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LA IMPORTANCIA DEL “M E P” DE LÍDERES.

Texto: Nehemías 2:17 y 20. “Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que
Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el
muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio. (...) Y en respuesta les dije: El Dios
de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y
edificaremos.”

Objetivo: Que los hermanos puedan conocer los tres elementos básicos de la reunión
de liderazgo y así tener reuniones semanales efectivas para el liderazgo.

Introducción. La reunión “MEP DE LIDERES”, es un llamado a edificar la obra de


Dios, porque El nos prosperará. Es importantísimo que comprendamos que el pastor
debe hacer este llamado a los siervos de Dios para levantarse y edificar. M E P de líderes
consiste en aquella reunión semanal que el pastor realiza con su liderazgo, en donde se
cumplen tres funciones: a) ministrar; b) evaluar; y, c) proyectar. Los incisos b) y c), se
trabajan simultáneamente.

I. BENEFICIOS QUE DA EL “M.E.P.” DE LIDERES. Un


pastor que desarrolla la obra de Dios, a través de los grupos familiares, sabe que hay
un grupo de hermanos con los cuales debe tener contacto periódicamente. Este grupo
está compuesto por líderes y supervisores.

A. Contactar con el liderazgo. Contacto que muestra interés y amor. En


Éxodo 18, encontramos la enseñanza de cómo Moisés está al frente de todo el
pueblo y se sentaba a atender a todos. El versículo 13 dice: “Aconteció que al día
siguiente se sentó Moisés a juzgar al pueblo; y el pueblo estuvo delante de
Moisés desde la mañana hasta la tarde.” Posteriormente Jetro le indica a su
yerno a quienes debe atender, al liderazgo especialmente y después al pueblo. El
versículo 18 dice: “Desfallecerás del todo, tú, y también este pueblo que está
contigo; porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú
solo.” Su suegro le dice: “Desfallecerás del todo.” Un pastor debe usar
diligentemente su tiempo y atender en primer lugar al líder, después al resto de
hermanos. Para esta reunión es necesario que el pastor se haya preparado en todo,
especialmente en oración sabiduría y discernimiento para conducir al pueblo.
B. Ministrar al liderazgo. Oración con pasión por su pueblo. En Éxodo 19:3,
vemos que Moisés estaba delante de Dios, intercediendo por el pueblo. “Y Moisés
subió a Dios; y Jehová lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de
Jacob (...)” Si él lo hacía con un pueblo numeroso, el pastor hoy, debe ponerse en
la brecha por el líder que da su vida por la obra. El líder de grupo familiar sabe
que él también tiene su líder, que está al tanto de sus necesidades y le ayuda en
sus problemas o necesidades. El pastor es un líder de líderes.
C. Estimular al liderazgo. Cada vez que el pastor se reúne con su liderazgo, lo
que está sucediendo (o lo que debe suceder) es que se está llenando el tanque del
líder con el combustible que el necesita: amor, fuerzas, dirección, estímulos que
sean necesarios, etc. El trabajo del líder en el ministerio hay momentos que le
cansa, tanto en lo físico, lo espiritual y lo emocional, por ello el pastor debe
estimularles y que al regresar vuelvan a su hogar con su tanque lleno.

II: CUANDO EL “M.E.P.” DE LÍDERES ES


DEFICIENTE O NO EXISTE. Puede ser que el pastor celebra
esta reunión, pero de repente empieza a ausentarse, no le pone importancia,
improvisa, la descuida, etc. Lo que el liderazgo vea en el pastor, eso harán. Lo
que el pastor sienta, será lo mismo que sentirá el líder. Por ello veamos lo que
sucede, cuando la reunión es pobre y la excelencia se ausenta.

A. No hay una relación pastoral. Jesús estaba cerca de su gente. El pastor


debe tener esta prioridad: estar cerca del liderazgo. Juan 10:11,14,15 nos
afirma: “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. (...)
Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así
como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las
ovejas.” El liderazgo no necesita un pastor de escritorio, o de profesión.
Necesitan alguien que esté con ellos. El contacto real no se estará dando. Un
pastor debe conocer a sus líderes por nombre y saber quien es quien.
B. No hay ministración efectiva. Jesús ministraba a su gente. En San Juan
17:9 dice: “Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me
diste; porque tuyos son.” El pastor que no tiene una reunión especial y directa
con el liderazgo pierde oportunidad de ministrarles, un pueblo que no recibe
Palabra que ministre de parte de su pastor, y donde él pierde la oportunidad
de orar e interceder por ellos, está dando lugar a que el fracaso se haga
presente
C. No hay estímulos que levante la visión del líder. Jesús estimulaba
a su gente, creía en ellos, los amaba. Así debe ser el pastor. San Juan 13:1,4,5,
dice: “Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había
llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los
suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin. Se levantó de la cena,
y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en
un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con
la toalla con que estaba ceñido.” El pastor debe servir a los suyos. El líder
que no ve a su pastor, trabajará un tiempo, pero poco a poco se irá apagando,
porque le faltará la dirección que el pastor da con su presencia y el estímulo
de amor.
D. No hay una relación constante con sus líderes: Si Jesús está
presente en la obra, ¿por qué no ha de estar el pastor? ¿Que otro día tiene el
pastor para reunirlos a todos y ministrarles, servirles, amarles, hacerles ver
que a él le interesan como persona, y no como instrumentos que le hacen
crecer la iglesia? El líder es persona que necesita sentirse amada y apreciada
por su pastor que está cerca de él. Cuando el pastor se aleja o se ausenta de
sus principales ovejas, cuando el pastor se siente muy importante, es el
momento en el cual los grupos familiares abren la puerta para que el fracaso y
la derrota ocupen el lugar de la excelencia dentro de la iglesia.

III. COMO SE REALIZA EL “M.E.P.” DE LÍDERES.


Esta no es una reunión del otro mundo, no es un culto (porque hay evaluación),
sino que es una reunión en donde el pastor, prepara al líder para el trabajo de esa
semana.

A. Son tres los pasos básicos de una reunión (sea esta pastoral, de
supervisores, de líderes o miembro de grupo familiar). Estos tres pasos son lo
que llamamos “M.E.P.” Esto significa: M. Ministraciòn; E. Evaluación; P.
Proyección. El pastor debe tener la capacidad de cumplir con estos tres pasos,
pues así no perderá el objetivo de la reunión. Veamos estos tres pasos por
separado.
B. Ministraciòn. No podemos evaluar el trabajo del líder, sin antes
ministrarle. A veces pueden llegar cargados, preocupados, con problemas, etc.
Cuando reciben ministraciòn reciben nuevas fuerzas. Como leemos en Isaías
40:31, “pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán
alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se
fatigarán.” La ministraciòn para que sea efectiva debe contener: i) Oración
de poder que prepare una reunión ungida. ii) Mensaje de la Palabra de Dios al
liderazgo, que mantenga la visión y que la capacite para ser un cristiano
maduro que logra superaciòn en todo y en su trabajo como líder. iii) Tiempo
de ministraciòn y oración posterior al mensaje. iv) Exposición de la Palabra
de Dios que se predicará el día sábado en el grupo familiar (es explicación del
bosquejo y consejos para que obtengan mejores resultados). Nehemías 2:18
afirma: “(...) El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos
nos levantaremos y edificaremos, porque vosotros no tenéis parte ni derecho
ni memoria en Jerusalén.” Esto debe saberlo el líder transmitido por la boca
del pastor.
C. Evaluación y Proyección. Algunos evaluan y proyectan para períodos
largos, pero un pastor que tiene grupos familiares evalúa y proyecta cada
semana, porque así verá los avances y las correcciones que deben hacerse y
mantener el rumbo. En Nehemìas 2:17, encontramos lo siguiente: “(...)
Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus
puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de
Jerusalén, y no estemos más en oprobio.” Se descubrieron los males, se
proyectaron las correcciones y se avanzó.
D. Contenido de la evaluación y proyección.
a. Elaboración de la agenda por el pastor. En ella se incluye aquellos
aspectos que deben ser enfatizados durante la semana, así como los
anuncios respectivos.
b. Tiempo de evaluación. Debe tener el pastor y los supervisores un
tiempo para evaluar a los líderes, especialmente respecto a metas, hoja
de planificación mensual y contenidos del ciclo en relación a
consolidación de los nuevos hermanos. El objetivo es que la obra del
Señor avance. Aparte de ello debe evaluarse disciplinas cristianas
como por ejemplo: diezmar (mayordomía), oración personal, lectura
de la Biblia completa durante el año (viendo avances por ciclo).
c. La evaluación y la proyección es simultánea. Se hace la proyección
de lo que se evalúa y así lograr el avance deseado.

IV. ESTABLECIENDO EL “M.E.P.” DE LIDERES


EN LA IGLESIA LOCAL. Al establecer esta reunión, nos damos
cuenta de las bendiciones que se producen dentro del sistema de los grupos
familiares, a favor del pastor y su equipo de líderes. Es una verdad irrefutable que
el sistema de grupos familiares bendice a la iglesia. Hay muchas bendiciones
cuando el pastor implementa en su iglesia esta reunión. Repetimos no es un culto
o un servicio más. Cuando el líder regresa a su casa, después de un día de trabajo
y en vez de regresar a su hogar va a que se le ministre, evalúe y proyecte en su
labor en la obra del Señor, el debe regresar con la convicción que lo que hace es la
mejor tarea del mundo. Por ello al aplicarlo a la iglesia siga estos pasos:

A. Concientice a la iglesia y a los líderes. Hágales ver que la iglesia


local será bendecida increíblemente. Quienes tienen su reunión semanal
dan fe ello.
B. Establezca día y tiempo para realizar esta reunión. Debe ser
un día estratégico, un día y un tiempo fijo durante la semana. Esto debe
hacerse con disciplina. La disciplina empieza cuando el Pastor ocupa su
lugar ese día y le da prioridad, sobre cualquier otra ocupación ese día es
especial para estar con el liderazgo, y ministrarles, evaluarles y hacer las
proyecciones correspondientes.
C. Establezca la temática y controles a seguir. Esto dará seguridad
y convicciones al líder de que es lo que va a alcanzar, como persona y
como parte de un equipo.
D. Establezca un ambiente de amor. El ambiente debe ser agradable
para el liderazgo, un ambiente que les invite a llegar cada vez que se
realiza la reunión.

Conclusión: El M.E.P. de líderes es una de las mejores bendiciones que el pastor tiene y
debe aprovechar para que sus líderes realicen la obra de Dios con amor y excelencia. Es
el mejor contacto en la semana de pastor a líder y en donde este es ministrado y
estimulado y preparado para trabajar con efectividad.

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