Вы находитесь на странице: 1из 3

MOLDES

En Mayo de 1988, el primer problema al que se


enfrentaron los ingenieros japoneses fue donde
colocar los enormes cimientos donde reposaría el
puente, ya que los traicioneros estrechos de Akashi
les ocasionaron más de un quebradero de cabeza. El
lugar ideal para su construcción
estaba en medio de un canal marítimo muy concurrido, y los cimientos supondrían un
obstáculo importante para las innumerables embarcaciones que lo surcaban todos los días.
La canal media casi 1,5 kilómetros de ancho, y
para evitarlo con seguridad tuvieron que
separarse casi dos kilómetros, lo que convirtió
a Akashi en el puente en suspensión más largo
del mundo, pero había que resolver algún
problema aún mayor, normalmente los
cimientos de los puentes se colocan en medio del agua, se rellena de hormigón secciones
cilíndricas y se hunden por su propio peso, se repite el proceso y se levantan los cimientos
desde las orillas en distintas fases, pero los estrechos de Akashi tienen 110 metros de
profundidad y son muchos más hondos que la mayoría de los cimientos donde se construyen
puentes, es más, las rápidas corrientes impiden que se empleen las técnicas normales de
construcción porque el agua lo arrastra todo, así que a los diseñadores del puente se les
ocurrió una solución novedosa, arriesgada y no comprobada a esa escala.

Propusieron fabricar dos enormes


moldes de acero en diques secos, uno
para cada una de las cimentaciones del
puente, una vez fabricadas se remolcan
hacia el mar y se hunden con precisión en
el punto exacto, hasta entonces nadie
había intentado hacer nada igual a una
escala similar.

En Marzo de 1989, los gigantescos moldes de acero


para los cimientos del puente ya estaban acabados
en un dique seco junto al estrecho, sus anillos
huecos de dos capas de acero median 70 metros de
alto y 80 metros de ancho, estaban listos para ser
remolcados hasta el mar, para los ingenieros era un
momento clave, porque no se puede hacer nada
hasta que los cimientos están
correctamente colocados en sus sitios, había mucho en
juego, un simple error y los cimientos podrían ser
arrastrados por el mar, con lo cual los ingenieros tendrían
que volver a empezar, desperdiciando todo un año de
trabajo.

En marzo de 1989, las obras del puente en


suspensión más largo del mundo alcanzaron su
fase más crítica, los dos moldes gigantes de los
cimientos estaban a punto de remolcarse
hasta su
sitio y no existía margen de error, los ingenieros tendrían que calcular la corriente y la marea
perfecta, un error y los gigantescos moldes huecos serian barridos por las aguas turbulentas,
el proyecto completo peligraría. A las 5:30 pm del 26 de Marzo, 12 remolcadores zarparon
del muelle arrastrando hacia el mar la primera de las dos grandes estructuras huecas, no era
una tarea fácil porque cada molde pesaba 15.000 toneladas, el equivalente a 40 aviones
Jumbo. Bajo la supervisión de la guardia costera, las barcazas remolcaron los inmensos
rascacielos flotantes a través de la concurrida ruta de navegación y sobre aguas turbulentas.
Era una tarea peligrosísima, no querían que se repitiese el desastre marítimo. Se tardó 38
horas en trasladar cada uno de los dos moldes hasta su sitio, entonces los japoneses se
enfrentaron a su primera prueba crucial.

Llevaban semanas excavando en el lecho marino


para crear una superficie perfectamente nivelada,
tenían que hundir en el mar dos anillos de acero
mastodónticos que sostendría al enorme puente en
suspensión, habría que rellenar cada anillo con
agua hasta
que llegase al lecho marino, tendría que aterrizar con precisión, de otro modo no quedarían
nivelados y se pondría en peligro todo el proyecto, pero tuvieron que batallar contra las
peores condiciones posibles, los remolcadores tenían que luchar contra la potente corriente
para colocar los anillos huecos en el lugar exacto antes de hundirlos hasta el fondo.

Se emplearon 32 bombas de agua para llenar de


agua a cada uno de los gigantescos moldes,
llenando individualmente 250 millones de litros de
agua, se fueron hundiendo poco a poco, muy
lentamente. Los obreros tuvieron que esperar 8
agónicas
horas en finalizar este proceso para conseguir que los cimientos se asentaran
en el lecho marino correctamente. Llevaron a
cabo sus calculos para comprobar si habian
aterrizado en la posición correcta,
milagrosamente averiguaron que los enormes
anillos de acero descanzaban a tan solo 10
centimetros, la longitud de un lapiz, de su
destino, y estaban
perfectamente nivelados. Su plan había funcionado, pero todavía quedaba mucho por
hacer.

HORMIGON
Para completar los gigantescos cimientos, tenían que
rellenarlos de hormigón, pero existía un problema, los
cimientos estaban llenos de agua y si se vierte
hormigón ordinario se disuelve como una aspirina,
para resolver ese problema
los ingenieros tuvieron que hacer algo que nunca se había hecho antes, crear un súper-
hormigón que se endureciese con el
agua. El hormigón desarrollado fue insertado en
sustitución al agua de mar presente en los cimientos,
al comenzar esta operación se rellenó con más 265
metros cúbicos de hormigón.

Вам также может понравиться