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CONTRIBUCION A LA CRITICA DE LA TEORIA

DEL CAPITAL MONOPOLISTA DE ESTADO*

Margaret Wirth

Introducción: Los diferentes niveles del análisis del capital


Cuando se trata de definir el papel del Estado en el capi­
talismo de nuestra época, se distinguen dos puntos de vista
en el debate marxista. La teoría del capitalismo monopolis­
ta de Estado trata de sacar de las contradicciones crecien­
tes y de la situación de crisis de la producción capitalista
(acrecentamiento de la dependencia de los diversos sectores
de la producción, unos con relación a los otros -el mer­
cado sigue siendo un regulador de la producción-, papel
creciente de la infraestructura necesaria para la producción,
etc.) la necesidad de una regulación del conjunto de la so­
ciedad y de justificar la intervención creciente del Estado
en la economía, por esta necesidad.
A partir del muy voluminoso material empírico que ha
sido reunido en apoyo de esta tesis, resulta, sin embargo, im­
posible responder a las preguntas que uno debe plantearse
previamente: ¿por qué el Estado debe asumir ciertas funcio­
nes y hasta qué punto? ¿qué es lo que, dado su papel obje­
tivo en el proceso de p r o d ucción capitalista y sus
estructuras propias, lo predispone para llenar ciertas fun­
ciones en el proceso de reproducción del capital y cuáles
* Traducción del francés de María Dolores de la Peña.
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son los medios de que puede disponer. Por eso es que la teo­ necesario comenzar por plantearse preguntas no sobre las
ría del capitalismo monopolista de Estado no logra tampo­ explicaciones históricas concretas proporcionadas por la teo­
co mostrar las condiciones y los límites de esa intervención ría, sino sobre sus premisas teóricas, con el fin d� cono�er
del Estado, ni dar indicaciones sobre las tendencias de la las razones de tales divergencias. Por ejemplo, Lenm explica
evolución de tal intervencionismo. el bloqueo de las fuerzas productivas y . lo inevitable de l�s
Opuesto a ese avance -que puede calificarse de históri­ guerras por la tendencia de los monopolios, a la desc?mpos1-
co- fenomenológico, aunque esté lleno de lugares comu­ ción y a la violencia, en tanto que la teona del capitalismo
nes de resonancia marxista, tales como la "acentuación de monopolista de Estado saca hoy en día de las mismas ten­
la contradicción fuerzas productivas-relaciones de produc­ dencias el progreso técnico y la coexist�ncia pacífica. 1?�,
ción"- se sitúa la tentativa de deducir la forma específica pues, necesario preguntarse cuál es la vahdez de tales análi-
del Estado burgués y de su función en la sociedad capita­ sis de las tendencias. 1
lista las tareas {fenerales de éste en la conservación del modo La tesis fundamental sobre la que se apoya esta teoría es
de producción capitalista, para estudiar a partir de ahí el que el capitalismo monopolista de Estado representa una
aspecto histórico concreto del Estado y sus funciones. Este nueva fase del desarrollo del capitalismo cuyos aspectos esen­
paso debe permitir hacer la distinción entre las tendencias ciales conviene elaborar de nuevo, aun si esto se hace a par­
generales de evolución del papel del Estado en el capitalis­ tir de la teoría leninista del imperialismo. Ahora bien, si una
mo y las particularidades que presentan esas tendencias en teoría marxista -y la teoría del capitalismo monopolista se
diversas épocas y en diversos países capitalistas. Aunque pretende como tal- quiere dar cuenta de los aspectos espe­
este acercamiento sea justo desde el punto de vista del mé­ cíficos de una "nueva fase" de desarrollo del capitalismo,
todo, apenas ha producido hasta aquí más que la categoría debe poder explicar en qué forma aparecen en la actualidad
"condiciones generales de producción", seguida de una enu­ las características generales del capital tal como Marx los
meración de las tareas del Estado que, de una manera u otra, definió en El capital. En otros términos, hay que distinguir,
se colocan bajo la mencionada categoría. por una parte, esas características generales, y por l� otra,
En la segunda parte de mi exposición, me gustaría formu­ la forma en la que aparecen en un momento dado en circuns­
lar algunas preguntas que, pienso, pueden llevarnos más ade­ tancias dadas. Esas condiciones generales, en tanto que con­
lante por este camino. Primero voy a intentar explicar por diciones de la reproducción del capital, son primeramente
qué la teoría del capitalismo monopolista de Estado me pa­ cualitativas.
rece insuficiente para determinar las posibilidades y los lí­ Reproducción del capital significa reprodu��ión de l�s
mites de la intervención del Estado. elementos materiales que entran en la producc1on, es decir
Las reflexiones que siguen serán con frecuencia de natura­ reproducción del capital constante, reproducción de las c?,11-
leza metateórica, pues por una parte hay que definir clara­ diciones de subsistencia de la clase obrera y reproducc1on
mente los conceptos que utilizamos antes de entrar en la de la plusvalía en forma material, que puede ser de nuevo
discusión y por lo tanto intentar contribuir a ese esclareci­ utilizable para la acumulación. Esas condiciones d� repro­
miento de los conceptos; por la otra, es el objeto mismo de ducción aparecen empero como puramente cuantitativas.
nuestro estudio lo que lo exige; la teoría del capitalismo mo­
nopolista de Estado no es un bloque monolítico. En los nu­ 1 En discusiones, algunos me han objetado que Lenin mismo ha­
merosos escritos que se le han consagrado se encuentran bía ya hablado de las dos tendencias. Ahora bien, si una teoría se for­
afirmaciones totalmente contradictorias: si �no se refiere a mula de una manera tal que sus conclusiones "se apliquen" "no sola­
tal texto, se le opondrá otro. Esto lleva no solamente a la mente - sino también", de manera no contradictoria y sin problema,
_
vivacidad del debate científico, sino también a que las evalua­ a todos los fenómenos históricos está permitido dudar de su validez
para análisis concretos: en últi�o análisis, la cateogoría marxiana
ciones más diversas puedan aparentemente ser hechas a par­ de la contradicción se reduce así a un simple "por una parte -por la
tir de las premisas de esta teoría. Se comprueba, pues, que es otra" pluralista.
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Dado que el capital no pl:1-ede referirse a sí mismo más que c ífic a de la c ompetencia, como forma en la c ual los capitales
en tanto que valor, es decir, �n tanto que cantidad, no pue­ individuales mismos intentan perman ec er aparte del proce­
de tampoco reportar_ su propio producto más que en tanto so general de repartición equitativa de la tasa de ben eficio.
qu� �alar al yalor existente antes, es decir, en tanto que be­ Ese proceso es sin embargo el presupuesto lógico de tal c om­
nefic 10 al c apital avanzado. portamiento: si no tuviera una tendencia necesaria a la re­
D� �a pretensión del capital a una valorización igual deri­ partic ión equitativa de las tasas de beneficio, los capitalis­
v� logzcame�te la categoría de benefic io medio. A cada ca­ tas no tendrían n ecesidad de hacer tantos esfuerzos para
pit �} - consi�erado como cantidad- debe regresar, c on re­ desembarazarse de ello. La distinción entre "libre" c ompe­
lac10n �1 c_onJunto de la reproducción, una parte de la rique­ tencia y monopolio está establecida en ese plano -en tan to
za soc ial igual .:n porc entaje: ''(... ) cada capitalista c onsi­ que designac ión de las condic iones diferentes en las que se
dera con relacion a la clase de los capitalistas su capital efectúan la repartic ión equitativa de la tasa de beneficio-,
como fu�nte de un ?en eficio tan grande como el que repor­ no tien e ya signific ación en el plano cualitativo, sino sola­
ta cualqmer otro capital de la misma importancia". 2 men te en tanto que distinción gradual, pues la tasa de bene­
�l aspecto c uantitativo del valor y los presupuestos c uali­ fic io jamás puede en realidad impon erse "sin traba". Queda
tativos por saberse qué medios puede movilizar un capitalista indi­
_ de su reproducción son mediatizados por la c ompe­ vidual para obstaculizar esto; queda por saberse también si
ten �ia en la que se revela para cada capital si lo que ha pro­
d�cido desde un pun�o de vista c uantitativo, c onforme a sí con tales medios experimenta efectivamen te él mismo los
mismo, corr�sponde igualmente a las exigencias c ualitati­ efectos de la baja de la tasa de beneficio.
vas
. de beneflc 10 para la soc iedad. La c ompetencia no hac e Llego al tercer plano, que de n uevo debe ser distinguido
smo ex presar lo que está contenido en el concepto mismo del de la "realizac ión" de las determinaciones gen erales
del . ca pital: por una parte -en tanto que valor- el capital del capital: el plano de las acciones efectivas de los indivi­
es mdifere
, nte al valor de uso de las mercanc ías producidas duos en tanto que sujetos. El capitalismo como "capital
por el; por la otra -en tanto que produc tor de bienes c on ­ dotado de voluntad y de c onciencia" parece a primera vis­
c retos- deb� ser reen vi�do por la fuerza y desde el exterior ta un sujeto que tiene una voluntad libre. En los ac tos de
a las .�portac iones .materiales de la producción y de la repro­ los sujetos libres, se enc uentran las exigen cias objetivas
du�c10n de la . soc ��dad en su.c on juto. La reproduc ción ma­ de la valorizac ión del capital. A fin de que el capitalismo
�en �! la valonzacion tendenc1alme nte igual de los capitales pueda disfrazarse c on la máscara del capital c on arreglo a su
m�ivid �ales Y la c ompetencia como mediación entre las dos determinac ión, tener la libertad de dec isión, debe poder de­
exigenc ias son, Pº:, lo tanto, lógicamente, formas resultan­ c idir en función de las diversas c on diciones de la competen ­
_
tes de la reproduccion del capital social, en el plano general. cia.
En un segundo plano, se puede ahora estudiar c ómo apa­ Esto vale igualmente para el obrero en tanto que másca­
rece � �as características inherentes al c onc epto de capital en ra del "trabajo asalariado libre". La "libertad del sujeto" es
c ?n�ic iones c oncretas diversas. Como se sabe, Marx no lo así un c omponente nec esario de la reproducción del capital.
hizo.. no �e encuentran en su obra más que algunas alusio­ Ahora bien, el análisis de la soc iedad capitalista n o puede
nes d1semmadas a la manera en que las c aracterístic as lógi­ partir sino de ese movimiento aparente -el únic o visible-,
camente puestas al día por él aparec en c onc retamente y en tien e por tarea encon trar en los actos de los sujetos el movi­
l s formas que pueden constituirse. Es ahí donde interviene miento real. La verdadera dific ultad del análisis históric o
! concreto comienza c uando hay que tratar de descifrar, a
e concepto cen tral de la teoría del capitalismo monopolis­
ta de Estado, el c oncepto de monopolio: c omo forma espe- partir de los fenómen os reales que aparecen, el "desarrollo
objetivo" de la relación capitalista que se encuentra detrás
2 K. Marx, Theorien über den Mehrwert I II p 63
' ' . ' Marx-Engels
de éstos. Sin embargo, por ahora no es más que la distin­
Werke Vol. XXVI, p. 2. ción entre la aparienc ia y la realidad a lo que parece que se

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pueda llegar, en el análisis de los procesos reales, adelante que dominación del trabajo muerto sobre el trabajo vivo.
de una simple enumeración de los fenómenos. Pero ésta es una afirmación que tiene siempre un valor abs­
Mi hipótesis es, pues, que en la teoría del capitalismo mo­ tracto: este límite no puede volverse concreto más que
nopolista de Estado la distinción entre las características en la acción revolucionaria de la clase obrera. En tanto que
generales del capital y las formas concretas de su realiza­ esta acción revolucionaria no tenga lugar, el capitalismo con­
ción y su aparición ha desaparecido. La teoría se ha vuelto tinúa desarrollándose, aun si las formas de su evolución se
así incapaz de hacer más que revelar empíricamente todos modifican. Si se quiere encontrar otro límite histórico del
los fenómenos y de ordenarlos después por categoría mar­ capital, se cae forzosamente � n la cont�ad�cción en la q':1-e
xista en el plano más general. Esto entraña una tautología. se encuentra también la teoria del cap1tahsmo monopolis­
de la teoría marxista que debe explicar todo lo que existe ta de Estado: por una parte debe comprobar el carácter ca­
con:o necesariamente deducible del concepto, pero admite duco del capital, por la otra observar que la clase obrera no
el nesgo de elevar los fenómenos que se presentan en cier­ lo comprende suficientemente en estos momentos. La t�o­
tos momentos, a características de etapas generales. ría se encuentra así obligada a introducir un deus ex machina
que impida el rebasamiento realme� te n�cesario_ y posible de
las relaciones capitalistas. En camb10, s1 se entiende la con­
l. Teoremas centrales de la teoría del capitalismo monopo­ ciencia de la clase obrera, como ésta lo hace, en tanto que
lista de Estado. parte integrante de las relaciones de producción, se llega a
la necesidad de estudiar siempre las condiciones concretas
La teoría del capitalismo monopolista de Estado parte del derrumbe del capitalismo, en lugar de referirse al postu­
de dos teoremas centrales: lado de "carácter objetivamente caduco".
--El capitalismo no se desarrolla ya conforme a su anti­
gua lógica, es un capitalismo moribundo, en vías de podrir­ 2.- Las funciones económicas del Estado no son elemen­
se, un capitalismo que ha alcanzado .la última forma que tos "ajenos" al capitalismo, sino, en condiciones históricas
podía tomar y que por lo tanto muy pronto debe "dejar el determinadas, formas necesarias de la realización de las re­
lugar". M. Katzenstein lo ha formulado de otra manera: el laciones capitalistas, que por lo tanto forman parte de ellas.
capitalismo "se encuentra en el estadio de su relevo" ( ...) Considerar que las funciones del Estado se encuentran de
las relaciones capitalistas se vuelven directa e inmediatamente alguna manera "en el exterior" del proceso "verdadero"
un obstáculo para el desarrollo de las fuerzas productivas. de explotación del capital significa que se entiende al Esta­
-El "papel creciente del Estado" que se observa actual­ do como organización de dominación política separada de
mente es una señal de ello, es decir que las intervenciones la "economía". Pero el Estado, en tanto que Estado burgués,
del Estado expresan el hecho de que el capitalismo debe es parte integrante de las relaciones de producción capita­
admitir la presencia de elementos ajenos, a saber, las funcio­ lista; ésa es la única razón por la que puede también "inter­
nes académicas del Estado: "el Estado se inmiscuye en la venir" en el plano económico. Esta forma del Estado y las
repartición del ingreso nacional realizada por el mecanismo relaciones que emanan de ella con la economía deben, por
interno del capitalismo". El Estado debe intervenir porque lo tanto primeramente ser bien aclaradas antes de que se
" las relaciones capitalistas prueban ser un obstáculo abso­ puedan 'analizar formas de aparición histórico-concretas
luto en el desarrollo de las fuerzas productivas". de la intervención del Estado.
Quisiera oponer a estos dos teoremas dos tesis:
l. Lógicamente, a partir del concepto de capital, no hay En el punto 1, la tesis según la cual el capital se encon­
límite absoluto del capitalismo, no hay punto en el que se traría en su estadio último y no podría ya mantenerse en la
pueda decir que el capitalismo no puede ya desarrollarse. barra más que por la violencia extra económica -"el siste­
El "límite objetivo del capital" es el capital mismo en tanto ma no puede ya apoyarse sino en la violencia política y por
198 199

as rel aciones de domin
lo tant� se req�!e!e la_ acción política para vencerlo"--3 su yu go, a su arbitrariedad". "Lhe
5

iten , hí lo q e es típico de
nos remite el anáhs1s lemnista del imperialismo Dad 1 ción y la violencia qu e perm
a u
l capitalismo". "( ••• )
la f ase más reciente del desarrollo destrias au menta y agr ava
9
mental de l argumento, basado �n el �oii�:p�
el monopolio creado en ciertas indula producción capitalis-
r structura fund �
0 de �onopoho, no ha cambiado desde Lenin -a
�zncltwnes qu� se saquen de ello sean diferentes a�t:::i.��� el caos inherente al con
junto de
as expos1c10nes que van a seguir se apoyan en su análi- ta"_ 1 0
pu eden desprenderse
sis.4' Dos características del monopolio dido como lo con­
nten
�f�i�:=�:�ri!� �:Sl ::: ��t�:mo como fase del ca pitalismo de este análisis: a) el monopolio es si no la suprime; b) el
e

trario de la libre competencia , n


po i i ación de dominación,
au

1) "Concentración de la producción y del capital llegado monopolio se define como una rel l a acción ciega de la ley
a u� grado de desarroll� t� elev ado q u e ha creado los mono­
que permite suprimir parcialmente
del valor.
��lios, cuyo papel es dec1S1vo en la vida económica · 2) fu aber en qu é plano de
s10n del capital_ bancario y del capital industrial y c�eació� La pregunta se plantea ahor a par a s o de "monopolio".
cept
(.. ·) de u na oligarquía financiera; 3) la export¡ción de los la lógica del capital se sitúa el con ncia, Lenin parece uti­
En tanto que antít esis d l com pete
del análisis económico.
e a
cap1��es (: .. ).toma . u na importancia muy especial; 4) for­
�ac10n de _umones mtemacionales monopolistas de ca ita­ lizarlo como u n a categoría gener al ación de dominación,
En tanto qu e design ación de una rel
hstas y 5). fm de� reparto territorial del globo entre las m�yo­ qu e en el plano en el
res potencias ca p1talistas" 5 ese concepto no p u ede situ arse más caras del capital como
El �'.?nopolio �s u na consecuencia y una forma de con­ qu e efectivamente aparecen las más ir, en la superficie de
cenirac10n del c apital, la reu nión de grandes masas de capital sujetos de proceso económico, es dec
en as ,manos .?� �n pequeño número de capitalistas que tie­ la sociedad burguesa .
nen �s1 la pos1bihdad de dominar el mercado y de dictar sus
prec10s.
a) El monopolio en tanto que categoría económica
2.- "_Es ahora una verdad e vidente para la opinión públi­
ca qu e importantes sectores de la vida económica escapan En el libro 3 de El capital, el monopolio aparece siempre
por regla general, a la libre competencia".6 "No es raro ve; como u n a excepción a la realiz ación de las "formas puras"
los ��eles Y los trusts detentar 7 u 8 décimos de la pro- a tr av és de l as cu ales se aplic a la ley del v a lor, siempre según
du'cc1on total de una rama de industria ( · · · ). El monopo¡·10 el presu pu esto hecho por Marx para su análisis en El capital:
as1 crea·,do asegura beneficios enormes ( · · · )". 7 "Eso es 1a "Por otra parte, su ponemos siempre, en este examen gene­
sofocac10n por los monopolios de los que no se someten a ral, qu e las relaciones económicas reales corresponden a su
concepto". 11 Ahora bien, esta forma pu ra en la que se im-
3 Peter Hess "Der K ·tarism un das Problem gesellschaftlichen
Fortschiritts" (El c apita��� r r :i ma del progreso social) Wirts-
� ��
chaftswissenschaf�, nú m . 6, �9� 7� / 9
s !bid p. 802
9 !bid p. 803
4 Para prevenir un malentendido· t
º s t ta ,ªci;tí e ?acer ll:na
!bid p. 804
pr1:senta�i�n e interpretación co mpleta: de t t
lO
eon a e enm relativa
11 K. Marx, El Capital, Ed. s ociales, lib. 3, t. VI,
p. 160. H ay varias
ª
al 1 mperi ahs mo, sino de, poner de relieve 1gunos puntos en los cuales del capitalismo mo­
versiones en español. La controversia c on la teoría nte: ¿qué entiende
se basa -con O sin r azon- la teoría del capi talism o monopolista de
Estado. nopolista de Estado debe partir de la pregunta siguie histórica real del
' Marx aquí por "relaciones re ales"? ¿Es l a situación
5 V Lenin L '!
choisis, ·Moscú' ed.
6 !bid. p. 798.
:f r
·
r:!�:;ex
e, tad� supreme du capitalisme, Oeuvr es
:ranJeras, t. I, p. 863. "capitalis m o de competencia " y corresp onden a
"libre co mpetencia " (si bien que el capitalismoesmo
los conceptos de la
nopolista no corres­
ya l "concep o" del c pi tal); o bien la naturaleza interna
7 !bid p. 799 ponde a t a

201
200
pone la ley del valor es efectivamente la ''libre competen­ lor tiene por consecuencia que cada cap�tal pretenda v lo
cia" en tanto que concepto que hace abstracción de todos rizarse por lo menos tanto como cualquiera otra parte cl 1
los obstáculos que pudieran impedir la formación de la tasa valor social. Lo que se modifica históricamente, son l�s
de beneficio media. En otros términos, para mostrar lo que formas en las cuales cada capital intenta alc_anzar el b.�1;1-efi­
significa en general "competencia", es decir, cómo, en la cio medio, o evitar que su utilidad sea reducida.ª la_ �ti�idad
hipótesis de que existan numerosos capitales, éstos realizan media; subjetivamente, la tendencia a una valonzaci<;>n igual
en su movimiento la reproducción global del capital, Marx se manifiesta siempre por la tentativa de obtener mas bene-
debe partir de la hipótesis de que en realidad esos capitales
pueden moverse "libremente" unos con relación a los otros. ficio que los demás.
El monopolio es una forma de tal tentativa, un aspecto
La "libre competencia" es, pues, una abstracción: la forma
de la competencia, y no puede explicarse más que por la com­
pura del movimiento de los capitales. Pero, en general, el
petencia.
concepto de competencia designa ese movimj_-ento mismo, a La afirmación según la cual el monopolio constituye el
saber, la obligación pra el capital de explotarse, su depen­
relevo de la "libre competencia", que está en contradicción
dencia con relación al sistema global de la reproducción y con ella es por lo menos ambigua; implica que la "libre com­
la forma en la que cada capital se refiere a esa relación global. petenci;" no es una abstracción lógica, sino una verdadera
Pero, al tratar de sacar lo más posible para sí mismo, se en­ fase histórica del desarrollo del capitali�mo, que, en con�e­
cuentra limitado por los otros capitales.
cuencia Marx en el libro 3 no ha desligado las caractens­
La competencia significa, pues, por una parte la forma ticas g�nerales del capital como capital, sino que ha anali­
en la cual los capitales individuales actúan unos sobre otros, zado concretamente una fase del capitalismo, de suerte que
pero al mismo tiempo la formación de la tasa media de bene­ tal análisis debe completarse ahora por nuevas caracterís-
ficio supone que esos capitales actúan en efecto "libremen­ ticas en el plano general.
te". Dentro de ese proceso, hay siempre monopolios "cir­ . .,
Si se pone en el mismo plano la competencia-expres10n
cunstanciales", a saber, el monopolio "que nace, para el com­ de la ley del valor y la competencia-modos de acción reales
prador o para el vendedor, de la coyuntura ocasional de la de los capitalistas individuales en el mercado y se confunde
oferta y la demanda".12 además la forma ideal de aplicación de la ley del valor con
El concepto de "libre competencia" designa, pues, una una fase del capitalismo, el monopolio se encuentra enton<:es
forma específica de esa interacción, esa en la que el benefi­ efectivamente "al lado y afuera" de la libre competencia.
cio realizado por cada capital es efectivamente el beneficio Se puede entonces afirmar con Lenin: "Propiedad privad�
medio. Ahora bien, la formación de la tasa media de bene­ fundada sobre el trabajo de los pequeños productores, li­
ficio no es más que una tendencia cuya manifestación no bre competencia, democracia ( ...) están desde hace mucho
puede verdaderamente aparecer sino en la representación tiempo sobrepasadas".13
pura -por lo tanto, haciendo abstracción de eventuales
desarrollos anormales. Pero esta tendencia resulta ya del
concepto de capital en tanto que valor, valorizándose ella
misma y no solamente de la competencia en tanto que
b) El Monopolio en tanto que relación de dominación.
naturaleza del capital vuelto hacia el exterior. Pues el capi­
Lenin fundamenta la "transformación de la competencia
tal como valor no puede ser aprehendido más que cuantita­
en monopolio" 14 en el hecho de que el número de las gran­
tivamente: la relación del capital consigo mismo como va-
des empresas aumenta; y "puede fácilmente extenderse" 15
"real" del capital lo que se trata primeramente de exponer de manera
general antes de poder analizar las particularidades históricas? 13 V. Lenin l'lmperialisme. op. cit. p. 787
12 !bid p. 194
14 !bid p. 793
15 ibid
202 203
La supresión
_ de la competencia es así concebida como entre otros de la desproporción. Dado que Lenin concibe
dependiente de la voluntad de los sujetos y no como una
los esquemas de la reproducción como la "prueba" de la
forma de aplicación de la ley del valor. El monopolio apa­
posibilidad de una evolución proporcional del capitalismo,
rece como el resultado de una organización consciente de
la razón de la evolución desproporciona! en la realidad re­
la producción - aunque en interés privado. Detrás de esta
side para él en el hecho de que los capitales individuales
c<;ncepción se oculta aparentemente la idea de que la ra­
z�:m del "desencadenamiento ciego de la ley del valor" re­ �stán organizados aisladamente unos de otros, que son
side no en el dominio del valor de cambio sobre el valor" de­ mcapaces de tener una visión de conjunto del mercado y
que su interés "privado" es realizar el beneficio más ele­
uso, sino en el hecho de que, con la producción explosiva
vado posible.
de pequeños capitalistas, no es posible tener una perspecti­ Así pues, el límite del capital no reside en el hecho de
_
va de conJunto del "mercado". El fundamento esencial que el capital está constantemente obligado a aumentar la
de las crisis del capitalismo es, pues, la "anarquía del mer­ fuerza productiva del trabajo para valorizarse en tanto
c:1do"; según Lenin, "las crisis provienen pues, y contra­ que está limitado por el consumo social sino �n la anar­
namente a Marx, no de la baja tendencia! de la tasa de bene­ quía del mercado. En realidad, esta anarq�ía del mercado no
ficio ( .. .)
_ sino de la anarquía de la producción"
16
"hay es la causa de las crisis del capitalismo, sino solamente su
u
q � partir de � hecho de que Lenin, en su análisis del impe­ expresión; la causa reside en los límites que el capitalismo
nalismo, considera el monopolio y el capital financiero como se fija a sí mismo en tanto que valor, valorizándose: "Dado
un signo del carácter caduco del capitalismo y como la base que el objetivo del capital no es la satisfacción de las nece­
del paso a una nueva formación social, puesto que cree ver sidades sino la realización de los beneficios, dado igual­
e� esas fo�as del c_apit:11 momentos decis!vos de la supre­ mente que ese objetivo no puede ser alcanzado más que
s10n del caracter anarqmco de la produccion y de la circu­ por métodos que la masa de producción establece según
lación de las mercancías". 17 la escala de la producción y no a la inversa, debe constan­
¿Cómo llega Lenin a considerar así la evolución capita­ temente haber ahí contradicción entre las dimensiones li­
lista? mitadas del consumo sobre una base capitalista y una pro­
En su polémica con los narondniks, Lenin quiere probar ducción que apunte permanentemente a sobrepasar sus
que "el fenómeno de las crisis de sobreproducción no debe límites inmanentes". 19
ser deducido de la dificultad de la realización sino de la
ausencia de la planificación del sistema econó�ico capita­ . �n Lenin, el "interés" del capital individual por el bene­
f1c10 no aparece ya como la expresión de ese esfuerzo con
rista":,18 se sirve a este respecto de los esquemas de la repro- miras a sobrepasar los límites inmanentes del capital, sino
duccion. Pero confunde las condiciones de equilibrio abs­ solamente como un móvil individual, pues la competencia
tractas que se desarrollan ahí con una representación del entre los capitales individuales aparece solamente como
proce�0. real de �ealfzación, reduciendo así el problema de resultado de su separación exterior, ya no como expresión
las crisis del capitalismo a la desigualdad de desarrollo en de la naturaleza intrínseca del capital, que es crear más
tanto q�e desproporción entre diversas ramas capitalistas. valor a partir de un valor. Siendo la anarquía del mercado la
Esta desigualdad comprende también la necesidad de limi­ expresión del estallido de la producción, forzosamente es
tar el consumo de !as masas, lo que se vuelve así un caso rebasada tendencialmente cuando los capitales individua­
1� Cristen Neusüss lmperialismus ünd Weltmarktbewergung des les pueden conocer mayores partes del mercado. Es ahí
Kap1tals, Erlangen, 1972, p. 88 donde la categoría "dominación de los monopolios" toma
1 7 !bid pp. 90 y ss. toda su importancia. Lenin escribe: "Cuando una gran
18 !lº!;lªn Ro dolsky, Zur Entstehungsgeschichte des marxschen
" . � _ empresa se convierte en una empresa gigante -:f organiza
Kapital (Historia d� la genesis de "El capital"), t. Il, Frankfurt, 1968,
_
p. 557. Existe traducc1on_
al español en Siglo XXI Editores. 19 K. Marx Theorien über den Mehrswert, MEW t. XXVI, 2, p. 285
204 205
n l libertad
metódicamente, teniendo exacta cuenta de una multitud monopolistas, la contradicción inmanente e _ �n -com
repro ducc 10
de informes, el encauzamiento ( ....) de las materias primas de decisión entre las necesidades de la en la maxi­
?
(...), el transporte de esas materias (...), el tratamiento lo h emos expuesto antes- y el interés individual
nces, de 1Aª­
de las materias primas ( ...), y la repartición de esos pro­ mación del beneficio desaparece. Se debe ento tradi_ cc10n
la co
nera exterior, agregar a esos monopolios
n
ductos ( ...) conforme a un plan único ( ...), se vuelve en­
tonces evidente que estamos en presencia de una sociali­ -general y vacía de todo cont�?ido- e n tre �ue:�as pro­
10 , o co tradi cc10n en_tre
zación de la producción ( ...), que las relaciones que depen­ ductivas y relaciones de produc� n n
pro_ v i e, pues , ya del capital
den de la economía privada y de la propiedad privada for­ monopolios y pueblo. No e
.� al entre tra­
man una envoltura que no tiene medida común con su con­ mismo -en tanto que contradicc10n conceptu t de "tenden-
e
tenido, que necesariamente debe entrar en putrefacción bajo muerto y trabajo vivo-, sino solam
n e
si se busca retardar artificialmente su eliminación".2 0 Esta cias generales de la sociedad". . .
nte difun-
.
envoltura no es, empero, la le y del valor, sino la "produc­ Esto se vuelve claro a la luz de la tesis ampliame Estado,
ista _ de
ción privada", es decir, las partes todavfa "privadas" de dida en la teoría del capitalismo monopol ma todo _el
una producción ya social. La contradicción principal se según la cual una oligarquía fi n ancie ra dom
convierte así en la contradicción entre producción social resto del pueblo. La base de � omi r_i ació n d � ese g;q�en�
, la ultima
y apropiación privada: "En cuanto al contenido, esa re­ grupo es el capital portador de mteres, es decir .22 L trans­
partición de los medios de producción no tiene nada de forma posible del capital desarrollado por Marx 3: ,
oblacio� ��
"general"; es privada, es decir, conforme a los intereses formación de los integrantes de la masa de p
na ;3: posibili­
del gran capital -y en primer lugar del mayor capital, el asalariados que se produce entonces ofre�e
facilitado por
capital monopolista- que opera en condiciones tales que dad de trastocar el capitalismo, lo que sena
la masa de la población puede apenas sobrevivir a sus ne­ el hecho de que en las funcio ne s ; conó mica � concentra­
Estad o estan a co temd as f,ormas
cesidades".21 das en el aparato de n n

La forma de aparición -un número cada vez más res­ embrionarias de planificación
social que c�nvendna �x­
' el ap_ital
tringido de personas posee cada vez más- se convierte en plotar en inte rés ,de la clase _obrer�.,A�ora bie�, la �ultima
el contenido de la expresión actual del capitalismo; los portador de interes es, por cierto logic amen t ; ,
al -com o 1 form a mas elevada d e
crímenes del impe rialismo se vuelven el resultado de la forma posible del capit �
a produc­
malicia de los individuos que dominan la producción. El la abstracción de la base real de la riqueza, la fuerz ente la
concepto de "propiedad privada" no es ya la e xpresión tiva del trabajo: "El interés, en sí, expre sa justam
subjetiva de la inversión del objeto de la producción , sino existencia capitalista de las con
diciones de tr�?ajo, en su
un elemento constitutivo de la relación capitalista. No es oposición social al traba jo y en su transform�c10n en pode r
Repres�nta
el reino del capital -aun por medio de los monopolios en impersonal frente al trabajo y sobre el tra�aJo.
de apropiarse
el marco de la competencia-, sino el reino de los mono­ la simple posesión de capital como el med10
o. Pero repr se ta ese ca­
de los productos del trabajo ajen
n
polios. e
algo qu le result a fuera d el proce­
ED: esta subjetivización del conce pto de capital, no hay rácter del capital como e
de la
ya diferencia entre la libertad de decisión a ese respecto, y que o es e ab ol1:to el result ado
so de producció n n n �
oceso
de ese P :
que es tan real en límites dados, y la posibilidad para el determinación específicamente capitalista
api al en
sujeto de alcanzar efectivamente sus objetivos por medio mismo d e producción. El inte rés no mue stra el � � re -
, sm
de esas decisiones. Si éste no es ya el reino del capital sino oposición dire cta con e l trabajo, sino, al contrario
el de los monopolios, por lo tanto implícitamente de los lación con él" . 23

20 V. Lenin L 'Imperialisme. op. cit. p. 901 22 Cf. K. Marx Le Capital Ed. Sociales, I. 3, t VI, pp. 284 Y ss
21 !bid p. 813 23 !bid I, 3, t. VII, p. 47

206 207
Pero que el capital constituya esa forma, la más elevada vierte él mismo en asalariado del propietario del capital.
del valor abstracto, es decir, la separación más clara entre Pero, para el capital como va/or valorizándose a sí mismo,
el movimiento del valor y el valor de uso, no dice nada a la forma más adecuada es aquella en la cual no son ya en
priori sobre el momento histórico en que las crisis produci­ efecto personas las que representan "el capital", sino la to­
das como consecuencia de esa separación conducen a la talidad de las relaciones sociales que se reproducen sobre
expropiación de los expropiadores. la base de la dominación del valor sobre el valor de uso. Es
Pues no es en lo absoluto cuestión de que con el desarro­ pues también en su totalidad donde se trata de abolirlas,
llo de la contradicción entre valor de uso y valor de cambio, no cambiando a sus dirigentes. La "dominación" del capi­
con el desprendimiento del movimiento del valor de su base tal financiero no es, pues, todavía más que apariencia -apa­
la conciencia de esta contradicción aumenta necesariamente'. riencia real en la medida en que dispone efectivamente de
Al contrario, cuanto más haya formas del capital que se las formas abstractas de la riqueza social, pero apariencia
agreguen a su forma original lógica a través del proceso di­ al fin, porque esto no implica que disponga conscientemen­
recto de producción, más se encuentra oculta a los actores te de las relaciones del conjunto de la reproducción en las
la base real de producción de la riqueza social. Esto se en­ cuales este valor de be valorizarse.
cuentra ilustrado de manera ejemplar por Marx, cuando Dado que el desarroll<? de las formas invertidas de la com­
muestra los efectos sobre la conciencia de los productores petencia entraña una inversión, en los hombres, de su re:
que provoca la separación entre la propiedad del capital y presentación de las relaciones sociales, no puede haber ahi
el poder disponer de ella: en su última forma, como capital relación lineal entre la "acentuación de las contradiccio­
portador de interés, la relación capitalista produce la apa­ nes" y un proceso de toma de conciencia creciente de la
riencia de separación entre el proceso de trabajo que se clase obrera; el contrario, las condiciones de ese proceso
desarrolla sobre una base técnica, racional, y los "intere­ de toma de conciencia quedan por estudiarse.
ses gracias a la valorización del capítal" por un puñado de "Lógicamente", pues, el capital engendra con s_us '.'últi­
poderosos
_ capitalistas; al mismo tiempo, todos los que per­ mas formas" las representaciones más falsas de si mismo.
ciben una renta a título de su actividad en ese proceso de Pero en realidad el capital no aparece jamás bajo esta fo��a
trabajo aparec�m en un pie de igualdad como receptores de completa. La realización efectiva de 1�, tasa de ?enefic10
:renta.24 Se observa entonces que no se trata ya más que de media, el proceso efectivo de acumulac10n del capital, hace
desembarazarse de ese puñado de capitalistas financieros sin cesar reaparecer las contradicciones que ahí se escon­
para restablecer el proceso de trabajo en su forma técnica den: "( ...) algunas condiciones especiales ( ...) para el cur­
racional. Al concebir el monopolio como una relación de so normal de la reproducción, ya sea a escala simple o ensan­
dominación, la teoría del CME reproduce esta última forma chada ( ...) se convierten en otras tantas condiciones de un
de mistificación del capital presentada por Marx.25 En rea­ desarrollo normal, en posibilidad de crisis, pue�!º que el
lidad, esto no hace más que mostrar que el capital se convier­ equilibrio -dada la forma natural de esa produccion- es en
te de facto en una potencia anónima que no se reduce ya a per­ sí mismo fortuito". 26
sonas, puesto que el capitalista que llena' su función se con-
En el momento de una crisis, se vuelve posible reconocer
la falsa apariencia como apariencia. No se puede, pues, de­
24 "Per�, separado del capital, el proceso de producción es el proce­
so _de t!aba¡o �n gener3:I. A �i�erencia del propietario de capital, el capi­
cir de antemano, según un criterio determinista, si se tr�ta
tahsta mdustr1al no se 1dent1f1ca por lo tanto al capital en función sino de la "última fase" del capitalismo. En tanto que el capita­
aparece, incluso abstracción hecha del capital, como el funcionarío, el lismo subsista, el marxismo es siempre remitido al análisis
simple apoyo del proceso de trabajo en general ' el trabajador ' es más ' histórico-empírico que debe conducirlo por anticipado más
el asalariado". (!bid., l. 3, t. VII, p. 47).
25 Cf. Michael Maüke, Die Klassentheorie von Marx und Engels (La
teoría de las clases de Marx y Engels), Frankfurt, 1971, p. 99. 26 K. Marx Le Capital, op. cit. I. 2, t. V. p. 141.

208 209
allá de la clasificación de fenómenos según fases determi­ Si no obstante, como hemos tratado de mostrarlo, las
nadas. fo�as que existen hoy día, de concentración y d ntra­
Esto no nos lleva pues mucho más allá de comprobar la lización del capital pueden ser explicadas por m d o < l<
acentuación general de las contradicciones. Lo que no nos las categorías generales del análisis del capital, no h y n 11
exime de investigar la forma que toman esas contradiccio­ guna razón para dividir de manera esquemática la hiAtor 1
nes en cada período histórico, en tales condiciones concre­ del capitalismo en una fase ascendente y una fase d el<
tas que estén representadas en la conciencia de los produc­ clinación. Pero esto plantea el problema del papel actHul
tores, y por qué es así y no de· otra manera. Para afirmar del Estado en el capitalismo de manera diferente de la t O·
que un acontecimiento era "necesario", hay que poder pre­ ría del CME, que lo considera como un síntoma del cará •.
cisar por qué otros acontencimientos no podían producirse. ter caduco del sistema.
En tal acercamiento al análisis del capitalismo actual se Llego así a mi segunda tesis: igual que el monopolio co­
resuelve igualmente una contradicción insuperable para mo forma del capital no puede ser definido como una ca­
la teoría del CME: aunque se pretenda que el capitalismo racterística esencialmente nueva de las relaciones actuales
haya llegado a su "última fase histórica, no se puede hablar de producción, ni tampoco como una característica e��n­
más que parcialmente, por lo menos en los países capitalis­ cialmente nueva de las relaciones actuales de producc1on,
tas europeos, de un acrecientamiento de la conciencia revo­ de la misma manera el modo de aparición actual del Estado
lucionaria. La referencia a la funeión manipuladora de las no se debe a una fase cualquiera de transición o a la decli­
ideologías social-demócratas no responde a la pregtmta de nación del capitalismo, sino que se explica por la relación
por qué esas ideologías encuentran tan amplio eco en la capitalista misma.
clase obrera. M. Katzenstein nos propone varias definiciones del papel
Decir que el capitalismo no se desarrolla ya conforme a actual del Estado: "el Estado es un instrumento centrali­
su antigua lógica, que declina, que está moribundo, impli­ zado del poder del capital"; "el Estado está directament
ca que una forma de movimiento del capitalismo "idénti­ implicado en el proceso de reproducción y en el proceso
ca" a éste existió ya una vez y que esta forma pertenece de valorización del capital"; "las intervenciones del Estado
ahora al pasado. Esto corresponde a identificar el capitalis­ son de naturaleza general (...), orientadas en conjunto
mo "en sí" con la forma del "capitalismo de competencia"; hacia el movimiento y la evolución de la producción social";
a la suposición, pues, de que las formas puras presentadas "( el Estado es el) instrumento del capital monopolista";
por Marx de la repartición equitativa de la tasa de benefi­ toda acción del Estado significa una. acción en beneficio
cio implican la presentación de una época histórica, es de­ del capital monopolista"; "desde un punto de vista general,
cir, un análisis concreto.27 el Estado es un instrumento del capital monopolista"; "la
27 Para prevenir otro malentendido: no se trata para nosotros de "cualidad nueva" del monopolio. Hasta donde se puede saber, la teo­
demostrar que "nada ha cambiado en el capitalismo". Por supuesto, ría del capitalismo monopolista de Estado no. ha hech ? na�a en eso
la ley de la tasa media de beneficio se realiza de manera diferente, pues­ sentido. Por otra parte, las razones que determman esa , cuah�ad nue·
to que el capital crea formas de organización diferentes. Se trata de va" del monopolio siguen siendo muy vagas; se reducen esencialment
demostrar que esas modificaciones sólo pueden ser expJicadas si se des­ a la afirmación según la cual la utilidad monopolista no puede ser ex­
pr�nde� claramente las implicaciones de la ley del valor, por ejemplo plicada por la "sola" ley del valor en la medida en que se agregue ah{
la 1mphcac1ón de la verificación según la cual la categoría de la tasa me- otro elemento el del "poder económico" (cualquiera que sea, por otra
dia de beneficio se relaciona al capital social total. parte, su defin'¡ción). Sin embargo, esta posición tiene como c_onsecue�­
Los estudios relativos a las formas de realización modificadas de la tasa cia que no puede ya haber ahí razones generale� que deter?'1men. el ni·
media de beneficio que se refieren al análisis de Marx deben, en conse­ vel de los beneficios individuales en el promed10 de un ciclo. S1 esto
cuencia, primeramente examinar la cuestión de cuáles son las formas resultara exacto uno no podría ya referirse en esos análisis a la ley del
de diferenciación del beneficio individual con relación al beneficio valor, y tampoc'o a Marx. Ciertamente, no se está obligado a referirse
medio desarrolladas por Marx antes de hacer la comprobación de una a ellos, pero entonces hay que concluir claramente.
210 211

1
mcnopolización del .,
n:1':nte a asegurar a Estado d. ebe t�b1en apuntar actual- II. Premisas para el análisis de la forma y de las funciones
l exist c a del s stema
c1u-?es refle jan la dificult:;
segun la cual el � - � priesar ". Estas definí­ del Estado burgués.
Est � � la c ontradicción
Estad o de clase co ad o es de m1 o por una parte com o 1. Sobre la forma del Estado burgués
capital m onop olista m o representan te de los intereses del
�ente de que, por' aun e uno _se da cuenta inme diata­ La te o ría del CME s ostie ne la tesis se gún la cual es s ola­
mteres�s de capitali la oi� mtere_s�s
otr os, igual
stas indivi:�:les difi -en tanto que mente hoy en día, b ajo la presión de la c ompetencia, cuan­
que se dist·l ere n unos de d o el Estado se encuentra en la contradicción que consiste
lo s
rantía de la existencia �� �s!e l�� exigencias que la "ga­
e
para él en representar tanto l os intereses de los monopo­
Estado es un Estad ma plantea al Estad lios cuanto l o s del sistema en su conjunto ; esta c ontradic­
o d o. El
l ,
das que están e n co �i�c�� per o toll?-a también medí­
e
ntr a ción sería el sign o de la caducidad del capitalismo . Esto
co
cuantos monop oli os � n los mtereses de uno s corresp onde a la idea de que , en la fase del capitalismo de
un Estado de clase inclu;o _ e todos ell os; el Estad o es co mpete ncia, la ec onomía ha funcionado "p or sí misma",
'p
�_ocracia parlament�i ero u�1��a s�bre la base de la de­ sin "intervención " del Estad o ; esta forma de funcio namien­
ti on de la f orma de a. Si qmere
que � ons1s . l Estado en un plano explicar . la cues- t o -y por lo tanto tamb ién el papel más bien pasivo de l
te en c oncebirla co de:11as1ad Estado, por lo menos c on relación a la pr oducción econó­
mo un engano org trivial
o
(hab na ent onces qu aniz mica- sería "en el fondo" la mej or adaptada al capitalis­
se afanan tan to cua e p reguntarse
por qué los mono p ado m o. Esto c onduce a admitir implícitamente que la demo ­
cl arecer la relación nd o t1·enen el
pode�) ' es necesariooli os
entre la f u J:? C�. , . es- cracia burguesa del sigl o XIX ha sido la forma estatal que
la manera c om o se mu on o l;>1 etiva de
estra su act1v1 l Estado y ha expr esado de la manera más pura la "dominación d
dad. la burguesía" y, en consecuencia, del capital; la incorpo ­
A esto se agrega otra
com o M. Katzenstein dific ulta d . Cuan do se ha probad ración actual del Estado al pr oceso de reproducción eco­
l o ha hecho c on o,
concreto, que el Esta _la ayuda de un caso nómica se co nvierte así en un sign o de la declinación del
do p or que podía hac d o debta int�
rvemr, _no se ha capitalism o en su paso al socialismo.
erlo · p or _que e explica­
mecanism os de decisi, xpresio nes, estructuras Me gustaría o poner a e so la tesis según la cual es sola­
medidas eficaces para �� 'pro pi os al Estado puede toma; m ente la aso ciación formal de t odos los "ciudadanos" al
dónde ll ega la eficacia pr oces o d� reproducc proceso político de f o rmación de voluntad, es decir, la
ión, y has a
p�e�e ser ni todop d e e sa me did
�º as. P_ue� ,el Estado nto instalación f o rmal de la libertad y de la igualdad de todos,
ode
d1cc10nes inherentes a r oso que s1:1pr�m1na las c o la forma estatal adecuada al capitalismo desarr ollado . Pero
tamente in o peran te- la soci e,da d c�p1t�hsta- ni co ntra­ est o justamente no vale para la may o ría de las demo cra­
p e sen a pre�1s mpl e­ cias del sigl o XIX: al asociar el derecho de v ot o a la pro­
�a p olítica ec onóm � ta o Investig ar p
o r qué
ultim os decenios en ica c nv e�1do en piedad, excluían desde el principio a una gran parte d
un e lemento imp orta el curso de lo s
o
dad del Estad o . nte de la activi- l os . ob rer os de la articulación legal de los intereses y les
obligab an a articular sus inter eses de manera extra-parla­
_ Por lo tanto, hay . ,
m1tes estructurales deque p re�1�ar en d onde se sitúan l os lí- mentaria, en el exterio r de las f ormas organizadas de la
p1ic · an a parti.r del sist la acc10n del Estado y com , f ormación de la v oluntad: esto aun cuando esos intere­
ema lob al o se ex-
que en esta exp osici ; � e la repro duc
ció ses no eran de naturaleza tal que pusie ran el sistema en
ón no ue do smo plan n. Clar o
tear el pro blema. peligr o , sino que eran internos al sistema.
Pero quis iera tratar Para fundamentar esta tesis, hay que mo strar en primer
.,,aenerale� sobre el p d e mo strar a part·ir d � 9ue, reflexio nes
l es estarian, en mi apel del Estado es os limites estructura- lugar por qué la libertad y la igualdad f ormales de to dos
opinión, por desarr ollar co mo pos eedor es de mercancías es una co ndición previa
se.
212 y necesaria de la repr oducción del capital; por qué, en se-
213
e la UIH t
orma invertida d
u r jo n es otra que la f
d ech o d(1
gundo luga r, esta libertad Y estª i� · aldad formales deben de una esfera a otra , el h
o

tad del capital de pasar midor no es. otra que la libertad


e s t ab a

ser p ro tegidas de orga nizad� en e l exterior de


�� \
los capitales, l�nto c o rª os que qmer�n hacer de el lo que la libertad del consu productos, no cambia en nada
or un

una libertad y una i aldªd reales, es de�1r, abolir la rela­ del capital de realizar sus a para el individ
uo
o d qu est a libert ad, necesari
ción capitalista com rC º tra l s que qmeran destr uir aun ' el h ch del capital, se ma
nif i
la rep roducción
e e

e este
la igua ldad y 1� libert. ad
, �orn:, a �s , lo que conduciría tam- en el marco de f cti vam t
cisión sub jetiva, y
como una libertad de de ado es, pues, a la vez libre y no
e e en e

bién a abolir la r. elac10n capitalista '· p.or que, en tercer tu-


lo es; el trabaj a
dor asalari el mer­
gar, la contradicción entre lib. e t d e igualdad formales de ario de una mercancía en celebra
todos los miem bros de la oc1eJa�' Pº: una parte, y la re ­ libre : libre como propiet el capitalista con
el cual
lación de clases del ca itai8 1 /rabaJo_, p_or la otra, cons­ cado en donde encuentra igu al; i r en e l gasto efecti
vo
1: u n contrato de igual a la pro ducción.
l b e
tituy en el límit e estnictural as posibilidades de inter-
no

vención del Estado en e1 p roceso de reproducción 2s de su fuerza de trabajo en sta como lugar de me diación de
El Estado como · e tra eco nómica J'. como Es- La circulación capitali abajos privados no se distingue
tado de clase debe fe�t
���:cidxo d-el c pi_ tal. riJ?eramente
3: P l a relación social
d
de los tr
simple c irculació
n de las m erca.,cí
as; en

hay que recordar que e l Estado como tal, c omo mstrumen­ en u aj s f c ú a a es­
social del
for ma
ambos casos, el carácter un que todo ese m ovimiento apa­
s e la
tra b o e e e t
to de domi nación de una c1 sobre otra, no está inscrito "A
espec íficam e nte en el
Estado capitalista como
�¿k
.f: s º· Cuando de fin imos el
/a%1o de clase, no tenemos cri­
paldas del p uct or:
cial y sus diferentes fases
rezca como un proceso sotad consciente y de los objetivos
rod parez­

terio que permit a d istingu·rr/ o de otras formas de domi na­ ca que nacen de la volun os, no es menos verdad que el
ción del hombre por el h m re. Pero el pr?bl�?1ª es saber particulares de los individu se desarr olla c om
o un encadena­
en dónde reside e l fu nd
� � de esta d1stmc10n ; por qué c onjunto de ese p roceso táneo; resulta ciertam ente de la
el Estado burgués se d ifer:�cfa d e Otras fo rmas de domi- miento objetivo y esp on iduos conscientes, pero no de­
acción r ecíproca
de indiv
nación. . no l es está some
tido en su con-
Para aclara r la fo r ma en q e se �onstituyen las caracte - p ende de su co encia y representa la primera forma en
n ci
rísticas es enciales del Estado � ur� es en el p roceso de de - junto. ( .. .) La circulación al (...) tiene u na fonna indepen-
l a cual ( ...) la rel
ación so ci
sa, r rollo del capitalismo , se necesita pr imer � pre gu ntarse
" .29
com o tra nsforma el capital las re1!1c10nes . sociales entre la diente de los individuo s
uos entre sí en la simp le cir
-
base de las cuales se h8:le e abl ecid o !? rmas estat ales má s E sta relación d e los individ convierte, en el capitalismo ,
antiguas. Al apoderarse
;tª pro du?cion, el capital trans- culación de las m ercancías las relaciones re ales: "En el con­
se
. ri nci qu ocu l
fonna el trabaj o no lib ªb J o asalariad? 'S!,
por la en la apa
al, la fija ción de
los pre­
ad burgu esa actu
e a e ta

ap ropiación visible del s��r:;r0!uc:O de aprop1ac1 0n invi- ju l ci d el proceso su­


se m uestran como
cios y su circulación, etc., en las profundidades se desarro ­
nto de a so e

sible de la p lusvalía.
La separación del produ . ctor de los me dios de produc- perficial; pero se sabe que donde desapa er ce esa aparente
ción engendra el traba ado r as�!ariado doblemente libre·' llan otros m ovimientos en ividuos ".30
J
libre de los me d 1º os de p roduccio
. , n ' · pero ribre igual· igualdad y l ibertad de los ind acterizació n necesaria de la cir-
Lo que subsiste com o car cías es la l iberta d de los indi­
mente
de elegir su puesto d e traba o y d e tomar sus decisiones en can
s u ca lidad de consumid or
J culación simple de las merender, la libertad de decisión. El
viduos d c mp ar y v
El h echo de que la l ibertad del trabajador en la elección e o r de

politique,
la critique de l'économie
211 Cf. para lo que sigue S bº1..lle vo?- Flatow, Freerk Huisken "Zum 29K. Marx, Fondements de 137.
9, t. I, p.
Problem der Ableitung de/ b r er c en Staates" (Contrib�ciones Ed. Anthropos, París, 196

) . Prokla, 7
� :urhgues 30 !bid t. 1 p. 193
al p robl e ma del análisis del Estad . 215
214
elemento nuevo que se agrega ahí es la distinción en clases cara burlona del capital, a saber, los capitalistas, "domine"
de compradores y de vendedores; y asimismo de las condi­ el proceso de producción al contrario. En tanto que en 13:s
ciones de reproducción necesarias del proceso de produc­ sociedades precapitalistas, las catástrofes naturales, las epi­
cwn que pueden muy bien no ser tomadas en consideración demias las malas cosechás, tienen todavía un lugar central
en \a circulación simple de las mercancías. Basta aquí con en la imposibilidad de dominar el proceso de. produ<:ció?,
suponer que efectivamente se produce conforme a las ne­ el carácter catastrófico del modo de producc1on capitalis­
cesidades sociales; cuando ese no es el caso es entonces ta es la consecuencia de la "socialización" siempre mayor
accidental. En la producción capitalista d; mercancías de la producción; esto vale también para lo que se refiere
existen �ondiciones de la reproducción global que es pol a los procesos económicos con relación a la naturaleza cuya
ble precisar: por una parte en tanto que reproducción de "dominación" deja ver cada vez más los límites absolutos
clases, por la otra en tanto que reproducción de los medios de la manipulación de los procesos naturales.
de producción; al mismo tiempo hay límites, procedentes Por otra parte la contradicción bosquejada arriba entre
del tipo de producción, correspondientes a la producción la libertad formaÍ del trabajador como propietario de mer­
Y el consumo, en el límite de la capacidad de consumo de cancía y su no libertad real como productor de plu�valía
la clase obrera. en beneficio del capital tiende a resolverse por s1 misma:
La "interdependencia" de los "simples poseedores de ya sea por la sujeción t�tal del trabajador, lo que !mplica la
mercancías" está establ('lcida solamente en el mercado; son disolución de la relación capitalista, puesto que esta supo­
dependientes unos de otros como proveedores, no como ne un trabajador (es decir, no propietario de los medi? s
productores 31 • En la producción capitalista de mercancías de producción) libre (es decir, móvil) asalariado (es decir,
esta �ependencia se mani!iesta en el proceso directo de pro: poseedor de dinero). Si los capitalistas individuales pueden
.
ducc10n: con su mercancia, el trabajador no puede ya hacer sujetar totalmente a una parte de los. �rabajadores, el mer­
tr
? � �osa q1:1e ve:qderla a un capitalista (es decir, no a otro cado tiende a desaparecer, pero �amb1en, _por lo mismo,. la
md1v1 �uo� smo a otra clase de individuos). Con su dinero, condición de reproducción del capital en tfil?.to , que tal.
. los
�l cap1�al1sta no,,solamente debe cambiar con otros capita­ O ya sea, al contrario, en tanto que expr�:p1ac10n _de _ a
listas, smo tambien con los trabajadores. Solamente el cam­ expropiadores, en la supresión de la relac1on capitalist
bio de las clases entre sí garantiza el proceso global de re­ por la eliminación de la separación entre productores y
producción. medios de producción.
Lo que sucede a espaldas de los productores, no es ya abs­ La violencia gracias a la cual se impide a los trabajadores
tractamente la "relación social general", sino concretamen­ suprimir· la relación capitalista no puede, por lo tanto, ser
te la reproducción del capital en tanto que reproducción de concentrada en la& manos de los capitalistas individuales,
las clases. pues ellos mismos la suprimirían. La "violencia extra-ec?­
La contra�icción entre producción y mercado no se pro­ nómica" ' es decir ' la violencia presupuesta. a la econom ia,
. del capital.
duce ya accidentalmente, sino necesariamente; lo mismo debe pues concentrarse en el exter10r
que para sus formas posibles que adquieren su aspecto com­ En consecuencia, si se estudia la transformación del Es­
pleto en el ciclo de las crisis. tado en Estado de clase burgués a partir del concepto d
El hecho, por una parte, de que el capital se apodere de Estado de clase, el Estado burgués se presenta como un
la reproducción social no significa por lo tanto que la más- medio de garantizar la forma específica de la reprodu ·
ción de las clases en su relación entre sí. El Estado forma
31 La " �irculación simpl e d e las m e rcancías" e n tanto que grado
así parte de la relación capitalista, está sometido abstra ·
d e ab stracción d e la d �scripción hecha e n El capital, evidente me nte
no �:be ser compr e n';11da como la d escripción d e un modo de pro­ tamente al capital en tanto que condición de su reproduc­
ducc10n r �alme nt e ex1st�nte ; por d efinición, la producción no e stá ción. La dominación de una clase por otra precede hist' ·
. _
tomada ah1 en consrd e rac10n. ricamente al capital; en tanto que violencia extra-econ ·
216 217
mica, esta dominación es un producto del capital porque que fundan su exisiencia; resurgen bajo una nueva formu,
la libertad y la igualdad de los individuos, inherentes a las bajo el modo específico en el cual el Estado debe Y P puede
leyes que rigen el movimiento del capital, tratan sin cesar � d<
concebir esa tarea. Si la función del Estado se determma ua
de suprimir la contradicción entre esta libertad y esta igual­ partir de la relación capitalista, es�o significa que e� Estado
dad, por una parte, y por la otra, preservando al capital _
en tanto que elemento constitutivo de esa relac10n, está est11
mismo sus límites estructurales. Detrás de una forma de sometido al movimiento del capital y que no puede actuar
cambio igual se oculta la desigualdad concreta de las mer­ independientemente de ese movimiento.. Conviene aquí
cancías cambiadas; detrás de la libertad y la igualdad de
los cambiadores se ocultan las relaciones de cambio de cla­ caracterizar más precisamente esa dependenci . _a.
ses. Estas contradicciones permanecen y no dejan de sus­ Se puede plantear aquí la pregunta sigment�: ¿como 1:11e
citar nuevos conflictos de naturaleza antagónica que no manifiestan la contradicción entre libertad e igualdad for
pueden ser reglamentados por los contratantes. males, por una parte, y la dominación de una �lase por or
La forma de la actividad estatal debe referirse a la liber­ otra, por la otra, al nivel de la forma y del contemdo d e la lit
tad y a la igualdad de los individuos; su contenido debe acción del Estado?
En la forma, el Estado se remite a los poseedores . <-de 11
garantizar la conservación de la relación de clases con la _
mercancías como iguales; los medios de su mtervenc1ón 11
reproducción de las clases en tanto que tales. El Estado
en las relaciones entre ellos deb2n, por lo tanto, permi'Ltir
se transforma, entonces, de haber sido un medio para man­
expresar esta igualdad. El primer medio para �llo es el de d<•
tener la dominación de una clase sobre otra, en un medio recho en tanto que medio de mantener esta igualdad for f r
para mantener la dominación del capital sobre la socie­ mal constantemente amenazada por la arbitrariedad ,dol del
dad. 32 capital así como por la resistencia ?e ��s trabajadores,. Marx
,
ilustra esto con el ejemplo de la fiJac10n de la duracion J1e
gal de la jornada de trabajo.33 La definición _ del valor <11 de
2. Contenido y medios de la acción del Estado uso del trabajo que ahí se adopta, expresa la igualdad for for
mal de los compradores y los vendedores al mostrar cla ·111
Al decir que la función del Estado es asegurar la repro­ ramente cuánto trabajo expresado en tiempo equ�vale 111 al
ducción del capital, no se suprimen las contradicciones precio de una jornada de trabajo. El seff!,ln�o m�dio es e elol
dinero· las decisiones del Estado en materia fmanciera no se fl
32 Partiendo de esta deducción del Estado burgués, se necesitaría
refiere� formalmente más que a los individuos en tanto _ qute
examinar en especial las categorías de la "infraestructura" y de la poseedores de dinero, al aumentar o dis��nuir la cantld! dad d
"superestructura" que sirven para designar la relación entre el capital de dinero de que disponen. La intervenc10n del Estado Rte
y el Estado. Puede afirmarse que esas categorías no aprehenden más limita, pues, al plano de la repartición. Evidente�ent e, 1ta
que la superficie de las cosas, es decir la manera como la "economía" repartición tiene efectos directos sobre la producc10n, P ero n
y la "política" aparecen como entidades separadas, y no su relación
específica necesaria. La totalidad de la reproducción del capital se pre­ el contenido cualitativo de ese efecto es algo que se sustra <e1
senta a primera vista como la totalidad de los procesos sociales en a la voluntad del Estado, que se encu�ntra en la liberLnd ad
curso: la relación entre la estructura de base de "nuestra sociedad ca­ de decisión del sujeto burgués y que esta por lo !anto some
som< •
pitalista" (Le Capital, 1.I, t.I, p. 59) y su aparición en la superficie tido a la competencia. Por ejemplo, el e�pr�stito de e !!Lu
no pueden, por lo tanto, ser asimiladas sin problema a las relaciones _
entre la "infraestructura" y la "superestructura", entre la "econo­ bilidad que acaba de emitirse debe dismmurr el volumm1
mía" y la "política", que aparecen en la superficie de las cosas. Esta del consumo (que lo haga efectivamente o no, es otro asu11
confusión conduce, por otra parte, a concebir el análisis marxista to). Sin embargo, ¿el consumo de cuáles mercan�ías s e e"
como si fuera puramente "económico"; análisis que debería, en tanto contrará limitado? El Estado no puede tener nmguna in h1
que "política económica" de un género especial, ser puesto en rela­
ción con otras "ciencias sociales".
33 Cf. K. Marx, Le Capital, ed. cit., I, 1, t. I, p. 271 Y s.
218
21 )
fluencia a ese nivel. Subvenciones a la industria, medidas por la competencia. El obrero mantiene el �alor existente
de estímulo a las inversiones, etc., deben fustigar la produc­ _ _
por la producción de la J?l�svaha al transi:mtrrla a la nuev:i
ción. ¿Qué es lo que se producirá además, cómo, con qué producción. En la superficie, a saber el mvel de 1� reparti­
nuevas técnicas? Esto escapa al campo de acción del Estado. ,
ción esto se manifiesta en el hecho de que es umcamente
Pero hemos admitido más arriba que la tarea del Estado el v�or nuevamente creado lo que aparece como ingreso
era asegurar la reproducción de las clases. Es necesario, del capital y del trabajo; sólo ese produc�o nuevo -en tanto
pues, por una parte, que en la aparición superficial de las que producto social neto de la economia bu�gues:i- es ob­
clases en tanto que poseedoras de dinero indistintas esté jeto de repartición entre los diferentes propi�t�10s de las
ya contenida su desigualdad estructural, a fin de que la re­ fuentes de ingreso, el objeto de la competencia librada en­
ferencia del Estado a esta aparición superficial pueda ase­ tre las clases por la parte tomada al producto nuevo, el ob­
gurar la reproducción de las clases. Por otra parte, se nece­ jeto de la "redistribución" de Estado y, finalmente, la base
sitan mecanismos eficaces que permitan al Estado asegurar del financiamiento de las realizaciones del Estado.
las condiciones cualitativas del proceso de reproducción, La reproducción de la relación de clases -en tanto que
aunque no pueda actuar más que con el dinero, es decir reproducción del capital ya �x��tente �n las mano� -�e los
cuantitativamente, sobre el proceso económico. Hay que capitalistas- es pues la condic10n previa a la apa�cion de
preguntarse, pues, en qué medida el Estado puede ejercer los propietarios de dinero en el mercado. El camb10 en el
efectivamente una influencia sobre las relaciones materia­ mercado se hace entre propietarios de mercancías cuyas
les de la producción ( cuya inadecuación estrucutral provo­ mercancías contenidas desde siempre . la fuerza de trabajo
ca la reconstitución, por la crisis, de la concordancia de apropiada gratuitamente y propietarios de mercancía cuya
las proporciones materiales y de las proporciones de valor); mercancía tiene menos valor del que puede producir. _ Ade­
y hay que preguntarse de qué manera se produce esto. más la condición de la reproducción del capital como fuente
Un individuo, en tanto que propietario de dinero, no se de i�greso es el crecimiento, la acumulación de �ste, míen:
distingue cualitativamente de otro; su derecho a la parti­ tras que la reproducción de la fuerza de t1:abaJo no esta
cipación en la riqueza socialmente producida no difiere ligada a tal condición -o bien curo:?º lo esta, se encuentra
más que cuantitativamente del derecho de otro propietario sin embargo fuera de ella. La relacion del Estado con la re­
de dinero. En consecuencia, las fuentes de ese dinero, a producción de los individuos implica por lo tanto. de�de
saber, el capital y el trabajo, aparecen como del mismo el principio esta desigualdad estructural de �os prop1etar10s
valor. Uno afecta por lo tanto su ingreso del capital, el otro _
de dinero; esta desigualdad constituye al mismo tiempo el
del trabajo; cualquier indicio en cuanto a la verdadera fuente límite de las posibilidades de la intervención del Estado en
de esta riqueza social es borrado. No obstante, existe, aun favor de una u otra clase.
en ese plano, una diferencia estructural entre la fuente de En este plano general, la necesidad de garantizar la repro­
ingreso procedente del trabajo y la fuente de ingreso pro­ ducción de las clases no permite determinar, en una primeFa
cedente del capital. En el beneficio, en tanto que ingreso, aproximación, más que dos funciones del E�t�do: �or u°:a
la reproducción de la fuente de ingreso, es decir del capital parte, el Estado debe, al fijar normas jund1cas, rmpe�1r
existente, es siempre presupuesta, mientras que la fuerza que se imponga la tendencia, inherente a la competencia,
de trabajo no se reproduce jamás sino en el mismo nivel a la destrucción de la base del sistema; a saber: de un lado
Y hay por otra parte completamente una necesidad: "La la existencia de una clase de asalariados libres y, del otro,
necesidad de perfeccionar la producción y de ampliar su la libertad de circulación del capital; el Estado debe garan­
escala simplemente para mantenerse (subrayado por M.W .) tizar la igualdad formal de todos en cuanto a su integración
y so pena de desaparecer'; 34 es impuesta al capital individual en la competencia.
Debe, por otra parte, asegurar los medios que permitan
34 /bid, I, 3, t VI pp. 257 -258. el desarrollo correcto del proceso de cambio entre los pro-
220 221
pietarios de mercancías y garantizar el reconocimiento ber, asegurar las condiciones materiales. nece�arias para
del dinero como "equivalente general" El problema de la la reproducción social de conjunto, al mismo tiempo que
inflacion y de las crisis moneta:rias reside precisamente en la _
garantizar una valorización suficiente d_el ? apital. La _co�­
incertidumbre que se tiene sobre si los medios de canibio al tradicción entre las condiciones cuantitativas y cualitati­
modificarse cumplirán todavía mañana realmente su función, vas de la reproducción no está por lo tanto abolida, a:rare­
que es ser medio de cambio, por lo tanto, esta incertidum­ ce al contrario bajo una forma nueva, en tanto que exigen­
bre limita tendencialmente la criculación; y a la vez limita cias contradictorias frente al Estado.
así la producción -este efecto es conocido en la economía
burguesa con el nombre de "fuga en los valores materiales".
Pero sólo la garantía del valor monetario puede permitir 3. Los límites de la "intervención del Estado"
36

intercalar procesos de reproducción tendidos entre la com­


pra y la venta sin correr el riesgo de que, entre tanto, las La tesis según la cual el Estado de·�e garantizar la .:epro­
de
"revoluciones de valores" tiendan a dejar sin valor los pro­ ducción del capital social plantea, primero, la cuest10n los
ductos y de que el capital, en consecuencia, no se valorice, saber cómo "el Estado" -de manera difere nte que
sino se desvalorice. 35 capitales individuales- te11:�ría c�nocimiento de _ las con­
Las otras tareas que pueden resultar al Estado han de de­ diciones de esta reproducc10n social. La_ burocrac ª. de Es­
. ! iduale s)
terminarse, en mi opinión, únicamente de manera histórica tado no "sabe " (no más que los capita les mdi �
y concreta: sólo se puede analizar que son, en circunstan­ cuáles son las medidas ''objetivam ente" neces arias para
.
cias concretas dadas, las "condiciones de producción genera­ el mantenimiento del sistema en casos concretos dados en
les" con respecto a la situación específica. Muy por el contra rio, tales "nece sida ? es" no aparec
_
Empero, es posible hacer resaltar los elementos relativos más que cuando no se satis�3:cen sus exigencias; en otros
a las formas en que el Estado puede satisfacer tales "condi­ términos, aparecen como crisis. La t � ea del F:s�ado con­
ciones de producción generales", es decir, en las que puede siste, entonces, en evitar quese acentu e una ? r �s1s 9ue co­
garantizar la "existencia del sistema". mienz a a manif estars e. Por otra parte, las deficie ncias apa­
Hemos definido como condiciones de la reproducción so­ recen no como deficiencias "socia les", sino partic ulares:
cúal del capital, por una parte, una valorización cuantitativa van al encuentró del interé s de una clase o de un grupo Y
suficiente de los capitales individuales y, por la otra, la ob­ no se convie rten en "crisis " manif iesta más que por la ar­
servancia de las proporciones materiales que resultan de ticulación de intereses. Por añadidura, no es fácil ver _ la
la necesidad de la reptoducción y de la acumulación. En causa -inmediata o lejana- de esta crisis. Las deficiencias
la competencia, el capital tiende a romper todos los lími­ que surgen no indican �na fa!ta específica s��ceptible _ de
tes del valor de uso; la crisis restituye de manera violenta darle origen , y esto no sm razon: la constr ucc1on lmeal del
la unidad de la proporcionalidad entre valor y materia y encadenamiento de las causas y de los efectos no puede
permite así la reanudación. Si se concibe al Estado como aprehender la estructura contra?ictoria _d� _ las causas de _ la
"garante de la existencia del sistema", esto significa que crisis. Este fenómeno ofrece, as1, la pos1b1hdad a. cualqmer
se le atribuyen funciones parecidas a las de la crisis, a sa- grupo de interés de dar su _interpretación _P:?pia de las cau­
sas de la crisis y de adelantar su propos1c10n en cuanto a
3 s No se trata de la cuestión de saber si el Estado puede efectiva­ los medios para remediar las fallas.
mente hacerlo, sino únicamente de saber por qué le han sido asigna­ La tesis según la cual el Estado debe asegurar la repro-
das algunas tareas. Esto no precisamente implica que las contradic­
ciones -por ejemplo las que engendra la inflación- queden así re­ Restri�­
sueltas; esto simplemente precisa la forma específica en la cual pueden 36 Cf. para lo que sigue : Volker �01;1ger, Günter Sc1:rr.iieg? _ poh·
moverse: "Es por otra parte el único método para resolver contradic­ tionen politischer Planung (Las restricc1 0nes de la plamf1ca c1on
ciones reales" (K. Marx, Le Capital, 1.1, t. I, p. 113). tica), Munich, tesis, 1972.

222 223
ducción social implica, segundo, que los medios financie­ dtadas, límites relativos a la información, al financiamiento
ros necesarios para esta tarea están en principio a su dis­ y a la realización de las medidas, una vez que se toman.
posición. Ahora bien, éste no es precisamente el caso. Como Del mismo modo que el empresario puede producir de
el Estado debe financiar sus gastos con el producto nuevo, manera inadecuada para el mercado porque sus informa­
está sometido a una escasez financiera crónica; crónica, ·iones no han sido bastante precisas, o porque las condi­
por una parte, porque no existe ningún límite lógico para ·iones de venta se han modificado, así el Estado puede
las tareas susceptibles de ser exigidas al Estado, y, por la producir sin llenar las condiciones de reproducción nece­
otra, porque, para los capitales individuales, las condicio­ sarias. Así como para los capitales individuales sólo tarde
nes de producción por cumplir a "largo plazo" represen­ llega a probarse si sus productos abarcan trabajo social­
tan siempre una reducción de beneficios obtenidos indivi­ mente necesario, de la misma manera el Estado no puede
dualmente. comprobar más que a posteriori si sus medidas han sido
El análisis de la actividad del Estado debe, tercero, tener efectivamente apropiadas a las exigencias reales.
en cuenta el hecho de que no existen condiciones de pro­ Así pues, esas verificaciones suscitan con agudeza la
ducción "generales" más que en un grado de abstracción cuestión de conocer por qué el sistema funciona a pesar
muy elevado. En realidad, la garantía de tales condiciones de todo -por qué, a despecho de la ausencia de una ins­
"generales", como por ejemplo las escuelas, las carreteras, titución situada por encima de todos los grupos, capaz de
etc., aprovecha necesariamente a · capitales concretos, a intervenir en todos los conflictos y de resolver todas las
fracciones concretas de la clase obrera. Pues el Estado no contradicciones, los problemas de la reproducción social
construye carreteras en general, sino siempre carreteras son hoy d.ía manifiestamente resueltos sin demasiados con­
muy precisas. En ese sentido, ciertamente es exacto hacer flictos; en otras palabras, sin que una situación revolucio­
observar que las medidas concretas del Estado aprovechan naria sea una perspectiva inmediata en los países capita­
actualmente más al gran capital, pero esto no nos exime listas industriales.
de analizar hasta qué punto se expresan o no "necesida­ Hay dos respuestas posibles a esta pregunta. En primer
des generales" en esas medidas. lugar, la pregunta está mal planteada, pues la cuestión de
Como se desconoce la orientación dada a la reproduc­ saber por qué el sistema funciona a pesar de una planifi­
ción social, las medidas del Estado pueden únicamente de cación deficiente del Estado presupone lo que estaría pre­
manera reactiva, a posteriori -por el método de ensayo y cisamente por probarse, es decir, que el capitalismo tiene
error-, intentar corregir nuevamente los desequilibrios necesidad para funcionar de una regulación de Estado que
existentes. Ahora bien; esa vuelta al equilibrio significa, "funcione" de manera idéntica. Por otra parte se puede
necesariamente, otorgar ventajas a ciertos grup9s. Resulta objetar que el desarrollo del capitalismo desde 1945 se
de ello que en cada crisis surgen conflictos en cuanto a la debe muy escasamente a la política econÓI�ica de Estado;
cuestión de determinar en detrimento de quién se trata más todavía, el Estado desempeña en general un papel
de superar tal crisis; y esto no solamente entre el capital mucho más limitado en la reproducción del capital de lo
y el trabajo, sino asimismo entre fracciones del capital, que permiten a primera vista suponer_ las formas en que
tanto como en el seno de la clase obrera. sus actividades se presentan.
Al afirmar que el Estado debe intervenir por su .''inte­ La segunda respuesta posible -que no es contradictoria
rés de valorización del capital", se oculta el hecho de que con la primera- es que precisamente la forma del método
ese "interés de valorización del capital" no está definido de ensayo y error es lo que constituye el modo de inter­
y que aparece como un conjunto, contradictorio en sí mis­ vención del Estado adecuado al capitalismo, y que cuanto
mo, de intereses individuales. Se necesitaría, pues, poder más la burocracia de Estado trate de dar una forma clara y
demostrar de qué manera el Estado llega a asegurar la re­ lógicamente coherente a las intervenciones -cuanto más
producción social en los límites de las posibilidades antes intentE; establ ecer "de antemano" programas a largo plazo
224 225
y planificar la accion del Estado-- tanto más esta acc10n de la democracia antimonopolista como forma de transi­
debe entrar en contradicción con las exigencias reales del ción al socialismo. Con todo, no puede pretenderse, por un
PfOceso de producción y de su evolución natural y espop.­ lado, que el capital ismo tienda1 irresistibl�mente hacia s� _fin
tanea. (por lo menos hacer de ello una afirmacion abstr�cta, váli�a
Ya hemos comprobado que la asimilación del capitalismo en general) y comprobar, por el otro, que no sera necesar10
monopolista al capitalismo "moribundo" suscita necesaria­ aguardar una situación revolucionaria.
mente la idea según la cual existen mecanismos situados Parece, por lo tanto, indispensable interpretar de manera
"fuera" del capital, que han impedido hasta ahor� su dete­ diferente el curso de la historia del capitalismo desde 1929.
r�oro. Luego, si se P?ne en duda la tesis del capitalismo mo­ Para eso, debemos comenzar por determinar la función de
_ la crisis de 1929 a 1933.
nbundo, la conclusion que se saca de ello es igualmente
La crisis significa para el capital, por una parte, la destruc­
�aduca. En tanto q"l:e la revolución no tenga lugar, el capita­ ción de la valorización y de la realización "normales"; pero,
lismo se desarrollara, y las medidas tomadas por el Estado
no serán sino medios, entre otros, para asegurar ese desa­ por la otra, en tanto que crisis de saneamiento, crea las con­
diciones para una reanudación, para un nuevo desarrollo de
�o�o. Esto no �ace ciertamente superflua la pregunta la producción.
siguiente: ¿por que esos medios aparecen en cierto momen­
to de la historia? Pero este aspecto de las cosas vuelve rela­ Simultáneamente, la crisis puede constituir la premisa del
tiva por lo menos la comprensión teórica de esos fenóme­ nacimiento de la conciencia revolucionaria y, en consecuen­
nos por la d�clinación del capitalismo, comprensión que cia del rebasamiento del modo de producción capitalista.
pretende explicar todo, pero que no explica nada en rea- La' crisis encierra, pues, siempre dos momentos: la posibi­
lidad. lidad de un nuevo arranque del desarrollo del capital y la
Se puede ilustrar lo que precede por el ejemplo de la cri­ posibilidad de su supresión. Independientemente de la cues­
sis económica mundial. La interpretación tradicional hace tión de averiguar si esta alternativa se ha planteado histó­
de la crisis �conómica mundial el caso tipo de la incapaci­ ricamente durante la crisis económica mundial, el hecho
dad de� _capital para t :ansformar, "por sus propias fuerzas", de que la revolución no haya tenido lugar abre la posibili­
esta crisis en un medio susceptible de entablar la reanuda­ dad al capital de crear las condiciones favorables para un
ción. Considera, pues, al mismo tiempo esta crisis como un nuevo desarrollo por la destrucción de capitales y de hom­
síntoma de la "crisis general del capitalismo". Ahora bien bres en un grado hasta entonces jamás conocido.37 La crisis
si_guiendo l�s reflexiones desarrolladas más arriba, no hay y la guerra mundial, aunque la "esfera de influencia" del
nmguna razon para no considerar las fuerzas del Estado como capital se limitara después de ésta, condujeron primeramen­
las "fuerzas propias" del capital. En consecuencia el modo te no a la declinación del capital, sino a una nueva prospe­
de la solución que se aplica a la crisis económic� mundial ridad del capitalismo. El papel que desempeña el Estado en
es el mismo con que el capital intenta resolver sus crisis. este desarrollo no es seguramente más que el de uno de los
No es en lo absoluto un indicio en sí de la desintegración factores de esta nueva prosperidad, factor que por añadi­
Y de la declinación del capitalismo, a menos que pueda de­ dura no es especialmente importante. La necesidad de ad­
mostrar que al mismo tiempo que se desarrollan esas for­ mitir funciones nuevas del Estado que fueran la causa del
presente curso de la acumulación capitalista proviene, pues,
�as �uevas las condiciones maduren para dar nacimiento a únicamente de la tesis, en mi opinión absurda, según la
situaciones revolucionarias. Pero esto no es precisamente
lo que sostiene 1� teoría del capitalismo monopolista de Es­ cual el capital no puede subsistir "sin" las medidas toma-
tado. �l contrario, las formas existentes de regulación de
.
las cn�is �or el Est�d? se estiman como medios que vuelven Ernest Mande!, Der Spiitkapitalism (El capita!Jsmo tardío), Frank·
_ _ 37
mas dtfzczl el nacimiento de la conciencia revolucionaria furt 1972, p. 200, s. Hay traducción en español, México Ed. ERA,
Es así solamente como se justifica, por otra parte, la teorí� 1979.
227
226
das por el Estado. Esta afirmación también es abstracta ligada, a su vez, en parte importante, a la cuestión del des­
Y general. Si se parte de la premisa según la cual el capital nhogo de los medios fincncieros. No son las tareas deter­
se ha �1;con�rado por lo menos hasta 1965 en una fase de minadas sobre la base de un programa político cualquiera,
e;'{p�ns10n, sol� se puede plantear la pregunta de la manera las que son prioritarias. Al contrario, son las destinadas i
s1gu1ente: ¿cuáles son las causas, en las formas hoy exis­ procurar el dinero necesario para el financiamiento de las
tentes de la reproducción del capital de la constitución
otras tareas. Este aspecto aparece por lo menos muy clara­
de las funciones económicas del Estad�? No obstante, aun
mente en la política fiscal; la pregunta se plantea no en
en �s� caso, hay que . explicar la eficacia de ésta por un
,
análisis . de la marcha de las crisis cíclicas, y no como un estos términos: ¿cómo es posible llegar a una definición
e�emento agregado "del exterior". La eficacia de las me­ cualquiera de la justicia fiscal? sino: ¿dónde se puede reu­
didas que toma el Estado se determina, entonces, en pri­ nir el mayor dinero posible con el mínimo de resistencia
mer lugar por la fase del ciclo en la cual se encuentra el y sin temor de perderlo de nuevo en otra parte?
Así pues, es fácil verificar que el objetivo que apunta
capit�. Así p1;1es, en la República Federal Alemana (RFA),
por eJemplo, sm duda se ha encontrado exacto que la política hacia una mayor independencia con relación a las vicisitu­
des cotidianas del desarrollo económico, objetivo que esta­
coyuntural del Estado, duran!; una recesión, puede tener un
efect? _ favorabl e a la reanudacion (aunque el medio de salir de ba en el origen del concepto de la planificación financiera
la cnsJS de 1966-1967 haya sido más la exportación), pero a mediano plazo, ha sido poco a poco abandonado . El ca­
que, en el mo_mento de una alta coyuntura, se limite .esencial­ rácter ilusorio de este concepto se revela especialmente
mente a pr��iga: al�nas exhorataciones, o bien a poner di­ en la crisis monetaria actual.
Se pueden todavía mostrar mejor los límites de la plani­
ques a las reivmdicac10nes salariales. ficación de Estado comparándola con la planificación prac­
De este modo, vuelvo a la ·segunda respuesta posible a la ticada en la empresa. Para poder planificar, es necesario
pregunta: 4Por qué el "sis��a" ha funcionado hasta el pre­ que las decisiones alternativas existentes revistan una forma
.
sent � relativamen� s� cns1s alguna, a pesar de las imper­ lógica y coherente, dicho de otra manera, es necesario que
,
, pobtica
f�cc1ones de la d1recc1on del Estado? La impoten­ puedan ser expresadas en unidad cualitativa de un tercer
cia del Estado frente a los procesos económicos naturales término. Para la empresa, el objetivo del plan es la maximi­
Y �sp�mtáneos de la recesión de 1966-1967 se manifiesta zación de la ganancia; todas las decisiones son expresadas
s1;1b1etivamente para el aparato de Estado como insuficien­ en ganancia o en pérdida de dinero. El dinero como forma
cia de su capacidad de planificación. La idea de elevar ese cuantitativa del valor permite al capitalista decidir de ma­
hecho a la cate��ría de una "fase nueva" que ve reforzarse nera lógica y coherente entre los términos de la alternativa
,
el ca�acter plamf1cad� del capitalismo no puede concebir­ que se le plantea cualitativamente; no suprime; por tanto,
se mas que por alguien que tome las buenas intenciones las contradicciones frente a las cuales debe adoptar una ac­
por . �ctos. Aun los que habían tratado de desarrollar pro­ titud, sino el proceso de toma de decisión, tal como se
.
posiciones' relativas a la organización y a la transformación desarrolla, es la forma que le permite adoptar una actitud
�el aparato de Est�do para acrecentar la capacidad plani­ apropiada frente a esas contradicciones. 38
ficadora, . comprendieron que las reorganizaciones internas
Por su parte, el Estado se encuentra colocado ante un
no cambiaban nada en cuanto a las limitaciones impuestas
de he �h <:> a �a planificación de Estado y se dieron cuenta que problema similar: necesita dar una forma única a intereses
esa� hmita�i�nes e�a� las condiciones mismas del sistema .
_ 38 Es necesario precisar que nosotros no entendemos que eso "fun­
Asi, . el obJetiv� pnmitivamente fijado a la planificación fi. cione" siempre, ni que esos procesos de decisión en la empresa se pre­
nanciera a mediano plazo, orientado a ligar la planificación senten realmente así; por otra parte el éxito alcanzado en el merca­
de la.s tareas con la planificación financiera, probó ser im­ do, evidentemente, no es siempre u� elemento de juicio suficiente en
practicable puesto que la planificación de las tareas está cuanto a la racionalidad inmanente de los procesos de decisión en el
seno de la empresa.
228 229
contradictorios, forma que le permitirá tomar una decisión mente al sistema; esto agregado, además, a la impresión se­
l�gica Y coherente a propósito de éstos. Una de las condi­ gún la cual existe una separación entre el sistema econó­
c10nes para ello es, ante todo que los intereses se muestren mico que tiene sus leyes propias'y el Estado que interviene
cuantificables, es decfr, com� intereses que apunten hacia "desde fuera".
aumentos de salario, el acrecentaiento de beneficios, etc. A la inversa, si se admiten las tomas de decisión del Esta­
Empero, aun en ese caso, los problemas que el Estado debe do por un elemento constitutivo del sistema global de repro­
res<:>!ver no son mesurables: no existe escala de cuantifi­ ducción de la sociedad capitalista, es fácil ver que no son
cac10n que permita decidir si "vale más" construir una es­ precisamente un sistema coherente en sí ni de intervencio­
cuela o una autopista. Y aun si, en un cierto sector la cuan­ nes "programadas" del Estado, sino del proceso de deter­
tificación y la conmensurabilidad de las tomas de' decisión minación de las decisiones tal como existe, caótico a pri­
mera vista -proceso, por otra parte, particularizado en los
parecen aseguradas (inútil insistir aquí sobre el carácter
diferentes ministerios, sin coordinación eficaz, sin infor­
dudoso del análisis en términos de "costos-utilidad" em­
mación recíproca, en parte con un l:!loqueo mutuo cons­
prendido con este fin), La decisión que de ello se desprenda
ciente), que sólo permite aségurar, en cierta medida, un
no enuncia todavía nada en cuanto a la posibilidad de su rea­
margen de maniobra suficiente para ser capaz de tener en
lización política. Las instancias del Estado deben no sola­
cuenta intereses contradictorios.
mente preguntarse, por ejemplo, cuál es la forma menos
º?er��a de organizar la formación, sino también cuál orga­ Por otro lado, no es un azar, por supuesto, que el Estado
mzac1on pueden ellos "permitirse" políticamente. llegue hoy a una situación que lo obligue a planificar su
A esto se agrega el hecho de que la exigencia de una pla­ propia acción: cuantos más sectores sociales haya afectados
nificación de Estado siempre se presenta en el momento en por la actividad del Estado, tanto más el Estado dependerá
que la "marcha. autónoma" del proceso económico no pa­ de la planificación, si no quiere contrarrestarse constante­
r�ce ya cubrir tod�s las necesidades. En tanto que, por mente a sí mismo.
eJ�1:1plo, en Alema?ia Federal la evolución coyuntural per­ Cuanto más amplias y complejas sean las tareas que in­
m1tia conceder mas salarios y al mismo tiempo obtener cumben al Estado, más deben referirse no solamente de
��yore� beneficios, el caballo de batalla, eramo la planifica­ manera abstracta, sino concretamente, al lazo de conjunto
c��n, smo el dejar hacer. Se reivindica, pues, la interven­ de la producción y tanto más necesario será "proteger" ese
c10n del Estado en el momento preciso en que los intereses proceso de toma de decisión contra intereses particulares.
de las clases y de los grupos aparecen como claramente La forma de organización que asegura esa protección es
contradictorios. Se le pide entonces que subordine sistemá­ la burocracia: el capital crea, por medio de la burocracia
ticamente los intereses de un grupo o de una clase a los de­ de Estado, la instancia que, siendo relativamente autónoma
fendidos por las otras. En la medida en que el Estado cum­ frente a intereses de grupos contradictorios, debe definir
ple esa tarea, infringe necesariamente otro imperativo el de un "interés del sistema". Ya hemos demostrado los límites
la "satisfacción" de todos frente al sistema a saber 'el im­ estructurales de tal interés "consciente"; pero aun la posi­
perat�v-� de m�ntener la aparie1;1;ia de libert;d y de i�aldad, bilidad limitada de la articulación y de la realización de
cond1c10n previa a la reproducc1on del capital. objetivos globales necesita un sistema de organización propio.
La idea de "garantía del sistema" como "obJetivo supremo" Ahora bien, cuanto más trata la burocracia de Estado de
d�l Estado comparable a ésta, situada al nivel del capital in­ establecer una jerarquía de las tomas de decisión, rigurosa­
. mente organizada y debiendo ser la expresión de una "vo­
d1v1dual, de la "maximización de la utilidad", disimula los ·
límites de la planificación más que esclarecerlos. luntad común", tanto mas debe asegurarse ante las presio­
Sugiere la idea de un Estado que sería una suerte de cuba nes ejercidas por intereses sociales ex�riores, pues esos
intereses son contradictorios en sí y aun pueden entrar en
apta .1;ara "capt�" las contradicciones del proceso de repro­
contradicción con los "objetivos del sistema", a largo plazo.
ducc10n del capital y cuya intervención "salvaría" efectiva-
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No obstante, el Estado depende de informaciones proce­ que afirma que la integración del Estado en el proceso de
dentes "de fuera" para establecer su planificación y para reproducción permitiría a , la clase obrera ejercer sobre los
realizar sus medidas. Es sólo el sistema de articulación de asuntos del Estado una influencia favorable a sus intereses.
los intereses a través del Parlamento y las asociaciones, lo Esto no es falso, si se entiende por ello la influencia ejer­
que hace posible saber dónde se localizan eventuales focos cida sobre las condiciones de reproducción de la fuerza de
de conflicto y de crisis. Sin este conocimiento, ningún ma­ trabajo. Pero esta influencia permanece encerrada dentro
nejo de la crisis es posible. En consecuencia, cuanto más de las condiciones de reproducción de la clase, en tanto
actúan los intereses contrarios sobre el proceso de toma de que clase, en el seno del capitalismo; permanece en el marco
decisión del Estado, es tanto más verosímil que las medidas de las condiciones de reproducción tales como aparecen en
decididas no sean "racionales" desde el punto de vista de la la superficie.
planificación a largo plazo. En cambio, cuanto menos tales Con todo, el límite entre tales "intereses inmanentes"
intereses participen en la elaboración de las decisiones, tanto e intereses que tienden a la supresión del sistema de explo­
más será tendencialmente imposible realizarlas. Con la in­ tación mismo es siempre móvil. Está bien por esta razón
troducción de un método de planificación racional en sí, que la viplencia "extra-económica" del Estado siga siend?
la burocracia se impide, pues, a sí misma tener en cuenta indispensable. Como hemos tratado de mostrarlo, la arti­
intereses existentes en la sociedad. Planifica sin satisfacer culación de intereses integrada e "inmanente al sistema"
a los mismos a quienes atañe la planificación. Tal planifica­ aprehende únicamente los fenómenos superficiales de las
ción de Estado puede explicar la multiplicación de las ini­ contradicciones realmente existentes. Esa es la razón por
ciativas de los ciudadanos en tanto que reacciones a ésta, la cual no puede suprimir las causas de los conflictos. En
en tanto que tentativas de integrar, tardíamente, intereses la base, los intereses aparentemente integrados reaparecen
a los cuales no se ha ·tenido necesariamente en cuenta en un por lo tanto sin cesar, y la contradicción entre la reproduc­
programa de planificación "coherente". ción del sistema de conjunto (como reproducción del capi­
Resumamos pues: por un lado, asegurar la reproducción tal) y los intereses del capital, por un lado, y la clase obrera,
del capital exige la integración, en el proceso de toma de por el otro, resurge constantemente. Las otras formas que
decisiones organizado por el Estado, de los intereses de in­ asumen las contradicciones en las condiciones actuales de
dividuos que apuntan a mantener sus recursos. La integra­ la reproducción social no autorizan en mi opinión de nin-
ción de los intereses de los trabajadores en cuanto a la re­ . guna manera a hablar del "fin del capitalismo", a menos que
producción de su fuerza de trabajo (integración que data se pueda demostrar que esas condiciones tienden no sólo
de la introducción del sufragio universal) hace que todo abstractamente al "rebasamiento" -lo que hacen siempre-,
campo social se convierta, en principio, en objeto de la sino que este proceso de rebasamiento se produce de mane­
política de Estado. Todos los conflictos que surgen entre ra histórica y concreta.
el trabajo y el capital se presentan, pues, como susceptibles
de ser arbitrados por el Estado; todos los procesos econó­
micos se presentan como SUJ!ceptibles de ser determinados
por el Estado. Hemos tratado de demostrar que todo esto
no es más que apariencia, que las actividades del Estado
en tanto que elementos constitutivos de la reproducción
d�l capital dependen de su curso natural y espontáneo.
Sm embargo, la institucionalización de esos procesos polí­
ticos de toma de decisión constituye la base de la ilusión
del "Estado social" y el punto de partida de la tesis ofre­
cida por la teoría del capitalismo monopolista de Estado,
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