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Velocidades altas y bajas

La velocidad de obturación es, quizá, el parámetro de la exposición que


mayores consecuencias estéticas genera sobre la imagen fotográfica. Sea alta o
lenta, la obturación nos dará una imagen fotográfica distinta, la cual está
determinada por la necesidad o búsqueda del fotógrafo. Es decir, más allá de su
relación con la exposición, la velocidad de obturación debe adecuarse a la
búsqueda estética del fotógrafo.

Consecuencias estéticas de la velocidad de obturación

Como establecimos en anteriores clases, la escala de la velocidad de


obturación puede oscilar entre 1” (un segundo), y 1/1000 (un milisegundo). Donde
1” sería la velocidad más lenta, y 1/1000 sería la velocidad más rápida. Esta
escala, recordemos, es con la que habitualmente se estudia, lo cual no quiere
decir que no existan velocidades más rápidas o más lentas.

Entonces, en base a esta escala, la principal consecuencia estética de la


velocidad de obturación tiene que ver con el congelamiento del movimiento. Es
decir, mientras más alta es la velocidad, más efectiva es para congelar el
movimiento; y mientras más baja, menos efectiva.

Cuando hablamos de congelar el movimiento, no sólo nos referimos al


movimiento de los elementos que se encuentran dentro de la fotografía, sino
también al movimiento propio del fotógrafo cuando saca una fotografía a mano
alzada. Es decir, el movimiento del fotógrafo afecta la nitidez de los elementos que
aparecen en la fotografía.
Dentro de la escala de velocidades de obturación, el 1/60 es la velocidad
media en la cual se establece el límite para congelar el movimiento. De 1/60, hacia
velocidades más rápidas, se puede fotografiar con cámara en mano. De 1/60
hacia velocidades más lentas, es recomendable usar trípode o algún tipo de
soporte para evitar que el movimiento propio del cuerpo del fotógrafo, se transfiera
a la cámara.

Velocidades altas

Las velocidades altas de obturación son todas las velocidades que están
por encima de 1/60. Si tomamos como referencia la escala de estudio, las
velocidades altas serían:

 1/60
 1/125
 1/250
 1/500
 1/1000

El aumento de la velocidad de obturación aumenta la probabilidad de


congelar el movimiento de los elementos dentro de la imagen; esto, claro,
dependiendo a su vez de la velocidad del elemento que está en el encuadre. Por
ejemplo, una velocidad de 1/125 seguramente podrá congelar eficientemente el
movimiento de una persona que camina a ritmo normal; sin embargo, para
congelar el movimiento de un auto que transita a 100Km/h, seguramente sea
necesario una velocidad de 1/1000 o aún mayor. Todas estas velocidades altas
neutralizan el movimiento natural de la cámara en manos del fotógrafo, por tanto,
son las recomendadas para trabajar a mano alzada.
Velocidades bajas

Velocidades bajas de obturación son todas aquellas que se encuentran


debajo del 1/60, por tanto, tomando como referencia la escala de estudio, las
velocidades bajas serían:

 1/30
 1/15
 1/8
 1/4
 1/2
 1”

Mientras más lenta sea la velocidad de obturación, menos se congelará el


movimiento de los elementos dentro de la imagen, así como también será más
difícil neutralizar el movimiento natural del fotógrafo, el cual terminará
transfiriéndose a la cámara. Por ello, para usar velocidades bajas de obturación,
es recomendable usar trípode o algún tipo de soporte fijo que no le genere
movimiento a la cámara.
Cuando no se congela el movimiento de un elemento dentro de la
fotografía, se dice que éste está barrido.

El que un elemento dentro de la fotografía esté barrido no es incorrecto; es


sólo un recurso estético que depende de la búsqueda del fotógrafo. Es él quien
decide si quiere representar el movimiento mediante un barrido en la imagen, o si
incluso, quiere que toda la imagen esté barrida. No es algo incorrecto, depende
simplemente de la intención del fotógrafo al momento de crear la imagen.

El barrido, al igual que el congelamiento de la imagen, es relativo a la


velocidad del movimiento del elemento que se mueve. Es decir, si con una
velocidad de 1/30, intentamos capturar a una persona que camina a ritmo normal,
el barrido no será tan pronunciado como si, con esa misma velocidad, intentamos
representar el movimiento de un auto que transita a 100km/h.

Así mismo, si tomamos un elemento que se mueve a velocidad constante,


el aumento del barrido será directamente proporcional al aumento del tiempo de
obturación. Por ejemplo, si fotografiamos a una persona que camina a un ritmo
normal, el barrido de la imagen será más pronunciado en la medida que se hace
más lenta la velocidad de obturación. (Fotografías de ejemplo anterior)

Modo Bulbo

En la clase correspondiente a la velocidad de obturación se habló del modo


de obturación Bulbo. Un método de obturación que no está preestablecido, sino
que el fotógrafo maneja manualmente. Es decir, es el fotógrafo quien decide el
tiempo exacto durante el cual abre y cierra el obturador. En éste, el obturador se
abre cuando se presiona el disparador, y se cierra cuando se deja de presionar el
obturador.

Este modo generalmente se usa para trabajar con velocidades de


obturación más lentas que la medida de 1” (un segundo), con las cuales se
pretende aplicar un recurso estético conocido como: dibujar con luz. En éste,
alguna determinada fuente de luz se mueve dentro del encuadre, generando un
conjunto de líneas y formas que terminan “dibujando” elementos que, en aspecto
físico, no se encuentran en la realidad fotografiada.
Desde lo estético a la exposición

Siempre, al crear una imagen, el fotógrafo tiene una intención estética


determinada. Puede querer una imagen con poco ruido, con poca profundidad de
campo, y con el movimiento barrido. O puede querer una imagen con poco ruido,
pero con mucha profundidad de campo y el movimiento perfectamente congelado.
Es decisión del fotógrafo.

No obstante, como estos parámetros afectan directamente la exposición, en


el juego de las combinaciones (pares y tríos equivalentes) es que está la habilidad
del fotógrafo para lograr la imagen que estéticamente pensó, y que esté
correctamente expuesta (suponiendo que así la quiera).

Por ejemplo, si el fotógrafo quiere una imagen en la que el movimiento


quede perfectamente congelado, y por ende, trabaja con una velocidad de 1/500;
seguramente deberá compensar con la apertura del diafragma para lograr una
exposición correcta.

Al contrario, si abre el diafragma cuanto pueda para reducir la profundidad


de campo (zona en foco de la imagen), seguramente deberá compensar la
exposición disminuyendo la velocidad de obturación; esto, en la misma cantidad
de pasos que abrió el diafragma (pares equivalentes).

Dominar el juego entre estos distintos parámetros, para así lograr crear la
imagen que en términos estéticos y de exposición ha imaginado, es la base desde
la cual todo fotógrafo desarrolla su trabajo diario; por ende, su conocimiento y
dominio es primordial para cualquier fotógrafo profesional.

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