suid.—; Heladio, Lexikon kata stoijeion, —Focio—; Zósimo Asca-
Beirut, P. attikón onomatou, en Suid.; Teodoro, Attikai glossai, en lonio, Lexis retoriké kata stoijeion, —Suid.—; Juliano, Lexikon tón
Ateneo; Luperco de Beirut, Attikai lexeis; Moeris, Lexeis Attikótr para tois deka rétorsi lexeón etc., como Filostrato y Diodoro, —Fo-
kai Ellenón etc.; Frínico, Eklogué attikón rématón, idéntica al Atti- cio—; los de Harpocracio, Filemón y el mismo Focio, así como los
kistés mencionado por Suidas, del cual s e conservan fragmentos; muchos é importantes á que dieron lugar los escritos de Hipócrates, y
Teódulo (Tomás Magister), Atsidos dialekton Eklogai; M. Moscó- además las Lexeis rétorikai de autores desconocidos que llegaron
pulos, Onomaton attikón Sulogué, el autor del Antiatikistés (sobre á nosotros, ó que aparecen mencionadas por los escritores grie-
él v. Fabricio, Bibl. gr.); Ireneo, P. tés Alexandreón dialekton etc. gos. Para los filósofos etc.: Timeo, P. tón para Platóni lexeón etc.
—Suid.; D. Ixión, P. tés Alexandreón dialekton, —Aten.—; Artemi- —Focio—; Harpocración, Lexeis Pialónos, —Suid—; Boeto, lexeón
doro, P. Dóridos, —Aten.—; Trifón, P. les Ellenón dialekton etc. platonikón Sunagógué; Hermesianax, p. tés Demokritou lexeós,
—Suid.—; Aristófanes, Glossai Lakónikai, —Aten, y Hesiq.—; Filo- —Steph.—; Apolonio, Glóssai Erodotou, —Etym. M.—; Partenio,
xeno, P. tés Lakónou dialekton, P. tés Surakousión dialekton P. tés P. Atentón para tois istorikois lexeón dsétoumenón.
Yados dialek. —Suid.—; Hermonax, Krétikai glossai, —Aten.— A Como complemento de estos datos lexicográficos, y por cuanto
los dichos pueden juntarse los trabajos siguientes: Glossai Italikai son á un tiempo fuentes p a r a el conocimiento de muchas de las
de Diodoro, —Aten.—; P. tés tón Romaión dialekton de Filoxeno, obras mencionadas que no existen, y resumen del material léxico de
—Etym. M.—; P. tés Rómaik. dialekton, oti estin ex tés Ellenikés, de las anteriores, ponemos aquí las indicaciones particulares de las
Tiranión, —Suid.—; P. tés Romaikés dialekton de Apión, Aten. • principales obras bizantinas de esta clase, las cuales hemos ya cita-
y Fruguiai fonai de Neoptolemos. do como lugares de referencia.
La tercera clase de lexicografía, ó sea la que tiene por objeto Etymologicum Magnum, op. Fr. Sylburgi ed. nov. (Lips. 1816).
el lenguaje de las obras literarias, e s t a n amplia como la de los Etym. M. rec. Th. Gaisford (Oxf. 1848). De E. M. fontibus, C. Car-
escoliastas y críticos de l a literatura g r i e g a , con c u y o s trabajos nnuth (Berl. 1874). Elymologicum gr. ling. Gudianum, ed. Sturz
comienza aquélla, si bien no siempre de un modo sistemático. Refi- (Lips. 1818). Orionis Thebani Etymologicon, ed. Sturz (Lips. 1820).
riéndonos á los trabajos léxicos de sistema, r e c o r d a r e m o s los prin- Hesychii Alex. Lexicón cum notis doct. virorum etc., ed. Joh. Al-
cipales: Glossai Omerikai kata stoijeion de Apión (en el Etymolo- berti (Leiden 1746-66). Hesychii Lexicón etc. —suplementa ad ed.
gicon Gudianum se encuentran "Excerpta Apionis Glossarum Ho- Hesychii Albertinam— auctore N. S c h o w . (Lips. 1792). Hesychii
Xoyíav a p e l l a n t , p r o p o r t i o n e , q u a e g r a e c e ¿vaXoyía dicitur.» contendas.» L a influencia e n sentido opuesto de la p a r t e orto-
Esto mismo i n d i c a Casiodoro al escribir: «Minutus labor sylla- g r á f i c a sobre la etimológica a p a r e c e reconocida en toda la an-
bis litterisque t r a c t a n d i s , modo e x n o m i n u m d e r i v a t i o n e f a c - t i g ü e d a d desde V a r r ó n h a s t a S. Isidoro. « N a r r a r e , decía Papi-
tus... modo e x e u p h o n i a e consonantia, modo ex g r a e c a r u m lit- r i a n o , p e r u n u m R s c r i b i t u r , u t V a r r o n i placet; secutus est
t e r a r u m similitudine, p r o b a n s quid scribere debeas, quid v i t a r e e n i m e t y m o l o g i a m nominis e j u s , q u a g n a r u s dicitur qui scit et

Alex. Lex. rec. M. Schmidt (Jena 1858-68); —sobre el mismo, los tra- arriba citado como gramático, más no al antiguo historiador roma-
bajos antes cit. de Pearson y Ranke, además de la Filol, de G. Wolff no. De otro trabajo léxico De verbis priscis hablan los escritores la-
y el suplem. de la de Ders.— Suidae Lexicón corr. L. Kusterus (Cam- tinos, que Macrobio atribuye en varios lugares á Cincio, á quien alu-
bridge 1705). 5 . Lex. post L. Kusterum r e c . Th. Gaisford (Ox- de Aulo Gelio —VI—, y otros posteriores, entre ellos Festo. Que el
ford 1834). 5. Lex. graec. et lat. rec. G. Bernhardy (Halle 1834-53). trabajo no es de L. Cincio Alimento, como se ha creído y afirma
S. Lex. ex recogn. I. Bekkeri (Berl. 1854).—Sobre Suidas, v. Wolk- Lersch, sino de otro escritor del mismo nombre del tiempo de Cice-
mann, De Suidae biogr. quaest. selectae; Ders, De S. biogr. quaest. rón, está hoy fuera de duda, así como también que no le correspon-
alt. Sytnb. philol., y las De S. b. quaest novae del mismo; Rose, Sui- den al citado autor los escritos de fastis, de comitiis etc., que corren
das lateinisch Hermes; Wachsmuth, De fontibus ex qtiibus Sui- con su nombre. L. Cincio Alimento escribió en griego su Anales.
das etc., Symbol, philol. —Jid. Pollucis Onomasticum gr. et lat., Con el mismo criterio romanista escribió sobre el origen de las pa-
ed. I. H. Lederlinus et T. Hemsterhusius (Amsterd. 1706)—. I. Poli. labras, De origine verborum, Elio Stilón, á cuyas etimologías alude
Onomasticon cum annot. cur. J. Dindorf (Leipz. 1824), Poli. Ottom. Aulo Gelio, entre otros, y en especial Varrón, quien corrige muchas
rec. I. Bekker (Berlin 1846).—Sobre el mismo, v. Wieseler, Comment. de sus derivaciones latinas, tratando de mostrar que son de origen
de difficüíoríbus quibusdam Pollucis etc.; A l t h a u s , Quaest. de griego. En Las nueve Musas de Aurelio Opilio (á cuyas etimologías
J. Poli, fontibus specimen; Stonjentin, De I. Poli, inpubl. Athen. se refieren también Varrón y Gelio); en los dos volúmenes De lati-
antiquit. enarrandis auctoritate.—Photii Lexicón, e d . Porson no sermone de A. Gnifón, y en los treinta de Commentarii gramm.
(Lips. 1823). Zanorae Lexicón, ed. Tittman (Lips. 1808). Harpocra- de Nigidio Fígulo, y demás t r a b a j o s filológicos de éste, cuyas deri-
tión et Moeris, ex recens. I. Bekkeri (Berl. 1833). Cyrilli, Phüoxeni vaciones etimológicas mencionan Gelio, Macrobio etc., vino á con-
alionan veterum Glosaría, ed. Labbaeus (París 1679). solidarse la dirección romanista en la explicación de las voces lati-
Por lo que hace á la Filología romana, rica en gramáticos, es- nas. Con ellos deben contarse á Curiacio, del cual como glosógrafo,
coliastas y lexicógrafos, no ofrece, sin embargo en esto último la quedan sólo fragmentos en Festo que lo menciona; Ateio Filólogo^
variedad helénica, debido en buena parte al carácter mismo de su "ocrem, dice Festo, antiqui ut Ateius Philologus in libro glossema-
literatura, singularmente de la científica, derivación de la griega, y torum refert, montem confragosum etc.;" Publio Lavinio, que escri-
á la no existencia de dialectos literarios que obligasen á multiplicar bió un libro "non incuríose factus, dice Gelio, inscriptus: De verbis
la labor léxica y expositiva. En cambio, presenta la lexicografía ro- sordidisCornificio (mencionado por sus etimologías d e s d e Va-
mana en orden á la etimología, caracteres más varios y tendencias rrón, Gelio y Macrobio hasta Prisciano y Festo), el cual escribió De
mejor definidas. Tres escuelas léxicas y etimológicas pueden distin- etymis con algunas derivaciones g r i e g a s (y el título "etymis" es grie-
guir en la glotología romana: la escuela de los romanistas, que ha- go también), pero con tendencias claramente latinistas en el con-
ce los estudios léxicos con carácter etimológico latino; la escuela junto; y omitiendo algunos otros, G. C. Basso, quien compuso, entre
de los helenistas, que inquiere la formación de las palabras latinas otras, su obra De Significatione verborum, como dice Macrobio, ó
en raíces griegas; y la escuela mixta, que mantiene un criterio me- De origene vocabulorum, según escribe Gelio, que probablemente
dio entre ambos extremos. no expresan obras diversas.
La primera de estas escuelas puede decirse tiene sus comienzos La escuela helenista en la etimología romana fué representada
en M. Porcio Catón, quien, aunque no sea contra lo que se ha dicho, por glotólogos distinguidos. Entre ellos (y sin hablar de Diodoro de
autor de trabajos lexicográficos, por su significación en las letras Aristófanes, con sus Glossai Italikai, de Filoxeno y de Apión, que
romanas y la marcada oposición á la aristocracia helenizante de arriba hemos mencionado, y escribieron en griego acerca del latín,
que dejamos hecho mérito, influyó en la dirección de la lingüística con tendencias helénicas) cuéntanse: Tiranión, con su obra ya indi-
romana y su norma romanista. El libro De verborum differentiis cada P. tés Rómaikés dialectou etc., encaminada, como dice su tí-
que algunos le han atribuido (y aun se ha citado sin razón á S. Isido- tulo, á probar la filiación griega del latín; Dídimo, P. tés para Ro-
ro en favor de ello), puede haber correspondido á Valerio Catón tnaiois analoguías, donde, como declara Prisciano, se propuso de-
accipit... «Exsul cum a d d i t o S s c r i b e n d u m , q u o d a solo ver-
tit...» Exsilium q u o q u e cum S scribi debet; e x solo enim ire
est e x s u l a r e . . . E x t o r r e m v e r o sine S; ex t e r r a e n i m eiectum sig-
nificai », enseña Ceselio V i n d e x , y á este tenor los demás g r a -
máticos.

La fase glotológica semítica.

VII

Los estudios filológicos semíticos en sus relaciones con las teorías


filológicas europeas. La escuela holandesa. Líneas generales de
la filología arábiga y principales gramáticos árabes. Id. de la
filología hebraica y sus cultivadores más significados en las di-
versas épocas. Edad de los estudios gramaticales en la familia
semítica. La Filología siriaca, sus comienzos y desarrollo. Bar-
Hebraeus. La cultura gramatical siriaca desde el siglo XVI hasta
el XIX. Orígenes de la cultura general y filológico-arábiga. Fuen-
tes persas y sirias. El conocimiento del sánscrito entre los ára-
bes, y fuentes indias. Los Omniadas y los Abasidas. El período
religioso de la Filología arábiga. El Korán. El dialecto Koreysh.
Las reformas gramaticales de Zeyd en el Koreysh. El primer es-
tudio lexicológico arábigo. La escuela de Bassora y la de Kufa.
mostrar que "in omni parte orationis et constructionis analogiam Harum-al-Raschld y las controversias del Korán. El período tra-
graecorum secutos esse romanos;" Santra, autor, entre otros traba- dicional de la glotología árabe. El período científico. Represen-
jos, del De verborum antiquitate, que le hizo figurar entre los gra- tantes de la lingüística arábiga en dicho período. La influencia
del período científico arábigo en Europa. Las traducciones Aris-
máticos m á s distinguidos, y c u y a s etimologías griegas q u e con totélicas. Los árabes y la lengua griega. Los escritores latinos
otros nos recuerda Festo, le traen á figurar en la lexicografía lati- de la Edad Media y la lengua griega. Los árabes y los escritores
na de la escuela helénica; Hipisícrates, el cual, según testimonio de latinos. El Aristóteles latino; el Aristóteles arábigo; el Aristóte-
les griego para latinos y árabes. Alberto Magno, Sto. Tomás de
Gelio, escribió "Super his quae a Graecis acepta sunt;" y finalmente, Aquino, Duns Escoto en orden á la lengua griega y á las versio-
Cloacio V e r o , quien en su tratado de palabras de origen griego nes árabes. Decadencia general y filológica muslímica. Sibawai.
—verborum a Graecis tractorum— abusa visiblemente de la etimo- Movimiento exegético y lexicográfico de la decadencia. Otros
gramáticos árabes. Origen de la gramática entre los árabes. Orí-
logía griega tanto como el más exagerado de los que se encerraron genes de la poesía arábiga, su carácter y cuál fuese su influencia
en el latín para hallar el principio de todo su vocabulario. en las letras españolas. Orígenes hebraicos y lengua primitiva
de los hebreos. Fenicios, asirios y hebreos. El asirio-babilónico y
La escuela media de los etimologistas latinos que trató en prin- el hebreo. La escritura y la lengua asirías. Poliglothia de las cu-
cipio de evitar los extremos de las dos escuelas antes indicadas, aun- neiformes, sus afinidades etc. Las inscripciones de los Aqueméni-
des. Representación del asirio en el semitismo, y relaciones asirio-
que en la práctica no alcanzase su realización completa, fué iniciada aramaicas. El problema de la segunda lengua de las inscripciones
de una manera normal por M. Terencio Varrón, cuyo criterio mode- Aqueménides. La cuestión "sumeriana." La Literatura asiría.
rado en la cuestión de analogía y anomalía hemos tenido ocasión Silabarios asirios y demás trabajos de índole filológica. Puntos
capitales sobre la formación, dialectos y evolución de la lengua
de observar. A Varrón siguieron otros muchos gramáticos posterio- hebraica. Causas de la decadencia del hebreo literario, y si es
res, admitiendo sin exclusivismos ora etimologías latinas, ora grie- cierto que fuese debido á la importación del lenguaje exótico de
g a s en el lenguaje romano, según su entender y las reglas usuales la captividad babilónica. Período arcaico, clásico y de la deca-
dencia en la lengua hebrea. Períodos filológicos hebraicos, y va-
de derivación. Así lo hizo Verrio Flaco en sus diversos escritos y rias divisiones. Escritura de la historia y composición de los Tal-
sobre todo en la obra De significatione verborum, no de otra suerte mud. La Versión de los 70. Su origen, su causa, y su valor filoló-
que Festo, su compendiador, y P. Diácono, compilador de Festo- y gico absoluto, y relativo para los judíos. Los Targums. Targum
de Onkelos, de J. ben Uziel, el Pseudo-Jonatán. Targumin llama-
asi lo han efectuado Nonio Marcelo y S. Isidoro, no sin que entre to- do de los Agiógrafos. Otros Targums." El hebreo entre los cris-
dos estos tratadistas de etimologías dejen de advertirse oscilacio- tianos. Orígenes y S. Jerónimo, y representación filológica de sus
nes acentuadas ora al helenismo, ora al romanismo é irregularida- trabajos. Representación filológica de la Biblia y sus versiones.
La Versión de los 70 y las traducciones coptas, siriacas, persas,
des de procedimiento, debido esto último á los insuficientes criterios arábigas, etiópica, armena etc. Edición Vulgata, su formación y
de verdad etimológica que les guiaban.
accipit... «Exsul cum a d d i t o S s c r i b e n d u m , q u o d a solo ver-
tit...» Exsilium q u o q u e cum S scribi debet; e x solo enim ire
est e x s u l a r e . . . E x t o r r e m v e r o sine S; ex t e r r a e n i m eiectum sig-
nificai», enseña Ceselio V i n d e x , y á este tenor los demás g r a -
máticos.

La fase glotológica semítica.

VII

Los estudios filológicos semíticos en sus relaciones con las teorías


filológicas europeas. La escuela holandesa. Líneas generales de
la filología arábiga y principales gramáticos árabes. Id. de la
filología hebraica y sus cultivadores más significados en las di-
versas épocas. Edad de los estudios gramaticales en la familia
semítica. La Filología siriaca, sus comienzos y desarrollo. Bar-
Hebraeus. La cultura gramatical siriaca desde el siglo XVI hasta
el XIX. Orígenes de la cultura general y filológico-arábiga. Fuen-
tes persas y sirias. El conocimiento del sánscrito entre los ára-
bes, y fuentes indias. Los Omniadas y los Abasidas. El período
religioso de la Filología arábiga. El Korán. El dialecto Koreysh.
Las reformas gramaticales de Zeyd en el Koreysh. El primer es-
tudio lexicológico arábigo. La escuela de Bassora y la de Kufa.
mostrar que "in omni parte orationis et constructionis analogiam Harum-al-Raschíd y las controversias del Korán. El período tra-
graecorum secutos esse romanos;" Santra, autor, entre otros traba- dicional de la glotología árabe. El período científico. Represen-
jos, del De verborum antiquitate, que le hizo figurar entre los gra- tantes de la lingüística arábiga en dicho período. La influencia
del período científico arábigo en Europa. Las traducciones Aris-
máticos m á s distinguidos, y c u y a s etimologías griegas q u e con totélicas. Los árabes y la lengua griega. Los escritores latinos
otros nos recuerda Festo, le traen á figurar en la lexicografía lati- de la Edad Media y la lengua griega. Los árabes y los escritores
na de la escuela helénica; Hipisícrates, el cual, según testimonio de latinos. El Aristóteles latino; el Aristóteles arábigo; el Aristóte-
les griego para latinos y árabes. Alberto Magno, Sto. Tomás de
Geho, escribió "Super his quae a Graecis acepta sunt;" y finalmente, Aquino, Duns Escoto en orden á la lengua griega y á las versio-
Cloacio V e r o , quien en su tratado de palabras de origen griego nes árabes. Decadencia general y filológica muslímica. Sibawai.
—verborum a Graecis tractorum— abusa visiblemente de la etimo- Movimiento exegético y lexicográfico de la decadencia. Otros
gramáticos árabes. Origen de la gramática entre los árabes. Orí-
logía griega tanto como el más exagerado de los que se encerraron genes de la poesía arábiga, su carácter y cuál fuese su influencia
en el latín para hallar el principio de todo su vocabulario. en las letras españolas. Orígenes hebraicos y lengua primitiva
de los hebreos. Fenicios, asirios y hebreos. El asirio-babilónico y
La escuela media de los etimologistas latinos que trató en prin- el hebreo. La escritura y la lengua asirías. Poliglothia de las cu-
cipio de evitar los extremos de las dos escuelas antes indicadas, aun- neiformes, sus afinidades etc. Las inscripciones de los Aqueméni-
des. Representación del asirio en el semitismo, y relaciones asirio-
que en la práctica no alcanzase su realización completa, fué iniciada aramaicas. El problema de la segunda lengua de las inscripciones
de una manera normal por M. Terencio Varrón, cuyo criterio mode- Aqueménides. La cuestión "sumeriana." La Literatura asiría.
rado en la cuestión de analogía y anomalía hemos tenido ocasión Silabarios asirios y demás trabajos de índole filológica. Puntos
capitales sobre la formación, dialectos y evolución de la lengua
de observar. A Varrón siguieron otros muchos gramáticos posterio- hebraica. Causas de la decadencia del hebreo literario, y si es
res, admitiendo sin exclusivismos ora etimologías latinas, ora grie- cierto que fuese debido á la importación del lenguaje exótico de
g a s en el lenguaje romano, según su entender y las reglas usuales la captividad babilónica. Período arcaico, clásico y de la deca-
dencia en la lengua hebrea. Períodos filológicos hebraicos, y va-
de derivación. Así lo hizo Verrio Flaco en sus diversos escritos y rias divisiones. Escritura de la historia y composición de los Tal-
sobre todo en la obra De significatione verborum, no de otra suerte mud. La Versión de los 70. Su origen, su causa, y su valor filoló-
que Festo, su compendiador, y P. Diácono, compilador de Festo- y gico absoluto, y relativo para los judíos. Los Targums. Targum
de Onkelos, de J. ben Uziel, el Pseudo-Jonatán. Targumin llama-
asi lo han efectuado Nonio Marcelo y S. Isidoro, no sin que entre to- do de los Agiógrafos. Otros Targums." El hebreo entre los cris-
dos estos tratadistas de etimologías dejen de advertirse oscilacio- tianos. Orígenes y S. Jerónimo, y representación filológica de sus
nes acentuadas ora al helenismo, ora al romanismo é irregularida- trabajos. Representación filológica de la Biblia y sus versiones.
La Versión de los 70 y las traducciones coptas, siriacas, persas,
des de procedimiento, debido esto último á los insuficientes criterios arábigas, etiópica, armena etc. Edición Vulgata, su formación y
de verdad etimológica que les guiaban.
valor filológico. Escuelas del Masoretismo. La escritura semítica gularmente hacia el hebreo, las lenguas europeas,
y su significación filológica. El tipo arcaico y el tipo sidonio de
la escritura. Divisiones de ambos, y fases por donde ha pasado el dióle singular importancia, sobre todo cuando des-
hebreo escrito. Sistemas filológicos de interpretación hebrea.
Crítica del de Neuman, del de Forster, de Avenario etc. Origen pués del renacimiento se convirtió en problema fun-
de la vocalización hebraica, y opiniones sobre ella. Evolución del
sistema vocal hebreo. Vocalización supletoria antigua así he- damental filológico la cuestión de la lengua primitiva,
braica como siriaca. El sistema masclefiano ó de lectura sin pun- se asintió comunmente á la tradición judaica de la pri-
tos vocales, y sus seguidores. La Masora y su definición según
Buxtorf. División de la Masora y su exposición. La Cábala, sus macía del hebreo, y con diligencia digna de mejor
divisiones y uso. Valor filológico de la Masora. Otros gramáticos
y lexicógrafos hebreos anteriores al siglo XVI. Maimónides. Enu- causa tratóse de hallar analogías con idiomas extra-
meración de gramáticos españolés. Nueva fase de las letras he-
braicas en el siglo XVI. El renacimiento en orden al hebraísmo. ños al semitismo que confirmasen ser el h e b r e o la
Reuclin. Los hebraístas del siglo XVII. Sistema comparado se- lengua madre de donde por filiación indisputable de-
mítico del siglo XVIII. Procedimientos etimológicos de Bohlio,
Gusset, Loescher etc. Lexicografía hebreo-cristiana y rabínica. bieran proceder todas las demás. Procedimiento este
La escuela holandesa y la escuela de Halle. Ultimas manifesta-
ciones sistemáticas del hebraísmo.—La poesía hebraica y su mé- que formó c a r á c t e r en toda una época de glotología
trica.—Criterio helenizante de los hebraístas antiguos hablando
de la métrica hebrea. Sus resultados. La métrica siriaca y la he- europea, y que con las atenuaciones que exigían los
braica. Caracteres de la poética hebrea. La rima entre los he-
breos y en el clasicismo griego y latino. La preceptiva arábiga tiempos y de una m a n e r a más científica fué renovada
en la poesía hebreo-rabínica. en principio por la escuela holandesa de Hemster-
huys, V a l c k e n a e r , Lennep, e t c . , la cual pretendía
L a fase filológico-glotológica s e m í t i c a viene á aplicar sistemáticamente á las raíces griegas los prin-
sustituir á la europea cuando ésta, y a obscura y es- cipios semíticos de raíces bilíteras, trilíteras y cuadri-
tacionada, estaba lejos de sostener con honor el nom- líteras, cuando la aparición del método comparativo
bre de sus antiguos preclaros cultivadores; y si bien científico ó de la Filología c o m p a r a d a vino á destruir
el semitismo no fué más feliz en sus procedimientos, sus teorías y derribar por completo sus fantásticas
ni más fecundo en conclusiones directamente utiliza- creaciones, de l a s cuales quedan no obstante vesti-
bles en la Filología comparada que lo había sido el gios en los p r i m e r o s cultivadores de la G r a m á t i c a
método greco-romano, el c a r á c t e r peculiar de las len- comparada, como habremos de ver.
guas semíticas, la estructura morfológica y léxica de Siros, judíos y árabes a p a r e c e n cultivando los es-
sus palabras, la n a t u r a l e z a de sus raíces y la misma tudios léxicos, gramaticales y literarios con grande
uniformidad general del tipo de familia lingüística, actividad, ofreciéndonos sus respectivas literaturas,
mucho más visible en ellas que en el tronco ario, fue- en especial las de árabes y judíos, períodos y a cientí-
ron p a r t e p a r a que dentro de aquel grupo glotológico ficos, y a históricos, y a filológico-críticos de grande
se llegase á conclusiones de cuantía y se vislumbra- brillantez, la cual hubo de redundar de m a n e r a muy
sen otras que más tarde hubieron de establecerse só- significada en el análisis más completo y perfección
lidamente. Pero si esto hizo adquiriese preponderan- sucesiva de sus respectivos idiomas y del sistema gra-
cia la glotología semítica, á lo cual coadyuvó no poco matical correspondiente.
el movimiento general filológico y literario promovi- Los árabes estimulados por sus kalifas y reglamen-
do por los diligentísimos cultivadores de dichos estu- tados en sus dar al hilcmat (casa de ciencia ó Univer-
dios, el empeño que se h a puesto en hacer converger sidad) no sólo llevan adelante t r a b a j o s enciclopédicos
hacia la familia lingüística á que nos referimos, sin- como los de Al-Kindi, Ibn Sind ó de Gazzali, el filóso-

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fo musulmán que con la Regeneración científica inmor-
talizó su nombre; obras poéticas como las de Mahom- de Tiberiades, Sora, Nahardea y Pumbenditha con
med Kasen—Hariri—el maestro de la e l o c u e n c i a sus exposiciones exegéticas, hasta la formación de
superior al Korán en su prosa r i m a d a , las del poeta ambos Talmud (1).
español Ibn K h a k a m , y las del romancero también El período masorético es bastante más importante
español Antari; no sólo producen historiadores y po- p a r a la Filología que el período talmúdico. L a Masora
lígrafos como Kahllikan, Makrizi, Kehristani é Ibn (del caldeo masar, trasmitir), cuyos comienzos se en-
Khaldum, el historiador de las dinastías a f r i c a n a s y cuentran al terminar el período anterior, representa
autor d e l notable ensayo crítico Prolegómenos, sino un nuevo movimiento literario, con el cual se amplían
que también a p a r e c e n como gramáticos dignos de las antiguas exposiciones, se halla el sistema de pun-
consideración y estudio. tuación que debe perpetuar la tradición y se esta-
blecen principios gramaticales que m á s t a r d e son
Abul-Aswad f u n d a la Academia de Basora, y
expuestos y aplicados (2). Es un error creer que el
Abul Hasan da principio á la de K u f a , a m b a s con
tendencias crítico-gramaticales, cultivando especial-
mente la exégesis del Korán. Abu al Khalil estable- (1) Desde Antígono Sokos las exposiciones mischnicas hechas
por los Doctores, que en frase caldea llaman los judíos Tanhain
ce las leyes de la métrica á r a b e y regulariza la pro- (thtiá, trasmitir en cald.), fueron creciendo paulatinamente hasta
sodia; Sibawaihi escribe su G r a m á t i c a analítica, que que J. Ackedosch (santo), temiendo una total dispersión de los ju-
sirvió de modelo á todas las posteriores; El Hariri díos, las compiló en el Mishtia (repetición, de chnd, repetir, repro-
ducir). Como complemento al Mishiia aparecieron los dos Ghemara
h a c e también ensayos gramaticales; Iba Sumail fun- (así llamados de la voz caldaica gtndr, acabar, continuar); uno de
da la escuela de Khorasan de donde salen los princi- los rabinos palestinenses, y otro posterior, de los de Babilonia. De
pales etimologistas muslímicos; Al-Ansari cultiva ad- ahí los dos Talmud que no son otra cosa que el Mishna con su res-
pectivo Ghemara. Literariamente considerados es preferible el
mirablemente las formas dialectales, como Sidjistani Talmud de Babilonia al de Jerusalén, que contiene muchos arameis-
la p a r t e lexicográfica, y así llevan sus estudios filoló- mos.y giros violentos; en punto á doctrina son uno y otro una mis-
gicos á un estado de perfección notable, que en ver- celánea de asuntos religiosos y jurídicos, con todo género de digre-
siones, y sin trabazón científica. La Teología judaica debe buscarse
dad no han sabido sostener mucho tiempo. más bien entre los tradicioneros de la Kábala (en caldeo, tradición)
Más que los estudios lingüísticos de los árabes se que no en el Talmud.
h a significado en Europa, y en España principalmen- (2) No vamos á discutir aquí los fundamentos de las encontradas
escuelas sobre la vocalización hebraica; pero habremos de advertir
te, la Filología h e b r e a , y a por la mayor importancia
que tanto los partidarios de la puntuación primitiva y simultánea,
de su literatura, cultivada á porfía por judíos y cris- entre los cuales hay que contar á nuestro García Blanco, como los
tianos, y a por el c a r á c t e r más definido y científico de del extremo opuesto, ó sea los de la escuela masclefiana, cuya última
las investigaciones de éstos. expresión es la Gramm. hebraique de Verdier; así los que se remon-
tan á los tiempos esdrinos como los que vienen con Gelatino hasta la
El período talmúdico representa en lengua hebrea Edad Media para explicar el origen de dicha vocalización, no han
lo que el período religioso en el árabe; no existen gra- conseguido, á pesar de la erudición que algunos de ellos demuestran,
presentar un argumento que resista una crítica seria é imparcial.
máticas ni diccionarios p a r a la exposición bíblica; el Lea quien guste de ello el libro I, cap. 8.° del Arcanum veritatis de
rabinismo es el encargado de la interpretación «segúu Gelatin, el tomo 3.°, cap. III del Diqduq de García Blanco, los libros
los principios recibidos», que completan las escuelas de L. Capel, de Masclef, ó el prefacio y Gramática de Verdier; y
aun mejor el prefacio al tomo 4.° de la Gramática del docto Guarin ó
período masorético sólo está caracterizado por el sis- Difícil es creer que en las escuelas de Tiberiades
tema de puntuación, que h a sido trabajo impersonal y Babilonia no h a y a existido gramático ni lexicógra-
lento y sucesivo. Al período masorético le c a r a c t e r i z a fo alguno dado el singular cultivo de las letras y su
especialmente su sistema de interpretación universal celo por los sagrados libros, pero es un hecho que pa-
bíblica en todos conceptos; la pequeña y la grande r a la historia, los estudios gramaticales hebraicos co-
masora a b a r c a cuanto es susceptible de interpreta- mienzan al decaer las escuelas judaicas de Oriente.
ción y exposición en los libros sagrados de los hebreos, En el siglo IX y X a p a r e c e n c o m o representantes
y estos estudios p r e p a r a r o n principalmente los ade- conspicuos y entendidos de la filología hebrea, Saadía
lantos del período gramatical. Gaon, el tortosino Menahhen ben Saruq, su contem-
poráneo Donasch ben L a b r a t y Judá ben David. A
el trabajo de Schenedermann, Die Controverse des L. Capp. mit
Saadía, el afamado jefe de la Academia de Sora, se
dem Biistorf, über das Alter. der hebraischen Punctation (Leip- deben los primeros ensayos gramaticales. En su Can-
zig, 1879), y podrá juzgar por sí mismo el valor de las razones que to rítmico (en que consigna cuántas veces se halla en
unos ú otros invocan.
Común sentir es hoy y doctrina admitida sin discusión la que
la Biblia cada una de las letras) y especialmente en
Elias Levita sostuvo vigorosamente en el siglo XVI en su obra Mas- su Libro de compilación, que Aben-Ezra alaba en sus
soreth hammassoreth, que la puntuación hebrea es obra del maso- Balanzas como la primera Gramática que se conocía
retismo. Puede verse la exposición y razonamiento de este punto en
cualquiera de las varias historias de la lengua hebrea (la de Preisch- en su tiempo, a p a r e c e S. Gaon como conocedor pro-
werk por ejemplo en la introducción á su Gramm. hebraique, que fundo de la lengua hebrea. Menahhen ben Saruq com-
t r a e también Braun en su Gramática).
puso su Libro de raices, discutido vivamente por su
Pero lo que conviene hacer notar aquí es que este capítulo De
émulo Donasch ben L a b r a t , quien compuso p a r a su
punctatione es, filológicamente considerado, harto secundario, con-
tra lo que algunos creen. La condición silábica del alfabeto semítico impugnación las Respuestas de Donasch, á su vez con-
hace que sea completamente extrínseca á él la vocalización masoré- testadas por Menahhen. L a obra de Menahhen ben
tica, y aun en el antiguo procedimiento de las matres lectionis, es
Saruq es considerada como un trabajo gramatical y
poco regular la aparición de las semivocales. El hebreo ocupa en
cuanto á esto un término medio, si bien en el Pentateuco es muy fre- lexicográfico á la vez de primer orden, y á él se le
cuente la scriptio semiplena; los extremos están representados aquí debe la primera clasificación científica de las raíces
por el fenicio que siendo rigurosamente silábico, prescinde de di-
hebreas (1). L a controversia iniciada entre Saruq y
chas semivocales, y por el etiópico que conservándose también silá-
bico, las lleva constantemente.
Notemos, para terminar, que la vocalización hebraica es poste-
rior á la siriaca, seguida luego de la arábiga; que dicha vocalización (1) Intitúlase el libro de Menahhen ben Saruq en hebreo Sepher
limitada probablemente á los manuscritos de uso privado, llegó á Hascherackin; el de Donasch Thechuboth Donasch Mehadiqduq
prevalecer cuando faltaron las escuelas de Babilonia (s. 9-10) y cuan- R. Menahhen ben Saruq (Correcciones ó respuestas de Donasch á la
do la expulsión de los judíos de Oriente por los árabes, la hizo nece- Gramática de R. Menahh. ben Saruq); y la réplica de Saruq: The-
saria; que el sistema de vocalización seguido por los judíos de Asiría chuboth R. Menahhen b. Saruq Le Donasch. Estas obras se conser-
era diverso del de los judíos palestinenses, en el número, valor y van manuscritas en la Biblioteca del Vaticano; de ellas el libro de
posición de los signos, como el de los judíos africanos, que no con- Saruq fué impreso por vez primera en Londres (1855). Wolf y Bar-
viene tampoco con el ordinario. El códice babilónico de S. Peters- telocci han confundido al Rabino Saruq con otro judío del mismo
burgo (año 916), ofrece en las vocales formas singulares, y todas nombre que vivió cuatro siglos después, como nota García Blanco,
ellas exceptuando el jirek katón, están, no debajo, sino encima de y antes de él lo advierte R. de Castro en su Biblioteca, y primero
las letras (Strach, Codex babylon. Petropolitantis). que ambos lo probó Assemani.

-r- r
L a b r a t , fué continuada por los discípulos de uno y
dios lexicológicos en esta l e n g u a . L a s dos p a r t e s de
otro, y contribuyó no poco á fijar bien el concepto de
que consta la obra de ben G a n a h h , de r a í c e s la pri-
las raíces y varios puntos de f o n é t i c a , como lo de-
m e r a , y la s e g u n d a g r a m a t i c a l , constituyen e n el
m u e s t r a n los Tres libros de Análisis, que escribió en
fondo y en la f o r m a l a b a s e del célebre Milclol de
á r a b e por entonces el español J u d á ben D a v i d , y que
D. Quimjhi, con sola la inversión de t r a t a d o s en el li-
es y a un t r a t a d o g r a m a t i c a l m u y r e c o m e n d a b l e .
bro de éste, que se ocupa p r i m e r a m e n t e de la p a r t e
E n el siglo X I y X I I los progresos d e lingüística
g r a m a t i c a l y luego de la p a r t e léxica, y la diferencia
h e b r a i c a a c e n t u á r o n s e n o t a b l e m e n t e . J u d á Chaiuch,
de lengua, pues el Milclol está escrito en dialecto rabí-
l l a m a d o por l o s suyos «príncipe de los g r a m á t i c o s » '
nico (1). A la familia de los Quimjhies (padre é hijos,
compuso un t r a t a d o g r a m a t i c a l (Diqduq) que según
José, Moisés y David) le es debido lugar p r e f e r e n t e
todas las probabilidades sirvió de modelo, no sólo al
e n t r e los filólogos hebreos, si bien sus t r a b a j o s se re-
judío f r a n c é s Y a r h j i p a r a la composición de sus tra-
sienten y a y d e j a n e n t r e v e r la próxima d e c a d e n c i a
bajos lingüísticos, t a n apreciados de los hebreos, sino
del hebraísmo. L a G r a m á t i c a de Moisés Quimjhi se
también á Salomón ben Gebirol, á J . ben G a n a h h á
a p r o x i m a un tanto en método á las que h a n venido
A b e n - E z r a y á los Quimjies, G r a m á t i c o s todos espa-
después del renacimiento (2), y e l Milclol de David
ñoles y los más notables entre los antiguos, de quie-
Quimjhi h a sido libro clásico e n t r e los rabinos de su
nes tomaron doctrina y aún método los m á s célebres
tiempo, m a n e j a d o también por los escritores cristia-
t r a t a d i s t a s posteriores (1). L a G r a m á t i c a de Salomón
nos (3). Aben-Ezra, llamado el sabio (hhakam) es uno
ben Gebirol escrita en versos acrósticos monorrimos,
de los principales r e p r e s e n t a n t e s del s a b e r hebraico
y que él intitula Composición meditada (lógica) plan-
y m u y p a r t i c u l a r m e n t e del s a b e r filológico en el si-
teada en cuatrocientas estrofas (2), m e r e c i ó que Aben-
glo XII; á él se le deben estudios concretos de p a r t e s
E z r a la calificase de «obra m a e s t r a » , como en v e r d a d
g r a m a t i c a l e s m u y acertados; él estableció la exégesis
m e r e c e ser l l a m a d a . Jonás ben G a n a h h , á quien el
g r a m a t i c a l , sentó r e g l a s p a r a el estilo y educación
citado Aben-Ezra llama «artífice sapientísimo de la
del gusto literario, hizo un resumen de los g r a m á t i -
lengua», es considerado por P a k o c k y Quimjhi como
«principe de los gramáticos»; es el v e r d a d e r o f u n d a -
dor de la sintaxis h e b r a i c a y ordenador de los estu- (1) Jonás ben Ganahh es conocido también por el nombre de
Abuwalid Meruan ben Ganahh; escribió en árabe su gramática, pero
quedan de e l l a muy raros ejemplares. Buxtorf cree que las dos
partes de que consta son dos obras distintas y Wolf se inclina á esto
(1) En efecto casi todos los gramáticos posteriores se han for- mismo. En las traducciones hebreas que existen de aquélla los dos
mado en la escuela de estos maestros. Sin hablar de los hebraizantes tratados (Sepher acherachin y Sepher Harakmah) forman una sola
del siglo XIII, Caspi, Ben Yhhayaak, Ben Sehen Tob, Ben Me- obra, como la de Quimjhi.
Í E I T " ° S q U e n ° h a C G n ° t r a C 0 S a * n e extractar os, nota- (2) La mejor edición de este libro es la hecha en Leide en 1631,
bles hebraístas posteriores, como Juan Simonis, Juan y Alberto con aclaraciones de Elias Levita.
Schultens, Alting, Schroeder con muchos más filólogos holandeses y (3) El Miklol (perfección) resulta ya un conjunto bastante indi-
alemanes se han informado en los principios de aquellos sabios J gesto de doctrinas que es el carácter de las obras literarias en el
panoles. E mismo Sánete. Pagnini en su Tkesaurus lingualsanc- período de la decadencia; tuvo el mérito de servir á los hebraístas
£ Z : T d e C í r f , r i ° a S Í ' C O m ° B u x t 0 r f . Koberstonfetc cristianos de entonces; hoy queda reducida dicha obra á monumen-
(2) Mehaberet chihhah chetulah beharbaj mehot batim.« to literario del rabinismo.
cos predecesores suyos con el examen crítico de sus Los estudios lingüísticos y g r a m a t i c a l e s e n g e n e r a l , no son
obras, y llevó á los hebreos de Italia el saber filólogi- t a n a n t i g u o s en la familia semítica como e n la indo-europea,
co de nuestro suelo. Sus obras Misterio de las formas ni e n t r e los diversos pueblos que los h a n cultivado a p a r e c e n
de las letras, Enigma de las letras ehwi, Balanza de la s i m u l t á n e a m e n t e . E n t r e los siros comienzan dichos estudios e n
lengua, Paraíso de la sabiduría, Elegancia de la len- el siglo V, si b i e n c o n c a r á c t e r r u d i m e n t a r a r i o y no siste-
mático, lo cual m u e v e á algunos, e n t r e ellos á R e n á n (Histoir
gua, Astucia del pensamiento, son entre otras, suficien-
gen. etc. des langues semit.j á afirmar e x a g e r a d a m e n t e q u e la
tes á probar que Abraham Aben-Ezra, era hombre de g r a m á t i c a no comienza en la Siria h a s t a el siglo VII. En el
valer y sabio de v e r d a d en asuntos lingüísticos. siglo VI encontramos y a en la Siria g r a m á t i c o s t a n notables
Con el siglo X I I el movimiento de los estudios he- corno Jacobo de Edesa y H u z i t a , arabos con t e n d e n c i a s analíti-
braicos se detiene p a r a no continuar hasta el XVI, de cas, á los cuales siguen otros muchos ( e n t r e ellos el célebre
Elias, Obispo de Nisibe), h a s t a q u e en el siglo X I I I el g r a n his-
una m a n e r a que si no indica grandes progresos en el
toriador y filólogo B a r - H e b r a e u s , Gregorio A b u l - F a r a d j sobre-
fondo, supone g r a n d e reacción por las nuevas y ase- p u j a n d o á todos sus predecesores, dió la n o r m a p a r a los pos-
quibles formas en que entonces se nos presenta la teriores t r a b a j o s g r a m a t i c a l e s , q u e no t a r d a r o n en acomodarse
Gramática. No son en este punto comparables la Len- á los de las demás l e n g u a s de la familia y g e n e r a l e s del semi-
gua de los eruditos del R. David ben Hhaiyah, Los ca- tismo (1).
minos del gusto del R. Moisés ben Hhabid, ben Schen
Tob y otras muchas obras de este período de decaden- Ganahh había ensayado el procedimiento) d é l a Gramática hebraica
comparada. Las Institutiones ad fundamenta linguae hebraicae de
cia, con el Diqduq de Elias Levita (que cerró en el
Schultens son en el siglo XVIII obra notable de este género, aparte
siglo X V I el catálogo de gramáticos que escribieron de otros trabajos del profesor de Leide, de carácter análogo, como
en hebreo los cánones de su lengua), con la gramática, la Vetus et regia via hebraisandi, las Dissertationes filológico-
criticae y sus Opuscula minora, contra Loescher; y especialmente
aunque breve que acompaña al Thesaurus de Sanctes
su ameno libro Orígenes et defectus ling. hebr. y De eorum resar-
Pagnini, con las Introductiones artis gramm. hebraicae ciendorum tutissima via, en donde demuestra su profundo saber
de Alfonso Zamora y otras de esta época de relativo arábigo, y combate el poco serio sistema hebraico buxtorfiano. Las
obras de Gesenius así gramaticales como lexicográficas, de todos
orden y pretensiones filológicas; pretensiones que no
conocidas, contribuyeron no poco á la evolución comparativa he-
h a n llegado á su realidad sino en los tiempos novísi- braica en nuestro siglo. No cedía, antes superaba en erudición lin-
mos, cuando comenzó á brillar p a r a la Filología el güística de todo género al autor del Thesaurus, el profesor de Go-
tinga, Ewald, quien en su Grammatik d. Hebraisch Sprach, hace
día claro y sin nubes de los estudios comparados, y
justificado alarde de su saber y de ingenio especulativo en materias
sabios como Alberto Schultens, W . Schroeder, Gui- gramaticales. Pero á todos supera Olshausen, que en el Lehrbucli
llermo Gesenius,. Enrique Ewald y posteriormente Jus- der Hebr. Sprache, supo más que nadie penetrar en el organismo de
la lengua, analizar la fonética, y fijar sus leyes por el método com-
to Holshausen con los actuales esclarecidos cultivado-
parativo muy científicamente sostenido. Al lado de estos trabajos no
res del semitismo, pusieron á contribución sus fuerzas osaremos citar la Historia de las lenguas semíticas de Renán, prin-
p a r a hacer e n t r a r la lengua de Israel en el concierto cipio harto superficial de una Gramática comparada que no consi-
guió hacer, y que en parangón con los estudios aludidos semeja una
universal de la G r a m á t i c a comparada (1).
tienda aparatosa de caravana al pie de un suntuoso palacio.
(1) A principios del siglo XVI enseñaba en Roma el siriaco con
provecho el clérigo Elias, de quien fué discípulo el gramático y ju-
. W E s > e n efecto, alta prez y honra de estos hebraístas haber risconsulto T. Ambrosio, que compartía el saber y la erudición siria-
iniciado, mejor diré, renovado el método (pues la escuela de ben ca con el presbítero Acurio Joseph, contemporáneo de dichos gra-
P e r o la c u l t u r a que h a b í a de i m p o n e r s e e n E u r o p a d u r a n t e ria les proporcionó t r a d u c i d a s (y no siempre con e x a c t i t u d ) en-
siglos y hubo de l e v a n t a r con honor el u n i v e r s a l i m p e r i o de t r e otras obras, las de Hipócrates y Galeno, y e n filosofía, las
ciencias y l e t r a s q u e e n los a n t i g u o s emporios del saber, Gre- de Aristóteles, q u e hubieron de constituir el centro de sus es-
cia y Roma, y a c í a n a b s o l u t a m e n t e p o s t r a d a s , f u é la de los peculaciones. De la I n d i a recibieron los á r a b e s el á l g e b r a , los
á r a b e s , á quienes e s t a b a r e s e r v a d o r e c o g e r los restos de las guarismos, i m p r o p i a m e n t e dichos a r á b i g o s y sus nociones de
a n t e r i o r e s civilizaciones dispersos en las d i v e r s a s r e g i o n e s del astronomía. Moham-ben-Ibrain-Alfazari t r a d u c e del indio las
Globo. La Siria, la I n d i a , la P e r s i a , la A r m e n i a , la Asiría, la tablas astronómicas conocidas por el discutido n o m b r e del g r a n
Grecia y otras regiones i n v a d i d a s p o r los á r a b e s , q u e e n con- Sin-hind (que i n t e r p r e t a Ben-el-Adami por «revolución de los
q u i s t a r l a s p a r a si y p a r a sus creencias j u z g a b a n c u m p l i r u n tiempos», Casiri p o r «perpetuo y eterno», Colebrook créelo des-
d e b e r social y religioso, p r o p o r c i o n á r o n l e s a b u n d a n t e s rique- composición d e «siddhanta,» abreviación á su vez de «Brah-
zas l i t e r a r i a s y científicas, c u y a s t r a d u c c i o n e s , c o m e n t a r i o s y masidhanta,» titulo de la obra de B r a h m a g u p t a , cuyo r e s u m e n
exposiciones h u b i e r o n de ocuparlos v a r i a s c e n t u r i a s . Sobre las constituiría). A p a r e c e n luego como m u e s t r a de las relaciones
d o c t r i n a s y libros q u e g u a r d a b a n aquellos p u e b l o s se a p o y a ario-seiniticas: el libro de Yacub f u n d a d o en el Sind-hind; el
toda la ciencia del Islam, cuyo c a r á c t e r y n o t a distintiva es- t r a t a d o de á l g e b r a t r a d u c i d o del sánscrito por Mahomed-ben-
t u v o en c o n s e r v a r é i l u s t r a r , sin q u e p u e d a decirse en r i g o r Musa, que cita Al-Mahum; el de Zoología del indio Zami puesto
que h a y a n sabido p r o d u c i r . en rabinico, y el de Medicina titulado S u s r u t a , t r a d u c i d o del
indio al persa por Manka. Son asimismo de e n u m e r a r , e n t r e
Indios y nestorianos de los confines d e la P e r s i a f u e r o n los
otras m u c h a s , la obra del escritor á r a b e Abú-Rihan-al-Bironni,
iniciadores del m o v i m i e n t o científico a r á b i g o q u e comienza
i n t i t u l a d a Tarikku-l-Hind, c u a d r o e x c e l e n t e de la l i t e r a t u r a y
p o r la medicina y estudios afines. Los p r i m e r o s t r a t a d o s q u e
ciencias indias, q u e d e m u e s t r a h a s t a q u é p u n t o se h a b í a n com-
allí se conocieron de esta ciencia f u e r o n el de H a r ú m de Ale- p e n e t r a d o del saber ario los árabes; las dos t r a d u c i o n e s hechas
j a n d r í a , y el del persa Ali-ben-Akbas (Al-Meleki), t a l vez no por Albiruni del s á n s c r i t o al á r a b e , u n a s o b r e la filosofía
s u p e r a d o por otro h a s t a Avicena. D e la P e r s i a salió el poeta S a n k h y a , y otra sobre el sistema Yoga; la traducción á r a b e del
más i l u s t r e de aquellos tiempos, F e r d u s i , y de ella recibieron t r a b a j o indio La educación de los Reyes (del cual h a y a l g u n o s
la f o r m a de sus a n a l e s con las crónicas persas Difieres. L a Si- capítulos traducidos al persa en el Muj-malu-t-Tawarikh), he-
cha por A b ú Saleh, etc. (1). Vese sin dificultad por estos y otros
muchos datos fáciles de a d u c i r , como es m u y i n e x a c t o p e n s a r
máticos. A mediados del mismo siglo escribía J. A. Vidmanstadius en u n a importación científica p r i m i t i v a y e x c l u s i v a m e n t e grie-
sus "Elementos de Gramática" y su Nuevo Testamento, primeras g a e n t r e los á r a b e s , á los cuales por otra p a r t e no llegó en épo-
publicaciones siriacas impresas en Europa. Años más tarde (1573)
ca a l g u n a el saber helénico por transmisión directa.
publicaba Masio su Gramática siríaca, la cual con las notables adi-
ciones de Wasser, y con el excelente libro de Jorge Mira sobre la
misma lengua, publicado á fines del siglo mencionado, púsose el es- El estado de la l e n g u a a r á b i g a y de su l i t e r a t u r a a n t e s de
tudio gramatical siriaco al nivel del árabe y hebraico. En el si- la e r a cristiana nos es desconocido; y de los tiempos a n t e r i o r e s
glo XVII Cristóbal Crinesio (Gymnasium Syriacum), J . Dilherr á Mahoma sólo h a n llegado á nosotros significadas composicio-
(Rudim. Gram. Syr.) y Buxtorf (Gramm. Chald. et hyr.J, han per-
feccionado el sistema gramatical y clasificado convenientemente
sus partes. A e s t o s trabajos lingüísticos debemos añadir los de (1) Confirman las relaciones literarias á que aludimos las traduc-
E. Hottinger, Brian Waltom, Castelli y otros que en el siglo XVII ciones persas del Mahabharata y del Ramayana que mandó hacer
cultivaron y escribieron sobre el siriaco. Entre todos éstos, el pri- Akbar, quien en su deseo de poseer versiones de los libros sagrados
mer lugar es justamente debido á Enrique Opilius, cuyo libro'acerca de los diversos pueblos, hizo traducir la Biblia é intentó realizar lo
del mencionado idioma, sirvió de dirección á los tratadistas del si- mismo con los Vedas, sin llegar á conseguirlo por la oposición de
riaco en el siglo XVIII. En el siglo XIX el siriaco e n t r a en el movi- los Brahmanes. Pues si bien se refiere que alcanzó verter el Alharva-
miento general del semitismo comparado, siendo múltiples los tra- Veda, á más de que es el último de los Vedas en orden y en autori-
bajos relativos á dicho idioma, y señalándose en su cultivo los soste- dad, probablemente se quiso significar con aquella denominación los
nedores de la Imprenta católica de Beirut (de la C. de J.) Upanishadas, ó tratados filosóficos que siguen á los Vedas.

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nes poéticas, e n t r e las cuales están los siete célebres poemas del mismo, si no se p r o c u r a b a m a n t e n e r de u n a m a n e r a firme
Moallake. Desde Mahoma y el K o r a n d a t a t o d a la significación l a i n t e g r i d a d de la l e n g u a y la de las significaciones primiti-
v a s . E n t r e las causas q u e hacían indispensable la unificación
literaria de los árabes. D u r a n t e el imperio de los Omniadas, las
h a y que contar el e s p í r i t u de conquista y de imposición u n i v e r -
letras e s t á n r e s t r i n g i d a s al K o r á n , á su t r a d i c i ó n y á la poesia,
sal del K o r á n , que h u b i e r a dado o r i g e n á u n a invasión e n o r m e
p o r q u e á imitación del profeta iliterato, como se decía á sí
de e x t r a n j e r i s m o s ; la f a l t a de p u n t u a c i ó n ó sea la a u s e n c i a de
mismo Mahoma, r e h u s a b a aquella dinastía toda ciencia como
v o c a l e s , ocasionada siempre á alteraciones g r a v e s e n la len-
i n ú t i l y peligrosa, aislando asi la acción intelectual y las creen-
g u a , en el texto y en la significación, pues de ella d e p e n d e la
cias (1). Los Abasidas de criterio m á s ámplio y p a r t i d a r i o s de
i n t e r p r e t a c i ó n q u e en á r a b e como e n las demás l e n g u a s semí-
la d o c t r i n a u n i t a r i a , t r a t a r o n de reconciliar la razón y la reli-
ticas p u e d e t e n e r u n a p a l a b r a ; la división d e sectas nacidas
gión, restableciendo la h a r m o n í a del orden físico, i n t e l e c t u a l y en el seno del islamismo, y la misma n a t u r a l e z a i n t r i n c a d a del
religioso. A ellos h a y que r e f e r i r todo el inmenso caudal de t e x t o , sus repeticiones y el criterio exegético q u e reclama u n li-
obras filosóficas, teológicas, físicas, m é d i c a s y g r a m a t i c a l e s b r o no compuesto de u n a sola v e z ni por uno solo, y posterior
a r á b i g a s ; las t r a d u c c i o n e s , diccionarios enciclopédicos de ca- e n varios trozos á la existencia de Mahoma (1).
r á c t e r g e n e r a l y técnico, y todo l i n a j e de erudición q u e h a n
c u l t i v a d o los muslimes. Cerca de diez mil a u t o r e s á r a b e s h a
contado H a r a m e r (Liiterat. Geschichte d. Arab.), sin e n u m e r a r
(1) El Korán guardado ab aeterno, según los musulmanes, sobre
otros cuyos escritos se h a n perdido. D e ellos c i e r t a m e n t e , no
una mesa tan grande como el espacio que custodiaron millares de
p e q u e ñ a p a r t e c o r r e s p o n d e á los estudios literario-lingüisticos,
ángeles para que los malos espíritus no tocasen al texto sagrado, y
toda vez q u e e n el siglo XV hacia ascender Savonti á 2.500 el que desde el séptimo cielo, donde se hallaba cerca del trono de
n ú m e r o de g r a m á t i c o s salidos en su m a y o r p a r t e de las escue- Dios, fué traído por el arcangel Gabriel al Profeta, es una obra de
las de K u f a y B a s s o r a . formación sucesiva, sin unidad de plan ni de pensamiento, y en la
Concretándonos á n u e s t r o objeto, la p r i m e r a época filológi- cual no sólo hay desproporciones de estilo y hasta de extensión (tan
co-lingüistica c o r r e s p o n d e e n t r e los á r a b e s al periodo religio- extremadamente largos los primeros capítulos, como cortos los úl-
so, q u e a b a r c a el p r i m e r siglo del mahometismo. P a r a los ára- timos), sino también repeticiones y contradicción en las ideas, sin or-
den de tiempo ni de materias; esta falta de unidad, esta confusión de
bes e r a g r a n p r o f a n a c i ó n t r a d u c i r el K o r á n á l e n g u a a l g u n a ,
doctrinas judaicas, persas y cristianas, de principios verdaderos y
y por otra p a r t e érales s u m a m e n t e difícil conservar i n c o r r u p t o
principios falsos, de verdades elevadas y afirmaciones absurdas, ha
el t e x t o de su libro por excelencia y la u n á n i m e i n t e r p r e t a c i ó n sido ocasión de un movimiento filológico general, por lo mismo que
ha constituido siempre para los teólogos musulmanes, p a r a los
exégetas y expositores, dificultad grave, la cual no han hallado me-
(1) Es bien conocido el dilema formulado por Ornar, cuando Juan
dio de superar sino acudiendo á derogaciones sucesivas del texto,
el Gramático pidió á Amrú, reservase algunos libros de la biblio-
hechas por Dios. Según ellos estas derogaciones son unas de la
teca alejandrina. "O tales libros están conformes al Korán, ó le son
letra, conservando el sentido, otras del sentido conservando la letra,
contrarios; si lo primero, deben desaparecer por inútiles, si lo se-
y otras derogando letra y sentido. La falta de vocalización, pues
gundo deben desaparecer por perjudiciales." Con esta lógica se pro-
ésta entre los árabes como entre los judíos es posterior al texto re-
cedió á la quema de la biblioteca, en la forma que refieren Abdalatif
ligioso, ocasionó diferencias marcadas de interpretación, á pesar
y luego Abulfaraj, de donde toman sus datos los historiadores sobre
de haberse instituido los Mokris, especie de custodios de la genui-
esto. La mencionada biblioteca de Alejandría, destruida antes varias
na lectura. A su vez la falta de crítica ocasionó la diferencia en
veces, distaba de tener la importancia de la primitiva de los Ptolo-
los versículos, que en las siete ediciones del libro (dos en Medina,
meos. Como prueba del fanatismo antiliterario de Ornar, y de que
una en la Meca, una en Cufa, las restantes en Bosra y Siria), varían
los árabes podían recibir de muy diversas fuentes el saber, merecen
desde seis mil hasta seis mil doscientos cuarenta y tres. Finalmente
citarse estas palabras de Ebu Kaldun: "¿Qué fué de las obras cientí-
la falta de uniformidad en las creencias y tradiciones ocasionó la
ficas de los persas, que Omar hizo destruir al conquistar el país?
división de musulmanes en ortodoxos y heterodoxos, según admi-
¿Dónde están las de los sirios, caldeos y babilonios? ¿Dónde las de
tan ó no la doctrina del Sumía (doctrina de la tradición, compa-
los egipcios que les precedieron?..." Indicio claro de los múltiples
rable á la Mischna judaica), sin contar las subdivisiones consiguien-
orígenes de la cultura arábiga de aquella edad.
El dialecto K o r e y s h hablado en el c e n t r o de A r a b i a q u e d ó
s e c u n d a r i a s y p u r a m e n t e léxicas, lo cual se v e c o m p a r a n d o las
d e f i n i t i v a m e n t e establecido con el K o r á n como l e n g u a religio-
inscripciones q u e nos q u e d a n en h i m y a r con el á r a b e del Ko-
sa q u e debia p r e v a l e c e r e n todos los dominios muslímicos, y
r á n , q u e siendo lo más distanciado, están e s t r e c h a m e n t e liga-
p r o n t o se dejó sentir e n ella la n e c e s i d a d de los e s t u d i o s á q u e das al tipo del á r a b e clásico. H a b l a r , pues, del dialecto koreish
nos referimos, motivados por las c a u s a s dichas. P u e s como ob- es sencillamente h a b l a r de la l e n g u a común en la f o r m a en q u e
s e r v a R e n á n e n su Hist. des lang. Sem.it., s u p o n i e n d o q u e la e r a u s a d a por la t r i b u de donde salió Mahoma, f o r m a que pre-
l e n g u a del K o r á n t a l como resulta d e la p r i m e r a compilación valeció u m v e r s a l m e n t e .
de Zeyd (por los años 634), era la l e n g u a v u l g a r del g r u p o m u -
Desde el p r i m e r siglo de la E g i r a , y debido á estas causas,
s u l m á n q u e s e g u i a á Abii-Bekr y Ornar, es necesario a d m i t i r
comenzóse la f o r m a c i ó n del p r i m e r diccionario a r á b i g o , de ca-
q u e al poco t i e m p o (quince a ñ o s d e s p u é s ) , y a dicha f o r m a de
r á c t e r etimológico y s e g ú n el orden de raices, al p a r q u e de
l e n g u a j e e r a e x t r a ñ a á muchos s e g u i d o r e s del islamismo. Z e y d
significaciones g e n e r a l e s de las p a l a b r a s ; el cual diccionario
t u v o y a q u e ocuparse de r e f o r m a s g r a m a t i c a l e s , t r a t a r de r e d u - f u é perfeccionándose sucesivamente, debido en especial á los
cir las v a r i a n t e s y unificar la o r t o g r a f í a en el mismo d i a l e c t o t r a b a j o s d e F i r u z a b a d . Con i g u a l m o t i v o , debemos r e c o r d a r
k o r e y s h . Los solecismos de los n u e v o s c r e y e n t e s c r e c í a n t a n p o r esta época los nombres de Abul-Aswad el f u n d a d o r de la
r á p i d a m e n t e , q u e l l e g a r o n pronto á p r e o c u p a r y a ú n m o l e s t a r escuela de Bassora y de Abul-Hasan f u n d a d o r de la de K u f a y
á los primeros s e g u i d o r e s de Mahoma. (Cf. Sacy y H a m m e r e n p r o t e g i d o d e l célebre Harum-al-Raschid, quien reunió en su
su Litteraturgeschichte d. Aráber e n t r e otros). corte á todos los sabios más ilustres q u e halló en los países con-
E n t i é n d a s e que al h a b l a r del á r a b e koreyshitico como dia- quistados, y elevó á g r a n d e a l t u r a la A c a d e m i a de B a g d a d .
lecto sancionado por el K o r á n p a r a l e n g u a religiosa, no i n t e n - H a r u m q u e r i e n d o t e r m i n a r las controversias sobre e l K o r á n ,
t a m o s l e g i t i m a r la t r a d i c i ó n d e los g r a m á t i c o s m u s u l m a n e s , fijó e l n ú m e r o de comentaristas q u e debían ser oídos é hizo
c u y a s huellas e n esto sigue R e n á n , s e g ú n la c u a l el a d v e n i - c a r g a r doscientos camellos con los escritos de c o m e n t a d o r e s y
m i e n t o del islamismo hizo s u r g i r la u n i d a d l i n g ü i s t i c a a r á b i g a controversistas, q u e m a n d ó a r r o j a r al T i g r i s . D i s c í p u l o de
con la imposición del dialecto sagrado. E s t o es c o m p l e t a m e n t e Abul-Hasan f u é el hijo de H a r u m , Al-Mamun, g r a n p r o t e c t o r
a r b i t r a r i o y falso, p u e s la u n i f o r m i d a d d e l idioma a r á b i g o , es de las l e t r a s como su p a d r e , el más e r u d i t o de los califas, p u e s
t a n i n t i m a y sostenida q u e no p e r m i t e p e n s a r e n u n i d a d a l g u - a d e m á s de sus vastos conocimientos sobre muchas ciencias, po-
n a i m p u e s t a l i t e r a r i a m e n t e , ni menos e n f o r m a s d i a l e c t a l e s e n seía con el á r a b e , el hebreo, el indio, el persa y el g r i e g o , y el
el sentido q u e t i e n e esta d e n o m i n a c i ó n e n las l e n g u a s e u r o - más significado por su munificencia á los l i n g ü i s t a s y sabios en
p e a s , de lo cual por o t r a p a r t e 110 q u e d a vestigio h i s t ó r i c o , los Abasidas.
como observa j u s t a m e n t e Noldeke (Die semitisch. Sprachen) y
El periodo tradicional de la lingüística á r a b e comienza con
r e p i t e n B r o c k e l m a n n (Gesch. d. Arab. litt.), I t a l o Pizzi (Lette- el siglo s e g u n d o de la E g i r a , en el cual se completan los estu-
rat. araba) e t c . No h a habido, p u e s , unificación l i n g ü í s t i c a a r á - dios de g r a m á t i c a y a p a r e c e n los de compilación enciclopédica
b i g a con el K o r á n , por la sencilla r a z ó n de q u e no existió a n - y filológica. Los filólogos Acjmai y A b u - A b a i d a , hombres de ex-
tes d e él diversidad de f o r m a s d e n t r o de dicho l e n g u a j e . L a s t r a o r d i n a r i o saber, corresponden á esta época.
v a r i a n t e s q u e p e r m i t í a el idioma, p o r las cuales se diferencia-
El período científico, que comienza en el t e r c e r siglo y con-
b a el h a b l a de ciertas tribus, y e n lo c u a l se f u n d a la distin- t i n ú a h a s t a l a total destrucción d e l K a l i f a t o á mediados del
ción a n t i g u a del himyar y del koreysh, f u e r o n s i e m p r e m u y siglo X I I I , c o m p r e n d e u n g e n e r a l movimiento de e n s e ñ a n z a é
instituciones, de creación de escuelas, c á t e d r a s y bibliotecas,
tes en estas ramas. (V. sobre el Korán, entre otros, la Geschichte de ciencias filosóficas, m a t e m á t i c a s , astronómicas y filológicas,
des Quorans de Th. Noeldeke). c u y a influencia se hizo sentir en toda E u r o p a (1). A los princi-
Es lo más verosímil que no llegó Mahoma á conocer el Evangelio,
alcanzando tan sólo noticias de algunos evangelios apócrifos, con (1) Las fases que acabamos de señalar responden directamente
los cuales hay ciertas analogías en el Korán, en especial con el lla- á la cultura filológica arábiga cual conviene á nuestro objeto. Por
mado de S. Bernabé, usado entonces por varias sectas cristianas. lo que hace á las de la literatura árabe en general, podemos distin-
pios de este periodo c o r r e s p o n d e el gramático por excelencia obras e s t á n los Makamat u n a de las más a t r a c t i v a s produccio-
Abu-Zaid, más conocido por Al-Ansari, y el célebre discípulo d e n e s de la l i t e r a t u r a á r a b e , el h i s t o r i a d o r y retórico español
A^mai Sidjistani, g r a m á t i c o y lexicógrafo de r e n o m b r e justi- K h a h a m y e l a f a m a d o filósofo y filólogo G a z z a l i . ' L o s si-
1
ficado. C i e r r a n este periodo el g r a n retórico y g r a m á t i c o Abu- glos VI, VII y V I I I de la E g i r a f o r m a n de a l g u n a m a n e r a u n a
p a r t e p e c u l i a r científica, y c o n s t i t u y e n lo que p u d i é r a m o s lla-
Ibn-Mohamed Kasem, d e n o m i n a d o t a m b i é n H a r i r i , e n t r e c u y a s
m a r periodo critico de l a l i t e r a t u r a a r á b i g a . En este tiempo
florecieron, e n t r e otros muchos, los historiadores S e m a n i y Ech-
Cherisi, Chechristani é Ibnel-Cofti, el poeta A n t a r i , el geógra-
guir un periodo primitivo que se extiende desde los primeros tiem-
fo Idrisi, los p o l í g r a f o s I b n - K h a l d u m , Makrizi, S a y u t h i etc.
pos hasta los de los Abasidas (750 de J. C.)¡ período genuinamente
arábigo, no sólo por el carácter de las composiciones literarias, sino P u e d e decirse q u e con el siglo I X de la E g i r a (XV de nues-
también por sus autores casi exclusivamente árabes. Un periodo clá- t r a era) se a c e n t ú a el m o v i m i e n t o de la decadencia muslímica,
sico de la literatura musulmana, en el cual si bien se escribe en ára- la cual se e x t i e n d e más y más h a s t a d o m i n a r p o r completo
be, entran á formarlo todos los diversos elementos muslímicos, des- y c o n s u m a r s e en el s i g l o X V I con las mezclas d e l i t e r a t u r a
de el Khorassan hasta España, y desde el Cáucaso hasta el Sahara;
e x t r a n j e r a s . Y por lo que hace á la G r a m á t i c a á r a b e , Sibawai
período que corre desde los Abasidas hasta la caída del Califato con
c i e r r a en el siglo V I I I de la E g i r a la historia de su formación,
la invasión Mongólica (750-1528). Un período de decadencia que al-
perfeccionando y a ú n c o n s u l t a n d o como q u i e r e n muchos (cf. Sa-
canza desde la caída del Califato hasta la toma del Egipto por Se-
lim (1515), si bien puede decirse perpetuado hasta el siglo XX, porque cy, Antol. g r a m . á r a b . ) la de A b u - A m r u Isa. Como en otras lite-
toda la moderna literatura arábiga dista inmensamente de sus anti- r a t u r a s , el p r i n c i p a l n ú m e r o de bibliógrafos glosadores y exé-
guos esplendores, á los cuales no volverá mientras el contacto con g e t a s ; los t r a b a j o s de enciclopedia, diccionarios de ciencias, dic-
sólidas civilizaciones no coloque á los hijos del desierto en circuns- cionarios arábigo-hebraicos, a r á b . - g r i e g o s , aráb.-latinos, etc.,
tancias psicológicas análogas á las de otro tiempo, si no es que deba c o r r e s p o n d e n e n t r e los á r a b e s al periodo de la decadencia (1).
negarse la existencia de una cultura rigurosamente arábiga, como
quieren no pocos, ya que en Europa y con elementos europeos se for-
mó el cuerpo científico presentado en árabe, y fuera de Europa y
por cuenta propia no han sabido los musulmanes ni principiar ni con- (1) En punto á teorías filosóficas singularmente ontológico-psico-
tinuar, ni siquiera conservar lo que llamaron su cultura, tan sólo ó lógicas que son lasque guardan relación con los estudios lingüísticos,
casi sólo por verterla á su lengua. En el primer período señalado, no han sido los arábes más originales que en otras ramas del saber,
hay dos épocas: una anterior al Korán, compuesta exclusivamente antes bien su carácter y su lengua misma ofrecíales aquí más difi-
de poetas mayores y menores, entre ellos algunos judíos y cristia- cultades que en otras disciplinas por ellos cultivadas. "Imaginer un
nos, bien que por completo identificados en fondo y forma con los Aristote ou un Kant (escribe Renán, no sin cierta exageración, ha-
demás; y otra posterior al Korán, señalada principalmente con las blando de las lenguas semíticas) avee un pareil instrument, est aussi
tendencias literarias pobres y de imitación semiplagiaria del tiempo impossible que concevoir une Iliade ou un poëme comme celui de
de los Omniadas. Otras dos épocas se distinguen en el segundo pe- Job écrits dans nos langues métaphysiques et compliquées." (Hist.
ríodo, en el cual prevalece singularmente la influencia persa; la pri- Gen. et système comp. des langues sémitiques, 1. I, c. 1). Sin embar-
mera llega hasta el siglo XI, y es el tiempo del mayor florecimiento go, á la manera que las exigencias literarias del Korán determina-
científico-literario muslímico, con su centro fuera de la Arabia, en ron bien pronto entre los árabes corrientes filológico-gramaticales,
Bagdad; la segunda llega hasta el siglo XIII con centros múltiples las doctrinas de dicho libro y sus enseñanzas teológicas, moviéron-
• desiguales en esplendor doctrinal que van perdiendo fuerzas y vigor les á ensayar las especulaciones filosóficas para explicarlas. No tar-
daron en aparecer en controversia los cuatro punios cardinales,
intelectual á medida que el Imperio tiende á disgregarse. Son las
que dicen los maestros árabes (atributos divinos, predestinación,
dos etapas del período que deben calificarse más bien de literatura
promesas, castigos), de donde se originaron sectas numerosas, y
musulmana escrita en árabe, que no de literatura arábiga, según se
"viéronse paulatinamente aparecer, escribe Munk (Mélangés dephi-
ha indicado. En el último período, tomando como línea divisoria la
losoph. juive et arabe), diversas escuelas que más tarde revistieron
conquista de Egipto por los árabes en el siglo XVI, cabe separar la
sus doctrinas de formas dialécticas... y las primitivas escuelas teoló-
época de imitación y reconstrucción decadente de antiguos mode-
gicas se trasformaron en verdaderas escuelas filosóficas." De la an-
los, de la época moderna sin carácter definido ni obras de valer, y
tigua filosofía helénica que tan pujante se había presentado en Gre-
abierta á toda suerte de extrañas ingerencias.
Débese s i n g u l a r m e n t e r e c o r d a r a q u í como d i s t i n g u i d o gra- tras» al decir de sus correligionarios. La Biblioteca universal
m á t i c o y filólogo al celebrado escritor español M a l e k , «dueño de Schamseddin A b u Abdallá e n u m e r ó e n t r e sus obras La pu-
d e la e s c r i t u r a y l e n g u a a r á b i g a » , «maestro d e las b u e n a s le- reza de la lengua arábiga, La base de las palabras, El método

d a y Roma, no quedaban ya fuera del eclecticismo cristiano donde chaza no sólo los errores averroísticos sino también con frecuencia
se habían fundido las doctrinas platónicas y aristotélicas para servir la exposición del texto en que se fundan, y no duda afirmar el Aqui-
á la causa los dogmas, sino restos del sincretismo alejandrino y de nense que Averroes "non tan fuit peripatetícus, quam peripateticae
sus ideas neoplatónicas de una parte, y de otra los degenerados con- philosophiae depravator." (Op. Contra Averroistas). Y por su parte
ceptos filosóficos de Platón ó de Aristóteles que á t r a v é s de las múl- el eminente Luis Vives lamentándose del excesivo honor dispensa-
tiples sectas ya del extremo unitario como el arrianismo y eutiquia- do á las versiones árabes, y después de referir un pasaje de Aristó-
nismo (prescindiendo de o t r a s anteriores), ya del extremo anti- teles alterado sobremanera por Averroes, dice justamente indigna-
unitario, como en la de los nestorianos, servían de antemural á do: "Aristóteles si revivisceret intelligeret haec, a u t posset v e l
la heterodoxia. conjectwris castigare? O homines valentissimis stomachis qui haec
Por estos dos caminos recibieron los árabes la filosofía, prevale- devorare potuerunt et concoquere!" (De causis corrupt. artium
ciendo sin embargo el elemento Aristotélico sobre el platónico, no Op. 1.1.). Por lo demás, Averroes ni hizo la primera versión árabe
sin mezcla de la filosofía vedanta. Al-kendi, el primer filósofo mu- de Aristóteles, porque desde el siglo X existían diversas traduccio-
sulmán y el primer admirador de Aristóteles, conocía la doctrina nes de sus obras á dicha lengua, ni pudo hacer otra nueva como
griega, persa é india, como hace constar Casiri. Al-Farabi estudió quiere Bhule, porque Averroes no conocía ni el latín, ni el griego,
y expuso además de Aristóteles, los libros de Platón: "Platonis libros ni el siriaco (cf. Dicc. des scienc. philosoph. art. Ibn-Rosch), únicas
ejusque mentem exponere aggresus est." (Casiri, Biblith. arab. lenguas, sobre todo la última, de donde pudiera hacer la traducción.
hisp., 1.1). El misticismo escéptico que aparece en la doctrina exo- Por nuestra parte no creemos exageradas las siguientes palabras
térica de Al-Gazzali provino de la India, cuyos filósofos le iniciaron del citado Luis Vives acerca de Averroes: "Nomen est Commenta-
probablemente en su panteísmo; y de ahí las contradicciones que en toris nactus homo, qui in Aristóteles enarrando nihil minus explicat,
él reprende Tofail, que es á su vez representante declarado del pan- quam eum ipsum quem suscepit declarandum... Itaque videas eum
teísmo indio entre los árabes. Y aun el aristotélico Averroes (Ibn- pessime philosophos omnes antiquos citare, ut qui nullum unquam
Rosch) el filósofo árabe de mayor influencia en la filosofía del rena- legerit, ignarus graecitatis ac latinitatis. Pro Polo Ptolemaeum po-
cimiento, nos presenta en su entendimiento superior universal, las nit, pro Protagora Pythagoram, pro Cratylo Democritum; libros
reminiscencias del panteísmo de Oriente. Platonis titulis ridiculis inscribit, et ita de iis loquitur, ut vel caeco
Se ha dicho que las versiones latinas de Aristóteles en la Edad perspicuum sit litteram in illis eum legisse nullam. {De causis co-
Media provenían de las traducciones árabes en la escolástica, que rrupt. Art. Op. 1.1).
Averroes tradujo en árabe el texto griego de Aristóteles, y que de He aquí ahora lo que sobre este punto dice Renán combatiendo á
esta versión derivaron las que luego utilizaron Santo Tomás y de- Hervelot, con razón sobrada: "D' Hervelot podía no conocer la ver-
más filósofos cristianos medioevales. Nada más falso. E l texto sión latina de Aristóteles la cual no se ha estudiado detenidamente
aristotélico llegó á Averroes por las fuentes de la Siria; y á Santo sino desde hace algunos años á esta parte; mas como orientalista no
Tomás llegó directamente del griego. Al primero sirvieron, á más debiera ignorar: 1.° que Aristóteles había sido traducido al árabe
del neoplatonismo siriaco, las escuelas siriacas peripatéticas, espe- tres siglos antes de Averroes; 2.° que las traducciones de los autores
cialmente las nestorianas de Edesa y Nísibe, de donde procedían las griegos en árabe se han hecho del siriaco y no del griego; 3.° que
versiones árabes manejadas por Averroes. El segundo utilizó, si no probablemente ningún sabio musulmán, y con certeza ningún árabe
el texto griego, traducciones directas que le garantizaban incompa- de España ha conocido nunca el griego. Esta errónea opinión, sin
rablemente mejor que las árabes la verdadera doctrina del Estagiri- embargo, parece haber prevalecido desde los primeros tiempos del
ta. Bastaría comparar los comentarios y citas de Santo Tomás con renacimiento. Agustín Nifo, Patrizzi, Marco Oddón, J. Bapt. Bruye-
el texto griego de Aristóteles, para notar á simple vista que allí tie- rin, Sigonio, Tomasini, Gasendi, Longuerne, Moreri, y en general to-
nen su origen; por el contrario (y lo advierte también Renán, Ave- do el siglo XVI y XVII han considerado á Averroes como introduc-
rroes et V Averroisme, prem. partie), basta comparar los escritos tor de Aristóteles entre los latinos. D' Hervelot, reproduciendo este
de Averroes con los del Estagirita, para advertir las g r a v e s altera- error é introduciendo en él nuevo grado de precisión, ha sido copia-
ciones que ponen á gran distancia las versiones árabes no sólo del do por Casiri, por Buhle, por Harles, Rossi, Mideldorpf, Tennemann,
texto griego sino de las versiones latinas. Por eso Santo Tomás, re- De Gerando, Jourdain etc. etc. Esta misma equivocación se ha co-
fácil, Arte métrica, Método de leer, con u n poema y comenta- e n t r e los cuales se distinguió el g r a m á t i c o Ben H a y a n , á quien
rio sobre La conjugación de los verbos. El Método fácil ha sido se a t r i b u y e n c e n t e n a r e s de t r a t a d o s filológicos. Al lado de Ma-
t r a b a j o q u e alcanzó m u y c r e c i d o n ú m e r o de c o m e n t a d o r e s , lek debe figurar el n o m b r e de J . I b n Isaac Alsekaiti, cuyo li-.

metido en el catálogo de los manuscritos hebreos de la Biblioteca traducciones hechas sobre el texto griego exclusivamente, y á sus
Nacional... Tal es en la historia literaria la tenacidad del error." instancias hubo de hacerse otra versión de Aristóteles de la lengua
En un orden de cosas más general, y en cuanto á la determina- original.
ción concreta de las influencias arábigas, es punto muy discutido y Como conclusiones en lo que este asunto se relaciona con nues-
que no hace á nuestro objeto estudiar con todo el detenimiento que tro objeto, diremos: 1.° que los filósofos y teólogos de la Edad Media
requiere. Muratori en las Antiquitates ital. tnedii aevi (t. III) supo- en general no han utilizado á Aristóteles ni á los demás filósofos
ne que el Aristóteles de la escolástica vino directamente del griego, griegos SÍHO mediante la lengua latina. El texto griego y el texto
y no del árabe. Casiri, á la inversa, sostiene en su Biblioth. arábico- árabe sólo han sido intermediarios, quedando así la cuestión res-
hispana (t. I), que es puramente árabe y no griego el Aristóteles es- tringida al origen inmediato de las versiones latinas. La forma en
tudiado por los latinos, sin excluir Santo Tomás. Brucker (Hist. crit. que se efectuaban las traducciones era peculiar de aquellos tiempos
philosoph. III) aunque reconoce los principios de la escolástica an- y circunstancias. Regularmente un judío, ó un musulmán traducía
teriores á la influencia arábiga, atribuyele su formación á las ver- al idioma vulgar, y un clérigo asistente se encargaba de hacer la
siones arábigo-latinas. Tennemann (Manuel de l' Hist. de la Phil. I), traslación al latín, siguiendo l a s huellas del primero; lo mismo
sin negar la información directa greco-latina de los escolásticos, in- acontecía con el griego cuando el traductor no era latino, ó des-
clínase á que los árabes han influido poderosamente en el aristote- conocía este idioma, llevando en uno y otro caso la traducción
lismo de aquéllos; Heeren (Historische Werke, p. 4) niega á los ára- el nombre del segundo traductor por regla general; 2.° que si bien
bes el influjo que le atribuyen los que acabamos de mencionar; no se han servido los escolásticos del texto griego por la mayor fa-
Buhle (Geschichte d°.r Neuern Philosoph. I), mantiene un criterio cilidad que les prestaba la lengua latina, no puede decirse que
análogo al de Brucker y Tennemann. Inclínanse á favor de la filia- aquel idioma fuese totalmente ignorado en la Edad media. Las re-
ción árabe de la filosofía escolástica entre otros, Ritter (Hist. de la laciones de los ortodoxos griegos con Roma, las que resultaron de
Philosoph. chret. I), Schmolders (Essais sur les icoles phil. ches les las Cruzadas, y el deseo de los Pontífices de mantener en la comu-
Arabes), Cousin (Hist. gen. de la phil.), Munck (Dictionn. etc. ar't. nión romana la Grecia que aun perseveraba, eran motivos suficien-
árabes), Stockl (Geschichte d. Phil. d. Miltelalt. II). Toman la di- tes para que no se echase en olvido el lenguaje helénico. Por eso
rección contraria Kleutgen (Philosoph. d. Vorzeit, I ) , Tálamo vemos (reproduciendo á este objeto lo que en otro lugar decimos de
(L' Aristotél ismo della. Scolastica), González [(Hist. de la Filoso- la cultura lingüística medioeval) que Inocencio III se dirigía á los
fía II), Liberatore (Della Conoscenza intellectuale II) y otros. obispos franceses y á la Universidad de París, pidiéndole personas
P a r a nosotros el criterio señalado p o r A . Jourdain en sus Re- hábiles para enviar á los griegos y ver de consolidar entre ellos la
cherches critiques etc., es el que en general debe prevalecer al juz- unión religiosa. Felipe Augusto con el mismo objeto creaba en Pa-
gar las relaciones arábigo-cristianas de la Edad Media. Después de rís un colegio "constantinopolitano" para educación de jóvenes de
dicho concienzudo estudio, en efecto, no parece pueda ya dudarse: Grecia. Durante los siglos X y XI abundan en el mediodía de Fran-
que los escritos de Aristóteles manejados por los latinos y llegados cia comerciantes griegos, y una comunidad de monjes de aquel país
á ellos por fuentes latinas, estuvieron reducidos antes del siglo XII viene á establecerse no lejos de Marsella. Escoto Erigena conoce
á la parte dialéctica de las obras de Aristóteles. La traducción lati- el griego; lo saben igualmente Ekkard, Notker y Remy de Auxerre.
na de otras obras de éste comienza á usarse en el siglo XIII. De es- Más tarde las diversas traducciones de Aristóteles hechas sobre el
tas traducciones, unas provenían del griego y otras del árabe, sin original por distintos autores, demuestran que la lengua helénica
que sea posible determinar en particular si la prioridad corresponde tiene cultivadores; y Roger Bacón manifiesta que con suma facili-
á las griegas ó árabes, por aparecer unas y otras empleadas simul- dad puede encontrarse en Italia quien entienda y traduzca dicho
táneamente. En igualdad de circunstancias, y todas las veces que idioma.
podía conseguirse una versión del griego, era constantemente prefe- Entre los que traducen directamente d e l griego á Aristóteles
rida á cualquiera del árabe. Por esto se ve que Alberto Magno se están: Jacobo de Venecia, el primer traductor cierto del Estagirita
vale de versiones del griego en varios trabajos de Aristóteles, y de que aparece al desarrollarse la escolástica; Roberto de Grossatesta
versiones del árabe en otros escritos del mismo, como se colige de "vir in latino et graeco peritissimus", dice Mateo de París; Enrique
la lectura de sus obras. Pero ya Santo Tomás ha podido utilizar Bravant y Guillermo de Moerbeke, que traducen á petición de Santo
— 250 — •251-
b r o Del correcto modo de hablar «jure dixeris bibliothecam muchos, q u e si no t i e n e n el mérito d e o r i g i n a l i d a d , no les fal-
a r a b i c a m l i t t e r a r i a m » , s e g ú n escribe Casiri e n su Bibl. arab. t a el de la erudición (1).
hisp. (t. I); y con los mencionados p u d i e r a n e n u m e r a r s e otros

i nal (ut in graeco habetur etc.); b) que si Santo Tomás ha utilizado


Tomás de Aquino; Bartolomeo de Mesina, y, en colaboración, Du- á«^ exclusivamente versiones latino-griegas, Alberto Magno revela ha-
rando de Auvernia. Cuéntanse hasta nueve traducciones de distintos berse servido unas veces de dichas versiones, otras de las latino-
tratados aristotélicos, cuyos autores no pueden determinarse con arábigas, según se desprende del lenguaje y términos que emplea;
exactitud. c) que uno y otro demuestran ciertos conocimientos griegos: hacen
3.° Que si bien las relaciones arábigo-judaico-cristianas son en notar, p. ej., las variantes del texto original con relación á las ver-
el orden científico anteriores al siglo XII, en este siglo comienzan siones; se detienen en advertencias filológicas y gramaticales sobre
las traducciones latino-arábigas á ser conocidas entre los escolásti- el griego, sobre vocales y consonantes, sobre los géneros de ciertas
cos mediante la escuela de Toledo, á cuya cabeza figuran el Arce- palabras, sobre las diferentes significaciones de palabras en griego
diano Dom. Gundisalvo y el judío Avendehut, importadores del Aris- que sólo se distinguen por tener vocal larga ó breve, sobre el uso
tóteles árabe en idioma del Lacio. A favorecer este movimiento del artículo y proposiciones, sobre el de algunos tiempos del verbo
filosófico-arábigo, contribuyó no poco la traducción de Averroes he- en griego y en latín; explican la etimología griega y transcriben en
cha bajo los auspicios de Miguel Scoto, iniciador del averroismo en caracteres propíos ciertas palabras que se proponen distinguir de
Italia (Dante le coloca por sus ideas en el infierno, l n f . canto XX). otras que escriben en caracteres latinos; hablan del orden del alfa-
4.° Que la influencia filosófica ejercida por los árabes si es in- beto, de haber visto obras de Aristóteles aun no traducidas al la-
negable, no ha llevado á la escolástica los principios sistemáticos tín etc.
árabes, como lo demuestra la antítesis de éstos con los del escolas- Todo ello sin embargo no constituye prueba segura, y tal vez
ticismo. Así las traducciones de Averroes, los e s t r a d o s arábigo- son más inciertos otros indicios que pudieran aducirse (v. Guyard,
aristotélicos, como los de Avicena y Al-Gazzalí, estuvieron tan lejos Utrum S. Thomas coluerit linguam graecam, y con él Rosselli,
de prevalecer, que fueron por el contrario abiertamente reproba- Surnm. Phil. I; Tálamo, ob. cit., Rossi, Pierrón etc.). Es de advertir
dos por la autoridad eclesiástica y por la Universidad de París. Y q u e Escoto hace también algunas observaciones gramaticales de
sea que en aquella reprobación se incluyese el texto mismo de Aris- índole análoga á las mencionadas, y sin embargo no sabía griego,
tóteles, como quieren algunos (entre ellos Tálamo, L' Aristotelis- según él mismo declara en la Metaphisica. Esto que hacemos notar
mo della Scholastica), sea que se t r a t e tan sólo de extractos hechos respecto á Escoto, nos autoriza para juzgar de muy dudosa eficacia
por los árabes como afirman otros (Jourdain, Recherch. crit. etc.; las pruebas, de suyo harto vagas é inseguras, en favor de los cono-
Renán, L' Averroisme etc.), basta al intento que el pseudo-aristote- cimientos helénicos de Alberto Magno y del Aquinense.
lismo muslímico haya sido objeto de tales precauciones, para ver
(1) "En poco tiempo, escribe el abate Andrés (Orig., progre-
que era esta dirección muy encontrada con la que tomaron los la-
sos etc. de toda literat. I), se difundió el gusto de la lengua por to-
tinos. Cualesquiera que fuesen los motivos que determinaron á Kil-
dos los estados arábigos, y se encontraron en todas partes muchos
wardely, Arzobispo de Cantorbery, á extender á la Universidad de
gramáticos ilustres. Pues del mismo modo que Saibuiah adquirió en
Oxford, de la escuela franciscana entonces, la censura de las propo-
Asiría singulares alabanzas, se distinguieron entre los profesores
siciones de París, no legitima la conclusión de Renán, de Haureau,
de aquel arte Al Giorgian y Alzamkhaschri en la Persia, Ebn Alha-
de Rosmini etc., al deducir que la escuela franciscana estaba conta-
beg y Ebn Hescham en Egipto, Agrumi en Africa y Malek en Espa-
giada de arabismo. Alejandro de Ales, Duns Scoto, Roger Bacón...,
ña. Sólo esta península cuenta un número casi infinito de gramáticos
están tan lejos del averroismo psicológico y demás exposiciones ará-
famosos que ilustraron mucho la lengua arábiga, ya con comenta-
bigas, como el que más alejado esté entre los escolásticos.
rios, ya con nuevos métodos, ya con poemas sobre la gramática, ya
En cuanto á Alberto Magno y á Santo Tomás que personifican el con exposiciones de los poemas."
aristotelismo latino de la escolástica, debe decirse: a) que si bien ni
Schamseldin Al-Ansari en la Hist. de las anlig. arábigas, cuenta
uno ni otro han hecho sus comentarios sobre el texto griego, contra
buen número de filólogos y gramáticos que precedieron á la forma-
lo que piensa F. Palermo en su Santo Tommaso, Aristotele e Dan-
ción de las escuelas de Bassora y Cufa. De los tratados de Retórica,
te, y esto se ve por el conjunto y lo revela la mención que hacen
en cuanto se refieren á nuestro objeto, debemos recordar el Método
de las variantes de otra versión (alia litera, alia translatio, litera
- L _ de escribir de Abú Mahomed Abdallá, que á más de instituciones
Boetii etc.), es posible tuviesen á mano dicho texto ó medios de co-
retóricas y poéticas, contiene principios gramaticales; El prado
nocer su contenido, por las alusiones que hacen alguna vez al origi-
florido de Assiuthes, por su erudición arábiga, de donde confiesa
Se h a d i s p u t a d o sobre cuáles h a y a n podido ser los o r í g e n e s c o n s i g u i e n t e m e n t e fija las leyes de su g r a m á t i c a , reduciéndose
de la g r a m á t i c a e n t r e los árabes; si la h a n recibido de los si- á simple hecho de observación el clasificar los elementos técni-
r o s , c u y a influencia e n la l i t e r a t u r a a r á b i g a f u é bien marca- c a m e n t e . El tecnicismo g r a m a t i c a l de nombre, verbo, partícu-
da; si de los griegos, de quienes les llegó, a u n q u e m e d i a t a m e n - la etc., c u y a i n v e n c i ó n a t r i b u y e n los á r a b e s á Alí, es sin d u d a
t e el reflejo de la filosofía, ó si se t r a t a de creación i n d í g e n a y de importación e x t r a n j e r a e n t r e los filólogos á r a b e s ; mas no
p r o p i a de los mismos árabes. Esto último es lo más verosímil, así el cuerpo g r a m a t i c a l , que h a sido obra de necesidad, im-
en el sentido en q u e se dice q u e todo pueblo h a c e su l e n g u a y p u e s t a por las e x i g e n c i a s de su libro s a g r a d o , s e g ú n q u e d a di-
cho. Los siros, si bien llegaron á ser universales maestros de
los á r a b e s no lo f u e r o n antes del imperio de los Abasidas, c u a n -
Pocok haber tomado los mejores datos de su Ensayo de hist. ará- do y a poseían la g r a m á t i c a ; y los griegos ú n i c a m e n t e ejercie-
biga; y, omitiendo otros muchos, la Llave de las ciencias de Alse- ron su acción m e d i a n t e los siros. P o r otra p a r t e ni siros ni grie-
kaki, á quien se le ha llamado el Quintiliano de los árabes. Dividido gos a p a r e c e n e n s e ñ a n d o á los á r a b e s sino en la esfera cientí-
su libro en tres partes, el primero se ocupa De los preceptos de la fica, sin q u e se t r a s l u z c a la m e n o r i n t e r v e n c i ó n g r a m a t i c a l y
gramática, al cual siguen los de la oratoria y retórica, formando lingüistica, ó h a g a n alusión á ello los escritores muslímicos,
un conjunto verdaderamente filológico. P a r a otros datos v. el Disio-
que c i e r t a m e n t e no d e j a r í a n de consignarlo, como c o n s i g n a n
nario degliAutori arabi pin celebri etc. de J. B. De Rossi, la Storia
la influencia de aquéllos en las d e m á s ciencias (1). E n tiempos
della letteratura araba sotto il Califfato de F. De Bardi, el traba-
jo de Wüstenfeld, Die Geschiclitschreiber der Araber, y asimismo
los recientes trabajos Geschichte d. Arabisch. Litterat. de Bockel-
mann, la Litterature arabe de Huart, y la Litterary History of (1) Lo que decimos de la lengua puede aplicarse á la poesía ará-
Persia etc. de Browne, con datos sobre el arabismo. Véase también biga, que no tiene nada del clasicismo griego, ni le han conocido
el concienzudo estudio general de Goldriher, Abhandlungen sur nunca los antiguos poetas del Islam. Como la poesía hebraica es de
arabischen Philologie, ampliación de los Muhamedanische Studien los hebreos y la siriaca de los siros, la poesía arábiga es propia de los
del mismo autor. árabes, sin que sea bastante la fuerza del hábito ni de la reflexión
En el último tercio del siglo XIX señalóse con el marcado movi- estética para borrar la distancia inmensa que separa la musa aria
miento filológico hacia las literaturas orientales, el correspondiente de la musa semítica. Sin duda que el primitivo lirismo (fondo común
al arabismo. Efecto de este movimiento fué la publicación de algu- de toda poesía semítica) está entre los árabes lejos del amanera-
nas Misceláneas de carácter lexicográfico, diccionarios mal ordena- miento y complejidad de la poesía musulmana posterior, y que la
dos y abundosos en trozos de poesías compuestos por los primeros simplicidad de los dísticos en la kasida prekoránica contrasta con
gramáticos árabes, tales c o m o las Raresas filológicas de Abi- la composición orgánica, con el romanticismo ampuloso y de artifi-
zaid (1894) y la Critica del lenguaje de Ibnas-Sikkit (1897), entre cio que comienzan en tiempo de los Abasidas, y el contacto con los
otras. En 1888 editaba Goguyer dos obras gramaticales, la Alfy- esplendores literarios de la Persia y aun de la Siria contribuyeron
yah y la Laminiga de Ibn Malik; en 1889 terminaba Derenbourg de á desarrollar. Con todo, el tipo semítico destácase tanto en las pri-
publicar un monumento gramatical arábigo, el Kitab de Sibawaihi, meras genuinas composiciones arábigas como en las más tardías y
y en 1895 Van Ploten sacaba á luz un diccionario arábigo singular, bastardeadas, así como es imposible confundir el complicado meca-
el Mafatih al Olum, ó Clave de las ciencias, resumen de tecnicismos nismo del arte poética de los árabes con la versificación sencilla de
científicos. A favorecer el estudio glotológico-filológico arábigo nuestras composiciones. (Cf. entre otros gramáticos, Calligaris, I I
contribuyen el Corpus de inscripciones arábigas comenzado por intovo Erpenio —Prosodia—, que es un trasunto de Freytag, Bres-
Van Berchen, el Corpus de inscripciones en liimyar dirigido por nier y Sacy, en métrica árabe. Un bosquejo de ésta puede verse en
Derenbourg, del cual dialecto é inscripciones publicó Hommel un la Hist. crítica de la lit. española de Amador de los Ríos, t. II).
epítome gramatical con su Siidarabische Chrestomathie, y las in- Desconocedores los antiguos árabes de la escritura y aun enemi-
vestigaciones epigráficas de especialistas como Mosdtmann, Glas- gos de ella, no coleccionaron las primitivas obras poéticas. A los
ser, etc. gramáticos de las dos escuelas de Bassora y Kufa, cerca de dos si-
Entre los trabajos gramaticales modernos hechos sobre el árabe glos después de Mahoma, es debida esta importante labor que em-
según los principios de filología comparada, merecen especial men- prendieron más que por fines poéticos, con objeto de reunir pruebas
ción el Cours d Arabe de De Vaux y la Grammaire arabe de Donat- de la riqueza del idioma arábigo para la célebre contienda dicha de
Vernier, calcada en fuentes arábigas. los nacionalistas. De ahí la forma de colección llamada con nombre
posteriores, y e n t r a d a la E d a d Media, la influencia g r i e g a e n maico v u l g a r ; la denominación a m b i g u a de hebraisti y hebrais
las obras g r a m a t i c a l e s se v e c l a r a m e n t e , s e g ú n d e j a m o s nota- dialektos, q u e a p a r e c e especialmente en el Nuevo T e s t a m e n t o ,
do en otro l u g a r refiriéndonos á los t r a t a d o s d e A n a l o g í a de no se refiere á la l e n g u a del A n t i g u o T e s t a m e n t o , q u e v i n o
Ibn-el-Cadi y el-Mawerdi, a m b o s publicados con el n o m b r e cada vez más en desuso desde el destierro, sino al a r a m a i c o pa-
g r i e g o de Catholicon. lestinense convertido en l e n g u a j e u s u a l de los hebreos. P r o b a -
blemente, el n o m b r e de lengua hebraica es debido á los griegos
El pueblo conocido con el n o m b r e de hebreo, y así l l a m a d o y judíos helenistas, q u e lo emplearon p a r a significar la nacio-
t a m b i é n por g r i e g o s y r o m a n o s , d e s i g n á b a s e á si propio con el n a l i d a d y el c a r á c t e r del idioma. Con la división del reino de
patronímico de Israel, hijos de Israel. El n o m b r e de lengua he- Salomón en los de Israel y J u d á , el n o m b r e de Israel perdió su
brea, literatura hebrea, no a p a r e c e ni u n a sola vez e n el Anti- a n t i g u a significación t e o c r á t i c a y tomó la política y social del
g u o T e s t a m e n t o , d o n d e dicho i d i o m a es conocido p o r la lengua reino á que se aplicaba; y con la desaparición del reino de Is-
de Canaarn (Is. 19, 18), ó b i e n l e n g u a judaica (2.° Reyes, 18, rael quedó sólo el de J u d á , de donde el n o m b r e de judio apli-
26, y e n otros l u g a r e s ) . Los j u d í o s d i é r o n l e en f r a s e c a l d a i c a el cado u m v e r s a l m e n t e á los h e b r e o s , á s u l e n g u a y á su lite-
n o m b r e de Ichon kudchah, lengua santa, en oposición al ara- ratura.

Se h a d i s p u t a d o si el n o m b r e de hebreos es gentilicio (deri-


persa diván, registro, que pudiera traducirse por cancionero, y las vándolo de Heber, descendiente de Sem) ó es a p e l a t i v o simple-
múltiples antologías de poetas, entre las cuales son notables la de m e n t e . Esto xíltimo sostienen los rabinos y creemos más pro-
las siete Moallake, arregladas en el s. VIII por Al-Hammad, la titu- bable. E n n i n g ú n p a s a j e del A. T . a p a r e c e l a designación de
lada Al-Hamasa de Abu Tammam (s. IX) y la de los cantos de los hebreos como n o m b r e gentilicio, sino en sentido a p e l a t i v o . P o r
Hodheylites. También las r e g l a s del arte poética tardaron en ser vez p r i m e r a , se e n c u e n t r a esta v o z d e s i g n a n d o al p a t r i a r c a
consignadas por escrito entre los árabes. El primero que consta se A b r a h a m , á q u i e n se llama «el hebreo» p a r a distinguirlo de sus
propuso reunirías y ordenarlas fué el célebre Abú-Abd-el-Rahmán
aliados los Amorreos (Gén. 14, 13); y los S e t e n t a , tomándola e n
Aljalil (principios del siglo II de la Egira), con su tratado conocido
sentido t a m b i é n apelativo, t r a d u j e r o n ó jieQázr¡g —el que vino
con el dictado de Jalileia, que fué de autoridad indiscutible entre
los árabes. El comentador más celebrado de Aljalil es Abú-Ismael- de taparte de allá (del rio E u f r a t e s ) , y con m a y o r e x a c t i t u d
el-Tograi, con su exposición intitulada Lamiat-el-acham, que ha si- g r a m a t i c a l t r a d u j o Aquila ó jt£Qaízr¡g— el hombre del país de
do á su vez objeto de estudio é ilustraciones para muchos y distin- la parte de allá del E u f r a t e s (de donde procedía A b r a h a m ) (1).
guidos orientalistas. A principios del siglo X Abul Alkortobi y T r e s pueblos distintos f o r m a r o n las poblaciones sucesivas
Ozman Alandalusi consignaron en sus respectivas historias de la de la P a l e s t i n a . Los i n d í g e n a s palestinenses; los cananeos ó
poesía árabe, crecido número de sus cultivadores en España; núme-
fenicios y las t r i b u s semíticas. Los cananeos, pues, no e r a n in-
ro que llegó á aumentarse grandemente, como es de ver en la
d í g e n a s de la P a l e s t i n a , y las tradiciones que nos ofrecen He-
Bibliolt. hisp. arab. de Casiri, en las citadas obras de Wüstenfeld,
de Rossi, De Bardi, en la del Abate Andrés y en otras. ródoto, E s t r a b ó n y otros, están conformes e n s e ñ a l a r su o r i g e n
e n las m á r g e n e s del golfo Pérsico, en el país de Phun-t (de
Se ha dicho que la poesía española es originariamente derivación
de la arábiga, lo cual entre otros muchos han divulgado Huet y Mas-
sieu. Es esta una arbitrariedad tan palmaria, tan injustificada é in- (1) En sentido gentilicio y derivando hebreo de Heber, como con
justificable á los ojos de todo el que conozca algo de ambas litera- otros muchos hace Preiswerk en su Gram. hebr., no debiera restrin-
ras, que no merece se tome en serio. "Los árabes, diremos con girse el nombre de hebreos á los judíos, porque descendientes de
Schlegel en su Hist. de la Literat., contribuyeron á enriquecer la Heber son igualmente los idumeos, los ismaelitas y los iotácnides,
poesía española y embellecerla; pero no cabe dudar de que los anti- ó sea los árabes; ni tampoco hay razón para que los judíos tomasen
guos poemas castellanos están enteramente puros de influencia ára- precisamente el nombre de Heber, y no el de otro de sus ascendien-
be ó de las inspiraciones orientales; al contrario, su estilo, y su len- tes ó descendientes; pues aunque en su tiempo hubiese tenido lugar
guaje son severos y uniformes, puros y sencillos. Puede decirse con la dispersión de las gentes, esta dispersión ni justifica suficientemen-
tanta más seguridad que nada h a y de árabe en la antigua poesía, te el nombre aplicado (como no lo justifica el recordar el culto del
cuanto que semejante influencia se manifiesta de un modo claro en verdadero Dios y su conservación etc.), ni tuvo lugar tan sólo para
tiempos más cercanos durante los cuales existió verdaderamente." los judíos.
donde el griego Phoinikes y lat. Poeni). Y de la misma región 1.° L a l e n g u a asiria, que puede decirse también babilóni-
del b a j o E u f r a t e s de donde procedían l o s fenicios, salieron ca ó babilónico-asiria, es conocida casi en su totalidad por la
l i t e r a t u r a monumental escrita en caracteres cuneiformes. Re-
igualmente las dos naciones semíticas de asirios y hebreos. Es-
ferencias á este género de escritura se h a n querido hallar en
tos tres pueblos vecinos, a u n q u e no de u n a sola raza, vinieron
algunas indicaciones bíblicas (Dan. I, 4, donde alude á la ense-
á tener idioma común en la P a l e s t i n a , idioma que Isaías de
ñanza de letras y lengua de los caldeos), en Moisés de Core-
signa con el nombre genérico de «lengua de Canaam» (19, 18).
ne (I, 16), que hablando de las memorias y conquistas de Semí-
L a estela del rey moabita Mesha (s. IX a. J . C. cf. 2.° Reg. c. 3),
ramis en la Armenia, menciona u n edificio sobre el cual «como
de ser auténtica, pues á pesar de lo que desde Renán acá h a n en cera fueron trazados muchos caracteres;» en lo que diceHam-
afirmado los críticos sobre su autenticidad, ésta no es indiscu- za de Ispahan sobre u n a biblioteca antiquísima en Seravieh
tible, como no lo son los argumentos aducidos en favor de ella, escrita en caracteres los más extraños, de los cuales caracteres
vendría á confirmar la doctrina ya sustentada de que las tri- habla también c o m o de escritura misteriosa, e l obispo siró
bus vecinas al pueblo de Israel hablaban la misma l e n g u a de Yshudad Hadeth. No h a n faltado quienes, como H o f f m a n n , h a n
éste con pequeñas diferencias. Según todas las probabilidades, creído descubrir alusiones á la escritura cuneiforme en los Sal-
no fueron los hebreos los q u e adoptaron la lengua de los cana- mos —74, 4-6— y en el T a l m u d babilónico (cf. Orientalische Bi-
neos (aunque asi se ha creído por muchos y se afirma comun- bliograph.), citándose también en el mismo sentido la obra de
m e n t e en vista de la afinidad que ofrece el hebreo bíblico con las Letras s a g r a d a s babilónicas Peri tón en Babilóni ierón
el fenicio), sino que por el contrario los cananeos ó fenicios grammatón del pseudo Demócrito de Abdera. Otros datos apa-
adoptaron la l e n g u a de los hebreos en la Palestina, la cual así recen en la colección de Epístolas a t r i b u i d a s á Temísto-
como revistió caracteres dialectales distintos en el pueblo he- cles (ep. 21), cuya autenticidad a u n q u e generalmente comba-
breo y en el asirio, asi también nos la presenta en el pueblo tida, defiéndela con a r g u m e n t o s aceptables L e n o r m a n t (Rev.
cananeo. Archeol. vol. XV); en Tucidides (IV, 50) que menciona u n a car-
Un fondo común aramaico vino á dar el tipo f u n d a m e n t a l ta del gran rey traducida en Atenas de las «letras asirías», si
inmediato de dichas lenguas, si bien disgregadas éstas, la pre- bien no faltan quienes como Noeldeke (Hermes, vol. V) crean
ponderancia del elemento arameo continuó haciéndose sentir en que las letras asirías no significan aquí escritura cuneiforme,
unos idiomas ostensiblemente, mientras en otros por el contra- sino escritura aramea, correspondiente á u n a carta escrita en
rio quedaba m á s ó menos obscurecido. De aquí los diversos arameo también; en Heródoto (IV, 87)que recuerda u n a colum-
grupos de idiomas llamados semíticos, de los cuales habremos na de Darío I, cerca del Bosforo con u n a inscripción en «letras
de ocuparnos al t r a t a r de la clasificación de las lenguas; y de asirias» grammata Assuria; en las alusiones á las letras asirías
de los monumentos de Ciro y Sardanápalo, que se e n c u e n t r a n
aquí también las diversas fases de algunos de dichos idiomas,
generalmente e n los escritos s o b r e Alejandro Magno; en el
debidas en g r a n p a r t e á influencias mutuas posteriores entre
símil que el g r a n poeta persa Ferdusi emplea comparando unas
el elemento arameo que se conservó dentro de su tipo, y el ele-
rizadas trenzas de cabello á la envuelta escritura babilónica; y
mento que dejó de serlo p a r a evolucionar en los demás tipos
finalmente omitiendo otros datos análogos, en la explicación
lingüísticos de la familia. En este lugar basta á nuestro objeto
que Salomón ben Samuel hace de la palabra lebhenah, ladrillo,
decir que distinguidos el g r u p o aramaico-asirio, en el cual se declarando en su Diccionario hebreo-persa (1339) que los ladri-
comprenden, además del asirio, el caldeo y siriaco, y el grupo llos cubríanse a n t i g u a m e n t e de signos en Babilonia mediante
hebraico-cananeo, que a b a r c a el fenicio y las varias fases he- un sello especial, de los cuales ladrillos quedaban a ú n muestras
braicas, preséntanse como representación singularmente im- en el palacio imperial.
p o r t a n t e por el carácter de antigüedad literaria y por su signi-
ficación filológica en ambos grupos, el asirio y el hebreo. He
Sin pretender que todos estos datos t e n g a n u n a misma fuer-
aquí las conclusiones q u e asi respecto al asirio y á sus monu-
za, ni que supongan un claro conocimiento de la escritura cu-
mentos filológicos, como á la evolución lingüistica hebraica,
neiforme, no puede dudarse de que en general á ella se refie-
juzgamos oportuno presentar antes de descender á particula-
ren; probablemente, sin embargo, las noticias sobre las cunei-
rizar el hebraísmo filológico:
17
f o r m e s en la a n t i g ü e d a d no h a n llegado á los e s c r i t o r e s q u e las 3.° L a clasificación lingüistica del asirio ha dado l u g a r ,
t r a n s m i t i e r o n sino m e d i a n t e las c u n e i f o r m e s p e r s a s y se refie- e n t r e otras, á dos afirmaciones e x t r e m a d a s , u n a n e g a n d o su
r e n t a n sólo á la e s c r i t u r a del período persa-babilónico. p a r e n t e s c o semítico en los comienzos de los estudios de litera-
2.° Si bien suele h a b l a r s e de lengua cuneiforme, esta de- t u r a asiría, y o t r a posterior elevando el asirio á la l e n g u a tipo
nominación es t o t a l m e n t e impropia y sólo p u e d e t r a d u c i r s e p o r de la f a m i l i a semítica en su representación más a n t i g u a , y ha-
escritura cuneiforme ó lenguas de e s c r i t u r a c u n e i f o r m e , por- ciendo de ella el sánscrito del semitismo.
q u e esta forma de escribir es i n d e p e n d i e n t e de todo i d i o m a , y H a s t a el siglo X V I I I p r e v a l e c í a en la P e r s i a e n t r e otras
de hecho h a servido p a r a la e x p r e s i ó n g r á f i c a d e l e n g u a s de creencias, la de q u e las cuneiformes que allí se e n c o n t r a b a n
d i v e r s a familia. L a s inscripciones Aquemenides o f r é c e n n o s tres e r a n signos gráficos de u n l e n g u a j e misterioso y esotérico co-
l e n g u a s diversas con unos mismos c a r a c t e r e s ; l a p r i m e r a de nocido en la a n t i g ü e d a d por los iniciados en los secretos de las
t i p o e r a n i o , el persa; la t e r c e r a semítica, el asirio, y la s e g u n d a
á la cual se le dió el n o m b r e de l e n g u a escítica, médica etc. nin-
mismo ejemplares de escritura pictórica ó semipictórica, y además
g u n o de los cuales le conviene, es d i s t i n t a de la t e r c e r a y de la
la existencia de monumentos asirio-babilónicos que de no ser pro-
p r i m e r a . E n e s c r i t u r a c u n e i f o r m e e s t á n a d e m á s las inscripcio- piamente geroglíficos como quieren no pocos, son en todo caso indu-
n e s elamíticas, c u y o l e n g u a j e no es ni el p e r s a ni el asirio, y dable testimonio de orígenes geroglíficos. Las listas paralelas de
sólo g u a r d a relaciones con el q u e a c a b a m o s de i n d i c a r d e la cuneiformes y caracteres babilónicos arcaicos en las cuales Hough-
s e g u n d a columna; las inscripciones q u e L e h m a n n q u i e r e se de- ton (Transactions of the society of biblical Archaeology, v. VI)
n o m i n e n cáldicas, d e s c u b i e r t a s e n la r e g i ó n de los caldeos veía al lado de la transcripción cuneiforme la figura y geroglífico
(confundidos m a l a m e n t e por no pocos con los caldeos) e n las correspondiente, señalan cuando menos una translación gráfica de
caracteres más próximos á la escritura pictórica que á la cuneifor-
orillas del l a g o de V a n y región conocida por los asirios con el
me. Y decimos cuando menos, porque dado que á un solo signo cu-
n o m b r e de «reino de U r a r t i » , c u y a clasificación l i n g ü i s t i c a , si
neiforme corresponden varios de los arcaicos dichos, y que en el
bien discutida, no p e r m i t e c o n f u n d i r l a s con la d e i d i o m a asi- siglo VII a. J. C. al c u a l pertenecen aquellas inscripciones no es
rio; las glosas, ó traducciones de p a l a b r a s a s i r i a s a i s l a d a s probable pudiesen reproducirse los caracteres gráficos primitivos,
p u e s t a s e n otras l e n g u a s , b a j o los mismos signos gráficos; el es verosímil que no se trate allí de explicar mediante cuneiformes el
glosario de los Kashshi (que son los Kiaaioi s e g ú n O p p e r t , y los primer tipo de escritura babilónica (cf. Delitzsch Die Entstehung des
Koaoaioi según Delitzsch) donde figuran en c o l u m n a s al lado ältesten schriftsystetns), sino tan sólo de transcribir en forma re-
del t e x t o asirio la traducción á la l e n g u a de dichos Kashshi; la ciente tablillas de escritura anticuada no primitiva, como se ve en
otras listas babilónico-asirias, con signos antiguos y signos poste-
c a r t a de D u s h r a t t a , jefe del país de Mitanni al F a r a ó n Ame-
riores que aclaran los primeros. Ultimamente De Morgan en la ex-
nophis I I I , escrita e n la l e n g u a de a q u é l , p e r o e n c a r a c t e r e s
pedición arqueológica á la Persia (Rev. Archeol., 1901, a. Fossey),
cuneiformes, y á este tenor otros datos q u e d e m u e s t r a n q u e la ha aportado muestras de escritura antiquísima que se ha calificado
e s c r i t u r a c u n e i f o r m e e r a i n d e p e n d i e n t e de todo i d i o m a deter- de geroglífica, pero que de no serlo, hace indudable su derivación
m i n a d o (1). iconográfica. Por lo demás, no existe todavía una colección comple-
ta de los signos de escritura babilonia y asiría para fijar sus grados
(1) Cual haya sido el origen de la escritura dicha cuneiforme evolutivos; lo que sí, puede establecerse es que entre la escritura
(cuneatae, inscriptiones, por la forma de cuña que presentan los geroglífica y lineal pictórica de una parte, y la cuneiforme de otra,
elementos componentes de cada signo de dicha escritura) es cosa no hay separación definible, como no puede precisarse el momento
no averiguada con certeza, si bien es muy verosímil y tenemos por en que el sistema de la cuña hizo su aparición (cf. Teloni, Lett. assi-
seguro que en su conjunto es de base geroglífica, cualesquiera que ra. V, en Delitzsch, Entstehung etc. Diebabyl. Keilschrift im Alt-
sean las afirmaciones que se hagan en contrario. A sostenerlo así gem. u. ihre einzeln. Entwickelungstufen). Un problema harto
nos conducen los indicios innegables de una escritura ideográfica ba- discutido importante en la reconstrucción de los signos primeros ba-
bilónico-asiria antiquísima, la existencia de una escritura lineal con- bilónicos es, si la dirección de la escritura ó mejor sus rasgos iban
servada en las inscripciones precursora de la cuneiforme, y en la en sentido vertical ú horizontal. Lo primero es más probable, y con
cual la cuña está sustituida por la linea; estas líneas van frecuente- ello se explica sin dificultad las dos opuestas maneras en que apare-
mente dispuestas en formas casi geroglíficas, llamadas por esto ce escrito el asirio;' en los más antiguos monumentos caldeos la es-
a r t e s mágicas. A principios del mismo siglo Th. H y d e n e g a b a
refiriéndose á las c u n e i f o r m e s de Persépolis que f u e s e n v e r d a - confirmó y amplió e n el liltimo tercio del mismo siglo N i e b u h r ,
d e r a e s c r i t u r a , y las r e d u c í a á simples figuras de o r n a m e n t a - descubriendo e n las inscripciones Aquemenides, tres géneros ó
ción. L i c h t e n s t e i n p r e t e n d i ó luego h a b e r hallado p a l a b r a s ára- clases de e s c r i t u r a , cosa que á fines de dicho siglo y en u n mismo
bes sobre u n ladrillo babilónico publicado por H a g g e r , y tam- año (1798) ratificaban O. G. T y c h s e n y F . Münter. E s t e último
bién a r a m a i c a s e n el kudurru (piedra de deslinde e n asirio) sobre todo estableciendo q u e los tres g é n e r o s de escritos perse-
llamado de Michaux, lo cual no podía menos de ocasionar las politanos en las A q u e m é n i d e s c o r r e s p o n d í a n el p r i m e r o á u n a
más a r b i t r a r i a s i n t e r p r e t a c i o n e s . El primero que pensó en que l e n g u a alfabética, el s e g u n d o á u n a l e n g u a silábica y el terce-
ro á otra e n g r a n p a r t e ideográfica, fijó los rumbos que en ul-
en las c u n e i f o r m e s se hallase u n sistema de e s c r i t u r a ideográfica
teriores investigaciones hubieron de seguirse h a s t a l l e g a r al
f u é E. K a e m p f e r á principios del mismo siglo X V I I I , lo cual
estado a c t u a l de la asiriología.

critura va de derecha á izquierda en forma de columnas, pero de


tal suerte que inclinando las tablillas hacíala izquierda, los caracte- por un parentesco babilónico-egipcio en la escritura, lo cual dado
res aparecen en sentido horizontal y van entonces de izquierda el o r i g e n geroglífico de las cuneiformes, resulta muy aceptable.
á derecha, justameute como se encuentran escritos en su mayoría (V. sobre las relaciones de las cuneiformes con otras escrituras, Les
los documentos epigráficos asiro-babilónicos menos antiguos, á la langues perdues I, de Ménant; la Gescliischte d. Alten Morgenlan-
• manera que nosotros escribimos actualmente, y opuesta á la de los des de Hommel, y la Bericht ü. die Fortschritte der Assyriologie
semitas. El cambio, pues, resulta así obra inconsciente de comodi- in d. Jahr. 1886-93).
dad, ya que comenzando por colocar el material de escritura incli- El carácter monumental epigráfico de la literatura asiría, la ha-
nado para trazar más fácilmente algunos caracteres, principiaron ce de singular valor histórico, una vez descifrada y ordenada. No
escribiendo en sentido horizontal lo que en teoría aun tenían como existe un inventario numérico completo de las inscripciones cunei-
escritura vertical, acabando por olvidar del todo la antigua direc- formes, ni tampoco un inventario bibliográfico de las colecciones ya
ción para retener la nueva práctica y teóricamente también. (Sobre públicas ya privadas hechas de aquéllas. En cuanto á lo primero,
la importancia del origen de las cuneiformes, Delitzsch, Die Ents- Bezold en 1896 contaba 160.000 ejemplares cuneiformes á disposición
tehung etc. Die Wichtigkeit der F r a g e etc. Sobre el conjunto de de los asiriólogos (de los cuales son de carácter jurídico 50.000);
signos asirio-babilónicos, Delitzsch, Assyrisclie Lesestücke —2.a edi- pero de entonces acá ha crecido el número notablemente; sólo las
ción—, y el Tablean comparé des escritures babylonienne et assyr.J expediciones americanas de la Universidad de Pensilvania á Nipur
La escritura asiría pasó de los ideogramas (signos de ideas y de llevaban en 1900 presentados unos 56.000 ejemplares cuneiformes, y
cosas) á los fonogramas (signos de sílabas) transformándose de la Hilprecht hacía ascender á fines del año último el número de docu-
manera más conforme con la índole de la lengua. Al pasar tales sig- mentos de Nipur, á unos 150.000.
nos á los semitas, empleáronse los ideogramas con el valor fonéti- Los territorios en que esta escritura puede considerarse como
co que en su lengua correspondía á las ideas por ellos espresadas, y connaturalizada y de uso corriente son, entre otros menos significa-
se convirtieron así en una especie de fonogramas traducidos en len- dos, la Media (Ecbatana y monte Alvend), la Persia y el Elam (mo-
guaje semítico, á la manera que los guarismos verdaderos ideogra- numentos de Persépolis, Naksh-i-Rustem y Murghab, Behistan y
mas de la numeración, reciben diverso valor fonético al pasar de Susa); el territorio de Van, la Babilonia y la Asiría, y en general las
uno á otro idioma. Cual fuese el pueblo introductor de las cuneifor- regiones que estuvieron bajo sus dominios, ó mediante los fenicios
mes, enlázase con el problema de la existencia ó no existencia de se pusieron en relación con aquellos imperios: el Egipto, Asia me-
una raza presemítica en las regiones del Tigris y del Eufrates de don- nor, Siria, Palestina, Chipre, etc. (Cf. B. Teloni, Letter a assira).
de proviene el semitismo. Los museos de primer orden que constituyen la biblioteca de lite-
En cuanto á posibles afinidades de la escritura cuneiforme, se han ratura asiría son: el British Museum, el del Louvre, los de Berlín, de
aventurado muchas hipótesis, sin que merezcan gran fe algunas de Guizeh, de Nueva York, de Filadelfia (Univ. de Pensilvania), y el
ellas. William Jones, conviniendo en principio con lo que Vallancey Museo imperial de Constantinopla. Otros muchos existen ya priva-
asentaba en el siglo XVIII, trató de buscar semejanzas entre los ca- dos ya públicos de menor importancia, de los cuales no es posible nos
racteres rúnicos y los cuneiformes; Lacroze á quien sigue Lacoupe- ocupemos (v. Bezold, Kurzgefasster Uéberblick ü. d. babylon.-assy-
rie, establece un paralelismo gráfico chino-babilónico á la manera riche Litteratur; además las descripciones peculiares de los diver-
que ya en el siglo XVIII lo sostuvo Raspe, mientras Ebers se decide sos museos). Sobre las exploraciones asirio-babilónicas, K a u l e n ,
Assyrien und Babylonien nach d. neusten Entdeckungen; Ménant,
E n efecto la l e n g u a del p r i m e r género e n las c u n e i f o r m e s de de u n instinto a d i v i n a d o r s i n g u l a r p l a n t e ó su método de inves-
Persépolis, e r a el persa; la del s e g u n d o género e r a el i d i o m a tigación (1802) el cual sin e m b a r g o del escepticismo g e n e r a l
cuyo n o m b r e y c u y a s afinidades v i e n e n discutiéndose sin lle- con q u e f u é recibido, del que p a r t i c i p a b a t a m b i é n el ilustre De
g a r á u n a certeza completa, conocido y a por el calificativo de Sacy, dió por resultado que la m a y o r p a r t e de lo descifrado por
l e n g u a escítica y a por el de l e n g u a de los Medos ó médica, y a aquel procedimiento f u é hallado p o s t e r i o r m e n t e exacto. R a s k ,
por el de elamitica, por sus afinidades con los dialectos de la E. B u r n o u f , Ch. L a s s e n , Beer, c o n t i n u a r o n la labor c o m e n z a d a
r e g i ó n de los Elamitas. El t e r c e r género está constituido p o r el q u e f u é c o m p l e t a d a por Rawlison (1846), d á n d o s e con sus t r a -
asirio. El primero e n descifrar las c u n e i f o r m e s p e r s e p o l i t a n a s b a j o s por i n t e r p r e t a d o s con s e g u r i d a d los caracteres cuneifor-
d é l a clase primera, el persa, f u é G. F . G r o t e f e n d q u i e n á pe- mes persas, siquiera las ulteriores investigaciones de B e n f e y ,
s a r de sus m u y escasos conocimientos o r i e n t a l e s , p e r o llevado Oppert, y Spiegel, h a y a n venido á consolidar e n su a p a r i c i ó n
la ciencia de las cuneiformes.
L a segunda clase de cuneiformes de Persépolis alcanzó por
Les langues perdues; Hommel, Gesch. Babyloniens und Assyriens,
el v i a j e r o Chardin (1711) su p r i m e r a descripción conocida. Y
entre otros.—La mejor descripción-catálogo de monumentos asirios
puede decirse que d e s d e W e s t e r g a a r d , á m e d i a d o s del si-
es hasta hoy la obra de Bezold, relativa al British Museum, Catalo-
glo X I X , h a s t a nuestros días, ha sido objeto p r e f e r e n t e de los
gue of the cuneiform Tablets of the Konyunjik etc.; y la más
grande de las publicaciones asirías es la edición de la correspon- asiriólogos i n v e s t i g a r el parentesco de esta s e g u n d a l e n g u a de
dencia que dicho Museo p o s e e de Asarhaddon y A s s u r b a n i p a l las Aqueménides, con varios nombres d e s i g n a d a s e g ú n q u e d a
(siglo VII a. J. C.), trabajo de R. F. Harper, Assyrian and Babylo- dicho. Hincks, Oppert, H o l t z m a n n , L e n o r m a n t , Spiegel, Sayce,
nian letters etc. D e l a t r e , Weissbach y otros, h a n s e señalado e n esta labor, cu-
En cuanto al movimiento asiriológico baste notar que A. J. De- yos éxitos no responden sin e m b a r g o á los esfuerzos realizados.
latre en su Memoria sobre "los progresos de la asiriología", en el últi- Contra lo q u e sucedió con la s e g u n d a l e n g u a de las inscrip-
mo Congreso bibliográfico de París (Compte Rendu, 1.1) encuentra ciones t r i l i n g ü e s de que nos ocupamos, la t e r c e r a l e n g u a co-
desde 1888 á 1898 cerca de unos trescientos autores europeos, ameri-
canos y hasta japoneses, que produjeron unas mil quinientas obras,
sin contar artículos bibliográficos y artículos de periódicos; si bien para tales fines y á la dificultad de proporcionarse escribas diestros
es verdad que las obras capitales y hechas por asiriólogos de pro- en ella, en las múltiples regiones de secundaria importancia donde
fesión son en número relativamente muy pequeño. La cantidad de aparece usada. Otros sostienen que el asirio estuvo en vigor desde
escritos y de autores ha aumentado considerablemente en estos pri- los tiempos en que las dinastías primeras babilónicas ejercieron su
meros años del siglo XX, siquiera buena parte de ellos se consa- hegemonía sobre los países del Mediterráneo, y que la lengua asiria
gren más que á la asiriología, á las varias disciplinas por los asirios vino á ser lenguaje vulgar en Canaán y demás regiones que en asirio
cultivadas. se relacionaban con los Faraones. Esto si bien nos parece más pro-
Además de la comunicación probable hebraico-asiría en el uso de bable, no puede sostenerse sino con algunas restricciones sobre el
las cuneiformes, otra muy significada vino á revelarnos la colección empleo vulgar de aquel idioma; porque en la correspondencia misma
de documentos también cuneiformes contenidos en más de 300 tabli- de El-Amarna se hace referencia á un intérprete por cuya mediación
llas halladas en Tell-el-Amarna, ó El-Amarna —bajo Egipto— las se entendieron el soberano de Egipto y el rey de Mitanni (carta 19
cuales provienen de archivos reales egipcios, y contienen extensa del v. V de la Keilschriftliche Biblioteck de Schrader); en algunas
correspondencia diplomática entre los Faraones y los soberanos de cartas de la Siria aparecen glosas de palabras cananeas para expli-
Siria y Mesopotamia, con más curiosos datos administrativos de car palabras asirías, y á veces éstas son sustituidas por palabras
Canaán antes de la invasión de los Israelitas. Desde luego surgió el usuales; de igual suerte encuéntranse en la misma colección de El-
problema interesante de saber por qué en la correspondencia oficial Amarna voces egipcias transcritas en caracteres cuneiformes. Todo
del país de Canaán, en la Fenicia, en la Siria etc. se ha usado el len- ello inclina á creer que de haber sido el asirio lengua vulgar en los
guaje asirio y la escritura cuneiforme. Problema al cual unos han países mencionados, no excluyó totalmente el lenguaje que pudiéra-
contestado admitiendo el asirio como lengua oriental común para la mos decir nativo de los mismos. (Sobre la coordinación de la colec-
diplomacia y relaciones comerciales é internacionales; solución á ción de El-Amarna, v. Delatre —S. J.— en la Rev. des quest. histor.
primera vista viable, pero que tropieza con g r a v e s inconvenientes 1892-94-96; Hommel, Die altisraelitische Ueberlieferung, y Maspero
si se atiende á la extraordinaria complicación de la escritura asiría en la Hist. anc. des peuples de l'Orient.)
rrespondiente á la dicha tercera clase de las inscripciones per- las compenetraciones léxicas babilónico-hebraicas revelen no
sepolitanas, f u é desde el principio reconocida como idioma asi- y a ingerencias de todo e x t r a ñ a s , pero ni a u n mezclas distintas
rio; pero su clasificación entre las lenguas semíticas no se ha de las del tipo aramaico común, cuya influencia por otra parte
hecho sin contradicciones, las cuales fueron de provecho p a r a el se revelaba bien en el hebreo antes de la captividad; todo ello,
mejor estudio d e l punto que se d e b a t í a . E n t r e los partida- repetimos, hace hoy incuestionable el tipo semítico y parentes-
rios primeros del semitismo del asirio aparecen Lówenstern, co arameo del idioma de Babilonia. Pero de esto á establecer
Hincks, De Sauley y otros, contra los cuales levantáronse no que el asirio es la l e n g u a típica más a n t i g u a del g r u p o arameo-
pocos eruditos, á cuya cabeza puede figurar el entonces céle- hebraico, y hacerla el sánscrito de la familia semítica, hay no
bre semitista F. Luzzato (1849), quien sostuvo el parentesco del pequeña diferencia; de hecho la familia del semitismo conoci-
asirio con el s á n s c r i t o . Consolidada más y más la doctrina do sobre todo en las formas arcaicas del arameo, habrá de sel-
opuesta á medida que se hacia detenido examen de las inscrip- la que proporcione la luz necesaria p a r a alumbrar las obscuri-
ciones estudiadas, surgieron diferencias s o b r e cuál ó cuáles dades de la fonética y morfología asirías, p a r a q u e nos sea
fuesen las lenguas semíticas más aptas p a r a explicar el asirio, dado ver el lugar en que haya de ser colocado aquel idioma
y por lo mismo p a r a fijar su propio carácter; y mientras unos dentro del semitismo y a estudiado y comparado.
recurrieron al árabe, al etiópico etc., otros buscaron con mejor Es u n hecho digno de ser notado que en general los datos
suerte las afinidades babilónico-asirias (el asirio y el babilóni- antiguos que llegaron á nosotros de la lengua de los asirios la
co convienen gramatical y léxicamente con sólo variantes fo- presentan como idioma aramaico, ó la suponen en afinidad pró-
néticas) en el a r a m e o y hebreo, que sin duda responden cum- xima á esta familia. Diodoro (II, 3) atribuye á Semiramis letras
plidamente á los intentos de las comparaciones ensayadas, si aramaicas —2vgia yQá/¿fiara—; Jenofonte refiere (Anab. VII, 5)
bien el estado actual de los conocimientos asirios no permite que Ciro mandó u n a legación á Babilonia compuesta de hom-
que todos los problemas gramaticales y léxicos de dicho idioma bres que sabían hablar arameo —avgiazi éjziaza/xévovg—; Beroso
aparezcan resueltos con e n t e r a claridad. habla del caldeo de Babilonia que, como tal, es necesariamente
Común f u é el origen de los pueblos asirio-babilónico y he- aramaico. El mismo nos da la traducción del nombre del mons-
breo, y de u n mismo territorio partieron unos y otros, según truo jefe del mundo primitivo Omoroka, llamado según dice
queda indicado; común manifiestamente el uso del arameo en en caldaico Thalath —Oaláz&—, nombre que el texto armeno
las regiones del Tigris y Eufrates, donde tuvieron su cuna he- de Eusebio i n t e r p r e t a T h a g a t t h a m en caldeo (C. Müller, Fragm.
breos y asirios, y en Asiria y Babilonia se usaron inscripciones histor. graecor. II), p e r o suponiendo legitima la lectura de
aramaicas é inscripciones bilingües arameo-asirias que han lie. Thalath que p r o p o n e n algunos m u d a d a en Oavázft, nos d a
gado á nosotros (cf. Corpus inscrip. semitic. I I ; Rawlinson, desde luego u n ejemplo de la l e n g u a semítica á que Beroso se
refiere. Otros testimonios ofrecen Arriano, que menciona el asi-
Cuneiform. inscript. of West. Asia I I I . Un contrato del si-
rio, Esiquio Alejandrino, que reproduce algunas palabras de él,
glo VII a. J . C. en escritura ararnea, en el Mus. Británico,
Amiano Marcelino, el cual habla de ciudades de la Siria que en
colec. de K u j u n j i k , según Bruto Teloni, ob. cit.); comunes son
su tiempo llevaban al p a r que el nombre griego, otro antiguo
al asirio y arameo no pocos nombres del tecnicismo científico,
asirio —institutores veteres indiderunt—; todos los cuales ha-
especialmente jurídico y astronómico, y del tecnicismo de ar-
cen mención del asirio en sentido semítico, y mejor que semí-
tes é industrias, cuyo catálogo comparado v a en continuo au- tico, aramaico. Asi entienden el asirio también Marco Tulio,
mento (cf. Meissner, Zeitschr. für Assyriologie VIII); notorias Lucrecio, Estrabón, Plinio y Q. Curcio Rufo al referirse al len-
por otra parte las influencias asirías en el arameo más antiguo, g u a j e «asirio» introducido en las regiones romanas por los cal-
como el de las inscripciones Nerab y Senjirli, y la significación deos y en uso en las escuelas de artes ocultas y sectas corres-
que alcanzan a l g u n a s inscripciones nabateas y palmisenas en pondientes hasta la época imperial; de igual manera hubo de
orden al asirio, como hace ver Noeldeke, entre otros. Y todo entenderlo indudablemente Focio c u a n d o e n s u Biblioteca
ello unido al aspecto general de ambas formas de l e n g u a j e y á (ed. Bekker, I, escol.) dice que Jamblico aprendió la lengua
las relaciones lingüisticas de los pueblos que los hablaron sin siriaca y la babilónica —SvQav xr\v náxgiov yXüooav eíScóg... xal
tropezar con g r a n d e s dificultades de interpretación, y sin que
TY¡V (}apvAcovíav—; l e n g u a j e babilónico q u e e n tiempos d e Jam-
4.° E n t r e los problemas provocados p o r la asiriologia, dos
blico no debía ser o t r a cosa q u e el a r a m e o oriental e n c u a n t o
p r i n c i p a l m e n t e de o r d e n glotológico se h a n discutido y se dis-
distinto del occidental, como y a con razón a d v i r t i ó Gutschmid
cuten e n Filología c o m p a r a d a . U n o relativo á la l e n g u a de la
(Eleine Schriften II), pero q u e a u n como a r a m e o m o d e r n o ve-
s e g u n d a c o l u m n a de las inscripciones t r i l i n g ü e s de los Aque-
n i a sin solución de continuidad t r a n s m i t i e n d o u n n o m b r e y una
ménides. Otro r e f e r e n t e á la cuestión dicha «sumeriana» q u e
t r a d i c i ó n común d e otro a r a m a i c o m á s a n t i g u o . Y no es de
incluye la del idioma protosemítico.
echar en olvido á n u e s t r o objeto el conocido p a s a j e del libro IV
Como q u e d a dicho, la p r i m e r a c o l u m n a de las inscripciones
de los Reyes (XVIII, 26) donde R a b s a c e s , el e n v i a d o de Sena-
t r i l i n g ü e s está r e d a c t a d a e n persa a n t i g u o , y la t e r c e r a en asi-
q u e r i b á J e r u s a l é n , es rogado p o r Eliacim, Sebna y J o a h p a r a
rio. P a r a la de la s e g u n d a c o l u m n a y a R a w l i n s o n (Journ. of
q u e hable en a r a m e o y no en h e b r e o , á fin de que el p u e b l o no
the R. Asiat. Society, XV) propuso el calificativo de la l e n g u a
se e n t e r e de su alocución — P r e c a m u r , dice la V u l g a t a , u t lo-
escítica, el cual f u é a c e p t a d o por muchos incluso O p p e r t , a u n -
quaris nobis servis tuis Syriace; s i q u i d e m intelligiums h a n c lin-
que l u e g o h a y a m u d a d o de dictamen j u z g á n d o l a idioma de
g u a m : et n o n loquaris nobis I u d a i c e , a u d i e n t e populo qui est
ios medos. P e r o el n o m b r e de l e n g u a escítica, a p l i c a d o por no
super m u r u m . — Es decir q u e el a r a m e o era l e n g u a v u l g a r en
pocos á las l e n g u a s uralo-altaicas, ha sido d e n o m i n a c i ó n apli-
Babilonia y Asiría, de la cual s u p o n e n e n J e r u s a l é n d e s d e lue- c a d a t a m b i é n á pueblos q u e h a b l a b a n l e n g u a j e del tipo ario,
go conocedor al e n v i a d o de S e n a q u e r i b q u e comienza á h a b l a r y por lo mismo no es u n a denominación glotológica, sino sim-
e n l e n g u a h e b r e a , por ser e s t u d i a d a p o r los f u n c i o n a r i o s asi- p l e m e n t e geográfica que se dió a n t i g u a m e n t e á los h a b i t a n t e s
rios p a r a sus legaciones oficiales; y al contrario, el a r a m e o del del Norte de E u r o p a y del Asia sin distinción. P o r esto, a u n
e m b a j a d o r asirio r e s u l t a desconocido de la m a s a p o p u l a r ju- dado que el idioma de la s e g u n d a columna p u e d a reducirse al
daica, e s t u d i a d a t a n sólo p a r a relaciones oficiales, por lo cual tipo u r a l o - a l t a i c o , seria siempre i m p r o p i a la denominación é
los tres hebreos mencionados n e c e s i t a r o n significarse como co- incapaz d e definir el c a r á c t e r de aquel l e n g u a j e .
nocedores de a q u e l idioma. A h o r a bien; por m u y g r a n d e q u e
Pai-a los que la d e s i g n a n como l e n g u a médica la s e g u n d a
supongamos la i n t r u s i ó n de e l e m e n t o s a r a m a i c o s e x t r a ñ o s e n
columna de cuneiformes nos ofrecería u n e j e m p l a r del h a b l a
el territorio asirio-babilónico, no es posible p e n s a r e n q u e esta
de Arbaces, Dejoces, C i a j a r e s y de toda la d i n a s t í a m e d a , dis-
invasión f u e s e tal q u e llegase á c o n s t i t u i r el núcleo de l a l e n g u a
t i n t a del l e n g u a j e de los Aqueménides. F ú n d a n s e los seguido-
p o p u l a r asiria, de no ser los n u e v o s a r a m e i s m o s a b s o l u t a m e n t e
res de esta opinión en a l g u n a s inscripciones s e m e j a n t e s halla-
conformes al tipo de la l e n g u a en q u e se i n t r o d u c e n , y q u e lle-
das en la a n t i g u a Media sin que las a c o m p a ñ e n los t e x t o s asi-
g a n á d o m i n a r h a s t a el p u n t o de m e r e c e r ser e s t u d i a d o tal rio y persa, y en que las inscripciones en tres l e n g u a s d e b i e r o n
arameo-asirio por los f u n c i o n a r i o s hebreos, de la m i s m a mane- r e p r e s e n t a r las de los tres principales pueblos del imperio: la
r a q u e el hebreo e r a e s t u d i a d o p o r los f u n c i o n a r i o s asirios (1). de los persas, la de los asirios y la de los medos, objeto de dis-
cusión.
(1) No existen hoy criterios rigurosamente científicos que per- Sobre esta controversia y sobre el p a r e n t e s c o uralo-altaico
mitan fijar ni la época de las primeras inscripciones en asirio, ni la
de la desaparición de este idioma. Como textos precuneiformes pu-
hasta el sig. IV de nuestra era fundado en alusiones de Sinesio, no
blicáronse varios en escritura asiria lineal á fines del siglo XIX
puede admitirse su existencia con carácter dialectal independiente
(Proceedings of the amer, oriental Society, 1895 y Americ. Journ.
ni aun en los comienzos de la Era cristiana, cuando aparecía ya
of Archeol. 1888), cuya autenticidad puesta en duda por Ménant (Les
como un aramaeismo degenerado de su tipo, de igualforma que el
fausses antiq. de l'Assyrie et de la Chaldée), es defendida última-
hebreo.—Acerca de los testimonios de los escritores latinos sobre el
mente por el mismo Americ. Journ. of Arch. (1901, art. deBarton).
asirio que hemos citado, v. Gutbrod en el Zeitschrift fiir Assiriolo-
Como ejemplar antiquísimo del semitismo, la inscripción hallada
gie, VI. Las relaciones judaico-asirias, según sostiene Winckler re-
últimamente en Susa por De Morgan, un documento real sobre admi-
cientemente (Alteorientalische Forsch. I, 1902) fueron no sólo de
nistración cuya fecha, aunque se aventuran varias, no puede preci-
lenguaje, sino también de forma de composición de documentos ofi-
sarse.—Sobre la duración del asirio como lengua hablada, si bien
ciales, y lo que es más, de empleo común de la escritura cuneiforme
hay quienes como Ménant (Les langues perdues I) la hacen llegar
usada por los judíos en tiempo de Isaías.
que se a t r i b u y e al idioma controvertido de la segunda colum- uralo-altaico (singularmente con el turco y finés, á los cuales
na, pueden a ú n hoy repetirse las apreciaciones de Spiegel (Era- se comparó también la lengua de las cuneiformes), con el semí-
nische Alterthumskunde I); pues ni la lengua de que se t r a t a tico y con el ario, en especial con el sánscrito, del cual las cre-
aparece suficientemente descifrada p a r a concluir u n a filiación yeron derivación no sólo los Panditos indios, sino doctos euro-
ni un parentesco cierto, n i a u n las lenguas con las cuales se in- peos como Carey y Wilkins, ilusionados por las semejanzas
t e n t a relacionarla, las altaicas, son en general b a s t a n t e estu- gramaticales y léxicas que realmente existen, y que sin d u d a
diadas por los que establecen la comparación, p a r a q u e sus a r g u y e n , y a que no la pretendida derivación, u n remoto co-
opiniones en este p u n t o sean indiscutibles. La lengua en cues- mún origen.
tión g u a r d a sin e m b a r g o u n paralelismo demostrado con las Vienen, pues, las diversas opiniones á coincidir en u n a ge-
uralo-altaicas, q u e es e l revestir carácter a g l u t i n a n t e como neral semejanza mediata ó inmediata de la l e n g u a de la segun-
ellas. L a lengua d e los medos, tal como n o s la presenta la da inscripción de los Aqueménides con los tipos más señalados
antigüedad griega, dista mucho de ser la segunda de las cu- de la aglutinación y flexión, que 110 es en último término más
neiformes. que u n grado superior aglutinante; con lo cual confírmase nues-
Creemos verosímil y j u z g a m o s probable que la segunda tro criterio acerca del carácter de suyo indefinido de aquel idio-
ma de transición, capaz de ser elevado á l e n g u a j e flexivo con
columna de las Aquemenides debe reducirse á un tipo lingüís-
el desgaste y aproximación de elementos morfológicos, como
tico de transición semitico-aria en el cual se r e f l e j a por la
de retener dentro del grado a g l u t i n a n t e las propiedades pecu-
composición y por su conjunto léxico la base a g l u t i n a n t e pre-
liares haciéndolas cada vez más estables y harmónicas sin in-
semitica (del semitico-camítico, antes de su separación) con
m u t a r el carácter aglutinativo.
vocabulario mixto de elementos antiguos y posteriores, de afi-
nidades eranias y de afinidades babilónicas, de contextura pri- Hemos hablado en el p a r á g r a f o precedente de u n a l e n g u a
mitiva y de elaboración sucesiva. La l e n g u a de la a n t i g u a Cal- presemítica y de la l e n g u a «sumérica», lo cual nos lleva al se-
dea, ni camitica, ni semítica ni aria, sino idioma rudimentario gundo punto de los arriba señalados como de controversia en-
capaz de dar en contacto con otras v a r i a n t e s lingüisticas y en tre l o s asiriólogos. E s innegable que ha existido u n idioma
diversias regiones tipos diversos; análoga al egipcio que hubo presemitico en cuanto precedente necesario, y por otra p a r t e
demostrable, del semitismo histórico. Cual h a y a sido el carác-
de desarrollarse en suelo africano, al «sumèrico» ó como quie-
ter de esta l e n g u a ha t r a t a d o de establecerse mediante los nu-
ra que se denomine el remoto elemento presemítico en tierra
merosos textos bilingües asirio-babilónicos que se conservan, y
asiática; al susiano que enclavado en la Persia (en la Susiana
que ofrecen al lado de la redacción original, u n a traducción e n
confinando con la a n t i g u a Caldea), es considerado por algunos
el asirio semítico común. Partiendo del hecho de que los reyes
como el verdadero idioma de la segunda columna consabida.
de Babilonia y Nínive se denominaron á si mismos «reyes de
Después de Mordtmann (Zeitschrift d. deutscli. morgenlaend. Sumer y de Akkad» y fundados en otros indicios, h a n admitido
Gersellsch. XXIV), se hace eco d e esta ùltima opinión Weis- los historiadores la existencia de una población primitiva de la
bach (Die Achaemenidensischriften sweiter Art), suponiendo región de Babilonia anterior á los asirios, cuya l e n g u a de tipo
que dicho idioma es u n susiano no primitivo, relacionado sin aglutinante, habría de ser la que se nos ofrece en las menciona-
duda con el persa y con el babilónico, por haber tomado de das inscripciones bilingües como distinta del asirio, la cual se
ellos muchos elementos, a u n q u e sin estar orgánicamente em- ha denominado por unos idioma sumeriano, por otros ákadiano
parentado con los mismos. Lénormant y Sayce créenle empa- y por otros protocáldeo, protosemitico etc. Idioma que d u r a n t e
rentado con el l e n g u a j e presemitico (acádico), que suponen de algún tiempo habría sido empleado simultáneamente c o n el
tipo turánico, y por lo mismo con parentesco directo con el asirio, p a r a desaparecer luego quedando su uso reservado á los
asirio. Por su p a r t e Caldwell, el autor de la gramática hoy sacerdotes p a r a el ejercicio del culto.
clásica de las l e n g u a s dravidianas (A comparative Grammar
of the Dravidian or South-Indian Family of languages) no Pero admitida u n a dualidad étnica en Babilonia sumerianos
duda aproximar el idioma discutido á este grupo de lenguas, y ákkadianos, resta el problema de si son los primeros ó los
las cuales á su vez p r e s e n t a n analogías innegables con él tipo segundos pertenecientes á la raza presemítica aludida. P a r a
O p p e r t y otros el n o m b r e «akkadiano» es sinónimo al de asirio, c u a l sería el «sumeriano» diverso del u s u a l babilónico-asirio
de s u e r t e que aplicado á la l e n g u a , asirio y a k k a d i a n o sería el p a r a u n a misma l e n g u a , m i e n t r a s lo opuesto, ó sea q u e u n a
idioma semítico de Asiría y B a b i l o n i a , la l e n g u a de la t e r c e r misma e s c r i t u r a se utilice p a r a e x p r e s a r diversas l e n g u a s , f u é
c o l u m n a de las c u n e i f o r m e s . P o r esto m i e n t r a s H i n c k s prefiere cosa corriente y es manifiesta e n la e s c r i t u r a cuneiforme; todo
a q u e l l a denominación por él p r o p u e s t a , Oppert a d o p t a la de ello g a r a n t i z a las probabilidades de la existencia del «sume-
l e n g u a j e «sumeriano», c u y a g r a m á t i c a f u é el p r i m e r o en i n t e n - riano» como l e n g u a no idéntica al asirio, c u a l q u i e r a que sea
t a r r e h a c e r fJourn. asiatique, ser. V I I , t. I), si b i e n R a w l i n s o n por otra p a r t e la procedencia g e n e a l ó g i c a que se le a t r i b u y a (1).
c r e e m e j o r l l a m a r l e protocaldeo, como calificativo menos ex- El parentesco uralo-altaico q u e se le ha a s i g n a d o , j u z g a m o s
puesto á controversias. Contra todas estas afirmaciones está la debe e s t i m a r s e e x a g e r a d o (y la g r a m á t i c a y l e x i c o g r a f í a «su-
escuela á c u y a cabeza está J . H a l é v y q u i e n sostiene como prin- merianas» nos a b o n a n ' e n este punto), de no r e f e r i r s e exclusi-
cipio g e n e r a l , p u e s en p a r t i c u l a r i d a d e s h a c a m b i a d o m u c h a s v a m e n t e al paralelismo de la f o r m a a g l u t i n a n t e , y á u n enlace
veces su sistema, q u e «Sumer» y «Akkad» e q u i v a l e n geográfi- posible con u n mismo tipo f u n d a m e n t a l c u y a s l i n e a s g e n e r a l e s
c a m e n t e á B a b i l o n i a , de s u e r t e q u e lo mismo la r a z a que la p u e d a n servir de n o r m a c o m p a r a t i v a . R e d u c i d a la l e n g u a «su-
l e n g u a dichas «akkadiana» ó «sumeriana» no son o t r a cosa q u e meriana» á la s e g u n d a de las Aqueménides, h a b r í a de aplicarse
á a q u é l l a lo q u e hemos escrito de ésta; y por c u a n t o dicha segun-
el l e n g u a j e y e s t i r p e babilónicos y a conocidos. El sumeriano
da l e n g u a es susceptible de ser c o m p a r a d a con el tipo dravídico
pues, no r e p r e s e n t a r í a en las inscripciones b i l i n g ü e s asirías u n
y con el tipo ario no menos q u e con el altaico, t e n d r í a m o s que,
idioma p a r t i c u l a r distinto del asirio semítico sino u n a d i v e r s a
confirmando lo q u e a c a b a m o s de decir de su parentesco r e m o t o
m a n e r a de escribirse éste, u n a s u e r t e de e s c r i t u r a e n la f o r m a
con l a s l e n g u a s uralo-altaicas, el «sumeriano» r e p r e s e n t a r í a
de transición e n t r e el sistema ideográfico y el silábico; ó t a m -
u n a forma de transición a g l u t i n a n t e á las p r i n c i p a l e s v a r i a n -
b i é n , s e g ú n otros, u n sistema p a r t i c u l a r s i m p l e m e n t e de es-
tes lingüísticas de los tres g r u p o s indicados, c u y a base evolu-
c r i t u r a hierática (reservado p a r a el o r d e n sacerdotal) e n f r e n t e
t i v a es e v i d e n t e m e n t e e n ellos u n a a g l u t i n a c i ó n r u d i m e n t a r i a ,
á otra p o p u l a r ó demótica. P o r los q u e reconocen e n el «su- q u e en unos se estaciona en el mismo grado a g l u t i n a n t e común,
meriano» u n a l e n g u a q u e no es el asirio semítico, se coloca y en otros llega al grado aglutinante llamado de flexión.
a q u e l l e n g u a j e e n el g r u p o a g l u t i n a n t e b u s c a n d o su p a r e n -
tesco y a con el de la s e g u n d a c o l u m n a de las A q u e m é n i d e s , 5.° L a l e n g u a babilónico-asiria, c u y a significación e n el
y a con las l e n g u a s u r a l o - a l t a i c a s , y a finalmente con éstas y
a q u é l l a suponiéndolas á t o d a s e m p a r e n t a d a s e n u n centro co-
m ú n . Los que n i e g a n su distinción del asirio, por el contrario, (1) En favor del "sumeriano" lengua, están entre otros moder-
p r o p ó n e n s e hacer r e s a l t a r las d i f e r e n c i a s léxicas, fonéticas y nos, Weissbach en su Die sumerische frage, que expone crítica-
mente la opinión de Halévy; F. Delitzsch, quien después de declarar-
morfológicas q u e s e p a r a n al l l a m a d o «sumeriano» del g r u p o
se por el "sumeriano" lengua ha sostenido más tarde el "sumeriano"
uralo-altaico y d e todo idioma q u e no sea el asirio reconocido
escritura, para volver últimamente al "sumeriano" lengua; y en
con el cual lo identifican. A u n q u e l a hipótesis «sumeriana» no especial Fritz Hommel, el cual admite como cosa indudable el "su-
p u e d e p o r hoy convertirse en tesis, es solución q u e ofrece pro- meriano" lengua con sus dos dialectos, y no dudó publicar en 1894
babilidades no despreciables. Que a n t e s de la l l e g a d a de los asi- una crestomatía y gramática sumerianas para uso de los asiriólogos
rios y de su r a z a ha existido e n B a b i l o n i a u n a civilización y (Sumerische Lesestiicke, con listas trilingües, silabarios, paradig-
c u l t u r a de donde p r o b a b l e m e n t e h a y a salido la e s c r i t u r a cunei- mas, textos bilingües con análisis, y compendio gramatical).
f o r m e ; q u e los t e x t o s asirios m e n c i o n a n u n a l e n g u a sumeriana P a r a el estudio de la lengua asiría es tratado gramatical que
(lishan Shumeri), la cual p u d i e r a ser la discutida de las inscrip- lleva grandes ventajas sobre los que le precedieron la Assyrische
Grammaiik de F. Delitzsch, así como su diccionario dispuesto por
ciones bilingües de que se t r a t a ; q u e al lado de las a n a l o g í a s
el orden de los demás semíticos Assyrisches Handwdrterbuch, al
léxicas y g r a m a t i c a l e s con el asirio o f r e c e el l l a m a d o «sume- cual sigue el de Muss-Arnolt, después de los cuales vieron ya la luz
riano» c a r a c t e r e s peculiares no r e d u c i b l e s al asirio ni a ú n al los Suplementos d los diccionarios asirios de Bruno Meissner, que
L
tipo semítico; q u e en la escuela de H a l é v y no p u e d e explicarse á su vez piden ser completados por otros, á medida que adelanten
c o n v e n i e n t e m e n t e la creación de u n sistema gráfico artificioso las investigaciones literarias siriaco-babilónicas.
semitismo es i n n e g a b l e , r e p r e s e n t a u n a l i t e r a t u r a m u y amplia A1 p r i m e r g é n e r o de las composiciones e n u m e r a d a s corres-
y d i l a t a d a donde todos los géneros literarios, excepción hecha ponden los llamados carteles q u e contienen el t í t u l o de u n a ó
del d r a m a , de t r a b a j o s musicales y de a l g u n a s formas de poe- más obras escritas e n las cuneiformes, las copias y a u n extrac-
sía, a p a r e c e n más ó menos a m p l i a m e n t e cultivados. La litera- tos de d o c u m e n t o s (en asirio nuschu ó nischuj; o t r a c a t e g o r í a
t u r a asiría, epigráfica y m o n u m e n t a l , como nos es dado hoy es- d e n t r o del mismo g é n e r o la c o n s t i t u y e n las aclaraciones epi-
t u d i a r l a , ofrece e j e m p l a r e s excelentes de orden científico (as- gráficas expositivas de los t r a b a j o s escultóricos, y especie de
t r o n o m í a , m a t e m á t i c a s , ciencias sociales y j u r í d i c a s , estudios m e m o r á n d u m p a r a escultores y artífices; e l t e r c e r g r u p o d e
médicos, a u g u r a l e s , geográficos etc.), del g é n e r o histórico y
epistolar, y de poesía y h e r m e n é u t i c a g r a m a t i c a l y léxica. No
nos es dado ocuparnos a q u í de ese c u a d r o literario a l t a m e n t e asirios pretendía que la tradición de Beroso sobre el diluvio era un
i n t e r e s a n t e 110 menos por las e n s e ñ a n z a s que e n c i e r r a q u e pol- plagio de la Biblia. (Sobre bibliog. y datos del Enuma elish, véase
Deltzsch, Das babylonisch Weltschdpfungsepos, J e n s e n , Die
las múltiples dificultades q u e f u é m e n e s t e r s u p e r a r p a r a conse-
Kosmologie d. Babyl. y Keilschrifliche Bibliotek, t. VI. Traduccio-
g u i r lo q u e en u n principio d i j é r a s e pretensión v a n a y de todo
nes más corrientes de dicho poema: las de J. Smith, Oppert y Lenor-
p u n t o irrealizable. T a n sólo hemos de m e n t a r ciertos t r a b a j o s mant. El texto con caracteres cuneiformes, en L. W. King, Cunei-
asirio-babilónicos q u e p u d i e r a n decirse filológico-gramaticales, form texts XIII, y el mismo autor para los últimos fragmentos des-
al objeto de q u e nos ocupamos. P u e d e n dividirse dichos t r a b a - cubiertos, The seven tablets of création —1902—, P a r a el poema de
jos en Notas bibliográficas ó catálogos literarios Vocabularios Gilgamesh, á más de Smith, que comenzó sin acabar su interpreta-
e l e m e n t a l e s ó Silabarios, f r e c u e n t e m e n t e políglotas, y compo- ción en el Caldean Account of Genesis, Pinches, Babylonian and
siciones lexicográficas (1). oriental record IV; Haupt, Das babylonische y Nimrodepos Beitra-
ge zur Assiriologie, Jensen, 1. cit. VI. Sobre el último fragmento
descubierto de la misma epopeya por Meissner, v. Pinches, Procee-
(1) No nos es posible ni hace á nuestro objeto descender á parti- dings ofthe Soc. ofbibliçal Archeology (1903). El episodio del dilu-
cularidades sobre la literatura asiria, siquiera sean éstas importan- vio del Gilgamesh, está ligado con el del Génesis por frecuentes
tes é instructivas, en todos los géneros literarios indicados y en los paralelismos. (Sobre las tradiciones todas del diluvio en la literatu-
demás cultivados por la civilización babilónico-asiria.—De la epo- ra asirio-babilónica, v. Schrader, Die Keüinschriften und das Tes-
peya asiria son ejemplares ya conocidos el Enuma elish (asi dicho tament—1902.—Acerca del fondo común de tradiciones semíticas,
de sus primeras palabras "cuando en lo alto") sobre la creación, ori- egipcias, persas é i n d i a s , Lenormant, Les origines de T histoir
ginariamente compuesto de siete cantos, señalado como poema la d'après la Bible, por más que sus conclusiones sean por diversos
vez primera por J. Smith en 1875, y el poema de Gilgamesh, héroe conceptos impugnadas). Pero donde se revela un paralelismo muy
tipo del Hércules helénico en unos casos, del de Sansón y del de Noé singular es en la poesía lírica de asirios y babilonios comparada
especialmente en muchos. El Enuma elish del cual provinieron las con la hebraica. El Psalterio bíblíco está en sus líneas caracterís-
tradiciones conservadas por Beroso, ha sido y es por sus relaciones ticas, en su general argumento y disposición orgánica como refle-
singulares con las narraciones del Génesis, objeto de estudios espe- jado en las inscripciones cuneiformes, singularmente en los deno-
ciales. Mientras muchos asiriólogos han señalado Enuma elish como minados por algunos Salmos penitenciales asirios (cf. F. Martín,
centro semítico de las doctrinas bíblicas sobre la creación, no han Textes religieux assyriens et babyloniens —Bibliot. de la escuela
faltado quienes como H. Radau (The creation story of Genesis, 1900) de Alt. estudios—, y Zimmern, Babylonische Busspsalmen). Fácil
acaba por negar, bien que no con fundamentos sólidos, que aquel hubiera sido aducir ejemplos claros de tales concordancias, q u e
poema sea originario del semitismo. Entre tanto la crítica y la Filo- pueden verse, entre otros, en los autores citados, y fácil es también
logía demuestran hoy que el fondo doctrinal del Génesis y de los demostrar á la vista de ellos que en manera alguna los salmos he-
textos cuneiformes suponen una base tradicional común desmejora- braicos pueden descender del lirismo asirio en el grado de inferiori-
da evidentemente en estos últimos, y que la forma de la narración dad que presentan respecto de aquéllos. A pesar de las múltiples hi-
bíblica superior en todo caso á la asiria, es independiente de ésta y pótesis aventuradas en este punto y opuestas entre sí, es lo cierto
en manera alguna derivación suya. Hacémonos en esto eco de las que la verdadera causa concreta de las sorprendentes analogías
mismas conclusiones admitidas por la heterodoxia que ha comenza- indicadas, permanece h o y desconocida, y permanecerá s i n duda
do por asentar que la enseñanza bíblica era un plagio de la de los mientras la cronología babilónico-asiria no permita fijar épocas con
asirios, con la misma lógica y verdad con que antes de los estudios mayor precisión.
esta sección está formado por las series de índices de composi-
ciones científicas y literarias, divididos á veces e n p a r á g r a - e. . . . A I bi-i-tu
fos, títulos de obras, nombres de autores y profesión de los mis- ka-a. . B ba-a-bu
mos en algunos casos. Estas «notas b i b l i o g r á f i c a s » fueron gi-e . . C I ki-i-tu
consecuencia obligada de la constitución de los a n t i g u o s ar- Lo cual no significa otra cosa que las dos pronunciaciones
chivos asirio-babilónicos, cuya existencia mencionada por Dio- diversas correspondientes á los signos cuneiformes del centro
doro de Sicilia, por Moysés de Corene y por los historiadores de representados por A, B, C; la pronunciación asiría es la de la
la Persia, está hoy demostrada y reconocida, y a u n pueden de- columna derecha, y la no semítica ó por lo menos no asiría or-
t e r m i n a r s e varios lugares donde se coleccionaron las produc- d i n a r i a , es expresada por la columna del lado izquierdo. Es
ciones escritas, como Telloh, N u f f a r etc. Por lo que hace á las decir que u n mismo signo, A por ejemplo, es pronunciado en
obras literarias, dichas anotaciones f u e r o n en g r a n p a r t e de- asirio bitu, y en la lengua paralela, e; y asi en los demás casos,
bidas á los escribas babilónico-asirios, e n c a r g a d o s de las copias, A estos silabarios de tres columnas siguen otros de cuatro y de
abreviaciones, ediciones que diríamos de u n mismo t r a b a j o , y cinco columnas, sobre los cuales la crítica t r a b a j a a ú n para
pronunciar su última palabra.
redacción de los epígrafes respectivos.
Al segundo género referido p e r t e n e c e n las guias ortográfi- Las composiciones lexicográficas asirías que forman el tercer
cas destinadas á explicar por medio de la transcripción á la género de los trabajos mencionados, son como u n a continuación
escritura habitual cuneiforme, los signos arcaicos, y a fuesen de los Silabarios, y estuvieron destinadas á la interpretación
geroglíficos, ó formas gráficas de ellos i n m e d i a t a m e n t e deriva- de formas gramaticales y de palabras, distribuyéndose muchas
dos. De ahí provienen las colecciones de caracteres de escritu- veces en grupos según el asunto literario, científico ó religio-
ra a n t i g u a que se conservan, y a con la correspondiente inter- so del texto que a c l a r a n . En estas composiciones léxicas las
palabras ó ideogramas o b j e t o de explicación n o se ofrecen
pretación gráfica posterior, y a s i n ella, y a combinadas con
siempre en un mismo orden. Unas veces v a n ordenadas según
ejercicios intercalados de lectura ó escritura, ya dispuestos sis-
las categorías de significaciones de u n a misma raíz, otras se-
t e m á t i c a m e n t e sin tales adiciones prácticas. Siguen en el mis-
g ú n el contraste ó la asociación de ideas que aquéllas provo-
mo género los vocabularios ó silabarios asirio-babilónicos, es-
can; en no pocos casos aparecen distribuidas las palabras por
pecie de listas metódicas explicativas de las cuneiformes y de
la semejanza gráfica de los signos respectivos, y con frecuen-
su valor, combinadas de diversas m a n e r a s . Distribuidos en va- cia distribúvense igualmente atendidas las afinidades de pro-
rias clases dichos silabarios y a d o p t a n d o la fórmula introducida nunciación y sonido.
por Delitzsch (S. a silabario 1.°, S.b silabario 2.° etc.), puede
presentarse como ejemplo de silabario 1.° ó S. a el siguiente: H a y también vocabularios léxicos bilingües (en asirio co-
m ú n y en l e n g u a j e no semítico), como los h a y de sinónimos
A ta-al-lum asirios, en los cuales la primera columna gráfica es aplicada
ta-ál. . . id. id. por la segunda, y ésta por la t e r c e r a . L a colección formada
B ka-a-shu con los monumentos de Kujunjik ofrece g r a n número de ejem-
ka-ash.. id. id. plares de esta sección de la literatura asiría. He aquí u n ejem-
plar de la lexicografía bilingüe:
Las letras Ax B del centro corresponden al signo cuneifor-
me; los dos nombres correspondientes á la cuneiforme A (ri-i Iz.. . . ra-bu-u
y ta-ál), que a p a r e c e n á la izquierda, indican que dicha cunei- Mu.. . ra-bu-u (Eme. Sal)
forme tiene doble equivalencia fonética, según el l e n g u a j e que TUR. . tsa-ach-rum
se emplee; y el nombre tállum de la derecha es el propio de Gi. . . tsa-ach-rum (Eme. Sal)
aquella cuneiforme. Lo jnismo sucede con la equivalencia de
Es decir, que el ideograma Iz era leído en asirio rabu (gran-
B, que según las inscripciones de la izquierda, puede leerse bi
de) y que el ideograma Mu correspondía á rabu en el lengua-
y kash, y es conocida por el nombre de kashu, que figura á la
je Eme. Sal (transcripción fonética de u n ideograma que de-
derecha de la misma. Como ejemplo de silabario 2.° ó S. b :
signaba p a r a 'los asirios l e n g u a j e ó dialecto especial). Dígase
lo mismo de los i d e o g r a m a s Tur y Gi con respecto á tsachrum de c a r á c t e r g r a m a t i c a l , h a y a n sido r e d a c t a d o s por maestros ó
(pequeño). p o r discípulos, con fin didáctico, técnico ó simplemente mne-
E n el g r u p o de q u e nos ocupamos p u e d e n contarse las com- motécnico, por su r a z ó n g r a m a t i c a l p a s a n á figurar e n t r e los
posiciones gramaticales a s i r í a s dispuestas con fines didácticos. estudios de g r a m á t i c a , y asi s u c e s i v a m e n t e . Y este es el senti-
E n t r e ellas está la serie d e n o m i n a d a ana ittishu, compuesta do en q u e p a r a no a d e l a n t a r conclusiones q u e p u d i e r a n califi-
por lo menos de siete t a b l a s , a u n q u e no estén hoy todas estu- carse de a v e n t u r a d a s , hablamos e n estos p a r á g r a f o s de los es-
diadas por la asiriologia. L a s dos p r i m e r a s t a b l a s o f r e c e n con tudios filológicos asirios (1).
toda claridad en t e x t o b i l i n g ü e (el «sumeriano» y el asirio) las Refiriéndonos a h o r a al hebreo, la otra l e n g u a q u e constituye
f o r m a s de c o n j u g a c i ó n s i n g u l a r y p l u r a l de los tiempos e n Kál centro semítico t a m b i é n , g u a r d a n d o paralelismo con el asirio,
con sufijos y sin ellos, n o m b r e s sin sufijos y con sufijos, f o r m a s hemos de a d v e r t i r : 1.° q u e d e n t r o de la u n i d a d del semitismo
nominales con preposición etc. etc., p e r m i t i e n d o a d i v i n a r todo la relación p a r t i c u l a r del hebreo con el primitivo a r a m e o , asi-
u n sistema c o m p a r a t i v o de g r a m á t i c a . Sea u n ejemplo: rio y fenicio, h a c e q u e todas estas l e n g u a s se r e ú n a n b a j o u n a
razón común al constituir los g r u p o s a r a m a i c o , asirio-babiló-
Ki. NI. TA it-ti-shu (con él, mase.)
nico y hebraico-fenicio. 2.° que el c a r á c t e r e v o l u t i v o de la len-
Ki. NE. NE. TA. . . . it-ti-shu-nu (con ellos, mase.)
g u a hebrea con a n t e r i o r i d a d al siglo XV a. de J . C. es desco-
Ki. MU. TA it-ti-ja (conmigo)
nocido, y sólo por c o n j e t u r a s y vestigios es dado a v e n t u r a r
Ki. ME. TA it-ti-ni (con nosotros)
ideas sobre el p a r t i c u l a r , asi como las formas de desarrollo pos-
Ki. z u . TA it-ti-ka (contigo, mase.)
terior no p u e d e n s u j e t a r s e á cuadros definidos, d e b i d o á la na-
Ki. z u . NE. NE. TA., it-ti-ku-nu (con vosotros, mase). t u r a l e z a de los idiomas semíticos y á la f a l t a de datos conve-
L a columna de la derecha al leer, es la traducción asiria de nientes. 3.° q u e las v a r i a n t e s dialectales se r e v e l a n e n todas
la e s c r i t u r a no a s i r i a de la c o l u m n a izquierda. D e i g u a l mane- las é p o c a s de la l i t e r a t u r a h e b r a i c a , ofreciéndose y a e n el
r a hallamos p. ej. P e n t a t e u c o con el uso de ciertas denominaciones, y a u n en el
empleo de p a l a b r a s q u e a p a r e c e n i n d i s t i n t a m e n t e con signifi-
la f o r t a l e z a kar ka-ru
cación m a s c u l i n a ó f e m e n i n a , y p o r su n a t u r a l e z a e s t á n orde-
su f o r t a l e z a kar. bi ka-ar-shu
n a d a s á u n a sola significación. L a t r a n s f o r m a c i ó n misma de
f o r t a l e z a g r a n d e kar. gu. la. . . kar-gu-lu-u. Y á este tenor
Abram (padre excelso) e n Abraham, no se i n t e r p r e t a sino p o r
a p a r e c e n otras m u c h a s f o r m a s bilingües v e r b a l e s y nominales.
el á r a b e , que c o n s e r v a con la significación de numeroso la se-
Es necesario a d v e r t i r a q u í á fin de e v i t a r posibles equivo-
g u n d a p a r t e de dicha p a l a b r a : al componerse el Génesis no de-
caciones, q u e d a d a la condición y f o r m a incompleta y de f r a g -
mentos en q u e l l e g a n á nosotros l o s m o n u m e n t o s babilónico-
asirios, se h a c e s u m a m e n t e difícil precisar con e x a c t i t u d el
objeto directo de no pocas composiciones escritas que p u d i e r o n (1) Análoga dificultad á la de las clasificaciones literarias déjase
sentir en la data de las inscripciones y cronología asirio-babilónica-
ser hechas con m u y varios fines. De a q u í los i n c o n v e n i e n t e s al
Se ha querido dividir la literatura de las cuneiformes en tres perío.
d e t e r m i n a r los g é n e r o s literarios y a s i g n a r á c a d a uno los do- dos: el de las inscripciones sumerianas, de las neosumerianas y de
cumentos que e n r i g o r le p e r t e n e z c a n . P a r a obviar t a l e s difi- las semíticas; pero aparte de que sólo convendrían en las denomina-
cultades r e c u r r e n l o s asiriólog'os á u n a n o r m a convencional ciones de estos períodos los que admiten la lengua "sumeriana" de
discreta y p r u d e n t e : consiste e n e s t u d i a r d i r e c t a m e n t e el con- que hemos hablado atrás, no es posible determinar los confines lite-
tenido principal de los m o n u m e n t o s , prescindiendo de la f o r m a rario-científicos de dichas épocas, ni el momento histórico en que
y del fin que e n c a d a u n o de ellos se p e r s i g u e , y asignarles la de- aparecen los monumentos de cada una de ellas. Por lo cual como
nominación q u e á a q u e l contenido corresponda. Asi los t e x t o s advierte Teloni (Letter. assira), convendrá limitarse á dividir todas
q u e t i e n e n p o r objeto a s u n t o s religiosos, a u n q u e h a y a n sido las inscripciones en: 1.° babilónicas ( á 1300 a. J. C.); 2.° asirías
(de 1300 á 600); 5." caldeas (de 600 á 539); 4.° persas y greco-romanas
r e d a c t a d o s con fin histórico, colócanse en la c a t e g o r í a de los
en los tiempos posteriores. Dentro de estas normas generales las da-
m o n u m e n t o s religiosos; los de problemas matemáticos, a u n q u e tas concretas deben determinarse por las fechas mismas de las ins-
t e n g a n fin astronómico, en la c a t e g o r í a de las matemáticas; los cripciones y criterios extrínsecos auxiliares.
bia y a e s t a r en uso t o d a vez q u e allí se a p e l a á la p e r í f r a s i s dencia. El p r i m e r periodo corresponde ¡á la edad mosaica, la
multitud de naciones, p a r a e x p l i c a r l a . 4.° q u e estas y otras cual está c a r a c t e r i z a d a por el uso de p a l a b r a s y giros arcaicos,
d i f e r e n c i a s , como la que motivó el episodio del schibolet como d e j a m o s indicado refiriéndonos al P e n t a t e u c o . El segun-
(Jueces, 12, 6) que los efraimitas p r o n u n c i a b a n sibolet, no bas- do periodo que es la edad de los Reyes, a b a r c a desde Samuel
t a n á constituir diversos dialectos, c o n t r a lo q u e a l g u n o s h a n h a s t a los tiempos del captiverio, y c o n s t i t u y e la e d a d de oro
creído i n f u n d a d a m e n t e (Boettcher a d m i t e tres dialectos: efrai- de la l i t e r a t u r a hebraica; en ella desaparecen las f o r m a s a n t i -
mita, judaico y simeónicoj. 5.° q u e si bien el hebreo recibió el c u a d a s , y la poesía y la prosa son a d m i r a b l e m e n t e c u l t i v a d a s ,
i n f l u j o de los idiomas próximos ó dialectos a r r i b a menciona- enriqueciéndose la l e n g u a con rapidez. E n el t e r c e r periodo ó
dos á cuyo g r u p o pertenece, las modificaciones m á s m a r c a d a s edad del captiverio, el idioma hebraico desmerece, a u m e n t a n
son debidas al a r a m e o ; modificaciones q u e a p a r e c e n a n t e s del los arameismos y elementos e x t r a ñ o s al hebreo p u r o , y vuel-
destierro, son f r e c u e n t e s en los escritores de la época del des- v e n los tiempos del arcaísmo primitivo, pero sin e s p e r a n z a s de
tierro, y mucho más después de él. L a l e n g u a de las colo- r e g e n e r a c i ó n . 8.° que la Filología hebrea comienza, como suce-
nias i n t r o d u c i d a s por los asirios e n el t e r r i t o r i o de Israel, e r a de en las demás l i t e r a t u r a s , con la desaparición del hebreo co-
i n d u d a b l e m e n t e a r a m e a , lo cual c o n t r i b u y ó á l a d e c a d e n c i a mo l e n g u a v u l g a r , y p u e d e dividirse en los periodos siguien-
del idioma hebraico. Que la d e s a p a r i c i ó n del hebreo como len- tes: periodo mischnico, periodo masorético y período gramati-
g u a v i v a t u v i e s e p r e c i s a m e n t e l u g a r en tiempo de la captivi- cal. E s t e p u e d e dividirse á su vez e n g r a m a t i c a l rabínico, cris-
d a d , es t a n sólo afirmación de a l g u n o s rabinos y de los T a l m u - tiano y de gramática comparada.
distas. 6.° que por los tiempos de E s d r a s el l e n g u a j e h e b r a i c o El p r i m e r período se e x t i e n d e desde las p r i m e r a s exposicio-
es del todo a r a m a i z a n t e , y en los s u b s i g u i e n t e s á E s d r a s el he- nes doctrinales, de las cuales a p a r e c e n vestigios e n tiempos de
breo había desaparecido totalmente y quedaba c o m o lengua Esdras, h a s t a la aparición del masoretismo, y le c a r a c t e r i z a ,
m u e r t a , c o n s a g r a d a á los libros del cánon t a n sólo, p a r a ser como en otro l u g a r d e j a m o s indicado, su f o r m a tradicional. Es
c o m e n t a d a y explicada por los Rabinos (1). 7.° que no o b s t a n t e período p u r a m e n t e hermenéutico y de c o m e n t a r i o s (1). L a
la imposibilidad de f o r m a r u n a clasificación e x a c t a , p u e d e
a c e p t a r s e como de a l g u n a a p r o x i m a c i ó n la q u e d i s t i n g u e tres
(1) Es de advertir que la historia filológica aparece entre los
periodos: periodo arcaico, periodo clásico y periodo de deca-
hebreos sólo por la línea del rabinismo, y no entre las demás sectas
judías. Pueden dividirse éstas en tres grupos á nuestro objeto: Sa-
maritanos, caraitas y talmudistas. Los primeros no admiten más
(1) Un pasaje de Nehemías (8, 8) parece indicar que ya entonces que su Pentateuco, dicho samaritano, sin exposiciones ni comenta-
el hebreo no era entendido fácilmente por el pueblo. Dícese en él rios, ni aun admiten el original de la Ley restaurado en los tiempos
que los sacerdotes y levitas "leyeron en el libro, en la ley de Dios esdrinos. Los segundos reciben la Escritura y cánon judaico, pero
explicando (m' phorach) y ayudando á la inteligencia, haciendo en- sólo el texto santo, sin glosas ni interpretaciones. Los terceros que
tender lo que se había leído." Si el verbo pharach se toma en el lu- además de la Ley escrita admiten la tradicional, son los que nos
g a r y forma pual citados por explicar, traducir, se trataría ya cla- ofrecen todo el acopio de materiales de que dispone la filología he-
ramente de una traducción caldea ó aramaica hecha por los intér- braica, con sus Targums y Talmud. En los primeros tienen la ex-
pretes de la ley para que el pueblo la entendiese. Y que esta es la plicación de la Ley; en los segundos encuentran su legislación civil
significación más probable, aparece desde luego por un pasaje de y religiosa, á la cual procuran ajustarse.
Esdras (4, 7 y 18) donde la misma palabra pharach significa eviden-
Por lo que hace á la clasificación de filología hebraica que pre-
temente traducir; pues se trata de una carta en arameo (v. 7) en-
sentamos, hemos de recordar lo que dejamos dicho respecto á los
viada al rey persa, la cual, dice éste, "me ha sido explicada" (v. 18),
períodos de la lengua, que ni en ésta ni en aquélla los caracteres de
esto es, traducida. Los que infundadamente creen que el hebreo sub-
transición aparecen bien definidos. Preiswerk (Gram. hebraique) dis-
sistió en el pueblo hasta el tiempo de los Macabeos, piensan de la
tingue tres períodos en los estudios hebraicos: el talmiídico, maso-
misma infundada manera que el texto de Nehemías debe traducirse
rético y gramatical; la cual división no es aceptable por la vague-
"leer distintamente, con claridad." El texto mismo de la Vulgata se
dad extremada en el último período, y por la restricción también ex-
opone á esta irregular interpretación, que en modo alguno tolera el
tremada en el primero; pues mientras en el período gramatical se
original hebraico.
incluyen diversos aspectos que es necesario distinguir, en el talmií-
Mischna, los Targums (el T a l m u d jeroslimitano y el babilóni-
E n t r e los judíos palestinenses p r e v a l e c i e r o n los Targumim
co h a b l a n y a de u n Targum esdrino) y ambos Talmud, son los
escritos, ó sea las p a r á f r a s i s aramaicas i n d i c a d a s (dichas cal-
principales t r a b a j o s de esta época. La Mischna, como d e j a m o s
deas), q u e c o n s t i t u y e r o n en cierto modo u n a continuación teó-
anotado, e n t r a e n la composición del Talmud, del cual hemos
rica del c u e r p o de la Ley, á la m a n e r a que el T a l m u d e r a con-
hablado i g u a l m e n t e . F u é c o n s i g n a d a por escrito por el siglo I I
tinuación e n el o r d e n práctico, p a r a m e j o r c u m p l i m i e n t o de esa
de n u e s t r a e r a , e n q u e vivió J . Ackedosch, si bien probable-
misma L e y y de todo aquello q u e e n el orden e j e c u t i v o les fue-
m e n t e no f u é a c e p t a d a de u n a m a n e r a fija y casi oficial h a s t a
se permitido, o r d e n a d o ó prohibido á los hebreos. Los Targums
el siglo I I I , c o m p l e t a d a l u e g o con las respectivas Guemaras de
J e r u s a l é n y babilónica, y m á s t a r d e llamada á f o r m a r ambos
Talmud (1).
ducción según dicha carta, se efectuó en setenta y dos días. Esta
Los Targums son explicaciones doctrinales ó p a r á f r a s i s ora- leyenda la acepta también Filón en su Vita Mosis y Josefo Flavio en
les q u e r e s u l t a r o n d e la l e c t u r a de l o s libros sagrados e n la sus Antiq. Jud. El Talmud, Clemente Alejandrino, S. lreneo y otros,
S i n a g o g a . El pueblo, e n efecto, que no h a b l a b a y a el hebreo añaden que dichos sabios permanecieron encerrados separadamen-
v e r d a d e r o , no e s t a b a e n condiciones de e n t e n d e r el hebreo del te, é hicieron, sin embargo, la misma traducción. S. Jerónimo que
t e x t o original leído e n la S i n a g o g a ; por consiguiente hacíase admite la carta de Aristeo, desecha esto último como falso. Pero la
necesaria u n a e x p l a n a c i ó n en la l e n g u a v u l g a r . E s t a l e n g u a misma carta de Aristeo, admitida hasta J. Vives y Escalígero, está
e r a el arameo Ijudaico ( t a m b i é n llamado caldeo) p a r a los ju- reconocida por apócrifa.
díos del Asia, y el griego p a r a los judíos de E g i p t o . L a Versión Esto no obstante, existe en la tradición mencionada un fondo de
dicha de los Setenta, d e u n a significación histórica g r a n d e en- verdad que se refiere á las siguientes indicaciones: a) que la ver-
t r e los t r a b a j o s filológico-hermenéuticos de la a n t i g ü e d a d ju- sión griega del Pentateuco dicha de los Setenta (no comprende más
que los cinco libros de la Ley), se ha hecho en el siglo III a. J. C. en
daica y cristiana, v i n o á t e n e r l a e x t r a o r d i n a r i a p a r a los judíos
tiempos de T. Filadelfo, y es la primera que se hizo; b) que la tradi-
a l e j a n d r i n o s , como medio d e e n t e n d e r los libros s a g r a d o s , y f u é
ción dicha parece exacta en cuanto indica un trabajo colectivo, pues
p a r a ellos a c o n t e c i m i e n t o t a n s i n g u l a r la aparición de la ver- de tratarse de labor unipersonal, el nombre del autor sería conoci-
sión dicha, q u e s e g ú n dice Filón, hubieron de establecer u n a do y celebrado, y la leyenda tomaría forma diversa; c) que la ver-
fiesta a n u a l p a r a c e l e b r a r l a (2). sión fué hecha en Egipto, y con el fin no secundario de satisfacer la
necesidad religiosa de los judíos alejandrinos que hablaban princi-
palmente griego y no entendían el hebreo bíblico; de ello es confir-
dico se excluyen algunos, como los que preceden á los Talmud, que mación la fiesta anual de los judíos establecida en conmemoración
debían incluirse. Cosa análoga acontece con la clasificación de Re- del acontecimiento, como dice Filón; d) que no es admisible fuesen
nán (Hist. gen. des lang. semit.J, que comprende en un solo período de la Palestina los intérpretes, aunque lo dice así la tradición alu-
hasta el siglo X, como si talmudismo, targumismo y masoretismo dida tal vez como símbolo del respeto que los judíos alejandrinos
fuesen una misma cosa histórica y filológicamente. conservaban á la metrópoli; y no es improbable, según la hipótesis
(1) Contiene la Mischna seis partes, sesenta y tres libros, qui- de Boehl, Revel etc., que el nombre mismo de traducción de los Se-
nientos veinticuatro capítulos y cuatro mil ciento setenta parágra- tenta, signifique más que otra cosa, la aprobación y autorización
fos enumerados por Buxtorf, Leusden, Guarino etc., donde aparece dada por los Setenta del Senadrín.
todo el sistema legal y canónico de l o s judíos con innumerables Considerada dicha versión como trabajo hermenéutico, si bien
asuntos y pormenores, como puede verse en los autores citados, y deja bastante que desear (aunque no faltaron quienes la creyeron
también en García Blanco (Diqduq, 3. a p.) que resume el contenido inspirada), es menester tener en cuenta las circunstancias del esta-
de la Mischna. do general de los estudios gramaticales y léxicos, que se trataba de
(2) La Versión de los Setenta constituye el más antiguo monu- traducir de una lengua muerta y de la familia semítica á una len-
mento de la hermenéutica judaica. Si hubiéramos de dar crédito á gua indo-europea, y que además los manuscritos hebreos que usa-
a epístola de Aristeo, dicha versión debió su origen á la petición ron para la traducción griega, estaban evidentemente escritos en
formulada por Ptolomeo Filadelfo al sumo sacerdote Eleazar, para caracteres fenicios, y desde luego carecían de vocales. Entre los
que le enviase personas capaces de traducir al griego los libros sa- cristianos la autoridad de los Setenta fué universal y estable; entre
grados, a fin de colocarlos en la biblioteca Alejandrina fundada por los judíos sólo fué puesta en duda con ocasión de sus controversias
él. Enviados setenta y dos sabios judíos (seis de cada tribu), la tra- con los cristianos.
y los Talmud t i e n e n u n a misma r a z ó n o r i g i n a r i a , y obedecen
t e n i d a s e n aprecio y a l t a estima las p a r á f r a s i s caldeas ó T a r -
á u n a común necesidad de los judíos, a u n q u e con dos m a n i f e s -
g u m s por los j u d í o s , no en todo las s e g u í a n c i e g a m e n t e . Los
taciones diversas, e s p e c u l a t i v a y p r á c t i c a r e s p e c t i v a m e n t e . rabinos más significados, e n t r e ellos Aben-Ezra, D a v i d Quimh-
E n t r e los Targumim el más a n t i g u o , el d e más a u t o r i - jil, Maimónides etc., a d m í t e n l a s u n a s v e c e s , a b a n d ó n a n l a s
d a d , el más literal y sencillo, así como de m a y o r p u r e z a d e l otras, y e n no pocas versiones las critican y hacen n o t a r sus
l e n g u a j e y estilo, es el de Onkelos (1). S e m e j a n t e a l . a n t e r i o r e n equivocaciones y defectos.
las condiciones e n u m e r a d a s , a u n q u e i n f e r i o r e n v a r i a s de ellas,
Al lado de la l i t e r a t u r a t a r g ú m i c a del j u d a i s m o iba f o r m á n -
es el T a r g u m de J o n a t á n ben Uziel. U n o y otro c o r r e s p o n d e n dose u n a l i t e r a t u r a h e b r a i c a cristiana, en la cual a p a r e c e n co-
al siglo I de la era c r i s t i a n a (2). El T a r g u m del P s e u d o - J o n a - mo c u l t i v a d o r e s conspicuos Orígenes y S a n J e r ó n i m o ; y p u e d e
tán, p u e s f a l s a m e n t e se h a a t r i b u i d o á J o n a t á n b e n Uziel, ade- decirse que sobre estas dos colosales figuras de la exégesis del
más de ser m u y posterior (corresponde al siglo VII ú VIII), es cristianismo, descansa la labor científica q u e d u r a n t e la época
n a r r a c i ó n c o m p l e t a m e n t e p a r a f r á s t i c a , con t r a d i c i o n e s y le- de los P a d r e s se h a e j e c u t a d o acerca de la Biblia (1).
y e n d a s , de cierto v a l o r histórico más bien q u e filológico-herme-
néutico. Los T a r g u m i n dichos de los Agiógrafos (Targum de
J o b etc.; de los cinco megiloth; y de los P a r a l i p ó m e n o s etc.), palabras siriacas, persas, griegas y algunas latinas, puede decirse
mejor colección de fragmentos parafrásticos, que paráfrasis; y algu-
son d e menor i m p o r t a n c i a l i t e r a r i a y c r í t i c a y todos ellos son
nos filólogos, entre ellos Schicard, júzgalo producción anónima de
posteriores a l T a l m u d ; s u e l e t a m b i é n dársele el n o m b r e d e varios, á quienes recopiló un autor, cuyo nombre se ignora.
T a r g u m de J e r u s a l e m (3). Es de n o t a r q u e si s i e m p r e h a n sido En general la falta de datos fijos, las dificultades de la lengua y
del método, y las consiguientes deficiencias de la crítica (á pesar de
trabajos tan serios como los de Hottinger, Ugolino, Leusden, Zano-
(1) Háblase aquí de los Targumim escritos (Targum significa lino etc.), hacen harto difícil el cultivo de esta rama de la literatura
traducción, de targem traducir) y no de los orales, los cuales de- hebraica, y de una exposición completa y exacta de todo lo que á ella
bieron existir ya desde el tiempo en que la lengua literal hebrea co- se refiera; lo cual ocasiona en buena parte la falta de conformidad
menzó á no ser entendida por el pueblo, y fué necesario traducir al que se advierte en los autores que se ocupan de tales materias. Es
arameo hablado el texto leído en la Sinagoga. Hemos citado atrás posible hayan desaparecido Targums de importancia; y es sabido
dos pasajes (de Nehemías y Esdras) en que se alude á este Targum que algunos han sido hallados en fecha relativamente reciente, como
oral; y ambos Talmud, jeroslimitano y babilónico, mencionan clara- el de los Paralipómenos descubierto en el siglo XVII por Boeck (pu-
mente este género de traducciones, como práctica común de los ra- blicado en el XVIII por Wilkins según otro manuscrito), y el Tar-
binos antiguos. (Talmud Jerosol. Meguüah, cap. 4, explic. al cap. 8 gum de Daniel escrito en persa, exceptuando las primeras palabras
8Nehem.; ib. Talm. Bab. 1. cit.) que son aramaicas, de que habla Munk (Notice sur Saadia), y que se
La personalidad de Onkelos (Onoma kalon?) ha sido diversamen- conserva en la Biblioteca nacional de París.
te presentada, y la Mischua le hace prosélito; con todo han estima- (1) Entre los primeros cristianos, fuera de lo que pudiese cono-
do su Targum los judíos, hasta hacerle objeto de una masora. El cerlo algún judío converso, el hebreo era generalmente ignorado; y
Targum de Onkelos se halla en las políglotas de Amberes, París entre los mismos Padres de la Iglesia nunca llegó á ser cultivado de
Londres, y en la Complutense. una manera fija y regular. Orígenes y S. Jerónimo son reconocidos
(2) Llámase de los Profetas este Targum, porque abarca los por todos como dignos representantes del hebraísmo cristiano en los
profetas antiguos y posteriores, como dicen los judíos. El de Onke- primeros siglos. La Exapla de Orígenes ha sido la primera colosal
los refiérese tan sólo al Pentateuco; y como éste, hállase aquél en sinopsis de versiones bíblicas y la primera poliglota verdadera que
las políglotas mencionadas, exceptuada la Complutense. La pará- se hizo. La Tétrapla, ó sinopsis menor con cuatro versiones, llegó á
frasis délos Profetas es elogiada grandemente por los rabinos y ser de grande uso en la Iglesia, así como fueron recibidas con gene-
citado su autor con elogio en el Talmud. ral aplauso la Octopla y Enéapla, últimos perfeccionamientos del in-
(3) Existe, sin embargo, otro Targum de Jerusalem sobre solo el menso trabajo de la Exapla. La labor crítica de Orígenes, fundada
Pentateuco como el de Onkelos; y aun se han citado contraponién- en su propio saber, en el de los judíos y en el de los gramáticos ale-
dolos, uno como Targum de Jerusalem y otro de Babilonia, si bien jandrinos, mientras por una parte respondía al continuo clamoreo
tiene superioridad muy grande el de Onkelos. El Targum de Jerusa- de samaritanos y judíos, los cuales echaban en cara á los cristianos
lem, desaliñado en la forma, mezclando hebraismos y arameismos, que no tenían la verdadera Escritura, porque sólo usaban la versión
Cerradas y t e r m i n a d a s las obras del Talmud a p a r e c e como s e n t a b a n las escuelas pálestinenses (de J a b u e L i d d a , Cesarea,
f o r m a n d o periodo de t r a n s i c i ó n al masoretismo la i m p o r t a n t e Tiberiades), y las babilónicas (de Sora, P u m b e d i t a y N e a r d e a ) .
é históricamente t r a s c e n d e n t a l obra de la P u n t u a c i ó n , la cual L a e s c r i t u r a h e b r a i c a es u n a de las derivaciones de la escri-
vino á completar y a s e g u r a r el t r a b a j o tradicional que repre- t u r a fenicia, como la fenicia es á su vez derivación de la egip-

griega de los Setenta, ú otras hechas sobre ella, por otra, introducía ra incomparablemente en el éxito doctrinal, que no sólo teológica-
no pequeña incertidumbre y confusión sobre el texto de los mismos mente sino también desde el punto de vista filológico y hermenéuti-
Setenta, que era el más extendido y popular, y resultaba ahora en co, ofrece en su sistema de traducciones y comentarios, garantías
lugar secundario, cotejado con el original. La Tétrapla compuesta inmensamente mayores de verdad religiosa y científica. En este pun-
como indica su nombre de cuatro versiones, la de Aquila (gentil, to, aun mirado humanamente sistema y sistema, no cabe compara-
cristiano y judío sucesivamente), la de Símaco (samaritano, judío, ción alguna.
cristiano y últimamente ebionita), la de los Setenta, y la de Teodo- Pero el carácter verdaderamente filológico de los libros sagra-
ción (judío y ebionita), ha sido la obra primera de Orígenes, pero no dos no está en las versiones modernas ó á lenguas vulgares, sino en
constituía verdadera biblia políglota, porque faltaba el original; las antiguas traducciones que suministran datos para la historia li-
defecto grande que subsanó en la Exapla. Destruida la Biblioteca de teraria, para la lingüística y para la crítica. Al lado de la Biblia he
Cesarea por los persas ó por los árabes (antes del 600), donde se con- braica (barbarismo latino de la Edad media, que ha dado significa-
servaban dichas obras, sólo nos quedaron algunos dispersos frag- ción femenina á un plural neutro —libros, biblioteca—), hallamos de
mentos, coleccionados por Moutfaucon en París, reproducidos por una parte la versión de los Setenta y de otra el Pentateuco samari-
Migue (Patrolog. gr. t. XV-XV), por Field en Oxford, y por Ceriani tano. El valor filológico de este último se refiere más al dialecto
(fragmentos en siriaco) en Milán. samaritano y forma antigua de escritura, que no á la lengua hebrea,
Por lo que hace á S. Jerónimo, su significación de intérprete emi- pues del cotejo de variantes que hacen Leusden en su Philologtis
nente y su valer filológico crítico son universalmente reconocidos. hebraeo-mixtus, Hottinger e n s u Thesaurus philologico-criticus,
En sus traducciones, sin embargo, se sobrepone el tradicionalismo Morino, Exercit. biblicae in utrumque pentat. samarit., Escalígero,
rabínico á la acción personal, y á eso son principalmente debidas sus R. Simón, et;c., resultan diferencias de valor muy secundario, y con
vacilaciones y algunas imperfecciones en la translación. Los conoci- ventajas en favor del texto hebreo tal como se nos ofrece después
mientos lingüísticos y críticos hebraicos tenían en él más de tradi- de los tiempos esdrinos é interpretaciones masoréticas.
cionales que de científicos, porque en esa forma los había recibido de La versión da los Setenta con sus imperfecciones y deficiencias,
los rabinos y maestros judíos, de quienes aprendió el hebreo como con la mutabilidad de su texto por la ausencia de vocales en el origi-
él dice en varios lugares de sus obras, y cuya asistencia llegó á pa- nal hebreo, y con las disputas mismas entre judíos y cristianos, fué
g a r á subido precio en alguna ocasión, según declara en el Pref. de centro de un movimiento crítico y filológico extraordinario, y quedó
Job. La condición de los tiempos que apenas hacían posible otro sis- además como testimonio del antiguo estado general del texto he-
tema de estudios lingüísticos, y la necesidad de aproximarse á la braico cuando los judíos, en los comienzos de nuestra era, adopta-
tradución admitida para no correr los riesgos de ser acusado de in- ron definitivamente un texto exclusivo que sirvió de arquetipo para
novador y falsario como lo fué aún así S. Jerónimo, son circunstan- todos los manuscritos hebraicos que usaron en adelante. Sobre la
cias que han de tomarse en cuenta al juzgar sus traducciones. "Cave versión de los Setenta están formadas las traducciones coptas, así
ne credas, dice Lamy (lntrod. in S. S. t. I) en sentido análogo al en la que existe en dialecto menfítico, como la escrita en dialecto te-
que nosotros hablamos, versionem S. Hieronymi ómnibus numeris bano ó alto egipcio; varias traducciones siriacas, entre ellas la di-
absolutam esse. Sunt ením in ea multa que humanam produnt infir- cha Filoxeniana, y probablemente la Peschitoh "simple, pura", que
mitatem, quodipse Hieronymus agnovit dum in conmentariis suis se es la más conocida; la traducción etiópica, dos cuando menos de las
ipsum plus semel castigavit (Comment in I s . XIX et passim). Sin em- versiones persas, la traducción armería (exceptuado el libro de Da-
bargo debe verse acerca de la elegancia de San Jerónimo á Oza- niel), la traducción gótica de Ulfilas, y varias traducciones arábi-
nam (Eeuvres t. II, La civiliz. etc.) Refiriéndonos ahora á la signifi- gas, de las cuales unas fueron tomadas directamente del texto grie-
cación filológica y literaria de la Escritura, basta recordar el núme- go y otras mediante la versión siriaca. Con la aparición de algunas
ro de sus incontables versiones, algunas de ellas hechas en idiomas de estas versiones, como con la gótica, la armena y la eslava (anti-
sin literatura. El catolicismo y las Sociedades bíblicas del protestan- guo búlgaro), comienza la formación del alfabeto y escritura de las
tismo preséntanla en todas las partes del mundo; y si éste puede regiones respectivas. Ulfilas la compuso para los visigodos sobre el
aventajar á aquél en la difusión material de la Biblia, aquél le supe- rúnico y el alfabeto griego, S. Isaac y Mesrob dieron la de los arme-
cia, cuyo ideografismo ("tipo yerático) s u p i e r o n los fenicios con- p r o p a g á n d o s e luego, p r o d u j o las cinco estirpes: semítica, helé-
v e r t i r en sistema alfabético t o t a l m e n t e fonético. P o r esta obra nica, ibérica, g e r m á n i c a é india. Concretándonos á la estirpe
de conversión v e r d a d e r a m e n t e g r a n d e m e r e c i e r o n los fenicios semítica, p u e d e f o r m a r s e idea de su evolución, r e d u c i e n d o su
ser considerados como i n v e n t o r e s de la e s c r i t u r a , cuyo sistema e s c r i t u r a á dos tipos principales: el tipo arcaico r e p r e s e n t a d o

nios, y del griego sacó S. Cirilo la de los búlgaros. (Sobre las tra- villa (Eccl. Off. 1, 12); 2.° que de estas versiones provenía la Itala
ducciones Glaire, Introd. hist. critique etc., y en general los t r a t a - (así llamada por ser hecha en Italia, si itala no aparece por error
distas de Hermen. b í b l i c a , como L a m y , Dankó, Unterkirchner, de copia, como pretenden algunos, en lugar de ussitata), la cual, á
Reithmayr, Schneedorfer, Vigouroux, Cornely etc., especialmente pesar de sus muchos helenismos, fué reputada la mejor por S. Agus-
el Thesaurus philologico-crilicus de Hottinger, la Philologia sa- tín, quien de Italia la introdujo en Africa, como superior á la que
cra de Glass, el Diqduq t. 3.°, de G. Blanco, y aun Diestel, Ges- allí estaba en uso. La reconstrucción de la primitiva itala y de la
chichte d. Alten Teslam. in der christl. Kirche). versión africana han sido objeto de grandes trabajos filológicos y
De mayor trascendencia para las literaturas y lenguas neolati- críticos, con los cuales se ha alcanzado mucha luz sobre las versio-
nas fué la edición Vulgata. Con ella se formó una nueva civiliza- nes anteriores á S. Jerónimo. Sabatier, Bianchini, Ranke, Tischen-
ción y aparecieron nuevos derroteros literarios y científicos; ella dorf, Ziegler, Belsheim han puesto, entre otros, á contribución sus
vió nacer las lenguas vulgares que se disputaron el dominio de Eu- esfuerzos con éxito, acerca del punto mencionado. Edición crítica
ropa, robusteció y dió vigor á las formas dialectales que constituían y filológicamente científica de dichas antiguas traducciones, no exis-
el antiguo lenguaje usual del pueblo latino, enriqueció el vocabula- te todavía; 3.° que las antiguas versiones latinas, no están redacta-
rio de los pueblos de Occidente, levantando con el ideal del cristia- das en latín clásico ó lengua noble, sino en latín plebeyo, á que alu-
nismo el grandioso edificio de la literatura universal de la Iglesia, y den los escritores romanos y del cual oportunamente nos ocupare-
creando en los idiomas é infundiéndoles aquel peculiar espíritu que mos, hablado por el pueblo de Roma y en muchas provincias del
los hace aptos para llevar por doquiera la voz del Evangelio, y ser imperio. El cual latín de formas abreviadas, sin concordancias ó
eco fiel de sus altos principios teológicos y filosóficos en la apología con ellas irregulares, con sus voces exóticas y sus modismos pecu-
de la buena nueva. El genio de las tres grandes manifestaciones li- liares, abría el camino á los diversos dialectos romances que hubie-
terarias de la antigüedad, vino á fundirse en la lengua eclesiástica, ron de constituir los idiomas vulgares de la misma familia. Como
por modo maravilloso y singular; y los idiomas del simbolismo de dentro del dialecto alejandrino formó la Biblia una variante espe-
Oriente, de la especulación filosófica de la Grecia, y del derecho y cial, así dentro del latín hizo singular fusión de elementos diversos.
la legislación de Roma, diéronse la mano y juntos continuaron en Sobre la acción filológica y lingüística de la Biblia, puede verse el
estrecho consorcio al servicio del cristianismo, aportando cada uno libro de Roensch con el expresivo título Itala und Vtdgata, das
proporcionalmente el rico caudal de sus voces, y recibiendo éstas al Sprachidiom der urchristlichen Itala und der Katholischen Vul-
mismo tiempo peculiar sello y carácter al pasar al tesoro del len- gata unter Berüchsitigung der romischen Volkssprache; el de
guaje de la Iglesia. Loch, Materialien su einer lateinischen Gramm. d. Vulgata; el de
Cavedoni, Saggio della latinità biblica dell' antica Volgata Itala,
P a r a apreciar el valor filológico de la Vulgata es menester tener
y el de Kaulen, Handbuch sur Vulgata etc. En la historia del latín
presente: 1." que desde los primeros tiempos del cristianismo exis-
eclesiástico ocupa la Vulgata no sólo lugar históricamente prima-
tió una versión latina de la Escritura, pues si bien el griego fué len-
rio, sino t a m b i é n primario filológicamente. (Cf. Koffmann, Ges-
gua eclesiástica en Roma en tiempo de los Apóstoles y sus primeros
chichte des Kirchenlateins); 4.° que la actual versión Vulgata, á pe-
sucesores, no fué lengua popular, y para el pueblo era necesario el
sar de la influencia benéfica de S. Jerónimo, no tiene más que per-
texto latino. La existencia de dicha versión latina está demostrada,
fección relativa sobre la antigua Itálica. Compuesta en parte de
contra algunos críticos del protestantismo, de una manera tradicio-
traducciones hechas del hebreo, otras del griego de los Setenta,
nal é histórica; y que no ya una sino muchas existieron antes de San
otras conformes á la antigua itálica, es la Vulgata unas veces tra-
Jerónimo (contra lo que juzga Wiseman y otros) es también cosa
ducción servil del texto, y de difícil inteligencia, mientras en más
averiguada, como sostiene Ziegler (Die lateinischen Uebersetsun-
de una ocasión presenta el aspecto de una paráfrasis del original.
gen vor Hieronimus etc.), quien demuestra que las palabras de San
Helenismos y hebraísmos, frases de correcta latinidad al lado de
Agustín que dicen poderse contar las versiones del hebreo al grie-
expresiones vulgares, giros de latín clásico con neologismos y for-
go, más no las del griego al latín (Die Doctr. Christ. 1. 2, 16) no se
mas poco recomendables, hállanse sin gran trabajo en la versión di-
refieren á copias como se ha dicho, sino á verdaderas traducciones,
cha, Esto hizo que algunos críticos llegasen á afirmar que la ver-
según entiende también aquellas palabras nuestro S. Isidoro de Se-
especialmente por la y a m e n c i o n a d a estela mohabita de Mes-
e s c r i t u r a m o n u m e n t a l , r e d ú j o s e á e s c r i t u r a uncial p a r a ser
h a (s. I X a. J . C.); y el tipo sidonio r e p r e s e n t a d o s i n g u l a r m e n -
t r a z a d a en los papiros. El tipo sidonio dió o r i g e n á la f a m i l i a
t e por la inscripción del s a r c ó f a g o de E s h m u n a z a r (s. VI a. J . C.)
de los alfabetos a r a m a i c o s . E n esta familia a p a r e c e n c u a t r o
El tipo arcaico p r o d u j o el alfabeto hebreo-samaritano, q u e de
g r a d o s de derivación: a r a m a i c o p r i m a r i o (s. V I a J . C.), ara-
maico s e c u n d a r i o (papiros de la época de los Lágidos), a r a m a i -
sión de S. Jerónimo se había perdido, sin reparar en la verdadera co terciario, ó sea e s c r i t u r a p a l m i r e n a (s. I I I a. J . C.), y he-
historia de la Vulgata, en lo que es propiamente de S. Jerónimo, y
braico c u a d r a d o , r e p r e s e n t a d o por evolución sucesiva en monu-
aun en las exigencias de tiempos y personas, así para el carácter de
la versión como para su lenguaje. (Sobre el latín de S. Jerónimo,
v. Paucker, De latinitate B. Hieronimi, observationes ad nomi-
el uso. Ya finalmente, porque las etimologías y traducciones hechas
num verborumque usum etc.).
á este tenor, resultan lo más insubstancial é inconexo que puede ima-
Esa mezcla de buenas y malas cualidades literarias de la Vulga-
ginarse, como se ve en los ensayos hechos por los partidarios de di-
ta ha hecho que los críticos tomando uno ú otro extremo, la juzga-
cha teoría, y cada uno puede comprobar cotejando el valor simbólico
sen de una manera más ó menos favorable. No por centenares, sino
atribuido á las letras hebreas, con el real de las palabras en que en-
por miles se han contado las diferencias con el texto original en la
tran, tomando algunas al azar del diccionario.
Vulgata, y pasajes corregibles de ésta. (Para diversos testimonios,
Lo mismo ha de decirse del sistema de Forster, según el cual,
véanse, entre otros muchos, G. Blanco Diqduq 3.°, y Glaire en su
las palabras de una ó más letras semejantes, son también semejan-
trad. francesa de la Santa Biblia). Las múltiples correcciones de
tes en la significación, y las raíces que se componen de letras de una
que la Vulgata fué objeto en distintos siglos, y las discusiones oca-
misma categoría fonética, ó analogía de forma, tienen significación
sionadas con motivo de ellas, prueban sobradamente que, por lo me-
igual. La falsedad de este procedimiento, se prueba léxicamente
nos desde el punto de vista literario, no era la Vulgata un modelo
con toda facilidad, y puede presentarse buen número de ejemplos,
de corrección, como no lo es todavía. Pero de eso á que deban le-
en que significaciones que se excluyen, aparecen en palabras fonéti-
gitimarse las declamaciones de ciertos filólogos y críticos que no
camente comparables.
ven sino defectos en dicha versión, hay no poca diferencia. Y com-
Otro camino, tan inseguro y tortuoso como los anteriores, se ha
parablemente menos recomendables p. ej. nos parecen el ensayo de
intentado abrir por el método de comparación externa, para hallar
traducción literal bíblica de G. Blanco, los de Renán etc. con todas
las equivalencias verdaderas de las raíces hebraicas. Según éste,
sus pretensiones de legitimidad hebraica, que la traducción de la
que inició Avenario en el siglo XVI, las palabras hebreas de análo-
Vulgata, y este habrá de ser sin duda el juicio de todo orientalista
go sonido en las principales lenguas, han de tenerse por análogas
sensato.
en el sentido, descubriéndose siempre un fondo común de semejan-
Hanse ensayado varios sistemas filológicos de interpretación he- zas. Es el sistema etimológico antiguo encaminado á descubrir re-
brea; todos los cuales, en lo que se han separado del método tradi- miniscencias hebreas por do quiera.
cional y del comparado, produjeron muy escasos frutos. El sistema
En España, García Blanco (Diqduq —Análisis hermenéutico—)
ideológico de Neuman seguido por Loescher y otros, según el cual
y su compendiador Mateos Gago (El Análisis filosófico etc. —Her-
cada letra tiene una significación simbólica, y cada palabra tiene el
menéutica—) con otros que les han seguido, reprodujeron en sus lí-
valor significativo del conjunto simbólico de las letras, empleado
neas generales los tres métodos dichos, como medio de traducir eos»
para hallar así la correspondencia entre el significado de las raíces
facilidad la Biblia. En tres "claves", según dicen ellos, la del valor
hebreas y el de la forma de sus signos componentes, no tiene serie-
ideológico de las letras, la de la afinidad de las radicales, y la de
dad ni fundamento científico alguno, ya porque el valor simbólico de
las correspondencias que se encuentran, ó imaginan encontrar, del
las letras hebraicas es un mito convencional (ni aun hay entre sus
hebreo con palabras griegas, latinas, castellanas etc., formulan la
partidarios unidad de parecer sobre la equivalencia significativa),
labor hermenéutico-gramatical del hebraísta. Tales procedimientos
ya porque a u n supuesto aquél, sería completamente arbitrario y
que como recursos artificiales para recordar palabras de algún pa-
contra el buen sentido afirmar que las palabras resultasen artificial-
recido, y medio mnemotécnico auxiliar del diccionario, pueden te-
mente de aquellos símbolos combinados; mucho más cuando se tra-
ner algún valor, son, dicho se está, científicamente nulos, y ocasio-
ta de elementos gráficos independientes de la palabra, que es signi-
nados á mil inexactitudes de pretender apreciarlos en otro sentido;
ficativa en sí misma y antes de toda escritura; y más todavía, dado
inexactitudes que vendrían á resumir las falsedades doctrinales de
el cambio de significaciones en las palabras, que haría cambiar el
las tres teorías antes mencionadas, de las cuales es trasunto la doc-
valor de los signos cada vez que admitiesen nuevas acepciones con
trina de G. Blanco.
m e n t o s q u e c o r r e n desde el siglo p r i m e r o de n u e s t r a e r a h a s t a A h o r a bien, d u r a n t e los dos primeros períodos y p a r t e del
el siglo X I . Con el a r a m a i c o terciario g u a r d a n r e l a c i ó n los al- tercero, que c o m p r e n d e n toda la vida histórica del h e b r e o has-
f a b e t o s siríacos y á r a b e s , á cuyo g r u p o p e r t e n e c e n . t a t e r m i n a r el T a l m u d , no se usaron en la e s c r i t u r a más q u e las
S e g ú n esto, los libros s a g r a d o s h a n p a s a d o p o r d i v e r s a s mo- letras del alefato, sin signo a l g u n o d e vocales, los cuales se su-
dificaciones e n su e s c r i t u r a . El a n t i g u o tipo h e b r e o - s a m a r i t a n o p l í a n t r a d i c i o n a l m e n t e e n la l e c t u r a , como a u n hoy hacen los
d u r ó h a s t a el c a p t i v e r i o , f u é l u e g o s u s t i t u i d o p o r el tipo a r a - rabinos en las S i n a g o g a s leyendo el t e x t o hebreo desprovisto
m a i c o , del c u a l p o r evoluciones sucesivas resultó el h e b r e o de todo punto-vocal. Existia, pues, u n a lectura afianzada ó re-
c u a d r a d o del siglo X I . Tenemos, p u e s , u n p r i m e r periodo du- cibida, como dicen los a n t i g u o s , q u e c o n s e r v a b a la v e r d a d e r a
r a n t e el cual está e n uso la e s c r i t u r a a r c a i c a del hebreo, seme- vocalización tradicional, y con ella el g e n u i n o sentido de la
j a n t e á la fenicia, u n s e g u n d o período d u r a n t e el cual a p a r e c e L e y , por c u y a l e c t u r a e x a c t a v e l a b a n los K a r a i m , como dice el
la e s c r i t u r a a r a m e a , pero esta se u s a s i m u l t á n e a m e n t e con la T a l m u d (1). Verosímilmente la vocalización h e b r e a escrita no
a n t e r i o r , s u s t i t u y é n d o l a p a u l a t i n a m e n t e ; u n t e r c e r período e n es a n t e r i o r al siglo VI, y sus iniciadores t o m a r o n el modelo en
el cual la e s c r i t u r a a r a m e a está e x c l u s i v a m e n t e en uso y v a la vocalización siriaca, p a r a fijar de u n a m a n e r a p e r m a n e n t e
t r a n s f o r m á n d o s e h a s t a p r e s e n t a r la f o r m a q u e se dice hebrea el sentido del texto s a g r a d o . E n el T a l m u d no se m e n c i o n a n los
c u a d r a d a (1). p u n t o s vocales hebreos (2); muchos p a s a j e s del T a l m u d presu-

(1) El primero de estos períodos es anterior á la captividad, el cias de aquel sistema gráfico en el modo de escribir judaico, ó tra-
tercero es posterior á J. C.; el segundo se halla entre ambos, sin que tarse de alguna transcripción propiamente asiria —cuneiforme— de
puedan definirse sus transformaciones. Entre los rabinos es común la la Ley; pero esto ni es en sí probable, ni guarda conformidad con lo
afirmación de que Esdras introdujo la escritura cuadrada, y la Mis- que se propone significar la Mischna.
chna afirma que la ley se dió en escritura asiría. P e r o estas y otras Hemos de notar también que en la Edad media introdújose por
afirmaciones análogas, que son de todo punto insostenibles y gratui- los rabinos una forma de letra que por oposición á la cuadrada, fué
tas, vienen entendidas convenientemente, á confirmar lo que deja- llamada redonda, ó escritura de los rabinos. Un precepto del Talmud
mos dicho. La escritura aramea, en efecto, á la cual pertenece la prohibe usar en materias religiosas otra escritura que no sea la
escritura cuadrada, data de los tiempos de Esdras, en quien se re- cuadrada.
sumen (considerado como personaje colectivo) el conjunto de tradi- (1) La pronunciación hebrea de S. Jerónimo (lectura judaica) es
ciones judaicas de la captividad; y la escritura asiría, no es otra que análoga á la que tenemos hoy, á juzgar por las palabras que trans-
la misma escritura aramea que los judíos usaron desde el captiverio. cribe del hebreo al latín. Muy al contrario acontece con la pronun-
Por consiguiente la tradición judaica, de que se hace eco S. Jeróni- ciación de los Setenta, que unas veces parece egipcia, otras se apro-
mo, es la exageración del hecho histórico que dió origen al cambio xima á la g r i e g a , y en ocasiones no es una ni o t r a , como sucede
de la escritura primitiva hebraica. Al período de transición, puede cuando prescinden del valor de las consonantes al transcribir nom-
referirse lo que afirma Buxtorf en su disert. De hebraeorum litteris, bres propios. (Ejemp. Sofonias por Tsphaniha, Sodoma por Sdom,
que los hebreos tuvieron dos distintas escrituras, una sagrada ó de Samouel por Schmuel, Yesous por Yechuaj etc.) Esta pronuncia-
la Ley, y otra profana, ó para los demás usos; porque de hecho esta ción imperfecta en vocales y consonantes ha pasado de los Setenta
doble escritura corresponde al segundo período mencionado. Preten- á la Vulgata y de la Vulgata á nuestras traducciones vulgares, con
der justificar con el Talmud, con Aben-Ezra, Maimónides, los Quim- lo cual pronunciamos hoy muchos nombres propios, hebreos de una
jhies etc., como hace G. Blanco en su Diqduq, que las actuales letras manera inexacta.
hebreas son primitivas, es mostrarse tal vez más atrasado que ellos (2) Muchos rabinos y no pocos cristianos han tenido por verdad
en punto á crítica literaria. Notemos aquí (y lo advierte también de inconcusa la coetaneidad de los puntos vocales y de las consonantes
Vogué —Melang. d' Archeolog. orientale—), que la escritura he- hebreas; y han creído ver en ciertos pasajes del Talmud alusiones
braica en contacto con la aramea, sufre las mismas graduales trans- al sistema de vocalización, tomando como indicios de ello ya las re-
formaciones que la lengua hebrea en contacto con el aramaico, como ferencias que se hacen allí á la manera de leer el texto sagrado so-
se ve por lo que dejamos dicho. Dada la verosimilitud que atrás he- lemnemente, con todas las inflexiones debidas, cual si gráficamente
mos indicado de que los judíos hayan usado en su contacto con los
a*. se representasen é s t a s (en las Sinagogas, como decimos arriba,
asírios la escritura cuneiforme por algún tiempo, pudiera la escri-
siempre se leyó y lee sin vocales, y se guarda, sin embargo, lo que
tura asiría de la Mischna interpretarse en sentido de reminiscen-
dice el Talmud); ya las indicaciones referentes á palabras ó frases
ponen u n a p r o n u n c i a c i ó n diversa a n t i g u a m e n t e de la q u e nos
t e m a de vocales; el t e x t o samaritano, no tiene puntos, y sin
ofrece hoy la p u n t u a c i ó n vocal; en los a n t i g u o s Comentarios
ellos se h a conservado y leído, como señal de i n t e g r i d a d ; los
judaicos (Midrashim), no a p a r e c e vestigio a l g u n o de dicho sis-
judíos e n las S i n a g o g a s leen el t e x t o sin p u n t u a c i ó n vocal, re-

mnemotécnicas, para ayudar á la memoria en la lección y exposi-


Como ejemplo de textos invocados del Talmud por los partida-
ción escrituraria, comparables á las "voces memoriales" de muchos
rios de la teoría aludida, presentaremos el siguiente del babilónico,
gramáticos. Estos signos son los llamados en el Talmud simanim,
exponiendo un pasaje de Nehemías, citado en otro lugar. Tráelo
que ni l é x i c a ni históricamente significan "puntos vocales", sino
Buxtorf, y tradúcelo G. Blanco (que ha querido restaurar en España
simplemente "señales ó signos." No de otra manera se habla de la
la mismas doctrinas) de la siguiente incorrecta manera: "Qué es lo
masora en varios lugares; pero de la masora en su significación
que está escrito? y leyeron (el texto de Nehemias). Y leyeron en
obvia, ó sea como tradición oral, no en el sentido de masora escri-
el libro, en la ley del Señor, esta escritura hebrea; con explanación,
ta en que se tomó posteriormente aquel nombre.
esto era Targum; y poniendo cuidado, esto las pausas; luego en-
En otra parte dejamos hecha alusión á esto mismo, notando las
tendieron la lectura, esto las pausas de los acentos; y decían de
varias opiniones extremadas en la materia. Pero la discusión, en
ello, eso la masora" (interpretación oral). El Talmud jerosolimitano
principio, vino á reducirse entre los gramáticos á si han de decirse
dice casi literalmente lo mismo, y en ello fundan su argumentación
las vocales hebraicas de la época masorética ó no. El libro citado de
los que, como G. Blanco, intentaron renovar las envejecidas tradi-
Elias Levita Massoret hammassoret lanzado al público contra la tra-
ciones rabínicas sobre la antigüedad de las vocales. Como se deja
dición de que la puntuación fuese anterior al masoretismo, en la
ver claramente, no hay en las palabras citadas nada referente á l o s
época en que la crítica y exégesis de los textos originales constituía
puntos vocales, sino simple alusión á la forma estudiada como se ha-
centro de controversia entre el protestantismo y catolicismo, no po-
cía la lectura. Si algo probasen, sería justamente lo contrario, por-
día menos de producir sensación, pues del origen de la vocalización
que no es necesario "leer con cuidado para conocer las pausas" don-
aludida dependía que fuese discutible ó no la lectura actual del texto
de hay signos que las representen, ni tiene gran mérito "entender
hebreo, y si las variantes de las antiguas versiones habían de corre-
la lectura con los acentos" donde éstos están escritos. Todo lo de-
girse según el modelo del texto vocalizado, ó éste debiera tal vez ajus-
más que se dice de la existencia de antiguos códices talmúdicos con
tarse á las versiones antiguas. Si las vocales son masoréticas, cabe
puntos vocales, y de las afirmaciones de algunos rabinos (tomadas
discutir el lugar que ocupan algunas en ciertos pasajes; siendo inse-
del Philologus hebraeus de Leusden, de las obras de Buxtorf etc.),
parables de las consonantes, el sentido y forma que tienen participa-
no prueban en manera alguna la existencia de la vocalización al re-
rían de la autoridad de la Biblia y de la autenticidad de su sentido.
dactarse el Talmud.
La traducción latina del libro de Elias Levita hecha por Sebastián Es de notar una coincidencia antitética entre dos partidarios de
Munster, puso en manos de todos sus doctrinas, y no tardaron aque- la puntuación primitiva, G. Blanco y Buxtorf; de éstos, el primero
llas ideas en tener seguidores. Entre éstos distinguióse L. Cappell, no duda afirmar que las dichas vocales por su razonable nombre y
quien comenzó por dirigirse á Buxtorf, decidido adversario de la teo- figura, y su división en largas y breves (Diqduq, t. I), hay que te-
ría de E.Levita, exponiendo los argumentos en que se apoyaba, y ter- nerlas p o r mucho más antiguas q u e "los masoretas tiberienses."
minó por publicar su Arcanum punctationis revelatum, que era el re- Buxtorf por el contrarío, y más razonablemente en ello, reconoce
sumen de sus razonamientos y de los de E. Levita. Al éxito obtenido que de los nombres de las mociones partim hebraicis partim baby-
por este trabajo, favoreció el silencio absoluto que guardó Buxtorf, lonicis, no se concluye su antigüedad; si bien pretende que "a no-
de reputación general entonces entre los filólogos hebraístas, que al
vítate nominorum non licere argumentari ad novitatem rei Po-
no contestar á los argumentos de su adversario, se interpretó reco-
tuerunt enim vetera nomina in o b l i v i o n e m devenire aboleri
nocía su fuerza y validez. Contra Cappell escribió más tarde Bux-
mutari " Después de este subterfugio, y en orden á la distinción
torf (hijo) el Tractatus de Punctorum vocal, et accentnum origine,
de largas y breves, niégale toda antigüedad "Distinctio haec voca-
cuando ya las nuevas ideas habían arraigado, y sin conseguir el re-
lium non est hebraeorum sed grammaticorum christianorum
sultado apetecido. Si alguna reacción pareció observarse en favor
qui hanc distinctionem invexerunt... (Tractat. de Punctorum vocal,
de las doctrinas sostenidas p o r l o s Buxtorf, fué con la aparición de
et accent. origine, p. I). Por donde se ve la eficacia de las pruebas
obras tan notables como el Philologus hebraeus d e Leusden, el
aducidas por García Blanco á los ojos del principal defensor de la
Thesaurus philologicus de H o t t i n g e r , los trabajos d e Robert-
doctrina que éste quiso con poca fortuna hacer revivir. Por lo de-
son etc., para caer luego en el olvido en que yacen, y del cual no
más nuestro hebraista no aduce argumento, que pueda decirse tal,
habrán de levantarse ya.
no presentado ya anteriormente, y refutado con solidez.
p u t a n d o como profano el t e x t o q u e la c o n t e n g a ; e n las anti- misma que se u s a b a hasta el siglo V en la e s c r i t u r a siriaca, con
g u a s inscripciones semíticas f a l t a n las mociones a l u d i d a s ; los ser sin d u d a a l g u n a la de vocalización más arcaica, constaba
n o m b r e s de los p u n t o s vocales no son de o r i g e n h e b r a i c o , sino ú n i c a m e n t e de u n sólo p u n t o diacrítico, el cual se escribía, ora
siriaco, lo mismo q u e las de los acentos, c u y a s d e n o m i n a c i o n e s encima, ora d e b a j o de las p a l a b r a s ; y todos los datos q u e nos
s u p o n e n u n o r i g e n caldaico-siriaco, á la m a n e r a q u e la nomen- suministra la a n t i g ü e d a d v i e n e n , finalmente, á comprobar q u e
c l a t u r a del alefato, a r g u y e el influjo a r a m a i c o de los t i e m p o s el sistema a c t u a l de vocales es de origen r e l a t i v a m e n t e m o d e r -
esdrinos; no pocos p a s a j e s de S. J e r ó n i m o d e m u e s t r a n q u e tu- no en el hebreo, y de formación g r a d u a l sucesiva (1). El Codex
v o q u e v a l e r s e de m a n u s c r i t o s sin vocales (1); la p u n t u a c i ó n Bábylonicus Proph. Posteriorum (public. por S t r a c k , con in-
troduc.) corresponde al 916 J . C., y c u e n t a sólo seis vocales!
siete a p a r e c e n luego e n el siglo siguiente, a u n q u e sin la distin-
(1) El Talmud habla de acentos de la ley, pero como advierten ción y e m i m e r a c i ó n c o n v e n i e n t e de vocales largas y breves; al
algunos rabinos, en sentido propio, ó sea como modulaciones ora- siglo XII p e r t e n e c e el catálogo de las cinco vocales breves e n
les, que dice el R. Raschi ya citado. San Jerónimo emplea también la oposición á las cinco l a r g a s . Todo el sistema de scheioas, puntos
palabra accentus con relación á la interpretación hebraica, mas tam- diacríticos etc., es de invención posterior, como las teorías de
poco en sentido ortográfico como sería preciso para que probase la m u t a c i ó n de puntos, cosa que con t a n t a sencillez hubo de resol-
existencia de dicho signo. Hablando de la diversa significación de verse con los progresos de la fonética científica a c t u a l . Mas,
hichah, mujer, y de yssah, el toma, dice (in Genes. II, 23): "Theo- c u a n d o se dice q u e el alfabeto semítico es silábico ó q u e se h a
dotio aliam etymologiam suspicatus est, dicens —haec vocabitur f o r m a d o sin letras vocales, y carecía como carece de los signos
asumptio quia de viro sumpta est—; potes quippe issa secundum va-
de dichas letras, se está m u y lejos de significar q u e , no y a fo-
rietatem accentus et assumptio intelligi." Por donde se ve que se
n é t i c a m e n t e , sino t a m b i é n en el orden g r a m a t i c a l , estuviese
t r a t a de la entonación, no de signos ortográficos, los cuales no eran
desprovisto de todo vocalismo a u x i l i a r y supletorio.
empleados. Baste como e j e m p l o lo que el mismo San Jerónimo
(Epist. ad Damas. 125, q. 2), escribe con motivo de un pasaje del Exo-
E x i s t e n t r e s sonidos f u n d a m e n t a l e s fisiológica y a u n históri-
do (XIII, 18), donde aparece la palabra hamuchim, la cual leida así
c a m e n t e , de los cuales p u e d e n hacerse d e r i v a r todos los demás,
significa armados, y leída con otras vocales, como pudiera hacerse,
tendríamos hamichim, derivación de hamech, cinco. Aquila supo-
niendo en la palabra hebrea dicha la vocalización primera, traduce (1) Queda ya indicado que muy probablemente los signos vocales
en el pasaje aludido, que "los hijos de Israel subieron de Egipto ar- no se emplearon al principio más que en los manuscritos del texto
mados" (gr. enoplisamenoi); por el contrario los Setenta atribu- sagrado de uso privado; los rabinos se opusieron largo tiempo á que
yéndole la segunda vocalización, dicen que "subieron de Egipto en se introdujesen ni aún en esa forma, hasta que se vió la necesidad
la quinta generación" (gr. pemtee guenea). "Volumen hebraicum de fijar el sentido de sus libros de una manera permanente. La es-
replico (dice S. Jerónimo) et ipsos characteres sollicitus atten- cuela de Tiberíades (s. VII-IX) sancionó ya la invasión, que pasó
dens, scriptum reperio vahamisim. Omnis pugna de verbo hamisim, luego al uso general. En tanto había ido desarrollándose poco á poco
quod his litteris scribitur Het, Mem, Sin, Jod, Mem: utrum quinqué el sistema, y continuó pasando de una forma más sencilla á otra más
an munitas sonet Aquilam ut in ceteris in hoc loco proprie trans- complicada, hasta que en el siglo XI queda del todo terminado. En
tulisse, omnis Judaea conclamat, et synagogarum consonant univer- los comienzos de dicho siglo ya el gramático R. Chaijug, habla de
sa subsellia." Resulta pues que, como en tiempo de los Setenta, ni las siete vocales; pero poco después gran parte de los rabinos, por
cuando escribió Aquila, ni cuando lo hizo S. Jerónimo, tenían, otra ensalzar la invención, no vacilaron atribuirle antigüedad fabulosa.
norma de lectura que las consonantes y la tradición judaica. En la (De conformidad, en general, con nuestras ideas v., entre otros,
versión de los Setenta es frecuente ver como la falta de vocales y Eward, Kritische Gramm., Renán, Hist. gen. etc. des lang, sem.,
demás signos ocasionó inexactas interpretaciones. Por haber leído Preiswerk, Gram. hebr., introd., Luzzato, Prolegomeni, Schneder-
las consonantes d-b-r interponiéndole vocal e, leyeron deber, muer- mann, Die Controverse des Lud. Cappellus mil den Buxtorf, etc.,
te, en un pasaje de Isaías, donde los masoretas colocando a, dicen Revel, Letteratura hebraica, los Rudim. ling. hebr. de Vosen y
dabar, verbum; y por leer las palabras laken aiiiye como liknaani Kaulen —lib. eisagoguicos—, con los principales tratados gramat.
en la frase hebrea laken aniye hatstson, traducen "en el país de modernos. Y singularmente el trabajo de M. Schwab, Des points-
Canaán", lo que la Vulgata tradujo "propter hoc, pauperes gregis." voyelles dans les langues semitiques, así como la Hist. de la ponc-
Y así sucesivamente. tuation oit de la Massore ches les Syriens).
y que desde l u e g o s i r v i e r o n de base á teorías fonéticas de acep- El sistema de acentuación no f u é tampoco en su origen t a n
tación r e c o n o c i d a . Son estos sonidos a-i-u, y como de formación complicado como lo es a c t u a l m e n t e , sino que h a ido g r a d u a l -
p r ó x i m a i n t e r m e d i a p u e d e n p r e s e n t a r s e l o s de e-o; faltos de m e n t e desarrollándose, merced al continuo t r a b a j o g r a m a t i c a l
v e r d a d e r o s signos vocales los hebreos, s u b s a n a r o n esta deficien- y filológico, y al e s p í r i t u de análisis que animó á los judíos e n
cia en c u a n t o á los sonidos primarios dichos, con las l e t r a s de
su a l f a b e t o h o m o g é n e a s á los sonidos mencionados, q u e por ello habla de ello el celebrado Jonás ben Ganahh (Abul Walid Merwan)
á pesar de ser c o n s o n a n t e s , se las d e n o m i n a r o n l e t r a s semivo- en su trabajo gramatical "Bisdlat at-takrib wal-tashit" destinado
cales. Asi se r e p r e s e n t a b a a por aleph, i por yod, u por v a u . al esclarecimiento de las mociones; clasifica en él de primitivas las
Los dos sonidos i n t e r m e d i o s se i n d i c a b a n p o r l a s a n t e r i o r e s tres vocales u, i, a, y compara su movimiento á los tres movimien-
t a m b i é n , p e r o g u a r d a n d o la analogía del sonido; asi e, se repre- tos naturales que hay en el mundo; el de la u lo equipara al movi-
sentó por a l e p h y y o d , o por aleph y v a u , p o r q u e en efecto, e miento que parte de un centro; el de la i es movimiento centrípeto,
como el de la piedra lanzada al aire que cae por su peso; el de la a
es sonido i n t e r m e d i o e n t r e a é i, como o lo es e n t r e a y u. Otra
es movimiento de rotación. Teoría que expone también Abraham
l e t r a , la he, se u s a b a i g u a l m e n t e como vocal, pero t a n sólo e n
Balmis en su "Peculio de Abraham" —Miqué Abraham— y otros des-
fin de dicción, y p o d í a i n d i c a r la a y los dos sonidos secunda- pués, y que incluye ya las declaraciones del sistema fonético poste-
rios e-o. E s t a s l e t r a s q u e m n e m o t é c n i c a m e n t e se r e ú n e n e n la rior sobre este punto.
p a l a b r a hehevi (pereceré), c u a n d o d e s e m p e ñ a n oficio de vocales Es de notar que en árabe, á pesar de su riqueza, de su variada
no se p r o n u n c i a n , y p u e d e n , si u n a razón g r a m a t i c a l no las fonética y de su abundosa conjugación, que supera en mucho á la
e x i g e , d e s a p a r e c e r e n la p a l a b r a . De a q u í la doble o r t o g r a f í a hebrea, no existen más que tres signos para sus cinco vocales: fa-
dicha scriptio plena c u a n d o figuran a q u e l l a s letras e n el t e x t o , tha (a-e), kesra (i), damma (o-w). En siriaco también se emplearon
y scriptio defectiva, c u a n d o se omiten. El predominio de u n a antiguamente, como en hebreo, tres consonantes en acepción vocal,
y eran las correspondientes en dicha lengua á las madres déla lec-
ú otra o r t o g r a f í a t i e n e significación filológica p a r a poder m e j o r
tura; olaph, uav, é iudh. Desde el siglo IV aparece en siriaco el sis-
a p r e c i a r la a n t i g ü e d a d r e l a t i v a d é l o s textos; p o r q u e e n los do- tema de puntos, siquiera sea rudimentario. Un punto en la parte su-
cumentos a n t i g u o s m i e n t r a s la l e n g u a e r a h a b l a d a , p r e v a l e c e perior de una palabra, tenía la equivalencia de a-o y de los dipton-
la e s c r i t u r a d e f e c t u o s a , al contrario de lo q u e sucede en los do- gos ai-au; en la parte inferior podía significar e-i-u. D e s d e el
c u m e n t o s p o s t e r i o r e s que, u n a vez m u e r t a la l e n g u a , p r e s e n t a n siglo VII los siros occidentales comenzaron á usar como vocales las
la e s c r i t u r a plena p a r a m e j o r g a r a n t í a de su i n t e r p r e t a c i ó n . cinco letras griegas a, e, rj, o, v, en la forma uncial é inclinada que
P o r lo demás con este sistema supletorio de vocales, e s t a b a n aun conservan en siriaco, mientras los siros orientales aparecen con
m u y lejos d e o b v i a r s e todos los inconvenientes de la l e c t u r a el sistema de puntuación vocal completo. "Seriore tempore, conclu-
ye H. Gismondi, distinguido profesor nuestro en Roma, in usu fuit
h e b r e a , p a r a lo c u a l b a s t a r e c o r d a r el c o n j u n t o de signos que
etiam methodus indicandi vocales indiscrimatim t u m punctis tum
hoy son necesarios e n el texto escrito con e x a c t i t u d , a d v i r t i e n - graecis litteris." (Linguae syriacae grammatica).
do a d e m á s q u e las semi-vocales i n d i c a b a n r e g u l a r m e n t e ¡as vo-
El sistema de las matres lectionis 6 de las letras hehevi, llevado
cales l a r g a s t a n sólo (1). á extremos inadmisibles, sirvió de base á la teoría de la lectura sin
puntos. Preténdese en esta teoría que con sólo el alfabeto hebreo, sin
(1) Llamaron los judíos á las letras mencionadas himmot ham- los puntos vocales, puede y debe leerse dicho idioma; la escuela rabí-
mikrá, ó sea matres lectionis, porque de ellas dependía la lectura, nica y tradicional sostiene que en el alefato no hay más que conso-
y porque, como dicen "las vocales son tan necesarias al texto, como nantes, sin vocal alguna; la escuela dicha masclefiana (siquiera Mas-
el alma al cuerpo para la vida", "como la luz para ver", "como el clef no fuese su inventor) pretende que existen allí letras consonan-
ejército á su rey" etc. Las tres vocales a i u á que corresponden las tes y letras vocales, como son las llamadas matres lectionis: para los
matres lectionis han servido no sólo entre los semitas, sino también primeros, las matres lectionis son consonantes como todas las de-
entre los arios de centro de sistema, cual se ve en los gramáticos in- más letras, aunque pueden ser empleadas alguna vez y lo fueron de
dios. Bopp y Schleicher han creído hallar ahí el vocalismo primitivo hecho, en sentido vocal, por la semejanza de sonido; para la segunda,
indo-europeo, y el triángulo que nosotros decimos orcheliano, al son siempre vocales, siempre se usaron como tales, y siempre debe
cual hemos aludido a t r á s , está encerrado virtualmente en la clasifi- leerse con ellas exclusivamente el texto. Toda otra vocalización, se-
cación semítica de las tres madres de lectura. Muy explícitamente gún esto, es supèrflua y falsa. Mas aunque convienen en lo dicho los
la inquisición de los elementos más íntimos de su l e n g u a j e pri-
a u x i l i a r poderoso de la l e g i t i m a i n t e r p r e t a c i ó n , y deben figu-
mitivo. El c o n j u n t o de los acentos hebraicos c o m p r e n d i d o s e n
r a r como obra filológico-hermenéutica al lado del sistema de
la división g e n e r a l de eufónicos y tónicos, c u y a s v a r i a s subdi- p u n t u a c i ó n vocal.
visiones no h a c e á nuestro propósito r e c o r d a r a q u í , c o n s t i t u y e n
Sucede al período de puntuación el periodo masorético, que
recoge el g r a n d e t r a b a j o g r a m a t i c a l del p r e c e d e n t e , p e r o q u e
partidarios de la extravagante teoría expunctatorum, difieren en sus no c o n t i n ú a sus investigaciones; p o r q u e , como y a se h a adver-
apreciaciones más concretas. El holandés Boles, fundador de la es- tido, y lo n o t a R e n á n (ob. cit.), la labor de los masoretas es más
cuela en el siglo XVI, afirma en su Methodus discendi ling. he- bien critica que g r a m a t i c a l ; y d e b i e r a haberse a ñ a d i d o q u e su
braeam, que son exclusivamente vocales las cuatro, aleph, he, van, criticismo es p u r a m e n t e tradicional. El n o m b r e mismo de Mam
yod, equivalentes á las respectivas a, e, 11-0, i-y; cuando se encuen- sora, de conformidad con las definiciones que suelen d a r s e de
tren varias consonantes sin aparecer expresa alguna de dichas letras
ella (1), h a c e v e r que se t r a t a d e u n tradicionalismo doctrinal;
entre ellas, se suple constantemente la vocal a: así en d-b-r, suplido
el alef, tenemos d-a b-a-r, verbum; en b-d-r, resulta b-a-d-a-r, dls-
pergere; en b-r, b-a-r hijo, etc. Masclef en su Gramm. hebraica a
ponen sin otra pronunciación que la de sus vocales, con cuyo sonido
punctis aliisque invent. massoret. libera, juzga que no sólo son vo-
viene á identificarse el de las consonantes de aquel nombre. Tal vez
cales las cuatro indicadas, sino también el jeh y el jhain, que añade
en ese sentido dijo Josefo Flavio que las cuatro letras de Jehovah
al número de las de Boles; además enseña que no es el alef, la vocal
eran vocales: xavxa 8é éaxi cpcovr¡evxa xéaaaga. Testimonio que al-
que se ha de sobreentender siempre que haya concurso de consonan-
gunos masclefianos no han vacilado invocar en favor de su desacre-
tes, sino que ha de suplirse la vocal equivalente á la primera que
ditada teoría de las maitres lectionis vocales.
tenga el nombre de la consonante: así en el ej. propuesto, dabar, se
(1) Defínela Buxtorf en su Tiberias sen Comm. masoreticus:
leerá d-a-be-r, porque el nombre de la consonante primera (dalet)
"Massora est doctrina critica a priscis hebreorum sapientibus, circa
exige a, y el de la segunda (bet) reclama e etc. Sharp y Hutchinson
textumsacrae Scripturae ingenióse inventa, qua versus, voces, lite-
reprodujeron en Inglaterra substancialmente las mismas ideas, sien-
r a e ejus numeratae, omnisque ipsarum v a r i e t a s notata, et suis locis
do en Francia la última expresión de ellas, la Nouvelle Gramm.
cum singulorum versuum recitatione indicata est, ut sic constans et
heb. raisonnée affranchie de la ponctnacion etc. de Verdier (ver-
genuina ejus lectio conservetur, et ab omni mutatione aut corrup-
tida al latín por el rabino converso L. B. D r a c h , antiguo bibliote-
tione in aeternum perseveretur et valide praemuniatur". Divídese
cario de Propag. Fide).
en gran masora constituida por el conjunto crítico y doctrinal de
Como se v e , trátase en todo este artificial mecanismo de una las exposiciones rabínicas sobre el texto sagrado, y pequeña maso-
exageración insostenible de todo punto, de la doctrina que niega el ra, que son anotaciones cortas simbólicas ó críticas acerca de la in-
carácter privativo de la puntuación masorética; la cual exageración teligencia de los sagrados libros, en que van insertas. Dentro de esta
acaba por convertir la lectura de la Biblia en cosa arbitraria y con- división pueden hacerse muchas subdivisiones, respecto á la maso-
vencional, según aparece en s u s procedimientos indicados. P a r a ra de palabras, masora de letras, masora de versos, de libros etc.,
apreciar la incertidumbre de interpretación en tal sistema, bastaría masora inicial y masora final. La pequeña masora va puesta en
el primero de los ejemplos aducidos antes; con las letras d-b-r pue- las biblias, y los volúmenes de la gran masora pueden á veces con-
den resultar, según las vocales que se empleen d-a-b-ar (palabra), sultarse con fruto; de ella se han servido David Quimjih, Aben-Ezra
d-a-bb-er (hablar), d-o-b-e-r (que habla, loquens), d-u-bb-a-r (verba y Elias Levita para sus mejores obras, como la han utilizado nues-
prolata sunt), y así sucesivamente. Es decir, que sin la vocalización tros insignes Jiménez de Cisneros y Arias Montano para la Políglo-
propia, ó sin una tradición fija (como la masorética) ú otros medios ta complutense y plontiniana respectivamente. Una extensión de la
extraños á l a s letras alfabéticas que nos garantice la interpreta- Masora es la Cábala en cuanto por ella y en virtud de la doctrina
ción, ésta sería insegura y sobremanera incierta para nosotros, á recibida, se inquiría el sentido recóndito de la Biblia. Varias son
pesar de toda la critica masclefiana. las divisiones que pueden hacerse de la cabala, y que se han hecho
Notemos aquí que las matres lectionis componen fonéticamente ya; como división fundamental es generalmente admitida la que trae
(literalmente falta el aleph que está sustituido por la he final) el te- Pico de Mirándola en sus Tesis cabalísticas, según la cual la cábala
tragammaton inefable, ó sea el nombre de Dios, Jehowah (Jehveh, puede ser especulativa y práctica. Esta última, de aplicaciones en
como lee Arias Montano, ó Jahveh según muchos), el cual, además el orden práctico, es reconocida como supersticiosa y vana por los
de no ser pronunciado nunca por los hebreos y aparecer siempre mismos rabinos; la cábala especulativa, exageración de lo que llama-
con puntuación extraordinaria, resulta por las letras que le com- mos sentido místico en la Escritura y del sentido acomodaticio, di-
v a se d e r i v e de masar (tradidit) y a de asar (vinxit, n e x u i t ) t u r a y sentido t r a d i c i o n a l . De a q u i la i n m e n s a labor, realizada -
siempre r e p r e s e n t a la c a d e n a de la tradición, y p u d i e r a inter- con más a f á n q u e e n t e n d i m i e n t o , de la masora del Canon, de
p r e t a r s e por la paradosis ton grammatikón de q u e h a b l a n los la masora de los versos, de la masora de palabras, d e letras, de
filólogos g r i e g o s . El t r a b a j o de la masora en su periodo verbal mociones etc., y a se t o m e n a i s l a d a m e n t e y a f o r m a n d o g r u p o s ;
lo mismo q u e en su periodo escrito, ha tenido por objeto con- las investigaciones, no pocas veces pueriles, sobre fenómenos
s e r v a r la i n t e g r i d a d doctrinal del texto sagrado, y fijar su lec- g r a m a t i c a l e s y ortográficos; sobre p u n t u a c i o n e s e x t r a o r d i n a -
rias, letras m a y ú s c u l a s , minúsculas s u s p e n d i d a s , inversas, y
vídela Reuclin (Arithmetica sacra) en cinco partes; pero puede re- coronadas; n ú m e r o de todos los versos, de todas .las p a l a b r a s ,
ducirse á dos, càbala real y càbala simbólica. En la càbala real en- de todas las l e t r a s de c a d a libro y de todos ellos, con las com-
tra principalmente no lo que significan las palabras, sino la cosa binaciones especiales de muchas d e dichas l e t r a s y p a l a b r a s , y
significada por ellas, verificándose lo que acontece con nuestro sen- las p a r t i c u l a r i d a d e s literales q u e ofrece cada verso (1), el lu-
tido mistico, si bien en extremos no aceptables. Así la significación g a r y uso de las vocales, de los acentos, y de los signos orto-
alegórica, anagogica y tropològica que halla la hermenéutica cris- gráficos etc. Todo ello e s c u d r i ñ a d o con diligencia asombrosa,
tiana en lo significado por la palabra Jerusalem, encontrábanlas
pero con espíritu servil y de estadística, q u e le h a c e labor de
igualmente y á cada paso los judíos en las páginas de la Biblia,
m u y estéril a b u n d a n c i a . La m e j o r obra del masoretismo con-
por ejemplo en el carro de Ezequiel (cap. I), en el número de sus rue-
das, en los cuatro animales, en el viento que venía del Norte etc., siste e n la revisión del t e x t o s a g r a d o y en la a n o t a c i ó n que ha-
que todo tenía su sentido y explicación en la càbala. cen sobre la l e g i t i m a p a l a b r a y lección, con los conocidos sig-
La càbala simbólica, que tiene parte del sentido acomodaticio, nos Qeri Ketiv, ó sea asteriscos de los cuales el p u e s t o al m a r -
puede subdividirse en càbala aritmética, geométrica y conmutativa. g e n ó al pie constituye Q e ri (léase), y el señalado sobre lo que
En la càbala aritmética se toman en cuenta para hallar una signifi- h a de c o r r e g i r s e es el del Ketib (lo q u e está escrito); el total de
cación determinada, el valor aritmético de las letras y la dimensión estos signos asciende á 1.314, de los cuales 80 corresponden al
de las mismas, según que qn el texto aparecen como mayúsculas ó Pentateuco.
no; p. ej. un Aleph mayor en la palabra Hadam designaría para la
càbala, que el hombre es la obra mayor de la creación terrestre, y Si h u b i é r a m o s de creer á los judíos, la m a s o r a h a b r í a de co-
así sucesivamente. En la càbala geométrica dada la distribución de locarse en el n ú m e r o de las obras literarias m á s notables del
las letras, ordenadas en formas geométricas, ó combinadas entre sí, m u n d o , como m a r a v i l l o s o «cerco de la ley», s e g ú n ellos la lla-
se intenta hallar una significación determinada. Son bien conocidos m a n . Mucho h a y e n esto de h i p é r b o l e y de f a n t a s í a ; y si se tie-
el notáricon rabínico cuya línea primera horizontal es A B R A C A
D A B R A, para la invocación de la Trinidad en hebreo, y también
en griego (como lo presenta Harduin); y el árbol cabalístico Sephi- (1) Por vía de ejemplo diremos que la masora común de versos
rot, que mediante diez nombres ofrece innumerables combinaciones cuenta en la Biblia, 23.206, distribuidos: Génesis 1.334 versos, Exo-
de varios órdenes de cosas. do 1.209, Levítico 859, Números 1.288, Deuteronomio 955. Total del
En la càbala conmutativa se trastorna el orden de las letras de la Pentateuco, 5.845, Josué 659, Jueces 618, Samuel I y 111.506, Re-
palabra para hallar en ella otra significación, como cuando descom- yes I y II 1.534, Isaías 1.295, Jeremías 1.365, Ezequiel 1.273, Profetas
ponemos un a n a g r a m a para hallar el verdadero nombre. Esto lo ve- menores 1.060. Total de Profetas anteriores y posteriores 9.297. Sal-
rificaban los cabalistas ya sin reglas fijas, como cuando de las letras mos 2.527, Proverbios 915, Job 1.070, Cántico 117, Rut 85, Lamenta-
con que se halla formulada una pregunta en la escritura formaban ciones 154, Eclesiastes 222, Ester 166, Daniel 157, Esdras y Nehe-
la respuesta, ya siguiendo la norma de contraponer mitad del alfa- mías 688, Crónicas I y II 1.763. Total de Agiógrafos 7.904.
beto á la otra mitad, de modo que la primera mitad de las letras al- Siguen á este recuento las voces de los principales versos, y el
fabéticas pudiera ser sustituida por las respectivas en orden de la número de letras que tienen; el número de versos que comienzan
segunda mitad. Con esta manera de sustituciones que creían se han con una misma letra, el de los que comienzan con una misma pala-
usado en el antiguo testamento como una especie de disciplina del bra, el de los que tienen igual número de palabras y letras, el de los
arcano, se proponían hallar el sentido verdadero del texto, oculto que encierran todas las letras del alfabeto, etc. etc. El lector adi-
en forma de a n a g r a m a y arreglado á la acepción de las letras de vina fácilmente el laberinto á que conduce trabajo tan fatigoso co-
medio alfabeto por las de la otra mitad. De la Càbala se han ocupa- mo inútil. A este tenor puede juzgarse de las investigaciones aná-
do muchos de los escritores ya citados. (V. G. Blanco, Diqduq III). logas masoréticas.
ne e n c u e n t a q u e sobre la f e d e los m a s o r e t a s , j u d í o s y cristia- b e n Dior, y sobre todo p o r el i n s i g n e cordobés Maimónides, u n a
nos hicieron á u n a sus estudios sin más c r i t i c a q u e la del rnaso- de las más g r a n d e s figuras del rabinismo de la E d a d M e d i a , de
retismo, la cual e r a por más de u n concepto d e f e c t u o s a , debe los más enciclopédicos en sus conocimientos, y de los más se-
decirse q u e la masara ha a c a r r e a d o g r a v e p e r j u i c i o á la b u e n a rios en sus t r a b a j o s , como n o t a Escaligero (1). S i g u e n los cami-
filología y h e r m e n é u t i c a ; si h a sido «cerco de la ley» f u é m á s
p a r a estrecharla q u e p a r a d e f e n d e r l a . D e n t r o de la masora y a
(1) Entre las obras de varia índole de que es autor Maimónides,
en el siglo X e s t a b a n en oposición la e s c u e l a t i b e r i e n s e r e p r e - una h a adquirido singular renombre entre judíos y cristianos; l a
s e n t a d a por el códice de Ben-Asher y la escuela b a b i l ó n i c a q u e que lleva por título Moreh Nebokim, clave teológica y hermenéutica
r e p r e s e n t a el de Ben-Neftali, c u y a s d i f e r e n c i a s e n los respecti- para la interpretación bíblica, para la inteligencia de sus varios sen-
vos códices c u é n t a n s e á c e n t e n a r e s . R e d u c i r la m a s o r a á su tidos y expresiones, y verdadero directorio de los inseguros en ma-
p r i m i t i v o c a r á c t e r , t a n d e g e n e r a d o e n la E d a d Media, es obra terias escriturarias. Este libro notable, condenado á la hoguera por
q u e (por más que se h a y a i n t e n t a d o ) d i f í c i l m e n t e l l e g a r á á rea- los talmudistas franceses á causa de su doctrina independiente del
talmudismo y tradiciones, fué respetado por los judíos de Oriente, y
lizarse de u n a m a n e r a satisfactoria. Los t r a b a j o s d e Baez, de
adquirió después universal estima en Occidente. Escrito en árabe,
Delitzsch, S r a c k , Frensdorff e t c . e n c a m i n a d o s á r e s t i t u i r al
fué luego traducido al hebreo por Samuel ben Thíbón, y más tarde y
t e x t o masorético su p r i m i t i v o c a r á c t e r o f r e c e n á la critica mu- con menos exactitud hízose nueva versión hebraica por Judah Al-
chos puntos v u l n e r a b l e s . charici. Al latín tradujéronle, entre otros, Fr. Agustín Justiniani (si
T o m a n d o sus principios en la masora, sucede á ésta en la bien se duda de si es traducción propiamente suya, ó simple correc-
l i t e r a t u r a h e b r a i c a el período gramatical rabinico, e n el cual ción de otra anónima), y mejor que él en fidelidad y estilo J. Buxtorf
e n t r a n como elementos filológicos las obras de c o m e n t a d o r e s , le- (hijo). Suele citarse dicho libro con distintos nombres, porque de
xicógrafos y g r a m á t i c o s p r o p i a m e n t e dichos. D e s p u é s de a l g u - varias maneras se ha traducido su título: Raimundo Martí en su
Pugio Fidei le llama "Directorium neutrorum", Gesner en su Bi-
nos comentarios talmúdicos, c u y a a n t i g ü e d a d y a u t o r e s es ob-
bliotheca, "Directorium in Theologia", Pablo Burgense en su Scru-
jeto de controversia (1), y d e s p u é s d e la d e c a d e n c i a de las es-
tinum scripturarum y Alonso Espina, lo denominan "Directio per-
cuelas j u d a i c a s de Oriente, la reacción l i t e r a r i a d é j a s e s e n t i r plexorum" y "Demonstrator errantium", Justiniani en la versión
c l a r a m e n t e e n los comentaristas de los comienzos del siglo X I . latina que publicó "Director dubitantium", y Buxtorf en la suya
R . Samuel Hophni, R. I t s a a c Arits p r e s i d e n t e de la A c a d e m i a "Doctor perplexorum." De cualquier manera que se traduzca el
de Córdoba, R. J . Aben Megas, R. A b r a h a m b e n H h i y a h y otros Moreh Nebokin (el que guía dios que tienen dudas), ha de enten-
hebreos españoles, iniciaron el n u e v o impulso rabinico-científi- derse que no es una "guía de extraviados" ó una "guía de pecadores",
co, continuado con m a y o r f u e r z a en el siglo X I I p o r el y a citado como alguna vez se ha escrito, sino una guía, un "Directorio de in-
seguros" en la inteligencia de la Ley; no escrita para el vulgo, como
A b e n - E z r a , no menos célebre como g r a m á t i c o i n s i g n e q u e como
dice el mismo Maimónides en la Introducción á dicho libro, ni para
c o m e n t a r i s t a de p r i m e r orden (2), por el t a l m u d i s t a A b r a h a m
los que comienzan las especulaciones de la Escritura, sino para "el
varón ejercitado y perito en nuestra ley" "conocedor de la filosofía,
(1) Véanse acerca de los comentarios aludidos y sobre el movi- y perfecto en vida y doctrina", que "por propio estudio entiende el
miento general de la literatura judaica, las Bibliotecas rabínicas de sentido de las palabras equívocas, metafóricas y analógicas", pero
Ugolino, Wolf, Bartelocci, Assemani y Rodríguez de Castro, este por eso mismo se encuentra perplejo sobre si aceptar la interpreta-
último con preferencia para los rabinos españoles. Allí encontrarán- ción recibida, ó desecharla siguiendo su propio criterio y lo que le
se datos que no es posible ni necesario presentar aquí. Véase asi- dictan sus propias investigaciones. (Cf. la tr. de Buxtorf en el The-
mismo á Buxtorf y á García Blanco sobre la materia. saurus antiq. hebraicarum de Ugolino).
(2) Sus comentarios fueron traducidos al latín, é impresos ya Entre otras muchas obras (v. las Bibliot. atrás citadas, y entre
originales ya traducidos por J. Leusden en Utrech, Roberto Stepha- nosotros R. de Castro Bibliot. sigl. XII), cuéntase una disertación
no en Parfs, Daniel Romberg en Venecia, por el judío alemán R. Jo- sobre las lenguas Hebrea y Arábiga, en que era peritísimo (así como
seph en Nápoles, y por editor anónimo en Constantinopla. La prime- en el siro-caldaico, rabinico y griego), donde intenta demostrar la
r a traducción de los comentarios bíblicos de Aben-Ezra fué la de identidad de origen de ambas, y su conexión con el siriaco. (V. la
Conrado Pellicano; figuran éstos al lado de la paráfrasis de Onkelos disert. apolog. de Maimónides por Clavering en la ob. cit. de Ugoli-
en la estimación de los judíos, y en ediciones bíblicas. no, siquiera dicho trabajo no esté á cubierto de toda crítica).
nos de los g r a n d e s maestros citados, el celebrado R. Moseh ben rios á P l a t ó n , Aristóteles, A b e n - E z r a y Maimónides, asi como,
T h i b ó n , l l a m a d o por los suyos abi hamajtikin ó padre de los omitiendo otros muchos (1), el i n s i g n e t a l m u d i s t a , filósofo y co-
traductores, por sus g r a n d e s conocimientos e n las l e n g u a s he- m e n t a d o r de la Cábala Moisés b e n Schem Tob, q u e cien-a e n el
braica y a r á b i g a , y p o r los servicios q u e con sus traducciones siglo X I I I el catálogo de los expositores rabinicos. E n los si-
n u m e r o s a s prestó á la l i t e r a t u r a j u d a i c a (1); los Quimjhies, q u e glos XIV y X V , el t a l m u d i s t a J u d á ben Ascher, el «maestro
además de sus t r a t a d o s g r a m a t i c a l e s , h a n hecho elucubracio- universal» I s a a c C h a n p a n t o n , los comentaristas de la Filosofía
nes doctrinales d e g r a n mérito sobre los libros sagrados, y la y d e la Mischna Joseph ben Schem Tob y A b r a h a m , descendien-
tradición (2); el « p a d r e de la ciencia» Moisés b a r N a h h m a n , tes del a n t e r i o r m e n t e citado Moisés b e n Schem Tob, y , p a r a
p r e s i d e n t e á los dieciocho años de la Academia de P u m b e d i t a , no citar más, los dos I h a y y a h (David ben Joseph y Joseph b e n
y de saber u n i v e r s a l . E n el siglo X I I I , u n discípulo del última- David), los cuales como t a l m u d i s t a s , y como g r a m á t i c o a d e m á s
m e n t e citado R. J o n a h , notable comentador del T a l m u d , y su el primero, hacen g r a n d e honor al s a b e r rabinico del siglo XV,
c o n t e m p o r á n e o R . J o s e p h Caspi, quien extendió sus comenta- cuando d e s a p a r e c í a n sus escuelas de la p e n í n s u l a i b é r i c a , y
e n t r a b a n dispersos sus maestros e n otras regiones de E u r o p a
y en el O r i e n t e , p e r d i é n d o s e d e f i n i t i v a m e n t e y mezclándose
(1) Es este Thibón el primer traductor al hebreo del Directorio
c o n el de otros pueblos, el y a d e g e n e r a d o o r g a n i s m o científico
de inseguros de Maimónides, de que hemos hablado. Tradujo asimis-
del j u d a i s m o .
mo (entre otras muchas obras que no hacen á nuestro objeto) el
Libro de las dicciones lógicas que lleva el nombre de Mayres bar El m o v i m i e n t o gramatical rabinico corresponde al g r a n
Maimónides (hijo único de éste); libro que Bartelocci creyó era un desarrollo de la exégesis que a c a b a m o s de i n d i c a r ; los g r a m á -
compendio de la Lógica de Maimónides, y Assemanni (Bibliot. cit.)
ticos q u e d e j a m o s citados e n la p a r t e de texto m a y o r , p r u e b a n
hace ver es la misma obra, intitulada en un códice Higaion (lógica),
la v e r d a d de n u e s t r o aserto y nos e x c u s a n de e n t r a r a q u í e n
y en otro Milot higaion (Dicciones de la Lógica). Hizo también la
traducción hebrea de la Gramática y del libro de Raíces que escribió u l t e r i o r e s declaraciones. Diremos pues resumiendo, que el es-
en árabe Jonás ben Ganahh, de quien hemos hablado oportunamente t u d i o teórico de la G r a m á t i c a h e b r e a no comenzó h a s t a el pe-
(de la cual traducción según R. de Castro, consérvase un excelente riodo rabinico de q u e nos ocupamos, b a j o l a influencia de la
códice en caracteres rabínicos, en la Bibliot. del Escorial). Thibón c u l t u r a científica y l i t e r a r i a de los á r a b e s , por o b r a de judíos
tiene singular importancia en la historia de la literatura hebrea no a r a b i z a n t e s , como S a a d i a s G a o m , Menahem b e n S a r u q , b e n
sólo por la excelencia de sus traducciones, sino también porque con L a b r a t etc. en los siglos I X y X. E n el siglo X I compuso en
ellas divulgaba entre-los judíos el saber griego, trasladando del F e z su Gramática R. J u d a h C h a j i u j , r e o r g a n i z a n d o el plan de
árabe las principales obras de Filosofía, Jurisprudencia, Medici- los precedentes y sosteniendo el c a r á c t e r trilitero de las raíces
na etc., que había producido la ciencia helénica. Su carácter doctri- hebreas. El libro de C h a j i u j , a t r i b u i d o por Buxtorf (Bibliot. ra-
nal independiente y ecléctico, vése claramente en las obras que ele- binica) á Moisés Q u i n j h i , i n t i t ú l a s e Diqduq leson Qodesch (Gra-
gía para traducir, y lo confirma la versión del consabido libro de
mática de la l e n g u a santa), y f u é de influencia g r a n d e en los
Maimónides, anatematizado entonces por el judaismo occidental. Al
t r a b a j o s g r a m a t i c a l e s subsiguientes. Citase e n este Diqduq u n a
final de un códice de la traducción hecha por Thibón, existente en
la bibliot. del Vaticano, aparece la censura de algunos judíos espa- g r a m á t i c a del célebre p o e t a cordobés Moisés G i k a t i l a h , de q u e
ñoles, dando permiso para leer el libro de Maimónides, á pesar de hacen t a m b i é n mención A b e n - E z r a e n sus «Balanzas» (Mebze-
estar su doctrina fundada en la filosofía de los gentiles y no en el
Talmud ó en la Cúbala.
(2) V. la Bibliot. orient. de Bartelocci, la de Wolf y la de R. de (1) Entre ellos figuran R. Antolí, que además de expositor y gra-
Castro, donde se refieren las obras de José Quimjhie (padre), litera- mático tradujo varias obras de Aristóteles, Porfirio, Alfarabi, Ave-
to, gramático y poeta; las de R. Moisés (hijo mayor) gramático, in- rroes y Maimónides; R. J. Mosca, que por mandado de Alfonso X
térprete y comentarista; y las de David Quimjhie (hijo segundo) el tradujo del árabe el célebre libro "De la propiedad de las piedras" y
más notable de ellos como gramático y filólogo muy entendido. Al- R. Bejhai, apologista de Maimónides contra los judíos franceses.
fonso de Zamora y Arias Montano no se han desdeñado traducir Todos estos son comentadores españoles, y los citados arriba lo
del rabino (en que están escritas) y añadir comentarios filológico- son también si se exceptúan los Yahyyah que fueron portugueses.
críticos de g r a n valor á los libros de los Quimjhies. Los Quimjhies eran oriundos de España.
n i m ) y A b r a h a m d e Balmis ó Balmes en su G r a m á t i c a , pero q u e
r a i c e s ; Moisés b e n A n n a s i , a u t o r de u n lexicón de raices he-
no h a llegado á nosotros. Sobre todo es n o t a b l e el c a t á l o g o de
breas; J. ben Z a k u t con su libro «Maestro de la lengua;» Sa-
g r a m á t i c o s que figuran en a l g u n o s e j e m p l a r e s del libro de
muel b e n Benaste, S. b e n Halevi, los J e h h i a (José y R. Tain)
C h a j i u j , como el al que se refiere J . Morino en sus Opuscula
con sus respectivas m o n o g r a f í a s lingüísticas, y D a v i d b e n
hebraeo-samaritica. Los g r a m á t i c o s j u d í o s e s p a ñ o l e s q u e allí
J e h h i a con su g r a m á t i c a « L e n g u a de los eruditos»; A b r a h a m de
se c i t a n son (1): J o n á s b e n G a n a h h , con sus siete libros g r a m a -
Balmis ó Balmes, con la s u y a i n t i t u l a d a «La h a c i e n d a de Abra-
ticales, de los cuales el último es el «Libro de raices»; Salo- ham»; R. Joseph Z a r k a , con su «Maestro de las palabras». Fi-
m ó n ben Gabirol, con sus c u a t r o c i e n t o s dísticos g r a m a t i c a l e s ; n a l m e n t e figuran allí los g r a m á t i c o s rabinos S a m a r í a A k r a t a ,
S a m u e l N a g i d con su g r a m á t i c a i n t i t u l a d a Haochar (ó de la R. Elisa b e n M a t a t h i a y R . M. B e n e v e n t o . Es de a d v e r t i r , sin
riqueza); Moisés Cohén, q u e t r a d u j o del á r a b e u n t r a t a d o de e m b a r g o q u e á v a r i o s de los e n u m e r a d o s le son a t r i b u i d a s
los nombres; D a v i d A b d a l i a m , con su t r a t a d o de los acentos otras obras más que las q u e se m e n c i o n a n e n el a n t e r i o r catá-
(Melaquim ó Reyes); J u d a h Bilham con sus opúsculos g r a m a t i - l o g o Y 1 u e no á todos los referidos escritores les corresponden
cales; I s a a c Jasos, con su t r a t a d o de declinaciones y c o n j u g a - los primeros l u g a r e s en la historia de la filología h e b r a i c a .
ciones; L e v i b e n E t e l b a n , con su Sepher hameptah (Libro de P e r o de ellos, b e n G a n a h h ó Abul-Walid, los Quimjhies y Aben-
clave); A b e n - E z r a con sus ocho obras g r a m a t i c a l e s , d e las cua- E z r a , b a s t a n p a r a h o n r a r u n a l i t e r a t u r a , y f u e r o n suficientes
les q u e d a n c i t a d a s las m á s i m p o r t a n t e s ; J a c o b b e n E l i e z e r con sus esfuerzos ( á los cuales se j u n t a r o n los de C h a j i u h y del
su g r a m á t i c a Sepher hachlon (Libro de la paz); Salomón b e n r a b i n o f r a n c é s Salomón Rashi ó Y a r h j i , t a n r e s p e t a d o por los
A b r a h a m con s u t r a t a d o de las Raices (Hachrachim.); los tres judíos como t a l m u d i s t a y gramático notable), p a r a l e v a n t a r el
Quimjhies y a mencionados, con sus respectivos libros g r a m a - hebraísmo á las a l t u r a s á que se ha elevado c u a n d o la deca-
ticales (2); J . b e n Caspi con sus «Cadenillas», ó exposición de dencia de las escuelas de Oriente hacía p r e s a g i a r el t é r m i n o
de la historia l i t e r a r i a de los hijos de Israel.

(1) Lleva por título el catálogo mencionado: Tikaron asepharim En el siglo XYI, disueltas y a las escuelas rabínicas de Es-
hacher haberit hamediqdeqim bediqduq hálachon hajaberi mizmon p a ñ a y P o r t u g a l , y con el movimiento del clasicismo, e n t r a b a
R. Yehudah Hyug bajal asepher jad hanah mechec chebaj mehot
vechelochim chanah. "Memoria de los libros de Gramática del idio-
fección) y Sepher acherachim (Libro de raíces). Del Miklol se han
ma hebreo, que compusieron los gramáticos desde el tiempo de Ju-
hecho, entre otras, las ediciones de Gersón Soncinas en Constanti-
dah Chajinh, autor del libro, hasta ahora, por espacio de setecien-
nopla, de D. Bomberg en Venecia, con notas de Elias Levita, y en el
tos y treinta años."
mismo punto y con las anotaciones de éste, la de Cornelio Adelkind.
(2) Los trabajos lingüísticos de los Quimjhies, cuya influencia se
Este último publicó también el Sepher acherachim, así como Daniel
hizo sentir en los gramáticos posteriores, intitúlanse: el de R. Jo.
Bomberg, que añadió las anotaciones de Elias Levita. De las Gra-
seph Quimjhi, Sepher azikaron (Libro de la memoria), que utiliza-
máticas de David Quimjhi y Moisés, existe, al decir de R. de Castro
ron luego su hijo David y R. Balmes para la composición de sus apre-
(ob. cit.), un códice en el Escorial con ilustraciones de Alfonso de
ciables gramáticas (Wolf y J. Buxtorf, que no están conformes en
Zamora, que contiene las dos comenzando por la de Moisés. El
sus respectivas Bibliot. hebr. y Bibliot. rabin. sobre las obras de
Miklol, á más de haber sido traducido al latín por Conrado Pellica-
J. Quimjhi, convienen en que es suyo el libro mencionado, como los
no y otros, fué extractado y compendiado en lengua latina por Ro-
críticos posteriores); el de Moisés Quimjhi, Mahalak chebih hadajat
dulfo Bayn: Compendium Miklol, hoc est absolntiss. Grammatices
(Entrada ó introducción en los caminos de la ciencia); atribúyensele
Davidis Chinhi mine psimo editum etc. Parisiis, 1554).
otras tres gramáticas más, intituladas Phetah dbarai, Chekel tob
Se ha n o t a d o no sin fundamento que l a s dos obras de David
y Sefer hithahbochet, de las cuales habla Wolf (ob. cit.). Dichas
Quimjhi, Miklol y Libro de raices, están tomadas respectivamente
tres gramáticas están inéditas; pero de la primera existen numero-
de la gramática y lexicón compuestos en árabe por el ya menciona-
sas ediciones, siendo principales, la de París, año 5280 (de J. C. 1520);
do Jonás ben Ganahh. Es observación de E. Pocock en su Porta Moi-
la de Mantua, 5326 (de J. C. 1566); dos de Venecia, y sobre todo las
sis, á l a cual debe añadirse que, á su vez, los libros de Quimjhi, sir-
de Basilea con comentarios de Elias Levita en 5295 (de J. C. 1535), y
vieron de base á otros hebraístas, entre ellos a Sanctes Pagnini en
de Leiden con notas de Const. L' Empereur, atrás mencionada. Los
su Thesaurus linguae sanclae, y para el Lexicón de Reuclin, que
trabajos lingüísticos de David Quimjhi, denomínanse Miklol (Per-
está calcado en los trabajos de aquél.
la filología h e b r a i c a e n u n a n u e v a fase m u y d i s t i n t a de las an- Los t r a t a d o s g r a m a t i c a l e s de I s a a c L e v i t a (compuestos como
teriores por el l u g a r r e l a t i v a m e n t e secundario q u e pasaba á el de Elias L e v i t a y Zamora sobre el Miklol quimjhiano); de
o c u p a r al servicio de las escuelas cristianas, y p o r los n u e v o s Martin Martínez C a n t a l a p i e d r a , r e s u m e n didáctico el más per-
derroteros q u e éstas y el renacimiento clásico le i m p o n í a n . El fecto de a q u e l l a c e n t u r i a ; de F r . L u i s de S. Francisco, quien e n
dominicano R a i m u n d o Marti y el franciscano Nicolás de L y r a su Globus canonum et arcanorum lingUae sanctae, procuró
q u e t a n t o se h a b í a n distinguido en el cultivo de la l e n g u a he- j u n t a r l a erudición de Elias L e v i t a (bien que u n t a n t o modifi-
b r e a e n los t i e m p o s medioevales, h u b i e r o n de h a l l a r e n esta cada) con el método de C a n t a l a p i e d r a ; las g r a m á t i c a s de Cinq-
época dignos é m u l o s y continuadores de sus estudios al servicio a r b r e s , de Mateo A d r i a n o , y sobreponiéndose á todas, la de
casi siempre del cristianismo. Sanctes P a g n i n i , y a q u e no por su mérito intrínseco, por el as-
Como g r a m á t i c o s h e b r a í s t a s de este siglo corresponde citar, c e n d i e n t e merecido q u e como h e b r a í s t a alcanzó e n I t a l i a y fue-
e n t r e otros muchos, á Elias Levita, quien en su Diqduq, e n su r a de ella el a u t o r del Thesaurus magnus, lleva no p e q u e ñ a
Masoreth hammassoreth, e n su libro de raíces, y demás obras su- p a r t e en el m o v i m i e n t o hebraico del siglo XVI. P e r o á quien
y a s , d e m u e s t r a (si b i e n s e g ú n los a n t i g u o s y poco sistematiza- corresponde l u g a r e n t r e t o d o s p r e e m i n e n t e , quien p u d i e r a
dos procedimientos lingüísticos) resumir toda la erudición ra- decirse jefe de la filología h e b r a i c a d e n t r o del cristianismo, es
b f n i c a de los siglos a n t e r i o r e s . F u é judío converso y u n o de los J u a n R e u c l i n , el cual con sus De rudimentis hebraicis ( P f o r -
primeros i m p u g n a d o r e s (pues el primero lo había sido F r . Rai- trheim, 1506) facilitó los caminos de la l e n g u a s a n t a , creó la
t e r m i n o l o g í a técnica, y con su c a r á t e r de h u m a n i s t a a f a m a d o
m u n d o Martí) de la a n t i g ü e d a d esdrina de las mociones hebrai-
c o n t r i b u y ó p o d e r o s a m e n t e á a s e g u r a r los derechos de ciuda-
cas, c u y a a p a r i c i ó n coloca e n tiempo del masoretismo, lo cual
d a n í a que el hebreo r e c l a m a b a en el campo de la ciencia y le
le valió r e c r i m i n a c i o n e s de los p a r t i d a r i o s de la o p u e s t a doctri-
correspondían e n el de las letras h u m a n a s .
n a , hoy del todo a b a n d o n a d a . El Diqduq de Elias L e v i t a t r a -
ducido al l a t i n p o r u n o de los primeros hebraístas d e Ale- Si el r e n a c i m i e n t o ha hecho sentir su acción e n los estudios
m a n i a , Sebastián M ü n s t e r , sirvió de n o r m a á g r a n p a r t e de hebraicos, t a l vez más q u e á éste, sea debido á la aparición del
los g r a m á t i c o s d e su tiempo. Otro judio converso, Alfonso de p r o t e s t a n t i s m o y á las luchas consiguientes, el ascendiente de
Zamora, f o r m a d o como Elias L e v i t a en la escuela de A b e n - E z r a dicha l e n g u a , y e n especial la observación c o m p a r a d a de los
y de los Quimjhies (sobre todo e n el Miklol de D a v i d Quimjhi), dialectos semíticos q u e no t a r d a r o n en a p a r e c e r . E n el estudio
r e d u j o á compendio las exposiciones g r a m a t i c a l e s de éstos en de los dialectos afines al hebreo d i s t i n g u i é r o n s e , e n t r e otros,
sus Introductiones artis grammaticae hebraicae, q u e r e v e l a n Sendel, Castell y Pocock en I n g l a t e r r a ; Ludolf y O t t i n g e r e n
e n su a u t o r cierto ineficaz i n t e n t o de a b a n d o n a r las t o r t u o s a s y A l e m a n i a ; A r i a s M o n t a n o , Zamora, J u a n Díaz P a t e r n i a n o y
poco asequibles s e n d a s de los que le h a b í a n precedido. otros muchos en E s p a ñ a ; S. Bochart en F r a n c i a ; D e Dieu en
El p r i m e r c r i s t i a n o q u e ha compuesto u n a G r a m á t i c a he- H o l a n d a , etc.
b r a i c a , f u é el e s c r i t o r italiano L a u r o Quirini, q u e publicó su Con esta índole de t r a b a j o s continuó en el siglo X V I I el
Introductio in Unguan sanctam en 1462, a n t e r i o r por consi- cultivo de la l e n g u a h e b r e a , q u e en las Institutiones sacrae
g u i e n t e b a s t a n t e s a ñ o s á la publicada por Pellicano, y cerca de linguae etc. de Vicente Trilles, t r a s u n t o m u y m e j o r a d o de
medio siglo a n t e s q u e la de Reuclin, que se han citado por al- Elias L e v i t a y Sanctes P a g n i n i , e n las Institutiones in lin-
g u n o s como los p r i m e r o s t r a t a d o s hebraicos hechos f u e r a del guam sanctam hebraicam de Blancucci, calcadas e n t r e otros,
j u d a i s m o (1). e n los dos a u t o r e s mencionados, y en los t r a b a j o s filológicos de
J u a n Drusio, h a c e p r e s a g i a r v e n t a j o s o s cambios en el método
g r a m a t i c a l . El Thesaurus grammaticus y Epitome gramm. he-
(1) En su compendioso trabajo de Letteratura hebraica afirma br aeae d e J u a n Buxtorf (padre), los escritos bien c i m e n t a d o s de
Revel que fué el primer autor hebraísta cristiano Conrado Pellica-
no (De modo legendi et intelligendi hebraea, 1503), y con mayor des-
acierto todavía atribuye Benfey la primacía á Reuclin (1506), en el en la Complutense, pues si bien la Políglota acabó de publicarse más
citado libro Geschichte etc. Anteriores á estos trabajos pudieran tarde, los estudios que aparecen en la misma comienzan en 1502, se-
decirse las Introductiones Artis Gramm, hebr. de Zamora insertas gún queda indicado.
J a c o b o A l t i n g , la Grammatica hebraea de E r p e n i o , y a u n las t o Schultens, que es el v e r d a d e r o creador de la escuela ho-
Institutiones de B e l l a r m i n o ( a m b a s a p a r e c e n c o m p e n s a d a s e n landesa, cuyo más l e g i t i m o c o n t i n u a d o r f u é Schroeder, h a
v e n t a j a s y defectos), el mismo conocido y celebrado Horologium merecido bien de los estudios semíticos e n g e n e r a l , y en espe-
hebraeum de Schickard, con o t r a s v a r i a s g r a m á t i c a s hebreas cial de los hebraicos, siquiera su sistema «hyper-arabizans»,
q u e c i e r r a n el siglo XVII, e s t á n e n su plan g e n e r a l , y salvo con el cual p r e t e n d í a explicar el hebreo y fijar su clave en el
desproporciones de exposición y a l g u n a s de método, f u e r a del arabismo, h a y a sido desechado con justicia.
sistema e s e n c i a l m e n t e empírico d e los siglos p r e c e d e n t e s (1). Schultens h a hecho r e v i v i r e n la Gramática hebrea los pro-
Los estudios comparados d e q u e hemos h a b l a d o , t o m a r o n cedimientos c o m p a r a t i v o s de J o n á s b e n G a n a h h , e n mal h o r a
c u e r p o sistemático e n el siglo X V I I I , e n el cual la escuela ho- olvidados por la escuela rabínica de t o d a l a E d a d Media, que
landesa y las escuelas a l e m a n a s l l e v a r o n m u y a d e n t r o y por el aisló el estudio hebraico d e todos l o s demás semíticos, p a r a
m é t o d o q u e entonces p r i v a b a el análisis c o m p a r a t i v o del tron- f a n t a s e a r luego doctrinas é hipótesis q u e no d e b i e r a n h a b e r
co semítico. D a n z , Schultens, JRoberston y S c h r o e d e r , h a n to- aparecido. Al mismo Schultens f u é debido q u e no llegasen á
m a d o p a r t e p r i n c i p a l en este m o v i m i e n t o (2). Sobre todo Alber- p r e v a l e c e r las d o c t r i n a s etimológicas de Gusset, X e u m a n y
Loescher, a n á l o g a s á las de Bohlio, F o r s t e r y A v e n a r i o , q u e
(1) Casi todos los mencionados conocían alguna de las lenguas r e s u r g í a n y comenzaban á hacer su camino por i n t e r m e d i o de
afines al hebreo, y varios de ellos han escrito trabajos relativos á aquellos escritores.
las mismas. Juan Drusio, á más de su Alphabetum hébraicum vetns S e g ú n los principios de Bohlio, la significación formal de
y De recta lectione ling. sanctae t r a t a De particulis chaldaicis, si-
las raices h a de ser u n substractum, u n a significación p r i m a r i a
riacis, ihalmudicis el rabinicis. Los Buxtorf, además de las gramá-
y g e n e r a l d e d u c i d a del material de las mismas, q u e se i n c l u y a
ticas mencionadas, han dejado sus Lexicón hébraicum et chaldai-
e n todas ellas, y dé la razón de a g r u p a c i o n e s diversas. S e g ú n
cum, y Lexicón chaldaicum el syriacum, con las demás obras de
uiversal erudición semítica; el primero J. Buxtorf fué digno sucesor F o r s t e r , las raices deben a g r u p a r s e por s e m e j a n z a s de f o r m a
en conocimientos lingüísticos y filológicos, del muy erudito Jorge (por sus letras) y de sonido. A v e n a r i o t r a t a b a de c o m p a r a r las
Fabrici, su maestro, primer profesor de lenguas orientales en West- l e n g u a s clásicas, l a t í n y griego, con el hebreo, por la a n a l o g í a
phalia y autor, entre otras muchas obras, de la De rerum Misch- de sonidos, p a r a fijar las etimologías hebraicas. D e F o r s t e r y
nicarum libri septem. Jacobo Alting escribió no sólo sus Funda- A v e n a r i o hemos hablado en otro l u g a r . Gusset en sus Commen-
menta punctationis linguae sanctae, sino también su Synopsis inst. tarii linguae hebr. t r a t ó de i m i t a r á los citados h e b r a í s t a s , vi-
chaldeaorum et syrarum, como Jorge Othon compuso las Synopsis niendo á s e n t a r como principio único de clasificación de raices,
del samaritano, rabínico, árabe, etiópico y persa. Cosa análoga pu- el cotejo y comparación del hebreo con el mismo hebreo, de
diera decirse del arabista Erpenio, de Schickard, y de todos los que suerte q u e por a n a l o g í a se d e d u z c a n las afinidades y se orde-
en España y fuera de ella cultivaron en los siglos XVI y XVII las
nen las voces, como él lo h a e f e c t u a d o . A este procedimiento
lenguas semíticas.
que se ha dicho empírico y «textualista», s i g u e el idealista de
(2) J. A. Danz como filólogo y crítico ocupa lugar distinguido N e u m a n , s e g ú n el cual la etimología de las p a l a b r a s , ha de de-
entre los hebraístas. Sus obras, "Sinopsis del intérprete hebreo-cal-
deo", "Gramática hebreo-caldea", el "Rabinismus enucleatus" y el
"Aditus Syriae reclusus" para conocer las lenguas siriaca, antioque-
na ó maronita, bastan para acreditarle. Alberto Schultens ha publi- árabe y hebrea. El notable hebraísta N. G. Schroeder, supo presen-
cado las Instit. ad fundamenta linguae hebrae, Vetus et regia via tar con excelente plan los trabajos de sus predecesores, principal-
hebraizandi, y demás que dejamos indicado en otro lugar, sin con- mente de Schultens, en sus Institutiones ad fundamenta linguae
tar las de carácter expositivo, y otras que se refieren á la literatura hebraeae (á las cuales se han añadido en la segunda edición las de
arábiga, como la Anthologia sententiarum arabicarum etc. Según lengua caldea), que obtuvieron favorable acogida. Además de és-
los principios de Schultens publicábase años después, la Grammatica tos y del ya mencionado de Dieu, merecen recordarse en el si-
linguae hebrae cum notis et variis quaestionibus philologicis de glo XVIII los nombres de Hiller, Hempel, Storr y, prescindiendo de
J. Robertson; entre estas "cuestiones filológicas" están, una sobre otros, el de Guarin, cuya doctísima obra Grammatica hebraica et
la naturaleza d é l a lengua hebrea, otra sobre la naturaleza de los chaldaica, pudiera apellidarse "Biblioteca hebraica" como alguien
puntos vocales, y sobre la conformidad y afinidad de las lenguas la ha denominado ya.
ducirse del v a l o r simbólico de las letras de que se componen
De la escuela h o l a n d e s a pasó el dominio filológico á la es-
c a d a u n a ; la s u m a de las significaciones ideológicas q u e s e g ú n
cuela de Halle d i g n a m e n t e r e p r e s e n t a d a por los tres Michaelis,
él y otros, h a y e n c a d a l e t r a del alfabeto hebreo, c o n s t i t u y e n
y p o r J . Simonis e n t r e otros, que h a influido p o d e r o s a m e n t e e n
la razón p r i m e r a de la etimología y significación. Tales ense-
ñ a n z a s de N e u m a n en su Génesis linguae sanctae, Clavis domus
Héber, etc., h a l a s a c e p t a d o Loescher p a r a f o r m a r su sistema E n tiempos posteriores Lowth (De sacra poesi Hebraeorum),
fijó el paralelismo c o m o nota general de la poesía hebrea, cuyo
escalonado de gérmenes, raices y familias de p a l a b r a s q u e esta-
pensamiento divulgaron Herder en Alemania (Vom Geiste d. Hebr.
blece sobre bases t a n poco serias, como él acabó por reconocer
Poesie), y Contant de la Molette (Traite sur la poésie et la musique
i m p l í c i t a m e n t e . L a b o r de Schulteus f u é y mérito suyo el hacer des Hebreux). Una conjetura indicada por el Card. Pitra sobre la
con sus obras y a c i t a d a s q u e cayesen en descrédito todas estas posible relación de la métrica hebrea con la siriaca, fué por Bickell
f a n t á s t i c a s creaciones, las cuales desdecían y a del estado gene- (Metrices biblicae regulae, y S. Ephraemi Syri carm. nisibena),
ral de la g l o t o l o g í a h e b r e a , siquiera la acción de los simbolis- convertida en tesis demostrable, según la cual pudiera decirse res-
mos d e j a s e a ú n s e n t i r sus influencias tiempos después, como los tablecida en pequeña parte la antigua explicación del verso hebrai-
procedimientos a n t i g u o s de exposición g r a m a t i c a l , las teorías co por sílabas breves y largas, aunque lejos de la métrica griega.
Conformes substancialmente con Bickell, están los trabajos de Le
doctrinales r a b í n i c a s y a u n las normas de la preceptiva l i t e r a r i a ,
Hir (Le Rhytme ches les Hebreux), de Gietmann (De Re m'etrica
sin e x c l u i r las de la poética, viniesen p e r p e t u a n d o su acción,
hebraeorum) y de Ley (Leitfaden der Metrik d. Hebr. Poesie, etc.)
s i n g u l a r m e n t e e n t r e los hijos de Israel, h a s t a el a d v e n i m i e n t o
No hace á nuestro objeto entrar en un examen detenido de la ma-
de los estudios glotológicos científicos de n u e s t r a e d a d (1). teria. Tan sólo formularemos los siguientes conceptos, resumen de
los principios que creemos más admisibles: 1.° El carácter distintivo
en la poesía hebraica, como para los versos del clasicismo griego y
(1) Punto muy discutido constituye en la Filología hebrea la de-
latino la cuantidad, está constituido por lo que desde Lowth se lla-
terminación de la naturaleza y leyes de la parte poética. Se ha que-
ma paralelismo: éste no es otra cosa que la correspondencia de un
rido reducir las formas de la poesía hebraica á las del clasicismo
verso con otro verso; correspondencia que no está en los sonidos
griego, con vano é inútil empeño. Los SS. Padres conocieron la exis-
principalmente, sino en los conceptos, los cuales ora se repiten en
tencia del verso hebreo; pero la pretensión de a j u s t a d o al metro
distinta forma en varios versos, ora se hace resaltar en ellos el con-
griego hacía fracasar sus propósitos de demostración, é inducía á
traste de una idea con su opuesta. Es una especie de rima del pensa-
creer lo opuesto de lo que intentaban sostener: la misma falta de
miento, según la cual no es posible un verso sólo, sino que se requie-
lógica que se cometía al enseñar que porque en hebreo se vislum-
re siempre uno ó más concordantes con el primero, sea reproducien-
braba la existencia de metro, éste había de ser precisamente metro
do la misma idea, sea presentando la contraposición de otra que la
griego ó latino, indujo á deducir por el contrario, que cuanto el me-
hace más patente. Dicho paralelismo ó simetría de la idea, puede
tro latino ó griego no explicaba la versificación hebrea, debía ne-
ser de varias maneras: es por sinonimia cuando dos versos se co-
garse la existencia de ésta; > no podía rehusarse la legitimidad de
rresponden expresando el mismo sentido en forma diversa, y á ve-
la consecuencia, dado el principio que se sentaba y el hecho de la
ces con gradación mental, pero subordinada á un pensamiento que
disconformidad del hebreo con el metro clásico.
se reproduce siempre. Ejemplo de ello, el Ps. 114 (primera parte
Así de una parte teníamos los que negaban la existencia de verso del 113 en la Vulgata):
hebraico, y de otra los que con Josefo Flavio, Philón, Orígenes, San In exitu Israel de E g i p t o
Jerónimo etc. nos hablan de exámetros y pentámetros, cual si se tra- Domus J a c o b —de populo barbaro:
tara de Homero ó Virgilio. S. Jerónimo, sin embargo, hacía distinción F a c t a est J u d a e a sanctificatio ejus,
entre el modo de entender la métrica en uno y otro caso (v. Praef. in Israel— p o t e s t a s ejus, etc.
Job), si bien faltábale criterio fijo en la materia, como se ve al afir- Es por antitesis, cuando el paralelismo resulta de la oposición de
mar p. ej. en el Pref. á la Crónica de Eusebio que Moisés escribió términos:
su cántico (Deut. c. 32) en exámetros y pentámetros, y al decir lue- Ipsi obligati sunt et ceciderunt;
go (Epist. 155 á Santa Paula), que está escrito éste en tetrámetros Nos a u t e m surreximus et erecti sumus.
Hi in curribus et hi in equis;
yámbicos. S. Gregorio de Nisa establece, por su parte (c. 3.° In
Nos a u t e m in nomine Domini invocabimus.
t salmos), que el m e t r o hebreo más consiste en la serie de senten- (Ps. 19.—VUL. 20).
cias, que en la serie de palabras.
Por sinesis verifícase el paralelismo cuando dos versos se com-
los progresos del semitismo: d e los v a r i o s libros d e S i m o n i s , chald.; Introd. grammatico-critica in ling. hebraeam, y Lexic.
diéronle especial r e n o m b r e sus Tabulae XIV in ling, sanctam; man. hebr. chald. E n los comienzos del siglo X I X el método se-
Arcanum form. nom. hebr. ling.; Jac. Altingii Synop. Instit.
dimiento, pues no es ésta ley de la poesía hebraica, contra lo que
pletan, y ambos vienen á resumirse en un conjunto gramatical, con algunos han creído y dicho. Dos han sido los motivos de esta equivo-
una misma relación de sujeto y verbo: cada aserción: uno la inducción imperfecta, la cual á la vista de las
L e x Domini i n m a c u l a t a rimas que aparecen en varios pasajes poéticos del texto hebraico,
—Convertens animas. se intentó convertir en regla constante de versificación. Otro, el in-
Testimonium Domini fidele tento de justificar el empleo de la rima en los tiempos modernos
—Sapientiam p r a e s t a n s p a r v u l i s contra los detractores de ella, con la antigüedad de su uso en las
Justitiae Domini r e c t a e , literaturas primitivas (entre nosotros r e c u r r e á este argumento
—Laetificantes corda: etc.
Amador de los Ríos, Hist. crit. de la lil. españ. II).
(Ps. 18.—Vul. 19).
No necesita en verdad la rima para ser reconocida como princi-
Como se deja v e r , estas tres clases de paralelismo admiten un
pal atributo y ornamento de la poesía posterior á la del clasicismo
número incontable de combinaciones y aspectos que les dan mucha
griego y latino, que tenga su base en el semitismo antiguo. Bástale
variedad y elegancia, aun sin hacer referencia á la belleza de imá-
su natural condición tan en harmonía con las lenguas vulgares; bás-
genes", y á las figuras retóricas, abundantísimas en las composicio-
tale que ella tome parte en la gloria que rodea á los nombres de
nes hebraicas. A más de esto existen otros recursos de variantes en
Dante, Petrarca, Ariosto y Tasso, á los de Racine y Corneille, á los
el paralelismo; entre ellos, la analogía de construcción, que suele
de Oppitz, Schdss, Pope y tantos o.tros, en frente á cuyos prestigios
decirse de ritmo, y que sin ser cosa regular en la poesía hebrea, se
no ha podido prevalecer el empeño de condenar la rima al anatema,
emplea no obstante en gran número de casos para evitar la monoto-
siquiera sin ella puedan escribirse poemas de indiscutible mérito, lo
nía; la alternativa de los versos, de suerte que,-á manera de nuestras
cual nadie niega.
rimas, concuerde el primer miembro p. ej. con el tercero, y el segun-
Ni negamos nosotros la existencia de la rima hebraica. Ejemplos
do con el cuarto:
claros de ésta tenemos en el Génesis (IV, 23; XLIX, 5, 6, 7, 8); Nú-
—Inebriabo sagittas m e a s sanguine,
E t gladius meus d e v o r a v i t carnes,— meros (XXIV, 5, 6); Denteronomio (XXXII, 5, 16, 17); en varios sal-
—De cruore occisorum, de c a p t i v i t a t e mos, en los Prov. (XXXI, 17, 18), y en Isaías (XXXIII, 22) etc. En los
Nudati inimicorum capitis— Jueces (XIV, 18) se nos ofrece aquella respuesta rimada de Samsón
(DEUT. 32, 42) á los filisteos después de haber adivinado el enigma, por descubrír-
Finalmente, el empleo de versos de metro distinto: selo su mujer, y que puede servir de modelo:
Dixi insipiens in corde suo Loulé' kharasch thcm be' églathi
Non est Deus.
Lo' metsa them khidathi
(Ps. 14.—VUL. 13).
Lo que sí debe negarse es que la rima sea connatural á la poesía
El paralelismo que, como hemos dicho, recae principalmente en hebrea y elemento constitutivo de la misma, porque fuera de los lu-
los conceptos, puede conservarse á t r a v é s de las traducciones bíbli- gares citados, la norma general es que no aparezca composición poé-
cas, según se ve prácticamente en los ejemplos aducidos. P e r o sien- tica rimada. De ello puede persuadirse quien quiera que se halle ini-
do esta ley poética desconocida cuando se hizo la división de los ciado en el conocimiento del idioma, leyendo la Biblia hebraica, ó
versículos en la Biblia (atribuida á Enrique Estéphano), no siempre consultando los mismos modelos que traen Bickel (Metrices biblicae
s e mantiene en las traducciones dicho paralelismo, ni por consi- y Carmina, v. 7) y los que presenta Gietmann (De Re métrica hebr.).
guiente la razón fundamental del verso.
Los latinos que, como los hebreos, no tuvieron la rima por norma
2.° El paralelismo sostenido en una serie de versos, con un ca-
de sus versos, la usaron sin embargo como éstos en ciertos casos, de
rácter común á todos ellos, da lugar á la estrofa, que no es otra
lo cual quedan ejemplos en Horacio, Virgilio, Ovidio, Propercio
cosa que un paralelismo general en que se incluyen varios particula-
Marco Tulio en la Tuscul. I, reproduce estos versos, tal vez expre-
res, de una manera análoga á las estrofas de las demás Métricas
sión de la forma poética primitiva del Lacio:
en que se incluye un número dado de versos. Las estrofas fueron
señaladas por vez primera en hebreo, por Koester (Die strophen Coelum nitescere, arbores frondescere,
oder der Parállelismns d. Verse d. Hebr. e t c . — S t u d i e n u n d Vites laetifice pampanis pubescere
Krit., 1831). Rami baccarum u b e r t a t e incurbescere.
3.° Los versos hebreos no son rimados por necesidad de proce- Los casos análogos no infrecuentes, se aumentan con las varias
v e r o de Silvestre S a y c e v i e n e A r e n o v a r el hebraísmo, cuyos c a r á c t e r científico publicados (1). Sobresale Gesenius por su
maestros y a citados, Gesenius, E w a l d , Olshausen, etc., conti- f o r m a metódica y correcta sobre u n fondo a b u n d a n t e y selecto;
n ú a n ejerciendo su i n f l u e n c i a en los t r a t a d o s g r a m a t i c a l e s de sobresale E w a l d por la a m p l i t u d de miras, criterio seguro, y

maneras de similicadencia que admitió la prosa y el verso latino. He encuentra en su Galuth Jehuda, ó Esclavitud de Judá. Pondré aquí
aquí algún ejemplo, entre los muchos que nos ofrece Horacio: sólo dos versos para que se vea esta extraña invención:
Trahuntque siccas machinae carinas Rabin. Quitiah scemor• oi meh chepas- otser bo.
Nec prata canr's albicant pruinz's... Ital. Chi nasce, muor: oimé! che pass acerbo.
Aut flore terroe quem ferunt soluta«... Rabin. Chol tov elotn. chosi- or din el tsilo.
In pias laetz's animas reponis Ital. Coito v' é 1' uom; cosí ordin' il cielo.
Aut in humbrosis Heliconis ori's De esta manera con las mismas palabras compuso una octava
Aut super Pindó, gelidove Haemo.
taliana y hebrea."
Como existen encontrados pareceres sobre los orígenes y comien- (1) Cúmplenos dirigir aquí una ligera mirada á la parte lexico-
zo del uso regular de la rima que aparece dominando en la literatu- gráfica hebraica, significado complemento de los estudios filológicos
ra latino-cristiana, así no es fácil señalar la época en que la forma respectivos, que ha sido también cultivada por los más conspicuos
rimada pasó á constituir en la literatura rabínica sistema regular gramáticos de la lengua santa. En ello los hebraístas cristianos lle-
del verso, ya que entre los árabes fué la rima usada habitualmente van sin embargo g r a n ventaja á los autores rabinos. Sin hablar de
de antiguo. Créese que ha prevalecido entre los rabinos desde el si- los Libros de raices de J. ben Ganahh, de los trabajos de David Quim-
glo VII, empleándola muchas veces en forma de tnonorrimos, según jhi, Aben-Ezra etc., los cuales, escritos en rabínico, por su método y
la afición oriental. En la Edad Media en que se versifica ya á la ma- forma no son ya fácilmente asequibles, otros como los de Alfonso de
nera tradicional, ya á la a r á b i g a (los españoles, según Alvaro Cor- Zamora y Elias Levita, que pertenecen á la restauración, dejan mu-
dovés en su Iridíenlo luminoso conocían perfectamente la versifica- cho que desear en su parte de sistema, crítica y expositiva. Con el
ción árabe en su tiempo), reproducen también los judíos los modelos Thesaurus linguae sanctae de Sanctes Pagnini, en donde procuró
rimados de la Biblia en sus varías formas. Aben Ezra en su célebre resumir y ordenar á la vez toda la erudición antigua referente al
Poema del Ajedrez (traducido al latín por Tomás Hyde), imita visi- asunto, se inicia (aunque no más) saludable reacción en la lexicolo-
blemente la rima y número del canto de Lamech en el cap. IV del gía. En el Lexicón pentagloton de V. Schindler, se sistematiza en
Génesis, y como él otros posteriores. cuanto es posible entonces, el diccionario, no sin que se echen de ver
En general la poesía rabínica, aunque abundosa (hasta 1.210 com- defectos frecuentes de claridad ya por exceso ya por defecto de expo-
posiciones de Aben Ezra cuenta haber visto reunidas Bartelocci, y sición. Sin embargo, el caudal de voces hebreas, caldeas, siriacas,
hubo muchos posteriores que le superaron) no tiene originalidad, ni rabínicas y árabes que lo constituyen, y otras que añade del persa,
en sus frecuentes imitaciones arábigas alcanza los vuelos fantásticos del etiópico etc. dispuestas alfabéticamente, danle el carácter propio
• de la poesía muslímica. Elegías, odas, madrigales, composiciones de una obra enciclopédica en orden á la lexicología semítica, y la
dramáticas, que de todo cuenta la literatura rabínica, pocas veces han hecho de gran estima entre los antiguos. Con mejor criterio que
son, dentro del mismo gusto oriental,obras de alientos é inspiración. los anteriores preparó Buxtorf (padre) su Lexicón hebraicum et chal-
De otras literaturas han tomado también los rabinos trabajos en daicum, el cual aparece ya regularizado lo mismo en la forma que
prosa y verso; las traducciones relativamente modernas de las Me- en la doctrina y en la que atañe á la acepción de las palabras. Gui-
tamorfosis de Ovidio, por Sabadai Marini, y de la Primavera de llermo Robertson propúsose resumir en su Thesaurus linguae sanc-
Metastasio, por E. L u z z a t o , muestran aún las reminiscencias de tae, no sólo el de Buxtorf, sino, como él dice, "todos los publicados
aquella forma de asimilación literaria. León de Módena puede de- hasta el día" juntamente las concordancias hebraicas, según las doc-
cirse es el poeta de r e n o m b r e que cierra el círculo de la poesía rabí- trinas de los más esclarecidos filólogos rabinos, lo cual consiguió sin
nica propiamente tal, la que ya en él aparece harto fuera del cauce duda, como puede verse en su erudito trabajo, pero á expensas algu-
del rabinismo. Como dato de curiosidad literaria que de alguna ma- na vez de la claridad y de la precisión. Leusden en su Lexicón novum
nera responde al espíritu de aquel autor, reproducimos aquí estas hebraeo-latinum no hizo otra cosa que extractar el Diccionario de
líneas del Abate Andrés (Origen,progresos etc.de toda literal. III): Robertson, acomodándose á las exigencias didácticas. El ilustre au-
"R. Jehudá Arié, comunmente llamado León de Módena, ha sido tor del Philologus liebraecus, del Philologus hebraeo-graecus y
uno de los poetas modernos más elegantes, y entre otras muchas del Philologus hebraeo-mixtus, sin hacer nuevos adelantos grama-
poesías compuso una octava en palabras hebreas é italianas, cual se ticales ni léxicos tiene el mérito de haber recopilado los anteriores
p u n t o s de vista filosóficos. A Gesenius p u e d e n t a c h á r s e l e sus método histórico, critico y c o m p a r a d o , e n c u y a aplicación está
procedimientos e x t r e m a d a m e n t e empíricos; á E w a l d , sus espe- la v e r d a d e r a n o r m a de investigaciones lingüísticas. L a s len-
c u l a c i ó n ^ sistemáticas (1). El a c t u a l m o m e n t o científico e n la g u a s semíticas, sin e m b a r g o , e s p e r a n t o d a v í a su Bopp p a r a
m a t e r i a , está r e p r e s e n t a d o por u n c o n j u n t o e q u i l i b r a d o del figurar d i g n a m e n t e al lado de las indo-europeas.

en forma altamente asequible. Después de estos, el Lexicón de Si-


monis, y el de Winer, que es el de Simonis reformado; el Lexicón y
Thesaurus de Gesenius, y las Concordancias búxtorfianas rehechas
por Fürst (Hebräisches-chald. Schulwörterbuch) son, entre otros
muchos, dignos de especial mención.
(1) Una especial dirección histórico-crítica entre c u y o s jefes
aparecieron J. Fürst y Delitzsch, comenzó la reacción contra la escue-
la empírica de Gesenius y la racional de Ewald: expresión de ella fué
el "Yesurum, seu Isagoge in gramm. et lexicograph. c o n t r a Gese-
nium et Ewaldum" del citado Delitzsch. Piensa Renán en su Rist,
gen. des lang, semit., que prescindiendo del modo de entender la
tradición judía y la tendencia —"fort dangereuse"— de relacionar las
lenguas arias y semíticas, apenas se a d v e r t í a otra diferencia entre
la innovación á la doctrina antigua. De hecho el método de compa-
ración general semítico absorbiendo los rumbos parciales, ha venido
á superar tales diferencias, y camina libremente entre las lenguas
de su dominio, esperando el día en que se trace el árbol genealógico
de ellas, y venga á realizarse el nexo glotológico semítico-ario.
Sobre las bases amplias del semitismo comparado, se nos ofrecen
hoy muchos trabajos estimables de los cuales hemos de mencionar
aquí, además de la importante obra de Teodoro Nöldeke, v a r i a s veces
citada por nosotros, Die Semitischen Sprachen, que es digna de figu-
rar entre las de los autores citados arriba, la de Böttcher, Ausführ-
liches Lehrbuch d. hebräischen Sprachen, la de Arnold, Abriss d.
Hebräisch, formenlehre, Bickell, Grundriss d. hebräisch, gramm.,
y en general los tratados gramaticales de hebreo franceses, ingle-
ses, holandeses, italianos y alemanes que ven hoy la luz, y'son en
crecido número. La Gramdticahebrea, de Viscasillas y la del esco-
lapio P. Gómez (ésta más decididamente que aquélla) representan en
España aquel movimiento.
Como tratados relativos á los idiomas con los cuales confina el he-
breo: En arameo la Grammatik d. biblisch, und. targmnisch Chal-
deismus etc. de Winer; las Instit.fund. ling. aramaicae de Zscho-
kke; la Gramm. chald. de Petermann (de su compendiosa y ordenada
Porta ling. orientalium); los Elementa ling. chald. de Curiel; la
Gramm. des Biblisch-Aramäischen etc. de Kausch. kke, y singularmente los tratatados gramaticales en otro lugar ya
citados, de Donat-Vernier y de Vaux.
En siriaco, la Elementalehre d. syr. Sprache, etc. de Uhlemann- Véase asimismo p a r a el samaritano, Uhlemann, y la Gramm.
los Gramm. syriacae l. tres, de H o f f m a n n ; el Kurzgefast syr. samaritana de Petermann. P a r a el etiópico, Dillmann, Gramma-
Gramm. de Noeldeke; la Brev. ling. syr. Gramm. de Nestle. tik etc. y Praetorius, Aethiopische Gramm. P a r a el fenicio Schroe-
En árabe, la Grammaire arab. etc. de Pacy; la Gramm. critica der, Die Phönicische Sprache, y para el asirio babilonio, Delitzsch,
hng. arab. de Ewald; la Gramm. der arab. Sprache etc. de Caspari- Assyr. Grammatik etc.
la Arab. Gramm. etc. de Socin; las Inst.fund. ling. arab. de Zscho-
La fase glotológica del renacimiento
y época subsiguiente

VIII

Dirección y carácter general lingüístico del renacimiento. Repre-


sentantes principales del helenismo y latinismo en esta época.
Los cuatro períodos que suelen distinguirse en la literatura filo-
lógica á partir del renacimiento. Representantes del período di-
cho de "imitación" ó italiano. Id. del período francés ó de poli-
historia. Id. anglo-holandés ó crítico. Id. alemán ó filológico. La
literatura filológico-lingüística española, lugar que legítimamen-
te le corresponde, é injusta omisión que se hace de ella. La re-
presentación hebreo-arábiga española en la Edad Media. Signifi-
cación de los misioneros españoles en los estudios gramaticales
de las lenguas del orbe. Principales semitistas españoles del si-
glo XVI. Id. helenistas. Id. latinistas. Principales semitistas de
los siglos XVII y XVIII. Id. helenistas. Id. latinistas. Las obras
de Hervás á principios del siglo XIX. El renacimiento en orden
á la verdadera Ciencia del Lenguaje. Formación del griego bizan-
tino, la decadencia latina y el origen de las lenguas vulgares co-
mo objeto de estudio para el renacimiento. Reacción en favor de
la lingüística comparativa ocasionada por las Políglotas. Prece-
dentes inmediatos del poliglotismo bíblico de esta época. Poli-
glotas principales. Cultivadores eclesiásticos de l a s lenguas y
falsedad evidente de las aseveraciones de Erasmo en es te punto.
Procedimientos primeros de investigación y ensayos de clasifica-
ción. La lengua primitiva y las primeras obras de comparación
glotológica. Causas que motivaron el aislamiento de la glotolo-
gía antigua. Las relaciones lingüísticas de los griegos. La pala-
bra "bárbaro", su aplicación y sus análogas en las principales na-
ciones de la antigüedad. Los tres períodos de la Glotología que
preceden á la época de la Filología comparada, y carácter de
cada uno. Resultados inmediatos de dichos períodos. La lengua
filosófica. Descartes, Leibnitz, Wilkins etc. Si la preocupación
religiosa del hebraísmo primitivo fué obstáculo para la pronta
formación de la Ciencia del Lenguaje. Carácter accidental del he-
braísmo y representación de la Iglesia en la Filología comparada.

Cuando el saber rabínico iba degenerando y extin-


guiéndose entre los hijos de Israel, las escuelas cris-
tianas p r e p a r á b a n s e á recoger la herencia del semi-
tismo, y luego hubieron de esforzarse en mantener
vivo el sagrado fuego p a r a conservar á conveniente
altura los estudios semíticos en general, y particular-
mente los que se refieren á la lengua s a n t a . Iniciador
Entre tanto la p u j a n z a siempre creciente y con-
y esclarecido promovedor de esta noble e m p r e s a fué
quistadora de la renovación clásica hacía concebir es-
el insigne español F r . Raimundo Martí con su inmor-
peranzas de nuevos descubrimientos y horizontes nue-
t a l Pugio fidei adversus Mauros et Judaeos (1), que
vos p a r a la Filología, si ésta l l e g a b a á romper el
hoy nadie le disputa, y que sirvió p a r a e n c a u z a r la
círculo estrecho en que la conservó aherrojada el tra-
erudición talmúdica y rabínica h a s t a el período de las
dicional exclusivismo de las antiguas escuelas grama-
políglotas, en que éstas sirven á la p a r q u e á la cau-
ticales. ¿Cómo olvidar en este punto aquella brillante
sa de los dogmas, á los estudios generales filológico-
pléyade de varones esclarecidos que y a siguiendo el
lingüísticos, si bien y a bajo las influencias del rena-
método tradicional, principio y base del llamado de la
cimiento y de su espíritu investigador de las antigüe-
polihistoria, que tuvo su cuna allende el Pirineo, ora
dades latina y griega, que t a n decididamente hubo
rompiendo por nuevas y no frecuentadas sendas, como
de imponerse en toda Europa.
h a n hecho los humanistas españoles, tan justos lauros
Con el advenimiento de los helenistas l a ciencia
han conquistado y tantos otros hubieran podido alcan-
oriental cedió no sin honor y con v e n t a j a s su l u g a r á
zar si a c e r t a r a n á dar dirección á la Filología cien-
la ciencia clásica. El clasicismo, en efecto, subió al
tífica?
trono de las letras reservando a l hebraísmo su prima-
En ese universal movimiento en que toman p a r t e
cía histórica y aun la filológica, c u y a s consecuen-
todos los grandes ingenios de las principales regiones
cias pronto se hicieron sentir en la G r a m á t i c a ó mejor
europeas, ocupa el primer lugar en el orden histórico
Glotología comparada con detrimento no l e v e de los
el llamado período de Imitación, único bien definido en
verdaderos estudios lingüísticos. Respetó t a m b i é n los
las diversas clasificaciones que (sin contar con la de
nuevos derroteros abiertos por los orientalistas y les
Boeckh) h a n venido sucediéndose hasta nuestros días.
concedió el usufructo de los descubrimientos g r a m a -
Francisco P e t r a r c a con sus traducciones de Cicerón,
ticales de Occidente, dejándoles además en monopolio
con la Historia de Julio César (por tanto tiempo atri-
toda la inmensa erudición que masoretas y targumis-
buida al eruditísimo J . Celso de Constantinopla —si-
tas, talmudistas y seguidores de la Cálala h a b í a n aglo-
glo VII,— hasta que Schneider demostró cuál era su
merado durante siglos, p a r a ordenarla y clasificarla
verdadero autor), y c o n su epopeya latina Africa;
á la luz de la nueva crítica (2).
Leonardo Bruni (el Aretino) infatigable propagandista
y traductor de Demóstenes, Plutarco y Aristóteles; el
(1) Escribió además Raimundo Martí varios t r a t a d o s contra el investigador clásico discípulo de Crisoloras, y descu-
Korán y contra los judíos, pero se han perdido, acaso por descuido y
negligencia, como por eso mismo llegó á atribuirse el Pugio Fidei
á otros varios que al insigne dominico. Hoy nadie pone en duda que
dentro del cristianismo. Las Theses cabalisticae de Pico de la Mi-
Martí es autor de esta obra, y cayó en legítimo descrédito la arbi-
rándola, la Introductio ad hist. phil. haebraeorutn de Buddeo, las
traria aserción, como la llama Wolf, de que Fr. R. M a r t í fué judío
Dissertationes theologicae de Meyer, el Aedipum Aegiptiacum de
converso. A R. Martí es debido también el primer Vocabulario Ará-
Kircher, la Cabbala denudata de Rosenroth, De arte Cabbalistica
bigo latino que se conoce.
de Reuclin, el Thesaurus philologicus de Hottinger, la misma Bi-
(2) Los estudios que sobre erudición rabínica encontramos, aun- blioteca hebraica de Wolf etc., son prueba inequívoca de nuestro
que preparados por los judíos, han sido en gran p a r t e ordenados aserto.
bridor de preciados manuscritos latinos (de Quintilia- lo mismo que el latinista Esteban Dolet, del ciceronis-
no, Lucrecio, algunos de Cicerón y de otros), Francis- mo, contra Erasmo), que con t a n t a atención estudió
co Poggio; el cultísimo Lorenzo Valla que por sus tra- los fenómenos lingüísticos, dejándonos en sus siete li-
ducciones de Heródoto y Tucídides, y sobre todo por sus bros de Poética un testimonio fehaciente de su erudi-
seis famosos libros Elegantiarum lugar tan preferente ción y de su originalidad no exenta de extravagancias;
se h a conquistado entre los humanistas; el ciceroniano á Justo Lipsio el filólogo más notable de los Países
Bembo que mejor que ningún otro logró en sus Epís-
tolas é Historia de Venecia reproducir el espíritu y aún lecer su criterio; y porque la pronunciación moderna por cuanto re-
la letra de Marco Tulio (se había propuesto no usar sulta más harmoniosa, debe ser la preferida. Erasmo en su De recta
Graeci Latinique sermonis, sin pretender que la pronunciación co-
otras p a l a b r a s que las de Cicerón, como Vida y Fra- rriente fuese exactamente la de los antiguos helenos, impugnó deci-
castor que reproducían solamente las de Virgilio), son, didamente la neogriega, sosteniendo la que prevalece hoy en Espa-
entre otros, de marcadísima significación en los estu- ña, Francia, Italia, Inglaterra y también generalmente en Alema-
nia. Es innegable que tal pronunciación, como la común en latín, es
dios filológicos entendidos y ejecutados según las as-
defectuosa, pero es en todo caso más legítima que la de los griegos
piraciones de l a época que representan. modernos, siquiera ellos hayan hecho de este problema filológico
Los amenos y fáciles senderos de la escuela italia- cuestión de amor propio. Pronuncian éstos y quiere Reuclin se pro-
nuncien las vocales y diptongos: i, r¡, v, ei, 01, vi como i; ai como e;
n a no t a r d a r o n en ser seguidos por eruditos de renom- av y ev como af e f ; tjv como i f ; ov como u; cov como oi. Este siste-
bre, como el bizantino Crisoloras, que tanto contribu- ma aparece insostenible por las razones siguientes: 1.° sometidos al
yó á la difusión del helenismo con sus enseñanzas de iotacismo muchos versos clásicos resultarían inaguantables por la
griego en F l o r e n c i a , Milán, Roma etc., el docto Teo- monotonía cacofónica de su pronunciación, la cual hubieran cuida-
dosamente evitado sus autores, dado el modo de leer de los grie-
doro G-aza que tradujo al griego gran p a r t e de las gos modernos; en estas palabras p. ej.: 2v S' tlrce fioi firj /¿ijKog
obras de Cicerón, y cuya Gramática elemental fué (Antig. 446), no sonaría más que un iato continuo; 2.° los griegos
manual obligado p a r a el estudio de dicha lengua du- tradujeron la e latina por rj, v. gr. de Rhenus, 'Prjvog. 3.° El Etimo-
logicum Magn., Zanoras y Suidas nos atestiguan que Cratino que-
r a n t e el siglo X V , el protegido del platónico Besarión,
riendo representar el balido de los carneros, escribía pr¡; tal balido
Constantino L á s c a r i s , autor de la primera Gramática resultaría no be, sino bi, s e g ú n el iotacismo moderno; tampoco
griega que vió l a luz en Italia (1476), y otros. vfiéxeQoS y f¡fiézEQos se distinguirían, y así dicen los griegos modernos
aag y pag; 4.° dado que la v se pronunciase i el diptongo vi no hubie-
A su vez los eruditos de Bizancio h a n encontrado r a podido existir nunca lo mismo que los de et y oí; 5.° el nombre de
émulos é imitadores en las principales regiones de la E era entre los griegos el; si el sonido de este ei fuese i, tendríamos
Europa. Nadie desconoce el lugar que en estudios filo- el absurdo de una e representada por el sonido i. 6.° Aristófanes re-
lógicos al uso d e l renacimiento corresponde á Reuclin presenta el ladrido de un perro por av av, cosa que no podría hacer
si la pronunciación aquí fuese af a f ; por otra parte av y dígase lo
y á Erasmo, sostenedor é impugnador respectivamen- mismo de EV aparecen en la antigüedad como verdaderos diptongos,
t e del itacismo ó pronunciación moderna del griego y en Homero está el primero señalado claramente por la diéresis
clásico (1); á Julio C. Escalígero (acérrimo defensor, (ávaav de aveo). 7." Corebosco, Moscopulos y otros antiguos hacen
explícita declaración de que los diptongos se distinguen de las le-
tras, contra lo que enseñan los neogriegos; y esto basta para juz-
(1) Fué Reuclin el introductor en las escuelas de Occidente de la g a r de las reducciones todas atrás señaladas.
pronunciación de los griegos modernos, la cual vino á ser defendida
por las razones mismas que invocan éstos; ó sea, porque los griegos Según los datos aportados por Dietrich al exponer la "historia
actuales son los sucesores de los antiguos, y en la duda debe preva- del iotacismo" en los Anales de Filología (1875), esta pronunciación
Bajos (1), á José J . Escalígero y, por no citar otros, á dez Pelayo, «representa con más plenitud que ningún
los dos Estéfano (Roberto y Enrique) cuyos insignes otro humanista del siglo XV (no exceptuando á Loren-
Ihesaurus linguae graecae y Thesaurus linguae latinae zo Valla) el que pudiéramos llamar método tradicio-
respectivamente, les colocan á la c a b e z a de los hele- nal ó clásico, pero reducido y a á sistema y acrisolado
nistas y latinistas de su época. con g r a n número de observaciones propias», pueden
Entre todos éstos merecen especial mención los fi- y deben figurar sin desdoro al lado de los más altos
lólogos españoles; tanto más cuanto m a y o r es el olvi- ingenios cultivadores de las l e t r a s h u m a n a s en su
do en que han caído umversalmente (si se e x c e p t ú a época. Que si éstos representan el clasicismo de una
Luis Vives, único que s u e l e n citar los e x t r a n j e r o s m a n e r a llena y acabada, o t r o español, Sánchez el
como «uno de los raros sabios españoles» que diría Brócense, es el representante de la innovación y re-
Reinach), y mayores y más legítimos son los títulos generación lingüística, el importador del elemento fi-
que ostentan p a r a ser conocidos y apreciados. Los losófico que más tarde debía prevalecer en el estudio
nombres de Arias Barbosa, P. Simón Abril y en espe- racional de la Gramática. La Minerva de Francisco
cial el de Antonio Nebrija que, como dijo bien Menén- Sánchez así como sus opúsculos De interpretationibus
plus quam etymologicis, son monumento perdurable le-
se inició en Beocia, prevaleciendo para la r¡ entre el siglo III y VI; vantado á las letras españolas, y prueba irrecusable
para la v entre el VI y el X; de los sonidos compuestos, si fué el pri- del verdadero mérito de nuestro humanista, cuyos es-
mero en pronunciarse i, al cual sigue 01 (aparece ya en papiros del
siglo II a. J. C.), y luego at que en el siglo II de nuestra era tendía
tudios han servido de base á los filólogos posteriores,
al sonido de e. Las pronunciaciones de a f , e f , i f , de u por ou etc. son y á métodos que como el de Lhomond, han llegado á
relativamente modernas. una g r a n popularidad y aceptación.
Platón en el Crátilo ya hace notar que las mujeres y los ancia-
nos tendían á pronunciar ifiÉQa en vez de rj/¿ÉQct, lo cual si indica
H e a q u í los nombres principales q u e p u e d e n invocarse en los
una cierta tendencia al iotacismo, confirma lo que venimos diciendo
c u a t r o periodos q u e a l g u n o s i n t e n t a n h a l l a r e n la l i t e r a t u r a
contra el mismo, porque de ser tal pronunciación la ordinaria, no
filológica á p a r t i r del renacimiento.
podría Platón llamar sobre ella la atención. Lo mismo acontece con
las palabras loifióg y hipos que en la respuesta del oráculo, que re- E n el período italiano (periodo de imitación) los citados Pe-
fiere Tucídides, aparecen fonéticamente asimiladas; pues mientras t r a r c a , L e o n a r d o B r u n i , Poccio, Bembo y Lorenzo Valla. Boc-
esto prueba que su sonido podía hacerse ambiguo, el interés de la cacio, por la influencia de sus escritos, y como f u n d a d o r de los
narración supone necesariamente que la confusion estaba lejos de estudios mitológicos; Varino y A u r i s p a , como maestros distin-
ser inevitable. Por lo demás, con igual derecho con que pueden in- guidos de g r i e g o en F l o r e n c i a , que h a b í a n e s t u d i a d o e n Bizan-
vocar en punto á pronunciación clásica su parentesco los griegos, cio; A n g e l Policiano, latinista clásico y poeta latino; Pomponio
pudieran invocar el suyo con los romanos no pocos pueblos latinos, Leto, t a m b i é n latinista .y el p r i m e r o en p u b l i c a r impreso á Vir-
p a r a decir que ellos poseen la genuina pronunciación del Lacio. Y gilio (1467); Marsilio Ficino como promovedor del helenismo y
en cuanto á la harmonía del iotacismo, resulta completamente falsa t r a d u c t o r de P l a t ó n y Plotino, q u e comentó t a m b i é n ; Sigonio
aplicada á las composiciones clásicas, como hemos indicado. En la de Módena por sus escritos sobre la a n t i g ü e d a d clásica (su fal-
pronunciación de varias consonantes y de la i suscrita, pudiera á su sificación de Cicerón, q u e se dice le ocasionó la m u e r t e , de-
vez corregirse el sistema ordinario de lectura, que es sin duda in- m u e s t r a su c u l t u r a y su g u s t o clásico); el h u m a n i s t a f r a n c é s
exacto. » Marco Antonio Muret, p o r sus discursos ciceronianos (probó q u e
(1) La escuela de Justo Lipsio (Stylus lipsianus, mezcla del la-
tín clásico y del de Apuleyo y Tertuliano), llegó á ejercer influencia no e r a de Cicerón lo compuesto por Sigonio de Módena); Filelfo,
poco aceptable en toda la escuela holandesa. como helenista distinguido, discípulo de Crisoloras y conocido
por sus controversias con Francisco P o g g i o y otros; Mérula, el ses; Wesseling, e d i t o r de Heródoto y Diodoro de Sicilia; Cuden-
p r i m e r editor de P l a u t o , de Marcial y de Q. Curcio; Calepino, dorp, latinista, e d i t o r de L u c a n o , César, Suetonio y Apuleyo;
como políglota r e p u t a d o y el primer lexicógrafo políglota; Gui- y los g r a n d e s h u m a n i s t a s V a l c k e n a e r , D a v i d R u h n k e n i o y
llermo Budeo como h e l e n i s t a notable, y los mencionados Reu- W i t t e n b a c h , q u e escribía en g r i e g o r e p r o d u c i e n d o el estilo de
clin, Erasmo y E s c a l í g e r o . J e n o f o n t e . En Alemania, J u a n Fabricio, cuyas Bibliotecas
E n el período francés (desde Francisco I h a s t a fines del si- g r i e g a , l a t i n a y de la media y b a j a l a t i n i d a d , le h a n dado nom-
glo XVII: período enciclopédico y polihistórico). b r e u n i v e r s a l ; Gesner, conocido e n t r e otros t r a b a j o s , por su
Roberto E s t é f a n o , a u t o r del g r a n ThesaurusLinguae latinae, Introducción á la erudición universal y por su sistema exegéti-
co; H a r l e s s , q u e r e p r o d u j o á F a b r i c i o ; Reiske, helenista eminen-
y el g r a n helenista E n r i q u e Estéfano, hijo del a n t e r i o r , y a u t o r
te, como Schutz, editor de Esquilo y Cicerón; J u a n Voss, a u t o r
del insigne Thesaurus linguae graecae; Isaac Casaubon, hele-
de la Antisimbolik, h u m a n i s t a que t r a d u j o á Virgilio y Homero
nista notable, asi como Mercier, Claudio S a u m a i s e , G u y e t y
en verso a l e m á n ; S p a l d i n g , J a c o b s y otros. E n Francia, B a r t -
Palmerio; Du C a n g e , p o r sus estudios lexicográficos sobre el
helemy, h u m a n i s t a , critico y arqueólogo; el e r u d i t í s i m o bene-
bajo helenismo y latinidad. Como a u x i l i a r e s en la l i t e r a t u r a
dictino B a n d u r i , a u t o r del Imperio de Oriente ó las antigüeda-
filológica, H a r d o u i n , M o n t f a u c o n y Mabillón, por sus respecti-
des de Constantinopla; Bouhier, latinista; L a r c h e r y B r u n c k ,
vos t r a b a j o s m a g i s t r a l e s sobre las a n t i g ü e d a d e s l i t e r a r i a s ecle-
helenistas d i s t i n g u i d o s v t r a d u c t o r e s de clásicos griegos; De
siásticas y p r o f a n a s . E n t r e los holandeses J u s t o Lipsio, el m u y Villoison, l l a m a d o el Wolf f r a n c é s , descubridor de los escolios
e r u d i t o helenista Meursio, colaborador del Thesaurus de Gre- a l e j a n d r i n o s de la Iliada, editor de los más insignes de ésta y
novio sobre las a n t i g ü e d a d e s g r i e g a s , y de t a n t a erudición co- del Lexicon de Apolonio; Gail, editor de Tucidides y J e n o f o n t e
mo escasa critica; H u g o Grocio p r i n c i p a l m e n t e conocido por su y A d a m a n d o C o r a y h e l e n i s t a , c u l t i v a d o r d i l i g e n t e de los estu-
obra De jure bélli et pacis, pero helenista y latinista notable, dios del griego m o d e r n o . En Italia, Facciolati, iniciador y cola-
editor de Capela y d e L u c a n o ; D. Heinsio, y en especial Ge- b o r a d o r con su discípulo Forcellini del g r a n Diccionario latino
r a r d o Vossio, u n o d e los f u n d a d o r e s de los estudios restaurados q u e publicó después de la m u e r t e de éste; Escipión Maffei q u e
de g r a m á t i c a l a t i n a . Los alemanes G r u t e r , colaborador de Es- por sus Orígenes etruscae y demás t r a b a j o s análogos merece
calígero en su g r a n colección de inscripciones latinas; B a r t h , bien de la a r q u e o l o g í a y de la filología; M u r a t o r i , a u t o r e n t r e
editor de Estacio y C l a u d i a n o , el e m i n e n t e y e x c é n t r i c o latinis- otras obras, del Thesaurus veterum inscriptionum.
t a Scioppio, y F r e i n s h e m i u s nQtable h u m a n i s t a , editor de Tito
Livio y Quinto Curcio. E n Italia León Alacio, bibliotecario del E n el periodo alemán (desde Wolf h a s t a n u e s t r o s días: pe-
Vaticano, g r a n conocedor de la l i t e r a t u r a b i z a n t i n a . E n t r e los riodo de la filología general).
ingleses, S t a n l e y y B a r n e s , editores r e s p e c t i v a m e n t e de Esqui- Federico A u g u s t o Wolf, q u i e n hizo p r e v a l e c e r el concepto
lo, H o m e r o y E u r í p i d e s , y helenistas distinguidos. enciclopédico de la filología, s e g ú n q u e d a dicho e n los comien-
E n el período anglo-holandés (desde Bentley á Wolf—1691- zos de este libro, y el cual con los primeros v o l ú m e n e s de su
1790: período crítico). Iliada y los Prolegómenos, a m é n de sus demás t r a b a j o s críticos
y de erudición, provocó el p r i m e r movimiento de Filología ge-
Ricardo B e n t l e y , filólogo de e x t r a o r d i n a r i a erudición, jefe
neral; G. H u m b o l d t , cuyos t r a b a j o s múltiples colócanle e n t r e
d é l a escuela de crítica sujetiva; M u s g r a v e , h e l e n i s t a y critico,
los maestros primeros de la Ciencia del Leng-uaje; B u t t m a n n ,
editor de Sófocles y d e E u r í p i d e s ; P o t t e r y M a r k l a n d , ambos
c u y a g r a m á t i c a g r i e g a , le hizo a d q u i r i r r e n o m b r e e n t r e los he-
helenistas y critico n o t a b l e el s e g u n d o ( i m p u g n ó la autentici-
lenistas; G. H e r m a n n , i m p u g n a d o r acérrimo de la escuela his-
dad de la c o r r e s p o n d e n c i a e n t r e Cicerón y Bruto); asimismo
tórica, u n o de los maestros e n la s i n t a x i s y en la m é t r i c a grie-
Dobrée y Porson, h e l e n i s t a notable el primero, y critico el se-
g a : Creuzer y Schleiermacher, ambos helenistas, j e f e del sim-
g u n d o ; W a k e f i e l d y E l m s l e y , q u e publicaron y c o m e n t a r o n los
bolismo el primero, y t r a d u c t o r y comentador de P l a t ó n el
clásicos griegos. E n Holanda, Gronovio, c u y a c i t a d a obra (en segundo; Lobeck, g r a m á t i c o é i n s i g n e helenista, a d v e r s a r i o de-
colaboración) Tesoro de antigüedades griegas, es a r s e n a l in- cidido del simbolismo; Thiersch, a u t o r de la célebre g r a m á t i c a
menso de e r u d i c i ó n ; L a m b e r t i Bos, helenista y g r a m á t i c o ; Ti- g r i e g a de su n o m b r e ; W e l c k e r y A u g u s t o Boeck, filólogos de
berio H e m s t e r h u s i o , u n o d e los p r i n c i p a l e s helenistas holande-
erudición g e n e r a l , y a d v e r s a r i o el s e g u n d o del m é t o d o g r a m a - Cúmplenos a h o r a h a b l a r de los sabios filólogos españoles,
tical conservador de H e r m a n n ; H a n d y B. P a s s o w , g r a m á t i c o , t a n i n j u s t a como g e n e r a l m e n t e p r e t e r i d o s , de los cuales hemos
discípulo de H e r m a n n el p r i m e r o , y g r a n h e l e n i s t a y lexicó- citado a t r á s t a n sólo a l g u n o s nombres, p o r q u e ellos son de u n a
g r a f o el segundo; Nitzsch y D o e d e r l e i n , h e l e n i s t a y crítico personalidad filológica indiscutible, capaces por si solos de a b r i r
distinguido el p r i m e r o , y el s e g u n d o l a t i n i s t a y g r a m á t i c o ; u n a época e n el humanismo, como no suele ponerse e n d u d a
F . Bopp, el i n m o r t a l m a e s t r o d e la g r a m á t i c a c o m p a r a d a ; llei- t r a t á n d o s e de L u i s Vives y N e b r i j a . Que á su lado debe figurar
sig, crítico y g r a m á t i c o latino; L a c h m a n n , g r a n l a t i n i s t a , editor Sánchez de las Brozas, es bien manifiesto p a r a el q u e a d v i e r t a ,
de Catulo, Lucrecio y de los Grammatici veteres; Otf. Müller, á t r a v é s de sus procedimientos á veces e x a g e r a d o s (1), el espí-
h e l e n i s t a y notable filólogo; B e r n h a r d y , critico, g r a n h e l e n i s t a r i t u v e r d a d e r a m e n t e filológico q u e i n f o r m a sus obras, en espe-
y g r a m á t i c o , colaborador p r i n c i p a l e n l a E n c i c l o p . de Ersch; cial la Minerva seu de causis linguae latinae. Pocos libros de
P o t t , u n o de los filólogos m á s d i s t i n g u i d o s y e t i m o l o g i s t a nota- su g é n e r o llegaron á a l c a n z a r t a n t o éxito ni m e r e c e r t a n t o s elo-
ble; F r e u n d , polígrafo, e m i n e n t e l a t i n i s t a y l e x i c ó g r a f o , a u t o r gios como el citado. Siete veces se r e p r o d u j o e n H o l a n d a la edi-
ción de Perizonio. G r a v i n a coloca al Brócense con el P i n c i a n o
del Triennium philologicum; F r . Ritsehl, l a t i n i s t a i n s i g n e , y
y Vives e n t r e los principes de las letras españolas, y el severo
u n o de los m á s decididos i n i c i a d o r e s d e la g r a m á t i c a histórica
critico G a s p a r Sciopio no vacila e n calificarle de m a e s t r o de los
a p l i c a d a al l a t í n ; E r n . C u r t i u s , discípulo de O. Müller, y como
filólogos y «padre común de todos los literatos.»
él helenista, historiador y crítico; su h e r m a n o J . C u r t i u s , a u t o r
de la g r a m á t i c a g r i e g a de m a y o r é x i t o e n la d i f u s i ó n del méto- Y si á los escritores mencionados se a ñ a d e el crecido n ú m e r o
do científico; Corseen, l a t i n i s t a i n s i g n e , á q u i e n d e b e la g r a m á - de cultivadores del clasicismo g r i e g o y latino, asi como del se-
t i c a de este idioma positivos p r o g r e s o s , é i n v e s t i g a d o r de l a n a - mitismo y de la misma l e n g u a sánscrita, al descubrirse las I n .
t u r a l e z a del etrusco. P o r no c i t a r m á s , los g r a m á t i c o s K r u e g e r , dias, que h a n florecido e n E s p a ñ a , no se nos a l c a n z a el alto
Kiihner, M a t t h i a e , Neue, R a m s h o r n , S c h u c h a r d t , Schweizer- silencio que g u a r d a n los t r a t a d i s t a s de la c u l t u r a filológica ge-
S i d l e r , e t c . ; los filólogos B e n f e y , A u f r e c h t , D e l b r ü c k , B r u g - n e r a l en este p u n t o , incluso el citado Boeckh, q u i e n , como
m a n n Heyse, Hallv, Schleicher, S t e i n t h a l , K u h n , L u d w i c h , Me- Reinach q u e le r e p r o d u c e , a p e n a s e n c u e n t r a n o m b r e s ilustres
y e r , Wilhelm, W i n d i s c h , W e s p h a l , y otros muchos q u e a p a r e - f u e r a de I t a l i a , F r a n c i a , H o l a n d a y A l e m a n i a (2). Más respeto
cen e n A l e m a n i a . E n Inglaterra o c u p a l u g a r p r e f e r e n t e Max merece á la v e r d a d la nación que c u e n t a e n t r e sus hijos hom-
Müller, profesor de Oxford, a u n q u e n a t u r a l de A l e m a n i a . E n b r e s de los más e m i n e n t e s en los estudios á q u e se refiere la Fi-
Holanda a d e m á s de L e n n e p y el célebre p r o p u g n a d o r de la cri-
tica sujetiva, O f f m a n P e e r l k a m p . , el discípulo de L e n n e p , Geel,
e d i t o r de Teócrito y E u r í p i d e s y G . Cobet, p r i n c i p e de la Críti- (1) El Brócense recurre, p. ej., á explicaciones elípticas insoste-
nibles. L a construcción eo Romam sería una abreviación de eo ad
c a v e r b a l , cuyos principios a p a r e c e n e n s u De arte interpretan-
urbeni Romam, habitat Matriti, elipsis de habitat in urbe Matri-
di. E n Italia a d e m á s de ilustres p a l e ó g r a f o s como el Card. An-
ti, etc. Este método que llegó á generalizarse lo mismo en la gra-
g e l Mal, y numismáticos como Sestini, A v e l l i n o , C a v e d o n i etc., mática latina que en la griega, fué definitivamente desterrado por
cuyos estudios r e f l e j a n en la Ciencia del L e n g u a j e , los filólogos el influjo del libro de Hermann De Ellipse el Pleonasmo, publicado
y g r a m á t i c o s Comparetti, Ascoli, P e z z i , F u m i , Merlo, etc. E n á principios del siglo XIX.
Francia, después de L e t r o n n e e p i g r a f i s t a y n u m i s m á t i c o de (2) Sigue el mismo camino Hübner, el cual en su Geschichte u.
p r i m e r orden, de E . B u r n o u f , i n m o r t a l i z a d o p o r sus i n v e s t i g a - Encyklop. d. classisch. Philologie (Grundriss), sólo consigna me-
ciones sobre el Zend y n o t a b l e e n t o d o s sus t r a b a j o s , de ambos dia docena de nombres españoles: "Die Spanier Elio Antonio Martí-
nez de J a r a b a aus Lebrija (Aelius. Ant. Nebrissensis) 1444-1522.
L e n o r m a n t , r e p r e s e n t a n t e s de la e r u d i c i ó n g e n e r a l filológica,
Juan Luis Vives (Ludov. Vives) 1492-1540. Francisco Vergara f 1545.
figuran e n b u e n m i m e r o los q u e en estos v a r i o s ó r d e n e s v i e n e n
Ambrosio de Morales 1513-1591 (vgl. C. 3, L. II, S. XVI). Francisco
señalándose, siendo la fase l i n g ü í s t i c a u n a d e las m á s cultiva- Sánchez de las Brozas (Fr. Sanctius Brocensis) 1523-1601. Pedro
das. P e r o a c e r c a de los r e p r e s e n t a n t e s d e la Filología m o d e r n a Chacón (Petrus Ciacconitis) 1525-1581." Tan mezquina es para los
después de e n t r a r e n su e t a p a g l o t o l ó g i c a ó de Filología com- extranjeros nuestra literatura filológica del siglo XVI; pues de la
parada, h a b r e m o s de o c u p a r n o s e n otro l u g a r . de los siglos subsiguientes ni aun suelen acordarse.
lologia a n t i g u a , s e g ú n a t r á s hemos visto, c u y a representación sicismo y semitismo, que es c u a n t o b a s t a p a r a hacer constraste
filológica semítica e n la E d a d Media no t i e n e i g u a l e n otra al- con los filólogos e x t r a n j e r o s a n t e s citados, siquiera no podamos
g u n a , y q u e ofrece por docenas escritores de personalidad sa- olvidar q u e el inmenso c a u d a l léxico y g r a m a t i c a l do las re-
l i e n t e e n el clasicismo q u e comienza con el Renacimiento. giones á q u e acabamos de a l u d i r , r e u n i d o por españoles, es u n
A la Filología e s p a ñ o l a en efecto p e r t e n e c e n los g r a n d e s tesoro p a r a la G r a m á t i c a c o m p a r a d a de c u y a posesión sólo Es-
maestros de la l e n g u a y l i t e r a t u r a hebraicas que d e j a m o s de- p a ñ a p u e d e gloriarse.
signados al t r a t a r del período filológico hebraico, u n crecido E n el siglo X V I figuran c o m o semitistas notables: Arias
n ú m e r o de g r a m á t i c o s m u s u l m a n e s del mismo periodo; los cul- Montano, con las Antiquitates Judaicae; De Varia in Bibl. he-
t i v a d o r e s primeros d e las l e n g u a s de la I n d i a , de la China, del braicis lectione, ac de Masoreth ratione atque usu; De Hebraico-
J a p ó n , del C o n g o , d e M é j i c o , de G u a t e m a l a , de Venezuela, rumlib. script. et lectione, e n t r e otros t r a b a j o s y t r a d u c c i o n e s .
E c u a d o r , P e r ú , Chile, P a r a g u a y , Brasil y otras regiones ame- Alfonso de Z a m o r a , con su Vocabularium hebraicum atque
ricanas, asi como de los m ú l t i p l e s idiomas de Occeania, contán- chaldaicum, é Introductiones Artis gramm. hebraicae; su Voca-
dose por c e n t e n a r e s dichos escritores españoles, cuyos t r a b a j o s bularium breve, y Brevis Tractatus de Ortographia hebraica.
g r a m a t i c a l e s v i e n e n h o y siendo reproducidos y editados e n Martínez C a n t a l a p i e d r a , Instit. in ling. sanctam, con el apén-
F r a n c i a y A l e m a n i a p a r a el estudio de aquellas l e n g u a s (1). No dice de las Instit. in ling. chald. Mateo A d r i a n o , Introd. in hng.
nos d e t e n d r e m o s e n su e n u m e r a c i ó n , p o r q u e nos llevaría mu- hebraicum. Díaz P a t e r n i a n o , Gram. caldea. Alcalá, Arte para
cho más lejos de lo q u e h a c e á nuestro objeto: limitámonos á ligeramente saber la lengua arábiga, El Vocabulista arábi-
m e n c i o n a r a l g u n o s d e los m á s salientes e n los idiomas del cla- go etc.; J . López, Arte y Vocabulario en lengua árabe. B a u t i s t a
P é r e z , Dictionarium arabicum. L a s obras de Alcalá f u e r o n los
libros sobre á r a b e que p r i m e r o se i m p r i m i e r o n e n E u r o p a .
(1) Sobre los muchos autores españoles á que aludimos, si bien
Helenistas distinguidos del mismo siglo: los citados Arias
no existe una reseña crítica completa, ni aun se encuentra una enu-
meración total de los mismos en un sólo libro, hállanse noticias de Montano con su Lexicón graecum é Inst. ling. graecae, y Za-
los más antiguos ya en las BIBLIOTECAS generales, como en las de mora, Interpretationes hebr. chai, graecorumque nominum
Wolf, Asemani etc., y a en las de autores españoles como la de Nico- V. acN. Testamenti, y Catálogus eorum quae, in utroque Testa-
lás Antonio, y la en buena parte fundada sobre ella, de Rodríguez mento aliter scripta sunt vitioscriptorum, quam in hebr. et grae-
de Castro; en la de Casiri, por lo que hace á los arabistas, y en otros co etc. A n t o n i o de N e b r i j a , Instit. graecae linguae, también
tratados biográficos y bibliográficos. Citemos entre estos, la Biblio- h e b r a í s t a . Arias Barbosa, De Prosodia Relectiones. Alejo de
thèque etc. de Backer (edic. aument.); la Biblioteca Hispano-Ame- V a n e g a s , Tratado de Ortographia y acentos de las tres lenguas
ricana etc. de Beristain y Souza; la Biografié universelle etc.; la principales. El Brócense, Grammatica graeca, t r a d u c t o r de v a -
Bibliografía general eclesiástica; la Biblioteca americana de Le- rias obras g r i e g a s . L u i s Vives, t r a d u c t o r d e la Areopagítíca y
clerc; la Bibliograf ía Mexicana del siglo XVI etc. de Icazbalceta;
el Nicocles de Isócrates. P . Simón Abril, La Gramática griega
la Biblioteque Mexico-Guatémalienne de Brasseur de Bourbourg; el
escrita en leng. castellana etc.; Comparación de la lengua lati-
Dicc. biogr. gen. de Chile, de Figueroa; la Biblioteca Sínica etc. de
na con la griega; es t r a d u c t o r al castellano de la Ethica y de la
Cordier; la China monumentis etc. illustrata de Kircher; la Biblio-
thèque orientale etc. con suplem. de Visdelou y Galand; la Biblio- Política de Aristóteles, la Medea d e Eurípides, el Crátilo y Gor-
graph. japonaise de Pagés, y multitud de trabajos análogos. Como gias de P l a t ó n , oraciones de Demóstenes y Esquines, y otros
catálogos especiales merecen singular mención el de La ciencia t r a b a j o s de escritores griegos y Santos P a d r e s . Del Comendador
española (t. III) d e M e n é n d e z Pelayo, y el reciente estudio de griego es a d e m á s de la versión l a t i n a d e los S e t e n t a en la Com-
Dahlmann Die Sprachknnde und die Missionen (publ. en la Revis- plutense, la Basilii Magni Oraiio Hortatoria etc.; Demetrii
ta alemana Stimmen etc.) Merecen ser mencionados también aquí Moschi Laconis quae circa Helenam et Alexandrum, etc. J . d e
la Concise Bibliography Spanish Grammars and Dictionaries de V e r g a r a , t r a d u c t o r al l a t í n de la Metafísica y otros t r a t a d o s de
Knapp, la Biblioteca histórica de la Filología castellana de La Vi- Aristóteles. E . de V e r g a r a , a u t o r de los cinco libros De graecae
naza, y el trabajo bibliográfico del mismo autor, publicado en Lis- linguae Gramm., y p r i m e r t r a d u c t o r al l a t í n de n u e v e Homilías
boa: Escritos d e los Portugueses y Castellanos referentes á las
de S. Basilio, y de los Proymnasmas de Theón sofista. H u r t a d o
lenguas de China y el Japón.
de Mendoza, el primer colector español de códices g r i e g o s en su troductiones in latinam grammaticam, de las RepeUtiones, de
siglo (seguido del ilustre critico Páez de Castro, iniciador de varios trabajos léxicos, entre ellos el Dictionarium latino-his-
u n a restauración de Aristóteles y Platón), t r a d u c t o r de Aristó- panicum et hispano-latinum, t r a t a n d o además de ortografía
teles, y a u t o r de la Paraphrasis in totum Aristotelem. A. L a g u - latina, de la acentuación, pronunciación y palabras y diccio-
n a , traductor al latín de Aristóteles, de los Diálogos de Luciano nes b á r b a r a s ; de Ponderibus, de Mensuris, de Numeris, de
Tragopodagra y Ocypus, Galeni Liber de hist. pMlosophica, Asse, etc. Suyos s o n t a m b i é n los t r a b a j o s Artis Rhetoricae
y de otros escritores griegos. Antonio A g u s t í n , colector como compendiosa coaptatio ex Aristotele, Cicerone et Quintiliano ;
Páez y Hurtado, de manuscritos griegos, t r a d u c t o r al castella- Ecphrases in Virgilii opera admodum familiares; In Arato-
no de la Cyropedia de Jenofonte, entre cuyos t r a b a j o s está la rem Paraphrasis; P. Therentii Aphri Comoediae etc. recogni-
Constitutionum graec. Codicia Justiniani Collectio et Interpre- tae; Aurea hymnorum expositio; Aurélii Prudentii Clementis
tatio. F. de Escobar, que emprendió u n a n u e v a v e r s i ó n lat. de libelli cum commento; Coelii, Sedulii, Paschale Opus cum pa-
la Retórica de Aristóteles, corrigiendo las de H e r m o l a o y T r a - raphrasi, y otros. J . deMiravet, De Grammatica, representan-
te de la escuela nominalista, i m p u g n a d a y vencida por Nebri-
pezuncio, y publicó las Exercitationes Aphtonii Sophistae, y De
j a . Luis Vives, Linguae latinae exercitatio; In Bucolica Vergi-
Octo Qartium Orationis constructione liber. P . J u a n Núñez,
la Interpretatio; In Geórgica Vergilii Praelectio; De ratione
además de sus t r a b a j o s acerca de Aristóteles y otros, es a u t o r
dicendi libri III; De Consultatane; De Disciplinis; In quar-
de las Instit. Gramm. linguae graecae, Grammatistica linguae
tum Rethoricorum ad Heremnium Praelectio etc. A. de Victo-
graecae, De mutatione linguae graecae in latinam; Explanatio-
ria —Nicander—, editor critico de Silio Itálico. El Pinciano
nes in Dionysium Aphrum; Phrynici Epitome Atticarum li- —Hernán Núñez, Comendador Griego—, Castigationes in Pom-
bri III, sive Ecloga a Petro Nunnesio integritati restituía, latine ponium Mellam; Observationes in loca obscura aut depravata
conversa: In Homerum et in Aristotelem observationes etc.; In Hist. Naturalis C. Plinii; In omnia L. Anneai Senecae Philo-
Procli Chrestomatiam poeticam Notae. Martin de R o a , De Ac- sophi scripta etc. Castigationes utilissimae. Obras todas ellas
centu et recta in latinis, hebraicis, graecis et barbaris vocabulis que son modelo de critica y buen sentido filológico. Justo Lip-
pronuntiatione. L. Palmireno, autor del Enchiridian graecae sio ha calificado á la última de germanae criticae exemplar.
linguae. Aquiles Estazo, t r a d u c t o r al latín de muchos P a d r e s Ginés de Sepúlveda, De correctione anni et mensium romano-
griegos y de escritores clásicos. rum; Pro Alberto Pio... contra Erasmum, y sus traducciones
Con estos y otros filólogos que omitimos, p u e d e n figurar sin y obras originales con espíritu del clasicismo. Oliver, editor y
desdoro los que en el siglo XVI a p a r e c e n en E s p a ñ a como aris- corrector de Pomponio M e l a , anotador de Cicerón y Plinio.
totélicos clásicos, helenistas de primer orden al mismo tiempo A. de Gouvea, editor de Virgilio y Terencio, corrector y comen-
que filósofos y criticos distinguidos. Ginés de Sepxilveda t r a d u - tarista de Marco Tulio. Petreyo, anotador de Séneca, t r a d u c t o r
ciendo del griego á Aristóteles y poniendo en l a t í n el Comen- al latín de las comedias de Ariosto. Antonio Agustín, In M. Te-
tario á la Metafísica de Alejandro de Afrodisia; el citado J . d<? rentium Varronem, De lingua latina Emendationes et Notae;
Vergara traduciendo también p a r a la edición de Aristóteles pro- Fragmenta veterum historicorum, etc. Sus In sextum Pom-
yectada por el Card. Cisneros, la Metafísica, De Anima etc.; el peium Festum Notae, h a n sido encomiadas por Otff. Müller co-
mencionado Páez de Castro, critico notable de Aristóteles y mo uno de los t r a b a j o s más perfectos en su género, y tiene el
Platón, f u n d a n d o con Diego de Mendoza la Academia Aristotéli- mérito Antonio Agustín de haber sido el primer editor de los
ca p a r a la corrección del texto original del E s t a g i r i t a ; Simón fragmentos de Festo. P. Chacón, autor de preciados trabajos
Abril, J . Monzó, F . Ruiz y el platónico Fox Morcillo, e n t r e sobre epigrafía, numismática etc.; de escolios á Salustio y Ju-
lio César; comentador de Pomponio Mela, Plinio, Varrón y Sé-
otros muchos, con sus versiones, comentarios é interpretacio-
neca; anotador de las Etimologías de San Isidoro, del Octavio
nes aristotélicas ó aristotélico-platónicas, llevan m u y alto el
de Minucio F é l i x , de Arnobio, de T e r t u l i a n o , de S . Jeróni-
nombre del saber español en su siglo, y r e c l a m a n j u s t a m e n t e
mo, e t c . F . Sánchez de las Brozas —el B r ó c e n s e — , Verae
l u g a r distinguido al lado de los autores antes mencionados en
Gramm. latinae Institutiones; Minerva, seu de causis linguae
la historia de la Filología clásica general.
Latinistas: Antonio de Nebrija, autor de las celebradas In-
latinae; De interpretationibus plus quarti etimologicìs; De arte Campomanes, t r a d u c t o r de u n a parte del T r a t a d o de Agricul-
dicendi; Organum dialecticum et rethoricum; y prescindiendo t u r a de ben Alawan. J . A. Banqueri, traductor y anotador del
de otros estudios, sus Anotaciones al Arte Poética de Horacio, mismo Tratado completo. F. Cañes, Gram. y Diccionario ará-
su edición con escolios de Persio; Anotaciones al Ternario de bigo-español. Mariano Pizzi, Gramática de la lengua arábigo-
Ausonio y al Ibis de Ovidio; Comentarios á Alciato; edición erudita, Diccionario, é Introducción al estudio de la Paleogra-
corregida de Pomponio Mela; Escolios á las Silvas de Angel fía árabe. P. Lozano, Paráfrasis árabe de la Tabla de Cebes. De
Poliziano, maestro de varios filólogos españoles, e n t r e ellos de la Torre, Ensayos sobre la Gramática y Poética de los Ara-
Arias Barbosa. Aquiles Estazo, Anotaciones á Marco Tulio; Co- bes; etc.
mentario al Arte Poética de Horacio; Notas á Suetonio De cía- E n t r e los helenistas citaremos á Cohen de L a r a , De conve-
ris Grammaticis et de Rhetoribus illustribus; Comentario á Ca- nientia vocabulorum Rabbinicorum cum Graecis et quibusdam
tulo y Tibulo; observationum in varia latinorum scriptorum aliis linguis europaeis; Gonzalo Correas, Trilingüe de tres Ar-
loca Líber singularis. T . Correa, E x p l a n a c i o n e s al Arte Poéti- tes de las tres lenguas castellana, latina y griega; Prototypi in
ca de Horacio; De Prosodia; cinco libros De éloquentia; De an- graecam linguam. T a m a y o de Vargas, Novus Musarum Cho-
tiquitate, dignitateque Poesis, et Poetarum differentiis; etc. rus, sive novem illustrium e graecis foeminarum fragmenta.
S. Fox Morcillo, entre otras obras, De imitatione seu de infor- Ponce de León y F. T u r r i a n o , traductores ambos de los más
manti styli ratione. Ruíz de Azagra primer editor del poema notables de su tiempo, que pusieron en latín buen número de
atribuido á Gorippo Africano, De laudibus Justini Junioris. Y escritos de SS. Padres. E. M. de Villegas, Disertaciones filoló-
por 110 citar más, los Comentarios, Anotaciones y Criticas de gicas. Jerónimo de Santa María, Etymologicum trium lingua-
Luis Carrión, Andrés S t r a n y , Tomás T a x e q u e t , de A n d r é s rum, latinae, graecae et hispanae. T. de Pinedo, Stephanus de
Sempere, y los libros de P . Simón Abril (traductor de Terencio Urbibus, Observationibus variarum linguarum ac praecipue
y Cicerón) sobre l e n g u a latina, asi como los de L. Palmireno hebraicae, phoeniciae, graecae et latinae detectis, illustratus.
sobre el mismo idioma, e n t r e los cuales aparecen t r a b a j o s con El ilustre Vicente Mariner de quien se refiere que compuso más
títulos tan expresivos como el De vera et facili imitatione Cice- de trescientos cincuenta mil versos latinos y griegos; t r a d u c t o r
ronis, De Arte dicendi, Campi Eloquentiae etc. a l castellano de casi todo Aristóteles, y al latin de las principa-
les obras de la l i t e r a t u r a y Patrologia g r i e g a : poemas de Ho-
En los siglos XVII y X V I I I son de mencionar como semitis-
mero, obras de Hesiodo, escolios á Pindaro, Sófocles y Eurípi-
tas, Onofre Fenollet, Institutiones ling. hebraicae; Martin Cas-
des, libros de Proclo, Porfirio, de Juliano el Apóstata, de Filón,
tillo, Arte Hebreo-hispano; Trilles, Instit, Sacrae ling. Hebrai-
de Hipócrates, tratados de Eusebio, S. Atanasio, S. Metodio, etc.,
cae, etc.; Merchan y F o r e i r o cada uno con sus Leixicon hebrai- todo ha sido objeto de la actividad de Mariner, y traducido con
cum respectivo; T a v a r e s , Ars hebraicae linguae, y Salazar con gusto y corrección. El Deán M. Marti, Ammonii Hermetis ver-
su g r a m á t i c a del mismo titulo. Valverde Gandía, Admonitiones sio de similibus et differentibus vocabulis, Notis et Commen-
quaedam contra Talmud, y traducción del rabino de algunos tariis illustrata; Martiális Disticha et Epigrammata aliquot
t r a b a j o s de David Quimjhi, Pérez B a y e r , además de su Gra- graece expressa; Anotaciones á Homero y á Teocrito, etc. Ber-
mática hebrea, otros t r a b a j o s filológicos como su De Nummis nardo de Zamora, Gramática griega filosófica, según el sistema
Hebr aeo-Samar itanis, el Apéndice sobre lo mismo publicado del Brócense. Aponte, traductor de Homero; Elementos Ghefi-
años después, y Del Alfabeto y lengua de los Fenicios. Puig- rianos. Goya y Muniain, edición griega y traducción de la
blanch, Gramática hebrea, y Orchel, de cuyas teorías se dice eco Poética de Aristóteles. Scio de San Miguel, además de la ver-
el más conocido h e b r a í s t a español del siglo XIX; García Blan- sión de la Biblia, la de Los seis libros de Sacerdocio del Crisòs-
co, en su Diqduq, a u n q u e en b u e n a p a r t e sus doctrinas son re- tomo (texto griego y español); Coluthi Lycopolitae Thebani De
producción de las de la escuela holandesa de Schroeder. raptu Helenae libellus, ex graecis in latina carmina conver-
E n t r e los varios a r a b i s t a s habremos de recordar á Obelio sus etc. Recordemos también entre los helenistas distinguidos,
Citeroni t r a d u c t o r de u n a Suma histórica arábiga; Alonso del editores, correctores ó traductores, Ign. López de Avala, Ro-
Castillo, Cartulario de documentos arábigos romanzados. Casi- dríguez Campomanes, Piquer, Berguizas, Estala, Prats y otros.
ri, Bibliotheca Arábico-Hispana Escurialensis; Rodríguez
Son de este ú l t i m o u n a Rythmica antiqua graecorum illustrata
y Conjectura depoesi et música veterum. tiempo de Syla el gramático Tyranion (1); las teorías
Como latinistas, T a m a y o de V a r g a s , Auli Persii Flacci Sa-
e x a g e r a d a s sobre construcción gramatical, como la
tyrarum líber é In C. Plinium secundum. M. E . V i l l e g a s , Di-
sertaciones criticas sobre Séneca, Tibulo, P r o p e r c i o , P e t r o n i o ,
de la elipsis, que el Brócense tanto generalizó en la
Marciano Capella, Claudiano, etc. El D e á n M. M a r t i , Etymolo- g r a m á t i c a latina y Lamberti Bos en la griega; la falta
gicum magnum latinae linguae, con o t r a s o b r a s filológicas. de sistema en lo que se refiere á la p a r t e morfológica
Cascales, e n t r e otros t r a b a j o s latinos, sus Cartas Philológicas. y de declinación v e r b a l y nominal (2); y, en general,
Mateo A y m e r i c h , De vita et morte Latinae Linguae Paradoxa el abandono de t o d o s los m e d i o s de investigación
Philologica; Specimen veteris romanae Utteraturae deperditae.
propiamente científica.
Mencionaremos t a m b i é n á Mayáns y S i s e a r , E s t e b a n A r t e a g a ,
J . F . Ortiz, F a u s t i n o Arévalo, quien se h a d i s t i n g u i d o p o r sus El latín clásico había desaparecido, las lenguas ro-
ediciones criticas de P r u d e n c i o , Draconcio, S e d u l i o e t c . , y por mánicas se presentaban en pleno dominio del orbe; el
su H i m n o d i a H i s p a n a , donde h a c e v e r su e r u d i c i ó n filológica y clasicismo griego se había fundido en el xowr, SiaXexzos,
s u doctrina. y éste á su vez vino á desaparecer ante e l empuje
P o r ú l t i m o , y como d i g n a corona de la i l u s t r a c i ó n y s a b e r avasallador del griego bizantino, cuya distancia del
filológico-clasicos españoles, l e v á n t a s e e n t r e n u e s t r o s l i n g ü i s t a s
griego clásico no podía ser ni e r a considerada como
el i n s i g n e H e r v á s P a n d u r o , de c u y a s i g n i f i c a c i ó n g l o t o l ó g i c a
h a b l a r e m o s e n otro l u g a r , y c u y o s t r a b a j o s c o m p a r a t i v o s puramente a c c i d e n t a l ; pero en todos esos proble-
a b r i e n d o el camino á la G r a m á t i c a c o m p a r a d a , f u e r o n sin dis- mas t a n importantes y significativos, t a n generales y
p u t a la b a s e p r i m e r a p a r a el m o n u m e n t o d e la C i e n c i a del fáciles de advertir, y que tan grandes a p a r e c e n p a r a
L e n g u a j e , la cual v i e n e á ser por sus p r e c e d e n t e s d e clasicis- los siglos posteriores, los sabios del renacimiento n a d a
mos en tiempos a n t e r i o r e s á su a p a r i c i ó n , p o r los m a t e r i a l e s
ven apenas, casi n a d a encuentran digno de su aten-
lingüísticos e s t u d i a d o s g r a m a t i c a l m e n t e y a p o r t a d o s d e todas
las regiones del m u n d o , y por los comienzos m i s m o s d e compa-
ción y pasan sobre ellos sin r e p a r a r en su alcance, ni
r a c i ó n sistemática en ellos, ciencia m u y g e n u i n a y p r o p i a m e n - adivinar siquiera el lugar filológico que legítimamen-
t e española. te les correspondía.

Mas si bien el renacimiento h a a p o r t a d o á la filolo- L a historia i n t e r i o r y exterior del grieg'o h a s t a los tiempos
gía elementos d e significación, f u e r z a e s r e c o n o c e r modernos, ofrece varios problemas de solución i n s e g u r a toda-
v í a . E n t r e ellos es de los principales el d e t e r m i n a r la subsis-
que distaba muy mucho de lo que d e b i e r a constituir
t e n c i a ó n o subsistencia de l o s dialectos clásicos e n el neo-
la v e r d a d e r a ciencia gramatical; y es q u e la i d e a de
estudios comparados alma de toda e m p r e s a g r a m a t i -
c a l científicamente entendida les f a l t a b a entonces (1) Aludimos á su libro intitulado iZegt zrjg gopaixTjg SiaXexzov
orí eariv ex zrjg eXXr¡vcxt]g, encaminado, como dice su título, á de-
como en los primeros tiempos de la filología g r i e g a y mostrar la filiación griega del latín.
romana. Así se explican las e x t r a v a g a n t e s etimologías (2) Bien sabido es lo que significaba en las lenguas semíticas, en
excogitadas, que recuerdan las del tiempo de V a r r ó n hebreo principalmente, el terrible capítulo de mutatione puncto-
rum, y no es menester hablar del inextricable laberinto de la conju-
y Macrobio; el estrecho criterio sobre las r e l a c i o n e s
gación griega. La declinación que en tiempo de Teodosión y Chore-
de las lenguas griega y latina únicas q u e solían ser boscos se explicaba por 56 modelos (comprendidos todos los géne-
comparadas entonces á la m a n e r a q u e lo h a c í a y a en ros) llegó á reducirse á 10 y luego á 5 y á 3, número que prevaleció
hasta nuestros días.
si bien n i n g u n o de ellos nos parece suficiente por si sólo p a r a
griego. L a escuela a n t i g u a , entre cuyos distinguidos seguido- u n a demostración adecuada en la materia. Según el método de
res se cuenta E . E g g e r , defiende la permanencia de las formas Chatzidakis el problema debe estudiarse sobre la economía fo-
nética y morfológica del griego moderno, de tal suerte que u n a
dialectales del clasicismo á través d e las transformaciones del
vez hallada explicación suficiente de los fenómenos lingüísticos
griego moderno. L a escuela nueva, no halla vestigios de esta
dentro del idioma se deseche toda intervención dialectal. Chat-
transmisión de formas, ni las descubre en el análisis fonético y
zidakis ha puesto en práctica el procedimiento y explicado las
morfológico del griego medioeval. L a primera hace del neo-
formas neo-griegas sin recurrir al clasicismo. Pero en esta prác-
griego u n a mezcla de todos los antiguos dialectos á la vez, en
tica se echa de ver fácilmente u n tránsito del orden de la posi-
especial del eólico y variantes lesbianas, jónico y dórico, sin bilidad al orden de los hechos y la falta de lógica que resulta al
e x c e p t u a r por eso los demás subdialectos y formas menos sig- establecer que u n a cosa es sólo porque pueda ser. Y sin n e g a r
nificadas. L a segunda desecha todo dialectismo del neo-griego, que en materias como la que nos ocupa, la posibilidad de ad-
explicando la morfología de éste sin intervención dialectal di- quisiciones propias hace verosímil la no intervención de las
versa, cuya conservación en las nuevas formas de la lengua ni a j e n a s , esto no basta p a r a una conclusión cierta, mientras en
aparece históricamente demostrada, ni filológicamente se llega f r e n t e á la posibilidad aludida pueda invocarse la posibilidad
á evidenciar. E n esta teoría, sobre el material del griego anti- de lo opuesto, con lo cual se explicarían igualmente las nuevas
guo con las alteraciones y mezclas consiguientes, se establece formas del idioma mencionado. En rigor con este sistema se in-
que las formas generalmente reputadas resultante de los dia- curre en una petición de principio; porque se t r a t a de demostrar
lectos clásicos, deben explicarse por reglas fonéticas peculiares la no persistencia de los antiguos dialectos, y p a r a ello se co-
del neo-griego, y en algunos casos por influencia de la analo- mienza por s e n t a r implícitamente su desaparición, al apelar A
gía. Es i n n e g a b l e que esta explicación basta teóricamente para u n método en que se prescinde en absoluto de su existencia.
solucionar el problema, y que con ella puede responderse á to-
dos los reparos de los partidarios de la a n t i g u a escuela; pero Según el método de Psichari debe estudiarse el griego de
la Edad Media comenzando en el siglo X, y no hallándose en
la cuestión de la subsistencia ó no subsistencia de los dialectos
los monumentos de entonces y siglos posteriores influencia dia-
clásicos es sobre todo histórica, y á la vista de los hechos sola-
lectal, puede concluirse que el griego moderno 110 participa de
mente p u e d e resolverse. Estos á primera vista pudieran repu-
ella. Este procedimiento puede sin duda aplicarse á g r a n n ú -
t a r s e f a v o r a b l e s á la a n t i g u a escuela, toda vez que no faltan,
mero de casos; pero la inducción se halla b a s t a n t e incompleta
sobre todo en las viejas inscripciones, muestras de la persisten-
desde el momento en que se considera que este sistema no tiene
cia dialectal; pero en rigor lejos de demostrarse con datos se- aplicación en los casos en que faltan documentos medioevales
m e j a n t e s la influencia de dichos dialectos en el griego bizanti- p a r a observar ciertas formas que p u d i e r a n muy bien ser resul-
no, se p r u e b a con ellos su extinción gradual y el retroceso y tantes de los dialectos. Por otra p a r t e nada obsta p a r a que u n a
desaparición p a u l a t i n a de las formas clásicas ante las propias forma dialectal desaparecida en los documentos del siglo X y
y p r e p o n d e r a n t e s del neo-griego. Cuando se han aducido tales posteriores, haya antes de esa época ejercido su influencia fo-
a r g u m e n t o s e n favor de la subsistencia clásica en la morfolo- nética y morfológica en el idioma, y perseverado por lo menos
gía helénica medioeval, no se ha reparado en que las formas virtuálmente en el l e n g u a j e oral.
a n t i g u a s no h a n podido desaparecer repentinamente del len-
El método de Sóphoclis, adoptado en general por Pernot y
g u a j e , y q u e p o r lo mismo su permanencia en tiempos poste-
por otros, es análogo al precedente, si bien más ámplio y com-
riores acusa u n resto de tradición accidental más bien que un
pleto. Consiste en observar la marcha de la Gramática helénica
influjo activo y eficaz en el nuevo idioma de la Grecia; y esto
desde la época a l e j a n d r i n a , y seguir á través de ella, mediante
es lo q u e evidentemente se deduce de la a t e n t a observación de
las inscripciones, las manifestaciones dialectales hasta su total
los hechos q u e m a r c a n u n descenso creciente de los restos dia-
desaparición del neo-griego. Xo nos consta la fecha de muchas
lectales, los cuales a p a r e c e n con frecuencia aislados y de todos inscripciones, ni éstas se refieren á todas las regiones, ni á todo
modos infecundos, hasta su total desaparición. el l e n g u a j e griego. Pero esto que puede hacer insegura en al-
Por varios caminos se h a ensayado llegar á esta conclusión
que aceptamos con los partidarios de la nueva escuela helénica,
g ú n caso la aplicación del procedimiento, no i m p i d e sus g a r a n -
t í a s de v e r d a d (1).
P a r a t r a z a r el c u a d r o más a p r o x i m a d o posible de las rela-
ciones clásicas y neo-griegas, u n procedimiento v e r d a d e r o y
(1) E n L e s inscriptions de Paros d e l c i t a d o P e r n o t (Biblioth. de a d e c u a d o debe j u n t a r los métodos p r e c e d e n t e s , i n v e s t i g a n d o
VEcole des Hautes Eludes, t. 92), encontramos la aplicación detenida por medio de los liltimos los hechos lingüísticos, y considerando
del procedimiento á buen número de selectas inscripciones g r i e g a s por el p r i m e r o la eficacia y a p t i t u d del idioma g r i e g o p a r a los
tomadas de Kirchhoff, Kaibel, Kauer etc. Con las más antiguas de fenómenos q u e ofrece, y a que la g r a m á t i c a histórica ha de re-
éstas hace ver claramente Pernot la extinción gradual del dialecto
s u l t a r de la v i d a i n t e r i o r del l e n g u a j e y de las circunstancias
jónico en Paros, y el predominio sucesivo de las formas comunes que
hubieron de sustituir por completo á las formas dialectales. Y aun- exteriores e n q u e ésta se desarrolla. P o r este método ecléctico
que en inscripciones menos antiguas de la misma procedencia (ante- e j e c u t a d o c o n v e n i e n t e m e n t e sobre la historia interior y e x t e r i o r
riores en algo más de un siglo á la era cristiana) se hallan todavía del g r i e g o , p u d i e r a deducirse con toda verosimilitud cuál h a y a
influencias innegables de los dialectos, es de advertir que su empleo
no corresponde en manera alguna al lenguaje usual, sino al poético
y literario. Por esto tal permanencia dialectal es más ficticia que cuantía á nuestro objeto. En el cit. vol. 92 de la Bibliot. de altos es-
real, más convencional que histórica; y su mismo empleo limitado á tudios puede verse una buena traducción al griego moderno hecha
la forma poética y no moderado por otras normas que las arbitrarias por Pernot de esta inscripción, que permite comparar uno y otro
del que escribe, es evidente prueba de que en realidad los dialectos lenguaje helénico.
cedían ante el lenguaje común y sólo podían conservar la vida arti- En la inscripción métrica transcrita aparecen á primera vista re-
ficial y efímera que dichas inscripciones revelan. Como ejemplo del unidas en confuso conjunto formas dóricas y jónicas, formas pura-
aludido género de lenguaje mixto dialectal puede servir la elegante mente poéticas y formas comunes, indicio seguro de que los dialectos
inscripción de Dionisio Magnees, diálogo sepulcral en que una mu- caminaban á la extinción. Formas dóricas, como £a>ag—v. l.°—; cpíXa
jer, Socratea, cuenta el prematuro y desgraciado fin de sus días: —v. 10.°—; ZQiooag —v. 11.°—; yovav —v. 12.°—; avzá —v. 14.°—;
Kovga —v. 15.°— Formas jónicas, como oéo —v. 1."— (OEV, OEIO, aéo
a « P g á f e zívoe yovéog, aéo z' olivosa xal nóoiv avSa
en Homero y Heródoto); ovvofia —v. 3."—; ézécov —v. 11.°— (forma
Kal XQÓvov elné, yvvai, xal nóXscog o&ev si. de genitivo que si se ha querido hallar en la prosa ática, ha sido sin
P NsíxavSeog ysvézcoQ, nazglg Háeog, ovvofia 8 ' tfv fioi
motivo justificado y serio); XéXoyXa —v. 14.°—; Evosfiécov —v. 16." ;
2caxQazéa' tp^ifiév-qv HaQ^svíoiv 6' e&étb jzaeEQXo¡xÉvoioi —v. 17.°— (desinencia poética que alterna en las ins-
2vvXsxzeog zvfifica pe- Xáglv dé poi ¿Ónaas rrjvde, cripciones con la terminación en oig). Formas de carácter poético,
EvSóÜov £coag f¿vij/¿a xal ¿aaofiévoig. como nóoiv —v. l.°— (aunque se halla alguna vez en la prosa y úsa-
Kal FIE JTLXQÁ, VEUQOLO feécpovg acpvXaxzog, 'Egeivvg lo Aristóteles, es harto raro su empleo); OvSa —v. l.°— (en Homero,
AI/XOQVZOIO zEqnvòv E'XVOE
vóaov plov Píndaro y los trágicos); yevérajg — v . 3.°— (en Eurípides, aunque al-
Ov& ' VJV ' èpaìg áSsTai zò vrjniov èg cpáog ijyov, guna vez en Aristóteles y Heródoto); <p&ifiévr¡v —v. 4.°—; OVVXEXZQOS

10 'All' ino yaozQÌ cpíXa xsv&szai év <p&i¡¿évoig. —v. 5.°—(Eurípides y Luciano); tinaos —v. 5.°—; éaojiévoig —v. 6.°—;
aí[A.ó(>vzoio —v. 8.°—; cpáog —v. 9.°— (en la prosa es usada en los ca-
Tgiaaas EX SsxáSog Sé jcQÒg e | EZECÜV xeóvov fiX&ov,
sos oblicuos); cpíya —v. 10.°— (no usado en la prosa en el sentido de
'AVSQI zéxvcov ápasvonaióa
Xmovoa yováv.
pronombre poses, que tiene); xEvd-srai (en Homero y Eurípides, y sin
Aiaaà dé nazQÍ Xcnovoa xal 1/XEQZCÒ OVVO/XEVVCO
uso en l a prosa). Formas comunes, como zívog —v. l.°—; yovéog
Avzà ino ZQizázco ZOVSE XéXoyXa ZÓJIOV.
—v. I.0—; nóyscog —v. 2.°—; et —v. 2.°— (jon. elg); r¡v —v. 3.°— (jon.
15 y 'AXXÀ av, nanPaoíXeia -&EÚ, JZOXVCÓVV/ÍE KOVQU,
ET¡V); zrjvds —v. 5.°—; fívfjfía —v. 6.°— (y las demás que se contrapo-
TrjvS' ay' EJZ' Evoefiéwv XWQOV ¿Xovoa X£QÓG. nen por la vocalización á las formas dóricas s e ñ a l a d a s ) ; vóaov
Totg dé naQEQxofiévoioi &eòg zègyjiv zivà dolrj (jon. vovaov —v. 8.°—; Siaaá —v. 13.°— (jon. <5i£ó) etc.
E'ijzaoiv Xa¿QEiv ZcaxQazéa xazà yfjg.
(Aiovvvoiog Máyvr¡g noir)zr¡g sygayjEv). Análoga mescolanza se echa de ver en otras inscripciones, las
cuales confirman lo que manifestamos arriba sobre la no existencia
Tal es el texto como lo presenta Boeckh, que reproduce Pernot de la acción dialectal en la formación de griego moderno, una vez
con las variantes de Jacobs y Kaibel, las cuales no son de mayor perdido el ascendiente y carácter que á los dialectos había corres-
pondido.
r
T Í -345-
sido el proceso de su transformación hasta nuestros dias, y este tados tiempos del Lacio. Es doctrina á la cual conducen las
criterio el que en definitiva llegará á imponerse por lo menos afirmaciones de F u c h s y de Seelmann, entre otros, si no es que
prácticamente. deba decirse f u n d a m e n t o de sus clasificaciones en la materia.
De todas suertes las observaciones hechas en u n a 11 otra for- El primero de dichos extremos no necesita hoy ser refutado,
ma hasta hoy, permiten establecer que si queda la persistencia pues los datos históricos que ora nos demuestran la existencia
dialectal lexicológica en neo-griego por conservación directa é de u n l e n g u a j e v u l g a r , llámese rusticitas, peregrinitas itáli-
indirecta de elementos del vocabulario de los dialectos anti- ca etc., ora nos presentan ejemplos concretos del tal latín vul-
guos, la morfología, la fonética y la sintaxis en la g r a m á t i c a g a r en la a n t i g ü e d a d romana; que nos ofrece ya monumentos
neo-griega es i n d e p e n d i e n t e de los antiguos dialectos y apare- escritos sobre todo epigráficos donde es dado hallar la latinidad
ce derivada de las f o r m a s del griego común. rústica, y a ejemplares de contaminación dialectal itálica del
oseo, ombrio, sabelio, piceno y demás v a r i a n t e s , constituyen
Como en la transición del griego antiguo al griego bizanti- p a r a quien no cierre los ojos á la evidencia, prueba irrecusable
f en favor de un latín v u l g a r hablado mucho tiempo antes no sólo
no, asi en el tránsito del latín clásico al latín románico ofrécen-
se problemas filológicos de 110 fácil solución, y sin d u d a más de la caída sino de la constitución del Imperio romano. Y 110
complicados en la historia de la lengua latina que en la del podía menos de suceder así, si la vida de la lengua latina no ha-
idioma helénico. bía de constituir u n a excepción singularísima en cuanto á la
Las múltiples encontradas opiniones á que dieron lugar los desmembración n a t u r a l de los idiomas y su renovación y alte-
fenómenos lingüísticos de las varias edades de la latinidad son ración proporcioual al medio social en que se mantiene. Las in-
prueba de la i n c e r t i d u m b r e de sus evoluciones, la cual insegu- vasiones militares tan frecuentes y significadas en los primiti-
vos tiempos de Roma, los cambios de poblaciones coloniales, las
ridad reina todavía á pesar de los trabajos que hubieron de rea-
deportaciones de pueblos casi íntegros, las emigraciones é in-
lizarse con sostenido empeño sobre la materia.
migraciones entre los habitantes del Lacio y los itáliotes del res-
Prescindiendo de a n t i g u a s explicaciones sobre la formación
to de la península, la admisión de estos últimos en las legiones,
del romanismo, a l g u n a de las cuales puede remontarse hasta
la extensión á los mismos del jus connubii y en g e n e r a l todos
los tiempos de S. Isidoro, y q u e con el renacimiento (desde
los medios de administración y régimen centralizadores em-
Leonardo Bruni) aparecen más ó menos superficialmente plan- pleados por Roma, conducían necesariamente á la difusión del
teadas, hallamos y a d e n t r o de la época de la Filología compa- latín al mismo tiempo que á su alteración sucesiva á través de
rada teorías ciertamente inaceptables. Dos extremos principal- las regiones dominadas.
mente encontramos e n t r e los modernos acerca de la época de la
formación del latín v u l g a r , á los cuales siguen otros varios de No es más aceptable tampoco el segundo extremo señalado,
igual suerte menos probables sobre la manera como hubo de que distingue el latín v u l g a r del literario cual dos idiomas co-
constituirse y la cronología de sus elementos diferenciales. laterales y de evolución paralela. Ninguno de los monumentos
El primero de aquellos extremos confundiendo el latín vul- conservados del latín literario y del latín vulgar autorizan para
g a r con el denominado bajo latín de la media é ínfima latini- establecer una distinción t a n m a r c a d a y p a r a separar u n len-
dad de las escuelas y de la vida oficial posterior á la caída del g u a j e del otro. Ni el pueblo itálico hablando latín ha creído
Imperio, t r a e hasta las ruinas de éste los orígenes de aquel nunca poseer otro idioma que el de la Roma culta, siquiera tu-
l e n g u a j e . Opinión q u e Max Müller no dudó suscribir, á la cual viese sus variantes, ni las inscripciones de las provincias compa-
vienen á p a r a r Steinthal y P o t t con su criterio de mescolanza radas con las inscripciones de Roma aparecen constituyendo
lingüística en la fusión de las l e n g u a s romances, y que en gene- dos latinidades vaciadas en moldes diversos, ó con caracteres
ral es fondo común p a r a los partidarios de las invasiones helé- diferenciales qxie 110 sean de suyo reducibles á u n tipo inmedia-
nica, céltica ó g e r m á n i c a en el latinismo como razón diferencial to común y de explicación fácil dadas las condiciones del latín
de los idiomas de la romanía. El otro extremo está representa- en el pueblo y del latín en las letras. Todos los argumentos que
pueden aducirse contra la afirmación de que el latín vulgar es
do por los que contraponiendo el latín v u l g a r al latín literario
posterior á la caída de Roma, fundados en la existencia de este
hacen ambos l e n g u a j e s de formación paralela en los más apar-
latin en épocas precedentes, sirven i g u a l m e n t e contra los sos- habrá de alterarse el idioma latino cuanto más alejado se ha-
tenedores de la aserción que venimos i m p u g n a n d o , con sólo es- lle de su centro, y h a b r á de conservarse más de su intensión
tablecer sobre ellos u n examen comparativo de dicha latinidad cuanto v a y a más lejos su extensión. Los hechos en efecto que
y de la latinidad literaria de la cual viene á ser una simple va- son en este punto el medio legítimo de resolver, están sin duda
riante. en favor de esta última doctrina, y nos hacen ver que el latín
se ha alterado incomparablemente más pronto en contacto con
P a r a colocarnos, pues, en el verdadero camino sobre la ma-
los dialectos itálicos, que en regiones a p a r t a d a s á donde si tar-
teria es menester comenzar por reconocer la u n i d a d del latín
dó más en l l e g a r , también se mantuvo con más seguridad y
saliendo del territorio del Lacio con el mismo carácter invasor
persistencia relativa en sus formas. En rigor 110 es esto más
que distinguía á los que allí lo hablaban, y sufriendo las trans-
que el fenómeno n a t u r a l que se observa en todas las l e n g u a s
formaciones inevitables resultado del choque con los varios len-
cuando traspasan sxi territorio primero; si en el medio social á
g u a j e s de las regiones cuyo dominio i n t e n t a b a n alcanzar. El donde son trasladadas se habla un l e n g u a j e próximamente em-
viejo latin trasplantado á las provincias itálicas y sucesivamen- p a r e n t a d o con el que de nuevo se introduce, la asimilación mu-
te á las múltiples colonias de Roma, 110 podía mantenerse ni se tua no t a r d a en aparecer, con el detrimento consiguiente en la
sostuvo en su tipo primero, ni entró en las diversas comarcas de integridad de las lenguas que se encuentran; pero l a s dificul-
la romanía en las mismas condiciones, ni desplegó las mismas tades p a r a la fusión ó contaminación de formas y por lo mismo
energías en las regiones conquistadas, ni acabó á u n mismo, p a r a la alteración lingüistica, serán por el contrario tanto ma-
tiempo con el habla propia de los sometidos. De a q u í que no yores cuanto aquellos idiomas estén e n t r e si más distanciados.
p u e d a presentarse u n a norma absoluta, si no m u y relativa, de El latin, pues, hubo de sufrir sus alteraciones no proporcional-
la cronología latina, y que con ser la latinidad v u l g a r de u n a mente á la distancia de los puntos á que llegó, sino en relación
a n t i g ü e d a d indisputable en conjunto, ofrezca de hecho tantas con la mayor ó menor proximidad de las lenguas con que encon-
alternativas como cuerpo lingüístico, cuando se busca su ra- tró; y siendo en general los antiguos dialectos itálicos más si-
zón genética sobre el viejo latín de donde proviene; de aquí milares al latin que las lenguas de otros países más distantes,
igualmente que con ofrecer v a r i a n t e s muy significadas en los dicho se está que la alteración dialectal hubo de verificarse á la
países colonizados, no pueda contraponerse en condición de inversa de lo que dice Sittl, y de conformidad con lo que deja-
l e n g u a j e diverso al l e n g u a j e del Lacio, del cual apenas pudie- mos indicado.
r a decirse formación dialectal.
Cual haya sido la m a n e r a de constituirse el latín v u l g a r al En cuanto á la gradación evolutiva de la lengua del Lacio
contacto con formas lingüisticas e x t r a ñ a s , es también objeto p a r a l l e g a r al romanismo g e n e r a l , si bien l a s explicaciones
de discusión filológica. Dada la v e r d a d de u n a época de latini- convienen en una norma genérica de transición dialectal, no
dad única, cabe p r e g u n t a r si al perder ésta su integridad con asi en la determinación concreta de ésta. Fuchs (Die román.
Sprachen in ihrem Verhält, zum Lat.), admite un latin litera-
el fraccionamiento del latín v u l g a r , se ha dado l u g a r á u n po-
rio como lengua uniforme ó mejor uniformada; un latín vulgar
lidialectismo originario que se haya difundido por modo cada
polidialectal y sin unidad alguna, variando en cada provincia
vez más divergente y alejándose siempre de su centro prime-
y en cada región de u n a misma provincia; y finalmente un la-
ro, ó se ha mantenido dentro de normas determinadas la evo-
tin popular (Volkslatein), ó sea el sermo rusticus hablado en
lución lingüistica sin seguir aquella dirección. L a teoría de
el Lacio y transmitido por las legiones á las provincias conquis-
Sittl (Die lokálen Verschiedenheiten der lat. Sprache) que esta- tadas, donde vino á ser como l e n g u a j e semioficial é intermedia-
blece dicha expansión creciente polidialectal p a r a la difusión rio de los dos extremos de latinidad indicados, el latín litera-
del latín, conduce á la conclusión por él mismo aceptada, de rio y el latin múltiple, v u l g a r ó provincial. Esta misma teoría
que cuanto más lejos vaya el latín y más diste de su centro pri- es aceptada por Seelmann (Ausspr. des Latein) y por otros pos-
mitivo, más habrá de alterarse v desfigurarse, perdiendo en teriores, entre los cuales puede contarse también F. Stolz (His-
intensión lo que v a sucesivamente g a n a n d o en extensión. Por torische Gramm, der lat. Sprache).
el contrario, no admitiendo tal f u e r z a expansiva, la conclusión
puede ser la inversa de la precedente; esto es, q u e tanto menos Por su parte J o r d a n (Kritische Beitr.) distingue un latín
clásico, que era el de los literatos romanos; u n latín municipal,
l e n g u a j e semipopular de unidad en el conjunto, usado en la p a r a establecer la gradación de las fases de latinidad, lo cual
vida oficial en las provincias; y un latín rústico sin u n i d a d , las hace en g r a n parte sujetivas; en la deficiencia de compro-
que era empleado por el pueblo bajo y en las poblaciones ru- bantes que justifiquen debidamente las diversas formas lingüís-
rales. El latín municipal intermedio entre el oficial y el rústico, ticas que se establecen, y en la v a g u e d a d misma de la palabra
f u é el f u n d a m e n t o de las lenguas romances según esta opinión. latín vulgar, cuyo alcance no es igual p a r a todos, ni aparece
De u n a m a n e r a análoga, abandonando sus primeras doctrinas, definido convenientemente, ni es posible describir sin colocarse
vino ú l t i m a m e n t e Sittl á defender una triple latinidad en esta en u n punto de vista de a l g u n a m a n e r a convencional. Todo
forma: el sermo cottidianus sive consuetudo, ó sea el latín de ello hace que t e n g a n p a r t e legitima y aceptable todas las men-
las letras y de la alta sociedad; el oppidanum genus dicendi, ó cionadas opiniones y p a r t e inadmisible y g r a t u i t a , según como
l e n g u a j e menos correcto usado en los municipios, empleado pol- se consideren. Asi la teoría de Fuchs y Seelman envuelve el
los magistrados etc.; y la rusticitas de la gente del campo di- defecto g r a v e de separar totalmente y g r a t u i t a m e n t e el latín
versa en cada localidad y múltiples por lo mismo en todo el literario y el v u l g a r , pero está en la v e r d a d al colocar como
Imperio. Sittl pretende explicar por el oppidanum genus di- base del Volkslatein el latín del Lacio, de donde deoian tomar
cendi el l e n g u a j e casi uniforme de las inscripciones de las pro- colorido especial permanente todas las variantes latinas poste-
vincias romanas; pero, como advierte Mohl, el verdadero latín riores. Las doctrinas de J o r d á n , Sittl etc. tropiezan con el in-
v u l g a r según sus principios no puede ser otro más que la rus- conveniente de una doble inverosimilitud: la de hacer sucum-
ticitas polidialectal aludida. Y esto es el punto en que vienen á bir los idiomas de las provincias a n t e el impulso desigual é
discrepar totalmente la doctrina de Sittl de la de J o r d á n en inestable de u n l e n g u a j e oficial y de curia, s e g ú n el primero,
orden á la constitución del romanismo. F. J . Mohl (Introd. á la ó bajo la acción no menos débil é ineficaz del latín rústico, se-
chronolog. du lat. vulgaire — e n la Biblioth. de 1' Ecole des gún el segundo; y la de buscar en simples latinismos oficiales
una f u n d a m e n t a l gradación más del l e n g u a j e , lo cual resulta
Hautes Etudes, vol. 122)— establece como base del latín vul-
insubstancial y casi ridiculo. Pero llevan la v e n t a j a el segundo
gar, el latín de las regiones de Italia ya alterado por la acción
en remontar A lc^ orígenes mismos de la colonización romana
de los varios dialectos, sin la intervención directa del latín de
los principios del latín v u l g a r , y el primero en establecer fun-
las demás regiones, y propone que se denomine aquel latín
dadamente las concordancias del latín de las inscripciones y
itálico por oposición al latín rústico de éstas. L a peregrina in-
del latín popular como preliminar de su teoría, llegando á con-
solentia, pues, de que habla Cicerón y que aconseja ha de evi- cluir la identidad de sus lineas generales de la latinidad v u l g a r
tarse de igual suerte que la rustica asperitas (De Orat. III, XII), y de la epigráfica de la época imperial en todas las regiones
señalaría según eso lo que pudiera decirse peregrinitas itálico,„ del Imperio, con lo cual aparece que el latín de las inscripcio-
ó sea la mezcla más ó menos a c e n t u a d a de elementos dialecta- nes dichas representa el latín popular de las provincias roma-
les itálicos, del oseo, ombrio, sabino etc., cuyo conjunto hubo nas en la época s e ñ a l a d a . L a doctrina de Max Bonnet hace
de esparcir luego los gérmenes del latín vulgar. constar la verdad de un latín primitivo centro de todo el mo-
F i n a l m e n t e Max Bonnet (Le latín de Grégoire de Tours), vimiento de la lengua en las diversas etapas de su historia, pero
a p a r t á n d o s e de las corrientes hacia el polidialectismo que in- e x a g e r a n d o su unidad de tal modo que es menester n e g a r la
cluyen las anteriores opiniones, establece coifio tesis que el la- historia misma p a r a asentir á las aseveraciones de aquel escri-
tín hablado en el imperio romano, en el cual están redactadas tor. Representa su teoría el extremo opuesto al de las que lle-
las inscripciones de donde brotaron las lenguas del romanismo, v a n á las formas varias del latín u n a autonomía casi absoluta,
no es otra cosa que el latín literario articulado por la masa po- y por lo mismo su defecto está en no reconocer lo que hay de
pular, y por lo mismo que en realidad y hablando en rigor no verdadero en estas teorías, como su mérito es el oponerse á las
existe latín v u l g a r distinto del latín clásico, ni han lugar las exageraciones polidialectales de las mismas.
gradaciones múltiples que se i n t e n t a n establecer.
Si se inquieren las causas de las divergencias de estas teo- •Tenemos, pues, en conclusión, que el latín v u l g a r no puede
rías, hállanse desde luego en la falta de un legítimo criterio considerarse como u n a l e n g u a especial f o r m a d a del latín lite-
rario, ni tampoco puede confundirse con el mismo latín litera-
ción lingüística, en las otras provincias del Imperio t e n d í a s e á
i'io e n la significación o r d i n a r i a de la p a l a b r a . S o n las fases
r e a l i z a r la misma unificación por el p r o c e d i m i e n t o contrario,
históricas d i v e r s a s por más de u n concepto q u e o f r e c e la len-
i m p o n i e n d o el latín con c a r á c t e r oficial, y t r a t a n d o de expul-
g u a p r o p i a de l a r e g i ó n a n t i g u a del Lacio al p r o p a g a r s e e n t r e
s a r los idiomas i n d í g e n a s por medios calculados q u e desde los
los demás pueblos Ítalos p r i m e r o , y al e x t e n d e r s e lueg'o á las
tiempos de A u g u s t o se e m p l e a r o n c o n s t a n t e m e n t e . L a substi-
provincias del I m p e r i o , en c u a n t o se refieren á la m i s m a lati-
t u c i ó n de l e n g u a j e s en I t a l i a como m á s n a t u r a l y e s p o n t á n e a ,
n i d a d e n su tipo p r i m i t i v o . E n el l a t í n v u l g a r no p u e d e buscar-
f u é l e n t a y t a r d í a ; la q u e se ensayó en todas las r e g i o n e s de la
se u n i d a d histórieo-genética ni u n i d a d l é x i c a , p o r c u a n t o las
romanía, artificial y e s t u d i a d a , llegó p r o n t o á realizarse de
e t a p a s de esta l a t i n i d a d v u l g a r tienen su r a z ó n de ser e n el
u n a m a n e r a casi a b s o l u t a ; en el tiempo que corre desde el si-
contacto lingüístico del l a t í n con idiomas de otros pueblos, el
glo I al IV de la E r a cristiana consiguióse l a t i n i z a r a ú n las
cual ni h a sido simultáneo en las r e g i o n e s s u c e s i v a m e n t e su-
provincias más l e j a n a s del Imperio, p u d i e n d o decirse q u e á la
b o r d i n a d a s á Roma, ni ha estado s u j e t o á las mismas vicisitu-
caída d e éste habíase a c a b a d o la obra de latinización, siquiera
des, ni finalmente podía producir i g u a l e s f e n ó m e n o s de a l t e r a -
q u e d a s e n raros e j e m p l a r e s de l e n g u a s a n t e r i o r e s , de los cuales
ción siendo t a n diversa la condición d e los idiomas con q u e
algunos, como el vascuence en E s p a ñ a , v i v e n t o d a v i a . E s t a
hubo de e n c o n t r a r el l e n g u a j e r o m a n o . L a h i s t o r i a , p u e s , del
misma m a n e r a artificial y r á p i d a de r o m a n i z a c i ó n de las pro-
l a t í n v u l g a r comienza con la historia del v i e j o l a t í n del Lacio
vincias c o n t r i b u y ó no poco á q u e las l e n g u a s b á r b a r a s p a r a los
al e x t e n d e r s e e n t r e los dialectos itálicos; d e a q u í n a c e p r i m e r o
romanos, ejerciesen influencias h a r t o t r a n s i t o r i a s sobre el la-
u n a como c o n t a m i n a c i ó n del l a t í n con dichos dialectos, l u e g o
t i n , y en g r a d o m u y inferior til de los dialectos itálicos sobre
u n a asimilación s e g ú n el c a r á c t e r de éstos, y finalmente u n a
dicho idioma. Mucho se h a escrito y hablado, á fin de e x p l i c a r
cierta absorción del latinismo, con lo cual se o r i g i n a r o n las va-
la formación del l a t í n v u l g a r , por las contaminaciones l é x i c a s
r i a n t e s q u e podremos llamar dialectos latino-itálicos, f o r m a d o s
y fonéticas de éste con las l e n g u a s i n d í g e n a s en la v a s t a domi-
á s e m e j a n z a de los tipos absorbentes, p e r o q u e e n ú l t i m o tér-
nación r o m a n a ; pero es lo cierto q u e los esfuerzos y solicitud
mino s e ñ a l a b a n el t r i u n f o definitivo del l a t í n y a b r í a n el cami-
de los romanistas e n s o r p r e n d e r reminiscencias célticas, ibéri-
no de la corrupción y de la extinción p a r a los l e n g u a j e s anti-
cas, p ú n i c a s , e t r u s c a s etc., sólo h a n servido p a r a e v i d e n c i a r
guos. El latín e n t r e los pueblos sabélicos comenzó su influencia
q u e si estos idiomas s i n g u l a r m e n t e el céltico por sus afinidades
m a r c a d a a n t e s de la Guerra social, por lo m e n o s como l e n g u a -
con los dialectos itálicos, h a n d e t e r m i n a d o la elaboración de
j e oficial, según lo d e m u e s t r a n m u l t i t u d de inscripciones adu-
ciertas f o r m a s del latín v u l g a r y h a n influido en la onomatolo-
cidas á este objeto p o r Mommsem, sin q u e l l e g a s e á d o m i n a r
g-ia geográfica, ha sido m u y escasa la importación de sus ele-
p o r completo, sin e m b a r g o , y sin excluir el uso de las l e n g u a s
m e n t o s p a r a constituir la l e n g u a g e n e r a l del romanismo. Es
de dichos pueblos en la vida común, de lo c u a l q u e d a n p r u e b a s
esto u n hecho que merece ser tomado en c u e n t a c o n t r a las afir-
concluyentes e n la e p i g r a f í a prelatina de los sabelios. El om-
maciones corrientes, y en el cual se h a n fijado y a T h u r n e y s e n
brio e n t r ó sin dificultad e n alianzas con la l e n g u a del Lacio,
(Keltoromanisches), S e h u c h a r d t (Litteraturblat Germ. Román.
las cuales e r a n f a c i l i t a d a s por las c i r c u n s t a n c i a s de los pue-
Phil. —1885—) y ú l t i m a m e n t e F, G. Mohl íChronologie du lat.
blos que h a b l a b a n a q u e l l e n g u a j e y por las a f i n i d a d e s del mis-
vulg.J.
mo con el l a t í n . F i j a r la cronología de t r a n s f o r m a c i ó n lingüis-
t i c a , es cosa m u y a v e n t u r a d a , y a c e r c a de la c u a l sólo se pro-
c e d e por c o n j e t u r a s . El oseo f u é sin d u d a e n t r e los dialectos Sin n e g a r el influjo, más transitorio q u e p e r m a n e n t e , de las
itálicos el q u e más se resistió al influjo latino, c o n t i n u a n d o su l e n g u a s a n t e r i o r e s á la invasión del l a t í n (1) al e n c o n t r a r s e con
dominio p u j a n t e a u n e n el tiempo dé l a G u e r r a social, y ejer-
ciendo después de ella influencia b a s t a n t e d u r a d e r a , a u n q u e
(1) Sería extremar las cosas en demasía negar como hace Mohl
q u e b r a n t a d a p a u l a t i n a m e n t e por las i n v a s i o n e s l a t i n a s q u e al (ob. cit.), toda acción fonética sobre el latín al habla de cada pueblo
fin h u b i e r o n de rendirlo. « sujeto á la dominación romana; pues la lengua que al salir del Lacio
pudo ser influida por los dialectos itálicos, como el profesor de Pra-
Mientras asi se e f e c t u a b a la latinización de los pueblos itá- g a reconoce y es evidente, también al salir del territorio itálico, pu-
do igualmente experimentar el influjo de extraños lenguajes, siquie-
licos llevados por u n movimiento insensible hacia la unifica-
tes respecto de muchas a l t e r a c i o n e s fonéticas del l a t i n de pro-
éste e n las comunicaciones de la v i d a oficial y de la v i d a co-
v i n c i a s ; las c u a l e s alteraciones, como debidas á influencias
miin en labios de la masa p o p u l a r indocta, el análisis léxico no
a n á l o g a s , pxidieron con facilidad ser a d o p t a d a s y a ú n amplia-
p e r m i t e d u d a r q u e la l a t i n i d a d se impuso e n definitiva casi
das en cada país, p r i n c i p a l m e n t e donde el habla r o m a n a v e n i a
sola sobre los d e m á s idiomas, con las alteraciones q u e y a a n t e s
á e n c o n t r a r s e con los idiomas mismos (como el celta) que e n
h a b í a e x p e r i m e n t a d o al contacto con los dialectos itálicos; y la
I t a l i a ocasionaron ó cooperaron á la t r a n s f o r m a c i ó n l a t i n a . D e
f o n é t i c a histórica condúcenos t a m b i é n á la conclusión de q u e
esta suerte hubo de ser el l a t í n itálico, y no las l e n g u a s de cada
los p r i n c i p a l e s fenómenos en la alteración de sonidos latinos,
región, la causa m á s a c t i v a al mismo tiempo que la más n a t u -
no son p r o d u c t o de las l e n g u a s h a b l a d a s en las provincias que ral, en la formación de las l e n g u a s vulgares.
h u b i e r o n d e c o n s t i t u i r la r o m a n í a , sino que antes a p a r e c e n y a
A u n q u e no p u e d e n reducirse á cuadros bien definivos las
e n la l a t i n i d a d de Italia, de donde se d i f u n d i e r o n con las inva-
v a r i a s e t a p a s del l a t i n v u l g a r , fijándonos e n sus principales
siones militares, imposiciones legales y de a d m i n i s t r a c i ó n , y
m a n i f e s t a c i o n e s cabe a c e p t a r esta división e n períodos, q u e
por todos los medios que pusieron en contacto la población itá-
tienen su b a s e histórico-filológica: 1.° El periodo de f o r m a c i ó n
lica con el resto del I m p e r i o . Significamos con esto q u e asi como
de los dialectos latino-itálicos. 2.° E l periodo de constitución y
existió u n a prioridad histórica e n la alteración del latín del
L a c i o al c o n t a c t o con los dialectos itálicos, de igual s u e r t e el
a l t e r a d o l a t í n itálico o b t u v o prioridad histórica en la forma- the Romance languages of Spain and Frane and Italy. Y habe no
doubt." De igual manera piensan Meyer-Lübke, G. Paris, H. Su-
ción de los dialectos románicos y sobre las l e n g u a s preexisten-
chiery Axel Kock, en otros muchos. Este último fíjase como en dato
significativo para apreciar las mutuas influencias céltico-latinas, en
el hecho de ser hijos de mujeres celtas y por ellas educados, la ma-
ra no haya perfecto paralelismo de condiciones en uno y otro caso.
yor parte de los descendientes de las primeras Colonizaciones ro-
Por eso Schuchardt, poco partidario del dominio léxico céltico, atri-
manas". Y blandade aktenskap talade val padren oftast latin, escri-
buye á éste (Gröbers Zeitschrift, 1880) influencias fonéticas impor-
be en su Om Sprakets forandring, modren liksom storre delen af
tantes que se dejaron sentir hondamente en el romanismo. Gröber
omgifningen for ofricht sa vài sin inhemska keltiska munart som ett
en su Grundriss I, habla en el mismo sentido. Por su parte Hirt
med keltiska ljud upeblandadt latin. Under dessa fórhallanden fick
(Indogerum. Forschungen) escribe, no sin exagerar un tanto las
latinet hos niista generation naturligtvis en stark fargning af kel-
influencias de las lenguas pre-románicas: "Wir haben jetzt das Spa-
tiska ljud." P a r a apreciar, sin embargo, en su justo medio las ante-
nische, das Französische, das Italianische u. s. w., die sich aus dem
riores afirmaciones y otras análogas, es necesario distinguir, según
Lateinischen entwickelt haben. So viel D i a l e k t e es hier vor der
el criterio que señalamos en el texto, el punto de vista histórico del
Einführung der neuen Sprache gegeben hat, so viel Dialekte muss
punto de vista glotológico. Glotológicamente las influencias en es-
es auch nach her gegeben haben. Der Spanier konnte eben nur ein
pecial fonéticas de los dialectos prelatinos en el latín son induda-
Spanisch-Romanisch (besser: Ibero-Romanisch) sprechen, und der
bles; históricamente no puede decirse que todas hayan tenido prin-
Kelte ein Keltisch-Romanisch (genauer, Gallo-Romanisch) u. s. w."
cipio en los puntos donde se hallan y podían originarse; antes es
Traduciendo casi los anteriores conceptos, dice W. Forst er (Caus.
verdad que en gran número han sido importadas con el latín mismo
philolog. —Bidlétin de la Soc. Ramond— 1898): On parlait en Es-
ya transformado anteriormente á su final expansión, y ejercieron su
pagne l ' I b è r e , en France le Gaulois, en Suisse le Rétois Mais
dominio después de una manera connatural y regular. "Nella Italia
précisément cette langue primitive, tout-a-fait différente du latin, inferiore sotto il latino, dice C. Nigra (La poesia popul. ital. —Ro-
explique la différence de 1' espagnol, du français, du rétoroman, de mania— V) non v' è substrato se non Italico; nell' Italia superiore
l'Italien " De conformidad con esto afirma Windisch (Grundriss
sotto il Latino v' è un substrato Celtico Adottando la lingua dei
de Gröber, I): "Es ist selbstverständlich, dass die lateinische Spra-
vincitori, i Celti dell' Italia superiore pigliarono in sostanza, com'
che im Munde der Römer und in Munde der Eingeborenen je nach
era naturale, il fondo lessicale e le forme grammaticali Latine etc."
dem Laude einen dialetktisch verschiedenen Charackter annehmen
¿Quién puede dudar de que este latín así influido por el celta, al sa-
musste Schon die l a t e i n i s c h e Volkssprache Südgalliens war lir de Italia llevó consigo todas sus ingerencias fonéticas, y que por
verschieden von der Nordgalliens und beide verschieden von der lo mismo al llegar á otras regiones de lengua céltica lejos de reci-
Spaniens und der Italiens." Sobre lo cual concluye Hempl (Tran- bir, hubo de dar ya hecho gran parte de lo que en otro caso pudiera
sactions etc. of the Amer. Philological Association 1898): "That formarse tardíamente allí con el nuevo contacto lingüístico?
we have here the explanation of much of the différence bet ween
L

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conformación g e n e r a l del latín e n I t a l i a . 3.° El p e r i o d o de con- / i .
formación g e n e r a l del latín e n el I m p e r i o . 4.° El periodo de «Los diplomas, dice Mohl (Chronologie etc.), que se remon-
descomposición del latín v u l g a r i m p e r i a l . El p r i m e r período se t a n en F r a n c i a al año 528, en I t a l i a á 513, e n E s p a ñ a á 547, nos
e x t i e n d e desde q u e el latín sale del Lacio por l a s regiones itá- ofrecen con el material epigráfico, las p r i m e r a s f u e n t e s direc-
licas h a s t a la guerra social, d u r a n t e el cual se f r a c c i o n a con
a l t e r n a t i v a s v a r i a s la l e n g u a l a t i n a al ser a s i m i l a d a , sin asi- t zum Lat.; Planta, Gramm.d. oskisch-umbrischen Dialekle; Tociles-
m i l a r , en lucha con la acción de los dialectos itálicos. El se- cu, Dacia inaite de Romani; País, La Sardegna prima del dominio
g u n d o período comprende desde la Guerra social h a s t a Au- romano; Zvetaiev, laseriptiones Ital. infer. dialect.; Conway, The
g u s t o , y está c a r a c t e r i z a d o p o r la acción y reacción m u t u a italic dialects., y los estudios sobre inscripciones itálicas deFabretti,
de los dialectos itálicos y del l a t í n del Lacio, c u y a n a t u r a l con- sobre los dialectosde la Italia inferior de Mommsen, sobre el ombrio
secuencia f u é el q u e b r a n t a m i e n t o d e éste y de aquéllos, seña- de Kirchhoff y Aufrecht, sobre el falisco de Garrucci, sobre el oseo
lándose con ello la g e n e r a l i z a c i ó n y m u l t i p l i c a c i ó n de formas de Euderis, Zwietaief etc. Vendryes, Recherches sur l'hist. etc. de
la intensité innit. en lat.; Lindsay, Die latein. Sprache —tr. alem.
c l a r a m e n t e itálicas, las cuales d e u n a p a r t e a b r í a n decisiva
de Nohl—; v. asimismo el Manual lai. de Dizksen, la Sintaxis hist.
b r e c h a en los dialectos, y de o t r a t r i u n f a b a n sobre las formas lat. de Draeger, la Itala y Vulg. de Ott, la Hist. del lat. ecles. de
p r o p i a m e n t e latinas, s u p l a n t á n d o l a s como l e n g u a p o p u l a r . El Koffmann, la Itala y Vulgata de Ronsch, el Grundriss de Grobrer
t e r c e r periodo a l c a n z a d e s d e A u g u s t o h a s t a riltimos d e l si- entre otros muchos trabajos que permiten seguir las alternativas
glo I I I y principios del IV; su c a r á c t e r signifícase p o r la tenden- del latín en su crecimiento y decadencia. Después de la labor clási-
cia á hacer refluir sobre el latín itálico v u l g a r las f o r m a s del la- ca en la Gramática comparada de las lenguas romanas de F. Diez,
tín literario, y a p e r f e c t a m e n t e s i s t e m a t i z a d o , p r o v o c a n d o u n a se nos ofrece el trabajo más notable por la precisión y exactitud
r e s t a u r a c i ó n u n i t a r i a en I t a l i a ; y f u e r a de I t a l i a , en las pro- acerca de todos los resultados adquiridos hasta ahora en la materia,
en la obra de W. Meyer-Liibke, Die lalein. Sprache in den rom.
vincias r o m a n a s , señálase p o r la influencia s i s t e m á t i c a del la-
Latid ern.
t í n oficial y a d m i n i s t r a t i v o sobre casi todos los idiomas del Im-
La decadencia de la lengua latina y su transformación presenta
perio, h a s t a constituirse en l e n g u a j e o r d i n a r i o de los princi-
en general sus semejanzas y analogías con la transformación y de-
pales centros coloniales y s e m i o r d i n a r i o en las d e p e n d e n c i a s cadencia de la lengua griega desde la reducción dialectal en el koi-
de éstos. El c u a r t o periodo, finalmente, a b r a z a desde comien- i nè dialeklos (el latín le tuvo igualmente en la unificación latino-
zos del siglo IV h a s t a la caída del I m p e r i o , y d u r a n t e este tiem- itàlica) hasta el desarrollo completo del helenismo romaico, con las
po la u n i d a d lingüistica q u e m á s ó menos p e r f e c t a m e n t e se diferencias consiguientes á las contingencias etnológicas y sociales
h a b í a realizado, se altera y d e s c o m p o n e á m e d i d a q u e mengxian de uno y otro idioma. La escuela conservadora, especie de reacción
los prestigios de Roma y el a s c e n d i e n t e de sus leyes y de su que ambas lenguas han tenido antes de su postración definitiva, se
ha sostenido en la lengua helénica bastante mejor que la del idioma
idioma. L a d e c a d e n c i a r o m a n a , la a m p l i t u d casi a u t o n ó m i c a
latino. La escuela aticista, en efecto, nacida al declinar el griego
de administ r a c i ó n en las p r o v i n c i a s , la translación de la capi-
antiguo ejerció sus influencias hasta el siglo XII por lo menos; mien-
tal del I m p e r i o á Bizancio, y la t e n d e n c i a de los pueblos bár- tras la escuela ciceroniana formada también al perderse el clasicis-
baros no bien l a t i n i z a d o s á p r e s c i n d i r del h a b l a i m p u e s t a , hi- mo latino, no ha sobrevivido á las catástrofes del siglo V.
cieron se rompiese el v i n c u l o de la u n i d a d l a t i n a y b r o t a s e n Bien conocido es el procedimiento antiguo en uso entre los gra-
al p u n t o por n a t u r a l e x p a n s i ó n m u l t i t u d de dialectos q u e oca- máticos latinos después de Varrón, de hacer derivar el latín del
sionaron sucumbiese luego el h a b l a r o m a n a (1). griego, hasta señalándose el dialecto helénico de donde provenía, á
saber el eòlico. Con el advenimiento de la Gramática comparada
quedó patentizado que estaba el latín m u y lejos de proceder del
(1) F a r a formar concepto de la evolución del latín y de los ca- griego, como éste de ser originado por el sánscrito, sino que los tres
minos que ha seguido en su historia, ya que ésta no se haya conse- tenían un centro común del cual dimanaban también los idiomas
guido hacer todavía, merecen consultarse: Holtze, Syntax, prisc. germánicos, célticos, leto-eslavos y eranios. Esto no ha impedido
scrip. lat.; Stolz, Historische Gramm, d. lalein. Sprache.; Mohl, que se sostuviese la opinión de que la lengua griega y los dialectos
lntrod. á la Chronolog. du lat.; Sittl, Die lokal. Verschiedenheiten itálicos incluido el latín, formaban una rama particular dentro de
d. lat. Sprache; Fuchs, Die román. Sprachen in ihiren verhältn. la familia á que pertenecen, designada con el n o m b r e de rama
greco-itálica (v. sobre esto Stolz, Hist. Gramm. der lat. Spr.;
tas de la historia de las l e n g u a s r o m a n a s después de la caida luto en sus relaciones con la corte de Constantinopla, y son
del Imperio romano». P o r su p a r t e Grober (Arch. lat. Lex.)ha- c o m p l e t a m e n t e dueños de sus idiomas, lo cual tiene l u g a r p a r a
ce n o t a r la época en q u e estos mismos pueblos cesan en abso- F r a n c i a por el año 538, p a r a E s p a ñ a e n t r e el 615-623, p a r a Ita-

Schrader, Sprachvergl.; K r e t s c h m e r , Einleit. in die Gesch. d. gio en la línea del lituanio, eslavo y albanés, con fundamentos no
Griech. Spr.). Esta hipótesis que ha tenido y conserva todavía se- menos inestables que los anteriores. Más acertado nos parece el cri-
guidores, no es en manera alguna admisible; porque si bien existen terio de Kretschmer, quien le atribuye una forma propia en el senti-
relaciones innegables entre el griego y el latín, ni el latín ni el grie- do en que se le da al tipo griego, itálico etc., y le constituye de este
go las ofrecen como peculiares y exclusivas entre ambos idiomas, modo relacionándose con los idiomas circunvecinos de la Frigia, en-
sino que por uno y otro se extienden aquéllas á las otras lenguas de tre los cuales está el griego. Los reparos que pueden hacerse á esta
la familia; así el griego, relacionado con el frigio y con otras len- opinión son los correspondientes á la teoría de las ondas en la fami-
guas antiguas del Asia Menor, guarda además tanta proximidad con lia aria, de la cual teoría hablaremos oportunamente, y que apare-
el persa y sánscrito como con el latín; y el latín á su vez está más ce empleada en nuestro caso; pero ello es indudable que los hechos
íntimamente unido á los dialectos célticos que al mismo griego. Tan aquí hablan más en favor de nuestra opinión que de ninguna otra, y
e s así que entre otros, Bradke (Beitr. sur Kenntnis d. vorhisl. que ellos, comenzando por el vocalismo frigio y griego, siguiendo
Entwickl. uns. Sprstamme) no vacila renovar la teoría de Schlei- sus procedimientos fonéticos, los paralelismos de conjugación etc.,
cher sobre l a unidad greco-italo-céltica, por la imposibilidad que evidencian afinidades lingüísticas innegables entre ambos idiomas,
hay en separar del celta la supuesta rama greco-itálica. Pero la tri- las cuales son confirmadas por otros datos de su religión, tecnicis-
ple unidad de Bradke lejos de resolver nada, viene á complicar cada mos y prehistoria.
vez más el problema con el miembro lingüístico añadido, el celta, Eslabonado íntimamente con lo dicho está el problema más ge-
el cual no de otra manera que el grupo itálico, está abiertamente neral de los orígenes de los pueblos y lenguas de toda el Asia Me-
enlazado con las lenguas germánicas y leto-eslavas. De otra suerte nor, harto discutido y no solucionado con certeza. A mediados del si-
toda idea de una rama greco-itálica por la cual se pretenda estable- glo XIX sostenía Botticher en su Arica el origen ario de las lenguas
cer otros vínculos que los comunes á toda la familia entre el latín y de dicha región, exceptuando la de la Lidia, Frigia y Misia; casi la
el griego, aparece imposible; pues ó hay que negar la unidad de len- inversa de lo que más tarde hubo de prevalecer. Lassen hizo la divi-
guas evidentemente emparentadas, ó es fuerza reconocer que el pa- sión de aquellos pueblos en semíticos y arios, colocando desde luego
rentesco greco-itálico ó greco-itálico-céltico no es otro que el que entre éstos á los frigios; doctrina que en principio fué aceptada por
resulta del tronco común ario, siquiera se revele aquél más acen- Duncker, si bien dando preponderancia al semitismo. Por el contra-
tuadamente en algunos casos. rio Lagarde y J. Meyer restringen el semitismo en favor de la in-
Hemos mencionado el frigio refiriéndonos al griego, porque cual- fluencia antropológica y glotológica aria. Por último vienen las opi-
quiera que sea la naturaleza de aquel antiguo idioma, sus relaciones niones medias como la Kiepert que admite la existencia de un nexo
con la lengua griega vienen á multiplicar graves dificultades para ario-semítico antropológico y lingüístico en el A s i a Menor como
la constitución de una rama greco-itálica. Aunque hoy fragmenta- base del desarrollo histórico en dichos dos órdenes, y la de Tomas-
rio el material lingüístico del frigio y tracio, es lo suficiente abun- chek que supone dos ramas distintas de pobladores primitivos, una
doso para juzgar por su carácter fonético y morfológico su paren- de las cuales alcanza á los griegos. Mucho más lógico hubiera sido
tesco helénico, sobre todo en las inscripciones que en no pequeño y de no improbable verdad colocarse en el terreno presemítico y
número se han descubierto y analizado por muchos después de Ram- preario, ya que no faltan idiomas que á él conducen como hemos vis-
say y Korte (cf. Stewart, Ancient Monuments of Lydia and Phry- to al hablar del asirio, para justificar analogías y paralelismos de
gia; Texier, Descript. del' Asia Min.; Dumont-Homolle, Mélanges otra manera inexplicables.
d' Arch. el d' epigraph). Según P. de la Garde y Gosche el tracio- De todos modos la complejidad de relaciones ya ciertas ya pro-
frigio debe clasificarse entre las lenguas eranias, opinión desechada bables que se descubren entre la lengua griega y otros idiomas es
luego que el estudio de las inscripciones vino á aclarar su fonética, y innegable, y bastante por sí sola para hacer fracasar la opinión de
que aun antes de tales estudios fué impugnada por Fick, quien se in- una rama greco-itálica, excluida además por razones étnicas y rela-
clina á colocarle en el grupo germánico. Pauli propúsose restable- ciones múltiples antropológicas del Asia Menor, ajenas á la unidad
cer la opinión de Lagarde por medio de datos epigráficos, pero sin italo-greca, como hacen observar, entre otros, Hommel, F. v. Lus-
base sólida, y utilizando para suplir las deficiencias de las inscrip- chan y S. Reinach, siquiera no sean idénticas sus apreciaciones so-
ciones en frigio antiguo, las formas del neofrigio. Hirt coloca el fri- bre el particular.
lia en 650, c u a n d o el E m p e r a d o r a b a n d o n a las ú l t i m a s islas de
población r o m a n a de su dominio en O c c i d e n t e .
bolismo platónico, ora la onomatopeiea de Epicuro ú
otras; teorías repetidas en nuestros días, y aumenta-
das con otras más inverosímiles, como la del período
Mientras así parecían dormidas las energías del
remático (en el sentido de la existencia de raíces no
- espíritu p a r a las investigaciones c o m p a r a d a s en los
palabras) ó de la de Alejandro Murray que pretendía
eruditos del clasicismo, iniciábase en otra p a r t e un
derivar todas las lenguas de los nueve célebres soni-
movimiento digno de no dejar inadvertido, por el efi-
dos que estudia e n su Ilistory of European langua-
caz auxilio que vino á prestar á la Glotología. Con el
ges (1). Los seguidores de las doctrinas bíblicas te-
advenimiento de las políglotas, y las respectivas gra-
nían mucho adelantado con los principios revelados,
máticas que regularmente e r a n p a r t e de l o s Apara-
supliendo la parte doctrinal discutible en cuanto al len-
tos bíblicos; con la creación de c á t e d r a s de lenguas
guaje, las opiniones de los comentaristas que entonces
orientales al lado de las de griego y estudios de lati-
privaban. Fundándose en una de estas interpretacio-
nidad, y con el conocimiento de nuevos idiomas de
nes que no por más comunes eran menos inseguras,
que t r a í a n noticia los misioneros, llegó á formarse
se sostuvo por muchos que en la confusión de Babel
un núcleo de doctrinas gramaticales que no tardó en
no había desaparecido la lengua primera, aunque en-
llamar la atención de l o s eruditos y adquirir des-
tonces habían nacido todas las demás. De ahí las in-
arrollo.
vestigaciones tan mal dirigidas como infructuosas so-
Dió este género de estudios origen á dos órdenes bre la lengua primitiva.
de investigación: unas sobre l a lengua primitiva y En este linaje de exploraciones los comentaristas
otras sobre las relaciones posibles de los idiomas, y teólogos se han decidido por el hebreo ó por el cal-
que insensiblemente llegaron á sistematizarse, y que deo, no sin reparos y contradicciones por p a r t e de mu-
constituyeron hasta el advenimiento de la Gramáti- chos. Otros han excogitado diversas hipótesis: Juan
ca comparada los problemas trascendentales de la Webb publicaba en Londres en 1669 su Ensayo sobre
lingüística. que la lengua china es la lengua primitiva, que repro-
Dicho se está que cuantos se h a n dedicado á inqui- ducía diez años después (1679) en su Antiquité de la
rir cuál fuese la lengua primitiva, e s t a b a n muy lejos Chine. Du Perron sacaba á luz en 1704, su Antiquité
de pensar en los procedimientos a c t u a l e s de investi- de la nation et de la langue des Celtes sosteniendo que
gación fonética y analítica; por esto no e r a objeto de es el celta la lengua primitiva, que fué también opi-
sus estudios el primer tronco lingüístico filológicamen-
te considerado, sino el idioma primero desde el punto (1) Son l o s nueve monosílabos: ag, wag, hwag, bag, bwag,
de vista histórico. Los que prescindían de las nocio- dwag, cvoag, lag, mag, nag, rag, swag. Diríase, por lo extrava-
nes bíblicas identificaron generalmente l o s estudios gante, que esta teoría fué inventada hace diez siglos; pero otras hi-
pótesis se han formulado q u e no le van en zaga á la de Murray;
del lenguaje primitivo con los del origen del lenguaje; Dugald Stwart p. ej. (y pudieran añadirse otros varios menos co-
así que l a s teorías no revelacionistas solían ser en nocidos) no ha tenido reparo, después de publicados los principales
este punto expresión (le las ideas filosóficas que cada estudios sánscritos y algunos de Bopp, en afirmar que el sánscrito
es una mezcla de mal griego y mal latín, citando á Court de Gebe-
uno profesaba, reproduciendo ora la doctrina del sim- lin y á Desbroses como suprema autoridad en materias lingüísticas.
nión de Latour d' Auvergne. Pedro Erico dió la prima- bíblico fué g r a n parte p a r a determinar el movimiento
cía al griego, Reading al etiópico, Bischorn y Svamai- de lingüística comparada tal como por entonces lle-
sc, a l s c i t a , J . Hugo al latín. Los escritores judíos, los gó á p r i v a r en los centros del saber (1).
siriacos y aun los árabes reclaman la primacía p a r a
sus respectivos idiomas, y son bien c o n o c i d o s en L a d e t e r m i n a c i ó n del Concilio de Viena (1311) sobre la en-
España los defensores del vascuence como l e n g u a señanza lingüistica en las Universidades, y la invención de la
primitiva, Larramendi y Erro; como no han faltado i m p r e n t a dispuso el camino á las Políglotas, c u y a i m p o r t a n c i a ,
como medio c o m p a r a t i v o , no p u e d e ser discutida. En el último
quienes dieron este honor al sueco, al flamenco, etc.,
tercio del siglo XV, y cual p r e p a r a c i ó n de los g r a n d e s t r a b a j o s
fantaseando cada cual á su manera en este punto. bíblicos poliglotas, a p a r e c e n : el Salterio hebraico sin p u n t o s
Entre todas estas encontradas opiniones h a prevale- vocales de R e g g i o ; el P e n t a t e u c o con p u n t o s de Bolonia-, los
cido la teoría del hebraísmo que reunía los sufragios P r o f e t a s con el t e x t o sin p u n t o s de Soncino, y, omitiendo otros,
la p r i m e r a b ' b l i a h e b r a i c a completa, con p u n t o s v o c a l e s , de
de judíos y cristianos en muy crecido número, y so-
Soncino, y la menos correcta de Brescia, sobre la cual se hizo
bre la cual filólogos como Justo Lipsio, han fundado la traducción de L u t e r o . En los comienzos del siglo XVI publi-
muchas de sus especulaciones. có Aldo Manucio el p r i m e r ensayo polígloto e n tres l e n g u a s ,
La riqueza de datos lingüísticos reunidos por los hebreo, g r i e g o y latín (1503); en 1516 apareció el Salterio poli-
gloto del sabio obispo J u s t i n i a n i , quien se disponía á p u b l i c a r
misioneros y hombres doctos que en sus viajes tuvie-
el N u e v o T e s t a m e n t o poligloto, c u a n d o sobrevino su m u e r t e .
ron ocasión de conocer remotos idiomas, la compara- A p e n a s salido á, luz el Salterio de J u s t i n i a n i , siguióle la g r a n
ción de los cuadros y listas que de esta suerte fueron poliglota Complutense (comenzados los t r a b a j o s e n 1502, la im-
formándose y aglomerándose en academias y biblio- presión en 1514, t e r m i n a d a ésta en 1517, y p u b l i c a d a la obra
tecas, la mayor ó menor analogía que las primeras
oraciones cristianas ofrecían en las diversas lenguas, (1) Además de las mencionadas, publicáronse en el siglo XVI las
en especial las colecciones políglotas del Pater Noster obras comparativas: lntrod. in chald. lingitam syriac. atque arme-
nicam, et decem alias, linguas, de Teseo Ambrosio. Dialog. de lin-
(que h a n servido no poco á filólogos modernos), fueron
gitae gallicae origine ejusque cnm graeca congnatione lib. qua-
g r a n p a r t e á determinar el movimiento de clasifica- tour, de Pierión; y el Traite déla conformité dn langage franfois
ción lingüistica. Ya en 1518 publicaba Bibliander en avec le grec, de Enrique Estéfano. Pierión deriva el francés del grie-
go, mediante la lengua de los Druidas, que dice hablaban griego
Basilea un tomo en 4.° De ratione communi linguarum.
también:" cosa parecida sostiene Bibliander, quien además aproxima
Años después (en 1555) sacaba á luz en Zurich Con- el armeno al caldeo y el persa al siriaco y al hebreo. En cuanto á
rado Gesner, en un volumen en 8.°, su Mithridates, de E. Estéfano, injustamente se le ha acusado, como dice bien Max Mü-
11er, de derivar el francés del griego, cuando trata sólo de hacer ver
differentiis linguarum, o b r a p u b l i c a d a m á s tarde
las mutuas relaciones gramaticales de ambos idiomas.
(en 1610) por Gustavo Wasser, no sin pretender atri- En el siglo XVII Claudio Duret reproducía (como nota Hervás,
buirse lo poco bueno que h a y en ella. Jerónimo Me- Catálogo délas lenguas, etc.) los errores de Bibliander y de otros
gister compuso su Thesaurus polyglottus (1592 en 8.°), escritores del siglo XVI, en su Tresor de V Histoir des langues de
cet univers. Guichard distinguía ya en su Harmonía Etimológica
especie de diccionario en que reunió voces de más de cuatro grupos de lenguas —hebreo, caldeo y siriaco —griego— la-
c u a r e n t a dialectos y lenguas, y Guichard publicaba tín, francés italiano y español —alemán, flamenco, inglés etc. P a r a
en 1606 la Harmonía etimológica del hebreo, caldeo y Guichard el griego procede del hebreo. En el mismo siglo dividió
Escalígero las lenguas europeas en once clases, en su Diatribe de
siriaco. Dentro de este mismo género, el poliglotismo Europaerum linguis.
en 1520). E n t r e ésta y la otra p o l í g l o t a t a m b i é n española de á r a b e y siríaco, los hebreos de Tobías, dos T a r g u m s caldeos y
A r i a s Montano, dicha Plantiniana ó Antverpiana (1569-1572), uno persa r e f e r e n t e al P e n t a t e u c o , con sus respectivas versio-
a p a r e c i e r o n a l g u n a s otras p a r c i a l e s , como l a p u b l i c a d a e n nes l a t i n a s . T . V, Nuevo T e s t a m e n t o en griego, la versión lite-
C o n s t a n t i n o p l a (1546) con los t e x t o s h e b r e o , caldeo, persa y ral de A r i a s Montano, la siriaca, persa, á r a b e y etiópica con
á r a b e , y ediciones hebraicas como las d e B o m b e r g e n Venecia, sus correspondientes t r a d . l a t i n a s , y con la de la V u l g a t a .
de donde salieron t a m b i é n las t r e s g r a n d e s biblias rabínicas, T . VI, de v a r i a n t e s y a n o t a c i o n e s criticas. Los dos últimos to-
de las cuales la de b e n C h a h j i m (1526), es modelo y f u e n t e del mos son u n m u y valioso complemento f o r m a d o por el Lexicón
t e x t o actual judaico, la más r a r a de Seb. M ü n s t e r , y la prime- heptaglotton de Castell, q u e contiene la significación de todas
r a P l a n t i n i a n a , hecha tres a ñ o s a n t e s de c o m e n z a r la mencio- las p a l a b r a s que a p a r e c e n en la Poliglota.
n a d a de Arias Montano, á e x p e n s a s de F e l i p e I I . El t e x t o de
Cuál f u e s e el alcance de este poliglotismo p a r a establecer
ésta es mezcla del de la C o m p l u t e n s e y del B o m b e r g i a n o , re-
comparación e n t r e los idiomas y versiones c o n f r o n t a d a s , se ve
producido e n las otras dos g r a n d e s P o l i g l o t a s , la Parisiense de
desde luego con t o d a claridad (1).
L e J a y (1629-45), y la Londonense de B r i á n W a l t o n (1657). Las
Poliglotas posteriores h a s t a n u e s t r o s dias, e s t á n b a s a d a s sobre
las indicadas, con la adición g e n e r a l m e n t e d e u n a ó v a r i a s len- (1) Continuadores los sabios que han tomado parte principal en
guas vulgares. la formación de las Políglotas de los estudios bíblicos de tiempos
precedentes, hácennos venir á la memoria la falsa aserción de que
L a Poliglota d e Alcalá (Complutense) e n la cual t o m a r o n en la Edad Media fueron totalmente ignoradas las lenguas, excepto
p a r t e Elias Antonio, Ducas C r e t e n s e , el P i n c i a n o , S t ú n i c a , y los la latina. Al tratar de la Filología arábiga hemos advertido como
judíos conversos Zamora, Coronel y J u a n de V e r g a r a , ofréce- no era sólo el latín conocido por los cristianos, y que fuera de las
nos en los c u a t r o primeros tomos el A. T . en hebreo, l a t í n y lenguas semíticas, el griego ha tenido cultivadores capaces de tradu-
g r i e g o , y además el T a r g u m con su t r a d . l a t i n a . En el V, cir en la Edad Media las obras de Aristóteles. Antes del Concilio de
Viena en que se crean cátedras de lenguas en las escuelas romana,
el N. T . e n g r i e g o y latín. El t. VI c o n t i e n e los diccionarios é
parisiense, boloñesa, salmaticense, etc., han florecido notables es-
índices. Es sin d u d a en su clase, la o b r a de más subido v a l o r
critores de indisputable competencia en las lenguas principales de
critico. L a Poliglota de A m b e r e s ó Plantiniana contiene, ade- entonces. Guillermo de Doerbeca (por citar alguno pues en otro lu-
m á s de los textos de la de Compluto, u n a p a r á f r a s i s caldea, la gar insistiremos sobre lo mismo), conocía perfectamente además del
versión siriaca, y la traducción i n t e r l i n e a l l a t i n a del t e x t o he- latín, el griego y el árabe; hemos dicho ya que es autor de una tra-
b r e o hecha por A r i a s Montano, modificación de la de Sanctes ducción de Aristóteles hecha del griego. El citado dominico R. Martí
P a g n i n i , con aparatos g r a m a t i c a l e s y léxicos m u y apreciables. es llamado por P. Marsilio "philosophus in arabico, magnus rabbinus
L a Poliglota de L e S a y ó Parisiense, m á s correcta e n la impre- in hebraeo et in lingua chaldaica multum doctus." Hugo de S. Caro
había ensayado u n a crítica bíblica comparando manuscritos he-
sión q u e en el t e x t o , contiene lo de las c i t a d a s Poliglotas con
breos, árabes y latinos antiguos. El franciscano Nicolás de Lyra fué
más las t r a d u c c i o n e s á r a b e y siriaca, no sólo del A n t i g u o , sino
uno de los más grandes orientalistas de su tiempo, y sobrepujó en su
del Nuevo T e s t a m e n t o , el P e n t a t e u c o s a m a r i t a n o y la versión crítica hebraica al mismo famoso Rabino Rashi. Después del Conci-
s a m a r i t a n a publicada p r i m e r a m e n t e p o r Morino. La Poliglota lio vienense, multiplícanse los cultivadores de las lenguas sabias de
W a l t o n i a n a , la m á s completa y e s t i m a d a , c o n s t a de ocho tomos entonces, hasta entrar en la plenitud del renacimiento en que se ex-
distribuidos en esta forma: T . I, a d e m á s d e i m p o r t a n t e s prole- tralimita la afición al clasicismo. Sixto Senense hablando de Simón
gómenos, el t e x t o hebreo del P e n t a t e u c o , la v e r s i ó n l a t i n a de Jatumaeus, llámale graece, latine et hebraisce doctus; igual juicio
Arias Montano, la de la V u l g a t a , el t e x t o de los S e t e n t a , la merece el célebre León Alatius, etc.
versión lat. de F l a m i n i o Nobili, el t e x t o siriaco y T a r g u m de No hemos de pasar aquí en silencio la expresión harto injustifica-
Onkelos, con sus respectivas t r a d u c c i o n e s latinas,' el P e n t a t e u - da de Erasmo refiriéndose á que en su tiempo graece nosse suspec-
tum, hebraice prope haereticum. Aparte de que no era fácil sepultar
co s a m a r i t a n o con la suya, y el t e x t o á r a b e t a m b i é n con su
repentinamente en el olvido la tradición hebraica de tantos siglos ni
t r a d . l a t i n a . T. II, libros históricos con los T a r g u m s de J o n a -
el influjo general del renacimiento, singularmente helénico, basta
t á n . T. I I I , desde Job á Malaquías, con u n a versión etiópica de recordar que de entonces eran los hombres que pusieron manos á la
los Salmos. T . I V , libros d e u t e r o c a n ó n i c o s en g r i e g o , latín, obra inmortal de nuestras dos Políglotas Complutense y Plantinia-
Todos estos trabajos aunque hacían a u g u r a r los noció claramente la necesidad de ordenar las clasi-
principios de una nueva era lingüística, distaban mu- ficaciones lingüísticas, y de buscar un medio de rela-
cho, aun como simple clasificación ordenada, de una cionar seriamente las lenguas más lejanas ó m a r c a r
perfección relativa; pues en todos (prescindiendo y a sus diferencias, haciendo notar y a la utilidad que de
de lo que algunos contienen de inverosímil, como la ello podrían reportar la etnografía y la historia. El
lengua de los dioses, según la concepción homérica, advirtió (después de J . Lipsio y Sommaise) la analo-
que t r a e el Mitridates de Gesner), clasificaciones y gía entre el persa y el alemán, llegó á suponer rela-
derivaciones son generalmente arbitrarias, ó funda- ciones entre el vascuence y el copto, y deseaba se
das en una distribución sujetiva no científica. Leibnitz, analizase el georgiano confrontándolo con el copto y
que por un momento pareció a c a t a r la soberanía del a n n e n o . En su opúsculo Brevis designatio meditatio-
hebraísmo en materia lingüística, la desechó después num de originibus gentium ductis potissimum ex indiciis
p a r a sentar luego principios de un procedimiento más linguarum, reduce las lenguas á un tronco común, di-
racional y científico. Puede decirse que con Leibnitz, vidiéndolas luego en dos grandes ramas, jaféticas y
como Max Müller se esfuerza en probar, comienza arameas; y haciendo notar las palabras comunes á
una nueva época de estudios filológicos. Leibnitz co- unas y otras (1).

na, donde es no ya de ver, sino muy de admirar el caudal de saber él Sixto Senense que era "theologus sincere doctus, et linguarum om-
griego, hebraico y semítico en general que se revela, y que allí apa- nium quae toto terrarum orbe dispersae sunt, peritíssimus"; Jorge
rece reunido con la cooperación valiosa de la munificencia de un Vespucci á quien Mamachi coloca entre los más doctos humanistas,
prelado como Cisneros y de un rey español como Felipe II, con la mencionándolo en igual sentido Marsilio Ficino, y Zenobio Acciaio,
intervención de eclesiásticos eminentes y el beneplácito de la Igle- Prefecto de la Biblioteca Vaticana en tiempo de León X, traductor
sia. En vida de Erasmo se escribieron y publicaron las Artis gram. de Teodoreto (la cual traducción va dedicada á León X), y versadísi-
hebraicae Itisl. de Alfonso Zamora, y su Vocabularium hebr., las mo en literatura y lenguas griega y latina. No mencionamos otros es-
Introd. inling. hebr. de Adriano, la Gram. caldea de Paterniano, critores del siglo XVI formados en las escuelas de los tiempos de
el t r a t a d o De Litt. hebraicis de Nebrija, las Instituciones Graecae Erasmo y que (como acontece con nuestro insigne helenista y he-
ling. del mismo Antonio Nebrija, y su De Litt. el declinat. gr. etc., braísta Arias ¡Montano), publicaron sus escritos filológicos después
las traducciones del griego al latín De la Diva Siria de Luciano, por de la muerte de Erasmo; también omitimos entre buen número de cul-
Coello, y de la Areopagítica y Nicocles de Isócrales, por Luis Vi- tivadores ortodoxos del griego y hebreo, los que en el mismo siglo
ves, así como las traducciones del Comendador griego, Hernán Níi- décimosexto dieron pruebas de su alta cultura semítica, principal-
ñez de Guzmán, cuya es la versión latina del texto griego de los Se- mente árabe y siriaca. Mientras un religioso (Fr. Pedro de Alcalá)
tenta inserta en la Complutense. El mismo Erasmo ha podido leer publicaba su Arte y su Vocabulista arábigos, los primeros, como he-
las Annotationes contra Erasmum Rotterodamum in defensionem mos dicho, que se han impreso, el diácono Moisés y el subdiácono
transí. Novi Testamenti, de López de Stúñiga, donde demuestra és- Elias, enseñaban con general aplauso el siriaco en Roma, profundi-
te su saber griego, no menos evidenciado aquí que en sus Annota- zando en la gramática de dicha lengua, no de otra suerte que el
tiones contra Jacobi Fabri errata, al traducir las epístolas de San presbítero Acurio y el jurisconsulto cristiano del mismo siglo Alber-
Pablo. Recordemos finalmente entre otros muchos que no fueron to Vidmanstadius, cuyos Elementos gramaticales, como hemos no-
sospechosos de herejía por saber griego y hebreo, el g r a n Sanctes tado en otro lugar, fueron el primer tratado de siriaco impreso en
Pagnini, cuya erudición general singularmente hebraica no necesita Europa. Y no es menester advertir que las obras de los grandes he-
ser mentada (su trad. del Antiguo y Nuevo Testam. fué aprobada lenistas y semitistas españoles del siglo XVI, de los cuales hemos
por Clem. VII); el no menos autorizado Agustín Justiniani, que si- hablado atrás, eclesiásticos casi todos, son la mejor respuesta á la
guió las huellas de Pagnini, y cuya traducción pentáglota fué dedi- falsa aserción del humanista de Rotterdan.
cada á León X; murió el mismo año que Erasmo, y pudo escribir de (1) El prejuicio del hebraísmo que ligaba los estudios lingüísti-
El llamamiento de Leibnitz pareció desde luego language, 1777-92, de Beatie, On the theory of langua-
hacerse oir eficazmente en Europa, bien que los pri- ge, 1788, y otros, siguen de una m a n e r a más ó menos
meros ensayos hechos después de él, como los de Court rutinaria los antiguos derroteros, mezclando lenguas
de Gebelin Le monde primitif analysée dans ses ele- indo-europeas, semíticas y otras muchas p a r a la deri-
ments, 1774, de Moobod, On the origin and progress of vación. El primer paso de v e r d a d e r a importancia p a r a
la ciencia novísima le ha dado H e r v á s , seguido lue-
eos á la solución de un problema insoluble, cual es el determinar el go por Adelung, que en el mediodía y en el norte de
idioma primero y su influencia en los existentes, es reprobado por Europa aparecieron casi simultáneamente proclaman-
Leibnitz gráficamente en una carta á Tenzel (Leibnitzii Opera, VI,
edic. 1768) con estas palabras: "Linguam hebraicam primigeniam di- do los principios de la filología científica.
cere idem est ac dicere truncos arborum esse primigenios, seu re-
gionem dari ubi trunci pro arboribus nascantur. Talia fingi possunt
L a a n t i g ü e d a d clásica no h a sabido j a m á s t r a s p a s a r las fron-
sed non conveniunt legibus naturae et harmoniae rerum Illud
t e r a s de su territorio p a r a e x a m i n a r las l e n g u a s de los pueblos
tantum quaeri cum ratione potest an lingua hebraea cum cognatis
sit origini vicinior quam ceterae etc." Son de notar también las pa- circunvecinos; y a u n teniendo á la vista la s e m e j a n z a lingüis-
labras que acerca del asunto escribía á Leibnitz Hermann v. d. Hardt tica de muchos idiomas y p u d i e n d o f á c i l m e n t e h a l l a r las rela-
(1. cit.): "Primorum hominum linguam jam expirasse, et incertum- ciones del suyo propio con otras l e n g u a s no ha alcanzado á for-
plane esse an hodierna lingua hebraica ullam adhuc similitudinem m u l a r principios de r e l a t i v a u n i v e r s a l i d a d que s u p o n g a n tra-
referat." m a científica n i e x a m e n comparado (1). Y es q u e los a n t i g u o s
P a r a promover la comparación de las lenguas, cuyo método se-
gún quería Leibnitz debía ser análogo al de las ciencias exactas,
comenzando por lo conocido para llegar á lo desconocido, exhortaba (1) Los griegos, como hemos visto, han estudiado ya en la anti-
éste á los viajeros, á los misioneros, embajadores y aún á los empe- güedad los principales dialectos de su lengua y escrito sobre ellos.
radores á reunir los datos posibles en materia de lenguas, escribien- Tuvieron asimismo, según queda dicho, conocimientos de otros idio-
do al efecto diferentes cartas. En la dirigida á P e d r o el Grande mas, suficientes para establecer puntos de comparación y de análi-
(Viena, 26 de Octubre de 1713), dice entre otras cosas: "Quisiera tam- sis. Sin pensar con Dugald-Stewart y Niebuhr que los indios fuesen
bién que se reuniesen diccionarios ó al menos pequeños vocabula- discípulos de los griegos en ciencia y lenguaje, ni con Gorres y los
rios, y que se procurasen en tales idiomas (los hablados en los domi- suyos que los brahmanes fueron maestros de los griegos; sin creer
nios de dicho soberano) traducciones de los diez mandamientos, de con Zeller que deba excluirse todo elemento é influjo oriental en la
la Oración dominical, del Símbolo de los Apóstoles y de otras partes ciencia helénica, ni juzgar con Roeth y Gladisch que ésta en sus co-
del catecismo, utomnis lingua laudet Dominion. Todo lo cual au- mienzos es una reproducción puramente oriental; sin admitir final-
mentaría la gloria de V. M. que reina sobre t a n t a s naciones etc." mente ninguno de los viajes de los antiguos filósofos que la crítica
Esta idea de comparación léxica se encuentra frecuentemente en sus ha rechazado por fabulosos (cf. Brandis, Geschichte d. Philosophie,
obras, donde inculca las utilidades que de ello pueden provenir: y Lassen en sus Antigüedades indianas) puede y debe reconocerse
"Cum nihil majorera ad antiquas populorum origines indagandas lu- que indios y griegos no estuvieron alejados en lengua y doctrina de
cera praebeat quam collatio linguarum, etc." "Ad linguae nostrae suerte que no pudiesen establecer comparaciones más ó menos sis-
(germamcae) perfectam notitiam opus foret dialectos quoque pro- temáticas, así como con los idiomas de otros pueblos. Alejandro
vinciarum germaniae cognosci, etc." (Op. t. cit.). Magno habló con los brahmanes, y aunque las respuestas eran tra-
ducidas por intérpretes, supone esto mismo el conocimiento de am-
Por lo demás Leibnitz no emprendió nunca una clasificación sis-
bos idiomas por personas determinadas. Heródoto refiere (IV, 24)
temática de las lenguas, aunque las distribuye en jaféticas y ara-
que los mercaderes griegos al remontar el Volga hasta los montes
meas. Con las lenguas jaféticas confunde lenguas húngaro-tártaras
Urales, iban acompañados de siete intérpretes que hablaban siete
y no es más feliz cuando trata de clasificar los dialectos que él ha
lenguas distintas, entre las cuales, como observa M. Mliller, deben
podido conocer por sí mismo. Leibnitz reconoce la unidad primitiva
contarse l o s dialectos eslavos, tártaros y fineses hablados ya en
del lenguaje, y el origen oriental de las razas humanas. (V. Neff
aquella región en tiempo de Heródoto. Temístocles estudió el persa
, W- Leibnits als
Sprachforscher und Etimologe, y, entre otros!
y llegó á hablarle sin dificultad. Mitridates, cuya memoria era pro-
las indicaciones de Guhrauer en la Vida de Leibnitz).
pueblos q u e no e s t a b a n unidos por u n mismo vinculo de reli-
gión y l e n g u a , r e p e l í a n s e m u t u a m e n t e como g e n t e v i t a n d a y
toda comunicación con c u a l q u i e r pueblo daeva-yagna; y los
no tolerable. P a r a los indios e r a n incomprensibles todos los q u e
polacos t r a t a b a n como m u d o s á los a l e m a n e s designándolos con
e r a n e x t r a ñ o s á su sociedad, y el que no p e r t e n e c í a á su a l t a
el n o m b r e niemiec (cuya raíz d á en casi todas las l e n g u a s esla-
c a s t a e r a c o n s i d e r a d o como u n mlekkah, y se r e p u t a b a i m p u r o
v a s la significación de mutismo), p a l a b r a que los turcos eligie-
todo lo q u e de él proviniese, y su l e n g u a con él. Los á r a b e s
r o n t a m b i é n p a r a d e s i g n a r á los austríacos. Sobre todo el dicta-
desechaban á t o d o no m a h o m e t a n o por incrédulo é i n c a p a z
do de bárbaros, p r o d i g a d o por griegos y romanos, dá idea de
de ser e n t e n d i d o en su l e n g u a , como kiafirs y adscham, á la cómo se e n t e n d í a n entonces l a s relaciones g e n e r a l e s , y par-
m a n e r a que el p u e b l o hebreo e v i t a b a t o d o contacto con los t i c u l a r m e n t e las lingüisticas. E s t r a b ó n (XIY, II) h a b l a n d o de
e x t r a ñ o s á la r e l i g i ó n j u d a i c a , designándolos con el dictado de los Carios, á quienes Homero llama barbarofonoi (Iliada II, 867),
gogm (los ra e&v>] —gentiles— del N. T.), y los g r i e g o s r e p u t a - dice q u e la expresión to barbaron debió f o r m a r s e por onomato-
b a n por lo mismo como aXXozQcoi á todo pueblo q u e no f u e s e el p e y a p a r a significar é i m i t a r e n el sonido á los q u e no saben
suyo, y como ayXcoaooi, ó sin habla, á todo el que no conociese h a b l a r ó h a b l a n mal, de d o n d e pasó á d e s i g n a r las l e n g u a s ex-
su idioma. No d e o t r a s u e r t e los persas seguidores de Zoroastro t r a n j e r a s , ó no g r i e g a s . P o r donde la denominación desprecia-
(mazda-ya(;na ó a d o r a d o r de Mazda) j u z g a b a n g r a v e delito t i v a de bárbaro recaía p r i n c i p a l m e n t e sobre el idioma. Cual-
q u i e r a q u e sea la procedencia de esta expresión g r i e g a (v. Fick,
digiosa, conocía los idiomas de todos los numerosos pueblos que ha Verg. Wórterbuch), pasó con la misma significación á los ro-
conquistado. En la expedición de los Argonautas, hubieron de encon- manos, y t i e n e a n á l o g o sentido e n otros i d i o m a s . Barbara y
trarse los griegos sin intérpretes para la multitud de idiomas que varvara (ó con b y v) ofrece en sus diversas formas e n sánscri-
hallaron. to, la significación g r i e g a de bárbaros, lo mismo que el sáns-
Por estos hechos y otros análogos, colígese sin dificultad que no crito barbar ata e q u i v a l e al g r i e g o barbarotees. E n persa, bar-
ha sido el aislamiento lingüístico causa de la falta de sistema cientí- bar e x p r e s a grito confuso, y e n á r a b e barbarat es el r u g i d o de
fico, sino que más bien se trataba de un aislamiento voluntario y sis- la cólera. Se h a observado, y lo notó Pictet en Les origines indo-
temático en punto á relacionar los idiomas. Y este aislamiento es sin
europeens, que la raíz i n d i a mlekk e x p r e s a e x a c t a m e n t e la sig-
duda mucho más exclusivo y absoluto en cuanto al lenguaje que en
nificación de bárbaro y confuso, y p r o b a b l e m e n t e mlékkha, con
ningún otro sentido literario. Porque si bien no son aceptables nin-
las demás formas de a q u e l l a raíz fmrksh, mraksh, mlaksh etc.),
guno délos extremos ya indicados, ni puede, como nota Ueberweg
(Geschichte d. Pliilosophie) determinarse con exactitud el influjo son u n a o n o m a t o p e y a del mismo g é n e r o q u e la m e n c i o n a d a p o r
oriental en la Grecia sin conocer primero la verdadera historia de E s t r a b ó n p a r a e x c l u i r como ininteligible y despreciable por su
Oriente, no por eso ha de negarse la corriente tradicional y científica r u d e z a , todo l e n g u a j e q u e no f u e s e indio. P u e d e , pues, decirse
(especialmente en el orden filosófico) que se advierte en todas las que p a r a los a n t i g u o s hablar lengua extranjera (eterogloosos,
grandes civilizaciones antiguas, y que sería fácil evidenciar si el ca- de los griegos), e r a sinónimo de e s t a r mudo ó sin habla (agióos-
rácter de esta nota lo permitiera. Aun en el terreno de las artes no sos), y u n a y o t r a cosa e x p r e s a b a la denominación de bárbaro.
es difícil hallar en Grecia vestigios orientales, y entre las teorías E s t a preocupación c o n t r a todo idioma e x t r a n j e r o , y la aver-
sobre el origen de la arquitectura griega (la de Vitrubio y la de sión q u e s u p o n e á todo su estudio y cultivo que no sea obliga-
Viollet-le-Duc, Klenze etc.), ha venido á ocupar lugar preferente la do é indispensable, h a sido p a r t e principalísima p a r a i m p e d i r
que hace derivarla de elementos orientales. Champolión cita las co-
la f o r m a c i ó n científica de la glotología (1), h a s t a q u e el cristia-
lumnas protodóricas de Beni-Hassan, Longperier los monumentos
asirios, y Perrot el arte lido-frigio y los monumentos del Asia Me-
nor (Chipiez, Hist. crii. des orig. des ordres grecques). Pero si pres-
cindiendo de esto, nos fijamos en las relaciones literarias y sociales (1) La expresión griega paQPaQocpovslv que sustantivada aplica
de Grecia y Roma y en el mutuo influjo de los respectivos idiomas, Homero á los Carios (1. cit.), no es equivalente á la de páQpaQoi, se-
de que hemos hablado, hallaremos motivos sobrados para pensar
gún advierte Estrabón, sino que se toma por hablar incorrectamente
que la falta de estudios lingíiístico-comparados entre los antiguos no
griego: « Ovxwg ovv, dice, xal xó Pag^agocpcoveiv xal xovg fiaQpaQo-
es debida á la ausencia de elementos comparables, sino á la positi-
va exclusión de toda comparación. cpátvovg Sexxéov xovg xaxcog éXXr¡vi^ovxag.» (L. XIV, c. II). Sin duda
en más de una ocasión la voz bárbaro y barbarofonoi se han toma-
do indistintamente, toda vez que el mismo Estrabón, 1. XII, aplica el
nombre de bárbaros á la familia de los Carios, y Heródoto, VII, ca-
24
nismo con sus sublimes doctrinas sobre l a f r a t e r n i d a d h u m a n a ,
ro de Magallanes en su p r i m e r v i a j e a l r e d e d o r del m u n d o , y el
sobre el común o r i g e n y común d e s t i n o de los h o m b r e s todos, p r i m e r o que hizo colección de p a l a b r a s , r e c o g i d a s e n el Brasil,
con el hecho de la difusión del e v a n g e l i o y de su p r e d i c a c i ó n e n la P a t a g o n i a y en las Molucas; los cinco vocabularios de la
e n t r e griegos, romanos y b á r b a r o s , y con la a d m i s i ó n á su seno biblioteca de L e i d e publicados por R e l a n d sobre el mismo asun-
de g e n t e s las más diversas en r a z a s y l e n g u a s , f r a n q u e ó defini- to, y las colecciones de Misserschmidt hechas d u r a n t e su resi-
t i v a m e n t e los caminos á la v e r d a d t e o l ó g i c a , á las i n v e s t i g a - dencia en la Siberia, q u e se conservaron en la biblioteca de
ciones de las ciencias, y al estudio c o m p a r a d o d e los idiomas, S a n P e t e r s b u r g o , y utilizó K l a p r o t h p a r a componer su Asia
c u y a evolución y vicisitudes hemos e s t u d i a d o e n la h i s t o r i a de polyglotta. En g e n e r a l , como hace v e r Balbi en su i m p o r t a n t e
las a n t i g u a s l i t e r a t u r a s . Introducción al Atlas etnográfico del Globo, f u é no p e q u e ñ o
Al l l e g a r al siglo XVI, d e s p e r t a d a la afición á las i n v e s t i g a - servicio de los v i a j e r o s á n u e v a s t i e r r a s , p r o c u r a r r e u n i r datos
ciones l i t e r a r i a s y lingüisticas, y c o n c e n t r a d o s los p r i n c i p a l e s lingüísticos y e n r i q u e c e r los y a suministrados por otros.
elementos glotológicos de O r i e n t e y O c c i d e n t e e n el seno del P o r lo q u e hace á la colección del Pater noster, sólo en el
cristianismo, no t a r d a r o n e n a p a r e c e r los p r i m e r o s e n s a y o s e n siglo X V I tenemos: la de B i b l i a n d e r , en catorce l e n g u a s , la de
nuestros estudios, con cierta t e n d e n c i a c o m p a r a t i v a y sistemá- F r . Angel Roccha (Biblioth. apost. vaticana), e n veintiséis len-
t i c a que a u g u r a b a los primeros b o s q u e j o s de la a c t u a l Ciencia g u a s ; la de J e r ó n . Megister (Specimen XLlinguarum), e n cua-
del L e n g u a j e , y cuyos legítimos c a m i n o s y a el i n s i g n e Arias r e n t a l e n g u a s , y la del mismo p u b l i c a d a en 1593 (Orat. dom. L
Montano, a n t i c i p á n d o s e á L e i b n i t z , h a b í a s e ñ a l a d o . divers. linguis) con cincuenta idiomas (1).
T r e s son los periodos a n t e r i o r e s á l a é p o c a a c t u a l , q u e a p a - El t e r c e r periodo es el de distribución y clasificación de los
recen desde el r e n a c i m i e n t o en la d i s c i p l i n a filológica. El pri- elementos reunidos en el anterior, el cual iniciado por Arias
m e r periodo está r e p r e s e n t a d o p o r la i n v e s t i g a c i ó n del i d i o m a Montano, f u é desarrollado merced á las iniciativas y ascendien-
primitivo, por las d i v e r s a s c o n t r o v e r s i a s q u e se h a n suscitado te de Leibnitz, secundado después p o r V a t e r y Adelung-, sobre
e n f a v o r ó en c o n t r a de la p r i m a c í a d e d e t e r m i n a d o s idiomas, todo por H e r v á s , q u e s e ñ a l a y a los albores del periodo p r o p i a -
y por el influjo l i t e r a r i o de las Biblias poliglotas. Q u e d a y a in- m e n t e científico.
dicado así lo q u e á éstas se refiere, como lo r e l a t i v o á las opi- Los resultados i n m e d i a t o s en estos tres periodos lingüísticos
niones sobre la l e n g u a p r i m e r a . El s e g u n d o p e r i o d o es el d e la h a n sido: 1.° la investigación histórica de los o r í g e n e s de v a r i a s
colección de elementos lingüísticos d e las d i v e r s a s p a r t e s del l e n g u a s , q u e se i n t e n t a b a hacer p a s a r por p r i m i t i v a s , y el es-
m u n d o , las series de nombres de o b j e t o s m á s u s u a l e s e n muchos t u d i o elemental de sus caracteres; 2.° la clasificación t a m b i é n
idiomas y las colecciones de Pater noster e n d i s t i n t a s l e n g u a s . elemental y e x t e r n a de los g r u p o s de l e n g u a s , a t e n d i d a su p a r -
P e r í o d o casi s i m u l t á n e o al a n t e r i o r e n s u o r i g e n , p e r o de efica- t e léxica, ó s e g ú n su e s t r u c t u r a gramatical; 3.° la creación de
cia d i s t i n t a , y q u e h a c o n t i n u a d o su acción con m a y o r intensi- troncos lingüísticos (siquiera f u e s e n hipotéticos y de c a r á c t e r
d a d y d u r a c i ó n . W i s e m a n (Discours sur les rapports entre la provisional) á los cuales se r e f e r í a n las demás l e n g u a s , y la
science et la relig. revel. disc. I) r e c u e r d a á este p r o p ó s i t o la p r o g r e s i v a reducción de las l e n g u a s que se e s t i m a b a n indepen-
lista de p a l a b r a s e x t r a n j e r a s r e u n i d a s p o r P i g a f e t t a , c o m p a ñ e - dientes é irreducibles á dichos g r u p o s , s e g ú n las conexiones
propias con c a d a familia; 4.° las especulaciones sobre proble-
lifica de lengua bárbara la de los Pelasgos, que Dionisio deHalicar- mas de g r a m á t i c a g e n e r a l , y sobre la posibilidad de u n a l e n g u a
naso cree de familia helénica, así como Demóstenes habla de Alejan-
dro Magno como de un bárbaro, mientras Estrabón juzga que los
macedonios deben contarse entre los helenos, y sin duda que la (1) Hemos de advertir aquí que si bien el Pater noster encierra
lengua macedonia era uno de tantos dialectos griegos. Y es que la elementos suficientes para conocer el carácter de los idiomas, no
palabra griega /?ag/?a££fco, como la sánscrita balbalakaromi, como siempre puede establecerse con él una comparación lingüística exac.
la latina balbutire etc. expresa fundamentalmente m a n e r a incorrec- ta, ya porque no todas las traducciones están igualmente hechas, ya
ta de hablar, siquiera se ampliase su significación en unos casos ó se porque conteniendo ideas ignoradas en pueblos salvajes, como las
modificase con elementos componentes en otros, pero dejando siem- de "santificado sea tu n o m b r e " , "no nos dejes caer en la tenta-
pre en la palabra la aptitud significativa originaria que permitía ción" etc., ó han de expresarse estos conceptos de una manera ru-
usar en un mismo sentido la forma simple y sus compuestas. dimentaria, ó por circunloquios más ó menos apropiados.
u n i v e r s a l con u n a g r a m á t i c a filosófica p u r a m e n t e . D e s c a r t e s los pensamientos de t a l suerte q u e f u e s e n u n i v e r s a l m e n t e inte-
p e n s a b a y a en la posibilidad d e este l e n g u a j e filosófico, y e n su ligibles, á m a n e r a de lo q u e acontece con los signos m a t e m á t i -
correspondencia con el P . Marsena, e x p o n e como seria posible cos; si bien p r o p o n e e n el mismo libro que p u d i e r a n fijarse
f o r m a r u n l e n g u a j e ideológico á la m a n e r a del sistema deci- nombres i n v a r i a b l e s , con r e g l a s de derivación y de flexión t a m -
m a l (1). D e i g u a l s u e r t e Leibnitz piensa q u e es posible « u n a bién i n v a r i a b l e s , por lo c u a l llegó á su sistema de lingüistica
l e n g u a y e s c r i t u r a u n i v e r s a l m u y distanciada d e c u a n t a s se u n i v e r s a l . W i l k i n s t r a d u j o á su l e n g u a el Pater noster y el sím-
h a n i m a g i n a d o , d o n d e la razón dirigiese los c a r a c t e r e s y las bolo apostólico.
p a l a b r a s , y, e x c e p t o los errores de hecho, los demás s e r í a n erro- Sinibaldo en su Ideographie, s i g u i e n d o las huellas de Wil-
res de cálculo» (2). M. W i l k i n s en su Ensayo de u n a l e n g u a filo- kins, p r e s e n t a u n a lista de 2.600 signos f o r m a d o s sobre el mode-
sófica, q u e sirvió á L e i b n i t z para fijar y confirmar sus propios lo de los c a r a c t e r e s musicales. Estos signos c o n s t i t u y e n catego-
conceptos (3), t r a z ó el c u a d r o de u n a l e n g u a ideológica, con su rías de n o m b r e s , verbos, preposiciones etc.; de géneros, casos,
sistema g r a m a t i c a l y léxico, cuyas combinaciones son a l t a m e n - tiempos y personas, s e g ú n la distribución, f o r m a y orden con-
t e ingeniosas é i n s t r u c t i v a s . El n ú m e r o de radicales e n la len- vencional adoptados. De esta s u e r t e llegó Sinibaldo á r e p r o d u -
g u a filosófica de W i l k i n s es de u n a s 3.000; pero es de o b s e r v a r cir los 150 primeros versos de la Eneida. E n el sistema de Sini-
q u e el propósito p r i m e r o d e éste no f u é i n v e n t a r u n a l e n g u a baldo la relación e n t r e el signo y lo significado es p u r a m e n t e
u n i v e r s a l , sino h a l l a r u n sistema de escritura p a r a r e p r e s e n t a r a r b i t r a r i a ; e n el de W i l k i n s tiéndese á buscar a n a l o g í a s con la
n a t u r a l e z a de la cosa r e p r e s e n t a d a .
(1) En una de las c a r t a s de Descartes á Marsena (Euvres comp., E n los c u a t r o p u n t o s mencionados e n c i é r r a s e , en r e s u m e n ,
ed. Cousin t. VI) se dice entre otras cosas: "Au reste je trouve qu' on el f r u t o de los t r e s periodos a n t e r i o r e s á la fase de la «Gramáti-
pourrait ajouter á ceci une invention, tant pour composer les mots ca comparada».
primitifs decett langue, que por leurs caractères; en sorte qu' elle Se fia dicho q u e la p r e o c u p a c i ó n religiosa de hacer d e r i v a r
pourrait etre enseignée en fort peu de temps, et ce par le moyen de
todas las l e n g u a s de la h e b r e a p a r a justificar el d o g m a de nues-
V ordre; c' est-a-dire établissant un ordre entre toutes les pensées
tro común o r i g e n s e g ú n la Biblia, y la misma i d e a del o r i g e n
qui penvent entrer en 1' esprit humain, de meme qu' il y a un naturel-
divino y misterioso del l e n g u a j e , h a n sido el principal obstácu-
ment établie entre los nombres." Sigue luego explanando sus ideas, y
afirma que pudiera aprenderse el supuesto lenguaje en un solo día, lo del estudio científico de tales cuestiones (1). Como hemos vis-
como en un solo día se aprenden los números del sistema decimal. to, en la formación p r i m e r a de la lingüistica c o m p a r a d a ha in-
(2) Leibnitii Opera t. V ed. Dutens. Suponen algunos que habla fluido de u n a m a n e r a principalísima todo eso p r e c i s a m e n t e q u e
Leibnitz en sentido puramente abstracto é ideal; pero es seguro que se invoca e n sentido c o n t r a r i o , y p u e d e a s e g u r a r s e que sin la
trataba de la posibilidad real de tal lenguaje. i n t e r v e n c i ó n de las ideas científico-religiosas, y sin el a u x i l i o
(3) Max Müller en su Nuevas Lecciones dice que es de "presumir" •v de los hombres e n c a r g a d o s de d i f u n d i r esas mismas ideas, la
que Leibnitz viese la notable obra aludida, escrita en la segunda mi- ciencia del l e n g u a j e no h u b i e r a llegado hoy al p u n t o e n q u e
tad del siglo XVII (1668). Los traductores franceses de las mencio- I podemos e s t u d i a r l a . N i n g u n o de los g r a n d e s m a e s t r o s de e s t a
nadas Lecciones, H a r r i s y Perrot, hacen notar que el libro de Wil- 4- ciencia en los periodos á que nos referimos h a nfecesitado re-
kins fué realmente leído por Leibnitz. El mismo lo dice en su car-
ta 7. a á Burnet, afirmando que ha leído con grande atención la obra
del carácter real y Lenguaje filosójico de Wilkins, y haciendo cons- tí) La tradition religieuse voulant que toutes las langues deseen
tar que ha hallado en la misma bellas cosas. Aludiendo á dicha obra dent de 1' hebreu, pour justifier le dogme de notre pretendue origine
en otra carta á M. Fegel (t. V, Op.) dice que en aquel trabajo algu- selon la Bible La meme idée sur 1' origine divine et mytérieuse
nos "majoris faciunt media quam finem" refiriéndose á que la eru- 1 _ du langage n' a pas cessé d ' e t r e le principal obstacle et le plus
dición y saber resultaba mayor que su objeto. Sin embargo, Leib- grand empechement d ' u n e étude véritablement scientifique de la
nitz había pensado en estas materias antes de leer á Wilkins, como question." Taies son las ideas que apunta La Calle en La Gossolo-
aparece por su De arte combinatoria compuesta á los 19 años, cuan- gie etc., y que reproducen otros positivistas de menor cuantía. Max
do aun no se había publicado El lenguaje filosófico. Müller no duda asentar conceptos análogos, bien poco conformes
No nos detenemos en presentar la teoría de Wilkins, porque nos por cierto con la importancia que se ve precisado á conceder, por
llevaría fuera de nuestro objeto (V. las Nouvel. Leç., 1.1 de Max Mü- otra parte, á la laboriosidad de los misioneros en materias lin-
ller, que presenta un extracto). güísticas.
n u n c i a r á la unidad originaría del humano l i n a j e ni á la doctri- l e n g u a (lo cual no todos hicieron), equivocadas h a n sido mu-
na ortodoxa sobre el origen del hombre (que á eso se reducen chas de las teorías posteriores en orden á los troncos primitivos
todas las preocupaciones religiosas en la materia), p a r a aspirar lingüísticos, entre ellas la de ver en el sánscrito la l e n g u a ma-
al perfeccionamiento que hoy creemos p o s e e r , como ninguno dre de los idiomas indo-europeos; y asi como respecto de esta y
de los actuales sostenedores de iguales doctrinas teológicas ne- otras aserciones hipotéticas, y a desmentidas, no afirmamos fue-
cesita renunciar á ellas para seguir los pasos de los estudios sen obstáculo á la investigación científica, que por el contrario
lingüísticos modernos, ni lógicamente llegó jamás á negarlas promovieron, y cuyo mérito estaba justamente en d e m o s t r a r l a
p a r a defender los progresos glotológicos n i n g ú n filólogo de los verdad ó la falsedad de tales asertos, de igual suerte á la hipó-
que (por sistema filosófico ó religioso) militan en el campo de tesis a n t i g u a del hebraísmo no puede inculparse d e las defi-
la heterodoxia. Todo ello habrá de patentizarse en el decurso ciencias del a n t i g u o método (entonces incipiente y rudimenta-
de este libro, bastando entre tanto observar: 1.° que en la Igle- rio) aunque dicha hipótesis sea hoy inadmisible, y a que la ver-
sia no se ha subordinado nunca la doctrina del origen del hom- dad ó falsedad de ella debía ser el resultado, y lo f u é en efecto,
b r e á las teorías del origen y naturaleza del l e n g u a j e , ni se ha de los estudios siguientes y ulteriores; 5.° que no y a desde el
declarado en p a r t e a l g u n a que de la unidad antropológica se siglo XVI acá, sino en tiempo de los P a d r e s de la Iglesia, no
seguía la unidad lingüística ó viceversa; por lo mismo la orto- f u é u n á n i m e su opinión sobre la lengua primera, de igual suer-
te que no lo f u é tampoco el modo de e n t e n d e r la confusión de
doxia no obliga á nadie á limitar las investigaciones lingüisti-
lenguas, como veremos en otro lugar. E n t r e ellos si hubo quie-
cas en n i n g ú n sentido; 2.° que tampoco se ha declarado en par-
nes como S. Jerónimo (in Sophon. III 8-9), Orígenes (Hom. X I
te a l g u n a que el l e n g u a j e primero fuese el hebreo, ni nadie se
in Num. IV), S. Agustín (De Civ. Dei, XVI, 12), se inclinan á
ha creido en el deber religioso de defenderlo así, cuando t a n
decir que f u é el hebreo la lengua primitiva (como lo han dicho
v a r i a s han sido las opiniones sobre la lengua primitiva en los
muchos en nuestros tiempos sin r e n u n c i a r por eso á la Glotolo-
tiempos á que se refieren los adversarios; 3.° que contra la uni- gía novísima), otros ó no hacen mención de esto, ó se hacen eco
dad del origen humano ni contra el primitivo origen divino de de la opinión contraria, como S. Gregorio Niseno que después
la palabra, no se sigue cosa a l g u n a con que las lenguas sean de declarar que el l e n g u a j e f u é naturalmente formado por el
actualmente reducibles ó no; y por esto, y porque en el hecho hombre (Homil. XII cont. Eunomium), dice que «Moisés escribió
mismo de la confusión de Babel tuvieron siempre los antiguos en hebreo no porque éste fuese el idioma de Adam, sino porque
explicación suficiente de que las lenguas resultasen irreduci- e r a la lengua usual de su siempo xQ^f^vog zij ovvr¡&£t ylcoooij.»
bles, caso de serlo realmente, y aquel acontecimiento les expli- Y a ñ a d e que según dictamen de hombres doctos en las Escritu-
caba también á satisfacción la posibilidad de haber desapare- ras, el hebreo no aparece tan a n t i g u o como otras lenguas: ' p r j
cido el idioma primitivo, se ve con toda claridad que en ma- aQxai^eiv zíjv ¿(¡gaícav cpcovrjv ópoiozrjza zcáv Xouzcovp 6.° que
n e r a a l g u n a podían vacilar en entregarse á las exploraciones
lingüisticas, cualquiera que fuese el resultado de ellas. Pues los obstáculos q u e ofreciese la doctrina revelada a l progreso
mientras por una parte los defensores de la ortodoxia en nin- lingüístico, aun admitido que se t r a t a s e de algo dogmático, no
g u n a época de la historia han temido ni pueden racionalmente podían ser en esto de mayor eficacia que los que se presentan
t e m e r la investigación de la verdad, p a r a la cuestión presente e n otras ramas del saber, cuyo desarrollo, sin embargo, f u é pro-
hallaban en la confusión babélica, como de antemano, solucio- movido por los mismos defensores de la ortodoxia. Y a u n dado
nes harto cumplidas; 4.° que si en los tiempos modernos la re- que aquellas doctrinas dificultasen investigar el origen del len-
ducción de lenguas á u n tronco c o m i i n f u é la aspiración prime- g u a j e (el cual problema no han resuelto todavía los filólogos de
ra, originó las nniltiples combinaciones lingüisticas ejecutadas, la heterodoxia), «no eran obstáculo, como advierte Ascoli, para
motivó los varios sistemas de comparación, é hizo progresar la aquella amplitud de estudios históricos que serian más que su-
ciencia, no se ve porqué en los tiempos pasados, iguales aspira- ficientes p a r a promover los métodos rigurosos á que hacemos
ciones realizadas en formas relativamente análogas y con el referencia. Más bien f u e r o n prejuicios científicos, históricos y
mismo objeto, h a y a n podido llevar á los opuestos resultados de literarios, que no prejuicios teológicos, los que retardaron el
desarrollo de la b u e n a doctrina en nuestro caso.» Estas pala"
inanición y retroceso, de que hablan algunos filólogos. Y si era
bras de un racionalista judio, el ilustre filólogo italiano men-
equivocado buscar en el hebraísmo el origen primario de toda
-376-
cionado, m e r e c e n ser recordadas á otros seguidores del racio-
nalismo q u e con menos saber y más preocupaciones t r a t a n la
cuestión (1).
D e s p u é s de lo dicho no hemos de r e c o r d a r que f u e r o n ecle-
siásticos los p r i m e r o s iniciadores de los nuevos estudios, cuyo
influjo llevó a d e l a n t e la Filología c o m p a r a d a , q u e á la Iglesia
se debe la m a y o r y m e j o r p a r t e de datos lingüísticos de todo
g é n e r o y de t o d a s las latitudes, y á d e t e r m i n a c i o n e s de la mis-
ma, á C o n g r e g a c i o n e s como la de Propaganda Fide, á teólogos
y misioneros, c a u d a l inmenso de documentos, observaciones y
e n s e ñ a n z a s , q u e por si solos constituirían u n a valiosa bibliote-
ca l i n g ü i s t i c a . S o b r e los elementos glotológicos por ellos sumi-
n i s t r a d o s inicióse el y a mencionado periodo de clasificación,
q u e c i e r r a las f a s e s de los estudios lingüísticos anteriores á la
época de la Gramática comparada.

(1) He aquí las palabras de Ascoli (Studii critici II), que con ra-
zón reproduce en la Civilt. Catt. De Cara contra La Calle, y nosotros
trasladamos también: "Tra le quali (habla de las causas que detuvie-
ron el desarrollo de la ciencia lingüística ) non vorremmo porre la
doctrina della rivelazione del linguaggio, o la credenza nella miraco-
losa sorgente della diversità degli idiomi; si perché gli ostacoli pro-
venienti da siffate affermazioni, rispondono ad ostacoli simiglianti
che affermazioni congeneri opponevano alle altre discipline scienti-
fiche; é si perché 1* ortodossia potea bene intralciare le indagini
sulle ragioni prime del linguaggio o delle diverse famiglie di favelle,
ma dicerto non interdiceva quella latitudine di studii storici, che sa-
rebbe stata di g r a n lunga sufficiente a promuovere i metodi rigorosi,
ai quali accenniamo. Ben furono, piuttosto, pregiudizii scientifici,
istorici e letterarii, che non pregiudizii teologici, quelli che nel caso
nostro ritardarono lo svilupparsi della buona dottrina."
Las declaraciones de Benfey (Geschichte etc.), las de M. Müller
(Lecturesete.) y de otros muchos filólogos sobre el influjo de las in-
vestigaciones de los misioneros en la formación de la Ciencia del
Lenguaje, son harto elocuentes contra las preocupaciones que im-
pugnamos. Pott, después de hacer varias atinadas reflexiones, no
duda afirmar que "sin cristianismo la Ciencia del Lenguaje no hubie-
ra podido nacer". Ohne Christenthum hätte eine Wissenschaft der
Sprache nicht entstehen. (Potss neue Ausgabe von: W. v. Humboldt,
ueb. die Versch. d. mensch. Sprachwiss. I).

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