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"Año de la lucha contra la corrupción e impunidad

UNIVERSIDAD PERUANA LOS ANDES


-UPLA-
FACULTAD DE CIENCIAS ADMINISTRATIVAS Y CONTABLES
ESCUELA PROFESIONAL DE CONTABILIDAD Y FINANZAS

LA EPISTEMOLOGIA EN LA
CONTABILIDAD

CATEDRATICO:

CATEDRA:
METODOLOGIA DE LA INVESTIGACION
ESTUDIANTE:
1. ICHPAS QUISPE, ERIKA
2. FANO ANTEZANA, ALEX
3. GALLARDO LADERA, MISHELLE
AULA:
A1 – 402

HUANCAYO – PERÚ
2019 – I
DEDICATORIA

Primeramente a dios por habernos permitido llegar hasta este

punto y darnos lo necesario para seguir adelante día a día para

lograr nuestros objetivos, además de toda su bondad y amor.

A nuestros padre por habernos apoyado en todo momento, por

sus consejos, sus valores, la motivación constante que nos ha

permitido ser personas de bien, pero más por su infinito amor.

2
INDICE

CARATULA
DEDICATORIA
INTRODUCCION

CAPITULO I : CONCEPTOS GENERALES


Epistemologia
Los tres niveles del conocimiento
El origen del conocimiento
La posibilidad del conocimiento
Posición de los autores frente al concocimiento.

CAPITULO II : CONCEPTOS SEGUN AUTORES

Objetivos de la epistemologia

CAPITULO III : EPISTEMOLOGIA EN LA CONTABILIDAD


La problemática del mundo contable. 1
¿Es la contabilidad una ciencia? 7
La concepción del método contable. 12
Contaduría y postmodernidad. 18
La contabilidad en el siglo XXI. 18
Los retos para el siglo XXI. 2
Conclusiones
Bibliografía

3
INTRODUCCION

Mientras que la epistemología ha sido entendida tradicionalmente como una teoría del

conocimiento en general, en el siglo XX los filósofos se interesaron principalmente por

construir una teoría del conocimiento científico, suponiendo que si se lograra disponer

de teoría adecuadas que explicaran los mecanismos de un conocimiento de este tipo,

podrían avanzar considerablemente por la misma vía en la solución de problemas

gnoseológicos (doctrinas filosófica y religiosa que pretendía tener un conocimiento

misterioso e instintivo de las cosas divinas) más generales.

A principios del siglo XX los problemas epistemológicos fueron discutidos a fondo y

sutiles matices de diferencia empezaron a dividir a las distintas escuelas de pensamiento

rivales. Se prestó especial atención a la relación entre el acto de percibir algo, el objeto

percibido de una forma directa y la cosa que se puede decir que se conoce como

resultado de la propia percepción Un método para enfrentarse al problema de clarificar

la relación entre el acto de conocer y el objeto conocido.

La última de estas recientes escuelas de pensamiento, englobadas en el campo

del análisis lingüístico o en la filosofía del lenguaje corriente, parece romper con la

epistemología tradicional. Los analistas lingüísticos se han propuesto estudiar el modo

real en que se usan los términos epistemológicos claves —términos

como conocimiento, percepción y probabilidad— y formular reglas definitivas para su

uso con objeto de evitar confusiones verbales.

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CAPITULO I

CONCEPTOS GENERALES

EPISTEMOLOGIA

La epistemología es la rama de la filosofía que estudia la teoría del conocimiento,

utilizando tanto al objeto y el sujeto que accederán al conocimiento, como a los límites

del saber mismo. El término proviene de la palabra griega ἐπιστήμη, que quiere

decir conocimiento.

La epistemología suele ser confundida en ocasiones con la metodología, la filosofía

de las ciencias y más recientemente con la gnoseología, ya que todas estas ciencias

tienen en común que estudian el proceso de construcción del conocimiento. Sin

embargo, la epistemología tiene diferencias que la vuelven única, siendo una

herramienta indispensable para el análisis de la ciencia y de sus formas de desarrollo en

general.

La función de la epistemología es cristalizar, es decir esclarecer cuales son las

circunstancias en que se puede conocer y cuáles son sus límites, es decir que determina

el alcance y la validez del conocimiento. Para ello utiliza como medio para determinar

la validez o invalidez del conocimiento las argumentaciones. Las mismas pueden ser

demostrativas, intuitivas, utilizando recursos de autoridad, entre otras.

La epistemología como ciencia se propone estudiar las circunstancias objetivas,

históricas y sociales de la producción de distintos tipos de conocimiento que sean

considerados científicos, cuáles son lo criterios que se utilizan para considerar algo

como científico, y trabaja con conceptos tales como verdad, justificación, hipótesis,

5
corroboración, etc. En síntesis, es el estudio de cómo y bajo qué condiciones se

produce el conocimiento científico. Es considerada una de las ramas de la filosofía.

LOS TRES NIVELES DEL CONOCIMIENTO

El ser humano puede captar un objeto en tres diferentes niveles, sensible, conceptual y

holístico:

El conocimiento sensible consiste en captar un objeto por medio de los sentidos; tal es el

caso de las imágenes captadas por medio de la vista. Gracias a ella podemos almacenar

en nuestra mente las imágenes de las cosas, con color, figura y dimensiones. Los ojos y

los oídos son los principales sentidos utilizados por el ser humano. Los animales han

desarrollado poderosamente el olfato y el tacto.

En segundo lugar, tenemos el conocimiento conceptual, que consiste en

representaciones invisibles, inmateriales, pero universales y esenciales. La principal

diferencia entre el nivel sensible y el conceptual reside en la singularidad y

universalidad que caracteriza, respectivamente, a estos dos tipos de conocimiento. El

conocimiento sensible es singular y el conceptual universal. Por ejemplo, puedo ver y

mantener la imagen de mi padre; esto es conocimiento sensible, singular. Pero además,

puedo tener el concepto de padre, que abarca a todos los padres; es universal. El

concepto de padre ya no tiene color o dimensiones; es abstracto. La imagen de padre es

singular, y representa a una persona con dimensiones y figura concretas. En cambio el

concepto de padre es universal (padre es el ser que da vida a otro ser). La imagen de

padre sólo se aplica al que tengo en frente. En cambio, el concepto de padre se aplica a

todos los padres. Por esto decimos que la imagen es singular y el concepto es universal.

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En tercer lugar tenemos el conocimiento holístico (también llamado intuitivo, con

el riesgo de muchas confusiones, dado que la palabra intuición se ha utilizado hasta para

hablar de premoniciones y corazonadas). En este nivel tampoco hay colores,

dimensiones ni estructuras universales como es el caso del conocimiento conceptual.

Intuir un objeto significa captarlo dentro de un amplio contexto, como elemento de una

totalidad, sin estructuras ni límites definidos con claridad. La palabra holístico se refiere

a esta totalidad percibida en el momento de la intuición (holos significa totalidad en

griego). La principal diferencia entre el conocimiento holístico y conceptual reside en

las estructuras. El primero carece de estructuras, o por lo menos, tiende a prescindir de

ellas. El concepto, en cambio, es un conocimiento estructurado. Debido a esto, lo

percibido a nivel intuitivo no se puede definir, (definir es delimitar), se capta como un

elemento de una totalidad, se tiene una vivencia de una presencia, pero

sin poder expresarla adecuadamente. Aquí está también la raíz de la dificultad para dar

ejemplos concretos de este conocimiento. Intuir un valor, por ejemplo, es tener la

vivencia o presencia de ese valor y apreciarlo como tal, pero con una

escasa probabilidad de poder expresarla y comunicarla a los demás.

Un ejemplo de conocimiento holístico o intuitivo es el caso de un descubrimiento en el

terreno de la ciencia. Cuando un científico deslumbra una hipótesis explicativa de los

fenómenos que estudia, podemos decir que ese momento tiene un conocimiento

holístico, es decir, capta al objeto estudiado en un contexto amplio en donde se

relaciona con otros objetos y se explica el fenómeno, sus relaciones, sus cambios y sus

características. El trabajo posterior del científico, una vez que ha vislumbrado una

hipótesis, consiste en traducir en términos estructurados (conceptos) la visión que ha

captado en el conocimiento holístico, gracias a un momento de inspiración.

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La captación de valores nos ofrece el mejor ejemplo de conocimiento holístico.

Podemos ver a un ser humano enfrente de nosotros (esto es un conocimiento sensible o

de primer nivel). Podemos captar el concepto de hombre y definirlo (esto es un

conocimiento conceptual o de segundo nivel). Pero además, podemos vislumbrar el

valor de este hombre en concreto dentro de su familia. Percibimos su valor y lo

apreciamos. Esto es un conocimiento holístico o de tercer nivel.

La experiencia estética nos proporciona otro ejemplo de conocimiento holístico.

Percibir la belleza de una obra de arte significa captar ese objeto sin estructuras, sin

conceptos, simplemente deteniéndose en la armonía, congruencias y afinidades con el

propio sujeto. Debido a esto, la experiencia estética se puede denominar también

conocimiento por con naturalidad.

EL ORIGEN DEL CONOCIMIENTO

1.- Racionalismo.

Se denomina racionalismo a la doctrina epistemológica que sostiene que la causa

principal del conocimiento reside en el pensamiento, en la razón. Afirma que un

conocimiento solo es realmente tal, cuando posee necesidad lógica y validez universal.

El planteamiento más antiguo del racionalismo aparece en Platón. El tiene la íntima

convicción de que el conocimiento verdadero debe distinguirse por la posesión de las

notas de la necesidad lógica y de la validez universal.

2.- El empirismo.

Frente a la tesis del racionalismo, el pensamiento, la razón, es el único principio del

conocimiento, el empirismo (del griego Empereimía = experiencia) opone la antítesis: la

única causa del conocimiento humano es la experiencia. Según el empirismo, no existe

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un patrimonio a priori de la razón. La conciencia cognoscente no obtiene sus conceptos

de la razón, sino exclusivamente de la experiencia. El espíritu humano, por naturaleza,

está desprovisto de todo conocimiento.

El racionalismo es guiado por la idea determinada, por el conocimiento ideal, mientras

que el empirismo, se origina en los hechos concretos.

Los racionalistas casi siempre surgen de la matemática; los defensores del empirismo,

según lo prueba su historia, frecuentemente vienen de las ciencias naturales. Esto se

entiende sin esfuerzo. La experiencia es el factor determinante en las ciencias naturales.

En ellas, lo más importante es la comprobación exacta de los hechos por medio de una

cuidadosa observación. El investigador depende totalmente de la experiencia. Suelen

distinguirse dos clases de experiencia: una interna y otra externa. El fundamento de un

conocimiento válido, no se encuentra en la experiencia, sino en el pensamiento.

3.- Apriorismo.

En la historia de la Filosofía existe también un segundo esfuerzo de intermediación

entre el racionalismo y el empirismo: el apriorismo. El cual también considera que la

razón y la experiencia son a causa del conocimiento. Pero se diferencia del

intelectualismo porque establece una relación entre la razón y la experiencia, en

una dirección diametralmente opuesta a la de éste. En la tendencia de apriorismo, se

sostiene que nuestro conocimiento posee algunos elementos a priori que son

independientes de la experiencia. Esta afirmación también pertenece al racionalismo. Si

relacionáramos el intelectualismo y el apriorismo con los dos extremos contrarios entre

los cuales pretenden mediar, inmediatamente descubriríamos que el intelectualismo

tiene afinidad con el empirismo, mientras que el apriorismo, se acerca al racionalismo.

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El intelectualismo forma sus conceptos de la experiencia; el apriorismo rechaza tal

conclusión y establece que el factor cognoscitivo procede de la razón y no de la

experiencia.

LA POSIBILIDAD DEL CONOCIMIENTO.

1.- El dogmatismo.

Para el, resulta comprensible el que el sujeto, la conciencia cognoscente, aprehenda su

objeto, esta actitud se fundamenta en una confianza total en la razón humana, confianza

que aún no es debilitada por la duda.

El dogmatismo supone absolutamente la posibilidad y realidad del contacto entre el

sujeto y el objeto.

Para Kant el dogmatismo es la actitud de quien estudia la metafísica sin haber

determinado con anterioridad cuál es la capacidad de la razón humana para tal estudio.

2.-El escepticismo.

El dogmatismo frecuentemente se transforma en su opuesto, en el escepticismo.

Mientras que el dogmatismo considera que la posibilidad de un contacto entre el sujeto

y el objeto es comprensible en sí misma, el escepticismo niega tal posibilidad. El sujeto

no puede aprehender al objeto, afirma el escepticismo. Por tanto, el conocimiento,

considerado como la aprehensión real de un objeto, es imposible. Según esto, no

podemos externar ningún juicio, y debemos abstenernos totalmente de juzgar.

Mientras que el dogmatismo en cierta forma ignora al sujeto, el escepticismo desconoce

al objeto.

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El escepticismo se puede hallar, principalmente, en la antigüedad. Su fundador fue

Pirrón de Ellis (360 a 270 ) . El afirma que no puede lograrse un contacto entre el sujeto

y el objeto. La conciencia y cognoscente esta imposibilitada para aprehender su objeto.

3.- El subjetivismo y el relativismo.

El escepticismo sostiene que no hay verdad alguna. El subjetivismo y el relativismo no

son tan radicales. Con ellos se afirma que si existe una verdad; sin embargo, tal verdad

tiene una validez limitada. El subjetivismo, como su nombre lo indica, limita la validez

de la verdad al sujeto que conoce y juzga. El relativismo afirma que no existe alguna

verdad, alguna verdad absolutamente universal.

El subjetivismo y el relativismo son análogos, en su contenido, al escepticismo. En

efecto, ambos niegan la verdad; no en forma directa como el escepticismo, pero sí en

forma indirecta al dudar de su validez universal.

4.- El pragmatismo.

El escepticismo presenta una actitud esencialmente negativa. Formula la negación de la

posibilidad del conocimiento. El escepticismo adquiere un cariz positivo en el

pragmatismo moderno. El pragmatismo, al igual que el escepticismo, desecha el

concepto de la verdad considerado como concordancia.

El pragmatismo cambia el concepto de la verdad en cuanto que es originado por una

peculiar concepción de lo que es el ser humano. Dentro de tal concepción el hombre no

es primordialmente un ser especulativo y pensante, sino un ser práctico, un ser volitivo.

5.- El criticismo.

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Existe una tercer postura que resolvería la antítesis en una síntesis. Esta postura

intermedia entre el dogmatismo y el escepticismo recibe el nombre de criticismo. Al

igual que el dogmatismo, el criticismo admite una confianza fundamental en la razón

humana. El criticismo está convencido de que es posible el conocimiento de que existe

la verdad. Pero mientras que tal confianza conduce al dogmatismo, a la aceptación

candorosa, para decirlo en alguna forma, de todas las aseveraciones de la razón humana

y al no fijar límites al poder del conocimiento humano, el criticismo pone, junto a la

confianza general en el conocimiento humano, una desconfianza hacia cada

conocimiento particular, acercándose al escepticismo por esto.

El criticismo examina todas y cada una de las aseveraciones de la razón humana y nada

acepta con indiferencia.

POSICIÓN DE LOS AUTORES FRENTE AL CONCOCIMIENTO.

Para algunos autores, el fundamento de la posibilidad del conocimiento es la realidad,

bien la sensible (como han defendido los filósofos de orientación empirista), bien la

inteligible (como aquellos racionalistas que han defendido el carácter realmente

existente de las entidades conceptuales o nociones generales).

El primer gran filósofo que abordó el estudio del conocimiento fue el francés René

Descartes, en el siglo XVII. Descartes intentó descubrir un fundamento del

conocimiento que fuera independiente de límites y supuestos. Para él, conocer es partir

de una proposición evidente, que se apoya en una intuición primaria. Descartes formuló

tal proposición en su célebre sentencia: "pienso, luego existo".

Kant negó que la realidad pudiera ser explicada mediante los solos conceptos y se

propuso conseguir el mismo objetivo, pero intentando determinar los límites y

12
capacidades de la razón. Si bien existen, efectivamente, juicios sintéticos a priori, que

son la condición necesaria de toda comprensión de la naturaleza (trascendentales), el

ámbito del conocimiento de limita, sin embargo en el pensamiento de Kant, al reino de

la experiencia.

Según el británico John Locke, representante moderado del empirismo, las impresiones

de la sensibilidad sólo formaban la base primaria del conocimiento. El también británico

David Humé y algunos autores neopositivistas posteriores consideraron, por el

contrario, que las nociones de las ciencias formales no son empíricas ni conceptuales,

sino formales y, por lo tanto, vacías de conocimiento.

De acuerdo con determinadas formas de empirismo existen otras experiencias además

de la sensible, como la experiencia histórica, la experiencia intelectual, etc. En estas

posiciones, a algunos de cuyos precursores - los alemanes Friedrich Nietzsche y

Wilhelm Dilthey- difícilmente se les puede considerar como empiristas, el término

experiencia se entiende en un sentido más amplio. Los autores más representativos de

estas posiciones son el alemán Martin Heidegger y el francés Jean- Paul- Sartre, que

defendieron posturas existencialistas; los estadounidenses John Dewey y William

James, de orientación pragmatista; y el español José Ortega y Gasset, que mantuvo la

postura que él llamó raciovitalismo, en la que vida y razón constituían los dos polos de

su concepción del mundo.

13
CAPITULO II

OBJETIVO DE LA EPISTEMOLOGIA

El objetivo de esta exposición es discutir las recientes tendencias en el desarrollo de la

epistemología, atendiendo al surgimiento de nuevos problemas, al replanteamiento de

problemas antiguos, a las nuevas propuestas de solución y nuevas vías de exploración.

Toda esta discusión de tendencias epistemológicas tiene sentido sólo dentro de un

marco de continuidad, de herencias y rupturas diacrónicas, y, sobre todo, por referencia

a un cierto esquema de fondo que, hipotéticamente, explica y resulta responsable del

surgimiento de esas tendencias y de sus variaciones diferenciales. Ya al formular este

objetivo y, en general, al hablar de epistemología, es inevitable la toma de una postura

previa, debido a las múltiples divergencias y diversidades en torno a muchos de los

términos y conceptos implícitos, desde el mismo momento en que se inicia el tema.

Dado que las concepciones epistemológicas son siempre dependientes de un cierto

Enfoque Epistemológico, una solución es hacer referencia a las diferentes perspectivas,

sin exclusiones significativas, de modo que el discurso quede ubicado dentro de una

cierta postura que pueda ser evaluada frente a otras. Así, por ejemplo, aquí queda

identificada una toma de posición respecto a qué es epistemología, cuál es su estatuto

disciplinario en cuanta área del saber y cuál es su objeto de estudio. Pero al lado de esa

posición, también se describen otras diferentes, de modo que los usuarios puedan

evaluar esas diferencias. Por esta razón, entre otras, las intenciones de esta exposición

no están concebidas en un sentido dogmático ni se pretende en modo alguno sentar

cátedra o definir seguridades.

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Todo lo dicho aquí tiene más bien un sentido hipotético, conjetural, de planteamientos

que puedan ser discutidos, criticados y evaluados, siempre dentro de una función

didáctico-aplicativa que pueda servir de aporte para el mejoramiento de los procesos

investigativos universitarios en el seno de los programas de postgrado. Por eso se puso

un empeño particular en proveer la mayor cantidad posible de referencias bibliográficas,

de manera que el usuario tenga la opción de validar y continuar por sí mismo las ideas

aquí tratadas. Al hablar de “tendencias recientes”, y a pesar de que el título menciona al

siglo XXI, se hace hincapié en el lapso comprendido entre 1990 y el 2006, pero

tomando como referencia la trayectoria inmediatamente anterior, ubicada entre 1920 y

1990, sin cuya mención sería imposible entender esas “tendencias recientes”. La razón

es que resulta imposible comprender las tendencias del siglo XXI sin considerar sus

antecedentes en el tiempo. No se harán mayores referencias a las épocas previas al siglo

XX, sin negar su importancia y su fundamental influencia.

Por razones obvias, estos datos deberán quedar sobreentendidos en el marco de las

presuposiciones de esta exposición.

En la primera sección se presentan algunas propuestas conceptuales básicas, algunas

definiciones provisionales y determinados criterios para el análisis de tendencias

epistemológicas, los mismos que permiten salir de un tratamiento meramente histórico-

descriptivo de dichas tendencias para entrar en un marco explicativo de las mismas. En

realidad, el objetivo de esa primera sección es ofrecer una herramienta con la cual no

sólo podamos dar cuenta de las variaciones de tendencias en el lapso entre 1990 y 2006,

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sino también en cualquier otro lapso, de modo que podamos también hacer

proyecciones más o menos acertadas sobre el desarrollo futuro de la epistemología. En

la segunda sección se trabaja una referencia fundamental, que es el desarrollo de la

epistemología entre 1920 y 1990, es decir, entre el surgimiento del llamado Círculo de

Viena y luego la fecha aproximada en la que parece cerrarse un importante ciclo de

desarrollo y definiciones de los Enfoques Epistemológicos básicos que subyacen a la

diversidad de tendencias en el planteamiento y tratamiento de objetivos y problemas (la

hipótesis sobre la relación entre Enfoques Epistemológicos y variaciones observables de

tendencias históricas queda planteada en la primera sección). En la tercera sección,

tomando como referencia lo tratado en la anterior, se discuten los principales tópicos,

problemas, tratamientos y corrientes que han tenido vida en los últimos 20 años. Se

examinan algunas ‘nuevas epistemologías’ y se expone la evolución reciente de algunos

tratamientos divergentes en torno a problemas clave. Para terminar (cuarta sección), se

discuten algunos elementos que podrían ser útiles para una evaluación de los estudios en

epistemología, más unas consideraciones acerca de la aplicabilidad de la epistemología

en el terreno de la práctica académica y de la promoción de la investigación.

Finalmente, hay una aclaratoria necesaria respecto al título: se habla de “epistemología

de la investigación científica”, lo cual sería redundante para quienes conciben la

epistemología como teorización acerca de la ciencia, que es el caso aquí, como se

explicará más adelante. Pero la redundancia deja de serlo para quienes conciben la

epistemología como filosofía del conocimiento en general, no sólo del conocimiento

científico.

16
1. Marco de Análisis

1.2. Conceptos básicos

Hay un acuerdo mínimo generalizado en que la epistemología tiene que ver con el

conocimiento. De allí en adelante surgen no sólo las diferencias, sino también las

dificultades y los problemas. Una diferencia que vale la pena destacar es que para unos

la epistemología estudia el conocimiento en general, desde un punto de vista filosófico,

con lo cual el término resulta aproximadamente sinónimo de “gnoseología” (suele ser el

caso en el mundo anglosajón, por ejemplo), mientras que para otros la epistemología se

restringe a uno de los tipos de conocimiento: el científico (en general, suele ser el caso,

por ejemplo, en Italia, Francia y Latinoamérica), con lo cual el término pasaría a ser

sinónimo de las expresiones “Filosofía de la Ciencia”, “Teoría de la Ciencia”, “Teoría

de la Investigación Científica”, etc. A lo largo de esta exposición se asume el segundo

de estos dos sentidos del término. Pero una dificultad de primera magnitud está en lo

que podría concebirse como la paradoja de Godel aplicada a la epistemología.

Como se sabe, Kurt Godel demostró la imposibilidad de hablar de cualquier sistema de

cosas utilizando los mismos recursos internos del sistema en cuestión (es el caso célebre

del mentiroso: “yo siempre miento” es una expresión paradójica). Todos tenemos

determinados filtros preteóricos, precognitivos, que condicionan el modo en que

conocemos y que implican ciertas preconcepciones sobre qué es el conocimiento y

sobre cuáles son sus vías legítimas de producción y validación. Entonces, al hablar

sobre el conocimiento, inevitablemente intervienen esos filtros y ocurre que hablamos

sobre ‘conocimiento’ utilizando los mismos recursos de nuestras propias formas y

procesos de conocimiento, lo cual enturbia los resultados y oscurece el asunto. Una

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solución clásica a la paradoja de Godel (que se refiere al caso de los sistemas

lingüísticos en general y más específicamente a los sistemas formales) está en crear un

“meta-lenguaje” que nos permita hablar adecuadamente del “lenguaje-objeto” (para el

ejemplo del mentiroso, podría ser algo así como “la frase ‘yo siempre miento’ es

verdadera”). Pasando al caso de la paradoja epistemológica, esa solución consistiría en

crear algún sistema externo que considere los distintos filtros preteóricos o

precognitivos, o sea, las distintas perspectivas que condicionan nuestros propios

procesos de conocimiento y que, por tanto, nos permitan hablar de éste según tal o cual

perspectiva. Ese sería el único modo en que podríamos entender y manejar los debates

entre, por ejemplo, las investigaciones “cualitativa” y “cuantitativa” o entre

“empirismo” y “racionalismo” o entre “idealismo” y “realismo”, por sólo citar algunas

divergencias.

El hecho es que resulta imposible manejar cualquier tesis epistemológica sin considerar

la perspectiva preteórica desde la cual fue planteada y por eso las discusiones entre

perspectivas diferentes (como es el caso entre realismo e idealismo, por ejemplo)

resultan lógicamente irresolubles: al estar condicionadas por esos filtros o perspectivas

cuyo carácter es precognitivo (pre-racional y pre-lógico) resultan irreductibles en un

plano lógico y racional. En consecuencia, la solución está en algún aparato conceptual

que explique la generación de teorías del conocimiento a partir de diferentes

perspectivas o filtros precognitivos. Esto resulta esencial para dar cuenta de las

variaciones en las tendencias de la epistemología en cualquier lapso histórico, siempre

que se desee una visión explicativa de las mismas, más allá de una visión descriptiva o

anecdótica y más allá de un empeño en los debates y polémicas interminables. Más

18
adelante, al exponer los criterios de análisis, se verá cómo esta solución se asocia a la

hipótesis de los “enfoques epistemológicos”. Un primer acercamiento al tema de las

perspectivas precognitivas desde las cuales se puede hablar o teorizar acerca del

conocimiento (o sea, desde las cuales se puede “hacer epistemología”), tiene su raíz en

la conocida tesis de los tres mundos de Popper (1982), que a su vez puede ponerse en

conexión con la anterior tesis del “triángulo de Odgens” (puede verse está conexión en

Padrón 2000). Odgens había explicado el lenguaje como una estructura relacional entre

tres elementos: el “Referente” (las cosas, el mundo perceptible), el “Pensamiento” (la

idea o representación mental de esas cosas) y el “Símbolo” (las palabras que expresan

ese pensamiento).

El primer elemento remite al plano del Objeto, el segundo al plano del Sujeto y el

tercero al plano de las relaciones entre Sujetos. De modo isomórfico, la tesis popperiana

de los tres mundos supone esas mismas tres ‘realidades’: el mundo de las cosas

objetivas (“mundo 1”, donde está todo lo que captamos con nuestros sentidos); luego, el

mundo de los contenidos subjetivos (“mundo 2”, que incluye los contenidos de

conciencia y de la vida interior del sujeto); y en tercer lugar, el mundo de las

construcciones simbólico-culturales que trascienden al individuo para colocarse en el

dominio de las sociedades (“mundo 3”, el de las ideas y representaciones colectivas, tal

como la lengua, la religión, el arte, la ciencia, la ley, etc.). En el gráfico 1 se ilustra esta

estructura relacional.

19
ODGEN: el pensamiento, la idea
POPPER: mundo 2 (el YO, subjetivo)

ODGEN: el símbolo
POPPER: mundo 3 (constructos ODGEN: el referente
compartidos, lo Intersubjetivo) POPPER: mundo 1(las cosas objetivo)

Grafico 1: Triangulo de Odgen y los 3 mundos de Popper

Si estas tesis fueran acertadas, entonces también podría suponerse el predominio de

cualquiera de esos mundos o vértices triangulares sobre los otros dos en el modo

preteórico o precognitivo en que conocemos y en que procesamos y producimos

información. Es decir, podríamos imaginar una variable continua cuyos valores posibles

se desplazarían hacia cualquiera de los puntos intermedios entre esos tres elementos y

los cuales expresarían ciertas preferencias cognitivas (esquemas de conocimiento,

manejo de información, resolución de problemas). Se tendría una primera perspectiva o

postura precognitiva orientada a la percepción sensorial, al uso del poder de los sentidos

y a las cosas observables (perspectiva desde el “mundo 1”). Se tendría también una

segunda perspectiva o postura precognitiva centrada en los contenidos de conciencia, en

la subjetividad y en el uso del poder de la intuición (perspectiva desde el “mundo 2”). Y

se tendría, finalmente, una tercera perspectiva o postura precognitiva basada en los

mecanismos de entendimiento colectivo, en los aparatos de vinculación con otros

sujetos y en el uso del poder del razonamiento y la argumentación (perspectiva desde el

20
“mundo 3”). Esas tres perspectivas jamás serían valores discretos ni excluyentes, sino

predominios dentro de una variable continua, más o menos cercanos a alguno de esos

tres mundos. Atendiendo a esas perspectivas, podemos asociar respectivamente tres

variaciones importantes en las tendencias recientes de la epistemología. En primer

lugar, tenemos una perspectiva desde la cual se concibe la epistemología como Filosofía

Analítica, siguiendo la herencia del Círculo de Viena y de la llamada “Concepción

Heredada”. Esta perspectiva se caracteriza por su énfasis en la rigurosidad del análisis y

por la fidelidad al programa trazado en las célebres tesis del Círculo de Viena,

incluyendo la necesidad de reelaboraciones y respuestas a las objeciones lanzadas desde

el falsacionismo popperiano y desde el socio historicismo kuhniano. En segundo lugar,

tenemos otra perspectiva desde la cual se concibe la epistemología como reflexión libre,

tanto en un plano filosófico no analítico como en un plano socio-histórico, cultural,

psicológico y antropológico, sin demasiadas preocupaciones acerca de los linderos entre

esas áreas, sobre la base de nociones tales como el “pensamiento complejo”, el

“holismo”, la “transdisciplinariedad”, la “reflexividad” o la “posmodernidad”. En tercer

lugar, hay otra perspectiva desde la cual se concibe la epistemología como ‘Meta-

Teoría’ y como ciencia fáctica obligada a explicar, mediante teorías contrastables, los

procesos del conocimiento científico, del mismo modo en que la biología se obliga a

explicar los hechos orgánicos o en que la lingüística se obliga a explicar los hechos de

lenguaje, etc. Entender estas tres variaciones resulta sumamente importante a la hora de

estudiar epistemología y de diseñar programas instrucciones, a la hora de analizar su

desarrollo histórico y de aplicarla a los proyectos de investigación y a los programas de

desarrollo científico-tecnológico. En síntesis, lo que se ha querido exponer hasta aquí es

que la noción de epistemología y, por tanto, la consideración de las diversas tendencias

21
en su desarrollo histórico, no pueden ser tratadas unívocamente y ni siquiera

descriptivamente, sino sólo por relación con determinadas perspectivas de fondo que

generan diversidades en los modos de “hacer epistemología” y de hablar de

epistemología. Entender esas perspectivas de fondo resulta vital para no extraviarse

entre autores, propuestas y polémicas y, sobre todo, para organizar, explicar y evaluar

las múltiples direcciones hacia las cuales se orienta el esfuerzo humano por entender el

fenómeno de la ciencia, a partir de lo cual cada quien podría decidir y hacer sus propias

selecciones de trabajo. Aquí se ha propuesto, a modo de primer acercamiento, la tesis de

Odgens y Popper como base conceptual para manejar esas perspectivas, pero,

evidentemente, pueden imaginarse otras bases conceptuales que resulten más eficientes

e, incluso, esas mismas perspectivas pueden deducirse a partir de otras tesis diferentes.

En ello, precisamente, radica uno de los retos fundamentales para una teoría de la

ciencia.

1.3. Criterios de análisis

Para sistematizar las variaciones en los tratamientos epistemológicos se han adoptado

hasta ahora varios sistemas de clasificación y discriminación, todos los cuales se

muestran insuficientes por diversas razones. Uno de estos criterios, tal vez el más

simplificador de todos, es el que distingue entre visiones cualitativa y cuantitativa. En la

primera estaría ubicada la perspectiva subjetivista (“mundo 2”) y en la segunda, la

perspectiva objetivista (“mundo 1”). Obviamente, queda por fuera la perspectiva inter

subjetivista (“mundo 3”), con lo cual el tipo de ciencia desarrollado por Einstein,

Mendeleiev, Chomsky, etc., escaparía a esa clasificación. Por tanto, o el trabajo del tipo

desarrollado por estos autores no es ciencia o el sistema de análisis es incompleto. Pero

en el mundo académico Einstein, Mendeleiev y Chomsky son sistemáticamente

22
considerados como científicos. Entonces, el sistema que diferencia entre “cualitativo” y

“cuantitativo” es incompleto. En realidad, la deficiencia básica de este sistema de

análisis está en su presuposición dualista “subjetividad / objetividad”. Otro de estos

criterios, sumamente parecido al anterior, es el que distingue entre “Ciencias del

Espíritu” y “Ciencias Materiales”. Su dificultad elemental está en la imposibilidad de

establecer límites discretos entre ambas cosas. La lingüística, por ejemplo, es una

“ciencia del espíritu” cuando aborda fenómenos de comunicación social, pero es una

“ciencia material” cuando aborda fenómenos computacionales y lógico-formales: habría

que considerar dos ciencias diferentes cuando en realidad se trata de una misma teoría,

Algo parecido podría aducirse en el caso de la clínica médica, con respecto a

enfermedades “materiales” que tienen bases psicológicas (“espirituales”). ¿Cómo

congeniar ambas cosas? Tenemos también el criterio de las diferencias entre “Ciencias

Empírico-Analíticas”, “Ciencias Histórico Hermenéuticas” y “Ciencias Teórico-

Críticas”. Lo único que puede distinguirse empíricamente en este sistema es la “ciencia

empírico-analítica”, que constituye un mismo conjunto indiscriminado y confuso de

toda la ciencia empirista y racionalista. Pero resulta imposible encontrar datos empíricos

que diferencien entre “ciencias histórico hermenéuticas” y “ciencias teórico-críticas”.

Más bien, parece una discriminación “ad hoc” para resaltar el valor de ciertas

perspectivas precognitivas, con total independencia de soportes empíricos.

Si la historia de la ciencia se ventilara en términos de esta clasificación, el resultado

sería confuso. Ante estas dificultades, no parece posible establecer criterios de análisis

de tendencias epistemológicas basados en estas clasificaciones. En cambio, se adoptará

la hipótesis de los “Enfoques Epistemológicos” según la cual las variaciones

23
observables en los procesos de producción científica obedecen a determinados sistemas

de convicciones acerca de qué es el conocimiento y de sus vías de producción y

validación, sistemas que tienen un carácter preteórico, a histórico y universal,

denominados “Enfoques Epistemológicos”. Las variaciones observables generadas por

estos enfoques pueden estandarizarse en “paradigmas” (en el sentido de Kuhn 1975), los

cuales tienen lugar a lo largo de la historia de la ciencia y se suceden unos a otros en el

control de los estándares científicos de las épocas (ciencia normal Revolución

Ciencia Normal Revolución  Ciencia Normal). Por más que estos paradigmas o

“ciencias normales” puedan parecer únicos, diferentes y múltiples, en realidad sólo son

manifestaciones empíricas de alguno de los Enfoques Epistemológicos. Así, por

ejemplo, el paradigma de la ciencia baconiana estaría generado por el mismo enfoque

epistemológico que generó al paradigma neopositivista, algunos siglos después, así

como el paradigma cartesiano sería la manifestación empírica del mismo enfoque

epistemológico que generó el paradigma chomskyano en la lingüística actual. Dicho de

otro modo, el enfoque epistemológico vendría a ser una función que transforma

determinadas convicciones de fondo, inobservables, de tipo ontológico y gnoseológico,

en determinados estándares de trabajo científico, estándares asociables a las distintas

comunidades académicas. Se utilizan dos variables para sistematizar los Enfoques

Epistemológicos: una es de tipo gnoseológico, referida a las convicciones acerca de la

fuente del conocimiento, simplificada en dos valores: empirismo / racionalismo. La otra

es de tipo ontológico, referida a las convicciones acerca de las relaciones del sujeto con

la realidad, simplificada también en dos valores: idealismo / realismo. El cruce de esas

variables nos lleva tentativamente a cuatro Enfoques Epistemológicos: el enfoque

empirista-realista (mediciones, experimentaciones, inducción controlada…), el enfoque

24
empirista-idealista (etnografía, diseños de convivencia, inducción reflexiva…), el

enfoque racionalista-realista (abstracciones, sistemas lógico-matemáticos, deducción

controlada…) y el enfoque racionalista-idealista (interpretaciones libres, lenguajes

amplios, argumentación reflexiva). En la Tabla 2 se muestran esos cruces

Tabla 2: variables para clasificación de Enfoques Epistemológicos

El estudio de cada uno de estos enfoques epistemológicos permite manejar las

perspectivas o los marcos presuposicionales desde los cuales se conciben, desarrollan y

evalúan los procesos científicos, incluyendo la producción de investigaciones y, sobre

todo, las tendencias en la evolución de la epistemología. Precisamente, esta hipótesis

servirá, a lo largo de esta exposición, para explicar las relaciones de continuidad, y

también las de ruptura, que tienen lugar en las variaciones de las tendencias

epistemológicas de los últimos 16 años.

En realidad, el supuesto básico de esta exposición está en que esas tendencias no son

entre sí aisladas ni inconexas, sino que unas son prolongaciones de otras bajo un mismo

enfoque epistemológico y otras son discontinuidades o rupturas con respectoa otras en

25
virtud de enfoques epistemológicos diferentes. Asimismo, sobre la base de esta noción

de Enfoque Epistemológico podrían también preverse las variaciones de tendencias que

tendrán lugar en un futuro próximo. Anteriormente (sección 1.1) se habló de ciertas

perspectivas preteóricas, precognitivas, asociables a la tesis popperiana de los tres

mundos. Nótese que esas perspectivas (o filtros) equivalen a la misma noción de

“Enfoques Epistemológicos”, sólo que mientras en aquel caso se consideran tres

grandes sistemas de convicciones. En este otro la discriminación es un poco más fina,

ya que permite distinguir dos variaciones importantes en la epistemología

interpretativista (o comprensivista, asociada a la idea de “ciencias del espíritu”), a saber,

la variación experiencialista (convivencia, trabajos de campo, al modo propuesto por

Alfred Schutz) y la variación reflexivista (argumentaciones, crítica sociohistoricista, al

modo de Jurgen Habermas).

Se trata de dos esquemas de análisis que resultan convergentes y que pueden utilizarse a

conveniencia. Es lo que se hará en las secciones que siguen. Otro criterio de análisis

adoptado en esta intervención es el que se refiere a la “Estructura Diacrónica” (ver

resumen en Padrón 1998), según la cual los desarrollos científicos y meta-científicos se

basan en “Programas” de desarrollo progresivo (tal como en Lakatos 1978) que van más

allá del individuo y, a veces, más allá de generaciones de individuos (piénsese en el

programa de la gravitación, desde Newton a Einstein, por ejemplo, o en el del

racionalismo, desde los griegos a la actualidad). Estos programas siguen una trayectoria

temporal que comienza en una fase descriptiva (cuáles son los hechos), para luego pasar

a una fase explicativa o interpretativa (según el enfoque, explicar por qué los hechos

ocurren del modo en que fueron descritos o interpretar cuáles son los simbolismos

26
subyacentes), yendo después a una fase contrastiva (evaluar las teorías elaboradas en la

fase anterior), terminando en una fase aplicada o aplicativa (en que se intenta explotar

las teorías ya evaluadas para el control de la realidad). En el Gráfico 3 se visualiza esta

idea.

Tabla 3: estructura diacrónica de los procesos de investigación

Este otro criterio refuerza también la idea de continuidades y discontinuidades en el

tratamiento de las tendencias en los estudios epistemológicos, en el sentido de que

dichas tendencias, así como los procesos científicos que son explicados por las mismas,

se vinculan entre sí sobre la base de determinados “programas”. Para concluir esta

sección, conviene declarar que la exposición que sigue se apega a una concepción

“naturalizada” de la epistemología. Es decir, se concibe esta disciplina como una teoría

fáctica (meta-teoría) cuyo correlato empírico está en la historia de la ciencia y de las

investigaciones científicas y cuyos resultados meta-teóricos tienden a ser insumos de

una tecnología de la ciencia, en una fase aplicativa que busca más eficientes controles

operativo-instrumentales sobre los procesos científicos. Una de las razones de esta toma

de posición es que, así entendida, la epistemología resulta más provechosa para su

aplicabilidad al terreno de la investigación universitaria


27
CAPITULO III

La problemática del mundo contable

¿Por qué es necesaria una "epistemología contable" en la formación del Contador

Público y en la "orientación teórica-práctica" de la contabilidad?;

¿para qué sirve una epistemología contable?; ¿es la contabilidad una ciencia?; ¿para

qué nos sirve una contabilidad científica lo mismo que una profesión contable (contaduría

pública) fundamentada en la ciencia?; ¿de qué habla la contaduría?; ¿qué problemas

plantea y cómo ha intentado resolverlos?; ¿cómo es la sociedad de finales del siglo XX

y qué le está exigiendo a los Contadores Públicos presentes y del porvenir?; ¿cómo está

vinculada la Contaduría Pública a la sociedad del conocimiento y a la globalización del

mundo?.

Estos y otros interrogantes se constituyen en el hilo conductor del presente fascículo. Sin

embargo, tales planteamientos son más un camino que una meta; se presentan más como

una introducción y no como interrogante los cuales se les pueda dar, desde aquí, una

respuesta; respuesta que se hace más difícil abordar, especialmente por lo limitado de

las investigaciones en este campo.

Los interrogantes son una especie de atalaya para evocar el conocimiento; son, al

mismo tiempo, la renovación y destrucción del saber; por eso son una

búsqueda, una mirada refrescante y no un conocimiento seguro y consolidado;

son más bien estímulos al descubrimiento y a la invención del conocimiento.

28
Y esto es así porque el desarrollo de la ciencia ha hecho necesaria una reflexión

permanente de sus fundamentos y principios con el propósito de verificar las formas y

contenidos de validez que cada saber posee. Desde este punto de vista, los saberes y

disciplinas contables están atravesando por un momento de evaluación y reflexión de sus

leyes, axiomas, métodos y formas de investigación, con el propósito de clarificar su

madurez y status científico. Por eso, el profesional de la Contaduría Pública necesita

acercarse a este tipo de conocimiento para adquirir y abordar, desde los espacios

académicos, una formación analítica y crítica respecto a la problemática de la

cientificidad de su conocimiento y profesión.

Desde este horizonte, la "epistemología contable" está orientada a crear un pensamiento

proyectado a la reflexión y análisis de los acontecimientos o hechos contables, a la luz de

su contexto histórico y a tono crítico con la realidad actual. Para tal caso, es necesario

comprender el trabajo contable, no sólo a partir de su estructura interna, sino también

desde una concepción holística, en la que se puedan evaluar, al mismo tiempo, las

consecuencias que se desprenden de su constructo teórico y aplicación práctica.

Sólo quien es capaz de comprender adecuadamente el desarrollo y problemática del

saber contable puede satisfacer las inquietudes o exigencias inherentes a la Contaduría

Pública tanto en Colombia como en el mundo entero. Porque dentro de este nuevo

contexto movido por el imperio del capitalismo tecnológico (en el que sobresale la alta

competencia no sólo de las empresas sino también de las profesiones),en cuya dinámica

se da la implantación de los regímenes democráticos de corte neoliberal, la

internacionalización de la economía y, en general, la globalización de la cultura y de la

29
sociedad, en la Contaduría Pública se hace necesario asumir, a partir de dicho contexto,

una conciencia íntegra, analítica y crítica tanto del crecimiento económico como de

todos los problemas que constituyen la realidad contable de la sociedad presente.

Teniendo en cuenta estas ideas, es necesario señalar que una de las tareas primordiales

de una epistemología contable es la de analizar cuestiones relacionadas con el origen,

desarrollo, objetividad, práctica y significado del conocimiento contable en relación con

las distintas formas en que se expresa la realidad social y económica de la especie

humana.

Por otra parte, es importante anotar que todo conocimiento y, específicamente, toda

ciencia, de la naturaleza que sea, plantea interrogantes de carácter epistemológico sobre el

significado, estructura y validez de su propia tarea. En este sentido, todo conocimiento

necesita fundamentarse científicamente; para tal caso, requiere tanto de la creación del

pensamiento como de la reflexión crítica de los acontecimientos que han marcado el

camino de la Contabilidad y de la Contaduría Pública.

La crítica no sólo confronta y destruye, sino que, especialmente ella, se constituye en

una forma de desvelamiento creativo, de búsqueda y de construcción del saber. El

pensamiento crítico no sólo revela lo incoherente, sino que también perfila por lo menos

lo aceptable y lo válido dentro de un campo enmarcado o inmerso dentro de unas

circunstancias histórico sociales concretas.

Aunque la contabilidad y la contaduría pública son formas de entender el mundo y

30
disciplinas valiosas, especialmente, en la dinámica socio- económica de una nación o de

una entidad determinada, no obstante, uno de los problemas trascendentales que se

descubre en el quehacer contable consiste en saber que no ha entrado aún por el real

camino de la ciencia.

¿ES LA CONTABILIDAD UNA CIENCIA?

Aunque la contabilidad tiene una importancia relevante en la sociedad y cuenta con

algunos elementos de la ciencia, no obstante, como se anotó más atrás, carece de

espacios críticos en los que se puedan analizar y discutir los principios sobre los que

fundamenta su quehacer. En este sentido el conocimiento contable no ha entrado aún por

el real camino de la ciencia, ya que ni siquiera ha discutido los fundamentos (principios

contables) sobre los que reposa y desarrolla su tarea, tampoco ha analizado

profundamente "las condiciones de posibilidad mínimas de lo que significa constituirse

en un paradigma científico", esto es, de discutirla viabilidad que tiene o no, de constituirse en

una ciencia estricta o rigurosa.

El conjunto de conocimientos prácticos, creencias y valores en los que actualmente se

fundamenta el pensamiento contable, pese a la importancia, sin embargo, no es

novedoso. Y por no serlo, no puede responder a las nuevas necesidades en las que está

inmersa. Aunque la sociedad juzga a la contabilidad como un conocimiento muy

importante para comprender la dinámica social y económica, la producción o creación de

conocimiento significativo es mínimo. Toda ciencia necesita renovarse, enfrentando

nuevos problemas o enigmas que la realidad le plantea. He ahí la importancia de la

investigación, de la producción del conocimiento, de la observación, de la reflexión y de la

discusión crítica de los problemas.

31 7
Mientras esto no ocurra, la contabilidad no podrá ser, en sentido riguroso, una ciencia. Kant

decía a este respecto que toda ciencia se caracteriza por obtener verdad en sus resultados,

ser metódica y tener progreso firme. Sería conveniente preguntar si estas tres

características las podemos encontrar en el conocimiento contable.

Es verdad, como se anotó más atrás, que la contabilidad es un campo teórico-práctico.

Las teorías, por ejemplo, son respuestas racionales que los científicos construyen para

describir, explicar y, hasta donde sea posible, predecir un conjunto de hechos o

fenómenos de un campo de- terminado de la realidad. Buscan, pues, explicar hechos o

acontecimientos determinados dentro de un marco de referencia espacio temporal

específico. Las teorías científicas son esquemas o modelos conceptuales e hipotéticos,

que a partir de pocos principios, buscan comprender la estructura o funcionamiento de la

realidad investigada.

En este sentido, las teorías dan cuenta de los hechos, no sólo describiéndolos

de manera más o menos exacta (ya que todo conocimiento es aproximado y

provisional), sino también creando modelos conceptuales de los hechos en cuyos

términos pueden explicarse y predecirse, al menos en principio, cada uno de los

hechos de una realidad específica, como puede ser la economía, la

administración o lo contable.

La contabilidad cuenta con principios como el de la "partida doble", depreciación y

causalidad, por ejemplo. Estos principios y leyes corresponden a las regularidades que se

32
dan o suceden en el campo contable. No obstante, "el uso del término principios

contables ha sido criticado por muchos autores quienes acusan que de esta forma e

indebidamente se señalan verdades absolutas en materia de información contable"

(Reglamento general de la contabilidad y plan único de cuentas, Legis 1997, página 12).

Tal crítica es exagerada, esto si tenemos en cuenta que todo conocimiento es provisional,

cambiante y aproximado. En buena medida podríamos decir también que no es absoluto

sino relativo; pues depende de un marco de referencia específico. Así, por ejemplo, si

deseamos saber a qué lado (izquierda o derecha) de la carrera séptima se encuentra el

Parque Nacional en la ciudad de Santafé de Bogotá. La respuesta a este interrogante, es

que depende: si vamos de sur a norte, el parque queda a la derecha de la séptima; pero si

vamos de norte a sur, queda a la izquierda.

Los principios contables son modelos como lo muestra el "Reglamento general de la

contabilidad", en donde se señala que "son guías de acción que permiten alcanzar en

adecuada forma los objetivos generales de la misma; es decir, identificar, medir, clasificar,

registrar, interpretar, analizar, evaluar e informar las operaciones de un ente económico, en

forma clara, completa y fidedigna, sin considerar los fundamentos acabados e

inamovibles". (Ibídem, página 12).

Por otra parte, toda ciencia se caracteriza por delimitar y definir de la forma menos ambigua

el "objeto de investigación", los "métodos pertinentes", el "constructo teórico", las

"técnicas" y demás componentes propios del conocimiento científico. La contabilidad,

sin embargo, no tiene muy claro cuál es su objeto de estudio. Algunos consideran que el

"patrimonio", el que, según estos mismos defensores, está sujeto a leyes que lo regulan y

33
determinan su desarrollo. Pero en realidad la contabilidad trasciende al patrimonio de

una entidad. Otros piensan que el objeto de estudio del campo contable es los

"negocios", en cuanto "la contabilidad es el lenguaje de los negocios". Las entidades

económicas y los fenómenos contables que ocurren en el patrimonio solamente son una

parte del objeto de estudio.

También es cierto que la contabilidad presenta explicaciones y definiciones respecto a los

elementos de su ambiguo objeto de estudio y de los fenómenos que en él se producen.

Explica, de alguna forma, las partes de esa realidad, indicando sus características y las

operaciones o transacciones que ocurren en ese campo, en donde el cambio y la

complejidad, son su esencia.

Este tipo de concepción teórica se ha ido desarrollando desde los tiempos remotos de los

sumerios y los griegos hasta Lucas Paciolo y, posterior- mente, hasta evolucionar a

conceptos más modernos, propios de la sociedad industrial y postindustrial. En esta última

fase de la historia se concibe a la contabilidad como una disciplina social, del grupo de

las ciencias económicas-sociales, que estudia los hechos contables, financieros y

administrativos de una entidad; en sus aspectos estático y dinámico. Para tal caso,

construye normas para su adecuada representación, valoración y registro de operaciones y

control de sus resultados.

Podemos concluir que la teoría contable está estructurada por un conjunto de conceptos,

categorías, hipótesis y leyes, pero en buena medida falta constatarla, de forma crítica, con

la realidad a la que hace referencia. A su vez, se encuentra indisolublemente ligada al

34
desarrollo social y a la práctica económica; esto indica su carácter de saber aplicado.

La teoría contable es una estructura compleja; está determinada por cálculos formales y

por condicionamientos históricos y sociales. Como tal, se refiere a una realidad compleja,

en permanente cambio, movida por intereses diversos. En el caso de las entidades

económicas, busca explicar su composición y variación, estableciendo para ello, reglas

para su valoración y clasificación. Por eso, intenta determinar, explicar y predecir, hasta

donde es posible (pues en todo hecho debemos contar con el azar y la incertidumbre,

puesto que no vivimos en un mundo de certezas o de verdades absolutas), resultados de

las entidades públicas o privadas.

Finalmente, las teorías contables no son neutras; por el contrario, llevan implícito un alto

grado ideológico; muchos de sus principios responden a los intereses de los países

desarrollados, quienes en la mayoría de los casos trazan las políticas y las normas

contables. Por eso, muchos deseos principios buscan defender los intereses de esos

países. A su vez, las entidades que no persiguen fines de lucro deben someterse a los

lineamientos de los propietarios de los medios de producción para nominar sus

operaciones o transacciones. Desde este punto de vista, la teoría contable está diseñada

para producir beneficios a las clases dominantes. "Todo el sistema teórico está

encaminado a aumentar los beneficios de los propietarios sin considerar el costo social

que ello representa". En esto, nunca la contabilidad puede verse como un saber neutral y

totalmente objetivo.

El abismo entre países desarrollados y subdesarrollados, ha generado una lucha

35
ideológica importante, lucha que revela la necesidad de cambiar esa concepción ingenua

sobre el saber contable. Por esta razón, la contabilidad nunca, por lo menos en su sentido

verdadero, podrá ser universal; lo más indicado sería proponer una teoría acorde con la

realidad socio- económica de cada país o continente, en la que se involucren sus

intereses y recursos naturales. Así tendríamos una teoría más acorde con la diversidad y

singularidad de cada país, menos mecanicista y carente de contenido social.

LA CONCEPCIÓN DEL MÉTODO EN CONTABILIDAD

El método es un camino diseñado por varias fases; Francis Bacon propuso, en su época,

el método inductivo, el cual tenía cuatro componentes básicos: observación, análisis,

hipótesis y verificación. Como camino, el método persigue un fin específico: una

verdad o unos resultados válidos de acuerdo con los objetivos propuestos. El método

científico está estructurado por un conjunto de principios y procedimientos determinados

por la investigación teórica y la actividad práctica. Hoy día se ha puesto en cuestión, por

algunos epistemólogos, la validez del método; piensan que los científicos no siguen o no

se guían literalmente por el método científico. El inductivo ha sido cuestionado duramente

por Karl Popper, quien piensa que de experiencias particulares no se puede llegar a

plantear leyes o principios universales.

De cualquier manera, el método científico debe reunir unas condiciones básicas, como

es la de ser un diseño adecuado a la realidad a la que intenta servir. Parte de problemas y

no de respuestas; debe ser coherente y unificarte con todas las partes que la constituyen,

es decir, debe explicarse a sí mismo, detallando cada uno de los elementos que lo

integran como las funciones que cada una de estas partes cumple en esa totalidad. No se
36
puede ser ambiguo sino proyectarse de manera clara a un objeto concreto de la realidad. En

el caso del contable, debe unir tanto lo lógico como lo social .

En la contabilidad se habla de varios métodos, entre ellos el axiomático y el de la partida

doble. En el caso de la "partida doble", se piensa que es el método propio de la

contabilidad, cuya característica es la de ser dialéctico porque responde a la dinámica de

contrarios, es decir, plantea que "no hay deudor sin acreedor y que lo que se da es igual a

lo que se recibe"; la partida doble está fundamentada en el principio de causa y efecto;

parte del hecho de que todo lo que ocurre en la sociedad, tiene una causa, un origen.

Pensamos que todo lo que acontece en el mundo está determinado por causas, las que, a

su vez, producen efectos; que la fuerza que se le imprime al taco en el juego de billar, es la

causa del movimiento de la bola o que la tierra gira al rededor del sol como resultado de la

gravedad que el sol ejerce sobre ella. Que cada transacción es la causa de los efectos que

se manifiestan en las cuentas que se afectan y que son captadas a través del método de la

partida doble, explicando cómo incide en cada uno de los elementos de la realidad social

o económica, por ejemplo.

Se piensa también que el método contable es racional porque responde a la parte

conceptual y abstracta de la lógica y de la matemática; a su vez, define, clasifica, analiza

e interpreta cada movimiento que proyecte la entidad. Cada uno de estos elementos,

junto a todos los demás que constituyen la realidad de la contabilidad y de la contaduría

pública, están íntimamente entrelazados y cada uno implica y explica su contrario, es

decir, activos y pasivos, deudor- acreedor, débito y crédito, entre otros.

37
Ahora bien, en cuanto a lo analítico y sintético, Descartes planteaba que todo problema o

realidad debe descomponerse en tantas partes como sea necesaria, partiendo siempre de

lo simple a lo complejo. El método contable intenta analizar y comprender la realidad a

partir del análisis detallado, tanto en la parte dinámica como estática. Así, por ejemplo,

divide y clasifica las compañías en limitadas, anónimas y comanditas. Lo mismo ocurre

con las cuentas o los activos. Un balance general también es un buen ejemplo de ello, es

decir, da una visión global a partir de aspectos específicos.

El método de la partida doble tiene un carácter teórico y otro práctico, es decir, es aplicado

a realidades concretas. No obstante, estas bondades del método contable, éste no es tan

problemático e hipotético como aparentemente parece. No debemos olvidar que la ciencia

se genera, al decir de Bachelard, mediante el planteamiento de problemas, cuyas respuestas

son dadas en forma de teorías.

Aunque también la contabilidad clasifica, describe y explica la dinámica y estática de los

procesos socio-económicos, éstos no pueden ser comprendidos como una sucesión

continua o lineal de causas y efectos (cuyo objetivo central sería describir dicha

sucesión), sino conocer su proceso dialéctico y holístico donde, sin embargo, las

acciones del hombre no pueden reducirse a cosas.

Los hechos contables se configuran como relaciones interhumanas en las que

intervienen varias circunstancias como intereses ideológicos, económicos e históricos. La

contabilidad necesita ofrecer, por ejemplo, una explicación histórica de los cambios y, en

general, de la transición de un tipo de sociedad a otro, describiendo las diferencias

38
estructurales e ideológicas de las mismas. Necesita investigar la sociedad desde sus

puntos y funciones vinculantes y contradictorias.

Tanto la contabilidad como la Contaduría Pública necesitan una verdadera conexión con la

historia, y, al mismo tiempo, una concepción holística del hombre y de la sociedad. No es

suficiente definir, clasificar o calcular, sino esencialmente analizar, interpretar y

comprender la estructura de la vida social y de sus diversas y complejas creaciones e

interconexiones. Para alcanzar este objetivo, es necesario estudiar directamente la

dinámica social e individual de la especie humana. Pues el conocimiento contable se

alcanza no sólo describiendo transacciones sino adentrándonos en la compleja

existencia social e intentando comprender las diversas maneras de ser y de orientarse en el

mundo.

"Un conocimiento histórico-social verdaderamente autónomo debe sustentarse en el

reconocimiento de la historicidad integral de aquellos valores cuya presencia diferencia

de forma significativa la vida humana de la vida natural. Sólo de esta forma podrá

salvaguardarse tanto la especificidad histórica del hombre cuanto la posibilidad de un

conocimiento exhaustivo de su mundo". (Umberto Cerroni, Introducción a la ciencia de la

sociedad, Editorial Crítica, Barcelona, página 44).

Como disciplinas sociales, a la contaduría pública y a la contabilidad, no le es suficiente,

para su estudio, el método empírico; pues los datos empíricos contables en sí no dicen

nada si no se les relaciona con un modelo teórico pertinente a estos campos de estudio.

Para la plena comprensión de los hechos contables, es necesario recurrir a una determinada

39
teoría que pueda describir y explicar, hasta donde sea posible, la realidad investigada. Una

de las dificultades básicas de estas disciplinas es su poca investigación. Para la

investigación, renovación, creación y dinamismo del conocimiento es fundamental el

planteamiento de hipótesis y teorías. Pues "el contenido de la teoría, estructura lógica y su

referente histórico determinan (implícita o explícitamente) el conjunto jerarquizado de las

operaciones materiales de investigación". (Manuel Castells y Emilio Ipula. Metodología y

epistemología de las ciencias sociales, editorial Ayuso, página 10). A su vez, toda

investigación surge dentro de un contexto y dentro de una situación histórica

determinada, donde su racionalidad depende más de los procesos socio-históricos y de

los paradigmas conceptuales que se manejan respecto a esa realidad o dinámica social y

económica.

Sobra, pues, señalar el papel determinante de la teoría en el proceso de investigación y

de la creación científica, pues "los hechos no hablan por sí mismos". "La perspectiva

empirista tradicional dentro de la cual la teoría resulta de una interpretación a partir del

análisis de datos coleccionados" sin ningún paradigma o modelo previo es insostenible;

no existe ninguna observación pura; todo conocimiento de los hechos está determinado

por una teoría o hipótesis. "A un primer nivel de la crítica, se ha podido reconocer que

la recopilación de datos descansa siempre sobre una previa clasificación de estos, ya sea

conforme a las categorías ad hoc según los propósitos de la investigación, o bien a los

términos de la práctica administrativa". (Ibídem, página 28).

Una verdadera investigación contable no puede abandonarse a las manos de un

empirismo sin problemas y sin constructo teórico. El empirismo lógico, por ejemplo,

40
plantea que "no hay en la ciencia demostración de la verdad de una proposición sino de su

no-falsedad, de la no con tradición entre proposición teórica y experiencia actual

realizada". (Ibídem, página 29). "Si esto es así, está claro que en contabilidad o

contaduría no podemos partir de hechos, sino proyectarnos hacia ellos, poniendo a

prueba una determinada hipótesis y, en consecuencia, un contenido teórico específico, y

contrastando la teoría con la práctica. De este modo, puesto que los datos reciben entonces

su sentido de la experimentación a partir de la hipótesis en juego, la ilusión de su

exterioridad con relación a la teoría es puesta en evidencia. Todo conjunto de datos es,

pues, construido en relación con la verificación (constatación de no falsedad),implícita o

explícita, de una proposición o de una serie de proposiciones". (Ibídem, página 30).

Ahora bien, aunque la contabilidad se ha desarrollado a la par con las necesidades

sociales, no obstante, tal desarrollo se ha entendido en meros términos económicos.

Cualquier reflexión epistemológica sobre la contabilidad y la contaduría pública tiene que

estar necesariamente ligada a la dinámica social y a los conflictos de clase. No podemos

olvidar tampoco que estas dos disciplinas son el resultado específico de la actividad del

hombre interactuando en el horizonte de su experiencia histórica y social. De ahí que detrás

de ellas se oculte una dialéctica de fuerzas productivas y de relaciones sociales de

producción. Desde este punto de vista, la contabilidad y la contaduría pública describen

la interacción social, en términos económicos y jurídicos, pero no desde los conflictos

sociales o desde la cooperación y asociación de la comunidad para su desarrollo social

como proyecto de vida.

Por otra parte, además de ser pobre en investigación, la contabilidad no ha sido crítica; ha

41
interpretado el progreso o desarrollo de las entidades en puros términos cuantitativos de

productividad y utilidad. Ha olvidado los problemas sociales que influyen para bien o

para mal en sus resultados; los reportes los define descontextualizados del ambiente

humano y al margen de los verdaderos problemas .

De ahí que una teoría contable que pretenda comprender la dinámica social tiene que

analizar la dialéctica de los negocios a partir de un con texto holístico y dentro de una

clara conciencia de clases sociales, las cuales intervienen, de hecho, en el proceso social

y económico (de una entidad o de un estado), determinado por el marco institucional,

ideológico y científico en el que se desarrolla. Los procesos contables no son

independientes de los procesos de la organización e interacción social. La contabilidad es

el instrumento (de recoger, resumir, analizar e interpretar datos financieros, para obtener así

las informaciones necesarias relacionadas con las operaciones de una empresa), a partir

del cual operan las transacciones económicas de las personas jurídicas o naturales.

CONTADURÍA Y POSTMODERNIDAD

LA CONTABILIDAD EN EL SIGLO XXI

La contabilidad ha estado ligada al desenvolvimiento de la vida cotidiana hasta el

desencadenamiento de la revolución científica y tecnológica de nuestro tiempo, contexto

éste donde "el conocimiento se constituye en un activo" de primera importancia y donde la

técnica científica determina y controla todos los procesos de producción de la vida

moderna.

42
Hasta hoy la contabilidad no ha sido más que un arte y una técnica especializada en el

control eficaz de los negocios; ha sido un instrumento de control aliado con el poder

económico y político de las empresas y del estado. No obstante, este estado, el futuro de la

contabilidad no será ese. Ese primer paso implica construir una epistemología que

articule el discurso contable con el de las ciencias sociales, y específicamente con la

sociología. En esta tarea, es necesario demostrar las relaciones entre las ciencias sociales,

la contabilidad y la contaduría pública, pues es, precisamente a través del desarrollo de la

sociedad y de los vínculos entre las ciencias sociales y la contaduría pública, como esta

epistemología puede construirse.

La contabilidad y la contaduría pública están directamente relacionadas con la vida

social, con su economía, leyes, moneda y, en general, con la dinámica de sus negocios.

Desde este punto de vista, supone la implicación de una teoría de los negocios en cuanto

a sus condiciones y expresiones, es decir, los principios de inteligibilidad y de la

realidad de dichos movimientos, donde las ganancias y fracasos, pobreza y riqueza,

escasez y abundancia deben evidenciarse paralelamente.

Desde esta perspectiva, "la contabilidad se define como un saber que tiene por objeto el

devenir de los negocios", es decir, el dar cuenta de los negocios (en el sentido de sus

movimientos y de su información) en función de los acontecimientos sociales en los que

se realizan y la manera como las personas (jurídicas o naturales) los han pensado y

vivido. Lo histórico, sin embargo, no se remite sólo al pasado sino también, y

especialmente, al presente y futuro de las organizaciones y de los negocios. En este

nuevo ambiente, se concibe al Contador Público como la persona que analiza e interpreta

43
el devenir de los negocios dentro de un contexto social e histórico determinados. Aquí, el

problema del conocimiento histórico y social busca dominar una carencia teórica en el

seno de la problemática contable.

Ahora bien, la sociedad del siglo XXI se caracterizará (aunque la de finales del siglo XX ya

lo era) por administrar mejor conocimiento. El conocimiento se ha constituido en un bien,

que, en términos generales, ha sido mal administrado. "La administración del

conocimiento es un área gerencial que busca poner a disposición de los miembros de una

organización toda la capacidad intelectual y experiencia recopilada por la empresa y que

es clave para el éxito o el fracaso". (El Tiempo, lunes 8 de noviembre de 1999, página 1C).

Comprender el conocimiento como un activo esencial de la empresa, será otro reto para la

contabilidad donde la calidad de la información ya es un factor clave para el éxito. Pero

para que el conocimiento sea un activo fundamental de una empresa, es necesario un

cambio de mentalidad. Esta mentalidad, no obstante, no puede caer en el error de pensar

el conocimiento como un simple producto, como mercancía o un activo especial; si así lo

hiciéramos, el conocimiento se rebaja a pura cosa, a simple mercancía que genera altas

ganancias y de forma inmediata. El concepto imperante en la sociedad postindustrial de

administrar el conocimiento comoun activo debe ir más allá de esta mentalidad pragmática

y económica.

En la sociedad del conocimiento, los negocios generan una revolución, donde la rapidez,

la efectividad, la pluralidad o diversidad son algunas de las características más

sobresalientes. En este sentido, los contadores públicos se encuentran inmersos dentro

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de una sociedad muy dinámica, alterada por constantes transformaciones, donde la

interpretación de los negocios no depende únicamente de la normatividad sino de

múltiples factores actuando juntos. Samuel Alberto Mantilla, señala que "los princi pales

desarrollos outgoing en las tecnologías de la información, combi - nados con la

demanda gerencial por más rápidos y efectivos soportes a las decisiones, ha generado un

impacto profundo en la contabilidad gerencial; las principales tareas de los contadores

gerenciales han cambiado desde el solo registro y computación de la información

contable hacia un centro primario en la Administración de la Información y

Administración del conocimiento".

Cabe señalar aquí, de otra parte, que conocimiento no es igual a información o, por lo

menos, no se reduce a eso. El conocimiento es un pro- ceso complejo y creativo; la

información es más el resultado de ese proceso. De ahí la necesidad de alimentar o

estimular (dentro de las empresas y también a nivel contable) el pensamiento creativo,

pero sin igualar jamás conocimiento a información. La información puede ser descrita y

guardarse en base de datos; a su vez, puede manipularse como datos o activos. Esto no

quiere decir que el conocimiento no se pueda guardar; por lo menos una parte de él; una

parte porque, por ejemplo, los estados de ánimo que motivaron la creación de ese saber

generalmente quedan en el olvido.

La sociedad, y específicamente las empresas, han encontrado que el conocimiento

puede ser administrado, o mejor aún, puede ser explotado y ser considerado como "valor

agregado" de las compañías. De eso no cabe la menor duda; sin embargo, el

conocimiento entendido como proceso creativo y crítico no puede ser cuantificado. El

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problema está en que hoy se intenta medir todo; con frecuencia se olvida que hay

fenómenos o procesos que son inmedibles, intangibles, por no ser cosas manipulables.

Por otra parte, el contexto en el que está inmersa la contabilidad y la sociedad moderna

es la globalización, la internacionalización y la apertura económica, donde los impactos del

conocimiento son vitales. Dentro de es contexto también se desenvuelven los negocios y

la contabilidad es concebida como "el lenguaje de los negocios" donde estos se

caracterizan por "ser múltiples (variados) veloces (casi frenéticos) y complejos (ya no

son entre un deudor y un acreedor)" (Capital intelectual y contabilidad del

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conocimiento). A su vez, "hoy giran alrededor de la generación y agregación de valor

(servicios, información y conocimiento)".

La sociedad de finales del siglo XX y, especialmente, la del siglo XXI erosionan

grandemente los paradigmas de la contabilidad tradicional; como resultado de esto, "los

problemas contables de la nueva centuria giran alrededor de la medición"; esta

revolución fue generada por "el cambio en el paradigma del poder que se dio en el

orbe". "Hoy el mundo no gira, como ayer, alrededor del derecho (la ley) y de la

economía (la riqueza). Gira alrededor de la administración (cumplimiento de objetivos y

manejo de recursos, en forma eficiente) y de la informática (adquisición y uso de la

información, en forma oportuna), con una radical orientación hacia el empoderamiento

del conocimiento". (Ibídem, página 6).

Estos cambios llevan a repensar la contabilidad ya generar un nuevo paradigma más

acorde con la nueva sociedad, donde los conceptos mismos de riqueza, trabajo y capital,

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por ejemplo, han sufrido profundas modificaciones. Todas estas revoluciones, orientadas

en buena medida por la ciencia y la tecnología, dieron inicio a un mundo totalmente

diferente.

LOS RETOS PARA EL SIGLO XXI

¿Cómo responder adecuadamente desde la Contaduría Pública a los nuevos

acontecimientos, que según se ve en estas páginas, tienen por escenario al mundo y al

hombre del tumultuoso siglo XXI y de la sociedad del conocimiento?

El "capitalismo internacional", constituido por sociedades de consumo e innovaciones

tecnológicas eficaces, donde los países desarrollados dominan a otros que no lo son, se

manifiesta en punto de referencia fundamental de la situación actual y del quehacer

contable, en cuyo contó se genera un proceso tendiente hacia una economía del

conocimiento donde fuerzas como la globalización, la intensificación de la información, la

economía neoliberal y, en general, el auge de las tecnologías de punta, son su dirección.

Para responder a los retos que le plantea la sociedad técnica, la Contaduría Pública y la

contabilidad han de reorientar su trabajo y adecuarlo a las nuevas necesidades de esta

sociedad como al presente orden eco- nómico y tecnológico actual. La disciplina

contable, para cumplir cabal- mente su tarea, necesita crear una revolución en el

paradigma contable e involucrar los cambios que vienen produciéndose en Colombia,

América Latina y el mundo entero. Ese paradigma debe pensarse a la luz de la época

postmoderna y a tono crítico con el modelo económico presente, en el que se integre la

crisis económica mundial, sociopolítica y cultural delos regímenes inmersos en ella. Al

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mismo tiempo, para constituirse en un campo verdaderamente científico, requiere

reflexionar acerca de su objeto de estudio, de su marco teórico, de sus métodos,

problemas, reglas de demostración y procedimientos de investigación.

Se trata de crear una cultura contable, a la luz de una nueva concepción de la

contabilidad como de la contaduría pública, la cual permita señalar cómo están

relacionados el hombre, los conflictos sociales, la economía mundial, el conocimiento y

el saber contable dentro de este orden mundial, en el que se encuentra inmerso el desarrollo

de la sociedad postmoderna.

Para tal caso, es necesario sacar al contador público de su estrecho y desconectado

universo profesional, ubicándolo en uno más amplio, pero complejo y universal, en el

que tenga la oportunidad de descubrir otros caminos y posibilidades que antaño se le

habían negado.

Finalmente, la contabilidad como su profesión han de ser orientados a partir de una

investigación rigurosa, que las proyecte dentro de la cientificidad del saber, para así dar

cuenta del cómo y el por qué los hechos con tables se dan como se dan y no de otra

manera. Esto implica, además, una ubicación histórica de la realidad y de las

necesidades contables actuales. Para tal caso, se necesita un proyecto de actualización y

replanteamiento del objeto de estudio, de los métodos, teorías, técnicas y, en general, de

la investigación, la sociedad y la profesión contable. En el campo de la investigación, por

ejemplo, se hace necesario crear un conjunto de teorías que describan positivamente y

expliquen racionalmente la estructura y funcionamiento de la realidad de la que dan

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cuenta la contabilidad y la contaduría pública.

El mundo exige, de otra parte, el ingenio creativo lo mismo que una formación crítica de los

problemas contables como una disposición analítica y transformadora del ejercicio

profesional y de la condición social. El desarrollo económico, social y cultural que la

moderna sociedad ha generado, ciertamente no tiene paradigma en la historia,

constituyéndose de por sí, en el pilar de la futura organización humana. "Sus profundos

descubrimientos científicos y sus ilimitadas posibilidades tecnológicas han colocado al

hombre en una posición en donde el universo entero ha pasado a convertirse en su más

urgente meta, así el progreso de unas cuantas naciones se haya levantado sobre la

opresión de otras". (Mejía Quintana, Oscar. El humanismo crítico latinoamericano.

M.T. Editores, Santafé de Bogotá, 1993). Por eso, "debemos estar atentos a las

manifestaciones de la sociedad de consumo, la cual invita a una fiesta prohibida para el

80% de la humanidad". (El Espectador, domingo 6 de marzo de 1994.

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CONCLUSION

La epistemología contable sepropone averiguar si la contabilidad es una ciencia o no;

indaga, por ejemplo, cuál es el objeto de estudio de la realidad contable, sus métodos,

teorías, técnicas y aplicación; también se propone analizar el contexto histórico e

identificar los problemas y retos que le plantea la sociedad actual a la Contaduría

Pública.

En este sentido, la epistemología contable se propone reflexionar en asuntos

relacionados con la dinámica de la sociedad, la modernización de las instituciones, la

globalización de la economía, la descripción de los negocios y de los hechos

económicos y administrativos que a diario se producen junto a la toma de decisiones.

Por eso se plantea preguntas como ¿cuál es la naturaleza del conocimiento contable?,

¿cuál es su historia?, ¿de qué realidad da cuenta la Contaduría Pública y la misma

contabilidad?, ¿qué problemas han planteado y cómo han intentado resolverlos?,

¿con qué métodos y teorías trabajan y cuál es la validez de cada una de ellas? En

síntesis, la epistemología contable indaga si la contabilidad es una ciencia o no.

La contabilidad no es una ciencia sino "un sistema de medición y comunicación de

hechos económicos y sociales relacionados con un ente específico, que permite a sus

usuarios juicios informados y decisiones conducentes a la colocación óptima de

recursos y al cumplimiento de objetivos de una organización".

La Contaduría Pública, por el contrario, es una "profesión que tiene como objetivos el

establecimiento, desarrollo y evaluación del sistema de información contable y el

análisis de los resultados obtenidos por un ente económico.


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WEB GRAFICA

https://es.wikipedia.org/wiki/Epistemolog%C3%ADa

https://concepto.de/epistemologia/

https://www.ecured.cu/Epistemolog%C3%ADa

https://www.google.com/search?q=epistemologia&ei=o4LuXL_sEqGL5wL1rbWgDg&start=60&

sa=N&ved=0ahUKEwj_yYGH5sDiAhWhxVkKHfVWDeQQ8tMDCOAB&biw=1366&bih=657

https://www.psicoperspectivas.cl/index.php/psicoperspectivas/article/view/667

https://www.scielo.sa.cr/pdf/aie/v17n3/1409-4703-aie-17-03-00774.pdf

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