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Trabajo práctico N ° 1

Sobre
Delitos de cuello blanco

Por: Loyola Florencia.

1
I. ¿Qué son los delitos de cuello blanco?

Primeramente es menester exponer algunas consideraciones que se


relacionan de manera directa con la temática objeto del presente. Es sabido que el poder
punitivo (ius puniendi) es sumamente selectivo, y recae principalmente sobre aquellos más
vulnerables y que menos recursos tienen (entre otras características). Testimonio de tal
extremo factico es que en su enorme mayoría la población carcelaria está compuesta por
personas de escasos recursos económicos. En tal sentido, con certeza se ha expresado en un
importante medio cordobés: “Según lo demuestran diferentes estudios sobre el perfil de las
cárceles locales, no sólo llegan más fácilmente a los Tribunales, sino que también les resulta
difícil salir en poco tiempo o irse sin una condena.”1 Por otro lado, contribuye a lo
mencionado, siendo a su vez una consecuencia de la carencia de instrucción, que esas
personas realizan lo que se denomina “la opera tosca”, es decir, cometen delitos de una forma
burda, posibilitando y facilitando la persecución penal en su contra.

Habiendo mencionado una característica inherente y estructural al poder


punitivo, que es su selectividad, es menester mencionar aquí que existen delitos que tienen
mayor visibilidad. Son aquellos cuya comisión informan a diario los medios de
comunicación. Como ejemplos podríamos mencionar: homicidio, robo, lesiones, daños a la
propiedad, hurto, entre otros. Dichos delitos, a los cuales se podría decir que estamos
acostumbrados, al menos en cuanto a tener conocimiento de su comisión habitual, lesionan
intereses y derechos individuales. Empero existen otros delitos, que no tienen igual
visibilidad, y lesionan derechos e intereses supra individuales. Lo llamativo de estos últimos,
es que no generan igual indignación en la sociedad, pese a que a la postre, generan
muchísimo daño. Estamos hablando de los delitos de cuello blanco.

La noción específica “delincuencia de cuello blanco”, emerge gracias a


Edwin H. Sutherland en 1939, quien desarrollo la “teoría de la asociación diferencial”, y en
cuanto a concepto de delito de cuello blanco expresa “La violación de la ley penal por una
persona de alto nivel socio-económico en el desarrollo de la actividad profesional”.
Conforme a lo expresado por Sutherland, para saber si estamos frente a un “delito de cuello
blanco”, se requiere la concurrencia (al menos) de dos elementos. En primer lugar, debe
existir una violación a la ley penal; y en segundo, ese actuar punible debe haberse desplegado
en el ejercicio de una actividad profesional. En cuanto a que el agente de este tipo de delitos,
pertenece a un alto nivel socio-económico, es una característica inherente a los mismos.

Son claras y están a la vista las características de este tipo de delitos. En


cuanto al autor, no es la persona carente de instrucción de bajos recursos que no ha tenido
oportunidades, y realiza la opera tosca para poder (en la mayoría de los casos) sobrevivir.

1
https://www.lavoz.com.ar/sucesos/delitos-de-guantes-blancos-atrapame-si-puedes

2
Muy por el contrario, el agente de un delito de cuello blanco, es una persona de alto nivel
socio-económico, instruida, con educación universitaria, que en el ejercicio de su profesión
realiza acciones más o menos sofisticadas, violando a tal guisa, la ley penal. Por otro lado,
los efectos de los delitos objetos del presente, tiene efectos lesivos particulares, que merecen
un análisis particular.

Los delitos más visibles y tradicionales, cuyos ejemplos han sido


expresados supra, lesionan -como ya he expresado- derechos e intereses individuales, cuyos
efectos no trascienden a terceros. Sin embargo, generan mayor indignación social, que ciertos
delitos más silenciosos, sofisticados y de menor exteriorización -en principio-, cuyos efectos
lesivos son colosales, los cuales produce la delincuencia de cuello blanco.

Por otro lado, quienes cometen delitos de cuello blanco, también


denominados de guante blanco, despliegan un accionar sofisticado valiéndose de los
conocimientos técnicos que poseen, lo cual obviamente representa serias dificultades a la
hora de ser investigado. En relación a lo mencionado, el Dr. Enrique Gavier, Fiscal de
Instrucción de Casos Complejos de Córdoba, expresa: “Tienen una complejidad particular,
ya que muchas veces los delitos se ejecutan con asesoramiento profesional o son los mismos
profesionales quienes las llevan adelante. Existe una gran sofisticación técnica y profesional
al servicio del fraude a efectos de dotarlo de aparente licitud. En general, la víctima no está
lo suficientemente alertada y confía en las apariencias de solvencia o seriedad”2

Para ilustrar lo hasta aquí mencionado, se trae a colación un caso3 que tuvo
gran repercusión en los medios de comunicación. En los hechos y conforme al plexo
probatorio, una organización delictiva con centro de operaciones en Santa Fe, conformada
por abogados, un escribano, un médico, un contador, un gestor y prestanombres, entre otros,
se apropiaba de inmuebles rurales y urbanos, cuyos titulares habían fallecido sin dejar
herederos, o se encontraban radicados en el exterior, confeccionaban una escritura falsa o un
poder autorizando a un tercero y transferían, conforme las palabras de Matías Merlo, Fiscal
de la Unidad de Delitos Complejos del MPA de Venado Tuerto. El secretario de Gestión
Pública del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Matías Escauriza, por su parte,
sintetizo el accionar de la banda en los siguientes términos: “Hacían firmar hasta a los
muertos”. El funcionario judicial que intervino, también expresó: “Todas las operaciones
eran encabezadas por un profesional de la ciudad que a su vez tenía otro contacto que repetían
el mecanismo", afirmando también que este tipo de causas: “Son delitos de guantes blancos”.

2
https://www.perfil.com/noticias/cordoba/en-cordoba-si-se-investigan-los-delitos-de-guante-blanco.phtml
3
https://www.infobae.com/sociedad/policiales/2018/10/18/millonaria-estafa-inmobiliaria-en-santa-fe-
muertos-vendieron-propiedades-y-campos-por-1-000-millones-de-pesos/

3
Si se analiza el hecho puesto de ejemplo, se advierten elementos
característicos de delincuencia de cuello blanco, o de guante blanco como también se le
denomina. Se trata efectivamente de una asociación ilícita, que estafó a un gran número de
personas en operaciones inmobiliarias, valiéndose de un accionar ciertamente sofisticado.
Atribuimos dicho adjetivo al actuar de la banda, ya que verificaban en primer termino, que
el titular del inmueble se encuentre fallecido sin que existan herederos que hayan iniciado el
proceso sucesorio, o que el titular se encuentre radicado en el exterior y por otro lado,
confeccionaban la documentación necesaria -apócrifa, por supuesto-, para generar en los
compradores de buena fe, la apariencia de licitud. Esto, sin mencionar que la cúpula de la
organización delictiva, estaba conformada por profesionales. Del caso traído como ejemplo,
se puede colegir el daño que ocasiona este tipo de delitos, llevados a cabo por personas
instruidas, que aprovechan los conocimientos que poseen y la posición que ocupan, para
violar la ley penal. Se produce un severo daño en el patrimonio de terceros, y se quiebra la
confianza depositada, lesionando a su vez el tráfico jurídico, ya que un accionar delictivo
como el mencionado, a la postre genera desconfianza y temor en futuros compradores,
generando una alteración en el tráfico jurídico, que necesita de seguridad y confianza en las
operaciones para funcionar correctamente.

Otra característica que se observa en la clase de delitos objeto de análisis,


es que en su comisión se advierte ánimo de lucro. Bien sirve para ejemplificar lo mencionado,
el caso traído como ejemplo, cuya banda se estima que recaudó unos 1.000 millones de pesos.
En la actualidad se puede observar que ocurre lamentablemente una enorme cantidad de
hechos de estafa, siendo distintos los hechos -obviamente-, pero todos tienen idénticos
elementos. Por ejemplo, estafas en operaciones inmobiliarias, en operaciones de planes de
ahorro, en operaciones de venta de automotores, etcétera. En todos estos sucesos, se puede
apreciar que los agentes son personas que ocupan una posición importante -no
necesariamente privilegiada-, que poseen conocimientos técnicos o cometieron el hecho con
asesoramiento profesional, que al desplegar su actividad delictiva lo hacen con animo de
lucro, y que en el usuario o consumidor -victima- generan la ilusión de licitud y seriedad.
Reitero que la característica distintiva de la delincuencia analizada, radica en el agente que
ostenta especiales caracteres, totalmente diferentes a los que se corresponden con el
delincuente clásico al que estamos acostumbrados.

Como conclusión de todo lo mencionado, cabe concluir que los delitos de


cuello blanco, son hechos típicos, antijuridicos y culpables, ejecutados con ánimo de lucro,
por agentes que poseen instrucción técnica y una posición socio-económica de privilegio o
importante, lo cual aprovechan para -mediante un accionar sofisticado-, violar la ley penal.
Lo expresado lo es sin perjuicio de que puede ocurrir que el autor puntualmente no sea un
profesional, pero en la comisión del hecho participen profesionales, posibilitando que el
delito ocurra, ingresando en la categoría aquí analizada. Sin lugar a dudas que esta clase de
delitos despierta una profunda indignación, ya que son cometidos por profesionales, que
4
aprovechan su posición y sus conocimientos, para asaltar la confianza y el patrimonio de
terceros. Dicho en términos más claros, el reproche -ubicados en el estrato de la culpabilidad-
respecto a los agentes que incurren en estos delitos, es mucho mayor que el reproche que se
imputa a quien roba comida porque no tiene para alimentarse. -

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