Paz y bendición deseo para todos ustedes queridos hermanos.
Una vez más estamos dándonos cita en este maravilloso tiempo de estudio sobre nuestro fundamento doctrinal, les doy la más cordial bienvenida a esta sesión. Quiero también agradecer por su fidelidad que hasta este momento han mostrado en asistir y en edificar sus vidas por medio de este tiempo de estudio, y les animo a que no desmayen y que así como hasta este momento han mostrado interés y preocupación en su salvación y en hacer la voluntad de Dios, lo sigan haciendo con mayor deseo y compromiso. Daremos pues inicio a nuestro 4º. Punto de fe. Introducción Comparto con ustedes la declaración del punto de fe No. 4 “El Espíritu Santo”, lo que la iglesia de Dios cree y proclama sobre la El Espíritu Santo es lo siguiente: Por el Espíritu Santo, Dios está presente de manera activa y vivificante en el mundo. Es poder de Dios que da vida nueva, hace de los creyentes hijos de Dios, les une en autentica comunión y les hace capaces para ser testigos de Jesús hasta lo último de la tierra. Por el Espíritu Santo, Dios y su Hijo, actúan en el corazón de cada creyente dándole el amor genuino como fruto y tarea, que incluye el ejercicio de los dones que el mismo Espíritu raparte a cada uno. Me introduzco comentando algo referente a la doctrina sobre el Espíritu Santo que la mayoría de las denominaciones cristianas tienen y abrazan como una verdad, que el Espíritu Santo es una tercera persona de la trinidad, pero ¿Qué es la trinidad?, la doctrina de la trinidad es una enseñanza que dice: que existe un único Dios en tres personas: Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo, atribuyendo al Espíritu Santo una categoría de persona y el mismo nivel que Dios y de su Hijo. Como Iglesia nosotros no creemos en esta doctrina, para nosotros el Espíritu de Dios no es una tercera persona ni está al nivel de Dios, ni comparte la divinidad, por lo tanto no es digno de adoración, veneración o algún tipo de culto dirigido exclusivamente a él, para nosotros esto es un tipo de idolatría. Más bien creemos que es la fuerza vivificadora de Dios en el mundo y la presencia de Dios mismo en la vida de sus hijos. Vamos a reflexionar sobre esta afirmación anterior. Idea 1. Lo primero que diremos es que “El espíritu santo hace posible experimentar la presencia y acción vivificante de Dios en el mundo”. A que nos referimos con lo anterior, Dios siempre ha querido estar cerca del ser humano y a buscado maneras de que esto sea así, sin embargo vez tras vez el hombre rechaza lo que Dios le pone oh termina idolatrando las cosas, olvidándose del fin y quedándose con el medio para llegar al fin, haciendo que Dios tuviera que enviar a su máxima representación de él que fue su Hijo, pero ya que su paso en la tierra fue breve, él mismo prometió enviar un consolador que es el Espíritu Santo, y a partir de ese momento ya no habría necesidad de recurrir a ningún tipo de mediación, sino que con la venida de su Hijo se abrió franca y abiertamente el camino que conduce a él, haciendo de la tierra y sobre todo las vidas de los creyentes su morada permanente, de esta manera Dios sigue con nosotros con la finalidad de hacerse real para la vida de la humanidad. Es también la forma en que Dios sigue teniendo misericordia en el mundo, actuando muchas veces de manera velada a favor de la humanidad y se mueve entre las diferentes condiciones y experiencias de la vida para enseñarnos que no estamos solos y que él es fiel y cumple su promesa de que estaría con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. Por eso no creemos que él sea otra persona en esa triada celestial, sino que como ya dijimos es Dios mismo pero no de manera plena y absoluta, sino de una manera que sea alcanzable para la humanidad y de manera que podamos nosotros echar mano de su presencia para cumplir con su voluntad y experimentarlo a Él de manera más cercana e intensa en nuestra vida diaria. Idea 2 “El Espíritu Santo da vida nueva”. La palabra espíritu de Dios en el A.T. hace referencia a la fuerza de Dios que tiene para traer a la vida lo que no existe oh lo que esta inerte, como el ejemplo del Génesis en la creación del hombre, Dios sopla su Espíritu en el hombre que acaba de crear y el hombre viene a la vida y es un ser viviente. Ese mismo Espíritu que por el que Dios da vida al hombre en el N.T. se menciona como el Espíritu Santo con la misma función solo que ahora dando vida al creyente y permite la experiencia del nuevo nacimiento primero de agua e inmediatamente del Espíritu, él hace nacer al creyente a la vida nueva que viene de Dios y le sustenta en ella. Esta vida nueva es un milagro de Dios que demanda del creyente su disposición a la influencia del Espíritu Santo; que se traduce en la vida activa, responsable y anhelante de su plenitud. Con todo esto podemos decir que todo aquel que posee el Espíritu oh que permite que el Espíritu viva en él buscara promover la vida en todas sus formas, ya que la vida que han recibido los nacidos en Dios han nacido para dar fruto de vida abundante, por eso cualquier forma de muerte es contraria a los intereses de los que son guiados por el Espíritu Santo. Viviendo en una época de muerte somos llamados como hijos de Dios a buscar promover la vida en todos los ámbitos donde nos desenvolvemos. Idea 3 “El Espíritu Santo une a los creyente en autentica comunión y nos capacita con dones para ejercer su misión”. Una de las formas más visibles de la presencia del Espíritu Santo en la vida de las personas tiene que ver con la forma de relacionarnos con los demás, con el prójimo, ya que es la manera en que se materializa todo lo que podemos decir oh pensar, la palabra de Dios hace mucho hincapié en amar a Dios en el otro en ser capaza de mirar a Dios en cada una de las personas que me rodean, en especial en los domésticos de la fe, sin duda esto representa un reto para realizarse en la práctica, ya que los diferentes caracteres y personalidades de cada individuo muchas veces hace casi imposible que una atentica comunión se logre en el seno de una comunidad, por eso solo la presencia del Espíritu de Dios en nosotros lo puede lograr y todos aquellos que permiten que su influencia sea total y decisiva en sus motivaciones, acciones y decisiones es quién podrá experimentar la bendición de poder como dice el salmo disfrutar la delicia de estar junto con el diferente, con el que no piensa como yo y que aun así nos une algo más grande que nuestras formas de ser. Esto nos presenta muchas veces un desafío muy grande ya que el tiempo que vivimos promueve mucho la experiencia individual y se le da poca importancia a la participación comunitaria, para Dios la mejor manera de vivirle y agradarle es que seamos capaces de aceptarnos los unos a los otros, con nuestras muchas diferencias, incluso ser capaces de ir más allá y aprender a amarnos de tal forma que seamos capaces no solo de aceptar al diferente sino que busque hacerle bien y estar al pendiente de su necesidad hasta el punto del sacrificio, tal como el ejemplo de Cristo Jesús el cual nos amo a pesar de que muchos no le aceptaron y murió por los que le rechazaron y perdono a los que le mataron crucificándole en una cruz. En un mundo egoísta donde cada quien se preocupa por el mismo y en el mejor de los caso por los suyos más cercanos, permitir que el Espíritu de Dios obre en nuestros corazones para que podamos pensar en los demás y busquemos romper con todas las cadenas de egoísmo e insensibilidad que nos rodean es la tarea que el Espíritu Santo quiere hacer en todo el creyente, para que demos ejemplo al mundo que otras formas de convivir existen donde el amor mutuo, el respeto a lo diferente y el deseo de sacrificio a favor del prójimo es un mejor camino para todos y la mejor manera de que Dios haga morada y permanezca entre nosotros. Aplicación. Termino invitándote que permitas que el fluir de Dios por medio de su Espíritu sea una realidad en ti, que te comprometas a promover la vida en todas sus formas en donde estés y que promuevas en palabra y en acción una comunión en la iglesia para que Dios habite en ella y no exista ningún obstáculo para esto. Gracia y paz. ¡Hasta el siguiente punto de fe!