Вы находитесь на странице: 1из 569

ME

HA SIDO
CONFIADO EL
CORAZÓN DE
UN NIÑO

UN ESTUDIO BÍBLICO
PARA LA VIDA
FAMILIAR
BETSY CORNING
Contenido
Créditos
Dedicatoria
Agradecimientos
Prólogo
Introducción
Cómo sacarle mejor provecho a Me ha
sido confiado el corazón de un niño
1. Nuestro fundamento: Fe en Jesús
Guía para grupos pequeños
Apéndice: Capítulo 1
2. La autoridad de la Palabra de Dios
Guía para grupos pequeños
Apéndice: Capítulo 2
3. Convicciones personales
Guía para grupos pequeños
4. Fundamentos de un matrimonio
bíblico
Guía para grupos pequeños
5. El plan de orden de Dios
Guía para grupos pequeños
6. La trascendencia de las madres y de
los padres
Guía para grupos pequeños
7. Estableciendo autoridad: El temor a
Dios
Guía para grupos pequeños
8. Dirigiendo al niño
Guía para grupos pequeños
Apéndice: Capítulo 8
9. Comprometidos a disciplinar
Guía para grupos pequeños
Apéndice: Capítulo 9
10. Reconociendo y lidiando con la
manipulación
Guía para grupos pequeños
11. Lidiando con la rebeldía: “Nunca te
rindas”
Guía para grupos pequeños
12. Palabras que edifican
Guía para grupos pequeños
13. Protegiendo la mente de un niño
Guía para grupos pequeños
14. Construyendo el carácter
Guía para grupos pequeños
Apéndice: Capítulo 14
15. Creciendo en disciplinas piadosas
Guía para grupos pequeños
Apéndice 1: Capítulo 15
Apéndice 2: Capítulo 15
16. Creciendo en relaciones
Guía para grupos pequeños
Un vistazo a la memorización de las
Escrituras
Endosos
Me ha sido confiado el corazón de un niño
© 2016
Derechos reservados.

Para la edición en español, a menos que se indique lo contrario, todas las Escrituras han sido tomadas de la
Edición Reina Valera 1960.

Las Escrituras citadas con la abreviatura (NVI) han sido tomadas de la Nueva Versión Internacional de la
Biblia.

Las Escrituras citadas con la abreviatura (LBLA) han sido tomadas de La Biblia de las Américas.

Las Escrituras citadas con la abreviatura (LBLH) han sido tomadas de la Nueva Biblia Latinoamericana de
Hoy.

La foto de la portada © 2008 iStockphoto.com/A-Digit

Imagen de fondo de la cubierta de atrás


© 2008 iStockphoto.com/Nicholas belton
ISBN: 978-1-944783-41-9
A mi familia
y a cada familia que vive para Jesús
y que persevere firme hasta el final.

AGRADECIMIENTOS

Este libro no se hubiera terminado sin la ayuda y apoyo de unas personas que
trabajaron con un amor incansable. Quiero dar las gracias a Nancy McDonaugh
por su compromiso con nuestro ministerio de más de catorce años, editando hora
tras hora. Quiero dar las gracias también a Joan Wagner por su ayuda en la
edición y su atención a los detalles. Estoy muy agradecida por el trabajo de ellas
para que esta obra se realizara.
Quiero dar gracias especialmente a mi hija Emily Krauklis, la cual ha
dejado sus huellas personales en cada diseño gráfico desde que Me ha sido
confiado el corazón de un niño comenzó. Ella empleó miles de horas trabajando,
a pesar de ser una madre bien atareada. Estoy tan agradecida por su contribución
colosal con los diseños, tipografía y gráficas de este libro.
Gracias David, mi amado y mejor amigo, por hacer que mi vida y mi
matrimonio sean más valiosos cada año y por tu liderazgo de amor y apoyo en
este empeño.

PRÓLOGO

¡Hombres, Aquí está su oportunidad! Me ha sido confiado el corazón de un


niño es un ministerio que se ha estado ofreciendo por más de catorce años a
miles de madres. Las verdades que contiene este libro han impactado a miles de
familias a través del país y alrededor del mundo. Un comentario que mi esposa
Betsy escucha constantemente es: “¿De qué manera puede mi esposo aprovechar
este estudio?”
Ahora, hombres, con este libro, ustedes también tienen la oportunidad de
participar. Pueden estar más activos en el proceso de honrar y glorificar al Señor
Jesús con su matrimonio. Yo recomiendo altamente que lo lean, lo estudien, e
inclusive que se hagan parte del estudio de grupos pequeños. Consideren
reunirse con otras parejas para que puedan discutir e implementar la enseñanza
que este libro ofrece a las familias.
No sean pasivos en cuanto a su esposa e hijos. Es hora de que se conviertan
en hombres conformes al corazón de Dios, esposos conformes al corazón de su
esposa y padres que toman el reto de que se les ha confiado el corazón de su
niño. ¡Comiencen con mucho ánimo!

–David Corning, agosto de 2012



INTRODUCCIÓN

L as familias son la base creada y bendecida por Dios para sostener la unidad
de la sociedad. Son el campo que Dios ha escogido para dar a la vida seguridad,
propósito y contexto, cuando entendamos y aceptemos el diseño de Dios para
ella. Pero más que nada, las familias crean una herencia más eterna que
temporal. En el plan de Dios, las familias son para siempre.
Desde el comienzo, Satanás ha tratado de minar la familia. La familia de
Adán y Eva tuvieron muchos tropiezos al principio. El primer matrimonio
sucedió poco antes de que ocurriera la primera disputa cuando se trató de buscar
de quién era la culpa de haber desobedecido a Dios. Es difícil de imaginar como
el primer niño nacido pudo haber matado al segundo (Abel). ¿Cómo es posible
que una familia en tan mal estado desde el principio, continúe saliéndose de
curso? ¿Cómo es posible que las familias puedan verdaderamente vivir para el
Señor y edificar una herencia santa para sus descendientes viniendo de un
camino tan pedregoso? La razón por la cual la familia ha sobrevivido es simple:
porque Dios está en ella. Dios ha decidido bendecir a la familia y se ha
asegurado de que continúe existiendo. La familia es una expresión de los
caminos de Dios y de Sus deseos para su sobrevivencia y éxito. Dios siempre ha
preservado y seguirá preservando la familia, a pesar de los ataques que van en
aumento para destruirla. Ya que Dios está a favor de la familia, tenemos todas las
razones para ponerla bajo Su cuidado.
Como hijos de Dios en Cristo, tenemos que procurar la integridad y ser
ejemplo de familias bíblicas. Éste es el propósito del ministerio ME HA SIDO
CONFIADO. Dios está trabajando—con una familia a la vez—Dios fuerte a
todos los que en Él confían.
Los matrimonios tenemos una responsabilidad seria de vivir una vida
familiar de acuerdo a las Escrituras. En la sociedad, existe un desliz extremo en
la manera de vivir para Cristo y aún en algunas iglesias. El sentido común solía
ser basado en lo bíblico. Ahora, el ser padres y la vida familiar se basan en lo
que yo escoja o lo que esté siguiendo la mayoría. La erosión de lo que antes se
consideraban principios bíblicos aceptados para la formación de la estructura
familiar está produciendo caos en las vidas de las personas. A veces en nuestras
iglesias, se emplean energías y recursos en consejería y en re-dirigir a las
familias. Muchas familias jóvenes, incluyendo familias de pastores, se
encuentran en la posición difícil de convertirse en modelos para su congregación
debido a que nadie les enseñó a ellos como hacerlo. No solamente se sienten
inseguros en cómo manejar a sus familias, sino que también cargan con la
responsabilidad de su iglesia.
Me ha sido confiado el corazón de un niño nació de la necesidad de ayudar
a las familias a establecerse en principios bíblicos para poder construir un
fundamento fuerte. La creencia de este ministerio es que cuando reforzamos a
una familia en el Señor, estamos reforzando al Cuerpo de Cristo en general, la
Iglesia. ¿Dónde más podemos encontrar a las diferentes edades entrelazadas de
manera tan hermosa como en las familias? El diseño de Dios no es de segmentar
a las personas de acuerdo a sus edades, sino de entrelazar las edades para el
beneficio de cada uno, como se encuentra en Tito 2:3-5 (las mayores enseñan a
las menores su conocimiento de lo verdadero).
Hoy más que nunca, la sobrevivencia de la familia depende de la Iglesia. En
general, la sociedad ya no valora ni protege la integridad de la familia como se
hacía en el pasado. Yo creo que según la sociedad va desintegrándose, más y más
personas irán buscando a la Iglesia como un lugar al cual pertenecer. La Iglesia
se convertirá en un santuario para las personas que buscan el significado creado
para la familia como diseño y plan de Dios. Dios siempre sabe lo que hace. Sus
diseños son perfectos y se van haciendo más relevantes a medida que va pasando
el tiempo. Su Palabra comprueba que sí se aplica a hoy día, al igual que se aplicó
al tiempo en que fue escrita.
Muchos son los maravillosos caminos en los cuales Dios trabaja, y la
familia es un brillante ejemplo. Las personas que vienen de familias divididas,
necesitan ser guiadas a la verdad—al diseño de Dios. Las iglesias están viendo la
necesidad de desarrollar una cultura bíblica que enseñe cómo ser padres y cómo
conducir una vida familiar. Una intervención temprana evitará que las familias y
las iglesias vayan de crisis en crisis y esto permitirá que se puedan concentrar en
el crecimiento de los discípulos de Cristo.
Yo he tenido el privilegio de presentar el material de este libro a madres de
todas las edades durante muchos años. Te darás cuenta de que ésta es la
audiencia primordial en quien pienso mientras escribo, pero por favor, también
tengo a los esposos en mente, aunque ellos no lleven la responsabilidad primaria
de criar. Yo sé que yo no podría hacer lo que hago sin el apoyo de mi esposo.
Valoro nuestra asociación única. Pero mi experiencia primaria de criar hijos la he
tenido por ser mujer y ésta es mi forma primaria de comunicarla.
Así que permítanme comenzar a decirles algo a los esposos que están
leyendo estos capítulos. Tú, como padre, tienes grandes oportunidades de hacer
que el trabajo de tu mujer conlleve gozo, si la apoyas y la alientas en sus tareas
repetitivas y cruciales que ella tiene como mamá. Debido a que Dios diseñó a la
mujer para llevar la crianza temprana de los niños, es crucial entender el rol del
esposo en el plan de Dios. Yo estoy segura de que tú te beneficiarías en formas
sorprendentes si te involucraras en el desarrollo de tu rol. Debido a que Dios
diseñó a la mujer para criar al niño en su infancia, es crucial comprender el lugar
del esposo en el plan de Dios. Según Dios diseñó la necesidad de un hombre y
una mujer para procrear, también es cierto que la intención de Dios es que ese
niño sea criado por el esfuerzo unido de un esposo y una esposa. A pesar de que
el trabajo es grande y da miedo, yo veo ejemplos de familias que están
cultivando la fe y peleando la buena batalla. Tengo el gozo de ver padres jóvenes
que han tenido la confianza que pueden criar y entrenar a sus hijos en la manera
“buena y correcta”. He visto la luz de la responsabilidad encenderse cuando los
padres se han dado cuenta de que Dios les ha confiado el bienestar y la disciplina
de sus hijos con un compromiso máximo. He visto a familias hacer cambios
difíciles para beneficio de su familia cuando se han dado cuenta de que ellos son
los que están a cargo y no sus niños. He visto adultos darse cuenta que tienen
que ser adultos y que tienen que enseñar a sus niños lecciones difíciles. Me
regocijo en ver familias cuando le dan la bienvenida a Dios y le dan un lugar
central en sus hogares y desarrollan convicciones que le honran.
Las convicciones familiares que David y yo hemos adoptado temprano en
nuestra vida matrimonial, han sido comprobadas en nuestras vidas. Y después de
treinta años, hemos visto lo mismo multiplicado en las vidas de otros. Lo que
sabemos ahora, ciertamente no comprendíamos cuando comenzamos nuestra
familia. Este libro es un regalo para las familias jóvenes, para que comiencen
mucho antes de cuando David y yo comenzamos. Ahora, con mucho placer,
hemos visto la lealtad de nuestras convicciones y también a otra generación—
nuestros nietos. Le damos la gloria a Dios por Sus maravillosos caminos y por
Su regalo, la familia. Nuestra oración es que este libro con sus verdades
contenidas, les inspiren a reclamar a su familia para la gloria de Dios.

—Betsy Corning

CÓMO SACARLE MEJOR PROVECHO A ME HA SIDO CONFIADO EL
CORAZÓN DE UN NIÑO

P ara garantizar el beneficio a largo plazo de la enseñanza de este recurso,


sugerimos grandemente que sigan los pasos que se indican a continuación.

¡LEAN LOS CAPÍTULOS!

Como pareja, comprométanse a leer cada capítulo y a compartir sus


pensamientos, esperanzas y frustraciones. Traten de entender cómo cada uno de
ustedes piensa y sean un equipo. Lean los capítulos juntos si es posible. Marquen
el libro. Úsenlo para su familia y háganlo parte de su historia familiar. Apunten
las preguntas adicionales para la discusión en grupos pequeños.

¡MEMORIZEN LOS VERSÍCULOS!

La Palabra de Dios tiene poder, ¿amén? Por esta razón, los versículos
bíblicos aparecen escritos, para beneficiar su estudio. Mi meta no es de darles
nuestra opinión, sino de confiar a su familia con las propias Palabras de Dios.
Por lo tanto, hemos destacado unos versículos particulares que mejor reflejen el
tema de cada capítulo. Comprométanse a memorizarlos—esto requerirá hacer un
esfuerzo, pero será menos costoso en comparación al beneficio que obtendrán
meditando en las verdades importantes, confiables, incambiables y autoritarias
de la Palabra de Dios. Para ayudarles aún más a memorizar los versículos,
hemos provisto tarjetas de memorización de las Escrituras perforadas en la parte
de atrás de este libro. Acepten esto como una asignación requerida para su grupo
pequeño de estudio. Si tú estás interesado/a en más recursos tales como nuestro
CD de Memorización de las Escrituras con música, puedes hacer un pedido a
través de nuestra red que es: www.EntrustedMinistires.com.

¡OREN!

Cada capítulo termina con un resumen y compromiso de oración. Léanlos


como pareja y úsenlos como un catalizador para que oren juntos, según van
leyendo cada capítulo. Esposos, tomen a su esposa de la mano y comiencen.

¡ÚSENLO EN EL GRUPO PEQUEÑO


DE ESTUDIO!

Al final de cada capítulo, encontrarán una guía de discusión para el grupo


pequeño. Ésta guía es un mapa general para guiar a las parejas a través del
material de este libro. Ésta incluye:
Memorización de las Escrituras : La disciplina de memorizar la Palabra de
Dios es para alentar a los participantes a que continúen con esta buena práctica y
para la meditación.
Tiempo de parejas: Dediquen un tiempo para enfocarse y discutir y aplicar
lo leído que se ha provisto dentro de la estructura de grupos pequeños. Esto
también ayudará a apartar el tiempo necesario para concentrarse y trabajar en
asuntos e implementar cambios.
Aplicación en el hogar: Es un reto o desafío escrito para cada pareja para
aplicarlo a la familia.
Declaración para el hogar: Es un resumen o declaración para el hogar
donde la pareja escribe un cambio o aplicación a la cual se quieren comprometer
y una breve oración de compromiso.
Tiempo de discusión para grupos pequeños: Las parejas se vuelven a
reunir en grupo para la discusión dirigida por el líder del grupo pequeño. Ésta no
es una ocasión para traer situaciones desagradables al grupo ni tampoco es un
foro de consejería para miembros específicos de la familia. Usen este tiempo
sabia y productivamente para recibir sabiduría de la Palabra y de otros miembros
del grupo.
Oración: El grupo cierra en oración, enfocados en la enseñanza principal.
a Nicodemo una pregunta que
1
NUESTRO FUNDAMENTO: FE EN JESÚS
LOS PADRES PIADOSOS ABRAZAN A JESÚS COMO SU SEÑOR Y SALVADOR

Si Jehová no edifica la casa,


en vano trabajan los que la edifican;
si Jehová no guarda la ciudad,
en vano vela la guardia.
Salmo 127:1

¡L os niños son seres especiales! Que privilegio es el de cumplir con el papel


de ser padres y aún de ser abuelos en sus vidas. Yo disfruto las maneras
maravillosas por las cuales ellos aprenden y piensan y lo rápido que absorben los
detalles. Cuando mi nieto David cumplió cinco años, lo llevamos a un almuerzo
especial. El almuerzo de celebración fue servido en un bote, en un restaurante.
No, no fue en un restaurante en un bote, sino en un bote de verdad, dentro del
agua, convertido en un restaurante. Mientras David y sus dos hermanitos
pequeños asimilaban el ambiente, Emily, su madre; Caronie, mi hermana y yo
decidimos entablar una conversación más seria con David en tan importante
cumpleaños. Al fin y al cabo, yo me recuerdo de cuando cumplí cinco años.
¿Acaso tú no?
Y así continuamos dirigiendo una serie de preguntas interesantes al pequeño
David para ponerlo a pensar. De pronto, Caronie le preguntó: “¿Qué quieres ser
cuando seas grande?” David no tuvo que pensarlo dos veces. Mientras
esperábamos una respuesta típica, como bombero o doctor, él simplemente dijo:
“Cortar con un cuchillo”.
Nos sorprendimos. ¿A qué se referiría? Pero él estaba seguro de lo que
había dicho. Las aspiraciones de David eran de ser como su papá. Él
simplemente anhelaba el día que pudiera cortar con un cuchillo como lo hacía su
papá cuando iban de pesca. Que agradable sorpresa de poder ver la vida a través
de los ojos de un niño. Ellos nos observan y aprenden sobre la vida a través de
nosotros—¡qué responsabilidad tan formidable!
Los pensamientos simples de un niño guían a un padre que está poniendo
atención a entender el corazón de éste y a guiarlo en el camino de justicia. La
sencilla meta que yo tengo al escribir este libro es de alentarlos a que ustedes
sean padres diligentes.
ME HA SIDO CONFIADO

Si estás criando hijos, ya te habrás dado cuenta que pasan cosas que nos
alertan acerca de su naturaleza espiritual. Todo comienza más o menos cuando
tienen sólo seis u ocho meses de edad y comienzas a observar que ellos tienen su
propia voluntad. Hasta ese momento, tú eres el/la que ha estado totalmente en
control. De momento, ellos descubren (y tú también) que ellos pueden rehusarse.
¡Pueden decir “no” y también “sí” antes de aún poder hablar! Pueden decidir
obedecerte y mirarte calmada y directamente a los ojos. Según tu autoridad dada
por Dios, es la responsabilidad de ustedes los padres de entrenarlos a someterse a
su autoridad y a la de Dios. Ellos necesitan recibir lecciones de sumisión antes
de que puedan entenderlas. Cuando los alzamos de brazo y los sacamos del
peligro, también los estamos enseñando a que hay alguien más sabio en sus vidas
a quien deben someterse.
Nuestro ministerio de enseñar a criar a nuestros hijos se titula Me ha sido
confiado el corazón de un niño, el cual reconocerás como el título de este libro.
Confiar (o encomendar) significa puesto a cargo de, cuidar y proteger a otro. En
términos humanos, cuando se nos confía, estamos declarando que valoramos lo
que se nos ha sido confiado. Dios te ha confiado con el cuidado de cada uno de
tus hijos. Él está vitalmente interesado en cómo los cuidas y cómo los entrenas.
Nuestro papel como padres es una posición de confianza porque cuidamos
de nuestros hijos y los entrenamos para Él. Ellos son criaturas especiales y Dios
nos los ha dado como un regalo eterno. Él nos ha dado a nuestros hijos
específicos a nosotros.
Como esposa, puede que pienses: ¿Y qué tal mi esposo? Él es mío
únicamente. Él es un regalo de Dios para mí. Los esposos piensan de la misma
manera.
Sí, pero ustedes se escogieron a sí mismos. Entre todas las posibilidades en
el mundo, tú escogiste a tu pareja.
Pero no escogemos a nuestros niños. Dios nos los otorga. No es un
accidente que mis niños sean mis niños ni que los tuyos sean los tuyos. No han
nacido por accidente. Ellos pueden venir de sorpresa, pero no son sorpresa para
el Creador del universo.
El Salmo 104:30 declara: “Envías tu Espíritu, son creados, y renuevas la
faz de la tierra”. El Salmo entero habla del papel de Dios como Creador de
todo. Génesis 2:7 se torna personal: “Entonces Jehová Dios formó al hombre
del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un
ser viviente” (énfasis añadido). Éste es el milagro del nacimiento.

¿Te acuerdas cuando cada uno de tus niños nació y esperabas por ese bebé
que tomara su primer aliento? ¿De ese primer aliento que Dios le daba en ese
momento? Quizás aguantaste la respiración para poder escuchar y testificar ese
milagro del aliento de vida. Esos son momentos inolvidables, cuando sentimos la
presencia de Dios cerca de nosotros.
Quizás estás pensando, Bueno, ¿y qué tal del niño nacido a una adolescente
soltera o la madre que no quería en verdad tener un niño, u hombres y mujeres
que no quieren a sus hijos? Aún son regalos de Dios; aún son creados porque Él
los creo divinamente y sopló el aliento de vida en ellos. De hecho, cada vida que
continúa sucede porque Dios sostiene su aliento. El Salmo 104:29 dice: “Si les
quitas el aliento, mueren y vuelven al polvo (NVI)”.
Hay personas que cometen actos terribles y pecaminosos como el rapto, el
incesto y la promiscuidad, pervirtiendo la manera en que Dios quiso que los
niños fueran traídos a este mundo. Estos pecan contra Dios para satisfacer sus
propios apetitos y aún Dios sigue ordenando que los niños sean creados. Son
todavía Su regalo, Su señal de bendición. Hay algo en nosotras las mujeres que
sabe, aún en situaciones desesperadas, que el bebé es un regalo de Dios, una
bendición.
Dios específicamente los escogió a ustedes para ser los padres de sus niños
y Él les está confiando su cuidado—de criarlos para glorificar únicamente a
Dios. Éste es el propósito por el cual ellos fueron creados. A nosotros se nos ha
dado vida para glorificar a Dios aunque no todo el mundo cumpla con ese
propósito.

UNA EXPERIENCIA HUMILLANTE

En Daniel 5:22-23, Daniel salió en exilio para Babilonia y habla la verdad


de Dios al Rey Belsasar. Belsasar era de la línea de reyes de Babilonia,
descendiente de Nabucodonosor, el rey que construyó Los jardines colgantes de
Babilonia (una de las Siete maravillas del mundo). Como te podrás imaginar, la
vida era lujosa en Babilonia. Aunque Daniel era técnicamente todavía un
esclavo, los reyes de Babilonia confiaban en él.
Los babilonios aparentaban tenerlo todo, pero su época de dominar ya se
estaba terminando. Ellos vivían en lo que es Irak hoy día y estaban al borde de
un posible estado de sitio de parte del ejército persa (Irán hoy día). La confusión
en esta región del mundo viene de muchos siglos atrás. El Rey Belsasar,
voluntariamente, estando consciente del peligro inminente que encaraba su
reino, hizo una celebración de indulgencia desordenada, de sensualidad sin
restricciones. Hoy día le hubiésemos llamado a esto un caso real de negación.
De pronto, una mano comenzó a escribir en la pared—sólo una mano—
formando series de palabras. Por supuesto que el rey se quedó perplejo en medio
de su tumultuosa diversión. Se puso pálido del miedo y llamó para que alguno le
explicara la inscripción. Ninguno de los magos podía interpretar las palabras, así
que llamaron a Daniel porque él era conocido por tener “un espíritu especial” (el
Espíritu Santo). Daniel habló a Belsasar y le dijo que la mano de Dios había
escrito en la pared. Este mensaje significaba para Belsasar un destino amargo
inminente. Daniel dijo:

Y tú, su hijo Belsasar, no has humillado tu corazón,


sabiendo todo esto; sino que contra el Señor del cielo te

has ensoberbecido, e hiciste traer delante de ti los vasos


de su casa, y tú y tus grandes, tus mujeres y tus
concubinas, bebisteis vino en ellos; más de esto, diste
alabanza a dioses de plata y oro, de bronce, de hierro, de
madera y de piedra, que ni ven, ni oyen, ni saben; y al
Dios en cuya mano está tu vida, y cuyos son todos tus
caminos, nunca honraste (Daniel 5:22-23).

Daniel le dijo al rey: “¡Dios tiene tu aliento en Su mano! Aunque tú piensas que
eres algo especial, ¡Dios te puede quitar la vida en un instante!” Y eso es
precisamente lo que pasó. Dios le quitó la vida al rey esa misma noche. A él se le
dio vida para glorificar a Dios, pero no lo quiso hacer. Si nosotros pensamos que
podemos construir algo aparte de Dios, nos engañamos a nosotros mismos.
Nuestros esfuerzos serán en vano porque no podemos ni siguiera tomar el
próximo aliento sin Él. Eclesiastés 8:8 dice: “No hay hombre que tenga
potestad sobre el espíritu para retener el espíritu, ni potestad sobre el día de
la muerte; y no valen armas en tal guerra, ni la impiedad librará al que la
posee”.

LA MOTIVACIÓN DE SER PADRES PIADOSOS

Eventualmente, nosotros le devolvemos el cuidado y la protección de


nuestros niños a Dios porque sabemos que en realidad ellos le pertenecen a Él.
Los padres piadosos continúan recordándose que durante los primeros veinte
años y pico de sus vidas, tienen un llamado a ser buenos mayordomos de sus
hijos.
Pero al final de nuestras vidas, queremos poder decir: “No tengo yo mayor
gozo que éste, el oír que mis hijos andan en la verdad” (3 Juan 1:4).
¿Has escuchado este dicho? “En cien años no importará lo mucho que
hayas tenido en tu cuenta de banco o qué tipo de auto habrás conducido, sino que
el mundo será un lugar diferente porque habrás jugado un papel importante en la
vida de tu hijo”.
¿Cuánto más se hará verdad este dicho a la luz de la eternidad y cómo
podrás impactar a las generaciones futuras de tu familia? No vas a desear haberle
dedicado más tiempo a tu colección de mariposas. Así que la próxima vez que
cambies el pañal de tu bebé o limpies la mochila apestosa, pensarás en términos
del gran privilegio que es estar involucrado en esos detalles minuciosos en la
vida de un joven. Como el anciano Apóstol Juan, algún día querrás saber que tus
hijos (tus hijos espirituales) y otros miembros de la familia se encontrarán
contigo en el cielo. Gracias a Dios por la esperanza celestial de que podremos
reunirnos.
Cuando mi mamá murió durante las Navidades del 2003, la lección de lo
que verdaderamente es importante en la vida en este mundo quedó para siempre
grabada en mi memoria. Mi hermana llamó a mi casa en Wisconsin
informándome de que a nuestra mamá le quedaban sólo unas horas de vida. Yo
había hecho el viaje a Chicago lo más frecuentemente posible el año anterior. La
llamada de Caronie me puso en alerta de que lo que habíamos pensado que era
inevitable, ahora era inminente. Yo llegué a casa justo a tiempo para decirle a mi
querida mamá unas palabras preciosas antes de que ella cerrara los ojos para
siempre.
Aunque Mamá estaba sólo en un estado semiconsciente, ella estaba
claramente esperando que todos en la familia le hablaran a su oído y le
aseguraran que la volverían a ver otra vez. La enfermera del hospicio vino a la
casa y tiró todos sus medicamentos, diciendo que sólo le quedaba como una hora
de vida. Le descontinuamos la medicina que le poníamos debajo de la lengua
cada treinta minutos. Mi mamá tenía una voluntad increíble y un espíritu
trabajador. Ella es mi supremo ejemplo de “terminar la carrera con valentía”.
Increíblemente, más allá de las predicciones médicas, ella aguantó treinta y seis
horas adicionales para esperar a dos miembros de la familia.
Cuando mi hermano, su único hijo varón, le habló, estábamos seguros de
que ella moriría rápidamente. Pero luego me di cuenta de que en su estado
semiconsciente, ella había mencionado a nuestro hijo Luke, que llegaría a casa
en dos días. (Ella era la que tenía la mejor memoria de fechas entre todos los que
yo conocía). Ahí fue que yo realicé que estaba esperando por Luke.
Pero Luke estaba en Afganistán en una misión de ocho meses con
“Samaritan’s Purse”. Mi mamá estaba en lo correcto que él vendría a casa en dos
días, pero ella no se daba cuenta que tomaría dos días adicionales en llegar a
casa. Mi corazón estaba roto. Ella estaba literalmente aferrada a su vida,
esperando a Luke y él no llegaría a tiempo.
Yo sabía que Luke estaría viajando en camión la primera parte de su viaje
hacia Uzbekistan. Orando para que pudieran comunicarse con él, llamé a
“Samaritan’s Purse” en Carolina del Norte para que se comunicaran con el
recinto militar de Afganistán. Para hacer el cuento largo un poco más corto,
nuestro Luke pudo ser contactado vía satélite en treinta minutos de mi llamada,
antes de salir en su viaje. Si ya él hubiese salido, hubiera estado incomunicado
por las próximas veinticuatro horas. Yo estoy bien agradecida por la persona que
ayudó a que se efectuara esa llamada. Luke habló con su abuela por cuarenta y
cinco minutos y le dijo todas las cosas que a él le gustaban de ella y ella le dijo
que especialmente estaba alegre de que él la vería un día en el cielo. Ella murió
treinta minutos después de esta llamada. Él fue el último de sus siete nietos y
cuatro hijos en hablar con ella.
Al final de nuestras vidas, no importará si habremos visitado mil lugares,
sino lo que importará será que estaremos descansando en la presencia del Dios
Todopoderoso.
El verso de la tercera epístola de Juan significará algo para ti algún día, si es
que ya no lo significa. Si será importante en el futuro, entonces debería ser
también importante para hoy. No puedes esperar que tus hijos un día anden en la
verdad si tú no estás andando en ella en el presente. Este versículo afecta donde
tú te encuentras con Cristo ahora mismo y hasta qué punto querrás construir un
fundamento bíblico para tu familia que dure por una eternidad.

DEJA QUE DIOS EDIFIQUE TU CASA

Debido a que la intención primordial de este libro es que sea leído e


implementado por parejas, quiero comenzar enfatizando de qué manera el
esposo y la esposa pueden establecer un tipo de relación para que se les pueda
confiar el corazón de un niño. Nosotros no nos convertimos en padres piadosos
debido a nada que haya en nosotros mismos. Decir que alguien es “piadoso”
significa que está viviendo su rol—como esposo o esposa o padre o madre—con
Dios como su autoridad soberana. Por lo tanto, buscar la piedad no es buscar la
justicia propia, sino reconocer que Dios es quien hace posible que tengamos una
vida que lo honra. Cuando tratamos de ser piadosos, en esencia, estamos
declarando nuestra dependencia en Dios para que nos ayude a llevar Su plan
bíblico para nuestros matrimonios y familias. Primero necesitamos una visión
correcta de nosotros mismos y una visión correcta de Dios.
Con esto ya entendido, pensemos sobre un versículo bíblico que nos sirva
de espina dorsal para este capítulo: “Si Jehová no edificare la casa, en vano
trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela
la guardia” (Salmo 127:1).
Por favor, lee este versículo bíblico varias veces y comprométete a
memorizarlo. Un compromiso de memorizar los versículos lemas para cada
capítulo de este libro te equipará con algunos de los pasajes más poderosos sobre
el tema de ser padres. De hecho, si ustedes se habitúan a leer en voz alta los
versículos citados en esas páginas, estarán comenzando a dejar que la Palabra de
Dios se quede en sus corazones y mentes. Necesitamos que las Palabras de Dios
estén a nuestra disposición en cualquier momento.
La idea de este versículo lema ciertamente suena bonito. Yo quiero que el
Señor construya mi casa, ¿acaso no tú? ¿Pero cómo sabemos en realidad si el
Señor está construyendo nuestra casa? En este versículo, la palabra “casa” se
refiere a nuestros “hogares” y más específicamente a nuestras familias, ¿pero
cómo podemos saber que esto está sucediendo? ¿Podemos en realidad saber? Sí,
podemos. Al final de este capítulo, encontrarás la respuesta a esta pregunta.

VERIFICANDO NUESTROS ALREDEDORES

¿Has estado perdido/a alguna vez? Me refiero a verdaderamente perdido/a


—con miedo, perdido/a sin esperanzas? Quizás recuerdes algún incidente donde
te perdiste en el bosque o te separaste de tus padres durante un paseo. O quizás
recientemente diste un giro errado o tomaste el camino equivocado y terminaste
totalmente desorientado/a. Yo soy un poco aventurera y me he enredado en la
confusión de Chicago cuando he estado explorando. Hasta que tú y yo no nos
orientemos en la vida, no podremos estar seguros de la dirección hacia la cual
debemos dirigirnos.
Hace varios años, nuestro hijo Luke estaba haciendo un internado en una
zona residencial de Detroit. Él había visitado unos amigos durante el fin de
semana y regresaba a través de Detroit muy tarde en la noche. Esto sucedió antes
de que la tecnología de los GPS estuviera disponible. De momento se dio cuenta
de que estaba bajo en gasolina y que tendría que pararse a echar gasolina lo más
pronto posible. Tendría que salirse de la autopista principal para meterse en unas
calles solitarias y oscuras de Detroit. Esto lo perturbó. Él dio la vuelta y no podía
encontrar el camino para regresar a la autopista. Acerca de las 12:30 de la
madrugada, nuestro teléfono de la casa en los suburbios de Chicago sonó. Él nos
informó sobre su dilema y me dijo donde se encontraba más o menos. No estaba
familiarizada con el área, pero me metí a la computadora y pude localizar donde
él estaba y lo pude guiar (sólo porque él me dijo como hacerlo). Le tomó como
unos veinte minutos hasta encontrarse en territorio que le era familiar.
¡Afortunadamente, él había aprendido a pedir direcciones!
Perderse puede ser deprimente, especialmente si vamos tarde. Todos nos
podemos relacionar con la prisa frenética cuando perdemos los puntos de
referencia y el reloj parece estar corriendo. Parece una tremenda pérdida el estar
perdido, ¿no es así? Pero una pérdida aún más grande es el no aceptarlo o no
darse cuenta. ¡No importa cuánto progreso pensemos que estamos teniendo, si
no tenemos idea de hacia dónde vamos!
Una de las cosas que la Biblia declara acerca de nosotros es que todos
entramos a este mundo espiritualmente perdidos. De hecho, las Escrituras dicen
que sin Cristo estamos perdidos sin esperanza. En el contexto espiritual, estar
perdido es el polo opuesto a tener esperanza. Así que estar perdido
espiritualmente es vivir sin esperanza. La Biblia da un cuadro claro de la
descripción de una persona perdida a través de cómo la describe Jesucristo
mismo en Lucas 4:18-19. Jesús está citando versículos del Antiguo Testamento
que se encuentran en Isaías: “El Espíritu del Señor está sobre Mí, por cuanto
Me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar
a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a
los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos. A predicar el año agradable
del Señor”.
Estos versículos hablan de varias necesidades sociales y físicas que tiene la
gente, pero también da cuatro descripciones de una persona espiritualmente
perdida. Jesús miraba a estas personas de ambas maneras—como humanos
viviendo en un mundo caído y como posibles hijos de Dios viviendo al borde de
la eternidad. Ante los ojos de Jesús, la persona espiritualmente perdida es pobre
(es decir, su espíritu está en bancarrota), está cautiva (es decir, es esclava del
pecado), está ciega (es decir, es incapaz de discernir asuntos espirituales) y
oprimida (es decir, esclavizada y sin esperanza eterna).

Descripción de la persona perdida


Pobre — Bancarrota espiritual
Cautiva — Esclavo del pecado
Ciega — Incapaz de discernir asuntos espirituales
Oprimida — Esclavizada y sin esperanza eterna

Piensa en estos versículos cuidadosamente. ¿Acaso esta descripción de la


persona perdida se aplica a ti de alguna manera? ¿Cuántas de estas expresiones
describen tu vida ahora mismo?
La última parte de estos versículos “el año agradable del Señor” se refiere
a la primera venida de Jesús. Esta cita de Lucas termina en ese punto, mientras
que en la profecía de Isaías, la cita continúa con “y el día de la venganza del
Dios nuestro” (Isaías 61:2). Él estaba profetizando que vendría Uno el cual
daría esperanza a los perdidos. Cuando Jesús citó estas palabras en Lucas 4, Él
estaba diciéndole a la gente que Él era Aquél, el Mesías y el Único que podía
liberarnos. Luego Él dijo: “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de
vosotros” (Lucas 4:21b). Isaías completa esta profecía diciéndonos que no sólo
el Mesías vino a salvarnos, pero que Él vendrá otra vez a juzgar a aquellos que
no han puesto la fe en Él para liberarlos. Esto es lo que significa “el día de la
venganza de nuestro Dios”.
Estas palabras de Jesús son verdaderamente la pregunta central de nuestro
primer capítulo: Hoy, ¿Tienes la esperanza segura de la eternidad con Cristo?
Si no estás seguro/a de la respuesta a esta pregunta, el propósito de este
capítulo es de clarificar tu posición en Cristo. Si estás seguro/a de tu respuesta a
esa pregunta, la próxima sección clarificará la conexión entre tu relación
personal con Dios y como ésta se manifiesta en tu matrimonio y familia.
A través de este libro vamos a ir paso a paso sobre cómo se construye un
hogar bíblico con propósito y metodología, empezando con lo fundamental para
que nadie sienta que se ha quedado atrás. Los primeros dos capítulos se
enfocarán en contestar dos preguntas cruciales:

¿Quién es Jesús para mí?


¿Qué es la Biblia para mí?

Si estas piezas fundamentales no están en su lugar en tu vida, se hará


evidente pronto. Prepárate a verificar tus fundamentos.

COLOCANDO EL FUNDAMENTO

Isaías 28:16 dice: “¡Yo pongo en *Sión una piedra probada!, piedra
angular y preciosa para un cimiento firme; el que confíe no andará
desorientado” (NVI). La piedra angular de nuestra fe es Jesucristo. De hecho,
Jesús hizo este punto claro en Mateo 7:24-27 cuando dijo:
Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a
un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y
vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó,
porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas
palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su
casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y
dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.
Una vida construida en cualquier otro fundamento que no sea Jesús es como
construir una casa sobre la arena. Esta estructura no se mantendrá de pie ante las
inevitables tormentas de la vida, las cuales todos tenemos que encarar.
La primera pieza fundamental es nuestra creencia y confesión de fe en
Jesús. “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si
Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia” (Salmo 127:1). Nota
que en nuestro versículo tema para este capítulo, el proceso de construcción es
simultáneo. Confiar en el Señor para construir no significa que no estemos
involucrados en el proceso, pero sí significa que no podemos construir nada
duradero por nuestra propia cuenta. Y el tiempo que se lleva no está medido por
normas mundanas—estamos construyendo para la eternidad. Si no queremos que
nuestros esfuerzos sean en vano, debemos depender totalmente del Señor para
construir nuestras familias. Poniendo nuestra fe en Él es un compromiso
fundamental que nos mantiene dependiendo de Él, quien es fiel a Su Palabra.
Esto nos asegura que nunca estaremos perdidos o separados de Él o sin
esperanza.
El escritor del Salmo 127 fue el Rey Salomón, quien también escribió
Eclesiastés. Quizás puedes notar unas indicaciones por las palabras que él
escogió: “trabajar en vano”; “despierto en vano”. Al igual que en Eclesiastés,
Salomón pinta un cuadro que expresa que la vida sin Dios es vana. Aquí él
completa el cuadro diciendo que el matrimonio y la vida familiar en particular
son vanidad sin Dios. Eclesiastés pinta un cuadro de anhelar el cielo y de que
toda vanidad y luchas acabarán para siempre. Nos enseña que cualquier empeño
sin el temor de Dios es inútil. Sin embargo, la vida con Dios tiene propósito y
significado. El Salmo 127 es un microcosmo de Eclesiastés aplicado a la vida
familiar. Ilustra un cuadro de lo mejor de la vida aquí en la tierra, siempre y
cuando esté edificada en el Señor y con Su ayuda.
A mi esposo David le fascinan las imágenes poéticas que se encuentran en
Hebreos 13:14: “Porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que
buscamos la por venir”. Tenemos un llamado más alto que el de sólo vivir la
vida. No estamos criando a nuestros hijos sólo para pasar los días o las semanas,
sino que también nuestros pensamientos y nuestras oraciones deben tratarse de
quiénes serán nuestros hijos de aquí a veinte años y cómo el Señor los usará y,
finalmente, a dónde estarán en la eternidad.

EL EVANGELIO

Tu entendimiento y respuesta al evangelio es el lugar donde se coloca la


primera pieza del fundamento. La palabra evangelio significa buenas nuevas, y
esto es exactamente lo que es—buenas nuevas sobre Dios. Antes de hablar
seriamente acerca de las alegrías, miedos y retos de padres piadosos, tenemos
que ir hacia atrás y hablar sobre nuestra relación con Dios. Ser una madre o
padre piadoso está íntimamente conectado con nuestra relación con Dios como
Padre. Ser Su hijo/a es lo que nos hace reconocerlo, en forma especial, como
nuestro Padre.
Como ya hemos dicho, toda la humanidad tiene la experiencia del milagro
del aliento de vida en sus cuerpos físicos, pero no todas las personas glorifican a
Dios. ¿Por qué? La Biblia habla de un nuevo nacimiento por el cual Dios nos da
el aliento de vida a nuestro espíritu y nos permite vivir para Dios de una manera
que nosotros no podríamos hacerlo por nosotros mismos. El nacimiento
espiritual no sucede cuando nacemos físicamente y puede que nunca suceda.
Depende de nosotros, si aceptamos o rechazamos este regalo.
¿Alguna vez te ha sucedido el milagro del aliento de vida a tu espíritu? Este
aliento no te lo puede quitar nadie; es para siempre. Es a lo que la Biblia se
refiere con “nacer de nuevo”. El término “nacer de nuevo” aparece en la Biblia
cuando Jesús estaba hablando con un gobernante judío llamado Nicodemo.
Nicodemo trató de entablar una conversación con un halago, pero Jesús
respondió con un reto inesperado: “Tienes que nacer de nuevo”. Jesús le contestó
a Nicodemo una pregunta que éste no había hecho, ¿si yo soy tan religioso, por
qué mi vida no tiene sentido? Las palabras de Jesús le tomaron por sorpresa.
Nicodemo Le preguntó: “¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo?
¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua
y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la
carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu es. No te maravilles de que te
dije: Os es necesario nacer de nuevo” (Juan 3:4-7).
Los dolores de parto de nacer de nuevo vienen cuando nos ponemos de
acuerdo con Dios acerca de que no hemos podido vivir una vida completamente
piadosa, libre de maldades. No es fácil admitir que somos pecadores, hasta que
nos humillamos, dándonos cuenta de que estamos perdidos, más espiritualmente
que físicamente. Éste es el punto en el cual podemos ser salvos. Entonces
estaremos listos para escuchar que podemos “pasar de la muerte a la vida”.

EL PUENTE

Mi esposo David, a menudo presenta el evangelio usando una ilustración


útil que se llama El puente. Yo he incluido una transcripción completa de su
presentación en un apéndice al final de este capítulo. Una vez que hayas leído la
versión abreviada que aparece aquí debajo, entenderás la razón por la cual debes
tomar tu tiempo para leer el apéndice completo—particularmente si tu relación
con Dios no está clara.

Desde la creación del universo (Génesis 1) hasta la re-creación de los cielos


y la tierra (Apocalipsis 22), Dios ha estado llevando a cabo un plan para separar
a las personas que van a disfrutar de Él eternamente. Génesis 1:27 nos dice: “Y
creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra
los creó”. Nosotros fuimos diseñados por un patrón divino y Dios escogió
nuestro género para demostrar Sus gloriosos propósitos.
Los primeros humanos comenzaron perfectamente. Pero la relación original
entre Dios y los humanos fue destrozada por el pecado (véase Génesis 3). Isaías
59:2 describe los resultados: “Pero vuestras iniquidades han hecho división
entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de
vosotros Su rostro para no oír”. Ésta no es una descripción del pasado, sino
una situación que cada generación y que cada persona repite: “Por cuanto todos
pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). El “todos”
en este versículo no deja a nadie fuera. A menos que “Alguien” intervenga, el
hecho de que somos pecadores, conduce a una cierta consecuencia indeseable y
a una existencia sin esperanza. En las palabras de Romanos 6:23: “ Porque la

paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo
Jesús Señor nuestro”.
Este versículo que acabas de leer es uno de los que contiene malas/buenas
noticias en la Biblia. Nos dice que si no reparamos el pecado de alguna manera,
éste requiere el pago con la muerte eterna y separación de Dios. Pero este
versículo también nos dice que Dios nos ha ofrecido una alternativa—el regalo
de la vida eterna. Cada persona va de camino a la eternidad aparte de Dios y hay
una sola manera de evitar lo inevitable. Sólo Dios puede hacer por nosotros lo
que nosotros no podemos hacer por nosotros mismos. Efesios 2:8-9 dice:
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros,
pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”.
De aquí es que viene la idea del puente. La separación moral y espiritual
entre nosotros y Dios; es tan real como el Gran Cañón. Por nuestro lado, o
ignoramos el abismo o desesperadamente buscamos el camino a la cruz. Pero no
podemos saltar el abismo o construir un puente desde nuestro lado. Los “saltos”
morales siempre se quedan cortos y cualquier puente que queramos construir con
buenas obras, se caerá porque todos nuestros materiales de construcción están
corruptos por el pecado. Pero cuando Jesús dijo: “Yo soy el camino, y la
verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por Mí” (Juan 14:6), Él se
estaba describiéndose a Sí Mismo como el Puente. Él es el Único que puede unir
la separación entre Dios y los hombres.
Debido a que el abismo entre nosotros y Dios es real, hubo un gran costo en
crear el puente entre nosotros. Una descripción de este costo se encuentra en 1
Pedro 3:18: “Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el
justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la
carne, pero vivificado en espíritu”. (Si tú no entiendes como esto funciona, el
apéndice te va a ayudar, así que por favor, tómate tu tiempo para leerlo.)
Aunque nos demos cuenta de nuestra condición como pecadores y del costo
que Jesús pagó para “cancelar nuestra deuda”, aún tenemos que tomar una
decisión. La decisión fluye de la confesión (estar de acuerdo con Dios en cuanto
a mi imposible situación por mi pecado) y esto me dirige al arrepentimiento
(apartarme de una vida esclavizada al pecado). El siguiente versículo describe
cómo el reconocer que somos pecadores resulta en resistencia o arrepentimiento:
“Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para
salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo
produce muerte” (2 Corintios 7:10).
Aquellos que dan el paso de arrepentirse, cruzan el puente que Jesús les ha
provisto. Como Romanos 10:9-10 lo pone: “Que si confesares con tu boca que
Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los
muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la
boca se confiesa para salvación”.
Cuando vivimos este versículo, el abismo entre nosotros y Dios se une.
Nuestro destino ya no está al fondo del cañón, sino que está en la salvación y en
la vida eterna con Dios. Cuando confiamos en Cristo, todavía nos encontramos
en esta tierra, pero tenemos vida eterna. Como nos dice en 1 Juan 5:11-12: “Y
éste es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en
Su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no
tiene la vida”.
Pues, resumiendo: ¿Cómo aceptamos la oferta de Dios? Reconociendo
nuestros pecados y la provisión de Dios a través Su Hijo, Jesús, como el único
camino de regreso a Dios. Aceptando Su regalo, confesando con nuestra boca
que Jesús es el Hijo de Dios y creyendo que Él fue levantado de los muertos.
Cuando hacemos esto, Dios remueve la penalidad que le debemos por nuestro
pecado y nos da nueva vida en Su Hijo. Permitimos que la paga de Jesús por el
pecado sea la paga de nuestro pecado. Gálatas 2:20 nos invita a verlo así: “Con
Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí;
y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me
amó y se entregó a Sí Mismo por mí”. Jesús, el puente, ha completado el tramo
entre tú y Dios.
Cuando yo tenía diecinueve años, finalmente me di cuenta que Jesús no me
había salvado para que yo viviera como mejor me pareciera, sino que Él se
merecía el primer lugar de cada parte de mi vida. Yo necesitaba darle el lugar
que Él Se merecía como Señor. Gálatas 2:20 fue el versículo clave para ese
momento de mi vida. Yo me di cuenta de que como Cristo vivía en mí, Su
presencia tenía que hacer una diferencia en cada área de mi vida.
Debido a que Jesús venció el poder de la muerte cuando Se levantó de los
muertos, podemos vivir con Él durante la eternidad si hemos nacido de nuevo.
La vida que estás viviendo cuando pongas tu fe en Cristo, quizás no se vaya a
ver inmediatamente o se sienta diferente que la vida que llevabas diez minutos
antes de darle tu vida, pero Él en realidad te ha dado la vida eterna. Como el
Apóstol Pablo dijo en el versículo más arriba, tú no vives ya, sino que Cristo
vive en ti. Y debido a que Él vive en ti, la vida se tornará diferente para siempre.
Harás unos ajustes en tus perspectivas. Comenzarás a ver las cosas desde una
perspectiva de la esperanza eterna.
Sin Jesús, no podemos glorificar al que nos hizo. Pero podemos comenzar
de nuevo cuando Dios nos da el aliento de Su Espíritu Santo. Como nos declara
2 Corintios 5:17: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es;
las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. El primer lugar
donde comenzamos a vivir nuestra nueva vida en Cristo es en nuestros hogares.
Según ustedes lean este libro juntos o por su cuenta, se darán cuenta de que
están lidiando con la verdad. No tengo manera de saber en qué situación te
encuentras tú, cuando leas estas palabras. Pero mi oración es que si todavía no
has tomado ésta decisión, puedas sentir que el Espíritu Santo está llamando tu
alma para que lo hagas. Si nunca te has humillado ante Dios ni le has pedido que
te salve por Su misericordia, entonces lo puedes hacer hoy y puedes comenzar a
edificar un nuevo hogar, un hogar con Cristo como la Piedra Angular (Efesios
2:20).
Dios no está preocupado en cómo edificaste tu casa antes de conocerle.
Pero sí está absolutamente interesado en cómo la edifiques una vez le hayas
conocido. En ese momento, te conviertes en Su representante, Su embajador/a.
La pieza más importante del fundamento es poner la confianza de tu corazón en
tu Creador. Si verdaderamente creemos en Jesús, podemos actuar de acuerdo a
nuestras creencias al edificar nuestros hogares de acuerdo a Sus planos, la Biblia.
Sin esta guía fundamental, el edificio se caerá. En 1 Corintios 3:11 dice:
“ Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual

es Jesucristo”.
¡Piensa en una casa completamente nueva! Tantas personas tratando de
remodelar sus casas o vendiendo la suya y comprando otra inmediatamente. ¡No!
Si tus fundamentos no están basados en Cristo, tienes que decidirte por construir
una casa totalmente nueva, una nueva vida en Cristo. Y tienes que empezar de
nuevo desde el principio y usar los mejores materiales y el Mismo Señor Dios la
cuidará. ¿No suena esto maravilloso? ¡Lo es!
A veces escuchamos la historia del evangelio y realmente no pensamos en
lo que le costó a Dios enviar a Su propio Hijo a morir por nosotros. Pero como
padres, tenemos el privilegio de comprender en base a nuestra experiencia un
poquito de lo que Nuestro Padre experimentó en la gran obra de salvación.
Yo mencioné anteriormente que nuestro hijo Luke estuvo en Afganistán
hace algunos años. Él viajó allá diez días después de haberse graduado de la
universidad y estuvo los siguientes ocho meses trabajando para Samaritan’s
Purse, una organización de misión contratada por las Naciones Unidas para
ayudar a reconstruir las escuelas afganas, hospitales, pozos y facilidades
sanitarias. Ellos tenían un reto especial de cuidar de un gran número de
refugiados que habían perdido sus casas debido a desastres naturales y la guerra.
Cada dos meses, les pedían a los trabajadores que estaban ayudando que
salieran de Afganistán por algunos días. Se había implementado este requisito
para verificar las visas y también para darles un poco de alivio a los trabajadores.
El trabajo de Luke consistía en supervisar a 150 trabajadores afganos los
cuales él empleaba y se encargaba de pagarles para construir los edificios del
proyecto. Él viajaba por todo el norte de Afganistán con su intérprete, por
carreteras peligrosas, en diferentes lugares del trabajo. En dos ocasiones, debido
a que el camino era tan malo, su camión se volcó. Él luego nos dijo cuan
peligrosa y arriesgada es la vida en esa parte del mundo y uno aprende a
aceptarlo y a hacer lo mejor que pueda.
Además de arañas gigantescas, víboras, guerreros locales tratando de
controlarse el uno al otro, tiroteos nocturnos, personas desesperadas, un gobierno
inestable, centros del Talibán, minas, malaria y muchas otras situaciones
peligrosas hacen que la vida se convierta en algo desesperante e insignificante
para algunos y más valiosa para otros.
El 31 de agosto del 2003, Luke nos mandó este correo electrónico a
nosotros y a su círculo de amigos:

Hola a todos,
Todavía todo va bien aquí en Afganistán. El Señor Se ha
mostrado fiel conmigo a través de muchas situaciones que
he confrontado. Casi la mitad de mi tiempo aquí se ha
completado y estoy emocionado por mis próximos cuatro
meses.
Estoy esperando terminar una nueva escuela y añadir
un hospital en los próximos días. Hace poco comenzamos el
proyecto de construir pozos y letrinas en el vecindario de la
provincia y espero comenzar un par de escuelas más dentro
de un mes. Gracias por todas sus oraciones. Cuando
regrese, espero poder contarles más sobre como el Señor ha
estado trabajando aquí.
Mañana yo salgo para Pakistán por una semana a
visitar nuestra oficina en Islamabad y a ayudar a mi
traductor a solicitar una visa de estudiante para los Estados
Unidos. Por favor, continúen orando por él ya que está bien
nervioso sobre el proceso de solicitud. Anhelo sus oraciones
para mi traductor para que llegue al entendimiento de la
Verdad. En segundo lugar, por favor oren por la seguridad
de nuestro viaje.

Cinco minutos más tarde, él mandó otro mensaje:

Hola a todos, voy para Pakistán por una semana. Quizás yo


pueda recibir correos electrónicos allá pero no estoy seguro.
Yo les escribiré tan pronto regrese. Estoy bien y no tengo
malaria hasta ahora. Tengo que empacar y acostarme a
dormir.
Les hablo pronto, Luke

Cuando recibí estos correos electrónicos, ya se había hecho el próximo día, muy
tarde para cualquier contacto debido a la diferencia de nueve horas y media entre
los Estados Unidos y Afganistán y el hecho de que él lo mandó cuando nosotros
estábamos durmiendo. ¡Para los ojos y el corazón de una madre, mi hijo no había
puesto suficiente información en su nota!
El escuchar que él iba para Pakistán, era preocupante ya que yo sabía que
Islamabad era donde recientemente habían decapitado a Daniel Pearl, el
periodista que había sido capturado y acusado de ser espía. Luke, por supuesto
estaba viajando sin armas y sin ningún americano. A mí me parecía que
Afganistán era suficientemente peligroso, pero yo me apoyaba en las palabras
que dijo Luke antes de irse: “Dios es tan soberano en Afganistán como lo es en
los Estados Unidos”. Aun así yo le dije que tuviera cuidado, como cualquier
madre hubiera dicho. Comprendía que en la vida suceden cosas tristes. Recuerdo
cuando perdí a un amigo querido que estaba en un viaje misionero en un país
donde había paz.
Luke sabía, por supuesto, que confiar en Dios no significa vivir una vida
descuidada. Él no iba a desafiar a Dios pasando por encima de una mina. Yo
sabía que Dios al fin y al cabo estaba en control y que Luke tenía su cabeza en su
sitio y esto me mantenía bastante tranquila. ¡Hasta que llegaron las noticias de
que el partía para Pakistán!
Pasaron algunos días sin recibir palabras de Luke y yo empecé a
alarmarme. No quería llenarme de pánico innecesario, pero no quería sentarme
sin hacer nada si mi hijo necesitaba ayuda. Cuando no habíamos oído nada por
once días, empecé a preocuparme mucho. En el undécimo día, prendí la
televisión y descubrí que el próximo día era el aniversario de los ataques
terroristas del 11 de septiembre. Había estado envuelta y sumergida en un
proyecto y no había escuchado las noticias por días.
El recinto donde Luke estaba viviendo era el área donde Osama bin Laden
había originalmente planeado entrenar a los terroristas para el ataque del 9/11 a
los Estados Unidos. Era una región con túneles subterráneos, un centro del
Talibán y el área donde la Alianza del Norte Afgana peleó con los soviéticos por
cinco años. Durante el tiempo que Luke estaba ahí, había sido el aniversario del
asesinato del General Massoud de la Alianza del Norte. La trama del Talibán
había involucrado a alguien posando según la prensa con una bomba plantada en
la cámara.
Ahora, en esa noche antes del aniversario del 9/11, yo estaba mirando un
programa de Bin Laden caminando por una montaña en la región entre
Afganistán y Pakistán, un área montañosa que se llamaba “La tierra de nadie”.
Él estaba dando órdenes de que mataran a cualquier americano que vieran los
extremistas.
Inmediatamente me di cuenta que esa era exactamente el área por donde
Luke tenía que haber pasado para llegar a Pakistán y para regresar. Me puse muy
estresada. Durante horas, las noticias informaban las mismas noticias. Estaba
orando mucho para que Dios salvara a mi hijo. Aún me recuerdo las palabras
que dije: “Dios, salva a mi hijo”. En el momento en que dije esas palabras,
Romanos 8:32 vino a mi mente: “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino
que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas
las cosas?”
Dios no escatimó a Su propio Hijo, sino que permitió que Él librara a una
gente hostil y pecadora y Él moriría para que ellos fuesen salvos. A Jesús lo
llevaron ilegalmente de noche y la Biblia dice que Dios lo entregó. Pienso en
este versículo de manera diferente ahora. No puedo darle poca importancia a
algo que costó tanto.
Al próximo día, el 11 de septiembre, 2003, llamé a las oficinas generales de
Samaritan’s Purse y les dije que no había escuchado de mi hijo por doce días y lo
último que supe fue que él iba para Pakistán. Luego, durante el día, a las 4:55
P.M. para ser exacta, recibí la mejor llamada telefónica que jamás había recibido.
Cuando mi teléfono celular sonó en el carro, pensé que posiblemente sería
alguien llamando de casa pidiéndome que comprara algo y por poco no la cogí
porque tenía que apresurarme a terminar una diligencia antes de las 5:00.
Pero cuando contesté, escuché la voz de Luke diciendo: “Hola, Mami,
¿cómo están ustedes?” No podía creer que fuese él. Su voz sonaba perfectamente
clara como si hubiese estado sentado a mi lado. Lloré de la alegría. En los
momentos confusos que siguieron, él trataba de hablar entre mis sollozos y me
explicaba lo que había pasado. Él no llegó a ir a Pakistán. Los planes habían
cambiado y, en su lugar, fueron a Turquía. Él había llegado hace unos días pero
había estado tan ocupado con proyectos de construcción, que no había podido
dejarle saber a su preocupada madre que estaba bien.
A veces nuestros miedos pueden superar nuestra fe y no dejamos que Dios
trabaje. Podemos cuestionar Su cuidado o Su habilidad de trabajar en
circunstancias difíciles. En realidad, tenemos que aprender a entregarnos a Su
perfecta voluntad, más que a la sabiduría humana. Si dependemos solamente de
la sabiduría humana, nos llenamos de miedo. Quitamos los ojos de Dios, y nos
ponemos ansiosos sobre las cosas de este mundo. Dios está caminando con
nosotros por este mundo.
El siguiente domingo tomé la comunión y me acordé de cómo Jesús
substituyó su vida para que tengamos vida en Él. Según tomé el pan y la copa,
miré estos conceptos con frescura. Estos elementos representan “que Jesús se
puso en mi lugar”. No fue un sacrificio pequeño. En vez de mí, en vez de mi hijo
—en vez de ti, en vez de tu hijo—Jesús.
Ésta es la profunda verdad del evangelio. Y aún es lo suficientemente
poderosa para darte la eternidad, suficientemente profunda para ser el
fundamento de tu matrimonio y de tu vida familiar.

Amado Padre Celestial:


¿Cómo podremos comenzar a agradecerte todo lo que has
hecho por nosotros? La lista es ilimitada. Sabemos que el
regalo más valioso y generoso es el regalo de la vida eterna
que Tú nos ofreces gratuitamente! ¡Cuán grande el costo!
Oramos por aquellos que lean las palabras de esta oración y
las palabras de Tu evangelio para que sus corazones se
tornen humildes y se den cuenta de la profundidad de Tu
misericordia. Gracias por la resurrección de Jesús, por la
cual podemos tener esperanza—una esperanza que no se
pierde jamás y la seguridad de la vida eterna. Que las
familias con situaciones dificultosas que estén tratando de
buscar un fundamento, confíen primeramente sus almas a Ti
y luego sus vidas. Guíanos de acuerdo a Tus inigualables
caminos y nos encomendamos a Ti.
Amén.

GUÍA PARA GRUPOS PEQUEÑOS

MEMORIZACIÓN DE LAS ESCRITURAS


(Tiempo sugerido — 15 minutos)

Si Jehová no edificare la casa,


En vano trabajan los que la edifican;
Si Jehová no guardare la ciudad,
En vano vela la guardia.
Salmo 127:1

Lee cada asignación y memoriza el versículo antes de unirte al grupo pequeño.


Para más información sobre el grupo pequeño, véase la introducción.
En cada reunión, según vayan llegando, se pueden sentar—hombres con
hombres, y mujeres con mujeres a recitar el versículo bíblico de memorización.
El líder del grupo escogerá un método para revisar los versículos actuales y los
previamente aprendidos. Después de la primera semana, una sugerencia podría
ser que cada persona del grupo recite un versículo diferente, cubriendo todos los
versículos aprendidos hasta ahora. Esto requiere que estén listos cada semana
para revisar todos los versículos a pesar de que sólo van a decir uno. El líder
establece la norma para el grupo y necesita enfatizar que la Escritura para
memorizar es vitalmente importante para crear una diferencia duradera en la vida
de cada miembro.
Tu libro incluye una sección de apéndice llamada “Un vistazo a la
memorización de las Escrituras” en caso de que quieras tener una referencia de
todos los versículos juntos. También incluye tarjetas de memorización
perforadas como una ayuda adicional a tu trabajo de memorización.

TIEMPO DE PAREJAS
(Tiempo sugerido — 45 minutos)

Cada semana, cuando te reúnas con tu pareja, sé diligente para que puedas
enfocarte en lo que Dios te está enseñando en forma personal, al esposo y a la
esposa (al igual que al padre y a la madre) y cómo este aprendizaje se supone
que impacte a tu familia para bien. Este tiempo está designado para ustedes
como pareja, para determinar el curso que va a tomar su familia. Usen
sabiamente el tiempo compartiendo con la persona que han decidido compartir
sus vidas e involúcrense completamente en el proceso. Lleva la cuenta de tu
progreso y aliéntese el uno al otro según van implementando los pasos de
convertirse en una familia piadosa.

Estudien la Ilustración del Puente que se encuentra en las próximas páginas


para clarificar las preguntas que ustedes puedan tener (o estudien la
ilustración como recurso para aprender a cómo presentar el mensaje del
evangelio claramente a otros).
Explíquense el uno al otro el significado del Salmo 127:1 y el significado
de edificar familias en vano. ¿Cómo están trabajando o dependiendo del
Señor para edificar y cuidar a su familia?
Si todavía no has entregado tu vida a Cristo, ¿es ahora el momento? Edifica
el fundamento de tu familia con los pasos críticos de la humildad, el
arrepentimiento, la confesión y la fe. Escribe la fecha en tu Biblia de tu
nueva vida en Cristo.
¿Qué consideran ustedes que es la mayor necesidad de su familia hoy?
Pueden ponerse de acuerdo de cuál es?

Aplicación en el hogar: Cada semana, apresúrate a leer los capítulos en orden


para que estés preparado/a a discutir y a poner en práctica su enseñanza. Ten
cuidado de no resistir la acción del Espíritu Santo en tu vida. Debes estar
dispuesto/a a profundizar y a aplicar la verdad de Dios a través del estudio del
material y a discutirlo más a fondo en la casa. Decídete a no “construir tu casa en
vano”.

Declaración para el hogar: Cada semana tendrás la oportunidad de declarar tus


intenciones con respecto a la construcción de una familia bíblica mediante la
firma de una declaración de compromiso. La siguiente es la Declaración de esta
semana para tu hogar:
Estamos tratando de edificar a nuestra familia con Dios como guía y con el
motivo esencial de criar niños que amen y sirvan al Señor.

Oración para la pareja: Terminen orando como pareja. Oren específicamente


por su matrimonio e hijos.

TIEMPO DE DISCUSIÓN
PARA GRUPOS PEQUEÑOS
(Tiempo sugerido — 45 minutos)
A medida que las parejas individuales se unen de nuevo, el líder del grupo
pequeño se enfocará y dirigirá la discusión usando las siguientes preguntas.
Sientan la libertad de profundizar más en la Palabra, pero mantengan su
trayecto.
La primera semana será una experiencia diferente a la de los demás.
Empleen tiempo presentándose; hablen de sus familias y en general de lo que
esperan aprender de este estudio.

¿Qué significa “Nos han sido confiados nuestros niños?”


¿Cuál es tu mayor motivación como padre? Lee Juan 3 Juan 4.
¿Está alguno dispuesto a compartir cuál es la mayor necesidad de su
familia?
¿Tienes algunas preguntas u observaciones sobre lo que has leído en el
capítulo 1?

TIEMPO DE ORACIÓN
(Terminen en oración enfocándose
en los puntos principales de la semana.)


Oren por la salvación de todos los miembros de su familia.
Denle gracias a Dios por el regalo indescriptible de salvación que nos ha
dado.

APÉNDICE: CAPÍTULO 1
LA ILUSTRACIÓN DEL PUENTE: UNA PRESENTACIÓN DEL EVANGELIO POR DAVE CORNING
La siguiente es una transcripción de Dave Corning, compartiendo el evangelio
por medio de la Ilustración del Puente. Esta presentación se ha provisto para
aquellos de ustedes que busquen más clarificación del mensaje central de la
Biblia, para los que quieran determinar su posición con Dios. O quizás estés
buscando cómo obtener más destrezas para compartir el evangelio. En
cualquiera de los dos casos, estamos proveyendo este recurso que esperamos
que te sea de ayuda. Por favor, refiérete al diagrama correspondiente según
vayas leyendo. De hecho, esta ilustración, te servirá de gran ayuda a seguir el
mensaje según vayas leyendo.

Vamos a comenzar juntos con la Ilustración del Puente. Ten en mente que vas a
involucrarte en discusiones con personas. Según desarrollas una relación con
alguien o según va surgiendo la oportunidad, hay unas preguntas claves que le
puedes hacer a alguien. Una de esas preguntas podría ser: “¿Alguna vez has
leído la Biblia y si lo has hecho, cómo resumirías el tema central de la Biblia?
¿Qué es lo que en realidad se nos está tratando de comunicar desde Génesis
hasta Apocalipsis?” Otra pregunta que podrías hacer es: “¿Podría compartir
contigo algo de suma importancia para mí en este mundo? ¿Te lo podría
comunicar?” Si la persona dice que sí, entonces tendrías la oportunidad de
sentarte con él o ella y abrir las Escrituras para compartir el evangelio.
La Ilustración del Puente comienza en el Libro del Génesis. El primer
pasaje de las Escrituras en este ejemplo es Génesis 1:27: “Y creó Dios al
hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”. Lo
que estás tratando de comunicar con este pasaje de las Escrituras es que de toda
la creación de Dios, nosotros hemos sido creados de manera especial. Hemos
sido creados de forma diferente. Podemos tener una relación con Dios. Somos
diferentes de los árboles y de los animales, ya que como el pasaje de las
Escrituras en Génesis 1:27 dice, hemos sido creados a la imagen y semejanza del
mismo Dios. Mirando el comienzo del libro del Génesis, vemos que Dios tenía
una relación con Adán y Eva. Fuimos creados con la misma capacidad de tener
una relación con Él. Y el propósito de esa relación es de glorificarlo. Así que en
tu ilustración en la primera línea en el lado izquierdo, escribe “HOMBRE” a un
lado y “DIOS” al otro. En la línea, escribe “RELACIÓN”, porque fuimos
creados para tener una relación con Él.
Pero entonces sucedió algo que rompió o interrumpió esa relación. Se llama
“pecado”. Isaías 59:2 dice: “Pero vuestras iniquidades han hecho división
entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de
vosotros su rostro para no oír”. Debido a mi naturaleza pecaminosa, por mi
rebelión, la relación que Dios había destinado para mí fue rota o desunida. Mi
pecado, mi iniquidad y mi corazón rebelde crearon un abismo de separación
entre Dios y yo. Así es como comienza la ilustración. En un lado de tu
ilustración, debes escribir en la parte de arriba: “EL PROBLEMA DEL
HOMBRE”. Quiero hablar con claridad acerca de cuál es nuestro problema de
acuerdo a la Biblia. Es muy fácil de comunicarlo con tres preguntas.
La primera pregunta es: “¿Quién ha pecado?” Puede parecer una pregunta
muy obvia, pero es una pregunta importante. En Romanos 3:23, la Biblia dice:
“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. La
respuesta a esa pregunta es obvia, todos hemos pecado. Yo he pecado, tú has
pecado, no hay una persona sobre la faz de esta tierra que no haya pecado.
Ninguno ha alcanzado la gloria de Dios.Top of Form
La siguiente pregunta es: “¿Cuál es el resultado del pecado?” La respuesta a
esta pregunta se encuentra en Romanos 6:23, que dice: “Porque la paga del
pecado es muerte”. ¿Qué es lo que yo merezco por mi pecado? La Biblia dice
que yo merezco la muerte. Es como cuando voy al trabajo y al final de la
semana, mi jefe me debe un salario. Me he ganado algo. De la misma manera,
¿qué me he ganado de parte de Dios a causa de mi pecado? Me he ganado la
muerte. Me merezco la muerte porque el salario del pecado es la muerte. Por lo
tanto, como resultado de mi pecado, me voy a morir físicamente.
La siguiente pregunta es, entonces, ya que soy un pecador y voy a morir a
causa de mi pecado: “¿Qué viene después de la muerte?” Hebreos 9:27 dice: “Y
de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola
vez, y después de esto el juicio”. No soy yo sólo un pecador y no solamente voy
a morir, pero de acuerdo a la Biblia, voy a ser juzgado o penalizado por toda la
eternidad en un lugar real llamado infierno. Voy a sufrir un tormento eterno
separado de Dios debido a mi pecado. Por eso es que llamamos a ese lado de la
ilustración: “EL PROBLEMA DEL HOMBRE”. Cuando digo “hombre”, estoy
hablando de la humanidad—hombres y mujeres por igual.
Hemos pecado. El propósito de los Diez Mandamientos es de revelarnos la
gravedad del problema del pecado que realmente tenemos. Nos muestran que no
somos perfectos y que no podemos ser perfectos. Si fuéramos a echar un vistazo
honesto a los Diez Mandamientos en Éxodo 20 y nos preguntáramos esas diez
cosas, no habría ninguno de nosotros (especialmente a la luz de las enseñanzas
de Jesús en el Nuevo Testamento) que pudiera responder: “No, nunca lo he
hecho”, o “Nunca en mi vida he estado involucrado en eso”. ¿Amas a Dios con
todo tu corazón? Me gustaría poder decir que sí a esto, pero a veces no es así.
¿He cometido un asesinato? Yo no creo que haya demasiada gente leyendo esto
que haya cometido un asesinato. Pero, ¿qué dijo Jesús acerca del hombre que
aborrece a su hermano? Es culpable de asesinato. Una y otra vez, yo podría leer
la lista. ¿Hay alguno de nosotros que ha cumplido con todos los mandamientos y
nunca ha fallado? Somos pecadores. Somos bien culpables. Esa culpa nos va a
llevar a la muerte física. Después de morir físicamente, vamos a estar
eternamente castigados. Esto es negativo, pero es la verdad. Ese es “EL
PROBLEMA DEL HOMBRE”.
Vamos a ir al otro lado de la ilustración y vamos a llamarlo “LA
SOLUCIÓN DE DIOS”. El primer pasaje de las Escrituras aquí es Juan 5:24
donde Dios dice: “De cierto, de cierto os digo, El que oye mi palabra, y cree
al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha
pasado de muerte a vida”. Así que aquí mismo, en este pasaje de las Escrituras,
Dios nos ofrece tres cosas: (1) Él quiere que tengamos vida eterna; (2) Él quiere
quitar Su juicio por el pecado y la condenación del infierno separados de Él; y
(3) Él quiere que pasemos a través de la muerte física que todos vamos a
encontrar a causa de nuestro pecado, a la vida eterna con Él. Esto es lo que Él
desea para ti y para mí.
Sin embargo, todavía tengo este problema. Todavía estoy a un lado de la
laguna y Dios está al otro. ¿Cómo puedo llegar desde mi problema hasta lo que
Él desea que yo tenga? La gente va a tratar de cruzar este abismo entre EL
PROBLEMA DEL HOMBRE y la SOLUCIÓN DE DIOS de muchas maneras
diferentes. Pero todas estas maneras son los intentos de las personas para llenar
el vacío, por su cuenta. Dibuja un peldaño en el camino que se extiende desde
EL PROBLEMA DEL HOMBRE, pero se quedará muy corto del lado contrario.
Podríamos llamar a este peldaño: “las buenas obras”. La persona se pone delante
de Dios y le dice: “Yo hice esto y esto y esto y esto. Hay más cosas buenas en mi
vida que malas”. Si hay más cosas buenas en mi vida que malas, Dios dirá:
“Tienes la oportunidad de ir al cielo a causa de tus buenas obras”. Ahora, ésta es
una simple ilustración, pero mucha gente cree eso y confía en la esperanza de
que sus propias buenas obras les hagan llegar al otro lado. Pero el resultado final
es que están confiando en sus propias fuerzas, en su propio mérito, para acceder
al cielo. ¡Las buenas obras nunca serán suficientes!
Otro peldaño en que la gente confía para llegar al cielo se basa en la
asistencia a la iglesia. “Voy a la iglesia. Voy a la iglesia cada Pascua. Voy a la
iglesia en Navidad y tal vez un par de veces entre medio. Así que al menos he
demostrado respeto a Dios”. O “Voy cada semana. Voy tres o cuatro veces en
semana”. Hay personas que hacen eso. Se pondrían frente a Dios y Él les diría:
“¿Por qué te dejaría entrar en Mi cielo?” Ellos responderían: “Porque te honré
tanto en ir a la iglesia”. Repito, ésta es otro tipo de obra. ¿Qué dice la Biblia
sobre esto? En Efesios 2:8-9 dice: “Porque por gracia sois salvos por medio
de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que
nadie se gloríe”. La gracia es favor inmerecido. No lo merezco. Es un regalo.
¿Qué puedes hacer para ganarte un regalo? Nada. La única razón por la cual
alguien te daría un regalo sería porque te ama. Cuando tus padres, esposo/a, o
alguien a quien le importas mucho te da un regalo por alguna razón, no te lo dan
porque has invertido tiempo y ahora te lo ganas. Esto no sería un regalo. Te lo
dan puramente porque te aman y no porque has hecho algo para merecértelo.
Esto es lo que se llama gracia—es la gracia de Dios. Es debido a Su amor hacia
nosotros que Él está dispuesto a darnos el regalo de la vida eterna. Yo no puedo
en lo absoluto ganarme la salvación o entrada al cielo. De acuerdo a la Biblia,
esto no se puede hacer. Es por gracia, por medio de la fe.
Si no puedo estar bien con Dios a través de mis obras, entonces, ¿cómo
puedo estar bien con Dios? Hay tres pasajes en las Escrituras que realmente nos
ayudan a entender la parte central de toda esta Ilustración del Puente. Podemos
ilustrar esto trazando una cruz en el medio, haciendo un puente desde EL
PROBLEMA DEL HOMBRE hasta LA SOLUCIÓN DE DIOS. Escribe
“JESÚS” en la cruz.
La solución a nuestro problema se encuentra en el siguiente pasaje, Juan
14:6
donde el mismo Jesús dice: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida;
nadie
viene al Padre, sino por mí”. Hay muchos versículos en la Biblia que
pueden ser difíciles de entender, pero éste no es uno de ellos. Está muy claro. A
menudo, en esta parte de la Ilustración del Puente le pregunto a la gente:
“¿Quién cree usted que es Jesús?” Muchos dicen: “Era un buen maestro”.
Algunas personas dirán: “Era sólo un gran hombre”. Otros dirán: “Era un
profeta, pero Él No es el único camino a Dios. Es obvio que hay otras maneras
de llegar a Dios. No se puede ser tan estrecho de mente como para pensar que
Jesús es el único camino a Dios o pensar que otras personas que no creen en
Jesús no puede tener una relación con Dios”.
Tenemos que retar esa conclusión errónea con lo que dice la Palabra de
Dios. Jesús dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida”. Sólo hay una
conclusión a la que puedes llegar: Jesús es una de esas tres cosas. Jesús es un
mentiroso porque nos dice que Él es “el único camino”. En segundo lugar, Él es
alguna clase de lunático que sufre de delirios acerca de sí mismo y piensa que Él
es el único camino a Dios. O Él es quien dijo que era: Señor, y único camino a
Dios. Pero no trates de decirme que Él es un buen hombre o un gran hombre,
porque los grandes hombres no son mentirosos ni lunáticos. Vamos a tomar una
decisión aquí acerca de quien es Él. Elijo creer que Jesucristo es Señor y el único
camino para tener una relación correcta con Dios.
El siguiente versículo de las Escrituras responde a la importante pregunta
“¿Quién es Jesucristo y qué hizo” en 1 Pedro 3:18: “Porque también Cristo
padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos
a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu”.
Éste es un poderoso pasaje de las Escrituras que describe quién es Jesús, lo que
ha hecho y la esperanza que podemos tener por medio de Él. “Porque también
Cristo padeció una sola vez por los pecados...” ¿Va Él acaso a morir en la cruz
otra vez? ¿Todavía está pagando por nuestros pecados hoy? No. “El justo por
los injustos”. ¿Quién es el justo? ¿Quién es perfecto? ¿Quién está libre de
pecado? Jesucristo. Él es santo, Él es Dios; Emanuel, que significa: “Dios con
nosotros”. ¿Quiénes son los injustos? Son los pecadores destinados a morir—
destinados a la condenación eterna (infierno)—tú y yo. “Porque también Cristo
padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos” con el fin de
que Él nos lleve desde EL PROBLEMA DEL HOMBRE hasta LA SOLUCIÓN
DE DIOS—para que Él pueda llevarnos a una relación eterna con el Padre.
¿Acaso fue Él condenado a muerte en la carne y colgado en la cruz a causa de lo
que hizo? No. Fue por tu culpa y la mía. Nosotros somos los que merecíamos
morir. Nosotros fuimos los que pecamos y nos rebelamos contra Dios, no Jesús.
Pero Él murió en nuestro lugar, Él fue condenado a muerte por nuestras
transgresiones.
¿Cuál es la gran esperanza de los cristianos? La Resurrección de Cristo.
Porque Él vive, Él tiene el poder y la victoria sobre el pecado y la muerte. Él se
levantó de entre los muertos. La Resurrección nos asegura de que vamos a vivir
con Él durante la eternidad si ponemos nuestra esperanza, confianza y fe en Él.
Ningún otro “líder religioso” podrá lograr esto. Mohammed todavía está en la
tumba. Buda no ha resucitado a nadie de los muertos. Sólo Jesucristo tiene el
poder de darnos la vida eterna.
Hay dos palabras claves envueltas en la solución que Dios tiene para con
nosotros: confesar y creer. Romanos 10:9 dice: “Que si confesares con tu boca
que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los
muertos, serás salvo”. Confesar es estar de acuerdo con Dios, entender.
“Entiendo, Dios, que soy un pecador. Entiendo que yo voy a morir. Entiendo que
voy a ser juzgado por ese pecado y lo que está delante de mí. Tengo un problema
real. Entiendo lo que tienes para mí. Entiendo que no es por las obras. Entiendo
que Jesús murió en mi lugar, a causa de mi pecado. Él tiene poder sobre la
muerte. Entiendo eso”. Escribe la palabra confesar encima de la cruz.
La otra palabra es creer. Tengo que creer. Creer significa más que entender.
Creer significa actuar, poner tu confianza en algo. Es una acción. No es algo que
tú sólo dices con tu boca. Si alguien viniera a nuestra puerta y dijera que el
edificio está en llamas y si le creyéramos lo que dijo, haríamos algo. Saldríamos
corriendo por la puerta, llamaríamos a los bomberos, trataríamos de apagar el
fuego...¡haríamos algo! Pero si sólo nos quedamos sentados, continuando con lo
que estábamos haciendo, en realidad no creímos lo que dijo la persona. Agrega
la palabra creer encima de la cruz.
Eso es de lo que se trata el arrepentimiento. La Biblia dice en 2 Corintios
7:10: “Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para
salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo
produce muerte”. Así que si yo estoy arrepentido y creo verdaderamente, me
doy la vuelta y me doy cuenta de que tengo que vivir mi vida para Dios y no a
mi manera. Una persona que confiesa y cree, actuará de acuerdo a lo que ha
creído que es verdad. Yo llego a un lugar donde puedo decir: “Señor, perdóname.
Recibo a Jesucristo como mi Salvador porque Te necesito”. Si tú estás
dispuesto/a a confesar la verdad y a creer en tu corazón, arrepintiéndote y
obedeciendo lo que has creído la como verdad, la Biblia te dice en Romanos
10:9: “Tú serás salvo”.
Hay dos versículos adicionales que realmente ayudan a aclarar este mensaje
del evangelio. En 1 Juan 5:11-12 la Biblia dice: “Y este es el testimonio: que
Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al
Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida”. Si tienes
a Cristo, tienes la vida. Si confiesas esta verdad creyéndola—y si has recibido a
Cristo en tu vida, tienes vida eterna. Es así de simple. El leer a 1 Juan 5:11-12 te
debe llevar a un lugar de crisis ¿Cuándo recibiste a Jesucristo? ¿Puedes señalar
un momento en tu vida cuando te diste cuenta de que tenías un problema con el
pecado?
No tienes que saber ni el día ni la hora, pero sí deberías poder señalar un
momento específico en tu vida cuando rendiste tu voluntad y diste tu vida a
Jesucristo. Si lo has hecho así, el infierno ha sido cancelado y has ganado el
cielo. Si no es así, te exhorto a estar a solas con Dios, a confesar tu problema del
pecado y a pedirle a Jesús que sea tu Señor y Salvador. En base a cómo hayas
respondido a Jesús, podrás determinar si eres perfectamente salvo/a o estás
perfectamente perdido/a.
El último versículo de las Escrituras es un gran versículo de resumen
porque es un retrato de una relación restaurada. Apocalipsis 3:20 dice: “He
aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta,
entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”. La salvación a través de Jesucristo
ha sido ofrecida a todos y cada uno de nosotros. Si sólo le recibimos en nuestros
corazones como Señor y Salvador, podremos tener una relación con Él debido a
quien Jesucristo es; Él es Dios. Cuando vemos el panorama que se presenta en
Apocalipsis 3:20, de Jesucristo contigo, conmigo, o con cualquier otro que le
haya dado su vida, éste es un retrato de cenar con Cristo y de tener una relación
con Él.
Si regresamos hacia atrás hasta el versículo de Génesis 1:27, el cual
comunica que fuimos creados para tener una relación con Dios, podemos ver lo
que JESÚS ha restaurado en esa relación. Nosotros respondemos a este mensaje
del evangelio en una de tres maneras: Rechazándolo, diciendo: “Esto es basura,
un montón de cuentos de hadas, mitos, yo simplemente rechazo eso”. Otra
respuesta es ignorarlo, no querer hablar de temas como la muerte. “Eso es
negativo. No quiero hablar del pecado. No quiero ni lidiar con eso. Hay otras
cosas de las cuales prefiero hablar”.
Algunas personas simplemente eligen ignorar a Jesús. Pero si le pregunto a
la misma persona: “¿Qué clase de carro vas a comprar el año que viene?”, lo más
probable es que tenga una respuesta definitiva: “¡Oh! Tengo que investigar esto.
Sé qué clase de carro voy a comprar. He buscado en La guía para consumidores.
Sé qué tipo de garantía y arreglos financieros puedo obtener”. Ellos saben todo
al derecho y al revés. O si van a cambiar de empleo, saben cuál es la descripción
del trabajo e investigan los beneficios. O si alguien va a comprar una casa,
investigan todos los datos relevantes. Saben detalles aún antes de haber hecho el
compromiso en una de estas situaciones importantes. Pero cuando se trata de su
destino eterno, quieren ignorarlo. No tienen los datos, ni están dispuestos a
buscarlos.
Así que ignoran todo este asunto y su problema de pecado, muerte y
condenación. Viven su vida ignorándolo. Pero, ¿qué es lo que no saben? Están
respondiendo de la misma manera que la persona que rechaza abiertamente el
mensaje del evangelio y dice: “No creo en Ti, Jesús. Soy un muchacho fuerte.
Voy a hacer todo por mi cuenta. No Te necesito. No necesito muletas”. Pero no
tomar una decisión es una decisión (Mateo 12:30a).
Pero entonces hay una tercera respuesta, la cual es recibir a Jesucristo. Si
nunca has dado tu vida a Cristo o te sientes inseguro/a de hacerlo por tu propia
cuenta, simplemente pídele a Jesús que perdone tus pecados. Dile que debido a
que confiesas y crees lo que la Biblia enseña, quieres que Él sea tu Señor y
Salvador. Así que yo te pregunto: “¿Dónde estás tú? Si lo has recibido, busca
una relación con Él”.
Si has tomado esta decisión, queremos darte la bienvenida a la familia de
Dios. Es importante que sepas que esta decisión te asegura la eternidad con Él
para siempre. Te recomendamos que des el siguiente paso de conectarte con una
iglesia bíblica local que predique la Palabra de Dios con claridad.

2
LA AUTORIDAD DE LA PALABRA DE DIOS
LOS PADRES PIADOSOS VIVEN POR CONVICCIONES BÍBLICAS

Pero persiste tú en lo que


has aprendido y te persuadiste,
sabiendo de quién has aprendido.
2 Timoteo 3:14

Sabios son los padres que conocen claramente sus convicciones y entienden de
donde vienen. Ellos siguen las convicciones básicas que los guiarán en su
relación matrimonial y también en su rol como padres.
Todos nosotros vivimos por convicciones, esas reglas silenciosas de cómo
vivir que hemos aprendido en el camino. Nuestras convicciones pueden ser
inestables, inciertas, o desconocidas, pero de la manera en que vivamos nuestras
vidas siempre revelará nuestras convicciones. No es lo que decimos creer lo que
demuestra nuestras convicciones; es de la manera en que vivimos. Son pocas las
experiencias en la vida que retarán y expondrán nuestras convicciones
comparadas con la experiencia de criar a nuestros hijos. Queremos que nuestras
convicciones sean paralelas a Aquél que diseñó la vida.
Un año cuando nuestro hijo Luke regresaba a la universidad, recuerdo
cuando cargaba su Jeep con el equipaje y todas las necesidades que podía tener
un chico de veintiún años. El montón de sus pertenencias en la entrada de
nuestra casa parecía tres veces más grande que su vehículo. Me gusta el reto de
empacar, pero la parte trasera de un carro—por razones de seguridad—puede ser
llenada sólo hasta un cierto nivel. Y él seguía sacando más cosas de la casa.
Finalmente le dije: “Nada más; vamos a ver si podemos meter todo esto en el
carro primero”.
Bueno, ¿cómo procedí? ¿Cuál es la mejor manera de empacar? ¿La manera
más eficiente? Se comienza con las cosas más grandes, las más difíciles de
acomodar, las cosas más necesarias, y luego se rellena lo demás alrededor de
estos artículos. No se pone primero la bolsa de dormir o la almohada porque son
artículos suaves y moldeables. Las cosas más importantes como la computadora
o una maleta grande van primero porque no cabrían si trataras de acomodarlas al
final. Finalmente, debes tratar de escurrir la caña de pescar y meter un zapato
aquí y otro allá, rellenados de pequeños artículos cada uno. Estamos hablando de
economizar espacio. Eventualmente, pudimos acomodar todo adentro sin ningún
espacio disponible para nada más, excepto para el conductor.
Los mismos principios se aplican cuando construimos nuestras vidas o las
vidas de nuestros hijos. Las cosas más importantes tienen que ser acomodadas
primero y debemos tener cuidado especial de ellas. Lo demás son rellenos, cosas
divertidas. No pongamos el relleno primero y luego encontremos que no hay
lugar para las cosas fundamentales. Me supongo que en cuanto a esto, algunos
padres están sintiendo un poco de pánico. Ya me imagino sus ojos llenos de
preguntas desesperadas: ¡No tengo idea de cómo he empacado mi vida! ¡Y qué
tal si yo estoy sólo lleno/a de relleno! ¿Acaso sé lo que es más importante?
¿Acaso tengo las cosas fundamentales en mi propia vida para saber lo que tengo
que transmitir a mis hijos?
La respuesta a estas preguntas es precisamente de lo que trata este capítulo.
Después de la primera pieza fundamental de nuestra fe en Cristo, la segunda
pieza es la autoridad de la Palabra de Dios. Conocer, creer y obedecer las
Escrituras debe ser una fuerza dominante en nuestros hogares. Esto va cogido de
la mano de nuestra fe en Cristo porque no podemos creer en una y dejar la otra.
No podemos ser salvos y crecer en nuestra relación con Jesús por mucho
tiempo si no creemos en la Biblia y su autoridad. Es la Palabra viva y activa de
Dios. Si decimos que creemos en Dios, pero no creemos en Su Palabra, entonces
no podemos decir que creemos en Cristo. No podemos decir honestamente:
“Creo en Ti, Jesús pero no creo lo que Tú dices”. Esto no tiene sentido. No
podemos decir que creemos en Jesús, pero que la Biblia está llena de
contradicciones e inexactitudes porque la Biblia es la Palabra de Dios. Si
tratamos de escoger aquellas cosas que vamos a aceptar de la Palabra de Dios,
terminaremos con una fe incierta y convicciones a medias. Si vamos a decir que
La Palabra de Dios es confiable cuando nos habla del perdón y de la vida eterna,
¿por qué no queremos confiar en lo que nos dice sobre criar a nuestros hijos?
Tenemos que colocar esta pieza fundamental en su lugar antes de agregar nada
más.
Si creemos que Jesús fue el sacrificio perfecto, sin mancha para nosotros,
entonces debemos creer que Su Palabra es perfecta. Si creemos que la Palabra es
imperfecta, entonces también creeremos que Jesús fue imperfecto y por lo tanto
incapaz de salvarnos.
La Biblia nunca es tentativa en cuanto a Jesús. Juan 1:1-5 dice: “En el
principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era
en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada
de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz
de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no
prevalecieron contra ella”.
El Apóstol Juan prosiguió a compartir la maravillosa realidad de que el
Verbo, el cual es Dios, visitaría a Su propia creación. “Y aquel Verbo fue hecho
carne, y habitó entre nosotros y vimos su gloria, gloria como del unigénito
del Padre, lleno de gracia y de verdad” (Juan1:14).
No adoramos La Palabra de Dios escrita de por sí, pero confiamos en ella
porque nos señala a Dios. Es respirada por Dios, inherente y eterna. Creemos en
ambos, Dios y Su Palabra. Esto no significa que no tengamos preguntas, ni que
la Biblia sea fácil de entender.
Nuestra actitud de cómo abordamos La Palabra de Dios, a menudo
determina lo que llegamos a descubrir. ¿Has escuchado a alguien decir: “Oye, si
Dios es el Creador de todas las cosas, hizo Dios este bolígrafo (o cualquier
objeto hecho por el hombre)?” Su tono de voz te dice que su pregunta no es en
realidad una pregunta sino una burla hacia Dios. Por otro lado, quizás has oído
un niño preguntar a su madre: “¿Mamá, si Dios creó todo, también hizo Él este
bolígrafo?” La misma pregunta, pero con una actitud diferente. Los niños tienen
un corazón sincero y curioso hacia el saber. Cuando Jesús habló de la necesidad
de las personas de tener fe como la de un niño, Él no estaba rechazando las
preguntas honestas. ¡A veces, los niños sólo aparentan tener nada más que
preguntas! Y Dios dice que cuando tengamos un corazón puro y humilde para
conocerle a Él y le busquemos, Él se revelará a nosotros.
Para responderle a tu hijo, le puedes decir que solamente por medio de Dios
es que las personas pueden hacer este bolígrafo y le puedes leer el versículo en
Juan 1:3: “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha
sido hecho, fue hecho”. También Colosenses 1:17 nos dice que “todas las
cosas en Él subsisten” o “forman un todo coherente” (NVI). Cuando los
humanos hacen cualquier objeto, vale la pena recordarse de que siempre
debemos comenzar no sólo con los elementos, sino también con las leyes físicas
y naturales creadas por Dios. El hecho de que el oro se derrite pero los diamantes
no, limitan y permiten nuestra creatividad. Sólo podemos diseñar prendas de oro
para poner diamantes y no lo inverso. Nunca podemos crear de la nada; usamos
lo que Dios ha provisto, lo que ha hecho el principal Creador, antes de todas las
cosas que nosotros podamos crear. En un sentido, podemos tomar esta verdad
por fe e intuición, pero Dios nos da Su Palabra para confirmar y explicar en más
detalle Su relación con nosotros como Creador (véase Romanos 1:18-23).
Estamos hablando de principios de padres piadosos, pero debemos
comenzar con el perfil de los padres piadosos. Y las dos características básicas
de los padres piadosos son su fe en Jesús y su confianza en La Palabra de Dios.
Cristo y Su Palabra forman la fundación de la vida. En Él, las parejas trabajan
juntas para lograr más que si estuvieran trabajando solas. En Él, puedes recibir la
fortaleza para hacer cosas muy difíciles (como criar hijos sin un esposo). ¿Por
qué? Porque en Cristo, tú no estás perdido/a, sino encontrado/a; ya no lo estás
inventando según vas viviendo, sino que estás siguiendo el plan que Dios ha
revelado; ya no estás confundido/a sino enfocado/a en tus tareas. En Cristo y Su
Palabra, tienes esperanza. Cuando estas dos piezas están aseguradas en nuestra
fundación, ya estás listo/a para formar tu hogar.
Acuérdate que lo opuesto de estar perdido/a es tener esperanza. En Cristo,
nunca hay situaciones sin esperanzas para ti. Habrá dificultades, pero siempre
habrá una salida a través de Cristo. La paz de Dios disipa la desesperación. Ésta
es la esperanza verdadera del evangelio. No es meramente una decisión de una
sola vez; es tu nueva vida creada en Cristo.
El reto de memorización para este capítulo se encuentra en 2 Timoteo 3:14:
“Pero tú, permanece firme en lo que has aprendido y de lo cual estás
convencido, pues sabes de quiénes lo aprendiste”.
Cuando mis hijos estaban pequeños, yo les solía leer un cuento cómico
sobre una madre que les había dado a todos sus hijos el mismo nombre, lo cual
resultó en una confusión tremenda para todos ellos. A pesar de su deseo de
escoger un nombre diferente para su siguiente niño, a pesar de ver la necesidad
de hacerlo, a pesar de rumiar mucho para encontrar un nombre elaborado para su
próximo hijo, cuando se presentaba la oportunidad, ella siempre regresaba a lo
familiar y no procedía con el cambio que se había propuesto hacer.
¿Alguna vez has conocido a una persona que año tras año continúe dándose
cuenta del mismo error una y otra vez? Tú puedes incluso estar pensando: ¡Sí,
soy yo! Todos tenemos debilidades y cegueras. Eventualmente podremos ver la
dificultad que estamos cosechando al no hacer cambios, por no hacer lo que es
correcto, pero nunca lo hacemos. ¿Por qué? Tal vez es porque carecemos de
obediencia a lo que sabemos que debemos hacer. O bien podemos carecer de
convicción; puede que no estemos totalmente convencidos/as de que tenemos
que cambiar.
¿Qué se necesita para cambiar mi convicción de que mi propia forma de
entender es la manera correcta a una nueva convicción de que los caminos de
Dios son los mejores? Tolstoy dijo una vez: “Todo el mundo piensa en cambiar
al mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo”.

CONVICCIONES BÍBLICAS

La Palabra de Dios incluye las leyes espirituales de la misma manera que Él


ha establecido en el mundo físico las leyes de la ciencia o las matemáticas. Tú
puedes decir: “Cuando sumo 2 más 2, me da a 5”, pero tu respuesta no cambia el
absoluto. Las leyes espirituales de Dios son absolutas—no importa lo que yo
sienta respecto a ellas o aun lo que yo haga acerca de ello. Los principios de
Dios son verdaderos para todos los tiempos y todas las culturas. Estos son las
verdades de la Palabra de Dios que tenemos que obedecer, sin importar nada
más.
A veces fallamos en tratar a la Biblia como algo que sostiene las valiosas y
poderosas Palabras de Dios mismo. Es tan accesible que la damos por sentado.
Si tienes una Biblia en tu casa, estás bendecido/a, porque un tercio de la
población del mundo no tiene ni siquiera acceso a una.
En la Biblia, Dios ha establecido un patrón de vida para todos. A menudo,
Él ha caracterizado Su relación con nosotros como la de Padre-a-hijo. Puede ser
difícil de entender la Trinidad o la persona del Espíritu Santo. Pero cuando Dios
dice: “Jesús es mi Hijo”, decimos: “Oh, eso lo entiendo”. La Biblia también se
refiere a la relación de Jesús con Su Iglesia como Su novia. Esto muestra la
importancia que Dios da no sólo a la familia, sino también a las relaciones de
nosotros dentro de nuestras familias. Él ha establecido un patrón para que
vivamos de acuerdo a nuestras relaciones y como las entendamos dentro del
contexto de la familia. Este modelo tiene un propósito y es el de glorificar a
Dios, para que podamos reflejar las verdades de quien Él es.
Debido a que Dios es nuestra autoridad, nos podemos poner bajo su
cubierta protectora sabiendo que la obediencia a Él nos traerá bendiciones.
Dentro de este modelo para la vida, Dios nos ha dado verdades bíblicas,
principios y mandamientos que debemos seguir, no importando lo que pase. Al
obedecerle, estamos reconociendo el lugar legítimo de Su autoridad sobre
nosotros.
Cuando vivimos bajo convicciones bíblicas, les estamos enseñando a
nuestros hijos lo que Dios nos está enseñando: que Él no es solamente su
autoridad, sino también la nuestra. Según ellos viven bajo la potestad de la
autoridad de sus padres, es importante que observen esto. Ellos aprenden que
vivir bajo la autoridad de Dios es un imperativo que se aplica aun cuando ya
ellos no vivan con ustedes.
Hay una historia muchas veces contada que cuando el FBI entrena a los
agentes a detectar billetes falsos; no lo hacen pegando mil ejemplos de diferentes
billetes falsos en la pared y diciendo: “Estúdienlos todos. Estos tienen un defecto
falso y si usted se memoriza todos los defectos falsos, entonces cuando vea un
billete sin ninguna de estas alteraciones, se dará cuenta de que el billete es
bueno”. No, sin embargo lo que ellos hacen es mostrar un billete perfecto y
dicen: memorícense cada detalle de este billete perfecto y si alguna vez ven uno
que no sea igual a este modelo, se darán cuenta de que es un billete falso”.
Familiarízate con lo que es real, para que inmediatamente reconozcas cuando
algo falso te sea presentado.
Romanos 16:19 dice: “Pero quiero que seáis sabios para el bien, e
ingenuos para el mal”. Este versículo contradice el pensar del mundo. El
mundo tiene la filosofía de que tus niños tienen que tomar decisiones
“informadas”. Mientras más exposición a la información, más sabiduría—dice
esta falsa teoría. “Ellos tienen el derecho de ser educados. Quizás tus hijos no
comparten tu mentalidad estrecha. Hay muchas opciones”. Comparadas a la
verdad, las “opciones” del mundo son falsas. Hay un número infinito de ángulos,
pero hay sólo una línea recta.
Nuestra cultura está saturada con voces de demandas egoístas de parte de
aquellos que insisten que cada deseo básico debe ser tolerado y protegido por
derechos legales. Escucha los anuncios comerciales y fíjate cuantas veces
escuchas a los solicitantes astutos decir: “Obtenga la casa o el carro o el trabajo
o el dinero o las vacaciones o lo que usted se merece”. La atracción al
egocentrismo es obvia—porque funciona. Nos hace comprar cosas que no
debemos. Vivir una vida de satisfacción propia es la manera más rápida de la
auto-destrucción. Compara los mensajes que escuchas todos los días con la
verdad de Romanos 6:23 que dice que lo que nos merecemos es morir por
nuestro pecado: “Porque la paga del pecado es muerte”. ¡Wao, este sí que es
un mensaje en contra de la cultura!
Mateo 7:13-14 dice: Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la

puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que
entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva
a la vida, y pocos son los que la hallan”. Estos versículos dicen que hay dos
tipos de personas: los que entran por la puerta estrecha y los que entran a través
de la puerta ancha. No hay un camino medio. Tú no eres salvo sólo a veces. O
eres salvo o no lo eres. Estás a un lado del puente o al otro, no en el medio. En 1
Juan 5:19-20: leemos: “Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está
bajo el maligno. Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado
entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero,
en su Hijo Jesucristo. Éste es el verdadero Dios, y la vida eterna”. Dios
permite que florezca el mal en el mundo, sólo por un tiempo. Y Él está
observando para ver si tú eliges lo falso o lo real, si lo eliges a Él o al camino
fácil. Ante Dios, no somos libres para hacer lo que deseamos o sentimos. El
mundo exige sus derechos, pero Dios demanda justicia.
En 1 Pedro 2:16 dice: “Como libres, pero no como los que tienen la
libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios”.
Cuando quitamos nuestros ojos de la verdad, tropezamos. Nos confundimos
entre lo que es verdad y lo que no es. Si nos fijamos demasiado en lo falso,
vamos a empezar a pensar: “Espera, ¿cuál es el verdadero? ¿Es éste o el otro?”
Recuerdo una reunión con una mujer hace algunos años que acababa de
pasar por una crisis devastadora como resultado de una mala decisión. Nadie
resultó herido físicamente, pero el evento creó una crisis emocional devastadora.
Ella reunió algunos amigos y familiares para buscar consejo y apoyo. Algunas
personas le recomendaron que siguiera su corazón y que respondiera con
reacciones mundanas y emociones. Yo le aconsejé que siguiera un principio
Bíblico—no algo imaginario, sino las mismas Palabras de Dios.
Era obvio que ella se había aliado con lo falso hasta ahora, pero mientras yo
le hablaba sobre la verdad bíblica, me di cuenta de que ella valoraba la Palabra
de Dios igual que a las opiniones de la gente. Yo escuché que ella les decía a
otros que yo le había dicho que hiciera esto o lo otro. Debido a que ella
devaluaba la verdad bíblica, me di cuenta de que ella no escogería el consejo de
Dios. Lo que ella buscaba era que la gente le aprobara lo falso que había
escogido para satisfacer sus propios deseos. Todo consejero bíblico sabe el dolor
que causa que una persona en crisis continúe escogiendo lo falso.
Esta experiencia es como mostrarle un diamante perfecto de 20 quilates a
una persona y que ésta diga: “Sí, pero yo prefiero este otro brillante plástico con
lentejuelas que compré en el mercado de las pulgas. Va mejor con lo que quiero
hacer”.
Mi esposo, David, y yo a veces hemos lamentado que después de una
sesión de consejería en donde los pasos a seguir han sido tan claros, aquellos que
son aconsejados rechazan el camino por el cual Dios les traerá bendición. No
hacen las cosas que saben que deben hacer. Quieren seguir sus propios
sentimientos en lugar de vivir bajo la convicción bíblica de la Palabra de Dios.
He oído a David, decir: “Tienes tú misma que desear hacer lo correcto”. Tienes
que hacer una elección y comprometerte a ella. No podemos deshacer huevos
revueltos, pero tampoco es necesario agregar más huevos. A menudo, en
consejería, una persona especialmente querrá “volcar el camión”, pero sólo está
dispuesto/a a tomar una cucharadita de consejos. Por lo general, quieren una
solución rápida para que la otra persona cambie. Recuerda: “Todo el mundo
quiere cambiar el mundo, pero nadie quiere cambiarse a sí mismo”.
Jeremías 17:9 dice: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y
perverso; ¿quién lo conocerá?” Este versículo nos dice que no podemos
confiar primero en nuestro corazón. Sino que hay que seguir La Palabra de Dios,
sin importar nada más. Aunque las emociones tienen un propósito y son dadas
por Dios, la Biblia nunca nos dice que basemos nuestras decisiones únicamente
en cómo nos sentimos. El enfoque que nos hará tropezar una y otra vez es si
hacemos decisiones como Eva en el Jardín—se ve bueno, tiene buen sabor, tiene
que ser bueno. Este enfoque se entrega a la lujuria de los ojos y a la lujuria de la
carne. Pensando, me hará como Dios, igual a Él, es la vanagloria de la vida.
Como 1 Juan 2:15-17 dice: No améis al mundo, ni las cosas que están en el
mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque
todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y
la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo
pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para
siempre”. Tenemos que separarnos del sistema de valores del mundo.

CONVICCIONES BÍBLICAS

Lee la siguiente lista de diez convicciones bíblicas. Considera cuantas de


ellas afectan la manera en la cual encaras la vida. Ten en cuenta las que has
estado pasando por alto o las que ni siquiera te diste cuenta de que estaban
escritas en la Palabra de Dios. Vamos a ver una lista más larga en el próximo
capítulo. Se trata de principios tales como:

Cosechamos lo que sembramos.


Eliges el pecado, eliges sufrir.
Honra a tus padres.
No mates (incluyendo a los niños no nacidos).
No mientas, ni seas deshonesto, ni robes, ni engañes.
No hagas yugo desigual.
Sé un dador alegre, generoso.
Disciplina a tus hijos, de acuerdo con el modelo bíblico.
Respeta a tu marido. Ama a tu esposa.
Involúcrate en el ministerio.

Y hay cientos de otros. En el próximo capítulo veremos estos y otros más.


Las convicciones bíblicas no son sutilezas legalistas. Son los principios y
mandamientos de las Escrituras de los cuales todos debemos de estar
convencidos y obedecer. Hay consecuencias específicas cuando ignoramos o no
cumplimos cualquiera de estas reglas de vida. Algunos de los elementos de esta
lista pueden haberte sorprendido, pero ninguno de ellos son opcionales. ¡Nadie
dijo que la crianza piadosa de los hijos iba a ser fácil!
PROPÓSITOS OPUESTOS

Las personas que rehúsan seguir los caminos de Dios se buscan problemas
para sí mismos. Están viviendo propósitos opuestos a los de Dios; optan por
desviarse del camino designado por Dios. Por lo general, es bastante evidente
porque sus vidas están al borde del caos. Sin embargo, aún durante una crisis,
cuando Dios está tratando de llamarles su atención, continúan creando
problemas para sí mismos. Debido a que están determinados a no cambiar—
como la madre en nuestra historia—continúan siguiendo el mismo patrón de
alternativas equivocadas. Las personas que se encuentran en este estado, viven
una vida de grandes remordimientos, pero usualmente, repetidamente, no hacen
lo correcto.
Dios odia un corazón endurecido que se resiste a cambiar. Es algo
deshonroso para Él. Él dice: “¡Madura!” Cuando no cambiamos, cuando no
amamos la justicia ni deseamos ser más como nuestro Señor Jesús, nos tenemos
que preguntar si ni siquiera somos Sus hijos. Porque si Él es nuestro Padre, los
hijos de Dios se someten a Su autoridad. Filipenses 2:12-13 dice: “Por tanto,
amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia
solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra
salvación con temor y temblor porque Dios es el que en vosotros produce así

el querer como el hacer, por su buena voluntad”.


Se supone que vivamos reconociendo que Dios es nuestra autoridad. Esto
significa que debido a que nos damos cuenta de quién es Dios, le respetamos y
vivimos maravillados de Él. Y se supone que vivamos una vida con un “temor
saludable” de ofenderle. La Biblia también dice en Efesios 4:14-15: “Para que
ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de
doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con
astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor,
crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo”.
A menudo, he observado a personas que viven una vida con principios mal
aplicados. Estos principios mal aplicados por definición nos dan cada vez malos
resultados, no importa cuán sinceros seamos. Insistir en hacer algo que no
funciona, nos frustra. En estos casos, la gente necesita encontrar dónde fue que
comenzó a comprometer la verdad bíblica, dónde permitió que su entendimiento
humano hiciera ajustes insidiosos y racionalizara hasta hacerle deslizar de su
relación con Dios.
Tenemos que alinearnos con el camino de Dios y seguir derecho. ¡El
camino de Dios siempre funciona! A veces, la gente que toma consejería piensa
que está en buen camino; no se da cuenta de las pequeñas alteraciones que ha
hecho con el tiempo y cómo se justifica. Sólo se necesita un pequeño cambio en
nuestra manera de pensar y esto nos llevará en dirección incorrecta. Tenemos
que mantener los ojos fijados en el Autor y Perfeccionador de nuestra fe (la
única “moneda” verdadera, el único Dios verdadero). Cuando mantenemos
nuestros ojos fijos en Dios y Su Palabra, ignoramos la falsedad que el mundo
nos ofrece.
El Salmo 19:7 dice: “La ley de Jehová es perfecta, que convierte el
alma”. Podemos confiar en lo que nos enseña la Biblia. Se supone que
alineemos nuestra vida con ella. Cuando crecemos en Él, crecemos en la fe.
Vemos la fidelidad y confianza de Sus promesas para con nosotros y nos
convencemos de que Su camino es el mejor. Éstas son convicciones bíblicas.
Son absolutamente fundamentales en establecer a una familia que honra a Dios.
Las convicciones bíblicas dicen: “Debido a que Dios lo dice, lo creo, yo lo
haré porque confío en Él de todas maneras”. Estamos tan seguros de Su amor
por nosotros que le obedecemos aunque no veamos los resultados. Ésta es la fe
—tomar a Dios por Su Palabra. Hebreos 11:1 dice: “Es, pues, la fe la certeza
de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Otras convicciones
vienen de nuestra relación con Jesús y de cuánto confiamos en Su Palabra.
¿Estás esperando a que Dios te demuestre Su gracia de manera personal?
Entonces obedece Su Palabra y espera que Él te bendiga. ¿Estás batallando con
un problema y te estás debilitando? Sé fuerte en Él; Él está probando tu fe para
ver si vas a continuar obedeciéndole aunque las cosas te sean muy difíciles. Es
fácil obedecerle cuando la vida es cómoda. Él quiere que maduremos para que
seamos como Jesús. Hebreos 10:23 dice: “Mantengamos firme, sin fluctuar,
la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió”. Mientras
más persistamos en seguir adelante con nuestras convicciones, más vamos a
descubrir las delicias de la fidelidad de Dios. Gálatas 6:9 nos recuerda: “No nos
cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no
desmayamos”.
Los mandamientos de Dios no son negociables. No son cuando nos dé la
gana o cuando tenga tiempo de hacerlo o si es algo que puedo encajar en mi
vida. Estos son así: porque Dios lo dice, lo haré, porque sé que la obediencia a
Él promete buenos resultados. La Palabra de Dios requiere de nosotros un
estándar de pensar que el mundo resiste instintivamente. Romanos 12:2 dice:
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la
renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la
buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Dios está en el negocio de
renovar las mentes. La Biblia es Su herramienta principal. Cuando tomamos a
Dios por Su Palabra, formamos nuestras convicciones. Desarrollamos una
comprensión más profunda de Su verdad.
La verdad bíblica debe ser obedecida por todos los creyentes. Pero todos los
creyentes no siguen la verdad bíblica. ¿Por qué? Básicamente, por dos razones:
porque no conocen La Palabra o por que no reciben su convicción. En pocas
palabras, son impedidos por la inmadurez o la falta de sensibilidad. ¡Unas dosis
generosas de la Palabra de Dios son los mejores remedios para estos dos
problemas!
Jesús dijo: “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que
me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me
manifestaré a él” (Juan 14:21). Él nos revela más de Él mientras más le
obedecemos. ¿Crees que puedes conocer a Dios? ¿Crees que puedes realmente
tener una relación personal y dinámica con Él? Este versículo es uno de los
muchos que nos permite decir: “¡Sí!” El mensaje del Evangelio es que Jesús
restaura nuestra comunión con nuestro Padre celestial. Sin una relación
restaurada, estamos viviendo en rebelión con Dios, una vida falsa. ¿Quieres
conocerlo más profundamente? Obedécele. La Palabra de Dios nunca cambia,
pero mi entendimiento sí, por lo tanto siempre estoy cambiando. Hebreos 13:8
dice: “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos”.
El Salmo 19:8 dice: Los mandamientos de Jehová son rectos, que
alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos”.
Es sorprendente presenciar cuando la Palabra de Dios penetra la mente de
alguien y altera sus convicciones pasadas. Se puede ver cuando la luz se
enciende en sus ojos. Entonces dicen: “Ah, ya entiendo”. Y empiezan a obedecer
a Dios de todo corazón en esta área. Las convicciones bíblicas cambian su forma
de vida y las opciones que toman. Éstas son verdaderas para todos los creyentes
de todos los tiempos y de todas las culturas.

EL RETO PARA LOS PADRES PIADOSOS

Estén preparados; estarán peleando una batalla si eligen ser padres piadosos
y vivir por convicciones bíblicas. Estarán peleando una batalla contra un mundo
de falsedades. Hay muchas clases para lograr ser asertivo o entrenamientos para
la diversidad, pero ¿cuándo fue la última vez que alguna organización fuera de la
iglesia ha ofrecido una clase sobre someterse a la autoridad? El mundo enfatiza
los derechos de los niños, las libertades y cómo complacer sus deseos. El mundo
dice: “Coma, beba y sea feliz”. Incluso nuestra Constitución dice que tenemos
derecho a la búsqueda de la felicidad. Dios nos da cosas buenas que hemos de
gozar plenamente, pero la Biblia nunca dice que debemos de buscar la felicidad
como un medio en sí mismo, sino más bien la piedad (vean 1 Timoteo 6:3-8).
Una vida entregada a Dios produce una vida feliz. El mundo nos dice que
vivamos la vida para nosotros mismos y no sólo para la gloria de Dios. El
atractivo de la sabiduría del mundo a que busquemos nuestros deseos naturales y
egoístas crea un conflicto con la verdad de Dios. Sí, estamos librando una batalla
y la victoria no llega a los que se niegan a vivir de acuerdo a las convicciones
bíblicas. La presión del mundo eventualmente hará que te des por vencido/a si
no has ya determinado vivir por convicciones bíblicas.
¿Deseas ser una mujer y madre piadosa? ¿Un marido y padre piadoso?
¿Cuánto tiempo pasas realmente buscando el rostro del Señor para lograr que
esto ocurra? Esto no sucede con sólo desearlo o pensar en ello. ¿Cuánto tiempo
pasas deseando y cuánto tiempo pasas siendo obediente?
Así que, ¿cómo procederemos? No espero simplemente que aceptes mi
palabra en estas áreas cruciales de tu vida. Hechos 17:11 dice: “Y éstos eran
más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra
con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas
cosas eran así.” Los cristianos de Berea continuamente escudriñaban las
Escrituras para no tropezar con enseñanzas falsas. Aparte del Evangelio, el tema
más relevante del Nuevo Testamento es: cuidado con los falsos maestros,
cuidado con las falsedades, conoce la Verdad. Las convicciones confiables
descansan en La Palabra de Dios.
En el Día de la Madre, cinco meses antes de que naciera mi primer hijo,
David me regaló una nueva Biblia. Yo escribí dentro de la portada: “Yo elijo
vivir por convicciones bíblicas—mayo 1978”. Ahí fue cuando yo tomé una
decisión que nunca iría hacia atrás y desde ese momento en adelante, yo haría
lo que la Biblia mandaba. Ahora, casi treinta y cinco años más tarde, no me
puedo imaginar una vida sin haber hecho esta decisión. No me lamento de nada
en cuanto a vivir por convicciones bíblicas.

CONVICCIONES PERSONALES

Vamos a seguir construyendo sobre esta base. Además de convicciones bíblicas,


las cuales son verdaderas para todos nosotros, también desarrollamos
convicciones personales. Como resultado de mi estudio, mi relación personal
con Dios, y las experiencias de mi vida, me convenzo de cosas, no
necesariamente expresadas en la Biblia o de cosas que no son relevantes para
todos en todas las culturas.
El desarrollo de las convicciones personales implica la personalización de
mi fe, según mi caminar con el Señor. Las convicciones personales nunca
reemplazan ni contradicen las convicciones bíblicas; sino que son aplicaciones
individualizadas de éstas. Según voy entregando mi vida al crecimiento de la
santidad personal, voy desarrollando convicciones adicionales.
Por ejemplo, las convicciones personales se tratan de asuntos como la
televisión. Por supuesto, la televisión no se menciona en las Escrituras, pero en
base a lo que sabemos acerca de los principios de Dios, puedo aplicar estos
principios a cómo criar a mis hijos con respecto al uso de la televisión. Nuestras
convicciones pueden ser diferentes—la cantidad de tiempo que la miramos, lo
que vemos, y quién la mira. Hay familias que expresan una convicción personal
de ni siquiera tener una televisión en su casa. Las convicciones personales no
son revelaciones de Dios, sino la aplicación de la verdad bíblica. Las
revelaciones de Dios ya están disponibles y están accesibles por igual a todos los
creyentes a través de Su Palabra. Las convicciones personales no se deben
confundir con las convicciones bíblicas.
Todos los padres crean reglas que no son necesariamente bíblicas, tales
como el uso de la computadora o del Internet por parte de los niños. A veces, los
padres formulan reglas para cubrir su falta de convicciones o de orden en sus
propias vidas. Esto exaspera a los niños porque ellos saben que tú estás diciendo
una cosa, pero viviendo otra. No podemos transmitir lo que no tenemos. Piensa
en tus estándares personales para el uso del Internet y los estándares que has
impuesto a tus hijos. ¿Estás modelando como padre lo que esperas de ellos? Si
no vivimos nuestras convicciones, ¿por qué estarían ellos motivados a seguirlas?
Tu ejemplo a tus hijos no sólo demuestra un estándar, sino que en realidad los
motiva a seguir la convicción porque se dan cuenta de que crees en ella.
Necesitamos reglas para nuestras familias, pero tenemos que recordar que
no debemos elevarlas al nivel de “así dice el Señor”. Si declaramos nuestras
convicciones como algo absoluto, estamos siendo como los fariseos. Los fariseos
tomaron la Palabra de Dios y le pegaron miles de leyes creativas llamadas el
Talmud. Tenían una regla para todo. En cierto sentido, eran los originales micro-
gerentes, Jesús odiaba su hipocresía porque habían abandonado los estándares
bíblicos por simplemente seguir cosas inventadas. Y a menudo aplicaban sus
estándares inventados a las vidas de otras personas sin aplicárselos a ellos
mismos. Sus “convicciones” (las cosas de que ellos se habían convencido) se
esparcían a tantas otras cosas que la gente no podía saber en cuál verdad de las
Escrituras estaban basadas. Aunque es esencial desarrollar convicciones
personales, debemos recordarnos de esta clara distinción.

PLAN FAMILIAR

Es necesario que como familia tengamos estándares/convicciones


individuales que digan: “Ésta es la manera en que la familia ‘Corning’ lo hace”.
Según lo que señalamos sobre las convicciones, los estándares son inevitables.
Tú los tienes aunque no los hayas elegido. Vivir una vida que dice: No tenemos
estándares es una declaración gigantesca que hace que los hijos se críen en un
hogar que va a la deriva con valores cambiantes. Hemos identificado cinco
“valores familiares” importantes los cuales David y yo hemos escrito a mano en
nuestro garaje en las tres casas donde nuestra familia ha vivido. Estamos
hablando de un total de veinte años de entrar y salir a nuestros garajes con las
luces del carro alumbrando la obra de arte de Papá. Leen así:

“Ama y obedece a Jesús” — Mateo 22:37


“Sé leal a tu familia” — Efesios 6:1-4
“Trabaja fuerte y termina con fortaleza” —
Colosenses 3:23; 2 Tesalonicenses 3:10
“Sé honesto” — Levítico 19:11; Proverbios 12:22
“Sé generoso” — Efesios 4:32

Éstas son en realidad convicciones bíblicas fundamentales que hacen un


gran impacto en el ambiente familiar. Vale la pena señalar que si desarrollas una
lista como ésta, debes mantenerla sucinta para que todos los miembros de la
familia puedan recordarlas y aplicarlas. Una vez alguien me preguntó: “¿Por qué
tienes tus valores familiares escritos en tu garaje?” Me tuve que reír conmigo
misma y pensar, probablemente debido a que es el único lugar donde permito
que mi marido escriba en las paredes con un marcador permanente”. Es
también porque mi familia lo ve—todos los días. A veces, cuando nuestros hijos
violaban uno o más de los valores familiares, los mandábamos al garaje para que
miraran la lista y regresaran a decirnos cuál o cuáles no habían observado.
También vamos a repasar algunos ejemplos más de las convicciones
personales, porque tus hijos tienen que entender que si otra familia no tiene las
mismas convicciones personales tuyas y de tu marido, está bien. Sin embargo, el
deber de ellos como hijos es de obedecer la autoridad dada por Dios colocada
sobre ellos, y ustedes, como padres, deben tratar de glorificar a Dios mientras
que ellos están siendo criados. Los niños tienen una extraña manera de traer a
colación las convicciones de otras familias cuando les conviene (“Pero los
padres de Timmy le permiten quedarse despierto hasta las 11:30 cuando él
quiera. . .”). Tú puedes responder calmadamente a declaraciones como éstas si
ya les han explicado los valores de tu familia. Mientras ustedes están criando,
estarán repitiendo y reiterando las convicciones que como padres han estado de
acuerdo en establecer. ¿Qué hay de los cinturones de seguridad o de los cascos
para correr bicicleta? La Biblia dice: “Seguir las leyes de la tierra”. Así que
proveemos asientos y cinturones de seguridad adecuados para nuestros hijos.
Pero, ¿qué pasa si vives en un estado donde la ley no exige que se pongan el
cinturón de seguridad en el asiento de atrás después de cierta edad, o un casco
cuando se está montando la bicicleta? Si dices: “Oh, sí, hazlo”, entonces, es tu
convicción personal—tu—estándar familiar, ya que estás convencido/a de que es
lo mejor para ellos. Yo uso este ejemplo porque algunas de nuestras
convicciones personales están relacionadas con nuestras experiencias o con lo
que entendemos. La mayoría de los padres dirán: “Buena idea, ponte el cinturón
de seguridad o el casco todo el tiempo”. Pero no todas las convicciones
familiares son tan simples.
¿Qué hay de dejar a tu niño de trece años de edad en las tiendas locales del
centro comercial durante un par de horas con un amigo? Aquí es donde tú
comenzarás a ver el choque de las convicciones familiares y se escucha la frase:
“¡Pero la mamá de Joe lo deja!” Y entonces puedes responder (utilizando tu
propio apellido, por supuesto), “Pero no es así como lo hacemos en la familia
‘Corning’. Papá y yo hemos hablado sobre esto y estamos convencidos de que el
estándar que hemos acordado es el mejor para nuestra familia”.
Asegúrate de que hayas hablado acerca de tus convicciones antes de
anunciarlas a tus hijos. ¿Consideras seriamente cuáles son tus convicciones, no
importando lo que está en juego? ¿Se han sentado como marido y mujer a llegar
a un acuerdo sobre sus convicciones personales para ustedes mismos y para su
familia?
Si fallan en tener esta conversación, tendrán una bomba de tiempo haciendo
“tic, tic, tic” y detonará cuando tu hijo esté en la escuela intermedia. Tu hijo
tendrá mucha energía para retar convicciones flojas—especialmente si tú y tu
esposo no presentan un frente unido. Ellos saben si ustedes no están de acuerdo
y pronto tratarán de poner a un padre contra el otro.
¿Tienes una hija de tres años de edad? Tú y tu marido deben salir esta
noche a tomarse un café y establecer los estándares de su familia respecto al
noviazgo y formar una definición completa de como ustedes definen el
noviazgo. No es demasiado temprano. ¿Por qué? Debido a que sus hijos tienen
que crecer con el conocimiento de sus estándares familiares para que puedan
seguirlos. Además, debido a que sus hijos crecerán más rápido de lo que se
pueden imaginar, mientras más temprano entiendan que ustedes tienen
convicciones firmes, más seguridad tendrán respecto al orden en la vida. Si ellos
vienen donde ti a la edad temprana de catorce años antes de un gran baile de la
escuela, y de repente les anuncias que no crees que deben ir, no lo entenderán
porqué tú estás siendo tan malo/a, y por qué no les dejas hacer lo que todos sus
amigos están haciendo. Pero, si ellos se crían conociendo lo que Dios manda y
confían en las convicciones que como familia han desarrollado (con propósito y
razón), aprenderán y confiarán que Dios y ustedes quieren lo mejor para ellos. Y
también aprenderán que cuando ustedes dicen que no, no deben retarles sino
estar agradecidos por su liderazgo, cuidado y protección. Los niños quizás les
prueben haciéndoles preguntas, pero les aseguro que si son consistentes desde
que ellos sean bien chicos, esto les dejará una gran impresión.
Si eres padre o madre soltero/a, aún tienes que tener estándares sólidos y
convicciones claras para tus hijos. Ser firme será un reto especial porque lo estás
haciendo solo/a. Necesitas el apoyo de otras madres y padres que te alienten
porque tu tarea de criar será más difícil—pero no imposible ni sin esperanza—
sino más difícil.
Muchas veces he visto letreros en casas de personas que dicen: “En cuanto
a mí y mi casa, serviremos al Señor”. Esta declaración se encuentra en Josué 24.
Josué, comandante israelí que sucedió a Moisés, estaba a punto de retirarse, pero
quería dejar un legado de convicciones. Se dio cuenta de que existía un gran
peligro de que la nación se estuviera apartando del Dios único y verdadero,
siguiendo prácticas impías. La despedida de Josué describe la fidelidad de Dios
hacia ellos a lo largo de su historia y de cómo Dios los ayudó en sus victorias.
Luego le dijo a la gente:

Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y


en verdad; y quitad de entre vosotros los dioses a los
cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en
Egipto; y servid a Jehová. Y si mal os parece servir a
Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a
quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al
otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya
tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová
(Josué 24:14-14).

Josué estaba diciendo que a pesar de todo, él y su familia vivirían por


convicciones bíblicas. Su reto todavía se aplica a cada uno de nosotros hoy.

Señor:
Ayúdanos a los que somos padres a seguir Tus caminos.
Ayúdanos a estudiar Tus palabras y a convencernos de Tu
Verdad. Muéstranos nuestros caminos errantes e
instrúyenos. Ayúdanos a seguir Tu Palabra y a vivir por ella
como si fuera lo único que necesitáramos para sobrevivir.
Ayúdanos a pasar las convicciones bíblicas a nuestra familia
y a ayúdales a seguirlas por toda la vida. Te pedimos Tu
sabiduría para desarrollar convicciones personales y
estándares para nuestra familia para poder criar hijos que
Te honren. En el nombre de Jesús, amén.

GUÍA PARA GRUPOS PEQUEÑOS

MEMORIZACIÓN DE LAS ESCRITURAS


(Tiempo sugerido—15 minutos)

Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste,


sabiendo de quién has aprendido.
2 Timoteo 3:14

También revisa el Salmo 127:1. Nota: Puedes encontrar útil la parte de “Un
vistazo a la memorización de las Escrituras” al final del libro.

TIEMPO DE PAREJAS
(Tiempo sugerido—45 minutos)

Tengan una discusión sobre las convicciones bíblicas.



¿Qué son convicciones bíblicas?


¿Se han comprometido ustedes a vivir por convicciones bíblicas?
¿Habrá algunas áreas de sus vidas que no están siendo guiadas por
convicciones bíblicas?
¿Cómo está esto afectando a su familia? En otras palabras, ven ustedes a su
familia obstaculizada por la falta de convicciones bíblicas en alguna área?
Discutan sus convicciones personales. ¿Cómo difieren éstas de las
convicciones bíblicas?
¿Están de acuerdo con las convicciones personales para su familia? Esa es
un área que puede tomar meses para ser terminada. Comiencen hoy a
identificar algunas de las áreas críticas que necesiten atención inmediata.
Esta discusión continuará durante el tiempo con el grupo pequeño.
Disfruten de la discusión. Puede que tome algún tiempo en trabajar en las
diferencias y llegar a un acuerdo, pero determinen hacerlo. La unidad de su
familia depende de esto.

Aplicación en el hogar: Emplea tiempo con tu familia esta semana discutiendo


el valor de la Palabra de Dios en sus vidas. Enseña a tus hijos que tenemos que
vivir bajo la autoridad de las Escrituras y cómo ésta impacta nuestro diario vivir.
Declaración para el hogar: Decido vivir por convicciones bíblicas.

Oración para la pareja: Terminen en oración específicamente por el


compromiso de las convicciones de su familia.

TIEMPO DE DISCUSIÓN
PARA GRUPOS PEQUEÑOS
(Tiempo sugerido—45 minutos)

¿Cuál es la diferencia básica entre las convicciones bíblicas y las


personales?
¿Cómo afecta esta distinción a la manera en que ustedes crían a su familia?
Seleccionen dos o tres áreas de convicciones personales que los padres
deben definir claramente para sus familias. Las áreas pueden incluir: ver
televisión o películas, estándares para la música, noviazgo o alternativas
escolares. Las parejas deben compartir cómo ellos llegaron a estas
convicciones. Una discusión de grupo sería útil, pero recuerden que los
esposos y las esposas deben decidir juntos los estándares que quieren para
sus hogares. Identifiquen los pasajes de las Escrituras para apoyar sus
convicciones.
¿Tienen algunas preguntas u observaciones sobre lo que han leído en el
capítulo 2?
Busquen ideas de cómo las familias pueden escribir, mostrar, o presentar
sus convicciones en su hogar como recordatorio de que éste es su “Plan
familiar”.

TIEMPO DE ORACIÓN


Oren para que estén de acuerdo en vivir bajo la autoridad de la Palabra de
Dios.
Oren por sabiduría de cómo guiar a su familia a vivir bajo convicciones
bíblicas.

APÉNDICE: CAPÍTULO 2
EJEMPLOS DE CONVICCIONES BÍBLICAS

Cosechamos lo que sembramos.


Gálatas 6:7-8; Romanos 14:12; 2 Corintios 5:10
Elije el pecado, elije sufrir.
Isaías 8:9-21; Jeremías 43 & 44
Honra a tus padres.
Efesios 6:2; Éxodo 20:12
No mates (incluyendo niños no-nacidos).
Éxodo 20:13; Éxodo 23:7
No mientas, ni seas deshonesto, ni robes, ni engañes.
Levítico 9:11; Proverbios 19:5
No hagas yugo desigual.
2 Corintios 6:14-15; Malaquías 2: 13-16
Honra a Dios con tus ofrendas.
Mateo 6:1-4 (como para el Señor);
Romanos 12:1 (sacrificialmente);
2 Corintios 9:7 (gozosos)
Disciplina a tus hijos de acuerdo al modelo bíblico.
Hebreos 12:7
Sométete a tu esposo.
Efesios 5:22-24; Colosenses 3:18; 1 Pedro 3:1
Involúcrate en el ministerio.
Efesios 2:10; Efesios 4:11; Mateo 28:19-20
Comparte el Evangelio.
2 Corintios 5:18-20; Efesios 6:19-20;
2 Timoteo 4:2-5; Hechos 1:8; 1 Pedro 3:15
Memoriza las Escrituras.
Isaías 59:21; Josué 1:8; Salmo 119:9-11
Se agradecido/a.
Efesios 5:19-20; Colosenses 2:6;
1 Tesalonicenses 5:16; 1 Timoteo 6:6; Salmo 107:1
No leas horóscopos ni escuches a los psíquicos.
Jeremías 10:2-4; Colosenses 2:8-10;
Isaías 47; Deuteronomio 18:9-14;
Jeremías 14:14; Levítico 19:26, 31; Levítico 20:6
Ora, creyendo que Dios contesta.
Colosenses 4:2; Hebreos 11:6; Santiago 5:16-18
Entrena a tus hijos a glorificar a Dios.
3 Juan 4; Isaías 54:13
Mantente pendiente de las necesidades de los demás.
Filipenses 2:4; Hebreos 3:13; Romanos 12:15;
1 Tesalonicenses 2:8
Se generoso/a.
2 Corintios 9:7; 1 Timoteo 6:18; Hebreos 13:16
Perdona a los demás.
Efesios 4:32; Mateo 18:21-22
No demandes tus derechos.
1 Pedro 3:13-16; 1 Pedro 5:5; Romanos 13:1-2
Estudia la Palabra de Dios; y aprende a usarla con exactitud.
Hechos 18:25; 2 Timoteo 2:15; Esdras 7:10
Ten compañerismo con otros creyentes.
Hebreos 10:24-25; 1 Juan 1:3
Sufre por la causa de Cristo.
2 Corintios 1:5-7; Filipenses 1:27-30;
Filipenses 3:7-10;
2 Timoteo 3:12; Santiago 1:2;
1 Pedro 4:16
Adora sólo a Dios.
Filipenses 2:9-11; Colosenses 1:15-18;
Apocalipsis 4:11
Acuérdate del sábado.
Hebreos 4:9-10; Éxodo 31:15
Escoge a tus amigos con cuidado.
1 Corintios 15:33-34; Santiago 4:4; Éxodo 23:2;
Salmo 119:63
No deshonres tu cuerpo.
Romanos 12:1-2; 1 Corintios 3:16-17
No hagas una promesa que no puedas cumplir.
Eclesiastés 5:5; Mateo 5:37
No seas perezoso.
2 Tesalonicenses 3:10; Proverbios 24:33-34
Deja la venganza a Dios.
Hebreos 10:30-31; 2 Samuel 22:47-48;
Proverbios 24:29
Imita a Cristo.
Efesios 4:14-15; Efesios 5:1; Filipenses 2:12-13;
1 Juan 2:6

3
CONVICCIONES PERSONALES
LOS PADRES PIADOSOS ESTABLECEN CONVICCIONES PERSONALES

Escucharé lo que hablará Jehová Dios;


Porque hablará paz a su pueblo y a sus santos,
Para que no se vuelvan a la locura.
Salmo 85:8

M e doy cuenta de que pensar en convicciones puede tener un efecto


inquietante. A menudo, el tratar de resolver conflictos nos causa dificultad por la
diferencia entre lo que creemos y en lo que nuestras acciones muestran sobre lo
que creemos. Así que confío que ustedes como padres hayan podido hablar sobre
sus convicciones personales y de las convicciones que tienen en común como
pareja. Quizás sea una discusión difícil, pero pronto descubrirán que la mayor
parte de los argumentos y desacuerdos salen de cuando las convicciones no son
congruentes. El estar de acuerdo con las convicciones, puede resolver muchos
posibles desacuerdos a nivel práctico. Así que espero que puedan clasificar
algunas de sus convicciones una vez que hayan determinado si son bíblicas,
personales, o convicciones que no valen la pena y que después de examinarlas
tienen que eliminarlas.
Quizás se sienten como si su mundo haya sido un poco sacudido y ahora
estén más confundidos. O quizás (y es lo que yo espero) piensan que vivir por
convicciones es algo que tiene completo sentido para ustedes. Mientras están
clasificando y archivando sus convicciones, éstas van cayendo en su lugar
correspondiente. Ciertamente oro para que esto sea lo que esté sucediendo.
El versículo para memorizar de este capítulo nos dice que si alineamos
nuestras vidas con el plan de Dios, cosecharemos paz. Si piensas que tu vida está
patas arriba como resultado de haber leído los últimos dos capítulos, estarás
experimentando un par de efectos: primero, quizás no has contemplado el hecho
de ser padre o madre desde la perspectiva de Dios y segundo, quizás no le has
dado la oportunidad de que te hable a través de Su Palabra acerca de cómo ser
padre o madre. Parte de tu inquietud es porque Dios te está dando convicción
para que hagas los cambios necesarios para que puedas establecer una fundación
en tu familia, para que puedas cosechar paz y no caos. Dios te tiene aquí, donde
debes estar.
Nuestro versículo dice: “Escucharé lo que hablará Jehová Dios; porque
hablará paz a su pueblo y a sus santos, para que no se vuelvan a la locura”
(Salmo 85:8). Este versículo no habla en forma frívola: “Oh, sí, oí lo que Dios
dijo. Eso estuvo muy bien, Él dijo algunas cosas interesantes”. En cambio, el
autor dijo: “Cuando oigo la Palabra de Dios, es como si Dios me estuviera
hablando directamente a mí. No puedo pensar en ninguna otra cosa hasta que
enderece mis asuntos con Él. Y cuando lo hago, tengo mucha paz, como si una
gran carga hubiese sido levantada de mí. Nunca volveré a repetir las tonterías
que Dios me ha ayudado a ver”. Tenemos que hacer lo que es correcto y
aferrarnos a ello. Podemos contar con que Dios nos ayude y nos oriente, si
estamos dispuestos a hacerlo.
A veces, el poner nuestras vidas en orden no es simple, sino que conlleva
tiempo y trabajo duro y requiere volver a aprender. Cada uno de nosotros trae
suposiciones erróneas, mala información, y hábitos poco saludables a nuestro
estilo de crianza “instintivo”. Como pareja, tenemos que construir un enfoque
unificado, si vamos a tener éxito en esta gran tarea. Afortunadamente, ¡hay
ayuda disponible! Dios siempre bendice la obediencia. Así que empezamos con
lo que sabemos que debemos hacer, a partir de ahí y no echamos hacia atrás.
Vivir por convicciones bíblicas demuestra a Dios que confiamos en Él. Ésta es la
esencia de la fe.
El versículo más citado de la Biblia solía ser Juan 3:16: “Porque de tal
manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito...” pero ese
versículo está siendo sustituido por Mateo 7:1: “No juzguéis, para que no seáis
juzgados”. Este versículo de la Biblia es hoy día probablemente el más citado (o
quizás debería decir, citado incorrectamente). Las personas que no están
caminando con el Señor por lo general no quieren que se les diga que están
equivocados. Las personas que están caminando con el Señor sí lo desean. Ellos
desean saber cuándo están alejados, porque tienen el deseo de crecer
espiritualmente, para ser santificados. Tienen el deseo de agradar a Dios. Si ese
deseo no se encuentra, otra cosa también es posible que falte. La pieza que falta
puede que sea una relación con Dios, su salvación.
La razón por la cual este pasaje en Mateo 7 es a menudo malinterpretado es
porque se refiere a los creyentes. Lo que quiere decir es que no debemos tener
justicia propia ni juzgar en forma exagerada entre nosotros por cuestiones de
menor importancia. Sin embargo, hemos de juzgar la conducta moral claramente
delineada en las Escrituras (convicciones bíblicas). Tenemos que usar el mismo
estándar en nosotros mismos que utilizamos para llamar a otros a la rendición de
cuentas. Jesús continuó diciendo: “Porque con el juicio con que juzgáis, seréis
juzgados, y con la medida con que medís, os será medido” (Mateo 7:2).
No debemos ser ásperos ni condenar a otras personas. La vida cristiana se
trata más de una vida abundante (paz, alegría, paciencia...) en Cristo que de un
estilo de vida con restricciones. Si el cristianismo te parece más restringido que
la vida abundante, entonces es posible que tengas que reorientarte en las cosas
mayores de la fe cristiana. Esperemos que este capítulo te ayude.
Un domingo en particular, un hombre que David y yo conocíamos bien,
invitó a catorce miembros de su familia a la iglesia. Después del servicio, él les
condujo a uno de los salones para compartir el evangelio con ellos. Ellos ya
sabían de antemano de lo que él les quería hablar, lo cual era la cosa más
importante para él. El hombre nos invitó a David y a mí para ayudar a contestar
preguntas que pudieran surgir. Nosotros fuimos testigos de ver a este hombre
mayor desplegar su corazón lleno de amor frente a su familia. Él se dio a ellos en
una forma preciosa.
Les dijo que les daría lo que ellos necesitaran de este mundo. Sin embargo,
había una sola cosa que él no podía darles y esto era lo que él quería que
tuvieran más que nada. Lo que él no podía darles era la vida eterna. Este hombre
agonizaba porque había perdido su tiempo y no había entrenado a sus hijos a que
vivieran solamente para Dios.
Tristemente, los miembros de su familia veían “la nueva religión” de Papá
como una muleta que ellos no necesitaban. Ellos no podían imaginar a nadie que
tomara su religión tan en serio como para querer afectar sus vidas por completo.
Ellos pensaban que “cada uno con lo suyo”. Se sintieron juzgados por su padre
porque el concepto de vivir por convicción era algo extraño para ellos, ya que no
habían sido criados así. Ellos básicamente dijeron: “Papá, tú vives tu vida a tu
manera y nosotros viviremos la nuestra a nuestra manera”. Ellos no comprendían
que su padre ya no vivía su vida a su manera sino en sumisión a Jesús, su Señor,
su Salvador. Muchos pensamientos y oraciones fueron compartidos y creemos
que la Palabra de Dios no regresa vacía, pero logra el propósito para la que fue
enviada (véase Isaías 55:11). Nunca te rindas de la obra de Dios en el corazón
de una persona.
Si necesitas volver a establecer los fundamentos de tu familia en la Palabra
de Dios, éste es el momento y el lugar. Jeremías 6:15-16 dice: “¿Se han
avergonzado de haber hecho abominación? Ciertamente no se han
avergonzado, ni aun saben tener vergüenza [¿Has visto alguna vez a alguien y
has pensado, No tienen vergüenza, nada los avergüenza?] por tanto, caerán
entre los que caigan; cuando los castigue caerán, dice Jehová”. Así dijo
Jehová: “Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas
antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para
vuestra alma. Mas dijeron: ‘No andaremos.’”
Negarse a obedecer es rotunda rebelión. Jeremías nos recuerda que el juez
principal de nuestra vida todo lo ve y todo lo sabe. En última instancia, vamos a
dar cuentas a Dios por la forma en que hemos vivido.
Así que aquí es donde entran nuestras convicciones. Seguimos la Palabra de
Dios, en primer lugar. Éstas son las cuestiones en cuanto al bien y al mal
absoluto. Estamos totalmente convencidos de que el camino de Dios es el mejor
y continuamos en estas cosas. Son nuestras convicciones bíblicas y son
verdaderas para todos los creyentes de todos los tiempos y de todas las culturas.
Ellos nos unifican como el cuerpo de Cristo.
Por favor, refiéranse al apéndice del capítulo 2 para los “Ejemplos de
convicciones bíblicas”. La lista incluye los versículos bíblicos subyacentes para
cada convicción. Estas convicciones son una muestra de los valores que tenemos
en común con nuestros hermanos y hermanas en Cristo a través del tiempo.
Está claro que nuestro problema no es que no tengamos dirección en la
vida; nuestro problema es que no la conocemos y /o no somos capaces de confiar
en ella y / o nos negamos a obedecerla.
A continuación, aparecen unas convicciones personales. Estas convicciones
tienen sus áreas grises donde Dios no ha determinado la manera específica si son
para bien o para mal, pero aun así, Él quiere que tengamos convicciones en estas
áreas. Estas convicciones personales básicamente se desarrollan en tres áreas:

1. nuestra comprensión personal de la Palabra de Dios y lo que Él quiere que


hagamos mientras aplicamos Su Palabra a nuestras vidas;
2. nuestra experiencia personal, nuestras áreas de especialización o sentido
común, y
3. nuestra historia personal, nuestros puntos fuertes y débiles. Todo el mundo,
incluso los no-creyentes, tienen convicciones personales que van de la
segunda a la tercera categoría.

EJEMPLOS DE CONVICCIONES PERSONALES

Como se mencionó anteriormente, la historia personal y el temperamento


tienen que ver con las convicciones personales. Alguien que se haya criado en
una casa donde se servía vino en la cena puede acabar con diferentes
convicciones personales acerca del alcohol a otra persona que haya sido criado
en un hogar donde hasta el vino de cocinar era visto con sospecha. Y aprendimos
que basamos muchos de nuestros estándares familiares en lo que sabemos acerca
de la Palabra. Como resultado de esto, se supone que maduremos en Cristo y
desarrollemos y mantengamos convicciones personales.
Vamos a considerar la convicción personal sobre el estándar del noviazgo.
En nuestra familia, hemos establecido estándares en cuanto al noviazgo que
incluyen la definición del noviazgo y unas sencillas instrucciones. Nosotros
introdujimos, explicamos e hicimos referencia a nuestras convicciones desde un
principio y a menudo en la vida de nuestros hijos. Ellos conocían nuestros
valores mucho antes de que siquiera se interesaran en el noviazgo. Nuestra
definición como familia de ‘emparejarse’ es cualquier momento en que se
emparejan con una persona del sexo opuesto en un ambiente que no sea el
grupo de jóvenes ni un proyecto escolar. (Tenemos otras reglas: que deben ser
por lo menos de cierta edad, que la persona debe ser un cristiano y que ellos
deben conocer primero a David y a mí, etc.) Pero en esencia es que el
“emparejamiento” es igual al noviazgo.
Si su hija crece pensando, no voy a tener novio antes de los dieciséis años,
entonces a los trece años, será mucho menos probable que se trate de escapar al
centro comercial o al cine para reunirse con un chico. Por lo menos, ella sabrá
que será responsable por desafiar a sus padres. Ella sabrá de antemano cuál será
tu posición. Si decidimos esperar a hacerle frente a la situación, cuando se
presente, ya es demasiado tarde. El mundo va a asegurarse de que ella está
pensando en noviazgo antes de que te des cuenta. Tendrás a un chico o chica de
trece años en tus manos muy molesto/a si te ve tomando medidas drásticas de
repente, porque es la primera vez que está escuchando tu “convicción”.
No tropieces con asuntos de la vida que son importantes para tu hijo para
luego reaccionar. Esto causará una separación en tu relación. Date cuenta de que
habrá tensión, conflicto y hostilidad abierta entre tus valores y los valores del
mundo. ¡No decirles a tus niños claramente (y con tiempo) acerca de tus
convicciones, los preparará para irse del lado del mundo!
Te doy este ejemplo específico de nuestra familia, para que puedas ver
cómo funciona esto. Quiero que sepas cómo hacer esto en tu propia familia, pero
a menudo nos ayuda saber lo que otros hacen. Las convicciones personales son
sólo eso- personalizadas. Piensa en tus estándares. La vida ha cambiado mucho
desde que mis hijos eran adolescentes. Las convicciones personales cambian con
el tiempo y la cultura. Las convicciones bíblicas no. Determinen de antemano,
como pareja, cómo planean lidiar con situaciones tales como: dormir en casa de
amigos, noviazgo, diferentes tipos de música, alternativas en la televisión, y
otras.
Vamos a hablar más específicamente sobre estos asuntos de convicciones
personales en unos capítulos más adelante. Así que por favor vayan trabajando a
través de la lectura para que comiencen a entenderlos. Si no han estado
discutiendo y desarrollando sus convicciones como pareja, comiencen ahora, no
esperen. Desarrollen convicciones en varias áreas, tales como la escuela,
actividades extracurriculares, las devociones familiares y demás.
Hace algunos años, asistí a un almuerzo para las madres de la clase de
octavo grado de mi hijo. Hubo una gran conversación sobre las fiestas para los
chicos, ir al cine, reunirse en el centro comercial, etc. Muchas de las madres
estaban agonizando sobre cuál era el momento adecuado para comenzar todo
esto. Yo pensé para mí: Uh-0h-no tienen una definición como familia para el
noviazgo. Me alegré mucho de que mi familia ya había trabajado en esto. (Por
supuesto, éste era nuestro tercer hijo; ¡no habíamos estado tan preparados para la
primera!)
Ayúdenlos a resistir la mentalidad que dice: “Tengo que tener novio/novia a
la edad de doce años máximo” (y sorprendentemente, esta forma de pensar
parece aplicarse a edades cada vez más jóvenes a medida que pasan los años).
Reconozcan que es un punto de vista inaceptable en la vida. Volveremos a este
inevitable tema en un capítulo posterior. (Esto no quiere decir que no les va a
dejar de gustar alguien, pero no tienen que hacerse novios. Los niños piensan
que si les gusta alguien, tienen que hacerse novios. Nosotros decimos: “Está
bien que alguien les guste, pero no está bien que se hagan novios”.
Además, sólo porque digamos que no se debe salir antes de una edad
determinada, no significa que tengan que empezar a salir a esa edad. Nuestros
hijos varones todavía no estaban interesados, pero nuestra hija sí lo estaba. Ella
estaba esperando a las puertas. Tuvimos que emplear todas nuestras energías
para mantenernos un paso delante de ella. Comenzó el kindergarten a los cuatro
años y la universidad a los diecisiete y se casó a los veinte. Ella sigue teniendo
muchas energías y es una madre joven y aventurera. ¡Ella y su esposo tienen
cuatro hijos que nacieron dentro de cuatro años y medio! Hoy en día, de unos
treinta y pico de años, ella compite en triatlones. Cuando ella decide hacer algo,
¡ella se lanza!
Estas convicciones personales, tales como los estándares familiares para el
noviazgo no deben tomar el lugar de las convicciones bíblicas. Son mayormente
la aplicación de estas verdades y no los mandatos de Dios. Sin embargo, nuestros
hijos deben de obedecerlos aunque otras familias no sigan el mismo estándar
porque nuestros hijos deben obedecer a Dios primero y luego a nosotros como
padres.
Por lo tanto, tenemos que saber lo que creemos y por qué lo creemos. Es la
única manera de transmitir a nuestros hijos el regalo de dirigirlos con confianza
en la vida. Ellos no tienen que vagar sin rumbo. No tienen que ser víctimas de
las voces del mundo que con confianza van (aunque erróneamente) a dirigirlos
en maneras que no honran a Dios.
La Palabra de Dios es la fuente y la confianza de nuestras convicciones.
Estos versículos en 2 Timoteo 3:14-17 resumen la naturaleza de las Escrituras y
la actitud que debemos tener hacia ella: “Pero persiste tú en lo que has
aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la
niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio
para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es
inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para
instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente

preparado para toda buena obra”.


Por lo tanto, tenemos convicciones no sólo para nosotros mismos, sino que
también capacitamos a nuestros hijos a vivir por convicciones bíblicas. Les
mostramos cómo comenzar a desarrollar sus propias convicciones personales
(sabiendo que nuestras convicciones tienen autoridad sobre las de ellos). Aquí es
donde tú puedes aprender constantemente a “clasificar” y a “aclarar” si una
preferencia es una convicción bíblica o una convicción personal, y dar prioridad
a las convicciones bíblicas.

EL ROL DE LA CONCIENCIA

¡Ahora aquí hay más buenas noticias! Dios le ha dado a cada persona una
conciencia. Nuestra conciencia es el sentido del bien moral junto a la obligación
interna de hacer lo que es correcto. La conciencia es la habilidad de saber lo que
es correcto teniendo en cuenta en forma sensitiva la equidad y la justicia. Está
relacionada con la palabra “consciente” que tiene que ver con el estado de darse
cuenta, de saber, de estar alerta. En otras palabras, nuestra conciencia nos
mantiene alertas de lo que es correcto. Es interesante que el diccionario
reconozca tal idea porque señala a Aquél que creó la conciencia en nosotros, a
Aquél que estableció el bien y el mal.
Como dice en Hebreos 13:18: “Orad por nosotros; pues confiamos en
que tenemos buena conciencia, deseando conducirnos bien en todo”. Quizás
tú quieres buscar estas referencias bíblicas adicionales que confirman la
importancia de la conciencia:

Hechos 24:16
1 Corintios 8:7
1 Timoteo 3:9
1 Pedro 3:16
Romanos 13:5
2 Corintios 1:17
1 Timoteo 4:2

¿Recuerdas declaraciones tales como: “Deja que tu conciencia sea tu guía?”


Recuerdo (hace muchos años) cuando era joven estudiante que las
calificaciones contenían una sección en que nos evaluaban en base a nuestra
conciencia. No escuchamos mucho sobre la conciencia en estos días.
Todas las personas son creadas con el conocimiento del bien y el mal, pero
la gente puede suprimir su conciencia y negar lo que está bien y lo que está mal.
Creen que lo que ellos piensan es correcto para ellos y por lo tanto es correcto.
Van a tales alturas como a decir que lo bueno es malo y que lo malo es bueno.
Ahora tú puedes pensar: ¡espera un minuto! No creo que la gente vaya a tales
extremos.
Pero considera este versículo: “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a
lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que
ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!” (Isaías 5:20). ¡No
podemos encontrar un ejemplo más extremo de un billete falso que esto!”
Hay un montón de billetes falsos, pero no hay que estarlos mirando. Las
falsificaciones dicen: “Su hijo tiene que estar libre de censura para que él sepa lo
que es bueno para él”. Las falsificaciones dicen: “Su hijo tiene que saber todo
sobre los actos sexuales y los anticonceptivos para que pueda tener sexo seguro”.
Las falsificaciones dicen: “Dar unas nalgadas es abusivo y psicológicamente
perjudicial”. Las falsificaciones dicen: “El bien y el mal es lo que decida la
persona. Todo es relativo”. Las falsificaciones dicen: “No importa lo que
hagamos, siempre y cuando no estemos perjudicando a nadie”.
Si toleramos estas falsificaciones y no estamos fuertes en la Palabra, nos
confundiremos y eventualmente tropezaremos y haremos compromisos. Las
noticias que se transmiten en la noche a menudo promueven una versión
falsificada del mundo. Aún si somos cristianos y continuamos mirando las
falsificaciones, nos desalentaremos, nos enojaremos y posiblemente caeremos en
pecado. ¿Por qué? Porque podemos ser tentados y cuestionar la justicia y la
soberanía de Dios.
Malaquías 2:17 dice: “Habéis hecho cansar a Jehová con vuestras
palabras. Y decís: ¿En qué Le hemos cansado? En que decís: Cualquiera
que hace mal agrada a Jehová, y en los tales se complace; o si no, ¿dónde
está el Dios de justicia?” En el Antiguo Testamento, Dios juzgó a la nación de
Israel después de siglos de rogarles a través de los profetas que se tornaran de
nuevo a Él y que se arrepintieran. La nación de Israel, incluso tenía un dicho, un
proverbio que Dios realmente no haría nada, que las visiones de los profetas
nunca se realizarían. En otras palabras: “Adelante, con lo que quieran, Dios es
realidad no está mirando. Él en realidad no va a hacer nada. Pero Dios tenía una
respuesta definitiva a través de Su profeta”.
Dios también tiene palabras que dan una fuerte advertencia a las personas
que hoy consideran las profecías bíblicas como poco valiosas. Ezequiel escribió
que Dios notó la burla de la gente: “Hijo de hombre, he aquí que los de la casa
de Israel dicen: La visión que éste ve es para de aquí a muchos días, para
lejanos tiempos profetiza éste. Diles, por tanto: Así ha dicho Jehová el
Señor: No se tardará más ninguna de mis palabras, sino que la palabra que
yo hable se cumplirá, dice Jehová el Señor” (Ezequiel 12:27-28). Cuando el
mundo comienza a burlarse de Dios y a decir que Dios no existe o que Él no está
involucrado en los asuntos de los hombres y que en realidad no van a juzgarlos,
entonces podemos saber que Él no va a aguantarlos por mucho más tiempo. La
justicia de Dios es segura y no puede ser frustrada. Él va a exponer y a juzgar
cada falsificación.
No debemos pensar, ¿Por qué prevalece el mal? En su lugar, debemos de
vivir por nuestra convicción de que los caminos de Dios son los mejores y que
sus promesas nunca fallan. Nuestras mentes deben descansar en la verdad.
Filipenses 4:8 dice: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo
lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen
nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”.
Vivir sin convicciones bíblicas es realmente como decirle a Dios que sabemos
más acerca de lo es bueno que lo que Él sabe. Es el colmo de la arrogancia y Él
no lo va a dejar pasar. Habrá siempre consecuencias si respetamos o resistimos la
voluntad de Dios. Por lo tanto, debemos vivir por convicciones bíblicas.
Cuando nos convertimos en creyentes en Cristo, Dios nos da a un
Ayudante, el Espíritu Santo, que pule nuestra conciencia. Jesús dijo: “Y yo
rogaré al Padre, y os dará otro Consolador para que esté con vosotros para
siempre” (Juan 14:16). Tenemos la promesa de que Jesús nos ayudará siempre
según caminemos en la vida.
Quizás recuerdes haber hecho ciertas cosas antes de convertirte en creyente
y cuando de repente te convertiste, tuviste unas sensibilidades que antes no
tenías. Éste es uno de los trabajos del Espíritu Santo-de darnos convicción de
pecado para concientizarnos del bien y del mal. Así que no debemos apagar el
Espíritu (ahora somos Sus embajadores), pero debemos estar conscientes del
deseo que tiene Dios de que vivamos conforme a Su Hijo. Esto es
discernimiento.

EL ROL DEL DISCERNIMIENTO

El discernimiento es la capacidad de discernir entre la verdad y la falsedad.


Esta habilidad se desarrolla a medida que vamos madurando en Cristo y
profundizando en el entendimiento de las Escrituras. La Biblia lo llama
“crecimiento” (Efesios 4:14-15).
El discernimiento es un don espiritual y sin embargo se supone que todos
discernamos (de la misma manera que hay un don espiritual de evangelizar y sin
embargo todos somos llamados a compartir nuestra fe).
El don del discernimiento se da para preservar la verdad de Dios dentro de
Su Iglesia. Las personas con este don son, en realidad los “guardianes de la
verdad” para el bien del cuerpo de Cristo. Ellos vigilan la Iglesia de la falsedad.
Es importante que los líderes de las iglesias tengan personas con este don
espiritual. Sin embargo, según todos vamos madurando en Cristo, llegamos a
estar más conscientes de la diferencia entre la verdad y la falsedad. Como
Hebreos 5:14 nos instruye: “Pero el alimento sólido es para los que han
alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados
en el discernimiento del bien y del mal”.
David y yo una vez nos reunimos con una pareja que estaba luchando con
dos grandes problemas maritales. Uno tenía que ver con el desobedecer una
verdad bíblica que estaba causando que su relación se desmoronase después de
años de matrimonio. El otro era una seria falta de discernimiento sobre la salud
de la mujer.
La pareja había consultado a un terapista que había convencido a la mujer
de que sufría un trauma severo en la cabeza. Esto me hizo de inmediato
preguntar: “¿Qué pasó?” Ella contestó que no sabía. Traté de asegurarme de lo
que nos estaba diciendo. Le pregunté que qué cosa había causado el grave
trauma a su cabeza. “¿Cuáles fueron las circunstancias? ¿Tuviste un accidente
malo? ¿Tuviste amnesia? ¿Tuviste efectos secundarios como resultado?” A lo
cual ella respondió que no; ella no podía recordar nada, pero su dolor de cabeza
era tan grave que no podía ni sentirlo. Ahora, dolor severo de cabeza que no se
pueda sentir no tiene sentido. Pero ella calmadamente aceptó el diagnóstico
porque la terapista le dijo que eso a veces sucedía.
El mundo inventa todo tipo de tonterías que nos llevan por mal camino o
nos alejan de la verdad espiritual. Si nuestras vidas tienen un componente
espiritual, podemos estar espiritualmente enfermos, débiles o quizás somos
inmaduros. Pero nunca queremos escuchar esto porque el mundo no acepta
explicaciones espirituales, al menos de la Biblia. Hay muchas falsedades
espirituales que están vigentes. Ésta es la razón por la cual yo lleno estos
capítulos con las Escrituras. Tenemos que saber cómo mirar todas las cosas a
través del filtro de la Palabra de Dios. Debemos aferrarnos a la convicción
bíblica del discernimiento para respaldar la Verdad de la Palabra de Dios.

PRINCIPIOS DE LA LIBERTAD PERSONAL


Y DE LA CONCIENCIA

Podemos profundizar más en el ámbito de las convicciones personales


mirando la manera en que Pablo trata la libertad personal y los principios de la
conciencia en Romanos 14. Hay cinco principios en cuanto a las convicciones
personales que podemos resumir en este pasaje. En primer lugar, vamos a
considerar a la audiencia. Los creyentes judíos que eran débiles en su fe estaban
batallando con dejar los rituales de la ley y aceptar su nueva libertad en Cristo.
Los gentiles recién convertidos que eran débiles en la fe estaban poniendo
nuevos límites. Se negaban a comer carne sacrificada a los ídolos que habían
adorado antes de haber creído. Sus conciencias eran sensibles, porque ya no
creían en ídolos; sin embargo, la carne les parecía de alguna forma:
“contaminada”. Mientras tanto, otros creyentes tenían una conciencia clara al
comer la carne. Pablo se estaba dirigiendo a esta situación, que era algo caótica.
Aquí están los cinco principios de la libertad y de la conciencia que se
encuentran en Romanos 14:

1. Existen asuntos disputables. Hay unas áreas grises. Si algo no está


claramente escrito en la Biblia, entonces la gente de diferentes partes del
mundo va a pensar de diferentes maneras en cuanto a ciertas costumbres o
actitudes. Pablo recomendó el ser comprensivo. “Recibid al débil en la fe,
pero no para contender sobre opiniones. Porque uno cree que se ha de
comer de todo; otro, que es débil, come legumbres. El que come, no

menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que come;


porque Dios le ha recibido” (Romanos 14:1-3).
2. Cada uno de nosotros tenemos que desarrollar convicciones personales. Al
hacer esto, no desarrollaremos convicciones personales que estén en contra
de nuestra conciencia. ¿Has tenido el sentir de que no debes de hacer algo?
Entonces, no lo hagas. No actúes en contra de tu conciencia. “Uno hace
diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno
esté plenamente convencido en su propia mente….Yo sé, y confío en el
Señor Jesús, que nada es inmundo en sí mismo; mas para el que piensa
que algo es inmundo, para él lo es” (Romanos 14:5, 14).
3. No juzgues las convicciones personales de otros. Debemos hacer lo
siguiente delante del Señor: “Por tanto, amados míos, como siempre
habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más
ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y
temblor (Filipenses 2:12). Pablo urge a que tengan misericordia. “Recibid
al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones… “Pero tú,
¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a
tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo”
(Romanos 14:1, 10).
4. No debemos permitir que nuestras convicciones personales causen
discordia entre los hermanos creyentes. En otras palabras, no debo
presentar mis convicciones personales como si fueran irrefutables o
bíblicas. “Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua
edificación… Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu
hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite” (Romanos 14:19, 21).
5. Las convicciones bíblicas toman precedencia sobre las convicciones
personales. Cristo es siempre central. Siempre apoyamos la clara verdad de
las Escrituras para que nos guíe y nos una en primer lugar. “¿Tienes tú fe?
Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se
condena a sí mismo en lo que aprueba. Pero el que duda sobre lo que
come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no
proviene de fe, es pecado” (Romanos 14:22-23).

Para poder ilustrar estos principios, podemos discutir otras situaciones que
estén más de acuerdo con las convicciones de hoy día. Una familia puede pensar
que está bien tallar calabazas en el otoño porque para ellos no son más que
calabazas y no son un símbolo espiritual. Otra familia puede pensar que tallar
calabazas es algo muy parecido a la celebración de Halloween y no quiere tener
nada que ver con eso. Halloween es la gran fiesta de los satanistas. Decide en tu
conciencia cuánto te quieres asociar con esto. Si tu familia se siente en la
libertad de tallar calabazas, pero tu vecino no, tú no quieres que pecar
invitándolos a tallar calabazas sabiendo que eso sería una piedra de tropiezo para
ellos.
No hemos de ser defensores o activistas de nuestras propias convicciones
personales, sino que debemos ser misericordiosos con aquellos que no tengan las
mismas convicciones que las nuestras. La vida se trata de Él y no se trata de
tangentes. Hazte experto en las cosas mayores y hazte menos estudiado en las
menores. ¡Yo he observado personalmente come hay expertos en los asuntos
menores e inexpertos en los asuntos mayores! Colosenses 2:16-17 dice: “Por
tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta,
luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir;

pero el cuerpo es de Cristo”.


El propósito maravilloso de las convicciones personales es el de unificar
personas diversas en el cuerpo de Cristo en todo el mundo, dejando espacio para
la libertad individual y las diferencias. La Biblia nos dice que gente de toda tribu
y de toda nación creerán y estarán unidas con gente de todas las culturas en
Cristo. Por lo tanto, tenemos que aprender a proteger las cosas importantes y a
ser comprensivos con las cuestiones discutibles de área “gris”.
Me encanta de la manera en que Dios equilibra Sus reglas con las
convicciones personales. Esto muestra que Dios es genio. Las convicciones
bíblicas nos unen de forma absoluta; las convicciones personales permiten la
unidad con los creyentes de las diferentes culturas.
Veamos un ejemplo de cómo este diseño brillante de Dios une a las
diferentes culturas de todo el mundo. Una cultura puede servir vino durante la
cena como parte regular y costumbre de la cena. Otra cultura puede prohibir el
alcohol por completo. Pero debido a que podemos ver estas diferencias como
convicciones personales y no como convicciones bíblicas, podemos tener
compañerismo y estar unidos en el cuerpo de Cristo. Ésta es sólo una pequeña
muestra que comprueba que la Biblia es más relevante hoy que cuando fue
escrita. Dios, por supuesto, sabía que Su Palabra necesitaba hacer espacio para
que el cuerpo de Cristo viviera en unidad cuando el mundo se convirtiera en “un
mundo más pequeño” homogeneizado y enlazado por la tecnología, familia,
viajes e información.
En nuestra cultura americana, existe el peligro de la tendencia a la libertad
en exceso. Incluso algunos cristianos tienen una mentalidad orientada a la
libertad con una tendencia al exceso de la gracia cuando lo que en realidad
necesitamos es un esfuerzo hacia la santidad personal. El tiempo en la historia
más parecido a nuestra cultura se encuentra en el último versículo de Jueces:
“En estos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía”
(Jueces 21:25).
Antes de continuar, probablemente debería hablar de un aspecto muy
importante sobre las convicciones personales. Quizás tú lo estés pensando ahora
mismo: ¿Y qué pasa si mi esposo/esposa y yo no tenemos las mismas
convicciones personales?
Ésta es una de las razones por las cuales se han escrito las partes de
“Aplicación en el hogar” y la “Guía para grupos pequeños” en cada capítulo de
este libro. Es muy importante que ambos de ustedes estén de acuerdo con las
cosas que afectan a su familia. Trabajando en estos ejercicios con intención, los
unirá a ambos a un entendimiento común. Recuérdate que parte de la definición
bíblica del matrimonio es que los dos serán una sola carne. Y como se mencionó
antes, es importante presentar un frente unido a los hijos.
Vamos a profundizar en la comunicación marital aún más en los próximos
dos capítulos. Pero en cuanto a las convicciones personales, deja que la
convicción más fuerte de los dos sea la que prime. Por ejemplo, uno de los
padres puede creer que está bien para los niños hacer tal cosa, pero puede que el
otro piense que eso va en contra de su conciencia. Discutan la situación y traten
de llegar a un entendimiento común. Elijan la convicción más fuerte. No
provoquen a ser piedra de tropiezo el uno al otro, pecar o hacer algo en contra de
su conciencia.
Ahora, vamos a ser prácticos. Tu hijo de doce años de edad, quiere un
teléfono celular. Uno de ustedes piensa, Claro, ¿por qué no? mientras que el otro
piensa, ¿Estás bromeando? ¡No, de ninguna manera! El último debe ser
respetado más que el primero. Esta persona obviamente tiene unas convicciones
fuertes o razones por su punto de vista. Apóyense el uno al otro en la misma
decisión como si viniera de ambos y no vacilen. Esto no debe usarse como
método para dominar a uno de los cónyuges; lo cual es manipulación y
contraproducente y es algo que discutiremos en uno de los siguientes capítulos.
Lo que pasa a menudo es que construimos grandes capas de convicciones y
eventualmente llegamos a una capa exterior de las preferencias personales. Las
preferencias personales son el área en que podemos ser flexibles si es que
nuestros hijos van a actuar en forma responsable. Hay modas y estilos de
peinados. Pero tenemos estándares y si nuestros hijos están llevando la libertad a
un extremo, entonces se trata de un problema del corazón, y no de una expresión
personal o de privilegios. (Te darás cuenta de esto por sus actitudes y también los
demás se darán cuenta. Si tienen una mala actitud, en realidad no se trata de la
ropa que están usando, sino de un desafío a la autoridad y esto es un problema
mayor.)
Según nuestros niños se van haciendo adolescentes, podemos ir aflojando la
autoridad que ejercemos sobre ellos y podemos comenzar a guiarlos por medio
de la influencia. Les permitimos tomar algunas decisiones y velamos cómo
lidian con ellas. Malas decisiones, más autoridad; buenas decisiones, más
influencia.
Yo leí hace poco una estadística que decía que 80 por ciento de los jóvenes
cristianos de secundaria abandonan la fe durante su experiencia universitaria.
Las convicciones fuertes no son solamente para nosotros. Nuestros hijos deben
crecer conociéndolas y dejándose llevar por ellas para que cuando se vayan de la
casa, ustedes tengan la seguridad de que ellos van a “continuar las cosas que
aprendieron y de las cuales ellos estaban convencidos”.
Las convicciones se van desarrollando con el tiempo y no caen del cielo en
sus regazos. Se requieren años para edificar la verdad de la Palabra de Dios en
nuestros niños para que comiencen a entender y a probar estos principios y a
“convencerse” de éstas, mientras vivan todavía bajo su techo. Ellos tienen que
aprender a pulir sus conciencias y a discernir. En cuanto a este tema, el versículo
que queremos enfatizar en el próximo capítulo es Deuteronomio 6:6-7: “Y
estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las
repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el
camino, y al acostarte, y cuando te levantes”.

EL ROL DE LA PALABRA DE DIOS

Nuestras vidas deben estar saturadas de la Palabra de Dios. Cada día trae
nuevas maneras de enseñar o reforzar la Palabra para que Él trabaje en ellos y
comiencen a desarrollar sus propias convicciones bajo tu dirección. Josué 1:8
dice: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de
noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en
él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá
bien”
Estos próximos versículos son el tema para mis hijos varones: “¿Con qué
limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra. Con todo mi corazón

te he buscado; No me dejes desviarme de tus mandamientos. En mi corazón


he guardado tus dichos, para no pecar contra ti” (Salmos 119:9-11).
Debemos mirar la vida a través del filtro de la Palabra de Dios y no a la
inversa. No debemos mirar la Palabra de Dios y tratar de ajustarla a nuestras
experiencias. Podríamos imaginar esto como nuestras experiencias siendo
representadas por un plato translúcido. Cuando sostengo el plato sobre la Biblia,
no puedo leerla claramente. Este procedimiento crea una falsedad. Por el
contrario, la luz de la Palabra de Dios necesita alumbrar mi vida (mi plato/mis
experiencias) e iluminarla. Esto es, en esencia, alinear nuestras vidas con la
perfecta Palabra de Dios, el estándar perfecto. Por eso es que en este estudio
siempre hablaremos del ideal de Dios y no de las posibles variantes.
Si te encuentras a ti mismo diciendo: La Biblia se aplica a mí en forma
diferente debido a las situaciones en mi vida, entonces estás poniendo un filtro
frente a la Palabra de Dios y estás mirando Su Palabra a través de tu experiencia,
que es lo opuesto a lo que Él quiere. Es importante entender este principio
especialmente si tienes heridas profundas o has tenido experiencias difíciles.
Todos tenemos prejuicios o pruebas y áreas delicadas, pero tenemos que tener
cuidado de no dejar que estas cosas se conviertan en susceptibilidades al tratar
de mirarlo todo a través de ellas.
Estas experiencias o filtros emocionales pueden distorsionar la Palabra de
Dios. Peor que esto, te pueden hacer aceptar algo que sea menos de lo que Dios
quiere para ti. Cuando el filtro de tus experiencias se apodera, nos ofendemos
fácilmente, podemos pensar que nadie nos entiende y nos ponemos
hipersensibles. No debemos mirar a lo perfecto y decir “Eso no se parece a mi
vida, soy imperfecto/a porque soy diferente a todos. Así que cuando esté listo,
empezaré a poner algunas de las cosas perfectas en mi vida”. Este pensamiento
nos lleva a vivir una falsedad en vez de una vida auténtica que honre a Dios.
Usemos un ejemplo: Una mujer tiene un esposo incrédulo; por lo tanto, ella
no se quiere someter a él. Dios dice: “Sométanse de todas maneras, por
obediencia a Mí. Ejerzan su fe en Mí. Alineen su vida Conmigo”. Me gusta la
palabra “alinear” porque significa que Dios se convierte en nuestro aliado
cuando seguimos Sus mandamientos. ¿Puedes pensar en un mejor aliado,
especialmente si estás pasando por dificultades?
Algunas cosas no pueden ser cambiadas pero no son excusas aceptables
para no seguir principios bíblicos. Ahora, tu puedes que estés pensando, ¿Y qué
tal de una mujer que está casada con un marido que la golpea? ¿Se debe de
someter? No, no a acciones pecaminosas. Esto, por supuesto nunca es la
intención de Dios, pero Él sabe cómo son los humanos. La primera respuesta de
la esposa no debe ser de cómo escapar del matrimonio, sino de buscar un lugar
seguro para ella y para sus hijos. Cuando entregamos nuestros quebrantamientos
a Dios, asombrosamente y maravillosamente, Dios puede cambiar los problemas
en que nos hemos metido en ejemplos que glorifiquen a Dios. Debemos permitir
que Él haga Su voluntad en nuestras vidas. Satanás trata de incapacitar a los
creyentes, a hacernos seguidores inefectivos. Jesús entiende nuestras
debilidades. Él también fue tentado en todas las cosas, pero no pecó. Así que
primero debemos mirar a través del filtro de la Palabra de Dios y no a través de
nuestras propias experiencias.
Otros ejemplos de filtros de la experiencia que a veces usamos son: pecados
del pasado, una historia de abuso o adicción, una prueba extrema como la
pérdida de un esposo o hijo, infertilidad, tener un hijo con necesidades
especiales, o haber tenido alguna necesidad dificultosa. Debemos ver estas cosas
como influencias y dar cuentas por ellas, y no dejarlas que nos dicten. En todas
estas cosas y aún en más, Jesús dice que Su gracia es suficiente para nosotros.
Tenemos que tener cuidado y no cerrarnos a otros o a la Palabra de Dios.
(“Escucharé lo que el SENOR dirá…”). Ciertamente podemos compartir
nuestras experiencias personales pero no permitamos que ellas opaquen el
propósito de Dios para nuestras vidas.
Dios requiere que seamos obedientes una vez que sepamos lo que es
correcto. La gente piensa que hacer algo equivocado es pecado—y lo es. Pero el
pecado es también no hacer lo que sabemos que es correcto. Santiago 4:17: “Y
al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado”.
Toma la decisión de vivir por principios que se encuentren en la Palabra de
Dios. Aprende a distinguir las convicciones bíblicas de las personales o de las
preferencias. Sé firme en cuanto a tus convicciones bíblicas, sé comprensivo/a
en cuanto a las convicciones personales y sé flexible en cuanto a las preferencias
personales.

Amado Padre Celestial:


A ti confesamos someternos siempre a Tus caminos. Te
pedimos Tu fortaleza para que podamos ser fortaleza para
nuestros hijos, fuerza para protegerlos y guiarlos a vivir una
vida con convicciones delante de Ti. Te alabamos por Tu
brillante diseño y por la forma en que nos permites tener
comunión con el cuerpo de Cristo. Que seamos Tus
instrumentos para fortalecer Tu iglesia. Te pedimos que nos
des discernimiento y que seamos sensibles a Tu Espíritu.
Ayúdanos a apartarnos de lo falso en nuestras vidas y a
enfocarnos sólo en Ti, Señor y dador de vida. En el nombre
de Jesús, amén.

GUÍA PARA GRUPOS PEQUEÑOS

MEMORIZACIÓN DE LAS ESCRITURAS


(Tiempo sugerido—15 minutos)

Escucharé lo que hablará Jehová Dios;


Porque hablará paz a su pueblo y a sus santos,
Para que no se vuelvan a la locura.
Salmo 85:8

Cada persona que repita el Salmo 85:8 y altérnense revisando el Salmo 127:1 y
2 Timoteo 3:14.

TIEMPO DE PAREJAS
(Tiempo sugerido—45 minutos)


Continúa las discusiones con tu esposo/a en cuanto a las convicciones
personales. Ahora que se han acostumbrado a pensar en ellas, empezarán a
considerar nuevas áreas para las cuales quieran establecer estándares para
su familia.
Vuelvan a leer Romanos 14 recordándose de los principios de las
convicciones personales. ¿Cuáles son algunas áreas en las cuales ambos de
ustedes reconocen que requerirán más esfuerzo en ponerse de acuerdo?
Discutan sus trasfondos, opiniones, experiencias pasadas y cómo les han
afectado en su relación del uno con el otro y con el Señor. Consideren como
“los filtros” nublan su entendimiento de la Palabra. ¿Han sido susceptibles a
esto de alguna manera?

Aplicación en el hogar: Mientras ambos se ponen de acuerdo en cuanto a los


estándares para su familia, es bueno que los discutan también con sus hijos. No
es necesario que ellos sepan cada convicción individual, pero a ellos les ayudaría
si entendieran cómo Mamá y Papá delinean sus límites. Esto logrará que ellos
estén más inclinados a obedecer a las cosas que entienden. Empleen algún
tiempo esta semana y compartan con ellos algunas de las convicciones de
acuerdo a la edad de sus hijos. (Sería grandioso hacer esto con toda la familia
junta y de vez en cuando tener una reunión para “refrescar”.)
Declaración para el hogar: Haz un resumen aquí debajo de una convicción de
tu discusión de tal manera que puedas comenzar a realizar un plan de acción.
“Nosotros estamos de acuerdo que expresaremos nuestra convicción sobre
___________________ haciendo lo siguiente ________________________”.

Oración para la pareja: Terminen en oración, específicamente en cuanto a las


convicciones de su familia y su compromiso para con ella.

TIEMPO DE DISCUSIÓN
PARA GRUPOS PEQUEÑOS
(Tiempo sugerido—45 minutos)

¿Qué es la conciencia? ¿Cuál es su propósito? Busquen los versículos sobre


la conciencia en este capítulo.
¿Qué es discernimiento? ¿Cuál es su propósito?
Discutan cinco principios sobre las convicciones personales que se
encuentran en Romanos 14, compartiendo ejemplos personales.
¿Qué papel hace el Espíritu Santo en nuestras vidas en cuanto a vivir por
convicciones?
¿Tienen algunas preguntas u observaciones sobre lo que han leído en el
capítulo 3?
Seleccionen un tópico o dos y discutan brevemente sobre cualquier
convicción personal o estándar familiar para esa área. (Ejemplo: estándares
para la televisión, internet, música, películas…)

TIEMPO DE ORACIÓN

Oren por sabiduría y dirección para desarrollar convicciones personales y


estándares para su familia.
Oren por discernimiento para distinguir entre convicciones bíblicas y
convicciones personales.
Oren por el compromiso con las convicciones bíblicas, por entender las
convicciones personales y por tener flexibilidad con las preferencias
personales.

FUNDAMENTOS DE UN MATRIMONIO BÍBLICO
LOS PADRES PIADOSOS VIVEN DE ACUERDO A PRIORIDADES BÍBLICAS

Y estas palabras que yo te mando hoy,


estarán sobre tu corazón;
y las repetirás a tus hijos,

y hablarás de ellas estando en tu casa,


y andando por el camino, y al acostarte,
y cuando te levantes.
Deuteronomio 6:6-7

A hora que el fundamento está establecido, los próximos dos capítulos


formarán la estructura para vivir bajo una autoridad. Se trata de vivir bajo
prioridades bíblicas y de desarrollar una vida ordenada. En cada nueva etapa, por
ejemplo, el nacimiento de otro niño, estarás estableciendo una nueva
“normalidad”. Volverás a revisar y a re-organizar tus convicciones. Será así
durante el resto de tu vida. No se trata de “pasar estos momentos hasta que las
cosas se calmen”. Sino que se trata de aprender los principios bíblicos para
lograr el orden, desde el principio de tu matrimonio a través de todas las etapas
de la vida. No te pongas a esperar a que la vida se ponga más fácil antes de que
establezcas las disciplinas, porque no sucederá. Llevar una vida ordenada es
parte del diseño de Dios para tu propio bien.
Para clarificar, digamos que el diseño de Dios para tu vida es como un gran
rompecabezas que Dios te da cuando te conviertes en uno de Sus hijos. Este
rompecabezas representa tu proceso de “santificación”, el cual es un componente
clave de la salvación. Hay cuatro partes en la salvación; una es la santificación.
Esta idea puede que parezca complicada al principio, así que voy a echar un
simple vistazo. La primera parte de la salvación se llama elección (Efesios 1:4).
Básicamente significa que Dios me llamó hacia Él, pero debido a que yo tengo
mi propia voluntad, yo me debo arrepentir humildemente y someterme a Su plan
de salvación.
La segunda parte es la justificación (Romanos 5:1). Cuando nosotros
aceptamos individualmente el pago de Cristo por nuestros pecados, Él nos pone
en el lugar correcto junto a Él durante la eternidad. Ya no somos condenados por
nuestro pecado. Esto sucede una sola vez y demuestra una acción de Dios hacia
nosotros y nuestra aceptación de ella. Continuaremos creyendo y aceptando que
no tuvimos nada que ver con nuestra salvación.
Ésta es la única manera de llegar hasta la presencia de Dios, porque Él es
santo. Es como si hubiésemos acumulado una gran deuda y hubiésemos ido
donde el acreedor a establecer un plan de pago sin tener ni un centavo en
nuestros bolsillos. El acreedor te dice: “Esto no funciona así. La cantidad total de
la deuda está vencida ahora y de hecho, tiene penalidades y cargos; la cantidad
ha subido a 2 trillones de dólares”. Y tú dices: “¿Qué?, ¡Yo no puedo pagar eso!”
Pero el Acreedor, lleno de gracia y misericordia, parado detrás del
mostrador, te escribe un cheque por 2 trillones de dólares a tu nombre. Y luego
dice: “Yo voy a saldar esta cuenta tuya si lo aceptas”.
Tú piensas, Bueno, esto no puede ser posible—y sin embargo ha sucedido
así. Y si aceptas este regalo gratis de tu Padre celestial a través de Jesucristo,
serás sellado para siempre. No podrás perder tu salvación. Nunca más tendrás
esta deuda. Vivirás con gratitud por Su provisión en perdonarte la deuda.
La tercera parte es la santificación (1 Tesalonicenses 5:23). Sí, Dios nos ha
salvado de la penalidad del pecado, pero continuamos a vivir la vida en esta
tierra con la habilidad de escoger el bien y el mal. La diferencia ahora es que el
pecado (alternativas erróneas) ya no tiene que controlarnos. Podemos escoger la
obediencia a la Palabra de Dios. Según vamos escogiendo Su camino, a la larga
nos parecemos más a Jesucristo. Este proceso que dura toda una vida se llama
santificación y este libro está diseñado a proveer el marco para este proceso
según se va aplicando a la vida familiar.
La glorificación es la parte final (1 Juan 3:1-3) de la salvación. Es ese
tiempo grandioso cuando realmente estaremos en la presencia de Cristo. La
Biblia dice que seremos como Él. Ya no batallaremos con alternativas erróneas:
seremos glorificados. ¡Aleluya!
Vamos a resumir las cuatro partes de la salvación por medio de este simple
diagrama:
Podemos ver a través de este diagrama que no tenemos que hacer
básicamente nada para salvarnos. No traemos nada a la mesa. Pero Dios, rico en
misericordia nos proporciona Su perdón a través de la muerte y resurrección de
Cristo.
Regresando a nuestra analogía del rompecabezas, una vez que somos
“justificados” es que comienza el proceso de la santificación. Es como si Dios
hubiese pintado un cuadro precioso de tu vida en forma de un rompecabezas
gigantesco que tomará el resto de tu vida para armarlo. Las piezas básicas del
rompecabezas son similares para todos nosotros los creyentes porque
representan el diseño de Dios y nuestras convicciones bíblicas. Hay piezas
adicionales que representan nuestras convicciones personales y aún nuestras
preferencias personales, todas dentro de un marco de convicciones bíblicas. Pero
el cuadro del rompecabezas es una completa y única representación de tu vida.
Según vas formando tu rompecabezas, viviendo en obediencia al Señor, la
belleza del diseño comienza a salir, a pesar de que no lo hayas completado
todavía, hasta que seas glorificado/a. Entonces verás el cuadro completo de lo
que Dios quiere para tu vida. Verás como a veces has batallado en contra de Su
diseño en rebeldía o con apatía, mientras que otras veces buscaste con todo tu
corazón vivir de acuerdo a la voluntad de Dios. Aunque hayas estropeado
algunas piezas del rompecabezas, si eres Hijo/a de Dios, el cuadro completo se
tornará más claro y perfecto y asombrosamente impresionante. Tú glorificación
quitará la lucha contra el pecado, la carnalidad y el gemido de una creación
estropeada.
La Biblia dice que todos tenemos cegueras, áreas que van a ser difíciles
para nosotros. Pero por la gracia de Dios, seguimos trabajando en estas áreas,
añadiendo piezas aquí y allá y veremos cómo Dios bendecirá nuestra obediencia.
Algunas áreas caerán en su lugar más fácilmente mientras que otras tendrán
que luchar con otras secciones del rompecabezas. Algunas áreas son divertidas;
otras tediosas. No se supone que comparemos nuestros rompecabezas con los de
otras personas, sino que alentemos y ayudemos a otros a encontrar sus piezas. Si
tenemos un área de testarudez, esta parte no caerá en su lugar fácilmente sino
que dejará un vacío grande y requerirá una cantidad excesiva de tiempo para
completarlo.
Es importante que te des cuenta de que no podemos armar el rompecabezas
de otra persona. No podemos acomodar piezas en el rompecabezas de nuestro
cónyuge (por mucho que nos gustaría hacerlo). Romanos 14:12 nos instruye
respecto a esto. Dice: “De manera que cada uno de nosotros dará a Dios
cuenta de sí”. Dios no te preguntará sobre el rompecabezas o sobre la vida de
otra persona sino que te va a pedir que le muestres tu rompecabezas (hablando
en sentido figurado), para darle cuentas de tu vida a Él.
A veces queremos aparentar como que estamos armando nuestro
rompecabezas. Quizás nos engañamos a nosotros mismos o a otros, pero no
podemos engañar a Dios. Algunos de nosotros quizás nos sentimos que estamos
comenzando tarde a reparar nuestra vida debido a cosas indebidas que hemos
hecho en el pasado. Si somos verdaderos hijos de Dios, tratamos de mantener
una relación honesta con Dios, lo que quiere decir que confesamos nuestra
desobediencia para poder caminar en una relación duradera con Él. No perdemos
nuestra salvación, pero sí obstaculizamos nuestra relación con Dios cuando
excusamos nuestras elecciones pecaminosas o nos resistimos a obedecer. No
podemos vivir pecando y a la vez gozar de una relación con Dios. Si jugamos
con esto, nuestras vidas (nuestros rompecabezas) no mostrarán progreso.
Joel 2:25 dice: “Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el
revoltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros”. ¿Te
sientes a veces como si unas langostas hayan devorado tu vida y tus
oportunidades de reconstruir tu vida ya no están disponibles? Este versículo dice
que Dios mandó langostas. Cuando luchamos en contra de Dios y Su diseño, Él
nos manda langostas para impedir que continuemos construyendo un diseño
defectuoso. Pero cuando le seguimos, Él no solamente nos restaura, sino que nos
compensa el tiempo “perdido”. Su restauración no es necesariamente material;
quizás tenga que ver con las relaciones con otros o con algo espiritual—Él nos
da una vida con propósito.
El establecimiento de este marco es de suma importancia para tu vida
familiar. Así que hablemos en forma más específica. Algunos quizás digan: “Yo
oré para recibir a Cristo cuando era niño/a, pero luego viví muchos años en
rebelión contra Él. Ahora quiero ir hacia adelante, establecerme, y hacerme
como que el pasado nunca existió”. Sería como desobedecer a tus padres en todo
y luego esperar que ellos pretendan que nada pasó. Tristemente, yo veo que esto
sucede a menudo. Aún algunos padres tratan de pasar por alto y continuar o
actuar como que sólo era una “fase”. Nuestro Padre celestial quiere que
progresemos. Su voluntad es que todos Sus hijos sean santificados, y crezcan en
santidad.
La relación de esta persona no puede estar restaurada o bendecida hasta que
primero vaya al Padre y admita que pecó en contra de Él. Este paso de confesión
y arrepentimiento no puede ser omitido. Ésta es una pieza fundamental en el
cuadro de tu vida y te ayuda a mantener una relación saludable con Dios y con
las personas. La Biblia dice: “Confesaos vuestras ofensas unos a otros . . .
para que seáis sanados” (Santiago 5:16). Y 1 Juan 1:9: “Si confesamos
nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y
limpiarnos de toda maldad”. A menudo cojeamos porque tratamos de omitir
asuntos que tenemos pendientes con nuestro Padre celestial. Si tienes asuntos
pendientes, el Espíritu Santo los traerá a tu mente. Arregla el asunto para que
puedas ser liberado y seguir adelante. Cada pecado confesado y arreglado
borrará la fea mancha que es revelada por la belleza fresca de Jesús en tu vida.
En 1 Pedro 3:10-12 leemos: “Porque: el que quiere amar la vida y ver
días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen
engaño; apártese del mal, y haga el bien; busque la paz, y sígala. Porque los

ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones;
pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal”. El amor a la
vida no tiene que ver con las cosas que poseemos. La Biblia dice que “porque la
vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee”
(Lucas 12:15). Tener una vida que amarás, se trata de atesorar las cosas que en
verdad importan, las cosas eternas que el Señor nos revela por medio de Su
Palabra. Y comienza con la humildad de un corazón arrepentido y enseñable.
¿Cuán abierto/a estás a ser cambiado/a a la imagen de Jesucristo?
Quizás dirás: Yo pensaba que mi vida iba a ser así o asá, pero según
empiezas a juntar las piezas de acuerdo al diseño de Dios, verás el gran
contraste. Un día, cuando nos reunamos con Cristo, veremos la verdad completa
en el bello diseño de Su gran gloria.
Filipenses 2:12-13 nos dice: “Por tanto, amados míos, como siempre
habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más
ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor,
porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por
su buena voluntad”.
Debemos tomar nuestras vidas bien en serio dentro del orden del plan de
Dios. Cuando nos comprometemos a los asuntos serios de la vida según la
voluntad de Dios, Él trabaja en nosotros para asegurarse de que nuestros
rompecabezas forman el cuadro que Él ha escogido para cada uno de nosotros.
Nuestros rompecabezas retratan el orden único e infinito de Dios para nuestras
vidas. Vivir para Cristo año tras año, ilumina esta imagen. La vida se vuelve
cada vez más emocionante, según vemos cómo se va formando. Nuestro pasado
tiene más sentido cuando reflexionamos en la soberanía de Dios sobre todas las
cosas y nuestro futuro se ve más brillante sabiendo que Él está obrando en
nosotros. Toma la determinación de ser parte de este proyecto que dura toda una
vida. Es algo importante para el presente y para las generaciones venideras.
Cuando mires hacia atrás en tu vida, verás que la gracia de Dios, las piezas del
rompecabezas se han ido juntando. Entonces, asentirás con la cabeza y dirás:
“Los caminos de Dios son perfecto
EL PLAN DE ORDEN DE DIOS

Con todo lo anterior en mente, echemos un vistazo al plan de orden de Dios


para nuestras vidas. Junto con otros versículos bíblicos, 1 Corintios 11:3 nos
hace un bosquejo del orden de autoridad en las relaciones humanas: “Pero
quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la
cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo”.
El plan de orden de Dios es una convicción bíblica. Muchas personas tratan
de hacerlo una convicción personal para poder justificar lo que ellos quieren
hacer. Estos escogen sus propias prioridades o se dejan llevar de las costumbres
de la cultura. Y haciendo una observación casual, podríamos llegar a la
conclusión de que las personas por todos lados están saliéndose con la suya al
ostentosamente despreciar el orden de Dios para vivir. Pero el “éxito” de vivir
sin Dios es siempre una ilusión temporal. Si insistimos en vivir de la manera en
que queremos vivir, Dios enviará una langosta para destruir nuestra habilidad de
hacerlo a nuestra manera.
Dios ha establecido una cadena de mando para que las cosas funcionen de
manera ordenada. Su diseño no es meramente ordenado; sino que también tiene
un propósito divino: para llevar gloria a Sí mismo. No hay nada al azar en Su
plan de orden en todo el universo. Por lo tanto, cuando dice en la Biblia que Él
es el Padre, la Cabeza del Hijo, y Jesús es la Cabeza de la Iglesia, su Novia y el
marido es la cabeza de la mujer, esto tiene consecuencias de gran alcance.
Cuando nos proponemos a seguir Su diseño para el orden del hogar, estamos
afirmando nuestra creencia no sólo en el lugar de autoridad/liderazgo de nuestro
esposo, sino en la de Dios también.
Por ejemplo, Dios no diseñó el matrimonio como un concurso de
voluntades o como una batalla por la supremacía. Es puro sentido común que-
como en cualquier organización o unidad de la sociedad—debe haber un líder
máximo o jefe de familia. Dios estableció un sistema de responsabilidad y de
autoridad en el matrimonio para que una persona fuera responsable por el bien
de los dos.
Dios nos ha dado prioridades para que vivamos por medio de Su diseño
ordenado. Quizás tú pienses, ¡Tengo 27 prioridades en mi vida! Pero eso no es
posible si nos dejamos llevar de la definición de la palabra “prioridad”. Por
definición, las prioridades se alinean según un orden de importancia. No
podemos estar profundamente decididos en todo. Todas nuestras
responsabilidades y oportunidades en la vida simplemente no pueden mantener
el mismo nivel de significado; sino que deben entrar lógicamente en una
secuencia. Eventualmente, tendremos que identificar muchas prioridades que
gobiernan nuestras vidas. A medida que vayas leyendo, si alguna de estas
prioridades no se refiere a tu vida-por ejemplo, si eres una madre soltera o si no
tienes hijos, entonces, obviamente, la prioridad correspondiente no se aplica.

UNA PALABRA A LAS MADRES SOLTERAS

Quiero ser sensible con las mujeres o padres solteros, incluso en esta
situación. Dios se acuerda de los padres (más típicamente de una madre) que
crían a sus hijos a solas, especialmente si no han tenido otra alternativa. La
Biblia es muy clara con respecto a la protección especial que Dios da a las
viudas y a los huérfanos o a madres abandonadas con niños ya que son más
vulnerables que un papá soltero. Él da muchas advertencias a que velemos por
las mujeres y niños en estas circunstancias y que no permitamos que sean
maltratados o que pasen necesidad. Por ejemplo, el Salmo 68:5-6 nos dice:
“Padre de huérfanos y defensor de viudas es Dios en su santa morada. Dios
hace habitar en familia a los desamparados; saca a los cautivos a
prosperidad”.
Desafortunadamente, los hogares con un sólo padre son cada vez más
comunes, incluso están de moda. Los artistas exhiben a sus hijos sin padre, y
tienen todo el dinero que necesitan para criarlos, pero tienen que saber que la
presencia de un padre es algo invaluable. Las mujeres son sin duda capaces de
criar hijos piadosos sin marido, pero será más difícil y tener una figura paterna
en la vida de un niño sigue siendo una necesidad crítica para ellos. Timoteo fue
criado por su abuela y su madre. En 2 Timoteo 1:5 Pablo escribe: “Trayendo a
la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu
abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también”.
Loida y Eunice le enseñaron a Timoteo las Escrituras del Viejo Testamento, de
modo que cuando Pablo apareció, Timoteo recibió bien el evangelio.
Pablo sabía que Timoteo había sido profundamente afectado por la
educación piadosa de su madre y de su abuela y de hecho, él da crédito a Loida y
a Eunice en este pasaje de nuestro último capítulo. Recordemos a 2 Timoteo
3:14-15 que dijo: “Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste,
sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las
Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por
la fe que es en Cristo Jesús”. Pablo le proveyó a Timoteo un modelo de padre y
liderazgo en su vida.

COLOCANDO A DIOS PRIMERO:


NUESTRA PRIORIDAD INICIAL
En primer lugar, miremos el contexto de los versículos claves de este
capítulo, Deuteronomio 6:6-7: “Y estas palabras que yo te mando hoy,
estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas
estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te
levantes”. Hemos escuchado estos versículos a menudo, pero ¿Cuáles son “estas
palabras” que Dios nos manda a aplicar con tanta diligencia? El versículo que
viene antes de Deuteronomio 6:5 dice: “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu
corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas”. Estos versículos fueron
parte del Shema judío que era a menudo tallado en los postes de las casas judías
o colgados en la puerta en una mezuzá (una cajita decorativa que contiene un
pergamino inscrito con las Escrituras) y se repiten varias veces al día. En el
Nuevo Testamento, cuando le preguntaron a Jesús: “¿Cuál es el gran
mandamiento en la ley? Jesús le contestó: “AMARÁS AL SENOR TU DIOS
CON TODO TU CORAZÓN, Y CON TODA SU ALMA, Y CON TODA TU
MENTE” (Mateo 22:36-37). Este versículo es una reiteración de Deuteronomio
6:5 y de las palabras que se nos manda a seguir y a enseñar a nuestros hijos.
Si este amor de múltiples facetas hacia Dios es nuestra prioridad, entonces
debe permear toda acción y decisión que tomemos. No importa lo que estemos
haciendo o diciendo, nuestras motivaciones tienen que ser originadas desde
nuestro amor por Dios. Ésta es una tarea diaria para toda la vida. Es la primera
cosa que nuestros hijos van a “leer” y a recordar de nuestras vidas.
Consideremos la seriedad de poner a Dios primero en nuestras vidas a
través de este ejemplo Bíblico. Pablo estaba encantado con la iglesia que él había
plantado en Éfeso. Su carta les elogió por la reputación que habían adquirido a
través de toda la Iglesia en general.
Sin embargo, leemos en Apocalipsis 2:2-4 la siguiente declaración de
Jesús, que Juan escribió unos treinta años más tarde: “Yo conozco tus obras, y
tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has
probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado
mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado
arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. Pero tengo
contra ti, que has dejado tu primer amor”. La iglesia de Éfeso seguía
funcionando, pero se habían olvidado de su motivación. Es tan fácil para los
cristianos de vivir de esta manera- continuar haciendo las cosas de la vida sin el
amor de Dios que guíe y endulce todo. Nuestro amor por Cristo es darle
prioridad y esto es muy importante.

ESPOSOS—ESPOSAS:
LA PRIORIDAD DEL CÓNYUGE
Lo próximo es que como esposos y esposas, debemos amarnos y darnos el
lugar que nos corresponde en nuestro matrimonio. Esto significa que procuramos
que el otro sea prioridad más arriba de nuestras propias necesidades y deseos.
Como mujeres, debemos respetar a nuestros maridos y estar sujetas a ellos
“como al Señor”. Ambos son portadores de la imagen de Dios, y Él nos hace un
llamado especial a funcionar como ayudas—asociados con nuestros maridos-
según voluntariamente cedemos a su liderazgo. Efesios 5:22-24 dice: “Las
casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el
marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual
es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo,

así también las casadas lo estén a sus maridos en todo”.


Ésta es nuestra parte como esposas, nuestro rol y llamado. Decir: “Voy a
hacer mi parte, siempre y cuando él haga la suya” (y viceversa para los maridos)
es una falsificación de la verdad. Ante Dios, debemos obedecer este mandato
bíblico porque Dios sigue siendo nuestra máxima autoridad. Así que seguimos el
liderazgo de nuestros maridos en todas las cosas, porque ellos son los
responsables ante Dios por las decisiones que tomen por ambos. Las únicas
excepciones son si él nos pide que pequemos o que hagamos algo dañino en
contra nuestra o de nuestros hijos; porque la obediencia a Dios tiene prioridad.
Obedecemos a nuestros maridos como si Cristo mismo nos pidiera que lo
hiciéramos (“como al Señor”). Esto demuestra nuestra confianza y fe en Su
diseño.
Si no leemos todo este pasaje cuidadosamente, podemos llegar a tal
conclusión como que Dios es injusto en Su asignación de los roles
matrimoniales. No quiere decir que como Él les diga que “amen” a sus esposas,
va a ser algo fácil. Dios no se refiere a cualquier tipo de amor; es amar como
Cristo amó. Yo sé de un pastor que les recuerda a las parejas jóvenes en las
ceremonias de sus bodas que mientras la novia debe de estar preguntándose
sobre los retos de someterse, el novio debe estar preguntándose sobre los retos
de morir, porque la definición del amor en este pasaje es “como Cristo amó a la
iglesia y se entregó por ella” (Efesios 5:25). Los esposos y las esposas tienen
un trabajo delicado en esta unión especial.
A la esposa se le ordena de respetar a su marido. Yo quisiera añadir: “de
frente y a sus espaldas”. Y el marido debe amar a su esposa para que ella
prospere bajo su liderazgo. Él debe considerarla como algo valioso. David y yo
tenemos un dicho que somos “responsables de la expresión en la cara de ambos”.
Por supuesto que hay excepciones, pero la mayoría de las veces, mira la cara de
tu esposo. Tú tienes el poder de hacerle sonreír o de que haga una cara de
disgusto causada sólo por un gesto o palabra tuya. ¿Cómo piensas usar este
poder? Tenemos que cuidarnos el uno al otro de una manera que nos edifique.
En un lugar tranquilo en nuestra casa, de hecho, justo al lado del espejo
donde David se rasura, enmarqué y colgué una tarjeta que una vez compré para
él. Muestra a un niño pequeño y a una niña jugando al “pillarse”. Al lado de la
foto yo escribí: “En mi vida, tú eres mi único”.
Chica, en tu vida, tu esposo es tu único. Y tú eres la única para él. Usa la
próxima oportunidad que tengas y dile: “Mi amor, tú eres mi único”. Y tú lo eres
para él.
Sus pensamientos no deben estar en ninguna mujer, sino en ti. No tengo que
ser la más atractiva, pero me tengo que ver lo mejor posible para él. Y viceversa.
Su cara es la que buscas en la multitud; sus expresiones son las que sólo tú
puedes conocer por completo.
Sobre este mismo tema, deja que tu marido te tire piropos. (Y maridos,
asegúrense que esto suceda.) No es adulación. Él está expresando sus
sentimientos por ti; él lo dice en serio. A veces nos resulta tan difícil de creer o
aceptar verdaderos elogios de nuestros maridos, pero recibámoslos como lo que
son. Se trata de lo que tu marido piensa de ti. No niegues tus sentimientos. Eso
sería algo desalentador para él. Si él dice que piensa que eres hermosa y tú le
dices: “No, yo no lo soy”, entonces lo apagarás con el tiempo. Él puede llegar a
dejar de decírtelo. Él es el único que te puede decir estas cosas que nadie más
puede. Coloca esta pieza de tu rompecabezas hoy en su lugar.
Recibir continuamente las cosas que son especiales “para ustedes” es una
manera de velar, conservar y proteger su relación. Dios quiere que las esposas y
esposos estén cada vez más cercanos el uno al otro. Él quiere que construyas
exclusividad en tu matrimonio. Él quiere que sean un ejemplo de la relación de
Cristo con Su Esposa, la Iglesia. Marcos 10:6-9 dice: “pero al principio de la
creación, VARÓN Y HEMBRA LOS HIZO DIOS. POR ESO DEJARÁ EL
HOMBRE A SU PADRE Y A SU MADRE, Y SE UNIRÁ A SU MUJER Y
LOS DOS SERÁN UNA SOLA CARNE”; así que no son ya más dos, sino
uno. Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre”.
Ocasionalmente, cuando David y yo hablamos con parejas que tienen
problemas matrimoniales, descubrimos que uno o ambos están tratando de
retener una amistad con alguien del sexo opuesto después de casados. Están
violando el principio de la exclusividad, de “unirse y ser una sola carne”, donde
ambos se convierten en una sola entidad. No es poco común que viejas
amistades sean la causa de batallas matrimoniales y aún de infidelidad. Tenemos
que recordar nuestros votos matrimoniales que dicen que “abandonaré a todos
los demás mientras los dos vivamos”. Las amistades pasadas, por necesidad
tienen que cambiar cuando las parejas entran en un convenio matrimonial. Ésta
es una manera de construir una cerca alrededor de su matrimonio.
¿Si supieras que algo malo acecha tu relación, estarías satisfecho/a con sólo
tener una sola cerca? No, tú deberías querer establecer una serie de convicciones
que lo protejan de cualquier tropiezo. Una parte vital de tu matrimonio es de
pensar y llegar a convicciones acerca de lo que van o no van a hacer para
proteger su relación. Dentro de las cercas o barreras, puedes tener gran libertad
porque han decidido claramente cuáles son los límites donde puede comenzar el
peligro. No te vas a aventurar fuera del perímetro porque tienes convicciones y
una serie de barreras que te protegerán del peligro. Como Romanos 13:14 lo
dice: “sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la
carne”. Este versículo nos advierte que ni siquiera nos demos la posibilidad de
resbalar. Mantente lejos del fuego.
No sólo son importantes las cercas de protección en un matrimonio, sino
también para nosotros como padres y sin duda para nuestros hijos. Debido al
estado de las cosas hoy en día, no hay ni que hacer un esfuerzo para caer de
cabeza en tentación. Satanás ha divisado formas de transmitir la suciedad a
través de todos los medios tecnológicos. Nuestra familia tenía una computadora
en un lugar central de nuestra casa con un filtro de protección. Pero ahora, la
mayoría de los niños tienen computadoras portátiles que pueden llevar con ellos
a donde quiera que vayan. O tienen Internet en sus teléfonos celulares.
Asegúrense de poner sus cercas. Con sólo pulsar un botón pueden caer en un
riesgo. Incluso, los hoteles “más finos” ofrecen pornografía por 24 horas. ¡Esto
de “más finos “es un término contradictorio. Pero debido a que “algunos
trabajos” en estos días de progreso a veces requieren viajar, se espera de muchos
hombres y mujeres de negocios que acepten y esperen ver cosas que nunca han
visto en su casa. Los hombres especialmente son vulnerables a esta tentación
cuando están lejos de casa, pero al fin y al cabo, esto siempre afecta a la vida
familiar y al matrimonio. No sé de ninguna cadena hotelera que no ofrezca este
“entretenimiento” para sus huéspedes.
El hecho de que esta tentación al pecado se llame un “entretenimiento” es
un ejemplo perfecto de llamar a lo malo, bueno. En otras palabras, es ¡una
falsedad! No es de extrañarse de que un número incalculable de hombres se
están enredando en este pecado. He hablado muchas veces con mujeres cuyos
maridos viajan mucho y ellas han comenzado a notar un cambio en ellos. El
esposo que ha sido atrapado en esta falsedad está tan atraído a esto, que
comienza a ser negligente con su verdadera esposa. Substituir al cónyuge por
otro/a es infidelidad aunque se trate sólo de una conexión emocional o de dar
confianza a un amigo del sexo opuesto-sea en persona o por el Internet. Aunque
no fuera un adulterio físico, tu esposo/a (mayormente las esposas) se sentirán
completamente traicionadas por un hábito a la pornografía como si estuvieras
teniendo una relación física de carne y sangre.
Una vez hablé con una mujer cuyo marido llegaba a casa de trabajar, se
encerraba en el dormitorio toda la noche usando la computadora. Llegó al colmo
de fortificar la puerta colocando un mueble detrás de ella. Números 32:23
declara: “Mas si así no lo hacéis, he aquí habréis pecado ante Jehová; y
sabed que vuestro pecado os alcanzará”.
Algo que empeora a esta tragedia es la “pérdida del padre en la familia”. El
esposo y padre se desconecta ¡a pesar de que vive en la misma casa! No piensen
ni por un minuto que un niño no pueda darse cuenta de que algo anda mal o que
pregunte por qué Papi está actuando tan furtivo o por qué está pasando menos
tiempo con la familia. No pasará mucho tiempo sin que el niño se dé cuenta de
que tipo exacto de pecado se trata y verá a su familia darse cuenta también. Me
asombro del número de familias cristianas que han sido devastadas por esta
misma seducción insidiosa. Quince años atrás, esto parecía algo poco imaginable
dentro de la Iglesia. Trágicamente no es así hoy día.
Hace unos años, David y yo nos reunimos con algunos amigos que estaban
teniendo dificultad para llegar a un acuerdo. El esposo estaba viajando bastante y
la esposa estaba preocupada porque él tenía que pasar tiempo con mujeres que
también viajaban como parte de su trabajo. Seamos realistas, si las mujeres van a
trabajar más, entonces ellas también van a estar viajando más y van a viajar con
hombres. Este esposo era devoto de su esposa, pero ella se sentía insegura de la
situación. Ella quería establecer algunas “barreras de protección” en su relación,
pero él sentía que simplemente ella no confiaba en él y por lo tanto se resistía.
Después de haber hablado un largo rato con ambos, pudimos ver que él
pudo comprender a su esposa. Incluso, después de haber discutido la situación
para que los dos entendieran, el esposo seguía estando reacio a cambiar su estilo
de cómo viajar, porque no estaba de acuerdo con los cambios. Pero como él
apreciaba a su esposa, optó por ser sensible a ella y pudieron llegar a un acuerdo
sobre los parámetros para ambos. Él estuvo de acuerdo en no cenar a solas con
ninguna mujer, ni reunirse después de las horas regulares de trabajo, ni tomar un
taxi sólo con una mujer, y otras cosas más. Algunas de estas precauciones
hicieron que viajar se convirtiera en algo inconveniente para este hombre.
Sus viajes por lo general incluían reunirse con una mujer en particular, así
que cuando le tuvo que explicar a la chica su nueva manera de hacer las cosas,
ésta no entendió. ¡De hecho, la chica se ofendió porque pensó que él no confiaba
en ella! Ella llegó al colmo de escribir una carta a la compañía explicando lo
ofendida que estaba. Pero este hombre honró a su esposa en haberle dado
prioridad sobre la otra mujer estableciendo parámetros para demostrar su
compromiso. Él le dio prioridad a su esposa.
La sociedad tratará de hacernos creer que estas falsificaciones son las
formas sociales aceptables y que las prioridades para las mujeres han cambiado.
Pero Dios no cambia, ni tampoco sus directrices de cómo vivir cambian.
No acepten la creencia de que su matrimonio y su relación no necesitan
estar sumamente vigilados. Ayuda a tu cónyuge estando disponible para él/ella.
No causes que el otro tropiece porque entonces esto sería también pecaminoso
de parte tuya. Construye exclusividad en tu matrimonio. La relación matrimonial
se supone que sea nuestra relación humana más fuerte.

COMO CRECER EN EL MATRIMONIO

Vamos a ampliar esta idea de hacer crecer nuestros matrimonios con


algunos ejemplos prácticos. (¡Y por favor añade los tuyos!)

Practica lo que significa estar comprometido el uno con el otro. Trata de


pensar en maneras de expresar: “Estoy comprometido/a contigo”, con una
palabra o acción cada día. Con el tiempo, descubrirás cosas favoritas que
crean un lenguaje con un código personal de compromiso que ambos
comparten. El esposo de mi amiga Nancy simplemente le dice a ella en
algunas ocasiones: “Te he sido fiel”. Simples declaraciones espontáneas
para afirmar el compromiso entre ambos, fortalecerán tu matrimonio.
Demuestren su amor, devoción y respeto el uno hacia el otro frente a los
niños. Estúdialo a él. Obsérvala a ella. Conozcan cómo cada uno se siente y
piensa sobre todas las cosas. No guarden secretos el uno del otro. Esto no
significa que tienen que hablar de todo en la vida; usen discreción. Es decir
que no guarden nada que no estén dispuestos a dejar saber a su cónyuge o
que no escondan cosas el uno del otro. Permitan que sus hijos vean que
ustedes se preocupan por los asuntos cotidianos de ambos en la vida. Si
Papá tiene que quedarse hasta tarde en el trabajo en reuniones, en lugar de
mostrar disgusto porque él no va a estar presente en la cena, di a los niños:
“Vamos a orar por Papá. Él no va a estar con nosotros durante la cena. Está
ayudando a otras personas.” Fomenta el respeto de tus hijos hacia su padre.
Aprende las cosas que más animan a tu compañero y hazlas con más
regularidad. Pasa tiempo con él a solas a diario. Trata de crecer en
intimidad cada año. Haz cosas por él, que él prefiere no hacer. Esposos,
apoyen la carga del hogar con su esposa. Cuídenla. Si uno de ustedes es
más débil en algo, en vez de enfatizar el defecto del otro, la persona que sea
más fuerte en esa área se debe encargar de esas cosas. Por ejemplo, si un
cónyuge es generalmente mejor en hacer “esas llamadas telefónicas” que no
nos gusta hacer. Pues el cónyuge más capacitado debe hacerlas en lugar de
criticar al otro diciendo que él/ella no las sabe hacer. Muchas de las cosas
en la lista de “las cosas que hay que hacer” ocurren en los dos primeros
años de matrimonio. Si se deja para más tarde, será más difícil de
implementarse. Evalúa si uno de los dos está llevando una cantidad
excesiva de la carga en el hogar. Ésta es un área que causa discordia entre
las parejas. Trabajen en esa área. Trata de ser la fortaleza de tu cónyuge.
Trabaja a favor de la unidad. Puedes fácilmente convertirte en puños que
golpean al otro o puedes ser las manos que abrazan al otro en una unión
dulce de cooperación.

Atiende a los detalles que puedan liberar a tu esposo para que pueda
concentrarse en su trabajo y ministerio. Muéstrense afecto el uno al otro todos
los días. Dale sorpresas y muestras de tu amor (no flores falsas), cosas que
demuestren que estás pensando en ella. Dile lo agradecida que estás de todo lo
que él hace por la familia. Retírense juntos, sólo ustedes dos, al menos, dos
veces al año. Aprecien sus diferencias y dense cuenta de que son opuestos en
muchas maneras y esto es una buena cosa y hagan que este reconocimiento sea
de beneficio para la relación. Esfuércense por tener siempre algo que hacer o
lograr.

Asegúrense que el hogar sea su lugar favorito. David me dice que yo puedo
hacer lo que yo quiera en la casa porque él sabe que yo quiero hacer un
“hogar” para él. Él le da rienda suelta a mi creatividad. Me ha dicho que
puedo pintar el dormitorio de color rosa subido si quiero, con tal de que yo
esté ahí. No he hecho decisiones tan atrevidas, pero sin duda que he hecho
cosas poco usuales.

Claro que hacer un “hogar” no se trata de las cosas que hay en él, sino de
las relaciones. Sin embargo, yo creo que es divertido observar la personalidad y
el estilo de una mujer en cómo convierte su casa en un hogar. Nuestras familias
poco a poco van apreciando estas cosas.

VIVIENDO EN ENTENDIMIENTO Y ACUERDO


Debemos vivir de acuerdo el uno con el otro. Éste es un asunto crítico que
necesita constante atención. Hay un poder práctico cuando dos están de acuerdo
y este concepto se encuentra en tales declaraciones de la Biblia como en Amós
3:3 donde dice: “¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?”
Pero si se llega a un punto de que no se pueden poner de acuerdo y el
marido no le está pidiendo a la mujer que peque, ella debe ceder a su voluntad.
No se trata de ir en contra de nuestras convicciones bíblicas ni de nuestra
conciencia. Prácticamente hablando, los esposos son más propensos a escuchar
con seriedad las ideas de sus esposas si descubren que en situaciones donde no
han llegado a un acuerdo, ella piensa que él debe ejercer su liderazgo como jefe
del hogar. Dado que la mujer es la compañera del esposo (Génesis 2:18), la
inferencia es que el hombre necesita ayuda o asistencia. Sabio es el hombre que
busca la perspectiva y la sabiduría de su esposa para tomar decisiones. Su
“ayuda”, sin embargo no es para dominar o para ser egoísta, sino para llevar una
perspectiva complementaria de “ayudadora”. Éste realmente es el diseño
perfecto. Sin éste (si uno no cediera o si los dos tuvieran igual autoridad),
llegaríamos a encrucijadas y nunca seríamos capaces de seguir hacia adelante.
Para vivir en acuerdo, primero tenemos que vivir con comprensión. Encontramos
que 1 Pedro 3:7 da las instrucciones necesarias a los maridos: “Vosotros,
maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer
como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para
que vuestras oraciones no tengan estorbo”.
Traten de estar cercanos a su cónyuge. Mantengan esto como una prioridad.
Hablen las cosas el uno con el otro hasta que entiendan completamente sus
pensamientos, creencias y sentimientos. Entonces traten de que el entenderse
resulte en un acuerdo. Escucha cuando tu esposo/a hable sin saltar a dar tu
opinión.
Traten de averiguar cómo piensan ambos. ¿Hay algún error en cuanto a lo
que uno de los dos piensa o cree cuando se compara con la verdad bíblica? ¿O
existe alguna una diferencia en su forma de pensar, ya que son personas tan
diferentes, o probablemente completamente opuestas? Aun así debemos de
aprender a vivir de acuerdo el uno con el otro. Las esposas deben ser ayudas de
sus esposos y los maridos han de ser comprensivos con sus esposas.
A través de los años, David ha sido fiel haciéndome regularmente las siguientes
preguntas:
¿Cómo estás?
¿Hay algo que te está molestando?
¿Qué puedo hacer para ayudarte?

Cuando un esposo (o esposa) hace este tipo de preguntas (y escucha


atentamente las respuestas), está transmitiendo una profunda preocupación más
allá de la rutina de la vida porque está diciendo que realmente quiere saber y
quiere ser parte de la solución. Se comunica un deseo genuino de ser la fuente
principal de estímulo y apoyo para el cónyuge. Éste es un gran ejercicio para
fomentar el entendimiento y el acuerdo. Debemos conocernos mejor que nadie.
Tu cónyuge debe ser tu mejor amigo y compañero. Si hay algo en la vida de un
marido que no corresponda a la verdad de la Palabra de Dios, la esposa puede
amorosamente desafiarlo y él puede hacer lo mismo con su esposa. Recuerda
que debes acercarte con bondad y gracia, respeto y amor, cuando necesitas
retarlo, pues ésta es la forma que él desea ser tratado.
Esposas, ésta no es una luz verde para corregir cada cosa pequeña que les
pueda molestar de sus maridos. Ésta es una tentación bien grande para las
mujeres, más que para los hombres y ha sido así desde que el pecado arruinó el
primer matrimonio del mundo. Podemos retar al marido, pero no con el motivo
de cambiarlo. Esto es increíblemente difícil para nosotras las mujeres. Es la
primera pregunta que escucho de las mujeres: “¿Cómo hago para que mi esposo
guíe a nuestra familia en el aspecto espiritual o para que se haga cargo de
disciplinar a los niños o para...?” Tú no lo puedes hacer. Los hombres no tienen
la tendencia a cambiar a sus esposas. Pero sí se dan cuenta de cuándo sus
esposas los están tratando de cambiar a ellos. Es como un golpe en el centro de
su ser. Esto los hace sentir despreciados o inadecuados, por lo que suelen resistir
los intentos de su esposa. Noten como el deseo de la mujer de cambiar a su
esposo normalmente se centra en la ejecución de sus funciones y
responsabilidades dadas por Dios. Esto nos dice algo: irónicamente, nuestros
intentos de forzar estos cambios producen el efecto contrario al deseado.
Estamos cosechando una epidemia de pasividad en los hombres como resultado
de nuestra cultura feminista de “poder hacerlo todo”. La respuesta cultural del
hombre se ha convertido en: “Bueno, entonces, hazlo”.
Nuestra motivación debe ser de entenderlos, animarlos, respetarlos, orar por
ellos y ayudarlos. Dejar al lado el deseo de cambiar a los maridos. Sólo entonces
serás libre de la amargura que se puede desarrollar con las expectativas no
cumplidas. No empujes a tu marido. Sigue su liderazgo: apoya y respeta su
liderazgo. Cualquier motivación a cambiarlo te podrá resultar en lo contrario. No
hagas que la voluntad de Dios se haga imposible en su vida. Cuando te echas
hacia atrás, le das lugar a tu esposo a que se acerque a ti. ¡Esto es muy
importante! Estar cerca de ellos no significa enfrentarlos cara a cara.
La Biblia nos advierte claramente a no ser contenciosos. El rol de cambiar a
una persona no es nuestro rol, sino la obra del Espíritu Santo. Podemos
amorosamente revelar a nuestra pareja un área de conflicto con la verdad bíblica
y luego descansamos en el Señor y lo dejamos en Sus manos. Tu cónyuge
responderá a los susurros del Espíritu Santo sin que tengas que señalar el
conflicto cada vez que salga a la superficie. Oren para que tengan sensibilidad al
Espíritu Santo y para que ambos le respondan. Un hombre que sigue el mandato
del Señor de ser comprensivo con su esposa, buscará las formas de ayudarla y
servirle. Oren el uno por el otro como nadie más puede hacerlo. Los esposos y
las esposas deben fijar sus corazones en seguir el plan de Dios y trabajar juntos
para dar a la inversa esta tendencia devastadora de nuestra cultura y de los
matrimonios.
Confía en el Señor para moldear a tu marido y para que sea enseñable. Si un
área de pecado extremo está afectando a la familia, busca ayuda de los ancianos
o líderes de tu iglesia. Uno de los grandes beneficios de estar involucrado en un
una iglesia local es la de rendir cuentas a otros y de recibir el aliento que fluye
por estar rodeado de otras personas que honran a Dios con su matrimonio. Los
pastores y consejeros a menudo se lamentan del número de parejas que “van a la
iglesia” como último recurso para salvar su matrimonio, mientras que si
hubieran establecido una vida saludable como pareja en el Cuerpo de Cristo, esto
hubiese prevenido los problemas que se han desarrollado.
El cuerpo de Cristo tiene mucho que ofrecer cuando “los hombres mayores
enseñan a los menores” y “las mujeres mayores enseñan a las menores”. Tito
2:2-8 provee una guía para este proceso:
Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el
amor, en la paciencia. Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte;
no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; que enseñen a las

mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas,
cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la Palabra de
Dios no sea blasfemada. Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean
prudentes; presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la
enseñanza mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable, de
modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de
vosotros.
Si tu cónyuge y tú viven comprendiéndose, valorarán sus pensamientos y
puntos de vista y procurarán tenerlos en cuenta. Querrás saber lo que piensa tu
cónyuge acerca de todo. David y yo a menudo discutimos situaciones difíciles
sobre consejería para explorar nuestras ideas y reflexionar sobre la perspectiva
de cada uno. Después de años de trabajar en esto, nos entendemos tan bien que
casi siempre sabemos el consejo que daría el otro. Aunque ambos estamos
buscando sabiduría en el mismo lugar—La Palabra de Dios—encontramos un
cómodo equilibrio en la forma en que podemos ver una situación como pareja.
Pero como ya he dicho, esto sólo ha ocurrido porque hemos practicado y
trabajado durante años para poder estar bíblicamente de acuerdo.
Nosotras las esposas podemos llevar a cabo estos acuerdos y tomar
decisiones de autoridad en el hogar cuando nuestros maridos no están presentes,
porque sabemos que tenemos un entendimiento común. No estamos socavando
su autoridad ni disminuyendo nuestras capacidades. Estamos ayudándolos a que
no tengan que ejecutar cada decisión, lo cual sería algo abrumante. Los maridos
se alegran de que ellos no tienen que tomar cada pequeña decisión—¡y las
mujeres se alegran también!
Las madres somos muy capaces de tomar y llevar a cabo decisiones ya que
no permitiríamos algo con lo que él no estuviera de acuerdo. Si tu adolescente de
momento te viene con algo que requiera una decisión repentina, llama a tu
esposo para que puedas tener su respaldo de autoridad.
Los niños deben ver que ustedes apoyan sus decisiones en conjunto.
Aunque ambos no estén de acuerdo con alguna decisión, sométete a tu marido
(excepto en las situaciones que mencioné previamente). Esto significa “vivir en
acuerdo” frente a los niños.
Consulta los tres esquemas de comunicación para discernir su situación
como pareja en el área de la comunicación. ¿Cómo manejan los conflictos y
cómo están creciendo a medida que pasa el tiempo o si se están alejando? El
primer diagrama representa un matrimonio saludable que está creciendo donde
ambos han aprendido a humillarse y a no permitir que el orgullo los destruya. El
segundo diagrama muestra un matrimonio donde uno sólo está dispuesto a
entender y a estar de acuerdo.
El último diagrama: “Desintegración de la comunicación”, muestra el
peligro de alejarse casualmente—o tal vez deliberadamente—de la unidad que
Dios diseñó para nuestro matrimonio. Comenzando con la base de la ilustración,
imagínate las dos líneas como los caminos del esposo y de la esposa trabajando
juntos. Ellos forman un paralelo cuando la pareja vive en comprensión y
acuerdo. Pero como sucede a menudo, la pareja llegará a un lugar donde todavía
no ha podido llegar a un mutuo lugar de entendimiento y acuerdo. Este punto
representa una ramificación en la carretera a la que nos referiremos como
“propósitos opuestos”, ese lugar donde los esposos no están de acuerdo en lo
absoluto y uno de los dos no va a lidiar igualmente en el entendimiento y el
acuerdo. Esto es simplemente orgullo, rebelión contra el plan de orden de Dios.
Según los dos se dejan desviar de su curso marital, su “unidad” se despedaza.
A continuación, ellos “como que” vuelven a continuar haciendo sus rutinas
antes de haber llegado a una resolución verdadera. La esposa, especialmente
empieza a elaborar resentimiento y a sentirse como que sus pensamientos y
sentimientos han sido ignorados. Pero la pareja continúa hasta que aparezca el
siguiente cruce. Ahora, la mujer está decidida más que nunca a no seguirlo
porque ella ha comenzado a resentir el liderazgo de su esposo. Y aún más, ella
puede decidir dejar de cooperar o compartir sus puntos de vista porque quiere
frustrar a su esposo. O puede que ella piense, ¿y qué importa de todas maneras?
Después de un tiempo, pueden volver a sus cabales, sentir remordimiento,
reconciliarse y viajar de nuevo, felices, juntos por el camino de la vida. Es decir,
hasta que llegue ese punto sensible de nuevo. Y si no se resolvió completamente
a satisfacción de ambos, saldrá de nuevo a colación. Este asunto sensible de los
propósitos opuestos conllevará heridas a largo plazo si no se logra una
resolución, porque los recuerdos de cada “situación” en la relación se acumulan
con el tiempo.
Tarde o temprano se hará más difícil “restaurar la situación”. De hecho, una
resistencia a caminar por el camino paralelo con tu pareja puede convertirse en
tu objetivo determinado. Los pequeños puntos, con el tiempo se convierten en
naves espaciales tan grandes que casi no pasarás tiempo con tu pareja en el
camino paralelo.
No dejes que estas explosiones de orgullo surjan. Una disposición afable a
someterte tiene que ver más con humildad que con asuntos extremos del bien y
el mal. El objetivo es de ser capaz de seguir adelante a pesar de los
estancamientos, crecer unidos a pesar de las diferencias y al fin y al cabo de
crecer en intimidad más allá de la norma.
Es más importante que modeles vivir bajo el liderazgo de tu esposo a que
seas obstinada negándote a seguir sus decisiones, sólo para probar algo tonto que
a la larga no tiene ningún significado. Salirte fuera de su liderazgo tiene mayores
consecuencias.
APRENDE TU ROL Y HÁZLO

Vivir bajo el diseño de Dios permite que todos puedan beneficiarse. Vale la pena
señalar que ante Dios todos debemos de vivir en humilde sumisión a la autoridad
de Cristo y tener en cuenta que Cristo vivió en sumisión a Su Padre. La iglesia
está en sumisión a Cristo y la mujer está en sumisión a su marido. Nosotros
debemos abarcar toda la verdad de Dios y Su diseño para vivir vidas ordenadas,
vidas que glorifiquen a Dios.
A los esposos se les instruye a que sean especialmente sensibles a las
necesidades y sentimientos de su mujer, a amarla y honrarla. Él está obligado a
amarla como Cristo amó a la Iglesia, la cual es una tarea difícil. El esposo es
responsable de asegurarse de que su esposa se desarrolle bajo su liderazgo y que
se sienta bien amada. Su responsabilidad especial es de imitar a Cristo en la
forma en que él trata a su esposa. No debe de ninguna manera ser un capataz
intimidante ni agresivo, sino un coheredero del reino de Dios.
Una amiga mía cercana me dijo una vez que los dos peores años de su vida
fueron cuando su marido descubrió que él tenía que ser ¡la cabeza del hogar! No
nos equivoquemos, él era el jefe de la casa. Pero ella se refería al hecho de que
su marido había perdido su sensibilidad hacia ella y tenía expectativas para ella.
Los esposos no deben demandar nuestra sumisión; se supone que la ofrezcamos.
Ellos no deben de usar mal su autoridad, sino que deben aprender lo que
significa dirigir en amor. Afortunadamente, esta pareja tenía un compromiso
fuerte en su relación y aprendieron a vivir en entendimiento y a ponerse de
acuerdo el uno con el otro. De hecho, se convirtieron en amigos nuestros
cercanos y nos discipularon a David y a mí durante muchos años.
Como esposas, no estamos llamadas a someternos porque seamos de algún
modo inferiores a nuestros esposos; no lo somos. Ofrecemos nuestra sumisión
por respeto a los roles que Dios le ha dado a él como líder, proveedor y protector.
Para desarrollar una visión clara de estos roles para el marido, los siguientes
pasajes son cruciales:

LÍDER: Efesios 5:22-23: “Las casadas estén sujetas a sus


propios maridos, como al Señor; porque el marido es

cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la


iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador”.
PROVEEDOR: 1 Timoteo 5:8: “Porque si alguno no
provee para los suyos, y mayormente para los de su casa,
ha negado la fe, y es peor que un incrédulo”.
PROTECTOR: 1 Pedro 3:7: “Vosotros, maridos,
igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la
mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de
la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no
tengan estorbo”.

¿De qué manera entonces las esposas se someten? Si los esposos han de dirigir,
proveer y proteger, entonces la lógica sería que, que como esposas, completemos
sus roles. Por lo tanto nosotras seguimos, apoyamos y nos mantenemos cerca. En
lugar de continuamente exigirle que cumpla con sus responsabilidades, debemos
centrarnos en la tarea más difícil que es la de vivir de acuerdo a nuestras propias
responsabilidades. El viejo truco de decir: “Tan pronto como él inicie su
liderazgo...” o “Tan pronto como ella comience a someterse...” tiene que ser
visto como lo que es—una táctica que nos atrasa en lo que estamos llamadas a
hacer en obediencia a nuestro Señor. La mayoría de las mujeres ven a sus nuevos
maridos o al hombre con quien esperan casarse como un caballero con armadura
brillante. Él dice: “Quiero dirigirte, proveer para ti y protegerte”. Y tú dices:
“¡Sí, estoy de acuerdo!” Tu caballero te levanta de tus pies y felizmente te
aferras a él como si cabalgaran hacia la puesta de sol. Someterse a estos roles
dados por Dios parece ideal cuando estás tomando el sol en el resplandor de una
conexión romántica.
Pero muy poco después de la boda se descubre que ustedes son opuestos y
es posible que desees bajarte del caballo. Te encuentras de una forma u otra
preguntando: “¿Cuándo fue la última vez que cambiaste tu armadura? Me he
dado cuenta de algunas grietas”, o: “¿Por qué siempre te toca llevar las riendas?”
El compromiso significa que nos quedamos en el caballo y nos quedamos con
nuestro caballero.
Montar juntos de por vida, conlleva probablemente toparse con esas
temibles encrucijadas y que no estén de acuerdo sobre cuál dirección van a
tomar, pero ¡debes permanecer en el caballo! Tu relación puede tomar el camino
que divide o puedes construir la unidad. Es tú decisión.
Da más trabajo construir la unidad, dejar que el esposo sea el líder, que irse
por su propio camino en la ramificación de la carretera. Da más trabajo
aguantarse y seguir el mismo camino, ¡pero los resultados son asombrosos!
¿Vivirás en unidad con tu esposo o vivirás con propósitos opuestos?
El versículo en 1 Pedro 3:7 (citado anteriormente) se refiere a las
diferencias físicas de los hombres y de las mujeres. Sin embargo, ante Dios
somos iguales en todo lo demás. Nosotros compartimos la imagen de Dios.
Simplemente no somos iguales ni tenemos los mismos roles. Dios en Su
soberanía te ha creado a ti como hombre o mujer y cuando realizamos estos
roles, estamos afirmando Su perfecto diseño. Efesios 5:21 nos recuerda de un
principio universal: “Someteos unos a otros en el temor de Dios”. Debemos
tener una actitud de “tú antes que yo” hacia aquellos en el cuerpo de Cristo y
especialmente en el hogar.
El cristianismo coloca a las mujeres en un estatus de igualdad, con la
oportunidad de ofrecer su sumisión como un acto de confianza en Aquél que es
Señor de todos. Cuando examinamos los detalles de la sumisión, descubrimos
cómo las mujeres sabiamente están dispuestas a participar en el plan de Dios.
Analicemos cada una de las categorías de la relación marital y veamos cómo
Dios quiere que practiquemos la sumisión.

EL ESPOSO GUÍA / LA ESPOSA SIGUE

Nosotras nos sometemos al liderazgo de nuestros esposos siguiéndolos.


Todos sabemos lo exasperante que es tratar de llevar a alguien que no nos va a
seguir. Cuando la esposa resiste o rechaza el rol de seguidora, el marido o bien
se aleja de su esposa y deja que ella lleve la carga o presionará excesivamente
esforzándose a mantener la unidad y de seguir siendo el líder a toda costa.
Ambas opciones minan la relación de marido y mujer.
Pero no malinterpreten los límites de la sumisión. Ningún hombre tiene
autoridad sobre todas las mujeres. Las mujeres solteras no están obligadas a
someterse a los hombres solteros. No existe un mandato bíblico para que los
hombres solteros tengan autoridad sobre las mujeres solteras. Aun así, se hacen
evidentes nuestros rasgos masculinos y femeninos; el hombre por lo general
toma la iniciativa, la mujer es la que responde. Del mismo modo, los hombres
casados no tienen autoridad sobre otras mujeres casadas. Efesios 5:22 nos
recuerda: “Las casadas estén sujetas a su propio marido, como al Señor.”
Pero cuando nos colocamos en el compromiso del matrimonio, somos llamadas a
someternos o a ceder a la persona que ha sido llamada a dirigir.
El liderazgo bíblico conlleva un rol de gran sacrificio de parte del líder. Las
esposas por lo general piensan que ellas son las que hacen los sacrificios. Pero si
miramos el cuadro total, se hace evidente que los esposos deben ser líderes que
sirven; son quienes dan el ejemplo espiritual a la familia. Ellos tienen la
responsabilidad de mantener a sus seres queridos a salvo, seguros y en el camino
correcto. Ellos dirigen las convicciones bíblicas por las cuales la familia se deja
llevar. Las esposas son llamadas a respetar esta posición en la familia y a no
hacer el trabajo de su marido demasiado difícil.
En la actualidad, nuestra cultura popular estadounidense está especialmente
en contra del plan de Dios. Y sin embargo, cuando comparado con otras culturas
o religiones, el cristianismo tiene el plan más perfecto, que protege y ama a las
mujeres. De hecho, Jesús revolucionó el tratamiento de las mujeres y las declaró
iguales a los hombres, coherederas del trono de vida. Eso era algo que no se
escuchaba entonces y es incluso poco frecuente en muchos países de hoy día. Es
irónico que nuestra cultura trate de socavar el plan de Dios para las mujeres o de
polarizar los sexos, cuando el diseño de Dios es de unirlos.
La sumisión donde las prioridades están fuera de orden no puede
reconciliarse con “los dos serán uno”. Éste es un concepto falso de la sumisión.
Debido a la dureza del corazón o a la terquedad del orgullo; las parejas
comienzan a alejarse uno del otro con el pretexto de la sumisión y del liderazgo.
En otras palabras, ellos piensan que están manteniendo las prioridades bíblicas,
pero sus corazones no están ahí. Lo que esto hace es poner una división entre los
dos. Pueden tener propósitos opuestos el uno con el otro sin ni siquiera darse
cuenta. Esto causa una división en la intimidad; separa. Cuidado con separarse
muy a menudo. No podemos mantener cercanía si estamos separados muchas
veces (física, mental, emocional o espiritualmente).
La separación a medias trae miseria auto-inducida. La verdad difícil de
aceptar es que la agonía que sentimos a menudo en nuestros matrimonios no es
el resultado de la sumisión-sino debido a la falta de ella. Cuando nos alejamos,
nos separamos del ideal de Dios y entonces empezamos a pensar de manera
independiente de Dios y de nuestro cónyuge. Esto sucede de manera muy sutil al
principio, pero con el tiempo, el marido y la mujer pueden aprender a vivir de
forma independiente el uno del otro; ya no ven la necesidad de la otra persona en
la relación. La unidad que tenían se marchitó hasta el punto de que sienten que
no se conocen el uno al otro.
Pronto, el compromiso y los votos que hicieron comienzan a debilitarse y
parece más fácil dejarlo todo que tratar de empezar a arreglar las cosas. Pero
siempre hay esperanzas en todas las situaciones. El pacto del matrimonio es un
acuerdo sagrado entre no sólo entre marido y mujer, sino también con Dios.
Romper un pacto con Dios es un asunto serio.
He aquí otra falsificación del matrimonio: ¿Podemos decidir cuál de los
dos es el líder? ¿Cuál es la diferencia, si los dos estamos de acuerdo? La
inversión de roles es algo confuso para los niños. Los roles maritales no
significan que no somos capaces de hacer más, simplemente no es el plan de
Dios para el mejor funcionamiento de la familia. ¿Significa que tú no puedes
trabajar fuera de la casa o que tu marido no puede lavar los platos? Por supuesto
que no. Pero sí quiere decir que no ejerces autoridad sobre tu marido y que tu
familia / hogar tiene prioridad sobre tu empleo.
Algunas mujeres ven la dinámica de este desafío como la de seguir a un
entrenador que les pide que hagan cosas que ellas nunca han hecho. Es difícil
cumplir la orden de ir más allá si pensamos que el entrenador no tiene que ir a
ningún lado en su vida. Nosotros no tenemos esa dificultad con Jesús, a Quien
todos al fin y al cabo nos sometemos. En nuestros matrimonios, Jesús nos pide
que nos sometamos al liderazgo de nuestro esposo. Creo que podemos estar de
acuerdo que ésta es poca cosa en comparación con el extremo al que Él se
sometió en la cruz. Él está totalmente consciente de lo que nos pide y Él sabe
que es para nuestro bien.

EL ESPOSO PROVEE / LA ESPOSA APOYA

¿Todos a favor de que el marido sea el que mantenga? Esto suena como una
cosa obvia. Rara vez hablo con una mujer que no esté a favor del liderazgo del
hombre en esta área. Sin embargo, tenemos que examinar cuidadosamente todo
lo que esto conlleva.
Nuestros maridos deben constantemente estar pensando “a largo plazo”.
Como esposas, por lo general tenemos más que suficiente para mantenernos
ocupadas con las complejidades de la vida familiar, una gran responsabilidad.
Pero estoy agradecida de que no tengo la presión continua de pensar “a largo
plazo”. ¿Significa esto que no tengo la capacidad de hacerlo? No, pero si esa
fuera mi responsabilidad, yo sería consumida con la idea de siempre estar
pensando “a largo plazo”, a la vez de estar pensando en los detalles de mi casa.
Cuando las mujeres asumen responsabilidades fuera del hogar, también tienen
que llevar la carga de todos los asuntos que van más allá de la familia. Esto
puede incluir el cuidado de padres ancianos, la atención a familiares enfermos o
hermanos, cuidar nietos, ayudar a los hijos mayores que tienen necesidades
particulares, etc., sin mencionar la planificación de eventos especiales como
bodas y graduaciones o incluso la educación en el hogar. Las mujeres se
encargan de un sinnúmero de detalles y de relaciones. Las mujeres simplemente
no tienen mucho “tiempo libre” aparte de estar pensando o ayudando a las
necesidades de otros.
Como esposas y madres, tenemos la tendencia a sumergirnos en detalles y
es por eso que somos grandes cuidadoras y amas de casa. Los hombres en
general no suelen volverse locos sobre la presión continua de mantener a sus
familias. Ellos tienden a pensar en un cuadro más general, Esto es lo que tengo
que hacer y lo hacen una y otra y otra vez, guiando, proveyendo y protegiendo a
sus familias.
Nos sometemos a la función de nuestro esposo como proveedor pues somos
sus ayudantes que les apoyan. En otras palabras: “Considera los caminos de su
casa, y no come el pan de balde” (ver Proverbios 31:27). Proverbios 31
describe las muchas maneras ingeniosas que una mujer puede practicar el ser una
ayudante que apoya. Los versículos 11-12 dicen: “El corazón de su marido está
en ella confiado, Y no carecerá de ganancias. Le da ella bien y no mal todos
los días de su vida”. Por lo tanto, nosotras lidiamos con el presupuesto y
gestionamos el hogar. La mujer de Proverbios 31 es la mejor empresaria. Ella ha
aprendido a usar su casa como base para todo tipo de esfuerzos prácticos que
ayudan a su familia y a otros. No tenemos que tratar de hacer todo lo que ella
hace, pero debemos darnos cuenta de que la mujer es una socia productiva de su
marido y ella utiliza sus habilidades e intereses particulares.
Apoyamos también la provisión de nuestro esposo al no socavarlo. Esto
puede pasar a través de hacer gastos excesivos o gestionando mal las finanzas. A
menudo, las mujeres son muy inteligentes y excelentes guardianas de los
registros y pueden ser las mejores en gestionar las finanzas de la familia. Eso
depende de lo que la pareja decida. Sin embargo, el esposo debe ser el principal
proveedor y la mujer tiene que ser el apoyo en todos los aspectos. Sé respetuosa
y agradecida por la provisión del Señor para tu familia a través de los esfuerzos
de tu marido. Todas las finanzas deben ser compartidas y pertenecen igualmente
a ambos cónyuges, pero el marido es el que lleva la responsabilidad de su
manejo.
Como esposas, nuestro apoyo va más allá de la esfera financiera. También
proporcionamos apoyo emocional, físico, intelectual y espiritual. Estamos
lealmente con nuestros esposos, apoyando los votos que hicimos ante Dios
(repito, a menos que se haga algo en contra de las Escrituras).
Dios eligió estos roles para nosotros porque son los más adecuados. Cuando
una mujer tiene dificultades en su matrimonio, le conviene pensar por largo rato
por qué eligió casarse con su marido ¿Qué estaba buscando? Si la respuesta es
“amor”, no es suficiente, tenemos que pensar en las cualidades y carácter que
estábamos buscando. Es probable que las características que le atraían de él sean
las mismas características con las cuales ella batalla en el presente. ¿Acaso no
buscábamos a alguien que pudiera dirigir, proveer y proteger? ¿Puedes decir en
tu corazón, estoy bien con el plan de Dios?, ¿o peleamos contra la voluntad de
Dios en nuestro matrimonio? Someterse no es sufrir; sino que es el plan de Dios
para bendecir tu vida.

EL ESPOSO PROTEGE / LA ESPOSA PERMANECE CERCA

Por último, nos sometemos a la protección de nuestro esposo. Y esto sucede


al permanecer cerca de ellos. Esto no quiere decir que él nunca nos pierde de
vista, pero sí quiere decir que él se preocupa de donde estemos y de lo que
estemos haciendo. Yo soy una persona un tanto aventurera, y especialmente en
nuestros primeros años de matrimonio, esto le preocupaba a mi marido. He
aprendido que David no está controlando a dónde voy; sino que me está
protegiendo. Ésta es otra área en la que he aprendido a someterme a la función
de mi marido como protector con respecto a dónde y cuándo voy a alguna parte
—especialmente cuando voy sola o de noche. Los teléfonos celulares y los
sistemas GPS sin duda han sido de ayuda a mujeres aventureras y a maridos
curiosos—¡y viceversa!
Sé prudente acerca de dónde vas, cuándo vas y con quién vas. No te limites
simplemente a “informarle” a él tus planes, sino más bien habla de ellos en su
totalidad y traten de lograr ese importante entendimiento y acuerdo. Si tu esposo
se siente incómodo en cuanto a ir a algún lugar, escucha con atención sus
razones. Recibe sus inquietudes y “permanece cerca”.
Cuando la esposa se niega a estar cerca, su marido puede responder con
celos sobre su independencia y sentirse como que ella no lo necesita. Santiago
3:16 completa en el cuadro final para nosotros: “Porque donde hay celos y
contención, allí hay perturbación y toda obra perversa”. Los celos y la
ambición egoísta sin duda van a trabajar en contra de la unidad. Esta situación es
a menudo el resultado de cuando la mujer se siente emocionalmente sin
protección. El esposo tiene que escuchar con atención y observar a su mujer para
que ella se sienta segura bajo su cuidado. Esto incluye la forma en que él habla a
su esposa y de su esposa y cómo la protege del abuso verbal de otros. Un
ejemplo podría ser la forma en que los niños le hablan a ella. Tienen que
aprender de Papá, más que de Mamá que la falta de respeto no es aceptable. Nos
ocuparemos de esto más adelante en capítulos posteriores.
El esposo, por supuesto, tiene la responsabilidad de cuidar a su familia y de
protegerlos físicamente. Esto significa, proporcionarles un ambiente seguro en
todos los aspectos. Los esposos deben estar conscientes de cómo mantener sus
hogares y propiedad para la seguridad de sus seres queridos. A menudo, David y
yo hemos aconsejado a parejas en esta área importante de protección que ha sido
lamentablemente descuidada.
Los padres deben ser los protectores de sus hijos, no sólo los pequeños, sino
también velar por el bienestar de los jóvenes adultos de la familia. La mayoría de
los papás tienen un sentido fuerte de protección cuando sus hijas mujeres
comienzan a mostrar interés en salir con chicos. Y la mayoría de las jóvenes
realmente aprecian que su padre les exprese protección de manera amable.

LA PRIORIDAD DE LOS NIÑOS

Hemos dedicado la mayor parte de este capítulo al matrimonio debido a su


gran importancia estratégica en la familia. Ahora vamos a considerar la relación
entre padres e hijos dentro de la familia.
La relación de padre e hijo no es igual a la relación de marido y mujer.
Nuestras casas no deben estar centradas en los niños, sino en Cristo. Criamos y
entrenamos a nuestros niños a centrarse en su relación con el Señor primero y
luego con nosotros como sus padres, sabiendo que la Biblia dice: “Honra a tu
padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu
Dios te da”. (Véase tanto Éxodo 20:12 y Efesios 6:2-3).
En la esfera amplia de la historia bíblica, parte de la razón del exilio de
Babilonia fue el fracaso de los hijos de honrar a sus padres. El desglose de la
siguiente estructura de autoridad familiar en Israel resultó ser uno de los
principales factores que se repiten en la experiencia de Israel como nación.
Ezequiel 22:7 y 15 hablan del desagrado de Dios con su pueblo: “Al padre y a
la madre despreciaron en ti”. El hecho de que los niños valoren y vean el lugar
que Dios ha dado a sus padres en sus vidas es algo de suma importancia para
Dios.

EVALUANDO LA PRIORIDAD DEL HOGAR

¿Qué hacemos para asegurarnos de que nuestros hogares y familias no se


pierdan y mantengan sus prioridades en orden? Creo que tenemos que ser
sensibles al liderazgo de nuestro esposo en esta área. Por ejemplo, si él dice que
tú estás haciendo demasiadas cosas fuera de la casa, posiblemente sea cierto.
Necesitamos prestar atención a las banderas rojas de advertencia que él levanta
para que podamos aprender a reconocer las señales por nuestra propia cuenta.
Me propuse una meta a mí misma: mantener el pulso de mi hogar. A veces
lo he soltado y he perdido la sensación de estar al tanto de todo en mi hogar.
Sabes lo que quiero decir. Tengo una prueba sencilla para determinar si estoy
manteniendo el pulso de mi hogar, y es ésta: ¿Cuánta leche queda en la nevera
en este momento? Una madre con una familia en su casa debe siempre ser capaz
de responder a esta pregunta.
Pero hay mucho más que mantener el pulso. ¿Sabes dónde guardas los
cordones de zapatos adicionales y las curitas? ¿Sabes los tamaños de todas las
cosas que tu familia usa, y mil otras cosas? Y todavía es más profundo que eso.
¿Sabes cómo se siente tu hijo respecto a ir a la escuela en un día determinado?
¿Sabes si él o ella está ansioso/a o emocionado/a? ¿Puedes incluso leer su
corazón por la forma en que cerraron la puerta? ¿Sabes exactamente lo que más
anima a tu marido cuando él llega a la casa? ¿Sabes lo que cada expresión facial
de tu familia significa? ¿Sabes la última vez que tu hijo practicó el piano y por
exactamente cuánto tiempo? ¿Sabes lo que ven en la televisión y cuáles son sus
pantalones vaqueros favoritos?
¿Sabes cuándo las cosas están en orden y sabes cuando no lo están? Si no
estamos sincronizadas con el hogar para saber todas estas cosas, entonces
necesitamos hacer que nuestro hogar sea una prioridad porque algo se ha estado
colando que nos está robando la intimidad con nuestras familias. A veces
racionalizamos diciendo que las cosas están en orden cuando sabemos en
nuestros corazones que en realidad no lo están. Entonces tenemos que
preguntarnos, ¿Estoy en casa el suficiente tiempo?
Recuérdate del Salmo 85:8: “Escucharé lo que hablará Jehová Dios;
porque hablará paz a su pueblo y a sus santos, para que no se vuelvan a la
locura”. La corrección de Dios en nuestras vidas—si la escuchamos—siempre
traerá paz.
Debemos mantener el pulso de nuestras familias. Puedo determinar
inmediatamente ahora si me estoy despistando y tomo medidas correctivas. Pero
no importa cuán ocupada me encuentre, he aprendido a no transigir en ciertas
áreas. Llamo estas áreas mis “no negociables”. Para cada estación de mi vida,
identifico entre cinco y siete compromisos conmigo misma o con mi familia
donde no seré transigente, no importa cuán ocupada esté (como tiempo a diario
con el Señor, estar en casa cuando los niños lleguen de la escuela o irme a la
cama al mismo tiempo que David).
Mantén una rutina de irte a la cama aunque estés trabajando en un proyecto.
Toma tiempo libre y demuéstrale a tu familia que ellos son tu prioridad,
especialmente cuando las cosas se acumulan. Por supuesto que a veces habrá
conflictos inevitables con el calendario, pero recuerda que éstas son sólo
excepciones. Permanece comprometida a tus prioridades.

LA PRIORIDAD DEL MINISTERIO

La siguiente prioridad es nuestro ministerio. Esta área se mezcla con la


anterior porque como esposas y madres tenemos un ministerio hacia nuestros
maridos e hijos. Pero también es necesario tener un ministerio fuera de la familia
—sirviendo al menos en la iglesia local. La razón es, como hemos dicho antes,
tenemos que construir hábitos y disciplinas para toda la vida. La vida no se va a
poner más fácil, sólo diferente.
El ministerio tiene que ser parte de la vida de nuestras familias.
Necesitamos encontrar formas creativas de enseñar a nuestros hijos que el
ministerio es un valor fundamental para nuestra familia y que pueden ser
servidores a cualquier edad. Cuando Lee, nuestro hijo menor, tenía cuatro años
de edad, al final del estudio bíblico de Papá y Mamá, él llevaba las tazas y los
platillos de té de porcelana al fregadero de la cocina. Todavía puedo imaginarlo
caminando con cuidado. Esa pequeña contribución es un dulce recuerdo para mí.
Es una gran alegría ministrar juntos como pareja y entrenar a nuestros hijos
a hacer eso también. No sólo les enseñamos a nuestros hijos que el ministerio es
una parte de la vida, sino que también les enseñamos a poner sus prioridades en
orden. No me gustaría que se mudaran de nuestra casa hasta que el deseo del
ministerio personal sea establecido firmemente en ellos.
Además, como se mencionó anteriormente, debemos ministrar a otras
personas fuera de nuestro hogar. Este tipo de ministerio puede utilizar como base
práctica la hospitalidad en nuestro hogar, pero el “objetivo” de nuestro ministerio
debe ser para los que están más allá de nuestra familia.
En cuanto a nuestro ministerio al cuerpo de Cristo, Gálatas 6:7-10 habla
acerca de invertir nuestras vidas en cosas eternas o en cosas temporales: “No os
engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare,
eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará
corrupción [aquí corrupción se refiere a las cosas que decaen, que son
destruibles y que no tienen valor eterno], mas el que siembra para el Espíritu,
del Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer bien;
porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Así que, según tengamos
oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la
fe.”
Si deseas obtener una gran cosecha para Cristo, empieza ahora. No esperes
hasta que pienses que tienes tiempo. Aquí la oportunidad no significa que tienes
el tiempo para hacerlo, sino que comprometas el momento para hacerlo. He oído
decir: “Una oportunidad es cuando vemos una necesidad y tenemos la habilidad
de poder ayudar.” ¿Qué necesidades ves donde puedes ayudar?
Mantengo mi vida muy ocupada. Para mí, vivir una vida llena es darle
prioridad máxima a estas áreas: Dios, esposo, hijos, y el ministerio. En mi vida,
el equilibrio no está en compartamentalizar estas cuatro áreas en cajitas
manejables sino en llevar la carga en todas estas áreas porque no puedo amar al
Señor demasiado, o a mi marido demasiado, o a mis hijos demasiado o a otras
personas demasiado. Estas prioridades incluyen todas las cosas eternas, las
únicas cosas en el mundo que va a durar para siempre. ¿Por qué dejar que otras
cosas ocupen mayor prioridad?
Proverbios 31 también dice que una esposa excelente es enérgica y siempre
está ocupada.
Pero comprendo las exigencias que se le ponen a las esposas y madres. Yo
sé que de vez en cuando mis compromisos comienzan a acumularse y mi vida se
pone un poco (a veces muy) loca. Y sé cuándo estoy caminando a la orilla del
precipicio, y sé cuándo el pulgar se resbala del pulso de mi casa. Y sé que los
ojos de David miran el cómo me estoy sosteniendo, listo para levantar una de
esas banderas rojas. Y a veces tengo que decir: “Las circunstancias de mi vida en
este momento están causando que yo pierda el enfoque, pero mi corazón no
quiere estar ahí”.
Cuando nuestras prioridades no están en orden, vivimos de crisis en crisis.
Lo triste es que con el tiempo, se corre el riesgo de adaptarse y “se aprende” a
vivir de crisis en crisis. Lo anormal y destructivo nos empieza a parecer normal.
Nuestros hijos pueden aprender esto y verlo como algo normal.

DISEÑO PARA LA PROTECCIÓN FAMILIAR

Echemos un vistazo a estos tres diagramas:


Esta primera ilustración representa el diseño de Dios para la familia. Dios
tiene Su lugar de autoridad suprema y soberanía. Podría haber esencialmente
varios “paraguas de protección” aquí, en representación de la autoridad
gubernamental, la autoridad de la iglesia y demás, pero para simplificar, estamos
dibujando el de la protección familiar. Bajo este “paraguas de la familia” vemos
la línea bíblica de la autoridad del marido sobre la esposa y los hijos ven la
autoridad de sus padres.

Esta segunda ilustración representa una alteración al plan de Dios para la


familia.
Aquí el esposo vive bajo la autoridad de Dios y por lo tanto, bajo el
paraguas de protección de Dios. Pero la esposa, ha rechazado vivir dentro de este
diseño y se ha salido de la autoridad de su esposo. Lo que también ha hecho es
salirse del paraguas general de protección. Este ejemplo puede representar a un
matrimonio intacto o una separación. El mayor peligro del rechazo de la mujer
vivir bajo la autoridad de su marido es el siguiente: los niños tienden a seguirla a
ella. Ellos no la siguen sólo en términos físicos, sino emocionales y
principalmente por su ejemplo. Mamá ha modelado algo que probablemente
ellos sigan y también resistan a someterse a la autoridad. Lamentablemente, esto
puede dar lugar a vivir una vida fuera de la protección que Dios ofrece a los que
residen en Su voluntad moral.

Esta tercera ilustración muestra a una esposa y madre que está siguiendo
el diseño de Dios para su familia a pesar de que su esposo no lo está. Ella
continúa honrando su pacto matrimonial mediante la sumisión al liderazgo de su
esposo. Y debido a que ella lo hace, ella y los niños permanecen bajo la cubierta
protectora de Dios. Nosotros descubriremos más de lo que esto significa en los
capítulos 7 y 8. Cuando tememos a Dios, somos capaces de soportar las
circunstancias difíciles de la vida porque entendemos y confiamos en Su
máximo cuidado para nosotros. Si un cónyuge no-creyente abandona la familia,
el cónyuge restante debe permanecer bajo la protección del liderazgo de Dios,
sometiéndose a Él, obedeciendo Su Palabra y modelando a los niños a “Amar a
Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus
fuerzas” (Deuteronomio 6:5).
Este sistema ofrece una serie de redes de seguridad para las mujeres y
niños.
Si una mujer es abandonada por su marido, primero ella debe colocarse
bajo la autoridad de la iglesia donde ella es miembro. Si ella o sus hijos están
viviendo con miedo del marido, podrían solicitar ayuda de la autoridad más alta
del gobierno (policía/sistema legal, etc.). Estas protecciones se pueden buscar
cuando el esposo falla en someterse a la autoridad de la iglesia y en proveer
estructura familiar.

LA IMPORTANCIA DE OTRAS AUTORIDADES

Las autoridades del gobierno y los líderes de la iglesia están dentro de la


cadena de autoridad. También podríamos haber incluido a maestros,
entrenadores, cuidadores de niños e incluso abuelos. Sin embargo, estas
categorías representan a la autoridad designada por los padres. Aunque la gente
en estas posiciones tenga autoridad sobre nuestros niños y esta autoridad deba de
ser respetada y obedecida, nuestros hijos no están obligados a obedecer
peticiones pecaminosas o perjudiciales. A los niños se les debe enseñar que a
estas personas se les ha dado autoridad a nombre de los padres para actuar en su
mejor interés. Pero si a los niños se les pide que hagan algo que ellos saben que
es contrario a la autoridad de sus padres, no deberán hacerlo.
En el próximo capítulo, vamos a seguir con el plan de orden de Dios; éste
se centra y se enfoca en cómo podemos evitar esos puntos de crisis que pueden
causar el caos en nuestras familias.

Amado Padre Celestial:


Tus caminos y Tu diseño son superiores a nuestra
imaginación. Cuando te obedecemos, vemos los resultados
maravillosos que Tú tienes para nosotros. Aumenta nuestra
fe para que podamos verdaderamente creer y vivir Tu plan.
Deseamos ser esposos y padres amorosos. Te pedimos
humildemente que nos moldees por tu Espíritu. Ayúdanos a
lidiar con nuestros matrimonios y relaciones familiares.
Gracias por las muchas maneras que Tu plan nos protege
cuando cometemos errores. Permítenos, amado Dios, a ser
testamentos vivos de Tu saber, según nos proponemos vivir
para ti en este mundo. En el nombre de Jesús oramos, amén.

GUÍA PARA GRUPOS PEQUEÑOS

MEMORIZACIÓN DE LAS ESCRITURAS


(Tiempo sugerido—15 minutos)
Y estas palabras que yo te mando hoy,
estarán sobre tu corazón;
y las repetirás a tus hijos,

y hablarás de ellas estando en tu casa,


y andando por el camino, y al acostarte,
y cuando te levantes.
Deuteronomio 6:6-7

Que los voluntarios dirijan al grupo revisando los versículos bíblicos para
memorizar de los capítulos anteriores: Salmo 127:1; 1 Timoteo 3:14 y el Salmo
85:8.

TIEMPO DE PAREJAS
(Tiempo sugerido—45 minutos)

Consideren la enseñanza de esta lección:




Comprender no es para una persona solamente. La comunicación sufre
cuando una persona “espera” que la otra le comprenda, pero no hace el
esfuerzo de reciprocar. A veces, tristemente, a esta persona no le importa.
Es muy crítico que a ti te importe y que lo demuestres sirviendo a tu
cónyuge en cuestiones importantes, aunque no lo sean para ti. Identifica un
área en la cual cada uno de ustedes pueda servir al otro de esta manera.
Hablen sobre esto.
Haz una lista de las cinco cosas más alentadoras que puedes hacer por tu
esposo o esposa, según sea el caso. Escriban listas separadas antes de
discutirlas. Acuérdate de pensar en algo alentador sobre tu cónyuge.
También haz una lista de las cinco cosas que tu esposo/a puede hacer para
alentarte a ti. De nuevo, hagan listas diferentes antes de discutirlas.
Comparen sus listas. ¿Cómo de bien se entendieron? Discutan por qué
escogieron lo que escogieron. Escúchense bien el uno al otro.
¿Hay áreas de sus vidas individuales que les impiden creer espiritualmente?
¿Está el Espíritu Santo provocándole a uno de ustedes confesar o
arrepentirse de algún pecado? Los pecados que no son confesados, impiden
el crecimiento del matrimonio.
Define los propósitos opuestos. ¿Acaso alguno de ustedes dos tiene algún
propósito opuesto sobre algún asunto? Tómense su tiempo para hablarlo
hasta el punto de entenderse y llegar a un acuerdo para poder resolver los
conflictos. Esto va a tomar mucha práctica en el hogar.

Aplicación en el hogar: Estudia a tu esposo/a. Practica de buena voluntad y con


regularidad las cosas que le alientan a él/ella. Acuérdate que es más fácil hacer
estas cosas cuando están contentos el uno con el otro. Procura ponerlo/a número
uno en tu lista aunque no tengas el deseo de hacerlo.

Declaración para el hogar:


La del esposo: Acepto la responsabilidad ante Dios de ser líder en mi
hogar. Reconozco que esto no significa que tengo que tomar todas las decisiones,
sino que acepto mi rol como líder de dar cuentas a Dios por las decisiones
hechas. Voy a procurar la opinión de mi esposa en todas las decisiones.
La de la esposa: Acepto mi rol bíblico de ser la “compañera ayudante” de
mi esposo. Reconozco que esto significa que cuando haya que tomar decisiones
y yo no esté totalmente de acuerdo, me someteré a la responsabilidad de mi
esposo por su decisión. Alentaré a mi esposo y compartiré honestamente mis
sentimientos.
Oración para la pareja: Tómense el tiempo de orar el uno por el otro
mientras que tratan de vivir cuidadosamente los roles y las responsabilidades que
tienen dentro del matrimonio.

TIEMPO DE DISCUSIÓN PARA


GRUPOS PEQUEÑOS
(Tiempo sugerido—45 minutos)


Yo cambiaré cuando tú cambies Evalúen sus prioridades. ¿Hay algo que
necesita ser cambiado?
¿Hay asuntos no-negociables? Comiencen a hacer una lista de cinco a siete
cosas que no son negociables en esta época de su vida. Mantengan esta lista
en un lugar conveniente para que la puedan repasar y evaluar
frecuentemente.
Lean 1 Pedro 2-3 en el grupo pequeño y discutan el mensaje de estos
versículos.
Tengan una discusión sobre las cercas o límites en su matrimonio. ¿De qué
maneras pueden las parejas del grupo proteger su matrimonio?
Discutan varios aspectos de los roles bíblicos de los esposos y de las
esposas. Identifiquen las áreas de dificultad entendiendo sus roles bíblicos.
¿Cómo puede el plan de Dios de orden proteger a las familias?
¿Está alguno de ustedes dispuesto a hablar sobre un área donde ambos
tienen dificultad en llegar a un acuerdo?
¿Tienen algunas preguntas u observaciones sobre lo que hemos leído en el
capítulo 4?

TIEMPO DE ORACIÓN

Oren por las prioridades de su familia y sobre los cambios que Dios quiere
que hagan.
Den gracias a Dios por su esposo/a, hijos y padres.
Oren por el fortalecimiento de las relaciones familiares y por las dinámicas
según van viviendo sus prioridades.

5
EL PLAN DE ORDEN DE DIOS
LOS PADRES PIADOSOS FORMAN UN HOGAR CON UN AMBIENTE CENTRADO EN CRISTO

Pues Dios no es un Dios de confusión, sino de paz.


Como en todas las iglesias de los santos.
1 Corintios 14:33

En el último capítulo establecimos el marco del diseño del orden de Dios que
incluye Su cadena de autoridad, prioridades bíblicas para las familias,
roles conyugales y nuestro compromiso con crecer en Sus caminos (nuestro
proceso de santificación). Fue un gran trozo de la instrucción de Dios para que la
procesemos. Continúen con la revisión y perseveren en estos principios para que
Dios les ayude a construir vidas ordenadas. Ésta es la voluntad de Dios para
sus vidas y Él les dará el poder para hacerlo. La santificación es una tarea para
toda la vida, y cuando miro hacia atrás, al trabajo que David y yo hemos hecho
en nuestro matrimonio y familia, puedo ver la bendición de los frutos que Dios
nos ha dado. Y es mucho trabajo—y duro. Comprométanse a corregir errores y a
progresar por el bien de su familia. Que Dios los bendiga por su diligencia.
Recientemente, escuché a un especialista en organización reportar que dos
tercios de las familias estadounidenses viven en caos. Hace veinte años,
no teníamos ni siquiera especialistas en organización o si los hubiésemos tenido,
hubiese sido para unos pocos, no para las masas como hoy en día. La vida
familiar se ha puesto tan desorganizada debido a que tenemos muchas
alternativas y posibilidades para escoger, las cuales han reemplazado las
prioridades y la estructura bíblica. Pero aun cuando vemos a las familias que se
les hace dificultoso caminar por la casa debido a las montañas de cosas y ropa
tirada en el piso, sabemos que este desorden es una indicación de asuntos más
profundos. Los “expertos” son llamados a organizar estas casas, desde los
muebles hasta los lápices y bolígrafos y nos preguntamos, por cuánto tiempo
este nuevo orden establecido reinará. Dios nos dice que no podemos mantener
una vida organizada en el exterior si no tenemos orden en el interior de nuestros
corazones.
Cuando las prioridades establecidas por Dios se alteran, el orden familiar se
compromete. Las prioridades bíblicas de Dios son más importantes que el
tiempo, la economía personal, las opciones personales, y las tendencias
culturales. Cuando esto sucede, se rompen las prioridades bíblicas,
especialmente porque ya nadie las está modelando. Esta transigencia puede
conducir a la inversión de roles, hogares centrados en los niños, eventualmente,
rompiendo la unidad familiar. Vemos un principio general en Juan 13:17: “Si
sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis”.
Como líder / proveedor / protector de la familia “en todo”, el esposo tiene
un mayor énfasis en el trabajo fuera del hogar y la mujer tiene un mayor énfasis
en el cuidado del hogar y la crianza y la formación de los niños. Ciertamente, el
empleo del marido exigirá mucho de su tiempo, sin embargo, su esposa sigue
siendo su prioridad, por encima de su empleo. En un mismo sentido, los niños
requieren mucho tiempo de la madre, pero su marido sigue siendo prioridad
sobre sus niños. Nuestras prioridades dan más énfasis que la cantidad de tiempo
invertido.
Nuestro objetivo es de mantener estas prioridades básicas en orden.
Debemos mantenerlas no sólo en secuencia, sino también en armonía la una con
la otra. Dios, Quien es nuestra principal prioridad, no es autor de caos, sino de
orden. Así que Él nos dice: “Pero hágase todo decentemente y con orden” (1
Corintios 14:40). Cuando el apóstol Pablo pensó en la noticia que estaba
escuchando acerca de la iglesia en Colosas, lo más que le alentó fue el hecho de
que ellos estaban manteniendo un sentido de orden. Él escribió: “Porque
aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante en espíritu estoy con vosotros,
gozándome y mirando vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en
Cristo” (Colosenses 2:5).
¿Cómo podemos construir una vida ordenada que agrada a Dios? ¿Qué
haces tú cuando tu vida parece estar fuera de control? ¿Tomas el control?
¿Corres y te escondes? ¿O dejas caer todo y corres a Dios? Esto es algo muy
revelador acerca de la persona que eres. Es la esencia de este capítulo. ¿Cómo
progresamos para lograr mantener el orden divino en nuestras vidas? El plan de
Dios para nosotros es lo suficientemente claro, pero ¿qué alternativas estamos
tomando, según vivimos siguiendo Su plan?

PONIENDO A PRUEBA
NUESTROS COMPROMISOS

En Lucas 6:46: Jesús les preguntó: “¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y
no hacéis lo que yo digo?” La fe genuina produce obediencia. La fe genuina
produce acción.
Cuando David y yo nos casamos y me decía: “Te amo”, yo le respondía:
“Demuéstralo”, es decir: “Dame un abrazo o un beso. Muéstrame lo que dices”.
Del mismo modo, no es suficiente decir que el Señor es primero en nuestras
vidas, si no lo ponemos a prueba por la forma en que vivimos. La manera en que
lo demostramos es en obedecerle por encima de todo, para darle Su justo lugar
en nuestra vida como Señor. Debemos demostrar nuestro amor por Él; tenemos
que “comprobarlo”.
Así que la siguiente pregunta lógica es: “¿Qué estamos haciendo para
demostrar que elegimos a Dios sobre todas las cosas?” O realmente Le estamos
diciendo a Él: “Yo estoy poniendo atención a esto otro, pero estoy seguro/a de
que entiendes”. Aquí es donde la fidelidad y el poder del compromiso unen sus
fuerzas.
Jesús ilustró ese punto de la fe activa en Lucas 9:62 cuando dijo:
“Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para
el reino de Dios”. Cuando las cosas de la vida se tornen muy agitadas,
considéralo como un tiempo de prueba de tu fe y un compromiso de tu primer
amor y no te enfoques en los obstáculos que te abruman. El Señor a veces pone a
prueba nuestra fe de las siguientes maneras:
Aquí se encuentran algunas maneras prácticas por las cuales podemos poner
a prueba nuestro amor por Él:

1. Obedecer Su Palabra y no ponerla en peligro. Mateo


6:33 dice: “Buscad primeramente el reino de Dios y su
justicia. . .” Estudia Su Palabra, conócela y obedécela.
2. Estar absolutamente comprometido con Él dando lo más
posible. No estés pendiente de ver lo que sobra. Dar (dinero,
tiempo, recursos) es una de las maneras tangibles que puedes
demostrar tu compromiso con Dios.

Dios nos anima a ser sacrificados en nuestro dar. Él desea que demos con
gratitud y con alegría de corazón. La Biblia dice que dar al gobierno es
mandatorio, pero dar al Señor no debe ser compulsivo o hecho a regañadientes,
sino de corazón. Deberíamos estar entusiasmados con esto más que con
cualquier cuenta de ahorros terrenal.
¿Alguna vez has dado dinero para algo y luego quisiste retirarlo porque
pensaste que fue una mala decisión? Esto nunca sucede cuando se le da al Señor.
La cantidad que le demos no debe ser información pública, sino que ha de
ser un secreto delante de Dios. Pero lo que demos y cómo lo demos forma
definitivamente nuestra relación con Dios.
¿Recuerda cómo los fariseos querían que la gente viera lo mucho que
daban?
Pero Jesús respondió que Dios devuelve en secreto a los que le dan a Él sin
buscar reconocimiento. Hay muchos principios bíblicos sobre el tema del dinero.
Pero tenemos que preguntarnos, ¿Estoy impidiendo las bendiciones que Dios
tiene para mi vida debido a mi falta de obediencia de dar con sacrificio y
alegría al Señor?
El dar es un acto de adoración, que dice: “Tú eres el Señor, Dios mío, no
tendré dioses ajenos delante de ti”. Dios nos ha bendecido para Sus propósitos.
Se nos han dado bendiciones para que podamos bendecir a otros. No somos el
destino final de las bendiciones de Dios, sino un canal que recibe beneficios
según estos van fluyendo.
No hace mucho tiempo que mi amiga Nancy mencionó que ella ofrece cada
día al Señor arrodillándose en oración y dedicándoselo a Él. Desde que me
enteré de esto, yo he puesto esta simple acción en práctica. Cuando me doy
cuenta de que he empezado mi día sin esta declaración o dedicación, cualquier
desliz es un recordatorio para mí de que algo está tratando de desplazarlo a Él de
Su primer lugar en mi vida. En esos momentos, donde quiera que me encuentre,
a veces en la cocina o en el baño o en la silla de la sala, me arrodillo y afirmo
que Él tiene el primer lugar en mi vida y por Su gracia tengo la intención de
“comprobárselo”. El Señor me ha ayudado a hacer un progreso significativo, a
hacer que Él sea mi primer pensamiento de cada día. Pero comprobarlo requiere
práctica.

3. Observar el día del Señor. Cuando Dios descansó el


séptimo día, no lo hizo porque estuviera cansado, sino
porque estaba estableciendo un ejemplo de cómo hemos de
vivir y trabajar durante seis días y descansar o separar un día
para honrar al Señor. Este día de la semana, el domingo para
los cristianos, debe ser diferente del resto de la semana. Es la
porción de nuestra semana cuando observamos los seis días
anteriores con gratitud y aprecio por la provisión de Dios.

En ese día, tenemos la oportunidad de descansar profundamente en Cristo.


Establecemos una rutina de confiar en Él y de no depender de nosotros mismos.
El Salmo 127: 2 nos recuerda: “Por demás es que os levantéis de madrugada,
y vayáis tarde a reposar, y que comáis pan de dolores; pues que a su amado
dará Dios el sueño”.
La vida en realidad será más equilibrada si se dedica un día de la semana al
descanso y a la adoración. Éxodo 34:21 dice: “Trabaja durante seis días, pero
descansa el séptimo. Ese día deberás descansar, incluso en el tiempo de arar
y cosechar”. El plan de orden de Dios incluye un descanso de la rutina para que
no nos agotemos. A las personas agotadas se les hace difícil funcionar como
cónyuges, padres o empleados.
Algunas personas se encuentran en ciertas situaciones de la vida donde se
ven obligadas a trabajar los domingos (por ejemplo, la madre soltera que debe
ser camarera los fines de semana). Jesús mismo nos dice en el Nuevo
Testamento que el sábado fue hecho para nuestro beneficio para que no se
convirtiera en una carga para nosotros. Esa madre bien intencionada puede estar
tranquila y saber que ella puede sacar otro día de reposo y no vivir al pie de la
“letra de la ley”. Jesús conoce nuestros corazones y motivos. Su deseo es que
creamos una vida de orden, equilibrio y adoración.
Un pensamiento que he atesorado en los últimos años, proviene de Hebreos
4. Este pasaje se refiere a “entrar en nuestro descanso”. Me encanta reflexionar
sobre esta porción de las Escrituras, ya que básicamente nos está diciendo que
nuestro día de reposo en la tierra es un reflejo del cielo, donde entenderemos
plenamente lo que significa descansar y adorar.

4. Servir a la gente. Jesús dijo en Mateo 25:40: “Les


aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis
hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí”.
Cuando servimos a otras personas, estamos poniendo a Dios
en primer lugar. No quiero ir al cielo y descubrir que tenía
80,000 millas de llantas que no gasté en mi automóvil
porque no me fui a ayudar a otras personas. Quiero descubrir
que no desperdicié nada ni me quedé con cosas que pude
haber regalado. Quiero ir corriendo a la recta final y oír a
Jesús decir: “No te quedó ni una milla de llantas sin gastar”.
¡Hurra! ¡Después de todo, tendremos llantas nuevas en el
cielo!
5. Exaltar el nombre de Cristo. ¿Qué quiere decir esto? Si te
das cuenta de que Jesús está haciendo una diferencia en tu
vida, deja que los demás lo sepan. De hecho, si estás
viviendo para Cristo, tu vida debe estar marcada por esa
esperanza y la gente debe de estar curiosa y estarse
preguntando sobre “la esperanza que hay en ti” (1 Pedro
3:15). Sobre todo, darse cuenta de que el evangelio es lo que
la gente necesita escuchar. Pablo dijo: “Porque no me
avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para
salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y
también al griego” (Romanos 1:16).

¿Recuerdas la antigua iglesia de Éfeso mencionada en el capítulo anterior? Al


parecer, ellos tenían estas cinco cosas: obedecían la Palabra, daban de sus
finanzas y recursos, observaban el día de reposo, servían a las personas y
exaltaban al nombre de Cristo, compartiendo el evangelio, pero hubo una cosa
que ellos perdieron y fue su “primer amor”. Estaban operando de modo externo,
sin el amor de Cristo como su motivación.
Establece buenos hábitos en tu vida que incluyan los puntos anteriores, pero
nunca te conformes con “cumplir formalidades” (aunque sean buenos hábitos).
Ten buenas razones para las prácticas que forman tu vida, porque tarde o
temprano tus hijos se preguntarán por qué. “¿Por qué oramos antes de comer,
Mamá?” “¿Por qué vamos todos a la iglesia cada semana, Papá?” “¿Qué es ese
cheque que ponen en el plato de la ofrenda cada semana, Mamá y Papá?” Ellos
se darán cuenta. Debes estar preparado/a con una buena y clara razón, pues estos
asuntos hacen resaltar a Cristo.
Esto nos lleva a la sexta área que “demuestra” nuestro amor por Él. Esta
área da a la vida el verdadero orden porque se trata del orden interno. Se trata de
cómo de bien le conozcamos.

6. Construye una relación personal, profunda y constante


con Él, mediante la oración, devoción y comunión, que no
pueda ser sacudida.

La Biblia dice en 1 Tesalonicenses 5:16-18: “Estén siempre alegres, oren sin


sin cesar, dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para ti en
Cristo Jesús”.
Uno de mis pensamientos favoritos es el de reconocer lo cerca que está
Cristo. Filipenses 4:5 dice: “Vuestra gentileza sea conocida de todos, el Señor
está cerca”. Esto me recuerda a nuestro querido amigo, Larry Ebert. Larry
formaba parte del personal de los Navegadores, en los suburbios del noroeste de
Chicago y yo fui su ayudante administrativa hace muchos años. Larry nos
demostró este concepto en palabra y obra.
El hecho de “reflexionar sobre la cercanía del Señor” transmite una actitud
continua de adoración, gratitud y comunión con Dios. En el 1996, en Ghana,
África Occidental, Larry murió en un accidente automovilístico. Su primer amor
era evidente. Él estaba allí con la misión de establecer la segunda clínica médica
en todo el país de Burkina Faso. Larry no podía dejar de compartir la nuevas
emocionantes de Jesús con todos los que conocía porque tenía una relación
profunda y constante con Cristo. Jesús lo era todo para él. Amar a las personas
simplemente era algo que brotaba de forma natural en las vidas de Larry y Helen
Ebert.

EVALUACIÓN DE NUESTRA PRIORIDAD DE BUSCAR A DIOS


PRIMERO

Echemos un vistazo más profundo a las seis áreas que demuestran nuestro
amor por Dios y preguntémonos cómo de bien las estamos cumpliendo de forma
personal. Las áreas son: obedeciéndole, dando, sirviendo, descansando en Él,
compartiendo el poder de Su evangelio y permaneciendo en Él. Por ejemplo:

Cuando tu calendario se llena y te estresas, ¿lo primero que eliminas es la


lectura bíblica o tu tiempo a solas con el Señor o asistir al pequeño grupo
de estudio al cual perteneces?
¿Reprimes al Espíritu Santo cuando te dice que vayas a ayudar a alguien?
¿Transiges con algún principio de la Palabra de Dios cuando no conviene
a tu situación?
¿Dejas de ofrendar porque las cosas están “muy apretadas” este mes?
¿Trabajas todos los días de la semana, incluyendo el domingo porque
necesitas “salir adelante?”
¿Escuchas o ves lo que sea, aunque sea basura, en vez de acercaste a
Cristo?
Cuando las cosas van mal, ¿lo primero que haces es quejarte?
¿Fallas en ver la mano de Dios en todas las cosas?
Cuando las cosas se ponen realmente difíciles, ¿te das por vencido/a o
perseveras?
¿Estás tan ocupado/a que no estás disponible cuando un amigo te necesita?

Estas simples preguntas son muy reveladoras de nuestro orden interno del
corazón.

UNA PRUEBA DEL AMOR DURADERO

Cuando nos mantenemos fieles a los seis principios mencionados


anteriormente (así como a otros que descubrimos en la Palabra de Dios), Dios
proporciona la estabilidad y la disposición de permanecer de pie bajo
circunstancias difíciles, las presiones de la vida cotidiana e incluso tragedias
extremas o crisis. Cuando hayamos practicado colocarlo a Él primero, los
momentos de prueba fortalecerán nuestra fe según permanecemos en Él y la
parte más sorprendente es que Él, a su vez, permanecerá en nosotros. Cuando
nuestro mundo exterior parece estar desmoronándose, Dios nos ministra
profundamente.
Hace algunos años, el Señor permitió una intensa prueba de fe en esta área
de mi vida de vivir totalmente para Él. Un sábado por la tarde a finales de
diciembre, David salió corriendo a hacer unas diligencias. Después de unas
horas, recibí una llamada desde una tienda donde vendían madera en nuestra
ciudad. Me dijeron que David se había desmayado de espaldas contra algunos
estantes. Él les informó a los de la tienda que estaba un poco agitado y aturdido,
pero les aseguró que sólo era un resfriado y que me llamaran a mí para que fuera
a recogerlo. Dijeron que también llamaron a los paramédicos sólo para estar
seguros.
Después de haber conducido por siete u ocho cuadras, me sorprendí al
encontrar a mi marido en la parte trasera de una ambulancia ¡sin pulso! Pensé:
¿Tendrá un ataque al corazón? Él no había mostrado ninguna señal de
enfermedad anteriormente en la casa, así que no me podía imaginar cuál sería su
problema. La ambulancia salió con él y me dieron instrucciones de que dejara a
mis hijos en algún lugar y llegara al hospital lo más pronto posible.
En la sala de emergencias, las pruebas mostraron que tenía una hemorragia
interna y que estaba en gran peligro. El personal médico me explicó que temían
que su corazón dejara de pulsar por falta de sangre y que no pudieran revivirlo.
Sesenta y cinco por ciento de su volumen total de sangre había ido a su
estómago-al parecer el resultado de haber estado tomando ibuprofeno durante
algunas semanas.
El personal de urgencias estaba tomando medidas extremas y recuerdo
haber pensado que estos podrían ser mis últimos minutos con David. Pero
después de muchas transfusiones y más de una semana en Cuidado intensivo, fue
dado de alta a la casa. Doce días de agitación para toda la familia y amigos que
ayudaban con el cuidado de los niños, y mis tres visitas diarias a la unidad de
Cuidado intensivo, habían hecho mella en nosotros. Todos estábamos agotados.
Por primera vez en un par de semanas, traté de reanudar algo parecido a la
rutina.
Mientras David estaba en la cama, en la segunda planta de la casa, decidí
llevar a Emily, de diez años de edad, a su clase de patinaje y después regresar a
la casa inmediatamente. Cuando volvimos, notamos inmediatamente que una
ambulancia estaba bloqueando el camino de entrada y otra en la parte delantera
de nuestra casa. Nunca olvidaré a mi pequeña Emily que gritaba: “¡Papá!” antes
de estacionarnos. Corrimos a la casa y nos encontramos con que los paramédicos
abrían camino escaleras abajo. “Tiene que venir con nosotros tan pronto como
sea posible y pueda hacer arreglos para el cuidado de los niños”, dijeron. Una
vez más, ¡no tenía pulso!
De camino al hospital, me preguntaba lo que iba a encontrar. ¿Llegaría a
tiempo para verle con vida? Si el Señor se lo iba a llevar, quería estar con él en
sus últimos momentos. Afortunadamente, todavía estaba despierto cuando
llegamos. Por desgracia, el origen del problema no lo habían identificado
correctamente y ahora se encontraba en peores condiciones que la primera vez.
Sin embargo, ahora vemos como Dios estuvo con nosotros
maravillosamente en todos los detalles. Cuando llevé a Emily a la clase de
patinaje, David estaba descansando en la cama. Nuestros otros dos niños
pequeños jugaban en su habitación. David estaba seguro de poder hacer de
“niñero” por una hora más o menos. Pero en ese momento, a pesar de haber
estado en la casa por casi una semana, había comenzado a sangrar internamente
sin haberse dado cuenta. Pensando que estaba simplemente demasiado cansado,
se acostó. Fue entonces que uno de nuestros vecinos providencialmente llamó
por teléfono para ver si su hijo estaba en nuestra casa. El teléfono sonó justo al
lado de la cabeza de David y lo despertó. Él estaba desorientado, pero lo
suficientemente alerta como para saber que no estaba simplemente cansado, sino
que estaba perdiendo la conciencia. Él llamó al “operador” (esto fue antes de que
existiera el 911) y de alguna manera les dio la dirección e información necesaria.
Si nuestro vecino no hubiera llamado y despertado a David para que se diera
cuenta de que necesitaba ayuda, yo hubiese llegado de la clase de Emily y
pensado: Oh, David está dormido otra vez. Lo dejaré descansar.
Nos encontramos de nuevo en el hospital. En esta ocasión, tuvo que
someterse a una cirugía de emergencia donde eliminaron parte de su estómago.
Yo estaba continuamente preparándome para la posible realidad de que el Señor
se lo llevara en ese momento. Durante las próximas tres semanas, hubo otras
más complicaciones, mientras David luchaba por sobrevivir.
Después de esas semanas de sumo estrés emocional, físico y espiritual, yo
estaba completamente agotada. Me sentía como si estuviera viviendo en una
nube y sin embargo, claramente recordaba el permanente amor de Cristo.
Recuerdo haber pensado cuanto amaba a David desde que teníamos 17 años.
Nuestro matrimonio era la única cosa terrenal en la que me sentía totalmente
segura. Me di cuenta de que yo siempre había supuesto que una gran cantidad
de cosas podrían ir mal en mi vida, pero que David y yo siempre estaríamos
juntos.
Y esta fue la misma área en la que Cristo quiso decirme a mí, ¿Me amas
más que a David y confías en mí para cuidar de ti y de tus de tres niños
pequeños? Cuando esa pregunta vino a mi mente y a mi corazón, me sentí
confiada y sentí una tranquila seguridad inexplicable. Recuerdo haber pensado
en lo profundamente triste que yo estaría, pues cada una de las muchas veces que
me permitían verlo brevemente, pensaba que podría ser nuestro último momento
juntos en esta tierra.
Pero, al mismo tiempo, pensé: Tú eres el Dios del universo y puedes hacer
lo que quieras. Pensé en las Escrituras para las viudas y creía que iban a ser para
mí a la edad de treinta y tres años. Claramente, recuerdo no haberme sentido
enojada, sino simplemente consolada, sabiendo que Dios cumpliría con sus
promesas como en el Salmo 68:5: “Padre de huérfanos y defensor de viudas.
Es Dios en Su santa morada”. Todavía estoy agradecida por su inmensa gracia
y finalmente por Su misericordia en la restauración de David. ¡Dios es bueno!
Comparto esta historia traumática sabiendo que todos vamos a estar bajo
pruebas inmensas y a pasar por tragedias en nuestras vidas. Tú relación con
Jesús te sostendrá cuando no tengas las energías físicas para ni aún orar—si has
cultivado una relación de dependencia en Él.

“UNA VIDA DESPERDICIADA”


Y OTRAS LECCIONES

La verdad es que ninguno de nosotros sabe cuánto tiempo tiene. A menudo-


incluso en nuestras familias—no somos capaces de darnos cuenta de lo valioso
que somos el uno para el otro. Dios provee eventos y pruebas específicas para
probar la dirección que elijamos y los compromisos que hagamos con nuestros
cónyuges e hijos.
Recuerdo una de dichas pruebas a principios de nuestro matrimonio. David
y yo estábamos casados y vivíamos en una vivienda estudiantil de la
universidad. Los apartamentos se llamaban los “cubos de azúcar” porque eran
como cuadros blancos, cubos apilados aquí y allá, y eran ¡pequeños! Recuerdo
haber tenido una gran pelea con David y no tenía un espacio disponible para
alejarme de él. Realmente no podía ir a ninguna parte del apartamento sin tener
que pasar frente a él. Habíamos tenido nuestro mayor desacuerdo hasta esa fecha
y la manera en cómo lo resolvimos marcó nuestra forma de comunicarnos hasta
el día de hoy. El luchar a través de nuestros propósitos opuestos nos trajo al
punto de decidir pasar la vida juntos, y no tan solo coexistir bajo un mismo
techo.
Nuestro conflicto surgió acerca de unas decisiones, que de manera
significativa afectarían la dirección que nuestras vidas tomarían. Yo estaba
aferrándome a la búsqueda de una facultad de medicina, después de mi
graduación y David no estaba de acuerdo con que ésta sería una buena decisión
para nuestra familia. Oh, sí, me acababa de enterar de que estaba esperando
nuestro primer bebé. Sentía que él no me entendía en lo absoluto y que su
decisión respecto a mí era mala. ¿Cómo iba a ser feliz en la vida sabiendo que
David no se preocupaba por las cosas por las cuales había luchado por tanto
tiempo y que me preocupaban profundamente?
¡Un ejemplo de propósitos opuestos! Nos cerramos completamente en
nuestra comunicación. No nos gritamos el uno al otro, básicamente no nos
hablábamos. Decidí: Está bien, voy a someterme a tu decisión (porque se supone
que deba), pero no voy a hablar más contigo, tal vez nunca, porque obviamente,
no tienes en cuenta lo que pienso. El hecho de que estaba embarazada contribuía
a este drama.
Decidí simplemente bloquear a David y seguir adelante. Después de todo,
pensé: soy la que ha trabajado muchos años para esto. Lo que en realidad yo
estaba haciendo era racionalizando mis razones para hacerlo sentir mal. Pensé: tú
acabas de quitar mi sueño de la hornilla frontal de la vida y ni siquiera lo has
puesto en la hornilla trasera como una opción, pero lo has metido en el
congelador. ¡Te enseñaré lo que es un congelador!
Este es el tipo de pensamiento peligroso que estaba pasando por mi mente,
pero no se lo expliqué a él. En lugar de eso, lo dejé en la oscuridad y pasábamos
por el lado del uno al otro sin hablar, en ese pequeño apartamento, durante tres
días.
Finalmente, David dijo: “Ven acá, vamos a hablar”. Bueno, no es lo que yo
quería, pero sabía que debía. Pensé: estoy segura de que lo he frustrado. Al
principio pensé que se lo merecía, pero sabía que esto había ido demasiado lejos.
Estaba segura de que debía estar enojado y que iba a “estallar” sobre mí. Y
pensé: si lo hace, lo haré simplemente consumirse y morir, porque estaba
realmente muy desanimada de dejar ir mis sueños y había permitido que mi
desaliento se convirtiera en rebelión contra mi marido.
Me llamó y me pidió que viniera a sentarme en una silla de la cocina que
estaba frente a la suya. Nos sentamos rodillas con rodillas. Me tomó ambas
manos en las suyas y me dijo: “No sé cuánto tiempo vamos a tener juntos en esta
tierra, pero hemos perdido tres días. Esto ha sido una pérdida de vida—un
desperdicio de nuestra vida juntos”. Aprecié profundamente lo que dijo:
“Perdimos tres días” y no “tú perdiste”. Y él estaba en lo correcto. Agradecí la
forma llena de gracia con la que David me permitió regresar. Me sentía como si
la vida hubiese estado girando fuera de control, pero con un gesto de amor y
calma, él restableció y puso de nuevo en marcha nuestra relación.
Pasamos las siguientes horas compartiendo nuestros pensamientos,
esperanzas, desalientos y trabajando hacia un entendimiento y acuerdo.
Estábamos estableciendo algunos asuntos no-negociables para nuestras vidas.
Una de las cosas que decidimos fue que yo siempre estaría en casa cuando los
niños salieran para la escuela y cuando llegaran de regreso en la tarde. Hicimos
este compromiso para nuestra familia, antes de que nuestros hijos nacieran, y
deberíamos mantenerlo durante toda su vida escolar. Fue un compromiso que
quisimos mantener porque creíamos que era lo correcto. Fue una prioridad.
Ciertamente, a veces teníamos que hacer excepciones, pero eran tan sólo eso:
excepciones. Los asuntos no-negociables no son leyes estrictas, sino
compromisos generales y duraderos que se derivan de acuerdos hechos en
cuanto al camino a seguir. Tenemos asuntos no-negociables como parejas y
como individuos, pero no entran en conflicto entre sí.
No pierdas tu tiempo con tu marido, esposa o familiares por un terco
orgullo o por no querer lidiar con las diferencias. Y no racionalices el pecado
como yo hice en este caso. La clave para resolver conflictos es humillarse a sí
mismo antes de esperar a que la otra persona lo haga, independientemente de
quién sea el culpable y debemos arrepentirnos del mal que hagamos el uno al
otro. La Biblia nos dice que debemos “confesar nuestras ofensas unos a otros,
y orad unos por otros para que seamos sanados” (Santiago 5:16). Una
persona probablemente no se aprovechará de quien se haya humillado delante de
él o ella. Me sentí muy agradecida a David por la forma en que se acercó a mí.
Él vino con gracia y amor. Su objetivo no fue de destruir mi sueño, sino de
construir una familia bíblica. Comenzar una familia nos requeriría cambiar
nuestro enfoque y prioridades. El Señor permitió cosas maravillosas que pasaran
en mi vida que no hubieran pasado si yo no hubiera hecho a mi esposo, niños y
ahora nietos mi prioridad.
El orgullo o el egoísmo son las causas fundamentales de casi todos los
problemas maritales. No permitas el orgullo en tu matrimonio. No debe tener
cabida. No des lugar a luchar contra la voluntad de Dios en tu vida: “porque
Dios es quien obra en ustedes” (Filipenses 2:13). Él no va a dejar pasar estas
cosas por alto. Sométete a Él; sométete a tu marido.
Dejarlo a nuestro propio ingenio podría que nos fuera realmente mal.
Durante esos tres días de silencio, así era como yo pensaba: ¡Creo que me casé
con la persona equivocada! (Sólo llevábamos dos años de casados). Cuando más
tarde le dije a David cómo había estado pensando, él me dijo con incredulidad:
“¿En serio?”
Yo le respondí: “Sí, ¿no pensaste lo mismo también?”
Él dijo: “No”.
Le dije: “¡Vamos! ¿Ni siquiera por un minuto?”
Y él dijo enfáticamente: “No, ni una sola vez”.
¡Qué diferencia reveladora entre nosotros. Esto fue realmente un problema
que yo tenía de seguridad y una lección para mí de no ser tan extremista en mis
pensamientos. La respuesta de David surgió de su deseo de protegerme; me
aseguró que realmente tenía mi mejor interés en su corazón. Yo había aceptado
temporalmente un billete falso de que yo había elegido al marido
equivocado, que estaba atrapada en la vida ¡que había cometido un gran error!
David, sin embargo, había creído la verdad, que como nos habíamos
elegido mutuamente de acuerdo a principios piadosos, estábamos
comprometidos a convertirnos en la persona apropiada el uno para el otro. Él
pensaba que sólo teníamos un par de cosas en las cuales había que trabajar. ¡Y lo
hicimos!
Para ese mismo tiempo en nuestro matrimonio, aprendí otra lección que me
ayudó a arreglar mi parte, de sentirme siempre como si estuviera “en lo
correcto”. Si mi “trato silencioso” estaba causando un tropiezo para mi marido,
entonces mi pecado de omisión podía ser tan devastador como un pecado de
comisión. A menudo, las mujeres piensan: Mi marido está molesto conmigo,
pero “yo no hice nada”. Si un esposo hace tropezar al otro, nuestro reclamo de
“sin culpa” es ilegítimo. Somos culpables del pecado de retirarnos. Es
incorrecto. Si uno de ustedes tiene que estar en lo correcto para demostrar que el
otro está mal, los dos están mal. Si uno de ustedes tiene que ganar, ambos
pierden. Una de las cosas más difíciles de la mayoría de las lecciones fructíferas
del matrimonio es el de ceder el orgullo para servir humildemente a las
necesidades de su cónyuge, por encima de las suyas propias.
David y yo hemos trabajado diligentemente en esto, para que cuando
tengamos un desacuerdo, cada uno trate de ser el primero en hacer lo correcto.
Lo hacemos para no “desperdiciar tiempo en nuestras vidas”. Hay momentos de
la vida donde el orgullo se acumula y la humildad debe retornar. Yo llamo a
estos, “momentos de avance”. Tienes que tenerlos-con tu marido, con tus hijos.
Si nunca los has tenido, bien sabes en tu corazón cuan necesarios son.
Evitar o resistir estos momentos de avance, se siente como si estuvieras en
una trayectoria de colisión con los ojos cerrados. Debes trabajar hacia la
resolución, hacia la unidad. Pero recuerda que no se trata de cambiar a una
persona en lo que tú quieras. Entusiásmate aprendiendo todo lo posible acerca de
esta persona con la que te casaste y está dispuesto/a a que la persona te estudie a
ti. Te ayudará a crear unidad familiar. No caigas en el falso engaño que dice:
¿Realmente tenemos que hablar de esto? Esta forma de pensar con el tiempo
rompe la comunicación y sabotea las relaciones. ¡Sé comprensivo/a con las
necesidades de cada uno para comunicarse!
Cuando haya conflictos, debemos estar dispuestos a humillarnos y a ser
quien inicie una resolución. No hay forma de avanzar sin arrepentimiento. Sé el
primero/la primera en rendirte, sin exigir que tu pareja se rinda primero.
Aduéñate de tu parte, independientemente de lo que la otra persona hizo. El
arrepentimiento y el perdón nos permiten volver sin equipaje, sin excusas, ni
echando culpas.
Muchas veces he pensado en estas lecciones críticas del matrimonio y sobre
todo en no desperdiciar nuestra vida juntos ya que diez años más tarde, David
casi abandona este mundo. Estoy muy agradecida por los días que se negó a
darse por vencido y a no desperdiciar nuestro tiempo. A veces la gente piensa,
bueno, deben haber nacido el uno para el otro. ¡De ninguna manera! Estamos
siendo hechos el uno para el otro más y más cada día que colocamos a la otra
persona por encima de nuestros propios intereses.
No tendríamos un matrimonio fuerte, si no hubiéramos echado por la
ventana el orgullo egoísta cientos de veces. No te limites tan solo a hacer lo
mejor del matrimonio, sino a hacer lo más que tú puedas.
Cuando estaba recién casada, conocí a una persona que tuvo una
conversación con un satanista en un vuelo de avión. Él me dijo que estaba
orando por 600 matrimonios cristianos para que fracasaran ese año. Muchas,
muchas veces en mis treinta y cinco más años de matrimonio, cuando he visto
colarse el orgullo en mi relación y tratar de separarnos a David y a mí, he
pensado en esto. En esos momentos cuando siento que tengo una mala actitud,
me digo a mí misma: Satanás no puede tener mi matrimonio. Esto me da el
empujón que me hace falta para hacer las cosas bien, a humillarme y a ir donde
mi esposo y él hace lo mismo también.

APLICANDO ORDEN A LO
QUE VERDADERAMENTE IMPORTA

Trabajar en nuestros matrimonios sin lidiar con nuestros corazones es como


una casa renovada, pero gente desordenada se muda en ella. Nuestro orden debe
venir de nuestra alma y corazón para que el cambio sea verdadero y para que
podamos progresar en nuestra santificación.
Si ponemos a Dios primero, nuestra vida interna y “corazón” estará
ordenado. Todo comienza aquí. Proverbios 4:23 dice: “Cuida de tu corazón
con toda diligencia, porque de él brotan los manantiales [las cuestiones] de
la vida”. En este pasaje, la palabra “corazón” se refiere a nuestra mente,
voluntad y emociones. Cuando se practica la verdad de este verso, nada te puede
derribar, tú eres el hombre o la mujer que construye el hogar sobre la Roca.
He visto todo esto, desde la muerte de mi amigo Larry Ebert. Helen Ebert
me dijo que ella atesora los versos del Salmo 112:6-8: “Este hombre [mujer] no
será derribado/a por las malas circunstancias. Es cuidado/a constantemente
por el Dios de él [ella] dará una profunda impresión sobre todos los que lo/la
ven. Él [ella] no teme a las malas noticias, ni vive con el temor de lo que
pueda suceder. Porque él [ella] se estableció en la mente que Jehová tomará
cuidado de él [ella]. Es por eso que [ella] no tiene miedo, sino que se enfrenta
tranquilamente a su [sus] enemigos”.
Imagina vivir la vida sin temor de lo que pueda ocurrir, especialmente
durante estos tiempos inciertos que estamos viviendo. Los verdaderos problemas
vienen cuando estamos tan ocupados que quedamos desconectados de Dios, de
nuestro primer amor. Dejamos que nuestras prioridades se deslicen y hacemos
todo lo posible por construir nuestro orden externo—las faenas domésticas, las
finanzas, los programas, las tareas y cosas como tales—sin el orden interno
necesario para mantenerlo todo unido.
En otras palabras, tratamos con nuestras propias fuerzas de llevar a cabo las
cosas, incluso las cosas que hacemos para Dios. Pero todo esto es vanidad a Sus
ojos, como el mensaje básico que el libro de Eclesiastés nos enseña. Todo lo
hecho en la vida aparte de la voluntad de Dios, en última instancia, no significa
nada. Éste es un pensamiento muy serio. Aquellos que creen verdaderamente
esto, buscan a Dios como algo primordial en su vida.
No buscamos a Dios, nos frustramos y nos esforzarnos más. Pero como
estamos en el camino equivocado, esforzándonos más no nos va a ayudar. Si
vamos en la dirección equivocada, el ir más rápido no nos llevará a donde
necesitamos ir.
Sin embargo, irónicamente, en lugar de entregarnos a Dios, a menudo nos
esforzamos más en hacer las cosas “a la perfección”, pero este tipo de
pensamiento de “hágalo usted mismo” lo único que hace es que nos prepara para
el fracaso. Realmente no hay nada en ninguno de nosotros que nos capacite a la
perfección. La Biblia dice que para ser perfecto (maduro), debes ser completo y
que nada te falte (ver Santiago 1:4). Es el Señor quien nos completa y nos
perfecciona. Mientras estamos en esta tierra, vamos a estar lidiando con nuestra
imperfección. ¿No es genial saber que Dios se da cuenta mucho más que
nosotros de lo imperfectos que somos? Él está dispuesto a llevarnos con
paciencia por todo el trecho. Pero algún día seremos como Él y qué glorioso será
ese día. Me encanta el verso en Eclesiastés 7:1b que dice: “Y el día de la
muerte de uno es mejor que el día de su nacimiento”. Ese será el día en que
todo esfuerzo cesará y entraremos en el “descanso sabático” o glorificación—la
culminación de nuestra salvación.
Jeremías 10:23 nos dice: “Señor, yo sé que el hombre no es dueño de su
destino, que no le es dado al caminante dirigir sus propios pasos”. No
debemos tratar de averiguar cuál es el camino que debemos tomar por nuestra
cuenta. Esa sabiduría simplemente no está en nosotros. Necesitamos al Señor
desesperadamente. Seamos realistas: sin Él, estamos perdidos.
La “madre perfecta” es la que dirige a su hijo a lo que él tiene que ser,
completo en Cristo. El “padre completo” tiene la más alta esperanza para sus
hijos—que maduren en Cristo: “creciendo en sabiduría y carácter, y en el
favor de Dios y de toda la gente” (Lucas 2:52). El Apóstol Pablo tenía este
mismo tipo de objetivo en cada una de sus relaciones. Él escribió: “A este
Cristo proclamamos, aconsejando y enseñando con toda sabiduría a todos
los seres humanos, para presentarlos a todos perfectos [completos] en Él”
(Colosenses 1:28). Es Cristo quien nos completa; sólo Él es Aquel que es capaz
de perfeccionarnos.
La perfección en la Biblia es dada, no se logra, y sólo está disponible a
través de la fe en Cristo. La perfección mundana tiene su origen en el temor del
hombre y en la falta de comprensión del proceso de santificación. Es un perpetuo
correr tras un objetivo inalcanzable que agota el espíritu de una persona cuando
ésta busca agradar a las insaciables expectativas de la gente. ¿Es así como
realmente queremos vivir?
El plan de Dios para nosotros, Su voluntad para nosotros, es que no seamos
formados por el mundo externo, sino que lo influenciemos con el orden interno
que adquirimos siguiendo las reglas de prioridades. No las inventamos; Dios nos
ofrece la manera correcta de vivir. Romanos 12:2 dice: “Y no os conforméis a
este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro
entendimiento, para que comprobéis cuál sea la voluntad de Dios que es
buena, aceptable y perfecta [madura].”
El perfeccionismo del mundo nos obliga a esforzarnos a llegar a un límite
que Dios nunca quiso para nosotros. Pero Él nos llama a la excelencia. ¿Cuál es
la diferencia? La diferencia está en el corazón, en la motivación. En lugar de
estar impulsados por la motivación y los resultados egoístas, la búsqueda de la
excelencia es una motivación armoniosa, centrada en Cristo que nos hace sentir
bendecidos—no estresados—porque hay un fundamento interno de orden.
Cuando nuestros corazones están en orden, podemos vivir con alegría, sin
sentir que estamos agotados o que nadie nos apreciará. Ya no estamos tratando
de serlo todo, hacerlo todo y llegar a ser perfectos. En cambio, estamos
aprendiendo a disfrutar y a experimentar lo que Cristo ha hecho y está haciendo
en nosotros. Ésta es la manera en que debemos pensar y vivir delante de Dios,
quien nos trae la paz con seguridad y calma.
Sólo cuando entendemos la importancia de edificar nuestras vidas internas
o corazones, es que podemos empezar a establecer el orden correcto en nuestras
vidas externas o públicas. La manera en que hagamos esto depende de nosotros,
de acuerdo a los “no negociables” que elijamos abrazar. No comprometemos
nuestras prioridades, a pesar de que Dios nos ha creado con varios
temperamentos, talentos y gustos. De esta forma, cada familia individualiza
cómo desea organizar su hogar. Nuestra meta no es de imitar a otros, sino a
Cristo.

Algunos de nosotros tenemos una vida bien estructurada y otros de nosotros


tenemos una vida poco estructurada. Sin tener un buen orden interno en las áreas
que ya hemos discutido, nuestro orden externo se tornará extremadamente
egocéntrico (en ambos casos). Todos estamos en algún punto de esta secuencia.
Es posible que desees tomar un lápiz y poner un punto donde te ves a ti mismo/a
—no donde desearías estar, sino donde sabes que realmente estás. Puede que
quieras marcar tus puntos con tus letras iniciales. Ahora pon un punto en cada
una de las características donde te gustaría verte a ti mismo/a y también escribe
tus iniciales. ¿Están sus puntos juntos—en primera instancia o en la segunda?
¿Quién debe lograr cambios más grandes para poder crecer?
Este ejercicio puede haberte hecho sonreír o puede haberte hecho llorar. Si
hay una gran disparidad entre el esposo y la esposa en cuanto al orden, es
imprescindible que ambos trabajen en las áreas del entendimiento y el
compromiso, en todos los ámbitos de la vida para que se unan más. Deben tener
claras sus tendencias hacia la rigidez o hacia la flexibilidad para que sepan en
qué dirección necesitan moverse.
Realmente se reduce a esto: un extremo en la gráfica representa vivir por
nuestras propias fuerzas para alcanzar un estándar y el otro representa el vivir en
debilidad debido a la falta de disciplina. La gente realmente no se siente cómoda
en ninguno de estos dos extremos. Es importante ser capaz de ver que hay
aspectos admirables en los extremos y que algunas personas los tienen aunque
no caen en ninguno de los extremos completamente. Como suele decir un amigo
mío: “¡Una de las ventajas de ser desordenado es que uno siempre está haciendo
descubrimientos emocionantes!” Sin embargo, todos necesitamos trabajar para
movernos hacia la columna del medio.
Me he dado cuenta de que me inclino por el exceso de organización. ¡La
gente que me conoce me dice que no es una revelación sorprendente en lo
absoluto! Recuerdo una vez hablando con un par de amigas; cada una era madre
joven con dos o tres hijos. Y una de mis amigas me dijo: “Apuesto a que doblas
la ropa interior”.
Bueno, ¡me sorprendió porque nunca se me había ocurrido que alguien no
doblara su ropa interior! Pero ella continuó diciendo que no sólo no doblaba la
ropa interior de su familia, sino que la arrojaba toda junta en una gaveta del
baño. ¡Ella lo veía como una manera sencilla y práctica de crear un día de lavado
máximo y eficiente!
Bueno, eso me hizo encoger los hombros. Entonces mi otra amiga dijo:
“¡Olvídate de la ropa interior, apuesto a doblas tus trapos!” ¡Y sí, también lo
hago!
Mis amigos cercanos saben que fácilmente puedo exagerar en esta área de
la organización. Pero he madurado muchísimo porque me casé con un hombre
fácil de tratar y él no estaba cómodo con mi estilo ultra-rígido. He aprendido a
adaptarme a él para que se sienta cómodo en la casa de manera que sea donde
realmente quiera estar. Y él ha hecho lo mismo conmigo. Él sabe exactamente
cómo doblar las toallas en tres antes de colgarlas.
David también ha aprendido a sobrellevar muchos de mis sistemas porque
ve la eficiencia y el orden de ellos. Esto es lo que el “Espectro del orden” quiere
mostrar. En Cristo, tenemos un amplio espacio para ser familias únicas, teniendo
en cuenta que todos debemos que estar creciendo a semejanza de Cristo.
A veces oímos a la gente decir: “Bueno, es que yo soy así”. O: “Esa es la
manera en que Dios me hizo”. Aunque hay algo de verdad en estas afirmaciones,
éstas no representan una visión completa de cómo Dios nos creó. Dios
definitivamente quiere que estemos cambiando; Él quiere que estemos
creciendo. Y con Su ayuda, los cambios pueden ser notables con el tiempo.
Conformarse a Su imagen es la mayor dinámica de la vida cristiana. La
Biblia nos dice que no debemos permanecer iguales, sino que debemos de
“¡crecer!" Efesios 4:14-15: “Para que ya no seamos niños fluctuantes,
llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de
hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,
sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la
cabeza, esto es, Cristo”.
Realmente deberían pensar seriamente como pareja sobre el “Espectro del
orden”. Esto afecta profundamente cada área de la vida. Consúltenlo
regularmente. Encuentren formas de evaluar cómo este proceso está avanzando
en sus vidas, de vez en cuando.
La gente en el extremo “relajado” del espectro piensa que los que están en
el extremo opuesto se deben “relajarse”. La gente en el extremo “muy
organizado” piensa que los que están en el extremo opuesto deben “apretarse”.
Luego, por supuesto, como son contrarios, por lo general, se casan entre sí. Pero
esto está bien y es bueno porque el diseño de Dios es el de traernos a la zona
media, y nos ayudamos los unos a los otros a hacerlo.
Cuando dos personas muy estructuradas se casan, o cuando una pareja que
es poco estructurada se casa, descubren que sus semejanzas crean fricción, que
tienen que aprender a superarse. El punto es que cualquier combinación que se
forme en el matrimonio vendrá con un conjunto especial de desafíos y
oportunidades.
Un grupo tiende a ser más serio y el otro grupo tiende a ser bromista y
alegre. Estoy segura de que se puede deducir cuál es cuál. Haciendo referencia
de nuevo a nuestros primeros años de matrimonio en viviendas para estudiantes,
nuestro pequeño apartamento sólo tenía dos habitaciones con sala y cuarto de
baño en el medio. Me sentía tan orgullosa de mi primera “casa”. Cuando abrías
la puerta veías casi todo, excepto el dormitorio. Obviamente, trataba de mantener
la cocina/el comedor/la sala muy organizados y limpios. Debido a que había tal
escasez de almacenamiento, yo utilizaba la parte superior del refrigerador como
mi “armario para las cajas de cereal”. Y como era literalmente lo primero que
veías al entrar el apartamento, los tenía colocados en orden descendente según su
tamaño y por supuesto, el frente de las cajas mirando hacia una misma dirección.
Según los horarios de la universidad, teníamos rutinas diferentes, y a veces
David tomaba una taza de cereal para desayunar rápidamente. Luego por
“diversión”, reacomodaba las cajas para perturbar mi “sistema”. Cuando yo
llegaba a la casa, gritaba “aaahhh!” tan pronto abría la puerta. Entonces, antes de
pensar en otra cosa, las ponía de nuevo en el orden “correcto”. Pensaba: ¿Cómo
podía ser tan inconsiderado o irrespetuoso? Si sacas una caja, ¿por qué es tan
difícil simplemente ponerla como estaba? David pensaba: ¿Por qué le das tanta
importancia a simples cajas de cereal? Relájate. Puedes ver cómo esto se
desarrolla en la vida real. (¡Se vuelve aún más interesante cuando los niños
entran en la ecuación!) Este aparentemente tonto ejemplo representa lo que
puede arruinar las relaciones si no tratamos intencionalmente de trabajar juntos
para entender nuestras diferencias. Es importante trabajar juntos hacia el centro
del espectro para no exasperar al otro innecesariamente.

TRATANDO DE MANTENER
EL ORDEN FAMILIAR

Mayormente, David y yo aprendimos juntos a cómo mantener las cosas de


manera que ninguno de nosotros se molestase. Curiosamente, los niños son en
cierta forma descuidados y ellos también necesitan aprender a mantener el orden.
Sólo sé que cuando tus hijos se convierten en adolescentes y quieren
experimentar en la cocina por sí solos, no va a ser necesariamente la forma en
que tú haces las cosas. Si tu alacena tiene que estar perfecta, no permitirás que
tus adolescentes preparen esas bebidas experimentales que les gusta preparar.
Recuerdo la clase de cocina básica que le di a mis hijos, pero a Lee nunca le
parecía interesar. Simplemente no le importaba saber cómo cocinar nada que
requiriera una receta. Entonces, de repente, una noche a las dos de la mañana,
Lee, como de veinte años, con su amigo Dave, les dan ganas de preparar su
primera receta de ¡goma de mascar con cafeína! Cuando me desperté en la
mañana (y ellos estaban cansadísimos), no tenía ni idea de lo que los chicos
habían estado “cocinando”. En realidad, tenemos que ser flexibles como padres
y a propósito, es muy difícil sacar goma de mascar pegada de utensilios, las
superficies y las tazas de medir. Para darles crédito a ellos, trataron de ser
limpios, ¡pero se les hizo difícil ver con claridad a las dos de la mañana!
Debes reconocer cuando necesitas estar más relajado/a o ser más
ordenado/a por el bien de la unidad familiar, disfrutando de ellos y para ser un
buen ejemplo para la familia.
Cuando se trata de sus hijos, ustedes como padres no pueden saber dónde
ellos se encuentran en este espectro hasta que tengan como 18 o 20 años. Pero si
ustedes los observan bien, puede que vean algunas señales en su
comportamiento. Ya que nuestros niños pueden diferenciarse de nosotros en su
temperamento, esas diferencias pueden causar tensiones durante la crianza. Los
más pequeños deben recibir más instrucción sobre las cosas externas, pero no
darle demasiada atención a estas cosas cuando sean jóvenes adultos. A esta edad,
los asuntos del corazón son mucho más importantes.
Cuando nuestros hijos eran pequeños, David me llenaba el vaso en la mesa
hasta que estaba a punto de desbordarse. Tenía que sorber mi bebida y los niños
encontraban esto divertido. Era la forma que David usaba para quitarme la
seriedad (no sé por qué, pero nunca se me ocurrió usar un sorbeto o pajilla). Esto
era algo que él hacía de forma amena para alegrarme. Pero algo que no tiene
nada de gracioso es cuando una familia deja que la madre recoja, arregle y
limpie cada cosa en la casa. Si Mamá y Papá permiten eso, están enseñando a
sus hijos a ser egocéntricos. El papá debe ayudar, siendo un modelo para sus
hijos de ayudar a Mamá. Todos los miembros de la familia debemos ayudar en
las tareas de la casa, aún en los detalles. Una vez, yo leí que aun si Mamá trata
de enseñar modales en la mesa, los niños seguirán el ejemplo de Papá. ¡No voy a
expandir este tema!
Todos nosotros somos bien organizados en algunas áreas. (¡Desde luego,
quiero creer esto!) A veces podemos estar en el extremo opuesto del espectro.
Ser ordenado/a o “tener un sistema” de organización en realidad nos ayuda a
lograr más, porque hacemos uso más eficiente de nuestro tiempo. Se dice que
empleamos el 80 por ciento de nuestro tiempo haciendo lo que mejor hacemos
en segundo lugar.
Hacer las cosas con un sistema de excelencia es digno del aplauso y apoyo
de todos. Si conocemos a alguien que realmente pueda tocar bien el violín
debido a que él o ella ha dedicado el tiempo y el esfuerzo requerido, nunca se
nos ocurriría decir: “Ella es exagerada porque practica todo el tiempo” o “Ella
nos hace quedar mal; me gustaría que no fuera tan disciplinada”. Sin embargo,
he oído esto en lo que respecta a otras disciplinas, especialmente a las disciplinas
del hogar.
Si una persona hace algo de forma excelente, las Escrituras dicen que esa
persona es digna de reconocimiento. Se necesita mucha disciplina para aprender
a ejecutar algo bien hecho, incluso en áreas en las que tengamos talento natural.
La excelencia cosecha fruto apacible y trae la unidad y estabilidad a nuestra
familia. Cuando una casa está desordenada, es difícil que los miembros de la
familia funcionen bien. He visto esto muchas veces en la consejería con las
madres, ellas pueden tener una queja relacionada con la incapacidad del niño
para concentrarse y escuchar a Mamá, cuando el verdadero problema puede ser
el ambiente desordenado en que viven.
Yo personalmente he observado que cuando mis nietos pequeños están en
mi casa, la sala de juegos puede llegar a un punto de máximo caos. Después de
este punto, ninguno de ellos parece ser capaz de jugar tranquilamente. Nos
detenemos, y trabajamos todos juntos para limpiar y restaurar todo a como
estaba; luego juegan tranquilamente juntos de nuevo.
Los líos engendran desorden. Aun cuando mis hijos estaban creciendo, yo
observaba que si yo me involucraba en un gran proyecto que “tomase” espacio
en la casa durante un par de días, observaba cómo el resto de la casa entraba en
una depresión que coincidía con el estado del proyecto. Mochilas tiradas en el
suelo que se quedaban allí. Platos sucios no llegaban al fregadero, y así
sucesivamente. Con facilidad, los niños suelen acoplarse al tono que se
establezca en cualquier dirección negativa. Sin embargo, el determinar el rumbo
en una dirección positiva, requiere entrenamiento persistente. Tengo una amiga
que me enseñó una lección acerca de la forma en que lidió con esta situación con
sus hijos. Desde el principio, y esa es la clave, les enseñó que cada vez que
abrieran algo, lo cerraran; cada vez que se tomaran algo, lo regresaran de nuevo
a su lugar, y así sucesivamente.
¿Tenemos un plan para hacer que el plan de orden de Dios sea una realidad
en la vida de nuestros hijos? A medida que criamos a nuestros hijos,
descubrimos sus diferentes temperamentos, talentos y diferentes formas de
pensar. Recuerda, la meta no es de ser como los demás, sino como Cristo.
¿Estamos conscientemente estudiando los hábitos y talentos de nuestros hijos,
buscando oportunidades para animarlos a encontrar la excelencia? ¿O estamos
distraídos persiguiendo grandes ambiciones que en realidad están creando
desorden en sus vidas?
Los niños tienen que hacer de Dios su prioridad # 1 si van a establecer un
orden duradero en sus vidas. Como resultado, ellos sabrán cómo reaccionar y
cómo ponerse de pie cuando una crisis o tragedia les toque. Y puesto que se nos
confían sus corazones y sus vidas, nuestra propia búsqueda de la excelencia en la
crianza tiene que ser un punto continuo de atención en nuestras vidas.

TABLA DE ENTRENAMIENTO
PARA LOS NIÑOS

Durante muchos años, he empleado un diagrama que he creado para


entrenar y capacitar a mis hijos en ciertas disciplinas de la vida. Básicamente
este cuadro demostró ser efectivo en los niños de tres o cuatro años hasta
aproximadamente el sexto o el séptimo grado. Como ya he dicho, no era una
tabla de tareas, sino un entrenamiento dirigido a rasgos específicos que quería
destacar e inculcar en ellos. Un ejemplo de esta tabla se encuentra en el apéndice
de este capítulo, si estás interesado/a en implementarlo en tu familia.
La clave de esta tabla es de formar orden en el “corazón”, lo que se discute
en este capítulo, incluyendo destrezas importantes para la vida. Por ejemplo,
pueden trabajar en los hábitos específicos de higiene, hábitos de lectura,
memorizar versos de las Escrituras, o incluso su actitud. También puedes
hacerlos tratar de “no hacer” o limitar determinadas cosas tales como ir al
refrigerador (niños), dejando luces encendidas o pasar el tiempo viendo la
televisión o jugando juegos de video. Así personalizas las prioridades de acuerdo
a las necesidades de tus niños. El niño de dos años de mi hija ha estado teniendo
un hábito de ir al refrigerador cuando quiere. Saca la comida, come una porción
y deja el resto en cualquier lugar de la casa que le parezca. Emily podría
simplemente añadir este elemento de la tabla para introducir a este pequeñín la
idea de cómo trabaja este sistema. Esto hará que él se sienta parte de lo que sus
hermanos están haciendo.
Cada noche, antes de que mis hijos se fueran a la cama, yo hacía una marca
de cotejo en la tabla y si me olvidaba, uno de ellos siempre me decía: “¿No vas a
marcar la tabla?” Ellos sabían cuando habían hecho el esfuerzo, y lo querían
documentado! Al final del mes, yo contaba sus marcas y ellos recibían una
cantidad monetaria específica por cada punto. Una porción era para sus
donaciones, una porción para su cuenta de ahorros y la otra parte se quedaban
con ella. También hay una pequeña sección de demérito en la que ellos pueden
perder sus marcas de mérito por ese mes. (La parte del demérito sólo abarca un
par de áreas, mientras que las oportunidades para ganar puntos son mayores).
Esto les ayudó a tomar la iniciativa de tomar buenas decisiones respecto a su
tiempo. Aunque tenían tareas que hacer, éstas no aparecían por lo general en la
tabla.
Esperábamos que ellos hicieran las tareas en casa y que obtuvieran las
mejores calificaciones escolares posibles sin que se les pagara por ello. Una
mesada de dinero se da a los niños sólo porque ser parte de la familia. Es lo que
se les da aunque no se lo ganen. Lo incorporamos a la tabla para que los niños
más pequeños recibieran dinero en lugar de trabajar por ese dinero. Estas
decisiones son totalmente individuales de cada pareja, a medida que tratan de
educar a sus hijos; son convicciones y preferencias personales, no convicciones
bíblicas. La convicción bíblica es que entrenemos a nuestros hijos a ser
ordenados, a que vivan dentro de prioridades bíblicas y que se conviertan en
individuos disciplinados.
La belleza de la tabla es que los niños tengan un flujo y reflujo de su
aprendizaje y como a menudo sucede, quizás ellos tengan mucho interés en la
tabla al principio, pero luego, lo pierdan. Pero cuando al final del mes, vean a su
hermanito/a recibir un beneficio, quizás se motiven a comenzar de nuevo. Aquí
es donde la diligencia de la madre trae dividendos. Ella debe estar dispuesta a
trabajar con sus niños mes tras mes en estas cosas y tener paciencia cuando ellos
pierdan el ánimo. Esta tabla fue una parte integral de nuestra rutina por muchos
años.
Otra cosa maravillosa sobre la tabla es que la mamá no tiene que estar
repitiendo lo que los niños tienen que hacer. Ellos cosecharán su recompensa o
sus consecuencias al final de cada día y en última instancia, al final del mes.
Ellos aprenden esto con rapidez. Cada mes, yo les daba tareas diferentes para
mantener el sistema emocionante y desafiante para ellos. Si ustedes tienen niños
muy pequeños, un mes será demasiado largo, pero para los niños mayores de
edad, este período de tiempo les enseña a ser pacientes. También al final del
mes: “la cosa” en la cual ellos querían gastar dinero había cambiado varias veces
y esto en sí era una lección que aprendían.

“TABLA DE RENDIR CUENTAS”


PARA ADULTOS

Es ideal hacer a nuestros hijos responsables, pero ¿y qué tal con nosotros
los adultos? Una vez le pregunté a David que si quería empezar una dieta
conmigo y él dijo: “Voy a empezarla cuando tú la empieces”. Su respuesta fue
una revelación para mi vida. No puedo hacerlo sola. Tenemos que buscar a
personas en nuestras vidas que estén dispuestas a trabajar con nosotros y a
hacernos responsables. Me refiero a los cónyuges y amigos, no a la industria de
la dieta.
Una de mis amigas más queridas, Nancy, que ha trabajado conmigo durante
muchos años en Me ha sido confiado, es una amiga que ha estado siempre
cercana. A través de los años, hemos buscado maneras de rendir cuentas de
nuestras vidas la una a la otra, incluyendo aquellas áreas no-negociables.
Una de las mejores maneras que tratamos hacerlo fue de hacer tablas para
las áreas en que queríamos mejorar. Las tablas tenían un cuadrado para cada día
del mes donde nosotras nos dábamos un número de acuerdo a lo que lográbamos
cada día. Por ejemplo, si en un mes en particular queríamos mejorar el uso del
hilo dental a menudo en nuestra higiene oral, podíamos darnos dos puntos por
día por lograr esto, de hecho, ésta fue la tarea más fácil de todas y mejoramos
mucho en esta área.
Creamos un plan desafiante, que cambiaba cada mes, como la tabla de los
niños. Incluíamos áreas sobre crecimiento espiritual, crecimiento matrimonial y
metas físicas y personales, etc. Al final del mes, nos mostrábamos los resultados
la una a la otra y la ganadora recibía un pequeño premio. Nancy es una
competidora formidable y nos divertimos muchísimo tratando de hacer nuestro
reto interesante. Bueno, ya tienes idea de lo que hicimos mi amiga y yo y donde
yo me encuentro en el espectro. La vida puede ser interesante siempre y cuando
aprendamos a ser personas disciplinadas.

Querido Padre Celestial:


¿Cómo podemos darte las gracias por Tu supremo regalo
del matrimonio y de la familia? Las cosas más valiosas para
nosotros en este mundo son las personas que has traído a
nuestras vidas. Danos la fortaleza para vivir vidas piadosas
y ordenadas y que los cónyuges tengamos prioridades
bíblicas. Que crezcamos en amor el uno con el otro a través
de los años. Tú eres el Creador Todopoderoso y tienes orden
para las cosas infinitamente pequeñas y grandes. Ayúdanos
a vivir de manera ordenada porque sabemos que Tus
caminos son los mejores. En el nombre de Jesús oramos,
amén.

GUÍA PARA GRUPOS PEQUEÑOS

MEMORIZACIÓN DE LAS ESCRITURAS


(Tiempo sugerido—15 minutos)

Pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz.


Como en todas las iglesias de los santos
1 Corintios 14:33

Continúen con el sistema de memorización de las Escrituras con cada persona


recitando el versículo del día y luego, alternadamente, revisando los versículos
de las semanas anteriores. Acuérdense de decir la referencia antes y después del
versículo. Refiéranse a la página de “Un vistazo a la memorización de las
Escrituras” en la parte de atrás del libro.

TIEMPO DE PAREJAS
(Tiempo sugerido—45 minutos)


Consideren la manera de hacer su vida más ordenada en cada una de las
siguientes áreas:

Poniendo a Dios primero


Manejando el hogar
Sirviendo al esposo/esposa
Entrenando a sus hijos


Discutan sus ideas/planes para que ambos estén de acuerdo y trabajen
juntos al implementarlos.
Échenle un vistazo al “Espectro de orden” de la lectura. Piensen en algunas
maneras en que sus semejanzas o diferencias como esposo y esposa puedan
crear dificultades u oportunidades para poder estar de acuerdo. Discutan
entre sí ejemplos, grandes o pequeños.

Aplicación en el hogar: Piensen en implementar la tabla en el apéndice de este


capítulo. La tabla requerirá un nivel moderado de organización y perseverancia
(mayormente de parte de la madre) para progresar verdaderamente en el
entrenamiento de sus hijos en las disciplinas diarias. Es una herramienta muy
efectiva para pre-escolares hasta el sexto grado.

Declaración para el hogar: Estamos de acuerdo de que vamos a dar los


siguientes pasos específicos para poner orden más intencionalmente en nuestra
familia, para la gloria de Dios.
También estamos de acuerdo en continuar discutiendo y ajustando estas
cosas según vamos, apoyándonos el uno al otro.

Oración para la pareja: Terminen en oración específicamente en cuanto a su


discusión de establecer un hogar ordenado.

TIEMPO DE DISCUSIÓN
PARA GRUPOS PEQUEÑOS
(Tiempo sugerido—45 minutos)

¿Tiene Dios el primer lugar en tu vida? Claramente, todos estamos


trabajando en esto, pero en tu corazón, ¿es Él el primero? ¿O acaso otras
cosas han tomado el lugar que le pertenece a Él?
Es imperativo que nuestras prioridades mayores se reflejen en los aspectos
“no-negociables” que elegimos. Si tú has comenzado la lista de los no-
negociables para tu vida, ¿qué tipo de compromiso has hecho en relación a
“tu primer amor?
¿Caracterizarías tu vida familiar como más centrada en Cristo o más
centrada en los niños? Los hogares más centrados en los niños existen para
la felicidad de los niños sobre todas las cosas. Los cónyuges, especialmente
los esposos, no les dan tanta importancia a los deseos de los niños, mientras
que el otro cónyuge eleva a los niños y sus deseos. Discutan
cuidadosamente sobre este tema según piensan en las prioridades que les
dan a sus niños dentro de su hogar. Éste es un tópico difícil para todos.
Luchen juntos con esto y determinen si hay que hacer cambios en cuanto a
quién es la figura central de su hogar.
¿Qué es el orden? Compartan un sistema específico que ustedes emplean en
sus hogares que crea eficiencia y estabilidad.
¿Tienen preguntas u observaciones del capítulo 5?

TIEMPO DE ORACIÓN

Denle gracias Dios por el sistema de orden que Él ha creado.


Oren por hogares centrados en Cristo y vidas centradas en Cristo.
Confiesen las formas en que ustedes han permitido que sus vidas se hayan
desordenado y pídanle a Dios que les fortalezca para hacer los cambios
necesarios.

6
LA TRASCENDENCIA DE LAS MADRES Y DE LOS PADRES
LOS PADRES PIADOSOS ENTIENDEN EL SIGNIFICADO DE SUS ROLES

Instruye al niño en su camino,


y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.
Proverbios 22:6

¿T e acuerdas la primera vez que tomaste a tu niño en tus brazos? Hoy día la
mayoría de los papás cargan al bebé recién nacido casi tan pronto como las
mamás. ¡No hay otra experiencia como ésta! El bebé te cautiva. Le miras las
manitas y los dedos de los pies y sus pequeñas uñitas y te maravillas de la
creatividad de Dios. Y amas a ese bebé completamente. Harías lo que fuera por
esa vida.
Me recuerdo una vez cuando yo estaba cargando al hombro a nuestra hija
Emily de dos años de edad y resbalé en el hielo. Ella estaba dormida en mis
brazos y yo me caí en el pavimento. La abracé fuertemente y mi codo le pegó al
cemento directamente detrás de su espalda. Ella nunca se despertó. Mi rápida
reacción y el tremendo dolor por todo el brazo me hizo realizar el instinto
protector que tenemos por nuestros pequeños.
Hay un lazo inmediato e inexplicable entre tú y ese ser humano que acaba
de nacer. Tu hijo/a aprende a reconocer tu cara y tu tacto, voz, y quiere estar
contigo. Cuando Emily nació y la trajimos a nuestro pequeño apartamento, no
podía olvidar que teníamos una bebé durmiendo en el cuarto al lado del nuestro.
Yo le preguntaba a David: “¿Es que de veras tenemos ahí a una bebé?”
Y él me contestaba: “Sí, hay una bebé ahí de veras”.
Y yo le decía: ¡“Vamos a verla!” Es la maravilla de un bebé, es tu bebé. La
Palabra de Dios afirma estos sentimientos. “He aquí, herencia de Jehová son
los hijos; cosa de estima el fruto del vientre. Como saetas en mano del
valiente, así son los hijos habidos en la juventud. Bienaventurado el hombre
que llenó su aljaba de ellos”. (Salmo 127: 3-5a).

LA BENDICIÓN DE LOS HIJOS

Los hijos son una bendición, lo cual significa que son “un favor o regalo”
que nos trae felicidad”. ¡Si todos los hogares vieran a los niños de esta manera!
¡Qué trágico es que la sociedad nos haga creer que el amor, cuidado y
presencia de los padres no sean una prioridad vital para los niños. Las madres
que tratan de mantener su carrera, manejar el hogar y criar a sus hijos encuentran
que el área más difícil es la última mencionada. De hecho, lo primero que
desaparece cuando la mamá está tratando de “hacerlo todo” es la sensibilidad.
Ella quizás pueda manejar una carrera, las finanzas y el hogar como una
campeona, pero necesita tiempo adicional para mostrar ternura y afecto a sus
hijos, lo cual ellos necesitan desesperadamente. Puede que ella mantenga un
orden externo, pero posiblemente no podrá tomar el pulso de su hogar—más
específicamente el pulso del corazón de sus hijos.
El rol de ser madre ha sido tan devaluado, que la tarea de criar hijos se
considera como algo insignificante. A las madres que eligen quedarse en la casa
con sus niños se les dice que están perdiéndose algo. A las madres que trabajan,
incluso, las que preferirían quedarse en casa se les hace sentir que ser madre es
una tarea menos noble.

AMBOS PADRES SON INVALUABLES

Este capítulo tratará de enfatizar la importancia de las madres y de los


padres en la vida de sus hijos. Ambos tienen roles vitales en la crianza de sus
hijos para que estos se conviertan en adultos seguros de sí mismos y capaces de
vivir para el Señor. Sin embargo, la realidad es que la mamá en el hogar es la
verdadera entrenadora y cuidadora de los niños. Los papás deben contribuir y
ayudar en lo más que puedan, pero la mamá es la que posiblemente hará las
tareas escolares con ellos, irá de compras con ellos, les enseñará a que tengan
higiene, se asegurará de que sigan un horario; ella es la que se levanta por la
noche por una u otra razón, se asegura de que los niños llevan sus gorros y
guantes en el invierno, y bueno, ya tienes una idea. Ella es una persona
invaluable en el diario vivir y los asuntos de cada momento de la vida de sus
hijos. Considerando esto, el padre y la madre necesitan cuidadosamente ponerse
de acuerdo en cuanto a las prioridades que mantendrán y cuántas tareas se
puedan hacer realísticamente en la familia.
Por favor, acuérdate de las convicciones bíblicas que hemos estudiado hasta
ahora. Hemos explorado la necesidad espiritual e individual de los hijos de Dios.
Como resultado de esa decisión, hemos descubierto las convicciones bíblicas
para la vida bajo la autoridad de nuestro Padre celestial y de Su Palabra.
También descubrimos que Dios es un Dios de orden y que es muy importante
que los padres sepan que Él tiene un plan para nuestras vidas y ha creado un
bello diseño para vivirla. Todos estos descubrimientos son convicciones bíblicas.
Según vamos escudriñando la Palabra, vemos que Dios tiene cosas específicas
que decir sobre las convicciones, pero también descubrimos que Él nos deja
espacio para que desarrollemos nuestras convicciones personales.

EL ESTADO DE TU UNIÓN

Debido a que las familias de hoy día se encuentran en una variedad de


circunstancias, podemos considerarlo de la siguiente manera. Imagínate una
gráfica con líneas delgadas. El centro del cuadrado podría representar a una
familia intacta donde el papá es el único que se gana el pan y la mamá se queda
en la casa con los niños. No todas las familias, por varias razones, se encuentran
viviendo dentro de este cuadrado. A veces, no hay un padre que provea y la
mamá tiene que trabajar tiempo completo para mantener a la familia. Tú ya
tienes idea—hay muchos cuadrados y líneas delgadas en las cuales hay familias
tratando de encontrar el balance entre mantener la familia y poder quedarse en
casa. Un factor grande en el proceso de hacer decisiones dentro de cualquiera de
estas situaciones depende de la motivación y si conoces o no las enseñanzas
bíblicas con claridad. Mi propósito no es de tomar una decisión por ti, sino de
que te recuerdes de los principios bíblicos cuando tomes tus decisiones.
Yo sé de esposos que creen que hacen su máximo, aún teniendo un segundo
o tercer trabajo para que la mamá pueda quedarse en la casa; y yo también sé de
esposos que ponen presión a sus esposas para que traigan un ingreso adicional al
hogar. Yo me recuerdo de un esposo que demandaba que su esposa trabajase
tiempo completo durante la niñez de sus hijos. Su razón: “Oye, yo no tengo la
opción de quedarme en la casa, ¿por qué debes tú tenerla?” Esto es lo que ha
traído el feminismo.
¿Cuál es el motivo y propósito de que la madre trabaje? El problema es a
menudo que cuando una madre empieza a trabajar, su salario se enreda en la
economía de la familia y se hace casi imposible dejarlo aunque ella tenga más
hijos. Noten que yo enfaticé madres y trabajo. Si estás casada y no tienes hijos,
debes terminar tus estudios a toda costa y poner dinero en la cuenta de ahorros
de la familia o guardar para el pago de entrada de una casa. Trabaja para lograr
la meta de reforzar las finanzas de tu familia. Completar ese diploma puede
ayudar a que un día regreses al mundo del trabajo si resultara necesario. Pero
una vez los niños entran en la escena, las prioridades deben cambiar.
Mi hija tenía un año de edad cuando yo me gradué de la universidad y fue
algo difícil. Yo sabía que ese estilo de vida intenso sería algo temporal—que ella
era ahora mi prioridad sobre cualquier asunto fuera del hogar. Cuando un bebé
entra al campo familiar, las circunstancias cambian drásticamente. Y con cada
hijo adicional, las madres necesitan encontrar sus prioridades. Si vamos a
entrenar a nuestros hijos de la manera correcta, necesitamos estar con ellos.
Yo sé que algunas de nosotras tenemos que trabajar, pero el porcentaje es
menor de lo que se nos hace creer. A veces, es más fácil confiar en la entrada
adicional que en el Señor. Las familias necesitan desarrollar la perspectiva de
que las madres llevan la carga de un trabajo extremadamente importante en el
hogar. ¿Qué será de más importancia para ella en la época que se encuentre en su
vida? La época de la esposa de criar hijos pasa rápidamente. Las madres pueden
ser un recurso maravilloso en el hogar, y en muchos casos, ella ayuda a ahorrar
para la familia en el sentido financiero más de lo que ella se ganaría estando
lejos de la familia.
Yo comprendo los retos económicos. Nuestra familia pasó durante muchos
años por falta de cosas, especialmente, los primeros diez años de nuestra vida
matrimonial. Sin embargo, yo tengo bonitos recuerdos de la simpleza de nuestras
vidas. La mayor diferencia entre mi generación y las madres jóvenes de hoy día
es que en mi generación no teníamos tarjetas de crédito. Éstas se empezaron a
usar justamente en la época que David y yo nos casamos y teníamos mucho
miedo de usarlas. Nuestros padres trabajaron duro. Y hoy podemos entender por
qué. Estamos viviendo en una época de grandes deudas. Nuestra deuda nacional
es tan grande que los números han perdido su significado; nos sentimos
indiferentes hacia esa deuda.
Las familias jóvenes se encuentran en situaciones precarias donde las
madres tienen que trabajar para pagar las deudas y no caer en bancarrota.
Algunas familias tienen tantas deudas que se han puesto indiferentes al dinero
que deben. Nos hemos convencido de que hay tantas cosas de las que no nos
podemos privar ni podemos esperar para tenerlas. Muchas familias jóvenes se
encuentran mal con sus finanzas y el valor de sus casas es menor que su
préstamo hipotecario. Las deudas se convierten en más deudas y nuestra
economía nacional promueve esto. Además de esto, vemos la reciente economía
de nuestro país donde tratan de atraer a las parejas jóvenes a que cojan préstamos
hipotecarios de financiar “sólo el interés”, hipotecas del 100%, y aun hablan de
crear préstamos por 50 años. Así que ¿Cómo podemos evitar caernos por el
precipicio?
Cuando mis niños eran chicos, tuvimos que vender nuestro auto adicional y
tratar de vivir usando un sólo auto. ¡Eso me hizo quedarme en la casa! Yo
solamente podía hacer mis diligencias e ir de compras o llevar a los niños a las
citas médicas después que David llegara a la casa. No fue fácil, pero
simplemente no podíamos tener nada extra, incluyendo un segundo auto. Mis
amigos y yo compartíamos comestibles de los que vienen en cantidades grandes,
usábamos cupones de descuento, comprábamos en ventas de garaje, etc.
En aquel año, criando a dos niños pequeños y no haber tenido un auto fue
un tiempo extremadamente dificultoso. Tuvimos que rentar un apartamento sin
ninguna certeza de que en un futuro pudiéramos ponernos al día financieramente
para poder comprar nuestra propia casa. Sin embargo, pudimos vivir sin
meternos en deudas y honrando nuestras convicciones bíblicas de las prioridades
del orden.
Todavía, mi hija Emily y yo tenemos un jueguito divertido que llamamos
“el costo y el uso”. Si compramos un abrigo caro, por ejemplo y los usamos por
años, entonces le estamos sacando provecho al costo. A veces nos reímos y
decimos: “Estos vaqueros me están costando un dólar cada vez que los uso” o
“Esta blusa me está costando cincuenta centavos cada vez que la uso”. A veces,
tristemente, usamos algo una o dos veces, pero nos emocionamos más cuando
sabemos que estamos haciendo buen uso de nuestros recursos.
Yo tuve un par de trabajos en los últimos años basados en los aspectos no-
negociables que David y yo establecimos. Habíamos estado de acuerdo con que
yo mantuviera un máximo número de horas “fuera de la casa”, manteniendo
nuestras prioridades bíblicas. Estos límites ya pre-establecidos me facilitaron
evaluar todas las “posibilidades” que la vida me presentaba. Algo muy
interesante fue que yo usé esas horas para hacer el trabajo desde la casa o trabajo
voluntario en la iglesia. Pude mantener mi certificación de mi diploma
universitario en caso que planeara regresar a trabajar después de que mis hijos
crecieran o que le sucediera algo a David que requiriera que yo trabajara.
Cada mes, David y yo nos sentábamos a ponernos al día con nuestra
situación financiera. Decíamos: “¿Oye, cuál es el estado de nuestra unión?” La
clave está en usar el ingreso adicional de Mami, si fuese posible, para reforzar
“el estado de nuestra unión”, pero no como una adición vital al presupuesto. Yo
tenía una amiga que tenía muchos deseos de tener un piano para que sus niños
pudieran tomar clases de piano. Esta compra no era factible con el ingreso del
marido. Así que ella tomó un trabajo temporero para ahorrar para la compra del
piano sin tener que asaltar el presupuesto de la familia o la vida del hogar.
Nosotros hemos visto la presión y peso que las condiciones económicas
pueden poner sobre las familias jóvenes. Yo tengo tres hijos adultos que están en
esta etapa de sus vidas. Como padres, nos sentimos como si los enviáramos a
navegar al mar en una balsa. Nos encontramos en la orilla mirándolos y orando
para que las olas no los sumerjan antes de que puedan llegar a las aguas mansas.

ALTERNATIVAS CRÍTICAS
No todas las mujeres trabajan simplemente para recibir un ingreso
“adicional”. Algunas creen que es su derecho o que tienen la obligación o la
necesidad de realizar sus deseos. Recientemente, recibí una carta interesante de
una madre joven que había participado en una de mis clases de Me ha sido
confiado el corazón de un niño, mientras que su esposo asistía a un seminario
aquí en los Estados Unidos.

…Quizás algo de trasfondo ayudará. Yo soy de Singapur,


una isla y país multicultural y dinámico, el cual según la
opinión de los hombres, está prosperando y es emocionante.
Pero los niños están pagando el precio de la prosperidad. La
prosperidad en Singapur existe porque la mayoría de los
adultos trabajan largas horas. La mayoría de los niños son
cuidados por guarderías (los más populares cuidan a los
niños de 7 A.M. a 7 P.M. desde la edad de dos años),
guarderías en el hogar, niñeras extranjeras de Malasia,
Indonesia, o de las Filipinas o por sus abuelas. La prioridad
de los padres es de educar a sus hijos para que tengan
amplias oportunidades futuras. Como resultado, la mayoría
de los esfuerzos económicos se hacen para pagar
matrículas, actividades extra-curriculares, para estimular a
los niños mentalmente y prepararlos educativamente. Las
familias que deciden cuidar a sus propios hijos son
penalizadas—a las madres que han decidido quedarse en el
hogar se les penalizan negándole los subsidios que se le dan
a las madres que trabajan fuera. Generalmente, las madres
que se quedan en la casa para criar a sus hijos se
consideran ricas (y que por eso no necesitan trabajar) o
perezosas (que no quieren trabajar). Esta mentalidad
prevalece y aún en las iglesias.
Por lo tanto, el concepto de que la crianza es la
responsabilidad de los padres y especialmente de la madre,
no es aquí la norma. El ser padres como lo sugiere la Biblia
es un concepto extraño. Ellos encuentran un uso más
racional administrativo si usan sus talentos en el trabajo y
otros más especializados crían a sus niños (profesionales,
niñeras, abuelas) a tiempo completo. Guiar a los niños
hacia Dios es visto como que es el trabajo de las iglesias, y
el trabajo de los padres es de asegurarse que los niños estén
expuestos a diferentes fuentes de educación (escuela,
escuela dominical, matrículas, actividades extra-
curriculares). Como resultado, las madres no son alentadas
a sus roles dados por Dios. Las pocas madres que deciden
dejar el trabajo, son aisladas, desalentadas y
marginalizadas y a veces regresan a trabajar.
La lección 6 del rol de la madre y su influencia fue
fundamental para mí. Me ayudó ver que yo pensaba al igual
que mi cultura pues me ponía triste por lo correcto—el
ESTAR con mis hijos para poder criarlos.

Mucho de lo que habla esta madre joven no es muy diferente a donde se dirige
nuestra cultura y donde ésta opera en muchos casos. ¿Somos formados por las
convicciones bíblicas o por las presiones culturales? Nos podemos enredar el
trabajar fuera y seguir carreras y continuar racionalizando la necesidad de esto a
expensas de nuestros hijos. Segamos lo que sembramos. Ésta es una convicción
bíblica. ¿Y qué segaremos? Como mínimo, segaremos hijos adultos que tampoco
sentirán la necesidad de estar en la casa con sus hijos por cualquier razón. En el
futuro, lo que nos sacó de la casa, no parecerá tan importante, pero ya les
habremos mostrado a nuestros hijos que está correcto estar fuera de la casa.
Como madres, tenemos que considerar con mucho cuidado el propósito y la
motivación de trabajar fuera. El trabajo y los compromisos fuera del hogar
pueden sutilmente quitarnos el enfoque en la familia.
En el 1976, 31 por ciento de las madres dejaban a sus niños (de menos de
un año) en guarderías. En 1998, sólo veintiún años después, este número casi se
duplicó a un 59 por ciento. ¡Recuerda, que estos son bebés menores de un año!
De acuerdo a un informe de la Asociación Nacional de recursos de guarderías y
agencias de referido (NACCRRA), 63 por ciento de los niños de esta nación de
menos de cinco años, reciben algún tipo de cuido fuera del hogar. Este informe
continúa diciendo que debido a que el 90 por ciento del cerebro de un niño se
desarrolla durante los primeros cinco años de su vida, la calidad del cuidado
provisto durante ese tiempo es crítico. En la edición de noviembre 1999 de la
revista Psicología de Desarrollo, los resultados de un nuevo estudio dicen que
“mientras más horas el niño pasa lejos de su madre durante los primeros tres
años, menos serán las interacciones positivas con su madre”.
El 24 de octubre del 2000, yo escuché estas palabras en las noticias de la
noche: “Con todas las acomodaciones que existen ahora para las mamás que
trabajan fuera del hogar, no hay razón para no trabajar”. Siguieron diciendo que
las mujeres estaban trabajando fuera del hogar en cifras récord.
El argumento siempre ha sido que las mujeres tenían que trabajar fuera
porque era necesario mantener el hogar, pero este programa que presentaba el
Instituto de la familia y trabajo decía que las razones económicas no estaban
arriba de la lista.
Debido a que la economía está en auge y hay buenas guarderías, hemos
facilitado a las mamás alcanzar sus metas fuera del hogar y ésta es la razón por
la cual ellas están trabajando. Según la revista Madres que trabajan (octubre
2000), la primera razón por la cual las mujeres trabajan fuera de la casa es
“porque ellas así lo quieren; ellas no quieren dejar sus carreras”.
Hoy día, los empresarios y la tecnología han creado para las madres la
oportunidad de producir un ingreso adicional desde la casa. La clave está en
calcular el costo. Aprendiendo a confiar en un segundo ingreso puede a veces
poner a las mujeres en una olla de presión por sus demandas según ellas tratan
de no “decepcionar a nadie”.
Debido a que las tendencias económicas son cíclicas, ocasionalmente
vemos tiempos más difíciles. Pero si nuestra primera respuesta como esposas es
de buscar un trabajo fuera del hogar, podemos encontrar que el costo no vale la
pena. El libro de Arlie Hochschild El segundo turno, reveló que la mayoría de
las mujeres que trabajaron a tiempo completo también hicieron todo su trabajo
hogareño. Ella dice también que la mayoría de las madres encontraron que
trabajaban para pagar la guardería, y para seguir pagando la guardería.
Ann Crittenden, autora de El Precio de ser madre: Por qué el trabajo más
importante del mundo es aún el menos valorizado, dice que ella no se arrepiente
ni un minuto del tiempo que le dedicó en la casa a su hijo, ni tampoco ninguna
de las madres que ella ha entrevistado. Una ex-reportera de la economía, del
New York Times, Crittenden informa en gran detalle como las políticas del
gobierno y los códigos de impuestos penalizan a las mujeres que trabajan y a las
que se quedan en la casa.
Mommysavers.com cita un ejemplo ficticio de una mamá que se gana
$25,000 al año de ingreso y lo pasa por el colador de los impuestos y los gastos o
“el costo del trabajo”. Cosas como el aumento de la tasa de impuestos, comer
afuera más a menudo, guardería, ropa/uniforme y gastos de automóvil, etc., en
realidad su salario hipotético bajó a $6,050 al año o a $2.91 la hora. Cuando
Mary Snyder dejó su empleo en la compañía “Fortune 500”, el salario de la
familia disminuyó de momento un 45 por ciento. Y sin embargo, ella encontró
que el ajuste fue “más fácil de lo que pensaba. Con dos salarios, uno trata de
gastar más; con un salario, una es más lista con su dinero”.
Como padres, en realidad no necesitamos que los expertos nos digan lo que
personalmente sabemos que es verdad. El péndulo se está moviendo hoy día. Las
mujeres ya no están interesadas en tener la “identidad de súper mami”. Por esto
es que en los capítulos 4 y 5 de este libro enfatizamos las convicciones de orden
para la vida familiar. Cuando encontramos que nuestra vida ha sido reducida a
una rueda gigante de hámster que da vueltas, vemos que no es la forma que el
Señor quiere que vivamos a largo plazo.
En el día de “Lleva a tu hija al trabajo,” una joven se quedó en casa a
observar a su mamá como ama de casa. La escuela no solamente rechazó excusar
su ausencia sino que también le dieron un cero en cada clase del día. La escuela
esencialmente está diciendo que “¡a menos que tu mamá tenga un empleo fuera
de la casa, tú no puedes tener una buena calificación en esta asignación!”
El hacer que las mujeres sientan que sus necesidades son más importantes
que las de sus niños, esposos y ministerios es una conspiración cultural.
Ciertamente, las mujeres pueden hacer cosas adicionales a éstas, pero ¿acaso
estamos haciendo estas cosas para remplazar nuestro llamado más significativo?
Una mamá me escribió una vez: “¿Cómo podemos llegar al punto de que
no usemos malas palabras con nuestros hijos y que estemos felices con ellos?
¿Cuándo podemos divertirnos con ellos sin estar deprimidas y sentirnos
despreciadas e inútiles o sin valor?” Esta madre se sentía inútil estando en casa.
Ella no veía el significado de su rol. Este capítulo está dedicado a todos los
padres y madres, especialmente a aquellos que necesitan recordarse del rol vital
que ellos juegan en las vidas de sus hijos.
A veces nos olvidamos de que nuestros hijos son un milagro y que estamos
bendecidos por Dios al tenerlos. A veces nos olvidamos de que el renacimiento
de nuestros espíritus fue un milagro y que podemos amarlos con el amor del
Señor, pero necesitamos estar con ellos. No tenemos que caer en una depresión
cuando escuchamos lo que el mundo nos dice. La vida de una madre no significa
esclavitud.
Aquí es cuando podemos caer en el engaño de creer que no somos algo
necesario ni de valor en la vida de nuestros niños, que otra persona puede hacer
lo que nosotras hacemos y hasta mejor hecho. El mundo incrédulo está en tal
declive que propone la idea de que los niños se encuentran mejor en una
guardería que con sus propias madres.
Yo entiendo que las guarderías son una necesidad para algunas madres, pero
también son una conveniencia para muchas que prefieren no lidiar con la rutina
de un hogar—que buscan algo más emocionante y de más recompensa. Sólo
unos años atrás, los investigadores decían que las guarderías no eran tan buenas
como el cuidado de mamá, pero como las mamás necesitaban o querían trabajar,
entonces se consideraron las guarderías como algo bueno. Ahora oímos informes
que dicen que las guarderías son mejores que el cuidado del hogar.
La revista Working mothers (“Madres que trabajan”) dice: “Debemos
alcanzar a los niños más temprano”. ¿A dónde nos va a llevar este tipo de
mentalidad? Las madres de niños pequeños necesitan ser motivadas a saber que
el mejor lugar para su niño de cuatro años de edad es con una madre que lo
eduque con amor. No aceptes la intimidación de la sociedad con la idea que tus
hijos “recibirán menos” si eliges quedarte con ellos en el hogar. Artículos tales
como el siguiente de “Newsweek” (El noticiero semanal) titulado A Boost for
childcare, (Un impulso para el cuidado de guardería) del 1ro de noviembre,
1999, reclamaba que un estudio mostró que los niños que vienen de familias de
pocos ingresos y van a guarderías desde la infancia, tenían un mejor “IQ”
(cociente de inteligencia), promedio en lenguaje y aprovechamiento académico
que aquellos niños que los pusieron en guarderías más tarde en sus vidas.
El punto del artículo era: “Si tu esperas hasta la edad de tres o cuatro años,
vas a lidiar con una serie de retrasos y déficits, que vas a tener que poner a tu
niño en programas correctivos. Y para muchos niños, eso es muy poco y muy
lento”. El estudio reclama que los niños pobres se benefician más de guarderías
de alta calidad. ¿Necesitamos un estudio que nos diga esto? Eso me parece
obvio, pero esto no se aplica a todos los niños en general. Los resultados los han
aplicado para hacer políticas que abarcan a todos los niños. Y los estudios los
han distorsionado para hacer creer a la gente que los centros de guardería son
más eficientes que las madres y que hay una crisis nacional de madres que
necesitan servicios de guardería.
Las relaciones profundas en la familia (la prioridad de las personas sobre
las cosas, lo eterno versus lo temporal) están siendo sacrificadas por lo que el
mundo cree que tiene más valor. De hecho, la gente que tiene la oportunidad de
formar relaciones duraderas de por vida, salen mejor a la larga.
Recuerdo un estudio reciente de estudiantes de escuela secundaria que
estaban bien ajustados y sobresalían en las áreas analizadas. Los investigadores
encontraron un factor común que sobresalía. Todos los niños de calificaciones
altas eran los que comían junto a su familia en la mesa regularmente.
La doctora Brenda Hunter , psicóloga y autora de Home by Choice: Raising
Secure Children in an Insecure World (“Eligiendo al hogar: Criando niños
seguros de sí mismos en un mundo inseguro”) dice que la crisis del cuidado de
niños es una crisis del corazón. Ella dice que el hambre del niño por la presencia
de la madre es tan fuerte como el hambre física. Como padres, uno se da cuenta
instintivamente de que esto es cierto.

EL TOQUE MATERNO
Si has dejado a tu niño en la guardería de la iglesia o en algún programa
pre-escolar, te habrás dado cuenta de cómo ellos actúan cuando los padres,
especialmente Mamá los va a recoger. Los ves perplejos si otra persona en vez
de Mamá se aparece. Ellos miran a cada cara como con una mirada en blanco:
“No, esa no es; no, esa no es”, y de momento: “Mamá!” ¡Solamente tú puedes
lograrlo! Los abuelos y los papis saben que ellos tienen prioridad en la lista
también, pero la cara de la mamá cambia su carita totalmente a una expresión de
alegría total.
Yo no estoy diciendo que tus niños nunca deben estar apartados de ti; no es
lo que digo en absoluto. Yo me refiero a algo más de unas pocas horas a la
semana aquí y allá. La doctora Hunter dice que los lazos estrechos entre el niño
y la madre son el oro de la sociedad, y las estadísticas muestran que los niños
que se dejan al cuidado de otros (que no sean familiares) por muchas horas a la
semana se convierten en personitas altamente independientes y más interesados
en los juguetes que en las personas, rechazan el afecto y evitan el contacto visual
con los demás, y también se ponen más agresivos verbalmente.
Aún los niños que son mayorcitos valoran el tacto y no me refiero sólo al
toque físico. Hay cierta manera de hacer las cosas que los afecta profundamente.
Por ejemplo, a ellos les encanta cuando les preparas un emparedado porque
ciertamente sabe mejor cuando eres tú la que lo preparas.
Es muy fácil para nosotras pensar: Espera, ¿Ud. está tratando de
convencerme de que tengo que hacer algo porque ellos no quieren hacerlo? Pero
yo pienso que ellos te lo piden porque les encanta cómo tú haces las cosas. La
manera de actuar de Mamá significa comodidad y seguridad para ellos.
Una vez, cuando David y yo salíamos para un viaje de una semana, una de
las abuelas vino a quedarse con los niños. Yo le enseñé a Lee, quien tenía como
seis años de edad, todo lo que yo había planificado para él. Yo había
seleccionado toda la ropa que él se pondría durante la semana y el resto de las
cosas esenciales. Yo estaba facilitando todo para que las cosas le salieran bien
esa semana y su corazoncito estuviera tranquilo.
Pero según yo le mostraba el plan de todo esto, él me haló hacia el lado y
me preguntó en una forma seria: “Pero Mamá, en quién voy a confiar con mis
problemas? Yo me recuerdo haber pensado: ¿Qué problemas? Yo no sabía que
tuvieras alguno. ¿Cuándo fue que mi niñito de seis años tuvo un problema? Pero
yo no le dije esto porque sabía lo que en realidad él me estaba diciendo: “Mami,
no es fácil de remplazarte”. Y yo pensé que esto fue algo muy dulce.
Cuando yo regresé a la casa, él me dijo: “Abuela no supo doblar los
calcetines correctamente”. Yo me reí y le dije que había muchas maneras de
doblar los calcetines, pero en realidad lo que él me estaba diciendo era: “A mí
me gusta como tú haces las cosas para mí”. Quiero recalcar que el toque de una
madre les da seguridad a los niños.
Yo veo el toque de una madre en la historia de Ana y Samuel en el Viejo
Testamento (1 Samuel 1-3). Estoy segura que no fue fácil para Ana entregarle su
hijo a Eli para entrenarlo para el Tabernáculo. Después de todo, Samuel,
milagrosamente fue su primer hijo y el hecho de que Dios la bendijo con cinco
hijos más no le quitaría su conexión especial con Samuel. Ella le llevaba un
abrigo una vez al año y puedes estar seguro/a de que ella pasaba mucho trabajo
haciéndolo durante el año. Me imagino como ella planeaba los colores y el
patrón y el trabajo que pasaba por meses en esta labor de mucho amor. Y puedo
imaginarme la emoción de Samuel mientras anticipaba este regalo tan especial.
Me puedo imaginar que a él le complacía mucho que este abrigo fuera hecho por
Mamá. Mientras lo usaba durante el año, él se sentiría como un niño pequeño
con su manta de seguridad. Posiblemente Samuel lo olía y pensaba: esto tiene
olor a casa.
A veces, yo mandaba paquetes con regalitos a mis niños cuando estaban en
la universidad. Yo no hago esto para poner en una caja cosas viejas. Yo
selecciono sus cosas favoritas y trato de añadir un toquecito que les deje saber
que ellos son valiosos y por eso pongo esas cositas adicionales. Hasta compro
salchichones de carne seca para Luke, aunque a mí no me gusta como saben. Son
las huellas digitales del amor de Mamá, pues ella sabe qué es lo que a ellos les
gusta.
Una vez, cuando David había salido por un par de días, llegó un sábado por
la noche cuando nuestro fin de semana estaba ya en progreso. Cuando él entró a
la casa, fue directamente a la barra de la cocina donde se encontraba un pastel de
manzanas acabado de salir del horno y dijo: “Oh: ¿Quién hizo este pastel?”
Y yo le dije: “¿Qué quieres decir con quién hizo este pastel?”
Él repitió: “¿Quién hizo este pastel?”
Así que yo le dije: “Ese es mi pastel y ésta es mi cocina. ¿Por qué preguntas
que quién hizo este pastel?” y él contestó “Porque yo puedo darme cuenta de que
tú no lo hiciste”.
Y yo le respondí: “¿Y cómo lo sabes?
Y él me preguntó: “¿Hiciste tú el pastel?” y yo le respondí: “No, Emily y
Adam hicieron el pastel”.
David se rió y dijo: “Yo sabía que tú no habías hecho el pastel”.
“¿Y cómo tú lo sabías?”
Yo le pregunté y él dijo: “Me di cuenta”.
Bueno, mientras yo estaba tratando de entender esto, David se sentó en la
mesa de la cocina y apuntó a un plato de galletitas y dijo: Pero estas galletitas tú
sí que las hiciste”.
Y yo le dije: “y como lo sabes?”
Él explicó: “por la forma en que están hechas y la manera en que están
colocadas yo sé que tú las hiciste”. Eso da miedo. Yo todavía no entiendo lo del
pastel, pero David puede reconocer mi toque más de lo que yo me imagino. Y tu
familia también y esto les da un sentido de seguridad y comodidad aunque no lo
expresen.
Aunque los padres no estén envueltos en los detalles de cada día como las
madres lo están, ellos también pueden proveer un sentido de seguridad y
estabilidad sólo con su presencia. Tristemente, las estadísticas recientes muestran
que el rol vital de la presencia del padre en el hogar aparenta estar
desapareciendo en las familias americanas.
Yo he escuchado a mi hija Emily mencionar el significado de la presencia
de su padre en su vida y sé que Luke y Lee están en total acuerdo. Cuando su
padre estaba en casa, se sentía una estabilidad y calma como que todo estaba
bien. Su presencia ofrecía estabilidad y seguridad a nuestro hogar. Aunque él no
es una persona habladora: “él lo absorbe todo”. Está consciente e involucrado y
cuando habla; sus palabras tienen peso. Es posible que la imagen primordial que
mis hijos tienen de su padre es de él sentado en su silla leyendo la Biblia y
orando.
Él siempre ha sido agradable y ha estado disponible a conversar con ellos y
ellos siempre han podido confiar en él con cualquier problema o necesidad.
Hoy día, a pesar de que nuestros tres hijos ya han formado su propio hogar,
su papá se reúne con ellos regularmente a tomarse una taza de café o un
desayuno o almuerzo. No tiene que haber una razón específica para reunirse con
ellos; sólo quiere emplear tiempo con ellos. No pasa un fin de semana sin que
veamos a uno de ellos o a todos, y también a sus niños.

UNA PALABRA A LOS PAPÁS


DE PARTE DE DAVID

Como padre, siempre he orado por mis hijos para que sean
lo más semejantes a Jesús como sea posible (Lucas 2:52).
Aunque soy un padre imperfecto, tengo una responsabilidad
inmensa de demostrar a mis hijos quién es Dios, nuestro
Padre y cuánto les ama. Como papá, no debo preocuparme
de si yo les caigo bien o de tratar de ser su mejor amigo.
Debo ser generoso y consistente, entrenando e instruyendo a
que sigan al Señor. Debo ser un siervo/líder de mi familia
apoyando el trabajo que hace mi esposa mientras estoy en el
trabajo. Nunca debo dejar de orar por un milagro en la vida
de cada uno de ellos y que nazcan de nuevo y tengan su
propia fe. Debes ser su padre, apunta siempre a Cristo y
podrás tener una relación especial con tus hijos que sólo un
padre puede tener.

El ministerio Me ha sido confiado existe con el propósito de construir y


fortalecer familias. Debido a esto, me paso leyendo estadísticas y éstas a menudo
me rompen el corazón y me hacen reafirmar más nuestra misión. Mi intención
con esta discusión no es de deprimirte, sino de concientizarte del progreso del
pecado en nuestra sociedad y de las familias en general. Más del 54% de las
parejas solteras no desean casarse, de acuerdo a un estudio reciente del “Pew
Research”. Ya que el matrimonio no es de alto interés y no se considera
necesario (pero las parejas quieren tener hijos), el resultado es obvio y es de
padres solteros o de hermanos con diferentes padres o madres. En ausencia de
los votos y del compromiso del matrimonio, la tendencia actual es la pérdida de
la figura paterna dentro del hogar. Hay una gran cantidad de madres criando
hijos sin sus papás. Como los hombres no están casados, estos abdican de sus
roles y responsabilidades para con sus familias. Los estudios también muestran
que mientras más pluralidad de padres biológicos haya en una sola familia, más
aumenta la probabilidad de que ellos no asuman su responsabilidad. Esta
situación está causando una crisis económica nacional porque las madres tienen
que batallar solas para proveer para sus niños. Si a esto le añades la ausencia de
un padre en la vida de un niño, el impacto todavía es más grande, el cual
continúa por generaciones.
Pensar que nuestros niños no necesitan nuestro toque y nuestra presencia-
desde la infancia hasta el momento en que los lanzamos a vivir por su cuenta (y
más allá)—es una falsedad y resulta en algo trágico.
La doctora Brenda Hunter dice que estamos criando a muchos niños sin
lazos parentales. Ella dice que la ira de estos niños proviene de una gran
privación emocional y de la carencia del cuidado de sus padres—las mismas
cosas que la sociedad insiste que nuestros hijos pueden prescindir. Y aun así, los
expertos se quedan anonadados con la violencia extrema de los niños en la
cultura de hoy.
Tampoco pienses que tus hijos son muy mayores para darles abrazos y
besos. El demostrar afecto físico es algo importante durante toda la vida.
¿Has tenido un día (yo lo he tenido) en que te has sentido que no has podido
terminar nada porque tu bebe está irritado? Trataste muchas veces de ponerlo a
dormir y lo único que lo calma es que lo mezas.
El día va pasando, y piensas, No puedo mecer a este bebé todo el día
porque se va a engreír. Y tú sabes que no es un problema de comportamiento y
que esto no ocurre siempre, pero por alguna razón, tu bebé quiere que lo mezas
todo el día.
Entonces tu esposo llega a la casa del trabajo y te encuentras cansada de
haber cantado “Jesús te ama” y de haber mecido al bebé. Y le dices: “Querido,
no pude hacer nada en todo el día”. Es fácil pensar que ha sido un día perdido
cuando en realidad, ha sido el mejor día en la vida de tu niño y no hubo ni un
momento perdido. Ese día ayudó a fomentar seguridad y consuelo en la vida del
bebé.
Tu bebé simplemente estaba diciendo. “Yo te necesito hoy, Mami”. Y tú le
respondiste: “Yo estoy aquí”. Y esa noche el bebé duerme maravillosamente. Y
al próximo día todo está bien con el bebé y vuelve a su rutina normal.
La madre de David, Mary, tiene un cuadro bordado en su casa que dice,

Limpiar y fregar hasta mañana pueden esperar


Los bebés crecen y después, con pena descubrimos…
Cállense las telarañas, polvo, váyanse a dormir…
Estoy meciendo a mi bebé, quien me necesita.

Nuestros niños crecen como un relámpago. Si tienes un hijo de diez años, la


mitad de tu tiempo con él, ya se ha ido. ¡Wao! ¿A dónde se ha ido el tiempo?
Cuando pensamos en estos términos, el tiempo se nos va más rápido de lo que
quisiéramos. Estemos dispuestos/as a pasar tiempo con nuestros niños, no sólo
en los momentos que debemos estar, sino en los momentos simples y ordinarios.
Ésta es la época de la vida cuando formamos recuerdos y nunca sabes cuándo
estarás formando un recuerdo.

LA TRAGEDIA DEL ABORTO

La sociedad ha devaluado la maternidad, pero también ha devaluado a los


niños. Esto se hace tan evidente con el gran número de abortos que se han
realizado en este país: más de cincuenta millones desde que se legalizó en el
1973. De acuerdo a las estadísticas del 2003, más de 3,500 abortos ocurrían al
día, 146 a cada hora, y uno cada veinticinco segundos. En el 2003 solamente,
hubo más niños muertos por el aborto que el número de americanos muertos en
la Guerra de la revolución, la Guerra civil, las Guerras mundiales I y II, el
Conflicto de Corea, Vietnam y las Guerras del Golfo combinadas. Mientras
redacto este libro, el número actual de abortos es de 54,559,615, de acuerdo a
“Christian Life Resources”: www.christianliferesources.com (Recursos para la
vida cristiana). Estos números son espeluznantes. ¿Acaso hemos aprendido a
aceptarlos como parte de la vida moderna? ¿Qué pensará Dios de nosotros?
En los últimos treinta y nueve y pico de años del aborto legalizado, el abuso
de niños ha subido más de un 300 por ciento. “Focus on the Family” (Enfoque
en la familia) informa que un estimado 43 por ciento de las mujeres americanas
han tenido ya un aborto para la edad de 45 años. ¡Y 5.6 millones de mujeres en
nuestras iglesias han escogido el aborto para salir de un embarazo no deseado!
Una encuesta reciente indicó que sólo un 7 por ciento de las mujeres citaron el
rapto o razones serias de salud como la razón de su aborto, dejando el resto de
los abortos a la “conveniencia” de la madre”. Estos hechos chocantes revelan
que aún las mujeres en las iglesias no viven necesariamente convencidas de que
la vida humana es santa, según dice la Biblia.
La causa de las atrocidades del aborto es clara; el ser humano está siendo
devaluado. También existe el aborto de nacimiento parcial donde los hospitales
están recogiendo los órganos de los bebés. En octubre del año 2003, el
Presidente Bush, dio marcha hacia atrás a esta horrible práctica y la hizo ilegal.
Entonces, en el 2009, con tan solo el golpe de bolígrafo, esta protección para los
bebés antes de nacer y otras políticas que honran la vida fueron revertidas.
Recuerden Isaías 5:20: “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo
bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen
lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!” Todos hemos oído el término
“muerte por negligencia” pero recientemente, por primera vez, un doctor es
acusado de “nacimiento por negligencia” por los padres de un bebé que nació
con el síndrome de Down. Lo demandaron por ocho millones de dólares y perdió
la demanda.
En septiembre del 2002, California pasó una ley que dice que una madre
puede utilizar fuerza letal para proteger a su feto o niño antes de nacer. Esto es
grandioso, pero irónicamente, ¡si ella no quiere a ese mismo bebé, ella puede
matarlo aun cuando está a punto de nacer! Esto no tiene sentido—¿cómo pueden
ambas cosas ser posibles?
Hay una gran probabilidad de que alguien que conoces haya tenido un
aborto. O quizás tú eres una de esas estadísticas-una de las mujeres que por
alguna razón creyó que el aborto era la respuesta. Pero nuestros corazones
testifican que un niño es más que un número, más que una masa de tejido. El
aborto no se trata de la opción de una mujer, o un “derecho a la privacidad”
como se le llama hoy día. El aborto viola la convicción bíblica, no la convicción
personal. Es una clara violación de los mandamientos y principios de Dios. No
hay un área gris para terminar con la vida de un niño que no haya nacido. Éxodo
23:7 dice: “De palabra de mentira te alejarás, y no matarás al inocente y
justo; porque yo no justificaré al impío”. El “impío” es la persona que no ha
recibido la gratuita misericordia y perdón de Dios a través del arrepentimiento.
La angustia en el corazón de una mujer que haya tomado esta decisión debe
ser ciertamente grande. Lo que todavía es más agonizante es la mujer que no
sienta remordimiento o pesadumbre porque el Señor dice que Él no absolverá a
las personas que no se arrepientan.
Si ésta ha sido tu decisión en el pasado, querida, puedes ser perdonada. Pero
primero tienes que reconocerlo como Dios lo reconoce: un hecho pecaminoso
contra tu hijo y contra un Dios santo que exige venganza y ejecuta justicia. Mi
oración por ti, según escribo esto, es que te arrepientas delante de Dios y que le
pidas perdón. El aborto es devastador para las mujeres porque ellas no pueden
volver hacia atrás con su acción. Pero Dios conoce tu corazón y cuando te
humillas ante Él y clamas, Él promete quitar el pecado de ti “como está lejos el
oriente del occidente” (Salmo 103:12).
Yo hablo con muchas mujeres y he observado una práctica común entre la
gente, hombres y mujeres. Cargamos con dolor y culpabilidad porque no vamos
al Señor arrepentidos. Uno de mis versículos favoritos de la Biblia está en
Hechos 3:19-20: “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados
vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de
refrigerio”. No lleves más el peso de esta carga. Llévalo a la presencia del Señor
y déjalo con Él. Saldrás de la culpa ante Dios. Y cuando obtengas libertad, serás
de verdad libre (Romanos 8:1 y Juan 8:32). Todos los infantes que han sido
abortados están en el cielo al igual que las personas que han recibido el perdón
del Señor, irán allí también—incluyendo las madres que han tenido abortos.
Ellas se reunirán con sus niños.

TESTIGOS DE LA NIÑEZ

Una vez vivimos en una casa en el centro de un barrio de Chicago. Había


una guardería en una casa que quedaba en la esquina. De la ventana de nuestra
cocina se veía el área de juegos. Un día, después de la escuela, mi pequeño de
seis años, Luke, me pidió: “Yo quisiera ir a la guardería”.
Sin preguntarle si realizaba todos los sacrificios que hago por ser una madre
que se queda en la casa, simplemente, le pregunté: “¿Por qué?”
Me dijo: “Porque quiero jugar con muchos niños”. Yo sabía que él estaba
simplemente haciendo una observación graciosa porque estaba en el humor de
jugar. Y vamos a escuchar muchos comentarios así de parte de nuestros niños,
que nos van a chocar, pero tenemos que evaluar con calma lo que nos están
tratando de decir y no tenemos que reaccionar demasiado a palabras como: “Yo
quisiera ir a la guardería”.
Unos días después, él llega a casa muy cansado de la escuela. Había tenido
un día difícil y quería pasar un tiempo hablando conmigo en el sofá sin ruido ni
interrupciones. Yo le pregunté: “¿Todavía quisieras ir a la guardería?” Y dijo:
“¡Claro que no! Lo que quiero es estar contigo”. A mí me entristece cuando los
niños no pueden estar en un lugar silencioso cuando lo desean. Nunca sabemos
cuándo esto va a suceder, cuando de momento el niño tenga a una crisis y
quisiera hablar con Mamá o Papá o quisieran que estén disponibles para
recogerlos de la escuela porque se sienten enfermos.
Queremos ser testigos y participar de los momentos importantes y logros de
sus vidas y darles aliento en sus desilusiones y pruebas. Los niños están
aprendiendo y creciendo continuamente. Sus pequeñas vidas están tan ocupadas
que tú nunca sabes cuándo vendrá un gran momento. Hace poco, mi nieto
Johnny aprendió a mecerse en el columpio por sí solo-y a comenzar a mecerse.
¡Éste es un evento grande en la vida de un niño! El corrió desde el columpio
hasta la puerta de atrás, la abrió y llamó a su mamá: “¡Mamá, yo puedo mecerme
en el columpio!” ¿Quieres venir y divertirte conmigo?” Y por supuesto, Emily
fue. Me fascina la palabra “divertirte”. Se deriva de “sentir gozo o tener placer
haciendo algo”. Sintamos gozo de estar con nuestros esposos y niños.
Algunos años atrás, yo hice una encuesta donde le preguntaba a las mamás
en mi clase de crianza de los hijos: “¿Qué cosa has decidido hacer con tus hijos
que tus padres hacían y qué has decidido hacer que tus padres no hacían?”
Una mamá dijo que ella estaba decidida a no hacer que sus hijos caminaran
a casa desde la escuela cuando estaban enfermos, como hicieron sus padres, no
importando la razón que tuvieran. Claramente, el hecho de que sus padres no
estuvieran disponibles la impactó. Lo importante aquí es que tenemos que estar
disponibles cuando nuestros niños nos necesiten y escucharlos cuando necesiten
hablar. Si pones atención, te darás cuenta de cuando esto suceda.

LOS MEJORES QUINCE MINUTOS


DE TU NIÑO CADA DÍA

Yo llevaba y recogía a Lee en mi carro todos los días de la semana hasta


que estuvo en la escuela secundaria. Esos veinte minutos con él antes y después
de la escuela eran muy importantes para mí. No me importaba que no hubiera
servicio de autobús. Lo hubiera llevado de todas formas porque yo quería estar
con él esos últimos quince minutos antes de la escuela y los primeros quince
minutos después de la escuela.
Esos primeros quince minutos después de la escuela frecuentemente son los
más importantes. Es cuando ellos procesan y cuentan lo que le sucedió durante el
día. Sin embargo, si vienen en autobús, cuando llegan a la casa ya han procesado
todo y comienzan a involucrarse en la próxima actividad tan pronto como entran
por la puerta. Pero si puedes tener esos minutos con él o ella, puedes ayudarlo/a
a analizar sus pensamientos.
A Lee no le gustaba hablar mucho. Yo tuve que aprender a hacerle
preguntas específicas para poder sacarle información. Él no daba información
voluntariamente como mis otros dos hijos. A él le gustaba escuchar y lo absorbía
todo (como su papá), pero no le gustaba hablar, por lo tanto, yo sé que para él era
importante que yo estuviera disponible cuando él tenía un problema.
Inmediatamente después de un juego, pasaba lo mismo. Lee absorbía las
victorias y las pérdidas rápidamente. A veces parecía que a él no le importaba
aunque sabíamos que no era así. Cuando Lee tenía unos doce años, lo llevé al
doctor para su examen anual. La enfermera le tomó la presión, puso una cara
extraña y salió de la oficina sin hacer ningún apunte. Entonces, el doctor entró y
le volvió a tomar la presión y dijo: “Lee, tú tienes la presión más baja que nadie
ha tenido en esta oficina: 90 sobre 48. O estás súper saludable o estás dormido”.
Y yo pensé: ¡Bueno, pues esto aclara muchas cosas!

LLENO DE SORPRESAS

El punto de todo esto es que debemos estar disponibles para nuestros niños
y debemos estudiarlos y entender sus características únicas. No debemos
forzarlos a hacer algo que escojamos para ellos sino que debemos entrenarlos a
que pongan a Dios primero en sus vidas y ver como Él los atrae a servirle con
sus vidas.
Pero estén listos para recibir sorpresas en el camino. Las cosas que
escogemos para ellos no necesariamente son el llamado de Dios para sus vidas.
Y estas cosas que escogemos quizás ni sean relevantes cuando ellos tengan la
edad de ir a la universidad. Pero lo importante es que los hayan enseñado a
someterse a la autoridad de Dios en todas las circunstancias y a vivir por
convicciones bíblicas para que ustedes puedan estar tranquilos de que Dios
tendrá un llamado especial en la vida de ellos.
Yo veo ahora como Luke comparte el evangelio por amor a las personas y
no en forma compulsiva, como si fuera un requisito. Y también puedo ver que él
tiene el don del evangelismo. Recuerdo la primera vez que compartió el
evangelio. Tenía nueve años. Lo compartió con un vecinito, en el balcón frente a
la casa; él oró con Luke para aceptar al Señor en su vida. Luke entró corriendo a
la casa y dijo: “¡Yo no sabía que iba a ser tan divertido! ¡Fue tan divertido! ¡Yo
no sabía que iba a ser tan divertido! Yo estaba muy emocionada por él, pero he
aprendido a criar a mis hijos en los caminos de Dios y no a forzarlos a que sean
lo que yo quiera. Claro, somos su autoridad hasta que los dejemos ir, hasta que
creamos que pueden honrar a Dios primero con sus vidas.
Yo pienso en Emily, cuando vivía bajo mi autoridad y como yo esperaba
que mantuviese su habitación recogida. A través de los años de su crianza,
todavía ella tiene la tendencia a ser desorganizada. Y yo sé que esto es parte de
su temperamento independiente, pero aún así, ella tenía que seguir mis reglas
básicas de orden.
Mientras iba descubriendo varios grados de desorden, aprendí que un
corazón alineado a Dios es mucho más importante que una habitación
perfectamente organizada. Emily ha pasado por muchas experiencias difíciles
que su mami no pudo haberlas soportado. Después de haber tratado por muchos
años de que Emily mantuviera su habitación arreglada, ella pasó ocho semanas
en Rusia, viviendo de una bolsa de lona y durmiendo en una sala en la casa de
alguien. No había agua caliente. No había donde colgar su ropa o poner ropa a
secar. No había facilidades de lavandería ni duchas. Sin embargo, Emily estaba
muy feliz porque esas condiciones no la molestaban. Ella se podía concentrar en
la verdadera razón por la cual estaba ahí; para servir a la gente y no para estar
molesta porque su ropa no estaba planchada o cientos más de detalles que
pudieran distraerla si hubiese sido una persona particular.
Las personas en misiones tienen que saber lidiar con incomodidades y
desilusiones. Pero necesito decirte algo muy curioso. Emily se casó en el año
1999 y su papá y yo no podemos creer que se haya convertido en una ama de
casa meticulosa. ¿Quién entiende esto?
Así que podemos ver que nuestros hijos tienen diferentes temperamentos y
personalidades que Dios les ha dado. Y esto es algo emocionante y maravilloso.

LA NATURALEZA DE UN NIÑO

Somos creados en forma única del resto de la creación porque somos


creados con un alma y a Su imagen. Génesis 1:27 nos dice: “Y creó Dios al
hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”.
Nuestro propósito en la vida es de glorificar a Dios y no a nosotros mismos. La
vida no se trata de nosotros; se trata de Dios. Las vidas de nuestros niños no se
tratan de ellos; se tratan de Dios.
Un hogar centrado en los niños es uno donde la meta es siempre de
mantener a los niños felices. Pero esto va a crear a un niño con una opinión
elevada de sí mismo. “porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí
mismo se engaña” (Gálatas 6:3): “Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no
mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo”.
(Romanos 7:18) y Mateo 26:41: “Velad y orad, para que no entréis en
tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”.
Estos versículos muestran que Dios siembra en nosotros un deseo intrínseco de
alabarle, pero tenemos una naturaleza pecadora que debe ser controlada. La
manera en que criamos a nuestros niños los prepara para cómo le van a
responder a Dios. Nuestra crianza los puede lanzar a cualquiera de dos caminos,
a ser sensibles al evangelio o a seguir un camino de egoísmo. En otras palabras,
podemos mostrarles cómo se vive el evangelio o podemos ser piedra de tropiezo
en su descubrimiento de quién es Dios.
Cuando los niños se crían entendiendo que ellos no son el centro del hogar,
no se verán como el centro del universo, sino que quizás pongan a Dios en el
trono de sus vidas y vivan para Él. Si les damos a nuestros niños demasiadas
alternativas, en realidad les estamos proveyendo oportunidades para que sean
egoístas, especialmente cuando son chicos. Le decimos: “Qué quieres de
almuerzo?” Cuando en realidad debemos decirles: “Aquí está tu almuerzo”. O a
veces podemos decir: “Quieres un sándwich de queso o una ensalada de atún?”
Pero continuar a permitir que los niños constantemente piensen en las cosas que
les van a satisfacer es invitar al egoísmo a que se anide en sus corazones.
Sus corazones deben de rendirse a Dios y a la autoridad de sus padres. Sin
embargo, si se les da un bufete de opciones cada vez que haya que tomar una
decisión, aprenderán a tener una lealtad dividida. Y cuando sean grandes, no les
respetarán a ustedes porque los van a ver como a personas indecisas que siempre
están pasándoles las decisiones a ellos. En el momento, suena como que estamos
siendo generosos con ellos, pero a la larga, en veinte años, cosecharemos un
joven egoísta.
Cuando nuestros niños nacen, se ven tan dulces e inocentes. Pero la Biblia
nos dice que todos hemos heredado una naturaleza pecaminosa a través de Adán.
Romanos 5:12 nos recuerda: “Por tanto, como el pecado entró en el mundo
por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los
hombres, por cuanto todos pecaron”. Nadie es inocente frente a Dios: “NO
HAY JUSTO, NI AUN UNO”. (Romanos 3:10).
La naturaleza pecadora no se muestra inmediatamente, pero probablemente
empieza a verse a los seis meses de edad. Tú comenzarás a distinguir los
diferentes tipos de lloros: el lloro de “Mami, te necesito”. o “Auch, me di un
golpe”. o “Tengo hambre”. y el lloro de “Estoy enojado porque tú no estás
haciendo lo que yo quiero en este momento”. Y este pequeño bebé que ni puede
pronunciar las palabras, puede decir mucho con su tono de voz. Él o ella se
comunicará contigo. Aprenderá lo que tú le dices aunque no pueda responderte.

CUÁNDO COMIENZA EL ENTRENAMIENTO

En algún momento entre las edades de seis y diez meses, vas a ver que tu
bebé quiere hacer las cosas a su manera y que no quiere estar quieto cuando le
cambias el pañal. Esta experiencia del cambio del pañal les hace saber a las
madres que su niño tiene su propia voluntad. Y cuando suceda esto, es el
momento de decir: “No”. Puedes decir algo como: “No-no. Tienes que quedarte
quieto cuando Mami te está cambiando”. Aquí es que comienza el
entrenamiento.
No disciplines a un niño pequeño por cada cosita. Al principio, escoge una
o dos cosas donde el niño esté mostrando ser voluntarioso y te concentras en eso.
Así es como ellos aprenden. De la misma manera que no los bombardeamos con
cada palabra o “gesto” cuando están aprendiendo el lenguaje, escogemos pocas
áreas para enfatizar y dominar y luego continuamos.
Decirles que “no” y reforzarlo inmediatamente, si sea necesario, también
les dejará saber que hablas en serio. Sé consistente, intencionado y relajado
cuando practiques la disciplina. Estás siguiendo un plan y no reaccionando a su
comportamiento. Las respuestas al azar no les enseñan lo que tú quieres que
aprendan. Distrayéndolos con un peluche no les ensenará a que tocar el enchufe
es algo peligroso. Se deben tomar medidas disciplinarias para que el niño sea
disuadido del peligro.
A menudo escucho a mi hija decir a sus niños (cuando ella nota que ellos
quieren imponer su voluntad sobre la suya): “Elige lo mejor”. Les enseñamos a
los niños a que nos obedezcan y que no crucen la línea. Al hacer esto, les
estamos enseñando que en la vida casi siempre hay que tomar decisiones y es
importante tomar las correctas.
Los “expertos” se están todavía rascando la cabeza sobre la pregunta:
¿Cuánto somos influenciados por el ambiente (la crianza) y cuánto por la
genética? La gente que cree que los niños no heredan el pecado por naturaleza
como lo dice la Biblia; se encuentra atrapada en el dilema de cómo hacer al niño
responsable por su comportamiento. La implicación de este punto de vista en la
vida humana crea un caos en la crianza. Es decir que las faltas que comete el
niño son la culpa de los padres o de otras influencias del ambiente y no de la
voluntad del niño.
De hecho, si los niños no heredaran el pecado, no serían susceptibles a la
muerte. Pero como sabemos que los niños sí mueren (como todas las personas-
Hebreos 9:27) sabemos que esto es evidencia de nuestra naturaleza caída. Toda
la creación sufre por la caída del hombre en el Jardín del Edén (Romanos 5:12-
21; 8:18-25). Por eso es que tenemos que “nacer de nuevo” y recibir el perdón a
través de la muerte de Jesús en la cruz. Sólo entonces tenemos poder sobre la
muerte para ser resucitados a la vida eterna en Cristo. ¡Amén!
Es importante entender que los infantes y los niños pequeños, aunque
tengan una naturaleza pecaminosa, no tienen culpa imputada ante Dios si mueren
en la infancia o como niños pequeños. En otras palabras, aunque hagan cosas
que no están correctas (pelear con sus hermanitos, armar rabietas, tirar cosas,
etc.) no son culpables frente a Dios hasta que Él en Su soberanía determine que
son capaces de discernir entre el bien y el mal. El niño no tiene la habilidad de
comprender completamente las implicaciones del “bien” y del “mal”.
Cuando una persona entiende que voluntariamente ha escogido el pecado,
cuando llega a una edad que puede discernir el bien del mal, entonces Dios le
hace responsable por lo que ha elegido hacer. Sin embargo, los niños pequeños o
aun los adultos que no tienen la habilidad de entender el pecado, la Biblia los
llama “inocentes”. Estos no son capaces de una rebelión consciente contra Dios
ni de rechazarle.
A veces yo escucho a una madre decir a su niño pequeño: “No hagas esto,
Dios se va a enojar”. Dios no está enojado ni responsabiliza a un niño pequeño
que no entiende la consecuencia de sus acciones. Pero sí nos encomienda a
nosotros como padres a criarlos a ser obedientes porque luego de un tiempo, sí
que Dios los hará responsables. Les enseñamos la seriedad de someter su
voluntad a Dios según van madurando. Los niños que no aprenden esto, tendrán
problemas no sólo con otras personas sino eventualmente con Dios.
Romanos 1:18-20 nos dice que Dios revela lo suficiente de Sí mismo a las
personas para que crean. Sin embargo, llega el momento cuando “ya no tenemos
excusa”, un tiempo cuando entendemos, pero voluntariamente suprimimos la
verdad. Sin el sacrificio expiatorio a nuestro favor, somos responsables de
nuestros pecados (véase Apocalipsis 20:11-15). Dios discierne cuando el niño
tiene la habilidad de tomar decisiones conscientes y elegir el bien del mal. Nadie
puede salvarse sin la gracia de Dios (Efesios 2:8-9) y nadie puede ganar su
propia salvación. Un niño que muere antes de esta edad en la cual Dios lo hace
responsable no ha ganado la salvación, pero Dios en Su gracia se la concede.
Somos por naturaleza pecadores. Dios es por naturaleza Salvador.
Estas son buenas noticias que sirven de aliento a aquellos que han perdido
un bebé o infante. Estos niños van al cielo inmediatamente hasta la presencia de
Dios. Y aquellos que confían en Jesús como su Salvador se reunirán con ellos al
igual que todos los familiares creyentes. De una manera maravillosa y
misteriosa, se podrán reconocer unos a otros.
Hay varios pasajes bíblicos que nos ayudan a entender esta verdad. El más
comúnmente citado es 2 Samuel 12:23, el cual nos habla de la historia de David
y Betsabé y el hijo que ella tuvo que se murió al séptimo día de haber nacido.
David oró y ayunó esperando que el niño viviera, pero cuando el niño murió,
David dijo: “Mas ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo
hacerle volver? Yo voy a él, mas él no volverá a mí”. El Rey David se refería
al tiempo cuando él se volvería a reunir con su hijo en el cielo. Debido a que él
confió en Dios y entendió esta verdad, pudo recibir consuelo y su pena fue
levantada. Debido a que las Escrituras revelan que David entendió la gracia de
Dios y creyó, su fe fue contada por justicia (Romanos 4:6-8). Esto es evidencia
adicional de que como David sabía que él un día estaría en el cielo y vería a su
hijo otra vez, sabía que su hijo y todos los niños pequeños que mueren también
irán al cielo. David también sabía que él reconocería a su hijo.
Casi parece como si Dios nos diera un tiempo de gracia con nuestros niños
para que les demos un fundamento sólido de crianza antes de que sean hechos
responsables. Se nos da el privilegio y la responsabilidad de prepararlos para
afirmar completamente las cosas que han aprendido de nosotros en el momento
que puedan comprender la gravedad de las cosas que elijan. Dios es un Padre
amoroso y paciente. Ya que la Biblia es clara en cuanto a esto, ésta nos ayuda a
recordarnos la importancia de la disciplina consistente; y esa disciplina tiene un
propósito único para controlar nuestra naturaleza pecadora. Estamos
disciplinando a seres humanos con voluntades propias. Se nos ha encomendado
la tarea de entrenar esas voluntades a que respondan a las autoridades
correspondientes. Por último, la meta es que nuestros niños aprendan a tener
dominio propio a través del Espíritu Santo.
No tendría sentido disciplinar, darle nalgadas, o aun corregir a un niño
inocente, ¿verdad? ¿Qué estás corrigiendo o disciplinando? La sociedad en
general presupone que los niños nacen moralmente neutrales y que no necesitan
disciplina—sólo más instrucción o guía—desarrollar su creatividad. Esto tendría
lógica si no fuera por el hecho de que no nacemos moralmente neutrales. Los
padres que aceptan este punto de vista de la cultura, a menudo quedan en choque
y devastados cuando sus hijos se muestran profundamente hostiles y
voluntariosos y dicen que no saben “de donde salió eso”. Pues además de recibir
el ADN de nosotros, también heredaron la naturaleza pecadora y es nuestra
responsabilidad como padres de ayudarlos a lidiar con sus tendencias
pecaminosas.
Por lo tanto, la Biblia instruye claramente a que corrijamos o disciplinemos
a nuestros hijos. Dice que tenemos una naturaleza pecadora heredada, lo que
quiere decir que se nos hace fácil pecar. No es poco usual observar a alguien que
diga de otra persona que es diestra en algo: “Oh, esa es una destreza natural en
ella”. Así mismo es el pecado en nosotros si no disciplinamos nuestras vidas.
¿Has alguna vez visto en televisión en un programa de entrevistas y
variedades a adolescentes tan fuera de control e irrespetuosos que ni lo puedes
creer? Y aún peor, una madre que diga algo así: “Mi hija sale a todas horas y no
sigue ninguna de las reglas del hogar, pero mantiene sus calificaciones altas, así
que entonces no debo quejarme. Es probablemente una etapa que pasan los
adolescentes”. O “Yo no sé por qué mi hijo está vendiendo drogas: él es un chico
bueno por dentro”. No, esa chica adolescente tiene una indiferencia rampante
hacia la autoridad que la va a perseguir toda su vida a menos que lidie con ella, y
ese joven adolescente tiene una naturaleza pecadora totalmente fuera de control.
Como padres amamos a nuestros niños y a veces nos engañamos pensando
que los nuestros son chiquillos inocentes, incapaces de hacer cosas malas. No
sabemos por qué los hijos de otros hacen cosas malas, pero los nuestros son
angelitos. Y así sucesivamente pensamos.
Cuando mis niños estaban en la escuela, se nos permitía a los padres traer a
los hermanitos más pequeños que todavía no estaban en la escuela el día de las
fotos. Cuando Lee tenía tres años, yo lo llevé para una foto. Yo me acuerdo
haber estado sólo un corto tiempo y luego salimos. Unas semanas después, yo
fui a la oficina porque las fotos ya habían llegado. Tan pronto entré por la puerta,
todas las señoras de la oficina me empezaron a mirar. Yo me sonreí y las saludé
mientras ellas me seguían mirando. Volví a mirar y todas se estaban riendo. El
primer paquete que me entregaron se veía a Lee haciendo una morisqueta como
la cara de un ratón. Y en el segundo paquete, él aparecía sonreído como un
angelito querubín. Yo pensé, Wao! Yo estuve con él a cada segundo. Y no me di
cuenta cuando hizo la cara de ratón. Me traje las fotos a casa y puse sólo las
cómicas sobre la barra de la cocina. Cuando David llego a la casa, yo no salí
rápido dándole tiempo a que las descubriera. Nunca lo había visto reírse tan
fuerte y lo escuche golpear la barra y decir: “¡Pues este es mi niño!”
Recuérdate que los niños tienen una naturaleza pecadora como la nuestra.
La Biblia lo reconoce repetidamente, lo identifica y expone el asunto de nuestra
naturaleza pecadora.
Cuando Isaías se encuentra frente a la santidad de Dios, sólo podía
responder: “¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de
labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos” (Isaías
6:5a). Otros pasajes tales como Jeremías 2:35; 11:8; Lucas 18:19; Romanos
3:12, 23; 7:18 y muchos otros, desafían y eliminan la idea de “la bondad del
hombre”.
El hecho de que hemos dado a luz a pecadores no es un concepto aceptado
fácilmente por muchos. Esto es así particularmente si no le hemos dado el frente
a nuestro proprio pecado. Pero si no entendemos nuestra naturaleza humana
pecadora, no podemos guiar y disciplinar a nuestros niños. Cuando ellos aceptan
al Señor Jesús, se convierten en partícipes de Su naturaleza divina, pero todavía
están aquellos años de entrenamiento que tenemos que enseñarles a despojarse
de su naturaleza carnal y a ponerse su naturaleza divina, la cual Cristo nos
modela.
La Biblia expone este proceso en 2 Pedro 1:3-4: “Como todas las cosas
que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino
poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y
excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas

promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza


divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la
concupiscencia”. Como padres, estamos en la mejor posición para cumplir con
nuestro rol en la vida de nuestros niños cuando reconocemos que por debajo de
su talento y carácter único reside un vínculo común a todos los seres humanos-su
naturaleza pecadora. La realidad de este hecho nos llevará a la oración.
Necesitamos la ayuda de Dios para identificar y responder con sabiduría a
aquellos aspectos de la composición básica de nuestros hijos para poder
moldearlos con amor y disciplina. Álzalos en tus brazos y diles que los amas y
diles algo especial que te gusta de ellos.

Amado Padre Celestial:


Tu Palabra nos dice que Tú disciplinas a aquellos a quien
amas de la misma manera que un padre disciplina a su hijo.
Sabemos que esto es porque somos Tus hijos y luchamos
contra las mismas tendencias pecaminosas que nuestros
hijos. Te damos gracias por tu paciencia y amor hacia
nosotros y te pedimos que por Tu gracia podamos
disciplinar a nuestros hijos con amor. Ayúdanos a valorar la
vida, a valorar el ser padres y a criar a nuestros hijos de
acuerdo a Tu Palabra. Y ayúdanos a poder realizar las
tareas que has diseñado que hagamos en la vida de nuestros
hijos. Gracias por bendecirnos con cada niño en nuestra
familia. En el nombre de Jesús, amén.

GUÍA PARA GRUPOS PEQUEÑOS

MEMORIZACIÓN DE LAS ESCRITURAS


(Tiempo sugerido—15 minutos)
Instruye al niño en su camino,
y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.
Proverbios 22:6

Continúa con el sistema de memorización, cada persona recitando el versículo


del día y luego revisando los versículos de las semanas previas, alternadamente.
Recuerden mencionar las referencias antes y después del versículo.

TIEMPO DE PAREJAS
(Tiempo sugerido—45 minutos)

Vuelvan a leer 2 Pedro 1:3-4 y discutan lo que quiere decir para ambos el ser
partícipes de Su naturaleza divina.


¿En qué punto de las vidas de sus hijos ustedes reconocieron su voluntad y
naturaleza pecadora? ¿Cómo describirías lo que ahora entiendes por
disciplina? ¿Cómo afecta tu entendimiento de la naturaleza inherente del
hombre en la forma como disciplinas a tus hijos?
Como socios de una gran encomienda, elógiense el uno al otro por
cualquier cambio significativo que haya comenzado a afectar su hogar
desde que comenzó este estudio. Discutan otras señales de progreso que
hayan notado.
Reflexionen sobre las pasadas dos semanas como esposos e identifiquen las
diferentes formas en que el rol del padre se ha destacado en su hogar.
Sean alentados esta semana según van notando silenciosamente como su
familia valora “el toque de Mamá”.
¿Están ambos de acuerdo en cuanto al tiempo que Mamá está fuera de la
casa? Si no, ¿se debe a que es sólo por un corto período de tiempo o
necesitan trabajar en un plan donde ella pueda estar más tiempo en la casa?
¿Está Mamá abrumada con demasiada responsabilidad? Si es así, discutan
cómo pueden apoyarse el uno al otro en el hogar y en las responsabilidades
familiares.
Aplicación en el hogar: Piensa en cada uno de tus niños. ¿Podrías identificar sus
“quince minutos más importantes del día-cuando están más abiertos a expresar
sus pensamientos? Para algunos niños puede ser a la misma hora aproximada
todos los días, con otros puede variar, y con otros puede ser ¡de unos sesenta
minutos! Si no consideras hacer esto, te lo puedes estar perdiendo. Traten juntos
de identificar “ese momento de oro” para cada uno de sus niños y hagan un
esfuerzo especial para estar disponible en esos precisos momentos. Serán
momentos especiales de enseñanza y unión.

Declaración para el hogar: Vamos a evaluar nuestro horario y compromisos de


vez en para asegurar que Mamá está disponible para nuestra familia primero y
que no se sienta abrumada. Nos damos cuenta de que esto puede implicar una
reorganización de las prioridades para expresar nuestro ministerio especial que
Dios nos ha dado a los dos de confiarnos a nuestros niños.

Oración para la pareja: Terminen en oración, enfocándose en los retos que


conlleva disciplinar a sus niños y por la necesidad que ellos tienen de
experimentar lo que sólo Dios puede hacer en sus vidas. Oren también por
sabiduría en el entrenamiento de sus hijos cada día.

TIEMPO DE DISCUSIÓN
PARA GRUPOS PEQUEÑOS
(Tiempo sugerido—45 minutos)

Hombres: Den un ejemplo de cuando su esposa hizo algo con un toque


especial que fue significativo en la vida de su hijo. Mujeres: Den un
ejemplo de algo significativo que ha hecho su esposo en la vida de sus
hijos.
¿Cuál es la diferencia mayor entre los seres humanos y el resto de la
creación de Dios? ¿Con qué propósito fuimos creados? ¿Cómo ayuda en la
crianza de nuestros hijos el hecho de que sabemos que tenemos una
naturaleza pecadora inherente?
Tengan una discusión general sobre las responsabilidades de los cónyuges y
de cómo sostener un balance en las prioridades. Sean sensibles al hecho de
que cada familia puede tener opiniones diferentes debido a circunstancias
particulares. Las convicciones que tenemos en común son las bíblicas y no
las personales. Tengan una conciencia limpia ante Dios acerca de las
alternativas que elijan (Romanos 14:22-23).
¿Tienen algunas preguntas u observaciones sobre lo que han leído en el
capítulo 6?

TIEMPO DE ORACIÓN


Expresen a Dios gratitud por su familia y por el maravilloso e importante
rol de ser padre o madre en la vida de un niño.
Oren por sabiduría divina según crían a sus hijos, teniendo al tanto que ellos
han nacido con una naturaleza pecadora.

7
ESTABLECIENDO AUTORIDAD: EL TEMOR A DIOS
LOS PADRES PIADOSOS ENSEÑAN A SUS HIJOS A VER A DIOS COMO SU AUTORIDAD DE POR
VIDA

Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de
tristeza;
pero después da fruto apacible de justicia
a los que en ella han sido ejercitados.
Hebreos 12:11

Una vida disciplinada es siempre el producto de un entrenamiento con


propósito. Necesitamos tener sistemas de entrenamiento. Si no hacemos nada, de
todos modos estamos entrenando a nuestros niños, y sin darnos cuenta los
estamos entrenando a no tener disciplina y a ser voluntariosos. Los podemos
entrenar a dormir toda la noche y también los podemos entrenar a no dormir toda
la noche. Los podemos entrenar a obedecernos inmediatamente o a esperar que
se lo repitamos diez veces. Los podemos entrenar a respetar a la autoridad o a
que ellos gobiernen la casa.

EN SUS MARCAS, LISTOS, A ENTRENAR

Noten otra vez los dos objetivos principales de nuestro entrenamiento: una
vida disciplinada y un fuerte carácter piadoso, ambos comienzan con el
aprendizaje de vivir bajo autoridad. Debemos enfocarnos principalmente en la
esencia interna—sus corazones. Nuestra misión fundamental como padres es de
criar hijos en el Señor para que sean efectivos “edificadores del Reino”.
¿Cómo podemos saber cuándo y cómo implementar el “entrenamiento?”
¿Cuáles son las señales a las cuales tenemos que estar pendientes para saber si
nuestros niños están listos para el entrenamiento o disciplina de algún área en
particular? Tenemos que determinar si nuestro niño está neurológicamente listo y
desarrollado para el entrenamiento. En mi área de estudios en la universidad,
había un edificio principal para dos clínicas de terapia. Una era para terapia
ambulatoria para amputados, o personas con daño a la espina dorsal y otros
daños físicos severos o limitaciones. El otro era para asesoría de niños de
acuerdo a su nivel de desarrollo. Aquí trabajábamos mayormente con niños o
bebés para determinar si se estaban desarrollando a un ritmo normal y le
recomendábamos terapia a aquellos que tenían retrasos o problemas físicos.
Recuerdo a una mamá que vino con sus niños para que fueran examinados.
Yo nunca había escuchado algo así anteriormente ni hasta ahora; esto muestra
que pueden suceder cosas extraordinarias. La primera vez que fueron vistos en la
clínica, ambos niños tenían la misma edad cronológica (siete meses), pero uno
de ellos tenía una edad de desarrollo de cinco meses y el otro de siete meses. En
otras palabras, la mamá tuvo dos niños el mismo día, pero no eran gemelos. Esta
madre había concebido al segundo niño dos meses después de haber concebido
el primero, así que obviamente uno estaba atrasado dos meses.
Cuando ella dio a luz, ambos niños nacieron. Claro que había preocupación
por el que había nacido dos meses prematuramente, así que ella los llevaba a la
clínica a menudo para que los examinaran. La niña menor eventualmente
compensó en su atraso de desarrollo hasta que se puso a la par completamente
con su hermano como a la edad de seis y siete años.
Los niños son sorprendentes. Ellos pueden “ponerse al día” y compensar
por atrasos mentales más fácilmente que los adultos porque sus sistemas
nerviosos son más “flexibles.” Parte de su rol como padres es de poner atención
a cuándo ellos estén listos en su desarrollo para ser entrenados en el área de
enfoque. Busquen un buen libro sobre el desarrollo de la niñez y recuerden que
no todos los niños desarrollan al mismo tiempo. Varones y hembras desarrollan a
pasos diferentes. No se estresen cuando vean cosas que no suceden a ciertas
edades sino que observen. La mayoría de los niños caminan antes de hablar, pero
no siempre. Mi madre me dijo que yo hablé antes de caminar y esto le preocupó
pues yo no caminé hasta los dieciocho meses. Pero caminar y hablar son dos
labores difíciles para el cerebro lograr simultáneamente. Hagan una lista de
preguntas que les preocupen o de cosas generales y llévenla a las citas médicas
de examinación. Nuestras observaciones y visitas regulares al médico nos
pueden servir de guía en cuanto a las diferentes etapas de desarrollo de nuestros
hijos.
Los niños con necesidades especiales requieren cuidado especial. A pesar
de que todos los niños nacen con una naturaleza pecadora, no todos procesan
información o funcionan físicamente de la misma manera. Los niños con
autismo, por ejemplo no procesan neurológicamente los estímulos sensoriales de
la misma manera, por lo tanto hay que tener cuidado con no estimularlos
sobremanera. Ellos sienten el tacto físico en forma diferente, por lo tanto,
pegarles o darle nalgadas no es apropiado.
Hay otras necesidades especiales que puedan impedir la disciplina física,
como por ejemplo, la parálisis cerebral y otras condiciones congénitas en las
cuales la involucración física impide el movimiento o produce fragilidad,
debilidad o inmovilidad del cuerpo. Como padres amorosos, vigilen bien a estos
pequeñitos, que Dios les ha confiado con su cuidado. Si sabes que tu niño es
saludable y fuerte neurológicamente y tiene un desarrollo normal, entonces está
listo para ser entrenado y disciplinado.
Vamos a usar el ejemplo de enseñarlos a hacer sus necesidades por sí solos.
No debemos comenzar este entrenamiento muy temprano, antes de que el niño
pueda tener control sobre sus funciones físicas. Pero también, si esperamos
demasiado tiempo para entrenarlos en esta área, podríamos estar perdiendo la
oportunidad de enseñarles autocontrol cuando el niño ya esté listo.
Una vez que hayas empezado con este entrenamiento, es importante que
seas consistente para que tengas éxito y evites frustrarte o frustrar al niño.
Ya que Dios le ha dado a tu niño padres (ese/a eres tú) y Él conoce cuan
intuitivo/a eres con tu niño, puedes definitivamente lidiar con las funciones de
entrenamiento en su vida. Dios ha hecho a nuestros niños maravillosamente
complejos y sin embargo, no necesitamos doctorados para entrenarlos. A veces
es beneficioso consultar a los expertos, pero Dios nos ha dado una comprensión
especial con una habilidad simple y peculiar para estar “en sintonía” con ellos.
Las mamás, las principales cuidadoras y entrenadoras, parecen tener una
conexión con las complejidades de sus necesidades, deseos y capacidades y de
saber cómo distinguirlas. Así que estemos pendientes y observemos cuando
nuestros niños puedan estar física y mentalmente desarrollados para tener éxito
en el área específica donde planificamos entrenarlos.
Por ejemplo, entrenarlos a hacer sus necesidades por sí solos, no se trata de
lidiar con las veces que va al baño, sino con ayudarlos a controlar sus funciones
físicas. Las veces que van al baño pueden variar en diferentes niños y a veces
esto toma más tiempo con los varones que con las hembras. Simplemente,
tenemos que estar pendientes de las señales que nos indiquen que están listos. La
señal mayor es cuando ya no se orinan en la cama durante la noche. Esto quiere
decir que se “han aguantado” mientras duermen por diez horas o más. Si se
levantan con el pañal seco y tienen al menos dos años de edad, es una indicación
de que ya es tiempo de empezar el entrenamiento (quizás un poco antes o quizás
un año más; no te fijes sólo en la edad siempre y cuando estén progresando
dentro de las normas de desarrollo). Si esperas demasiado, cuando se levantan
con su pañal seco y no aprovechas a entrenarlos en seguida, mojarán su pañal y
habrás perdido un buen momento.
Entrenarlos a hacer sus necesidades por sí solos debe tomar un máximo de
no más de dos semanas si es que están listos y eres consistente. En realidad,
toma sólo un día de entrenamiento diligente, más una semana y pico de refuerzo
con repeticiones y rutinarias. Cuando lo aprendan, pues lo han aprendido. Ya lo
habrás logrado y estarás feliz de no tener que lidiar más con pañales. Pero ten
mucha cautela, por lo tanto, no te llenes de quehaceres esa semana cuando
decidas empezar. Sólo debes enfocarte en esto hasta que tengas éxito.
Algunos niños son más fáciles de entrenar, mientras que otros son más
resistentes, lo cual te deja saber temprano algo sobre su personalidad. Lo más
miedoso para los niños es el tratar de evacuar y ellos lo aguantan lo más posible.
Trata de calmarlo y no estresarlo. El punto aquí es de estar pendiente de cuando
ellos están listos para el entrenamiento. Si el asunto se torna muy estresante,
espera y comienza el proceso otra vez en un par de semanas cuando se te haga
más fácil tener éxito y que no se torne en una batalla.
De este ejemplo, podemos ver tres peligros comunes que debemos evitar al
entrenar al niño:

l. Empezar muy pronto cuando él no esté listo


2. Empezar muy tarde y por lo tanto tener que deshacer
malos hábitos
3. La inconsistencia en el entrenamiento, por lo tanto, el
niño no está aprendiendo lo que le estás tratando de enseñar

¿Te encuentras en este momento batallando en esta área de entrenamiento?


¿Podrías identificar la razón (o razones) por la(s) cual(es) no estás teniendo
éxito? Además de los tres factores enlistados arriba, la importancia de la
persistencia es la más que se enfatiza. En otras palabras, quizás estemos
haciendo lo correcto, pero no hemos resistido el tiempo suficiente para recibir
los resultados deseados. A corto plazo, el entrenamiento es difícil para el
entrenador y para el entrenado-no debemos tener la expectativa que va a ser
“rápido y fácil”. Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser

causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a


los que en ella han sido ejercitados”. (Hebreos 12:11).

ESTABLECIENDO AUTORIDAD

Como con cualquier otra área en el entrenamiento de un niño, lograr que


éste entienda y respete a la autoridad no es algo que sucede automáticamente. En
otras palabras, si no los entrenamos cuidadosamente a respetar a la autoridad,
esto no se logrará cuando sean mayores. Van a ocurrir ciertos cambios en el
desarrollo físico, mental y social según ellos van madurando, pero la disciplina y
el respeto hacia la autoridad no están en la lista de características que
automáticamente tendrán como adultos. Ellos pueden llegar a ser adultos, pero
no necesariamente respetarán la autoridad.
La sociedad dice que si solamente amamos a nuestros niños lo suficiente,
eventualmente todo caerá en su lugar. Pero la resistencia a la autoridad y el
egoísmo no se corrigen con el pasar del tiempo; estos tienen que ver con la
condición del corazón.
Los niños egoístas y desafiantes tratan de definir la vida apartados de Dios
cuando precisamente lo que necesitan aprender es a enfocarse en Dios. Mientras
más temprano lo hagan, mucho mejor, lo cual es lo opuesto a lo que la sociedad
quiere que pensemos. Un niño será inocente en el sentido del conocimiento y
experiencia, pero no es inocente en su capacidad de pecar. Según nos aconsejan
las Escrituras: “Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en
los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista
de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios”
(Eclesiastés 11:9).
La juventud es el tiempo de la vida cuando las cosas se toman menos en
serio y se vive más despreocupado. Pero si esto se lleva demasiado lejos,
seremos juzgados por las alternativas que elijamos, y especialmente encararemos
las consecuencias de nuestras elecciones necias. Por lo tanto, somos
responsables de actuar bien, sabiendo que Dios es nuestra autoridad. Nuestra
autoridad sobre nuestros hijos termina, pero la autoridad de Dios sobre ellos y
sobre nosotros nunca termina.
¿Cuándo termina nuestra autoridad sobre nuestros hijos? ¿Termina cuando
ellos cumplen los dieciocho años y la ley dice que ya son adultos, o cuando se
quieran casar o son independientes financieramente?
Nosotros les dijimos a nuestros hijos que cuando cumplieran los dieciocho
años, cuando la ley les dijera que ya son adultos, no significaría que ya no fueran
a vivir bajo nuestra autoridad. Su padre y yo vivimos bajo autoridad. Y aun
cuando ellos ya no vivan bajo nuestra autoridad, no significa que están por su
cuenta y que no tienen que darle cuentas a nadie. Los jóvenes adultos que dejan
su nido tienen que desarrollar el sentido de tratar bien y respetar a los miembros
de su familia, incluyendo a la familia extendida. Cuando regresen a la casa a
visitar o de vacaciones universitarias, lo lógico es que tengan la cortesía de
decirles a los de la casa a donde van y avisarles cuando regresan a abuelos y
hermanos. Es cómico recordar como mis hijos adolescentes querían averiguar a
donde yo iba a salir con su papá y a la hora que llegaríamos a casa. Ellos nos
recordaban nuestro dicho familiar: “Nada bueno pasa después de la
medianoche”. La idea general es que siempre seamos una familia que está
conectada, no importa lo que esté sucediendo en el momento. En un mundo
ideal, nuestro rol como padres es el de gradualmente pasar de ser su autoridad a
consejeros en sus vidas.
La autoridad de los padres va disminuyendo y termina cuando el niño o
niña se casa, como dice en Génesis 2:24: “Por tanto, dejará el hombre a su
padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”. Los
padres le dan la bendición al hijo/a en la ceremonia nupcial lo que significa que
la autoridad pasa a una “nueva autoridad” en la cual un día ese hijo o hija se
puede convertir en padre o madre y queremos que sea un cónyuge exitoso/a.
En el Nuevo Testamento, los niños se casaban hasta de catorce o quince
años de edad, después de un año de compromiso. Los padres dejaban de ser su
autoridad a una edad temprana. Ésta era la edad que se consideraban adultos. En
otras palabras, se consideraban de suficiente edad para demostrar madurez moral
para ejecutar el plan que Dios había diseñado para la familia. ¡Imagínense eso!
¿Y qué sucedía con un hijo que llegaba a los dieciocho años y todavía no se
había casado? En estos casos, ellos vivían bajo la estructura de autoridad de sus
padres hasta que el padre los daba en casamiento. A pesar de que estaban bajo la
autoridad del padre, la responsabilidad tomaba un giro más como de consejero.
Gálatas 4:1-2 indirectamente ofrece una guía en este asunto: “Pero también
digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo,
aunque es señor de todo; sino que está bajo tutores y curadores hasta el
tiempo señalado por el padre”.

LIBERANDO A LOS HIJOS DE


LA AUTORIDAD PARENTAL

Como padres, estamos pendientes de las señales que nuestros hijos jóvenes-
adultos nos den para saber cuándo están listos para ser “soltados”:

1. Observamos su vida de jóvenes para ver ejemplos de cómo están


demostrando tener convicciones bíblicas. Tratamos de descubrir si son fieles a
las cosas de Dios aún en nuestra ausencia. Estamos hablando sobre la fe, la fe
que los va a sostener por el resto de sus vidas. Es importante demostrar nuestra
fe. Es interesante cuando la gente dice: “Mi fe es importante para mí, pero yo no
mostraría mi fe en mi comportamiento porque eso sería imponer mis creencias
sobre otros”. Puede que la gente diga: “Mi fe está muerta porque yo no estoy
dispuesto a hacer nada que requiera valentía en mis convicciones porque eso no
es popular con la gente.”
La siguiente historia es de un estudiante universitario titulado “Fortaleza por
creer en Dios”.
La clase más larga y más popular en la universidad fue mi
primer año de química con el Dr. Lee, un profesor muy
conocido. Cada año, antes de Acción de Gracias, él nos
daba un discurso en contra de la oración. El profesor
concluía la clase con un reto para el que todavía creyera en
la oración.
El Dr. Lee decía con un tono desafiante: “¿Hay alguien
aquí que todavía cree en la oración? Antes de que contesten,
déjenme decirles lo que voy a hacer y voy a pedirles que
hagan. Voy a dar la vuelta, a tomar un frasco de vidrio y a
aguantarlo con el brazo extendido. Si ustedes creen que
Dios responde a la oración, les pido que se pongan de pie y
oren para que cuando se me caiga el frasco, no se rompa.
¡Quiero que sepan que las oraciones suyas y las de sus
padres y las de los maestros de la Escuela dominical e
incluso las oraciones de su propio pastor no pueden evitar
que este frasco se rompa. Si ustedes quieren que ellos estén
aquí, podemos dejar esto para la semana después de las
vacaciones de Acción de Gracias”.
Nunca nadie había contestado al reto del Dr. Lee hasta
que un estudiante cristiano de primer año escuchó sobre
esto. Él sintió que Dios le había dado la convicción de darle
el frente al Dr. Lee. Finalmente llegó el día que el desafío
anual sería hecho. El Dr. Lee hizo la misma pregunta que
había hecho durante los últimos doce años. La única
diferencia fue que esta vez, ese valiente estudiante respondió
cuando se le preguntó si había alguien que todavía creyera
en la oración.
“Bueno,” dijo el profesor: “esto es muy interesante.
Ahora vamos a ser reverentes mientras que este hombre
joven ore”. Luego se volvió hacia el joven, “Ahora usted
puede orar”.
El joven sólo levantó su rostro al cielo y oro: “Dios, yo
sé que Tú me escuchas. Por favor, honra el nombre de tu
Hijo, Jesucristo, y honra a tu siervo. No dejes que el vaso se
rompa. Amén”.
El Dr. Lee estiró el brazo hasta donde pudo, abrió la
mano y dejó caer el vaso. Cayó en forma de arco, golpeó la
punta de zapato del Dr. Lee, rodó y no se rompió. No había
ninguna brisa ni ventanas abiertas. Los estudiantes silbaron
y gritaron. Y el Dr. Lee cesó su reto anual en contra de la
oración.

Los inconversos siempre harán desafíos para burlarse de Dios. Dirán algo así
como: “¿Puede Dios hacer una roca tan grande que Él mismo no pueda tirarla?”,
poniendo a prueba las convicciones de sus fieles creyentes. Incluso los jóvenes,
Sadrac, Mesac y Abed-nego de los tiempos antiguos, decidieron hacerle frente a
los desafíos de los burladores, nada menos que el rey Nabucodonosor. Ellos
estuvieron en una situación muy peligrosa en que fueron arrojados al horno de
fuego para ser quemados, pero su respuesta al rey se encuentra en Daniel 3:17-
18: “He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de
fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que
no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has
levantado”.

2. Buscamos oportunidades en las cuales ellos puedan demostrar madurez


moral, emocional, intelectual, social y física para que en un futuro sean
capaces de manejar su vida fuera del hogar. Las situaciones apropiadas para su
edad pueden comenzar temprano. No lances a tus jóvenes a una situación
imposible. Trabaja con ellos, dales responsabilidades que puedan manejar y más
responsabilidades y privilegios cuando demuestren que pueden manejar más.
Deja que aprendan de sus errores, siempre y cuando estén siendo supervisados.
Por ejemplo, cuando se trata de balancear sus estados de cuenta bancarios en
línea o de otra manera, ellos puede que crean que no necesitan llevar un record
meticuloso ya que pueden cotejar su balance en línea todo el tiempo. Debemos
de dejarles que encaren sus consecuencias de algunos sobregiros y penalidades
para que aprendan la noción de que llevar un registro es una buena idea.

3. Les damos la oportunidad de demostrar que son capaces de mantenerse


financieramente. Los queremos criar de una manera tal que no sean
financieramente dependientes de Mamá y Papá. Y cuando estén listos, tenemos
que dejar que se vayan. ¡No hagan enojar a un niño que está listo para ser puesto
en libertad! La palabra clave es: listo, y se aplica a ellos más que a nosotros.
Tenemos que estar dispuestos a dejarlos ir tan pronto como estén listos para salir.
No es fácil déjalos ir. Es posible que nunca los veamos como que están
totalmente listos para irse, pero soltándolos a la vida es una de las cosas más
amorosas que podemos hacer por ellos. Ellos empiezan a crecer a pasos
agigantados tan pronto salen y empiezan a aplicar todo lo que han aprendido en
casa. He visto esto en mi vida cuando yo tenía “veinte y pico de años”.

Fíjate que yo no mencioné al matrimonio como señal de que ya están


preparados. A pesar de que liberamos a nuestros hijos cuando se casan; querer
casarse no es una razón para liberarlos. La bendición del matrimonio es dada
porque ya los padres han observado a ese joven adulto echar raíces de madurez.
Aunque muchas más lecciones serán aprendidas durante el matrimonio, las tres
áreas claves anteriormente mencionadas, asegurarán un comienzo saludable en el
matrimonio. Nuestra cultura estadounidense tiende a fomentar un
comportamiento irresponsable durante la adolescencia y al comienzo de los
veinte años. No existe ningún precedente de esto en ningún lugar de la Biblia. A
lo largo de la historia, los niños en sus primeros años de adolescencia trabajaban,
aprendían los negocios de la familia, e incluso se podían casar. Muchos
adolescentes en nuestra cultura reciben un pase para tener una vida suave desde
los trece hasta los dieciocho años de edad. El gobierno ha elegido la edad de
dieciocho años, para indicar adultez, pero para los propósitos de la familia
tenemos que alejarnos de lo que dicta la sociedad de que a los dieciocho uno está
por tu cuenta.
Demasiados niños crecen pensando (trágicamente): ¡Tan pronto cumpla
dieciocho años, me voy de aquí! Y como a la edad de dieciséis o diecisiete años
se alejan emocionalmente de sus hermanos y padres y pierden su tiempo. A la
edad de diecisiete años y medio, hacen la vida miserable a toda la familia y los
padres están listos para echarlos fuera. Esto es una situación desafortunada
porque en lugar de los jóvenes desear la separación, ellos deberían desear la
unión familiar. Esta unidad es muy importante porque las relaciones familiares
no terminan cuando el hijo se independiza del hogar. Cultiva las relaciones
familiares para que cuando tus hijos tengan treinta y cinco años, estén deseosos
de traer a sus respectivas familias al hogar de sus padres para la cena de Acción
de Gracias.
¿Cuánto tiempo se nos ha confiado el bienestar físico de un niño? Estoy
utilizando la edad general de veinte o quizás a principios de los veinte años,
cuando han terminado la universidad. El gasto excesivo de una educación
universitaria se ha prolongado para muchos. Sin embargo, en nuestra cultura,
tendemos a mimar a los jóvenes adultos durante demasiado tiempo. ¿Por cuánto
tiempo se nos confían sus corazones? Mientras seamos sus madres y padres,
mientras estemos en esta tierra. La vida trae muchos cambios, pero nuestros
hijos siempre serán nuestros hijos. Somos sus padres de por vida y queremos
estar cerca cuando ellos elijan sus cónyuges y nazcan los nietos.
En cuanto al proceso de criar a los hijos, no estamos hablando de controlar
sus vidas, sino de prepararlos para la adultez y luego darles la libertad. Como
familia, valoramos la sabiduría y la amonestación de los abuelos. Buscamos el
consejo de las mamás y de los papás. Asistimos a la iglesia, algo vital para
nuestra familia para que las amistades de diferentes edades se formen y
construyan una red de familias piadosas que velen unos por otros. Vivimos con
buenas relaciones familiares durante toda la vida.

ADHERIÉNDOSE O SALIÉNDOSE

Los niños necesitan entender que ser liberados por sus padres es un
acontecimiento importante en la vida. Cuando los jóvenes adultos se alejan y
dejan la protección del hogar, sus padres son testigos de cuan fuerte son las
convicciones de sus hijos. Los padres pueden observar si sus hijos siguen
viviendo con Dios como su autoridad; por desgracia algunos padres ven como
sus hijos abandonan la fe y deciden vivir sin Dios y sin Su protección. ¿En
realidad eran creyentes los hijos? ¿Escucharon y no recibieron el mensaje
personal de Dios del evangelio? Éste es el momento de la vida donde la fe de los
hijos se pondrá a prueba de su validez. Sólo Dios puede juzgar verdaderamente
el corazón de una persona. Sería maravilloso si todos los niños poseyeran su fe y
continuaran viviéndola. Algunos se apartan por un tiempo, pero si su fe es real,
volverán. Dios disciplina a Sus Hijos y el Espíritu Santo continúa trayendo
convicción a los creyentes. Los verdaderos creyentes nunca pierden su salvación.
Tristemente, algunos aparentan haber creído, pero en realidad se apartan de Dios.
Uno de los asuntos más serios de las Escrituras que nos pone a pensar es el
destino de la persona que “conocía” y luego “rechaza” la verdad, se encuentra en
Hebreos 10:26-31:

Porque si pecáremos voluntariamente después de haber


recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más
sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación

de juicio, y DE HERVOR DE FUEGO QUE HA DE


DEVORAR A LOS ADVERSARIOS. El que viola la ley
de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos
muere irremisiblemente. ¿Cuánto mayor castigo pensáis

que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere


por inmunda la sangre del pacto en la cual fue
santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? Pues
conocemos al que dijo: MÍA ES LA VENGANZA, yo
daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: EL SEÑOR
JUZGARÁ A SU PUEBLO”. Horrenda cosa es caer en
manos del Dios vivo.

Este pasaje se refiere al apóstata, la persona que ha rechazado deliberadamente la


pura y simple verdad salvadora de Dios, a pesar de que ha escuchado y ha
entendido el evangelio. Todos los apóstatas son incrédulos, pero no todos los
incrédulos son apóstatas. Algunos nunca han escuchado el mensaje de la
salvación en Cristo. El apóstata se aísla de la gracia salvadora de Dios. Es el más
grave de todos los pecados. Como resultado, no hay otra oportunidad para él/ella
para ser salvo/a. Quizás estuvo a punto de aceptar a Cristo o tal vez aparentaba
vivir como un creyente, pero luego deliberadamente se apartó del Señor y lo
rechazó. Esta persona elige pecar habitualmente sin considerar la máxima
autoridad de Dios sobre él/ella. Rechaza la salvación. No tiene temor de Dios,
aunque debería estar aterrorizado/a.
Un trágico ejemplo de un apóstata en la Biblia es Judas Iscariote. Él estuvo
expuesto personalmente al Mesías y sin embargo lo rechazó, a Él y a Su
salvación. Este versículo en 1 Juan 2:19 habla de la apostasía: “Salieron de
nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros,
habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase
que no todos son de nosotros”.

LA AUTORIDAD DE DIOS

La palabra autoridad viene de la palabra autor, es decir, aquel que origina


o da existencia. Dios es la Fuente de nuestra existencia y Su posición de
autoridad le corresponde. Como Isaías 45:9 señala: “Ay del que pleitea con su
Hacedor—¡El tiesto con los tiestos de la tierra! Dirá el barro al que lo labra:
¿Qué haces?; o tu obra: ¿No tiene manos?” Sería como si estuviéramos
amasando una masa en un plato hondo y de repente el plato nos preguntara:
“Oye, ¿qué crees que estás haciendo?” Este ejemplo tan absurdo ni se compara
con la completamente absurda idea de cuestionar a Dios por las cosas que Él
hace.
¿Te recuerdas de Job? Después de todas las pruebas por las que pasó, pensó
que lo menos que Dios podía hacer era darle una explicación. Luego, en los
capítulos del 38 al 41 del libro de Job, Dios le habla a Job sobre todo lo creado
en el universo, grande y pequeño. Dios le dice que primero le va a recordar
quién Job es y dice en Job 40:7: “Cíñete ahora como varón tus lomos; Yo te
preguntaré, y tú me responderás.” ¡Auch!
Una vez Job fue recordado quién fue su Creador; su respuesta fue: “Por
tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza” (Job 42:6). En otras
palabras: “Por favor, perdóname por preguntar siquiera; No tengo nada que
decir”.
El pasaje de Isaías (arriba) sobre el alfarero y el barro continúa con la
misma analogía utilizando la relación padre-hijo: “¡Ay del que dice al padre:
¿Por qué engendraste? y a la mujer: ¿Por qué diste a luz?”(Isaías 45:10).
Este pasaje es la versión del Antiguo Testamento de un niño diciendo: “¿Qué
crees que estás haciendo?” o “¡Tú no me puedes decir lo que tengo que hacer!”
Este tipo de lenguaje es una afrenta ante Dios y también debe ser una
afrenta ante nosotros como padres. No debemos tolerar cuando nuestros hijos
nos desafíen en forma tan malagradecida. Los padres tienen que lidiar con esto y
no ignorarlo. La resistencia a la autoridad es una mala yerba que hay que
arrancar desde el primer día que salga. Si se permite crecer esta yerba mala, se
convertirá rápidamente en un montón de malezas nocivas que darán mucho
trabajo arrancar. Los papás, especialmente necesitan darle frente a eso, para que
los niños sepan sin lugar a dudas que una palabra descarada o irrespetuosa
generará la atención inquebrantable de Papá (y de Mamá).
Yo recuerdo una historia que Emily me contó de cuando estaba pescando
con su marido Adam. Ellos estaban sentados en un bote en medio de un lago.
Habían cogido un pez que se había tragado el anzuelo. Adam trató de sacarlo del
pez con mucho cuidado, y al lanzar el pez de nuevo al agua, se dieron cuenta de
que éste no iba a sobrevivir. Observaban y de repente Adam le dijo a Emily que
se quedara sentada muy quieta. Había visto un águila en la distancia que había
divisado al pez mientras aleteaba en el agua a sólo un pie del bote. Mientras
estaban sentados con los ojos abiertos mirando al águila, de momento apareció
otra águila y se llevó el pez. ¡Esto sucedió tan rápidamente que casi ellos se caen
del bote! Cuando nuestros hijos utilizan lenguaje inapropiado, ellos deberían
sentir los ojos de águila de sus padres fijados en ellos.
Mi esposo les ha dicho a nuestros hijos que si me faltan el respeto a mí,
también le están faltando el respeto a él y él no va a permitirlo. Puede que él les
diga: ¿A quién le estás hablando así?
“A Mamá.”
“No, ella no es mi mamá; ella es mi esposa. ¿Entiendes cuánto me
desagrada esto a mí? Yo no permito que nadie le hable así a mi esposa.”
O puede que él diga: “Tú eres la tostada y yo soy la tostadora”.
Los niños van a aprender que una actitud rebelde e irrespetuosa hacia los
padres está absolutamente fuera de lugar y es una afrenta a su autoridad. Ellos
deberían temblar de sólo pensar en esto.
Quizás tú estés pensando: “Yo no quiero que mis hijos me tengan miedo”.
Pero está bien si temen cruzar la línea de tu autoridad. Es un tipo de temor
saludable que los protege diciendo: “Te amamos pero esto es un asunto muy
serio”.
Cuando los niños nacen, no han recibido ninguna autoridad sobre ellos y
nosotros somos los que controlamos toda su vida 100 por ciento. Cuando son
bebés, ellos no pueden hacer nada por sí solos. A medida que van creciendo y los
vamos entrenando en ciertas áreas (según su capacidad de desarrollo) vamos
observando las opciones que toman. Es en esos tiempos que utilizamos más
orientación y menos autoridad.
El peligro viene cuando los padres sueltan su autoridad muy temprano o
imponen su autoridad por mucho tiempo. Lo primero es que los padres empiezan
a ofrecer alternativas al niño cuando es demasiado pequeño. En nuestro capítulo
anterior cubrimos este punto cuando hablamos de prepararles el almuerzo.
Ciertamente, Dios no vaciló en actuar como padre con Ezequiel: “Abre tu boca,
y come lo que yo te doy” (Ezequiel 2:8)! (¡Y si recuerdan, Él le dio a Ezequiel
un rollo de pergamino para comer!) Yo creo que la autoridad de los padres debe
ser del 90-100 por ciento hasta los cinco años de edad.
¿Por qué limitar la autonomía de los niños? Porque queremos establecer
una base sólida y queremos que ellos respeten las nuevas autoridades que van a
encontrar en su vida tales como maestros, entrenadores, instructores, oficiales. Si
soltamos nuestra autoridad muy temprano, ellos probarán a otras autoridades
legítimas en sus vidas de acuerdo a lo que han aprendido de nosotros-
irrespetuosamente. En otras palabras, si tus niños no te respetan como su
autoridad, en realidad tampoco están aprendiendo a respetar a otros que estén en
autoridad sobre ellos, aunque exteriormente parezca que se están portando bien.
Los niños excesivamente autónomos pueden ponerse muy cómodos y ver a
las autoridades como compañeros y como gente que está ahí para satisfacer sus
deseos y demandas. En esencia, se ven a sí mismos por encima de la autoridad.
Y mientras van creciendo, irán poco a poco perdiendo el respeto a las reglas o
límites. Como padres también tenemos que respetar a la autoridad. Si no lo
hacemos, no podemos esperar que nuestros niños también lo hagan.
¿Alguna vez has sido detenido/a por un oficial de policía con tus hijos en el
carro? Mi nieta me dijo una vez cuando estaba conduciendo: “¡No conduzcas
rápido! El policía nos podrá parar!” “Debemos tener cuidado en cómo hablamos
del tema de recibir una multa de tráfico o la forma en que hablamos de los jefes.
Estamos modelando nuestras actitudes sobre la autoridad. Los niños
experimentan la verdad de Proverbios 9:10: “El temor de Jehová es el
principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia”.
Por lo tanto, nuestro punto de partida es el temor de Dios. Hay demasiadas
personas que prefieren omitir este primer paso y continuar. No quieren inculcar
límites fuertes a sus hijos. Piensan que esto es demasiado autoritario. Así que
ellos fallan en formar cimientos en sus hijos para que desarrollen un temor sano
si cruzan los límites que les han puesto sus padres y por supuesto, Dios.
Nuestros niños aprenden acerca de quién es su Padre celestial a través de
nuestro ejemplo; estamos puestos en autoridad para entrenarlos en lo que
significa temer a Dios.
Un sano temor a Dios proviene en parte de cómo ellos nos respetan a
nosotros como padres. Piénsalo de esta manera: Tu niño de dos años de edad,
está a punto de correr en frente de un camión. Tú harás cualquier cosa para que
ese niño no corra a la calle. Lo agarrarás porque sabes que llamar su nombre no
funcionaría y ninguna otra cosa lo haría razonar.
Intervienes para rescatarlo de una tragedia y luego lo colocas en el camino
correcto. Esto es lo que hace la primera parte del establecimiento de autoridad.
Vamos a cubrir bien todo el proceso de la disciplina en un capítulo posterior. El
punto aquí es que la situación requiere una intervención física para que el niño
aprenda que hay un nivel de comportamiento que evocará una respuesta así de
sus padres. Rescatar y reorientar al niño es una respuesta amorosa.
Si un niño aprende que Mamá o Papá sólo tratan de razonar con él sobre
acercarse a un precipicio o correr delante de un camión, luego, cuando sea
mayor, no tendrá ningún marco de referencia para los peligros en estas
situaciones. Si un niño no tiene experiencias reales en las cuales Mamá o Papá
reaccionan con acciones rápidas, el niño no tendrá razones por las cuales
tomarles en serio. Por ejemplo, si un niño oye que el padre le dice: “Cariño, tu
madre y yo no queremos que experimentes con drogas, ¿de acuerdo?” El niño
puede decir: “Por supuesto que no, Papá!” Pero quizás estará pensando: Bueno,
si lo hago, ¿qué van a hacer al respecto?”
El niño no tendrá “miedo” de probar sus límites o de acercarse al precipicio.
Si el temor a Dios y a sus padres no forman parte de la fundación de la seguridad
de un niño, entonces puede que termines con un adolescente que esté
determinado a “correr frente al camión” o a pararse al borde de la catástrofe.
¿Cuántas veces hemos visto a los padres “de pie en el borde de la calle” viendo a
sus hijos adolescentes ir en dirección de cierta tragedia y se sienten
completamente impotentes de hacer algo?
¡Estos son pensamientos alarmantes! Pero hay un rayo de luz en la difícil
tarea de ayudar a nuestros niños a entender el temor del Señor. En este proceso,
nosotros también podemos aprender el temor a Dios. Éxodo 20:20: Moisés dijo
a la gente: “Y Moisés respondió al pueblo: No temáis; porque para probaros
vino Dios, y para que su temor esté delante de vosotros, para que no
pequéis”. Aquí, el temor de Dios nos protege (y a nuestros hijos) del pecado. La
conclusión es la siguiente: Un entendimiento universal de quién es Dios y Su
significado en nuestras vidas es lo que va a tener mayor impacto en la trayectoria
de la vida de nuestros hijos. Los niños tienen que entender que su pecado-su
desobediencia es una ofensa en contra de un Dios Santo y por lo cual cosecharán
las consecuencias. La Biblia dice en 2 Corintios 5:10: “Porque es necesario
que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que
cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea
bueno o sea malo”.
Al final de Eclesiastés, cuando Salomón concluyó que cualquier cosa aparte
de Dios es insignificante y vanidad, él escribe: “El fin de todo el discurso oído
es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del
hombre” (Eclesiastés 12:13).
Sobre este punto, tú quizás estés pensando: ¿En realidad, importa temer a
Dios? Me pregunto si Dios está pendiente de mí y me bendice si yo le temo. No
solamente que Él nos bendice por estas cosas, sino que también bendice a
nuestro hogar, aunque tú seas el único creyente en tu familia. Mi oración
ferviente es que estos versículos sean una fuente de consuelo y aliento para ti si
te encuentras en esta situación.
Yo mencioné en un capítulo anterior que si la esposa es obediente al Señor,
Él velará por ella en una forma especial, aunque el esposo no sea creyente. Él
también velará por sus hijos debido a la obediencia de ella. Una clave es de no
tener un espíritu de amargura o resentimiento porque el plan de Dios para
nosotras es de someternos y de respetar a nuestros maridos.
Medita en estos versículos importantes de 1 Corintios 7:13-14. Ellos
comienzan diciendo en esencia: “Quédate casada, aunque tu marido sea
incrédulo. Y si tu esposo es el que se encuentra en esta situación, entonces se
aplica a la inversa”. “Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él
consiente en vivir con ella, no lo abandone. Porque el marido incrédulo es
santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra
manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos”.
Estos versículos no hablan de la salvación, sino que hablan de la bendición
temporal para los incrédulos aquí en la tierra si viven con un creyente obediente.
La gracia de Dios es derramada sobre los creyentes y es derramada también
sobre el resto de la familia; Él los protege e impide daño espiritual indebido.
Dios extiende Su protección especial sobre la familia a causa del creyente.
¿Quieres que tu hogar sea bendecido? Aun si eres el único o la única
viviendo en obediencia a Jesús, tu hogar será bendecido por tu fe y tu
disposición de temer a Dios ante todo. Yo espero que pienses en esta verdad
misericordiosa que te va a dar nuevas fuerzas. Es una gran verdad de la Biblia.
Sin el temor del Señor en nuestras vidas, no podemos agradar a Dios y Él
no nos bendecirá. Éste es un tema amplio en la Biblia. Les hacemos una grave
injusticia a nuestros hijos si no les enseñamos la importante lección de vivir bajo
autoridad.

LA ARROGANCIA DEL MUNDO

Un hombre murió y se paró delante de Dios en las puertas


del cielo. Dios le preguntó por qué lo debería dejar entrar al
cielo. El hombre respondió: “Debido a lo que sé.”
“¿Y qué es lo que sabes?” preguntó Dios.
“Pues”, respondió el hombre: “en la tierra yo era un
científico genético, y estamos muy adelantados, ya sabes. De
hecho, hemos hecho muy bien sin ti. Estamos creando bebés
en tubos de ensayo, la clonación de ovejas, y podemos
incluso predeterminar el sexo de un niño y el color de sus
ojos de acuerdo a los deseos de los padres. Sí, y creo que
estamos descifrando esto de la creación.”
Dios respondió y dijo: “Bueno, ¿puedes crear al hombre del
polvo de la tierra?” Y Él se agachó y recogió un puñado de
tierra e instantáneamente creó a un hombre.
“Sí, estoy seguro de que podría hacer eso,” respondió el
científico. Se agachó y recogió un puñado de tierra, y Dios
dijo: “Eh, Eh. Toma tu propia tierra”.

La gente actúa a la ligera sobre cómo deben hablar con Dios, pero si pudiéramos
hablar con Dios, nunca podríamos ser irreverentes hacia Él. Nos caeríamos cara
al suelo primeramente como señal de reverencia a Él.
Una persona que dice ser atea en realidad está reclamando verdaderamente
saberlo todo y que dentro del reino del saber, de todo lo que existe, no hay Dios.
Si Dios existiera, ellos asumen que también lo supieran. Esto es arrogancia y
necedad para Dios. Pero Él no es de ninguna manera amenazado ni se molesta
por esta reclamación.

¿QUÉ ES LO QUE REALMENTE PIENSAS?

Cada pensamiento arrogante y orgulloso del hombre se deriva en última


instancia de que él adora a aquello creado en lugar del Creador o de que se
quiere hacer igual a Dios. Romanos 1:25 nos dice: “Ya que cambiaron la
verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes
que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén”. Dios no se
impresiona por lo que pensamos o por lo que podemos hacer. Incluso nuestras
ideas nobles son insignificantes para Él.
Lo que agrada a Dios es que tengamos una perspectiva propia de quien es
Él—que le temamos; que le glorifiquemos. Éste es el significado de los
versículos del Salmo 147: “No se deleita en la fuerza del caballo, ni se
complace en la agilidad del hombre. Se complace Jehová en los que le
temen, y en los que esperan en su misericordia” (Salmo 147:10-11). Dios nos
instruye a que no seamos arrogantes en nuestro pensar. En su lugar, que
sometamos nuestros pensamientos a la verdad de la Palabra de Dios.
Como nos dice en 2 Corintios 10:5: “Derribando argumentos y toda
altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo
todo pensamiento a la obediencia a Cristo”. Las personas que son “libre
pensadores que filosofan fuera del reino del conocimiento de Dios, son
realmente vulnerables y por lo tanto, son esclavizados a toda falsedad ideada por
el mundo y por el intrigante Satanás quien con mucho gusto los explota. Aunque
ellos se ven a sí mismos como libres y sabios, nada podría estar más lejos de la
verdad. Cuando los cristianos son acusados de ser estrechos de mente,
deberíamos aceptar eso como un halago. ¡El insulto que intentan en realidad
recalca el hecho de que tratamos de estar enfocados en la verdad!
Dictar los términos de nuestra vida es lo mismo que decirle a Dios que Él
no sabe lo que está haciendo. Puede que estés pensando: Bueno, yo no hago eso,
yo no le dicto a Dios lo que tiene que hacer. Pero muchas veces es lo que
hacemos y es posible que no te des cuenta. Es cuando decimos a Dios: “Haz esto
por mí”, y “hazlo de esta manera,” y “¿Por qué esto me está pasando a mí?” Una
vida victoriosa es una vida de entrega total. Esa vida incluye una perspectiva
adecuada y temer a Dios.

SOMETIÉNDONOS A
LA AUTORIDAD DE DIOS

El reinado de Cristo es para siempre en nuestras vidas. Nunca estamos fuera


de la autoridad de Dios. Tenemos que aferrarnos a esto como algo bueno, no
algo contra lo cual combatimos. El niño que aprende rápidamente esta verdad va
a vivir una vida de bendición.
Colosenses 1:15-19 da una de las grandes descripciones del rol general y
carácter de Cristo:
Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda
creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las
que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e
invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados,
sean potestades; todo fue creado por medio de él y para
él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él
subsisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él
que es el principio, el primogénito de entre los muertos,
para que en todo tenga la preeminencia; por cuanto
agradó al Padre que en él habitase toda plenitud.

SOMETIÉNDOSE A LA AUTORIDAD DE PAPÁ

Cuando yo estaba en la secundaria, era común escuchar a alguien decir: “Yo


nunca haría eso, mis padres me matarían”. ¡Qué raro es escuchar esto hoy día!
Por supuesto que ellos no querían decir esto literalmente, sino que querían decir:
Si cruzo la raya, voy a enfrentarme a consecuencias severas en las cuales no
quiero ni pensar. Éste es un miedo saludable. Trata de contrastar esto con una
maestra de quinto grado que le preguntó a su clase de veinticuatro niños cuántos
de ellos podían pensar en una cosa que aprendieron cuando su castigo fue
“tiempo de aislamiento” o “tiempo de espera”. Cada estudiante respondió que
estos tiempos no significaban nada para ellos. Sin embargo, vivir con un
entendimiento saludable de las consecuencias fomenta confianza en la autoridad
y hace realizar que la persona que nos está disciplinando quiere lo mejor para
nosotros—y que él/ella no es un tirano/a tratando de hacernos la vida imposible.
A medida que nuestros niños crecen y entienden este debido respeto hacia
la autoridad, ellos ven a sus padres—especialmente a su papá—como un líder
amoroso que a la larga, los capacita para tomar decisiones sabias según viven
dentro de los límites dados por Dios.
Nuestros hijos deben aprender a tener autocontrol cuando son jóvenes—es
casi imposible lidiar con un adulto voluntarioso y testarudo. Este adulto
testarudo negará que jamás se equivoca y no querrá dar cuentas a nadie. El
diseño de Dios es que nos respetemos y nos sometamos unos a otros en el cuerpo
de Cristo.
Si estas lecciones no son aprendidas cuando nuestros hijos son jóvenes,
Dios continuará lidiando con ellos y enseñándoles a través de personas y
autoridades que no sean sus padres. Si los padres continúan desafiando la
autoridad, los niños aprenderán a hacer lo mismo. Eventualmente, los niños
crecen y continúan luchando contra la autoridad. Incluso los creyentes que no
reciben estas lecciones importantes en su juventud, siguen lidiando con estos
problemas en su adultez. Es por eso que existe la disciplina de la iglesia. Si no
hemos aprendido a someternos a la autoridad en casa, Dios provee un sistema
para llegar a la persona que se resiste al liderazgo de la iglesia y a la autoridad de
la Palabra de Dios en su vida.
El sistema de disciplina bíblica tiene dos propósitos principales: restaurar al
individuo en amor, para que pueda alinear su vida con el plan de Dios y también
de proteger a los creyentes mostrándonos que tenemos que rendir cuentas si nos
alejamos demasiado.
Puedo recordar un número de años atrás, cuando una pareja que
conocíamos muy bien nos llamó para decirnos que se estaban separando. Habían
bajado la guardia en su matrimonio. Después de la llamada, cuando me senté y
pensé, me sentí entumecida. Lo único que podía pensar era: “Si tomo cinco
decisiones malas, esa podría ser yo”. Y la disciplina de la iglesia funciona de la
misma manera. Su intención no es de decir: “Mira lo que hizo”, sino más bien:
“Cuídate”.
Hay demasiadas personas que viven vidas descuidadas. Los papás,
especialmente son los guardianes de la familia. Recientemente me enteré de que
el 80 por ciento de los encarcelados del Condado de Cook fueron criados sin
padre. Es fácil de enseñar autoridad a un niño de dos años de edad. Puede que
estés pensando: ¿Lo es? Pues, sí, lo es, cuando se compara con la formación de
un niño de trece años de edad, quien te mira cara a cara o un adolescente de
dieciséis años de edad, que es más alto que tú. Comenzamos a formar a los niños
cuando son pequeñitos para que tengamos tiempo y oportunidad de hacerlo bien.
¡No desperdicies el tiempo!

EL MOMENTO DIFÍCIL PARA


LOS PADRES AL DEJARLOS IR

Jeremías escribió en Lamentaciones 3:27: “Bueno le es al hombre llevar


el yugo desde su juventud”. Hay un sentido de gran satisfacción en el trabajo
duro, en el esfuerzo físico laboral. El trabajo duro es bueno para todos nosotros.
Hay también un elemento de “llevar un yugo” que ayuda a los niños varones a
convertirse en hombres.
Cuando mi hijo, Luke, tenía nueve años de edad-de hecho, en su noveno
cumpleaños, mi marido, David, se lo llevó al patio a practicar lanzar y atrapar
una pelota de béisbol. A pesar de que Luke jugaba en un equipo de béisbol,
mientras yo observaba desde la ventana de la cocina, me di cuenta de que su
padre estaba lanzando la pelota muy fuertemente. Me estaba poniendo un poco
preocupada. Consideré llamarlo para decirle: “No le tires la pelota tan
fuertemente”, pero sabía que David probablemente no apreciaría mi comentario.
Pero antes de que pudiera hacer nada, vi la pelota (sí, una pelota dura)
pegarle a Luke justo en la nariz. Bueno, él se puso a llorar, por supuesto, y yo
corrí hacia fuera a examinar a Luke y le di a David una mirada que decía: “¿Por
qué tiraste la pelota tan fuertemente?”
Luke entró en la casa por un par de minutos y luego David le dijo: “Bueno,
Luke, vamos a salir a seguir tirando la pelota”. A lo cual yo respondí con una
mirada que decía: “¿Bromeas? Es qué no lo has herido ya lo suficiente?, pero
David insistió. Y salieron de nuevo para afuera y David comenzó otra vez a
lanzarle la pelota a Luke.
La lanzó suave un par de veces y luego comenzó a tirarla duro otra vez. Yo
podía ver desde la ventana que Luke tenía miedo y yo no lo podía creer. Yo no
interferí, pero estuve molesta con David por el resto del día.
Bueno, ahora pasamos hacia adelante, cuando Luke cumplió veinte años.
Yo estaba segura de que él se acordaría del cumpleaños cuando su papá casi le
rompió la nariz. Pero él dijo que no lo recordaba en absoluto. Yo había asumido
que había sido una experiencia traumática permanente, pero él ni siquiera se
recordaba de haber sido golpeado por el lanzamiento de su papá. Sin perder
tiempo, me miró y me dijo: “Espero que me hayas hecho volver a salir a jugar
fuera otra vez”.
Todo ese incidente volvió a mi mente cuando Luke se metió al boxeo
cuando se fue a la universidad. Yo estaba mortificada. Ninguna madre quiere que
su hijo sea golpeado en la cara (ni en ningún otro lugar del cuerpo). Nunca pude
ir a ver sus competencias—estaba aterrorizada y me apenaba.
En el segundo año de Luke, se fue al Oeste para competir en el las Finales
Colegiales Nacionales de boxeo. Salió tercero cuando perdió ante el campeón
nacional. No pude ver la pelea, pero definitivamente quería que David fuese a
apoyarlo. David tomó un par de fotos (fotos por suerte). Miré una foto del final
de la pelea en la que el árbitro aguantaba las muñecas de ambos boxeadores, y
una levantada. La imagen mostraba al oponente de Luke, un cadete de la
Academia de la Fuerza Aérea, con el brazo levantado y Luke todavía abajo.
Luke se veía agotado. Le dije a David: “No puedo ver eso. Esa es una foto
muy triste para mí”.
David me dijo: “De ninguna manera, es mi foto favorita. Luke se acercó al
campeón nacional. Claro que se ve cansado, pero nunca fue tumbado”.
A través de las aventuras de mi hijo en el cuadrilátero, aprendí un poco
sobre el boxeo. Una gran parte de este “deporte” se trata de superar el miedo,
mientras que se permanece cerca del peligro sin poder escapar. Es una prueba de
luchar sin poder escapar. No estoy segura de que realmente lo entiendo, pero los
hombres sí lo entienden, gracias a Dios. Los varones necesitan lecciones duras
para convertirse en hombres. Éstas fueron importantes lecciones para mí,
mientras me recuerdo de la decepción que sentí con David en aquellos días.
Un par de años atrás, yo estaba hablando con una madre soltera cuyo hijo
de diez años estaba insistiendo mucho que lo sacaran programa de jóvenes
porque tenía un “conflicto de personalidad” con un líder varón que era fuerte. El
problema en realidad no tenía nada que ver con la personalidad, sino más bien
con la voluntad pues el joven no quería molestarse haciendo cosas que él no
quería hacer.
Recuerdo que pensé: Cómo tu hijo va a convertirse en un hombre si lo
mimas en cada problema que tenga? Estaba claro que este niño había aprendido
a manipular a su madre para conseguir lo que quería. Siempre es más fácil ver la
manipulación cuando la víctima no se trata de uno, ¿no es así?
Podemos evitarles años de sufrimiento a nuestros niños si permitimos que
lleven este yugo en su juventud. Dios dice que esto es “bueno” y debe hacerse.
Gracias a Dios por maridos que ayudan a formar a nuestros hijos varones a ser
hombres. Ellos proporcionan el balance a nuestra tendencia a la ternura. Se
necesitan ambas partes, pero tendemos a ver sólo nuestra parte, así que es
importante trabajar junto al marido y echarnos hacia atrás a veces.
A veces, nuestros hijos van a pasar por pruebas duras y batallan contra
dificultades que ni nosotros ni ellos eligen. Aunque estemos con ellos, Dios les
puede dar una carga para llevar que nosotros no podemos cargar por ellos. Esto
es muy difícil para nosotros como padres.
Un mes después de la graduación de la escuela secundaria de Lee, David y
yo aprendimos lo difícil que es esto en realidad. A principios de julio nos fuimos
a un gran pasadía familiar con unos amigos. Todos mis hijos adultos y un par de
nietos estaban presentes. Recuerdo decirle a Lee que yo esperaba que él fuera al
pasadía, realizando que quizás había hecho otros planes. Para mi deleite, me dijo
que iba a ir.
Durante una estadía con amigos y simplemente disfrutando de su compañía,
Lee comenzó a demostrar como él podía hacer que saliera un chichón del
tamaño de una pelota de golf de debajo de su clavícula. Yo pasé un susto cuando
lo vi hacer esto. Sabía que ese chichón no era normal e inmediatamente pensé lo
peor.
Cinco días más tarde después de una serie de citas y pruebas médicas,
David y yo recibimos la terrible noticia de que nuestro hijo Lee, de dieciocho
años de edad, tenía cáncer. Nuestra respuesta inmediata fue: “Ojalá fuera yo en
su lugar”. Nuestro segundo pensamiento fue que Dios eligió esto para Lee y para
nuestra familia. Estos son los momentos frustrantes de la vida cuando no
podemos hacer nada por nuestros hijos, pero Dios elige estas cosas para ellos
que usará para que maduren, son cosas que Él les hace cargar.
Recuerdo estar muy agradecida al Señor cuando Lee hizo el esfuerzo de
acompañarnos el día del pasadía. Su cáncer, el linfoma de Hodgkin, pudo no
haberse descubierto porque él no estaba alarmado y su ropa lo tapaba. Yo sé que
mi hijo Lee siempre está ocupado y pudo haber estado en la universidad sin ni
tener idea que lo tenía. Él oncólogo nos informó que Lee tenía más tumores que
una persona podía contar dentro de su cavidad torácica. Obviamente, Lee no fue
a la universidad en el otoño con sus amigos; se quedó en casa batallando por su
vida. Yo vi como su fe crecía de manera inimaginable. Nunca se quejó ni
cuestionó a Dios, sino que por meses soportó el tratamiento agonizante y sus
efectos secundarios.
Una vez, cuando estábamos en el consultorio del oncólogo para uno de los
tratamientos, yo le pedí a la enfermera que mirara las uñas de Lee. Las uñas en
cada uno de los dedos gordos de los pies de Lee se veían frágiles y se estaban
ennegreciendo. Él había estado jugando baloncesto y no había dejado que nadie
se enterara de su situación de salud, para que no lo trataran de manera diferente
en la cancha. La enfermera le dio una mirada cuidadosa y le dijo: “Tú perderás
un dedo gordo y posiblemente el otro también”.
Lee le respondió: “¿Qué tan segura está usted?”
Ella respondió: “El noventa y nueve por ciento segura.”
Rápidamente, Lee levantó ambos puños en el aire y exclamó: “¡Muy bien!
Yo voy al uno por ciento!” Creemos que podemos evitar que nuestros niños no
sufran pruebas y cuando las reciben, terminan siendo una enseñanza para
nosotros. Está demás decir que Lee me enseñó muchas lecciones durante esa
prueba.

JUSTICIA Y MISERICORDIA

Caminamos a través de tiempos difíciles con nuestros hijos. Y esperamos


que nosotros no seamos los causantes de sus dificultades. Tampoco esperamos
que seamos piedras de tropiezo en su caminar con el Señor al tratar de
protegerlos de las consecuencias necesarias.
Hay un principio importante que recordar en esta área de establecer
autoridad: Cuando hayas enseñado correctamente a tus hijos el respeto a la
autoridad, ellos desearán la justicia (el resultado correcto, incluyendo las
consecuencias) en vez de misericordia (ser librados de las consecuencias). Pero
cuando ellos llegan a entender la justicia y el hecho de que es necesaria, puedes
entonces otorgarle misericordia. Si no tienen respeto por la autoridad ni a los
límites, ellos esperarán recibir misericordia- y no justicia-así que darles
misericordia es algo contraproducente hasta que ellos entiendan que tienen que
someterse a la autoridad.
Me explico: La justicia es recibir una recompensa correcta y exacta o un
castigo que me he ganado. Misericordia es no recibir el castigo que me he
ganado. Si nunca entiendo por qué estoy recibiendo misericordia (la
consecuencia que me he ganado), entonces en realidad no entiendo la
misericordia. No tendría un marco de referencia de lo que he hecho para
merecerme el castigo o ser librado de él.
Si siempre recibo “misericordia”, entonces la esperaría y la daría por
sentado. En este caso no sería misericordia, sino escape de consecuencias.
Ésta es una explicación complicada. Así es como funciona en la vida real.
Cuándo una madre piensa que ella nunca debería disciplinar a su hijo, ya que
estaría demostrándole amor dejando pasar el castigo, no le hace a su hijo ningún
favor porque su hijo entonces se criará sin esperar consecuencias o sin tener que
dar cuentas por sus acciones; lo que esperará es que el resultado de sus acciones
sea ignorado. Sin embargo, si se disciplina al niño, éste aprenderá que si peca
contra Dios y sus padres, deberá esperar justicia. Los niños generalmente
aprenden esto muy rápido porque poseen una manera de entender la justicia. Si
tú le preguntas a un niño pequeño cuáles deben ser las consecuencias por algún
comportamiento malo, lo más seguro es que te sugieran un castigo más fuerte del
que tú estás pensando.
Es muy triste que los padres (especialmente las madres) a menudo traten de
que sus hijos no les den el frente a ciertos eventos que tienen que encarar.
¿Cómo? Sí, librándolos de las consecuencias. Todo comienza con cosas
pequeñas como haciendo excusas por ellos, ayudándolos con sus situaciones
difíciles, librándoles de alguna detención en la escuela, no pidiéndoles cuentas
por sus acciones cuando se meten en problemas o convenciéndoles de que ellos
no tienen que encarar las consecuencias. Eventualmente, nos podemos encontrar
rescatándolos de una consecuencia seria.
La clave de todo esto es mirar a nuestro pecado como Dios lo ve y aceptar
las consecuencias. Este entendimiento es la esencia de tener un corazón humilde
delante de Dios (o de vivir en el temor de Dios). Esta lección también ilustra la
condición de nuestros corazones antes de entender la salvación. Es entonces
cuando nos damos cuenta que tenemos una deuda moral que no podemos pagar y
que Dios en su infinita misericordia paga nuestra deuda y quita el castigo que
nos espera. Jesús carga la consecuencia por nosotros.
¿Espero que Dios me dé lo que yo quiero, porque creo que me lo merezco?
Sin arrepentimiento no podemos recibir la misericordia de Dios y por lo tanto no
podemos recibir la salvación. Así que la disciplina bajo la autoridad es realmente
una demostración para nosotros de cómo Dios trabaja, aún en la salvación.
Además de la salvación, Dios nos ha dado misericordiosamente una gran
cantidad de otras bendiciones. Juan 10:10 lo llama una vida abundante. Él da a
Sus propios hijos bendiciones eternas que vamos a disfrutar para siempre. Pero
incluso ahora mismo en la tierra, en este lugar temporal, Él nos da muchas
bendiciones. Como nos asegura 2 Crónicas 16:9: “Porque los ojos de Jehová
contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen
corazón perfecto para con él”. En otras palabras, Dios se mueve hacia los que
viven justamente delante de Él, los que ya no son culpables porque han recibido
la misericordia a través del sacrificio de Jesús.

BENDICIONES DE DIOS
PARA LOS QUE LE TEMEN

¿Qué bendiciones adicionales caracterizan las vidas de las personas


temerosas de Dios? ¿Vela Él por nosotros de manera exclusiva mientras vivimos
en esta tierra? Los beneficios de vivir el temor de Dios y vivir bajo Su autoridad
aparecen frecuentemente en las Escrituras y la lista siguiente sólo toca la
superficie.
Vamos a considerar algunas promesas de Dios para los que le temen:

• Ven que Dios hace grandes cosas en sus vidas y la gloria y


la alabanza van a Él. Deuteronomio 10:20-21 nos dice: “A
Jehová tu Dios temerás, a él solo servirás, a él seguirás, y
por su nombre jurarás. Él es el objeto de tu alabanza, y él

es tu Dios, que ha hecho contigo estas cosas grandes y


terribles que tus ojos han visto”.
• Moran con Dios ahora y por la eternidad. Salmo 15:1-4
dice: “Jehová, ¿quién habitará en tu
tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo? El que

anda en integridad y hace justicia, y habla verdad en su


corazón. El que no calumnia con su lengua, ni hace mal a
su prójimo, ni admite reproche alguno contra su
vecino. Aquel a cuyos ojos el vil es menospreciado, Pero

honra a los que temen a Jehová. El que aun jurando en


daño suyo, no por eso cambia”.
• Sus vidas están protegidas del mal por el temor de Dios.
Proverbios 16:6 nos asegura: “Con misericordia y verdad
se corrige el pecado, y con el temor de Jehová los
hombres se apartan del mal”. Y el Nuevo Testamento nos
confirma en 2 Corintios 7:1: “Así que, amados, puesto
que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda
contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la
santidad en el temor de Dios”.
• Experimentan la dirección de Dios para tomar decisiones
sabias. Encontramos esta certeza en pasajes como el Salmo
25:12: “¿Quién es el hombre que teme a Jehová? Él le
enseñará el camino que ha de escoger”.
• Experimentan una vida abundante en Cristo y son ricos en
las cosas de Dios. La promesa de Dios con respecto a esto se
puede ver en el Salmo 25:13: “Gozará él de bienestar, su
descendencia heredará la tierra”.
• Son capaces de tener verdadera comunión con Él. La
comunión íntima de Jehová es con los que le temen y a
ellos hará conocer su pacto” (Salmo 25:14).
• Reciben la bondad de Dios, que Él realmente almacena
para ellos. Como el Salmo 31:19 declara: “¡Cuán grande
es tu bondad, que has guardado para los que te temen,
que has mostrado a los que esperan en ti, delante de los
hijos de los hombres!”
• Son rescatados por Él y reciben la certeza de que Él
siempre está cerca. Dios promete: “El ángel de Jehová
acampa alrededor de los que le temen, Y los defiende”
(Salmo 34:7).
• Son bendecidos con el propósito de llegar a ser sus testigos
al mundo. El Salmo 67:7 dice: “Bendíganos Dios y
témanlo todos los términos de la tierra”.
• Reciben el perdón de pecados y Su compasión se extiende
incluso a los hijos de sus hijos. Nos encontramos este
consejo confortante en el Salmo 103:11-13, 17: “Porque
como la altura de los cielos sobre la tierra, Engrandeció
su misericordia sobre los que le temen. Cuanto está lejos

el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras


rebeliones. Como el padre se compadece de los hijos, se
compadece Jehová de los que le temen…Mas la
misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la
eternidad sobre los que le temen, y su justicia sobre los
hijos de los hijos”.
• Reciben la promesa de Dios de que Él siempre proveerá
para sus necesidades. Como promete el Salmo 111:5: “Ha
dado alimento a los que le temen; Para siempre se
acordará de su pacto”.
• Se humillan ante Dios y se unifican en el cuerpo de Cristo
(la Iglesia) en todo el mundo. Tienen un vínculo espiritual
con el pueblo de Dios en todas partes. “Sino que en toda
nación se agrada del que le teme y hace justicia” (Hechos
10:35).
• Viven la vida con una perspectiva eterna y una compasión
por los perdidos. “Conociendo, pues, el temor del Señor,
persuadimos a los hombres; pero a Dios le es manifiesto
lo que somos; y espero que también lo sea a vuestras
conciencias” (2 Corintios 5:11).

Vivir con el temor de Dios pone a la vida y a la eternidad en perspectiva. Nos da


compasión por los incrédulos, porque nos damos cuenta de que no merecemos
las misericordias de Dios. Después de considerar una lista de este tipo, no puedo
dejar de pensar en el Salmo 68:19: “Bendito el Señor; cada día nos colma de
beneficios El Dios de nuestra salvación”. Cuando lo ponemos a Él primero, Él
nos colma de beneficios, el primero y más importante es la salvación.
¿Recuerdas la última vez que llenaste tu carrito de comestibles en el
supermercado y ni te cabía una cosa más? Y tenías que mover las cosas y bolsas
llenas de naranjas para que no aplastaran el pan? Y tratabas de añadir una cosa
más y volviendo a mover las cosas para que te cupieran? Y luego te acordaste de
algo que se te había olvidado y lo fuiste a buscar y volviste a re-arreglar el
montón de cosas para añadirla? Esto es nada en comparación con lo que Dios
hace por nosotros todos los días cuando nos llena de Sus beneficios.

VIVIR FUERA DE LA AUTORIDAD DE DIOS

Podemos ver en la lista anterior que las bendiciones de Dios son grandes
para los que le temen, y ¿qué tal acerca de los que no temen a Dios? ¿Cómo los
ve Él ¿Cuáles son los resultados de tratar de vivir fuera de Su autoridad?
Echemos un vistazo a algunos pasajes contrastantes:

•Las personas que no temen a Dios pervierten Sus


mandamientos y le desprecian al negarse a seguir sus
directrices. Proverbios 14:2 nos dice: “El que camina en
su rectitud teme a Jehová; mas el de caminos pervertidos
lo menosprecia”.
• Las personas que no temen a Dios, sino que lo abandonan,
sufrirán daño por alejarse de Él. Jeremías 2:19 describe el
proceso: “Tu maldad te castigará, y tus rebeldías te
condenarán; sabe, pues, y ve cuán malo y amargo es el
haber dejado tú a Jehová tu Dios, y faltar mi temor en ti,
dice el Señor, Jehová de los ejércitos”.
• Las personas que no temen a Dios no reconocen que son
incapaces de guiar sus vidas correctamente sin Él. Su
incapacidad para ver a Dios tal y como es significa que no
pueden verse bien a sí mismos tampoco. “Conozco, oh
Jehová, que el hombre no es señor de su camino, ni del
hombre que camina es el ordenar sus pasos” (Jeremías
10:23).
• Las personas que no temen a Dios no reconocen que todo
lo que tienen es de Él. Se niegan a escuchar las cosas de
Dios. Nunca aprendieron a someterse a la autoridad cuando
eran niños y ahora la desobediencia es una forma de vida.
Ellos están en la misma condición sobre la cual Dios habló a
través de Jeremías: “Te he hablado en tus prosperidades,
mas dijiste: No oiré. Este fue tu camino desde tu
juventud, que nunca oíste mi voz” (Jeremías 22:21).
• Las personas que no temen a Dios viven con temor en
medio de sus circunstancias porque no tienen confianza en
Él. En cambio, ponen su confianza en el hombre y en su
propio entendimiento. “No llaméis conspiración a todas las
cosas que este pueblo llama conspiración; ni temáis lo
que ellos temen, ni tengáis miedo. A Jehová de los
ejércitos, a él santificad; sea él vuestro temor, y él sea
vuestro miedo” (Isaías 8:12-13).
• Las personas que no temen a Dios se elevan a sí mismos y
no se dan cuenta que Dios los va a derribar. Daniel 4:37b:
“Y Él puede humillar a los que andan con soberbia”.

Dios es clemente y misericordioso con aquellos que le temen. Aquellos que no le


temen, son vulnerables a cada tipo de maldad porque caminan fuera de Su
protección. Nosotros tenemos una relación con nuestro Padre celestial en la cual
permanecemos y caminamos junto a Él. Cuando decidimos dejarle, Él es aún
nuestro Padre, sólo que la relación se ha estropeado.

RESPONSABILIDADES DE LOS PADRES

Estamos llamados a administrar y a controlar nuestros hogares,


específicamente a nuestros niños. Los siguientes versículos fueron escritos en lo
que respecta a la elección de los líderes de la iglesia, pero sin duda que todas las
familias deben de tratar de tener estas cualidades. Pablo instruyó a Timoteo a
elegir hombres que cumplieran con los siguientes criterios para dirigir la iglesia.
“Que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda
honestidad” (1Timoteo 3:4). Y también: “Los diáconos sean maridos de una
sola mujer, y que gobiernen bien sus hijos y sus casas” (1 Timoteo 3:12).
¿Por qué esas normas desafiantes? Porque Dios quiere que imitemos Su
modelo bíblico ante los hombres. Si no vivimos en sumisión ante Dios, no
podremos guiar a otros a ese lugar ni tampoco a nuestros propios hijos.
Otra razón por la cual el orden correcto en la iglesia y en la familia es tan
importante es por el asunto de la protección. Los caminos de Dios nos protegen.
Hemos mencionado antes que Él bendice aún a las generaciones de la gente
piadosa. A veces tus hijos han sido protegidos de daños debido a tu fidelidad. A
veces tus oraciones los han protegido de maneras que ni te darás cuenta en esta
vida. Yo puedo pensar en varias veces cuando he visto a Dios intervenir a mi
nombre y a nombre de mis hijos y me pregunto cuántas cientos de veces más Él
habrá intervenido sin que ni siquiera yo me diera cuenta.
Dios revela Su poder y protección sobre nosotros. Quizás puedes recordar
un incidente cuando Dios intervino claramente por ti. Yo puedo recordar una vez
cuando mi carro se quedó sin gasolina sobre las vías del tren con dos niños
pequeños sentados en el asiento trasero con las luces intermitentes. Fue una
dosis cruda de realidad para mí. La realidad de lo que podría haber sucedido y la
realidad de la protección de Dios me tocaron mientras yo oraba y Él permitió
que el carro prendiera durante unos quince segundos—el tiempo suficiente para
salir del peligro. Nos encontramos con retos cada día—claro que gracias a Dios
quizás no tan peligrosos como éste, pero son eventos que llaman nuestra
atención y hacen que nos volvamos a enfocar en Cristo. Estos momentos lo
hacen real a Él en nuestra vida cotidiana.
Dios permite que todos estos eventos sucedan en nuestras vidas (y en la
vida de nuestros hijos), grandes o pequeños, para que mantengamos nuestra
perspectiva y dependencia en Él.
Querido Padre Celestial:
¡Qué grande y maravilloso eres! Te reconocemos como
nuestro Dios y Padre. Vivimos con temor a Ti y no al
hombre. Gracias por las muchas, muchas maneras que nos
bendices como Tus hijos. Pensar que aún Te importamos y
que Te fijas en nosotros en forma individual y como grupo
familiar según vivimos para Ti. Tú estás más allá de nuestro
entendimiento. Amado Señor, ayúdanos a criar a nuestros
hijos de la manera en que Tú deseas y que el Rey de Reyes y
Señor de Señores reine en sus corazones y vidas. Amén.

GUÍA PARA GRUPOS PEQUEÑOS

MEMORIZACIÓN DE LAS ESCRITURAS


(Tiempo sugerido—15 minutos

Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de
tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido
ejercitados.
Hebreos 12:11

Continúen con el sistema de memorización de las Escrituras con cada persona


recitando el versículo del día y revisando los versículos de las semanas
anteriores. Recuerden decir la referencia antes y después de cada versículo.
Anímense a compartir cómo la meditación en estos versículos les ha impactado.

TIEMPO DE PAREJAS
(Tiempo sugerido—45 minutos)


Respecto a cada uno de sus hijos: ¿Respetan autoridad? ¿Respetan las
autoridades que Dios ha puesto en sus vidas y a Dios mismo?
¿Tienen sus niños un temor saludable de no cruzar la raya o tratan a veces
de cruzarla?
¿Pueden pensar en ejemplos de cuando sus hijos se enfrentaron a
consecuencias? ¿Y cómo fueron afectados?
¿Ven sus hijos el pecado como una ofensa contra Dios—y no como algo
que sus padres impiden que hagan? ¿En qué se basa tu respuesta?
¿Les ponen ustedes límites estrictos o se encuentran cambiando algunos
límites? Nunca crean que ellos son muy mayores para apretarles los límites
si es necesario. Recuerden que los están rescatando del “borde del
precipicio”. Ahora es el momento.
En la sección “Saliendo de la autoridad de los padres”, se enlistan tres cosas
del desarrollo de sus niños que ustedes, padres, tienen que fijarse. Éstas
indican si están listos para vivir por sí solos. ¿Cuáles son estas cosas y qué
ejemplos ven hasta ahora en las vidas de sus hijos?

Aplicación en el hogar: ¿Podrían identificar tres errores que han cometido en la


crianza de sus hijos (y todavía batallan con esto)? ¿Podrían identificar por qué el
entrenamiento es inefectivo (muy pronto, muy tarde, muy inconsistente)? Hablen
de cómo podrían alentarse y reforzarse el uno al otro como padres en esta área.
El propósito no es de encontrar faltas, sino de reconocer las consecuencias en
nuestras propias vidas, dónde nos desviamos en la disciplina y luego le pedimos
a Dios que nos ayude a regresar al camino correcto.

Declaración para el hogar: Estamos tratando de hacer de nuestro hogar un lugar


donde los niños puedan aprender el temor de Dios, no sólo a través de la
disciplina aplicada en amor, sino también porque nuestros hijos pueden ver que
tememos a Dios y respondemos a Su disciplina en nuestras vidas. Queremos que
nuestro hogar sea un lugar donde Dios está edificando en forma activa.

Oración para la pareja: Terminen en oración, pidiéndole a Dios que los corrija a
ustedes mientras tratan de guiar a sus hijos en el temor de un Dios santo. Oren
por cada uno de sus hijos, mencionando cada nombre, describiendo como los
ven en ese momento y pidiéndole a Dios que les ayude a percibir la sensibilidad
de sus corazones.

TIEMPO DE DISCUSIÓN
PARA GRUPOS PEQUEÑOS
(Tiempo sugerido—45 minutos)

Revisen los pasajes incluyendo el capítulo que destaca las bendiciones de


Dios para aquellos que le temen.
Continúen con el tema de apreciar la provisión de Dios a las familias que le
temen, buscando los siguientes versículos y escribiéndolos para saber lo
que Dios dice sobre aquellos que le temen. Asignen la misma cantidad de
versículos a cada miembro del grupo y luego trabaja solo/a por algunos
minutos para que identifiques la bendición particular que Dios tiene para
los que le temen. Cada persona debe compartir sus pensamientos con el
resto del grupo.

Salmo 112:1-2
Salmo 112:5-8
Salmo 115:11
Salmo 128:1-4
Salmo 147:11
Salmo 145:19
Proverbios 3:7-8
Proverbios 9:10
Proverbios 14:26
Proverbios 15:16
Proverbios 19:23
Isaías 33:6
Jeremías 32:3

Piensen en versículos adicionales y en ejemplos que quisieran incluir.


¿Pueden recordar un tiempo cuando Dios intervino claramente por su
familia, cuando los protegió de un daño serio, peligro o consecuencias? ¿Le
dieron las gracias? Compartan anécdotas con el grupo sobre la gracia de
Dios y Su misericordia.
¿Tienen preguntas u observaciones sobre lo que han leído en el capítulo 7?

TIEMPO DE ORACIÓN


Denle gracias a Dios por Sus muchas bendiciones, orando específicamente
por los versículos del estudio de hoy.
Confiesen cualquier duda que hayan permitido que consuma sus
pensamientos y reemplácenla con la Verdad de la Palabra de Dios.

8
DIRIGIENDO AL NIÑO
LOS PADRES PIADOSOS NO EXASPERAN A SUS HIJOS

Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres,


porque esto es justo.
Honra a tu padre y a tu madre,
(que es el primer mandamiento con promesa)
para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.
Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos,
sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.
Efesios 6:1-4

N uestro capítulo anterior incluía un versículo que hablaba del manejo del
hogar y de tener control sobre nuestros niños. Nos referimos a que ellos no
controlan nuestros hogares, sino que nosotros controlamos a nuestros niños. No
hablo de rutinas tales como tomar siestas, que son cosas que a veces dictan la
rutina de la familia. Me refiero al hecho de tomar decisiones basándonos en las
reacciones de nuestros niños. Actuar en el mejor interés de ellos rara vez implica
que les consultemos su opinión.
Cuando tomes decisiones basadas en los antojos de tus niños, lo que estás
haciendo es permitiendo que ellos tomen control del hogar y estás creando un
hogar centrado en los niños. Esto eventualmente llega al punto de que
permitamos que no vayan a ciertas actividades que ellos no quieren ir, o que
dejemos de obligarlos a que asistan a las reuniones de los jóvenes, etc. Los niños
generalmente no toman decisiones convenientes para ellos. Simplemente, no son
capaces de manejar sus vidas, ni tampoco deben tratar de hacerlo.

EL MANDATO BÍBLICO

“Que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda
honestidad” (1 Timoteo 3:4). Seamos realistas. De vez en cuando, nuestros
niños no querrán escucharnos, pero esto es debido a que son niños y están en el
proceso de aprender a ser criados por nosotros. Pero ésta no debe ser la norma;
cada incidente debe ser controlado para que ellos aprendan este principio de la
vida familiar. Si los niños no se pueden controlar es porque lo hemos permitido.
En otras palabras, este asunto de manejo tiene que ver con los patrones de
crianza y no con los altibajos del progreso diario de nuestros hijos. (Si a tu hijo
se le hace difícil poner atención o seguir instrucciones, debe ser evaluado. La
nutrición, la sensibilidad a ciertas comidas, la visión pobre, la falta de sueño y
muchos otros factores pueden también contribuir a esto).
El principio del manejo del hogar está ilustrado muchas veces en la Biblia.
Un caso triste es el de la familia del sacerdote Elí. Los dos hijos de Elí son
ejemplos perfectos del resultado de la falta de manejo o de la buena crianza en el
hogar. Dios eventualmente tuvo que disciplinarlos—¡y aún más! En el siguiente
versículo leemos sobre el juicio de Dios dado a través del profeta Samuel:
“Porque le he hecho saber que estoy a punto de juzgar su casa para siempre
a causa de la iniquidad de la cual él sabía, pues sus hijos trajeron sobre sí
una maldición, y él no los reprendió” (1 Samuel 3:13 NBLH). La Nueva
Versión Internacional usa la frase “no los refrenó” en lugar de “no los
reprendió.” Dios le dijo esto a Samuel porque Elí no crió bien a sus hijos; ellos
estaban fuera de control y por lo tanto Dios le quitaría el sacerdocio a él y a sus
descendientes para siempre. De hecho, Dios les quitó la vida a ambos hijos el
mismo día. La profecía de que el sacerdocio iba a ser removido de él y sus
descendientes se cumplió después, cuando Salomón se convirtió en rey (1 Reyes
2:26-27).
Ejemplos como estos nos recuerdan la razón por la cual debemos enseñar a
nuestros hijos a que tenemos autoridad sobre ellos. La aplicación obvia de esta
verdad es que tenemos que ejercer control sobre ellos. Un niño que no ha
aprendido a tener un temor saludable y respeto hacia sus padres, es un niño que
dirá: “Tú no puedes obligarme”. Si no intervenimos, un niño fuera de control—
que grita, patalea y muerde—será un niño que continuará peleando contra la
autoridad, tirará puertas y objetos y seguirá gritando.
El comportamiento rebelde puede también indicar que nosotros estamos
exasperando a nuestros niños. Éste va a ser el énfasis de este capítulo. Nuestra
discusión va a culminar en una oportunidad para que podamos personalmente
evaluarnos en esta área. Dios nos manda a que controlemos a nuestros niños y Él
también nos muestra que ésta es una labor posible de lograr. Tomamos Su plan
absolutamente en serio porque es una convicción bíblica.
Recuerda nuestro versículo para memorizar el Salmo 85:8: “Escucharé lo
que hablará Jehová Dios; porque hablará paz a su pueblo y a sus santos,
para que no se vuelvan a la locura”. Hay varias razones por las cuales los
niños resisten la autoridad, pero la principal es que tenemos una tendencia innata
a rebelarnos contra ella. A menos que haya un claro impedimento en el
desarrollo, los niños aprenden a resistir la autoridad mucho antes de los dos años
de edad.
Mientras nuestros niños van creciendo, van aprendiendo a convertirse en
personas auto-gobernadas, en esencia, a controlarse a sí mismos. Nuestra tarea
en esta etapa es la de entrenarlos para lograr esto. El reto de los padres es de
exponer a los niños a situaciones donde les puedan enseñar. Por ejemplo,
queremos que nuestros niños posean cualidades de santidad, como
mansedumbre, la cual se define como fuerza bajo control. Si tratamos de evitar
que ellos soporten tiempos difíciles, les estamos impidiendo que desarrollen
mansedumbre.

LOS TRES NIVELES DE MOTIVACIÓN

Hay tres razones primarias por las cuales los niños deben ser motivados a
obedecer:

1. debido a que hay una ganancia para ellos. La meta es de


agradarse a sí mismos.
2. debido a que quieren agradar a otra persona o complacer a
otros. La meta es de agradar a otros.
3. debido a que saben que glorifican a Dios. La meta es de
honrar a Dios.

Vivir para agradarse a sí mismo es la forma más baja de motivación. Esta forma
de motivación ofrece recompensas, lo cual podría estar bien, pero recuerda que
es la forma de motivación más básica. Esta motivación es la que se usa
comúnmente en las escuelas. Presupone que los niños son básicamente buenos y
si les ofreces una recompensa, tratarán de portarse bien. Un ejemplo sería
cuando un niño se porta mal y el maestro le da una pegatina cuando se calma. El
problema es que el niño callado y obediente es ignorado mientras que el niño
que recibe la pegatina está aprendiendo más sobre cómo satisfacer sus propios
deseos que a portarse bien. Esto no logra el resultado deseado. Nosotros no
tenemos la tendencia a hacer el bien, sino que nuestra tendencia es la de
agradarnos a nosotros mismos. Ésta es la razón por la cual entrenar a los niños a
hacer lo que glorifica a Dios debe comenzar bien temprano.
Vivir para glorificar a Dios es un asunto del corazón y por lo tanto es la
mejor decisión que cada individuo pueda tomar. Las Escrituras nos alertan a no
vivir aparentando santidad y como consecuencia negando Su poder. En otras
palabras, actuando como si viviéramos para Dios cuando en realidad, estamos
viviendo para nuestras motivaciones y deseos egoístas (2 Timoteo 3:1-5). Las
palabras más fuertes de Jesús fueron hacia los fariseos porque aparentaban una
cosa, pero vivían otra. Jesús reprendió fuertemente su hipocresía (Mateo 23). Él
nos dice que tenemos que negarnos a nosotros mismos y entregar nuestros
pensamientos y deseos al control del Espíritu Santo; un reto que dura toda una
vida (Lucas 9:23). Sólo cuando vivimos para Él es que podemos dejar de vivir
para nosotros mismos.

INTERNO VERSUS EXTERNO

Observen a sus hijos esta semana y enfóquense en la forma en que toman


sus decisiones. Tengan en cuenta lo que ellos eligen. ¿Qué eligen primero?
Obviamente, los niños pequeños a menudo escogerán la recompensa que les
satisface a sí mismos; sin embargo, tienen que ser enseñados, aún a la edad de
dos años, a elegir cosas que honren a otros antes que a ellos mismos. Por
supuesto, esto no significa que crezcamos sin tomar decisiones que nos plazcan a
nosotros mismos, pues Dios ha provisto un mundo maravilloso lleno de
bendiciones para que podamos disfrutarlas. El punto a considerar es el de poner
las alternativas a la luz de la provisión de Dios, sirviendo a otros y honrando al
Señor.
Hay dos directrices que queremos mantener como padres y éstas son: (1)
No refuerces el egocentrismo, y (2) No plantes una semilla de rivalidad entre
hermanos. En otras palabras, ten cuidado de no permitir que los niños busquen
su propia felicidad a expensas de un hermano. Esto ocurre a menudo en los
juegos o cuando es hora de compartir. Los niños pequeños pueden aprender a
poner a otros antes que a ellos mismos. Esto no significa que tengan que
compartirlo todo o que no tengan cosas y momentos exclusivamente para ellos.
Lo que significa es que se estarán criando con la capacidad de anular sus deseos
egoístas. Nos ocuparemos de esto más ampliamente en un capítulo posterior. La
disciplina que utilizamos con nuestros hijos debe enfatizar la actitud del corazón,
para que el niño pueda alinear sus acciones con lo que glorifica a Dios.

EL CÍRCULO COMPLETO

Nuestro entendimiento y práctica de la disciplina deben ser completos. La


corrección tiene que ir acompañada de contenido e instrucción. En casos de
desobediencia, tenemos que ayudarles a entender los siguientes pasos:

1. ¿Qué pasó? El niño verbaliza su comportamiento. “Ésta es la razón por la cual


Mamá o Papá están respondiendo de esta manera. Son tus acciones y actitudes
que requieren que respondamos así”. (La reacción de los padres debe estar
siempre bajo control, casi formal.)
2. ¿Qué comportamiento tiene que cambiar? El niño debe responsabilizarse de
su conducta. “¿Cuál fue el mal comportamiento? ¿Qué hiciste?”
3. ¿Qué necesitas hacer para reemplazar el mal comportamiento? El niño
verbaliza el comportamiento que debió haber tenido en su lugar. “¿Qué debió
haber hecho?”
4. ¿Qué otra reacción o actitud puede glorificar a Dios? El niño da ideas
adicionales para reparar las cosas en el momento y seguir adelante. “¿Por qué es
esto importante para Dios?” (Arrepentimiento, confesión, restitución, perdón,
humildad, etc.)

“EL RUBÍ”
A menudo escucho a padres que se lamentan que después de intentar
corregir o disciplinar a sus hijos, aún perciben resistencia o una actitud de
rebeldía. Por lo general, esto sucede cuando el niño no se ha responsabilizado
todavía de su comportamiento. Termina enojado, incluso con ustedes. Esto no es
una muestra de un verdadero arrepentimiento, sino de un resentimiento sobre la
consecuencia. Significa que la disciplina no se aplicó de forma total.
Se necesita paciencia y gracia para esperar que el corazón obstinado de un
niño pequeño se someta y admita que ha hecho mal. A menudo es útil decir con
calma: “Es necesario que digas que sabías que estabas mal, pero que lo hiciste de
todas maneras”. Éstas son palabras difíciles para cualquiera de nosotros, debido
a que son humillantes. Cuando un niño es capaz de confesar esto, se observa un
cambio dramático en su comportamiento. ¡Es una cosa preciosa! Ellos
aprenderán que las cosas pueden arreglarse y que es mucho más agradable vivir
en armonía con sus padres que en oposición. La ternura entre padre e hijo se
restaura y se aprende una lección duradera. Este logro especial es a lo que me
refiero con “el rubí”. Es la meta que nos proponemos en nuestra disciplina del
círculo completo.
Los pasos anteriores producen el círculo completo de eventos. Estos son los
pasos que Dios demanda que tomemos si queremos entrenar a nuestros niños en
Sus caminos y no provocarlos a la ira. Si nos limitamos a imponer nuestra
autoridad, sin entrenarlos por medio de estos cuatro pasos, los vamos a
exasperar.
Ahora, puede que estés pensando: Caramba, ¿tengo que hacer todo eso
cada vez? Bueno, todo depende de cuán rápido quieres que tus hijos lo aprendan.
En otras palabras, la consistencia es una meta que vale la pena. Cada año que
enseño la clase de “Se me ha confiado…”, las mujeres vienen a donde mí a
decirme: “Yo realmente no pienso que esto funcionaría en mi caso porque estoy
empezándolo tarde”, o “Yo simplemente no creo que es así de simple”. ¡Pero yo
lo probé y funciona! Funciona porque es el diseño de Dios. Cuando
incorporamos el círculo completo a la crianza, estamos enseñando a nuestros
niños a entender lo que Dios quiere enseñarles.
El caminar deliberadamente a través de estos pasos, entrena tanto a nuestros
niños como a nosotros. Una vez que estemos “en la misma página,” el proceso a
menudo puede marchar bastante rápido. Gálatas 6:9 nos dice: “No nos
cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no
desmayamos”.
La inconsistencia es una de esas cosas que provocarán la ira en nuestros
hijos porque ellos confían en nosotros para su crianza. Efesios 6:1-4, es el
versículo para memorizar de este capítulo y aborda este asunto, aunque no usa la
palabra consistente. La idea de “criarlos” junto a la disciplina y la “instrucción”
transmite un fuerte sentido de orden y consistencia. Ser buenos padres no sucede
al azar, sino que es algo que se logra deliberadamente. No somos buenos padres
por casualidad; tenemos que aprender a hacerlo bien.
Desde la perspectiva de tu hijo, si eres inconsistente, caprichoso, o
impredecible, tratar de obedecerte va a ser muy frustrante. Pero si conviertes la
intervención en un evento importante, encontrarás que tus niños aprenderán
rápidamente y estarán motivados a vivir para Dios y no para ellos mismos.
Así que cuando tu marido llegue a la casa y le cuentes cómo te fue durante
el día, no tendrás que decir: “Tuve que pegarle a Carlitos dos veces.” Sin
embargo dirás: “Carlitos y yo tuvimos dos eventos del círculo completo hoy”.
Deja que Carlitos escuche el informe que le das a Papá y deja que Papá le dé
seguimiento preguntando cómo Carlitos respondió al círculo. Él debe de saber
que ambos de ustedes están en la misma página cuando se trata de él. Si
seguimos los principios de este ejemplo en el entrenamiento y la disciplina, Dios
bendecirá nuestros esfuerzos de gran manera.

PACIFICADORES O MANTENEDORES DE PAZ

Aquí hay un breve caso. ¿Qué diríamos realmente en una situación donde
los niños están peleando por un juguete? Yo sé que esto no es algo grande, pero
con dos o más niños en la casa, podría suceder a menudo. Lo inevitable en este
tipo de conflicto es un laboratorio perfecto para practicar la crianza del círculo
completo. La manera propia de lidiar con esta situación cuando los niños se
pelean por un juguete podría ser la de decir: “Dios sabía que esto podía haber
sucedido cuando los niños juegan juntos, porque Él entiende como piensas.”
Podrías decir: “Dime, qué estás pensando sobre el juguete ahora mismo?” y:
“¿Qué estás pensando sobre tu hermano/a?” Pregúntaselo a ambos niños.
Enséñenles a enfocarse en la actitud de sus corazones hacia los demás y no en el
juguete. Ellos necesitan practicar el pensar cómo se tratan unos a otros, en lugar
de poseer un objeto. Es entonces que comenzarán a aprender cómo resolver sus
propios conflictos.
Queremos ser pacificadores y no mantenedores de paz. Los mantenedores
de paz tienen que mantener la paz debido a una tensión irreconciliable, pero los
pacificadores apelan a la actitud tierna y capaz de perdonar que tiene el corazón.
Jesús dijo en el Sermón del monte, en Mateo 5:9: “Bienaventurados los
pacificadores”, no los que mantienen la paz. Los que mantienen la paz operan
en una atmósfera de inseguridad; los pacificadores crean una atmósfera de calma
y paz verdadera. Tanto hijos como padres tienen que seguir el imperativo bíblico
de ser pacificadores si quieren vivir en unidad y armonía familiar.

LA CERCANÍA DE DIOS

A medida que vayas interactuando con tus hijos, procura que Dios sea real y
esté presente aun cuando ellos sean muy pequeños. Habla con Dios en su
presencia, y háblales de Dios, incluso antes de que puedan entender. Haz que los
momentos cotidianos (como el cambio de pañales) sean ocasiones en las que
hables con Dios en voz alta acerca del niño/a y cuanto significa él/ella para ti y
para Dios.
Al hacer esto, ellos van a aprender de ti a ser consolados por Dios y a vivir
para agradarle aun cuando no estés presente con ellos. Ayúdalos a que confíen en
Cristo cuando tú no estás ahí para atenderlos en situaciones difíciles. Los adultos
no van a estar siempre presentes para intervenir y corregir situaciones, por lo
tanto, ellos tienen que poder lidiar con la situación de manera piadosa.
Una vez, cuando mis hijos eran probablemente como de diez, siete y tres
años, tuvimos una fuerte tormenta eléctrica en medio de la noche. Fue una de
esas tormentas ruidosas con mucha lluvia. Recuerdo que me desperté por una
fuerte explosión de truenos y relámpagos. No me podía imaginar que ninguno de
mis niños pudiese estar durmiendo, aunque dormían bastante profundo. Levanté
mi cabeza por un momento a escuchar si oía cualquier señal de parte de ellos
pidiendo ayuda y como no oí nada, me quedé dormida, porque estaba agotada.
A la mañana siguiente, cuando me desperté, entré en el dormitorio de los
chicos. Allí estaban, todavía durmiendo en sus literas. Pero a medida que me
acercaba a Luke (de siete años) en la litera de arriba, descubrí algo curioso. ¡Su
Biblia estaba abierta, apoyada contra el estribo y claramente señalando hacia la
ventana! Lo desperté y le dije: “Cariño, ¿Estabas asustado por la tormenta? ¡No
te pude oír!” Me sentí como si le hubiera fallado como madre en atenderle, pero
él me respondió rápidamente: “La tormenta me despertó pero puse mi Biblia en
dirección de la tormenta y ya no tuve miedo.” Luke ya estaba aprendiendo la
lección valiosa de que Jesús está siempre con nosotros, aun cuando Mamá y
Papá no estén presentes y que Él vela por nosotros.
Los niños pequeños pueden aprender la lección maravillosa de vivir una
vida en la presencia de Dios y bajo Su cuidado. Pero cuando un niño se mantiene
en el nivel más bajo de motivación con el fin de complacerse a sí mismo, va a
salir perdiendo a la larga. Resistirá tus esfuerzos de enseñarle. Esta situación
causará grandes dificultades porque el niño no va a entender por qué debe
obedecer cuando no le plazca. A medida que vaya madurando, se irá
exasperando al tratar de vivir una vida que Dios no bendecirá.

HONRANDO A LOS PADRES

Aunque nuestros hijos aprendan que hay que obedecer, queremos que su
motivación principal sea la de glorificar a Dios. Como niños, ellos glorifican a
Dios al ser obedientes con sus padres. Efesios 6:1-4 describe este proceso
esencial de la crianza: “Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor, porque
esto es justo.” HONRA A TU PADRE Y A TU MADRE (que es el primer
mandamiento con promesa); PARA QUE TE VAYA BIEN Y SEAS DE
LARGA VIDA SOBRE LA TIERRA. Y vosotros, padres, no provoquéis a
ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor”.
Estos versículos reiteran el quinto mandamiento. Pablo añade el punto de que es
el único mandamiento con promesa. Los primeros cuatro mandamientos tienen
que ver con la relación del hombre con Dios y los últimos seis tienen que ver con
las relaciones del hombre en este mundo. La relación entre padre e hijo (madre e
hija) es tan importante que está al mismo nivel que la relación entre Dios y otros.
El quinto mandamiento es como una navaja de dos filos para los padres porque
no tiene sólo que ver con la relación con sus hijos sino que también tiene que ver
con la relación con sus padres. Dios es el que ha decidido que esto funcione así,
en dos direcciones.
Dios quiere que modelemos nuestras vidas de acuerdo a este mandamiento,
porque es el patrón de vida que mayormente bendecirá. Es a partir de este patrón
que estableceremos otras relaciones. La palabra “honrar” en el quinto
mandamiento, demuestra una condición interna del corazón, no meramente un
comportamiento externo. Significa que mostramos respeto a nuestros padres no
sólo por lo que ellos lo digan. Y los honramos durante nuestras vidas aunque no
estemos viviendo bajo su autoridad. La promesa en este versículo es para las
personas que quieren aprender el secreto de vivir en obediencia a la autoridad,
incluyendo honrar a sus padres. El versículo dice que vivirás una vida más plena
y satisfaciente. Aunque no está garantizado que todas las personas piadosas
vivirán una vida larga, (¡significa que Dios no acortará tu vida!), serás bendecido
si sigues con tu corazón la cadena de mando de Dios. El matrimonio, al igual
que otras relaciones mejorará cuando este modelo sea seguido.
Si deshonramos o les faltamos el respeto a nuestros padres, aunque ya no
estemos bajo su autoridad, ¿cómo podemos esperar que nuestros hijos nos
respeten o nos honren? ¡Los niños tienen una capacidad misteriosa para adoptar
actitudes hacia nosotros de la forma en que tratemos a sus abuelos!

Hay cuatro razones principales por las cuales debemos honrar a nuestros padres:
1. Dios lo manda. Se encuentra en su “lista corta” de Los Diez Mandamientos.
2. Dios nos bendice cuando lo hacemos. Dios es soberano. Él sabe quiénes son
tus padres. Él quiere que honres la línea de autoridad que Él ha escogido para ti.
Aun en circunstancias difíciles, Él todavía trabaja providencialmente todas las
cosas para bien, para los que son llamados conforme a Su propósito. (Sus
propósitos en este caso, significan honrar la posición que ha dado a tus padres en
tu vida.)
3. En algún momento, te vas a arrepentir de no haberlo hecho. Desearás haberlo
hecho cuando ellos ya no estén o en algún momento futuro.
4. Tus hijos seguirán tu ejemplo. Tus hijos están aprendiendo a tratarte según lo
que tú modelas. ¿Cómo hablas de tus padres o de tus suegros? ¿Haces chistes
sobre ellos o los denigras? Espera lo mismo de tus hijos concerniente a ti.

Aquí hay varias observaciones que Proverbios hace sobre el


envejecimiento: “Las canas son una honrosa corona” (16:31); “La corona del
anciano son sus nietos” (17:6); y “No desprecies a tu madre cuando sea
anciana” (23:22) (NVI). ¿Miramos a nuestros padres y abuelos como que han
sido “coronados” con sabiduría y experiencia y que esto merece ser respetado?
¿O nos molesta el hecho de que están envejeciendo? Yo valoro especialmente
esta última exhortación. No debemos “despreciar” a nuestros padres. Tenemos
que honrar, proteger, cuidarles y proveer para ellos. No debemos de tratarlos con
desprecio, como si fueran una molestia o una carga para nosotros. Estos últimos
términos van mucho más allá de la falta de respeto, desprecio o negligencia o
aun cuando estás esperando recibir una herencia. Se refiere a cómo a veces les
faltamos el respeto con sutilezas tales como menospreciándolos, virando los ojos
porque Abuelita no puede oír, burlándose de sus incapacidades físicas o
confundiéndose al hablar o haciéndole favores de mala gana. Algún día
estaremos en la misma situación. Recuerda, la forma en que tratemos a nuestros
padres es como nuestros hijos nos tratarán.
Trata a tus padres con respeto y honor. Hazle buenos regalos mientras
puedas hacerlo. Cuando mi madre se enfermó, pasó los últimos dos años de su
vida confinada en su casa. Ella amaba su casa y no quería irse. Pudimos arreglar
las cosas para que pudiera quedarse en su casa recibiendo servicio de cuidado.
Recuerdo, mi madre jugaba al bridge con un grupo de amigas. Me acuerdo que
ella insistía en que quería jugar un juego más de bridge en su casa. Mi madre era
una persona inmensamente creativa y hospitalaria, así que mis hermanas y yo
sabíamos que ser anfitriona de una fiesta más en su casa era algo muy importante
para ella. Así que mis dos hermanas, mi hija, la única nieta en esa época, y yo la
ayudamos a formar la mejor fiesta de bridge que nos fue posible hacer.
Compramos “hojas de anotar cuentas”, docenas de flores frescas y golosinas. Yo
estaba encargada de comprar los premios. Le pregunté Mamá: “¿Qué tipo de
premios se le compran a damas en sus setenta y ochenta años de edad?”
Ella respondió: “Cualquier cosa de consumo.”
Me eché a reír. Compré servilletas bonitas, papelería y chocolates finos (al
parecer las damas nunca superan el gusto por el chocolate). Cocinamos y
horneamos. Limpiamos y decoramos. Mi madre pasaba de una silla a otra para
observar las lecciones de hospitalidad que habían pasado desde la bisabuela
hasta su nieta de dos años de edad, Anna. Buscamos por todos los gabinetes,
tratando de conseguir sus mejores vajillas de cristal y plata—cosas que eran
especiales para ella, incluyendo los regalos favoritos de su boda—y los usamos.
La fiesta fue un gran tributo a mi mamá. Nunca me olvidaré de esta fiesta y
especialmente, nunca me arrepentiré de haberla hecho. Cada esfuerzo y cada
centavo gastado valió la pena. Piensa en algo grandioso que puedas hacer por tus
padres y hazlo. El recuerdo te bendecirá cuando ya él o ella no esté contigo.

CONFLICTOS GENUINOS

Reconozco que hay algunas situaciones muy dolorosas y difíciles que se


presentan dentro de las familias. He hablado con familias que han estado en
situaciones muy difíciles. Pero a pesar de las elecciones pecaminosas que la
gente ha hecho y sus efectos en la vida de personas inocentes, sabemos que Dios
aún puede hacer algo bueno en circunstancias devastadoras.
Aun José en la Biblia soportó muchas cosas difíciles por culpa de otros. Sus
propios hermanos conspiraron para matarlo sin que su padre se enterara, antes de
que decidieran venderlo como esclavo. El trabajo duro de José y su integridad en
medio de una tierra extranjera continuaba trayéndole adversidad. Fue acusado
injustamente de hacer avances hacia la esposa de Potifar y luego tuvo que
soportar la ira de esta mujer cuando él explicó la verdad sobre el asunto. Fue
encarcelado injustamente por dos años completos. Aun cuando estaba en prisión,
se mantuvo íntegro y ayudó a Faraón a interpretar sus sueños. José fue
finalmente liberado de la cárcel y restaurado y hecho una persona prominente lo
cual ayudó a salvar a su familia del hambre (los mismos hermanos que lo habían
vendido).
Las aplicaciones aquí son numerosas, pero la clave aquí es la actitud que
José mantuvo a pesar de todo lo sucedido. Él creía en un Dios soberano que está
más allá de las maneras torcidas y distorsionadas de la gente pecadora. José
siempre dio el crédito a Dios por lo que había sido capaz de hacer, sabiendo que
su Dios le había dado esas habilidades. José llegó al punto de decirles a sus
hermanos, en Génesis 45:5 “Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de
haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios
delante de vosotros”.
Más adelante en la historia, cuando José se reunió con su familia y ya había
salvado a la nación de Israel de desaparecer de la faz de la tierra, se portó muy
amable con sus hermanos. Incluso cuando su padre Jacob había muerto y ellos
dijeron: Sin duda, ahora José buscará vengarse de nosotros, José mantuvo su
esperanza y seguridad en el Señor. Génesis 50:20 contiene ese famoso versículo
que da fortaleza a los creyentes que sufren persecución: “Vosotros pensasteis
mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy,
para mantener en vida a mucho pueblo”.
La Biblia nos dice que la salvación y nuestra relación con Dios son dos
cosas que pueden dividir familias. Pero aun así, debemos ser pacificadores. En
situaciones que aparenten ser imposibles, vamos a Dios y esto nos puede dividir.
Jesús mismo nos recordó: “¿Pensáis que he venido para dar paz en la tierra?
Os digo: No, sino disensión. Porque de aquí en adelante, cinco en una
familia estarán divididos, tres contra dos, y dos contra tres” (Lucas 12:51-
52). En casos extremos en los que ha habido abuso o que los padres no se
arrepientan o no sean creyentes, debemos tratarlos con gentileza y misericordia,
pero no tenemos que someternos ni nosotros ni nuestros niños a posibles abusos.
Una vez recibí una llamada de una madre que había llegado al colmo de su
paciencia. Ella había luchado mucho con la idea de honrar y respetar a su
marido. Y no me sorprendió escuchar que el padre era vagamente pasivo y
dejaba que su esposa se hiciera cargo de casi todas las responsabilidades del
hogar. Demás está decir que ellos no se comprendían ni estaban de acuerdo con
muchas cosas, y su hogar usualmente se encontraba en un estado de
pandemonio. En ese tiempo, ella estaba tratando de que su hijo de quince años
hiciera lo que ella decía. Con mucha frustración, ella me dijo por teléfono:
“¿Podrías decirle a mi hijo que me respete?” ¡Tremenda expectativa!
El respeto es un asunto del corazón. ¿Cómo se le dice a un chico de quince
años, quien posiblemente está frustrado, que debe respetar a su madre que está
constantemente gritándole? Su modus operandi era de ignorarla hasta que se ella
estuviera demasiado agotada para llevar a cabo sus amenazas. En lugar de él
tener un estilo de vida consistente y predecible del cual él pudiera depender,
vivía en un mundo de altas y bajas donde las demandas eran muy altas y no
había rendición de cuentas, y aun así la madre no podía entender por qué su hijo
no la respetaba.
El hecho es que algunas personas no se ganan nuestro respeto. Por
naturaleza queremos dar respeto y honra a las personas a quien creemos que se
lo merecen. Pero Dios quiere que nos elevemos por encima de nuestras
inclinaciones naturales y que mostremos respeto de todos modos, con la alta
motivación de agradar a Dios. Y debemos recordar que Dios manda a las esposas
a respetar a sus esposos.
Dios, por supuesto, desea que vivamos vidas merecedoras del respeto de
nuestros hijos. Pero debemos honrar a nuestros padres, independientemente de si
se lo merecen o no. Estos son algunos de mis versículos favoritos en toda la
Biblia:

Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos;


no solamente a los buenos y afables, sino también a los
difíciles de soportar. Porque esto merece aprobación, si
alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre
molestias padeciendo injustamente. Pues ¿qué gloria es,
si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si
haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente
es aprobado delante de Dios. Pues para esto fuisteis
llamados; porque también Cristo padeció por nosotros,
dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual
no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien
cuando le maldecían, no respondía con maldición;
cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la
causa al que juzga justamente (Pedro 2:18-23).

Este pasaje de las Escrituras nos dice que hagamos lo que honra a Dios,
independientemente de lo que la gente nos haga. Él lo ve todo y juzga con
justicia. Tenemos la historia de José como testimonio de esta verdad bíblica.
Echemos un vistazo a estos versículos más detenidamente a la luz de la
relación entre madre e hijo en el escenario anterior. El joven de quince años de
edad, quien responde pecaminosamente a su madre por sus acciones duras,
causan que él sufra. Pero si se le está tratando duramente y él no peca, sino que
hace las cosas correctas, Dios será honrado. Él puede confiar en Dios con esta
situación difícil y someterse a Su voluntad. Éste es otro ejemplo de vivir bajo la
protección de Dios. Yo he observado a este joven por un número de años. Él
decidió honrar a su madre y Dios está bendiciendo su vida por esto.
Nuestros hijos no pasan cada minuto del día con nosotros. Eventualmente
tenemos que enseñarles a cómo lidiar con el mundo real. Siempre me entristeció
pensar en enviar a mis hijos al kindergarten (Jardín de la infancia) porque sabía
que habría una pérdida de inocencia, por así decir. Uno de estos días, ellos
volverán a casa y alguien habrá sido cruel con ellos sólo por el gusto de hacerlo
y el niño culpable no tendrá que rendir cuentas.
Si tu niño ha aprendido a ser consolado por la presencia y la soberanía de
Dios, podrá manejar tales cosas con más facilidad. Es más probable que
nosotras, como mamás agonicemos debido a estas situaciones difíciles, pero
debemos aprender a confiar en Dios.
¿Y qué hay de los adolescentes que reciben detenciones? En nuestra
familia, nos referimos a las Escrituras en 1 Pedro 2 como “los versículos de
detención.” Yo aprecio al Dr. Joe White, autor de Entrenando en la fe donde
dice: “Si tu hijo adolescente se encuentra en un accidente y tiene que llamarte,
hay dos cosas que siempre te van a decir: (1) que en realidad no es algo tan malo
y (2) que no fue realmente su culpa”.
Tengo que reírme cuando escucho esto porque éstas son posiblemente las
respuestas exactas que escucharás si tu hijo alguna vez recibe una detención. Si
no sucede así, entones estás haciendo un gran trabajo. Mis tres hijos han recibido
detenciones. Nosotros respetamos la autoridad del maestro y le decimos al niño
que debe cumplir con la detención con una buena actitud. Les decimos que
recuerden Filipenses 2:14-16: “Haced todo sin murmuraciones y contiendas,
para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio
de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis
como luminares en el mundo; asidos de la palabra de vida, para que en el
día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano
he trabajado”.
Cuando recibamos “una detención” o algún tipo de trato en la vida que
pensemos que es demasiado severo, Dios dice que si fuese una consecuencia por
un pecado, entonces merecemos esa dificultad como justa recompensa por
nuestro comportamiento. Por lo tanto, no tenemos razón para dar excusas o
quejarnos. Esta lección se hace perfectamente clara cuando por primera vez
recibimos una multa por violación de las leyes de tráfico mientras que tu hijo
mira todo lo que sucede desde el asiento de atrás.
Si somos inocentes y somos tratados con dureza, pero mantenemos una
actitud pura y hacemos lo que es correcto, aún no tenemos el derecho a
quejarnos. ¿Por qué? Porque tan pronto como nos quejemos, ya no estamos
honrando a Dios en la situación. Pero si podemos mantener una actitud de: voy a
hacer lo que la autoridad me pida que haga (presuponiendo que no contradiga la
Palabra de Dios), entonces Dios toma nota especial de eso. Es algo que resulta
recomendable para Él.
Una excepción especial se aplica aquí a la persecución, cuando las
autoridades nos piden que vayamos en contra de nuestras convicciones bíblicas o
la Palabra de Dios. Dios es la autoridad mayor y obedecemos a Dios sobre los
hombres (como lo hizo Pedro en Hechos 5:29 cuando las autoridades le
exigieron que dejara de predicar el evangelio).
Jesús mostró el debido respeto a las autoridades y éste es el ejemplo que Él
quiere que sigamos. Nuestros hijos tienen que saber esto. Se trata mucho más
acerca de cómo respondamos que de lo que pasó. Cuando tus hijos están pasando
por una dificultad porque están siendo tratados injustamente, muéstrales el
pasaje en 1 Pedro 2 y diles que se les ha dado este reto como prueba de su fe.
Ésta es la razón por la cual permitimos que pasen por estos incidentes penosos,
para que puedan responder con una actitud piadosa y para que crezca su fe.
Este libro trata esencialmente de sostener el corazón de nuestros niños a
través de los altibajos de la vida hasta que ellos puedan llegar a un nivel de
madurez que puedan valerse por sí mismos. Se trata de preservar sus corazones
contra la corrupción, fortalecer sus corazones y no dejar que se enfríen, se
endurezcan, ni se distancien. Enseñarles a manejar los conflictos con un corazón
humilde es una de las tareas principales que los padres deben enfrentar.

EL PROCESO DE CRECIMIENTO

Padres, especialmente, las madres, deben saber si poseen el corazón de su


niño. No se trata de “quizás” o de “no estoy seguro/a.” En el fondo, sabemos si
estamos conectados con nuestros niños o no. No te tienes que preocupar por si
un niño/a de un año de edad está conectado/a a ti. Quizás no te tienes que
preocupar, incluso hasta los diez o doce años de edad—lo más seguro es que aún
están contigo. (No me estoy refiriendo a contiendas temporales de desobediencia
ni a tensiones causadas por un malentendido). Sin embargo, aun a las edades de
dos, tres o cuatro años, los niños pueden comenzar a alejarse debido a su
naturaleza pecadora que trata de complacerse a sí misma. El reto para los padres
sabios es de aprender a mantener el corazón de nuestros niños “cercano al
nuestro,” aunque reconozcamos que están creciendo e independizándose.
Si tu hijo se encuentra fuera de control, lo más seguro es que su corazón no
esté cercano al tuyo. Si ésta es tu situación, tu prioridad es de corregirla. De
hecho, las dos cosas más importantes son tu caminar con el Señor y tu relación
con tu esposo/a (entendimiento y acuerdo), porque éstas son dos áreas que deben
permanecer fuertes para poder restablecer la dinámica bíblica de la familia. El
resto puede esperar porque ese niño necesita tu atención. Aun los trabajos
ministeriales, la educación escolar y los pasatiempos no son tan importantes
como lo que tu hijo pudiera necesitar en un momento en particular. ¿Suena esto
duro? Pues lo es. Yo he pasado por esto.
Ahora aclaremos. Los niños tienen sus días, pero no se trata de esto. Yo me
refiero al niño enfadado, que muestra su enojo externamente o lo aguanta por
dentro; en cualquier caso, tú te puedes dar cuenta. Sabes que tienes un hijo
airado.
Démonos cuenta o no, a veces nosotros podemos causar o contribuir a las
acciones y reacciones de nuestros niños. Tenemos que determinar si los estamos
exasperando. En las páginas siguientes, vamos a ver dieciséis maneras comunes
en las cuales los padres exasperan a sus hijos y vamos a determinar cuál de ellas
necesita ser corregida en nuestra vida personal en cuanto a nuestra manera de
criarlos.
No es suficiente reconocer nuestro error del método; debemos remplazarlo
por un método bíblico. Ésta es exactamente la manera que Dios quiere que
criemos a nuestros hijos.
Recuerda los pasos del círculo de disciplina completa. Jesús habla aquí
acerca de lo que yo me refiero: “Cuando el espíritu inmundo sale del hombre,
anda por lugares secos, buscando reposo; y no hallándolo, dice: Volveré a
mi casa de donde salí. Y cuando llega, la halla barrida y adornada. Entonces
va, y toma otros siete espíritus peores que él; y entrados, moran allí; y el
postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero” (Lucas
11:24-26).
Jesús estaba hablando de fuerzas espirituales que no estamos discutiendo en
este capítulo, pero el principio es veraz en lo que respecta a crecer en
comportarnos piadosamente. Este pasaje se refiere a un intento de cambiar, pero
sin éxito. La persona remueve el comportamiento erróneo, pero no puede resistir
el ir hacia atrás, porque no se ha protegido cambiándolo por un comportamiento
correcto. Debe haber un verdadero arrepentimiento del primer comportamiento o
si no sólo estaremos cambiando el comportamiento exterior y no el corazón, y
volvemos a repetir el comportamiento no deseado. Gracias a Dios por la
transformación en nosotros a través del Espíritu Santo.
Debes notar que el comportamiento malvado regresó siete veces. Ésta es la
dinámica de la persona que dice: “Yo le grito a mis hijos, yo sé que está mal,
pero simplemente no puedo parar y cada vez se torna peor.” Tal vez los niños
estén también gritándote a ti. Los problemas van en aumento. No queremos crear
un comportamiento malvado. Queremos sustituirlo por un comportamiento
correcto.
La simple ilustración de esta página demuestra que no sólo “deseamos”
frenar un comportamiento indeseable, sino que tenemos que implementar un
comportamiento deseable que lo reemplace.

Continuemos con nuestro ejemplo de la madre que batalla con gritarles a


sus hijos. Esta persona dice: “Yo no voy a gritarles a mis hijos, ya no”. Y por un
tiempo tal vez ella le vaya bien. Pero si ella se desliza, caerá de nuevo en el viejo
patrón de gritar. Sin embargo, si ella practica el hablar amablemente—no
meramente tratando de no gritar—ella está entrenándose a sí misma a formar un
patrón correcto. Debe reemplazar el comportamiento malo con un nuevo patrón
para que no se dé lugar a que el comportamiento anterior regrese. Entre la
decisión de cambiar y el comportamiento de reemplazo se crea una zona de
amortiguación de opciones que transforman nuestra mente y conducta.
De esa manera, si nos deslizamos, vamos a caer de nuevo en el terreno del
centro (zona de amortiguación) y no en el patrón original. Sin tener una zona de
amortiguación (“barandas de protección”), volveremos a caer en pecado, cuando
la debilidad de nuestra carne encare el próximo reto. Sin embargo, los cambios
obstinados no serán efectivos a largo plazo. Tenemos que aprender a negarnos a
nosotros mismos y a entregarnos al Espíritu Santo para que nos transforme. Este
proceso nos mueve de simplemente vivir para nosotros mismos a vivir para el
Señor.

Construye varias barandas para ampliar tu zona de amortiguación para que


puedas ver cómo te vas alejando más y más de la conducta no deseada. Aquí hay
algunas cosas específicas que tenemos que desechar como se indica en
Colosenses 3:8: “Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira,
enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca”.
Y aquí dice lo que tenemos que adquirir: Colosenses 3:12-14: “Vestíos,
pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia,
de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos
unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra
otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y
sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto”.
Estos versículos no se refieren a eventos de una sola vez. Todos cometemos
errores en nuestra crianza de vez en cuando y luego tratamos de arreglarlos. Sin
embargo, si tenemos un patrón persistente de provocar ira a nuestros hijos, es
imperativo que lo reconozcamos y hagamos algo al respecto.

COMPORTAMIENTOS EXASPERANTES

Hemos cubierto casi todos los aspectos del versículo de las Escrituras de
este capítulo para memorizar, Efesios 6:1-4, pero ahora llegamos a la parte clave
—lo que significa “provocar a un niño a la ira”. De todas las cosas que el Señor
podría haber dicho aquí, parece curioso pensar que Él añadiese: “No provoquéis
a ira a vuestros hijos”. Hay muchas cosas que la Biblia enseña, así que ¿cómo
encaja en este escenario el provocar a nuestros hijos a la ira? Básicamente, los
niños que no crecen en la disciplina e instrucción del Señor tienen una alta
probabilidad de convertirse en adolescentes enojados o frustrados. Y los
adolescentes enojados y frustrados tienen dificultad de honrar a sus padres.
La razón número uno por la cual los adolescentes reciben orientación es por
problemas de ira. Los consejeros informan que todos los padres de estos niños
dicen la misma cosa: “Ellos están tan airados!”
Estos son los niños que pierden el ánimo y renuncian a la vida. Ellos creen
que nunca podrán satisfacer a sus padres y eso hace que todo en la vida les
parezca que no tiene esperanza. A la larga, después de muchos agravios, actúan
como si no les importara lo que piensan sus padres. Si alguna vez has escuchado
de un caso como éste, te encontrarás en la presencia de un niño exasperado.
Un pasaje de referencia recíproca con Efesios 6:1-4 es Colosenses 3:20-21:
“Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor.
Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten”. En el
momento en que Pablo escribió estas palabras a los efesios y a los colosenses, a
los padres se les permitía matar a sus propios hijos. Pablo estaba virando su
cultura al revés al decir que no sólo hay que amar a nuestros hijos y no hacerles
daño, sino también evitar agobiar su espíritu.
Así que, ¿qué significa exasperar? Viene de la palabra griega, erethizo, que
significa: incitar o inflamar la ira de, enfurecer, causar irritación o molestia al
punto de una acción imprudente (infligir daño indebido).
Advertencia: Esto no quiere decir que si tu hijo se enoja o se molesta
contigo es porque lo has provocado o exasperado. Quizás esté enojado porque
simplemente no se está saliendo con la suya. Quizás está batallando contra los
caminos de Dios en su vida. Ésta no es una provocación de tu parte, sino un
desafío de su parte.
Hay momentos para los padres demonstrar firmeza e incluso ira justa. Pero
se supone que seamos tolerantes y lentos para la ira. No debemos perder la
paciencia sobre cuestiones de poca importancia, convirtiéndolas en problemas
más grandes de modo que cuando tengamos que lidiar con situaciones
importantes, ellos puedan diferenciar. (Le dedicaremos luego más tiempo a esto
para que puedas fácilmente distinguir la diferencia.) Recuerda que Dios espera
que estés en control de tus hijos. Nuestra cultura actual es mucho más permisiva
que la del tiempo cuando Pablo escribió estas palabras a los colosenses y sin
embargo, tenemos una sociedad llena de niños airados. Claramente, la auto-
indulgencia y la falta de estructura no son las respuestas.
Así que, ¿cuáles son algunas de las cosas que provocan la ira o la
exasperación en nuestros niños? Vamos a estudiar la lista de dieciséis patrones
de conducta que exasperan a nuestros niños, reflexionando a ver si alguno de
estos patrones se encuentra en tu vida (si no estás seguro/a consulta con tu
esposo/a). Para cada una de estas características también vamos a determinar qué
vamos a adquirir o adoptar en su lugar.
Esta lista de comportamientos exasperantes incluye cosas que impulsan a
los niños a la ira, la desesperación, o al resentimiento. Estos son los
comportamientos que no tienen ni gracia, ni amor. ¡La tendencia será a repetir lo
que no reemplacemos!
El principio general de esto, para todo nuestro comportamiento es:
VESTIRNOS DE GRACIA. Todos tratamos de experimentar más y más la
gracia de Cristo en nuestras vidas. A su vez, podemos llegar a ser los canales
principales de gracia en la vida de nuestros hijos. Dios puede y va a proporcionar
la gracia de otras maneras, pero Él nos ha designado a nosotros como padres a
que seamos los canales primarios.

EVALÚATE

Califícate del 1-10 en cada una de las siguientes dieciséis áreas. Anota tu
puntuación en una hoja aparte, o en los espacios provistos y en la página al final
de este capítulo. No habrá una puntuación “total”, sino una puntuación
compuesta para cada una de las dieciséis categorías. Sin embargo, los esposos y
esposas terminan con diferentes puntuaciones en cada área. Esto de por sí
mostrará cómo es su modo de crianza. Marca tu respuesta después de leer cada
comportamiento.

0 - 1 Casi nunca ocurre; yo no batallo con esto en nuestra


familia o yo he aprendido exitosamente a construir una
barrera contra el mal comportamiento.
2 - 3 Muy pocas veces y cuando esto ocurre, puedo
manejarlo con buenos resultados con aquellos que están
involucrados.
4 – 5 Ocurre ocasionalmente; estoy consciente de que esto
ocurre más de lo debido.
6 - 7 Ocurre a menudo; estoy consciente de que éste es un
problema en nuestra familia.
8 - 10 Muy a menudo; estoy consciente de que éste es uno
de los asuntos claves que nuestra familia tiene que
resolver; ésta es una área de crisis en nuestra familia.

1. EXPECTATIVAS NO REALISTAS

Esto se refiere a cuando demandamos cosas a un niño que no está apto para
realizarlas—o quizás que nunca podrá lograr—o simplemente que estamos
haciendo demasiadas demandas. “Cuando yo era niño, hablaba como niño,
pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo
que era de niño” (1 Corintios 13:11).
Discute regularmente con tu cónyuge cómo van los niños. ¿Tienen las
mismas metas para su hijo? Si tu hijo está teniendo dificultad, ¿ves el problema
igual que tu esposo lo ve? (¿o cómo lo ve tu hijo)? ¿Están ambos de acuerdo con
la cantidad de tiempo que su hijo emplea fuera del hogar haciendo otras cosas?
¿Están de acuerdo con las actividades que realiza su hijo, tareas del hogar, etc.?
¿Están bien balanceados los aspectos de la vida espiritual, física y académica de
su hijo? Las actividades en las que están involucrados, ¿les ayudan a edificar su
carácter? ¿Son sus expectativas apropiadas para la edad de su niño? ¿Están
viviendo de acuerdo a sus convicciones y normas? ¿En qué convicción está
basada cada una de sus expectativas? Esto es importante entenderlo. Si no, pues
no tendrán un plan fundamental para criar a sus hijos “instruyéndolo en su
camino”.
Por ejemplo, si tienes una meta para tu familia que estimas valiosa, debe
estar formada por tus convicciones y normas. ¿Están las metas alineadas con la
Palabra de Dios? ¿Está tu cónyuge de acuerdo con ellas? ¿Están tus niños de
acuerdo con ellas? Si lo están, el próximo paso es que ellos comiencen a
coincidirlas con tus expectativas realistas. Aunque tus hijos no lleguen a la meta
final inicialmente, éstas metas han sido diseñadas para que ellos den pasos
pequeños hacia lo que tú “esperas” que alcancen.
ADVERTENCIA: Una vez que tú y tu esposo estén de acuerdo con las
normas y convicciones para la familia, no vacilen. Dejen que el niño se
acostumbre a ellas sin demandar una obediencia completa e inmediata. Alcen
siempre la norma en alto para que ellos sepan en lo que están trabajando—su
meta primordial para ellos. Por ejemplo, si la norma de su familia es que sus
hijos lean su Biblia todos los días como una disciplina regular, mantengan la
norma, el objetivo, en su lugar. Miren como se acostumbran a la disciplina, poco
a poco, sin tener la expectativa de que “simplemente deben poder hacerlo”.
Los niños internalizan nuestras expectativas a una edad muy temprana.
Ellos desean complacer a sus padres. ¿Estamos haciéndoselo imposible?
¿Estamos perdiendo la oportunidad de alcanzar sus corazones?
ADVERTENCIA: Los niños pueden desafiar nuestras normas o
expectativas, pero eso no significa necesariamente que éstas sean poco realistas.
Ellos simplemente no quieren ser disciplinados. Es por eso que tú y tu esposo
deben regularmente volver a evaluar sus procedimientos de entrenamiento y
hacer ajustes o animarse el uno al otro para poder mantenerse firmes porque eso
es lo que se necesita. Regularmente ustedes se estarán preguntando: “¿Es Billy
realmente capaz de sacar la basura todas las semanas?”, pero sigan con el
acuerdo. Recuerden que esto es el trabajo de ambos. Su trabajo consiste en
entender lo que su niño necesita para madurar.
¿No están cumpliendo tus niños con las expectativas simplemente por falta
de madurez? Desde luego que nuestros hijos van a hacer algunas cosas bastante
inmaduras y aun sabiendo que no deberían hacerlo. ¿Alguna vez hemos nosotros
hecho algo y luego pensado: Cómo pude haber hecho eso?
Cuando nuestros hijos eran pequeños, teníamos un juego de tazas infantiles.
Cada taza tenía un animal diferente. Una taza era un cocodrilo con la cola de
cocodrilo curvándose para formar el mango; otro era un elefante con la trompa
formando el mango y así sucesivamente. Un verano, cuando un primito estaba de
visita por una semana, él rompió accidentalmente la taza del mono y yo no lo
sabía. Él estaba tan perturbado por esto—y pobrecito—su “corazón roto” lo
motivó a decírmelo. Su reacción a lo que pasó merecía gracia pues el estado de
su corazón mostraba el punto final del circulo completo (un corazón humilde y
arrepentido). Yo le dije que era sólo una cosa material y que él era mucho más
importante que esa cosa. Enseña a tus niños a ser rápidos en pedir perdón y
luego a perdonar fácilmente.
Si él hubiera escondido la taza, yo le hubiera dicho también que se trataba
de una cosa material, pero hubiese añadido el tema del engaño (aunque se trató
de un accidente). En este caso, se hubiera tratado de la condición de su corazón:
escondiendo el pecado. Si hubiese sido así, yo le hubiera pedido cuentas y él
hubiera tenido que pedirme perdón por la taza rota.
En casos como estos, cuando los niños vienen a nosotros con un corazón
arrepentido, podemos cometer el error de responder con juicio, ira, enojo o falta
de perdón. Esto hará que sus corazones se endurezcan, porque nuestra respuesta
fue injusta. La forma de responder a malentendidos o accidentes es la gracia, no
la ira o la desaprobación. No se les dice: “¿Cómo pudiste hacer eso?”: “¿Cómo
pudiste estar tan ciego?”, o "¿No sabias cuán importante era ese jarrón para mí?”
Sé sincero/a. Trata a un niño de la manera que deseas que te traten en una
situación semejante. Asegúrate de que sepan que no estás molesto/a con ellos.
Puede que tengan que rendir cuentas si se trata de un asunto del corazón (por
ejemplo, si estuvieran jugando en la sala con una pelota de baloncesto cuando
sabían que no debían, que es un problema de desobediencia y no necesariamente
de inmadurez).

Recuerda, son niños, así que estén atentos


a los detalles en su desarrollo que indiquen
que son capaces de aprender
lo que les están enseñando.
Debemos despojarnos de las
expectativas poco realistas
y adquirir entendimiento.
(Anota tus puntuaciones (tanto las del papá como las de la mamá por separado)
en la hoja de prueba compuesta provista al final de este capítulo.)

2. SER DEMASIADO EXTRICTO O ESTAR EXCESIVAMENTE


INVOLUCRADO

Esto significa tratar de micro- gestionar su vida a medida que crecen, en


lugar de soltarlos poco a poco e irlos guiando. La sabiduría que debemos ejercer
con nuestros hijos está descrita en la Palabra de Dios: “Pero la sabiduría que es
de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de
misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía” (Santiago
3:17).
Dales una privacidad razonable y áreas de privilegio y de responsabilidad.
Ayúdalos a entender cómo el privilegio y la responsabilidad están relacionados
(falta de responsabilidad = pérdida de privilegios). Deja que cometan errores
para que puedan aprender de ellos. Explica las lecciones que les enseñas con
gracia.
Seamos abordables y afables. La clave aquí es cómo respondemos a ellos.
(Ésta puede ser un área especialmente difícil para las mamás. Somos exigentes
con las cosas que queremos ver en ellos. Esto también puede ser un área de
discordia entre los cónyuges cuando las esposas observan cosas que sienten que
los esposos no observan o que juzgan como insignificantes, al punto de no
considerarlas importantes como para discutirlas con los niños. Recuerda cómo la
dinámica de los opuestos funciona.)
Hebreos 4:16 dice: “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la
gracia” y esto se refiere al Padre celestial. ¿Es así que nuestros hijos se acercan
a nosotros, especialmente cuando tienen problemas?

Recuerda ser razonable, lleno/a de misericordia


y ser un buen ejemplo.
Hemos de desechar el ser estrictos o estar excesivamente involucrados
y debemos vestirnos de gracia.

3. COMPARÁNDOLOS CON OTRAS PERSONAS

La Biblia habla fuertemente en contra de las comparaciones y el


favoritismo: “Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con
algunos que se alaban a sí mismos; pero ellos, midiéndose a sí mismos por sí
mismos, y comparándose consigo mismos, no son juiciosos (2 Corintios
10:12). Mantengan la discusión sutilmente enfocada hacia cómo sus acciones se
ajustan a lo que ellos saben que deben hacer. Sazona tus palabras con aliento.
Proverbios 15:4 dice: “La lengua apacible es árbol de vida; mas la
perversidad de ella es quebrantamiento de espíritu.”
No es sabio comparar hermanos o familiares. Evita hacer comparaciones
físicas de apariencia, habilidades, espiritualidad, etc. Podemos hacer
declaraciones basadas en hechos o evaluaciones, pero no evaluaciones
comparativas. Las comparaciones son usualmente dolorosas porque están ligadas
a una insatisfacción o a un deseo de motivar un cambio en la persona. Como
estudiamos anteriormente, esto no es efectivo sino que causa una división en la
relación.
¿Es tu hijo respondón o arrogante o humilla a los demás para elevarse a sí
mismo? Este comportamiento egoísta puede que venga de heridas emocionales
al “sentirse inadecuado” o porque “nunca puede complacer a sus padres.” Los
niños necesitan desarrollar una correcta perspectiva de sí mismos, alineada con
lo que Dios dice que son en Cristo.
Hay un triste recuento en las Escrituras sobre los efectos del favoritismo.
Génesis 37:4: “Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a
todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente.”
Según vemos aquí, esto inicia una serie de eventos difíciles derivados del
favoritismo de Jacob hacia José. Evita decir cosas como: “¡Ojalá fueras como tu
hermano”, u otras declaraciones de favoritismo. Evalúa como aceptas a tus hijos.

Recuerda, no es prudente hacer comparaciones;


lo que importa es lo que Cristo piensa de nosotros.
Hemos de despojarnos de las comparaciones
y vestirnos de aceptación.

4. NEGLIGENCIA O FALTA DE ATENCIÓN

¡Un niño que es totalmente ignorado, excepto cuando está castigado, va a


comenzar a crear problemas para llamar la atención! Proverbios 3:27 nos
instruye: “No te niegues a hacer el bien a quien es debido, cuando tuvieres
poder para hacerlo”.
¿Estás empleando mucho tiempo alejado de ellos? ¿Disfrutas estar con tus
niños o prefieres que otros los cuiden? ¿Y por cuánto tiempo? ¿Racionalizas una
actividad considerándola más valiosa que estar con tus hijos o buscas excusas
para no estar con ellos porque quieres buscar un logro personal?
¿Dependes de otros para enseñar a tus hijos las cosas que debes de
enseñarles? Por ejemplo, ¿Esperas que el líder de los jóvenes le enseñé a tu hijo
adolescente acerca de la pureza en las relaciones o consideras al líder como
apoyo de lo que estás ensenándole en tu casa? Esto es válido para todas las
etapas de la educación de niño. Recuerda tus normas familiares y convicciones
personales. ¿Hasta qué punto nuestra disponibilidad hacia nuestros hijos refleja
las convicciones que tenemos acerca de la crianza? Si descuidamos estas
lecciones, las aprenderán de otra persona, y probablemente no sean los valores
que tan profundamente queremos que nuestros hijos tengan. Esta área también
puede incluir el materialismo, erróneamente enseñarles que las cosas son más
valiosas que las relaciones, dándoles cosas en lugar de a ti mismo/a. Nos
ocuparemos de esto más a profundidad en el capítulo titulado “Protegiendo la
mente de un niño”.

Recuerda, ellos son una bendición de Dios para ti


y ellos se merecen tu tiempo.
Hemos de despojarnos de ser negligentes
y no dar atención a nuestros hijos
y hemos de adoptar prioridades bíblicas
para la vida.
5. DISCIPLINA O CONSECUENCIAS DEMASIADO ESTRICTAS

La consistencia no significa tratar a cada incidente como una grave ofensa.


Tenemos que vigilar continuamente nuestros propios sentimientos para no
reaccionar con ira en lugar de tener un espíritu de autocontrol. Los siguientes dos
proverbios tienen numerosas aplicaciones en las relaciones con nuestros hijos:
“El que fácilmente se enoja hará locuras; Y el hombre perverso será
aborrecido” Proverbios 14:17 y Proverbios 16:32 (NVI): “Más vale ser
paciente que valiente; más vale dominarse a sí mismo que conquistar
ciudades”.
Efesios 4:26-27 provee una advertencia contra la ira: “AIRAOS, PERO
NO PEQUÉIS; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al
diablo”. Este versículo es a menudo malinterpretado.
Dios no condona la ira egoísta cuando proviene de la falta de dominio
propio. Este versículo habla de la ira contra la injusticia, la inmoralidad y otros
pecados.
“La ira santa se considera una reacción razonable al pecado cuando se
proyecta en forma correcta y se dirige en defensa del carácter de Dios. Debe ser
motivada por el cumplir los propósitos de Dios, modelado por Su ejemplo y
manifestado de acuerdo a Su Palabra”(Jim Phillips, Centro de Consejería de
Arlington Heights, IL).
Varios salmos nos dicen que Dios se enoja todos los días, pero Su ira es
justa y santa, mas la nuestra es egoísta. Y estos versículos dicen que aunque
nuestra ira sea justificada, no debemos permitir que nos amargue. Al final debes
poder decir: “Dejo todo en las manos del Señor”, o si no, Satanás usará la
oportunidad para que te sientas resentido/a y te amargues y seas inútil para el
ministerio.
A menudo escucho a personas bien intencionadas decir: “Está bien si te
enojas, sólo trata de lidiar con la ira de inmediato”. Pero tenemos que considerar
los motivos de nuestra ira. ¿Es justa o no? Por lo general, no lo es. A menudo, la
ira ocurre por falta de control, paciencia, o mansedumbre. Santiago 1:20 señala:
“Porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios”. La ira egoísta y la
justicia son aceite y agua; no se mezclan. Al igual que en todas estas áreas, el
comportamiento que tenemos que desechar no puede coexistir con los
comportamientos que hemos de adquirir.
La ira es un indicador de un problema subyacente. En lugar de ventilarla o
suprimirla, debemos mirar seriamente los motivos reales por los cuales nos
sentimos enojados y debemos lidiar con esos asuntos del corazón. De lo
contrario, estaremos dirigiéndola hacia personas inocentes y muy probablemente
propagando comportamientos iracundos que modelan a nuestros hijos una forma
muy destructiva de “manejar las frustraciones”.
Recuerda, no disciplinar con ira. En su lugar, debes estar en control de ti
mismo/a cuando disciplines a un niño o encuentres un “evento.” Piensa en cómo
te relacionas con la gente. ¿Te enojas con facilidad? Si tiendes a mostrar ira
hacia tus hijos, ¿también muestras esa ira contra otras personas o estás usando a
tus hijos para descargar tus frustraciones?
No permitas que esa conducta continúe; es un comportamiento muy
perjudicial. Explícales a tus hijos que estás trabajando en el control de tu
temperamento y pídeles perdón por momentos específicos en los cuales hayas
sido demasiado duro/a. La manera piadosa de hacer frente a la ira es reemplazar
el impulso por un comportamiento puro.
La sociedad por alguna razón no le hace caso a la ira—la trata como un
comportamiento o impulso que no podemos controlar. En vez de reconocerla
como pecado o falta de autocontrol, es vista como algo que hay que ventilar o de
alguna manera salir de ella. Este modo de pensar dice que debo liberar mi ira o si
no seguirá creciendo o será “reprimida.”
Piensa en la lógica de esto: la manera de tomar control es estar fuera de
control. Esto es una pura falsedad. Los padres que creen esto van a tolerar todo
tipo de mal comportamiento, pensando que el niño sólo tiene que ventilarlo
“para su propio bien.” Algunas personas lo toman a tal extremo que excusan el
abuso físico apelando a una necesidad que tiene el abusador de “ventilar su ira”.
De seguro que los arrebatos volátiles y la ira reprimida son peligrosos, pero
la solución es la confesión, el arrepentimiento y re-entrenar nuestras respuestas y
reacciones a través de la renovación de nuestra mente en Cristo. Tenemos que
trabajar a través de la causa subyacente de la ira. Las personas iracundas pueden
ser producto de haber crecido en un hogar que “los provocó a la ira”. El
“desechar la ira” debe involucrar el construir barreras de protección entre el
exhibir la conducta airada y el trabajar hacia la tolerancia. La ira puede recibir
tratamiento cuando se identifica su causa o raíz. Las personas pueden ser
realmente liberadas de la ira. Los malos hábitos son difíciles de deshacer, pero el
trabajo se hace inefectivo si los problemas subyacentes no se resuelven.
A veces los padres permiten que sus hijos ventilen sus frustraciones con
ellos. Esto sucede especialmente entre los adolescentes y sus madres. No les
debes dar la libertad de hablar contigo de manera irrespetuosa. Proverbios 15:1
nos dice cómo debemos hablar los unos con los otros: “La blanda respuesta
quita la ira; más la palabra áspera hace subir el furor”.
Un niño que ha sido disciplinado con demasiada dureza quizás no te
responda irrespetuosamente (al menos exteriormente), pero por dentro estará
hirviendo de resentimiento y éste se acumulará hasta explotar (ira reprimida).
Esta ira le enseñará a tu niño el temor del hombre, pero no el temor de Dios.
Puedes hacer que te obedezcan corporalmente, pero esto no es un
comportamiento justo ante Dios.
Los niños están muy conscientes de la justicia. Ellos saben si han sido
ofendidos y si el culpable no ha rendido cuentas. Ellos son también rápidos en
perdonar, pero la disciplina debe ser manejada de tal manera que toda la
situación sea examinada y resuelta por los pasos del círculo completo. La
disciplina debe lidiar con los asuntos del corazón y responsabilizar al resto. Si
no, su corazón puede comenzar a acumular una amargura profunda que tal vez
no se manifieste hasta muchos años.
Pónganse de acuerdo como marido y mujer, en cuanto a la disciplina. Sean
consistentes, pero no autoritarios. Si la corrección está arraigada a tu ira, será
punitiva e inefectiva, y no tendrá fin hasta que la hayas ventilado por completo.
El autocontrol no es meramente un fruto del Espíritu Santo, sino que es una
práctica de disciplina. El momento en que decidimos enojarnos, es también el
momento en que podemos elegir una respuesta piadosa.

Recuerda, no disciplines con ira.


Debemos despojarnos de la dureza en la disciplina
y debemos vestirnos de autocontrol.

6. DISCIPLINAR SIN AMONESTAR O EXPLICAR

Amonestar significa advertir o expresar desacuerdo de una manera suave y


seria; aconsejar, enseñar y dar instrucción.
Practica el patrón que se encuentra en Colosenses 1:28: “A quien
anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en
toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre”.
Una vez más, estamos utilizando todos los pasos del círculo completo de la
disciplina al recorrer de nuevo el camino que llevó al niño al punto de
necesitarla. Estamos ayudándole a entender dónde se desvió, cuál era la
condición de su corazón, y cómo puede resarcir. En lugar de exasperarlo por
desconocer el propósito de tu disciplina, esto le permitirá entender
completamente tu propósito, y aun le permitirá internalizar el método de retomar
el rumbo para eventualmente poder rendir cuentas delante de Dios.
Éstas son situaciones en las que nosotras, como madres, podemos ponernos
muy en serio el explicar al niño los peligros de tomar una decisión en particular.
Yo recibo una gran cantidad de burlas en mi familia por esto, porque cuando he
terminado de dar una de mis charlas maternales acerca de lo peligroso que algo
pudiera ser, David generalmente añade: “Y podrías morir”.
Pero más allá de los peligros físicos de la vida, les estamos enseñando
acerca de los peligros espirituales y morales. Y recuerda ser gentil y clara y que
nadie bromee acerca de estos asuntos. Esto también se conoce como crecer en
sabiduría (Hebreos 12:11). Ser negligentes en este proceso no va ayudar a
nuestros niños a adquirir sabiduría, sino que harán caso omiso a las advertencias
y límites y harán lo que ellos quieran. Proverbios 18:2 (La Palabra-España)
declara: “Al necio no le gusta comprender, sino expresar su opinión”.
La ira con frecuencia acelera nuestro tiempo de reacción. Pero si estamos
comprometidos con la amonestación y explicamos a nuestros hijos lo que ha
sucedido y lo que va a suceder en el proceso, nos damos una oportunidad de
controlarnos a nosotros mismos. Puede ser conveniente que el niño se vaya a un
lugar tranquilo y tú, en uno o dos minutos, te unas a él cuando ya te hayas
calmado y estés controlado/a.

Recuerda, amonestar a nuestros niños


les ayuda a ser íntegros en Cristo.
Debemos despojarnos de disciplinar
sin dar explicaciones
y vestirnos de la amonestación.

7. IMPREVISIBILIDAD DE LA VIDA FAMILIAR

La confusión y la ansiedad se acumulan en el corazón de un niño cuando


éste no sabe a qué atenerse. Sus vidas también estarán en desorden si se separan
de la familia demasiado. Un ejemplo es cuando los padres mantienen muy poco
orden o estructura en la casa y de repente “se enojan” porque no pueden entender
por qué su hijo no les obedece o les muestra respeto. Nuestros hogares deben
reflejar 1 Corintios 14:40: “Pero hágase todo decentemente y con orden”.
Piensa sobre la vida de tu hogar. ¿Sigue ésta el plan de prioridades y orden
de Dios? ¿Tienes que hacer algún cambio? Tener orden da a los niños seguridad.
Esto hace que la casa sea el mejor lugar para ellos estar. ¿Tiene tu casa una
constante rutina que permite la armonía entre los miembros de la familia? Todos
somos diferentes, pero todos debemos ser ordenados. Es lo que hace que
nuestros hogares estén centrados en Cristo y que no sea sólo un lugar para poner
nuestras cosas. Ya hemos mirado este aspecto de la vida familiar de cerca en los
capítulos 4 y 5. Realizarlo en nuestras vidas hará una gran diferencia en las vidas
de nuestros niños.
Recuerda, los caminos de Dios
son ordenados y estables.
Hemos de despojarnos de la
imprevisibilidad de la vida familiar
y hemos de vestirnos del orden.

8. FALTA DE AFECTO

En 1 Tesalonicenses 2:7-8, Pablo señala: “Antes fuimos tiernos entre


vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos. Tan
grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros
no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas; porque
habéis llegado a sernos muy queridos”.
¿Les muestras afecto a tus hijos todos los días (muchas veces al día)?
¿Hacen ellos igual contigo? No tiene que ser en público. Puede que sea un besito
en el cachete antes de que ellos salgan del carro o un abrazo cuando los ves a
primera hora de la mañana; debes mostrar afecto en forma apropiada todos los
días.
Si has dejado este hábito o has descartado los abrazos, retómalos. ¡Los
abrazos son importantes! Yo estoy profundamente convencida de esto. A veces
mientras nuestros niños van creciendo, quizás actúan muy “adultos” como para
dar un abrazo a Mamá o a Papá, especialmente en frente de otras personas. Pero
si vas a recordar algo de este libro es esto, recuerda ser tierno/a con tus hijos. Es
casi imposible que el corazón de un niño se aleje de su padre o madre si le ha
mostrado afecto físico de forma apropiada todos los días.
Una vez, cuando Lee estaba en quinto o sexto grado, su amigo Dave y su
mamá lo llevaban en carro hasta la escuela. Ellos eran nuestros vecinos, por lo
tanto, yo era amiga de Carol. Cuando ella dejó a los chicos en la escuela, Lee
notó que Dave no había besado ni abrazado a su mamá al despedirse. Lee se
detuvo y le dijo a Dave: “No te despediste de tu mamá con un beso”.
Carol enseguida respondió, como siempre las mamas responden: “Está
bien”.
Y Lee respondió: “Oh, no, tienes que abrazar a tu mamá”. Dave le dio un
beso y un abrazo y los niños se fueron a la escuela. Cuando Carol llegó a la casa,
me llamó y me hizo el cuento. ¿Qué mamá no se emociona cuando su niño le
muestra afecto? Las madres están continuamente demostrando sus sentimientos
con abrazos y besos, pero los niños deben aprender que deben demostrar afecto a
sus padres en forma consistente.
Las mamás especialmente, al dar afecto a sus niños, se pueden dar cuenta
de cómo ellos se están sintiendo. Si tienes por costumbre ser tierna con tus niños,
te podrás dar cuenta de cuándo les está pasando algo. A veces pasa que cuando
son adolescentes y te dan un abrazo más largo de lo acostumbrado, te das cuenta
de que necesitan tu aliento. También si el niño encoje los hombros o respira más
fuerte puede significar que esté alterado por algo. Los momentos tiernos durante
el día te ayudarán a estar más al tanto de cómo está tu familia. Cuando el lazo de
ternura se rompe, las relaciones se afectan.
El contacto físico apropiado entre los papás e hijos es también importante
aunque es demostrado de diferente manera. En mi casa había muchos juegos de
perseguir, partidos de luchas, cosquillas en los pies y deportes entre David y los
niños.
Muéstrales lo mucho que valoras un simple abrazo y un beso a la salida y
cuando regresan. Yo le decía a mis niños: “No te olvides que pagarme”, pero lo
que quería decir era: 'dame un beso’ por un acto de bondad tal como cortar una
manzana para ellos. Aun cuando sean mayores y te pidan favores grandes como
cogerle el ruedo a una falda, hazle saber que vas a aceptar su forma tradicional
de “pago”. Enséñales que estás dispuesto/a a hacer algo grande por uno de sus
abrazos y besos y esto es algo valioso para ti. Y no es sólo con los niños
pequeños—sino también con los adolescentes e hijos adultos.
Lo maravilloso es cuando tus hijos actúan de forma recíproca. A mí me
suelen dar dolores de cabeza. Si me da uno grande, me tengo que acostar. Lee,
desde que era pequeñito hasta grande, venía a donde mí y me daba un besito en
la cabeza, y yo siempre le decía: “Ah, ahora me siento mucho mejor”.
También diles a menudo que los amas –¡todos los días, si quieres! Si esto
suena difícil porque no estás acostumbrado/a a expresar tu amor por ellos,
puedes decirles desde un lugar de la casa a tu hijo de trece años: “Oye, Sam,
¿alguien te ha dicho que te ama hoy?” Entonces espera y es probable que
escuches: “No, Mamá”. Entonces le dices: “Yo te amo!” Y puede que te
responda: “Gracias, Mamá, yo te amo también!” Esto funciona bien con papás, y
esposos y esposas también!
Enseña a tus hijos que la bondad, la consideración y la ternura son
altamente valorados y son una fuente de gran aliento para ti y para el resto de la
familia. Enséñales a abrazarse y a decirse los unos a los otros que se quieren.
Este simple entrenamiento ayudará a la larga a prevenir la rivalidad entre
hermanos.

Recuerda el significado del toque


de Mamá y Papá en la vida de un niño.
Hemos de despojarnos de la falta de afecto
y vestirnos de ternura.

9. LA FALTA DE LÍMITES O LA DEMASIADA LIBERTAD

Los niños a veces van a retar los límites—no necesariamente para salirse
con la suya, sino para saber si los límites son reales y confiables. Una cerca
protectora no tiene mucho significado si se cae tan pronto la toquemos.
Proverbios 19:19-20 hace referencia al valor de los límites: “El hombre de
gran ira llevará el castigo, porque si tú lo rescatas, tendrás que hacerlo de
nuevo. Escucha el consejo y acepta la corrección, para que seas sabio el
resto de tus días” (NBLH). Le tenemos que proveer límites a nuestros niños
hasta que ellos puedan crear los suyos. “Como ciudad derribada y sin muro es
el hombre cuyo espíritu no tiene rienda” (Proverbios 15:28).
Ponte de acuerdo con tu cónyuge sobre los límites establecidos para tus
hijos y sé firme. Cuando hayan estado de acuerdo, preséntalos a tus hijos,
recordando de no abrumarlos con una lista muy larga. Se conciso/a.
He aprendido a apreciar mucho la capacidad perceptiva de David de ver una
situación y de canalizar toda la información al respecto en una lista de dos a
cinco puntos.
Recuerdo de un caso en particular, cuando iba conduciendo a casa con Lee,
viniendo de un tortuoso juego de campeonato de baloncesto donde su equipo
había perdido por dos puntos. Cualquier cosa que yo trataba de decir
simplemente empeoraba las cosas. Lee realmente no valoraba mi perspectiva
maternal ni mi análisis del juego como principiante. Después de tratar lo mejor
que pude, me resigné a hacer un viaje tranquilo y cómodo. Cuando llegamos a la
casa, noté que el carro de David estaba en el garaje y entré corriendo mientras
Lee arrastraba los pies detrás de mí.
Le di a David un resumen en diez segundos antes de que Lee entrara. Lee
entró muy triste y se hundió en una silla. David le dijo: “Lee, dos cosas:
¿Perdiste el juego o te vencieron?” Luego empezó a explicarle a Lee que si él
había dado su máximo, mantenido una buena actitud, escuchado a su entrenador,
ejecutado bien el juego, y había dado de su todo, entonces no tenía de nada que
avergonzarse, sino que simplemente le habían vencido. El otro equipo jugó bien
y ese día salieron vencedores. Pero si tú no hiciste las cosas que mencioné y
sucumbes a una mala actitud o si has discutido con los oficiales y simplemente
no jugaste de lo mejor, entonces perdiste el juego y el otro equipo merecía ganar.
Lee respondió: “Hice mi mejor esfuerzo”. Y David dijo: “Entonces no hay razón
para tener tu cabeza baja.” Los papás saben estas cosas y puede dar las mejores
palabras de ánimo cuando la mamá no encuentra qué decir.
El punto aquí es ser conciso con tus hijos. Ellos tienden a recordar listas
más cortas mejor que las listas largas. Nuestro Plan de familia, del capítulo 2, en
realidad fue una lista corta creada por David.
Las listas cortas son especialmente importantes si tus hijos no están
acostumbrados a tener límites y no se les han introducido gradualmente a través
de los años. Entrénalos para que piensen sabiamente y también en las
consecuencias de sus acciones antes de que comiencen una actividad. Yo
siempre les dije a mis niños que se preguntaran tres cosas antes de lanzarse a
hacer algo. ¿Esta actividad:

1. tiene el permiso completo de mi mamá


2. su aprobación
3. y podría alguien lastimarse?”

Así que cuando ellos piensen que puede ser divertido atar una patineta a la
parte trasera del jeep de un amigo, espero que cambien de parecer cuando esta
lista concisa venga a su mente. Porque ellos pueden filtrar muchas ideas
impulsivas a través de la permisibilidad: Claro, mi madre probablemente me deje
hacerlo, pero pasará la prueba de ¿Lo aprobaría Mamá?, lo cual es más difícil.
A medida que vaya pasando el tiempo y vayan madurando, la meta se convertiría
en, ¿Lo aprobaría Dios? En ese momento, si todavía pueden racionalizar en su
mente que Mamá pudiera aprobarlo; el último recurso de seguridad sería: ¿y
podría alguien lastimarse? Y esta pregunta generalmente los trae a la realidad—
¡y básicamente les quita toda la “diversión” de la vida!
Déjame darte un ejemplo, a Lee le encantaba jugar al baloncesto y
practicaba por muchas horas todos los días. Vivíamos en frente de su escuela
secundaria y la cancha estaba regularmente disponible para practicar. Debido a
que el entrenador y su familia vivían en el campus, estas horas se extendían a
menudo hasta la medianoche en los meses de verano o los fines de semana. Yo
estaba consciente de ello y lo había aprobado. Pensé que la actividad era
relativamente segura y que Lee tendría la sabiduría de como jugar. Pero aun así
yo requería que Lee pidiera permiso. Esto significaba que a pesar de que yo
dijera que sí, yo quería que me pidiera permiso cada vez para yo saber de su
paradero. Si Lee sabía que yo “aprobaba” y que “nadie podía lastimarse” dentro
de los límites normales de la actividad, pero que yo no le había “dado el
permiso”, entonces la actividad no podía ser realizada porque faltaba un
requisito: “el permiso”.
Esta simple pregunta da claridad y ayuda a los niños a pensar las cosas por
sí mismos, evitando un combate de esgrima verbal con sus padres.
Tenemos que ser sanos en nuestro pensamiento y doctrina. Además,
debemos de ser claros con nuestros hijos acerca de los límites que pongamos y
convicciones respecto a las actividades o su comportamiento en la vida.

Recuerda el propósito de establecer límites.


Hemos de despojarnos de la falta de límites
y vestirnos de sabiduría y buen juicio.

10. MODELANDO LA IRA

¿Cómo podemos esperar que nuestros niños no muestren enojo si es lo que


han aprendido en el hogar? Proverbios 22:24-25: “No te entremetas con el
iracundo, ni te acompañes con el hombre de enojos, no sea que aprendas sus
maneras, y tomes lazo para tu alma”.
¿Alguna vez has visto a tu hijo joven hacer algo que sabías que ha
aprendido de ti y pensaste, ¡No, de ninguna manera le pasaría esto a ellos! Tal
vez no te diste cuenta de que ellos copiaron uno de tus defectos o hábitos
pecaminosos y luego, pum—ves que están haciendo algo que nunca quisiste
haberles enseñado.
Si batallas contra la ira, es muy difícil de ocultarlo. Es posible que todos tus
familiares y conocidos cercanos lo sepan, ¡y quién sabe quién más! No pienses
que esto no es un problema serio, porque los efectos del comportamiento de la
ira u otros comportamientos dañinos pueden llegar lejos. Así que no permitas
que estos alcancen a tus niños. Debemos ser tolerantes con las personas que
amamos, y esto implica perseverar aun cuando la carga sea pesada, aguantar
sufrimientos (ser lentos para la ira) y desarrollar paciencia. En otras palabras, a
pesar de todas las cargas que llevamos, no debemos demostrar enojo al lidiar con
las frustraciones.
Los esposos y las esposas deben rendir cuentas el uno al otro en cuanto a
esto. Pero si el problema es serio, entonces necesitan consejería bíblica y será
necesario que les rindan cuentas a otros.

Recuerda, los niños pueden copiar nuestros hábitos pecaminosos.


Hemos de despojarnos de modelar la ira
y vestirnos de paciencia.

11. DESACUERDO ENTRE LOS PADRES


El plan de Dios para el orden de la familia se torna confuso cuando los
propios padres del niño no lo están modelando. Malaquías 2:13-14 dice: “Y
esta otra vez haréis cubrir el altar de JEHOVÁ de lágrimas, de llanto, y de
clamor; así que no miraré más a la ofrenda, para aceptarla con gusto de
vuestra mano. Mas diréis: ‘¿Por qué?’ Porque Jehová ha atestiguado entre
ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu
compañera, y la mujer de tu pacto”.
Esto no quiere decir que un papá o mamá soltero/a no pueda criar a una
familia por su propia cuenta, pero no es el diseño de Dios. Dios no quiere que las
familias se rompan. Él conoce la amargura, los malentendidos, las dificultades y
las luchas que experimentan padres e hijos cuando una familia se disuelve. Él
conoce también que es bien difícil para un solo padre manejar todos los aspectos
de un hogar. El corazón de Dios quiere que las personas aprendan a amarse
verdaderamente y a cuidarse los unos a otros y que aprendan a solucionar sus
conflictos.
El versículo 16 de Malaquías 3 dice que Dios odia el divorcio. Él lo odia
porque destruye a la familia con su propósito de criar niños piadosos que
glorifiquen a Dios. El divorcio es el producto de la dureza del corazón de uno o
ambos cónyuges. Destruye el pacto que han hecho con Dios en sus votos
matrimoniales. Dios hace provisión para el divorcio (en caso de abandono por
parte de un cónyuge incrédulo o de la práctica del pecado sin arrepentimiento),
pero le entristece profundamente que las personas endurezcan su corazón el uno
hacia el otro (especialmente dos que han decidido casarse).
A menudo, el esposo, como lo afirman estos versículos, traiciona a su
esposa. Pero puede ser viceversa y típicamente el esposo como líder/proveedor/
protector tiene ventajas. Yo he visto esto en un sinnúmero de ocasiones cuando
los hombres racionalizan el hecho de abandonar su matrimonio (especialmente
en casos de infidelidad) y esto hace la vida insoportable para sus esposas. A
menudo, pero no siempre, mucho antes de llegar a este punto, la comunicación
íntima, la comprensión mutua, los acuerdos de convivencia y el demostrar el
compromiso que han hecho el uno con el otro se han roto completamente.
La voluntad de Dios para nosotros es que trabajemos en nuestros
matrimonios. Incluso, si uno de los cónyuges es incrédulo, el creyente debe
perseverar en el matrimonio, orando para que el otro se salve en lugar de dividir
a la familia. Los creyentes deben estar dispuestos a buscar consejería bíblica
sólida cuando sea necesario.
He trabajado con muchas parejas casadas que han superado la traición
desgarradora de la infidelidad y las adicciones. He visto el poder de Dios en sus
vidas, como ha transformado corazones de piedra a corazones de carne. El libro
de Ezequiel lo pone de esta manera: “Y les daré un corazón, y un espíritu
nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de
su carne, y les daré un corazón de carne, para que anden en mis ordenanzas,

y guarden mis decretos y los cumplan” (Ezequiel 11:19-20a).


El propósito de Dios para nosotros como pareja es que crezcamos juntos en
amor, respeto y compañerismo. Esto proporciona un ambiente piadoso para criar
niños donde algún día ellos podrán hacer lo mismo. Los niños que viven el plan
de Dios declararán los caminos maravillosos y siniguales de Dios. Incluso, Él
nos da una “porción de Su Espíritu” en nuestros matrimonios para poder lograr
esto. Cuando este diseño para la familia se rompe, los niños batallan
terriblemente al tratar de entender y descifrar la desaparición del matrimonio de
sus padres. Ellos tienden a pensar que son parte de la razón del rompimiento y
luego tienen problemas en decidir casarse en el futuro. Las consecuencias siguen
y siguen.
Dios quiere que tratemos de mantener unidas a nuestras familias, excepto
en caso de pecado descarado sin arrepentimiento. En ese caso, Él desea que
busquemos apoyo en estructuras familiares, amigos, y personas dentro de la
iglesia. De nuevo, guárdense de andar separados por mucho tiempo. La
separación separa. Separa metas…separa cuentas…separa camas…separa vidas.

Recuerda, Dios quiere que nuestras


familias vivan en unidad.
Hemos de despojarnos de la discordia marital
y vestirnos de armonía (unidad).

12. NO ADMITIR CUANDO UNO SE EQUIVOCA

Mantener una falsa imagen de perfección frente a nuestros hijos no sólo los
frustrará sino que también los enojará, cuando vean que no somos genuinos.
Hebreos 12:15 nos advierte: “Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar
la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por
ella muchos sean contaminados”.
Admite cuando estés equivocado/a y pide perdón. Como se dijo
anteriormente, los niños saben si han sido tratados injustamente. Si admitimos
nuestros fracasos a ellos, no nos verán como débiles o indignos de su respeto.
Recuerda, ellos se dan cuenta. Nos perdonarán y nos extenderán misericordia.
¿Y acaso no es eso lo que queremos cultivar en ellos? Si no podemos admitir
cuando nos equivocamos, aprenderán el mismo comportamiento y tendrán
problemas en sus relaciones futuras. Recordemos la encuesta mencionada
anteriormente que preguntó a unos cientos de madres que enumerasen las cosas
que hicieron sus padres que están decididas a no hacer. No admitir culpa fue una
de las primeras en la lista. Los niños definitivamente, a la larga, acumulan
resentimiento cuando esto ocurre.
La terquedad es orgullo. Debemos ser capaces de humillarnos ante nuestros
niños si queremos que ellos nos perdonen. Un ejemplo podría ser si nos pasamos
de la raya con una instrucción y empezamos a gritarles. Si mantenemos “cuentas
cortas” con ellos, vamos a mantenerlos cerca, porque no estamos permitiendo
que la falta de perdón se acumule. Hay un dicho que dice: “No hay relación
perdurable sin perdón”. Tenemos que estar listos para pedir perdón y ser rápidos
en perdonar para evitar que el orgullo se cuele en nuestras relaciones.

Recuerda, no dejes que la amargura


se acumule en tu familia.
Hemos de despojarnos de no admitir
cuando nos equivoquemos y vestirnos de la disposición de buscar el perdón.

13. DOBLE ESTÁNDAR O HIPOCRESÍA

Los niños se exasperan con rapidez cuando los padres dicen cosas parecidas
a éstas: “Haz lo que yo digo y no lo que yo hago”. Jesús dijo: “¡Ay de vosotros,
escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros
blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por
dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también
vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por
dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad” (Mateo 23:27-28).
Vive tus convicciones bíblicas y personales delante de sus hijos. Ayúdalos a
entender cómo se desarrollaron tus convicciones y cuáles son tus propósitos.
Modela características piadosas frente a tus hijos.

Recuerda que debes vivir una vida


pura y justa delante
de tus niños—ellos te conocen bien.
Hemos de despojarnos de la hipocresía
y vestirnos de vivir por convicciones.

14. ABUSO FÍSICO Y VERBAL

Éstas son violaciones graves y vergonzosas de nuestra confianza como


padres.
Colosenses 3:8-9 declara: “Pero ahora dejad también vosotros todas
estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra
boca. No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo

hombre con sus hechos”.


No seas hostil con tus hijos. Reemplaza los viejos patrones de pecado por
palabras edificantes. Vamos a dedicar un capítulo completo para hablar sobre
este tema. El amor es acción, no un mero sentimiento. El amor no puede
coexistir con la hostilidad; son como el aceite y el agua.

Recuerda, la hostilidad (verbal o no)


hacia tus hijos es pecado.
Debemos despojarnos del abuso físico
o verbal y vestirnos de amor.

15. NO ESCUCHARLOS NI DAR LA OPORTUNIDAD DE QUE SE


EXPRESEN A SÍ MISMOS

¿Podemos honestamente esperar que nuestros hijos presten atención a lo


que decimos si persistimos en ignorar lo que ellos nos dicen? Proverbios 18:13-
15,17 dice: “Es necio y vergonzoso responder antes de escuchar. En la
enfermedad, el ánimo levanta al enfermo; ¿pero quién podrá levantar al
abatido? El corazón prudente adquiere conocimiento; los oídos de los sabios

procuran hallarlo…El primero en presentar su caso parece inocente, hasta


que llega la otra parte y lo refuta” (NVI).
¿Cortamos su conversación cuando no queremos escuchar lo que tienen que
decir porque no queremos enfrentar la situación o estamos demasiado cansados
para llevarlos por el círculo completo?

Recuerda, se supone que


comprendamos a nuestros hijos.
Debemos despojarnos de no darles
la oportunidad de ser escuchados
y vestirnos de escuchar con atención.

16. NO CUMPLIR CON LO QUE PROMETISTE QUE HARÍAS

Si no cumples con las recompensas o castigos que prometiste, destruirás su


confianza. Proverbios 13:12: “La esperanza que se demora es tormento del
corazón; pero árbol de vida es el deseo cumplido”.
¿Haces promesas a tus hijos que no cumples? Ellos toman en serio lo que
dices, así que asegúrate de que ellos no perciban algo como promesa que no
quisiste prometer. Ellos fijan su corazón en lo que dices. Por ejemplo, si le dices
a tu hijo de ocho años de edad que Papá lo llevará a un juego de los Cubs en el
verano y luego lo olvidas, se sentirá muy decepcionado. Su corazón se
“enfermará”.
¿Alguna vez has estado esperanzado por algo, y luego has descubierto que
lo cancelaron? Claro, todos hemos experimentado esto. Pero nuestros hijos creen
y confían en que nosotros vamos a cumplir todo lo que prometemos hacer. Si
hacemos promesas ocasionales que no tenemos la intención de mantener o
decimos: “Sí, yo lo hubiera llevado si hubiera podido, pero no pude” (en realidad
una tonta excusa para salir del paso), entonces tu hijo aprenderá a no confiar en
tu palabra.
Un versículo clave para este capítulo es Mateo 5:37: “Pero sea vuestro
hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede”. Este
simple versículo está lleno de significado.

1. Dice que hagas lo que prometes hacer, como en el ejemplo de la promesa.


2. Dice que no hagas juramentos a la ligera que no tienes autoridad de hacer.
(El pueblo judío en este caso estaba tratando de convencer a la gente de su
confiabilidad, haciendo juramentos. Decían: “Juro por Jerusalén o por el cielo
que lo que digo es cierto”. Dios dice que no tenemos autoridad sobre ninguna de
estas cosas, así que no debemos usar nuestras palabras tan a la ligera, sino que en
su lugar debemos decir la verdad con toda claridad).

No escuchamos estas palabras específicas tanto hoy. En su lugar,


escuchamos: “Te lo juro por la tumba de mi madre”, o peor: “Lo juro por la
Biblia”. Una vez más, la misma exhortación aplica—no hacer juramentos
dramáticos como prueba de credibilidad o para convencer a la gente de tu
sinceridad.
También significa no añadir palabras ni usar palabras que transmitan lo que
realmente no quieres decir. Un ejemplo podría ser usar exageraciones o decir
cosas a las que ni siquiera te refieres.

3. Dice que cuando digas “sí”, quieras decirlo y que lo cumplas. Y cuando digas
“no” que quieras decirlo y que lo cumplas. Cumple lo que dices para que tus
hijos aprendan que sí realmente significa sí, y que no significa en realidad no. En
esencia, esto significa ACTUAR CON LO BÁSICO (sé cuidadoso/a y sé veraz
con sus palabras).

Tenemos un dicho en nuestra casa que es, básicamente, una paráfrasis de


Mateo 5:37. Dice así: "Cuando Mamá dice, ‘sí’, significa que sí y cuando Mamá
dice, ‘no’, significa que no”. Esto no significa que me vuelvan a preguntar. Esto
significa sí o no. La única respuesta aceptable que pueden dar es: “Está bien
Mamá.” Por ejemplo: “¿Mamá, ¿puedo salir a la calle?” “No, estaremos
comiendo en pocos minutos.” “Está bien, Mamá”.
Si no siguen el protocolo, lo intentamos de nuevo. Esto también significa
que no tienes que justificar tu respuesta con algo que les convenga a ellos”.
Tienen que decir simplemente: “Está bien, Mamá”.
Sólo hay dos excepciones; una es si tienen nueva información que agregar.
Por ejemplo: “Mamá, ¿puedo quedarme hasta tarde esta noche y ver el discurso
del Estado de la Unión?” “Sí, puedes quedarte hasta las 10:00”. Luego, si el
programa se extiende, ellos quizás digan: “Mamá, el programa no ha terminado
y son las 10:00; ¿puedo quedarme despierto más tarde? Nuestro maestro quiere
que nosotros veamos el todo el discurso para que podamos responder a una lista
de preguntas, incluyendo la refutación”.
Tú consideras la nueva información y tomas tu decisión y ellos dicen, “Está
bien, Mamá”. Esto es simplemente si la nueva información alteró el acuerdo
original. Sin embargo, si la mamá o el papá dice: “No”, aún en base a la nueva
información, su respuesta debería ser “Está bien, Mamá / Papá”.
La segunda excepción es cuando la decisión no se puede hacer en el
momento. En este caso, diles cuando harás tu decisión para que sepan que no
tienen que preguntar repetidamente. Vas a darles una respuesta cuando dijiste
que lo harías. Por ejemplo, Luke pregunta si puede invitar a un amigo a quedarse
por la noche el viernes. Miro mi calendario y me doy cuenta de que tengo
algunas cosas pendientes, así que tengo que investigar antes de darle una
respuesta.
Así que puedo decir: “Voy a cotejar algunas de estas cosas, y te diré el
jueves por la mañana”. Así que me aseguro de responderle para el jueves o antes,
si es posible. Pero los niños se hacen de ilusiones, especialmente los más
pequeños, ya que están ansiosos por saber si pueden emocionarse o no sobre sus
planes.
Y por lo general van a decir: “Mamá, ¿es más sí que no?” Y yo le digo
honestamente: “80 por ciento sí, y 20 por ciento no”, y ellos sonríen. O puedo
decir en referencia a otros asuntos: “Mira alrededor de 90 por ciento que no y 10
por ciento que sí” y luego lo discuto con su papá. Y si ese día no se puede, les
digo el día que será porque “La esperanza que se demora enferma el
corazón”. (LBLA)
Mis hijos saben que yo trato con mucho ahínco de que las cosas les salgan
bien y también saben que si yo digo que “no”, significa “no.” Ellos aceptaban
esto y no me retaban (demasiado). Si decidían retarme, Sabían que tendrían
problemas. Por lo menos, yo diría: “Cuando Mamá dice, ‘sí’, significa que sí y
cuando Mamá dice, ‘no’, significa que no y tú dices…” Y ellos tienen que
responder: “Está bien, Mamá”. Yo les ofrecía suficiente información para que
pudieran entender la situación, pero si ellos retaban mi decisión, ellos sabían
bien que no les daría el permiso.
Unos años atrás, cuando Lee tenía unos quince años, recibimos una visita y
estábamos conversando en nuestra sala. Lee, acababa de entrar por la puerta,
subió las escaleras con una idea en mente. Se asomó por la baranda, mirando
hacia la sala y preguntó: ¿Me puedo quedar en casa de Jordan esta noche?
Miré hacia arriba y dije: “No, Lee, esta noche no”.
Él dijo: “Está bien, Mamá”, así como lo habíamos practicado miles de
veces en la cocina. Las tres madres de los adolescentes me miraron y dijeron:
“¿Es todo? ¿Él no protesta?” Y, por supuesto, estoy pensando, ¡Que bien Lee!
Ésta es un área de la vida en la que habíamos estado trabajando en forma
diligente. Gracias, Señor ¡por el fruto!
Una de las claves para ayudar a nuestros niños a ser capaces de responder
de manera adecuada cuando se presente la ocasión es haber practicado y
practicado y practicado con anticipación. Si practicas en forma de drama, cuando
estén de un humor enseñable y juguetón, ellos responderán bien cuando Mamá o
Papá respondan “no”. Mis niños también sabían que responder inapropiadamente
no les iba a convenir para el futuro. Si ellos respondían correctamente, esto nos
animaba como padres para buscar actividades alternas que a ellos les alentaran.
Tampoco queremos estar diciéndoles que “no” todo el tiempo.

Recuerda, ellos cuentan contigo para


que hables y actúes con la verdad.
Debemos despojarnos de no hacer l
o que dijimos que haríamos
y hemos de vestirnos de integridad.
¿Cómo saliste? Ora a Dios por sabiduría y dirección; los cambios superficiales y
obstinados no serán suficientes en el proceso de “despojarse y vestirse”.
Al revisar tus resultados, considera los siguientes puntos:
Las puntuaciones individuales, incluso de tan sólo un 2 ó 3 en cualquiera de las
áreas indican que hay que hacer algunos ajustes; recuerda que no queremos estos
comportamientos.
2-4 Empleen tiempo como pareja discutiendo qué cambios son necesarios. Ésta
es una área para hacer ajustes. Pónganse de acuerdo con estos, con un plan de
acción. Asegúrense que el comportamiento del cual se están “despojando” sea
reemplazado por un comportamiento piadoso que no existía antes. Traten de
establecer una zona de amortiguación con “barandas” adicionales. Oren juntos
por esto. Da cuentas a tu cónyuge de cómo estás haciendo. Determina si tienes
que pedirles perdón a tus hijos y hazlo. Explícales tu nuevo curso de acción para
que ellos puedan entender.
5-7 Igual que el anterior, pero con mayor responsabilidad; puede que tengas que
dar cuentas a tu líder de grupo pequeño, además de uno al otro.
8-10 Ésta es un área de gran necesidad. Estás en peligro de crear amargura y
resentimiento en tu hijo, que quizás ya lo ves. Comienza de un principio. Es
imperativo que ambos lleguen a un acuerdo como pareja en estos asuntos. Si eso
resulta dificultoso, tendrás que solicitar intervención y rendición de cuentas de
amigos piadosos. Aplica los principios de este libro y el Salmo 85:8.

Esposos y esposas, según van hablando sobre todas estas cosas, estarán
adquiriendo semejanza a Cristo. Cada uno de estos “reemplazos” es en realidad
una parte del carácter de Cristo. Cuando desarrollamos estas actitudes de
reemplazo, tenemos la mente y el corazón de Cristo, lo que causara que el
corazón del niño se quede con nosotros.

Amado Padre Celestial:


Es bastante desalentador para los padres el proceso de criar
hijos en el camino que deben seguir porque batallamos
contra nuestras tendencias egoístas. Vemos el daño que
causan nuestras elecciones pecaminosas que nos salen en
forma natural y nos hacen cosechar interrupciones en la
intimidad familiar. Querido Señor, oramos para que Tu
corazón hacia nuestros niños se refleje en nosotros para que
ellos sean atraídos a estos atributos Tuyos que ven en
nosotros. Ayúdanos a amarlos con Tu amor, como Salvador.
Para aquellos de nosotros que creemos que los corazones de
nuestros niños están con nosotros, oramos por sabiduría y
gracia para que sigan con nosotros. Y para aquellos de
nosotros que sentimos que el corazón de nuestros niños está
apartado, oramos para que Tu sabiduría y gracia los traiga
a Ti. Danos la fortaleza para criar a nuestros hijos con amor
y ternura, pero con límites. Protégenos de la trampa de
exasperarlos. Confiamos que nos vas a dar la fortaleza
perfecta para hacerlo y tratar de sobreponernos a nuestras
costumbres impías. Te pedimos que estés a nuestro lado. En
el nombre de Jesús, amén.

GUÍA PARA GRUPOS PEQUEÑOS

MEMORIZACIÓN DE LAS ESCRITURAS


(Tiempo sugerido—15 minutos

Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres,


porque esto es justo.
Honra a tu padre y a tu madre,
(que es el primer mandamiento con promesa)
para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.
Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos,
sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.
Efesios 6:1-4

Continúa con el sistema de memorización de las Escrituras con cada persona en


el grupo que recite los versículos del día y luego alternadamente repasando los
versículos de las semanas anteriores. Recuerda decir la referencia antes del
versículo.

TIEMPO DE PAREJAS
(Tiempo sugerido—45 minutos)

¡Este capítulo fue una evaluación larga y reveladora de la dinámica de tu


familia! Si no has tenido la oportunidad de revisar tus respuestas del cuestionario
del libro, hazlo ahora. La mayor parte de este tiempo de reunión será dedicado a
hablar sobre cómo poner en práctica (adquirir) algunas respuestas nuevas que
están en consonancia con el diseño de Dios para la relación con tus hijos.

Observa tus respuestas en el cuestionario. Tú sabes cuál es el


comportamiento que el Espíritu Santo te está mostrando que observes. Usa
la siguiente hoja para procesar maneras realistas para “renovar tu mente” y
tus comportamientos resultantes que honren al Señor y a tu familia.
Considera la posibilidad de los tres niveles de motivación a medida que
diseñas tu camino para ser “más como Cristo”.



Lee los siguientes pasajes para que te asegures de que Dios está interesado
e involucrado en ayudarte a ser un/a padre/madre más eficaz. Él tiene tu
mejor interés en Su Corazón y desde luego quiere que des lo más que
puedas.

Deuteronomio 30:11-14 “Porque este mandamiento que


yo te ordeno hoy no es demasiado difícil para ti, ni está
lejos. No está en el cielo, para que digas: ¿Quién subirá
por nosotros al cielo, y nos lo traerá y nos lo hará oír
para que lo cumplamos? Ni está al otro lado del mar,
para que digas: ¿Quién pasará por nosotros el mar, para
que nos lo traiga y nos lo haga oír, a fin de que lo
cumplamos? Porque muy cerca de ti está la palabra, en
tu boca y en tu corazón, para que la cumplas”.

Romanos 12:2, 9: “No os conforméis a este siglo, sino


transformaos por medio de la renovación de vuestro
entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena
voluntad de Dios, agradable y perfecta… El amor sea sin
fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno”.

Revisa el diagrama de abajo de tu lectura. Piensa en un comportamiento del


cual deseas despojarte y reemplazar por uno piadoso. Identifica donde te
encuentras en el proceso de despojarte y vestirte. Te darás cuenta de que
cualquier punto anterior al punto medio (el arrepentimiento) no producirá
un cambio duradero.
Aplicación en el hogar: Ésta fue una sesión intensa. Continúa en casa esta
semana dedicándote a revisar tus notas y el cuestionario. ¿Acaso esta sección ha
señalado alguna área en específico con la cual Dios quiere que lidies? Discutan
juntos y cuidadosamente estos temas. Actúen con sensibilidad y anímense.
Mantengan estas conversaciones privadas entre los dos, pero estén dispuestos a
aprender. Dios se glorificará y su familia se beneficiará también grandemente.
Oren por que haya un cambio duradero en el corazón para que su hogar se
deshaga de comportamientos exasperantes.
Anímense por el progreso que están logrando. No olviden que Dios
continúa haciendo una buena obra en cada uno de ustedes y de sus niños.
“Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra,
la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6).
Les recordamos que como marido y mujer, ustedes son dos personas
diferentes y únicas. Como tal, los dos probablemente tendrán que lidiar con áreas
completamente diferentes. Ayúdense el uno al otro y estén abiertos a recibir
ayuda. Y, por supuesto, ¡Oren!

Declaración para el hogar: Reconocemos que, como padres, somos un equipo


en esta familia. Dios nos ha dado una tarea juntos para formar, animar,
disciplinar y amar a nuestros hijos. Aceptamos esta tarea y con Su continua
ayuda vamos a ser más intencionales en la realización de las diversas tareas y
privilegios que se nos presenten. Estamos tratando de “comprobar” nuestro amor
a Dios en la manera en que criamos a nuestros hijos mediante la sustitución de
hábitos nocivos por hábitos piadosos.
Cada padre debe indicar cuál es el atributo que más necesita para cambiar:

Estoy despojándome de lo siguiente:


Por la gracia de Dios, estoy vistiéndome de:
_________________________________

Oración para la pareja: Terminen en oración, colocándose el uno al otro en las


manos de Dios. Dense el uno al otro, el tiempo suficiente para reflexionar sobre
el hecho de que Dios en realidad es el que está trabajando en sus vidas.
Consideren lo lejos que han llegado durante estas últimas semanas y regocíjense
por lo que Dios ya ha hecho, bendiciéndolos en su deseo de ser padres piadosos.

TIEMPO DE DISCUSIÓN
PARA GRUPOS PEQUEÑOS
(Tiempo sugerido—45 minutos)

No siempre tenemos todo bajo control, pero mayormente, ¿cómo les va en


lo que respecta al manejo de sus hijos? ¿Creen que son capaces de mantener
el control de su hogar de una manera que honre a Dios? Si ésta es una zona
de mucha dificultad, se podría identificar la razón por la cual controlar su
hogar sea algo difícil? Después de haber usado el cuestionario de este
capítulo sobre los hábitos de los cuales se tienen que despojar y los
piadosos de los cual se tienen que vestir, ¿han descubierto algo significativo
en su propia vida? Como se evaluarían ustedes mismos como pareja en el
área de sí siendo sí y no siendo no?
Vuelvan a leer 1 Pedro 2:18-23 como grupo. Compartan ejemplos de cómo
están haciendo en cuanto a honrar a las personas en situaciones difíciles
(esposo, padres, autoridades, maestros, hermanos, etc.).
¿Qué motivaciones usan tú y tu marido para asegurarse que sus hijos están
siendo obedientes? (Estos varían según las diferentes edades.) Discutan los
tres niveles de motivación. Compartan ejemplos que han sido útiles a su
familia en cualquiera de los tres niveles. Recuerden, no todas las
recompensas son negativas, también consideren el grado en que se utiliza
cada categoría.
Tienen algunas preguntas u observaciones acerca de lo que leyeron en el
capítulo 8?

TIEMPO DE ORACIÓN

Oren por sabiduría para aplicar los principios bíblicos y tener fortaleza para
vestirse de hábitos piadosos.
Oren por sanidad en las ocasiones que sus niños han sido “provocados a la
ira” por nuestras acciones.
Oren por sus padres, dando gracias a Dios por ellos en su vida. Oremos para
que los corazones perdonen y haya reconciliación en los casos en que las
relaciones hayan sido tensas.

APÉNDICE: CAPÍTULO 8
SINÓPSIS DEL CÍRCULO COMPLETO DE DISCIPLINA
El Círculo completo de la disciplina incorpora “la vara” y la “reprimenda”
siempre y cuando sean adecuados (cuando se trate de desobediencia o desafío).
Usa el sentido común y desarrolla un flujo natural a través de estos pasos al
disciplinar a tu hijo. Administra la disciplina apropiada en el punto que mejor se
adapte a tu proceso, por lo general, al principio. El círculo completo consiste de
consecuencias personales, pero también funciona para arreglar las cosas con los
demás, a quienes se les haya hecho mal. Los niños aprenden lecciones valiosas
de arrepentimiento, confesión, restitución, humildad, así como la forma en que
pueden obedecer en el futuro y evitar ser disciplinados. Siempre deben concluir
con una oración y un abrazo. Y asegúrate de utilizar el “Rubí”(restauración
completa y profunda conexión entre padres y el niño).

El Círculo completo:

1. ¿Qué pasó? El niño verbaliza su comportamiento.


2. ¿Qué comportamiento tiene que cambiar? El niño se responsabiliza de su
comportamiento. (“Sabía que estaba equivocado y lo hice de todos modos”).
3. ¿Qué comportamiento correcto tiene que ser reemplazado por el malo? El
niño verbaliza lo que la buena alternativa hubiese sido.
4. ¿Qué otra respuesta o actitud ha de glorificar a Dios? El niño toma medidas
adicionales para hacer bien las cosas.

9
COMPROMETIDOS A DISCIPLINAR
LOS PADRES PIADOSOS ESTÁN COMPROMETIDOS A DISCIPLINAR

La vara y la corrección dan sabiduría;


mas el muchacho consentido avergonzará a su madre.
Proverbios 29:15

Hay tanto que absorber en cuanto a la crianza de los niños, tantas cosas en qué
reflexionar y decisiones que tomar. Sin embargo, las preguntas que más recibo
de los padres revelan una preocupación primaria con respecto al área de la
disciplina. Por esta razón, estoy dedicando tiempo adicional a este tema con la
esperanza de ayudarlos.
¿Es necesario dar nalgadas a los niños? Ésta es una pregunta que los padres
jóvenes a menudo se hacen. Permítanme animarlos a buscar sinceramente el
Espíritu Santo mientras leen este capítulo. En última instancia, se trata de un
asunto que ustedes como pareja van a decidir para su propia familia, pero mi
oración es que estén dispuestos a escuchar lo que la Palabra de Dios tiene que
decir acerca de este tema tan importante—antes de que actúen. Recuerden
nuestro versículo para memorizar las Escrituras en el Salmo 85:8 que dice:
“Escucharé lo que hablará Jehová Dios…”
Hacemos lo que hacemos porque tenemos “una convicción” o porque
estamos convencidos de que estamos manteniendo un código de normas.
¿Estamos basando ese código de normas en los valores absolutos y concretos de
la Palabra de Dios o nos estamos volcando continuamente al relativismo? En
otras palabras, ¿estamos dispuestos a vivir en obediencia a la Palabra de Dios
aunque no sea algo popular?

El FUNDAMENTO DEL COMPROMISO

No es fácil dar instrucciones sobre la crianza de los hijos. No es porque la Biblia


no sea clara, sino porque la gente quiere elegir su propio camino. Todo el mundo
tiene una opinión o una técnica y a menudo se ven influenciados por sus propias
experiencias positivas o negativas de la niñez. ¿Cómo podemos hacer para que
los padres permanezcan fieles a las Escrituras (y mostrar unidad frente a los
niños), consistentemente o sin prejuicios personales? La respuesta consiste en
aceptar los valores absolutos de las Escrituras. Y como ya he dicho muchas
veces, como padres, nos “ocupamos” de nuestra salvación mediante el desarrollo
de las convicciones personales de estos valores absolutos (y no al revés). Esto es
lo que hace que nuestras familias sean claramente diferentes. Este capítulo está
diseñado para ayudar a los padres a ver la clara enseñanza de la Palabra de Dios
en el área de la disciplina y corrección y la manera de aplicarla a sus familias.
Entre todas las cosas que me han comentado esposos y esposas, nunca he
escuchado que no quieran tener un gran matrimonio. Han dicho que no ven la
necesidad de cambiar o que piensan que las cosas marchan bien, pero cuando se
les pregunta si les gustaría tener un buen matrimonio bendecido por Dios—ellos
siempre dicen: “Sí, realmente me gustaría”.
Curiosamente, al explicar que la Biblia presenta el plan que Dios va a
bendecir, piensan que es algo demasiado difícil o demasiado simple. Es
interesante ver que la gente elige el plan B, o incluso el Plan C, D, o el E en vez
del plan de Dios—que es el plan A. En última instancia, por supuesto, tomamos
nuestra propia decisión.
En este momento de la historia, se está volviendo cada vez menos popular
el vivir de acuerdo a la Biblia. El futuro sólo va a corroborar esta evidencia—
aun elaborará leyes acerca de este hecho. En este momento, cincuenta de los
Estados Unidos permiten el castigo físico siempre y cuando se trace una línea
entre esto y el abuso físico. A pesar de que la mayoría de los padres (50-90%,
según varias fuentes de información) no les dan nalgadas a sus niños; los
profesionales le temen a la responsabilidad civil y hay un pequeño, pero
creciente movimiento de legislar el castigo corporal como ilegal en la vida
familiar. Incluso, la revista “Christianity Today” (febrero 2012) ha mantenido
una posición débil debido a la presión social.
A menudo, la protesta se desata como una reacción a una situación extrema
de abuso que ha llegado a los tribunales y que no tiene nada que ver con el
castigo corporal bíblico. Curiosamente, se han propuesto proyectos de ley para la
protección de “un sólo caso entre un millón” lo cual en realidad socava la
disciplina y la corrección efectiva empleada por millones de familias que temen
a Dios, familias razonables y decentes que no quieren hacer ningún daño a sus
niños. En este momento, la legislatura equivocadamente está tratando de
prevenir el abuso de niños confundiéndolo con “las nalgadas”.
La vara bíblica no equivale a “golpear” a un niño y como tal, no debe ser
asociado con la horrible práctica del abuso de menores. Golpear es agresión. Una
nalgada no es más severa que amarrar a un niño al asiento infantil de seguridad
del carro. Ciertamente, este estudio no promueve golpear, ni ningún tipo de
abuso o daño a los niños.
Para entender la vara bíblica debemos definir claramente lo que es y lo que
no es. Los conceptos erróneos corren rampantes. Hay personas bien
intencionadas que viven con temor al hombre y no con temor a Dios. Lo que la
ley prohíbe (daño a los niños) no tiene nada que ver con la disciplina bíblica.
Hacer daño a un niño es algo repulsivo a cualquier nivel. La ironía aquí es que
en el futuro, las manos de los ciudadanos que respetan la ley estén atadas
mientras que los que van a cometer un crimen de hacer daño a un niño lo harán
sin importarles lo que diga la ley.
De vez en cuando yo escucho a una madre joven decir: “Tengo miedo de
dar nalgadas porque le puedo pegar muy fuerte”. Esta madre, que respeta la ley,
quiere hacer el “bien” y se preocupa por el bienestar de su niño y no le quiere
pegar muy fuerte. Padres como ella ya tienen restricciones en su
comportamiento. Esta lección añade aún más “restricciones”. Los que se oponen
al castigo corporal creen que los padres que lo practican no tienen restricciones
en su comportamiento. Esto es totalmente falso.
Siempre habrá aquellos que se burlen de Dios y de Sus caminos. El Salmo
1:1-3 nos instruye: “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de
malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha
sentado; sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de
día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que
da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará.”
La elección es nuestra.
El plan de Dios para la vida familiar no sucede al azar, sino que es
ordenado. Sus caminos tienen un propósito con un resultado deseado. He
escuchado sobre muchos métodos creativos para disciplinar, pero Dios dice: “La
vara y la corrección dan sabiduría” (Proverbios 29:15). Los padres que
temen al hombre más que a Dios buscan un enfoque diferente del remedio
bíblico dado por Él. Dios se opone a los abusos de los niños, puesto que si Él da
instrucción a pegarles a nuestros niños, claramente está diciendo que dar unas
nalgadas no es abusivo. Algunos padres van a buscar otras maneras diferentes al
camino de Dios para corregir el comportamiento de sus niños—desde ponerles
salsa picante en su lengua hasta ponerlos de pie en una esquina. ¿Por qué no le
creemos a Dios en vez de hacer otras cosas tan difíciles y diferentes a lo que Él
nos dice? Hasta qué punto el poner salsa picante en la boca de un niño alcanza
un nivel de abuso? He leído bastante sobre abusadores de niños y una cosa que
he notado es que son creativos. Son creativos en sus métodos, en su tortura, en
sus manipulaciones, en sus “juegos”, en sus encubrimientos y en sus excusas.
Dios sabe que ésta no es un área para la creatividad. Hay otros campos para esto.
No estoy diciendo que el morder una barra de jabón sea un comportamiento
abusivo o ni siquiera práctico en algunos casos. Lo que estoy diciendo es: ¿por
qué no aceptar la manera bíblica dada por Dios para disciplinar a sus niños?
Otro argumento que oigo a veces es que la palabra “nalgada” no está
mencionada en la Biblia. Esto es sólo porque “nalgada” es nuestra palabra
moderna en español, no es la palabra hebrea original que se refiere a la vara.
Esto no significa que pegar no sea claramente una parte de la instrucción de
Dios. De la misma manera, la palabra moderna “aborto” no se encuentra en las
Escrituras, pero no podemos negar que la Palabra de Dios habla claramente de la
cuestión del aborto. Me parece interesante que por miles de años desde que la
Biblia fue escrita con respecto al término “vara”, los estudiosos de la Biblia,
teólogos, estudiantes de la Palabra o gente común no la han refutado. A través de
los tiempos, se ha sabido a lo que las Escrituras han querido decir con “la vara”.
El significado se mantiene sin cambios, pero ahora, en las últimas dos décadas
ha surgido un movimiento que afirma una nueva iluminación sobre la enseñanza
de pegar nalgadas. La literatura que yo he leído contiene una doctrina y teología
equivocada y también un uso indebido del evangelio. Ustedes deben estar alertas
en cuanto a esta falsa enseñanza. En Mateo 4:4 Jesús ofrece esta instrucción:
“El respondió y dijo: Escrito está: ‘NO SÓLO DE PAN VIVIRÁ EL
HOMBRE, SINO DE TODA PALABRA QUE SALE DE LA BOCA DE
DIOS’”.
Por estas razones, he creado un diagrama para ilustrar los “huesos” de este
libro con la esperanza de que ayudarán a transmitir con claridad la verdad bíblica
de la disciplina.
1. LA VIDA DENTRO DEL CÍRCULO—ÉSTA ES LA VIDA CON TU
NIÑO

El círculo representa la parte de la formación / crianza / la parte tierna de la


vida con tu hijo. (Incluso incluye pruebas y dificultades que no son la
consecuencia del pecado.) Se trata de crecer en sabiduría; de ver el fruto de tu
crianza. Espero que éste represente la gran mayoría de sus vidas juntos. Eso será
determinado por ambos, el niño y sus padres, pero sobre todo por los padres.
Cuando nace tu hijo, viven todos juntos en el centro. Estás en total control
de la vida de tu recién nacido. Te preocupas por tu niño y estás siempre dispuesta
a satisfacer todas sus necesidades. A medida que crecen y se desarrollan, te das
cuenta de que tienen mucho que aprender y que comienzas el increíble proceso
de alimentar el apetito insaciable de sus mentes.
Junto con este aprendizaje descubres que ellos tienen voluntad propia.
Quieren las cosas a su manera. Aquí es cuando tu enseñanza comienza—el
entrenamiento que les educa: No, tienes que obedecer a Mami y a Papi. Aquí es
cuando ellos aprenden a obedecer y a “tomar la decisión correcta” y cuando los
entrenas a responder: “completamente, rápidamente, y con un corazón
contento”; o “Cuando Mamá dice ‘Sí’ significa que sí y cuando Mamá dice:
‘No’, significa que no”. Y la respuesta apropiada es: “Bien, Mamá,” seguido de
una acción apropiada. Este entrenamiento trae éxito al niño porque ni los padres
ni los niños se encuentran en un momento agitado. Puedes practicar a través de
dramatizaciones mientras tu niño da las respuestas apropiadas en obediencia y
también aprende sobre carácter y modales.

2. LA VIDA FUERA DEL CÍRCULO—ÉSTA ES LA VIDA EN PELIGRO

El exterior del círculo representa la afirmación de la voluntad del niño la


cual los pone en riesgo de peligro (físico, espiritual, o de cualquier otro tipo).
Tu niño de dos años de edad, sale corriendo hacia una calle muy transitada,
tu niño de cinco años, vagando lejos de ti en una tienda, tu hijo de doce años
experimentando con drogas ilegales o tu hijo de dieciséis años pasando toda la
noche fuera de casa. Incluso, puede tratarse de un adulto involucrado en
infidelidad y conductas adictivas. Sólo pensar en estas cosas provoca unas
imágenes horrendas en nuestras mentes. Y sin embargo, la cantidad de tiempo
que nuestros hijos pasan fuera del círculo depende en gran medida de nuestra
disciplina, corrección e instrucción (aunque inevitablemente en última instancia,
ellos son los que eligen.)
El exterior del círculo representa el pecado intencional – elegir pecar y
sufrir. La vida en el exterior del círculo trae consigo las consecuencias naturales
del pecado. Es una vida sin límites, una vida vivida “sin control” y con desafío
flagrante. Proverbios 12:15 lo describe de esta manera: “El camino de necio es
derecho en su opinión”.
¿Qué se supone que hagan los padres en estas situaciones? ¿Presentarles un
juguete o algo deseado rompería la atadura de una vida desenfrenada? El Señor
puede quebrantar a cualquier persona en cualquier estado, pero Él tiene un plan
para protegerlos del peligro en todas sus formas seductoras.

3. EL CÍRCULO—ÉSTA ES “LA LÍNEA” Y EL LÍMITE, EL PRINCIPIO


DE LA SABIDURÍA

Esta línea puede ser tan corta como la mitad del uno por ciento de tu vida
con tus niños (cuando uno mira hacia atrás en perspectiva), pero sin el círculo,
no hay un límite exterior o cobertura para sus vidas. “La línea” es fundamental
para el bienestar de tu hijo en todos los sentidos. Este borde del círculo
representa “la línea” que no deben cruzar; se trata de una barrera de seguridad
entre ellos y toda clase de maldad y destrucción. Pero este límite se sitúa en el
borde de un precipicio.
Proverbios 25:28 declara: “Como ciudad derribada y sin muros es el
hombre cuyo espíritu no tiene rienda”. Nuestros niños necesitan protección y
este círculo representa esa muralla que protege, porque los disuade del peligro.
Proverbios 14:27 dice: “El temor de Jehová es manantial de vida para
apartarse de los lazos de la muerte”.
Sin “círculo”, los niños son “libres” para hacer descubrimientos sin límites.
Ellos pueden descubrir que la lámpara está conectada a esa cosa que es muy
divertida. Como sus padres, velamos de cerca y rápidamente intervenimos
diciéndoles: “No-no, no lo toques”. Aquellos padres que no quieren decir no a su
hijo, sino que le presentan pensamientos felices y divertidos, podrían
rápidamente colocar un juguete favorito frente al niño para “distraerlos”. Esta
estrategia no funciona. No establece límites para el comportamiento del niño y la
voluntad del niño estaría en control de su elección.
Todo en la vida funciona de esta manera: hay beneficios cuando se toman
decisiones correctas y hay consecuencias cuando se toman decisiones
incorrectas, desobedientes o ilegales. Si tu niño se mete debajo de la mesa donde
está el café y luego trata de ponerse de pie (y esto es algo que hacen todos los
niños), pronto aprenderá que la mesa misma establece un límite para su
comportamiento. Ellos aprenderán que si tratan de volver a hacer lo mismo,
tendrán los mismos resultados.
Más allá de los límites de los padres están los confines de las escuelas y
otras organizaciones, así como las autoridades de gobierno (policía / leyes). La
vida es un proceso de aprendizaje de estos límites, sometiéndonos a ellos, con el
fin de evitar los peligros de los cuales ellos nos protegen.
Echemos un vistazo al mismo círculo. El círculo representa el límite
exterior de una acción que un padre permite. Es la barrera que protege a un niño
del camino de la destrucción. Es la disciplina incorporada en el entrenamiento de
padres a hijos—el entrenamiento que enseña que debes obedecer a tus padres. Es
la formación que dice: “El temor de Jehová es el principio de la sabiduría”
(Proverbios 9:10), y el “temor a Mamá y a Papá” es el comienzo de temer al
Señor.
Este círculo no representa meramente una intervención o una distracción
para que el niño no se “caiga por el precipicio”, sino que el círculo completo los
entrena a que entiendan las medidas correctivas tomadas por sus padres. “La
vara y la corrección” (a una edad apropiada) dan sabiduría: “pero un niño que
se sale con la suya trae vergüenza a su madre” (ver Proverbios 29:15). El
círculo es, pues, esencialmente “la línea” que los niños aprenden a no cruzar y si
lo hacen, Mamá y Papá van a responder como resultado.
Por desgracia, nuestra cultura anima a los jóvenes a “pensar fuera de la
caja” o “a colorear fuera de las líneas”. Aunque estas estrategias están
simplemente diseñadas como mercadeo para desafiar la creatividad de las
personas, están perpetuando una mentalidad de voy a hacer lo que quiero.
Jesús a menudo “trazó líneas en la arena” con respecto a las acciones de las
personas. Nuestro Padre celestial traza líneas para nosotros las cuales dicen: “Tú
puedes ir hasta aquí y no más lejos”. ¡La Biblia nos dice que Él dice lo mismo a
los océanos! Y si no hacemos caso a Su advertencia, Él interviene y disciplina a
los suyos.

4. CRUZANDO “LA LÍNEA”—ESTO ES DESAFÍO, DESOBEDIENCIA O


PELIGRO

Recuerdo haber hablado con una adolescente que vivía una vida
completamente descuidada fuera del círculo. Dijo que no le importaba lo que los
adultos le dijeran que hiciera. Su opinión era que los adultos con toda de su
“experiencia y sabiduría” no la afectaban. Quería descubrir la vida por sí misma,
no importando cuáles fueran las consecuencias. Ningún tipo de engatusamiento
o súplica podía traerla de vuelta al círculo, porque éstas no son herramientas
efectivas para la construcción del autocontrol en el corazón de un niño. Éstas
fueron “herramientas’ empleadas en su niñez y ahora ella se burlaba y se
deshacía de ellas. Este rechazo por los límites irónicamente la ha obligado a una
vida aparentemente “sin salida”. A menos que se arrepienta genuinamente.
Los que viven en rebelión con el puño cerrado contra Dios encuentran que
Él permite las consecuencias para llevarlos hasta el final de sí mismos. Es
cuando escuchamos a una persona admitir que “llegó al fondo” y encontró a
Dios esperándolos con los brazos abiertos. Lo que están diciendo es en esencia:
“Cuando por fin me humillé y admití que necesitaba al Señor y que necesitaba
límites en mi vida, tuve la oportunidad de arrepentirme de mis pecados y de
encontrar el camino de regreso al interior del círculo”.
Romanos 16:19 dice: “Porque vuestra obediencia ha venido a ser
notoria a todos, así que me gozo de vosotros; pero quiero que seáis sabios
para el bien, e ingenuos para el mal”. Vivir dentro del círculo es una vida que
amarás, una vida sin remordimientos y una vida que satisface- a pesar de lo que
el mundo trate de decirnos.
Cruzar la línea es un desafío contra la autoridad ordenada por Dios y
básicamente contra Dios mismo. Puede ser un desafío contra Sus leyes
espirituales y mandamientos, tales como la mentira, el robo o el adulterio. Puede
ser pura resistencia o no querer obedecer. Puede ser desobediencia a los padres o
a Dios cuando los padres no están involucrados.

5. ASÍ ES COMO CONSTRUIMOS (O FALLAMOS EN CONSTRUIR) EL


CÍRCULO

Para los niños pequeños, este círculo—esta “línea en la arena”—requiere


que se construya un freno. Un freno no es golpear, no es abusivo y no se hace
con enojo o ira.
Debido a que las madres son las principales formadoras de los niños y se
encuentran “en las trincheras” todos los días, ellas dicen que su frustración se
acumula cuando tienen que detener un comportamiento y ellas simplemente dan
una advertencia. Y ni siquiera han mirado a ver si el niño está obedeciendo, y
ellas siguen haciendo sus quehaceres hasta que el comportamiento se torna
molesto y les llama la atención otra vez. Después de varios ciclos de esto, Mamá
finalmente se ocupa de la situación, pero ahora ella está “echando humo”. El
resultado suele ser que ella “se desahoga” y ésta no es una manera bíblica de
corregir.
Un elemento para disuadir el pegarles a los niños más pequeños es trazar
“una línea” que no deben cruzar. Los niños internalizan esto, porque no quieren
recibir el castigo.
Ya que sabemos que pegarles no es algo que les place a los padres hacer, es
alentador saber que la buena disciplina forma este círculo para toda la vida. En
otras palabras, mientras que los padres estén limitando el comportamiento de un
niño pequeño, también estarán enseñándoles a cómo vivir dentro del círculo.
¡Les va a beneficiar de muchas maneras!
Vivir en obediencia los protege y serán capaces de disfrutar la comunión
familiar alejados de los límites exteriores. Los jóvenes adultos aprenderán a
gobernar su propio comportamiento y mucho más. Aprenderán a tomar
decisiones sabias y a construir barreras de protección contra el exterior del
círculo. El interior del círculo es una vida de bendición, una vida de creatividad
y de autocontrol.
Como he mencionado antes, cuando llegamos a una edad adulta, entonces
elegimos si queremos o no vivir dentro del círculo. Cuando nuestros hijos están
bajo nuestra autoridad, podemos controlar esto y debemos hacerlo porque
estamos encargados de ellos. Recuerda que Dios se los ha confiado a ustedes.
Observamos que lo que dice la Palabra de Dios es cierto—cada niño, aunque es
único, tiene una naturaleza pecaminosa y debe ser re-dirigido a tomar la
“decisión correcta”.
El diseño de Dios es que los niños aprendan a humillar sus corazones
delante de sus padres y que los padres también vivan humildemente delante de
ellos. Dios desea que todos vivamos bajo Su plan de autoridad y dentro de la
línea que Él traza. Observaremos en nuestros hijos lo que observamos en
nosotros mismos, la tendencia a caminar o a correr hacia la línea, hasta que nos
enteramos de que la disuasión es realmente una protección.
Aprendemos que las normas familiares y convicciones nos protegen para
que no toquemos la línea, por lo tanto ya no tendremos curiosidad por los
peligros sino que disfrutaremos y preferiremos las bendiciones. Piensa en la
fuerza disuasiva de tocar un hierro caliente. Mientras vivimos, no vamos a estar
interesados en el redescubrimiento de la desagradable sensación de una
quemadura. La caja de herramientas que Dios nos provee para disuadir a los
niños de acercarse a la línea es tan eficaz que no es de extrañar que Satanás
quiere engañar a las familias haciéndolas creer que ¡están perjudicando a sus
niños si las usan! De hecho, el pegar bíblicamente con la vara es tan efectivo en
la construcción del círculo, que a medida que tus hijos van creciendo y miran
hacia atrás a sus vidas junto a sus padres, verán que este elemento de disuasión
fue aproximadamente la mitad del un uno por ciento de sus vidas.
¡Sí, realmente cerca de la mitad de un por ciento o menos! Puede que te
encuentres en pleno proceso de construcción de este círculo con tu niño y
pienses: ¿Es esto lo que nuestras vidas van a ser? o ¡Esto no funciona! Pero
persevera y verás el fruto que Dios promete. Deja que ese versículo de
Proverbios 29:19 te anime: “El siervo [niño] no se corrige con palabras;
porque entiende, mas no hace caso”.
Una y otra vez irás redirigiendo a tu niño cuando se dirija hacia el borde del
círculo. Podríamos referirnos a esto como el camino que “conduce a la
destrucción” (Mateo 7:13). Dios nos dice en Proverbios 19:18: “Mas no se
apresure tu alma para destruirlo” al dejar que nuestros niños tomen ese
camino. De hecho, las Escrituras tienen muchísimos versículos que aconsejan a
ir en la dirección correcta. Aun nuestro versículo para memorizar de Proverbios
22:6 tiene que ver con esto: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando
fuere viejo no se apartará de él”. La crianza de los padres y la disciplina dicen:
“Si haces eso, yo intervendré físicamente. Yo te recogeré y te enviaré en la
dirección correcta” (círculo completo).
Algunos padres creen que pueden llamar al niño y razonar con él. Pero
como todos sabemos, este método no es efectivo para un niño de dos años de
edad que se acerca a una calle muy transitada, o cualquier otro tipo de
comportamiento que sea producido por—curiosidad, despiste o rebelión.
Los padres que creen que pueden razonar con sus hijos se frustran
extremadamente cuando éste no se interesa más en complacerles. Este método
tampoco enseña a los niños que el pecado tiene consecuencias. Recientemente,
leí un argumento en contra de la “crueldad” de la disciplina corporal de una
madre que cree que porque Jesús murió y llevó el castigo de nuestros pecados,
que ya no tenemos que pegarle nalgadas a nuestros niños. Éste es un gran error
teológico. Dar una nalgada no es la paga por el pecado del niño; es ponerle un
límite a su voluntad. En ninguna parte de las Escrituras enseña que somos libres
de las consecuencias del pecado, sino que en Cristo somos libres de la penalidad
eterna del pecado.
Los padres bien intencionados que tratan de distraer a sus niños para que no
tomen decisiones equivocadas o perjudiciales no comprenden esto. Ellos desean
el círculo de protección, pero no construyen el círculo. El niño no ha aprendido a
humillar ni su corazón ni su voluntad. Estos no establecen autoridad en la vida
de sus niños y no hay límites puestos para su comportamiento. Ellos no dirían
que no hay límites. No, ellos no quieren que sus hijos se lancen a una calle muy
transitada ni que su niño de doce años experimente con drogas, pero ¿cuál es el
plan que han preparado en caso de una crisis? Construir el círculo no requiere un
esfuerzo tan grande cuando se implementa a una edad temprana, pero cuando se
implementa con un joven adolescente que no ha conocido límites, ¡cuidado! El
Señor desea que tengamos un plan organizado para la vida familiar, no una
reacción instintiva a una crisis.
Algún día, ya no estarás presente, así que tu plan los ayudará a aprender a
vivir dentro de los límites que elijan en el presente para que puedan escoger sus
límites para el futuro. Esta internalización crea una persona con autocontrol.
Una vez que este círculo se haya “puesto en práctica”, la gran mayoría de la
vida familiar será vivida en el interior. Aquí es donde el carácter se desarrolla y
se fortalece. (Hablaremos más de este tema en un capítulo más adelante). La
formación del carácter no es lo mismo que aprender a rendir su propia voluntad.
Éste es: “el círculo”. Pero si no hay círculo, no hay humildad de corazón donde
el fruto del espíritu y el carácter puedan crecer.
Sin un círculo, cuando vemos a nuestros hijos haciendo su propia voluntad
y “dirigiéndose directamente al camino de la destrucción”, podríamos hacerlos
que se regresaran. Pero sin la humildad de corazón que enseña el círculo
completo, ellos van a regresar por una razón equivocada. Van a regresar por el
premio que ustedes están desesperadamente sacudiendo al extremo de un palo.
Observar a un joven adulto o incluso a un niño pequeño que vive una vida
descontrolada, sufriendo el dolor de las consecuencias auto infligidas, muestra
que la incomodidad de una nalgada es la alternativa más deseable.
Como padres, tenemos que recordar que construimos el círculo sólo por una
temporada. Luego la vida se convierte en todo lo que somos capaces de hacer
dentro de nuestros límites en lugar de enfocarnos sólo en el límite. Éste es el otro
99.5 por ciento de toda la vida. Algunos niños son especialmente fuertes de
carácter y nos encontramos con la necesidad de volver a tratar con el asunto.
Pero a medida que el niño va creciendo, vamos incorporando la “reprensión” en
el círculo completo ya que ellos han aprendido que hay una línea definitiva que
no vamos a permitirles cruzar.
El diseño de Dios es simple, pero requerirá mucha fortaleza, obediencia, fe
y perseverancia. Si sigues este diseño, Él bendecirá tus resultados y el proceso a
lo largo del camino. Seguir este esquema no garantiza que tus hijos vivirán para
el Señor porque en última instancia, ellos son los que eligen vivir para Dios o
para sí mismos. Pero si hacemos nuestra parte en inculcar este diseño en sus
vidas y ellos lo aceptan en su corazón, les estamos dando un hermoso regalo que
va a cosechar beneficios de por vida.
Todo esto, por supuesto, asume que el método propio de la disciplina no sea
demasiado duro ni que haya una preocupación genuina si un padre tiene una
historia pasada de abuso. Vamos a simplemente estar dispuestos a buscar la
voluntad del Señor para nuestras familias y a determinar lo que es y lo que no es
disciplina bíblica. De todos modos, el esposo y la esposa son lo que deciden
cómo llevar a cabo la instrucción de Dios.

SIGUIENDO ADELANTE CON


NUESTRO COMPROMISO

La crianza de los hijos nos desafía en el área del compromiso y demuestra


que el compromiso no es algo que constantemente disfrutamos. Dios nos
muestra cuánto Él nos ama desafiándonos con experiencias difíciles que nos
retan. ¡Él nos ama lo suficiente como para ponernos en situaciones que nos
estimulan a crecer! Cada uno de nuestros tres hijos es notablemente diferente. El
hecho de que comparten elementos del ADN con David y conmigo no les quita
que son criaturas únicas de Dios. Ésta singularidad también fue evidente en la
adolescente que vivió con nosotros durante varios años. Estas cuatro personas,
creadas por Dios distintamente llegaron para que nosotros como padres
aprendiéramos unas lecciones únicas. Aprendimos nuevos niveles y nuevos
aspectos del compromiso.
Justo cuando pensamos que hemos conquistado algún aspecto de la crianza,
el siguiente niño trae un nuevo conjunto de desafíos que nos hace crecer. Y eso
es lo sorprendente de la Palabra de Dios y de Su instrucción para nosotros en la
crianza de nuestros hijos. Sus principios son claros y firmes, y se aplican a cada
uno de los hijos. Ningún niño está exento de la aplicación de la Palabra de Dios.
Puede haber algunas circunstancias en las que los niños con necesidades
especiales requieran un cuidado especial, pero los principios de Dios se aplican a
todos Sus hijos. Dios no tiene un conjunto diferente de principios para el niño
complaciente o para el niño dramático o cualquier otra descripción. Él tiene el
mismo conjunto de principios que se aplica a cada persona individual.
A veces escucho a las madres decir: “Mi hijo responde mejor a un plan
diferente” al de la Biblia. O escucho papás diciendo: “¡Yo no quiero usar el
mismo plan para todos mis hijos!” A veces volvemos a caer en la rutina de
pensar que nuestros hijos son “nuestros hijos”, y que tenemos el derecho de
criarlos como queramos en lugar de recordar que se nos han sido confiados de
parte de Dios. Nos olvidamos de que tenemos que criarlos para glorificar a su
Padre celestial. ¡Nuestro pensamiento puede equivocarse confiando en nosotros
mismos como padres, en vez de confiar en Aquel que nos hizo!
Piensa acerca de la manera en que el Salmo 85:8 da su opinión sobre esta
discusión: “Escucharé lo que hablará Jehová Dios; porque hablará paz a su
pueblo y a sus santos, Para que no se vuelvan a la locura”.
Podemos contar con las instrucciones de Dios (incluso sus instrucciones
sobre la crianza) para lograr una paz verdadera en nuestras familias. ¿No es
interesante cuan frecuentemente nuestra sabiduría humana nos lleva a tomar
decisiones (como la de dejar que nuestros niños hagan lo que quieran sin
disciplinarlos) porque pensamos que vamos a “mantener la paz?” Pero nuestra
locura de ignorar la instrucción de Dios lleva a nuestra familia al caos y no a la
paz.
Cuando aplicamos la verdad bíblica (convicciones) para educar a cada niño,
Dios traerá el fruto. Nuestra tarea es el estar inquebrantablemente
comprometidos a llevar a cabo Sus instrucciones. Los resultados pueden no ser
inmediatos, pero con Dios los resultados siempre van a estar más seguros de lo
que estarían siguiendo otro curso de acción.
Hace muchos años, leí un libro que me ayudó a aclarar lo que significa estar
comprometida. Era uno de esos libros claves que tú siempre recuerdas—uno de
esos libros que cambian tu vida. El libro se titula “El poder del compromiso”
(NavPress, Colorado Springs, 1985) y fue escrito por Jerry White, quien ha
trabajado con el ministerio de Los Navegantes.
He encontrado que los principios introductorios de ese libro me han sido
muy útiles durante estos años para aprender a cómo orientar, entrenar y
disciplinar a nuestros hijos. El autor analiza el concepto bíblico del “corazón” y
las tres áreas en las que opera. Las tres áreas son:

MENTE / Intelecto
VOLUNTAD / Volición
EMOCIONES / Afecto

La Biblia se refiere colectivamente a estas tres áreas como “el corazón”.


Están entrelazadas. Cada decisión, reacción o acción que tomamos involucra a
las tres áreas hasta cierto punto, nos demos cuenta en el momento o no.
Debemos comprometernos en estas tres áreas si vamos a seguir comprometidos
con cualquier cosa a largo plazo. La falta de cualquiera de éstas dará lugar a un
eventual colapso del compromiso.
La mente se refiere a cómo procesamos la información que recibimos. La
Biblia nos dice que debemos de ser sensatos/sobrios (Tito 2:6; 2 Timoteo 1:7)—
deliberadamente y cuidadosamente comprometidos. Cuando nos convertimos en
seguidores de Cristo, se nos instruye a tener la mente de Cristo (1 Corintios 2:16;
Filipenses 2:5)—aprender a pensar como Jesús pensaba y luego a practicar esos
patrones de pensamiento. Cuando se trata de la forma en que ocupamos nuestra
mente, no debemos pensar en nosotros mismos más alto de lo que debiéramos
(Romanos 12:3). Tenemos que poner nuestras mentes en las cosas de arriba
(Colosenses 3:2), entrenar nuestros patrones de pensamiento a incluir siempre la
perspectiva de Dios. Nuestras mentes son para pensar en cosas justas o como
Filipenses 4:8 explica: “Finalmente, hermanos, todo lo verdadero, todo lo
honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen
nombre, si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, [deja que en tu
mente] moren estas cosas”. Y tenemos que llevar cautivo todo pensamiento a la
obediencia de Cristo (2 Corintios 10:5). Cuando la Biblia habla sobre el
autocontrol, parte del énfasis está en nuestra responsabilidad de aprender a
ejercer el control sobre nuestros patrones de pensamiento.
Nuestras mentes han de estar comprometidas con la verdad de la Palabra de
Dios para que podamos ser capaces de tomar buenas decisiones
(discernimiento). Como explica Jerry White: “La mente es la sede del intelecto y
del conocimiento, resultando en la teología” (El poder del compromiso, p. 29).
En otras palabras, podemos usar nuestras mentes para organizar la verdad que
estamos aprendiendo de la Palabra de Dios. En cierto sentido, una de las tareas
que están llevando a cabo ustedes (o continuando a llevar) como pareja es
refinando su teología bíblica sobre la crianza de los hijos.
A continuación, la voluntad se refiere a la forma de tomar decisiones y de
vivir en obediencia. Tenemos la capacidad de elegir como actuamos basado en lo
que pensamos y creemos. Podemos optar por hacer las cosas a la manera de Dios
o a la nuestra; es un asunto de la voluntad. Pero la persona cuya voluntad elige
obedecer a Dios, se somete a
lo que Dios manda en Su Palabra. Como Jerry White lo define: “La
voluntad es la sede de la decisión y de la obediencia, lo que resulta en una vida
santa”. (El poder del compromiso, p. 29). En otras palabras, tener una teología
veraz es un punto de partida crucial, pero sólo si estamos dispuestos a ponerlo en
práctica, de lo contrario, no estamos viviendo como Dios quiere que vivamos.
Por último, en nuestro cuadro bíblico del corazón, tenemos las emociones,
el área que se conoce como afecto. Debemos tener esta área en equilibrio con las
dos primeras áreas. Jerry White lo explica así: “Las emociones son la sede de la
creencia y del afecto, lo que resulta en un deseo de tener más de Dios” (El poder
del compromiso, p. 29).
Como mencioné anteriormente, el compromiso debe ser evidente en estas
tres áreas. Esto ocurre por las siguientes razones (adaptado de: El poder del
compromiso):

Si nos centramos solamente en la mente, nos volvemos dogmáticos e


intelectualizados en nuestra teología, sin gozo—siempre creciendo en la
verdad, pero no en su aplicación ni en ver a Dios cambiándonos. El ampliar
nuestro conocimiento no tiene mucho significado si no estamos también
ampliando nuestra conciencia y nuestra vida en Él. El darse cuenta de que
estamos creciendo en Cristo, nos trae gozo. El saber que no somos los
mismos que éramos antes, nos da esperanza.
Si sólo nos centramos en la voluntad, nos volvemos legalistas sin
crecimiento en la verdad, obedeciendo por obligación más que por nuestro
amor por Cristo. Podemos ponernos tan extremadamente ocupados y
comprometidos con cosas, que no dejamos tiempo para pensar ni tomamos
tiempo para descansar ni sentir. Si tratamos de vivir una vida cristiana a
regañadientes y con una determinación obstinada, no habrá lugar para el
gozo.
Si nos centramos solamente en las emociones, nos volveremos inestables,
viviendo sólo por sentimientos, sin obediencia ni conocimiento de la
Palabra de Dios. Debido a que nuestros sentimientos mayormente son
incontrolables, ¡es lógico que estos no estén en control! Si no podemos
someter nuestros sentimientos a lo que sabemos (mente) y a lo que hemos
decidido (voluntad), los resultados serán una inestabilidad desastrosa.

Incluso, una vida centrada en dos de estas áreas no produce el fruto que
Dios desea. Observa cómo estas combinaciones particulares afectan nuestras
vidas:

Si combinamos la mente y la voluntad, pero ignoramos las emociones, nos


faltará el gozo; nuestra adoración se volverá mecánica y nuestro servicio a
Dios no estará motivado por el amor.
Si combinamos la mente y las emociones, pero ignoramos nuestra voluntad,
expresaremos compromisos que nunca se aplicarán a las áreas necesarias de
la vida, porque el compromiso de elegir la obediencia estará ausente.
Si combinamos las emociones y la voluntad, pero ignoramos nuestra mente,
sólo conducirá a la aberración del compromiso, porque vamos a seguir lo
que no es verdadero. Tomaríamos continuamente decisiones basadas en
nuestros sentimientos momentáneos. Estaríamos confundidos por las
falsedades, por no tener conocimiento de la Palabra para discernir entre el
bien y el mal.

LA MENTE, LA VOLUNTAD Y LAS EMOCIONES


EN LA DISCIPLINA DE UN NIÑO

Entonces, ¿qué tiene esto que ver con la disciplina de nuestros niños?
Mucho. Examinemos de nuevo cada área de nuestra imagen bíblica del corazón
—la mente, la voluntad y las emociones. En nuestro rol de padres, estamos
encargados de la crianza de nuestros hijos en estas tres áreas para que ellos
crezcan comprometidos con Cristo. Cada vez que sus hijos tengan un problema o
asunto, van a caer en una o más de estas tres categorías. Si nos entrenamos a
mirar cada situación de esta manera, podremos aplicar el método adecuado de
crianza correspondiente a la categoría específica. Si apelamos a sus sentimientos
cuando están confundidos en su forma de pensar, no vamos a avanzar mucho.
¡Ellos pueden estar sintiéndose muy bien mientras que se consumen en
pensamientos egoístas!
La primera área, la mente, se ocupa de lo que saben o no saben. Hemos
hablado de esto antes, cuando hablábamos de la busca de señales de cuando
están listos para aprender. A veces los niños se portan mal porque no entienden
la manera correcta. Así que si éste es el problema, entonces nos ocupamos de su
mente y de enseñarles lo que necesitan entender.
El entrenamiento de nuestros niños en el área de la mente significa que
estamos reemplazando la ignorancia o la falta de conocimiento por la enseñanza
verdadera.
La siguiente área, la voluntad, se ocupa de su opción a obedecer o a
rebelarse. Esto significa que ellos saben lo que deben hacer y lo están haciendo,
o que saben lo que deben hacer, pero no lo harán.

La formación de nuestros hijos en el área de la voluntad significa que


estamos reemplazando la rebelión y el egocentrismo por la disciplina y la
corrección. (Esto debería también incluir la actitud.)
Hay dos tipos de disciplina que empleamos en la vida de un niño: el acto de
ser disciplinado y el proceso de llegar a ser una persona disciplinada. Debemos
hacer esta distinción para entender cuáles son los métodos de entrenamiento más
apropiados. Más tarde, dedicaremos un capítulo al crecimiento en disciplinas
piadosas, que básicamente implica la formación del carácter y al crecimiento
como discípulo de Cristo. El carácter revela las fortalezas y las debilidades que
todos tenemos como individuos. A medida que comienzan a aparecer en nuestros
hijos, nos involucramos en un proceso de fortalecimiento de su carácter
mediante diversos sistemas y métodos. A medida que van madurando y haciendo
decisiones correctas, el carácter se va formando.
El entrenamiento de la voluntad implica un proceso de constante
amonestación, exhortación y momentos de enseñanza—seguimiento de sus
acciones voluntariosas, corrigiéndolos y disciplinándolos cuando sea apropiado.
Aunque las cualidades del carácter no se tratan (en gran parte) por medio de la
disciplina física, las debilidades del carácter pueden convertirse en conductas
voluntariosas y entonces van a requerir disciplina. Por ejemplo, su niño no
mantiene su habitación ordenada. Lo más probable es que sea una cuestión de
debilidad de carácter de postergación o de pereza, pero no necesariamente sea
rebelión o desafío (aunque podría serlo).
Si los niños desafían lo que saben que es la verdad (convicción bíblica),
esto requiere disciplina o corrección. Unos ejemplos serían la mentira, el robo, el
engaño; las cuales son violaciones claras de la Palabra de Dios. Los casos de
rebelión o desafío, son los que requieren disciplina en los niños pequeños.
La rebelión y el desafío requieren de una “cirugía”—atención total e
inmediata para corregir una situación que no se remediará por sí sola. La
intervención quirúrgica evita una crisis; éstas evitan que un niño vaya a “cruzar
la línea”. Es una medida correctiva. Pero las debilidades de carácter requieren
generalmente constante “ejercicio y nutrición”. En otras palabras, se requiere un
continuo proceso de construcción de la infraestructura del corazón de un niño,
que lo fortalezca y lo guarde de la necesidad de la “intervención quirúrgica”.
Como padres, estamos constantemente actualizando y revisando su “plan de
salud” para mantenernos al día. Debemos monitorear continuamente la salud de
sus corazones.
La última área, las emociones, se trata de la forma en que ellos manejen una
situación. Ellos saben qué hacer, pero no se deciden o tienen miedo. Sus
emociones pueden hacer que se pregunten lo que saben que deben hacer en una
situación.

En esta área estamos reemplazando el desaliento con el aliento. Esto


significa que si nuestro niño está siendo rebelde o desobediente, no es
conveniente hablarle palabras de aliento. De igual manera, tratar de razonar con
él, tampoco será efectivo y no aprenderá. El comportamiento desobediente y
rebelde requiere intervención para volver a llevarlos al camino correcto.
Cualquier otro esfuerzo, será en vano porque éste no estará lidiando con el
problema. De la misma manera, no disciplinamos a un niño desalentado. El
corazón de este niño tiene que ser re-enfocado a confiar en el Señor. La
disciplina sólo lo desalentaría más.
Como se puede ver, no podemos ignorar la mente, la voluntad ni las
emociones en nuestras interacciones cotidianas con nuestros hijos. Si basamos
nuestras respuestas y acciones en el estado de su “corazón” hará inmediatamente
una diferencia en cómo entrenamos y disciplinamos a nuestros hijos.

ENFOCÁNDONOS EN LA DISCIPLINA

Nuestro aprendizaje temprano se centra en la causa y el efecto. Si lloro,


Mamá viene. Si toco algo caliente, aprendo a evitar tocar esa cosa de nuevo.
Muy pronto los bebés aprenden palabras y cómo obtener reacciones, cómo
entretenerse e incluso la forma de salirse con la suya. Mamá y Papá, tomen nota
y pregúntense si su niño se da cuenta de lo que está haciendo. Pronto los padres
observan que su hijo hace la conexión (intelecto) y que reacciona (emociones) si
Mamá o Papá interfiere con lo que él/ella quiere (voluntad). Aquí es donde los
padres, especialmente Mamá, comienzan a entrenar a sus hijos.
Les enseñamos innumerables cosas. Empezamos con un par de cosas
simples y pronto aprenden el bien y el mal, lo seguro y lo peligroso, lo adecuado
y lo inadecuado, lo justo y lo injusto y así sucesivamente. Ellos aprenden estas
cosas y luego las saben. Usualmente no tenemos que enseñarles que algo está
caliente más de una vez, pero sí tenemos que enseñarles a tomar la “decisión
correcta” para que siempre obedezcan. Esto es porque la obediencia es un acto
de la voluntad. (Como hemos mencionado anteriormente, nuestros niños
necesitan aprender que la obediencia es hacer lo que me han dicho, hacerlo de
inmediato y hacerlo con una buena actitud. Los niños más pequeños pueden
aprender eso de esta manera: “Completamente, inmediatamente y con un
corazón contento”.) Ellos te pudieran responder: “Estoy feliz de hacer lo que me
pides de inmediato”. Esto simplemente significa que la razón por la cual los
niños desobedecen generalmente no es por el problema de que no entienden que
el comportamiento fue desobediente, sino debido a que eligieron imponer su
voluntad por encima de la de sus padres. ¿Estás comenzando a ver cómo esto
funciona? Analiza cada situación cuidadosamente de modo que puedas saber si
el niño simplemente no entiende o si está siendo “travieso” (imponiendo su
voluntad contra la tuya).
Por ejemplo, en nuestra vieja casa y sí, era vieja (tenía 125 años de edad),
teníamos una despensa grande. Tenía dos puertas de rejilla que permitían que la
luz brillara dentro, por lo que a los niños les encantaba pasar tiempo en ese
pequeño lugar. Un día, Lee de dos años de edad, había estado en la despensa
durante algún tiempo y después de que él saliera, me encontré con una barra de
pan en el suelo. Era uno de esos panes blancos suaves y esponjosos. Había sido
completamente pisoteado. Al parecer, Lee había saltado encima del pan de modo
que estaba aplastado como una torta. Lo levanté por el alambrito de amarrar la
bolsa del pan y lo traje a la cocina. Lo sostuve en el aire y lo examiné. Lo puse
en el mostrador de la cocina de un golpe y comencé a reírme.
Emily, que tenía nueve años, gritó con incredulidad: “¡Aahhh! ¿El bebé Lee
hizo eso?” No podía dejar de reírme, porque lo único que podía imaginarme
era a este pequeño individuo pisoteando la vida de ese pan por sí solo y lo bien
que la habría pasado.
Emily estaba preocupada por mi reacción. Y me dijo: “¿Se metió en
problemas?”
Le dije: “No, pero voy a hablar con él para que sepa que no debe pisar el
pan nunca más”.
Y ella dijo: “Siempre he querido hacer eso pero nunca lo hice porque pensé
que iba a meterme en problemas”.
Y le dije: “Sí, hubieras tenido problemas porque tú sabes mejor que eso”.
La acción de Lee fue una cuestión de inmadurez y no de rebelión. Pero una
vez que al niño se le enseña que un comportamiento es incorrecto, se convertiría
en un problema de desobediencia, porque ya se le han dado instrucciones acerca
de cómo comportarse y él/ella ya lo sabe.
Aun así, debemos ser cuidadosos al determinar si el niño realmente está
siendo desafiante. La madre necesita comprender cuidadosamente estas cosas
acerca de los corazones de sus hijos, porque ella es la cuidadora principal y la
entrenadora de ellos. Si ella no se involucra en el proceso, faltará la conexión
vital necesaria para entrenar con eficacia a sus hijos. Por el contrario, a causa de
las distracciones, puede “dejar pasar las cosas” o excusar comportamientos
desobedientes diciendo: “ellos realmente no saben lo que hacen”, cuando en
realidad ellos sí saben. Entonces ella corre el riesgo de aplicar mal los métodos o
de no enseñarles nada.
Como padres, debemos estar siempre vigilando con cuidado cómo instruir a
nuestros niños “en el camino que deben seguir”. Tratamos de darles
instrucciones antes de que “pisoteen el pan”. Pero si lo hicieran, esto
proporciona una oportunidad para enseñarles. Y en caso de que vuelva a suceder,
esto ofrece una oportunidad para disciplinarlos. Lo que queremos hacer es
ayudarlos a obedecer, no solamente disciplinarlos cuando no obedezcan.
Echemos un vistazo a otro ejemplo. Como mencioné en el capítulo 5, el
niño de Emily de dos años de edad, comenzó a entrar en el refrigerador cuando
Emily no estaba poniendo atención. Él sacaba una manzana, comía parte de ella
y ocultaba el resto. Emily empezó a encontrar manzanas parcialmente mordidas
por toda la casa en los lugares menos imaginados, por ejemplo, entre los cojines
del sofá, en la caja de juguetes, detrás de un cuadro, e incluso en su bolso. Los
lugares de su escondite nos dieron indicio de que Hudson sabía que lo que estaba
haciendo era tabú. Cuando Emily me contó de que encontraba estas pequeñas
sorpresas en lugares al azar, le pregunté: “Bueno, ¿sabe él que no puede abrir la
nevera o es que cuando tiene hambre no le queda más remedio?” Su respuesta
fue: “Oh, sí, él lo sabe”. Ahora, cuando Hudson entra en la nevera, está
aprendiendo que Mamá o Papá responderán a ese comportamiento con una
acción disciplinaria. Pero además, Adam y Emily están entrenando a Hudson
para que cuando sienta hambre o desee una merienda, primero pida permiso a
sus padres.
Pasamos mucho más tiempo practicando la obediencia en el centro de la
circunferencia que disciplinando el comportamiento desobediente. Pero la base
de este capítulo trata de nuestra respuesta a la conducta desobediente y
desafiante que establecimos en la estructura de límites en la vida del pequeño. Es
algo hermoso cuando un niño pequeño “hace la conexión” y puede tomar la
decisión correcta.
Es un proceso. Los padres deben realizar cuándo sus niños hayan llegado al
punto de que ya saben cómo comportarse. Los padres no deben excusar o negar
reconocer cuando su niño se comporte en forma astuta, desafiante, irrespetuosa o
que exhiba comportamientos que revelen depravación. A menudo, uno de los
padres está más en sintonía con el niño—generalmente es la madre. El padre
debe estar dispuesto a escuchar a la madre y la madre debe resistir la tendencia a
ser regañona. Cuando uno de los padres sabe que el niño “sabe comportarse
mejor”, el otro padre necesita respaldarle y seguir adelante con la disciplina y el
entrenamiento.
Otro ejemplo de cómo evaluar y responder al comportamiento sería cuando
el niño de doce años aprende a ser respondón. Estos niños saben que eso no es
correcto. El hecho de que ellos saben que este comportamiento afecta a otros,
comprueba que están conscientes de que es algo malo. Esto no debe considerarse
como algo simpático o gracioso, sino como una falta de respeto y de
desobediencia que amerita disciplina y entrenamiento para lograr el buen
comportamiento. Despojarse y vestirse... ¿suena familiar?
Como padres nos encontramos con incidentes curiosos con nuestros hijos
en los cuales tenemos que distinguir entre la inmadurez (desconocimiento o no
haber pensado con anticipación) y la desobediencia. Recuerdo otra ocasión
cuando entré a una pequeña habitación en el sótano. Miré a mí alrededor y vi las
paredes pintadas de blanco con un círculo rojo “perfecto”, con unas líneas finas
alrededor de toda la habitación. ¡De hecho, fue como si alguien hubiera dibujado
un centenar de círculos del tamaño de la habitación creando una banda de cinco
pulgadas! Al principio me maravillé de la precisión de los círculos, como si
hubieran sido rociados con un aerógrafo u otro aparato y me pregunté: ¿Cómo
sucedió esto?
El ver ese inesperado ejemplo de grafiti en el interior de la casa, tengo que
admitir que estuve un poco desconcertada. Descubrir el culpable (me refiero al
artista) requería de mi un trabajo de detective. Un momento después, mi hijo
Luke llegó corriendo por las escaleras y se detuvo en seco con la boca abierta y
con sus ojos desorbitados dijo: “¡Ohhhh, Lee!”
Sí, estaba pronto a ser asistida en gran medida por el Tte. Luke que estaba
involucrado, sin saberlo; estaba divulgando información crítica sobre el caso.
Según los detalles se desarrollaban, me enteré de que Luke sabía exactamente lo
que Lee había estado haciendo, pero nunca consideró el resultado. Lee (quien
tenía cuatro o cinco años) había tomado el cordón de sus pantalones de sudar, ató
un marcador rojo y lo hizo girar sobre su cabeza sin darse cuenta de lo que
estaba sucediendo. ¡La tapa estaba puesta! Aun así, la tinta se salió del marcador
como un láser de tinta roja por la fuerza centrífuga. Aunque Lee sabía que no
debía dibujar en las paredes, no se dio cuenta de que sus acciones resultaran en
esto. Tuve que sonreír por dentro, no sólo porque no lo hizo con malicia, sino
porque (otra vez) no podía eliminar de mi cabeza la imagen de él haciendo esto.
¿Cómo pudo haberle parecido esto una buena idea?
Lee no recibió la disciplina de nalgadas porque no fue una acción desafiante
ni desobediente, pero eso no significaba que no recibiera una consecuencia por
sus acciones con la amonestación de “haz lo correcto”. Lee recibió un balde de
agua con jabón para ayudar a limpiar su revoltijo. ¡Los niños son
experimentadores, mecánicos aficionados, científicos impulsados por la
curiosidad y pequeños vaqueros, y tenemos que seguirles el ritmo!

EL RETO DE PRACTICAR
LA DISCIPLINA SABIA

Entonces, ¿cómo nos enfocamos en la disciplina mientras manejamos la


conducta desobediente o desafiante de nuestros hijos? Vamos a definir la
desobediencia y el desafío:


Desobediencia: una elección de la voluntad que se niega a cumplir con una
petición o directriz de una autoridad; no haces lo que dices, de inmediato ni
con una buena actitud.
Desafío: un desprecio atrevido, resistencia abierta o una osada afirmación
de la propia voluntad sobre una actitud o acción de una restricción dada que
se sabe que es correcta. Puede ser simplemente gritar “¡No!” a un padre.

El primer paso obvio es determinar si el niño está siendo desobediente. Esto


suena bastante simple y lo es. Si tu niño no hace lo que le dices o si no lo hace
de inmediato y con una buena actitud, te está desobedeciendo. Las madres a
menudo me preguntan si está bien dar una advertencia. Una advertencia está
bien, pero es necesario darla correctamente. Por ejemplo, si yo digo: “Es hora de
ponerte las botas”, el niño tiene que responder con “Está bien, Mamá”. Esto
demuestra que escucharon y entendieron la directriz y ahora saben que su deber
es hacerlo. Si ellos se distraen como lo hacen los niños, tú puedes decir: “Susie,
ponte las botas ahora o te daré una nalgada”. Una vez más, es necesario que
respondan de forma adecuada: “Está bien o sí, Mamá”, seguido de la acción
requerida. Y nosotros como padres tenemos que estar vigilando. Tenemos que
respaldar lo que decimos. Si le das más de una advertencia, les estarás
enseñando a no obedecer la primera vez, sino a esperar hasta que estés
exasperado/a por el asunto o hasta que te des por vencido/a. ¡Si trazas la línea en
cualquier otro lugar, te has establecido para la derrota!
Enseña a tus niños esta expectativa para que distingan la desobediencia de
la obediencia. Si no les definimos esto en términos simples, ni ellos, ni nosotros
seremos consistentes. Luego les enseñas la definición de modo que puedan decir
con veracidad: “La obediencia significa hacer lo que dices, la primera vez que lo
dices, y con una buena actitud”. (Recuerda, el desafío y la rebelión también se
reflejan en su actitud del corazón.)
La consistencia de este principio es lo que les dará el éxito a largo plazo.
Pero si continuamente hacemos excepciones, excusas y compromisos,
eventualmente seremos vulnerables a ser controlados por patrones erróneos y
finalmente seremos derrotados. No te permitas comenzar a excusar su pecado
(intencional) o a considerarlo como asunto de las otras dos áreas: asuntos de la
mente o de las emociones.
Ejemplos: Una madre le pide a su hijo que se ponga el abrigo y él ni
siquiera responde porque no quiere dejar de hacer lo que está haciendo.
Entonces, la madre excusa su pecado al pensar algo así: “Supongo que no me
oyó”, (ella tiene la culpa por la desobediencia de su hijo) o quizás piense:
“Supongo que en realidad no es justo pedirle que venga ahora; él se está
divirtiendo”, (ella está permitiendo que su niño se absorba en sí mismo y que
pasivamente rete la autoridad). ¿Y por qué obedecer? Ella acaba de minimizar su
autoridad con sus propias acciones y busca excusas de que su petición no ha sido
justa.
O tomemos el caso de una madre que está en la cola de la caja del
supermercado y su niña está gritando por un caramelo. La excusa de la madre al
comportamiento pecaminoso sería: “Oh, es que ella está cansada!”
Los niños pueden definitivamente pueden portarse mal cuando están
demasiado cansados, especialmente los niños pequeños. Sin embargo, a medida
que van creciendo—incluso a los tres o cuatro años—tienen que aprender que
esto no es un comportamiento aceptable. El cansancio puede explicar en parte,
pero no excusa su comportamiento. Esta niña tendrá problemas aprendiendo a
autocontrolarse porque su madre no intervino, la justificó y no la disciplinó. Los
niños necesitan dormir mucho, así que asegúrate que lo hagan. Pero cuando
necesiten disciplina, asegúrate de que ellos también la reciban.
Ahora, yo entiendo que esto es difícil en lugares públicos, pero pronto
explicaré cuál es la manera de lidiar con las “malacrianzas en las tiendas”. El
mal comportamiento no es generalmente porque están cansados, sino porque
ellos quieren algo que no están recibiendo. Por cierto, puede que quieran tu
atención. Yo estaba en una tienda en la que una madre estaba mirando algunos
artículos muy atentamente e ignoraba completamente la voz de su niño. Éste,
que parecía tener unos siete años, le preguntó varias veces si podía ir al cuarto de
baño. Ella no le puso la más mínima atención. Después de la vigésima vez (no es
broma) Yo le dije: “Creo que su hijo necesita ir al baño”. Ella me contestó: “Oh,
él siempre dice eso”. ¡Ahora nos ignoraba a ambos! No es de extrañar que el
niño estaba exasperado. Me doy cuenta de que los niños dicen las cosas para
conseguir que Mamá deje lo que está haciendo o para lograr que salga de la
tienda, pero éste era un caso que ameritaba la atención de la madre. Toma la
petición de tu niño en serio y hazle caso. Incluso, si se trata de un
comportamiento manipulador, con el que debe ser lidiado, atiéndelo y no lo
ignores.
Cuando te encuentres en la tienda con tu niño de dos años que está “siendo
majadero” porque no está logrando lo que quiere, sácalo del carrito del
supermercado y cógelo al hombro. Coloca tu mano sobre su cabeza para que él
tenga que poner su cabeza sobre tu hombro. Dile “La cabeza hacia abajo, pon tu
cabeza hacia abajo”. Háblale suavemente y en voz baja, firmemente a su oído. Si
estás con gente, aléjate de ellos (no de tus otros hijos, por supuesto). Retira la
mano para ver si el niño mantiene la cabeza en tu hombro. Si no, repítele tus
instrucciones como antes. Con dos años de edad pueden aprender esta simple
acción de humillarse, de someter su voluntad, incluso en la tienda. Puedes ir a
través de los pasos verbales del círculo completo según lo sientas de nuevo en el
carrito del supermercado. Recuerda, estás construyendo un límite para su
comportamiento y aún a los dos años él puede aprender esto.
Para el niño de cuatro años de edad en la tienda: cuando tú le hayas dado
una directriz o él se está portando mal y no te está obedeciendo, no le repitas
advertencias con el fin de terminar tus compras. Simplemente y sin avisarle,
entrega tu carrito de compras al personal de la tienda e informándoles que no
puedes terminar tus compras. Luego sal inmediatamente con el niño (y los
hermanos, si están presentes). A los demás niños no les gustará esto, pero no
permitas que comiencen a darte quejas ni a ti ni al ofensor. La presión de que sus
hermanitos se desilusionen y echen a perder un viaje al supermercado es una
manera de que todos aprendan a mantener el autocontrol. Si un niño echa a
perder los planes para el resto, que así sea. Es una lección muy efectiva de
aprendizaje. La imborrable lección para cada niño de que Mamá toma
seriamente la obediencia en la tienda, tendrá más peso que la inconveniencia de
tener que volver corriendo a la tienda más tarde.
Cuando llegues a casa, emplea la disciplina apropiada, ve por todo el
círculo, pero ten cuidado de no permitir que transcurra demasiado tiempo entre
la ofensa y la consecuencia, si no, la disciplina será ineficaz.

LA HISTORIA DEL DÍA

Cuando un niño haya pasado por una serie de eventos del círculo completo
en un día o aun si tuviera un gran día sin haber pasado por el círculo, el logro
debe ser reconocido. Recuerdo cuando archivaba los acontecimientos del día con
mis hijos y todavía lo hago hoy con mis nietos. Nosotros lo llamamos “la
historia del día”. Cuando los niños se están calmando y preparándose para ir a la
cama, les encanta escuchar cuentos o simplemente estar cerca de nosotros.
Hablando sobre los acontecimientos del día y poniéndolos en forma de historia,
les ayuda a procesar todo lo que han aprendido y refuerza la crianza que les estás
dando.
A veces podrás decir: “Hoy fue un buen día. Hoy obedeciste a Mami muy
bien”. O quizás puedes decir: “Hoy ha sido un día duro, ¿no? hoy no obedeciste
a Mami muy bien”. La idea de “La historia del día” es de repasar lo que se hizo
ese día concentrándose y contemplando las opciones y las consecuencias. Se
entra en gran detalle porque a los niños les encantan los detalles. La historia
puede ser así: “Fuimos a la tienda hoy. Y cuando Nana Bets te dijo que te
pusieras los zapatos, ¿qué pasó? ¡Correcto! Todo el mundo se puso los zapatos
inmediatamente”. Puedes estar seguro/a de que si te equivocas en algún detalle,
ellos te van a corregir. Y si ellos se recuerdan de alguna “mala elección” ese día,
se solidificará en sus corazones para corregirlo la próxima vez que tengan la
oportunidad.

“PARA QUE PODAMOS


COMPARTIR SU SANTIDAD”

Si los niños saben que no van a escapar el rendir cuentas por su


desobediencia, no van a desobedecer tan rápido. Incluso, si tu adolescente decide
enojarse y corre fuera y tira la puerta, él/ella sabrá sin lugar a dudas que en
cuanto regrese, tendrá que dar cuentas por su desobediencia o por su
comportamiento desafiante, tanto como los portazos como por la razón que le
condujo a hacerlo.
Eso no quiere decir que nuestros hijos no volverán a ser desobedientes. Son
niños. Pero lo que significa es que se criarán con el claro entendimiento de que
siempre hay que rendir cuentas por el comportamiento. Dios nos dice en
Hebreos 12 que Su disciplina en nuestras vidas es siempre para nuestro propio
bien, para que podamos participar de su santidad. ¡Qué verdad tan increíble!
Reflexiona en estos versículos que se encuentran en Hebreos 12:5-11:

Y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se


os dirige, diciendo: “HIJO MÍO, NO MENOSPRECIES
LA DISCIPLINA DEL SEÑOR, NI DESMAYES
CUANDO ERES REPRENDIDO POR ÉL; PORQUE
EL SEÑOR AL QUE AMA DISCIPLINA, Y AZOTA A
TODO EL QUE RECIBE POR HIJO”. Si soportáis la
disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es
aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja
sin disciplina, de la cual todos han sido participantes,
entonces sois bastardos, y no hijos. Por otra parte,
tuvimos a nuestros padres terrenales que nos
disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no
obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y
viviremos? Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos
disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo
que nos es provechoso, para que participemos de su
santidad. Es verdad que ninguna disciplina al presente
parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después
da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido
ejercitados.

Como padres humanos, no vamos a disciplinar a la perfección, pero nuestro


Padre celestial siempre nos disciplina perfectamente y siempre es para nuestro
bien espiritual, porque somos Sus hijos.
Nota: Esfuércense por mantenerse al día con los versículos para memorizar
las Escrituras de cada capítulo. Ellos les ministrarán de forma inesperada y a
menudo. Si has memorizado Hebreos 12:11, lo habrás reconocido en el pasaje
anterior y en el capítulo 7. Proverbios 19:18 añade: “Corrige a tu hijo
mientras aún hay esperanza; no te hagas cómplice de su muerte” (NVI).
Como un autor lo puso: “La disciplina se interpone en medio de un niño y
de los caminos que conducen a la muerte. No ejercer disciplina es una forma
segura de mandar al niño al camino de la destrucción” (Tedd Tripp, Pastoreando
el corazón de un niño, p. 55). De nuevo, esto no quiere decir que nosotros los
disciplinemos cada vez que nos irriten; disciplinamos el comportamiento
desobediente o desafiante. Si esperamos que nuestros hijos aprendan a controlar
sus emociones y sentimientos momentáneos, debemos darles un buen ejemplo. Y
llevamos la disciplina por el círculo completo o si no, Dios dice que los estamos
“enviando por el camino de la destrucción”.
Hay dos formas básicas de la disciplina bíblica: dar nalgadas y la
reprobación. El uso de la vara—si se hace de manera consistente y correcta—a
menudo ya no será necesario para el tiempo que el niño comienza la escuela.
Una vez que nuestros niños sepan que cuando se trata de asuntos de disciplina,
tomaremos acción, estarán dispuestos a responder de manera positiva. La
disciplina irregular e inconsistente es la que confunde mucho a nuestros hijos. Si
no saben lo que van a esperar de nosotros, ¿cómo podemos esperar que ellos
respondan bien?
Cuando el niño está más crecido, pasamos más tiempo hablando con ellos,
pero sin dejar de cubrir los cuatro pasos del círculo completo.
David enseñaba ciencia y lectura en octavo grado. Él me dijo que durante
las primeras dos semanas de clase, no sonreía ni hacia chistes. Sólo daba
directrices: “Abran sus libros de ciencia en la página 14”. Y ellos lo respetaban y
hacían exactamente lo que él les decía. Él estableció y ejerció autoridad en el
salón de clase.
Y también les daba la presentación de “Las tres cosas”. David tiene una
manera de simplificar las cosas. Él les decía: “Aquí están mis tres cosas: No
hablen cuando yo estoy hablando. Sean amables unos con otros. Trabajen duro.
Si hacen estas tres cosas ustedes tendrán un año fantástico”.
Entonces, durante el resto del año, David sonreía y se divertía con ellos,
pero ellos sabían las reglas del juego: “Las tres cosas”. Siempre es más fácil ser
flexible después que la fundación se haya establecido en vez de apretar la
disciplina en un ambiente permisivo.
El establecimiento de la autoridad con nuestros hijos es así. En él se
establecen las bases que harán la crianza de niños mucho más agradable porque
ya ellos sabrán las reglas del juego. Nuestro entrenamiento se torna mucho más
fácil si comenzamos antes de que los malos hábitos se sedimenten.

APRENDIZAJE A TRAVÉS DEL DOLOR

La atmósfera social de hoy día ha hecho que algunas personas crean que es
cruel o brutal el dar nalgadas a sus niños. Se nos hace creer que cualquier cosa
dolorosa debe ser mala o incorrecta. Sin embargo, si reflexionamos por un
momento, nos damos cuenta de la cobardía y el error de esta manera de pensar.
Y de muchas maneras, la vida opera a este nivel. El dolor es parte de la vida
debido a una creación dañada. El aguijón de las nalgadas disminuye el deseo de
tomar decisiones erróneas o peligrosas, que traerán verdadero dolor y
consecuencias duraderas. No es que se “inflija dolor” a propósito, sino que
aprendemos que alguna medida de dolor (aún el dolor pasajero de una nalgada)
resulta en crecimiento. Y es a menudo que las pruebas más difíciles son las que
nos hacen depender más de Dios.
Si todo el dolor intencional fuera erróneo, significaría que estamos
“abusando” a nuestros hijos cuando los llevamos al dentista o a que les pongan
una vacuna. ¡Ni deberíamos permitir que jugasen, porque se podrían caer y
pelarse las rodillas y seria nuestra culpa como padres irresponsables! Tengo una
amiga que era misionera en un país de África occidental. Ella me dijo que la
gente de allí creía que era abusivo eructar a un bebé. ¿Será esto lo que van a
atacar próximamente los “bien intencionados?”
Cuando se descubrió que nuestro hijo Lee tenía linfoma de Hodgkin, nos
propusimos buscarle el mejor tratamiento disponible. Dado que los médicos nos
habían informado de que había demasiados tumores que eliminar
quirúrgicamente y que ya ese enfoque no se consideraba como eficaz, nos
fuimos preparando para un régimen de quimioterapia intensa y radiación. Me
acuerdo de los médicos que decían que el cáncer era agresivo, en un estado
avanzado, y que tenía que haber estado creciendo en ese cuerpo aparentemente
robusto y saludable por muchos meses.
Pasó un mes desde el día del descubrimiento hasta ese primer tratamiento
de quimioterapia. Yo pensaba: ¡Vamos a hacer algo! El cáncer se multiplica
mientras esperamos! Después de tratar de haber encontrado el mejor
tratamiento, de repente, había que esperar. Pero la noche antes del tratamiento
inicial de Lee, yo estaba gravemente afligida. Yo no quería seguir adelante. ¿Era
éste el único camino para salvar su vida? ¿Cómo podría yo, su madre, llevarlo a
un lugar que le iban a envenenar todas las células de su cuerpo? ¿Por qué?
Para salvarlo de una muerte segura. Yo podía permitir esto sólo porque confiaba
en lo mejor para Lee. (Mientras escribo esto, les informo que Lee ha llegado al
“Quinto año del programa Post-tratamiento” y estamos alabando a Dios por
haberle restaurado su salud).
Las personas que se esfuerzan por proteger a sus hijos de todos los posibles
“dolores” se abrumarán cuando sus hijos enfrenten las realidades de la vida.
Cuando todo-es-siempre-maravilloso y la burbuja se rompe, no sólo van a tener
grandes dificultades guiando a su hijo a través del problema, sino que ellos no
serán capaces de procesarlo. No estamos aprobando el trato duro de los niños,
simplemente aprobamos la disciplina que forma el carácter, establece autoridad,
cultiva un espíritu humilde, y enseña el valor de vivir una vida de autocontrol.
Ésta es la disciplina basada en las realidades de la vida y fe en la Palabra de
Dios.
El punto de vista dominante de nuestra sociedad en estos días requiere que
hagamos razonar al niño sobre el “respeto mutuo” con el fin de no dañar su
autoestima. La suposición subyacente es que nadie, ni siquiera nuestros hijos,
deberían tener que soportar la carga de que les digan que hicieron algo mal.
Esta perspectiva de la sociedad dice que los niños no necesitan corrección,
sino más bien instrucción, ya que son vistos como inocentes o neutrales. Esto
tiene que ver con el diagrama del “corazón” (mente / voluntad / emoción) en el
principio de este capítulo.
Ya hemos estudiado la naturaleza de un niño y la perspectiva del “yo” de
acuerdo a la perspectiva de Dios. Nosotros no “instruimos” ni razonamos” con la
naturaleza pecadora; Dios nos llama a “disciplinar” el mal comportamiento
intencionado. Sin embargo, la siguiente filosofía prevalece hoy día: Ellos
necesitan enseñanza más que disciplina, y conocimiento más que el desarrollo de
un buen carácter.
El asunto se convierte en controlar las consecuencias en vez de enseñarles a
controlarse a sí mismos. Esto implica que no debemos negarles nada que los
niños quieran hacer siempre y cuando los protejamos de las consecuencias de
cualquier comportamiento que ellos quieran expresar.
Hace muy poco en el área donde vivimos, hubo un juicio para determinar si
durante una fiesta descontrolada, algunos de los adolescentes habían sido
asaltados sexualmente, mientras estaban en un jacuzzi. El caso nunca se dirigió a
lo básico—los padres, quienes habían decidido proveerles cerveza pensando que
estaban siendo más responsables si se la proveían en la casa para que no se
fueran “afuera a fiestear”. Y para añadir más a esta lógica confusa, tornaron la
fiesta en una “fiesta de pijamas para chicos y chicas” para que no se fueran
conduciendo ebrios. La sociedad ha perdido la perspectiva de limitar el
comportamiento y de respetar a la autoridad y como resultado, no tiene el poder
de ejercerlo o de esperar que los adolescentes tengan autocontrol.
El libro de Proverbios está lleno de comparaciones entre los necios y los
sabios. Éste orienta sobre cómo llegar a ser sabios y cómo evitar vivir como
necios. La Palabra de Dios deja en claro que debemos ser dirigidos y conducidos
a la sabiduría; pues no está en nuestra naturaleza, ni la encontramos por tropiezo.
En el área de la disciplina ella dice: “Porque Jehová al que ama castiga, como
el padre al hijo a quien quiere” (Proverbios 3:12). Y “El que detiene el
castigo, a su hijo aborrece; mas el que lo ama, desde temprano lo corrige”
(Proverbios 13:24). Estos dos versículos nos llevan a una impresionante, pero
importante conclusión: Si tu hijo necesita unas nalgadas y no se las das, Dios
dice que no lo amas porque si lo amaras, lo disciplinarías.

“LA VARA Y LA CORRECCIÓN


DAN SABIDURÍA”

El valor de la disciplina que toma forma física no es algo incidental en la


Biblia. Proverbios 29:15 (versículo para memorizar de este capítulo) dice: “La
vara y la corrección dan sabiduría; mas el muchacho consentido
avergonzará a su madre”. Las nalgadas y la reprobación verbal hacen a la
persona humilde, corrigen y dirigen el corazón del niño a someterse a la
autoridad de sus padres. Con el tiempo, esto traerá frutos de justicia en el niño en
vez de una vida llena de vergüenza y lamentos.
Las nalgadas se dan con control y firmeza. Esto se podría ver como tirarle
un salvavidas a tu hijo y halarlo del “peligro” o de que cruce “la línea”. (Ustedes
están interviniendo humanamente para establecer el rumbo del niño en la
dirección opuesta). Los detienen cuando van en dirección equivocada y los
dirigen en dirección correcta. Noten como el Salmo 23 llama al uso de la vara de
Dios como algo que “consuela”. Reconozcan que sus hijos van a obtener
consuelo debido a que ustedes los aman lo suficiente como para disciplinarlos
con el propósito de corregirlos y entrenarlos.

IDEAS POPULARES FALSAS

Las alternativas al uso de la vara tienen una cosa en común: no son


efectivas en trazar límites importantes que son el “principio de la sabiduría” en
la vida de un niño. No incorporan los elementos de disuasión bíblica para “trazar
la línea” para sus hijos. Esto da lugar a que los niños no sepan apreciar la idea de
que hay graves consecuencias. También esto a veces resulta en que los padres
terminen racionalizando: “Oh, bueno, las vidas de mis hijos están fuera de
control, pero por lo menos, nunca les pegué!” También he oído gente decir:
“Bueno, yo conozco gente que nunca les pegó a sus hijos y ellos salieron bien”.
Ésta es una forma pragmática de pensar; “Si las cosas salen bien, entonces, mi
forma de ser, está validada” o “el resultado justifica el medio”. Ésta no es una
forma bíblica de pensar. Yo podría decir: “Yo conozco personas que nunca leen
sus Biblias y a ellos les va bien”. ¿Les va bien o están engañados? Los niños
cuyos padres les han puesto límites con amor en sus vidas, cuando crecen, se
sienten agradecidos por ello. Me encanta como lo expresa el Salmo 16:6: “Las
cuerdas me cayeron en lugares deleitosos, Y es hermosa la heredad que me
ha tocado”.
Como se mencionó anteriormente en este capítulo, en el momento que se
escribió este libro, pegar nalgadas es legal (y no se considera abuso) en ninguno
de los cincuenta estados. Sin embargo hay una tendencia ciertamente lamentable
a tratar de poner fin a esta convicción bíblica declarando suposiciones
escandalosas como si fueran hechos correctos.

EL SIGNIFICADO INCORRECTO DE PEGAR

1. Pegar no es un derecho dado por Dios para expresar la ira hacia tus hijos. La
ira es un pecado perverso. Nuestra disciplina ha de ser controlada, firme, y debe
ir por el círculo completo. Los niños saben cuándo viene y por qué viene. No es
una sorpresa, sino una certeza dada por un padre amoroso. Las nalgadas
terminan con una relación correcta entre el padre y el niño. Es la forma más
humana de corrección ya que restaura lo que estaba “roto” entre el padre y el
hijo, sin dejar amargura, resentimiento, vergüenza o culpa respecto a su
desobediencia. No deja resentimientos entre padres e hijos que estropeen el resto
del día. El problema se ha atendido a través del círculo completo, que incluye de
nuevo, la confesión, el arrepentimiento, la restitución y se restaura la comunión
—en conjunto con la disciplina apropiada.

2. Las nalgadas no dan derecho a golpear a un niño cuando tú lo desees.


Dispone de un contexto específico de disciplina. De hecho, las nalgadas no son
“golpear”. Golpear discrimina, es agresión, reaccionario y atacará a la víctima.
Ninguna de estas características define el pegar nalgadas. El padre que maltrata a
un niño, causa que éste se amargue contra él.

3. El pegar nalgadas no es tu oportunidad para sacar fuera todas tus


frustraciones. Si estás demasiado molesto/a o fuera de control, no debes de
pegarle. Antes de actuar como padre de familia, considera si el pegarle está
justificado o si son sólo tus nervios. Asegúrate de tener control si necesitas
pegarle. Los padres que disciplinan (erróneamente) con ira por lo general lo
hacen porque no han lidiado con la desobediencia, sino que han llegado a un
punto de exasperación. Con esto quiero decir que el padre ha observado la
desobediencia del niño, pero lo desestimó por menor. Cuando el comportamiento
se vuelve molesto, irritante o frustrante, el padre entonces se dirige al niño con
ira. Si el padre hubiese lidiado con la conducta desobediente en el momento, no
estaría tan enojado. Generalmente, no nos molestamos cuando les pedimos a
nuestros hijos que hagan algo por primera vez. Es típicamente cuando se lo
hemos pedido varias veces y no nos responden que nos enfadamos y de hecho, si
dejamos que esto suceda muchas veces, los acostumbramos a que no respondan.

4. Las nalgadas no son un castigo por la desobediencia del niño. No es el pago


por su pecado. No es un padre desquitándose. Es una herramienta diseñada por
Dios para inculcar en las mentes y los corazones jóvenes la importancia de la
obediencia y las consecuencias de la desobediencia. Es el elemento de disuasión
en que se basa el círculo.

LA ANATOMÍA DEL “EVENTO” DE ADMINISTRAR LA VARA


Caminando “EL CÍRCULO COMPLETO” con tu hijo/a:

1. Pégales en la parte carnosa de sus nalgas solamente. Nunca golpees con


fuerza, abofetees o golpees en la cabeza o en la cara. Repito, y no peques con
enojarte.

2. No te muestres pasmado porque van a aprender a esconder su pecado. Una


vez que los niños vean que estamos respondiendo prudentemente de acuerdo a su
comportamiento desobediente o desafiante, ellos aprenderán que si
confrontamos este comportamiento inmediatamente, es la mejor manera. Aun
cuando ustedes no están con ellos, aprenderán, según crecen, a ser sensibles con
sus propios límites y opciones. Con el tiempo se irán acusando a sí mismos, a
sabiendas de que hay una consecuencia segura y un remedio seguro para su
pecado. Cuando ya no se acercan a sus padres, ellos se acercarán al trono de su
Padre celestial con confianza ya que entenderán que la comunión arruinada por
el pecado puede ser rápida y completamente restaurada. A pesar de que se
restablece la relación, la consecuencia no disminuye necesariamente.

Los niños que temen a las reacciones erráticas de sus padres por su
comportamiento tienden a ser astutos o manipuladores. El propósito de la
disciplina usando el círculo completo es de construir una valiosa conexión entre
el padre y el hijo y no sólo de controlar su conducta externa.
Como se mencionó antes, los niños van a hacer cosas raras. Pero su relación
con ustedes y el sistema de normas familiares, convicciones personales y las
barandas, los protegerán de la tentación de ponerse en situaciones peligrosas.

3. Sé firme y ten control. Habla acerca de lo sucedido, escúchalo atentamente,


pero no permitas que te disuadan de la corrección que debe ocurrir.

4. Discute el comportamiento equivocado y cuál sería la decisión correcta.


Ayúdalos a que vean que no han tenido el comportamiento que habían estado de
acuerdo tener.

5. Ayúdalos a entender cómo llegaron a este punto—que eligieron el mal camino


—y a lidiar con los asuntos del corazón. Espera con paciencia a que acepten con
humildad lo que han hecho. Tómate el tiempo necesario (dentro de lo razonable)
para que puedan decir: “Yo sabía que era incorrecto hacerlo, pero lo hice de
todos modos.”

6. Administra la vara en privado. Las nalgadas no son para humillar al niño, lo


cual es la razón principal por la cual debe suceder en privado.

7. Está pendiente de que tengan una actitud humilde de arrepentimiento. Las


nalgadas no garantizan una actitud de arrepentimiento; a veces un niño puede
expresar genuina tristeza y llorar; otros pueden mostrar desafío. En cualquier
caso, tú estás esperando que ellos muestren humildad de corazón.

Este enfoque es paralelo al patrón general que encontramos en las


Escrituras en relación al arrepentimiento. El Señor espera pacientemente que
humillemos nuestro corazón delante de Él y Sus ojos se centran intensamente en
nosotros hasta que lo hagamos. “Porque la tristeza que es según Dios produce
arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza
del mundo produce muerte” (2 Corintios 7:10).
Este versículo de 2 Corintios hace una distinción entre la actitud que dice:
lo siento que me atraparon, así que tengo que lidiar con las consecuencias, y el
que dice, estoy agradecido por la corrección, de manera que estoy en buena
relación con Dios. El versículo distingue entre asumir responsabilidad por lo que
hice y seguir buscando excusas. Distingue entre aceptar mis acciones o seguir
echándole la culpa a otra persona. Distingue entre la humildad frente a Dios y un
corazón obstinado, entre someterse y desear la voluntad de Dios y resistir el
arrepentimiento o cambio, entre estar totalmente preparado para aceptar y
afrontar las consecuencias o tratar de esquivarlas. Los padres deben convertirse
en expertos en distinguir las diferencias en sus hijos.
El arrepentimiento genuino toma responsabilidad sin esperar nada a
cambio. Se adueña de la elección y de sus consecuencias, no esperando ser
excusado porque yo, como ofensor, ya he pagado con mi disciplina. Estar
apenado mundanamente produce muerte, y estar apenado de acuerdo a la
voluntad de Dios produce vida.

8. Traten de perdonar o restituir lo que sea necesario entre ustedes dos o con
otros. Esto merece atención especial y es un buen momento para enseñar, así que
no andes con prisa. Si tu hijo llora porque está enojado, entonces esto requiere
más atención, pero si hay lágrimas genuinas de arrepentimiento, deja que sean
derramadas. Las ofensas tienen que ser clarificadas: “Mamá, yo hice mal en
hablarte sin respeto, y por tirar la puerta cuando estaba enojado. Por favor, ¿me
puedes perdonar?” Ensénale a tu hijo que decir solamente “lo siento” usualmente
no es un arrepentimiento total, pero si dice: “Lo hice mal, ¿me perdonas?” es
más difícil decirlo, pero es una forma sincera de expresar remordimiento y de
restaurar una relación.

9. Ora con ellos brevemente. Abrázalos. Diles que este episodio ha terminado
por completo. El error ha sido completamente borrado, pero ellos tienen que
recordarse de cómo evitar elegir esa mala alternativa la próxima vez.

A veces puede parecer que no estamos haciendo progreso en ayudar a


nuestros niños a ver la conexión entre su comportamiento y sus actitudes del
corazón. Estamos ayudándolos a transferir un mero comportamiento externo
hasta que logren someter su propia voluntad, que es un asunto del corazón. Pero
a medida que perseveramos, llegamos a experimentar un “momento de gran
avance”. Cuando el niño realmente hace esta conexión, el verdadero
entrenamiento sucede, y el fruto permanece. Estos momentos de cambio son
críticos para el mantenimiento de las relaciones a largo plazo. El propósito se
hace claro cuando atesoramos estos momentos vulnerables de humildad con
nuestros hijos.
Cuando pienso en el ejemplo perfecto del “gran avance”, pienso en Annie
Sullivan y Helen Keller. Annie Sullivan fue contratada por los padres de Helen
para enseñarle. Como Helen era ciega, sorda y muda, Annie se propuso
enseñarle sus cientos de “señas” por medio de la ortografía, formando letras en
las palmas de sus manos. Helen, extremadamente perspicaz y brillante, absorbe
rápidamente todas las señas que Annie le enseñaba. Pero ella era una niña
insoportable y Annie estaba frustrada porque todavía Helen no había hecho la
conexión de lo que significaban las señas. Annie ya no sabía qué más hacer y los
padres de Helen estaban a punto de despedir a Annie debido a su manera
incansable y persistente de tratar de ensenar a Helen. La madre de Helen pensaba
que Helen tenía que ser mimada y la protegía mientras que Annie la hacía
aprender a través de sus golpes y tropiezos. Los padres de Helen notaron la
agitación de Helen y dijeron: “Ya basta”.
Todos los que han disfrutado de la película clásica, El milagro de Anne
Sullivan saben lo dramático que fue cuando Helen dijo su primera palabra:
¡agua! (aunque mi investigación indica que en realidad la palabra que dijo fue
muñeca). Sin embargo, en el momento que “las cosas finalmente hacen clic”
entre las señas y el significado del objeto asociado, ¡el mundo se abre para
Helen! Se dio cuenta de que ella había adquirido algo valioso a través de lo cual
podía comunicar sus pensamientos y sentimientos a otros. Helen estaba
abrumada. Corrió frenéticamente hacia donde Annie para que le deletreara de
nuevo las letras de los objetos y de momento todo su arduo trabajo tuvo un
sentido perfecto.
Annie se convirtió en su amada maestra y amiga durante toda la vida. Helen
ya no veía a Annie como su rival o como una jefe dura como lo había sido en sus
primeros días. Este descubrimiento reveló el propósito superior de Annie para
Helen. Annie no se dio por vencida y ella no tenía manera de realmente saber
que el fruto de su trabajo se realizaría en la vida de Helen. Los padres y las
madres deben recordar los grandes principios de esta historia. Cuando tratamos
de hacer una diferencia en la vida de nuestros hijos, esto traerá fruto en su
tiempo y se construirán relaciones amorosas de por vida entre ustedes y sus
hijos.
Me gustaría compartir una carta de una madre de una de las clases que doy
donde se enfatizan los “momentos de avance” con su hija pequeña, que
probablemente tenía seis años de edad.

He sido tan bendecida por tu enseñanza de como criar a los


hijos. El método y las normas que presentaste son tan
necesarios para nuestros niños hoy día. Cuando se escucha
la Palabra de Dios enseñada sobre cualquier tema, la
verdad es siempre obvia. Yo siempre pienso: “¿Cómo lo
pude hacer antes sin conocer las cosas de Dios?”
Tuve una revelación intensa un día, cuando yo estaba
disciplinando a mi hija. Aunque ella es muy tímida y callada
en público, en realidad es una niña muy intensa, que insiste
en que las cosas siempre se hagan a su manera. Después de
haberme ella hablado en forma inapropiada, la llevé a
través de los pasos de la disciplina. Nos sentamos en la sala,
lejos de todos los demás. Hablé con ella sobre el
comportamiento y le dije que recibiría unas nalgadas. Ella
muy arrogantemente se arrojó sobre mi regazo. Esta niña es
tan terca que se niega a llorar o a darse por vencida.
Después que le pegué, ella se levantó y se sentó en una
silla al lado del sofá donde yo estaba sentada. Se sentó con
los brazos cruzados sobre su pecho y su cuerpo de espaldas
a mí, muy enojada. Le hablé con cuidado para explicarle la
necesidad que ella tenía de cambiar y de nosotras
reconciliarnos. Extendí mi mano y sólo esperé a que viniera
a donde mí para darle un abrazo. Esperé mucho tiempo
mientras ella luchaba con pensamientos de independencia y
de que no me necesitaba.
Mientras esperaba con mi mano extendida, tuve una
imagen tan clara de Dios en esa misma postura. Siempre allí
con Su mano extendida para perdonarme y proporcionar
consuelo cuando he ido por mal camino. Y lo testaruda que
soy a veces para venir a Él, quien da consuelo y gozo. Esto
me ayudó a entender mejor los sentimientos de mi hija y
también cómo Dios siempre nos da una alternativa y espera
que vengamos a Él, cuán importante es que yo ayude a mi
hija a tomar esa decisión por sí misma. Yo esperé por
bastante tiempo hasta que ella tocó mi mano y me dio un
abrazo.

OBJECIONES A LA VARA

Echemos un vistazo a algunos de los temores que los padres expresan en


relación a la vara y deja que Dios te dé una respuesta.

1. Los padres dicen: “Temo que mis hijos no me van a amar y van a pensar que
no los amo”. Pero Dios dice: “El que detiene el castigo, a su hijo aborrece;
mas el que lo ama, desde temprano lo corrige”. (Proverbios 13:24). Las
instrucciones de Dios dicen que “demostremos nuestro amor” a nuestros hijos
cuando los disciplinamos y los alejamos del camino de la destrucción.

Algunas personas aplican esta manera equivocada de pensar a su manera de


ver a Dios. Lo ven como un Dios amoroso que nunca les pedirá cuentas por los
malos comportamientos y Quien teme de alguna manera que la gente lo rechace.
Es evidente que ésta es una mala representación de la justicia y santidad de Dios.
Los niños necesitan entender que nosotros amorosamente aplicamos la
disciplina de nalgadas como una alternativa misericordiosa al delito permanente
y la separación. La Palabra de Dios dice que si retenemos la disciplina, estamos
distorsionando el amor. Si un niño crece sin sanciones, consecuencias o
intervenciones, se criará esperando que vas a ser flojo/a con él aunque su
comportamiento empeore.

2. Hay padres que dicen: “Puedo causar daño emocional o físico”. Pero como
no debes disciplinar en ira, la Biblia dice en Proverbios 23:13-14: “No dejes de
disciplinar al joven, que de unos cuantos azotes no se morirá. Dale unos
buenos azotes, y así lo librarás del sepulcro” (NVI). Otra traducción de
Proverbios 23:13-14 dice: “No rehúses corregir al muchacho; porque si lo
castigas con vara, no morirá. Lo castigarás con vara, y librarás su alma del
Seol” (RV60). Dios no promete que si usas la vara con tu hijo, no morirá ni es
tampoco es una licencia para que le pegues cuando quieras. Ya hemos discutido
esto. Hay una razón y un propósito para cada nalgada. Este versículo está
hablando de pegarles en amor, en forma apropiada, y en esto no hay ningún
peligro. Este versículo es muchas veces tergiversado, pero tenemos que
interpretar las Escrituras con las Escrituras. Ya que sabemos que ni la Biblia ni
ningún padre que ama endorsan dar palizas a un niño; pero mantenemos este
versículo en el contexto de los principios de la disciplina de Dios. Los padres
que aman son prudentes en su disciplina. Se apartan de todo lo que pueda hacer
daño a sus preciosos niños. El padre que genuinamente se preocupa si está
pegando muy fuerte a su niño es un padre que definitivamente tiene sus
emociones y comportamiento bajo control.

Dios ha dado a Mamá y a Papá el privilegio de ser los entrenadores


personales de sus hijos para formar su carácter. Aparte de Él, ustedes son los que
mejores conocen a sus hijos. Parte de ese conocimiento envuelve la necesidad de
aplicar la disciplina difícil a sus vidas. Un entrenador físico personal conoce la
diferencia entre el ejercicio que duele porque es bueno para ti y el ejercicio que
te puede hacer daño.

3. Algunos padres dicen: “Me temo que si les pego, les voy a enseñar a que usen
la violencia para resolver sus problemas”. Como padre, debo ser considerado
como una persona buena (y sí debemos serlo) y no como una persona cruel o
dura. Así que puedes pensar que disciplinarlos sacará fuera lo peor de ellos.

Pero Dios dice lo contrario en Proverbios 29:17: “Corrige a tu hijo, y te


dará descanso, y dará alegría a tu alma”. La disciplina que se lleva a través
del círculo completo, produce niños que están en paz con ustedes. Las nalgadas
no son violencia y de ninguna manera se acercan al nivel de comportamiento
violento o abuso contra un niño. Las nalgadas no son una forma de vida; no es
algo impulsivo o provocado ni te caracteriza a ti como persona. Es simplemente
una herramienta razonable y eficaz en la disciplina. Pegarle a tu niño no te
define como persona violenta. Se trata de un evento controlado y determinado,
se aplica en el contexto de la desobediencia voluntaria con el fin de redirigir el
niño. Pegar nalgadas no saca lo peor en ellos; ¡de hecho, saca fuera lo peor de
ellos!

4. La gente dice: “Las nalgadas no funcionan”. Cuando las nalgadas parecen


ineficaces, el problema puede tener que ver con una o de las siguientes razones:

a. El niño desobedece porque el padre no es consistente en la aplicación de la


disciplina. Los niños podrán detectar amenazas vacías y se aprovechan. Un
padre que amenaza con promesas de unas nalgadas, pero no se las da, se pone en
una situación que el niño lo va a volver a retar.

b. Los padres se dan por vencidos y no insisten porque no ven el fruto de


inmediato. Los niños se dan cuenta de las acciones tentativas y retarán tu
compromiso. Si ellos se dan cuenta de que te vas a dar por vencido/a a la
primera señal de resistencia, ellos sí te resistirán. Los niños necesitan aprender
que cada vez que desobedecen o te desafían (x) tú vas a responder con disciplina
de manera adecuada (y). La persistencia significa que cada vez que hay una x, es
seguida de una y. ¿Cuántas veces los padres tienen que insistir? Todos los niños
son obviamente diferentes. Uno puede retarte diez veces, así que debes estar
listo/a para el undécimo reto para que aprendan que “cada vez que hago x, Mamá
o Papá hacen y, y por lo tanto dejaré de hacer la x”. Si tu hijo tiene la fortaleza
de desafiarte cincuenta veces, entonces debes estar dispuesto/a a insistir
cincuenta y una veces. El punto es que tu trabajo no ha terminado hasta que ellos
ya no te desafíen. Algo que te debe dar aliento es que el número de (x) si son
implementadas efectivamente, se reducirá en número porque los niños son
capaces de aprender. Así que no te rindas antes de tiempo. Mantente alerta y
preparado/a para un reto más, y te encontrarás grata y alegremente sorprendido/a
cuando ellos se den por vencidos con el comportamiento x. Quizás estás
esperando que suceda, pero no sucede, es que han aprendido a someter su
voluntad a la tuya en esa situación. ¡Bravo! Pero no te pongas demasiado
cómodo/a; debes estar siempre preparado/a para el nuevo reto.

c. Hay una ruptura en el método. El evento no se ha llevado por el círculo


completo; faltó uno de los cuatro pasos o fue inefectivo.

Hemos cubierto el círculo completo así que no voy a repetirlo aquí. Revisa
la sección de esto para asegurarte que no haya una ruptura en el proceso. A
veces, las cosas no funcionan debido a situaciones de sentido común. No vamos
a pegarle a un niño con ropa de estar en la nieve y pensar que va a ser efectivo. A
veces, usar el sentido común es dejar que Papá se encargue de la disciplina en
vez de Mamá, cuando los niños, especialmente los varones, pueden ser un reto
para Mamá. Aún así, Papá y Mamá deben están unidos en su método y en el
propósito de construir “el círculo”. Mamá necesita el apoyo seguro y constante
de Papá y él tiene que ser parte del proceso escuchando las preocupaciones de
Mamá. Mamá debe lidiar con situaciones cuando Papá no esté ahí, pero ella
tiene que procurar que Papá la apoye cuando él está presente o cuando regresa al
hogar. Si él no lo hace, ¡tu vida hogareña será caótica! Muchas mamás
abrumadas han venido a mí con la gran carga de que están criando a sus hijos
por sí solas. Los papás deben estar envueltos o si no, los hijos los verán como
débiles, flojos o que no les importan sus esposas ni sus niños.

d. El padre está aplicando la vara con ira. Los niños tendrán dificultad en
someter su corazón a un padre abusador y enojado. Esta mala práctica se asocia
a menudo con las nalgadas inconsistentes y por lo general ocurre cuando la
mamá o el papá pierden el control, porque esperaron demasiado tiempo para
lidiar con la situación o los niños han hecho algo que les desagrada. La
disciplina debe ser dada de una manera casi de tipo empresarial u oficial, donde
los niños saben lo que viene. Ellos necesitan ver la consistencia y la constancia a
la hora de disciplinar. Volvemos a nuestras fórmulas matemáticas: Si “y”
(nalgadas) siempre le siguen a la “x” (mala conducta deliberada), van a tener la
idea de que la mejor manera de evitar la consecuencia es evitar la x. Es una
ecuación simple que podemos arruinar cuando dejamos que ellos amontonen
muchos comportamientos x y es cuando reaccionamos frustrados y perdemos el
control. ¿Los disciplinas con un tono áspero? Al principio, puede que ellos se
sometan, pero si les hablas ásperamente, se pondrán tercos, orgullosos y tendrán
amargura contra ti. Sólo recuerda que tus hijos te están estudiando de cerca al
mismo tiempo que tú los estás tratando de descifrar. Éste es uno de los
comportamientos mencionados que más exaspera a los niños.

e. Los padres se cohíben de disciplinar en lugar de lidiar con la voluntad del


niño. El padre intenta razonar con el niño, y les ponen de castigo u otro remedio
que no funciona.

Recuerda que la vara e ir por el círculo completo son los métodos


adecuados para la desobediencia voluntariosa y el desafío. Asegúrate que has
estudiado y considerado los asuntos de la mente/voluntad/emociones y que has
determinado que el problema está relacionado con la voluntad. Puede que haya
momentos en que el castigo de aislar a los niños sea adecuado como una forma
de crear un espacio o para permitir que los padres discutan los pasos a seguir,
pero no debe tomar el lugar de la disciplina. Vamos a hablar más del uso
adecuado de este método en un próximo capítulo cuando hablemos de la
rivalidad entre hermanos.

5. Algunos padres dicen: “Tengo miedo de ser acusado de abuso de menores”.


Teniendo en cuenta el clima intolerante actual, puede ser la razón más válida
para no dar nalgadas. Pero hacemos lo que hacemos basándonos en nuestra fe y
en nuestras convicciones. No hay necesidad de pegarle delante de los demás.
Unas nalgadas es un asunto privado. Aún así, debes de evaluar tu método para
determinar si no estás siendo muy duro/a. Debes ir por el circulo completo—tus
niños deben experimentar unas nalgadas en el contexto completo de la
corrección bíblica.

Satanás está encantado si puede lograr que los cristianos se tornen


impotentes en criar hijos piadosos que algún día serán la fuerza cristiana en este
mundo. Ésta es una de sus falsedades primordiales de la actualidad. En este
estudio de la disciplina, básicamente estamos hablando de la disciplina física
(pegar nalgadas) y de la corrección verbal. Les pegamos cuando son pequeños y
raramente cuando son mayores.

REPRENSIÓN COMO DISCIPLINA

Las nalgadas generalmente terminan cuando los niños entran a la escuela,


aunque puede que haya veces en que ciertamente en los próximos años sean
apropiadas cuando sea necesario. Pero si te encuentras pegándoles a tus hijos
entre los ocho y los diez años, es hora de considerar otro método. Esa es la edad
de disciplinarlos a través de una reprimenda. La clave sigue implicando el ir a
través de los cuatro pasos del círculo completo y que ellos puedan entender que
todavía tienen que rendir cuentas por sus malas acciones.
Nuestro objetivo aquí es de mantenerlos siendo responsables e íntegros de
carácter. Si hacemos caso omiso de esto y fallamos a disciplinarlos, podemos
perder que confíen en nosotros. No permitas que se alejen. Proverbios 20:5 nos
dice: “Como aguas profundas es el consejo en el corazón del hombre; mas el
hombre entendido lo alcanzará”. Nuestros niños necesitan saber que a pesar de
que se hacen cada vez mayores, vamos a seguir interactuando con ellos y
esperando que se comuniquen con nosotros. Ellos no se olvidarán de sus
lecciones cuando eran niños sobre el respeto, la obediencia y la honestidad. Pero
ahora están en un lugar donde pueden conectar su mal comportamiento con las
correcciones verbales, las reprensiones y privaciones de acuerdo a la violación.
No permitimos a los niños mayores que tengan malas actitudes, que hagan
comentarios descarados, ni ningún tipo de desobediencia, ni actitud desafiante,
incluyendo la mentira, robo o engaño. A veces es necesario que tú y tu esposo
hablen por horas con ellos para lograr que se comuniquen. Una de las cosas que
queremos que nuestros hijos mayores puedan decir sobre su crianza es decir:
“Mamá y Papá, ustedes nos dedicaron el tiempo necesario”. A veces se trata de
cosas que tuvieron que compartir con Papá y otras veces con Mamá. Pero
tenemos que entender el corazón de nuestros hijos y a medida que van creciendo,
sus pensamientos se tornan más profundos. Si no los comparten, puede que
pasen a un lugar oscuro, frío y difícil de recuperar.
Por lo tanto, tenemos que estar dispuestos a tomar el tiempo necesario para
mantener sus pensamientos cerca del área donde la luz de la verdad brille en
ellos. Los adolescentes tienden a alejarse muy rápidamente y es como si vivieran
en otro mundo. Y los padres se alejan también porque se sienten heridos o
desanimados y el problema se complica.
Tenemos que acostumbrarnos a hablar con ellos y a tratar de que se
expresen cuando son pequeños, para que cuando estén más grandes no nos traten
como si nos estuviéramos entremetiendo en sus vidas; sino que disfruten
decirnos lo que está sucediendo en sus vidas. Tenemos que comenzar esta
interacción con ellos desde antes de que comiencen a expresar sus pensamientos
verbalmente. Cuando tú estás disciplinando a tu hijo y le dedicas tiempo
llevándolo a través del círculo, estarás formando a un joven adulto que más tarde
podrá hablar contigo sobre diferentes asuntos.
Este tipo de crianza requiere mucha práctica y compromiso de tu parte, así
que debes comenzar a una edad temprana. Vas a estar discutiendo estos asuntos
con ellos cuando ya han sido disciplinados, por lo tanto, lo aceptarán como algo
normal. Una vez que pegarle (nalgadas) ya no sea necesario, te darás cuenta de
que no tienes que dedicar tanto tiempo a la discusión de asuntos. Cuando sean un
poco mayores como entre los ocho y los diez años—y ya no tengas que pegarles
nalgadas (excepto por un evento mayor), aún tienen que pasar por los cuatro
pasos contigo (los cuales tomarán menos y menos tiempo—¡bravo!) y esto
facilitará que se abran más contigo—y no solamente durante los momentos de
disciplina.
En estos casos de niños mayores, podremos anular privilegios o emplear
otro tipo de consecuencias. Castigarlos con no dejarlos salir de casa es una
técnica bíblica, pero es sólo para medidas extremas y en muy raras ocasiones.
Realmente sólo puedo recordar haberlo usado una sola vez. Al igual que
pegarles nalgadas a una edad temprana, no uses el dejarlos sin salir de casa como
una amenaza casual o remedio, sino como una promesa que vas a tomar como
último recurso.
El propósito de no dejarlos salir de casa es para sacar al niño del camino de
la destrucción, para que piensen en tomar un nuevo camino. No es un castigo “ni
casual ni suave” en el cual ellos podrían pensar, no puedo esperar a estar con
mis amigos y hacer las mismas cosas otra vez. Debido a que la aplicación de este
método no es ni claro ni consistente, a menudo resulta ser inefectivo y no es algo
que yo generalmente recomiendo.
En realidad, si ponemos en práctica la disciplina del círculo completo,
donde se lidia con los asuntos de la voluntad, entonces no vamos a necesitar “no
dejarlos salir de casa”, mandarlos a su habitación, ni otras penalidades para
corregir su desobediencia y desafío. Privarlos de privilegios tendrá más impacto
significativo si son pertinentes a la situación. No estamos enseñando a los niños
a ser “buenos” para que no crezcan orgullosos y farisaicos. Los estamos
entrenando a centrarse en Cristo, Quien es capaz de fortalecernos para hacer lo
que es correcto.
Ellos aprenderán a sentir la convicción del pecado y a sentirse culpables y a
recibir restauración. Esto genera esperanza en ellos, porque siempre sabrán que
hay un remedio para el pecado. Aprenderán a obedecer por su bien, no por el
tuyo.
Una madre que le permita a su hijo que escape las consecuencias a causa de
su desobediencia, no está librándolo del costo (aunque ella así lo piense). El niño
recibe un beneficio directo por ser obediente y de la misma manera, si es
desobediente, estará abandonando las bendiciones que Dios ha prometido para
Sus hijos. La vara y la corrección regresan al niño a un lugar seguro.
Apocalipsis 3:19 nos recuerda: “Yo reprendo y disciplino a todos los que
amo…(NBLH)”
El principio aquí es que los niños se comprometan con nuestra disciplina y
¡perseveren en ella! Tendrás que hacer la misma cosa una y otra y otra vez, pero
no te desanimes. Los pianistas de concierto no se logran con una sola lección.
Practicamos y la práctica se va haciendo más fácil, y seguimos adelante y,
finalmente, vamos a ver el fruto en el tiempo de Dios. Recuerda que en el
proceso de la crianza de nuestros hijos, nosotros estamos siendo entrenados
también. Nuestros hijos no van a “hacer las cosas” hasta que nosotros mismos
“creamos en lo que estamos haciendo” con ellos.
¿Piensas a veces que no estás progresando con tus hijos? ¿Alguna vez te
dicen: “Sí, Mamá, lo sé, me lo has dicho un millón de veces?” Y tú piensas:
pues, entonces ¿por qué tengo que seguir repitiendo esto? ¡Un millón es mucho!
Esas repeticiones son cruciales, ya que estás persistiendo y estás
comprometiéndote a entrar en sus vidas con la esperanza de que algún día él o
ella lo entiendan y te amen por esto. Aguanta. Comprométete a disciplinar a tus
niños.
Tu enfoque en la disciplina les ayudará a verte como un recurso de la
verdad, su mayor animador/a, confidente siempre disponible, su guerrero/a de
oración más devoto/a y el/la más rápido/a en reaccionar cuando necesitan
corrección. Este camino quizás no sea fácil, pero cuando veas que tus hijos
funcionan como adultos responsables y seguros, te darás cuenta de que el
esfuerzo ¡valió la pena! Y cuando veas que tus hijos crían a sus hijos (tus nietos)
de la misma manera que tú los criaste, vas a alabar a Dios por Su sabiduría.

Amado Padre Celestial:


Tu Palabra nos dice que si nos falta sabiduría, podemos
pedírtela y que Tú nos la das en Tu Palabra y en Tus
caminos. Eso es lo que humildemente y de todo corazón
buscamos de Ti ahora. Necesitamos Tu ayuda para criar a
nuestros hijos y Tu sabiduría para llevar comprensión y
bendición a sus vidas. Buscamos Tu fuerza para ser capaces
de llevar a cabo la seria tarea de construir y mantener
límites, barreras de protección y disciplina. Te pedimos que
nos mantengas juntos como marido y mujer, unidos en este
proceso de hacerle frente a los problemas del corazón de
cada uno de nuestros niños. Que puedan crecer con
humildad y en Tu temor. Te amamos y Te damos gracias por
Tu disciplina en nuestras vidas y por trazar una línea de
protección alrededor de nosotros cuando Te obedecemos. En
el nombre de Jesús, amén.

GUÍA PARA GRUPOS PEQUEÑOS

MEMORIZACIÓN DE LAS ESCRITURAS


(Tiempo sugerido—15 minutos

La vara y la corrección dan sabiduría;


Mas el muchacho consentido avergonzará a su madre.
Proverbios 29:15

Continúen con el sistema de memorización de las Escrituras haciendo que cada


persona recite el versículo de hoy y luego, revisen en forma alterna los
versículos de las semanas anteriores. Recuerden mencionar la referencia antes y
después del versículo.

TIEMPO DE PAREJAS
(Tiempo sugerido—45 minutos)


¿Crees que Dios es excelente en Su consejo? En cuanto a esto, ¿están
ustedes dos de acuerdo en la forma en que sus niños van a ser
disciplinados? Si no es así, trabajen hasta que lleguen a un acuerdo para que
sus hijos aprendan a ver que se respaldan el uno al otro en estos asuntos. Si
no están unidos en su enfoque para construir “el círculo”, sus niños
aprenderán rápidamente a cómo manipular la situación y a jugar el uno
contra el otro mientras que dejarán de darles cuentas a ustedes.
Discutan el tema de cómo entender la mente, la voluntad y las emociones y
cómo éstas afectan nuestras decisiones al entrenar y disciplinar. Al
considerar estas áreas, ¿has lidiado con ellas de manera adecuada? Practica
analizando las situaciones que se les presenten esta semana. ¿Se trata de
asuntos que requieren alentar o corregir? Que Dios les bendiga
implementando estos principios, especialmente si son nuevos para ustedes.
Resistan. Se necesita práctica, práctica, práctica para obtener resultados
(Hebreos 12:11).
Anímense unos a otros con Gálatas 6:9: “No nos cansemos, pues, de
hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos”. Hay
temporadas de siembra y de riego y de poda antes de que veamos el fruto en
la vida del niño. Discutan cualquier “avance” o pequeños brotes de
progreso” que están viendo. ¡La cosecha viene con el tiempo!
Aplicación en el hogar: Decidan por un área específica de la disciplina o alguna
situación que les suceda a menudo con sus hijos y pónganse de acuerdo con un
plan de acción que ambos puedan practicar juntos. Cada vez que se enfrenten
con una situación esta semana, tómense el tiempo como pareja para hablar
brevemente sobre cómo lidiar con ella y cómo mejorarla.

Declaración para el hogar: Juntos vamos a practicar un patrón más consistente,


inmediato y deliberado para la disciplina de nuestros hijos. Por la gracia de Dios,
vamos a basar nuestro modo de disciplinar en principios bíblicos. Reconocemos
que les estamos dando un regalo para toda su vida al entrenarlos en los asuntos
del carácter que sólo una disciplina consistente puede crear.

Oración para la pareja: Terminen en oración. Oren el uno por el otro,


enfatizando las áreas de reto que saben que tendrán que encarar. Pídanle a Dios
sabiduría mientras que practican el amar a sus hijos a través del regalo de la
disciplina.

TIEMPO DE DISCUSIÓN
PARA GRUPOS PEQUEÑOS
(Tiempo sugerido—45 minutos)

En cuanto al capítulo de hoy, hablen de la importancia de entender la


relación entre la mente, la voluntad y las emociones al elegir un enfoque
para la disciplina. Lean 1 Tesalonicenses 5:14 y analicen cómo esto se
relaciona con el corazón de un niño.
Vuelvan a leer Hebreos 12:5-11 en grupo y discutan la disciplina de Dios.
¿A quién Él disciplina y con qué propósito?
Revisen el diagrama del “Círculo completo” en el texto o la sinopsis que se
encuentra en el apéndice de este capítulo. Discutan los diferentes
componentes. ¿Ven cómo esta ilustración se va formando en las vidas de
sus hijos? ¿Se dan cuenta de cambios que tienen que hacer en su familia?
Discutan las tres clasificaciones principales de las actitudes o acciones que
requieren disciplina tales como el uso de la vara con los niños pequeños y la
reprensión de los más grandes. Proporcionen definiciones y algunos
ejemplos.
Definan lo que es la obediencia y hagan una lista de algunas maneras
prácticas en las cuales ustedes pueden trabajar con sus hijos para lograr que
sean obedientes, que tengan éxito en tomar “decisiones correctas”.
¿Tienen alguna otra pregunta u observación del capítulo 9?

Echen un vistazo a la lista de comparaciones entre la tristeza del mundo y la


tristeza según Dios que produce el arrepentimiento genuino (2 Corintios 7:10).
Discutan las diferencias.

TIEMPO DE ORACIÓN

Oren por obtener sabiduría en cómo disciplinar a sus niños en los caminos
del Señor.
Oren para que sean consistentes en la disciplina de sus hijos y que ambos,
como esposos, estén de acuerdo.

APÉNDICE: CAPÍTULO 9

1. Ésta es tu vida con tu hijo en el interior del círculo:


a. 99.5% (esperamos) de la vida se vive dentro de este círculo; básicamente
determinado por los padres en los primeros años de crianza, pero va a depender
de la voluntad individual.
b. Esto incluye, la ternura, el cuidado, el entrenamiento, la formación del
carácter, el discipulado, el vivir por convicciones y normas y la protección
adicional de las barandas.
c. La vida es buena en su mayor parte, pero ésta incluye el aprendizaje de
lecciones duras, trabajo duro, organización,... puede sentirse como “la lija” como
cuando “el hierro afila el hierro" (Proverbios 27:17).
d. Practicar situaciones en forma de drama ayuda a lograr el éxito; a aprender a
obedecer y a “tomar decisiones correctas”, con la ventaja de que el drama no
conlleva el estrés de la realidad.

“Completamente, inmediatamente y con un corazón contento”.


“Estoy feliz de hacer lo que me pides de inmediato”.
“Hazlo exactamente como te lo piden, rápidamente y con una buena
actitud”.
“Sí” significa que sí: “No” significa que no; "Está bien, Mamá o Papá”.

2. Ésta es la vida fuera del círculo


a. Es cualquier porciento que el individuo elija hacer su propia voluntad fuera
del círculo (a menos que uno de sus padres intervenga).
b. Hay consecuencias fuera del círculo—“Optar por el pecado; elegir el
sufrimiento”.
c. Se manifiesta de manera diferente a distintas edades, pero se caracteriza por
una vida sin control, sin límites, sin “miedo a nada” y generalmente desafiante
hacia toda autoridad.
Proverbios 12:15: “El camino del necio es derecho en su opinión; mas el que
obedece al consejo es sabio”.

3. Ésta es “la línea”


a. La construcción de esta línea sólo tiene que ser una parte muy pequeña de la
vida con tu hijo, pero es fundamental para su bienestar en todos los sentidos. (Al
fin y al cabo, tú, como padre o madre decidirás cuanto tiempo vas a dedicarle a
cada área.)
Proverbios 25:28: “Como ciudad derribada y sin muro es el hombre cuyo
espíritu no tiene rienda”.
b. Es el límite exterior de protección entre tú y toda clase de maldad y
destrucción.
Proverbios 14:27: “El temor de Jehová es manantial de vida para apartarse
de los lazos de la muerte”.
c. Se construye por el uso de un elemento de disuasión o freno en la vida de un
niño pequeño. (Un elemento de disuasión es algo desagradable que el niño
quiere evitar en el futuro. Esto les disuade de cruzar la línea. No es golpear al
niño, ni abusarlo, ni hacerlo al azar, no es ira, ni es pago por la maldad, sino que
es una intervención que se hace para que vuelva al centro del círculo.)
Se comienza con la vara y el círculo completo y se progresa hasta la reprensión y
el círculo completo. (El círculo completo refuerza la línea: se va de la confesión
a la corrección, al arrepentimiento, a la restitución.)
d. Puede incluir la “Historia de hoy”, un resumen del día antes de acostarse para
reforzar tus enseñanzas: “Un buen día”/”Un día dificultoso”.
e. Es el principio de la sabiduría, ese entrenamiento inicial que le enseña al niño
que ustedes no van a dejar que él cruce la línea.
Salmo 111:10: “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová”. Al
principio, el temor a Mamá y a Papá es el principio de la sabiduría, porque
cuando los niños aprenden a obedecer a sus padres en la forma bíblica, están
aprendiendo lo que significa seguir a Dios.
Efesios 6:1: “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es
justo”.
Proverbios 29:15: “La vara y la corrección dan sabiduría; Mas el muchacho
consentido avergonzará a su madre”.
Aprender a respetar la autoridad comienza con la obediencia a los padres.
f. Si fallamos como padres construyendo una línea de protección, nuestros hijos
estarán abiertos no sólo a las fuerzas del mal y a las conductas destructivas, sino
que caerán bajo la autoridad de otros—gobierno, policía, maestros, etc. Dios
disciplina a los Suyos. Si no son Sus hijos, Dios les dejara que vayan por su
propio camino.
Proverbios 10:29: “El camino de Jehová es fortaleza al perfecto; pero es
destrucción a los que hacen maldad.”
g. La línea:

Establece autoridad en la vida de un niño


Enseña humildad
Establece un sistema de protección el cual el niño teme al principio, y luego
lo aprecia y lo desea.
Los niños aprenden a gobernar sus propias vidas, ya que se convierten en
jóvenes adultos con autocontrol. Aprenderán a vivir una vida que Dios
bendecirá.

h. La línea es vital para el bienestar de los niños, ya que ellos tienen una
naturaleza pecadora que necesita ser corregida y re-dirigida.
i. De vez en cuando los niños “probarán” el sistema y nosotros como padres
reforzaremos el entrenamiento. Las normas familiares, convicciones personales
y “barandas” aún los protegen a no irse “por la borda”. Algunos niños tienen un
temperamento más fuerte y tratan de acercarse más a los límites. Estos tienen
que ser vigilados y protegidos hasta que aprendan a someter su voluntad.
Proverbios 22:5:” Espinos y lazos hay en el camino del perverso; el que
guarda su alma se alejará de ellos”.

4. Esto es cruzar la raya.


a. Desafío: rebelión atrevida, resistencia abierta o afirmación audaz de la propia
voluntad en cuanto a la actitud o acción sobre alguna restricción o lo que se sabe
que es correcto.
b. Desobediencia: una elección de la voluntad que se niega a cumplir con una
solicitud o directriz de una autoridad; no hacer lo que tú dices, rápidamente y
con una buena actitud.
c. Peligro

5. Así es como trazamos la línea


a. Algunos padres piensan que ellos son la excepción a las leyes espirituales de
Dios o que tienen un modo mejor y más “creativo” del que Dios diseñó. Los
padres pueden no querer pegarle a sus niños Hebreos 12:11), pero tienen que
saber que tienen que tener una manera de establecer una autoridad efectiva,
inculcando humildad para proteger al niño. Éstas son convicciones bíblicas y son
válidas para todos los creyentes en todas las culturas.
Gálatas 6:7: “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el
hombre sembrare, eso también segará”.
b. Cuando hay falta de fe en el diseño de Dios, el temor al hombre puede opacar
el temor a Dios. Los padres podrían temer más a lo que la gente piense que a
Dios y a Su diseño que nos da una vida bendecida.
c. Algunos padres piensan que pueden “hablar” con sus hijos para convencerlos
de que se alejen del peligro o los sobornan para satisfacer sus deseos. Otros
piensan que es un error mantener a sus niños enajenados de descubrir todo lo que
el mundo ofrece. Aunque pudieron ser exitosos por un tiempo disuadiendo a sus
niños y ofreciéndoles incentivos, esto no ayuda a formar las convicciones
bíblicas que Dios manda, tales como el respeto a la autoridad, llevar una vida
santa, buscar de Dios, desarrollar un carácter piadoso, humilde, etc. Los padres
que “practican” este tipo de crianza pero no construyen el circulo (la línea), se
encuentran extremadamente frustrados porque no saben cómo enderezar a sus
niños. Si los sobornan, esto trabaja temporalmente, pero por razones erróneas,
porque ellos quieren obtener algo a cambio.
d. Algunos padres quieren que sus hijos nunca experimenten dolor y sin
embargo, el dolor más grande son las consecuencias y el sufrimiento que vienen
por vivir fuera del círculo.
El dolor de pegar con una varita es algo pequeño en comparación a la alternativa
—la consecuencia.
“El dolor” es parte de la naturaleza y es un elemento de disuasión, como el tocar
una estufa caliente; nunca quieres hacerlo de nuevo por el dolor asociado con la
quemadura y esto crea un límite.
Las “vacunas o la quimioterapia” son necesarias, pero no deseables.

6. Así es como funciona toda la vida.


Sabiendo que Dios nos manda a construir este círculo de protección, conociendo
el peligro de no construirlo, sabiendo que otras personas no lo van a construir tan
efectivamente como los padres del niño, ¿cuánto más tiempo y atención
necesitan nuestros niños de nosotros?
Proverbios 22:6: “Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo
no se apartará de él”.

10

RECONOCIENDO Y LIDIANDO CON LA MANIPULACIÓN
LOS PADRES PIADOSOS ESTÁN CONSCIENTES Y PREPARADOS PARA RESPONDER
ADECUADAMENTE

Nunca respondas al necio de acuerdo con su necedad,


para que no seas tú también como él.
Responde al necio como merece su necedad,
para que no se estime sabio en su propia opinión.
Proverbios 26:4-5

M e gusta una analogía que una vez escuché del Dr. James Dobson. Él decía
que hasta un pediatra, quien ha sido entrenado para entender todas las
complejidades del cuerpo y cómo las enfermedades pueden afectarlo, no podía
esperar que sus propios hijos fueran inmunes a enfermedades u a accidentes. La
crianza de los hijos es un trayecto en el cual en algunas ocasiones tropezaremos.
Nos sucede a menudo a David y a mí que cuando menos tiempo tenemos para
lidiar con algo concerniente a nuestros niños, descubrimos “un fuego”, algo que
necesita nuestra inmediata, y a menudo, atención prolongada. Fueron tiempos
donde sentíamos que el techo se nos caía encima. Pero hemos descubierto que
estos tiempos de estiramientos son los de más profundo crecimiento, si estamos
alertas y listos para responder a las instrucciones del Señor.
Como hemos mencionado antes, una crisis puede causar que nuestras
familias se unan y se acerquen más—o si no somos cuidadosos y serios acerca
de las cosas pequeñas y grandes—nos dividirá. Podemos estresarnos y dejar que
un problema nos ofusque o podemos trabajar en una solución que nos una más
que antes. Doy gracias al Señor porque nos ha mantenido a David y a mí alertas
y de rodillas.
Las dudas y las vacilaciones son las estratagemas del enemigo. A pesar de
nuestras obvias imperfecciones y fracasos, tenemos un plan claro en las
Escrituras para la crianza de nuestros hijos. Sabiendo que Dios está con nosotros
en este trayecto, podemos perseverar. Estoy constantemente aprendiendo nuevas
cosas y trabajando en lo que Dios me enseña cada día. Todos somos un trabajo
en progreso. Y recuerda que la Palabra de Dios se mantiene aunque nosotros
fallemos. Alguien dijo una vez que un experto es aquel que ha cometido el
mismo error tantas veces que cuando está por repetirlo, puede darse cuenta de
inmediato.
Cuando consideré el tópico de este capítulo—manipulación—pensé que un
subtítulo apropiado sería: ¡“Quiero lo que quiero cuando quiero y lo quiero ya”,
o “No quiero hacer lo que no quiero hacer, y No quiero hacerlo nunca!” La
esencia de todas estas frases puede sonarte muy familiar.
La definición de manipulación en el diccionario es: Manejar o controlar
hábilmente, ingeniosamente, maneras injustas o insidiosas para lograr sus
propios intereses. No hay nada muy inocente en esta definición, ¿no es así? Los
niños saben lo que hacen al manipular. Y muchos de ellos desarrollan bastante
habilidad para manejar a sus padres a muy temprana edad. Ellos pueden no
entender las complejidades de cómo trabaja la manipulación, pero ellos sí saben
con seguridad una cosa: ¡lo quieren a su manera! Ellos quieren hacer lo que
quieren o no hacer lo que no quieren. La verdad de la vida es que debemos
aprender a hacer muchas cosas que posiblemente no vamos a querer hacer.
Solamente aprendiendo a dejar a un lado el egoísmo y vestirnos de una
disciplina piadosa podremos experimentar el deleite, el privilegio que nos fue
dado de vivir para Él. El egocentrismo nos mantendrá enfocados en construir un
imperio para nosotros mismos en vez de construir el Reino de Dios.
A menudo encontramos a nuestros hijos astutamente buscando escaparse de
hacer lo que no desean y teniendo tiempo sólo para lo que ellos quieren. La lista
es interminable. La gama va desde no comer sus comidas a evitar irse a la cama
dejando para más tarde las tareas o deberes.
Hasta los bebés pueden manipular a sus padres. El bebé de dos años lanza
una rabieta, el niño más grande hace acusaciones, y la adolescente lo hace todo a
un nivel más alto. La técnica específica puede cambiar, pero los niños saben
cómo manipular y ellos lo hacen porque funciona.
El manipulador “muy habilidoso” te hará dar vueltas y vueltas hasta
drenarte y hacer que te retractes de las instrucciones originales que les habías
dado. Pensaste haberle dado una simple directriz y tres minutos más tarde, todos
en la casa están irritados. Ellos quieren ganar este pequeño enfrentamiento de
voluntades, pero tú debes ganar, y ganar de una forma decisiva.
¿Sabes de lo que hablo? Son esos extenuantes, tira y jala entre padre e hijo.
Sí, es como un carrusel, sin la diversión. Pero siempre hay esperanza. Podemos
aprender a cómo lidiar con esto y eliminar sus manipulaciones. No tiene que ser
característico de cómo te relacionas con tu hijo.
Los resultados que buscamos, pueden ser encontrados en la Palabra de
Dios. Proverbios 20:11 (NVI) dice: “Por sus hechos el niño deja entrever si
su conducta será pura y recta”.
En este capítulo, vamos a tomar una prueba para determinar el “nivel de
habilidad” de manipulación de nuestros hijos. Nuestra meta es identificar estos
hábitos para evitar montarnos en un carrusel de emociones. La próxima encuesta
obviamente no se aplica a los niños muy pequeños, pero alguno de estos
comportamientos puede notarse aún antes de los dos años de edad.

CALIFICANDO LAS “HABILIDADES” MANIPULADORAS DE TU


HIJO

Califica tu evaluación de este comportamiento para cada niño:

0 – NUNCA
1 – MUY RARO
2 – RARAS VECES
3 – OCASIONALMENTE
4 – A MENUDO
5 – MUY A MENUDO

1. PONER A UN PADRE CONTRA EL OTRO

Suena así: El niño le pregunta a uno de sus padres: ¿“Puedo


ir a dormir a casa de Joan esta noche?” El padre dice: “No”.
Sin que el primero lo sepa, el niño le hace la misma
pregunta al otro padre. Éste puede decir: “Claro que sí”. El
niño regresa al primer padre con el “permiso” obtenido para
confirmar el arreglo y sorprendiendo al padre original quien
pensó que el asunto había concluido. La siguiente
conversación sería algo así: “Si, yo sé que dijiste ‘no’, pero
Papá (o Mamá) dijo que podía ir”. (De acuerdo con las leyes
antiguas de la manipulación infantil, un “sí” de uno de los
padres siempre triunfa sobre un “no”).
Ellos están tratando de: sacar provecho de un
‘tecnicismo’ del sistema.
Los padres se sienten: disminuidos en su autoridad o
aparentan estar inseguros de su posición.
Cómo finalizar la manipulación “DIVIDE Y
VENCE”: Enséñales que ellos no pueden preguntarle al otro
padre si ya uno le ha dicho “no”, y que la respuesta
inmediata es “está bien, Mamá” o “está bien, Papá”. El padre
a quien se le pregunte primero responderá por los dos. Si
ellos aprenden esto, cuando venga una situación, ni siquiera
se les ocurrirá intentarlo. Ellos sabrán que hacerlo será
considerado como desobediencia y el resultado será
disciplina. (Nuestros niños/nietos saben que están en un gran
problema si usan esta técnica). Una cosa es segura: el asunto
por lo cual estuvieron pidiendo permiso, será un “no”
automático. Y ahora se les pedirá cuentas por tratar de causar
división entre Mamá y Papá, lo cual es un asunto más serio.
Esta estrategia se puede descubrir fácilmente,
simplemente preguntándole a su cónyuge si él o ella ha dado
permiso para la actividad. Tus pequeños y adolescentes
aprenderán rápidamente que ellos no podrán ocultar si ya
han pedido permiso del otro padre. Se darán cuenta que
Mamá y Papá son un equipo unido. David y yo a menudo les
decíamos a nuestros hijos: “Mamá y Papá están así”
mientras levantábamos nuestros dedos cruzados en señal de
nuestra solidaridad.
No permitas que tus hijos te hagan creer que no puedes
decir que “no” porque uno de ustedes ha dicho que “sí” de
manera fraudulenta o sin la información completa. Una vez,
una madre me preguntó acerca de esto. Ella le había dicho a
su hija de quince años que podía mirar un programa de
televisión en particular. Después de un par de semanas, la
madre sintió que el programa no era apropiado; pero tuvo
miedo de decirle que no” a su hija, a quien previamente le
había dicho que “sí”. Sin duda temía a la reacción de su hija.
Éste es un caso donde la madre debe seguir lo que piense
que es mejor para su hija. Ella puede decirle que
inicialmente pensó que era un buen programa; pero se había
dado cuenta de que no lo era y su respuesta ahora era “no”.
Los padres pueden sin duda cambiar su manera de pensar y
lo deben hacer cuando la situación lo amerite.

2. COMPARARTE CON OTROS PADRES

Suena así: “Pero el padre de Ryan lo deja”.


El lanzamiento de esta estrategia ocurre como parte de
la respuesta de un niño cuando se le dice que no puede hacer
algo. Esto puede en ocasión ser reemplazado con el dicho
mundial: “Bueno, todo el mundo puede hacer esto, menos
yo”.
Ellos están tratando de: hacerte dudar de tus
estándares familiares y de tus convicciones.
Los padres se sienten: culpables o dominantes. Tus
hijos no quisieran decírtelo; pero no sabes lo que está
pasando en el mundo o con la gente que importa.
Como acabar con la manipulación “PRESIÓN POR
COMPARACIÓN”: Enfatiza tus estándares familiares y
convicciones personales. Ayúdales a entender que tu
cónyuge y tú han acordado que ésta es la forma como se
hace en la familia “Smith”. Recuérdales lo que siempre les
has dicho, que su objetivo como familia no es de ser como
cualquier otra, sino de ser una familia que quiere honrar y
glorificar a Dios. Algunas veces yo diría: “No estoy
criándote para que seas como cualquier otra persona; estoy
criándote para que seas un hombre (o una mujer) de Dios”,
para vivir una vida por encima de los valores del mundo, una
vida de excelencia para el Señor. Da explicaciones usando
las Escrituras para que ellos puedan ver que tienes un
propósito en tus decisiones y convicciones. Un versículo
podría ser 1 Juan 2:14b-17:

Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la


Palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido
al maligno. No améis al mundo, ni las cosas que están en

el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no


está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos

de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la


vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo
pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios
permanece para siempre.

Ten muchas actividades apropiadas y divertidas a las cuales


puedas decir “sí” para que tus hijos no se sientan que le dices
que no a todo. Esto puede ser difícil. Toma tiempo y
creatividad, pero es importante que no seamos
excesivamente restrictivos y ofrezcamos alternativas que
valgan la pena.
3. HACER ACUSACIONES U OBSERVACIONES CRUELES

Suena así: “Eres tan malo”, o “Nunca más te volveré a


hablar” o incluso: “Eres un mentiroso” o “Te odio”. (El
botón para esta estrategia a menudo lo aprietan cuando falla
la estrategia anterior).
Es casi imposible para un padre no ponerse a la
defensiva cuando enfrenta rabietas como éstas. Necesitamos
llegar al fondo y entender por qué ellos dicen estas cosas.
¿Está pasando algo en sus vidas que les ha causado
reaccionar tan fuertemente? Algunas veces es porque les has
frustrado un plan y esa reacción debe darte indicios de que
algo está sucediendo.
O quizás ha habido un conflicto entre ustedes dos.
Cualquier motivo que ellos crean tener para dirigirse a sus
padres de esa manera, no es apropiado. Ellos necesitan
aprender a ser cuidadosos con sus palabras y que ese
lenguaje no es aceptado, no es amable ni es verdad.
Una joven madre me compartió una historia de cuando
ella le había prometido a su hijo (probablemente de seis o
siete años) que le traería un juguete cuando regresara a la
casa; pero no tuvo tiempo debido al tráfico. Cuando llegó sin
el juguete, él se molestó mucho y la llamó mentirosa. Él hizo
que ella dudara de su integridad. Estaba devastada. Creyó la
lógica del niño de que era una mentirosa. A él no le molestó
llamar a su madre mentirosa, sólo porque no recibió el
juguete cuando lo quería. Esa es una gran pista para
identificar sus artimañas manipuladoras; Mamá y Papá
deben jugar por las reglas, pero Junior no tiene que hacerlo
si puede lograr que ellos se estresen debido a “sus fracasos”.
Esta madre creyó la acusación de su hijo y empezó a
agobiarla una falsa necesidad de corregir su ofensa de “ser
una mentirosa” en vez de corregir la reacción fuera de lugar
de su hijo. Tenía a su madre en sus manos, mientras ella se
preguntaba: ¿cómo podría conseguirle el juguete en la
próxima oportunidad? Yo le dije que su hijo había perdido el
juguete por haber llamado a su madre mentirosa. Y ella me
dijo: “Pero sí mentí”. Estaba tan preocupada porque él la
veía como una “mentirosa” cuando en realidad estaba
usando una táctica manipulativa para obtener lo que quería.
En su corazón él sabía que su madre no era una mentirosa y
que no había base para esa acusación; sino que en realidad,
ella no había podido terminar todo lo que se había propuesto
hacer ese día. (¡Todas las madres pueden identificarse con
esto!) Sin duda, los niños toman nuestras palabras como
promesas, por lo que la madre necesitaba explicarle cómo
los eventos del día se habían complicado impidiéndole
cumplir su compromiso en ese momento. Ella podría
explicarle que lo haría en la próxima oportunidad disponible
porque sabe que “la esperanza que se demora es tormento
del corazón”. Ella es una persona de integridad y su hijo lo
sabe y él no tiene ninguna razón para pensar lo contrario. Su
cruel comentario la tenía molesta tratando de proteger su
integridad ante su hijo, y esto es precisamente lo que hace
que esta manipulación trabaje tan magistralmente para lograr
su propósito.
Ya que este jovencito tenía un corazón no perdonador y
amargado hacia su madre, necesitaba perder el privilegio
original que ella le había ofrecido. Si él se humillara y le
pidiera perdón, quizás ella pudiera concederle este privilegio
nuevamente, dentro de un tiempo.
Ésta es una manipulación clásica. Este hijo debe
aprender que no hay lugar para estas palabras tan duras e
hirientes en su relación.
Ellos están tratando de: hacerte dudar de ti mismo/a.
Los padres se sienten: tristes y alterados. Los niños
perciben que si pueden alterar el equilibrio emocional de sus
padres, ellos “harán todo lo posible” para lidiar con el (falso)
sentimiento de culpa.
Cómo terminar con la manipulación “ACUSACIÓN
EXTREMA”: Mira más allá de las palabras necias, a lo que
ellos realmente saben que es cierto acerca de ti. ¿Cuál es la
intención de la declaración? ¿Puedes percibir de su parte un
intento calculado de explorar cuáles son tus debilidades?
Aun si esta rabieta te alerta a que tienes un patrón de no
cumplir tus promesas, aun así debes mantener la línea sobre
la importancia de la comunicación respetuosa entre hijos y
padres. Trabaja duro para ser una persona de integridad en
todas las cosas.
“No devolviendo mal por mal, ni maldición por
maldición, sino por el contrario, bendiciendo” (1 Pedro
3:9a). “Te amo, pero tienes que limpiar tu habitación”. O en
caso de lo descrito arriba: “Te amo y sé que estás
decepcionado porque no me fue posible traerte el juguete. Yo
también lo estoy; pero no te mentí cuando dije que lo haría.
El estar decepcionado ahora no te da la libertad de acusarme
de mentir o de tratar de herirme con tus palabras”.
Si se mantiene al niño enfocado y no te concentras en
sus palabras hirientes, ellos probablemente volverán donde ti
y te pedirán perdón. Si no lo hacen, el problema de cómo te
hablaron necesitará ser tratado.

4. DEMANDANDO JUSTIFICACIÓN

Suena así: “¿Por qué? o “¿Por qué no?, no es justo” o “Sólo


dime ¿por qué?” El tono aquí no es un tono de curiosidad,
sino de confrontación. Esta estrategia de los niños puede ser
descrita también como un papel invertido, porque están
reclamando el derecho de hacerte responsable en vez de
aceptar su rol de niños. Éste es un ataque frontal a tu
autoridad como padre o madre. Esta reacción a menudo
viene cuando el padre/madre responde a un pedido que el
niño sabe de antemano que es inaceptable. Ellos vienen
preparados con una serie de retos para “dar seguimiento” a
su pedido (porque ya están esperando un “no” de Mamá y
Papá).
Ellos están tratando de: neutralizar lo que dices con
un argumento mayor y tener la última palabra. No están
realmente interesados en tu razón sino en la posibilidad de
que te sumerjas en un debate para tener la oportunidad de
“ganar” al continuar retándote.
Tuve un niño experto en esto, porque pensaba con
mucha rapidez. Era como jugar un juego de ajedrez. Él sabía
los tres próximos movimientos para neutralizarme sin
importar lo que yo dijera. Tuve que aprender que no podía ni
debía jugar este juego.
Lo que hace este tipo de conversación tan imposible es
que ellos pueden hacer cualquier comentario extravagante
que quieran, pero tú debes ser lógico/a. Mientras te
encuentras desconcertado/a, tratando de encontrarle el
sentido a lo que acaban de decir, ellos están recargando.
Si tratamos de envolvernos en los argumentos a su
nivel, ellos ya ganaron, porque su objetivo real era “igualar”
la relación. En esta manipulación, igualdad significa que el
padre deberá proveer una razón que el niño aceptará—y eso
no va a suceder. En el caso del ejemplo anterior de la madre
que su hijo acusó de mentirosa, él trató de igualarse a ella
disminuyendo su autoridad por su “falta de integridad” y por
lo que ella tendría que compensarle. Cada escenario revela
falta de respeto hacia la autoridad del padre.
Los padres que “aceptan” este reto están en una larga e
infructuosa batalla. Al tratar la confrontación o demandas
como legítimas, ellos están renunciando a sus roles de
adultos y padres en la vida de sus hijos.
Los padres se sienten: exhaustos debido a los
constantes desafíos. Si piensas que tu curioso hijo pregunta
“¿por qué?” muy a menudo, prepárate para las batallas que
enfrentarás con un hijo mayor que demande tu justificación.
Cómo terminar la manipulación “JUSTIFICA TU
RESPUESTA”: Tus instrucciones no son debatibles. La
crianza no es democrática. Ellos aprenden que eres justa, así
que cuando dices: “Sí”, significa sí, y cuando dices: “No”,
significa no. La única respuesta aceptable es: “Está bien,
Mamá o Papá”. Quieres que tus hijos sepan que puedes
ofrecer una explicación; pero no que te reten o demanden
una justificación.
Además de aprender la gran lección de cómo
respondernos apropiadamente con un “Está bien Mamá o
Papá” había cuatro comentarios más allá de lo obvio, que no
les permitía a mis hijos decir:

1. “Eso no es justo” (la justicia no es el estándar final que un padre debe


cumplir y los niños no son jueces de equidad). Tenemos que aprender a
vivir con varios niveles de injusticia en este mundo, no que tratemos a
nuestros hijos injustamente, pero enseñarles a estar bien a pesar de
pequeñas injusticias y discrepancias o si no, ellos estarán constantemente
comparando y evaluándolo todo.
2. “Nada” u “olvídalo” (un comentario descortés y despectivo; si pregunto lo
que suscitó su comentario, necesitan revelarme lo que habían estado
diciendo).
3. “Estoy aburrido” o “Esto es aburrido” (asume que otros existen para
entretenerlos). El aburrimiento es una decisión que ellos toman. Cuando
mis hijos me reportaban esta condición desesperada, inmediatamente les
daba una tarea en que ocuparse como ir por toda la casa recogiendo todos
los lápices que pudieran encontrar, sacarles punta y colocarlos donde van
originalmente. ¡Siempre se me ocurría un remedio para su aburrimiento, en
cuanto me lo notificaban! Mis hijos se habrán aburrido de vez en cuando,
¡pero aprendieron a no decirlo!
4. “Me da lo mismo” (a menudo usado despectivamente). Una vez que usé
esta frase en una forma correcta, mis hijos subieron y bajaron gritando:
“Mama dijo: “¡Me da lo mismo’!”. Ellos podrán actuar como si no
estuvieran observando, ¡pero están escuchándolo todo!

(Hay otras formas de hablar con las cuales debemos ser


cuidadosos por las actitudes que éstas transmiten a nuestros
hijos. Están incluidas en el capítulo 12 bajo “Palabras”).

5. LLORIQUEO, SÚPLICA, REFUNFUŇAR, QUEJA (INCLUSO


GRITAR)

Suena así: “¡Por favooooooooooor, Mamá!” Esta técnica


puede ser una respuesta automática en algunos niños. (No
hay una buena forma de reproducir el chirrido de una uña
sobre una pizarra; pero ésta es la idea aquí).
Inicialmente, éste fue el favorito de una adolescente que
vivió con nosotros por cuatro años. En vano, se encendía con
el “¿Oh, por favooooor?” que inmediatamente provocaba
expresiones de estupor y compasión en mis hijos, como si
dijeran, no tienes idea de lo que estás haciendo; eso no
funciona con Mamá. Nosotros renunciamos hace mucho
tiempo a esta estrategia, pero eres libre de enterarte por ti
misma.
Ellos están tratando de: desgastarte. Creen que si
pueden sacarte de ritmo e irritarte por su odioso
comportamiento, vas a ceder en vez de lidiar con su tono.
Los padres se sienten: abrumados y frustrados hasta el
punto que difícilmente puedan más con la situación si no
prestan atención a las razones bajo la superficie y causas de
este enfoque. Los niños conocen la diferencia entre no puedo
soportarlo y no lo soportaré y si ellos creen por un momento
que caíste en la categoría de no puedo soportarlo, ellos
usaran esto sin piedad.
Como terminar la manipulación “SACARTE DE
QUICIO”: Este comportamiento indica que ellos no aceptan
tus respuestas. Ellos te cuestionan y te retan para que
cambies tu decisión, esperando socavar tu persistencia.
Diles que “sí” significa que sí y “no” significa que no y
que su respuesta debe ser un claro y calmado: “Está bien,
Mamá o está bien, Papá”. Cualquier respuesta diferente a
ésta será inaceptable y serán disciplinados si continúan.
Vigila que haya un cambio de actitud antes de proseguir.
Incúlcales que tus decisiones son firmes, no algo abierto para
negociar.
Los niños pequeños recogen toda clase de conductas
cuando empiezan la escuela. Si tu jovencito trae a casa un
nuevo comportamiento adquirido, habla con ellos sobre esto
extensamente para que sepan que éste es inaceptable.
Si tu niño de edad pre-escolar aprende a lloriquear en
un esfuerzo de ser oído o porque lo hemos dejado, es
importante que ellos aprendan a hablar correctamente.
Necesitan aprender a pedir las cosas de una manera amable,
en una voz clara y agradable. Lloriquear es un mal hábito.
Ellos necesitan practicar “el vestirse” con los hábitos de
hablar apropiadamente diciendo cosas como: “¿Por favor,
me das una manzana?” Algunas veces ellos necesitan
tomarse un minuto por el reloj para ajustarse antes de
preguntar de nuevo de modo que hagan un esfuerzo
concentrándose en preguntar de la manera correcta. No les
des cinco oportunidades para hacerlo correctamente. Dales
una sola. Si no son capaces de hacerlo, el pedido será negado
por el momento y pueden tratar más tarde. Ellos aprenderán
rápidamente a responder apropiadamente y entonces tú les
responderás: “Estaré feliz de cortar una manzana para ti”.
Entrénalos a hablar cortésmente y disfruta tus
conversaciones con ellos en vez de exasperarte por sus
lloriqueos, pedidos incomprensibles o formas inapropiadas
de obtener atención para lograr sus demandas.
Cuando uno de mis nietos tenía como tres años,
desarrolló el hábito de lloriquear para ser oído por encima de
las voces de sus hermanos. Esto era entendible, ya que tenía
cuatro hermanos menores de cinco años de edad; pero no era
aceptable ni agradable. Notamos que él no lloriqueaba para
nada cuando estaba separado del “grupo” pero tan pronto se
juntaban, su voz subía como ocho octavas. Él necesitaba que
se le hiciera consciente de lo que estaba haciendo y que
practicara el hacer “decisiones correctas” en su
comunicación. Debido a la inmadurez, algunos niños
simplemente recurren al sonido que sea con tal de ser
escuchados. Y en este sentido, necesitamos tener cuidado de
no ignorarlos cuando estén tratando de hablarnos.
Los niños que usan estrategias como gritar para lograr
un propósito y su comportamiento ha alcanzado el nivel de
desafío, necesitarán del círculo de disciplina completo.
Recuerda que mientras más tratemos de ayudar a nuestros
niños a responder apropiadamente y a tener éxito tomando
las decisiones correctas, menos tiempo tendremos que
emplear corrigiendo las incorrectas.

6. SEŇALANDO NUESTRAS DEBILIDADES

Suena así: “¿Por qué tengo que hacerlo? Tú no lo haces”


(posible hipocresía). Otras formas comunes son: “¿Por qué
no puedo hacerlo? ¡Tú lo hiciste!”
Este enfoque demuestra claramente como tus hijos te
estudian. Ellos tienen una habilidad para detectar áreas que
puedan usar para presionarte. Cuando detectan una
debilidad, ¡ellos podrían sacarle provecho!
Ellos están tratando de: hacerte creer que estás
pidiendo demasiado de ellos o que ellos son
“suficientemente maduros para entender la vida por sí
mismos”.
Los padres se sienten: que sus remordimientos del
pasado o incluso sus debilidades del presente, sus fallas y
fracasos los descalifican para aconsejar a su hijo acerca de
temas relacionados o de la vida en general.
Como terminar con la manipulación “Hipercrítica”:
Explícales nuevamente que eres la autoridad dada por Dios
hasta que se marchen de casa, y como tal no le permitirás
tomar decisiones contrarias a la Palabra de Dios. Esta
“estrategia” es común con los adolescentes.
Muéstrales Escrituras que respalden tus razones.
Enséñales como poco a poco les darás opciones cuando sean
responsables en las áreas que actualmente tienen privilegios.
Al mismo tiempo considera lo que te están diciendo. ¿Hay
algún hábito en tu vida que necesites cambiar? La enseñanza
que trasmite: Haz lo que digo, no lo que hago, no será
efectiva.
Si el niño se está refiriendo a una mala decisión que una
vez hizo el padre, la enseñanza aquí es “escoge pecar, escoge
sufrir”. Enséñales que no hay excepciones para esta ley
espiritual y que por tú haber hecho algo malo en tu pasado,
hubo consecuencias, y no se les permitirá jugar con esta
verdad espiritual.

7. DICIENDO QUE HARÁN ALGO Y NO LO HACEN

Suena así: “Seguro, Mamá, lo haré”. Luego, dicen: “Lo


hubiera hecho, pero no tuve tiempo”.
¡Bingo! ¡Otro favorito de nuestra familia! Usualmente
responden a una petición tuya que debían haber realizado ya.
Ellos están tratando de: calmarte por ahora para evitar
o posponer la requerida tarea al “aceptar” hacer algo que no
tienen la intención de hacer.
Los padres se sienten: dudosos sobre las promesas
vacías de sus hijos e inefectivos en lograr que ellos sigan
adelante con sus tareas.
Cómo terminar la manipulación: “SÍ, PERO NO”:
Esto puede ser un ejemplo de rebelión pasiva donde
rechazan tu autoridad o rechazan el seguir instrucciones pero
se comprometerán sólo de palabras para evitar conflicto. Su
intención de realizar el trabajo no será aceptada como si se
hubiese hecho. Esto se convierte en una cuestión de
integridad al aprender que nuestras vidas deben coincidir con
lo que decimos.
No hay privilegios hasta que la tarea esté hecha. Habla
con ellos acerca de esto para que descubras la raíz del asunto
que no están cumpliendo. Habla acerca de asuntos de
integridad y de que cumpliendo la palabra dada es una
manera importante de “terminar firme”. Cuando los niños
emplean esta manipulación es para evitar hacer lo que nunca
quieren hacer .

8. FINGIR (COMPORTAMIENTOS FALSOS—LLORAR, SENTIRSE


ENFERMO, “MUY CANSADO” O ASUSTADO)

Suena así: “No puedo hacerlo ahora, estoy muy cansado” o


“realmente me siento enfermo”. “¿Esto no puede esperar?”
Esta técnica a menudo empieza con una mentira disfrazada
de excusa.
Ellos están tratando de: obtener compasión para evitar
hacer algo.
Los padres se sienten: compasivos o frustrados.
Como acabar con la manipulación “SIENTE PENA
DE MÍ”: Primero, determina si la conducta es real o fingida.
Al principio es difícil determinarlo, pero si continúan las
quejas de malestar físico es mejor ver a un médico.
La regla de nuestro hogar era: “Si no tienes fiebre, vas a
la escuela” (con algunas excepciones: males no contagiosos
como dolores severos o asma). Si ellos no están realmente
enfermos, descubre la verdadera razón por la cual están
evadiendo ir a la escuela.
En las áreas donde están evadiendo responsabilidad,
déjales saber que perderán todo privilegio hasta que la tarea
esté terminada. En otras palabras, lo primero en que deben
enfocar su energía y atención es en la tarea incompleta.
Por ejemplo: El césped necesita ser cortado pero tu hijo
está demasiado cansado. Permítele descansar una cantidad
de tiempo razonable, pero asegúrate que sepa que no hará
nada más hasta que lo corte. Él no sentirá deseo de dormir
toda la tarde ya que sabe que su vida social será detenida esa
noche si no corta el césped antes de que oscurezca.

9. POSTERGACIÓN (PEREZA O MALA PLANIFICACIÓN)

Suena así: “Me estoy apurando lo más que puedo”. Los


pequeños que han tenido éxito con la técnica del lloriqueo
van a añadir ésta también. Los niños mayores dirán algo así:
“Ya sé, ya sé. Ya lo haré”
Lo que tratan es: de tomar el camino fácil para no
vivir una vida disciplinada. Ellos quieren asegurase de que
no hay suficiente tiempo pues en realidad no quieren llevar a
cabo tus instrucciones o se demoran porque no están
tomando tus ordenes seriamente o porque quieren que tú
intervengas y los ayudes.
Los padres se sienten: frustrados de que el hijo no
cumple o inseguros e impotentes. No saben si la orden que le
dieron ellos u otros (como maestros) a su hijo, carece de
importancia o es irrazonable.
Como acabar con la manipulación de la
“IMPOTENCIA”: Explica las reglas y las expectativas. Por
ejemplo, se espera que cada miembro de la familia esté
completamente listo para salir a la iglesia. Fija una hora para
que estén en la mesa de la cocina, preparados para salir. En
cuanto Papá esté listo, ¡nos vamos!, mejor es que todos estén
allí. Si falta una sola persona, entonces no pararemos por
rosquillas y café en camino. Haz que sea un reto para ellos.
David tomaba esto muy en serio; nunca debemos llegar
tarde a la iglesia; debemos llevar Biblia y bolígrafo para
tomar apuntes. (Nota para los papás—ayuda a tu esposa a
alistar a los niños. Es fácil estar listo a tiempo cuando sólo
tienes que estar listo tú. ¡Tu esposa está concentrada en todos
los detalles de cada miembro de la familia!)
Era muy importante estar listos para salir a tiempo
porque, no sólo teníamos responsabilidades en la iglesia,
sino que vivíamos a cuarenta y cinco minutos de distancia.
Nunca olvidaré una ocasión cuando todos estuvimos listos y
en la mesa a tiempo. Luke lo logró, pero con sus brazos
llenos. El calculó que tenía cuarenta y cinco minutos para
ponerse el cinturón y todo lo demás. Pues resulta que olvidó
sus zapatos. Así mismo, y no regresamos a buscarlos. ¡Ese
día Luke fue al servicio en sus calcetines!
Las mismas reglas aplicaban al salir de la iglesia. Todos
debíamos encontrarnos en un lugar específico, a una cierta
hora. Hemos variado esto a través de los años. Como somos
seis y en ocasiones estamos en diferentes programas y áreas
de la iglesia, este sistema ha funcionado estupendamente sin
tener que dar vueltas en círculo para encontrarnos. Si todos
llegábamos al lugar y hora designados, salíamos a almorzar.
Si uno fallaba, lo esperábamos con cara de “rata”, expresión
de nuestra familia que quería decir, las cosas no van bien.
A David y a mí se nos permitía un poco más de tiempo
de gracia para llegar al punto de reunión (ya que somos los
padres), pero los niños tenían que estar allí y ellos asumieron
el reto. Es más, se aseguraban que todos estuvieran allí a
tiempo. ¿Pueden creer que el día que Luke olvidó sus
zapatos, salimos a almorzar fuera después de la iglesia?
Todavía hoy los muchachos hablan de ese día.
Las reglas o sistemas que establezcamos para nuestras
familias tienen que encajar con las circunstancias de nuestras
vidas. Mi hija con cuatro niños pequeños tiene que lidiar con
un itinerario muy diferente al de una familia con cuatro
adolescentes.
Quedarse rezagado es mala planificación. Cuando las
muchachas (adolescentes) perdían el autobús, tenían que
pagarme dos dólares cada una para que las llevara a la
escuela. Si alguna pensaba: Ella va a perder el autobús así
que me tomaré el tiempo; esa también tenía que pagar la
multa. Su falta de planificación me quitaba cuarenta y cinco
minutos del día. La manera casual de ellas ver mi tiempo,
incurría en un costo para ellas, lo cual era muy efectivo en
motivarlas a no perder el autobús.
Estamos entrenando a nuestros hijos a manejar su
tiempo. Si se ponen perezosos, esto afecta el itinerario de
otros, así que si les exigimos que rindan cuenta en grupo,
esto los hará estar pendientes los unos de los otros.
Déjalos cosechar las consecuencias de su falta de
planificación, pero en ocasiones cuando sabes que están
cargados y desanimados, intervén y ayúdalos. Ensénales a
cómo planear y administrar proyectos y “hacer lo que tienen
que hacer primero”. Les puede parecer que ellos o tú tienen
todo el tiempo del mundo, pero tienen que estar preparados
por si algo repentino surgiera. Una de las lecciones más
difíciles de enseñar a los jóvenes es el trabajar o el planificar
por adelantado.

10. BUSCANDO PRETEXTOS

Suena así: “¿Lo puede hacer Lisa? Es que no tengo tiempo,”


o “¡Mamá! ¡Tengo demasiado que hacer!!”
Ellos están tratando de: hacer que tú le asignes su
tarea a otro- lo más probable a ti.
Los padres se sienten: frustrados de tratar de que sus
hijos cumplan con las tareas asignadas o que ellos están
exasperándolos.
Como acabar con la manipulación de “DESVIAR”:
Determina si el caso es de falta de planificación o de pereza.
¿Están ellos desanimados y cargados y necesitan tu
intervención para calmarlos o simplemente piensan que otro
debería de hacer la tarea que tú les habías asignado?
Si es lo segundo, dirígelos nuevamente a lo que les
habías pedido que hicieran. Repasa todo lo que ellos deben
lograr y cómo encaja dentro de ese plan lo que les has
pedido que hagan. Además, decide e infórmales lo que no va
a suceder hasta que las prioridades sean cumplidas.

11. SUBESTIMÁNDOSE A ELLOS MISMOS

Suena así: “No puedo hacer esta matemática, nunca he sido


bueno en matemática”. Tú puedes notar algo de frustración
pero al mismo tiempo algo de manipulación. Si te convencen
de que no pueden hacerlo y que nunca han podido, entonces
lógicamente, no tendrán que hacerlo.
Ellos están tratando de: buscar ayuda o desviar la
atención para conseguir compasión usando extremos y
exageraciones.
Los padres se sienten: compasivos y retados a socorrer
las dificultades del niño.
Como acabar con la manipulación del “No puedo”:
Dirige su atención hacia su tarea. Explícales algo de la
matemática hasta que veas que lo están captando. Puedes
distinguir si están prestando atención o si sólo quieren que tú
hagas el trabajo por ellos. En este caso, que lo hagan por su
cuenta y luego revísalo cuando hayan terminado.
Ahora, la mejor manera de que aprendan no es que tú le
corrijas la tarea. Sólo asegúrate de que entiendan el
concepto. Si le corriges la tarea, se volverán descuidados,
confiando que tú pillarás sus errores.
¿Necesitan ayuda extra debido a que la clase va
demasiado rápido para ellos y se sienten genuinamente
abrumados? Busca ayuda de su maestro o de un tutor.
Muchos maestros tienen tiempo dentro de sus itinerarios
diarios destinado para este propósito y están dispuestos a
ayudar. Yo, personalmente he pasado una buena cantidad de
tiempo “poniéndome al día” con las matemáticas para poder
resolver problemas simples con mis adolecentes frustrados.
Ellos estaban tan frustrados con mi falta de retención como
yo con su falta de atención.
Además, los niños y los jóvenes necesitan aprender a no
subestimarse, lo cual es una forma de hacer comparaciones.
Este tema lo discutimos anteriormente en el capítulo
concerniente a conductas de “despojarse y vestirse”.
Todos podemos ser buenos en algunas áreas y no tan
buenos en otras. Pero todos debemos ser aplicados y buscar
la excelencia diligentemente. Por medio de ese proceso,
podemos experimentar un verdadero sentimiento de logro en
cualquier cosa que hagamos.

12. IGNORÁNDOTE O PRETENDIENDO QUE NO TE ESCUCHARON

Suena así: “¡Pero Mamá, no te escuché!”


Aquí se junta esta manipulación con un deliberado
aislamiento de la familia, andando por la casa “sin poder
escuchar” debido a un cierto aparato que tiene conectado a
sus oídos. Necesitamos poner reglas y darles un
entrenamiento básico sobre la cortesía, explicándoles por
qué esa conducta de aislamiento no es aceptable.
Ellos están tratando de: encontrar una excusa
“aceptable” (o quizás tratar de desgastarte haciéndote repetir
la orden) actuando como que no te escucharon.
Los padres se sienten: ignorados o derrotados en sus
intentos de comunicarse con sus hijos.
Como terminar con la manipulación del “BLA,
BLA, BLA”: Asegúrate que te pueden escuchar. Cuando
llamo a alguno de mis hijos, ellos saben que no se les
permite responder con un “¿qué?” a gritos desde el otro
extremo de la casa, sino que deben responder “Sí Mamá” y
venir pronto hacia mí. Yo no quiero comenzar una
conversación a gritos y a distancia; quiero que ellos vengan
hacia mí para poder hablarles claro y directamente. Y cuando
haya terminado quiero que me digan: “Si, Mamá”. Entonces
sé que me han escuchado.
Con los pequeños, agáchate y háblales cara a cara.
Asegúrate que te han entendido y haz que te repitan las
instrucciones.
A veces les decía a mis varones cuando eran pequeños:
“necesito que vayas en una misión por mí. Si logras hacer
todas las partes bien la misión estará cumplida.” Entonces
los enviaba al sótano a buscar un rollo de papel toalla y
traérmelo. Les encantaba que les diera detalles y lograr la
“misión” exitosamente.
Esto me recuerda que puede ser algo tonto, pero es un
ejemplo real de la importancia de entrenar a nuestros niños a
ser detallistas. Como madres y esposas sabemos cómo están
organizados nuestros refrigeradores, ¿verdad? Y sabemos
exactamente donde está la botella de salsa de tomate, arriba
a la izquierda, detrás de la mayonesa. Tu esposo puede abrir
el refrigerador y preguntar: “¿Tenemos salsa de tomate?” Y
pensamos, Espera, yo estoy en otra habitación y tú ahí
mismo ¿y me preguntas a mí? ¿Por qué no la buscas? Pero
en vez le respondes: “Si, está ahí en la tablilla de arriba”.
Entonces él dice: “No la veo”.
Y tú respondes: “Esta ahí a la izquierda, detrás de la
mayonesa”.
“No, creo que se terminó,” dice él. Entonces tú vienes a
su rescate y levantas la botella justo detrás de la mayonesa
mientras él dice: “Oh, detrás de la mayonesa. No podía verla
allá detrás”.
Envía a tus hijos en una misión para ver cuantas
instrucciones pueden seguir exitosamente. Sus futuros
cónyuges quizás te lo agradezcan. Rétalos a escuchar todos
los detalles o sólo escucharán: “Por favor baja…bla, bla,
bla…¿entendido?”
Tengo una amiga que estaba limpiando la segunda
planta de su casa cuando desde arriba habló a su hijo quien
tenía diez años entonces y se encontraba en la primera
planta. “Necesito que vayas a casa de los Jones, recojas un
papel importante que está en la mesa de la entrada y lo
traigas aquí”. Su hijo estaba jugando video juegos y escuchó
a medias.
Unos minutos más tarde, mi amiga volvió a dirigirse a
su hijo: “¿Estás aquí todavía?” La señora Jones está apurada
por salir. Va a tener que dejar la puerta abierta para que
entres. Ve pronto a buscar el papel que está en la mesa de la
entrada y tráelo a casa”.
El hijo respondió confundido: “¿Qué?”
La madre repitió desde las escaleras: “¡Jaime! ¡Los
Jones! ¡La mesa de la entrada! ¡Ahora!” Ella lo vio salir
corriendo mirando hacia atrás con una mirada de ¿Cuál es el
problema?
Treinta minutos después, cuando ella bajó las escaleras,
quedó petrificada. ¡Allí en su propia entrada estaba la mesa
de sus vecinos!
Asegúrate que estás dando instrucciones específicas,
entendibles a tus hijos para que puedan seguirlas. Entrénalos
a que escuchen tu voz y que apaguen lo demás cuando tú les
hablas. Recuerden que las voces de Mamá y Papá son voces
importantes a las cuales ellos tienen que aprender a
responder de inmediato.

13. Disuadiéndote de la acción disciplinaria

Suena así: “Por favor no me quites el teléfono, nunca más lo


volveré a hacer,” o “Ya pedí perdón; ¿no es eso suficiente?”
Están tratando de: evitar la disciplina. Están tratando
de escaparse de las consecuencias de sus acciones.
Los padres se sienten: retados en sus decisiones; que
éstas son dictatoriales o “injustas”.
Cómo terminar con la manipulación de “las muchas
palabras”: Mantén la disciplina. No permitas que te
convenzan de lo contrario. Entiende que tus hijos van a
apelar hasta la Corte Suprema si esto les garantiza que tú
cederás. Recuerda que estás comprometida a la disciplina
por el bien de ellos. Además estás entrenándolos a que no
cuestionen tus decisiones pues los tratas con justicia.
No se extiende misericordia (detener el castigo o
consecuencias merecidas) cuando el que recibe la disciplina
o corrección espera o piensa que la merece. Conversar de
antemano cualquier acción disciplinaria con tu cónyuge, aun
antes de hablar con el hijo, los mantendrá en acuerdo sobre
el curso de acción a tomar y prevendrá que uno de los dos
reaccione excesivamente o exagere en la revocación de los
privilegios.
En ocasiones, hay espacio para disminuir la disciplina
cuando te das cuenta de que ellos están aceptándola con una
magnifica actitud.

¿CUÁL ES SU PUNTUACIÓN?

Cada hijo tendrá su propia puntuación. Anota la puntuación


individual de ellos en la siguiente hoja. Consulta la siguiente
escala para medir el nivel o “habilidad” de manipulación de
cada uno.

0 - 14 Estás bien
15 - 35 Necesitas trabajar en cómo manejar la manipulación
36+ Necesitas trabajar urgentemente en cómo manejar la manipulación
LA RESPUESTA BÍBLICA A LA MANIPULACIÓN

Ne te sorprendas de la pericia de tus hijos en manipular. No tendrás que


enseñarles a hacerlo ni preocuparte de dónde estarán aprendiéndolo—es herencia
de su propio pecado original. Cuando manejamos la manipulación, llevamos al
muchacho de regreso a lo que es verdadero y lo que es correcto. Ten gracia al
hacer esto, pero sin caer en el “carrusel”.
Cada vez que enfrentemos técnicas manipulativas podemos recordar y
poner en práctica el versículo de memorización de este capítulo. Proverbios
26:4-5: “Nunca respondas al necio de acuerdo con su necedad, para que no
seas tú también como él. Responde al necio como merece su necedad, para
que no se estime sabio en su propia opinión”.
El mayor ejemplo bíblico de manipulación está en Mateo 4:11, en el cual
Satanás trata de derribar la autoridad de Cristo y usurpar el plan de redención de
Dios. En ese pasaje descubrimos la estrategia del diablo de manipular a Jesús a
través de sus maquinaciones, con la esperanza de despojarlo de Su poder de
vencer el pecado. De la misma manera, Satanás nos presenta toda falsedad
posible astutamente disfrazada para hacernos caer y desviarnos al camino ancho
de la destrucción. Mas en el encuentro de Satanás con Jesús, aún después de
cuarenta días y cuarenta noches de ayuno en el desierto—sin comodidades o
distracciones—Jesús no fue persuadido en lo más mínimo. El resistió los feroces
dardos del maligno con la verdad; la Palabra de Dios. Jesús continuamente se
enfocó en la verdad de las Escrituras y no le siguió el juego a Satanás.
Jesús dirigió la conversación de regreso a la verdad e hizo a Satanás
alinearse con Él. Satanás, viéndose expuesto, intentó un enfoque diferente,
buscando algún punto vulnerable. Trató de presentar su plan como uno más
lógico y sencillo. Hizo pretensiones falsas y desinformó. Pero Jesús no se
permitió a si mismo seguir la línea de pensamientos de Satanás o de ser distraído
por él. Satanás se dio por vencido por el momento y salió huyendo, sabiendo que
no podría manipular al Hijo de Dios. El pasaje termina con Jesús siendo
ministrado por los ángeles. Jesús fue afirmado por hacer lo correcto.
Los hijos deben aprender que no vas a “rendirte” o ser manipulado/a
cuando realmente importa. Tratar de desviarte de tus tareas sólo les traerá
problemas. De no ser así, cuando sean mayores se vuelven más atrevidos y
determinados a salirse con la suya. El paso más elevado de la manipulación es la
intimidación. Un manipulador experto recurrirá a esta automáticamente.
La manipulación y la falta de respeto van de la mano pues los dos desafían
tu autoridad y mientras más tiempo pasa, los niños se vuelven más determinados
a salirse con la suya. Si encuentras que algunas de estas áreas son una gran
batalla para ti, puedes tratar de llevar un diario donde escribes la secuencia de
los eventos para que tu cónyuge y tú puedan discutirlo y darse cuenta donde fue
que la situación se salió de control y caíste en el carrusel. Haciendo esto, podrás
decidir objetivamente lo que debiste haber hecho y así estar preparada para
manejar la próxima situación de manera distinta.

CASO DE ESTUDIO DE MANIPULACIÓN


Una madre adolescente está viviendo con alguien que no es su mamá; ella
tiene una bebé de menos de un mes de nacida. La madre adolescente acaba de
reconciliarse con el padre adolescente del bebé en contra de los deseos de la
familia. La mamá de la madre adolescente (la abuela) viene a la casa de su hija y
de su bebé.
La abuela anhela pasar un tiempo agradable con la hija y su bebé, pero
inmediatamente descubre que el novio está ahí. Él está en el sótano y no quiere
subir. No saluda a la abuela o siquiera se da por enterado de que ella está ahí.
La hija subiendo del sótano pregunta: “¿Mamá, pudieras quedarte con la
bebé durante la noche para yo poder salir a pasear?” Son alrededor de las 4:30 de
la tarde. La madre responde: “Bueno, yo tengo planes de salir a cenar”. (Ella
trata de darle una excusa a la hija), He aquí el primer fracaso, una repuesta
“irracional”.
La respuesta de la abuela en realidad no trata con el verdadero problema el
cual es que el hombre joven no debía estar saliendo con su hija. Ni siquiera debía
estar en la casa y la abuela necesita comunicar eso en lugar de dar respuestas
acerca de si ella puede o no cuidar a la bebé. “Salir a pasear” representa lo que la
madre adolecente “quiere” así que ella no dejará a su mamá hablar del problema
real el cual es que el padre no debía estar saliendo con ella. Pero la madre le
teme a la hija adolescente. Su respuesta la coloca justo en el carrusel y da
oportunidad a la hija a que continúe dándole vueltas, lo cual hace ya tiempo que
ella es experta en jugar así con su mamá.
La hija responde: “Bueno, sal a comer y regresa entre las siete o siete y
media”. Ahora la hija le dice a la mamá lo que tiene que hacer y como todo ya
está arreglado para que funcione para la abuela, y a propósito, para ella también.
Mientras que tiene a la mamá entre la espada y la pared, tiene la osadía de llevar
esto más lejos. Ella añade: “Después te puedes quedar la noche aquí con la bebé”
(La hija sigue en control sobre la madre).
La abuela responde: “¿Por qué tengo que quedarme aquí toda la noche?
¿Cuán tarde vas a regresar?” La abuela ya mordió el anzuelo y la hija sabe que
tiene la delantera. Su respuesta no está confrontando el verdadero asunto y está
siguiendo a su hija que se va por la tangente. Ahora la madre está en el territorio
de la hija. Está discutiendo por qué no debería quedarse la noche en vez de
decirle a la hija: “No”.
La hija le responde: “No sé. Si tú te quedas a pasar la noche, ¿qué importa a
la hora que yo llegue?” Trata a su mamá con falta de respeto, como si no fuera
asunto de ella lo cual, por supuesto, lo es.
La abuela dice: “Tienes una recién nacida”. El intento desesperado de la
abuela se acerca más al blanco, pero aún no lidia con el asunto principal; que su
hija la está desafiando. Recuerda, ésta es una madre adolescente, no una madre
soltera independizada. La abuela está desesperadamente buscando un área para
apelar a su hija y apaciguarla en vez de ser franca y decirle claramente que no
puede salir. La Biblia dice que no debemos razonar con alguien empeñado en la
necedad pues ellos “desprecian la sabiduría y la enseñanza” (Proverbios
1:7b).
La hija hace su próxima movida diciendo: “¡Olvídalo!” y se va enojada para
el sótano. Éste es un dramático y último esfuerzo para persuadir a su mamá,
regresando a lo que precisamente se opone su familia, pero sin ningún
impedimento notable de parte de la abuela. Lo que básicamente está diciendo es:
“Bien, no harás lo que yo quiero, pues ¡mira lo que haré!
La abuela se marcha disgustada, pero regresa más tarde para cuidar de la
bebé. La hija ha manipulado a su madre hasta el punto de controlarla. Esta madre
rescata a su hija, vez tras vez pues no sabe manejar la situación y sólo quiere que
su hija la ame. Fue arrastrada a enfocarse en cómo complacer los deseos de la
hija en vez de terminar su plan ya que no era lo que la hija debía hacer.
Tristemente ésta es una historia real que me relató la misma abuela. Ella
reconoce que ha perdido todo el control sobre su hija, pero no puede resistir
seguir “rescatándola” (cumpliendo todas sus demandas) por causa de su nieta.
Esto no es nada inusual.
Proverbios 19:19 nos recuerda: “El hombre de gran ira llevará el
castigo, porque si tú lo rescatas, tendrás que hacerlo de nuevo”. Cuando los
niños aprenden (y es necesario que lo hagan) que la manipulación no te va a
desviar de tu tarea o de lo que estés haciendo y que se les pedirá cuentas de su
mala conducta, entonces van a renunciar a sus débiles intentos.
Los padres necesitan estar alertas a las sutilezas de la conducta de sus hijos.
Lo que parece inofensivo cuando son pequeños puede llegar a ser toda clase de
necedad y conducta peligrosa en la cual ellos van a deshacerse de las
advertencias y desafiar tu autoridad de padre/madre.
Todas las manipulaciones mencionadas en este capítulo son intentos de
salirse del “círculo” y deben ser confrontadas firmemente por Mamá y Papá
como un frente unido. Cuando un niño ve que uno de los padres, generalmente
Mamá, es bombardeada con respuestas manipuladoras y comentarios
irrespetuosos y Papá no hace nada, ¡Peligro! Estarás creando una grieta en ese
círculo que llevas años fortificando para la protección de ellos. Es nuestro
mandato bíblico como padres de intervenir entre ellos y la necedad que
perseguirán, si no existen límites. Ya sea en asuntos de carácter o asuntos de
autoridad, sé diligente en entrenar a tus hijos en la importante lección de hacer
las cosas bien aún cuando sean cosas que no les interese hacer.
Amado Padre Celestial:
Cuan entretenidos podemos estar debido a nuestros
pecados. Tanto que a veces no vemos el daño que estamos
cosechando. Cuan fácilmente nos enredamos en las
relaciones con otros y dejamos que el daño se multiplique.
Ayúdanos Señor, a ver estas conductas y a llamarlas por su
nombre: pecados maliciosos y sutiles. Ayúdanos a responder
apropiadamente a esas conductas en nuestros hijos y
ayúdanos a no ser persuadidos a responder al necio de
acuerdo a su necedad, sino a responder según Tu verdad y
según el problema real. Sabemos que en Ti no hay casos
imposibles o irremediables y como padres nos
comprometemos a sacar las hierbas malas de conductas
manipuladoras e irrespetuosas de nuestros hijos.
Necesitamos Tu fuerza para lograr esto y esperamos con
gran anhelo el fruto de vidas disciplinadas en nuestros hijos
y en nosotros. Haznos diligentes en esta tarea, te lo pedimos.
Amén.

GUÍA PARA GRUPOS PEQUEÑOS

MEMORIZACIÓN DE LAS ESCRITURAS


(Tiempo sugerido—15 minutos)

Nunca respondas al necio de acuerdo con su necedad,


para que no seas tú también como él.
Responde al necio como merece su necedad,
para que no se estime sabio en su propia opinión.
Proverbios 26: 4-5

Continúa con el Sistema de memorización de las Escrituras haciendo que cada


persona recite el verso del día y luego alternándolo y repasando los versos de las
semanas anteriores. Recuerda mencionar la referencia antes y después del
versículo.

TIEMPO DE PAREJAS
(Tiempo sugerido—45 minutos)


Consideren la puntuación de sus hijos. ¿Tuvieron dificultad en ponerse de
acuerdo sobre alguno de los números debido a que los hijos saben a cuál
padre aplicar cada técnica? Si uno de los padres (usualmente Papá) no está
consciente que el otro (usualmente Mamá) está siendo bombardeado con
retos, el primero tendrá dificultad en enfrentar la manipulación y la falta de
respeto de sus hijos. Así que para esta primera parte de la discusión, lleguen
a un acuerdo sobre este asunto.
Luego, conversen sobre sus hijos e identifiquen cuál es la principal
manipulación que cada uno emplea. En lugar de señalar los fracasos
pasados y cómo debieron haberse manejado apropiadamente, anímense el
uno al otro a recordar las señales y las maneras efectivas para desarmar la
manipulación. Apóyense el uno al otro y ayuden a que sus hijos los vean
como un equipo unido que no puede dividirse o desviarse de su curso.
Escojan un ejemplo reciente de cómo cayeron en el carrusel de la
manipulación con alguno de sus hijos. Hablen de esto paso a paso para que
puedan ayudarse a ver cómo su autoridad fue socavada y cómo cayeron en
la trampa de sus “demandas”.
Tus hijos están acostumbrados a tus reacciones. Así que cuando te llevan
hasta el límite y no reciben la reacción que esperaban de ti, entonces
intentan más fuerte. Sigue orando por recibir gracia para poder responder
correctamente. Esto requiere práctica. Y cuando revientes por completo,
con alguna salida de ira, necesitas pedirles perdón. Y ellos deben ir
creciendo en el deseo de hacer lo correcto.
Tengan una conversación honesta acerca de sus tendencias a usar la
manipulación como cónyuge, empleado o padre.

Aplicación en el hogar: Haz todo lo posible esta semana por estar al tanto de
cómo te relacionas con cada uno de tus hijos. Estate en guardia contra estrategias
que tú mismo/a puedas usar para obtener egoístamente resultados en tus hijos y
hasta en tu cónyuge. No podemos pretender cambiar malas conductas de
nuestros hijos que nosotros mismos tenemos. Si te encuentras atrapado en
situaciones difíciles, toma tiempo para orar acerca de cómo manejar estas
trampas malévolas. Examina dónde y cómo las situaciones se trastornan y cómo
debes responder a ellas. Trabajen cómo un equipo en la familia para escoger
respuestas piadosas en vez de darse el lujo de desgastarse por las reacciones a los
constantes retos.

Declaración para el hogar: Trabajaremos unidos para hacer de nuestro hogar


una zona de cero manipulaciones. Nos daremos apoyo para confrontar y
desarmar estas estrategias con el poder que Dios nos da y con la verdad de Su
Palabra. Vamos a ejercer la autoridad que tenemos como padres durante este
tiempo de la vida de nuestros hijos de una manera diligente y calmada.

Oración para la pareja: Cierren en oración. Mientras oran, consideren si hay


veces en las que ustedes tienden a manipular al Padre Celestial. Busquen ser
humildes y estar sujetos a Él. Pidan su guía y ayuda continuamente mientras
establecen patrones saludables, bíblicos en su hogar.

TIEMPO DE DISCUSIÓN
PARA GRUPOS PEQUEÑOS
(Tiempo sugerido—45 minutos)

¿Cuál es la definición de manipulación?


Lean Mateo 4:1-11 e identifiquen algunas de las maneras engañosas que
Satanás emplea para alejarnos de los verdaderos problemas y de la verdad.
¿Cómo respondió Jesús? ¿Cómo puede esto aplicar al manejo de la
manipulación y la falta de respeto en tu familia?
¿Han notado como cada uno de tus hijos puede usar tácticas deferentes?
¿Hay alguna manipulación que sobresale y que está causando dificultad en
tu trato con tus hijos? ¿Cómo planean lidiar con ella?
Escojan un ejemplo reciente de cuándo “no respondieron al necio de
acuerdo a su necedad” y fueron capaces de mantener a su hijo bajo control
y lograr lo que debía de suceder.
¿Tienen alguna otra pregunta u observación del capítulo 10?

TIEMPO DE ORACIÓN

Oren específicamente de cómo responder a nuestros hijos, de no responder


de acuerdo a su necedad, sino de acuerdo a como la situación lo amerite.
Oren por gracia para dar “un paso atrás” en la tentación de caer en el juego
o la burla necia y para poder mantener la mente clara, firme y amable.
Oren porque en los matrimonios los cónyuges no se manipulen el uno al
otro.

11

LIDIANDO CON LA REBELDÍA: “NUNCA TE RINDAS”
LOS PADRES PIADOSOS BATALLAN POR EL CORAZÓN DE SUS HIJOS

Así que, lejos sea de mí que peque yo contra


Jehová cesando de rogar por vosotros;
antes os instruiré en el camino bueno y recto.
1 Samuel 12:23

Este capítulo está dedicado a la madre o al padre que dice: “Mi hijo ya pasó la
edad de las nalgadas, pero su corazón no está con nosotros. Ya no sabemos qué
hacer y es tan desalentador. Creo que nadie puede entender como nos sentimos
realmente.
Habrá días durante este largo trayecto llamado crianza en los que pensarás
que tu disciplina e instrucción no lograron nada. Te preguntarás si estás haciendo
lo correcto; te cuestionarás de cómo has manejado una situación. Pero la
próxima vez que la misma situación se presente, por fe, sigue los principios
bíblicos de disciplina. Al hacerlo pudieras sentir: Esto no funcionó; pero hazlo
una y otra vez, y eventualmente verás que tu hijo comienza a entender. Incluso
uno de voluntad fuerte, un día se dará por vencido. Es lo que me ha sucedido
cada vez que hago esto y ellos se rendirán y se sujetarán a ti. Es un proceso;
persevera, y nunca te rindas. Recuerda, te estoy dando esta perspectiva mirando
hacia atrás luego de haber recorrido un largo camino.

EL PROCESO

Recuerdo estar sentada en el piso con Emily, mi niña de dos años pensando:
¡Muñeca, sólo pon los bloques en el contenedor para que podamos seguir
adelante con nuestro día! Recuerdo ese día muy bien porque fue la primera vez
que me di cuenta que estaba enojada con esta pequeña y ella estaba enojada
conmigo.
El darme cuenta de eso fue trascendental y terriblemente desalentador.
Marcó el final de lo que todos esperamos que continúe para siempre: una
sencilla y amorosa relación donde la niña responde rápidamente a la instrucción.
Aunque ella me había desobedecido en el pasado, ésta fue la primera vez que me
desafiaba y rechazaba tercamente someter su voluntad. Créeme, aunque se nos
advierte que debemos esperar confrontaciones de voluntad con nuestros dulces
niños, la sacudida del desafío puede dejarnos desinflados. Recuerdo que cuando
David llegó a la casa, le dije: “Emily se enojó hoy conmigo por primera vez”.
Me sorprendió que ella pudiera estar enojada conmigo. Después de todo,
sólo le pedí que recogiera sus bloques. Pasamos, lo que me pareció, la mayor
parte del día, en el piso de la cocina, en un duelo de voluntades hasta que cada
bloque fue recogido. Estaba agotada. Pensé: ¡No puedo pasar por esto cada vez
que le pida que recoja sus juguetes! Pero gracias a Dios, al día siguiente ella fue
completamente obediente, lo cual estuvo algo muy curioso para mí.
Habíamos experimentado uno de esos “momentos de avance”. No que ella
no desobedecería en el futuro, pero por ahora se había dado cuenta que
necesitaba escuchar y obedecer a Mamá. Aunque yo no lo entendí
completamente en ese momento, pero fue ahí donde empezó nuestro
entrenamiento. Una “línea” se había trazado para ella y ahora las lecciones de
obediencia la entrenarían a vivir de manera que la mantuviesen lejos de la línea.
En otras palabras, enseñar a los niños a cómo ser exitosos en obedecer, los
mantiene alejados de vivir “al borde del precipicio”. Para algunos niños esto es
como un desafío.
Me sentí tan agradecida de no darme por vencida el día anterior cuando
batallamos para que recogiera todos los bloques, porque muchas veces cuando
nuestra batalla parecía estancarse, pensaba: Quizás la haré recoger uno o dos de
los bloques, y yo recogeré el resto y así terminamos con esto. Después de todo,
¿uno o dos bloques no la harán ver mi punto? Entonces la sentaré en el escalón
un ratito para yo poder terminar algunas cosas.
Estoy tan agradecida que no sucumbí a la tentación de conformarme con
una obediencia parcial, de desestimar el asunto o simplemente pensar que al
esperar un tiempo se lograría lo necesario para entrenar su voluntad. Pero sí me
cuestioné mientras pasaba por el proceso. Así es como nuestros hijos aprenden
que el ancla de nuestra autoridad es resistente.

AÑOS DESPUÉS

El verano que Emily se casó, me dio una carta, justo antes de caminar por el
pasillo de la iglesia. La tomé y la puse en mi bolso y no tuve tiempo para leerla
hasta tarde en la noche, después de la recepción, cuando me acosté.

18 de Julio, 1999
Queridos Mamá y Papá:
En este momento la celebración de la boda estará por
concluir y estoy segura que todo ha estado
maravillosamente bien. Muchas gracias, Mamá, por todo lo
que has hecho para hacer que este día fuera espectacular.
Todo está tan adorable, realmente demostraste cuán creativa
eres. Verdaderamente has recibido el don de la
organización. Personalmente, nunca, y en verdad digo que
nunca, habría tenido la habilidad de manejar todo esto sola.
Para ponerlo simple: “¡Necesito a mi mami!” No puedo
agradecértelo suficientemente.
Es difícil para mí expresar lo que ha significado
tenerlos como padres. No pasa un día en que no piense lo
afortunada que he sido (quiero decir eso… ni un día). El
Señor escogió la pareja más perfecta para ser los líderes de
mi vida. Todos esos años difíciles sólo profundizaron el
respeto que siento por ustedes. Soy tan bendecida de tener
padres que me aman tan incondicionalmente. El ver a Papá
sentarse a leer su Biblia tan consistentemente y la manera
como Mamá se ocupa tan fervientemente de cada pequeña
necesidad, definitivamente hizo un impacto en mí.
Incluso, si no poseo bastante de estos rasgos en mi
propia vida todavía, quiero que sepan que aspiro a ser como
ustedes. Papá muchas gracias por reunirte con Adam. Eso
es tan especial para mí. No me hubiese sentido que fuera
parte de la familia si no hubiese hecho los “Estudios
Bíblicos con Papá”. Ahora él es “oficial” realmente.
Me divertí tanto cuando todos pasamos juntos el
cumpleaños de Papá. Por alguna razón ese día significó
mucho para mí. Amo tanto a toda mi familia. Por favor oren
por mí, que continúe creciendo más fuerte en mi caminar
con el Señor. Oren que sea capaz de resistir la tentación de
preocuparme y abrumarme. Escogí mi verso para mi vida
este verano: Jeremías 17:7-8: “Bendito el varón que confía
en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como

el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente


echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que
su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará,
ni dejará de dar fruto”. Es la persona que aspiro ser.
Los amo,
Emily
Mientras leías la carta, puede que hayas pensado: Que bien, la vida ha sido
perfecta en la casa de los Corning. No, realmente no lo ha sido. Nuestras vidas
continúan en crecimiento progresivo. Incluí esta carta para darte una imagen de
una relación perfectamente restaurada con la que batallamos por años.
Aunque tengo su permiso, es difícil para mí hablar acerca de esto e incluso
recordar las batallas que tuve con mi hija, porque ya no veo a Emily como era.
No siento amargura hacia ella ni ella hacia nosotros. Esta parte de su vida ha
sido tan completamente perdonada que de alguna manera me siento desleal al
hablar de ello. Pero ella me ha permitido describir nuestras experiencias
esperando que nuestras dificultades y nuestros resultados animen a otros. Y
porque sé que muchos padres batallan con la angustia de hijos rebeldes, yo
quiero compartir algunas verdades bíblicas que aprendí durante este tiempo.
Tengo una foto favorita de la boda de Emily. ¡Ni siquiera es la de la novia y
del novio! (¡Esa es mi segunda favorita!) Fue tomada cinco segundos antes que
David caminara con Emily por el pasillo de la iglesia. Algunas novias están
emocionadas después de la ceremonia, ¡pero pocas muestran tanto entusiasmo
antes de la boda! Me encanta la forma en que Emily está mirando a su papá, el
vínculo amoroso que tienen es tan evidente. Es la foto de una relación
restaurada. La cámara capturó las miles de palabras de bendición que David y yo
queríamos derramar sobre nuestra hija y nuestro yerno en los próximos
momentos.
Me siento agradecida que Emily “regresó” durante su adolescencia. Ella no
dejó la casa estando en rebeldía. Así que aunque no era pródiga en el sentido
completo de la palabra, si tuvo un corazón pródigo durante un tiempo.

PRINCIPIOS DE LA REBELDÍA

Durante tiempos de crecimiento con nuestros hijos, descubrí cuatro


principios básicos que los padres necesitan recordar cuando estén lidiando con la
rebeldía de un hijo mayor:

PRINCIPIO # 1

Todos fallamos al criar a nuestros hijos; pero si no lo hiciéramos, incluso así


podríamos tener hijos pródigos.

Dios es nuestro ejemplo bíblico de un completo y supremo Padre amoroso,


pero aun así, la nación de Israel se rebeló en Su contra. Incluso a un nivel más
personal, nosotros como individuos nos rebelamos contra nuestro Padre celestial.
Ésta es la perspectiva de Dios, dicha a través del profeta Isaías:

Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová:


“Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra
mí. El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su
señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene
conocimiento. ¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de
maldad, generación de malignos, hijos depravados!
¡Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se
volvieron atrás!” (Isaías 1:2-4).

A continuación, un extracto del libro de Ruth Bell Graham: Prodigals and Those
Who Love them (Los pródigos y aquellos que los aman). Disipa completamente
el mito de que los padres buenos sólo tienen hijos buenos.

Los Acariciaron con Buenos Ojos


Los acariciaron con buenos ojos aunque se estremecían deshechos por dentro;
padres buenos tienen hijos buenos, pero ellos, uno perdido.
La gente buena nunca quiso presumir o condenar, pero tener un pródigo nunca
“fue hecho” para ellos.
Señor, recuérdales suavemente como Tú también has tenido problemas con Tus
hijos.
(Ruth Bell Graham, Hijos pródigos y aquellos que los aman, Casa Publicadora
de Enfoque a la familia, Colorado Springs, 1991, p. xvii)

Los hijos pueden rebelarse a pesar de tener “buenos” padres. Sus padres
pueden haberlos entrenado en la manera correcta y cuando ellos crecen, pueden
abrazar el entrenamiento o rechazarlo. Si hoy estás pasando por esto, sabes
exactamente a lo que me refiero. Yo sé que hay pocas cosas tan dolorosas y
desgarradoras como soportar el peso de un hijo rebelde y añadirle a esto el peso
creado cuando las personas te hacen sentir que la culpa es tuya.
Lidiar con la culpabilidad fue muy difícil para mí y estoy agradecida que
David no batalló con esto para nada. Él fue capaz de mirar más allá de la
emoción del dolor de la tribulación y de enfocarse en la pura verdad,
ayudándome a verlo y a no preocuparme por lo que otros pudieran decir.
Recuerdo decirle en un momento dado: “Como madre, me siento como un total
fracaso”. Pero él me dijo: “No, Emily ha escogido rechazar el entrenamiento que
le dimos”. Seguimos creyendo que si habíamos entrenado a nuestros hijos
bíblicamente, el fruto eventualmente vendría.
Este capítulo básicamente trata sobre niños de sexto grado en adelante.
Tiene que ver con una rebeldía seria. Espero que nunca tengas que pasar por
esto, pero la realidad es que Dios podría llevar a tu familia por este viaje. Estén
preparados para “terminar firmes” con sus hijos. Enséñenles que a Mamá y a
Papá les importa cada detalle de sus vidas y que no se rendirán.
Antes de que pienses que esto nunca podría suceder en tu familia, he
observado (sin base científica), que muchas familias con tres o cuatro hijos (o
más) tienen la posibilidad de que uno o más de uno pueden pasar por un tiempo
de rebeldía. Pero de ninguna manera tomes esto como una profecía que deba
cumplirse en tu familia. Sólo sé que nuestros hijos tienen diferentes
temperamentos y que Dios los usará para ¡entrenarnos y desafiarnos como
padres! Tampoco de ninguna manera creas que porque tienes hijos de voluntad
fuerte él o ella serán rebeldes.
Ruth y Billy Graham tuvieron cinco hijos y dos de ellos “descarriados“,
como ella los llamó. Sé que la rebeldía de un adolescente tiene proporciones
epidémicas aún en la iglesia porque he hablado con muchos que están
atravesando por esta tormenta. Es de mucha ayuda saber que Dios entiende
cuando pasamos por la rebelión de un hijo, porque a Satanás lo que más le
gustaría es que creamos que somos malos padres y que nos sintamos derrotados.
De lo contrario, debido a que sabemos que Dios está con nosotros, podemos
sobreponernos y no rendirnos. Necesitamos ser comprensivos con los padres que
están pasando a través de este tipo de crisis y por esta prueba de fe.
A pesar de todo, hay ciertos enfoques que pudiéramos estar practicando que
en realidad están permitiendo que la rebelión continúe sin ser confrontada.
Cuando aplicamos esta estrategia inapropiada, el niño crece y se marcha de casa
sin ésta haber sido resuelta. Muchos padres solamente cruzan sus dedos
esperando que sus hijos recuperen el sentido común o “lo superen”. La Palabra
de Dios dice que debemos responder fuertemente y que debemos estar
dispuestos a batallar por ellos.

PRINCIPIO #2

Los niños tienen la opción de someter su corazón a Dios o de escoger su


propio camino. No hay nada que como padres podamos hacer para
garantizar que ellos vivirán para Dios. Esto, al final de cuentas es su
decisión.

Nosotros los recibimos como niños, pero ellos crecen para convertirse en
“personas reales”. En una celebración del día de Acción de Gracias, nuestra
familia se reunió con la familia Kurzens. Los Kurzens eran amigos queridos que
nos discipularon a David y a mí en la universidad. Ahora nuestros hijos están
crecidos y más altos que nosotros. Pero también se han convertido en jóvenes
adultos con distintos intereses, diferentes habilidades, y personalidades.
Recuerdo que Brenda Kurzen dijo: “Es divertido ver a tus hijos ahora que son
personas reales”. Es asombroso recordar los trayectos de más de veinte años con
cada uno de nuestros hijos y darnos cuenta en qué se parecen y en qué son
diferentes.
A pesar de todo, hemos sido llamados por Dios y se nos ha confiado el
entrenar a nuestros hijos bíblicamente y dirigirlos por el “camino angosto” y por
fe dejamos los resultados a Dios. Proverbios 22:6: “Instruye al niño en su
camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”. No está garantizado
que nuestros hijos caminarán con el Señor cuando crezcan. Es un mandato que
obedecemos al darles a ellos el mejor entrenamiento posible esperando que esto
los ayude a lograr esos resultados. Nosotros sabíamos que teníamos una tarea
que hacer, completar el trabajo que el Señor nos había dado de criar a Emily, a
Luke y a Lee. Así que delante de Dios, hacemos lo que Él nos llama a hacer y
jamás nos rendimos. Empezamos a compartirles el evangelio, cuando son
pequeñitos y nos mantenemos compartiéndolo, haciendo que sea significativo y
real mientras crecen y pueden comprender su verdadero significado.
Lo que sigue es otro breve extracto del libro de Ruth Bell Graham acerca de
hijos pródigos, como fue compartido en una comida por un amigo:

Dios le Dio Libertad a Sus Hijos

“Papá, no estoy seguro que pueda seguirte más en tu simple fe cristiana”, dijo
el hijo del pastor cuando regresó de la universidad para las vacaciones, con la
seguridad arrogante de un novato universitario. Los ojos negros de su padre
atravesaron a su joven hijo, quien estaba “perdido”, según lo describió C. S.
Lewis: “en la invencible ignorancia de su intelecto”.
“Hijo”: dijo el padre: “Esa es tu libertad, tu terrible libertad”.
(Ruth Bell Graham, Hijos pródigos y aquellos que le aman, Casa Publicadora de
Enfoque a la familia, Colorado Springs, 1991, p. xvii)

Nuestros hijos tomarán algunas malas decisiones. Nosotros, también, como


hijos lo hicimos y tomamos decisiones necias. ¡De hecho, recuerdo haber
tomado algunas malas decisiones no hace tanto tiempo!
Conocer la posibilidad de que nuestros hijos pueden y de hecho cometerán
errores tontos puede ser escalofriante, especialmente cuando estamos
preocupados por su bienestar y de que sus decisiones no sean peligrosas o estén
“fuera del círculo”. De hecho, como padres podemos volvernos más enfocados
en protegerlos de tomar decisiones necias, que en dejarlos asumir las
consecuencias de esas decisiones. Esto nos lleva al:

PRINCIPIO # 3

Al Señor no le interesa que las cosas sean perfectas en tu vida. Él está


mucho más interesado en tu reacción cuando las cosas van mal, aun cuando
estén terriblemente mal. Él quiere que confíes en Él y le obedezcas, incluso
cuando las cosas parezcan ir peor. Él quiere hacer crecer tu fe.

Recuerdo, finalmente entregarle la situación con Emily y orar: Señor, haz lo


que Tú quieras con ella; ella es Tuya. Hasta ese momento, yo había estado
rogándole a Dios por Su protección, pero mi crecimiento vino cuando se la
entregué completamente a Él. Antes de hacer eso y debido a lo que estaba
sucediendo, yo no estaba confiando que realmente Él estuviese procurando lo
mejor para ella.
Permite que Dios haga las cosas a Su manera con tus hijos. Esto incluye
pruebas, tribulaciones, y consecuencias, si ellos eligen desobedecerlo. Ésta es la
lección más grande que tuve que aprender como madre. Después de años de
estar siempre esforzándome para asegurarme que nada saliera mal en sus vidas,
de protegerlos de tantas cosas, me di cuenta que realmente, ellos le pertenecen al
Señor y no a mí y que Él puede permitir cualquier cosa que escoja para
moldearlos en lo que Él quiera que ellos sean.
Asegúrate de entender que estamos para “construir el circulo” en sus vidas.
Pero cuando el hijo mayor se encuentra viviendo en la “zona peligrosa” cerca del
precipicio o cerca del límite, sólo el Señor será quien los discipline y los traiga
de nuevo al buen camino. Esto no significa de ninguna manera que nos hagamos
de la vista gorda ante cualquier comportamiento fuera del círculo, sino que
debemos confiar en las promesas del Señor para disciplinar a los Suyos. Es
mejor que sea Él quien quebrante a tu hija y que tú seas testigo. Por años he
orado sobre mi “lista de las cosas que nunca quiero que le suceda a mis hijos”.
Lo que debí haber orado fue: Tu voluntad sea hecha y no la mía.
Isaías 55:8-9 confirma la sabiduría que hay en confiar en la manera de Dios
ver la vida en vez de nuestro propio punto de vista: “Porque mis pensamientos
no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo
Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más
altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros
pensamientos”.
Cuando algunas de las cosas que oré que nunca sucedieran ocurrieron, sentí
que se tambaleaba el fundamento de mi fe. Después de todo, había orado acerca
de estas cosas toda su vida. ¿No estaba Dios escuchando? Pero ahí fue cuando
me di cuenta que hablar con Dios de mi hija no es acerca de lo que yo quiero que
sea su vida; sino de Su camino en su vida. ¿Ves?, yo pensaba que las prioridades
de Dios y las mías eran iguales, pero no lo eran. Sus caminos no eran mis
caminos y mis caminos no eran los Suyos.
Deuteronomio 28 y 30 son dos magníficos capítulos de las Escrituras en los
cuales el Señor nos instruye a obedecerle y tener una buena vida; o
desobedecerle y tener una vida difícil. Dios coloca claramente las decisiones
delante de nosotros. Reflexiona sobre estos versículos de Deuteronomio 30:15-
20 que dicen:

Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la


muerte y el mal; porque yo te mando hoy que ames a
Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus
mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que
vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en
la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella. Mas
si tu corazón se apartare y no oyeres, y te dejares
extraviar, y te inclinares a dioses ajenos y les sirvieres, yo
os protesto hoy que de cierto pereceréis; no prolongaréis
vuestros días sobre la tierra adonde vais, pasando el
Jordán, para entrar en posesión de ella. A los cielos y a la
tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he
puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la
maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu
descendencia; amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su
voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y
prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la
tierra que juró Jehová a tus padres, Abraham, Isaac y
Jacob, que les había de dar.

Inicialmente construimos el círculo con nuestros hijos, para su protección porque


ellos no son suficientemente sabios para ver el peligro que representa vivir fuera
de él. Pronto ellos ven la bendición de obedecer y los frutos que trae. Durante su
crecimiento, ellos aprenden por experiencia propia la sabiduría que hay en tomar
decisiones sabias, en “escoger vida”, escoger la bendición sobre la maldición,
escoger salvación, escoger vida dentro del círculo de obediencia, y escoger una
vida llena del Espíritu. Algunos textos de la Palabra de Dios establecen que Él
ha prometido un resultado positivo a aquellos que viven bajo Su dirección. En
Levíticos 26:3-13 encontramos una vívida descripción de esto:

Si anduviereis en mis decretos y guardareis mis


mandamientos, y los pusiereis por obra, yo daré vuestra
lluvia en su tiempo, y la tierra rendirá sus productos, y el
árbol del campo dará su fruto. Vuestra trilla alcanzará a
la vendimia, y la vendimia alcanzará a la sementera, y
comeréis vuestro pan hasta saciaros, y habitaréis seguros
en vuestra tierra.
Y yo daré paz en la tierra, y dormiréis, y no habrá
quien os espante; y haré quitar de vuestra tierra las
malas bestias, y la espada no pasará por vuestro país. Y
perseguiréis a vuestros enemigos, y caerán a espada
delante de vosotros. Cinco de vosotros perseguirán a
ciento, y ciento de vosotros perseguirán a diez mil, y
vuestros enemigos caerán a filo de espada delante de
vosotros.
Porque yo me volveré a vosotros, y os haré crecer, y
os multiplicaré, y afirmaré mi pacto con vosotros.
Comeréis lo añejo de mucho tiempo, y pondréis fuera lo
añejo para guardar lo nuevo. Y pondré mi morada en
medio de vosotros, y mi alma no os abominará; y andaré
entre vosotros, y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis
mi pueblo.
Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de
Egipto, para que no fueseis sus siervos, y rompí las
coyundas de vuestro yugo, y os he hecho andar con el
rostro erguido.

Éstas son palabras de gran bendición que Dios prometió a la nación de Israel
para aquellos que escogieran obedecerle completamente y de todo corazón. Lee
ahora la disciplina que Dios prometió si Su pueblo escogía la desobediencia.
En Levíticos 26: 14-28 leemos:

Pero si no me oyereis, ni hiciereis todos estos mis


mandamientos, y si desdeñareis mis decretos, y vuestra
alma menospreciare mis estatutos, no ejecutando todos
mis mandamientos, e invalidando mi pacto, yo también
haré con vosotros esto: enviaré sobre vosotros terror,
extenuación y calentura, que consuman los ojos y
atormenten el alma; y sembraréis en vano vuestra
semilla, porque vuestros enemigos la comerán.
Pondré mi rostro contra vosotros, y seréis heridos
delante de vuestros enemigos; y los que os aborrecen se
enseñorearán de vosotros, y huiréis sin que haya quien os
persiga.
Y si aun con estas cosas no me oyereis, yo volveré a
castigaros siete veces más por vuestros pecados Y
quebrantaré la soberbia de vuestro orgullo, y haré
vuestro cielo como hierro, y vuestra tierra como
bronce. Vuestra fuerza se consumirá en vano, porque
vuestra tierra no dará su producto, y los árboles de la
tierra no darán su fruto.
Si anduviereis conmigo en oposición, y no me
quisiereis oír, yo añadiré sobre vosotros siete veces más
plagas según vuestros pecados. Enviaré también contra
vosotros bestias fieras que os arrebaten vuestros hijos, y
destruyan vuestro ganado, y os reduzcan en número, y
vuestros caminos sean desiertos. Y si con estas cosas no
fuereis corregidos, sino que anduviereis conmigo en
oposición, yo también procederé en contra de vosotros, y
os heriré aún siete veces por vuestros pecados.
Traeré sobre vosotros espada vengadora, en
vindicación del pacto; y si buscareis refugio en vuestras
ciudades, yo enviaré pestilencia entre vosotros, y seréis
entregados en mano del enemigo.
Cuando yo os quebrante el sustento del pan, cocerán
diez mujeres vuestro pan en un horno, y os devolverán
vuestro pan por peso; y comeréis, y no os saciaréis.
Si aun con esto no me oyereis, sino que procediereis
conmigo en oposición, yo procederé en contra de vosotros
con ira, y os castigaré aún siete veces por vuestros
pecados.

Estos versículos contienen verdades respecto a las elecciones que Dios nos
permite hacer por el libre albedrío que Él ha puesto en cada uno de nosotros;
pero también contienen las graves consecuencias en relación al camino que
elegimos voluntariamente. Piensa acerca de las frases claves de este pasaje:

“Enviaré sobre vosotros terror”.


“Pondré mi rostro contra vosotros”.
“Y quebrantaré la soberbia de vuestro orgullo”.
“Yo también procederé en contra de vosotros”.
“Traeré sobre vosotros espada vengadora”.

Esto nos indica cuán seriamente Dios ha prometido responder si Sus hijos
escogen caminar apartados de Él. Dios dijo que: “Enviará terror” ¡sobre Sus
hijos rebeldes! Cuando nuestros hijos deciden desobedecer intencionalmente y
“no obedecer a sus padres”, ellos entran en el reino del Dios todopoderoso y Su
impresionante disciplina, si ellos realmente son Sus hijos. Y cuando nos
encontramos en un tira y jala con un hijo que se encuentra en una zona peligrosa,
en el borde “del precipicio”, necesitamos mostrarles con toda seguridad que
seguimos siendo sus padres.
Aunque estos versículos de Levíticos se refieren a la nación de Israel
después de su salida de Egipto, ellos revelan el corazón de Dios hacia la
rebeldía. Es un asunto muy serio para Él. Él está buscando a aquellos que le
sirvan y le amen de corazón, a aquellos que someterán sus voluntades a Él como
el único y verdadero Dios.
El primer propósito para Su respuesta a la rebeldía es la restauración. Dios
nos ama (y ama a nuestros hijos) demasiado para dejarnos que nos destruyamos
o que deshonremos Su nombre. No podemos testificar que somos Sus hijos y
vivir fuera del círculo, en desprecio absoluto a todos Sus mandamientos. Dios es
misericordioso (recuerda que misericordia es no recibir el castigo que merezco)
en el sentido de que Él siempre se volverá a nosotros si nosotros nos volvemos a
Él, bajo Sus condiciones.

EL PLAN DE DIOS PARA LA RESTAURACIÓN

Estos versículos continúan con la inexorable resolución de Dios de


quebrantar su rebelión. Y finalmente en los versículos 40-42 de Levíticos 26,
Dios dice:

Si confiesan su iniquidad y la iniquidad de sus


antepasados, por las infidelidades que cometieron contra

mí, y también porque procedieron con hostilidad contra

mí (yo también procedía con hostilidad contra ellos para


llevarlos a la tierra de sus enemigos), o si su corazón
incircunciso se humilla, y reconocen sus
iniquidades, entonces yo me acordaré de mi pacto con
Jacob, me acordaré también de mi pacto con Isaac y de
mi pacto con Abraham, y me acordaré de la tierra.
(LBLA)

Me encanta la forma amorosa de Dios. Él es tan rápido en recibirnos de nuevo


cuando estamos verdaderamente arrepentidos de nuestros pecados. Fíjate en
estos cuatro puntos en nuestro camino hacia la restauración:

1. “Si confiesan su maldad” (admitir y estar de acuerdo con Dios que eso
que hicimos fue pecado).
2. “Si su incircunciso corazón se humilla” (el orgullo es quebrantado; la
humildad es demostrada; el arrepentimiento es genuino).
3. “Y reconocen sus iniquidades” (se hace restitución siempre que sea
posible; el perdón es buscado).
4. “Entonces Yo me acordaré de mi pacto” (terminado, hecho, no más
culpabilidad, vergüenza, la comunión es restaurada).

¿Les suena todo esto familiar? ¿El círculo completo, quizás? La manera en
que Dios aplasta la rebeldía no es esperando a que ellos “maduren”. Él viene con
mano dura y si todavía así ellos lo desafían Él será más y más fuerte hasta que
ellos entiendan que Él no se da por vencido. Nosotros, por supuesto, no
aterrorizamos a nuestros hijos, pero si luchamos por derrotar su voluntad
rebelde.
Sin embargo llega un tiempo, que aun Dios dejará que una persona
extremadamente voluntariosa, con un período largo en rebeldía, sin
arrepentimiento, siga su propio camino. Este último punto de dejar a una persona
padecer completamente la consecuencia total de su pecado es caer en un horrible
lugar para estar, porque es en ese punto que la Biblia dice que la persona sea
entregada a Satanás para la destrucción de su carne.
De hecho, en 1 Corintios 5:5: Pablo dice que ésta es la etapa final en la
secuencia de la disciplina de la iglesia cuando escribe: “el tal sea entregado a
Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el
día del Señor Jesús”.
Romanos 1:28-32 revela las decisiones que Dios estaba dispuesto a hacer al
lidiar con una creación en rebeldía:

Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios


los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que
no convienen; estando atestados de toda injusticia,

fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de


envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades;
murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios,
injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males,
desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto
natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo
entendido el juicio de Dios, que los que practican tales
cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que
también se complacen con los que las practican.

Estos versículos nos dan una buena razón para atacar la rebeldía fuertemente.
Como padres, estamos parándonos entre nuestros hijos y lo que puede llevarlos a
la destrucción. Sabemos que en última instancia ellos pueden evadirnos; pero
estamos determinados a no dejar que lo hagan fácilmente.
En 2 Reyes 2:24-25: Eliseo, profeta de Dios de la nación de Israel, estaba
siendo burlado por un desafiante grupo de jóvenes mientras él viajaba por el
camino; no eran niños pequeños, sino jóvenes al final de su adolescencia o de
veinte y tantos años. Él se viró y clamó al Señor para que lidiara con su
comportamiento rebelde según Él quisiera. El pasaje dice que dos osos vinieron
y mutilaron a los cuarenta y dos jóvenes. Dios no trata la rebeldía con ligereza.
En nuestra familia, David y yo nos dábamos cuenta de que nuestra hija
hembra estaba ejerciendo su voluntad de independencia. Sabíamos que
estaríamos dañándola grandemente si simplemente dejábamos que se saliera con
la suya. Hasta recuerdo pensar, la vida sería más fácil si dejáramos que este
asunto pasara o nos hiciéramos los ciegos y pretendiéramos que son cosas
aceptables que los adolescentes hacen. De hecho, las cosas eran usualmente
muy placenteras en la casa cuando hacíamos un intento de cubrir sus “malos
comportamientos”. Es un choque para muchos padres descubrir lo bien que sus
hijos conocen exactamente que decir y hacer para mantener a Mamá y a Papá en
la oscuridad. La mayoría de los hijos son expertos manipuladores y han
adquirido un grado avanzado en “Como manejar a mis padres”. Pero siempre
orábamos para que el Señor nos revelara todo lo que necesitábamos confrontar.
Y así empezaron unos años difíciles cuando el Señor nos reveló una violenta
tormenta en su corazón.
Las palabras de Números 32:23, nos confortaron: “Mas si así no lo hacéis,
he aquí habréis pecado ante Jehová; y sabed que vuestro pecado os
alcanzará”. Oramos que Dios nos revelara todo lo que necesitábamos saber y
fue sorprendente las maneras que Él hizo que su desobediencia “la alcanzara”.
Emily sabía que estábamos orando sobre esto porque se lo dijimos. Yo sabía que
muchos de los padres de sus amigos creían que la vida era color de rosa porque
ellos realmente no tenían ni idea de lo que sus hijos estaban haciendo. Y aún
cuando se dieron cuenta, se rindieron desesperanzados de hacer algo al respecto.
Nuestros hijos necesitan aprender que nosotros le respondemos a Dios, no
solamente por nosotros mismos, sino también por ellos. Si fallamos en ser
obedientes al llamado de Dios en esta situación, entonces estamos pecando
contra Él. Tan impactante como lo es para los padres descubrir el verdadero
comportamiento de sus hijos, es también impactante para los hijos cuando ellos
se dan cuenta que el ocultarle cosas a Mamá y a Papá no significa que Dios no lo
vea todo. Pero esperar que ese entendimiento llegue puede ser desesperante.
Si hoy te encuentras en ese lugar de espera, mi oración para ti es que Dios
te anime a nunca rendirte. Ora sobre estos versículos; ellos fueron versículos
claves para mí mientras pasaba por esos duros momentos. Jeremías 31:16-17
estuvieron en la visera de mi carro alrededor de tres años. Lo leí cientos de veces
mientras estaba en el carro. La tinta se fue desvaneciendo con el tiempo pero su
significado para mí nunca ha disminuido: “Así ha dicho Jehová: Reprime del
llanto tu voz, y de las lágrimas tus ojos; porque salario hay para tu trabajo,
dice Jehová, y volverán de la tierra del enemigo. Esperanza hay también
para tu porvenir, dice Jehová, y los hijos volverán a su propia tierra”.
En estos versículos, los hijos fueron llevados en cautiverio a Babilonia y
sus familiares estaban esperando y llorando por su regreso. No puedo siquiera
imaginar el horrendo trauma de ver a tus hijos arrastrados en cautiverio y
agonizar pensando en su bienestar, preguntándote si habrían sobrevivido ¡o si
algún día los volverías a ver! He conversado con adultos que fueron raptados
cuando eran niños y con padres a quienes les raptaron sus hijos. Sólo podemos
estremecernos al imaginar cómo esto puede consumir cada pensamiento y detalle
de la vida. Este pasaje trasmite lo que es verdad también para los padres que han
visto a sus hijos ser arrastrados en rebeldía y mantenidos en cautiverio. Las
circunstancias son diferentes, pero el principio es el mismo.

PRINCIPIO # 4
Confiamos en que el Señor los traerá de vuelta mientras nosotros hacemos
nuestra parte. Continuamos orando por ellos y los instruimos en el camino
bueno y recto.

Samuel estaba definitivamente hablando en un estado de ánimo paternal


cuando le dijo a Israel: “Así que, lejos sea de mí que peque yo contra Jehová
cesando de rogar por vosotros; antes os instruiré en el camino bueno y
recto”. (1 Samuel 12:23-nuestro versículo a memorizar para este capítulo).
Dios nos dice que debemos reprender a nuestros hijos cuando ellos se
rebelan; es nuestro trabajo. Esto es lo que Él dijo acerca de Elí, el sacerdote,
quien no reprendía a sus hijos para nada: “Aquel día yo cumpliré contra Elí
todas las cosas que he dicho sobre su casa, desde el principio hasta el fin. Y

le mostraré que yo juzgaré su casa para siempre, por la iniquidad que él


sabe; porque sus hijos han blasfemado a Dios, y él no los ha estorbado”. (1
Samuel 3:12-13)
Siempre es para nuestro bienestar el obedecer – no solamente que nuestros
hijos nos obedezcan a nosotros, sino nosotros también obedecer a Dios.
Deuteronomio 6:24-25 declara: “Y nos mandó Jehová que cumplamos todos
estos estatutos, y que temamos a Jehová nuestro Dios, para que nos vaya
bien todos los días, y para que nos conserve la vida, como hasta hoy. Y

tendremos justicia cuando cuidemos de poner por obra todos estos


mandamientos delante de Jehová nuestro Dios, como él nos ha mandado”.
Deuteronomio 7:9-10 añade: “Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios,
Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan
sus mandamientos, hasta mil generaciones; y que da el pago en persona al
que le aborrece, destruyéndolo; y no se demora con el que le odia, en
persona le dará el pago”.
Cualquiera que tenga dudas de cómo la Palabra de Dios puede discernir los
pensamientos y las intenciones de nuestros corazones, no tiene que leer más allá
de las siguientes palabras del libro de Isaías: “Porque te confiaste en tu
maldad, diciendo: ‘Nadie me ve’. Tu sabiduría y tú misma ciencia te
engañaron, y dijiste en tu corazón: ‘Yo, y nadie más’. Vendrá, pues, sobre ti

mal, cuyo nacimiento no sabrás; caerá sobre ti quebrantamiento, el cual no


podrás remediar; y destrucción que no sepas vendrá de repente sobre ti”
(Isaías 47:10-11).
David y yo conocíamos lo que la Biblia decía sobre la desobediencia y
sobre escoger el pecado. El principio básico es: escoge pecar, escoge sufrir. Pero
fue agonizante para nosotros ver a nuestra hija escoger el mal camino. Le
explicamos la forma en que Dios lidia con la desobediencia y le suplicamos que
no se alejara de Su sombrilla de protección al no vivir en Su temor.
Oramos y yo lloré (creo que en un momento dado) por cuatro meses
enteros. Mas lo que trajo a esta niña de vuelta fue nuestra presión implacable, la
presión de Levíticos 26 y la de Dios que cumple Su Palabra. Presión que a mí
me hubiera quebrantado mucho antes; pero Emily era fuerte. Nosotros tuvimos
que ser más fuertes y no estoy segura de que lo hubiera podido lograr sin David.
Aunque sé que el Señor me hubiera dado la fuerza sobrenatural si la hubiese
necesitado.
Sin embargo, David y yo estuvimos resueltos y firmes. La situación,
interesantemente, nunca fue motivo de división entre nosotros. De hecho y para
decepción de ella, fuimos uniéndonos más y más y haciéndonos más y más
fuertes.
Un incidente en particular encendió el fósforo que puso nuestras vidas en
llamas y detonó un rastro de eventos explosivos. Llamé a la secretaria de la
escuela de Emily para informarle que ella estaba enferma y que estaría ausente
durante ese día. Y la secretaria me dijo: “¿Y tú quién eres?
“La madre de Emily”
“¿. . . y tú nombre es?
“Betsy Corning”
“¿Y cuál es el nombre de tu esposo?
“David Corning”
“¿Y cuál es su número del teléfono del trabajo? Y así siguió preguntando.
Fue todo tan extraño. Ella hizo todas estas preguntas de seguridad con un
tono tan sospechoso que me dejó intranquila. Unos minutos más tarde, David me
llamó del trabajo y me preguntó: ¿Reportaste a Emily enferma hoy?
Así fue como desentrañamos un pequeño plan “Reportando a tus amigos
enfermos”. Aparentemente un grupo de amigos habían estado reportándose
enfermos unos a otros y no nos enteramos hasta que realmente que Emily estuvo
enferma. Ahora la escuela no me creía a mí, su verdadera madre.
Después de esto, las cosas se pusieron aún más difíciles. En ese tiempo
vivíamos en una casa antigua con un balcón en el frente, que tenía acceso por
medio de escalones. En este balcón teníamos un par de sillas de mimbre y una
mesa. Una tarde estaba subiendo los escalones y noté que una de ellas tenía
como cinco pulgadas de lodo en las patas. Pensé: Qué extraño. ¿Cómo es posible
que tengan lodo si siempre están en el balcón? Así que caminé por la orilla del
balcón, bajo la ventana del baño y ciertamente había cuatro huecos en el
macetero de flores bajo la ventana. Entré a la casa y fui al baño. Directamente
encima del macetero de flores me di cuenta de la ventana desbloqueada.
¡Atrapada! Emily había usado la silla de mimbre como un escalón para salir por
la ventana del baño hacia el macetero de flores para poder salir y entrar de la
casa. Nunca lo hubiese sabido si a ella, literalmente, no se le hubiese olvidado
cubrir sus huellas.
Pero ella estuvo formidable. Aun cuando la confrontamos sobre el incidente
y tuvo sus consecuencias, ella nos ganó con la próxima situación. Todo fue
escalando a un terrible punto. Todos nos sentíamos muy mal, pero ella no se
doblegaba.
Como era una escritora excelente y muy creativa; Emily incluso creó una
analogía para su lamentable situación. La analogía fue de un ratón en nuestras
manos y que mientras más fuerte lo sujetásemos, más él se defendería. Ella
siguió advirtiéndonos que realmente necesitábamos aflojar la presión y dejar que
ella cometiera sus propios errores. Además, continuaba el argumento, si
aflojábamos la presión, ella se tranquilizaría porque no se sentiría como si le
estuviéramos exprimiendo la vida.
Pensé: ¡Qué analogía más impresionante! ¿Me pregunto si sus amigos la
habrían ayudado a idearla? Aunque yo sabía que ella era perfectamente capaz
de pensarla por ella misma. Y aunque su razonamiento era brillante, no era
bíblico.
Dios dice: si desobedeces, haré tu vida muy difícil. Y si aún sigues
desobedeciendo, lo haré más y más difícil hasta que llegues al final de ti
mismo/a y sometas todo tu corazón delante de Mí, te arrepientas y obedezcas.
Los muchachos que están en rebeldía tienen una capacidad asombrosa de
atraer aliados, así que debemos de estar atentos y vigilantes a los amigos que
escogen. Poco tiempo después del episodio de la salida a escondidas, Emily “se
escapó” por dos días. Yo nunca lo había visto así porque básicamente sabía
dónde ella estaba, pero la verdad es que ella salió de casa sin permiso, con la
intención de castigarnos por haber sido demasiado fuertes con ella.
Sus “amigos” la movían de un lugar a otro varias veces al día para
evadirnos. Por fin decidí llamar a la escuela pues si ella estaba allí simplemente
llegaría antes de la hora de salida a recogerla y la llevaría a casa. Cuando llamé,
me informaron que ella había estado en clase el día anterior, pero ese día estaba
ausente y me preguntaron si yo quería hablar con un oficial. (Me pregunté quien
habría llamado para ausentarla y cómo habían podido evitar que la oficina de la
escuela llamara a David.)
Esto fue hace unos años en una escuela superior muy grande. Hasta ese
momento yo no sabía que la escuela tenía un oficial de la policía trabajando a
tiempo completo, así que le dije: “Sí, seguro que sí”.
Luego de explicarle la situación, él me preguntó: “¿Quiere estar segura de
que esto nunca más suceda?”
Yo contesté: “Absolutamente”.
Me dijo: “Entonces reporte a su hija como desaparecida y deje que la
policía la recoja”.
Yo pensé: “¿En serio?” e inmediatamente supe que era lo que tenía que
hacer. Así que temblando pero sin titubear dije: “Lo haré”. Y por supuesto llamé
a David para verificar este curso de acción, con el cual él estuvo de acuerdo.
Unas horas más tarde la policía recogió a Emily en casa de una amiga en un
suburbio cercano. Como no vivíamos en el mismo suburbio, ella tuvo que ser
trasladada a dos estaciones de policía. Fue una noche horrible. Fue fácilmente la
peor noche de mi vida. David y yo tuvimos que ir a reclamarla a una estación
pero aún así no la dejaron salir con nosotros. La tuvieron que transportar en una
patrulla a la estación de nuestro suburbio, donde tuvimos que hacer la
reclamación nuevamente en la estación de policía. Los oficiales, muy
familiarizados con este caso de “suburbanitis”, como ellos lo llaman, decidieron
obsequiarle un “ajuste de actitud” para disuadirla de decisiones que la hicieran
regresar a su jurisdicción. Y en verdad ella nunca más tuvo motivos para
regresar.
Sin embargo, ahora nos damos cuenta que gran parte del problema era el
grupo de amigos quienes estaban felices de ayudar en cualquier obra maligna.
Les entusiasmaba poder ayudar a nuestra hija a desafiarnos. Era un gran juego
para ellos. Pero una vez que llevaron a cabo este truco, supimos que teníamos
que ponerlo un alto.
Hicimos una lista de “cómplices” y le dijimos: “Estas personas no son más
parte de tu vida”.
Por supuesto su respuesta fue: “Ustedes no pueden escoger a mis amigos”.
Y nuestra respuesta fue: “No estamos escogiendo a tus amigos, pero
definitivamente estamos escogiendo los que no lo serán, así que será bueno que
empieces a hacer un mejor trabajo al escoger”.
Al cabo del mes, esa lista creció de seis a doce personas. Claro que era
difícil llevar cuenta de esto pues los muchachos tienen que estar en la escuela y
tienen carros. Pero el Señor tiene sus maneras de revelarnos lo que necesitamos
saber, como mencioné anteriormente. Al final del 10mo grado en la escuela
superior, le retiramos todos los privilegios con un plan específico de restauración
para todo el verano. Pero eso no fue todo. Diseñamos un contrato sencillo de una
página que delineaba el plan de restauración con nosotros en cuatro etapas. Esto
le facilitaba a ella, al igual que a David y a mí, poder medir el progreso.
Años más tarde, antes de que Emily se casara, ella estaba revisando algunas
de sus cosas cuando se me acercó y dijo: “¿Mami, te acuerdas de esto?” Era la
copia de su contrato. La mía estaba guardada por ahí. Era un recordatorio duro e
hiriente de un tiempo muy doloroso. ¡Ahora ella se reía de aquello! Me lo
entregó y me dijo: “¿Quieres mostrarlo en tu clase de madres?
Le contesté: “¿En serio?
Me lo entregó y me dijo: “Seguro que sí”. ¡Dios bendiga su corazón! Ese es
otro fruto de verdadero arrepentimiento, no más culpa o vergüenza y dispuesta a
compartir su testimonio para que otros sean amonestados (advertidos) y
aprendan de esto.

NUESTRO PLAN DE RESTAURACIÓN

La primera etapa del contrato fue tan intenso; algo como: “No te atrevas a
respirar sin nuestro permiso”. Estábamos comenzando desde cero para
restablecer autoridad sobre el corazón de una adolescente de quince años.
Estábamos viviendo en el estado de “padres policías”. Es horrible sentir que
tienes que ser policía de tu hijo.
Recuerdo una ocasión cuando tenía dieciséis años. Me fracturé la espalda
en cinco lugares y no podía ni siquiera respirar sin ayuda. Fue una experiencia
aterradora. No podía mover ni un musculo y simplemente tenía que confiar que
otros me mantuvieran respirando. Recuerdo esos momentos desesperados
cuando decía: No puedo respirar y los comparo con la experiencia de Emily y
cómo debió sentirse ella durante esa primera etapa. “Estamos comenzando de
cero, no nos resistas. Irás ganando privilegios poco a poco cuando nos demos
cuenta que estás lista.”
Así que su vida se extinguió. No más música, dinero a su disposición o
privilegios de usar el teléfono para su disfrute. Tenía que demostrar su nivel de
responsabilidad durante un mes antes de poder pasar a la siguiente etapa. Si nos
faltaba el respeto o rompía el contrato, entonces esa etapa se prolongaba.
En la segunda etapa se restablecía el privilegio de escuchar música y salir a
lugares con la familia. La vida era un poco más holgada, pero aún bajo estricta
supervisión. El hecho de que el año escolar había terminado, de que ella no
podía manejar (y no hubiera tenido el privilegio de hacerlo aunque pudiera) y
que no tenía un trabajo, nos permitía a David y a mi saber exactamente dónde
estaba y qué estaba haciendo. Ella no sabía cuanta libertad y confianza poseía
hasta que toda le fue quitada.
Más privilegios le fueron permitidos en la etapa tres. La etapa cuatro le
permitía demostrar que era capaz de escoger sabiamente, pero rindiéndonos
cuentas.

CONTRATO
Propósito: Restablecer la confianza y demostrar sabiduría en las elecciones

PRIMERA ETAPA: Sin elección


SEGUNDA ETAPA: Nuestra elección
TERCERA ETAPA: Tu elección con supervisión y límites
CUARTA ETAPA: Tú eliges y rindes cuentas

Cada una de las etapas delineaba los parámetros brevemente. Se designaba una
cantidad de tiempo para cada una con el entendimiento de que podría
prolongarse o aun regresarse al principio si no se seguían las reglas. Es
importante que perseveres en traerlos bajo tu autoridad cada vez, para prevenir
un estado de rebeldía prolongado. Estate alerta de las cosas que exasperan a tu
hijo. Asegúrate de que estés atento/a a ellas, escuchando detenidamente,
mostrando ternura diariamente, etc. Vigilen sus corazones. No los dejen
descarriarse. Podemos practicar ser vigilantes para evitar que el corazón del
muchacho llegue a sitios peligrosos aun cuando ellos sean libres para escoger.
Aquellos jóvenes que deliberadamente desafíen a sus padres y escojan sus
propios caminos por períodos de tiempo extendidos recordarán los fundamentos
de autoridad que sus padres establecieron y esto los mantendrá con suficiente
“temor” de apartarse demasiado. Aun el muchacho más rebelde anhela límites
pues éstos son una demostración de amor, seguridad y protección. Allá en el
fondo lo que desean es que sus padres luchen por ellos y los hagan regresar
aunque no respondan en ese momento.

Emily respondió cautelosamente a cada una de estas etapas y nosotros


esperamos que la reacción de su corazón fuera la señal que nos indicara y ésta
llegó con el tiempo. En una ocasión, tuvimos que prolongar una etapa por una
semana. Fue su último “aliento de rebeldía”. Ella sabía que David y yo
llevaríamos a cabo lo que habíamos acordado. Tengo que admitir que la mayoría
de estas conversaciones de “aguas profundas” (vea Proverbios 20:5) fueron
manejadas por David quien tenía la habilidad de mantenerse firme y calmado.
De hecho, el asunto de su forma de hablarme y respetarme fue lidiado en el
contrato, y las dos trabajamos fuertemente en esto. Ella aprendió a tratarme
correctamente y yo aprendí a escuchar “el espíritu” de sus palabras en vez de
reaccionar a éstas.
Al comienzo del año escolar, sabíamos que aunque todo iba bien, ella
volvería a un ambiente de amigos que la animarían a desafiar a sus padres. No
podíamos dejar de pensar que permitirle volver a ese ambiente sería como tirarla
en la fosa de los leones.
Recuerdo orar sobre esa lista de los que “ya no son más tus amigos” y
pensar: Ellos ya no pueden poseer a nuestra hija. David y yo estábamos
luchando por ella y no les permitiríamos vencer. Ahora las cosas habían
cambiado de una tempestad a un camino planificado.
Así que decidimos sacarla de la escuela pública de 3000 estudiantes y
ponerla en un colegio cristiano de 400 alumnos. Esta decisión fue más que un
cambio de escuela. Ella estaba muy involucrada en competencias de patinaje
artístico y en un equipo de porristas, quienes eran el número uno del estado. Ni
tengo que contarles lo difícil que fue sacarla de actividades que habían formado
una gran parte de su vida por varios años.
Su onceavo grado se veía muy prometedor en cuanto a sus logros y metas,
pero ¿a cambio de qué? Ninguna actividad tendrá ningún significado si el
corazón de tu hijo está en rebelión, aun si son excelentes en ella.
Nos mudamos a cuarenta y cinco minutos de distancia pues entendíamos lo
astuto que pueden ser los chicos y queríamos estar fuera del círculo de influencia
de éstos. Yo sabía que podíamos elegir una escuela más cercana, pero entonces
ella podría recaer e incluso encontrarse con viejas amistades en la biblioteca o en
la tienda. Teníamos la esperanza de que luego de un verano “fuera de contacto”,
ellos perderían el interés. Pero también sabíamos, y con razón, que podían
retomar la relación justo donde la habían dejado si ella regresaba a la misma
escuela en el otoño.
Así que desarraigamos a la familia entera, incluyendo a un adolescente que
vivía con nosotros. Cuatro muchachos cambiaron de escuela en un instante.
David tuvo que viajar unas veintisiete millas más en el tráfico de Chicago para
llegar al trabajo. Nuestros gastos se dispararon cuando pusimos a todos nuestros
hijos en colegios cristianos. Ese primer año fue muy difícil pero valió la pena
cada centavo y cada sacrificio. Y año tras año que pasa comprueba que valió la
pena de muchas maneras.
En realidad fueron muchos los ajustes que hicimos, pero al cabo de seis
meses ella ya tenía una amiga con quien hacia devocionales antes de empezar las
clases. Luego otras amistades se cultivaron y profundizaron gradualmente. En su
último año de escuela superior, tenía un grupo de amigos que venían con ella
hasta nuestra casa para almorzar.
Lentamente Emily fue apropiándose de su fe. Ella había tenido un
fundamento sólido de pequeña, pero ahora sus creencias eran personales y las
tomaba en serio. Pasábamos muchas horas en las noches hablando de asuntos
doctrinales que ella quería conocer. Quería en realidad saber cuáles eran nuestras
creencias. Un par de años antes, su actitud hubiera sido la de, yo ya sé eso, yo sé
que es lo que ustedes creen, pero yo no estoy segura si lo creo. Nos confesó que
su actitud era causada porque durante ese tiempo ella no quería hablar de cosas
espirituales. El tema la habría hecho pensar sobre su vida en maneras que ella
estaba evadiendo. Pero ahora Emily estaba creciendo en convicciones firmes y
valientes.
En la escuela conoció a la hija del director de un campamento bíblico en el
norte de Wisconsin. Ese verano fue en calidad de consejera y como parte del
equipo de mantenimiento, incluso cavando hoyos para colocar postes de teléfono
en temperaturas de cien grados y todo esto sin recibir paga alguna. Esto fue todo
idea suya. Ese verano a la edad de dieciséis años fue bautizada en el lago del
campamento.
Emily recibió muchas lecciones durante ese tiempo. En una ocasión David
le dijo: “No necesito que seas mi amiguita. Ya tengo bastantes amigos, pero vas
a obedecerme.” En ese campamento de verano ella tenía una niña que le hacia la
vida difícil. Tenía la actitud de: yo no tengo que hacer lo que tú dices. Una noche
en que Emily ya estaba cansada de eso, tomó a la jovencita, la llevó aparte y le
dijo: “Mira, no me interesa que seamos amiguitas, ya tengo bastantes amigos,
pero tú vas a hacer lo que yo te diga”. El resto de la semana, la niña se pegó a
Emily como cemento, pues en su corazón lo que ella buscaba era una buena
relación. La firmeza de Emily consolidó una amistad entre las dos.
Emily ha desarrollado una pasión y amor por las personas que la ha llevado
por todas partes del mundo y nosotros estamos seguros que un día será
misionera. Hoy en día ella comparte su fe con frecuencia y reta audazmente a las
personas. No creo que sus convicciones fueran tan fuertes como lo son ahora si
ella no hubiera pasado por las profundas pruebas que pasó.

TESTIMONIO PERSONAL

Cuando enseño esta clase o si la ves por DVD, Emily aparece dando su
testimonio de esa época de su vida y de cómo la fidelidad de Dios la guió a
través de ella. Aun yo tenía curiosidad de saber lo que ella estaba pensando y
sintiendo durante este período; así que creo que su testimonio es una valiosa
instrucción para padres e hijos mayores. Lo siguiente es un resumen del
testimonio escrito por Emily dándonos su perspectiva de esta época de su vida.

Mi mamá es mi mejor amiga y mi papá es mi héroe. Tengo


muchos recuerdos especiales de cuando estaba creciendo y
ahora que tengo mis hijos quiero que ellos también puedan
crear los suyos propios. Sin embargo, cuando pienso en
algunas cosas, necesito respirar profundamente y volver a
visitar las profundidades de ese naufragio. Demás está
decirles que preferiría hablar de cómo va mi vida ahora
antes de hablar de cómo era entonces. Pero quisiera lograr
dos cosas al contarle esta historia. Primero: lo comparto
como una bendición para mi mamá y segundo: para
demostrar que Dios tiene un plan para nuestra crianza aun
cuando nosotros no sepamos cuáles serán los resultados.
Comenzaré esta historia desde mucho antes,
describiendo como fueron mis años de escuela primaria. Yo
era parte del club AWANA y era muy buena en esto. Mi
mamá dedicaba mucho tiempo para que yo lo fuera. Tenía
una fe básica y nunca dudé que lo que se me había enseñado
fuera la verdad. En tercer grado, inclusive, compartí el
evangelio con una amiguita y ella creyó y aceptó a Cristo.
Cuando estaba en quinto grado, mi familia dejó la
iglesia a la cual asistíamos para comenzar una nueva. No se
había formado el grupo de jóvenes todavía y yo no tenía
esos amigos cristianos que todo niño necesita para salir
adelante en esta etapa de su vida.
Durante los años de escuela intermedia, comenzó el
descontento en mí. Entiendo que no es el caso de todos los
jóvenes, pero para mí los años de escuela intermedia fueron
de un brutal y extenuante agotamiento emocional. Los
jóvenes no desean compartir sobre sus vidas con sus padres,
pues ellos mismos no están ni seguros de lo que les está
sucediendo. Las experiencias vividas en la escuela
intermedia no siempre producirán un comportamiento
racional.
Entre las niñas, podemos ser mejores amigas un minuto
y al próximo esa misma “mejor amiga” te detesta y ha
logrado que todas las demás igualmente lo hagan. ¿Cómo
padre, te molesta esto mucho? ¿Y qué tal cuando unos pocos
meses después esas mismas amigas vuelven a ser amigables
de nuevo? Por supuesto, los hijos no quieren informar a los
padres de todos los detalles pues saben que estos
reaccionarán como cualquier padre lo haría; defendiendo a
su hijo. ¿Qué padre querría invitar a “fulanita y menganita”
a su casa si supiera que esas mismas humillaron y
desmoralizaron a su hijo unas semanas antes? Como los
muchachos no quieren que los padres reaccionen así, la
comunicación sufre.
Yo experimenté todo esto y el fundamento de mi fe fue
retado por el mundo. Durante estos años, vivir para agradar
a Dios y a mis padres no era ya mi prioridad. Estaba
viviendo para sobrevivir día a día.
Fue también durante estos años que mi papá y yo
hicimos la serie “Diseñados para Discipular”(NavPress). A
esas alturas yo ya sabía perfectamente como memorizar las
Escrituras y responder bíblicamente. Sin embargo no era
capaz de conectar las verdades de Dios con mis
circunstancias.
Mirando hacia atrás, me encantaba que hiciéramos
esos libros juntos. Me encantaba que compartiera conmigo
primero cosas que él compartiría apasionadamente con
miles, más tarde.
Si me permiten sugerirles algo sería esto: que los
padres se involucren de más formas con sus hijos durante
estos años. Cultiven un interés en algo que puedan disfrutar
juntos. Los padres que conocen mejor a sus hijos podrán
tener una mejor perspectiva de ellos y ser su ancla en
momentos de tribulación.
Para finales de la escuela intermedia, en el verano,
antes de comenzar la escuela superior, mis padres al parecer
percibieron que yo necesitaba una inyección espiritual y
decidieron enviarme en un viaje misionero de ocho semanas.
No fue que el viaje no fuera efectivo, sino que yo tenía una
mala actitud y además tenía una amiga con la misma actitud
y digamos que no nos ayudábamos la una a la otra.
Cuando comencé la escuela superior, comenzaron a
agrietarse las pautas por las que me guiaba para vivir. Me
di cuenta que la mayoría de los padres de mis amigos les
permitían hacer muchas más cosas ahora que ya estaban en
la escuela superior. Me sentía frustrada y alejada de mis
amigas que podían hacer cosas que a mí no me permitían.
Pronto comencé a poner mi prioridad en los amigos y las
experiencias, más que en la obediencia. Mentir se me hizo
menos y menos difícil e iba construyendo murallas. De vez
en cuando dejaba entrever alguna cosa, pero nunca lo
suficiente para que me descubrieran o que revelara algo que
pudiera terminar en castigo. No era que no me gustara mi
casa, era que no quería estar allí.
Llegaron oportunidades de complacerme a mí misma y
comencé a aceptarlas. Mi vida estaba extremadamente
segmentada. No tenía una perspectiva eterna en mi
conducta, por lo menos no lo suficientemente fuerte para
hacer cambiar mis patrones. Para entonces, había cavado
una fosa, estaba dentro y no tenía fuerzas para salir de ella.
Las situaciones se descubrieron y mis padres tomaron
una decisión. Algo que parecía extremista en ese momento.
Ellos reajustaron nuestras vidas por completo para que yo
tuviese victoria. Apartaron todas las distracciones.
Aquí es cuando mi papá se convierte en mi héroe.
Durante este tiempo, yo estaba por supuesto, devastada y
extremadamente molesta. Las cosas empeoraron antes de
mejorar. Una relación con mi papá comenzó a resurgir. Él
no se escandalizaba de mí y podía entenderme. Protegió a
mi mamá y podía ver más allá de todas las emociones
(aunque estoy segura que fue agotador para él). Me permitió
sentir las consecuencias del pecado y de mi rebeldía.
Estoy tan agradecida que esta experiencia me ocurrió a
una temprana edad cuando pude ser rescatada y protegida
por mis padres. El Señor fue tan misericordioso conmigo.
De joven adulta, todavía luchaba por tomar las
decisiones correctas, pero mi corazón quería agradar a
Dios. Mientras fui escogiendo estar en las situaciones
correctas, comencé a crecer. No fue un cambio rápido, pero
el Señor me restauró por completo y me permitió
experimentar las bendiciones de la obediencia.

RESTAURACIÓN

Nuestra relación con Emily está ahora completamente restaurada. Recuperé


a mi hija nuevamente. Es mi única hija y muchas veces me preguntaba si
volveríamos a disfrutar la una de la otra. Ahora puedo decir que ella es una de
mis mejores amigas y una hija querida y amorosa. Se entrega de corazón en todo
lo que hace. Cuando estaba en rebeldía, lo estaba de todo corazón y ahora lo está
para el Señor. Le doy gracias a Dios por Su fidelidad hacia nosotros después de
unos años tan difíciles.

FRUTO DE ARREPENTIMIENTO

El verdadero arrepentimiento trae restauración completa. Gracias al regalo


maravilloso de Dios de la redención podemos arrepentirnos, ser perdonados y
restaurados. Hay frutos de arrepentimiento como nos dice en Lucas 3:8:
“Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento”. La siguiente es una lista de
frutos de arrepentimiento:

1. No justifico mi pecado.
2. Genuinamente me entristezco por mi pecado.
3. Acepto las consecuencias de mi pecado y hago restitución si es posible.
4. Doy cuentas de mí a otros.
5. Reconozco el pecado como repulsivo para mí y para Dios.
6. Puedo alabar con gozo.
7. Deseo permanecer en comunión con Dios.

Quisiera aclarar que este proceso no está completo sin la humildad de


corazón que requiere una confesión sincera, un acto de arrepentimiento, la
decisión de escoger lo correcto (rectificar) y buscar perdón y restauración. Unos
meses después de mudarnos, cuando el Señor había preparado completamente su
corazón (mente, voluntad y emociones), Emily y yo fuimos a nuestra iglesia y de
rodillas oramos juntas. Esta simple acción hizo que el círculo de toda esta
tribulación se cerrara y nos llevó a entender que todo había concluido.

REBELDE Y MAYOR DE DIECIOCHO

Hay una segunda forma de rebeldía que debe tomarse en cuenta. La de un


joven adulto quien es suficientemente mayor y puede irse de casa estando aún en
rebeldía.
Los tres meses entre la escuela superior y la universidad son unos de los
más importantes en la vida de un joven. Esto es aún más crítico si ellos no están
viviendo bajo principios bíblicos. Pueden permanecer en el camino o desviarse a
tal punto que pierdan sus opciones.
Los jóvenes adultos que vivan por su cuenta seguirán en rebeldía si
continuamente estamos rescatándolos. No debemos darles oportunidad a que
sigan en el pecado. No debemos sacarlos del apuro. Una persona en este estado
necesita sentir el peso de las consecuencias de su desobediencia. Proverbios
19:19 nos exhorta: “El hombre de gran ira llevará el castigo, porque si
tú lo rescatas, tendrás que hacerlo de nuevo”. Intentar por misericordia salvar
a una persona de sus consecuencias será en vano si ésta sigue en rebeldía. Y para
empeorar las cosas, te darás cuenta que volverán a su calamidad una y otra vez y
si una y otra vez los rescatas, estarán esperando que lo hagas siempre.
Las Escrituras nos dicen que el niño “consentido avergonzará a su
madre” (Proverbios 29:15). Las madres a menudo excusan y justifican la
conducta de sus hijos, aun la de hijos mayores, porque sienten vergüenza. Esta
vergüenza lleva a la negación de un problema obvio. Y pronto todo lo que salga
mal es la culpa de otro.
No todos los jóvenes se someten a Dios; ésta es una verdad dolorosa. Pero
los padres piadosos lucharán por el corazón de sus hijos hasta que tengan que
dejarlos ir porque ya son jóvenes adultos. Puedes soltar a un joven adulto (mayor
de dieciocho) que no se ha arrepentido, pero no le brindes ayuda alguna. No
proveas fondos para la rebeldía. Como dice Proverbios 17:16 “¿De qué sirve el
precio en la mano del necio para comprar sabiduría, no teniendo
entendimiento?”
Son raras las circunstancias cuando debemos entregar a un joven adulto al
camino que ha escogido, a sus propias artimañas, su propia vergüenza,
destrucción y hasta su propia condenación. Pero recuerda que siempre hay
esperanza. Debemos estar orando por ellos, pero de ninguna manera
ayudándolos en su rebeldía. Permíteles que toquen fondo rápido.
La relación no puede continuar como si nada estuviera pasando cuando
alguien está viviendo en rebeldía. Cuando se arrepientan y cambien su
comportamiento desobediente, debemos estar llenos de gracia hacia ellos,
ayudándoles de todas las maneras, excepto quitándoles las consecuencias dadas
por Dios.
Los rebeldes deben sentir el dolor de la comunión quebrantada. De otro
modo, nunca se darán cuenta de que tienen que someterse a la autoridad de Dios.
Si nosotros pensamos que es una estrategia de amor el rescatarlos continuamente
o salvarlos de las consecuencias, entonces ellos no verán la necesidad de
cambiar.
Así que si tienes que soportar el dolor de alguno de estos traumas
familiares, recuerda—no te rindas. Y si tienes a amigos pasando por esta
situación, sé comprensivo/a y ora por ellos.

NOTA PARA LOS QUE CRIAN HIJOS


DE VOLUNTAD FUERTE
No asumas que un hijo de voluntad fuerte va a ser automáticamente un
adolescente rebelde. Tampoco pienses que el Señor te dio un hijo de voluntad
fuerte para vengarse de ti o que tener un hijo con estas tendencias va a ser una
marca negativa para tu familia.
Las personas de voluntad fuerte son unas de las más emocionantes de la
historia y Dios puede usarlas grandemente para Su propósitos cuando éstas
hayan aprendido a someter sus impulsos al control del Espíritu Santo. Si sabes
que tienes hijos de voluntad fuerte, esto será un reto para ti y debes permanecer
dos pasos delante de ellos. El círculo que les dibujes puede parecerte pequeño
inicialmente debido a los retos que ellos representan. Pero recuerda que la vida
con ellos puede ser una maravillosa aventura a medida que crecen a ser hombres
y mujeres entregados a lograr grandes cosas para Cristo.
Mucha gente cree que sólo los hijos de voluntad fuerte se rebelan. Pero la
voluntad de cualquier ser humano, si no se controla, desafía a Dios. Todos
vivimos en rebeldía hacia Dios hasta que rendimos nuestros corazones y vida a
Él—sin importar nuestro temperamento.
En conclusión, Habacuc 3:17-19 nos dice que no alabemos a Dios sólo
cuando el sol esté brillando, sino aun cuando las nubes tormentosas estén sobre
nosotros y que nunca nos rindamos. Así lee el pasaje David: “Aunque la
higuera no florezca (esas son malas noticias), ni en las vides haya fruto (esas
son malas noticias), aunque falte el producto del olivo (esas son malísimas
noticias), y los labrados no den mantenimiento (malas noticias), y las ovejas
sean quitada de la majada, y no haya vacas en los corrales (muy malas
noticias), con todo, yo me alegraré en Jehová, me gozaré en el Dios de mi
salvación. Jehová, el Señor, es mi fortaleza; él me da pies como de ciervas y
me hace caminar por las alturas”. Si Jesús es mi Salvador, el futuro es
brillante.

Querido Señor:
Una vez más venimos delante de Ti y Te agradecemos por la
bendición que son nuestros hijos. Lo que acabamos de leer
nos puede llenar de temor y preocupación de lo que pueda
venir. Pero reconocemos que en Ti no hay por qué temer,
sino más bien estar confiados y seguros. Por favor,
recuérdanos esto y ayúdanos a mantener la perspectiva
correcta. Pedimos Tu sabiduría y ánimo mientras guiamos a
nuestros hijos en el camino bueno y recto. Amén.

GUÍA PARA GRUPOS PEQUEÑOS

MEMORIZACIÓN DE LAS ESCRITURAS


(Tiempo sugerido—15 minutos)

Así que, lejos de mí pecar contra Jehová


dejando de rogar por vosotros;
antes os instruiré en el camino bueno y recto.
1 Samuel 12:23

Continúen con el sistema de memorización y que cada persona recite el


versículo de hoy. Luego repásenlo alternándolo con los versículos de las
semanas anteriores. Recuerden mencionar la cita bíblica antes y después del
versículo.

TIEMPO DE PAREJAS
(Tiempo sugerido – 45 minutos)


Hablen de las decisiones tontas y sabias hechas durante los años de su
adolescencia. Basado en tu niñez, ¿qué cosas harías igual o diferente en
cómo crías a tus hijos?
¿Interpretas tú la rebeldía de los adolescentes como una “fase” por la cual
todo muchacho tiene que pasar? ¿Tienes algún plan para preparar a tus hijos
para los años de adolescencia?
Considera a cada uno de tus hijos y cómo estos responden a la disciplina.
¿Reconoces algunas tendencias que requieran atención especial?
Hablen del “círculo completo”. Éste es para ser utilizado en conjunto con la
vara y la reprensión. ¿Cuándo es apropiado usar cada una? Recuerden
Proverbios 20:5: “Como aguas profundas es el consejo en el corazón del
hombre, pero el inteligente sabe alcanzarlo.” ¿Cómo vas a incorporar las
“aguas profundas” en las conversaciones con tus adolescentes? ¿Cómo
planeas mantener los canales de comunicación abiertos entre padres y
adolescentes? Elabora un plan aun para los jóvenes de escuela intermedia.
La crisis, ¿los une más como pareja o los divide? ¿Cómo pueden
mantenerse unidos, animándose y apoyándose?

Aplicación en el hogar:

Para la rebelión seria y contínua: ¿Tienen algún hijo mayor o adolescente


que ha escogido mantener su posición en contra de tu autoridad de manera
contínua y destructiva para la familia? Recuerda, ésta es una situación que
tiene que ver con la voluntad, no la mente o las emociones, aunque todas
están de alguna manera ligadas. Desafiar la autoridad es causa de disciplina.
Discutan como pareja el compromiso que van a tener para hacer que esta
situación cambie. Posiblemente haga falta un “plan de restauración”.

Estén completamente de acuerdo el uno con el otro antes de comenzar esta


tarea. Necesitarán mantener un frente unido para que su hijo vea que están en
serio. No dejen que la rebeldía de su hijo cause desunión entre ustedes.
Asegúrense que su hijo ha entendido todo lo que han decidido y por qué. No es
necesario que esté de acuerdo. Ayúdenlos a entender el propósito de sus acciones
y el punto de vista de Dios sobre la desobediencia. Déjenles saber su
preocupación y su amor por ellos y que el escoger pecar significa escoger sufrir
las consecuencias. Esto también es un proceso. La rebeldía profunda no cambia
en una semana ni aun en un mes. Ninguna rebeldía cambia sin un verdadero
arrepentimiento y humildad. Así que manténganse fuertes y en la Palabra para
que permanezcan enfocados y firmes por el tiempo que sea necesario.


Para desafíos ocasionales: A diferentes edades, muchos niños van a
“probar el ancla” para ver si ésta los sostiene. Están probando para ver si
van a responder como lo hicieron en el pasado. Es importante que
perseveren y que los sometan a su autoridad en cada ocasión, pues esto va a
prevenir un estado de rebeldía prolongado. Estén atentos a aquellas cosas
que puedan exasperar a sus hijos. Revisen si están prestándoles atención,
escuchándolos atentamente, siendo cariñosos con ellos diariamente, etc.
Cuiden sus corazones. No dejen que se desvíen. Somos cuidadosos para
prevenir que el corazón del niño entre en lugares peligrosos, aunque ellos
son libres de escoger. Aun los hijos que desafían a sus padres a propósito y
eligen sus propios caminos por un largo tiempo, recordarán los
fundamentos de autoridad que sus padres establecieron y esto les servirá de
mucho manteniéndolos “temerosos” de alejarse demasiado. Incluso, los
hijos más rebeldes desean límites pues éstos son una demostración de amor,
seguridad y protección.
Para algún amigo/a que está pasando por esta prueba: Se comprensivo,
más aún, dale consejos piadosos. No los animes a salvar al hijo del
problema o a protegerlos de las bien merecidas consecuencias. Anímalos a
restaurar la relación, pues éstas son relaciones de por vida, pero no
rescatándolos del problema para que no sigan en lo mismo. Necesitan
aprender que hay dolor en apartarse de Dios. Provéeles versículos, ora con
ellos y anímalos a que vayan a la batalla si fuere necesario, incorporando
las estrategias transmitidas en esta lección.

Declaración para el hogar: Estamos comprometidos a permanecer unidos


a través de cualquier período de rebeldía y resistencia que tengamos que vivir
con cualquiera de nuestros hijos. Usaremos los principios de la Palabra de Dios y
trataremos a nuestros hijos con el mismo amor firme y misericordioso que
nuestro Padre Celestial nos ha brindado. Lucharemos por nuestros hijos,
oraremos y nunca nos rediremos.
Oración para la pareja: Levanten a sus hijos en oración, con especial
atención a aquellos que demuestren ser de voluntad fuerte o tendencias rebeldes.
Pídanle a Dios corazones sabios y fuertes para mantenerse firmes en los tiempos
que vendrán. Pídanle a Dios humildad para evaluar el pasado y entregarle a Él
los errores que puedan haber cometido. Cuenten con Él, como su guía para el
futuro.

TIEMPO DE DISCUSIÓN
PARA GRUPOS PEQUEÑOS
(Tiempo sugerido – 45 minutos)


Conversen de alguno o todos los principios concernientes a la rebeldía.
¿Cómo pueden estos principios moldear tu manera de pensar o tus
estrategias para criar a tus hijos?
Vuelvan a leer Levíticos 26:40-42. Nombren cuatro puntos sobre la
restauración mencionados en este pasaje. A pesar de que no vivimos bajo la
ley de Moisés como en los tiempos de Israel, ¿Cuál es el corazón de Dios
hacia la rebeldía?
Discutan sobre los límites de privacidad para los hijos. Piensen sobre esto
juntos y saquen sus convicciones personales de esta conversación.
Dialoguen sobre los frutos del arrepentimiento.
¿De qué maneras los padres apoyan la rebeldía?
¿Cuáles son algunas cosas importantes que recordar acerca de los niños de
voluntad fuerte?
¿Cómo podemos animarnos el uno al otro si uno de los dos está pasando
por esta prueba? ¿Qué consejo es necesario para el padre que tiene a un
adolescente rebelde viviendo en casa? ¿Cuán diferente sería el consejo
tratándose de un joven adulto que ya no vive en casa? ¿Cuáles cosas serían
iguales en ambos casos?
¿Tienen alguna otra pregunta u observación sobre lo que han leído en el
capítulo 11?

TIEMPO DE ORACIÓN

Oren por entendimiento y sabiduría con relación a la rebeldía en su propia


familia (aún en sus propios corazones) y por otras familias pasando por la
misma prueba.
Oren por jóvenes específicos que se mantienen viviendo en constante
rebeldía. Oren por los corazones quebrantados de sus padres, que sean
animados y fortalecidos para hacer lo que Dios les ha llamado a hacer.
Oren para que la crianza que les dan sea un ancla estable, que permanezca,
a medida que sus hijos crecen.

12

PALABRAS QUE EDIFICAN
LOS PADRES PIADOSOS ESCOGEN SUS PALABRAS SABIAMENTE

Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca,


sino la que sea buena para la necesaria edificación,
a fin de dar gracia a los oyentes (LBLA).
Efesios 4:29

M e parece que los recuerdos son una curiosa colección de experiencias


guardadas en nuestra memoria. He descubierto, como yo estoy segura que tú
también, recuerdos al azar que nuestros hijos han preservado. Tú tendrás
grandiosos recuerdos en los cuales puedes revivir cada detalle y atesorar el
momento. Pero ellos tendrán sus propios recuerdos, cosas que fueron de gran
significado para ellos. Puede ser que ¡ni siquiera recuerden lo que tú recuerdas!
O ellos dirán: “Si, eso fue bueno, pero uno de mis recuerdos favoritos fue
cuando Mamá me dejó tratar seis veces ‘la máquina de pescar peluches’ en el
supermercado para poder agarrar a Benny el Toro”. Luke realmente me dijo eso.
Pensé: ¿Yo hice eso? ¿Cuándo? ¡Esas cosas son malgastar el dinero! Pero
precisamente por eso es que el evento es algo memorable para él, porque hice
una gran excepción, sólo para que él pudiese divertirse. (Ellos parece que
siempre recuerdan la excepción que hiciste o el tiempo cuando hiciste algo
“fuera de serie”).
Cuando Emily tenía diecisiete años, escribió una corta composición acerca
de los recuerdos más significativos de su niñez. El siguiente es un extracto:

Mi primer día en el Jardín de la infancia

Muchos eventos y recuerdos se acumulan durante la vida de una persona que le


ayudan a lograr tener su propia identidad. Muchas de estas experiencias pueden
no parecer muy placenteras en el momento; pero a través de ellas aprendemos y
nos preparamos para el futuro. Un día significativo en mi vida fue el primer día
de clases, cuando comenzó mi proceso educativo, mi primer día en el jardín
infantil.
Mucha preparación fue hecha para este importante día. Recuerdo haber salido
para comprar pegamento y tijeras. Todo parecía muy divertido. Mi mamá me
compró una chaqueta nueva de color rosado, que combinaba con mi mochila y
cosió mi nombre en ambos, con los colores del arcoiris. Todavía hoy disfruto la
preparación que es parte de cualquier evento. Me gusta tomar el tiempo de
planear para tener resultados perfectos. Aunque ahora, mi planeamiento
usualmente supera la compra de pegamento y tijeras.
Estaba tan contenta de conocer nuevos niños y hacer nuevos amigos que casi no
pude dormir la noche antes. El miedo de no ser aceptada por los otros niños ni
siquiera cruzó por mi mente. Soy una persona muy sociable en la mayoría de los
casos; sin dejar de ser yo misma. Los días de escuela fueron grandiosos. Hice
nuevos amigos y jugué juegos. Mi maestra también, era realmente agradable. El
único problema fue cuando llegó el momento de regresar a casa. Los autobuses
que nos transportaban estaban identificados por colores. Yo tomé el autobús
color naranja para llegar a la escuela. Sin embargo, para regresar a casa, había
tal variedad de lindos colores que yo quería probar uno nuevo. Así que decidí
tomar el autobús azul. Cuando el conductor terminó su ruta, había una pequeña
niña con una chaqueta rosada en la parte trasera del autobús. Nos habíamos
mudado a nuestra nueva casa hacía cinco días, entonces para hacer la historia
corta, el chofer se comunicó por radio a la escuela para averiguar mi dirección
y me llevó a casa.
El próximo día mi mamá puso una pequeña tarjeta anaranjada en el bolsillo de
mi mochila para recordarme si alguna vez volvía a tener dudas acerca del
autobús que debía tomar para llegar a casa. Yo soy conocida por mi eterno
deseo de probar cosas nuevas, parece que yo era así desde el jardín infantil. Las
cosas diferentes me fascinan y me gusta tener la posibilidad de mirarlas desde
diferentes ángulos. A veces, todavía hoy día, necesito una pequeña tarjeta que
me sirva de guía.
Recuerdo mi primer día en el jardín infantil muy bien. Los eventos que
ocurrieron revelaron un poco de la persona que soy hoy. Junto a otras muchas
experiencias que han tenido lugar en mi vida, ese día ha sido un importante hito
en mi proceso de crecimiento.

Nosotros no sabemos cómo las cosas impactarán a nuestros hijos. Cuando


leí esta composición, para ser honesta, no recordaba haber puesto esa tarjeta
anaranjada en su mochila. Recuerdo los intrincados detalles de bordar su nombre
con los colores del arcoiris, pero no el detalle más significativo para ella.
Aunque Emily estaba sólo en el jardín infantil en ese tiempo, me doy
cuenta, de que su vida había comenzado su curso aun a esa temprana edad de
cinco años. No que este curso estuviese escrito en piedra, pero iría en una
dirección basada en muchos factores contributivos, como enseñanzas y
respuestas espirituales, desarrollo físico y salud, crecimiento en relaciones,
crecimiento intelectual y emocional, creatividad y talentos. Estos primeros cinco
años se van tan rápido y son de suprema importancia en el desarrollo de un niño.
Mientras viven con nosotros, construimos una base que los guiará a través
de la vida. Ellos están aprendiendo de nosotros pero lo que recuerden, será
nuestro legado en sus vidas.
Cuando miramos esos cinco años en que aproximadamente el 25 por ciento
del tiempo ellos estarán bajo nuestro techo, somos sacudidos por la rapidez de la
vida. Darme cuenta de esto me impulsa a construir intencionalmente y a valorar
el significado de esos años (y todos los años que pudiera tener) con mis hijos y
nietos.
Cuando consideramos los innumerables recuerdos que pasan por sus
cerebros es imposible subestimar el impacto que nuestra crianza ha tenido sobre
ellos. No me estoy refiriendo a grandes vacaciones o regalos lujosos, que
pudieran haber recibido ocasionalmente. Más bien estoy hablando del simple
acto de la comunicación diaria en palabras o hechos que abarcan los recuerdos
más significativos que ellos tienen de ustedes. ¿Cuáles palabras recordarán tus
hijos de ti? Y si no son tus palabras—será tu tono. ¿Cuál será el tono que tus
hijos recordarán de ti?
Cuando me criaba, mi madre decía: “Una dama deja el lugar mejor que
como lo encontró”. Me parece que las únicas veces en que la recuerdo diciendo
esto era en baños públicos y ella estaría limpiando el mostrador y el lavamanos.
¿No son interesantes las cosas que recordamos? Aunque mi madre ya no está
con nosotros, las cosas que decía y que eran importantes para ella, tienen gran
importancia y valor para mí en el día de hoy. Cada día pienso como pensaría o
respondería mi madre. Sus palabras y su forma de ser están infundidas en quien
soy hoy, aun más profundamente ahora que cuando podía hablarle.
Algunas veces tenemos que hacer una pausa y pensar acerca de las frases o
dichos en nuestras familias. Sé que nuestros hijos recordarán muchos de los
dichos de nuestra familia como: “Termina firme”; “Haz lo que debes hacer
primero”; “Si no es tuyo, no es tuyo”; “Tu última impresión es tu impresión
duradera”; “La separación separa”; “Un tenedor es un tenedor y no es un
cuchillo”; “Piensa lo mejor, espera lo mejor, cree lo mejor”; y ciertamente las
cinco reglas, las cuales recitábamos siempre en el carro antes de ir a una tienda:
“No suplicar, no tocar, no lloriquear, no tirarse en el piso y permanecer junto a
Mamá” (la distancia permitida era la de un brazo de longitud). Cuánta diferencia
hicieron esas palabras reforzadas en cada viaje. Cuando mis hijos eran bastante
jóvenes, ellos no sabían que no todos los niños tenían las cinco reglas para la
tienda, así que ellos se sorprendían mucho viendo lo que algunas madres
soportaban o no sabían manejar. Ellos creían que todos tenían las cinco reglas
para la tienda y que así era que estaba supuesto a ser.
Recientemente, llevé a mis cuatro nietos pequeños a la tienda. Me di cuenta
que necesitábamos una actualización de las cinco reglas. Según mencioné
previamente, ya que los hijos de Emily son tan cercanos en edad, ellos operan
con una mentalidad de “grupo”. Mantenerse cerca no era un problema. Ellos
estaban siempre aferrándose el uno al otro. Sin embargo, el ruido era otro factor.
Con cuatro juntos, el nivel de ruido es increíble. Especialmente un niño sabe
cómo hacerse oír sobre los otros. Tuvimos que parar y hablar sobre las reglas,
incluyendo una nueva: “Si otros compradores pueden oír tu conversación desde
el otro pasillo, estás hablando muy alto”.
Así que practicamos nuestras reglas antes de llegar a la tienda y dimos
recordatorios una vez adentro para que las aprendieran. Los pequeños
compradores pueden emocionarse demasiado así que tomamos su emoción en
consideración, pero ellos gustosamente trabajan para comportarse
adecuadamente para poder repetir la experiencia.
Para ayudar a facilitar las frustraciones de comprar, también hacíamos “la
lista” antes de salir a hacer las diligencias. Discutíamos sobre lo que íbamos a
comprar y si yo lo sancionaba, estaba escrito en la lista. Mientras comprábamos,
si veíamos cosas que no estaban en la lista, no considerábamos la posibilidad de
comprarlas. Por supuesto, yo podía hacer excepciones, si estimaba que la
situación lo ameritaba, pero también me recordaba de un dicho que mi esposo,
David decía. El solía decir: “Si no lo necesitabas antes de verlo, probablemente
no lo necesitas”. O bromeando decía: “Se cómo te puedes ahorrar un 100 por
ciento”.
Tus hijos, especialmente los hijos adultos, probablemente tienen algunos
dichos de su niñez que recuerdan que tú y tu esposo/a decían. Y aun ahora
mismo, estás recordando algunos dichos que tus padres solían decir. Como no
sabemos las cosas que impactarán a nuestros hijos ni sus recuerdos, necesitamos
ser cuidadosos en guardar nuestras lenguas. Necesitamos pensar las palabras que
salen de nuestras bocas. No podemos darnos la libertad de decir lo que sea que
venga a nuestra mente o a nuestra boca, asumiendo que son jóvenes y que lo
olvidarán.
Cuando una esposa/madre está extremadamente frustrada, tiende a recurrir
a dos mecanismos para ganar el control en su relación familiar. En relación a su
esposo, ella puede negarse a la intimidad. En relación a sus hijos, puede elevar
su voz. Aunque haya motivo para una voz firme, estos dos métodos son falsos.
Guárdate de usarlos. Ellos socavarán tus relaciones.
Así mismo, cuando un esposo/padre está frustrado, tiende a evitar o a
desatender a su familia. El mecanismo de frustración del hombre puede ser el de
retirarse. Sin embargo, cuando se acerca, su frustración tiende a revelarse al
“tomar control” sobre su esposa o sobre sus hijos. Los tonos intimidantes, los
gritos, o las palabras ásperas son difíciles de recibir, mucho más para tus seres
queridos. Estos métodos también deben ser desechados en nuestras familias ya
que son mecanismos hirientes.
Recuerdo una vez cuando nuestros hijos eran aún pequeños; David me
comentó que debería escuchar como sonaba mi voz cuando estaba enojada con
ellos. No le hablaba así a él, pero estaba demasiado relajada con los niños. Él
estaba siendo amable, probablemente pensaba: Podrías romper un vidrio.
Cuando las madres están enfadadas, sus voces suben a un punto que son
estridentes y eso no es agradable. Pero a menudo, nosotras no nos escuchamos.
Después que David gentilmente me señaló mi volumen, estaba determinada con
la ayuda de Dios, a terminar con ese tono. Así como el entrenamiento repetitivo
para que los niños aprendieran las reglas de la tienda, nosotros debemos
practicar y practicar. La práctica nos da un gran éxito en dejar el comportamiento
indeseado y movernos al deseado (desechamos el malo y nos vestimos de un
nuevo comportamiento).
Las cosas no serán perfectas en esta vida, ¿verdad que no? No vivimos en el
cielo todavía. Así que continuamos diligentemente trabajando en nuestro proceso
de lograr lenguaje y acciones santificadas. Con la ayuda del Espíritu Santo
podemos ser liberados de hábitos no piadosos y hacer un gran progreso. Yo me
animo poderosamente a trabajar en mis patrones de lenguaje, con Efesios 4:29:
“Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena
para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes”.
¿Qué quiere decir este versículo cuando habla de edificación? Edificación
es ayudar a una persona a madurar en el Señor.
Nosotros nos edificamos unos a otros con nuestras palabras en una o más de
las siguientes cinco formas:

1. USANDO PALABRAS SANAS

Esto significa escoger nuestras palabras sabiamente, trasmitiendo una


actitud de amor y de comprensión. Algunas veces éstas son palabras de
corrección o de reprensión pero aun así, ellas son cuidadosamente escogidas y
son dichas firmemente en amor. Las palabras edificantes son dichas para
fortalecer a las personas en el Señor, para motivarlas a permanecer, para
alentarlas a ser más como Cristo.
No usamos palabras que menosprecien o derriben. No debemos usar
palabras sarcásticas o estallar con nuestros hijos con palabras de ira. No estamos
llamados a usar lenguaje profano o tomar el nombre del Señor en vano. Cuando
fallamos en alguna de estas áreas, necesitamos confesarlas al Señor y pedir
perdón a nuestro hijo o a nuestro esposo/a, si ellos fueron quienes las recibieron.
La ira o las palabras ásperas son a menudo las palabras que tú probablemente
olvidarás pero tus hijos o tu cónyuge recordarán. Las palabras iracundas o
ásperas que fueron perdonadas son propensas a ser olvidadas más rápidamente.
Otro ejemplo de palabras ásperas es el sarcasmo. (Sarcasmo en realidad
significa, cortar, desgarrar la carne o rechinar los dientes).
Efesios 5:4 dice: “Ni palabras deshonestas, ni necedades, ni
truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias”.
Necedades se refiere a conversaciones sin sentido, carentes por completo de
significado, charla sin utilidad, no me refiero a las “cosas divertidas” que
compartes con tu familia en la cocina. Pero puedes darte cuenta cuando se cruza
la línea y pasa de disfrutarse uno al otro a tonterías sin sentido, a conversación
carente de misericordia, para mortificar o bromas hirientes, ¿verdad que si?
Proverbios 26:18-19 vívidamente retrata el “llevar las cosas demasiado lejos”:
“Como el que enloquece, y echa llamas y saetas y muerte, tal es el hombre
que engaña a su amigo, y dice: Ciertamente lo hice por broma.”
Colosenses 3:8 añade: “Pero ahora dejad también vosotros todas estas
cosas: ira, enojo, malicia, calumnias, palabras deshonestas de vuestra boca”.
Esto puede recordarnos del provechoso consejo del libro de Santiago acerca de
la boca desenfrenada: “Con ella (la lengua) bendecimos al Dios y Padre, y con
ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. De

una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no


debe ser así”. (Santiago 3:9-10).
Los esposos y las esposas necesitan poner barandas alrededor de su
lenguaje para cuidar cómo se hablan el uno al otro. Sean sensibles y tiernos en su
comunicación, sabiendo cuán vulnerables son. Guarden sus lenguas de decir
cosas inapropiadas e hirientes, de jurar, maldecir, ponerse apodos, gritar,
exagerar o cosas que hieren y de las cuales no se pueden retractar. Eviten los
superlativos o palabras como “nunca” o “siempre” o ellas no tendrán un gran
peso cuando realmente lo ameriten.
¿No te parece que los niños se vuelven locos cuando estás en el teléfono?
Un día mientras estaba hablando por teléfono, Emily, probablemente tenía siete,
y Luke, probablemente cuatro, empezaron a “saltar como ranas”, como decíamos
en la cocina. (Esto fue en los días antes de los teléfonos inalámbricos o los
celulares y yo estaba cautiva en la cocina). Ellos estaban realmente cerca de mí,
y yo les daba esa mirada que decía: ¡Váyanse a otro sitio! Pero ellos no
prestaban ninguna atención y gritaban más y más alto, agarrándose uno al otro y
riendo.
Finalmente, pedí excusas a la persona con quien hablaba y dije: ¡“Emily y
Luke!” Y cuando me miraron con sus brazos uno alrededor del otro como una
galleta salada (pretzel), riendo, dijeron: “Ya sabemos, paren, o ¡vas a darnos un
cabezazo!”
Y yo pensé: ¿Qué? Espera, ¡espero que la persona en la línea no haya
escuchado eso! Y entonces me daba cuenta que algunas veces le decía esto en
broma. Sabía que realmente nunca les daría un cabezazo y ellos también lo
sabían. Pero sabiendo que éstas no eran las palabras por las que quería ser
recordada, elegí no decirles más desde ese momento en adelante. Aunque claro,
ellos me molestan con eso hasta el día de hoy, ¡porque lo recuerdan!
En el capítulo 10 en relación a las técnicas de manipulación, mencioné unas
cuantas cosas que no les permitíamos decir a nuestros hijos: “Eso no es justo”,
“Nada” u “olvídalo”, “Estoy aburrido/a”, “Esto es aburrido” y “como sea”.
Nuestras palabras a menudo trasmiten nuestras actitudes y nuestras actitudes
afectan nuestro comportamiento. He identificado unas cuantas frases indicativas
que los niños a menudo pueden emplear y si las reconocemos a tiempo, podemos
hablarles de cómo ellas son más que palabras; son indicadores de sus actitudes.
No es que siempre indiquen una mala actitud, pero el tener una mayor
conciencia de ellas y como la actitud tiene un impacto en el comportamiento, nos
ayudarán a estar alertas y listos para trabajar en estas cosas con nuestros hijos.
Escucha a tus hijos cuidadosamente. Si ellos regularmente te responden en
algunas de estas formas, considera el hablar con ellos acerca de eso. A menudo,
el ayudarles a entender cómo estas actitudes son irrespetuosas, aunque esa no sea
su intención (al menos al principio) los ayudará a superarlas exitosamente.

“No fui yo”— Actitud de justicia propia


“Estoy aburrido/a” o “Esto es aburrido”—
Actitud de derecho
“Sólo estaba”— Actitud de socavar
“Nada” u “olvídalo”— Actitud despectiva
“No quise decir eso”— Actitud irresponsable
“Eso no es justo”— Actitud centrada en sí mismo
“¿Dónde está el mío?”— Actitud demandante
“¡Ok, Ok, Ok!”— Actitud no enseñable
Despreciarse a sí mismo — ¿Llamada de ayuda? ¿O llamada de atención?

Recibí un mensaje con la siguiente historia de parte de una madre quien


también me dio la autorización de compartirlo. Esta joven madre planeó un lindo
día de paseo con sus dos pre-escolares. Pero como a menudo sucede, la de tres
años no estaba cooperando. Después de unos intentos agotadores de empezar “el
día de diversión” y luego de muchos retrasos, la determinada madre manejó la
situación para lograr seguir adelante con sus pequeños. Cuando finalmente
llegaron, la madre estaba aún más frustrada ya que tendrían menos tiempo. Al
sumar a esto el continuo y obstinado comportamiento de su hija, su impaciencia
creció. ¿Cómo es que sus hijos no podían ver todo el esfuerzo que había hecho
para pasar un lindo día juntos?
A través del día, la frustración de todos creció tanto que no pudieron
disfrutar. La madre, ahora extremadamente nerviosa agarró a sus hijos y se fue.
En el carro, de camino a casa, empezó a “desahogarse” con la hija mayor, la de
tres años. Ella descargó toda la frustración que había acumulado desde esa
mañana y cualquier otra cosa que se había estado cociendo a fuego lento en el
trasfondo de su vida. Todas sus palabras y toda su ira fueron dirigidas a una
pequeña criatura. Le dijo como la odiaba y como había trabajado tan duro para
hacer que ese día fuera especial y que ella lo había arruinado y por ahí siguió y
siguió. Cosas inimaginables.
Cuando la madre llegó a la casa, recibió una llamada telefónica. Su amiga
le preguntó si todo estaba bien. Ella dijo que esta joven madre, debió haber
presionado el marcado rápido de su número mientras estaba en el carro, porque
por siete minutos y medio de la descarga que le dio a su hija fue grabado en su
correo de voz. Ella se había convertido en la desprevenida testigo de la
carnalidad verbal de su amiga.
Oímos esto y nos sentimos mal por la madre que involuntariamente fue
atrapada, ¿pero qué de la pequeña que no podía y no debía procesar esas
palabras y ese desprecio? La madre rápidamente corrió hacia su hija y le rogó
que la perdonara, lo cual la niña dulcemente hizo. Pero palabras como éstas
nunca deben ser dichas a un niño. Si fallamos, debemos pedir perdón y
arrepentirnos de ellas y no solamente delante de nuestros familiares, sino
también delante de Dios.
Una vez escuché a Billy Graham contar la historia de su reunión con un ex-
presidente de los Estados Unidos. El Presidente tuvo “un desliz” y dejó escapar
una mala palabra delante del Sr. Graham. El Presidente se disculpó a lo cual
Billy Graham respondió: “No debe preocuparle que sea yo quien le escuche”.
Más allá del miedo de que lo que dijimos, o de lo que otros puedan escuchar o
capturar en YouTube o en el noticiero nocturno, necesitamos estar conscientes de
lo que pensamos y decimos delante del Señor.
Concéntrate en el mensaje de estos versículos relativo a palabras sanas:
Proverbios 15:4: “La lengua apacible es árbol de vida; mas la
perversidad de ella es quebrantamiento de espíritu”. (Perversidad significa
cualquier cosa que se oponga al modo de Dios). Así que el usar nuestras lenguas
de manera opuesta a la intención de Dios es perversión.
Proverbios 12:18: “Hay hombres cuyas palabras son como golpes de
espada;
Mas la lengua de los sabios es medicina.”
Proverbios 15:28: “El corazón del justo piensa para responder;
Mas la boca de los impíos derrama malas cosas”.
Proverbios 16:24: “Panal de miel son los dichos suaves; Suavidad al
alma y medicina para los huesos”.
Proverbios 25:11: “Manzana de oro con figuras de plata es la palabra
dicha como conviene”.
Proverbios 31:26: “Abre su boca con sabiduría, y la ley de clemencia
está en su lengua”.
También nos edificamos unos a otros con nuestras palabras cuando:

2. NUESTRAS PALABRAS TIENEN UN


PROPÓSITO JUSTO

Esto incluye advertencia, corrección y amonestación, como hemos


mencionado en capítulos anteriores. Pero también incluye amabilidad, gracia y
gentileza al hablar. El punto es que el mensaje o “el regalo” que damos a otros
con nuestro hablar y con nuestro tono, necesitan tener un propósito justo.
Nuestras palabras necesitan lograr un fin aprobado por Dios. El pensar y
cuidadosamente elegir las palabras correctas es un esfuerzo que toma toda la
vida.
Algunas veces justificamos nuestras palabras con que era lo que ellos
necesitaban escuchar o porque es la verdad. Podemos usar palabras
inadecuadamente para herir o engañar a la gente. O quizás no hablamos y
dejamos a las personas pensar cosas que no son verdad.
Algunas veces nuestros hijos son los que reciben maltrato, y debemos
enseñarlos a cómo lidiar con ello en vez de que demanden disculpas. Como
padres, necesitamos resistir la tentación de intervenir y resolver todo por ellos.
Hablaremos de esto más adelante en el capítulo sobre las relaciones. Por ahora es
suficiente decir: aprender a vivir sin demandar nuestros derechos o necesitar ser
el constante receptor de un trato justo, son importantes lecciones. Enseñemos a
nuestros hijos a hacer lo que es correcto sin importar el maltrato que reciban de
otros.
Emily fue la receptora de unos rumores maliciosos cuando estaba en
séptimo grado. Las chicas tenían un juego que consistía en seleccionar diferentes
niñas y transmitir cualquier mentira que lograra que todos “las odiaran”.
Entonces ellas rechazaban las acusaciones y se movían a la siguiente víctima.
Éstas son lecciones difíciles mientras aprenden a ser fuertes y a la misma vez
compasivas (sin excusar el mal comportamiento).
Aun los adultos son arrastrados en esto. Parece que la gente se está
volviendo cada vez más audaz y más cruel en su comunicación. Las personas
algunas veces creen que deben repetir una historia porque han sido nombradas o
llamadas a darlo a conocer por el bienestar de la persona envuelta. En verdad,
este tipo de conversación está usualmente distorsionada y tiene la intención de
dañar en vez de edificar. Incluso en las Escrituras, el amigo de Job creyó que
estaba hablando en nombre de Dios cuando las Escrituras son claras que no.
Necesitamos ser cuidadosos con nuestras palabras aun cuando estamos
aconsejando.
Cuando Jesús nos dijo que amáramos a nuestro prójimo como a nosotros
mismos, Él no dijo que debíamos esperar que necesariamente ellos nos amaran
también. Él puso la responsabilidad en los que conocen lo que deben hacer de
acuerdo a la Palabra de Dios. Romanos 15:2, nos recuerda: “Cada uno de
nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación”. Este
versículo se refiere a buscar el bienestar de la otra persona. A menudo, decía a
mis hijos antes de salir para la escuela: “Busquen a alguien que necesite una
persona con quien sentarse y siéntense con ella”, o: “Busquen a una persona que
parece estar teniendo un día difícil y denle una sonrisa”. O “Busquen una
persona nueva y preséntense”. Algunas veces esa persona serás tú y te sentirás
tan agradecido por tener a alguien que se interese por ti. ¿No sería triste si nadie
lo hiciera?
Cuando Emily empezó en una nueva escuela en primer grado sabíamos que
le tomaría un tiempo conectarse con los niños. Después de todo, ellos habían
estado juntos desde el jardín infantil y habían formado su grupo de amigos.
Ninguno de sus nuevos conocidos estuvo interesado en Emily, así que cuando
ella se acercó a una de las niñas que quería conocer y le preguntó si podían jugar
durante el receso, la niñita, preocupada por las niñas que ella ya conocía,
respondió: “A lo mejor la próxima semana”.
Eso fue muy difícil para Emily. Se paraba sola y observaba a las niñas
jugar, las cuales no estaban conscientes de que habían roto su corazón. El
excluirla no había sido intencional ni malicioso; ellas simplemente no estaban
pensando en nadie más.
Cuando cosas como esas suceden, selecciona una niña para que venga a tu
casa y pase la tarde para que pueda realmente llegar a conocer a tu hija. Una
tarde juntas puede reponer cuatro meses de recesos. Este tiempo les dará una
oportunidad de cultivar una amistad y ayudará también a conocer si tu hijo/a está
escogiendo buenas amistades. Algunas veces tu hijo quiere estar con un niño en
especial y cuando lo invitas a tu casa, te puedes dar cuenta el tipo de amigos que
atrae a tu hijo. Esto da oportunidad para tener momentos de gran enseñanza
respecto a las cualidades de un amigo verdadero.
A través de todas estas experiencias, enseñamos a nuestros hijos que vivir
para Cristo significa no vivir puramente para complacernos a nosotros mismos,
sino que buscamos el bienestar de otros. El mundo es tan contrario a esto hoy. La
gente está buscando la forma de derribar a los demás. Los seguidores de Jesús se
interesan en las necesidades y en la reputación de otros en todo. Nota como en 1
Corintios 10:23-24 enfatiza este mandato a los creyentes: “Todo me es lícito,
pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica. Ninguno
busque su propio bien, sino el del otro”.
Las personas hoy en día- incluso los niños- que se desvían de su camino
para humillar y avergonzar a otros, parecen creer que tienen el derecho de hacer
lo que hacen. Ellos se dicen a sí mismos, todo es por diversión. Ellos incluso
justifican que su intento no es herir, pero aún así, está muy lejos de ser lo
correcto. ¿Cuál es su motivación? ¿Cuál es su propósito? Ellos quieren humillar
para sus propios intereses egoístas. Su diversión es a costa de otra persona.
Proverbios 10:19-21 advierte: “En las muchas palabras no falta pecado; mas
el que refrena sus labios es prudente. Plata escogida es la lengua del justo;
mas el corazón de los impíos es como nada. Los labios del justo apacientan a
muchos, mas los necios mueren por falta de entendimiento”.
Estas sabias palabras nos alientan a ser discretos en nuestra conversación.
Nuestros niños también necesitan aprender a guardar sus lenguas. Cuando
hablan, necesitan representar a Cristo, tanto en el contenido como en el tono.
La discreción es tan importante, no sólo en nuestras familillas biológicas,
sino también en la familia de Cristo, la Iglesia. David y yo hemos estado
envueltos en el liderazgo de la iglesia por muchos años y hemos visto los efectos
enfermizos que la indiscreción causa en el cuerpo de la iglesia. El hablar
temerario y esparcir contienda entre los hermanos –familia u otro tipo—es tan
destructivo que Dios en realidad se refiere a ello como una abominación en
Proverbios 6:16-19: “Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete abomina su
alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos derramadoras de
sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies

presurosos para correr al mal, el testigo falso que habla mentiras, Y el que

siembra discordia entre hermanos”. He dicho suficiente.


Un ejemplo extremo de esta situación es la persecución. Necesitamos
enseñar a nuestros hijos a resistir la presión y las afrentas a su fe. Deben
aprender cómo tratar a la gente justamente, incluso si ellos son tratados
injustamente.
Cuando Luke era estudiante de primer año en la universidad, él tomó la
clase de inglés, en la cual claramente declaró algunas de sus convicciones
bíblicas en la primera tarea. (De hecho, cada informe que escribió en cada clase
hizo declaraciones refiriéndose a verdades bíblicas). Pero en esta clase en
particular, él declaró que creía en los valores absolutos de la Biblia. El informe
era sólo de una hoja a computadora, pero la respuesta de la profesora estaba en
¡una página y media escrita a mano! Ella escribió: No creo que te irá bien en
esta clase. (¡Esas primeras palabras son algo duro de recibir de parte de un
profesor!) Ella continuó: Esta clase requiere que estés dispuesto a considerar
cómo piensan los demás y a no imponer tus prejuicios. No hay valores absolutos
correctos e incorrectos (una imposición de los prejuicios de ella, dicho de paso).
Ella respondió, como ya dije, una página y media manuscrita para enfatizar su
punto. Luke concertó una cita para conocerla y establecer una relación de
manera que en esencia ella pudiese tener cierto entendimiento de Luke y por qué
sus convicciones no eran negociables. De modo sorprendente, él terminó la clase
con una A, porque la profesora se dio cuenta que aunque ellos estaban en
completo desacuerdo, él no iba a comprometer sus principios bíblicos.
Ella había desafiado su pensamiento y él había superado la prueba. Se dio
cuenta que este era un joven estudiante que claramente sabía lo que creía y por
qué. En vez de ser intimidado por su intento implacable de hacer tambalear su fe,
él fue capaz de contrarrestarla con palabras afables que expusieron los huecos
que ella tenía en su propia lógica y creencias. Y aunque nunca estuvo de acuerdo
con Luke, respetó su habilidad de razonar. En vez de ser argumentativo o caer en
debate, Luke tomó la oportunidad de respetuosamente entrar a su mundo y
desafiarla con la verdad. Podemos ver que 2 Timoteo 2:23-26 trasmite la meta
que debemos tener en una conversación de este tipo: “Pero desecha las
cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas. Porque
el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos,
apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se
oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la
verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de
él”.
El libro de los Hechos es un buen ejemplo de cómo el ministerio y la
persecución van de la mano, incluyendo actos de difamación en el cuerpo de
Cristo. Pablo reconoce la presencia de propósitos contradictorios en 1 Corintios
11:19: “Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para que se
hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados”. Este versículo no
es un boleto para confrontar personas. Lo que realmente está diciendo es que la
gente es así, se hacen evidentes porque esparcen disensión. La Biblia dice que
debemos ir directamente a la persona que nos ofende y no propagar la historia
con segundos o terceros. Al hacer esto, invariablemente, se desvirtúa la historia,
para servir a los propósitos de una persona y rara vez edifica. Esto no puede ser
confundido con llamar la atención a la herejía moral o doctrinal, las cuales son
asuntos que claramente debemos llevar al liderazgo.
Cuando Jesús fue arrestado y llevado a juicio, el jefe de los sacerdotes
estaba buscando personas que atestiguaran falsamente contra Él. No buscaban
gente que inventaran cosas; querían que dijeran lo que Jesús había dicho, para
luego torcerlo y darle su propio significado. Su propósito era destruir. La razón
por la cual tenían que usar las palabras de Jesús, era para que esa otra persona
pudiera decir: “Sí, yo lo escuché decir eso, también”. La ley judía requería que al
menos hubiese dos testigos si un hombre iba a ser condenado a muerte. A ellos
no les importaba que las palabras fueran usadas de una manera engañosa porque
su fin era destruir. Una de las cosas que la gente decía fue: “Yo lo escuché decir
que Él destruiría el templo y en tres días construiría otro, sin manos”. Pero no
podían ponerse de acuerdo en un testimonio consistente.
Marcos 14:55-62 nos revela sus íntimos pensamientos:

“Y los principales sacerdotes y todo el concilio buscaban


testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte;
pero no lo hallaban. Porque muchos decían falso
testimonio contra él, mas sus testimonios no
concordaban. Entonces levantándose unos, dieron falso
testimonio contra él, diciendo: Nosotros le hemos oído
decir: Yo derribaré este templo hecho a mano, y en tres
días edificaré otro hecho sin mano. Pero ni aun así
concordaban en el testimonio. Entonces el sumo
sacerdote, levantándose en medio, preguntó a Jesús,
diciendo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican estos
contra ti? Mas él callaba, y nada respondía. El sumo
sacerdote le volvió a preguntar, y le dijo: ¿Eres tú el
Cristo, el Hijo del Bendito? Y Jesús le dijo: Yo soy; y

veréis al HIJO DEL HOMBRE SENTADO A LA


DIESTRA DEL PODER DE DIOS Y VINIENDO EN
LAS NUBES DEL CIELO”.
La respuesta de Jesús fue no responderles. Algunas veces cuando la gente te dice
cosas horribles, tenemos que dejarlas pasar. Es como si una persona rompe una
almohada de plumas mientras está en un paracaídas. Ellos nunca pueden recoger
sus palabras completamente y nosotros no podremos responder a cada pluma de
acusación. En vez de eso, podemos pararnos en la promesa de Éxodo 14:14
“Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos”.
El asunto de la persecución puede parecer muy distante de los asuntos
diarios que estás trabajando con tus hijos, pero parte del cuadro completo tiene
que ver con prepararlos para vivir en un mundo hostil. Si ellos viven para Cristo,
enfrentarán oposición y necesitamos entrenarlos para descansar en el Señor
durante esos tiempos. No estamos llamados a pelear por nuestras reputaciones.
Ahí es donde tenemos que dejar que las plumas caigan y dejarlas. Mas esto no
significa que no debamos hablar con toda la verdad cuando seamos
cuestionados; significa que el Señor nos defenderá.
Dios se levantará por ti y por tu familia en tiempos de persecución. Cuando
la gente dice cosas poco amigables, mentiras, incluso cosas terribles acerca de ti
o de tus hijos, la tentación es responderles de la misma forma. Pero eso es
exactamente lo que es, una tentación. No sigas adelante con la tentación de
responder. Aquí hay un gran pasaje para armarte a ti y a tus hijos cuando estén
enfrentado esta batalla. I Corintios 10:13: “No os ha sobrevenido ninguna
tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser
tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente
con la tentación la salida, para que podáis soportar”.
Enseñamos a nuestros hijos a no responder mal por mal o insulto por
insulto, no importando la motivación de la otra persona (la cual no podemos
determinar con seguridad). Ésta es una lección difícil. Necesitamos aprender
como soportar cuando estemos bajo la persecución de otros porque vendrá—si
mantenemos a Cristo en alto en este mundo. Si tu familia alguna vez sufre
persecución por su fe, recuerda Mateo 5:10-12: “Bienaventurados los que
padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de
los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os
persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y
alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así
persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros”.
Cuando las personas están empeñadas en derribarte, no es mucho lo que
realmente uno puede hacer porque ellos oirán sólo lo que desean oír y lo torcerán
para sus propios propósitos. Algunas personas distorsionan la verdad cuando no
conocen toda la historia y esparcen su percepción. No hables hasta que no
conozcas toda la historia, y si ya conoces toda la historia entonces pregúntate:
¿Es necesario?
Recientemente, llegué un poco tarde al servicio del domingo en nuestra
iglesia, así que me senté en la parte de atrás. A mi izquierda, también contra la
pared de atrás de la iglesia había tres personas: un hombre, una mujer en el
medio y otro hombre al otro lado de ella.
El hombre más lejos, a mi izquierda era el único que estaba hablando, pero
era incesantemente. El otro hombre y la mujer estaban intentando enfocarse en el
orador, pero este hombre se mantenía hablando y ni siquiera miraba al orador. Él
miraba atentamente a la mujer mientras hablaba. El volumen era un poco alto y
distraía mucho a la gente que estaba cerca. El hombre no paraba de hablar.
Parecía que ni siquiera tomaba un respiro. El sólo hablaba y hablaba.
Me imaginé que se sentaron en el fondo para así poder hablar, y el hombre
de la izquierda era el único que hablaba. Una que otra vez, el otro hombre le
daba una rápida mirada al hombre y asentía amablemente, entonces dirigía su
atención de nuevo hacia el orador, pero la mujer ni siquiera lo miraba. Pensé,
este hombre realmente es un despistado. No se da cuenta de que ella no está
interesada ni siquiera un poco en lo que está diciendo.
Debo admitir que estaba completamente distraída. Debí haber intentado
estar más enfocada en el mensaje, pero estaba notando como otros se estaban
inquietando por esta molestia. Finalmente, una señora que estaba cerca no pudo
soportar más la constante murmuración y virándose dijo: “¡Por favor pare de
hablar en el servicio! Vaya a tener su conversación afuera”. A lo que el hombre
respondió: “Lo siento. Estoy traduciéndole el mensaje a estas personas”.
Hasta ese punto yo había malinterpretado completamente lo que estaba
sucediendo. Y si no hubiera escuchado este comentario, hubiese estado
convencida de que mi percepción era correcta. Después de todo, vi lo que vi.
Pero esto es lo peligroso de esparcir rumores, y esta es la razón por lo que la
Biblia dice que no debemos ser atrapados en cosas como estas. Lo más triste de
la historia fue que el hombre sí dejó de hablar.
También nos edificamos unos a otros con nuestras palabras cuando:

3. HABLAMOS EN EL MOMENTO OPORTUNO

Di lo que debe ser dicho, cuando necesita ser dicho, pero no humilles,
avergüences o corrijas a un niño en frente de otros. Sin embargo, ten la seguridad
de estar lista para cuando “la necesidad del momento” te llame a intervenir.
Hablar en el tiempo correcto es importante. “Sea vuestra palabra siempre con
gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada
uno” (Colosenses 4:6).
“Según la necesidad del momento” de Efesios 4:29, también se refiere a
aplicar el entrenamiento apropiado a la situación (como recuerdas del capítulo
anterior). Este entrenamiento de nuestros corazones: mente/voluntad/emoción
tiene que ver con la respuesta apropiada: enseñar/reprender/animar. Esta
dirección nos viene dada de 1 Tesalonicenses 5:14: “También os rogamos,
hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo,
que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos”.
También nos edificamos unos a otros con nuestras palabras cuando:

4. EDIFICAMOS AL NIŇO EN EL SEŇOR

Tus palabras ministran a su espíritu, no a su carne. Lo animan a hacer las


cosas difíciles, a ir más allá de lo requerido o lo ordinario, a vivir una vida de
excelencia ante el Señor. Porque la Palabra de Dios tiene poder, Sus palabras a
menudo son la mejor elección para ayudar a trasmitir tus enseñanzas.
En 2 Timoteo 3:14-17 leemos: “Pero persiste tú en lo que has aprendido
y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has
sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la
salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por
Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en
justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado
para toda buena obra”.
Hebreos 4:12 confirma nuestra confianza en la Palabra de Dios: “Porque
la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos
filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los
tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”.
Y 1 Tesalonicenses 2:13 añade: “Por lo cual también nosotros sin cesar
damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la Palabra de Dios que
oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es
en verdad, la Palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes”.
También el Viejo Testamento nos recuerda en Proverbios 15:2: “La
lengua de los sabios adornará la sabiduría; mas la boca de los necios
hablará sandeces”.
Las palabras de Dios son eternas. No sólo las enseñamos a nuestros hijos,
sino que también los entrenamos a que la pasen a otros, especialmente a ser
testigos valientes de Él. Muchas veces hemos dicho a nuestros hijos: “Todo lo
que tienes que hacer es decir las palabras, el resto depende del Señor. Sólo di las
palabras”.
O luego que ellos han compartido la Palabra de Dios o el evangelio y se
sienten desanimados por la reacción de la otra persona, les decimos: “Está bien,
tu hiciste tu parte; es la parte de Dios trabajar en sus corazones”. Es muy
importante para nosotros que ellos “digan las palabras”. Es emocionante
escuchar estas historias.
Como resultado, ellos comienzan a confiar más y más en el poder de las
palabras de Dios y esto aumenta su audacia cuando testifican. Ellos escuchan a
la gente y luego dicen: “Debes oír la perspectiva de Dios en esto”.
También nos edificamos unos a otros cuando vemos:

5. LA BENDICIÓN QUE RESULTA DE ELLAS

Las palabras con gracia bendicen, en vez de arruinar a un niño. Ellas le


ministran al corazón, haciendo que él esté agradecido por la instrucción. No
pierdas tu oportunidad de bendecir a un niño. La edificación no es alabanza falsa
o adulación. Trasmite amor y apreciación para el niño en el Señor.
A veces las palabras de una persona pueden ministrar tan profundamente
que al que escucha le es difícil responder. Algunas veces, tus palabras son la
respuesta a una situación difícil. A veces puedes ser tú la que da una palabra de
aliento a un amigo o a tu cónyuge o a un niño. Tú puedes ser la fuente de la
palabra que les bendice y los anima en el Señor. Y algunas veces es tu hijo quien
trae un dulce y sincero mensaje para ti.
Cuando Emily estaba en la secundaria y habíamos atravesado algunos
meses muy difíciles, ella me dijo mientras subía las escaleras de nuestra casa:
“Yo creía que todos los padres, especialmente los padres cristianos, eran iguales,
pero ahora yo sé que no es así. Sé que Papá y tú tienen un matrimonio fuerte
porque he visto a muchos padres que no tienen esa gran relación. Estoy tan
agradecida por el matrimonio que ustedes tienen”. Y sin más, subió las escaleras.
Ahí, de la nada, salieron palabras de un profundo estímulo, completamente
inesperadas. Esas son palabras que nos pueden animar por un largo tiempo. Este
principio es ciertamente reconocido en Proverbios 12:25: “La congoja en el
corazón del hombre lo abate; mas la buena palabra lo alegra”.
Por muchos años, cuando David llegaba a casa al final del día, tan pronto
como atravesaba la puerta, me llamaba en voz alta: “¡Oh, Betsy, Betsy, Betsy!”.
Me encantaba eso. No importaba si los niños tenían amigos en la casa. Ellos se
miraban y decían: “¿Qué fue eso?” Y los niños respondían: “Oh, ese es mi papá.
Él siempre hace eso”.
Desde que los niños varones eran muy pequeños—y todavía hoy—cuando
tienen una conversación con su papá o hacen una tarea, David a menudo les
dice: “Tu eres un buen hombre”. Yo sé que ellos siempre recordarán esas
palabras”.
Me siento agradecida de haberme casado con un hombre con un corazón
alegre. Su ánimo me ministra y también a muchos otros. Aún temprano en la
mañana cuando estoy apenas despertándome, él se las arregla para animarme con
su entrega diaria de “la canción del día”. Todo lo que tengo que preguntar es:
“¿Cuál es la canción del día?” Y el rápidamente canta alguna canción de
alabanza del presente o una alabanza de nuestro pasado que pasara por su mente.
Soy a menudo bendecida cuando injerta mi nombre en las letras. Incluso cuando
estoy muy dormida para la canción del día, estoy feliz de tener a alguien que está
dispuesto a despertarme cantando.
Hay muchas cosas en la vida que si miramos hacia atrás, nos daríamos
cuenta que estuvieron ahí para que las apreciáramos y las disfrutáramos. Algunas
veces nos enredamos tanto con la vida, que nos las perdemos.
¿Cuáles son las palabras que nuestros hijos siempre recordarán que
decíamos? Vamos a escogerlas sabiamente. Para alguien aparte de nuestros hijos
que oye todo lo que decimos y que conoce nuestros más profundos intentos. A
Él, le oramos: “Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi
corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y Redentor mío. (Salmos
19:14)”.

Oh Padre lleno de gracia:


Tú eres ciertamente tolerante con nosotros. Ayúdanos por
favor a usar la misma medida de gracia con nuestros seres
queridos, especialmente con nuestros hijos. Trae a nuestras
mentes formas incorrectas que usamos con ellos o palabras
descuidadas entre nosotros, las cuales debemos confesar y
arrepentirnos delante de Ti y de otros. Por Tus palabras y en
el poder de Tu Espíritu Santo, que podamos construir
recuerdos y patrones de conversación en nuestros hogares Te
damos la gloria sólo a Ti. Amén.

GUÍA PARA GRUPOS PEQUEÑOS

MEMORIZACIÓN DE LAS ESCRITURAS


(Tiempo sugerido—15 minutos)

No salga de vuestra boca ninguna palabra mala,


sino sólo la que sea buena para edificación,
según la necesidad del momento,
para que imparta gracia a los que escuchan”(LBLA).
Efesios 4:29

Continúen con el sistema de memorización de las Escrituras, haciendo que cada


persona recite el verso de hoy y revisando alternativamente los versículos de las
semanas anteriores. Recuerden decir la referencia antes y después del versículo.

TIEMPO DE PAREJAS
(Tiempo sugerido—45 minutos)


Conversen entre ustedes dos, acerca de cómo le hablan a sus hijos en cada
uno de los siguientes escenarios:

A. Al instruirlos
B. Al reprenderlos
C. Al animarlos
¿Comparten ustedes estos roles en la vida de sus hijos? No querrán dividirlos
parejamente; pero ambos deben participar en las tres áreas. Evalúense ustedes
mismos y determinen dónde pueden mejorar.


Mientras ustedes tienen esta importante conversación: ¿Cómo se están
hablando entre ustedes, aún en este momento? Tengan la disposición de
escuchar a su cónyuge decirte con gracia, cómo tu conversación, tu tono y
tu humor son percibidos en tu familia. Aplica los principios básicos de
entendimiento y aceptación a tu forma de hablar. Durante este proceso,
evalúa tus hábitos al hablar y por qué crees que los tienes. Si uno de ustedes
dice que la forma de hablar del otro o su tono son hirientes o dañinos para
su matrimonio o familia, paren y resuelvan esto. Debe ser reconocido y
entendido antes de “terminar con este punto” y continuar. Estén dispuestos
a aprender y a crecer en su forma de hablar—el tipo de conversación y el
tono empleado.
¿Cómo creen que cada uno de sus hijos describiría la forma que ustedes les
hablan a ellos y la forma en que se hablan entre ustedes? Continúen con
este proceso de hacer conciencia, sabiendo que están construyendo
recuerdos en sus hijos por las cosas que dicen y hacen. ¿Tendría el Señor
que cambiar alguna cosa que a sabiendas o sin saberlo han construido ya,
como un legado que sus hijos han interiorizado en sus vidas?
Revisen el siguiente listado de posibles “indicadores de actitudes”. ¿Alguno
de sus hijos está mostrando alguna de estas actitudes con regularidad? ¡Es
posible que tengan varias! ¿Será necesario una conversación con Mamá o
Papá (o con ambos) para ayudarlos a hacer un “ajuste de actitud?” Estén
preparados para trabajar en esto y no esperen un cambio después de una
sola conversación. Usualmente, las actitudes son desarrolladas a través del
tiempo y se vuelven hábitos que son difíciles de romper. Quizás tengan una
actitud que añadir a la lista citada a continuación. Si es así, identifiquen la
actitud correspondiente.

“No fui yo”— Actitud de justicia propia


“Estoy aburrido/a” o “Esto es aburrido”—
Actitud de derecho
“Sólo estaba”— Actitud de socavar
“Nada” u “olvídalo”— Actitud despectiva
“No quise decir eso”— Actitud irresponsable
“Eso no es justo”— Actitud centrada en sí mismo
“¿Dónde está el mío?”— Actitud demandante
“¡Ok, Ok, Ok!”— Actitud no enseñable
Despreciarse a sí mismo — ¿Llamada de ayuda? ¿O llamada de atención?

Las Reglas al ir a las tiendas: (Haz tus propias reglas o añádelas a las nuestras)

1. No suplicar (hacemos “una lista” antes de ir a la tienda).


2. No tocar las cosas.
3. No lloriquear (quejarse acerca de estar en la tienda). Tenemos que ser
sensibles en este punto a no exasperarlos, y ellos necesitan aprender a
comportarse apropiadamente.
4. No tirarse al piso (o esconderse en los anaqueles de ropa, obviamente son
infracciones).
5. Permanecer cerca de Mamá o Papá (a un brazo de distancia).
6. Si la gente puede escuchar tu conversación en el próximo pasillo, estás
hablando muy alto.

Aplicación en el hogar: Estén muy conscientes de sus palabras y tono


(incluyendo el volumen) durante esta semana. Piensen acerca de las cosas que
dicen. ¿Están sus palabras y su tono edificando a sus hijos, a su cónyuge?
Recuerden aplicar las profundas instrucciones de Efesios 4:29 a sus
conversaciones: “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la
que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los
oyentes”.

Declaración para el hogar: Por la gracia de Dios, nuestro hogar será un lugar de
edificación.
(Respecto al tono en las conversaciones, añadan algo específico de cómo
planean hacer esto una realidad en su hogar).

Oración para la pareja: Cierren en oración. Túrnense para elevar oraciones


alentadoras el uno por el otro. Oren específicamente frases de Efesios 4:29 o de
los principios de la edificación de este capítulo.

TIEMPO DE DISCUSIÓN
PARA GRUPOS PEQUEÑOS
(Tiempo sugerido—45 minutos)

Hablen sobre áreas de conversación donde encuentren difícil edificar a su


cónyuge o a sus hijos (mostrando respeto, transmitiendo afecto,
reprimiendo el enojo, usando sarcasmo, maldiciendo, usando malas
palabras o tomando el nombre del Señor en vano, estén listos a ser
animadores o exhortadores, etc.). Algunos de estos puntos pueden ser
demasiado personales para discutirlos con el grupo; pero estén dispuestos a
reconocer las áreas de batalla. Compartan maneras que han encontrado que
les han ayudado a conquistar patrones pecaminosos de lenguaje o tonos
ásperos.
Hablen sobre una variedad de hábitos/tonos que socavan la comunicación
de la familia como la intimidación, murmurar, mover los ojos, aires de
superioridad, etc. Desarrollen una lista de cosas que están determinados a
que no sean una característica de su conversación y de su tono.
Lean los siguientes versículos de Proverbios y abunden sobre ellos, lo que
ellos dicen acerca de la discreción en nuestra conversación y nuestro tono:

Proverbios 11:22 “Como zarcillo de oro en el hocico de un cerdo es la mujer


hermosa y apartada de razón”.
Proverbios 16:28: “El hombre perverso levanta contienda, y el chismoso
aparta a los mejores amigos”.
Proverbios 18:8: “Las palabras del chismoso son como bocados suaves, y
penetran hasta las entrañas”.
Proverbios 21:23: “El que guarda su boca y su lengua, su alma guarda de
angustias”.
Proverbios 23:16: “Mis entrañas también se alegrarán cuando tus labios
hablaren cosas rectas”.
Proverbios 29: 11: “El necio da rienda suelta a toda su ira, mas el sabio al fin
la sosiega”.
Proverbios 18:2: “No toma placer el necio en la inteligencia, sino en que su
corazón se descubra”.
Proverbios 20:19: “El que anda en chismes descubre el secreto; no te
entremetas, pues, con el suelto de lengua”.
Proverbios 26:20: “Sin leña se apaga el fuego,Y donde no hay chismoso, cesa
la contienda”.
Proverbios 29:20: “¿Has visto hombre ligero en sus palabras? Más esperanza
hay del necio que de él”.

Que todas las parejas del grupo compartan su definición personal de


“discreción”.
Revisa las cinco características de un lenguaje edificante. Discutan cómo
vamos a edificarnos unos a otros con nuestras palabras.

1. Usando palabras sanas.


2. Que nuestras palabras tengan un propósito justo.
3. Hablando en el momento oportuno.
4. Edificando al niño en el Señor.
5. La bendición que resulta de las palabras.


¿Pueden compartir alguna ocasión en que fueron bendecidos por las
palabras de su hijo o de su cónyuge? Es posible que ellos ni siquiera se
hayan percatado cuan significativas esas palabras fueron para ustedes.
¿Estarían dispuestos a relatar un incidente donde ustedes o un miembro de
la familia fue perseguido por identificarse con Cristo? ¿Cómo es honrado
Dios cuando descansamos en Él y le dejamos ser nuestro Defensor?
¿Tienen alguna otra pregunta u observación acerca de lo que han leído en el
capítulo 12?

TIEMPO DE ORACIÓN

Oremos por las palabras y tonos que usamos.


Oremos por la forma en que les hablamos a nuestros cónyuges y a nuestros
hijos.
Oremos para tener sabiduría y fortaleza divina para no murmurar, para
mantenernos libres del chisme, para crecer en edificación y permanecer
firmes en medio de la persecución que podamos tener por amor al Señor.

13

PROTEGIENDO LA MENTE DE UN NIÑO
LOS PADRES PIADOSOS ESCOGEN EL AMBIENTE DE SU HIJO CON SABIDURÍA

Mirad que nadie os engañe por medio


de filosofías y huecas sutilezas,
según las tradiciones de los hombres,
conforme a los rudimentos del mundo,
y no según Cristo.
Colosenses 2: 8

¿C uál es el valor principal que debe influenciar las decisiones de tu familia?


En otras palabras: ¿Qué es “lo primero que piensas” cuando estás tomando una
decisión? Si piensas: Cada decisión en nuestra familia al final tiene que ver con
dinero, entonces lo financiero representa un gran valor familiar. Si tu respuesta
es: Cada decisión o elección es hecha con la finalidad de prevenir conflicto,
entonces el mantener la paz es un gran valor familiar.
Cuando tus hijos se enfrenten con elecciones o con decisiones, ¿cuál es la
fuente de verdad que quieres que tenga más peso para ellos? Es Dios y Su
Palabra, por supuesto; pero si esto no es evidente cuando nosotros tomamos
nuestras decisiones, nuestros hijos no aprenderán a tomar esas consideraciones.
La Palabra de Dios y Sus caminos no será lo primero en que ellos pensarán al
hacer una elección o tomar una decisión.
Este capítulo se trata de los muchos aspectos y enemigos de este mundo que
están compitiendo por los pensamientos de tus hijos y quizás por los tuyos
también. Estos valores conflictivos están batallando ferozmente para echar a un
lado las cosas de Dios. Ellos también trabajan tiempo extra para socavar tu
crianza y finalmente destruir a tu familia.
No podemos permitirnos el estar satisfechos. Estamos batallando por el
corazón y la mente de nuestros hijos. Estamos en guerra.

LA BATALLA

Recuerdo que cuando pasamos por esos tiempos difíciles con Emily, le
mostramos exactamente lo que ella estaba escogiendo. Y recuerdo en una
ocasión a David decir mientras nos sentábamos a conversar: “Si escoges batallar
(insistir en hacer lo incorrecto), entonces batallaremos, pero yo ganaré”.
Fue uno de esos momentos en que yo calladamente oraba: Vamos Em, haz
la decisión correcta, mientras yo tomaba la mía que era permanecer callada.
Recuerdo sostener los bordes de mi silla tan apretadamente que pensé que mis
dedos podían hacer hoyos a través de la tapicería.
Jesús a menudo trazó líneas espirituales en la arena para crear un intenso
ambiente espiritual que forzó a las personas a escoger entre Él y el mundo
(“Cruza esta línea y entraremos en guerra”). Igualmente cuando nuestros hijos
“traspasan los límites” que hemos trazado en sus vidas, eso los pone en un grave
peligro. Dios nos advierte que no crucemos estos límites porque Él hará que
cumplamos si somos uno de Sus hijos. Si no somos suyos y deliberadamente
cruzamos a este territorio, seremos vulnerables a toda una gama de cosas malas.
Santiago 4:4 va a través de esto con un lenguaje duro: “Adúlteros y
adúlteras ¡(refiriéndose a la infidelidad espiritual)! ¿No sabéis que la
amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera
ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios”.
Quizás recuerdas el pasaje en 1 Timoteo 1:18 cuando Pablo exhorta a
Timoteo a pelear la buena batalla. En otra versión bíblica dice: “milita la buena
milicia”. ¿No es extraño pensar que una guerra pudiera ser algo bueno o justo?
Pero puede serlo y lo es cuando estamos peleando por lo que es correcto.
Lee una vez me compartió una corta historia acerca los elefantes de circo.
Me dijo que los circos no dejan a los elefantes en las jaulas porque son muy
grandes y pesados y las jaulas serían muy costosas. En vez de eso, ellos los
mantenían en el suelo, con una soga alrededor de una pata que estaba atada a una
estaca. La razón por la que pueden hacerlo es porque cuando son bebés, la estaca
es suficientemente fuerte para sujetarlos. Pronto ellos no retan la fuerza de la
estaca sino que se someten a la creencia de que ésta es más fuerte que ellos. Y
cuando crecen y crecen, no tiran de la estaca aunque podrían hacerlo fácilmente.
Estamos en la etapa de entrenar a nuestros hijos. Cuando ellos desafían las
estacas que hemos puestos para nuestras familias, tenemos que permanecer
firmes hasta que el entrenamiento esté completo y ellos vean la bendición de
sujetarse y hacer las cosas según la instrucción de Dios.
Puede que los elefantes no sean muy inteligentes, pero nuestros hijos sí lo
son. Ellos están llenos de pensamientos inquisitivos y son muy curiosos.
Continuamente, se toparán con muchas opciones interesantes que llenarán sus
imaginaciones y los instarán a desafiar las estacas de las convicciones familiares.
El plan es que ayudes a tus hijos a tener su propia fe para que cuando dejen
el hogar tengan sus propias convicciones sobre las cuales permanecer firmes.
Esencialmente esto significa que ellos aprenderán a construir límites por los
cuales regirán sus vidas. Éste es un proceso que como sus padres, supervisamos.
Algunas veces, sus convicciones serán retadas y algunas veces el mundo los hará
pensar dos veces, pero nosotros estaremos aún allí para ayudarlos a replantear y
recordar la verdad.

CONFÍA EN LA VERDAD

Colosenses 2:6-7 describe el proceso: “Por tanto, de la manera que


habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; arraigados y

sobreedificados en él, y confirmados en la fe (apropiándose de su fe), así


como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias”. Y el
versículo a memorizar para este capítulo: “Mirad que nadie os engañe por
medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres,
conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo” (Colosenses 2:8).
Además, aunque Pablo obviamente le estaba escribiendo a adultos en el
libro de Efesios, sus palabras tienen un peso especial cuando las aplicamos a la
crianza de nuestros hijos: “Para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados
por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que
para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que
siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza,
esto es, Cristo” (Efesios 4:14-15). La madurez en Cristo que Pablo deseaba ver
en los efesios es la misma que nosotros anhelamos ver en nuestros hijos.

Miremos unos cuantos versículos más sobre lo mismo:

Romanos 12:2: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por


medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál
sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.
Isaías 26:3: “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento
en ti persevera; porque en ti ha confiado”.
Filipenses 4:6-8: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas
vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de
gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará
vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Por lo demás,

hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo


puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna,
si algo digno de alabanza, en esto pensad”.
¡La crianza es repetir lo mismo muchas veces! ¿No dije esto antes?
¡Aprendemos que si vale la pena decirlo una vez, probablemente, lo tendremos
que decir muchas veces más! A David le gusta decir: “Consigues lo que
enfatizas”. ¡Pero el reto para nosotros es decir lo que es verdadero y lo que
necesita ser dicho! No podemos darnos el lujo de pensar en lo que no es piadoso.
¿Cuán a menudo tienes algo consumiendo tu mente y tus emociones? Es
demasiado fácil gravitar mentalmente sobre las preocupaciones, miedo e
incertidumbre acerca del futuro de nuestros hijos. Los pasajes citados son los
que debemos leer en tiempos como estos—mejor aún, saber estos versículos de
memoria para que automáticamente vengan a tu mente cuando los necesites.
Piensa en la verdad—lo que es honorable, lo que es recto, puro, amoroso, o de
buena reputación, excelente, digno de alabanza. Dios transformará esos
pensamientos de ansiedad en una paz inexplicable, que guardará tu corazón
(emociones) y tu mente (pensamientos) en Cristo Jesús.
Hace unos cuantos años, me desperté de repente, luego de tener un sueño
horrible. No contaré los detalles, pero se trataba de que no podía proteger a mis
hijos de una terrible calamidad. Como podrás imaginar, fue horrible y no podía
dormirme de nuevo. Sintiéndome despierta, David se despertó y me preguntó
que me sucedía. Le dije que había tenido un sueño horrible. Él dijo: “Pero el
sueño no es la verdad”.
Ahora, usualmente oraría una sencilla oración dentro de mí y volvería a
dormir pensando en lo que es verdadero, pero en ese momento, las imágenes en
mi cabeza eran muy reales. Unos minutos más tarde, cuando David se dio cuenta
de que yo estaba todavía turbada, se levantó, agarró la Biblia y vino y se sentó
junto a mí. La abrió en el pasaje que me había leído el día anterior. Era Isaías
54:17: “Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda
lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de
Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová”.
Eso era justo lo que necesitaba, enfocarme en la verdad de La Palabra de
Dios. La Palabra me ministró tan profundamente que me pude dormir de nuevo.
Algunas veces nuestros hijos despertarán en medio de la noche con
“pesadillas”. En vez de traerlos a la cama con nosotros (lo cual podría empezar
algo que no querrás que continúe), yo iría y me acostaría con ellos. Diría: “Está
bien, cuéntame exactamente lo que sucedió”.
Algunas veces con sólo repetir sus pensamientos disminuye el temor,
porque están compartiendo su carga contigo.
Después que mis hijos me contaran la experiencia que los asustó, yo les
diría: “¿Oh, eso es todo? Bueno, despertaste antes de que la historia se terminara.
Déjame decirte lo que realmente estaba sucediendo y como en verdad termina”.
Entonces yo pensaría algo rápido (a las dos de la mañana), y haría una nueva
versión de la historia, concluyendo con un final mejorado. Ellos escucharían
atentamente una sencilla explicación del giro de los eventos hasta ahora y cómo
lo que ellos piensan que vieron realmente era algo que encajaba con mi historia.
Luego completaría la historia con el final más feliz imaginable, esperaría que se
durmieran, lo que usualmente pasaba enseguida.
Pero es importante darse cuenta que el miedo de los niños es real para ellos,
aun cuando sea irracional para nosotros. Saber esto ayuda a crear un
entendimiento para esos raros casos en que se despiertan con una “pesadilla”, y
recuerda hablar con ellos sobre esto en vez de decir solamente: “Eso no podría
suceder, sólo vuelve a dormir”. Cuando fui despertada con mi pesadilla, yo sabía
que no era real; pero de todas maneras, me sacudió profundamente.
Realmente, no podemos controlar los sueños, sin embargo cuidando lo que
nos permitimos pensar afectará lo que soñamos. ¿Y qué acerca de las cosas con
que alimentamos nuestras mentes que sí podemos controlar? Todos hemos
escuchado la expresión: “Basura que entra, basura que sale”. Esto quiere decir
que no podemos pensar que podemos alimentar nuestras mentes con basura y no
ser afectados por ello. Debemos tener convicciones respecto a lo que entra en
nuestras mentes y necesitamos desarrollarlas y aplicarlas incluso cuando
nuestros hijos son pequeños. La verdad de Proverbios 23:7 aplica tanto si
estamos llenando nuestras mentes con bien o con mal: “Porque cuál es su
pensamiento en su corazón, tal es él”. Mejor que prestemos atención a las
palabras del Salmo 119:112: “Mi corazón incliné a cumplir tus estatutos de
continuo, hasta el fin”. Me encanta la convicción del salmista en este versículo.
¿Recuerdas el dicho: No oír lo malo; no ver lo malo, no hablar lo malo?
Esta expresión que una vez fue muy común está casi extinta. Tristemente, se ha
convertido en una excusa para ¡la falta de responsabilidad moral al fingir
ignorancia o rehusar aceptar lo inadecuado! Es como colocar tus manos sobre tus
ojos, tus oídos y tu boca. Su significado original sirvió como una advertencia
para mantenerse alejado de todas las formas de maldad y ese es mi punto aquí.
¿No es increíble cómo la cultura puede torcer el significado de algo? David y yo
teníamos un dicho similar en una pared de nuestro apartamento cuando nos
casamos que decía:

No vayas a ningún lugar donde no quisieras ser hallado cuando Jesús venga,
No digas nada que no te gustaría estar diciendo cuando Jesús venga,
No hagas nada que no te gustaría estar haciendo cuando Jesús venga.

Lo que era común y aceptable para la mayoría de la gente diez o veinte


años atrás ahora es visto como acusatorio, de mente muy estrecha, demasiado
restrictivo o es pedir demasiado. El péndulo de la moralidad ha oscilado tan lejos
hacia el extremo que ni siquiera hemos empezado a darnos cuenta todo el
estrago que cosechará.
La gente proclama tener su propia manera de hacer las cosas y toman
decisiones apartados de Dios. No están conscientes del hecho de que han
cruzado la línea en la arena y han entrado en una zona de guerra con Dios. Ellos
claman que no es asunto de nadie lo que hagan y que no están haciéndole daño a
nadie. Pero el mal sin control afecta en forma definitiva a todos.
La palabra para abrazar la tolerancia hacia “las elecciones” que la gente
hace sin imponer un punto de vista alternativo es, pluralismo. “La tolerancia” ha
sido descubierta y está siendo intercambiada por este término actualizado. El
pluralismo propone que mantengamos diversidad étnica, pero fundidas en una,
por el bien de todos los reinos. Muchas declaraciones de misiones de escuelas,
aun de primaria, incluyen su visión de pluralismo (o aceptación y tolerar todo
punto de vista). Desafortunadamente, estas declaraciones de misiones tolerantes
son a menudo deliberadamente intolerantes con el punto de vista cristiano o
bíblico porque éstas son vistas como de mente estrecha, intolerantes o
acusatorias.
Hoy, si hablas en contra de algo de esto en el mundo de los foros, te
odiarán. Pero ahora, está afectando poco a poco a los niños e incluso a creyentes
adultos con poco discernimiento. Hace unos años, hablaba con una estudiante de
un colegio cristiano, quien me compartió la interacción en una de sus clases. El
profesor preguntó a los estudiantes: “¿Está mal tener pensamientos de
homosexualidad, si sólo son pensamientos?” La respuesta abrumadora fue: “No,
después de todo, todo el mundo los tiene”. ¡¿Qué?! Me aventuro a decir que hace
treinta y cinco años aún en mi universidad, que era una universidad secular, los
estudiantes hubieran respondido muy diferente y contundentemente diciendo:
“No, la gran mayoría de las personas nunca han tenido esos pensamientos”. Pero
ahora nuestros hijos han sido guiados a creer que todos los tienen.
Esa es la esencia de haber sido “tomados cautivos por filosofías y huecas
sutilezas”. Esa premisa es descaradamente falsa en dos puntos. Primero que
nada, lo que pensamos afecta lo que hacemos (“Porque cuál es su pensamiento
en su corazón, tal es él” Proverbios 23:7). No debemos engañarnos a nosotros
mismos al creer que podemos sembrar malos pensamientos y que no nos
afectarán o que permanecerán ocultos. Y en segundo lugar, todas las personas no
piensan cosas como esas.
Se han infiltrado valores engañosos en muchas de las formas de pensar en
este país. Lo siguiente es una oración hecha por el Pastor Joe Wright en la
apertura de La Casa de Representantes de Kansas en enero de 1996. En vez de
las generalidades habituales, todos los líderes políticos oyeron esto:
Venimos delante de Ti hoy a pedirte perdón y a buscar Tu dirección y guía.
Sabemos que Tu Palabra dice: “Ay de los que a lo malo dicen bueno” pero eso
es exactamente lo que hemos hecho. Hemos perdido nuestro equilibrio espiritual
y revertido nuestros valores.

Confesamos que:

Hemos ridiculizado la verdad absoluta de Tu Palabra y lo hemos llamado


pluralismo;
Hemos adorado otros dioses y lo hemos llamado multiculturalismo;
Hemos aceptado la perversión y lo hemos llamado un estilo de vida alternativo;
Hemos explotado al pobre y lo hemos llamado lotería;
Hemos recompensado la pereza y lo hemos llamado asistencia social.
Hemos matado a nuestros hijos no nacidos aún y lo hemos llamado elección;
Hemos matado a los abortistas y lo hemos llamado justificable.
Hemos abandonado el disciplinar a nuestros hijos y lo hemos llamado construir
su autoestima;
Hemos abusado del poder y lo hemos llamado política;
Hemos codiciado las posesiones de nuestro prójimo y lo hemos llamado
ambición;
Hemos contaminado el aire con profanidades y pornografía y lo hemos llamado
libertad de expresión;
Hemos ridiculizado los valores honrados de nuestros antepasados y lo hemos
llamado iluminación.
Examínanos, oh Dios, y conoce nuestros corazones hoy; límpianos de todo
pecado y libértanos. Guía y bendice a estos hombres y mujeres que han sido
enviados a dirigirnos al centro de Tu voluntad. Te pedimos esto en el nombre de
Tu Hijo, el Salvador viviente, Jesucristo. Amén. (Usado con permiso)

A las personas no arrepentidas, no les gusta, cuando se exponen sus errores.


Isaías 13:11 dice: “Y castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por
su iniquidad; y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la
altivez de los fuertes”.
La maldad se ha vuelto fuerte y despiadada en el mundo. Algunas veces, la
maldad parece tener más poder porque aparenta no tener reglas. He visto esta
dinámica tomar lugar innumerables veces en situaciones de consejería. Una de
las partes se esfuerza en seguir la verdad bíblica mientras que la otra hace sus
propias reglas y las cambia constantemente en un intento de ganar ventaja. La
maldad definitivamente puede cosechar caos y desorden, pero que bueno que
podemos descansar en la seguridad de que la maldad no es lo más poderoso. La
santidad y la justa autoridad de Dios son infinitamente más grandes. Finalmente,
sabemos que los caminos soberanos de Dios gobiernan todas las decisiones—
aún aquellas decisiones equivocadas que hagamos.
Satanás nunca debe ser considerado como un oponente igual a Dios. Dios
no tiene igual, no tiene equivalente. Satanás es una criatura; Dios es el Creador.
La gente no le atribuiría el carácter santo o justo de Dios a Satanás pero ellos
pueden erróneamente atribuirle otras características a él que sólo Dios posee.
Aunque Satanás es un ser sobrenatural, no posee los atributos superlativos de
Dios en ningún aspecto. No creamos que él es omnisciente u omnipresente o es
poseedor de alguna de las características que Dios suprema y únicamente posee.
Además, Satanás no tiene la capacidad de hacer lo que a él le plazca. Él debe
obtener autorización. La maldad tiene que tener permiso (ver Job 1:12; Lucas
22:31).
Es una tarea gigantesca el guardar la mente de nuestros hijos, no solo en
contra de la maldad llamativa de este mundo, sino también de la maldad
camuflada que sigilosamente abre paso cerca de nosotros. No podemos dejar que
las mentes de nuestros hijos sean dañadas y saqueadas.

NO TRANSIJAS

El mundo presenta sus engaños en bellas cajas envueltas para regalo, pero
dentro tiene el veneno de una serpiente venenosa. La caja es muy seductora y
atrae la curiosidad de tus hijos (o la tuya). Cuando la caja está abierta y las
serpientes muerden, entonces ya es demasiado tarde. Esta ilustración crea
inquietud y muestra con bastante exactitud como el mal puede engañar
completamente. Los niños necesitan aprender a mantenerse alejados del borde
del precipicio, a huir de la tentación. Todas las tentaciones tienen cualidades
atractivas ¡o no tentarían!
Toda caída empieza con unas pequeñas transacciones. ¿Cuántas veces
hemos escuchado, a un cónyuge infiel decir que su infidelidad comenzó con una
simple e “inofensiva” conversación? Por eso debemos construir una serie de
cercas basadas en nuestras convicciones personales o debilidades conocidas.
Aprecio el mensaje de este corto poema acerca del significado de cosas
aparentemente “pequeñitas”.

Pequeñeces
Sólo fueron algunos copitos de nieve,
Tan ligeros, suaves y livianos;
Sin embargo, una gran cantidad de ellos juntos
Pararon un tren de vagones una noche;
Y las personas asustadas y temblando de frío
Lucharon con hambre y frío
Pasaron largas horas antes de ser rescatadas
De los copitos de nieve
Fueron sólo gotitas
Que estaban lejos en el cielo;
Pero que dijeron: “Caigamos juntas
En ese campo tan seco”.
Así que bajaron juntas, riendo y salpicando
Con buena y dulce música
Y salvaron con su humectada gracia
El campo de trigo marchito
¡Oh! mis jóvenes, acérquense mientras les hablo—
Déjenme hablarles lo más claro posible;
Estos pequeños hechos, para mal o para bien
Harán o estropearán al hombre.
Que sus pensamientos, palabras y acciones
Sean honestas y amables y verdaderas,
Y la corona de un noble caballero
Seguramente les pertenecerá.
(Autor desconocido)

Jesús añadió su propio punto de vista a este tema, de cómo cosas pequeñas
y acciones insignificantes tienen grandes repercusiones. Lucas 16:10 dice: “El
que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco
es injusto, también en lo más es injusto”. Las cosas pequeñas son importantes.
Es de vital importancia que construyamos en nuestras familias normas y
cercas de protección que nos guarden de la tentación y de transigir. Enseñemos a
nuestros hijos a medir sus elecciones y a contrarrestar sus pensamientos con la
verdad. Y cuando ellos sean confrontados con “una hermosa caja” en una
situación más allá de su control o del control de ustedes, ¿cuál es la medida que
deberían emplear para no transigir? Ellos deben huir de la tentación.
Miremos la respuesta de la Biblia sobre las cosas de las cuales debemos
huir:
En 1 Timoteo 6:10-11, las Escrituras nos advierten: Porque raíz de todos

los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de


la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. Mas tú, oh hombre de Dios,
huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia,
la mansedumbre”. (¡Huye del materialismo!)
En 2 Timoteo 2:22 se nos apremia: “Huye también de las pasiones
juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón
limpio invocan al Señor”. Huye de las actividades impuras que muchos jóvenes
están haciendo y escoge amigos que estén en serio en seguir al Señor.
En 1 Corintios 6:18 la Biblia aconseja: “Huid de la fornicación.
Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el
que fornica, contra su propio cuerpo peca”. Huye de la “hermosa caja
envuelta para regalo” de pecado sexual. Nuestros cuerpos fueron creados para
glorificar a Dios y para ser templos de Su Espíritu Santo (ver 1 Corintios 6:19;
Romanos 12:1-2).
Y 1 Corintios 10:14 lo resume: “Por tanto, amados míos, huid de la
idolatría”. Huye de todo lo que pueda elevarse y tomar el lugar de Dios en tu
vida.
Huye de la tentación. Huye del espejismo de la vida fuera del círculo.
Cuídate de comprometer tus convicciones, aun en las cosas pequeñas.

NUESTRA DEFENSA—
LA ARMADURA DE DIOS

Nuestra mayor defensa es el Espíritu Santo (que recibimos al momento de


nuestra salvación y quien conforta, convence de pecado y guía al corazón
regenerado). Si sabemos que vamos para la batalla es mejor que estemos
preparados.
Junto con el Espíritu Santo, Dios nos ha provisto con un conjunto completo
de armas espirituales para nuestro uso:

Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y


en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de
Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas
del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y
carne, sino contra principados, contra potestades, contra
los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra
huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que


podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo,
estar firmes. Estad, pues, firmes, CEÑIDOS VUESTROS
LOMOS CON LA VERDAD, Y VESTIDOS CON LA
CORAZA DE JUSTICIA, Y CALZADOS LOS PIES
CON EL APRESTO DEL EVANGELIO DE LA PAZ.
Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis
apagar todos los dardos de fuego del maligno.

Y tomad el YELMO DE LA SALVACIÓN, y la espada


del Espíritu, que es la Palabra de Dios; orando en todo

tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y


velando en ello con toda perseverancia y súplica por
todos los santos; y por mí, a fin de que al abrir mi boca

me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el


misterio del evangelio, por el cual soy embajador en
cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar
(Efesios 6:10-20).

Necesitamos armarnos completamente con el equipo que Dios provee. Cada


pieza tiene propiedades únicas y propósitos para nuestro bienestar. Hemos de:

“Estar ceñidos con la verdad”, de manera que no nos enredemos con “una
moralidad ligera” sino que permanezcamos unidos a la integridad.
“Vestidos con la coraza de la justicia”. Nuestra mayor necesidad de
protección está en protegernos con la justicia de Cristo, quien cubre
nuestros corazones, primero a través de la salvación y segundo a través de
nuestra santificación. Como Sus seguidores, debemos procurar vivir una
vida pura y santa sin heridas ni cicatrices por engaños.
“Calzados los pies con el apresto del Evangelio de la paz”. Los creyentes
andan con la comodidad de saber que Dios es su fortaleza y apoyo y que en
Él tienen paz.
“Tomad el escudo de la fe”. Tomamos este protector de todo el cuerpo que
ahuyenta las falsedades y las tentaciones y elegimos obedecer y confiar en
Dios. Esta línea de defensa demuestra que hacemos esta elección al
apropiarnos de nuestra fe y al vivir por ella “dentro del círculo”, confiando
en las promesas de Dios sobre las mentiras y falsas promesas del maligno.
“Toma el yelmo de la salvación”. La cabeza siempre es el primer objetivo
de nuestro enemigo y aunque no podemos perder nuestra salvación, nuestro
enemigo espiritual, Satanás, puede hacer que tengamos dudas sobre esto al
igual que sobre otras promesas de la Palabra de Dios. Sin embargo,
debemos proteger nuestras mentes de futuros temores y falsas dudas.
“Toma la espada del Espíritu; que es la Palabra de Dios”. Agárrate bien
fuerte de la realidad inquebrantable de que la verdad de la Palabra de Dios
es el arma ofensiva real que Dios nos da y es infinitamente más poderosa
que cualquier estratagema de Satanás.

Dios también nos dice que estemos velando y perseverando con “toda
oración y súplica”. ¿Estás preparado/a para la batalla? ¿Has olvidado siquiera
una pieza? ¿Estás alerta para defender tu matrimonio y a tus hijos?

REFORZANDO NUESTRAS CONVICCIONES

Necesitamos toda nuestra armadura, especialmente cuando consideramos


estos enemigos contra los cuales estamos en guerra:

MATERIALISMO

Estas son las palabras reales de la nota suicida de un adolescente: Queridos


Mamá y Papá, ustedes me han dado todo para vivir mi vida pero no me dieron
ningún propósito por el cual vivirla. Adiós.
En los años cincuenta, los niños de cinco años tenían un promedio de cinco
juguetes. Ahora, el típico niño de cinco años tiene 250 juguetes. No es de
extrañar porque tienden a ser ingratos. También tienen mucho menos creatividad
en los entretenimientos estos días, aunque hay muchas más actividades.
Necesitamos pasar más tiempo sólo compartiendo con nuestros hijos.
Algunos de los recuerdos más atesorados de mi niñez fueron las cosas que
hacía con mi mamá y mis hermanos. A muchos niños les encanta cocinar aunque
a ti no te gusten mucho las “manualidades”. Además que tus niños usarán
habilidades de cocina básicas ¡durante toda sus vidas!
Tengo tres hermanos y un día a la semana estábamos encargados de hacer la
cena. No era una faena que teníamos que hacer solos. Era una oportunidad de
crear una obra maestra culinaria junto a nuestra madre, porque ella nos permitía
imaginar un menú y luego nos enseñaría como lograrlo. La cena era un evento
familiar en nuestro hogar. Nuestra madre siempre servía la comida en los platos
con sus aderezos, y era un error colosal colocar un cartón, botella o jarra sobre
la mesa. Siempre le pedíamos permiso a nuestro padre para levantarnos de la
mesa y si él decía: “No”, pacientemente esperábamos su permiso sin preguntar
de nuevo. En las comidas de los jueves, mi padre nos haría preguntas sobre los
valores cívicos y eventos actuales (él era maestro). Todavía hoy aprecio como
mis padres atesoraban esos momentos juntos como familia, aunque yo
definitivamente no he mantenido el nivel de etiqueta que ellos tenían en la mesa.
Recuerdo la primera vez que David “cenó” con mi familia. Todos sonreímos
mientras él cortaba todo con su tenedor. David creció en una granja y ellos
servían todo al “estilo familiar” con un dicho usual: ¡“si te duermes, pierdes!” Ya
ves por qué vivir con comprensión y ponerse de acuerdo es tan necesario.
Cuando yo era más joven, tenía una “gaveta de cachivaches”. Nada en esa
gaveta tenía algún valor intrínseco, pero nada era basura para mí. ¿Cómo podría
alguna vez aburrirme con tantas cosas maravillosas como hilos y collares de
cuentas y tubos de papel toalla para despertar mi imaginación? Nunca se me
ocurrió decirle a mi mamá que me comprara cosas para poder crear. Ni tampoco
se me ocurrió que no teníamos el dinero. Todavía atesoro la imaginación que
nació de “crear” con cosas sin valor o usando unos cuantos ingredientes. Cuando
camino por algunas de las tiendas de hoy y veo los diferentes papeles y tijeras y
la infinita variedad que existe, puedo abrumarme con todas las posibilidades.
Caron, mi hermana menor y yo pasábamos horas y horas haciendo casas
para las muñecas Barbie. Ana, mi hermana mayor, tenía la Barbie real. Caron y
yo teníamos las muñecas Midges; pero no nos importaba. Y eso era todo.
Ninguna adicional “Barbie esto” o Barbie aquello”. Estábamos satisfechas con
una muñeca cada una y nunca pensamos en otra cosa. De hecho, las muñecas
nunca nos fascinaron tanto. Lo que más nos gustaba era hacer las casas.
Teníamos unas muestras de alfombra de la tienda de alfombras de mi tío.
Colocábamos todos los colores y luego pasábamos un tiempo eligiendo. Todas
queríamos conseguir la muestra rosada y nadie quería la de color crema. Pero no
importaba, si no la conseguíamos en ese momento, la conseguiríamos en la
próxima ronda. Entonces poníamos las muestras de alfombra en un patrón para
crear las habitaciones de nuestras casas. Algunas veces pasábamos una semana
entera preparándolas. Tomábamos las mejores toallas de mano de nuestra madre
y las poníamos encima de una caja de cereal o de un libro para que luciera como
una cama. Cortábamos rollos de papel de baño, rellenándolos con telas lindas o
tejidos para acolchonar uno de los extremos y hacer juegos que combinaran con
ellos. (Tratábamos de que Mamá comprara los papeles de baño que tenían el
rollo de cartón blanco en lugar del gris feo). No había límites para la explosión
de ideas que podían surgir de artículos aparentemente sin valor.
Nosotras usábamos todo. Mi mamá podría tratar de votar un tubo de pasta
usado y yo decía: “No, espera. Estoy coleccionando las tapas para hacer unos
lentes para la Barbie. Estoy trabajando para hacer un juego de seis blancos y seis
verdes”.
No comprábamos nada. ¿Por qué lo haríamos? Era más divertido inventarlo
y crearlo y tratar de hacer algo o pensar en un nuevo uso para algo que ya
teníamos. Ni siquiera estaba interesada en seguir jugando cuando la casa estaba
terminada. Era muy aburrido comparado con hacer la casa.
Como podrán imaginar, como ama de casa adulta, me ha costado mucho
poder deshacerme de algo. Siempre que miro el montón de cosas para descartar,
veo algún candidato en la basura y pienso: podría hacer algo con eso. Pero
también me gustan las cosas nítidas y organizadas, así que hago mi mejor
esfuerzo para revisar mi armario dos veces al año y deshacerme de lo que no
estoy usando.
Estoy agradecida de haber tenido una madre que no se agitaba si teníamos
nuestras casas de Barbie esparcidas por la casa durante una semana. Nos
permitía hacer regueros. Ella también era un alma creativa.
Algunos de los mejores momentos que tengo con mis hijos son cuando nos
sumergimos en un proyecto y van surgiendo nuevas ideas. He mantenido
muchos materiales de arte en nuestra casa (y todavía los conservo), así ellos
podían crear cuando tenían la inspiración de hacer algo. Aun mis nietos saben
dónde están todos esos artículos.
El punto es que nuestros hijos puedan pasar más tiempo siendo creativos,
haciendo cosas juntos, teniendo pasatiempos de familia, usando la mente para
crear o inventar en vez de estar constantemente llenándose con la habladuría del
mundo.
Podemos gastar menos dinero distrayéndolos y entreteniéndolos.
¿Recuerdas los largos paseos en carro cuando todo lo que podías hacer era mirar
hacia afuera y pensar acerca de lo que mirabas? Cuando los niños tienen que
tener teléfonos, juegos de videos y iPods aun en el carro, ¿acaso no les estamos
enseñando a estar en sus propios mundos?
¿Podemos darnos el lujo de malgastar ese estupendo tiempo en que
finalmente estamos todos juntos en un mismo espacio como familia?
En septiembre de 1999, el magnate de Revlon, Ron Perlman y Patricia Duff
se vieron envueltos en un acuerdo de divorcio despiadado, especialmente en
relación a su hija de cuatro años. La madre reclamaba un costo de $4400 dólares
al día para criar a la niña ¡Y esto fue hace años!
Los pre-adolescentes y adolescentes de hoy día, tienen más riqueza
desechable que la mayoría de sus padres. He aquí algunos ejemplos de niños y
“dinero desechable” según CBSNews.com en el 2009:


En el 1983, las compañías gastaron $100 millones de dólares haciendo
mercadeo dirigido a los niños. Hoy, ellos están invirtiendo cerca de 17
billones anualmente. (Eso es más del doble de lo que fue en el 1992).
Las estadísticas muestran que los niños de 8 a 12 años gastan $30 billones
de dólares de su propio dinero cada año (o cerca de $30 dólares semanales
por cada pre-adolescente).
Para cuando un estudiante universitario se gradúe, existe la posibilidad de
que él o ella deba más de $3,000 dólares en tarjetas de crédito y tengan
cuatro o más tarjetas de crédito.

Las corporaciones están ahora patrocinando programas de educación en


escuelas públicas y privadas porque los presupuestos de las mismas no pueden
cubrir el costo total de programas, como por ejemplo los atléticos y los de arte.
Como resultado, el mercadeo corporativo está llegando al campo del atletismo, a
los sitios escolares en la red, las aulas de clases y aún los autobuses. Bajo la
apariencia de ayuda escolar, una bien conocida marca de salsa de espagueti donó
sus salsas a la clase de ciencia para que los estudiantes pudieran hacer pruebas
de viscosidad (espesor). Esto a mí me parece un comercial. Otro ejemplo es una
compañía de cosméticos que donó sus productos a una clase para aprender a
cómo lidiar con un mal día con tu pelo. Incluso, el propósito de la escuela ha
sido diluido. Las secundarias son ahora los puntos calientes para los anunciantes
asegurar su cuota de $17 billones. Las estrategias de mercadeo están dirigidas a
niños más y más jóvenes a fin de engancharlos como consumidores de sus
productos. Los niños tienen una tremenda influencia—directa e indirectamente
—en como una familia gasta el dinero. Y después de todo, ¿No comprará Mamá
la salsa de espagueti de la compañía que ha hecho donaciones para la clase de
ciencia de sus hijos?
La competencia por la mente y el dinero de nuestros hijos es intensa.
¿Cuánto dinero tienen nuestros hijos a su disposición y para qué fines? ¿Cómo
reciben ellos su dinero? Se les da demasiado dinero y cosas a los niños para
“hacerlos felices”: “mantenerlos felices” o para aliviar la culpabilidad que siente
un padre por no estar con ellos.
De acuerdo con Centro de normas de nutrición y promoción del
Departamento de agricultura, en el 2007, su informe de gastos de los niños
reveló que las familias con un ingreso anual de $28,600 dólares, gastaron un
total de $148,300 dólares en la crianza de un hijo hasta la edad de dieciocho
años. Las familias con una entrada anual de $61,000 dólares, gastaron una cifra
cerca de $204,000 dólares. Y las familias cuyo ingreso anual promedio es de
$115,000 dólares, gastaron más de $298,600 dólares para criar a cada hijo. Y
luego viene la universidad.

LIBRO: “MATERIAL WORLD”


(EL MUNDO MATERIAL)

Un año recibimos un libro de regalo titulado: “Material World” (El mundo


material): Un retrato global de la familia. El libro muestra varios países del
mundo e identifica a una familia “promedio” de cada uno. La destacada familia
de clase media quitó cada artículo de su hogar y lo puso en el patio delantero de
su casa, en forma similar como estaba ubicado dentro de su casa. Una foto de la
familia fue tomada en medio de sus posesiones terrenales. Fue como si su hogar
se hubiese “levantado”, exponiendo a la familia y su contenido interior. Aunque
el hogar americano era modesto de acuerdo con nuestros estándares típicos, la
disparidad entre él y otros alrededor del mundo era notable.
El libro incluía también hechos interesantes acerca de las familias, como los
niveles de ingresos, posesiones favoritas, etc. Es una visión reveladora del
mundo en que vivimos y una gran revisión de la realidad para los niños. Algunas
veces cuando mis hijos parecían estar sin energía o yo pensaba que necesitaban
sintonizarse con una perspectiva más clara del mundo y cultivar una actitud
agradecida, los sentaba con este libro. Ellos escogían un número específico de
países para “estudiarlos” y entonces conversábamos un poco acerca de ellos. El
ver que una madre en otra parte del mundo no tiene aparatos de ningún tipo y
que su posesión favorita es una olla, hace un impacto en un niño y en su madre
también.
Los estadounidenses en general necesitamos darnos cuenta de que tenemos
mayor bienestar que el 90 por ciento de la población mundial. De hecho,
nuestros hijos tienen más ingresos disponibles de lo que ganan muchos jefes del
hogar alrededor del mundo.
Piensa acerca de las modas infantiles y los anuncios persuasivos que incitan
a los niños a codiciar. Ellos deben coleccionar el juego completo de algo, y el
juego completo no se puede obtener porque los fabricantes siguen produciendo
más series para que los niños las deseen.
Todo esto para decir: Dios sí nos da buenos regalos para que los
disfrutemos completamente; pero debemos reconocer de donde provienen. Ellos
vienen sólo de Su mano y debemos tener un corazón agradecido por Su
provisión, no importa cuán grande o cuán pequeña ésta sea. Todo es de Él y todo
lo que tenemos proviene de Él. Él nos ha llamado a estar contentos y
agradecidos. Depende de nosotros como padres el manejar nuestras bendiciones
materiales de una forma que nuestros hijos crezcan en estas lecciones. Ellos
necesitan escuchar y ver una buena administración en nuestros hogares.
Necesitan aprender a ser agradecidos y generosos.
La ley del Antiguo Testamento mandaba que las personas apedrearan a los
jóvenes malagradecidos. Piensa en esto por un minuto; no estamos hablando de
personas que vivían en una sociedad rica. Estas personas vivían en casas
pequeñas o tiendas de campaña. Los adolescentes no tenían sus propias
habitaciones (o baños) o armarios llenos de ropa y zapatos; ellos no tenían sus
propias Biblias o libros, teléfonos celulares, televisores, computadoras o carros;
pero a pesar de eso algunos eran malagradecidos porque comparaban lo que
tenían con otros que tenían más. La codicia y la ingratitud son condiciones
universales del corazón, que abarcan la historia de la humanidad.
Encontramos que 1 Crónicas 29:11-13 nos ayuda a poner esto en
perspectiva: “Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la
victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la
tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos.
Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano
está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a
todos. Ahora pues, Dios nuestro, nosotros alabamos y loamos tu glorioso
nombre”.
Como nuestros queridos amigos: Roy y Carol Gromke, solían decir:
“Alguien siempre tendrá más, y alguien siempre tendrá menos”. Tenemos que
ser agradecidos y mantenernos libres de la codicia. En medio de muchas
advertencias bíblicas acerca de los engaños del materialismo, encontramos lo
siguiente:
“El que ama el dinero no se saciará de dinero, y el que ama la
abundancia no se saciará de ganancias. También esto es vanidad”.
(Eclesiastés 5:10) (LBLA)
“Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis
ahora; porque él dijo: ‘NO TE DESAMPARARÉ, NI TE DEJARÉ’”
(Hebreos 13:5).
“Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra”.
(Colosenses 3:2).
“No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama
al mundo, el amor del Padre no está en él”. (1 Juan 2.15).
Vemos claramente que la Biblia no está opuesta a tener posesiones o dinero,
simplemente nos ofrece el punto de vista definitivo de Dios, ¡de que nunca
debemos sustituirlo a Él con nada de lo que Él nos da! Debemos de ser
agradecidos. ¿Pero cómo mantendremos nuestro dinero? ¿Dentro de un puño
cerrado o con nuestra mano abierta?
Dios provee para Sus hijos—siempre lo ha hecho, y siempre lo hará. Es uno
de esos principios bíblicos fundamentales. Especialmente me gusta la forma
como el Rey David lo dice: “Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo
desamparado, ni su descendencia que mendigue pan. En todo tiempo tiene
misericordia, y presta; su descendencia es para bendición”. (Salmos 37:25-
26).
Hay cientos de versículos en la Biblia acerca del dinero, porque puede ser
una piedra de tropiezo para el hombre. Pero uno de mis favoritos es: “La
sanguijuela tiene dos hijas que dicen: ‘Dame’ ‘Dame’” (Proverbios 30:15).
Ese versículo es como un retrato hablado de cómo los deseos enfermizos nunca
se satisfacen, siempre quieren más. Seamos personas agradecidas.
¿Sabías que?:
Si nunca has experimentado el peligro de la batalla, la soledad de la
prisión, la agonía de la tortura o las punzadas del dolor por hambre, estás
por encima de 500 millones de personas en el mundo...
Si puedes asistir a una reunión de la iglesia sin miedo al acoso, arresto,
tortura o muerte, eres más bendecido/a que 3 billones de personas en este
mundo…
Si tienes dinero en el banco, en tu cartera y algunas monedas sueltas
por ahí, caes dentro del 8 por ciento de las personas más adineradas del
mundo…
Nuestros hijos necesitan aprender a dejar de pensar en lo que pueden
obtener para ellos y pensar en lo que pueden dar o compartir con otros. Hemos
hecho muchas cosas como familia para ayudar en el apoyo de misiones y
organizaciones especiales. Patrocinar niños alrededor del mundo a través de
entidades caritativas es una forma estupenda de mantener a tus hijos en contacto
personal con el mundo real. Ésta es una simple, pero maravillosa forma para un
niño involucrarse en dar, servir y bendecir a otros. Hay incontables, maravillosas
formas y oportunidades de dar y de ser una bendición. Selecciona la manera
favorita de tu familia y ocúpate dando generosamente a aquellos que se
encuentran en necesidad.
Enseña a tus hijos a dar de su dinero al Señor. Cuando Luke tenía dieciséis
años, planeó ir a un viaje misionero a Benin, al oeste de África. El pasó por
todos los procedimientos usuales para reunir la ayuda económica, pero unos días
antes del viaje, todavía estaba un poco corto—por ochenta dólares, para ser
exactos. Unos días después, recibimos una llamada de nuestra amiga Brenda,
cuyo hijo era un amigo cercano de Luke. Ella dijo que Jayson había estado
trabajando y había ahorrado para darle a Luke para su viaje. Ella dijo que no era
mucho dinero, pero esperaba que ayudara. ¡Fueron exactamente ochenta dólares!
Que gran lección para ambos jóvenes. Ellos fueron testigos de la provisión de
Dios y de como Él se deleita en usar lo que le devolvemos. Personalmente,
vieron la mano de Dios moverse en ambas cosas: dando y recibiendo.
Aprendieron que todo lo que damos es precioso y tiene un impacto mayor de lo
que algunas veces sabemos.

MATERIALES DE LECTURA

Ésta es, después de todo: “la era de la información”, así que hay muchas
fuentes para aprender. De todas formas, no toma mucho tiempo aprender que
sólo porque algo sea publicado o proclamado en el Internet no es necesariamente
cierto. Y definitivamente no lo hace edificante o valioso. En esta era tecnológica,
cuando el sonido late y el entretenimiento está constantemente en las puntas de
los dedos, los padres tienen gran presión para convencer a sus hijos que leer un
libro puede realmente ser una manera valiosa de cómo invertir su tiempo.
Necesitamos trabajar en animar a nuestros hijos a que sean verdaderos lectores.
Incluso, asegúrate que filtras el material que tu hijo está leyendo. Léele a tus
hijos, aun a los mayores, incluso lee a toda la familia. Es tan difícil conseguir
que todos coincidan al mismo tiempo, pero una vez que el libro se haya
comenzado y todos estén interesados, esto puede lograr que permanezcan
reunidos. Haz que los mayores lean a sus hermanos. Crea desafíos de lectura que
ellos puedan lograr. Los libros crean grandiosas conversaciones familiares.
Los libros en audio son de gran ayuda para los niños, pero siempre insisto
que ellos lo sigan con el libro para que vean las palabras y sus pronunciaciones.
Este método puede realmente ser de estímulo para el joven que lucha con
dificultades para leer. Tengo un amigo cuyo hijo avanzó tres grados de lectura en
un verano usando este método.
Como mínimo, necesitamos tomar seriamente la cantidad de la terrible
propaganda con que nuestros hijos son bombardeados cada día. Lo que ellos
escuchan en casa debe servir para preparar sus mentes e inocular su cosmovisión
de las mentiras infecciosas que están allá afuera. He aquí un ejemplo de un
anuncio de la revista “Seventeen” (Diecisiete), ¡hace veinte años!
“Mantén el derecho de la mujer a escoger…a menos que George Bush esté
dispuesto a cidar niños”.
(Los activistas por el derecho de abortar estaban promoviendo su agenda,
para presionar al entonces Presidente Bush (padre) a no revertir la decisión del
caso Roe v. Wade a través de su publicidad de “ropa”. Pero ni siquiera había ropa
en esta página. ¡El anuncio completo de esta página era una declaración de su
opinión!). ¡El público lector, a quien estaba orientada la revista era para los de
quince años y menores! Las palabras vulgares, irrespetuosas, engañosas,
habladas y escritas se han convertido en la norma de nuestro día.
Hay fuertes advertencias bíblicas en pasajes como Jeremías 10:2 e Isaías
47:12-15. Si tus hijos expresan una fascinación por lo oculto o el misticismo,
emplea tiempo con tu familia leyendo estos pasajes e investiga los pasajes
adicionales en los cuales Dios da Su clara perspectiva en contra de mover la
“bella caja envuelta para regalo” que acaba de llegar a la puerta de tus hijos.
La gente joven ha sido llevada a morar en la negatividad, y en algunos
casos, sin desearlo. La preocupación número uno de los jóvenes de 10 a 12 años
hoy es simplemente el mantenerse a salvo. Los niños ya no se sienten seguros en
la escuela. Para reforzar la seguridad de sus estudiantes, los oficiales escolares y
los administradores están añadiendo “ejercicios de tiro” a su protocolo de
precaución.

PELÍCULAS

El asunto de qué ver y qué no ver en el cine solía ser un asunto público;
ahora es también un asunto del hogar. Las películas llegan a nuestros hogares en
forma variada. ¡Pero la disponibilidad de material inapropiado y pornografía
descarada que es accesible a los niños es chocante!
Podemos ver la reseña de las películas en línea. He aquí algunos sitios en la
red para ayudarte a determinar si ver o no ver una película:

Plugged In (“Focus on the Family—Enfoque en la familia)


Movie Reporter

Recuerdo unos años atrás cuando David y yo fuimos al cine. El lugar estaba
repleto, así que mientras David compraba nuestros boletos, me paré cerca de la
entrada. Dos jovencitas, de no más de quince años, vinieron a mí y dijeron: ¿Nos
ayudarías a entrar en el cine? Queremos ir a una película catalogada R y
necesitamos a alguien que nos compre las entradas. No tienes que ir a la misma
película, sólo tienes que decir que estamos contigo si ellos preguntan”.
Estas jovencitas fueron tan descaradas. Debo haber lucido como una
persona fácil de convencer. ¡Reflexioné sobre su propuesta por un nanosegundo!
Calmada y firmemente respondí: “No, no haré eso”. Un momentito después, las
vi a las dos en el baño de las damas. ¡Obviamente ellas encontraron un cómplice
más rápido de lo que yo pude lograr hacer mi propia fila!
A unos cuantos pasos de mí, las oí reír y decirse (para que yo pudiera
escucharlas): “Ja ja, etramos de todas formas”.
Yo repliqué: “Si, lo lograron, pero no con mi ayuda”. Yo no dudé ni por un
instante que alguien las ayudaría a entrar. Pero un versículo resonaba en mi
cabeza mientras esta situación se desarrollaba y seguramente me puso en guardia
para no caer en su juego. Fue Mateo 18:7: “¡Ay del mundo por los tropiezos!
porque es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por
quien viene el tropiezo!” Hay dos signos de exclamación en este versículo—
muy raro en la Biblia. La gente que gustosamente ayuda y alienta o causa a otra
tropezar—especialmente a los niños—están en peligro del juicio de Dios. El
versículo 6 dice: “Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos
pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una
piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar”.
¿Crees que sería una buena idea el comprar cerveza a menores de edad o
“ayudar” en alguna forma para que ellos puedan cruzar “la línea?” Estos
versículos deben establecer ese argumento para bien”.

INTERNET

A pesar de todo el buen trabajo que puede ser logrado con las
computadoras, debemos tener convicciones acerca de su uso y lugar en nuestros
hogares, si tenemos acceso al Internet. No la dejamos en las habitaciones, sino
en un lugar céntrico con acceso a cualquiera. Pero ahora, los aparatos portátiles
se están volviendo tan populares, que es absolutamente imperativo que todas las
computadoras, iphones, iPods, etc, en tu hogar tengan software protector.
Muchos proveedores de internet lo ofrecen gratuitamente. Si no tienes instalado
un buen software protector, tu control como padre se te hará más difícil; quizás
esto llame tu atención. Ten en mente que los iPhones y otros aparatos portátiles
no proveen el mismo control parental, pero puedes monitorear los sitios que tus
hijos están visitando a través de compañías como Covenant Eyes o X3 Watch
Pro. ¡Debemos ser intencionales en mantener a salvo a los miembros de nuestras
familias!
Las estadísticas acerca del Internet son deprimentes. Las siguientes
estadísticas surgieron en enero del 2007. La pornografía es la industria de
Internet de mayor ganancia en el país, con ganancias de 13 billones de dólares al
año (creció de 5 a 6 billones desde el 2001). Cuatrocientos nuevos sitios de
pornografía (de cien que había en el año 2001) son creados cada día. En
cualquier momento, 60 por ciento de los usuarios del Internet están visitando
sitios pornográficos. Y lo peor de todo es un dato que escuché el 7 de diciembre
del 2007 en la Estación de radio Moody. Alegaba que el 90 por ciento de niños
de ocho a dieciséis años han visto pornografía en el Internet. No necesitamos
esta clase de progreso. Estas estadísticas exponen la terrible verdad de que los
niños no están bien cuidados o protegidos contra la tentación del mundo fuera
del círculo. Ellos ciertamente no están huyendo de la tentación o aprendiendo a
retroceder para ni siquiera tocar “las bellas cajas de la maldad”.

TELEVISIÓN

Protégelos en contra de permitir que la televisión se convierta en un factor


controlador en tu hogar. Crea convicciones familiares acerca de la TV. Ésta debe
ser monitoreada de cerca porque hay una abundancia de material no edificante,
sin valor y aún dañino al sólo pulsar un botón. Los canales del cable solían ser lo
que pretendíamos evitar, pero ahora aun en los canales en la red muestran
material que fueron considerados pornográficos y obscenos hace 20 años. Los
comerciales a menudo ofrecen la peor fuente de contenidos viles, especialmente
durante grandes eventos. Podrías pensar: Seguro, ve disfruta del Super Bowl.
¡Entonces eres expuesto/a a un par de anuncios diseñados para entretener a los
espectadores!
Tu familia debe crear sus propias convicciones, respecto a que verán y oirán
para estar en obediencia a la Palabra de Dios. Personalmente, nuestros
estándares han tenido que adaptarse a los cambios, pero nuestras convicciones
familiares en relación a la televisión incluyen que no habrá televisiones en las
habitaciones o en el comedor y tenemos definitivamente reglas, limitaciones y
prohibiciones. A los niños que se les permite ver televisión en sus propias
habitaciones son susceptibles a cualquier anunciante. Los padres que permiten
esta práctica necesitan reconsiderar fuertemente esta decisión. No podemos
esperar que los niños, ni aun los adolescentes, puedan monitorearse ellos mismos
en lo que ven y cuanto ven. Lo menos que les sucede, es que aprenden a darle
importancia a las cosas menores o a aislarse de la familia.
Es muy alarmante ver lo invasiva que se ha vuelto la tecnología. Mis hijos
crecieron viendo la televisión como algo sin importancia y que, como una regla,
no éramos fanáticos de la televisión. Si no hay televisiones en las habitaciones
principales de la casa, el verlas se convierte en algo menos conveniente.
Tendemos a conversar más y a leer más sin ellas y en lo que respecta a no tener
televisiones en los dormitorios, tendemos a dormir más.
En una de las casas que vivimos había un espacio construido para la
televisión en el dormitorio principal. Cuando nos mudamos, yo pensé, podría ser
divertido. Pero en menos de seis meses, David dijo: “Va para afuera”. Aunque
probablemente yo no veía TV durante el día, cuando me acostaba, la prendía por
un corto periodo, antes de quedarme dormida. David y yo habíamos trabajado
duro para lograr ir a la cama al mismo tiempo, pero la novedad de la televisión
comenzó a interrumpir ese tiempo de paz que tienen las parejas justo antes de
quedarse dormidos. Algunas veces se trata de solamente comentar los cabos
sueltos del día. Pero ahora encontraba que la televisión se había convertido en
una interferencia y yo pasaba más y más tiempo “tratando de encontrar algo que
ver”. (No puedo entender cómo podía haber tantos canales y aun así, nada que
ver). Pero sacar la TV fue la solución necesaria aún para mí y una buena
confirmación del propósito de nuestras convicciones familiares.
Como la más sensible a lo que se ve en la televisión, yo, Mamá, estoy a
cargo de todas las contraseñas y bloqueo de canales. Nadie en la familia los sabe.
Y si creo que mi adolescente no debe ver algún programa, entonces yo tampoco
necesito verlo. Estas convicciones resaltan fácilmente en una sociedad donde el
49 por ciento de los niños no tienen ninguna regla con respecto a ver la
televisión y el 58 por ciento de las familias tienen la TV puesta mientras cenan.
¿Por qué malgastar un tiempo escaso en familia viendo la televisión durante la
cena o tenerla encendida de trasfondo? Apágala y disfrútense uno al otro.
Algunos de los valores cambiantes de nuestra sociedad parecen estar
reflejados en los temas que hay en la televisión. Más allá de eso, muchos
productores de televisión están explorando ideas o empujando una agenda.
Raramente, si es que sucede, he visto una advertencia del contenido de un
programa televisivo más allá de una simple oración. Sin embargo, una noche en
una conclusión de “Los videos caseros más cómicos de América” (en un canal
para la familia), una larga advertencia fue hecha por la estación de que el
próximo programa pudiera no ser apropiado para sus espectadores y que las
opiniones expresadas en él no eran abrazadas por la estación (“así que no nos
envíen cartas”). Me pregunté qué programa pudo haber causado tal conmoción y
me sorprendió descubrir que fue un programa cristiano conservador.
Los programas de televisión, entre otros, ciertamente han propagado
mensajes que han contribuido a disminuir los valores morales. En los años
sesenta, el 60 por ciento de los hogares tenían abuelos viviendo con ellos; hoy la
cifra es solamente de un 2 por ciento. ¡Hoy día, muchos abuelos están criando a
sus nietos! Hay un 700 por ciento de aumento en concubinato desde los años
sesenta y una tercera parte de los niños han nacido fuera del matrimonio. ¡La
paternidad es cuestionada en uno de cada cien nacimientos!

MÚSICA

De nuevo, desarrolla convicciones respecto a la influencia que permitirás


que la música tenga sobre tus hijos. Aprende a distinguir la diferencia entre el
envolvimiento natural de los estilos de música y el deterioro progresivo de los
mensajes que la música está trayendo hoy día. La música impacta
profundamente los pensamientos de una persona, especialmente de una persona
joven. Y aun si pudieras sentir la libertad de escuchar música secular, no puedes
ignorar el hecho de que no alcanza el nivel de alabar o adorar al Señor. Así que
concéntrate en lo más importante, y dale menos importancia a las cosas
menores.
En el verano del año 2000 se realizó una encuesta a adolescentes que
calificó las respuestas a esta pregunta: “¿Si estás teniendo un problema y te
sientes decaído/a, que haces?” Se les pidió que escribieran todas las cosas que
podrían hacer y que las clasificaran en orden. “Hablar con Mamá” fue la
trigésimo cuarta respuesta más común. “Hablar con Papá” quedó en el lugar
cincuenta y ocho”. “Oír mi música” fue clasificada como número la uno”.

MONITOREA LAS TAREAS ESCOLARES

Necesitamos estar involucrados en la educación de nuestros hijos. Debemos


saber lo que están aprendiendo y cómo les está yendo en la escuela. También
necesitamos estar conscientes de las tareas que están haciendo. He encontrado
algunas tareas escolares increíbles. Recuerdo cuando Luke estaba en tercer
grado, trajo a casa un libro que él había escrito. Una vez al año los niños
escribían e ilustraban un libro que debía recibir un trato especial, con una
encuadernación en espiral y cubierta laminada. Era un gran evento coleccionar
estos libros cada año.
Finalmente llegó mi día especial cuando recibí el preciado trabajo de Luke.
Yo miré la cubierta y me quedé pálida. Estaba titulado: Mamá y Papá se
divorciaron. Estaba completamente consternada. Le pregunté por qué había
escogido un tópico como ese. Él dijo: “Todos teníamos que escribir sobre
nuestras familias. Recortamos pedazos de papeles con temas escritos sobre ellos.
Y yo obtuve ‘divorcio’”. Esto fue hace algunos años que el divorcio era menos
común. Yo ni siquiera pensaba que Luke sabía lo que era un divorcio. Pensé que
era triste e innecesario obligarlo a escribir sobre ese tema. Al pasar los años he
sido testigo de algunas tareas inquietantes, sin valor—que aún mis propios hijos
debían completar.
En un suburbio del noroeste de Chicago, una tarea de la escuela secundaria
fue dada al hijo de un amigo: “escribir una carta a tu cónyuge para darle la
noticia a él o a ella de que estabas teniendo una aventura”. O sea, estos son
estudiantes solteros de la escuela secundaria. ¿Cuál es el propósito de una tarea
como ésta?
En sexto grado, a Emily le pusieron la tarea de definir una lista de cinco
“palabras atemorizantes”, como macabra y fantasmas y usarlas en oraciones que
demostraran que ella había entendido sus definiciones. Después de ayudarla, no
podía dormir. Escribí al final del papel en letras rojas: No entiendo el objetivo de
esta tarea. Nunca antes había cuestionado la tarea asignada por un profesor. Ella
me llamó y me dijo que era un material divertido que estaban haciendo para el
mes de octubre por la celebración de Halloween. ¡Así fue como descubrí que
Halloween era el enfoque de tales tareas durante todo el mes!
En octubre del año 2000, a los estudiantes del quinto grado en Ohio se les
puso la tarea de escribir un ensayo sobre a qué persona le gustaría asesinar y
cómo.
Es importante que entrenemos a nuestros hijos a pensar por ellos mismos y
ayudarlos a establecer sus convicciones personales acerca de temas como estos.
Me gustó la forma como nuestro hijo Luke utilizó sus tareas escolares para
introducir el evangelio en ellas, ¡aún en las tareas de matemática! ¡Sus
profesores lo pusieron a pensar y él los puso a pensar a ellos!
Nuestros hijos necesitan aprender a luchar por su fe. Si su fe no significa el
todo para ellos, no significará nada.

QUEDARSE A DORMIR/
FIESTAS DE PIJAMAS Y MÁS

Mantente pensando en tus convicciones en estas áreas. (Nosotros teníamos


convicciones definitivas sobre esto). Los varones generalmente no están
interesados en quedarse a dormir, a menos que sea con un amigo. Pero las chicas
definitivamente, sí. Será algo sabio si te adelantas a tener conclusiones sobre la
edad en que comiencen a ir a fiestas de pijamas. También tenía establecida una
edad (un lapso de años) en la cual las fiestas de pijamas estaban totalmente fuera
del radar. Otra cosa que querrás considerar es la opción de que ellos pasen un
tiempo específico con sus amigos en vez de quedarse toda la noche. Esto pudiera
parecer un tópico trivial pero no lo es. ¿Cómo ven ustedes, como pareja, las
fiestas de pijamas? Deja la decisión al cónyuge que tenga la convicción más
fuerte sobre esto. En otras palabras, si uno de los dos tiene sentimientos fuertes
en contra de esto durante una edad en particular o en cualquier edad, posponlo
debido a la sensibilidad de esa persona. Ustedes deben presentar un frente unido
(estar de acuerdo) a sus hijos o ellos van a encontrar una forma de maniobrar
para poner el uno contra el otro.
Toma estas decisiones a una edad temprana de sus vidas para que puedas
practicar el vivirlas y enseñarlas antes de sus años de adolescencia. ¿Serán
ustedes atraídos, engatusados por su hijo para que sean parte de las últimas
tendencias o se mantendrán firmes como pareja y mantendrán los estándares
sabios que conocen? Las fiestas de pijamas mixtas se están convirtiendo en la
gran cosa últimamente. Pongan un límite y manténganlo.

CITAS/CORTEJANDO/PUREZA

Sigan trabajando como familia, en definir las reglas de lo que es una cita,
sus pautas y estándares. Ésta es un área que hemos ya cubierto, pero se ahorrarán
mucha agonía y angustia si claramente definen sus expectativas en relación a
esto, mucho antes de que sus hijos alcancen la adolescencia. Estén seguros de
llegar a un acuerdo como padres. Esto es importante porque si alguna vez hubo
un área donde un adolescente puede ser tentado a poner a Mamá en contra de
Papá, es ésta.
Enseñar acerca de la pureza es mucho más que una lista de los “no”.
Muchas familias viven con límites arbitrarios que sus adolescentes prometen
cumplir. Cuando una relación se desarrolla, estas líneas escritas en lápiz de
carbón son borradas y re-delineadas para ser más “realistas” o “apropiadas” a la
luz del avance de la relación. Ésta es una idea malinterpretada de pureza. La
pureza es una expresión personal de espera por el que será el compañero de vida
y te preserva para el matrimonio. Es un regalo que protegemos mientras
esperamos el tiempo precioso de darlo correctamente. Es una aspiración de
santidad a ser guardada, valorada y preservada. En su libro Raising Purity
(Criando la pureza), Gerald Hiestand, un joven pastor, ofrece a los padres una
base sólida y de dirección para “desarrollar la imagen de Dios en el corazón de
tus hijos”. Su libro establece: “Antes que podamos cultivar un espíritu de pureza
en los corazones de nuestros hijos, primero debemos nosotros levantar un retrato
que sea claro, obtenible y conocible”. Me parece que este libro ofrece una gran
claridad en el asunto y lo recomiendo encarecidamente a los padres.
La pureza es más que pureza física y la pureza física es más que abstenerse
del pecado sexual. La pureza física envuelve abstenerse de cualquier obra de la
carne que haga guerra en contra de nuestros cuerpos mortales, y es más que
meras restricciones de comportamiento. Pureza es, en esencia, nuestra unión con
Cristo, y algo de gran valor y honor que tenemos que procurar.
También luchamos por la pureza de pensamientos y la pureza en nuestros
motivos. Debe ser una forma de vivir para el creyente que desea presentar su ser
por completo a Cristo. Debemos ser santos porque Él (nuestro Prometido) es
santo.
¿ENTONCES, QUÉ DEBEMOS HACER?

Al leer muchas de las cosas en este capítulo puede que nunca quieras que
tus hijos salgan de casa. Pero aunque queramos protegerlos, no seremos capaces
de retenerlos indefinidamente. Se integrarán al mundo. Nuestro trabajo no es
sólo de protegerlos, sino también de prepararlos.

PRINCIPIOS PARA RECORDAR

Principio #1: Proteger a un niño completamente, no funciona, no sólo


porque es imposible poner un escudo de protección para que el mal no lo
toque, sino porque el corazón del niño está inherentemente inclinado hacia
la maldad al igual que el nuestro. Aislar a un niño del mundo no resuelve el
problema de una naturaleza pecaminosa. Ésta es la razón por la cual el niño debe
aprender a darle su mente a Dios para crecer en carácter, de modo que pueda
tener dominio propio. Un común denominador entre los más notorios criminales
de la historia, es que fueron dejados solos, sin control. A menudo, se ha revelado
que estas personas fueron personas solitarias que “se mantuvieron encerrados en
ellos mismos.”

Principio #2: Enseña a los niños a huir de la maldad y a guardar sus


pensamientos. Los niños necesitan aprender a estar en la Palabra por ellos
mismos de modo que tengan pensamientos piadosos y practiquen el llevar todo
pensamiento cautivo a la obediencia de Cristo. Deben aprender a manejar la gran
cantidad de basura que el mundo despliega en frente de ellos y de la cual muchas
veces no pueden escapar, así que ¿cómo la manejarán?

Ya que no podemos proteger a nuestros hijos de toda cosa mala, ellos deben
aprender a cuidarse de ser vulnerables, entendiendo cómo responder a una
situación inesperada de forma que honre al Señor.
Luke asistió a una muy respetada y conservadora universidad secular, pero
yo no estaba preparada para lo que él tendría que enfrentar. Repetidamente, fue
desafiado a pararse firme o a derrumbarse, no hay término medio. Una de esas
ocasiones ocurrió en el dormitorio de los jóvenes. Con un edificio lleno de
jóvenes, puedes imaginarte las “cosas” que se colaban en el edificio. Luke
jugaba en el club de hockey y cuando iba a visitar a unos compañeros del equipo
en otros dormitorios, al entrar encontraba algunas fotos inapropiadas en las
pantallas de la computadora. Luke se acercaba a la computadora y pulsaba click,
click—para que desapareciera la imagen. Primero, yo estaba triste, luego
sorprendida, luego orgullosa. Triste de saber que mi hijo tuvo que enfrentar
condiciones opresivas en ese momento de su vida, sorprendida de su audacia, y
orgullosa de que él vivía sus propias convicciones en un lugar donde podía ser
grandemente ridiculizado. Pero Luke no estaba perturbado por las reacciones de
otros y ellos lo aceptaron como su compañero y pronto aprendieron a esperar
que él borrara los protectores de sus pantallas. Luke no estaba allí sólo para
obtener una educación, sino para ser la luz de Cristo en la oscuridad.
El Salmo 101:3 dice: “No pondré delante de mis ojos cosa injusta”. Si
caemos, tenemos una manera de levantarnos a través de la confesión y el
arrepentimiento. El círculo completo continúa.

Principio #3: El Señor quiere que estemos en el mundo, pero que no seamos
absorbidos por él, de modo que podamos ser Sus mensajeros y alcanzar a
los perdidos. Usando toda la armadura de Dios, nos prepararemos para combatir
y desafiar los engaños del mundo con el evangelio y la verdad de la Palabra de
Dios.

Emily y Luke, ambos guiaron a amigos jóvenes a Cristo en sus grados


básicos en la escuela pública. Ellos tuvieron tareas desafiantes, pero cada uno de
mis hijos encontró maneras extraordinarias de compartir el evangelio en sus
informes y ensayos. Aunque en el mundo, la hostilidad contra los cristianos está
creciendo más y más, no dejes que tus hijos se intimiden pensando que no
pueden hablar acerca de Dios en sus escuelas públicas.

Principio # 4: No somos esclavos de nuestros instintos como si no tuviésemos


elección o la habilidad de controlarnos. Por el contrario, como seres
espirituales debemos escoger vivir por encima de los instintos y los deseos
carnales. Si somos “sólo seres carnales”, confiamos en la carne y la
alimentamos (sin la vida del Espíritu Santo). Pero si somos seres espirituales en
cuerpos de carne, nos rendimos y vivimos por el Espíritu.

Este sería un buen momento para leer el capítulo completo de Romanos 8.


Lo siguiente es una porción de este capítulo. Romanos 8:5 (NVI) dice: “Los
que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos
de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la
mente en los deseos del Espíritu”. Los versículos 6-8 dicen: Porque el
ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no
se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la
carne no pueden agradar a Dios”.
¿Puedes imaginarte como estos versículos encajan en nuestro diagrama del
círculo?
El mundo dice que somos “solo carne”. Este concepto degrada la creación
de Dios reduciéndonos a seres “sexuales” o criaturas impulsivas sin la habilidad
de controlar “los instintos naturales” o inclinaciones pecaminosas. ¡Alabado sea
Dios por Su regalo del Espíritu Santo y Su poder, el cual trabaja en nosotros y en
nuestros hijos cuando ellos creen y tienen una verdadera conversión! El dominio
propio, un fruto del Espíritu, encuentra un hogar en el niño que a temprana edad
cree que él fue creado para glorificar a Dios y que su vida tiene un propósito
significativo. Mantenerse lejos del peligro y sus consecuencias protege a
nuestros hijos de vivir vidas llenas de remordimientos y de traer vergüenza al
nombre de Cristo.

¿QUE PIENSAS REALMENTE?

Tenemos que tener convicciones firmes respecto a cada una de estas áreas,
para nosotros mismos de modo que cuando ellas sean puestas bajo escrutinio
(incluso por nuestros propios hijos) permanezcan firmes. Si estamos inseguros
acerca de nuestras creencias, nos hundiremos y no seremos capaces de esperar
más de nuestros hijos. ¡Las convicciones son esas decisiones que hacemos a la
luz del día y no nos damos por vencidos cuando estamos rodeados de oscuridad!
Hace varios capítulos que introduje el concepto de las convicciones
personales y estándares familiares, fue en el capítulo dos. Es mi oración que tu
familia haya empezado seriamente a proyectar esta red de protección para
ustedes y para sus hijos. El tiempo apremia.
Más allá de nuestras convicciones personales, tenemos dos convicciones
bíblicas las cuales debemos estar listos para defender y practicar en el uso diario:
la Palabra de Dios y la oración.
Cualquier versículo que puedas compartir con tus hijos para apoyar tus
convicciones será de mucho beneficio. Y aún mejor, memorizar pasajes juntos.
Trabajen en tener un depósito familiar común de la Palabra de Dios al que todos
puedan acceder durante las conversaciones. Cada versículo que memorizas será
un golpe directo en la batalla por tu mente y ciertamente la mente de tu hijo.
Ellos necesitan llenarse de la memorización de las Escrituras. La memorización
de las Escrituras, la oración y la lectura de la Biblia servirán para afilar la mente
y contrarrestar los efectos que tiene el mundo para embotarla. El practicar
regularmente, el ejercitar nuestros cerebros y espíritus los mantendrá perceptivos
y capaces de discernir las trampas malignas.
Mamá y Papá, para ustedes y sus hijos, nunca será demasiado lo que
puedan memorizar de las Escrituras. Con todo lo que somos bombardeados,
debemos tener algo verdadero, honorable, recto, puro, amoroso, de buena
reputación, excelente o digno de alabanza para desafiar o reemplazar este
bombardeo (Filipenses 4:8). Cada versículo que memoricen de los capítulos de
este libro los pondrá en el trayecto para lograr la victoria en sus pensamientos, si
no la han tenido ya. El Señor les traerá pensamientos de Su Palabra siempre que
necesiten ser ministrados. ¿No queremos lo mismo para nuestros hijos?
Guarden su mente en Cristo Jesús. Pongan su mente en las cosas de arriba.
No la dejen ser cautiva. Sean agradecidos y disfruten la vida abundante que
Cristo ofrece.

Querido Padre Celestial:


Te damos gracias por tantos regalos que Tú nos das. Que Tú
seas honrado en cómo los administramos. Ayúdanos a ser
modelos de generosidad ante nuestros hijos. Que
demostremos nuestra gratitud a Ti en pensamiento y obra.
Danos entendimiento de nuestro mundo en una medida
prudente para que podamos ser protectores astutos de
nuestras mentes, así como también de la mente de nuestros
hijos y de sus actividades. Te pedimos Tu consejo y Tu
dirección como padres que buscamos criar a nuestros hijos
con sabiduría en medio de una generación torcida y
perversa. Nos encomendamos a nosotros y al futuro de
nuestras familias a Tu soberano cuidado. Amén.

GUÍA PARA GRUPOS PEQUEÑOS

MEMORIZACIÓN DE LAS ESCRITURAS


(Tiempo sugerido—15 minutos)

Mirad que nadie os engañe por medio de


filosofías y huecas sutilezas,
según las tradiciones de los hombres,
conforme a los rudimentos del mundo,
y no según Cristo.
Colosenses 2:8

Continúen con la memorización de las Escrituras haciendo que cada persona


recite el versículo de hoy y luego revisando alternativamente los versículos de
las semanas anteriores. Recuerden mencionar la referencia antes y después del
versículo.

TIEMPO DE PAREJAS
(Tiempo sugerido—45 minutos)


¿Tienen ustedes algún valor familiar que esté en conflicto con alguna
convicción bíblica? En otras palabras, ¿está la Palabra de Dios siendo
sustituida por otro valor como: centrar la vida familiar en el niño, haciendo
énfasis en el dinero o en mantener la paz? ¿Cuál dirían ustedes que es el
factor clave a la hora de tomar una decisión en su familia? ¿Están de
acuerdo? ¿Debe ser hecho algún cambio en tu hogar de manera que la
Palabra de Dios sea preeminente?
Discute con tu cónyuge lo que significa proteger la mente de un niño.
¿Cuáles pasos consideran necesarios dentro de su hogar para crear un
ambiente que honre a Dios y entrene a un niño a cuidar su propio corazón?
No podemos mantenerlos protegidos del mundo totalmente, pero
definitivamente podemos purificar nuestros hogares de manera que ellos
sepan que hay una diferencia entre el mundo y las maneras de glorificar a
Dios. ¿Existen cosas en su hogar que no glorifican a Dios o que pueden
causar que miembros de la familia puedan caer? Esto incluye a Mamá y
Papá. Revisa los cuatro principios claves de protección de este capítulo y
discutan como ellos se aplican a su hogar.
Repasa las cuatro claves principales de protección de este capítulo y discute
cómo se pueden aplicar a tu ambiente familiar.
Habla con tu cónyuge de elaborar más en algunas de las ideas relacionadas
a las convicciones personales. Cuando lleguen a un acuerdo en alguna de
estas áreas, decidan como van a transmitir estos estándares familiares a toda
la familia para que todos puedan entenderlos y tengan un tiempo para hacer
preguntas. Ellos necesitan ver que han invertido algún tiempo en llegar a
sus conclusiones y que ambos están “convencidos” de que esto es lo mejor
para su familia.
¡Tengan una gran conversación familiar!

Aplicación en el hogar: Escribe una convicción básica de cada uno de los temas
principales de este capítulo: materialismo, materiales de lectura, películas,
Internet, televisión, música, tareas escolares, fiestas de pijamas, citas y pureza.
Realcen aquellas que requerirán un cambio en sus “estándares de procedimientos
operativos” y empiecen a implementarlos en el hogar. Establezcan una prioridad
de cambios deseados, denle seguimiento a través de “conversaciones familiares”
y animen a sus hijos a unirse a su ejemplo de ponerse “toda la armadura de
Dios”, incluyendo memorizar juntos a Colosenses 2:8. ¡Traten de tener un hogar
que honre a Dios!

Declaración para el hogar: Intencionalmente, vamos a poner en práctica los


siguientes pasos que están diseñados para proteger la mente de nuestros hijos:

Oración para la pareja: Cierren en oración. Usen estos momentos para hablar
con Dios acerca de las mentes de sus hijos. Háblenle a Él de sus observaciones
de las cualidades especiales que Él les ha dado a sus hijos y comprométanse a
ser Sus siervos en proteger sus mentes. Oren que ellos puedan usar sus dones
para hacer una diferencia para Cristo en este mundo. Pídanle a Él por aliento y
dirección específica.

TIEMPO DE DISCUSIÓN
PARA GRUPOS PEQUEÑOS
(Tiempo sugerido—45 minutos)


Espero que en los meses que han transcurrido las parejas hayan discutido y
formulado sus convicciones personales y sus estándares para sus familias.
Usen este tiempo para grupos pequeños y aprovechen a compartir algunas
de estas convicciones entre ustedes. Cada pareja puede seleccionar un
tópico de los que siguen para compartir sus pensamientos. El escuchar los
planes y las convicciones que otros están implementando puede ayudarlos a
estimular discusiones para algunas de las parejas que no han podido llegar a
un acuerdo. Mantengan en mente que no todos tendremos las mismas
convicciones personales. Provean versículos de las Escrituras como la base
de cada una de sus convicciones.

Materialismo
Materiales de lectura
Películas
Internet:
Televisión
Música
Tareas escolares
Quedarse a dormir/Fiestas de pijamas
Citas/cortejos
Pureza

Discutan los cuatro principios para proteger la mente de un niño. ¿Cuáles


pensamientos tiene el grupo respecto a:
Intentar proteger los hijos de todo mal concebible
Huir de las tentaciones
Ser “inmune” al mundo de modo que podamos funcionar como
embajadores de Cristo
Teniendo el poder como seres espirituales de vivir por encima de las
lujurias del mundo y los instintos carnales
¿Tienen algunas preguntas u observaciones acerca de lo que leyeron en el
capítulo 13?

TIEMPO DE ORACIÓN


Oren porque sus hijos crezcan en discernimiento y en la habilidad de
pararse firme en contra de los muchos ataques de este mundo.
Oren por el establecimiento de cercas protectoras en sus vidas y que ellos
desarrollen sus propias convicciones y dominio propio respecto a las cosas
que ven y hacen.
Oren por fortaleza para huir de las tentaciones, tanto para padres, como para
hijos.

14

CONSTRUYENDO EL CARÁCTER
LOS PADRES PIADOSOS ENTRENAN A SUS HIJOS A TENER UN CARÁCTER PIADOSO

El amor es sufrido, es benigno;


el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso,
no se envanece;
no hace nada indebido, no busca lo suyo,
no se irrita, no guarda rencor;
no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.
Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
1 Corintios 13:4-7

El punto principal en nuestros últimos capítulos se puede resumir en esta


aseveración: Lo que entra a nuestras mentes influye en lo que sale de nuestra
boca y como nos comportamos. Teniendo esto en mente, nuestro pasaje bíblico
para este capítulo expresa claramente que todas las cualidades de carácter
positivo que queremos demostrarles a nuestros hijos y las cualidades que
queremos ver desarrolladas en sus vidas fluyen del amor de Dios. Este amor y la
manera en que se expresa hacia otros no nace de nosotros, viene de la obra
maravillosa que Dios hace en la vida individual de cada persona. Cuando
estamos entrenando a nuestros hijos, estamos cooperando con la obra de Dios en
sus vidas.
Cuando nuestros hijos están en una edad temprana, nuestro trabajo como
padres es más práctico. Es el tiempo clave para “construir el círculo” para sus
vidas. La próxima etapa se concentra en sus vidas dentro de este círculo. Cuando
nuestros hijos empiezan a crecer físicamente, naturalmente esperamos que
nuestro entrenamiento intensivo sea reemplazado gradualmente con su propia
habilidad de poner en práctica lo que ellos han estado aprendiendo dentro del
refugio de nuestros hogares. La vida con nuestros hijos fluctúa entre evitarles
llegar hasta la línea del círculo y el trabajar con ellos dentro del círculo. Es tan
importante que no solamente tomemos el tiempo de corregir a nuestros niños y
alejarlos de la “zona de peligro”, cerca del “borde”, sino que tomemos el tiempo
de enseñarlos y entrenarlos a escoger correctamente, y que así vean el beneficio
de vivir dentro del círculo. Cuando la línea del círculo está bien definida, los
niños aprenden y entienden que pueden y deben escoger la obediencia y no la
desobediencia. Y al ser obedientes, ellos crecen en carácter y autodisciplina.
Parte de que se nos haya confiado el corazón de nuestros niños incluye las
lecciones que nosotros como padres aprendemos acerca de ir soltándolos
mientras van creciendo. Para el tiempo que los hayamos soltado como jóvenes
adultos, es nuestra oración de que ya hayan aprendido a ser dirigidos por Dios.
Para ver este resultado, hay ciertos puntos de transición que debemos de tratar de
experimentar.

CRECIENDO MÁS ALLÁ DE LA OBEDIENCIA

Durante los primeros cinco años de la vida de nuestros niños, nos


concentramos principalmente en establecer nuestra autoridad. Les proveemos
completa dirección sobre sus vidas. Ellos están aprendiendo a confiar en que
nosotros sabemos lo que es mejor y que necesitan obedecernos como sus padres.
Durante este período, somos retados frecuentemente. Nos sentimos que estamos
viviendo cerca de la línea del círculo y que nuestra vida es agotadora. Pero si
somos padres observadores y consistentes en nuestra disciplina, veremos a
nuestros hijos crecer en el entendimiento de obedecer a Mamá y a Papá.
En muchas ocasiones, los padres pueden ver mejoría en un área y después
el niño cambia a otra área que representa un nuevo reto. Ya que las madres son
las que principalmente nutren y entrenan a esta edad, ellas son las que observan
este fenómeno. Los papás necesitan estar atentos también y respaldar a Mamá
cuando ella le deja saber de este nuevo reto. Establecer el círculo se puede sentir
como un trabajo consumidor. Los padres que entrenan a sus hijos en equipo, van
a ver el beneficio de esta labor años después en su vida.
Entrenamos a nuestros hijos a ser obedientes para que nosotros no estemos
meramente respondiendo a su desobediencia. La necesidad de la disciplina va
disminuyendo cuando nuestros hijos aprenden a practicar la obediencia y
disfrutan el fruto de ésta. Un resultado placentero y bienvenido de este
entrenamiento es que los más pequeños pueden darse cuenta que hay “días
mejores” y menos “días difíciles”. Recuerda que estos son momentos
importantes para reforzar lo que ellos están aprendiendo junto con la “Historia
del día” y otras formas especiales que usamos para conectar con ellos. Anímalos
a que siempre puedan empezar de nuevo y aplaude sus actitudes excelentes y los
trabajos bien hechos.
Habla con ellos acerca de las decisiones que han hecho durante el día. Dales
tiempo en el cual puedan reflexionar sobre cómo estar preparados para tomar
decisiones correctas. Enséñalos a orar y a pedirle a Jesús que los ayude a tomar
las decisiones que Él quiere. Los momentos tiernos y tranquilos son tiempos
buenísimos para reforzar la enseñanza y el entrenamiento. La enseñanza que es
reforzada e internalizada ayudará a dirigir su voluntad para que hagan la decisión
correcta en la próxima oportunidad. El niño aprende que hacer decisiones sabias
trae bendición a su vida. Pero esto es un proceso continuo. Aprenderán que se
cosecha lo que se siembra y que necesitan estar pendientes de lo que están
sembrando.
Así es que desde las edades de cinco a doce años, nos concentramos en la
formación del carácter, la cual establecerá una vida dirigida por un carácter
piadoso. Proverbios 22:6 dice: “Instruye al niño en su camino…” Esto quiere
decir que ahora estamos lidiando más con tomar decisiones sabias, y menos con
desafío y desobediencia.
Durante estos años, ellos aprenden la bendición que viene de escoger
obediencia así como también las consecuencias de tomar decisiones necias. Van
a necesitar corrección, instrucción, y ánimo. Ahora que ellos entienden cómo
someter sus voluntades a la autoridad de sus padres y ver a Dios como su
autoridad, ellos pueden entrenar sus mentes a pensar y escoger las maneras que
honren a Dios. Si estamos consumidos solamente por la obediencia, fallaremos
en entrenarlos para que tengan un carácter piadoso.
Muchas veces la falta de obediencia es corregida con más reglas, pero
entonces estamos corrigiendo el comportamiento externo y no inspirando a que
sus corazones se sometan a los caminos de Dios. Demasiadas reglas les van a
enseñar el énfasis de la obediencia en su comportamiento en vez de enfatizar la
condición de su corazón.
Si hacemos nuestra parte consistentemente cuando los niños están
pequeños, entonces sus vidas durante los años de escuela primaria irán de una
manera adecuada, con menos contratiempos. Hay momentos que probarán el
ancla, y Mamá y Papá definitivamente necesitarán dejarles saber que el ancla
todavía aguanta. Este balance de aguantar y soltar es parte del proceso de
entrenamiento para que puedan llegar a ser independientes algún día. Esperemos
ser retados de alguna manera. Pero es a través de estas cosas que están
aprendiendo que los límites del círculo aguantan.
Una manera en la cual el niño puede retar a Mamá o a Papá es en tener la
“última palabra”. Aquí podemos mencionar que los papás están más dispuestos a
pasar por alto comportamientos que les parecen inofensivos, mientras que las
mamás pueden ser exasperadas por ellos.
Cuando un niño tiene la última palabra, es un reto a tu autoridad como
padre y es algo muy irrespetuoso. Con frecuencia, los papás se dan cuenta de
este comportamiento sólo si la “última palabra” son palabras. Un esposo necesita
respaldar a su esposa y hablar con el niño acerca de esto. Esta forma de hablar
irrespetuosamente a “su esposa” no se puede pasar por alto, sino que necesita ser
confrontada directamente.
Pero los papás necesitan entender que este comportamiento frecuentemente
no es verbal, sino que se manifiesta en maneras creativas que muestran falta de
respeto (típicamente a las mamás). Aun si el niño hace lo que se le pide, pudiera
demostrar resistencia: hablando bajo, suspirando, virando sus ojos, hacienda una
mueca, o teniendo una mala actitud. A un nivel más audaz, pueden obedecer a
medias, tirar la puerta, o en general tratar sus cosas sin delicadeza, para que tú
como padre “desistas”. Quizás haga lo que le pidas, pero puede ser que cambie
un detalle o que no lo termine completamente. Éstas son algunas de las maneras
en que él está tratando de tener la última palabra.
Éste no es el momento de dejar pasar esta actitud pensando: Bueno, pues
han hecho lo que les pedí. Nuestro objetivo es su corazón, no solamente su
comportamiento externo. Necesitamos reconocer que la conducta externa es un
indicador de su corazón. Ésta es una lección importante para ellos aprender: a
ellos no se les permite tener la última palabra. Esto es especialmente común en
las etapas de la escuela intermedia y la secundaria. Estén alerta a esto y rétenlo
cuando suceda, y papás, respalden a sus esposas en esta área. Los niños aprenden
mejor cuando saben que Mamá y Papá son “así” (inseparables) y que ninguno de
ellos dejará pasar una conducta irrespetuosa.

CONSTRUYENDO EL CARÁCTER

En este capítulo vamos a concentrar nuestros esfuerzos en ayudar a nuestros


hijos a crecer en carácter. Esto debe ser un área de mayor preocupación para
ambos padres y, por favor, concéntrense en este punto crucial: No estamos
buscando la perfección de nuestros hijos, pero tampoco queremos que tomen el
camino más fácil.
Hay que dejar espacio para observar su crecimiento y desarrollo. Si
mientras están con nosotros, viven en completo acuerdo porque hacemos que nos
obedezcan, ¿qué harán cuándo no estemos presentes? Debería servir de gran
consuelo a esos padres que han invertido su tiempo en entrenar a sus hijos, que
ellos continuarán creciendo aun cuando se hayan ido de nuestras casas. Estamos
estableciendo una dirección para su crecimiento, que no se completará en toda su
vida. Si ellos llegan a creer en Cristo, su fe será sellada por el Espíritu Santo,
quién trabajará en sus vidas y en su santidad. Lo mismo aplica a nosotros como
sus padres. Filipenses 2:12 dice: “Por tanto, amados míos, como siempre
habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más
ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor”.
Yo he observado esto en mis hijos adultos quienes han seguido creciendo
inmensamente por su propia cuenta. ¿Por qué nosotros como padres pensamos
qué necesitamos enseñarles todo antes de que lleguen a la universidad o antes
que se casen? Cuando yo veo lo mucho que todavía estoy aprendiendo a mi
edad, tengo que sonreír y decir: El Señor continuará completando la obra que
comenzó en mis hijos.
Un dicho dice que “más es captado que enseñado”. El entrenamiento que
nosotros damos es importante pero necesita ser reforzado con lo que se está
modelando en nuestro hogar. Nuestros hijos aprenden mucho por lo que
decimos, pero aprenden más por cómo andamos.
Si queremos que nuestros hijos sean responsables, no es suficiente que
demandemos responsabilidad o que los pongamos en situaciones de
responsabilidad, sino que debemos modelarla frente a ellos. Los ejemplos de
nuestra propia vida son significativos para ellos porque aunque nos demos
cuenta o no, ellos nos están mirando. Y son muy observadores.
Yo me maravillo como mis hijos me observan. Ellos están pendientes de
todo cambio en mi actitud. Se dan cuenta de cualquier cambio en mi rutina. Han
aprendido como nos comportamos e interactuamos como familia y esa
consistencia les da seguridad. ¿Cuán consistente somos con nuestras emociones
o con nuestro ánimo? Ellos captan estas cosas, aun los más pequeños. ¿Estamos
molestos por algo? Nuestra conducta funciona como un indicador para nuestros
hijos.
He pasado mucho tiempo con madres cuyos hijos están teniendo problemas
con su comportamiento debido a un trauma emocional o relacional en su hogar.
Los padres creen que lo están disimulando delante de sus hijos. Pero aún cuando
no lo estamos demostrando abiertamente por medio de nuestra conducta, los
niños son extremadamente preceptivos y sensibles a nuestras ansiedades. Las
madres frecuentemente son las que establecen el tono emocional del hogar, pero
los papás tienen mucho que ver con el estado emocional de la mamá. Los papás
establecen el estado espiritual del hogar y las madres tienen mucho que ver con
la manera en que esto se refuerza. Los padres necesitan funcionar juntos como
un equipo dinámico e interdependiente.
El deseo de Dios para nosotros es evidente en Su palabra. Malaquías 2:15
muestra uno de mis ejemplos favoritos: “¿No hizo él uno, habiendo en él
abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia
para Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con
la mujer de vuestra juventud”. Dios está diciendo, entre muchas cosas:
Guárdense; construyan un matrimonio fuerte, porque ésta es la mejor manera
para criar niños piadosos—eso es lo que Él desea de nosotros. ¡Y Él nos da una
porción de Su Espíritu para que tengamos la capacidad de lograrlo!
MODELANDO AMOR

Debido a que nuestros hijos nos están vigilando de veras, ¿qué es lo que
estamos determinados a modelarles de una manera consistente? Miremos otra
vez el pasaje de la Biblia que se está usando como referencia en este capítulo a la
luz de las cualidades del carácter que deseamos modelar para ellos y también en
las áreas que quisiéramos que ellos desarrollaran: “El amor es sufrido, es
benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;
no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no
se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree,
todo lo espera, todo lo soporta” (1 Corintios 13:4-7).
Si evaluamos estos versículos frase por frase, podemos empezar a aplicar
las características del amor a aspectos específicos de nuestras relaciones
personales, especialmente dentro de nuestras familias:

El amor es paciente y tierno con personas.


El amor es benigno y afable hacia las personas.
El amor no es celoso ni envidioso de otros.
El amor no es orgulloso, arrogante o jactancioso cuando hablamos con otros.
El amor no hace nada indebido, rudo o egoísta cuando trabajamos con otros.
El amor no se irrita, no se molesta, ni demanda que las cosas sean a su manera.
El amor no lleva un registro de todo el mal que has hecho en tu vida; ni toma la
ofensa como algo personal.
El amor no guarda amargura, resentimiento o rencor.
El amor es devoto a la verdad; no toma placer en el pecado de otros; nunca se
alegra con la injusticia; pero se regocija en la verdad.
El amor es leal aun durante los tiempos difíciles, cueste lo que cueste.
El amor dice: “Yo creo lo mejor de ti. Espero lo mejor de ti y yo te defenderé,
estaré contigo, y te protegeré en ‘todas las cosas”.

El amor hacia nuestros hijos es realmente amor cuando es acción más que
emoción. Si nuestros hijos van a recordar que los amamos, estas acciones
modeladas como muestras de amor son las cosas que van a recordar de nosotros.
Después de todo, sabemos lo que Pablo dice acerca del amor vacío, porque él
escribió estas palabras justo antes de los versículos de este capítulo “Si yo
hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como
metal que resuena, o címbalo que retiñe” (1 Corintios 13:1). Pablo estaba
describiendo que las acciones rectas hechas sin amor son vacías y el sonido que
emiten es sólo ruido.
Me encanta recibir una grandiosa tarjeta de San Valentín de parte de mi
esposo. Nosotros pasamos un buen tiempo escogiendo la tarjeta adecuada,
aquella que mejor exprese el amor y el afecto del uno por el otro. Pero he
descubierto a través de los años, que son más que meras expresiones, son
manifestaciones de nuestro compromiso puesto en palabras. Leo tantas tarjetas
con palabras vacías y superficiales y sé que esas no son de las que elegiría para
dar o recibir. Recuerdo haber leído una que decía: “Hoy te quiero más que ayer”.
Y adentro decía: “Ayer me alteraste”. Este amor de “así me siento hoy” no es la
clase de amor que aspiramos en nuestro matrimonio bíblico y esto es obvio a los
que saben que están comprometidos el uno con el otro a pesar de las altas y
bajas. Probamos nuestro amor a nuestros cónyuges e hijos cuando nuestras
acciones muestran que no importa los obstáculos que el mundo nos ponga en el
camino, estamos comprometidos el uno al otro. Es uno de nuestros valores
familiares—la lealtad a la familia.
Romanos 5:8 describe el amor de Dios como un compromiso demostrado
en acciones, no basado solamente en sentimientos. Dice: “Mas Dios muestra su
amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por
nosotros”. Representaciones como las que se ven en la película: La Pasión de
Cristo nos dan una imagen viva e inquietante de que Cristo no estaba
experimentando un amor sentimental, meloso. Él fue condenado ilegalmente,
ridiculizado, desmoralizado públicamente y humillado, torturado sin
misericordia y finalmente crucificado. Pero Él lo soportó todo porque nos ama.
Él nos ama con un amor eterno, completo, puro, leal y sacrificado.
Vamos a repasar algunas ideas de cómo demostrarle amor a nuestros hijos
—de cómo construir lazos de amor familiar, dándoles tiempo, haciendo cosas
con ellos (o para ellos), de manera que lo que más recuerden de nosotros sea que
los amamos.

EL AMOR EN ACCIÓN

En nuestra discusión sobre el matrimonio, muchos capítulos antes, les


compartí de una importante lección, en la cual aprendí a no desperdiciar mi vida
junto a David. Pero hay otra manera de “malgastar mi vida” en la cual pienso
muy a menudo. Es desear lo que no ha llegado. Probablemente todos digamos:
“¡Ay, yo no quiero hacer eso!” Pero si no somos cuidadosos, pudiéramos caer en
esta trampa sin darnos cuenta.
Es la trampa que te hace creer que de alguna forma tu vida será mejor en el
futuro, cuando tu presente cambie. Hemos oído personas decir: “Disfruta de los
pequeños ahora, crecerán antes de que te des cuenta”. Y a veces uno piensa: Ay
sí, ese es mi deseo. Estoy tan cansada de comprar tenis y de manejar a los
juegos de soccer y tratar de encontrar a alguien que los cuide y de ayudar a
Susie con su tarea de la escuela. Cuando empezamos a pensar así, el tiempo que
quisiéramos que pasara, se convierte de momentos y minutos a estaciones y
etapas de la vida.
“No puedo esperar el momento que Johnny deje de usar pañales o que
Grace pueda lavarse el cabello, ella sola”.
“No puedo esperar a que llegue el otoño y que los niños estén otra vez en la
escuela”.
“No puedo esperar a que llegue la primavera para poder guardar los
pantalones para la nieve y las botas”.
“No puedo esperar a que llegue el verano para no tener que hacer los
almuerzos y que nuestro horario sea mas liviano”.
“No puedo esperar hasta que terminen la universidad y ya no tengamos que
pagar matrículas”.
Bueno ya captaste la idea. Nosotros podemos envolvernos en la trampa de
desear que nuestra vida cambie al futuro que esperamos. Y antes de que te des
cuenta, te encuentras mirando hacia atrás y deseando revivir tu pasado. Cuando
hacemos esto, no estamos viviendo cada día que el Señor nos da con gratitud.
Eso es malgastar nuestra vida.
Un día mientras estaba leyendo mi Biblia, el evento descrito en Marcos
6:41-44 me hizo pensar en como Jesús pudiera ver mi actitud poco responsable
hacia todo lo que Él ha provisto para mí, incluyendo mi tiempo en esta tierra y el
tiempo con mi familia. Este pasaje documenta la historia de cómo Jesús le dio de
comer a cinco mil personas con sólo cinco panes y dos peces. Fue un milagro
que Él proveyó suficiente comida para alimentar una multitud hambrienta, con el
almuerzo de un niño. Sólo eso pudiera dejarnos pensando durante todo el día.
Igualmente de milagroso es que Él escogió tener “sobras”. Él pudiera haber
hecho la cantidad exacta—¿verdad? Pero escogió hacer doce cestas de sobras y
dio instrucciones a sus discípulos de recolectarlas. Esas sobras me dicen que Él
provee más allá de lo que necesitamos; pero que necesitamos ser cuidadosos y
no desperdiciarlo. Oh, las muchas aplicaciones que pudiéramos tomar de la vida
personal de Jesús. Él no solamente nos enseñó la sabiduría de las Escrituras, sino
que también nos modeló el ejemplo.
Busca continuamente la provisión del Señor para ti en cada día. Y cuando te
encuentres llenando tu cesta de sobras y metiéndolas en la nevera, mi esperanza
es que te detengas y pienses en la provisión de Dios para ti, una provisión que
rebosó más allá de tu necesidad inmediata y se convirtió en “sobras”. Las sobras
representan la abundancia de Dios para con nosotros. Asegurémonos de fijarnos
en esto y de ser agradecidos. Guardémonos de caer en las muchas trampas de ser
malagradecidos o de desperdiciar nuestra vida.
Otro peligro de los padres que viven agitados es que pueden caer en la
trampa de ser cautivos por asuntos urgentes de sus propios mundos. Esta trampa
nos hace ser negligentes con las personas que Dios nos ha confiado—las
personas que más amamos en esta tierra—los miembros de nuestra propia
familia, y esto se va complicando más cuando continuamos a funcionar en
nuestros propios mundos.
A veces pensamos que nuestro día es muy importante; pero yo me he dado
cuenta que mi día no es más importante que el de cualquiera de mis hijos, de
cualquier edad. Yo sé que alguien que lea esto puede pensar: Espera, ¿no puedes
estar hablando en serio, verdad? Yo necesito trabajar y pagar las cuentas y
preparar la casa para cierto evento y bueno la lista sigue y sigue. Mis hijos
necesitan ceder a mi horario.
Pero yo no estoy hablando acerca de la importancia o de la necesidad de las
cosas que haces comparado a las cosas que tu hijo hace. La vida es más simple
cuando somos jóvenes. Yo estoy diciendo que proporcionalmente, su día es tan
importante como el tuyo.
Cada día de su vida está formando la persona en que se están convirtiendo y
lo mismo es real para nosotros sus padres. Están aprendiendo lecciones grandes
y difíciles y nosotros también, aunque nuestras lecciones lucen diferentes. No
podemos darnos el lujo de descartar las cosas importantes de sus vidas. Eventos
que marcan la vida de nuestros hijos no se logran sin el trabajo necesario.
Necesitamos estar presentes durante esos peldaños que van formando la vida de
nuestros hijos. Cada día es un regalo que Dios te ha dado tanto a ti como a tu
hijo. ¿Pasamos por alto su día como insignificante o sin importancia?
Estos eventos que pudieran lucir insignificantes para nosotros, están
construyendo su carácter—o los están exasperando. Espero que sepan que no
estoy promoviendo un hogar centrado en el niño. Ya hemos hablado claramente
de que nuestros hijos deben estar bajo nuestra autoridad. Pero aquí estamos
meditando en lo impresionables que son y lo rápido que aprenden, y necesitamos
estar listos para enseñar, hablar o entrenar tal como la necesidad lo amerite.
Cosas que pudieran lucir pequeñas para nosotros pueden ser grandísimas para
ellos. Como David y yo decimos: “Cada día cuenta”.
Otra manera en que nuestro amor pudiera ser mostrado es incluyendo a
nuestros hijos en lo que estamos haciendo (dentro de lo razonable). O quizás
pudiéramos ayudarlos a establecer metas propias y a enseñarles a cómo
cumplirlas. Cuando mi hija estaba entrenándose para un triatlón, necesitaba una
gran cantidad de tiempo y esfuerzo—junto con resistencia. Ella les dijo a sus
hijos que se estaba preparando para una carrera que duraría una hora y que iban
a estar en la casa con su padre. David, el de seis años, preguntó si podía ir
montando su bicicleta. Emily le dijo que una hora era bastante tiempo y que no
iban a poder regresar si él se cansaba. Pero David quería ir con su mamá y ella
accedió. Después de veinte minutos, David estaba muy cansado, pero continuó.
Cuando terminaron, Emily estaba tan orgullosa de él y él sintió que había tenido
un gran logro, lo cual era cierto. Su hermanito pequeño dijo que él quería ir la
próxima vez, pero David, sabiendo cuanto esfuerzo demandaba dijo: “Johnny, es
bieeeen difícil”. Dos meses después, David logró dos horas, un recorrido que su
mamá hizo de doce millas. Muchas veces es más fácil pensar en “nuestras” cosas
y perdernos las cosas de “ellos” porque no queremos tomar el tiempo ni el
esfuerzo para incluirlos. (Eso no quiere decir que siempre estén o necesiten estar
incluidos en “nuestras” cosas).
Nuestro hijo Luke, cuando niño, siempre estaba hablando. Yo sé que no
debería usar la palabra “siempre”, pero el término tiene sentido, describiendo sus
años de niñez. Él me perseguía por toda la casa y me hacía preguntas o
sencillamente me contaba cosas. Yo podía estar haciendo la cama y él caminaba
alrededor de las esquinas contándome algo con mucha intensidad, y a cada
minuto me preguntaba: “¿Verdad, Mamá, verdad?” para asegurarse de que yo lo
estaba escuchando.
¿Y sabes qué? Siempre lo escuchaba. Yo estaba fascinada por las cosas que
él pensaba y me reía de todo. David admitía que no lo escuchaba todo; él
simplemente le contestaba: “Está bien, Luke, está bien”. Tú ves, a mí siempre
me gustaba como él pensaba, y le decía: “¿Luke no es divertido pensar?” Y
entonces él pensaba en eso por un tiempo.
Pero a veces tenía que recordarle que no podía hablar en voz alta en todo
momento, ya que al hablar continuamente pudiera molestar a algunas personas y
que él necesitaba aprender a hablar dentro de su cabeza. “Hablar en silencio”, yo
le decía: “eso se llama pensar”.
La cosa es que, en el día de hoy, Luke le puede explicar cualquier cosa a
cualquier persona. Él hace las cosas tan comprensibles y es porque se toma el
tiempo de pensarlo. Aun cuando tenía dos o tres años y salía a jugar en el patio,
yo me asomaba por la ventana y lo miraba estudiando una hoja con una cara tan
seria. Él es el “Señor detalle”. Él también es el “Señor perceptivo”. Incluso él
sabe cómo yo pienso.
Un día estaba preparando la cena y le dije: “¿Luke, me puedes alcanzar las
cositas en la cosita?” Tenía tanto en mi mente que no podía encontrar las
palabras correctas. (Tú nunca haces eso, ¿verdad?) Le señalé una gaveta y él
dedujo que yo necesitaba una caja de hojas de aluminio individual para envolver
las papas que él había visto en el mostrador de la cocina.
Entonces él agarra la caja y dice: “¿Éstas, verdad?” Yo me sorprendí y le
dije: “¡Sí!” Yo había estado tratando de pensar en la palabra adecuada para las
“cositas”. Todavía llamamos a esas hojas individuales de aluminio “cositas”. Es
más fácil llamarlas así.
Como joven adulto, el pasatiempo favorito de Luke era amarrar insectos
para pescar—un pasatiempo muy detallado y fastidioso que volvería loco a
cualquiera. Pero me encantaba ver sus diseños. Eran pequeños y bellos. Y él sabe
cuál insecto va a estar en qué agua y en cuál estación del año. Así es que si
tienes un niño conversador y detallista, disfruta esos regalos que Dios le ha dado
a él o a ella. Anímalos a que persigan pasatiempos que los satisfagan, que sean
creativos y que duren toda la vida. La habilidad de Luke de absorber, retener y
explicar ha nutrido su habilidad de enseñar y discipular.
O pudieras tener un hijo al cual mandas a su cuarto para limpiarlo y tres
horas después está en peores condiciones que cuando empezó. Ese es el niño
creativo, lleno de imaginación, quizás extremadamente organizado. No te
molestes, ¡pudiera haber sido yo!
Aprecien y valoren a cada hijo individualmente, cada día. Disfruten el viaje
de veinte años mientras ellos se van desarrollando y madurando. No dejen que
este tiempo precioso se les vaya de las manos o ellos también se les irán.

ENSÉÑALES A PENSAR

Vamos a repasar algunas de las cosas que pueden animarlos a que sean
pensadores. Yo escuché a un orador decir que necesitamos levantar grandes
pensadores que puedan retar las débiles filosofías de este mundo. Aprender a ser
un pensador empieza a una temprana edad. Empieza cuando uno les lee en voz
alta y cuando uno habla acerca de los cuentos que están leyendo.
Disfruta cuentos y libros con tus hijos. Mi amiga Helen hacia batidas y los
llevaba debajo de “la fortaleza del piano” para leer libros. Yo recuerdo que, junto
con mi mamá, yo arreglaba las sillas en mi casa en forma de fortaleza y los
cubría usando cobijas y pinzas de ropa. A veces hacíamos tiendas de campaña
sobre el tendedero de ropa. Ahora las personas sencillamente compran las
tiendas de campaña y muy pocas personas tienen tendederos en su patio.
También hacíamos fortalezas que iban de cuarto en cuarto que tenían túneles. Y
las cajas inmensas nunca eran tiradas a la basura sin antes usarlas de alguna
manera.
A mí me gusta encontrar libros viejos, a veces en ventas que encuentro en
las bibliotecas. Me gusta buscar biografías debido a los valores tradicionales que
se encuentran enlazados en medio de la historia. Yo les leí el cuento de Davy
Crockett a mis hijos, una versión reciente y una versión escrita hace cien años.
La versión antigua era un tesoro; a la versión reciente le faltaba mucho del
carácter original y los valores importantes. Las versiones antiguas son más
auténticas y no han sufrido los cambios que pudieran transformar el pensamiento
original o significado. Necesitamos ser cuidadosos con lo que leemos y los
valores o falta de valores que se comunican. He encontrado que necesito leerlos
primero, antes de leerlos a los niños pequeños. Es triste decirlo, pero muchos de
nuestros libros hoy en día sufren de un contenido pobre o pueden comunicar un
mensaje intenso que tal vez no consideres apropiado para los niños. Claro, lo
mismo puede suceder con el material antiguo. Yo recuerdo haber encontrado el
cuento original de Bambi y pensé que sería interesante leérselo a mis niños. Pero
entonces cuando leí por adelantado un párrafo, ¡me di cuenta que era muy
intenso para los pequeñitos! Necesitaba cambiar las palabras. No era nada
similar a la versión de Disney. Pero aún así, leer (material que valga la pena) es
algo grandioso porque estimula la imaginación y les ayuda a que sean
pensadores.
También nos contábamos muchas historias. Yo le contaba cuentos de
“Melissa Marie” y “Tommy y Billy” a Emily, Luke y Lee, los cuales nos
inventábamos en el momento. Ahora les digo cuentos del “Perrito Scotty” a mis
nietos. Pero lo mejor de compartir cuentos es que puedes escoger el problema
del día o algo que tú deseas enseñarles—como una lección de amar a otros—y lo
diseñas de una manera que ellos lo capten y lo entiendan. Un cuento les da una
perspectiva diferente.
A veces yo les preguntaba: “¿Qué piensan ustedes que haría Tommy?” Y
ellos ya habían escuchado bastante de estos cuentos que ya sabían cómo este
personaje reaccionaría. Y estas historias les enseñaban a cómo pedirle perdón a
alguien o cómo admitir que habían hecho algo incorrecto.
Melissa Marie era una niña desenfrenada con una tendencia a tomar
decisiones necias, pero siempre, al final, lo reconocía. Aún reconociéndolo, se
encontraba atrapada con las consecuencias de sus decisiones. Lo chistoso es que
yo muchas veces me inventaba cuentos acerca de ella porque me quería acostar y
no tener que aguantar un libro y pasar las páginas. A veces los inventaba porque
estaba cansada y quería apagar las luces. Pero nunca pensé que ellos recordarían
esos momentos aún siendo adultos.
Las cosas pequeñas que haces con tus hijos cada día pueden sentirse como
insignificantes o comunes para ti, pero te puedes sorprender que al pasar el
tiempo son los momentos que ellos más recuerdan de su niñez. Hay cosas que
dicen: “Te amo y te amo y amo estar contigo.”
Mi hermana cuidó dos hijastras un fin de semana sí y el otro no, por años y
años. Ella hacía cositas especiales que le tomaban mucho tiempo y atención.
Arreglaba el sótano para que pudieran patinar y a veces patinaba con ellas.
Cocinaba para ellas; no compraba comida de McDonald’s sino que les hacía
nuevas creaciones culinarias. Una de las niñas, cuando ya tenía más de veinte
años dijo: “Siempre me pregunté por qué no íbamos a McDonald’s; en vez de
eso, tú creabas nuevos platos para que los probáramos. Recuerdo la primera vez
que yo oí la palabra ‘pasta’. Ahora aprecio aquellos momentos especiales y
aprecio tu creatividad y veo como ahora aprecio las diferentes comidas porque tú
tomaste el tiempo de hacer todo eso por nosotras”.
¡Esa bendición vino dieciséis o diecisiete años después! Algo simple, pero
especial que les mostró a las niñas que eran amadas. Yo sé que estos fueron
momentos difíciles para mi hermana porque ella me compartía lo duro que era
dedicar ese tiempo y cuidado sin ver resultados o una reacción positiva. Pero
nuestro trabajo siempre tiene resultados. Aún cuando no recibimos la bendición
de verlos, lo hacemos porque sabemos que Dios es fiel a Su Palabra y vale la
pena el sacrificio de demostrar nuestro amor y cuidado a nuestros hijos. Me
gusta como esto es expresado en Proverbios 31:28-29: “Se levantan sus hijos y
la llaman bienaventurada; y su marido también la alaba: ‘Muchas mujeres
hicieron el bien; mas tú sobrepasas a todas’”.
Algunos padres se encuentran en situaciones difíciles en las cuales ellos
quizás no recibirán la bendición por años ni aún en esta vida. Vemos esto
frecuentemente en casos de divorcio o con padres solteros que se sienten que sus
sacrificios pasan desapercibidos o quizás son poco apreciados. No dejes de hacer
todas esas cosas adicionales que haces por tus hijos o hijastros, aun cuando te
sientas poco apreciado/a o que tus esfuerzos parezcan ser destruidos por otra
persona. Recuerda que el amor es el compromiso demostrado. Los niños, al
igual que las personas de cualquier edad, saben si son valorados. Aún si sus
vidas en el presente están patas arribas, el amor es el ancla que los sustentará
durante toda tribulación. Eventualmente, ellos se darán cuenta de esto y sabrán
que ser amado por otra persona con el amor de 1 Corintios 13 es algo raro y
especial. No es un amor sentimental, sino que es un amor sacrificado.
Nuestra vida refleja las decisiones que tomamos. Un devocional que
terminó siendo uno de nuestros favoritos se titula: Escogiendo el camino de Dios
(Victor Books). El libro ayuda a nuestros hijos a aprender a temprana edad que
ellos pueden escoger en cada situación lo que le agrada a Dios. Ofrece cuentos
de uno a dos párrafos, cuentos para el día de hoy o historias bíblicas, las cuales
enseñan cómo aplicar verdad a sus vidas y a tomar buenas decisiones. Después
de cada cuento hay de tres a cinco preguntas para discutir. Este libro es para
niños pequeños y puede ser que ya no se encuentre impreso pero hay una
abundancia de materiales que se pueden encontrar por medio del internet o en
tiendas cristianas.
Tuve unos cuantos libros favoritos que usé bastante y que no se van a poder
encontrar en el día de hoy. Uno tenía lecciones sencillas de dos a tres páginas
que cubrían principios de vida, tales como: manejando nuestro dinero o
trabajando diligentemente. A veces les pedía que leyeran unas cuantas páginas y
que me dijeran lo que habían aprendido. Ellos firmaban y le ponían la fecha a la
página. Hay tantos materiales disponibles hoy, que puede ser abrumador. Paso
por la casa de mis hijos para ver lo más reciente que hay hoy en día. Hay muchas
Biblias maravillosas para niños.

TIEMPO DE PENSAR

Cuando mis hijos ya casi no necesitaban siestas, pero todavía necesitaban


descansar (o yo necesitaba que descansaran) teníamos “tiempo de pensar”. Yo
anunciaba: “No vamos a hablar ahora, vamos a pensar”.
Durante su tiempo de pensar, ellos se acostaban en sus camas a orar o a
pensar, pero no jugaban con sus juguetes. Podían leer un libro o escuchar
música, pero la idea no era de entretenerse sino para descansar y pensar.
Yo quería que ellos aprendieran a usar una parte pequeña de su día para
estar quietos y pensar, para ayudarlos a desarrollar una vida devocional. Se
quedaban en sus camas por lo menos 45 minutos y a veces se dormían. Esto nos
ayudó a crear una transición positiva para substituir el tiempo de la siesta.
Este tiempo permitía que me preparara para la llegada de mi esposo David
y también para empezar a cocinar. Debido a que David tenía muchas
responsabilidades entre su trabajo y la iglesia, no teníamos una hora fija para
comer. Pero David me llamaba durante el día y me dejaba saber más o menos a
la hora que el esperaba llegar. Para que los niños estuvieran informados, yo
ponía un letrero en la nevera que decía: “Nuestra cena va a ser a las _________”
(con la hora). Debajo yo escribía unas instrucciones como: “No pueden comer
ninguna merienda después de las __________” (hora), que caía dos horas antes
de la comida, y “Todas las tareas se quitan de la mesa ya para las ___________”
(hora), que era una hora antes de la cena. Esto marcaba las pautas en nuestra
casa y así los niños no estaban pidiendo comida o preguntando cuando íbamos a
comer.
Recuerdo uno de los libros que Luke disfrutaba durante su tiempo de
quietud era Cómo funcionan las cosas. Emily y Lee no estaban muy
emocionados con este libro, pero Luke se devoraba cada detalle. Él llegaba y me
preguntaba: “¿Mami, tú sabes cómo funciona un televisor?”
Y antes que yo pudiera responderle “No, de veras que no sé”, él se lanzaba
con una explicación la cual incluía todo detalle. Yo puedo estudiar ese libro y
todavía no poder explicar como funciona un televisor, pero cuando él me lo
explica, yo lo entiendo.
Cuando Luke tenía como trece años y Lee como nueve, estábamos
disfrutando los beneficios de nuestra primera computadora. Teníamos una sola
para toda la familia y fue muy costosa. La pusimos arriba en el estudio, para que
nuestros cuatro estudiantes pudieran tener el mejor acceso a esta máquina. No
tenía Internet, porque en ese momento todavía se estaba desarrollando. El cuarto
tenía una puerta, pero nunca estaba cerrada. Este día en particular, Luke y Lee
estaban demasiado callados y no los podía ver. Cuando finalmente me percaté de
esto, fui a buscarlos para ver donde estaban metidos.
Cuando subí las escaleras y vi que la puerta estaba cerrada, me acerqué y la
abrí. Antes de que yo pudiera decir: “¿Qué está pasando aquí?”, las palabras se
me cayeron de la boca y me quedé con la boca abierta. Esparcida por el piso
estaba nuestra única computadora en cuatro o cinco pedazos con las partes de
adentro totalmente expuestas y desmanteladas.
“Mamá, no queríamos que vieras esto porque sabíamos que te ibas a
preocupar. Sabemos lo que estamos haciendo. Estamos instalando más ‘bla, bla,
bla’ para que la computadora sea más ‘bla, bla, bla’. La vamos a tener armada en
treinta minutos y va a funcionar mejor que antes.” Estaba pensando: ¿Cómo
ustedes pueden saber lo que están haciendo? Son unos niños. Pero les dije: “Les
doy cuarenta y cinco minutos y espero que tengan éxito”.
Regresé en el tiempo indicado y efectivamente, lo tenían todo armado otra
vez. Aunque ellos no querían “preocuparme” con su experimento, me alegré de
haber echado una ojeadita al conocimiento de ellos. Esta brecha entre su
conocimiento de tecnología y lo poquito que yo sé sigue creciendo con el paso
de los años.
Así es que antes de que botes un reloj roto, un pequeño electrodoméstico o
una computadora vieja, permite que tus hijos (de edad suficiente y que entienden
las precauciones de seguridad necesarias) los desarmen para ver cómo están
hechos y cómo funcionan. Ellos quizás pudieran terminar arreglando algo.
Cuando teníamos un técnico reparando algo en la casa, yo dejaba que Luke
lo observara para que pudiera aprender algo (y se asegurara de que el técnico
estaba haciendo su trabajo). Luke lo observaba y le hacía preguntas y me daba su
informe. Yo no sé si los técnicos estaban deseosos de compartir su conocimiento
o estaban molestos por su interferencia, pero Luke aprendió mucho, así que
concluí que valió la pena el dinero que estaba pagando.
“HORAS”

Cuando era niña, recuerdo haber pasado “horas” con mi mamá. Esto me
impactó tanto que estaba determinada a invertir mi tiempo de la misma manera
con mis hijos. Mi hija ha continuado la tradición de pasar tiempo uno-a-uno con
sus hijos, aunque no sea la “hora” tradicional. La intención es la misma, aunque
su método sea menos estructurado.
Una “hora” es un tiempo completamente programado sin interrupción (ni
siquiera llamadas telefónicas) con Mamá o Papá. Necesita ser en la casa y que
no cueste nada—o casi nada.
El niño tiene que elegir qué actividad quiere hacer contigo o qué cosa
quiere aprender de ti. Si él quiere jugar Monopolio o “Candy Land” por una
hora, entonces eso es lo que haces. La hora que yo más recuerdo con mi mamá
fue cuando ella me enseñó a coser a mano. Le hice un calcetín de Navidad a
mano a mi hermanito con su nombre en punto de cruz. Todavía recuerdo lo bien
que me sentí con ese logro. Teniendo tres hermanos más, yo no creo que pudiera
haber aprendido esta habilidad a menos que mi mamá hubiera sido intencional
en enseñármela. Incluso, si sólo lo logras una vez con tus hijos, vas a crear un
recuerdo significativo para ellos.
Las madres necesitan pasar estos “tiempos de edificación” no sólo con sus
hijas, sino también con sus hijos. Y los padres necesitan crear momentos para
conectar no solamente con sus hijos, sino también con sus hijas. Quizás puedes
recordar la exhortación de Emily a los padres en el capitulo 11. Es muy
importante que los padres tomen un interés especial en sus hijas y que cultiven
una relación cercana durante los años de la pre-adolescencia y la adolescencia.
Un bono adicional emerge cuando los niños saben que tienen tu atención
total y que nada ni nadie va a desviarte y que ellos pueden hablar de las cosas
que realmente están en sus corazones y mentes.

OBSERVANDO LAS ÁREAS FUERTES Y DÉBILES DE SU CARÁCTER

Al pasar tiempo juntos, llegamos a conocernos y a entendernos. Nos


observamos y nos damos cuenta de nuestras áreas fuertes y de nuestras
debilidades. Es un proceso interesante el observar a nuestros hijos crecer en
carácter.
Como padres observadores, necesitamos recordar que cada debilidad que
notamos en nuestros hijos puede ser redirigida hacia un área fuerte. Los
“tiempos de pensar”, los cuales describí anteriormente, son momentos muy
valiosos para nosotros como padres, porque tenemos un tiempo para considerar
lo que hemos visto en nuestros hijos ese día. ¿Qué área positiva podemos
reforzar?
Dios nos dice que Él está obrando y que Su Espíritu Santo produce fruto en
nosotros mientras estamos siendo santificados. Esto es un proceso que dura toda
nuestra vida. En este proceso, Dios nos lleva de la posición de crecer en carácter
a producir fruto. ¡Él es el Padre más sabio! Me alegra que Él no insista en que ya
lo hayamos alcanzado todo y que con misericordia sigue trabajando en mi vida
aún a mi edad. Sabiendo esto, yo puedo ser más paciente, más comprensiva y
más misericordiosa con mis hijos.
Por esto, puedo amar más, porque tengo una perspectiva más profunda de la
paciencia de Cristo hacia mí, de Su gracia y de Su amor. A medida que vamos
creciendo como madres y padres, el Señor es fiel en hacernos crecer en estas
áreas.
Mi amiga Denise me dijo un día: “¡Eres tan apacible!”
Y yo le respondí: “¿Tú crees?” Para nada me veía como una persona
apacible.
Y ella me dijo: “Sí, cuando yo tengo demasiado que hacer, digo, ‘¡¡ESTOY
TAN OCUPADA!!’ Pero tú dices: ‘Yo…estoy…tan…ocupada…’”. Me tuve que
reír porque me di cuenta que así es exactamente como lo digo. La cosa es que
nos relajamos más, somos más pacientes, más agradecidos, incluso más valientes
cuando el Señor está trabajando en nosotros.
Cuando Emily era más joven, era difícil de lidiar con todas sus emociones.
Yo subía emocionalmente a las alturas con ella, y después bajaba
emocionalmente cuando ella bajaba. Ella se recuperaba de su trauma pasajero,
pero yo no podía recuperarme tan rápido. Me agotaba tratando de estar dónde
ella estaba emocionalmente. Entonces me di cuenta que lo que tenía que hacer
era responder sin alterarme y ser objetiva. Necesitaba ser quien mantuviera el
balance, así es que aprendí a ser “más apacible”. Esto puede ser igual con los
varones, pero no es típico. El aprender a adaptarnos a las personalidades y áreas
fuertes de nuestros hijos nos da la oportunidad de crecer junto con ellos.
Siendo la madre de una niña dramática y energética, tengo recuerdos de
muchas aventuras asombrosas. Emily tiene un temperamento tan diferente al
mío. Siempre me he maravillado como ella podía actuar en frente de las
personas. Es muy valiente. Mientras planeaba sus cursos de la universidad, se
dio cuenta de que necesitaba un crédito adicional, el cual era un crédito electivo.
Entonces, como podía elegir cualquier cosa, ella quería que fuera algo “bueno”,
una clase que le enseñara algo que de otro modo nunca haría. Decidió tomar
clases de canto.
Cuando conoció al profesor en la primera clase, él le preguntó acerca de su
experiencia en cuanto al canto. ¿Había cantado en alguna obra de la escuela? No.
¿Había cantado en un coro? No. ¿Había tomado clases de canto anteriormente?
No. ¿Había tocado un instrumento musical? No. ¿Leía música? ¡NO!
Entonces el profesor le preguntó si ella se daba cuenta que tendría que
cantar varios solos en tres ocasiones diferentes frente al cuerpo estudiantil y una
vez frente a toda la facultad. Le estaba dando la oportunidad de salirse de la
clase o advirtiéndole, para que no pasara una situación traumática. Aún así, ella
le respondió: “Yo creo que esto pudiera ser una experiencia interesante y
necesito un crédito más”.
No se dio cuenta de que las canciones que tendría que cantar tenían más de
cien años… y una de ellas era ópera … ¡en italiano!
Eso iba a ser demasiado aún para Emily. No sólo que no podría leer música,
¡tampoco iba a poder leer las palabras! Y yo no podía ser de gran ayuda, ni
siquiera podía reconocer ninguna de las canciones. Pero ella perseveró. Y para
hacerlo todo peor, lo próximo que pasó es que no podía encontrar un
acompañante, y al último momento la esposa del profesor la acompañó en su
presentación pública ¡sin haber ensayado juntas! Eso hubiera traído mucha
ansiedad a un cantante profesional, imagínate a un principiante. Yo estaba
extremadamente nerviosa por ella (aunque lo traté de esconder) y ella estaba
estresada también. Ella dudaba si debería hacer la presentación porque todo
estaba en contra de que las cosas salieran bien. El desastre parecía inevitable.
Sabiendo que ella valientemente había llegado tan lejos, yo quería animarla
a que lo terminara. Fácil para mí decirlo, ¿no? Es que sabía que ella lo podía
lograr. Le dije: “En una cuantas horas, todo esto terminará. ¡Y vas a poder decir
que lo hiciste! Dentro de veinte años, mirarás hacia atrás y no importará como
quedó la presentación, sino que perseveraste y que lograste hacerlo. Así es que
¡adelante!” Y lo hizo.
No podía esperar para saber cómo le había ido. Ella nos llamó un poco
después de que terminó la presentación y nos dijo que no le fue maravilloso,
pero que tampoco fue un desastre. Se sentía aliviada y animada sabiendo que ella
había cumplido con unos requisitos tan fuertes. Obtuvo una A- en la clase, más
que nada por su actitud, creo yo.
Mi dramática hija añade mucha chispa a mi vida. Ahora, luce ser tan
ecuánime pero yo sé que ella tiene mucho brío. Siempre está en rumbo a una
nueva aventura, nuevos retos para conquistar. Lo que más admiro de ella es—su
valentía.

LA FUENTE DEL CARÁCTER PIADOSO


Vamos a examinar las cualidades de carácter que Dios desea desarrollar en
nosotros. El más conocido es el fruto del Espíritu que se encuentra en Gálatas
5:22-23: “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay
ley”. Este fruto es producido y desarrollado en nosotros por medio del Espíritu
Santo, si en verdad somos Sus hijos.
Como padres, casi siempre somos los primeros en explicarles el evangelio a
nuestros hijos. La canción mas común y casi siempre la primera que se oye en
este país todavía es “Jesús me ama”, y espero que nunca cambie. Cuando un
niño cree en el mensaje del evangelio y ora para aceptar a Jesús como Salvador,
él o ella recibe el Espíritu Santo, Quien nunca lo dejará. La presencia del
Espíritu Santo en la vida de una persona establece la base para la producción del
fruto del Espíritu. Esta regeneración del espíritu en nuestros hijos es la meta
principal de la vida dentro del círculo.
El Espíritu Santo nos conforta, nos motiva a hacer las decisiones correctas,
afila nuestra conciencia, nos convence de nuestras decisiones incorrectas y nos
ayuda a crecer en carácter piadoso.

PROFUNDIZANDO—RECONSIDEREMOS LOS TRES NIVELES DE


MOTIVACIÓN

Recuerden los tres niveles de motivación—agradarse a uno mismo, agradar


a otros, y honrar y glorificar al Señor. Necesitamos hacernos las siguientes
preguntas acerca de nuestros hijos. Estas preguntas nos ayudarán a discernir
cómo nuestros hijos están creciendo en carácter:
El yo: Piensa en cómo tu hijo se ve a sí mismo. ¿Qué ejemplos puedes ver
que te demuestren si él se ve a sí mismo como Dios lo ve? ¿Cuáles de sus
acciones o declaraciones te muestran si él tiene un corazón para honrar a Dios en
sus decisiones o si busca su propio camino? ¿Cuáles convicciones personales
está desarrollando en su vida?
Otros: Piensa en cómo tu hijo se relaciona con otros. ¿Cómo se relaciona
con sus padres y sus hermanos? ¿Con otros adultos y autoridades fuera de su
familia? ¿Con sus amistades? ¿Cuáles tendencias ves?
Dios: Piensa en la relación que tu hijo tiene con Dios. En esto no me estoy
refiriendo a su salvación, sino a su entendimiento (lo que piensa) acerca de Dios.
¿Es espiritualmente sensible? ¿Está deseoso de glorificar a Dios con su vida?
¿En qué maneras vive por convicciones bíblicas?
Viendo como tu hijo procesa el mundo a su alrededor en relación a la
realidad de Dios y Su Palabra es un indicador de su carácter y de su crecimiento
espiritual.

PRINCIPIO CLAVE

No queremos que nuestros hijos vivan vidas espiritualmente mediocres,


porque nunca aprendieron a confiar en Dios durante tiempos difíciles,
aprendiendo a escoger el camino más fácil y comprometiendo así su carácter. En
otras palabras, podemos dejar que Dios cumpla su propósito en sus vidas para
transformarlos o podemos seguir bajando nuestros estándares hasta que
permitamos que ellos vivan vidas que no requieran fe, sacrificio o esfuerzo.
Claro que aquí no me estoy refiriendo a la obediencia, sino a esas
experiencias que nos estiran y nos hacen crecer. Mantén altos estándares y deja
que tus hijos se adapten a ellos sin demandar obediencia inmediata y completa
(excepto en casos de moralidad). Deja que ellos tengan esos estándares como la
meta que están tratando de lograr, porque esas son las cosas que tu familia
valora.
No mantengamos el exterior de nuestros hijos nítido y limpio, sin mirar la
condición de sus corazones. Cuando se trata de ser padres efectivos, la sociedad
dice que cualquiera puede hacer lo que hacemos. ¡De ninguna manera! Como
dicen en los “Cuerpos de paz”: “Éste es el trabajo más difícil y que más amarás
en toda tu vida”.

FORTALECIENDO EL CARÁCTER

Observar el carácter de un niño y reconocer sus patrones toma tiempo. Los


años de niñez existen por una buena razón. Mientras estamos aprovechando este
tiempo efectivamente, podemos darle gracias a Dios porque como alguien dijo:
“El tiempo es lo que evita que todo ocurra al mismo tiempo.” El Señor diseña
este espacio de tiempo pensando en nosotros. Necesitamos ser intencionales en
el uso de nuestros días para que luego veamos los resultados.
Desarrollar un plan de acción, establecer el curso, animarlos dentro de ese
plan, y observar su progreso según va pasando el tiempo requiere compromiso.
Ser un padre efectivo no ocurre simplemente por vivir dentro de la misma casa.
Las madres son las principales observadoras de la vida de sus hijos porque
pasan más tiempo con ellos, obviamente más de lo que el padre puede. Pero los
padres también tienen un tremendo impacto en el desarrollo del carácter de sus
hijos y ellos necesitan nuestra contribución para que podamos estar de acuerdo
en las cosas que estamos observando en sus vidas y compartir las áreas de
preocupación de cada hijo.
Cuando David y yo observábamos áreas de debilidad en nuestros hijos,
teníamos conversaciones extensas con cada uno de ellos para motivarlos a que
crecieran en esas áreas. Recuerda que éstas no son áreas de disciplina porque no
son áreas de desobediencia o desafío (como mentir, hacer trampa, o robar), pero
pudieran llegar a ese punto.
Por ejemplo, si un hijo mayor tiene la tendencia de posponer lo que debe
hacer, Mamá y Papá hablarían con él y le presentarían ejemplos de este patrón,
dándole sugerencias para ayudarlo a progresar.
Los niños necesitan cosechar las consecuencias de sus propias decisiones
para que vean los efectos de la mala planificación comparado a un planeamiento
sabio. Una charla ocasional acerca de esto podría ser de ayuda. Pudiera ser para
animarlos porque has visto su progreso o para advertirles que se ha observado
poco progreso y necesitan mejorar sus esfuerzos.
Muchos de nosotros hemos visto a alguien que parece estar atrapado en las
mismas luchas en las cuales se encontraba hace un año. No estoy hablando de
situaciones de dolor o tragedia; estoy hablando de alguien que está renuente a
que su fe sea estirada o a morir a sí mismo. Y más triste es ver a esta persona
años después con las mismas dificultades. ¿Qué hace que una persona crezca y
otra que parezca nunca progresar? Se trata del desarrollo del carácter—una
disposición a ser cambiado por el Señor en lugar de resistir Su voluntad en
nuestras vidas. De nuevo, cosechamos lo que sembramos.
Examinemos las diferencias entre la fortaleza y la debilidad que mencioné
anteriormente. La debilidad es vivir en nuestra carne porque la carne siempre
produce el “fruto” opuesto a lo que el Espíritu Santo produce. Crecer en carácter
piadoso es el trabajo fortalecedor que el Espíritu Santo hace (con nuestra
cooperación) y que finalmente modela los atributos de Dios.
Cuando examinamos cada una de estas áreas en relación a nuestros hijos,
por lo general podemos ver en qué dirección van y en cual área de carácter
necesitan crecer. Pero crecer en carácter es un proceso que toma toda una vida,
no una serie de eventos. ¿Las personas con quien pasamos tiempo nos
influencian hacia el mundo o hacia la piedad? Yo llamo esto el “tirón de los dos
reinos”. Necesitamos tener una actitud de oración, estar atentos, y ser
intencionales. Mateo 26:41 dice: “Velad y orad, para que no entréis en
tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”.
Lo que sigue a continuación son algunas definiciones adicionales de las
cualidades del carácter. Habla con tus hijos acerca de ellas y piensa en
personajes bíblicos que demostraron estas cualidades ¿Qué beneficio ocurrió en
sus vidas como resultado de esta buena cualidad? O piensa en cualidades
adicionales y defínelas como un valor familiar.

PONER ATENCIÓN: atribuirle valor a una persona concentrándose


completamente en sus palabras y sentimientos.
CONTENTAMIENTO: la habilidad de disfrutar las cosas que poseo y/o las
circunstancias que me rodean sin desear algo diferente
DILIGENCIA: usar toda mi energía para cumplir con las tareas que me fueron
asignadas
DISCRECIÓN: ser cauteloso/a en mi hablar y en la toma de decisiones
FE: creer la Palabra de Dios y actuar de acuerdo a ella, sin importar cómo yo
me sienta, sabiendo que Dios promete un buen resultado. (Dr. Ron Allchin)
PERDÓN: una decisión, elección o acto de mi voluntad que libera a otro de la
deuda que contrajo cuando esa persona me hirió; Dice: “No me debes nada”.
GENEROSIDAD: invertir en otros lo más que pueda con el tiempo y los
recursos que me han sido confiados
AGRADECIMIENTO: con una actitud de gratitud, dejar que Dios y otros sepan
con palabras y acciones cómo ellos han enriquecido o bendecido mi vida
HUMILDAD: confianza puesta en Dios; tomar un lugar más bajo y dejar las
cosas en Sus manos
INICIATIVA: tomar pasos para buscar a Dios con todo el corazón, usando las
oportunidades para dar testimonio o animar a otros
MANSEDUMBRE: fuerza bajo control para poder ceder los derechos
personales
OBEDIENCIA: Hacer lo que se me ha mandado, inmediatamente y con buena
actitud
ORDEN: organizar mi vida y mi entorno para lograr la máxima productividad;
ser ordenado/a
PUNTUALIDAD: llegar con suficiente tiempo para estar en el lugar, al tiempo
designado.
SINCERIDAD: ser tan genuino por dentro, como yo me muestro a otros
VERACIDAD: ganar la confianza de otros informando los hechos tales como
son
VIRTUD: conformidad a un estándar justo
(Algunas definiciones adaptadas del Instituto básico de principios de vida de Bill
Gothard y usado con su permiso)

Mientras tú y tu cónyuge estudian a cada uno de sus hijos, van a descubrir


sus áreas más débiles y sus áreas más fuertes. No podemos excusar sus
debilidades y enfocarnos sólo en sus fortalezas. Pero tampoco queremos
enfocarnos en lo negativo porque eso puede exasperar al niño y hacerle creer que
eso es lo único que observamos.
Ésta siempre es una parte retante de criar adolescentes porque ellos
quisieran que creyéramos que no son las mismas personas que observamos por
fuera y que lo que importa es lo de por dentro. Aunque es verdad que no
queremos enfocarnos solamente en lo exterior, también es verdad que queremos
que vivan vidas de integridad moral y no de hipocresía. Esto quiere decir que las
vidas que mostramos por fuera y nuestro interior deben coincidir y deberían
apuntar al mismo estándar.
David y yo vimos un letrero de una iglesia que decía: “Carácter es como
tratas a alguien que no puede hacer nada por ti”. Es fácil tratar bien a alguien
cuando tenemos algún beneficio de parte de ellos, pero ¿qué de las personas a
nuestro alrededor que no pueden hacer nada por nosotros?
Como padres, necesitamos ayudar a nuestros hijos a hacer progresos
medibles de la debilidad hacia la fortaleza, en cada área. No vamos a ser igual de
fuertes en todas las áreas, pero todos deberíamos estar haciendo progresos
continuamente. (Fíjense en el anexo al final de este capítulo para una referencia
sencilla de como crecer en carácter a través de la vida.)
Debido a que tenemos temperamentos diferentes, nuestros hijos pueden
batallar con ciertas áreas durante toda su vida. Por eso es que necesitamos
ayudarlos a ver que cada cualidad tiene un lado piadoso al igual de que tiene una
debilidad opuesta y pecaminosa. Cuando ellos ven que pueden dirigir sus
energías a cualquiera de los dos, tenemos la oportunidad de inspirarlos a que se
muevan en la dirección de una vida rendida al Espíritu Santo y puedan disfrutar
del fruto de esa decisión. Cualquier debilidad que tenga un niño puede ser
redirigida para que sea un área fuerte en su vida si él se adueña de esta verdad
espiritual, si se somete a la dirección clara de Dios y de Su Palabra y si trabaja
en eso diligentemente.
Dios ha prometido transformarnos a la imagen de Su Hijo. Es la esperanza
maravillosa del evangelio. “Estando persuadido de esto, que el que comenzó
en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”
(Filipenses 1:6). Piensa en eso: Dios trabajando en nosotros, moviéndonos de
gloria en gloria, transformándonos a la imagen y semejanza de Cristo. ¡No
solamente a nosotros sino también a nuestros hijos! ¡Aleluya y amén!
Dios nos renueva de adentro hacia afuera. “Por tanto, no desmayamos;
antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no
obstante se renueva de día en día” (2 Corintios 4:16). Por dentro nos estamos
fortaleciendo—no rejuveneciendo, pero haciéndonos más maduros en Cristo.
Estamos progresando. Éste es uno de mis pensamientos favoritos para meditar.
Cuando mi sobrina Stephanie estaba en el segundo grado, ella se encontró
en una situación en la escuela la cual probaría y demostraría inmediatamente el
carácter de esta niña de ocho años. Ella estaba parada en una fila para el
almuerzo y se encontró entre dos niñas las cuales eran mejores amigas.
La que estaba detrás de Stephanie le preguntó: “¿Puedo ponerme delante de
ti?”
Stephanie le contestó: “Claro”.
Entonces una de las niñas le preguntó a la otra, sabiendo que Stephanie
podía oírlas: “¿A ti te gusta Stephanie?”
Stephanie le respondió inmediatamente: “Tú no me estás usando. Yo estoy
siendo amable contigo”. Todo tiene que ver en cómo nosotros escogemos ver las
cosas, ¿verdad? La motivación de la primera joven fue de pensar sólo en ella
misma. Stephanie no tenía idea acerca de las intenciones de lo que la otra niña le
estaba pidiendo, sino que su dulce perspectiva estaba enfocada en el bienestar de
otros. Esta situación reveló la firmeza de su carácter, carácter que el Señor está
renovando día tras día.
Hace poco hablé con mi hermana Caronie, la mamá de Stephanie y me
preguntó: “¿Recuerdas el episodio que sucedió entre las niñas en la fila del
almuerzo? Claro que lo recordaba. Empezó a contarme de cómo ella había
llorado por este incidente hace muchos años. Pero ella permitió que el carácter
de Stephanie fuera estirado con retos como esos. Entonces me dijo una parte de
la historia que yo no sabía. No había terminado ahí. Stephanie continuó siendo
un ejemplo de una conducta de amor desinteresado para esas dos niñas. Cuando
se graduaron de secundaria, Caronie recibió una hermosa carta de una de estas
niñas que había estudiado con Stephanie por trece años. Le contó que amaba a
Stephanie, su firme ejemplo y su habilidad de defender lo correcto. Esto fue una
bendición directa al corazón de sus padres.

ENFOQUE DE LA FAMILIA
Al principio de cada nuevo año, nuestra familia se pone de acuerdo y
escoge un área del carácter en la cual nos concentramos en ese año.
Conseguimos una tarjetita que cabe dentro de nuestra cartera y escribimos la
cualidad y lo que significa; en el otro lado de la tarjeta escribimos nuestro
nombre. Cada persona, incluso los más jóvenes, reciben su propia tarjeta. Es un
recordatorio sencillo de que todos estamos trabajando juntos en esto, cuando nos
enfocamos en esta cualidad en particular, tendemos a mantenerla en nuestras
mentes y pensamientos, buscando maneras de crecer en ella.
Dios nos dice que nos amemos unos a otros para que podamos sobresalir y
atraer a las personas a la maravillosa luz de Su amor. Juan 13:34-35 dice: “Un
mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he
amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois
mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”. Crecer en carácter
piadoso no sólo da significado y propósito a nuestra vida, sino más que cualquier
otra cosa, glorifica a Dios (razón por la cual fuimos creados) porque demuestra
Su poder transformador en nosotros cuando vivimos por encima de nuestros
deseos impulsivos y egoístas.

Santísimo Padre:
Cuando pensamos en como Tú nos llamas a amar a nuestros
cónyuges y a nuestros hijos, sólo puedo pensar en Tu amor
puro y sacrificado por nosotros. ¡Cuan lejos estamos de
amarnos verdaderamente! Ayúdanos a demostrar Tu
bondadoso amor en nuestras familias. Cuando evaluamos
los malos hábitos y debilidades personales y los
comparamos con la conducta pura y santa que muestran Tus
atributos y Tu carácter, estamos sinceramente humillados.
Que no sólo te fijaras en nosotros, sino que prometieras
trabajar en nosotros, es un regalo que no se puede medir.
Señor, oramos que Tu carácter se convierta en nuestro
carácter, y sabemos que eso significa que viviremos
experiencias que nos estirarán a nosotros y a nuestros hijos.
Sabemos también que es en nuestro carácter donde podemos
dar fruto para Tu Reino y ésta es nuestra gran esperanza.
Fortalece nuestros corazones en nuestro caminar, te lo
pedimos, amén.

GUÍA PARA GRUPOS PEQUEÑOS

MEMORIZACIÓN DE LAS ESCRITURAS


(Tiempo Sugerido 15 minutos)

El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia,


el amor no es jactancioso,
no se envanece; no hace nada indebido,
no busca lo suyo, no se irrita,
no guarda rencor; no se goza de la injusticia,
mas se goza de la verdad.
Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
Corintios 13:4-7

El versículo de este capítulo es largo, así es que no haremos repaso esta semana.

TIEMPO DE PAREJAS
(Tiempo Sugerido 45 minutos)


Pasa un tiempo con tu cónyuge conversando acerca de las áreas del carácter
de sus hijos. Repasen la lista de las cualidades del carácter. ¿Están de
acuerdo con sus áreas fuertes y débiles? Ustedes van a ver a sus hijos desde
diferentes puntos de vista, así es que platiquen sobre esto. Identifica
específicamente un par de áreas fuertes y de otras débiles en cada uno de
tus hijos. Si los dos identifican un área de carácter como debilidad, mira su
equivalente para redirigirla. Oren específicamente que este hijo crezca en
esta área mientras lo dirigen.
Identifica individualmente el área del carácter donde tú quisieras verte
crecer. Filipenses 1:6: “estando persuadido de esto, que el que comenzó
en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”.
Discutan entre ustedes las cosas que tu cónyuge hace o dice que los hacen
sentir más amados. ¿Es raro que ustedes se expresen su amor el uno hacia el
otro? ¿De qué maneras especificas pueden crecer en esta área? Dile a tu
cónyuge ahora: “Te amo”. ¿Cómo les va en el área de expresarles amor a
sus hijos? ¿Cómo saben ellos que Mamá y Papá se aman?
Si sus hijos fueran a escoger una debilidad y un área fuerte de su carácter,
que piensas tú que escogerían? ¿Estarían en lo correcto?
Aplicación en el hogar: Escojan una actividad divertida para hacer con la
familia completa o una actividad individual de padre e hijo que les gustaría
implementar en su rutina familiar. Considera las que se encuentran en el capítulo
o quizás algo de tu niñez. Quizás pudieran desarrollar una “tradición familiar” la
cual sus hijos pudieran usar en su generación futura. No piensen en ello como
una responsabilidad adicional que necesitan cumplir. Sólo relájense y disfruten
de la compañía de cada uno. Esto produce los mejores momentos como familia.

Declaración para el hogar: Nuestro hogar va a ser un lugar donde el amor es el


oxigeno. Tomaremos las cualidades del amor de Dios y de Su carácter y los
implementaremos con nuestros hijos, entrenándolos a hacer lo mismo.

Oración para la pareja: Cierren en oración, pidiéndole a Dios que los ayude a
enfatizar la necesidad de desarrollar un amor que siga creciendo entre ustedes
dos como pareja, el cual formará la mayor herramienta que Dios podrá usar para
influenciar y moldear a sus hijos. Oren que como pareja puedan amarse con el
amor de Dios. Pídanle que por Su gracia puedan modelar un carácter piadoso
delante de Su familia.

TIEMPO DE DISCUSIÓN
PARA GRUPOS PEQUEÑOS
(Tiempo Sugerido: 45 minutos)

¿Cual es la diferencia entre construir el carácter y establecer autoridad?


¿Por qué el construir carácter no se trata de reglas que controlen nuestra
conducta exterior?
Compartan algunas cualidades del carácter (fortaleza versus debilidades).
¿Por qué nos alienta el crecer en carácter? ¿Estarían dispuestos a compartir
una debilidad de su carácter y cuándo descubrieron ese patrón de debilidad
en su vida? ¿Han visto algún progreso a través del tiempo?
¿Tienen algunas preguntas u observaciones de lo que leyeron en el capítulo
14?
Comparte un área fuerte de tu cónyuge y como ha beneficiado a la familia.
Nuestra sociedad hoy en día enfatiza “hacer y producir” mientras que la
Biblia enfatiza “el ser y el carácter”. ¿Cuales son las cualidades del carácter
de líderes (papás en la casa) que se pueden observar en los siguientes
pasajes?
Mateo 20:24-27
Hebreos 13:7, 17
1 Timoteo 3:1-7
Compartan una actividad divertida que hacen con sus hijos que les
muestran que son especiales para ustedes y merecen su tiempo y atención.
Usen este tiempo para sacar una lluvia de ideas sobre maneras creativas de
pasar tiempo juntos como familia.

TIEMPO DE ORACIÓN


Oren por el desarrollo del carácter de sus hijos. Cómo ustedes conocen sus
áreas fuertes y sus áreas débiles, oren por esas áreas que necesitan
crecimiento y agradezcan a Dios por sus áreas fuertes y las áreas de carácter
que ellos muestran. Oren para que Dios use su valentía, fortaleza, paciencia,
benignidad, perseverancia, etc. para que Su obra se pueda completar en la
tierra.
Oren por cualidades de carácter especificas en sus propias vidas y pídanle a
Dios que les ayude a transformar su debilidad en un área de fortaleza. Oren
por fortitud e integridad de carácter. Oren para que se pueda mostrar más
amor en su hogar.

APÉNDICE: CAPÍTULO 14
ETAPAS DE VIDA PARA CONSTRUIR CARÁCTER (LAS EDADES SON GENERALES)

ETAPA BASE
Edades: Nacimiento a 6 años Enfoque: Disciplina

CUALIDADES DE CARÁCTER:

ATENCIÓN (VS INDIFERENCIA) Hebreos 2:1


Mostrar el valor de una persona ofreciendo atención sincera a sus palabras

OBEDIENCIA (VS SER VOLUNTARIOSO)


2 Corintios 10:5
Someterse respetuosamente convencidos que esa autoridad fue puesta por Dios

CONTENTAMIENTO (VS CODICIA) 1 Timoteo 6:8


Darme cuenta de que Dios ha provisto todo lo que necesito para mi felicidad en
este momento

ORDEN (VS DESORDEN) 1 Corintios 14:40


Prepararme a mí misma y a mi entorno para lograr una mayor eficiencia

REVERENCIA ( VS FALTA DE RESPETO)


Proverbios 23:17-18
Estar atento de cómo Dios está trabajando a través de las personas y eventos en
mi vida para producir el carácter de Cristo en mí

PERDÓN (VS RECHAZO) Efesios 4:32


Sanar a otros, no tomándoles en cuenta sus ofensas como manera de expresar el
amor de Cristo hacia ellos

GRATITUD (VS INGRATITUD) 1 Corintios 4:7


Dejarles saber a Dios y a otros como ellos han sido de beneficio para mi vida

FE (VS PRESUNCIÓN) Hebreos 11:1


Creer lo que Dios desea hacer en una situación particular y actuar de acuerdo a
ello

VERACIDAD (VS ENGAŇO) Efesios 4:25


Ganar confianza futura al informar los hechos pasados con precisión

SEGURIDAD (VS ANSIEDAD) Juan 6:27


Estructurar mi vida alrededor de lo que es eterno y que no puede ser destruido o
quitado

MANSEDUMBRE (VS IRA) Salmos 62:5


Ceder mis derechos personales y expectativas a Dios; fortaleza bajo control

CAUTELA (VS IMPULSIVIDAD) Proverbios 19:2


Saber cuán importante es el tiempo correcto para lograr las acciones correctas

ETAPA DE ENTRENAMIENTO
Edades: 6 a 12 años Enfoque: Enseñar verdad

CUALIDADES DEL CARÁCTER:

PACIENCIA (VS INQUIETUD) Romanos 5:3-4


Aceptar una situación difícil de parte de Dios sin darle una fecha para que lo
quite

DETERMINACIÓN (VS POCO ÁNIMO) 2 Timoteo 4:7-8


Determinar cumplir con la meta de Dios en el tiempo de Dios a pesar de la
oposición

FIABILIDAD (VS INCONSISTENCIA) Salmos 15:4


Cumplir con lo que dije que iba hacer aunque signifique sacrificio inesperado

PUNTUALIDAD (VS TARDANZA) Eclesiastés 3:1


Mostrar alta estima por otros y por su tiempo

DISCERNIMIENTO (VS JUICIO) 1 Samuel 16:7


Mirar más allá de la superficie de un problema para ver las raíces que lo
causaron

LEALTAD (VS INFIDELIDAD) Juan 15:13


Usar la adversidad para confirmar mi compromiso a aquellos que Dios me ha
llamado a servir

COMPASIÓN (VS INDIFERENCIA) 1 Juan 3:17


Invertir lo que sea necesario para sanar las heridas de otros

ALERTA (VS DESPREVENIDO) Marcos 14:38


Estar preparado/a para responder correctamente a lo que está sucediendo
alrededor de mí

RESPONSABILIDAD (VS IRRESPONSABILIDAD) Romanos 14:12


Saber y hacer lo que Dios y otros esperan de mí

VIRTUD (VS IMPUREZA) 2 Pedro 1:5


La excelencia moral y la pureza de espíritu que irradia mi vida mientras
obedezco la Palabra de Dios

TOLERANCIA (VS PREJUICIO) Filipenses 2:2


Aceptar a los demás como expresiones únicas de cualidades específicas de
carácter con diferentes grados de madurez

IMPARCIALIDAD (VS. PARCIALIDAD) Lucas 6:31


Evaluar una decisión desde el punto de vista de todos los que están involucrados

GOZO (VS AUTOCOMPASIÓN) Proverbios 15:13


La alegría de mi ser interior que resulta de la genuina armonía con Dios y otros

ETAPA DE HABILIDAD
Edades: 12 a 20 años Enfoque: Dominio propio

CUALIDADES DEL CARÁCTER:

SABIDURÍA (VS NUESTRAS INCLINACIONES HUMANAS) Proverbios 9:10


Ver y responder a las situaciones de nuestras vidas desde el punto de vista de
Dios

DOMINIO PROPIO (VS AUTOCOMPLACENCIA) Gálatas 5:24-25


Obediencia inmediata al impulso inicial del Espíritu de Dios

DISCRECIÓN (VS IMPULSIVIDAD) Proverbios 22:3


La habilidad de evitar problemas, acciones y actitudes que no honran a Dios

DILIGENCIA (VS PEREZA) Colosenses 3:23


Viendo cada tarea como una asignación especial del Señor y usar todas mis
energías en completarla

RESISTIR (VS RENDIRSE) Gálatas 6:9


La fuerza interior para soportar el estrés para lograr lo mejor que Dios quiere
para nosotros

DEFERENCIA (VS RUDEZA) Romanos 14:21


Limitar mi libertad para no ofender las convicciones o preferencias de aquellos
que Dios me ha llamado a servir

SINCERIDAD (VS HIPOCRECÍA) 1 Pedro 1:22


Anhelar hacer lo correcto con motivos transparentes

GENEROSIDAD (VS TACAÑERÍA) 2 Corintios 9:6


Darme cuenta que todo lo que tengo pertenece a Dios y usarlo para Sus
propósitos

HUMILDAD (VS ORGULLO) Santiago 4:6


Tener una actitud que revele que reconozco la soberanía de Dios en mi vida

ENTUSIASMO (VS APATÍA) 1 Tesalonicenses 5:16, 19


Expresar con mi espíritu el gozo de mi alma

INICIATIVA (VS INDIFIRENCIA) Romanos 12:21


Reconocer y hacer lo que se necesita antes de que me pidan que lo haga

AMOR (VS EGOÍSMO) 1 Corintios 13:3


Dar para las necesidades básicas de otros sin que me motive obtener una
recompensa personal

CREATIVIDAD (VS BAJO RENDIMIENTO)


Romanos 12:2
Abordar una necesidad, tarea o idea con una nueva perspectiva

DECIDIDO/A (VS DE DOBLE ÁNIMO) Santiago 1:5


La habilidad de finalizar elecciones difíciles basados en la voluntad y los
caminos de Dios

SENSIBILIDAD (VS INSENSIBILIDAD)


Romanos 12:15
Ejercitar mis sentidos para que pueda percibir el espíritu y la emoción verdadera
de los que están a mi alrededor

ETAPA DE APRENDIZAJE
Edades: 20 a 30 años Enfoque: Servir

CUALIDADES DEL CARÁCTER:

MINUCIOSIDAD (VS INCOMPLETO) Proverbios 18:15


Reconocer cuáles factores podrían disminuir la efectividad de mi trabajo o de
mis palabras si se descuidan

INGENIOSIDAD (VS DESPILFARRO) Lucas 16:10


Uso sabio de lo que otros normalmente pasan por alto o descartan

FLEXIBILIDAD (VS RESISTENCIA) Colosenses 3:2


No establecer mis afectos con ideas o planes que puedan ser cambiados por otros

DISPONIBILIDAD (VS EGOCENTRISMO)


Filipenses 2:20-21
Poner en segundo plano mi horario y prioridades para atender los deseos y
necesidades de los que estoy sirviendo

HOSPITALIDAD (VS EXCLUIR) Hebreos 13:2


Compartir comida, casa y refrigerio espiritual con alegría con aquellos que Dios
trae a tu vida

GENTILEZA (VS ASPEREZA) 1 Tesalonicenses 2:7


Expresar cuidado personal a las necesidades emocionales de otros

VALENTÍA (VS TEMOR) Hechos 4:29


Confiar que lo que quiero decir o hacer tendrá un beneficio duradero

PERSUASIVO (VS CONTENCIOSO) 2 Timoteo 2:24


Derribar los bloqueos mentales que otros tienen por medio de la verdad

ETAPA DE MINISTERIO
Edades: 30 a 50 años Enfoque: Ministerio público

CUALIDADES DEL CARÁCTER: CONTINUAR AFILANDO NUESTRO


CARÁCTER

ETAPA DE CONSEJERÍA
Edades: 50 años hasta el final de la vida
Enfoque: consejería y orientación

CUALIDADES DEL CARÁCTER: GUIAR A OTROS A DESARROLLAR


SU CARÁCTER

ETAPA DE LA HERENCIA

HERENCIA: Más allá de mi vida—el legado de cualidades de carácter en


otros como resultado de mi influencia

15

CRECIENDO EN DISCIPLINAS PIADOSAS
LOS PADRES PIADOSOS DISCIPULAN A SUS HIJOS

Porque para vosotros es la promesa,


y para vuestros hijos,
y para todos los que están lejos;
para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.
Hechos 2:39

L a promesa del cielo y de la vida eterna por medio de la salvación es para


cualquier persona de cualquier generación a quien el Señor llame. ¿No es
maravilloso saber que tus hijos, nietos y biznietos tienen la esperanza del cielo si
ellos depositan su confianza y fe en Jesús? Y lo mismo es cierto para todos
nuestros antecesores (nuestros bisabuelos). Nos reuniremos con miembros de
nuestras familias que nunca conocimos. Y mejor todavía, todos los creyentes
seremos parte de la familia de Dios. La confiabilidad de las promesas de Dios
abarca la historia de la humanidad y continuará hasta la expansión más lejana
que Dios permita en el futuro. Es tan reconfortante para padres y abuelos el
saber que Dios estará cuidando de sus seres queridos cuando ya ellos no estén,
aun de aquellas generaciones que “están por nacer”. Con tanta incertidumbre en
el mundo, es alentador saber que Dios dice: “El cielo y la tierra pasarán, pero
mis palabras no pasarán” (Mateo 24:35). Así que anclamos nuestras vidas en
la Palabra de Dios y Sus promesas y la enseñamos a nuestros hijos y a los hijos
de nuestros hijos. Proverbios 1:8-9 nos dice: “Oye, hijo mío, la instrucción de
tu padre, y no desprecies la dirección de tu madre; porque adorno de gracia

serán a tu cabeza, Y collares a tu cuello”.


Adornos de gracia y guirnaldas son las verdades atesoradas acerca de Dios
y Sus caminos, las cuales pasamos de generación en generación. Aunque cada
etapa de la vida ofrece mucho que aprender (y hay mucho que se va cubriendo
en forma natural), enfatizamos objetivos específicos en las diferentes etapas. Los
primeros cinco años enfatizamos el aprender a vivir bajo la autoridad y
construimos “la línea”. Nuestros hijos aprenden lo que es la desobediencia, pero
también aprenden lo que es la obediencia y cómo mantenerse dentro de la línea.
Este entrenamiento intensivo en la obediencia empieza a dar frutos después de
mucha práctica.
Entre las edades de cinco a doce años, enfatizamos la construcción del
carácter y el distinguir entre las elecciones sabias y las necias. Igualmente, esta
instrucción empieza a afianzarse en el corazón del niño después de muchas
repeticiones y de experimentar las consecuencias de sus malas decisiones.
Esto nos trae a la próxima dimensión de la crianza de los niños que se sigue
construyendo de las dos anteriores. Ésta enfatiza el desarrollo de disciplinas
espirituales, el cultivo de una vida ordenada y hábitos piadosos.

Podemos entrenar a un niño en casi todos—los deportes, música, discurso,


idioma, arte—lo que sea. Podemos entrenarlos nosotros mismos o encontrar a
alguien que lo haga. Las actividades y metas se están volviendo tan
especializadas que pocos de nosotros podemos entrenar completamente a
nuestros hijos por nosotros mismos. Sin embargo, podemos entrenarlos o hacer
que los entrenen en casi cualquier cosa imaginable. Me imagino que ya has
descubierto el tema de esta sección: ¡entrenamiento!
Ya que no es posible entrenar a nuestros hijos en todo, tenemos que escoger.
Considera el puñado de cosas en que has determinado entrenarlos y muy
firmemente ve inculcándolas en tus hijos, qué otras áreas son importantes pero
no esenciales y qué áreas no son para nada vitales. Igualmente, considera los
motivos de tus elecciones.
Para nuestra familia, el entrenamiento bíblico y el discipulado fue el foco
principal de nuestro entrenamiento en los años de adolescencia. Su caminar
personal con el Señor reemplazó todas las demás actividades. Su andar con el
Señor es lo que los guiará a través de toda su vida. El discipular a nuestros hijos
es nuestra primera responsabilidad de discipulado.
Muchas organizaciones tienen una declaración de misión o lema que
transmite de una manera concisa el propósito de su existencia. ¿Cuál es la
declaración de misión que haremos para nuestras familias? Me gusta una que
usaban los Navegantes, que dice: Conocer a Cristo y darlo a conocer.
“El plan de la familia Corning” es esencialmente una declaración de misión.
Una declaración de misión nos provee una visión de hacia dónde vamos como
familia y por qué hacemos lo que hacemos. También sirve como un recordatorio
a lo largo de nuestro camino, manteniéndonos en el camino correcto,
afirmándonos quiénes somos como familia. ¿Si nosotros no tenemos una
estrategia de dónde planeamos estar un día con nuestros hijos, cómo podremos
llegar allí? Aun las mejores estrategias son infructuosas si no las ponemos en
práctica y si no tienen una disciplina constante. Proverbios 29:18 dice: “Sin
profecía el pueblo se desenfrena; Mas el que guarda la ley es
bienaventurado”.
En este capítulo veremos algunas formas prácticas de discipular a nuestros
hijos y de edificar la unidad familiar. Mantén en mente que a través del proceso
de entrenamiento—sin importar en la etapa en que estemos—requerirá mucha,
pero mucha repetición. Por esa razón, por ejemplo, no nos debemos obsesionar
en asegurarnos que ellos estén “a salvo” cuando son pequeños, porque criar hijos
no se trata de un evento que completamos una vez y ya (¡Uf! ¡Terminado!). ¡Las
lecciones más importantes no serán captadas la primera vez!
Criar niños es un proceso largo en el cual ellos descubren el amor, la
maravilla de Dios y desean buscarle. Lo maravilloso de esta parte es que Dios
mismo los está atrayendo hacia Él. No se trata de palabras sabias; es acerca de su
anhelo de conocer a Dios porque Él creó sus corazones con esa necesidad.
ADUEÑÁNDONOS DE NUESTRA FE

Muchos de nosotros como madres o padres tendremos el gran privilegio de


orar con nuestros hijos para que ellos reciban al Señor Jesús, pero tenemos que
recordar que mientras ellos crecen, aprenderán más y más acerca de lo que
realmente significa vivir “totalmente” para Cristo. Vamos a ser claros, sin
embargo. Si un niño realmente ha entendido el evangelio y aceptado a Jesús
como su Salvador, él es realmente salvo para siempre. Es sellado con el Espíritu
Santo como una promesa (Efesios 1:13-14). Pero puede ser que cuando este niño
crezca, no busque vivir para Cristo. Veamos lo que nos dice la Biblia acerca de
esto.
1 Corintios 2 y 3 nos dice que la Biblia describe tres tipos de personas: el
hombre natural, el hombre carnal, y el hombre espiritual.
El hombre natural: “Pero el hombre natural no percibe las cosas que
son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender,
porque se han de discernir espiritualmente” (1 Corintios 2:14). Esto significa
que aquellos que nunca realmente han aceptado a Jesús como su Salvador,
tampoco han recibido nunca el Espíritu Santo, así que no pueden entender las
cosas de Dios. En lenguaje bíblico: las personas en su estado natural tienen “un
velo puesto sobre sus corazones” (2 Corintios 3:15). Están espiritualmente
ciegos, viviendo todavía con su vieja naturaleza, esclavizados a ese estado
pecaminoso.
El carnal/hombre carnal: “Porque aún sois carnales; pues habiendo
entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis
como hombres?”. (1 Corintios 3:3. Esta persona es un creyente pero que está
viviendo como si no lo fuera. No está viviendo por convicción. No está tratando
a Cristo como el Señor de su vida. Él se mantiene viviendo en ese rol; sentado en
el trono de su propia vida.
El hombre espiritual: “En cambio el espiritual juzga todas las cosas (las
juzga a través del filtro de la Palabra de Dios); pero él no es juzgado por nadie.
(Esto significa que los incrédulos no pueden entender la verdadera naturaleza
espiritual que tiene una persona que está en Cristo). Porque ¿Quién CONOCIÓ
LA MENTE DEL SEÑOR? ¿Quién le INSTRUIRÁ? Mas nosotros tenemos
la mente de Cristo” (1 Corintios 2:15-16). Esta persona ha llegado al punto en
que ha colocado a Cristo en el trono de su vida. Jesús es reconocido sobre todo
lo que él/ella hace. Jesús es el foco y el Único que dirige todas las decisiones que
esta persona toma.
En estos pasajes, vemos el contraste entre los tres tipos de personas:
aquellos que no creen, aquellos que dicen creer y no están caminando con el
Señor y aquellos que creen y viven para Cristo.
Cuando nuestros hijos son pequeños, les damos muchas oportunidades de
aprender acerca de Jesús. Pudiéramos disfrutar del gran privilegio de verlos y de
oírlos rendir sus corazones y vidas a Jesús. El tiempo nos dirá si su conversión es
real si diera fruto. Sin embargo, como padres, continuamos instruyéndolos en las
cosas del Señor y no nos consumimos preguntándonos si este niño ha confesado
a Cristo genuinamente. Como mencioné anteriormente en este capítulo, ellos no
han desarrollado la habilidad de comprender todo el alcance y profundidad de
sus elecciones y decisiones. Es también importante notar que el gran reto a su fe
no se ha presentado todavía. Ya que ellos están bajo nuestro cuidado protector
durante los primeros años, probablemente su fe no es intensamente escudriñada
o probada.
Pero, mientras crecen más allá de una fe sencilla a una fe probada,
posiblemente alcanzarán un punto de crisis. Esta crisis puede ser o no ser
evidente. En otras palabras, ustedes como padres podrían no darse cuenta que
está sucediendo. Es un tiempo donde ellos se dan cuenta que la vida cristiana no
es sólo acerca de conocer la verdad, sino acerca de vivir lo que creen. Es en ese
punto donde ellos podrían enfrentar la decisión de no darle gran importancia a su
fe o realmente apropiarse de ella. Cuando Cristo es Señor de tu vida, serás
diferente que si creyeras que todo empieza y termina contigo.
Esta crisis de fe revela si el jovencito o jovencita tiene o no una fe
salvadora genuina o si él/ella está viviendo en la pretensión (diciendo que cree,
pero no hay fruto evidente). Sólo Dios puede juzgar nuestros corazones, pero Él
nos dice que “Por sus frutos los conoceremos” (Mateo 7:16). No siempre
podemos saber si alguien es salvo, pero podemos a menudo discernir si no lo
son, por su claro irrespeto a la Palabra y su falta de fruto.
Pudieras estar pensando: Espera, ¿y qué del cristiano carnal que acabamos
de mencionar? No podemos permanecer indefinidamente en el estado carnal.
Somos confrontados eventualmente con la decisión. La persona realmente
convertida quiere estar bien con Dios; la natural, los incrédulos (a menos que
hayan tocado fondo) no están interesados.
Yo creí en Jesús a una edad temprana, pero no tenía ni idea de cómo vivir
sólo para Él hasta que cumplí los diecinueve años. Me di cuenta que había
vivido para mí misma y que Jesús no gobernaba mis decisiones ni tenía el primer
lugar en mi vida. Había permanecido como una bebé espiritual porque a pesar
que había sido enseñada acerca de la Biblia, no me habían enseñado realmente la
Biblia. Mi crisis vino cuando tenía diecinueve años de edad. Tenía que tomar una
decisión de cómo iba a vivir mi vida y esa decisión solidificó el compromiso
original que hice cuando era una niña pequeña.
Sé que nuestros tres hijos hicieron compromisos con el Señor entre las
edades de cuatro y siete años. Y cada uno de ellos de manera específica
validaron ese compromiso alrededor de los quince y dieciséis años de edad.
Cuando nos apropiamos de nuestra fe, no hay vuelta atrás.
Tenemos un amigo cercano de Ghana, que es misionero, el Dr. Solomon
Areetey. Él se queda con nosotros cuando viaja a través del área de Chicago. Si
Solomon no trae a su esposa, Letitia, usualmente trae a otro compañero de viaje
del Oeste de África. Cuando Luke estaba en octavo grado, Solomon trajo al Dr.
Kofi Anen (no el Secretario General de las Naciones Unidas). Cuando ellos
llegaron, necesitaban hacer un trabajo en la computadora, así que Luke los ayudó
y como resultado de esto, pasó un buen tiempo conversando con ellos.
Luke fue impactado grandemente por esos hombres y por su celo por el
Señor, a pesar de tener tan difíciles retos en su ministerio y en sus condiciones de
vida. Estos eran dos hombres brillantes—uno era médico y el otro, un físico,
cuya fe e intelecto inspiraron a Luke a tomar más en serio su propio caminar con
el Señor. Él observó a estos dos hombres que no tenían nada comparado al
estándar norteamericano y aún así estaban dando sus vidas con entusiasmo para
promover la obra del Señor en África.
Luke estaba impresionado por el hecho de que dos doctores que serían muy
respetados en nuestro país ni siquiera tenían una computadora adecuada para
ellos. El contraste entre lo que ellos tenían y lo que Luke había recibido sin
ningún esfuerzo, hizo un impacto inmedible en él. Unos cuantos incidentes más
captaron su atención y él determinó establecer un ancla en su vida y vivir para
Cristo. Ésta fue la crisis de fe de Luke. Nosotros no sabíamos las batallas que
libraba en su corazón hasta que él pidió ser bautizado. En los próximos dos años,
Luke viajó a África dos veces y anhela regresar otra vez.
Si nuestros hijos creen en el Señor Jesús, ellos serán salvos para siempre.
No pueden perder su salvación, sin importar lo que suceda. Pero ellos pueden
vivir una vida sin nada eterno que mostrar. El peligro aquí es que la Biblia dice
que Dios no puede ser burlado, así que no podemos pecar libremente, sólo
porque Él es un Dios de gracia. Pecar libremente puede ser de hecho una señal
de que la persona realmente nunca creyó con todo su corazón. En 2 Timoteo
2:19 se nos dice: “Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello:
‘Conoce el Señor a los que son suyos’; y: ‘Apártese de iniquidad todo aquel
que invoca el nombre de Cristo’”.
Con nuestros hijos pequeños, debemos estar conscientes de que el interés y
el deseo por Cristo debe venir de ellos y no de nuestra tendencia a querer ver
nuestros anhelos realizados en sus acciones. Los niños repetirán una oración
contigo sin ningún pensamiento acerca de lo que realmente significa; ellos
simplemente están haciendo lo que les pediste que hicieran. Así que permíteles
demostrar un interés y preocupación por las cosas espirituales que te permita
saber que ellos aún a temprana edad, pudieran estar listos para responderle a
Jesús.

SIGNOS VITALES

Imagínate que encuentres a alguien tirado en la orilla de la carretera o en un


lugar inesperado. Inmediatamente, sabrías que ocurrió algo fuera de lo común.
La escena sería alarmante y sospecharías que la persona está en alguna clase de
peligro. Con una inspección más cercana y con precaución, verificarías si la
persona está bien. Revisarías sus signos vitales: ¿Está respirando? ¿Tiene pulso?
¿Está consciente? Lo mismo es cierto para un cristiano. Si estamos
verdaderamente vivos en Cristo, tendremos ciertos signos vitales productos de la
salvación.
Hace muchos años, David leyó un libro de Warren Wiersbe, titulado: Be
Real (Sé auténtico). A David se le ocurrió por primera vez la idea de los signos
vitales después de haber leído este libro y basado en 1 Juan. A través de los años,
él ha desarrollado este concepto y junto a Luke, lo enseñan cómo su ejercicio
favorito en las clases para ‘Nuevos Creyentes’ de nuestra iglesia. Ellos leen a
través de los cinco capítulos de 1 Juan, buscando los signos vitales de un
creyente.
En 1 Juan 5:11-12 leemos: “Y éste es el testimonio: que Dios nos ha
dado vida eterna; y ésta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la
vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida”. Estos versículos son
claros respecto a quiénes son los verdaderos creyentes; ellos son los que tienen
vida a través del Hijo de Dios. El versículo 13 sigue diciendo: “Estas cosas os
he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que
sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de
Dios”.
¿Cuáles son “estas cosas?” ¿Cuáles son estas seguridades de la vida eterna?
Hemos seleccionado siete signos vitales básicos basados en 1 Juan. Estos caen
bajo las áreas de fidelidad y frutos.

LOS SIGNOS VITALES DE UN CREYENTE



1. Un verdadero creyente confiesa a Jesucristo como su Salvador (1 Juan


2:23; 4:2-3, 15).
2. Un verdadero creyente admite y confiesa todos los pecados de los cuales
está consciente (1 Juan 1:8-2:1). Esta persona quiere estar bien delante de
Dios y no quiere albergar pecado; desea vivir una vida justa delante de
Dios.
3. Un verdadero creyente obedece la Palabra de Dios (1 Juan 2:3-5; 3:7, 9-
10; 5: 2-3). Esta persona estudia y aplica la Palabra de Dios a su vida.
4. Un verdadero creyente ama a la gente; tiene una preocupación genuina por
las personas, especialmente por los hermanos en la fe (1 Juan 2:9-11; 3:10,
14-15, 17-18). Esta persona no abriga amargura u odio hacia los demás.
Él/Ella valora la comunión entre hermanos como necesaria para su
crecimiento y está abierto/a a ser guiado/a y enseñado/a.=
5. Un verdadero creyente se aleja de los sistemas de valores del mundo
(1Juan 2:15-16). Esta persona toma pasos específicos para separarse de los
caminos impíos.
6. Un verdadero creyente soporta o permanece hasta el final (1 Juan 2:19,
24; 3:2-3, 24; 5:4). No importa lo que pase en su vida, la fe de esta persona
se fortalecerá. Él/Ella estará más determinado/a a permanecer cerca de
Dios. Él/Ella no se alejará de la verdad ni decidirá hacer las cosas a su
manera.
7. Un verdadero creyente madura y crece en fe y discernimiento (1 Juan
4:6; 5:19-20). Esta persona se va volviendo más como Jesús porque Jesús
mismo lo/la está transformando.
Nota la hermosa secuencia que indica un crecimiento espiritual: profesar,
confesar, obedecer, amar, alejarse de, soportar y madurar. Estos pasos deben
ser tan claros en nuestras propias vidas, como confiamos que serán claros en la
vida de nuestros hijos.
Una persona puede alejarse de Dios por un tiempo, pero mientras más largo
sea ese período, más probabilidades hay de que nunca haya realmente creído,
porque los verdaderos creyentes son fieles y fructíferos.
No queremos que nuestros hijos estén “meramente vivos”, queremos que
realmente vivan para Cristo. Queremos que experimenten vidas ricas en conocer,
amar y vivir para Él. No es quiénes somos, es de Quién somos. Jesús dijo: “El
ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que
tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10).

DISCIPULANDO AL HIJO MAYOR


Y JOVEN ADULTO

Un generalizado lema de universidad es: “Los que obtienen calificaciones


de C y D también se gradúan”, queriendo decir: sólo haz lo necesario para
pasar. Pero la vida del cristiano no es conformarse con lo mínimo o ser apático.
¿Estamos realmente emocionados o no, de que Cristo nos salvó? Puede que en
ocasiones los niños no le den demasiada importancia a su salvación. Aunque
esto no debe causarnos pánico, no les permitimos que se queden en esta
posición, sino que los retamos a crecer.
Consideremos maneras específicas de discipular a nuestros hijos y retar su
crecimiento espiritual. Algunas cosas que hicimos en nuestra familia para
animarlos y facilitar el proceso fueron:

TIEMPO DEVOCIONAL DE ESTUDIO

En quinto o sexto grado, animamos a nuestros hijos a empezar a tener un


tiempo devocional por su cuenta. Teníamos básicamente dos maneras para que
ellos iniciaran esta práctica diaria. Podían leer el libro de Proverbios, un capitulo
por día y llevar un diario de cada día, o podían pre-seleccionar una lista de
treinta pasajes de las Escrituras. Les dijimos a nuestros hijos que cuando ellos
tomaran en serio su “tiempo devocional” y lo demostraran completando este
ejercicio sin fallar un día, recibirían una Biblia como la de Papá.
He aquí algunas anotaciones del primer diario de Lee cuando cursaba el
quinto grado:
Proverbios 4:1-27: Escucha la corrección de Dios. Reúne toda la sabiduría y el
entendimiento que la Biblia puede darte y no la olvides durante toda tu vida. La
sabiduría puede darte honra cuando la abraces y puede darle gracia a tu
corazón. Te dará una hermosa corona. Si vas en el camino correcto, no caerás
aunque corras. Disciplínate. Mantente alejado de los caminos de perversidad de
otros…

Proverbios 5:1-23: Mantente alejado de los caminos de la mujer adúltera. Ella


arruinará tu reputación y ella se encamina a recibir un castigo eterno. El
hombre inconsciente morirá por su falta de disciplina y caerá por su estupidez.

Proverbios 6:1-35: Si te has metido en problemas con tu boca, humíllate…

Todavía conservo este pequeño diario de Lee con Shaquille O’Neill en la


portada de afuera, pero con pensamientos tan serios en el interior.
Tuvo que intentarlo dos o tres veces para lograr los treinta días, pero él
mostró una gran determinación. Una vez mientras estaba trabajando en sus
treinta días, teníamos cinco niños quedándose con nosotros por una semana
porque había un campamento de baloncesto frente a casa. Él no participaba en el
“tiempo divertido” de la noche con sus amigos y se iba a leer su Biblia. Yo no lo
mencioné porque realmente no esperaba que él pudiera tener la suficiente
disciplina como para apartarse teniendo invitados en la casa, pero lo hizo.
Cuando eran jóvenes adolescentes, les ayudamos a desarrollar su propio “estilo
de devocional”. Durante un tiempo ellos podían tener un diario con un código de
color mientras encontraban su método personal favorito. Aún tenemos nuestra
“caja de lápices” separadas para resaltar pasajes claves y temas.
No les insistíamos que tenían que diariamente tener un tiempo devocional;
pero ellos sabían que los estándares familiares eran estar diariamente en la
Palabra y que la meta era trabajar hasta lograrlo. Ocasionalmente, David o yo
preguntábamos: “¿Qué estás aprendiendo de la Palabra últimamente?”
Seguíamos planes de lectura de modo que pudiéramos leer la Biblia
regularmente. Después de muchos años de desarrollar nuestro propio estilo
devocional, hemos escrito un programa para ayudar a las personas a estar
consistentemente en la Palabra y profundizar por ellos mismos. Se llama: “Get
the Word Out—Developing a Devotional Lifestyle”. (Obtén la Palabra—
desarrollando un estilo de vida devocional). Éste es el método que ahora, como
adultos, todos usamos para profundizar en la Palabra.

MEMORIZACIÓN DE LAS ESCRITURAS


La memorización de las Escrituras es tan importante. Es algo importante en
nuestra familia, aunque en algunas épocas ha sido más enfatizado que en otras.
Los programas de memorización de AWANA son grandiosos porque promueven
una fuerte doctrina e inculcan la Palabra de Dios en el corazón de los niños.
El primer versículo que Emily aprendió fue Juan 3:16. Tenía tres años. Vino
a mi muy emocionada a decirme su verso. Ella dijo: “Porque de tal manera amó
Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él
cree, no se pierda, mas tenga una vida de tortuga”.
Claro, yo estaba dándole seguimiento muy de cerca y ella casi lo tenía y
entonces…dijo: “¿una vida de tortuga?” Yo le respondí: “¿Una vida de tortuga?”
Ella confiadamente asintió con su cabeza: “Si, Mamá, sabes, las tortugas
pueden vivir cien años”. Para ella era lógico. Entonces le tuve que explicar cuán
larga era la vida eterna y cuán emocionante sería. La memorización de las
Escrituras corrige sus pensamientos (mientras ellos la memoricen
correctamente).
Hace unos años, empecé a memorizar dos capítulos de las Escrituras al año.
No siempre lo lograba, pero trataba. Escogía un capítulo y retaba a mis hijos con
eso también. Es realmente difícil, pero tan valioso. ¡Desearía haber empezado la
memorización de capítulos más temprano en mi vida, porque es un increíble
privilegio y ejercicio y ahora mi mente no es tan ágil como lo era antes! Pero
aunque creas que no lo retendrás, el ejercicio es bueno para tu mente, sin
mencionar, ¡qué estás interiorizando y meditando en las Escrituras que cambian
vidas! Al menos, estás dándole a tu cerebro una buena cepillada con las cosas de
Dios. Y además, te sorprenderás de lo mucho que puedes retener y usar.

ESTUDIOS BÍBLICOS DE
DISCIPULADO CON PAPÁ

Cada uno de nuestros hijos pasó al menos dos años de estudios bíblicos de
discipulado con David, empezando en séptimo grado. Ellos participaban en
AWANA cuando eran más niños y luego continuaban con el grupo de jóvenes,
pero esto era diferente.
Además de ir a través de los siete libros de estudios bíblicos, David tenía
habilidades particulares y les enseñaba como compartir el evangelio o sus
testimonios personales. Cada semana, ellos tenían que preparar una lección y
memorizar un versículo de la Biblia.
Si no estaban preparados cuando llegaba el momento de reunirse con Papá,
no habría televisión, computadora, etc., hasta que el estudio de la Biblia
estuviese completo, esto significaba que habían ido a través del estudio juntos.
David salía a desayunar con ellos o los sentaba en la oficina. Se reunían cuando
pudieran coordinarlo, pero era cada semana.
Una vez, cuando David, Lee y yo fuimos a visitar a Luke a la universidad
por un fin de semana, David y Lee habían planificado revisar su estudio. De
cierto, tuvimos estudio bíblico en Bob Evans durante el desayuno. Usualmente
yo no era parte de este estudio—era “algo de Papá” con nuestros niños. Me
siento tan agradecida porque para el tiempo que estaban en la secundaria, ya me
habían escuchado a mi suficiente y era agradable tener a Papá que
específicamente reforzara las cosas importantes de la vida.
De hecho, yo necesitaba que David interviniera con nuestros adolescentes.
La mayoría de las madres estarían de acuerdo conmigo—“¡sí! ¡Necesitamos
ayuda!” Yo necesitaba un poco de respiro de ser la única que principalmente
establecía sus primeros fundamentos y que generalmente estaba supervisándoles.
Necesitaba que David escudriñara y señalara lo que habíamos estado
construyendo en sus vidas. La participación de Papá y su refuerzo fueron críticos
en estos años.
Adicional a la serie de libros de discipulado, David también hizo otros
estudios con ellos, al igual que yo. Hay excelentes estudios bíblicos disponibles.
Después de los dos años adicionales de estudios de la Biblia uno a uno con
Papá, ellos pasaban un fin de semana juntos para discutir las relaciones ente
chicos/chicas. David también pasó tiempo discipulando jóvenes adolescentes,
especialmente aquellos cercanos a nuestra familia, como jóvenes que mostraron
interés en Emily. Así, que, por supuesto, Adam, se reunió semanalmente con
David también. Todos ellos pasaron a través del mismo estudio. Emily dijo esto
hizo que Adam fuera “oficial”.
Recuerdo, hace muchos años, escuchar a un amigo decir que cuando
nuestros hijos alcanzan el sexto grado, realmente no absorberán nada más de
nosotros y que su primera fuente de aprendizaje vendría de sus compañeros. Ésta
fue una teoría aceptada comúnmente hace quince o veinte años y quizás hoy día
también. Sin embargo, no es cierto. Como padres, podemos hacerlo, podemos
ser de una valiosa y significativa influencia y podemos enseñarles en sus años de
jóvenes adultos y más allá aún.

SOCIOS DE RENDICIÓN DE CUENTAS

Cuando nuestros hijos ya estaban en el último año de la secundaria,


desarrollaron relaciones con mentores, personas que eran mayores que sus
compañeros. Cada uno de nuestros hijos tuvo personas especiales a quienes ellos
admiraban y respetaban en la fe. Es extremadamente importante, que los chicos
estén conectados a un grupo de jóvenes de la iglesia que sea fuerte, porque es de
aquí de donde ellos obtendrán no sólo sus amigos, sino también importantes
relaciones con los pastores de jóvenes y líderes de los grupos pequeños. Cuando
nuestros hijos fueron a la universidad, sabíamos que estas relaciones de
rendición de cuentas serían importantes para ellos para siempre. Como un factor
importante al elegir una universidad, consideramos también si alguna familia de
amigos cercanos tenía a uno de sus hijos mayores asistiendo allí. Esto les daría a
nuestros hijos a alguien que pudiera cuidar de ellos durante su primer año. Esta
persona no solamente les mostraría los alrededores, sino que los ayudarían a
aclimatarse, y también serían una fuente confiable que les ofrecería estabilidad
espiritual e influencia a lo largo del camino.
Busca a alguien que conozcas bien y en quien confíes para que cuide de tu
hijo o hija y reúnete con ellos regularmente. No necesito decir, que debe haber
una afinidad natural entre ellos. Estoy agradecida de las personas que hicieron
esto por nosotros. Cuando nos cuidamos unos a otros, no sólo como hermanos y
hermanas mayores, sino como hermanos y hermanas mayores en el Señor, nos
convertimos en una gran familia.

VIAJES MISIONEROS O
PROYECTOS DE SERVICIO

Los adolescentes pueden concentrarse en ellos mismos y ser absorbidos. Un


buen amigo nuestro dijo recientemente que él y su esposa pasaron tanto tiempo y
esfuerzo alabando y afirmando a su hija que a lo mejor hicieron demasiado.
¡Claro que esto puede suceder como quiera! Algo que puede balancear esto es
proveer oportunidades para viajes misioneros y proyectos de servicio.
Las misiones pueden jugar un rol mayor en la vida de cualquier persona
ayudándole a desarrollar un corazón hacia los demás. Muchas iglesias son
fuertes en esta área. Éstas proveen viajes misioneros, aun para estudiantes de la
escuela intermedia (sexto, séptimo y octavo grado). Nuestros hijos han estado en
muchos viajes en el extranjero y también dentro del país. Una advertencia que yo
daría a los padres es que tengan mucho cuidado a quién le confían el cuidado de
sus hijos, ¡especialmente en el lado opuesto del globo terráqueo! Además de
todos y los ya conocidos peligros, la inconcebible maldad del tráfico sexual que
ha surgido alrededor del mundo, los últimos cinco años, ha alterado
dramáticamente la libertad que tienen los jóvenes de viajar. Era mucho menor
cuando mis hijos eran adolescentes. Luke fue dos veces a Benin, al oeste de
África a cavar un canal de agua y a construir la zapata de la iglesia que está
localizada en el epicentro del Vudú (la religión ritualista que practica animismo,
magia y comunicación con los muertos). Puedes imaginar el impacto que
trabajar en un lugar como ese puede tener en un adulto, mucho más en un
adolescente.
Ralph y Pearl Prince han guiado a muchos grupos a este lugar. Después de
cavar en la arcilla roja, la zanja para el canal de agua de cuatro pies de
profundidad y dos millas de largo, el agua finalmente fue bombeada hacia la
aldea. Ralph preguntó por qué no habían construido esta aldea cerca de la fuente
de agua desde el principio.
Ellos dijeron que lo habían hecho. Pero doscientos años antes, un niño de
cinco años se había ahogado en el río y la gente de la aldea echó una maldición
vudú en el curso del río. Al siguiente día, el agua se había secado y no tuvieron
una fuente de agua por doscientos años.
Pueden estar seguros que traer agua de nuevo a la aldea causó un gran
impacto. Les probó a esas personas que el poder de Dios era mayor que el vudú
y que Dios es un Dios misericordioso. El agua real que el grupo misionero llevó
allí fue “el agua viva” de Jesucristo. En las noches, en pantalla grande, afuera,
les mostraban una película de Jesús en video, doblado en su lenguaje nativo.
Esto fue muy extraño para las personas que nunca habían visto ningún tipo de
equipo de videos antes.
De hecho, en la noche no había luz, así que usualmente las personas no
salían afuera. Pero el generador para el video y la luz que daba el proyector
proveían cierta iluminación al área para que se reunieran. Como ellos habían
estado cavando todo el día, las noches se usaban para compartir el evangelio.
Una noche, algunos seguidores del vudú vinieron a atacar físicamente a las
personas que estaban mirando el video. Como mencioné anteriormente, éste era
el lugar donde la oscura religión demoniaca del vudú se originó. Así que pueden
imaginar el miedo incrustado en toda la gente de la región. El evangelio estaba
rompiendo ataduras espirituales de cientos de años. Cuando la Luz del evangelio
se encuentra con la oscuridad de este mundo, habrá una confrontación dramática.
Emily y Luke estuvieron allá esa noche. Al principio hubo gritos fuertes, lo
que hizo que todo fuera más confuso y aterrador para nuestro equipo, ya que
todos gritaban en diferentes idiomas. Luego sintieron un ruido penetrante que
sonó como el disparo de un arma, y cientos de personas corrieron en todas
direcciones. Alguien le dio un puntapié al generador así que todo se puso negro
y la gente gritaba y caía. Fue una estampida humana y la oscuridad era tan
grande que nadie podía verse ni siquiera la mano. Emily recibió un golpe y cayó
al piso. Me dijo que mucha gente estaba corriendo y pisando tan fuerte cerca de
ella que prácticamente la arrastraron por la tierra. También me dijo que a pesar
de que sabía la gravedad de la situación, se sintió en paz en ese momento. Sintió
la presencia de Dios con ella. Escapó con algunos moretones y su ropa rota.
Emily vívidamente recuerda que esta experiencia ocurrió precisamente en
la porción de la película que se empezaba a compartir el evangelio. En otro viaje
dos años después a la lejana Rusia, Emily presenció otra gran colisión entre las
fuerzas espirituales del bien y del mal, cuando el evangelio estaba siendo
explicado a un gran grupo de niños rusos. En el preciso momento que el mensaje
de “las buenas noticias para todos los hombres” comenzó, algunos de los niños
empezaron a ponerse de pie, vomitando violentamente.
El entender y esperar oposición, y aun persecución, cuando la verdad de la
salvación es compartida, es una profunda lección en la vida. Esto ciertamente,
fue bien sabido en la historia de la iglesia y es cierto hoy día. Pero alabamos a
Dios porque sabemos que Aquél que está en nosotros es más grande que el que
está en el mundo (1Juan 4:4).
El punto es, que nuestros hijos sean llevados a lugares donde puedan ver
otras partes del mundo en contraste con el de ellos y ser testigos de cómo Dios
trabaja en todos los lugares. Estas experiencias construyen y aumentan su fe y
los ayudan a apropiarse de las cosas que son requeridas para vivir o morir, como
incontables testigos han hecho antes que nosotros.
Una vez, cuando Emily estaba en un viaje lejos de casa, muy desanimada y
agobiada por sus obligaciones, logró comunicarse con su papá. Le dijo cuán
difícil las cosas eran y él le dijo: “Cuando las circunstancias o la gente hace las
cosas tan difíciles que creas no poder con eso, solamente ora y dile al Señor:
‘Ellos no podrán hacer que sea tan difícil como para que Tú no puedas
ayudarme’”.
Soltar a nuestros hijos para que tengan estas experiencias se ha convertido
en un factor de fortaleza muy significativo para nuestra familia, porque algunas
veces no podemos sacarlos de una situación, ni tampoco debemos. Y nos damos
cuenta que la perspectiva del Señor tornará las circunstancias en una situación
donde Él tomará el control, una situación de completa dependencia en Él y
donde la fe de ellos será estirada más allá de su entendimiento. Aún nos
sonreímos algunas veces en tiempos difíciles y decimos: “Ellos no pueden
hacerlo tan difícil”. Filipenses 4:13 nos da la versión bíblica de este
pensamiento: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.

IR COMO FAMILIA

Mi vecina anterior tenía como una de sus metas el llevar a cada uno de sus
tres hijos en un viaje misionero antes que salieran de la secundaria. Ellos fueron
a Ucrania durante dos semanas y trabajaron en un orfanato. Éste fue un gran
tiempo entre madre e hijo.
Nuestra meta para cada uno de nuestros hijos era que fueran a un viaje
misionero al extranjero y dos dentro de los Estados Unidos, antes de que
terminaran la secundaria. Los viajes son una inversión en la vida de tus hijos y
en la vida espiritual de otros. Nuestros hijos han tenido que enviar cartas
solicitando patrocinio e ir a través de todo el papeleo y las inmunizaciones,
aprendiendo por experiencia propia sobre las cosas que otros misioneros han
abandonado y por las que han tenido que pasar por largo tiempo.

TRABAJO DE SERVICIO

¿Qué están haciendo tus adolescentes para servir al cuerpo de Cristo? ¿De
qué manera que no sea sirviendo, ellos aprenden lo que es servir? ¿En cuál
ministerio específico ellos han escogido servir para devolver a la iglesia? Esto va
por encima y más allá de dar financieramente; es un compromiso a servir
regularmente. Cuando ellos empezaron con el grupo de jóvenes en la escuela
intermedia, les dijimos: “Pueden disfrutar por dos años y luego deben devolver”.
Lee escogió trabajar en el ministerio de niños en nuestra iglesia, con los de
quinto grado y lo hizo hasta que fue a la universidad. Ahora que ya terminó la
universidad, ha seguido trabajando en el grupo de jóvenes adultos y ha trabajado
cada verano en el campamento de la iglesia, desde que tenía quince años.
Algunas veces es difícil lograr que los adolescentes se comprometan o que
trabajen duro. David a menudo me ha dicho: “Necesitas poner a los muchachos a
trabajar más duro”. Admito que como madres es más fácil hacerlo todo nosotras
mismas, en vez de usar toda la energía que se requiere haciendo que nuestros
hijos cumplan con sus compromisos. A menudo servimos juntos en un ministerio
y nuestros hijos saben que ese ministerio es una parte muy importante de lo que
somos como familia. David y yo quisimos inculcar en nuestros hijos un sentido
de urgencia de servir al Señor, sin esperar nada a cambio. Hay muchas maneras
de hacer que ellos se involucren aunque sea en un proyecto de servicio de un
sólo día como en los comedores, recoger la basura, pintar, hacer el trabajo de
rastrillar para los ancianos, etc. Estos son buenos lugares para empezar a rodar la
pelota. Aprender a servir a otros para su beneficio en vez del nuestro los hará
crecer en amor por las personas y esto hará una gran diferencia en el Reino de
Dios.

VISITAR LA CÁRCEL

Hemos llevado a nuestros hijos a visitar la cárcel del condado de Cook a


través del ministerio de la cárcel de la iglesia. Exponerlos al ministerio de la
cárcel permite que nuestros hijos sean testigos directos del significado de las
consecuencias, pero también los ayuda a ver el valor de la compasión. Como
dice David: muchos de los reclusos se están dando cuenta que su forma de vida
los ha dejado en un callejón sin salida. Como resultado de esto, muchos están
abiertos a escuchar acerca del Señor y la forma en que Él puede restaurar vidas
rotas—incluso para aquellos que a lo mejor nunca más vivirán en el mundo
exterior.

TIEMPO EN FAMILIA

Una de las mejores cosas que hemos hecho como familia realmente empezó
como fruto de la necesidad que teníamos David y yo de pasar tiempo juntos y de
comentar nuestros días. No fue algo que una vez pensamos o planeamos.
Sencillamente sucedió.
Cuando terminábamos de cenar y nos preparábamos para la noche, David
me llamaba a la sala sólo para hablar y relajarnos. Él encendía el fuego en la
chimenea, leía su Biblia, y me invitaba a “conversar”.
Soy una de esas personas a quien se le dificulta simplemente sentarse. Me
ha tomado años de práctica, el sentarme y no sentir que tengo que estar
terminando algo. No me malentiendan, me gusta descansar. Pero si descanso, me
duermo y soy inútil el resto del día. ¿Se podrán identificar algunas madres?
Mi renuencia a simplemente sentarme probablemente se remonta a mi niñez
porque crecí en el restaurante de mis padres. Se esperaba que nos
mantuviéramos ocupados para servir de ejemplo al personal. Cuando mi mamá y
mis hermanas vienen o voy a sus casas, David mueve su cabeza porque todas
permanecemos de pie en la cocina. Si él logra que nos sentemos en la sala, se
siente muy orgulloso de su logro. Pero sin pensarlo, en unos minutos, nos
paramos y volvemos a la cocina y jugueteamos con cosas. Es difícil matar viejos
hábitos.
Así que fue una gran proeza para David logar que yo viniera a la sala y me
sentara por unos minutos cada día y me quedara tranquila. Cuando lo hacía,
inconscientemente pensaba en cosas que hacer mientras hablábamos, como
aparear medias. Pero pronto, mientras yo aprendía a permanecer un rato (porque
sí me gustaba conversar con él), el resto de la familia se fue uniendo. Recuerdo
al pequeño Lee tirado en el piso en sus pijamas hasta que muchos años después
¡ocupaba demasiado espacio! Realmente, les permitíamos sentarse en los
muebles.
Por años hablábamos juntos como familia en la sala, a veces por dos o tres
horas. Eventualmente, se convirtió en nuestra costumbre y el ancla de mi día. Me
ayudó a entender lo que mis hijos estaban pensando y a ayudarlos a entender la
profundidad de nuestros pensamientos.
Éste no era nuestro tiempo de estudio bíblico, aunque hablábamos acerca de
temas bíblicos gran parte del tiempo. Sólo era un tiempo divertido para
conversar, para disfrutar de nuestra compañía y ponernos al tanto de nuestro día.
Algunas veces yo le leía un libro a la familia. Si teníamos invitados que estaban
quedándose por un tiempo extendido, ellos conocían la rutina. Si eran musicales,
cantaríamos canciones de alabanza. Orábamos como familia, especialmente si
alguien saldría en un viaje o regresaba a la universidad. Una que otra vez
jugábamos un juego. Lo que nunca tuvimos (ni nunca tendremos) fue una
televisión en nuestra sala. Me siento agradecida de que tuvimos esta convicción
personal, porque si no la hubiésemos tenido, hubiera sido muy fácil encenderla y
nadie hubiera “conversado”.
Cuando nuestros hijos crecieron, tenían trabajos, deportes, el grupo de
jóvenes y citas, fue más difícil cenar juntos; nuestros horarios simplemente no
coincidían. Pero cuando llegaban a casa, no se apresuraban a acostarse o hacer
alguna otra cosa; ellos se duchaban y bajaban. No se quedaban en sus cuartos
con la puerta cerrada. Ellos no querían perderse el tiempo en familia. Al final del
día, terminábamos conversando en la sala. Ciertamente es uno de mis recuerdos
más tiernos y un factor importante que ha mantenido a la familia unida. Aún hoy,
mis hijos han crecido y tienen sus propias vidas, vivimos como a una hora uno
del otro, pero ellos regularmente pasan los fines de semana con nosotros. ¡Es lo
mejor! Y se lo debo a David que estableció esto como una prioridad familiar en
nuestro hogar.
Por favor dense cuenta de que sus esposos son los llamados a establecer la
pauta de cómo esta dinámica funcionará en su familia, si será duradera y si
producirá frutos en las relaciones familiares. Quizás ustedes desayunan todos
juntos o quizás están todavía en la etapa de la vida donde toda la familia cena
junta cada noche. Si es así, asegúrense de reforzar ese tiempo de “sentarse
tranquilos” sin distracciones, cada día juntos como familia.

DEVOCIONALES PERSONALES

Yo he tenido mis tiempos devocionales en diferentes momentos del día


durante las diferentes épocas de mi vida. Cuando mis hijos eran más jóvenes, yo
leía y oraba mientras ellos dormían. Cuando crecieron, leía mi Biblia más en las
noches, obviamente ellos estaban levantados y alrededor. Todos aprendimos a
respetar el tiempo devocional del otro, manteniéndonos quietos y no
interrumpiendo.
David es la persona más fiel que conozco teniendo sus devocionales.
Llueva o truene, caos o calma, días feriados o rutina, en vacaciones o en casa, él
lee, ora, estudia, y memoriza cada día. Y nosotros nos beneficiamos. Esto es el
centro de quien él es y está grabado en las mentes y los recuerdos de nuestra
familia, así como él recuerda a su padre leyendo su Biblia y orando. La primera
frase de nuestra primera nieta, Anna fue: “Papá color Biblia”. La Palabra de
Dios sostiene familias de generación en generación.
Los padres deben discipular a sus hijos para que aprendan lo que es
alimentarse de la Palabra de Dios. Y de nuevo, son los papás quienes establecen
un modelo sólido para que el resto de la familia imite.

VERSĺCULOS MEMORABLES

Tengo versículos marcados en mi Biblia como un recuerdo de la fidelidad


de Dios. Cuando Emily nació, hicimos una oración de dedicación por ella, ahí
mismo en la sala de recuperación. Escribimos su nombre junto a Éxodo 13:2:
“Conságrame todo primogénito. Cualquiera que abre matriz entre los hijos
de Israel, así de los hombres como de los animales, mío es”.
En estos versículos, Dios estaba hablándole a la nación de Israel, y más
adelante la tribu de los Levitas fueron escogidos para representar a los
“primogénitos” de la nación de Israel, y yo escogí este versículo como un
testimonio a mi dedicación de criar a Emily para el Señor.
Cuando Emily fue a Rusia a la edad de diecinueve años, ella estaba pasando
por un tiempo difícil, leí a través de los Salmos para seleccionar algunos pasajes
especiales para enviárselo por correo electrónico. También escribí su nombre y
la fecha de estos versículos. Cuando leo a través de mi Biblia, veo la fidelidad de
Dios de ese ejemplo e innumerables otros, mezclados a través de las páginas y
recuerdo cuán bueno Él es conmigo y con mi familia. Cuando oigo de los
versículos favoritos de alguien, especialmente el versículo que Dios usó para
atraerlos a la salvación, pongo sus nombres próximo a ese versículo en mi
Biblia.
Hace unos años, yo estaba envuelta en ayudar a una joven madre con dos
niños a mudarse porque su esposo tenía una adicción y había abandonado la
familia en todo sentido. Él ganaba muy bien; pero todo lo gastaba en su adicción.
Él se aseguró de que todos los gastos de la casa y de la familia estuviesen
solamente bajo el nombre de su esposa. Ella no estaba consciente de que esa
deuda se estaba acumulando y que él no estaba manteniendo a la familia.
Después de todo, ella sabía que él ganaba bien. Sabía de su adicción, y aunque la
gente piensa que son capaces de ocultar esas cosas de sus hijos, sus dos hijos de
edad preescolar también pudieron darse cuenta de todo.
Eventualmente, ella descubrió la gran deuda, la cual ella era la única
responsable, junto a dos niños pequeños. Cuando el esposo supo que ella había
descubierto toda su situación, lo financiero y lo demás, él simplemente se
encogió de hombros y dijo: “Ahora arréglatelas tú sola”. Ella se mudó con sus
dos pequeños a mediados de enero. Aquel día, escogí un pasaje que he orado por
ella muchas veces.
Su nombre y la fecha 13/1/98 están anotadas cerca del Salmos 107:41-43
como un versículo memorable: “Levanta de la miseria al pobre, y hace
multiplicar las familias como rebaños de ovejas. Véanlo los rectos, y
alégrense, Y todos los malos cierren su boca. ¿Quién es sabio y guardará
estas cosas, Y entenderá las misericordias de Jehová?”
No puedo leer estos versículos sin recordar todo lo que el Señor ha hecho
para proveer a esta mujer y a sus hijos. Pudo salir adelante, está libre de deudas y
se volvió a casar.
Los versículos memorables tienen un profundo significado porque están
unidos a gente y tiempos especiales. Considera el buscar en las Escrituras y
clamar las promesas de Dios para tus seres queridos. He aquí algunos de mis
favoritos que he escogido para mis hijos:

1 Timoteo 4:12: “Ninguno tenga en poco tu juventud,


sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta,
amor, espíritu, fe y pureza”.

Isaías 44:3-5: “Porque yo derramaré aguas sobre el


sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu
derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus
renuevos; y brotarán entre hierba, como sauces junto a
las riberas de las aguas. Este dirá: Yo soy de Jehová; el
otro se llamará del nombre de Jacob, y otro escribirá con
su mano: a Jehová, y se apellidará con el nombre de
Israel”.

Isaías 54:13: “Y todos tus hijos serán enseñados por


Jehová; y se multiplicará la paz de tus hijos”.

Y nuestro versículo para este capítulo, Hechos 2:39:”Porque para vosotros es


la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para
cuantos el Señor nuestro Dios llamare”.
He escogido muchos versículos como temas y promesas para mis hijos, así
como también para David, el ministerio, para mí misma, para la familia cercana
y para amigos. Estos versículos memorables son escrituras que hemos clamado
para nuestra familia y se han convertido en preciados monumentos para
nosotros.
Piensa, por ejemplo: Salmo 102:18: “Se escribirá esto para la generación
venidera; Y el pueblo que está por nacer alabará a JAH”.
No sólo estamos criando niños, estamos levantando generaciones
espirituales. Si vienes de una familia donde generaciones de sus miembros han
sido creyentes genuinos, y han pasado la antorcha a la próxima generación,
tienes una gran bendición.
Pero si no tienes esa herencia, está bien; no has sido abandonada. Puede que
seas la persona que el Señor ha levantado dentro de tu familia para ser la que
lleve la antorcha de la fe a futuras generaciones. La mayoría de nosotros no
tendrá esa herencia o no somos capaces de rastrearla. De hecho, los padres de mi
padre murieron cuando él tenía seis años de edad. Los cinco hermanos fueron
separados y uno de ellos fue llevado a Noruega por una familia, durante la Gran
Depresión. Mi padre, criado por otra familia desde su infancia, no tenía idea de
que su familia había sido diseminada tan lejos, hasta Noruega.
Un día, a la edad de dieciséis años, al abrir la puerta, se encontró con una
persona que decía ser su hermano y quien se había estado esforzando para
encontrar a todos sus hermanos. No fue hasta que mi papá tuvo cincuenta años
de edad que todos los hermanos se reunieron por primera vez. Como podrás
imaginar, hay muchas preguntas en relación a mi herencia familiar que
probablemente nunca sabré en esta vida.
No tuve el beneficio de conocer a mis abuelos. Obviamente, nunca conocí
al papá de mi papá, y el padre de mi mamá murió cuando yo era muy joven. Yo
sólo veía a mi abuela, Grace, una vez al año o cada dos años hasta que envejeció
y vino a vivir con nosotros. Aún mis propios hijos extrañan no haber conocido a
sus abuelos ya que ambos padres, los de David y los míos murieron cuando
nuestros hijos eran pequeños. La gente tiene preguntas sin contestar acerca de
sus historias familiares, pero aún así, nuestros antecesores impactan a nuestras
familias. Dejan una herencia que pasa a la siguiente generación. Es interesante
pensar que en cualquier momento puedo descubrir algún detalle acerca de un
pariente fallecido que traerá revelación a nuestra herencia familiar.
Algunos de nosotros no tenemos una herencia de fe que podamos rastrear,
pero si necesitáramos tenerla, podría comenzar con nosotros. Pudiéramos ser los
llamados a establecer la visión para las futuras generaciones en nuestras familias.
Pasará si estamos determinados a lo más importante: entrenar a nuestros hijos a
vivir para Cristo.
Veo en la Biblia grandes ejemplos del poder de un legado. Uno de ellos
envuelve a Timoteo, el joven discípulo de Pablo. Pablo fue el padre espiritual de
Timoteo y ellos tenían una relación cercana. Cuando Pablo estaba en la cárcel de
Roma y enfrentando su inminente ejecución, se dio cuenta que no vería más a
Timoteo, le escribió una tierna carta. Es el libro de 2 Timoteo y empieza así:
“Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. Lo que
has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean
idóneos para enseñar también a otros” (2 Timoteo 2:1-2).
Podemos criar hijos piadosos a pesar de las circunstancias difíciles o las
historias familiares si estamos determinados a que nuestro legado espiritual sea
lo más importante. Podemos ser los que discipulemos a nuestros hijos si nuestros
cónyuges están ausentes o no son creyentes. Podemos establecer la base
espiritual de nuestras generaciones aún por nacer (Hechos 2:39). Construir un
legado espiritual para la familia me recuerda a Rahab, del Viejo Testamento,
quien fue rescatada de la vida de una nación pagana cuando el ejército de Israel
conquistó Jericó (Ver Josué 2). Su fe la libertó y Dios bendijo a su descendencia,
incluyéndola en el linaje de Jesús el Mesías, mil cuatrocientos años después
(Mateo 1:5).

ORACIÓN

Como padres, nadie orará por nuestros hijos como nosotros. También
oramos por otros niños, los que todavía no han nacido en nuestra familia. A
pesar de que nuestros hijos son pequeños, oramos por las personas con quienes
un día se casarán. He orado por los cónyuges de mis hijos durante todas sus
vidas. Puedes empezar a orar ya, por la gente que está “lejos”, como dice el
versículo.
Oramos por hermanos y hermanas alrededor del mundo. Gente que a lo
mejor vimos por un breve tiempo, pero que siempre recordamos y a quienes
veremos en la eternidad. En Rusia, Emily se quedó con una familia que tenía dos
niños, Koistia, un joven de dieciséis años, y Natasha, una jovencita de
diecinueve años. La familia no era cristiana pero estuvieron de acuerdo en alojar
a Emily por siete dólares semanales.
Esto era mucho dinero para esta familia porque al padre no le habían
pagado por dieciocho meses en su trabajo de la fábrica. Él continuaba trabajando
porque estaba agradecido de tener un sentido de propósito y respeto y esperaba
que un día recibiera el pago por su trabajo. Muchos de los hombres que se vieron
ociosos, se volvieron al alcoholismo en su desesperación. Un mes después que
Emily regresó a casa, la fábrica decidió cortar el salario del padre a la mitad,
incluyendo lo que no le habían pagado. La gente se mantenía literalmente de los
vegetales que cultivaban en sus jardines. Emily dijo que nunca en su vida comió
tantos pepinillos o comidas que sabían a pepinillos.
Cuando a Emily le llegó el tiempo de partir de Rusia, Koistia estaba triste
por el hecho de que probablemente nunca se volverían a ver. Emily le dijo: “Hay
una manera en que podemos volver a vernos otra vez”.
Y ella empezó a compartirle el evangelio más detalladamente de lo que lo
había hecho previamente. Ella le explicó cómo los creyentes en el Señor Jesús
serían reunidos en el cielo por la eternidad. Le regaló una Biblia en inglés esa
noche, sabiendo lo difícil que sería para él poder leerla, especialmente porque el
idioma ruso tiene un alfabeto completamente diferente.
La mañana siguiente, antes de que Emily tomara el tren para su viaje de
seiscientas millas hacia el oeste (sólo para llegar al aeropuerto de Moscú),
Koistia y Natasha le dieron una cinta para que la escuchara en el trayecto.
Durante su viaje en tren de veinticuatro horas, Emily escuchó las voces de
Natasha y Koisita hablarles con su fuerte acento ruso. Koistia le dijo que la vería
otra vez algún día en el cielo y que encontró un versículo en la Biblia en inglés
para ella. Los versículos fueron: Romanos 8:38-39:”Por lo cual estoy seguro de
que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo
presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa
creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor
nuestro.”
Emily lloró cuando escuchó estas preciosas palabras. ¿Cómo se las arregló
él para encontrar estos versículos en tan corto tiempo? ¡Y en una Biblia en
inglés! Estos versículos confirmaron la posición de Koistia con Dios y
consolaron a Emily. Puedes apostar que no podemos leer estos versículos sin
pensar en Koistia. Son versículos de testimonio, versículos de la intervención
directa de Dios y Su promesa. Al escuchar la cinta, yo también lloré. Cuando
vemos estos versículos, nos recordamos de orar por Koistia, que Dios lo afirme y
aumente su fe.
Todos tenemos muchos testimonios del cuidado de Dios por nosotros, lo
cual nos hace una familia de creyentes unidos en todo el mundo. Si los marcas y
le pones fecha, como recordatorios de orar por tus hermanos y hermanas en todo
el mundo, entonces te acordarás de la fidelidad de Dios hacia ti.

SERVICIO DE ALABANZA SEMANAL


Siempre nos sentamos juntos como familia para la alabanza semanal. No
parece que tengamos mucho tiempo para estar juntos como familias, así que no
dejamos que nuestros hijos se sienten con otros grupos de niños durante ningún
servicio de la iglesia. Siendo una familia fundadora de nuestra iglesia, estamos
agradecidos que junto a otras de las familias fundadoras, acordamos esto. Y más
de veinte años después, todavía nos sentamos juntos como familias.
Requerimos que nuestros hijos estén involucrados en el grupo de jóvenes de
la iglesia. Esto no fue opcional; era un compromiso de alta prioridad. Asistir al
grupo de jóvenes puede a menudo convertirse en una situación de contienda
entre los adolescentes y sus padres. He visto esto muchas veces. Pero si los
padres permiten que el asistir al grupo de jóvenes sea una opción, los muchachos
encontrarán la primera excusa para zafarse. Si sabes que el grupo al que estás
llevando a tu hijo es un grupo de jóvenes respetable, con una sana doctrina,
entonces deben asistir. Lo mejor sería que fuera un grupo de tu misma iglesia,
porque es extremadamente importante que las familias alaben y sirvan juntos por
todas las razones que hemos discutido en este capítulo. Dejar que los
adolescentes elijan y escojan el grupo de jóvenes que esté de moda, dividirá tu
familia, no necesariamente espiritualmente, pero por lo menos, físicamente lo
hará. No estoy diciendo estas cosas de una manera ligera, porque durante los
primeros años de nuestra iglesia fue difícil lograr establecer un vibrante grupo de
jóvenes.
Para nuestra familia, el estar involucrados en el grupo de jóvenes no era
menos opcional que la escuela. Debemos mantener en la mente que éste será su
fuente principal de relaciones piadosas.
Yo enfatizo este punto porque me rompe el corazón cuan a menudo he
hablado con padres quienes inconscientemente dejaron que la vida de sus hijos
se fueran a la deriva porque éstos les pusieron resistencia. Si los adolescentes
asisten al grupo de jóvenes sabiendo que irán la próxima semana, ellos harán lo
mejor de esta experiencia, en vez de estarse quejando y buscando la rampa de
salida. Igualmente, si saben que deberán asistir cada semana, harán un esfuerzo
de hablar con alguien en algún momento. Y eventualmente harán amigos.
Además, la mayoría de los muchachos se sienten inseguros cuando asisten al
principio. No te dejes manipular por tus hijos, para ser liberados de algo que tú
sabes que es para su beneficio. Y por supuesto, esto aplica aún más cuando
hablamos de asistir al servicio de la iglesia. Si oyes: “Pero es aburrido” o “Yo no
tengo ningún amigo allá” o “Todos los jóvenes que hay son antisociales”, y más
excusas, espero que no cedas.

ALMUERZOS
Algunos de los tiempos más agradables que he pasado con mis hijos han
sido cuando hemos almorzado juntos. No estoy hablando de salir a comer fuera,
sino de almorzar con ellos en casa siempre que fuera posible. Ya que vivimos
frente a su escuela, tuvimos la oportunidad de lograr esto. Uno de mis recuerdos
favoritos es haber visto a nuestros hijos correr a casa, saltar la cerca blanca de la
escuela y tener un almuerzo rápido y verlos correr de vuelta. Estos almuerzos
proveyeron un tiempo agradable, no sólo para mí al sentarme con ellos, sino
también para ellos al romper su rutina.
Los tiempos durante las comidas son tiempos preciosos de comunión.
Asegúrate de que sea algo especial, evita el ruido innecesario y el desorden. Pon
la mesa; siéntate. Enséñales modales y conversen.

MANTENTE SEPARADO/A

Es una lección que todos aprendemos como cristianos, de que no “somos de


este mundo”. Aprender a mantenerse separados de lo que los niños de su edad
hacen y mantenerse comprometidos a una vida de pureza es una prioridad para el
grupo de esta edad. ¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos a resistir la
tentación de comprometerse durante el período de la vida que está típicamente
guiado por la curiosidad y las decisiones impulsivas? Más allá del entrenamiento
de aprender a tomar decisiones correctas, implementamos un compromiso padre
—hijo/a de pureza en cinco áreas: abstinencia de drogas, fumar, sexo,
pornografía y bebida. Este pacto era revisado y monetariamente recompensado
al terminar los primeros dos años de universidad. Había una recompensa en
dinero al mantenerse fuera de todo esto. Puede lucir extraño el hacer esto, pero
queríamos que la fortaleza de nuestra relación y sí, la anticipación del premio,
pesara más que el momento fugaz de ser arrastrados por algo lamentable. Esto
no era sobornarlos porque el soborno es obtener ganancia con la intención de
lograr un propósito impío (como hacerse el de la vista larga ante lo mal hecho).
Por el contrario, esto era una recompensa por hacer lo correcto. La razón por la
que escogimos esto es porque los niños, sí, aun los pequeños, están expuestos y
tienen la oportunidad de comprometerse en todas estas áreas a edades más y más
tiernas. Si un equipo de muchachos varones está en un viaje por carretera y “se
quedan” juntos en un cuarto de hotel, ¿optará tu hijo por no ver una película
inapropiada o participar en una actividad que los demás escogieron? Sabiendo
que él tiene un acuerdo importante con sus padres que se rompería si cediera,
podría ser lo que los adolescentes necesiten para abstenerse de hacer una
excepción o ceder en esa primera situación. Nuestro versículo tema fue
Jeremías 15:17: “No me senté en compañía de burladores, ni me engreí a
causa de tu profecía; me senté solo, porque me llenaste de indignación”.

ESCUELA

Durante los primeros cien años más o menos, las escuelas en este país
enseñaron el ABC del libro de lectura de la Nueva Inglaterra (según las siglas en
inglés). Era algo como esto:

A—“Un hijo sabio alegra al padre” (Proverbios 10:1).


B—“Mejor es lo poco con justicia” (Proverbios 16:8).
C—“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados” (Mateo 11:28).
D—“No hagas esta cosa abominable que yo aborrezco” (Jeremías 44:4).
E—“A menos que un hombre nazca de nuevo, no puede ver el reino de Dios”
(Juan 3:3).

Cuánto se han alejado las escuelas públicas de la Biblia, han dejado todas
las cosas bíblicas. En muchos casos, la educación pública se ha vuelto
antagónica a cualquier cosa bíblica o cristiana.
No tengo preferencia sobre un tipo de escuela sobre otra porque es una
cuestión de convicción personal y puede diferir con cada niño o en las diferentes
edades. David y yo ciertamente tenemos nuestras convicciones personales acerca
de esto. Nosotros no tuvimos las mismas opciones que tuvieron nuestros hijos
cuando estaban creciendo, pero el mundo tampoco necesitaba esas opciones.
Tú, junto a tu cónyuge deben decidir cuál es el mejor lugar para cada uno
de sus hijos. ¿Qué están dispuestos a sacrificar con tal de enviar a sus hijos a un
lugar en vez del otro?
La clave es no enviarlos a una escuela donde sus tiernos corazones puedan
ser demasiado exasperados y demasiado desanimados, por tener que todos los
días defender su fe. No los pongas donde tengan un ambiente tan abrumador que
puedan ser influenciados a rechazar lo que estás tratando de inculcarles.
La escuela cristiana a donde nuestros hijos asistieron, especialmente en la
secundaria, los ayudó a lograr un entendimiento más profundo de la teología.
Tuvieron varias clases bíblicas y me encantaba cuando debían memorizar las
Escrituras como parte de una tarea escolar.
Luke me dijo que a los quince minutos de estar con alguien, él podía darse
cuenta de su “visión del mundo”. Entonces a partir de ahí, sabía qué enfoque
utilizar para atraerlos a conversaciones espirituales. Nunca tuve que lidiar con
cosas como éstas en la escuela.
Hay mucho trabajo que hacer para discipular a nuestros adolescentes.
Estamos trabajando para criar una generación de discípulos, pero si ellos no
están también haciendo discípulos, la Gran Comisión nunca será completada.
Me gusta la forma en que Filipenses 2:22 habla de un padre y un hijo
ministrando juntos, pasando la batuta del discipulado: “Pero ya conocéis los
méritos de él, que como hijo a padre ha servido conmigo en el evangelio”.
Estemos en el negocio de hacer discípulos, empezando en el hogar, empezando
con nosotros, de modo que dejemos un legado espiritual a nuestros nietos.

Amado Padre Celestial:


Te alabamos y Te damos gracias porque Tus promesas nunca
fallan. Te agradecemos que son verdaderas para nosotros
hoy día como lo fueron para nuestros antepasados y lo serán
para las generaciones venideras de nuestras familias. No
podemos expresar la gratitud que sentimos por Tus
promesas de vida eterna y de cómo a través de Tu Hijo,
generaciones de nuestras familias serán reunidas. Toda la
esencia de nuestra herencia cristiana será revelada. Te
pedimos que nos ayudes a discipular bien a nuestros hijos,
para que ellos un día también puedan discipular a sus
propios hijos y así edificar Tu reino. Que se haga Tu
voluntad, amén.

GUÍA PARA GRUPOS PEQUEÑOS

MEMORIZACIÓN DE LAS ESCRITURAS


(Tiempo sugerido—15 minutos)

Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que
están lejos;
para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.
Hechos 2:39

TIEMPO DE PAREJAS
(Tiempo sugerido—45 minutos)

¿Tienen un plan de discipulado a emplear con sus hijos cuando estos


alcancen sus años de adolescencia? Consideren y tomen notas de algunas
metas familiares que debe establecer en áreas como:

Estudio bíblico
Ministerio de la iglesia
Compartir el evangelio
Asistir a la iglesia
Memorización de las Escrituras
Grupo de jóvenes
Misiones
Proyectos de servicio
Otros

Consideren las actividades de sus hijos. Algunos de nuestros hijos se destacarán


en música o en atletismo, etc., y está bien, mientras que no pierdan de vista lo
más importante que es entrenarlos en lo que ustedes quieren para ellos. A veces
el desarrollo espiritual de un niño queda relegado por actividades más
“urgentes”. Estén alertas de que el crecimiento espiritual de sus hijos sea una
prioridad familiar. ¿Están comprometidos a instruirlos espiritualmente a través
de su infancia? ¿Sus hijos ven a Mamá y a Papá comprometidos en algún
ministerio o algún tipo de servicio cristiano?

¿Están haciendo algo como familia para construir la unidad, enseñar


doctrina, y desarrollar convicciones? Ésta es una enorme lista. Piensen en
dos o tres cosas que pueden hacer como familia para servir juntos al cuerpo
de Cristo en su iglesia y alrededor del mundo.
¿Tienen un versículo tema para la familia? ¿O versículos guías para sus
hijos, cónyuge, ministerio, etc.? Discute con tu cónyuge algunos de tus
versículos favoritos. Aunque tu cónyuge sea inconverso, aun así puedes
tener un versículo de familia.

Aplicación en el hogar: Piensen en algunos versículos de las Escrituras que


tienen un significado especial para ustedes. ¿Qué ha hecho que sean “versículos
memorables” para ustedes? Disfruten este ejercicio. Discute con tu cónyuge
versículos que hayan impactado a su familia. Márquenlos y pónganle una fecha a
alguno de ellos en su Biblia ¡y que Dios les bendiga mientras recuerdan Su
fidelidad en su vida!

Declaración para el hogar: Reconocemos que nuestro hogar es el centro


primario del discipulado de nuestros hijos. Queremos establecer patrones dentro
de él e identificar tareas fuera de él que expongan a nuestros hijos a la forma de
vida que Dios quiere que ellos vivan. Daremos a esto una gran prioridad de
manera que afecte nuestros planes y presupuesto.

Oración para la pareja: Mientras cierran en oración, oren por su familia;


agradezcan a Dios por tantas oportunidades que Él les ha dado para aprender el
significado de ser discípulos. Oren por formas en que su hogar pudiera ser un
lugar donde otros puedan ver y conocer a Cristo. Y pidan por sabiduría mientras
crecen en entendimiento acerca de sus roles como discipuladores en las vidas de
sus hijos.

TIEMPO DE DISCUSIÓN
PARA GRUPOS PEQUEÑOS
(Tiempo sugerido—45 minutos)


Si ustedes han escrito una declaración de misión como familia, compártanla
con el grupo.
¿Cuáles son algunos “signos vitales” de un creyente según 1 Juan? Lean
uno de los versículos que apoyen su respuesta.
¿Sienten que el Señor los está guiando a que su familia tenga más
participación en misiones, servicio cristiano o entrenamiento de
discipulado? ¿Tienen algunos obstáculos para llevar a cabo esta visión?
Discutan cómo estos obstáculos pudieran ser manejados.
Revisen las diferentes oportunidades para el entrenamiento de discipulado
que podemos darle a nuestros hijos. Compartan historias y pensamientos
acerca de los efectos de estas experiencias en relación a ustedes o sus hijos.
¿Hay un “pilar de fe” en su herencia? Compartan un testimonio del
significado que esta persona ha tenido en su familia.
¿Tienen alguna pregunta u observaciones acerca de lo que han leído en este
capítulo 15?

TIEMPO DE ORACIÓN

Oren por oportunidades de crecimiento espiritual para sus hijos y para que
ustedes se comprometan a discipularlos.
Oren por su compromiso a actividades espirituales (asistir al grupo de
jóvenes, etc.).
Oren por fidelidad en levantar un ejército de creyentes como herencia del
único Dios verdadero.

APÉNDICE 1: CAPÍTULO 15

APÉNDICE 2: CAPÍTULO 15
CINCUENTA VERSÍCULOS “PARA APROPIARTE”

1. 2 Timoteo 2:2…………………….Discipulado
2. Esdras 7:10……………………….Discipulado
3. Génesis 1:27……………………...Creado para tener una relación con Dios
4. Isaías 59:2………………………...Relaciones rotas
5. Romanos 3:23…………………….El problema del pecado
6. Romanos 6:23…………………….El problema del pecado
7. Hebreos 9:27……………………...El problema del pecado
8. Juan 5:24………………………….La solución de Dios al problema de la
humanidad
9. Efesios 2:8-9……………………...Por gracia, no por obras
10. Juan 14:6………………………..Un camino
11. 1 Pedro 3:18…………………….¿Quién es Cristo y qué hizo?
12. Romanos 10:9…………………..Confiesa y cree
12. 1 Juan 5:11-12…………………..Tener o no tener
14. Revelación 3:20…………………Cuadro de una relación restaurada
15. Gálatas 2:20……………………..Señorío
16. Josué 1:8…………………………La Palabra
17. Jeremías 33:3……………………Oración
18. Hebreos 10:24-25……………….Comunión
19. Hechos 1:8………………………Testificar
20. Juan 14:21………………………Obediencia
21. 1 Juan 5:13……………………...Seguridad de salvación
22. Juan 16:24………………………Oración
23. 1 Corintios 10:13……………….Victoria sobre el pecado
24. 1 Juan 1:9……………………….Perdón
25. Proverbios 3:5-6………………..Guía
26. Mateo 6:33……………………...Señorío
27. Filipenses 4:13………………….Su fortaleza
28. Juan 13:34-35…………………..Amor
29. 2 Corintios 9:7………………….Dar
30. Salmos 122:1……………………La iglesia
31. Isaías 55:10-11………………….La Palabra de Dios
32. Lamentaciones 3:22-23…………Fidelidad
33. Levíticos 19:11…………………Integridad
34. Isaías 26:3………………………Confianza
35. Isaías 55:8-9……………………Los caminos de Dios
36. Lucas 9:62………………………Compromiso
37. Lucas 9:23………………………Compromiso
38. Gálatas 6:7………………………Leyes de la cosecha
39. Mateo 28:19-20………………...Gran comisión
40. Eclesiastés 7:1…………………..Lo mejor está por venir
41. Filipenses 2:12………………….Ejercita tu salvación
42. Filipenses 1:20-21……………..Ganar/Ganar
43. Proverbios 27:17……………….Rendir cuentas
44. Proverbios 10:19……………….Tu hablar
45. Efesios 4:29…………………….Tu hablar
46. Romanos 1:16………………….Testigo
47. Lucas 6:46……………………..Señorío
48. Colosenses 1:18………………..Señorío
49. Mateo 9:36-38…………………Oración por los obreros
50. Juan 20:31……………………..Mensaje central de la Biblia

16

CRECIENDO EN RELACIONES
LOS PADRES PIADOSOS ENSEÑAN A SUS HIJOS A SER AMOROSOS, PERDONADORES Y A SER
SABIOS AL ESCOGER SUS AMIGOS

Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos,


amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables;
no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición,
sino por el contrario, bendiciendo;
sabiendo que fuisteis llamados
para que heredaseis bendición.
1 Pedro 3:8-9

N o hay relaciones perfectas de este lado de la eternidad. Pero aún así, Dios
ha ordenado que la familia sirva como el primer contexto social en el cual las
relaciones se desarrollen, crezcan y que finalmente florezcan para Su gloria. Es
también donde aprendemos a amar, a servir y a alabar a Dios juntos. En las
pasadas décadas, el hombre ha hecho más para descifrar y redefinir la familia
que en todos los siglos anteriores combinados. Cuando perdemos de vista al
Creador de las familias, perdemos de vista el propósito de ellas. Como hemos
enfatizado con cada subtítulo de los capítulos, el deseo de Dios es que al ser
padres piadosos, podamos criar una descendencia para Él (Malaquías 2:13-15).
Haremos unas observaciones mientras miramos algunas décadas pasadas.
En el 1940, sólo el 3.8 por ciento de todos los bebés nacidos eran de mujeres que
no estaban casadas. En el 2006 ese número alcanzó un 38.5 por ciento. En
sesenta y cinco años, la norma se ha convertido en que mujeres solteras tengan
hijos. Las mujeres no están esperando casarse para tenerlos.
En el 2009, la edad promedio para casarse era de 28.4 para los hombres y
26.5 para las mujeres. Este número ha estado aumentando sostenidamente, según
muchas parejas actualmente están escogiendo no casarse. Debido a la tendencia
al concubinato, la tasa de divorcio “aparenta” estar declinando, pero esto por
supuesto, es una estadística engañosa. Después de todo, si nunca te casas, nunca
te divorcias.
A pesar de todo, esta tendencia no significa buenas noticias para los niños.
Las parejas que viven juntas sin casarse tienen el doble de probabilidad de
separarse, que las que están casadas y el 40 por ciento de estas relaciones traen
niños a un hogar inestable. Sólo el 63 por ciento de los niños en los Estados
Unidos crecen con sus dos padres biológicos. Éste es el valor más bajo entre
todos los países de occidente, de acuerdo al USA Today, de julio, 2005. Este
informe decía: “Los Estados Unidos tienen las familias más débiles del mundo
occidental, porque tenemos la tasa de divorcio y de padres solteros más alta”.
El porcentaje de hijos menores de dieciocho años viviendo con sus dos
padres ha estado en disminución constante desde el 1960. En familias
caucásicas, el porcentaje ha ido de un 94 por ciento en el 1960, a alrededor de 72
por ciento en el 2007 y en familias no caucásicas del 65 por ciento ha bajado a
35 por ciento en el mismo periodo.
En los años sesenta, cuando el vivir juntos sin casarse fue abiertamente
respaldado por primera vez, la gran mayoría consideraba la práctica como “vivir
en pecado”. En el 2007, vivir juntos sin casarse creció más de 1000 por ciento y
“vino para quedarse” de acuerdo a una investigación hecha por el Proyecto
nacional del matrimonio de la Universidad Rutgers. En el periodo del 2001-
2006, estudios reflejaron que el 64.5 por ciento de los estudiantes de último año
de la secundaria y el 57.6 por ciento de las jóvenes estuvieron de acuerdo o
mayormente de acuerdo con la declaración: “Usualmente es una buena idea que
una pareja viva junta antes de casarse para poder darse cuenta si realmente se
llevan bien”.
Podemos seguir y seguir nombrando las muchas maneras en que las
personas están tratando de remover a Dios de la ecuación de sus vidas. Pero
cualquier ecuación sin Dios, eventualmente es igual a desastre. Es reconfortante
saber que ninguno de los pecaminosos retos del ser humano toman al Señor por
sorpresa o están más allá de Su control soberano. También es inspirador saber
que siempre y hasta cuando el mundo termine, ha habido y siempre habrá
familias de devotos creyentes. Cuando nos aferramos a los caminos de Dios,
podemos tener relaciones extraordinarias y dinámicas a pesar de la impiedad del
mundo que nos rodea.
La Biblia nos da principios con los cuales podemos cultivar grandes
relaciones bendecidas por Dios. Este capítulo es acerca de cultivar relaciones
significativas, amorosas, que duren toda la vida y de cómo podemos mantenerlas
fuertes, saludables y “dentro del circulo”.
Piensa acerca de tus mejores relaciones. ¿Qué hace que estas relaciones
sean algo tan especiales, tan fuertes? ¿Qué lazos en común tienes con estos
cercanos a ti? ¿Qué te une a las personas que amas? ¿Herencia? ¿Genética?
¿Matrimonio? ¿Compañerismo? ¿Fe? ¿Intereses comunes?
El vínculo de una madre con el recién nacido es intenso e innegable. Como
madres, siempre recordamos cuando tuvimos nuestros bebés. Y como padres
biológicos o adoptivos, recordamos el lazo de amor que nos sobrecogió la
primera vez que sostuvimos a esa preciosa criatura. Existe un fuerte lazo entre
nosotros que nos une a través de la vida, uno que espero nunca disminuya. ¿Por
qué no podemos permanecer siempre así? Esperemos ser siempre los mejores
amigos de nuestros hijos. Tenemos una profunda necesidad de tener relaciones
sólidas. Dios nos creó con el deseo de amar y ser amados. Él también estableció
parámetros definitivos para que las relaciones sean honorables, vibrantes y
duraderas.
¿Las cosas que tienes en común en tus relaciones, te animan a permanecer
en un estrecho compañerismo con el Señor o están ellas estancándote o
haciéndote apático/a hacia las cosas espirituales? ¿Tus relaciones honran la
santidad del matrimonio u olvidan el compromiso con la pureza o la integridad?
¿Qué aspectos de tus mejores relaciones te hacen desear el consuelo, toque
o compañerismo de esas personas? Todos anhelamos tener grandes y duraderas
relaciones de amistad o matrimoniales, pero ¿cómo obtenerlas?
Lar relaciones duraderas que honren a Dios requieren de tres cosas: gracia,
sacrificio y estar dispuestos a rendir cuentas. Mientras vamos a través de este
capítulo, voy a entremezclar los diferentes tipos de relaciones para ilustrar estos
requisitos. Tocaremos la amistad, el cortejo, el matrimonio y las relaciones entre
hermanos. Todas estas relaciones tienen que ser cuidadosa e intencionalmente
cultivadas si van a crecer en amor bíblico.

GRACIA
La primera área es la gracia.
Ésta incluye, aprender a…

1. PEDIR PERDÓN Y EXPRESAR TRISTEZA GENUINA

El matrimonio es un caso de estudio continuo para aprender a practicar la


gracia. Del mismo modo, ser padres ofrece oportunidades continuas de enseñar
(y modelar) ambas, gracia y perdón. Pero quizás una de las áreas más obvias en
aprender y enseñar esta lección es en la rivalidad entre hermanos. Si tienes hijos,
ellos tendrán rivalidad. Competirán para vencerse uno al otro para tener un
juguete, ser oído, obtener la última galleta o para ganar un juego. Este tipo de
rivalidad ocurre en todas las familias y puede ser extenuante para los padres. Sin
embargo, si entrenamos a nuestros hijos a tratar a los demás con amabilidad y
gracia, ellos eventualmente (espero) aprenderán a convivir. El no resolver la
rivalidad puede llevar a una competencia feroz para obtener atención exclusiva,
ganar u obtener aprobación a expensas de sus hermanos. Esto engendra
favoritismo en vez de cuidarse el uno al otro.
Ejemplo—Cómo terminar disputas y pedir perdón en la rivalidad entre
hermanos

Es importante decir palabras que expresen nuestros sentimientos de dolor y


confesión cuando hemos ofendido y herido a otro, especialmente dentro de la
familia. Tengo una amiga que les dice a sus hijos “2, 3, 4” cuando ellos se
enredan en una pelea. Los números se refieren a las “dos palabras”: “tres
palabras”, y “cuatro palabras” que ella espera que ellos se digan el uno al otro:
“Lo siento. Yo estuve mal. ¿Serías capaz de perdonarme?”
“Lo siento” sólo manifiesta un sentimiento. “Yo estuve mal” admite
responsabilidad sin excusa. “¿Serias capaz de perdonarme?” Le da a la otra
persona la oportunidad de responder. Las “3 palabras” y “las 4 palabras” son
lecciones difíciles porque nos hacen vulnerables a ser lastimados por la otra
persona.
Si nuestros hijos tenían una pelea o me daba cuenta que las cosas estaban
escalando fuera de control, llamaba a las partes ofendidas a la sala y hacía del
evento un “círculo completo”. Con esto hago referencia al círculo completo de
llevarlos a través de la situación y terminarla (usualmente sin la necesidad de
disciplina). Para la mayoría, este tipo de lucha de voluntades es una cuestión de
madurez y es lidiada sacándolos de la situación y hablando de ella. Éste es uno
de esos momentos donde hacer un alto puede ser apropiado. El sentarlos
separados, sirve para “calmarlos”, enfriar los ánimos o darles tiempo (diez
minutos o menos y no lejos de ti, pero quizás lejos de tu mirada) para que tomen
una mejor decisión en el futuro. Estos casos son asuntos de madurez y de
carácter, no de desobediencia ni desafío. Ellos fueron provocados, turbados, por
las acciones de sus hermanos y necesitan re-enfocarse y re-evaluar.
Así que para las peleas entre hermanos que no tuvieran desafíos contra los
estándares bíblicos o a nuestra autoridad, teníamos un pequeño juicio donde yo
actuaba como juez. Era algo bien básico. Este proceso es realmente un resumen
y aplicación de 1 Pedro 3:8-9: “Finalmente, sed todos de un mismo sentir,
compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; no
devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario,
bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición”.
Yo sentaba a los combatientes separados y mirándome a mí. Dejaba que
primero hablara el hijo menor, explicándome todo el incidente sin interrupciones
del otro hijo (¡tremenda lección de tolerancia para el hijo mayor!). Hacía
preguntas que me aclararan. Entonces permitía que el otro hijo dijera su parte,
quien usualmente empezaba: “Primero que todo, no sucedió de esa forma…”
Después que terminaba, yo hacía algunas preguntas más, tomando consejo
de Proverbios 18:13: “Al que responde palabra antes de oír, le es fatuidad y
oprobio”. Y cuando lo entendía todo, entonces estaba lista para dar mi
veredicto.
Pasar por este procedimiento me ayudó a entender el razonamiento de ellos
y también sus defensas. Si ellos retenían información para lucir bien, siempre
terminaba haciéndose evidente y ellos aprendían que era mejor decir toda la
verdad desde el comienzo. Algunas veces difícilmente podía contener la risa y sé
que a veces ellos se daban cuenta de cuan tontas sonaban sus quejas y todos
comenzábamos a reírnos.
Cuando todos los hechos eran expuestos, hacía que expresaran su dolor y se
pidieran perdón, reconociendo su propio error. (Pudieras ayudarlos a recordar
que ser responsables de su comportamiento es admitir que ellos sabían lo que era
correcto hacer; pero hicieron lo que querían hacer de todas formas). Al ir por
este proceso, ellos aprendieron rápidamente a ser pacientes, a escuchar a la otra
persona y a confiar en que yo llegaría al fondo del problema y lo juzgaría
justamente. Es fácil para ellos confiar en alguien que saben será justo.
Desafortunadamente, en el mundo real tienen que aprender a someterse a reglas
injustas. Pero éste es el plan de Dios para que crezcamos.
Si ellos mentían, invariablemente podía darme cuenta. Y la mentira siempre
obtenía sus nalgadas (cuando eran pequeños) porque mentir es desafiar un
estándar bíblico, una gran ofensa en nuestra familia. Recuerda que estás
construyendo el círculo cuando son pequeños y como trates la mentira
(“inventar”, no decir toda la verdad, engañar, pretender que no sabían y así
sucesivamente) determinará si aprenden o no que todos estos tipos de
comportamientos constituyen cruzar “la línea”. Si te haces de la vista larga, y
permites deslices en la integridad, estarás aceptando comportamientos
inapropiados. ¿Enseñarás a tus hijos que existe un gran reto para decir la verdad
(no aceptando la casi verdad) y que no es aceptable menos que eso? Si
construyes un historial con tus hijos de decir la verdad, a ellos les será muy
difícil mentirte en la cara sin que te des cuenta. Podrán mentir, pero usualmente
lo sabrás, y ellos sabrán que tú sabes, sin decir ni una palabra.
En cuanto a los hijos mayores, podríamos esperar que la convicción toque
sus corazones, que vengan por ellos mismos y arreglen las cosas. Esto es crecer
en gracia con nuestros hijos. No es dejar las cosas sin resolver, sino darles algún
espacio para que ellos lleguen a la conclusión correcta. Nos mantenemos alertas
hasta que hagan lo correcto. Algunas veces si parece que ellos se han salido con
la suya en algo que tú como madre sabes que no está resuelto, debes ir y hacer
unas preguntas sencillas para colocar más piezas en tu rompecabezas. Por
ejemplo, pudieras decir: “Kimberly, he estado pensando acerca de lo que dijiste
y algunas cosas no están claras para mí”. Entonces haz una pregunta sencilla.
Ellos sabrán que estás pendiente sin ser acusatoria. Esto es demostrarles gracia,
pero también que estás resuelta a no dejarlos creer que la deshonestidad alguna
vez será aceptable. Si ellos admiten que mintieron, la apropiada disciplina
seguiría porque mintieron y encubrieron su pecado.
En esta misma línea, nunca acuses a un niño o a un adolescente de mentir si
no tienes evidencias concretas. Es mucho mejor seguir los consejos de 1
Corintios 12:4-7: esperar y pensar lo mejor en vez de estar sospechosos. Pero si
ellos son atrapados en una mentira que trataron de ocultar al ser confrontados, el
problema se vuelve mucho más serio, porque ahora la confianza fue violada.
Aprender a ser personas perdonadoras muestra que comprendemos el
perdón que Jesús nos dio. Colosenses 3:12-13 dice: “Vestíos, pues, como
escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de
benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos
unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra
otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros”.

Por lo tanto la gracia incluye también aprender a…

2. PERDONARSE UNOS A OTROS, PARA QUE LA RELACIÓN SEA


SANADA

Ejemplo—La continua rivalidad entre hermanos

Después de pasar por el proceso de entender los cómos y los por qués de su
riña, ambos necesitan pedirse y aceptar perdón.
Uno podría decir: “Siento haberte empujado, por favor perdóname”. Y el
otro podría decir: “Siento haber dicho que deseaba que no fueras mi hermano.
Por favor perdóname”. Y el primero diría: “Te perdono” y el segundo
respondería: “Yo te perdono”.
Entonces ambos se abrazarían, estarían de acuerdo en que el asunto está
completamente terminado y se irían a jugar de nuevo. Recuerda que es difícil
mostrar afecto y mantener un enojo al mismo tiempo, así que tienen que
abrazarse. Esto pudiera parecer mucho trabajo, pero enseñarlos a humillarse y
decirse estas palabras cosechará bendiciones para el resto de sus vidas y
especialmente en sus matrimonios algún día. ¿Cuántos de nosotros conocemos
adultos a quienes les cuesta admitir que están equivocados o les cuesta tomar
responsabilidad por sus errores? Hazle un gran favor a los futuros cónyuges de
tus hijos trabajando diligentemente en esto.
Algunas veces, yo les decía que imaginaran que tenía una pizarra gigante y
que estaba escribiendo todas las ofensas del uno contra el otro. Y les decía:
“Luke, tus ofensas son tirar el juguete y empujar a Lee. Lee, tus ofensas son
derribar el edificio de Luke y saltar encima de él.
Después que ellos se ponían de acuerdo acerca de un mejor plan para jugar
juntos e intercambiaban el perdón, el abrazo simbolizaba “limpiar el pizarrón”,
incluyendo cualquier residuo de animosidad. Si quedaba algún rastro de
resentimiento, entonces el proceso no estaba terminado. Recuerden, estamos
trabajando en establecer la paz, no en mantener la paz, así que tenemos que tratar
con el corazón, no sólo con las reacciones superficiales. Este evento es un
ejemplo del círculo completo. De igual manera, también discutíamos un plan de
juego revisado para que pudieran seguir adelante.

La gracia incluye también aprender a…

3. CRECER EN PACIENCIA; EN VEZ DE ACTUAR


IMPULSIVAMENTE, ESCOGEMOS INTENCIONALMENTE
RESPONDER DE UNA MANERA QUE HONRE A DIOS

Ejemplo—Relaciones entre hermanos

Volviendo a nuestro ejemplo de rivalidad entre hermanos, me gustaba


explicarles a ellos que cuando uno de ellos ofende al otro y el otro reacciona de
igual forma, están haciendo una cadena de ofensas o una “reacción en cadena”
que nunca terminará porque sólo aprenderán a mantenerse “uno encima del
otro”. Podrías hasta hacer una cadena de papel en dos colores para ilustrarles
esto de una manera visual. Cada color representa construir la cadena de ofensas
cuando el otro reacciona de la misma forma. Nuestros hijos necesitan aprender a
ser el que rompe la cadena de ofensas.
Cuando Emily estaba aproximadamente en sexto gado, empezó a cuidar a
sus hermanos por unas cuantas horas. Teníamos una gran regla para ellos cuando
su papá y yo no estábamos: “NO PELEAR (o como exactamente decíamos: “no
pelear, no morder, pellizcar, no pinchar)”.
Si surgía un conflicto, ellos no debían pelear por ello. ¡Qué tal eso para
aprender a ser pacientes! ¡David y yo quedamos agradablemente asombrados de
que ellos siguieron esta regla! Les dijimos que si parecía que las cosas se iban a
salir de control mientras no estábamos, debían simplemente escribirnos una nota
diciendo el problema en vez de tomar represalias. Cuando Papá y yo llegáramos
a casa, “juzgaríamos” la situación al leer la nota.
David y yo disfrutamos de las notas ocasionales que comentaban algún
asunto trivial. ¡Pero, ellos no estaban peleando! Estábamos asombrados. De
alguna manera, al tener el recurso de escribir una “nota de queja” era suficiente
para contener cualquier represalia personal. ¡Apenas podíamos creer que ellos
habían logrado tan inteligente solución!
Entonces una noche mientras nos regocijábamos y nos gloriábamos del
perfecto comportamiento de nuestros hijos, David y yo llegamos a la casa y
encontramos un sendero de notas que empezaba en la barandilla del balcón. Yo
pensé: Que extraño. ¿Por qué esta nota afuera de la casa? Cuatro pies adelante
había otra nota del otro hermano pegada en la puerta. Y para atrás y para
adelante las notas continuaban todo el camino hasta la mesa de la cocina. Ellos
se dejaron llevar por quien iba a acusar más al otro “presentando cargos” y
añadiendo “más notas al sendero de papel”.
Emily decidió hacer valer su posición temporal de autoridad y Luke
decidió: Tú solamente eres mi hermana, no mi mamá, ni mi papá. Ellos estaban
desafiándose uno al otro usando notas, pero no estaban tomando represalias
directamente. ¡Tengo que admitir, nos reímos bastante! Afortunadamente ya
estaban dormidos.
Una nota decía: Luke me llamó tonta y se fue mientras yo le decía que se
preparara para ir a dormir. Y Luke escribió: Emily está persiguiéndome y
mandándome. Sí, nos sentimos mal de pensar que ellos estaban batallando
mientras no estábamos, pero esto les ayudó a aprender a arreglar algunas cosas
por su cuenta.
A la mañana siguiente, tuvimos una conversación sobre la situación con el
muy familiar círculo completo, pero realmente, para ellos lo de la noche anterior
era noticia vieja y habían perdido la energía que se requería para hacer del hecho
una gran cosa. Rápidamente se perdonaron y siguieron adelante con su día.
Los hermanos aprenden mucho uno del otro en cómo afrontar la vida. Ellos
pelearán, se molestarán uno al otro (algunas veces sin misericordia),
intencionalmente se exasperarán o serán competitivos y aún así sabes que se
aman y hay una línea que no cruzarán. Es la línea de la crueldad.
Algunas veces cuando pensaba que estaban acercándose demasiado a esta
línea, daba una advertencia o le daba a ellos una mirada y ellos sonreían y decían
algo como: “Mamá, realmente amo a Lee. ¿No es una dulzura?” Y se reían. Yo
seguía adelante porque me mostraban que el fundamento que tenían de ser
considerados y sensitivos el uno al otro todavía se mantenía.
Más adelante, aún en sus años de adolescencia, Luke, cuando venía de la
Universidad, decía en un tono majestuoso con un sobreactuado acento británico:
“Lee: ¿podría perdonarme por ser tan rudo al derribarle para determinar si
todavía es usted un chico débil? Y Lee se reía y respondía del mismo modo.
Al escucharlos, sabía que estaban jugando conmigo imitándome con lo que
habían aprendido. Pero también sé que si ellos en verdad se hubiesen ofendido,
genuina y rápidamente lo resolverían.
Si tienen un corazón malicioso hacia el otro, entonces la situación necesita
de una atención más seria. Pero debido a que hemos practicado y practicado esto
desde que eran muy pequeños, no pueden pasar ni siquiera varias horas sin ir al
otro primero y hacer lo correcto. Tenemos que hacer nuestra parte y humillarnos
ante la otra persona sin importar su respuesta.
Esta área de trabajar con los hijos y entrenarlos a cuidar el uno del otro es
un trabajo supremo para los padres. Los hombres piensan parecido: Esto parece
exagerado, ir a través de todo esto tan complejo. ¿No podemos sólo decirle a
nuestros hijos ya basta? Parece funcionar cuando yo lo hago. Mi esperanza es
que los papás obtengan una percepción de la realidad en que viven las mamás
día a día al entrenar a sus hijos y que ellos participen. Las mamás necesitan el
refuerzo de los papás para que el entrenamiento tenga fruto duradero.
Los hermanos y las hermanas comparten relaciones únicas que duran toda
la vida simplemente porque nuestras familias siempre serán nuestras familias. Es
una gran lección que cada hijo joven debe aprender: tratarse uno al otro con
amor y amabilidad porque siempre serán hermanos. Los amigos vienen y van,
pero los hermanos son relaciones especiales que resisten la prueba del tiempo.
Pueden ser competitivos, pero a pesar de eso, crecerán en ser protectores. Los
hermanos están hechos para ser amigos toda la vida.
La rivalidad entre hermanos ocurre porque los niños están aprendiendo a
vivir juntos. Tristemente, los adultos pueden batallar con rivalidad parental o
rivalidad conyugal. No confundan esto con las épocas de la vida cuando los hijos
parecen estar más emocionados acerca de papá o se sienten más cerca de mamá.
Esto sucederá en algunas épocas y es una parte normal del desarrollo. Dejen que
cada padre cante las alabanzas del otro y siempre sea el animador del otro.
Cuando Mamá está en casa todo el día con los hijos, ellos deben pensar que la
llegada de Papá es tan emocionante que saltan y gritan cuando él llega a casa.
¡Las mamás, salten y griten, también! Debes desear que tus hijos crezcan
pensando lo mejor y creyendo lo mejor acerca de su padre y viceversa. No
caigan en la trampa de ser absorbidos en: ¿Por qué ellos no se emocionan por
mí? Las mamás usualmente son a las que ellos llaman en mitad de la noche o
cuando están enfermos.

Ejemplo—Rivalidad conyugal
La rivalidad conyugal se convierte en un problema cuando los padres
compiten por el afecto o por la atención de su hijo. Resiste la tentación si te
encuentras en esta dañina relación de guerra. No caigas en esta táctica divisiva.
Edifica a tu esposo o a tu esposa delante de tus hijos. No permitas quedar
atrapado/a en la trampa del favoritismo y la competencia con el otro en esta
“cadena de ofensas” parental.
En casos de divorcio, esta cadena puede empezar y llegar a lo peor muy
rápidamente. He hablado con muchas madres y padres que han sido dañados y
tergiversados ante sus hijos con la finalidad de obtener el estatus de “padre
favorito”.
Uno de los padres cuida de los hijos toda la semana y el otro puede que lo
tenga sólo un fin de semana sí y el otro no. Y puede ser muy fácil debido “al
corto tiempo” permitirles hacer cosas que el otro cónyuge no permite. Esto es
agonizante para el “padre aguafiestas”. O, puede tergiversar a su ex-cónyuge
delante de sus hijos. Si estás criando después de un divorcio, mantente firme en
tus convicciones y entrena a tus hijos de acuerdo a ellas. Si ellos se encuentran
en una situación contradictoria, pueden tener fortaleza de carácter para decir al
otro padre (o al menos entre sus hermanos): “No, nosotros no hacemos eso”.
Ellos pudieran unirse y mantener la convicción familiar. Los padres en casas
separadas deben defender las convicciones más fuertes. En otras palabras: Si un
padre dice la hora de ir a dormir es las 9:00 y el otro dice: “Quédate despierto
hasta la hora que quieras”, lo correcto es mantener la hora de dormir a las 9:00.
Pero la realidad de esta división familiar es a menudo no escoger lo correcto,
sino que es herir a la gente usando a los hijos como fichas para tomar represalias,
maniobrar, y manipular al otro, añadiendo insulto al insulto.
Controla lo que puedas controlar. Eso significa hacer lo que es correcto en
tu casa. Sigue siendo respetuosa del otro cónyuge. Protege a tus hijos de las
situaciones peligrosas tanto como sea posible. Desafortunadamente, los hijos
algunas veces son mandados por los tribunales a soportar situaciones estresantes
e impías. Ora por cada uno. Mantén la comunicación abierta con tus hijos.
Protégelos de actividades ilegales. Más allá de eso, no te molestes pensando en
cómo tu ex-cónyuge está hablando de ti ante los niños. Sé que es difícil, pero los
niños eventualmente ven las cosas por lo que realmente son. He visto este
proceso muchas veces. Vamos a revisar los versículos de este capítulo. En 1
Pedro 3:8-9 se nos ha dado algunas guías muy practicas: “Finalmente, sed
todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente,
misericordiosos, amigables; no devolviendo mal por mal, ni maldición por

maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados


para que heredaseis bendición”.
Una vez, cuando David y Lee estaban teniendo su estudio bíblico semanal,
yo pasé cerca y escuché a David decir: “Lee, cuando tu estés casado y tengas un
desacuerdo con tu esposa, ¿quién será responsable de ir y arreglar las cosas?”
Lee pensó por un momento y luego dijo: “Yo”.
Y entonces David dijo: “Toma responsabilidad y haz lo correcto”. Antes de
ser atrapados en las circunstancias y en culpar, necesitamos tener la actitud de
que la relación es preciosa y de gran valor. Tenemos que ser rápidos en
reconocer que hay un trabajo que hacer y hacerlo, o de otra manera, el orgullo en
todas sus formas engañosas, se deslizará en medio de la relación. Como siempre,
las relaciones serán exitosas cuando aprendamos y practiquemos estas cosas
desde una temprana edad en la vida.
¿Has sido testigo alguna vez de adultos que han sido atrapados en devolver
insulto por insulto? Puede volverse repugnante bien rápido. Yo le decía a mis
hijos: “No te dejes tentar a añadir un nuevo eslabón a esa cadena. Rompe la
cadena de insultos con una respuesta piadosa”. En vez de construir una cadena
de ofensas con cada eslabón teniendo una reacción orgullosa, podemos construir
cadenas de respuestas piadosas, en la cual la humildad y la amabilidad sean
añadidas al eslabón. El orgullo construye cadenas de insultos y la humildad
construye cadenas de “Tú, antes que yo”.

Ejemplo—Relaciones en el parque infantil

Otro ejemplo de enseñar a nuestros hijos a crecer en paciencia y


perseverancia en vez de reaccionar impulsivamente es lidiar con los retos en el
parque infantil. ¿Cómo los entrenamos a responder en una forma que honre a
Dios?
Esto se aplica a esos incidentes en el parque infantil que nos rompen el
corazón y que tenemos que resistir calmadamente cuando realmente quisiéramos
ir a arreglar el problema del abuso nosotras mismas. Nuestros hijos tienen que
aprender a tratar a otros con justicia sin demandar que se les trate a ellos
justamente—una difícil lección para todos nosotros. El Señor está permitiendo
este incidente injusto para que nuestros hijos e hijas puedan crecer en ser
hombres y mujeres de carácter.
Muchas veces he tenido que aprender a morderme la lengua y a orar que
mis hijos puedan mostrar fortaleza de carácter al lidiar con algunas situaciones.
Los niños pueden tratarse tan horriblemente—y los adultos por igual. Las
personas adquieren una reputación para bien o para mal y ya que deseamos que
nuestros hijos demuestren dominio propio, ellos deben aprender que tienen que
resistir sin represalias.
Rehusar vengarse puede desvanecer la situación. Los abusadores
generalmente son también víctimas de abuso, y aprenden a “querer sobrepasar” a
la otra persona, añadiendo insulto a un insulto. No estoy sugiriendo que
instruyamos a nuestros hijos a sufrir físicamente; ellos deben defenderse de ser
lastimados; pero los insultos deben resistirlos. Si ellos sufren por su testimonio
de Cristo, entonces el Señor es honrado y Él los honrará a ellos.
Mientras un niño puede darse a conocer por su amabilidad, otro puede ser
conocido por su crueldad. Otros niños pueden estar asustados del niño cruel y
ponerse de su lado, a menos que alguien rompa la cadena. Si nuestros hijos han
aprendido a cuidar a otros niños, entonces otros niños comenzarán a cuidar de
los nuestros y esto hará que “la balanza de poder” se equilibre. Es una lección
importante para los niños, defender lo que es correcto y estar conscientes de las
necesidades de los demás alrededor de ellos.

Ejemplo—Cuando la conducta de un niño se vuelve maliciosa

El pasaje de las Escrituras de nuestra familia para aprender a resistir


tiempos difíciles como esos es 1 Pedro 3:13-17:
¿Y quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien?...
Dios es soberano y está completamente consciente de tu situación. Él está
observándote para ver si responderás de una forma que le honre.
Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia,
bienaventurados sois. POR TANTO, NO OS AMENDRENTEIS POR
TEMOR A ELLOS, NI OS CONTURBEIS, sino santificad a Dios el Señor

en vuestros corazones…
Recuerda que Él es el Señor de toda situación.
Estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y
reverencia… Otros se asombrarán de cómo actúas y querrán entender por qué
eres diferente.
Teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros
como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena
conducta en Cristo… El Señor es justo y la venganza es de Él.
Porque es mejor, si la voluntad de Dios así lo quiere... Dios tiene un
propósito al permitir que pases por esto.
Que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que
haciendo el mal… Cuando sufrimos por hacer lo incorrecto, es un sufrimiento
merecido; pero si estamos dispuestos a sufrir por hacer lo que es correcto, Dios
es honrado.
Éste es un pasaje largo, pero es de gran importancia que tus hijos lo
entiendan. Puedes escribirles Proverbios 15:3 y pegarlo en su bolsillo de
manera que ellos puedan verlo y recordar que Dios está con ellos. “Los ojos de
Jehová están en todo lugar, mirando a los malos y a los buenos”.
Mi amiga Nancy dice: “¿Por qué pasar por situaciones difíciles y no
hacerlas que cuenten como algo valioso?” Si respondemos mal cuando somos
tratados mal, eso no cuenta como una conducta piadosa. No logra el propósito de
Dios, de usarlo para nuestro crecimiento.
Yo no quiero embellecer este asunto porque es un área de gran
preocupación para los padres. Debido a que la sociedad nos dice que no tenemos
que vivir bajo autoridad y esta absurdidad ha llegado a las escuelas y a los
hogares; el resultado es que los administradores de las escuelas y los padres se
encuentran sin fuerzas para poner límites razonables en las conductas. Hasta que
la conducta no llega a romper la ley, muchos maestros pretenden no ver las
terribles acciones de sus estudiantes. Esto ha permitido abuso, intimidación,
peligros y conductas fuera de control que son pasadas por alto. La falta de
autoridad ha aumentado el miedo a tomar responsabilidad.
Conocí a los padres de un adolescente a quien casi matan en el pasillo de su
escuela secundaria entre clases. El oficial de policía asignado a la escuela lo
había llamado a su oficina y le había pedido que diera una lista de los
compañeros de clases que estaban envueltos en drogas. El estudiante le dijo que
no sería seguro para él hacer eso. Al próximo día, un grupo de estudiantes
caminó detrás de este jovencito y amarró un pañuelo alrededor de su cuello,
apretándolo hasta que casi lo dejaron inconsciente. Él se cayó golpeando el suelo
con todas sus fuerzas y se rompió la mandíbula. La escuela llamó a los padres y
les dijo que su hijo había tenido un accidente como resultado de un “juego
violento”, que estaba en el hospital y que lo podrían encontrar allí. Ellos nunca
mencionaron el hecho de que él fue el blanco, que no estaba involucrado, que
fue dejado inconsciente, que fue lastimado severamente y que no estaba
solamente siendo examinado en el hospital más cercano, sino que fue enviado a
emergencias y que las acciones de los perpetradores fueron criminales, no “un
juego violento”, como ellos sugirieron. En casos como estos, los padres
necesitan presentar cargos criminales. Esto no es venganza, sino un seguimiento
necesario a las consecuencias de las acciones. Nuestros hijos necesitan saber que
los protegeremos de conductas violentas.
¿Y qué acerca del comportamiento que incluye dos extremos, los insultos
verbales y los ataques violentos? Los niños necesitan aprender que la injusticia
es parte de la vida y que no podemos esperar o demandar justicia o nos
sentiremos miserables. La justicia prevalecerá, vendrá, pero no necesariamente
en nuestro tiempo o quizás no la veamos ni siquiera durante toda nuestra vida;
pero ten la seguridad, que cada cosa mal hecha será corregida por Aquel que
todo lo ve.
También ten en mente que todos son “molestados” en algún momento de la
vida. Todos. Los niños necesitan aprender a salir adelante cuando son
molestados o con cualquier otro trato parecido. También, somos tratados
injustamente en algunos momentos. Tal como mencioné en un capítulo anterior,
no permití que mis hijos demandaran justicia, ni que dijeran: “eso no es justo”,
sino que en vez, hicieran lo mejor para tratar a otros justamente. Vuelvo a decir,
entrenamos a nuestros hijos a ser hacedores de paz en vez de mantenedores de la
paz, pero hay momentos cuando ellos van a necesitar alejarse de la conducta
temeraria de otros para mantener la paz. Así como el niño necio desarrolla una
reputación de ser una persona necia en sus decisiones, así también el sabio, el
niño prudente, desarrollará una reputación de sabio, alguien que toma decisiones
que no son impulsivas.
He aquí un ejemplo que David le enseñó a nuestros varones: Si dos equipos
están jugando un juego muy competitivo como el baloncesto y uno de los
jugadores comete una falta en contra de otro, si el segundo jugador se venga,
técnicamente le cantarían falta. ¿Por qué? Porque el primer ataque a menudo
pasa desapercibido mientras que la reacción llama la atención. La respuesta de la
multitud a la primera falta sólo dirige la atención del árbitro hacia el segundo
jugador que es quien recibe la llamada de atención. Es mejor no vengarse. Aún
desde lejos, la multitud sabe cuáles jugadores son calmados y cuales son
impulsivos. Proverbios 15:18 apoya esta verdad: “El hombre iracundo
promueve contiendas; mas el que tarda en airarse apacigua la rencilla”.
Nuestros hijos necesitan aprender a soportar las dificultades y a sufrir por
Cristo, pero también debemos enseñarles a defender al solitario, oprimido,
maltratado y al olvidado. Nadie debería tener que soportar peligro físico o daño
mientras otros están ahí y no hacen nada. En estos días, la intimidación se está
volviendo más y más común en las escuelas y en el parque infantil. ¿Si tu hijo es
la víctima, cuál sería la respuesta apropiada a este tipo de comportamiento?
La intimidación está definida como persistente, intimidación cruel; ataque.
Cuando intentas determinar si necesitas involucrarte como padre, considera las
siguientes directrices.

Involúcrense cuando:

1. Su hijo necesite protección de peligro o daño.


2. El no involucrarse puede crear una herida o trauma a largo plazo.
3. Cuando ellos se lo pidan (a menudo los muchachos no le dicen a sus padres
o no quieren que sus padres “interfieran”).
4. Ambos, esposo y esposa están de acuerdo en que intervenir es necesario.
5. Tienen una perspectiva a largo plazo para el bienestar de la otra persona
involucrada.
6. Tienen el cuadro completo. (No salten a conclusiones o meramente
reaccionen; evalúen la situación objetivamente).
7. Los incidentes no son provocados y han estado pasando por un tiempo
considerable y se están volviendo descorazonadores para el niño.

La mayoría de las situaciones no alcanzarán este nivel. Pero si ustedes


deciden que es necesario involucrarse, asegúrense de:

1. Enseñar a su hijo restauración, no venganza, si es posible o apropiado.


Enseñen a su hijo a tratar a otros en la manera en que a él le gustaría ser
tratado, incluso en situaciones correctivas. Enséñenle cómo permanecer
alejados de los “impulsivos”.
2. Manejen la situación a través de los canales apropiados, preferiblemente
cara a cara. No dejen mensajes, porque las personas tienden a hablar más
ásperamente o a decir más cuando dejan mensajes de voz o escriben correos
electrónicos.
3. Mantengan un récord del incidente.

SACRIFICIO
La siguiente área que es necesaria para
construir relaciones de por vida es el sacrificio.

El sacrificio incluye…

1. DAR A LA RELACIÓN MÁS ALLÁ DEL PUNTO DE TU ZONA DE


COMODIDAD

Ejemplo—Relación madre-hijo

Cada madre conoce bien esta área. Tiene que ver con levantarse en medio
de la noche cuando él bebé llora o permanecer despierta durante una tormenta o
durante la enfermedad de un hijo, anticipando alguna señal de sufrimiento.
Algunas veces mientras ellos duermen, nosotras sólo los observamos respirar,
¿no es así? Especialmente cuando son pequeñitos y pensamos: ¿Es normal que
hagan esas caras tan extrañas mientras duermen?
Corremos a las diez de la noche tratando de encontrar una hoja de cartón
para un proyecto que hay que entregar en la mañana siguiente porque acaban de
arruinar la que compraste más temprano. (Finalmente aprendí a tener una reserva
de éstas en la casa para anticipar crisis como éstas). David algunas veces
molestaba a nuestro hijo mayor diciendo: “Tu falta de planeamiento no
necesariamente me crea una crisis”. Pero las mamás son diferentes. Los papás se
sacrificarán por las cosas realmente importantes y dejan que nosotras nos
ocupemos de los detalles pequeños, los cuales son considerados como una
experiencia de aprendizaje. Las mamás están atentas a los más pequeños
detalles, incluso algunas veces cuando quizás deberíamos dejar que ellos sufran
las consecuencias.
Nosotras sacrificamos sueño, el último pedazo de bizcocho—todo—y
sabemos que sacrificaríamos nuestras vidas si fuera necesario (también los
papás, lo harían). Estamos dispuestas a sufrir en vez de ver a nuestro hijo sufrir.
Es el corazón de una madre el darse sacrificadamente a su hijo.

Ejemplo—Familiares o ministerio de relaciones

Aprendí una gran lección de una amiga, que una vez estaba sirviendo a un
familiar por un largo período de tiempo. Era una madre con dos preescolares.
Ella me dijo que al principio fue fácil, pero pronto se convirtió en algo
difícil el tener tres personas adicionales en la casa. Me dijo que cuando le fue
bien difícil tener privacidad y espacio, fue el punto donde realmente empezó a
servirles. Fue al llegar a ese momento que estuvo dispuesta a sacrificarse por el
bienestar del otro y a poner esas necesidades por encima de las de ella que
aprendió el verdadero significado de servir.
Yo pensé en esto muchas veces cuando tuvimos una adolescente viviendo
con nosotros por cuatro años. En ocasiones, cuando era muy difícil seguir
adelante, fue cuando empecé a aprender lo que significa servir al Señor
sacrificadamente.
Si estás en una situación donde es extremadamente difícil servir a otro, ten
presente que cuando pasa del punto de ser divertido y fácil, entonces se convierte
en un verdadero servicio como para el Señor y Él, Él mismo te dirá un día:
“Bien, buen siervo y fiel” (Mateo 25:21). Muchas veces la gente me pregunta
si ellos deben cuidar de este o aquel miembro de su familia. Yo les digo que le
den “la mirada de los veinte-años” (o incluso la mirada eterna) y que miren hacia
atrás con perspectiva. Podemos ser atrapados en cómo nuestras vidas serán
afectadas aquí y ahora, en vez del beneficio general que nuestro servicio
sacrificado puede hacer a este miembro de la familia. En veinte años, cuando
mires hacia atrás y recuerdes que sencillamente no quisiste hacerlo
(posiblemente lamentaras tu decisión), ¿o serás capaz de decir que serviste a
alguien en necesidad como para el Señor? Ciertamente muchos factores
contribuyen para tomar esta decisión, pero yo espero que la falta de voluntad no
sea uno de estos factores.
La Biblia nos dice que en tiempos como esos “sin saberlo, hospedamos
ángeles” (Hebreos 13:2) y que cuando ayudamos a otros en necesidad, los
servimos como si estuviéramos sirviendo al Señor mismo. (véase Mateo 25:31-
40). También es importante recordar que en ciertos momentos, nosotros seremos
esa persona en necesidad. Mientras estaba estudiando la Palabra en referencia a
sacrificios, fui dirigida a Isaías 17, donde habla acerca de alabar al Señor por
medio de nuestros sacrificios. El concepto del pasaje era que el Señor estaba
descontento con el pueblo de Israel porque estaban trayendo animales
imperfectos para sus sacrificios. El Señor pedía sacrificios sin defecto, sin
mancha; pero el pueblo estaba tratando de cumplir de la manera más fácil. No
era un sacrificio real dar lo que no querían o necesitaran. Y lo mismo es igual
para nosotros. Si doy algo manchado o algo de baja calidad, disminuyo mi acto
de alabanza. En otras palabras, sus sacrificios no tenían significado delante de
Dios, porque no eran de gran valor, no les costó nada, y no tenían la perfección
que demandaba el Señor. También fallamos en servirle con sacrificio cuando nos
aferramos a las cosas que tenemos sólo para nosotros. El punto es que los
sacrificios tienen que ver con Dios y son para Dios y nunca debemos negarle
nada a Él. Los versículos 7 y 8 de Isaías 17 dicen así: “En aquel día mirará el
hombre a su Hacedor, y sus ojos contemplarán al Santo de Israel. Y no
mirará a los altares que hicieron sus manos, ni mirará a lo que hicieron sus
dedos, ni a los símbolos de Asera, ni a las imágenes del sol”. El vivir sin
sacrificio nos lleva a la idolatría.
Por eso necesitamos dar con sacrificio a los que están en necesidad, al igual
que a los misioneros. No les des las migajas. Estamos dándoles a ellos como al
Señor. Yo necesito estar genuinamente dispuesta a dar libremente lo que Él desea
que yo de. ¿Te está Él pidiendo que sacrifiques algo para servir a otro o para Su
gloria?
La Biblia enseña que mientras mayor sea el sacrificio, mayor será la
victoria en Cristo. Dice que Él que quiere encontrar su vida, necesita perderla.
Éstas no son verdades que se enseñan con frecuencia en nuestra cultura. Da lo
mejor de ti porque el Señor se merece lo mejor de ti. Debemos de dar lo mejor
de nosotros a otros si queremos relaciones exitosas.

El sacrificio también incluye…

2. DAR LO MEJOR DE TI A LA RELACIÓN PARA PROBAR QUE


MERECEN TODO EL TIEMPO Y ESFUERZO PORQUE TU AMOR
POR ELLOS VA MÁS ALLÁ DE SATISFACER TUS PROPIOS DESEOS.

Ejemplo—la provisión de un padre

Celebramos aquellos papás que desinteresadamente gastan sus vidas


proveyendo para sus familias. Este trabajo interminable de sacrificio protege a la
familia de un mundo peligroso. Las madres necesitan mostrar gratitud y respeto
activamente delante de sus hijos por este incansable líder que observa todo “el
panorama” de su familia. Los papás que son los héroes verdaderos saben cómo
balancear su tiempo de trabajo con su tan necesitada y deseada presencia en el
hogar.

El sacrificio también incluye…

3. ESTAR DISPUESTO A “SUFRIR PÉRDIDA” POR EL BIEN DE LA


RELACIÓN

La lealtad y la fidelidad serán retadas por otras personas y cosas, pero el


compromiso a la relación nos mantiene enfocados en lo que tiene valor real y
nos ayuda a estar menos preocupados con cosas superficiales como nuestra
imagen, reputación o con acumular riquezas.

Ejemplo—Comunión con los creyentes

A veces necesitamos hacer sacrificios para ser parte de un ministerio.


Sacrificamos finanzas para participar en un grupo pequeño o en un estudio
bíblico. Sería fácil decir “no podemos pagar el cuidado de los niños, no vamos a
ir”. Pero hay un costo en seguir a Cristo, incluyendo pagar por el cuidado de los
niños. Cuando miramos esas cosas como un sacrificio para el Señor, pagar por el
cuidado de los niños se consideraría un honor. No te reprimas; sé generoso en
pagar a la persona tal como al Señor. Nosotros servimos de testimonio a los que
cuidan a nuestros hijos.
Por años, David y yo, hicimos intercambio para el cuidado de niños con
otras familias. Esto nos ayudó tremendamente con el dilema de los gastos.
También ayudábamos durante fines de semanas si Mamá y Papá querían
escaparse. Tener estas cuantas familias “como apoyo” hizo una diferencia en
nosotros para poder pasar tiempo como pareja o en momentos de eventos
especiales. Cuando nuestros hijos eran bien pequeños, mis amigos y yo teníamos
una organización para el cuidado de los niños la cual tenía balance y estructura y
era una bendición para tantas mamás necesitadas de una mañana o tarde libre.
Y claro, también viajar con otras familias puede promover una comunión
real en la cual una familia completa es amiga de otras familias completas a
través de los años y juntos “comparten la vida”. En este tipo de relación, el
rendirse cuenta uno al otro crece de manera exponencial.
Otro ejemplo pudiera ser construir barandillas de protección para tu
matrimonio, no importando como lo vean otras personas. De todos modos,
nuestras convicciones personales son un asunto de conciencia, como vimos en
un capítulo anterior. Les damos permiso a otros para que pregunten acerca de
nuestro matrimonio y rendimos cuentas de nuestra fidelidad en todas las áreas.
Recuerda que esta barandilla protectora no indica debilidad –es una muestra de
un compromiso de lealtad en la relación. Sé diligente en establecer estas
barandillas para proteger tus relaciones, especialmente tu matrimonio. Hebreos
13:4 nos advierte: “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin
mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios”.

El sacrificio también incluye…

4. HACER UN COMPROMISO DE PASAR TIEMPO JUNTOS


(INCLUYE HABLAR MUCHO Y ESCUCHAR MUCHO)

Lo falso dice que lo que importa es el “tiempo de calidad, y no la cantidad”.


En otras palabras “Yo programo un tiempo con el pequeñito para que él sepa que
es importante en mi vida.” Cualquier persona que tiene una relación duradera
sabe que ésta es pasar tiempo juntos, acumulando lo que parecen pequeñas
memorias que crean un vínculo valioso y duradero.
Si de verdad queremos conocer a alguien, hay que invertir tiempo. Si
deseamos una gran relación con el Señor, cinco minutos al día no va a
funcionar–no si queremos profundizar en la relación.

Ejemplo—El matrimonio

Necesitamos hacer sacrificios de tiempo para estar solos con nuestras


familias y a veces para estar solos con nuestro cónyuge. Ésta es otra manera en
que podemos proteger nuestros matrimonios.
David y yo nos vamos al menos dos, pero regularmente cuatro veces al año
sin los niños, a algún lugar solos. Esos tiempos son: para cada uno de nuestros
cumpleaños, el fin de semana de San Valentín y el fin de semana de nuestro
aniversario. Tres de las veces sería por unos dos días o un fin de semana y una
vez sería por una semana. Había momentos donde nos quedábamos cerca de la
casa o aun en la casa, y nuestras amistades se llevaban a los niños para que
pudiéramos tener nuestro tiempo a solas.
En todo caso, hacemos de nuestro tiempo un evento. Ésta es una convicción
que tenemos para nuestra relación y estamos dispuestos a sacrificar (y a trabajar
el triple) para que eso pase.
Una vez, cuando dos de nuestros hijos estaban en la escuela secundaria y
viviendo en la casa, nos quedamos solamente a tres millas de distancia y
manteníamos contacto por el teléfono celular con Luke y Lee para que ellos
pudieran llamarnos en cualquier momento. No teníamos ni la energía, ni las
finanzas para irnos lejos. Pero “teníamos que hacerlo” porque esos tiempos
representaban una inversión en nuestro matrimonio
Cada año en julio, David necesita asistir a una conferencia de trabajo por
una semana en uno de cien lugares del país. El costo es razonable porque no
viajamos por avión. Siempre escogemos un lugar a donde podemos llegar
manejando en catorce horas o menos. Cada año escogemos un lugar diferente. Es
divertido explorar diferentes áreas del país.
Le leo un libro en voz alta mientras viajamos en el carro y paramos en
pequeños y divertidos sitios de comer y exploramos el país. Hablamos de todo
durante el tiempo que estamos manejando para que cuando lleguemos a nuestro
lugar, las “cosas” de la vida ya se hayan hablado y podamos relajarnos. Si nos
íbamos por avión, llegábamos a nuestro lugar sin haber terminado con las cosas
caseras. Pero manejar en sí es terapéutico y lidiamos con muchos detalles y
decisiones en el camino de modo que podíamos dejar todo eso atrás cuando
llegábamos.
El propósito de nuestros viajes es poder concentrarnos completamente en
nosotros. David tiene que asistir a seminarios durante varios días, entonces yo
aprovecho y exploro lugares para llevarlo en la noche. Cuando él termina con
sus reuniones, tengo muchas sorpresas planeadas.
En esta área de matrimonio, quiero animar a las esposas a que se
sacrifiquen por sus esposos. Sean amorosas y dispuestas a satisfacer su
necesidad de intimidad aun cuando no lo sientan. (Esto no incluye actos de
egoísmo que ignoren los sentimientos o convicciones del otro). Pero no necesitas
estar “de humor” siempre, a la hora de tener intimidad. Ahora pudieras estar
pensando: ¿Ella habla en serio? Mi esposo tiene más deseo que yo. No me es
posible estar dispuesta cada vez que él está interesado. Además, me sentiría
usada y no apreciada como persona. Ciertamente, ésta podría ser un área muy
importante en la cual los esposos y esposas necesitan conversar abiertamente
para que puedan vivir en comprensión y acuerdo. Y más allá de esto,
necesitamos estar dispuestos a sacrificar nuestras inclinaciones personales o
egoístas por el bien de nuestro cónyuge. En 1 Pedro 5: 5b-6 se nos manda a que
seamos humildes unos con otros. Dice: “Sumisos unos a otros, revestíos de
humildad; porque: DIOS RESISTE A LOS SOBERBIOS, Y DA GRACIA A
LOS HUMILDES. Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para
que él os exalte cuando fuere tiempo”.
Este concepto de servicio sacrificado va en contra del pensamiento de la
sociedad del día de hoy. A veces cuando oigo a una mujer hablando acerca de
“sus necesidades”: “sus derechos”: “sus situaciones”, no puedo sino pensar que
ella nunca alcanzará el vínculo profundo y la intimidad que Dios ha diseñado
que ella tenga con su esposo, porque se niega a sacrificarse o a dar lo mejor de
ella a otra persona. Claro, esto también pudiera aplicar al esposo.
Dios ha diseñado un plan de intimidad en el matrimonio que sobrepasa todo
lo que pudiéramos soñar. Pero para llegar allí, necesitamos seguir Su diseño.
Este diseño está resumido en 1 Corintios 7:3-5: “El marido cumpla con la
mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido. La mujer no
tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el
marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. No os neguéis el uno
al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos
sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os
tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia”.
La Biblia dice también que los esposos y las esposas necesitan abstenerse
durante tiempos de una verdadera incapacidad física, como después del
nacimiento de un hijo y otros ciclos físicos. Así es que además de estar
físicamente “fuera de servicio”, la única razón legítima de negarte a tu esposo
sería decir: “No esta noche, mi amor, estoy ayunando y orando”. Y realmente
este pasaje dice que aún en este caso es por mutuo consentimiento. Si queremos
tener un matrimonio que va más allá de la superficie, a un nivel que no podemos
imaginar, entonces tenemos que ser sacrificados en nuestras relaciones.
Yo he descubierto que en la mayoría de los matrimonios que uno de los
cónyuges muestra más interés en buscar la intimidad; pero esto no es obvio,
hasta que se acaba la luna de miel. Esto es porque inicialmente los dos están
físicamente enamorados. Eventualmente, descubren que realmente son opuestos
(o que por lo menos tienen diferentes niveles de necesidad o capacidad) y
pueden dejar que sus diferencias los dividan en vez de recordar que lo opuesto se
atrae. La clave es poner los deseos del otro antes que los tuyos y humillarte.
Todo esto te puede sonar incorrecto. Pero el orgullo es lo que siempre
destruye la intimidad. El orgullo hace que las personas sean demasiado tercas
para ser vulnerables ante otras. ¡El orgullo por instinto odia el sacrificio! El
orgullo nos hace detenernos porque no tenemos suficiente confianza en que la
otra persona nos tratará como nosotros quisiéramos ser tratados. Pero Filipenses
2:3-4 nos recuerda: “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien
con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;
no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de
los otros”.
Claro que este principio de amar con sacrificio incluye a las dos personas
en la relación. Pero somos responsables por nuestra propia parte, no tratando de
cambiar a la otra persona. Y el cónyuge con la mayor capacidad no debería ser
demandante, áspero, o tener expectativa. El trabajar juntos en esto
diligentemente va a crear una unidad matrimonial que sobrepasará la pasión del
matrimonio de los primeros años porque esta intimidad va más allá de lo físico.
David y yo nos reunimos con una pareja que el esposo dijo no sentir
ninguna atracción física hacia su esposa y que no tenía ningún deseo de tener
intimidad con ella. Su esposa se estaba muriendo por su afecto. Él necesitaba
superar el temor o inseguridad y hacer lo que dice la Biblia, aprender a
entregarse a su esposa como un acto de amor sacrificado. Cualquier acción en
esta dirección significaba mucho para ella. Ella fue paciente y amable y él
respondió en la manera apropiada cuando escuchó las palabras de Proverbios
3:27: “No te niegues a hacer el bien a quien es debido, cuando tuvieres
poder para hacerlo”. No estamos supuestos a negarnos a nuestros esposos o
esposas en ningun área que no sea pecaminosa o que vaya contra nuestra
conciencia. Nuestra conciencia debería ser más inquietada por negar el bien a
quien es debido.
Si deseamos crecer juntos como pareja, necesitamos estudiarnos en todas
las áreas de la vida y aprender las cosas que expresen nuestro amor en maneras
que ellos puedan experimentarlo plenamente. Buscamos maneras para animarnos
y lo hacemos consistentemente. Esto lo vimos en un capítulo previo acerca de
vivir en entendimiento y de acuerdo con nuestros cónyuges, pero expresar el
amor de la mejor forma en que ellos puedan recibirlo es ir más allá. Yo he
aprendido a demostrarle a David cuánto lo amo en las formas que más lo
animan, y él se siente de la misma manera hacia mí.
En mi caso, yo me siento amada por David cuando él me ayuda. Ayudarlo a
él no es la expresión de amor más significativa que yo le pudiera dar. Por eso es
que nos estudiamos. Cuando nosotros demostramos amor a nuestro cónyuge en
la manera que es más significativa para ellos, entonces ellos de verdad se sienten
amados. Básicamente, esto quiere decir que cuando David se sacrifica para
ayudarme sin considerar sus propios deseos, cuando sin egoísmo busca llenar la
necesidad que yo tengo de su ayuda, entonces yo me siento profundamente
amada por él.
Por el contrario, si consideramos la mayor expresión de amor que
necesitamos de nuestros cónyuges y pensamos: Sí, yo llenaré tus necesidades
cuando sienta deseos o cuando sea conveniente para mí, entonces obviamente tu
cónyuge no se sentirá amado porque no estás dispuesta a sacrificar tu
conveniencia por él. Si a un esposo o a una esposa se le hace sentir que tienen
que pedir que le expreses tu amor en una forma que sea significativa para ellos, o
si tú quieres que él entienda cada gesto que tú haces, entonces claramente la idea
de dar con sacrificio es un concepto extraño en tu matrimonio. Si piensas que tu
cónyuge debería sentirse amado por las cosas que ya haces, entonces no lo estás
amando en una manera que le haga sentirse verdaderamente comprendido o
amado.
Tomar pasos para entender y amar a nuestro compañero en la manera que él
o ella necesita ser amado es una de esas cosas que si lo haces revolucionará tu
relación. Si queremos tener un matrimonio que crezca más y más fuerte mientras
envejecemos, entonces daremos sacrificada y generosamente a nuestros
cónyuges.
Hay muchos libros que dejan a la gente preguntándose: ¿Cómo quiero ser
amada? En vez de: ¿Cómo puedo yo demostrar mi amor y compromiso al otro?
¿Cómo puedo poner las necesidades del otro por encima de las mías?
¿Está el Señor llamándote a ser más amoroso/a y generoso/a en una
relación? Recuerda, Dios ama al dador alegre. Como resultado, recibiremos lo
opuesto de lo que el mundo nos hace esperar. Tu esposo o esposa será atraído
hacia ti, más devoto y tan enfocado en ti que te darás cuenta por qué a Satanás le
encanta usar este engaño (de no servirse el uno al otro sacrificadamente). Al
enemigo le encanta convencer al esposo y a la esposa de que ellos necesitan
ponerse a ellos mismos en primer lugar.

RENDIR CUENTAS
La tercera clave para una relación
duradera es rendir cuentas.

Rendir cuentas incluye…


1. CRECER EN CRISTO Y SOMETERSE A LA AUTORIDAD DE SU
PALABRA A TRAVÉS DE ESTAR DISPUESTOS A SER VULNERABLES.

Ejemplo—Rendirse cuentas hombre-a-hombre

Esta área incluye estar dispuestos a ser guiados, enseñados y corregidos.


Las mujeres, la mayor parte, se permiten ser vulnerables en esta área. Pero, los
hombres se pueden retraer de este tipo de relación. Nuestros hijos necesitan
crecer y tener fuertes relaciones con otros hombres de Dios con quien rendir
cuentas.
Sé que he compartido alguna de nuestras convicciones personales en un
capítulo previo. Una convicción personal que David tiene cuando viaja solo por
negocios, es que nunca enciende el televisor en su cuarto del hotel. Si quiere ver
las noticias, él sabe que hay una televisión en alguna parte pública del hotel, en
algún lugar. ¿Tiene él esta convicción porque no tiene confianza en él mismo?
No, por el contrario, significa que no quiere exponerse a hacer “cualquier cosa”
entre la selección variada de entretenimiento. Yo no le pregunto acerca de eso y
nunca le pedí que tomara esta decisión. No es mi trabajo el ser la niñera de mi
esposo. Es su convicción bíblica para proteger nuestro matrimonio y su
convicción personal de cómo aplicar esto a la vida real. Me siento agradecida.
También sé que él tiene un amigo que le pedirá cuentas cuando regrese de un
viaje; él le hará preguntas como: “¿Viste algo que sabes que no debiste haber
visto? Los esposos necesitan hombres en sus vidas que los mantengan
monitoreados.
Proverbios 27:17 resalta: “Hierro con hierro se aguza; Y así el hombre
aguza el rostro de su amigo”. Cuando encontramos una persona en una
situación de crisis, muy a menudo se nota que ellos no tienen una persona en su
vida que le diga: “Oye, ¿qué está pasando aquí? Enderézate y camina recto”. El
hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; y amigo hay más unido que un
hermano, la Biblia dice en (Proverbios 18:24).

Ejemplo—Relaciones de los jóvenes adultos

Como mencioné anteriormente, las mujeres tienden a hacerse más


vulnerables en las relaciones. De hecho, podemos volvernos muy vulnerables y
dejarnos manipular emocionalmente. Y esposos, por favor sean sensibles a la
vulnerabilidad de sus esposas.
Cuando Luke estaba en la Universidad, tuvo la oportunidad de asistir a una
conferencia donde el autor Jerry Bridges estaba compartiendo. (Bridges escribió
The Pursuit of Holiness [En Pos De La Santidad] entre otras grandes obras
cristianas). Luke estaba tratando de decidir a última hora si iba o no, y cuando él
me llamó por teléfono para preguntar, simplemente le dije: “¿Jerry Bridges? Ve”.
Luke dijo: “Bueno, el único carro disponible en este momento es un carro
lleno de muchachas”. Yo le dije: “Está bien, no te morderán”. El respondió:
“Mamá, las chicas tienen sentimientos… sentimientos para todo”. Yo le
respondí: “Está bien”. Él dijo: “No, Mamá. Ellas tienen sentimientos acerca de
todo y entonces querrán saber acerca de cómo me siento acerca de todo y yo no
tengo sentimientos por nada”.
Y yo pensé: Mejor que vayas con las muchachas para que adquieras un
poco de entendimiento en cómo se sienten ellas. Pero dije: “Un día, una joven
tendrá sentimientos—muchos sentimientos por ti. Y tu apreciarás mucho que ella
te los exprese”. ¡Para el tiempo que Luke se estaba casando unos años después,
estoy bastante segura que le encantaba saber lo que Elissa sentía acerca de todo!
Necesitamos ser vulnerables en las relaciones para que podamos crecer en
entender a las personas. Baja la guardia con tu cónyuge. Déjate conocer. Darnos
a conocer nos hace más vulnerable ante esa persona.

Rendir cuentas en las relaciones incluye…

2. CONSTRUIR RELACIONES DE ACUERDO AL MODELO BĺBLICO

Las relaciones deben ser construidas como pirámides y que el fundamento


sea un fundamento espiritual sólido—una relación con Cristo. Sobre este
fundamento, las relaciones deben basarse en amistad.
Por lo tanto, después de nuestra confesión de fe en Cristo, desarrollamos un
vínculo de intereses comunes y metas. Al pasar el tiempo, un vínculo emocional
se desarrollará y buscaremos a la otra persona para una relación más exclusiva.
El pináculo mismo de la pirámide está reservado sólo para el matrimonio.
Es la intimidad física entre un esposo y una esposa. Demasiadas relaciones están
construidas al contrario. Cuando ocurre la intimidad física, especialmente las
mujeres, justificarán cualquier cosa para mantener la relación. La intimidad fue
creada por Dios para unir a dos personas en una única y santa unión de una
forma tal que los dos se vuelvan uno.
Muchos adolescentes están descubriendo el poder que este vínculo tiene,
pero desafortunadamente, en una manera contraria, una manera opuesta de lo
que Dios intentó para ellos.

Ejemplo—Citas amorosas
Cuando Emily estaba asistiendo a una universidad cristiana, un joven que
también asistía allí, le pidió salir en una cita. En su primera salida, Emily le
aclaró que ella tenía tres reglas para las citas. Eran sus propias convicciones.
Unos días después, llegó a sus oídos que este joven le había dicho a sus amigos:
“Ella es una de esas locas puritanas”. Emily sintió alivio al escuchar esto desde
el comienzo. Ahora conocía algo acerca del carácter de ese muchacho que ahora
le resultaba poco atractivo a ella. Se dio cuenta que él tenía convicciones
diferentes o que no tenía convicciones acerca de la pureza. Debido a que ella no
había hecho ninguna inversión emocional en la relación, pudo dejarlo ir.
Inmediatamente, de hecho, ella me dijo: “Estoy tan contenta de que él dijera
eso porque ahora no tengo que pensar dos veces acerca de verlo otra vez”. Al
usar sus “tres grandes” convicciones como un proceso de colador en la primera
cita, ella pudo eliminarlo rápidamente de su gama de posibilidades.
Además de sus propias convicciones, tenemos estándares familiares y
convicciones acerca de las citas que fueron enfatizadas por mucho tiempo antes
que llegaran esos días de citas. Siempre les dijimos a nuestros hijos que ellos
solamente podían tener citas con creyentes—¡sin excepciones!
Si tú hijo o hija empieza una relación sin esta convicción bíblica sanamente
establecida, ellos pueden involucrarse con alguien emocionalmente o aun
físicamente y será casi imposible hacer que vea la verdad acerca de la situación.
Tarde o temprano, involucrarse con un inconverso causará grandes dolores de
cabeza, cuando el de los dos que sea cristiano, comience a racionalizar la
relación.
Recientemente hablé con una mujer que empezó diciéndome de una nueva
relación que estaba desarrollando. Inmediatamente le pregunté “¿Es un
creyente?” Ella respondió: “¡Oh, sí!” y entonces rápidamente cambio el tópico a
hablar de otros detalles. Mientras continuó, se me hizo claro que no había un
fundamento espiritual en la relación. Decidí aclarar mi primera pregunta y
pregunté: ¿Es él un creyente, nacido de nuevo?”
Y ella respondió: “Bueno, no se acerca de eso”. Y entonces, las palabras
que sabes siguieron: “Pero es un gran hombre”.
Justificarnos y engañarnos a nosotras mismas creyendo que podemos
construir fuertes y duraderas relaciones basadas solamente en que él es un gran
hombre, a menudo nos lleva a dolores y remordimientos porque no podemos
esperar construir algo contrario al diseño de Dios y que todo salga bien.
Tristemente, las mujeres a menudo se involucran emocionalmente antes de
conocer a la otra persona y de asegurarse de sus convicciones. Para empeorar las
cosas, hay padres que apoyan esta forma de tener citas de sus hijos: “Yo me
imagino que puedes salir con él, Cariño. Parece un buen muchacho”.
Necesitamos ser firmes en nuestras convicciones, sin vacilar o
comprometernos porque a Susie realmente le guste el muchacho. Nosotros
pudiéramos ser la última barrera de defensa para nuestros hijos en cuanto a tener
relaciones peligrosas. No dejes que ellos jueguen con tus emociones para
involucrarse en una relación que tu corazón sabe que es dañina para ellos.
Yo he estado alrededor de mujeres cuando estaban apenas en la etapa inicial
de involucrarse en una relación amorosa con un incrédulo. Podrás rogarles que
no vean a la persona de nuevo o que no lo llamen. Pero ninguna cantidad de
suplicas las disuadirán. Es más, muchas veces reaccionarán a la defensiva al
hecho de que puedas ser tan acusatoria ante la situación y que por qué
sencillamente no puedes alegrarte por ellas. Ellas quieren comprobar que son la
excepción a la regla, la excepción al diseño de Dios. Éstas son las señales de que
están engañadas en cuanto a la relación.
En esta etapa de atadura emocional, somos rápidas en comprometer nuestra
convicción para salvar cualquier relación, aún una inadecuada. Es triste que
muchas mujeres prefieran una relación inadecuada a no tener ninguna. Esto
prueba nuestro deseo de amar y de ser amada, pero también revela que cuando
hacemos esto, nuestra seguridad y dependencia están puestas en otra persona y
no en Cristo.
Emily se hizo vulnerable en declarar sus convicciones inmediatamente.
Tendemos a pensar que ser vulnerable es una debilidad, pero esto es una mentira
que Satanás utiliza cuando se trata de bloquear la intimidad. Satanás no quiere
que seamos vulnerables—no quiere que construyamos paredes, que seamos
tercos, que protejamos nuestros sentimientos, que resistamos entregarnos o que
no nos pongamos a nosotros mismos en primer lugar.
La vulnerabilidad de Emily probó ser una gran posesión para establecer
relaciones fuertes, no una debilidad o un obstáculo para tenerlas. Ella estaba
siendo abierta con sus convicciones espirituales (no con sus emociones) para
probar el carácter espiritual de la otra persona.

Ejemplo—Escoger un cónyuge (cómo hacerlo neciamente)

Examinemos al ejemplo de las Escrituras de una decisión imprudente de


Sansón en la elección de una esposa. Jueces 14-16 muestra la verdadera historia
de Sansón. Le faltó tener convicciones en el área de tener un fundamento
espiritual con la persona que quería casarse. Estos tres capítulos en la Biblia
pudieran tener el título “Cómo empezar una relación en una forma totalmente
incorrecta y hacer que siga en la peor dirección posible”.
“Descendió Sansón a Timnat, y vio en Timnat a una mujer de las hijas
de los filisteos. Y subió, y lo declaró a su padre y a su madre, diciendo: Yo he
visto en Timnat una mujer de las hijas de los filisteos; os ruego que me la
toméis por mujer” (Jueces 14:1-2). Sansón basó su elección en sus emociones
y en su atracción física en vez de un fundamento espiritual común. Dios no se
opone a matrimonios entre razas, sólo a los matrimonios de diferente fe. “Y su
padre y su madre le dijeron: ¿No hay mujer entre las hijas de tus hermanos,
ni en todo nuestro pueblo, para que vayas tú a tomar mujer de los filisteos
incircuncisos? Y Sansón respondió a su padre: Tómame ésta por mujer,
porque ella me agrada” (Jueces 14:3). Sansón manipuló a sus padres para que
estuvieran de acuerdo con sus elecciones impulsivas, sin mencionar que los
filisteos eran enemigos de los israelitas y claramente no de la misma fe.
Luego Sansón le hizo un reto necio a los filisteos en forma de una
adivinanza. Su futura esposa lo engañó para que le dijera la respuesta y él
tuviese que pagar la penalidad en vez de su familia. Aquí hay un gran, pero
trágico, ejemplo de fidelidad dividida porque no tenían un fundamento común.
Sansón mató a treinta filisteos para coger sus ropas y así poder pagar la
deuda que resultó de haber perdido la adivinanza. Aunque esto va a sonar
imposible, Sansón había sido escogido por Dios para juzgar a los filisteos. La
elección necia de Sansón estaba creando un conflicto de lealtad y lo puso en
oposición al plan de Dios para su vida. No es el mejor plan casarte con alguien
de un pueblo con el cual Dios te está usando para traer juicio y también esperar
llevarte bien con tu nueva familia. Sansón no respetaba a su nueva familia
porque ellos eran sus enemigos, los filisteos paganos. A cambio, el suegro le
anuló el matrimonio. “Y la mujer de Sansón fue dada a su compañero, al cual
él había tratado como su amigo” (Jueces 14:20).
Aquí es donde diríamos: “¡Ya! ¡Basta! ¡Rompe la cadena de ofensas!” Pero
Sansón continuó. El capturó trescientas zorras, las amarró en pares y les ató
antorchas encendidas a sus colas. Las puso a correr por los campos de trigo de
los filisteos, quemando todo su trigo, las viñas y los árboles de aceitunas.
Imagínate el trabajo que le tomó a Sansón el vengarse. Para empezar, tuvo
que agarrar a las trescientas zorras y mantenerlas encarceladas de alguna manera.
Luego las tuvo que amarrar por las colas–que no es logro pequeño. El caos que
sucedió cuando las colas se encendieron tuvo que haber sido horrible. El daño
que esos animales encendidos causaron destruyó la economía de un pueblo
entero cuando todo el grano, las viñas y los árboles de aceitunas fueron todos
devastados y quemados completamente.
Los filisteos respondieron a esa destrucción que Sansón causó quemando a
su esposa y a su padre. (Jueces 15:6). Después, tres mil hombres de Judá fueron
a donde Sansón y le dijeron, ¡Para! Estás creando un incidente internacional”.
Pero la respuesta de Sansón fue: “Yo les he hecho como ellos me
hicieron” (Jueces 15:11). Esa respuesta humana, familiar: “¡Ellos me lo
hicieron a mí primero!” normalmente viene de los labios de los niños, no de
adultos que deberían de ser capaces de evitar una guerra deteniendo sus acciones
egoístas y sus necias elecciones.
Y la triste historia continúa. Sansón no aprendió nada acerca de construir
relaciones al pasar por esa experiencia. Es más, escogió a otras relaciones
incorrectas incluyendo su relación con Dalila, que finalmente le costó la vida. Su
fuerza física no podía compensar su debilidad moral y espiritual. Jueces 16
reporta la relación superficial que Sansón y Dalila tenían y en la cual Sansón
cometió los mismos errores que antes. Dios sí levantó a Sansón con el propósito
de rescatar a Su pueblo de las manos de las naciones enemigas de alrededor.
Pero Dios nunca nos ordena dar un paso fuera de Su voluntad para “ayudarle”
con Su plan.
En otras palabras, seguir adelante con lo que yo quiero, aun cuando hay
obvias contradicciones en la Palabra, pudiera eventualmente salir bien por la
gracia de Dios, pero estaríamos viajando un camino duro para llegar allá, con
todas las consecuencias que lo acompaña. Y no hay seguridad de que las cosas
saldrán bien. Recuerda, que las malas decisiones de Sansón, eventualmente le
costaron la vida. Romanos 3:8 dice que no deberíamos hacer el mal creyendo
que algo bueno saldría de ello.
Como padres, podríamos pensar: Bueno, ¿cómo pudiéramos conocer el
verdadero carácter de esta persona con quien mi hijo o hija le gustaría salir?
Pudieran decir todas as “cosas correctas” para persuadirnos. ¿Cómo vamos a
conocer su corazón?
Además de las protecciones obvias de conocer a Papá primero y dejar que
las relaciones se desarrollen lentamente por medio de la amistad o de conocer a
las familias, examina los signos vitales que se encuentran en el capítulo anterior.
Ellos pueden decir que son creyentes, pero ¿confiesan abiertamente a Jesucristo
como Señor o necesitan que uno les pregunte acerca de su andar con el Señor?
¿Los tópicos espirituales salen de una forma natural durante las conversaciones o
pudieran hablar contigo por horas y nunca hablar de cosas espirituales? ¿Cuál es
su signo vital acerca de amar la comunión con creyentes? ¿Están interesados en
actividades espirituales y del crecimiento de tu hijo/hija o quieren estar aislados
de esas cosas? ¿Quieren estar solos sin rendir cuentas? Los creyentes se ponen
en posición de rendir cuentas. Así es que pudiéramos ir a través de una lista
entera de signos vitales, y tener una buena indicación de donde está su corazón,
con sólo observarlos.
Podemos ver lo que nos instruye en 2 Corintios 6:14: “No os unáis en
yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la
justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?” No
quiero desanimar a nadie que ya está casado con un incrédulo, pero esa persona
más que todas pudiera entender y testificar acerca de la dificultad de vivir sin
una fundación espiritual común.
David y yo tenemos un amigo que viaja por el país enseñándoles a los
adolescentes a cómo hacer decisiones sabias acerca de la pureza y de la
abstinencia. Una actividad que él usa es pasar una rosa alrededor, en una clase de
adolescentes, y cada persona debe arrancarle un pétalo. El arrancar los pétalos
representa el darnos sexualmente a diferentes personas antes del matrimonio.
Eventualmente esa bella flor se desaparece y lo que queda para nuestro cónyuge
es el tallo. Éste es un conmovedor recordatorio para nuestros jóvenes adultos del
significado de vivir una vida de pureza como la novia de Cristo.
En noviembre del año 2000, fue informado que el 30 por ciento de los
jóvenes que asistían a la escuela intermedia estaban teniendo sexo oral. Una
organización llamada “Planned Parenthood (Planificación familiar)” tenía una
página en el Internet por espacio de un año en ese tiempo, explicando que esa era
una forma para que los adolescentes pudieran divertirse sin riesgo. La
descripción exacta que usaron fue “emocionante”. Usaron las palabras “sin
riesgo” queriendo decir que no había posibilidad de embarazo. Los muchachos
no están viendo esta conducta como un acto sexual.
El matrimonio es una institución sagrada, a la cual se debería de entrar
sobriamente y con reverencia al Dios que la creó. Tener cita o el cortejar debería
de estar basado en el diseño de Dios, si el resultado deseado es una relación que
honre a Cristo–una relación que muestre a Cristo y a su novia, la Iglesia. Uno de
los deleites de la vida es el tiempo de la “luna de miel” en la cual la pareja
descubre todo lo que involucra vivir juntos. Aun comprar los comestibles juntos
puede ser divertido. Yo he escuchado a numerosas parejas jóvenes decir que
vivir juntos antes de casarse hizo que el matrimonio tuviera “una baja” después
de la ceremonia. Para las parejas recién casadas, este debería de ser un tiempo de
gran emoción mientras planean sus sueños y metas. Pero en vez de esto, sienten
un vacío al término de la ceremonia de boda porque construyeron su relación en
el orden inverso. Demasiados padres son bastantes ligeros con respecto a las
instrucciones y convicciones de las relaciones de sus hijos. Un ejemplo de esta
tendencia es que los niños de la escuela secundaria o aún antes de ser
adolescentes están “teniendo citas”. Como dice el esposo de mi amiga Nancy,
¡Que otro propósito puede tener esto más que: “Señores: arranquen sus
motores!”
Rendir cuentas incluye…

3. PONERNOS DEBAJO DE LAS AUTORIDADES DADAS POR DIOS

Ejemplo—Relaciones de padre e hijo

Los padres son vitalmente importantes cuando nuestros hijos llegan a la


adolescencia y empiezan a tener citas. Necesitan haber tenido relaciones fuertes
desde su niñez. Los varones necesitan que su papá les modele una relación
saludable con su mamá y mantenerlos rindiendo cuentas. Las jóvenes necesitan
que su papá mantenga viva su objetividad y que demuestre que tomará en serio
el protegerla y que no la va a entregar a cualquiera.
Un ejemplo bíblico de este estándar es Caleb (Josué 15:13-19). Caleb tenía
una relación fuerte y amorosa con su hija, Acsa. Él no estaba dispuesto a dársela
a cualquiera. Su futuro yerno tenía que probarse primero conquistando una
tierra. Me encanta este ejemplo bíblico porque Caleb y su hija tenían una
relación tan cercana, que ella tuvo suficiente confianza para pedirle a su papá su
herencia, lo cual nunca antes se había hecho. Y su papá, Caleb, le concedió su
deseo.
Cuando David Caminó con Emily por el pasillo de la iglesia para darla en
matrimonio a Adam, él le dijo: “Te estoy confiando la dirección, protección y
provisión de Emily de acuerdo a La Palabra de Dios”. El padre transfiere su
autoridad al nuevo esposo. Es una responsabilidad muy seria.

Rendir cuentas también incluye…

4. APRENDIENDO A ESCOGER AMIGOS SABIAMENTE

Ejemplo—Escogiendo amigos

No subestimes la importancia de enseñarle a tus hijos a escoger a sus


amigos sabiamente, porque al final van a escoger un amigo/a como su
compañero/a para la vida. Hasta ese punto deberían de ver a sus amistades como
parte de su familia extendida (el Cuerpo de Cristo). Aquí hay unos versículos
acerca de los amigos. Manténganse alejados de personas con estas características
(¡estos versículos se refieren a cristianos!):

2 Timoteo 3:1-5: “También debes saber esto: que en los


postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá
hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos,
soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres,
ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables,
calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de
lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de
los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de
piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita”.

Proverbios 13:20: “El que anda con sabios, sabio será;


mas el que se junta con necios será quebrantado”. No
dice quizás o algunas veces; el compañero de los necios
sufrirá daño.

Éxodo 23:2a: “No seguirás a los muchos para hacer


mal…”

Salmo 119:63: “Compañero soy yo de todos los que te


temen y guardan tus mandamientos”.

Proverbios 1:7-16a provee una riqueza en cuanto a la


sabiduría. Vamos a evaluar este pasaje y a insertar notas en
el camino.

“El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; los


insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza”. Ten
un estándar espiritual para todas tus amistades. ¿Por qué?
Porque los necios desprecian la sabiduría y la enseñanza. Es
para tu propia protección.

“Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no


desprecies la dirección de tu madre”. Los padres tienen un
rol en ayudar a sus hijos a aprender a escoger a sus amigos
sabiamente.

“Porque adorno de gracia serán a tu cabeza, y collares a


tu cuello”. Aceptar la dirección de tus padres trae bendición.

“Hijo mío, si los pecadores te quisieren engañar, no


consientas”. No dejes que te aparten de tus convicciones.

“Si dijeren: ‘Ven con nosotros; pongamos asechanzas


para derramar sangre,acechemos sin motivo al inocente;
los tragaremos vivos como el Seol, Y enteros, como los
que caen en un abismo…’” No te puedes permitir tener
contacto cercano con la maldad. La respuesta apropiada a la
tentación es huir. Las intenciones de los que hacen maldad es
realmente atrapar al inocente. Si no somos sabios, podemos
ceder ante sus presiones y sin darnos cuenta caer en una
trampa mortal.

“Hallaremos riquezas de toda clase, llenaremos nuestras


casas de despojos; echa tu suerte entre nosotros;
tengamos todos una bolsa”. Éste es, con frecuencia, el
dicho en el estilo de la vida de las pandillas en donde los
muchachos tratan de encontrar un lugar donde pertenecer o
una “familia” en los lugares equivocados. Las amistades
incorrectas no solamente tratarán de que hagas las cosas que
sabes que no deberías hacer, sino que te abrazarán como
familia si lo haces. Todos hemos oído algún adolescente
decir: “Pero por lo menos mis amigos son genuinos”. La
realidad que está apelando a su naturaleza pecaminosa es
una falta de autocontrol en donde ellos se dan la libertad de
hacer cualquier cosa malvada que deseen.

“Hijo mío, no andes en camino con ellos. Aparta tu pie de


sus veredas, porque sus pies corren hacia el mal”. Anima
a tus hijos a construir barandas en sus vidas para que ni
siquiera piensen en pasar por el camino de la maldad.
Necesitamos proteger a nuestros hijos e hijas de los amigos
que eligen, especialmente durante sus emocionales años de
adolescencia.

Nosotros no permitíamos por ninguna razón que nuestros hijos salieran en cita
con alguien que no fuera creyente, ni siquiera con la esperanza de traer a esa
persona al Señor. Eso sería construir la pirámide en el orden equivocado. Así es
que nosotros no aprobábamos el “tener una cita misionera”. Los padres pueden y
deberían de intervenir y apartar a sus hijos de relaciones dañinas. Esto está bien
claro en 1 Corintios 15:33: “No erréis; las malas conversaciones corrompen
las buenas costumbres.”
Yo traté de inculcar en mis hijos las características particulares que deberían
buscar en una posible pareja. Una de las cosas que nosotros les enseñamos fue
un acróstico.

Un buen partido (“CATCH” por sus siglas en inglés)


C - Confesión de fe en Cristo
A - Habilidad de abstenerse (muestra autocontrol)
T - Un espíritu enseñable
C - Compromiso (muestra un nivel fuerte de compromiso)
H - Estándares altos y con convicciones

Tengo una amiga que les dice a sus hijos que busquen las cuatro C (Por sus
siglas en inglés):
Comprometido al Señor
Carácter como Cristo
Compatibilidad
Química
Y en ese orden.

Necesitamos enseñarles a nuestros hijos a hacer esas preguntas cruciales y


que traen claridad antes de comprometerse con una persona. ¿Están
respondiendo al Espíritu de Dios en una manera que los está transformando a la
imagen de Cristo? No estamos necesariamente preocupados por su nivel de
madurez espiritual—porque todavía son jóvenes—¿pero son enseñables?
¿Muestran la determinación de caminar en la dirección correcta? La sujeción al
poder transformador del Espíritu Santo necesita ser evidente.
Otra cosa que yo les he compartido a mis hijos es, observar cómo sus
compañeros tratan a sus padres, especialmente a sus mamás. Si tu hijo o hija está
saliendo con alguien que no les muestra respeto a ustedes como padres, no
deberías de pensar dos veces si estas personas son un prospecto digno. ¡No lo
son!

El rendir cuentas incluye…

5. RESOLVER CONFLICTOS

Ejemplo—El matrimonio

Ya hemos hablado de la rivalidad entre hermanos, así es que en este


momento vamos a dirigirnos a los conflictos matrimoniales. Para tener un
matrimonio excelente tiene que haber conflicto; pero los conflictos necesitan
resolverse de manera satisfactoria tanto para el esposo como para la esposa. Esto
nos lleva de vuelta a la idea de vivir con comprensión y en mutuo acuerdo. Si
una pareja dice que nunca han tenido un conflicto en su matrimonio, entonces
¿cuán profunda será esa relación, ya que su compromiso nunca ha sido retado?
Estudien y disfruten sus diferencias. Crezcan en entendimiento uno del otro
y de acuerdo con las cuestiones bíblicas. No dejes que el orgullo te detenga de
resolver los conflictos y aceptar y dar perdón. Los conflictos que no han sido
resueltos se las arreglan para resurgir vez tras vez. Entonces la amargura y el
resentimiento pueden establecerse. Las parejas necesitan saber que el acuerdo no
necesariamente quiere decir un compromiso de cincuenta y cincuenta o de que
una de las personas es la que siempre aprueba al otro. Cuando las parejas
trabajan diligentemente para llegar a un entendimiento, no solamente entre ellos,
sino al conocimiento bíblico u otro conocimiento relevante, uno puede a veces
moverse un noventa por ciento del punto de comienzo y en otras ocasiones
quizás no se mueve nada. Todo depende de dónde ustedes, como pareja, ven su
punto de acuerdo, bíblicamente y en cuanto a otros asuntos. Cuando no se puede
llegar a un completo acuerdo, la esposa normalmente cede a la decisión del
esposo. Pero trabaja en esto y no dejes de ver lo importante que es hablar acerca
de estas cosas. Los esposos especialmente necesitan asegurarse de que sus
esposas no se apaguen o que ellos no aíslen a sus esposas durante estas
conversaciones. Trabajen en este conflicto hasta que lleguen al lugar donde la
intimidad crece por medio de una comprensión más profunda de las necesidades
del otro.
Determina que vas a hablar de los desacuerdos con una “pelea justa” y con
líneas que no vas a traspasar. No dejes que pase mucho tiempo. Recuerda: si
haces eso, es una vida desperdiciada. La Biblia dice en Efesios 4:26 que “no se
ponga el sol sobre vuestro enojo”. Además, necesitas tener límites específicos
que no vas a violar. Por ejemplo, no llamarse nombres feos, hablarse sin gritar y
sin sarcasmo. Escucharse uno al otro, evaluar el punto de vista del otro, y
devolverle el favor. Lidiar con los conflictos fortalecerá tu matrimonio.
Mientras estamos aquí en la tierra, el Señor nos ha provisto con una
variedad de relaciones en la cual podemos encontrar gran satisfacción. Conocer
el amor es una de las bendiciones más grandes que Dios nos ha dado en esta
tierra. La única manera que podemos entender este amor—darlo o recibirlo—es
conociendo y amando a Aquel que nos amó primero.

NUESTRA CONSTANTE TERRENAL

Nuestra familia es nuestra constante aquí en esta tierra y el cuerpo de Cristo


es nuestra constante en la eternidad. Espero que tengas el gozo de saber que tu
familia también es parte del cuerpo de Cristo. Oro para que sean reunidos para
toda la eternidad a través de la relación más fuerte de todas, que es la sacrificada,
amorosa, santa, misericordiosa y llena de gracia de Cristo con los Suyos—la
familia de Dios.

Querido Padre Celestial:


Te damos gracias y te alabamos por tu regalo duradero de
amor por medio de tu Hijo, Jesucristo. Nos humilla el saber
que nos pudieras amar tanto que mandaras a tu Hijo para
que fuera el verdadero sacrificio de amor para nosotros.
Señor, te pedimos que tú nos hagas crecer en amar a los
demás con sacrificio y que podamos ser personas amorosas
dentro de nuestras casas y en nuestras comunidades.
Permite que otros conozcan que somos Tuyos por el amor
que tenemos entre nosotros. Enséñanos a perdonar, a tener
gracia y a ser humildes. Ayúdanos a seguir Tus ejemplos y a
amarnos con un amor puro. Te pedimos esto en el nombre de
tu Hijo Jesús, amén.

GUÍA PARA GRUPOS PEQUEÑOS

MEMORIZACIÓN DE LAS ESCRITURAS


(Tiempo sugerido—15 minutos)

“Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos,


amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables;
no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario,
bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición”.
1 Pedro 3:8-9

¡Este es el último capítulo! Continúa con tu sistema de memorizar las


Escrituras, pidiéndole a cada uno que repita el versículo de este capítulo y
repasando los versículos de las semanas anteriores. Recuerden decir la referencia
bíblica antes y después de compartir el versículo. ¿Pudieras decir todos los
versículos? ¡Felicidades a todos los que pueden!

TIEMPO DE PAREJAS
(Tiempo sugerido—45 minutos)

Repasen el siguiente bosquejo del capítulo e identifiquen tres áreas de


mayor necesidad en su matrimonio. Pónganles números según la importancia
para ustedes en este momento y tomen tiempo para hablar de cada uno.
¿Estuvieron de acuerdo en las áreas que identificaron? Mantengan este bosquejo
para un punto de referencia en el futuro.

Las relaciones de por vida necesitan tres cosas: gracia, sacrificio y el rendir
cuentas a alguien.

La gracia incluye aprender a:



1. Pedir perdón y expresar dolor genuino.


2. Perdonarse unos a otros para que la relación sea sanada.
3. Crecer en paciencia; en vez de reaccionar impulsivamente, escogemos
intencionalmente responder en una manera que honre al Señor.

El sacrificio incluye:

1. Dar a la relación más allá de tu zona de comodidad.


2. Dar lo mejor de ti a la relación para comprobar que merece todo el tiempo y
esfuerzo porque tu amor por ellos va más allá de satisfacer tus propios
deseos.
3. Estar dispuestos a “sufrir pérdida” por el bien de la relación.
4. Hacer un compromiso de pasar tiempos juntos (incluye hablar mucho y
escuchar mucho).

El rendir cuentas incluye:




1. Crecer en Cristo y someterse a la autoridad de Su Palabra a través de estar
dispuestos a ser vulnerables.
2. Construir relaciones de acuerdo al modelo bíblico.
3. Poniéndonos bajo las autoridades designadas por Dios.
4. Aprendiendo a escoger amigos sabiamente.
5. Resolver conflictos.

Considera tu habilidad de rendir cuentas a otra persona. ¿Tienes personas en


tu vida que te pedirían cuentas por las cosas de Dios? Piensa en procurar
esas relaciones donde el rendir cuentas sea una realidad en tu vida. Nombra
algunas maneras en la cual ustedes se rinden cuenta el uno al otro.
Recibir y extender perdón son dos asuntos críticos, no sólo para los
matrimonios sino para toda la familia. Conversa acerca de cómo estas
dinámicas se desarrollan en tu hogar. ¿Hay algo por lo cual necesitas
pedirle perdón a tu cónyuge? ¿O a tus hijos? Puede ser reciente o del
pasado. ¿Hay algún pecado pasado o algún obstáculo que está impidiendo
que la relación siga adelante? ¿Lo puedes confesar a tu cónyuge y
arrepentirte delante del Señor para que los “tiempos de refrigerio puedan
venir” (Hechos 3:19)?
Hablen acerca de su conflicto más reciente. ¿Cómo se resolvió? ¿Lo
resolvieron de una forma satisfactoria para ambos? ¿Hay algo en su proceso
de solución de conflicto que necesita cambiar? ¿Se mantienen amables aún
en el proceso? ¿Necesitan pedir perdón y aceptar el perdón (las dos cosas)?
¿Realmente tratan de resolver las cosas y moverse juntos como un equipo o
dañan su relación porque hay remanentes del conflicto que no se han
resuelto y por eso no puede haber sanidad?
Recuerden el “Espectro de Orden” del capítulo 5. ¿Acaso las diferencias
entre los dos crean dificultad en poner parámetros alrededor de sus
conductas? Por ejemplo: ¿Alguno de ustedes es más permisivo con sus
hijos mientras que el otro es más estricto y se limita a reglas de hacer y de
no hacer? Es bueno y retador para los padres saber que las diferencias en
sus maneras de pensar pueden crear un balance saludable para la familia.
Piensen acerca de ustedes mismos como padres. ¿Hay uno que ve las cosas
más como “blanco y negro” mientras que el otro ve las cosas más grises?
Los padres se pueden frustrar cuando ven las circunstancias de sus hijos de
forma diferente. Un padre puede creer que “el niño necesita resolver algo
tomando sus propias decisiones” mientras que el otro cree que el niño
necesita que le digan que su decisión no está siendo tomada con sabiduría.
¿Qué conclusiones tienen los dos acerca de este balance? Identificar la
necesidad de este balance les ayudará a aplicarlo a otras situaciones
familiares. Es parte de la dinámica de cómo funcionan como padres.
Trabajen juntos como un equipo fuerte y unido, aunque sean personas
diferentes con diferentes áreas fuertes y diferentes temperamentos.
¿Les permiten conductas amplias y arbitrarias a sus hijos o aceptan una sola
norma de conducta en cuanto a lo verdadero y lo falso (como decir la
verdad)? ¿Cómo esto afecta la respuesta de sus hijos a su trabajo como
padres?
¿Cómo están reconciliando la rivalidad entre los hermanos dentro de la
familia? ¿Lo tratan como algo que sus hijos van a eventualmente “superar”
o lo ven como relaciones que necesitan ser cultivadas de por vida? Sean
específicos en cómo planean ayudarlos en esta área de ser más amorosos el
uno con el otro.
¿Cómo les está yendo a sus hijos en sus relaciones fuera del ámbito
familiar? ¿Se sienten seguros en la escuela o tienen preocupaciones o
luchas profundas? ¿Están exasperados? ¿Les han hablado acerca de sus
amigos o luce como que están evitando el hablar de ellos? ¿Hay alguien que
los está intimidando? ¿Están ustedes ayudándolos a desarrollar fuertes
amistades cristianas? ¿Cómo los están ayudando a lidiar con situaciones
difíciles?
¿Están creciendo juntos espiritualmente como esposo y esposa? Desarrollen
un horario para leer, estudiar, memorizar las Escrituras, y orar juntos.
Mientras se van estudiando el uno al otro, aprenderán que los dos tienen
capacidades variadas y estas diferencias van a afectar el matrimonio.
Hablen acerca de sus capacidades individuales en las siguientes áreas y
cómo pueden reconciliarlas y llegar a un acuerdo. Por ejemplo, estén
dispuestos a llegar a la capacidad de la otra persona poniéndose de acuerdo
en hacer cosas que los estiren más allá de su nivel de comodidad. Y al
mismo tiempo, sean sensibles a las situaciones que hacen que su cónyuge se
sienta incómodo/a, como estar constantemente alrededor de personas
nuevas (aunque tú tengas una gran capacidad para ello). Consideren como
ustedes pueden llegar a un entendimiento acerca de las capacidades para
interactuar con personas, los trabajos, la intimidad, los detalles, la
estructura, etc.
Estas sugerencias van a tomar más tiempo del recomendado aquí.
Continúen sus conversaciones y aplicaciones aún después que cierren la
cubierta de este libro, ¡y que Dios bendiga grandemente su matrimonio y su
familia como resultado de su trabajo!

Aplicación en el hogar: Pasen tiempo como familia conversando acerca de las


relaciones y enfatiza la importancia de escoger amigos sabiamente. Ajusten la
discusión a las edades y necesidades de sus hijos. Reiteren los estándares
familiares acerca de las citas, enfatizando la necesidad de estar en un yugo igual
con creyentes (2 Corintios 6:14) Conversen acerca de cómo planean ayudar a sus
jóvenes adultos a navegar las aguas de cómo desarrollar relaciones,
enseñándoles el modelo bíblico (pirámide) para construir relaciones piadosas.
Desarrollen y refuercen las convicciones familiares acerca de las citas. Además,
ayuden a sus adolescentes a desarrollar sus propias convicciones en cuanto a las
citas y así puedan estar listos para compartirlas con cualquiera que exprese algún
interés en desarrollar una relación con ellos.

Declaración para el hogar: El estudio de padres puede haber acabado, pero el


trabajo continúa mientras respiremos. Reconocemos el privilegio que Dios nos
ha dado al confiarnos los corazones de nuestros hijos. También tenemos que
reconocer cuánto necesitamos de Su ayuda. Es nuestra intención continuar
repasando, aplicando y aprendiendo del contenido de este libro y más
significativamente, de la Palabra de Dios.

Oración para la pareja: Cierren en oración. Agradezcan a Dios por lo que Él les
ha enseñado durante este estudio y de cómo sus hijos se han beneficiado al mirar
hacia atrás y ven el progreso que han hecho.
TIEMPO DE DISCUSIÓN
PARA GRUPOS PEQUEÑOS
(Tiempo sugerido—45 minutos)

¿Cómo están incorporando las tres áreas de gracia, sacrificio y rendir


cuentas en sus propias relaciones y al entrenar a sus hijos?
¿Hay alguien que estaría dispuesto a compartir un área de debilidad que
está interfiriendo en una importante relación familiar y deteniéndolo de ser
como Dios desea?
Al llegar al final de este estudio, ¿cuáles han sido las mayores aplicaciones
y revelaciones que han podido captar para su vida familiar?
¿De cuáles formas se han beneficiado en el área de rendir cuentas al ser
parte de un grupo pequeño mientras han leído este libro?
¿Tienen algunas preguntas u observaciones acerca de lo que han leído en
este libro?

TIEMPO DE ORACIÓN


Oren por relaciones específicas sobre las cuales Dios les está guiando a
enfocarse. Sean sensitivos a áreas que necesiten ser cambiadas.
Oren el uno por el otro aun si no son capaces de expresar profundamente
sus heridas relacionales.
Oren por las muchas relaciones que sus hijos tendrán, especialmente
relaciones y futuros cónyuges.

UNA BENDICION FINAL

Oramos por cada pareja que llegó hasta este punto: que puedan ser
personalmente animados a amar a su cónyuge y a sus hijos más profundamente
con el amor de Cristo. Ésta ha sido mi motivación al escribir este libro.

Jehová te bendiga, y te guarde;


Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti,
y tenga de ti misericordia;
Jehová alce sobre ti su rostro,
y ponga en ti paz.
Números 6:24-26

Dave y Betsy Corning



UN VISTAZO A LA MEMORIZACIÓN DE LAS ESCRITURAS

V ersículos claves para memorizar de cada capítulo


Capítulo 1 / Salmo 127:1
Si Jehová no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová
no guarda la ciudad, en vano vela la guardia.

Capítulo 2 / 2 Timoteo 3:14


Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién
has aprendido.

Capítulo 3 / Salmo 85:8


Escucharé lo que hablará Jehová Dios; Porque hablará paz a su pueblo y a
sus santos, para que no se vuelvan a la locura.

Capítulo 4 / Deuteronomio 6:6-7


Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las
repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el
camino, y al acostarte, y cuando te levantes.

Capítulo 5 / 1 Corintios 14:33


Pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Como en todas las iglesias
de los santos.

Capítulo 6 / Proverbios 22:6


Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de
él.

Capítulo 7 / Hebreos 12:11


Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino
de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido
ejercitados.

Capítulo 8 / Efesios 6:1-4


Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a
tu padre y a tu madre, (que es el primer mandamiento con promesa) para que te
vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Y vosotros, padres, no provoquéis
a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.

Capítulo 9 / Proverbios 29:15


La vara y la corrección dan sabiduría; mas el muchacho consentido
avergonzará a su madre.

Capítulo 10 / Proverbios 26:4-5


Nunca respondas al necio de acuerdo con su necedad, para que no seas tú
también como él. Responde al necio como merece su necedad, para que no se
estime sabio en su propia opinión.

Capítulo 11 / 1 Samuel 12:23


Así que, lejos sea de mí que peque yo contra Jehová cesando de rogar por
vosotros; antes os instruiré en el camino bueno y recto.

Capítulo 12 / Efesios 4:29


Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena
para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes (LBLA).

Capítulo 13 / Colosenses 2:8


Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas,
según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y
no según Cristo.

Capítulo 14 / 1 Corintios 13:4-7


El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es
jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se
irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.
Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

Capítulo 15 / Hechos 2:39


Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los
que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.

Capítulo 16 / 1 Pedro 3:8-9


Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos
fraternalmente, misericordiosos, amigables; no devolviendo mal por mal, ni
maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que
fuisteis llamados para que heredaseis bendición.
Dios ha Confiado en nosotros el nutrir los corazones de los niños y dirigirlos
hacia Cristo—¿habrá algún llamado más atemorizante, vital, difícil, gozoso,
doloroso y gratificante que éste? Por supuesto, que no hay una “fórmula” para
lograr ser padres exitosos. Pero la Palabra de Dios provee sabiduría a aquellos
que son lo suficientemente humildes para pedir y recibir la misma. Betsy
Corning ha proporcionado un rico recurso, fundamentado en la Biblia para los
padres que tomen este llamado en serio y que estén buscando de Su gracia para
cumplirlo.

– Nancy DeMoss Wolgemuth


Autora, Anfitriona del programa radial Aviva Nuestros Corazones

Me ha Sido Confiado el Corazón de un Niño es un robusto enfoque bíblico


sobre la crianza de los hijos, lleno de aplicaciones prácticas y ejemplos
personales. Betsy Corning ha abierto su casa para que nosotros entremos a echar
un vistazo. Lo que vemos no es un hogar perfecto, sino uno piadoso-donde los
padres intencionalmente tratan de hacer discípulos a sus hijos, a convertirse en
adultos maduros que aman a Cristo. ¡Recomiendo grandemente este estudio!

– David Jones
Pastor Principal de la Iglesia Village Church de
Barrington, Barrington, IL

El Ministerio me ha Sido Confiado el Corazón de un Niño suple una gran


necesidad en la vida de las familias. Siento un profundo agradecimiento por esta
enseñanza, debido a su sensibilidad bíblica y sabiduría práctica y por esta razón
la usamos en la Iglesia Moody. En un mundo que ha perdido su rumbo, tenemos
que regresar a nuestras familias y enseñar a los padres a cómo entrenar a sus
hijos de acuerdo al plan de Dios.

– Dr. Erwin Lutzer


Pastor Principal de la Iglesia Moody, Chicago, IL

¡Me ha Sido Confiado el Corazón de un Niño es fabuloso! No sólo se basa en


la Biblia, sino que también está basado en la realidad. No es un currículo simple
e idealista de haz-esto-y-haz-lo-otro-con-tus-niños-y-todo-saldrá-bien.
Personalmente, yo he visto la diferencia que ha hecho en las vidas de mis
propios hijos y nietos, y estoy agradecido por su influencia formativa en la vida
de muchos.
– Dr. Joseph M. Stowell
Presidente de la Universidad Cornerstone, Grand Rapids, MI
Table of Contents
Créditos
Dedicatoria
Agradecimientos
Prólogo
Introducción
Cómo sacarle mejor provecho a Me ha sido confiado el corazón de un niño
1. Nuestro Fundamento: Fe En Jesús
Guía para grupos pequeños
Apéndice: Capítulo 1
2. La Autoridad De La Palabra De Dios
Guía para grupos pequeños
Apéndice: Capítulo 2
3. Convicciones Personales
Guía para grupos pequeños
4. Fundamentos De Un Matrimonio Bíblico
Guía para grupos pequeños
5. El Plan De Orden De Dios
Guía para grupos pequeños
6. La Trascendencia De Las Madres Y De Los Padres
Guía para grupos pequeños
7. Estableciendo Autoridad: El Temor A Dios
Guía para grupos pequeños
8. Dirigiendo Al Niño
Guía para grupos pequeños
Appendice: Chapter 8
9. Comprometidos A Disciplinar
Guía para grupos pequeños
Appendice: Chapter 9
10. Reconociendo Y Lidiando Con La Manipulación
Guía para grupos pequeños
11. Lidiando con la rebeldía: “Nunca te rindas”
Guía para grupos pequeños
12. Palabras Que Edifican
Guía para grupos pequeños
13. Guardando La Mente De Un Niño
Guía para grupos pequeños
14. Construyendo El Carácter
Guía para grupos pequeños
Apéndice: Capítulo 14
15. Creciendo En Disciplinas Piadosas
Guía para grupos pequeños
Apéndice 1: Capítulo 15
Apéndice 2: Capítulo 15
16. Creciendo En Relaciones
Guía para grupos pequeños
Un Vistazo A La Memorización De Las Escrituras
Endosos
Table of Contents
Créditos
Dedicatoria
Agradecimientos
Prólogo
Introducción
Cómo sacarle mejor provecho a Me ha sido confiado el corazón de un niño
1. Nuestro Fundamento: Fe En Jesús
Guía para grupos pequeños
Apéndice: Capítulo 1
2. La Autoridad De La Palabra De Dios
Guía para grupos pequeños
Apéndice: Capítulo 2
3. Convicciones Personales
Guía para grupos pequeños
4. Fundamentos De Un Matrimonio Bíblico
Guía para grupos pequeños
5. El Plan De Orden De Dios
Guía para grupos pequeños
6. La Trascendencia De Las Madres Y De Los Padres
Guía para grupos pequeños
7. Estableciendo Autoridad: El Temor A Dios
Guía para grupos pequeños
8. Dirigiendo Al Niño
Guía para grupos pequeños
Appendice: Chapter 8
9. Comprometidos A Disciplinar
Guía para grupos pequeños
Appendice: Chapter 9
10. Reconociendo Y Lidiando Con La Manipulación
Guía para grupos pequeños
11. Lidiando con la rebeldía: “Nunca te rindas”
Guía para grupos pequeños
12. Palabras Que Edifican
Guía para grupos pequeños
13. Guardando La Mente De Un Niño
Guía para grupos pequeños
14. Construyendo El Carácter
Guía para grupos pequeños
Apéndice: Capítulo 14
15. Creciendo En Disciplinas Piadosas
Guía para grupos pequeños
Apéndice 1: Capítulo 15
Apéndice 2: Capítulo 15
16. Creciendo En Relaciones
Guía para grupos pequeños
Un Vistazo A La Memorización De Las Escrituras
Endosos

Вам также может понравиться