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Alejandro Castro: El Twitter Dice Octavio Paz: A Guillermo Sucre (…) debemos algunos de los más intensos
de Pandora poemas de la joven poesía hispanoamericana y, simultáneamente, los ensayos más
lúcidos sobre los movimientos poéticos contemporáneos.

DOMINGO 4 DE AGOSTO DE 2019


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HOMENAJE >> AL AUTOR DE LA MÁSCARA, LA TRANSPARENCIA

GUILLERMO SUCRE (1979) / VASCO SZINETAR©

Poeta, ensayista, Figarella, han tenido cinco hijos en el


matrimonio.
ninguno de ellos estará allí. Porque en
agosto de 1945, Guillermo se traslada a
arcos y torrecillas de San Francisco,
a la modernísima Ciudad Universita-
critura: a esa forma de la duda que es
la literatura. Ahora, en Chile, se con-
crítico literario, Guillermo Sucre es el último, y na-
ció el 14 de mayo, en 1933. La madre
Caracas, iniciando el Bachillerato del
Liceo de Aplicación. Uno de los her-
ria que Villanueva ha levantado en el
este de Caracas.
vierte en un lector incesante: lo dice
esa parte de su primer libro (Mientras
traductor, editor venía de El Callao; el padre trabajaba manos lo ha precedido. La extensión, Meses después doce estudiantes – suceden los días), que debe haber sido
como comerciante de la casa Blohm; la sorpresa y el fresco clima de la nue- como un reto a la dictadura militar, imaginada o escrita aquí, en 1955.
y docente, Guillermo pero la familia vive en un lugar de va ciudad, lo acogen, lo enamoran. Vi- como una defensa al propio cuerpo Este mismo año, a través de la

Sucre (1933) recibió grandes cielos y de súbitos boscajes:


Tumeremo. Aquí nace Guillermo. La
ven en una casa de El Pinar, cerca del
puente “9 de diciembre”. Todo podría
universitario– toman las instalacio-
nes de San Francisco. Entre ellos está
Alianza Francesa, viajará a París,
donde toma cursos propedéuticos en
el Premio Nacional fiebre amarilla derriba al padre en
1934, casi a punto de cumplir cuaren-
ser espléndido, pero una crisis de sa-
lud impone que la madre sea operada,
Manuel Caballero, Eleazar Díaz Ran-
gel, Rafael Cadenas. Guillermo Sucre
La Sorbonne. En 1956 el gobierno de
Pérez Jiménez comienza a dar visas
de Literatura ta años (Voy y veo la muerte que alum- y muere. Nada de esto sabe el mucha- es detenido allí; pasa dos semanas en para algunos exiliados. Guillermo
bra / Con mano ciega cierro sus ojos / cho del malecón, aunque hay dios con la cárcel del Obispo, tres meses en la Sucre regresa a Venezuela, y perma-
en 1975 Su nombre fue Juan / soleada sílaba él. O hay un dios que es él, que está en cárcel Modelo y, finalmente, en mayo nece tres días en la Seguridad Nacio-
de sílex / Sometió ríos espesas fronte- él. Solitario y hostil. Un adolescente que de 1952, a los 19 años, debe salir de Ve- nal de Caracas. Como en un obligado
ras / La tierra le fue más ancha que sus conoce la muerte. nezuela. En Chile permanecerá hasta circuito, la policía política lo lleva a la
JOSÉ BALZA sueños). Entonces la familia emigrará Después, en Caracas, los hermanos 1955 (La capital austral acogió mis pa- cárcel de Ciudad Bolívar. Allí estarán
a Ciudad Bolívar. Aquí ocurrirán los viven en un apartamento por El Si- sos, los vestigios/ aun recientes de mi también Lairet, Bayardo, Pedro Espi-
I estudios de primaria, la noción de la lencio. Guillermo cursa quinto año país sobre la piel; / día a día hasta mí noza. Y en otro pabellón de la cárcel
Todo empieza en un río ciudad y su río y, en el comienzo de la de bachillerato en el Liceo Andrés llegaba su iracundo rumor…). Cursa encuentra al poeta José Rafael Mu-
y una ciudad reverberando sobre una roca. adolescencia (de Guillermo), la cerca- Bello, que es dirigido por Dionisio aquí Literatura en el Instituto Peda- ñoz, a José Vicente Abreu. A su lado,
nía con su abuelo: Juan Manuel Sucre López Orihuela. Es el año escolar gógico. Resulta fácil imaginar cómo siempre, estuvo prisionero, también,
Tiene ahora catorce años Arrechedera. Este posee una bibliote- 1949-1950, y la oscura cadena de acon- el ágil muchacho del malecón y el río; José Francisco Sucre, su hermano.
y todo lo ha perdido ca a la cual acude, con irregularidad, tecimientos que lleva a Marcos Pérez cómo aquel fragmentario lector en la Aquí permanecerán hasta la caída
el muchacho. Lee allí una biografía de Jiménez al poder, suscita una seria biblioteca de su abuelo; cómo el sólido del régimen en enero de 1958.
Dos frases distribuidas en un poema Antonio José de Sucre, textos de His- actividad política en el Liceo. Tal vez soñador de la hacienda y el Manacal, Desde dos años antes, en un Café
de Guillermo Sucre, que pueden re- toria, libros de cronistas. También al- una de las secuencias políticas que se ha convertido ya en este hombre de cerca del Teatro Municipal, un gru-
ferirse exclusivamente al sujeto del gunas novelas de Dumas y las Rimas el abuelo no imaginó para su Diario, 23 años: algo grave en su humor pene- po de narradores y poetas se reúne
texto, pero que hemos traído aquí de Bécquer. El abuelo ha escrito, por comienza a ser vivida por Guillermo. trante, callado hasta que el entusias- asiduamente, para conversar sobre
para aludir a ciertos datos en la bio- su parte, un Diario sobre la Revolu- Se ha creado el grupo Cantaclaro, de mo le permite seguir un pensamien- literatura. La Seguridad Nacional
grafía del escritor. ción Libertadora, es Miembro de la evidente eco galleguiano; y entre po- to con calor, y en cuya mirada oscura sabe que no son inocentes tales en-
Allí está el muchacho, al atarde- Academia de la Historia, colabora con lítica y literatura, los jóvenes –como parece haber una madurez precoz. Del cuentros; y muchos de los asistentes
cer, en el malecón, con las piernas el periódico local El Luchador, donde Guillermo – afrontan algunos acon- niño que aun aguarda al borde del río, terminarán torturados en prisión.
colgando sobre las aguas. El lugar, publica bajo el significativo seudóni- tecimientos de la ciudad. Aún gobier- surge este observador que se asoma a Pero al ser derrocado Pérez Jimé-
que se suspende sobre una roca, es mo de Juan de la Cruz. na Carlos Delgado Chalbaud cuando, otras aguas: las del lenguaje, de la es- nez, el grupo edita la revista Sardio,
Ciudad Bolívar; y la terrible corrien- Pero este abuelo, que había cambia- con ocasión de un acto en el Centro en cuyas páginas colaborará Guiller-
te de las aguas en invierno tiene un do la pajilla por su gorra vasca, que se Venezolano-Americano (un acto li- mo Sucre. Diversos sectores políticos
nombre: el Orinoco. Sabe que algún reconoció en la vida vertiginosa del gado a España), junto a varios de sus integran su cuerpo de redacción.
día ya no estará allí. Tiene ahora ca- hijo que llevaba su nombre, guardaba, compañeros, Guillermo es llevado a Así, al regresar a Caracas desde la
torce años y todo lo ha perdido. Quie- para Guillermo el niño, un tesoro sin- la cárcel Modelo. Permanece preso cárcel de Ciudad Bolívar, Sucre prosi-
re fijar la luz, transparentar el río. gular: la granja “Las Acacias” en El durante tres semanas. gue sus estudios, ahora en la Escuela
No se conoce ese aire o esa luz para Manacal, a donde la familia iba con Guillermo Sucre ha venido escri- de Letras, donde se gradúa oportuna-
sobrevivirlos. Esa piel de las piedras, frecuencia. (…esa otra claridad que biendo relatos desde el Liceo de Apli- Del niño que aun mente; comienza a trabajar en la Di-
cálida ya no volverá a tocarla. Le-
vanta la mirada. Un rostro ya tosta-
es el frescor en el sigilo de la tarde, le-
jos el Manacal manando agua ¿Vivir
cación. Ahora, en el Andrés Bello co-
labora con la dirección del periódico aguarda al borde rección de Cultura de la Universidad
Central de Venezuela, junto a Pedro
do por el sol, ya también absorto. Un
dios. Lo siente: hay un dios con él. O
será también así, abuelo?).
En el malecón, sobre las fuertes
Espiral. Y de estos meses surge un
texto titulado Soledad invertebrada.
del río, surge este Duno y Rodolfo Izaguirre; y concluye
la escritura de su libro Mientras su-
hay un dios que es él, que está en él. aguas, está el muchacho de catorce: Ingresa a la Universidad Central de observador que ceden los días, que no será publicado
Solitario y hostil. Un adolecente que sin saber que dentro de dos años vol- Venezuela para estudiar Filosofía. La hasta 1961. El 14 de diciembre de 1958
conoce la muerte. verá por fin, en vacaciones a Tumere- huelga de 1951 entorpece este proyec- se asoma a otras se casa con Julieta Fombona, a quien
Allí está el muchacho, en el male-
cón. Antes de ese instante, su padre,
mo, de donde salió muy pequeño; que
tendrá de nuevo las calles y las arbo-
to. La Universidad pierde su autono-
mía y el gobierno traslada al cuerpo
aguas” había conocido en la Universidad.

Juan Manuel Sucre, y su Madre Inés ledas amadas por sus padres: pero que académico desde los viejos salones, (continúa en la página 2)
2 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 4 DE AGOSTO DE 2019

GUILLERMO SUCRE / VASCO SZINETAR©

Sobre Guillermo Sucre dar un eco, en este libro, del ante-


rior. Pero el efecto es solo formal: ya
no existe la evocación encantatoria
longadas frases y versos, muy cortos,
dotados de un mismo signo: su ofre-
cimiento de lectura fluctuante y, sin
de América Latina desde fines del si-
glo pasado hasta hoy, desde los pro-
fusos maestros Darío y Martí, hasta
aquí, como tampoco en el resto del embargo, precisa. Como el título, los poetas de naciente obra, deteniéndo-
(viene de la página 1) atrae a la crítica internacional hacia volumen. Y aun tal vínculo expresivo versos se abren hacia diversas dis- se también en algunas figuras espa-
el insólito circuito de sus narracio- desaparece en los contenidos versos ponibilidades del acento conceptual: ñolas de ese mismo período. Al leerlo,
Mientras suceden los días consta de nes. Menos famosa, pero no menos siguientes. Las memorias han pasado y entonces podemos atender a una no podemos olvidad que el ensayo y
tres partes, escritas en 1955, 1956 y importante, es la obra poética que y un corporal presente adviene como misma secuencia con variada liber- la crítica, en Venezuela y en el Con-
1957. Con frecuencia, en ellas el ver- Borges ha escrito desde su juventud. objeto de percepción, de canto, de re- tad. Guillermo Sucre es, desde lue- tinente, han sido desafortunados. Al-
so tiende a no ser breve, a asumir un Basta revisar los innumerables es- flexión. El instrumento psíquico con go, un poeta profundamente visual: fonso Reyes, Picón Salas, iban a ne-
denso ritmo que lo aproxima a la pro- tudios sobre Borges (o las entrevistas que el poeta asume esta nutritiva rea- por ello la sostenida anunciación de cesitar la aparición de un Borges y,
sa. Con tal extensión, el poeta seña- que le hacen a diario), para corrobo- lidad es, desde luego, la mirada. Pero cuanto es felicidad, su insistente tri- posteriormente, de un Octavio Paz,
la de algún modo que su frase no se rar que, casi siempre, las ficciones del en su forma sensorial y abstracta, en buto al cuerpo o a las cosas (naranja/ para que el juicio y la elegancia escri-
acoge a límites prefijados; su lengua- maestro, así como sus ceñidos textos sus movilidades espirituales y físicas. olor de la vista), vuelven a ensamblar ta no se perdieran en estériles discur-
je, sin embargo, es preciso y elegante: críticos, son superiores a quien trate La mirada (no el ojo) sigue a un cuer- una antigua constante de su poesía, sos. En nuestro país, Juan Liscano,
dedicado a mostrar imágenes sobre de interpretarlos. Imán previo, Bor- po amado, a situaciones compartidas, dentro de imágenes y términos me- Orlando Araujo, Elisa Lerner (y aho-
cuya sensualidad la reflexión avanza ges mismo los devora al ser frotado a mutaciones de seres, lugares y mo- nos untuosos: vuelven a recorrer las ra un interesante grupo de escritores
como algo menos melancólico y aun su lenguaje con el de los críticos. mentos; pero vigila, asimismo, el seco ocultas instancias del instinto. Solo recientes) responden por un ejercicio
lúcido. Es verdad que son evocados En este sentido, el libro Borges el licor del lenguaje o la posibilidad de que, ahora, el poema mismo es tam- de la crítica culto y atractivo. Pero en
los días del país austral, exaltadas poeta de Guillermo Sucre se vuelve estar desnudos en el poema: es decir, bién un comentario a otra forma so- ninguno de ellos será la poesía el te-
algunas concreciones del amor y re- excepcional por varias razones. Una tanto las evidencias (o elusiones) te- lar de lo instintivo: la inteligencia. ma central de sus exploraciones.
conocidos ciertos asomos del éxtasis de ellas, evidente, es que constituye máticas de cada verso como su naci- Guillermo Sucre ha traducido al La máscara, la transparencia, que
íntimo, dentro del día, del verano, de ya la mejor introducción (o comple- miento y su organización verbal. castellano poemas y textos de Saint exige un deleitable detenimiento, una
la soledad. Pero un tema subterráneo mento posterior) para la lectura de la En 1975 Sucre vuelve a Venezuela, John Perse, de W. Carlos Williams, extensa manera de lectura, para ubi-
invade con sus estallantes anillos, poesía borgeana. Otra, su tono: con- donde trabajará por dos años como de Wallace Stevens, de René Girard; car sus conceptos centrales y, desde
estos versos de civilizada cadencia: la ducente y discreto, ajeno a cualquier director literario de la editorial Mon- a la vez, hay poemas suyos en versión ellos, ramificar conexiones entre poe-
celebración del instinto. Al vértigo de impulso por convencer. Otra, su estu- te Ávila. Luego pasa a la Universidad francesa, italiana e inglesa. También tas y obras, entre sucesiones estilís-
esta fuerza, a sus graves ceremonias, pendo capítulo acerca de la narrativa Simón Bolívar, donde permanece ac- está en inglés su estudio sobre Octa- ticas y temáticas, constituye, en pri-
al júbilo de su ascenso, a su castigada de Borges, y las conexiones entre esta tualmente dictando cátedras de Lite- vio Paz: Poetics of vivacity (Universi- mer lugar, una forma múltiple para
jerarquía, el poeta dedica la irradia- y lo poético. Otra (para detenernos), ratura. Bastante invisible en Caracas; dad de Oklahoma, 1973). que Guillermo Sucre reflexione sobre
ción de sus palabras, prodigándolos que, al diseñar el texto sobre Borges, dueño de una cordialidad que siempre la transfiguración del lenguaje poéti-
como centro de vida. Guillermo Sucre el poeta está perfi- pareciera saludar con algo de travesu- co en América Latina. Luego, el libro
En 1959 vuelve a París, donde per- lando un territorio crítico en el cual ra y seriedad; acentuando sus conver- nos conduce a una seductora com-
manecerá hasta enero del 62. Esta se moverá más tarde. Destaquemos, saciones con una disponible sonrisa, prensión del universo verbal, en tan-
vez lo hace becado por la Universidad entonces, solo dos frases que Sucre Guillermo Sucre vive hacia El Paraí- to que riqueza mental como reflejo y
Central de Venezuela y por el gobier- escribe en el “Prólogo” a la edición so, con su esposa y sus hijos. La casa organización de la sensualidad. Una
no francés. Estudiará literatura fran- de 1974: “De un escritor vivo, creo que –¿construida al final de los cuarenta?– Guillermo lectura erótica del idioma poético,
cesa y emprenderá una tesis (nunca decía Eliot, solo es pertinente hablar se oculta tras una alta barda y patio un zig-zag que descubre la realidad
concluida) sobre César Vallejo. Cuan- en términos de autenticidad o no; la con árboles. Dentro de ella (ámbitos Sucre es, desde escrita como transparencia y como
do vuelve a Venezuela, pasa a ser
profesor en La Escuela de Letras con
prueba de su grandeza es decisión del
tiempo”. Sucre se inclina por desta-
sobrios, vividos sin pasiones decora-
tivas) hay siempre un humor acoge-
luego, un poeta máscara de cierta unidad espiritual:
todos esos polos y encuentros se re-
las asignaturas Teoría Literaria, Co-
rrientes Literarias Contemporáneas
car la singular autenticidad de Bor-
ges antes de su grandeza. Y lo hace
dor, y algunos tragos accesibles. Por
la ventana de la sala, resueltas ramas
profundamente sumen aquí, en este ensayo que bien
merece ser concebido como el estudio
y, desde luego, Literatura Francesa. tomando una cita de Eliot, acerca de de mango, y hojas de caobos, a veces visual” más extraordinario sobre poesía, en
Trabaja en la revista Zona Franca, la cual (creo que decía) parece vacilar. convertidas en color moscatel. nuestra historia y en nuestra lengua.
dirigida por Juan Liscano, en el Su- Así se propone todo un programa de Entre 1969 y 1974 –estando en Pitts- Antes y después de su libro sobre
plemento Literario de La República; análisis, que toma la duda como apo- burgh, Washington y Silver Spring– Borges, Guillermo Sucre escribió nu- II
y en 1965 concluye, como trabajo de yo teórico: la duda lúcida que origi- Guillermo Sucre escribió los poemas merosos ensayos críticos, en revistas Nada de esto conoce el muchacho de
ascenso en la Universidad, su libro nará juegos y riquezas de gran exac- de su libro En el verano cada pala- latinoamericanas. Sin omitir visiones catorce años que se inclina sobre las
Borges el poeta. Dos años después di- titud en su labor crítica. La otra línea bra respira en el verano, publicado sobre ensayistas y problemas teóri- aguas en el malecón de Ciudad Bolí-
rige la revista Imagen, y se edita su del prólogo dice: “…los poetas son… en 1976. Aunque en importantes re- cos de la literatura; sin omitir acer- var. Después, cuando sea hombre, se-
texto sobre Borges en la colección de más lúcidos que los críticos”. ¿Podía vistas del continente ha continuado camientos a algún narrador, dichos rán otros los ríos y mares del mundo
la universidad Autónoma de México. Guillermo Sucre, después de haber publicando algunos poemas, lo cual artículos tienen con frecuencia un (también del leguaje) a los cuales se
El mismo será traducido por Pierre escrito su libro sobre Borges, seguir permite pensar en un volumen próxi- centro común: la poesía. De allí que asomará, ansioso y seguro de haberlo
de Place para la serie “Poétes d’au- siendo el mismo poeta o el mismo crí- mo, aquél es hasta ahora su última resultara bastante lógico el nacimien- perdido todo.
jourd’hui” (Seghers, París, 1971), y re- tico de antes? Entre 1968 y 1970, Su- obra poética. to, el desarrollo y la organización de Tampoco es necesario que sepa so-
tomado por Monte Ávila Editores de cre vive y trabaja como profesor uni- Una palabra, que asoma a veces en un extenso ensayo suyo (escrito entre bre su verdadera existencia, aun fu-
Caracas, posteriormente. versitario en Pittsburgh, dictando Mientras suceden los días y con cier- 1971 y 1974; publicado en Venezuela en tura mientras permanece en el male-
Borges, ese sacerdote del idioma y cursos de literatura latinoamerica- ta frecuencia en la mirada, se ins- 1975, sobre poesía hispanoamericana: cón. Porque realmente nada suyo, de
de la infinita copia de sí mismo (am- na. Para el 70, recibe una beca Gug- tala definitivamente en el título de La máscara, la transparencia. Como aquellos catorce años, persiste hoy,
bos laterales rasgos de su singulari- genheim y se traslada a Washington. este nuevo libro, y atraviesa con su pocas veces en su historia, nuestro fa- sino esta página de En el verano ca-
dad) logra en la cercanía de los años Luego, entre el 72 y el 75, regresa a esplendor numerosos textos del mis- moso Premio Nacional de Literatura da palabra respira en el verano, donde
sesenta una difusión mundial. Lo Pittsburgh. Desde 1962 hasta 1969 es- mo: la palabra verano. La refractaria quedó admirablemente justificado un un poeta que es él mismo, lo inventa
cual no solo inviste a la literatura la- cribe los poemas de su libro La mira- cualidad de ese título (En el verano año después, cuando fue otorgado a para devolverse al pasado.
tinoamericana de un nuevo carácter da, que circulará en 1970. cada palabra respira en el verano) re- ese gran libro.
(el de Borges: al lado de los censos de En su primera parte, cierta prolon- fiere de una vez a la personalidad de La máscara, la transparencia reco- *Publicado en la Revista de la Universidad
ganado y otros localismos) sino que gación de las frases pareciera guar- los textos: fragmentos en prosa, pro- rre, a través de 450 páginas, la poesía de México. Número 5. Septiembre de 1981.
EL NACIONAL DOMINGO 4 DE AGOSTO DE 2019
Papel Literario 3

GUILLERMO SUCRE

¿ Ha habido alguien en nues-


tra lengua que haya maneja-
do, con fluidez y coherencia,
las ideas e imágenes del en-
sayista moderno, desde Montaigne
y Bacon hasta nuestros días? Claro
que lo ha habido, y son muchos, aun
con singular inteligencia. Dudo, sin
embargo, que hayan sobrepasado la
íntima pasión con que las manejó
Martín Cerda, esa capacidad de re-
flexión sobre la reflexión con que él
convirtió al ensayo en una suerte de
liberación o de catarsis personal, en
busca de la colectiva. Si el ensayista,
como decía Picón-Salas, es aquel que
previene al hombre de las oscuras
vueltas del laberinto de la vida y de
la historia y lo ayuda a dar con la sa-
lida, sin duda que Martín Cerda fue
un ensayista cabal, y hasta por exce-
lencia. Sin poder aludir directamen-
te a la realidad de su país, gran parte
de lo que escribió fue como una me-
táfora de los años más dramáticos
de la reciente historia chilena. ¿No
habrá que agradecérselo algún día,
en el futuro?
Como se ve, hablo en pasado. Mar-
tín Cerda murió el 12 de agosto de es-
te año de 1991 en Santiago de Chile.
Su obra publicada es poco conocida
fuera de su país y, aunque pueda pa-
recernos, además, un tanto disconti-
nua, fragmentaria o breve, creo que
su muerte es una gran pérdida pa-
ra el pensamiento y la literatura del
mundo hispánico. Mucho más gran-
de cuando intuimos que esa muerte
fue como una consecuencia de su pa-
sión creadora, o cuando todo lo que
ella tronchó, o dejó en suspenso.
MARTÍN CERDA / LETRASENLINEA.CL
Martín Cerda estaba próximo a
cumplir los 60 años o apenas los ha-

Homenaje a Martín Cerda


bía sobrepasado. En 1990, gracias
a una beca de la Fundación Andes,
parecía haber encontrado tiempo y
cierto deshago material para dedi-
carse a escribir. Se instaló en Punta
Arenas –¿la ciudad más austral del
mundo?– y auspiciado por la Univer-
sidad de Magallanes empezó a dar cumplir con su oficio de escritor. Ad- dad que subsiste en el mundo y por la cidad de la que carecen los discursos siones de Jorge Luis Borges: Cien dís-
conferencias (“De Kafka a Kundera”, mirable, sin patetismos. general indiferencia ante ella. vaciados en moldes imperturbables e ticos del viajero querubínico, de Angel
se titulaba una), a organizar semina- Nunca podremos decir que un hom- Quizá, por eso, en sus ensayos no impermutables. Hay en este libro al- Silesius (bilingüe), y Breve antología
rios y talleres de creación literaria; bre le dio más a la vida que lo que esta dio cabida a la lamentación histori- go “teatral”: al mostrar su montaje al anglosajona, ambos en colaboración
siempre fue un espíritu activo y ge- le dio a él, y estoy seguro que Martín cista, o a esa eterna quejumbre pre- lector, va desplegando como una esce- con María Kodama. ¿Fueron las edi-
neroso y tuvo el don de estimular a estaría de acuerdo conmigo. Pero sí sa siempre de euforia mágica en que nificación de tiempos y de tramas, los ciones príncipes? No lo sé. Martín las
los jóvenes. Pero su tarea central era siento que el destino fue demasiado parece somos tan duchos los latinoa- diversos rostros de un autor que sin publicó, en una de sus tantas y fuga-
la de terminar tres libros muy avan- cruel con él. Solo que el destino no es mericanos (aunque no solo nosotros); embargo se oculta, dando siempre, eso ces empresas, como Editor Gerente
zados o ya en marcha: Montaigne y el cruel; es destino y nada más. También mucho menos al estilo rebuscado o de sí, la cara. La dedicatoria de Escritorio de Ediciones La Ciudad, cuando Bor-
Nuevo Mundo, Los viajeros del Aus- siento que él lo concibió así y lo aceptó “vielle tante” con que hoy el llama- –¿por qué dejar de mencionarlo? – re- ges visitó Chile en 1978. Conservo la
tro y una breve historia del ensayo como tal. En otras palabras, creo que do “postmodern” tiende a plagar to- za así: “A Julieta y Guillermo Sucre, tarjeta impresa (con su R.S.V.P.) de
a través de diez autores de nuestro tuvo un especial sentido de lo trági- da escritura. No, al contrario, los en- entrañables compañeros de una con- invitación al coloquio que se celebra-
siglo. Se había llevado consigo cen- co y, sobre todo en sus últimos ensa- sayos de Martín Cerda sorprenden y versación siempre inconclusa, en cu- ría con Borges, el cual, por razones
tenares de libros, sus minuciosas fi- yos, percibo que fue eso lo que quiso aun purifican por su trazo firme; son ya casa caraqueña he encontrado en extrañas (¿tensiones bélicas entre la
chas, sus cuadernos de notas y sus expresar con más intensidad. En uno también un canto viril a l‘allegrezza, cada ocasión la vida inteligente y, a la Argentina y Chile?), no llegó a reali-
manuscritos. De golpe, todo ese va- de ellos, titulado “La parte oscura” y y si con frecuencia habla en ellos el vez, la inteligencia de la vida”. zarse. Martín me anotaba a mano los
lioso y paciente material ardió y se escrito a raíz de la muerte de Roger sufrimiento, lo hace con esa vocación La conversación inconclusa, la obra nombres de los escritores que, ade-
volvió cenizas: la casa de huéspedes Caillois, lo dijo con toda claridad. Me de templanza y de esclarecimiento inconclusa: este fue uno de los sig- más de él, iban a participar: Jorge
que le había asignado la universidad permito citar estos dos largos pasajes: de la que sólo es capaz el sufrimiento nos de Martín Cerda. En el prólogo Edwards, Enrique Lafourcade, José
para vivir se incendió por comple- “No fue un azar que Caillois estu- mismo. de Escritorio dice: “Este librito sibili- Miguel Ibañez, Edmundo Concha,
to un día de agosto –¡qué simetrías viese, como todo ensayista, siempre He dicho al comienzo que la obra no, primero de una serie de cuatro...”. Alfonso Calderón.
inexorables! –. “Yo estaba en Santia- encarado al futuro. El hombre ac- publicada de Martín Cerda fue bre- Nunca, aunque tenía a mano los es- Para empresas como esta –pienso–
go. De lo contrario quizás no te esta- tual vive entre los escombros de al- ve. Hasta donde conozco, solo publi- critos, pudo cerrar la serie. No le faltó fue por lo que Martin Cerda decidió
ría escribiendo. Estoy saliendo de la gunas certezas que, al ir vaciándose có dos libros no muy extensos. La constancia ni disciplina, pero, aparte regresar a Santiago en 1977 desde la
violenta depresión que me produjo de afectiva certidumbre, solo pueden palabra quebrada, de 1982, es, como de los límites que le impuso la vida entonces opulenta y ostentosa Cara-
la pérdida de varios años de trabajo”, prolongarlas ideologías modernas y, su subtitulo lo advierte, un “ensayo o las urgencias en que se movió, fue cas, cuando ya tampoco encontró mu-
me decía luego en una carta de oc- con ellas, la desesperación que ha pro- sobre el ensayo”. A través de textos un ser que se repartió en demasiados cho sentido en seguir trabajando en la
tubre. Por más que se mostraba con vocado su fracaso. Frente al hombre muy concisos, aun fragmentarios y proyectos. Le importaba su vocación, dirección literaria de “Monte Ávila”,
renovadores ánimos y aun con ca- desesperado –o sea, el hombre que aparentemente discontinuos pero de no la gloria o la posteridad. Fue un después de mi renuncia a esa editorial.
pacidad de rehacer lo escrito (sobre nada espera o, si se quiere, que espe- una prodigiosa diversidad, el autor trotamundos y un derrochador im- ¿Volver a su país en medio de la férrea
todo el Montaigne), la depresión lo ra la nada, Caillois propuso, en cam- logra dar una visión viva –y vivida– penitente de sus propios dones. A los tiranía que lo gobernaba? Sí, prefirió el
fue trabajando. En diciembre sufrió bio, volver a redimir moralmente al del género. No tanto de sus normas, pródigos, sin embargo, les es dada riesgo con tal de servir a la cultura chi-
un infarto y, pocos meses después, ser humano, es decir, a responsabi- como de sus experiencias, de su alma una última gracia. Y me pregunto si lena y de hacer posible una utopía de
en marzo del presente año, mien- lizarlo de su tarea civilizadora y ho- y sus formas. Dentro de sus propósi- de los innumerables artículos derra- fraternidad y de redención espiritual.
tras era sometido a una operación, minizadora (...) Hace algunos meses, tos, no conozco nada igual en nues- mados en la prensa (fue un periodis- Apenas muy parcialmente, he ha-
un derrame cerebral lo dejo casi pa- al prologar la excelente biografía de tra literatura, en la que solemos ape- ta literario de rara estirpe) no logra- blado de Martín Cerda, de su vida y
ralizado y se inició su viaje hacia la María Luisa Bombal, de Agata Gli- garnos demasiado a la letra y se nos rá salir un nuevo libro. O si aún no su obra. Pero no he hablado de nues-
sombra. En el momento de morir go, sugerí que el argumento trágico escapa su espíritu, o derivamos en el será posible rehacer su Montaigne y tra amistad. Fue íntima y entraña-
estaba recluido en un hogar de en- se había posiblemente arraigado en mazacote (también patriótico) o en el el Nuevo Mundo, o sus ensayos sobre ble. No quiero (¿o no puedo?) hablar
fermos neurológicos. Si no murió nosotros. Cada vez que la muerte se orden rutinario de los manuales y los Barthes y la escritura burguesa, o de ella en sus incidencias y detalles
en una mayor indigencia fue por el apodera oscuramente de nuestra vi- panoramas. Todo este libro está regi- sobre los escritores suicidas, ese te- más personales (que quizá no lo
afecto de los seres que lo amaron y da colectiva y personal, proyectando do por un sentimiento muy profundo ma que tanto lo apasionó, en especial sean). Solo alcanzo a añadir que fui-
la solidaridad de muchos escritores el horror de su certeza hasta en nues- del autor, que aflora ya en la frase de la experiencia de Drieu La Roche- mos en Caracas, durante dos largas
chilenos. ¡Hasta hubo que realizar tros sueños, arrastra infaltablemente Elena Croce que lo preside como epí- lle (¿no escribió él mismo como una temporadas, compañeros de empre-
funciones de cine en su beneficio a esa verdad trágica que Sófocles des- grafe: “La ensayística es desde ahora suerte de suicida postergado?). Tiene sas también inconclusas, pero que,
para socorrerlo! lizó en Edipo Rey: Tebas perece en los no tanto un género literario como un la palabra la mujer que lo besó antes junto con Pierre de Place, quien aho-
Pero murió con la pasión de su ofi- innumerables hijos suyos que al sue- eufemismo para indicar uno de los te- de morir, su compañera Angelina Sil- ra vive en París, hicimos una de esas
cio. Poco antes de ser operado, inten- lo ha arrojado la muerte”. rritorios donde hoy se va refugiando va. Tenemos la palabra todos los que ya raras amistades en las que nada
tó escribir el borrador de una carta Asumir lo trágico de la condición la literatura”. fuimos sus amigos. Pero inconclusa o entra que no sea el afecto, la confian-
para mí (Cher Guillaume, empezaba humana: esta es, para mí, una de las Escritorio, de 1987, fue su última pu- no, la obra de Martín Cerda mantiene za y la utopía de la amistad misma. Si
como era su costumbre decirme) y lecciones del ensayismo de Martín blicación. Un hombre que ejerció el su presencia: los dos libros que publi- todo fue inconcluso en nuestros pro-
apenas logró pasar de algunos párra- Cerda. No es poca cosa en un género periodismo literario –con el que se có quizá se vuelvan, con el tiempo, jo- yectos: revistas, colecciones de libros,
fos. Su mano se quedó en este último: que se ha ido conviniendo entre noso- ganó casi siempre la vida– resuelve yas de nuestra literatura ensayística. editoriales, no lo fue la amistad. Ella
“Originales quemados, libros perdi- tros en exégesis exquisitas y en una reunir fragmentos y aun retazos de Ojalá que una editorial no burocrati- fue, es y seguirá siendo, más allá de
dos, la vida amenazada desde fuera y suerte de nuevo manierismo. Tampo- distintas zada vuelva a editarlos, para una ma- la muerte, fuente de inagotable alle-
desde dentro. Solo quisiera un poco co deja de ser como una alerta en la épocas; los yuxtapone y ordena, aña- yor difusión en todos nuestros países. grezza para la memoria.
de tiempo para justificar esa sombra historia de hoy cuando salimos de la de otras reflexiones y ensayos com- Aún quiero mencionar dos libros
que es, después de todo, las escritura, sombra totalitaria y, sin embargo, aún pletos (como el consagrado a Roger (o apenas cuadernos ) que se publi- Los Cabos, Nov. 15, 1991.
o sus ruinas”. Ninguna queja, ningu- no sabemos encontrar la lucidez de la Caillois, de 1985). El resultado fue un caron quizá como un reconocimiento
na palabra fuera de tono: lo que es- mesura, o no parecemos alarmarnos, nuevo discurrir, que apunta al pasa- de su autor o traductor a la nobleza *Publicado en la revista Vuelta, México,
peraba era “un poco de tiempo” para como él mismo lo decía, por la iniqui- do y al presente, y que logra una vera- de Martín Cerda. Me refiero a las ver- número 182, enero de 1992.
4 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 4 DE AGOSTO DE 2019

PRÓLOGO >> REEDICIÓN DEL POEMARIO LA SEGUNDA VERSIÓN

Guillermo Sucre o las escamas del tiempo


El texto que sigue es un fragmento
de la presentación de Antonio
López Ortega a La segunda versión,
volumen recién publicado en
España con la poesía de Guillermo
Sucre, escrita entre 1956 y 1992

ANTONIO LÓPEZ ORTEGA

II
La poesía de Guillermo Sucre siempre ha vivido a la sombra de su
obra ensayística y de su infatigable labor como docente, a la que se
ha dedicado con una constancia admirable: muchos han sido sus
alumnos y sus contertulios de variados seminarios. Escrita en los
rincones del día, relegada a un plano íntimo, recogida como inicia-
les apuntes, su obra parece desprenderse contra la voluntad del
autor, como si el exceso de rigor contuviera cualquier amago de
fuga. Es importante observar la secuencia de años en que sus libros
se publican: 1961, 1970, 1976, 1977, 1988 y 1994, con largos espacios
o silencios entre una entrega y la siguiente; y es también revela-
dor enumerar la secuencia de ciudades: Caracas, Buenos Aires,
París, México y Sevilla, como propiciando la dispersión editorial
que dificulta la visión de conjunto. Tiempo y espacio parecieran
confabularse contra una unidad de sentido, pero más responden a
una escritura que se exige mucho a sí misma, que busca la palabra
precisa –así requiera años. La poesía es condensación y no exceso
o esgrima: si se quiere llegar a fondo, debemos esperar hasta ese
preciso momento de revelación en el que el verso surge para que-
darse, pues en la mayoría de los casos “las palabras que no logro
inventar/ son las que me explican”. Toda una poética para indicar
el abismo que existe entre intención expresiva y concreción textual:
si la poesía aspira a sintonizar el hilo de la conciencia, que siempre
es una corriente vertiginosa de palabras, lo que pesque ya vale y,
siempre según Quevedo, “tendrá sentido”.
En Mientras suceden los días (1961), su primer libro, referentes
como el mar, la luz, la materia, van creando una cierta elementa-
lidad. Todo parece salir de un punto y volver a él. La observación,
la expectación, la inmanencia, son las funciones esenciales. Se es-
tá a la expectativa de cómo procede el mundo, de cómo dispone, de
cómo deriva hacia sus propias figuraciones. Se trata de una poesía
de la decantación, de la quietud: Adán en el paraíso, seducido por
el milagro de la existencia: “el mar que sella los enigmas”, “la luz
devorándose a sí misma”, la “materia jadeando de materia”. Se re-
fleja un cierto éxtasis ante lo que se nos dona, un cierto agradeci-
miento por recibir tanto a cuenta de nada. Todo es una revelación,
una bendición, y en un plano más doméstico hasta se celebra “la
rendida herencia del trigo sobre la mesa”.
Años después, en La mirada (1970), la otredad es el elemento deci-
sivo, sustancial. Un tú implícito emerge para referirse a la amante,
a las palabras, al desdoblamiento que es toda escritura. “Dispongo
GUILLERMO SUCRE / LAURA MORALES BALZA©
de lo que me dispone”, dice el poeta, como dando a entender que
la voluntad no es lo que domina la expresión, sino las circunstan- con todas. Principio de proximidad que contamina, altera la fun- hacer del aire otro cuerpo que vive por el aire”. Vuelta al princi-
cias. A medida que se avanza, la duda en torno a la expresión es ción de las palabras (esto es aquello) y da pie al discurso poético. No pio porque no hemos salido de ese círculo virtuoso en el que la
recurrente, como si la poesía fuese también ensayo aproximativo, en balde el término fulgor, tan sucreano, habla de la transforma- creación depende de un soplo de aire: quizás el necesario para
tentativa fallida. El lenguaje es, finalmente, un espejismo: “Y lo que ción por fuego, remite a la revelación como una imagen llameante. entibiar o serenar el magma de las palabras. Lo que quede entre
digo es cosa de empezar/ a decirlo de nuevo”, o “Y de este espejis- el aire que soplo y el fuego “donde el sol reaparece” es la poesía.
mo surge acaso mi lenguaje”. Pero entre dudas y atisbos, o entre III Por último, también En el verano (…) es importante el concepto
ensayo y error, también vamos descubriendo al sujeto expresivo: En En el verano cada palabra respira en el verano (1976), la poe- de exilio: “no estamos exilados en el mundo estamos/ exilados en
“El trato con la tristeza lo tornó rebelde”, o “No vivía en el desam- sía de Sucre amplía sus intereses. Una primera sección del libro las palabras/ en el poema”. Según esta premisa, la poesía remite
paro sino en la soledad”, o “Soy esta tierra que nombro”. Un sujeto remite al concepto de felicidad, pero para renombrarlo o refun- a un estado de separación, de lejanía, ante la realidad; finalmen-
que, si bien se sabe limitado, logra sin embargo visiones memora- darlo: “Creo saber que la felicidad existe justamente allí donde te, crea una realidad aparte. Todo poema es un exilio: nos lleva
bles, imágenes únicas: “El clima estalla en los araguaneyes/ Otro no existe”. Se diría que ese estado de celebración habría que son- a otro nivel de significación, incluso transforma las palabras de
fuego nunca fue más dorado”, o “El párpado de la ola se abre y se sacarlo de la acepción común y darle otro significado: se trata, siempre en otras criaturas. El principio de aleación, de mezcla,
cierra”. También se cruza, por momentos, el erotismo, pero bajo un precisamente, de otra operación poética. En su nueva condición, de contigüidad, las altera. Dice el poeta: “la frágil encrucijada de
tratamiento que puede referirse a una simultaneidad: los amores, el concepto podría estar asociado a esto: “También el poema (…)/ todos tus asombros/ es tu único lenguaje/ la recurrencia de una
sí, pero también los cuerpos, las palabras o los recuerdos: “No veo quiere vagabundear y quedarse no con lo que nombra/ sino en sola imagen”. Encrucijada es cruce de caminos, y en este caso de
no respiro sino tu cuerpo/ Río que crece ceremonioso”, o “Cuando lo que nombra”. La felicidad entonces es un vagabundeo, pero no asombros, condensados todos por la poesía como “único lengua-
te palpo te veo/ Cuando te veo me ciego”. ligada, digamos, al referente, sino a las propias palabras del poe- je”. Ese hallazgo de una sola o única imagen es un estado de exi-
En La mirada, por momentos, van surgiendo frases que, como ma: caja de cristal que encierra la plenitud. lio: las palabras no funcionan como tales, pues dejan sus viejas
accidentes, como talismanes, remiten a fundamentos o concepcio- En una segunda sección, la poesía se vuelve narrativa: quie- vestiduras y entran en un inédito principio de asociación. Sucre
nes poéticas. Son pocas pero muy reveladoras de cómo el autor re recuperar la crónica o el relato de un joven adolescente que insiste en decir que no se trata de escribir el “poema del exilio”
concibe su visión de mundo. La memoria, por ejemplo, es un fac- “Tiene ahora catorce años y todo lo ha perdido”. Ese ejercicio de sino de reconocer el “exilio del poema”.
tor esencial, articulador. Cuando se afirma que “Regreso pero hay recuperación biográfica tiene un poblado, un río, unos árboles,
cosas/ Que ya nunca regresan con nosotros”, se da a entender que unos amores no correspondidos, pero también una relación ini- IV
hay una fuerza de gravitación más poderosa que el instante: aque- ciática con la poesía: el río es el curso mayor, o la imagen más po- En La vastedad (1988) los intereses se hacen innumerables a la par
lla que finalmente se acumula en la Cultura o la Historia. Contra derosa, para hablar de esos comienzos, de esa fe en torno a “un de la reflexión sobre los propios procedimientos poéticos. La exis-
esas fuerzas quizás vaya la poesía, que siempre persigue la instan- dios que es él”. Quien rememora hoy sobre ese adolescente, se tencia se procesa como un regalo, como un milagro cotidiano que
taneidad: llámese revelación o fulgor. Una síntesis de esa ambiva- pregunta: “¿miraba con tus ojos/o ya/ no tenía ojos y solo/ veía no sabemos valorar. Pasado o presente, memoria u olvido, creación
lencia sería la siguiente: “No hay tiempo sino/ ese día único y últi- con lo que podía ver?”. Es la pregunta sobre los orígenes, sobre la o destrucción se suceden como referentes, pero en todo momento
mo/ En que el recuerdo/ se te hizo memoria/ y no ya no posesión vocación temblorosa, sobre la duda en torno al destino, sobre la se medita sobre al acto poético, sobre su naturaleza o circunstan-
del mundo”. La poesía, como verdadera posesión del mundo, está soledad como presidio o como necesario tránsito hacia un estado cia. La escritura podría definirse como un “Viaje que no es físico
más allá de acumulaciones u ordenamientos, está más allá de lo de revelaciones. sino metafísico, que da saltos en el tiempo”, pero mientras el poeta
que llamamos el recuerdo: parca convención que nos hemos reser- En todo caso, el verano como concepto en este libro, pero tam- lo constata también habla de su circunstancia inmediata: “apenas
vado para alejarnos del milagro. bién en toda la poesía de Sucre, es amplio, vasto, maleable. Hay empiezo esta página la va quemando el insomnio”. También es re-
Aparte de las concepciones, también en La mirada podríamos una primera instancia que es térmica y que tiene que ver con la velador, aparte de recurrente, la referencia al insomnio, esto es,
advertir los procedimientos poéticos, esto es, cómo se concibe o se propia creación (¿cocción?) del mundo: “los dioses nos olvidaron al desvelo permanente, como si la poesía solo se pudiera concebir
forja ese estado de la escritura que se convierte en poesía. Jakobson hasta en sus rayos luctuosos”; hay una segunda que es erótica: desde un estado de atención absoluto: desde la sobre-atención. De-
nos habló de una función poética del lenguaje, que es cuando este se “se va dorando desde adentro tu cuerpo”; hay una tercera que finida la realidad poética como “el lugar sin lugar”, no son “las pa-
refiere a sí mismo, pero en la poesía de Sucre las palabras parecen tiene que ver con la naturaleza de la expresión: ¿desde dónde ha- labras sino lo que consuman (…) lo que va ocupando la realidad”.
imantadas, y se atraen unas a otras dependiendo de una misterio- blamos? Dice el poeta: “pienso en las páginas que pasan/ cuando Importante definición: “ya no hay sitio para la escritura porque
sa gravedad. Al respecto, he aquí una estrofa muy reveladora: “La escribo/ los días/ que se borran/ los signos/ las ocultas/ cifras/ ella es el sitio mismo– de lo que se borra”. ¿Qué es lo que se borra
poesía las cosas concretas/ Otras que no lo son de manera callada/ que lentamente el silencio va/ rodeando/ de destellos”. Ese paso mientras escribimos? Se diría que es ese acto de mediación que es
Una palabra prende fuego entre ellas/ Se quema ese rostro al salir de las páginas para que los signos emerjan entre destellos remite toda escritura, pues la realidad solo aspira a ser realidad: no nece-
de su inocencia/ Se quema esa mano que surge de la noche”. Dicho también a la ligerísima combustión que es todo verano: calor co- sita de muletillas para dar cuenta de sí misma. El poeta vuelve a
de otra manera: tenemos “cosas” (¿referentes?) que son concretas o mo elemento esencial de la termodinámica, que es como decir de recalcar su condición de escribiente: “ya no estaré en el bosque sino
que están en silencio. Luego una “palabra” las enciende y esparce la vida. Entre el calor de las palabras que se atraen, entre el fulgor en la hoja que escribo”, o mejor: “no somos recuerdos sino esa red
las llamas. Ese fuego del que esgrime signos, nunca inocentemente, de los signos que se amoldan, podemos adivinar al sujeto que va que nos desteje sino ese libro/ que vamos leyendo en las mismas
y esa mano “que surge de la noche” forjan, sin duda, la escritura. enhebrando su trama desde un mínimo de corporeidad: “respirar páginas marcadas”.
El encendido de la palabra equivale a un estado de conectividad, de también tiene respirar su disciplina/ el aire hay que amoldarlo al
libre asociación, que funde una primera palabra con otras, y luego cuerpo/ al movimiento/ al ocio en movimiento del cuerpo para (continúa en la página 5)
EL NACIONAL DOMINGO 4 DE AGOSTO DE 2019
Papel Literario 5

Guillermo Sucre • cada palabra desplaza a otra que nunca logramos/ decir
• somos esa frase que nos deslumbra en las noches en medio del/
insomnio/ y luego nunca podremos escribir ni olvidar
El vocativo “tierra” se hace muy frecuente y con esa instan-
cia se quieren arreglar las cuentas, si es que no se trata de
la alteridad a la que se le encomiendan los últimos ruegos:
o las escamas del tiempo • somos ese cuerpo que merece el esplendor de su propia muerte
• los que lo coleccionan todo para sentirse perdurables/ los que han
“Siempre creí, tierra, que solo en ti misma/ habías conocido
la gracia y el perdón. /Más carácter tuviste que tus hombres/
(viene de la página 4) contemplado una sola vez la belleza/ y ya ello les depara una ri- y más que ellos habías sido fiel/ en la penuria o en la abun-
queza un desamparo/ para siempre dancia”. ¿Acaso se echa en falta que la humanidad –y más
La memoria está allí pero no para recurrir a ella, sino más bien • no vivir siempre escogiendo: vivir lo que nos escoge aún los poetas– sea indiferente a la belleza? O mejor: ¿que los
para reconocerla como un sustrato que alimenta el presente. Refe- • lo que cuenta de la vida (de la escritura) es que no sea/ infiel a la bardos no puedan asimilarla bajo esa concepción que también
rentes que tienen que ver con la infancia –la casa, el patio, la higue- muerte (al silencio) incluye a la muerte? Como balance, nos vamos quedando con
ra, la parra, el río, los cuerpos– reaparecen no porque se pesquen en pocas cosas, y menos aún con verdades. En el poema “El otro
tiempos remotos sino porque siguen muy vivos: “pasarán los años/ Vemos aquí reflexiones sobre tipos de memoria (que no de recuer- destino”, quizás refiriéndose a la función de los versos, el poe-
pero solo allí estará reposando/ la cabeza/ cerca de ese cuerpo/ res- do), sobre las palabras (que son y dejan de ser), sobre el lenguaje ta admite que “Ahora/ van envejeciendo y más frágiles son”,
pirando la última tersura de su piel la trama cenicienta de su pelo/ (que para la poesía es uno solo), sobre el deslumbramiento (que re- que “son torpes para los trabajos/ y los días, que “Se confun-
en la claridad que ha ido escindiendo el tiempo”. Las viejas imágenes mitiría a la frase precisa), sobre el cuerpo (que hace suya la muer- den en el mundo” y “apenas saben cómo seguirlo”, que “se
no son viejas porque siguen allí, resplandecientes. Y nuevamente el te), sobre la belleza (que es a la vez riqueza y desamparo), sobre la enredan/ en la costumbre”, que “a cada momento/ tropiezan
poeta describe lo que es su proceder (¿lo que es su escritura?), que vida (que se nos da sin que la escojamos) y sobre la escritura (que con el ayer”. Es decir, herramientas desamparadas, desvaria-
está muy lejos de la voluntad o de la determinación: “a ese bosque no nunca será infiel al silencio). Como síntesis de poética podría que- das, que “Todo lo olvidan”. Y ante la constatación, luego viene
se entra para encontrar/ un sendero/ sino para seguirlo/ como los dar la noción de la “escritura como espejo” que este poema refleja el ruego: “no seas tú, memoria, quien más los/ maltrate, no
pasos que entre sí se alejan/ y lo borran/ al recorrerlo”. No incidimos con meridiana claridad: los cubras de culpas”. ¿Podría admitirse un cierre en el que el
en el sendero, que ya existe; más bien lo recorremos, porque “al fin poeta reconozca los viejos fueros y admita alguna indulgen-
al principio de otro viaje/ esos pies/ que nos llevan y nos traen y nos Estar fuera del aquí que está dentro de lo que se escribe la cia? Se diría que eso podría responderse con otra pregunta:
dejan/ donde no queríamos estar”. Nuevamente la noción de que la escritura como espejo: no la imagen que proyectamos no la imagen “¿Hay seres/ que aún vivan en la amistad del clima,/ respiren
realidad es un don permanente, una estancia que nos arropa y nos que nos refleja la escritura el hálito de la tierra/ cuando amanece, se bañen en el mar/
recubre, y de que la poesía está para dar cuenta de esa circunstan- como un espejo sin imagen como una purificación?” Ante la compulsión por lo residual a
cia, que no siempre vemos o apreciamos, distraídos como estamos no somos lo que escribimos escribe por la que nos conduce la vida moderna (léase la “secreta agonía),
en “fundamentos (…) que nada fundarán”. nosotros la imagen ya en el límite en la inserción la intersección de la poesía sería un “íntimo y desnudo destello” para prender-
Veamos en este poema ese concepto de vastedad donde pasado dos reflejos ambos falsos / verdaderos nos del mundo.
y presente se entrelazan, así como memoria personal se funde escribir no el orden sino el ritmo de la vida un ritmo que
con memoria colectiva, o inmensidad que se vuelve pequeñez, o conocemos desconocemos y reconocemos solo por la respiración de VI
naturaleza que se hace presente con pequeños asomos: la escritura En el poema “El último dominio”, con aire testamentario
Sucre nos describe un mundo vacío: “Arrebatados como por
V un gran viento andamos/ por la tierra/ hostiles dispersos/
por primera vez vemos la vastedad por primera
Diera la impresión de que La segunda versión, último libro publica- sin encontrar la claridad, la quietud.// Los seres no sabemos
vez el alba nos despierta con la arenisca de la infancia el vacío hace ahora el
do por Sucre en 1994, es conclusivo. Sobrevienen en un solo punto ya reconocer la belleza.// en el empañado cristal de la me-
espacio de la casa y le devuelve la profundidad de lo frágil
imágenes de todos los tiempos y se reviven circunstancias de las su- moria/ la dicha o la herida,/ los amantes celebran otra his-
un muchacho recorre con sus manos las pulidas espirales de la mecedora al
cesivas edades. Ciudades, amores, ríos, noches, amigos perdidos, la toria”. Sirvan también unos versos suyos para anteponerlos
mediodía se mece en el sopor
madre de rostro impoluto, se suceden como partículas de un gran al decaimiento de la civilización: “en el árbol también por
que nos hace más lúcidos los helechos la humedad
mosaico. El tono podría sentirse como luctuoso, pero a la par se devorar del lenguaje,/ resplandecieron, antes de abatirse –
humeante del patio y allá lejos el cotoperís
celebra la vida vivida. El mismo título del poema homónimo, La hojas, escamas/ del tiempo– nuestras palabras”. En poesía
espaciosamente mudo la parra tramando la soleada caligrafía
segunda versión, es tan revelador como enigmático, porque pare- lo que resplandece son las palabras, que Sucre ha descrito
de la soledad
cería que en algún momento podemos pasar revista a la existencia con una frase inolvidable: escamas del tiempo. Obviamen-
para reconocer tanto un recorrido como los atajos que no tomamos: te no aspiran a mucho, porque son apenas partículas de un
Una importante develación de La vastedad, en su sección “Irre- todo, pero puestas en un determinado orden o consonancia,
flexiones”, expone una serie de frases o sentencias que, bien leídas, se encenderán hasta producir nuevos sentidos y nuevas rea-
Yo mismo no supe qué oscura alegoría buscaba.
constituyen toda una poética. En cuanto a concepciones o procedi- lidades. Quizás no haya mayor invención humana que la de
Escribí un poema y lo nombré “la trama secreta”,
mientos; en cuanto a señalamientos sobre falsas o verdaderas pos- la palabra: para describir el mundo, para entendernos los
como si nombrara una enigmática –supuse que más
turas, el poeta trata de deslindar lo que se acerca más al corazón de unos a los otros, para reducir el peso de los enigmas, para
elusiva e infinita –trama. No hice sino
la poesía, a su esencia más fiel, más desnuda. Lejos de impostacio- balbucearlas en estado amoroso o para extremarlas cuando
ingenuamente hilar en la historia y sus tautologías.
nes, aquí se hace un ejercicio de indagación, de desfiguración, hasta la comprensión se hace insuficiente. Escamas del tiempo,
Cualquier vida, sabemos, solo es su desnudez, esos
llegar al hueso, o más bien a la astilla. Se trata de apartarse de po- sí, apenas escamas de ese pez voraz que atraviesa el oceáni-
lentos despojos del tiempo. Cómo abrumarte, tierra,
ses, preceptos, recargas, intuiciones, grandilocuencias, imposturas, co universo oyendo los ecos tardíos del big-bang o nadando
con ilusas pretensiones. Quería apenas volver
que a lo largo de los siglos han estado más cerca de los poetas que hasta los confines de un espacio que no cesa de crecer. Ape-
a tu inclemencia.
de la poesía. Sucre hace un aparte, toma distancia, baja al origen, nas palabras para medir el tiempo que nos subsume, apenas
Siempre -escribí- el árbol de la
busca la desnudez, siente las modulaciones de la escritura y enu- palabras para describir lo que nos supera. Con las escamas
tormenta se desatará sobre el Río; en las
mera una serie de hallazgos que vale la pena enumerar: del tiempo hacemos poesía, con las escamas del tiempo apos-
mañanas siempre la Ciudad irá floreciendo bajo la
joven luz, y en los ojos de un muchacho tamos a la existencia como un todo indivisible, donde vida y
• un objeto que no sea sensación/ una memoria que no sea recuerdo la vigilia siempre y la purificación aguardan. muerte de dan la mano.
• Las palabras tienen que seguir siendo lo que son lo que siempre La vida fluye y cambia, pero no todo lo
han/ dejado de ser que cambia fluye con la vida. Preserva, tierra, * La segunda versión (poesía reunida). Guillermo Sucre. Edición al cuidado de
• no hay dos lenguajes: la misma palabra que habla es la que calla/ estas imágenes, con ellas escribe lo que Antonio López Ortega. Editorial Pre-Textos. España, 2019. La versión completa
pero hay dos silencios: la misma palabra que calla no es la que habla te ha amado. También son epitafios. está disponible en la sección Papel Literario, en www.el-nacional.com.

GUILLERMO SUCRE (1979) / VASCO SZINETAR©


6 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 4 DE AGOSTO DE 2019

L A VENEZUEL A QUE VIENE


ENTREGA 5
que hemos pasado la mayoría de los
Continúa la serie venezolanos estos años, auguran una
actitud distinta frente a lo que es el
dedicada a mostrar trabajo y el esfuerzo productivo.

distintas visiones Aunque lleguemos de último en esta


etapa de la evolución económica ibe-
de la potencialidad y roamericana, lo más importante es
que las élites políticas y económicas,
las dificultades de la hayamos aprendido y entendamos
que con la economía no se juega, que
Venezuela que viene. no es una pelota de fútbol que cae oca-
sionalmente en la cancha de cada equi-
Hoy corresponde po para patearla lo más duro posible.
Los productores de bienes y servicios
el turno a Gustavo tal vez comprendan que los subsidios
o las barreras proteccionistas, ni son
Velázquez, abogado, un derecho ni son para siempre. Es cla-
ve entender que esto no deja de ser un
experto en políticas problema político, ya que son los parti-
dos los que determinarán la ruta.
públicas y consultor Es fundamental que las organizacio-
nes políticas no se muevan alrededor
en resolución del electoralismo, los personalismos o
la simple lucha por el poder, sino que
de conflictos. El logren desarrollar sus tesis programá-
ticas desde una concepción política y
domingo 11 de filosófica, que tome en cuenta la in-

agosto, continuará mensa deuda social que nos abruma,


y que aún en una economía de libre
la serie, con las mercado primero está la gente, y que
el reto es la transformación social y po-
respuestas de lítica que una vez se logró a partir de
1958 contribuyendo al bienestar social
Miguel Ángel y al crecimiento económico; hoy se re-
pite ese desafío frente a una población
Campos pauperizada, débil y sin herramientas
para entrar en el mercado de trabajo.
Es clave tener listas las soluciones
técnicas de los problemas de funcio-
namiento del país, pero aún no cono-
cemos de los partidos cuál es la pro-
puesta política o filosófica, que guíe los
nuevos caminos de cambio de la socie-
dad venezolana, sin ello la capacidad
GUSTAVO VELÁZQUEZ / DEISY VILLASMIL© de movilización social está en riesgo.
¿Fuerzas como la polarización,

Habla Gustavo Velázquez


el revanchismo, la dificultad
para escuchar opiniones distintas
y la fragilidad de los liderazgos,
deben preocuparnos? ¿Pueden ser
factores que afecten la perspectiva
de cambio?
Levitsky y Ziblatt, identifican co-
NELSON RIVERA nuestra cultura política democrática la referencia para la creación de un se fomenta el sentido de convivencia mo una de las condiciones para con-
es reciente y relativamente precaria; nuevo modelo político que, bajo la social y política, para darle al sistema servar el equilibrio y el futuro del

V
ivimos bajo la sensación costó mucho a las generaciones del mismas premisas de convivencia so- democrático sentido y perdurabilidad sistema político en una sociedad, el
generalizada de que Ve- 28, del 36 y del 45, establecer las reglas cial y política, adaptada a las nuevas a través de los partidos políticos como no llevar al extremo el poder o la ca-
nezuela está al borde de básicas de convivencia política, que le realidades, permita retomar la inde- canal de equilibrio y sostén. pacidad a eliminar a la contraparte
un cambio inminente. permitió a Venezuela tener luego de pendencia de las instituciones de- ¿Hay factores o energías en la política, pues ello iría en contra del
Quisiera preguntarle por lo de- 1958, un verdadero período conviven- mocráticas, gran salvaguarda de los cultura política venezolana que sistema mismo, aún cuando fuera ab-
seable: ¿Nuestro país necesita re- cia que trajo consigo la transforma- arrebatos populares frente a las ten- nos permitan ser optimistas ante solutamente constitucional y quien
construirse o requiere de cambios ción social, política y económica. Esto taciones totalitarias que en el ADN la necesidad de cambio? ¿O es detenta el poder tuviera toda la legiti-
muy profundos, estructurales? fue posible, porque los partidos lo hi- de nuestra historia ocupan un espa- razonable la sospecha de que el midad para hacerlo, sin duda esto no
Sin duda el país requiere de grandes cieron a partir de tesis políticas nacio- cio considerable. deseo de un poder clientelar y se refiere a las fuerzas antisistema.
cambios estructurales. La actual situa- nalistas bien definidas, a partir de un Toca a las nuevas élites el reto de no distribuidor de subsidios, sigue Durante los años 90 las élites venezo-
ción de Venezuela exige una urgente ideario democrático común dirigido a guiarnos al suicidio colectivo como su- siendo un paradigma de una parte lanas comenzaron a perder ese sentido
salida del régimen, pues la República transformar la sociedad venezolana. cedió a finales de los años 90, cuando importante de la sociedad? de convivencia, y se cerraron casi de
misma está amenazada. Una de las ra- Dos recientes libros, uno escrito por las ambiciones de poder, no escu- El venezolano ha sido precursor de plano a las reformas que los partidos
zones por las cuales llegamos a esta por Steven Levitsky y Daniel Zibla- charon ese río subterráneo de recla- grandes conquistas políticas en Lati- políticos y los grupos económicos de-
situación se debe a que importantes tt, How democracies die, y el otro por mo social, para dejaron caer un mo- noamérica, en eso que Germán Carre- bían adoptar de manera urgente para
transformaciones que, era necesario el historiador mexicano Enrique delo que había cumplido con creces su ra Damas llama “la larga marcha ha- oxigenarse y renovar el modelo políti-
realizar para renovar el modelo políti- Krauze, El pueblo soy yo, explican función y que requería de una urgente cia la democracia venezolana”. Como co y económico, y adaptarse a las nue-
co y económico, no se ejecutaron y aún los peligros que asechan a la demo- reforma, que aún hoy reclama el país. colectivo el venezolano ha demostra- vas realidades que ellos mismos ha-
están pendientes por hacer. cracia, y las razones de su decaden- ¿Qué reivindicaría del período do su apego a los valores democráti- bían creado. Como en Ensayo sobre la
Es mucho lo que se ha construido cia. Ambas obras, cada una desde su 1958-1998? ¿Es factible recuperar cos y hay razones de sobra para ser ceguera de Saramago, ninguno quiso
en este proceso de formación de una perspectiva, coinciden al señalar que algunas prácticas de esas cuatro optimistas sobre el cambio que ven- ver su realidad y sucedió lo que pare-
sociedad democrática madura y cons- los sistemas democráticos sucum- décadas? drá. Será una época de grandes recla- cía imposible, se divorciaron entre sí,
ciente de sus realidades políticas, so- ben, cuando el eliminar a la contra- El fenómeno de la democracia ve- mos sociales donde habrá que implan- y todas apostaron con absoluta miopía
ciales y económicas; mal podríamos parte, se convierte en el objetivo cen- nezolana, donde los dos partidos do- tar programas dirigidos a las grandes a su autodestrucción, desvinculándose
decir que hay que reconstruir el país, tral de las fuerzas políticas, dando al minantes, acapararon por varios pe- mayorías en todos los órdenes, espe- del proyecto nacional de convivencia
pues eso sería ignorar o pretender bo- traste con el esquema de convivencia ríodos más del 85% de los votos, con cialmente en los ámbitos de básicos de democrática que tanto esfuerzo costó
rrar nuestra historia, los sufrimien- social indispensable para el sistema los más altos índices de participación salud, vivienda y educación. a las generaciones anteriores.
tos y las grandes conquistas que he- democrático. ciudadana, alternancia política, as- El papel del Estado nuevamente será Se dice que el desafío que enfren-
mos logrado como colectividad. Los primeros períodos de la era de- censo social y crecimiento económi- determinante, en el estímulo de mo- tará Venezuela tras el cambio de
A lo largo de estos veinte años, mocrática fueron gobiernos de convi- co, no solo eran objeto de estudio y dernas políticas públicas, diseñadas régimen es inédito. ¿Comparte
en distintas oportunidades, los sec- vencia política, demostrando que los admiración. en función del desarrollo económico usted esa afirmación? ¿Venezuela
tores democráticos han mostrado desacuerdos inclusive ideológicos, no Desde mediados de los años 80, en to- y de definir los niveles de protección debe enfrentarse a lo inédito?
dificultades para acordar políti- son negativos siempre y cuando no se dos los órdenes de la vida nacional hu- que pueda otorgar a determinados El filósofo austríaco Ludwing Witt-
cas unitarias frente a la dictadura. ponga en riesgo el ideario democráti- bo grandes debates sobre las políticas sectores sociales y económicos devas- genstein, decía que “… los problemas
¿Qué explica esta tendencia al des- co del sistema. de desarrollo nacional y surgieron las tados por la era chavista; nuevamente se solucionan no con nueva informa-
acuerdo? ¿Son negativos estos des- En medios de comunicación y re- primeras tesis para la reforma del Es- se dará el debate entre quienes procu- ción, sino ordenando lo que siempre
acuerdos? ¿Hay en nuestras prác- des sociales viene produciéndose tado. En lo electoral hubo importan- ran absolutas libertades económicas hemos conocido”.
ticas políticas una tendencia a la un fenómeno: persistentes manifes- tes avances, no solo se instauró el voto y quienes creen que, por derecho, por Para los venezolanos no es inédito
confrontación, aún cuando existan taciones de nostalgia hacia el país nominal y se separaron las elecciones necesidad o por conveniencia, recla- reinstaurar la democracia, ni lo es
objetivos en común? previo a 1999. ¿Es posible que el de- municipales de las presidenciales, si- man para sí parte de la renta nacional. tampoco enfrentar y derrocar la dic-
La formación de Venezuela, aún seo de cambio oculte, en alguna me- no que por primera vez se eligieron al- Será muy fina la línea entre lo que tadura, no es inédito hacer de nues-
desde antes de la separación de Co- dida, un deseo de volver atrás? ¿Es caldes y gobernadores, y nuevos lide- algunos llamarán políticas populis- tra economía una economía sana,
lombia en 1830, implicó muchas con- retrógrado el deseo de volver atrás? razgos políticos surgieron. tas y las políticas públicas de res- ni es nuevo demostrar el valor del
frontaciones internas. Fueron muy El solo hecho de haber logrado el No en vano hoy el venezolano quiere cate social que sin duda requiere el talento y la capacidad de los vene-
cruentas nuestras guerras de la Inde- objetivo que se plantearon los jóve- volver a un modelo de libertades ciu- país con sobrada razón. El reto está zolanos. Los venezolanos debemos
pendencia y de la Federación; fue ru- nes de la generación del 28, de trans- dadanas, lo cual no significa volver en generar los mecanismos de rein- enfrentarnos a la mentalidad perso-
da también la confrontación política formar la sociedad venezolana de atrás; lo que quiere por el contrario es serción al mercado de trabajo y en la nalista, rentista y proteccionista que
durante el siglo XIX entre Liberales una sociedad analfabeta, enferma y reafirmar su apego a los valores de- creación de oportunidades de creci- a tan pocos ha beneficiado y a tan-
y Conservadores, y fueron brutales y sometida políticamente, en una colec- mocráticos y avanzar en la reinstau- miento económico, en un país donde tos ha perjudicado. Venezuela tiene
corruptas las tiranías de Gómez y Pé- tividad libre, democrática, saludable, ración de las libertades civiles. nuevamente está todo por hacer, y la difícil tarea de retomar el rumbo
rez Jiménez que precedieron nuestro llena de oportunidades y consciente Krauze y Levitsky confluyen al se- que a la vez cuenta con descomuna- democrático en su evolución hacia
paréntesis democrático. de sus derechos civiles, aún con los ñalar que, si bien el modelo estadouni- les recursos energéticos y naturales. una democracia moderna que pro-
Si bien el pueblo venezolano ha de- errores que se hayan cometido, ha- dense y el iberoamericano tienen orí- Los aprendizajes que deben haber mueva el desarrollo social y el cre-
mostrado ser un pueblo libertario, cen de ese período el trampolín y genes filosóficos distintos, en ambos surgido de los padecimientos por los cimiento económico.
EL NACIONAL DOMINGO 4 DE AGOSTO DE 2019
Papel Literario 7

Un poema de Ramos Sucre traducido al italiano

Retratos de Barcelona (4)


En Barcelona me corto el cabello en un amigo del barrio con un perro
un lugar que queda en el Born y que que lo que hacía era pegar saltos
se llama Krispy Cuts. No sé cómo en el aire como un animal de circo.
me atreví a entrar la primera vez. Tenía tanta energía que lo sacaron
El lugar lo atiende su propietario, a dar unas vueltas, pero regresó a
Alexis, y otro barbero sudafricano. los pocos minutos lesionado con
Espero en un sofá rojo al fondo, sangre en el hocico. Emergencia
bajando unos cuatro escalones. Allí veterinaria a mitad del corte.
hay sillas inoperantes de barbería y Otro día llegó un hombre con más
otros artefactos innecesarios, como pelo que cuerpo, se trataba de un
si en el lugar hubiese dos negocios: baterista de una banda que se iba
uno que quebró y otro floreciente. El de gira por Argentina y Uruguay,
lugar tiene decoraciones dispares, un su afro parecía un gran árbol
teléfono como los públicos de antes africano. Me entero de la existencia
que no funciona, gorras, artefactos del Apolo (con una sola “l”) de
que lucen viejos e inservibles. Krispy Barcelona, inspirado en el Apollo
Cuts tiene siempre puesta música de Harlem, en el que se presentan
rap, melodías con letras retadoras bandas y artistas talentosos. Una
llenan el espacio mientras los dos vez apareció un hombre un poco
barberos parecen estar concentrados maníaco, no paraba de hablar, hasta
como si se tratara más de una me decía cosas en pleno corte, y
operación ambulatoria que de un uno con la mirada perdida frente al
corte de cabello. El lugar lo definen espejo. La gente del barrio entra y
ALE ALONSO©
como auténtico corte New York Old le pregunta a Alexis si tiene tiempo,
School. La mitad de la clientela es él sonríe, dice que no, que mejor “Nuestro poeta fundacional”, así lo de las élites letradas. ¡Ni se diga en especial: nuestro primer Papyrus.
hispanoparlante y la otra mitad de ingresen a la aplicación para hacer llamamos cada vez que queremos el panorama literario internacional!, Este contenía el poema “Preludio”,
habla inglesa. El barbero que habla la cita. Cuando estoy en pleno corte explicarle a alguien quién es donde bien merecido tendría un con una traducción inédita al italiano,
inglés lleva camiseta de tirantes Alexis sube y baja la silla con un José Antonio Ramos Sucre, ¡y lo lugar. y una ilustración que trabajamos
y tiene una lata de Red Bull que pie que aprieta una palanca, un hacemos a menudo! Quienes conocemos y valoramos amorosamente con el venezolano
ingiere poco a poco, mientras sigue movimiento brusco y mecánico Aunque su influencia sobre la el legado literario de Ramos Sucre, radicado en Barcelona, Ale Alonso.
la música del móder fóquer; música que repercute en el área lumbar. poética venezolana es innegable, más vivimos en un empeño constante Elegimos este poema porque
callejera negra estadounidense. El corte es minucioso, la precisión de 80 años después de su muerte, por predicar su palabra poética y parte de la proscripción de Ramos
Un día llegué y le estaban haciendo exaspera, solo él sabe lo que hace. Ramos Sucre continúa estando ayudarlo a conquistar los laureles Sucre radica en el hermetismo de
una despedida. Se llama Marcelino Al terminar parece que tuviera más “proscrito de la vida”. Su biografía, del canon más allá de las fronteras su obra. “Preludio” es un mapa
Damion y fue semifinalista de la pelo del que tenía antes de entrar, no menos interesante que su obra nacionales. y una brújula para comenzar a
versión española de “La voz” en su por eso regreso a Krispy Cuts. –y fundamental para comprender la Como parte de esa labor, en Scripta adentrarse en su poesía.
sexta temporada. Casi se me cae la Felicito a Alexis y me dice en broma: extrañeza de aquella–, sigue sin calar Manent celebramos el Día de la
quijada cuando me entero. Cada vez “hombre, es un defecto profesional en el imaginario venezolano más allá Poesía de 2019 creando un objeto muy Patricia Heredia
que voy a Krispy Cuts, algo singular tener ojo clínico, ser perfeccionista,
ocurre. El olor a marihuana a veces es que no lo puedo evitar”.
se cuela desde la calle, pero ese es
un clásico barcelonés. Una vez entró Pedro Plaza Salvati

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Día 13. Es difícil definir el dolor en publicitaria. Me arde la uretra,
P regúntame hijo
por qué no naciste
estas circunstancias desconocidas; me han quemado con electrodos
y te diré que porque tu rostro
existe pero ha dejado al cuerpo. las mucosas. Solo cuando duermo
La capilla de Las meninas Está allí aunque no desgarra ni caigo en cuenta del lecho, yazgo en
ya me lo habían asignado
punza. un azogue de orine y mierda. No
y en este cementerio
No tiene latido. tengo olfato. Mi cuerpo comienza a
Tras acompañarme a través que, continuó la voz avezada, no hay dos vidas semejantes
Es un dolor muerto. dejar de ser, aunque me aturde algo
de las salas del edificio de diferenciaron al Velázquez cenital, en ni las habrá
Día 14. Han usado de nuevo que entra por uno de mis oídos.
Villanueva, el babel de guías y vísperas de morir, del joven iniciado
agujas y electricidad. Los Es un grillo vivo, un genio
turistas se acalló de repente. El en el taller de su suegro, Francisco Miguel Marcotrigiano
facilitadores son siluetas elásticas puntilloso y me trata de meterme
leve murmullo restante incluso Pacheco, donde abundaban los
y oscuras; apenas escucho lo a patadas en su botella.
ayudaba a adentrarse en el contornos definidos y tonos oscuros
que dicen. Aparece un payaso y Día 6. Intentó matarse, escucho
ambiente de la escena cortesana, del tenebrismo sevillano.
me dibuja la rueda de un parque a un taladro decirle a una pinza.
sacralizada, ahora y siempre, Aquel silencio espontáneo y devoto
en un cuaderno del tamaño del Huele a carne y a hueso quemado.
por los concurrentes a El Prado. que más de una vez me envolvió
cuarto. Me hacen girar sobre ella. Día 1. Me han prometido una
Como en los días de 1656, cuando en la capilla de Las meninas, como
posaba la familia de Felipe IV, a la llamaba durante mis visitas a
Me dicen que soy feliz mientras
rebanan la piel de mi abdomen. He
tumba anónima.
Luego de la paliza vuelvo al día 15.
Dime cómo suenas
todos nos envolvía, sobrecogidos, El Prado, solo lo presencié en la
quedado sordo a sus gritos, a sus Mi madre, mi esposa y mis
la atmósfera del lienzo profundo sala que alberga la Gioconda, en el Le pido al panadero que me
preguntas y a los insultos. hijas se alejan y se pierden en los
y descomunal. Era el aire captado, Louvre. Supongo que aquí también, dé dos soles de pan y una
Día 15. Estoy contando los días horizontes de un cuarto sin muros.
alcancé a escuchar de un guía, como en la capilla velazqueña, mantequilla. Cuando voy a pagar
sin tener idea del tiempo. No Me duele el diente que escupí.
mediante pinceladas ligeras, que alguien se ha desvanecido, víctima me pregunta si soy venezolano.
diferencio horas de minutos ni Sueño despierto con una boda, no
diluyen las figuras y difuminan del síndrome de Stendhal. Y añade: “Lo digo por el acento”.
minutos de días. El tiempo ha quiero ver a la novia, intento y
los contornos. Al igual que en Las No es la primera vez que me
enmudecido. Corre con la sed, el no puedo detener el carrete de la
hilanderas (1657), son recursos Arturo Almandoz Marte lo preguntan aquí en Lima.
llanto seco, la piel insensible y película. Nada se apaga. Nada se
¿Cómo resumir un largo trayecto
lacerada. prende. Estoy sordo, pero allí está,
existencial de ida y vuelta: mi
Día 16. Recaigo en el sueño. Esto siento el click.
nacimiento, en Lima, en 1972, mi
no es una aventura, carece de
viaje a Caracas cuando tenía siete
humor y de ingenio. Es una valla Israel Centeno
años, las casi cuatro décadas que
Evasiones viví en Venezuela, y mi regreso al
Perú en 2017? Son muchos años,
muchas historias... y una cola de
En el país de las evasiones, efímero, radical, único entre todos clientes que aguardan su turno.
negaciones y expectativas falsas,
acecha la pobreza y la necesidad.
los días de la fragmentación.
¿Qué habrá sido de ellos? Croquis de un poema Así que respondo: “El acento ya
me delató” y me despido con la
Nada varía en las hojas de las
agendas, excepto las fechas de los
¿Habrán cruzado con bien el
Páramo de Berlín, en la frontera con que se auto-traslada incómoda sensación de haber
sido inexacto. O evasivo. Ahora
años y que ahora hay que recibir la Colombia? pienso que tal vez sea el acento
remesa. ¿Habrán llegado? ¿Por qué no Cuando me traslado de una lengua mientras intento, aquí, esbozarlo, nuestro signo más inequívoco
Mantener el ánimo es difícil. avisan? a la otra algo mío se desarticula. atraído por el movimiento propio de pertenencia, por lo que la
Cientos de ilusionistas nos tratan Por un instante, tiene lugar de la poesía, me percato del riesgo identidad no sería otra cosa que
de vender cursos y seminarios para Eso sí, no han dejado de cantar un desconcierto. Hasta que me que consiste en transformar el una determinada pronunciación:
aprender lo bien que lo podríamos cada mañana esas aves grandes descubro en medio de ese aire poema en un consenso o en una un sonido familiar. Sin embargo,
hacer. azules y amarillas que casi profético que ronda los vocablos, prosa aproximativa. El poema para muchos migrantes nuestra
Cada año se repiten las tareas gritan en vez de entonar trinos, rarefecho. Y no significa que este acontece mucho antes. Hay que entonación no solo indica de
siempre es el mismo tiempo guacamayas, se llaman. Gua, círculo de aire (o Luftkreis del oír las voces del poema antes de dónde somos. También las
exacto, igual es agua, en el lenguaje de los lenguaje, como lo llama Walter pretender comprenderlo (Maurice inflexiones que el tiempo del
nada ha cambiado ancestros indígenas. Benjamín) vaticine eventos Blanchot). Hay que aprender exilio va imprimiendo en nuestro
sino nosotros mismos Agua que vuela hacia las nubes. futuros. Significa que no tomo a tratar con el misterio de las modo de hablar revelan, en su
y nuestra necesidad de engaño. Escape imaginario. apoyo en algo preexistente. Es palabras, demorar en ese umbral combinación sonora, el tránsito
Los loros también cantan en coros algo que presiento, por el hecho que, aunque colinda muy cerca musical hacia otros posibles
La vida es repetir rituales cotidianos desafinados, quejándose sin cesar. de que al traducir algo comienza de nuestro fin, apunta siempre arraigos. Vamos siendo según el
Nos vamos quedando aislados, en de otro modo. Algo toma su curso hacia al envión de la fuente. En la modo como sonamos. Y aunque
En esta inmensidad de tierra uno el limbo de las ilusiones. declarando, al mismo tiempo, traslación algo muere y deviene, las modulaciones varíen con los
quiere saber de aquellos que ya se El sol no nace a un nuevo día otras posibilidades de expresión y naturalmente. “Envejecemos por años y las mudanzas, la patria
han marchado al exilio. Busca en el alborotado por los pájaros significación. Y esto es muy raro, el verbo, morimos de traducirnos”, siempre será una voz que nos
tiempo de las azaleas una respuesta Nace a otro día de soledad. porque el poema que deviene no dicta Edmond Jabès. delata.
que nunca llega. Viste camisas es un texto que se inicia, tampoco
blancas y se alegra el día de fiesta, Ana María Velázquez un río que pasa es su comienzo. Y Geraldine Gutiérrez-Wienken Luis Yslas Prado

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