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filologia
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LOS PROBLEMAS FUNDAMENTALES
DE LA
FILOLOGÍA COMPARADA
su historia, so naturaleza y sus diversas relaciones científicas
POR EL
D R . A . AMOR RUIBAL
profesor en las Jfacwltabcs be geología j) Jerecho Canónico
g be cstubios superiores be ¿Eenguaá (Orientales en la Unibersibab
pontificia Conipostelana,
(Canónigo be la 3V. ¿tt. E. C. be .Santiago.
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SEGUNDA P A R T E
MADRID a BARCELONA
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Carrera tío San Jerónimo, 2 P a e r t a Ferrisa, 14
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PARÍS LEIPZIG
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üaclxstte et C. Otto Hanasso-witz
Boulevard S a i n t Germain, 79 <¿> Quérstrasse, 14
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ÍNDICE-SUMARIO
Pags.
i
Advenimiento del método de la Filología comparada.—Hervás
P a n d u r o como creador do la Ciencia del L e n g u a j e . Sus
obras filológico-lingiiisticas. Sus t r a b a j o s de c o m p a r a c i ó n .
Sus d e s c u b r i m i e n t o s . Su d o c t r i n a sobro el o r i g e n del len-
g u a j e . I m p o r t a n c i a de H e r v á s P a n d u r o con relación á la
de otros i l u s t r e s c u l t i v a d o r e s de los estudios glotológicos.
P r i m e r o s r e p r e s e n t a n t e s del procedimiento comparado en
R u s i a . T r a b a j o s s u b s i g u i e n t e s á las i n i c i a t i v a s de C a t a l i -
na I I de R u s i a . El Miíhridates de A d e l u n g . E l a d v e n i m i e n -
to del sánscrito, y el estado en que h a l l ó I03 estudios l i n -
güisticos. Los dos defectos capitales del método antiguo, y
efectos del conocimiento del s á n s c r i t o en orden á ellos.
O r i g e n d é l a e r r ó n e a creencia d e q u i la l e n g u a s á n s c r i t a
es m a d r e d e los i d i o m a s europeos. I m p o r t a d o r e s del conoci-
m i e n t o del s á n s c r i t o en E u r o p a y de su aplicación glotoló-
gica europea. El sánscrito e n t r e los griegos, chinos y á r a -
bes. El s á n s c r i t o e n t r e los misioneros, y sus principales
c u l t i v a d o r e s desde la llegada á la I n d i a de Vasco d e G a m a
h a s t a la creación de la Socie lad Asiática. S a n F r a n c i s c o
J a v i e r , R o b e r t o dei Nobili, H a n x l e d e n , P . de S. B a r t o l o -
meo, Coeurdoux, etc. etc. L a l i t e r a t u r a védica e n t r e los
misioneros católitos. L a Sociedai Asiática de Calcuta.
P r i n c i p a l e s obras s a l i d a s de esta Sociedad a l comenzar la
Filología comparada. W . Jones, W i l k i n s , Colebrooke, C a -
r e y , F o r s t e r etc. Los h e r m a n o s Schlegel y la l i t e r a t u r a y
lengua indias I
IX
010846
rias, principio do la G r a m á t i c a comparada, y los trabajos
lengua protoaria y la escuela de los neogramáticos. L a cues-
contemporáneos sobre el lituanio, eslavo, zend, etc. Su
tión do I03 orígenes de las nuevas formaciones lingüísticas,
"Gramática comparada." Formación y génesis de las teorías
y las conformaciones morfológicas. Inducciones y deduccio-
de Bopp; cuáles sean sus innovaciones propias, y cuáles no
nes sobre el consonantismo y vocalismo primitivos, y fórmu-
le corresponden. Tres fases de las doctrinas de Bopp. I n -
la primera de Leskien en sentido de la teoría neogramatical.
fluencia doctrinal de diversas teorías que se revelan en los
Bases de la escuela de los neogramáticos. Principales soste-
trabajos de Bopp. Mérito legítimo de las investigaciones
nedores é impugnadores del sistema neogramatical. Críti-
boppianas. D e f j e t o s de procedimiento y"de fonética en el
ca de la teoría de neogramáticos y paleogramáticos. E l pro-
sistema de Bopp. Sus leyes "físicas" y "mecánicas" en el
blema de las leyes fonéticas en ambas escuelas. Las enseñan-
lenguaje. A u x i l i a r e s y sucesores de Bopp, y su categoría
zas de Humboldt, Bopp, Grimm, Pott, Schleicher, etcétera,
doctrinal. Influencia de G. Humboldt, G. Schlegel y Bopp.
sobre dichas leyes, y com3 precedentes históricos en la ma-
Los trabajos de G. Grimm. La ley de la rotación de los so-
teria. P u n t o à que viene á reducirse la controversia acerca
nidos. Representación filológica de P o t t y Benfey. Schlei-
de las leyes fonéticas en dichas dos escuelas. Impugnación
clier, y sus doctrinas comparadas con las de Bopp. Las teo-
de las leyes fonéticas como normas naturales fijas. Crite-
rías de Schleicher é influencias que se revelan en ellas.
rios legítimos en la materia. Carácter de la regularidad f o -
Schleicher como slavista. El encuentro y convergencia del
nética; su causa próxima y principios remotos. Influencias
método griego ó abstracto y del sánscrito ó concreto en los
perturbadoras de las normas fonéticas é interferencias psí-
comienzos de la G r a m á t i c a comparada, y resultados gene-
quicas. Carácter de la analogía en el fonetismo. Api-eciacio-
rales inmediatos. La lengua griega y la lengua védica.
nes varias sobre lo que debe entenderse por "leyes fonéti-
Historia interior de l a comparación del sánscrito y de las
cas." Causas de la diferenciación lingüistica. La "fuerza
lenguas europeas. El origen de las afinidades sánscritas y
centrifuga" v la "fuerza centrípeta" en el orden glotológico.
griegas y l a t i n a s según la escuela conservadora. Dugald
La nomenclatura lingüística y los paleogramáticos y neo-
Stewart, Lord Monboddo etc. en este punto. La escuela in-
gramáticos. Las lenguas como una Evepvsia y como un
novadora, y el parentesco greco-sánscrito según W . Jones.
Epyov. Las expresiones figuradas en la Glotología. Si se d a n
Criterio de F. Schlegel sobre dicho parentesco. Las tres
organismos lingüísticos, y lenguas vivas y lenguas muertas.
direcciones en los estudios indo-europeos. Escuela bonense;
Las denominaciones abstractas en la Ciencia del Lenguaje.
escuela berlinense; escuela de Gottinga. Representantes
E x a m a n critico do las falsas apreciaciones de los neogramá-
principales de estas escuelas. La distribución de la Filolo-
ticos en la m a t e r i a , é impugnación de las "Antinomias lin-
gía comparada y sus cultivadores. La r a m a germánica. Las
güísticas" de V. H e n r y
lenguas italo-grecas. Los idiomas romances. Los dialectos
célticos. E l grupo eslavo. L a glotología erania. Los semi-
tistas; sinólogos; cultivadores de las lenguas polinesias;
id. dravidianas; id. africanas; id. australianas; id. ame-
La Glotología Fonética— El lenguaje. Nociones inadmisibles
ricanas 25
del mismo. Doble carácter del lenguaje. Su definición y ex-
posición. Los sonidos articulados. Nociones falsas y nocio-
XII
nes incompletas sobre la articulación lingüistica. Verdade-
Los Métodos déla Filología comparada.—Los dos métodos lin- ro concepto de ésta en la palabra, y conclusiones generales
güísticos. Paleogramdticos y neogramáticos. Aspecto gene- sobre la materia. Doble aspecto fonético de la palabra. Fo-
ral de sus procedimientos; y ventajas y desventajas de cada netismo estático. Límites del dominio de -la Fonética en la
uno de ellos. Los principios de los neogramáticos en oposi- Ciencia dal Lenguaje, y doctrinas erróneas en este punto.
Los sonidos orales en sus causas productoras, y considera-
ción con los de los paleogramáticos. Razón ganética del sis-
dos acústicamente. La intensidad; la cantidad; el timbre y
tema de Bopp. Las causas de transformación fonética entre
sus constitutivos. Distinción genérica y distinción específi-
los griegos y entre los indios. El protoarianismo como r a -
ca en el timbre. El timbre, signo manifestativo. Diferencias
zón genética del sistema neogramatical, y principio de la
entre los constitutivos musicales y los constitutivos do la
división de métodos lingüísticos. La escuela de los paleo- palabra. Conclusiones. Independencia del pensamiento do
gramáticos y la reconstrucción de la lengua protoaria. La
todo timbro fonético. Critica del simbolismo fonético. El al-
fabeto fonético filosófico. E l simbolismo gráfico. Los ins- gramatical en las lenguas. Triple forma de esta ú l t i m a in-
trumentos significativos del pensamiento. I n s t r u m e n t o s dividualización. Doctrinas generales de los glotólogos sobre
acústicos y ópticos; instrumentos de conversión (de acústi- las raices. La naturaleza de las raíces según las enseñanzas
cos en.ópticos), y de reversión (de ópticos en acústicos). Gra- de los indios, y según Bopp, Schleicher, Fick, Curtius, etc.
dación evolutiva y clasificación de represan tac iones g r á f i - Id. según P o t t . I d . según Sayce. I d . según los Neogramá-
cas hasta el fonetismo alfabético. Clasificación de Federi- ticos: Brugmann, Misteli, etc. Razón genética de las res-
co Müller. Diferencias dentro del alfabetismo, y teorías so- pectivas diversas tendencias y su critica. Las ciases de rai-
bre el origen da la escritura. Orden genético histórico de los ces. Dualismo de Bopp y divergencias denominativas. Mo-
sonidos en las lenguas; principio á que sa subordina, y de- nismo do Benfey. Otros extremos de G r i m m , Schleicher,
mostración práctica "del mismo. Clasificación glotológica etc.; de Sayce, Ascoli, Breal, etc. Critica do estas teorías.
de los fonemas. Unidades lingüisticas naturales y unida- La forma de raices. Doble aspecto de este problema. El
des artificiales; su examen y su noción legítima. E l voca- vocalismo radical de Schleicher y el consonantismo exclu-
lismo y el consonantismo; sentido en qué cabe rechazar ó sivo de F. Müller. L a teoría de Bopp sobre la constitución
admitir esta distinción de sonidos, y sistemas d e su reduc- silábica de las raíces. I d . de Fick, M. Müller, Ascoli, etcé-
ción científica á la unidad. Fonetismo dinámico. Clasifica- tera. Crítica. La formación de las palabras flexivas. Teoría
ciones de los fonemas considerados en movimiento. Causas de de la aglutinación y su crítica. Teoría psíquico-evolutiva de
Westphal, y su critica. Teoría de la adaptación do Ludwig,
la altcraciónde los fonemas. N a t u r a l e z a compleja del acento.
y su crítica. Conclusión 207
Efectos de la acentuación. Los dos aspectos del acento,
lógico y fonético. Cuál de estas manifestaciones sea la más v i •
antigua. La acentuación sánscrita, griega y l a t i n a . Fone- La Glotología Psíquica.—has relaciones lógico-psicológicas y
tismo histórico. El sistema fonético ario p r i m i t i v o . La teo- glotológicas. Clasificación de teorías filosóficas en orden á
ría de los paleogramáticos representada por Schleicher. La sus soluciones lingüisticas. Las dos direcciones f u n d a m e n -
de los neogramáticos representada por B r u g m a n n . E l voca- tales objetivas y sujetivas, y preponderancia de las primeras
lismo. E l consonantismo. Opiniones diversas y conclu- en sistematización glotológica. Criterios acerca de las re-
siones
laciones psiquico-glotológicas. Triple aspecto de la Gloto-
•v logía psíquica. Aspecto histórico c\o la Glotología psíquica.
La Glotología Morfológica.— Sistemas erróneos acerca de l a Las relaciones dialéctico-lingüísticas entre los estoicos.
constitución de los elementos materiales de la palabra. Ex- I d e m entre los neoplatónicos. La ESaaYWYÍj de Porfirio en
- t r e m o s inaceptables sobre la constitución de las raíces. las pscuelas cristianas desde Clemente Alejandrino y Orí-
Criterios legítimos para d e t e r m i n a r el verdadero valor genes. Influencias glotológicas de San Isidoro de Sevilla,
glotológico de las raíces en los idiomas. R e s u l t a n t e s morfo- Alcuino, etc., y bases de los trabajos dialéctico-lingüísticos
lógicas. Unidades naturales y unidades artificiales morfo- de éste. L a s corrientes arábigo-judaicas y sus escuelas. L a
lógicas, y concepto de cada u n a de ellas. Conclusiones, y Edad Media en el cultivo de los idiomas, é injustificada cri-
conceptos equivocados en la m a t e r i a . Contraposiciones'de tica en este punto. La dialéctica aristotélica en sus tres di-
la raiz y de la palabra. Escuelas erróneas o r i g i n a d a s do recciones, latina, siriaca y helénica. El problema de los
extremar las contraposiciones dichas. L a p a l a b r a en la f r a - Universales en el orden lógico-lingüistico. Origen y solucio-
se, é ideas equivocadas de Sayce. L a realidad y la idealidad nes del mismo. La solución nominalista, la solución realista,
en las raices. Bases para una verdadera teoría de raíces. La la solución conceptualista, sus autores y sus conclusiones on
evolución lingüística como ley etimológica. Valor relativo orden al lenguaje. La solución aristotélica en sus relaciones
de todo arquetipo radical, y á qué se reduce la reconstruc- glotológicas. La Grammatica Speculativa de Duns Escoto.
ción de la lengua primera en un tronco de idiomas. Conse- Las Summulae Logicales de Pedro Hispano y la Súvo^'.?
cuencias. Impugnación de las nociones de raiz dada por d i c h a de M. Psellus. El renacimiento y sus oscilaciones
M. Müller y F . Müller. Orden genético de la morfología lógico-psicológicas. El problema de los universales nueva-
sintaxis y semántica. Principios de diferenciación sucesiva', mente como centro lógico-lingüistico en épocas posteriores.
de individualización significativa y de individualización El nominalismo sensualista y positivista. E l realismo onto-
P&gs. PágS.
ÍIKIVfKSIDAO DÉ mm LE3M
BIMioleca Valverde y Telia
c i e r t a la p r e m i s a e s t a b l e c i d a p o r dichos filólogos, q u e está m u y
P r e s c i n d i e n d o , p u e s , de l a r e d u c t i b i l i d a d ó i r r e d u c t i b i l i d a d
lejos de serlo, t a l conclusión s e r í a p o r lo i n d i c a d o i n s o s t e n i b l e
d e l a s l e n g u a s á la u n i d a d , d e lo c u a l no t r a t a m o s en e s t e lu-
y f a l s a , c o m o e n o t r o l u g a r d i r e m o s m á s a m p l i a m e n t e . M a x Mü-
g a r , es desde l u e g o c o m p l e t a m e n t e ilógico el p r o c e d e r d e todos
11er (Leçons sur la Science du Langage), ha n o t a d o p o r su p a r -
aquellos filólogos evolucionistas ( c o m o P o t t , Die Ungleichei t e la sin r a z ó n d e t a l e s d e d u c c i o n e s ; y el mismo F e d e r i c o Mü-
menschl. Rassen hauptsächl. vom sprachwiss. Standpunkt; 11er, de la e s c u e l a e v o l u c i o n i s t a , lo h a reconocido t a m b i é n ex-
Scheleicher, Die Deutsche Sprache; C h a v é e , Moïse et les Lan- p r e s a m e n t e , s i q u i e r a f u e s e c o n propósito a j e n o á l a v e r d a d
gues; H o v e l a c q u e , La Linguistique; L a C a l l e , La Glossolo- q u e d e f e n d e m o s . (Grundriss d. Spracluuissenschaft, I B d . 1.
gie, etc.), q u e p a r t i e n d o , como d e v e r d a d i n c o n c u s a , d e la plu- A b t h . s. 50).
r a l i d a d o r i g i n a r i a de las l e n g u a s , c o n c l u y e n sin r e p a r o s l a plu-
r a l i d a d o r i g i n a r i a d e las r a z a s h u m a n a s . A u n a d m i t i d a como
El estudio de las lenguas puede considerarse desde
un triple punto de vista: 1.° en cuanto tiene por obje-
componen. Por el contrario, siendo la Psíquica el estudio de la for-
to conocer g r a m a t i c a l y lexicográficamente uno ó mu-
ma exterior de los hechos psicológicos, y de la razón circunstancial
que los ofrece, puede existir una Etnopsíquica, sin detrimento alguno chos idiomas, pero t a n sólo como instvumentos p a r a
del ideal psicológico que debe mantenerse íntegro en medio de las ulteriores estudios, p a r a leer y escribir lenguas extra-
contingencias de la historia que la Psíquica eslabona y sistematiza.
ñas, ó p a r a los usos generales de la vida p r á c t i c a . Tal
La Psicología sosteniéndose en l a s esferas de derecho y de la li-
bertad, y la P s í q u i c a examinando las limitaciones de hecho en es el objeto de la Glótica, que pudiera decirse también
el ejercicio de aquélla, no pueden confundirse sin que el hecho y el Lingüística. Tratándose de pluralidad de lenguas de-
derecho pierdan respectivamente su carácter y naturaleza, y con
nomínase dicho estudio Poliglotía ó Poliglótica, y con
ello se lesionen principios legítimamente inviolables.
Sentemos, pues: 1.° la posibilidad de una r a m a etnológica con el
relación á esto se habla de libros y de personas poli-
carácter indicado, para la cual proponemos la denominación de Et- glotas. 2.° en cuanto tiene por objeto conocer un idio-
nopsíquica, y que expresa en principio la adaptación realizada de la m a como instrumento y medio de una Literatura, si-
actividad psicológica en uno ó m á s pueblos como tales. El lenguaje
ya en cuanto conjunto expresivo de ideas y sentimientos (y por lo
mismo en su t r a m a sintáctica) ya como resultante fonético de la ac- para muchos, el concepto de la Psicología d e s g a j a d a del árbol de la
ción acumulada del medio físico y tradicional sobre los que lo hablan Filosofía, y fruto comparado de la fisiología, de la etnografía y glo-
(y por consiguiente en su distribución morfológica), presenta los ca- tología, etc.—Waíz, Lehrbuch d. Psychol. als Naturwissensch.;
racteres más definidos de aquella adaptación, y cae dentro del nú- Volkmann, Grundriss d. Psychologie.... nach genetischer Methode;
mero de fenómenos etnopsíquicos m á s acentuados. 2.° Que en el sen- Nohlowsky, Das Gefühlslehen; Cornelius, Zur Theorie d. Vechsel-
tido antes expresado la Psíquica es la Psicología histórica de los in- wirkung swischen Leib und Seele; J. H. F i c h t e , Anthropologie,
dividuos, como la Etnopsíquica lo es de l a de los pueblos y por lo mis- Lehre von 'd. menschl. Seele, etc.; G. Schilling, Lehrbuch d. Psy-
m o s e distinguen, no sólo por su condición peculiar arriba señalada, chologie, y otros muchos. 4.° Que dada nuestra noción de Etnopsí-
sino también por los procedimientos, que en la Psicología, supuesta quica, no es imposible reducir á ella (ajustando á sus criterios el
la realidad humana, son a priori y del orden especulativo, y en la fondo y transformando la denominación i m p r o p i a y regional) lo
Psíquica, supuesta la realidad psicológica, son a posteriori y de la que se llama por algunos V'ólkerpsichologie. Esta e s , dice Laza-
categoría de actos no realizables sino ejecutados. 3.° Que por lo di- rus (Zschrft. für Völkespsychol. und Sprachwiss.) "die L e h r e von
cho al introducir la distinción aludida, y por el hecho de introducir- den Elementen und Gesetzen des geistigen Völkerlebens; es kommt
la, estamos lejos de aceptar la noción de Psíquica como sinónima de ihr darauf an, das Wesen des Volksgeistes und sein Thun psycholo-
Psicología, aunque no falten ejemplos en contrario (así lo hace, en- gisch zu erkenen, die Gesetze zu entdecken, nach denen die innere
t r e otros, H. Míinsterberg, en su reciente libro Ueb. Aufgabeund geistige Thätigkeit eines Volkes in Leben, Kunst und Wissenschaft
Methode der Psychologie), y menos en el sentido positivista, que no vor sich geht, sich ausbreitet, erweitert oder verengt, erhöht oder
deja de la verdad psicológica otra cosa que los fenómenos concre- vertieft." Todo lo cual puede decirse dentro de nuestros conceptos,
tos, los actos psíquicos, una Psicología sin alma y un constitutivo y sólo dentro de ellos es racional y admisible.
más de las ciencias históricas, ó mejor, de las naturales. Este es-
guiendo á t r a v é s de las varias manifestaciones cien- de la lengua, es con subordinación al fin de las reglas
tíficas y literarias en general, el desarrollo de la vida gramaticales aludidas. Por eso la Glótica no es cien-
intelectual histórica de un pueblo, de una institución cia, sino simplemente arte en el cual se persigue, co-
ó de una civilización entera. Tal es el objeto de la Fi- mo hemos dicho, el fin de entender y hablar las len-
lología en su acepción genérica. B.° en cuanto se pro- guas sin ideal más elevado.
pone el examen científico de las lenguas en sí mismas, El objeto de lo que hemos llamado Filología gene-
analizándolas, comparándolas, fijando las leyes de su ral ó sea la Filología en la acepción amplia que hoy
existencia y evolución, su historia y sus relaciones de se le atribuye, y en cuanto por ella conocemos la vida
parentesco con las demás. Y este estudio constituye la literaria de los pueblos, es superior al de la Glótica; y
Ciencia del Lenguaje (1). En los dos primeros casos las si bien en este caso los estudios lingüísticos no puede
lenguas tienen razón de instrumento; en el último tie- decirse que procedan por principios propios científi-
nen razón de objeto y son fin inmediato de las investi- cos y de sistema, pues la lengua misma viene también
gaciones glotológicas. directamente á constituir p a r t e de los monumentos li-
Entre los varios nombres con que se h a intentado terarios que filológicamente se i n t e n t a n examinar,
designar la Ciencia del Lenguaje, son los más comunes conservan sin embargo su nota característica y a en
el de Filología comparada y el de Lingüistica, si bien la categoría de arte bello ya en la de ciencia tal como
• esta última denominación es la menos apta p a r a sig- corresponden á la Literatura, á uno de cuyos órdenes
nificar el concepto científico que se intenta expresar. ó á ambos á la vez (en cuanto á la Literatura puede
De los tres grados que hemos señalado en el estu- ser a r t e ó ciencia) h a b r á de reducirse todo el conjun-
dio de las lenguas, el inferior es el que se designa con to de la labor filológica mencionada.
el nombre de Poliglotismo ó estudio simplemente lin- La Filología en el sentido en q u e acabamos d e
güístico; y a que se funda en un procedimiento pura- considerarla se refiere principalmente á la parte lite-
mente empírico, donde no se inquiere razón alguna rario-histórica y monumental de la vida intelectual de
f u e r a de las reglas gramaticales del idioma, y si lle- los pueblos, y por eso se ocupa particularmente de las
gan alguna vez á esbozarse los principios de la teoría literaturas clásicas con todo lo que con ellas se rela-
ciona, llevándonos á apreciar su valor y significación
social, histórica y científica en general.
(1) En esta división están comprendidos los varios objetos de los
estudios lingüísticos, si bien no todas las lenguas sirven para el tri- La Filología comparada ó Ciencia del Lenguaje,
ple estudio mencionado. Idiomas hay que no sirven para el lingüis- representa el grado supremo en el estudio de los idio-
t a práctico, y son útiles para la Filología general y para la Filolo- mas, porque se propone investigar científicamente los
g í a comparada; otros que siendo utilizables en ésta (porque en la
Ciencia del L e n g u a j e lo son todas las lenguas), no son útiles en la problemas lingüísticos en sí mismos, p a r a conocer el
Glóiica, por la condición del pueblo que los usa, ni en la Filología origen, naturaleza, vida y evolución de las lenguas;
general, por no tener Literatura, á cuya investigación va ordenada analizar los elementos que las- constituyen, clasificar
dicha disciplina.
F. Müller en su Grundris etc.—Einleitung in die Sprachwissens-
los idiomas y. establecer su verdadero c a r á c t e r psico-
chaft—(Zweck und unfang der Sprachkenntniss), hace clasifica- lógico, con todos los demás problemas que de esto se
ción análoga á la nuestra, la cual vemos reproducida por R. De la originan y que oportunamente habremos de examinar.
Grasserie en su libro Divisions de la Lingiiistique.
Es de advertir que en las t r e s formas señaladas de
gesis d e los a u t o r e s a n t i g u o s , s e r i a t a n a r b i t r a r i o como l i m i t a r
estudiar las lenguas, las dos p r i m e r a s están en razón l a B o t á n i c a á la d i s t r i b u c i ó n d e las h i e r b a s d e u n campo.» E n
de medio al fin no sólo p a r a sus respectivos inmedia- estos mismos p e n s a m i e n t o s a b u n d a n o t r o s m u c h o s escritores
tos objetos, como hemos visto y a , sino con respecto al posteriores.
' objeto mismo de la Ciencia del Lenguaje, á la cual la A u n q u e asi c o n s i d e r a d a l a F i l o l o g í a , es susceptible d e t o d a s
l a s divisiones d e la H i s t o r i a , y a u n p u e d e decirse q u e es el
Glótica y la Filología general pueden ordenarse como
substractum m á s completo d e la historia d e la h u m a n i d a d , co-
instrumentos. En su condición de instrumentos, así en mo y a i n d i c a b a Otf. Müller al p r o t e s t a r d e los p r o c e d i m i e n t o s
el Poliglotismo c o m o en la Filología general puede d e s e p a r a c i ó n e n t r e las dos disciplinas, sin e m b a r g o t i e n e divi-
darse variedad de grados. Uno y otra son m á s ó me- siones p e c u l i a r e s , q u e -varían s e g ú n el p u n t o d e v i s t a q u e se
nos utilizables en orden al fin de la Ciencia del Len- e l i j a . Suele a c e p t a r s e , a u n q u e es p o r v a r i o s conceptos, inexac-
t a , la división d e los cuatro periodos, q u e personifican c u a t r o
guaje ó Filología c o m p a r a d a , s e g ú n se planteen los n o m b r e s conocidos. El periodo i t a l i a n o ó d e i m i t a c i ó n , r e p r e s e n -
problemas y s e g ú n la clase de estos que s e intente t a d o p o r P e t r a r c a ; el p e r í o d o f r a n c é s ó d e la polihistoria, re-
examinar y resolver. p r e s e n t a d o p o r E s c a l í g e r o ; el p e r í o d o a n g l o - h o l a n d é s ó critico,
r e p r e s e n t a d o p o r B e n t l e v ; el p e r í o d o a l e m á n ó histórico q u e
c o m i e n z a con Boeckh.
P o r m u c h o t i e m p o y d e u n a m a n e r a t r a d i c i o n a l , s e h a n con-
Mas l a p a l a b r a F i l o l o g í a t i e n e o t r a significación m u y d i v e r -
s i d e r a d o i n d i s t i n t a m e n t e los e s t u d i o s filológicos como e s t u d i o s
sa c u a n d o se aplica á l a Ciencia del L e n g u a j e , q u e se d e n o m i -
g r a m a t i c a l e s y l i n g ü í s t i c o s e n s u a c e p c i ó n g e n é r i c a . Mas des- n a e n t o n c e s Filología comparada, y es a c e p c i ó n m u y r e c i b i d a .
d e Wolf a c á se ha hecho p r e v a l e c e r u n a s i g n i f i c a c i ó n especial E. L i t t r é en su Diccionario (Filología), reconoce tres d i v e r s a s
en l a p a l a b r a Filología, q u e y a se le h a b í a d a d o e n l a a n t i g ü e - significaciones en d i c h a p a l a b r a : 1.° l a g e n e r a l , ó sea « u n a s u e r -
d a d e n f o r m a a n á l o g a , y q u e c o r r e s p o n d e á la q u e , c o n t r a p o , t e d e s a b e r g e n é r i c o q u e se refiere á las b e l l a s l e t r a s , l e n g u a s y
n i é n d o l a á l a Glótica y . á l a F i l o l o g í a c o m p a r a d a , h e m o s deno- c r í t i c a ; 2.° l a g e n e r a l p a r t i c u l a r i z a d a , ó sea el e s t u d i o de u n a
m i n a d o Filología general. E s t a a c e p c i ó n d e l a F i l o l o g í a t i e n e l e n g u a como medio d e u n a l i t e r a t u r a , d e su c r i t i c a , etc.; 3.° la
h o y u n a significación m á s a m p l i a q u e la e x p r e s a d a p o r Wolf- de Filología comparada ó estudio aplicado á muchas lenguas,
q u i e n l i m i t a b a y h a c í a c o n v e r g e r t a l e s e s t u d i o s á los d e «la a n - el c u a l se realiza y se p e r f e c c i o n a p o r la c o m p a r a c i ó n d e u n o s
t i g ü e d a d g r i e g a , p u n t o c e n t r a l p a r a reconocer lo q u e es el i d i o m a s con otros. Los dos m i e m b r o s p r i m e r o s de esta clasifi-
h o m b r e y la h u m a n i d a d . » E n t r e los m o d e r n o s y s e g ú n lo q u e cación se r e d u c e n á la F i l o l o g í a g e n e r a l s e g ú n l a noción y a
a t r á s d e j a m o s i n d i c a d o , l a F i l o l o g í a a b r a z a l a e x p o s i c i ó n siste- d a d a , y el ú l t i m o es el concepto d e l a Ciencia del L e n g u a j e .
m á t i c a d e t o d a s las m a n i f e s t a c i o n e s d e l a a c t i v i d a d h u m a n a en Se h a i n t e n t a d o s u s t i t u i r la d e n o m i n a c i ó n d e Fitología com-
el espacio y en el t i e m p o , e n c u a n t o se o r d e n a al m e j o r conoci- parada con la d e Lingüistica, calificativo «un poco b á r b a r o »
m i e n t o del h o m b r e y de su d e s t i n o social é i n d i v i d u a l . P u e d e como lo l l a m a Max Müller, q u e los filólogos d e la e s c u e l a f r a n -
decirse q u e la F i l o l o g í a asi c o n s i d e r a d a es u n a e s p e c i e de Psi- cesa h a n i n t r o d u c i d o (1). E n t r e éstos A. H o v e l a c q u e (La Lin-
cología e m p í r i c a , q u e e s t u d i a el e s p í r i t u en el t i e m p o y e n el
espacio, m i e n t r a s l a P s i c o l o g í a filosófica lo e s t u d i a e n s i m i s m o
y e n los f e n ó m e n o s d e l a c o n c i e n c i a . P a r a Otf. M ü l l e r como p a - (1) Al formarse la nueva ciencia se han ensayado para designar-
r a Boeckh (los dos m á s decididos i n t r o d u c t o r e s m o d e r n o s d e l a la los nombres de "Etimología científica", "Glosología", "Glotolo-
e s c u e l a filológica, c o n t r a l a t e n d e n c i a conservadora d e Her- gía", "Fonología", "Logología", "Ciencia del Lenguaje", "Filología
m a n n y sus p a r t i d a r i o s ) , «la F i l o l o g í a n o se p r o p o n e e x a m i n a r comparada", "Lingüistica", etc.; pero algunas de ellas han sido acep-
hechos p a r t i c u l a r e s ni conocer f o r m a s a b s t r a c t a s , s i n o a b a r c a r tadas y prevalecido preferentemente. En Alemania é Inglaterra fué
admitido generalmente el nombre de "Ciencia del Lenguaje", en Ita-
el e s p í r i t u a n t i g u o todo e n t e r o e n l a s o b r a s de l a r a z ó n , d e la
lia el de "Glotología", en Francia el de "Lingüística", y simultánea"
i m a g i n a c i ó n y del s e n t i m i e n t o . » « L i m i t a r l a F i l o l o g í a á la exé- mente con todos éstos, el d e "Filología comparada." Por nuestra
güistique, c h a p . 1), c r e e insostenible la d e n o m i n a c i ó n d e Filo-
l o g i a c o m p a r a d a , p o r q u e si la «Filología» como t a l y sin o t r a d e aoía aoír¡, etc., e n H o m e r o y Hesiodo, y la del mismo com-
a d i c i ó n no significa l a Ciencia del L e n g u a j e , con d e n o m i n a r l a p u e s t o iXoaoía q u e e n c o n t r a m o s u s a d o e n H e r o d o t o por v e z
p r i m e r a , n o c o n d u c e c i e r t a m e n t e á la a c e p c i ó n q u e ha t e n i d o
«comparada,» no p u e d e t r a n s f o r m a r s e su significación g e n e r a l
después, y q u e p r o b a b l e m e n t e m e r c e d á la ficción p o é t i c a d e
e n significación l i n g ü i s t i c a .
H e r á c l i d e s , h u b o d e t o m a r s e como d e s c u b r i m i e n t o de P i t á g o -
P o r su p a r t e el filólogo i n g l é s A. H . Sayce, á p e s a r d e acep-
r a s , y como t a l lo h a n c o n s i d e r a d o L a e r c i o , Cicerón, etc., c u y a
t a r el n o m b r e de F i l o l o g í a c o m p a r a d a a l t e r n a n d o con el d e
a u t o r i d a d se h a s e g u i d o c o m u n m e n t e y sin r e p a r o . P e r o d a d a
Ciencia del L e n g u a j e , j u z g a q u e s o b r a la adición d e «compa-
l a v e r d a d del hecho, es m a r c a d í s i m a la d i v e r s i d a d d e e q u i v a -
r a d a » p o r q u e s e g ú n él, todo conocimiento científico p o r el he-
lencia p r i m i t i v a , p i t a g ó r i c a y a c t u a l , q u e es lo q u e h a c e á nues-
cho d e s e r l o , es n e c e s a r i a m e n t e comparativo; d e s u e r t e que
tro intento.
p a r a S a y c e , «Filología c o m p a r a d a » « e s n o m b r e l a r g o y en-
Mas p o r esto mismo n o es en m a n e r a a l g u n a a t e n d i b l e la
g a ñ o s o á la vez». (The Principies of Comparative Philology,
razón q u e i n v o c a H o v e l a c q u e p a r a d e s e c h a r l a d e n o m i n a c i ó n
c. 1).
d e F i l o l o g í a c o m p a r a d a ; p o r q u e n o siendo como e n r e a l i d a d
No h e m o s d e d e t e n e r n o s á d i s c u t i r a q u i u n a cuestión q u e ' e s
n o es u n a razón etimológica l a q u e hizo q u e el n o m b r e de «Fi-
p u r a m e n t e d e n o m i n a t i v a , t e n i e n d o sobre todo en c u e n t a q u e e n
lología» s i m p l e m e n t e t u v i e s e la acepción g e n e r a l q u e h e m o s
p u n t o á d e n o m i n a c i o n e s d e ciencias, sobre u n f o n d o d e analo-
visto, no p u e d e i n v o c a r s e d i c h a razón p a r a d e s e c h a r la signi-
g í a e n t r e c a d a ciencia y el n o m b r e aplicado, h a c o n s t i t u i d o la
ficación l i n g ü i s t i c a q u e se le d a c u a n d o h a b l a m o s d e «Filología
a c e p t a c i ó n c o n v e n c i o n a l la r a z ó n s u p r e m a d e la p r o p i e d a d que c o m p a r a d a . » Y si el uso h a hecho q u e «Filología» sea aplica-
en l a d i c h a aplicación n o m i n a l solemos d e s c u b r i r . Muchas p r u e - b l e e n a q u e l s e n t i d o g e n e r a l al clasicismo, no e x i s t e m o t i v o
b a s p u d i é r a m o s p r e s e n t a r d e n u e s t r o aserto, y a u n de t r a n s f o r - p a r a n e g a r q u e el uso h a y a hecho q u e «Filología c o m p a r a d a »
m a c i o n e s t a l e s en la e v o l u c i ó n d e l a ciencia, q u e la s e m e j a n z a sea a p l i c a b l e á l a s m a t e r i a s glotológicas. Y es d e n o t a r q u e el
p r i m i t i v a e n t r e ésta y el n o m b r e q u e se le h a i m p u e s t o , q u e d a calificativo d e « c o m p a r a d a » a u n siendo c o n v e n c i o n a l , no p u e d e
i n m e n s a m e n t e a l e j a d a y casi b o r r a d a en absoluto. Max Müller decirse a r b i t r a r i o . L a p a l a b r a F i l o l o g í a d e s i g n ó y d e s i g n a p a r a
en l a s p r i m e r a s p á g i n a s d e sus «Lecciones sobre la Ciencia del los mismos q u e i n t r o d u c e n la d e n o m i n a c i ó n d e «Lingüistica»
L e n g u a j e » (Serie 1., lee. 1), h a c e v e r a u n q u e á otro propósito las como p a r a los q u e la d e s e c h a n , el estudio d e las l e n g u a s , siquie-
d i f e r e n c i a s e n t r e el concepto d e v a r i a s disciplinas y la composi- r a sea como m e d i o d e u n a L i t e r a t u r a ; y p o r c u a n t o l a L i t e r a t u -
ción e t i m o l ó g i c a del n o m b r e con q u e son conocidas. Y es obvio r a en el s e n t i d o u n i v e r s a l e n q u e a q u i se t o m a , y a comparada
á todos q u e en m u l t i t u d d e casos el n o m b r e de u n a c i e n c i a , m á s consigo m i s m a en sus d i v e r s a s épocas, y a con l a s d e m á s , cons-
q u e p a r a su definición r e a l , sirve como f r a s e m n e m o t é c n i c a t i t u y e p r o c e d i m i e n t o f u n d a m e n t a l p a r a el e s t u d i o científico d e
p a r a r e t e n e r el o b j e t o q u e la m o t i v a . Sabido q u e el n o m b r e Fi- las l e n g u a s , t e n e m o s q u e en l a F i l o l o g í a g e n e r a l e x i s t e u n a ra-
losofía, p o r v a l e m o s d e u n a d e las p a l a b r a s más conocidas y zón lingüística y u n a r a z ó n d e comparación que, concretada
u s a d a s , e s t á m u y lejos d e r e s p o n d e r á lo q u e c o n c r e t a m e n t e se á los i d i o m a s e n si mismos, l l e v a d i r e c t a m e n t e á la Ciencia del
l e a p l i c a , y la significación m i s m a d e d i c h a p a l a b r a se nos ofre- L e n g u a j e el e l e m e n t o c o m p a r a t i v o de la F i l o l o g í a , p o r el cual
ce e n l a a n t i g ü e d a d g r i e g a con u n a g r a n v a r i e d a d , y sin re- se c o n s t i t u y e en F i l o l o g í a c o m p a r a d a .
lación n o sólo á lo q u e h o y significa, sino t a m b i é n al mismo va-
De lo dicho se s i g u e t a m b i é n q u e n o s o b r a , como q u i e r e S a y -
lor e t i m o l ó g i c o q u e a c t u a l m e n t e le a t r i b u i m o s . L a significación
ce, el calificativo d e « c o m p a r a d a » , y a p o r q u e e x i s t e o t r a a p l i c a -
ción d e l a F i l o l o g í a d e q u e es m e n e s t e r d i s t i n g u i r la a c e p c i ó n
l i n g ü i s t i c a , y a p o r q u e d e n o t a l a comparación m a n i f e s t a d a ex-
p a r t e creemos preferibles las denominaciones de Ciencia del Len-
guaje y Filología comparada, á la cómoda pero insubstancial de p r e s a m e n t e , el m o d o p e c u l i a r d e ser y señal c a r a c t e r í s t i c a d e
"Glotología", apta únicamente para expresar el estudio mecánico de l a Ciencia del L e n g u a j e . P o r esto a u n q u e a d m i t i é r a m o s , como
las lenguas, y más aun á la de "Lingüística", traducción b á r b a r a de p r e t e n d e Sayce, q u e t o d a c i e n c i a es comparativa (lo c u a l es
-la precedente, que no le aventaja en ningún sentido, y le es muy in- falso é i n s o s t e n i b l e d e todo p u n t o f u e r a del Positivismo que
ferior léxicamente. c o n v i e r t e la ciencia en m e r a a g r u p a c i ó n y clasificación de he-
_
- 2 2 -
- 2 3 -
chos y fenómenos), s i e m p r e h a b r í a e n los estudios glotológicos
c o r r e s p o n d i e s e n á la l e n g u a , e l e m e n t o v i t a l é i n s u s t i t u i b l e
u n m o t i v o especial p a r a l l a m a r l e s c o m p a r a d o s (1).
en t o d a f a s e d e l a c u l t u r a h u m a n a . L a F i l o l o g í a g e n e r a l , p u e s
T e n e m o s , p u e s , q u e si se a t i e n d e al concepto d e l a Filología» (ó F i l o l o g í a simplemente), y la F i l o l o g í a c o m p a r a d a , e n c u é n -
no h a y r a z ó n a l g u n a p a r a q u e s i g n i f i q u e m á s b i e n el clasicis- t r a m e en el t e r r e n o común d e las l e n g u a s y h a n d e e s t u d i a r d e
mo l i t e r a r i o é histórico q u e p a r a q u e se a p l i q u e á l a Ciencia c o n s u n o el sistema asi fonético como morfológico q u e se o f r e z c a ,
del L e n g u a j e . Si se a t i e n d e á l a d e n o m i n a c i ó n , n o h a y m o t i v o con la d i f e r e n c i a d e q u e la F i l o l o g í a g e n e r a l u t i l i z a r á t a l e s es-
p a r a d e j a r l a d e F i l o l o g í a c o m p a r a d a p o r la d e Lingüística, t u d i o s principalmente como m e d i o en el m a t e r i a l l i t e r a r i o , y
e t i m o l ó g i c a m e n t e i n f e r i o r , m e n o s científica q u e la p r i m e r a , y l a F i l o l o g í a c o m p a r a d a , al c o n t r a r i o , u t i l i z a r á principalmente
o r d e n a d a á s e r v i r m á s al e m p i r i s m o glotológieo y al positivis- dicho m a t e r i a l l i t e r a r i o como medio de la c o m p a r a c i ó n d e l a s
mo q u e h a i n v a d i d o t a m b i é n n u e s t r a disciplina, q u e al e s t u d i o f o r m a s l i n g ü i s t i c a s , de d o n d e p o r a n t o n o m a s i a r e c i b e el califi-
r a c i o n a l psicológico-histórico q u e debe p r e v a l e c e r en l a C i e n c i a cativo d e «comparada».
del L e n g u a j e .
P o r lo d e m á s y e n c u a n t o se refiere á la a c e p c i ó n d e l a v o z
D e b e a s i m i s m o t o m a r s e en c u e n t a q u e l a Filología general
«Filología», no existe, como q u e d a indicado, r a z ó n e t i m o l ó g i c a
y la Filología comparada, si b i e n se d i s t i n g u e n r e a l m e n t e , tie-
q u e d e t e r m i n e el sentido d e la misma, que f u é u s a d a con m u y v a -
n e n p u n t o s d e c o n t a c t o y p a r t e c o m ú n . De la F i l o l o g í a compa-
ria significación. L a Filología se h a considerado p o r u n o s c o m o
r a d a es p r o p i o el e s t u d i o de los sonidos g l o t o l ó g i c o s , d e los
« S t u d i u m s e u a m o r l i t t e r a r u m » q u e es su a c e p c i ó n m á s a m p l i a
p r i n c i p i o s del l e n g u a j e sus f a s e s y f e n ó m e n o s , de sus a l t e r a -
y o r i g i n a r i a (á esto e q u i v a l e la Filología e n v a r i o s p a s a j e s d e
ciones y cambios, la clasificación d e i d i o m a s y todo lo q u e se
Séneca); p o r otros, como «amor disserendi et l o q u e n d i d e r e ali-
refiere al sistema g e n e r a l del l e n g u a j e . D e la F i l o l o g í a g e n e r a l
qua» (y asi l a t o m a P l a t ó n e n el Theéteto y t a m b i é n e n l a s L e -
es p e c u l i a r á t e n o r d e lo d i c h o , e s t u d i a r el c o n t e n i d o d e los
y e s , c u a n d o d i c e ' q u e la ciudad d e Atenas—los a t e n i e n s e s — s o n
i d i o m a s e n su l i t e r a t u r a r e v e l a d o r a d e la c u l t u r a d e los p u e -
t e n i d o s p o r a m a n t e s de l a o r a t o r i a , ¿>s tpdóXoyos zé íazi-nóXig-) •
blos, y p o r esto, el v a l o r científico y estético q u e á la luz d e l a
E n C a t ó n <pdoXoyeiv tiene la significación d e «philosophari, dis-
critica se manifiesta e n el l e n g u a j e d e c a d a escritor ó d e los es-
s e r e r e c u m philosophis;» P l u t a r c o toma l a e x p r e s i ó n cpdóXoyog
critores d e c a d a é p o c a . P e r o á l a F i l o l o g í a le es t a n i m p o s i b l e
como e q u i v a l e n t e á «docto» (asi como a l g u n a v e z e n s e n t i d o d e
el r e a l i z a r sus i n v e s t i g a c i o n e s l i t e r a r i a s y científicas sin p e n e -
«locuaz», etc); en el mismo P l u t a r c o (De o r a t . P y t h . ) t i e n e equi-
t r a r en lo m á s i n t i m o del i d i o m a ó i d i o m a s c o r r e s p o n d i e n t e s ,
v a l e n c i a d e e r u d i t o <pdona&r¡s ¿azi fiaXov, etc. E n M a r c i a n o Ca-
como á la F i l o l o g í a c o m p a r a d a el a l c a n z a r d o m i n i o científico
pela (De nuptiis Fhilologice et Mercurii) significa el c o n j u n t o
d e e s t e i d i o m a ó i d i o m a s sin p r e v i o estudio de las f u e n t e s cien-
de estudios l i t e r a r i o s superiores, d e m a n e r a a n á l o g a , a u n q u e
tíficas ó l i t e r a r i a s á q u e l a F i l o l o g í a g e n e r a l d i r i g e sus investi-
m e n o s a m p l i a , á la acepción q u e d e s p u é s hubo d e d a r l e W o l f ,
g a c i o n e s . Y a u n q u e p r e s c i n d i é r a m o s d e e s t o , l a F i l o l o g í a hu-
l a c u a l t a m b i é n ha sido m o d i f i c a d a p o s t e r i o r m e n t e e n el s e n .
b i e r a de s e r en todo caso i m p e r f e c t a é i n c o m p l e t a si d e j a s e d e
tido en q u e hemos d i c h o atrás l a e n t i e n d e n Otf. Müller,
s e g u i r a l mismo t i e m p o q u e las evoluciones l i t e r a r i a s , las q u e
Boeckh, etc. P o r ú l t i m o , l a Ciencia del L e n g u a j e c o m p a r t i e n d o
su l a b o r con los estudios filológicos y r e c i b i e n d o á l a v e z d e ellos
e l e m e n t o s p a r a su f o r m a c i ó n , se h a dicho F i l o l o g í a c o m p a r a d a ,
(1) Por lo expuesto, se colige la sinrazón de lo que afirma el mis- m i e n t r a s l a F i l o l o g í a g e n e r a l se ha d i v i d i d o y s u b d i v i d i d o , se-
mo Sayce (1. cít.), cuando dice que el nombre de Filología compa- g ú n las r a m a s p e c u l i a r e s de l a c u l t u r a d e los pueblos, y l a a m -
rada "perpetúa la idea de que la materia de esta ciencia no es sino p l i t u d m a y o r ó m e n o r d e n t r o d e su c a r á c t e r enciclopédico (1).
una parte de una Filología más alta y más amplia", cosa que según
dicho filólogo no es admisible. La Filología comparada perpetúa la
idea de que existe una Filología que no es la comparada, como la (1) Eu el siglo XVI notaba ya Enr. Stéfano (Thesaur. Ling.
Gramática crítica supone la existencia de otra que no lo es; pero no grcec t n - v . App., t. V de las antig. edic.) las varias acepciones
dice en m a n e r a alguna relación de superioridad ni de inferioridad que há tenido la "Filología." Sobre ellas v. especialmente Lehrs, De
respecto de otra; es simplemente la razón diferencial conveniente- vocabulis cpdéXoyos, vea^azcxóS, (apénd. á su Serodiani
mente expresada, y nada más. scripta tria emendatiora). Como precedentes de la escuela de Wolf
L a s r e l a c i o n e s e x i s t e n t e s e n t r e l a F i l o l o g í a c o m p a r a d a y la
t a , h a n h e c h o sin d u d a q u e los e s t u d i o s g l o t o l ó g i c o s p r o p i o s d e
F i l o l o g í a g e n e r a l y l a s t e n d e n c i a s e n c i c l o p é d i c a s d i c h a s d e és-
l a p r i m e r a y los l l a m a d o s d e e r u d i c i ó n filológica p e c u l i a r e s d e
la s e g u n d a , se r e ú n a n p o r a l g u n o s a u t o r e s b a j o l a d e n o m i n a -
pueden c o n t a r s e J. P h . van der W o u w e r , De Pólimathia vete- c i ó n g e n é r i c a d e F i l o l o g í a , lo c u a l sin e m b a r g o n o s i g n i f i c a
non (1603); G. J. V o s i o , De Phüologia líber (1650); Th. Crenius, o t r a cosa q u e l a a g r u p a c i ó n m a t e r i a l d e la F i l o l o g í a c o m p a r a -
Tractatus de Phüologia studiis liberalis doctrince, etc. (16%), De d a y d é l a Filología g e n e r a l , c o n s e r v a n d o cada u n o sus carac-
eruditione comparanda in humanioribus, etc. (1699), entre otros. t e r e s d i s t i n t i v o s . Asi a c o n t e c e e n el Grundriss d e filología d e
Wolf consolidó la a c e p c i ó n filológica en el sentido amplio de los an- H e r m á n n P a u l , e n el d e G u s t a v o G r o b e r , e n el d e J o r g e Biih-
teriores, encaminada á la erudición g r i e g a , con sus múltiples traba- l e r , e t c . , t r a b a j o s d e c o n j u n t o n o u n i p e r s o n a l e s , d e n t r o d e los
jos (v. Encyklop. d. Philol., public, por Stockmann; Vorlesung, ü. c u a l e s los e s t u d i o s d e l i t e r a t u r a y los l i n g ü í s t i c o s f o r m a n sec-
die Encyclop. d. Alterthumsw., hrsg. v. Gürtler, complem. de Hoff-
ciones distintas, como no podía menos de suceder r e s p e t a n d o
mann; Darstellungen d. Alterthumsw. (hrsg. v. Hoffmann). Sobre
los l e g í t i m o s c o n f i n e s d e a m b a s d i s c i p l i n a s . E s t u d i o s estos e n
la misma base, a u n q u e no siempre con igual criterio, se escriben los
los c u a l e s si s e p l a n t e a n p r o b l e m a s c o r r e s p o n d i e n t e s á l a s dos
llamados t r a t a d o s d e "Filología" en contraposición á los que se di-
cen de "Filología c o m p a r a d a . " Representan la escuela filológica así r a m a s , e s s i e m p r e con a p l i c a c i ó n e x c l u s i v a á u n p u e b l o ó civi-
entendida, e n t r e o t r o s muchos: Matthias, Encyclop. ¡i. Methodol. d. l i z a c i ó n , y sin p r e s e n t a r el s i s t e m a c o m p l e t o d e l a C i e n c i a del
Philol.; L a n g e , Ueber des Verhaeltniss. d. Studium d. klass. Phi- Lenguaje.
lol., etc.; Ast, Grundr. d. Philol.; Ilübner, Grundriss su Vorlesun-
gen d. Gesch. und Encyclopäd. des Classisch. Philol. L ü b k e r , Ges-
samt. Schrift, s. Philol.; Eksteín, Nomencl. Philol.; Pökel, Philol.
Schrifteller; Boeckh, Encyclopäd. und Methodolog, d. Phtlol. Wis-
sensch. h r s g . v. B r a t u s c h e k , b e s o r g t , v . Klussmann; B e r n h a r d y ,
Gründl, s. Encycl. d. Philol.; F r e u n d , Triennium philol. oder
Grundr. d. philol. Wissenschaften; la Biblioth. philol. e t c . de
Schmidt, Müldenes, H e y s e y Cosina; Otf. Müller, y Hildebrand en la
t r a d . de la L i t e r a t , g r i e g a del primero; L. Müller, Gedanken über
das Studium d. class. philol.; J. Curtius, Ueber die Geschichte it. d.
Aufg. d. Filol.; E. Curtius, Allerthum und Gegenvart, y con éstos
Ciernen, Hasse, Ritsehl, B. Schmidt y compend. como los de Reinach,
Inama, etc.
P o r lo que hace a l procedimiento a r r i b a aludido, que junta b a j o
el n o m b r e de Filología la Filología comparada y la Filología gene-
ral (bien que con c a r á c t e r aplicado y concreto) véase el plan en el
Grundriss d. Germanischen Philol. hrsg. von H. P a u l (en coopera-
ción); Grundr. d. Romanisch. Philol. hrsg. v. G. Gröber (en coop.);
Grundr d. Iranisch. Philol. hrsg. v. W . Geiger ü. N. Kuhn (en
coop.); Grundr. d. Indo-Arisch. Philol. und Altertumskunde, v. G.
Bühler, fortgesetst v. Kielhorn (en coop.).
Sobre el aspecto y división del conjunto e n la Filología gene-
ral, véanse L ü b k e r , De partitione Philologice; W e l c k e r , Ueb. die
Bedeutung der Philol.; J . Curtius, Philologie und Sprachwissens-
chaft; E. Curtius, Mitlleramt der Philol.; F. H a a s e , art. Philolo-
gie la Encyklopäd. d e Ersch y Gruber; Jahn, Bedeutung und
Stellung d. Alterthumsst.; Clemns, Ueb. Aufgabe und Stellung
class Philol.; H i r z e l , Grundzüge zu ein. Geschieh, d. class.
Piniol.; L a n g e , ob. cit. Ueb. d. Verliaeltn. etc. y g r a n p a r t e de los
a n t e r i o r m e n t e citados.
Constitutivos y naturaleza de la Ciencia del Lenguaje
ii
i
elemento racional (Pragmatismo); elemento teórico (Glotoma-
fe thia), y coordinación general en la norma histórica de estos ele-
mentos, según la noción legítima de la Historia. La base prime-
r a , la condición primera, y el principio primero glotológicos.
S r;
s0 b e d e r n á ias insostenibies a ñ a d e W h i t n e y en La vie du Langage: "Or, de meme que l ' i n d i v i -
du peut p a r l e r une l a n g u e d i f f é r e n t e de celle de ses ancetres, de me-
e n Z ' T q u e n ° q U e r a m 0 S a d m i t í r l a ^nominación d me une société (qui n' est qu' une a g g l o m é r a t i o n d' individus) peut
ístfcas 6 e r J ^ f S n e C e S a d ° r e C 0 n 0 c e r líls "«'as caracte- acquérir une l a n g u e é t r a n g è r e et n e p a s g a r d e r le moindre souvenir
qUG 138 h a C e n d Í S t ¡ n g U Í r a s í d e s d e
is a p s i C 0 2 t o " H P-to de de sa l a n g u e originelle." Que es una fórmula concreta de la indepen-
como n S ^ f d e , e X p r e S 1 Ó D d e l a s í d e a s > ^ g ú n nota Steinthal, dencia de la Glotología y de la Antropología de que hemos habla-
d elem nt0S f0nétÍC0S suces vame
Íy aTe Zv a Z Z a n e r a s combinados.
nas m J ' ° t e adquirido do, y que es f u e r z a reconocer.
t i v a , l a c u a l s i g u e el mismo p r o c e d i m i e n t o q u e se e m p l e a p a r a n e r a a l g u n a al e s t u d i a r la n a t u r a l e z a d e la p a l a b r a , y a q u e
los estudios geológicos y biológicos, al p r o c u r a r d e s c u b r i r pol- a m b o s son sus e s e n c i a l e s c o n s t i t u t i v o s , s e g ú n d e j a m o s i n d i c a d o .
los hechos leyes g e n e r a l e s q u e p u e d a n a p l i c a r s e d e d u c t i v a m e n - E s v e r d a d , como dice W h i t n e y , q u e h a n de e s t u d i á r s e l a s leyes
te. L a d i f e r e n c i a e s t á en q u e e n los e s t u d i o s geológicos y otros q u e d e t e r m i n a n l a acción psicológica en l a s l e n g u a s , y d e esta
a n á l o g o s se t r a t a d e ciencias n a t u r a l e s , s u j e t a s á l e y e s fijas q u e s u e r t e r e l a c i o n a r hechos con h e c h o s , y t r a n s f o r m a c i o n e s con
o b r a n h o y como h a c e c e n t e n a r e s de años, y en los estudios lin- t r a n s f o r m a c i o n e s ; p e r o es falso lo q u e él mismo dice d e q u e e n
güísticos sucede á l a i n v e r s a , porque la s u m a d e las f u e r z a s F o n o l o g í a j a m á s p o d r á p r o c e d e r apriori el filólogo, p o r q u e d e
hecho se p r o c e d e y se p r o c e d e l e g í t i m a m e n t e en m u c h a s d e d u c -
crece en r a z ó n p r o g r e s i v a d e la c e l e r i d a d . T o d a g e n e r a c i ó n
ciones g e n e r a l e s y p a r t i c u l a r e s ; asi en el o r d e n etimológico por
n u e v a r e c i b e el c a u d a l y el influjo d e l a q u e l a ha p r e c e d i d o ;
e j e m p l o , se d e t e r m i n a a priori q u e u n a etimología es f a l s a ,
influjo q u e como f u e r z a a c t i v a debe t o m a r s e s i e m p r e en c u e n t a
p o r q u e el c a m b i o d e c o n s o n a n t e s q u e s u p o n e no se h a c e j a m á s ,
en l a v i d a d e las l e n g u a s . L a v o l u n t a d h u m a n a a p a r e c e siem-
y p o r el c o n t r a r i o p o r a n á l o g o p r o c e d i m i e n t o p u e d e conocerse
p r e o b r a n d o en e s t a s f u e r z a s , s e g ú n S a y c e , c o n f o r m e á l e y e s
a priori la f o r m a d e u n a r a í z d a d a ó de u n a s e r i e d e r a i c e s á
no d e t e r m i n a b l e s e n el o r d e n físico como los n a t u r a l e s ; y e s t a
t r a v é s de l a s v a r i a s l e n g u a s d e u n a f a m i l i a (1). E s i g u a l m e n t e
acción f o t o g r a f i a d a e n los m o n u m e n t o s d u r a b l e s del l e n g u a j e ,
cierto q u e los c a m b i o s f o n é t i c o s son debidos á la acción d e l a
es l a r a z ó n d e q u e l a F i l o l o g i a . c o m p a r a d a , cuyo o b j e t o cae b a j o v o l u n t a d q u e o r d e n a medios á fines s e g ú n disposiciones propias;
l a a l t e r n a t i v a d e los tiempos, sea ciencia h i s t ó r i c a (1). p e r o es t a m b i é n c i e r t o q u e dichos c a m b i o s f o n é t i c o s son r e g u -
L a opinión q u e a c a b a m o s d e resumir, y q u e d e f i e n d e W h i t - l a r e s y e j e c u t a d o s s e g ú n l a n a t u r a l e z a de los r e s p e c t i v o s idio-
n e y con t a l e m p e ñ o q u e c r e e debe e x c l u i r s e d e los e s t u d i o s d e m a s (2); p o r c o n s i g u i e n t e , ó ha d e a d m i t i r s e q u e n o es l i b r e la
n u e s t r a c i e n c i a al q u e l a i m p u g n e (2), e n c i e r r a u n a v e r d a d v o l u n t a d on l a s d e t e r m i n a c i o n e s g l o t o l ó g i c a s , c o n t r a lo q u e
g r a n d e del o r d e n psicológico, l a cual no p o d r á n u n c a ser con- p r e t e n d e el a u t o r m e n c i o n a d o , ó h a de r e c o n o c e r s e q u e l a vo-
t r a r r e s t a d a c i e n t í f i c a m e n t e , n i menos v e n c i d a p o r p r e j u i c i o s l u n t a d h u m a n a n o es á r b i t r o ú n i c o y a b s o l u t o d e l a s leyes lin-
d e e s c u e l a a l g u n a . P o r q u e m i e n t r a s e n el o r d e n h u m a n o p o d a - g ü i s t i c a s , sino q u e su acción se e j e r c e d e c o n s u n o con las exi-
mos a i s l a r l a acción física r e g u l a d a y fija d e la acción de l a vo- g e n c i a s f o n é t i c a s d e n t r o d e ciertos limites y condiciones en q u e
l u n t a d , m i e n t r a s l a s l e n g u a s v i v a n sin s u b o r d i n a c i ó n á los in- i n f l u y e , sino como c a u s a d e t e r m i n a n t e , como condición de la
d i v i d u o s y éstos sin s u b o r d i n a c i ó n á ellas, m i e n t r a s h i s t ó r i c a y
a n t r o p o l ó g i c a m e n t e no a p a r e z c a n v i n c u l a d o s h o m b r e s y len-
g u a s , h a b r á s i e m p r e a q u í recursos s e g u r o s , y a r g u m e n t o s q u e
(1) Dicho se e s t á que este procedimiento a priori se apoya en
resisten sin dificultad los e m b a t e s d e los a d v e r s a r i o s .
una inducción primera, por la cual se ha observado que de hecho si-
P e r o es d e o b s e r v a r q u e los r a e o n a m i e n t o s d e W h i t n e y , si guen los sonidos tales ó tales caminos de transformación; pero esta
bien d e m u e s t r a n el c a r á c t e r psicológico, n o p r u e b a n el v e r d a - forma de conocimiento es de certeza moral completa (sabido es que
d e r o c a r á c t e r histórico d e l a Ciencia del l e n g u a j e , p o r q u e se re- hay certezas de este orden comparables á la certeza física), lo cual
fieren e x c l u s i v a m e n t e al e l e m e n t o psíquico, sin t e n e r e n c u e n - no es compatible con la teoría de Whitney, al menos en la forma en
t a el e l e m e n t o fonético, del c u a l no p u e d e p r e s c i n d i r s e e n ma- que la presenta.
(2) No se t r a t a aquí de justificar el fatalismo fonético de ciertos
filólogos, desmentido, como las leyes de Grimm, en casos evidentes
(1) "We must bear in mind that Glottology is an historical scien- é incontestables, sino de hacer notar el hecho de una acción fisioló-
ce, and the historical sciences imply change and progress with the gica en el fonetismo con tendencias normales, que resultan del con-
change and progress of time" (The Principles etc.). junto del idioma. Tampoco nos referimos á las alteraciones que la
introducción premeditada y refleja de palabras no conformes con el
(2) Aunque D' Ovidio en la traducción italiana de Whitney (Vita
orden fonético de una lengua puede ocasionar; las que así se a p a r t a n
e Svilupo del Linguaggio), c r e e estas palabras excesivas, es de te-
del orden g e n e r a l para subvenir á necesidades científicas, etc., no
ner presente que en el c a r á c t e r psicológico del lenguaje, va envuelta
prueban cosa alguna contra lo que venimos diciendo. Dígase lo mis-
la constitución científica del sistema lingüístico. Por ello, el que nie-
mo de la suma de ingerencias de otros órdenes, de todo lo cual ha-
g a la naturaleza psicológica de estos estudios, no merece ser con-
blaremos en su lugar.
tado en el número de sus cultivadores.
d e t e r m i n a c i ó n d e los actos volitivos, el s i s t e m a m o r f o l ó g i c o d e a p l i c a n d o á l a Ciencia del l e n g u a j e las d i v e r s a s f o r m a s l i n g ü i s -
l a l e n g u a , el c a r á c t e r g e n e r a l d e e l l a y l a ley d e m e n o r e s f u e r - t i c a s h a n d e c o n s i d e r a r s e como e x p r e s i ó n d e u n a ley n a t u r a l
zo en c a d a caso. R e s u l t a , p u e s , q u e es m e n e s t e r t e n e r p r e s e n t e fija é i n a l t e r a b l e . El m é t o d o histórico, s e g ú n el mismo, p r o c e d e
el e l e m e n t o m a t e r i a l de l a p a l a b r a , y q u e 110 p u e d e d e m o s t r a r - á la i n v e r s a , es p u r a m e n t e casuístico, y e n él los hechos p a r -
se su v e r d a d e r o c a r á c t e r , sino r e c o n o c i e n d o , como d e j a m o s di- t i c u l a r e s no se o f r e c e n como r e s u l t a n t e d e l e y e s g e n e r a l e s , si-
cho a t r á s , el doble e l e m e n t o q u e p r e s i d e á los actos h u m a n o s , no q u e m á s b i e n se o r d e n a n e n u n c u e r p o sistemático, eslabo-
d e u n o de los c u a l e s se h a c e caso omiso e n la t e o r i a d e q u e nos n á n d o s e p o r sus r e l a c i o n e s e x t e r i o r e s , y a d e oposición y a d e
ocupamos. y u x t a p o s i c i ó n . El m é t o d o científico (de las ciencias n a t u r a l e s ) ,
se a p o y a p s i c o l ó g i c a m e n t e e n u n a Apperception subsumiren-
den (lo p a r t i c u l a r p e r c i b i d o en lo g e n e r a l ) ; el histórico e n u n a
3.° La Ciencia del Lenguje es una ciencia histó-
Apperception harmonisirenden (las d i v e r s a s e s f e r a s d e p e r c e p -
rica por su objeto, una ciencia natural por su método ciones o r d e n a d a s e n t r e si). «De d o n d e se s i g u e , a ñ a d e F . Mü-
(F. Mtiller, Grundriss der Sprawissenschaft, etc.). En ller, q u e los r e s u l t a d o s d e l a s dos direcciones científicas son
esta opinión el lenguaje es organismo con vida pro- m u y d i f e r e n t e s . M i e n t r a s las ciencias i p d u c t i v a s y d e d u c t i v a s
l l e g a n á conclusiones del todo c i e r t a s , las d e m é t o d o casuístico
pia, que aunque regida por leyes del espíritu (de don-
(como las históricas) sólo a l c a n z a n probabilidades» (1).
de procede su c a r á c t e r histórico), en su individuali-
dad peculiar, y en cuanto es susceptible de composi- E c h a s e de v e r sin dificultad q u e la a n t e r i o r d o c t r i n a d e
F . Müller, y la aplicación á l a Ciencia del L e n g u a j e de leyes in-
ción y descomposición fonética y morfológica, está m u t a b l e s n a t u r a l e s , c o n d u c e á la identificación d e los actos hu-
sujeta al método de investigación de las ciencias na- m a n o s con la acción i n s t i n t i v a y n e c e s a r i a d e la n a t u r a l e z a y
turales, y participa de la certeza de las conclusiones d e los o r g a n i s m o s i n f e r i o r e s d e l a escala zoológica, q u e es el
de éstas. —Escuela lústórico-naturalista.— e s p í r i t u d e la e s c u e l a filológico-darwiniana, d e l a c u a l se de-
c l a r a discípulo el filólogo a u s t r í a c o (2). E n esta t e o r i a t o d o sis-
E n esta opinión d e F e d e r i c o M ü l l e r se h a q u e r i d o s o s t e n e r
el c a r á c t e r psicológico del l e n g u a j e q u e h e m o s visto en l a doc-
t r i n a a n t e r i o r , y al efecto el filólogo a u s t r í a c o i n v o c a los mis- (1) Esta clasificación de métodos histórico y científico, la usa
también el profesor de Viena para distinguir la Filología general
mos a r g u m e n t o s q u e u s a W h i t n e y , ó sea l a f a l t a de correspon-
(método histórico), de la Filología comparada (método de las cien-
d e n c i a e n t r e r a z a s y l e n g u a s , la s u b o r d i n a c i ó n d e las l e n g u a s
cias naturales): "Como es de todos sabido, dice, la Filología y la
al c a m b i o v o l u n t a r i o de los i n d i v i d u o s y el c a r á c t e r psicológi- Lingüística t r a t a n del lenguaje de muy diferente manera. Mientras
co é i d e a l q u e i n f o r m a las m a n i f e s t a c i o n e s d e la p a l a b r a . P e r o la Filología examina y resuelve casos concretos la Lingüística
e c h a n d o d e v e r l a insuficiencia q u e h e m o s y a s e ñ a l a d o en la t r a t a de examinar cada caso como expresión de una ley general
t e o r í a a n t e r i o r p a r a e x p r e s a r el concepto d e la ciencia q u e nos Mientras que la Lingüística llega á una serie de leyes generales cier-
o c u p a , se ha p r o p u e s t o s u b s a n a r l o y e n d o al e x t r e m o opuesto, tas, la Filología no puede hacer otra cosa que esclarecer casos de-
ó s e a b u s c a n d o las leyes a b s o l u t a s d e las ciencias n a t u r a l e s . terminados, y procurar concordarlos con o t r o s y a coordinados".
«En el f o n d o , dice en su Grundriss d. Sprachioissenschaft— (Grundriss etc. I.) L a s erróneas apreciaciones de F. Müller en este
punto, son consecuencia legítima de su evolucionismo sistemático.
E i n l e i t u n g — , el e r r o r d e colocar á l a c i e n c i a del l e n g u a j e en-
(2) Nach Darwin, dice en el cit. Grundriss d. Sprachwiss., "und
t r e las ciencias n a t u r a l e s , p r o v i e n e d e q u e el m é t o d o d e q u e der modernen Naturforschung, ist der Mensch nicht erschaffen, son-
h a c e uso dicha ciencia difiere a b s o l u t a m e n t e del q u e es segui- dern aus einem niedriger organisisten Wesen auf den W e g e tausend
do por las d e m á s ciencias históricas, p u e s t o q u e su m é t o d o es und über tausendjähriger Entwicklung entstanden. W i e dieses W e -
e x a c t a m e n t e el d e las ciencias n a t u r a l e s . » E s t e m é t o d o en di- sen beschaffen w a r , kann Niemand wissen und hat kein wissenschaf-
chas ciencias, dice el mismo filólogo, es i n d u c t i v o - d e d u c t i v o , y tlich gebildeter Mann je behauptet." Tales son los principios con los
e n él los hechos p a r t i c u l a r e s se p r e s e n t a n b a j o la acción d e u n a cuales discurre F. Mtiller en materias lingüísticas, para acabar por
ley g e n e r a l i n m u t a b l e y como e x p r e s i ó n d e ella; d e s u e r t e q u e la confesión que encierran las últimas líneas citadas, de la absoluta
/
t e m a histórico como todo edificio científico, en el s e n t i d o r i g u - cia del Lenguaje, debe fijarse con arreglo á la natu-
roso d e la p a l a b r a , es un a b s u r d o , c o n s i g u i e n t e á las n e g a c i o -
raleza del lenguaje mismo, y que siendo éste un con-
nes psicológicas y ontológicas del m a t e r i a l i s m o e v o l u c i o n i s t a ;
s i e n d o a d e m á s imposible q u e p u e d a d a r s e d i s t i n c i ó n d e méto- junto que resulta del orden psicológico y del orden fí-
dos (se h a b l a del método en la m i s m a significación d o c t r i n a l sico, algo interior que se refiere a l mundo de las ideas
q u e le d a M ü l l e r ) con f u n d a m e n t o en l a distinción d e p r i n c i - y algo exterior que ofrece el concepto en una ase-
pios científicos, d o n d e éstos e s t á n s i e m p r e c o n s t i t u i d o s p o r u n a quible fórmula fonética, es necesariamente un todo
m i s m a u n i v e r s a l n o r m a de c i e g a é i n c o n s c i e n t e n e c e s i d a d , á l a
complejo regulado por aquellos dos órdenes de prin-
cual ha d e r e d u c i r s e como á r a z ó n s u p r e m a t o d a d i s c i p l i n a
histórica ó no histórica.
cipios, de los cuales el primero se refiere al oficio y
P e r o a d m i t i d o p o r un m o m e n t o q u e p u e d a n s u b s i s t i r como significación de las palabras, y el segundo á la forma-
d i v e r s o s en el d a r w i n i s m o a c e p t a d o p o r F . Müller, los dos pro- ción y evolución de los sonidos, dando un todo perfec-
c e d i m i e n t o s , casuístico y científico, c o r r e s p o n d i e n t e s á las cien- to, á la m a n e r a que la materia y el espíritu, la p a r t e
cias h i s t ó r i c a s y á las n a t u r a l e s r e s p e c t i v a m e n t e , j a m á s p u d i e - racional y la parte física se ofrecen eslabonadas p a r a
r a n j u n t a r s e c i e n c i a y método d e diverso o r d e n , como p r e t e n d e
formar el todo de los actos humanos. Como éstos, tiene
h a c e r l o F. M ü l l e r e n la Ciencia del L e n g u a j e , rin r e n u n c i a r á
sus p r o p i a s d o c t r i n a s . Si con el m é t o d o histórico ( f o r m a i n t r í n - el lenguaje la acción psicológica que impera en la ac-
seca á l a h i s t o r i a ) n o p u e d e l l e g a r s e á conclusiones c i e r t a s , y ción física y la determina; como en ellos, la acción
con el m é t o d o científico ( e x p r e s i ó n c a r a c t e r í s t i c a d e las cien- física se pone á contribución, mediante los elementos
cias n a t u r a l e s ) 110 se obtiene n u n c a conclusión d u d o s a , n o pue- fonéticos y la condición de los órganos de la palabra,
d e l l e v a r s e el m é t o d o histórico á l a s ciencias n a t u r a l e s , ni el d e
ocasionando determinados rumbos y direcciones que
ésta á l a h i s t o r i a , sin t r a s t o r n a r la n a t u r a l e z a d e los dos órde-
nes d e estudios. E n este caso, ó se a d m i t e q u e l a s conclusiones
influyen en la p a r t e psíquica, mientras la acción re-
110 son d e p e n d i e n t e s d e sus principios, ó, con p e o r l ó g i c a si ca- fleja no impone s u s superiores consejos p a r a hacer
be, se le d a á a q u é l l a s un c a r á c t e r q u e no t i e n e n éstos. P r e t e n - p r e v a l e c e r , contra aquel influjo, alguna voz ó pala-
d e r r e u n i r m é t o d o y ciencia d i s t i n t o s , p r i n c i p i o s v conclusiones bra. Y si dichos actos no pueden decirse propiamen-
diversos ( q u e á eso se r e d u c e l a t e o r í a q u e i m p u g n a m o s ) , es te del espíritu ni de la materia, sino del compuesto
u n a c o n t r a d i c c i ó n manifiesta, si no es r e c o n o c e r u n a m i s m a ley
humano que se refleja allí en su unidad, de igual mo-
n e c e s a r i a c o m ú n , con nombres distintos, n e g a n d o la distinción
q u e a p a r e n t e m e n t e se establece. Si, pues, el m é t o d o y n o r m a do el acto de la palabra no puede decirse físico ni psi-
d e las conclusiones l i n g ü i s t i c a s son de l a s ciencias n a t u r a l e s , cológico, sino del compuesto, y ejercido dentro de la
i m p o r t a m u y poco, c u a l q u i e r a q u e sea l a distinción q u e se ima- esfera de libertad compatible con las leyes naturales
g i n e , h a b l a r d e a q u é l l o s como disciplina histórica. de la pronunciación y el c a r á c t e r social que reviste
el l e n g u a j e , que son los dos factores que mantienen
Nuestra teoría en este punto, dedúcese fácilmente reguladas las tendencias de cada idioma. De ahí las
de lo que dejamos indicado en los comienzos de este leyes fonéticas, las cuales sin ser absolutas, sin tener
capítulo. Hemos dicho que la naturaleza de la Cien- necesidad intrínseca, como cada uno sabe por sí mis-
mo y observa en los demás, conservan una cierta re-
impotencia del darwinismo en orden á resolver el problema de la gularidad, la cual puede tomarse por norma de su mar-
existencia, el cual tan fácil y racionalmente explicado aparece en el cha ordinaria.
sistema ortodoxo y racional de la creación. Declaraciones análogas
hace en su Allgemeine Ethnographie sobre este punto. Según esto, la cuestión de que se t r a t a a p a r e c e en
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las anteriores opiniones mal entendida y mal propues- 2.° El lenguaje humano es un hecho individual
ta. Mal entendida en cuanto en ellas se prescinde de en su origen, y, como principio, presupuesto p a r a el
la síntesis de esa operación h u m a n a que se llama pa- hecho colectivo á la m a n e r a q u e los individuos se
labra ó lengua, deshaciendo su conjunto; mal propues- presuponen p a r a constituir la sociedad; pero es tam-
t a , porque se h a c e un análisis donde ninguno de los bién un hecho social, cuya acción refluye en los indivi-
elementos puede subsistir después de hecho, y se pre- duos, de modo que las corrientes mutuas individuales
senta la disyuntiva entre extremos, de los cuales nin- y sociales mantienen el equilibrio de las formas en la
guno es verdadero considerado aisladamente. De aquí composición y descomposición de los idiomas. Sin em-
que todas las opiniones dichas ó proceden del supuesto bargo éstos no son en caso alguno un hecho de r a z a ;
que el lenguaje es obra exclusiva de leyes mecánicas, porque las lenguas, como los sistemas de numeración,
ó de que todos los hechos lingüísticos se explican por como los procedimientos de escritura, como las teorías
el influjo de la voluntad, cual si la p a l a b r a fuese la de un sistema, traspasan los confines de su nacimiento
idea misma que representa (1). y cambian de medio ambiente recorriendo muy diver-
Pueden, pues, establecerse como criterio: sas regiones de la tierra, sin resistencia alguna á la
1.° El lenguaje es un hecho complejo en sí mismo, adaptación. Y es de notar, contra lo que generalmen-
que además reviste c a r á c t e r social en su complejidad. te se dice, que si la dependencia ó independencia an-
Es un todo constituido por elementos psíquicos (parte tropológica y lingüística es de importancia p a r a co-
formal) y elementos fonéticos (parte material). Es una nocer la naturaleza de los idiomas, dista mucho de
energueia en cuanto participa de l a vida intelectual serlo en los problemas generales de la Ciencia del Len-
h u m a n a , y es un ergon como obra hecha, como subsis- guaje, á donde se lleva esta cuestión con otros fines.
tencia individual. En el primer sentido tiene la lengua L a historia interna de los idiomas, en efecto, puede
c a r á c t e r subjetivo, y se considera en orden á la facul- seguirse en su desarrollo, sin mentar en m a n e r a algu-
tad de hablar; en el segundo se significa su c a r á c t e r n a el c a r á c t e r de las relaciones entre lenguas y ra-
objetivo, y como actuación de aquella potencia, aun- zas: la historia externa, que se refiere á la clasifica-
que sin aislar estos dos inseparables aspectos (2). ción de pueblos y lenguas, distribución de éstas, etc.,
ni aun a t a ñ e á la vida de los idiomas, pues los supone
(1) A uno de dichos extremos se reducen las opiniones mixtas, constituidos. Por consiguiente, ninguno de los aspec-
como acontece con la ya examinada de Federico Müller, y con la que tos v e r d a d e r a m e n t e glotológicos de la p a l a b r a tiene
indica L. Adam (Les Classif. de la Ling.), según la cual la Filolo-
relaciones antropológicas; y todas las que pudieran
g í a comparada participa del carácter de ciencia natural y del de
ciencia histórica, y por ello recibe el influjo de ambos métodos. Vin-
son ha notado á este propósito que no existen ciencias mixtas (Rev.
de Ling., XIV). Entendido, sin embargo, dicho carácter mixto, en que el lenguaje constituye una ciencia natural, es debido á que la
orden á los factores del lenguaje, como lo entendemos en otro t r a b a - mayor parte de los lingüistas no han visto en él más que un ergon.
jo nuestro (Lingüística, I.-E. Introducción), la doctrina de L. Adam P a r a comprender la aserción de Schleicher, que las lenguas viven
sería reducible á la que sostiene la naturaleza histórica de los idio- como los organismos naturales, sería necesario confundir el lengua-
mas, y no incompatible con la doctrina que arriba presentamos. je verdadero con el lenguaje literario fijado por la escritura." No
(2) No sin razón nota Federico Müller (Grundriss der Sprach- sería difícil retorcer este razonamiento contra la doctrina del mis-
mo F. Mtiller, a t r á s impugnada.
iviss, I), que "si en estos últimos tiempos se ha propagado el error de
descubrirse son meramente adventicias y circunstan- sí mismo, que presenta períodos análogos á los de la
ciales, referentes á la parte descriptiva de las lenguas, vida orgánica en su nacimiento, desarrollo, etc., y
como cuando se t r a t a , p. ej., de saber el número y for- conserva la virtud de asimilación y actividad produc-
ma de idiomas de las r a z a s de un continente. Relacio- tiva que le asegura su existencia. Una aglomeración
nes éstas que significan muy poco al filólogo, el cual de sonidos que han llegado á constituir una p a l a b r a ,
t r a t a de estudiar la palabra y no busca clasificaciones y una aglomeración de p a l a b r a s que forman una len-
de pueblos ni de gentes (1). gua, ofrécensenos como eslabones de una cadena his-
3.° El lenguaje, pues, vive en el individuo y en tórica, como p a r t e de un sistema, como términos de
la sociedad, recibiendo en ellos organización propia. una serie, que diría W h i t n e y , como algo capaz de
Si quisiéramos llamarle organismo, habría que distin- ser examinado objetivamente, de modo análogo al de
guir el doble aspecto de esta denominación. No puede cualquier organismo viviente, al de cualquier planta
decirse tal, si á manera de los organismos naturales, de un jardín, y nos dan fundamento sobrado p a r a ha-
se intenta considerarlo con una subsistencia que no blar de las palabras como de organismos ideales que
t i e n e independientemente de la sociedad q u e le da viven y mueren en el decurso de los tiempos (1). Or-
el sér; las mismas lenguas escritas no r e c u p e r a n su ganismo en el cual deben siempre considerarse las dos
c a r á c t e r sino en cuanto, sobre los signos gráficos que clases de fenómenos físicos y psíquicos que le consti-
las representan y son medio de su conocimiento, hace- tuyen, y que se reflejan en las leyes morfológicas, sin-
mos revivir un idioma, trasladando á nosotros el sis- tácticas y semánticas propias de cada idioma (2). Estos
t e m a fonético, morfológico é ideológico de los que le
hablaron. Las teorías que consideran la p a l a b r a ex-
(1) Teniendo en cuenta que en denominaciones como la de orga-
clusivamente como un ergon, dánle la forma orgánica nismo aplicada al lenguaje se procede por analogías, no sería difícil
falsa que acabamos de indicar (2). conciliar á los que discuten dicho nombre (no nos referimos á los que
le -hacen centro de sistema) renunciando unas y otros á exageracio-
4.° Mas, puede llamarse organismo el lenguaje en nes comparativas. El mismo F. Müller para quien el lenguaje "no es
cuanto constituye un todo capaz de ser estudiado en un organismo en sí", acaba por admitir esta denominación (Grun-
driss d. Sprachwiss, I), en un sentido sin duda aceptable: "Gleich
jedem Organismus, der belebt in die Erscheinung tritt, muss die
(1) Esta observación bastaría para juzgar la ligereza de ciertos spräche zwei Sphaeren der Entwicklung durchlaufen, nämlich jene,
filólogos (La Calle, Chavée, Hovelacque, etc.), que creen indispen- in welcher wir sie unter unsern Augen heranwachsen und sich entfal-
sable hablar de pluralidad originaria de razas al t r a t a r de los idio- ten sehen, und jene, in welcher sie zu dem, als was sie uns erscheint,
sich heranbildete."
mas, y no vacilan declarar luego ex trípode como conclusión incon-
cusa la irreductibilidad de unos y otras. (2) Sobre el estudio y significación de la parte material (fonéti-
(2) A esto mismo vienen á p a r a r , si bien por camino distinto, ca, morfología) y de la parte formal de las lenguas (sintaxis, semán-
las teorías del nativismo inconsciente, aun considerando el lengua- tica), se han hecho observaciones harto atinadas y convenientes,
je como una evegyeia; pero energía d e evolución necesaria que que coinciden con nuestras apreciaciones en la materia. "L' histoir
da los idiomas como frutos desprendidos del árbol de la vida física. des formes, escribe Breal en sus Mélangés etc., n' est que la moitié
Steinthal, que no quiere admitir los organismos lingüísticos en el de la g r a m m a i r e comparative, et 1' étude purement extérieure des
sentido de Becker,acaba por aceptarlos con todos.los demás de su es- mots doit toujours être éclairée et contrôlée par l'examen de la sig-
cuela de que nos ocuparemos al t r a t a r del origen del lenguaje, for- nification." Vinson (La Science du langage et la langue basque),
mulando sus teorías psíquico-fatalistas en la m a t e r i a . (Cf. Abriss -después de dividir la gramática en fonética, morfología, funciología
des Sprachwiss. l-Einleitung in die Psychologie und Sprachwiss). (denominación un tanto bárbara) y sintaxis, hace notar como sólo las
fenómenoa y l e y e s multiplicándose ordenadamente, unidad y cohesión á los elementos muertos de la pala-
dan lugar á un todo histórico; es decir, á u n a serie de bra que ellos mismos han convertido en piezas de an-
manifestaciones orales que dentro de los dos órdenes fiteatro. De igual suerte todo sistema que siguiendo
orden inverso estudie únicamente la parte psicológi-
de elementos constitutivos, como los actos humanos
ca de la palabra, a c a b a r á por l e v a n t a r un edificio de
dentro de los suyos, pueden estudiarse á la m a n e r a de
existencia puramente ideal y subjetiva, pero que no
la vida social de los pueblos.
será el edificio de la Ciencia del Lenguaje.
5.° Por lo dicho se colige también que la Filología
Uno y otro extremo a p a r t a del camino de la ver-
comparada tiene con su condición histórica, carác-
dad en los estudios lingüísticos y lleva á consecuen-
ter peculiar científico, el cual de conformidad con lo
cias de no pequeña entidad en la materia; en uno y
que dejamos asentado al t r a t a r de la n a t u r a l e z a de di-
otro caso se hecha en olvido que p a r a realizar el fin
cha disciplina, h a de resultar del conjunto de elemen-
filológico de los estudios comparados, h a b r á de tenerse
tos que le dan el sér. Por lo mismo, separar el orden
en cuenta que éstos han de describir la evolución gra-
fonético de las influencias psicológicas, como h a c e n
dual del pensamiento y de la acción h u m a n a represen-
algunas escuelas, al sentar las bases científicas de los
tados en los monumentos durables del l e n g u a j e , ex-
estudios lingüísticos, sería pretender calificar un or-
presión exterior de aquel pensamiento y acción. Esto
ganismo imaginario pervirtiendo á u n tiempo la na-
es, que ni la p a r t e puramente fonética ni la p a r t e pu-
t u r a l e z a del lenguaje y la de la ciencia que se propo-
r a m e n t e ideológica pueden darnos la ciencia que se
ne estudiarlo. El sistema filológico en que se inquiere
intenta, sino que reunidas ambas, como lo están real-
exclusivamente la p a r t e fonética y lexicológica del
mente el sonido y la idea en el habla humana, han de
lenguaje, sin cuidar de la p a r t e activa psicológica que
estudiarse en su conjunto y tal como se nos ofrece en
en él interviene, ó d e b e renunciar á todo c a r á c t e r
la vida social de la humanidad.
científico, ó h a de constituir a priori leyes que den
De la teoría q u e acabamos de indicar se deduce
dos primeras p a r t e s han sido seriamente cultivadas; la sintaxis lo
desde luego como corolario digno de ser tomado en
ha sido menos; muy poco contra toda r a z ó n , la q u e él denomina cuenta, que no basta t r a z a r las leyes del pensamiento
funciologia, y que con mejor derecho llamamos semántica (cien- ni examinarlas p a r a constituir la Ciencia del Lengua-
cia de las significaciones). Porque su objeto, en efecto, es dar cuenta
del sentido exacto de cada expresión sonora en todo tiempo, y de las
je, sino que es menester seguir el desarrollo histórico
alteraciones sucesivas en cada raíz y palabra. En esto va el estudio de los sonidos; de igual suerte que no es suficiente la
de la vida íntima y esencial de la palabra, y por lo mismo constituye semejanza de los sonidos p a r a la investigación filoló-
la parte de labor más ardua y complicada. Chavée (Revue Linguis-
tique,t. XI), advierte también el desequilibrio mencionado, sistema-
gica, ni suministra los elementos de comparación y
tizando el doble proceso del lenguaje, ó los constituvos de la lingüís- análisis científico, sin la encarnación de la idea á que
tica integral, en dos órdenes de leyes: 1.° Leyes de la fonología le- históricamente corresponde. Por eso ni la fonética
xiológica. 2.° Leyes de la ideología léxica. L a ideología lexiológica
es para Chavée "1' ensemble des lois qui règlent le devenir des idees,
constituye la Ciencia del Lenguaje sin el elemento
en tant qu' elles sont incorporées dans les mots." Noción que tomada psicológico, ni éste la constituye sin aquélla, sino que
en sentido inverso, esto es, en cuanto se t r a t a de "un conjunto de le- uno y otro deben aparecer eslabonados históricamen-
yes que regulan el devenir de las palabras en cuanto á ellas se in-
corporan las ideas", pueden tener sentido aceptable.
te p a r a constituir la palabra, y p a r a darnos la étimo-
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Síguese también de lo dicho que los caracteres pro-
logía de ella; etimología que por lo mismo no h a de
pios ele la Ciencia del L e n g u a j e no pueden ser los de
confundirse con la semejanza puramente léxica; por-
las ciencias e x a c t a s ni los de l a s ciencias metafísi-
que pueden darse palabras fonéticamente idénticas,
cas, sino los que corresponden en general á las cien-
cuyo o r i g e n sea muy diverso, y palabras fonética-
cias históricas cuya realización en el tiempo se tra-
mente diversas que tengan un m i s m o origen etimo-
lógico según frecuentemente acontece (1).
unir algunos ejemplos de falsas etimologías, no duda concluir con
una clara alusión al conocido epigrama de Voltaire, según el cual el
(1) Dos extremos son, pues, igualmente viciosos y reprobables
etimologista es un adivinador para quien nada valen las vocales y las
en la materia; uno el de aquellos que juzgan que la etimología pura-
consonantes bien poca cosa. Ciertamente que si las investigaciones
mente fonética y en sí misma considerada puede darnos constituida
etimológicas se ajustasen á los procedimientos del empirismo de Ho-
la Ciencia del L e n g u a j e , y otro el de los que desechan toda investi-
velacque, sería verosímil lo que afirma y tolerable la ligereza vol-
gación etimológica aun debidamente entendida, como incapaz de
teriana de este escritor, pero no se alcanza qué cosa hubiera sido
elevarnos con certeza á las conclusiones lingüísticas. Los primeros
entonces la Ciencia del Lenguaje, y sería difícil adivinar también en
aceptan las siguientes palabras de Whitney en su Vie du Langage:
qué apoya y estriba la doctrina que él expone en su t r a t a d o de Lin-
"Le procédé de recherches linguistiques repose sur 1' étude desety-
güistica. Bastarían los dos primeros capítulos de su libro (en el 1.° se
mologies, sur l'histoire individuel des mots et de leurs éléments. Des
exponen las ideas á que aludimos, y en el 2.° se t r a t a de la "Facultad
mots on s' élève aux classes de mots, puis aux parties du discours,
del lenguaje articulado"), para desacreditar el positivismo aplicado
puis aux langues tout entières. C' est donc de l'exactitude des recher-
á la Filología comparada.
ches étymologiques que dépend le sucés général, et le perfectionne-
ment de la méthode appliquée â cette étude distingue le linguiste Entre los extremos mencionados está la doctrina que sustenta-
moderne de ses devanciers." mos, en la cual se mantiene con el valor filológico é histórico de l a
derivación debidamente establecidos, el valor psicológico que ha de
Los segundos suscriben estas afirmaciones de Hovelacque en La
figurar en la etimología para que pueda y deba admitirse científi-
Linguistique (Les dangers de V étymologie)): "L' étymologie, par
camente. "Laspalabras, diremos con Sayce (Theprincipies etc., c.I),
elle-meme, n' est qu' une jonglerie, une sorte de jeu d ' e s p r i t , si bien
no tienen valor en sí mismas sino para el que t r a b a j a un diccionario.
que le g r a n d ennemi de 1'- étymologiste, son ennemi implacable, c est
Sólo tienen valor en cuanto reflejan é incorporan el pensamiento. E l
le linguiste. En un mot, 1' étymologie par elle-meme et pour elle
objeto de una etimología verdaderamente filológica es descubrir y
meme n' est que de la divination; elle fait abstraction de toute ex-
proclamar las leyes que han regido la evolución del pensamiento, ó
périence, néglige les difficultés et se contente des apparences spé-
mejor, la manera como las circunstancias materiales y sociales han
cieuses de ce qui n' est qu' à peine probable ou á peine veaisem-
determinado esta evolución." Por esto mismo, como nota La Calle
blable." , , en La Gossologie, es tan reprensible el procedimiento de los que en
L a doctrina de Whitney puede llevar, prescindiendo del elemento el estudio de los fenómenos lingüísticos se atienen simplemente á la
psicológico y de idea encarnada en el sonido, á las exageraciones estructura y forma de las lenguas sin tener en cuenta la parte ideo-
de los etimologistas que descubren relaciones las más incoherentes lógica, la más importante de la vida del lenguaje, como el de aque-
para establecer parentesco en las palabras. Por este procedimiento llos que se limitan á este orden de fenómenos, sin fijarse en la es-
hemos visto formarse las etimologías que nos presenta la Filología tructura y formación de los idiomas.
latina desde V a r r ó n hasta Donato y S. Isidoro de Sevilla, y que se En la reunión de dichos elementos se funda la teoría de la Ciencia
reproducen y repiten durante toda la Edad Media; de igual suerte del Lenguaje que sustentamos, y que debe sostener la etimología
que los escoliastas griegos y principalmente los comentadores ho- científica. Entendida así, puede decirse (y lo notó ya Max Müller en
méricos, llegaron á crear palabras imaginarias para dar explicación sus Nouvelles Leçons), que las irónicas frases de Voltaire contra
etimológica de sus supuestos derivados. Etimologías como nobilts los etimologistas de su tiempo, vienen á convertirse hoy en una ver-
de non vilis, coelum de quod est celatum, Parcae quia nulliparcant, dad científica; porque ciertamente en un serio procedimiento filoló-
ludus (escuela) quia est longe a lusu, cadaver de ca-ro-da-ta-ver-mi- gico, no preocupa á nadie ya ni la identidad ni la semejanza de los so-
bus, etc., bastan para hacernos formar concepto en la materia. nidos para el parentesco de las palabras, sino la evolución fonético-
Por lo que hace á las doctrinas de Hovelacque, son t a n indiscre- ideológica realizada históricamente.
t a s como anticientíficas. Después de las palabras ya citadas y de re-
t a de determinar en orden al lenguaje. Así es que la los elementos del arte lingüístico; y la Ciencia del Len-
Ciencia del Lenguaje considerada desde el triple pun- guaje ó Filología comparada los eleva al orden cien-
to de vista del origen y formación de las palabras (Eti- tífico presentándolos como manifestaciones históricas
mología, Fonética, Morfología), del sentido de las mis- dentro de un sistema (1).
m a s (Semántica), y d e las funciones gramaticales y Estas manifestaciones históricas en cuanto sujetas
categorías ideológicas (Lógica, Psicología), debe ofre- á las contingencias de c a r á c t e r individual y social que
cerse históricamente, y en esta vida histórica ha de
fundarse el análisis científico de donde se derive el (1) Abel Hovelacque en su citado libro La Linguistique, querien-
orden genético así de los idiomas como de las palabras do darnos el concepto de la Filología general y de la Ciencia del
dentro de cada idioma. Lenguaje, escribe: "La tache du philologue est 1' étude critique des
littératures, sous le rapport de 1' archéologie, de 1' art, de la mytho-
Y lo que acabamos de exponer es de significación logie; c' est la recherche de 1' histoire des langues et subsidiairement
no sólo p a r a conocer l a n a t u r a l e z a del objeto de la de leur extension géographique L a linguistique peut etre définie:
Ciencia del Lenguaje, sino también p a r a determinar l'étude des éléments constitutifs du langage articulé et des formes
diverses qu' affectent ou peuvent offecter ses éléments."
el verdadero concepto de esta ciencia en cuanto tal; En la descripción de ambos estudios hay aquí inexactitud. A la
concepto que suelen presentar los filólogos con inexac- Filología general no le compete la investigación lingüística, s i n o
titud y falta de precisión harto señaladas. únicamente cuando se considere como medio para la Filología com-
parada y en cuanto instrumento dirigido por los principios de ésta.
En l a Filología comparada d e b e distinguirse (de Y aun en este sentido es menester distinguir la historia interna de
conformidad con lo que dejamos dicho al indicar los la historia externa de las lenguas. La historia interna está consti-
tuida por las evoluciones morfológico-ideológicas y sus causas en los
diversos fines con que pueden ser estudiados los idio-
idiomas, y es del dominio exclusivo de la Ciencia del Lenguaje. L a
mas) el elemento activo y sistemático que está consti- historia externa estudia la sucesión de las formas de lenguaje, esti-
tuido p o r la denominada Ciencia del Lenguaje, y el lo, etc., consideradas tan sólo cronológicamente con los demás fenó-
menos extrínsecos á la naturaleza misma del idioma, como las alte-
elemento instrumental que suministran la Glotología y
raciones producidas por invasiones literarias extranjeras, aconteci-
la Filología general. Estas investigan l o s hechos lin- mientos políticos que afecten al modo de ser lingüístico, etc. Desde
güísticos, aquélla establece la teoría doctrinal; éstas este punto de vista la historia de los idiomas, es del dominio de la
Filología general, y bajo la dirección de la Filología comparada es
reúnen los datos relativos á la existencia de las len-
utilizable en la historia interna del lenguaje.
guas, á sus v a r i a n t e s fonéticas, contextura gramati- P e r o si la definición de Hovelacque peca por exceso en la Filolo-
cal respectiva, etc., y aquélla las estudia en orden á gía, la que nos da de Filología comparada ó Lingüística como él
sus relaciones con el espíritu, de donde han de resul- la llama, peca por defecto. En las palabras transcritas, queda redu-
cido el objeto de ésta á la morfología y fonética, ó sea á la p a r t e
t a r determinadas la naturaleza y propiedades del len- material de las palabras, que son los sonidos, prescindiendo de la
guaje, y aun las razones del modo de ser individual parte formal é ideológica. Esto, así como la clasificación científica
de los idiomas en cuanto pueda éste averiguarse his- de los idiomas y el orden genético de los mismos, que constituyen
parte notable de la Ciencia del Lenguaje, ni aun indirectamente se
tóricamente, según los principios de orden superior de mentan en la noción que dicho escritor ofrece.
que dependen, que constituyen el c a r á c t e r diferencial Se ha comparado la Ciencia del Lenguaje á la Botánica y la Filo-
de la Ciencia d e l Lenguaje, el cual h a c e que nadie la logía general á la horticultura. Tal comparación en sus dos extre-
mos debe tomarse, para que sea admisible, en sentido un tanto res-
confunda con las investigaciones p u r a m e n t e glotoló- tringido; y aun por lo que hace á la comparación de la horticultu-
gicas. La Glotología y la Filología general p r e p a r a n r a , es más aplicable al Poliglotismo que á la Filología.
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ínfluyen en los demás acontecimientos históricos, no les, sin referirse más que á la realización posible de
pueden ser estudiados sistemáticamente sino en cuan- su objeto, el cual sin duda h a b r á de ser clasificado se-
to en abstracto se fijan las leyes que, atendida la na- gún las leyes lógicas, metafísicas y geométricas; pero
turaleza del l e n g u a j e , h a n de verificarse constante- la aplicación concreta de éstas ó de las otras leyes, no
mente, y en concreto se ven realizadas aquellas leyes puede ser determinada sino después de ser determina-
con el mismo c a r á c t e r contingente que les correspon- do el objeto mismo, cuyo estudio concreto puede ser
de. Mas de que no siempre pueda determinarse el he- discutido desde diversos puntos de vista de la aplica-
cho concreto como se h a realizado la evolución de un ción científica de las leyes mencionadas. Que en las
lenguaje por f a l t a de datos históricos, no ha de con- ciencias físicas, en las ciencias históricas, y en general
cluirse n a d a contra la ciencia que por una parte sien- en todas las ciencias de observación, h a y a n de ofre-
ta los principios generales d e n t r o de los cuales, en cerse puntos concretos discutibles, es tanto más fácil
una ú otra forma de las que en ellos se expresan, debe cuanto es más frecuente la hipótesis y la inducción p a r a
estar comprendido el caso particular de un idioma ó los fines reales de la ciencia, y la clasificación subor-
familia de idiomas, y p o r otra establece principios dinada de los principios que establece. Mas de ello, en
científicos ordenados á l a investigación concreta de m a n e r a alguna se sigue que sea discutible el c a r á c t e r
los hechos glotológicos desconocidos. Y así como nadie científico de las respectivas disciplinas mencionadas.
niega á la ciencia de la Historia la realidad y valor L a Filología comparada no presenta únicamente
de s u s procedimientos sistemáticos, porque no todos reglas p a r a la investigación, sino q u e n o s ofrece la
los hechos sean conocidos, de igual suerte las disputas teoría racional de procedimientos y principios, y en
y controversias e n l o s hechos históricos de los idio- ellos el por qué de sus aserciones, y aun de las inves-
mas, no atañen á la realidad científica del sistema filo- tigaciones mismas cuando éstas proceden de una ma-
lógico legítimamente fundado. n e r a científica; p a r t e de los principios del orden fisio-
lógico cuando se t r a t a de la n a t u r a l e z a de los sonidos;
P a r a que una disciplina se halle constituida en la
de los principios filosóficos p a r a las relaciones entre el
categoría de ciencia, basta que demuestre la natura-
signo y la idea, entre la p a l a b r a y el pensamiento; de
leza y propiedades de su objeto dentro de una teoría
los principios que corresponden á la naturaleza física,
racional que dé la razón del sistema, y constituya por
moral y social del hombre, p a r a el influjo de las cau-
lo mismo la demostración conveniente del objeto una
sas físicas, morales y sociales en la vida r e a l de las
vez conocida la forma de su existencia. Así es que la
lenguas.
demonstratio rei per causas de que hablan los filósofos
Tenemos, pues, que la Filología comparada es cien-
a l ofrecer el concepto de ciencia, se refiere de una ma-
cia: a) en c u a n t o sus doctrinas están moderadas y
n e r a directa y primaria, á los principios de la teoría
dirigidas por principios generales que constituyen la
que t r a t a de explicar el sér objetivo de la cosa, y sólo
razón del sistema lingüístico; b) en cuanto por proce-
indirectamente á la cosa misma, cuyo es el sér objeti-
dimientos determinados de una manera racional y sis-
vo . Por eso la Lógica, la Metafísica, la Geometría, etc.,
temática estudia la naturaleza individual de los idio-
formulan las demostraciones que d a n primariamen-
mas, la m a n e r a de su organización, la forma de su evo-
te la razón de sus sistemas respectivos en cuanto ta-
l a e n t i d a d d e q u e se t r a t e , y a q u e no es u n o mismo el c a r á c t e r
lución, y el parentesco que con otros les correspon- d e l a s ciencias m e t a f í s i c a s q u e el d e las m o r a l e s y sociales, el
de; c) en cuanto subordinada dicha disciplina á las teo- d e l a s m a t e m á t i c a s q u e el d e las n a t u r a l e s , etc. E n e s t e s e n t i d o
rías legítimas de la Filosofía, de la Psicología, de la h a b l a n los a n t i g u o s d e los c a r a c t e r e s r e q u e r i d o s p a r a la cien"
cia, sin e x c l u i r , a n t e s i n c l u y e n d o en l a c a t e g o r í a d e éstas, l a s
Antropología y de la Historia, nos lleva á reconocer
disciplinas históricas. E n e s t e mismo s e n t i d o se e n t i e n d e a q u e -
su manifestación concreta en la formación, génesis y llas p a l a b r a s d e Aristóteles q u e r e s u m e n las condiciones d e la
transformación de los idiomas. ciencia s e g ú n los escolásticos: 'Eníozao-&ai Se OLÓ/¿£&' exaazov
ájzXcos, áXXá FÍI] TÓV aocpiazixóv XQÓTCOV zóv xaxá evpfiepexós, ózav
P a r a la v e r d a d e r a n o c i ó n de l a Ciencia del L e n g u a j e es, zr¡v z alzíav olú>fj.eSa yiyvcooxetv Se fjv zó ozQay/iá éoxiv, ozi éxeívov
p u e s , n e c e s a r i o el e x a m e n d e sus e l e m e n t o s b a j o el p r i n c i p i o alzia éazí xal fie évSéxo&ai zovz' aXkcog e%siv. (Análit. P. 1. I).
d e l a u n i d a d e n q u e e s t á n c o n s t i t u i d o s (1). L a f o r m a científica 2.° H a b i d a r a z ó n d e q u e el o r g a n i s m o filológico n o r e v i s t e
d e esta u n i d a d p o d r á , á m á s d e lo dicho, d e t e r m i n a r s e á t e n o r f o r m a m e t a f í s i c a sino h i s t ó r i c a , las últimas causas (prescin-
d e e s t a s o b s e r v a c i o n e s : 1.° e n el concepto d e c i e n c i a e x p u e s t o d e diendo d e los principios s u p r e m o s d e o r d e n lógico y psicológico
t a n v a r i o modo p o r las d i v e r s a s escuelas y t e o r í a s , e n t r a siem- g e n e r a l ) , h a n d e b u s c a r s e de d i v e r s a m a n e r a en l a F i l o l o g í a
p r e el c o n o c i m i e n t o d e c a u s a s , q u e p u e d e n ser las q u e p r o d u - c o m p a r a d a y e n las ciencias a b s t r a c t a s y o n t o l ó g i c a s (1). P e r o
c e n el s e r de la cosa, l a s q u e m u e v e n el a g e n t e á p r o d u c i r l a , l a s d e n t r o d e su m o d o d e ser, l a Ciencia del L e n g u a j e e x i g e p a r a
q u e e n t r a n como c o n s t i t u t i v o s del o b j e t o , ó el c o n j u n t o d e to- su r e a l i z a c i ó n la n o r m a d e p r o c e d i m i e n t o s analítico-sintéticos
d a s ellas; p e r o e n todo caso ha d e a t e n d e r s e á l a n a t u r a l e z a d e c o m u n e s á t o d a disciplina científica, q u e n o s i e m p r e h a n t e n i d o
p r e s e n t e los filólogos.
IV
IV
crito (en t r e s idilios) han hecho del beociano y lesbiano lengua lite- verse también en el Lexicón g r i e g o de Gesner, el extenso trozo que
r a r i a . El eólico se aproxima b a s t a n t e al latín en sus flexiones, y muy t r a s l a d a del mismo Juan el Gramático sobre los dialectos).
singularmente al sánscrito. El dórico hablado en g r a n p a r t e del Pe- T r e s g r a n d e s períodos pueden distinguirse en la vida histórica
loponeso y en todas las colonias dóricas, tiene a l g o de la sonoridad del griego. El primero que comienza con la poesía épica primitiva,
se sostiene y brilla en las f o r m a s dialectales y dura h a s t a la apari-
beocíana, sobre todo en las odas de P í n d a r o y en los idilios de Teó-
ción de la lengua común. El segundo que constituye la época del
crito, principales r e p r e s e n t a n t e s de este dialecto; pero es b a s t a n t e
xoivi] SiáXexzog, forma ática decaída de su elegancia clásica, que
m á s áspero y duro en los trágicos, en algunos líricos como Alemán,
a p a r e c e en todo el imperio y dominación g r i e g a desde Alejandro y
y en los primeros filósofos pitagóricos que le han usado. El jonio ha-
alcanza h a s t a los tiempos bizantinos. El tercero que se señala con la
blado en las colonias jónicas del Asia Menor, en las Cicladas, etc.,
caída del imperio bizantino, y pasó á f o r m a r la e t a p a helénica, ya
f o r m a contraste con el dorio puro; es el g r i e g o asiático l i g e r a m e n t e muy distinta, del griego moderno.
suavizado, pero de una fluidez y h a r m o n í a singular. L o s p o e m a s ho-
E n la forma común mencionada, dicha vulgarmente alejandrina,
méricos están escritos en el antiguo jonio, y las o b r a s de Heródoto
debe distinguirse la fase de la l i t e r a t u r a profana cuya representa-
é Hipócrates pertenecen al nuevo. El ático h a b l a d o en A t e n a s y sus
ción hemos indicado, y cuyo c a r á c t e r está en el desenvolvimiento li-
cercanías, es el tipo de una l e n g u a perfecta y a c a b a d a ; r e ú n e la fir- bre d é l a lengua emancipada cada vez m á s del aticismo clásico, y la
meza del dórico sin tener su dureza, la sonoridad del jónico sin su fase de La literatura religiosa que se manifiesta en primer término
e x a g e r a d a blandura; junta m a r a v i l l o s a m e n t e , decían los antiguos, y por el antiguo y nuevo Testamento, cuyos libros, escritos ó traduci-
es la verdad, la dignidad y la elegancia, aefivóztjza xaí xetgtv. E s la dos á dicha lengua, han llegado á nosotros.
lengua de Esquilo y Sófocles, de Tucídides y de Jenofonte, de P l a t ó n L a f o r m a alejandrina se distingue en los escritores bíblicos: por
y Demóstenes, y demás eseritores áticos, con pequeñas diferencias diferencias léxicas, en cuanto se dan á las p a l a b r a s significaciones
de subdialectos. L a lengua común (koine dialektos), no es propia- que no h a b í a n tenido; por diferencias morfológicas, en cuanto se al-
mente dialecto; es la lengua de los prosistas g r i e g o s sin distinción t e r a n algunas p a l a b r a s y se componen o t r a s nuevas; por diferencias
de origen, á p a r t i r de los tiempos de Alejandro. Aristóteles, P l u t a r - sintácticas en el régimen gramatical; por diferencias ortográficas
co, Polibio, E s t r a b ó n , etc., son sus r e p r e s e n t a n t e s . y fonéticas en la pronunciación y escritura de varias palabras; por
D e estas cinco formas helénicas h a b l a n con extensión y con ma- introducción de hebraísmos ya en cuanto á vocablos ya á construc-
yor ó menor exactitud los antiguos, e n t r e otros, Juan el Gramático, ciones y modismos. Si se c o m p a r a n el g r i e g o del antiguo y nuevo
quien en su Arte da la razón siguiente de ellas: AiaXexzóg éazi yXázrjg Testamento, la diferencia a p a r e c e principalmente en los latinismos
ídíwfia. eiai Se SiaXexzoi néfinze, áz&tg, ScoQÍg aíoXíg, iag, xoivr¡. (palabras y giros) debidos á la influencia r o m a n a , que aparecen en el
xaí az&íg pev exXr¡&T] ano áz&íSog zrjg xgavoav {hjyazQÓg. áioXlg nuevo Testamento, y no en el viejo. Una simple lectura de la Biblia
Sé ano aíoXov zov é'XXrjvog. ScÓQig Sé ano SCÚQOV zov EXXr¡vog. iag Sé en griego, basta para notar lo que a c a b a m o s de apuntar. (Cf. VVí-
ano Xoivog zov £v&ov zov é'XXrjvog •&vyazQÓg. xoivrj Sé éx zov zeooa- ner, Gramm. d. neutestam. sprachid. y Tischendorf, Nov. Test,
gcov ovveazwaa. é'xei Sé éxáozrj SiaXexzóg oixeiov íSicofia. (Puede graaece, Prolegotn.)
Por entonces comenzó á agitarse-la cuestión de for- Establecidas y a las corrientes de comunicación doc-
mación de las palabras entre anomalistas y analogis- trinal entre Grecia y Roma, surgieron pronto escuelas
tas, que hubo de revestir aspectos diversos en los tiem- y filólogos en el Lacio que se esforzaban en emular las
pos subsiguientes, y esto contribuyó 110 poco á desper- glorias del saber helénico, siquiera á éste recurriesen
t a r la afición á los estudios gramaticales. Los primeros habitualmente como á fuente obligada de sus estudios
(dejando a p a r t e las variantes que ofrece la controver- filológico-gramaticales. Entre los muchos gramáticos
sia) sostenían, en general, con Orates de Mallos á la de las diversas épocas de la literatura latina que ha-
cabeza, que la analogía no entra en m a n e r a alguna en bremos de mencionar, sólo Varrón, y más tarde un in-
la formación de las palabras, las cuales no guardan signe ingenio español, Quintiliano (1), han ensayado
relación con los conceptos que envuelven. Los analo-
gistas, por el contrario, afirmaban (también en gene-
ral) con Aristarco la existencia de leyes analógicas en- (1) Quintiliano, ex Hispania, Calagiirritanus, como escribe Eu-
tre los conceptos y las palabras, de suerte que siempre sebio, fué el primero que abrió en Roma escuela pública de Retórica
categorías equivalentes (signo interior, que es clasifi- pagada por el Erario romano, según lo manifiestan el mismo Euse-
bio en su Crónica y S. Jerónimo al traducirla. Una biografía anóni-
cación de Aristarco), son expresadas por sonidos equi- ma inserta al principio de varias ediciones de las Instituciones ora-
valentes (signo exterior). El gramático Herodiano ini- torias, en la cual se pretende que Quintiliano nació en Roma, indujo
ció más t a r d e , una opinión media concediendo parte á á algunos á negar su nacionalidad española, entre los cuales se ha
señalado E. Dowel en su Vita M. F. Quintiliani per anuales dispo-
la analogía y parte á la formación anómala del uso en sita. Nicolás Antonio y otros después de él han t r a t a d o de eviden-
la constitución de las palabras, la cual dirección ha ciar la falsedad de tal aserción y la ineficacia de los fundamentos en
prevalecido entre los latinos, merced especialmente al que se intentó apoyar. Fundamentos todos negativos tomados ora
de que Marcial no cuenta á Quintiliano entre los españoles en su
criterio moderado y autoridad de Varrón, como dire- Epigrama LXII, ora de que los ascendientes de Quintiliano no esta-
mos adelante. ban en España, y otros menos serios todavía. Baste notar, a p a r t e de
la insuficiencia intrínseca de tales negativos recursos en f r e n t e á
Entre los gramáticos de las varias escuelas y épo- testimonios positivos, que Marcial no habla en el lugar aludido de
cas que aparecen después de Aristarco, merecen espe- Quintiliano, porque menciona poetas, y Quintiliano no lo fué. En
cuanto á lo segundo, aun dado que Quintiliano Declamator, avecin-
cial mención Amonio, Trifón, Dídimo el compilador y dado en Roma, fuese abuelo de nuestro Quintiliano, no se sigue que
singularmente Dionisio de Tracia, autor de la prime- éste naciese allí; Lucano nació en Córdova á pesar de que su abuelo
r a g r a m á t i c a griega (Tex»e ^ a ^ a n ^ j dispuesta metó- Marco Séneca estaba avecindado en Roma. Y no insistimos en este
punto, porque tales conjeturas están justamente olvidadas, y son
dicamente, y base de otras muchas. Solía citarse como puramente gratuitas.
mnemotécnico que comprende las ocho partes oracio- L a obra que dió á Quintiliano universal renombre y la más im-
nales de la división de Dionisio, este verso de Home- portante en orden al estudio de la filología latina son sus 12 libros de
Instit. Orator., compuesta después de abandonar su cátedra de Re-
r o (I 1. 2 2 , 5 9 ) : Jigos 6c fie zov 8vgzr¡vov ezi cpQovéovx éléijaov.
tórica. Incompleta corrió dicha obra por bastante tiempo hasta que
Apolonio Díscolo, Dositeo y Herodiano, entre otros, el célebre florentino Poggío la descubrió íntegra en Constanza, en-
enseñaron la ciencia alejandrina en las escuelas ro- viándola al Aretino (Leonardo Bruni), al mismo tiempo que daba
noticia del hallazgo á G u a r i n i por carta fechada en Constanza
manas, á donde fué llevada la glotología griega por en 1417; carta que figura en varias ediciones de los escritos de Pog-
el célebre jefe de la escuela de Pérgamo, Orates de gio, y reproduce Fabricio en la Biblioteca lat., extractándola Ma-
Mallos. billón en su Iter Italicum.
p r o c l a m a r una legítima y bien entendida independen- romana no es más que un pálido reflejo de los estudios
cia de las enseñanzas griegas, sentando principios pro- helénicos según el procedimiento primitivo, que roma-
pios ó por lo menos vaciados en otros moldes que los nos y bizantinos procuran ordenar cada cual á su ma-
anteriormente recibidos, siquiera el imperio decaden- n e r a . Donato y Servio —s. IV,— M. Capela —s. IV,—
te, llevando los gérmenes de su decadencia á todos los Prisciano —s. VI— cuyos Institutionum grammatica-
órdenes de la vida y de las letras, h a y a impedido ejer- rum libri XVIII, fueron norma de enseñanza duran-
ciesen toda la benéfica influencia que e r a dado espe- t e la Edad Media, el extracto De significatione verbo-
r a r . Puede decirse q u e exceptuadas algunas figuras rum de Verrio Flaco, hecho por Festo, y conservado
del relieve de las indicadas, en adelante la Glotología por Paulo Diácono —s. IX,— así como la obra Com-
pendiosa doctrina de Nonio Marcelo, y la inmensa la-
bor de nuestro San Isidoro de Sevilla, cuya influencia
La edición de las Instituciones que se cree más antigua es la he- trasciende á toda la época medioeval, constituyen re-
cha en Roma, sin año de impresión, por Ulrico Gallo, corregida por presentación significada de l a Glotología romana en
Campam, con un prefacio del mismo en el que se comparan Cicerón
y Quintiliano. Siguieron á ésta, aun en el siglo XV, otras ediciones
su fase de absoluta reversión á los procedimientos grie-
ilustradas por los mejores comentaristas, entre los cuales figuran gos. No de otra suerte en Bizancio, Focio, Céfalas, Sui-
Lorenzo Valla, Rafael Real, Pomponio Sulpicio, etc. No pocas edi- das y los compiladores y escoliastas de la época, re-
ciones han reproducido los elogios tributados á Quintiliano por es-
critores como Marcial, Lactancio, Ausonio, S. Isidoro, Casiodoro, y
unen los restos del saber alejandrino, que á su vez re-
después por Justo Lipsio, Vosio, Luis Vives, Angel Policiano etc., ciben devueltos de los continuadores de las escuelas
que bastan para atestiguar el aprecio g r a n d e en que el insigne espa- romanas, herederas en otro tiempo del saber helénico,
ñol fué tenido siempre. (Puede verse en la Biblioteca lat. de Fabri-
cio, 1. 2.°, el g r a n catálogo de ediciones de Quintiliano, y en la mis-
y próximas entonces á fenecer.
ma, así como en la Bibliot. ant. de Nicolás Antonio, 1. el juicio Así llegó casi á extinguirse el estudio sistemático
de muchos escritores sobre las Instituciones). Es de advertir que de los problemas lingüísticos, tan vivamente discuti-
las Instit. dichas han sido objeto de diversas correcciones y por
críticos varios, entre ellos por Jano Gebhardo (De crep. sive juve- dos e n Grecia y Roma, y aquella luz relativamente
nil. curis l. tres-1615), y J. Hermann Schmiitk (Sintagma crit. 1717), espléndida y brilladora que parecía destinada á alum-
sin que las variantes sean, sin embargo, de mayor momento. b r a r las tortuosas sendas por donde comienza su cami-
Sobre la labor de Quintiliano se han t r a b a j a d o otras obras de pre-
no la glotología europea a l e n t r a r la fase modioeval,
ceptiva literaria; entre ellas debemos recordar la Retórica escrita
en rabínico (conocida por el Liquor Favoruni, trad. latina de su tí- perdíase paulatinamente entre las ruinas del Imperio
tulo rabino) del judío León de Mantua, la cual, si bien en parte for- de Occidente p a r a no volver á hacer su aparición, pol-
m a d a sobre Cicerón, está basada en Quintiliano.
lo menos á la m a n e r a de su sér primero.
A las Instituciones acompañan en algunas ediciones las Decla-
mationes majores, obra que tiene analogías con la precedente, si No e r a poco, en verdad, lo que con aquellos estu-
bien en varios puntos aparece en oposición con ella. Fundándose en dios se había alcanzado al despertar la afición al cla-
esto último y en buen número de manuscritos que llevan el nombre
sicismo y sus obras, encauzando e n tal dirección la
de Floro, han negado fuese obra de Qtiintiliano, entre otros, Filelfo
en su carta crítica á Tuscanella, Luis Vives Decorrup. discipl. etc., crítica y espíritu literario, y suscitando con el empe-
Andrés Scoto De Séneca rethore Dissert., y Erasmo. Apoyados en ño con que griegos y romanos procedieron, problemas
lo primero y en los manuscritos que llevan el nombre de Quintiliano,
múltiples de filosofía del lenguaje que aun hoy se agi-
declaráronse por la afirmativa Lorenzo Valla, Ennodio, R. Agrí-
cola, etc. tan sin solución cierta. De aquel movimiento brotaron
la crítica de Zenódoto, Aristarco, etc., sobre los tex- A u n q u e el c a r á c t e r g e n e r a l d e las i n v e s t i g a c i o n e s lingüis-
tos homéricos, y todos los escoliastas de Homero, de t i c a s d e los g r i e g o s sea filosófico y a b s t r a c t o , no p o r eso ha d e
Hesiodo, de los trágicos, de Píndaro, de Aristófanes, j u z g a r s e q u e no h a y a n a l c a n z a d o á s i s t e m a t i z a r sus p r i n c i p i o s
en u n o r d e n p r á c t i c o ; á la m a n e r a q u e el c a r á c t e r e m p í r i c o y
de Tucídides, de Demóstenes, de Teócrito, de Platón, a n a l í t i c o d e l a g r a m á t i c a s à n s c r i t a no h a i m p e d i d o á los indios
de Aristóteles , que h a n proporcionado ópimos fru- e l e v a r s e á la filosofía del l e n g u a j e y al e x a m e n d e los proble-
tos á las generaciones subsiguientes. En Roma Stilón m a s g e n e r a l e s q u e éste p r e s e n t a .
y Varrón, inaugurada la crítica de Plauto, h a n con- Mas p o r c u a n t o los p r o c e d i m i e n t o s d e a p l i c a c i ó n h a n sido
tribuido eficazmente, entre otros, á p r e p a r a r el cami- diversos e n t r e los g r i e g o s , s e g i i n los a u t o r e s y el t i e m p o en q u e
e s c r i b i e r o n y el c r i t e r i o d e la é p o c a filosófica ó d e l a g r a m a t i -
no á la grande serie de expositores de Cicerón, de Ho-
cal q u e d o m i n a e n sus e s c r i t o s , no hemos d e s e g u i r l o s a q u í en
racio, de Lucrecio, de Virgilio e t c . , que publicaron las a l t e r n a t i v a s q u e p r e s e n t a n , r e s e r v a n d o p a r a o t r o c a p i t u l o
sus trabajos en los primeros tiempos de nuestra era, l a exposición m á s d e t e r m i n a d a y c o n c r e t a de la evolución del
y que abrieron las sendas filológicas y glotológicas á sistema g r a m a t i c a l , d o n d e p o d r á a p r e c i a r s e e n p a r t i c u l a r e l
c a r á c t e r d e l a g l o t o l o g í a h e l é n i c a . E n lineas g e n e r a l e s v acomo-
críticos y gramáticos hasta el advenimiento del semi-
d a n d o á n u e s t r o o b j e t o la división h a r t o v u l g a r q u e nos re-
tismo filológico-lingüístico, el cual por obra de árabes c u e r d a Q u i n t i l i a n o , p u e d e n d i s t r i b u i r s e los e s t u d i o s l i n g ü í s t i c o -
y judíos se instaura en Europa, con general predomi- g r a m a t i c a l e s e n técnicos, históricos y críticos. L a g r a m á t i c a
nio sobre los restos de la filología greco-romana en la técnica se refiere al p l a n , o r d e n v r e g l a s p a r a h a b l a r y e s c r i b i r
Edad Media (1). la l e n g u a , y p o r eso d e n o m i n á b a s e t a m b i é n g r a m á t i c a metódi-
ca; la histórica o c u p á b a s e de la p a r t e e x p o s i t i v a e n el l e n g u a j e
escrito, v de c o m e n t a r los a u t o r e s d e épocas a n t e r i o r e s , q u e p o r
ello se conocía i g u a l m e n t e p o r el n o m b r e d e g r a m á t i c a ex emé-
(1) Prescindiendo de los muchos é importantes trabajos especia-
tica; la g r a m á t i c a critica p r o p o n í a s e la corrección d e los escri-
les sobre las diversas partes de la literatura g r i e g a y romana que
no es dado enumerar aquí, aunque puedan ser muy útiles para ilus- t o s y el e x a m e n d e su g e n u i n i d a d y a u t e n t i c i d a d .
t r a r puntos varios de la Filología comparada, hemos de mencionar E n el d e s e n v o l v i m i e n t o d e l a p a r t e técnica g r a m a t i c a l g r i e -
á este mismo fin, además de la ya citada Historia de la lengua g a se ha t r a b a j a d o d e s d e los c o m i e n z o s d e estos e s t u d i o s pol-
griega de Haerles, de la Bibliot. deliterat. griega de Schulz, de las
los e s c r i t o r e s q u e hemos m e n c i o n a d o y a . D e él se h a n o c u p a d o
Lecciones de F. A. Wolf, la obra capital y erudita aunque incom-
D e m o c r i t o al d i s c u t i r la n a t u r a l e z a de los n o m b r e s y d e los v e r -
pleta , de Bernhardy, Grtindriss der griechisch Litteratur, la de
Otfr. Müller, Geschichte der griechisch. Litterat. etc. con anot. de bos, y el c a r á c t e r d e los dialectos, como escribe D i ó g e n e s L a e r -
E. Heitz, las de Bergk, Nicolai, K. Littl, W . Christ (forma parte del cio; P l a t ó n q u e e n v a r i o s d i á l o g o s t r a t a del a n á l i s i s fonético y
Handbuch d. Klassisch. Alterthums-Wissenschaft d e Iwan Mü- morfológico; A r i s t ó t e l e s q u e e x a m i n a las p a r t e s del discurso, y
ller), la de F. Susemihl p a r a los tiempos alejandrinos, —Gesch. d. asi en o r d e n á l a s i n t a x i s como á l a r e t ó r i c a , e s t u d i a el l e n g u a -
griechs. Litterat. in d. Alexandriner zeit,— etc. Citemos también j e p o r a q u e l l a s i n g u l a r m a n e r a q u e le h a c e a c r e e d o r á q u e
la hermosa Biblioteca de Anthim. G a z i s — B i ß X i o & i j x r j S éXrjvixfjs Dión Crisòstomo coloque en él el principio d e l a g r a m á t i c a ;
ßX. Svo— los Principios de la hist. literaria griega de Groddeck, y T e o d o c t e s , T e o f r a s i o , y sobre t o d o l a escuela estoica q u e t a n t o
la Guía de la Hist. liter. gr., de Horrmann. Por lo que hace á la lite- t r a b a j ó e n el a n á l i s i s de los e l e m e n t o s d e la p a l a b r a , e l e v a n d o
r a t u r a romana, las obras de Wolf, Bernhardy y Horrmann menciona- s u c e s i v a m e n t e á ocho las p a r t e s del discurso, como y a n o t a b a n
dos, que llevan igual título que las respectivas de los mismos auto- Dionisio d e H a l i c a r n a s o , Q u i n t i l i a n o y P r i s c i a n o ; Dionisio d e
r e s sobre literatura g r i e g a y con método a n á l o g o ; la excelente
T r a c i a , d e n o m i n a d o el tècnico p o r E u s t a t e s (del n o m b r e d e s u
Gesch. d. röm. Litterat. de Teufel, la obra de igual título de Bhär
Tekne grammatike) q u e figura á la c a b e z a d e todos los q u e
con suplementos que alcanzan hasta la Edad Media, y, omitiendo
otras, la interesante Hist. de la literat. crist. hasta Cario Magno, t r a t a r o n d e g r a m á t i c a técnica, p o r su m é t o d o y p o r su análisis,
de Ebert. definiciones, divisiones etc. d e n o m b r e s , v e r b o s y d e m á s p a r t e s
del discurso, y q u e h a sido o b j e t o d e estudio p o r los p r i n c i p a l e s d e estas dos r a m a s filológicas r e d u n d a b a e n bien y p r o g r e s o d e
c o m e n t a r i s t a s de l a a n t i g ü e d a d (1). E n g e n e r a l , d e s p u é s d e la p a r t e técnica, como f á c i l m e n t e se a l c a n z a y se v e e n las obras
A r i s t a r c o y Orates, q u i e n p o r su s a b e r filológico, p o r l a eficacia d e esta índole. C o m i e n z a e s t e periodo con las e s c u e l a s d e Ale-
d e s u acción en el e s t u d i o del g r i e g o en las e s c u e l a s r o m a n a s , j a n d r í a , q u e p o r ellas h a m e r e c i d o se c o n s i d e r a s e c e n t r o d e
y p o r el n ú m e r o d e sus discípulos, p u e d e decirse p r i n c i p e d e todo el s a b e r g r a m a t i c a l helénico, como dice Vosio e n su Arte
los técnicos, todos los q u e f o r m a d o s e n su e s c u e l a , c i e r t a m e n t e Gram., y p u d i e r a decirse la A t e n a s d e la filología y d e l a g r a -
m u y n u m e r o s o s , se p r o p u s i e r o n d a r á conocer e n t r e g r i e g o s ó mática.
r o m a n o s la e s t r u c t u r a d e la l e n g u a h e l é n i c a , h a n sido c u l t i v a - Y no es q u e l a c r í t i c a y la e x e g e s i s g r i e g a h u b i e s e n e n t o n -
d o r e s d e la p a r t e g r a m a t i c a l técnica d e q u e v e n i m o s h a b l a n d o . ces d e e j e r c i t a r s e e n el c a m p o d e a j e n a s l i t e r a t u r a s , p o r q u e
P o r e s t e c a m i n o h a n l l e g a d o los g r i e g o s á la r i g u r o s a a n a l í t i c a é s t a s a p e n a s e r a n conocidas, ni o b j e t o d e e s t u d i o en G r e c i a ,
q u e r e v e l a n a l g u n a s d e las obras q u e se h a n c o n s e r v a d o y o t r a s como v e r e m o s e n o t r o l u g a r . L a s o b r a s e s c r i t a s en g r i e g o p o r
d e q u e se t i e n e n o t i c i a . Cinco libros escribió Apolonio Díscolo e x t r a n j e r o s , ó t r a d u c i d a s d e o t r a s l e n g u a s á dicho i d i o m a , a p e -
s o b r e los a c e n t o s , c o n otros más s o b r e c u e s t i o n e s prosódicas y n a s si m e r e c e n r e c o r d a r s e á n u e s t r o propósito. P o r t e s t i m o n i o
o r t o g r á f i c a s , e n lo c u a l t u v o p o r i m i t a d o r e s , e n t r e otros q u e d e P l i n i o ( X X X , 2) sabemos q u e el Zend-Avesta f u é traducido
del p e r s a al g r i e g o p o r H e r m i p p o , d e l a e s c u e l a a r i s t o t é l i c a , y
e n u m e r a F a b r i c i o e n su Bibliotheca graeca, á A r c a d i o el An-
e x p l a n a d o y c o m p l e t a d o con indices p o r el sabio a l e j a n d r i n o .
t i o q u e n o , á N i c a n o r q u e compuso seis libros sobre signos g r á -
S a b e m o s t a m b i é n q u e la v e r s i ó n g r i e g a d e l a E s c r i t u r a h e b r a i -
ficos y sobre los d e H o m e r o , á T r i f ó n q u e escribió a c e r c a del
ca, d i c h a c o m u n m e n t e versión de los 70 ( c u a l q u i e r a q u e s e a el
uso y v a l o r d e v a r i a s l e t r a s , y m á s t a r d e al mismo Porfirio q u e
f u n d a m e n t o de l a t r a d i c i ó n q u e a c e r c a de e l l a r e f i e r e n F i l ó n y
se ocupó t a m b i é n d e los espíritus y su uso e n g r i e g o .
J o s e f o F l a v i o ) , ha sido h e c h a en los t i e m p o s d e P t o l o m e o Fila-
M a y o r significación q u e la g r a m á t i c a técnica h a a l c a n z a d o
delfo; q u e F i l ó n Biblio p u s o en g r i e g o , t r a d u c i d a del fenicio,
la exegética y l a crítica, n o sólo p o r l a i m p o r t a n c i a y a l c a n c e l a H i s t o r i a de S a u c o n i a t o n ; q u e a l g r i e g o se t r a d u j e r o n el
d e s u objeto, sino p o r q u e de u n a m a n e r a r e f l e j a l a p e r f e c c i ó n libro g e o g r á f i c o d e H a n n o n y el t r a t a d o de a g r i c u l t u r a d e Ma-
g ó n , en v e i n t i o c h o libros escritos en l e n g u a p ú n i c a , si b i e n l a
época d e s u t r a d u c c i ó n no p a r e c e c o m p a r a b l e á la d e l a s a n t e -
(1) E n t r e los muchos imitadores de Dionisio de Tracia se han riores (1). P o r lo q u e h a c e á escritores e x t r a n j e r o s a n t i g u o s
significado Teodosio Alejandrino, J . Chorebosco, Eustacio y más q u e escribiesen e n g r i e g o , sólo t e n e m o s n o t i c i a d e Beroso, d e
tarde Crisoloras, L a s c a r i s y Teodoro Gaza que escribían en el si- Manéton y d e Menandro de Tiro, cuyos respectivos idiomas
glo XVI. En dicha época son trabajos gramaticales griegos dignos e r a n el caldeo-babilónico, el egipcio y el fenicio. Estos t r e s his-
de mención: la Gram, griega del citado Constantino Lascaris (1476),
t o r i a d o r e s al escribir los a n a l e s d e sus respectivos p a í s e s en l a
escrita en g r i e g o ; los Introductivae gramaiicae 1. I V , de T. Ga-
l e n g u a d e los g r i e g o s , p r o p o n í a n s e h a c e r l o s conocer d e sus con-
za (1529); las Gramm, graecae lnstitutiones de Aldo Manucio (1555);
las Instituciones de Clenard (1630); los Commentarii ling. graecae q u i s t a d o r e s y c o n s e r v a r a n t e éstos los p r e s t i g i o s a n t i g u o s de los
de G. Budeo y la obra del mismo título de Carnerario, además de la pueblos c o n q u i s t a d o s .
Institutio gram. gr. de Candem.
Mas si b i e n n o e x i s t e e n G r e c i a comercio i n t e l e c t u a l con
Posteriormente, y concretándonos á trabajos que ó por sus inno-
vaciones sistemáticas, ó por su influencia doctrinal, ó por una y otra otros pueblos, e l l a m i s m a s u m i n i s t r a á la c r i t i c a y á la e x é g e s i s
cosa se han señalado, son de mencionar: el Etymologicum ling. m a t e r i a l a b u n d a n t í s i m o d e l a b o r v estudio. No h a c e á n u e s t r o
graec. de Lennep; De emendanda ratione grammat. graecae de
Hermann; Ellipses graecae de Lamb. Bos (cum priorum adit. suis-
que observat. ed. Sturz); los Paralipomena gramm. gr. y Patholo- (1) Humboldt en el Cosmos, t. II, atribuye á Magón la antigüe-
giae sermonis graec. prolegom. de Lobeck; la conocida y extracta- dad de 500 años a. de J. C. Varrón nos habla de una traducción arre-
da Ausführliche griech. Grammatik de Matthiae; la de Kühner, glada por C. Dionisio de Utica del tratado de aquél, en veinte libros;
Ausführ. Gramm der griech. spräche; la Wissensch. Syntax d. y de ser ésta la primera traducción griega de la obra de Magón, re-
griech. spräche de Bernhardy. Entre los tratados elementales, Cur- sultaría hecha medio siglo antes de J. C., época en que vivía Dioni-
tius, Krüger, Koch, Chasang, etc. sio de Utica.
t i e m p o y el influjo d e las c i r c u n s t a n c i a s , los e s f u e r z o s q u e se
i n t e n t o m e n c i o n a r a q u i los i n n u m e r a b l e s escritores q u e en con-
l l e v a r o n á cabo p o r m u c h o s p a r a c o n s e r v a r l a i n t e g r i d a d d e l a s
cepto de e x é g e t a s ó críticos se h a n o c u p a d o d e los clásicos d e
o b r a s clásicas, las c u a l e s s u f r í a n n o t a b l e s q u e b r a n t o s . E s t a s al-
l a H é l a d e , n i t a m p o c o v i e n e á n u e s t r o propósito. Más d e dos-
t e r a c i o n e s u n a s veces e r a n d e b i d a s á l a homología d e n o m b r e s
cientos m e n c i o n a F a b r i c i o e n su Biblioteca griega q u e se h a n
d e los a u t o r e s ó d e los t í t u l o s d e sus o b r a s , o t r a s á la analogia
o c u p a d o de l a s o b r a s d e H o m e r o , y s o l a m e n t e a c e r c a d e los co-
del a r g u m e n t o d e é s t a s , v n o pocas veces o b e d e c í a n al deseo d e
m e n t a d o r e s d e é s t e escribió u n escoliasta d e D i ó g e n e s L a e r c i o
poseer los escritos o r i g i n a l e s , s i q u i e r a f u e s e n s u p u e s t o s , d e a u -
u n v o l u m e n TIEQI E^EYR¡ZCOV O¡J.T]QOV, á la m a n e r a q u e lo hizo An- t o r e s d e r e n o m b r e , como r e f i e r e A m m o n i o d e los libros d e Aris-
t i s t e n e s sobre los c o m e n t a d o r e s en g e n e r a l , los q u e e n o r d e n á tóteles, l l e g a n d o e n este p u n t o el e s p í r i t u c o m e r c i a l á desfigu-
los p r i n c i p a l e s o r a d o r e s , p o e t a s é h i s t o r i a d o r e s g r i e g o s son casi r a r a r t i f i c i a l m e n t e los m a n u s c r i t o s de s u e r t e q u e escritos n u e v o s
incontables. L a e x é g e s i s llegó p r o n t o d e esta s u e r t e á e x t r e m o s y apócrifos s i m u l a b a n a n t i g u o s y a u t é n t i c o s , s e g ú n n o t a Dión
e x a g e r a d o s , ' y los escolios a ñ a d i d o s á g r a n n ú m e r o d e a u t o r e s Crisòstomo. T a l e s abusos l l e g a r o n á e x t r e m a r s e en t i e m p o s d e
110 r e s p o n d í a n á los a l t o s fines q u e con este l i n a j e d e t r a b a j o s las escuelas d e A l e j a n d r í a y P é r g a m o , las c u a l e s r i v a l i z a b a n
se h a b í a n p r o p u e s t o sus iniciadores, sino q u e h a b í a n s e conver- e n p r e t e n d e r la g l o r i a d e s u p e r i o r i d a d en sus b i b l i o t e c a s .
tido en n a r r a c i o n e s i n c o n d u c e n t e s , c u a n d o no i n e x a c t a s , y e n
El c a r á c t e r d e estos d e s m a n e s y l a c a u s a q u e los o c a s i o n a b a ,
f r i v o l a s e x p l i c a c i o n e s de q u e a u n q u e d a n e j e m p l o s . S a b i d o es
hizo se p r o c u r a s e a t a j a r l o s e l i g i e n d o p a r a las bibliotecas pú-
lo e x t r e m a d o d e l a i n v e s t i g a c i ó n d e m u c h o s escoliastas en cues-
blicas h o m b r e s d e e r u d i c i ó n v c r i t e r i o q u e s u p i e s e n d i s t i n g u i r
tión d e n o m b r e s y p a l a b r a s , uso d e e s t r o f a s y a n t i e s t r o f a s , y d e
los libros l e g í t i m o s d e los q u e n o lo e r a n , y j u z g a r del m é r i t o
razones arbitrarias y vanas que en todas partes descubrían, y d e las obras. Al e f e c t o f u e r o n d e s i g n a d o s g r a m á t i c o s , los c u a -
q u e t a n j u s t a s q u e j a s ha ocasionado d e p a r t e d e los h o m b r e s les en a d e l a n t e e n c o n t r a m o s como p r e f e c t o s d e l a s bibliotecas
s e n s a t o s y discretos. E u s t a c i o en sus c o m e n t a r i o s á la Itiada, g r i e g a s y r o m a n a s . No t a r d a r o n e n a p a r e c e r t r a b a j o s d e criti-
en el c a n t o s e g u n d o , nos h a b l a del a f a n o s o e m p e ñ o q u e m u c h o s ca q u e al mismo t i e m p o e r a n g r a m a t i c a l e s , y q u e a b a r c a b a n
escoliastas p o n í a n en e s c u d r i ñ a r las r a z o n e s q u e h a b r í a n podi- todos los g é n e r o s d e p r o d u c c i o n e s l i t e r a r i a s . E n t r e éstos e s t á n
do d e t e r m i n a r á H o m e r o á c o m e n z a r el c a t á l o g o d e g u e r r e r o s el libro de D e m e t r i o M a g n e s i o sobre los e s c r i t o r e s homólogos,
y n a v e s p o r l a Beocia y 110 p o r o t r a p r o v i n c i a , así como de l a q u e m e n c i o n a L a e r c i o ; el d e Dionisio S i n a p e n s e d e q u e h a b l a n
m i s t e r i o s a c á b a l a q u e se i m a g i n a b a n en el n ú m e r o d e los con- a l g u n o s escoliastas d e D e m ó s t e n e s ; los 720 libros d e la t a b l a d e
vidados de Agamenón. Calimaco, q u e se dice r e f e r i a c r o n o l ó g i c a m e n t e los a u t o r e s e n -
T a l e s abusos en l a exégesis r e c l a m a b a n p r o n t o c o r r e c t i v o , tonces conocidos, sus o b r a s t o d a s y t í t u l o s r e s p e c t i v o s , las p a r -
q u e á l a v e z sirviese p a r a m o d e r a r y e n c a u z a r l a acción d e los tes d e c a d a u n a y las p a l a b r a s c o n q u e c o m e n z a b a n . Con i g u a l
c o m e n t a r i s t a s ; p o r o t r a p a r t e , i m p o n í a s e l a n e c e s i d a d d e cla- i n t e n t o se h a n hecho otros t r a b a j o s q u e se r e f e r í a n á a u t o r e s
sificar c o n v e n i e n t e m e n t e l a s o b r a s l i t e r a r i a s s e g ú n e l m é r i t o d e t e r m i n a d o s , como los d i v e r s o s d e q u e h a sido o b j e t o H o m e r o ,
d e c a d a u n a y a d j u d i c a r l a s á sus r e s p e c t i v o s a u t o r e s , s e p a r a n - el d e A n d r o n i c o R o d i o sobre las o b r a s d e A r i s t ó t e l e s q u e m e n -
do los libros a u t é n t i c o s de los e s p ú r e o s , y d i s t i n g u i e n d o d e n t r o c i o n a P l u t a r c o y al q u e a l u d e L a e r c i o , los t r a b a j o s diversos d e
d e ellos los e l e m e n t o s l e g í t i m o s d e los e x t r a ñ o s . E s t a f u é l a b o r c r i t i c a b i b l i o g r á f i c a d e Pánfilo A l e j a n d r i n o , T é l e f o G r a m á t i -
co y otros q u e r e f i e r e S u i d a s . A e s t e g é n e r o h a n d e r e d u c i r s e
m e r i t o r i a y e m p r e s a g r a n d e d e l a critica, q u e h u b o d e s d e lue-
los e s t u d i o s q u e los g r i e g o s , á m a n e r a d e los m a s o r e t a s h e b r e o s ,
go d e e j e r c i t a r s e con p r e f e r e n c i a sobre las obras h o m é r i c a s , y a
e f e c t u a r o n a c e r c a d e los signos, e s t a b l e c i e n d o u n sistema com-
p o r q u e e l l a s c o n s t i t u y e r o n e n t r e los g r i e g o s o b j e t o d e culto
pleto d e ellos p a r a d i s t i n g u i r los p a s a j e s v e r d a d e r o s , los su-
s i n g u l a r í s i m o , y a p o r q u e esta m i s m a p r e f e r e n c i a y el m é r i t o
puestos y los dudosos, los períodos a l t e r a d o s p o r los copistas,
d e las o b r a s e r a n d e s u y o h a r t o ocasionados á abusos d e todo
los r e p e t i d o s , e n m e n d a d o s , etc. (1). Las obras d e P l a t ó n , Aris-
g é n e r o q u e v e m o s a p a r e c e r d e s d e el m o m e n t o e n q u e los ráp-
sodas se e n c a r g a n d e l l e v a r l a s d e pueblo en p u e b l o y son á l a
vez p r e g o n e r o s , i n t é r p r e t e s y c a n t o r e s d e a q u e l l a s e p o p e y a s e n
(1) Sobre estos signos que, como distintivos y aunque en diver-
t o d a s las r e g i o n e s d e la Grecia.
so sentido de los de la masora, pudieran llamarse diacríticos, se ha
No h a b í a n b a s t a d o á i m p e d i r l a acción d e s f a v o r a b l e d e l
t é t e l e s , d e D e m ó s t e n e s , d e Hesiodo, d e P i n d a r o , y s i n g u l a r m e n -
te d e H o m e r o , h a n sido o b j e t o d e m u c h o s e s t u d i o s e s p e c i a l e s d e L a s c o r r i e n t e s c o m b i n a d a s d e g r a m á t i c a exegética y d e g r a -
este g é n e r o . D e b i d o á l a e x q u i s i t a a t e n c i ó n d e q u e f u e r o n ob- m á t i c a critica d e las escuelas a l e j a n d r i n a s , m i e n t r a s p o r u n a
j e t o los libros d e e s t e ú l t i m o , p u d o d e c i r s e q u e e r a m á s fácil p a r t e e j e r c í a n m a r c a d o i n f l u j o e n el d e s a r r o l l o d e la g r a m á t i c a
cosa d e s p o j a r á H é r c u l e s d e sú c l a v a q u e q u i t a r u n solo v e r s o técnica, r e c l a m a b a n á l a vez su a u x i l i o p a r a los t r a b a j o s d e
á H o m e r o (1). c o n j u n t o q u e d e b i e r o n r e a l i z a r s e en los clásicos. B a s t a r e c o r d a r
q u e no se t r a t a b a d e simples ediciones —ekdoseis— d e libros,
— * * . .
', p o r lo q u e h a c e A la l i t e r a t u r a r e l i g i o s a d e l a é p o c a A q u e g u a j e , q u e e s casi i n i n t e l i g i b l e . N o d e o t r a s u e r t e el Carinen
n o s r e f e r i m o s , los Í t a l o s q u e n o h a n c r e a d o n i t e n i d o u n a mito- fratrum Arvalium ( s a c e r d o t e s d e l a d i o s a Dia) q u e s e conser-
logia v e r d a d e r a m e n t e propia, no produjeron tampoco la rique- v a , l l e v a el sello del a n t i g u o l a t í n r o m a n o (1). A la l i t e r a t u r a
z a l i t e r a r i a r e s p e c t i v a c u a l o t r o s p u e b l o s a r i o s ; p e r o si b i e n n o r e l i g i o s a del p e r i o d o á q u e nos r e f e r i m o s p e r t e n e c e n los l i b r o s
se h a l l a n e n t r e ellos v e s t i g i o s d e u n a cosmogonía como la d e d e las r e s p u e s t a s d e los o r á c u l o s y s u s c o m e n t a r i o s , annosa vo-
H e s i o d o ó d e c r e a c i o n e s p o é t i c a s p o p u l a r e s como se r e v e l a n e n lumina vatum, q u e dice Horacio, de las cuales r e s p u e s t a s nos
la Iliada, ó c u a l l a s q u e s u p o n e n los p o e m a s i n d i o s y a u n l a s d a L i v i o la m u e s t r a e n dos v a t i c i n i o s , r e l a t i v o s u n o á la b a t a -
t r a d i c i o n e s p e r s a s , n o p o r e s o h a n e s t a d o los a n t i g u o s p o b l a d o - lla d e C a n n e s y o t r o á l a i n s t i t u c i ó n d e los Indi apollinares.
res itálicos desprovistos d e l i t e r a t u r a s a g r a d a , c o m p u e s t a e n P e r o p o r c u a n t o el l a t í n e s t á a l l í c l a r a m e n t e m o d e r n i z a d o , p i e r -
su m a y o r p a r t e d e h i m n o s c u y a f o r m a a r c a i c a se c o n s e r v a b a d e n t o d o s u v a l o r á n u e s t r o o b j e t o (2).
á t r a v é s de las diversas generaciones, porque como r e c u e r d a
Q u i n t i l i a n o , mutari vetat religión et consecratis utendum est. (1) E s t e himno c a n t a d o á Dia p a r a obtener abundantes cosechas,
D e t a l e s h i m n o s , á m á s d e l a s Tablas Eugebinas d e los U m - ha llegado á nosotros g r a b a d o en una pieza de m á r m o l descubierta
b r í o s q u e d a n , p e r t e n e c i e n t e s á los r o m a n o s , r e s t o s d e los him- en R o m a á fines del siglo XVIII, en tiempo de Pío VI. En él se invo-
n o s d e los S a l i o s y el c a n t o d e los A r v a l e s . E n los examenta can p r i m e r o los dioses L a r e s ó Lases, luego Marmar, Mars, M a r m o r
( i n v o c a c i o n e s ) ó Carmina Salaria c u y a h i s t o r i a n o nos com- ó B e r b e r , que son u n a misma divinidad, la del campo y de la prima-
p e t e h a c e r a q u i , e l l e n g u a j e e r a t a n a r c a i c o q u e , c o m o es sa- v e r a , y por último los Semnnis, divinidades de la c a t e g o r í a de los
Lares.
b i d o , a u n d e s p u é s d e los c o m e n t a r i o s d e S t i l ó n , H o r a c i o afir-
H a s e t r a b a j a d o con v e r d a d e r o empeño en la reconstrucción del
m a b a q u e n o los e n t e n d í a , y Q u i n t i l i a n o d u d a los e n t e n d i e s e n
texto aludido, sin que se h a y a n obtenido resultados c i e r t a m e n t e de-
los m i s m o s s a c e r d o t e s q u e los c o n s e r v a b a n . Los t r e s f r a g m e n - finitivos. Después de las investigaciones de Bucheler, Bréal, Edon
t o s o f r e c i d o s p o r Maurenbrecher e n 1894 ( S u p l e m . a l I a h r b ü c h y Pauli, sin duda a l g u n a de g r a n valor, h a hecho nuevo y concienzu-
d e F l e c k e i s e n ) a t e s t i g u a n la a n t i g ü e d a d d e s u s f o r m a s d e l e n - do ensayo de i n t e r p r e t a c i ó n Teodoro Birt, sometiendo las p a l a b r a s
del canto de los Arvales á un estudio morfológico, sintáctico y se-
mántico el más completo, y haciendo intervenir en él la fonética exo-
histórica y la acentuación primitiva. Aunque la reconstrucción de
C i c e r ó n . . D e él quédannos tan sólo f r a g m e n t o s conservados en su
Birt sea de hecho a t r e v i d a en d e m a s í a y su n o t a b l e t r a b a j o pueda
m a y o r p a r t e por F e s t o , los cuales se h a n procurado dividir en doce
recibir modificaciones, como h a b r á de recibirlas, es en principio el
p a r t e s según las doce tablas. Aunque la f o r m a de dichos f r a g m e n t o s
m á s aceptable. L a i n t e r p r e t a c i ó n de dicho crítico (Das Arvalied,
ha experimentado la influencia de épocas posteriores, conserva sin
en el Archiv für Lateinische Lexicografie, de Woelfflin, t. IX),
e m b a r g o el tipo arcaico de sus orígenes. En ellos e n c o n t r a m o s ejem-
reproducida ya por varios latinistas (cf. R a m o r i n o , La Poesía in
plos de a n t i g u a s f o r m a s como amlermini (confinantes), duere por
Roma neiprimicinque secoli, y en su Lett. romana), es la siguiente:
daré, endoplare por implere, escit por erit, stlis por lis, transdare,
ansegetes, aevitas, arbosem, oenum, etc ; ejemplos de p a l a b r a s em- E nos, Lases, iuvate (tres veces).
p l e a d a s en sentido anticuado, como la expresión enemigo —hostis— Nevé Inerve, Marmar, sins incurrere inpleores (ter).
Sata tutere, Mars, Ciernen sati sta Berber (ter).
en significación de forastero, la de asiduo —adsiduus— en la de po- Semnnis altemei advocapit cunctos (ter).
seedor, etc.; ejemplos de morfología a r c a i c a , como el genit. plur. en E nos, Marmor, iuvato (ter).
nm por orum, adgnatum por adgnatorum, el g e n i t . s i n g . de la Triumpe (cinco veces).
1.a decl. en as, el de la 5. a en e, el p a r t . pas. en s por tus; dainnas No es necesario decir que esta e r a la lengua de los libri augúra-
por damnatus, etc. E n cuanto á la sintaxis ofrécense ejemplos d e les, de los comment. augurum, libri saliorum, comment. magistra-
construcción elíptica como este: Si in jus vocat, tío; que significa: tuum, y demás producciones en prosa de la época de los Reyes en
Si Cajus in jus vocat Titíum, Titiusito; ejemp. de la figura de cons-
Roma. . .
trucción tmesis, como transquedato, por et transdato; de cambio (2) Los himnos religiosos, así como algunos libros de vaticinios,
significativo en los tiempos verbales, como si volet vivito suo (im- fueron escritos en verso llamado saturnio, que era el d e l a s cancio-
p e r a t . significando concesión, por sujuntivo), de igual modo que nes campestres. Su m e t r o no se f u n d a b a en la cantidad como el ver-
otros ejemplos de r é g i m e n especial entonces. (Entre otros estudios so g r i e g o , sino en una convencional sucesión de p a l a b r a s o r d e n a d a s
críticos d e las 12 t a b l a s , v. el r e c i e n t e de Voigt, Die zftólf Tafeln).
Si d e la e d a d p r i m i t i v a p a s a m o s á la é p o c a q u e h e m o s lla- conquistas, y concibió la i d e a de u n dominio u n i v e r s a l y con
m a d o a r c a i c a , h a l l a m o s u n a t r a n s f o r m a c i ó n e x t r a o r d i n a r i a li- e l l a l a d e u n c o s m o p o l i t i s m o a m p l i o y sin r e s t r i c c i o n e s ; 2.° e n
terario-lingüística, o r i g i n a d a principalmente por dos órdenes la i n v a s i ó n d e l a c u l t u r a g r i e g a q u e c o m e n z ó e n t o n c e s á i m p o -
d e c a u s a s q u e i n f l u y e n e n t o d a s l a s m a n i f e s t a c i o n e s d e la v i d a n e r s e á los l a t i n o s s u b y u g a n d o á u n t i e m p o s u i n t e l i g e n c i a y
i n t e l e c t u a l y social d e e s t a f a s e d e l a h i s t o r i a r o m a n a . D i c h o s su c o r a z ó n con l a s p r o d u c c i o n e s c i e n t í f i c a s y l a s c r e a c i o n e s d e l
d o s ó r d e n e s d e c a u s a s s e s i n t e t i z a n : 1." e n el d e s a r r o l l o y cre- a r t e , q u e hicieron d e l pueblo vencedor un sumiso vencido y
c i m i e n t o del p o d e r d e R o m a , q u e d e s p o j á n d o s e d e s u s v i e j o s u n r e n d i d o v a s a l l o del h e l e n i s m o .
p r e j u i c i o s y e s t r e c h o c o n c e p t o d e p a t r i a , t r a s p u s o los c o n f i n e s T e r m i n a d a la s e g u n d a g u e r r a p ú n i c a y l i b r e s y a los r o m a -
a n t e s s e ñ a l a d o s c o m o d e g e n t e s bárbaras c o n sus crecientes nos d e la p r e s e n c i a t e r r i b l e d e A n n i b a l , l e v a n t ó s e c o n b r í o s el
e s p í r i t u l i t e r a r i o e n t r e ellos, s i g n i f i c a d o e n t o n c e s á m á s d e l a s
producciones jurídicas, por ideas estéticas v i n c u l a d a s al t e a t r o
según el acento, con f r e c u e n t e s casos de aliteración e n t r e ellas. En
y p o r c o n c e p t o s filosóficos n o sólo p i t a g ó r i c o s , a n t i g u o s e n I t a -
verso saturnio fué escrito el a n t i g u o carmen ruslicum que recuer-
dan e n t r e otros, Macrobio y F e s t o : lia, sino t a m b i é n e p i c ú r e o s y estoicos, t o d o lo c u a l c o n s t i t u y ó
el p r i m e r v e h í c u l o p a r a la i n v a s i ó n l i t e r a r i a d e G r e c i a e n Ro-
Hiverno pulvere - Verno, luto. m a . P o r e n t o n c e s c o m o s e h a dicho, l l e n a n d e a d m i r a c i ó n á los
Grandia farra — Camille, metes. romanos las lecciones de g r a m á t i c a y critica l i t e r a r i a de Crates
En el mismo l i n a j e de verso, a u n q u e con muy v a r i a distribución y d e M a l l o s , q u i e n e n v i a d o e n c a l i d a d d e e m b a j a d o r al S e n a d o ,
extensión se han escrito o t r a s m u c h a s poesías. R e c o r d e m o s la ins- p o r h a b e r r o t o u n a p i e r n a v é s e o b l i g a d o á d e t e n e r s e e n t r e los
cripción en oro de una tumba de P r e n e s t e , que se c r e e del s. 3 0 de l a t i n o s . P o c o s a ñ o s d e s p u é s v i e n e á R o m a la e m b a j a d a a t e n i e n -
los Reyes: Manios med fhefhaked numasio (esto es, Manius me fe- se d e los t r e s filósofos, d e q u e h a b l a m o s e n o t r o l u g a r , q u e t a n
cit N'umerio—para Numerío); la l l a m a d a "inscripción de D u e ñ o " de g r a t a i m p r e s i ó n p r o d u c e e n la c i u d a d c o n s u s d i s c u r s o s ; s i g u e
traducción incierta y muy discutida, h a l l a d a en R o m a (1880) y ' g r a - l a t o m a d e C o r i n t o y la c a í d a d e la G r e c i a , lo c u a l o c a s i o n a la
b a d a en una taza de b a r r o cocido: Jovei sal Deivos qoi med mitat
t r a s l a c i ó n á R o m a d e m u c h o s h e l e n o s q u e d i f u n d e n allí s u len-
net ted endo cosmis virco sied asted - noisi Ope Toitesiai pakari
g u a h a s t a el p u n t o d e q u e n o sólo se l e e n los a u t o r e s g r i e g o s
vois - Dueños med feced en manon einom die noine me mano sta-
sin n e c e s i d a d d e s e r t r a d u c i d o s , sino q u e e n el t e a t r o r o m a n o
tod. I m p o r t a n t e s también p a r a la t e o r í a de los s a t u r n i o s son algu-
n a s inscripciones d e s c u b i e r t a s en R o m a en las t u m b a s de los Scipio- se r e p r e s e n t a n los d r a m a s e n g r i e g o , n o f a l t a n d o q u i e n e s , co-
nes, como la de L. Cornelio B a r b a t o (Cónsul en el 495 de Roma): m o P . C r a s o el j u r i s t a ( s e g ú n t e s t i m o n i o d e V a l e r i o M á x i m o )
c o n o c í a n á p e r f e c c i ó n los cinco d i a l e c t o s g r i e g o s y los h a b l a -
Hone oino ploirume—consentiont A'- omai—
Duonoro optumo—Fuise viro b a n c o m o la l e n g u a p r o p i a . D e e s t a s u e r t e , á fines d e l siglo VI
Luciom Scipione—Filios Barbati las v e i n t e e s c u e l a s d e G r a m á t i c a q u e e x i s t e n e n R o m a , o r g a n i -
Cónsul, censor, aidilis-Hic fuit « - p u d v o s - z a n y a u n a d i v i s i ó n m e t ó d i c a d e sus e s t u d i o s , p r e l u d i o d e l a
Hec cepit Cor sica—Aleriaqtie urbe q u e p r e v a l e c i ó siglos d e s p u é s , d i s t i n g u i é n d o s e la g r a m á t i c a in-
Dedet Tempestatebus—Aide mereto.
ferior ó enseñanza d e l o s primeros elementos (litteratores,
Otros ejemplos pueden v e r s e en la Poesía in Roma neiprimi chi- grammatistaej, la g r a m á t i c a s u p e r i o r ó p e r f e c c i ó n g r a m a t i c a l
que secóli de Ramorino, y en el m á s r e c i e n t e t r a b a j o de S . Ricci y e d u c a c i ó n d e l g u s t o l i t e r a r i o (litterati, grammatici), la r e t ó -
Epigrafía latina. El citado R a m o r i n o no cree i m p r o b a b l e y está r i c a ó e n s e ñ a n z a del a r t e d e b i e n d e c i r (rhetores), y l u e g o la
en efecto lejos de serlo, que el s a t u r n i o latino sea r e s t o é indicio de filosofía fphilosophi). L a s i g n i f i c a c i ó n y a l c a n c e d e e s t a s escue-
un a n t i g u o m e t r o común á la estirpe a r i a n a (á v a r i a s de sus ramifi- las de u n a p a r t e , q u e t e n d í a n al monopolio doctrinal, y de otra
caciones, al menos), de donde h a podido o r i g i n a r s e el verso silábico
los a b u s o s d e los m a e s t r o s d e r e t ó r i c a , d i e r o n l u g a r á l a s dos
del Zendavesta, el m e t r o de los himnos védicos y el e x á m e t r o ^rie-
d i r e c c i o n e s q u e a p a r e c e n c l a r a m e n t e e n el siglo V I I d e R o m a ,
g o , con la diferencia de que donde como en G r e c i a , prevaleció la
u n a conservadora opuesta á la invasión helénica, á la cual se
distribución rítmica de las p a l a b r a s al pronunciar, fué p r e f e r i d a la
cuantidad m i e n t r a s en el L a c i o por h a c e r s e m á s p e r c e p t i b l e la di- le a c u s a b a d e d e s m o r a l i z a d o r a , y o t r a d e c r i t e r i o innovador
versidad de silabas a c e n t u a d a s ó no que las de vocales l a m a s v bre- q u e r e p r o b a n d o los a b u s o s , se d e c l a r a b a e n f a v o r d e l a s c o r r i e n -
ves, se dió p r e f e r e n c i a al acento.
tes iniciadas o r i g i n á n d o s e con e l l o u n a l u c h a m ü y sostenida m a e s t r o del g r a n d e filólogo V a r r ó n y d e Cicerón, c o m e n t a d o r
en pro y en c o n t r a del g r i e g o , q u e a c a b ó p o r el t r i u n f o d e los d e los h i m n o s salios, d e las doce t a b l a s é i n s t a u r a d o r d e la cri-
p a r t i d a r i o s d e éste, s e c u n d a d o s por el m o v i m i e n t o i r r e s i s t i b l e t i c a p l a u t i n a ; d e L i v i o A n d r ó n i c o , á su vez m a e s t r o de l e t r a s
d e la n a c i ó n e n t a l s e n t i d o (1). g r i e g a s y l a t i n a s e n las q u e i n f l u y ó con sus escritos ( a u n q u e d e
D e s d e el p u n t o d e v i s t a filológico-gramatical, los n o m b r e s ellos d e c i a Cicerón q u e no m e r e c i a n s e r leídos dos veces) y con
q u e en el p e r i o d o arcaico á q u e nos r e f e r i m o s m e r e c e n ser cita- t r a d u c c i o n e s como la d e l a Odisea hecha en s a t u r n i o s r e f o r m a -
dos son: el d e S p u r i o Carvilio, el p r i m e r o q u e a b r i ó e n R o m a dos q u e p o r t e s t i m o n i o d e H o r a c i o sabemos se l e í a n a ú n en su
e s c u e l a g r a m a t i c a l l a t i n a , cuyo m é t o d o v i n o á a m p l i a r l u e g o t i e m p o e n l a s e s c u e l a s , d e b e n m e n c i o n a r s e en e s t a época el
Orates d e Mallos i n t r o d u c i e n d o e l p r i m e r o e l m é t o d o g r i e g o p o e t a Accio (Accius ó Attius) y C. Lucilio, c a b a l l e r o d e naci-
y l a critica l i t e r a r i a . A C a r v i l i o se le a t r i b u y e l a i n t r o d u c c i ó n m i e n t o (el p r i m e r e s c r i t o r r o m a n o q u e n o f u e s e esclavo ó ple-
e n el a l f a b e t o r o m a n o d e l a G ( r e p r e s e n t a d a a n t e s p o r l a C, q u e beyo). A Accio se le d e b i e r o n v a r i a s r e f o r m a s o r t o g r á f i c a s , si
bien c a y e r o n l u e g o e n desuso, como la d e s i g n i f i c a r en la escri-
t e n i a doble e q u i v a l e n c i a ) , y la supresión de la Z p o r innecesa-
t u r a las v o c a l e s l a r g a s con la d u p l i c a c i ó n d e l a l e t r a , costum-
ria (supresión q u e a l g u n o s dicen ser de Apio Claudio); el p o e t a
b r e c o r r i e n t e e n t r e otros Ítalos (Oseos, U m b r í o s y Sabelios), el
E n n i o , a m i g o d e Scipión y m a e s t r o d e l e t r a s g r i e g a s , u n o d e
r e p r e s e n t a r i l a r g a p o r ei, s e ñ a l a r uso distinto á la k, q y c, d e
los m á s g r a n d e s e s c r i t o r e s d e R o m a , q u e c o n t r i b u y ó poderosa-
s u e r t e q u e l a p r i m e r a se e m p l e a s e d e l a n t e d e a, l a s e g u n d a de-
m e n t e á la p e r f e c c i ó n d e l a l e n g u a con sus n u m e r o s o s escritos,
l a n t e de u y la t e r c e r a e n los d e m á s casos y escribir á la m a n e -
i n t r o d u j o el v e r s o heroico g r i e g o en l a l i t e r a t u r a r o m a n a , y es-
r a g r i e g a aggelus p o r ángelus, aggulus p o r angulus, etc., p a r a
tableció el uso d e d u p l i c a r l a s c o n s o n a n t e s d e sonido m á s a g u -
h a c e r d i s t i n g u i r l a n a s a l g u t u r a l d e o t r a s n a s a l e s . A m á s de es-
do, con lo c u a l se r e s t a b l e c í a el v a l o r etimológico d e m u c h a s to i n t r o d u j o Accio l a i n n o v a c i ó n d e q u e e n los n o m b r e s g r i e g o s
p a l a b r a s y l a c u a n t i d a d d e a l g u n a s s i l a b a s a l t e r a d a s en l a pro- se c o n s e r v a s e su flexión d i c i e n d o , p o r e j e m p l o , n o Hectorem,
n u n c i a c i ó n v u l g a r . Los Anales d e E n n i o , h e r m o s a i m i t a c i ó n sino Héctor a; Oresten y no Orestem, etc.; i n n o v a c i ó n q u e a l c a n -
d e H o m e r o , n a r r a c i ó n d i v i d i d a en dieciocho libros, e n e x á m e - zó r e l a t i v o é x i t o , q u e f u é d e f e n d i d a p o r V a r r ó n c o n t r a Cicerón
t r o s , d e la h i s t o r i a l e g e n d a r i a d e R o m a d e s d e l a v e n i d a d e y q u e a d o p t a r o n u m v e r s a l m e n t e los p o e t a s d e l a época d e A u -
E n e a s al L a c i o , s i r v i e r o n d e modelo á V i r g i l i o p a r a l a Eneida, g u s t o . Opuesto á las r e f o r m a s d e Accio f u é el c i t a d o C. L u c i l i o ,
q u e tomó de E n n i o n o sólo conceptos, sino t a m b i é n expresio- p o e t a m e n c i o n a d o p o r S. J e r ó n i m o y f u n d a d o r del v e r d a d e r o
nes é i m á g e n e s (2). D e s p u é s de E n n i o , a d e m á s d e Elio Stilón, g é n e r o satírico e n R o m a (cuyos p r i m e r o s esbozos h a l l a m o s a n -
tes en las Satural d e E n n i o ) , á q u i e n el i d i o m a l a t i n o d e b e bas-
t a n t e s p r o g r e s o s , y si b i e n e s c r i b í a con cierto descuido y desali-
(1) En el último tercio del siglo V I las exageraciones y extra-
ñ o q u e le e c h a en c a r a H o r a c i o y q u e él mismo reconocía al
vagancias en la enseñanza de la elocuencia dieron lugar á que los
censores Cn. Domicio Enobarbo y L. Licinio Crasso fijasen su edicto
de prohibición, cuyos motivos se recuerdan en M. Tulio —De Orat.—,
y en Aulo Gelio —N. Att.—; Suetonio —De Reth.— nos han conserva-
do el edicto mencionado. A últimos del mismo siglo, después de la los mayores los de las tragedias (unos 400 versos) y los de los Anua-
expulsión de los filósofos Alceo y Filisco, se t r a t ó de hacer salir de les que llegan á 690. (V. la edic. de L. Müller de 1885, Q. Ennicarm.
Roma á los retóricos y filósofos, como atestigua Suetonio, y es bien reliquiae etc., y la de los Anales hecha en 1900 por Valmagi). Si no
conocida la oposición hecha á Scipión Africano por el partido con- fuesen suficientes estos restos de las obras de Ennio p a r a atestiguar
servador con motivo de sus tendencias helénicas. Scipión Africano su verdadero mérito, bastaría recordar el grande honor en que le tu-
representó en su época la dirección innovadora, como algún tiempo vieron hombres como Cicerón, Horacio y Quintiliano (sin contar Lu-
después capitaneó la conservadora M. P. Catón, inspirador de va- crecio y Ovidio), p a r a atribuírselo. En la decadencia hubo quienes lo
rios decretos del Senado contra los adversarios, cuyo triunfo vino al preferían á Virgilio, y en su tiempo los Anales producían entusias-
fin él mismo á atestiguar dedicándose, ya septuagenario, al cultivo mo delirante. Ennio tradujo la 'lega avaygacpr¡ de Evhemero, autor
de la literatura g r i e g a . del evliemerismo ó sistema que explica el origen de la mitología
(2) De las varias obras de Ennio (Anales, Tragedias, Comedias, griega por l a divinización hecha de los héroes; la cual teoría aplica-
Sátirag etc.), no quedan más que fragmentos, entre los cuales son ba Ennio á las divinidades romanas de la misma manera.
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r e a l i z a b a asi la variedad d e n t r o d e la unidad l i n g ü i s t i c a lati- E n el p e r i o d o d e q u e nos o c u p a m o s los críticos y g r a m á t i -
n a , el m o v i m i e n t o i n t e r i o r ocasionado sobre todo p o r l a g u e r r a cos e s t á n e n g e n e r a l á la a l t u r a d e su época, y S u e t o n i o e n su
social, l l e v a b a o t r a variedad glótica de los Ítalos á la u n i d a d libro De Grammaticis, e n u m e r a n o pocos d e éstos. E n t r e ellos
d e la l e n g u a del L a c i o , r e d u c i e n d o las v a r i a s e s t i r p e s d e l a fa- h a b r e m o s d e m e n c i o n a r , d e s p u é s del crítico S e r v i o Clodio re-
milia i t á l i c a b a j o el p o d e r d e R o m a y c o n s i g u i e n d o q u e las pro- c o r d a d o con e l o g i o p o r Cicerón, á A u r e l i o Opilio, m a e s t r o su-
vincias se romanizasen con la d e s a p a r i c i ó n p r o g r e s i v a d e los c e s i v a m e n t e d e filosofía, d e r e t ó r i c a y de g r a m á t i c a , a u t o r d e
dialectos u m b r í o , oseo y e t r u s c o , s u s t i t u i d o s p o r el l a t í n en poco u n pinax ó í n d i c e d e o b r a s g e n u i n a s y no g e n u i n a s d e P l a u t o ,
tiempo. y de u n t r a t a d o filológico Las nueve musas; A. G r i f ó n , a u t o r
A l a é p o c a d e Cicerón, en la c u a l l l e g a la l e n g u a d e l a pro- d e dos v o l ú m e n e s De latino sermone, á c u y a e s c u e l a n o se des-
sa l a t i n a á su a p o g e o , como la l e n g u a d e la poesía t i e n e su e d a d d e ñ a b a d e asistir M a r c o T u l i o s i e n d o y a p r e t o r ; M; P o m p i l i o
d e oro e n l a é p o c a d e A u g u s t o , le c o r r e s p o n d e en la g l o t o l o g í a A n d r ó n i c o , d e o r i g e n sirio, q u e compuso u n libro sobre los Ana-
r o m a n a l u g a r d e i m p o r t a n c i a , no sólo p o r el n ú m e r o y signifi- les de E n n i o ; L . Orbilio P u p i l o , m a e s t r o d e r e t ó r i c a y g r a m á -
t i c a , de q u i e n f u é discípulo H o r a c i o ; A t e y o P r e t e s t a t o , l l a m a -
cación d e sus filólogos, sino t a m b i é n por la fijeza m o r f o l ó g i c a
do el Filólogo, m a e s t r o d e S a l u s t i o , a u t o r d e u n a m i s c e l á n e a
q u e e n t o n c e s a d q u i e r e l a l e n g u a , el p r o g r e s o sintáctico q u e se
en ochocientos libros con el t i t u l o d e Hyle — m a t e r i a , — y d e
e f e c t ú a en e l l a m e r c e d á los e s t u d i o s d e éstos, y la r i q u e z a léxi-
u n t r a b a j o s o b r e el a r t e d e e s c r i b i r d e d i c a d o á A. Polión; Va-
ca q u e la m i s m a l o g r a a l c a n z a r sin d e t r i m e n t o d e la corrección
lerio C a t ó n , q u e enseñó e n R o m a e n tiempo d e Sila y e n c u y o
y t e r s u r a q u e o s t e n t a por d o q u i e r a , h e r m a n á n d o s e e n t o n c e s ,
e l o g i o escribió F . Bibacolo: Cato grammaticus, Latina Siren—
m e j o r q u e en época a l g u n a de las l e t r a s r o m a n a s , los p r i n c i p i o s
Qui solus legit ac facit poetas; L . Cornificio, a u t o r d e l a Retó-
d e l a t e o r í a lógico-lingüistica ( p a l a b r a s a b s t r a c t a s , c o n c r e t a s ,
rica á Herennio; S t a b e r i o E r o , a u t o r d e u n libro De Propor-
especificas, g e n é r i c a s , etc.), las l e y e s d e l a r e t ó r i c a e n su m á s tione, sobre la Analogía, y m a e s t r o d e B r u t o y Casio; Curcio
a m p l i a a c e p c i ó n y los p r e c e p t o s g r a m a t i c a l e s del h a b l a d e Ro- Nicia, a m i g o d e Cicerón, p o r él v a r i a s v e c e s m e n c i o n a d o , a u -
ma. P o r o t r a p a r t e , l a i n f l u e n c i a g r i e g a , á q u e t a n t o d e b i e r o n t o r de u n e s t u d i o s o b r e Liicilio; G a v i o Basso, q u e escribió ade-
las l e t r a s del p e r i o d o a n t e r i o r , se h a c e m á s sensible e n éste, y m á s d e v a r i o s c o m e n t a r i o s , t r a t a d o s De origine verborum y De
110 sólo se l e e n y t r a d u c e n los escritores g r i e g o s , sino q u e las verborum significatione; el n o t a b l e filólogo S a n t r a , a u t o r en-
p r i n c i p a l e s casas r o m a n a s se d i s p u t a n el honor d e s e r v i r d e al- t r e o t r a s o b r a s , d e u n a De viris illustribus y d e l a De antiqui-
b e r g u e á a l g u n o de los muchos doctos m a e s t r o s de la G r e c i a q u e tate verborum. Con estos n o h e m o s de d e j a r de m e n c i o n a r á
se h a l l a n e n l a c i u d a d , y q u e son escuchados con el e n t u s i a s m o u n a d e las g r a n d e s figuras d e R o m a q u e p e r t e n e c e asi á l a his-
s i e m p r e c r e c i e n t e q u e p r o d u c e n las l e t r a s en medio d e a q u e l l a t o r i a política como á l a l i t e r a r i a d e esta época, á J u l i o C é s a r ,
e s p l é n d i d a c u l t u r a d e la l a t i n i d a d (1). h i s t o r i a d o r t a n n o t a b l e como l i t e r a t o i l u s t r e , á q u i e n se d e b e
e n este concepto a d e m á s d e s u p o e m a Iter, de sus e x á m e t r o s
sobre T e r e n c i o , d e sus libros d e s e n t e n c i a s etc., dos libros d e
(1) Mientras los griegos contemporáneos afluían personalmente
g r a m á t i c a De Analogía libri dúo. P e r o s i n g u l a r m e n t e son de
á Roma coadyuvando á la labor del perfeccionamiento literario, los
c i t a r e n e s t e p e r i o d o el e m i n e n t e filólogo M. T e r e n c i o V a r r ó n
antiguos maestros se hallaban presentes mediante sus libros. E. Pau-
lo, ya vencedor, cuidó de trasladar á R o m a una biblioteca completa (llamado Reatino del n o m b r e d e su p a t r i a , p a r a d i s t i n g u i r l o
de autores griegos que pudo alcanzar; después de la destrucción de del otro V a r r ó n , p o e t a , dicho Atacino), u n o d e los m á s g r a n d e s
Atenas, Sila hizo llevar á Roma la biblioteca de Apelicon, que con-
tenía, entre otras, las obras de Aristóteles y Teofrasto, y Lúculo tra-
jo de Oriente el mayor número de libros que pudo conseguir. De este
modo el estudio y crítica de la literatura griega se hizo común entre las producciones homéricas en la epopeya dicha mitológica, repro-
los romanos, á quienes eran familiares lo mismo los grandes poetas ducción literaria del mito griego en la época ciceroniana. El gusto
de Atenas que l o s escritores d e la época alejandrina. L a Iliada griego había llegado á tal refinamiento entre los latinos, que la pro-
(prescindiendo de las demás obras de todo género) se traduce por sa inimitable de M. Tulio era, como es sabido, poco menos que in-
este tiempo dos veces (versiones de Cn. Mazio y de N. Craso, citado aguantable para los partidarios del estilo ático puro y de la elocuen-
éste por Prisciano y Nonio Marcelo), imitándose de varias maneras cia de Demóstenes.
p o l í g r a f o s y el e s c r i t o r m á s f e c u n d o d e t o d a l a a n t i g ü e d a d la-
t i n a , y a d e m á s el e r u d i t o p i t a g ó r i c o N i g i d i o F i g u l o , t a m b i é n l a e n s e ñ a n z a no t i e n e y a el c a r á c t e r p r á c t i c o q u e f u é t r a d i c i o -
p o l í g r a f o i n s i g n e e n c o m i a d o p o r Cicerón y c e l e b r a d o p o r m u - n a l é histórico en t o d a l a v i d a del p u e b l o r o m a n o , sino q u e á
chos como el m á s docto d e los e s c r i t o r e s r o m a n o s d e s p u é s d e l a i n v e r s a d e la a n t i g u a Roma, b u s c a l a m o d e r n a en las l e t r a s
V a r r ó n . D e la m u l t i t u d d e escritos d e V a r r ó n s o b r e casi t o d a s el fin e s p e c u l a t i v o de l a i l u s t r a c i ó n y d e l a c u l t u r a , con lo c u a l
l a s r a m a s del s a b e r (620 libros e n 74 o b r a s s e g ú n los t r a b a j o s los m a e s t r o s d e los v a r i o s g r a d o s d e G r a m á t i c a y d e R e t ó r i c a
d e i n v e s t i g a c i ó n de F . Ritschl), p u d i é r a m o s c o n t a r á n u e s t r o (bien q u e é s t o s no t a r d a s e n e n d e c a e r ) a d q u i r i e r o n m a y o r e s
p r o p ó s i t o los d e c r í t i c a l i t e r a r i a , los de e l o c u e n c i a , los d e retó- p r e s t i g i o s y t r a t a r o n á su v e z d e e n c a m i n a r m á s s e ñ a l a d a m e n -
r i c a y l i t e r a t u r a , con la o b r a e n v e i n t i c i n c o libros De lingua la- t e al ideal d e l a l i t e r a t u r a las r e g l a s d e sus r e s p e c t i v a s discipli-
tina. De é s t a (como d e l a s d e m á s o b r a s del m e n c i o n a d o escri- nas. L a s bibliotecas c r e a d a s p o r este t i e m p o en R o m a (la d e Po-
tor) se h a p e r d i d o l a m a y o r p a r t e , no q u e d a n d o m á s q u e seis lión, en el a t r i o d e l a l i b e r t a d , las dos o c t a v i a n a s , u n a e n el
d e los v e i n t i c i n c o libros De lingua latina, q u e son del q u i n t o al t e m p l o d e A p o l o P a l a t i n o , y o t r a en el pórtico d e Octavia), f u e -
d é c i m o , a m b o s i n c l u s i v e , con a l g u n a s deficiencias y l a g u n a s ; r o n u n g r a n a l i c i e n t e p a r a el cultivo d e los e s t u d i o s g r a m a t i -
los t r e s p r i m e r o s e s t á n c o n s a g r a d o s á c u e s t i o n e s etimológicas^ cales con t e n d e n c i a s criticas y d e f o r m a c i ó n del g u s t o l i t e r a r i o
y los r e s t a n t e s á l a flexión y sus leyes s e g ú n las t e o r í a s domi- s o b r e los modelos g r i e g o s y romanos a n t e r i o r e s , y el h e c h o mis-
n a n t e s e n l a é p o c a . (V. l a edic. d e Oft. Müller, 1830, v s o b r e mo d e q u e el clasicismo d e J u l i o César y d e Marco T u l i o ten-
t o d o l a d e S p e n g e l d e 1885). d í a n á d e s a p a r e c e r en l o s prosistas d e l t i e m p o d e A u g u s t o ,
m i e n t r a s e n éstos se e n c e n d í a c a d a v e z m á s el deseo (poco dis-
Como V a r r ó n , escribió N i g i d i o F í g u l o s o b r e a s u n t o s espe-
creto en la e j e c u c i ó n ) d e m a n t e n e r í n t e g r o y p u r o el depósito
c u l a t i v o s y p r á c t i c o s d e t o d o g é n e r o , y a d e m á s d e los t r a b a j o s
de l a l e n g u a , c o n t r i b u y ó 110 poco á los p r e s t i g i o s d e los p r e c e p -
d e c a r á c t e r l i t e r a r i o , t r e i n t a libros d e Commentarii gramma-
tores de l a G r a m á t i c a , de q u i e n e s se e s p e r a b a l o g r a s e n c o n j u -
tici m u y c e l e b r a d o s e n su t i e m p o .
r a r los p e l i g r o s i n m i n e n t e s de u n a total d e c a d e n c i a l a t i n a . Los
Con los e s c r i t o r e s m e n c i o n a d o s c i é r r a s e l a t e r c e r a y ú l t i m a sermones provinciales de que hemos hablado antes, hacían en
d e l a s s e c c i o n e s e n q u e h e m o s d i v i d i d o l a edad antigua de l a efecto su c a m i n o , y si en todo el o c c i d e n t e del I m p e r i o , e n las
filología r o m a n a q u e c o n c l u y e con el siglo V I I , p a r a d a r l u g a r Galias, en A f r i c a , en E s p a ñ a , d o m i n a b a el l a t í n , sobre él h a c í a n
á l a edad moderna d e los e s t u d i o s l i t e r a r i o s e n g e n e r a l , y e n s e n t i r su eficacia los dialectos y l e n g u a s d e e s t a s r e g i o n e s con-
especial á n u e s t r o i n t e n t o , d e los l i n g ü í s t i c o s . L a edad moder- q u i s t a d a s q u e le l l e n a b a n de provincialismos. Estos p r o v i n c i a -
na d e la l i n g ü i s t i c a l a t i n a c o m i e n z a , s e g ú n q u e d a dicho, con lismos l l e g a r o n á R o m a como l l e g a r o n g e n t e s d e t o d a s las re-
el i m p e r i o y c o m p r e n d e , como l a a n t i g u a , t r e s secciones d e g i o n e s del i m p e r i o q u e no c o n s e g u í a n p r e s e n t a r s e sin los dejos
t i e m p o: l a e d a d d e A u g u s t o (712 d e R . - 4 2 a. J . C. al 14 d e C.> d e su h a b l a n a t i v a (de ellos 110 a l c a n z a r o n á d e s p o j a r s e escrito-
el p r i m e r siglo d e l a e r a v u l g a r h a s t a l a m u e r t e d e T r a j a n o r e s como S é n e c a y T i t o Livio) a m e n a z a n d o asi i n v a d i r con sus
(14 d. J . C. al 117), y finalmente, el t i e m p o q u e c o r r e h a s t a l a giros y locuciones el sermo urbanus e n l a m i s m a c i u d a d d e l a s
e n t r a d a d e l a E d a d Media d e s d e el siglo I I d e l a e r a v u l g a r . siete colinas. P o r o t r a p a r t e s u s t i t u i d o el ideal d e la e l o c u e n c i a
M u d a d a s con l a e d a d i m p e r i a l las c o n d i c i o n e s p o l í t i c a s d e p o r las e l e g a n c i a s c a d a v e z m á s c o r r e c t a s y f a s c i n a d o r a s d e la
R o m a , el m o v i m i e n t o l i t e r a r i o q u e j a m á s f u é e x t r a ñ o al m e d i o p o é t i c a l a t i n a q u e á m a r a v i l l a h a c í a n r e s a l t a r á la sazón las
a m b i e n t e social e n q u e se o r i g i n a y sostiene, n o p u d o p e r m a - o b r a s de Virgilio, H o r a c i o y Ovidio, los prosistas r o m a n o s con
necer indiferente á l a s n u e v a s direcciones q u e solicitaban á la m a r c a d o m a l g u s t o y c u a l si las i m á g e n e s y g i r o s d e la poesía,
i n t e l i g e n c i a y á los d i s t i n t o s a l i c i e n t e s y e s t í m u l o s q u e se ofre- los a r c a í s m o s a l g u n a v e z e n ésta r e p r o d u c i d o s p o r m o t i v o s d e
c í a n . El cultivo d e l a e l o c u e n c i a q u e á t a n e x t r a o r d i n a r i a al- a r t e asi como m e t á f o r a s , construcciones é i m i t a c i o n e s propia-
m e n t e g r i e g a s p u d i e r a n sin d e t r i m e n t o d e la l e n g u a t r a s l a -
t u r a l l e g a e n l a é p o c a c i c e r o n i a n a , d e c a y ó v i s i b l e m e n t e ; l a poe-
darse á una prosa limpia y bien entendida, t r a t a r o n de ajustar
sía v i n o á p r e v a l e c e r sobre l a p r o s a , y a l i m e n t a d a con los g r a n -
al estilo poético las p r o d u c c i o n e s no s u j e t a s al m e t r o , con lo
des modelos del a r t e g r i e g o , a l c a n z ó en f o n d o y f o r m a , y m á s
c u a l a q u e l l e n g u a j e q u e en los p o e t a s e r a d e i n s u p e r a b l e ele-
e n ésta q u e en a q u é l , los q u i l a t e s d e p e r f e c c i ó n suprenna, v si
g a n c i a , resultó en los prosistas vicioso y r e p r o b a b l e , a c e n t ú a n -
b i e n p o r e n t o n c e s n o se h a c a m b i a d o d e p l a n en las escuelas,
do e n la é p o c a d e A u g u s t o y a q u e no l a d e c a d e n c i a , el carác-
t e r d e u n a e t a p a d e t r a n s i c i ó n q u e v e r d a d e r a m e n t e le corres- eficacia su i n f l u e n c i a . R e c o r d e m o s a d e m á s del n o t a b l e filólogo
ponde. e s p a ñ o l C. J . H y g i n i o b i b l i o t e c a r i o d e la P a l a t i n a (1), á P . R u t i -
E n t r e t a n t o d e c a í a n d e sus p r i m e r o s p r e s t i g i o s los retóricos, lio L u p o , g r a m á t i c o y retórico, a u t o r de u n a o b r a e n dos libros
c u y a s e s c u e l a s i b a n d e g e n e r a n d o como las q u e a n t e s p r e p a r a - Skemata lexeos, t r a s u n t o d e o t r a d e u n retórico g r i e g o , Gor-
ron el decreto d e e x p u l s i ó n d e Craso y Domicio. E n t r e los nom- g i a s ( c o n t e m p o r á n e o d e Rutilio), q u e t r a t a b a de las figuras d e
b r e s d i g n o s de r e s p e t o q u e d a b a n en e s t a e d a d el del e s p a ñ o l p e n s a m i e n t o y d e las de p a l a b r a , y d e la c u a l sólo se c o n s e r v a
M. P o r c i o L a t r o n e , el d e A. Fusco, asiático, el de C. A. Lilo, l a s e g u n d a p a r t e ; Sinio C a p i t ó n q u e escribió a d e m á s d e sus li-
ítalo, e t c . , y sobre t o d o el del e m i n e n t e cordobés A. S é n e c a , b r o s De Antiquitatibus, m u c h a s epístolas g r a m a t i c a l e s ; M. Ve-
g l o r i a l e g i t i m a d e E s p a ñ a y d e R o m a al mismo t i e m p o (1). Los rrio F l a c o q u i e n , á más de sus Fasti, Rerum etruscarum, etc.,
publicó su De verborum significatu, del c u a l t e n e m o s el ex-
g r a m á t i c o s , q u e s u p i e r o n m e j o r sostener su disciplina, g o z a r o n
t r a c t o De Significatione verborum, de Festo, compendiado á
d e m a y o r e s t i m a al m i s m o tieihpo q u e d e j a r o n s e n t i r con m á s
la v e z p o r P a b l o D i á c o n o en el siglo IX; Cecilio E p i r o t a , el pri-
m e r c o m e n t a d o r g r a m a t i c a l d e Virgilio y d e otros p o e t a s con-
(1) No han faltado quienes, como Posevino, R. Agrícola y otros,
han identificado á Marco Séneca el retórico, y á Lucio Séneca el filó-
sofo y filólogo, opinión que de antiguo fué desestimada (y que con-
tradice Marcial, Epigr. LXI1), acabando por ser rechazada de la (1) Cayo Julio Hygino es el filólogo español m á s antiguo, corres-
crítica en absoluto. Entre los más explícitos y concretos en señalar pondiente á la edad de Augusto. De él se ha ocupado con elogio Sue-
la diversa personalidad y representación literaria de ambos Séne- tonio, De illustr. Grammaticis, como discípulo distinguido del gra-
cas, padre é hijo respectivamente, figura el Volaterrano, señalándo- mático griego Cornelio Alejandro, llamado Polyhstor por su erudi-
se con él Justo Lipsio, Ambr. de Morales, Andrés Scoto, Luis Vi- ción de la antigüedad. El mismo Suetonio le declara español; con el
ves etc. sobrenombre de Polyhstor, como su maestro, se le conocía cuando
fué Prefecto de la Biblioteca Palatina, donde adquirió renombre y
Por lo que hace á Lucio Séneca, á quien nos referimos aquí, puede
muchos discípulos, contando entre las personas de su amistad á Ovi-
verse su mejor biografía y completa relación de lugares de escritores
dio, M. Séneca, al Cónsul C. Licinio etc.
antiguos que citan ó se ocupan del ilustre cordobés (trabajos ambos
Sobre el número de obras de Hygino, "docto en todo género de
de J. Lipsio), en la edición plontiniana L. Annaei Senecae Philoso-
letras", según Ambrosio Morales, "grande hombre en la profesión
phi opera quae exlant omnia —a Justo Lipsio emendata et scholiis
de Retórica y comentador insigne de Virgilio," como dice Luis Vi-
illustrata—lA.DClÁl. De ella toma Nicolás Antonio la mayor parte
ves, no todos están conformes. Entre los trabajos que nadie le dis-
de sus datos; y á la Biblioteca ant. de éste, así como á la Bibliotec.
puta están sus Comentarios á Virgilio y el tratado De vita rebusque
lat. de Fabricio, remitimos el lector por lo que se refiere á las su-
illustrium virorum, que es citado por A. Gelío en el libro I de sus
puestas epístolas entre Séneca y San Pablo, que aparecen en algu-
Noches Aticas, por S. Jerónimo, en el Prólogo al tratado de los Es-
nas ediciones de L. Séneca y se han impreso también separadamente.
critores eclesiásticos, y por Asconio Pediano en su Comentario á
Entre las ediciones completas de Séneca, es de mencionar, ade- Marco Tulio.
más d e l a indicada de Plontino, la parisiense d e Adriano Tiffai-
Luis Vives en su Prefacio á la Geórgica de Virgilio habla de
ne (1619), que contiene las obras de los dos Sénecas, acompañando á
Hygino como conterráneo suyo, y de él se ocupan también con enco-
las de Lucio Séneca, á más de los comentarios de Lipsio, la crítica
mio, entre otros, Ambrosio de Morales en el libro VIII de la Cróni-
de Erasmo y una g r a n colección de tratados compuestos con pasajes
ca general de España; Mariana en el libro III de su Historia, y en
y doctrinas de Séneca, por Dionisio Godofredo, los cuales se han tra-
especial Nicolás Antonio en el libro I de su Biblioteca.
ducido á muchos idiomas. Entre ellos figura uno intitulado: De Arti-
No han faltado quienes erradamente tuvieron á Hygino por Ale-
bus, quas liberales vocant, ut Grammatica, Relhorica, Oratoria,
jandrino, sin otro fundamento que el origen de su maestro Cornelio
Declamationibus, Historia, Poetice, Dialectice, Sophistice etc.
Alejandro, griego de nación, y la aptitud para el equívoco en el
Otra edición parisiense de 1627 lleva, entre otros comentarios, los
calificativo alejandrino del nombre d e su maestro. Cual fuese la
de Mureto, Godofredo, Erasmo, Lipsio, Scoto, el Pinciano, Morellio,
verdadera patria de dicho gramático Cornelio Alejandro es objeto
Isaac Pontano etc. L a s ediciones posteriores, sin excluir i a correcta
de discusión por las encontradas noticias que de él nos dan Stéfano,
de los Elsivirios, apenas son otra cosa que reproducción de las di-
Suidas y otros escritores, conviniendo todos, sin embargo, en su mé-
chas y de mayor ó menor número de sus comentarios mencionados.
rito como gramático y hombre de saber.
t e m p o r á n e o s ; el filósofo L. Crasicio, p r e c e p t o r d e G r a m á t i c a y
c i t a d o en los g r a m á t i c o s posteriores p o r su m é t o d o especial,
c o m e n t a d o r del p o e m a Smirna d e E l v i o C i n n a ; Scribonio Afro-
a u n q u e d i s e n t i e n d o éstos no pocas veces d e su d o c t r i n a .
disio q u e escribió De Orthograpliia; y Clodio T u s c o , del cual se
Al c o m e n z a r l a t e r c e r a y iiltima fase d e l a filología r o m a n a ,
h a c o n s e r v a d o t a n sólo su C a l e n d a r i o a s t r o n ó m i c o en la t r a d u c -
ó s e a c o n el siglo s e g u n d o d e la E r a v u l g a r ( d e s d e A d r i a n o á
ción g r i e g a d e L o r e n z o Lido. S e p t i m i o Severo) la l i t e r a t u r a l a t i n a m u é s t r a s e c a d a v e z m á s
E n t r a m o s en l a s e g u n d a f a s e d e l a e d a d m o d e r n a de l a s le- c a m i n a n d o á l a d e c a d e n c i a (1). L a l e n g u a m i e n t r a s q u e p o r e n -
t r a s l a t i n a s , ó en el siglo p r i m e r o d e l a e r a v u l g a r . Y si b i e n la tonces a d q u i r í a la n o r m a d e f i n i t i v a d e su d e s a r r o l l o f o n é t i c o y
h e r e n c i a l i t e r a r i a , sobre todo p o é t i c a , d e l a é p o c a a n t e r i o r p u . m o r f o l ó g i c o , a d m i t í a p a r a l a s i n t a x i s c o n s t r u c c i o n e s no legi-
d i e r a h a b e r c o n t r i b u i d o al m a n t e n i m i e n t o d e l a c u l t u r a en e s t e t i m a d a s p o r los clásicos, en la p a r t e léxica voces i n u s i t a d a s y
siglo, la opresión política y el e s p í r i t u s u p e r f i c i a l e n t o n c e s domi- e x ó t i c a s , y e n la dicción y estilo g i r o s e x t r a ñ o s á la p r o s a la-
n a n t e o b s t a r o n á ello; r e t ó r i c o s y g r a m á t i c o s s i g u i e r o n u n mis- t i n a . Y si b i e n la c u l t u r a a d q u i r í a m a y o r e x t e n s i ó n l l e g a n d o á
m o d e r r o t e r o p e r d i e n d o su p r i m i t i v o a s c e n d i e n t e . H e a q u í los p u e b l o s a l e j a d o s d e R o m a , la o r i g i n a l i d a d d i s m i n u í a en r a z ó n
n o m b r e s d e los gramáticos-filólogos m á s s a l i e n t e s : J u l i o Modes- d i r e c t a d e este desarrollo, c u l t i v á n d o s e el l a t í n clásico y el g r i e -
to, c u y o es el t r a t a d o Quaestionum confusarum; M. P o m p o n i o g o ( q u e c o n t i n u ó e s t u d i á n d o s e p o r los l a t i n o s y a u n escribién-
Marcelo, critico, a d v e r s a r i o d e i n n o v a c i o n e s , y d e t o d o solecis- dose p o r a l g u n o s ) m á s como i n s t r u m e n t o p a r a la c r i t i c a y p a r a
mo y neologismo; el m a e s t r o d e Q u i n t i l i a n o , Q . R . P a l e m ó n . B a j o l a e r u d i c i ó n g e n e r a l sobre escritores a n t e r i o r e s , q u e p a r a h a -
C l a u d i o y N e r ó n , Asconio P e d i a n o , c o m e n t a r i s t a n o t a b l e d e Ci- b l a r l e ó r e p r o d u c i r l e en n u e v a s o b r a s . Los e s c r i t o r e s eclesiás-
c e r ó n (suyos son a d e m á s d e sus c o m e n t . sobre M. T u l i o g r a n ticos q u e h a s t a este t i e m p o h a b l a n e m p l e a d o l a l e n g u a g r i e g a
p a r t e d e los Scholia Bóbiensia, p u b l i c a d a s p o r e L C a r d . Mai,
m i e n t r a s q u e los c o m e n t . q u e le a t r i b u y e P o g g i o n o le p e r t e n e -
cen); V a l e r i o P r o b o , d e B e y r u t , c o m e n t a d o r al estilo d e los g r a - (1) No hemos de omitir aquí un recuerdo al emperador romano,
m á t i c o s a l e j a n d r i n o s con sus clásicos, d e Virgilio, Horacio, Lu- español de origen Elio Adriano, maestro consumado en letras grie-
crecio etc., c o r r e c t o r d e l i b r o s l a t i n o s , y a u t o r d e u n t r a b a j o gas y latinas y autor de buen número de t r a b a j o s en prosa y verso,
De notis ó t r a t a d o d e a b r e v i a t u r a s , del c u a l se c o n s e r v a p a r t e de cuya universal cultura hablan, entre otros, Dión Casio, Apiano
Alejandrino, Eusebio y Suidas, el cual en su Lexicón, colócale en-
m u y i m p o r t a n t e p a r a la i n t e r p r e t a c i ó n . Otros t r a b a j o s g r a m a t i -
t r e los cultivadores de la filología g r i e g a y latina: <&iXoXóyog ?¡v év
cales q u e se le a t r i b u y e n son d e e s c r i t o r e s p o s t e r i o r e s á P r o b o .
éxazéga z f j ykcóaoT] xaí ziva jze£á xaí év ejieoi jzoírjpaza JzavzoSaná
D e este t i e m p o se c r e e f u é E m i l i o A s p r o , c o m e n t a d o r d i s t i n g u i - xzéXme x. z. X. "Era filólogo en una y otra lengua, y dejó escritas
do d e T e r e n c i o y d e Salustio, a b o n a n d o t a l c r e e n c i a l a p o l é m i c a varias obras en prosa, y poesías de todo género etc." (Ob. cit., voz
q u e s o s t u v o con C o r n u t o , g r a m á t i c o i l u s t r e , d e c u y a s Quaest. 'Adgiavóg).
Ver gil. q u e d a n f r a g m e n t o s coleccionados. E n t i e m p o de T r a j a -
Entre los diversos escritos de Adriano, cuéntanse el conocido con
n o , Velio L o n g o a u t o r d e u n t r a t a d o De Ortliographia y co- el nombre de las Sentencias qué anda unido á la Gramática de Dosi-
m e n t a d o r d e Virgilio; F l a v i o C a p r o , q u e escribió De dubiis ge- teo en ediciones antiguas, t r a b a j o editado por Enr. Stéfano, el cual
neribus, De latinitate ó Libri enucleati sermonis, y al c u a l se le refiere Fabricio (t. VII de su Bibliot. g r . hablando de Dositeo) corri-
a t r i b u y e n otros escritos g r a m a t i c a l e s , los c u a l e s , si b i e n p u d i e - gió J. Cuiacio según un ejemplar más perfecto de la Gramática y
r a n p e r t e n e c e r l e o r i g i n a r i a m e n t e , h a n p a s a d o sin d u d a a l g u n a Sentencias. En los Ejercicios gramaticales de las Excerpta latino-
p o r u l t e r i o r e s modificaciones (1). A e s t a época c o r r e s p o n d e t a m - graeca publicadas por E. Stéfano, van comprendidas también las
Sentencias de Adriano. Este mismo t r a b a j o unido á la citada Gra-
b i é n el Stromateus —Lectiones antiquae— d e Ceselio Vindice,
mática de Dositeo, se publicó e n L e y d e n (1717) en g r i e g o y en latín
con notas de A. Schulting.
De otro t r a b a j o de Adriano, de carácter ortográfico, hay indicios
(1) En la labor t a n erudita como interesante de Keil, Granima-
en el libro griego publicado por David Hoeschel, cuyo título puesto
tici lat.,1a. cual es de consultar, con sus demás t r a b a j o s sobre los
allí en latín: "Librorum quos legit Photius patriarcha excerpta et
t r a t a d i s t a s latinos, cuéntanse como de H. Capro dos escritos, uno de
censurae." Léese, en efecto, en una nota inserta en él: 'A veyvá&i)
O r t o g r a f í a y otro De verbis dubiis, los cuales ciertamente no son
áSgiavov elaaycoyr¡ zrjg ygaipijg, xQ'ñoifiog zoig cloayopévoig f¡ fiífiXog.
de él, por lo menos tales cuales llegaron á nosotros y hoy se hallan.
(el P a p a S a n V í c t o r I inició en l a c á t e d r a d e R o m a l a l i t e r a t u - matica q u e p r o b a b l e m e n t e no le c o r r e s p o n d e ; Elio D o n a t o , a u -
r a eclesiástica en latín) r e a c c i o n a r o n u n t a n t o en el cultivo del tor d e u n a Ars grammatica, á l a q u e p r i n c i p a l m e n t e debió su
i d i o m a r o m a n o , p e r o sin t r a t a r d e r e s t a b l e c e r d i r e c t a m e n t e lo n o m b r e d u r a n t e l a E d a d Media; Carisio, c u y o Ars es e n b u e n a
a n t i g u o , y l e v a n t a n d o con u n a n u e v a civilización, l e n g u a j e p a r t e r e p r o d u c c i ó n del t r a b a j o c i t a d o d e C o m i n i a n o ; Servio, co-
apropiado á u n a nueva cristiana literatura. m e n t a d o r del a r t e g r a m a t i c a l d e Elio D o n a t o . E l Ars métrica
L a f a l t a d e p r o d u c c i o n e s o r i g i n a l e s o c a s i o n a n d o el d e s a r r o - f u é s i n g u l a r m e n t e c u l t i v a d o p o r el c i t a d o Victorino, q u e ocupa
llo d e l a c r i t i c a d e l a s o b r a s clásicas, hizo al mismo t i e m p o m a n - con esto p a r t e p r i n c i p a l d e su G r a m á t i c a ; p o r Atilio, c u y a Mé-
t e n e r la i m p o r t a n c i a d e los e s t u d i o s g r a m a t i c a l e s q u e s i g u i e r o n trica ha l l e g a d o á n o s o t r o s (v. Keil, Gramm. VI)- p o r el mencio-
c u l t i v á n d o s e . Al s e g u n d o siglo d e l a E r a v u l g a r c o r r e s p o n d e n n a d o S e r v i o q u e escribió sobre los m e t r o s , c o m e n t a n d o t a m b i é n
e n t r e otros: Q. T . S c a u r o , c o m e n t a d o r d e P l a u t o , H o r a c i o y á Virgilio, como g r a n p a r t e de los g r a m á t i c o s dichos comenta-
Virgilio, y a u t o r d e u n a g r a m á t i c a l a t i n a , d e la c u a l se conser- r o n d i v e r s a s o b r a s clásicas; p o r F l a v i o Mario, q u e al finalizar el
siglo c u a r t o p u b l i c a b a su opúsculo De metris. D e Macrobio, q u e
v a p a r t e t a n sólo; el c a r t a g i n é s G. Sulpicio A p o l i n a r , a u t o r d e
escribía á p r i n c i p i o s del s i g l o q u i n t o , q u é d a n o s , e n t r e otros
Quaestiones epistolicae, critico d e l a Eneida y d e T e r e n c í o , y
t r a b a j o s los Libri Saturnálium, obra dialogada que suministra
m a e s t r o d e Gelio. E l e n i o A c r ó n , escoliasta d e H o r a c i o ( a u n q u e
g r a n c a u d a l d e d a t o s sobre l a a n t i g ü e d a d r o m a n a , d e reconoci-
la exposición q u e h o y l l e v a su n o m b r e n o le p e r t e n e c e , y es d e
do v a l o r en F i l o l o g í a . A l a p r i m e r a m i t a d del mismo siglo per-
u n p s e u d o - A c r ó n del s. V I I ) y d e v a r i o s escritos g r a m a t i c a l e s ;
t e n e c e l a s i n g u l a r o b r a De nuptiis Philologiae et Mercurii (edi-
P . P o r f i r i ó u , d e q u i e n nos q u e d a n sus i m p o r t a n t e s c o m e n t a r i o s
ción E y s s e n h a r d t , 1866) del a f r i c a n o Marciano M. F. C a p e l l a ,
horacianos. Deben también mencionarse aquí l a s excelentes
d o n d e las siete a r t e s l i b e r a l e s d e s e m p e ñ a n su p a p e l p e c u l i a r , y
Noches Aticas de A u l o Gelio, especie d e Veladas y Miscelánea v a n e x p u e s t a s en sus libros respectivos. Poco a n t e s d e l a c a i d a
en v e i n t e libros ( f a l t a el 8.° del c u a l sólo se c o n s e r v a el índice) del i m p e r i o d e O c c i d e n t e e s c r i b í a n sus c o m e n t a r i o s al Ars d e
de m u y s u b i d o v a l o r p o r l a s noticias q u e s u m i n i s t r a y f r a g m e n - D o n a t o Cledonio d e R o m a y P o m p e y o d e M a u r i t a n i a , asi como
tos q u e c o n s e r v a . T a m b i é n d e b e colocarse s e g ú n m u c h o s en es- el g r a m á t i c o F o c a , q u e a d e m á s d e la Vita Vergilii en e x á m e -
t a época á F e s t o , el c e l e b r a d o c o m p e n d i a d o r d e V e r r i o F l a c o . t r o s , d e j ó su Ars de nomine et verbo, y Consencio Galo, de c u y a
Al t e r c e r siglo d e la E r a v u l g a r (desde C a r a c a l l a á Diocle- G r a m á t i c a se c o n s e r v a y r e p r o d u j o Keil los c a p í t u l o s De nomi-
ciano), p e r t e n e c e n los g r a m á t i c o s : J u l i o R o m a n o y Censorino, ne et verbo, y De barbarismis et metaplasmis.
d e los c u a l e s no se c o n s e r v a n escritos g r a m a t i c a l e s , si b i e n f u e -
r o n a u t o r e s d e r e n o m b r e ; N o n i o Marcelo, b i e n conocido p o r su E n el siglo s e x t o , y e n t r e las r u i n a s del i m p e r i o caído, bri-
o b r a Compendiosa doctrina per litteras (esto es, p o r o r d e n al- l l a n a ú n en los e s t u d i o s g l o t o l ó g i c o s : el e m i n e n t e Casiodoro,
f a b é t i c o , a u n q u e lo q u e b r a n t a ) , q u e si no es t r a t a d o d e g r a n con sus Instit. divinarum et saecularium litterarum (enciclo-
p e d i a r e l i g i o s a y d e las a r t e s liberales), y con su t r a t a d o De
c r i t i c a es m e r i t i s i m a r e c o p i l a c i ó n g r a m a t i c a l (edic. d e L. Mii-
ortograpliia, o b r a s a m b a s q u e c o r r e s p o n d e n al s e g u n d o p e r i o d o
11er, 1888, y d e Onions, 1895). C o r r e s p o n d e n i g u a l m e n t e á e s t a
d e su v i d a l i t e r a r i a ; P r i s c i a n o , q u e compuso e n C o n s t a n t i n o p l a
época los t r e s libros s o b r e Artes grammaticae d e Mario Plozio
su i m p o r t a n t í s i m a o b r a Institucionum grammaticarum en die-
( r e p r o d . e n Keil, Gramm. 6".°), en l a c u a l o b r a t r á t a s e t a m b i é n
ciocho libros; su discípulo E u t i q u e s , del c u a l q u e d a u n t r a t a d o
d e métrica latina. El arte métrica es a d e m á s c u l t i v a d a p o r Gu-
del v e r b o en dos libros; y finalmente el g r a m á t i c o f r a n c é s Vir-
b a — A r s métrica— q u e n o se c o n s e r v a , y f u é u t i l i z a d a p o r
gilio, cuyos Epitomae son h a r t o i n e x a c t o s y deficientes (su Epi-
A f t o n i o e n su o b r a De metris ómnibus, como l u e g o se sirvió d e
toma de metris h a sido r e c i e n t e m e n t e o b j e t o d e e s t u d i o y dis-
é s t a Mario V i c t o r i n o al c o m p o n e r su Ars grammatica. cusiones p o r sus d o c t r i n a s s o b r e el verso, á q u e a l u d i m o s e n
E n el siglo c u a r t o y p r i m e r a m i t a d del q u i n t o ( d e s d e Cons- otro l u g a r ) .
t a n c i o y G a l e r i o h a s t a l a c a i d a del imperio), b r i l l a r o n e n los
E n el siglo V I I l a o b r a q u e se i m p o n e y q u e d o m i n a toda l a
estudios g r a m a t i c a l e s y críticos: C o m i n i a n o , q u e escribía en
E d a d Media, sale d e la E s p a ñ a v i s i g o d a ; son los v e i n t e libros
t i e m p o d e C o n s t a n t i n o su Ars grammatica; Mario Victorino, á
Etymologiarum —Originum—de S a n Isidoro d e Sevilla, mo-
q u i e n se le a t r i b u y e n a d e m á s d e los c u a t r o libros — Ars gram-
n u m e n t o l i t e r a r i o q u e si d e s d e el p u n t o d e v i s t a crítico p u e d e
matica,— u n opúsculo De metris y o t r a compendiosa Ars gram-
p a r t i c i p a r de los defectos d e l a é p o c a e n q u e f u é e s c r i t o , y bajo Etimologías y como s e ñ a l a n d o los u m b r a l e s de la E d a d Media,
el aspecto filológico r e p r e s e n t a l a s t r a d i c i o n e s c o m u n e s e n las a p a r e c e n e n el siglo o c t a v o los estudios d e m é t r i c a de Aldelmo
e s c u e l a s r o m a n a s , l e v á n t a s e como o b r a de c o n j u n t o y por la Obispo d e S a l i s b u r y , los de g r a m á t i c a del v e n e r a b l e B e d a y
u n i v e r s a l e r u d i c i ó n q u e e n c i e r r a s o b r e c u a n t a s se h a n escrito del m o n j e b e n e d i c t i n o , l u e g o Arzobispo, T a t u i n o , c e r r á n d o s e
con i g u a l fin y c a r á c t e r (1). D e s p u é s del i n s i g n e a u t o r de las l a época d e l a g l o t o l o g í a r o m a n a p a r a d a r l u g a r á l a d e los
t i e m p o s m e d i o e v a l e s q u e c o m i e n z a c o n el e x t r a c t o d e Festo
hecho p o r P a b l o Diácono.
(1) L a g r a n obra enciclopédica de las Etimologías, compuesta
con fines didácticos, aunque la disposición del plan no corresponda á
ellos de una m a n e r a completa (debido, sin duda, á que no llegó S. Isi-
doro á darle la última mano, ni es suya la división en libros que pre-
senta aquel trabajo), incluye las artes liberales (los siete saberes)
del trivio y cuatrivio, según la a n t i g u a tradición que menciona ya
Casiodoro, ocupando el primer lugar la gramática, la retórica y la
dialéctica, principios de los estudios filológicos. Aunque la influen-
cia de la escuela hispalense hizo mantener en la Edad Media aquella
distribución, los á r a b e s y judíos la modificaron, sin embargo, supri-
miendo del trivium la gramática y la retórica, como del quatrivium
la aritmética y la geometría, según lo declara P e r o Alonso en su
Disciplina clericalis.
En las Etimologías muéstrase S. Isidoro conocedor profundo de
todo el saber filológico griego, romano y de la decadencia, y si bien
en la p a r t e puramente lingüistica y etimológica se echa de ver en
cada página la deficiencia de los métodos y procedimientos emplea-
dos entonces en dicho orden de conocimientos, no puede menos de
ser admirado el caudal de erudición de todo género que allí se hace
manifiesto. V a r r ó n , Donato, Prisciano, Festo, V e r r i o Flaco, los par-
nasos hebreo, griego y latino, los preceptos de l a retórica romana y
helénica, las doctrinas de Porfirio y las de la dialéctica de Aristóte-
les, han venido á prestar tributo á los Orígenes ó Etimologías en
las tres mencionadas disciplinas que constituyeron e 1 trivium an-
tiguo.
No mencionaremos aquí otros libros de S. Isidoro que, como el
De differentiis sive proprietate verborum, 1. prim., y el Alias di fi-
fierentiarum sen de proprietate sermonum liber, pertenecen á los
estudios filológicos y tienen no pequeño mérito, pero quedan supe-
ditados por el nombre y honor alcanzado por las Etimologías.
Debemos advertir que el segundo de estos libros no se encuentra
en todas las ediciones de las obras isidorianas. Figura en la que te- primer libro está en esta edic. revisado por P. Pontino, notando lo
nemos á la vista fS. Isidor. Hispal. Episc., Opera omnia quae ex- que hay en él de los gramáticos antiguos. Las Etimologías lo han si-
tant, Parisiis 1601) y en la de Colonia de 1617, reproducción de ésta. do á la vez por Antonio Agustín, Chacón y A. Covarrubias. L a ver-
En ambas está tomado dicho t r a b a j o de la edic. matritense de 1599, sión española de esta obra hecha en el siglo XIII, no tiene la divi-
en la cual, como en la de París de 1580, se han incluido o t r a s varias sión en libros, trabajo de S. Braulio, sino únicamente en títulos y
obras que Belarmino reputa apócrifas en su De Scriptoribus -eccle- capítulos, como la dejó S. Isidoro, cuyo original se intentó imitar.
siasticis. En la edic. de Madrid hecha de orden de Felipe II, apare- Sobre la norma del g r a n doctor español, daba años después el ve-
cen el 1.° y 2.° Differentiarum (de l o s cuales hemos indicado á nerable Beda, muestras de su saber no sólo en las letras s a g r a d a s si-
nuestro objeto el primero), más no el Alius d i f f erentiarum. Dicho no en el clasicismo antiguo y estudios filológicos.
Compenetración lingüística greco-romana.
v
L a s relaciones glotológicas greco-romanas. Invasión literaria de la
Grecia en Roma. Espíritu de los romanos en el cultivo del grie-
go. Invasión literaria de Roma en Grecia. Medios de invasión del
latín en el griego empleados por los romanos. Resultados de la
influencia militar. Resultados de la influencia de la vida oficial.
El griego en el Senado romano. Los historiadores griegos en or-
den á la lengua latina después de tomada Grecia. Los jurisconsul-
tos griegos y lengua jurídica bajo la dominación romana. Los re-
tóricos y los gramáticos griegos y el cultivo del idioma latino. El
latín en Bizancio en tiempo de Constantino. Traducciones grie-
gas del latín; Virgilio, Tertuliano, S. Jerónimo etc. en Grecia. El
conocimiento del latín en las iglesias de Oriente. Subsistencia del
griego bajo el predominio latino y sus causas. Reacción del grie-
go en tiempo de Justiniano. Retroceso ulterior del latín en Gre-
cia. Decadencia del idioma latino en la literatura jurídica griega.
Sucesiva decadencia de la lengua del Lacio en la iglesia g r i e g a .
El latín en los Concilios de Oriente. El conocimiento del latín en
tiempo de Focio; id. de M. Cerulario, y primeros precursores de
Renacimiento, restaurador del vínculo greco-romano en el or
den literario.
t
Naturaleza de la glotología greco-romana.
vi
de conformidad con las cosas designadas. De las otras Sobre estas clasificaciones y la apropiación que de
dos opiniones que sostienen haberse originado &éoei, ellas hacen á diversos filósofos Proclo y Amonio, los
una invoca el acaso y el arbitrio humano como razón dos escoliastas respectivos de Platón y Aristóteles que
suprema de las denominaciones; otra la acción selec- han hecho prevalecer umversalmente su criterio acer-
ca de las ideas glotológicas de éstos, descansa la ex- güísticas platónicas y aristotélicas h a y deficiencias,
posición tradicional de las teorías aristotélica y pla- en cuanto á las de otros filósofos, como Heráclito y •
tónica y las de otras anteriores sobre la n a t u r a l e z a Demócrito, están lejos de ser dignos de entera fe, así
de la palabra. La crítica y el estudio detenido de los porque consta que no han consultado las fuentes, como
autores y textos h a n hecho modificar muchas de las por la falta de crítica que revelan en estas cuestio-
apreciaciones de aquellos escoliastas, y h a quebran- nes, cuya confirmación se encuentra á cada paso.
tado el conjunto histórico-lingüístico del neoplatonis- 3.° La cuestión de si las denominaciones son cons-
mo, con toda la restauración pitagórica que se com- tituidas cpvaei ó •d-éasi no se ha planteado de una mane-
plació en sostener y aun en inventar. No h a c e á nues- r a precisa por los primeros filósofos á que suele atri-
tro intento entrar en un minucioso examen de las buírsele, sino que las indicaciones rudimentarias de
doctrinas glotológicas de comentaristas y libros co- c a r á c t e r metafísico y psicológico reducibles á aque-
mentados de la antigüedad griega; pero hemos de sen- llas fórmulas, se han aplicado posteriormente á la ex-
tar algunos principios generales que á m a n e r a de cri- posición probable de sus ideas lingüísticas. La primi-
terios puedan utilizarse en la m a t e r i a , y permitan tiva fórmula d e l a filología griega sobre el punto
apreciar el valor de muchos conceptos que suelen re- dicho (que comenzó con los sofistas, aunque y a Hi-
cibirse y transmitirse sin reparos. pias la emplea) y de donde desciende la mencionada,
es si las cosas tienen su ser vó^co ó <pvoei; p a l a b r a s am-,
1.° La doctrina lingüística presentada por los es- bas de la más amplia acepción en cada época y en
coliastas de los antiguos filósofos h a de considerarse cada sistema filosófico que las emplea, y de aplicación
simplemente como exposición tradicional de estos, no sucesiva á los principios lingüísticos en sentido vario,
siempre conforme con su legítima t e o r í a , la cual en bien que en el fondo de este oscile comunmente la
unos casos a p a r e c e claramente diversa, y en otros es idea del valor natural ó arbitrario de las significacio-
posible conjeturarlo. La obscuridad y v a g u e d a d de nes verbales.
fórmulas empleadas, l a s varias acepciones de u n a
4.° La sustitución de vó^w por &éoei, y por consi-
misma p a l a b r a en diferentes tiempos y las ideas sis-
guiente la contraposición de yvoei y &éoei como expre-
temáticas de los expositores, originan las diferencias
sión de las dos teorías glotológicas y a señaladas, es
doctrinales que es dado hallar cuando se cotejan de-
obra de los tiempos alejandrinos, bien que no pueda
bidamente el texto y sus escolios.
determinarse quien ó quienes hayan introducido la in-
2.° Escoliastas de autoridad como Amonio y Pro- novación (tiene fundamento en varias expresiones de
clo (para el Perihermenias de Arist. el primero, y el Aristóteles), la cual no es puramente verbal, sino que
segundo p a r a el Kratilo de Platón) que h a n impuesto dada la evolución de los conceptos lingüísticos, im-
-la tradicción de su tiempo sobre las doctrinas lingüís- púsose como importante p a r a la precisión de la contro-
ticas de otros escritores más antiguos por ellos comen- versia que entonces se acentuaba.
tados, no pueden admitirse como testigos fehacientes
Es según esto manifiesto anacronismo que puede
sino respecto de aquellos cuyos escritos h a n estado en
incluir inexactitudes doctrinales, inquirir si los filóso-
condiciones de estudiar y entender convenientemen-
fos que precedieron á la época alejandrina indicada,
te. De aquí que si en sus exposiciones de las ideas lin-
han defendido la teoría Ó sobre las palabras, ción al uso, a l empleo convencional e t c . ; l a acción
• cosa sin embargo habitual y corriente en muchos es- libre é independiente de la naturaleza en el lenguaje,
critores. El mismo Proclo no duda plantear la cues- e r a representada p o r <pvmS. Las opiniones simboliza-
tión en los términos dichos sobre la opinión de Pitá- das en estas dos palabras no se refirieron originaria-
ras, inclinándose á que defendió éste la doctrina t ^ « ; mente, contra lo que sientan no pocos, al origen del
Amonio refiriéndose al mismo Pitágoras cree que sos- lenguaje, sino a l c a r á c t e r concreto significativo que
tuvo la opuesta, ó sea Teodoto h a c e igual afir- revisten las voces, y su relación con los objetos, sea
mación que Proclo; y de esta suerte se ha hecho que cualquiera la causa originaria del lenguaje (1). Cuan-
Pitágoras intervenga en una cuestión que estaba muy do llegó á sistematizarse el conjunto teórico de cada
lejos de ser formulada en su tiempo, como en el de to- escuela, substancialmente volvió á r e a p a r e c e r el vófiog
dos los demás cultivadores de la filología, predeceso- en el concepto de norma legal lingüística, y a resulta-
res de los alejandrinos. Pudiera aquel proceder justi- do de una ordenación n a t u r a l de voces y significacio-
ficarse si c o n él se intentase trasladar la doctrina nes —vófioi cpvoeu,— y a de la voluntaria labor humana
antigua en cuanto fuese factible á los moldes nuevos, —vófioi &¿oei Ó áv&gcójtivoi—.
empleando las denominaciones en sentido no histórico, 6.° La oposición de la ávcofiaiía á l a ávaicoyía co-
sino convencional y de analogía; sentido en el cual mienza sistemáticamente con los filósofos estoicos. La
habremos nosotros de aplicar la fórmula zesei y fusei primera ocasión histórica de dichas dos direcciones,
á tiempos á que no corresponde, por ser más asequible fué el análisis de las composiciones literarias, princi-
y evitar aclaraciones de pormenor sobre las antiguas palmente de Homero, y el propósito de hallar un cri-
escuelas que no es nuestro propósito presentar. Pero terio que explicase las semejanzas y desemejanzas de
no h a sido ese el intento de los escritores menciona- formas que se ofrecían, permitiendo regular las va-
dos, ni el de los que posteriormente se ocuparon de la riantes y reducirlas á normas dadas. La f a l t a de ba-
controversia con igual criterio, en cuyos trabajos en ses fonéticas y morfológicas suficientes p a r a entender
vano se buscaría ningún género de salvedades ó indi- el movimiento dialectal y de las partes gramaticales,
caciones que determinasen sus palabras (1). condujo á los extremos d e harmonía y desharmonía
5.° L a s expresiones primeras consagradas á l a glotológica, que proclamaron analogistas y anomalis-
c o n t r o v e r s i a de las denominaciones fueron, pues, tas como fundamento de sus respectivas teorías. La
cpvais y vófiog; sustituida esta última por se em- analogía y la anomalía disputáronse e n un principio
pleó p a r a significar que la p a l a b r a debe su significa- el dominio de la p a l a b r a y de sus leyes, no en el sen-
flU
P e r o si bien Aristarco al a p l i c a r los principios de su teoría
Suce¡or e n la Biblioteca y discípulo de los precedentes f u é
hizo s e n t i r sus efectos en toda la m o r f o l o g í a g r i e g a (2), dista
A r i s t ó f a n e s de Bizancio g r a m á t i c o notable y jefe de> u n a m u c h o de hacer uso t a n rígido y e x c l u s i v o de la n o r m a de la
c u e l a que a d q u i r i ó u n i v e r s a l r e n o m b r e . Completo los c u a d i o s analogía, que no c o n v e n g a con C r a t e s en a d m i t i r como legí-
-nívales- de Calimaco, p r e p a r ó n u e v a edición critica de Ho- t i m a s otras formas lingüísticas s a n c i o n a d a s por el uso. «Est
m e r o , asi como de A n a c r e o n t e , P i n d a r o etc. y sentó los prin- profecto, dice L e h r s (De Aristarchi Stud. Homer), q u o d nobis
cipios de la controversia q u e l u e g o vemos sostenida e n t r e ana- g r a t u l e m u r h u n c u n u m esse A r i s t a r c h u m , qui se modestissime
listas y anomalistas, decidiéndose por admitir e imperio. de
praebuit, analogiae normam m o d e r a t e adhibuit, et p r a e
l a analogía e n las f o r m a c i o n e s lingüisticas; y aplicando este
a n a l o g í a certis fixisque r e g u l i s u s u m tuitus» etc.
criterio á las obras l i t e r a r i a s , c o r r i g i ó no pocas formas admiti-
Crates b a j o la influencia de los libros de Crisipo iZegt xrjg
d a s e n la l e n g u a por el uso q u e r e d u j o por analogia con otras^
ávcoftaXías se m a n t u v o e n la r i g i d e z de su teoría p a r a i m p u g -
al estado q u e él j u z g a b a propio y m á s perfecto «Primus í d e m n a r á Aristarco, si bien no h a p e n e t r a d o el v e r d a d e r o sentido
l i n g u a e g r a e c a e g r a m m a t i c u s , dice Wolf -Prolegom.- máxi- del p r i m e r o ni del s e g u n d o en la c u e s t i ó n , de ser e x a c t o lo q u e
m e a n a l o g i a m et r e l i q u a s p a r t e s q u a e discretis n u n c a philoso- dice V a r r ó n (1. VIII): «Krates nobilis g r a m m a t i c u s , qui f r e t u s
phis t r a c t a n t u r , a c c u r a t i u s r i m a t u s est.»
A r i s t ó f a n e s c o n s i d e r a b a y a la analogía como u n a propor-
cional relación en el c o n j u n t o de l a s palabras, s e g ú n más t a r d e (1) Lersch, Die Sprachphil. etc. t r a e á este propósito las pala-
la h a n e n t e n d i d o I í e r o d i a n o y los escoliastas de Dionisio d e bras de la Encyclop. der Philol. de Benhardi: "In Alexandria, wo
T r a c i a ; av^Xoxi, Xóycov áxoXov&aiv év U f r , dice C a n s í o ha- der empirische Reichthum des technischen Materials auf andere
b l a n d o de la noción q u e d a b a Aristófanes de la a n a l o g í a . Es Bahnen führt, regte wenigstens das Bemiichen, Ordnung in den wi-
de n o t a r que e n las d o c t r i n a s de Aristófanes se reflejan las teo- derstrebenden Massen zu stiften, den wichtigen über unentschiede-
rías de los filósofos q u e h a n t r a t a d o de asuntos g r a m a t i c a l e s . nen Streit Uber das sprachgesetz an, welches Aristarch einer Regel
El principio de la anomalía q u e Crisipo creyó n o t a r en la dis- (avaXoyia) unterwarf, Krates infolge der Stoischen Unregelmässig-
p a r i d a d de f o r m a s de n o m b r e s q u e designaban objetos seme- keit (avco/iaXta) lengnete."
(2) Después de advertir esto Wolf (Proleg.), hace notar: "Vix
j a n t e s , y e n la s e m e j a n z a d e a q u e l l a s donde éstos e r a n deseme-
hoc suspicabamur antea: nunc ex Scholl, rem clare perspieimus.
j a n t e s , t r a t a A r i s t ó f a n e s de h a c e r v e r la ley de analogía, ha-
Nam quod nusquam in Homero &éXw, areva^éco legimus, pro é-9-éXco,
liando la proporción de u n o s y otros. A su vez el principio de axeváxco, nusquam rjSvfios pro vr/Svnos... quod nonnulla etiam prae-
etimología f u n d a d o e n la p e r m u t a c i ó n de letras que establecie- ter legem proportionis declinantur, ut KáXxav, Ooav, JiovXvSáfxa,
r o n los sofistas, es u t i l i z a d o p o r Aristófanes p a r a a s e g u r a r con a. 86. ß• 1. n- 231. v. 222. ß. 688., id cum similibus multis Aristarchei
él la d e r i v a c i ó n análoga d e las palabras. A ello a l u d e \ a- iudicii putandum est."
r r ó n —1Y— c u a n d o escribe: «Aristophanes et Apollodorus, qui
Chvisippo homine acutissimo (qui reliquit sex libros peri tees
encima de las controversias tradicionales el plan de u n a filoso-
anomalías) heis libréis contra analog'iam et A r i s t a r c h u m est fía del l e n g u a j e .
nixus, sed ita, ut scripta indicarit ejus, ad n e u t r i u s v i d e a t u r Como entre los filósofos el problema de la significación de
pervidisse voluntatem.» No |deben confundirse al j u z g a r á Ora- las palabras (<pvacS ó &éms), y entre los gramáticos citados el
tes su carácter de gramático y el que por su critica l i t e r a r i a le de la formacion de las voces (ávaXoyía ó ¿vco^aXía), sobrevino
corresponde, como se ha hecho por algunos al b u s c a r parale- luego el de la n a t u r a l e z a misma de la gramática y del carácter
lismos entre ambos aspectos de dicho filólogo. E n la interpre- de sus investigaciones. T r a t á b a s e de determinar el método y
tación de los clásicos, según lo que dejamos s e n t a d o a t r á s , plau de procedimientos lingüísticos, y si éste debía regirse por
Orates es partidario de la exposición alegórica, c o n t r a el cri- principios racionales que mantuviesen la g r a m á t i c a en reglas
terio de Aristarco; en la investigación de las f o r m a s lingüisti- fijas, ó había de a t e n e r s e á la observación y al resultado del
cas acepta, como se h a dicho, la anomalía, contra lo q u e pen- empirismo verbal; esto es, si la gramática debía constituir ver-
saba este filólogo; mas esto no autoriza p a r a identificar en sus dadera xéXvV ó simple énjzeieía. De aquí las dos direcciones,
doctrinas la alegoría y la anomalía, y t o m a r u n a p o r la o t r a una dicha de los técnicos y la otra llamada de los empíricos,
i n d i s t i n t a m e n t e , («anomaliam vel i n t e r p r e t a t i o n e m absolute que sigue á las antes indicadas, ó mejor viene á encontrarse
allegoricam... anomalam a u t allegoricam i n t e r p r e t a n d i ratio- con ellas en las varias manifestaciones de unas y otras. Porque,
nem» etc., escribe W e g e n e r ) . E s t a i n e x a c t i t u d filológica es m á s en efecto, asi como las dos opiniones primeras sobre el origen
inadmisible, si se a d v i e r t e que el mismo Orates de Mallos cui- natural ó convencional de la significación en las palabras hu-
d a b a de hacer notar la diferencia que existe e n t r e el critico y bieron de enlazarse con las de la analogía y de la anomalía res-
el gramático, distinguiendo en consecuencia los procedimientos pectivamente, de igual suerte la doctrina de los analogistas
peculiares á uno y otro: Kal yág ¿xeTvos, dice S e x t o Empí- vino á encontrarse con la de los gramáticos técnicos y la de los
rico — A d v . Math. I—é'Xeye Sia<pé(>eiv xov XQIXIXOV XOV yQap/xaxi- anomalistas con la de los gramáticos empíricos. <Analogía ser-
xov, etc. Orates consideraba la G r a m á t i c a s u b o r d i n a d a á la monis, dijo á este propósito Diomedes, a n a t u r a proditi est or-
Critica, a u n q u e a u x i l i a r valioso de ella. dinatio secundum technicos;» y pudiera añadir que «anomalía
sermonis ex n a t u r a profluens est ratio ordinationis secundum
Las escuelas de Aristarco y Orates hicieron su camino e n
empíricos» en la g r a m á t i c a . Como f u n d a m e n t o p a r a la deno-
medio de la m u t u a oposición de procedimientos, si b i e n mode-
minación de las dos dos opiniones indicadas, técnica y empíri-
r a n d o no pocas veces los principios de los maestros respectivos.
ca, hállanse en Platón las mismas expresiones con objeto aná-
Recordaremos entre otros á Ptolomeo el Análogético, cuya obra logo, y a u n significando pareceres encontrados en orden al ca-
JXEQÍ OWDÉFFFTCOV menciona Apolonio Alejandrino, e n f a v o r de la rácter de u n a misma disciplina: Qi)xoQixf¡ éaxlv T¡ XE VT¡, se dice
X
opinión q u e indica s u sobrenombre; Aristocles, citado p o r en el Krátilo, y á su vez en el Gorgias del mismo Platón dice
V a r r ó n , asi como Arusino, Aristodemo, de quienes n o tenemos Sócrates que Qrjxoeixrj no es xéXv7j, sino que es éfxjieiQia xal XQE^.
convenientes noticias, a u n q u e de atribuírsele con S u i d a s al pri-
mero de éstos los Comentarios en cuatro libros á la obra de Cri- E n t r e los técnicos figuran el notable gramático Dionisio de
sipo, fácil es colegir q u e su opinión sería la de los a n o m a l i s t a s . T r a c i a , cuyas doctrinas expuestas en la TeXvV yQa^axixrt,
Dos filólogos se distinguieron por este tiempo e n t r e las encon- han adquirido universal renombre (v. Steinthal, Geschich'.
t r a d a s corrientes de analogistas y anomalistas; f u e r o n éstos d. Sprachw.; Delbrück, Vergleichende Syntaxe entre otros);
Pindario y Apolonio Alejandrino. El primero, s e g ú n el testi- Ptolomeo Peripatético, que se a p a r t a , sin embargo, de las apre-
monio de Sexto Emp. —Adv. Math. I— (v. en L e r s e h , Sprach- ciaciones dionisianas respecto de la noción de Gramática técni-
phil. I el t e x t o griego) f u é de los pocos a n t i g u o s g r a m á t i c o s ca (v. en Bekk. Anecd. Graec. II Schol. á Dionisio de Tracia
q u e supieron prescindir de los dos extremos consabidos y redu- sobre su doctrina, y S e x t . E m p . I p a r a la de Ptolomeo); As-
cir á u n justo medio las pretensiones de a n o m a l i s t a s y analo- clepiades Myrleano, p a r t i d a r i o también de los técnicos, a u n q u e
gistas, con procedimiento s e m e j a n t e al que u s a V a r r ó n e n t r e 110 sin a p a r t a r s e en a l g ú n punto de Dionisio de Tracia (v. Fa-
los latinos. El segundo en sus numerosos t r a b a j o s y e n su obra bricio, Biblioth. gr. VII); Teodosio Alejandrino, el cual sin ser
nee'i owxal-ecov que ha llegado á nosotros, t r a t a d e l e v a n t a r p o r claramente de los técnicos, admite las doctrinas generales de
esta escuela (v. L e r s c h . Die sprachph I), y Herodiano, escritor la Filosofía, d e donde m á s t a r d e la reciben los filólogos y c r í t i -
del tiempo de Marco A u r e l i o , el c u a l , e n t r e otros t r a t a d o s , cos; la r o m a n a no t i e n e periodo filosófico, y n a c e del e s f u e r z o y
compuso el évo^óa, avíalo, ateóaoSog, neei /?«<>/? t e n d e n c i a de los primeros cultivadores del g é n e r o l i t e r a r i o e*n
(v Etym. Magn. p a r a los primeros; Crauser, Anecd. gr. en especial de los poetas, p a r a r e g u l a r las f o r m a s de la l e n g u a l a -
Lersch, p a r a el último), y la obra g e n e r a l de G r a m á t i c a que ci- t i n a , y p r o c u r a r su p e r f e c c i o n a m i e n t o . E n t r e los g r i e g o s l a s
t a Sex. E m p . , conocida por n xa&ólov (xa&ohxá. (!)• controversias g r a m a t i c a l e s comienzan después de f o r m a d a s u
l i t e r a t u r a y c u a n d o el idioma helénico h a b í a llegado á su d e s -
E n t r e los más decididos adversarios de los técnicos, está Sex-
arrollo, constituyendo dichas controversias u n m o m e n t o h i s t ó -
t o E m p í r i c o , asi l l a m a d o por su intervención e n f a v o r de la
rico de reflexión sobre u n m u n d o i n t e l e c t u a l realizado; e n t r e
G r a m á t i c a e m p í r i c a , s e g ú n los principios d e los anomahstas
los romanos éstas comienzan con los o r í g e n e s l i t e r a r i o s , y asis-
(v Frabricio, Bibliot. gr. VII) q u e sostiene con empeño, de-
ten á la formación de la l e n g u a y l i t e r a t u r a del Lacio, a n t e s d e
fendiéndolo de todo helenismo analógico (siete a r g u m e n t o s to-
todo m o m e n t o reflejo posible sobre u n a e n t i d a d q u e e s t á r e a l i -
mados de la n a t u r a l e z a m u d a b l e del l e n g u a j e y de la inconse-
zándose, y por lo mismo vemos suscitarse las cuestiones s o b r e
cuencia de los a n a l o g i s t a s a d u c e contra éstos, cuyo e x t r a c t o el campo de las l e t r a s d i r e c t a m e n t e sin que a p a r e z c a n , c o m o
p u e d e verse, e n t r e otros, en Lersch, ob. cit.) L a lucha de la en Grecia, escuelas r e g l a m e n t a d a s que discutan a priori sus
G r a m á t i c a empírica y técnica cierra el periodo de las contro- respectivas teorías. F i n a l m e n t e , la etimología g r i e g a es el p r i -
versias lingüisticas g r i e g a s , las cuales son luego t r a s m i t i d a s a m e r paso p a r a la m o r f o l o g í a , tal como la han e n t e n d i d o los
las escuelas r o m a n a s q u e de la Grecia recibieron directo influjo. a n t i g u o s maestros de la Grecia, desarrollándose u n a y o t r a
C o m p a r a n d o la glotología r o m a n a con la helénica échanse d e n t r o de los moldes prefijados por los varios sistemas q u e se
de v e r e n t r e otros c a r a c t e r e s diferenciales de u n a y otra, los si- disputaron el dominio del l e n g u a j e ; la etimología r o m a n a ca-
g u i e n t e s : la glotología g r i e g a d e r i v a las categorías g r a m a t i - m i n a con m a y o r i n d e p e n d e n c i a , y a u n las mismas r e g l a s q u e
cales de las del orden lógico por intervención de las especula- i n v a d e n las derivaciones helénicas y a h o g a n todo asomo de e t i -
ciones filosóficas; la glotología r o m a n a , a u n b a j o la ineludible mología bien e n t e n d i d a , está lejos de presidir á las i n v e s t i g a -
influencia de los g r i e g o s , constituye aquellas categorías con ciones l a t i n a s á que aludimos, siquiera éstas no a l c a n c e n á s e r
c a r á c t e r d i r e c t a m e n t e lingüístico. El origen de dichos estudios más felices q u e a q u é l l a s (1).
g r a m a t i c a l e s v i e n e e n t r e los griegos del m u n d o de las ideas y
de la teoría a b s t r a c t a de la n a t u r a l e z a ; e n t r e los romanos há-
llase e n el de los hechos de donde se originan teorías g r a m a t i - (1) Como entre los griegos, hállanse entre los gramáticos roma-
cales, concretas. L a glotología g r i e g a tiene su p r i m e r a fase en nos expresiones peculiares de la cuestión primera que empezó á de-
batirse. Las principales son: anomalía, analogía—natura, usus
aequalítas, inaequalítas—proportío, comparatío. El concepto de
(1) Los analogistas acabaron por hacer aplicación concreta de
las dos primeras es el que hemos visto prevalecer entre los griegos.
sus doctrinas á ciertas partes de la Gramática, y así encontramos la
"Quum ab heis ratio, dice Varrón —IX—, quae a similitudine oriretur
prosodia definida como tratado del acento según la analogía, la or-
vocaretur analogía, reliqua pars appellaretur anomalía." Concepto
tografía entendida en el mismo sentido etc., hasta que se introdujo
que es común en la glotología romana desde el mismo Terencio Va-
la parte llamada Analogía como tratado añadido á los demás de
rrón hasta S. Isidoro de Sevilla, señalado también por Cicerón (ad
que constaba antes la Gramática, en la cual se comprendió buena
Attic. IV), por Séneca (Ep. 220) y por otros más extraños á las dis-
parte de la morfología.—Hemos de notar aquí que los árabes han
cusiones gramaticales; natura y usus, corresponden exactamente al
tratado de la Analogía lógica, derivada sin duda de la Analogía g r a .
cpvois y &éoig de los griegos, y en ese sentido encontramos dichas
matical griega. Entre ellos han existido tratados con el nombre de
Catholicon (como el de Herodiano), de los cuales son conocidos uno locuciones en los principales gramáticos latinos. Varrón —VIII
de Ibn-el-Cadí (Mahomed ben Said) de la primera mitad del si- cúidase de advertir que el fundamento de la analogía es la natura-
glo XIV, y otro de el-Mawerdi (M. ben-Habib) de la mitad del si- leza, "analogiae fundamentum obliviscuntur esse naturam." En cuan-
glo XV. La introducción en el Islam de la literatura científica grie- to á la aequalítas é ínaequalítas, y á la proportio y comparatío,
ga es muy probable haya por lo menos contribuido al perfecciona- son equivalentes á la ávaXoyía y aveofiaíía griegas. "Aristarchus,
miento de su disciplina gramatical. dice Varrón—VIII— de aequalitate conscribit.... Chrisypus de in-
E n g e n e r a l los escritores de l a v i e j a l a t i n i d a d t r a t a r o n de cuentes los ejemplos tomados de los escritores aludidos, por
fijarse r e g l a s peculiares no e x e n t a s d e l a i n f l u e n c i a de analo- donde se v e el uso de formas g r a m a t i c a l e s q u e obedecían á u n
g i a Gramatical que más t a r d e e s t u d i a r o n los críticos y g r a m á t i - principio de sistematización e n t r e ellos y la formación analó-
cos p a r a la normalización de f o r m a s e n l a l e n g u a , y q u e f u e gica de muchos casos, como lo hacen a d v e r t i r los g r a m á t i c o s
s e g ú n lo v a indicado, aspiración p r e f e r e n t e d e la g l o t o l o g í a ro- citados. Los estudios glotológicos romanos son t o t a l m e n t e em-
m a n a . Livio Andronico, Nevio, E n n i o , P a c u v i o , P l a u t o , etc., píricos en los gramáticos glosógrafos de las p r i m e r a s épocas
(glossematorum scriptores les llama Festo, y a n t e s en f o r m a
s e ñ a l a n v a u n cierto rumbo l i n g ü í s t i c o , c o n e m p e ñ o e n hacer
semejante habló Varrón—VI) t r a n s f o r m á n d o s e u n t a n t o merced
p r e v a l e c e r en el m a t e r i a l léxico de la é p o c a a r c a i c a á q u e per-
á la influencia de la escuela de Orates y á la cuestión de ana-
t e n e c e n , u n a morfología d e t e r m i n a d a . N o p o r otro m o t i v o ha-
logia y anomalía. Bajo la acción de las teorías del f u n d a d o r
b l a V a r r ó n - V I - del estudio d e la g r a m á t i c a d e los poetas:
de la escuela de P é r g a m o , escribieron los citados Elio Stilon,
eSecundus ( g r a d u s j quo g r a m m a t i c a d e s c e n d i t a n t i q u a , q u a e
Aurelio Opilio (sobre ellos, A . Gelio, I y I I I respectivamente;
ostendit q u e m a d m o d u m q u o d q u e p o e t a v e r b u m c o n f i x e r i t ,
f r a g m e n t o s del último en V a r r ó n , .Festo etc.), y S a n t r a cuyo
q u o d declinarit. » E n P r i s c i a n o v e n N o n i o Marcelo son fre-
helenismo (v. Lersch, Zschrft, fufAltertimmwissens. 1838), ma-
nifiesta á las claras como en Roma hacian progresos las ense-
ñ a n z a s g r i e g a s . Más que n a d a revela la acción de dichas escue-
aequalitate cum scribit etc." "Analogia est similium similis declina- las, la i m p o r t a n c i a que d a V a r r ó n á la controversia de analo-
tio quam quídam latine proportionem vocant," dice Gelio (N. A. II).
gistas y anomalistas en los libros De Gvamm., e x p o n i e n d o con
"Analogia graece, escribe S. Isidoro —I,— latine similium compa-
amplitud y a los a r g u m e n t o s de los anomalistas c o n t r a la analo-
r a d o sive proportio nominatur." Y Quintiliano (I. I): "Analogia
gia («Prius c o n t r a u n i v e r s a m analogiam», lib. VII), y a los de
ex graeco transferentes in latinum, proportionem vocaverunt."
los analogistas c o n t r a la anomalía («Nunc j a m primuin dicam
Advertiremos, además, que la p a l a b r a Latinitas se tomó entre
pro u n i v e r s a analogia», 1. VIII). Contra los analogistas h a c e
los romanos alguna vez en el mismo sentido que muchos griegos ha-
blaban del Hellenismos; esto es, como n o r m a histórica y gramatical n o t a r la condición n a t u r a l y e s p o n t á n e a del l e n g u a j e , cuyo
de la lengua, en oposición á toda o t r a interpretación de formas y carácter práctico es incompatible con la evolución artificial en
palabras que no fuese la recibida, y en especial contraponiendo la que se p r e t e n d e e n c e r r a r l a con la a n a l o g í a ; la s e m e j a n z a que
analogía, como tipo de latinidad y helenismo, á las incursiones de tiene el l e n g u a j e con otras obras de la n a t u r a l e z a y del a r t e
la escuela anomalista. En este sentido, dice Aristóteles refiriéndo- que no a p a r e c e n sometidas á r e g l a s e q u i p a r a b l e s á las d e la
se á la Retórica (Rhet. III): "Eoxid' áeXV xrjg U^ecag xó ékXVvífriv. a n a l o g í a y la contradicción en q u e están los mismos analogistas
Por eso, para él, como para otros muchos, la g r a m á t i c a no es per- e n t r e si. V a r r ó n critica la a n a l o g i a siguiendo l u e g o las p a r t e s
fecta si no es JISQI rebv éXXijviOftóv. Los estoicos oponían, como ma- del discurso, y concluyendo siempre c o n t r a ella. Procediendo
nifiesta Sext. Emp. (Adv. Math. I), el helenismo á todo barbarismo después á la i n v e r s a ó sea contra los anomalistas y en f a v o r de
en el lenguaje; y el mismo Diógenes L a e r c i o —Zeno, 40— se encar-
la a n a l o g i a , halla en la h a r m o n í a de las obras de la n a t u r a l e -
g a de señalar como la primera de las cinco partes de la gramática
za, en el proceder por semejanzas t a n f r e c u e n t e e n las cosas
estoica éXXeviOfiós, que luego define con a r r e g l o á la escuela de los
h u m a n a s , en las proporciones psicológicas y e n las relaciones
técnicos, y en oposición á los empíricos y anomalistas. (V. en Fabri-
cio, sobre Sext. Emp., la noción de helenismo tomada de los escol. á del a l m a y del cuerpo, razones p a r a sostener que existe la efi-
Dionisio de Tracia). Aunque este concepto del helenismo pasó al la- ciencia a n a l ó g i c a e n el edificio de las l e n g u a s .
tinismo, fué recibido con moderación y sin la exclusión sistemática
que caracterizó al primero. Ya P r o b o decía: " L a t i n i t a s ex duabus V a r r ó n establece esta m a n e r a de a n t i l o g í a d e f e n d i e n d o el
partibus constat, hoc est analogia et anomalía,'-1 borrando así los pro y el contra, no con propósitos de escéptico, sino con á n i m o
confines de las escuelas anomalista y analogista. A esta Latinitas
de h a r m o n i z a r las doctrinas de los contendientes, m o s t r a n d o lo
se hace alusión en la obra de Dídimo sobre la Analogía entre los ro-
q u e en u n a y o t r a es admisible, y q u é p a r t e sea de a c e p t a r en
manos. Más tarde dice Diomedes: " L a t i n i t a s est incorrupta loquen-
ambas, restableciendo asi la v e r d a d e r a u n i d a d á los procedi-
di observatio constat autem iis quatuor: n a t u r a , analogia consue- mientos del uso y sus anomalías, d e n t r o de los q u e s e ñ a l a la
tudine, auctoritate." Palabras que indican el triunfo del eclecticismo n a t u r a l e z a á las f o r m a s de a n a l o g í a , y a q u e a n a l o g í a y ano-
gramatical de Varrón en las escuelas romanas.
m a l l a d e b e n ser e x p r e s i ó n n a t u r a l del habla h u m a n a . 1 or eso V a r r o n . No d u d a Cicerón q u e el i d i o m a t e n g a sus n o r m a s «ut
en la obra c i t a d a (1. V I I I ) escribe: «Consuetudo (anomalía) et e a sibi ratio v e r a r e s t i t u â t , q u a e c o n s u e t u d o vitiosa d e t r a x e -
a n a l o g í a c o n j u n t a r e s sunt Ínter se, q u a m hi c r e d u n t , quod est rit;» pero n i é g a l e derecho á todo m o n o p o l i o lingüístico de suer-
n a t a e x q u a d a m c o n s u e t u d i n e analogía.» «Quare, qui ad con- t e q u e no sea licito i n t r o d u c i r g i r o s no admitidos p o r aquéllas
s u e t u d i n e m nos v o c a n t , si ad r e c t a m , s e q u a m u r ; in eo e n i m (la anomalia): «Quod si indocta c o n s u e t u d o , dice en s u Orator
q u o q u e est analogía» (1. VIII). «Cum, ut ego arbxtror (1. \ 1 I ) , a d B r u t . , tam est a r t i f e x s u a v i t a t i s , q u i d a b ipsa t a n d e m a r t e
s i t u t r u m q u e sequendum.» Este sistema racional de equilibrio e t doctrina p o s t u l a n p u t a m u s . . . . » I m p e t r a t u m est a consuetu-
e n t r e ambos extremos que Varrón p r o c u r a consolidar en todo dine, u t peccare s u a v i t a t i s causa l i c e r e t . » Aulo Gelio —XIII—
el 1 I X con sus doctrinas sobre la a e q u a l í t a s é i n a e q u a l i t a s va- l l a m a la atención sobre la i m p o r t a n c i a q u e a t r i b u í a Cicerón
tio íloyo5), proportio (analogía) y uso lingüístico, p u e d e decir- «voluptati a u r i u m in d i i u d i c a n d i s q u i b u s d a m de L a t i n o sermo-
se q u e es el que h a regido en las escuelas l a t i n a s que s i g u e n n e controversiis.» L o cual no d e b e c a u s a r s o r p r e s a c u a n d o se
h a s t a la E d a d Media, cualesquiera que sean las diferencias q u e r e c u e r d e n aquellas sus p a l a b r a s q u e p u e d e n considerarse como
las s e p a r e n e n este p u n t o , desde luego más a p a r e n t e s que u n principio e n boca del orador r o m a n o : «Vocum a u t e m et nu-
m e r o r u m a u r e s sunt judices.» E s t á , p u e s , Marco T u l i o lejos del
reales (1). , , ...
exclusivismo de n i n g u n a de las e s c u e l a s l i n g ü í s t i c a s g r i e g a s , y
P o r lo demás, e n las oscilaciones doctrinales de la cuestión
m u e s t r a bien con su modo de p e n s a r e n esto la t e n d e n c i a ecléc-
no seria difícil hallar quiénes r e p r o d u c e n más en la práctica
tica del e s p í r i t u g e n u i n a m e n t e r o m a n o e n t a l e s controversias.
q u e e n el concepto la teoría analogista. P . Nigidio (según Aulo
«Ergo u t e m u r (dice como r e s u m e n d e s u p e n s a m i e n t o , De
Gelio más dado á l a s opiniones lingüisticas d e P l a t ó n que a
orat. I l i ) v e r b i s a u t iis, q u a e p r o p r i a s u n t et c e r t a q u a s i voca-
las disquisiciones de los gramáticos griegos) es antianomalis-
b u l a r e r u m , p a e n e u n a n a t a cum r e b u s ipsis: a u t iis, q u a e trans-
ta: «Nomina v e r b a q u e non positu f o r t u i t o , dice Gelio - X - ,
f e r u n t u r , et quasi alieno in loco c o l l o c a n t u r : a u t iis, q u a e no-
sed q u a d a m vi ac r a t i o n e n a t u r a e f a c t a esse P . Nigidius m
v a m u s et facimus ipsi.» Cicerón, q u e no habla e n caso a l g u n o
g r a m m . coment. docet; rem s a n e in philosophiae dissertatiom-
d e fusis ó zesis, de analogía ó anomalía, j u n t a e n estas pala-
bus celebrem. Q.uaeri enim etc.» (En el mismo l u g a r p u e d e ver-
bras lo que en dichas teorías h a y d e m á s r a c i o n a l y a c e p t a b l e .
se u n a r g u m e n t o «lepidum ac festivum» como escribe Gelio,
P o r el contrario, los escritores d e o r i g e n g r i e g o q u e se ocu-
de P . Nigidio en f a v o r de su tesis).
p a n de la l e n g u a r o m a n a , v u e l v e n à los procedimientos siste-
J u l i o César en su obra de Analogía, cuyo titulo De ratione
máticos, a c e p t a n d o c o m u n m e n t e l a s conclusiones de los analo-
latine loquendi (De analogía, Analogici), i n d i c a la t e n d e n c i a
g i s t a s . E n t r e dichos escritores figuran D i o d o r o , a u t o r d e las
de escuela que en realidad h a tenido. Suyo era el precepto ana-
riwoai 'IzaXixai; Filoxeno, q u e escribió Hegl zfjç zcov 'Pœfialcov
logista que t r a e Gelio: « T a n q u a m scopulum sic f u g i a s inaudi-
ôiaXéxzov; Apión, con su IIEQÌ zrjç 'Pcofiaíxijs ôiaUxzov, y espe-
t u m a t q u e insolens verbum.» (Sobre el carácter de la obra de
cialmente el g r a m á t i c o Didimo, m u y conocido d e los a n t i g u o s
César e n c o n t r a m o s testimonios en Cic., Brut. 72; A. Gelio, I;
por la obra ÜEgl zijg nagá 'Pœ/j.atoiç àvaloyLaç, del cual mencio-
Prisciano, I ; P o m p e n Comm. artis Donati, segm. I; y Carisio, I.
n a t a m b i é n Prisciano u n t r a t a d o d e Latinitate (ó sea de Ana-
O t r a s referencias al mismo libro e n estos escritores, en Quinti-
l o g i a l a t i n a , por ser el Latinitas, como q u e d a dicho, equiva-
liano, e n S. Isidoro etc.)
lencia del Hellenismos e n sentido g r a m a t i c a l ) .
Marco Tulio que no pocas veces toca este p u n t o , sostiene
L a dirección c o n t r a r i a á los a n a l o g i s t a s se r e n u e v a e n Sti-
a b i e r t a m e n t e el criterio medio q u e hemos indicado d o m i n a en
lón como i n d i c a Gelio (N. A. X I I I ) y a p a r e c e en muchos escri-
tores a j e n o s á las escuelas g r a m a t i c a l e s . Recordemos, á más d e
(1) La restauración de la teoría epicúrea sobre la formación de Lucrecio, p a r t i d a r i o de la acción l i b r e de la n a t u r a l e z a e n el
las palabras que inició Lucrecio en aquellos conocidos versos: De l e n g u a j e s e g ú n los y a indicados versos de su Rerum natura, y
rerum natura "At varios linguae sonitus etc.," antítesis de la teo- de Manilio, q u e escribe a l g u n o s versos e n el mismo sentido, á
ría lingüística pitagórica, y aun platónica y aristotélica, revela la Vitrubio (el Pseudo-Vitrubio m e d i o e v a l de algunos), quien ha-
dirección de la época en la solución de problemas generales gloto- bla de la formación de las p a l a b r a s e n sentido a n á l o g o al de
lógicos, si bien esta doctrina no ha llegado á prevalecer.
13
Lucrecio; «Deinde, concluye después de p i n t a r el e s t a d o primi-
romanos, ó mejor, entendidos al modo r o m a n o , decreciendo
tivo s a l v a j e del h o m b r e , significando r e s s a e p i u s in u s u , e x
de u n a p a r t e el interés de la e m p e ñ a d a lucha sostenida dn-
e v e n t u f a r i f o r t u i t o c o e p e r u n t , et i t a s e r m o n e s Í n t e r se pro-
a n t e siglos y a u m e n t a n d o de otra el a s c e n d i e n t e de los maes-
c r e a v e r u n t ; » y á Horacio, que m i e n t r a s describe (Sat. I ) el mis-
C
mo estado s a l v a j e - Q u u m p r o r e p s e r u n t p r i m i s a n i m a l i a te- griegos ' °n máS freCUencia leidos
^ los escritores
r r i s e t c . - p r o c l a m a al uso en el Arte poet. à r b i t r o d e l l e n g u a j e :
Asi Probo en las Analecta Grammatica (Probi G r a m m de
Vocabula, si vollet usus, octo o r a t . p. a r s minor), a d m i t e en la misma noción de g r a m á -
Quem p e n e s a r b i t r i u m est et j u s et n o r m a l o q u e n d i . tica a n a l o g í a y a n o m a l í a : «Nunc h u j u s artis, id est, g r a m m a t i -
che omnis d u n t a x a t l a t i n i t a s ex d u a b u s p a r t i b u s constai, hoc
E n t r e las dos c o r r i e n t e s i n d i c a d a s v i e n e Q u i n t i l i a n o á res- est a n a l o g i a et anomalia, et u t r i u s q u e p a r t í s r a t i o n e m subiici-
t a b l e c e r la h a r m o n í a de los c o n t e n d i e n t e s , á la m a n e r a q u e lo mus.» Probo e s t u d i a la a n o m a l i a dividiéndola en tres clases
h a hecho V a r r ó n , esto es, reconociendo la u t i l i d a d d e l a t e o r í a (ímmisceiis, i m m u t a n s , deficiens) d i g n a s de a t e n c i ó n , p o r q u e
a n a l ó g i c a p a r a la conservación de f o r m a s l i n g ü í s t i c a s («Recta no h a habido t r a t a d i s t a g r i e g o ni r o m a n o que se ocupase de la
est h a e c v i a , quis negat?»), p e r o concediendo al uso la legiti- cuestión con precisión y método i g u a l (una p á g i n a en Lersch
m a c i ó n de s u eficaz influencia («Consuetudo v e r o c e r t i s s i m a lo- Die Sprachwiss. etc. I). A su vez Carisio, i m b u i d o en las doc-
q u e n d i m a g i s t r a » ) . Como V a r r ó n a d v i e r t e q u e l a a n a l o g í a y el t r m a s a n a l o g i s t a s de César y de J u l i o Romano, y en las mode-
uso lingüístico, n o r m a y a n o m a l í a s , t i e n e n el m i s m o o r i g e n v r a d a s de Quintiliano, dice: «Constai e r g o L a t i n u s sermo n a t u r a
r a z ó n de ser, asi Quintiliano e n s e ñ a q u e la c o s t u m b r e e n el ha- a n a l o g i a , consuetudine, auctoritate.» L a n a t u r a l e z a es a q u í la
b l a y la a n a l o g i a t i e n e n f u n d a m e n t a l m e n t e la m i s m a n a t u r a l e - e x i g e n c i a q u e resulta ó de la etimología conocida ó del ser his-
t ó r i c a m e n t e primitivo de la p a l a b r a en la l e n g u a ; «nam, escri-
za: Non e n i m cum p r i m u m fingerentur h o m i n e s , a n a l o g i a de-
be el m i s m o , si quis dicat scrimbo p r o scribo, n o n a n a l o g i a e vir-
missa coelo f o r m a m loquendi dedit; sed i n v e n t a est p o s t q u a m
t u t e , sed n a t u r a e ipsius constituí ione convincitur.» L a analo-
l o q u e b a n t u r , et n o t a t u m in s e r m o n e , q u i d q u o m o d o c a d e r e t
g í a y el uso r e s u l t a n r e s p e c t i v a m e n t e de la proporción, ó del
u t i p s a m a n a l o g i a m n u l l a res alia f e c e r i t , q u a m c o n s u e t u d o . »
consentimiento tácito e n el uso d e p a l a b r a s . La a u t o r i d a d es
Y del mismo modo que Marco Tulio, e s t a b l e c e el i l u s t r e a u t o r
solo n o r m a loquendi c u a n d o f a l t a n las demás indicadas. P o r su
d e las Inst. oratoriae que son varios los f a c t o r e s d e l a p a l a b r a ) p a r t e Diomedes De Latinitate, se declara p a r t i d a r i o de la mis-
sean a n a l ó g i c o s ó a n ó m a l o s : «Nam cum s i n t e o r u m a l i a , u t m a doctrina, m a n i f e s t a n d o d e r i v a r l a de V a r r ó n : «Constat a u -
dicit Cicero, n a t i v a , q u a e significata s u n t p r i m o s e n s u , a l i a re- t e m , u t asserit V a r r ò ( e x p l í c i t a m e n t e no habla asi Varrón)
p e r t a , q u a e ex his f a c t a sunt; u t j a m nobis p o n e r e a l i a , q u a m n a t u r a , a n a l o g i a , consuetudine, a u c t o r i t a t e . » Escribiendo á su
q u a e illi r u d e s homines p r i m i q u e f e c e r u n t , f a s n o n s i t : a t deri- vez De Latinitate Máximo Victorino, dice: «Constat a u t e m
v a r e flectere, c o n j u n g e r e . » ( L a t m i t a s ) t r i b u s modis, r a t i o n e , a u c t o r i t a t e ; c o n s u e t u d i n e ,
D e s p u é s de Quintiliano i m p e r a n u e v a m e n t e el c r i t e r i o con- r a t i o n e s e c u n d u m technicos; a u c t o r i t a t e , v e t e r u m scilicet lec-
ciliador q u e éste hizo r e v i v i r , y q u e c o n t a b a e n s u a p o y o los tione; c o n s u e t u d i n e q u a e doctorum modo loquendi u s u placita
nombres r e s p e t a b l e s de V a r r ó n y T u l i o . P r e s c i n d i e n d o d e al- a s s u m p t a q u e sunt.» P o r lo que hace á Prisciano, b a s t e n o t a r
g u n o s t r a t a d o s q u e y a no e j e r c i e r o n especial i n f l u j o (1), las es-
cuelas l a t i n a s posteriores v i v e n en este s e n t i d o d e e l e m e n t o s
x o ovofia nal xó Q'ij/xa eivai xi&é/xevog ('AQioxoxéXovg). No puede Es de aquí de donde sin duda deriva la confusión de Dionisio, que ha
p r o b a r s e q u e Aristóteles h a y a a d m i t i d o e n p a r t e a l g u n a más tomado por doctrina de Aristóteles y Teodectes, la que, aunque ex-
q u e los dos elementos i n d i c a d o s como constitutivos propios y puesta por el primero, era peculiar del último.
d i g a n que dos, conjunciones y artículo (ovvSeofioi y agógov); de cido e n los t r a t a d o s filosóficos y g r a m a t i c a l e s de la E d a d Me-
donde r e s u l t a r í a n , e n u m e r á n d o l a s e n el l e n g u a j e a c t u a l , cua- dia (1). P o r este modo de e n t e n d e r el n o m b r e y el v e r b o , lleva
t r o p a r t e s del discurso reconocidas p o r Aristóteles. P a r a con- g r a n v e n t a j a la noción aristotélica á la platónica, a u n q u e tam-
t a r el articulo (a.Q&eov) e n t r e las p a r t í c u l a s aristotélicas, es me- bién en varios l u g a r e s llama verbo, eij/xa, al p r e d i c a d o de u n
n e s t e r a c u d i r á la Rhetorica ad Álexandrum, donde distinta- n o m b r e —zcov xa&' ¿ZÉQOV lEyofiévcov aij^siov—, c o m o lo hizo
m e n t e se habla de él, y asi lo h a c e Lersch (Die Sprachphil. I), P l a t ó n , viniendo asi á d e n o m i n a r v e r b o s á las p a l a b r a s q u e co-
q u e es de la opinión i n d i c a d a , á fin de sostener su aserción. nocemos con el n o m b r e de a d j e t i v o s . Aristóteles restablece doce
Mas siendo esta u n a de las obras discutidas de Aristóteles q u e c a t e g o r í a s de sustantivos q u e se e n c u e n t r a n calificados en va-
con toda probabilidad debe decirse pseudo-aristotélica, la afir- rios l u g a r e s de sus obras.
mación q u e d a sin f u n d a m e n t o , y por lo mismo h a y que l i m i t a r P a s a n d o á los filósofos estoicos, hallamos como g e n e r a l m e n -
la distinción hecha por el filósofo en p u n t o á p a r t í c u l a s g r a m a - t e a d m i t i d a s por ellos las p a r t e s siguientes del discurso: Onoma,
ticales, á las conjunciones (avvSea/x.oi), únicas á q u e él mismo proségoría, rema, arzron, sundesmos, pandektés (nomen, appe-
en sus obras g e n u i n a s se refiere (1). L a distinción completa en- llatio, v e r b u m , p r o n o m e n vel a r t i c u l u s , c o n j u n c t i o , a d v e r -
t r e las ovvSeo/íoi y aq-d-qa f u é p r o p i a m e n t e h e c h a p o r los estoi- bium). Decimos g e n e r a l m e n t e , p o r q u e no todos h a n convenido
cos, a u n q u e está incluida t a m b i é n en el t r a t a d o dicho ad Ale- en ello, p o r lo menos de u n a m a n e r a explícita. Los q u e no re-
xandrum. Tenemos, pues, en Aristóteles, dos partes del dis- conocieron el a d v e r b i o y no hacen la división del n o m b r e en
curso, y u n a clase de partículas. nomen y apellatio, c u e n t a n sólo c u a t r o p a r t e s , que son las res-
6.° Que Aristóteles establece como n o t a s diferenciales de t a n t e s de las e n u m e r a d a s ; por eso Dionisio de H a l i c a r n a s o atri-
b u y e á los estoicos h a b e r dividido en c u a t r o las p a r t e s del dis-
los dos elementos q u e d i s t i n g u e en la oración, n o m b r e y v e r b o ,
curso, como p r o b a b l e m e n t e hicieron Zenón y Cleantes. Los más
el p r i m e r o e l ser significativo de algo sin l a idea de tiempo,
a d m i t í a n con Diógenes y Crisipo cinco elementos oracionales,
m i e n t r a s el s e g u n d o incluye la noción de éste. "Ovo/ia /¿sv ovv
tales como q u e d a n indicados descontando el a d v e r b i o ; asi dice
dice TI. EQftev. 2, cpoivT) oijfiavzixT] xazá avv&T¡xr¡v avev XQÓVOV, i]s
Laercio refiriéndose á éstos: tou dé logou esti meré pempte; y
¡xrjSév fiéQos ¿azi arjfiavzixov xExcoQLafíévov.—P-rj/xa Sé, escribe c. 3,
Prisciano escribe: «Secundum Stoicos q u i n q u é sun orationis
¿azi zo ttQoaorifxaTvOv XQÓVOV, OV /i¿QOg ovSév OTjfiaivEi xcogt?, xal
partes», lo cual repiten los coment. de Donato y demás g r a -
EOZIV asi zcov xa&' ¿ZBQOV Xsyofiévcov er¡[¿Eiov. P a l a b r a s q u e se
máticos.
h a l l a n r e p e t i d a s en la Poética, y cuyo concepto se h a r e p r o d u -
L a división del n o m b r e en onoma y proségoría (relacionada
con la cuestión de si los nombres significan fusei ó zeseij hizose
(1) Siguiendo las huellas de Victorio, han sostenido con vigor
p a r a d e s i g n a r d i s t i n t a m e n t e la cualidad peculiar de u n a cosa,
entre los modernos que la Rhetorica ad Alexandrum es obra pseu-
ó u n a cualidad general. El v e r b o p a r a los estoicos e r a s e g ú n
do-aristotélica, la cual pertenece al retórico Anaximeno, Spengel
en su TBXVCOV avvaycoyr¡, Usener (Quaest. Anaximeneae) y otros. Laercio: meros logou sémainon asunzeton lcatégoréma; siendo
Lersch, entre los filólogos, ha tomado la defensa contra Spengel de a d v e r t i r , como n o t a Apolonio, q u e f u é común e n t r e los es-
como puede verse en el Apéndice á su Die Sprachphil. (II Ueber die toicos c a m b i a r e n esto, como en otras cosas, las denominacio-
Rethorik an Alexanderj, procurando presentar como antitéticas las
doctrinas de la Rhetorica ad Alexandrum y las que se suponen de
Anaximeno, si b i e n con escaso éxito, por las interpolaciones d e (1) Omitimos aquí referirnos al discutido c. 20 de la Poética de
aquella obra que ocasionaron determinadas variantes, mientras su Aristóteles; sobre el mismo, v. el Apéndice I de Lersch (Veber das
conjunto está fuera de los moldes de Aristóteles. Debe advertirse 20 Capitel der aristotelischen Poetik). Recordaremos, sin embar-
que tratándose de un retórico contemporáneo de Aristóteles, y de un go, que al exponerse allí la Aeftj (manera de hablar, discurso articu-
libro escrito con anterioridad á los respectivos de éste, como dice lado prescindiendo de los conceptos, como contraposición de lóyog
Spengel —ante Aristotelis rhetoricam i l l u m exiisse librum—, las que se refiere al lenguaje en cuanto expresión de ellos), se hace esta
teorías gramaticales de uno y otro pudieron compenetrarse en los enumeración harto significativa: Tes de lexeos apasés ta d'esti ta
sucesivos expositores. (V. también Kalischer, De Arist. Rhetoricis meré, stoijeion, sullabé, sundesmos, onoma, rema, arzron, ptó-
et Eth. quo el cnr inter se cum congruaut tum differant, Diss.J. sis, logos.
nes; p o r eso al infinitivo le l l a m a r o n évf- a > d e n o m i n a c i ó n del
d á S IaS Cate
verbo, y al v e r b o e n las d e m á s f o r m a s , xarr]yÓQi]fj.a, a p l i c a n d o ? ; S ° r í a s S ^ a t i c a l e s estoicas
C n I&S c a t
luego ésta y otras d e n o m i n a c i o n e s á la clasificación de f r a s e s escuela ° ^ 0 1 ' i a s ' ¿ g i c a s de dicha
q u e solían h a c e r . El p r o n o m b r e y a r t í c u l o c o m p r e n d í a n s e e n D e s p u é s de los estoicos mencionaremos á los llamados p o r
la p a l a b r a CÍQ&QOV, q u e e r a definida: stoijéion logou, ptótikon
dioridsón ta guené ton onomatón kai tous aridmous, s e g ú n Dió- g r a m a t i c a l de M°9 ( 1 ° S C U a I ° S V h l Í e r ° n * escuela
g e n e s Laercio. E x p o n i e n d o la a p l i c a c i ó n que h a c í a n del a r t i c u - Dartes dp L ***** 7 C ° n * e p Í C Ú m i ) * t t e « c o n o c í a n dos
lo como p r o n o m b r e (significación d e t e r m i n a d a ) y como a r t i c u l o dice P r t - oración, n o m b r e y v e r b o (secundum Dialécticos,
dice P n s c i a n o , d u a e , nomen et v e r b u m ) a d m i t i e n d o las demá
propio (sentido i n d e t e r m i n a d o ) , escribe Prisciliano —IT—: «Ar-
9
tículos a u t e i n p r o n o m i n i b u s c o n n u m e r a n t e s finitos e a artículos Z Z Z - ° r e m ^ a S ( h 0 C e S t c 0 n s i ^ a n t i a appellabant
e s c n b e el mismo P n s c i a n o ) . Su diferencia de los estoicos e
a p p e l l a b a n t , ipsos a u t e m a r t í c u l o s , q u i b u s nos c a r e m u s , infini-
tos artículos d i c e b a n t , v e l u t alii d i c u n t , a r t í c u l o s connume- Z Z n l T - e y 6 S¡mpIe clasificación
« a l , si bien en
a q u e l l a división se manifiesta u n a doble influencia e x t r a ñ a á
r a n s p r o n o m i n i b u s , et a r t i c u l a r í a eos p r o n o m i n a vocabant.»
éstos, la platónica, por lo q u e hace á considerar n o m b r e v v e r
L a conjunción definíanla los estoicos: meros logou aptóton,
bo como p a r t e s ú n i c a s p r o p i a m e n t e tales del discurso; y la
sundoun ta mere tou logou. P o r el libro de Posidonio Peri sun-
aristotélica, al h a b l a r de elementos sincategoremáticos, éxpre-
desmón y por lo que refiere Apolonio, p u e d e n d i s t i n g u i r s e once
s i o y i s a d a con el mismo objeto en Aristóteles p a r a d i s t i n g u i r
clases de conjunciones e n las conocidas por el estoicismo. F i n a l -
partes y partículas g r a m a t i c a l e s , según d e j a m o s e x p u e s t o
m e n t e , c u a n d o ha sido a d m i t i d o el a d v e r b i o recibió el n o m b r e
Con las escuelas criticas de Homero del periodo a l e j a n d r i -
de navSexzj]?, por la u n i v e r s a l i d a d en significar, y p o r la virtua-
no, la g r a m á t i c a despréndese de las especulaciones filosóficas
lidad q u e le a t r i b u y e r o n los estoicos segiin a l g u n o s g r a m á t i - p a r a comenzar á v i v i r v i d a p r o p i a sostenida p r á c t i c a m e n t e
cos. «Omnis p a r s o r a t i o n i s , dice Sergio el g r a m . a l u d i e n d o á la por los clásicos, a u n q u e a p r o v e c h a n d o las investigaciones del
d o c t r i n a estoica, cum d e s i e r i t esse q u o d est, nihil a l i u d est nisi periodo filosofico. Zenódoto, iniciador de la n u e v a época, intro-
a d v e r b i u m . . . si dicas sedulo liomini dedi, n o m e n est; si dicas duce el pronombre como p a r t e g r a m a t i c a l distinta que los es-
sedulo feci a d v e r b i u m est.» D a n d o la r a z ó n de la d e n o m i n a - toicos no h a b í a n calificado s e p a r a d a m e n t e del a r t í c u l o , y Aris-
ción m e n c i o n a d a , escribe Carisio: « A d v e r b i u m stoici pandecten tarco s e ñ a l a t a m b i é n la preposición y el p a r t i c i p i o (que á él v
v o c a n t : n a m omnia in se c a p i t q u a s i collata p e r s a t u r a m con- no á T n f o n , como se ha dicho, corresponde la distinción de
cessa sibi r e r u m v a r i a p o t e s t a t e . » este ultimo). Con lo cual las p a r t e s del discurso a d m i t i d a s pol-
A los estoicos se debe la r e g u l a r i z a c i ó n d e n t r o de la filoso- los estoicos (seis ó m e j o r cinco, pues su división del n o m b r e e n
f i a de u n plan g r a m a t i c a l r e l a t i v a m e n t e d e s a r r o l l a d o . Es sabi- ovofia y TtQoarjyoQÍa no h a prevalecido) se elevaron á s e i s en
do q u e la dialéctica p a r a los estoicos c o m p r e n d í a u n a p a r t e Zenodoto, y á ocho con las dos i n t r o d u c i d a s por Aristarco, q u e
a c e r c a de la f o r m a e x t e r i o r del p e n s a m i e n t o , el l e n g u a j e e s c o m o c u e n t a Quintiliano: «Alii t a m e n e x idoneis d u n t a x a t
peri demainontón, peri fónés; y otra sobre la f o r m a i n t e r n a de a u c t o n b u s octo p a r t e s secuti s u n t u t Aristarchus, etc.» (1).
la p a l a b r a ó su significación, peri semainomenón, peri prag-
matón. De la p r i m e r a p a r t e se o c u p a r o n p a r t i c u l a r m e n t e en-
t r e otros estoicos a d e m á s d e Crisipo, D i ó g e n e s , Tejné peri (1) En este número se encierran todas las categorías gramati-
fónés; A n t i p a t r o s , Peri lexeón kai tón legomenón; Arquide- cales griegas, pues el adjetivo no ha sido reconocido como catego-
mos, Peri fonés; Posidonio, Peri lexeós eisagógué, etc. De la ría en la antigüedad, y la interjección fué clasificada por los gra-
s e g u n d a t r a t a r o n D i ó g e n e s , Crisipo y otros; de éste e r a n los máticos romanos. Del diverso modo de considerar las partes del
t r a t a d o s Peri tés suntaxeós kai stoijeión, y otro Peri tón stoi- discurso provino la diversidad de enumeración de ellas hechas por
jeión tou logou etc., q u e m e n c i o n a , como los a n t e r i o r e s , Dióge- los antiguos; así en el Cledonii ars se dice: "Aristóteles duas dicit
nes L a e r c i o . No pocos e l e m e n t o s retóricos h u b i e r o n d e comple- btoici quinqué, multi novem, multi decem usque undecim " Y el
Pompen Comment. artis Donati: "Donatus quidem octo definivit
t a r la p a r t e lógica y la p a r t e g r a m a t i c a l estoica, v esto se echa
Aristóteles duae, Stoici quinqué. Ideo dixit Donatus multi plures'
de v e r e n las clasificaciones q u e dichos filósofos hicieron de las multi pauciores partes orationis putant."
sas de p a l a b r a s (eíSij), las cuales d i v i d e en dos c a t e g o r í a s prin-
A los m e n c i o n a d o s sigue Dionisio de T r a c i a , c u y a TeXvV
cipales, s u b o r d i n a n d o l u e g o á ellas otras clases. Se a d v i e r t e
ypauuazixr] h a obtenido u n i v e r s a l prestigio e n la a n t i g ü e d a d ,
f á c i l m e n t e q u e todas estas s u e r t e s de nombres, están f u e r a de
ejerciendo en el t e r r e n o g r a m a t i c a l d i c t a d u r a poco menos q u e
los accidentes del n o m b r e , a u n q u e Dionisio los i n c l u y a en ellos.
indiscutible; v a u n q u e se h a disputado la a u t e n t i c i d a d de di-
'Prjfia, p a r t e de la oración sin casos que indica acción ó pa-
cha obra desde diversos p u n t o s de v i s t a , creyéndola a l g u n o s
sión (évégyeiav ij jzá&og). E n él d i s t i n g u e , a d e m á s de eX6r¡ y
composición a n ó n i m a de los maestros bizantinos ( n i m i r u m ista
oxtifiaxa como e n e l n o m b r e , l o s modos (indicat., i m p e r a t . ,
Pseudo-Dionvsii, g r a m m a t i c a , dice Gotling, cento est e x p a n -
o p t a t . , s u j u n t . , é infinit.), los géneros (activo, pasivo y medio),
nis t a m v e t e r u m q u a m recentiorum g r a m m a t i c o r u m ) , no h a n
los n ú m e r o s , personas y tiempos ( p r e s e n t e , pasado y f u t u r o ) .
llegado á p r e v a l e c e r los a r g u m e n t o s aducidos, f u n d a d o s e n ge-
Ocho accidentes verbales, c o n t a n d o los dos primeros y a ñ a d i e n -
n e r a l e n p u n t o s de v i s t a críticos que e s t a b a n lejos de ser in- do los que Dionisio de T r a c i a l l a m a ovljvyíai en el v e r b o .
vulnerables. a
Meroxv, p a r t e de la oración q u e p a r t i c i p a del modo de ser
Dionisio de T r a c i a divide la g r a m á t i c a en seis p a r t e s : l. *«-
del n o m b r e y verbo, d i f e r e n c i á n d o s e de éste en no t e n e r perso-
r a rtQoocoSíav (pronunciación, lectura); 2. a x a r á xovg évvjzáexov-
n a s ni modos v e r b a l e s .
rag no^xcxovg xe6jzovg (narración); 3. a yXuocáv xe xai loxo^v...
"AQ&OOV, p a r t e de la oración con casos, que a n t e c e d e ó se pos-
ájtóSoacg (conocimiento de a n t i g ü e d a d e s y p a r t i c u l a r i d a d e s g r a - pone á los casos del nombre. El a r t i c u l o q u e a n t e c e d e es o, y
maticales); 4 . a éxvfioXoyíag eSSeoig (etimología); 5. a avaXoyiag el q u e se pospone es og, s e g ú n Dionisio; y como el p r i m e r o es
éxXoytg^s (analogía); 6. a xSímg no^áxo>v (critica l i t e r a r i a ) . el articulo g r i e g o y el s e g u n d o el r e l a t i v o , v i e n e á j u n t a r con
Estas e s t á n reducidas p o r el escoliasta de Dionisio á c u a t r o el mismo n o m b r e el relativo y el a r t í c u l o ; p a r t e s no sólo g r a -
p a r t e s : diorzotikon (emmendatio, ó sea la critica): anagnosti- m a t i c a l m e n t e diversas, sino t a m b i é n etimológicamente, esto
con (lectio, pronunciación); exeguetikon (enarratio, exposición); último c l a r a m e n t e d e m o s t r a d o hoy p o r i n t e r m e d i o del sánscrito.
kritikon (judicium, critica expositiva).
'Avxcowfiía, p a r t e de la oración q u e se usa en l u g a r del nom-
L a oración es p a r a Dionisio, u n c o n j u n t o de p a l a b r a s q u e b r e d e s i g n a n d o d e t e r m i n a d a s p e r s o n a s (jzgcooájzcov cíigiofiévwv
hacen sentido p e r f e c t o : Xéfrcov oiv&eocg dúvocav avxxoeXij ór/Xcoxixri). Esta d o c t r i n a del p r o n o m b r e , e n la cual se limita su
SrjXovaa. Las p a r t e s de la oración («pequeñas porciones, s e g ú n concepto á los personales y posesivos, es t r a s u n t o de la de Aris-
dicho g r a m á t i c o , del c o n j u n t o oracional» - xov xaxá aívxa&v t a r c o , asi como la que eriseña s o b r e el participio. Los demás
Xóyov—•), son las ocho s i g u i e n t e s : ovo/ia nombre, éwa verbo, p r o n o m b r e s son incluidos por la e s c u e l a de Dionisio e n el nom-
f i e x o x v ' p a r t i c i p i o , a ^ o v a r t i c u l o , ávxcovofiía p r o n o m b r e ; b r e ó en el a r t i c u l o , a u n q u e no t o d o s convienen en ello.
neó&eotg preposición, é n l e e w * a d v e r b i u m , ovvdeo^og con-
ÜQÓ&eoiS, p a r t e de la oración q u e se a n t e p o n e á las demás,
junción. . y a en el c o n j u n t o y a en coordinación g-ramatical (ev xe ow&éoei
"Ovo¡xa es u n a p a r t e de la oración con casos que significa al- xai owxágei). E n u m e r a l u e g o dieciocho preposiciones (el n ú -
go concreto (oáifia), ó abstracto (neay^a), «rem corporalem a u t m e r o en q u e dice Carisio «ínter o m n e s críticos g r a m m a t i c o s
rncorporalem» dice Carisio. En el n o m b r e asi entendido distin- p e r f e c t e convenit» es el de veintidós).
g u e tres géneros (áeoevixóv} frr¡Xvxóv, oiSéxegov); tres n ú m e r o s
'EnÍQQ-qfxa, p a r t e d e la oración sin casos que se u s a con el
(évixdg, dvixóg, jtXV^vvxvxóS;); cinco casos (¿e&V, *w««í. Soxix-q, v e r b o ó se le a ñ a d e . Los a d v e r b i o s se d i v i d e n a q u í e n veinti-
aixiaxLx-q, xXrjxixr,). E n t r e los accidentes del n o m b r e (1) pone tam- cinco clases, d o n d e se i n c l u y e n m u c h a s p a l a b r a s q u e no los son.
bién los diversos modos de forma ( o X í n a x a ) , y las clases diver-
2VVSE0/¿ÓS, p a r t e de la oración q u e sirve p a r a m a n t e n e r e n
enlace o r d e n a d o el sentido de é s t a , y l l e n a r deficiencias de ex-
(1) La doctrina de los accidentes nominales era ya conocida y posición. Refiérese esto ú l t i m o á las p a r t í c u l a s , m u y f r e c u e n t e s
expuesta de una manera semejante á la de Dionisio de Tracia. Así, en el verso griego, que se usan t a n sólo por e x i g e n c i a del me-
entre otros, Aristófanes hacía la clasificación siguiente según Can- tro ó por elegancia de la f r a s e —PÉXQOV i} xóo^ov evexev.— Di-
sío —I—: "Huic (á la analogía) Aristophanes quinqué radones de- v i d e las conjunciones e n copulativas, disyuntivas, condiciona-
dit, aut, ut alii putant, sex. Primo ut ejusdem sint generis, dein ca- les, causales, finales, dubitativas, raciocinativas y explectivas,
sus; tum exitus, quarto numeri, quinto syllabarum, item soni sexto.
q u e son las q u e hemos dicho se e m p l e a n con c a r á c t e r l i t e r a r i o e n t r e si; y esta superficialidad toca al e x t r e m o c u a n d o a l g u n a s
t a n sólo. p a r t e s de la oración como la preposición, adverbio, conjunción
T a l e s son las ocho p a r t e s g r a m a t i c a l e s q u e se c u e n t a n e n el y a u n el artículo (excepto la a d v e r t e n c i a q u e h a c e de q u e tie-
Techne de Dionisio de T r a c i a , c u y o n ú m e r o no se h a c a m b i a d o * n e casos), vienen definidos t a n sólo por su posición, ó sea por
e n tiempos posteriores; p u e s si b i e n los romanos d e j a r o n el ar- el l u g a r q u e ocupan en relación con otras p a l a b r a s , sin que se
ticulo q u e no t i e n e n e n su l e n g u a , s u s t i t u y é n d o l o con el pro- h a g a alusión a l g u n a á la idea peculiar que e n c i e r r a n , ni por
lo mismo al c a r á c t e r propio que las d i s t i n g u e .
n o m b r e , en cambio a d m i t i e r o n como p a r t e d e la g r a m á t i c a la
i n t e r j e c c i ó n , lo cual no se hizo e n la e n u m e r a c i ó n de los g r i e - A d e m á s de este r u d i m e n t a r i o sistema de clasificar y definir
incompatible con la e x a c t i t u d y precisión, la critica l i n g ü i s t i c a
gos. El adjetivo ó «nombre epíteto» (éní&ezov, d e s d e Aristóte-
p u e d e n o t a r t a m b i é n e n Dionisio de T r a c i a q u e con la f a l t a de
les á Dionisio de T r a c i a ; ém&exixóv, d e s d e Apolonio Díscolo),
criterio filosófico en el asunto, m u e s t r a t a m b i é n escaso criterio
d i s g r e g a d o p a u l a t i n a m e n t e d e las f o r m a s de la p o e s í a y 110
morfológico al no a l c a n z a r á d i s t i n g u i r las p a r t e s de la oración
contado como c a t e g o r í a g r a m a t i c a l e n t r e los a n t i g u o s , v i n o
por los c a r a c t e r e s de flexión ó ausencia de ellos, p a r a distri-
á ser p a r t e del discurso, p e r o r e e m p l a z a n d o al participio que
b u i r l a s en flexivas y no flexivas. Y esta idea obvia que debiera
dejó de e n u m e r a r s e e n t r e a q u é l l a s , y por lo mismo m a n t e n i é n -
presidir á t o d a exposición metódica de formas, no sólo no se to-
dose el n ú m e r o dicho de e l e m e n t o s oracionales.
m a en cuenta, sino q u e e x p l í c i t a m e n t e resulta a b a n d o n a d a e n
E n la Téxvrj yQa.y.^áxi.y.7] d e Dionisio d e T r a c i a está repre- el libro de Dionisio: al t r a t a r éste, en efecto, de las p a r t e s no
s e n t a d o el a r t e g r a m a t i c a l p o s t e r i o r ; y q u i e n c o m p a r e las doc- flexivas, preposición, conjunción y adverbio, sólo califica como
t r i n a s de Apolonio Díscolo s o b r e la m a t e r i a e x p u e s t a s p o r Pris- sin flexión' (f¿éSoS Xóyov HxXixov) al adverbio, como se v e por las
ciano, y como las de éste, las de D o n a t o y Probo y d e m á s g r a - definiciones respectivas a n t e s presentadas; y á la vez, al ocu-
máticos q u e les s i g u e n , con las de Dionisio, no p o d r á menos de p a r s e de las f o r m a s con flexión, artículo, nombre, verbo, p a r t i -
echar d e v e r la influencia e j e r c i d a e n ellos por el e s c r i t o r de cipio y p r o n o m b r e , define como flexivo el n o m b r e y a r t i c u l o
q u e nos ocupamos, y a u n p u e d e a ñ a d i r s e q u e en él e s t á la pac- Créeos Xóyov nxcaxiKÓv), llama 110 reflexivo al verbo (Úfa ajzxco-
t a d e los t r a t a d o s q u e le h a n s u c e d i d o , s i q u i e r a h a y a n sido ros), y d e j a sin definir el c a r á c t e r de las p a r t e s r e s t a n t e s . Pro-
completados a l g u n o s conceptos, sin d u d a i n s u f i c i e n t e m e n t e ex- b a b l e m e n t e a u n en la noción del verbo omitió Dionisio de T r a -
puestos en la Techne dionisiana (1). cia i n d i e a r q u e es p a r t e de la oración «con tiempos, n ú m e r o s
Los defectos q u e se a d v i e r t e n e n la d o c t r i n a e x p u e s t a de y personas,» si bien esto se e n c u e n t r a hoy en el t e x t o g r i e g o
Dionisio de T r a c i a proceden y p u e d e n r e d u c i r s e á u n o g e n e r a l ; de su obra. S i g u i e n d o á a l g u n o s críticos modernos (G. Uhlig,
el no h a b e r definido a d e c u a d a m e n t e las p a r t e s del discurso, Dion. Thracis ars gramm.; Delbrück, Vergleich. Syntax — Ein-
h a c i e n d o de esa s u e r t e descripciones más q u e definiciones de leit.— etc.) hemos suprimido dichas p a l a b r a s al t r a s l a d a r arri-
lo q u e se propuso e x p l i c a r . Asi se v e e n las nociones superficia- ba su definición por creerlas adición posterior.
les q u e d a de nombre, verbo, pronombre etc. q u e son insuficien-
tes de todo p u n t o p a r a e s t u d i a r la v e r d a d e r a n a t u r a l e z a de ca- P r e s e n t a d a s las nociones f u n d a m e n t a l e s del Arte de Dio-
da elemento gramatical y p a r a distinguirlos científicamente nisio y hechas estas observaciones criticas que creemos necesa-
rias si ha de j u z g a r s e con seriedad al q u e p u d i é r a m o s l l a m a r
c r e a d o r del «sistema gramatical» (reflejo en no pocos casos de
(1) El dominio de la Téxvr¡ de Dionisio se extiende en las escue- las ideas de Aristarco, u n o de los iniciadores de la g r a m á t i c a ) ,
las griegas desde el siglo II a. J. C. hasta el siglo XII de nuestra era,
no es m e n e s t e r nos d e t e n g a m o s en u n minucioso análisis d e
en que es reemplazado por breves tratados gramaticales dispuestos
los t r a t a d i s t a s q u e le suceden, los cuales h a n tenido p o r nor-
por preguntas y respuestas, de los cuales usaron aún los importado-
res en Italia de los estudios griegos, Crisoloras, Teodoro Gaza y ma la obra m e n c i o n a d a , y por lo mismo p u e d e y a j u z g a r s e á
C. Láscaris. Aunque su influencia en las escuelas latinas no ha sido t e n o r de ella las lineas más g e n e r a l e s de la dirección lingüísti-
tan universal y uniforme, hubo sin embargo de hacerse sentir efi- ca e n los tiempos s u b s i g u i e n t e s . Las oscilaciones y v a r i a n t e s
cazmente, penetrando además en las escuelas de Armenia y de la q u e e x p e r i m e n t a n los estudios á que nos r e f e r i m o s , p u e d e n
Siria. _ apreciarse con el simple cotejo de l a s doctrinas indicadas con
las de alguno de los principales gramáticos griegos y latinos nisio, a u n q u e indicados por otro orden. En Prisciano «verbo
posteriores. E n t r e los primeros mencionaremos á Apolonio Dís- accidunt octo, significatio sive genus, tempus, modus, species,
colo, de cuya teoría sobre las categorías gramaticales quéda- figura, conjugatio et persona cum numero, q u a n d o affectus
n o s , á más de o t r a s fuentes, la exposición autorizada de Pris- animi definit.» Donato distingue en el verbo qualitas et genus,
ciano, quien declara haberle seguido —in ómnibus sequendam lo cual r e ú n e Probo, que sigue su doctrina, en «genus sive
(ejus auctoritatem) p u t a v i - q u a n t u m potuimus sequi destina- qualitas.» Este «genus sive qualitas» reviste ocho formas: ac-
bimus—, a u n q u e haya completado algunos conceptos con otras tiva, pasiva, neutra, deponente, común, incoativa, frecuenta-
autoridades, según él mismo manifiesta (XII, XIV, XVI); si bien tiva, defectiva. E n Donato dicha «qualitas» comprende además
pues, la obra de Apolonio n. fieQtafioi z<Zv zov Xóyov ^ee&v cuya de los modos, cuatro formas: perfecta, mediativa, frecuenta-
continuación f u é el tratado de su hijo Elio Herodiano Elg zá. tiva, incoativa. L a exposición de la teoría del verbo en cuanto
ZrjToíifieva z<Zv fiegcov zov Xóyov, se ha perdido, los fragmentos á las subcategorias respectivas liase modificado sucesivamente
griegos, la obra n. avvzafrcog del mismo y la de Prisciano, bas- desde Dionisio de Tracia, de una manera análoga á las clasi-
tan p a r a poder apreciar sus ideas en la materia. E n t r e los se- ficaciones de adjetivos y nombres b a j o el concepto tradicional
gundos, ó sea de los gramáticos latinos citaremos al mismo antiguo de — ovopá — n o m e n - , dentro de cuya inexacta no-
Prisciano, á Donato y á Probo. ción, como dentro de la de verbo, se desarrolló la t r a m a gra-
El nombre es en Prisciano «pars orationis quae unicuique matical, desplegada metódicamente en tiempos subsiguientes.
subjectorum corporum seu rerum communem vel propriam En cuanto al participio, a u n q u e mejorada su idea, con-
qualitatem distribuit.» Con esta conviene la definición de Apo- serva en Apolonio el lugar medio entre el nombre y el verbo
lonio que t r a e el mismo Prisciano, y está conforme con lo que que presenta en Dionisio de Tracia, y que r e g u l a r m e n t e ha
escribe Apolonio (n. owzá^ecog) al decir que el nombre signi- sostenido: «Mansit participium médium inter nomen et ver-
fica jtoidzTjzag xoivág rj íóíag. D o n a t o le llama «pars orationis bum, u n d e rationabiliter hoc nomen est ei a grammaticis in-
cum casu», con lo cual se aproxima más á Dionisio de Tracia, ditum per confirmationem d u a r u m partium orationis principa-
cuyas nociones Donato como los anteriores, reproduce en lo lium.» (Prisc. XI). Y por lo que hace á Prisciano se atiene más
demás. Lo mismo hace Probo, con la diferencia de admitir más estrictamente á la noción de Dionisio, y enseña ser «pars ora-
subdivisiones en las subcategorias del nombre que las señala- tionis q u a e pro verbo accipitur ex quo et derivatur naturali-
das por Donato. L a tendencia general es idealizar la noción de ter etc.» S e g ú n Donato el participio recibe del nombre género
Aristarco, según la cual el nombre designa un cuerpo ó u n a y casos, del verbo «témpora et significationes», y «qualitatem»
cosa, atribuyéndole la designación de universalidad ó parti- y «tempus» según quiere Probo.
cularidad, sin inmutar la condición intrínseca de dicha parte El artículo, cuya noción es t a n deficiente en Dionisio de
de la oración en lo restante. Tracia, adquiere en Apolonio su legitima exposición, en cuan-
El verbo en Prisciano, «pars orationis cum temporibus et to le a t r i b u y e como nota distintiva modificar la extensión del
modis, sine casu, agendi vel patiendi significativum.» En Apo- sustantivo en designar personas ó cosas. Entre los latinos, se-
lonio (Bekker, Anecdot. gr.) es n¿eog Xóyov év ISíoig pezaoxw1- gún hemos dicho, es inútil buscar la noción del articulo, y Do-
ziofioiq SiacpÓQiov xeóvtov Sevzxóv fiez' évEQyeíag rj ná&ovg, jigoacó- nato y Probo colocan en vez de éste la interjección. Prisciano,
TCCOV ze nal agi&/xcov naQaozazixóv oze xa I zág zrjg yvxíjs Sia&éoeig
sin embargo, por ser fiel á la doctrina de Apolonio, hace refe-
Xr¡XoL. (Cf. Apol., De constr. III). En Donato, «pars orationis rencia á él y dice (XVII): «Articulus secundara noticiam sup-
cum tempore et persona sine casu a u t agere aliquid, a u t pati, positorum demonstrat. Si enim dicam av&Qcojiog ?iX&ev, primam
a u t neutrum significans.» Por donde se ve que Prisciano se noticiam ostendo, sin ó av&Qconog i¡X&ev, secundam.»
a p a r t a un t a n t o de Apolonio Díscolo, y que Donato, a u n q u e Al definir el pronombre como elemento declinable que sus-
ampliando el concepto del verbo, repite con Prisciano que es tituye al nombre, Apolonio lo concreta á reemplazar sólo á los
indeclinable, «sine casu», lo cual no se halla en Apolonio, y es nombres propios ó individuales, y por lo mismo sin que se ex-
reproducción de lo asentado por Dionisio de Tracia. Los acci- tienda á ocupar el lugar de los colectivos ó adjetivos. Cosa aná-
dentes del verbo son para Apolonio los mismos que señala Dio- loga hace Prisciano al decir que es «pars orationis quae pro
u
n o m i n e proprio u n i u s c u j u s q u e a c c i p i t u r , p e r s o n a s q u e finitas
í?enei al d e la lin üística
recipit.» o-, 1 1 , ! ' S gramatical grie-
D o n a t o j u z g a q u e «pronomen est p a r s orationis, q u a e p r o í l l 1 ' 7 y a m a r c h a n o d e t i e n e n ™ c a m b i a n e n lo
substancial los problemas lógicos d e la E d a d Media, con los
n o m i n e posita t a n t u n d e m poene significai, i n t e r d u m q u e per-
cuales h u b o de e n c o n t r a r s e l a g r a m á t i c a y f o r m a r a l i a n z a s
s o n a m recipit»; m i e n t r a s Prisciano dice q u e es «pars posita más o menos estables, como habremos de v e r o p o r t u n a m e n t e .
pro n o m i n e , m i n u s q u i d e m piene, idem t a m e n significai.» \ decimos el c a r á c t e r g e n e r a l , p o r q u e si bien en las divisiones
L a preposición, se dice en Prisciano (XIV), es «pars oratio- y subdivisiones q u e caen b a j o las c a t e g o r í a s e n u m e r a d a s se
nis indeclinabilis, q u a e p r o p o n i t u r aliis p a r t i b u s vel appositio- ofrecen v a n a n t e s m u y f r e c u e n t e s e n los escritores q u e convie-
n e v e l compositione»; y es eco esta definición (excepto la indi- n e n e n t r e sí c u a n d o se t r a t a de las nociones f u n d a m e n t a l e s de
cación de p a r t e indeclinable), de lo q u e escribe Apolonio (De las p a r t e s del discurso, tales v a r i a n t e s no i n m u t a n la u n i d a d
construc. IV): Protizemenai dé tón tou logon merón é kata sun- sistemática de p l a n g r a m a t i c a l a n t i g u o , que es lo q u e i m p o r t a
zesin é kata parazesin (Cf. Anecd. gr. de B e k k e r ) . Y D o n a t o á nuestro objeto, siquiera la elaboración p a u s a d a y silenciosa
a ñ a d e á lo dicho q u e es p a r t e que «significationem e a r u m (ce- de las s u b e a t e g o r i a s viniese á c o m p l e t a r su c o n j u n t o con el de-
t e r . p a r t i u m ) a u t m u t a t a u t compi et a u t minuit.» curso del tiempo (1).
Al definir el a d v e r b i o Apolonio Discolo lo h a c e e n esta for-
m a : Lexis áklatos katégorousa tón en tois rémasin agklisein
kazolou é merikós ón aneu ou katakleisei dianoian. N ó t e n s e las so provino la diversidad de enumeración de e l l a s hechas por los
p a l a b r a s xa&óXov % ¡¿eQixwg, q u e no se h a l l a n e n Dionisio d e antiguos; a s í en el Cledonii ars se dice: "Aristóteles duas dicit
T r a c i a , ni t a m p o c o se i n c l u y e n e n la definición de P r i s c i a n o : Stoici quinqué, multi novem, m u l t i decem usque undecim." Y eí
«pars orationis i n d e c l i n a b i l i s , c u j u s significatio v e r b i s adjici- Pompea Commeni. artis Donati: "Donatus quidem octo definivit
Aristóteles duae, Stoici quinqué. Ideo dixit (Donatus) multi plures'
t u r » , si bien se h a c e cargo del concepto c u a n d o a d v i e r t e q u e
multi paucmres, partes orationis putant."
h a y a d v e r b i o s comunes á todos l o s t i e m p o s v e r b a l e s «ut sa-
(1) No hacemos aquí especial estudio de cada uno de los gramá-
pienter dico, sapientes dicebam, sapientes d i x i etc.», m i e n t r a s ticos latinos que atrás hemos mencionado, omitiendo también no
otros son s i n g u l a r e s p a r a cada caso, «ut hodie facis, heri feci, pocos griegos, porque unos y otros convienen en las líneas salientes
eras faciam.» D e un modo s e m e j a n t e al de la noción de prepo- de exposición y sistema que quedan señaladas, las cuales pasando á
sición, señala D o n a t o al a d v e r b i o por o b j e t o —significationem través de los tiempos medioevales (entre otros el Doctrínale de Ale-
jandro de Villa Dei - s . X I I I - escrito en versos leoninos, estudiado
ejus (del verbo) a u t compiere a u t m u t a r e a u t m i n u e r e — , es-
y comentado en París, Oxford, Bolonia y P r a g a , es prueba de ello)
pecificando e l concepto genérico que i n d i c a n las definiciones vienen á encontrarse con el renacimiento y con las subsiguientes
anteriores. manifestaciones filológicas, cuando dos insignes españoles, Antonio
P o r lo que h a c e á la conjunción, convienen substancialmen- de Nebrija y Sánchez de las Brozas, cerraban y abrían respectiva-
t e con Dionisio de T r a c i a , Prisciano, Apolonio, D o n a t o y P r o - mente el periodo tradicional y el científico de la gramática, forman-
bo. P a r a todos estos es la conjunción: «pars indeclinabilis con- do época en esta disciplina.
j u n c t i v a a l i a r u m p a r t i u m orationis q u i b u s c o n s i g n i f i c a t , v i m El nombre, sin embargo, de Varrón hemos de mencionarlo tam-
v e l o r d i n a t i o n e m d e m o n s t r a n s ; ó fiégos Xóyov äxXczov, aw&ezi- biénaquí, no sólo por el valor de sus propias investigaciones, sino
xòv zcöv zov Xóyov /ACQWV, olg xal [ova] orjfiaivei, rj zá£iv f j Svva/Áiv por lo que representa en la transición greco-romana de la gramática
jtaQiozcöv; ó finalmente, «pars orationis a d n e c t e n s o r d i n a n s q u e y su influjo en gramáticos posteriores. M. Terencio Varrón á quien
s e n t e n t i a m » , q u e son las respectivas definiciones de los ú l t i m a - hemos visto conciliando las dos opuestas tendencias de anomalistas
m e n t e m e n c i o n a d o s (la de Probo es i g u a l á la de Donato) (1). y analogistas en las escuelas latinas, ha formulado en sus libros De
lingua lat. su clasificación gramatical, de un modo diverso del de
Dionisio de Tracia y demás que le siguieron. Teniendo de una parte
(1) En estas ocho se encierran todas las categorías gramati- en consideración las disputas sobre el origen significativo de las pa-
cales griegas, pues el adjetivo no ha sido reconocido como catego- labras (cpvots y y de otra tomando en cuenta la división
ría en la antigüedad, y la interjección fué clasificada por los gramá- pitagórica de todo ser en "cuerpo", "lugar", "tiempo" y "operación"
ticos romanos. Del diverso modo de considerar las partes del discur- establece Varrón su plan de categorías gramaticales. Divide desde
P a r a c o m p l e t a r e n orden á nuestro objeto la exposición de p o r q u é se d a n c a t e g o r í a s d e raices de tal s u e r t e i n d e p e n d i e n -
la filología g r i e g a y l a t i n a , hemos de a ñ a d i r a l g u n a s indicacio- tes q u e desde los comienzos del l e n g u a j e s u p o n g a n u n a orde-
nes sobre la etimología a n t i g u a , lazo de unión e n t r e los pro- nación i n t e n t a d a al calificar las cosas s e g ú n sus diversos ca-
blemas v a expuestos d e la d o c t r i n a g r e c o - r o m a n a sobre el ori- r a c t e r e s . El o r i g e n del l e n g u a j e s u p o n e , p u e s , el hecho más
g e n significativo de las p a l a b r a s , y del sistema g r a m a t i c a l y u n i v e r s a l y g e n u i n o de n a t u r a l e z a etimológica, bien q u e h a s t a
c a t e g o r í a s á q u e debe reducirse el l e n g u a j e . nosotros, y abstracción h e c h a d e testimonios extrínsecos á la
investigación científica, no l l e g u e sino reflejado por el sistema
E n la etimología a n t i g u a podemos d i s t i n g u i r el hecho histó-
doctrinal que al efecto se a d m i t a ó se excogite.
rico de derivaciones etimológicas-, el fundamento de las etimo-
logías, v finalmente las reglas de la investigación e n la etimo- En el s e g u n d o orden d e hechos, ó sea e n los de derivación
logía. E n c u a n t o hecho, la etimología es t a n a n t i g u a como el etimológica, e n t r a p l e n a m e n t e lo q u e hemos llamado hecho his-
l e n g u a j e , y refiriéndose á lo m á s intimo de su sér, se refleja tórico de e t i m o l o g í a a n t i g u a , e n el c u a l , supuesto no sólo el
por modo necesario é i n e v i t a b l e en sus m a n e r a s de f o r m a c i o n l e n g u a j e , sino los varios i d i o m a s á los cuales se refieren las de-
v desarrollo, las cuales v a n o r i g i n a r i a m e n t e v i n c u l a d a s á dos rivaciones u l t e r i o r m e n t e hechas, e n c o n t r a m o s vestigios de la
elaboración sobre elementos conocidos y previos necesariamen-
órdenes de hechos, el de creación de p a l a b r a s p r i m e r a s y el de
t e al t r a b a j o personal ó social de e n r i q u e c i m i e n t o de u n a len-
derivación de otras n u e v a s sobre las primitivas. Considerada
g u a , por t r a n s f o r m a c i o n e s d e d i v e r s a índole, y a que con el dic-
la etimología e n relación con el primero de estos dos hechos,
t a d o de derivación i n t e n t a m o s significar todo l i n a j e de m u t a -
nos lleva d i r e c t a m e n t e al problema mismo de la n a t u r a l e z a de
ción en el sonido ó e n el s e n t i d o , ó en u n o y otro, en u n m a t e r i a l
las raíces e n su individuación y e n su diferenciación, ó sea a
lingüístico dado.
fijar p o r q u é u n a r a í z lingüistica corresponde á u n objeto, y
Asi e n t e n d i d o el hecho histórico de la etimología a n t i g u a
(sentido c l a r a m e n t e r e l a t i v o , p u e s el p r i m e r hecho a n t e s indi-
luego las palabras en indeclinables - a l i a verba nusquam declinan-
cado no d e j a de ser histórico, p o r mucho q u e se desconozca su
t u r - y en declinables - a l i a d e c l i n a n t u r - ; las palabras declinables
son "alia verba a volúntate, alia a natura" (IX), si bien como norma
general establece que la voluntad obra en la imposición significativa, no sólo que en griego y latín existen cuatro categorías, sino que en
y la naturaleza en la derivación y declinación: "Voluntatem dico im- aquel idioma como en éste, se dan tres tiempos, que es intento de
positionem verborum, naturam declinationem verborum."—"Imposi- Varrón hallar analogía entre los idiomas.—Se ha querido ver una
tio est in nostro dominatu, nos in natura; quemadmodum quisque vult contradicción en Varrón, cuando después de enumerar las cuatro
ímponit nomen, at declinat quemadmodum vult natura" (IV). Sobre categorías antes dichas, añade: "Has vocant quídam appellandei,
esto, y de conformidad con la doctrina pitagórica, clasifica las pala- dicendi, adminiculandei, iungendei. Appellandei dicitur, ut homo
bras en cuatro categorías (quare quatuor genera prima rerum toti- et Néstor, dicendei, ut scribo et lego, iungendei, ut at etque, admi-
dem verborum), que son: nombre, verbo, adverbio y participio. "Ora- niculandei, ut docte et commode." Estas dos últimas divisiones están
tio dice—VII—y repite en otros lugares, secanda, ut natura, in quat- traspuestas, dado el orden anterior de enumeración de las mismas.
tuor parteis, unam quae habet casus, alteram, quae habet témpo- "Sed etiam, dice O. P. Müller, sic et haec divisio et secum pugnat et
ra, tertiam, quae habet neutrum, et quartam in qua est utrumque." cum loco inferiore, X, 17, (IX, p. 163 ed Bip.), quo docte etfacte ut
Ejemplo de lo primero, según escribe en otra parte—IX—, "docilis vocabula ponuntur, quae ñeque témpora, ñeque casus habeant."
et facilis", de lo segundo "docet et facit", de lo tercero "docte et fac- Pero, como ya notó Lersch que se propone esta dificultad, no trata
te", y de lo último "docens et faciens". Esta teoría del eminente filó- Varrón de convertir aquí su división en otra idéntica sino que, como
logo latino tiene sin duda la razón de su existencia en doctrinas helé- lo manifiestan las palabras del mismo "has vocant quidam", hace
nicas, según queda indicado, pero como sistema gramatical es exclu- referencia á una clasificación de algunos que establecen dicha últi-
sivo y original de Varrón, y sin precedentes en las escuelas griegas. ma distribución.
Más de una vez dice el mismo Varrón que los griegos tienen también Todos los demás gramáticos latinos mencionados antes y omiti-
sus cuatro partes (vides, ut graeci habeant eam quadripartitam, dos al tratar las manifestaciones gramaticales, están comprendidos
unam in qua sit casus etc.); lo cual ha de entenderse, no de teoría ó en la teoría de Dionisio de Tracia, ó con reminiscencias de las doc-
alguna gramatical, sino de que en realidad la lengua griega se aco- trinas de Crates ó de las de los estoicos, presentan las huellas y ten-
moda á la misma norma por él establecida en la latina; por eso halla dencias varronianas.
"r %
dos los dialectos, en Suid.; Apolonio Díscolo, P. onomatón kai dia- mericarum"); Lexikon Omérikon de Apolonio Sofista; P. lexeón
lektón, Dialeklón doridos iados, diolidos, atsidos, en Suíd.; Aris- Omerikón kata stoijeion de Apolonio de Archebulo; P. tés litados
tófanes, Attikai lexeis, en Ateneo; Orates, Attike dialektos, en Ate- kai Oduseias asuntaklón onomatón Biblia de Aristónico; P. tón
neo; Diodor Valerio, Attiké lexis, en Suid.; Nicandro de Tyatira, par' Oméró polla sémainousón lexeón de Longino; P. tón parale-
Atlika onomata, en Ateneo, y Attiké dialektos, en el Lexicon de leimmenón tó poiété onomatón de Porfirio; P. tón Oméró dialek-
Harpocración; Epiterses, Attikai lexeis, en el Thesaurus de Stepha- tón etc. de Trifón; P. Omérikés lexeós de Basilides; Lexikon tés
no;Pausanias, Attilcailexeis, en el Lexicon de Focio; y también Atti- Iliados (autor ignorado, v. Etym. M.); Lexeis Antimajou kai Era-
kón onomatón sunagógué (Escol. de Tucídides); D e m e t r . Ixión, kleónos de Longino. P a r a los trágicos en general, Ta omoiós eiré-
Attikai glossai (Escol. de Aristófanes); Pánfilo, Attikai lexeis, en mena tois tragikois de Ptolomeo —Suid.—; para los cómicos, Suna-
Ateneo; Filemón Ateniense, Attikai lexeis, en Ateneo; Dionisio de gógué tés kómikés léxeós de Palamedes, —Etym. M.—; para unos y
Halicarnaso, Attika onomata, e n Focio; Dionisio d e Alejandro otros, Teón y Didimo(v. Hesych. ad Eulogium Epistida); añádanse
(hijo del anterior), O attikistés, en Suid.; Ireneo, O Attikistés, en los libros P. Alóssón de Pánfilo, —Suid.—; Lexeis pantodapai de
el E. M.; Ister, Sunagógué tón Atzidón; Orión, Sunagógué attikón Diogeniano (según Hesiquio, para Homero, trágicos, cómicos y ora-
lexeón, en Suidas; Casio Longino, Attikón lexeón ekdoseis etc., en toria). En cuanto á lexicografía de la prosa: Kaekilio, Kata stoijeion
Suid.; V . Polión, Sunagógué attikón lexeón etc.—Suid.; Doroteo apodexeis etc. —Suid.—; Eudemo, Kata stoijeion peri lexeón etc.
Ascalonio, Lexeós sunagógué, en Ateneo y en Focio; Mnaseas de —Suid.—; Heladio, Lexikon kata stoijeion, —Focio—; Zósimo Asca-
Beirut, P. attikón onomatou, en Suid.; Teodoro, Attikai glossai, en lonio, Lexis retoriké kata stoijeion, —Suid.—; Juliano, Lexikon tón
Ateneo; Luperco de Beirut, Attikai lexeis; Moeris, Lexeis Attikótr para tois deka rétorsi lexeón etc., como Filostrato y Diodoro, —Fo-
kai Ellenón etc.; Frínico, Eklogué attikón rématón, idéntica al Atti- cio—; los de Harpocracio, Filemón y el mismo Focio, así como los
kistés mencionado por Suidas, del cual s e conservan fragmentos; muchos é importantes á que dieron lugar los escritos de Hipócrates, y
Teódulo (Tomás Magister), Atsidos dialekton Eklogai; M. Moscó- además las Lexeis rétorikai de autores desconocidos que llegaron
pulos, Onomaton attikón Sulogué, el autor del Antiatikistés (sobre á nosotros, ó que aparecen mencionadas por los escritores grie-
él v. Fabricio, Bibl. gr.); Ireneo, P. tés Alexandreón dialekton etc. gos. Para los filósofos etc.: Timeo, P. tón para Platóni lexeón etc.
—Suid.; D. Ixión, P. tés Alexandreón dialekton, —Aten.—; Artemi- —Focio—; Harpocración, Lexeis Pialónos, —Suid—; Boeto, lexeón
doro, P. Dóridos, —Aten.—; Trifón, P. les Ellenón dialekton etc. platonikón Sunagógué; Hermesianax, p. tés Demokritou lexeós,
—Suid.—; Aristófanes, Glossai Lakónikai, —Aten, y Hesiq.—; Filo- —Steph.—; Apolonio, Glóssai Erodotou, —Etym. M.—; Partenio,
xeno, P. tés Lakónou dialekton, P. tés Surakousión dialekton P. tés P. Atentón para tois istorikois lexeón dsétoumenón.
Yados dialek. —Suid.—; Hermonax, Krétikai glossai, —Aten.— A Como complemento de estos datos lexicográficos, y por cuanto
los dichos pueden juntarse los trabajos siguientes: Glossai Italikai son á un tiempo fuentes p a r a el conocimiento de muchas de las
de Diodoro, —Aten.—; P. tés tón Romaión dialekton de Filoxeno, obras mencionadas que no existen, y resumen del material léxico de
—Etym. M.—; P. tés Rómaik. dialekton, oti estin ex tés Ellenikés, de las anteriores, ponemos aquí las indicaciones particulares de las
Tiranión, —Suid.—; P. tés Romaikés dialekton de Apión, Aten. • principales obras bizantinas de esta clase, las cuales hemos ya cita-
y Fruguiai fonai de Neoptolemos. do como lugares de referencia.
La tercera clase de lexicografía, ó sea la que tiene por objeto Etymologicum Magnum, op. Fr. Sylburgi ed. nov. (Lips. 1816).
el lenguaje de las obras literarias, e s t a n amplia como la de los Etym. M. rec. Th. Gaisford (Oxf. 1848). De E. M. fontibus, C. Car-
escoliastas y críticos de l a literatura g r i e g a , con c u y o s trabajos nnuth (Berl. 1874). Elymologicum gr. ling. Gudianum, ed. Sturz
comienza aquélla, si bien no siempre de un modo sistemático. Refi- (Lips. 1818). Orionis Thebani Etymologicon, ed. Sturz (Lips. 1820).
riéndonos á los trabajos léxicos de sistema, r e c o r d a r e m o s los prin- Hesychii Alex. Lexicón cum notis doct. virorum etc., ed. Joh. Al-
cipales: Glossai Omerikai kata stoijeion de Apión (en el Etymolo- berti (Leiden 1746-66). Hesychii Lexicón etc. —suplementa ad ed.
gicon Gudianum se encuentran "Excerpta Apionis Glossarum Ho- Hesychii Albertinam— auctore N. S c h o w . (Lips. 1792). Hesychii
Xoyíav a p e l l a n t , p r o p o r t i o n e , q u a e g r a e c e ¿vaXoyía dicitur.» contendas.» L a influencia e n sentido opuesto de la p a r t e orto-
Esto mismo i n d i c a Casiodoro al escribir: «Minutus labor sylla- g r á f i c a sobre la etimológica a p a r e c e reconocida en toda la an-
bis litterisque t r a c t a n d i s , modo e x n o m i n u m d e r i v a t i o n e f a c - t i g ü e d a d desde V a r r ó n h a s t a S. Isidoro. « N a r r a r e , decía Papi-
tus... modo e x e u p h o n i a e consonantia, modo ex g r a e c a r u m lit- r i a n o , p e r u n u m R s c r i b i t u r , u t V a r r o n i placet; secutus est
t e r a r u m similitudine, p r o b a n s quid scribere debeas, quid v i t a r e e n i m e t y m o l o g i a m nominis e j u s , q u a g n a r u s dicitur qui scit et
Alex. Lex. rec. M. Schmidt (Jena 1858-68); —sobre el mismo, los tra- arriba citado como gramático, más no al antiguo historiador roma-
bajos antes cit. de Pearson y Ranke, además de la Filol, de G. Wolff no. De otro trabajo léxico De verbis priscis hablan los escritores la-
y el suplem. de la de Ders.— Suidae Lexicón corr. L. Kusterus (Cam- tinos, que Macrobio atribuye en varios lugares á Cincio, á quien alu-
bridge 1705). 5 . Lex. post L. Kusterum r e c . Th. Gaisford (Ox- de Aulo Gelio —VI—, y otros posteriores, entre ellos Festo. Que el
ford 1834). 5. Lex. graec. et lat. rec. G. Bernhardy (Halle 1834-53). trabajo no es de L. Cincio Alimento, como se ha creído y afirma
S. Lex. ex recogn. I. Bekkeri (Berl. 1854).—Sobre Suidas, v. Wolk- Lersch, sino de otro escritor del mismo nombre del tiempo de Cice-
mann, De Suidae biogr. quaest. selectae; Ders, De S. biogr. quaest. rón, está hoy fuera de duda, así como también que no le correspon-
alt. Sytnb. philol., y las De S. b. quaest novae del mismo; Rose, Sui- den al citado autor los escritos de fastis, de comitiis etc., que corren
das lateinisch Hermes; Wachsmuth, De fontibus ex qtiibus Sui- con su nombre. L. Cincio Alimento escribió en griego su Anales.
das etc., Symbol, philol. —Jid. Pollucis Onomasticum gr. et lat., Con el mismo criterio romanista escribió sobre el origen de las pa-
ed. I. H. Lederlinus et T. Hemsterhusius (Amsterd. 1706)—. I. Poli. labras, De origine verborum, Elio Stilón, á cuyas etimologías alude
Onomasticon cum annot. cur. J. Dindorf (Leipz. 1824), Poli. Ottom. Aulo Gelio, entre otros, y en especial Varrón, quien corrige muchas
rec. I. Bekker (Berlin 1846).—Sobre el mismo, v. Wieseler, Comment. de sus derivaciones latinas, tratando de mostrar que son de origen
de difficüíoríbus quibusdam Pollucis etc.; A l t h a u s , Quaest. de griego. En Las nueve Musas de Aurelio Opilio (á cuyas etimologías
J. Poli, fontibus specimen; Stonjentin, De I. Poli, inpubl. Athen. se refieren también Varrón y Gelio); en los dos volúmenes De lati-
antiquit. enarrandis auctoritate.—Photii Lexicón, e d . Porson no sermone de A. Gnifón, y en los treinta de Commentarii gramm.
(Lips. 1823). Zanorae Lexicón, ed. Tittman (Lips. 1808). Harpocra- de Nigidio Fígulo, y demás t r a b a j o s filológicos de éste, cuyas deri-
tión et Moeris, ex recens. I. Bekkeri (Berl. 1833). Cyrilli, Phüoxeni vaciones etimológicas mencionan Gelio, Macrobio etc., vino á con-
alionan veterum Glosaría, ed. Labbaeus (París 1679). solidarse la dirección romanista en la explicación de las voces lati-
Por lo que hace á la Filología romana, rica en gramáticos, es- nas. Con ellos deben contarse á Curiacio, del cual como glosógrafo,
coliastas y lexicógrafos, no ofrece, sin embargo en esto último la quedan sólo fragmentos en Festo que lo menciona; Ateio Filólogo^
variedad helénica, debido en buena parte al carácter mismo de su "ocrem, dice Festo, antiqui ut Ateius Philologus in libro glossema-
literatura, singularmente de la científica, derivación de la griega, y torum refert, montem confragosum etc.;" Publio Lavinio, que escri-
á la no existencia de dialectos literarios que obligasen á multiplicar bió un libro "non incuríose factus, dice Gelio, inscriptus: De verbis
la labor léxica y expositiva. En cambio, presenta la lexicografía ro- sordidisCornificio (mencionado por sus etimologías d e s d e Va-
mana en orden á la etimología, caracteres más varios y tendencias rrón, Gelio y Macrobio hasta Prisciano y Festo), el cual escribió De
mejor definidas. Tres escuelas léxicas y etimológicas pueden distin- etymis con algunas derivaciones g r i e g a s (y el título "etymis" es grie-
guir en la glotología romana: la escuela de los romanistas, que ha- go también), pero con tendencias claramente latinistas en el con-
ce los estudios léxicos con carácter etimológico latino; la escuela junto; y omitiendo algunos otros, G. C. Basso, quien compuso, entre
de los helenistas, que inquiere la formación de las palabras latinas otras, su obra De Significatione verborum, como dice Macrobio, ó
en raíces griegas; y la escuela mixta, que mantiene un criterio me- De origene vocabulorum, según escribe Gelio, que probablemente
dio entre ambos extremos. no expresan obras diversas.
La primera de estas escuelas puede decirse tiene sus comienzos La escuela helenista en la etimología romana fué representada
en M. Porcio Catón, quien, aunque no sea contra lo que se ha dicho, por glotólogos distinguidos. Entre ellos (y sin hablar de Diodoro de
autor de trabajos lexicográficos, por su significación en las letras Aristófanes, con sus Glossai Italikai, de Filoxeno y de Apión, que
romanas y la marcada oposición á la aristocracia helenizante de arriba hemos mencionado, y escribieron en griego acerca del latín,
que dejamos hecho mérito, influyó en la dirección de la lingüística con tendencias helénicas) cuéntanse: Tiranión, con su obra ya indi-
romana y su norma romanista. El libro De verborum differentiis cada P. tés Rómaikés dialectou etc., encaminada, como dice su tí-
que algunos le han atribuido (y aun se ha citado sin razón á S. Isido- tulo, á probar la filiación griega del latín; Dídimo, P. tés para Ro-
ro en favor de ello), puede haber correspondido á Valerio Catón tnaiois analoguías, donde, como declara Prisciano, se propuso de-
accipit... «Exsul cum a d d i t o S s c r i b e n d u m , q u o d a solo ver-
tit...» Exsilium q u o q u e cum S scribi debet; e x solo enim ire
est e x s u l a r e . . . E x t o r r e m v e r o sine S; ex t e r r a e n i m eiectum sig-
nificai », enseña Ceselio V i n d e x , y á este tenor los demás g r a -
máticos.
VII
VII
\
fo musulmán que con la Regeneración científica inmor-
talizó su nombre; obras poéticas como las de Mahom- de Tiberiades, Sora, Nahardea y Pumbenditha con
med Kasen—Hariri—el maestro de la e l o c u e n c i a sus exposiciones exegéticas, hasta la formación de
superior al Korán en su prosa r i m a d a , las del poeta ambos Talmud (1).
español Ibn K h a k a m , y las del romancero también El período masorético es bastante más importante
español Antari; no sólo producen historiadores y po- p a r a la Filología que el período talmúdico. L a Masora
lígrafos como Kahllikan, Makrizi, Kehristani é Ibn (del caldeo masar, trasmitir), cuyos comienzos se en-
Khaldum, el historiador de las dinastías a f r i c a n a s y cuentran al terminar el período anterior, representa
autor d e l notable ensayo crítico Prolegómenos, sino un nuevo movimiento literario, con el cual se amplían
que también a p a r e c e n como gramáticos dignos de las antiguas exposiciones, se halla el sistema de pun-
consideración y estudio. tuación que debe perpetuar la tradición y se esta-
blecen principios gramaticales que m á s t a r d e son
Abul-Aswad f u n d a la Academia de Basora, y
expuestos y aplicados (2). Es un error creer que el
Abul Hasan da principio á la de K u f a , a m b a s con
tendencias crítico-gramaticales, cultivando especial-
mente la exégesis del Korán. Abu al Khalil estable- (1) Desde Antígono Sokos las exposiciones mischnicas hechas
por los Doctores, que en frase caldea llaman los judíos Tanhain
ce las leyes de la métrica á r a b e y regulariza la pro- (thtiá, trasmitir en cald.), fueron creciendo paulatinamente hasta
sodia; Sibawaihi escribe su G r a m á t i c a analítica, que que J. Ackedosch (santo), temiendo una total dispersión de los ju-
sirvió de modelo á todas las posteriores; El Hariri díos, las compiló en el Mishtia (repetición, de chnd, repetir, repro-
ducir). Como complemento al Mishiia aparecieron los dos Ghemara
h a c e también ensayos gramaticales; Iba Sumail fun- (así llamados de la voz caldaica gtndr, acabar, continuar); uno de
da la escuela de Khorasan de donde salen los princi- los rabinos palestinenses, y otro posterior, de los de Babilonia. De
pales etimologistas muslímicos; Al-Ansari cultiva ad- ahí los dos Talmud que no son otra cosa que el Mishna con su res-
pectivo Ghemara. Literariamente considerados es preferible el
mirablemente las formas dialectales, como Sidjistani Talmud de Babilonia al de Jerusalén, que contiene muchos arameis-
la p a r t e lexicográfica, y así llevan sus estudios filoló- mos.y giros violentos; en punto á doctrina son uno y otro una mis-
gicos á un estado de perfección notable, que en ver- celánea de asuntos religiosos y jurídicos, con todo género de digre-
siones, y sin trabazón científica. La Teología judaica debe buscarse
dad no han sabido sostener mucho tiempo. más bien entre los tradicioneros de la Kábala (en caldeo, tradición)
Más que los estudios lingüísticos de los árabes se que no en el Talmud.
h a significado en Europa, y en España principalmen- (2) No vamos á discutir aquí los fundamentos de las encontradas
escuelas sobre la vocalización hebraica; pero habremos de advertir
te, la Filología h e b r e a , y a por la mayor importancia
que tanto los partidarios de la puntuación primitiva y simultánea,
de su literatura, cultivada á porfía por judíos y cris- entre los cuales hay que contar á nuestro García Blanco, como los
tianos, y a por el c a r á c t e r más definido y científico de del extremo opuesto, ó sea los de la escuela masclefiana, cuya última
las investigaciones de éstos. expresión es la Gramm. hebraique de Verdier; así los que se remon-
tan á los tiempos esdrinos como los que vienen con Gelatino hasta la
El período talmúdico representa en lengua hebrea Edad Media para explicar el origen de dicha vocalización, no han
lo que el período religioso en el árabe; no existen gra- conseguido, á pesar de la erudición que algunos de ellos demuestran,
presentar un argumento que resista una crítica seria é imparcial.
máticas ni diccionarios p a r a la exposición bíblica; el Lea quien guste de ello el libro I, cap. 8.° del Arcanum veritatis de
rabinismo es el encargado de la interpretación «segúu Gelatin, el tomo 3.°, cap. III del Diqduq de García Blanco, los libros
los principios recibidos», que completan las escuelas de L. Capel, de Masclef, ó el prefacio y Gramática de Verdier; y
aun mejor el prefacio al tomo 4.° de la Gramática del docto Guarin ó
período masorético sólo está caracterizado por el sis- Difícil es creer que en las escuelas de Tiberiades
tema de puntuación, que h a sido trabajo impersonal y Babilonia no h a y a existido gramático ni lexicógra-
lento y sucesivo. Al período masorético le c a r a c t e r i z a fo alguno dado el singular cultivo de las letras y su
especialmente su sistema de interpretación universal celo por los sagrados libros, pero es un hecho que pa-
bíblica en todos conceptos; la pequeña y la grande r a la historia, los estudios gramaticales hebraicos co-
masora a b a r c a cuanto es susceptible de interpreta- mienzan al decaer las escuelas judaicas de Oriente.
ción y exposición en los libros sagrados de los hebreos, En el siglo IX y X a p a r e c e n c o m o representantes
y estos estudios p r e p a r a r o n principalmente los ade- conspicuos y entendidos de la filología hebrea, Saadía
lantos del período gramatical. Gaon, el tortosino Menahhen ben Saruq, su contem-
poráneo Donasch ben L a b r a t y Judá ben David. A
el trabajo de Schenedermann, Die Controverse des L. Capp. mit
Saadía, el afamado jefe de la Academia de Sora, se
dem Biistorf, über das Alter. der hebraischen Punctation (Leip- deben los primeros ensayos gramaticales. En su Can-
zig, 1879), y podrá juzgar por sí mismo el valor de las razones que to rítmico (en que consigna cuántas veces se halla en
unos ú otros invocan.
Común sentir es hoy y doctrina admitida sin discusión la que
la Biblia cada una de las letras) y especialmente en
Elias Levita sostuvo vigorosamente en el siglo XVI en su obra Mas- su Libro de compilación, que Aben-Ezra alaba en sus
soreth hammassoreth, que la puntuación hebrea es obra del maso- Balanzas como la primera Gramática que se conocía
retismo. Puede verse la exposición y razonamiento de este punto en
cualquiera de las varias historias de la lengua hebrea (la de Preisch- en su tiempo, a p a r e c e S. Gaon como conocedor pro-
werk por ejemplo en la introducción á su Gramm. hebraique, que fundo de la lengua hebrea. Menahhen ben Saruq com-
t r a e también Braun en su Gramática).
puso su Libro de raices, discutido vivamente por su
Pero lo que conviene hacer notar aquí es que este capítulo De
émulo Donasch ben L a b r a t , quien compuso p a r a su
punctatione es, filológicamente considerado, harto secundario, con-
tra lo que algunos creen. La condición silábica del alfabeto semítico impugnación las Respuestas de Donasch, á su vez con-
hace que sea completamente extrínseca á él la vocalización masoré- testadas por Menahhen. L a obra de Menahhen ben
tica, y aun en el antiguo procedimiento de las matres lectionis, es
Saruq es considerada como un trabajo gramatical y
poco regular la aparición de las semivocales. El hebreo ocupa en
cuanto á esto un término medio, si bien en el Pentateuco es muy fre- lexicográfico á la vez de primer orden, y á él se le
cuente la scriptio semiplena; los extremos están representados aquí debe la primera clasificación científica de las raíces
por el fenicio que siendo rigurosamente silábico, prescinde de di-
hebreas (1). L a controversia iniciada entre Saruq y
chas semivocales, y por el etiópico que conservándose también silá-
bico, las lleva constantemente.
Notemos, para terminar, que la vocalización hebraica es poste-
rior á la siriaca, seguida luego de la arábiga; que dicha vocalización (1) Intitúlase el libro de Menahhen ben Saruq en hebreo Sepher
limitada probablemente á los manuscritos de uso privado, llegó á Hascherackin; el de Donasch Thechuboth Donasch Mehadiqduq
prevalecer cuando faltaron las escuelas de Babilonia (s. 9-10) y cuan- R. Menahhen ben Saruq (Correcciones ó respuestas de Donasch á la
do la expulsión de los judíos de Oriente por los árabes, la hizo nece- Gramática de R. Menahh. ben Saruq); y la réplica de Saruq: The-
saria; que el sistema de vocalización seguido por los judíos de Asiría chuboth R. Menahhen b. Saruq Le Donasch. Estas obras se conser-
era diverso del de los judíos palestinenses, en el número, valor y van manuscritas en la Biblioteca del Vaticano; de ellas el libro de
posición de los signos, como el de los judíos africanos, que no con- Saruq fué impreso por vez primera en Londres (1855). Wolf y Bar-
viene tampoco con el ordinario. El códice babilónico de S. Peters- telocci han confundido al Rabino Saruq con otro judío del mismo
burgo (año 916), ofrece en las vocales formas singulares, y todas nombre que vivió cuatro siglos después, como nota García Blanco,
ellas exceptuando el jirek katón, están, no debajo, sino encima de y antes de él lo advierte R. de Castro en su Biblioteca, y primero
las letras (Strach, Codex babylon. Petropolitantis). que ambos lo probó Assemani.
-r- r
L a b r a t , fué continuada por los discípulos de uno y
dios lexicológicos en esta l e n g u a . L a s dos p a r t e s de
otro, y contribuyó no poco á fijar bien el concepto de
que consta la obra de ben G a n a h h , de r a í c e s la pri-
las raíces y varios puntos de f o n é t i c a , como lo de-
m e r a , y la s e g u n d a g r a m a t i c a l , constituyen e n el
m u e s t r a n los Tres libros de Análisis, que escribió en
fondo y en la f o r m a l a b a s e del célebre Milclol de
á r a b e por entonces el español J u d á ben D a v i d , y que
D. Quimjhi, con sola la inversión de t r a t a d o s en el li-
es y a un t r a t a d o g r a m a t i c a l m u y r e c o m e n d a b l e .
bro de éste, que se ocupa p r i m e r a m e n t e de la p a r t e
E n el siglo X I y X I I los progresos d e lingüística
g r a m a t i c a l y luego de la p a r t e léxica, y la diferencia
h e b r a i c a a c e n t u á r o n s e n o t a b l e m e n t e . J u d á Chaiuch,
de lengua, pues el Milclol está escrito en dialecto rabí-
l l a m a d o por l o s suyos «príncipe de los g r a m á t i c o s » '
nico (1). A la familia de los Quimjhies (padre é hijos,
compuso un t r a t a d o g r a m a t i c a l (Diqduq) que según
José, Moisés y David) le es debido lugar p r e f e r e n t e
todas las probabilidades sirvió de modelo, no sólo al
e n t r e los filólogos hebreos, si bien sus t r a b a j o s se re-
judío f r a n c é s Y a r h j i p a r a la composición de sus tra-
sienten y a y d e j a n e n t r e v e r la próxima d e c a d e n c i a
bajos lingüísticos, t a n apreciados de los hebreos, sino
del hebraísmo. L a G r a m á t i c a de Moisés Quimjhi se
también á Salomón ben Gebirol, á J . ben G a n a h h á
a p r o x i m a un tanto en método á las que h a n venido
A b e n - E z r a y á los Quimjies, G r a m á t i c o s todos espa-
después del renacimiento (2), y e l Milclol de David
ñoles y los más notables entre los antiguos, de quie-
Quimjhi h a sido libro clásico e n t r e los rabinos de su
nes tomaron doctrina y aún método los m á s célebres
tiempo, m a n e j a d o también por los escritores cristia-
t r a t a d i s t a s posteriores (1). L a G r a m á t i c a de Salomón
nos (3). Aben-Ezra, llamado el sabio (hhakam) es uno
ben Gebirol escrita en versos acrósticos monorrimos,
de los principales r e p r e s e n t a n t e s del s a b e r hebraico
y que él intitula Composición meditada (lógica) plan-
y m u y p a r t i c u l a r m e n t e del s a b e r filológico en el si-
teada en cuatrocientas estrofas (2), m e r e c i ó que Aben-
glo XII; á él se le deben estudios concretos de p a r t e s
E z r a la calificase de «obra m a e s t r a » , como en v e r d a d
g r a m a t i c a l e s m u y acertados; él estableció la exégesis
m e r e c e ser l l a m a d a . Jonás ben G a n a h h , á quien el
g r a m a t i c a l , sentó r e g l a s p a r a el estilo y educación
citado Aben-Ezra llama «artífice sapientísimo de la
del gusto literario, hizo un resumen de los g r a m á t i -
lengua», es considerado por P a k o c k y Quimjhi como
«principe de los gramáticos»; es el v e r d a d e r o f u n d a -
dor de la sintaxis h e b r a i c a y ordenador de los estu- (1) Jonás ben Ganahh es conocido también por el nombre de
Abuwalid Meruan ben Ganahh; escribió en árabe su gramática, pero
quedan de e l l a muy raros ejemplares. Buxtorf cree que las dos
partes de que consta son dos obras distintas y Wolf se inclina á esto
(1) En efecto casi todos los gramáticos posteriores se han for- mismo. En las traducciones hebreas que existen de aquélla los dos
mado en la escuela de estos maestros. Sin hablar de los hebraizantes tratados (Sepher acherachin y Sepher Harakmah) forman una sola
del siglo XIII, Caspi, Ben Yhhayaak, Ben Sehen Tob, Ben Me- obra, como la de Quimjhi.
Í E I T " ° S q U e n ° h a C G n ° t r a C 0 S a * n e extractar os, nota- (2) La mejor edición de este libro es la hecha en Leide en 1631,
bles hebraístas posteriores, como Juan Simonis, Juan y Alberto con aclaraciones de Elias Levita.
Schultens, Alting, Schroeder con muchos más filólogos holandeses y (3) El Miklol (perfección) resulta ya un conjunto bastante indi-
alemanes se han informado en los principios de aquellos sabios J gesto de doctrinas que es el carácter de las obras literarias en el
panoles. E mismo Sánete. Pagnini en su Tkesaurus lingualsanc- período de la decadencia; tuvo el mérito de servir á los hebraístas
£ Z : T d e C í r f , r i ° a S Í ' C O m ° B u x t 0 r f . Koberstonfetc cristianos de entonces; hoy queda reducida dicha obra á monumen-
(2) Mehaberet chihhah chetulah beharbaj mehot batim.« to literario del rabinismo.
cos predecesores suyos con el examen crítico de sus Los estudios lingüísticos y g r a m a t i c a l e s e n g e n e r a l , no son
obras, y llevó á los hebreos de Italia el saber filólogi- t a n a n t i g u o s en la familia semítica como e n la indo-europea,
co de nuestro suelo. Sus obras Misterio de las formas ni e n t r e los diversos pueblos que los h a n cultivado a p a r e c e n
de las letras, Enigma de las letras ehwi, Balanza de la s i m u l t á n e a m e n t e . E n t r e los siros comienzan dichos estudios e n
lengua, Paraíso de la sabiduría, Elegancia de la len- el siglo V, si b i e n c o n c a r á c t e r r u d i m e n t a r a r i o y no siste-
mático, lo cual m u e v e á algunos, e n t r e ellos á R e n á n (Histoir
gua, Astucia del pensamiento, son entre otras, suficien-
gen. etc. des langues semit.j á afirmar e x a g e r a d a m e n t e q u e la
tes á probar que Abraham Aben-Ezra, era hombre de g r a m á t i c a no comienza en la Siria h a s t a el siglo VII. En el
valer y sabio de v e r d a d en asuntos lingüísticos. siglo VI encontramos y a en la Siria g r a m á t i c o s t a n notables
Con el siglo X I I el movimiento de los estudios he- corno Jacobo de Edesa y H u z i t a , arabos con t e n d e n c i a s analíti-
braicos se detiene p a r a no continuar hasta el XVI, de cas, á los cuales siguen otros muchos ( e n t r e ellos el célebre
Elias, Obispo de Nisibe), h a s t a q u e en el siglo X I I I el g r a n his-
una m a n e r a que si no indica grandes progresos en el
toriador y filólogo B a r - H e b r a e u s , Gregorio A b u l - F a r a d j sobre-
fondo, supone g r a n d e reacción por las nuevas y ase- p u j a n d o á todos sus predecesores, dió la n o r m a p a r a los pos-
quibles formas en que entonces se nos presenta la teriores t r a b a j o s g r a m a t i c a l e s , q u e no t a r d a r o n en acomodarse
Gramática. No son en este punto comparables la Len- á los de las demás l e n g u a s de la familia y g e n e r a l e s del semi-
gua de los eruditos del R. David ben Hhaiyah, Los ca- tismo (1).
minos del gusto del R. Moisés ben Hhabid, ben Schen
Tob y otras muchas obras de este período de decaden- Ganahh había ensayado el procedimiento) d é l a Gramática hebraica
comparada. Las Institutiones ad fundamenta linguae hebraicae de
cia, con el Diqduq de Elias Levita (que cerró en el
Schultens son en el siglo XVIII obra notable de este género, aparte
siglo X V I el catálogo de gramáticos que escribieron de otros trabajos del profesor de Leide, de carácter análogo, como
en hebreo los cánones de su lengua), con la gramática, la Vetus et regia via hebraisandi, las Dissertationes filológico-
criticae y sus Opuscula minora, contra Loescher; y especialmente
aunque breve que acompaña al Thesaurus de Sanctes
su ameno libro Orígenes et defectus ling. hebr. y De eorum resar-
Pagnini, con las Introductiones artis gramm. hebraicae ciendorum tutissima via, en donde demuestra su profundo saber
de Alfonso Zamora y otras de esta época de relativo arábigo, y combate el poco serio sistema hebraico buxtorfiano. Las
obras de Gesenius así gramaticales como lexicográficas, de todos
orden y pretensiones filológicas; pretensiones que no
conocidas, contribuyeron no poco á la evolución comparativa he-
h a n llegado á su realidad sino en los tiempos novísi- braica en nuestro siglo. No cedía, antes superaba en erudición lin-
mos, cuando comenzó á brillar p a r a la Filología el güística de todo género al autor del Thesaurus, el profesor de Go-
tinga, Ewald, quien en su Grammatik d. Hebraisch Sprach, hace
día claro y sin nubes de los estudios comparados, y
justificado alarde de su saber y de ingenio especulativo en materias
sabios como Alberto Schultens, W . Schroeder, Gui- gramaticales. Pero á todos supera Olshausen, que en el Lehrbucli
llermo Gesenius,. Enrique Ewald y posteriormente Jus- der Hebr. Sprache, supo más que nadie penetrar en el organismo de
la lengua, analizar la fonética, y fijar sus leyes por el método com-
to Holshausen con los actuales esclarecidos cultivado-
parativo muy científicamente sostenido. Al lado de estos trabajos no
res del semitismo, pusieron á contribución sus fuerzas osaremos citar la Historia de las lenguas semíticas de Renán, prin-
p a r a hacer e n t r a r la lengua de Israel en el concierto cipio harto superficial de una Gramática comparada que no consi-
guió hacer, y que en parangón con los estudios aludidos semeja una
universal de la G r a m á t i c a comparada (1).
tienda aparatosa de caravana al pie de un suntuoso palacio.
(1) A principios del siglo XVI enseñaba en Roma el siriaco con
provecho el clérigo Elias, de quien fué discípulo el gramático y ju-
. W E s > e n efecto, alta prez y honra de estos hebraístas haber risconsulto T. Ambrosio, que compartía el saber y la erudición siria-
iniciado, mejor diré, renovado el método (pues la escuela de ben ca con el presbítero Acurio Joseph, contemporáneo de dichos gra-
P e r o la c u l t u r a que h a b í a de i m p o n e r s e e n E u r o p a d u r a n t e ria les proporcionó t r a d u c i d a s (y no siempre con e x a c t i t u d ) en-
siglos y hubo de l e v a n t a r con honor el u n i v e r s a l i m p e r i o de t r e otras obras, las de Hipócrates y Galeno, y e n filosofía, las
ciencias y l e t r a s q u e e n los a n t i g u o s emporios del saber, Gre- de Aristóteles, q u e hubieron de constituir el centro de sus es-
cia y Roma, y a c í a n a b s o l u t a m e n t e p o s t r a d a s , f u é la de los peculaciones. De la I n d i a recibieron los á r a b e s el á l g e b r a , los
á r a b e s , á quienes e s t a b a r e s e r v a d o r e c o g e r los restos de las guarismos, i m p r o p i a m e n t e dichos a r á b i g o s y sus nociones de
a n t e r i o r e s civilizaciones dispersos en las d i v e r s a s r e g i o n e s del astronomía. Moham-ben-Ibrain-Alfazari t r a d u c e del indio las
Globo. La Siria, la I n d i a , la P e r s i a , la A r m e n i a , la Asiría, la tablas astronómicas conocidas por el discutido n o m b r e del g r a n
Grecia y otras regiones i n v a d i d a s p o r los á r a b e s , q u e e n con- Sin-hind (que i n t e r p r e t a Ben-el-Adami por «revolución de los
q u i s t a r l a s p a r a si y p a r a sus creencias j u z g a b a n c u m p l i r u n tiempos», Casiri p o r «perpetuo y eterno», Colebrook créelo des-
d e b e r social y religioso, p r o p o r c i o n á r o n l e s a b u n d a n t e s rique- composición d e «siddhanta,» abreviación á su vez de «Brah-
zas l i t e r a r i a s y científicas, c u y a s t r a d u c c i o n e s , c o m e n t a r i o s y masidhanta,» titulo de la obra de B r a h m a g u p t a , cuyo r e s u m e n
exposiciones h u b i e r o n de ocuparlos v a r i a s c e n t u r i a s . Sobre las constituiría). A p a r e c e n luego como m u e s t r a de las relaciones
d o c t r i n a s y libros q u e g u a r d a b a n aquellos p u e b l o s se a p o y a ario-seiniticas: el libro de Yacub f u n d a d o en el Sind-hind; el
toda la ciencia del Islam, cuyo c a r á c t e r y n o t a distintiva es- t r a t a d o de á l g e b r a t r a d u c i d o del sánscrito por Mahomed-ben-
t u v o en c o n s e r v a r é i l u s t r a r , sin q u e p u e d a decirse en r i g o r Musa, que cita Al-Mahum; el de Zoología del indio Zami puesto
que h a y a n sabido p r o d u c i r . en rabinico, y el de Medicina titulado S u s r u t a , t r a d u c i d o del
indio al persa por Manka. Son asimismo de e n u m e r a r , e n t r e
Indios y nestorianos de los confines d e la P e r s i a f u e r o n los
otras m u c h a s , la obra del escritor á r a b e Abú-Rihan-al-Bironni,
iniciadores del m o v i m i e n t o científico a r á b i g o q u e comienza
i n t i t u l a d a Tarikku-l-Hind, c u a d r o e x c e l e n t e de la l i t e r a t u r a y
p o r la medicina y estudios afines. Los p r i m e r o s t r a t a d o s q u e
ciencias indias, q u e d e m u e s t r a h a s t a q u é p u n t o se h a b í a n com-
allí se conocieron de esta ciencia f u e r o n el de H a r ú m de Ale- p e n e t r a d o del saber ario los árabes; las dos t r a d u c i o n e s hechas
j a n d r í a , y el del persa Ali-ben-Akbas (Al-Meleki), t a l vez no por Albiruni del s á n s c r i t o al á r a b e , u n a s o b r e la filosofía
s u p e r a d o por otro h a s t a Avicena. D e la P e r s i a salió el poeta S a n k h y a , y otra sobre el sistema Yoga; la traducción á r a b e del
más i l u s t r e de aquellos tiempos, F e r d u s i , y de ella recibieron t r a b a j o indio La educación de los Reyes (del cual h a y a l g u n o s
la f o r m a de sus a n a l e s con las crónicas persas Difieres. L a Si- capítulos traducidos al persa en el Muj-malu-t-Tawarikh), he-
cha por A b ú Saleh, etc. (1). Vese sin dificultad por estos y otros
muchos datos fáciles de a d u c i r , como es m u y i n e x a c t o p e n s a r
máticos. A mediados del mismo siglo escribía J. A. Vidmanstadius en u n a importación científica p r i m i t i v a y e x c l u s i v a m e n t e grie-
sus "Elementos de Gramática" y su Nuevo Testamento, primeras g a e n t r e los á r a b e s , á los cuales por otra p a r t e no llegó en épo-
publicaciones siriacas impresas en Europa. Años más tarde (1573)
ca a l g u n a el saber helénico por transmisión directa.
publicaba Masio su Gramática siríaca, la cual con las notables adi-
ciones de Wasser, y con el excelente libro de Jorge Mira sobre la
misma lengua, publicado á fines del siglo mencionado, púsose el es- El estado de la l e n g u a a r á b i g a y de su l i t e r a t u r a a n t e s de
tudio gramatical siriaco al nivel del árabe y hebraico. En el si- la e r a cristiana nos es desconocido; y de los tiempos a n t e r i o r e s
glo XVII Cristóbal Crinesio (Gymnasium Syriacum), J . Dilherr á Mahoma sólo h a n llegado á nosotros significadas composicio-
(Rudim. Gram. Syr.) y Buxtorf (Gramm. Chald. et hyr.J, han per-
feccionado el sistema gramatical y clasificado convenientemente
sus partes. A e s t o s trabajos lingüísticos debemos añadir los de (1) Confirman las relaciones literarias á que aludimos las traduc-
E. Hottinger, Brian Waltom, Castelli y otros que en el siglo XVII ciones persas del Mahabharata y del Ramayana que mandó hacer
cultivaron y escribieron sobre el siriaco. Entre todos éstos, el pri- Akbar, quien en su deseo de poseer versiones de los libros sagrados
mer lugar es justamente debido á Enrique Opilius, cuyo libro'acerca de los diversos pueblos, hizo traducir la Biblia é intentó realizar lo
del mencionado idioma, sirvió de dirección á los tratadistas del si- mismo con los Vedas, sin llegar á conseguirlo por la oposición de
riaco en el siglo XVIII. En el siglo XIX el siriaco e n t r a en el movi- los Brahmanes. Pues si bien se refiere que alcanzó verter el Alharva-
miento general del semitismo comparado, siendo múltiples los tra- Veda, á más de que es el último de los Vedas en orden y en autori-
bajos relativos á dicho idioma, y señalándose en su cultivo los soste- dad, probablemente se quiso significar con aquella denominación los
nedores de la Imprenta católica de Beirut (de la C. de J.) Upanishadas, ó tratados filosóficos que siguen á los Vedas.
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nes poéticas, e n t r e las cuales están los siete célebres poemas del mismo, si no se p r o c u r a b a m a n t e n e r de u n a m a n e r a firme
Moallake. Desde Mahoma y el K o r a n d a t a t o d a la significación l a i n t e g r i d a d de la l e n g u a y la de las significaciones primiti-
v a s . E n t r e las causas q u e hacían indispensable la unificación
literaria de los árabes. D u r a n t e el imperio de los Omniadas, las
h a y que contar el e s p í r i t u de conquista y de imposición u n i v e r -
letras e s t á n r e s t r i n g i d a s al K o r á n , á su t r a d i c i ó n y á la poesia,
sal del K o r á n , que h u b i e r a dado o r i g e n á u n a invasión e n o r m e
p o r q u e á imitación del profeta iliterato, como se decía á sí
de e x t r a n j e r i s m o s ; la f a l t a de p u n t u a c i ó n ó sea la a u s e n c i a de
mismo Mahoma, r e h u s a b a aquella dinastía toda ciencia como
v o c a l e s , ocasionada siempre á alteraciones g r a v e s e n la len-
i n ú t i l y peligrosa, aislando asi la acción intelectual y las creen-
g u a , en el texto y en la significación, pues de ella d e p e n d e la
cias (1). Los Abasidas de criterio m á s ámplio y p a r t i d a r i o s de
i n t e r p r e t a c i ó n q u e en á r a b e como e n las demás l e n g u a s semí-
la d o c t r i n a u n i t a r i a , t r a t a r o n de reconciliar la razón y la reli-
ticas p u e d e t e n e r u n a p a l a b r a ; la división d e sectas nacidas
gión, restableciendo la h a r m o n í a del orden físico, i n t e l e c t u a l y en el seno del islamismo, y la misma n a t u r a l e z a i n t r i n c a d a del
religioso. A ellos h a y que r e f e r i r todo el inmenso caudal de t e x t o , sus repeticiones y el criterio exegético q u e reclama u n li-
obras filosóficas, teológicas, físicas, m é d i c a s y g r a m a t i c a l e s b r o no compuesto de u n a sola v e z ni por uno solo, y posterior
a r á b i g a s ; las t r a d u c c i o n e s , diccionarios enciclopédicos de ca- e n varios trozos á la existencia de Mahoma (1).
r á c t e r g e n e r a l y técnico, y todo l i n a j e de erudición q u e h a n
c u l t i v a d o los muslimes. Cerca de diez mil a u t o r e s á r a b e s h a
contado H a r a m e r (Liiterat. Geschichte d. Arab.), sin e n u m e r a r
(1) El Korán guardado ab aeterno, según los musulmanes, sobre
otros cuyos escritos se h a n perdido. D e ellos c i e r t a m e n t e , no
una mesa tan grande como el espacio que custodiaron millares de
p e q u e ñ a p a r t e c o r r e s p o n d e á los estudios literario-lingüisticos,
ángeles para que los malos espíritus no tocasen al texto sagrado, y
toda vez q u e e n el siglo XV hacia ascender Savonti á 2.500 el que desde el séptimo cielo, donde se hallaba cerca del trono de
n ú m e r o de g r a m á t i c o s salidos en su m a y o r p a r t e de las escue- Dios, fué traído por el arcangel Gabriel al Profeta, es una obra de
las de K u f a y B a s s o r a . formación sucesiva, sin unidad de plan ni de pensamiento, y en la
Concretándonos á n u e s t r o objeto, la p r i m e r a época filológi- cual no sólo hay desproporciones de estilo y hasta de extensión (tan
co-lingüistica c o r r e s p o n d e e n t r e los á r a b e s al periodo religio- extremadamente largos los primeros capítulos, como cortos los úl-
so, q u e a b a r c a el p r i m e r siglo del mahometismo. P a r a los ára- timos), sino también repeticiones y contradicción en las ideas, sin or-
den de tiempo ni de materias; esta falta de unidad, esta confusión de
bes e r a g r a n p r o f a n a c i ó n t r a d u c i r el K o r á n á l e n g u a a l g u n a ,
doctrinas judaicas, persas y cristianas, de principios verdaderos y
y por otra p a r t e érales s u m a m e n t e difícil conservar i n c o r r u p t o
principios falsos, de verdades elevadas y afirmaciones absurdas, ha
el t e x t o de su libro por excelencia y la u n á n i m e i n t e r p r e t a c i ó n sido ocasión de un movimiento filológico general, por lo mismo que
ha constituido siempre para los teólogos musulmanes, p a r a los
exégetas y expositores, dificultad grave, la cual no han hallado me-
(1) Es bien conocido el dilema formulado por Ornar, cuando Juan
dio de superar sino acudiendo á derogaciones sucesivas del texto,
el Gramático pidió á Amrú, reservase algunos libros de la biblio-
hechas por Dios. Según ellos estas derogaciones son unas de la
teca alejandrina. "O tales libros están conformes al Korán, ó le son
letra, conservando el sentido, otras del sentido conservando la letra,
contrarios; si lo primero, deben desaparecer por inútiles, si lo se-
y otras derogando letra y sentido. La falta de vocalización, pues
gundo deben desaparecer por perjudiciales." Con esta lógica se pro-
ésta entre los árabes como entre los judíos es posterior al texto re-
cedió á la quema de la biblioteca, en la forma que refieren Abdalatif
ligioso, ocasionó diferencias marcadas de interpretación, á pesar
y luego Abulfaraj, de donde toman sus datos los historiadores sobre
de haberse instituido los Mokris, especie de custodios de la genui-
esto. La mencionada biblioteca de Alejandría, destruida antes varias
na lectura. A su vez la falta de crítica ocasionó la diferencia en
veces, distaba de tener la importancia de la primitiva de los Ptolo-
los versículos, que en las siete ediciones del libro (dos en Medina,
meos. Como prueba del fanatismo antiliterario de Ornar, y de que
una en la Meca, una en Cufa, las restantes en Bosra y Siria), varían
los árabes podían recibir de muy diversas fuentes el saber, merecen
desde seis mil hasta seis mil doscientos cuarenta y tres. Finalmente
citarse estas palabras de Ebu Kaldun: "¿Qué fué de las obras cientí-
la falta de uniformidad en las creencias y tradiciones ocasionó la
ficas de los persas, que Omar hizo destruir al conquistar el país?
división de musulmanes en ortodoxos y heterodoxos, según admi-
¿Dónde están las de los sirios, caldeos y babilonios? ¿Dónde las de
tan ó no la doctrina del Sumía (doctrina de la tradición, compa-
los egipcios que les precedieron?..." Indicio claro de los múltiples
rable á la Mischna judaica), sin contar las subdivisiones consiguien-
orígenes de la cultura arábiga de aquella edad.
El dialecto K o r e y s h hablado en el c e n t r o de A r a b i a q u e d ó
s e c u n d a r i a s y p u r a m e n t e léxicas, lo cual se v e c o m p a r a n d o las
d e f i n i t i v a m e n t e establecido con el K o r á n como l e n g u a religio-
inscripciones q u e nos q u e d a n en h i m y a r con el á r a b e del Ko-
sa q u e debia p r e v a l e c e r e n todos los dominios muslímicos, y
r á n , q u e siendo lo más distanciado, están e s t r e c h a m e n t e liga-
p r o n t o se dejó sentir e n ella la n e c e s i d a d de los e s t u d i o s á q u e das al tipo del á r a b e clásico. H a b l a r , pues, del dialecto koreish
nos referimos, motivados por las c a u s a s dichas. P u e s como ob- es sencillamente h a b l a r de la l e n g u a común en la f o r m a en q u e
s e r v a R e n á n e n su Hist. des lang. Sem.it., s u p o n i e n d o q u e la e r a u s a d a por la t r i b u de donde salió Mahoma, f o r m a que pre-
l e n g u a del K o r á n t a l como resulta d e la p r i m e r a compilación valeció u m v e r s a l m e n t e .
de Zeyd (por los años 634), era la l e n g u a v u l g a r del g r u p o m u -
Desde el p r i m e r siglo de la E g i r a , y debido á estas causas,
s u l m á n q u e s e g u i a á Abii-Bekr y Ornar, es necesario a d m i t i r
comenzóse la f o r m a c i ó n del p r i m e r diccionario a r á b i g o , de ca-
q u e al poco t i e m p o (quince a ñ o s d e s p u é s ) , y a dicha f o r m a de
r á c t e r etimológico y s e g ú n el orden de raices, al p a r q u e de
l e n g u a j e e r a e x t r a ñ a á muchos s e g u i d o r e s del islamismo. Z e y d
significaciones g e n e r a l e s de las p a l a b r a s ; el cual diccionario
t u v o y a q u e ocuparse de r e f o r m a s g r a m a t i c a l e s , t r a t a r de r e d u - f u é perfeccionándose sucesivamente, debido en especial á los
cir las v a r i a n t e s y unificar la o r t o g r a f í a en el mismo d i a l e c t o t r a b a j o s d e F i r u z a b a d . Con i g u a l m o t i v o , debemos r e c o r d a r
k o r e y s h . Los solecismos de los n u e v o s c r e y e n t e s c r e c í a n t a n p o r esta época los nombres de Abul-Aswad el f u n d a d o r de la
r á p i d a m e n t e , q u e l l e g a r o n pronto á p r e o c u p a r y a ú n m o l e s t a r escuela de Bassora y de Abul-Hasan f u n d a d o r de la de K u f a y
á los primeros s e g u i d o r e s de Mahoma. (Cf. Sacy y H a m m e r e n p r o t e g i d o d e l célebre Harum-al-Raschid, quien reunió en su
su Litteraturgeschichte d. Aráber e n t r e otros). corte á todos los sabios más ilustres q u e halló en los países con-
E n t i é n d a s e que al h a b l a r del á r a b e koreyshitico como dia- quistados, y elevó á g r a n d e a l t u r a la A c a d e m i a de B a g d a d .
lecto sancionado por el K o r á n p a r a l e n g u a religiosa, no i n t e n - H a r u m q u e r i e n d o t e r m i n a r las controversias sobre e l K o r á n ,
t a m o s l e g i t i m a r la t r a d i c i ó n d e los g r a m á t i c o s m u s u l m a n e s , fijó e l n ú m e r o de comentaristas q u e debían ser oídos é hizo
c u y a s huellas e n esto sigue R e n á n , s e g ú n la c u a l el a d v e n i - c a r g a r doscientos camellos con los escritos de c o m e n t a d o r e s y
m i e n t o del islamismo hizo s u r g i r la u n i d a d l i n g ü i s t i c a a r á b i g a controversistas, q u e m a n d ó a r r o j a r al T i g r i s . D i s c í p u l o de
con la imposición del dialecto sagrado. E s t o es c o m p l e t a m e n t e Abul-Hasan f u é el hijo de H a r u m , Al-Mamun, g r a n p r o t e c t o r
a r b i t r a r i o y falso, p u e s la u n i f o r m i d a d d e l idioma a r á b i g o , es de las l e t r a s como su p a d r e , el más e r u d i t o de los califas, p u e s
t a n i n t i m a y sostenida q u e no p e r m i t e p e n s a r e n u n i d a d a l g u - a d e m á s de sus vastos conocimientos sobre muchas ciencias, po-
n a i m p u e s t a l i t e r a r i a m e n t e , ni menos e n f o r m a s d i a l e c t a l e s e n seía con el á r a b e , el hebreo, el indio, el persa y el g r i e g o , y el
el sentido q u e t i e n e esta d e n o m i n a c i ó n e n las l e n g u a s e u r o - más significado por su munificencia á los l i n g ü i s t a s y sabios en
p e a s , de lo cual por o t r a p a r t e 110 q u e d a vestigio h i s t ó r i c o , los Abasidas.
como observa j u s t a m e n t e Noldeke (Die semitisch. Sprachen) y
El periodo tradicional de la lingüística á r a b e comienza con
r e p i t e n B r o c k e l m a n n (Gesch. d. Arab. litt.), I t a l o Pizzi (Lette- el siglo s e g u n d o de la E g i r a , en el cual se completan los estu-
rat. araba) e t c . No h a habido, p u e s , unificación l i n g ü í s t i c a a r á - dios de g r a m á t i c a y a p a r e c e n los de compilación enciclopédica
b i g a con el K o r á n , por la sencilla r a z ó n de q u e no existió a n - y filológica. Los filólogos Acjmai y A b u - A b a i d a , hombres de ex-
tes d e él diversidad de f o r m a s d e n t r o de dicho l e n g u a j e . L a s t r a o r d i n a r i o saber, corresponden á esta época.
v a r i a n t e s q u e p e r m i t í a el idioma, p o r las cuales se diferencia-
El período científico, que comienza en el t e r c e r siglo y con-
b a el h a b l a de ciertas tribus, y e n lo c u a l se f u n d a la distin- t i n ú a h a s t a l a total destrucción d e l K a l i f a t o á mediados del
ción a n t i g u a del himyar y del koreysh, f u e r o n s i e m p r e m u y siglo X I I I , c o m p r e n d e u n g e n e r a l movimiento de e n s e ñ a n z a é
instituciones, de creación de escuelas, c á t e d r a s y bibliotecas,
tes en estas ramas. (V. sobre el Korán, entre otros, la Geschichte de ciencias filosóficas, m a t e m á t i c a s , astronómicas y filológicas,
des Quorans de Th. Noeldeke). c u y a influencia se hizo sentir en toda E u r o p a (1). A los princi-
Es lo más verosímil que no llegó Mahoma á conocer el Evangelio,
alcanzando tan sólo noticias de algunos evangelios apócrifos, con (1) Las fases que acabamos de señalar responden directamente
los cuales hay ciertas analogías en el Korán, en especial con el lla- á la cultura filológica arábiga cual conviene á nuestro objeto. Por
mado de S. Bernabé, usado entonces por varias sectas cristianas. lo que hace á las de la literatura árabe en general, podemos distin-
pios de este periodo c o r r e s p o n d e el gramático por excelencia obras e s t á n los Makamat u n a de las más a t r a c t i v a s produccio-
Abu-Zaid, más conocido por Al-Ansari, y el célebre discípulo d e n e s de la l i t e r a t u r a á r a b e , el h i s t o r i a d o r y retórico español
A^mai Sidjistani, g r a m á t i c o y lexicógrafo de r e n o m b r e justi- K h a h a m y e l a f a m a d o filósofo y filólogo G a z z a l i . ' L o s si-
1
ficado. C i e r r a n este periodo el g r a n retórico y g r a m á t i c o Abu- glos VI, VII y V I I I de la E g i r a f o r m a n de a l g u n a m a n e r a u n a
p a r t e p e c u l i a r científica, y c o n s t i t u y e n lo que p u d i é r a m o s lla-
Ibn-Mohamed Kasem, d e n o m i n a d o t a m b i é n H a r i r i , e n t r e c u y a s
m a r periodo critico de l a l i t e r a t u r a a r á b i g a . En este tiempo
florecieron, e n t r e otros muchos, los historiadores S e m a n i y Ech-
Cherisi, Chechristani é Ibnel-Cofti, el poeta A n t a r i , el geógra-
guir un periodo primitivo que se extiende desde los primeros tiem-
fo Idrisi, los p o l í g r a f o s I b n - K h a l d u m , Makrizi, S a y u t h i etc.
pos hasta los de los Abasidas (750 de J. C.)¡ período genuinamente
arábigo, no sólo por el carácter de las composiciones literarias, sino P u e d e decirse q u e con el siglo I X de la E g i r a (XV de nues-
también por sus autores casi exclusivamente árabes. Un periodo clá- t r a era) se a c e n t ú a el m o v i m i e n t o de la decadencia muslímica,
sico de la literatura musulmana, en el cual si bien se escribe en ára- la cual se e x t i e n d e más y más h a s t a d o m i n a r p o r completo
be, entran á formarlo todos los diversos elementos muslímicos, des- y c o n s u m a r s e en el s i g l o X V I con las mezclas d e l i t e r a t u r a
de el Khorassan hasta España, y desde el Cáucaso hasta el Sahara;
e x t r a n j e r a s . Y por lo que hace á la G r a m á t i c a á r a b e , Sibawai
período que corre desde los Abasidas hasta la caída del Califato con
c i e r r a en el siglo V I I I de la E g i r a la historia de su formación,
la invasión Mongólica (750-1528). Un período de decadencia que al-
perfeccionando y a ú n c o n s u l t a n d o como q u i e r e n muchos (cf. Sa-
canza desde la caída del Califato hasta la toma del Egipto por Se-
lim (1515), si bien puede decirse perpetuado hasta el siglo XX, porque cy, Antol. g r a m . á r a b . ) la de A b u - A m r u Isa. Como en otras lite-
toda la moderna literatura arábiga dista inmensamente de sus anti- r a t u r a s , el p r i n c i p a l n ú m e r o de bibliógrafos glosadores y exé-
guos esplendores, á los cuales no volverá mientras el contacto con g e t a s ; los t r a b a j o s de enciclopedia, diccionarios de ciencias, dic-
sólidas civilizaciones no coloque á los hijos del desierto en circuns- cionarios arábigo-hebraicos, a r á b . - g r i e g o s , aráb.-latinos, etc.,
tancias psicológicas análogas á las de otro tiempo, si no es que deba c o r r e s p o n d e n e n t r e los á r a b e s al periodo de la decadencia (1).
negarse la existencia de una cultura rigurosamente arábiga, como
quieren no pocos, ya que en Europa y con elementos europeos se for-
mó el cuerpo científico presentado en árabe, y fuera de Europa y
por cuenta propia no han sabido los musulmanes ni principiar ni con- (1) En punto á teorías filosóficas singularmente ontológico-psico-
tinuar, ni siquiera conservar lo que llamaron su cultura, tan sólo ó lógicas que son lasque guardan relación con los estudios lingüísticos,
casi sólo por verterla á su lengua. En el primer período señalado, no han sido los arábes más originales que en otras ramas del saber,
hay dos épocas: una anterior al Korán, compuesta exclusivamente antes bien su carácter y su lengua misma ofrecíales aquí más difi-
de poetas mayores y menores, entre ellos algunos judíos y cristia- cultades que en otras disciplinas por ellos cultivadas. "Imaginer un
nos, bien que por completo identificados en fondo y forma con los Aristote ou un Kant (escribe Renán, no sin cierta exageración, ha-
demás; y otra posterior al Korán, señalada principalmente con las blando de las lenguas semíticas) avee un pareil instrument, est aussi
tendencias literarias pobres y de imitación semiplagiaria del tiempo impossible que concevoir une Iliade ou un poëme comme celui de
de los Omniadas. Otras dos épocas se distinguen en el segundo pe- Job écrits dans nos langues métaphysiques et compliquées." (Hist.
ríodo, en el cual prevalece singularmente la influencia persa; la pri- Gen. et système comp. des langues sémitiques, 1. I, c. 1). Sin embar-
mera llega hasta el siglo XI, y es el tiempo del mayor florecimiento go, á la manera que las exigencias literarias del Korán determina-
científico-literario muslímico, con su centro fuera de la Arabia, en ron bien pronto entre los árabes corrientes filológico-gramaticales,
Bagdad; la segunda llega hasta el siglo XIII con centros múltiples las doctrinas de dicho libro y sus enseñanzas teológicas, moviéron-
• desiguales en esplendor doctrinal que van perdiendo fuerzas y vigor les á ensayar las especulaciones filosóficas para explicarlas. No tar-
daron en aparecer en controversia los cuatro punios cardinales,
intelectual á medida que el Imperio tiende á disgregarse. Son las
que dicen los maestros árabes (atributos divinos, predestinación,
dos etapas del período que deben calificarse más bien de literatura
promesas, castigos), de donde se originaron sectas numerosas, y
musulmana escrita en árabe, que no de literatura arábiga, según se
"viéronse paulatinamente aparecer, escribe Munk (Mélangés dephi-
ha indicado. En el último período, tomando como línea divisoria la
losoph. juive et arabe), diversas escuelas que más tarde revistieron
conquista de Egipto por los árabes en el siglo XVI, cabe separar la
sus doctrinas de formas dialécticas... y las primitivas escuelas teoló-
época de imitación y reconstrucción decadente de antiguos mode-
gicas se trasformaron en verdaderas escuelas filosóficas." De la an-
los, de la época moderna sin carácter definido ni obras de valer, y
tigua filosofía helénica que tan pujante se había presentado en Gre-
abierta á toda suerte de extrañas ingerencias.
Débese s i n g u l a r m e n t e r e c o r d a r a q u í como d i s t i n g u i d o gra- tras» al decir de sus correligionarios. La Biblioteca universal
m á t i c o y filólogo al celebrado escritor español M a l e k , «dueño de Schamseddin A b u Abdallá e n u m e r ó e n t r e sus obras La pu-
d e la e s c r i t u r a y l e n g u a a r á b i g a » , «maestro d e las b u e n a s le- reza de la lengua arábiga, La base de las palabras, El método
d a y Roma, no quedaban ya fuera del eclecticismo cristiano donde chaza no sólo los errores averroísticos sino también con frecuencia
se habían fundido las doctrinas platónicas y aristotélicas para servir la exposición del texto en que se fundan, y no duda afirmar el Aqui-
á la causa los dogmas, sino restos del sincretismo alejandrino y de nense que Averroes "non tan fuit peripatetícus, quam peripateticae
sus ideas neoplatónicas de una parte, y de otra los degenerados con- philosophiae depravator." (Op. Contra Averroistas). Y por su parte
ceptos filosóficos de Platón ó de Aristóteles que á t r a v é s de las múl- el eminente Luis Vives lamentándose del excesivo honor dispensa-
tiples sectas ya del extremo unitario como el arrianismo y eutiquia- do á las versiones árabes, y después de referir un pasaje de Aristó-
nismo (prescindiendo de o t r a s anteriores), ya del extremo anti- teles alterado sobremanera por Averroes, dice justamente indigna-
unitario, como en la de los nestorianos, servían de antemural á do: "Aristóteles si revivisceret intelligeret haec, a u t posset v e l
la heterodoxia. conjectwris castigare? O homines valentissimis stomachis qui haec
Por estos dos caminos recibieron los árabes la filosofía, prevale- devorare potuerunt et concoquere!" (De causis corrupt. artium
ciendo sin embargo el elemento Aristotélico sobre el platónico, no Op. 1.1.). Por lo demás, Averroes ni hizo la primera versión árabe
sin mezcla de la filosofía vedanta. Al-kendi, el primer filósofo mu- de Aristóteles, porque desde el siglo X existían diversas traduccio-
sulmán y el primer admirador de Aristóteles, conocía la doctrina nes de sus obras á dicha lengua, ni pudo hacer otra nueva como
griega, persa é india, como hace constar Casiri. Al-Farabi estudió quiere Bhule, porque Averroes no conocía ni el latín, ni el griego,
y expuso además de Aristóteles, los libros de Platón: "Platonis libros ni el siriaco (cf. Dicc. des scienc. philosoph. art. Ibn-Rosch), únicas
ejusque mentem exponere aggresus est." (Casiri, Biblith. arab. lenguas, sobre todo la última, de donde pudiera hacer la traducción.
hisp., 1.1). El misticismo escéptico que aparece en la doctrina exo- Por nuestra parte no creemos exageradas las siguientes palabras
térica de Al-Gazzali provino de la India, cuyos filósofos le iniciaron del citado Luis Vives acerca de Averroes: "Nomen est Commenta-
probablemente en su panteísmo; y de ahí las contradicciones que en toris nactus homo, qui in Aristóteles enarrando nihil minus explicat,
él reprende Tofail, que es á su vez representante declarado del pan- quam eum ipsum quem suscepit declarandum... Itaque videas eum
teísmo indio entre los árabes. Y aun el aristotélico Averroes (Ibn- pessime philosophos omnes antiquos citare, ut qui nullum unquam
Rosch) el filósofo árabe de mayor influencia en la filosofía del rena- legerit, ignarus graecitatis ac latinitatis. Pro Polo Ptolemaeum po-
cimiento, nos presenta en su entendimiento superior universal, las nit, pro Protagora Pythagoram, pro Cratylo Democritum; libros
reminiscencias del panteísmo de Oriente. Platonis titulis ridiculis inscribit, et ita de iis loquitur, ut vel caeco
Se ha dicho que las versiones latinas de Aristóteles en la Edad perspicuum sit litteram in illis eum legisse nullam. {De causis co-
Media provenían de las traducciones árabes en la escolástica, que rrupt. Art. Op. 1.1).
Averroes tradujo en árabe el texto griego de Aristóteles, y que de He aquí ahora lo que sobre este punto dice Renán combatiendo á
esta versión derivaron las que luego utilizaron Santo Tomás y de- Hervelot, con razón sobrada: "D' Hervelot podía no conocer la ver-
más filósofos cristianos medioevales. Nada más falso. E l texto sión latina de Aristóteles la cual no se ha estudiado detenidamente
aristotélico llegó á Averroes por las fuentes de la Siria; y á Santo sino desde hace algunos años á esta parte; mas como orientalista no
Tomás llegó directamente del griego. Al primero sirvieron, á más debiera ignorar: 1.° que Aristóteles había sido traducido al árabe
del neoplatonismo siriaco, las escuelas siriacas peripatéticas, espe- tres siglos antes de Averroes; 2.° que las traducciones de los autores
cialmente las nestorianas de Edesa y Nísibe, de donde procedían las griegos en árabe se han hecho del siriaco y no del griego; 3.° que
versiones árabes manejadas por Averroes. El segundo utilizó, si no probablemente ningún sabio musulmán, y con certeza ningún árabe
el texto griego, traducciones directas que le garantizaban incompa- de España ha conocido nunca el griego. Esta errónea opinión, sin
rablemente mejor que las árabes la verdadera doctrina del Estagiri- embargo, parece haber prevalecido desde los primeros tiempos del
ta. Bastaría comparar los comentarios y citas de Santo Tomás con renacimiento. Agustín Nifo, Patrizzi, Marco Oddón, J. Bapt. Bruye-
el texto griego de Aristóteles, para notar á simple vista que allí tie- rin, Sigonio, Tomasini, Gasendi, Longuerne, Moreri, y en general to-
nen su origen; por el contrario (y lo advierte también Renán, Ave- do el siglo XVI y XVII han considerado á Averroes como introduc-
rroes et V Averroisme, prem. partie), basta comparar los escritos tor de Aristóteles entre los latinos. D' Hervelot, reproduciendo este
de Averroes con los del Estagirita, para advertir las g r a v e s altera- error é introduciendo en él nuevo grado de precisión, ha sido copia-
ciones que ponen á gran distancia las versiones árabes no sólo del do por Casiri, por Buhle, por Harles, Rossi, Mideldorpf, Tennemann,
texto griego sino de las versiones latinas. Por eso Santo Tomás, re- De Gerando, Jourdain etc. etc. Esta misma equivocación se ha co-
fácil, Arte métrica, Método de leer, con u n poema y comenta- e n t r e los cuales se distinguió el g r a m á t i c o Ben H a y a n , á quien
rio sobre La conjugación de los verbos. El Método fácil ha sido se a t r i b u y e n c e n t e n a r e s de t r a t a d o s filológicos. Al lado de Ma-
t r a b a j o q u e alcanzó m u y c r e c i d o n ú m e r o de c o m e n t a d o r e s , lek debe figurar el n o m b r e de J . I b n Isaac Alsekaiti, cuyo li-.
metido en el catálogo de los manuscritos hebreos de la Biblioteca traducciones hechas sobre el texto griego exclusivamente, y á sus
Nacional... Tal es en la historia literaria la tenacidad del error." instancias hubo de hacerse otra versión de Aristóteles de la lengua
En un orden de cosas más general, y en cuanto á la determina- original.
ción concreta de las influencias arábigas, es punto muy discutido y Como conclusiones en lo que este asunto se relaciona con nues-
que no hace á nuestro objeto estudiar con todo el detenimiento que tro objeto, diremos: 1.° que los filósofos y teólogos de la Edad Media
requiere. Muratori en las Antiquitates ital. tnedii aevi (t. III) supo- en general no han utilizado á Aristóteles ni á los demás filósofos
ne que el Aristóteles de la escolástica vino directamente del griego, griegos SÍHO mediante la lengua latina. El texto griego y el texto
y no del árabe. Casiri, á la inversa, sostiene en su Biblioth. arábico- árabe sólo han sido intermediarios, quedando así la cuestión res-
hispana (t. I), que es puramente árabe y no griego el Aristóteles es- tringida al origen inmediato de las versiones latinas. La forma en
tudiado por los latinos, sin excluir Santo Tomás. Brucker (Hist. crit. que se efectuaban las traducciones era peculiar de aquellos tiempos
philosoph. III) aunque reconoce los principios de la escolástica an- y circunstancias. Regularmente un judío, ó un musulmán traducía
teriores á la influencia arábiga, atribuyele su formación á las ver- al idioma vulgar, y un clérigo asistente se encargaba de hacer la
siones arábigo-latinas. Tennemann (Manuel de l' Hist. de la Phil. I), traslación al latín, siguiendo l a s huellas del primero; lo mismo
sin negar la información directa greco-latina de los escolásticos, in- acontecía con el griego cuando el traductor no era latino, ó des-
clínase á que los árabes han influido poderosamente en el aristote- conocía este idioma, llevando en uno y otro caso la traducción
lismo de aquéllos; Heeren (Historische Werke, p. 4) niega á los ára- el nombre del segundo traductor por regla general; 2.° que si bien
bes el influjo que le atribuyen los que acabamos de mencionar; no se han servido los escolásticos del texto griego por la mayor fa-
Buhle (Geschichte d°.r Neuern Philosoph. I), mantiene un criterio cilidad que les prestaba la lengua latina, no puede decirse que
análogo al de Brucker y Tennemann. Inclínanse á favor de la filia- aquel idioma fuese totalmente ignorado en la Edad media. Las re-
ción árabe de la filosofía escolástica entre otros, Ritter (Hist. de la laciones de los ortodoxos griegos con Roma, las que resultaron de
Philosoph. chret. I), Schmolders (Essais sur les icoles phil. ches les las Cruzadas, y el deseo de los Pontífices de mantener en la comu-
Arabes), Cousin (Hist. gen. de la phil.), Munck (Dictionn. etc. ar't. nión romana la Grecia que aun perseveraba, eran motivos suficien-
árabes), Stockl (Geschichte d. Phil. d. Miltelalt. II). Toman la di- tes para que no se echase en olvido el lenguaje helénico. Por eso
rección contraria Kleutgen (Philosoph. d. Vorzeit, I ) , Tálamo vemos (reproduciendo á este objeto lo que en otro lugar decimos de
(L' Aristotél ismo della. Scolastica), González [(Hist. de la Filoso- la cultura lingüística medioeval) que Inocencio III se dirigía á los
fía II), Liberatore (Della Conoscenza intellectuale II) y otros. obispos franceses y á la Universidad de París, pidiéndole personas
P a r a nosotros el criterio señalado p o r A . Jourdain en sus Re- hábiles para enviar á los griegos y ver de consolidar entre ellos la
cherches critiques etc., es el que en general debe prevalecer al juz- unión religiosa. Felipe Augusto con el mismo objeto creaba en Pa-
gar las relaciones arábigo-cristianas de la Edad Media. Después de rís un colegio "constantinopolitano" para educación de jóvenes de
dicho concienzudo estudio, en efecto, no parece pueda ya dudarse: Grecia. Durante los siglos X y XI abundan en el mediodía de Fran-
que los escritos de Aristóteles manejados por los latinos y llegados cia comerciantes griegos, y una comunidad de monjes de aquel país
á ellos por fuentes latinas, estuvieron reducidos antes del siglo XII viene á establecerse no lejos de Marsella. Escoto Erigena conoce
á la parte dialéctica de las obras de Aristóteles. La traducción lati- el griego; lo saben igualmente Ekkard, Notker y Remy de Auxerre.
na de otras obras de éste comienza á usarse en el siglo XIII. De es- Más tarde las diversas traducciones de Aristóteles hechas sobre el
tas traducciones, unas provenían del griego y otras del árabe, sin original por distintos autores, demuestran que la lengua helénica
que sea posible determinar en particular si la prioridad corresponde tiene cultivadores; y Roger Bacón manifiesta que con suma facili-
á las griegas ó árabes, por aparecer unas y otras empleadas simul- dad puede encontrarse en Italia quien entienda y traduzca dicho
táneamente. En igualdad de circunstancias, y todas las veces que idioma.
podía conseguirse una versión del griego, era constantemente prefe- Entre los que traducen directamente d e l griego á Aristóteles
rida á cualquiera del árabe. Por esto se ve que Alberto Magno se están: Jacobo de Venecia, el primer traductor cierto del Estagirita
vale de versiones del griego en varios trabajos de Aristóteles, y de que aparece al desarrollarse la escolástica; Roberto de Grossatesta
versiones del árabe en otros escritos del mismo, como se colige de "vir in latino et graeco peritissimus", dice Mateo de París; Enrique
la lectura de sus obras. Pero ya Santo Tomás ha podido utilizar Bravant y Guillermo de Moerbeke, que traducen á petición de Santo
— 250 — •251-
b r o Del correcto modo de hablar «jure dixeris bibliothecam muchos, q u e si no t i e n e n el mérito d e o r i g i n a l i d a d , no les fal-
a r a b i c a m l i t t e r a r i a m » , s e g ú n escribe Casiri e n su Bibl. arab. t a el de la erudición (1).
hisp. (t. I); y con los mencionados p u d i e r a n e n u m e r a r s e otros
griega de los Setenta, ú otras hechas sobre ella, por otra, introducía ra incomparablemente en el éxito doctrinal, que no sólo teológica-
no pequeña incertidumbre y confusión sobre el texto de los mismos mente sino también desde el punto de vista filológico y hermenéuti-
Setenta, que era el más extendido y popular, y resultaba ahora en co, ofrece en su sistema de traducciones y comentarios, garantías
lugar secundario, cotejado con el original. La Tétrapla compuesta inmensamente mayores de verdad religiosa y científica. En este pun-
como indica su nombre de cuatro versiones, la de Aquila (gentil, to, aun mirado humanamente sistema y sistema, no cabe compara-
cristiano y judío sucesivamente), la de Símaco (samaritano, judío, ción alguna.
cristiano y últimamente ebionita), la de los Setenta, y la de Teodo- Pero el carácter verdaderamente filológico de los libros sagra-
ción (judío y ebionita), ha sido la obra primera de Orígenes, pero no dos no está en las versiones modernas ó á lenguas vulgares, sino en
constituía verdadera biblia políglota, porque faltaba el original; las antiguas traducciones que suministran datos para la historia li-
defecto grande que subsanó en la Exapla. Destruida la Biblioteca de teraria, para la lingüística y para la crítica. Al lado de la Biblia he
Cesarea por los persas ó por los árabes (antes del 600), donde se con- braica (barbarismo latino de la Edad media, que ha dado significa-
servaban dichas obras, sólo nos quedaron algunos dispersos frag- ción femenina á un plural neutro —libros, biblioteca—), hallamos de
mentos, coleccionados por Moutfaucon en París, reproducidos por una parte la versión de los Setenta y de otra el Pentateuco samari-
Migue (Patrolog. gr. t. XV-XV), por Field en Oxford, y por Ceriani tano. El valor filológico de este último se refiere más al dialecto
(fragmentos en siriaco) en Milán. samaritano y forma antigua de escritura, que no á la lengua hebrea,
Por lo que hace á S. Jerónimo, su significación de intérprete emi- pues del cotejo de variantes que hacen Leusden en su Philologtis
nente y su valer filológico crítico son universalmente reconocidos. hebraeo-mixtus, Hottinger e n s u Thesaurus philologico-criticus,
En sus traducciones, sin embargo, se sobrepone el tradicionalismo Morino, Exercit. biblicae in utrumque pentat. samarit., Escalígero,
rabínico á la acción personal, y á eso son principalmente debidas sus R. Simón, et;c., resultan diferencias de valor muy secundario, y con
vacilaciones y algunas imperfecciones en la translación. Los conoci- ventajas en favor del texto hebreo tal como se nos ofrece después
mientos lingüísticos y críticos hebraicos tenían en él más de tradi- de los tiempos esdrinos é interpretaciones masoréticas.
cionales que de científicos, porque en esa forma los había recibido de La versión da los Setenta con sus imperfecciones y deficiencias,
los rabinos y maestros judíos, de quienes aprendió el hebreo como con la mutabilidad de su texto por la ausencia de vocales en el origi-
él dice en varios lugares de sus obras, y cuya asistencia llegó á pa- nal hebreo, y con las disputas mismas entre judíos y cristianos, fué
g a r á subido precio en alguna ocasión, según declara en el Pref. de centro de un movimiento crítico y filológico extraordinario, y quedó
Job. La condición de los tiempos que apenas hacían posible otro sis- además como testimonio del antiguo estado general del texto he-
tema de estudios lingüísticos, y la necesidad de aproximarse á la braico cuando los judíos, en los comienzos de nuestra era, adopta-
tradución admitida para no correr los riesgos de ser acusado de in- ron definitivamente un texto exclusivo que sirvió de arquetipo para
novador y falsario como lo fué aún así S. Jerónimo, son circunstan- todos los manuscritos hebraicos que usaron en adelante. Sobre la
cias que han de tomarse en cuenta al juzgar sus traducciones. "Cave versión de los Setenta están formadas las traducciones coptas, así
ne credas, dice Lamy (lntrod. in S. S. t. I) en sentido análogo al en la que existe en dialecto menfítico, como la escrita en dialecto te-
que nosotros hablamos, versionem S. Hieronymi ómnibus numeris bano ó alto egipcio; varias traducciones siriacas, entre ellas la di-
absolutam esse. Sunt ením in ea multa que humanam produnt infir- cha Filoxeniana, y probablemente la Peschitoh "simple, pura", que
mitatem, quodipse Hieronymus agnovit dum in conmentariis suis se es la más conocida; la traducción etiópica, dos cuando menos de las
ipsum plus semel castigavit (Comment in I s . XIX et passim). Sin em- versiones persas, la traducción armería (exceptuado el libro de Da-
bargo debe verse acerca de la elegancia de San Jerónimo á Oza- niel), la traducción gótica de Ulfilas, y varias traducciones arábi-
nam (Eeuvres t. II, La civiliz. etc.) Refiriéndonos ahora á la signifi- gas, de las cuales unas fueron tomadas directamente del texto grie-
cación filológica y literaria de la Escritura, basta recordar el núme- go y otras mediante la versión siriaca. Con la aparición de algunas
ro de sus incontables versiones, algunas de ellas hechas en idiomas de estas versiones, como con la gótica, la armena y la eslava (anti-
sin literatura. El catolicismo y las Sociedades bíblicas del protestan- guo búlgaro), comienza la formación del alfabeto y escritura de las
tismo preséntanla en todas las partes del mundo; y si éste puede regiones respectivas. Ulfilas la compuso para los visigodos sobre el
aventajar á aquél en la difusión material de la Biblia, aquél le supe- rúnico y el alfabeto griego, S. Isaac y Mesrob dieron la de los arme-
cia, cuyo ideografismo ("tipo yerático) s u p i e r o n los fenicios con- p r o p a g á n d o s e luego, p r o d u j o las cinco estirpes: semítica, helé-
v e r t i r en sistema alfabético t o t a l m e n t e fonético. P o r esta obra nica, ibérica, g e r m á n i c a é india. Concretándonos á la estirpe
de conversión v e r d a d e r a m e n t e g r a n d e m e r e c i e r o n los fenicios semítica, p u e d e f o r m a r s e idea de su evolución, r e d u c i e n d o su
ser considerados como i n v e n t o r e s de la e s c r i t u r a , cuyo sistema e s c r i t u r a á dos tipos principales: el tipo arcaico r e p r e s e n t a d o
nios, y del griego sacó S. Cirilo la de los búlgaros. (Sobre las tra- villa (Eccl. Off. 1, 12); 2.° que de estas versiones provenía la Itala
ducciones Glaire, Introd. hist. critique etc., y en general los t r a t a - (así llamada por ser hecha en Italia, si itala no aparece por error
distas de Hermen. b í b l i c a , como L a m y , Dankó, Unterkirchner, de copia, como pretenden algunos, en lugar de ussitata), la cual, á
Reithmayr, Schneedorfer, Vigouroux, Cornely etc., especialmente pesar de sus muchos helenismos, fué reputada la mejor por S. Agus-
el Thesaurus philologico-crilicus de Hottinger, la Philologia sa- tín, quien de Italia la introdujo en Africa, como superior á la que
cra de Glass, el Diqduq t. 3.°, de G. Blanco, y aun Diestel, Ges- allí estaba en uso. La reconstrucción de la primitiva itala y de la
chichte d. Alten Teslam. in der christl. Kirche). versión africana han sido objeto de grandes trabajos filológicos y
De mayor trascendencia para las literaturas y lenguas neolati- críticos, con los cuales se ha alcanzado mucha luz sobre las versio-
nas fué la edición Vulgata. Con ella se formó una nueva civiliza- nes anteriores á S. Jerónimo. Sabatier, Bianchini, Ranke, Tischen-
ción y aparecieron nuevos derroteros literarios y científicos; ella dorf, Ziegler, Belsheim han puesto, entre otros, á contribución sus
vió nacer las lenguas vulgares que se disputaron el dominio de Eu- esfuerzos con éxito, acerca del punto mencionado. Edición crítica
ropa, robusteció y dió vigor á las formas dialectales que constituían y filológicamente científica de dichas antiguas traducciones, no exis-
el antiguo lenguaje usual del pueblo latino, enriqueció el vocabula- te todavía; 3.° que las antiguas versiones latinas, no están redacta-
rio de los pueblos de Occidente, levantando con el ideal del cristia- das en latín clásico ó lengua noble, sino en latín plebeyo, á que alu-
nismo el grandioso edificio de la literatura universal de la Iglesia, y den los escritores romanos y del cual oportunamente nos ocupare-
creando en los idiomas é infundiéndoles aquel peculiar espíritu que mos, hablado por el pueblo de Roma y en muchas provincias del
los hace aptos para llevar por doquiera la voz del Evangelio, y ser imperio. El cual latín de formas abreviadas, sin concordancias ó
eco fiel de sus altos principios teológicos y filosóficos en la apología con ellas irregulares, con sus voces exóticas y sus modismos pecu-
de la buena nueva. El genio de las tres grandes manifestaciones li- liares, abría el camino á los diversos dialectos romances que hubie-
terarias de la antigüedad, vino á fundirse en la lengua eclesiástica, ron de constituir los idiomas vulgares de la misma familia. Como
por modo maravilloso y singular; y los idiomas del simbolismo de dentro del dialecto alejandrino formó la Biblia una variante espe-
Oriente, de la especulación filosófica de la Grecia, y del derecho y cial, así dentro del latín hizo singular fusión de elementos diversos.
la legislación de Roma, diéronse la mano y juntos continuaron en Sobre la acción filológica y lingüística de la Biblia, puede verse el
estrecho consorcio al servicio del cristianismo, aportando cada uno libro de Roensch con el expresivo título Itala und Vtdgata, das
proporcionalmente el rico caudal de sus voces, y recibiendo éstas al Sprachidiom der urchristlichen Itala und der Katholischen Vul-
mismo tiempo peculiar sello y carácter al pasar al tesoro del len- gata unter Berüchsitigung der romischen Volkssprache; el de
guaje de la Iglesia. Loch, Materialien su einer lateinischen Gramm. d. Vulgata; el de
Cavedoni, Saggio della latinità biblica dell' antica Volgata Itala,
P a r a apreciar el valor filológico de la Vulgata es menester tener
y el de Kaulen, Handbuch sur Vulgata etc. En la historia del latín
presente: 1." que desde los primeros tiempos del cristianismo exis-
eclesiástico ocupa la Vulgata no sólo lugar históricamente prima-
tió una versión latina de la Escritura, pues si bien el griego fué len-
rio, sino t a m b i é n primario filológicamente. (Cf. Koffmann, Ges-
gua eclesiástica en Roma en tiempo de los Apóstoles y sus primeros
chichte des Kirchenlateins); 4.° que la actual versión Vulgata, á pe-
sucesores, no fué lengua popular, y para el pueblo era necesario el
sar de la influencia benéfica de S. Jerónimo, no tiene más que per-
texto latino. La existencia de dicha versión latina está demostrada,
fección relativa sobre la antigua Itálica. Compuesta en parte de
contra algunos críticos del protestantismo, de una manera tradicio-
traducciones hechas del hebreo, otras del griego de los Setenta,
nal é histórica; y que no ya una sino muchas existieron antes de San
otras conformes á la antigua itálica, es la Vulgata unas veces tra-
Jerónimo (contra lo que juzga Wiseman y otros) es también cosa
ducción servil del texto, y de difícil inteligencia, mientras en más
averiguada, como sostiene Ziegler (Die lateinischen Uebersetsun-
de una ocasión presenta el aspecto de una paráfrasis del original.
gen vor Hieronimus etc.), quien demuestra que las palabras de San
Helenismos y hebraísmos, frases de correcta latinidad al lado de
Agustín que dicen poderse contar las versiones del hebreo al grie-
expresiones vulgares, giros de latín clásico con neologismos y for-
go, más no las del griego al latín (Die Doctr. Christ. 1. 2, 16) no se
mas poco recomendables, hállanse sin gran trabajo en la versión di-
refieren á copias como se ha dicho, sino á verdaderas traducciones,
cha, Esto hizo que algunos críticos llegasen á afirmar que la ver-
según entiende también aquellas palabras nuestro S. Isidoro de Se-
especialmente por la y a m e n c i o n a d a estela mohabita de Mes-
e s c r i t u r a m o n u m e n t a l , r e d ú j o s e á e s c r i t u r a uncial p a r a ser
h a (s. I X a. J . C.); y el tipo sidonio r e p r e s e n t a d o s i n g u l a r m e n -
t r a z a d a en los papiros. El tipo sidonio dió o r i g e n á la f a m i l i a
t e por la inscripción del s a r c ó f a g o de E s h m u n a z a r (s. VI a. J . C.)
de los alfabetos a r a m a i c o s . E n esta familia a p a r e c e n c u a t r o
El tipo arcaico p r o d u j o el alfabeto hebreo-samaritano, q u e de
g r a d o s de derivación: a r a m a i c o p r i m a r i o (s. V I a J . C.), ara-
maico s e c u n d a r i o (papiros de la época de los Lágidos), a r a m a i -
sión de S. Jerónimo se había perdido, sin reparar en la verdadera co terciario, ó sea e s c r i t u r a p a l m i r e n a (s. I I I a. J . C.), y he-
historia de la Vulgata, en lo que es propiamente de S. Jerónimo, y
braico c u a d r a d o , r e p r e s e n t a d o por evolución sucesiva en monu-
aun en las exigencias de tiempos y personas, así para el carácter de
la versión como para su lenguaje. (Sobre el latín de S. Jerónimo,
v. Paucker, De latinitate B. Hieronimi, observationes ad nomi-
el uso. Ya finalmente, porque las etimologías y traducciones hechas
num verborumque usum etc.).
á este tenor, resultan lo más insubstancial é inconexo que puede ima-
Esa mezcla de buenas y malas cualidades literarias de la Vulga-
ginarse, como se ve en los ensayos hechos por los partidarios de di-
ta ha hecho que los críticos tomando uno ú otro extremo, la juzga-
cha teoría, y cada uno puede comprobar cotejando el valor simbólico
sen de una manera más ó menos favorable. No por centenares, sino
atribuido á las letras hebreas, con el real de las palabras en que en-
por miles se han contado las diferencias con el texto original en la
tran, tomando algunas al azar del diccionario.
Vulgata, y pasajes corregibles de ésta. (Para diversos testimonios,
Lo mismo ha de decirse del sistema de Forster, según el cual,
véanse, entre otros muchos, G. Blanco Diqduq 3.°, y Glaire en su
las palabras de una ó más letras semejantes, son también semejan-
trad. francesa de la Santa Biblia). Las múltiples correcciones de
tes en la significación, y las raíces que se componen de letras de una
que la Vulgata fué objeto en distintos siglos, y las discusiones oca-
misma categoría fonética, ó analogía de forma, tienen significación
sionadas con motivo de ellas, prueban sobradamente que, por lo me-
igual. La falsedad de este procedimiento, se prueba léxicamente
nos desde el punto de vista literario, no era la Vulgata un modelo
con toda facilidad, y puede presentarse buen número de ejemplos,
de corrección, como no lo es todavía. Pero de eso á que deban le-
en que significaciones que se excluyen, aparecen en palabras fonéti-
gitimarse las declamaciones de ciertos filólogos y críticos que no
camente comparables.
ven sino defectos en dicha versión, hay no poca diferencia. Y com-
Otro camino, tan inseguro y tortuoso como los anteriores, se ha
parablemente menos recomendables p. ej. nos parecen el ensayo de
intentado abrir por el método de comparación externa, para hallar
traducción literal bíblica de G. Blanco, los de Renán etc. con todas
las equivalencias verdaderas de las raíces hebraicas. Según éste,
sus pretensiones de legitimidad hebraica, que la traducción de la
que inició Avenario en el siglo XVI, las palabras hebreas de análo-
Vulgata, y este habrá de ser sin duda el juicio de todo orientalista
go sonido en las principales lenguas, han de tenerse por análogas
sensato.
en el sentido, descubriéndose siempre un fondo común de semejan-
Hanse ensayado varios sistemas filológicos de interpretación he- zas. Es el sistema etimológico antiguo encaminado á descubrir re-
brea; todos los cuales, en lo que se han separado del método tradi- miniscencias hebreas por do quiera.
cional y del comparado, produjeron muy escasos frutos. El sistema
En España, García Blanco (Diqduq —Análisis hermenéutico—)
ideológico de Neuman seguido por Loescher y otros, según el cual
y su compendiador Mateos Gago (El Análisis filosófico etc. —Her-
cada letra tiene una significación simbólica, y cada palabra tiene el
menéutica—) con otros que les han seguido, reprodujeron en sus lí-
valor significativo del conjunto simbólico de las letras, empleado
neas generales los tres métodos dichos, como medio de traducir eos»
para hallar así la correspondencia entre el significado de las raíces
facilidad la Biblia. En tres "claves", según dicen ellos, la del valor
hebreas y el de la forma de sus signos componentes, no tiene serie-
ideológico de las letras, la de la afinidad de las radicales, y la de
dad ni fundamento científico alguno, ya porque el valor simbólico de
las correspondencias que se encuentran, ó imaginan encontrar, del
las letras hebraicas es un mito convencional (ni aun hay entre sus
hebreo con palabras griegas, latinas, castellanas etc., formulan la
partidarios unidad de parecer sobre la equivalencia significativa),
labor hermenéutico-gramatical del hebraísta. Tales procedimientos
ya porque a u n supuesto aquél, sería completamente arbitrario y
que como recursos artificiales para recordar palabras de algún pa-
contra el buen sentido afirmar que las palabras resultasen artificial-
recido, y medio mnemotécnico auxiliar del diccionario, pueden te-
mente de aquellos símbolos combinados; mucho más cuando se tra-
ner algún valor, son, dicho se está, científicamente nulos, y ocasio-
ta de elementos gráficos independientes de la palabra, que es signi-
nados á mil inexactitudes de pretender apreciarlos en otro sentido;
ficativa en sí misma y antes de toda escritura; y más todavía, dado
inexactitudes que vendrían á resumir las falsedades doctrinales de
el cambio de significaciones en las palabras, que haría cambiar el
las tres teorías antes mencionadas, de las cuales es trasunto la doc-
valor de los signos cada vez que admitiesen nuevas acepciones con
trina de G. Blanco.
m e n t o s q u e c o r r e n desde el siglo p r i m e r o de n u e s t r a e r a h a s t a A h o r a bien, d u r a n t e los dos primeros períodos y p a r t e del
el siglo X I . Con el a r a m a i c o terciario g u a r d a n r e l a c i ó n los al- tercero, que c o m p r e n d e n toda la vida histórica del h e b r e o has-
f a b e t o s siríacos y á r a b e s , á cuyo g r u p o p e r t e n e c e n . t a t e r m i n a r el T a l m u d , no se usaron en la e s c r i t u r a más q u e las
S e g ú n esto, los libros s a g r a d o s h a n p a s a d o p o r d i v e r s a s mo- letras del alefato, sin signo a l g u n o d e vocales, los cuales se su-
dificaciones e n su e s c r i t u r a . El a n t i g u o tipo h e b r e o - s a m a r i t a n o p l í a n t r a d i c i o n a l m e n t e e n la l e c t u r a , como a u n hoy hacen los
d u r ó h a s t a el c a p t i v e r i o , f u é l u e g o s u s t i t u i d o p o r el tipo a r a - rabinos en las S i n a g o g a s leyendo el t e x t o hebreo desprovisto
m a i c o , del c u a l p o r evoluciones sucesivas resultó el h e b r e o de todo punto-vocal. Existia, pues, u n a lectura afianzada ó re-
c u a d r a d o del siglo X I . Tenemos, p u e s , u n p r i m e r periodo du- cibida, como dicen los a n t i g u o s , q u e c o n s e r v a b a la v e r d a d e r a
r a n t e el cual está e n uso la e s c r i t u r a a r c a i c a del hebreo, seme- vocalización tradicional, y con ella el g e n u i n o sentido de la
j a n t e á la fenicia, u n s e g u n d o período d u r a n t e el cual a p a r e c e L e y , por c u y a l e c t u r a e x a c t a v e l a b a n los K a r a i m , como dice el
la e s c r i t u r a a r a m e a , pero esta se u s a s i m u l t á n e a m e n t e con la T a l m u d (1). Verosímilmente la vocalización h e b r e a escrita no
a n t e r i o r , s u s t i t u y é n d o l a p a u l a t i n a m e n t e ; u n t e r c e r período e n es a n t e r i o r al siglo VI, y sus iniciadores t o m a r o n el modelo en
el cual la e s c r i t u r a a r a m e a está e x c l u s i v a m e n t e en uso y v a la vocalización siriaca, p a r a fijar de u n a m a n e r a p e r m a n e n t e
t r a n s f o r m á n d o s e h a s t a p r e s e n t a r la f o r m a q u e se dice hebrea el sentido del texto s a g r a d o . E n el T a l m u d no se m e n c i o n a n los
c u a d r a d a (1). p u n t o s vocales hebreos (2); muchos p a s a j e s del T a l m u d presu-
(1) El primero de estos períodos es anterior á la captividad, el cias de aquel sistema gráfico en el modo de escribir judaico, ó tra-
tercero es posterior á J. C.; el segundo se halla entre ambos, sin que tarse de alguna transcripción propiamente asiria —cuneiforme— de
puedan definirse sus transformaciones. Entre los rabinos es común la la Ley; pero esto ni es en sí probable, ni guarda conformidad con lo
afirmación de que Esdras introdujo la escritura cuadrada, y la Mis- que se propone significar la Mischna.
chna afirma que la ley se dió en escritura asiría. P e r o estas y otras Hemos de notar también que en la Edad media introdújose por
afirmaciones análogas, que son de todo punto insostenibles y gratui- los rabinos una forma de letra que por oposición á la cuadrada, fué
tas, vienen entendidas convenientemente, á confirmar lo que deja- llamada redonda, ó escritura de los rabinos. Un precepto del Talmud
mos dicho. La escritura aramea, en efecto, á la cual pertenece la prohibe usar en materias religiosas otra escritura que no sea la
escritura cuadrada, data de los tiempos de Esdras, en quien se re- cuadrada.
sumen (considerado como personaje colectivo) el conjunto de tradi- (1) La pronunciación hebrea de S. Jerónimo (lectura judaica) es
ciones judaicas de la captividad; y la escritura asiría, no es otra que análoga á la que tenemos hoy, á juzgar por las palabras que trans-
la misma escritura aramea que los judíos usaron desde el captiverio. cribe del hebreo al latín. Muy al contrario acontece con la pronun-
Por consiguiente la tradición judaica, de que se hace eco S. Jeróni- ciación de los Setenta, que unas veces parece egipcia, otras se apro-
mo, es la exageración del hecho histórico que dió origen al cambio xima á la g r i e g a , y en ocasiones no es una ni o t r a , como sucede
de la escritura primitiva hebraica. Al período de transición, puede cuando prescinden del valor de las consonantes al transcribir nom-
referirse lo que afirma Buxtorf en su disert. De hebraeorum litteris, bres propios. (Ejemp. Sofonias por Tsphaniha, Sodoma por Sdom,
que los hebreos tuvieron dos distintas escrituras, una sagrada ó de Samouel por Schmuel, Yesous por Yechuaj etc.) Esta pronuncia-
la Ley, y otra profana, ó para los demás usos; porque de hecho esta ción imperfecta en vocales y consonantes ha pasado de los Setenta
doble escritura corresponde al segundo período mencionado. Preten- á la Vulgata y de la Vulgata á nuestras traducciones vulgares, con
der justificar con el Talmud, con Aben-Ezra, Maimónides, los Quim- lo cual pronunciamos hoy muchos nombres propios, hebreos de una
jhies etc., como hace G. Blanco en su Diqduq, que las actuales letras manera inexacta.
hebreas son primitivas, es mostrarse tal vez más atrasado que ellos (2) Muchos rabinos y no pocos cristianos han tenido por verdad
en punto á crítica literaria. Notemos aquí (y lo advierte también de inconcusa la coetaneidad de los puntos vocales y de las consonantes
Vogué —Melang. d' Archeolog. orientale—), que la escritura he- hebreas; y han creído ver en ciertos pasajes del Talmud alusiones
braica en contacto con la aramea, sufre las mismas graduales trans- al sistema de vocalización, tomando como indicios de ello ya las re-
formaciones que la lengua hebrea en contacto con el aramaico, como ferencias que se hacen allí á la manera de leer el texto sagrado so-
se ve por lo que dejamos dicho. Dada la verosimilitud que atrás he- lemnemente, con todas las inflexiones debidas, cual si gráficamente
mos indicado de que los judíos hayan usado en su contacto con los
a*. se representasen é s t a s (en las Sinagogas, como decimos arriba,
asírios la escritura cuneiforme por algún tiempo, pudiera la escri-
siempre se leyó y lee sin vocales, y se guarda, sin embargo, lo que
tura asiría de la Mischna interpretarse en sentido de reminiscen-
dice el Talmud); ya las indicaciones referentes á palabras ó frases
ponen u n a p r o n u n c i a c i ó n diversa a n t i g u a m e n t e de la q u e nos
t e m a de vocales; el t e x t o samaritano, no tiene puntos, y sin
ofrece hoy la p u n t u a c i ó n vocal; en los a n t i g u o s Comentarios
ellos se h a conservado y leído, como señal de i n t e g r i d a d ; los
judaicos (Midrashim), no a p a r e c e vestigio a l g u n o de dicho sis-
judíos e n las S i n a g o g a s leen el t e x t o sin p u n t u a c i ó n vocal, re-
(1) Lleva por título el catálogo mencionado: Tikaron asepharim En el siglo XYI, disueltas y a las escuelas rabínicas de Es-
hacher haberit hamediqdeqim bediqduq hálachon hajaberi mizmon p a ñ a y P o r t u g a l , y con el movimiento del clasicismo, e n t r a b a
R. Yehudah Hyug bajal asepher jad hanah mechec chebaj mehot
vechelochim chanah. "Memoria de los libros de Gramática del idio-
fección) y Sepher acherachim (Libro de raíces). Del Miklol se han
ma hebreo, que compusieron los gramáticos desde el tiempo de Ju-
hecho, entre otras, las ediciones de Gersón Soncinas en Constanti-
dah Chajinh, autor del libro, hasta ahora, por espacio de setecien-
nopla, de D. Bomberg en Venecia, con notas de Elias Levita, y en el
tos y treinta años."
mismo punto y con las anotaciones de éste, la de Cornelio Adelkind.
(2) Los trabajos lingüísticos de los Quimjhies, cuya influencia se
Este último publicó también el Sepher acherachim, así como Daniel
hizo sentir en los gramáticos posteriores, intitúlanse: el de R. Jo.
Bomberg, que añadió las anotaciones de Elias Levita. De las Gra-
seph Quimjhi, Sepher azikaron (Libro de la memoria), que utiliza-
máticas de David Quimjhi y Moisés, existe, al decir de R. de Castro
ron luego su hijo David y R. Balmes para la composición de sus apre-
(ob. cit.), un códice en el Escorial con ilustraciones de Alfonso de
ciables gramáticas (Wolf y J. Buxtorf, que no están conformes en
Zamora, que contiene las dos comenzando por la de Moisés. El
sus respectivas Bibliot. hebr. y Bibliot. rabin. sobre las obras de
Miklol, á más de haber sido traducido al latín por Conrado Pellica-
J. Quimjhi, convienen en que es suyo el libro mencionado, como los
no y otros, fué extractado y compendiado en lengua latina por Ro-
críticos posteriores); el de Moisés Quimjhi, Mahalak chebih hadajat
dulfo Bayn: Compendium Miklol, hoc est absolntiss. Grammatices
(Entrada ó introducción en los caminos de la ciencia); atribúyensele
Davidis Chinhi mine psimo editum etc. Parisiis, 1554).
otras tres gramáticas más, intituladas Phetah dbarai, Chekel tob
Se ha n o t a d o no sin fundamento que l a s dos obras de David
y Sefer hithahbochet, de las cuales habla Wolf (ob. cit.). Dichas
Quimjhi, Miklol y Libro de raices, están tomadas respectivamente
tres gramáticas están inéditas; pero de la primera existen numero-
de la gramática y lexicón compuestos en árabe por el ya menciona-
sas ediciones, siendo principales, la de París, año 5280 (de J. C. 1520);
do Jonás ben Ganahh. Es observación de E. Pocock en su Porta Moi-
la de Mantua, 5326 (de J. C. 1566); dos de Venecia, y sobre todo las
sis, á l a cual debe añadirse que, á su vez, los libros de Quimjhi, sir-
de Basilea con comentarios de Elias Levita en 5295 (de J. C. 1535), y
vieron de base á otros hebraístas, entre ellos a Sanctes Pagnini en
de Leiden con notas de Const. L' Empereur, atrás mencionada. Los
su Thesaurus linguae sanclae, y para el Lexicón de Reuclin, que
trabajos lingüísticos de David Quimjhi, denomínanse Miklol (Per-
está calcado en los trabajos de aquél.
la filología h e b r a i c a e n u n a n u e v a fase m u y d i s t i n t a de las an- Los t r a t a d o s g r a m a t i c a l e s de I s a a c L e v i t a (compuestos como
teriores por el l u g a r r e l a t i v a m e n t e secundario q u e pasaba á el de Elias L e v i t a y Zamora sobre el Miklol quimjhiano); de
o c u p a r al servicio de las escuelas cristianas, y p o r los n u e v o s Martin Martínez C a n t a l a p i e d r a , r e s u m e n didáctico el más per-
derroteros q u e éstas y el renacimiento clásico le i m p o n í a n . El fecto de a q u e l l a c e n t u r i a ; de F r . L u i s de S. Francisco, quien e n
dominicano R a i m u n d o Marti y el franciscano Nicolás de L y r a su Globus canonum et arcanorum lingUae sanctae, procuró
q u e t a n t o se h a b í a n distinguido en el cultivo de la l e n g u a he- j u n t a r l a erudición de Elias L e v i t a (bien que u n t a n t o modifi-
b r e a e n los t i e m p o s medioevales, h u b i e r o n de h a l l a r e n esta cada) con el método de C a n t a l a p i e d r a ; las g r a m á t i c a s de Cinq-
época dignos é m u l o s y continuadores de sus estudios al servicio a r b r e s , de Mateo A d r i a n o , y sobreponiéndose á todas, la de
casi siempre del cristianismo. Sanctes P a g n i n i , y a q u e no por su mérito intrínseco, por el as-
Como g r a m á t i c o s h e b r a í s t a s de este siglo corresponde citar, c e n d i e n t e merecido q u e como h e b r a í s t a alcanzó e n I t a l i a y fue-
e n t r e otros muchos, á Elias Levita, quien en su Diqduq, e n su r a de ella el a u t o r del Thesaurus magnus, lleva no p e q u e ñ a
Masoreth hammassoreth, e n su libro de raíces, y demás obras su- p a r t e en el m o v i m i e n t o hebraico del siglo XVI. P e r o á quien
y a s , d e m u e s t r a (si b i e n s e g ú n los a n t i g u o s y poco sistematiza- corresponde l u g a r e n t r e t o d o s p r e e m i n e n t e , quien p u d i e r a
dos procedimientos lingüísticos) resumir toda la erudición ra- decirse jefe de la filología h e b r a i c a d e n t r o del cristianismo, es
b f n i c a de los siglos a n t e r i o r e s . F u é judío converso y u n o de los J u a n R e u c l i n , el cual con sus De rudimentis hebraicis ( P f o r -
primeros i m p u g n a d o r e s (pues el primero lo había sido F r . Rai- trheim, 1506) facilitó los caminos de la l e n g u a s a n t a , creó la
t e r m i n o l o g í a técnica, y con su c a r á t e r de h u m a n i s t a a f a m a d o
m u n d o Martí) de la a n t i g ü e d a d esdrina de las mociones hebrai-
c o n t r i b u y ó p o d e r o s a m e n t e á a s e g u r a r los derechos de ciuda-
cas, c u y a a p a r i c i ó n coloca e n tiempo del masoretismo, lo cual
d a n í a que el hebreo r e c l a m a b a en el campo de la ciencia y le
le valió r e c r i m i n a c i o n e s de los p a r t i d a r i o s de la o p u e s t a doctri-
correspondían e n el de las letras h u m a n a s .
n a , hoy del todo a b a n d o n a d a . El Diqduq de Elias L e v i t a t r a -
ducido al l a t i n p o r u n o de los primeros hebraístas d e Ale- Si el r e n a c i m i e n t o ha hecho sentir su acción e n los estudios
m a n i a , Sebastián M ü n s t e r , sirvió de n o r m a á g r a n p a r t e de hebraicos, t a l vez más q u e á éste, sea debido á la aparición del
los g r a m á t i c o s d e su tiempo. Otro judio converso, Alfonso de p r o t e s t a n t i s m o y á las luchas consiguientes, el ascendiente de
Zamora, f o r m a d o como Elias L e v i t a en la escuela de A b e n - E z r a dicha l e n g u a , y e n especial la observación c o m p a r a d a de los
y de los Quimjhies (sobre todo e n el Miklol de D a v i d Quimjhi), dialectos semíticos q u e no t a r d a r o n en a p a r e c e r . E n el estudio
r e d u j o á compendio las exposiciones g r a m a t i c a l e s de éstos en de los dialectos afines al hebreo d i s t i n g u i é r o n s e , e n t r e otros,
sus Introductiones artis grammaticae hebraicae, q u e r e v e l a n Sendel, Castell y Pocock en I n g l a t e r r a ; Ludolf y O t t i n g e r e n
e n su a u t o r cierto ineficaz i n t e n t o de a b a n d o n a r las t o r t u o s a s y A l e m a n i a ; A r i a s M o n t a n o , Zamora, J u a n Díaz P a t e r n i a n o y
poco asequibles s e n d a s de los que le h a b í a n precedido. otros muchos en E s p a ñ a ; S. Bochart en F r a n c i a ; D e Dieu en
El p r i m e r c r i s t i a n o q u e ha compuesto u n a G r a m á t i c a he- H o l a n d a , etc.
b r a i c a , f u é el e s c r i t o r italiano L a u r o Quirini, q u e publicó su Con esta índole de t r a b a j o s continuó en el siglo X V I I el
Introductio in Unguan sanctam en 1462, a n t e r i o r por consi- cultivo de la l e n g u a h e b r e a , q u e en las Institutiones sacrae
g u i e n t e b a s t a n t e s a ñ o s á la publicada por Pellicano, y cerca de linguae etc. de Vicente Trilles, t r a s u n t o m u y m e j o r a d o de
medio siglo a n t e s q u e la de Reuclin, que se han citado por al- Elias L e v i t a y Sanctes P a g n i n i , e n las Institutiones in lin-
g u n o s como los p r i m e r o s t r a t a d o s hebraicos hechos f u e r a del guam sanctam hebraicam de Blancucci, calcadas e n t r e otros,
j u d a i s m o (1). e n los dos a u t o r e s mencionados, y en los t r a b a j o s filológicos de
J u a n Drusio, h a c e p r e s a g i a r v e n t a j o s o s cambios en el método
g r a m a t i c a l . El Thesaurus grammaticus y Epitome gramm. he-
(1) En su compendioso trabajo de Letteratura hebraica afirma br aeae d e J u a n Buxtorf (padre), los escritos bien c i m e n t a d o s de
Revel que fué el primer autor hebraísta cristiano Conrado Pellica-
no (De modo legendi et intelligendi hebraea, 1503), y con mayor des-
acierto todavía atribuye Benfey la primacía á Reuclin (1506), en el en la Complutense, pues si bien la Políglota acabó de publicarse más
citado libro Geschichte etc. Anteriores á estos trabajos pudieran tarde, los estudios que aparecen en la misma comienzan en 1502, se-
decirse las Introductiones Artis Gramm, hebr. de Zamora insertas gún queda indicado.
J a c o b o A l t i n g , la Grammatica hebraea de E r p e n i o , y a u n las t o Schultens, que es el v e r d a d e r o creador de la escuela ho-
Institutiones de B e l l a r m i n o ( a m b a s a p a r e c e n c o m p e n s a d a s e n landesa, cuyo más l e g i t i m o c o n t i n u a d o r f u é Schroeder, h a
v e n t a j a s y defectos), el mismo conocido y celebrado Horologium merecido bien de los estudios semíticos e n g e n e r a l , y en espe-
hebraeum de Schickard, con o t r a s v a r i a s g r a m á t i c a s hebreas cial de los hebraicos, siquiera su sistema «hyper-arabizans»,
q u e c i e r r a n el siglo XVII, e s t á n e n su plan g e n e r a l , y salvo con el cual p r e t e n d í a explicar el hebreo y fijar su clave en el
desproporciones de exposición y a l g u n a s de método, f u e r a del arabismo, h a y a sido desechado con justicia.
sistema e s e n c i a l m e n t e empírico d e los siglos p r e c e d e n t e s (1). Schultens h a hecho r e v i v i r e n la Gramática hebrea los pro-
Los estudios comparados d e q u e hemos h a b l a d o , t o m a r o n cedimientos c o m p a r a t i v o s de J o n á s b e n G a n a h h , e n mal h o r a
c u e r p o sistemático e n el siglo X V I I I , e n el cual la escuela ho- olvidados por la escuela rabínica de t o d a l a E d a d Media, que
landesa y las escuelas a l e m a n a s l l e v a r o n m u y a d e n t r o y por el aisló el estudio hebraico d e todos l o s demás semíticos, p a r a
m é t o d o q u e entonces p r i v a b a el análisis c o m p a r a t i v o del tron- f a n t a s e a r luego doctrinas é hipótesis q u e no d e b i e r a n h a b e r
co semítico. D a n z , Schultens, JRoberston y S c h r o e d e r , h a n to- aparecido. Al mismo Schultens f u é debido q u e no llegasen á
m a d o p a r t e p r i n c i p a l en este m o v i m i e n t o (2). Sobre todo Alber- p r e v a l e c e r las d o c t r i n a s etimológicas de Gusset, X e u m a n y
Loescher, a n á l o g a s á las de Bohlio, F o r s t e r y A v e n a r i o , q u e
(1) Casi todos los mencionados conocían alguna de las lenguas r e s u r g í a n y comenzaban á hacer su camino por i n t e r m e d i o de
afines al hebreo, y varios de ellos han escrito trabajos relativos á aquellos escritores.
las mismas. Juan Drusio, á más de su Alphabetum hébraicum vetns S e g ú n los principios de Bohlio, la significación formal de
y De recta lectione ling. sanctae t r a t a De particulis chaldaicis, si-
las raices h a de ser u n substractum, u n a significación p r i m a r i a
riacis, ihalmudicis el rabinicis. Los Buxtorf, además de las gramá-
y g e n e r a l d e d u c i d a del material de las mismas, q u e se i n c l u y a
ticas mencionadas, han dejado sus Lexicón hébraicum et chaldai-
e n todas ellas, y dé la razón de a g r u p a c i o n e s diversas. S e g ú n
cum, y Lexicón chaldaicum el syriacum, con las demás obras de
uiversal erudición semítica; el primero J. Buxtorf fué digno sucesor F o r s t e r , las raices deben a g r u p a r s e por s e m e j a n z a s de f o r m a
en conocimientos lingüísticos y filológicos, del muy erudito Jorge (por sus letras) y de sonido. A v e n a r i o t r a t a b a de c o m p a r a r las
Fabrici, su maestro, primer profesor de lenguas orientales en West- l e n g u a s clásicas, l a t í n y griego, con el hebreo, por la a n a l o g í a
phalia y autor, entre otras muchas obras, de la De rerum Misch- de sonidos, p a r a fijar las etimologías hebraicas. D e F o r s t e r y
nicarum libri septem. Jacobo Alting escribió no sólo sus Funda- A v e n a r i o hemos hablado en otro l u g a r . Gusset en sus Commen-
menta punctationis linguae sanctae, sino también su Synopsis inst. tarii linguae hebr. t r a t ó de i m i t a r á los citados h e b r a í s t a s , vi-
chaldeaorum et syrarum, como Jorge Othon compuso las Synopsis niendo á s e n t a r como principio único de clasificación de raices,
del samaritano, rabínico, árabe, etiópico y persa. Cosa análoga pu- el cotejo y comparación del hebreo con el mismo hebreo, de
diera decirse del arabista Erpenio, de Schickard, y de todos los que suerte q u e por a n a l o g í a se d e d u z c a n las afinidades y se orde-
en España y fuera de ella cultivaron en los siglos XVI y XVII las
nen las voces, como él lo h a e f e c t u a d o . A este procedimiento
lenguas semíticas.
que se ha dicho empírico y «textualista», s i g u e el idealista de
(2) J. A. Danz como filólogo y crítico ocupa lugar distinguido N e u m a n , s e g ú n el cual la etimología de las p a l a b r a s , ha de de-
entre los hebraístas. Sus obras, "Sinopsis del intérprete hebreo-cal-
deo", "Gramática hebreo-caldea", el "Rabinismus enucleatus" y el
"Aditus Syriae reclusus" para conocer las lenguas siriaca, antioque-
na ó maronita, bastan para acreditarle. Alberto Schultens ha publi- árabe y hebrea. El notable hebraísta N. G. Schroeder, supo presen-
cado las Instit. ad fundamenta linguae hebrae, Vetus et regia via tar con excelente plan los trabajos de sus predecesores, principal-
hebraizandi, y demás que dejamos indicado en otro lugar, sin con- mente de Schultens, en sus Institutiones ad fundamenta linguae
tar las de carácter expositivo, y otras que se refieren á la literatura hebraeae (á las cuales se han añadido en la segunda edición las de
arábiga, como la Anthologia sententiarum arabicarum etc. Según lengua caldea), que obtuvieron favorable acogida. Además de és-
los principios de Schultens publicábase años después, la Grammatica tos y del ya mencionado de Dieu, merecen recordarse en el si-
linguae hebrae cum notis et variis quaestionibus philologicis de glo XVIII los nombres de Hiller, Hempel, Storr y, prescindiendo de
J. Robertson; entre estas "cuestiones filológicas" están, una sobre otros, el de Guarin, cuya doctísima obra Grammatica hebraica et
la naturaleza d é l a lengua hebrea, otra sobre la naturaleza de los chaldaica, pudiera apellidarse "Biblioteca hebraica" como alguien
puntos vocales, y sobre la conformidad y afinidad de las lenguas la ha denominado ya.
ducirse del v a l o r simbólico de las letras de que se componen
De la escuela h o l a n d e s a pasó el dominio filológico á la es-
c a d a u n a ; la s u m a de las significaciones ideológicas q u e s e g ú n
cuela de Halle d i g n a m e n t e r e p r e s e n t a d a por los tres Michaelis,
él y otros, h a y e n c a d a l e t r a del alfabeto hebreo, c o n s t i t u y e n
y p o r J . Simonis e n t r e otros, que h a influido p o d e r o s a m e n t e e n
la razón p r i m e r a de la etimología y significación. Tales ense-
ñ a n z a s de N e u m a n en su Génesis linguae sanctae, Clavis domus
Héber, etc., h a l a s a c e p t a d o Loescher p a r a f o r m a r su sistema E n tiempos posteriores Lowth (De sacra poesi Hebraeorum),
fijó el paralelismo c o m o nota general de la poesía hebrea, cuyo
escalonado de gérmenes, raices y familias de p a l a b r a s q u e esta-
pensamiento divulgaron Herder en Alemania (Vom Geiste d. Hebr.
blece sobre bases t a n poco serias, como él acabó por reconocer
Poesie), y Contant de la Molette (Traite sur la poésie et la musique
i m p l í c i t a m e n t e . L a b o r de Schulteus f u é y mérito suyo el hacer des Hebreux). Una conjetura indicada por el Card. Pitra sobre la
con sus obras y a c i t a d a s q u e cayesen en descrédito todas estas posible relación de la métrica hebrea con la siriaca, fué por Bickell
f a n t á s t i c a s creaciones, las cuales desdecían y a del estado gene- (Metrices biblicae regulae, y S. Ephraemi Syri carm. nisibena),
ral de la g l o t o l o g í a h e b r e a , siquiera la acción de los simbolis- convertida en tesis demostrable, según la cual pudiera decirse res-
mos d e j a s e a ú n s e n t i r sus influencias tiempos después, como los tablecida en pequeña parte la antigua explicación del verso hebrai-
procedimientos a n t i g u o s de exposición g r a m a t i c a l , las teorías co por sílabas breves y largas, aunque lejos de la métrica griega.
Conformes substancialmente con Bickell, están los trabajos de Le
doctrinales r a b í n i c a s y a u n las normas de la preceptiva l i t e r a r i a ,
Hir (Le Rhytme ches les Hebreux), de Gietmann (De Re m'etrica
sin e x c l u i r las de la poética, viniesen p e r p e t u a n d o su acción,
hebraeorum) y de Ley (Leitfaden der Metrik d. Hebr. Poesie, etc.)
s i n g u l a r m e n t e e n t r e los hijos de Israel, h a s t a el a d v e n i m i e n t o
No hace á nuestro objeto entrar en un examen detenido de la ma-
de los estudios glotológicos científicos de n u e s t r a e d a d (1). teria. Tan sólo formularemos los siguientes conceptos, resumen de
los principios que creemos más admisibles: 1.° El carácter distintivo
en la poesía hebraica, como para los versos del clasicismo griego y
(1) Punto muy discutido constituye en la Filología hebrea la de-
latino la cuantidad, está constituido por lo que desde Lowth se lla-
terminación de la naturaleza y leyes de la parte poética. Se ha que-
ma paralelismo: éste no es otra cosa que la correspondencia de un
rido reducir las formas de la poesía hebraica á las del clasicismo
verso con otro verso; correspondencia que no está en los sonidos
griego, con vano é inútil empeño. Los SS. Padres conocieron la exis-
principalmente, sino en los conceptos, los cuales ora se repiten en
tencia del verso hebreo; pero la pretensión de a j u s t a d o al metro
distinta forma en varios versos, ora se hace resaltar en ellos el con-
griego hacía fracasar sus propósitos de demostración, é inducía á
traste de una idea con su opuesta. Es una especie de rima del pensa-
creer lo opuesto de lo que intentaban sostener: la misma falta de
miento, según la cual no es posible un verso sólo, sino que se requie-
lógica que se cometía al enseñar que porque en hebreo se vislum-
re siempre uno ó más concordantes con el primero, sea reproducien-
braba la existencia de metro, éste había de ser precisamente metro
do la misma idea, sea presentando la contraposición de otra que la
griego ó latino, indujo á deducir por el contrario, que cuanto el me-
hace más patente. Dicho paralelismo ó simetría de la idea, puede
tro latino ó griego no explicaba la versificación hebrea, debía ne-
ser de varias maneras: es por sinonimia cuando dos versos se co-
garse la existencia de ésta; > no podía rehusarse la legitimidad de
rresponden expresando el mismo sentido en forma diversa, y á ve-
la consecuencia, dado el principio que se sentaba y el hecho de la
ces con gradación mental, pero subordinada á un pensamiento que
disconformidad del hebreo con el metro clásico.
se reproduce siempre. Ejemplo de ello, el Ps. 114 (primera parte
Así de una parte teníamos los que negaban la existencia de verso del 113 en la Vulgata):
hebraico, y de otra los que con Josefo Flavio, Philón, Orígenes, San In exitu Israel de E g i p t o
Jerónimo etc. nos hablan de exámetros y pentámetros, cual si se tra- Domus J a c o b —de populo barbaro:
tara de Homero ó Virgilio. S. Jerónimo, sin embargo, hacía distinción F a c t a est J u d a e a sanctificatio ejus,
entre el modo de entender la métrica en uno y otro caso (v. Praef. in Israel— p o t e s t a s ejus, etc.
Job), si bien faltábale criterio fijo en la materia, como se ve al afir- Es por antitesis, cuando el paralelismo resulta de la oposición de
mar p. ej. en el Pref. á la Crónica de Eusebio que Moisés escribió términos:
su cántico (Deut. c. 32) en exámetros y pentámetros, y al decir lue- Ipsi obligati sunt et ceciderunt;
go (Epist. 155 á Santa Paula), que está escrito éste en tetrámetros Nos a u t e m surreximus et erecti sumus.
Hi in curribus et hi in equis;
yámbicos. S. Gregorio de Nisa establece, por su parte (c. 3.° In
Nos a u t e m in nomine Domini invocabimus.
t salmos), que el m e t r o hebreo más consiste en la serie de senten- (Ps. 19.—VUL. 20).
cias, que en la serie de palabras.
Por sinesis verifícase el paralelismo cuando dos versos se com-
los progresos del semitismo: d e los v a r i o s libros d e S i m o n i s , chald.; Introd. grammatico-critica in ling. hebraeam, y Lexic.
diéronle especial r e n o m b r e sus Tabulae XIV in ling, sanctam; man. hebr. chald. E n los comienzos del siglo X I X el método se-
Arcanum form. nom. hebr. ling.; Jac. Altingii Synop. Instit.
dimiento, pues no es ésta ley de la poesía hebraica, contra lo que
pletan, y ambos vienen á resumirse en un conjunto gramatical, con algunos han creído y dicho. Dos han sido los motivos de esta equivo-
una misma relación de sujeto y verbo: cada aserción: uno la inducción imperfecta, la cual á la vista de las
L e x Domini i n m a c u l a t a rimas que aparecen en varios pasajes poéticos del texto hebraico,
—Convertens animas. se intentó convertir en regla constante de versificación. Otro, el in-
Testimonium Domini fidele tento de justificar el empleo de la rima en los tiempos modernos
—Sapientiam p r a e s t a n s p a r v u l i s contra los detractores de ella, con la antigüedad de su uso en las
Justitiae Domini r e c t a e , literaturas primitivas (entre nosotros r e c u r r e á este argumento
—Laetificantes corda: etc.
Amador de los Ríos, Hist. crit. de la lil. españ. II).
(Ps. 18.—Vul. 19).
No necesita en verdad la rima para ser reconocida como princi-
Como se deja v e r , estas tres clases de paralelismo admiten un
pal atributo y ornamento de la poesía posterior á la del clasicismo
número incontable de combinaciones y aspectos que les dan mucha
griego y latino, que tenga su base en el semitismo antiguo. Bástale
variedad y elegancia, aun sin hacer referencia á la belleza de imá-
su natural condición tan en harmonía con las lenguas vulgares; bás-
genes", y á las figuras retóricas, abundantísimas en las composicio-
tale que ella tome parte en la gloria que rodea á los nombres de
nes hebraicas. A más de esto existen otros recursos de variantes en
Dante, Petrarca, Ariosto y Tasso, á los de Racine y Corneille, á los
el paralelismo; entre ellos, la analogía de construcción, que suele
de Oppitz, Schdss, Pope y tantos o.tros, en frente á cuyos prestigios
decirse de ritmo, y que sin ser cosa regular en la poesía hebrea, se
no ha podido prevalecer el empeño de condenar la rima al anatema,
emplea no obstante en gran número de casos para evitar la monoto-
siquiera sin ella puedan escribirse poemas de indiscutible mérito, lo
nía; la alternativa de los versos, de suerte que,-á manera de nuestras
cual nadie niega.
rimas, concuerde el primer miembro p. ej. con el tercero, y el segun-
Ni negamos nosotros la existencia de la rima hebraica. Ejemplos
do con el cuarto:
claros de ésta tenemos en el Génesis (IV, 23; XLIX, 5, 6, 7, 8); Nú-
—Inebriabo sagittas m e a s sanguine,
E t gladius meus d e v o r a v i t carnes,— meros (XXIV, 5, 6); Denteronomio (XXXII, 5, 16, 17); en varios sal-
—De cruore occisorum, de c a p t i v i t a t e mos, en los Prov. (XXXI, 17, 18), y en Isaías (XXXIII, 22) etc. En los
Nudati inimicorum capitis— Jueces (XIV, 18) se nos ofrece aquella respuesta rimada de Samsón
(DEUT. 32, 42) á los filisteos después de haber adivinado el enigma, por descubrír-
Finalmente, el empleo de versos de metro distinto: selo su mujer, y que puede servir de modelo:
Dixi insipiens in corde suo Loulé' kharasch thcm be' églathi
Non est Deus.
Lo' metsa them khidathi
(Ps. 14.—VUL. 13).
Lo que sí debe negarse es que la rima sea connatural á la poesía
El paralelismo que, como hemos dicho, recae principalmente en hebrea y elemento constitutivo de la misma, porque fuera de los lu-
los conceptos, puede conservarse á t r a v é s de las traducciones bíbli- gares citados, la norma general es que no aparezca composición poé-
cas, según se ve prácticamente en los ejemplos aducidos. P e r o sien- tica rimada. De ello puede persuadirse quien quiera que se halle ini-
do esta ley poética desconocida cuando se hizo la división de los ciado en el conocimiento del idioma, leyendo la Biblia hebraica, ó
versículos en la Biblia (atribuida á Enrique Estéphano), no siempre consultando los mismos modelos que traen Bickel (Metrices biblicae
s e mantiene en las traducciones dicho paralelismo, ni por consi- y Carmina, v. 7) y los que presenta Gietmann (De Re métrica hebr.).
guiente la razón fundamental del verso.
Los latinos que, como los hebreos, no tuvieron la rima por norma
2.° El paralelismo sostenido en una serie de versos, con un ca-
de sus versos, la usaron sin embargo como éstos en ciertos casos, de
rácter común á todos ellos, da lugar á la estrofa, que no es otra
lo cual quedan ejemplos en Horacio, Virgilio, Ovidio, Propercio
cosa que un paralelismo general en que se incluyen varios particula-
Marco Tulio en la Tuscul. I, reproduce estos versos, tal vez expre-
res, de una manera análoga á las estrofas de las demás Métricas
sión de la forma poética primitiva del Lacio:
en que se incluye un número dado de versos. Las estrofas fueron
señaladas por vez primera en hebreo, por Koester (Die strophen Coelum nitescere, arbores frondescere,
oder der Parállelismns d. Verse d. Hebr. e t c . — S t u d i e n u n d Vites laetifice pampanis pubescere
Krit., 1831). Rami baccarum u b e r t a t e incurbescere.
3.° Los versos hebreos no son rimados por necesidad de proce- Los casos análogos no infrecuentes, se aumentan con las varias
v e r o de Silvestre S a y c e v i e n e A r e n o v a r el hebraísmo, cuyos c a r á c t e r científico publicados (1). Sobresale Gesenius por su
maestros y a citados, Gesenius, E w a l d , Olshausen, etc., conti- f o r m a metódica y correcta sobre u n fondo a b u n d a n t e y selecto;
n ú a n ejerciendo su i n f l u e n c i a en los t r a t a d o s g r a m a t i c a l e s de sobresale E w a l d por la a m p l i t u d de miras, criterio seguro, y
maneras de similicadencia que admitió la prosa y el verso latino. He encuentra en su Galuth Jehuda, ó Esclavitud de Judá. Pondré aquí
aquí algún ejemplo, entre los muchos que nos ofrece Horacio: sólo dos versos para que se vea esta extraña invención:
Trahuntque siccas machinae carinas Rabin. Quitiah scemor• oi meh chepas- otser bo.
Nec prata canr's albicant pruinz's... Ital. Chi nasce, muor: oimé! che pass acerbo.
Aut flore terroe quem ferunt soluta«... Rabin. Chol tov elotn. chosi- or din el tsilo.
In pias laetz's animas reponis Ital. Coito v' é 1' uom; cosí ordin' il cielo.
Aut in humbrosis Heliconis ori's De esta manera con las mismas palabras compuso una octava
Aut super Pindó, gelidove Haemo.
taliana y hebrea."
Como existen encontrados pareceres sobre los orígenes y comien- (1) Cúmplenos dirigir aquí una ligera mirada á la parte lexico-
zo del uso regular de la rima que aparece dominando en la literatu- gráfica hebraica, significado complemento de los estudios filológicos
ra latino-cristiana, así no es fácil señalar la época en que la forma respectivos, que ha sido también cultivada por los más conspicuos
rimada pasó á constituir en la literatura rabínica sistema regular gramáticos de la lengua santa. En ello los hebraístas cristianos lle-
del verso, ya que entre los árabes fué la rima usada habitualmente van sin embargo g r a n ventaja á los autores rabinos. Sin hablar de
de antiguo. Créese que ha prevalecido entre los rabinos desde el si- los Libros de raices de J. ben Ganahh, de los trabajos de David Quim-
glo VII, empleándola muchas veces en forma de tnonorrimos, según jhi, Aben-Ezra etc., los cuales, escritos en rabínico, por su método y
la afición oriental. En la Edad Media en que se versifica ya á la ma- forma no son ya fácilmente asequibles, otros como los de Alfonso de
nera tradicional, ya á la a r á b i g a (los españoles, según Alvaro Cor- Zamora y Elias Levita, que pertenecen á la restauración, dejan mu-
dovés en su Iridíenlo luminoso conocían perfectamente la versifica- cho que desear en su parte de sistema, crítica y expositiva. Con el
ción árabe en su tiempo), reproducen también los judíos los modelos Thesaurus linguae sanctae de Sanctes Pagnini, en donde procuró
rimados de la Biblia en sus varías formas. Aben Ezra en su célebre resumir y ordenar á la vez toda la erudición antigua referente al
Poema del Ajedrez (traducido al latín por Tomás Hyde), imita visi- asunto, se inicia (aunque no más) saludable reacción en la lexicolo-
blemente la rima y número del canto de Lamech en el cap. IV del gía. En el Lexicón pentagloton de V. Schindler, se sistematiza en
Génesis, y como él otros posteriores. cuanto es posible entonces, el diccionario, no sin que se echen de ver
En general la poesía rabínica, aunque abundosa (hasta 1.210 com- defectos frecuentes de claridad ya por exceso ya por defecto de expo-
posiciones de Aben Ezra cuenta haber visto reunidas Bartelocci, y sición. Sin embargo, el caudal de voces hebreas, caldeas, siriacas,
hubo muchos posteriores que le superaron) no tiene originalidad, ni rabínicas y árabes que lo constituyen, y otras que añade del persa,
en sus frecuentes imitaciones arábigas alcanza los vuelos fantásticos del etiópico etc. dispuestas alfabéticamente, danle el carácter propio
• de la poesía muslímica. Elegías, odas, madrigales, composiciones de una obra enciclopédica en orden á la lexicología semítica, y la
dramáticas, que de todo cuenta la literatura rabínica, pocas veces han hecho de gran estima entre los antiguos. Con mejor criterio que
son, dentro del mismo gusto oriental,obras de alientos é inspiración. los anteriores preparó Buxtorf (padre) su Lexicón hebraicum et chal-
De otras literaturas han tomado también los rabinos trabajos en daicum, el cual aparece ya regularizado lo mismo en la forma que
prosa y verso; las traducciones relativamente modernas de las Me- en la doctrina y en la que atañe á la acepción de las palabras. Gui-
tamorfosis de Ovidio, por Sabadai Marini, y de la Primavera de llermo Robertson propúsose resumir en su Thesaurus linguae sanc-
Metastasio, por E. L u z z a t o , muestran aún las reminiscencias de tae, no sólo el de Buxtorf, sino, como él dice, "todos los publicados
aquella forma de asimilación literaria. León de Módena puede de- hasta el día" juntamente las concordancias hebraicas, según las doc-
cirse es el poeta de r e n o m b r e que cierra el círculo de la poesía rabí- trinas de los más esclarecidos filólogos rabinos, lo cual consiguió sin
nica propiamente tal, la que ya en él aparece harto fuera del cauce duda, como puede verse en su erudito trabajo, pero á expensas algu-
del rabinismo. Como dato de curiosidad literaria que de alguna ma- na vez de la claridad y de la precisión. Leusden en su Lexicón novum
nera responde al espíritu de aquel autor, reproducimos aquí estas hebraeo-latinum no hizo otra cosa que extractar el Diccionario de
líneas del Abate Andrés (Origen,progresos etc.de toda literal. III): Robertson, acomodándose á las exigencias didácticas. El ilustre au-
"R. Jehudá Arié, comunmente llamado León de Módena, ha sido tor del Philologus liebraecus, del Philologus hebraeo-graecus y
uno de los poetas modernos más elegantes, y entre otras muchas del Philologus hebraeo-mixtus, sin hacer nuevos adelantos grama-
poesías compuso una octava en palabras hebreas é italianas, cual se ticales ni léxicos tiene el mérito de haber recopilado los anteriores
p u n t o s de vista filosóficos. A Gesenius p u e d e n t a c h á r s e l e sus método histórico, critico y c o m p a r a d o , e n c u y a aplicación está
procedimientos e x t r e m a d a m e n t e empíricos; á E w a l d , sus espe- la v e r d a d e r a n o r m a de investigaciones lingüísticas. L a s len-
c u l a c i ó n ^ sistemáticas (1). El a c t u a l m o m e n t o científico e n la g u a s semíticas, sin e m b a r g o , e s p e r a n t o d a v í a su Bopp p a r a
m a t e r i a , está r e p r e s e n t a d o por u n c o n j u n t o e q u i l i b r a d o del figurar d i g n a m e n t e al lado de las indo-europeas.
VIII
Mas si bien el renacimiento h a a p o r t a d o á la filolo- L a historia i n t e r i o r y exterior del grieg'o h a s t a los tiempos
gía elementos d e significación, f u e r z a e s r e c o n o c e r modernos, ofrece varios problemas de solución i n s e g u r a toda-
v í a . E n t r e ellos es de los principales el d e t e r m i n a r la subsis-
que distaba muy mucho de lo que d e b i e r a constituir
t e n c i a ó n o subsistencia de l o s dialectos clásicos e n el neo-
la v e r d a d e r a ciencia gramatical; y es q u e la i d e a de
estudios comparados alma de toda e m p r e s a g r a m a t i -
c a l científicamente entendida les f a l t a b a entonces (1) Aludimos á su libro intitulado iZegt zrjg gopaixTjg SiaXexzov
orí eariv ex zrjg eXXr¡vcxt]g, encaminado, como dice su título, á de-
como en los primeros tiempos de la filología g r i e g a y mostrar la filiación griega del latín.
romana. Así se explican las e x t r a v a g a n t e s etimologías (2) Bien sabido es lo que significaba en las lenguas semíticas, en
excogitadas, que recuerdan las del tiempo de V a r r ó n hebreo principalmente, el terrible capítulo de mutatione puncto-
rum, y no es menester hablar del inextricable laberinto de la conju-
y Macrobio; el estrecho criterio sobre las r e l a c i o n e s
gación griega. La declinación que en tiempo de Teodosión y Chore-
de las lenguas griega y latina únicas q u e solían ser boscos se explicaba por 56 modelos (comprendidos todos los géne-
comparadas entonces á la m a n e r a q u e lo h a c í a y a en ros) llegó á reducirse á 10 y luego á 5 y á 3, número que prevaleció
hasta nuestros días.
si bien n i n g u n o de ellos nos parece suficiente por si sólo p a r a
griego. L a escuela a n t i g u a , entre cuyos distinguidos seguido- u n a demostración adecuada en la materia. Según el método de
res se cuenta E . E g g e r , defiende la permanencia de las formas Chatzidakis el problema debe estudiarse sobre la economía fo-
nética y morfológica del griego moderno, de tal suerte que u n a
dialectales del clasicismo á través d e las transformaciones del
vez hallada explicación suficiente de los fenómenos lingüísticos
griego moderno. L a escuela nueva, no halla vestigios de esta
dentro del idioma se deseche toda intervención dialectal. Chat-
transmisión de formas, ni las descubre en el análisis fonético y
zidakis ha puesto en práctica el procedimiento y explicado las
morfológico del griego medioeval. L a primera hace del neo-
formas neo-griegas sin recurrir al clasicismo. Pero en esta prác-
griego u n a mezcla de todos los antiguos dialectos á la vez, en
tica se echa de ver fácilmente u n tránsito del orden de la posi-
especial del eólico y variantes lesbianas, jónico y dórico, sin bilidad al orden de los hechos y la falta de lógica que resulta al
e x c e p t u a r por eso los demás subdialectos y formas menos sig- establecer que u n a cosa es sólo porque pueda ser. Y sin n e g a r
nificadas. L a segunda desecha todo dialectismo del neo-griego, que en materias como la que nos ocupa, la posibilidad de ad-
explicando la morfología de éste sin intervención dialectal di- quisiciones propias hace verosímil la no intervención de las
versa, cuya conservación en las nuevas formas de la lengua ni a j e n a s , esto no basta p a r a una conclusión cierta, mientras en
aparece históricamente demostrada, ni filológicamente se llega f r e n t e á la posibilidad aludida pueda invocarse la posibilidad
á evidenciar. E n esta teoría, sobre el material del griego anti- de lo opuesto, con lo cual se explicarían igualmente las nuevas
guo con las alteraciones y mezclas consiguientes, se establece formas del idioma mencionado. En rigor con este sistema se in-
que las formas generalmente reputadas resultante de los dia- curre en una petición de principio; porque se t r a t a de demostrar
lectos clásicos, deben explicarse por reglas fonéticas peculiares la no persistencia de los antiguos dialectos, y p a r a ello se co-
del neo-griego, y en algunos casos por influencia de la analo- mienza por s e n t a r implícitamente su desaparición, al apelar A
gía. Es i n n e g a b l e que esta explicación basta teóricamente para u n método en que se prescinde en absoluto de su existencia.
solucionar el problema, y que con ella puede responderse á to-
dos los reparos de los partidarios de la a n t i g u a escuela; pero Según el método de Psichari debe estudiarse el griego de
la Edad Media comenzando en el siglo X, y no hallándose en
la cuestión de la subsistencia ó no subsistencia de los dialectos
los monumentos de entonces y siglos posteriores influencia dia-
clásicos es sobre todo histórica, y á la vista de los hechos sola-
lectal, puede concluirse que el griego moderno 110 participa de
mente p u e d e resolverse. Estos á primera vista pudieran repu-
ella. Este procedimiento puede sin duda aplicarse á g r a n n ú -
t a r s e f a v o r a b l e s á la a n t i g u a escuela, toda vez que no faltan,
mero de casos; pero la inducción se halla b a s t a n t e incompleta
sobre todo en las viejas inscripciones, muestras de la persisten-
desde el momento en que se considera que este sistema no tiene
cia dialectal; pero en rigor lejos de demostrarse con datos se- aplicación en los casos en que faltan documentos medioevales
m e j a n t e s la influencia de dichos dialectos en el griego bizanti- p a r a observar ciertas formas que p u d i e r a n muy bien ser resul-
no, se p r u e b a con ellos su extinción gradual y el retroceso y tantes de los dialectos. Por otra p a r t e nada obsta p a r a que u n a
desaparición p a u l a t i n a de las formas clásicas ante las propias forma dialectal desaparecida en los documentos del siglo X y
y p r e p o n d e r a n t e s del neo-griego. Cuando se han aducido tales posteriores, haya antes de esa época ejercido su influencia fo-
a r g u m e n t o s e n favor de la subsistencia clásica en la morfolo- nética y morfológica en el idioma, y perseverado por lo menos
gía helénica medioeval, no se ha reparado en que las formas virtuálmente en el l e n g u a j e oral.
a n t i g u a s no h a n podido desaparecer repentinamente del len-
El método de Sóphoclis, adoptado en general por Pernot y
g u a j e , y q u e p o r lo mismo su permanencia en tiempos poste-
por otros, es análogo al precedente, si bien más ámplio y com-
riores acusa u n resto de tradición accidental más bien que un
pleto. Consiste en observar la marcha de la Gramática helénica
influjo activo y eficaz en el nuevo idioma de la Grecia; y esto
desde la época a l e j a n d r i n a , y seguir á través de ella, mediante
es lo q u e evidentemente se deduce de la a t e n t a observación de
las inscripciones, las manifestaciones dialectales hasta su total
los hechos q u e m a r c a n u n descenso creciente de los restos dia-
desaparición del neo-griego. Xo nos consta la fecha de muchas
lectales, los cuales a p a r e c e n con frecuencia aislados y de todos inscripciones, ni éstas se refieren á todas las regiones, ni á todo
modos infecundos, hasta su total desaparición. el l e n g u a j e griego. Pero esto que puede hacer insegura en al-
Por varios caminos se h a ensayado llegar á esta conclusión
que aceptamos con los partidarios de la nueva escuela helénica,
g ú n caso la aplicación del procedimiento, no i m p i d e sus g a r a n -
t í a s de v e r d a d (1).
P a r a t r a z a r el c u a d r o más a p r o x i m a d o posible de las rela-
ciones clásicas y neo-griegas, u n procedimiento v e r d a d e r o y
(1) E n L e s inscriptions de Paros d e l c i t a d o P e r n o t (Biblioth. de a d e c u a d o debe j u n t a r los métodos p r e c e d e n t e s , i n v e s t i g a n d o
VEcole des Hautes Eludes, t. 92), encontramos la aplicación detenida por medio de los liltimos los hechos lingüísticos, y considerando
del procedimiento á buen número de selectas inscripciones g r i e g a s por el p r i m e r o la eficacia y a p t i t u d del idioma g r i e g o p a r a los
tomadas de Kirchhoff, Kaibel, Kauer etc. Con las más antiguas de fenómenos q u e ofrece, y a que la g r a m á t i c a histórica ha de re-
éstas hace ver claramente Pernot la extinción gradual del dialecto
s u l t a r de la v i d a i n t e r i o r del l e n g u a j e y de las circunstancias
jónico en Paros, y el predominio sucesivo de las formas comunes que
hubieron de sustituir por completo á las formas dialectales. Y aun- exteriores e n q u e ésta se desarrolla. P o r este método ecléctico
que en inscripciones menos antiguas de la misma procedencia (ante- e j e c u t a d o c o n v e n i e n t e m e n t e sobre la historia interior y e x t e r i o r
riores en algo más de un siglo á la era cristiana) se hallan todavía del g r i e g o , p u d i e r a deducirse con toda verosimilitud cuál h a y a
influencias innegables de los dialectos, es de advertir que su empleo
no corresponde en manera alguna al lenguaje usual, sino al poético
y literario. Por esto tal permanencia dialectal es más ficticia que cuantía á nuestro objeto. En el cit. vol. 92 de la Bibliot. de altos es-
real, más convencional que histórica; y su mismo empleo limitado á tudios puede verse una buena traducción al griego moderno hecha
la forma poética y no moderado por otras normas que las arbitrarias por Pernot de esta inscripción, que permite comparar uno y otro
del que escribe, es evidente prueba de que en realidad los dialectos lenguaje helénico.
cedían ante el lenguaje común y sólo podían conservar la vida arti- En la inscripción métrica transcrita aparecen á primera vista re-
ficial y efímera que dichas inscripciones revelan. Como ejemplo del unidas en confuso conjunto formas dóricas y jónicas, formas pura-
aludido género de lenguaje mixto dialectal puede servir la elegante mente poéticas y formas comunes, indicio seguro de que los dialectos
inscripción de Dionisio Magnees, diálogo sepulcral en que una mu- caminaban á la extinción. Formas dóricas, como £a>ag—v. l.°—; cpíXa
jer, Socratea, cuenta el prematuro y desgraciado fin de sus días: —v. 10.°—; ZQiooag —v. 11.°—; yovav —v. 12.°—; avzá —v. 14.°—;
Kovga —v. 15.°— Formas jónicas, como oéo —v. 1."— (OEV, OEIO, aéo
a « P g á f e zívoe yovéog, aéo z' olivosa xal nóoiv avSa
en Homero y Heródoto); ovvofia —v. 3."—; ézécov —v. 11.°— (forma
Kal XQÓvov elné, yvvai, xal nóXscog o&ev si. de genitivo que si se ha querido hallar en la prosa ática, ha sido sin
P NsíxavSeog ysvézcoQ, nazglg Háeog, ovvofia 8 ' tfv fioi
motivo justificado y serio); XéXoyXa —v. 14.°—; Evosfiécov —v. 16." ;
2caxQazéa' tp^ifiév-qv HaQ^svíoiv 6' e&étb jzaeEQXo¡xÉvoioi —v. 17.°— (desinencia poética que alterna en las ins-
2vvXsxzeog zvfifica pe- Xáglv dé poi ¿Ónaas rrjvde, cripciones con la terminación en oig). Formas de carácter poético,
EvSóÜov £coag f¿vij/¿a xal ¿aaofiévoig. como nóoiv —v. l.°— (aunque se halla alguna vez en la prosa y úsa-
Kal FIE JTLXQÁ, VEUQOLO feécpovg acpvXaxzog, 'Egeivvg lo Aristóteles, es harto raro su empleo); OvSa —v. l.°— (en Homero,
AI/XOQVZOIO zEqnvòv E'XVOE
vóaov plov Píndaro y los trágicos); yevérajg — v . 3.°— (en Eurípides, aunque al-
Ov& ' VJV ' èpaìg áSsTai zò vrjniov èg cpáog ijyov, guna vez en Aristóteles y Heródoto); <p&ifiévr¡v —v. 4.°—; OVVXEXZQOS
10 'All' ino yaozQÌ cpíXa xsv&szai év <p&i¡¿évoig. —v. 5.°—(Eurípides y Luciano); tinaos —v. 5.°—; éaojiévoig —v. 6.°—;
aí[A.ó(>vzoio —v. 8.°—; cpáog —v. 9.°— (en la prosa es usada en los ca-
Tgiaaas EX SsxáSog Sé jcQÒg e | EZECÜV xeóvov fiX&ov,
sos oblicuos); cpíya —v. 10.°— (no usado en la prosa en el sentido de
'AVSQI zéxvcov ápasvonaióa
Xmovoa yováv.
pronombre poses, que tiene); xEvd-srai (en Homero y Eurípides, y sin
Aiaaà dé nazQÍ Xcnovoa xal 1/XEQZCÒ OVVO/XEVVCO
uso en l a prosa). Formas comunes, como zívog —v. l.°—; yovéog
Avzà ino ZQizázco ZOVSE XéXoyXa ZÓJIOV.
—v. I.0—; nóyscog —v. 2.°—; et —v. 2.°— (jon. elg); r¡v —v. 3.°— (jon.
15 y 'AXXÀ av, nanPaoíXeia -&EÚ, JZOXVCÓVV/ÍE KOVQU,
ET¡V); zrjvds —v. 5.°—; fívfjfía —v. 6.°— (y las demás que se contrapo-
TrjvS' ay' EJZ' Evoefiéwv XWQOV ¿Xovoa X£QÓG. nen por la vocalización á las formas dóricas s e ñ a l a d a s ) ; vóaov
Totg dé naQEQxofiévoioi &eòg zègyjiv zivà dolrj (jon. vovaov —v. 8.°—; Siaaá —v. 13.°— (jon. <5i£ó) etc.
E'ijzaoiv Xa¿QEiv ZcaxQazéa xazà yfjg.
(Aiovvvoiog Máyvr¡g noir)zr¡g sygayjEv). Análoga mescolanza se echa de ver en otras inscripciones, las
cuales confirman lo que manifestamos arriba sobre la no existencia
Tal es el texto como lo presenta Boeckh, que reproduce Pernot de la acción dialectal en la formación de griego moderno, una vez
con las variantes de Jacobs y Kaibel, las cuales no son de mayor perdido el ascendiente y carácter que á los dialectos había corres-
pondido.
r
T Í -345-
sido el proceso de su transformación hasta nuestros dias, y este tados tiempos del Lacio. Es doctrina á la cual conducen las
criterio el que en definitiva llegará á imponerse por lo menos afirmaciones de F u c h s y de Seelmann, entre otros, si no es que
prácticamente. deba decirse f u n d a m e n t o de sus clasificaciones en la materia.
De todas suertes las observaciones hechas en u n a 11 otra for- El primero de dichos extremos no necesita hoy ser refutado,
ma hasta hoy, permiten establecer que si queda la persistencia pues los datos históricos que ora nos demuestran la existencia
dialectal lexicológica en neo-griego por conservación directa é de u n l e n g u a j e v u l g a r , llámese rusticitas, peregrinitas itáli-
indirecta de elementos del vocabulario de los dialectos anti- ca etc., ora nos presentan ejemplos concretos del tal latín vul-
guos, la morfología, la fonética y la sintaxis en la g r a m á t i c a g a r en la a n t i g ü e d a d romana; que nos ofrece ya monumentos
neo-griega es i n d e p e n d i e n t e de los antiguos dialectos y apare- escritos sobre todo epigráficos donde es dado hallar la latinidad
ce derivada de las f o r m a s del griego común. rústica, y a ejemplares de contaminación dialectal itálica del
oseo, ombrio, sabelio, piceno y demás v a r i a n t e s , constituyen
Como en la transición del griego antiguo al griego bizanti- p a r a quien no cierre los ojos á la evidencia, prueba irrecusable
f en favor de un latín v u l g a r hablado mucho tiempo antes no sólo
no, asi en el tránsito del latín clásico al latín románico ofrécen-
se problemas filológicos de 110 fácil solución, y sin d u d a más de la caída sino de la constitución del Imperio romano. Y 110
complicados en la historia de la lengua latina que en la del podía menos de suceder así, si la vida de la lengua latina no ha-
idioma helénico. bía de constituir u n a excepción singularísima en cuanto á la
Las múltiples encontradas opiniones á que dieron lugar los desmembración n a t u r a l de los idiomas y su renovación y alte-
fenómenos lingüísticos de las varias edades de la latinidad son ración proporcioual al medio social en que se mantiene. Las in-
prueba de la i n c e r t i d u m b r e de sus evoluciones, la cual insegu- vasiones militares tan frecuentes y significadas en los primiti-
vos tiempos de Roma, los cambios de poblaciones coloniales, las
ridad reina todavía á pesar de los trabajos que hubieron de rea-
deportaciones de pueblos casi íntegros, las emigraciones é in-
lizarse con sostenido empeño sobre la materia.
migraciones entre los habitantes del Lacio y los itáliotes del res-
Prescindiendo de a n t i g u a s explicaciones sobre la formación
to de la península, la admisión de estos últimos en las legiones,
del romanismo, a l g u n a de las cuales puede remontarse hasta
la extensión á los mismos del jus connubii y en g e n e r a l todos
los tiempos de S. Isidoro, y q u e con el renacimiento (desde
los medios de administración y régimen centralizadores em-
Leonardo Bruni) aparecen más ó menos superficialmente plan- pleados por Roma, conducían necesariamente á la difusión del
teadas, hallamos y a d e n t r o de la época de la Filología compa- latín al mismo tiempo que á su alteración sucesiva á través de
rada teorías ciertamente inaceptables. Dos extremos principal- las regiones dominadas.
mente encontramos e n t r e los modernos acerca de la época de la
formación del latín v u l g a r , á los cuales siguen otros varios de No es más aceptable tampoco el segundo extremo señalado,
igual suerte menos probables sobre la manera como hubo de que distingue el latín v u l g a r del literario cual dos idiomas co-
constituirse y la cronología de sus elementos diferenciales. laterales y de evolución paralela. Ninguno de los monumentos
El primero de aquellos extremos confundiendo el latín vul- conservados del latín literario y del latín vulgar autorizan para
g a r con el denominado bajo latín de la media é ínfima latini- establecer una distinción t a n m a r c a d a y p a r a separar u n len-
dad de las escuelas y de la vida oficial posterior á la caída del g u a j e del otro. Ni el pueblo itálico hablando latín ha creído
Imperio, t r a e hasta las ruinas de éste los orígenes de aquel nunca poseer otro idioma que el de la Roma culta, siquiera tu-
l e n g u a j e . Opinión q u e Max Müller no dudó suscribir, á la cual viese sus variantes, ni las inscripciones de las provincias compa-
vienen á p a r a r Steinthal y P o t t con su criterio de mescolanza radas con las inscripciones de Roma aparecen constituyendo
lingüística en la fusión de las l e n g u a s romances, y que en gene- dos latinidades vaciadas en moldes diversos, ó con caracteres
ral es fondo común p a r a los partidarios de las invasiones helé- diferenciales qxie 110 sean de suyo reducibles á u n tipo inmedia-
nica, céltica ó g e r m á n i c a en el latinismo como razón diferencial to común y de explicación fácil dadas las condiciones del latín
de los idiomas de la romanía. El otro extremo está representa- en el pueblo y del latín en las letras. Todos los argumentos que
pueden aducirse contra la afirmación de que el latín vulgar es
do por los que contraponiendo el latín v u l g a r al latín literario
posterior á la caída de Roma, fundados en la existencia de este
hacen ambos l e n g u a j e s de formación paralela en los más apar-
latin en épocas precedentes, sirven i g u a l m e n t e contra los sos- habrá de alterarse el idioma latino cuanto más alejado se ha-
tenedores de la aserción que venimos i m p u g n a n d o , con sólo es- lle de su centro, y h a b r á de conservarse más de su intensión
tablecer sobre ellos u n examen comparativo de dicha latinidad cuanto v a y a más lejos su extensión. Los hechos en efecto que
y de la latinidad literaria de la cual viene á ser una simple va- son en este punto el medio legítimo de resolver, están sin duda
riante. en favor de esta última doctrina, y nos hacen ver que el latín
se ha alterado incomparablemente más pronto en contacto con
P a r a colocarnos, pues, en el verdadero camino sobre la ma-
los dialectos itálicos, que en regiones a p a r t a d a s á donde si tar-
teria es menester comenzar por reconocer la u n i d a d del latín
dó más en l l e g a r , también se mantuvo con más seguridad y
saliendo del territorio del Lacio con el mismo carácter invasor
persistencia relativa en sus formas. En rigor 110 es esto más
que distinguía á los que allí lo hablaban, y sufriendo las trans-
que el fenómeno n a t u r a l que se observa en todas las l e n g u a s
formaciones inevitables resultado del choque con los varios len-
cuando traspasan sxi territorio primero; si en el medio social á
g u a j e s de las regiones cuyo dominio i n t e n t a b a n alcanzar. El donde son trasladadas se habla un l e n g u a j e próximamente em-
viejo latin trasplantado á las provincias itálicas y sucesivamen- p a r e n t a d o con el que de nuevo se introduce, la asimilación mu-
te á las múltiples colonias de Roma, 110 podía mantenerse ni se tua no t a r d a en aparecer, con el detrimento consiguiente en la
sostuvo en su tipo primero, ni entró en las diversas comarcas de integridad de las lenguas que se encuentran; pero l a s dificul-
la romanía en las mismas condiciones, ni desplegó las mismas tades p a r a la fusión ó contaminación de formas y por lo mismo
energías en las regiones conquistadas, ni acabó á u n mismo, p a r a la alteración lingüistica, serán por el contrario tanto ma-
tiempo con el habla propia de los sometidos. De a q u í que no yores cuanto aquellos idiomas estén e n t r e si más distanciados.
p u e d a presentarse u n a norma absoluta, si no m u y relativa, de El latin, pues, hubo de sufrir sus alteraciones no proporcional-
la cronología latina, y que con ser la latinidad v u l g a r de u n a mente á la distancia de los puntos á que llegó, sino en relación
a n t i g ü e d a d indisputable en conjunto, ofrezca de hecho tantas con la mayor ó menor proximidad de las lenguas con que encon-
alternativas como cuerpo lingüístico, cuando se busca su ra- tró; y siendo en general los antiguos dialectos itálicos más si-
zón genética sobre el viejo latín de donde proviene; de aquí milares al latin que las lenguas de otros países más distantes,
igualmente que con ofrecer v a r i a n t e s muy significadas en los dicho se está que la alteración dialectal hubo de verificarse á la
países colonizados, no pueda contraponerse en condición de inversa de lo que dice Sittl, y de conformidad con lo que deja-
l e n g u a j e diverso al l e n g u a j e del Lacio, del cual apenas pudie- mos indicado.
r a decirse formación dialectal.
Cual haya sido la m a n e r a de constituirse el latín v u l g a r al En cuanto á la gradación evolutiva de la lengua del Lacio
contacto con formas lingüisticas e x t r a ñ a s , es también objeto p a r a l l e g a r al romanismo g e n e r a l , si bien l a s explicaciones
de discusión filológica. Dada la v e r d a d de u n a época de latini- convienen en una norma genérica de transición dialectal, no
dad única, cabe p r e g u n t a r si al perder ésta su integridad con asi en la determinación concreta de ésta. Fuchs (Die román.
Sprachen in ihrem Verhält, zum Lat.), admite un latin litera-
el fraccionamiento del latín v u l g a r , se ha dado l u g a r á u n po-
rio como lengua uniforme ó mejor uniformada; un latín vulgar
lidialectismo originario que se haya difundido por modo cada
polidialectal y sin unidad alguna, variando en cada provincia
vez más divergente y alejándose siempre de su centro prime-
y en cada región de u n a misma provincia; y finalmente un la-
ro, ó se ha mantenido dentro de normas determinadas la evo-
tin popular (Volkslatein), ó sea el sermo rusticus hablado en
lución lingüistica sin seguir aquella dirección. L a teoría de
el Lacio y transmitido por las legiones á las provincias conquis-
Sittl (Die lokálen Verschiedenheiten der lat. Sprache) que esta- tadas, donde vino á ser como l e n g u a j e semioficial é intermedia-
blece dicha expansión creciente polidialectal p a r a la difusión rio de los dos extremos de latinidad indicados, el latín litera-
del latín, conduce á la conclusión por él mismo aceptada, de rio y el latin múltiple, v u l g a r ó provincial. Esta misma teoría
que cuanto más lejos vaya el latín y más diste de su centro pri- es aceptada por Seelmann (Ausspr. des Latein) y por otros pos-
mitivo, más habrá de alterarse v desfigurarse, perdiendo en teriores, entre los cuales puede contarse también F. Stolz (His-
intensión lo que v a sucesivamente g a n a n d o en extensión. Por torische Gramm, der lat. Sprache).
el contrario, no admitiendo tal f u e r z a expansiva, la conclusión
puede ser la inversa de la precedente; esto es, q u e tanto menos Por su parte J o r d a n (Kritische Beitr.) distingue un latín
clásico, que era el de los literatos romanos; u n latín municipal,
l e n g u a j e semipopular de unidad en el conjunto, usado en la p a r a establecer la gradación de las fases de latinidad, lo cual
vida oficial en las provincias; y un latín rústico sin u n i d a d , las hace en g r a n parte sujetivas; en la deficiencia de compro-
que era empleado por el pueblo bajo y en las poblaciones ru- bantes que justifiquen debidamente las diversas formas lingüís-
rales. El latín municipal intermedio entre el oficial y el rústico, ticas que se establecen, y en la v a g u e d a d misma de la palabra
f u é el f u n d a m e n t o de las lenguas romances según esta opinión. latín vulgar, cuyo alcance no es igual p a r a todos, ni aparece
De u n a m a n e r a análoga, abandonando sus primeras doctrinas, definido convenientemente, ni es posible describir sin colocarse
vino ú l t i m a m e n t e Sittl á defender una triple latinidad en esta en u n punto de vista de a l g u n a m a n e r a convencional. Todo
forma: el sermo cottidianus sive consuetudo, ó sea el latín de ello hace que t e n g a n p a r t e legitima y aceptable todas las men-
las letras y de la alta sociedad; el oppidanum genus dicendi, ó cionadas opiniones y p a r t e inadmisible y g r a t u i t a , según como
l e n g u a j e menos correcto usado en los municipios, empleado pol- se consideren. Asi la teoría de Fuchs y Seelman envuelve el
los magistrados etc.; y la rusticitas de la gente del campo di- defecto g r a v e de separar totalmente y g r a t u i t a m e n t e el latín
versa en cada localidad y múltiples por lo mismo en todo el literario y el v u l g a r , pero está en la v e r d a d al colocar como
Imperio. Sittl pretende explicar por el oppidanum genus di- base del Volkslatein el latín del Lacio, de donde deoian tomar
cendi el l e n g u a j e casi uniforme de las inscripciones de las pro- colorido especial permanente todas las variantes latinas poste-
vincias romanas; pero, como advierte Mohl, el verdadero latín riores. Las doctrinas de J o r d á n , Sittl etc. tropiezan con el in-
v u l g a r según sus principios no puede ser otro más que la rus- conveniente de una doble inverosimilitud: la de hacer sucum-
ticitas polidialectal aludida. Y esto es el punto en que vienen á bir los idiomas de las provincias a n t e el impulso desigual é
discrepar totalmente la doctrina de Sittl de la de J o r d á n en inestable de u n l e n g u a j e oficial y de curia, s e g ú n el primero,
orden á la constitución del romanismo. F. J . Mohl (Introd. á la ó bajo la acción no menos débil é ineficaz del latín rústico, se-
chronolog. du lat. vulgaire — e n la Biblioth. de 1' Ecole des gún el segundo; y la de buscar en simples latinismos oficiales
una f u n d a m e n t a l gradación más del l e n g u a j e , lo cual resulta
Hautes Etudes, vol. 122)— establece como base del latín vul-
insubstancial y casi ridiculo. Pero llevan la v e n t a j a el segundo
gar, el latín de las regiones de Italia ya alterado por la acción
en remontar A lc^ orígenes mismos de la colonización romana
de los varios dialectos, sin la intervención directa del latín de
los principios del latín v u l g a r , y el primero en establecer fun-
las demás regiones, y propone que se denomine aquel latín
dadamente las concordancias del latín de las inscripciones y
itálico por oposición al latín rústico de éstas. L a peregrina in-
del latín popular como preliminar de su teoría, llegando á con-
solentia, pues, de que habla Cicerón y que aconseja ha de evi- cluir la identidad de sus lineas generales de la latinidad v u l g a r
tarse de igual suerte que la rustica asperitas (De Orat. III, XII), y de la epigráfica de la época imperial en todas las regiones
señalaría según eso lo que pudiera decirse peregrinitas itálico,„ del Imperio, con lo cual aparece que el latín de las inscripcio-
ó sea la mezcla más ó menos a c e n t u a d a de elementos dialecta- nes dichas representa el latín popular de las provincias roma-
les itálicos, del oseo, ombrio, sabino etc., cuyo conjunto hubo nas en la época s e ñ a l a d a . L a doctrina de Max Bonnet hace
de esparcir luego los gérmenes del latín vulgar. constar la verdad de un latín primitivo centro de todo el mo-
F i n a l m e n t e Max Bonnet (Le latín de Grégoire de Tours), vimiento de la lengua en las diversas etapas de su historia, pero
a p a r t á n d o s e de las corrientes hacia el polidialectismo que in- e x a g e r a n d o su unidad de tal modo que es menester n e g a r la
cluyen las anteriores opiniones, establece coifio tesis que el la- historia misma p a r a asentir á las aseveraciones de aquel escri-
tín hablado en el imperio romano, en el cual están redactadas tor. Representa su teoría el extremo opuesto al de las que lle-
las inscripciones de donde brotaron las lenguas del romanismo, v a n á las formas varias del latín u n a autonomía casi absoluta,
no es otra cosa que el latín literario articulado por la masa po- y por lo mismo su defecto está en no reconocer lo que hay de
pular, y por lo mismo que en realidad y hablando en rigor no verdadero en estas teorías, como su mérito es el oponerse á las
existe latín v u l g a r distinto del latín clásico, ni han lugar las exageraciones polidialectales de las mismas.
gradaciones múltiples que se i n t e n t a n establecer.
Si se inquieren las causas de las divergencias de estas teo- •Tenemos, pues, en conclusión, que el latín v u l g a r no puede
rías, hállanse desde luego en la falta de un legítimo criterio considerarse como u n a l e n g u a especial f o r m a d a del latín lite-
rario, ni tampoco puede confundirse con el mismo latín litera-
ción lingüística, en las otras provincias del Imperio t e n d í a s e á
i'io e n la significación o r d i n a r i a de la p a l a b r a . S o n las fases
r e a l i z a r la misma unificación por el p r o c e d i m i e n t o contrario,
históricas d i v e r s a s por más de u n concepto q u e o f r e c e la len-
i m p o n i e n d o el latín con c a r á c t e r oficial, y t r a t a n d o de expul-
g u a p r o p i a de l a r e g i ó n a n t i g u a del Lacio al p r o p a g a r s e e n t r e
s a r los idiomas i n d í g e n a s por medios calculados q u e desde los
los demás pueblos Ítalos p r i m e r o , y al e x t e n d e r s e lueg'o á las
tiempos de A u g u s t o se e m p l e a r o n c o n s t a n t e m e n t e . L a substi-
provincias del I m p e r i o , en c u a n t o se refieren á la m i s m a lati-
t u c i ó n de l e n g u a j e s en I t a l i a como m á s n a t u r a l y e s p o n t á n e a ,
n i d a d e n su tipo p r i m i t i v o . E n el l a t í n v u l g a r no p u e d e buscar-
f u é l e n t a y t a r d í a ; la q u e se ensayó en todas las r e g i o n e s de la
se u n i d a d histórieo-genética ni u n i d a d l é x i c a , p o r c u a n t o las
romanía, artificial y e s t u d i a d a , llegó p r o n t o á realizarse de
e t a p a s de esta l a t i n i d a d v u l g a r tienen su r a z ó n de ser e n el
u n a m a n e r a casi a b s o l u t a ; en el tiempo que corre desde el si-
contacto lingüístico del l a t í n con idiomas de otros pueblos, el
glo I al IV de la E r a cristiana consiguióse l a t i n i z a r a ú n las
cual ni h a sido simultáneo en las r e g i o n e s s u c e s i v a m e n t e su-
provincias más l e j a n a s del Imperio, p u d i e n d o decirse q u e á la
b o r d i n a d a s á Roma, ni ha estado s u j e t o á las mismas vicisitu-
caída d e éste habíase a c a b a d o la obra de latinización, siquiera
des, ni finalmente podía producir i g u a l e s f e n ó m e n o s de a l t e r a -
q u e d a s e n raros e j e m p l a r e s de l e n g u a s a n t e r i o r e s , de los cuales
ción siendo t a n diversa la condición d e los idiomas con q u e
algunos, como el vascuence en E s p a ñ a , v i v e n t o d a v i a . E s t a
hubo de e n c o n t r a r el l e n g u a j e r o m a n o . L a h i s t o r i a , p u e s , del
misma m a n e r a artificial y r á p i d a de r o m a n i z a c i ó n de las pro-
l a t í n v u l g a r comienza con la historia del v i e j o l a t í n del Lacio
vincias c o n t r i b u y ó no poco á q u e las l e n g u a s b á r b a r a s p a r a los
al e x t e n d e r s e e n t r e los dialectos itálicos; d e a q u í n a c e p r i m e r o
romanos, ejerciesen influencias h a r t o t r a n s i t o r i a s sobre el la-
u n a como c o n t a m i n a c i ó n del l a t í n con dichos dialectos, l u e g o
t i n , y en g r a d o m u y inferior til de los dialectos itálicos sobre
u n a asimilación s e g ú n el c a r á c t e r de éstos, y finalmente u n a
dicho idioma. Mucho se h a escrito y hablado, á fin de e x p l i c a r
cierta absorción del latinismo, con lo cual se o r i g i n a r o n las va-
la formación del l a t í n v u l g a r , por las contaminaciones l é x i c a s
r i a n t e s q u e podremos llamar dialectos latino-itálicos, f o r m a d o s
y fonéticas de éste con las l e n g u a s i n d í g e n a s en la v a s t a domi-
á s e m e j a n z a de los tipos absorbentes, p e r o q u e e n ú l t i m o tér-
nación r o m a n a ; pero es lo cierto q u e los esfuerzos y solicitud
mino s e ñ a l a b a n el t r i u n f o definitivo del l a t í n y a b r í a n el cami-
de los romanistas e n s o r p r e n d e r reminiscencias célticas, ibéri-
no de la corrupción y de la extinción p a r a los l e n g u a j e s anti-
cas, p ú n i c a s , e t r u s c a s etc., sólo h a n servido p a r a e v i d e n c i a r
guos. El latín e n t r e los pueblos sabélicos comenzó su influencia
q u e si estos idiomas s i n g u l a r m e n t e el céltico por sus afinidades
m a r c a d a a n t e s de la Guerra social, por lo m e n o s como l e n g u a -
con los dialectos itálicos, h a n d e t e r m i n a d o la elaboración de
j e oficial, según lo d e m u e s t r a n m u l t i t u d de inscripciones adu-
ciertas f o r m a s del latín v u l g a r y h a n influido en la onomatolo-
cidas á este objeto p o r Mommsem, sin q u e l l e g a s e á d o m i n a r
g-ia geográfica, ha sido m u y escasa la importación de sus ele-
p o r completo, sin e m b a r g o , y sin excluir el uso de las l e n g u a s
m e n t o s p a r a constituir la l e n g u a g e n e r a l del romanismo. Es
de dichos pueblos en la vida común, de lo c u a l q u e d a n p r u e b a s
esto u n hecho que merece ser tomado en c u e n t a c o n t r a las afir-
concluyentes e n la e p i g r a f í a prelatina de los sabelios. El om-
maciones corrientes, y en el cual se h a n fijado y a T h u r n e y s e n
brio e n t r ó sin dificultad e n alianzas con la l e n g u a del Lacio,
(Keltoromanisches), S e h u c h a r d t (Litteraturblat Germ. Román.
las cuales e r a n f a c i l i t a d a s por las c i r c u n s t a n c i a s de los pue-
Phil. —1885—) y ú l t i m a m e n t e F, G. Mohl íChronologie du lat.
blos que h a b l a b a n a q u e l l e n g u a j e y por las a f i n i d a d e s del mis-
vulg.J.
mo con el l a t í n . F i j a r la cronología de t r a n s f o r m a c i ó n lingüis-
t i c a , es cosa m u y a v e n t u r a d a , y a c e r c a de la c u a l sólo se pro-
c e d e por c o n j e t u r a s . El oseo f u é sin d u d a e n t r e los dialectos Sin n e g a r el influjo, más transitorio q u e p e r m a n e n t e , de las
itálicos el q u e más se resistió al influjo latino, c o n t i n u a n d o su l e n g u a s a n t e r i o r e s á la invasión del l a t í n (1) al e n c o n t r a r s e con
dominio p u j a n t e a u n e n el tiempo dé l a G u e r r a social, y ejer-
ciendo después de ella influencia b a s t a n t e d u r a d e r a , a u n q u e
(1) Sería extremar las cosas en demasía negar como hace Mohl
q u e b r a n t a d a p a u l a t i n a m e n t e por las i n v a s i o n e s l a t i n a s q u e al (ob. cit.), toda acción fonética sobre el latín al habla de cada pueblo
fin h u b i e r o n de rendirlo. « sujeto á la dominación romana; pues la lengua que al salir del Lacio
pudo ser influida por los dialectos itálicos, como el profesor de Pra-
Mientras asi se e f e c t u a b a la latinización de los pueblos itá- g a reconoce y es evidente, también al salir del territorio itálico, pu-
do igualmente experimentar el influjo de extraños lenguajes, siquie-
licos llevados por u n movimiento insensible hacia la unifica-
tes respecto de muchas a l t e r a c i o n e s fonéticas del l a t i n de pro-
éste e n las comunicaciones de la v i d a oficial y de la v i d a co-
v i n c i a s ; las c u a l e s alteraciones, como debidas á influencias
miin en labios de la masa p o p u l a r indocta, el análisis léxico no
a n á l o g a s , pxidieron con facilidad ser a d o p t a d a s y a ú n amplia-
p e r m i t e d u d a r q u e la l a t i n i d a d se impuso e n definitiva casi
das en cada país, p r i n c i p a l m e n t e donde el habla r o m a n a v e n i a
sola sobre los d e m á s idiomas, con las alteraciones q u e y a a n t e s
á e n c o n t r a r s e con los idiomas mismos (como el celta) que e n
h a b í a e x p e r i m e n t a d o al contacto con los dialectos itálicos; y la
I t a l i a ocasionaron ó cooperaron á la t r a n s f o r m a c i ó n l a t i n a . D e
f o n é t i c a histórica condúcenos t a m b i é n á la conclusión de q u e
esta suerte hubo de ser el l a t í n itálico, y no las l e n g u a s de cada
los p r i n c i p a l e s fenómenos en la alteración de sonidos latinos,
región, la causa m á s a c t i v a al mismo tiempo que la más n a t u -
no son p r o d u c t o de las l e n g u a s h a b l a d a s en las provincias que ral, en la formación de las l e n g u a s vulgares.
h u b i e r o n d e c o n s t i t u i r la r o m a n í a , sino que antes a p a r e c e n y a
A u n q u e no p u e d e n reducirse á cuadros bien definivos las
e n la l a t i n i d a d de Italia, de donde se d i f u n d i e r o n con las inva-
v a r i a s e t a p a s del l a t i n v u l g a r , fijándonos e n sus principales
siones militares, imposiciones legales y de a d m i n i s t r a c i ó n , y
m a n i f e s t a c i o n e s cabe a c e p t a r esta división e n períodos, q u e
por todos los medios que pusieron en contacto la población itá-
tienen su b a s e histórico-filológica: 1.° El periodo de f o r m a c i ó n
lica con el resto del I m p e r i o . Significamos con esto q u e asi como
de los dialectos latino-itálicos. 2.° E l periodo de constitución y
existió u n a prioridad histórica e n la alteración del latín del
L a c i o al c o n t a c t o con los dialectos itálicos, de igual s u e r t e el
a l t e r a d o l a t í n itálico o b t u v o prioridad histórica en la forma- the Romance languages of Spain and Frane and Italy. Y habe no
doubt." De igual manera piensan Meyer-Lübke, G. Paris, H. Su-
ción de los dialectos románicos y sobre las l e n g u a s preexisten-
chiery Axel Kock, en otros muchos. Este último fíjase como en dato
significativo para apreciar las mutuas influencias céltico-latinas, en
el hecho de ser hijos de mujeres celtas y por ellas educados, la ma-
ra no haya perfecto paralelismo de condiciones en uno y otro caso.
yor parte de los descendientes de las primeras Colonizaciones ro-
Por eso Schuchardt, poco partidario del dominio léxico céltico, atri-
manas". Y blandade aktenskap talade val padren oftast latin, escri-
buye á éste (Gröbers Zeitschrift, 1880) influencias fonéticas impor-
be en su Om Sprakets forandring, modren liksom storre delen af
tantes que se dejaron sentir hondamente en el romanismo. Gröber
omgifningen for ofricht sa vài sin inhemska keltiska munart som ett
en su Grundriss I, habla en el mismo sentido. Por su parte Hirt
med keltiska ljud upeblandadt latin. Under dessa fórhallanden fick
(Indogerum. Forschungen) escribe, no sin exagerar un tanto las
latinet hos niista generation naturligtvis en stark fargning af kel-
influencias de las lenguas pre-románicas: "Wir haben jetzt das Spa-
tiska ljud." P a r a apreciar, sin embargo, en su justo medio las ante-
nische, das Französische, das Italianische u. s. w., die sich aus dem
riores afirmaciones y otras análogas, es necesario distinguir, según
Lateinischen entwickelt haben. So viel D i a l e k t e es hier vor der
el criterio que señalamos en el texto, el punto de vista histórico del
Einführung der neuen Sprache gegeben hat, so viel Dialekte muss
punto de vista glotológico. Glotológicamente las influencias en es-
es auch nach her gegeben haben. Der Spanier konnte eben nur ein
pecial fonéticas de los dialectos prelatinos en el latín son induda-
Spanisch-Romanisch (besser: Ibero-Romanisch) sprechen, und der
bles; históricamente no puede decirse que todas hayan tenido prin-
Kelte ein Keltisch-Romanisch (genauer, Gallo-Romanisch) u. s. w."
cipio en los puntos donde se hallan y podían originarse; antes es
Traduciendo casi los anteriores conceptos, dice W. Forst er (Caus.
verdad que en gran número han sido importadas con el latín mismo
philolog. —Bidlétin de la Soc. Ramond— 1898): On parlait en Es-
ya transformado anteriormente á su final expansión, y ejercieron su
pagne l ' I b è r e , en France le Gaulois, en Suisse le Rétois Mais
dominio después de una manera connatural y regular. "Nella Italia
précisément cette langue primitive, tout-a-fait différente du latin, inferiore sotto il latino, dice C. Nigra (La poesia popul. ital. —Ro-
explique la différence de 1' espagnol, du français, du rétoroman, de mania— V) non v' è substrato se non Italico; nell' Italia superiore
l'Italien " De conformidad con esto afirma Windisch (Grundriss
sotto il Latino v' è un substrato Celtico Adottando la lingua dei
de Gröber, I): "Es ist selbstverständlich, dass die lateinische Spra-
vincitori, i Celti dell' Italia superiore pigliarono in sostanza, com'
che im Munde der Römer und in Munde der Eingeborenen je nach
era naturale, il fondo lessicale e le forme grammaticali Latine etc."
dem Laude einen dialetktisch verschiedenen Charackter annehmen
¿Quién puede dudar de que este latín así influido por el celta, al sa-
musste Schon die l a t e i n i s c h e Volkssprache Südgalliens war lir de Italia llevó consigo todas sus ingerencias fonéticas, y que por
verschieden von der Nordgalliens und beide verschieden von der lo mismo al llegar á otras regiones de lengua céltica lejos de reci-
Spaniens und der Italiens." Sobre lo cual concluye Hempl (Tran- bir, hubo de dar ya hecho gran parte de lo que en otro caso pudiera
sactions etc. of the Amer. Philological Association 1898): "That formarse tardíamente allí con el nuevo contacto lingüístico?
we have here the explanation of much of the différence bet ween
L
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conformación g e n e r a l del latín e n I t a l i a . 3.° El p e r i o d o de con- / i .
formación g e n e r a l del latín e n el I m p e r i o . 4.° El periodo de «Los diplomas, dice Mohl (Chronologie etc.), que se remon-
descomposición del latín v u l g a r i m p e r i a l . El p r i m e r período se t a n en F r a n c i a al año 528, en I t a l i a á 513, e n E s p a ñ a á 547, nos
e x t i e n d e desde q u e el latín sale del Lacio por l a s regiones itá- ofrecen con el material epigráfico, las p r i m e r a s f u e n t e s direc-
licas h a s t a la guerra social, d u r a n t e el cual se f r a c c i o n a con
a l t e r n a t i v a s v a r i a s la l e n g u a l a t i n a al ser a s i m i l a d a , sin asi- t zum Lat.; Planta, Gramm.d. oskisch-umbrischen Dialekle; Tociles-
m i l a r , en lucha con la acción de los dialectos itálicos. El se- cu, Dacia inaite de Romani; País, La Sardegna prima del dominio
g u n d o período comprende desde la Guerra social h a s t a Au- romano; Zvetaiev, laseriptiones Ital. infer. dialect.; Conway, The
g u s t o , y está c a r a c t e r i z a d o p o r la acción y reacción m u t u a italic dialects., y los estudios sobre inscripciones itálicas deFabretti,
de los dialectos itálicos y del l a t í n del Lacio, c u y a n a t u r a l con- sobre los dialectosde la Italia inferior de Mommsen, sobre el ombrio
secuencia f u é el q u e b r a n t a m i e n t o d e éste y de aquéllos, seña- de Kirchhoff y Aufrecht, sobre el falisco de Garrucci, sobre el oseo
lándose con ello la g e n e r a l i z a c i ó n y m u l t i p l i c a c i ó n de formas de Euderis, Zwietaief etc. Vendryes, Recherches sur l'hist. etc. de
la intensité innit. en lat.; Lindsay, Die latein. Sprache —tr. alem.
c l a r a m e n t e itálicas, las cuales d e u n a p a r t e a b r í a n decisiva
de Nohl—; v. asimismo el Manual lai. de Dizksen, la Sintaxis hist.
b r e c h a en los dialectos, y de o t r a t r i u n f a b a n sobre las formas lat. de Draeger, la Itala y Vulg. de Ott, la Hist. del lat. ecles. de
p r o p i a m e n t e latinas, s u p l a n t á n d o l a s como l e n g u a p o p u l a r . El Koffmann, la Itala y Vulgata de Ronsch, el Grundriss de Grobrer
t e r c e r periodo a l c a n z a d e s d e A u g u s t o h a s t a riltimos d e l si- entre otros muchos trabajos que permiten seguir las alternativas
glo I I I y principios del IV; su c a r á c t e r signifícase p o r la tenden- del latín en su crecimiento y decadencia. Después de la labor clási-
cia á hacer refluir sobre el latín itálico v u l g a r las f o r m a s del la- ca en la Gramática comparada de las lenguas romanas de F. Diez,
tín literario, y a p e r f e c t a m e n t e s i s t e m a t i z a d o , p r o v o c a n d o u n a se nos ofrece el trabajo más notable por la precisión y exactitud
r e s t a u r a c i ó n u n i t a r i a en I t a l i a ; y f u e r a de I t a l i a , en las pro- acerca de todos los resultados adquiridos hasta ahora en la materia,
en la obra de W. Meyer-Liibke, Die lalein. Sprache in den rom.
vincias r o m a n a s , señálase p o r la influencia s i s t e m á t i c a del la-
Latid ern.
t í n oficial y a d m i n i s t r a t i v o sobre casi todos los idiomas del Im-
La decadencia de la lengua latina y su transformación presenta
perio, h a s t a constituirse en l e n g u a j e o r d i n a r i o de los princi-
en general sus semejanzas y analogías con la transformación y de-
pales centros coloniales y s e m i o r d i n a r i o en las d e p e n d e n c i a s cadencia de la lengua griega desde la reducción dialectal en el koi-
de éstos. El c u a r t o periodo, finalmente, a b r a z a desde comien- i nè dialeklos (el latín le tuvo igualmente en la unificación latino-
zos del siglo IV h a s t a la caída del I m p e r i o , y d u r a n t e este tiem- itàlica) hasta el desarrollo completo del helenismo romaico, con las
po la u n i d a d lingüistica q u e m á s ó menos p e r f e c t a m e n t e se diferencias consiguientes á las contingencias etnológicas y sociales
h a b í a realizado, se altera y d e s c o m p o n e á m e d i d a q u e mengxian de uno y otro idioma. La escuela conservadora, especie de reacción
los prestigios de Roma y el a s c e n d i e n t e de sus leyes y de su que ambas lenguas han tenido antes de su postración definitiva, se
ha sostenido en la lengua helénica bastante mejor que la del idioma
idioma. L a d e c a d e n c i a r o m a n a , la a m p l i t u d casi a u t o n ó m i c a
latino. La escuela aticista, en efecto, nacida al declinar el griego
de administ r a c i ó n en las p r o v i n c i a s , la translación de la capi-
antiguo ejerció sus influencias hasta el siglo XII por lo menos; mien-
tal del I m p e r i o á Bizancio, y la t e n d e n c i a de los pueblos bár- tras la escuela ciceroniana formada también al perderse el clasicis-
baros no bien l a t i n i z a d o s á p r e s c i n d i r del h a b l a i m p u e s t a , hi- mo latino, no ha sobrevivido á las catástrofes del siglo V.
cieron se rompiese el v i n c u l o de la u n i d a d l a t i n a y b r o t a s e n Bien conocido es el procedimiento antiguo en uso entre los gra-
al p u n t o por n a t u r a l e x p a n s i ó n m u l t i t u d de dialectos q u e oca- máticos latinos después de Varrón, de hacer derivar el latín del
sionaron sucumbiese luego el h a b l a r o m a n a (1). griego, hasta señalándose el dialecto helénico de donde provenía, á
saber el eòlico. Con el advenimiento de la Gramática comparada
quedó patentizado que estaba el latín m u y lejos de proceder del
(1) F a r a formar concepto de la evolución del latín y de los ca- griego, como éste de ser originado por el sánscrito, sino que los tres
minos que ha seguido en su historia, ya que ésta no se haya conse- tenían un centro común del cual dimanaban también los idiomas
guido hacer todavía, merecen consultarse: Holtze, Syntax, prisc. germánicos, célticos, leto-eslavos y eranios. Esto no ha impedido
scrip. lat.; Stolz, Historische Gramm, d. lalein. Sprache.; Mohl, que se sostuviese la opinión de que la lengua griega y los dialectos
lntrod. á la Chronolog. du lat.; Sittl, Die lokal. Verschiedenheiten itálicos incluido el latín, formaban una rama particular dentro de
d. lat. Sprache; Fuchs, Die román. Sprachen in ihiren verhältn. la familia á que pertenecen, designada con el n o m b r e de rama
greco-itálica (v. sobre esto Stolz, Hist. Gramm. der lat. Spr.;
tas de la historia de las l e n g u a s r o m a n a s después de la caida luto en sus relaciones con la corte de Constantinopla, y son
del Imperio romano». P o r su p a r t e Grober (Arch. lat. Lex.)ha- c o m p l e t a m e n t e dueños de sus idiomas, lo cual tiene l u g a r p a r a
ce n o t a r la época en q u e estos mismos pueblos cesan en abso- F r a n c i a por el año 538, p a r a E s p a ñ a e n t r e el 615-623, p a r a Ita-
Schrader, Sprachvergl.; K r e t s c h m e r , Einleit. in die Gesch. d. gio en la línea del lituanio, eslavo y albanés, con fundamentos no
Griech. Spr.). Esta hipótesis que ha tenido y conserva todavía se- menos inestables que los anteriores. Más acertado nos parece el cri-
guidores, no es en manera alguna admisible; porque si bien existen terio de Kretschmer, quien le atribuye una forma propia en el senti-
relaciones innegables entre el griego y el latín, ni el latín ni el grie- do en que se le da al tipo griego, itálico etc., y le constituye de este
go las ofrecen como peculiares y exclusivas entre ambos idiomas, modo relacionándose con los idiomas circunvecinos de la Frigia, en-
sino que por uno y otro se extienden aquéllas á las otras lenguas de tre los cuales está el griego. Los reparos que pueden hacerse á esta
la familia; así el griego, relacionado con el frigio y con otras len- opinión son los correspondientes á la teoría de las ondas en la fami-
guas antiguas del Asia Menor, guarda además tanta proximidad con lia aria, de la cual teoría hablaremos oportunamente, y que apare-
el persa y sánscrito como con el latín; y el latín á su vez está más ce empleada en nuestro caso; pero ello es indudable que los hechos
íntimamente unido á los dialectos célticos que al mismo griego. Tan aquí hablan más en favor de nuestra opinión que de ninguna otra, y
e s así que entre otros, Bradke (Beitr. sur Kenntnis d. vorhisl. que ellos, comenzando por el vocalismo frigio y griego, siguiendo
Entwickl. uns. Sprstamme) no vacila renovar la teoría de Schlei- sus procedimientos fonéticos, los paralelismos de conjugación etc.,
cher sobre l a unidad greco-italo-céltica, por la imposibilidad que evidencian afinidades lingüísticas innegables entre ambos idiomas,
hay en separar del celta la supuesta rama greco-itálica. Pero la tri- las cuales son confirmadas por otros datos de su religión, tecnicis-
ple unidad de Bradke lejos de resolver nada, viene á complicar cada mos y prehistoria.
vez más el problema con el miembro lingüístico añadido, el celta, Eslabonado íntimamente con lo dicho está el problema más ge-
el cual no de otra manera que el grupo itálico, está abiertamente neral de los orígenes de los pueblos y lenguas de toda el Asia Me-
enlazado con las lenguas germánicas y leto-eslavas. De otra suerte nor, harto discutido y no solucionado con certeza. A mediados del si-
toda idea de una rama greco-itálica por la cual se pretenda estable- glo XIX sostenía Botticher en su Arica el origen ario de las lenguas
cer otros vínculos que los comunes á toda la familia entre el latín y de dicha región, exceptuando la de la Lidia, Frigia y Misia; casi la
el griego, aparece imposible; pues ó hay que negar la unidad de len- inversa de lo que más tarde hubo de prevalecer. Lassen hizo la divi-
guas evidentemente emparentadas, ó es fuerza reconocer que el pa- sión de aquellos pueblos en semíticos y arios, colocando desde luego
rentesco greco-itálico ó greco-itálico-céltico no es otro que el que entre éstos á los frigios; doctrina que en principio fué aceptada por
resulta del tronco común ario, siquiera se revele aquél más acen- Duncker, si bien dando preponderancia al semitismo. Por el contra-
tuadamente en algunos casos. rio Lagarde y J. Meyer restringen el semitismo en favor de la in-
Hemos mencionado el frigio refiriéndonos al griego, porque cual- fluencia antropológica y glotológica aria. Por último vienen las opi-
quiera que sea la naturaleza de aquel antiguo idioma, sus relaciones niones medias como la Kiepert que admite la existencia de un nexo
con la lengua griega vienen á multiplicar graves dificultades para ario-semítico antropológico y lingüístico en el A s i a Menor como
la constitución de una rama greco-itálica. Aunque hoy fragmenta- base del desarrollo histórico en dichos dos órdenes, y la de Tomas-
rio el material lingüístico del frigio y tracio, es lo suficiente abun- chek que supone dos ramas distintas de pobladores primitivos, una
doso para juzgar por su carácter fonético y morfológico su paren- de las cuales alcanza á los griegos. Mucho más lógico hubiera sido
tesco helénico, sobre todo en las inscripciones que en no pequeño y de no improbable verdad colocarse en el terreno presemítico y
número se han descubierto y analizado por muchos después de Ram- preario, ya que no faltan idiomas que á él conducen como hemos vis-
say y Korte (cf. Stewart, Ancient Monuments of Lydia and Phry- to al hablar del asirio, para justificar analogías y paralelismos de
gia; Texier, Descript. del' Asia Min.; Dumont-Homolle, Mélanges otra manera inexplicables.
d' Arch. el d' epigraph). Según P. de la Garde y Gosche el tracio- De todos modos la complejidad de relaciones ya ciertas ya pro-
frigio debe clasificarse entre las lenguas eranias, opinión desechada bables que se descubren entre la lengua griega y otros idiomas es
luego que el estudio de las inscripciones vino á aclarar su fonética, y innegable, y bastante por sí sola para hacer fracasar la opinión de
que aun antes de tales estudios fué impugnada por Fick, quien se in- una rama greco-itálica, excluida además por razones étnicas y rela-
clina á colocarle en el grupo germánico. Pauli propúsose restable- ciones múltiples antropológicas del Asia Menor, ajenas á la unidad
cer la opinión de Lagarde por medio de datos epigráficos, pero sin italo-greca, como hacen observar, entre otros, Hommel, F. v. Lus-
base sólida, y utilizando para suplir las deficiencias de las inscrip- chan y S. Reinach, siquiera no sean idénticas sus apreciaciones so-
ciones en frigio antiguo, las formas del neofrigio. Hirt coloca el fri- bre el particular.
lia en 650, c u a n d o el E m p e r a d o r a b a n d o n a las ú l t i m a s islas de
población r o m a n a de su dominio en O c c i d e n t e .
bolismo platónico, ora la onomatopeiea de Epicuro ú
otras; teorías repetidas en nuestros días, y aumenta-
das con otras más inverosímiles, como la del período
Mientras así parecían dormidas las energías del
remático (en el sentido de la existencia de raíces no
- espíritu p a r a las investigaciones c o m p a r a d a s en los
palabras) ó de la de Alejandro Murray que pretendía
eruditos del clasicismo, iniciábase en otra p a r t e un
derivar todas las lenguas de los nueve célebres soni-
movimiento digno de no dejar inadvertido, por el efi-
dos que estudia e n su Ilistory of European langua-
caz auxilio que vino á prestar á la Glotología. Con el
ges (1). Los seguidores de las doctrinas bíblicas te-
advenimiento de las políglotas, y las respectivas gra-
nían mucho adelantado con los principios revelados,
máticas que regularmente e r a n p a r t e de l o s Apara-
supliendo la parte doctrinal discutible en cuanto al len-
tos bíblicos; con la creación de c á t e d r a s de lenguas
guaje, las opiniones de los comentaristas que entonces
orientales al lado de las de griego y estudios de lati-
privaban. Fundándose en una de estas interpretacio-
nidad, y con el conocimiento de nuevos idiomas de
nes que no por más comunes eran menos inseguras,
que t r a í a n noticia los misioneros, llegó á formarse
se sostuvo por muchos que en la confusión de Babel
un núcleo de doctrinas gramaticales que no tardó en
no había desaparecido la lengua primera, aunque en-
llamar la atención de l o s eruditos y adquirir des-
tonces habían nacido todas las demás. De ahí las in-
arrollo.
vestigaciones tan mal dirigidas como infructuosas so-
Dió este género de estudios origen á dos órdenes bre la lengua primitiva.
de investigación: unas sobre l a lengua primitiva y En este linaje de exploraciones los comentaristas
otras sobre las relaciones posibles de los idiomas, y teólogos se han decidido por el hebreo ó por el cal-
que insensiblemente llegaron á sistematizarse, y que deo, no sin reparos y contradicciones por p a r t e de mu-
constituyeron hasta el advenimiento de la Gramáti- chos. Otros han excogitado diversas hipótesis: Juan
ca comparada los problemas trascendentales de la Webb publicaba en Londres en 1669 su Ensayo sobre
lingüística. que la lengua china es la lengua primitiva, que repro-
Dicho se está que cuantos se h a n dedicado á inqui- ducía diez años después (1679) en su Antiquité de la
rir cuál fuese la lengua primitiva, e s t a b a n muy lejos Chine. Du Perron sacaba á luz en 1704, su Antiquité
de pensar en los procedimientos a c t u a l e s de investi- de la nation et de la langue des Celtes sosteniendo que
gación fonética y analítica; por esto no e r a objeto de es el celta la lengua primitiva, que fué también opi-
sus estudios el primer tronco lingüístico filológicamen-
te considerado, sino el idioma primero desde el punto (1) Son l o s nueve monosílabos: ag, wag, hwag, bag, bwag,
de vista histórico. Los que prescindían de las nocio- dwag, cvoag, lag, mag, nag, rag, swag. Diríase, por lo extrava-
nes bíblicas identificaron generalmente l o s estudios gante, que esta teoría fué inventada hace diez siglos; pero otras hi-
pótesis se han formulado q u e no le van en zaga á la de Murray;
del lenguaje primitivo con los del origen del lenguaje; Dugald Stwart p. ej. (y pudieran añadirse otros varios menos co-
así que l a s teorías no revelacionistas solían ser en nocidos) no ha tenido reparo, después de publicados los principales
este punto expresión (le las ideas filosóficas que cada estudios sánscritos y algunos de Bopp, en afirmar que el sánscrito
es una mezcla de mal griego y mal latín, citando á Court de Gebe-
uno profesaba, reproduciendo ora la doctrina del sim- lin y á Desbroses como suprema autoridad en materias lingüísticas.
nión de Latour d' Auvergne. Pedro Erico dió la prima- bíblico fué g r a n parte p a r a determinar el movimiento
cía al griego, Reading al etiópico, Bischorn y Svamai- de lingüística comparada tal como por entonces lle-
sc, a l s c i t a , J . Hugo al latín. Los escritores judíos, los gó á p r i v a r en los centros del saber (1).
siriacos y aun los árabes reclaman la primacía p a r a
sus respectivos idiomas, y son bien c o n o c i d o s en L a d e t e r m i n a c i ó n del Concilio de Viena (1311) sobre la en-
España los defensores del vascuence como l e n g u a señanza lingüistica en las Universidades, y la invención de la
primitiva, Larramendi y Erro; como no han faltado i m p r e n t a dispuso el camino á las Políglotas, c u y a i m p o r t a n c i a ,
como medio c o m p a r a t i v o , no p u e d e ser discutida. En el último
quienes dieron este honor al sueco, al flamenco, etc.,
tercio del siglo XV, y cual p r e p a r a c i ó n de los g r a n d e s t r a b a j o s
fantaseando cada cual á su manera en este punto. bíblicos poliglotas, a p a r e c e n : el Salterio hebraico sin p u n t o s
Entre todas estas encontradas opiniones h a prevale- vocales de R e g g i o ; el P e n t a t e u c o con p u n t o s de Bolonia-, los
cido la teoría del hebraísmo que reunía los sufragios P r o f e t a s con el t e x t o sin p u n t o s de Soncino, y, omitiendo otros,
la p r i m e r a b ' b l i a h e b r a i c a completa, con p u n t o s v o c a l e s , de
de judíos y cristianos en muy crecido número, y so-
Soncino, y la menos correcta de Brescia, sobre la cual se hizo
bre la cual filólogos como Justo Lipsio, han fundado la traducción de L u t e r o . En los comienzos del siglo XVI publi-
muchas de sus especulaciones. có Aldo Manucio el p r i m e r ensayo polígloto e n tres l e n g u a s ,
La riqueza de datos lingüísticos reunidos por los hebreo, g r i e g o y latín (1503); en 1516 apareció el Salterio poli-
gloto del sabio obispo J u s t i n i a n i , quien se disponía á p u b l i c a r
misioneros y hombres doctos que en sus viajes tuvie-
el N u e v o T e s t a m e n t o poligloto, c u a n d o sobrevino su m u e r t e .
ron ocasión de conocer remotos idiomas, la compara- A p e n a s salido á, luz el Salterio de J u s t i n i a n i , siguióle la g r a n
ción de los cuadros y listas que de esta suerte fueron poliglota Complutense (comenzados los t r a b a j o s e n 1502, la im-
formándose y aglomerándose en academias y biblio- presión en 1514, t e r m i n a d a ésta en 1517, y p u b l i c a d a la obra
tecas, la mayor ó menor analogía que las primeras
oraciones cristianas ofrecían en las diversas lenguas, (1) Además de las mencionadas, publicáronse en el siglo XVI las
en especial las colecciones políglotas del Pater Noster obras comparativas: lntrod. in chald. lingitam syriac. atque arme-
nicam, et decem alias, linguas, de Teseo Ambrosio. Dialog. de lin-
(que h a n servido no poco á filólogos modernos), fueron
gitae gallicae origine ejusque cnm graeca congnatione lib. qua-
g r a n p a r t e á determinar el movimiento de clasifica- tour, de Pierión; y el Traite déla conformité dn langage franfois
ción lingüistica. Ya en 1518 publicaba Bibliander en avec le grec, de Enrique Estéfano. Pierión deriva el francés del grie-
go, mediante la lengua de los Druidas, que dice hablaban griego
Basilea un tomo en 4.° De ratione communi linguarum.
también:" cosa parecida sostiene Bibliander, quien además aproxima
Años después (en 1555) sacaba á luz en Zurich Con- el armeno al caldeo y el persa al siriaco y al hebreo. En cuanto á
rado Gesner, en un volumen en 8.°, su Mithridates, de E. Estéfano, injustamente se le ha acusado, como dice bien Max Mü-
11er, de derivar el francés del griego, cuando trata sólo de hacer ver
differentiis linguarum, o b r a p u b l i c a d a m á s tarde
las mutuas relaciones gramaticales de ambos idiomas.
(en 1610) por Gustavo Wasser, no sin pretender atri- En el siglo XVII Claudio Duret reproducía (como nota Hervás,
buirse lo poco bueno que h a y en ella. Jerónimo Me- Catálogo délas lenguas, etc.) los errores de Bibliander y de otros
gister compuso su Thesaurus polyglottus (1592 en 8.°), escritores del siglo XVI, en su Tresor de V Histoir des langues de
cet univers. Guichard distinguía ya en su Harmonía Etimológica
especie de diccionario en que reunió voces de más de cuatro grupos de lenguas —hebreo, caldeo y siriaco —griego— la-
c u a r e n t a dialectos y lenguas, y Guichard publicaba tín, francés italiano y español —alemán, flamenco, inglés etc. P a r a
en 1606 la Harmonía etimológica del hebreo, caldeo y Guichard el griego procede del hebreo. En el mismo siglo dividió
Escalígero las lenguas europeas en once clases, en su Diatribe de
siriaco. Dentro de este mismo género, el poliglotismo Europaerum linguis.
en 1520). E n t r e ésta y la otra p o l í g l o t a t a m b i é n española de á r a b e y siríaco, los hebreos de Tobías, dos T a r g u m s caldeos y
A r i a s Montano, dicha Plantiniana ó Antverpiana (1569-1572), uno persa r e f e r e n t e al P e n t a t e u c o , con sus respectivas versio-
a p a r e c i e r o n a l g u n a s otras p a r c i a l e s , como l a p u b l i c a d a e n nes l a t i n a s . T . V, Nuevo T e s t a m e n t o en griego, la versión lite-
C o n s t a n t i n o p l a (1546) con los t e x t o s h e b r e o , caldeo, persa y ral de A r i a s Montano, la siriaca, persa, á r a b e y etiópica con
á r a b e , y ediciones hebraicas como las d e B o m b e r g e n Venecia, sus correspondientes t r a d . l a t i n a s , y con la de la V u l g a t a .
de donde salieron t a m b i é n las t r e s g r a n d e s biblias rabínicas, T . VI, de v a r i a n t e s y a n o t a c i o n e s criticas. Los dos últimos to-
de las cuales la de b e n C h a h j i m (1526), es modelo y f u e n t e del mos son u n m u y valioso complemento f o r m a d o por el Lexicón
t e x t o actual judaico, la más r a r a de Seb. M ü n s t e r , y la prime- heptaglotton de Castell, q u e contiene la significación de todas
r a P l a n t i n i a n a , hecha tres a ñ o s a n t e s de c o m e n z a r la mencio- las p a l a b r a s que a p a r e c e n en la Poliglota.
n a d a de Arias Montano, á e x p e n s a s de F e l i p e I I . El t e x t o de
Cuál f u e s e el alcance de este poliglotismo p a r a establecer
ésta es mezcla del de la C o m p l u t e n s e y del B o m b e r g i a n o , re-
comparación e n t r e los idiomas y versiones c o n f r o n t a d a s , se ve
producido e n las otras dos g r a n d e s P o l i g l o t a s , la Parisiense de
desde luego con t o d a claridad (1).
L e J a y (1629-45), y la Londonense de B r i á n W a l t o n (1657). Las
Poliglotas posteriores h a s t a n u e s t r o s dias, e s t á n b a s a d a s sobre
las indicadas, con la adición g e n e r a l m e n t e d e u n a ó v a r i a s len- (1) Continuadores los sabios que han tomado parte principal en
guas vulgares. la formación de las Políglotas de los estudios bíblicos de tiempos
precedentes, hácennos venir á la memoria la falsa aserción de que
L a Poliglota d e Alcalá (Complutense) e n la cual t o m a r o n en la Edad Media fueron totalmente ignoradas las lenguas, excepto
p a r t e Elias Antonio, Ducas C r e t e n s e , el P i n c i a n o , S t ú n i c a , y los la latina. Al tratar de la Filología arábiga hemos advertido como
judíos conversos Zamora, Coronel y J u a n de V e r g a r a , ofréce- no era sólo el latín conocido por los cristianos, y que fuera de las
nos en los c u a t r o primeros tomos el A. T . en hebreo, l a t í n y lenguas semíticas, el griego ha tenido cultivadores capaces de tradu-
g r i e g o , y además el T a r g u m con su t r a d . l a t i n a . En el V, cir en la Edad Media las obras de Aristóteles. Antes del Concilio de
Viena en que se crean cátedras de lenguas en las escuelas romana,
el N. T . e n g r i e g o y latín. El t. VI c o n t i e n e los diccionarios é
parisiense, boloñesa, salmaticense, etc., han florecido notables es-
índices. Es sin d u d a en su clase, la o b r a de más subido v a l o r
critores de indisputable competencia en las lenguas principales de
critico. L a Poliglota de A m b e r e s ó Plantiniana contiene, ade- entonces. Guillermo de Doerbeca (por citar alguno pues en otro lu-
m á s de los textos de la de Compluto, u n a p a r á f r a s i s caldea, la gar insistiremos sobre lo mismo), conocía perfectamente además del
versión siriaca, y la traducción i n t e r l i n e a l l a t i n a del t e x t o he- latín, el griego y el árabe; hemos dicho ya que es autor de una tra-
b r e o hecha por A r i a s Montano, modificación de la de Sanctes ducción de Aristóteles hecha del griego. El citado dominico R. Martí
P a g n i n i , con aparatos g r a m a t i c a l e s y léxicos m u y apreciables. es llamado por P. Marsilio "philosophus in arabico, magnus rabbinus
L a Poliglota de L e S a y ó Parisiense, m á s correcta e n la impre- in hebraeo et in lingua chaldaica multum doctus." Hugo de S. Caro
había ensayado u n a crítica bíblica comparando manuscritos he-
sión q u e en el t e x t o , contiene lo de las c i t a d a s Poliglotas con
breos, árabes y latinos antiguos. El franciscano Nicolás de Lyra fué
más las t r a d u c c i o n e s á r a b e y siriaca, no sólo del A n t i g u o , sino
uno de los más grandes orientalistas de su tiempo, y sobrepujó en su
del Nuevo T e s t a m e n t o , el P e n t a t e u c o s a m a r i t a n o y la versión crítica hebraica al mismo famoso Rabino Rashi. Después del Conci-
s a m a r i t a n a publicada p r i m e r a m e n t e p o r Morino. La Poliglota lio vienense, multiplícanse los cultivadores de las lenguas sabias de
W a l t o n i a n a , la m á s completa y e s t i m a d a , c o n s t a de ocho tomos entonces, hasta entrar en la plenitud del renacimiento en que se ex-
distribuidos en esta forma: T . I, a d e m á s d e i m p o r t a n t e s prole- tralimita la afición al clasicismo. Sixto Senense hablando de Simón
gómenos, el t e x t o hebreo del P e n t a t e u c o , la v e r s i ó n l a t i n a de Jatumaeus, llámale graece, latine et hebraisce doctus; igual juicio
Arias Montano, la de la V u l g a t a , el t e x t o de los S e t e n t a , la merece el célebre León Alatius, etc.
versión lat. de F l a m i n i o Nobili, el t e x t o siriaco y T a r g u m de No hemos de pasar aquí en silencio la expresión harto injustifica-
Onkelos, con sus respectivas t r a d u c c i o n e s latinas,' el P e n t a t e u - da de Erasmo refiriéndose á que en su tiempo graece nosse suspec-
tum, hebraice prope haereticum. Aparte de que no era fácil sepultar
co s a m a r i t a n o con la suya, y el t e x t o á r a b e t a m b i é n con su
repentinamente en el olvido la tradición hebraica de tantos siglos ni
t r a d . l a t i n a . T. II, libros históricos con los T a r g u m s de J o n a -
el influjo general del renacimiento, singularmente helénico, basta
t á n . T. I I I , desde Job á Malaquías, con u n a versión etiópica de recordar que de entonces eran los hombres que pusieron manos á la
los Salmos. T . I V , libros d e u t e r o c a n ó n i c o s en g r i e g o , latín, obra inmortal de nuestras dos Políglotas Complutense y Plantinia-
Todos estos trabajos aunque hacían a u g u r a r los noció claramente la necesidad de ordenar las clasi-
principios de una nueva era lingüística, distaban mu- ficaciones lingüísticas, y de buscar un medio de rela-
cho, aun como simple clasificación ordenada, de una cionar seriamente las lenguas más lejanas ó m a r c a r
perfección relativa; pues en todos (prescindiendo y a sus diferencias, haciendo notar y a la utilidad que de
de lo que algunos contienen de inverosímil, como la ello podrían reportar la etnografía y la historia. El
lengua de los dioses, según la concepción homérica, advirtió (después de J . Lipsio y Sommaise) la analo-
que t r a e el Mitridates de Gesner), clasificaciones y gía entre el persa y el alemán, llegó á suponer rela-
derivaciones son generalmente arbitrarias, ó funda- ciones entre el vascuence y el copto, y deseaba se
das en una distribución sujetiva no científica. Leibnitz, analizase el georgiano confrontándolo con el copto y
que por un momento pareció a c a t a r la soberanía del a n n e n o . En su opúsculo Brevis designatio meditatio-
hebraísmo en materia lingüística, la desechó después num de originibus gentium ductis potissimum ex indiciis
p a r a sentar luego principios de un procedimiento más linguarum, reduce las lenguas á un tronco común, di-
racional y científico. Puede decirse que con Leibnitz, vidiéndolas luego en dos grandes ramas, jaféticas y
como Max Müller se esfuerza en probar, comienza arameas; y haciendo notar las palabras comunes á
una nueva época de estudios filológicos. Leibnitz co- unas y otras (1).
na, donde es no ya de ver, sino muy de admirar el caudal de saber él Sixto Senense que era "theologus sincere doctus, et linguarum om-
griego, hebraico y semítico en general que se revela, y que allí apa- nium quae toto terrarum orbe dispersae sunt, peritíssimus"; Jorge
rece reunido con la cooperación valiosa de la munificencia de un Vespucci á quien Mamachi coloca entre los más doctos humanistas,
prelado como Cisneros y de un rey español como Felipe II, con la mencionándolo en igual sentido Marsilio Ficino, y Zenobio Acciaio,
intervención de eclesiásticos eminentes y el beneplácito de la Igle- Prefecto de la Biblioteca Vaticana en tiempo de León X, traductor
sia. En vida de Erasmo se escribieron y publicaron las Artis gram. de Teodoreto (la cual traducción va dedicada á León X), y versadísi-
hebraicae Itisl. de Alfonso Zamora, y su Vocabularium hebr., las mo en literatura y lenguas griega y latina. No mencionamos otros es-
Introd. inling. hebr. de Adriano, la Gram. caldea de Paterniano, critores del siglo XVI formados en las escuelas de los tiempos de
el t r a t a d o De Litt. hebraicis de Nebrija, las Instituciones Graecae Erasmo y que (como acontece con nuestro insigne helenista y he-
ling. del mismo Antonio Nebrija, y su De Litt. el declinat. gr. etc., braísta Arias ¡Montano), publicaron sus escritos filológicos después
las traducciones del griego al latín De la Diva Siria de Luciano, por de la muerte de Erasmo; también omitimos entre buen número de cul-
Coello, y de la Areopagítica y Nicocles de Isócrales, por Luis Vi- tivadores ortodoxos del griego y hebreo, los que en el mismo siglo
ves, así como las traducciones del Comendador griego, Hernán Níi- décimosexto dieron pruebas de su alta cultura semítica, principal-
ñez de Guzmán, cuya es la versión latina del texto griego de los Se- mente árabe y siriaca. Mientras un religioso (Fr. Pedro de Alcalá)
tenta inserta en la Complutense. El mismo Erasmo ha podido leer publicaba su Arte y su Vocabulista arábigos, los primeros, como he-
las Annotationes contra Erasmum Rotterodamum in defensionem mos dicho, que se han impreso, el diácono Moisés y el subdiácono
transí. Novi Testamenti, de López de Stúñiga, donde demuestra és- Elias, enseñaban con general aplauso el siriaco en Roma, profundi-
te su saber griego, no menos evidenciado aquí que en sus Annota- zando en la gramática de dicha lengua, no de otra suerte que el
tiones contra Jacobi Fabri errata, al traducir las epístolas de San presbítero Acurio y el jurisconsulto cristiano del mismo siglo Alber-
Pablo. Recordemos finalmente entre otros muchos que no fueron to Vidmanstadius, cuyos Elementos gramaticales, como hemos no-
sospechosos de herejía por saber griego y hebreo, el g r a n Sanctes tado en otro lugar, fueron el primer tratado de siriaco impreso en
Pagnini, cuya erudición general singularmente hebraica no necesita Europa. Y no es menester advertir que las obras de los grandes he-
ser mentada (su trad. del Antiguo y Nuevo Testam. fué aprobada lenistas y semitistas españoles del siglo XVI, de los cuales hemos
por Clem. VII); el no menos autorizado Agustín Justiniani, que si- hablado atrás, eclesiásticos casi todos, son la mejor respuesta á la
guió las huellas de Pagnini, y cuya traducción pentáglota fué dedi- falsa aserción del humanista de Rotterdan.
cada á León X; murió el mismo año que Erasmo, y pudo escribir de (1) El prejuicio del hebraísmo que ligaba los estudios lingüísti-
El llamamiento de Leibnitz pareció desde luego language, 1777-92, de Beatie, On the theory of langua-
hacerse oir eficazmente en Europa, bien que los pri- ge, 1788, y otros, siguen de una m a n e r a más ó menos
meros ensayos hechos después de él, como los de Court rutinaria los antiguos derroteros, mezclando lenguas
de Gebelin Le monde primitif analysée dans ses ele- indo-europeas, semíticas y otras muchas p a r a la deri-
ments, 1774, de Moobod, On the origin and progress of vación. El primer paso de v e r d a d e r a importancia p a r a
la ciencia novísima le ha dado H e r v á s , seguido lue-
eos á la solución de un problema insoluble, cual es el determinar el go por Adelung, que en el mediodía y en el norte de
idioma primero y su influencia en los existentes, es reprobado por Europa aparecieron casi simultáneamente proclaman-
Leibnitz gráficamente en una carta á Tenzel (Leibnitzii Opera, VI,
edic. 1768) con estas palabras: "Linguam hebraicam primigeniam di- do los principios de la filología científica.
cere idem est ac dicere truncos arborum esse primigenios, seu re-
gionem dari ubi trunci pro arboribus nascantur. Talia fingi possunt
L a a n t i g ü e d a d clásica no h a sabido j a m á s t r a s p a s a r las fron-
sed non conveniunt legibus naturae et harmoniae rerum Illud
t e r a s de su territorio p a r a e x a m i n a r las l e n g u a s de los pueblos
tantum quaeri cum ratione potest an lingua hebraea cum cognatis
sit origini vicinior quam ceterae etc." Son de notar también las pa- circunvecinos; y a u n teniendo á la vista la s e m e j a n z a lingüis-
labras que acerca del asunto escribía á Leibnitz Hermann v. d. Hardt tica de muchos idiomas y p u d i e n d o f á c i l m e n t e h a l l a r las rela-
(1. cit.): "Primorum hominum linguam jam expirasse, et incertum- ciones del suyo propio con otras l e n g u a s no ha alcanzado á for-
plane esse an hodierna lingua hebraica ullam adhuc similitudinem m u l a r principios de r e l a t i v a u n i v e r s a l i d a d que s u p o n g a n tra-
referat." m a científica n i e x a m e n comparado (1). Y es q u e los a n t i g u o s
P a r a promover la comparación de las lenguas, cuyo método se-
gún quería Leibnitz debía ser análogo al de las ciencias exactas,
comenzando por lo conocido para llegar á lo desconocido, exhortaba (1) Los griegos, como hemos visto, han estudiado ya en la anti-
éste á los viajeros, á los misioneros, embajadores y aún á los empe- güedad los principales dialectos de su lengua y escrito sobre ellos.
radores á reunir los datos posibles en materia de lenguas, escribien- Tuvieron asimismo, según queda dicho, conocimientos de otros idio-
do al efecto diferentes cartas. En la dirigida á P e d r o el Grande mas, suficientes para establecer puntos de comparación y de análi-
(Viena, 26 de Octubre de 1713), dice entre otras cosas: "Quisiera tam- sis. Sin pensar con Dugald-Stewart y Niebuhr que los indios fuesen
bién que se reuniesen diccionarios ó al menos pequeños vocabula- discípulos de los griegos en ciencia y lenguaje, ni con Gorres y los
rios, y que se procurasen en tales idiomas (los hablados en los domi- suyos que los brahmanes fueron maestros de los griegos; sin creer
nios de dicho soberano) traducciones de los diez mandamientos, de con Zeller que deba excluirse todo elemento é influjo oriental en la
la Oración dominical, del Símbolo de los Apóstoles y de otras partes ciencia helénica, ni juzgar con Roeth y Gladisch que ésta en sus co-
del catecismo, utomnis lingua laudet Dominion. Todo lo cual au- mienzos es una reproducción puramente oriental; sin admitir final-
mentaría la gloria de V. M. que reina sobre t a n t a s naciones etc." mente ninguno de los viajes de los antiguos filósofos que la crítica
Esta idea de comparación léxica se encuentra frecuentemente en sus ha rechazado por fabulosos (cf. Brandis, Geschichte d. Philosophie,
obras, donde inculca las utilidades que de ello pueden provenir: y Lassen en sus Antigüedades indianas) puede y debe reconocerse
"Cum nihil majorera ad antiquas populorum origines indagandas lu- que indios y griegos no estuvieron alejados en lengua y doctrina de
cera praebeat quam collatio linguarum, etc." "Ad linguae nostrae suerte que no pudiesen establecer comparaciones más ó menos sis-
(germamcae) perfectam notitiam opus foret dialectos quoque pro- temáticas, así como con los idiomas de otros pueblos. Alejandro
vinciarum germaniae cognosci, etc." (Op. t. cit.). Magno habló con los brahmanes, y aunque las respuestas eran tra-
ducidas por intérpretes, supone esto mismo el conocimiento de am-
Por lo demás Leibnitz no emprendió nunca una clasificación sis-
bos idiomas por personas determinadas. Heródoto refiere (IV, 24)
temática de las lenguas, aunque las distribuye en jaféticas y ara-
que los mercaderes griegos al remontar el Volga hasta los montes
meas. Con las lenguas jaféticas confunde lenguas húngaro-tártaras
Urales, iban acompañados de siete intérpretes que hablaban siete
y no es más feliz cuando trata de clasificar los dialectos que él ha
lenguas distintas, entre las cuales, como observa M. Mliller, deben
podido conocer por sí mismo. Leibnitz reconoce la unidad primitiva
contarse l o s dialectos eslavos, tártaros y fineses hablados ya en
del lenguaje, y el origen oriental de las razas humanas. (V. Neff
aquella región en tiempo de Heródoto. Temístocles estudió el persa
, W- Leibnits als
Sprachforscher und Etimologe, y, entre otros!
y llegó á hablarle sin dificultad. Mitridates, cuya memoria era pro-
las indicaciones de Guhrauer en la Vida de Leibnitz).
pueblos q u e no e s t a b a n unidos por u n mismo vinculo de reli-
gión y l e n g u a , r e p e l í a n s e m u t u a m e n t e como g e n t e v i t a n d a y
toda comunicación con c u a l q u i e r pueblo daeva-yagna; y los
no tolerable. P a r a los indios e r a n incomprensibles todos los q u e
polacos t r a t a b a n como m u d o s á los a l e m a n e s designándolos con
e r a n e x t r a ñ o s á su sociedad, y el que no p e r t e n e c í a á su a l t a
el n o m b r e niemiec (cuya raíz d á en casi todas las l e n g u a s esla-
c a s t a e r a c o n s i d e r a d o como u n mlekkah, y se r e p u t a b a i m p u r o
v a s la significación de mutismo), p a l a b r a que los turcos eligie-
todo lo q u e de él proviniese, y su l e n g u a con él. Los á r a b e s
r o n t a m b i é n p a r a d e s i g n a r á los austríacos. Sobre todo el dicta-
desechaban á t o d o no m a h o m e t a n o por incrédulo é i n c a p a z
do de bárbaros, p r o d i g a d o por griegos y romanos, dá idea de
de ser e n t e n d i d o en su l e n g u a , como kiafirs y adscham, á la cómo se e n t e n d í a n entonces l a s relaciones g e n e r a l e s , y par-
m a n e r a que el p u e b l o hebreo e v i t a b a t o d o contacto con los t i c u l a r m e n t e las lingüisticas. E s t r a b ó n (XIY, II) h a b l a n d o de
e x t r a ñ o s á la r e l i g i ó n j u d a i c a , designándolos con el dictado de los Carios, á quienes Homero llama barbarofonoi (Iliada II, 867),
gogm (los ra e&v>] —gentiles— del N. T.), y los g r i e g o s r e p u t a - dice q u e la expresión to barbaron debió f o r m a r s e por onomato-
b a n por lo mismo como aXXozQcoi á todo pueblo q u e no f u e s e el p e y a p a r a significar é i m i t a r e n el sonido á los q u e no saben
suyo, y como ayXcoaooi, ó sin habla, á todo el que no conociese h a b l a r ó h a b l a n mal, de d o n d e pasó á d e s i g n a r las l e n g u a s ex-
su idioma. No d e o t r a s u e r t e los persas seguidores de Zoroastro t r a n j e r a s , ó no g r i e g a s . P o r donde la denominación desprecia-
(mazda-ya(;na ó a d o r a d o r de Mazda) j u z g a b a n g r a v e delito t i v a de bárbaro recaía p r i n c i p a l m e n t e sobre el idioma. Cual-
q u i e r a q u e sea la procedencia de esta expresión g r i e g a (v. Fick,
digiosa, conocía los idiomas de todos los numerosos pueblos que ha Verg. Wórterbuch), pasó con la misma significación á los ro-
conquistado. En la expedición de los Argonautas, hubieron de encon- manos, y t i e n e a n á l o g o sentido e n otros i d i o m a s . Barbara y
trarse los griegos sin intérpretes para la multitud de idiomas que varvara (ó con b y v) ofrece en sus diversas formas e n sánscri-
hallaron. to, la significación g r i e g a de bárbaros, lo mismo que el sáns-
Por estos hechos y otros análogos, colígese sin dificultad que no crito barbar ata e q u i v a l e al g r i e g o barbarotees. E n persa, bar-
ha sido el aislamiento lingüístico causa de la falta de sistema cientí- bar e x p r e s a grito confuso, y e n á r a b e barbarat es el r u g i d o de
fico, sino que más bien se trataba de un aislamiento voluntario y sis- la cólera. Se h a observado, y lo notó Pictet en Les origines indo-
temático en punto á relacionar los idiomas. Y este aislamiento es sin
europeens, que la raíz i n d i a mlekk e x p r e s a e x a c t a m e n t e la sig-
duda mucho más exclusivo y absoluto en cuanto al lenguaje que en
nificación de bárbaro y confuso, y p r o b a b l e m e n t e mlékkha, con
ningún otro sentido literario. Porque si bien no son aceptables nin-
las demás formas de a q u e l l a raíz fmrksh, mraksh, mlaksh etc.),
guno délos extremos ya indicados, ni puede, como nota Ueberweg
(Geschichte d. Pliilosophie) determinarse con exactitud el influjo son u n a o n o m a t o p e y a del mismo g é n e r o q u e la m e n c i o n a d a p o r
oriental en la Grecia sin conocer primero la verdadera historia de E s t r a b ó n p a r a e x c l u i r como ininteligible y despreciable por su
Oriente, no por eso ha de negarse la corriente tradicional y científica r u d e z a , todo l e n g u a j e q u e no f u e s e indio. P u e d e , pues, decirse
(especialmente en el orden filosófico) que se advierte en todas las que p a r a los a n t i g u o s hablar lengua extranjera (eterogloosos,
grandes civilizaciones antiguas, y que sería fácil evidenciar si el ca- de los griegos), e r a sinónimo de e s t a r mudo ó sin habla (agióos-
rácter de esta nota lo permitiera. Aun en el terreno de las artes no sos), y u n a y o t r a cosa e x p r e s a b a la denominación de bárbaro.
es difícil hallar en Grecia vestigios orientales, y entre las teorías E s t a preocupación c o n t r a todo idioma e x t r a n j e r o , y la aver-
sobre el origen de la arquitectura griega (la de Vitrubio y la de sión q u e s u p o n e á todo su estudio y cultivo que no sea obliga-
Viollet-le-Duc, Klenze etc.), ha venido á ocupar lugar preferente la do é indispensable, h a sido p a r t e principalísima p a r a i m p e d i r
que hace derivarla de elementos orientales. Champolión cita las co-
la f o r m a c i ó n científica de la glotología (1), h a s t a q u e el cristia-
lumnas protodóricas de Beni-Hassan, Longperier los monumentos
asirios, y Perrot el arte lido-frigio y los monumentos del Asia Me-
nor (Chipiez, Hist. crii. des orig. des ordres grecques). Pero si pres-
cindiendo de esto, nos fijamos en las relaciones literarias y sociales (1) La expresión griega paQPaQocpovslv que sustantivada aplica
de Grecia y Roma y en el mutuo influjo de los respectivos idiomas, Homero á los Carios (1. cit.), no es equivalente á la de páQpaQoi, se-
de que hemos hablado, hallaremos motivos sobrados para pensar
gún advierte Estrabón, sino que se toma por hablar incorrectamente
que la falta de estudios lingíiístico-comparados entre los antiguos no
griego: « Ovxwg ovv, dice, xal xó Pag^agocpcoveiv xal xovg fiaQpaQo-
es debida á la ausencia de elementos comparables, sino á la positi-
va exclusión de toda comparación. cpátvovg Sexxéov xovg xaxcog éXXr¡vi^ovxag.» (L. XIV, c. II). Sin duda
en más de una ocasión la voz bárbaro y barbarofonoi se han toma-
do indistintamente, toda vez que el mismo Estrabón, 1. XII, aplica el
nombre de bárbaros á la familia de los Carios, y Heródoto, VII, ca-
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nismo con sus sublimes doctrinas sobre l a f r a t e r n i d a d h u m a n a ,
ro de Magallanes en su p r i m e r v i a j e a l r e d e d o r del m u n d o , y el
sobre el común o r i g e n y común d e s t i n o de los h o m b r e s todos, p r i m e r o que hizo colección de p a l a b r a s , r e c o g i d a s e n el Brasil,
con el hecho de la difusión del e v a n g e l i o y de su p r e d i c a c i ó n e n la P a t a g o n i a y en las Molucas; los cinco vocabularios de la
e n t r e griegos, romanos y b á r b a r o s , y con la a d m i s i ó n á su seno biblioteca de L e i d e publicados por R e l a n d sobre el mismo asun-
de g e n t e s las más diversas en r a z a s y l e n g u a s , f r a n q u e ó defini- to, y las colecciones de Misserschmidt hechas d u r a n t e su resi-
t i v a m e n t e los caminos á la v e r d a d t e o l ó g i c a , á las i n v e s t i g a - dencia en la Siberia, q u e se conservaron en la biblioteca de
ciones de las ciencias, y al estudio c o m p a r a d o d e los idiomas, S a n P e t e r s b u r g o , y utilizó K l a p r o t h p a r a componer su Asia
c u y a evolución y vicisitudes hemos e s t u d i a d o e n la h i s t o r i a de polyglotta. En g e n e r a l , como hace v e r Balbi en su i m p o r t a n t e
las a n t i g u a s l i t e r a t u r a s . Introducción al Atlas etnográfico del Globo, f u é no p e q u e ñ o
Al l l e g a r al siglo XVI, d e s p e r t a d a la afición á las i n v e s t i g a - servicio de los v i a j e r o s á n u e v a s t i e r r a s , p r o c u r a r r e u n i r datos
ciones l i t e r a r i a s y lingüisticas, y c o n c e n t r a d o s los p r i n c i p a l e s lingüísticos y e n r i q u e c e r los y a suministrados por otros.
elementos glotológicos de O r i e n t e y O c c i d e n t e e n el seno del P o r lo q u e hace á la colección del Pater noster, sólo en el
cristianismo, no t a r d a r o n e n a p a r e c e r los p r i m e r o s e n s a y o s e n siglo X V I tenemos: la de B i b l i a n d e r , en catorce l e n g u a s , la de
nuestros estudios, con cierta t e n d e n c i a c o m p a r a t i v a y sistemá- F r . Angel Roccha (Biblioth. apost. vaticana), e n veintiséis len-
t i c a que a u g u r a b a los primeros b o s q u e j o s de la a c t u a l Ciencia g u a s ; la de J e r ó n . Megister (Specimen XLlinguarum), e n cua-
del L e n g u a j e , y cuyos legítimos c a m i n o s y a el i n s i g n e Arias r e n t a l e n g u a s , y la del mismo p u b l i c a d a en 1593 (Orat. dom. L
Montano, a n t i c i p á n d o s e á L e i b n i t z , h a b í a s e ñ a l a d o . divers. linguis) con cincuenta idiomas (1).
T r e s son los periodos a n t e r i o r e s á l a é p o c a a c t u a l , q u e a p a - El t e r c e r periodo es el de distribución y clasificación de los
recen desde el r e n a c i m i e n t o en la d i s c i p l i n a filológica. El pri- elementos reunidos en el anterior, el cual iniciado por Arias
m e r periodo está r e p r e s e n t a d o p o r la i n v e s t i g a c i ó n del i d i o m a Montano, f u é desarrollado merced á las iniciativas y ascendien-
primitivo, por las d i v e r s a s c o n t r o v e r s i a s q u e se h a n suscitado te de Leibnitz, secundado después p o r V a t e r y Adelung-, sobre
e n f a v o r ó en c o n t r a de la p r i m a c í a d e d e t e r m i n a d o s idiomas, todo por H e r v á s , q u e s e ñ a l a y a los albores del periodo p r o p i a -
y por el influjo l i t e r a r i o de las Biblias poliglotas. Q u e d a y a in- m e n t e científico.
dicado así lo q u e á éstas se refiere, como lo r e l a t i v o á las opi- Los resultados i n m e d i a t o s en estos tres periodos lingüísticos
niones sobre la l e n g u a p r i m e r a . El s e g u n d o p e r i o d o es el d e la h a n sido: 1.° la investigación histórica de los o r í g e n e s de v a r i a s
colección de elementos lingüísticos d e las d i v e r s a s p a r t e s del l e n g u a s , q u e se i n t e n t a b a hacer p a s a r por p r i m i t i v a s , y el es-
m u n d o , las series de nombres de o b j e t o s m á s u s u a l e s e n muchos t u d i o elemental de sus caracteres; 2.° la clasificación t a m b i é n
idiomas y las colecciones de Pater noster e n d i s t i n t a s l e n g u a s . elemental y e x t e r n a de los g r u p o s de l e n g u a s , a t e n d i d a su p a r -
P e r í o d o casi s i m u l t á n e o al a n t e r i o r e n s u o r i g e n , p e r o de efica- t e léxica, ó s e g ú n su e s t r u c t u r a gramatical; 3.° la creación de
cia d i s t i n t a , y q u e h a c o n t i n u a d o su acción con m a y o r intensi- troncos lingüísticos (siquiera f u e s e n hipotéticos y de c a r á c t e r
d a d y d u r a c i ó n . W i s e m a n (Discours sur les rapports entre la provisional) á los cuales se r e f e r í a n las demás l e n g u a s , y la
science et la relig. revel. disc. I) r e c u e r d a á este p r o p ó s i t o la p r o g r e s i v a reducción de las l e n g u a s que se e s t i m a b a n indepen-
lista de p a l a b r a s e x t r a n j e r a s r e u n i d a s p o r P i g a f e t t a , c o m p a ñ e - dientes é irreducibles á dichos g r u p o s , s e g ú n las conexiones
propias con c a d a familia; 4.° las especulaciones sobre proble-
lifica de lengua bárbara la de los Pelasgos, que Dionisio deHalicar- mas de g r a m á t i c a g e n e r a l , y sobre la posibilidad de u n a l e n g u a
naso cree de familia helénica, así como Demóstenes habla de Alejan-
dro Magno como de un bárbaro, mientras Estrabón juzga que los
macedonios deben contarse entre los helenos, y sin duda que la (1) Hemos de advertir aquí que si bien el Pater noster encierra
lengua macedonia era uno de tantos dialectos griegos. Y es que la elementos suficientes para conocer el carácter de los idiomas, no
palabra griega /?ag/?a££fco, como la sánscrita balbalakaromi, como siempre puede establecerse con él una comparación lingüística exac.
la latina balbutire etc. expresa fundamentalmente m a n e r a incorrec- ta, ya porque no todas las traducciones están igualmente hechas, ya
ta de hablar, siquiera se ampliase su significación en unos casos ó se porque conteniendo ideas ignoradas en pueblos salvajes, como las
modificase con elementos componentes en otros, pero dejando siem- de "santificado sea tu n o m b r e " , "no nos dejes caer en la tenta-
pre en la palabra la aptitud significativa originaria que permitía ción" etc., ó han de expresarse estos conceptos de una manera ru-
usar en un mismo sentido la forma simple y sus compuestas. dimentaria, ó por circunloquios más ó menos apropiados.
u n i v e r s a l con u n a g r a m á t i c a filosófica p u r a m e n t e . D e s c a r t e s los pensamientos de t a l suerte q u e f u e s e n u n i v e r s a l m e n t e inte-
p e n s a b a y a en la posibilidad d e este l e n g u a j e filosófico, y e n su ligibles, á m a n e r a de lo q u e acontece con los signos m a t e m á t i -
correspondencia con el P . Marsena, e x p o n e como seria posible cos; si bien p r o p o n e e n el mismo libro que p u d i e r a n fijarse
f o r m a r u n l e n g u a j e ideológico á la m a n e r a del sistema deci- nombres i n v a r i a b l e s , con r e g l a s de derivación y de flexión t a m -
m a l (1). D e i g u a l s u e r t e Leibnitz piensa q u e es posible « u n a bién i n v a r i a b l e s , por lo c u a l llegó á su sistema de lingüistica
l e n g u a y e s c r i t u r a u n i v e r s a l m u y distanciada d e c u a n t a s se u n i v e r s a l . W i l k i n s t r a d u j o á su l e n g u a el Pater noster y el sím-
h a n i m a g i n a d o , d o n d e la razón dirigiese los c a r a c t e r e s y las bolo apostólico.
p a l a b r a s , y, e x c e p t o los errores de hecho, los demás s e r í a n erro- Sinibaldo en su Ideographie, s i g u i e n d o las huellas de Wil-
res de cálculo» (2). M. W i l k i n s en su Ensayo de u n a l e n g u a filo- kins, p r e s e n t a u n a lista de 2.600 signos f o r m a d o s sobre el mode-
sófica, q u e sirvió á L e i b n i t z para fijar y confirmar sus propios lo de los c a r a c t e r e s musicales. Estos signos c o n s t i t u y e n catego-
conceptos (3), t r a z ó el c u a d r o de u n a l e n g u a ideológica, con su rías de n o m b r e s , verbos, preposiciones etc.; de géneros, casos,
sistema g r a m a t i c a l y léxico, cuyas combinaciones son a l t a m e n - tiempos y personas, s e g ú n la distribución, f o r m a y orden con-
t e ingeniosas é i n s t r u c t i v a s . El n ú m e r o de radicales e n la len- vencional adoptados. De esta s u e r t e llegó Sinibaldo á r e p r o d u -
g u a filosófica de W i l k i n s es de u n a s 3.000; pero es de o b s e r v a r cir los 150 primeros versos de la Eneida. E n el sistema de Sini-
q u e el propósito p r i m e r o d e éste no f u é i n v e n t a r u n a l e n g u a baldo la relación e n t r e el signo y lo significado es p u r a m e n t e
u n i v e r s a l , sino h a l l a r u n sistema de escritura p a r a r e p r e s e n t a r a r b i t r a r i a ; e n el de W i l k i n s tiéndese á buscar a n a l o g í a s con la
n a t u r a l e z a de la cosa r e p r e s e n t a d a .
(1) En una de las c a r t a s de Descartes á Marsena (Euvres comp., E n los c u a t r o p u n t o s mencionados e n c i é r r a s e , en r e s u m e n ,
ed. Cousin t. VI) se dice entre otras cosas: "Au reste je trouve qu' on el f r u t o de los t r e s periodos a n t e r i o r e s á la fase de la «Gramáti-
pourrait ajouter á ceci une invention, tant pour composer les mots ca comparada».
primitifs decett langue, que por leurs caractères; en sorte qu' elle Se fia dicho q u e la p r e o c u p a c i ó n religiosa de hacer d e r i v a r
pourrait etre enseignée en fort peu de temps, et ce par le moyen de
todas las l e n g u a s de la h e b r e a p a r a justificar el d o g m a de nues-
V ordre; c' est-a-dire établissant un ordre entre toutes les pensées
tro común o r i g e n s e g ú n la Biblia, y la misma i d e a del o r i g e n
qui penvent entrer en 1' esprit humain, de meme qu' il y a un naturel-
divino y misterioso del l e n g u a j e , h a n sido el principal obstácu-
ment établie entre los nombres." Sigue luego explanando sus ideas, y
afirma que pudiera aprenderse el supuesto lenguaje en un solo día, lo del estudio científico de tales cuestiones (1). Como hemos vis-
como en un solo día se aprenden los números del sistema decimal. to, en la formación p r i m e r a de la lingüistica c o m p a r a d a ha in-
(2) Leibnitii Opera t. V ed. Dutens. Suponen algunos que habla fluido de u n a m a n e r a principalísima todo eso p r e c i s a m e n t e q u e
Leibnitz en sentido puramente abstracto é ideal; pero es seguro que se invoca e n sentido c o n t r a r i o , y p u e d e a s e g u r a r s e que sin la
trataba de la posibilidad real de tal lenguaje. i n t e r v e n c i ó n de las ideas científico-religiosas, y sin el a u x i l i o
(3) Max Müller en su Nuevas Lecciones dice que es de "presumir" •v de los hombres e n c a r g a d o s de d i f u n d i r esas mismas ideas, la
que Leibnitz viese la notable obra aludida, escrita en la segunda mi- ciencia del l e n g u a j e no h u b i e r a llegado hoy al p u n t o e n q u e
tad del siglo XVII (1668). Los traductores franceses de las mencio- I podemos e s t u d i a r l a . N i n g u n o de los g r a n d e s m a e s t r o s de e s t a
nadas Lecciones, H a r r i s y Perrot, hacen notar que el libro de Wil- 4- ciencia en los periodos á que nos referimos h a nfecesitado re-
kins fué realmente leído por Leibnitz. El mismo lo dice en su car-
ta 7. a á Burnet, afirmando que ha leído con grande atención la obra
del carácter real y Lenguaje filosójico de Wilkins, y haciendo cons- tí) La tradition religieuse voulant que toutes las langues deseen
tar que ha hallado en la misma bellas cosas. Aludiendo á dicha obra dent de 1' hebreu, pour justifier le dogme de notre pretendue origine
en otra carta á M. Fegel (t. V, Op.) dice que en aquel trabajo algu- selon la Bible La meme idée sur 1' origine divine et mytérieuse
nos "majoris faciunt media quam finem" refiriéndose á que la eru- 1 _ du langage n' a pas cessé d ' e t r e le principal obstacle et le plus
dición y saber resultaba mayor que su objeto. Sin embargo, Leib- grand empechement d ' u n e étude véritablement scientifique de la
nitz había pensado en estas materias antes de leer á Wilkins, como question." Taies son las ideas que apunta La Calle en La Gossolo-
aparece por su De arte combinatoria compuesta á los 19 años, cuan- gie etc., y que reproducen otros positivistas de menor cuantía. Max
do aun no se había publicado El lenguaje filosófico. Müller no duda asentar conceptos análogos, bien poco conformes
No nos detenemos en presentar la teoría de Wilkins, porque nos por cierto con la importancia que se ve precisado á conceder, por
llevaría fuera de nuestro objeto (V. las Nouvel. Leç., 1.1 de Max Mü- otra parte, á la laboriosidad de los misioneros en materias lin-
ller, que presenta un extracto). güísticas.
n u n c i a r á la unidad originaría del humano l i n a j e ni á la doctri- l e n g u a (lo cual no todos hicieron), equivocadas h a n sido mu-
na ortodoxa sobre el origen del hombre (que á eso se reducen chas de las teorías posteriores en orden á los troncos primitivos
todas las preocupaciones religiosas en la materia), p a r a aspirar lingüísticos, entre ellas la de ver en el sánscrito la l e n g u a ma-
al perfeccionamiento que hoy creemos p o s e e r , como ninguno dre de los idiomas indo-europeos; y asi como respecto de esta y
de los actuales sostenedores de iguales doctrinas teológicas ne- otras aserciones hipotéticas, y a desmentidas, no afirmamos fue-
cesita renunciar á ellas para seguir los pasos de los estudios sen obstáculo á la investigación científica, que por el contrario
lingüísticos modernos, ni lógicamente llegó jamás á negarlas promovieron, y cuyo mérito estaba justamente en d e m o s t r a r l a
p a r a defender los progresos glotológicos n i n g ú n filólogo de los verdad ó la falsedad de tales asertos, de igual suerte á la hipó-
que (por sistema filosófico ó religioso) militan en el campo de tesis a n t i g u a del hebraísmo no puede inculparse d e las defi-
la heterodoxia. Todo ello habrá de patentizarse en el decurso ciencias del a n t i g u o método (entonces incipiente y rudimenta-
de este libro, bastando entre tanto observar: 1.° que en la Igle- rio) aunque dicha hipótesis sea hoy inadmisible, y a que la ver-
sia no se ha subordinado nunca la doctrina del origen del hom- dad ó falsedad de ella debía ser el resultado, y lo f u é en efecto,
b r e á las teorías del origen y naturaleza del l e n g u a j e , ni se ha de los estudios siguientes y ulteriores; 5.° que no y a desde el
declarado en p a r t e a l g u n a que de la unidad antropológica se siglo XVI acá, sino en tiempo de los P a d r e s de la Iglesia, no
seguía la unidad lingüística ó viceversa; por lo mismo la orto- f u é u n á n i m e su opinión sobre la lengua primera, de igual suer-
te que no lo f u é tampoco el modo de e n t e n d e r la confusión de
doxia no obliga á nadie á limitar las investigaciones lingüisti-
lenguas, como veremos en otro lugar. E n t r e ellos si hubo quie-
cas en n i n g ú n sentido; 2.° que tampoco se ha declarado en par-
nes como S. Jerónimo (in Sophon. III 8-9), Orígenes (Hom. X I
te a l g u n a que el l e n g u a j e primero fuese el hebreo, ni nadie se
in Num. IV), S. Agustín (De Civ. Dei, XVI, 12), se inclinan á
ha creido en el deber religioso de defenderlo así, cuando t a n
decir que f u é el hebreo la lengua primitiva (como lo han dicho
v a r i a s han sido las opiniones sobre la lengua primitiva en los
muchos en nuestros tiempos sin r e n u n c i a r por eso á la Glotolo-
tiempos á que se refieren los adversarios; 3.° que contra la uni- gía novísima), otros ó no hacen mención de esto, ó se hacen eco
dad del origen humano ni contra el primitivo origen divino de de la opinión contraria, como S. Gregorio Niseno que después
la palabra, no se sigue cosa a l g u n a con que las lenguas sean de declarar que el l e n g u a j e f u é naturalmente formado por el
actualmente reducibles ó no; y por esto, y porque en el hecho hombre (Homil. XII cont. Eunomium), dice que «Moisés escribió
mismo de la confusión de Babel tuvieron siempre los antiguos en hebreo no porque éste fuese el idioma de Adam, sino porque
explicación suficiente de que las lenguas resultasen irreduci- e r a la lengua usual de su siempo xQ^f^vog zij ovvr¡&£t ylcoooij.»
bles, caso de serlo realmente, y aquel acontecimiento les expli- Y a ñ a d e que según dictamen de hombres doctos en las Escritu-
caba también á satisfacción la posibilidad de haber desapare- ras, el hebreo no aparece tan a n t i g u o como otras lenguas: ' p r j
cido el idioma primitivo, se ve con toda claridad que en ma- aQxai^eiv zíjv ¿(¡gaícav cpcovrjv ópoiozrjza zcáv Xouzcovp 6.° que
n e r a a l g u n a podían vacilar en entregarse á las exploraciones
lingüisticas, cualquiera que fuese el resultado de ellas. Pues los obstáculos q u e ofreciese la doctrina revelada a l progreso
mientras por una parte los defensores de la ortodoxia en nin- lingüístico, aun admitido que se t r a t a s e de algo dogmático, no
g u n a época de la historia han temido ni pueden racionalmente podían ser en esto de mayor eficacia que los que se presentan
t e m e r la investigación de la verdad, p a r a la cuestión presente e n otras ramas del saber, cuyo desarrollo, sin embargo, f u é pro-
hallaban en la confusión babélica, como de antemano, solucio- movido por los mismos defensores de la ortodoxia. Y a u n dado
nes harto cumplidas; 4.° que si en los tiempos modernos la re- que aquellas doctrinas dificultasen investigar el origen del len-
ducción de lenguas á u n tronco c o m i i n f u é la aspiración prime- g u a j e (el cual problema no han resuelto todavía los filólogos de
ra, originó las nniltiples combinaciones lingüisticas ejecutadas, la heterodoxia), «no eran obstáculo, como advierte Ascoli, para
motivó los varios sistemas de comparación, é hizo progresar la aquella amplitud de estudios históricos que serian más que su-
ciencia, no se ve porqué en los tiempos pasados, iguales aspira- ficientes p a r a promover los métodos rigurosos á que hacemos
ciones realizadas en formas relativamente análogas y con el referencia. Más bien f u e r o n prejuicios científicos, históricos y
mismo objeto, h a y a n podido llevar á los opuestos resultados de literarios, que no prejuicios teológicos, los que retardaron el
desarrollo de la b u e n a doctrina en nuestro caso.» Estas pala"
inanición y retroceso, de que hablan algunos filólogos. Y si era
bras de un racionalista judio, el ilustre filólogo italiano men-
equivocado buscar en el hebraísmo el origen primario de toda
-376-
cionado, m e r e c e n ser recordadas á otros seguidores del racio-
nalismo q u e con menos saber y más preocupaciones t r a t a n la
cuestión (1).
D e s p u é s de lo dicho no hemos de r e c o r d a r que f u e r o n ecle-
siásticos los p r i m e r o s iniciadores de los nuevos estudios, cuyo
influjo llevó a d e l a n t e la Filología c o m p a r a d a , q u e á la Iglesia
se debe la m a y o r y m e j o r p a r t e de datos lingüísticos de todo
g é n e r o y de t o d a s las latitudes, y á d e t e r m i n a c i o n e s de la mis-
ma, á C o n g r e g a c i o n e s como la de Propaganda Fide, á teólogos
y misioneros, c a u d a l inmenso de documentos, observaciones y
e n s e ñ a n z a s , q u e por si solos constituirían u n a valiosa bibliote-
ca l i n g ü i s t i c a . S o b r e los elementos glotológicos por ellos sumi-
n i s t r a d o s inicióse el y a mencionado periodo de clasificación,
q u e c i e r r a las f a s e s de los estudios lingüísticos anteriores á la
época de la Gramática comparada.
(1) He aquí las palabras de Ascoli (Studii critici II), que con ra-
zón reproduce en la Civilt. Catt. De Cara contra La Calle, y nosotros
trasladamos también: "Tra le quali (habla de las causas que detuvie-
ron el desarrollo de la ciencia lingüística ) non vorremmo porre la
doctrina della rivelazione del linguaggio, o la credenza nella miraco-
losa sorgente della diversità degli idiomi; si perché gli ostacoli pro-
venienti da siffate affermazioni, rispondono ad ostacoli simiglianti
che affermazioni congeneri opponevano alle altre discipline scienti-
fiche; é si perché 1* ortodossia potea bene intralciare le indagini
sulle ragioni prime del linguaggio o delle diverse famiglie di favelle,
ma dicerto non interdiceva quella latitudine di studii storici, che sa-
rebbe stata di g r a n lunga sufficiente a promuovere i metodi rigorosi,
ai quali accenniamo. Ben furono, piuttosto, pregiudizii scientifici,
istorici e letterarii, che non pregiudizii teologici, quelli che nel caso
nostro ritardarono lo svilupparsi della buona dottrina."
Las declaraciones de Benfey (Geschichte etc.), las de M. Müller
(Lecturesete.) y de otros muchos filólogos sobre el influjo de las in-
vestigaciones de los misioneros en la formación de la Ciencia del
Lenguaje, son harto elocuentes contra las preocupaciones que im-
pugnamos. Pott, después de hacer varias atinadas reflexiones, no
duda afirmar que "sin cristianismo la Ciencia del Lenguaje no hubie-
ra podido nacer". Ohne Christenthum hätte eine Wissenschaft der
Sprache nicht entstehen. (Potss neue Ausgabe von: W. v. Humboldt,
ueb. die Versch. d. mensch. Sprachwiss. I).