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Detección de patologías psíquicas y físicas en la escritura manuscrita

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I Jornadas Internacionales de Grafología – “La Grafología en el contexto interdisciplinario" –


4, 5 y 6 de junio de 2004, Argentina - Organizadas por el Instituto Superior Binet.

UNA VISIÓN GRAFOPATOLÓGICA DE LA PSICOSIS

María del Carmen Doyharzábal

El estigma de la psicosis

Pitágoras dijo - Si se os pregunta: “¿Qué es la muerte?” Responded: “La verdadera muerte es la


ignorancia” ¡Cuántos muertos entre los vivos! Generalmente en la sociedad aquello que se ignora,
tiende a ser rechazado, y muchas veces discriminado.

Este estigma es el que han portado los pacientes psicóticos con el transcurrir de los siglos y porque no
decir, hoy aún, mucho más de lo que nos gustaría admitir. Este rechazo está producido
mayoritariamente por el desconocimiento general del origen y de las posibilidades de curación de
muchas enfermedades mentales y genera una prejuiciosa actitud no solo hacia los enfermos, sino
también hacia sus familiares. ¿Pero por qué se produce este efecto? ¿Porque la psicosis es la pérdida
del juicio de realidad y de las fronteras del Ego, donde el sujeto puede presentar diferentes síntomas
que implican disfunciones cognitivas y emocionales, incluyendo la percepción, el pensamiento y el
lenguaje entre otros? Su capacidad está menoscabada no permitiéndole reconocer la diferencia entre
la realidad y las experiencias subjetivas y esta realidad se ve muchas veces sustituida por sus delirios
o alucinaciones y la marcada desorganización de su personalidad lo incapacita para un efectivo
funcionamiento social y afectivo apropiado.

Etiopatogenia de la psicosis

Las psicosis pueden tener como origen diferentes etiologías. Algunas escuelas las dividen entre las
que tienen origen endógeno como las psicosis maníaco depresiva, las psicosis esquizoafectivas y las
psicosis esquizofrénicas y las de origen exógeno que pueden ser exógenas orgánicas – intracerebrales
como las que se evidencian en la PGP, las epilepsias del lóbulo temporal, las vasculopatías, las
neoplasias, la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple, las producidas por virus, entre otras.

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Las exógenas extracraneales – intracorporales como las producidas por deshidratación intensa,
insuficiencia hepática, o renal grave, anemias graves entre otras y las exógenas extracorpóreas
provocas por traumatismos encéfalo craneanos, alcohol, anfetaminas, cocaína, LSD, entre otras
causas.

Otras escuelas marcan sus diferencias entre las que pertenecen a alteraciones anatomopatológicas
específicas y que es posible determinarlas a través de una autopsia sin conocimiento de la historia
clínica, como son las psicosis sifilíticas, la parálisis general progresiva, la demencia senil, la
encefalitis, las psicosis aterosclerósicas y algunas formas de oligofrenias entre otras. Las que
evidencian alteraciones más o menos típicas que pueden no surgir al comienzo de la enfermedad, pero
si después de cierto período que puede ser relativamente largo como el que se evidencia en algunas
psicosis tóxicas o infecciosas de curso crónico o la epilepsia y la esquizofrenia. Y las que no poseen
modificaciones anatomopatológicas comprobables como por ejemplo las psicosis maníaco depresivas,
las psicosis reactivas, las neurosis y las psicopatías entre otras.

Podríamos así, seguir enumerando diferentes formas de clasificación, orígenes y características que
determinan a unas y otras, pero lo destacable en todas ellas es que ante un primer episodio psicótico,
generalmente se hace muy difícil poder determinar exactamente de que tipo de psicosis se trata.

La importancia de la detección precoz en la psicosis

Muchas veces en los inicios de una psicosis la actividad del proceso puede estar tan encubierta que al
médico psiquiatra le resulta difícil poder diferenciar una psicosis de las perturbaciones neuróticas o
psicopáticas, sobre todo en los estadios de inactividad donde puede producirse una superposición
parcial entre síndromes neuróticos - psicopáticos y las psicosis endógenas u orgánicas, incluso porque
las alteraciones neuróticas o psicopáticas pueden ser frecuentemente estadios prepsicóticos que por
muchos años precedan a un episodio psicótico.

De acuerdo a lo expresado por el catedrático José Luís Vázquez-Barquero, de la Universidad de


Cantabria, en la l Reunión Nacional sobre las Fases Tempranas de las Enfermedades Mentales, se
hace relevante la investigación y asistencia en las fases iniciales de las enfermedades mentales por un
doble motivo “El primero está dirigido a garantizar que la precoz identificación y tratamiento de estas
patologías mejore su pronóstico y curso evolutivo. El segundo propósito persigue profundizar, desde
sus primeras manifestaciones, en el conocimiento de los procesos que pudieran estar implicados en el
origen y curso evolutivo de dichas enfermedades”.

Y si bien es de considerar que esto debe aplicarse a toda enfermedad mental u orgánica, es de
fundamental relevancia ante la patología psicótica, ya que como indica el catedrático “Con respecto a
ella, los modelos etiopatogénicos preventivos y terapéuticos actuales insisten en la relevancia de
incidir sobre las fases iniciales de la enfermedad, y de incorporar una perspectiva que incluya
variables psicopatológicas, neuropsicológicas y neurobiológicas, para identificar mejor la
enfermedad, prevenir el deterioro, facilitar la integración en la comunidad y alejar el estigma”.

De todas las perturbaciones psicológicas conocidas, la esquizofrenia es una de las psicosis mas
estigmatizadora, devastadora e incapacitante no sólo para quien la sufre, sino también para su grupo
familiar ya que generalmente ante el avance de la misma no sólo deben brindar al paciente apoyo
emocional y cuidados, sino también apoyo financiero debido a su imposibilidad de valerse por si
mismo y los altos costos que implica no sólo el tratamiento, sino los que demandan las recaídas y
reinternaciones.

Sin embargo de alguna manera, esto no tiene porque ser así, ya que en la actualidad la aplicación de
un tratamiento adecuado en las fases iniciales de la enfermedad, permite no sólo alcanzar una mayor
estabilidad psicopatológica de los síntomas, sino evitar el avance deteriorante de la misma, reducir las

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recaídas y necesidades de internación, brindándole al paciente y su familia una calidad de vida mejor.

El quehacer del grafopatólogo

La pregunta es entonces, ¿cómo podemos colaborar los grafopatólogos en la evaluación de estos


pacientes? Y la respuesta es, que es aquí donde el grafopatólogo, como auxiliar del médico psiquiatra,
puede contribuir con su conocimiento aportando datos relevantes que permitan clarificar el panorama,
acotando las posibilidades y ayudando a establecer la identidad de la patología, acelerando las
posibilidades diagnósticas y evitando mayores dilaciones ante el avance de la enfermedad.

Pero, ¿cómo nos orientamos para efectuar este análisis y poder determinar cual es la enfermedad,
alteración o trastorno por el cual nos consultan? En síntesis podríamos decir que lo que hacemos a
través de un escrito, es seguir los mismos pasos que realiza un médico psiquiatra para realizar un
diagnóstico y esto es agrupar los signos con significación semiológica, relacionarlos con un síndrome
y ubicar ese síndrome respecto de un grupo de pertenencia.

Para ello, procederemos a evaluar el escrito de acuerdo a la intensidad, predominio positivo o


negativo del nivel del grafismo, determinando los aspectos y subaspectos gráficos de acuerdo a sus
correspondientes determinaciones.

Agruparemos los signos gráficos de significación patológica, determinando o descartando – en cotejo


con escritos anteriores – la proyección emocional que el sujeto pudiese haber plasmado en el escrito y
las alteraciones gráficas que pudieran surgir en el mismo como consecuencia de la influencia
medicamentosa, o tratamientos que le hayan sido aplicados. Cotejaremos si los signos detectados en
el escrito actual, ya estaban presentes en los anteriores y de ser así, si han aumentado en intensidad.

Esto nos permitirá realizar una cronología de las modificaciones y evolución de los síntomas y a la
vez obtener un amplio panorama de los trastornos de la consciencia en donde evaluaremos el grado de
claridad de la misma, la orientación temporoespacial, la memoria y la afectividad, así mismo nos
orientará respecto a los trastornos del pensamiento y trastornos actuales del comportamiento.

Una vez logrado esto podremos establecer si nos hallamos ante lo que puede ser un trastorno actual de
adaptación ante una experiencia del momento o si se ha producido una modificación más profunda
del sistema de la personalidad y una patología del carácter, que es lo que habitualmente se observa al
comienzo y acompañando a las psicosis.

Luego, tomando en cuenta que muchos de los signos gráficos detectados pueden ser un factor común
a diferentes cuadros psiquiátricos, procederemos a ubicarlos de acuerdo a las actuaciones o
alteraciones de orden psíquico o físico que representan, para ir acotando las posibilidades hasta llegar
a la identificación de la enfermedad ubicándolos dentro de las patologías psíquicas o físicas
reconocidas por la psiquiatría, psicología o medicina.

Vemos entonces que a través de este método se diluyen marcadamente las posibilidades de confundir
patologías psiquiátricas que a una primera impresión, pueden asemejarse a la esquizofrenia como por
ejemplo los desórdenes de la personalidad, el trastorno esquizoafectivo, la depresión mayor, los
desórdenes por pánico o el trastorno bipolar.

Conociendo a la esquizofrenia

Hasta aquí hemos mencionado la necesidad enunciada por los especialistas, de la realización de un
diagnóstico temprano, como una forma de evitar las consecuencias deteriorantes del avance del
desarrollo las psicosis y entre ellas las de la esquizofrenia.

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Conozcamos entonces un poco más respecto de las verdaderas causas y efectos de la misma y de las
posibilidades que tenemos los grafopatólogos de identificarla.

Lejos estamos ya del antiguo concepto de las posesiones diabólicas a las que se atribuía la
enfermedad. Hoy, gracias a los avances científicos, sabemos que la esquizofrenia es una patología
psiquiátrica que se reconoce como principalmente genética, donde la transmisión del riesgo de la
enfermedad predispone al sujeto a padecerla, aunque no en forma condicionante y en donde la
influencia de los factores ambientales y psicosociales desempeñan un rol importante en su desarrollo.

En forma muy general diremos que a través de las técnicas de neuroimágenes, sabemos que en la
esquizofrenia se presentan diferentes alteraciones estructurales del cerebro en las que se ven
involucrados principalmente el lóbulo frontal y el temporal y los sistemas neuronales y
neurotransmisores que regulan el funcionamiento de estas áreas. Los estudios actuales sugieren que la
principal causa de estas anomalías estructurales se debe a una alteración en el neurodesarrollo.

Pero para nosotros, más allá de las investigaciones neuropsiquiátricas que no son nuestra
especialidad, para poder determinar por donde debemos empezar a investigar lo importante es saber,
cómo puede comenzar, qué es lo que sucede con el esquizofrénico, y por que actúa y piensa en la
forma en que lo hace. Para eso debemos remitirnos a los inicios de la enfermedad, a esa etapa en
donde no han surgido aún las manifestaciones más claras como sería el delirio, porque como ya decía
Clérambaut, cuando aparece el delirio la psicosis ya es vieja.

El período de comienzo de la esquizofrenia está desprovisto de especificidad. Sus formas de inicio


pueden ser variadas evidenciándose diferentes modos de ingreso a la misma.

Puede iniciarse en forma lenta e insidiosa, adoptando diferentes modalidades evolutivas donde
progresivamente se va instalando el delirio. Otra forma de presentación es la que se denomina aguda,
donde se instala en forma abrupta, pudiendo evidenciarse a través de estados melancólicos, estados
hipomaníacos, estados catatónicos, estados delirantes y alucinatorios. Comenzar de forma cíclica,
donde sobre una base esquizoide o esquizoneurótica la esquizofrenia va evolucionando por medio de
brotes agudos, hasta que generalmente después del tercero se instala en forma crónica. O presentarse
bajo la denominada forma monosíntomática donde a través de comportamientos impulsivos realiza
actos criminales fugas, agresiones, desenfrenos sexuales, tentativas de suicidio o autocastración para
los que el enfermo generalmente no tiene ninguna explicación.

De ahí, que los rasgos escriturales de los cuales partamos en la investigación inicial en cronología,
pueden ser variables pudiendo presentar características esquizoides, o aparentemente histéricas,
depresivas, maníacas o psicopáticas entre otras.

Dentro de las cuatro formas de presentación clínica mas clásicas de la esquizofrenia, la forma
paranoide es una de las más típicas y frecuentes. Aquí la presencia de los delirios y las alucinaciones
mayoritariamente auditivas y relacionadas con el contenido delirante tienden a ser características si
bien, en algunos casos, las alucinaciones pueden faltar. El enfermo presenta mayoritariamente los
síntomas considerados positivos y poca tendencia a los síntomas negativos, resaltando sobre todo las
alteraciones intelectuales.

Existe otra forma clínica de presentación denominada esquizofrenia simple que es crónica, insidiosa y
lentamente progresiva. Aquí se acrecientan las tendencias esquizoides que el enfermo ya evidenciaba
anteriormente y generalmente tiende a cursar sin los denominados síntomas positivos como son las
alucinaciones, delirios o síntomas catatónicos, basándose fundamentalmente en un progresivo
empobrecimiento de la vida afectiva en primer lugar, para luego quedar sometida toda la actividad
psíquica en general.

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Otra forma de presentación es la hebefrénica o desorganizada, de comienzo más precoz y que en sus
inicios pueden ser fácilmente confundida con la psicosis maníaco depresiva o con trastornos
psiconeuróticos. Se caracteriza por la presencia de una pronunciada alteración del pensamiento, una
marcada regresión hacia un comportamiento primitivo, desorganizado e inhibido, con un pobre
contacto con la realidad y un deterioro cognitivo manifiesto, evidenciando alucinaciones e ideas
delirantes mal estructuradas. Si bien suele estar activo lo hace de forma no constructiva. Aquí,
resaltan al alteraciones afectivas, faltan generalmente los síntomas productivos y la enfermedad
avanza a través de brotes frecuentes pudiendo el enfermo presentar una alternancia de hipo e
hiperactividad, si bien lo más común es que curse hacia una apatía progresiva con indiferencia.

La cuarta forma clínica es la esquizofrenia catatónica cuyo comienzo tiende a ser más tardío que el de
la esquizofrenia hebefrénica. En este tipo de esquizofrenia predominan las perturbaciones
psicomotoras y el comportamiento del enfermo oscila entre la excitación y la inhibición, alternando
los períodos de hipocinecia y estupor con los períodos de agitación motriz violenta. Las alteraciones
sensoriales que puede evidenciar son sobre todo las alucinaciones de tipo auditivo.

Si bien en la práctica real se observa la posibilidad de que cada esquizofrénico durante el curso del
proceso puede cambiar una forma clínica determinada por otra, la predominancia de un tipo
determinado de síntoma sobre los demás es lo que permite efectuar el diagnóstico.

Los síntomas positivos y negativos

Como podemos ver las formas de inicio pueden ser heterogéneas y particulares a cada uno, al igual
que sus formas de evolución, donde una vez instalada la patología pueden presentarse o predominar
en mayor o menor grado los denominados síntomas deficitarios o negativos como son la pobreza
afectiva, la alogia, la abulia y apatía, la anhedonia, la asociabilidad, los problemas cognitivos de la
atención; o los denominados síntomas productivos o positivos como las alucinaciones, las ideas
delirantes que componen el delirio y el trastorno formal del pensamiento. Otros síntomas positivos
son los del ámbito de los sentimientos como la angustia y la excitabilidad, los síntomas positivos
vegetativos como el insomnio, las palpitaciones, sudores, mareos, trastornos respiratorios o
gastrointestinales y los trastornos positivos de la motricidad como el comportamiento agresivo y /o
agitado, la inquietud corporal, los movimientos extraños y absurdos, y la conducta repetitiva que dan
lugar al comportamiento extravagante.

De todas maneras todos los esquizofrénicos presentan un punto en común que es la ambivalencia, la
extravagancia y la impenetrabilidad.

La irrupción de la esquizofrenia: ¿cómo reconocerla?

Generalmente lo que el esquizofrénico evidencia al comienzo es la aparición en el campo de la


consciencia de algo desconocido, es una sensación de cambio, de que algo le sucede pero no puede
saber de que se trata, que no puede identificar, pero sabe que está.

Es por esto que los autores dicen “….irrumpen situaciones nuevas, distintas, absolutamente no
conocidas por el paciente…”

Y al igual de lo que sucedería con cualquiera de nosotros al enfrentarnos a una sensación


desconocida, el no saber le genera incertidumbre y la incertidumbre le genera inseguridad, tensión y
miedo.

Se produce aquí para él una doble incógnita, por un lado vivencia el hecho de no poder determinar de
qué se trata esto nuevo que le sucede y por otro no puede ubicarse a si mismo frente a ello, esto es lo
que se denomina perplejidad. Surge entonces como consecuencia el displacer como repercusión
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afectiva.

Por lo tanto, necesita buscar una explicación, algo que le permita saber que es lo que le pasa o por lo
menos, y eso es lo que hace, generar una hipótesis tranquilizadora sobre eso nuevo que siente.

Por algún motivo desconocido el esquizofrénico, desde el primer momento siente que no lo puede
consultar con los otros, porque en la esquizofrenia, desde el inicio, ya existe una básica desconfianza
hacia el otro, ya se ha producido la ruptura con el otro y por lo tanto se produce lo que el Dr. Hugo
Marietán llama el despegue del consenso, porque al haberse roto el patrón de confianza hacia los
demás, sabe que no puede buscar una explicación en ellos y sale a buscar, él solo, la respuesta a su
incógnita, produciéndose aquí en él una reverberación psíquica que lo lleva a estar tenso, introvertido
y aislado mientras busca una respuesta. La conducta de aislamiento se produce entonces, para evitar
el ingreso de nuevas informaciones y poder elaborar su propia hipótesis sobre ésta situación nueva
ante la que se encuentra. Esta situación nueva e intranquilizadora, lo conduce a la convicción de que
algún peligro se cierne sobre él, lo que se denomina la sensación de amenaza al Yo. Es aquí entonces
donde la escritura comienza presentar o a incrementar los rasgos regresivos indicando con este
movimiento de defensa, una actitud defensiva del Yo ante el sentimiento de inseguridad o amenaza
que presiente, marcando también el comienzo o aumento de la introversión y la introyección. El
margen izquierdo retrocede por el aumento de la introversión, el margen derecho retrocede como un
indicador del alejamiento por parte del sujeto de aquello que siente como amenazante y peligroso, de
aquello que no conoce pero presiente y que es generador de ansiedad. Aquí el mayor o menor
alejamiento, será indicador del mayor o menor sentimiento de inseguridad que lo invade y del nivel
de angustia evidenciado, siendo al mismo tiempo significante del proceso regresivo. La escritura
contenida evidencia la inhibición y la introversión, la escritura constreñida indica la reducción de la
capacidad de comunicación y ocultación de las cosas que observa y de la inhibición producto de la
ruptura con el consenso. La escritura suspendida marca el freno y la inhibición producto de la
angustia que lo invade. El aumento de la angustia comienza a alterar la legibilidad de la escritura,
siendo esta tendencia a la ilegibilidad indicadora de la confusión mental y del comienzo del proceso
de disgregación del pensamiento. La escritura se vuelve desigual por la discordancia entre lo que
percibe de su propio mundo interior y el entorno y la cohesión comienza a ser desigual demostrando
el caos interior, producto de las luchas internas que sostiene sumergido en la duda, la vacilación y la
pérdida de la espontaneidad. La forma discordante denota el desconcierto o perplejidad en lo que su
Yo evidencia respecto a su relación con los otros y con el mundo en general, marcando la falta de
adaptación y de equilibrio. La presión desigual con profundidad desigual y predominio del trazado
superficial indica las fallas de las defensas ante un medio ambiente que le resulta angustiante. La
tensión o flojedad en sentido vertical con aumentos esporádicos de la tensión evidencia la inseguridad
del Yo, al no saber que actitud tomar y la incapacidad para poder sostenerse, y los intentos de
reafirmación y defensa de un Yo claudicante, en cuyo caso el trazado puede presentarse inseguro y
torcionado por el deseo de protegerse frente a lo desconocido, denotando la ansiedad y angustia que
vivencia como producto de la permanente lucha que sostiene consigo mismo. La escritura ligera y sin
presión demuestra las dificultades para enfrentar la realidad y una voluntad que ya no se puede
sostener. La escritura desnutrida, donde se puede ver, afectada gravemente la tensión, la profundidad,
el calibre y el dinamismo del trazado, que en esos casos tiende a ser delgado, denota el sentimiento de
inseguridad que lleva al sujeto a ponerse en guardia ante aquello que presiente como peligroso y la
incapacidad para enfrentar a la realidad. La dirección de líneas irregulares indica la inestabilidad
emocional, anímica y de la voluntad frente a los cambios que experimenta y que afectan la vitalidad
de su Yo. Las hampas deformadas son indicadoras de la necesidad de defenderse de un medio
ambiente que considera hostil o peligroso. La escritura vacilante es el reflejo de la vulnerabilidad
interna y de la inseguridad y angustia que lo invade. Las letras a /o pueden cerrarse con bucles en una
posición de defensa o reducir su tamaño original indicando la retracción del medio.

Este repliegue sobre sÍ mismo, producto de la necesidad de poder trabajar sobre la incógnita, lo
observaremos en la escritura regresiva que nos indicará el retorno o fijación de la afectividad hacia
etapas anteriores, La escritura concentrada denotará la reconcentración del pensamiento, la
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desconfianza, la susceptibilidad y el recelo. La escritura apretada nos indicará la reacción de defensa
instintiva frente a la angustia que le genera el mundo exterior. La escritura contenida reflejará la
inhibición, la introversión, la angustia y ansiedad que lo llevan a sostener una actitud de coartación
frente a los problemas reales de la vida, señalando a la vez el freno excesivo de las pulsiones
instintivas. Los gladiolados serán los representantes de la disminución de la energía en el momento de
contactarse con el exterior, como así mismo la depresión que por momentos lo invade. Y la escritura
arqueada puede en estos casos presentarse como una reacción de defensa instintiva frente a la
angustia que le genera el mundo exterior.

Esta nueva conducta y el alejamiento son las que hacen que los demás lo vean como raro, diferente y
digan que ya no es como antes, que nada le interesa, que vive encerrado en su habitación, que se ha
vuelto poco sociable. Este alejamiento de la familia y de las amistades, el abandono de los estudios o
del trabajo o la realización de los mismos con una marcada dificultad o distraídamente son los signos
que mejor reflejan las graves alteraciones de la conducta y de la actividad psíquica.

La pronunciada alteración de la sociabilidad, que en el esquizofrénico constituye un síntoma, muchas


veces puede ser confundida, sobre todo en los adolescentes, como una época de crisis ya que
generalmente después de los primeros cuatro o cinco meses el enfermo tiende a recuperarse algo, sin
embargo años después la esquizofrenia hace su aparición con toda su virulencia conduciendo a pensar
al mal observador que ese es el primer brote, cuando en realidad el primero a pasado desapercibido.

En estos casos la observación del escrito de la primera época y el cotejo con otros anteriores, puede
mostrar, además de los signos ya señalados, los indicadores del verdadero inicio a través de una
presión desigual que en el movimiento horizontal señalará la inseguridad en la relaciones sociales, y
en el vertical evidenciará un Yo poco seguro, demarcando a la vez, de acuerdo a las características del
trazado, una tendencia a la agresión explosiva. Si ésta presión desigual se presenta con irregularidades
en la profundidad, fuerza y relieve conformando un trazado inestable nos confirmará los cambios de
actitudes por inexistencia de equilibrio interno. . La mayor desigualdad de los trazos finales indicará
la variabilidad de los comportamientos frente a las diferentes personas o situaciones que debe
enfrentar. La presión vertical incrementada mostrará la obstinación e intransigencia que registra en su
necesidad de defenderse de los supuestos embates exteriores. Las fragmentaciones del trazado serán
indicadoras de la desintegración de la personalidad. En la letra m la fragmentación total de los tres
arcos será representante de la dificultad para integrarse socialmente y de la disociación que se
produce entre el Yo del sujeto, la familia y la sociedad; la separación del tercer monte indicará un Yo
que se recluye y su ruptura con el resto del mundo. En la letra a, la separación del óvalo
(representante del Yo) del trazo final (el nexo con los demás) será la separación del Yo del mundo
exterior inmediato (familiar, social y profesional) y su tendencia al aislamiento. Mientras que la
fragmentación de la letra d como representante de los demás, los deseos, la fantasía y la imaginación
del sujeto, demuestra la separación o elaboración, por parte del mismo, de un mundo aparte del de la
realidad que le toca vivir. Los barrados inútiles en los trazos finales señalarán la tendencia a limitar o
evitar los contactos con el medio ambiente. La irregularidad del tamaño, la inclinación y la presión
irregular o desigual mostrarán el desajuste y desequilibrio pulsionar, mientras que en cambio, la
presencia en mayor o menor grado de una escritura monótona marcará la mayor o menor tendencia a
el estancamiento y paralización de la sensibilidad emocional indicando la tendencia al automatismo
mental. La escritura pequeña o que se empequeñece de acuerdo a la cronología será indicadora de la
reducción de la tendencia expansiva y de la comunicación, como también de la introversión, siendo
un indicador de la sociabilidad compleja del enfermo. La inclinación que muchas veces tenderá a ser
invertida puede variar en los grados mostrando en caso de ser moderada la dificultad para relacionarse
socialmente, la angustia ante la presión ejercida por el medio ambiente y su necesidad de refugiarse
en su mundo interior, replegándose en si mismo, en una posición de retirada del mundo. A su vez
marcará la tendencia a un pensamiento subjetivo, tendencia que confirmaremos por la presencia de
una escritura condensada entre letras, los adosados, las letras superpuestas, una escritura que tiende a
ser desordenada y las barras de la letra t instaladas altas. La inclinación invertida entre los sesenta y
cuarenta y cinco grados denotará la dificultad que presenta para contactarse debido al aumento de la
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desconfianza y de la retracción, siendo ya ésta indicadora de la dificultad de adaptación producto del
desequilibrio psicológico; en esta situación el sujeto ya no logra integrarse al medio y su Yo se retrae
derrotado frente de la realidad. Cuando la inclinación invertida supera los cuarenta y cinco grados la
posición defensiva y la retracción son máximas y se siente impelido a sostenerlas de cualquier
manera, en éste caso la desconfianza hacia el otro ya es muy intensa y la agresividad que hasta ese
momento puede estar reprimida podría en estas circunstancias orientarse incluso sobre si mismo a
través de actitudes suicidas si existen en el escrito otros rasgos que lo confirmen. La velocidad se
evidenciará lenta por la limitada capacidad para relacionarse y su necesidad de vivir en su propio
mundo. El margen derecho se presentará en retroceso o muy amplio marcando la disminución de la
sociabilidad y la posición de retirada para evitar la invasión del medio ambiente a su Yo, y en caso de
ser irregular indicará que la sociabilidad puede ser alterante y tener reacciones imprevistas, mostrando
a su vez que los mecanismos de defensa del Yo comienzan a evidenciar fisuras importantes. El
margen izquierdo en retroceso confirmará la posición de retirada y de presentarse en zigzag la lucha
interior que sufre y que da origen a cambios permanentes de conducta ante los demás, mientras que si
es inexistente mostrará la retracción, la total insociabilidad y la tendencia a la apatía. Las letras
mayúsculas independizadas de la letra siguiente serán, en este caso, debidas a la desconfianza que
siente hacia todos los demás, marcando la introversión por la necesidad de analizar lo que siente. La
escritura que puede presentarse como seca o rígida será indicadora del bloqueo de la sensibilidad, de
la imposibilidad que presenta de identificarse con los otros y de las actitudes inmodificables respecto
de su capacidad de compresión hacia las posiciones o sugerencias de los demás. Las letras
condensadas confirmarán la dificultad de adaptación al medio por la imposibilidad de elaborar juicios
en forma objetiva. Pueden presentarse palabras crecientes o en aumento que corroborarán la dificultad
para adaptarse sobre todo a situaciones nuevas o a cambios y la reticencia a relacionarse. Es aquí
donde el coligamento será una guía indicadora de las diferentes formas que puede adoptar ante su
problemática para socializar, el coligamento en ángulo corroborará la marcada tendencia a aislarse y
la tendencia a oponerse y contradecir, mientras que si éste coligamento se acompaña con
movimientos lanzados la tendencia a oponerse será intensa, en cambio si el coligamento en ángulo se
presenta en conjunto con una escritura apretada con inclinación recta señalará que el sujeto está
permanentemente analizando la situación. Los aumentos bruscos de tamaño nos permitirán prever la
tendencia a una marcada irritabilidad que puede estallar a través de inesperadas pérdidas de control.

En el esquizofrénico el comportamiento de la atención y de la concentración es variable, La atención


esta disgregada, es decir que a veces la puede ejercer y otras no y que puede hacerlo con prontitud o
sin ella, es por eso que los rasgos de la escritura que determinan a la misma pueden ir variando de
acuerdo a los tiempos entre un escrito u otro.

En los episodios agudos donde le resulta prácticamente imposible sostenerla los puntos de letras i se
ubican en diferentes lugares, adquiriendo diferentes formas y tamaños demarcando la incapacidad
para poder concentrarse. Los puntos irregulares acompañando a letras deformadas, desproporcionadas
y una escritura agitada y movida demarcarán las fallas de la atención y la dispersión.

Las fallas en la concentración se evidenciarán en la falta de puntos en las letras i, y/o ausencia de
barras en la letra t, pudiendo también hallarse letras o palabras repetidas o faltantes, aumentos
irregulares del tamaño de las letras, y un aumento de la ilegibilidad sobre todo en las zonas
inconscientes del escrito.

Estas fallas que se presentan se deben a que el tiempo que puede ser mantenida la concentración
atentiva esta en relación al vigor psíquico de la persona y tal como dice Ribot “la atención tiene
siempre por causa estados afectivos” y la esquizofrenia, precisamente, se caracteriza por la
desorganización de la vida afectiva del sujeto donde las perturbaciones cuantitativas de la afectividad
como la atimia (falta de afectividad o indiferencia afectiva) y las perturbaciones cualitativas como las
paratimias o neotimias (formación de sentimientos nuevos o aparición de sentimientos inadecuados) y
la ambivalencia afectiva, afectan profundamente la afectividad del enfermo.

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Estas patologías de la afectividad la detectaremos de acuerdo a los grados que presente la inclinación,
cuya oscilación nos permitirá evaluar el grado de sensibilidad del enfermo. Una inclinación vertical
rígida señalará una receptividad retardada, la falta de empatía y la imposibilidad de poder comprender
las emociones de los demás y de reaccionar afectivamente. La inclinación invertida moderada
indicará la retracción afectiva, la inversión entre sesenta, y cuarenta y cinco grados evidenciará la
desconfianza y la resistencia al intercambio afectivo, y las inclinaciones que superen los cuarenta y
cinco grados denotarán la insensibilidad absoluta.

En estos casos, la dirección de líneas será otro elemento orientador respecto a la estabilidad psíquica y
emocional. Una dirección horizontal rígida confirmará la apatía y la indiferencia afectiva. Mientras
que los cambios del coligamento que puede ser discordante reflejará los cambios de conducta
irrazonados y el conflicto que evidencia en la esfera afectiva.

Un aporte más a la ciencia

Estos y otros más, serán los signos gráficos orientadores, que relacionados entre si nos permitan
evaluar algunas de las características que identifican los comienzos de una esquizofrenia.

De la misma manera nos será posible detectar las características de las diferentes etapas, las
alteraciones del curso del pensamiento, de la afectividad y de las emociones, de la volición y del
vivenciar del Yo, las alteraciones de la sensopercepción y la motricidad, como así mismo orientarnos
respecto al subtipo clínico al que pertenecen.

Vemos entonces que los grafopatólogos con nuestros conocimientos y como auxiliares del médico
psiquiatra, podemos aportar un grano de arena más a la exploración psicopatológica, que le permita
acelerar los tiempos diagnósticos que reditúen en beneficio de una mejor calidad de vida del paciente.

O al menos esta es nuestra esperanza, ya que al igual que Lubbock pensamos que “El hombre
necesita ciencia, no sólo para asegurar su vida, sino para vivir".

BIBLIOGRAFÍA
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Vertex 2003, Vol.XlV - Nº53.

 Huber Gerd – Avances recientes en la investigación de la esquizofrenia y las perturbaciones

relacionadas: aspectos clínicos, psicopatológicos y diagnósticos. ALCMEON 14.

 Ipar Juan José – El concepto de psicosis – ALCMEON 14.

 Leiderman – Indicadores tempranos en esquizofrenia ¿Podemos predecir la enfermedad?-

Revista Argentina de Psiquiatría – VERTEX 2003, Vol.XlV – Nº53.

 Loreto Plaza – Psicosis exógenas agudas – Cuadernos de neurología – Vol. XX – 1992.

 Marietan Hugo - La entrevista psiquiatrica – La historia clínica en psiquiatría – curso Htal

José T. Borda. 1990.

 Marietan Hugo – Acerca del par conceptual: endógeno – exógeno – Revista Argentina de

Clínica Neuropsiquiatrita ALCMEON, Bs. As. Vol.1 - Nº 1.

 Marietan Hugo – Doxografía sobre esquizofrenia, ALCMEON 37, Año Xll, Vol. 10, Nº1 –

2001.

 Marietan Hugo- El diagnóstico en la patología mental.

 Marietan Hugo- Semiología Psiquiátrica, Ed. Ananke, Bs. As 1998, 2º Edición.

 Soler Colette – Estudios sobre las psicosis – Editorial manantial, 1989.

Grafología
 Crepieux – Jamin J. – ABC de la grafología – Ediciones Ariel – Barcelona – 1957.

 Doyharzábal María del Carmen - Grafopatología – Apuntes de cátedra – 1998.

 Doyharzábal María del Carmen – La presión en la escritura – apuntes de cátedra – 1998.

 Doyharzábal María del Carmen – Trastornos del comportamiento, negativismo y

oposicionismo en la escritura – Apuntes de cátedra - 1999.

 Doyharzábal María del Carmen – La manifestación de la inhibición en la escritura – Apuntes

de cátedra – 2001.

 Doyharzábal María del Carmen – La psicosis esquizofrénica en la escritura – Apuntes de

cátedra – 1999.

 Doyharzábal María del Carmen – Identificación gráfica de los trastornos formales del

10
pensamiento – Apuntes de cátedra - 1999.

 Doyharzábal María del Carmen – Alteraciones de las funciones volitivas en la escritura –

Apuntes de cátedra – 1999.

 Doyharzábal María del Carmen - Psicosis delirantes sistematizadas y no sistematizadas en la

escritura – 2000.

 Doyharzábal María del Carmen – Método de evaluación en grafología clínica – Apuntes de

cátedra – 2004.

 Frayssinet Comte Delpech De – Memento de Graphologie – Ed. Payot – Paris.

 Klages Ludwig – Escritura y carácter – Ed. Paidos – Bs. As.

 Simon José Javier – El gran libro de la grafología – Ed. Martínez Roca S.A. - 1992.

 Vels Augusto – Grafología de la “A” a la “Z” – Ed. Herder – 2000.

 Vels Augusto – Grafología estructural y dinámica – Ed. Herder – 1997 – 2edición.

 Xandró Mauricio – Grafología superior – Ed. Herder – Barcelona – 1986.

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reproducción sin autorización expresa.

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Detección de patologías psíquicas y físicas en la escritura manuscrita

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I Jornadas Internacionales de Grafología – “La Grafología en el contexto interdisciplinario" –


4, 5 y 6 de junio de 2004, Argentina - Organizadas por el Instituto Superior Binet.

SIGNOS PRODRÓMICOS DE CÁNCER EN LA ESCRITURA


(El caso de Elvira A.)

María del Carmen Doyharzábal

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Prohibida su reproducción sin autorización expresa.

Nadie desconoce lo que significa para la humanidad el terrible azote del cáncer. De hecho, en un
comunicado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que hasta el año 2020 se
diagnosticarán anualmente unos 15 millones de nuevos casos en el mundo. Conque, al margen de
todo el empeño puesto a diario por los investigadores en procura de tratamientos innovadores, es
incontestable que, hoy por hoy, la mejor herramienta que posee la medicina moderna para combatir la
enfermedad sigue siendo la de la detección en la etapa incipiente; lo que lleva a concientizar la
verdadera importancia que tienen las campañas de prevención.

Pero, desafortunadamente, la utilización de la grafopatología en tales campañas es todavía


desestimada casi por completo... ¿Por qué?

Las investigaciones del profesor Kanfer

Es de conocimiento de todos los grafólogos que el profesor Alfred Kanfer llevó a cabo una prolífica
investigación de los escritos de pacientes afectados de cáncer, logrando identificar 16 ítems
grafomotores comunes a la mayoría de los casos; los cuales le permitieron luego detectar la
enfermedad en otros sujetos que no habían presentado ningún síntoma a la hora de los primeros
chequeos clínicos, pero que, años después, acabaron padeciéndola. Y nos consta, además, que al
principio sus logros no cayeron en saco roto. Muy por el contrario, a poco, Kanfer fue objeto de la
mirada atenta de prestigiosas instituciones vinculadas a la medicina preventiva, como la American
Cancer Society, la Metropolitan Life Insurance Company y la Yale Cancer Detection Clinic entre
otras, que le propusieron identificar a través de la escritura a aquellos individuos que padecían la
enfermedad; a lo que él respondió de manera contundente con un promedio de aciertos del orden del
noventa por ciento en la mayoría de los casos, y superando incluso en otras ocasiones el porcentaje
que las mencionadas instituciones habían conseguido por medios convencionales...

12
Desde luego, así las cosas, todo hacía suponer lícitamente por aquel entonces que, por fin, la
grafología iba a empezar a transitar con paso firme y sin tropiezos el estrictamente señalado camino
hacia la aceptación científica... Pero, como ya sabemos, no fue eso lo que ocurrió. Y al cabo de algún
tiempo, la otrora ilusión acabó convertida en algo más bien parecido al espejismo de un beduino
sediento en mitad del desierto.

Y, hoy por hoy, poco ha cambiado.

En lo personal, cada vez que intentaba argumentar frente a los médicos acerca de la practicidad y
efectividad de la grafopatología para identificar la presencia de signos prodrómicos de cáncer (y otras
enfermedades), éstos me despedían casi siempre; en el mejor de los casos mostrándome una
condescendiente sonrisa que poco, o nada, contribuía a aliviar la desagradable sensación que le
provoca a uno que le dejen conversando consigo mismo. De modo que quizá comprenderán ustedes a
qué me refiero si digo que, para mí, el caso que a continuación voy a presentarles lo considero de
alguna manera emblemático.

Por lo demás, he de aclarar que durante el análisis, si bien he puesto la obvia atención sobre los
dieciséis rasgos grafomotores determinados por el profesor Kanfer, he considerado también otros
diecinueve signos (ver recuadro) que, según he podido comprobar, se hallan presentes en su mayoría
en esta enfermedad.

El Caso de Elvira A.

A lo largo de su vida, la señora Elvira A. padeció muchas y variadas afecciones; la mayoría de


carácter psicosomático. En consecuencia, me inclino a pensar que ese particular debe de haber
gravitado enormemente en sus médicos al momento de declararse el proceso neoplásico, no
permitiéndoles realizar una rápida y efectiva detección del mismo.

Sin embargo, amparada en la independencia que nos otorga la grafología en tales cuestiones, un
análisis realizado en el año 1988 me permitió detectar alteraciones en la presión y en la anchura del
trazado; sombreados desiguales con estrías y rigidez parcial de los trazos, acompañados de pequeños
temblores de gran lentitud y deshilachamientos. Los óvalos presentaban un sombreado más acentuado
en la zona inferior y lateral izquierda, como asimismo pequeños facetados en su contorno y
abollamientos. Las jambas trazadas de formas diferentes comenzaban a abollarse y a deformarse,
presentando el trazo, en su recorrido, engrosamientos y adelgazamientos.
Conque concluí, pues, que eran éstos inequívocos signos orientadores en la detección de una
patología cancerosa; y me puse de inmediato en contacto con los médicos de la señora Elvira A. Pero
de nada sirvió. Para ellos no aparecían hasta ese momento síntomas que pudieran hacerles sospechar
el inicio de la enfermedad...

Y lo mismo me ocurrió en el transcurso del año ‘89, aunque por entonces los signos grafológicos ya
mostraban un avance de la enfermedad, demarcándose alteraciones en sector intestinal, orientados en
zona colónica.

Luego, a mediados de 1990, la señora Elvira A. comenzó a padecer trastornos gastrointestinales, que
iban acompañados por un leve adelgazamiento que se atribuyó al régimen de comidas al que ella se
hallaba sometida. Se le realizaron análisis de sangre y se le tomaron radiografías. Pero habida cuenta
de que su eritro era normal, y que las placas no mostraban alteraciones que llamaran la atención, los
médicos consideraron innecesario hacer otros estudios más profundos... No obstante, el deterioro de
la escritura era ya evidente; observándose todos los rasgos característicos del cáncer. Ahora, a todos
los signos antes mencionados había que sumar una pronunciada acentuación del estriado y la
generalización de la rigidez en el trazado; las letras habían adquirido características cuadrangulares.
Los óvalos se encontraban deformados y abollados, acentuándose los empastes en la zona

13
correspondiente a cuadrante inferior lateral izquierdo en zona de cólon ascendente. Los movimientos
eran totalmente angulosos. La anchura de los trazos era desigual, y se evidenciaban notorias
alteraciones de la presión y un incremento de los deshilachados y segmentaciones. Los temblores ya
eran observables a ojo desnudo, y evidentes la variación de la velocidad y la imprecisión de las
direcciones. Y a poco, hacia fines del mismo año, comienza a hacerse patente la deformación y
achatamiento en las letras e; empastándose asimismo los pocos bucles observables en la escritura.
Estos signos, más la celeridad del deterioro general de los demás ítems grafológicos, me sustentaban
lo suficiente para argumentar que muy probablemente la enfermedad había iniciado una metástasis en
zona hepática. Pero, muy a mi pesar, volví a darme de narices contra las espaldas de los médicos….
todavía no había síntomas...

No fue mucho después de eso - en abril de 1991 - que la señora Elvira A. empezó a sufrir dolor
abdominal generalizado y obstrucción parcial de intestino con eliminación de sangre en las
deposiciones.

Se le diagnosticaron probables divertículos...

Y por fin en mayo, un médico decidió realizarle una ecografía de hígado. Para entonces, los dolores y
hemorragias se habían agudizado, y el deterioro general y la pérdida de peso eran ostensibles.

El resultado anunció la presencia de dos tumores hepáticos...

Luego, en julio, hechas las tomografías computadas y las biopsias correspondientes, se determinó que
tales tumores hepáticos eran en realidad metástasis de adenocarcinoma de probable origen colónico;
no factible ya de tratamiento oncológico por lo avanzado del caso...

La señora Elvira A. falleció a principios del mes de septiembre de ese mismo año, a la edad de 66
años.

Ítems grafomotores correspondientes a procesos cancerosos

Pero conozcamos ahora, cuales son los ítems grafomotores que permiten identificar un proceso
canceroso.

En primer lugar deberemos tener en cuenta que en las etapas prodrómicas, sólo es posible identificar
sus característas particulares, observando los escritos a través de un microscopio de un aumento no
inferior a 20 dioptrías, siendo conveniente la utilización de 40, 60 e incluso hasta 100 dioptrías en
algunos casos.

Los signos son:


1) Presión irregular en trazos ascendentes y descendentes (* signo confirmatorio que solo puede ser
diferenciado con microscopio).
2) Cambios bruscos de los trazados descendentes a ascendentes (*identificable con microscopio).
3) Trazo descendente que se interrumpe y asciende (* identificable con microscopio).
4) Trazos de anchos desiguales (* identificable con microscopio).
5) Trazos sombreados en forma desigual (* signo confirmatorio de trazado canceroso, en caso de
hallarse acompañando a los anteriormente mencionados, identificable con microscopio).
6) Rigidez parcial del trazo (* signo confirmatorio de trazado canceroso, en caso de presentarse en
conjunto con los anteriores signos, identificable con microscopio).
7) Rigidez total del trazo (* identificable con microscopio).
8) Segmentaciones del trazado (* signo no condicionante que puede hallarse presente o no,
identificable con microscopio).
9) Bases de letras presionadas (* signo confirmatorio en caso de presentarse con los anteriores,
14
identificable con microscopio).
10) Giros estrecho ausentes (* signo no condicionante de trazado canceroso, identificable con
microscopio).
11) Escritura extendida (signo no condicionante que puede presentarse o no en un trazado canceroso).
12) Trazos tenues (signo no condicionante).
13) Claros - oscuros en el trazado (* signo no condicionante, identificable con microscopio).
14) Variaciones de la presión (signo no condicionante).
15) Amplitud de los trazos en disminución (signo no condicionante).
16) Trazos deformados.
17) Temblor no convulsivo, de mayor lentitud que en el alcohólico o el enfermo de Parkinson, de una
frecuencia entre 3 - 4 Hz Hertz (* que inicialmente sólo puede ser detectado con microscopio y que en
etapas avanzadas de la enfermedad pueden ser identificado fácilmente).
18) Imprecisión en las direcciones.
19) Estrías (* que son líneas blancas en el trazo, similares a las que se presentan cuando el útil escritor
no distribuye la tinta en forma homogénea, identificables con microscopio).
20) Grafismo cuadrangular.
21) Letras que originariamente tenía características redondeadas, se vuelven angulosas.
22) Abolladuras en óvalos.
23) Óvalos triangulares.
24) Vocales o/a inseguras, repasadas para reestructurar el trazado, con abolladuras en zona inferior y
laterales.
25) Jambas con abolladuras en la base, dibujadas de formas diferentes.
26) Letras j/y/g con jambas deshilachadas.
27) Deshilachamientos en el trazado en general (el trazado se abre).
28) Velocidad discontinua.
29) Empastamientos en bases de letras.
30) Repasados (para corregir o aclarar las fallas del trazado).
31) Chimeneas (producto de la angustia que sufre el sujeto).
32) Dirección de líneas que tiende a perder la horizontalidad, ascendiendo y descendiendo.
33) Signos en general de angustia y depresión (signos no condicionantes, que dependerán de las
características estructurales del sujeto.).
34) Pérdida en general del control de la motricidad.

Puestos a reflexionar...

Sombreados desiguales. Deshilachamientos y estriados. Presión desigual de los trazos ascendentes y


descendentes; y rigidez parcial del trazado. Todo ello ya aparecía en otros escritos de Elvira A.
correspondientes al año 1986, a los que tuve tardío acceso.

Y debo admitirlo: al principio me acometió la duda. ¿Acaso podían estos ítems grafomotores
considerarse como signos prodrómicos del cáncer?; ¿estaban acaso ya presentes en la escritura de
Elvira A. cinco, y no tres, años antes del despertar de la enfermedad que había acabado con su vida...?

Al cabo concluí que sí.

Y todavía lo sostengo. Hoy más que ayer. Porque a lo largo de los años los he visto repetirse -
aquellos mismos ítems - una y otra vez, en diferentes escritos...; y en todas las ocasiones he tomado
conocimiento del mismo diagnóstico ulterior: ¡Cáncer! Y he visto además a estos signos deteriorarse
progresivamente conforme avanza inexorablemente la enfermedad, y también los he visto atenuarse,
hasta casi desaparecer, ante un tratamiento oncológico oportuno y adecuado.

Ahora bien, si lo que he dicho al respecto de la eficacia de la grafopatología puede ser ya suficiente,
de ninguna manera contesta el interrogante de por qué entonces la comunidad científica hace, en gran

15
parte, caso omiso de ella.

He pensado en ello a menudo durante los últimos años. Y acabé firmemente persuadida de que había
una muy atendible razón para ese poco feliz estado de cosas. Se trata, en efecto, de una enojosa
cuestión. Pero, sin duda, merece la pena ponernos a reflexionar sobre el particular... si de veras
deseamos remediarlo.

En cualquier caso, a lo que me estoy refiriendo es de lo más sencillo:


Por lo general, la grafología aparece mostrando sin cuidado un “lado oscuro” a ojos vista de los
científicos; y nosotros (los grafólogos) muy poco hemos hecho hasta ahora para echarle luz..., al
menos no la suficiente y en la frecuencia de onda adecuada.
De hecho, hemos sido demasiado permisivos y tolerantes, cobijando - desde hace ya mucho más
tiempo del que nos aliviaría admitir - a huestes de farsantes que, dispuestos a sacar mezquino
provecho del pensamiento mágico, han tergiversado los fundamentos de la grafología, mezclando a
ésta, sin el menor pudor, con las más variadas prácticas salidas de la charlatanería de la
pseudociencia. Así, y como lógica consecuencia de nuestra pasiva actitud, tales mercaderes de lo
insólito - autodenominados grafólogos - que, por lo demás, abundan como moscas de la fruta, han
logrado instalar popularmente la peregrina idea de que la grafología no es otra cosa que una suerte de
mancia ligada con tal o cual técnica adivinatoria que a uno le venga en gana.

Y desde luego, en ese contexto, la grafología mal puede esperar de parte de los hombres de ciencia
una actitud diferente a la de la repulsa que muchos manifiestan...
Entonces, quizá la pregunta verdaderamente significativa que deberíamos hacernos los grafólogos no
tiene que ver con todo lo bueno que hemos hecho, sino más bien con todo lo malo que hemos omitido
denunciar y combatir. Porque, si algo hay aquí que resulta evidente es que ni un palmo avanzaremos
si nuestra elección es la de continuar echando culpas a los científicos por su aparente miopía
dogmática al juzgar las bondades del método grafológico, en lugar de admitir la urgente necesidad de
asumir la responsabilidad que nos cabe.

En resumen, y para decirlo en otras palabras: las puertas - muy bien custodiadas - del claustro
académico, no se abrirán por completo, para nosotros, mientras no hagamos a un lado,
definitivamente, tales malas compañías...

En tal sentido, el amplio sustento legal que conlleva la oficialización de la carrera de grafología en
Argentina es un muy importante paso. Pero tan sólo es el primero... Queda aún mucho camino por
recorrer; y, sin duda, la mejor manera de transitarlo será avanzando todos juntos.

Y mientras lo hacemos, tal vez sería oportuno dar una muestra de nuestro buen criterio, diciendo con
las palabras de Sigmund Freud (Obras - Los Caminos de la Terapia Psicoanalítica) que: “Nunca
hemos pretendido haber alcanzado la cima de nuestro saber ni de nuestro poder, y ahora, como antes,
estamos dispuestos a reconocer las imperfecciones de nuestro conocimiento, añadir a él nuevos
elementos e introducir en nuestros métodos todas aquellas modificaciones que puedan significar un
progreso”.

CAMBIOS PRODUCIDOS ENTRE 1983 -1986 – 1987- 1991

16
SIGNOS PRODRÓMICOS DE CÁNCER EN LA ESCRITURA

17
BIBLIOGRAFÍA
Medicina:
Murphy Gerard P., MD – Laurence Jr., MD – Lenharrd Raymond E. Jr., MD - Oncología Clínica –
Manual de la American Cancer Society – Publicación científica Nº 559 – Washinton, DC E.U.A.
1996.
Grafología:
Doyharzábal María del Carmen - El Cáncer en la Escritura – 2004.
Doyharzábal María del Carmen - Grafopatología general – 2004.
Doyharzábal María del Carmen - La Presión en la Escritura – Apuntes de cátedra de grafopatología –
1998.
Doyharzábal María del Carmen - La presión y los temblores en la escritura – 2004 en edición.
Kanfer, A – Casten. D – Observation on disturbances in neuromuscular coordination in patients with
malignant disesase- Bulletin of the Hospital for Joint Diseases – 1958. 19, 1-19.
Teltscher Hery O, Ph.D. – Grafho.Diagnosis – Journal of the American Society of Psychosomatic
Dentistry and Medicine.

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reproducción sin autorización expresa.

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Detección de patologías psíquicas y físicas en la escritura manuscrita

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Tercer Congreso Internacional de Grafología - 27 y 28 de noviembre, 2004 - México, D. F.

LAS MÁSCARAS DEL PSICÓPATA

María del Carmen Doyharzábal

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Prohibida su reproducción sin autorización expresa
Maquiavelo dijo “Todos ven lo que aparentas; pocos advierten lo que eres.”
Si algo han buscado a través del tiempo la psiquiatría y la criminología son respuestas que palien la
incomodidad, la angustia y la frustración que les deja, en no pocas ocasiones, el hecho de verse
forzados a vincularse profesionalmente con un psicópata. En más oportunidades, tal vez más de las
que les gustaría admitir, les resulta complejo poder contener la sensación de incomodidad y la
indignación que les produce escucharlo relatar fríamente, sin ningún remordimiento ni culpa, las
atrocidades que ha cometido, en muchas otras porque los invade la duda sobre si en verdad ese sujeto
tan agradable y de apariencia inofensiva, que tienen frente a ellos, ha sido realmente capaz de haber
cometido los delitos de los cuales se lo acusa y lo que es peor aún, porque muchas veces al
escucharlo, la palabra psicosis ronda por sus mentes y los hace dudar respecto a la verdadera cordura
del mismo o si está simulando para no ser juzgado.

Las contradictorias y numerosas formas de presentación que evidencian las personalidades


psicopáticas han sumido en el desconcierto y el desacuerdo en más de una oportunidad, a los más
preciados especialistas, al llegar la hora de diagnosticarlos ya que no solamente deben procurar
identificar si existe un fallo en la estructura dinámica del individuo, sino también la posibilidad de la
existencia de una problemática orgánica que predisponga la aparición de este trastorno.

La utilidad de la grafopatología

Y es aquí donde la propuesta de la grafología es integrarse al trabajo interdisciplinario como ciencia


auxiliar, colaborando con su conocimiento y posibilidades a través del estudio del gesto gráfico.

Esto es posible porque la escritura es el acto resultante de un complejo proceso psicofisiológico que
refleja la organización del Sistema Nervioso Central y los aspectos conscientes e inconscientes de la
psiquis. Está asociada a la evolución intelectual del individuo y a su capacidad lingüística y , de
hecho, son la evolución psicológica y la personalidad las que intervienen en la particular
interpretación que hace el sujeto respecto a los estímulos internos y externos que recibe, con lo cual el
modo en que éstos influyen en sus estados de ánimo incidirán consecuentemente en la realización de
formas gráficas particulares, siendo el Sistema Nervioso Central el que recibe, reconoce e integra las
señales del ambiente exterior y de otras partes del organismo, y el equilibrio bioquímico del cerebro
el que predispone a reaccionar de maneras variables, trasmitiendo la intensidad y frecuencia del
movimiento escritural conforme a sus condiciones y sus estados de excitación e inhibición,
ocasionando rasgos específicos que permitirán establecer las causas que los originan.

Como resultado de estas posibilidades es que la grafopatología, como auxiliar de la psiquiatría, puede
contribuir con su conocimiento, aportando datos que permitan clarificar y acotar las posibilidades
dentro de la investigación de estas personalidades, ayudando a determinar la patología de
personalidad, indagando en el carácter, estados anímicos, sentimientos, tendencias, conductas y
motivaciones, permitiendo, a su vez, establecer la presencia de rasgos gráficos compatibles con
tendencias criminales de sospechosos y / o probar las buenas cualidades de un supuesto culpable y/o
20
precisar la forma de incidencia de agentes externos sobre el organismo, sean estos tóxicos, químicos,
psicotrópicos o alienantes, entre otras posibilidades.

¿Qué es la psicopatía?

La psiquiatría ha estudiado la personalidad psicopática a través del tiempo, asignándole diferentes


nominaciones tales como locura moral, sociopatía, personalidad amoral, personalidad psicopática,
antisocial, asocial, disocial, dándole algunos un significado equivalente a la hora de diagnosticarlos,
mas en la práctica real vemos que no es así.

Tan así están las cosas que en la diferencia diagnóstica entre psicopatía y sociopatía, por ejemplo,
existe una fuerte controversia entre las escuelas europeas que les otorgan identidades diferentes y las
escuelas americanas quienes aseguran que son una misma identidad.

Y tal vez ambos tengan razón, ya que, como veremos más adelante, si bien los comportamientos son
semejantes, las reacciones emocionales y las motivaciones, difieren en uno y otro.

La Asociación Psiquiátrica Americana (APA) define la personalidad psicopática o al psicópata como


“una persona cuya conducta es predominantemente amoral y antisocial que se caracteriza por sus
acciones impulsivas e irresponsables, encaminadas a satisfacer sus intereses inmediatos y
narcisistas, sin importar las consecuencias sociales, sin demostrar culpa ni ansiedad”.

Sin embargo hemos dicho que para otros, psicopatía no es sinónimo de asocial. De acuerdo a Otto
Kernberg podemos leer que se debe diferenciar la conducta antisocial de la estructura de
personalidad antisocial y que también se debe diferenciar la conducta antisocial de la de criminalidad,
y que trastorno antisocial no es sinónimo de comportamiento delictivo.

Podemos observar que la confusión que existe respecto a cuál es el término más adecuado para
denominar a esta estructura se debe en parte a que algunos lo clasifican de acuerdo a la conducta y el
daño que causan a la sociedad, de ahí los conceptos de sociopatía o trastorno antisocial de la
personalidad, mientras que otros dan mayor importancia a la personalidad, o sea a las características
del sujeto partiendo de esto el concepto de psicópata.

Esto nos podría llevar a pensar entonces que nos enfrentamos a la misma característica de sujeto, sólo
que con diferente nombre.

Qué simple sería entonces detectarlos, bastaría con un simple listado y aquel que lo complete, ¡voila,
he aquí un psicópata! Mas,…no es así, porque de lo contrario se terminaría hallando psicópatas hasta
por debajo de las alfombras...y sin embargo, no son tantos.

La pregunta es entonces, ¿Cuáles son las características que nos permiten diferenciar a unos de otros?

Bien, para eso debemos saber en primer lugar qué marca la diferencia, cuáles son sus características
particulares, qué es lo que existe y de esa manera sabremos entonces qué es lo que hemos hallado.

Comencemos entonces por aclarar qué significa la palabra psicópata.

Etimológicamente proviene del griego Psiquis que significa alma y Patos que es dolencia, podríamos
decir entonces que el significado es dolencia del alma.
Entonces nos preguntamos, ¿significa esto que la psicopatía es una enfermedad al igual que la
psicosis?

Y la respuesta es no. Porque de la misma manera en que las personalidades normales se evidencian
21
diferentes rasgos y en las personalidades anormales algunos de éstos se agudizan, en la personalidad
psicopática lo que se evidencia es una exacerbación de esta anormalidad.

Algunos enfoques

Para comprender mejor algunas de estas características veremos entonces algunos de los diferentes
enfoques que presenta la psiquiatría respecto a la personalidad psicopática.

Hemos dicho que la APA se inclina por los trastornos sociopáticos de la personalidad, o sea la
cronicidad de las reacciones antisociales y la inmadurez emocional. Concepto que difiere respecto al
significado que le otorgan a la personalidad psicopática otros autores.

Ya en 1904, Kraepelín había clasificado en 7 las personalidades psicopáticas, diferenciándolas de


acuerdo al rasgo predominante en: el tipo antisocial, el excéntrico, el impulsivo, el pendenciero, el
inestable, el excitable, el tramposo y el mentiroso. Kurt Schneider en 1923, rechaza en principio y
por completo el hecho de que la psicopatía fuese una enfermedad.

De acuerdo a su concepto no son enfermos sino anormales en el sentido estadístico del término y
propone una clasificación en cuanto a la afectividad psicopática, asegurando que en realidad eran muy
pocos los tipos puros, pero que sí eran fácilmente reconocibles y que en general existía un
subconjunto de personalidades anormales que se caracterizaban por “que sufren por causa de su
anormalidad o por cuya anormalidad sufre la sociedad”.

Para el criterio de Schneider, ya entonces quedaba claro que no todos los psicópatas eran
necesariamente antisociales y los clasifico de acuerdo a su afectividad psicopática, aclarando que si
bien podía resultar útil en la clínica para orientar respecto a una selección, por su subjetividad no era
conveniente que fuese utilizada para diagnosticar.

Si bien hoy en día esta clasificación carece de valor constitucional, no por ello deja de tener un valor
por su forma de describir acertadamente los diferentes tipos de actividad alterada a través de sus
rasgos más sobresalientes.

Efectuó una división entre:


Psicópata hipertímico: Caracterizado por ser optimista, activo tendiendo a la excitación, muy
sociable, con afán de notoriedad, gran confianza en sí mismo, una autoestima exagerada y falta de
autocrítica. Proclive al alcoholismo. Los delitos que puede llegar a cometer son todos aquellos que
indiquen pendencias, estafas e injurias.
Psicópata depresivo: De trato complicado, quejoso, anhedónico, melancólico, no le encuentra sentido
a la vida, tiene una marcada actitud pesimista frente a ésta. Amargado o malhumorado, con fuertes
características de egoísmo y frialdad. Tendientes al alcoholismo y al uso de estupefacientes.
Difícilmente delinquen.
Psicópata necesitado de notoriedad o estima: Seductores y vanidosos, necesitan erigirse como el
centro del mundo. Necesitan llamar la atención de cualquier modo. Proclives a los comportamientos
histéricos. Delinquen a través del engaño o el ardid.
Psicópata inseguro: Evidencia un fuerte sentido de insuficiencia, dificultades de rendimiento, en sus
relaciones con los otros y consigo mismo. Si bien no es frecuente, si delinquen sus delitos tienen
características violentas como producto de descargas afectivas.
Psicópata lábil de humor: Sus estados anímicos son imprevistos y altamente variables, oscilan
repentinamente entre la excitación por irritabilidad y la depresión. Tienden a las fugas y a beber en
exceso. En el transcurso de las crisis puede delinquir por impulso o afecto, tendiendo a la piromanía,
la cleptomanía entre otros.
Psicópata explosivo: Marcadamente colérico e irritable, responde con excesiva violencia ante
situaciones de la menor envergadura, sin poder controlar sus sentimientos. Delinque con agresividad

22
por afecto y por resistencia a la autoridad.
Psicópata carente de afectividad o desalmado: De baja afectividad, frío, carente de ética y de
consciencia moral, de acciones brutales, falto de compasión, de arrepentimiento o de vergüenza.
Delinque contra la propiedad, puede ser homicida y cometer delitos de orden sexual. Es la figura que
generalmente identificamos con el psicópata.
Psicópata abúlico: Que posee un sistema de valores, se deja seducir ante determinadas situaciones
delinquiendo inducidos por otros. Generalmente comete delitos de poca entidad, no planeados y
tiende a ser fácilmente descubierto.
Psicópata asténico: Psicológica y físicamente insuficiente. Tiende a las somatizaciones y la
hipocondría. Delinque generalmente para conseguir estupefacientes.
Psicópata fanático: Activo y emprendedor que actúa enceguecido por sus ideas sobrevaloradas.
Corresponde a los creadores o seguidores de sectas. Delinquen solamente por motivos religiosos.

Queda claro entonces que para la concepción de Schneider, la conducta antisocial no define por sí
sola este trastorno, sino que es un síntoma del mismo.

H. Cleckley, en 1941 elabora un perfil del psicópata, estableciendo 16 criterios para diagnosticar la
psicopatía, y si bien aclara que no es necesario que se cumplan todos ellos, sí dice que es
indispensable que se presenten la mayoría.

Estos son:
1) Encanto superficial y notable inteligencia.
2) Ausencia de alucinaciones, delirios y de otros signos de pensamiento irracional.
3) Ausencia de nerviosismo y de otros signos de característica neurótica.
4) Poca fiabilidad.
5) Mentiroso e insincero.
6) Carencia de remordimientos o de vergüenza.
7) Conducta antisocial inadecuadamente motivada y sin remordimiento.
8) Razonamiento insuficiente y problemas para aprender de la experiencia.
9) Egocentrismo patológico e incapacidad para el afecto.
10) Pobreza general de reacciones afectivas.
11) Incapacidad para la empatía.
12) Falta de respuesta en las relaciones personales.
13) Conducta fantasiosa.
14) Amenazas de suicidio que difícilmente cumplen.
15) Vida sexual impersonal.
16) Problemas para seguir un plan de vida.

Podemos observar aquí que Cleckley, lo determina como impulsivo pero en ningún momento dice
que el psicópata deba ser necesariamente una personalidad agresiva. Y esto se debe a que la mayoría
de ellos no tienden a ser violentos u hostiles, salvo si no obtiene lo que desea.

Es importante entonces destacar aquí las variables que pueden presentarse en los psicópatas respecto a
la agresión y la violencia de cada uno de ellos.

Blackburn consideró cuatro subtipologías de psicópatas:

Psicópatas primarios: que presentan un bajo nivel de ansiedad, son extravertidos, seguros de sí
mismos, impulsivos, agresivos y encuadran dentro de los narcisistas, histriónicos y antisociales. Esta
personalidad es más coercitiva, dominante y gregaria, es activa y busca el control.
Psicópatas secundarios: ansiosos y aislados socialmente, con baja autoestima, impulsivos, agresivos,
hostiles y malhumorados. Encuadran más dentro de los antisociales, evitativos, esquizoides,
dependientes y paranoides. Son coercitivos, pero a su vez mas aislados y sometidos, con menores

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posibilidades de ser activos, tendiendo a tener mayores conflictos con terceros.
Psicópatas controlados: no ansiosos, sociables, defensivos y controlados. Son los que demuestran
menores trastornos de la personalidad.
Psicópatas inhibidos: Moderadamente ansiosos, aislados, controlados y tímidos. Encuadran dentro de
los esquizoides, esquizotípicos, pasivo-agresivos con menores indicadores de antisocialidad.

Podemos observar que todos ellos se caracterizan por la inflexibilidad, y el mayor o menor grado de
dificultad en las relaciones sociales que no pueden implementar sin conflictos, pudiendo presentar
mayor o menor agresividad.

Esto nos conduce entonces a la explicación ofrecida por T. Millon respecto a la agresión, que puede
presentarse o no en estas personalidades, y que explica diciendo que forma parte de la creencia
personal de determinados psicópatas el hecho de que el otro tiene la intención expresa de humillarlo y
explotarlo por lo cual reacciona anticipadamente con un contraataque preventivo.

Millon desarrolla entonces 10 subtipologias a través de las cuales ofrece una mayor claridad en la
descripción de las diferentes características psicopáticas, aclarando que a pesar de las diferencias que
se presentan entre unos y otros siempre predominan, en todas, algunos elementos en común como ser
el profundo desprecio por las necesidades de los otros y el exacerbado egocentrismo.

Millon, divide entonces a los psicópatas en:

El psicópata carente de principios: que se presenta generalmente asociado a las personalidades


narcisistas y que puede mantenerse, muchas veces, dentro de los límites de lo legal, si bien mantiene
un estilo social fraudulento, exhibiendo altaneramente un autovalimiento y siendo absolutamente
indiferente al bienestar de los demás.
Espera el reconocimiento de los otros pero no lo ofrece recíprocamente.
Satisface sus deseos de venganza humillando a los demás, conduciéndose como si fuese su único fin
en la vida el explotar a los otros para obtener un beneficio personal.
Su conciencia moral deficiente le permite violar las reglas, no respetar los derechos de los otros y
realizar acciones que ponen en riesgo la integridad personal.
No experimenta temor ante las amenazas o riesgos punitivos presentando generalmente un deseo
brusco de correr riesgos.
Su irresponsabilidad y su falta de logros los justifica por medio de mentiras y una fantasía expansiva.
Miente sin escrúpulos y se muestra totalmente indiferente si es descubierto.
Desleal, inescrupuloso, amoral y falaz no se siente afectado por su carencia superyoica.
Su malicia puede muchas veces generarle dificultades familiares y personales e incluso
complicaciones legales.
Su falta de sentimientos de culpa y su poca conciencia moral hace que disfrute el estafar al otro a
través de su capacidad de seducción.
Con un aire inocente, gran encanto y locuacidad puede engañar fácilmente influyendo sobre los otros
ocultando sus intensiones con amabilidad y cortesía, si bien algunos de ellos pueden mostrar cierta
imagen de fuerza fría, arrogancia y temeraridad, simplemente para mostrar su coraje.
El castigo no lo desalienta, sino que parece estimularlo.
Su meta final es el estafar a los demás.

El psicópata solapado: Que se incluye entre las personalidades histriónicas y su característica


principal es la falsedad.
Se presenta aparentemente como amistoso y sociable buscando atención y excitación, siendo
generalmente seductor aunque es impulsivo, resentido, malhumorado y poco confiable con los
miembros de su familia y los allegados.
Superficial y fluctuante en sus relaciones tiende a los impulsos irreflexivos y a emitir comentarios
llenos de causticidad.
Con un comportamiento inmaduro, es irresponsable e incumplidor, está en una búsqueda permanente
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de sensaciones por lo cual sus entusiasmos son de corta duración.
Se gratifica a través de la excitación y tensión que provoca en los otros, disfrutando del juego de la
seducción.
Astuto, intrigante, insincero, falso y calculador conspira e inventa ocultando su temor de ser visto
como débil o indeciso.
Cuando es confrontado o presionado se apabulla y reacciona vengativamente.
Se conduce a través de la negación, llegando incluso a no admitir la existencia de problemas
personales o familiares.
Racionaliza sus dificultades interpersonales y proyecta las culpas sobre los otros.
La necesidad de ser aprobado lo lleva permanemente a manipular.
Es falso y calculador con las personas que aparenta proteger y que juzga de su posesión personal.
Considera que nadie puede amarlo o cuidarlo a menos que los manipule.
Actuando en forma premeditada e insinceramente, hace lo que considera necesario para obtener de los
demás lo que desea.
No puede considerar que la entrega de los otros sea incondicional, sino que cree que es producto de su
permanente estilo intrigante y falso.
Piensa que sus intrigas son bien intencionadas y apreciadas por lo cual se autoconvence de que sus
intenciones son buenas.
Es tan falso consigo mismo como con los demás y lo único que le importa son sus propios intereses.
Su aparente agradabilidad es superficial y muy precaria, por lo que en cualquier momento puede
mostrar un marcado desprecio hacia quienes presionen en sus puntos débiles y si bien rara vez pierde
el control, si lo hace es a través de expresiones de cólera.

El psicópata tomador de riesgos: Es la mezcla entre las características de la personalidad antisocial y


la histriónica.
Se involucra en situaciones riesgosas por el solo hecho de sentirse vivo.
A diferencia de otros psicópatas no lo motiva la venganza y el tomar ventajas sino que busca la
excitación y estimularse, tendiendo la mayoría a responder a través de impulsos y en forma
irreflexiva.
Actúa temerariamente, siendo insensible ante aquellas situaciones en que personas normales se
sentirían en peligro o temerían, no pudiendo medir las consecuencias físicas de sus actos. Tiende a
correr riesgos sin sentido, sin ser necesariamente valientes.
Carente de autodisciplina, incapacitado para autoabastecer sus propias necesidades de autonomía e
independencia, se siente inseguro de poder llenar en el mundo real su sentimiento de vacío,
Lo que lo convierte en un psicópata es la irresponsabilidad de sus acciones, su despreocupación por
las consecuencias que pueda provocar a terceros y su falta de solidez y seriedad.

El psicópata codicioso: Persigue el engrandecimiento buscando permanentemente compensarse por


aquello que considera que la vida no le ha dado y que merecía. Lo motiva la necesidad de retribución
ya que siente que otros han recibido y tenido mayores oportunidades en la vida que él.
Compensa el vacío de su vida cometiendo robos o destruyendo, dejando de lado las reglas sociales.
Racionaliza sus actos pensando que lo que hace es restaurar un equilibrio alterado.
En aquellos casos donde solamente se siente resentido, puede llegar a controlar conscientemente sus
actos y estos se remiten entonces a pequeñas trasgresiones y adquisiciones.
Pero existen otros dentro de este grupo, cuyas características están mucho más acentuadas y sólo los
satisface usurpar los bienes y logros ajenos. Su rapacidad lo leva a considerar a los demás simples
piezas de sus juegos de poder, teniendo una marcada desconsideración y ninguna o casi ninguna culpa
de las consecuencias de sus acciones.
Siente que jamás ha obtenido lo bastante, no importa lo que halla logrado y persiste en un sentimiento
de celos y envidia, por lo cual nunca está satisfecho, siendo codicioso y agresivo.
Con una personalidad excesivamente autoindulgente y egocéntrica, está incapacitado para compartir
por temor a ser nuevamente despojado de lo que considera le fue arrebatado en su infancia. Su
convencimiento de que seguirá siendo despojado lo lleva a no tener ninguna consideración por
aquellos a los que estafa o explota.
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Si bien puede ser un empresario exitoso, siempre abusara de los demás ya que los considera simples
objetos que deben ser utilizados para satisfacerlo en lo que desea.
Como su placer no se basa en tener, sino en tomar lo de los otros, nunca está satisfecho sin importar el
éxito que obtenga en la vida, lo que lo conduce a vivir con una permanente sensación de vacío y
desolación.
Su motivación es apropiarse de lo que pertenece a otros a través de una explotación activa que
manifiesta con codicia.

Psicópata débil: Es una personalidad vinculada a las evitativo – dependientes.


Cuando siente miedo puede ser violento precisamente para demostrar que no lo tiene.
Su máscara temible, esconde a un ser marcadamente inseguro, irresoluto e incluso cobarde, que ante
las situaciones en donde siente temor o peligro contradictoriamente agrede a sus supuestos
perseguidores, que en su fantasía son siempre enemigos agresivos, sádicos y poderosos, para
demostrarles precisamente que él no permite ser presionado, amenazado, que no siente angustiado y
que no es débil.
Si bien el ser agresivo no lo gratifica particularmente, al sentir pánico realiza actos violentos como
acto contrafóbico y por ello es visto por los demás como seguro y confiado en sí mismo.
Se adhiere a la teoría del “que pega primero pega dos veces”, considerando con ello que se anticipa a
sus supuestos contrarios.
Muchas veces se encuentran en grupos de tipo paramilitares o militares y muchas veces actúan como
brazos ejecutores de estructuras totalitarias de poder como fueron históricamente los inquisidores
medioevales, los esclavistas o los camisas pardas nazis.

Psicópata explosivo: Su característica es la hostilidad que surge en forma súbita e inesperada y


algunas de sus actuaciones son semejantes a las del bordeline sádico.
Sus explosiones de furia sin control hacia otros se manifiestan sin posibilidad de que sean previstas,
ni contenidas, siendo el blanco frecuente de éstas los propios miembros de su familia.
Ante toda situación que le provoque miedo o frustración reacciona en forma inmediata y violenta a
través de golpes o insultos, pudiéndolo hacer aun sin ninguna provocación y generando en los otros
una posición de sumisión pasiva y silenciosa.
Esta pérdida del control es una venganza que sirve como descarga a los sentimientos de humillación y
degradación que lo invaden, como producto de los malos tratos y desprecios que considera que ha
recibido.
Cuando estalla, los recuerdos y emociones negativos del pasado emergen en forma desenfrenada
dejando aflorar sus más profundos resentimientos.
Generalmente establece relaciones con ciertas personas que simbólicamente le recuerdan sus
profundos sentimientos de fracaso y que juegan de detonantes de toda su frustración.
Más que reaccionar contra la realidad embiste contra los símbolos que representa.

Psicópata áspero: Esta personalidad es hostil y oposicionista, Es intransigente, querellante, amargado,


irónico y discutidor presentando muchas características en común con los denominados trastornos
negativistas y paranoides de la personalidad.
Sus reacciones son directas y se basan en rechazar a través de la confrontación o el pleito. Para él toda
situación es una buena oportunidad para manifestar su irritabilidad o iniciar un litigio.
Siente un gran placer al contradecir a los demás, siendo intencionalmente áspero y oposicionista.
Vive en medio de una discordia permanente, reaccionando ante insignificancias y sin importarle, ni
sentir remordimiento alguno por los problemas que puede ocasionarle a los otros o a sus familiares.
Siente satisfacción en humillar y frustrar a sus oponentes ubicándoles en lo que él considera “ponerlos
en su lugar”.
Justifica sus acciones considerando que son la respuesta a la supuesta agresión del otro y ante la
oposición sobre todo de los que considera inferiores se queja de su falta de consideración y maltrato.

Psicópata malévolo: Sus características son semejantes a la de los sádicos o /o paranoides, si bien
tiene muy en claro cuáles son los límites de sus propios intereses y nunca pierde la consciencia de sus
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propias acciones, actúa a través de impulsos destructivos desafiando todo lo establecido como regla
por la sociedad.
Malévolo y hostil, actúa por resentimiento, siendo busca pleitos y presentando la tendencia a patear a
los que desea destruir o a los que determina como el chivo expiatorio de sus necesidades de venganza.
Sospecha siempre de los actos afectivos de los otros, pensando que pretenden engañarlo para dañarlo.
Su crueldad es el deseo de vengarse de sus reales o fantaseados maltratos sufridos durante su infancia.
Vive en la sospecha de que las buenas intenciones de los demás encubren la intención expresa de
engañarlo y causarle daño, por lo cual generalmente está predispuesto a anticiparse al engaño del otro
y así vengarse.
Es frío y cruel, si tiene una posición de poder es brutal y enfrentado con el fracaso se ve reforzada su
necesidad de dominar y controlar. En el caso de fracasar, la frustración se convierte en resentimiento
y furia pudiendo entonces actuar brutamente o vengándose furtivamente.
No siente culpas ni remordimientos ante sus actos brutales, sino que se presenta con arrogancia.
Disfruta amenazando y obligando a los demás a acobardarse.
Combativo y muchas veces temerario, siempre está dispuesto a presionar y a llevar las cosas tan lejos
como sea necesario para lograr que los otros hagan lo que desea.
Tiene una absoluta consciencia de sus acciones y distingue perfectamente lo que es correcto y lo que
no, pudiendo comprender perfectamente lo que es el remordimiento y la culpa aunque no los
experimente.
Los castigos penales no lo hacen desistir de sus propósitos sino que incrementan su deseo de
retribución. Muchas veces enfrenta a la justicia por el sólo hecho de demostrar su valor.
Dentro de este perfil, se encuentran muchos asesinos y asesinos seriales.

Psicópata tiránico: Es una de las personalidades psicopáticas más crueles y amenazantes, siendo que
él corresponde en muchas de sus particularidades al que se reconoce como psicópata clásico,
presentando particularidades de diferentes trastornos de la personalidad entre ellos el sádico de DSM
III y el negativista del DSM IV.
Es intimidador, acusatorio, abusivo y destructivo, llegando a ser cruelmente agresivo en forma física,
si bien algunos pueden limitarse a la dureza de las críticas.
La resistencia o la debilidad del otro lo estimula a incrementar su ataque, sintiendo un particular
placer al someterlo.
Utiliza la violencia para aterrorizar e intimidar y su comportamiento se debe a que teme que otros
reconozcan su inseguridad interna y su baja autoestima. Es para compensar esto que intimida a los
otros con su poder físico y su vengatividad brutal.
Calculador y frío selecciona sus víctimas entre los que considera quedarán intimidados y sometidos
por su violencia y disfruta ver el sufrimiento que les provoca.
Lo que lo caracteriza es su deseo y disposición a ser absolutamente inmisericorde e inhumano.

Psicópata maligno: Posee características que se vinculan frecuentemente con las de la personalidad
paranoide, siendo una variante estructural del patrón psicopático.
Se orienta hacia un poder autocrático, basado en la desconfianza, la envidia y el resentimiento,
existiendo en él la necesidad de vengar sus males pasados por medio de astutas venganzas.
Lo impulsa la necesidad de infringir a otros los castigos y el dolor que ha sufrido en su infancia.
El contenido de sus fantasías persecutorias es el miedo a someterse a la autoridad y de verse obligado
a volverse débil, suplicante.
Como la diferencia entre el real adversario y la hostilidad fantaseada es muy sutil, su creencia de la
persecución es para él muy real. Muchas veces sus fantasías persecutorias se vuelven de grandeza
aunque nunca con las plenas características de un paranoide.
Generalmente tiende a pensar que la mala voluntad de otros no es casual, sino que está expresamente
realizada para ofenderlo, intimidarlo y minar su autoestima.
Lo más importante en esta personalidad es la necesidad que tiene de sentirse independiente y poder
conservar su idea de autovalor.
Su brutalidad y arrogancia es generalmente de tipo defensiva y muchas veces busca retribuirse no
tanto por la acción, como por la fantasía, viviendo en una permanente rumiación de su destino,
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aislado y resentido.

Evitación de la responsabilidad

Bien, hasta ahora hemos hablado de las diferentes grados de agresión, necesidades que los impulsan y
conductas. Hemos podido comprobar que si bien tiene en claro las reglas sociales, a pesar de todo las
trasgrede. ¿Significa esto que el psicópata no tiene ley? No, no es así.

El psicópata se maneja con sus propios códigos, tiene su propia ley interior y creencias y cierto
desprecio por las normativas en general. Esto hace que para él el sentido del deber sea diferente que
para el resto de las personas.

Es a través de estos códigos propios que el psicópata tiene una conducta hacia la sociedad y otra hacia
sí mismo, y es por esta misma razón que solamente se siente responsable y culpable, en tanto y en
cuanto respete o no sus propios códigos y no los de los otros.

Es como si sufriese un trastorno de la comunicación donde ve, siente y escucha, pero decodifica mal y
al volver a codificar lo hace en forma anormal descalificando los valores aceptados por todos.

Por eso es que, tal como hemos observado, ninguno de ellos se considera culpable de sus actos, ya
que esta creación de códigos propios es lo que les permite sentirse “inocentes” y colocar la culpa
siempre del lado del otro.

La cosificación – la manipulación

Si algo predomina en todos ellos es su falta de remordimiento, y esto es posible a través de lo que el
doctor Marietán nombra como cosificación del otro.

Es a través de esta cosificación que el psicópata le quita al otro su rango de igual, su valoración de
persona en sí y lo convierte en su mente en una cosa.

Esta eliminación de rango que hace de la persona al convertirlo en cosa, lo descalifica como persona,
lo vuelve manipulable, puede ser destruido y ser utilizado para su propio beneficio, es decir puede
hacer con esa “cosa” lo que desea.

La seducción

Esto explica muchas de las actuaciones del psicópata, pero lo que esto no nos deja en claro es por qué
el otro se deja manipular.

Esto se debe a que el psicópata capta desde un primer momento las necesidades irracionales del otro,
lo seduce y luego lo engaña. Siendo esto por ejemplo lo que ocurre con el estafado, donde el
psicópata trabaja con la ambición del otro, lo seduce, le ofrece lo que es difícil de adquirir en
situaciones normales y luego, por supuesto, lo engaña.

Vemos que esta actuación difiere en mucho de la coacción donde se utiliza el temor desde la palabra o
la fuerza física para obtener algo.

Esto nos conduce entonces a otras de las características de muchos psicópatas, que es la seducción y
que es esa habilidad que posee para captar las necesidades del otro, siendo a través de ésta que el
psicópata lleva al otro a su círculo psicopático.
Esta capacidad de seducción es lo que le permite no sólo estafar o engañar, sino sostener un partener

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neurótico a través de las relaciones perversas haciéndose instrumento del goce del otro.

Hace que el otro sienta que le es necesario, pero que él le es mucho más necesario al otro,
generándose entonces un circuito mutuo de suplir necesidades. Como el psicópata es inteligente y
manipulador, al otro le resulta difícil resistirse y es por esto que el relacionarse con un psicópata se
convierte en un viaje de ida con un retorno complejo.

Las defensas

La actitud del psicópata es una reacción reactiva como defensa hacia el mundo que lo rodea. Vive
refugiándose en una coraza de la que no puede salir pues se fracturaría.
De acuerdo al Dr. Francisco Gutiérrez, director del Centro de Intervención en Crisis, “Muchos de
ellos provienen de ambientes disfuncionales, como modelos violentos, donde hay ausencia de figuras
parentales, lo que les hace crear una coraza y no involucrarse afectivamente con nadie”.

Si consideramos el superyo como el padre internalizado y como un código de normas éticas necesario
para la adaptación social, podremos comprender entonces fácilmente porqué el psicópata carece de
sentimientos de culpa y persiste en la tendencia infantil de la gratificación inmediata, conservando de
por vida una forma de pensamiento primario.

Es por este motivo que esta personalidad muestra rasgos de primitivismo que es compatible con las
mentalidades infantiles y salvajes, a pesar de ser inteligente.
Bajo estas condiciones, la escritura puede presentar rasgos filiformes como indicadores del instinto de
conservación, forma que, en este caso, pierde su interpretación de adaptación y adquiere la de
reacción primitiva que puede volverse patológica.

Durante el transcurso de su evolución todo sujeto normal se vincula a través de los mecanismos de
proyección e introyección que le permiten desarrollar una representación interior valorativa de sí
mismo y de los que lo rodean, es decir se valora como bueno, malo o confuso.

La utilización de estos y otros mecanismos pueden ser más o menos intensos durante la infancia, pero
a medida que el sujeto evoluciona se van amortiguando. Sin embargo el psicópata continúa con ellos
y en su actuación interpersonal proyecta depositando sus fantasías inconscientes en las personas para
hacerlas actuar por medio de sus propias actuaciones.

De ahí que su actuación tanto puede desembocar en una agresión destructiva hacia los otros o hacer
que los otros se destruyan o pueda ocasionar con indiferencia su propia destrucción o la de los otros,
siendo esta indiferencia en la agresión la que los hace ser denominados como fríos, amorales o crueles
a pesar de que muchos de ellos parezcan en un principio cordiales y encantadores.

De una manera u otra el psicópata manipulará, hará uso de sus relaciones vinculares para favorecerse,
sin importarle el perjuicio que pueda ocasionarle al otro.
Veremos ahora algunos de los mecanismos de defensa más utilizados por los psicópatas.

El acting out o paso al acto, presente en la gran mayoría de ellos, está condicionado por un
desequilibrio emocional y volitivo manifestado a través de la impulsividad que identificamos a través
de una escritura rápida, desigual, lanzada, desproporcionada con finales largos, barras de letras t
masivas o aceradas, movimientos centrífugos, dentro de un contexto de inclinación que muchas veces
puede ser dextrógira.

En aquellas circunstancias en que el comportamiento impulsivo se produce a través de marcada


agresión hacia los otros, la escritura la evidenciaremos como ascendente, el coligamento será
anguloso, la inclinación dextrógira y rígida, presentando una presión dura con apoyos que tenderán a
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ser en maza, acompañado de finales ascendentes y en diagonal.

La racionalización utilizada como defensa implementada en sus actos y a través de la cual procura
restaurar un equilibrio que para él está alterado, le permite darse una explicación convincente y
aceptable a través de la cual encubre las verdaderas motivaciones que rigen sus pensamientos y
acciones. En este caso la escritura puede presentarse como confusa, ilegible, desordenada,
sobrealzada y con trazos filiformes, y que de acuerdo a otras características de su personalidad puede
evidenciarse como muy estilizada o muy rebuscada.

La proyección que implementa contribuye a aliviar la angustia que ningún psicópata puede aceptar o
soportar por mucho tiempo, y que le proporciona la posibilidad de expresar sus verdaderos
sentimientos maliciosos proyectándolos sobre los otros y justificando así sus actos. En este caso sus
mayúsculas serán grandes, se evidenciará una alternancia de la presión horizontal y vertical que puede
presentarse en forma brusca, aparecerán los sobrealzados y las polaridades gráficas como, por
ejemplo, una velocidad aparentemente lenta o pausada con lanzados.

El desplazamiento, le permite recanalizar la energía de un objeto a otro y a través de éste puede dirigir
y proyectar su hostilidad hacia personas sustitutas. La presión se evidenciará con un predominio
horizontal, la escritura tenderá a los movimientos filiformes y los óvalos se presentarán más
aplanados.

Estos son sólo algunos de los mecanismos utilizados y a través de los cuales el psicópata libera a su
Yo de las tensiones permitiéndole mantener la autoestima y dándole la posibilidad de la satisfacción
buscada.

Defensa aloplástica – la falta de culpa

Hemos observado también que el psicópata posee una baja tolerancia al fracaso y a la frustración.

A una persona normal el fracaso generalmente le provoca culpa, rabia y frustración, sin embargo le
deja una enseñanza.

En cambio el psicópata no hace ese razonamiento, utiliza lo que el Dr. Marietán sitúa como defensa
aloplástica, es decir que sitúa la responsabilidad del lado del otro. Por eso nunca considera que
fracasó sino que los otros lo hicieron fracasar. De ahí surge también el hecho de que jamás se
considere culpable de nada y mucho menos responsable de las consecuencias de sus acciones.

Al poseer escalas de valores diferentes, no se siente responsable y cómo ve al otro como una cosa y
no como persona no se compromete emocionalmente. Esto les permite causar daño y ser
inmisericordiosos a muchos de ellos, sin que muestren la más mínima consideración o lástima por el
otro.

Incapacidad para aprender por medio de la experiencia

Es egosintónico con su accionar, por eso, si para él una cosa es correcta y algo sale mal la culpa es del
otro y no de él. Como consecuencia de esta defensa aloplástica es que muchos de ellos no aprenden
de sus errores y vuelven a intentarlo nuevamente, cometiendo siempre las mismas equivocaciones y
de la misma manera, sólo que con personas diferentes. Esto es lo que permite establecer patrones de
conducta en los criminales seriales.

Una mirada por debajo de la máscara

A diferencia de lo que el cine muchas veces nos muestra, no todos los psicópatas cometen crímenes, y
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es posible incluso que jamás lo cometan.

Muchos de ellos son padres, madres, profesionales, políticos o empresarios. Esto no significa que a
través de la máscara que los encubre, la mayoría de ellos se oculten de tal modo que, en más de una
ocasión, puedan pasar desapercibidos para aquellos que no tengan un estrecho contacto con ellos.

No siendo así para sus familiares, parejas o amistades más cercanas a quienes no reportan otra cosa
más que sufrimiento.

Veamos entonces algunos de los posibles signos gráficos que pueden presentar todos ellos en su
escritura y qué es lo que puede existir verdaderamente por debajo de la máscara.

1. Los movimientos con excesivas curvas indicarán un relajamiento del pensamiento.


2. Los excesos de concavidades hacia la izquierda serán la tendencia a la repulsión y el rechazo.
3. Los movimientos centrípetos, señalarán que el Yo del sujeto es su único centro de interés, motivo
que lo lleva a buscar satisfacer sus instintos y sus necesidades subordinando bajo ellos a los demás,
sin importarle el perjuicio que pueda ocasionarles. Siendo a mayor intensidad del enrollamiento
mayor la intensidad de acto.
4. Una presión deficiente, con velocidad retardada pierde sinceridad.
5. Una presión excesiva con una velocidad que se incrementa es agresividad descontrolada.
6. La distribución clara y el mayor dominio de los movimientos impulsivos, serán los indicadores de
la mayor consciencia que tiene el sujeto de sus actos. Mientras que el predominio de los movimientos
de impulso señalará la dificultad para actuar de acuerdo a su propio entendimiento y que las pulsiones
instintivas infieren y determinan en su forma de actuación.
7. Los choques entre zonas, de acuerdo a la frecuencia con que se evidencien, serán indicadores del
mayor o menor grado de las perturbaciones en la pulsión, que pueden evidenciarse en las
personalidades asociales.
8. Las excesivas prolongaciones y acentuación de la zona inferior y los ángulos, confirmarán las
anomalías de los impulsos.
9. La tensión excesiva en un ambiente grafico con signos de descontrol, denotará una personalidad
atropelladora que no respeta los derechos ni las propiedades de los otros actuando en forma anárquica
y abusiva, y en donde la intensidad de la presión en zonas finales y movimientos de flexión indicarán
de acuerdo al grado de intensidad que presenten, la explosividad y la brutalidad que puede
implementar en el acto.
10. La escritura compacta, indicará el placer en retener al objeto para atormentarlo moralmente,
dominarlo, encerrarlo o restringirle la libertad de cualquier manera y la posición resistente y
desconfiada.
11. El estrechamiento entre líneas indicará la deficiente autocrítica y la falta de exactitud para
enjuiciar a los otros.
12. Las desigualdades de espacio entre líneas y entre palabras, denotarán las alteraciones de índole
emocional que presenta para contactarse en forma lógica y normal con el objeto y la imposibilidad de
valorarlo en su verdadera dimensión.
13. Las desigualdades de la presión, señalarán las deficiencias para regular las actuaciones por medio
de los mecanismos defensivos, generando conductas violentas por la acumulación de odio y deseos de
venganza contra todas aquellas personas que en forma real o fantaseada considera que pretenden o lo
han humillado, engañado o perjudicado. Tendiendo siempre a ser la reacción que manifestará
totalmente desproporcionada a la causa motivante.
14. La escritura ancha, desordenada, movida con inflamientos denotará una expansión excesiva,
carente de control y excesiva audacia.
15. Los acerados, señalarán el deficiente dominio de sí mismo, la tendencia a los arrebatos coléricos,
el predominio de las reacciones agresivas frente a la frustración, los obstáculos o las contrariedades,
la exigencia de lo inmediato y la no tolerancia que tanto puede desencadenarse a través de lo verbal o
lo motor. Siendo de acuerdo a la intensidad, agudeza y frecuencia del impulso del signo la intensidad
y calidad de la agresividad desencadenada.
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16. Los acerados, acompañados de una escritura muy dextrógira, sobrealzada, impulsada,
descendente, ángulos y estrechamientos, denotarán el odio y la hostilidad que lo conduce a desear y
provocar la muerte del que considera su enemigo.
17. La escritura regresiva, con movimientos angulosos, evidenciará la primacía de sus propias
necesidades e intereses sin importar los demás y las actuaciones duras, frías y despóticas, la posición
defensiva y la inmadurez que lleva al sujeto a buscar la reivindicación excesiva de sus supuestos
derechos y la necesidad de venganza, producto de las faltas afectivas y vivencias frustrantes de la
niñez. De acuerdo a la zona donde se presenten y a la intensidad de la presión y tensión que
evidencien y el restante impulso del trazado serán indicadores de las fallas pulsionares y diferentes
actuaciones, que tanto pueden denotar una personalidad rumiante y aislada o una actitud de ataque
agresivo constante.
18. Una escritura rítmica, pero angulosa, denotará la tendencia del Yo a no buscar la verdadera
adaptación.
19. Los apuntalamientos, en estos casos, no serán la represión verdadera del impulso, sino el control
que permite aunque sea en forma precaria no hacer prevalecer en forma inmediata la necesidad
fundamental del sujeto permitiéndole postergar por un tiempo la concreción inmediata de sus deseos.
20. El acerado extremadamente acerado y presionado, acompañado de una presión excesiva en el
escrito será indicador del sadismo, la crueldad y la ferocidad sanguinaria del sujeto. Mientras que si la
presión es débil, será agresivo y resentido mas se limitará a murmurar, criticar ácidamente, ofender y
a crear dificultades, siendo receloso e hipersensible. Tendiendo a estar permanentemente presintiendo
y previendo la supuesta hostilidad de los otros y proyectando sobre éstos sus propios sentimientos, en
cambio si es blanda, predominará el negativismo y la tendencia pasiva, donde por medio de una
aparente disposición puede fingir y disimular para obtener lo que desea.
21. La escritura redonda y anillada, será la autoindulgencia egocéntrica y confirmará la tendencia al
engaño, la falta de honestidad, el disimulo de la intenciones y la predisposición a las insidias verbales.
22. La escritura redondeada, con exceso de presión y movimientos dispersos reflejará la actuación
impulsiva, la falta del control de las emociones, las exigencias desmedidas a través de los cuales el
sujeto maltrata injustamente a los otros.
23. La escritura alta, indicará el excesivo sentimiento autoestimativo, que a través del narcisismo y el
egocentrismo pretende el permanente reconocimiento, encubriendo el miedo a sentirse minimizado
por los demás y el profundo resentimiento que le provoca el no obtener ese reconocimiento. En el
caso de presentarse con una escritura angulosa, el sadismo lo llevará a pretender someter, dominar, o
esclavizar a los otros.
24. Los bucles en los óvalos y guirnaldas bucleadas, serán producto del narcisismo, e indicarán la
habilidad para seducir y engañar manipulando a los otros, con intención egoísta y ninguna
consideración real hacia ellos.
25. La escritura caligráfica, será indicadora de la rigidez y la desadaptación que lo hace sentirse
aislado y lleno de resentimiento, manteniéndose impenetrable y enmascarando su verdadero Yo.
26. La escritura angulosa, grande, cerrada, con presión excesiva y movimientos centrífugos indicará
el avasallamiento sin ninguna consideración, la necesidad de obtener lo que desea sin esperas a través
de actos impulsivos y avasallantes.
27. Un coligamento mixto o discordante de guirnaldas y arcadas, señalará la baja tolerancia a la
frustración y la desadaptación.
28. La oscilación en los grados de enlaces, confirmarán la presencia de impulsos contrariados que
influirán en la resistencia a la adaptación.
29. La escritura angulosa, excesivamente regular, con presión excesiva, barras de letra t aceradas, y
trazos iniciales rígidos y en diagonal, denotarán la falta de humanidad esquizoide, la negatividad, el
egoísmo y la tendencia agresiva a imponer sus deseos sin importar los derechos o pensamientos de los
otros como producto de una personalidad individualista y egoísta.
30. Los trazos finales en arco regresivo, acompañados de letras v minúsculas cubriendo en arco la
letra siguiente y letras p armadas, señalarán al falso protector oportunista, que aprovechando la
ingenuidad del otro se apropia ilegalmente de lo que le pertenece.
31. Los arpones, serán el reflejo del egoísmo, la agresividad y el latrocinio, con una escritura
descendente, desordenada, óvalos rellenos, aplastados, jambas complicadas y presión blanda, pueden

32
indicar la necesidad de venganza, el rencor, la tendencia intrigante y la rapacidad.
32. Los arpones en los movimientos verticales, será la tendencia a las reacciones violentas y
explosivas.
33. Las arcadas, serán reflejo del instinto de conservación, la no aceptación del afecto, el engaño, el
ocultamiento de las intenciones comúnmente perversas, el marcado egocentrismo y el fingimiento.
34. Las arcadas apuntaladas acompañadas con trazos descendentes señalarán al sujeto astuto, que
engaña a los otros, porque sospecha que es engañado.
35. La mayor tendencia a la inclinación dextrógira, indicará al sujeto que puede impulsarse en sus
deseos hasta la obsesión.
36. Las garras de gato, ocultarán al sujeto que puede traicionar a los otros e incluso agredirlos aun en
forma física a pesar de que reciba un trato considerado y afectivo.
37. Los trazos recubiertos en forma de gancho, denotarán la actitud hipócrita e insidiosa.
38. Las letras a con el trazo final independizado, señalarán el placer por aprovecharse de los demás y
la desvinculación afectiva.
39. Las letras d con el hampa separada, reflejarán al sujeto conflictivo que hace una separación entre
la actitud mental y las actitudes afectivas.
40. Las barras de letras t ascendentes, indicarán la hostilidad sin causa aparente, la negación a
defender agresivamente a su persona contra todo aquello que considere que afecta a su individualidad,
la resistencia a la autoridad. Aquí la mayor rigidez del trazado en general y de acuerdo a la
inclinación y conformaciones de las jambas, permitirá determinar el grado y fuerza de la agresión.
41. Las barras de letra t descendentes, de acuerdo a la intensidad de la presión que presenten y el
grado de angulosidad y dureza del resto del trazado, confirmarán la predisposición a ejercer una
intensa agresión hacia aquellas personas que considera sus inferiores e incluso puede realizarla hacia
sí mismo.
42. Las barras de letras t en golpe de sable, expresarán la reacción violenta del impulso por
impaciencia, la verbalidad explosiva y lancinante y la destrucción del objeto si de acuerdo a su
criterio considera que el fin lo justifica.
43. Las barras de letras t en maza, denotarán la acumulación del odio, la intolerancia a las exigencias,
la necesidad de venganza y la descarga explosiva y violenta que estalla en el momento menos
esperado y sin justificación aparente en forma desproporcionada a la causa motivante.
44. Las barras de letra t en forma de v y con signos de extroversión, evidenciarán el negativismo y la
oposición que se dirigirá principalmente hacia los que lo rodean, mostrando una predilección por
destruir las ilusiones de los otros.
45. Respecto a las jambas de la letra g, consideraremos la extensión y la presión del movimiento de
flexión para determinar la carga de excitación, y la capacidad que posee para adaptar la realidad a la
compulsión de sus deseos, la forma de la base para determinar si la carga pulsionar está desviada y el
nivel de agresión que implementa, la amplitud, para evaluar el volumen de la excitación instintiva, el
ascenso y extensión del mismo, para observar hacia dónde se descarga y se expande la libido y la
forma de terminación para determinar de qué manera lo concreta.
46. De igual manera, el óvalo de la letra g, nos permitirá evaluar la emoción y el grado ético que
precede a la pulsión libidinal.

Rasgos de violencia y agresión

Los rasgos de violencia más frecuentes serán las terminaciones en mazas, los arpones, los acerados y
la presión excesiva que de acuerdo al grado de sutileza y refinamiento socio-cultural y del descontrol
del individuo se encontrarán en el escrito de unos u otros.

Las mazas, serán indicadoras de violencia brutal y de agresión contundente, sin refinamiento. Es un
gesto representativo de la violencia física, del golpe aplicado tanto con la mano como con un
instrumento contundente.

Los arpones y los acerados serán indicadores de la predisposición a las reacciones violentas y

33
explosivas, y de la necesidad de herir o hacer daño penetrando con cierta inteligencia.

La presencia de ángulos en las jambas, no siempre serán representativos de agresión, pues pueden
corresponder a un sufrimiento físico en la zona genital o el aparato digestivo.

Asimismo, los ángulos y cuchillos que surgen en algunas rúbricas no serán obligatoriamente producto
de la agresividad, sino que pueden estar originados por la impaciencia.

En la búsqueda de la verdad

Hoy por hoy no existen aun respuestas exactas que determinen si las causas de las diferentes
actuaciones del psicópata tienen influencias genéticas o bioquímicas, si son simplemente una forma
de ser o una combinación de diferentes causas que inciden en diferentes proporciones en cada uno de
estos sujetos.

Lo único que tenemos en claro es que el psicópata es un ser que genera mucha angustia y frustración
a los profesionales, y genera un gran dolor a quienes lo rodean.
Es por ello que aprender a reconocer sus diferentes formas de actuación, e identificarlos a tiempo,
puede evitar mucho dolor y sufrimiento.

De modo que ante la pregunta de la psiquiatría sobre qué es lo que se podría hacer para mejorar las
probabilidades de encontrarla y detectarla, una de las respuestas es darle lugar, en el trabajo
interdisciplinario, a la grafopatología como ciencia auxiliar para que con sus conocimientos
contribuya en la búsqueda de la verdad a ver detrás de la máscara.

Ya que al igual que “Austregesilo” pensamos que “Es muy difícil juzgar a los hombres como buenos
o malos, porque las apariencias engañan. El hombre representa tan variados papeles, que nos obliga a
repetir el adagio: no tomes al bueno por bueno y al malo por malo”.

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Doyharzábal María del Carmen – Identificación del perfil de personalidad del psicópata – Apuntes de
cátedra de grafopatología – 2004.
Doyharzábal María del Carmen – La manifestación de la inhibición en la escritura – Apuntes de
cátedra – 2001.
Doyharzábal, María del Carmen – Mecanismos de defensa – Niveles defensivos, su identificación en
la escritura – Seminarios – 2000.
Doyharzábal, María del Carmen – Seminarios de grafopatología – 2000.
Doyharzábal, María del Carmen – La deshonestidad en la escritura – Seminarios – 2000.
Doyharzábal María del Carmen – Trastornos del comportamiento, negativismo y oposicionismo en la
escritura – Apuntes de cátedra - 1999.
Doyharzábal María del Carmen – Identificación gráfica de los trastornos formales del pensamiento –
Apuntes de cátedra - 1999.
Doyharzábal María del Carmen – Alteraciones de las funciones volitivas en la escritura – Apuntes de
cátedra – 1999.
Doyharzábal, María del Carmen – La Presión en la escritura – Apuntes de cátedra – 1998.
Doyharzábal, María del Carmen – Apuntes de grafopatología – 1998.
Frayssinet Comte Delpech De – Memento de Graphologie – Ed. Payot – Paris.
Klages Ludwig – Escritura y carácter – Ed. Paidos – Bs. As.
Pulver Max – El impulso y el crimen en la escritura – Editorial Victoriano Suarez – Madrid – 1952.
Pulver Max – La inteligencia en la expresión en la escritura – Ed. Victoriano Suarez – Madrid.
Simon José Javier – El gran libro de la grafología – Ed. Martínez Roca S.A. – 1992.
Streletski Camillae – Précis de graphologie pratique – Éditeurs Vigot Frères – 1936.
Vels Augusto – Grafología de la “A” a la “Z” – Ed. Herder – 2000.
Vels Augusto – Grafología estructural y dinámica – Ed. Herder – 1997 – 2edición.

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Detección de patologías psíquicas y físicas en la escritura manuscrita

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"III Congreso Chaqueño de Criminalística del MERCOSUR"


"II Jornadas Centro- Sudamericanas de Criminalística y Ciencias Forenses"
"II Encuentro Internacional de Expertos en Seguridad Técnico - Policial"

¿FALSIFICACIÓN, INCAPACIDAD O DIFERENTES TIEMPOS DE PATOLOGÍA Y/O


ADMINISTRACIÓN CONJUNTA DE FÁRMACOS?

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Frecuentemente los peritos nos vemos enfrentados al pedido de determinar si existía en el causante
una debilitación de las funciones psíquicas en general, como para influir y afectar la voluntad para
otorgar libremente un acto jurídico como la firma de un testamento ológrafo, en otras si en atención
del padecimiento sufrido es posible que su normal escrituración y modo de firmar se hayan visto
modificados a raíz del padecimiento que sufría o si la realización de determinados tratamientos
podrían provocar una alteración en su manera de escribir y firmar.

Si bien el dictamen médico puede despejar estos interrogantes en algunos casos, con la muerte del
autor del manuscrito, desaparece esta forma eficaz de resolver el problema y se presenta la disyuntiva
de determinar si se encontraba o no afectado definitivamente de una enfermedad mental inhabilitante,
de un estado transitorio confusional que lo privaba de discernimiento o si simplemente las
modificaciones presentadas en su escritura y firma son solamente un producto de las consecuencias
36
lógicas de una enfermedad que no afectaba sus facultades.

El acto de la escritura

Y es aquí donde la propuesta de la grafología es integrarse a este trabajo interdisciplinario como


ciencia auxiliar, colaborando con su conocimiento y posibilidades a través del estudio del gesto
gráfico.

Esto es posible porque la escritura es el acto resultante de un complejo proceso psicofisiológico que
refleja la organización del Sistema Nervioso Central y los aspectos conscientes e inconscientes de la
psiquis.

En primer lugar, al igual que para cualquier otro acto, para que un sujeto escriba debe existir una
motivación, es decir un caudal energético que estimule una conducta, que genere una motivación.

Esta motivación para escribir puede ser de origen exógeno o endógeno. Luego aparece la percepción
utilizando la memoria, la atención, el pensamiento que son funciones psíquicas.

Hasta aquí el futuro acto de escribir es puramente automático, se le debe agregar el contenido
emocional que es el que se va a lograr a través de conexiones que existen entre las diferentes áreas
corticales cerebrales y el cerebro límbico, ya que es en el límbico donde se va a dar la carga
emocional.

Desde el hipotálamo y la hipófisis se van a activar los circuitos hormonales y glandulares que van a
impactar en las diferentes áreas de todo el organismo, es decir, el organismo reaccionará en forma
totalitaria a través de la orden que recibe.

Una vez que se comprende la orden y se asocia con lo afectivo, va a hacer contacto con la corteza
rolandica, que es motora y que es la que ordenará y organizará la motricidad del miembro superior, es
decir, el movimiento.

Los sectores parietales secundarios (áreas 1, 5 y parte de la 7 de Brodmann, controlarán


cinestésicamente la posición de la mano, la rapidez y la presión entre otras cosas. y las áreas 39 y 40
de Brodmann, ubicadas en los sectores parietales inferiores, son las que contribuirán en el proceso
cognitivo espacial para poder sostener la orientación y dirección correcta, evitando que la escritura se
disgregue y sea inteligible.

Así pues, entonces, en el acto de la escritura, es en el lóbulo frontal donde se origina la idea de
escribir, que pronto se convierte en imagen visual y mental en el lóbulo occipital utilizando el
lenguaje aportado por el lóbulo temporal y se ejecuta por medio de la corteza motora, siendo
coordinada como una acción única por el lóbulo parietal.

La escritura también está asociada a la evolución intelectual del individuo y a su capacidad


lingüística. De hecho, son la evolución psicológica y la personalidad las que intervienen en la
particular interpretación que hace el sujeto respecto de los estímulos internos y externos que recibe,
con lo cual el modo en que éstos influyen en sus estados de ánimo incidirán consecuentemente en la
realización de formas gráficas particulares, siendo el SNC el que recibe, reconoce e integra las señales
del ambiente exterior y de otras partes del organismo, y el equilibrio bioquímico del cerebro el que
predispone a reaccionar de maneras variables, transmitiendo la intensidad y frecuencia de movimiento
escritural conforme a sus condiciones y sus estados de excitación e inhibición, ocasionando rasgos
específicos que permitirán establecer las causas que los originan.

Vemos entonces, que el acto de escribir requiere entre otras cosas de lo neuro-perceptivo-motor. Es
37
necesario poseer coordinación en lo visomotor, de lo sensorio motor, de la motricidad fina. El solo
hecho de escribir una simple letra a o trazar un espiral o un círculo, requiere realizar movimientos
precisos del brazo, mano y dedos, lo cual exige un alto grado de coordinación entre los músculos del
cuerpo y un circuito complejo de fibras nerviosas interconectadas que son la corteza cerebral y los
ganglios basales ubicados en el cerebro; el tálamo y el subtálamo pertenecientes al diencéfalo; el
núcleo rojo y la sustancia negra del mesencéfalo y el cerebelo ubicado en el encéfalo posterior y de
esta perfecta coordinación dependerá la mayor fluidez del trazado.

Desde lo orgánico, lesiones en áreas corticales prerolándicas (motoras) delante de la cisura de


Rolando, ocasionarán alteraciones de la motricidad fina y gruesa ocasionando temblores, no
permitiendo mantener la dirección del renglón y ni coordinar el trazo.

Una mano en estado de tensión, ya sea tanto por lesiones orgánicas, estados psíquicos alterados, o
provocada intencionalmente para disfrazar la escritura, bloqueará los reflejos neuromotores y
producirá movimientos rígidos o distorsionados que alterarán tanto la presión, como el trazado de los
rasgos originales de un sujeto.

Muchas veces el desconocimiento de las modificaciones que pueden generar determinadas patologías
psíquicas u orgánicas en el grafismo, el no tomar en cuenta todas y cada una de las particularidades de
la escritura y de su cronología, pueden llevar a obviar las diferencias que pueden presentarse ante una
misma patología, el recrudecimiento de la misma, e incluso a confundir o a dejar de lado los signos
identificadores producto de los trastornos secundarios de un tratamiento aplicado o las consecuencias
de la interacción de la administración conjunta de fármacos, conduciendo a considerar que el sujeto se
encontraba privado de razón al momento de otorgar el acto o que el escrito y firma no corresponden a
su autoría.

Vejez – senilidad - demencia

En lo referente a las diferencias que pueden presentarse entre una vejez sana, el comienzo de la
senilidad y una demencia franca resulta imprescindible considerar que el envejecimiento es un
proceso irreversible que afecta a todos los seres vivos y que el solo hecho de que un individuo esté
próximo o haya llegado a la ancianidad no significa que haya de considerárselo demente, como
tampoco el hecho de que una persona sea aún joven significa que esté por ello libre de tener sus
facultades mentales alteradas.

Todas las alteraciones del Sistema nervioso central que se asocien con el envejecimiento pueden
presentar en mayor o menor grado, signos gráficos indicadores inherentes a cambios emocionales o
en el comportamiento y alteraciones motoras que no siempre son producto de una discapacidad
mental.

Si bien muchas veces los límites clínicos o semiológicos entre el envejecimiento y la demencia
pueden ser imprecisos, con la observación detallada y precisa de la cronología escritural no resulta un
imposible.

Patologías orgánicas tales como trastornos cardíacos, respiratorios, renales, circulatorios, glandulares,
alteraciones óseas y musculares o el cáncer entre muchos otros, pueden desorganizar la escritura y
producir signos gráficos particulares que modificarán la escritura original, sin que ello signifique que
las facultades mentales del autor se encuentren afectadas o que no corresponde a la mano autora.

Por otra parte es importante tener en cuenta las diferencias que pueden presentarse ante cambios
funcionales normales que surgen con la edad pero que no llegan en ningún caso a configurar
enfermedades.

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Katzman y Terry definen la vejez como: "Cambios que ocurren en individuos libres de enfermedades
definidas y caracterizados por lentas y a veces continuas modificaciones en funciones específicas".

Si bien no es una condición obligatoria que con la edad se pierda la calidad original de la escritura,
como cambios en el área de las funciones nerviosas que pueden ser detectados en gran parte de las
personas que se hallan próximas a los 75 años es frecuente observar en los escritos:

 Leve tendencia a la desorganización espacial.


 Ciertas desigualdades de la profundidad, la tensión el calibre y el relieve en la presión por una
tendencia a la reducción de la eficiencia motora y la fuerza muscular
 Algunos temblores producidos por los cambios eléctricos fisiológicos que incidirán en la
precisión del trazado como un producto de la reducción en el flujo cerebral y en la producción
de neurotransmisores.
 En algunos casos puede evidenciarse un incremento de la profundidad de la presión para
evitar estos temblores.
 Algunos cegamientos por disminución de la energía.
 Lentitud en la velocidad producida por la disminución de la coordinación motriz y cierta
pérdida de la rapidez mental,
 Mayor tendencia a la angulosidad por pérdida de la flexibilidad muscular-motora.
 Variaciones de la dimensión.
 Leves alteraciones de la dirección.
 Letras más simplificadas.
 Olvidos ocasionales de algunos puntos en letras que los contienen, por algunos fallos en la
concentración y la memoria que quedan limitada a un tiempo determinado y que muchas
veces pueden producirse ante estados de angustia o depresión.
 Algunos retoques para mejorar la legibilidad.

Posteriormente un grupo reducido de sujetos no manifestará mayores cambios en su escritura,


mientras que otros comenzarán a acusar mayores disfunciones.

Por supuesto no podemos dejar de lado en la evaluación, el hecho de que determinados cambios
sociales tales como la pérdida de roles sociales, la fragmentación familiar y la pérdida del conjugue o
familiares a las que generalmente deben enfrentarse a través del tiempo, o el apartamiento al que
puede ser sometido por la sociedad, incidirán en determinados aspectos de la personalidad que
generarán a su vez, en algunos de ellos, nuevos cambios en la escritura. Sin que ello signifique que
nos encontramos ante una demencia senil, ya que no todo sujeto que evidencie una pérdida leve de la
memoria o determinadas fallas cognitivas, algunos indicadores de depresión o modificación de
algunos rasgos de la personalidad, esta iniciando o sufriendo una demencia.

También, es importante destacar que ante la simple aparición de algunos indicadores de confusión
mental, antes de dictaminar una demencia irreversible, se evalúe en el escrito la posibilidad de que los
mismos no se deban a una claudicación transitoria del cerebro, o a desarreglos viscerales
extracerebrales. El hipotiroidismo, las deficiencias de vitamina B12 u otros nutrientes, las deficiencias
de oxígeno, las hipotermias, la suma de acciones farmacológicas entre otros son capaces de generar
una aparente demencia, sin embargo, una vez estabilizada la situación orgánica le permitiría al sujeto
recuperar el uso pleno de sus facultades.

En su defecto cuando en la evaluación del escrito se advierte que comienzan a incrementarse los
signos de desorientación espacial, de olvidos, de pérdida de la atención, es importante evaluar las
características de los cambios presentados para poder determinar si no nos encontramos ante un
proceso degenerativo que amenaza con ponerse en curso o que avanza en forma virulenta.

Un estado senil que presente un estado deficitario por sus manifestaciones clínicas constituye una

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condición patológica cuando la debilidad de las funciones psíquicas en general presenta alteraciones
como para influir y afectar la voluntad para otorgar libremente un acto jurídico.

Aquí el deterioro de la capacidad mental se evidencia a través de cambios de la personalidad y la


conducta que se caracterizan por:

 Pérdida de fluidez mental con disminución de la espontaneidad y de la rapidez en los


procesos del pensamiento.
 Dificultad en la adquisición de nuevos conocimientos.
 Dificultad creciente en la adaptación frente a situaciones nuevas.
 Estereotipias intelectuales (siempre hablan de los mismos temas).
 Perturbaciones o disminución del control de las reacciones afectivas donde los sentimientos
de tristeza alternan con un estado de irritabilidad, intolerabilidad susceptibilidad e
impaciencia, acentuándose el egoísmo, el egocentrismo y la desconfianza.
 Hiperactividad no justificada.
 Indiscreciones sexuales.
 Retraimiento creciente.
 Pérdidas del interés por los demás.
 Afectividad embotada o respuesta emocional disminuida.

En estos casos:

 los signos de pérdida de la orientación espacial se evidenciarán con la pérdida de la


organización del texto, el sentido y dirección del escrito que no pueden ser mantenidos,
existiendo una alteración en el ritmo y la proporción.
 El mal funcionamiento de las asociaciones internas estará representado a través de las
discordancias y disgregaciones, acompañados con faltas de coordinación.
 Una estructura psíquica endeble u obnubilada con una aminoración o pérdida de la capacidad
se observará con hipografías representadas a través de la escasez y pobreza de los grafismos,
la desfiguración o supresión de los rasgos esencialeso la sustitución por formas equivocadas
donde se han perdido las formas más elementales, con una orientación arrítmica.
 Un estado de confusión presentará una escritura confusa, desproporcionada, desigual,
desordenada, floja, lanzada, movida, rápida o precipitada.
 Una motilidad provocada por la excitación exagerada de los afectos tanto puede indicar
estados maníacos o el efecto de determinados tóxicos y se verá reflejada por la precipitación e
hiperligado de las palabras.
 La magnitud de la disminución del sentido de la realidad será proporcional a la mayor
desproporción que se evidencie en la extensión, el desorden y la falta de claridad.
 La pérdida de la memoria retrógrada (es decir de evocación) se verá a través de la pérdida de
la cohesión, la falta de claridad, de orden y legibilidad, con una pérdida de la coherencia de
los símbolos gráficos o una escritura en símbolos.
 Mientras que las fallas en la memoria anterógrada (de fijación) estará reflejada en la pérdida
de los engrames.
 El deterioro en las ideas y en la conducta donde no existe coherencia entre lo que piensa y lo
que siente se evidenciará a través de las inclinaciones ambivalentes, con un incremento de los
rasgos impulsados excesivamente, en un ambiente gráfico discordante en general en todos los
géneros.
 La disminución de la coordinación general, de las facultades intelectuales como la rapidez
mental, la tendencia a repetir siempre las mismas ideas o historias, la pasividad, la inercia, la
apatía, la negligencia o el abandono físico o moral se observará con enlentecimiento de la
velocidad, ausencia de los signos accesorios, un descenso de las líneas en la escritura,
deficiencias en la presión.
 La presencia de temblores de acuerdo a sus características, pueden estar indicando algunas

40
alteraciones correspondientes al Sistema nervioso central que pueden cursar con demencia.

Enfermedad de Alzheimer

Con el envejecimiento se incrementa la posibilidad de desarrollar la enfermedad de Alzheimer que es


una enfermedad del sistema nervioso central y representa más del 50 al 65% de todos los síndromes
demenciales.

Es el tipo más frecuente de demencia cortical que surge como consecuencia de cambios degenerativos
en la corteza cerebral, y en donde la alteración de la lecto- escritura puede evidenciarse antes que sea
ostensible el deterioro en el lenguaje oral.

Se caracteriza por:

 Déficit en la atención, la orientación, el juicio y la memoria.


 Incapacidad para efectuar operaciones mentales complejas.
 Cambios afectivos y conductuales con labilidad e incontinencia emocional.
 Actitudes apáticas.

En el desarrollo típico veremos que en la cronología escritural se evidenciarán: indicadores de una


demencia que avanza en forma lenta e insidiosa.

 La lentitud en la velocidad que en estos casos se observa no será tanto producto de la


disminución de la coordinación, sino que será el reflejo de la disminución en las facultades
intelectuales como la rapidez mental, la tendencia a repetir siempre las mismas ideas o
historias, la pasividad, la inercia, la negligencia o el abandono físico o moral.
 Pueden surgir algunos temblores esporádicos y un incremento de la presión para evitarlos; si
bien no son la característica fundamental de esta patología.
 Al inicio la escritura solamente presenta signos indicadores de afectación de la memoria
reciente o de fijación y de cambios afectivos y conductuales, donde en algunos sujetos
pueden evidenciarse un incremento de los signos de agresividad e irritación y en otros por el
contrario, signos de apatía, pasividad y desinterés.
 Sin embargo en la firma no se evidenciarán cambios excesivamente evidentes.

Surgirán también los primeros indicadores de:

 Desorientación espacial y de depresión, sumada a cierta pobreza o incoherencia del discurso


con una leve agrafia lingüística (olvido de una palabra).
 Alteraciones en la separación entre líneas y en la cohesión.
 Dificultades para realizar movimientos curvaceos.
 Algunas letras o palabras serán ilegibles y pueden presentarse algunas perseveraciones. Sin
embargo como en esta fase aún el sujeto es capaz de percibir el deterioro que experimenta,
tiende a rectificar las letras o palabras, repasando el trazado o efectuando agregados o
tachaduras.
 También se harán evidentes los signos de ansiedad, inquietud, irritabilidad y depresión.

Generalmente estas características se presentarán en el transcurso de los 2 a 4 primeros años de inicio


de la patología.

En una segunda etapa que puede tener una duración aproximada de de 3 a 5 años, comienzan a surgir
determinadas dificultades motoras y el temblor se evidencia en forma más acentuada.

 La presión se presenta como pastosa o con cegamientos y/o desigual con variaciones llegando
41
a notarse en ocasiones un fuerte incremento en la profundidad.
 La ilegibilidad y el desorden van en aumento, como al igual que los anteriores signos.

Con el tiempo la escritura adopta características similares a las de la afasia sensorial transcortical
presentándose agrafias (pérdida de la capacidad para escribir), sin embargo el sujeto aún tiene
preservación de la lectura en voz alta.

En la enfermedad de Alzheimer la agrafia puede presentar dos grandes divisiones:

 la agrafia lingüística, que se basa en una afectación del sistema léxico-semántico y se


relaciona directamente con la caída de los mecanismos neurolingüísticos;
 y la agrafia apráxica, que es un trastorno del grafismo que se caracteriza por un deterioro de
los grafemas en base a las alteraciones visuo-espaciales, visuo-constructivas y práxicas.

En conjunto con la aparición de agrafias severas y parafasias, se evidencian signos de agresividad, de


apatía, de alucinaciones, y de ideas delirantes de prejuicio y celotipia.

En la cronología, a medida que avanza el proceso demencial se observa un incremento de las


alteraciones en la escritura, principalmente en los escritos espontáneos, como en los dictados, hasta
que en las etapas finales de la enfermedad ya le resulta imposible escribir.

En los sujetos más jóvenes el compromiso en la escritura tiende a surgir en forma más rápida.

A diferencia con la Enfermedad de Parkinson, donde a través de la cronología de los escritos se ve


avanzar el deterioro motor, en la enfermedad de Alzheimer lo que se observa predominantemente es
el avance del deterioro cognitivo.

Enfermedad de Parkinson

La enfermedad de Parkinson, es una enfermedad neurológica que afecta a las estructuras de


encargadas del control y coordinación del movimiento en las que se involucran principalmente la
sustancia nigra, el estriado y también la corteza cerebral, el límbico y el hipotálamo.

Se caracteriza entre otros síntomas por:

 Rigidez muscular
 Temblor
 Bradikinesia
 Dificultad en el equilibrio y coordinación

Y en donde secundariamente pueden aparecer

 Depresión
 Cambios emocionales
 Problemas de memoria

Es común considerar que la escritura se caracteriza por presentar entre otras cosas:

 Un temblor que inicialmente es predominantemente horizontal (donde la oscilación del


temblor es perpendicular a los trazados verticales), que será más evidente en zona superior
derecha de hampas y zona inferior izquierda de jambas y con un predominio de la oscilación
en zona superior derecha e inferior izquierda en letras (predominantemente en óvalos). y que

42
a medida que avanza la enfermedad pude surgir también en sentido vertical.
 Una escritura pequeña que se empequeñece al final de cada línea y progresivamente en líneas
sucesivas.
 Tendencia a disminuir el tamaño de las letras, (micrografía) que se acentúa a medida que la
enfermedad avanza.
 Movimientos descendentes que continúan con ondulaciones, como si la escritura se reflejara
en el agua.
 Tendencia a dirección descendente (no puede sostener la horizontabilidad).
 Tendencia a superponer letras y palabras entre si.
 Presión en rosario.
 Escritura vacilante.
 Puntos de letra i en raya horizontal.
 Velocidad lenta.
 Los óvalos pueden presentarse facetados.
 Los trazados en general se vuelven cuadrangulares y son finos e inseguros.

A medida que la enfermedad avanza se produce un desorden general en la escritura y se evidencia una
mayor rigidez del trazado pudiendo presentarse palilalia.

Sin embargo en la práctica no siempre todo esto es tan así, ya que según la frecuencia que presenten
en Hertz los temblores darán lugar a que las características del trazado sean diferentes.

Si los temblores son de frecuencia más rápida la presión será más rígida y el trazado pastoso y
constreñido, dando lugar a que el tamaño del grafismo sea más pequeño, adquiriendo en algunas
zonas un aspecto casi filiforme, perdiendo nitidez.

En cambio si la frecuencia del temblor es más lenta en la escritura habrá un aumento en la dimensión
del grafismo, y surgirá muchas veces una marcada tendencia a acentuarse excesivamente la presión,
incrementándose la lentitud.

Ante lesiones del circuito prefrontal dorsolateral se evidenciarán:

 Signos de pérdida de la planificación y conducta dirigida a metas.


 Pérdida de la flexibilidad del pensamiento.

Ante alteraciones del circuito lateral orbitofrontal se evidenciarán:

 signos de desinhibición e irritabilidad.

En cambio ante lesiones del cingular anterior, la escritura presentará:

 signos de apatía y de disminución de la iniciativa.

Si bien los fármacos antiparkinsonianos dirigidos a restituir o mejorar la dopamina que son utilizados
para controlar el temblor en la Enfermedad de Parkinson, mejoran la rigidez muscular, la
coordinación del movimiento y reducen los temblores, ocasionarán marcadas diferencias en la
escritura de acuerdo a los tiempos de utilización y la combinación que se efectúe entre ellos.

Por lo que en un cotejo escritural deberá ser tomado en cuenta para no cometer errores.

Levodopa

La levodopa es el fármaco considerado como el más eficaz para mejorar el temblor de reposo en la
43
enfermedad de Parkinson. Sin embargo puede empeorar el temblor de acción.

Con el uso continuado de levodopa, la escritura en general tiende a normalizarse y a mejorar el


temblor en la misma.

Sin embargo para la evaluación de la escritura frente al cotejo, resulta esencial recordar que la mejoría
se mantendrá solamente durante 2 o 3 años, pues luego una tercera parte de los sujetos comenzarán a
empeorar lentamente y otra tercera parte puede desmejorar en forma rápida. Por lo que luego de un
uso continuado, al cabo de 6 o 7 años, el efecto durará menos de 3 horas y luego de ese plazo, la
incapacidad en la escritura volverá a surgir como al inicio de la enfermedad. En estos casos, se debe
considerar que la leve mejoría que puede llegar a observarse en el escrito comienza recién a los 30 o
60 minutos de su ingesta y es de corta duración por lo que las características de las mismas pueden
variar notoriamente durante el transcurso del día.

Con el uso de la levodopa se presentan, en la mayoría de los pacientes como efecto secundario, varios
tipos de discinecias es decir incapacidad de controlar los movimientos voluntarios. Esta fluctuación
motora es más fácil de identificar en la escritura en el curso del día, en el denominado deterioro de fin
de dosis, presentándose generalmente a las 2 o 3 horas después de ser administrada.

Levodopa – carbidopa (de acción prolongada)

En el caso de la administración de Levodopa–carbidopa (de acción prolongada) la carbidopa se


combina con la Levopa para disminuir el requerimiento de la dosis y los efectos indeseables de ésta.

La combinación de levodopa/carbidopa se absorbe en forma virtualmente completa en el término de 2


a 3 horas. Sin embargo durante el período de ajuste de dosis, pueden aparecer en la escritura
movimientos anormales involuntarios, incluyendo discinecias como la corea surgiendo en el trazado
la proliferación de movimientos rápidos y bruscos, y distonía (trastorno en el tono o tensión de un
músculo) que modificará ostensiblemente la tensión en el trazado.

Durante el consumo de levodopa y carbidopa de acción prolongada pueden presentarse en algunos


casos signos de desórdenes mentales por lo que los escritos deben ser observados atentamente para
prever el desarrollo de una depresión con tendencias suicidas. La misma precaución debe tenerse
respecto a sujetos con psicosis actuales o pasadas, ya que las mismas pueden incrementarse y con
ellas sus signos.

El retiro abrupto de la medicación o la discontinuidad de la misma puede originar rigidez muscular


que endurecerá el trazado y cambios mentales que se evidenciaran con una marcada modificación de
las características originales de la escritura, sobre todo en aquellos casos en este siendo administrada
conjuntamente con neurolépticos.

En sujetos tratados con levodopa/carbidopa se observaron como reacciones adversas a la medicación,


el incremento de signos de ansiedad, desorientación, disminución de la agudeza mental, agitación,
indicadores de pérdida de la memoria y corea, como así mismo signos de hipertensión o hipotensión.

Levodopa y benserazida

En la combinación de Levodopa y benserazida como tratamiento sustitutivo el comienzo de acción es


de 3 horas aproximadamente. Por el contrario, el efecto de los comprimidos dispersables se hace
presente rápidamente lo que marca una sustancial diferencia en lo referente a los tiempos de escritura.
Eventualmente pueden observarse signos gráficos de trastornos psíquicos como por ejemplo agitación
y con menor frecuencia un incremento de los signos de depresión y reacciones psicóticas. También
pueden presentarse, pero en una fase más tardía del tratamiento, indicadores de movimientos
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involuntarios anormales de tipo coreiforme es decir bruscos y rápidos o atetósicos mas lentos y
sinuosos.

Levodopa con inhibidores de la monoaminoxidasa

Cuando la levodopa es administrada en conjunto con inhibidores de la monoaminoxidasa pueden


desencadenarse crisis hipertensivas, por lo que se generará un aumento en el calibre del trazado,
modificándose la presión original.

Tratamiento crónico con levodopa

En el tratamiento crónico con levodopa se pueden evidenciar también en la escritura, efectos


secundarios psiquiátricos tales como ideas delirantes o seudoalucinaciones que podrían llevar a pensar
que nos encontramos ante una patología demencial inhabilitante. En este caso es importante tomar en
cuenta que al retirársele la medicación, en caso de no tratarse de una patología subyacente secundaria,
las condiciones psíquicas volverán a ser las anteriormente presentadas.

La Pergolida (agonista dopaminérgico)

Puede hacer surgir en el escrito indicadores de hipertensión, astenia, euforia, inestabilidad emocional,
alucinaciones, reacciones paranoicas o maníacas. Ante la suspensión repentina del medicamento se
puede evidenciar indicadores de confusión y alucinaciones por lo que se debe tener en cuenta para no
confundirlos con alteraciones psíquicas permanentes, considerando equivocadamente al sujeto dentro
del porcentaje de parkinson demenciales.

Selegilina (inhibidor de la IMAO-B)

La selegilina administrada en conjunto con algunos antidepresivos o sedantes puede provocar


reacciones tóxicas. En esos casos se incrementarán en la escritura los signos de intoxicación por lo
que puede presentarse una mayor desorganización, un incremento de los temblores verticales, cierta
incoherencia en la dirección, un retardo en la velocidad habitual, desigualdades de la presión,
modificaciones en los parámetros de distancias entre letras, palabras y líneas, ausencia de
movimientos progresivos y un endurecimiento del trazado gráfico entre otros signos.

Otros datos a tomar en cuenta

Vemos entonces que el empleo de ciertos fármacos en la enfermedad de Parkinson puede modificar la
escritura al reducir, modificar o anular los temblores y generar además signos de alteraciones
somáticas o psíquicas independientes de la patología inicial que pueden prestarse a confusión.

Hoy tenemos conocimiento de que fármacos utilizados para aliviar la enfermedad de Parkinson, la
depresión, las alergias y las migrañas, entre otros, pueden producir efectos secundarios en la escritura
que podrían ser confundidos con síntomas de demencia, sobre todo en las personas de edad avanzada.

Sin embargo no por ello podemos dejar de lado el hecho de que en el estudio cronológico de la
escritura del enfermo de Parkinson y en cotejo con las características anteriormente presentadas por el
sujeto, ante el avance de la enfermedad, además de las fluctuaciones motoras, pueden evidenciarse
signos gráficos indicadores de alteraciones neuropsicológicas, depresión, alteraciones del estado de
ánimo, alteraciones en la percepción espacial e incluso en algunos casos como consecuencia de una
disminución profunda de la sustancia gris y blanca, que afectará a los ganglios basales, los núcleos de
la base, el tálamo y a las proyecciones de estas estructuras hacia el lóbulo frontal, puede generarse en
el 30 a 40 % de enfermos de Parkinson, una demencia subcortical.

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En estos casos las dificultades que se evidencian en la orientación, la memoria y la capacidad de
abstracción serán más por retardo o inhibición que por pérdida. Y serán más evidentes los signos de
distraibilidad, dificultades de la concentración y falta de motivación que los de amnesia.
Incrementándose la disminución de la atención, es decir los signos de hipoprosexia.

Conclusión

Vemos entonces que antes de efectuar un dictamen resulta fundamental realizar un análisis exhaustivo
del material escrito considerando los antecedentes personales del autor, el estado emocional al
momento de efectuarlo, la evolución que pueda presentar de acuerdo a la variabilidad en el tiempo,
como en el transcurso del día, qué funciones cognoscitivas se han visto afectadas, en que orden y en
qué tiempo de evolución, determinando la personalidad de quien la padece (su estructura psíquica, sus
fantasmas, su posición subjetiva frente a la vida y a la enfermedad), cuáles son los cambios de
personalidad que presenta y las particularidades de tal enfermedad. Es decir, sus correlaciones
médicas, sus trastornos específicos (tanto de la enfermedad como de los tratamientos efectuados),
evaluando los diferentes efectos que puedan producir determinados fármacos o tratamientos, ya que
una alteración tanto desde lo orgánico como desde lo psicológico puede afectar la escritura
produciendo modificaciones.

Pues de no tener en cuenta estas variables diagnósticas, se correría el riesgo de caer en especulaciones
teóricas. De esta manera nos aseguraremos de no atribuir al escritor otras causas que no sean las
reales y evitaremos confusiones que resulten perjudiciales para sus intereses.

Cronología de alteraciones óseas y musculares


Años 1984 – 1986 – 1990

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(A) Trazado sin levodopa – (B) Trazado con levodopa

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BIBLIOGRAFÍA

Neuropsiquiatría

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reproducción sin autorización expresa

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Detección de patologías psíquicas y físicas en la escritura manuscrita

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1er Congreso Internacional de Grafología – Universidad Adolfo Ibáñez - Santiago de Chile

LOS DIFERENTES ASPECTOS DE LA DESHONESTIDAD, SUS MOTIVACIONES E


IDENTIFICACIÓN EN LA ESCRITURA

María del Carmen Doyharzábal


Copyright © María del Carmen Doyharzábal – Todos los derechos reservados.
Prohibida su reproducción sin autorización expresa.

Séneca, filósofo latino (4 a.C. - 65 AD.), dijo: “Lo que las leyes no prohíben, puede prohibirlo la
honestidad”.

Desde siempre el hombre ha buscado a través de diferentes métodos de investigación una herramienta
eficaz que le permita acceder al conocimiento del psiquismo humano. Múltiples y variadas son las
herramientas que se implementan en la actualidad para investigarlo, para conocer sus motivaciones y
e indagar sobre las particularidades de su conducta.

Si bien entre una empresa y otra pueden existir ciertas diferencias en lo referente a su capacidad
financiera, su tecnología, etc., siempre en definitiva el éxito o fracaso de cada una de ellas depende de
la capacidad, compromiso y dedicación de sus empleados. Por lo que el reclutamiento y selección
constituye un aspecto crítico en el área de recursos humanos, ya que de la posibilidad de escoger el
personal más adecuado para cubrir un puesto preciso para determinadas labores, dependerá el éxito
empresarial.

Todo empresario sabe que más allá de las óptimas aptitudes que un sujeto pueda presentar para
desempeñarse en un determinado puesto o cargo, debe ser ante todo digno de confianza.

Hoy por hoy, casi todas las organizaciones en algún momento de su existencia han sufrido pérdidas a

49
consecuencia de algún tipo de acto ilícito o de deshonestidad. Fraudes contables, robos, hurtos,
espionaje industrial, estafas, falsificaciones, son sólo algunas de las múltiples posibilidades de delitos
que toda empresa puede sufrir de parte de alguno de sus empleados y que le genera una pérdida en la
rentabilidad. Por lo que, en las organizaciones, el principal interés está encaminado a desarrollar
sistemas de control interno que les permita prevenir e impedir estos actos.

La utilidad de la grafología

Y es aquí donde la grafología puede colaborar con su conocimiento y posibilidades a través del
estudio del gesto gráfico, identificando entre muchas otras cosas, rasgos y patologías de la
personalidad, carácter, estados anímicos, sentimientos, tendencias, conductas, motivaciones,
capacidades y aptitudes; permitiendo prever a la hora de considerar el contratar personal, que el
mismo no sólo sea el profesionalmente más capacitado posible, sino también el más honesto.

Esto es posible porque la escritura es el acto resultante de un complejo proceso psicofisiológico que
refleja la organización del Sistema Nervioso Central y los aspectos conscientes e inconscientes de la
psiquis. Está asociada a la evolución intelectual del individuo y a su capacidad lingüística y , de
hecho, son la evolución psicológica y la personalidad las que intervienen en la particular
interpretación que hace el sujeto respecto a los estímulos internos y externos que recibe, con lo cual el
modo en que éstos influyen en sus estados de ánimo incidirán consecuentemente en la realización de
formas gráficas particulares, siendo el Sistema Nervioso Central el que recibe, reconoce e integra las
señales del ambiente exterior y de otras partes del organismo, y el equilibrio bioquímico del cerebro
el que predispone a reaccionar de maneras variables, trasmitiendo la intensidad y frecuencia del
movimiento escritural conforme las condiciones y sus estados de excitación e inhibición, ocasionando
rasgos específicos que permitirán establecer las causas que los originan.

Como resultado de estas posibilidades es que la grafología puede contribuir con su conocimiento,
convirtiéndose en una herramienta más a utilizar en los recursos humanos, aportando datos que
permitan clarificar y acotar las posibilidades dentro de la evaluación, tanto de los diferentes
candidatos a seleccionar como colaborando en la investigación de los hechos ilícitos que ocurran en
una empresa.

La deshonestidad - motivaciones - la metáfora del nombre del padre

Ahora bien, para hablar de deshonestidad primero debemos tener en claro de qué se trata, ya que hoy
en día la deshonestidad se presenta bajo infinitas vestimentas.

Si bien apropiarse de bienes ajenos es deshonestidad, también lo es no respetar la palabra prometida,

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mentir, engañar, traicionar, estafar, descargar las responsabilidades propias sobre las espaldas de los
demás, explotar al prójimo o incurrir en abusos de cualquier índole.

Para poder evaluar la honestidad de un sujeto, es necesario tener en claro que su accionar responde al
estímulo del mundo que lo rodea y que cuando la deshonestidad se ha convertido en su modo de vida,
es porque ha desarrollado intereses y motivaciones desviadas. De modo que la motivación es la que lo
determina a actuar y es algo que éste tiene dentro de sí, en su fuero íntimo, ya que si bien la finalidad
del acto es lo que satisface la necesidad (apoderarse – engañar – mentir), es necesario que exista una
motivación que lo impulse a esa actuación. Y esas motivaciones pueden ser diversas, pero es de
considerar que siempre se originan en la metáfora del “nombre del padre”. Porque es en relación al
padre que se articulan los ideales y es este “nombre del padre” el que constituye una función
simbólica como representante de la ley.

El discurso de la cultura actual hace una propuesta iconoclasta promoviendo un desvío de la


conducta, empujando al sujeto a la búsqueda de la pura satisfacción, sin represión, impulsando así la
caída de los valores de la cultura. Sin embargo para que esto ocurra es necesario que exista en la
historia del sujeto, ese padre “que no pudo ser”, “que quedó fallido”, un padre que falta en lo
simbólico, es decir, que falte un “nombre del padre” que establezca un orden.

Pero, ¿a qué se denomina “nombre del padre”?.

Este concepto es introducido por Lacan para actualizar la teoría del Edipo propuesta por Freud. En
ciertas etapas del desarrollo de un sujeto puede existir o no la persona del padre, y esto no resultará
significativo siempre y cuando en la familia se satisfaga el requisito de que alguien cumpla la función
paterna, ya que si todo dependiese de la presencia física del padre, todos huérfano o hijo de padres
separados sería entonces un delincuente, y no existirían estos en las familia en las que existe un padre
físico.

A diferencia del “padre real” cuya función es articular el deseo del sujeto con la ley, se menciona
como el “nombre del padre” a una función simbólica que representa la ley y tiene un efecto de
anudamiento que une el deseo a la ley y a la sociedad.

De que el significante del nombre del padre se articule en el sujeto, dependerá que éste pueda en el
futuro tener figuras que representen la ley, sentir culpa, responsabilizarse, ya que sin el nombre del
padre no hay lazo social, se pierden las expectativas de humanidad. La ausencia del “nombre del
padre” significa la psicosis.

Por lo que en la deshonestidad, como en otros actos delictivos, si bien la finalidad del acto es lo que

51
satisface la necesidad, la motivación es lo que impulsa a la actuación y el origen de la motivación es
como articula los ideales y se relaciona con la figura del “padre”.

Si bien podemos hallar la deshonestidad tanto en personalidades neuróticas, psicopáticas como


psicóticas, por razones de los tiempos asignados en esta exposición dejaremos de lado los
condicionamientos psicóticos, ya que su espectro delictivo resulta demasiado complejo y extenso de
enumerar, como asimismo tampoco nos abocaremos a aquellas patologías orgánicas que afectan la
esfera moral de un sujeto, conduciéndolo a cometer actos deshonestos.

Las personalidades neuróticas, psicopáticas y el sentimiento de culpa

Sabemos que en la neurosis hay sólo una alteración parcial de la personalidad, que existe consciencia
de enfermedad, angustia y normal consciencia de realidad.

La pregunta es entonces ¿porqué el neurótico delinque? La respuesta es que el delincuente neurótico


comete un delito, porque está prohibido y su ejecución le provoca un alivio psíquico.

Cuando Freud analiza a este tipo de delincuente dice que su motivación reside en un sentimiento de
culpa que los impulsa, y que recuperan el equilibrio con el castigo que alivia la culpa. El delincuente
por sentimiento de culpa realiza el acto para ligar su preexistente sentimiento de culpabilidad con un
delito real. De esta manera el delito le permite racionalizar la culpa, provocando alivio a la tensión
que se produce entre las pulsiones inconscientes y las fuerzas reprimidas porque le permite liberarlas.

Es preciso recordar que el sentimiento de culpa es anterior a la culpa, ya que no surge con el delito,
sino que es producto de un conflicto psíquico inconsciente que proviene del complejo de Edipo y que
el heredero del complejo de Edipo es el Superyo que representa la consciencia moral, es decir,
encarna al padre restrictivo y prohibidor que impone los códigos morales, los comportamientos que se
consideran adecuados y las inhibiciones de la personalidad. Es decir, de acuerdo a Freud, el Superyo
queda asociado al sentimiento inconsciente de culpa que en el neurótico se traduce como “necesidad
de castigo”.

Sin embargo, existe otra clase de delincuente, el que comete un delito sin sentimiento de culpa y es el
psicópata. El psicópata maneja sus propios códigos, su propia ley interior, con sus propias creencias y
cierto desprecio por la normativa en general, que va a hacer que para él el concepto del deber, en el
sentido comunitario del término, sea distinto al de una persona común, y estos códigos propios son
los que le permiten tener una conducta hacia la comunidad y otra hacia sí mismo.

Sus escalas de valores son diferentes a las de los demás, no tiene introyectadas las normas, sino que

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las bordea. Para él las normas son un obstáculo a sortear y esta grave falla de la introyección de las
normas es debido a un funcionamiento patológico o ausencia total de Superyo. De ahí que el
psicópata sólo se siente responsable y culpable en tanto y en cuanto respete o no sus propios códigos
y no el de los otros.

No tiene culpa, porque la deposita en los otros, en consecuencia no se siente responsable, ni siente
remordimiento alguno. Esta falta de remordimiento es posible porque el psicópata cosifica a las
personas, es decir, les quita su rango de igual, su valoración de persona en sí y lo convierte en su
mente en una “cosa”. Y una “cosa” puede ser usada, manipularse y hacerse con ella lo que se desee.

Sin embargo ahora la pregunta es ¿pero por qué el psicópata puede manipular al otro sin que éste se
resista?

Esto es debido a que el psicópata capta, desde el primer momento, las necesidades irracionales del
otro, lo seduce, hace que el otro sienta que le es necesario, pero que él le es mucho más necesario para
el otro. Y esto es, por ejemplo, lo que ocurre en el caso del estafado, donde el psicópata trabaja con la
ambición del otro ofreciéndole algo que en situaciones normales sería difícil de adquirir. Trabaja
entonces, en primer lugar, con la ambición del otro y después, por supuesto, lo engaña.

Como es egosintónico con su accionar, para él lo que está haciendo está bien, es correcto y si algo
sale mal, la culpa no es de él sino del otro. Por eso desde el acto delictivo existe una gran diferencia
entre la neurosis y la psicopatía.

Todo neurótico se somete a sí mismo a la autoprohibición, la auto observación y la autocrítica moral y


de la misma manera en que de niño se veía obligado a obedecer a sus progenitores, de igual manera
se somete posteriormente a los imperativos de su Superyo. Por ello, por ejemplo, cuando el
neurótico obsesivo trasgrede las normas y comete un acto deshonesto, está siempre presente en él la
patología del autorreproche, el remordimiento y la culpabilidad, es decir que el sentimiento de culpa
forma parte de sus síntomas. Mientras que el psicópata ignora el sentimiento del bien común. La
atrofia que sufre en su plano afectivo no le permite incorporar normas y valores de convivencia
social, las normas comunes son para él sólo un obstáculo que se debe sortear y no lo inhiben. La
creación de códigos propios y su egocentrismo hacen que sólo esté atento a sus propias necesidades.
No se siente culpable puesto que para ello debería sentirse responsable de sus actos y tomar
consciencia de que falló y como ya hemos dicho, el psicópata siempre considera que no es él quien
falló, sino que fue el otro quien lo hizo fallar y es culpable de lo que sucedió, por lo que la culpa
siempre queda instalada del lado del otro y en él siempre existe lo que podríamos llamar entre

53
comillas “la inocencia”.

Las diferentes formas de deshonestidad

Vemos entonces que cuando decimos que un sujeto es deshonesto, estamos expresando, tal como
indica la palabra, que son sujetos con falta de honestidad, faltos de decencia moral, de honra.

No sólo es deshonesto el que roba o hurta o se aprovecha de los demás utilizando su


ingenio, también lo es aquel que miente, el que calumnia, el que promete lo que sabe que no va a
cumplir, es decir, el que no es sincero.

Cuando hablamos de insinceridad nos referimos a diferentes formas de engaño consciente, como la
mentira, acto que también encontraremos incluido en la estafa, la calumnia y la injuria y en donde el
mecanismo es siempre el mismo – engañar al otro en beneficio propio. Tanto se puede mentir a través
del ocultamiento, como del falseamiento. La diferencia se basa en que el que utiliza el ocultamiento
no da toda la información que tiene en conocimiento, es decir, no dice todo lo que sabe en realidad, y
si bien no está faltando a la verdad, la está ocultando, en cambio el que falsea no sólo no dice lo que
sabe, sino que brinda una información falsa como real.

Si bien cuando se dice que alguien es insincero pensamos siempre en la intención deliberada de
engañar a otros, no podemos sin embargo dejar de tomar en cuenta que, en ciertos casos, puede no
ser un engaño voluntario. Dentro de este último grupo incluimos a los sujetos para los que, debido a
determinadas alteraciones psicopatológicas, la mentira se convierte en una característica axial en su
vida y se sienten impelidos a mentir, como sucede con los mitómanos que llegan a confundir la
fantasía con la realidad en un intento inconsciente de rechazar la frustración del deseo, impulsados
por una sobrecompensación narcisista permanente.

Dejando de lado este caso en particular, si en una escritura evidenciamos la tendencia a la


insinceridad y el engaño, es un signo de atención, si bien no siempre significará la búsqueda del
beneficio material, pues puede ser simplemente la tendencia a no decir la verdad o al fingimiento,
mas, si se detecta aunado a signos de posesionismo, se agrava el problema. Cuando nos referimos a
signos de posesionismo lo consideramos, en este caso, como la tendencia a tomar posesión de algo
tanto a través de actos clandestinos, obteniendo algo de forma oculta o furtiva; de mala fe, obteniendo
algo de forma ilegítima y a sabiendas; en forma turbativa, o sea obteniendo algo violentando lo que
pasivamente tenía otro o en forma violenta, que es cuando se obtiene algo con el uso de la violencia.
Como indicadores de posesionismo consideraremos los signos de materialismo y acaparación,
entendiendo el materialismo como la sobrevaloracion material de objetos o dinero de forma

54
exagerada y la acaparación como la tendencia obsesiva a poseer objetos que se consideren de valor.

Sin embargo, aun en estos casos, no siempre será posible asegurar que la deshonestidad de un sujeto
llegue al extremo del robo o del hurto. Para ello será necesario que se evidencien en el escrito los
signos que se consideran de apropiación indebida. Es decir, la tendencia a apoderarse ilegítimamente
de una cosa de forma total o parcialmente ajena utilizando la fuerza, como resulta en el caso del robo,
o sin utilizarla como sucede en el caso del hurto.

Cleptomanía

Como un caso en particular, no podemos dejar de mencionar a la cleptomanía, donde el sujeto no roba
por necesidad económica.

Si bien la ley no lo libera de toda culpa, sí considera este trastorno como un atenuante.

El DSM IV incluye a la cleptomanía dentro de los trastornos del control de los impulsos,
especificando que consiste en la dificultad que presenta un sujeto para poder controlar los impulsos de
robar cualquier objeto a pesar de que éste carezca de valor económico o no le resulte necesario para
su uso personal. Hoy, nuevas teorías, han comenzado a asociar la cleptomanía con un desorden de la
voluntad, que en algunos casos, se corresponden a deficiencias químicas cerebrales. El cleptómano
siente una tensión creciente inmediatamente antes de cometer el robo, siente liberación, bienestar o
gratificación en el momento en que lo comete y una vez que la euforia desaparece siente ansiedad,
culpa, e ingresa en un estado depresivo, ya que es consciente de que se trata de un acto equivocado,
que carece de sentido y que está cometiendo un delito. Sin embargo, aquí, el impulso se impone a la
norma moral.

Su diferencia con el ladrón ordinario, es que no planea con anticipación el acto, roba a pesar de tener
medios para adquirirlo y de que tenga poco o ningún valor, no utiliza cómplices, jamás usa o vende
lo que ha sustraído, sino que lo oculta en su hogar y en algunas ocasiones hasta lo devuelve
secretamente. En la cleptomanía, la tendencia compulsiva hacia la apropiación de objetos se debe a
que estos, para el sujeto, están imbuidos de un halo afectivo, Su acto es la consecuencia de un
conflicto emocional que simbólicamente descarga a través de sus hurtos. Aquí el objeto sustraído
suple, simbólicamente, sus carencias afectivas históricas.

Algunos aspectos gráficos de la deshonestidad

Hasta ahora hemos visto cuales pueden ser algunas de las características de la personalidad y
motivaciones que pueden conducir a un sujeto a ser deshonesto. Vamos a ver ahora entonces cuáles

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son desde lo grafológico algunos de los componentes que nos permitirán diferenciar algunas de estas
actuaciones.

Siempre deberá tenerse en cuenta que no existen signos aislados y que el análisis de la escritura debe
efectuarse interpretando las características generales y particulares que se hallen presentes

 La extrema diferencia entre firma y escritura, es indicadora de las dificultades que


presenta el sujeto para adaptarse e integrarse a la sociedad. La insatisfacción, la inconstancia
en la conducta. La máscara que se impone para mostrarse ante los demás.
 La escritura ilegible, señalará la insinceridad, la tendencia a rodear las cosas con un halo de
misterio, la necesidad de intrigar o de hacer dudar, la falta de sentido moral que lo conduce a
huir de las responsabilidades
 La ilegibilidad por deformación de las letras, marcará la ocultación de la verdadera
personalidad con la intención de esconder o encubrirse, que tanto puede estar originada por
sentimientos de culpa, por inadaptación o por inseguridad. Denotando la tendencia a rodear
las cosas con un halo de misterio, la necesidad de intrigar o de hacer dudar, la falta de sentido
moral que lo lleva a huir de las responsabilidades y la insinceridad. Evidenciando a su vez un
narcisismo que no le permite tener en cuenta a otra persona que no sea él mismo.
 Las letras poco claras, equívocas, indicarán el descuido de la verdad – siendo su
interpretación semejante a las anteriormente mencionadas – El sujeto tiende a equivocar para
favorecerse, con la intención de engañar.
 Los márgenes ocupados con texto, demostrarán la tendencia a la tergiversación de los
valores y el desorden, siendo a su vez un síntoma del poco respeto que el sujeto posee hacia
lo que le pertenece a otros.
 Un texto que ocupa toda la página, indicará la falta de respeto por el lugar de los demás y lo
que les pertenece.
 Los márgenes ocupados con texto, demostrarán la tendencia a la tergiversación de los
valores y el desorden, siendo a su vez un síntoma del poco respeto que el sujeto posee hacia
lo que le pertenece a otros.
 El borde superior ausente, será el reflejo de la inadaptación y un reforzante de avaricia.
 El borde superior que se desplaza excesivamente hacia abajo, señalará la falta de
sociabilidad y el materialismo.
 Un margen izquierdo en reducción progresiva, evidenciará la organización defectuosa del
sujeto, el egoísmo, el egocentrismo, la codicia, la tendencia a no cumplir las promesas
hechas. Será a su vez un reforzante de avaricia o de apatía.
 Un margen que avanza sobre el borde de la hoja, marcará la impulsividad inconsciente

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que no puede contenerse, la irreflexión, la agresividad y los problemas de adaptación.
Pudiendo señalar el afán de aventuras y riesgos.
 Los márgenes derecho e izquierdo irregulares, denotarán la inestabilidad afectiva y las
dificultades de adaptación
 Las jambas que invaden el renglón siguiente, (cuando no se corresponden con alteraciones
digestivas), evidenciarán que las necesidades instintivas primarias – materiales son el punto
de referencia del sujeto. A su vez serán indicadoras del volumen de excitación instintiva y de
la falta de discriminación ética. Mientras que si son demasiado largas y estrechadas:
denotarán el excesivo gusto por el dinero y que las necesidades que lo impulsan tiene fines
económicos.
 Las jambas regresivas, revelarán la existencia de un conflicto o frustración que genera un
estado de insatisfacción y la avidez de placer, dinero o bienes materiales. Son indicadoras de
la necesidad de apropiación y acaparamiento.
 Los ganchos iniciales, denotarán el materialismo y egoísmo sórdido, la actitud de no dar
nada, el resentimiento, la susceptibilidad, la sequedad de conciencia con falta de generosidad
y de espíritu de sacrificio.
 Los ganchos finales, señalarán la avidez, el acaparamiento, el afán de posesión que se lleva a
la práctica. La necesidad de llevar a la práctica los propósitos con necesidad de retener.
 Los rasgos fijados desde zona inferior, indicarán la predisposición materialista, la
hipocresía, la insinceridad, la deslealtad. La actitud narcisista unida a intereses materiales.
 Los finales de mayúsculas prolongados hacia abajo, señalarán el materialismo.
 Los espirales al inicio y final de palabras, serán el reflejo del egocentrismo, el egoísmo, el
deseo de posesión. La tendencia consciente o inconsciente, de acuerdo a la ubicación,
de apoderarse de lo ajeno.
 El predominio de los movimientos excesivamente sinistrógiros: Indicarán una sensibilidad
reprimida., el excesivo egocentrismo y narcisismo que tanto puede encubrir la tendencia a la
hipocresía, la falsedad y la mentira, como la tendencia a la apropiación indebida.
 Los trazos finales prolongados con tendencia a la izquierda, (largo, desproporcionado, en
curva ascendente regresiva) Denotarán la tendencia al acaparamiento insolente, segura y
audaz. (“Rizo del descaro” de Moretti). La apropiación audaz de lo que es propiedad de los
demás.
 El estrechamiento entre palabras, señalará la falta de educación y de cortesía. La tendencia
a ocupar el tiempo y el espacio de los demás. La deficiencia en la apreciación de los valores.
La falta de juicio crítico y la falsedad en las afirmaciones Siendo, entre otros signos, uno de
los indicadores de un fuerte desarrollo del carácter oral.
 Excesivo espaciamiento entre palabras: Restricción de los contactos con los otros.

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 Los espaciamientos muy variables entre letras, palabras y líneas, reforzarán los conceptos
de agresividad y versatilidad.
 El tamaño excesivamente grande, evidenciará el desconocimiento de los propios límites, la
falta de predisposición para reconocer las normas. La tendencia del sujeto a interpretar de
manera deformada la realidad, viéndola no tal cual es sino de acuerdo a sus ideas y deseos.
Será indicador a la vez de la falta de consideración por la personalidad, derechos o
pertenencias de los otros. La ambición desmedida y la vanidad que evidencie serán, en este
caso, una supercompensación del sentimiento de inferioridad.
 El tamaño excesivamente pequeño, será indicador de que posee un campo de consciencia
estrecho que limita su capacidad para comprender. Denotando a su vez avaricia o disimulo.
 El tamaño excesivamente irregular, será un reforzante de mentira, de inadaptación
emocional, debilidad, inconstancia y falta de disciplina. Indicando asimismo que posee un
concepto de sí mismo que es oscilante.
 Las disminuciones bruscas del tamaño, reflejarán el disimulo, la falsedad, la hipocresía.
Siendo a su vez indicador de la debilidad moral que compromete la honestidad.
 La dirección excesivamente ascendente, evidenciará el desorden moral y una ambición
excesiva y temeraria.
 La dirección sinuosa o muy irregular, reflejará la falta de principios morales donde a través
del empleo sistemático de la mentira, el oportunismo y la astucia, el sujeto variará su
conducta y utilizará cualquier medio para obtener lo que desea
 Las palabras sinuosas denotarán una excesiva influenciabilidad y la falta de criterio.
Cuando a la sinuosidad se le sume el trazado ascendente, la falsedad y la traición pueden ser
una forma de actuación ya que, ambición más flexibilidad, darán lugar al empleo sistemático
de medios tortuosos para llegar a la meta propuesta.
 Escritura complicada, constituida por trazos innecesarios que no están en el modelo
gráfico, será un indicador de la necesidad de llamar la atención y de influir en los demás. La
tendencia amoral, a enredar las cosas, de intrigar con mala fe o causar daño a otros
transformando o deformando la realidad en su propio beneficio.
 Los lazos en la zona superior excesivamente inflados, serán indicadores de vanidad,
acaparamiento y narcisismo. La falta de equilibrio y de justeza de juicios. La poca adaptación
mental y auto imagen deformada.
 La escritura redonda, indicará la autoindulgencia egocéntrica y confirmará la tendencia al
engaño, la falta de honestidad, el disimulo de las intenciones y la predisposición a las insidias
verbales.
 La escritura anillada, Indicará la posición narcisista, el instinto de posesión, la tendencia a
generar intrigas, la falsedad y la habilidad para engañar manipulando a los otros, con

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intención egoísta y ninguna consideración real hacia ellos.
 La escritura filiforme señalará un Yo evasivo. La tendencia a rodear las cosas con un halo
de misterio. Una inteligencia oportunista. La necesidad de intrigar o de hacer dudar. La falta
de sentido moral que lo lleva a huir de las responsabilidades. La tendencia a no decir siempre
la verdad. Reflejará la insinceridad, la mentira, la ambigüedad y la adaptación simulada. Será
un signo de confianza dudosa y de la adaptación de acuerdo a las circunstancias, señalando
además a un sujeto que hábilmente puede penetrar y captar las necesidades de los demás y
engañarlos, siendo común hallarlo en los estafadores y los falsificadores. Indicará, a su vez, la
tendencia a huir de las responsabilidades. Los finales filiformes intencionales dentro del
contexto de una escritura de velocidad lenta, indicarán la astucia, la evasión y la mentira,
donde la tendencia al fraude, la hipocresía, el disimulo y el engaño serán una forma de
actuación permanente. Denotará a su vez a un sujeto que promete cosas que sabe que no va a
conceder y que no va a cumplir.
 La escritura con exceso de arcadas, indicará la tendencia al disimulo, a la ocultación y la
simulación, reflejando el encubrimiento de la verdadera personalidad y la insinceridad. Aquí
la predisposición a la mentira y el hábil manejo de las apariencias tienen un importante papel
en el engaño, el fraude o la estafa. La amabilidad hipócrita, la ocultación, la simulación, el
egoísmo y el cinismo serán otras de las características propias de este signo. Siendo también
indicador de la predisposición a la apropiación y al acaparamiento.
 La inclinación muy sinistrógira, denotará la falta de espontaneidad y la necesidad de actuar
y pensar en beneficio propio, llevado por el narcisismo, el egocentrismo y el egoísmo. Si se
acentúa en la zona inferior señalara la avidez por el dinero y los bienes materiales.
 La inclinación irregular o desigual, será indicadora de la inadaptación al medio ambiente.
A su vez demarcará la tendencia a los cambios de actitud de tipo moral donde la intensidad
del deseo altera el sentido de la honradez.
 La velocidad lenta, reflejará el disimulo, la insinceridad, la auto ocultación y la
holgazanería. Acompañada con una presión floja, pastosa, blanda y dirección descendente,
señalará un sujeto fácilmente influenciable por el ambiente circundante.
 La velocidad retardada, será un índice de freno, que reduce la espontaneidad.
 La velocidad explosiva en golpes de látigo, sacudida, señalará la mala regularización de las
pulsiones instintivas.
 La continuidad interrumpida, es decir excesivamente desligada, indicará la poca
adaptación a los problemas, el egoísmo y el narcisismo. Siendo a su vez reforzante de
avaricia.
 La presión floja, sucia, empastada, gruesa y blanda, dura, muy acerada, masiva,
desigual masiva, desigual acerada, desplazada, las diferentes formas en que se evidencie la

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presión en el escrito, serán indicadoras de diferentes energías desplazadas o aumentadas del
impulso, donde, por ejemplo, una presión floja evidenciará la predisposición a quedar
fácilmente influido por los otros, la falta de resistencia que tendrá a las presiones del
ambiente que lo rodea y la moralidad dudosa; mientras que si se evidencia como acerada,
reflejará la imposibilidad que posee de contener el impulso y la necesidad de descargar en
forma inmediata la tensión que lo domina exteriorizándolo a través de una acción motriz o
verbal. Será a su vez la falta de tolerancia a la frustración y la necesidad de satisfacer en
forma inmediata sus deseos; si es masiva, marcará la predisposición a las descargas violentas
estallando en el momento menos esperado, y de forma desproporcional a la causa motivante,
siendo intolerante e incomprensivo. Indicando a la vez la necesidad imperiosa que posee de
dominar a los otros, el materialismo excesivo, la brutalidad o directamente el instinto bestial.
Si se evidencia como dura, será un indicador de la incapacidad que posee para desarrollar
afectos, siendo inútil tratar de hallar en el mismo un lado sentimental o una adaptación al
sentimiento general, ya que primarán sus ideas y deseos sin importarle las necesidades de los
otros. La presencia de una presión excesiva con un incremento del calibre – que puede
identificarse con la denominada presión robusta en sentido negativo con un calibre de ¾ -
denotará la búsqueda de satisfacciones materiales, la falta de consideración por la
personalidad de los otros y la predisposición a imponer en su trato sus preferencias con el
solo fin de satisfacer sus tendencias materialistas. La presencia en este caso, en el escrito de
barras de t en maza, será la tendencia materialista sumada a la brusquedad que puede
determinar un sujeto brutal capaz de adquirir características bestiales para obtener lo que
desea.
 Letras con borrones o llenas de tinta: Pereza. Inestabilidad. Renunciar ante las dificultades.
 Las letras omitidas acompañadas de una ejecución lenta, serán el equivalente a la
desaparición. A su vez indicarán la predisposición a la negligencia o al descuido.
 Los retoques o correcciones, se presentarán en ocasiones, por la interferencia de la actividad
inconsciente donde los impulsos o contenidos frustrantes o de culpabilidad, casi siempre
reprimidos, bloquearán la intención consciente. Siendo característicos de las tendencias
compulsivas que se evidencian en los obsesivos y en los cleptómanos por sentimiento de
culpabilidad inconsciente. El retoque intencional lento, realizado como un dibujo señalará la
mala consciencia, la insinceridad y la tendencia a engañar.
 La tendencia a escribir la misma letra de diferentes maneras, será un indicador de la
variabilidad y la labilidad.
 La escritura suspendida – donde algunas letras se interrumpen antes de tomar contacto con
la base de la línea media - , será indicadora de la represión consciente en la manifestación por
no considerarlo adecuado, pudiendo estar provocada por la intención de disimular, mentir u

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ocultar, ya sea por conveniencia o por temor. Sin embargo, de acuerdo al ambiente gráfico en
el que se encuentre, señalará también el sentimiento de culpa inconsciente producto de la
conflictiva relación del Superyo con el Yo. La tensión que se produce entre el rendimiento
que puede lograr el Yo y las aspiraciones de la consciencia será sentida, en este caso, como
sentimiento de culpabilidad.
 La escritura inacabada, donde se abrevia, omite o deja palabras o letras sustituyéndolas por
trazo en los finales – señalará en estos casos, la mala fe.
 Las letras minúsculas que se escriben en mayúscula o viceversa, pueden ser indicadoras
de la falta de valores o indicar una tendencia al desequilibrio.
 Las mayúsculas en lugar de minúsculas, serán el reflejo de la falta de discriminación ética,
de la oposición a las normas, de la tendencia a engañar y la locuacidad empleada con el fin de
engañar, siendo común en los estafadores.
 Letras o palabras intencionalmente equivocadas (cuando el sujeto está acostumbrado a
escribir)
 Letras rotas, quebradas o fragmentadas: Tendencia a ocultar las emociones profundas.
Instinto parasitario. (separación del trazo de letra a). Necesidad de aprovecharse de los demás.
Tendencia a pensar prescindiendo de los sentimientos de afecto.
 Letras rotas, compuestas de dos pedazos juntos, serán confirmadoras de la insinceridad.
 Los óvalos con bucles internos, reflejarán la tendencia a acaparar, la insinceridad, la
actuación interesada y la habilidad para aprovecharse de los otros.
 Los óvalos excesivamente curvos (como un canuto), Revelarán la tendencia a la deslealtad,
la falsedad o la ocultación. Siendo característico del sujeto que cree que todo gira en torno a
sí mismo.
 Los óvalos abiertos por debajo y realizados en sentido de las agujas del reloj,
corresponderán a un movimiento de encubrimiento del Yo. Este signo será indicador de la
tendencia a la apropiación, al acaparamiento, la hipocresía y a la bajeza. Señalará a su vez la
ocultación interesada para obtener beneficios, la falta de escrúpulos, la tendencia a deformar
la realidad de acuerdo a la conveniencia, la mentira y la mala fe.
 Los óvalos cerrados con dos bucles, denotarán el disimulo como principio de vida y la
tendencia a jugar a dos caras.
 Óvalos con doble vuelta, mostrarán a un sujeto que puede ser persuasivo y capaz de
convencer a los demás aun no estando seguro. Pudiendo fácilmente engañar a los demás, pues
puede argumentar ya sea mintiendo por interés o por egocentrismo. Poseerá un buen manejo
de la intriga, pudiendo embrollar las situaciones en su propio beneficio.
 Los óvalos con protuberancia en cuadrante inferior derecho con un rasgo envolvente en
la zona de cierre, indicarán la tendencia a la apropiación indebida, el poco respeto por la

61
propiedad ajena, y la astucia sin escrúpulos. Con un rasgo envolvente en la zona de cierre y
signos sinistrógiros en espiral: será un indicador de cleptomanía.
 La letra p en dos trazos conformando un número 12, señalará la sinceridad dudosa y la
falta de espontaneidad en los actos. El segundo trazo realizado en voluta revelará una
naturaleza egoísta, que esconde lo que piensa y la tendencia al positivismo.
 La letra s que cae en el principio, mitad y final de la palabra, indicará la tendencia a
mentir, la falsedad, la falta de ética, la tendencia deshonesta en el manejo del dinero y la
tendencia al robo.
 Los puntos innecesarios que se presentan en grupos, de acuerdo a las restantes
características gráficas, serán indicadores de la predisposición al robo o al hurto.
 Las garras de gato, revelarán el ocultamiento de las malas intenciones.
 La firma con predominio del movimiento, con características negativas, indicará
mayoritariamente a la persona que no se siente cómoda en los patrones habituales de
conducta y que por lo tanto actúa de alguna manera rompiéndolos, ya que vivencia estas
limitaciones como una forma de coartación a su libertad de acción o expresión. Reflejará la
tendencia a rebelarse ante todo aquello que signifique autoridad, norma o disciplina. Siendo
una característica de las firmas de los delincuentes, de los sujetos con una personalidad
conflictiva y de todo aquel que necesita ocultar sus intenciones y verdadera personalidad.
 La firma ilegible, conformada por bucles generando un movimiento anillado, en un
contexto general negativo o de escritura anillada, señalará la tendencia a engañar en forma
inescrupulosa mediante la astucia y la mentira, la habilidad para manipular a los otros
adoptando una actitud amable, encubriendo de esta manera el egoísmo de quien busca
solamente su propio beneficio.
 La firma ilegible con velocidad lenta, señalará la tendencia a la deslealtad y a la intriga.
 La firma ilegible con un texto legible de connotación negativa, corresponderá al sujeto que
se oculta tras una máscara, para confundir y no dejar ver a los demás lo que verdaderamente
es; siendo también indicadora de la tendencia a escaparse de la realidad.
 La firma ilegible con un texto ilegible o confuso, será el reflejo del disimulo, la ocultación
y el engaño.
 Firma ilegible o muy embrollada por la rúbrica, con texto normal, señalará la astucia y
habilidad para complicar las cosas, siendo u signo de falseamiento y auto ocultación.
 Los grupos de puntos innecesarios al final de la firma, indicarán la mala intención y la
tendencia a los actos deshonestos.

Dentro de los signos de puntuación también podemos hallar elementos que contribuyan a la

62
interpretación, algunos de ellos son, por ejemplo:

 Los guiones largos, dobles y los dos puntos ennegrecidos, denotarán a un sujeto que se
encuentra en una situación de conflicto, que se siente en un callejón sin salida y teme ser
descubierto.
 Los puntos suspensivos o los dos puntos frecuentes, señalarán la mentira por omisión y el
temor a ser descubierto.
 Las comas muy grandes, indicarán generalmente, la predisposición a la actividad doble,
marginal e ilícita.
 Los puntos de letra i altos y gruesos, significarán la tendencia a contaminar la realidad con
aspectos materiales dejando de lado la jerarquización de valores.
 Los puntos de letra i omitidos, no sólo corresponderán a la distracción, también pueden ser
indicadores del rechazo a la autoridad y a la rebelión contra el conformismo.

De la misma manera, puede evidenciarse la deshonestidad en las cifras, ya que existe una notable
relación entre los números y los problemas de posesión de bienes, el afán de riqueza, la avaricia y el
sentido de propiedad. Veremos entonces por ejemplo que:

 Los números ubicados en forma desordenada, acompañados de otros signos de


deshonestidad, revelarán la tendencia a falsear, a deformar la vedad y a mentir. Señalando a
su vez la falta de claridad en el juicio de valores.
 Los números sinistrógiros, pueden ser indicadores de la falsedad y el disimulo de las
verdaderas intenciones en cuestiones de dinero.
 Los números complicados o adornados, evidenciarán la habilidad que posee el sujeto para
captar el interés de los otros en lo referente a cuestiones económicas, guiado por un
exacerbado instinto de posesión. Con un nivel excesivamente bajo, indicarán la tendencia a
actuar de mala fe, enredando o confundiendo las situaciones.
 Los números demasiado curvados, denotarán la poca solvencia moral en los pagos.
 Los números cerrados con doble anillo, revelarán la falta de sinceridad.
 Los números con movimientos concéntricos, regresivos o sinistrógiros, señalarán el
egoísmo acaparador y la exigencia reinvidicatoria en lo que se refiere al dinero.
 Los números realizados intencionalmente con poca claridad, indicarán la predisposición a
confundir y engañar a los demás en las cuestiones materiales.

Todos y cada uno de estos gestos son solamente algunos de los muchos otros existentes que
combinados entre sí nos permitirán identificar la tendencia a la deshonestidad en un sujeto.

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En busca de la verdad

La herencia biológica, la educación familiar y social, las vivencias acumuladas, le otorgan al hombre
una personalidad particular.

Muchas veces, para algunos, la búsqueda de la satisfacción y del beneficio propio, no les permite
mantener una actitud honesta y de respeto hacia sus semejantes. Sus propias motivaciones lo
convierten en un imposible.

Hemos dicho al comienzo que, “si bien apropiarse de bienes ajenos es deshonestidad, también lo es
no respetar la palabra prometida, mentir, engañar, estafar, descargar las responsabilidades propias
sobre las espaldas de los demás, explotar al prójimo, o incurrir en abusos de cualquier índole.”

Detectar estas tendencias y sus motivaciones es una de las posibilidades que ofrece la grafología al ser
una herramienta eficaz, que a través de un proceso válido y fiable permite resolver en forma rápida
estos requerimientos, contribuyendo en la búsqueda de la verdad.

Búsqueda verdaderamente necesaria, ya que como expresó el literato suizo, Alejandro Vinet “La
verdad no es sólo una idea que es preciso conocer; es además un aire que es preciso respirar”.

Bibliografía:

Psicología - Psiquiatría:

Fresina Alberto E. – Las leyes del psiquismo – Ed. Fundar- Argentina. 1999.
Marietán Hugo – La culpa – Curso sobre psicopatía a distancia, 2004.
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Marzo 2000.
Marietán Hugo – Semiología Psiquiátrica, Ed. Ananke, Bs.As. 1998, 2º Edición
Mata, Eduardo: "Neurobiología del Psicópata". Alcmeon, Revista de Clínica Neuropsiquiátrica, Vol.
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Mazzuca Roberto – El psicópata y el nombre del padre - Buenos Aires, octubre de 2005, Congreso
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Sigmund Freud, Más allá del Principio del Placer- Obras completas- Ed. Orbis, S.A. 1998.
Sigmund Freud, El Porvenir de un Ilusión. Obras completas- Ed. Orbis, S.A. 1998.
Sigmund Freud, Los que delinquen por sentimiento de culpabilidad. Obras completas- Ed. Orbis, S.A.
1998.

64
Grafología:

Crepieux – Jamin J. – ABC de la grafología – Ediciones Ariel – Barcelona – 1957.


Doyharzábal María del Carmen – Identificación del perfil de personalidad del psicópata – Apuntes de
cátedra de grafopatología – 2004.
Doyharzábal María del Carmen – La presión en la escritura – apuntes de cátedra – 1998.
Doyharzábal, María del Carmen – Apuntes de grafopatología – 1998.
Doyharzábal, María del Carmen – La deshonestidad en la escritura – Seminarios – 1998.
Doyharzábal, María del Carmen – La deshonestidad en la escritura – Seminarios – 2000.
Doyharzábal, María del Carmen – Seminarios de grafopatología – 2000.
Klages Ludwig – Escritura y carácter – Ed. Paidos – Bs. As.
Royán Meyniel Andrés – Tratado de grafocrítica – Ed Trivium S.S., Madrid, 1992.
Streletski Camillae – Précis de graphologie pratique – Éditeurs Vigot Frères – 1936
Vels Augusto - Diccionario de Grafología y términos Psicológicos afines 4º Edición - Ed. Herder
Vels Augusto – Grafología de la “A” a la “Z” – Ed. Herder – 2000.
Vels Augusto – Grafología estructural y dinámica –– 1997 – 2edición. Ed Herder

Copyright © María del Carmen Doyharzábal – Todos los derechos reservados.


Prohibida su reproducción sin autorización expresa.

Detección de patologías psíquicas y físicas en la escritura manuscrita

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1er Congreso Internacional de Grafología – Universidad Adolfo Ibáñez - Santiago de Chile

LOS DIFERENTES ASPECTOS DE LA DESHONESTIDAD, SUS MOTIVACIONES E


IDENTIFICACIÓN EN LA ESCRITURA

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María del Carmen Doyharzábal
Copyright © María del Carmen Doyharzábal – Todos los derechos reservados.
Prohibida su reproducción sin autorización expresa.

Séneca, filósofo latino (4 a.C. - 65 AD.), dijo: “Lo que las leyes no prohíben, puede prohibirlo la
honestidad”.

Desde siempre el hombre ha buscado a través de diferentes métodos de investigación una herramienta
eficaz que le permita acceder al conocimiento del psiquismo humano. Múltiples y variadas son las
herramientas que se implementan en la actualidad para investigarlo, para conocer sus motivaciones y
e indagar sobre las particularidades de su conducta.

Si bien entre una empresa y otra pueden existir ciertas diferencias en lo referente a su capacidad
financiera, su tecnología, etc., siempre en definitiva el éxito o fracaso de cada una de ellas depende de
la capacidad, compromiso y dedicación de sus empleados. Por lo que el reclutamiento y selección
constituye un aspecto crítico en el área de recursos humanos, ya que de la posibilidad de escoger el
personal más adecuado para cubrir un puesto preciso para determinadas labores, dependerá el éxito
empresarial.

Todo empresario sabe que más allá de las óptimas aptitudes que un sujeto pueda presentar para
desempeñarse en un determinado puesto o cargo, debe ser ante todo digno de confianza.

Hoy por hoy, casi todas las organizaciones en algún momento de su existencia han sufrido pérdidas a
consecuencia de algún tipo de acto ilícito o de deshonestidad. Fraudes contables, robos, hurtos,
espionaje industrial, estafas, falsificaciones, son sólo algunas de las múltiples posibilidades de delitos
que toda empresa puede sufrir de parte de alguno de sus empleados y que le genera una pérdida en la
rentabilidad. Por lo que, en las organizaciones, el principal interés está encaminado a desarrollar
sistemas de control interno que les permita prevenir e impedir estos actos.

La utilidad de la grafología

Y es aquí donde la grafología puede colaborar con su conocimiento y posibilidades a través del
estudio del gesto gráfico, identificando entre muchas otras cosas, rasgos y patologías de la
personalidad, carácter, estados anímicos, sentimientos, tendencias, conductas, motivaciones,
capacidades y aptitudes; permitiendo prever a la hora de considerar el contratar personal, que el
mismo no sólo sea el profesionalmente más capacitado posible, sino también el más honesto.

66
Esto es posible porque la escritura es el acto resultante de un complejo proceso psicofisiológico que
refleja la organización del Sistema Nervioso Central y los aspectos conscientes e inconscientes de la
psiquis. Está asociada a la evolución intelectual del individuo y a su capacidad lingüística y , de
hecho, son la evolución psicológica y la personalidad las que intervienen en la particular
interpretación que hace el sujeto respecto a los estímulos internos y externos que recibe, con lo cual el
modo en que éstos influyen en sus estados de ánimo incidirán consecuentemente en la realización de
formas gráficas particulares, siendo el Sistema Nervioso Central el que recibe, reconoce e integra las
señales del ambiente exterior y de otras partes del organismo, y el equilibrio bioquímico del cerebro
el que predispone a reaccionar de maneras variables, trasmitiendo la intensidad y frecuencia del
movimiento escritural conforme las condiciones y sus estados de excitación e inhibición, ocasionando
rasgos específicos que permitirán establecer las causas que los originan.

Como resultado de estas posibilidades es que la grafología puede contribuir con su conocimiento,
convirtiéndose en una herramienta más a utilizar en los recursos humanos, aportando datos que
permitan clarificar y acotar las posibilidades dentro de la evaluación, tanto de los diferentes
candidatos a seleccionar como colaborando en la investigación de los hechos ilícitos que ocurran en
una empresa.

La deshonestidad - motivaciones - la metáfora del nombre del padre

Ahora bien, para hablar de deshonestidad primero debemos tener en claro de qué se trata, ya que hoy
en día la deshonestidad se presenta bajo infinitas vestimentas.

Si bien apropiarse de bienes ajenos es deshonestidad, también lo es no respetar la palabra prometida,


mentir, engañar, traicionar, estafar, descargar las responsabilidades propias sobre las espaldas de los
demás, explotar al prójimo o incurrir en abusos de cualquier índole.

Para poder evaluar la honestidad de un sujeto, es necesario tener en claro que su accionar responde al
estímulo del mundo que lo rodea y que cuando la deshonestidad se ha convertido en su modo de vida,
es porque ha desarrollado intereses y motivaciones desviadas. De modo que la motivación es la que lo
determina a actuar y es algo que éste tiene dentro de sí, en su fuero íntimo, ya que si bien la finalidad
del acto es lo que satisface la necesidad (apoderarse – engañar – mentir), es necesario que exista una
motivación que lo impulse a esa actuación. Y esas motivaciones pueden ser diversas, pero es de
considerar que siempre se originan en la metáfora del “nombre del padre”. Porque es en relación al
padre que se articulan los ideales y es este “nombre del padre” el que constituye una función
simbólica como representante de la ley.

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El discurso de la cultura actual hace una propuesta iconoclasta promoviendo un desvío de la
conducta, empujando al sujeto a la búsqueda de la pura satisfacción, sin represión, impulsando así la
caída de los valores de la cultura. Sin embargo para que esto ocurra es necesario que exista en la
historia del sujeto, ese padre “que no pudo ser”, “que quedó fallido”, un padre que falta en lo
simbólico, es decir, que falte un “nombre del padre” que establezca un orden.

Pero, ¿a qué se denomina “nombre del padre”?.

Este concepto es introducido por Lacan para actualizar la teoría del Edipo propuesta por Freud. En
ciertas etapas del desarrollo de un sujeto puede existir o no la persona del padre, y esto no resultará
significativo siempre y cuando en la familia se satisfaga el requisito de que alguien cumpla la función
paterna, ya que si todo dependiese de la presencia física del padre, todos huérfano o hijo de padres
separados sería entonces un delincuente, y no existirían estos en las familia en las que existe un padre
físico.

A diferencia del “padre real” cuya función es articular el deseo del sujeto con la ley, se menciona
como el “nombre del padre” a una función simbólica que representa la ley y tiene un efecto de
anudamiento que une el deseo a la ley y a la sociedad.

De que el significante del nombre del padre se articule en el sujeto, dependerá que éste pueda en el
futuro tener figuras que representen la ley, sentir culpa, responsabilizarse, ya que sin el nombre del
padre no hay lazo social, se pierden las expectativas de humanidad. La ausencia del “nombre del
padre” significa la psicosis.

Por lo que en la deshonestidad, como en otros actos delictivos, si bien la finalidad del acto es lo que
satisface la necesidad, la motivación es lo que impulsa a la actuación y el origen de la motivación es
como articula los ideales y se relaciona con la figura del “padre”.

Si bien podemos hallar la deshonestidad tanto en personalidades neuróticas, psicopáticas como


psicóticas, por razones de los tiempos asignados en esta exposición dejaremos de lado los
condicionamientos psicóticos, ya que su espectro delictivo resulta demasiado complejo y extenso de
enumerar, como asimismo tampoco nos abocaremos a aquellas patologías orgánicas que afectan la
esfera moral de un sujeto, conduciéndolo a cometer actos deshonestos.

Las personalidades neuróticas, psicopáticas y el sentimiento de culpa

Sabemos que en la neurosis hay sólo una alteración parcial de la personalidad, que existe consciencia

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de enfermedad, angustia y normal consciencia de realidad.

La pregunta es entonces ¿porqué el neurótico delinque? La respuesta es que el delincuente neurótico


comete un delito, porque está prohibido y su ejecución le provoca un alivio psíquico.

Cuando Freud analiza a este tipo de delincuente dice que su motivación reside en un sentimiento de
culpa que los impulsa, y que recuperan el equilibrio con el castigo que alivia la culpa. El delincuente
por sentimiento de culpa realiza el acto para ligar su preexistente sentimiento de culpabilidad con un
delito real. De esta manera el delito le permite racionalizar la culpa, provocando alivio a la tensión
que se produce entre las pulsiones inconscientes y las fuerzas reprimidas porque le permite liberarlas.

Es preciso recordar que el sentimiento de culpa es anterior a la culpa, ya que no surge con el delito,
sino que es producto de un conflicto psíquico inconsciente que proviene del complejo de Edipo y que
el heredero del complejo de Edipo es el Superyo que representa la consciencia moral, es decir,
encarna al padre restrictivo y prohibidor que impone los códigos morales, los comportamientos que se
consideran adecuados y las inhibiciones de la personalidad. Es decir, de acuerdo a Freud, el Superyo
queda asociado al sentimiento inconsciente de culpa que en el neurótico se traduce como “necesidad
de castigo”.

Sin embargo, existe otra clase de delincuente, el que comete un delito sin sentimiento de culpa y es el
psicópata. El psicópata maneja sus propios códigos, su propia ley interior, con sus propias creencias y
cierto desprecio por la normativa en general, que va a hacer que para él el concepto del deber, en el
sentido comunitario del término, sea distinto al de una persona común, y estos códigos propios son
los que le permiten tener una conducta hacia la comunidad y otra hacia sí mismo.

Sus escalas de valores son diferentes a las de los demás, no tiene introyectadas las normas, sino que
las bordea. Para él las normas son un obstáculo a sortear y esta grave falla de la introyección de las
normas es debido a un funcionamiento patológico o ausencia total de Superyo. De ahí que el
psicópata sólo se siente responsable y culpable en tanto y en cuanto respete o no sus propios códigos
y no el de los otros.

No tiene culpa, porque la deposita en los otros, en consecuencia no se siente responsable, ni siente
remordimiento alguno. Esta falta de remordimiento es posible porque el psicópata cosifica a las
personas, es decir, les quita su rango de igual, su valoración de persona en sí y lo convierte en su
mente en una “cosa”. Y una “cosa” puede ser usada, manipularse y hacerse con ella lo que se desee.

Sin embargo ahora la pregunta es ¿pero por qué el psicópata puede manipular al otro sin que éste se

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resista?

Esto es debido a que el psicópata capta, desde el primer momento, las necesidades irracionales del
otro, lo seduce, hace que el otro sienta que le es necesario, pero que él le es mucho más necesario para
el otro. Y esto es, por ejemplo, lo que ocurre en el caso del estafado, donde el psicópata trabaja con la
ambición del otro ofreciéndole algo que en situaciones normales sería difícil de adquirir. Trabaja
entonces, en primer lugar, con la ambición del otro y después, por supuesto, lo engaña.

Como es egosintónico con su accionar, para él lo que está haciendo está bien, es correcto y si algo
sale mal, la culpa no es de él sino del otro. Por eso desde el acto delictivo existe una gran diferencia
entre la neurosis y la psicopatía.

Todo neurótico se somete a sí mismo a la autoprohibición, la auto observación y la autocrítica moral y


de la misma manera en que de niño se veía obligado a obedecer a sus progenitores, de igual manera
se somete posteriormente a los imperativos de su Superyo. Por ello, por ejemplo, cuando el
neurótico obsesivo trasgrede las normas y comete un acto deshonesto, está siempre presente en él la
patología del autorreproche, el remordimiento y la culpabilidad, es decir que el sentimiento de culpa
forma parte de sus síntomas. Mientras que el psicópata ignora el sentimiento del bien común. La
atrofia que sufre en su plano afectivo no le permite incorporar normas y valores de convivencia
social, las normas comunes son para él sólo un obstáculo que se debe sortear y no lo inhiben. La
creación de códigos propios y su egocentrismo hacen que sólo esté atento a sus propias necesidades.
No se siente culpable puesto que para ello debería sentirse responsable de sus actos y tomar
consciencia de que falló y como ya hemos dicho, el psicópata siempre considera que no es él quien
falló, sino que fue el otro quien lo hizo fallar y es culpable de lo que sucedió, por lo que la culpa
siempre queda instalada del lado del otro y en él siempre existe lo que podríamos llamar entre
comillas “la inocencia”.

Las diferentes formas de deshonestidad

Vemos entonces que cuando decimos que un sujeto es deshonesto, estamos expresando, tal como
indica la palabra, que son sujetos con falta de honestidad, faltos de decencia moral, de honra.

No sólo es deshonesto el que roba o hurta o se aprovecha de los demás utilizando su


ingenio, también lo es aquel que miente, el que calumnia, el que promete lo que sabe que no va a
cumplir, es decir, el que no es sincero.

Cuando hablamos de insinceridad nos referimos a diferentes formas de engaño consciente, como la
mentira, acto que también encontraremos incluido en la estafa, la calumnia y la injuria y en donde el

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mecanismo es siempre el mismo – engañar al otro en beneficio propio. Tanto se puede mentir a través
del ocultamiento, como del falseamiento. La diferencia se basa en que el que utiliza el ocultamiento
no da toda la información que tiene en conocimiento, es decir, no dice todo lo que sabe en realidad, y
si bien no está faltando a la verdad, la está ocultando, en cambio el que falsea no sólo no dice lo que
sabe, sino que brinda una información falsa como real.

Si bien cuando se dice que alguien es insincero pensamos siempre en la intención deliberada de
engañar a otros, no podemos sin embargo dejar de tomar en cuenta que, en ciertos casos, puede no
ser un engaño voluntario. Dentro de este último grupo incluimos a los sujetos para los que, debido a
determinadas alteraciones psicopatológicas, la mentira se convierte en una característica axial en su
vida y se sienten impelidos a mentir, como sucede con los mitómanos que llegan a confundir la
fantasía con la realidad en un intento inconsciente de rechazar la frustración del deseo, impulsados
por una sobrecompensación narcisista permanente.

Dejando de lado este caso en particular, si en una escritura evidenciamos la tendencia a la


insinceridad y el engaño, es un signo de atención, si bien no siempre significará la búsqueda del
beneficio material, pues puede ser simplemente la tendencia a no decir la verdad o al fingimiento,
mas, si se detecta aunado a signos de posesionismo, se agrava el problema. Cuando nos referimos a
signos de posesionismo lo consideramos, en este caso, como la tendencia a tomar posesión de algo
tanto a través de actos clandestinos, obteniendo algo de forma oculta o furtiva; de mala fe, obteniendo
algo de forma ilegítima y a sabiendas; en forma turbativa, o sea obteniendo algo violentando lo que
pasivamente tenía otro o en forma violenta, que es cuando se obtiene algo con el uso de la violencia.
Como indicadores de posesionismo consideraremos los signos de materialismo y acaparación,
entendiendo el materialismo como la sobrevaloracion material de objetos o dinero de forma
exagerada y la acaparación como la tendencia obsesiva a poseer objetos que se consideren de valor.

Sin embargo, aun en estos casos, no siempre será posible asegurar que la deshonestidad de un sujeto
llegue al extremo del robo o del hurto. Para ello será necesario que se evidencien en el escrito los
signos que se consideran de apropiación indebida. Es decir, la tendencia a apoderarse ilegítimamente
de una cosa de forma total o parcialmente ajena utilizando la fuerza, como resulta en el caso del robo,
o sin utilizarla como sucede en el caso del hurto.

Cleptomanía

Como un caso en particular, no podemos dejar de mencionar a la cleptomanía, donde el sujeto no roba
por necesidad económica.

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Si bien la ley no lo libera de toda culpa, sí considera este trastorno como un atenuante.

El DSM IV incluye a la cleptomanía dentro de los trastornos del control de los impulsos,
especificando que consiste en la dificultad que presenta un sujeto para poder controlar los impulsos de
robar cualquier objeto a pesar de que éste carezca de valor económico o no le resulte necesario para
su uso personal. Hoy, nuevas teorías, han comenzado a asociar la cleptomanía con un desorden de la
voluntad, que en algunos casos, se corresponden a deficiencias químicas cerebrales. El cleptómano
siente una tensión creciente inmediatamente antes de cometer el robo, siente liberación, bienestar o
gratificación en el momento en que lo comete y una vez que la euforia desaparece siente ansiedad,
culpa, e ingresa en un estado depresivo, ya que es consciente de que se trata de un acto equivocado,
que carece de sentido y que está cometiendo un delito. Sin embargo, aquí, el impulso se impone a la
norma moral.

Su diferencia con el ladrón ordinario, es que no planea con anticipación el acto, roba a pesar de tener
medios para adquirirlo y de que tenga poco o ningún valor, no utiliza cómplices, jamás usa o vende
lo que ha sustraído, sino que lo oculta en su hogar y en algunas ocasiones hasta lo devuelve
secretamente. En la cleptomanía, la tendencia compulsiva hacia la apropiación de objetos se debe a
que estos, para el sujeto, están imbuidos de un halo afectivo, Su acto es la consecuencia de un
conflicto emocional que simbólicamente descarga a través de sus hurtos. Aquí el objeto sustraído
suple, simbólicamente, sus carencias afectivas históricas.

Algunos aspectos gráficos de la deshonestidad

Hasta ahora hemos visto cuales pueden ser algunas de las características de la personalidad y
motivaciones que pueden conducir a un sujeto a ser deshonesto. Vamos a ver ahora entonces cuáles
son desde lo grafológico algunos de los componentes que nos permitirán diferenciar algunas de estas
actuaciones.

Siempre deberá tenerse en cuenta que no existen signos aislados y que el análisis de la escritura debe
efectuarse interpretando las características generales y particulares que se hallen presentes

 La extrema diferencia entre firma y escritura, es indicadora de las dificultades que


presenta el sujeto para adaptarse e integrarse a la sociedad. La insatisfacción, la inconstancia
en la conducta. La máscara que se impone para mostrarse ante los demás.
 La escritura ilegible, señalará la insinceridad, la tendencia a rodear las cosas con un halo de
misterio, la necesidad de intrigar o de hacer dudar, la falta de sentido moral que lo conduce a
huir de las responsabilidades

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 La ilegibilidad por deformación de las letras, marcará la ocultación de la verdadera
personalidad con la intención de esconder o encubrirse, que tanto puede estar originada por
sentimientos de culpa, por inadaptación o por inseguridad. Denotando la tendencia a rodear
las cosas con un halo de misterio, la necesidad de intrigar o de hacer dudar, la falta de sentido
moral que lo lleva a huir de las responsabilidades y la insinceridad. Evidenciando a su vez un
narcisismo que no le permite tener en cuenta a otra persona que no sea él mismo.
 Las letras poco claras, equívocas, indicarán el descuido de la verdad – siendo su
interpretación semejante a las anteriormente mencionadas – El sujeto tiende a equivocar para
favorecerse, con la intención de engañar.
 Los márgenes ocupados con texto, demostrarán la tendencia a la tergiversación de los
valores y el desorden, siendo a su vez un síntoma del poco respeto que el sujeto posee hacia
lo que le pertenece a otros.
 Un texto que ocupa toda la página, indicará la falta de respeto por el lugar de los demás y lo
que les pertenece.
 Los márgenes ocupados con texto, demostrarán la tendencia a la tergiversación de los
valores y el desorden, siendo a su vez un síntoma del poco respeto que el sujeto posee hacia
lo que le pertenece a otros.
 El borde superior ausente, será el reflejo de la inadaptación y un reforzante de avaricia.
 El borde superior que se desplaza excesivamente hacia abajo, señalará la falta de
sociabilidad y el materialismo.
 Un margen izquierdo en reducción progresiva, evidenciará la organización defectuosa del
sujeto, el egoísmo, el egocentrismo, la codicia, la tendencia a no cumplir las promesas
hechas. Será a su vez un reforzante de avaricia o de apatía.
 Un margen que avanza sobre el borde de la hoja, marcará la impulsividad inconsciente
que no puede contenerse, la irreflexión, la agresividad y los problemas de adaptación.
Pudiendo señalar el afán de aventuras y riesgos.
 Los márgenes derecho e izquierdo irregulares, denotarán la inestabilidad afectiva y las
dificultades de adaptación
 Las jambas que invaden el renglón siguiente, (cuando no se corresponden con alteraciones
digestivas), evidenciarán que las necesidades instintivas primarias – materiales son el punto
de referencia del sujeto. A su vez serán indicadoras del volumen de excitación instintiva y de
la falta de discriminación ética. Mientras que si son demasiado largas y estrechadas:
denotarán el excesivo gusto por el dinero y que las necesidades que lo impulsan tiene fines
económicos.
 Las jambas regresivas, revelarán la existencia de un conflicto o frustración que genera un
estado de insatisfacción y la avidez de placer, dinero o bienes materiales. Son indicadoras de

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la necesidad de apropiación y acaparamiento.
 Los ganchos iniciales, denotarán el materialismo y egoísmo sórdido, la actitud de no dar
nada, el resentimiento, la susceptibilidad, la sequedad de conciencia con falta de generosidad
y de espíritu de sacrificio.
 Los ganchos finales, señalarán la avidez, el acaparamiento, el afán de posesión que se lleva a
la práctica. La necesidad de llevar a la práctica los propósitos con necesidad de retener.
 Los rasgos fijados desde zona inferior, indicarán la predisposición materialista, la
hipocresía, la insinceridad, la deslealtad. La actitud narcisista unida a intereses materiales.
 Los finales de mayúsculas prolongados hacia abajo, señalarán el materialismo.
 Los espirales al inicio y final de palabras, serán el reflejo del egocentrismo, el egoísmo, el
deseo de posesión. La tendencia consciente o inconsciente, de acuerdo a la ubicación,
de apoderarse de lo ajeno.
 El predominio de los movimientos excesivamente sinistrógiros: Indicarán una sensibilidad
reprimida., el excesivo egocentrismo y narcisismo que tanto puede encubrir la tendencia a la
hipocresía, la falsedad y la mentira, como la tendencia a la apropiación indebida.
 Los trazos finales prolongados con tendencia a la izquierda, (largo, desproporcionado, en
curva ascendente regresiva) Denotarán la tendencia al acaparamiento insolente, segura y
audaz. (“Rizo del descaro” de Moretti). La apropiación audaz de lo que es propiedad de los
demás.
 El estrechamiento entre palabras, señalará la falta de educación y de cortesía. La tendencia
a ocupar el tiempo y el espacio de los demás. La deficiencia en la apreciación de los valores.
La falta de juicio crítico y la falsedad en las afirmaciones Siendo, entre otros signos, uno de
los indicadores de un fuerte desarrollo del carácter oral.
 Excesivo espaciamiento entre palabras: Restricción de los contactos con los otros.
 Los espaciamientos muy variables entre letras, palabras y líneas, reforzarán los conceptos
de agresividad y versatilidad.
 El tamaño excesivamente grande, evidenciará el desconocimiento de los propios límites, la
falta de predisposición para reconocer las normas. La tendencia del sujeto a interpretar de
manera deformada la realidad, viéndola no tal cual es sino de acuerdo a sus ideas y deseos.
Será indicador a la vez de la falta de consideración por la personalidad, derechos o
pertenencias de los otros. La ambición desmedida y la vanidad que evidencie serán, en este
caso, una supercompensación del sentimiento de inferioridad.
 El tamaño excesivamente pequeño, será indicador de que posee un campo de consciencia
estrecho que limita su capacidad para comprender. Denotando a su vez avaricia o disimulo.
 El tamaño excesivamente irregular, será un reforzante de mentira, de inadaptación
emocional, debilidad, inconstancia y falta de disciplina. Indicando asimismo que posee un

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concepto de sí mismo que es oscilante.
 Las disminuciones bruscas del tamaño, reflejarán el disimulo, la falsedad, la hipocresía.
Siendo a su vez indicador de la debilidad moral que compromete la honestidad.
 La dirección excesivamente ascendente, evidenciará el desorden moral y una ambición
excesiva y temeraria.
 La dirección sinuosa o muy irregular, reflejará la falta de principios morales donde a través
del empleo sistemático de la mentira, el oportunismo y la astucia, el sujeto variará su
conducta y utilizará cualquier medio para obtener lo que desea
 Las palabras sinuosas denotarán una excesiva influenciabilidad y la falta de criterio.
Cuando a la sinuosidad se le sume el trazado ascendente, la falsedad y la traición pueden ser
una forma de actuación ya que, ambición más flexibilidad, darán lugar al empleo sistemático
de medios tortuosos para llegar a la meta propuesta.
 Escritura complicada, constituida por trazos innecesarios que no están en el modelo
gráfico, será un indicador de la necesidad de llamar la atención y de influir en los demás. La
tendencia amoral, a enredar las cosas, de intrigar con mala fe o causar daño a otros
transformando o deformando la realidad en su propio beneficio.
 Los lazos en la zona superior excesivamente inflados, serán indicadores de vanidad,
acaparamiento y narcisismo. La falta de equilibrio y de justeza de juicios. La poca adaptación
mental y auto imagen deformada.
 La escritura redonda, indicará la autoindulgencia egocéntrica y confirmará la tendencia al
engaño, la falta de honestidad, el disimulo de las intenciones y la predisposición a las insidias
verbales.
 La escritura anillada, Indicará la posición narcisista, el instinto de posesión, la tendencia a
generar intrigas, la falsedad y la habilidad para engañar manipulando a los otros, con
intención egoísta y ninguna consideración real hacia ellos.
 La escritura filiforme señalará un Yo evasivo. La tendencia a rodear las cosas con un halo
de misterio. Una inteligencia oportunista. La necesidad de intrigar o de hacer dudar. La falta
de sentido moral que lo lleva a huir de las responsabilidades. La tendencia a no decir siempre
la verdad. Reflejará la insinceridad, la mentira, la ambigüedad y la adaptación simulada. Será
un signo de confianza dudosa y de la adaptación de acuerdo a las circunstancias, señalando
además a un sujeto que hábilmente puede penetrar y captar las necesidades de los demás y
engañarlos, siendo común hallarlo en los estafadores y los falsificadores. Indicará, a su vez, la
tendencia a huir de las responsabilidades. Los finales filiformes intencionales dentro del
contexto de una escritura de velocidad lenta, indicarán la astucia, la evasión y la mentira,
donde la tendencia al fraude, la hipocresía, el disimulo y el engaño serán una forma de
actuación permanente. Denotará a su vez a un sujeto que promete cosas que sabe que no va a

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conceder y que no va a cumplir.
 La escritura con exceso de arcadas, indicará la tendencia al disimulo, a la ocultación y la
simulación, reflejando el encubrimiento de la verdadera personalidad y la insinceridad. Aquí
la predisposición a la mentira y el hábil manejo de las apariencias tienen un importante papel
en el engaño, el fraude o la estafa. La amabilidad hipócrita, la ocultación, la simulación, el
egoísmo y el cinismo serán otras de las características propias de este signo. Siendo también
indicador de la predisposición a la apropiación y al acaparamiento.
 La inclinación muy sinistrógira, denotará la falta de espontaneidad y la necesidad de actuar
y pensar en beneficio propio, llevado por el narcisismo, el egocentrismo y el egoísmo. Si se
acentúa en la zona inferior señalara la avidez por el dinero y los bienes materiales.
 La inclinación irregular o desigual, será indicadora de la inadaptación al medio ambiente.
A su vez demarcará la tendencia a los cambios de actitud de tipo moral donde la intensidad
del deseo altera el sentido de la honradez.
 La velocidad lenta, reflejará el disimulo, la insinceridad, la auto ocultación y la
holgazanería. Acompañada con una presión floja, pastosa, blanda y dirección descendente,
señalará un sujeto fácilmente influenciable por el ambiente circundante.
 La velocidad retardada, será un índice de freno, que reduce la espontaneidad.
 La velocidad explosiva en golpes de látigo, sacudida, señalará la mala regularización de las
pulsiones instintivas.
 La continuidad interrumpida, es decir excesivamente desligada, indicará la poca
adaptación a los problemas, el egoísmo y el narcisismo. Siendo a su vez reforzante de
avaricia.
 La presión floja, sucia, empastada, gruesa y blanda, dura, muy acerada, masiva,
desigual masiva, desigual acerada, desplazada, las diferentes formas en que se evidencie la
presión en el escrito, serán indicadoras de diferentes energías desplazadas o aumentadas del
impulso, donde, por ejemplo, una presión floja evidenciará la predisposición a quedar
fácilmente influido por los otros, la falta de resistencia que tendrá a las presiones del
ambiente que lo rodea y la moralidad dudosa; mientras que si se evidencia como acerada,
reflejará la imposibilidad que posee de contener el impulso y la necesidad de descargar en
forma inmediata la tensión que lo domina exteriorizándolo a través de una acción motriz o
verbal. Será a su vez la falta de tolerancia a la frustración y la necesidad de satisfacer en
forma inmediata sus deseos; si es masiva, marcará la predisposición a las descargas violentas
estallando en el momento menos esperado, y de forma desproporcional a la causa motivante,
siendo intolerante e incomprensivo. Indicando a la vez la necesidad imperiosa que posee de
dominar a los otros, el materialismo excesivo, la brutalidad o directamente el instinto bestial.
Si se evidencia como dura, será un indicador de la incapacidad que posee para desarrollar

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afectos, siendo inútil tratar de hallar en el mismo un lado sentimental o una adaptación al
sentimiento general, ya que primarán sus ideas y deseos sin importarle las necesidades de los
otros. La presencia de una presión excesiva con un incremento del calibre – que puede
identificarse con la denominada presión robusta en sentido negativo con un calibre de ¾ -
denotará la búsqueda de satisfacciones materiales, la falta de consideración por la
personalidad de los otros y la predisposición a imponer en su trato sus preferencias con el
solo fin de satisfacer sus tendencias materialistas. La presencia en este caso, en el escrito de
barras de t en maza, será la tendencia materialista sumada a la brusquedad que puede
determinar un sujeto brutal capaz de adquirir características bestiales para obtener lo que
desea.
 Letras con borrones o llenas de tinta: Pereza. Inestabilidad. Renunciar ante las dificultades.
 Las letras omitidas acompañadas de una ejecución lenta, serán el equivalente a la
desaparición. A su vez indicarán la predisposición a la negligencia o al descuido.
 Los retoques o correcciones, se presentarán en ocasiones, por la interferencia de la actividad
inconsciente donde los impulsos o contenidos frustrantes o de culpabilidad, casi siempre
reprimidos, bloquearán la intención consciente. Siendo característicos de las tendencias
compulsivas que se evidencian en los obsesivos y en los cleptómanos por sentimiento de
culpabilidad inconsciente. El retoque intencional lento, realizado como un dibujo señalará la
mala consciencia, la insinceridad y la tendencia a engañar.
 La tendencia a escribir la misma letra de diferentes maneras, será un indicador de la
variabilidad y la labilidad.
 La escritura suspendida – donde algunas letras se interrumpen antes de tomar contacto con
la base de la línea media - , será indicadora de la represión consciente en la manifestación por
no considerarlo adecuado, pudiendo estar provocada por la intención de disimular, mentir u
ocultar, ya sea por conveniencia o por temor. Sin embargo, de acuerdo al ambiente gráfico en
el que se encuentre, señalará también el sentimiento de culpa inconsciente producto de la
conflictiva relación del Superyo con el Yo. La tensión que se produce entre el rendimiento
que puede lograr el Yo y las aspiraciones de la consciencia será sentida, en este caso, como
sentimiento de culpabilidad.
 La escritura inacabada, donde se abrevia, omite o deja palabras o letras sustituyéndolas por
trazo en los finales – señalará en estos casos, la mala fe.
 Las letras minúsculas que se escriben en mayúscula o viceversa, pueden ser indicadoras
de la falta de valores o indicar una tendencia al desequilibrio.
 Las mayúsculas en lugar de minúsculas, serán el reflejo de la falta de discriminación ética,
de la oposición a las normas, de la tendencia a engañar y la locuacidad empleada con el fin de
engañar, siendo común en los estafadores.

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 Letras o palabras intencionalmente equivocadas (cuando el sujeto está acostumbrado a
escribir)
 Letras rotas, quebradas o fragmentadas: Tendencia a ocultar las emociones profundas.
Instinto parasitario. (separación del trazo de letra a). Necesidad de aprovecharse de los demás.
Tendencia a pensar prescindiendo de los sentimientos de afecto.
 Letras rotas, compuestas de dos pedazos juntos, serán confirmadoras de la insinceridad.
 Los óvalos con bucles internos, reflejarán la tendencia a acaparar, la insinceridad, la
actuación interesada y la habilidad para aprovecharse de los otros.
 Los óvalos excesivamente curvos (como un canuto), Revelarán la tendencia a la deslealtad,
la falsedad o la ocultación. Siendo característico del sujeto que cree que todo gira en torno a
sí mismo.
 Los óvalos abiertos por debajo y realizados en sentido de las agujas del reloj,
corresponderán a un movimiento de encubrimiento del Yo. Este signo será indicador de la
tendencia a la apropiación, al acaparamiento, la hipocresía y a la bajeza. Señalará a su vez la
ocultación interesada para obtener beneficios, la falta de escrúpulos, la tendencia a deformar
la realidad de acuerdo a la conveniencia, la mentira y la mala fe.
 Los óvalos cerrados con dos bucles, denotarán el disimulo como principio de vida y la
tendencia a jugar a dos caras.
 Óvalos con doble vuelta, mostrarán a un sujeto que puede ser persuasivo y capaz de
convencer a los demás aun no estando seguro. Pudiendo fácilmente engañar a los demás, pues
puede argumentar ya sea mintiendo por interés o por egocentrismo. Poseerá un buen manejo
de la intriga, pudiendo embrollar las situaciones en su propio beneficio.
 Los óvalos con protuberancia en cuadrante inferior derecho con un rasgo envolvente en
la zona de cierre, indicarán la tendencia a la apropiación indebida, el poco respeto por la
propiedad ajena, y la astucia sin escrúpulos. Con un rasgo envolvente en la zona de cierre y
signos sinistrógiros en espiral: será un indicador de cleptomanía.
 La letra p en dos trazos conformando un número 12, señalará la sinceridad dudosa y la
falta de espontaneidad en los actos. El segundo trazo realizado en voluta revelará una
naturaleza egoísta, que esconde lo que piensa y la tendencia al positivismo.
 La letra s que cae en el principio, mitad y final de la palabra, indicará la tendencia a
mentir, la falsedad, la falta de ética, la tendencia deshonesta en el manejo del dinero y la
tendencia al robo.
 Los puntos innecesarios que se presentan en grupos, de acuerdo a las restantes
características gráficas, serán indicadores de la predisposición al robo o al hurto.
 Las garras de gato, revelarán el ocultamiento de las malas intenciones.
 La firma con predominio del movimiento, con características negativas, indicará

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mayoritariamente a la persona que no se siente cómoda en los patrones habituales de
conducta y que por lo tanto actúa de alguna manera rompiéndolos, ya que vivencia estas
limitaciones como una forma de coartación a su libertad de acción o expresión. Reflejará la
tendencia a rebelarse ante todo aquello que signifique autoridad, norma o disciplina. Siendo
una característica de las firmas de los delincuentes, de los sujetos con una personalidad
conflictiva y de todo aquel que necesita ocultar sus intenciones y verdadera personalidad.
 La firma ilegible, conformada por bucles generando un movimiento anillado, en un
contexto general negativo o de escritura anillada, señalará la tendencia a engañar en forma
inescrupulosa mediante la astucia y la mentira, la habilidad para manipular a los otros
adoptando una actitud amable, encubriendo de esta manera el egoísmo de quien busca
solamente su propio beneficio.
 La firma ilegible con velocidad lenta, señalará la tendencia a la deslealtad y a la intriga.
 La firma ilegible con un texto legible de connotación negativa, corresponderá al sujeto que
se oculta tras una máscara, para confundir y no dejar ver a los demás lo que verdaderamente
es; siendo también indicadora de la tendencia a escaparse de la realidad.
 La firma ilegible con un texto ilegible o confuso, será el reflejo del disimulo, la ocultación
y el engaño.
 Firma ilegible o muy embrollada por la rúbrica, con texto normal, señalará la astucia y
habilidad para complicar las cosas, siendo u signo de falseamiento y auto ocultación.
 Los grupos de puntos innecesarios al final de la firma, indicarán la mala intención y la
tendencia a los actos deshonestos.

Dentro de los signos de puntuación también podemos hallar elementos que contribuyan a la
interpretación, algunos de ellos son, por ejemplo:

 Los guiones largos, dobles y los dos puntos ennegrecidos, denotarán a un sujeto que se
encuentra en una situación de conflicto, que se siente en un callejón sin salida y teme ser
descubierto.
 Los puntos suspensivos o los dos puntos frecuentes, señalarán la mentira por omisión y el
temor a ser descubierto.
 Las comas muy grandes, indicarán generalmente, la predisposición a la actividad doble,
marginal e ilícita.
 Los puntos de letra i altos y gruesos, significarán la tendencia a contaminar la realidad con
aspectos materiales dejando de lado la jerarquización de valores.
 Los puntos de letra i omitidos, no sólo corresponderán a la distracción, también pueden ser
indicadores del rechazo a la autoridad y a la rebelión contra el conformismo.

79
De la misma manera, puede evidenciarse la deshonestidad en las cifras, ya que existe una notable
relación entre los números y los problemas de posesión de bienes, el afán de riqueza, la avaricia y el
sentido de propiedad. Veremos entonces por ejemplo que:

 Los números ubicados en forma desordenada, acompañados de otros signos de


deshonestidad, revelarán la tendencia a falsear, a deformar la vedad y a mentir. Señalando a
su vez la falta de claridad en el juicio de valores.
 Los números sinistrógiros, pueden ser indicadores de la falsedad y el disimulo de las
verdaderas intenciones en cuestiones de dinero.
 Los números complicados o adornados, evidenciarán la habilidad que posee el sujeto para
captar el interés de los otros en lo referente a cuestiones económicas, guiado por un
exacerbado instinto de posesión. Con un nivel excesivamente bajo, indicarán la tendencia a
actuar de mala fe, enredando o confundiendo las situaciones.
 Los números demasiado curvados, denotarán la poca solvencia moral en los pagos.
 Los números cerrados con doble anillo, revelarán la falta de sinceridad.
 Los números con movimientos concéntricos, regresivos o sinistrógiros, señalarán el
egoísmo acaparador y la exigencia reinvidicatoria en lo que se refiere al dinero.
 Los números realizados intencionalmente con poca claridad, indicarán la predisposición a
confundir y engañar a los demás en las cuestiones materiales.

Todos y cada uno de estos gestos son solamente algunos de los muchos otros existentes que
combinados entre sí nos permitirán identificar la tendencia a la deshonestidad en un sujeto.

En busca de la verdad

La herencia biológica, la educación familiar y social, las vivencias acumuladas, le otorgan al hombre
una personalidad particular.

Muchas veces, para algunos, la búsqueda de la satisfacción y del beneficio propio, no les permite
mantener una actitud honesta y de respeto hacia sus semejantes. Sus propias motivaciones lo
convierten en un imposible.

Hemos dicho al comienzo que, “si bien apropiarse de bienes ajenos es deshonestidad, también lo es
no respetar la palabra prometida, mentir, engañar, estafar, descargar las responsabilidades propias
sobre las espaldas de los demás, explotar al prójimo, o incurrir en abusos de cualquier índole.”

Detectar estas tendencias y sus motivaciones es una de las posibilidades que ofrece la grafología al ser
una herramienta eficaz, que a través de un proceso válido y fiable permite resolver en forma rápida

80
estos requerimientos, contribuyendo en la búsqueda de la verdad.

Búsqueda verdaderamente necesaria, ya que como expresó el literato suizo, Alejandro Vinet “La
verdad no es sólo una idea que es preciso conocer; es además un aire que es preciso respirar”.

Bibliografía:

Psicología - Psiquiatría:

Fresina Alberto E. – Las leyes del psiquismo – Ed. Fundar- Argentina. 1999.
Marietán Hugo – La culpa – Curso sobre psicopatía a distancia, 2004.
Marietán Hugo – Personalidades psicopáticas. I Congreso Virtual de psiquiatría 1 de Febrero - 15 de
Marzo 2000.
Marietán Hugo – Semiología Psiquiátrica, Ed. Ananke, Bs.As. 1998, 2º Edición
Mata, Eduardo: "Neurobiología del Psicópata". Alcmeon, Revista de Clínica Neuropsiquiátrica, Vol.
8, Nº 3 (31): 233-294, 1999.
Mazzuca Roberto – El psicópata y el nombre del padre - Buenos Aires, octubre de 2005, Congreso
Internacional de Psiquiatría, Asociación Argentina de Psiquiatras: Mesa: El Sol Negro: un psicópata
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Mazzuca, Roberto, “El psicópata y su partener”, Revista Alcmeon, vol. 9, número 35, Buenos Aires,
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Sigmund Freud, Más allá del Principio del Placer- Obras completas- Ed. Orbis, S.A. 1998.
Sigmund Freud, El Porvenir de un Ilusión. Obras completas- Ed. Orbis, S.A. 1998.
Sigmund Freud, Los que delinquen por sentimiento de culpabilidad. Obras completas- Ed. Orbis, S.A.
1998.

Grafología:

Crepieux – Jamin J. – ABC de la grafología – Ediciones Ariel – Barcelona – 1957.


Doyharzábal María del Carmen – Identificación del perfil de personalidad del psicópata – Apuntes de
cátedra de grafopatología – 2004.
Doyharzábal María del Carmen – La presión en la escritura – apuntes de cátedra – 1998.
Doyharzábal, María del Carmen – Apuntes de grafopatología – 1998.
Doyharzábal, María del Carmen – La deshonestidad en la escritura – Seminarios – 1998.
Doyharzábal, María del Carmen – La deshonestidad en la escritura – Seminarios – 2000.
Doyharzábal, María del Carmen – Seminarios de grafopatología – 2000.
Klages Ludwig – Escritura y carácter – Ed. Paidos – Bs. As.
Royán Meyniel Andrés – Tratado de grafocrítica – Ed Trivium S.S., Madrid, 1992.
Streletski Camillae – Précis de graphologie pratique – Éditeurs Vigot Frères – 1936
Vels Augusto - Diccionario de Grafología y términos Psicológicos afines 4º Edición - Ed. Herder
Vels Augusto – Grafología de la “A” a la “Z” – Ed. Herder – 2000.
Vels Augusto – Grafología estructural y dinámica –– 1997 – 2edición. Ed Herder

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Detección de patologías psíquicas y físicas en la escritura manuscrita

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XXI Reunión Anual de Trabajo de la Asociación Argentina de Oncología Clínica


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XV Congreso Argentino de Oncología Clínica
XVII Jornadas Rioplatenses de Oncología Clínica

LA GRAFOLOGÍA COMO AUXILIAR EN LA EVALUACIÓN DEL COMPORTAMIENTO


DEL PACIENTE SOMETIDO A TRASPLANTE DE MÉDULA ÓSEA

Doyharzábal M. del C.; Achinelli I.; Dra. Dengra C.; Dr. Koziner B.
(Excelsitas Institutos Médicos)

Abstract

Introducción: siendo la escritura manuscrita el acto resultante de un complejo proceso psicofísico


que refleja la organización del SNC y aspectos conscientes e inconscientes de la psiquis, toda
alteración en los mismos se manifestará en ésta de manera diversa y conforme a cual sea su causa.
Así, la grafología, sustentada en las leyes propias de la escritura y con riguroso método, tiene por
objeto el conocimiento integral de la personalidad del individuo.

Objetivos: comprobar la eficacia de la grafología, como auxiliar de equipo, para determinar perfil de
personalidad, y prever comportamiento del paciente durante el tratamiento.

Material y método: entre 03/2000 y 02/2001 se evaluaron 18 pacientes; edad media 37 años (rango
20-56); sexo: F 4, M 14; autólogos: 12; alogénicos: 6. Leídas H. C. Se realizaron entrevistas
semidirigidas y se solicitaron cuerpos de escritura in situ y aportes de escritos anteriores. Examinados
-a ojo desnudo y con instrumentos ópticos- textos y firmas, se determinaron aspectos y subaspectos
gráficos, temperamentos y funciones psíquicas. Del cotejo con escritos anteriores se identificaron o
descartaron: proyección emocional, patologías físicas e influencia medicamentosa.

Resultados: de los datos obtenidos se elaboraron perfiles integrales de personalidad, determinando


puntualmente: Ideación paranoide en 2 pacientes; mecanismos de defensa de negación en 10,
racionalización 1, sobreadaptación 2; necesidad de contención leve 1, moderada 9, intensa 8;
dependencia familia/equipo: 14; colaboración buena en 5, regular 11, deficiente 2; adaptación buena
7, regular 8, difícil 3; tolerancia buena en 3, regular 13, nula 2; depresión leve 10, moderada 5, grave
3; ansiedad leve 1, moderada 7, elevada 10, simuladores: 2, irascibles: 3.

Conclusión: la grafología posibilita prever ab initio el comportamiento del paciente sometido a


trasplante de médula ósea, permitiendo evitar mayores dilaciones respecto de la urgente contención
psicológica que éste requiere, en procura de una mejor tolerancia al tratamiento.

www.aaoc.org.ar/revista/vol2/psicooncologia.htm

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Detección de patologías psíquicas y físicas en la escritura manuscrita

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DIABETES, MODIFICACIONES EN LA ESCRITURA POR PATOLOGÍAS OCULARES Y


ALGUNAS OTRAS CAUSAS.
María del Carmen Doyharzábal
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Las alteraciones de la visión generan modificaciones en la escritura que deben ser consideradas tanto
ante el estudio de un escrito único como ante un cotejo, ya que de no considerar, entre otras, la
posibilidad de la existencia de estos factores modificantes, pueden conducir al perito a realizar una
evaluación equivocada.
84
Entre las múltiples complicaciones clínicas que se asocian con la diabetes, se incluyen las patologías
oculares que disminuyen la agudeza visual y que finalmente conducen a la pérdida de la visión.

Las principales causas de pérdida de visión en la diabetes son producidas por degeneración macular,
retinopatía diabética, cataratas o glaucoma.

Degeneración macular

La degeneración macular se caracteriza por una pérdida de la visión central. Quien la padece ve las
imágenes de manera distorsionada y las líneas rectas torcidas, o una mancha blanca en medio de la
imagen que observa.

Esto, por supuesto, le dificulta al sujeto evaluar si está realizando un trazado de manera correcta,
debido a que lo ve desfigurado o sólo ve la parte central de él. Por lo que generalmente se ve obligado
a hacer uso de su visión periférica y esto a su vez genera modificaciones en el trazado.

Ante un cotejo, tanto la escritura como la firma evidencian modificaciones de orden progresivo y
permanente.

Retinopatía diabética

La retinopatía diabética, si es incipiente, no presenta inicialmente visión borrosa, pero puede surgir
un cambio de la visión central y /o en la percepción de los colores.

A medida que la enfermedad avanza, la visión borrosa surge en conjunto con la distorsión de la visión
de cerca o la obstrucción de algunas partes del campo visual, por lo que el sujeto evidencia
dificultades para leer y por supuesto para escribir. En los casos graves se produce una pérdida total de
la visión.

Ante el cotejo, las modificaciones en la escritura y firma se van observando de manera progresiva y
permanente.

Existen dos clases de retinopatías diabéticas, la proliferativa y la no proliferativa.


La retinopatía no proliferativa puede ser leve, moderada o severa. Su cuarta etapa es la que
corresponde a la retinopatía proliferativa.

En sus comienzos, no se produce inicialmente la pérdida de la visión, sin embargo de no ser tratada,
la visión central (la que está situada directamente al frente) es borrosa y a medida que avanza la
enfermedad el sujeto va perdiendo la visión.

La retinopatía proliferativa evoluciona a través de los años. La imagen puede verse distorsionada o
producirse directamente una pérdida súbita de la visión. De no ser tratada conduce irremediablemente
a la ceguera.

Glaucoma

El glaucoma, en sus inicios, tanto puede afectar a un solo ojo como a ambos. Si bien generalmente
suele presentarse en primer instancia en uno solo.

Los cambios son leves y pueden no ser notados por el sujeto. Lo primero que se afecta es la visión
periférica, dando lugar a la visión en túnel.

Posteriormente, a medida que la enfermedad evoluciona, se produce también la pérdida de la visión

85
central, llegando finalmente a la pérdida total de la visión.

En el caso de no ser tratado, los cambios que se registran en la escritura se evidencian en forma
gradual.

Neuropatía diabética

Algunas otras causas que pueden producir cambios en la escritura y firma de los diabéticos son
debidas a que casi el 60% de los diabéticos sufren una complicación denominada neuropatía (daño a
los nervios).

La forma más común de neuropatía diabética es la neuropatía periférica que provoca una
pérdida de sensibilidad en las manos y los pies. En este caso se produce un adormecimiento o pérdida
de sensibilidad y dolor. Los músculos presentan una debilidad y los reflejos son más lentos, por lo
que el sujeto pierde las características habituales de escritura, siendo unas de ellas la modificación de
la presión original y de la velocidad.

Modificaciones de acuerdo a los niveles de glucosa en sangre - Hipoglucemia

Al evaluar algunas de las probables causas de modificación que pueden surgir en la escritura de un
diabético, también debe considerarse si los cambios producidos, tanto en la escritura como en
su firma, son de carácter transitorio (solo un escrito o firma, sin que los anteriores o posteriores lo
presenten).

Si la modificación se presenta de manera transitoria u ocasional, puede deberse a que en ese


momento el sujeto se encuentre hipoglucemico (bajo nivel de glucosa en sangre). En este caso el
escrito o firma pueden presentar temblores, el movimiento tendrá características espasmódicas y se
desarrollará de forma torpe. Incluso puede observarse un incremento de rasgos de ansiedad,
irritabilidad, falta de atención o confusión, que desaparecerán en un escrito o firma realizados
posteriormente, una vez superado el episodio.

Es importante tener en cuenta que en un diabético, un cuadro hipoglucémico puede surgir en cuestión
de minutos y que si el sujeto es insulinodependiente estos rasgos pueden hacer su aparición de
acuerdo a la lejanía o cercanía de la administración de insulina.

De la misma manera, también debe tomarse en cuenta que los cambios pueden presentarse hasta
varias horas después de que el sujeto haya realizado una intensa actividad física.

Toda vez que en un diabético los niveles de glucosa en sangre se encuentren descompensados, la
visión será borrosa y esto no se modificará hasta que se compensen los niveles de azúcar en sangre.

Conforme a estas causas es que las características de la escritura y firma pueden diferir en el
transcurso de un mismo día.

Algunos otros datos a tomar en cuenta

Los sujetos que poseen deficiencias graves de visión o invidentes secundarios (los que perdieron la
vista por alguna enfermedad u accidente en una época determinada de su vida) conservan en gran
parte los rasgos que tenían antes de perderla, aunque presentan siempre cierta ilegibilidad,
irregularidades en la distribución y modificaciones de tamaño, entre otros indicadores.

Siempre, en estos casos, también hay que considerar que pueden existir síntomas secundarios o la
incidencia de determinado fármaco, que pueden provocar a su vez otras modificaciones en la escritura
que, de no ser tomados en cuenta, pueden conducir a una confusión.

86
Todas estas escrituras presentan marcadas diferencias con la denominada escritura con los ojos
cerrados, donde lo que falla es el sentido de la orientación, por incapacidad de situarse mentalmente
ante el espacio sobre el que va a escribir.

La escritura con ojos cerrados presenta una desorganización acusada, encuadre anormal, márgenes
totalmente alterados, variaciones exageradas en la dirección, inclinación irregular, aumento anormal
de tamaño, deformación morfológica, puntuación imprecisa, entrecruzamiento de líneas y palabras
montadas.

Vemos entonces que para realizar una correcta evaluación de las verdaderas razones de los cambios
observados en un escrito o firma, un perito experto debe saber reconocer, entre otras, las múltiples
complicaciones clínicas de una enfermedad y cómo éstas pueden modificar la escritura.

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LOS ALCANCES DE LA GRAFOPATOLOGÍA


María del Carmen Doyharzábal
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Por definición, la grafopatología es una rama de la grafología que permite detectar, a través de la
escritura manuscrita, signos prodrómicos y clínicos de alteraciones psíquicas o somáticas, ya sean
éstas circunstanciales, prolongadas o definitivas. Su aplicación posibilita, además, seguir el curso de
una enfermedad física o psíquica y / o evaluar los progresos de un tratamiento aplicado por los
profesionales de la salud.

En consecuencia, no es meramente casual ni mucho menos que, de hecho, hayan sido médicos y
psicólogos los primeros en incursionar de lleno en la investigación grafopatológica no bien
advirtieron que la escritura de sus pacientes sufría, ante la aparición de la enfermedad, puntuales
transformaciones que se repetían una y otra vez, indefectiblemente, conforme a tal o cual cuadro
clínico, en tan precisa correspondencia que por fin los indujo a pensar si acaso no debía existir una
profunda relación causal entre enfermedad y escritura. Así que, con impecable lógica, se plantearon a
continuación que si el desequilibrio existente entre psiquis y soma podía hacerse evidente a través de
un trastorno psicosomático, por qué no podía ocurrir que el psiquismo, interviniendo en lo somático y
viceversa, se evidenciara en la escritura, toda vez que, en última instancia, ésta no dejaba de ser un
acto producto de la misma relación en la cual la intervención de ambos era fundamental.

Esta teoría - que en principio era sólo una presunción – se fue adentrando más y más en el espíritu de
tales pioneros, quienes de a poco fueron desatando los nudos de la complicada madeja de
simbolismos y movimientos, procurando identificar cada uno de ellos con su correspondiente
alteración psíquica u orgánica.

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Así pues, hoy por hoy, la grafopatología ha devenido en una precisa herramienta de investigación en
el campo patológico, que puede ser utilizada, indistintamente y con absoluta eficacia, por la medicina,
la psiquiatría, la psicología, la criminología, y el derecho, ya sea para, entre otras cosas, detectar una
enfermedad, determinar algunos de los efectos colaterales de una medicación o tratamiento dado,
evaluar los progresos de una terapia aplicada o, si se quiere, elaborar el perfil de personalidad del
supuesto autor de un hecho determinado, evaluando si existe en éste predisposición para cometerlo.

Afortunadamente, en la actualidad son cada vez más los profesionales de distintas disciplinas que, con
muy buen criterio, utilizan la grafopatología en sus investigaciones, reconociendo lo valioso de su
aporte y con plena consciencia de la importancia del trabajo interdisciplinario. Porque, como bien
sabe toda aquella persona con sólida formación académica, la ciencia – para decirlo en palabras de
Agustín Álvarez – “es tal vez el único caudal común que se acrecienta con el consumo”.

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Historia de la Escritura

LA ESCRITURA JEROGLÍFICA DE LA ISLA DE PASCUA

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María del Carmen Doyharzábal

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La primera noticia que se tiene acerca de la existencia de la escritura jeroglífica de la Isla de Pascua
data de fines del año 1864, y corresponde a un fragmento de pormenorizado relato de su labor en la
isla que el Hermano Eugene Eyraud elevó al Superior General de la Congregación de los Sagrados
Corazones a poco que hubo regresado a Valparaíso (Chile).

Informó entonces el misionero: “En todas las chozas se encuentran tablillas de madera o bastones
cubiertos de jeroglíficos. Son figuras de animales desconocidos en la isla, que los indígenas dibujan
con piedras cortantes. Cada figura tiene su nombre, mas el poco caso que hacen de estas tablillas me
inclina a pensar que estos caracteres, restos de una escritura primitiva, son ahora para ellos algo
que conservan sin tratar de inquirir el sentido.”

No obstante la citada referencia, ni las autoridades de la congregación religiosa ni el mismo Eyraud


midieron la importancia de tal descubrimiento, de modo que la revelación de esta escritura al mundo
científico debió esperar hasta cuatro años después, cuando la buena fortuna puso en las manos
adecuadas un singular presente…

Corría el año 1866 y la Misión, si bien había logrado fortalecerse y subsistir por varios años,
afrontaba por esa época momentos difíciles atosigada por constantes revueltas, producto de la
reacción de grupos isleños rebeldes al mando de un tal Dutrou-Bornier, a lo que se sumaba el
fantasma de desconocidas enfermedades que, como la tisis, diezmaba la población como una
endemoniada herencia recibida de la civilización. En agosto, el Hno. Eyraud – que había reanudado
su obra en la isla a partir de marzo de 1866 en compañía de otros misioneros – falleció y le cupo al
Padre Gaspar el hacer frente a la difícil situación. Motivado probablemente por cuestiones “políticas”,
el Padre Gaspar decidió enviar ese mismo año un presente al Obispo Stephan Jaussen que residía en
Tahití – hacia donde habían emigrado algunos nativos pascuenses – “como una prueba del aprecio de
los naturales de la isla hacia la autoridad religiosa”.

El presente constaba de una larga cuerda hecha de cabellos humanos, que los pascuenses usaban para
la pesca, la cual se hallaba cuidadosamente enrollada alrededor de un trozo de madera que le servía de
cañuela.

Agradecido, el Obispo Jaussen desenroscó la cuerda y con sorpresa pudo ver que la cañuela era en
realidad una exquisita pieza que presentaba filas de desconocidos signos jeroglíficos.

Hombre cultísimo y sumamente interesado en el estudio de la Polinesia, Jaussen no perdió tiempo e


inició una ardua investigación que la ciencia no ha podido concluir todavía.

Entre los nativos de Pascua que habían emigrado hacia Tahití se contaba uno al que los demás
consideraban muy ilustrado en las antiguas tradiciones; su nombre era Metoro y a él acudió de
inmediato el buen Obispo…

Desafortunadamente, el natural entusiasmo que invadió a Jaussen en un principio no tardó en


convertirse en profundo desaliento…

Ceremoniosamente Metoro había tomado la tablilla entre sus manos y con sagrado respeto comenzó a
recitar algo, dando a su voz una particular entonación, como si estuviera cantando las palabras. Por su
90
parte, el Obispo se ocupaba de anotar todo lo dicho. Pero a medida que fueron pasando los días y la
operación de desciframiento se repetía una y otra vez a su pedido, Jaussen comprendió que algo no
iba bien: Metoro no era claro en muchas de sus expresiones, divagaba, y lo que era aun peor, a juzgar
por lo que llevaba registrado en las anotaciones que hacía, el pascuense se contradecía a menudo.

La conclusión sólo podía ser una: Metoro no tenía idea del significado de las inscripciones antiguas…

A partir de entonces, las nuevas tentativas del Obispo Jaussen se orientaron hacia los diversos
institutos europeos, a los que envió copias que hizo de los signos escritos, de manera que éstos
pudieran ser utilizados en un estudio comparativo con otras escrituras jeroglíficas. Para ello solicitó
previamente al Padre Gaspar, le enviara más material ya que la tablilla que obraba en su poder era
muy pequeña, y los signos que contenía muy escasos.

A pesar de su empeño, el Padre Gaspar no consiguió enviarle más que media docena, lo cual
significaba un pobrísimo muestreo habida cuenta que, según se había tomado conocimiento por los
escritos del fallecido Hno. Eyraud, las tablillas existentes en la isla, apenas cuatro años antes,
sumaban unas dos mil.

Hoy por hoy, la totalidad de tablillas rongo-rongo existentes en todo el mundo – reunidas de diversa
fuente – ascienden a veinticuatro, y se encuentran distribuidas en algunos de los principales museos, a
saber: Museo de Historia Natural de Santiago de Chile; British Museum de Londres; Museo de
Historia Natural de Washington; Museo de Antropología de Leningrado; en la Colección de los
Padres Franceses en Grottaferrata, cerca de Roma; en el Museum Fur Volkerfunde de Berlín; en el
Naturhistorisches Hofmuseum de Viena; en el Bernice P. Bishop Museum de Honolulu, y claro está,
en el Museo de Tahití. Por supuesto que la pérdida irreparable que supuso la desaparición de la
inmensa mayoría de las tablillas de escritura rongo-rongo a dado pie a distintas conjeturas que, en un
sentido u otro, apuntan al mal desempeño de los misioneros en la isla.

En rigor, se ha dicho que el cisma interno que se vivía en la isla a partir de 1868 – fecha en la que el
Obispo Jaussen toma contacto con las tablillas – que concluyó con la expulsión de los misioneros en
el año 1871, habría derivado en una desconfianza generalizada de los nativos hacia los religiosos,
razón por la cual los primeros habían decidido esconder las tablillas en las profundidades de las
innumerables cavernas que tiene la isla, muchas de las cuales son en realidad una suerte de santuarios
familiares. Asimismo, se dice que, tal vez, otras tantas tablillas pudieron haber sido quemadas para
evitar que cayeran en manos de los sacerdotes o, incluso, que pudieron haber sido esos mismos
sacerdotes los que indujeron a los isleños a quemar las tablillas “por ser obra pagana, contraria a la
salvación de las almas”, al decir del profesor Thomas Croft de la Universidad de San Francisco,
quien, como se verá seguidamente, se cuenta entre los investigadores pioneros. De hecho, la sospecha
arriesgada por Croft no carece, en principio, de sustento fáctico atento a lo que la historia nos ha
enseñado en cuanto al destructivo accionar de la ignorancia como herramienta del avasallamiento
transcultural amparado en el excesivo celo religioso. Basta recordar, por ejemplo, la desgraciada
actitud que tomó Diego de Landa con respecto a la escritura del pueblo Maya para comprender que
esto bien puede ser algo más que una posibilidad plausible.

Sin embargo, a nuestro modo de ver, estimamos que tomando en cuenta la prolongada tradición
pascuense, imbuida por un alto contenido mágico propio de este tipo de culturas, lo que aún hoy se
puede vislumbrar en las más profundas concepciones de los naturales de la isla (quizá un tanto
disfrazadas por una pátina de “civilización occidental”) resulta algo difícil de aceptar que estos
hombres hayan renunciado a su honda naturaleza mítica “inducidos por los sacerdotes” como
pretende Croft, procediendo a quemar el venerable legado de sus antepasados toda vez que, según
consta en la vieja leyenda, el origen de la cultura pascuense se remonta al ariki (rey) Hotu Matua,
héroe fundador del cual todos los pascuenses dicen descender, quien habría traído consigo 67 tablillas
inscriptas con los preciados jeroglíficos, acompañado por un grupo de sabios (maori) en ese arte. Del

91
mismo modo, y por idéntico motivo, es también difícil concebir a los insulares quemando las tablillas
para evitar que éstas cayeran en las manos ajenas de los sacerdotes. A nuestro entender, esa lectura
destructiva se hace con ojos occidentales, simplemente porque el hombre puede leer sólo aquello que
ha aprendido. Y el lenguaje común de Occidente poco o nada tiene que ver con el de las muchas
culturas indígenas que supimos borrar de la faz de la Tierra. O casi.

A partir de las investigaciones de la antropología sabemos que los mitos acerca del “origen” revisten
en las culturas primitivas un papel fundamental…y vivo a la vez. Los innumerables ritos iniciáticos
de “renovación del mundo”, por ejemplo, son buena prueba de fervor religioso cargado de un
sentimiento de profunda convicción de realidad metafísica incomprensible para Occidente.
Obviamente, no vamos a explayarnos ahora sobre tales tópicos, pero sí diremos que, atentos a los
valores que “pesan” dentro de la rica mitología de Pascua, las concepciones mágico-religiosas
aludidas al hablar de “maná” o “tapú” deben justipreciarse únicamente dentro del contexto de sus
más hondas creencias para comprender cabalmente el sentimiento que en esos hombres produce.

En substancia: como tantas otras sociedades primitivas, la de Pascua reglaba el curso de su existencia
por el accionar de ciertas fuerzas entre las que se destacan el “tótem”, representativo de la
identificación del hombre con los animales de tierra, agua y aire; el “po” (la noche), como sinónimo
de las tinieblas y a la vez de lo onírico como fenómeno trascendental mediante el cual es posible no
sólo volar, desplazarse a sitios lejanos o transformarse, sino también llegar a vivir eternamente fuera
del tiempo y del espacio; y muy especialmente – a los fines que interesa destacar aquí – se cuentan el
“tapu” y el “maná” citados precedentemente. El “tapu” es el equivalente pascuense de lo que otras
sociedades llaman “tabú”, esto es un conjunto de prohibiciones, o veda, de actos, cosas o personas –
una suerte de ley no escrita pero rígida e inviolable – cuya infracción es severamente castigada. En
tanto la palabra “maná” se traduce en el concepto de un poder oculto y sobrenatural que regía sobre la
vida de los hombres y por sobre las fuerzas de la Naturaleza. Este poder podía ser atributo de ciertas
personas – decididamente no seres vulgares - o bien estar encerrado en las cosas, en las palabras o
en los cantos.

Por lo tanto, tomando en consideración que toda Kohau rongo-rongo era portadora de maná (tanto
por derecho propio como por estar vinculada a Hotu Matua) entendemos que ningún pascuense se
hubiese atrevido a violar el tapu que pesaba sobre todas y cada una de ellas, de modo que asumimos
como posible y probable que las numerosas tablillas desaparecidas se hallen ocultas todavía en el
interior de las cavernas que constituyen el apasionante submundo de la Isla de Pascua.

Volviendo ahora a la encomiable labor llevada a cabo por el Obispo Jaussen, agregaremos que a poco
de hacerse con las tablillas que le enviara el Padre Gaspar, no tardó en unírsele en la tentativa de
desciframiento el antes citado profesor Thomas Croft, el cual viajó a Tahití para lidiar con el supuesto
maorí Metoro, en una tarea que resultó tan infructuosa como la que había emprendido anteriormente
el religioso. A pesar de la mayor cantidad de signos con los que ya se contaba (trabajaban sobre las
siete tablillas) y del empeño puesto en cada sesión, no se produjo cambio alguno. Cada vez que se le
mostraba a Metoro una u otra tablilla, éste no variaba su recitado. O el cambio era mínimo. Hasta que,
finalmente, Jaussen y Croft abandonaron la labor…

Años más tarde, en 1886, el estudioso William Thompson – bajo el patrocinio del Smithsonian
Intitution de Washington – arribó a la Isla de Pascua a bordo del “Mohican” con la intención de
probar suerte en el desciframiento de las herméticas escrituras. La suya no fue tarea fácil ni mucho
menos. Al principio tuvo que vencer la marcada resistencia de los isleños en proporcionarle alguna
información sobre quién podría oficiar de traductor. Fue un tahitiano de nombre Tati Salmon el que le
dio el anhelado dato y lo puso en contacto con un anciano, que se decía conocedor del arte rongo-
rongo, llamado Ure-Vae-Iko. Pero, resultó que Ure-Vae-Iko era en extremo supersticioso y, temeroso
de caer en la tentación de violar el tapu que protege el secreto de la kohau rongo-rongo huyó a

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esconderse en el interior de la isla.

Empecinado, Thompson (acompañado por el tahitiano Salmon) siguió al anciano hasta su escondite y
una vez allí urdió un ingenioso argumento para convencerle que accediese a colaborar. Thompson no
tenía consigo tablilla alguna, sino tan sólo algunas reproducciones fotográficas; por consiguiente, no
estaba encerrado – le explicó al anciano pascuense – en esos papeles el maná del kohau (madera
sagrada) y por tanto no se estaba violando el tapu. Al cabo, Ure-Vae-Iko aceptó, pero el resultado
obtenido por Thompson no fue distinto al que, anteriormente, habían conseguido el Obispo Jaussen y
Croft con Metoro. Al igual que Metoro, Ure-Vae-Iko recitaba las palabras con una entonación
cantarina y demostraba la misma dificultad al ser consultado por un signo en particular. Las
contradicciones eran, asimismo, evidentes en uno como en otro.

No obstante, del esfuerzo de estos primeros intentos, han quedado algunas traducciones que, aunque
apenas limitadas a unos pocos signos o grupos de ellos, atesoran un valor apreciable en función de las
futuras investigaciones. En tal sentido, lo que sí ha podido verificarse en modo suficiente (lo que
constituye un avance firme y sin retorno) es que tanto Metoro como Ure-Vae-Iko comenzaban su
lectura partiendo del ángulo inferior izquierdo; leían hacia la derecha y al finalizar la línea giraban la
tablilla 180 grados, siguiendo la ordenación típica del antiguo estilo de escritura denominado
bustrófedon. Como sabemos, el estilo bustrófedon (del griego “bus”: buey y “trophedon”: volver)
deriva su nombre de la forma en que se colocan los signos, imitando los surcos que deja el arado en la
tierra, de manera que las figuras antropomorfas que constituyen la escritura quedan dispuestas con sus
cabezas y pies en oposición, obligando a darle la vuelta a la tablilla, de madera, metal o arcilla según
sea el caso, para seguir el curso de los símbolos durante la lectura.

Sin embargo, si bien lo dicho hasta ahora podría interpretarse como una suerte de delimitación del
problema, desafortunadamente no es así…

Durante los años que siguieron a la tentativa de Thompson, los aportes de otros investigadores no
hicieron diferencia alguna; pero, entre la sumatoria de deslucidas hipótesis y abundantes fracasos, la
irrupción en escena de la inglesa Katherine Routledge supuso todo un cambio en el alicaído
entusiasmo de la comunidad científica. Entre 1914 y 1915, la Sra. Routledge había logrado entablar
contacto con otro anciano pascuense de nombre Vara-Tuku-Onge (cristianamente bautizado años
antes como Domingo: Tomenika en idioma nativo). Enfermo de lepra y confinado en un sanatorio,
Tomenika fue convencido por la investigadora inglesa para ayudarla en su tarea, decidiéndose éste
por fin trazar algunos escritos en un papel. Tales escritos, conocidos en los círculos especializados
con el nombre de “rongo-rongo de Tomenika”, encierran una singular característica y han suscitado
un hondo interés en tanto son notoriamente diferentes de los jeroglíficos que pueden denominarse
clásicos. En rigor, las figuras de Tomenika son todas derechas y con predominio zoomorfo y, por lo
demás, no siguen el ordenamiento del sistema bustrófedon. Dibujados, a juzgar por su inclinación, de
izquierda a derecha, los signos de Tomenika no incluyen siquiera una figura antropomorfa
(característica de las rongo-rongo clásicas). La mayoría de las seis líneas, con un total de 75 signos
(contra 150 reconocidos en las rongo-rongo clásicas) que componen el escrito representan pájaros,
tortugas y animales marinos, tales como peces y cangrejos; incluyendo además algunas figuras
geométricas y dibujos de plantas. A pesar de que, como puede apreciarse en la ilustración
comparativa del anexo, resulta trabajoso hallar algún nexo de morfología escritural entre los
jeroglíficos rongo-rongo clásicos y los dibujos de Tomenika, un vasto sector, por demás
representativo de la opinión experta, confiere al aporte de la Sra. Routledge un sitial destacado, al
punto de llegar a conceptualizarse como “un tipo diverso de escritura rongo-rongo”. Cabe acotar al
respecto que, no obstante su clasificación como rongo-rongo, el escrito de Tomenika cuenta con una
traducción lograda por Ramón Campbell a partir del trabajo realizado con el pascuense Kiko Paté (de
quien Tomenika era tío abuelo) el cual tenía en su poder (“por curiosa circunstancia que no pudo ser
explicada”, según sostiene Campbell) unos antiguos cuadernos de cantos escritos en texto pascuense,
con un total de 75 morfemas equivalentes. De todos modos, es oportuno aclarar que la identificación
entre las palabras del texto obtenido por intermedio de Kiko Paté y los signos jeroglíficos “clásicos”,
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requiere todavía de importante información adicional – como apunta Campbell – con la cual no se
cuenta: ¿Cómo empezaba a escribir Tomenika, por ejemplo?. ¿Acaso partía de la línea superior o
acaso de la inferior…? Como fuere, lo cierto es que el tema en cuestión se complica por ser el
mencionado escrito el único existente; o al menos el único cuya existencia se conoce. Investigadores
como el profesor Barthel ( es director del Instituto de Etnología de la Universidad de Tubingen,
Alemania) han sugerido que “la posibilidad de lograr botín abundante se halla fuera de la Isla de
Pascua. Se trata de los materiales no publicados de la expedición Routledge…” Suponemos que,
como suele decirse, el tiempo tendrá la última palabra.

En cualquier caso, los complicados estudios en torno a la escritura pascuense no parecen agotarse
aquí, ni mucho menos. El curioso hallazgo, años después de la intervención de Routledge, de una
tableta en forma de pez, que actualmente se exhibe en el Museo de Concepción, en Chile, lo
demuestra fehacientemente. Como claramente se observa en la figura del anexo, las inscripciones con
las que aquí se cuenta difieren absolutamente de las dos formas de escrituras que constituyen la
rongo-rongo clásica y la Tomenika. No hay en la tableta del pez figuras zoomorfas ni antropomorfas,
sino abundancia de signos geométricos y algunas figuras fitomorfas. El tipo de escritura estilizada,
casi desprovista de elementos ideográficos, la asimila más bien al tipo cuneiforme, difícil de
emparentar, sino imposible, con la estructura rongo-rongo clásica. No obstante, hay sí figuras como
las de los “arbolitos” que guardan cierta similitud con el escrito de Tomenika (nótese en este punto su
correspondencia, incluso, con ciertas grafías de arte paleolítico). Por último, diremos que el pez se
encuentra grabado por ambos lados, con un total de 229 signos trazados en sentido vertical y sin
carácter bustrófedon.

Es lícito señalar que la notable diferencia que implica la tablilla del pez sustentó la duda de que podría
tratarse de una falsificación. Y burda, por cierto. Sin embargo, se ha argumentado en su favor que es
precisamente esa diferenciación la que la salva de toda sospecha, en razón de que si se hubiese
intentado falsificar una tableta antigua, la lógica más elemental indicaría la utilización de la escritura
rongo-rongo clásica y no el uso de un nuevo estilo, puesto que éste carecería de éxito comercial.
Amparados en dicho razonamiento, los estudiosos han concluido que la tableta del pez conforma otro
estilo de escritura pascuense, determinando que la existencia de estos tres tipos de escritura (la
clásica, la de Tomenika y la del pez) podrían corresponder a las diversas etapas evolutivas de un
sistema de notación, o de ideogramas.

Así planteado, el problema de estos dos tipos de escritura que vinieron a sumarse a la ya clásica por
todos conocida, se complica todavía más con el hallazgo hecho en el año 1937 de una tableta de
pequeñas dimensiones, y semicarbonizada, que el Padre Sebastián Englert - de quien nos ocuparemos
en breve – donó al Museo de Historia Natural de Santiago de Chile. De apenas unos 10 por 6 cm. y 24
mm. de espesor, la tablilla presenta muy pocos signos trazados en alto relieve, a diferencia de todas
las tablillas conocidas hasta hoy que los muestran en bajo relieve. Acusando un pronunciado desgaste,
esos pocos signos aparecen trazados en posición erecta, sin bustrófedon, y representan los tres tipos
de escritura mencionados hasta aquí (clásica, de Tomenika y del pez), razón por la cual, algunos
expertos han llegado a rotular dicha tablilla como una especie de “Piedra de Rosetta” de la escritura
pascuense… (?)

Sin embargo, esta curiosa pieza no alcanzó para sustituir en la discusión científica al espectacular
descubrimiento con el que el húngaro Guillermo de Hevesy sacudió la estantería académica en 1932.
En efecto, presentado en 1932 ante la Academia de Inscripciones y Bellas Artes de París, la lectura
del acabado informe que llevaba la firma de Hevesy (profusamente ilustrado con esquemas y
diagramas) reveló al mundo científico la incontestable, y a la vez sorprendente, semejanza existente
entre los signos de la escritura pascuense clásica y un gran número de glifos (130 signos similares
sobre un total de 270) hallados en los sellos de los templos de las antiquísimas ciudades de Mohenjo-
Daro y Harappa, ambas situadas en el Valle del Indo, que habían sido descubiertas poco antes, y
señaladas como centro de una cultura desaparecida unos dos mil setecientos años de la era cristiana.

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De hecho, dicho parentesco morfológico con la escritura de esta cultura prearia y prevédica, cuyo
origen permanece oculto, resultó tan revolucionario como controvertido, al punto de dividir las
opiniones con un límite marcado entre la aceptación y el rechazo, de manera que mientras algunos se
enfrentaban con beneplácito al problema de tener que conjugar las similitudes con las enormes
distancias que separaban ambas estructuras en tiempo y espacio, otros tantos se contentaron con
alentar un agudo escepticismo, llegando varios de ellos (como Metraux) a impugnar directamente el
hallazgo, sosteniendo que todo se trataba de una falsificación de los diagramas. Cabe destacar, a
efectos de comprender un poco mejor el porqué de la encarnizada polémica científica de aquel
entonces, que el mundo académico aún no había conseguido reponerse del todo de la sorpresa que
significó el descubrimiento mismo de las ciudades de Mohenjo-Daro y Harappa cuando las
excavaciones de 1921-1922, y las posteriores de 1927, permitieron a Sir John Marshall y Rai Bahadur
Daya afirmar que en el Valle del Indo “existió una civilización avanzada y singularmente uniforme,
muy cercana a civilizaciones contemporáneas de la Mesopotamia y de Egipto, aunque superior en
algunos aspectos”.

Las pruebas irrefutables aportadas por Marshall y Daya habían conseguido dar por tierra con la
opinión generalizada que afirmaba que ninguna cultura organizada (¡ni qué decir de una adelantada!)
había podido existir en ese lugar. Capitales gemelas, Harappa y Mohenjo-Daro fueron en la India el
punto de partida de una vasta sociedad comercial y agrícola cuyo dominio abarcó un área estimada en
unos 1.500 Km. de largo por otros 800 km. de ancho. De estructura arquitectónica compleja, y más
adelantada en términos comparativos – para la misma época – que la de los egipcios u otros pueblos
de Asia occidental, estas ciudades del Valle del Indo contaban, incluso, con baños con agua caliente y
modernas redes cloacales.

Pero, si tales hechos incontestables ya constituían de por sí un reto a todo el andamiaje sobre el cual
se sostenía la comprensión del derrotero evolutivo de las civilizaciones antiguas, la falta de indicios
sobre un estadio evolutivo anterior en ambas ciudades lo hacía del todo incomprensible. En rigor, se
estaba frente a una civilización que parecía haber surgido de repente; una civilización que, para
completar el halo de misterio que la envuelve, también desapareció en forma súbita…

A casi setenta años de su descubrimiento, Mohenjo-Daro y Harappa siguen siendo un interrogante. De


todos modos, finalmente la controversia quedó saldada con la absoluta demostración de veracidad
sobre los dichos de Havesy, y como lógica consecuencia de este descubrimiento, abonado con el
posterior hallazgo – en la misma zona – de placas de metal con más escritos en sistema bustrófedon,
los investigadores pusieron la mira en escrituras provenientes de la India. Entre los trabajos surgidos a
partir de entonces se destaca el del argentino Imbelloni, quien pudo establecer una secuencia de
sistemas de escritura jeroglífica a la que le dio el nombre de “Sistema gráfico indo-oceánico”, que
demuestra a las claras que la escritura de la Isla de Pascua no es algo aislado. En este terreno
comparativo se ha llegado, además, a determinar la existencia de un nexo con la escritura brahmi,
relacionada con la escritura protoindia de Harappa, que corresponde al siglo III a. C., época del
reinado de Asoka el Grande.

Ahora bien, si la tarea de fundamentar una relación más o menos directa entre dos escrituras
similares, pero separadas entre sí por un abismo de miles de kilómetros y de años, supone en
apariencia una labor ímproba, no resulta tanto así si nos detenemos a considerar una de las teorías con
mayor peso entre las muchas que intentan explicar el origen de los pobladores de la Polinesia.

De hecho, la Polinesia está conformada por un grupo de islas diseminadas en el Océano Pacífico, en
un triángulo imaginario que los geógrafos denominan, precisamente, “El Triángulo Polinésico”, que
incluye entre sus archipiélagos principales los de las Marquesas, Hawaii, las Samoa, las Tuamotu y
las islas de la Sociedad, las de Cook, las islas Tonga y la Isla de Pascua. Por sus características físicas
e idiomáticas, los polinesios constituyen un grupo étnico diferenciado de los pobladores de Melanesia
y Micronesia, a pesar de su “vecindad”. Y en razón de tales características es que su origen ha
planteado un gran interrogante entre los antropólogos, inclinándose la mayoría por aceptar su
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procedencia a partir de un tronco racial euroasiático. No obstante, los estudios antropológicos y
filológicos del famoso médico neozelandés Dr. Peter Buck (director durante años del Bernice P.
Bishop Museum de Honolulu, en Hawaii, y profesor de la Universidad de Yale) han permitido arribar
a una conclusión todavía más depurada. Para Buck los polinesios tendrían una procedencia
indonésica, pero, dice: “Su origen remoto hay que buscarlo en la India”.

Sugiere el médico y antropólogo que cuando la presión de los pueblos mongólicos que invadían el
continente se hizo insostenible para los antepasados de los actuales polinesios, éstos se hicieron a la
mar rumbo al horizonte oriental, instalándose durante mucho tiempo en Indonesia, desde donde,
luego, habrían emprendido la navegación por el Pacífico, avanzando en sucesivas migraciones de isla
en isla hasta poblar los diversos archipiélagos del triángulo. En cualquier caso, si bien la teoría del Dr.
Buck podría, eventualmente, resultar apropiada para sostener el indudable nexo existente entre la
escritura pascuense y la del Valle del Indo, el problema adicional que implica el escrito de Tomenika
y los signos de la tablilla del Pez, nos obliga a otras consideraciones…

Hemos dicho anteriormente que la tradición pascuense remonta el inicio de su cultura a la llegada del
rey Hotu Matua, que acompañado por su corte real integrada por sabios maories habría traído consigo
un total de 67 tablillas con inscripciones rongo-rongo, huyendo del cataclismo que habría provocado
el hundimiento del mítico continente de Hiva del cual provenía. Y si bien cualquier referencia a la
época exacta de tal suceso se hace conflictiva, deberemos limitarnos a considerar tan solo que al estar
de las dataciones efectuadas sobre los restos carbonizados de antiguas fogatas hallados en la isla, la
presencia humana en Pascua podría calcularse aproximadamente a partir del año 386 AD. Ahora bien,
tanto por la información recogida por la Sra. Routledge, como por la suministrada posteriormente por
el eminente Padre Sebastián Englert (que movido por su encomiable afán de estudio y su vocación de
evangelizador, llegó a Pascua en 1934 y allí se quedó por el resto de su vida – 1969) se ha llegado a
conocer cuáles eran las antiguas costumbres en cuanto a la escritura primitiva se refiere. Se puede,
luego, sostener que, por lo menos hasta la segunda mitad del siglo pasado, este arte continuaba siendo
“tapu” y por tanto descansaba en las manos de un clan determinado: el clan de los Miru, obviamente
descendiente directo del ariki Hotu Matua. Asimismo, se sabe que estos sabios escribas de la corte de
los Miru tenían a su cargo la sagrada tarea de la formación de discípulos, en lo que constituía la
“escuela de los maorí kohau rongo-rongo”.

Dada la connotación religiosa de la tarea allí realizada (recordemos que las kohau rongo-rongo
tenían maná y eran por lo tanto tapu), todo era regido por un estricto reglamento. No sólo se impartía
la enseñanza regular del arte de escribir, sino que, además, se realizaban reuniones anuales que se
convertían en severísimas pruebas de capacitación, donde los aspirantes a maori (sabio) eran
premiados o castigados. Para rendir la prueba el aspirante se ponía de rodillas con la tablilla delante,
en tanto los maories se ubicaban en fila en radios que convergían hacia el centro donde, en un sitio
más alto, se sentaba el ariki (rey). Una vez dada la señal el aspirante debía iniciar su lectura, que era
en verdad un canto. Si tenía éxito en la interpretación de los signos se le colmaba de honores; si en
cambio se equivocaba, era expulsado de inmediato de la escuela y se lo sometía a las burlas de la
concurrencia. A propósito de la importancia que reviste la “escuela de los maori” dentro del legado
cultural que encierra la escritura rongo-rongo, no puede soslayarse un hecho por demás significativo:
si Hotu Matua arribó a la Isla de Pascua con sólo 67 tabletas inscritas, y el Hno. Eyraud mencionó –
en 1864 – que el total existente ascendía a unos dos mil, es obvio que dicha abrumadora diferencia
fue debida a la obra de aquellos sabios de la corte de los Miru, o en todo caso de sus discípulos. Pero,
fuera como fuese, es oportuno señalar que tanto la referencia del Hno. Eyraud, o la primera tablilla
que el Padre Gaspar le enviara al Obispo Jaussen, como también las seis que le siguieron, o, en
definitiva, las 24 que actualmente se atesoran en los museos, todas corresponden a la misma
escritura jeroglífica en bustrófedon en cuyos signos predomina la representación humana en
diversas posturas: con variaciones en la posición de las piernas, brazos o cabezas; algunas veces con
notorias mutilaciones de miembros y otras con sustitución de la cabeza humana por una de pájaro. Ya
en un segundo lugar, se aprecian otras figuras que representan animales, peces a menudo agrupados
en dos o en tres, y también crustáceos, tortugas o insectos, y finalmente, en menor número, se ven
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algunas figuras geométricas o lineales, a veces con la forma de un simple guión, y otras con aspecto
de estrellas, árboles, anzuelos, etc.

De modo que nos preguntamos: ¿no será acaso ilusorio pretender vincular este tipo de escritura con
las de Tomenika y del Pez? ¿Es apropiado fundamentar una clasificación en los dibujos hechos de
puño y letra por un anciano enfermo y casi obligado por las circunstancias? ¿Es correcto hacerlo
basándose en una tablilla como la del Pez sobre la que oportunamente pesó la sospecha de fraude?
¿Se puede arriesgar alegremente la calidad de “Piedra de Rosetta” a una tablilla de ignorada
procedencia y trazada en alto relieve cuando sabemos que las rongo-rongo están concebidas en
bajorrelieve? ¿Se puede, incluso, soslayar que en la utilización del estilo bustrófedon en la escritura
rongo-rongo y su ausencia en las otras radica una irreconciliable diferencia? En definitiva, ¿no
estaremos aquí frente a un típico caso de lo que se ha dado en llamar “ciencia del anhelo”?

Casi inevitable es que recordemos ahora un viejo proverbio chino que reza: “Quien espera ansioso la
llegada de un jinete debe cuidarse muy bien de no confundir el sonido de los cascos en galope con los
latidos de su propio corazón.” De hecho, la ciencia ha conocido ya confusiones por el estilo. Y,
probablemente, estos pretendidos “eslabones perdidos”, lejos de configurar diversas etapas evolutivas
de un sistema de notación o de ideogramas, al decir de algunos investigadores, pueden resultar ser tan
sólo una suerte de “Hombre de Piltdown”.

Parece harto evidente pues que la ingente labor que implicó, e implica aún hoy, el desentrañar el
significado oculto de la escritura pascuense, cuenta con un vasto historial de decepciones y escasos
logros cuya gran dificultad reside en la incapacidad de saber separar la paja del trigo. En este sentido,
tanto la ingenuidad como la subjetividad (motivada por el anhelo del investigador) es una negligencia
censurable desde el punto de mira del auténtico método científico, cuya norma elemental impide que
uno ponga el carro delante del buey…Y por desgracia, ciertos “hitos” de esta historia de intentos
fallidos nos llevan a considerar que algo por el estilo pudo muy bien haber ocurrido en más de una
oportunidad. A guisa de ejemplo, casi anecdótico si se quiere pero no por ello menos inquietante,
basta recordar lo acontecido durante uno de los encuentros entre el prestigioso investigador noruego
Thor Heyerdahl y Esteban Atán, quien ostentaba el honorífico título de “capitán del pueblo” cuando
la expedición del primero se instaló en la Isla de Pascua en 1955-1956. Según refiere el mismo
Heyerdahl en su obra “Aku-Aku”, Atán, sin mayores preámbulos, le había mostrado una noche, a la
luz de la vela, un cuaderno del tipo escolar cuyas páginas, de un color amarillento desvaído por el
tiempo, estaban profusamente ilustradas con caracteres rongo-rongo. Dichos caracteres,
encolumnados en el lado izquierdo de la página, tenían junto a cada figura su correspondiente
traducción en el dialecto polinésico, como una especie de diccionario bilingüe. “Nos sentamos en
torno a la vela para contemplar el borroso manuscrito rongo-rongo – escribe Heyerdahl – y nos
quedamos mudos de admiración. Era evidente – continúa – que no se trataba de una patraña urdida
por el “capitán del pueblo” con el fin de embaucarnos; y estaba igualmente claro que si la persona
que había trazado aquellos misteriosos signos había conocido en verdad el secreto de la escritura
rongo-rongo, aquel simple cuaderno sin cubiertas tendría un valor inapreciable, pues ofrecería
posibilidades ni siquiera entrevistas en sueños para la interpretación de la antigua escritura
ideográfica de la Isla de Pascua.” – concluye.

Consultado acerca de cómo había obtenido aquel cuaderno, Esteban Atán respondió que su padre se
lo había dado un año antes de morir. Pero su padre no era un hombre instruido en el arte rongo-rongo,
se apresuró a aclarar, ni siquiera sabía escribir en caracteres modernos; en realidad él había copiado el
cuaderno de otro más antiguo, y casi destrozado, escrito por su padre, el cual sí sabía grabar rongo-
rongo y también cantar los textos. Y según agregó para finalizar, su abuelo hubo aprendido la
escritura moderna durante su destierro como esclavo en Perú, donde fue ayudado por otro esclavo a
registrar el sentido sagrado de los textos para así preservarlos del olvido.

Ahora bien, como ha quedado demostrado en ésta y otras oportunidades, la credulidad es en la Isla de
Pascua una carga excesivamente pesada para que un investigador recorra con ella a cuestas el largo
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camino del conocimiento. Y quizá allí, en Pascua como en ningún otro sitio, “hay que tomar las cosas
como de quien vienen”, como dice el refrán popular. En efecto, como resultado de los estudios
antropológicos sobre los caracteres físicos y psíquicos de los pascuenses, se ha podido establecer la
existencia de dos tipos claramente diferenciados cuyas características predominantes son: 1) tipo
físico delgado: de piel blanca, rostro alargado, pelo castaño o rojizo ondulado o ensortijado, ojos
pardos; miembros largos, talle flexible y cintura delgada (panículo adiposo escaso), predominio de los
músculos extensores y extremidades inferiores largas; buena musculatura (firme y bien marcada), pies
grandes, andar erguido y pelvis estrecha; pechos poco desarrollados en las mujeres y tendencia a las
várices. Psiquismo vivo con carácter comunicativo. 2) tipo físico grueso: piel moreno-oscura, rostro
redondeado u oval invertido, pelo negro grueso y liso, ojos negros o pardo-oscuros; miembros
superiores cortos y extremidades inferiores largas y gruesas, talle grueso y poco flexible (con
panículo adiposo abundante y repartido en zona de tórax y abdomen). Musculatura poco marcada
pero fuerte; pies grandes y andar lento. En las mujeres se aprecian pechos pendulares y hay también
predominio de várices. Pelvis ancha. Psiquismo lento y carácter hosco y reservado. Ajustándose a tal
clasificación y en virtud de su prolongada experiencia en contacto directo con los pascuenses, Ramón
Campbell (“El Misterioso Mundo de Rapanui”) desliza un comentario ilustrativo, a saber: “Los
representantes de la raza delgada presentan otra característica psicológica curiosa. Se trata de una
tendencia innata a la fabulación, a la fantasía y al engaño, que los hace semejantes a los gitanos.
Famosa es la personalidad de Juan Tepano, informante de la mayoría de los antropólogos del primer
tercio de este siglo. Durante la estadía de Thor Heyerdahl – prosigue Campbell - ¿no cayó el
inteligente noruego en las redes del hábil y astuto Pedro Atán? Todos los que han investigado en la
Isla de Pascua han podido apreciar esta condición en los isleños. En mi primera visita al patriarca
Santiago Pakarati (Katipari) me mostró un viejo cuaderno de escuela que decía contener la clave del
desciframiento de las misteriosas tabletas. Se trataba simplemente de varios escritos de caracteres
occidentales trazados con perfiles de hombres-pájaros, peces, lagartos y monos. Me aseguraba
leyendo en voz alta el texto, que esa era la traducción de los rongo-rongo. Fingí creerle y quedó
conforme.”

Como puede apreciarse, la referencia de Campbell sobre la actitud de conocidos patriarcas como
Tepano, Atán (Pedro es hermano del antes aludido Esteban) o Pakarati (también conocido por
Katipari) puntualiza una situación que merece toda la atención en la medida que la mayor parte de la
información de la que hoy se dispone sobre los muchos intentos de desciframiento de la escritura
rongo-rongo proviene de fuentes similares. Claro está que tal objeción le cabe también al mismo
Campbell en cuanto a lo que pudiera conjeturarse sobre la “curiosa circunstancia que no pudo ser
explicada”, según textuales palabras del autor, sobre la existencia del texto completo del famoso
escrito de Tomenika en un antiguo cuaderno de cantos que obraba en poder de Kiko Paté.

En cualquier caso, consideramos igualmente oportuno señalar que de la observación de la


reproducción de las dos páginas correspondientes al cuaderno con escrituras rongo-rongo publicadas
en “Aku-Aku” algo en extremo curioso se desprende casi a simple vista: en el margen superior
izquierdo se lee el nombre de Ure-Vae-Iku, que no es otro, por supuesto, que el presunto conocedor
del arte de los maori entrevistado por William Thompson en 1886. Como vimos, Esteban Atán
argumentó ante Heyerdahl que el cuaderno era en realidad una copia que su padre había hecho del
original escrito por su abuelo, sin embargo, hasta donde hemos podido averiguar, el actual apellido
Atán deriva del original “Atamu”, el cual no guarda relación con Vae-Iku. De hecho, situaciones por
el estilo poner de relieve la necesidad de extremar los cuidados a la hora de abrir juicios entusiastas
sobre la información proveniente de los isleños. Estimamos que lo mejor que uno puede hacer es
ajustarse a un análisis minucioso y cimentado en un sano escepticismo, de modo de crear conciencia
de que lo más probable es que la respuesta al enigma científico planteado por la escritura rongo-rongo
no llegará de boca de ningún pascuense. Y, en rigor, todo parece indicar que nunca fue de otra
manera.

Por lo demás, si nos detenemos un instante a replantear la cuestión desde la posible óptica del
pascuense quizá podamos dar con, al menos, un par de razones más allá de aquella “tendencia innata
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a la fabulación” que menciona Campbell. La primera razón se vincularía, a nuestro entender, con el
altísimo honor que históricamente suponía para un nativo acceder al conocimiento hermético del arte
rongo-rongo. Basta recordar lo dicho con anterioridad sobre la “escuela de los maori kohau rongo-
rongo” donde el fracaso traía aparejado el público desprecio. Pues bien, señalados por su comunidad
como ilustrados en tales secretos ancestrales, ¿qué alternativa tuvieron Metoro, Ure-Vae-Iko o incluso
Tomenika? ¿Sería arriesgado suponer que aun ignorantes del arte confesarían sin más? Nos parece
que, parafraseando a Shakespeare: “Ser o no ser, esa era la pregunta…” ¿Honor o burla…?

No obstante, haciendo a un lado el caso de Tomenika en razón de nuestras sospechas ya manifestadas,


si nos atenemos a los resultados derivados de los trabajos efectuados con Metoro y Ure-Vae-Iko,
parecería ser que ambos tenían una vaga idea del arte secreto, pero ¿y si acaso fuera así…? Esta
última posibilidad nos remite a la segunda hipótesis. Esto es, la desconfianza sobradamente
justificada del pueblo pascuense hacia los extranjeros, motivada por las vicisitudes que le tocó en
suerte enfrentar.

Por cierto. Como refieren las crónicas, las primeras incursiones a la isla de los traficantes de esclavos
comenzaron hacia inicios del 1800. Las más desafortunadas, si cabe fundamentar una estadística tal
en cantidades de vidas humanas, fueron las que tuvieron lugar entre los años 1859 y 1862, cuando la
captura de isleños para proveer de esclavos a las guaneras de las islas Chinchas, próximas a las costas
del Perú, barrió con miles de pobladores de Pascua. Los censos, imprecisos, de diversos visitantes
señalan que la población de la isla debió de sobrepasar los cuatro millares, sin embargo a la llegada
del Hermano Eyraud en 1864, el censo por él efectuado arrojó un total de 1800 personas; lo cual da
una clara idea de la depredación pirata allí llevada a cabo. Obviamente, como consta, entre los
infortunados esclavos se contaban por igual individuos de diverso linaje, al punto que un rey fue
hecho prisionero junto con sus maori llevándose con ellos gran parte de la tradición y conocimiento
antiguo. Y, como quiera que la piadosa actitud de los misioneros hubo logrado la repatriación de
algunos infelices cautivos, la gran mayoría ya había muerto en cautiverio, presa del hambre o las
enfermedades para las que sus cuerpos vírgenes carecían de defensas. Asimismo, de lo que
emprendieron el camino de regreso fueron pocos los que pudieron sobrevivir. Muchos ya estaban
enfermos y murieron durante la dura travesía marítima, y los que por fin llegaron a la isla trajeron
consigo la viruela, la tuberculosis, la sífilis y las cepas gripales, entre otras maldiciones de la
civilización. La consecuencia fue la única posible: el censo de 1868 dejó asentado que la población de
la isla había descendido a sólo 930 habitantes; y al año siguiente apenas llegaban a 600…

Sin abundar en mayores detalles (lo dicho sirve de modo suficiente a los fines perseguidos)
advertimos que nos hallamos ya en la época de caos y desolación durante la cual el Padre Gaspar
envió su presente al Obispo Jaussen y éste contactó a Metoro, uno de los tantos emigrados que
huyeron a Tahití intentando alejarse de la tragedia. Por lo tanto, nos preguntamos: ¿siendo Metoro un
auténtico maori, qué motivación tendría para desoír el ancestral tapu que protege el maná de una
kohau rongo-rongo? ¿Acaso una simulación no dejaría conforme al buen Obispo, a la vez que a
resguardo el antiguo secreto e incluso su propio honor de maori? ¿Acaso el ardid de W. Thompson
fue suficiente para vencer el temor al castigo impuesto por el tapu que hizo huir en un principio a
Ure-Vae-Iko?

No lo sabemos.

De todos modos, se nos antoja de una pereza intelectual extrema sucumbir al facilismo de una
repetición de ciertas posturas por el simple hecho de tratarse de viejas opiniones consensuadas.

Decía Albert Einstein que “la inteligencia no se alimenta a base de respuestas sino de preguntas”, y
pretendemos seguir el sabio consejo…

Y, ha sido precisamente un anuncio reciente lo que ha reforzado aún más ese criterio. Nos referimos a

99
la noticia proveniente de Londres que hacia mediados de junio último hizo público que un
antropólogo norteamericano residente en Nueva Zelanda, y experto en lenguas de la Polinesia,
llamado Steven Fisher, sostiene haber logrado, tras seis años de estudios, descifrar el oculto
significado de la escritura rongo-rongo.

Fisher, cuyo trabajo fue publicado en la revista británica “New Scientist”, afirma que las tablillas
contienen cantos relativos a los orígenes del Universo expresados dentro del contexto de una visión
de la creación fundada en una serie de “copulaciones primordiales”, brinda como ejemplo la
traducción que hiciera de una tablilla conservada en el Museo de Historia Natural de Chile, en la cual
la figura de un pájaro, seguida de un falo y de un pez y un sol significa: “Todos los pájaros han
copulado con los peces y de su unión ha nacido el Sol”.

Desgraciadamente, la citada publicación no ha llegado a nosotros todavía, de manera que, ignorantes


del criterio utilizado por Fisher en su particular interpretación de los signos rongo-rongo, nos vemos
obligados a llamarnos a un prudente silencio. Entretanto, seguiremos firmemente persuadidos de que
la solución al enigma de la escritura pascuense requiere desandar el camino que nos conduce hasta el
antiguo Valle del Indo…aunque quizá ello obligue a intentar establecer “relaciones” un tanto más
complejas que “las sexuales entre pájaros y peces”…

Copyright © María del Carmen Doyharzábal 1996-2005 - Todos los derechos reservados. Prohibida
su reproducción sin autorización expresa.

ANEXO – ILUSTRACIONES

Escritura rongo-rongo clásica

100
Escrito de Tomenika

A) escritura clásica B) escritura de Tomenika C) tableta del pez

Procedencia de las ilustraciones: El misterioso mundo de Rapanui – Ramón Campbell (Ed.


Francisco de Aguirre – 1973)

Detección de patologías psíquicas y físicas en la escritura manuscrita

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101
LA GRAFOLOGÍA Y LA GRAFOPATOLOGÍA:
SU UTILIDAD EN LA SELECCIÓN DE PERSONAL
Y RECURSOS HUMANOS

María del Carmen Doyharzábal


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Prohibida su reproducción sin autorización expresa.

Desde siempre el hombre ha buscado a través de diferentes métodos de investigación, una


herramienta eficaz que le permita acceder al conocimiento del psiquismo humano.

El concepto de que la escritura es una complejo mecanismo psicofisiológico que refleja tanto la
organización del sistema nervioso central como las estructuras del ser consciente en relación con el
inconsciente es un hecho rigurosamente comprobado por la ciencia, siendo esto el sustento básico
donde se apoya la grafología, que ha demostrado ser una herramienta precisa, que permite evaluar, a
través del estudio del gesto gráfico, de manera rápida, eficaz y económica, patologías de la
personalidad, carácter, estados anímicos, sentimientos, tendencias, conductas, motivaciones,
capacidades y aptitudes de un sujeto.

Uso y utilidad de la grafología en selección de personal y en los departamentos de Recursos


Humanos

En la actualidad, la grafología, tanto es utilizada a la hora de considerar una primera incorporación al


contratar personal para asegurarse que éste sea el más capacitado posible para desempeñarse en
determinado puesto o cargo, como para obtener información para reubicarlo dentro de la misma
empresa o confirmar los resultados obtenidos por medio de otras pruebas que le hayan sido realizadas.

El estudio del gesto gráfico, permite realizar una evaluación profunda de los diferentes aspectos de la
personalidad del candidato y, fundamentalmente, permite evaluar condiciones tales como la
honestidad, confiabilidad y lealtad, que no son mensurables por medio de otras técnicas.

A diferencia de otras técnicas de evaluación, un estudio grafológico principalmente posee la ventaja


de no requerir de la presencia física del sujeto analizado, debido a que se trabaja sólo con su gesto
gráfico (escritura). Esto evita por una parte al postulante la incomodidad personal de sentirse
analizado y al mismo tiempo asegura una mayor objetividad de quien realiza el análisis.

Entre los innumerables beneficios que ofrece el uso de la grafología dentro de las empresas, se
encuentra el hecho de que permite:
 Abreviar o evitar innumerables entrevistas en el caso de ser varios los sujetos a investigar,
con la consecuente economía de tiempo y dinero que representa para la empresa.
 Agilizar los tiempos que requieren las diferentes entrevistas en las primeras fases de los
procesos de selección.
 Obtener la máxima información respecto al candidato en tiempos breves.
 Evitar la transferencia entre entrevistador y entrevistado.
 Evaluar candidatos sin el inconveniente que pueden imponer las barreras del idioma que estos
empleen o la distancia en la que estos se encuentren.
 Evitar el desgaste que las sucesivas entrevistas y diferentes exámenes o pruebas generan al
postulante.

102
Además, por otra parte, evita los riesgos de obtener resultados diferentes a la realidad, que son
los que pueden surgir cuando el sujeto ha sido entrenado para superar los diferentes test que le son
aplicados. Esto se debe a que no resulta posible modificar la escritura para obtener determinados
resultados, ya que aunque el escritor se esfuerce en modificar voluntariamente su gesto gráfico
original, el signo de ese esfuerzo quedará registrado en su grafismo, por lo que no existe la
posibilidad de que la escritura pueda ser alterada intencionalmente para lograr resultados diferentes a
los deseados en la evaluación.

El uso de la grafología/ grafopatología en la medicina laboral

Debido a que el estado de salud de un sujeto puede verse afectado por diferentes causas, entre ellas,
causas relacionadas con el trabajo que desarrolla, la medicina laboral busca la forma de proteger al
empleado de los riesgos que puedan atentar contra su salud física y mental, como una forma de
prever las enfermedades profesionales, evitando de esta manera los factores de riesgo que atentan
sobre el normal funcionamiento del organismo y que posteriormente puedan desencadenar
en enfermedades que tarde o temprano conduzcan a ausencias prolongadas o egresos que perjudiquen
tanto al trabajador como a la empresa, por lo que se realizan búsquedas específicas que permitan
detectar precozmente cualquier cambio que se produzca en la salud de un sujeto.

Así como la psicología y la medicina, para un mejor estudio y tratamiento, se dividen en


especialidades, en la grafología surge como especialidad la grafopatología, que permite abordar las
diferentes problemáticas, tanto psíquicas como orgánicas.

La grafopatología, en su técnica, posee una estrecha relación con los principios psiquiátricos y
médicos, y su método de investigación posibilita demostrar a través de una conclusión, de manera
racionalmente concatenada, los estados mórbidos del escritor. Por lo que también es utilizada de
manera interdisciplinaria en el área médica, contribuyendo, como ciencia auxiliar, para evaluar la
aptitud psicofísica que posee un sujeto para desarrollar la actividad que le demandará el puesto o
cargo al que se postula.

Evaluación del gesto gráfico

Al analizar el escrito de un sujeto, el grafólogo considera los diferentes aspectos que éste presenta,
evaluando el gesto gráfico en el texto (letras- números), la firma y su rúbrica, siendo indistinto que el
texto esté realizado en cursiva o en imprenta.

Una vez reunidos los datos, el grafólogo procede a determinar o a descartar la proyección emocional
que el sujeto pudiese haber plasmado en el escrito, si el mismo fue realizado durante una entrevista
y/o de acuerdo al contenido, los signos correspondientes a las patologías que pueda presentar y
las alteraciones o modificaciones gráficas que pueden ser producto de una influencia
medicamentosa o tratamientos médicos que pueden haberle sido aplicados.

De esta manera, una vez establecida la relación entre signo gráfico y causa, procede a realizar el
perfil de personalidad, características particulares y la adecuación psicofísica del sujeto con el puesto
a cubrir.

La grafopatología como método auxiliar de investigación

Actualmente la grafología y sus especialidades (grafopatología, grafología laboral, grafología infanto-


juvenil), son utilizadas por los profesionales de diferentes disciplinas, quienes la consideran una
valiosa herramienta de investigación.

Por ejemplo, la grafopatología es utilizada de manera interdisciplinaria, indistintamente por la


medicina, la psiquiatría y la psicología, como un método auxiliar más. Su contribución permite

103
acelerar los tiempos de abordaje clínico en aquellos casos en que el profesional médico necesita saber
de manera inmediata qué clase de persona es su paciente, contra qué excitaciones o tensiones
reacciona, cuál será su comportamiento durante un tratamiento, si algunos síntomas son el resultado
de los efectos colaterales de una medicación o tratamiento dado, siendo empleada también cuando se
necesita evaluar los progresos de una terapia aplicada.

La ventaja de trabajar sólo con la escritura del sujeto, permite además efectuar un cotejo con escritos
anteriores y contribuir informando cómo era el sujeto antes de enfermarse e incluso en qué momento
se presentaron las primeras manifestaciones de la enfermedad.
En el área de la criminología y el derecho es utilizada, entre otras cosas, para determinar la patología
de la personalidad del autor de un escrito o la posible presencia de una alteración física y/o psíquica
al momento de realizarlo, o para elaborar el perfil de personalidad del supuesto autor de un hecho
determinado, evaluando si existe en éste predisposición para cometerlo. Es por esta razón que
actualmente la utilidad de la peritación grafológica es reconocida y aceptada por nuestra Justicia
como un método exploratorio más para el establecimiento y consolidación de una evaluación pericial.

Desde el año 1996, la carrera oficial de grafología ha sido incorporada, por la Dirección General de
Educación de Gestión Privada, al sistema educativo formal argentino, por lo que, hoy por hoy, la
grafología ha devenido en una precisa herramienta de investigación que es utilizada, indistintamente
y con absoluta eficacia, por la medicina, la psicología, la psiquiatría, la criminología y el derecho.

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Detección de patologías psíquicas y físicas en la escritura manuscrita

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SIMBOLISMO DEL ESPACIO:


EL CUADRANTE INFERIOR IZQUIERDO
(Concepto de ptosis/ psicosis)

104
María del Carmen Doyharzábal

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“…escribir conscientemente, es dibujar inconscientemente…


…el que escribe confecciona su autorretrato”
Max Pulver

Para quien escribe, la hoja en blanco representa de manera simbólica su espacio vital, es decir, todo lo
que tiene a su disposición en la vida, el medio ambiente en el que se desarrolla su existencia.

En este espacio sus gestos gráficos se ubican y desarrollan en tres estratos o esferas (superior,
media e inferior), penetra en una tercera dimensión (presión) y se desarrolla en cuatro direcciones
cardinales.

Cada letra del alfabeto ocupa una parte central y de acuerdo a sus diferentes conformaciones puede, a
su vez, además de la zona media, utilizar la zona superior, inferior o ambas.

La escritura se desarrolla sobre una línea real o ideal. Esta línea, que representa el límite entre
“arriba y abajo, el horizonte” donde se asienta el cuerpo de letra, constituye el límite con el
inconsciente (censura).

105
Simbolismo del campo gráfico

Es a través de estos conceptos que, en 1931, el psicólogo suizo Dr. Max Pulver (1889 - 1952), en
“Symbolik der Handschrift”, integra los principios del simbolismo con el espacio gráfico.
Para su interpretación divide el campo gráfico con una línea horizontal que delimita una zona
superior y otra inferior (el límite entre lo de arriba y lo de abajo); y una línea vertical que separa la
zona derecha de la izquierda.

En el punto de convergencia de ambas (sin extensión, ni dirección) se ubica el Yo (es a partir de este
cruce que la escritura occidental se desarrolla, dirigiéndose de izquierda hacia derecha).

Estos diferentes vectores, que tanto son aplicables a la página y a las palabras, como a cada letra o
gesto gráfico, delimitan diferentes zonas (central, superior, inferior, izquierda, derecha) que reflejan
los instintos, tendencias o necesidades del escritor de acuerdo a la ubicación y sentido de sus
movimientos.

 ZONA CENTRAL: El Yo. El presente. Las realizaciones prácticas lo inmediato. El


autocontrol.
 ZONA SUPERIOR: Consciente. Zona del idealismo. Actividad psíquica y mental
(sublimaciones). Lo digno. Exaltación. Intelectualidad. Misticismo. Religión. Espiritualidad.
Ambición.
 ZONA INFERIOR: Inconsciente. Los instintos. Lo biológico. Lo práctico. Sexualidad. Lo
libidinoso. Lo corporal. Excitación. Motricidad. Necesidades orgánicas. Tendencias
materiales. Realidad.
 ZONA IZQUIERDA: Introversión. El pasado. La madre (atracción o preferencia hacia la
madre). La represión. La inhibición. El temor. Pasividad. Egocentrismo. Narcisismo.
Rechazo. Desconfianza.
 ZONA DERECHA: Extraversión. Expansión. El porvenir. El mundo exterior. El padre
(atracción hacia el padre). Actividad. Sociabilidad. Altruismo. Audacia. Desinterés.

106
Dinamismo. Ambición. Sadismo.

Simbólicamente, a su vez, estas diferentes zonas se encuentran asociadas con los siguientes
conceptos:

 Zona superior: El consciente. El Súper Yo. La función Pensar


 Zona inferior: El inconsciente. El Ello. La función Sentir.
 Zona izquierda: La introversión. La función Percibir.
 Zona derecha: La extraversión. La función Intuir.
 Zona central: El Yo – Principio de realidad.

107
Los cuadrantes / el cuadrante inferior izquierdo

La cruz que conforman los diferentes vectores, delimitan en el espacio gráfico cuatro cuadrantes: dos
cuadrantes superiores (izquierdo – derecho) y dos cuadrantes inferiores (izquierdo - derecho).

El cuadrante inferior izquierdo, es una zona regresiva de contacto con la realidad. Es el cuadrante
donde se ubican las fijaciones al pasado que pueden interferir en el funcionamiento actual del sujeto y
se instalan aquellas personalidades que poseen una predisposición neurótica acentuada o psicótica.

De ahí que dentro de éste cuadrante se encuadren dos posiciones: la ptosis y la obsesión.

108
El término ptosis, asignado a tal lugar gráfico, alude al concepto de caída – descenso. Sin
embargo, para entender el porqué ptosis se asocia al concepto de psicosis, es necesario comprender
en principio las pulsiones de vida y muerte.

Cuando hacemos alusión a las pulsiones o a su energía, nos referimos a estímulos endógenos y
exógenos, señales, excitaciones, deseos, necesidades, afectos y emociones, transmisiones e impulsos,
originados en el instinto.

Ya conocemos desde el psicoanálisis de Freud el instinto como concepto limítrofe entre lo mental y lo
somático, y que existen en un sujeto potenciales energéticos que bien pueden defenderlo o destruirlo –
de ahí que nos referimos al instinto de muerte.

Ptosis alude entonces, al concepto de caída / descenso. Y caída / descenso / degradación / menoscabo,
son sólo partes del eje al que se ha reducido la palabra “declinación”.

Es necesario tener presente que en psicología/psicoanálisis se habla de “declinación del padre”, y que
cuando se habla de declinación del padre no se trata de una persona, sino de una función (declinación
de la función del padre). Y que esta función se entiende tal como lo expresa el Lic. E. Motta,
“…como esquema formal que ordena la serie de posibilidades articulatorias entre significantes en lo
inconsciente, para dar lugar a la instauración del orden fálico, y aparte de la regulación del goce”.

Si el goce no está regulado por la castración, el vínculo con los otros y la realidad no pueden
sostenerse y entonces el sujeto no tiene nada para protegerse de lo real. Es decir, la caída del imago
del padre (del nombre del padre), es la causa de la psicosis.
De ahí, que parte de esta zona que se señala como ptosis (caída/descenso /declinación), queda signada
como zona de psicosis.

Ésta ubicación precisa se corresponde con la zona inconsciente de las tendencias biológicas pasivas
que quedan bajo el dominio de la sensación y el sentimiento.
Como esta zona inferior izquierda se encuentra comprendida entre el vector inferior que corresponde
al sentir y al izquierdo que corresponde al percibir, todo ese cuadrante inferior izquierdo
corresponde al denominado sentir percipiente.

109
Y es precisamente la psicosis una enfermedad que se caracteriza por la afectación de las funciones
mentales; y dentro de las psicosis encontramos la esquizofrenia en la cual la principal afectación es la
alteración de las funciones sensoperceptivas y del pensamiento.

La pregunta sería entonces ¿por qué en ese cuadrante, la zona ocupada por la ptosis/psicosis se
encuentra ubicada más abajo, cercana al vector inferior y más cercana al vector izquierdo - hacia
arriba - se encuentra ubicada la obsesión?

110
La explicación es sencilla.

En estados normales, un sujeto mediante el uso de la sensopercepción (la percepción consiste en


interpretar la sensación) capta y recibe información del mundo que lo rodea. Percibe la realidad
elaborando la información que recibe, aceptando y rechazando ciertos aspectos de ésta de acuerdo a
sus experiencias, motivaciones y necesidades.

En la neurosis, a pesar de que en una primera instancia en acatamiento de la realidad la “moción


pulsionar originaria” es reprimida, en una segunda instancia surge el fracaso de la represión y el
retorno de lo reprimido. Pero tal como expresa Freud: “la neurosis no desmiente la realidad, se limita
a no querer saber nada de ella”

Sin embargo, en la psicosis el Yo es arrancado de la realidad. Ésta es desmentida y sustituida


mediante la creación de una nueva realidad que es puesta al servicio del Ello.

A diferencia de la neurosis, la psicosis no reconoce la diferencia entre la realidad y las experiencias


subjetivas, y la realidad es sustituida con el delirio o las alucinaciones.
En la psicosis, esta pérdida del juicio de realidad y de las fronteras del Ego se presenta con diferentes
síntomas que implican disfunciones cognitivas y emocionales, incluyendo, entre otras, las de la
percepción y el pensamiento.

De ahí que la psicosis se encuentre - dentro de los cuadrantes - ubicada en la zona inconsciente de
las tendencias biológicas pasivas dominadas por el sentimiento y la sensación. En esa zona regresiva
de la realidad, donde el vínculo con los otros y la realidad no pueden sostenerse. En forma más
alejada de la línea del Principio de la realidad y más cercana a la zona del sentir / lo inconsciente. Más
cercana al poder del Ello, que no se deja dominar por la realidad y la sustituye.

Bibliografía:
 Vels, Augusto – Grafología estructural y dinámica – Ed. Herder – 1997. 2edición.
 ·Vels, Augusto – Grafología de la “A” a la “Z” – Ed. Herder – 2000.
 Vels, Augusto – Escritura y personalidad – Ed. Herder.
 Pulver, Max – El simbolismo en la escritura – Ed. Victoriano Suarez – Madrid – 1953.
 Motta, Edgardo – Acerca del padre – Artículo, Sociedad Argentina de Psicopatología.
 Freud, Sigmund – Obras completas – volumen XIV - Trabajos sobre metapsicología. – Ed.
Amorrortu. Bs. As.
 Freud, Sigmund – Obras completas - La pérdida de la realidad en la Neurosis y Psicosis -
Amorrortu, Bs. As.
 Doyharzábal, María del Carmen – Manifestaciones destructivas de la pulsión de muerte en la
escritura – Seminarios de grafopatología.
 Doyharzábal, María del Carmen – La neurosis obsesiva – Seminarios de grafopatología.
 Doyharzábal, María del Carmen – Identificación gráfica de los trastornos formales del
pensamiento – Seminarios de grafopatología.
 Doyharzábal, María del Carmen – Disfuncionalidad del desarrollo del instinto sexual, de las
relaciones objetales, de la funcionalidad psíquica y de la estructura yoica caracterial de
acuerdo a las diferentes etapas – Seminarios de grafopatología.

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111
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SIMBOLISMO DEL ESPACIO:


EL CUADRANTE INFERIOR IZQUIERDO
(Concepto de ptosis/ psicosis)

María del Carmen Doyharzábal

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“…escribir conscientemente, es dibujar inconscientemente…


…el que escribe confecciona su autorretrato”
Max Pulver

Para quien escribe, la hoja en blanco representa de manera simbólica su espacio vital, es decir, todo lo
que tiene a su disposición en la vida, el medio ambiente en el que se desarrolla su existencia.

En este espacio sus gestos gráficos se ubican y desarrollan en tres estratos o esferas (superior,
media e inferior), penetra en una tercera dimensión (presión) y se desarrolla en cuatro direcciones
cardinales.

Cada letra del alfabeto ocupa una parte central y de acuerdo a sus diferentes conformaciones puede, a
su vez, además de la zona media, utilizar la zona superior, inferior o ambas.

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La escritura se desarrolla sobre una línea real o ideal. Esta línea, que representa el límite entre
“arriba y abajo, el horizonte” donde se asienta el cuerpo de letra, constituye el límite con el
inconsciente (censura).

Simbolismo del campo gráfico

Es a través de estos conceptos que, en 1931, el psicólogo suizo Dr. Max Pulver (1889 - 1952), en
“Symbolik der Handschrift”, integra los principios del simbolismo con el espacio gráfico.
Para su interpretación divide el campo gráfico con una línea horizontal que delimita una zona
superior y otra inferior (el límite entre lo de arriba y lo de abajo); y una línea vertical que separa la
zona derecha de la izquierda.

En el punto de convergencia de ambas (sin extensión, ni dirección) se ubica el Yo (es a partir de este
cruce que la escritura occidental se desarrolla, dirigiéndose de izquierda hacia derecha).

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Estos diferentes vectores, que tanto son aplicables a la página y a las palabras, como a cada letra o
gesto gráfico, delimitan diferentes zonas (central, superior, inferior, izquierda, derecha) que reflejan
los instintos, tendencias o necesidades del escritor de acuerdo a la ubicación y sentido de sus
movimientos.

 ZONA CENTRAL: El Yo. El presente. Las realizaciones prácticas lo inmediato. El


autocontrol.
 ZONA SUPERIOR: Consciente. Zona del idealismo. Actividad psíquica y mental
(sublimaciones). Lo digno. Exaltación. Intelectualidad. Misticismo. Religión. Espiritualidad.
Ambición.
 ZONA INFERIOR: Inconsciente. Los instintos. Lo biológico. Lo práctico. Sexualidad. Lo
libidinoso. Lo corporal. Excitación. Motricidad. Necesidades orgánicas. Tendencias
materiales. Realidad.
 ZONA IZQUIERDA: Introversión. El pasado. La madre (atracción o preferencia hacia la
madre). La represión. La inhibición. El temor. Pasividad. Egocentrismo. Narcisismo.
Rechazo. Desconfianza.
 ZONA DERECHA: Extraversión. Expansión. El porvenir. El mundo exterior. El padre
(atracción hacia el padre). Actividad. Sociabilidad. Altruismo. Audacia. Desinterés.
Dinamismo. Ambición. Sadismo.

Simbólicamente, a su vez, estas diferentes zonas se encuentran asociadas con los siguientes
conceptos:

 Zona superior: El consciente. El Súper Yo. La función Pensar


 Zona inferior: El inconsciente. El Ello. La función Sentir.
 Zona izquierda: La introversión. La función Percibir.
 Zona derecha: La extraversión. La función Intuir.

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 Zona central: El Yo – Principio de realidad.

Los cuadrantes / el cuadrante inferior izquierdo

La cruz que conforman los diferentes vectores, delimitan en el espacio gráfico cuatro cuadrantes: dos
cuadrantes superiores (izquierdo – derecho) y dos cuadrantes inferiores (izquierdo - derecho).

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El cuadrante inferior izquierdo, es una zona regresiva de contacto con la realidad. Es el cuadrante
donde se ubican las fijaciones al pasado que pueden interferir en el funcionamiento actual del sujeto y
se instalan aquellas personalidades que poseen una predisposición neurótica acentuada o psicótica.

De ahí que dentro de éste cuadrante se encuadren dos posiciones: la ptosis y la obsesión.

El término ptosis, asignado a tal lugar gráfico, alude al concepto de caída – descenso. Sin
embargo, para entender el porqué ptosis se asocia al concepto de psicosis, es necesario comprender

116
en principio las pulsiones de vida y muerte.

Cuando hacemos alusión a las pulsiones o a su energía, nos referimos a estímulos endógenos y
exógenos, señales, excitaciones, deseos, necesidades, afectos y emociones, transmisiones e impulsos,
originados en el instinto.

Ya conocemos desde el psicoanálisis de Freud el instinto como concepto limítrofe entre lo mental y lo
somático, y que existen en un sujeto potenciales energéticos que bien pueden defenderlo o destruirlo –
de ahí que nos referimos al instinto de muerte.

Ptosis alude entonces, al concepto de caída / descenso. Y caída / descenso / degradación / menoscabo,
son sólo partes del eje al que se ha reducido la palabra “declinación”.

Es necesario tener presente que en psicología/psicoanálisis se habla de “declinación del padre”, y que
cuando se habla de declinación del padre no se trata de una persona, sino de una función (declinación
de la función del padre). Y que esta función se entiende tal como lo expresa el Lic. E. Motta,
“…como esquema formal que ordena la serie de posibilidades articulatorias entre significantes en lo
inconsciente, para dar lugar a la instauración del orden fálico, y aparte de la regulación del goce”.

Si el goce no está regulado por la castración, el vínculo con los otros y la realidad no pueden
sostenerse y entonces el sujeto no tiene nada para protegerse de lo real. Es decir, la caída del imago
del padre (del nombre del padre), es la causa de la psicosis.
De ahí, que parte de esta zona que se señala como ptosis (caída/descenso /declinación), queda signada
como zona de psicosis.

Ésta ubicación precisa se corresponde con la zona inconsciente de las tendencias biológicas pasivas
que quedan bajo el dominio de la sensación y el sentimiento.
Como esta zona inferior izquierda se encuentra comprendida entre el vector inferior que corresponde
al sentir y al izquierdo que corresponde al percibir, todo ese cuadrante inferior izquierdo
corresponde al denominado sentir percipiente.

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Y es precisamente la psicosis una enfermedad que se caracteriza por la afectación de las funciones
mentales; y dentro de las psicosis encontramos la esquizofrenia en la cual la principal afectación es la
alteración de las funciones sensoperceptivas y del pensamiento.

La pregunta sería entonces ¿por qué en ese cuadrante, la zona ocupada por la ptosis/psicosis se
encuentra ubicada más abajo, cercana al vector inferior y más cercana al vector izquierdo - hacia
arriba - se encuentra ubicada la obsesión?

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La explicación es sencilla.

En estados normales, un sujeto mediante el uso de la sensopercepción (la percepción consiste en


interpretar la sensación) capta y recibe información del mundo que lo rodea. Percibe la realidad
elaborando la información que recibe, aceptando y rechazando ciertos aspectos de ésta de acuerdo a
sus experiencias, motivaciones y necesidades.

En la neurosis, a pesar de que en una primera instancia en acatamiento de la realidad la “moción


pulsionar originaria” es reprimida, en una segunda instancia surge el fracaso de la represión y el
retorno de lo reprimido. Pero tal como expresa Freud: “la neurosis no desmiente la realidad, se limita
a no querer saber nada de ella”

Sin embargo, en la psicosis el Yo es arrancado de la realidad. Ésta es desmentida y sustituida


mediante la creación de una nueva realidad que es puesta al servicio del Ello.

A diferencia de la neurosis, la psicosis no reconoce la diferencia entre la realidad y las experiencias


subjetivas, y la realidad es sustituida con el delirio o las alucinaciones.
En la psicosis, esta pérdida del juicio de realidad y de las fronteras del Ego se presenta con diferentes
síntomas que implican disfunciones cognitivas y emocionales, incluyendo, entre otras, las de la
percepción y el pensamiento.

De ahí que la psicosis se encuentre - dentro de los cuadrantes - ubicada en la zona inconsciente de
las tendencias biológicas pasivas dominadas por el sentimiento y la sensación. En esa zona regresiva
de la realidad, donde el vínculo con los otros y la realidad no pueden sostenerse. En forma más
alejada de la línea del Principio de la realidad y más cercana a la zona del sentir / lo inconsciente. Más
cercana al poder del Ello, que no se deja dominar por la realidad y la sustituye.

Bibliografía:
 Vels, Augusto – Grafología estructural y dinámica – Ed. Herder – 1997. 2edición.
 ·Vels, Augusto – Grafología de la “A” a la “Z” – Ed. Herder – 2000.
 Vels, Augusto – Escritura y personalidad – Ed. Herder.
 Pulver, Max – El simbolismo en la escritura – Ed. Victoriano Suarez – Madrid – 1953.
 Motta, Edgardo – Acerca del padre – Artículo, Sociedad Argentina de Psicopatología.
 Freud, Sigmund – Obras completas – volumen XIV - Trabajos sobre metapsicología. – Ed.
Amorrortu. Bs. As.
 Freud, Sigmund – Obras completas - La pérdida de la realidad en la Neurosis y Psicosis -
Amorrortu, Bs. As.
 Doyharzábal, María del Carmen – Manifestaciones destructivas de la pulsión de muerte en la
escritura – Seminarios de grafopatología.
 Doyharzábal, María del Carmen – La neurosis obsesiva – Seminarios de grafopatología.
 Doyharzábal, María del Carmen – Identificación gráfica de los trastornos formales del
pensamiento – Seminarios de grafopatología.
 Doyharzábal, María del Carmen – Disfuncionalidad del desarrollo del instinto sexual, de las
relaciones objetales, de la funcionalidad psíquica y de la estructura yoica caracterial de
acuerdo a las diferentes etapas – Seminarios de grafopatología.

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Encuentro de Grafopatología y Grafología Forense - 7 de mayo de 2011, Argentina -


Jornadas Compartir, organizadas por el Colegio de Graduados en Grafología de la República
Argentina

EL TEMBLOR ESENCIAL EN LA ESCRITURA 1

María del Carmen Doyharzábal


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Un viejo refrán dice: “No todo lo que es parece, ni todo lo que parece es”. Y esto resulta muy válido
en grafopatología cuando de analizar escrituras se trata.

Qué tenían en común Oliver Cromwell (líder político de Inglaterra 1599 - 1658)

120
Eugene O´Neil (dramaturgo 1888 -1953)

Katherine Hepburn (la actriz norteamericana 1907-2003).

121
Pues que todos ellos padecían de temblores y fueron mal diagnosticados.

El trazado gráfico es tembloroso…

Diariamente los peritos enfrentamos el desafío de determinar ciertas cuestiones como:


¿El grafismo se modifica de la misma manera ante una misma enfermedad? ¿Existen variables?
¿Cuáles son estas diferencias?

¿Cuáles son las modificaciones del gesto gráfico que permiten diferenciar un temblor de otro?

¿El temblor de ciertas afecciones neurológicas solo puede mejorar ante un tratamiento determinado o
existen diferentes posibilidades que puedan modificar el trazado?

¿Para escribir o firmar un documento, puede un individuo mejorar o disminuir el temblor de una
patología crónica, durante cierto lapso y sin haber efectuado tratamiento farmacológico alguno, de
manera tal que su gesto gráfico se modifique y pueda inducir a error al perito?

En grafopatología estas cuestiones se presentan diariamente y pocas veces son explicadas, por lo que
resulta frecuente que la mayoría remita la búsqueda a largos listados de signos que finalmente no
conducen a ninguna otra parte más, que a una confusión babélica a quien la aplica.

Sabemos que una de las causas que pueden producir importantes modificaciones en la escritura, son
los temblores.

El trazado tiembla. Bien. Pero… ¿por qué tiembla? ¿Qué lo provoca? Porque no todo lo que tiembla
es enfermedad de Parkinson o un problema glandular, ni una intoxicación, ni miedo, ni frío…

Determinar un temblor parece engañosamente fácil, sin embargo siempre es un reto para el
grafopatólogo, el poder dictaminar de qué tipo de temblor se trata y cuál es la probable causa.

Antes de comenzar a aclarar algunas de estas cuestiones, veamos en primer lugar qué es la
grafopatología y algunos breves conceptos neurofisiológicos de la escritura.

122
Qué es la grafopatología

"La grafopatología es una rama de la grafología que permite detectar, a través del análisis de
caracteres manuscritos, signos prodrómicos y clínicos de alteraciones psíquicas o somáticas, ya sean
éstas circunstanciales, prolongadas o definitivas. Su aplicación posibilita, además, seguir el curso de
una enfermedad física o psíquica y / o evaluar los progresos de un tratamiento aplicado por los
profesionales de la salud." (Doyharzábal María del Carmen, Apuntes de grafopatología, Qué es la
grafopatología, Definición) (2)

Esto es posible porque la escritura es el acto resultante de un complejo proceso psicofisiológico que
refleja la organización del Sistema Nervioso y los aspectos conscientes e inconscientes de la psiquis.

Breves conceptos neurofisiológicos de la escritura

Haciendo una breve síntesis, diríamos que en el acto de la escritura, el Sistema nervioso es quien
rige y coordina todas las funciones conscientes e inconscientes, transmite y procesa en general toda
la información que recibe desde los órganos de los sentidos y todos los órganos internos, ejerciendo
el control de todo el organismo. El Sistema nervioso central, integra la información que recibe,
interpreta los estímulos, ordena a las glándulas de acuerdo a los requerimientos del cuerpo y da la
orden motora a través de la cual se realizan los movimientos voluntarios. Siendo en el lóbulo
frontal donde se origina la idea de escribir, que se convierte en imagen visual y mental en el lóbulo
occipital utilizando el lenguaje aportado por el lóbulo temporal y se ejecuta por medio de la corteza
motora, siendo coordinada como una acción única por el lóbulo parietal.

El sistema nervioso periférico, por medio de la unión neuromuscular, conduce la información hasta
los músculos. Los músculos esqueléticos que se conectan con la médula espinal por medio de los
nervios periféricos reciben la transmisión del impulso nervioso originando la contracción muscular
que da lugar a la fuerza y el movimiento.

La escritura también está asociada a la evolución intelectual del individuo y a su capacidad


lingüística. De hecho, son la evolución psicológica y la personalidad las que intervienen en la
particular interpretación que hace el sujeto respecto de los estímulos internos y externos que recibe,
con lo cual el modo en que éstos influyen en sus estados de ánimo incidirán consecuentemente en la
realización de formas gráficas particulares, siendo el SNC el que recibe, reconoce e integra las señales
del ambiente exterior y de otras partes del organismo, y el equilibrio bioquímico del cerebro el que
predispone a reaccionar de maneras variables, transmitiendo la intensidad y frecuencia de movimiento
escritural conforme a sus condiciones y sus estados de excitación e inhibición, ocasionando rasgos
específicos que permitirán establecer las causas que los originan.

¿Qué es un temblor?

A través del tiempo se han desarrollado diferentes definiciones respecto a qué es un temblor. Veamos
cuáles han sido algunas de ellas:

“Temblor: Es una agitación ligera de los miembros o de la cabeza, en que involuntariamente,


aunque sin impedirse del todo el libre movimiento, tiemblan sin tener una sensación intensa de frío”
(D.A.B., 1807) (3.)

123
“El temblor consiste en una oscilación rápida, que agita continuamente los miembros en una
dirección contraria mediante movimientos iguales de vaivén” (Frank José, 1843) (4)

“Temblor: Se llama así a la oscilación involuntaria, casi uniforme y poco extensa, que presentan los
músculos de un miembro o de todo el cuerpo” (Monneret Edouard,1868) (5)

"Los temblores están caracterizados por oscilaciones rítmicas, involuntarias, que describe todo o una
parte del cuerpo, alrededor de su posición de equilibrio" (Déjerine J., 1914) (6)

"Un movimiento rítmico de una parte del cuerpo (…) esta situación implica que el movimiento tiene
una periodicidad relativamente fija y posee una amplitud y una morfología que son en cierta medida
invariables durante un tiempo prolongado " (Gresty M A, Findley LJ., 1984) (7)

“Se define al temblor como la oscilación rítmica e involuntaria de grupos musculares


recíprocamente inervados, que causa movimiento de una parte del cuerpo sobre un plano fijo en el
espacio” (Vargas Alberto, 2000) (8)

“El temblor es un movimiento involuntario de tipo oscilatorio (los componentes del movimiento son
de sentido opuesto, alternativos y sucesivos) repetitivo, generalmente rítmico, producido por la
contracción alternada de los músculos agonistas y antagonistas que mueven una o más
articulaciones del cuerpo pudiendo afectar una zona o la totalidad del mismo” (Villanueva Víctor
José, 2001) (9)
124
“Es, en términos generales, un movimiento anormal definido por su carácter repetitivo a uno y otro
lado de un eje de oscilación” (Zarranz Juan José; Neurología, 2003) (10)

“Se define el temblor como una oscilación rítmica de una o varias partes del cuerpo, debida a una
contracción alternante de los músculos agonistas y antagonistas” (Roldán Arroyo Victoria, Carrillo
Alicia Navarro, de la Torre García Antonia, Romero Herreros Esther, Marín-Barnuevo y Fabo Mª
Piedad, 2006) (11))

Sintetizando el concepto del Dr. Víctor J. Villanueva, podríamos decir que el temblor es provocado
por contracciones musculares de carácter involuntario, dependientes de los estímulos provenientes del
Sistema nervioso extrapiramidal y de los centros vegetativos simpáticos hipotalámicos o los
receptores - andrenérgicos de los músculos esqueléticos - donde actúan los diversos estímulos que son
los que desencadenan las contracciones.

De ahí que existan diferentes causas generadoras de temblores que pueden ser nerviosas y
extranerviosas, pudiendo tanto ser una manifestación de una enfermedad neurológica, como no
neurológica o presentarse ante circunstancias normales.

Diferentes formas de clasificar los temblores

No existe en la neurología un sistema universal de clasificación de los temblores. Algunas escuelas


prefieren basarse en la clasificación fenomenológica, otras en la clasificación etiológica, mientras que
las más tradicionales prefieren agruparlos en síndromes basándose para ello en hechos clínicos
específicos.

Clasificación del Tremor Investigación Group.

El comité de International Tremor Foundation, Tremor Investigación Group (TRIG), propuso en 1993
dos sistemas de clasificación, dividiéndolos por estado de actividad y por etiología (Bain P. 1993)
(12)

 Clasificación por estado de actividad:

Temblor de reposo (surge en estado de reposo y puede ser disminuido o suprimido por un acto
voluntario).

Temblor de acción (Incluye el temblor postural, el isométrico y el cinético que a su vez incluye el
temblor de intención)

Temblor postural (temblor que se presenta cuando sin realizar un movimiento, se intenta sostener una
parte del cuerpo contra la fuerza de gravedad - incluye temblor específico postural, cinético,
isométrico y temblor de tarea específica).

Temblor cinético/kinético (evidente durante cualquier tipo de movimiento).

Temblor de intención

Temblor de tarea específica

Temblor isométrico (temblor que se produce como resultado de una contracción muscular voluntaria
realizada contra un objeto fijo rígido).

125
 Clasificación por etiología:

Enfermedad de Parkinson

Temblor esencial

Temblor neuropático

Temblor cerebeloso

Temblor mesencefálico / rubral

Temblor inducido por drogas

Temblores. Otras formas de clasificación (13)

Otro criterio los divide de acuerdo a si se presentan durante el reposo, durante el movimiento o
cuando el sujeto adopta una postura o pose, complementándolos con el ritmo, la frecuencia, la
amplitud y oscilación. De esta manera los clasifican en:

Temblor de reposo: se presenta cuando los músculos no están voluntariamente activados y se hallan
completamente apoyados contra la gravedad.

Temblor de acción: se presenta durante contracciones voluntarias de los músculos.

• Postural: al mantener una posición contra la gravedad (Por ej.: brazos extendidos)

• Cinético: durante cualquier tipo de movimiento voluntario

• Intención: exacerbación del temblor cinético al final de un movimiento dirigido a un objetivo.

• Tarea o posición específica: sólo ocurre durante la realización de movimientos complejos y


especializados (Ej.: escribir, hablar, etc.)

• Isométrico: presente durante una contracción muscular voluntaria contra un objeto rígido y
estacionario.

Clasificación del temblor de acuerdo a la frecuencia (13)

En el temblor, la clasificación de acuerdo a la frecuencia se mide en hertz (HZ), que es el número de


oscilaciones o ciclos por segundo.

Se los divide en:

 Temblor de frecuencia baja lenta: el temblor oscila entre dentro de un rango de 2-5 Hz. En
estos casos la longitud de la onda o pico del movimiento que vamos a observar en el trazado,
tiende a ser menos frecuente y más larga. Los temblores que presentan esta característica son
el temblor intencional (por ej. cerebeloso), el temblor de reposo (por ej. parkinson) y el
temblor mixto (por ej. temblor rubral).

126
 Temblor de frecuencia media – intermedia: La frecuencia media varia en el rango de los 5-8
Hz. Es un temblor intencional generalizado que se evidencia por ejemplo en la Parálisis
general progresiva (neurolúes), en temblor esencial o en los inducidos por determinados
fármacos (por ej. valproato sódico, triciclicos o en algunos casos el litio).
 Temblor de frecuencia rápida: La variación del rango de movimiento puede ir desde 9 - 12
Hz o más. En estos casos la longitud del movimiento del temblor que observamos en el
trazado, es extremadamente corta, pero la cantidad de movimientos son mayores.

Clasificación del temblor de acuerdo a su calidad (13)

El temblor también se clasifica de acuerdo a su amplitud, es decir conforme al desplazamiento que


produce el temblor en un plano fijo. Se divide entonces en:

 Temblor fino: Es de baja amplitud y de alta frecuencia. Es el temblor que generalmente se


debe a un aumento del denominado temblor fisiológico. Sus causas probables de aparición
pueden ser la ansiedad, el alcoholismo, la tirotoxicosis, la hipoglucemia; la ingesta de
anfetaminas o estimulantes (café, aminofilina, etc.), o el hipertiroidismo entre otros.

 Temblor intermedio: Tal como indica su nombre su amplitud es mediana pudiendo ser una
forma de presentación del temblor cerebeloso o el temblor postural.

 Temblor grosero o brusco: Es un temblor brusco (tipo sacudidas), que presenta alta amplitud
y baja frecuencia. Es el temblor característico de las enfermedades del cerebelo; las
enfermedades metabólicas, la insuficiencia hepática, respiratoria y renal; la ingesta de
fármacos como litio, antidepresivos, etc pudiendo presentarse en casos de temblor esencial
benigno.

Clasificación del temblor de acuerdo a la dirección (13)

También se los clasifica de acuerdo a la dirección:

 Temblor horizontal: La oscilación del temblor es perpendicular a los trazados verticales.


Generalmente tiende a no modificar mayormente la forma de la letra. Es el temblor
característico de la Enfermedad de Parkinson y de la esclerosis en placas.

 Temblor vertical: La oscilación es paralela a los trazados verticales. La presión tiende a ser
desigual en forma alternante. Las formas presentan modificaciones. Es el temblor que se
evidencia en determinadas intoxicaciones (plomo, morfina, cocaína, alcohol, etc.) .

 Temblor mixto: En este caso el temblor se desarrolla en ambas direcciones, el trazado oscila

127
en sentido vertical y horizontal con un movimiento de característica rápida y vibrante dando
al trazado el aspecto de aserrado o dentado. Es el temblor que se evidencia por ejemplo en la
Enfermedad de Basedow o en la vejez.

Temblor esencial

A diferencia de lo que muchos creen, el temblor de más frecuente presentación no es el de la


enfermedad de Parkinson, sino que es el temblor esencial cuya frecuencia en la población supera al
Parkinson en 5 a 10 veces más.

El temblor esencial corresponde al temblor de acción y dentro de éste al temblor postural (postural –
cinético), si bien en casos avanzados puede presentarse en reposo.

Se produce por una contracción simultánea de músculos antagónicos de diferente intensidad y


duración. El movimiento voluntario no lo inhibe sino que lo exacerba. Tiende a disminuir al efectuar
un movimiento que signifique el desplazamiento de alguna articulación, pero aumenta al final del
movimiento (mantener los brazos extendidos en posición fija, sujetar y movilizar un objeto, como por
ejemplo los utensillos para comer o escribir, etc.)

Es un temblor de causa desconocida, generalmente asintomático (el temblor es la enfermedad) que


puede ser esporádico o hereditario con un patrón autosómico dominante.
Su forma de presentación puede ser ocasional (esporádico), temporal (episódico) o presentarse a
intervalos (intermitente).

Cuando se presenta en forma espontánea se lo denomina temblor esencial benigno y cuando existe
una historia familiar del mismo (padres, hermanos, abuelos y tíos que lo padecen) se le denomina
temblor esencial familiar, temblor familiar o temblor esencial hereditario por alteración del gen 3q13
(analizando mapas de ligamiento genético en familias que padecen temblor esencial, (Deng H, Le
W, Jankovic J.) (14) ha hallado 3 loci susceptibles - EMT1 en el cromosoma 3q13, EMT2 en el
cromosoma 2p24 y un loci en el cromosoma 6p23)

En algunos sujetos el temblor aparece de manera selectiva o casi selectiva afectándolos únicamente
cuando realizan una actividad motora muy concreta como por ejemplo al escribir, en este caso se lo
denomina temblor de la escritura.

Aquí resulta necesario aclarar que, para la mayoría de los autores, el temblor del escribiente presenta
una similitud con el temblor esencial, por lo que es considerado como una variante del mismo.
El temblor del escribiente incluso puede presentarse acompañado por una distonía como el
denominado calambre del escritor o espasmo del escribiente.

Cabe aclarar que de acuerdo a Kachi, Rothwell, Cowan y Massden (15), el temblor esencial en sus
inicios puede presentarse únicamente como un temblor de escritura.

En ciertos casos, el temblor esencial puede provocar un importante grado de incapacidad ya que con
el transcurso del tiempo puede ir afectando no sólo las manos y los brazos, sino también las cuerdas
vocales (laringe), los párpados, la cabeza (temblor cefálico) u otros músculos y en menor grado
puede comprometer las piernas y los pies.

El temblor cefálico característico del temblor esencial es en negación a diferencia del que presenta la
Enfermedad de Parkinson que es en asentimiento.

Si bien el temblor esencial puede iniciarse aproximadamente a los 15 años, su edad promedio de
128
aparición es de 40 años, tendiendo a aumentar marcadamente su prevalencia alrededor de la séptima
década de la vida. Por este motivo es que el temblor esencial en los ancianos ha sido denominado por
algunos autores como temblor senil.

El temblor esencial en su inicio es un temblor unilateral, luego se transforma en un temblor simétrico


(bilateral), siendo más evidente en el miembro dominante. Esto puede comprobarse realizándole al
sujeto la prueba del espiral de Arquímedes.

El análisis de la espiral de Arquímedes es un sistema no invasivo que permite cuantificar la función


motora de los miembros superiores, evaluando los diferentes tipos de temblores.

En reglas generales, el temblor esencial es un temblor de gran amplitud, la frecuencia puede variar
entre intermedia o rápida (4 -12HZ), si bien va a ir variando tendiendo a disminuir con la edad.

En los jóvenes la frecuencia puede oscilar entre 7 – 12Hz, siendo bastante similar al temblor
fisiológico.

Al envejecer, o en pacientes más ancianos, tiende a disminuir su frecuencia (4 – 8 Hz), pero a


aumentar su amplitud, por lo que puede volverse más incapacitante.

Afecta en un 94% a las manos, alterando marcadamente la motricidad fina, por lo cual tiende a afectar
notablemente la escritura al punto de provocar una incapacidad importante para realizar la misma,
como asimismo para firmar.

Algunas características gráficas del temblor esencial

En general la escritura del temblor esencial puede ser grande, insegura, garabateada, ondulada y el
temblor es muy evidente.

129
En los casos más graves, a las descargas rítmicas del temblor se superponen sacudidas bruscas que
incapacitan funcionalmente.

130
En muchos casos la alteración que se provoca en la firma, da lugar a pensar que se trata de una
falsificación.

El temblor en la espiral de Arquímedes es más asimétrico que, por ejemplo, en la enfermedad de


Parkinson.

Cuando se presenta el temblor, el sujeto al escribir puede intentar compensar el exceso de


movimiento de diferentes maneras:

 Puede usar la otra mano para sujetar el papel o la mano que tiembla.

 Escribir en imprenta porque representa menor dificultad y es más legible.

 Puede usar instrumentos de escritura más gruesos para que la escritura sea más legible.

131
Cuestiones a considerar en la evaluación

Al realizar la evaluación de la escritura, antes de considerar la posibilidad de la existencia de un


temblor esencial, debe tomarse en cuenta:

 Que el autor del manuscrito no esté utilizando o haya utilizado recientemente fármacos o
sustancias tremorígenas.

 Que el temblor no corresponda a un estado de abstinencia de sustancias, ya que los fármacos


que actúan sobre el sistema nervioso central pueden producir, como efecto secundario,
temblores que se presten a confusión.

 La existencia de antecedentes de traumatismos (tanto directos como indirectos en el sistema


nervioso, sobre todos los craneanos, no inferiores a tres meses de la presentación del temblor)

 La existencia de trastornos psicógenos.

Reducción del temblor esencial por ingesta de alcohol

Una de las particularidades del temblor esencial, es que la ingesta de alcohol lo reduce notablemente,
durando el efecto un par de horas.

Muchas veces el sujeto que padece de temblor esencial, acostumbra a ingerir alcohol si sabe que debe
escribir o firmar un documento. Esto puede hacer que se presente una marcada diferencia entre los
escritos o firmas realizados habiéndolo ingerido, pudiendo parecer que estos no fueron efectuados por
el mismo individuo.

El efecto del alcohol comienza a los 15 minutos de haberlo ingerido y dura aproximadamente unas 3
horas.

Reducción del temblor esencial por agua fría

Independientemente del ya conocido método de ingerir un vaso de alcohol para reducir el temblor
esencial durante unas horas, existe otro método menos conocido, pero que también produce una
evidente disminución del temblor en la escritura y que consiste en sumergir la extremidad afectada
durante 10 minutos en agua muy fría. Se obtiene entonces, una reducción considerable del temblor
con lo que mejora circunstancialmente la legibilidad de la escritura.

132
Reducción del temblor esencial por estimulación cerebral profunda (ECP)

Cuando se evalúa en cotejo una escritura con temblor esencial, resulta importante tomar en cuenta
que los tratamientos tales como la implantación de un dispositivo de ECP (estimulación cerebral
profunda - que transmite impulsos eléctricos indoloros al cerebro, interrumpiendo las señales
defectuosas), modifica totalmente la escritura, disminuyendo mayoritariamente el temblor y
volviéndola legible.

Sin embargo hay que considerar que si el dispositivo es apagado, la escritura volverá a adquirir las
características anteriores. Y así sucesivamente durante el encendido y el apagado del dispositivo.

Reducción del temblor esencial por Talamotomía estereotáctica

De igual manera, cuando se efectúa una talamotomia estereotáctica (realización por medio de cirugía,
de una lesión de una forma controlada) se produce un importante cambio en la legibilidad y
reducción del temblor en la escritura entre 3 a 12 meses después de la intervención.

Características de personalidad de los sujetos con temblor esencial

En el TPQ (Tridimensional Personality Questionnaire), C.R. Cloninger propone tres rasgos


de personalidad basados en el mayor o menor nivel de un determinado neurotransmisor en el sistema
nervioso central.

En este modelo tridimensional presenta como primer rasgo la búsqueda de novedad NS (relacionado
con niveles altos de dopamina), como segundo rasgo la evitación del daño HA (niveles altos de
serotonina) y como tercero la dependencia de la recompensa RD (bajos niveles de
133
noradrenalina/norepinefrina)

Para Cloninger, los individuos que presentan puntuaciones altas en la evitación del daño (HA), se
encuentran muy influenciados por cualquier estímulo adversivo, responden de manera intensa a
cualquier señal e inhiben su conducta con la finalidad de evitar la posibilidad de un castigo. Actúan
con el fin de evitar el dolor, la novedad, y la frustración, preocupándose y permaneciendo tensos.

De acuerdo a las investigaciones realizadas por A. Chatterjee, E. C Jurewicz, L. M Applegate, E. D


Louis, (16) los pacientes con temblor esencial, en el TPQ, presentan puntuaciones altas en HA
(evitación de daño), lo que define una personalidad ansiosa, pesimista, temerosa/miedosa, tímida y
fácilmente fatigable.

Conclusión

Queda claro entonces que, indudablemente, un grafópatólogo debe formarse no sólo en lo referente al
funcionamiento normal del SN, sino también conocer la relación existente entre los procesos
neurofisiológicos y patológicos interiorizándose respecto a cómo pueden alterarse las funciones
cuando se destruyen las estructuras y sistemas que las sustentan y cuáles son las características
gráficas que las identifican.

Quien ejerce como especialista en grafopatología debe conocer también, entre otras cosas, la
existencia de los efectos secundarios e interacciones que pueden producir determinados tratamientos
farmacológicos u otros aplicados, y cómo estos pueden influir o producir efectos sobre el estado
físico/mental de acuerdo a la edad del sujeto evaluado.

Vemos entonces que al evaluar una escritura con temblor esencial y/o realizar un cotejo, es
importante que el perito tenga en cuenta estas condiciones y variables, ya que de no considerarlas
correría el riesgo de atribuir las modificaciones gráficas a otras causas que no son las reales.

No se trata de diagnosticar (el grafopatólogo no diagnostica), sino de conocer todas las probables
variables aceptables, puesto que, caso contrario, el dictamen podría resultar equivocado atribuyendo
lo observado sólo a aquello que se conoce.

BIBLIOGRAFÍA

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patológicas en el grafismo, I Parte, El temblor esencial, 2011

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la grafopatología, 1998

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Quirúrgica Tomo Quarto, Madrid en la imprenta Real, Año de 1807

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Del temblor, definición. Pág. 108, Madrid, Imp. Fuentenegro, 1843

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134
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esencial en particular, 2000

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Medicina N° 103 - Abril/2001, Publicación avalada por Res. N° 825/05-CD. Facultad de Medicina,
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10. Zarranz Juan José; Neurología, 3° ed. Ed. Elsevier,Madrid, España, 2003

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Esther; Marín-Barnuevo y Fabo Mª Piedad, Revista clínica de medicina de familia, Vol. 1, n° 4, El
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16. A. Chatterjee; E. C Jurewicz; L. M Applegate; E. D Louis; Personality in essential tremor: further


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Prohibida su reproducción sin autorización expresa.

Detección de patologías psíquicas y físicas en la escritura manuscrita

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ACLARACIONES SOBRE EL TÍTULO OFICIAL DE GRAFÓLOGO

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María del Carmen Doyharzábal
Copyright © María del Carmen Doyharzábal – Todos los derechos reservados.
Prohibida su reproducción sin autorización expresa.

En la República Argentina, desde el año 1996, la carrera Oficial de Grafología ha sido incorporada al
sistema educativo formal por la Secretaria de Educación del Gobierno de Buenos Aires, existiendo en
la actualidad grafólogos ejerciendo con título oficial.

El ejercicio de la grafología se encuentra en estos momentos en una etapa de gran crecimiento y el


impulso que ha adquirido en los últimos años y la extensa actividad (pública y privada) que
desarrolla el grafólogo en diferentes áreas (médicas, educativas, jurídicas, laborales, etc.), actuando
como auxiliar de otras disciplinas, obliga a poner en claro ciertos aspectos de su ejercicio.

Diariamente recibo consultas relativas al título oficial, matrículas, colegios, asociaciones, etc. Para
despejar algunas dudas respecto a estas cuestiones, responderé en este espacio, algunas de las
preguntas que más frecuentemente se plantean en referencia a estos temas.

¿Qué es una matrícula habilitante?

La matrícula es una lista o registro oficial de personas o entidades, hecho con un fin determinado. Es
el acto por el cual una autoridad otorga la autorización para el ejercicio profesional.

¿Los grafólogos poseen matrícula?

No, los grafólogos no poseen matrícula profesional, ni matricula pública, ni matricula nacional.
Ejercen firmando con el número del título oficial.

¿Cuál es el motivo por el cual los grafólogos en Argentina no tienen aún matrícula habilitante?

En Argentina, la grafología, actualmente, no está reconocida como una profesión sino como un oficio,
por lo que en primer lugar debe aprobarse la ley por la cual se regule, con carácter nacional, la
actividad de los grafólogos y se jerarquice la actividad. Al ser reconocidos los mismos como
profesionales puede organizarse un Colegio que otorgue la matrícula que habilite para el ejercicio
profesional.

¿Quiénes pueden otorgar la matrícula?

La habilitación para ejercer, es decir la matriculación profesional, sólo puede ser otorgada por una
autoridad jurisdiccional en forma directa o a través de entidades autorizadas por el Estado.

¿Quién ejerce el contralor de la matrícula habilitante?

El contralor de la matrícula habilitante corresponde al Estado, no obstante éste puede delegar su


gobierno y administración a un órgano autorizado a través de una ley.

¿Existe en Argentina alguna asociación, sociedad, colegio o institución que pueda otorgar
matricula habilitante a los grafólogos?

No, no existe. Ninguna de las entidades existentes en la actualidad, está habilitada legalmente para
otorgar una matrícula.

¿Qué es un Colegio?
136
Un Colegio es una entidad destinada a cumplir fines públicos que originariamente pertenecen al
Estado, y que éste por delegación, circunstanciada normativamente, transfiere a la institución que crea
para el gobierno de la matrícula y el régimen disciplinario de todos los profesionales.

¿Cómo se crea un Colegio?

Un colegio se crea a partir de la publicación en el Boletín Oficial de una ley sancionada para tal fin y
a través de la cual se lo autoriza para ejercer funciones específicas con un poder delegado por el
Estado.

¿Existen en Argentina Colegios de grafólogos

No existe en Argentina, aún, una entidad a quien el Estado a través de una ley la reconozca como
Colegio.

Lo que existe son entidades, que en algunos casos, poseen personería jurídica otorgada por la
Dirección General de Justicia, pero no son Colegios en términos estrictamente jurídicos, sino
asociaciones civiles.

¿Cuál es la diferencia entre las normas que rigen a un Colegio y a una Sociedad o Asociación?

Un Colegio se crea a partir de la sanción de una ley y ejerce sus funciones específicas a través de
un poder delegado por el Estado y es la ley sancionada para tal efecto la que establece quiénes serán
sus miembros y quiénes pueden ser privados del ejercicio de la profesión.

Una Asociación es un conjunto de personas que se nuclea para un mismo objetivo con personería
jurídica y tiene el derecho de decidir quiénes serán sus miembros como asimismo de expulsarlos por
las causas que se consideren dentro del estatuto aprobado por la Dirección General de Justicia para tal
fin. El alcance de sus medidas disciplinarias está limitado sólo a aquellos miembros que se asocien en
forma voluntaria.

¿Qué es la Inspección General de Justicia?

La Inspección General de Justicia (IGJ) es el organismo a través del cual el Estado otorga la
personería jurídica a las asociaciones. Dicta las normas relativas a los requisitos legales que deben
cumplimentar las asociaciones para constituirse y funcionar y otorga la autorización para funcionar
como persona jurídica.

¿Qué es una persona jurídica?

A diferencia de las personas de existencia real o física, las personas jurídicas son personas de
existencia ideal, especialmente reconocidas por el orden jurídico.
Las personas jurídicas pueden ser de carácter público como son el Estado Nacional, Provincial y
Municipal, los entes autárquicos o la Iglesia Católica, o de carácter privado como son las
asociaciones, fundaciones, sociedades civiles y sociedades comerciales.

A tal efecto el Código Civil Argentino dice:

Capítulo I Del principio de la existencia de las personas jurídicas . Libro Primero De las Personas
Sección Primera De las personas en general.

Título I De las personas jurídicas

137
Artículo 32: Todos los entes susceptibles de adquirir derechos, o contraer obligaciones, que no son
personas de existencia visible, son personas de existencia ideal, o personas jurídicas.

Artículo 33: Las personas jurídicas pueden ser de carácter público o privado. Tienen carácter
público: 1ro. El Estado Nacional, las Provincias y los Municipios; 2do. Las entidades autárquicas;
3ro. La Iglesia Católica; Tienen carácter privado: 1ro. Las asociaciones y las fundaciones que
tengan por principal objeto el bien común, posean patrimonio propio, sean capaces por sus estatutos
de adquirir bienes, no subsistan exclusivamente de asignaciones del Estado, y obtengan autorización
para funcionar; 2do. Las sociedades civiles y comerciales o entidades que conforme a la ley tengan
capacidad para adquirir derechos y contraer obligaciones, aunque no requieran autorización
expresa del Estado para funcionar.

¿Cómo se considera una Asociación que no posee personería jurídica?

En este caso el Código Civil Argentino expresa:

Artículo 46: Las asociaciones que no tienen existencia legal como personas jurídicas, serán
consideradas como simples asociaciones civiles o religiosas, según el fin de su instituto. Son sujetos
de derecho, siempre que la constitución y designación de autoridades se acredite por escritura
pública o instrumentos privados de autenticidad certificada por escribano público. De lo contrario,
todos los miembros fundadores de la asociación y sus administradores asumen responsabilidad
solidaria por los actos de ésta. Supletoriamente regirán a las asociaciones a que este Artículo se
refiere las normas de la sociedad civil.

¿Cuál es la diferencia existente entre una Asociación con personería jurídica con otra que no la
posee?

El sólo hecho de constituir una Asociación o Sociedad no otorga por sí mismo personalidad jurídica.

En el caso de una Asociación o Sociedad sin personería jurídica, los bienes no le pertenecen a la
Asociación o Sociedad, sino a sus miembros.

¿Qué es la personería jurídica y para qué sirve?

La personería jurídica es la autorización que la Dirección General de Justicia otorga a una entidad sin
fines de lucro, reconociéndole legalmente su condición de persona de existencia ideal y que la habilita
para adquirir derechos y contraer obligaciones en nombre de la institución.

Es necesaria para realizar movimientos de dinero, celebrar convenios, etc. Funciona como un
documento de credibilidad que puede presentarse ante otra organización.

¿En la República Argentina, los grafólogos, instituciones educativas, sociedades o asociaciones,


pueden usar el Escudo Nacional como insignia u ornato?

En la República Argentina, ni los grafólogos, ni una institución educativa, sociedad o asociación de


grafólogos, pueden usar insignias nacionales como el Escudo Nacional.
La ley 31.026/33 prohíbe el uso del Escudo de la Nación “a los particulares, corporaciones o
entidades privadas de cualquier naturaleza” y la posterior ley 21.533/39 prohíbe la concesión a los
particulares “de marcas que ostenten los escudos de la Nación, de las provincias y de la
Municipalidad de la capital”.

El Ministerio de Cultura y Educación dicto en 1978, las normas sobre las características, tratamiento
y uso de los símbolos nacionales, mediante la resolución 1635/78, cuyo inciso “C” dice textualmente:
“El Escudo no será usado como ornato”.

138
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Detección de patologías psíquicas y físicas en la escritura manuscrita

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LOS GESTOS GRÁFICOS DEL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO (1)


María del Carmen Doyharzábal
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“El dolor es para la humanidad un tirano más terrible que la misma muerte”
(Albert Schweitzer)

El dolor, tan antiguo como el hombre mismo, fue en un inicio atribuido a diferentes causas. Los
primitivos creían que era producido por la invasión de espíritus malignos por transgredir un tabú. Para
los religiosos era un castigo divino infringido por ser un pecador. Para los clásicos hipocráticos era
un desequilibrio de los humores internos corporales…

139
En la actualidad la ciencia médica, nos enseña que el dolor puede tener diferentes orígenes y causas
pero que ninguna de ellas es consecuencia de presencias demoníacas o del enojo divino, y que entre
las tantas funciones vitales que le pertenecen al sistema nervioso, se encuentra la de alertar mediante
el dolor, de la existencia de una lesión o la incipiente probabilidad de ésta.

La International Association for the Study of Pain (IAPS), define el dolor como "una experiencia
sensitiva y emocional desagradable, asociada a una lesión tisular real o potencial".

Posteriormente la IAPS, extendió esta definición agregando “La incapacidad de comunicarse no


descarta en modo alguno la posibilidad de que un individuo este sufriendo dolor y necesite el
correspondiente tratamiento analgésico”

Diferentes formas de clasificar el dolor

Existen diferentes criterios de clasificación del dolor.

La International Association for the Study of Pain (IAPS) establece la clasificación de criterios
combinados a través de diferentes ejes:

Eje I: Región del cuerpo.


Eje II: Sistema cuyo funcionamiento anormal puede producir dolor.
Eje III: Características temporales del dolor y patrón de ocurrencia.
Eje IV: Establecimiento por parte del paciente de la intensidad y el momento de inicio del dolor.
Eje V: Etiología probable.

Otros prefieren estudiarlos de acuerdo a su etiología, fisiopatología, mecanismos, sintomatología,


función biológica.

En estos casos, en forma muy general diremos que el dolor se clasifica:

Según su duración:
Agudo: Dolor de comienzo súbito y de duración limitada.
Crónico: Dolor que persiste a través del tiempo (más de 3 o 6 meses) Puede ser continuo o
recurrente. Oncológico o no oncológico.

Según su patogenia:

140
Neuropático (no nociceptivo) El dolor es consecuencia de una lesión periférica o central a nivel
de las fibras nerviosas “…dolor que se origina como consecuencia directa de una lesión o
enfermedad que afecta al sistema somatosensorial” (Special Interest Group on Neuropathic Pain -
NeuPSIG - de la IASP).
Nociceptivo: El dolor es consecuencia de una lesión somática o visceral. Puede ser somático
superficial, somático profundo, visceral.
Psicógeno: Es un dolor de naturaleza psicosomática (no es consecuencia de una lesión orgánica,
sino que tiene origen psíquico).

Según su localización:
Somático: El dolor surge por lesión en tejidos corporales (tejidos cutáneos, musculoesqueléticos y
periósticos, de ligamentos y articulaciones).
Visceral: Es un dolor producido por lesión o disfunción de un órgano interno. Se presenta
acompañado de intensos reflejos motores y autosómicos a causa de la organización segmentaria del
asta dorsal de la médula espinal.

Según su curso:
Continuo: El dolor persiste y no desaparece en ningún momento durante el trascurso del día.
Irruptivo: Es un dolor que puede presentarse en pacientes oncológicos o los que padecen dolor
crónico no maligno.De acuerdo a la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), la Sociedad
Española de Cuidados Paliativos (SECPAL) y la Sociedad Española de Dolor (SED): “exacerbación
del dolor de forma súbita y transitoria, de gran intensidad (EVA > 7) y de corta duración
(usualmente inferior a 20-30 minutos), que aparece sobre la base de un dolor persistente estable,
cuando este se encuentra reducido a un nivel tolerable (EVA < 5) mediante el uso fundamental de
opioides mayores”.

Según su manifestación clínica:


Cólico
Urente
Dolor de carácter sordo
Constrictivo
Pulsátil
Neurálgico
Pungitivo
Fulgurante

141
Según su intensidad:
Leve.
Moderado.
Severo.

El dolor es una sensación subjetiva y es variable de un individuo a otro. Es decir, cada individuo lo
percibe de manera particular y personal, de modo que las escalas de valoración del dolor permiten
cuantificar la percepción subjetiva de parte del sujeto.

Existen diferentes escalas que permiten evaluarlo de acuerdo a los diferentes estados cognitivos,
capacidad para colaborar, etc.

Cuando el sujeto se encuentra consciente y comunicativo se utilizan por ejemplo:


Escala Visual Analógica (EVA)
Escala Numérica Verbal (ENV)
Escala Descriptiva Verbal (EDV)
Termómetro de Dolor de Iowa (IPT)

En pacientes que han perdido la capacidad de comunicación o están inconscientes, se utilizan los
indicadores fisiológicos y /o escalas de comportamiento, valorándose entre otros la expresión facial,
el tono muscular (los movimientos de los miembros superiores e inferiores), etc.:

Behavioral Pain Scale (BPS, Escala Conductual del Dolor)


Critical-Care Pain Observation Tool (CPOT, Escala Observacional del Dolor en Cuidados
Críticos)
Escala de Campbell
Escala Sobre Conductas Indicadoras de Dolor (ESCID)
The Adult Non-Verbal Pain Scale (NVPS, Escala de Dolor en el adulto No Comunicativo)

Según la farmacología:
Responde bien a los opiáceos.
Parcialmente sensible a los opiáceos.
Escasamente sensible a los opiáceos.

Según factores pronósticos de control del dolor:


Dolor difícil o complejo (no responde a la estrategia analgésica habitual)

Neurofisiología del dolor - Nocicepción

Desde el momento en que se origina un daño o lesión y la percepción dolorosa de esta, se producen

142
una serie de procesos neurofisiológicos denominados nocicepción.
Estos procesos son cuatro:
Transducción.
Transmisión.
Modulación.
Percepción.

Debemos considerar que si bien un estímulo nocivo (daño) causa dolor, este puede ser
experimentado aun sin la presencia de tal estímulo. El dolor post-ictus o el dolor de miembro
fantasma (dolor neuropático) son algunos ejemplos de que el dolor puede estar presente aún sin
entradas nociceptivas.

Respecto a esto, coincidiendo con los conceptos expresados por A. K. P. Jones (2), Daniel Arbaiza
Aldazabal (3) nos dice: “Dolor no es igual que nocicepción, nocicepción es la respuesta a la
estimulación de los nociceptores, si bien la nocicepción puede damos una experiencia dolorosa, la
nocicepción también puede ocurrir en ausencia de dolor y el dolor puede estar presente en ausencia
de nocicepción. Esto explica la existencia de términos como dolor no nociceptivo (Ej. Dolor
neuropático y psicógeno) y el dolor nociceptivo (Ej. dolor inflamatorio)”.

Por qué el dolor afecta el gesto gráfico?

143
Toda vez que el dolor se procesa, se activan en el cerebro un determinado número de estructuras. Es
decir que el estímulo se dirige al cerebro y crea una percepción propia del dolor o estado mental y en
esa instancia el grafismo sufre modificaciones.

Sintetizando el concepto diremos que el gesto grafico se modifica debido a un mecanismo


neurofisiológico en el que la activación de los nervios que transmiten el dolor - nervios que nacen en
los ganglios espinales - trasmiten la sensación dolorosa hasta la médula y de ahí al cerebro y por un
mecanismo reflejo, se desencadena la contractura de los músculos (contractura defensiva), lo que
impide una fluidez en el movimiento.

Citando al Dr. Pedro Martín Rojo, manifiesta Matilde Ras (4) “…las enfermedades dolorosas
influirán en la actividad voluntaria e involuntaria de los miembros superiores no sólo por la actitud
forzada que el cuerpo adopta sino también por modificar su propia tonicidad por vía refleja ante el
temor del dolor, lo cual afectará la espontaneidad del escrito”

La realización de un correcto gesto gráfico, requiere de un adecuado equilibrio neuromuscular y el


dolor puede provocar un enlentecimiento de los reflejos, afectar la coordinación de los movimientos,
el control postural y la estabilidad articular.

La contractura de los músculos - desencadenada por el dolor - impide la fluidez de los


movimientos en la escritura y de ahí que independientemente de la etiología de este, se
manifestará gráficamente por medio de una pérdida de los movimientos curvos naturales,
adquiriendo características angulosas o tensas.

144
Dolor y sufrimiento

Sufrimiento, es un término que deriva del latín sufferre, que significa soportar /aguantar.
“El sufrimiento no es siempre dolor - expresa la Dra. María del Carmen Mucci (5) - Supone una
dinámica psíquica que activa dimensiones afectivo-cognitivas: ansiedad, angustia, miedos, huellas
mnémicas representaciones de cosas y de palabras, estilos y esquemas cognitivos. El paciente apela,
defensivamente, a un movimiento precoz, no consciente, anticipando perceptualmente la vivencia de
dolor físico y padecimiento futuro”.

Aún antes de experimentar un dolor físico, el temor y la expectativa del comienzo del mismo, genera
en el sujeto sufrimiento. Y este miedo al sufrimiento que puede generar el dolor, puede ser, en
ocasiones, aún peor que el dolor mismo.

Al respecto nos dice Rodríguez Guerrero (6): “Si bien el dolor tiene origen físico, el sufrimiento
atraviesa toda la estructura antropológica del ser humano, con causa en la interrelación psicofísica y
psicoespiritual existente en la dimensión integral del ser humano”.
Buytendijk (7), prefiere señalar una diferencia entre dolor físico y sufrimiento mental diciendo: “La
diferencia radica en la actitud interrogativa que surge del sentimiento en sí mismo y no de la
intensidad, profundidad o efectos del sufrimiento. El sufrimiento mental como experiencia está
entrelazado con imágenes y la interrelación de éstas que tiene su origen en ellas…, está rodeado de
su propio problema específico, Sin embargo no es oscuro ni indefinido, ni siquiera constituye un
problema en sí mismo… El sufrimiento mental contiene un elemento de interrogación y las preguntas
formuladas difieren de las provocadas por el sufrimiento físico. La diferencia radica, en cuanto al
sufrimiento mental, en su relativa transparencia, mientras que el caso del dolor físico – en las
circunstancias de que se halle en contraste con el mental – constituye esencialmente en
experimentar un conflicto que no es sensación dentro de la propia personalidad”

El sufrimiento no siempre es consecuencia de un dolor físico, sino que también puede ser
una reacción afectiva ocasionada por un estado emocional. Sin embargo el dolor físico siempre
ocasiona - en mayor o menor grado - sufrimiento.

La torsión - gesto defensivo indicador de sufrimiento (8)

Las torsiones - gestos defensivos indicadores de sufrimiento - son anomalías de la presión en las
cuales los trazos que originariamente deberían ser rectos, se desvían contorsionándose, perdiéndose
de ese modo la firmeza en la tensión del trazado.

145
Si bien las torsiones son anomalías reveladoras de sufrimiento físico, también lo son de sufrimiento
psíquico. Es por esta razón que muchas veces frente al dolor orgánico se evidencia en el grafismo
una pérdida de los movimientos curvos naturales, acompañado de torsiones.

Es decir, frente al dolor el gesto gráfico se tensa y ante el sufrimiento se tuerce.


Podemos afirmar entonces que el dolor físico (entendido como proceso biológico que afecta al
sistema nervioso) puede presentarse en el grafismo acompañado de indicadores gráficos de
sufrimiento psíquico, debido a que está compuesto por dos elementos: uno orgánico (la lesión) y otro
psíquico (cognición, emoción, sufrimiento).

Sin embargo, el experto debe tener presente que el sufrimiento psíquico no siempre es consecuencia
de un dolor físico, y por tanto no siempre se evidenciará gráficamente acompañado de indicadores de
dolor (sufrimiento físico).

146
Diferentes factores pueden influir en la forma de percibir el dolor. La expectativa ante el mismo
(anticipación del dolor), la personalidad del individuo (una personalidad altamente ansiosa,
presentará un umbral más bajo de tolerancia al dolor), el grupo étnico o cultural al que pertenece,
entre otras.

No todos los sujetos, frente a un mismo estímulo doloroso, perciben el mismo nivel de dolor, ya que
la valoración de este es subjetiva y se relaciona con los factores constitucionales y de la personalidad
de cada uno. Incluso, un mismo sujeto frente a emociones intensas como la ira, el miedo, la
desesperación, pueden presentar una supresión momentánea del dolor, sin registrar el mismo hasta
una vez pasada tal situación.

Sabemos que el dolor es una experiencia sensorial y emocional displacentera que puede estar
asociado a una lesión orgánica o tisular. Que un dolor físico repercute en el ámbito psicológico de un
sujeto Y también, que determinadas patologías de orden psicológico, puede incrementar la
percepción del dolor y el sufrimiento psíquico.

Pero el sufrimiento psíquico, puede presentarse ante diferentes situaciones que no obligatoriamente
han de considerarse una patología psíquica. Por lo cual resulta necesario diferenciar sufrimiento
psíquico, de patología mental

Dolor mental - Sufrimiento psíquico

M. Fleming (9), que denomina al dolor psíquico como dolor mental, nos dice respecto a las
diferencia entre dolor mental y sufrimiento psíquico: “Dolor mental se refiere a un dolor que el

147
paciente refiere como siendo imposible de describir con palabras, y carente de cualquier asociación,
mientras que el sufrimiento psíquico puede ser tanto nombrado y descrito. Dolor mental se deriva de
la falta de tolerancia por parte del aparato psíquico cuando es dañado por emociones muy
dolorosas”.

Para el psicoanálisis, el denominado dolor psíquico/ dolor mental, surge ante una herida narcisista
(humillación, vergüenza, ridículo...) que afecta el amor propio y la autoestima y puede llegar al
extremo de afectar la coherencia del sujeto, poniendo en esas instancias en marcha procesos
defensivos de tipo esquizoides.

En cambio el sufrimiento psíquico, proviene de una alteración de la relación del sujeto con el objeto,
y es descripto como una desazón o “inquietud penosa e indefinible que acapara la afectividad”, como
por ejemplo podemos observar en la melancolía.

En ambos casos las torsiones estarán presentes en el grafismo, pero acompañadas de otros
indicadores gráficos que presentarán - de acuerdo a cada uno de los casos - diferentes características.

Vemos entonces que la presencia de torsiones en un escrito puede ser - entre otras causas -
consecuencia de dolor orgánico, dolor mental, sufrimiento psíquico. Que los componentes
emocionales no son los mismos en el dolor agudo que en el dolor crónico (por ejemplo en el dolor
agudo el componente afectivo principal es la ansiedad, mientras que en el dolor crónico es la
depresión). Y que independientemente de las causas anteriormente mencionadas, las torsiones
también pueden presentarse circunstancialmente en un escrito, indicando un estado de ansiedad
y emotividad producto del sufrimiento psíquico interior del autor del manuscrito, al estar escribiendo
sobre un tema determinado que le provoque aprehensión, le preocupe o angustie.

148
De modo que el experto frente a una modificación de los gestos gráficos, y ante la presencia de
torsiones, antes de dictaminar que estas corresponden a un “dolor de origen orgánico” debe
considerar cuáles pueden ser los factores desencadenantes y agravantes, y las diferentes
posibilidades, para no atribuir los resultados a lo único que conoce.

BIBLIOGRAFÍA
1. Doyharzábal María del Carmen, Dolor, Cómo identificar el dolor en el gesto gráfico, Apuntes de
grafopatología. Cuadernillo teórico de cátedra, 1998
2. Jones A. K. P. Pain, its perception, and pain imaging. IASP newsletters, 1997 May,
3. Arbaiza Aldazabal, Daniel, Boletín El dolor, N° 44, Año14, 2005.
4. Ras, Matilde, III La mímica y la escritura, Lo que sabemos de grafopatología,- Estudio de los
escritos patológicos, Ed. Gregorio del Toro, Madrid, 1963, pág. 44,
5. Mucci, María del Carmen, Dolor sensación, dolor percepción, en psicoprofilaxis quirúrgica,
Conferencia pronunciada en las 1º Jornadas Argentinas del Dolor, de la Asociación Argentina para el
Estudio del Dolor, Revista de Psicoanálisis y Cultura, N° 3, Abril 1996 www.acheronta.org.
6. Rodríguez Guerrero, A., Dolor y sufrimiento humano, Un desafío a Dios y un desafío al hombre),
Rev. Ars Médica, Vol. 3. N° 3, 2002.
7. Buytendijk F. J.J., Teoría del dolor, Ed. Troquel, pág. 27-28.
8. Doyharzábal, María del Carmen, Cómo afecta el dolor el psiquismo, Apuntes de grafopatología,
Cuadernillo teórico de cátedra, 2000/ 2015.
9. Fleming Manuela, Distinction between mental pain and psychic suffering as separate entities in the
patient's experience, International Forum of Psychoanalysis Volume 15, Issue 4, 2006.

149
Detección de patologías psíquicas y físicas en la escritura manuscrita

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TESTAMENTOS OLÓGRAFOS -
MODIFICACIONES DEL GRAFISMO (1)

Un choque emotivo: la idea de la propia muerte

María del Carmen Doyharzábal


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“La condición humana coexiste con la inevitabilidad de la muerte. Una real que
define las condiciones de nuestra vida, una finitud que no resulta fácil de soportar”.
(Adriana Rubinstein, La subjetivación de la muerte propia)

Ante un cotejo entre una y otra pieza de un mismo individuo, pueden presentarse en una de ellas
modificaciones en la normal escrituración y modo de firmar y/o una mayor tendencia a la
desorganización gráfica que muchas veces puede ser confundidas con una enfermedad mental
inhabilitante, o un estado transitorio confusional que lo privaba de discernimiento e incluso ser
atribuida equívocamente a una falsificación.

El desarrollo normal de un texto o firma pueden verse modificados por diferentes causas, por lo que
es obligación del experto antes de elevar un dictamen, el considerar en la evaluación tanto las
denominadas causas materiales o causas circunstanciales transitorias, como las patológicas o no
patológicas, ni imitativas - a las que puedan corresponder estas modificaciones o diferencias
presentadas.

En oportunidades ante la presencia de palabras construidas con letras segmentadas, una falta de
continuidad en letras, una excesiva presión o diferencias en el tamaño, etc., se cuestiona la
autenticidad de un escrito y firma.

En otras, frente a una modificación de la conformación de los gestos gráficos, cambios en la presión y
dirección de líneas, fragmentaciones, temblores, torsiones, omisiones, retoques, empastes, puntos
innecesarios, deshilachamientos, dictaminan que el testador presenta un deterioro cognitivo y carecía

150
de discernimiento al momento de otorgar el testamento.

Antes de elevar un dictamen, es obligación del experto tener un amplio conocimiento de cuáles son
las alteraciones, diferencias o desemejanzas que pueden presentarse en un escrito y considerar en la
evaluación las circunstancias particulares – no patológicas ni imitativas- a las que puedan
corresponder estas modificaciones o diferencias presentadas tanto en el texto como en la firma.

En general, la superficie de apoyo, la calidad del soporte, el tipo de útil escritor empleado y su estado,
la temperatura ambiental, la postura adoptada por el escribiente, entre otras, pueden ser eventuales
factores perturbadores que modifiquen el habitual modo de escribir y firmar.

Sostienen al respecto José del Picchia (hijo) y Celso Mauro Riveiro del Picchia (2): “Algunas
variaciones de la escritura resultan de la naturaleza de los instrumentos gráficos, de las condiciones
de los soportes, de la posición anormal del escritor, etc.”.

A su vez, Félix de Val Latierro (3) nos dice: “Mucha más importancia tiene el conocimiento de las
causas transitorias de perturbación, como son todas las que llamamos materiales….” (…) “Estas
causas han podido producir, debido precisamente a la influencia fugaz, una perturbación gráfica en
un momento determinado, todo lo breve que se quiera, sin que aparezca en los documentos coetáneos
del mismo individuo, que estaban libres de esa influencia pasajera. La existencia de una
perturbación anormal, como la indicada puede inducir al grafocrítico a un grave error si no tiene
presente la posible existencia de una causa eventual perturbadora”(…) “… es útil y necesario para
el grafocrítico dar un vistazo a las causas naturales modificadoras de la escritura y su repercusión
en la misma”

¿Un cambio en la posición puede generar modificaciones en el grafismo?

Escribir en una posición incómoda puede modificar ostensiblemente la escritura original y esto debe
ser considerado en la evaluación, puesto que no siempre el sujeto redacta su testamento sentado
cómodamente.

Un simple cambio en la posición del escribiente acarrea modificaciones de las características


gráficas. De pie o sentado, recostado, acostado, reclinado de lado, apoyado en una mesa de cama, con
el escrito ubicado en diferentes alturas (apoyo muy alto o muy bajo), con un apoyo firme o sin apoyo
del puño, la escritura no presentará el mismo aspecto.

La simple modificación de la posición del brazo y antebrazo al escribir, puede dar lugar a una
escritura más torpe, con temblores, sacudidas y diferentes modificaciones.

Algunas veces debido a una enfermedad o lesión circunstancial que lo obliga a guardar reposo, el
sujeto redacta su testamento usando de apoyo una mesa de cama o lo realiza reclinado sobre un lado
con el impedimento de un correcto desplazamiento del hombro, brazo y antebrazo, o incluso puede
haberlo realizado estando cateterizado en el dorso de la mano o en el antebrazo o en la flexura del
codo, lo que lo obliga a modificar tanto la posición de la mano, como el apoyo.

Estos cambios de posición pueden generar diferentes modificaciones en el grafismo original, entre
las que se incluyen fluctuaciones de la legibilidad, arritmias gráficas, emborronamientos, temblores,
sacudidas, trazos lanzados, una dirección de líneas variable, una inclinación irregular, puntos

151
innecesarios, siendo éstas solo algunas de las modificaciones que pueden presentarse y omitir tener
en cuenta esta condición en la evaluación, puede conducir a confundir lo que sería una modificación
gráfica circunstancial con una desorganización gráfica de característica patológica.

La existencia de modificaciones del grafismo ante un cambio de posición es considerada por


diferentes autores:

Andrés Meyniel Royán expresa al respecto (4): “Damos por sentado que la posición ideal para
escribir es ésta; es decir sentado. Sin embargo, incluso en la obtención de muestras indubitadas se
olvida con excesiva frecuencia tan elemental consideración.”

José del Picchia (hijo) y Celso Mauro Riveiro del Picchia (2) aseguran que: “Algunas variaciones de
la escritura resultan de la naturaleza de los instrumentos gráficos, de las condiciones de los soportes,
de la posición anormal del escritor, etc.”. Y refiriéndose a los cambios que una posición incómoda o
defectuosa puede producir en una escritura expresan: “Al hacer un escrito una persona puede estar
sentada, con los brazos apoyados, sentada pero sin acomodo satisfactorio, o de pie, sin ningún apoyo
para el brazo. Estas diferentes posiciones son susceptibles de acarrear modificaciones accidentales
en el grafismo. Implica una mudanza del pivot gráfico”.

Características gráficas en común, pero razones diferentes.

Diferentes patologías psiquiátricas, orgánicas y circunstanciales, pueden presentar algunas


características gráficas en común y de no tener el perito conocimiento de ellas puede prestarse a
confusión. Por ejemplo (5):

Una patología depresiva que incremente la atención hacia el mundo interior lo hará a expensas del
déficit de atención hacia el mundo externo lo cual condicionará la respuesta escrita. La misma
presentará entre otros indicadores una escritura desorganizada, pequeña y descendente.

La enfermedad de Wilson, patología orgánica que puede presentar síntomas psiquiátricos


que incluye entre otros depresión, también presentará una escritura desorganizada, pequeña y
descendente.

Sin embargo, también la escritura de una persona con una discapacidad visual profunda pude
presentar una escritura desorganizada, pequeña y descendente.

Y además observaremos que una persona cuando está agotada tendrá una calidad de respuesta gráfica
diferente a cuando se encuentra descansada. Y este estado de agotamiento producirá una escritura
desorganizada, pequeña y descendente.

Por otra parte, alteraciones de las glándulas suprarrenales que incrementen la secreción de adrenalina
/ epinefrina darán lugar a una escritura excitada, despareja y grande.

Sin embargo ante un estado circunstancial de gran entusiasmo o euforia, la escritura habitual también
puede presentarse excitada, despareja y de tamaño más grande.

Afecciones que alteren la orientación espacial darán lugar a una escritura que no puede mantener la
organización del texto, ni la dirección de líneas.

152
Pero también, escribir en la oscuridad tampoco permitirá mantener lo organización del texto, ni la
dirección de líneas.

Una escritura en rosario o trémula, en la que el trazado presenta pequeños temblores- generalmente en
sentido vertical - dando visualmente la impresión de estar formado por una continuidad de puntos,
puede presentarse ante diferentes causas, tanto accidentales como orgánicas que pueden o no afectar
el psiquismo. Puede ser consecuencia de un frio intenso, de un agotamiento físico inmediato, vejez,
diferentes trastornos nerviosos, trastornos cardíacos, la Enfermedad de Parkinson, intoxicaciones de
diferente índole, e incluso prestarse a confusión al presentar características semejantes a las torsiones
glandulares y las provocadas por el dolor.

Grafología emocional: La importancia de tomar en cuenta los aspectos emocionales a la hora de


evaluar un testamento ológrafo.

Hemos mencionado cómo diferentes causas circunstanciales, como una alteración tanto desde lo
orgánico o desde lo psicológico, pueden afectar la escritura y presentar características similares entre
ellas.

Sin embargo, ante las diferencias que pueden presentarse entre la escritura habitual del sujeto y la
correspondiente a la confeccionada en un testamento ológrafo, existe otra cuestión que tampoco
puede ser dejada de lado, y ésta es descartar si la desorganización o modificación del trazado habitual
no se debe a la situación anímico - emocional circunstancial del escritor.

Esto puede ser comprobado a través de los aportes realizados por la grafología emocional (Escuela
Emocional), que es la rama de la grafología clásica que estudia los accidentes gráficos escriturales
(lapsus calami) y todas aquellas alteraciones emocionales circunstanciales o dominantes del sujeto,
incluyendo las denominadas palabras reflejas y las palabras estímulos.

Son numerosos los autores que han aportado con sus investigaciones elementos enriquecedores a esta
rama de la grafología, entre ellos Rafael Sherman, autor de “Die Schrift lügt nicht” (La escritura no
Miente), quien relacionó los microgestos reveladores de determinadas alteraciones
emocionales expresadas en el escrito como accidentes gráficos. Hans Langerbrugh, F.N. Freman,
Müller Enskat, Robert Saudek, Johannes Pulver, Freddy Suizer, Wilfred Daim, Ludwing Klages,
entre otros, destacándose especialmente en esta escuela los aportes realizados por Curt A. Honroth
(6), quien inspirándose en los descubrimientos que había realizado Rafael Shermann, continúa las
investigaciones hallando un paralelo entre los lapsus cálami (accidente gráfico escritural o erratas)
que son consecuencia de una alteración emocional circunstancial o dominante en el sujeto y los lapsus
linguae freudianos (6).

Al respecto Andrés Meyniel Royán (7) expresa: “Honrot estableció las bases de la Grafología
153
emocional, demostrando que el estado tímico del escritor incide importantemente en su grafía, a
menos de modo muy parecido a como la Psicología ha demostrado su vinculación con el lenguaje
oral y con el corporal.”

Ningún individuo, en un estado psíquico normal, puede mantenerse ajeno o indiferente a las
emociones y sentimientos asociados a las palabras-pensamientos que inscribe en su comunicación
escrita, y muestra gestual y simbólicamente su disposición anímica emocional en las variables de su
escritura.

Estos aspectos se relacionan con el ordenamiento, tamaño, forma, dinamismo, inclinación, etc., pero
también lo demuestra en palabras, frases o párrafos, donde el contenido lo afecta, mostrando así la
presencia y acción de reacciones emocionales vinculadas al significado de aquello que está
escribiendo.

Ante este estado de excitación emocional, el organismo reacciona con exaltación, detención,
disminución, etc., produciendo este estado psicosomático consecuencias en la expresión gráfica que
se evidenciará a través de los denominados lapsus calami, palabras reflejas, y otras anomalías gráficas
cuya interpretación permitiría al grafólogo determinar el estado emocional del individuo.

Lapsus cálami

Lapsus: Error o equivocación que se comete sin querer, por olvido o falta de atención (Diccionario
Manual de la Lengua Española Vox. © 2007 Larousse Editorial, S.L.)

Lapsus (Psicol.): Palabra hablada o escrita equivocadamente en lugar de otra (Diccionario


Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.)

En Psicopatología de la vida cotidiana, Sigmund Freud denomina a los lapsus, Fehlleistung (acto
fallido) y no es un error casual sino una manifestación del inconsciente.

Estos actos fallidos pueden ser:

- Lapsus linguae (resbalón de la lengua - actos fallidos de lengua - acto fallido al hablar)
- Lapsus cálami (resbalón de la pluma - error de pluma - equívoco de cálamo o pluma -
equívoco al escribir)

Lapsus es una palabra del latín que significa resbalón/deslizamiento/ tropiezo/ error. Se utiliza cuando
se hace referencia a una falta o equivocación cometida por descuido.

154
Cálamo en latín significa pluma.

Lapsus cálami (error de pluma), es entonces un resbalón de la pluma o error cometido al escribir, que
se manifiesta como accidente gráfico en la escritura.

El lapsus se produce por la superposición de dos ideas, las que el sujeto había elaborado previamente
(en forma inconsciente) y que le ocupa, en el momento de escribir, el centro de la consciencia.

Esta falla escritural es indicadora de la dificultad que tiene el sujeto de adaptarse a las circunstancias
del momento, representando un estado de ambivalencia (amor/odio; deseo/temor, etc.)
quedado representada gráficamente a través de perturbaciones psicomotoras que alteran la
estructura de la palabra en sí misma (torsiones, trazos quebrados, cortes de la fluidez motriz, desvíos,
temblores, retoques, modificaciones de tamaño, dirección, etc.)

Por otra parte, los verdaderos pensamientos hostiles pueden abrirse camino a través de la conciencia
para expresar una hostilidad inconsciente, quedando esto impreso en el texto, registrándose como una
modificación del término que se quiso emplear por otro que deja en evidencia el verdadero sentir del
autor.

Asimismo, la represión de una intención (pensamiento verdadero) puede abrirse camino en el discurso
escrito.

Puede producirse como un rendimiento fallido producido por la condensación motivada por la
impaciencia. Estar relacionado con un secreto que el sujeto sabe que debe ocultar. Ser la expresión de
un sentimiento de envidia, etc.

Diferenciamos tres clases de lapsus cálami:

- Lapsus cálami enfático o primario.


- Lapsus cálami emocional o secundario.
- Lapsus cálami mixto

Lapsus cálami enfático o primario

Se produce una modificación inconsciente de carácter enfático (aumento) o represivo (disminución)


en la sonoridad de la frase o palabra que difiere de la escritura habitual. Puede acentuarse la
legibilidad, la regularidad, modificarse tamaño, altura, etc.

El lapsus cálami enfático o primario, puede ser eufórico o represivo:

- Eufórico: Mayor tamaño. Más ascendente. Mayor presión. Más destacado, Realizado con
mayor cuidado, de manera más notable. Se asemeja a levantar la voz.
- Represivo: Menor tamaño. Más descendente. Presión menos apoyada, más tenue o débil.

155
Lapsus cálami emocional o secundario

En el lapsus cálami emocional o secundario, un choque emocional (inconsciente) perturba la escritura


original del sujeto, provocando modificaciones que acentúan la irregularidad en párrafos, palabras o
letras. Se manifiesta mediante correcciones, omisiones, repeticiones, agregados, saltos de palabras,
retoques, modificaciones de la inclinación, modificaciones de la presión, errores gramaticales,
temblores, puntos innecesarios, etc.

El lapsus cálami emocional o secundario puede ser eufórico o represivo:

- Eufórico: Mayor tamaño del grafismo. Dirección más ascendente. Imbricados ascendentes.
Palabras que “saltan” dentro la oración. Incremento de la presión. Se acentúa las
modificaciones de la inclinación en letras o palabras. Incremento de la presión. Se incrementa
la velocidad.
- Represivo: Se produce una deficiencia en la distribución espacial. Menor tamaño del
grafismo. Se modifica la inclinación en letras o palabras (de inclinación dextrógira a
sinistrogira. Disminución de la velocidad. Pérdida de la presión o modificaciones súbitas en
esta. Pérdida de la nitidez e incremento de la pastosidad. Modificaciones en las formas
habituales de las letras. Modificaciones de los finales de palabras (caídos, truncados,
podados, etc.).

Un choque emotivo: la idea de la propia muerte

Una palabra determinada puede provocar en el escritor, por asociación de ideas, un proceso emotivo -
relacionado con sus problemas. Este proceso moviliza cargas afectivas que excitan el Sistema
Nervioso (SN), que a su vez origina una descarga motora periférica, la cual afecta la ejecución de
dicha palabra.

C. Honrot nos dice al respecto: “Cuando la mente elabora simultáneamente una aspiración, un deseo
seguido por un desaliento, una duda o un temor en cuanto a su realización práctica, en el preciso
momento en que la pluma toma contacto con el papel, se exterioriza el juego emocional mediante los
accidentes gráficos, que podrán compararse con remiendos dentro de la trama de un tejido”(…)
“Todo movimiento gráfico tiene una medida que es igual al impulso que lo origina, desde el punto de
vista dinámico, pero siempre supeditada al estudio psicosomático circunstancial del individuo” .
Para luego agregar “…cualquier choque emotivo de procedencia interna o externa – siempre de
acuerdo con la idiosincrasia peculiar del sujeto - revela la existencia de un conflicto entre la
intención consciente y el deseo inconsciente. Todo tropiezo de la pluma, toda alteración gráfica, toda
errata constituye una especie de réplica muda contra imágenes molestas…”

Esto no debe extrañarnos, ya que si consideramos que existe una estrecha relación entre la
coordinación neuromuscular y el organismo integral, y que esto está íntimamente relacionado con las
condiciones psicosomáticas del individuo, entenderemos por qué un estado emotivo puede
desorganizar la estructura del contenido escrito, provocando anomalías gráficas sin que ello signifique
de ninguna manera estado patológico alguno.

En la redacción de un testamento ológrafo mediante un proceso inconsciente, las palabras pensadas

156
(por asociación) provocan la liberación inconsciente de una carga afectiva (por medio de la mano)
que alteran el ritmo y morfología de las palabras.

En tal sentido se expresa Ludwing Klages (8): “A veces ocurre que un documento presente renglones
ya ascendentes, ya descendentes, letras tanto grandes como pequeñas. En tal caso conviene leer el
pasaje, porque entonces podría comprobarse si la alternancia gráfica corresponde exactamente a
un cambio en el elemento afectivo del contenido; así, sin recurrir a nuevos escritos se habrá
comprobado el grado de emotividad del escribiente”. Expresando luego respecto a las circunstancias
internas: “Toda escritura está influida además por la constitución afectiva momentánea del
escribiente…” (“…”) “…por múltiples razones puede ocurrir que uno deba abandonar por un
momento la propia costumbre, para escribir con cierta negligencia o atención exigidas por la
circunstancias. En ambos casos el grafismo ya no es realizado espontáneamente, y por consiguiente
en ambos casos su sello personal está alterado” (“…”) “….debemos tener en cuenta el influjo de las
emociones repentinas…”

Al redactar un testamento ológrafo, el sujeto debe enfrentarse inevitablemente con la idea de la propia
muerte.

Diferentes disciplinas han reconocido “…la existencia de una cultura evasiva, represora y negadora
de la idea de la muerte personal” (9).

L. V. Thomas (10) ha señalado que las actitudes y conductas ante la muerte en Occidente son de
evasión, rechazo y miedo.

También R. Piéis (11) ha hecho notar que el hombre occidental parece experimentar terror ante la
muerte y vive una cultura negadora de ella.

S. Freud, (12) dice: “La muerte propia no se puede concebir; tan pronto intentamos hacerlo podemos
notar que en verdad sobrevivimos como observadores (…) “En el fondo, nadie cree en su propia
muerte, o, lo que viene a ser lo mismo, en el inconsciente cada uno de nosotros está convencido de su
inmortalidad”

Vemos entonces que tal como manifiestan diferentes autores, al enfrentar la idea de la propia muerte,
la condición anímica circunstancial del autor de un testamento ológrafo no es la misma, y la tensión y
carga emocional que presenta al momento de la redacción altera la calidad del grafismo, sin que ello
signifique condición patológica alguna.

Refiriéndose a esta particular emotividad, M. García Fernández (13) expresa: “Las circunstancias
que rodean al testamento son diferentes, lo que genera también una atmósfera de mayor
emotividad”.

El pensamiento de la propia muerte genera ansiedad y la ansiedad desencadena cambios fisiológicos y

157
motrices

Al respecto dice Carmen Bustos (14): “Entre otros: Feifel, Eissler, Johnson, Spielberger, Kübler-
Ross han demostrado que el pensamiento de la muerte es una fuente de angustia para el hombre. La
ansiedad es un estado caracterizado por sentimientos subjetivos conscientemente percibidos de
aprensión y de tensión asociados a una activación del sistema nervioso autónomo”.

Frente a la redacción de un testamento ológrafo, el sujeto se ve obligado a recordar hechos del


pasado, a organizar el presente y a tomar previsiones para el futuro, y sin importar qué tan cerca o
lejos el testador vislumbre su propia muerte, redactar su última voluntad lo conduce a tomar
consciencia de que en algún momento deberá llegar ese triste e inevitable instante en su vida. Y
como ya hemos expresado anteriormente, esa idea es algo que cualquier ser humano intenta mantener
- en lo posible - lejos de su pensamiento, puesto que el miedo a la muerte produce ansiedad y el no
saber “cuándo” genera angustia.

La Lic. Adriana Rubinstein (15) sostiene al respecto “Saber que la muerte puede ocurrir en
cualquier momento y al mismo tiempo proyectar al futuro la dimensión del deseo no es sencillo.
Tensión irreductible que requiere al mismo tiempo saber de la finitud y sostener el futuro a pesar del
futuro incierto”.

Vemos entonces que frente a la redacción de un testamento ológrafo y al enunciar su muerte, se


produce en el testador un choque emotivo (alteración del estado anímico circunstancial).

De acuerdo a lo expresado por C. Honrot, “un choque emotivo perturba la estructura básica de la
escritura, expresándose de este modo la represión de un deseo, de un pensamiento”

Un choque emotivo altera la modulación de la letra y su arquitectura gráfica como producto de la


ansiedad y angustia que los contenidos emotivos provocan en el autor. Y es, precisamente entonces,
por el impacto producido por este choque emotivo que se evidencian alteraciones en la modulación de
la letra y la arquitectura gráfica general en un testamento ológrafo.

Refiriéndose a estas modificaciones gráficas nos dice Matilde Ras (16): “No sólo en los casos
morbosos es reveladora la escritura; ciertos estados de ánimo, como queda dicho - y que reitero de
importancia - , de ira, de terror, de entusiasmo, de amor, de odio, quedan registrados en este acto tan
complicado y sutil del acto de escribir”.

Honroth al referirse a las “anomalías graficas que pueden ser consecuencia de un choque emotivo”
haciendo referencia a Freddy Sulzer, en “Angst, Verdrängung, Hemmung und Unlust im
Schriftausdruck” Leiden, E. J. Brill, 1949 (El miedo, la represión, la inhibición y el displacer en la
expresión escrita) señala:

Agregados. Atrofia. Impulso de letra, palabra o frase atrofiados. Lapso de cohesión. Letras rebajadas.
Letras brisadas. Letras caídas. Letras cegadas. Letras empastadas. Letras inconclusas. Letras podadas.
Letras yuxtapuestas. Presión espasmódica. Puntos accidentales. Retoques o correcciones posteriores.
Sacudidas. Soldaduras. Temblores. Trazo superpuesto.

158
A los que luego agrega: Errores gramaticales. Omisiones. Repetición de letras, sílabas u palabras.
Tonalidad de tinta fluctuante.

Temblores y torsiones como consecuencia de estados emotivos

Es precisamente ante la aparente contradicción de no querer pensar en la muerte, pero de tener


absoluta consciencia de la realidad de la existencia de la misma, y de las emociones surgidas de
acuerdo a los contenidos de cada frase que inscribe - tanto de esperanza como de desaliento o duda
respecto al futuro cumplimiento de sus disposiciones - donde muchas veces se da en el autor del
testamento un aumento de la emotividad y la expresividad, demostrando cómo ha experimentado este
pensamiento.

El choque emotivo queda entonces reflejado sobre el papel en forma de anomalías gráficas que
alteran la modulación de la letra a través de temblores, torsiones y alteraciones del ritmo entre otros
signos gráficos.

A propósito de esto C. Honrot manifiesta: “Cuando la mente elabora simultáneamente una


aspiración, un deseo seguido por un desaliento, una duda o un temor en cuanto a su realización
práctica, en el preciso momento en que la pluma toma contacto con el papel, se exterioriza el juego
emocional mediante los accidentes gráficos, que podrán compararse con remiendos dentro de la
trama de un tejido”

Ante la presencia de temblores en un escrito, el estudio minucioso de estas formas de presentación


será, para el perito experto, un claro indicador de las causas que lo provocan, permitiéndole establecer
la diferenciación entre los temblores producidos por estados emotivos, de los generados por otras

159
causas.

De acuerdo a ello expresan, entre otros, los siguientes autores:

Matilde Ras: “Así pues, existen grandes diferencias en los temblores gráficos según a qué causas
obedezcan. Puede ser constitucional, o producido por diversas dolencias; puede estar agravado por
las emociones o por el cansancio, circunstancias que se reflejan con exactitud en la escritura…”

José del Picchia y Celso M. Ribeiro del Picchia dicen: “Evidentemente, existe la posibilidad, la cual
deberá ser descartada, de que se tratara de temblores eventuales, como los provocados por estados
emotivos…”

Los peritos deben considerar que todas las personas presentan algún grado de temblor durante el
movimiento. Este temblor, denominado fisiológico, involucra principalmente las manos y
generalmente es demasiado leve para ser notado en la mayoría de las personas. Sin embargo, las
circunstancias estresantes pueden acentuarlo, hasta el punto de hacerlo visible a simple vista.

Esto es enunciado por diferentes autores, entre otros:

Dr. Alberto Vargas, (20):” Se define el temblor como la oscilación rítmica e involuntaria de grupos
musculares recíprocamente inervados, que causa movimiento de una parte del cuerpo sobre un plano
fijo en el espacio. No siempre es anormal ya que fisiológicamente la contracción muscular es
oscilante y puede producir el llamado Temblor Fisiológico…”, ídem “….Temblor de
acción:….Fisiológico: variante normal resultante de la contractura muscular.”

Dr. J. Kulisevsky y JM. Grau – Veciana (21): “Tampoco el temblor puede considerarse siempre
como un movimiento “anormal”, ya que existe un tipo de temblor, llamado fisiológico, que puede
experimentar cualquier persona bajo determinadas circunstancias, como la fatiga muscular o el
estrés psíquico.” Ídem, “Temblor fisiológico normal…inducido por ansiedad, estrés, miedo, fatiga.”

Las emociones son mecanismos de supervivencia que permiten a un individuo tanto impulsarse hacia
aquello que considera beneficioso como huir del peligro, siendo sus componentes la cognición, la
afectividad y los cambios físicos. Estos cambios físicos presentan una respuesta externa – como, por
ejemplo, las expresiones faciales - y una respuesta interna o fisiológica provocada como una
expresión del Sistema Nervioso Central que entre otras cosas puede provocar temblor.

Este temblor, producto de un estado emotivo, es el que se encuadra entre las denominadas
circunstancias normales, no correspondiendo por sus características a ningún otro que indique una
condición patológica, quedando registrado en el escrito a través de movimientos gráficos tremulantes.

Conforme a ello expresan:

José del Picchia y Celso M. Ribeiro del Picchia (22): “Emotividad…Tremulaciones también
acompañan la emotividad”.

C. Honrot, citando a F. Sulzer, (23): “Anomalías gráficas que pueden ser consecuencia de un
choque emotivo: temblores, desvíos leves o agudos de la dirección original del trazo…”

De manera que los ocasionales temblores que muchas veces observamos en los testamentos ológrafos,
se corresponden con los producidos por un choque emocional y son en estos casos ocasionados por el
desplazamiento de la energía nerviosa que hacen oscilar el pulso del escritor, mostrando

160
simplemente indicadores de la emotividad del momento, y siendo siempre concordantes con el
sentido de la palabra en la que se observan, no correspondiéndose en su orientación, magnitud,
frecuencia y calidad con ninguna otra condición.

También pueden presentarse en el escrito torsiones (curvaturas más o menos pronunciadas que
aparecen en los trazos que por su caligrafía deberían ser rectos) y que en estos casos son indicadoras
del estado de ansiedad y emotividad producto del sufrimiento psíquico interior ante la lucha que todo
sujeto sano debe mantener consigo mismo cuando está escribiendo sobre un tema que le provoca
aprehensión y lo angustia.

CONCLUSIÓN

Vemos entonces que siempre debe considerarse si las modificaciones gráficas surgidas en un
testamento ológrafo no están producidas por las denominadas causas accidentales físicas, tales como
un cambio de posición, ya que una posición incómoda puede modificar ostensiblemente la escritura
original de un sujeto generando no sólo temblores, sacudidas y una dirección de líneas variables, sino
también una variabilidad general que incluye, entre otros signos, descontrol de los trazos, trazos
lanzados, inclinación irregular, cambios de velocidad, es decir, variabilidad en general en todo el
contenido del escrito.

Que, tal como expresa la Escuela Emocional, los factores emocionales circunstanciales, que derivan
del pensamiento de la propia muerte en la redacción de un testamento ológrafo, y la tensión y la carga
emocional de los contenidos de lo escrito, pueden afectar el modo natural de escribir del autor,
generando modificaciones gráficas que contrasten con las de otros documentos que haya realizado,
incluso entre ellos, otros documentos notariales que haya confeccionado, sin que eso conduzca a
dudar de la capacidad psicofísica del autor en el momento de su redacción.

Que conforme a las emociones que cursan de acuerdo al sentido emocional de cada frase que asienta,
las alteraciones de la modulación de la letra y el ritmo, como las torsiones y los ocasionales temblores
que pueden evidenciarse en el escrito, pueden ser producto de la emoción del momento, al producirse
en el autor, un choque emotivo al estar disponiendo de sus bienes y asuntos, previendo su propia
muerte. Siendo generalmente tales manifestaciones gráficas indicadores del estado de ansiedad
y emotividad, producto del sufrimiento psíquico interior ante la lucha que el autor mantiene consigo
mismo al estar escribiendo sobre temas determinados que le provocan aprehensión, lo preocupan o
angustian.

En consecuencia, de no tomar en cuenta o descartar el perito, en primera instancia, esas probables


causas y las características escriturales que permiten identificar a cada una de las mismas, las
modificaciones gráficas y/o desorganización presentadas pueden ser erróneamente atribuidas a
perturbaciones psíquicas u orgánicas que no correspondan a causas reales que afecten al sujeto.

161
Bibliografía:

1. Doyharzábal María del Carmen, Testamentos ológrafos, particularidades psicológicas y


alteraciones orgánicas del autor, Modificaciones del grafismo, Otras causas que pueden afectar el
modo natural de escribir del autor (Fragm.), 1998, 2006, 2011, 2016.

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5. Doyharzábal, María del Carmen, Apuntes de Grafopatología, Cuadernillo teórico de cátedra, 1998,
2005, 2011.

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7. Meyniel Royán, Andrés, Tratado de grafocrítica - Ed. Trivium, S.A. Madrid, 1º edición, Pág. 38.

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16. Ras Matilde, Lo que sabemos de grafopatología, Cap. XII Los testamentos ológrafos, Ed.
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20. Vargas, Alberto, Cuadernos de Neurología, Vol. XXIV, 2000

21. Kulisevsky J.; Grau Veciana J.M. Temblor. Diagnóstico diferencial y métodos de valoración,
Cursos de formación del primer Congreso Iberoamericano de Neurología Societat Catalana de
Neurología

22. del Picchia, José (hijo); Riveiro del Picchia, Celso Mauro, Tratado de documentoscopía, 1º
edición, Ed. La Rocca, Bs. As., 1993, Pág. 227

23. Honroth Curt. A., Grafología emocional, Ed. Troquel, 1957, Bs. As., Argentina, Pág. 41, Sulzer F.
(Angst, Verdrángung, Hememmung und Unlust im Schriftrusdruck, Leiden, Verlang, E. J. Brill, 1940

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