Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Alejandro Castro: El Twitter Dice Octavio Paz: A Guillermo Sucre (…) debemos algunos de los más intensos
de Pandora poemas de la joven poesía hispanoamericana y, simultáneamente, los ensayos más
lúcidos sobre los movimientos poéticos contemporáneos.
Juan Manuel Sucre, y su Madre Inés ledas amadas por sus padres: pero que académico desde los viejos salones, (continúa en la página 2)
2 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 4 DE AGOSTO DE 2019
GUILLERMO SUCRE
II
La poesía de Guillermo Sucre siempre ha vivido a la sombra de su
obra ensayística y de su infatigable labor como docente, a la que se
ha dedicado con una constancia admirable: muchos han sido sus
alumnos y sus contertulios de variados seminarios. Escrita en los
rincones del día, relegada a un plano íntimo, recogida como inicia-
les apuntes, su obra parece desprenderse contra la voluntad del
autor, como si el exceso de rigor contuviera cualquier amago de
fuga. Es importante observar la secuencia de años en que sus libros
se publican: 1961, 1970, 1976, 1977, 1988 y 1994, con largos espacios
o silencios entre una entrega y la siguiente; y es también revela-
dor enumerar la secuencia de ciudades: Caracas, Buenos Aires,
París, México y Sevilla, como propiciando la dispersión editorial
que dificulta la visión de conjunto. Tiempo y espacio parecieran
confabularse contra una unidad de sentido, pero más responden a
una escritura que se exige mucho a sí misma, que busca la palabra
precisa –así requiera años. La poesía es condensación y no exceso
o esgrima: si se quiere llegar a fondo, debemos esperar hasta ese
preciso momento de revelación en el que el verso surge para que-
darse, pues en la mayoría de los casos “las palabras que no logro
inventar/ son las que me explican”. Toda una poética para indicar
el abismo que existe entre intención expresiva y concreción textual:
si la poesía aspira a sintonizar el hilo de la conciencia, que siempre
es una corriente vertiginosa de palabras, lo que pesque ya vale y,
siempre según Quevedo, “tendrá sentido”.
En Mientras suceden los días (1961), su primer libro, referentes
como el mar, la luz, la materia, van creando una cierta elementa-
lidad. Todo parece salir de un punto y volver a él. La observación,
la expectación, la inmanencia, son las funciones esenciales. Se es-
tá a la expectativa de cómo procede el mundo, de cómo dispone, de
cómo deriva hacia sus propias figuraciones. Se trata de una poesía
de la decantación, de la quietud: Adán en el paraíso, seducido por
el milagro de la existencia: “el mar que sella los enigmas”, “la luz
devorándose a sí misma”, la “materia jadeando de materia”. Se re-
fleja un cierto éxtasis ante lo que se nos dona, un cierto agradeci-
miento por recibir tanto a cuenta de nada. Todo es una revelación,
una bendición, y en un plano más doméstico hasta se celebra “la
rendida herencia del trigo sobre la mesa”.
Años después, en La mirada (1970), la otredad es el elemento deci-
sivo, sustancial. Un tú implícito emerge para referirse a la amante,
a las palabras, al desdoblamiento que es toda escritura. “Dispongo
GUILLERMO SUCRE / LAURA MORALES BALZA©
de lo que me dispone”, dice el poeta, como dando a entender que
la voluntad no es lo que domina la expresión, sino las circunstan- con todas. Principio de proximidad que contamina, altera la fun- hacer del aire otro cuerpo que vive por el aire”. Vuelta al princi-
cias. A medida que se avanza, la duda en torno a la expresión es ción de las palabras (esto es aquello) y da pie al discurso poético. No pio porque no hemos salido de ese círculo virtuoso en el que la
recurrente, como si la poesía fuese también ensayo aproximativo, en balde el término fulgor, tan sucreano, habla de la transforma- creación depende de un soplo de aire: quizás el necesario para
tentativa fallida. El lenguaje es, finalmente, un espejismo: “Y lo que ción por fuego, remite a la revelación como una imagen llameante. entibiar o serenar el magma de las palabras. Lo que quede entre
digo es cosa de empezar/ a decirlo de nuevo”, o “Y de este espejis- el aire que soplo y el fuego “donde el sol reaparece” es la poesía.
mo surge acaso mi lenguaje”. Pero entre dudas y atisbos, o entre III Por último, también En el verano (…) es importante el concepto
ensayo y error, también vamos descubriendo al sujeto expresivo: En En el verano cada palabra respira en el verano (1976), la poe- de exilio: “no estamos exilados en el mundo estamos/ exilados en
“El trato con la tristeza lo tornó rebelde”, o “No vivía en el desam- sía de Sucre amplía sus intereses. Una primera sección del libro las palabras/ en el poema”. Según esta premisa, la poesía remite
paro sino en la soledad”, o “Soy esta tierra que nombro”. Un sujeto remite al concepto de felicidad, pero para renombrarlo o refun- a un estado de separación, de lejanía, ante la realidad; finalmen-
que, si bien se sabe limitado, logra sin embargo visiones memora- darlo: “Creo saber que la felicidad existe justamente allí donde te, crea una realidad aparte. Todo poema es un exilio: nos lleva
bles, imágenes únicas: “El clima estalla en los araguaneyes/ Otro no existe”. Se diría que ese estado de celebración habría que son- a otro nivel de significación, incluso transforma las palabras de
fuego nunca fue más dorado”, o “El párpado de la ola se abre y se sacarlo de la acepción común y darle otro significado: se trata, siempre en otras criaturas. El principio de aleación, de mezcla,
cierra”. También se cruza, por momentos, el erotismo, pero bajo un precisamente, de otra operación poética. En su nueva condición, de contigüidad, las altera. Dice el poeta: “la frágil encrucijada de
tratamiento que puede referirse a una simultaneidad: los amores, el concepto podría estar asociado a esto: “También el poema (…)/ todos tus asombros/ es tu único lenguaje/ la recurrencia de una
sí, pero también los cuerpos, las palabras o los recuerdos: “No veo quiere vagabundear y quedarse no con lo que nombra/ sino en sola imagen”. Encrucijada es cruce de caminos, y en este caso de
no respiro sino tu cuerpo/ Río que crece ceremonioso”, o “Cuando lo que nombra”. La felicidad entonces es un vagabundeo, pero no asombros, condensados todos por la poesía como “único lengua-
te palpo te veo/ Cuando te veo me ciego”. ligada, digamos, al referente, sino a las propias palabras del poe- je”. Ese hallazgo de una sola o única imagen es un estado de exi-
En La mirada, por momentos, van surgiendo frases que, como ma: caja de cristal que encierra la plenitud. lio: las palabras no funcionan como tales, pues dejan sus viejas
accidentes, como talismanes, remiten a fundamentos o concepcio- En una segunda sección, la poesía se vuelve narrativa: quie- vestiduras y entran en un inédito principio de asociación. Sucre
nes poéticas. Son pocas pero muy reveladoras de cómo el autor re recuperar la crónica o el relato de un joven adolescente que insiste en decir que no se trata de escribir el “poema del exilio”
concibe su visión de mundo. La memoria, por ejemplo, es un fac- “Tiene ahora catorce años y todo lo ha perdido”. Ese ejercicio de sino de reconocer el “exilio del poema”.
tor esencial, articulador. Cuando se afirma que “Regreso pero hay recuperación biográfica tiene un poblado, un río, unos árboles,
cosas/ Que ya nunca regresan con nosotros”, se da a entender que unos amores no correspondidos, pero también una relación ini- IV
hay una fuerza de gravitación más poderosa que el instante: aque- ciática con la poesía: el río es el curso mayor, o la imagen más po- En La vastedad (1988) los intereses se hacen innumerables a la par
lla que finalmente se acumula en la Cultura o la Historia. Contra derosa, para hablar de esos comienzos, de esa fe en torno a “un de la reflexión sobre los propios procedimientos poéticos. La exis-
esas fuerzas quizás vaya la poesía, que siempre persigue la instan- dios que es él”. Quien rememora hoy sobre ese adolescente, se tencia se procesa como un regalo, como un milagro cotidiano que
taneidad: llámese revelación o fulgor. Una síntesis de esa ambiva- pregunta: “¿miraba con tus ojos/o ya/ no tenía ojos y solo/ veía no sabemos valorar. Pasado o presente, memoria u olvido, creación
lencia sería la siguiente: “No hay tiempo sino/ ese día único y últi- con lo que podía ver?”. Es la pregunta sobre los orígenes, sobre la o destrucción se suceden como referentes, pero en todo momento
mo/ En que el recuerdo/ se te hizo memoria/ y no ya no posesión vocación temblorosa, sobre la duda en torno al destino, sobre la se medita sobre al acto poético, sobre su naturaleza o circunstan-
del mundo”. La poesía, como verdadera posesión del mundo, está soledad como presidio o como necesario tránsito hacia un estado cia. La escritura podría definirse como un “Viaje que no es físico
más allá de acumulaciones u ordenamientos, está más allá de lo de revelaciones. sino metafísico, que da saltos en el tiempo”, pero mientras el poeta
que llamamos el recuerdo: parca convención que nos hemos reser- En todo caso, el verano como concepto en este libro, pero tam- lo constata también habla de su circunstancia inmediata: “apenas
vado para alejarnos del milagro. bién en toda la poesía de Sucre, es amplio, vasto, maleable. Hay empiezo esta página la va quemando el insomnio”. También es re-
Aparte de las concepciones, también en La mirada podríamos una primera instancia que es térmica y que tiene que ver con la velador, aparte de recurrente, la referencia al insomnio, esto es,
advertir los procedimientos poéticos, esto es, cómo se concibe o se propia creación (¿cocción?) del mundo: “los dioses nos olvidaron al desvelo permanente, como si la poesía solo se pudiera concebir
forja ese estado de la escritura que se convierte en poesía. Jakobson hasta en sus rayos luctuosos”; hay una segunda que es erótica: desde un estado de atención absoluto: desde la sobre-atención. De-
nos habló de una función poética del lenguaje, que es cuando este se “se va dorando desde adentro tu cuerpo”; hay una tercera que finida la realidad poética como “el lugar sin lugar”, no son “las pa-
refiere a sí mismo, pero en la poesía de Sucre las palabras parecen tiene que ver con la naturaleza de la expresión: ¿desde dónde ha- labras sino lo que consuman (…) lo que va ocupando la realidad”.
imantadas, y se atraen unas a otras dependiendo de una misterio- blamos? Dice el poeta: “pienso en las páginas que pasan/ cuando Importante definición: “ya no hay sitio para la escritura porque
sa gravedad. Al respecto, he aquí una estrofa muy reveladora: “La escribo/ los días/ que se borran/ los signos/ las ocultas/ cifras/ ella es el sitio mismo– de lo que se borra”. ¿Qué es lo que se borra
poesía las cosas concretas/ Otras que no lo son de manera callada/ que lentamente el silencio va/ rodeando/ de destellos”. Ese paso mientras escribimos? Se diría que es ese acto de mediación que es
Una palabra prende fuego entre ellas/ Se quema ese rostro al salir de las páginas para que los signos emerjan entre destellos remite toda escritura, pues la realidad solo aspira a ser realidad: no nece-
de su inocencia/ Se quema esa mano que surge de la noche”. Dicho también a la ligerísima combustión que es todo verano: calor co- sita de muletillas para dar cuenta de sí misma. El poeta vuelve a
de otra manera: tenemos “cosas” (¿referentes?) que son concretas o mo elemento esencial de la termodinámica, que es como decir de recalcar su condición de escribiente: “ya no estaré en el bosque sino
que están en silencio. Luego una “palabra” las enciende y esparce la vida. Entre el calor de las palabras que se atraen, entre el fulgor en la hoja que escribo”, o mejor: “no somos recuerdos sino esa red
las llamas. Ese fuego del que esgrime signos, nunca inocentemente, de los signos que se amoldan, podemos adivinar al sujeto que va que nos desteje sino ese libro/ que vamos leyendo en las mismas
y esa mano “que surge de la noche” forjan, sin duda, la escritura. enhebrando su trama desde un mínimo de corporeidad: “respirar páginas marcadas”.
El encendido de la palabra equivale a un estado de conectividad, de también tiene respirar su disciplina/ el aire hay que amoldarlo al
libre asociación, que funde una primera palabra con otras, y luego cuerpo/ al movimiento/ al ocio en movimiento del cuerpo para (continúa en la página 5)
EL NACIONAL DOMINGO 4 DE AGOSTO DE 2019
Papel Literario 5
Guillermo Sucre • cada palabra desplaza a otra que nunca logramos/ decir
• somos esa frase que nos deslumbra en las noches en medio del/
insomnio/ y luego nunca podremos escribir ni olvidar
El vocativo “tierra” se hace muy frecuente y con esa instan-
cia se quieren arreglar las cuentas, si es que no se trata de
la alteridad a la que se le encomiendan los últimos ruegos:
o las escamas del tiempo • somos ese cuerpo que merece el esplendor de su propia muerte
• los que lo coleccionan todo para sentirse perdurables/ los que han
“Siempre creí, tierra, que solo en ti misma/ habías conocido
la gracia y el perdón. /Más carácter tuviste que tus hombres/
(viene de la página 4) contemplado una sola vez la belleza/ y ya ello les depara una ri- y más que ellos habías sido fiel/ en la penuria o en la abun-
queza un desamparo/ para siempre dancia”. ¿Acaso se echa en falta que la humanidad –y más
La memoria está allí pero no para recurrir a ella, sino más bien • no vivir siempre escogiendo: vivir lo que nos escoge aún los poetas– sea indiferente a la belleza? O mejor: ¿que los
para reconocerla como un sustrato que alimenta el presente. Refe- • lo que cuenta de la vida (de la escritura) es que no sea/ infiel a la bardos no puedan asimilarla bajo esa concepción que también
rentes que tienen que ver con la infancia –la casa, el patio, la higue- muerte (al silencio) incluye a la muerte? Como balance, nos vamos quedando con
ra, la parra, el río, los cuerpos– reaparecen no porque se pesquen en pocas cosas, y menos aún con verdades. En el poema “El otro
tiempos remotos sino porque siguen muy vivos: “pasarán los años/ Vemos aquí reflexiones sobre tipos de memoria (que no de recuer- destino”, quizás refiriéndose a la función de los versos, el poe-
pero solo allí estará reposando/ la cabeza/ cerca de ese cuerpo/ res- do), sobre las palabras (que son y dejan de ser), sobre el lenguaje ta admite que “Ahora/ van envejeciendo y más frágiles son”,
pirando la última tersura de su piel la trama cenicienta de su pelo/ (que para la poesía es uno solo), sobre el deslumbramiento (que re- que “son torpes para los trabajos/ y los días, que “Se confun-
en la claridad que ha ido escindiendo el tiempo”. Las viejas imágenes mitiría a la frase precisa), sobre el cuerpo (que hace suya la muer- den en el mundo” y “apenas saben cómo seguirlo”, que “se
no son viejas porque siguen allí, resplandecientes. Y nuevamente el te), sobre la belleza (que es a la vez riqueza y desamparo), sobre la enredan/ en la costumbre”, que “a cada momento/ tropiezan
poeta describe lo que es su proceder (¿lo que es su escritura?), que vida (que se nos da sin que la escojamos) y sobre la escritura (que con el ayer”. Es decir, herramientas desamparadas, desvaria-
está muy lejos de la voluntad o de la determinación: “a ese bosque no nunca será infiel al silencio). Como síntesis de poética podría que- das, que “Todo lo olvidan”. Y ante la constatación, luego viene
se entra para encontrar/ un sendero/ sino para seguirlo/ como los dar la noción de la “escritura como espejo” que este poema refleja el ruego: “no seas tú, memoria, quien más los/ maltrate, no
pasos que entre sí se alejan/ y lo borran/ al recorrerlo”. No incidimos con meridiana claridad: los cubras de culpas”. ¿Podría admitirse un cierre en el que el
en el sendero, que ya existe; más bien lo recorremos, porque “al fin poeta reconozca los viejos fueros y admita alguna indulgen-
al principio de otro viaje/ esos pies/ que nos llevan y nos traen y nos Estar fuera del aquí que está dentro de lo que se escribe la cia? Se diría que eso podría responderse con otra pregunta:
dejan/ donde no queríamos estar”. Nuevamente la noción de que la escritura como espejo: no la imagen que proyectamos no la imagen “¿Hay seres/ que aún vivan en la amistad del clima,/ respiren
realidad es un don permanente, una estancia que nos arropa y nos que nos refleja la escritura el hálito de la tierra/ cuando amanece, se bañen en el mar/
recubre, y de que la poesía está para dar cuenta de esa circunstan- como un espejo sin imagen como una purificación?” Ante la compulsión por lo residual a
cia, que no siempre vemos o apreciamos, distraídos como estamos no somos lo que escribimos escribe por la que nos conduce la vida moderna (léase la “secreta agonía),
en “fundamentos (…) que nada fundarán”. nosotros la imagen ya en el límite en la inserción la intersección de la poesía sería un “íntimo y desnudo destello” para prender-
Veamos en este poema ese concepto de vastedad donde pasado dos reflejos ambos falsos / verdaderos nos del mundo.
y presente se entrelazan, así como memoria personal se funde escribir no el orden sino el ritmo de la vida un ritmo que
con memoria colectiva, o inmensidad que se vuelve pequeñez, o conocemos desconocemos y reconocemos solo por la respiración de VI
naturaleza que se hace presente con pequeños asomos: la escritura En el poema “El último dominio”, con aire testamentario
Sucre nos describe un mundo vacío: “Arrebatados como por
V un gran viento andamos/ por la tierra/ hostiles dispersos/
por primera vez vemos la vastedad por primera
Diera la impresión de que La segunda versión, último libro publica- sin encontrar la claridad, la quietud.// Los seres no sabemos
vez el alba nos despierta con la arenisca de la infancia el vacío hace ahora el
do por Sucre en 1994, es conclusivo. Sobrevienen en un solo punto ya reconocer la belleza.// en el empañado cristal de la me-
espacio de la casa y le devuelve la profundidad de lo frágil
imágenes de todos los tiempos y se reviven circunstancias de las su- moria/ la dicha o la herida,/ los amantes celebran otra his-
un muchacho recorre con sus manos las pulidas espirales de la mecedora al
cesivas edades. Ciudades, amores, ríos, noches, amigos perdidos, la toria”. Sirvan también unos versos suyos para anteponerlos
mediodía se mece en el sopor
madre de rostro impoluto, se suceden como partículas de un gran al decaimiento de la civilización: “en el árbol también por
que nos hace más lúcidos los helechos la humedad
mosaico. El tono podría sentirse como luctuoso, pero a la par se devorar del lenguaje,/ resplandecieron, antes de abatirse –
humeante del patio y allá lejos el cotoperís
celebra la vida vivida. El mismo título del poema homónimo, La hojas, escamas/ del tiempo– nuestras palabras”. En poesía
espaciosamente mudo la parra tramando la soleada caligrafía
segunda versión, es tan revelador como enigmático, porque pare- lo que resplandece son las palabras, que Sucre ha descrito
de la soledad
cería que en algún momento podemos pasar revista a la existencia con una frase inolvidable: escamas del tiempo. Obviamen-
para reconocer tanto un recorrido como los atajos que no tomamos: te no aspiran a mucho, porque son apenas partículas de un
Una importante develación de La vastedad, en su sección “Irre- todo, pero puestas en un determinado orden o consonancia,
flexiones”, expone una serie de frases o sentencias que, bien leídas, se encenderán hasta producir nuevos sentidos y nuevas rea-
Yo mismo no supe qué oscura alegoría buscaba.
constituyen toda una poética. En cuanto a concepciones o procedi- lidades. Quizás no haya mayor invención humana que la de
Escribí un poema y lo nombré “la trama secreta”,
mientos; en cuanto a señalamientos sobre falsas o verdaderas pos- la palabra: para describir el mundo, para entendernos los
como si nombrara una enigmática –supuse que más
turas, el poeta trata de deslindar lo que se acerca más al corazón de unos a los otros, para reducir el peso de los enigmas, para
elusiva e infinita –trama. No hice sino
la poesía, a su esencia más fiel, más desnuda. Lejos de impostacio- balbucearlas en estado amoroso o para extremarlas cuando
ingenuamente hilar en la historia y sus tautologías.
nes, aquí se hace un ejercicio de indagación, de desfiguración, hasta la comprensión se hace insuficiente. Escamas del tiempo,
Cualquier vida, sabemos, solo es su desnudez, esos
llegar al hueso, o más bien a la astilla. Se trata de apartarse de po- sí, apenas escamas de ese pez voraz que atraviesa el oceáni-
lentos despojos del tiempo. Cómo abrumarte, tierra,
ses, preceptos, recargas, intuiciones, grandilocuencias, imposturas, co universo oyendo los ecos tardíos del big-bang o nadando
con ilusas pretensiones. Quería apenas volver
que a lo largo de los siglos han estado más cerca de los poetas que hasta los confines de un espacio que no cesa de crecer. Ape-
a tu inclemencia.
de la poesía. Sucre hace un aparte, toma distancia, baja al origen, nas palabras para medir el tiempo que nos subsume, apenas
Siempre -escribí- el árbol de la
busca la desnudez, siente las modulaciones de la escritura y enu- palabras para describir lo que nos supera. Con las escamas
tormenta se desatará sobre el Río; en las
mera una serie de hallazgos que vale la pena enumerar: del tiempo hacemos poesía, con las escamas del tiempo apos-
mañanas siempre la Ciudad irá floreciendo bajo la
joven luz, y en los ojos de un muchacho tamos a la existencia como un todo indivisible, donde vida y
• un objeto que no sea sensación/ una memoria que no sea recuerdo la vigilia siempre y la purificación aguardan. muerte de dan la mano.
• Las palabras tienen que seguir siendo lo que son lo que siempre La vida fluye y cambia, pero no todo lo
han/ dejado de ser que cambia fluye con la vida. Preserva, tierra, * La segunda versión (poesía reunida). Guillermo Sucre. Edición al cuidado de
• no hay dos lenguajes: la misma palabra que habla es la que calla/ estas imágenes, con ellas escribe lo que Antonio López Ortega. Editorial Pre-Textos. España, 2019. La versión completa
pero hay dos silencios: la misma palabra que calla no es la que habla te ha amado. También son epitafios. está disponible en la sección Papel Literario, en www.el-nacional.com.
V
ivimos bajo la sensación costó mucho a las generaciones del mismas premisas de convivencia so- democrático sentido y perdurabilidad sistema político en una sociedad, el
generalizada de que Ve- 28, del 36 y del 45, establecer las reglas cial y política, adaptada a las nuevas a través de los partidos políticos como no llevar al extremo el poder o la ca-
nezuela está al borde de básicas de convivencia política, que le realidades, permita retomar la inde- canal de equilibrio y sostén. pacidad a eliminar a la contraparte
un cambio inminente. permitió a Venezuela tener luego de pendencia de las instituciones de- ¿Hay factores o energías en la política, pues ello iría en contra del
Quisiera preguntarle por lo de- 1958, un verdadero período conviven- mocráticas, gran salvaguarda de los cultura política venezolana que sistema mismo, aún cuando fuera ab-
seable: ¿Nuestro país necesita re- cia que trajo consigo la transforma- arrebatos populares frente a las ten- nos permitan ser optimistas ante solutamente constitucional y quien
construirse o requiere de cambios ción social, política y económica. Esto taciones totalitarias que en el ADN la necesidad de cambio? ¿O es detenta el poder tuviera toda la legiti-
muy profundos, estructurales? fue posible, porque los partidos lo hi- de nuestra historia ocupan un espa- razonable la sospecha de que el midad para hacerlo, sin duda esto no
Sin duda el país requiere de grandes cieron a partir de tesis políticas nacio- cio considerable. deseo de un poder clientelar y se refiere a las fuerzas antisistema.
cambios estructurales. La actual situa- nalistas bien definidas, a partir de un Toca a las nuevas élites el reto de no distribuidor de subsidios, sigue Durante los años 90 las élites venezo-
ción de Venezuela exige una urgente ideario democrático común dirigido a guiarnos al suicidio colectivo como su- siendo un paradigma de una parte lanas comenzaron a perder ese sentido
salida del régimen, pues la República transformar la sociedad venezolana. cedió a finales de los años 90, cuando importante de la sociedad? de convivencia, y se cerraron casi de
misma está amenazada. Una de las ra- Dos recientes libros, uno escrito por las ambiciones de poder, no escu- El venezolano ha sido precursor de plano a las reformas que los partidos
zones por las cuales llegamos a esta por Steven Levitsky y Daniel Zibla- charon ese río subterráneo de recla- grandes conquistas políticas en Lati- políticos y los grupos económicos de-
situación se debe a que importantes tt, How democracies die, y el otro por mo social, para dejaron caer un mo- noamérica, en eso que Germán Carre- bían adoptar de manera urgente para
transformaciones que, era necesario el historiador mexicano Enrique delo que había cumplido con creces su ra Damas llama “la larga marcha ha- oxigenarse y renovar el modelo políti-
realizar para renovar el modelo políti- Krauze, El pueblo soy yo, explican función y que requería de una urgente cia la democracia venezolana”. Como co y económico, y adaptarse a las nue-
co y económico, no se ejecutaron y aún los peligros que asechan a la demo- reforma, que aún hoy reclama el país. colectivo el venezolano ha demostra- vas realidades que ellos mismos ha-
están pendientes por hacer. cracia, y las razones de su decaden- ¿Qué reivindicaría del período do su apego a los valores democráti- bían creado. Como en Ensayo sobre la
Es mucho lo que se ha construido cia. Ambas obras, cada una desde su 1958-1998? ¿Es factible recuperar cos y hay razones de sobra para ser ceguera de Saramago, ninguno quiso
en este proceso de formación de una perspectiva, coinciden al señalar que algunas prácticas de esas cuatro optimistas sobre el cambio que ven- ver su realidad y sucedió lo que pare-
sociedad democrática madura y cons- los sistemas democráticos sucum- décadas? drá. Será una época de grandes recla- cía imposible, se divorciaron entre sí,
ciente de sus realidades políticas, so- ben, cuando el eliminar a la contra- El fenómeno de la democracia ve- mos sociales donde habrá que implan- y todas apostaron con absoluta miopía
ciales y económicas; mal podríamos parte, se convierte en el objetivo cen- nezolana, donde los dos partidos do- tar programas dirigidos a las grandes a su autodestrucción, desvinculándose
decir que hay que reconstruir el país, tral de las fuerzas políticas, dando al minantes, acapararon por varios pe- mayorías en todos los órdenes, espe- del proyecto nacional de convivencia
pues eso sería ignorar o pretender bo- traste con el esquema de convivencia ríodos más del 85% de los votos, con cialmente en los ámbitos de básicos de democrática que tanto esfuerzo costó
rrar nuestra historia, los sufrimien- social indispensable para el sistema los más altos índices de participación salud, vivienda y educación. a las generaciones anteriores.
tos y las grandes conquistas que he- democrático. ciudadana, alternancia política, as- El papel del Estado nuevamente será Se dice que el desafío que enfren-
mos logrado como colectividad. Los primeros períodos de la era de- censo social y crecimiento económi- determinante, en el estímulo de mo- tará Venezuela tras el cambio de
A lo largo de estos veinte años, mocrática fueron gobiernos de convi- co, no solo eran objeto de estudio y dernas políticas públicas, diseñadas régimen es inédito. ¿Comparte
en distintas oportunidades, los sec- vencia política, demostrando que los admiración. en función del desarrollo económico usted esa afirmación? ¿Venezuela
tores democráticos han mostrado desacuerdos inclusive ideológicos, no Desde mediados de los años 80, en to- y de definir los niveles de protección debe enfrentarse a lo inédito?
dificultades para acordar políti- son negativos siempre y cuando no se dos los órdenes de la vida nacional hu- que pueda otorgar a determinados El filósofo austríaco Ludwing Witt-
cas unitarias frente a la dictadura. ponga en riesgo el ideario democráti- bo grandes debates sobre las políticas sectores sociales y económicos devas- genstein, decía que “… los problemas
¿Qué explica esta tendencia al des- co del sistema. de desarrollo nacional y surgieron las tados por la era chavista; nuevamente se solucionan no con nueva informa-
acuerdo? ¿Son negativos estos des- En medios de comunicación y re- primeras tesis para la reforma del Es- se dará el debate entre quienes procu- ción, sino ordenando lo que siempre
acuerdos? ¿Hay en nuestras prác- des sociales viene produciéndose tado. En lo electoral hubo importan- ran absolutas libertades económicas hemos conocido”.
ticas políticas una tendencia a la un fenómeno: persistentes manifes- tes avances, no solo se instauró el voto y quienes creen que, por derecho, por Para los venezolanos no es inédito
confrontación, aún cuando existan taciones de nostalgia hacia el país nominal y se separaron las elecciones necesidad o por conveniencia, recla- reinstaurar la democracia, ni lo es
objetivos en común? previo a 1999. ¿Es posible que el de- municipales de las presidenciales, si- man para sí parte de la renta nacional. tampoco enfrentar y derrocar la dic-
La formación de Venezuela, aún seo de cambio oculte, en alguna me- no que por primera vez se eligieron al- Será muy fina la línea entre lo que tadura, no es inédito hacer de nues-
desde antes de la separación de Co- dida, un deseo de volver atrás? ¿Es caldes y gobernadores, y nuevos lide- algunos llamarán políticas populis- tra economía una economía sana,
lombia en 1830, implicó muchas con- retrógrado el deseo de volver atrás? razgos políticos surgieron. tas y las políticas públicas de res- ni es nuevo demostrar el valor del
frontaciones internas. Fueron muy El solo hecho de haber logrado el No en vano hoy el venezolano quiere cate social que sin duda requiere el talento y la capacidad de los vene-
cruentas nuestras guerras de la Inde- objetivo que se plantearon los jóve- volver a un modelo de libertades ciu- país con sobrada razón. El reto está zolanos. Los venezolanos debemos
pendencia y de la Federación; fue ru- nes de la generación del 28, de trans- dadanas, lo cual no significa volver en generar los mecanismos de rein- enfrentarnos a la mentalidad perso-
da también la confrontación política formar la sociedad venezolana de atrás; lo que quiere por el contrario es serción al mercado de trabajo y en la nalista, rentista y proteccionista que
durante el siglo XIX entre Liberales una sociedad analfabeta, enferma y reafirmar su apego a los valores de- creación de oportunidades de creci- a tan pocos ha beneficiado y a tan-
y Conservadores, y fueron brutales y sometida políticamente, en una colec- mocráticos y avanzar en la reinstau- miento económico, en un país donde tos ha perjudicado. Venezuela tiene
corruptas las tiranías de Gómez y Pé- tividad libre, democrática, saludable, ración de las libertades civiles. nuevamente está todo por hacer, y la difícil tarea de retomar el rumbo
rez Jiménez que precedieron nuestro llena de oportunidades y consciente Krauze y Levitsky confluyen al se- que a la vez cuenta con descomuna- democrático en su evolución hacia
paréntesis democrático. de sus derechos civiles, aún con los ñalar que, si bien el modelo estadouni- les recursos energéticos y naturales. una democracia moderna que pro-
Si bien el pueblo venezolano ha de- errores que se hayan cometido, ha- dense y el iberoamericano tienen orí- Los aprendizajes que deben haber mueva el desarrollo social y el cre-
mostrado ser un pueblo libertario, cen de ese período el trampolín y genes filosóficos distintos, en ambos surgido de los padecimientos por los cimiento económico.
EL NACIONAL DOMINGO 4 DE AGOSTO DE 2019
Papel Literario 7
Advertisement
Día 13. Es difícil definir el dolor en publicitaria. Me arde la uretra,
P regúntame hijo
por qué no naciste
estas circunstancias desconocidas; me han quemado con electrodos
y te diré que porque tu rostro
existe pero ha dejado al cuerpo. las mucosas. Solo cuando duermo
La capilla de Las meninas Está allí aunque no desgarra ni caigo en cuenta del lecho, yazgo en
ya me lo habían asignado
punza. un azogue de orine y mierda. No
y en este cementerio
No tiene latido. tengo olfato. Mi cuerpo comienza a
Tras acompañarme a través que, continuó la voz avezada, no hay dos vidas semejantes
Es un dolor muerto. dejar de ser, aunque me aturde algo
de las salas del edificio de diferenciaron al Velázquez cenital, en ni las habrá
Día 14. Han usado de nuevo que entra por uno de mis oídos.
Villanueva, el babel de guías y vísperas de morir, del joven iniciado
agujas y electricidad. Los Es un grillo vivo, un genio
turistas se acalló de repente. El en el taller de su suegro, Francisco Miguel Marcotrigiano
facilitadores son siluetas elásticas puntilloso y me trata de meterme
leve murmullo restante incluso Pacheco, donde abundaban los
y oscuras; apenas escucho lo a patadas en su botella.
ayudaba a adentrarse en el contornos definidos y tonos oscuros
que dicen. Aparece un payaso y Día 6. Intentó matarse, escucho
ambiente de la escena cortesana, del tenebrismo sevillano.
me dibuja la rueda de un parque a un taladro decirle a una pinza.
sacralizada, ahora y siempre, Aquel silencio espontáneo y devoto
en un cuaderno del tamaño del Huele a carne y a hueso quemado.
por los concurrentes a El Prado. que más de una vez me envolvió
cuarto. Me hacen girar sobre ella. Día 1. Me han prometido una
Como en los días de 1656, cuando en la capilla de Las meninas, como
posaba la familia de Felipe IV, a la llamaba durante mis visitas a
Me dicen que soy feliz mientras
rebanan la piel de mi abdomen. He
tumba anónima.
Luego de la paliza vuelvo al día 15.
Dime cómo suenas
todos nos envolvía, sobrecogidos, El Prado, solo lo presencié en la
quedado sordo a sus gritos, a sus Mi madre, mi esposa y mis
la atmósfera del lienzo profundo sala que alberga la Gioconda, en el Le pido al panadero que me
preguntas y a los insultos. hijas se alejan y se pierden en los
y descomunal. Era el aire captado, Louvre. Supongo que aquí también, dé dos soles de pan y una
Día 15. Estoy contando los días horizontes de un cuarto sin muros.
alcancé a escuchar de un guía, como en la capilla velazqueña, mantequilla. Cuando voy a pagar
sin tener idea del tiempo. No Me duele el diente que escupí.
mediante pinceladas ligeras, que alguien se ha desvanecido, víctima me pregunta si soy venezolano.
diferencio horas de minutos ni Sueño despierto con una boda, no
diluyen las figuras y difuminan del síndrome de Stendhal. Y añade: “Lo digo por el acento”.
minutos de días. El tiempo ha quiero ver a la novia, intento y
los contornos. Al igual que en Las No es la primera vez que me
enmudecido. Corre con la sed, el no puedo detener el carrete de la
hilanderas (1657), son recursos Arturo Almandoz Marte lo preguntan aquí en Lima.
llanto seco, la piel insensible y película. Nada se apaga. Nada se
¿Cómo resumir un largo trayecto
lacerada. prende. Estoy sordo, pero allí está,
existencial de ida y vuelta: mi
Día 16. Recaigo en el sueño. Esto siento el click.
nacimiento, en Lima, en 1972, mi
no es una aventura, carece de
viaje a Caracas cuando tenía siete
humor y de ingenio. Es una valla Israel Centeno
años, las casi cuatro décadas que
Evasiones viví en Venezuela, y mi regreso al
Perú en 2017? Son muchos años,
muchas historias... y una cola de
En el país de las evasiones, efímero, radical, único entre todos clientes que aguardan su turno.
negaciones y expectativas falsas,
acecha la pobreza y la necesidad.
los días de la fragmentación.
¿Qué habrá sido de ellos? Croquis de un poema Así que respondo: “El acento ya
me delató” y me despido con la
Nada varía en las hojas de las
agendas, excepto las fechas de los
¿Habrán cruzado con bien el
Páramo de Berlín, en la frontera con que se auto-traslada incómoda sensación de haber
sido inexacto. O evasivo. Ahora
años y que ahora hay que recibir la Colombia? pienso que tal vez sea el acento
remesa. ¿Habrán llegado? ¿Por qué no Cuando me traslado de una lengua mientras intento, aquí, esbozarlo, nuestro signo más inequívoco
Mantener el ánimo es difícil. avisan? a la otra algo mío se desarticula. atraído por el movimiento propio de pertenencia, por lo que la
Cientos de ilusionistas nos tratan Por un instante, tiene lugar de la poesía, me percato del riesgo identidad no sería otra cosa que
de vender cursos y seminarios para Eso sí, no han dejado de cantar un desconcierto. Hasta que me que consiste en transformar el una determinada pronunciación:
aprender lo bien que lo podríamos cada mañana esas aves grandes descubro en medio de ese aire poema en un consenso o en una un sonido familiar. Sin embargo,
hacer. azules y amarillas que casi profético que ronda los vocablos, prosa aproximativa. El poema para muchos migrantes nuestra
Cada año se repiten las tareas gritan en vez de entonar trinos, rarefecho. Y no significa que este acontece mucho antes. Hay que entonación no solo indica de
siempre es el mismo tiempo guacamayas, se llaman. Gua, círculo de aire (o Luftkreis del oír las voces del poema antes de dónde somos. También las
exacto, igual es agua, en el lenguaje de los lenguaje, como lo llama Walter pretender comprenderlo (Maurice inflexiones que el tiempo del
nada ha cambiado ancestros indígenas. Benjamín) vaticine eventos Blanchot). Hay que aprender exilio va imprimiendo en nuestro
sino nosotros mismos Agua que vuela hacia las nubes. futuros. Significa que no tomo a tratar con el misterio de las modo de hablar revelan, en su
y nuestra necesidad de engaño. Escape imaginario. apoyo en algo preexistente. Es palabras, demorar en ese umbral combinación sonora, el tránsito
Los loros también cantan en coros algo que presiento, por el hecho que, aunque colinda muy cerca musical hacia otros posibles
La vida es repetir rituales cotidianos desafinados, quejándose sin cesar. de que al traducir algo comienza de nuestro fin, apunta siempre arraigos. Vamos siendo según el
Nos vamos quedando aislados, en de otro modo. Algo toma su curso hacia al envión de la fuente. En la modo como sonamos. Y aunque
En esta inmensidad de tierra uno el limbo de las ilusiones. declarando, al mismo tiempo, traslación algo muere y deviene, las modulaciones varíen con los
quiere saber de aquellos que ya se El sol no nace a un nuevo día otras posibilidades de expresión y naturalmente. “Envejecemos por años y las mudanzas, la patria
han marchado al exilio. Busca en el alborotado por los pájaros significación. Y esto es muy raro, el verbo, morimos de traducirnos”, siempre será una voz que nos
tiempo de las azaleas una respuesta Nace a otro día de soledad. porque el poema que deviene no dicta Edmond Jabès. delata.
que nunca llega. Viste camisas es un texto que se inicia, tampoco
blancas y se alegra el día de fiesta, Ana María Velázquez un río que pasa es su comienzo. Y Geraldine Gutiérrez-Wienken Luis Yslas Prado