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ITAKA - ESCOLAPIOS CUENTOS Y PARÁBOLAS

ahorrado durante este tiempo para ofrecértelas.


CUENTOS Y Por favor, abrázame ahora”.

PARÁBOLAS Al llegar a la montaña, oyó una voz que


descendía retumbado de las nubes: “¿Quién
está ahí abajo? ¿Por qué te escondes de mí?
1. CUENTOS ¿Qué has puesto entre nosotros?”
Yo no sé muchas cosas, es verdad. “Soy yo. Tu santo hombre. Te he traído este
Digo tan sólo lo que he visto. precioso jarrón. Mi vida entera está en él. Lo he
Y he visto: que la cuna del hombre traído para Ti”.
la mecen con cuentos, los ahogan con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos, “Pero no te veo. ¿Por qué has de esconderte
que los huesos del hombre detrás de ese enorme jarrón? No nos veremos
los entierran con cuentos, de ese modo. Deseo abrazarte; por tanto,
y que el miedo del hombre... arrójalo lejos. Quítalo de mi vista”.
ha inventado todos los cuentos. No podía creer lo que estaba oyendo. ¿Romper
Yo sé muy pocas cosas, es verdad, su precioso jarrón y tirar lejos todas sus
pero me han dormido con todos los cuentos... piedrecitas? “No, Señor. Mi hermoso jarrón, no.
y sé todos los cuentos. Lo he traído especialmente para Ti. Lo he
Ahora estoy de regreso, he llegado hace poco, llenado de mis...”
Soy nuevo en la ciudad... Y esto quiero decir: “Tíralo. Dáselo a otro si quieres, pero líbrate de
Me durmieron con un cuento... él. Deseo abrazarte a ti. Te quiero a ti”.
y me he despertado con un sueño. Pedro Ribes. “Parábolas y fábulas...”, p. 31
Es un sueño sin lazos, Sin espejos, sin anillos,
sin redes, sin trampas y sin miedo. 3. ACCIÓN DESINTERESADA
León Felipe
“Lo que más me deprime es la absoluta
2. EL ABRAZO DE DIOS vulgaridad de mi existencia. Jamás en la vida he
hecho nada tan importante como para merecer
Un hombre santo, orgulloso de serlo, ansiaba la atención del mundo”.
con todas sus fuerzas ver a Dios. Un día Dios le
habló en un sueño: “¿Quieres verme? En la “Te equivocas si piensas que es la atención del
montaña, lejos de todos y de todo, te abrazaré”. mundo lo que hace que una acción sea
importante”, dijo el Maestro.
Al despertar al día siguiente comenzó a pensar
qué podría ofrecerle a Dios. Pero ¿qué podía Siguió una larga pausa.
encontrar digno de Dios? “Bueno, pero es que tampoco he hecho nada
“Ya lo sé”, pensó. “Le llevaré mi hermoso jarrón que haya influido en alguien, ni para bien ni para
nuevo. Es valioso y le encantará... Pero no mal...”
puedo llevarlo vacío. Debo llenarlo de algo”. “Te equivocas si piensas que es el influir en los
Estuvo pensando mucho en lo que metería en el demás lo que hace que una acción sea
precioso jarrón. ¿Oro? ¿Plata? Después de importante”, volvió a decir el Maestro.
todo, Dios mismo había hecho todas aquellas “Pero, entonces, ¿qué es lo que hace que una
cosas, por lo que se merecía un presente acción sea importante?”
mucho más valioso. “El realizarla por sí misma y poniendo en ello
“Sí”, pensó al final, “le daré a Dios mis todo el propio ser. Entonces resulta ser una
oraciones. Esto es lo que esperará de un acción desinteresada, semejante a la actividad
hombre santo como yo. Mis oraciones, mi ayuda de Dios”.
y servicio a los demás, mi limosna, sufrimientos, Anthony de Mello. “Un minuto para el absurdo”.
sacrificios, buenas obras...”. Sal Terrae.
Estaba contento de haber descubierto
justamente lo que Dios esperaría y decidió 4. ACTITUDES
aumentar sus oraciones y buenas obras,
Dice una antigua leyenda que, cuando Dios
consiguiendo un verdadero récord. Durante las
estaba creando el mundo, se le acercaron
pocas semanas siguientes anotó cada oración y
cuatro ángeles, y uno de ellos le preguntó: “Qué
buena obra colocando una piedrecita en su
estás haciendo?”; el segundo le preguntó: “¿Por
jarrón. Cuando estuviera lleno lo subiría a la
qué lo haces?”; el tercero: “¿Puedo ayudarte?”;
montaña y se lo ofrecería a Dios.
y el cuarto: “¿Cuánto vale todo esto?”
Finalmente, con su precioso jarrón hasta los
El primero era un científico, el segundo un
bordes, se puso en camino hacia la montaña. A
filósofo, el tercero un altruista, el cuarto un
cada paso se repetía lo que debía decir a Dios:
agente inmobiliario.
“Mira, Señor, ¿te gusta mi precioso jarrón?
Espero que sí y que quedarás encantado con Un quinto ángel se dedicaba a observar y a
todas las oraciones y buenas obras que he aplaudir con entusiasmo. Era un místico.
Antohny de Mello. “La oración de la rana. 2”

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5. ACTUAR DE DIOS - En todo caso adoraría las nubes, capaces de


apagar el fuego.
Un hombre se hallaba en el tejado de su casa - Adora las nubes.
durante unas inundaciones y el agua le llegaba - No, porque el viento es más fuerte que ellas.
a los pies. - Entonces adora el viento que sopla.
Poco después, pasó un individuo remando en - Si debiera adorar al viento, adoraría al hombre
una canoa y le gritó: que tiene poder de soplar.
- Adora entonces al hombre.
- “¡Oiga! ¿Quiere que le lleve a un sitio más - No, porque muere.
alto?”. - Adora la muerte.
- “No, gracias - replicó el hombre -. Tengo fe en - Lo único digno de adorarse es el Dueño de la
el Señor y Él me salvará”. vida y de la muerte.
El maestro alabó la sabiduría del discípulo.
Pasó el tiempo, y el agua le llegaba al hombre
hasta la cintura. Entonces pasó por allí una Anónimo judío
lancha de motor.
8. LA ALFORJA
- “¿Quiere que le lleve a un sitio más alto?” -
gritó el que la llevaba. Un día Júpiter bajó a la tierra, convocó a todos
los animales, incluido el hombre, y les dijo:
- “No, gracias - respondió el hombre -. Tengo fe
en el Señor y Él me salvará”. - Quiero que viváis en armonía y contentos. Así
que, si alguien tiene alguna queja, que la diga
Más tarde, cuando el nivel del agua le llegaba sin temor y enseguida le pondré el remedio.
hasta al cuello del individuo, llegó un
helicóptero. - Nadie expuso nada. Júpiter entonces se dirigió
al mono
- “¡Cójase a la cuerda - gritó el piloto -. Yo le
subiré”. - ¿Qué? ¿Tú estás contento?
- “No, gracias - dijo el hombre por tercera vez -. - Claro, - respondió el mono - tengo cuatro
Tengo fe en el Señor y Él me salvará”. patitas que son un tesoro y tengo un tipo que
todos me envidian. Yo no tengo motivos para
Desconcertado, el piloto dejó a aquel hombre en envidiar a nadie... Comparado con el oso, tan
el tejado, casi cubierto por las aguas. Después feo, soy una maravilla. Él sí tendrá de qué
de haber pasado horas allí, el pobre hombre no quejarse.
pudo resistir más, se ahogó y fue a recibir su
recompensa. Los otros animales pensaban como el mono y
esperaban la queja del oso. No hubo tal queja.
Mientras aguardaba en las puertas del Paraíso, Al contrario, con tono de orgullo dijo:
se halló frente al Creador y se quejó de lo
ocurrido: - Yo me veo fuerte, bien proporcionado, con
cierto aire señorial. Comparado con el elefante,
- “Señor - le dijo -, yo tenía total fe en que Tú me que es un monstruo, una masa de carne que
salvarías y me abandonaste. ¿Por qué?” parece que se cae a trozos, soy un encanto. No
A lo cual le replicó el Señor: me quejo de nada.
- “¿Qué más quieres? ¡Te mandé dos lanchas y El elefante tomó la palabra y dijo:
un helicóptero”. - ¡Ah!, pues yo no me quejo absolutamente de
nada, me siento fuerte, sólido, como un rey con
6. ACUMULAR
mucho poder. Mucho peor es la ballena que
Cuando el gorrión hace su nido en bosque, no parece una masa informe.
ocupa más que una rama. Cuando el ciervo La ballena no se quejó; se veía mejor que la
apaga su sed en el río, no bebe más que lo que jirafa, larguirucha y desgarbada. La jirafa se
le cabe en la panza. sentía esbelta, fina, señorial, no como la
Nosotros acumulamos cosas porque tenemos el hormiga, insignificante y rastrera. La hormiga se
corazón vacío. veía como una reina comparada con el
mosquito. Y el mosquito se vio ágil, se defendía
Anthony de Mello. “La oración de la rana (2º
muy bien... Así todos hasta que llegó el hombre.
tomo)”, p. 83
Éste se entretuvo en contar todas sus
7. ADORAR AL VERDADERO DIOS cualidades y encantos. Luego siguió hablando
sobre los defectos de los otros. Y se reía de
El maestro preguntó al discípulo: ellos.
- ¿Por qué no adoras a los ídolos?
El discípulo respondió: Júpiter, que había estado en silencio, se dirigió a
- Porque el fuego los quema. todos de nuevo y les dijo: Bien, veo que cada
- Entonces adora al fuego. uno lleva dos bolsas: en la de atrás metéis
- En todo caso adoraría al agua, capaz de vuestras faltas y en la de delante las faltas de
apagar al fuego. los otros.
- Adora entonces al agua. Alfonso Francia. “Educar con fábulas”, p. 35

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9. AMANTE Y ACTIVISTA - Ay, decía el pájaro preso, ¿sabré yo posarme


en el cielo?
Un activista regresó al monasterio para El pájaro libre cantaba: “Amor mío, pía
averiguar de qué clase de luz tenía aún canciones del campo”.
necesidad.
El pájaro preso decía: “Estáte a mi lado, te
“La luz que todavía necesitas - le dijo el Maestro enseñaré la canción de los sabios”.
- es la que te permita conocer la diferencia entre
un amante y un activista. El amante toma parte El pájaro libre cantaba: “No, no, nadie puede
en una sinfonía”. enseñar las canciones”.
“¿Y el activista?” El pájaro preso decía: “Ay, yo no sé las
canciones del campo”.
“El activista sólo oye el sonido de su propio
tambor”, dijo el Maestro. Su amor es un anhelo infinito, mas no pueden
volar ala con ala. Se miran y se miran a través
Anthony de Mello. “Un minuto para el absurdo”. de los hierros de la jaula, pero es en vano su
10. AMAR LO QUE SOMOS deseo. Y aletean nostálgicos y cantan: “Acércate
más, acércate más”.
Los animales del bosque se dieron un cuenta un El pájaro libre grita: “¡No puedo! ¡No puedo!
día de que ninguno de ellos era el animal ¡Qué miedo me da tu jaula cerrada!”
perfecto: los pájaros volaban muy bien, pero no
nadaban ni escarbaban; la liebre era una El pájaro preso canta bajito: “¡Ay!, no puedo.
estupenda corredora, pero no podía volar ni ¡Mis alas se han muerto!”
sabía nadar... Y así todos los demás.
12. ANTE UN ELEFANTE
¿No habría una manera de establecer una
academia para mejorar la raza animal? Dicho y Un príncipe oriental, para dar una lección a sus
hecho. En la primera clase de carrera, el conejo súbditos sobre la búsqueda de Dios, hizo reunir
fue una maravilla, y todos le dieron un día a muchos ciegos. Después ordenó que
sobresaliente; pero en la clase de vuelo se les mostrase el mayor de sus elefantes sin
subieron al conejo a la rama de un árbol y le decirles qué animal tenían delante. Cada ciego
dijeron: “¡Vuela, conejo!”. El animal saltó y se se acercó al elefante y le tocaron en diversas
estrelló contra el suelo, con tan mala suerte que partes de su cuerpo. Al final el príncipe preguntó
se rompió dos patas y fracasó también en el qué había palpado cada uno.
examen final de carrera. El pájaro fue fantástico El que había tocado las piernas dijo que un
volando, pero le pidieron que excavara como el tronco arrugado de un árbol.
topo. Al hacerlo se lastimó las alas y el pico y,
El que había tocado la trompa, una gruesa rama
en adelante, tampoco pudo volar; con lo que ni
nudosa. El que había tocado la cola, una
aprobó la prueba de excavación ni llegó al
serpiente desconocida. Un muro, dijo el que
aprobadillo en la de vuelo.
había tocado el vientre. Una pequeña colina, el
Convenzámonos: un pez debe ser pez, un que había tocado el lomo.
estupendo pez, un magnífico pez, pero no tiene
Como no se ponían de acuerdo entre ellos,
por qué ser pájaro. Un hombre inteligente debe
comenzaron a discutir. El príncipe interrumpió la
sacarle punta a su inteligencia y no empeñarse
discusión:
en triunfar en deportes, en mecánica y en arte a
la vez. Una mucha fea difícilmente llegará a ser - Esta pequeña muestra os hacer ver cómo de
bonita, pero puede ser simpática, buena y una las grandes cosas conocemos muy poco, y de
mujer maravillosa... porque sólo cuando Dios casi nada.
aprendamos a amar en serio lo que somos, Parábola hindú
seremos capaces de convertir lo que somos en
una maravilla. 13. ANTICREACIÓN
Anthony de Mello Al fin, el hombre destruyó el cielo y la tierra.
La tierra era bella y fértil,
11. AMOR ENTRE PÁJAROS la luz brillaba en las montañas y los mares,
El pájaro manso vivía en la jaula y el pájaro libre y el espíritu de Dios llenaba el universo.
en el bosque. Y el hombre dijo:
“Posea yo todo el poder
Mas su destino era encontrarse, y había llegado en el cielo y en la tierra”.
la hora. Y vio que el poder era bueno
El pájaro libre cantaba: “Amor, volemos al y llamó “grandes jefes”
bosque”. a quienes detentaban el poder,
El pájaro preso decía bajito: “Ven tú aquí, y dio el nombre de débiles
vivamos los dos en la jaula”. a los que buscaban la reconciliación.
Así fue el sexto día antes del fin.
Decía el pájaro libre: “Entre rejas no pueden
abrirse las alas”. Y el hombre dijo:
“Haya una gran división entre los pueblos:

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y póngase a un lado un mundo vacío y sin orden;


las naciones que están por mí toda la superficie del océano
y al otro lado las que están contra mí”. se cubrió de oscuridad
Y hubo buenos y malos. y el Espíritu de Dios aleteaba sobre las aguas.
Así fue el día quinto antes del fin.
14. EL ÁRBOL GENEROSO
Y el hombre dijo:
“Juntemos nuestras fortunas en un lugar Érase un árbol copudo, denso, fuerte; sobre
y creemos instrumentos para defendernos: todo fuerte frente a la lluvia y los vientos
la radio y la televisión huracanados que desmelenaban salvajes su
para controlar los espíritus de los hombres, frondosa cabellera verde.
la movilización y el registro Pero el árbol tenía una debilidad: un niño, a
para controlar los cuerpos de los hombres, quien amaba más allá de sí mismo. Lo amaba
los uniformes para dominar desde que la madre del recién nacido venía,
las almas de los hombres”. casi todos los días, con el bebé en brazos, lo
Y así fue. El mundo quedó dividido mecía y lo dormía contándole nanas
en dos bloques, en guerra. entrañables, apoyada en su tronco rugoso,
El hombre vio que tenía que ser así. sentada sobre sus raíces vegetales. El corazón
Así fue el cuarto día antes del fin. del árbol creció, casi sin sentirlo, al aire de
Y el hombre dijo: “Haya censura aquellas delicadas nanas, haciéndose a la
para distinguir medida del corazón inmenso de aquella mujer.
nuestra verdad de la de los demás”. Un día, la madre murió; el niño tenía cuatro
Y fue así: años. Y fue precisamente entonces cuando el
el hombre creó dos grandes instituciones: corazón de madera del árbol sintió que le
una para ocultar la verdad en el extranjero. maduraban por dentro las entrañas de la madre
Y otra, muerta. Amar es tener algo hermoso y querer
para defenderse de la verdad dentro de casa. compartirlo.
El hombre lo vio y lo encontró normal.
Tomó cariño al niño, tanto que cuando le veía
Así fue el tercer día antes del fin.
venir, agotaba jubiloso sus ramas y le gritaba:
Y el hombre dijo:
- Ven, ¿quieres jugar? Vas a ser el rey de la
“Fabriquemos armas que puedan destruir
selva. Toma mis flores y mis hojas, trenza una
a distancia ingentes multitudes”.
corona, colócala en tu cabeza.
De este modo perfeccionó
la guerra bacteriológica, Y el niño pasea por los senderos del bosque.
perfeccionó los arsenales ¡Y el árbol fue feliz con la ofrenda de su fronda!
de muerte submarinos,
los proyectiles teledirigidos. Nadie puede detener la vida. El niño creció,
El hombre lo vio y se enorgulleció. otras instancias llenaron su corazón. Ya no
Entonces los bendijo, diciéndoles: quería jugar a ser el rey de la selva; su corazón
“Sed numerosos y grandes sobre la tierra, quería cosas, cosas, cosas... pero no las tenía,
llenad las aguas del mar y su rostro languidecía de tristeza.
y los espacios celestes, multiplicaos”. - ¿Por qué estás triste? - le preguntó el árbol.
Así fue el día segundo antes del fin. - Porque necesito cosas y no tengo dinero para
Y el hombre dijo: “Hagamos a Dios comprarlas.
a nuestra imagen y semejanza,
digamos que Dios - No sufras por eso. Ven: súbete en mis brazos,
obra como nosotros obramos, están cargados de manzanas, toma las que
que piensa como nosotros pensamos, quieras, llévalas al mercado, véndelas y tendrás
que quiere lo que nosotros queremos, el dinero que necesitas.
que mata como nosotros matamos”. ¡Y el árbol fue feliz con la ofrenda de sus frutos
El hombre creó un Dios a su medida. en sazón!
Y lo bendijo diciendo:
“Muéstrate a nosotros Pasó el tiempo, tiempo de soledad para el árbol;
y pon la tierra a nuestros pies: pero una mañana su corazón volvió a
no te faltará nada, si haces nuestra voluntad” estremecerse de alegría. El niño de otros
Y así fue: tiempos, hombre ahora, volvió junto a él, eso sí,
el hombre vio todo lo que había hecho serio, pensativo:
y estaba muy satisfecho de todo ello. - ¿Qué te pasa? - le preguntó el árbol -. ¿Por
Así fue el día antes del fin. qué estás triste?
De pronto se produjo un gran terremoto - Porque quiero hacerme una casa y no tengo
en toda la superficie de la tierra, madera.
y el hombre
y todo lo que había hecho dejaron de existir. - No sufras por eso: toma tu hacha y corta mis
Así acabó el hombre ramas más robustas, hazte una casa y sé feliz.
con el cielo y con la tierra. El niño de otros tiempos, hombre ahora, tomó el
La tierra volvió a ser hacha y fue segando los brazos henchidos de

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savia del árbol. Y se hizo una casa al borde del Anthony de Mello. “Un minuto para el absurdo”.
bosque.
16. AZRAEL, EL ÁNGEL DE LA
¡Y el árbol fue feliz con la ofrenda de su madera!
MUERTE
Pero el corazón del hombre no se llena con
cosas. Hastiado de vivir en su casita de madera Cuentan que en la ciudad de Bagdad, cierto día
al borde del bosque, el niño de otros tiempos, un joven charlaba en el jardín de su suntuoso
hombre maduro ahora, volvió a internarse en la palacio con dos ancianos mercaderes. Éstos se
maraña de la selva. Cuando el árbol lo divisó a quejaban de su incierta vida, siempre viajando
lo lejos, se estremeció de gozo y le preguntó: entre peligros y fatigas. El joven, en cambio, se
siente feliz, porque llegará a la vejez gozando
- Te veo de nuevo triste, ¿qué te pasa, no te ha
de su palacio. De repente aparece Azrael, el
llegado la madera?
ángel de la muerte, que mira con extrañeza al
- Sí, pero estoy aburrido de ver siempre el joven: desaparece después.
mismo paisaje, de oír siempre el eco de mis
El joven, espantado, monta en su mejor caballo
pasos resonando sobre la madera. Me han
y huye; al cabo de unas horas de loca carrera,
dicho que lejos, muy lejos, hay mares
sufre, cerca de Damasco, una caída y en ella
bellísimos, paisajes de ensueño, gentes
encuentra la muerte.
extrañas, y quiero conocerlas... pero no tengo
barca. Pasado algún tiempo uno de los ancianos ve a
Azrael y le pregunta por qué mostró aquella
- No sufras por eso. Empuña de nuevo el hacha,
extrañeza ante el joven; el ángel de la muerte
tala mi tronco a raíz del suelo y hazte una barca.
respondió: porque estaba gozoso en Bagdad y
Luego, con las pocas ramas que me quedan,
yo debía llevármelo poco después en Damasco.
lábrate unos remos y vete a navegar: conocerás
esos mares bellísimos, paisajes de ensueño y Manuel Sánchez Monge. “Parábolas como
gentes extrañas. dardos”, p. 112
¡Y el árbol fue feliz con la ofrenda de su tronco! 17. EL BANQUETE DEL PRIMER
Pasó mucho tiempo, tanto que el viejo árbol MUNDO
generoso apenas respiraba ya por algunos
retoños verdes. Hasta que un día, empinándose Érase una vez un grupo de personas. Estaban
sobre la hierba, vio que llegaba su antiguo invitados a un banquete en un castillo medieval.
amigo. Casi no le reconoció: volvía encanecido, Era una fiesta espléndida. Los mejores
vacilante el paso, envejecido. manjares. Los vinos más costosos. No faltaba la
orquesta. Los invitados tenían buen apetito. Y
- Ven, viejo amigo - invitó el árbol -. Y ahora,
una vez saciados, en lugar de ir a casa,
¿qué necesitas?
continuaban degustando alimentos.
- Nada, no necesito nada. Estoy cansado de
Eran tan voraces que se acabó la comida. El
tanto viajar. Ahora no busco más que un lugar
dueño de la casa envió a sus criados, apoyados
tranquilo donde sentarme, volver la vista atrás y
por los guardias de seguridad, a buscar más
reposar.
alimentos entre los pobres campesinos del
- Acércate a mí, - replicó el viejo árbol agotado -. entorno. También el gas empezó a escasear, y
Ven, siéntate en el tronco que cortaste a ras de los cocineros ordenaron a algunos criados que
tierra: es lo único que puedo ofrecerte... cortaran madera de las columnas y del tejado
Descansa. para hacer fuego y continuar cocinando. Pasado
Y el niño de otros tiempos, anciano ahora, se un buen rato las columnas cedían y aparecían
sentó y descansó. grietas en el techo. Pero los siervos y los
comensales estaban tan absorbidos en lo suyo
¡Las raíces del árbol morían alegres con la que no se daban cuenta de las consecuencias
última ofrenda de su viejo muñón! de sus acciones.
LÓPEZ ARRÓNIZ, Prudencio. “Más allá...” Misión Abierta, nº 8 de octubre de 1996
15. ARREPENTIMIENTO 18. LA BOLSA DE SEMILLAS
“¿Por qué no aconsejas nunca el En una tienda de flores hay una bolsa de
arrepentimiento?”, preguntó el predicador. semillas. Mientras esperan que alguien las
“¡Pero si no enseño otra cosa...!”, replicó el compre, hablan entre sí. Una de las semillas
Maestro. quisiera que la comprara un campesino y que,
después de ser plantada, el viento la arrancara y
“¡Pues yo nunca te he oído hablar del dolor por
así poder viajar por todo el mundo. Otra
los pecados!”
desearía ser plantada en un jardín para que los
“El arrepentimiento no consiste en afligirse por niños jueguen entre las flores. Una tercera
el pasado. El pasado ha muerto y no merece un quisiera estar en una maceta, en el balcón de
solo momento de aflicción. Arrepentirse es una abuelita para alegrarla. La cuarta dice que
cambiar de mente; es ver la realidad de un ella prefiere quedarse dentro de la bolsa y así
modo radicalmente distinto”. no sufrir molestias. La última en hablar,

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finalmente, quiere ser plantada y dar como fruto lograron. Eso aumentó más su sufrimiento, su
muchas flores que a su vez produzcan nuevas angustia y su esfuerzo inútil.
semillas. Pasaron así una hora, hasta que, extenuados
19. BUENA NOTICIA por el hambre, el trabajo y la rabia, cayeron al
suelo a dos dedos (¡a dos dedos tan sólo!) de la
El Reino de los cielos es semejante a dos alfalfa.
hermanos que vivían felices y contentos, hasta Dos vacas que pasaban por allí, en maravillosa
que recibieron la llamada de Dios a hacerse camaradería, se pararon y, con parsimonia
discípulos. inteligente, liquidaron uno de los montones y,
El de más edad respondió con generosidad a la después, con idéntico entendimiento, acabaron
llamada, aunque tuvo que ver cómo se con el segundo.
desgarraba su corazón al separarse de su Alfonso Francia. “Historias de la vida”.
familia y de la muchacha a la que amaba y con
la que soñaba casarse. Pero, al fin, se marchó a 21. BUSCAR A DIOS DONDE SE
un país lejano, donde gastó su propia vida al ENCUENTRA
servicio de los más pobres. Se desató en aquel
país una persecución de resultas de la cual fue El ermitaño, en oración oyó claramente la voz
detenido, falsamente acusado, torturado y de Dios. Le invitaba a acudir a un encuentro
condenado a muerte. especial con Él. La cita era para el atardecer del
Y el Señor le dijo: “Muy bien, siervo fiel y día siguiente, en la cima de una montaña lejana.
cumplidor. Me has servido por el valor de mil Temprano se puso de camino; necesitaba toda
talentos. Voy a recompensarte con mil millones la jornada para llegar al monte y escalarlo. Ante
de talentos. ¡Entra en el gozo de tu Señor!” todo, quería llegar puntual a la importante
La generosidad del más joven fue menor. entrevista.
Decidió ignorar la llamada, seguir su camino y Atravesando un valle, se encontró a varios
casarse con la muchacha a la que amaba. campesinos ocupados en intentar controlar y
Disfrutó de un feliz matrimonio, le fueron bien apagar un incendio declarado en el bosque
los negocios y llegó a ser rico y próspero. De cercano, que amenazaba las cosechas y hasta
vez en cuando daba una limosna a algún las propias casas de los habitantes. Reclamaron
mendigo o se mostraba bondadoso con su su ayuda porque todos los brazos eran pocos.
mujer y sus hijos. También de vez en cuando Sintió la angustia de la situación y el no poder
mandaba alguna pequeña suma de dinero a su detenerse a ayudarles. No debía llegar tarde a
hermano mayor que se encontraba en un la cita y, menos aún, faltar a ella. Así que con
remoto país, adjuntándole una nota que decía: una oración que el Señor les socorriera,
“Tal vez con esto puedas ayudar mejor a apresuró el paso, ya que había que dar un
aquellos pobres diablos”. rodeo a causa del fuego.
Cuando le llegó la hora, el Señor le dijo: “Muy Tras ardua ascensión, llegó a la cima de la
bien, siervo fiel y cumplidor. Me has servido con montaña, jadeante por la fatiga y la emoción. El
valor de diez talentos. Voy a recompensarte con sol comenzaba su ocaso; llegaba puntual, por lo
mil millones de talentos. ¡Entra en el gozo de tu que dio gracias al cielo en su corazón.
Señor!” Anhelante esperó, mirando en todas las
El hermano mayor se sorprendió al oír que su direcciones. El Señor no aparecía por ninguna
hermano iba a recibir la misma recompensa que parte. Por fin descubrió, visible sobre una roca,
él. Pero le agradó sobremanera. Y dijo: “Señor, algo escrito. Leyó: “Dispénsame, estoy ocupado
aun sabiendo esto, si tuviera que nacer de ayudando a los que sofocan el incendio”.
nuevo y volver a vivir, haría por Ti exactamente Entonces comprendió dónde debía encontrarse
lo mismo que he hecho”. con Dios.
Anthony de Mello. “El canto del pájaro”, p. 151 Vidal Ayala. “La voz del bosque”. PS.
20. BURROS, MÁS QUE BURROS 22. BUSCAR EN LUGAR
Dos burros estaban atados entre sí. A uno y otro EQUIVOCADO
lado, a cinco metros aproximadamente, su
dueño había puesto dos montones de verde y Un vecino encontró a Nasrudim cuando éste
rica alfalfa. Torpes, como burros que eran, andaba buscando algo de rodillas.
acuciados por el hambre, se empeñaron en “¿Qué andas buscando?
comer cada uno del montón que tenían más “Mi llave. La he perdido”.
cerca. Tantas eran las ansias por comer, tanto el
esfuerzo al tirar cada uno por su lado, tanta la Y arrodillados los dos, se pusieron a buscar la
obcecación y la cabezonería y tanto su llave perdida. Al cabo de un rato dijo el vecino:
egoísmo, que se agotaron sin probar bocado. A “¿Dónde la perdiste?”
punto estuvieron, cada uno por su lado, de tocar
“En casa”
con su hocico la hierba de enfrente pero no lo

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“¡Santo Dios! Y entonces, ¿por qué la buscas La acarició con sus dedos,
aquí?” las cuerdas desafinaron.
“Porque hay más luz”. Cuando al atardecer volvía a casa,
el hombre seguía llorando.
¿De qué vale a buscar a Dios en lo lugares A la mañana siguiente
santos si donde lo has perdido ha sido en tu seguí buscando la felicidad.
corazón? A la vera del camino
Anthony de Mello. “El canto del pájaro”, p. 42 había un niño que lloriqueaba.
Para tranquilizarlo
23. EL CABALLO QUE NO TENÍA cogió una flor y se la dio.
SED La fragancia de la flor
perfumó a los dos.
¿Qué hay que hacer para que beba un caballo Una pobre mujer temblaba de frío,
que no tiene sed? Salvando las distancias, ¿qué cubierta con sus harapos.
hacer para devolver la sed y el gusto de Dios a La llevó hasta el sol y también se calentó.
los hombres que lo han perdido? ¿Y a los que Un grupo de niños cantaba.
se contentan sólo con licores, la tele o el auto? Él les acompañó con su guitarra.
¿A bastonazos? El caballo es más testarudo También él se deleitó con la melodía.
que nuestro bastón. Además ese antiguo Al volver a casa de noche,
método ha sido declarado demasiado directivo el buen hombre sonreía de verdad.
por los educadores modernos. Había encontrado la felicidad.
¿Hacerle tragar sal? Aún peor por lo que tiene 26. EL CAMPO DE MINAS
de tortura psiquiátrica.
Un ex combatiente del Vietnam se hizo querido
¿Cómo hacer beber, pues, a ese caballo y apreciado entre sus vecinos, después de
respetando su libertad? volver de la guerra y asentarse en oficio y
Sólo hay una contestación: encontrar otro familia, por su consideración con todos y su
caballo que tenga sed... y que beba mucho prontitud en ayudar en cualquier momento. No
delante de su congénere, con alegría y parecía encajar tanta delicadeza con la imagen
voluptuosidad. Y esto, no para darle buen de un soldado de vuelta de la guerra, y de tal
ejemplo, sino ante todo porque tenga sed, guerra. Pero él tenía su explicación, que sus
porque de verdad tenga sed, simplemente sed. amigos íntimos sabían.
Un día, quizás su hermano, lleno de envidia, se Su misión en la guerra había sido limpiar
pregunte si no haría mejor metiendo también él campos de minas. Todo aquel terreno de
su hocico en el cubo de agua fresca. bosques y maleza, de escaramuzas y
emboscadas, estaba sembrado de minas
Hacen falta hombres con sed de Dios, que son
traidoras que al menor contacto con una rama,
más eficaces que todas las necedades dichas
un alambre, una piedra en el camino podían
sobre Él.
explotar y llevarse la vida de un hombre. Y el
Jacques Loew. “Fábulas y parábolas”, p. 30. mayor peligro era para quienes se adelantaban
a detectar, adivinar, desactivar la muerte
24. CAMBIAR LA PERSPECTIVA disfrazada en el terreno.
“Según cuál sea tu percepción, así será tu Había que medir cada paso, calcular cada
acción. Lo que hay que cambiar no es la acción, gesto, arriesgar cada tirón. Varios de sus
sino la perspectiva”. compañeros de equipo habían muerto así, y él
“¿Y qué debo hacer para cambiarla?” sabía que lo mismo le podía ocurrir a él en
cualquier momento. Y eso le hizo sentir el valor
“Sencillamente, comprender que tu perspectiva de la vida. Cada paso valía una eternidad. La
actual es defectuosa”. vida entera había de ser vivida entre el levantar
Anthony de Mello. “Un minuto para el absurdo”. un pie y volver a posarlo sobre el terreno
incierto. Cada instante estaba lleno de vida
25. EL CAMINO DE LA FELICIDAD porque el siguiente podía estar lleno de muerte.
Es la historia de un hombre Todos los sentidos alerta a flor de piel, todo el
corazón vivido en cada latido, toda mirada
que estaba harto de llorar.
Miró a su alrededor y vio abierta a la pincelada de colores que descubre
el paisaje, todo sonido analizado en el espectro
que tenía delante de sus ojos la felicidad.
Estiró la mano y quería cogerla. que va de la mina a la muerte. Vida intensa en
el campo de minas.
La felicidad era una flor.
La cogió. Ése era su secreto. Vivir al día, vivir el minuto,
Y nada más tenerla en su mano, vivir al instante. Vivir el presente. La vida es un
la flor ya se había deshojado. campo de minas.
La felicidad era un rayo de sol. Carlos G. Vallés
Levantó sus ojos para calentar su cara Vida Nueva nº 2008, septiembre 95
y en seguida una nube lo apagó.
La felicidad era una guitarra.

Textos para orar y reflexionar 7


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27. EL CANTO DEL JILGUERO De pronto, Dios reparó en dos hermosas


virtudes que no parecían conocerse entre sí en
Leyenda guaraní. Un indio oyó en la selva el absoluto y daba la sensación de encontrarse
canto de un jilguero. Nunca había oído una incómodas la una junto a la otra. De modo que
melodía igual. Quedó enamorado de su belleza tomó a una de ellas y se la presentó
y salió en la búsqueda del pájaro cantor. formalmente a la otra: “Te presento a Gratitud”,
Encontró a un gorrión. Le preguntó: “¿Eres tú el dijo Dios. “Ésta es Caridad”.
que canta tan bien?”. El gorrión contestó: “Claro Pero, en cuanto Dios se dio la vuelta para
que sí”. “A ver, que te oiga yo”. El gorrión cantó, atender a otros invitados, ellas se separaron. Así
y el indio se marchó. No era ese el canto que es como ha circulado la historia de que ni
había oído. siquiera Dios puede hacer que haya Gratitud
El indio siguió buscando. Preguntó a una perdiz, donde hay Caridad.
a un loro, a un águila, a un pavo real. Todos le Anthony de Mello. “La oración de la rana (2º
dijeron que sí, que eran ellos, pero no era su tomo)”, p. 180
voz lo que él había oído. Y siguió buscando. En
sus oídos resonaba aquel canto único, distinto, 30. CARTA A LOS MISIONEROS
ensoñador, y no podía confundirse con ningún
otro. Siguió buscando, y un día a lo lejos volvió Hace unas semanas, el Ministerio de Asuntos
a escuchar la melodía que había escuchado una Exteriores pidió a los misioneros españoles que
vez y que desde entonces llevaba en el alma. abandonaran Burundi ante el peligro que corren
Se paró silencioso. Sintió la dirección y midió la sus vidas. En estos momentos hay ocho
distancia con sus sentidos alerta. Se acercó sacerdotes y seis religiosas compatriotas
sigiloso como un indio sabe andar en la selva nuestros en este país de los Grandes Lagos.
sin que sus pies se enteren. Y allí lo vio. No “Queridos compañeros:
necesitó preguntarle. Lo supo desde la primera
nota, sació su mirada con la silueta del pájaro Si podéis... quedaos allí. Lo entiendo desde su
cantor, y volvió feliz a su aldea. Ya sabía cuál punto de vista. Creen que su deber es poner a
era el pájaro de sus sueños. salvo la vida los españoles. La vida de los
africanos no es su problema. No cae en su
La voz del Espíritu es inconfundible en el alma. jurisdicción. Lo suyo es “sacar a las monjitas de
Nos quedó grabada desde que nuestro cuerpo la selva” y a todos los españoles del polvorín de
fue cuerpo y nuestra alma fue alma. Y vamos Ruanda y Burundi.
por el mundo preguntando ignorantes: “¿Eres
tú?”. Mientras preguntamos no sabemos. Pero vosotros estáis en la jurisdicción del amor.
Cuando se oye, ya no se pregunta. Dios se En otra onda. Lo vuestro es estar al lado de los
revela por sí mismo, y sabemos que está ahí que sufren, tratando de curarles con el bálsamo
con fe inconfundible. Que no se nos borre nunca de la ternura y con la sal de la comprensión y el
el canto del jilguero. perdón que cicatriza todas las heridas.

Carlos G. Vallés Trato de comprender vuestros miedos, los odios


ciegos que nada respetan, las sospechas
28. CANTO DEL PÁJARO injustas, los egoísmos sin límites y toda la
mentira. Esa que tergiversa vuestras palabras y
Los discípulos tenían multitud de preguntas que vuestras más puras intenciones. La verdad es
hacer acerca de Dios. Les dijo el Maestro: “Dios que sois un estorbo para las desmesuradas
es el Desconocido y el Incognoscible. Cualquier ambiciones políticas de algunos. Más aún, creo
afirmación acerca de Él, cualquier respuesta a y sé que vuestra huida o muerte está calculada
vuestras preguntas, no será más que una para algunos egoístas como un triunfo para “su
distorsión de la verdad”. causa”... Tú lo sabes también.
Los discípulos quedaron perplejos: “Entonces, El miedo es humano. La prudencia también. Si
¿por qué hablas sobre Él? las tensiones de una situación tan dura te han
“¿Y por qué canta el pájaro?”, respondió el perder tu paz interior y que tus nervios estén a
Maestro. flote... no lo dudes... vuelve a tu patria a
descansar. Nada debe perturbar tu ilusión de
El pájaro no canta porque tenga una afirmación amar y de luchar.
que hacer. Canta porque tiene un canto que
expresar. Pero si puedes, si la paz está contigo, con el
corazón en la mano, sigue sembrando estrellas
Anthony de Mello de amor y de amistad. Seguro, la victoria está
29. CARIDAD Y GRATITUD de tu lado. Y si te derriban, sólo habrán
alumbrado una luz más que seguirá irradiando
Hace mucho tiempo ofreció Dios una fiesta a amor misionero.
todas las virtudes, grandes y pequeñas, Chicho Morales. Vida Nueva nº 2029, de febrero
humildes y heroicas. Todas ellas se reunieron en de 1996
una sala del cielo espléndidamente decorada, y
no tardaron en disfrutar de la fiesta, porque
todas se conocían entre sí, e incluso algunas de
ellas mantenían estrechas relaciones.
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31. LA CASA EN LLAMAS “Casi nada”, le contestó la paloma.


Entonces el pájaro le contó esta historia:
No hace mucho tiempo vi una casa que ardía. “Estaba en la rama de un pino cuando empezó a
Su techo era ya pasto de las llamas. Al nevar. No era una ventisca, sino una de esas
acercarme, advertí que aún había gente en su nevadas suaves. Caían los copos lentos,
interior. Fui a la puerta y les grité que el techo balanceándose graciosamente. Como no tenía
estaba ardiendo, incitándoles a que salieran otra cosa que hacer, me puse a contar los copos
rápidamente. Pero aquella gente no parecía que caían sobre la rama donde me encontraba.
tener prisa. Uno preguntó, mientras el fuego Cayeron 3.751.952 copos.
chamuscaba sus cejas, qué tiempo hacía fuera;
si llovía, si no hacía viento y otras cosas Cuando muy lentamente cayó el copo
parecidas. Sin responder, volví a salir. Esta 3.751.953, casi nada como acabas de decir, la
gente, pensé, tiene que arder antes que acabe rama se rompió...”. Y dicho esto, el pájaro se
con sus preguntas. Verdaderamente, amigos, a marchó volando.
quien el suelo no le queme en los pies hasta el La paloma, toda una autoridad experta en
punto de desear gustosamente cambiar de sitio, materia de la paz desde tiempos de Noé, se
nada tengo que decirle. quedó pensativa y luego dijo: “A lo mejor sólo
Bertolt Brecht falta una persona para que la paz sobrevenga al
mundo”.
32. CASA ORIGINAL Quizá sólo faltas tú.
Nuestro Padre, Bruno Ferrero. “El canto del grillo”, p. 29
no todos los hermanos
le profesábamos el mismo cariño, 34. CAZAR MONOS
nos dejó en herencia
una original casa redonda. Los cazadores de monos han inventado un
No la rodeaban muros, método genial e infalible para capturarlos. Una
ni rejas la aprisionaban. vez descubierto el lugar donde suelen juntarse,
De color azul cambiante entierran en el suelo unas vasijas de cuello largo
tenía pintados sus techos y estrecho. Recubren las vasijas con tierra,
y en las habitaciones dejando sólo la embocadura a ras de la hierba.
abundaba el color verde. Luego meten en las vasijas unos puñados de
Era grande. arroz y otras bayas que les gustan mucho a los
También los hermanos éramos muchos. monos.
La luz entraba a raudales durante el día Cuando se retiran los cazadores, los monos
y múltiples lamparitas vuelven. Como son curiosos por naturaleza,
daban misterio a sus noches. examinan las vasijas y cuando se dan cuenta de
Era una buena casa redonda para vivir. las golosinas que encierran, introducen sus
La calefacción funcionaba manos y agarran un buen puñado de arroz y de
potentemente en verano bayas, cuanto más grande mejor. Pero el cuello
y el aire acondicionado de las vasijas es muy estrecho. La mano vacía
nos hacía tiritar en invierno, penetra fácilmente, pero cuando está llena no
pero era la mejor casa para vivir puede salir.
pues, en ella, podía aspirarse
En ese momento salen los cazadores y los
el perfume de las plantas,
capturan fácilmente, porque, aunque se resisten
no era difícil adivinar
mucho, no les viene la más mínima idea de abrir
la silenciosa huella de los animales
la mano y abandonar lo que aprietan en el puño.
y convivían pacíficamente
el frescor de cumbres y mares Bruno Ferrero. “El canto del grillo”, p. 57
con la sedosa tibieza
de la vida palpitante. 35. LA CEBOLLA
Era una casa amplia y redonda “Había una vez una vieja muy mala y murió. La
con capacidad de acogida para todos mujer no había realizado en su vida ni una sola
aunque, entre los hermanos, acción buena y la echaron en el lago de fuego.
surgieron envidias, recelos y luchas Pero el ángel de la guarda que estaba allí
que hicieron temblar sus paredes. pensó: “¿Qué buena acción podría recordar
Era la herencia de nuestro padre. para decírselo a Dios?” Entonces recordó algo y
Más que redonda era esférica se lo manifestó:
y nunca acertamos a comprender
cuáles eran sus cimientos. - Una vez arrancó de su huertecillo una cebolla
Marina Cuervo y Jesús Diéguez. “Al calor de las y se la dio a un pobre.
parábolas”, PPC, 1989, p. 34 Y Dios le respondió complacido: “Toma tú
mismo esa cebolla y échasela al lago de forma
33. CASI NADA que pueda agarrarse a ella. Si puedes lograr
sacarla del fuego, irá al paraíso, pero si la
Un pájaro preguntó a una paloma: “¿Cuánto
pesa un copo de nieve?

Textos para orar y reflexionar 9


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cebolla se rompe tendrá que quedarse donde Y todos los días venían a comprobar si la
está”. montaña desaparecía. Pero la montaña seguía
El ángel corrió hasta donde estaba la mujer y le impasible en el mismo sitio, pues solamente
alargó la cebolla: “Toma, mujer, agárrate fuerte, habían conseguido arrancarla unas pocas
vamos a ver si te puedo sacar”. espuertas de tierra...

Y comenzó a tirar con cuidado. Cuando ya casi Pero el chino tenaz se dirigió a sus vecinos:
la había sacado del todo, los demás pecadores - “Ya sé que las montañas son muy grandes.
que estaban en el lago de fuego se dieron Pero... ¡no crecerán más! Cada paletada que les
cuenta y empezaron todos a agarrarse a ella arranquemos, no la repondrán jamás. Yo me
para poder también salir de allí. Pero la mujer moriré, es cierto, sin ver desaparecer la
era mala, muy mala, y les daba patadas montaña; pero mis hijos continuarán la tarea; y,
diciendo: “Me van a sacar sólo a mí, no a cuando ellos mueran, la continuarán mis
vosotros: es mi cebolla, no la vuestra”. nietos... Y algún día, no sé cuando, la montaña
Pero apenas había pronunciado estas palabras, habrá desaparecido y el sol podrá entrar en
cuando la cebolla se rompió en dos y la mujer nuestra casita. ¿No es mejor hacer algo, aunque
volvió a caer en el lago de fuego. Allí arde hasta sea poco cada día, que lamentarse todos los
el día de hoy. días sin hacer nada?”

El ángel se echó a llorar y se fue”. 37. CIELO E INFIERNO


F. Dostoievski Cierto día, un sabio visitó el infierno. Allí, vio a
mucha gente sentada en torno a una mesa
36. CHINO LOCO ricamente servida. estaba llena de alimentos, a
Érase que se era un chino, padre honrado de cuál más apetitoso y exquisito. Sin embargo,
familia y trabajador de un pequeño campo por todos los comensales tenían cara de
las regiones del norte del país. hambrientos y el gesto demacrado. Tenían que
comer con palillos; pero no podían, porque eran
Su casita estaba situada en un paraje
tan largos como un remo. Por eso, por más que
maravilloso entre verdes praderas y arroyos de
estiraban su brazo, nada conseguían llevarse a
agua limpísima. Pero, ¡oh desgracia!, la enorme
la boca.
mole de una montaña hacía sombra
continuamente a la casa, de manera que, ni en Impresionado, el sabio salió del infierno y subió
verano ni en invierno, podía entrar por las al cielo. Con gran asombro, vio que también allí
ventanas ni un rayo de sol... había una mesa llena de comensales y con
iguales manjares. En este caso, sin embargo,
- ¡Qué casa más oscura! - decían las personas
nadie tenía la cara desencajada; todos los
que venían a visitar al buen chino.
presentes lucían un semblante alegre;
- ¡Qué casa más triste! - repetía cada día el respiraban salud y bienestar por los cuatro
chino cuando, al levantarse y abrir la ventana, costados. Y es que, allí, en el cielo, cada cual se
se encontraba ante las narices aquella preocupaba de alimentar con los largos palillos
montañona inmensa que le ocultaba el sol... al que tenía enfrente.
Pero, ¿qué hacer? Una de dos: o cambiar la Manuel Sánchez Monge. “Parábolas como
casa de sitio, o cambiar de sitio la montaña... dardos”, p. 79
El chino lo pensó bien y se decidió por esto
último. ¡Sí! trasladaría aquella gigantesca mole
38. CINCO ALPINISTAS
de piedra a otro lugar... Un grupo de cinco montañeros amigos estaban
Pero... ¿cómo? escalando un pico alto y remoto después de una
larga preparación. Para la ascensión se habían
Paletada a paletada. Espuerta a espuerta... atado los cinco en una cordada, como es de
Así se lo comunicó a sus hijos. rigor, ya que así, si uno de los cinco resbalaba,
- “Hijos míos - les dijo -, esta casa, que yo podrían izarlo y salvarlo, como tenían bien
heredé de mi padre y él de mi abuelo, es muy ensayado. Todo hizo falta en la ardua
triste. Yo quiero dejaros a vosotros una casa ascensión, pues la cumbre era escarpada y
más alegre. Por eso he decidido que, desde cualquier caída sobre el valle, lejano desde
mañana, saldremos al campo con pico y pala e tanta altura, había de resultar necesariamente
iremos demoliendo lentamente la montaña y fatal. Paso a paso avanzaban hacia el vértice
trasladando su tierra a otra parte...” blanco, con firme voluntad de conquista segura.

Los hijos no se asustaron del trabajo que el Todo fue bien hasta que uno de los cinco
padre les presentaba y dijeron que sí. Y al día resbaló y cayó con fuerza hacia el vacío. En su
siguiente, comenzaron su trabajo. caída arrastró al compañero más cercano, que
nada pudo hacer por detenerlo, y éste a su vez
Pero los habitantes de las fincas vecinas, al arrastra al siguiente, hasta que los cinco
enterarse, se echaron a reír: amigos, atados aún por la firme cuerda,
- “¡Están locos! - decían - ¿Quién puede contra comenzaron su descenso vertiginoso hacia una
la montaña? ¡No conseguirán nada...!” muerte segura. La roca no tuvo piedad y, tras la

Textos para orar y reflexionar 10


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larga y solidaria caída, los cinco amigos espectáculo único de las montañas, la nieve, el
perecieron en su aventura. valle y las nubes, todo visto desde la
Allá en el cielo, san Pedro se aprestó a recibirlos perspectiva privilegiada del vuelo del pájaro que
y, como había presenciado con mucho interés por unos instantes fue mío. Con esos felices
su arriesgado alpinismo, decidió hacerles una sentimientos estaba cuando me llegó el fin”. San
sola pregunta, la misma a todos, para decidir si Pedro le puso la mano en el hombro y le dijo:
podía admitirlos en el cielo o no. Llegó el “Adelante, hijo mío. Este reino es para ti”.
primero de la cordada, y san Pedro le preguntó: Entraron los dos juntos en el cielo y se cerró la
“He visto que has caído desde una gran altura a puerta.
una soledad de piedra, y la caída ha sido larga, Al cerrar la puerta del cielo, murmuró san Pedro
ya que estabais a punto de alcanzar la cumbre para sus adentros: “Pero ¿cómo voy a dejar
cuando caísteis. Dime, pues, y dime con entrar en el cielo a quien no ha sabido disfrutar
sinceridad, pues de tu respuesta dependerá tu en la tierra? ¿Cuándo se enterarán lo de ahí
suerte, ¿en qué pensabas mientras caías por el abajo?”
aire desde la cumbre hasta el valle en que Carlos García Valles. “Salió el sembrador...”.
encontraste la muerte? ¿Qué pensamientos
pasaron por tu mente? 39. CINCO MADEJAS
El primer alpinista contestó: “En cuanto me
El rey, en su avaricia, había apresado y
desprendí de la roca, caí en la cuenta de que
encarcelado a Háyarat Isa, a quien todo pueblo
aquello era el fin, y todo lo que pensé fue lo
veneraba y reverenciaba como a hombre de
tonto que había sido al embarcarme en una
Dios y profeta de su pueblo, e hizo saber que no
locura que bien sabía yo que habría de acabar
lo pondría en libertad hasta que el pueblo
mal. Pero me dejé convencer, y tenía que pagar
pagase una muy elevada cantidad de dinero por
las consecuencias. Me dio mucha rabia, y con
su rescate. Una manera un poco primitiva y
esa rabia me estrellé”. San Pedro le dijo: “Lo
salvaje de cobrar impuestos. El rey sabía que el
siento, pero no puedes entrar”.
pueblo veneraba al santo, y pagaría.
El segundo contestó: “Yo me vi caer y, aunque
Pagaron mucho, en efecto, pero la cantidad
comprendí que la situación era desesperada, no
recaudada no llegaba aún a lo estipulado. Una
perdí toda esperanza y traté, según caía, de ver
viejecita de un pueblo muy lejano se enteró
si había algún saliente que pudiera agarrar con
también de lo que sucedía y quiso contribuir en
las manos o con la cuerda para quedar
su pobreza. Era hilandera, y todo su capital en
enganchado allí y salvar mi vida y las de mis
aquel momento eran cinco madejas recién
compañeros. Pero ya ves que no lo conseguí, y
hiladas. Las tomó y se encaminó a palacio a
aquí estoy”. San Pedro reflexionó un momento y
entregarlas para el rescate.
sentenció: “Tampoco tú puedes entrar aquí”.
La gente, al verla pasar, se contaban unos a
El tercero contestó: “Yo no pensé en mí mismo,
otros su caso, y no podían menos de sonreírse
sino en mi mujer y mis hijos. Me dio gran pena
ante la ingenuidad de su gesto y la inutilidad de
pensar que con mi muerte mi mujer quedaría
su esfuerzo. ¿Qué valían cinco madejas de hilo
viuda, y mis niños huérfanos. Con esa pena en
en un rescate de millones? Algunos incluso se lo
el alma morí”. San Pedro lo miró con cariño y
decían a la cara y la disuadían de su empeño.
comprensión, pero luego le dijo suavemente:
“Está bien, pero no puedes entrar”. Pero ella seguía su camino y contestaba: “No sé
si pondrán en libertad a Háyarat Saheb o no. Lo
El cuarto contestó: “Desde el primer momento
único que pretendo es que cuando Dios en su
de la caída, yo pensé en Dios. Le encomendé
juicio me pregunte qué hice yo cuando Háyarat
mi alma, le pedí perdón por todos mis pecados
Saheb estaba en la cárcel, no tenga yo que
con contrición sincera y, aunque no tenía mucho
bajar los ojos avergonzada”. Y presentó su
sentido hacer propósitos de enmienda y
ofrenda.
prometer no pecar más cuando sabía que ya no
había de tener ocasión, sí expresé mi dolor por El rey, a cuyos oídos había llegado ya su
haber ofendido a Dios y me entregué a su historia, liberó al hombre de Dios.
misericordia”. San Pedro se rascó la cabeza Sabemos que el alma de la humanidad está en
pensativo y, por fin, dijo: “En eso hiciste bien, la cárcel. ¿Cuándo nos pondremos en camino
pero fue un poco tarde. Tampoco tú puedes con nuestras cinco madejas?
entrar”.
Carlos G. Vallés
El quinto contestó: “Yo vi desde el primer
momento que me quedaban sólo unos instantes 40. LA CITA DE UNA ESTRELLA
de vida. Abrí los ojos y vi a mi alrededor la vida
más bella que el hombre puede imaginar. Juntos vivían los dos monjes en lo alto de la
Mientras escalábamos la cumbre, estaba montaña: entrado en años uno, joven el otro. La
demasiado preocupado con la ascensión y figura del viejo ermitaño más parecía una gavilla
agotado por el esfuerzo para fijarme en la de sarmientos: alto, seco, comida parca, sueño
belleza del paisaje; pero, una vez libre de toda corto, duro consigo mismo. Antes de rayar el
preocupación en aquella soberbia caída, pude alba, ya estaba en oración. Cómo resplandecía
dedicarme a disfrutar con toda el alma del su rostro de gozo cuando cada mañana

Textos para orar y reflexionar 11


ITAKA - ESCOLAPIOS CUENTOS Y PARÁBOLAS

iluminaba el sol la cumbre del monte y él, desde Entrada ya la noche, a hurtadillas, como de
su alto coro de piedra, cantaba sobre el valle, reojo, miró. Sí, miró y gritó. No se pudo
todavía denso en brumas: contener. Sus ojos asombrados no veían una
- Montes y cumbres, manantiales y ríos, cuanto estrella: veían dos.
germina en la tierra, bendiga al Señor. Su viejo corazón de ermitaño se desbordaba:
El monje joven, en cambio, era todo ojos para - Gracias por la lección.... ¡Gracias, Señor!
ver, todo oídos para escuchar cuanto hacía y LÓPEZ ARRÓNIZ, Prudencio. “Más allá...”
decía el Maestro. Sentía verdadera veneración
por él, porque más que un hombre, evocaba 41. CLUB DEL REFUGIO
otra Presencia: la de Dios.
Era una costa peligrosa. Golpeada por el oleaje
Aquella cumbre era el lugar adecuado para su
y los grandes huracanes. La costa había sido
empeño contemplativo: lejanía del barullo de la
testigo d innumerables naufragios. La fama de la
ciudad, silencio creador, aire puro.
zona era reconocida por todo el mundo. Los
Cierto, era el lugar más adecuado. Sólo tenía un capitanes de los grandes barcos procuraban no
pequeño inconveniente: periódicamente debían pasar cerca de esa costa por el peligro de
descender al valle, avituallarse de provisiones y naufragio. Sin embargo, cada año, varios barcos
emprender de nuevo la marcha, pendiente se hundían en las rocas y arrecifes por esos
arriba, cargados de alimentos. lugares.
A mitad del repecho bullía una fuente. Eso sí, Los que vivían en esa parte, siendo
cada vez que el viejo monje asceta en su misericordiosos, decidieron establecer un
fatigosa ascensión se acercaba a la fuente, pequeño rancho sencillo en la costa, con un
ofrecía su sed a Dios... y pasaba de largo. Y equipo de salvavidas. Hicieron campañas, año
Dios, que no se deja vencer en generosidad, se tras año, para recoger fondos y así poder
lo agradecía cada noche, haciendo aparecer sostener el humilde refugio. El equipo de
una estrella. Era como la sonrisa de Dios, salvavidas se volvió experto con mucha práctica
aceptando la renuncia de su fiel servidor. y el número de personas perdidas iba
Pero aquel día, el venerable anciano dudaba. disminuyendo.
No es que a él le importara mucho beber: toda La fama del pequeño refugio creció y varios
su vida había sido una larga cadena de ricos de buena voluntad dejaron en herencia
renuncias; pero aquel novicio... Lo miraba y veía dinero para mantenerlo. Al final, se notó que los
sudoroso, fatigado, los labios resecos, cargado fondos del refugio eran muchos. Fue necesario
con el pesado saco de alimentos. Dudaba... nombrar un tesorero y comité para controlar
- ¿Qué hago? ¿Bebo... o no bebo? Si bebo, bien el dinero. Así lo hicieron...
Dios no me sonreirá esta noche tras la estrella; Un día, un barco de primera categoría - con
pero si no bebo, tampoco beberá él. ¿Y llegará pasajeros ricos - se hundió cerca del refugio.
a la cumbre? ¿No desfallecerá por el camino? Los salvavidas salieron con sus lanchas para
Era mediodía: quemaban la piedras del monte. salvar a los pasajeros. Cuando los llevaron al
refugio, tenían vergüenza de las condiciones tan
- Pues beberé, se decidió al fin el viejo monje pobres del lugar. En la próxima reunión del
asceta: antes es el amor. Dios mismo lo ha comité pro mantenimiento, decidieron mejorar
dicho. las condiciones del refugio para poder servir
Inmediatamente el joven novicio se deshizo de mejor a los pobres náufragos. A la vez, tomaron
su fardo pesado de alimentos, se arrodilló y la decisión de dar sueldos a los salvavidas
bebió largamente. Cuando hubo saciado su sed, (antes eran voluntarios) para poder servir mejor
refrescó rostro y muñecas con el agua fría, se a esos mismos náufragos. Se creó un “comité
volvió sonriente al Maestro y le dijo: pro mejoramiento del refugio”. Ellos resolvieron
conseguir un decorado interior para hacer el
- Gracias... ya no podía más: me estaba
refugio más presentable y poder recibir mejor a
muriendo de sed. de verdad, se lo agradezco.
los pobres náufragos. El decorador hizo bien su
Reemprendieron la marcha. Pero ahora, la que trabajo y el edificio resultó muy bello.
repentinamente se nubló fue el alma del viejo
La fama del refugio iba creciendo. Mientras
asceta:
tanto, muchas personas pidieron ser miembros
- No debía haber bebido... Treinta años pasando del equipo salvavidas aunque fuera como
junto a la fuente, privándome de beber... Tantas miembros honorarios. Contribuyeron ellos con
y tantas sonrisas de Dios... Hice mal. ¡Esta fondos propios para mantener el lugar. Uno de
noche no se me aparecerá Dios tras la estrella ellos hizo una bandera especial para el refugio y
amiga! otro - con mucha iniciativa creadora - sugirió un
Llegaron tarde a la cumbre. Anochecía. Turbado lema y un cambio de nombre del refugio, así
como estaba, el monje anciano apenas probó como un reglamento específico. Así, la
bocado. Se retiró pronto a orar. Sus ojos no se institución pasó a llamarse “El Club del Refugio”.
atrevían a mirar al horizonte. Seguro, aquella El comité hizo un libro especial, reuniendo todos
noche no acudiría Dios a la cita de la estrella los reglamentos y las tradiciones más
amiga. importantes para los miembros. Fue igualmente
Textos para orar y reflexionar 12
ITAKA - ESCOLAPIOS CUENTOS Y PARÁBOLAS

organizado un rito de iniciación para admisión Anthony de Mello. “La oración de la rana (2º
de los nuevos miembros del Club. tomo)”, p. 167
La fama de “El Club del Refugio” creció aún 44. COMPETITIVIDAD
más. En el sitio se ubicó un gran restaurante
para atender a los socios. Progresivamente El Maestro deploraba los males que acarreaba
aparecieron canchas de tenis, salones de la competitividad.
fiestas, etc.
“¿Acaso el competidor no hace aflorar lo mejor
Un día, durante la reunión almuerzo de los que hay en nosotros?”, le preguntaron.
miembros, ocurrió un naufragio. El equipo de
“Todo lo contrario: hace aflorar lo peor, porque te
salvavidas salió para salvar a las víctimas.
enseña a odiar”.
Cuando llegaron, estaban mojados, sucios.
Entre los náufragos había blancos, negros, “¿Odiar... qué?”
amarillos - gente de toda clase - porque la nave “Odiarte a ti mismo, por permitir que tu actividad
que se había hundido era un barco que llevaba venga determinada por tu competidor, no por tus
trabajadores pobres que buscaban trabajo en propias necesidades y limitaciones; y odiar a los
otra parte. Al ver a las víctimas, la dirección del demás, porque lo que buscas es triunfar a su
Club del Refugio se reunió en asamblea de costa”.
urgencia y proporcionó el garaje para
alojamiento de los náufragos, por un corto “¡Pero eso suena a una especie de réquiem por
período, ya que el sitio sería pronto usado para el cambio y el progreso!”, protestó alguien.
recibir a los invitados a las fiestas nocturnas del “El único progreso que hay - dijo el Maestro - es
Club. el progreso del amor y el único cambio digno de
Esa noche, en una sesión extraordinaria, se producirse es el cambio del corazón”.
decidió que si algunos miembros querían hacer Anthony de Mello. “Un minuto para el absurdo”.
entrar tales tipos en el refugio, sería mejor
construir un pequeño rancho sencillo más allá 45. COMPRAR A UN HIJO
de la costa, para salvar náufragos nocturnos.
Una joven pareja entró en el mejor comercio de
José DAVID. “Juegos y trabajo social”. juguetes de la ciudad. Ambos se entretuvieron
mirando los juguetes alineados en las
42. EL COMERCIO estanterías. Había de todo tipo. No llegaban a
Un joven soñó que entraba en un comercio. El decidirse. Se les acercó una dependienta muy
dependiente era un ángel. simpática.

- ¿Qué es lo que se vende aquí? - preguntó el - Mira, - le explicó la mujer - tenemos una niña
joven. muy pequeña, pero estamos casi todo el día
fuera de casa y, a veces, hasta de noche.
- Todo lo que desees - respondió el ángel.
- Es una cría que apenas sonríe - continuó el
- Quiero el fin de todas las guerras del mundo, hombre -. Quisiéramos comprarle algo que la
más justicia para los explotados, tolerancia y hiciera feliz, algo que le diera alegría aun
generosidad para los extranjeros, trabajo para cuando estuviera sola...
los parados y...
- Lo siento - sonrió la dependienta con gentileza
- Lo siento - le interrumpió el ángel -. Usted no -. Pero aquí no vendemos padres.
me ha entendido. Aquí no vendemos frutos, sino
sólo semillas. Bruno Ferrero. “La silla vacía...”, p. 42

Bruno Ferrero. “La silla vacía...”, p. 19 46. CON TODAS TUS FUERZAS
43. COMPARTIR EL MEJOR MAÍZ Un padre estaba observando a su hijo pequeño
que trataba de mover una maceta con flores
Un agricultor, cuyo maíz siempre había obtenido muy pesada. El pequeño se esforzaba, sudaba,
el primer premio en la Feria del estado, tenía la pero no conseguía desplazar la maceta ni un
costumbre de compartir sus mejores semillas de milímetro.
maíz con todos los demás agricultores de los
contornos. “¿Has empleado todas tus fuerzas”, le preguntó
el padre.
Cuando le preguntaron por qué lo hacía, dijo:
“En realidad, es por puro interés. El viento tiene “Sí”, respondió el niño.
la virtud de trasladar el polen de unos campos a “No”, replicó el padre, “aún no me has pedido
otros. Por eso, si mis vecinos cultivaran un maíz que te ayude”.
de clase inferior, la polinización rebajaría la Bruno Ferrero. “Historias para acortar el
calidad de mi propio maíz. Ésta es la razón por camino”, p. 23
la que me interesa enormemente que sólo
planten el mejor maíz”.
Todo lo que das a otros te lo estás dando a ti
mismo.

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47. CONOCERSE Y CONOCER LA 50. CONTAMOS CONTIGO


REALIDAD Cuando el sol se escondía detrás de las
Un gallo estaba convencido de que era la montañas, preguntó:
potencia y belleza de su canto quien hacía - ¿Hay alguien que quiera sustituirme?
despertar al sol cada mañana. Y que si, por
- Se hará lo que se pueda, respondió la lámpara
desgracia, un día dejase de cantar, el sol y ano
de aceite
saldría. Pero la realidad era muy diferente de
aquella que el gallo suponía. Porque un día, R. Tagore
agotado, se quedó dormido y descubrió que
eran los rayos del sol quienes hacían posible el 51. CONTEMPLAR UN AGUJERO
amanecer y no su canto. Un avaro enterró su oro al pie de un árbol que
Raúl Berzosa, “Parábolas para una nueva se alzaba en su jardín. Todas las semanas lo
evangelización”, p. 141 desenterraba y lo contemplaba durante horas.
Pero, un buen día, llegó un ladrón, desenterró el
48. LOS CONSTRUCTORES oro y se lo llevó. Cuando el avaro fue a
contemplar su tesoro, todo lo que encontró fue
En Antioquía, donde el río Assi corre a
un agujero vacío.
encontrarse con el mar, se construyó un puente
para acercar una mitad de la ciudad a la otra El hombre comenzó a dar alaridos de dolor, al
mitad. Fue construido con enormes piedras punto que sus vecinos acudieron corriendo a
cargadas desde lo alto de las colinas sobre el averiguar lo que ocurría. Y, cuando lo
lomo de las mulas. averiguaron, uno de ellos preguntó: “¿Empleaba
usted su oro en algo?”
Cuando el puente fue terminado se grabó sobre
el pilar en griego y en arameo: “Este puente fue “No”, respondió el avaro. “Lo único que hacía
construido por el Rey Antíoco II”. era contemplarlo todas las semanas”.
Una tarde, un joven, tenido por algunos como un “Bueno, entonces”, dijo el vecino, “por el mismo
loco, descendió hasta el pilar donde se habían precio puede usted seguir viniendo todas las
grabado las palabras, y las cubrió con carbón y semanas y contemplar el agujero”.
escribió por encima: “Las piedras del puente No es nuestro dinero, sino nuestra capacidad de
fueron traídas desde las montañas por las disfrutar, lo que nos hace ricos o pobres.
mulas. Al pasar de ida o de vuelta sobre el
puente están cabalgando sobre los lomos de las Antohny de Mello. “La oración de la rana. 2”
mulas de Antioquía, constructoras de este
puente”.
52. CORAZÓN DE CEBOLLA
Y cuando la gente leyó lo que el joven había Había una vez un huerto lleno de hortalizas,
escrito, algunos se rieron y otros se árboles frutales y toda clase de plantas.
maravillaron. Pero una mula dijo a otra: “¿No Como todos los huertos, tenía mucha frescura y
recuerdas, acaso, que verdaderamente nosotras agrado. Por eso daba gusto sentarse a la
acarreamos esas piedras? Y, sin embargo, hasta sombra de cualquier árbol a contemplar todo
ahora se decía que el puente lo había aquel verdor y a escuchar el canto de los
construido el Rey Antíoco. pájaros.
Kahlil Gibrán. “Obras completas (tomo 2)” Pero de pronto, un buen día, empezaron a nacer
unas cebollas especiales. Cada una tenía un
49. CONSTRUYENDO UNA color diferente: rojo, amarillo, naranja, morado...
CATEDRAL
El caso es que los colores eran irisados,
Un transeúnte se detuvo un día ante una deslumbradores, centelleantes, como el color de
cantera en la que trabajaban tres compañeros. una mirada o el color de una sonrisa o el color
de un bonito recuerdo.
Preguntó al primero: “¿Qué haces, amigo?”
Después de sesudas investigaciones sobre la
Y éste respondió sin alzar la cabeza: “Me gano
causa de aquel misterioso resplandor, resultó
el pan”.
que cada cebolla tenía dentro, en el mismo
Preguntó al segundo: “¿Qué haces, amigo?” corazón (porque también las cebollas tienen su
Y el obrero, acariciando el objeto de su tarea, propio corazón), una piedra preciosa. Ésta tenía
explicó: “Ya lo ves, estoy tallando una hermosa un topacio, la otra un aguamarina, aquella un
piedra”. lapislázuli, la de más allá una esmeralda... ¡Una
verdadera maravilla!
Preguntó al tercero: “¿Qué haces, amigo?”
Pero por alguna incomprensible razón se
Y el hombre, alzando hacia él unos ojos llenos empezó a decir que aquello era peligroso,
de alegría, exclamó: “Estamos edificando una intolerable, inadecuado y hasta vergonzoso.
catedral”.
Total, que las bellísima cebollas tuvieron que
Y el caso es que los tres estaban realizando la empezar a esconder su piedra preciosa e íntima
misma tarea. con capas y más capas, cada vez más oscuras

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y feas, para disimular cómo eran por dentro. 55. EL CRISTO DE LOS FAVORES
Hasta que empezaron a convertirse en unas
cebollas de lo más vulgar. El viejo Haakón cuidaba una cierta ermita. En
Pasó entonces por allí un sabio, a quien gustaba ella conservaba un Cristo muy venerado que
sentarse a la sombra del huerto y que sabía recibía el significativo nombre de “Cristo de los
tanto que entendía el lenguaje de las cebollas, y Favores”. Todos acudían a él para pedirle
empezó a preguntarles una por una: ayuda. Un día también el ermitaño Haakón
decidió solicitar un favor y, arrodillado ante la
- ¿Por qué no eres como eres por dentro? imagen, dijo:
Y ellas le iban respondiendo: - Señor, quiero padecer por ti. Déjame ocupar tu
- Me obligaron a ser así... puesto. Quiero reemplazarte en la cruz.
- Me fueron poniendo capas... incluso yo me Y se quedó quieto, con los ojos puestos en la
puse alguna para que no dijeran... imagen, esperando una respuesta. De repente
vio que el Crucificado empezaba a mover los
Algunas cebollas tenían hasta diez capas, y ya
labios y le dijo:
ni se acordaban de por qué se pusieron las
primeras. - Amigo mío, accedo a tu deseo, pero ha de ser
con una condición: que, suceda lo que suceda y
Y al final el sabio se echó a llorar.
veas lo que veas, has de guardar silencio.
Y cuando la gente lo vio llorando, pensó que
- Te lo prometo, Señor.
llorar ante las cebollas era propio de personas
muy inteligentes. Por eso todo el mundo sigue Y se efectuó el cambio. Nadie se dio cuenta de
llorando cuando una cebolla nos abre su que era Haakón quien estaba en la cruz,
corazón. Y así será hasta el fin del mundo. sostenido por los cuatro clavos, y que el Señor
ocupaba el puesto del ermitaño. Los devotos
Imágenes de la fe, 34
seguían desfilando pidiendo favores, y Haakón,
53. CORAZÓN DE RATÓN fiel a su promesa, callaba. Hasta que un día...
Llegó un ricachón y, después de haber orado,
Había un ratón que estaba siempre angustiado, dejó allí olvidada su bolsa. Haakón lo vio, pero
porque tenía miedo al gato. Un mago se guardó silencio. Tampoco dijo nada cuando un
compadeció del él y lo convirtió... en un gato. pobre, que vinos dos horas más tarde, se
Pero entonces empezó a sentir miedo del perro. apropió de la bolsa del rico. Y tampoco dijo nada
De modo que el mago lo convirtió en perro. cuando un muchacho se postró ante él, poco
Luego empezó a sentir miedo de la pantera, y el después, para pedir su protección antes de
mago lo convirtió en pantera. Con lo cual emprender un viaje. Pero no pudo contenerse
empezó a temer al cazador. cuando vio regresar al hombre rico, quien,
Llegado a este punto, el mago se dio por creyendo que era ese muchacho el que se
vencido y volvió a convertirlo en ratón, había apoderado de la bolsa, insistía en
diciéndole: “Nada de lo que haga por ti va a denunciarlo. Se oyó entonces una voz fuerte:
servirte de ayuda, porque siempre tendrás el - ¡Detente!
corazón de un ratón”. Ambos miraron hacia arriba y vieron que era la
Antohny de Mello. “La oración de la rana. 2” imagen la que había gritado. Haakón aclaró
cómo había ocurrido realmente las cosas. El rico
54. CREENCIAS quedó anonadado y salió de la ermita. El joven
salió también porque tenía prisa para emprender
“Una creencia religiosa - dijo el Maestro - no es
su viaje. Cuando por fin la ermita quedó sola,
una afirmación de la Realidad, sino un indicio,
Cristo se dirigió a Haakón y le dijo:
una pista de algo que es un Misterio y que
queda fuera del alcance del pensamiento - Baja de la cruz. No vales para ocupar mi
humano. En suma, una creencia religiosa no es puesto. No has sabido guardar silencio.
más que un dedo apuntando a la luna. - Señor - dijo Haakón confundido -, ¿cómo iba a
Algunas personas religiosas nunca van más allá permitir esa injusticia?
del estudio del dedo. Y Cristo le contestó:
Otras se dedican a chuparlo. - Tú no sabías que al rico le convenía perder la
Y otras usan el dedo para sacarse los ojos. bolsa, pues llevaba en ella el precio de la
Éstos son los fanáticos a quienes la religión ha virginidad de una mujer. El pobre, en cambio,
dejado ciegos. tenía necesidad de ese dinero e hizo bien en
llevárselo. En cuanto al muchacho último, si
En realidad, son poquísimas las personas
hubiera quedado retenido en la ermita no habría
religiosas lo bastante objetivas como para ver lo
llegado a tiempo a embarcar y habría salvado la
que el dedo está señalando. Y a estas
vida, porque has de saber que en estos
personas, que han superado la creencia, se las
momentos su barco está hundiéndose en alta
considera blasfemas”.
mar.
Anthony de Mello. “Un minuto para el absurdo”.

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Manuel Sánchez Monge. “Parábolas como 58. DEJAR PASAR LA LUZ


dardos”, p. 202
También por allí, como fiera en celo, había
56. CREENCIAS pasado la guerra. Las casas color de tierra, el
cementerio vecino, la iglesia parroquial, todo
“Una creencia religiosa - dijo el Maestro - no es
mostraba el zarpazo salvaje de la furia fratricida.
una afirmación de la Realidad, sino un indicio,
una pista de algo que es un Misterio y que Una mañana, acompañando a su madre,
queda fuera del alcance del pensamiento traspuso el niño el recinto sagrado. Aquello era
humano. En suma, una creencia religiosa no es una pura desolación: altares calcinados,
más que un dedo apuntando a la luna. imágenes mutiladas, sagrario desportillado,
paredes renegridas, montones de escombros
Algunas personas religiosas nunca van más allá
por doquier.
del estudio del dedo.
Algo, sin embargo, se había salvado: una
Otras se dedican a chuparlo.
vidriera. Una vidriera que, herida por el sol,
Y otras usan el dedo para sacarse los ojos. abría el abanico mágico de sus mil colores. El
Éstos son los fanáticos a quienes la religión ha niño preguntó:
dejado ciegos.
- Mamá, y aquel hombre que está arriba vestido
En realidad, son poquísimas las personas de colores, ¿quién es?
religiosas lo bastante objetivas como para ver lo
- Un santo.- Respondió la madre.
que el dedo está señalando. Y a estas
personas, que han superado la creencia, se las Pasaron los años. En una tertulia de amigos, no
considera blasfemas”. sé dónde, no sé quién, lanzó esta pregunta:
Anthony de Mello. “Un minuto para el absurdo”. - ¿Qué es un santo?
El niño de otros tiempos, hombre ya maduro,
57. DE OÍDO revolviendo en el arcón de sus recuerdos,
Dos amigos andan juntos por una calle de una definió:
gran ciudad. Los envuelve el ruido multiforme de - Un santo es el hombre que está muy alto y que
la ciudad moderna. deja pasar la luz.
Los dos amigos son diferentes y se nota en su Bellísima definición del cristiano. “Brille vuestra
andar. Uno es alemán, hijo de la ciudad, criatura luz ante los hombres, de tal manera que vean
del asfalto, ciudadano del marco. El otro es un vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro
yogui hindú. Está de visita. Lleva ropas Padre del Cielo”.
anaranjadas y mirada inocente. Anda con pies
descalzos que se apresuran para seguir a su El hombre de hoy cree más a los testigos que a
amigo. los maestros, a no ser que los testigos sean
maestros. Mejor, busca maestros que sean
De repente el yogui se para, toma del brazo a su testigos... Y dejar pasar la luz.
amigo y le dice: “Escucha, está cantando un
pájaro”. El amigo alemán le contesta: “No digas LÓPEZ ARRÓNIZ, Prudencio. “Más allá...”
tonterías. Aquí no hay pájaros. No te detengas”. 59. ¿DESEAS A DIOS DE VERDAD?
Y sigue adelante.
Al cabo de un rato el yogui disimuladamente Un día fue un discípulo en busca de su maestro
deja caer una moneda sobre el pavimento. El y e dijo: “Maestro, yo quiero encontrar a Dios”.
amigo se detiene y le dice: “Espera. Se ha caído El maestro miró al muchacho, sonriéndole.
algo”. Sí, claro. Allí estaba la moneda sobre el El muchacho volvía cada día, repitiendo que
adoquín. quería dedicarse a la religión. Pero el maestro
El yogui sonríe. Tus oídos están afinados al sabía muy bien a qué atenerse.
dinero, y eso es lo que oyen. Basta el sonido Un día que hacía mucho calor, le dijo al
mínimo de una moneda sobre el asfalto para muchacho que lo acompañara hasta el río para
que se llene tus oídos y se paren los pies. Estás bañarse. El muchacho se zambulló en el agua.
a tono con el dinero, y eso es lo que oyen tus El maestro lo siguió y, agarrándolo por la
oídos, lo que ven tus ojos y lo que desea tu cabeza, se la metió en el agua un buen rato,
corazón. Oímos lo que queremos. En cambio hasta que el muchacho comenzó a forcejear
estás desafinando ante los sonidos de la para sacarla a flote. El maestro lo soltó y le
naturaleza. Tienes muy buen oído, pero estás preguntó qué era lo que más deseaba cuando
sordo. Y no sólo de oído, sino de todo. Estás se encontraba sin respiración dentro dl agua.
cerrado a la belleza y a la alegría y a los colores
- Aire - respondió el discípulo.
del día y a los sonidos del aire. Andas
desafinado. - ¿Deseas a Dios de la misma manera? - le
preguntó el maestro -. Si lo deseas así, lo
El pájaro sí había cantado.
encontrarás inmediatamente. Pero si no tienes
Carlos G. Vallés ese deseo, esa sed, por más que luches con tu
Vida Nueva nº 2081 de marzo del 97 inteligencia, con tus labios y tu fuerza, no podrás
encontrar esa religión que deseas. Mientras no

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se despierte esa sed en ti, no vales más que un Anthony de Mello. “El canto del pájaro”, p. 182
ateo. Incluso a veces el ateo es sincero, y tú no
lo eres. 62. DIENTES DE LEÓN
60. DESEOS TORCIDOS Un hombre que se sentía muy orgulloso del
césped de su jardín se encontró un buen día
Un santo asceta hindú llevaba años haciendo con que en dicho césped crecía una gran
penitencia. Sabía que cuando alcanzase cierta cantidad de “dientes de león”. Y aunque trató
cuota certificada de penitencias oficiales, tendría por todos los medios de librarse de ellos, no
derecho a pedirle a Dios una gracia concreta y pudo impedir que se convirtieran en una
Éste habría de concedérsela. Él le había dicho: auténtica plaga.
“Deseo el don de la levitación, quedar Al fin escribió al ministerio de Agricultura,
suspendido del aire como hacían los santos. No refiriendo todos los intentos que había hecho, y
lo pido por mí, sino por Vos. Cuando la gente concluía la carta preguntando: “¿Qué puedo
me vea suspendido en el aire, vendrán a mí, y hacer?”
yo aprovecharé para enseñarles el camino del
cielo y el culto a Vos. Por su bien y el Vuestro lo Al poco tiempo llegó la respuesta: “Le sugerimos
hago”. que aprenda a amarlos”.
Dios no las tenía todas consigo, pues temía que Anthony de Mello. “El canto del pájaro”, p. 90
lo que el asceta quería era presumir ante la
gente de acrobacias místicas. Pero no tuvo más 63. EL DINERO
remedio. Cuando el asceta llenó la cuota, Dios “Maestro, ¿qué piensa del dinero?”, preguntó el
accedió a regañadientes y le dijo: “Pide lo que discípulo.
quieras, pero una sola gracia”.
“Mira a la ventana”, le dijo el maestro, ¿qué
Hubo un silencio. Cuando abrió su boca, el ves?”
asceta dijo: “Os pido que nunca más vuelva yo a
desear la gracia de la levitación”. “Veo una mujer con un niño, una carroza tirada
por dos caballos y una persona que va al
Dios sonrió. La penitencia había surtido su mercado”.
verdadero efecto. Había liberado al penitente de
todo deseo aun aparentemente bueno. Le “Bien. Ahora mira al espejo. ¿Qué ves?”
concedió la gracia de no tener ya el deseo. Y “¿Qué quiere que vea? Me veo a mí mismo,
luego sí, le concedió la gracia de la levitación. naturalmente.
Carlos G. Vallés. Vida Nueva nº 2.077 “Ahora piensa: la ventana está hecha de vidrio,
lo mismo que el espejo. Basta una pequeñísima
61. EL DIAMANTE capa de plata por detrás del vidrio para que el
hombre sólo se vea a sí mismo”.
El sannyasi había llegado a las afueras de la
aldea y acampó bajo un árbol para pasar la Bruno Ferrero. “La silla vacía...”, p.57
noche. De pronto llegó corriendo hasta él un
habitante de la aldea y le dijo: “¡La piedra! 64. DIOS EN EL CORAZÓN
¡Dame la piedra preciosa!” El maestro se hizo famoso mientras aún vivía.
“¿Qué piedra?”, preguntó el sannyasi. Contaban que Dios mismo había ido un día a
“La otra noche se me apreció en sueños el pedirle consejo: “Quiero jugar al escondite con
Señor Shiva”, dijo el aldeano, “y me aseguró los hombres. He preguntado a mis ángeles cuál
que si venía al anochecer a las afueras de la sería el mejor sitio para esconderse. Unos dicen
aldea, encontraría a un sannyasi que me daría que en lo profundo del océano. Otros, que en la
una piedra preciosa que me haría rico para cima de la montaña más alta. Otros que en la
siempre”. cara escondida de la luna o en una estrella
lejana. Tú, ¿qué me aconsejas?
El sannyasi rebuscó en su bolsa y extrajo una
piedra. “Probablemente se refería a ésta”, dijo Respondió el maestro: “Escóndete en el corazón
mientras entregaba la piedra al aldeano. “La humano. Es el último sitio en que se les ocurrirá
encontré en un sendero del bosque hace unos ir a buscarte”
seis días. Por supuesto que puedes quedarte Bruno Ferrero. “El canto del grillo”, p. 49
con ella.”
65. DIOS ES UN ZAPATERO
El hombre se quedó mirando la piedra con
asombro. ¡Era un diamante! Tal vez el mayor El viejo zapatero remendón, detrás de los
diamante del mundo, pues era tan grande como cristales de la tienda, estaba siempre
la mano de un hombre. trabajando, absorto, concentrado, encorvado
Tomó el diamante y se marchó. Pasó la noche sobre aquellos zapatos destrozados, gastados,
dando vueltas en la cama, totalmente incapaz sucios, anticuados, como si fuera un cirujano,
de dormir. Al día siguiente, al amanecer, fue a que rebaja, cortaba y recosía, curando las
despertar al sannyasi y le dijo: “Dame la riqueza huellas del cansancio y las heridas de nuestro
que te permite desprenderte con tanta facilidad caminar a rastras por la vida.
de este diamante”.

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Yo le llevaba alguna vez mis zapatos, mis botas “Cuando miras un árbol a distancia y puedes
para arreglar. Le compraba plantillas. Y siempre distinguir si es un mango o un anacardo”.
me admiraba su labor de esperanza, de “Tampoco”, dijo el gurú.
humildad, de realismo y paciencia. Hay quienes
todo lo arreglan comprando cosas nuevas y “Está bien”, dijeron los discípulos, “dinos cuándo
tirando lo viejo, como si no tuviera ya arreglo. es”.
Tú, Padre, te arreglas con lo viejo. Solamente “Cuando miras a un hombre al rostro y
una vez empezaste de nuevo. Después, reconoces en él a tu hermano; cuando miras a
siempre has tomado a los hombres como son, la cara a una mujer y reconoces en ella a tu
con nuestros rotos, miserias y pecados. En vez hermana. Si no eres capaz de esto, entonces,
de tirarnos a la basura como algo inservible y sea la hora que sea, aún es de noche”.
estrenar otros nuevos, prefieres arreglarnos.
Anthony de Mello. “La oración de la rana (1º
Desde el comienzo de la historia, trabajas sin tomo)”, p. 227
descanso, remendando, cosiendo, abrillantando
la vieja piel del hombre. Ante cada remesa que 68. DOCTRINA
llega hasta tu tienda, recomienzas de nuevo,
Había un hombre que tenía una doctrina.
lleno de confianza, la paciente tarea de
Una doctrina que llevaba en el pecho
reconstrucción, hasta que, al fin, un día nos
(junto al pecho, no dentro del pecho),
colocas flamantes en la vitrina de tu tienda, en el
una doctrina escrita que guardaba
escaparate brillante de tu Reino. Cada vez que
en el bolsillo interno del chaleco.
pasaba junto a la tienda de aquel humilde
La doctrina creció.
taumaturgo, recordaba a tu Hijo, trabajando en
Y tuvo que meterla en un arca,
la Iglesia, recibiendo incansable toda clase de
en un arca como la del Viejo Testamento.
encargos, recogiendo amoroso imposibles
Y el arca creció.
trabajos, transformando lo viejo con sus divinas
Y tuvo que llevarla a una casa muy grande.
manos.
Entonces nació el templo.
La Iglesia nunca dice: “Esto hay que tirarlo”. Y el templo creció.
Acepta con amor cada par de zapatos que Y se comió al arca, al hombre
llevan a la tienda, y recoge el encargo. Sabe y a la doctrina escrita que guardaba
que el Zapatero verá cómo arreglarlo. en el bolsillo interno del chaleco.
Revista Catequética de enero - marzo 1995 Luego vino otro hombre que dijo:
“El que tenga una doctrina que se la coma,
66. DIOS PERSONAL antes de que se la coma el templo;
que la vierta, que la disuelva en su sangre,
A algunos discípulos les inquietaba el hecho de que la haga carne de su cuerpo...
que al Maestro no pareciera preocuparle y que su cuerpo sea
demasiado si la gente creía o no en un Dios bolsillo, arca y templo.
personal. León Felipe. “Ganarás la luz”. Cátedra, p. 225
En cierta ocasión, el Maestro les citó un
pensamiento que le gustaba muchísimo y que lo 69. DOS RANAS
había tomado del Diario del antiguo Secretario
Dos ranas, jóvenes y amantes de la aventura,
General de la ONU, Dag Hammarskjold:
fueron una tarde a dar un paseo. En el camino
“Dios no muere hallaron una casa de campo. Como la ventana
el día en que dejamos de creer estaba abierta, una de ellas dijo: “¿Qué te
en una divinidad personal, parece? ¿Echamos un vistazo al interior?”. La
sino que morimos nosotros otra, naturalmente, estaba de acuerdo. Dieron
el día en que nuestras vidas un salto y se encontraron en un gran balde de
dejan de estar iluminadas leche en la habitación campestre.
por el continuo resplandor,
renovado día a día, Aquello no era una tragedia para las ranas.
de un prodigio cuya fuente Después de todo, saben nadar. Pero pronto se
excede todo razonamiento”. dieron cuenta de que la leche es más espesa
que el agua y, sobre todo, que no podían salir
Anthony de Mello. “Un minuto para el absurdo”.
del balde, porque sus paredes estaban llenas de
67. DISTINGUIR EL DÍA DE LA grasa. Resbalaban y se iban al fondo una y otra
vez.
NOCHE
Una de las ranas era pesimista. Después de
Preguntó un gurú a sus discípulos si sabrían unos veinte intentos inútiles, se rindió, estiró las
decir cuándo acababa la noche y empezaba el patas, se fue al fondo y se ahogó.
día.
La otra, en cambio, era optimista. No se rindió.
Uno de ellos dijo: “Cuando ves a un animal a Braceó y braceó toda la noche y, cuando al
distancia y puedes distinguir si es vaca o un amanecer entraron los primeros rayos del sol,
caballo”. estaba sobre algo sólido: la leche se había
“No”, dijo el gurú. vuelto mantequilla.

Textos para orar y reflexionar 18


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Moraleja: no hay que desesperar ni siquiera en había visto a hombres y mujeres temerlo,
las situaciones aparentemente sin vías de admirarlo, venerarlo, suplicarle, pero nunca se
salida. De algún modo o en cualquier momento había sentido amado, cuidad, mimado. Aquello
se presenta siempre una solución que ayuda a era una nueva experiencia para él. No quería
superar las dificultades en que nos movemos. dejarla.

70. DRAGÓN INVULNERABLE También un Dragón tiene sus obligaciones que


no debe descuidar, y el Gran Dragón, que hacía
Los dragones en China tienen el poder de mucho faltaba de sus despacho, lo sabía. Había
transformarse en cualquier animal que deseen peticiones que atender, necesitados a quienes
para acercarse o alejarse de hombres y socorrer, fiestas a que asistir, y ya no podía
mujeres, según el caso. Sucedió una vez que un retrasarse más. La familia que o había
Gran Dragón, a quien le gustaba mucho la protegido, al asegurarse de que la paloma se
compañía de los seres humanos, se transformó había recuperado del todo, decidió devolverle la
en una paloma blanca para estar cerca de ellos. libertad, la llevaron al aire libre, lejos de
Disfrutó mucho en un principio revoloteando en muchachos agresivos, y la echaron a volar, La
sus plazas, posándose en sus tejados, anidando ploma voló en círculos cada vez más altos,
en las torres de sus pagodas y comiendo lo que mirando a sus bienhechores con cariño hasta
la gente compasiva le echaba con cariño. perderse de vista en el cielo. Una vez allí,
recobró su forma de Dragón y volvió a sus
Todo iba bien hasta que un día el Dragón hecho
actividades normales.
paloma se acercó inocentemente a una pandilla
de chiquillos traviesos y agresivos que Pero todos los años, en ese mismo tiempo, el
empezaron a tirarle piedras a ver si le daban. La Dragón vuelve a convertirse en paloma para
pobre paloma no podía creerse aquello, le recordar los días en que disfrutó del cariño de
pareció que debía ser una equivocación, y para una familia. Si aciertas a ver una paloma con
cuando se dio cuenta de que los chiquillos iban una pluma roja en el ala derecha, ése es el Gran
de veras y tiraban a dar, y quiso elevar el vuelo Dragón que se acerca a nosotros. Si le saludas,
y huir rápidamente, una piedra la alcanzó en el te bendecirá.
ala y se la rompió. Sobre sus blancas plumas se Carlos García Valles. “Salió el sembrador...”
dibujó un trazo de sangre, y al verla supo el
Dragón que tenía un serio problema. Sabía que, 71. EL ELEFANTE
mientras no se restañara la sangre y curara la
herida, no podría volver a su forma original de Todos los habitantes de aquella ciudad eran
Dragón, ya que para ello su cuerpo había de ciegos. Un rey con su cortejo llegó cerca de
estar libre de todo defecto. Una herida en el ala aquel lugar, trajo su ejército y acampó en el
de la paloma se traduciría en un defecto en las desierto. Tenía un poderoso elefante que usaba
patas del Dragón, y eso no podía ser así, para atacar e incrementar el temor de la gente.
porque el Dragón había de ser perfecto. Él lo La población estaba ansiosa por ver al elefante,
sabía muy bien, y tuvo miedo. y algunos ciegos de esa comunidad se
Intentó volar, pero no podía remontar el vuelo. precipitaron como locos para encontrarlo.
Con ayuda del ala sana corrió rauda para Como no conocían ni siquiera la forma y
alejarse de los muchachos, pero las piedras que aspecto del elefante tantearon ciegamente, para
éstos lanzaban eran más veloces que su reunir información, palpando alguna parte de su
carrera. Varias lo alcanzaron, y los gritos cuerpo.
salvajes de muerte de los agresores le hicieron
Cada una pensó que sabía algo, porque pudo
perder toda esperanza. En aquel momento, un
tocar una parte de él.
hombre de la vecindad que había oído el griterío
se acercó, comprendió al instante lo que Cuando volvieron con sus conciudadanos,
pasaba, tuvo compasión de la paloma, la impacientes grupos se apiñaron a su alrededor.
recogió cuidadosamente en sus manos y obligó Todos estaban ansiosos, buscando
a dispersarse a los muchachos. Una vez en su equivocadamente la verdad de boca de aquellos
casa, cuidó a la paloma, le limpió la herida, le que se hallaban errados.
dio de comer y le preparó un rincón mullido para Preguntaron por la forma y aspecto del elefante,
descansar. La paloma durmió agradecida. y escucharon todo lo que aquellos dijeron.
Día a día, siguió cuidando el buen hombre a la Al hombre que había tocado la oreja le
paloma, acariciándola con cariño y preguntaron acerca de la naturaleza del
asegurándose de que iba recobrando sus elefante. Él dijo: “Es una cosa grande, rugosa,
fuerzas y no le faltaba nada. Pronto se le ancha y gruesa como un felpudo”.
curaron las heridas, se le fortalecieron las alas y
recobró el ánimo. Ya era otra vez el Gran Y el que había palpado la trompa dijo: “Yo
Dragón y podía volver a su forma original conozco los hechos reales, es como un tubo
cuando quisiera. Pero él también le había recto y hueco, horrible y destructivo”.
cogido cariño a aquella familia, al hombre que lo El que había palpado sus patas dijo: “Es
cuidaba, a su mujer y a sus hijos e hijas, que poderoso y firme como un pilar”.
rivalizaban en colmarle de atenciones. Muchas
veces el Gran Dragón había sentido su poder, y
Textos para orar y reflexionar 19
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Cada uno había palpado una sola parte de las Ni me dio según mi necesidad porque parece
muchas. Cada uno lo había percibido que mi cuerpo atrajera todas las enfermedades”.
erróneamente. Ninguno conocía la totalidad: el Mas yo os diría:
conocimiento no es compañero de los ciegos.
Todos imaginaron algo, algo equivocado. - Había una vez un hombre al que le fue dado
un huerto para alimentarse y pasaban los días
La criatura humana no está informada acerca de sin que fuera a cultivarlo, y pasaban semanas
la divinidad. No existe camino en esta ciencia sin que se preocupase de labrarlo, ni abonarlo,
por medio del intelecto ordinario. no cortarle las malas hierbas. Llegó el tiempo de
Idries Shah. “Cuentos de los derviches”. Paidós, la cosecha y no recogió nada, entonces miró al
Cielo y enfrentándose con Él se violentó
72. EN TODAS PARTES diciendo: “¿Qué mal he hecho, ¡oh Dios!, para
que me trates así? ¿Qué mal he hecho para me
Un experto en arte pronunciaba una conferencia
mandes esta desgracia? ¡Mira los campos de mi
en el monasterio.
vecino qué frondosos están y mira el mío mustio
“El arte - decía - se encuentra en los museos, y seco!
pero la belleza se halla por doquier: en el aire,
Mirad pues y meditad y no pidáis al Cielo lo que
en la tierra, en todas partes, a disposición de
no os pedís a vosotros mismos.
todos... y sin nombre de ninguna clase”.
¿Y cuántas veces veis a un hermano y lo
“Exactamente igual que la espiritualidad - dijo el
envidiáis porque creéis que tiene lo que
Maestro al día siguiente, cuando estuvo a solas
vosotros desearíais tener? Mas yo os digo que
con sus discípulos -. Sus símbolos se
si entrarais en su vida, veríais que está vacío de
encuentran en ese “museo” que llamamos
otras cosas y sufre por no tenerlas tanto como
templo, pero su substancia se halla en todas
vosotros.
partes, a disposición de todos, sin que nadie la
reconozca y sin nombre de ninguna clase”. No juzguéis por los ojos, ni deseéis por los ojos.
Pensad que cada uno trae su carga. Y ayudados
Anthony de Mello. “Un minuto para el absurdo”.
unos a otros a llevarla.
73. ENCONTRARSE CON DIOS Cayetano Arroyo. “Diálogos con Abul-Beka”
El ermitaño en la oración oyó claramente la voz 75. EL ESPANTAPÁJAROS
de Dios. Le invitaba a acudir a un encuentro
especial con Él. La cita era para el atardecer del En un lejano pueblo vivía un labrador muy
día siguiente, en la cima de una montaña lejana. avaro. Era tanta su avaricia que cuando un
pajarito comía un grano de trigo encontrado en
Temprano se puso en camino, se encontró a
el suelo, se ponía furioso y pasaba los días
varios campesinos ocupados en intentar
vigilando para que nadie tocara su huerto.
controlar y apagar un incendio declarado en el
bosque cercano, que amenazaba las cosechas Un día tuvo una idea: “Ya sé, construiré un
y hasta las propias casas de los habitantes. espantapájaros. Así alejaré a los animales de mi
Reclamaron su ayuda porque todos los brazos huerto”.
eran pocos. Sintió la angustia de la situación y el Cogió tres cañas y con ellas hizo los brazos y
no poder detenerse a ayudarles. No debía llegar las piernas, luego con paja dio forma al cuerpo.
tarde a la cita y, menos aún, faltar a ella. Así que Una calabaza le sirvió de cabeza, dos granos de
con una oración que el Señor les socorriera, maíz de ojos, por nariz puso una zanahoria y la
apresuró el paso ya que había que dar un rodeo boca a una hilera de granos de trigo.
a causa del fuego.
Cuando terminó el espantapájaros le colocó
Tras ardua ascensión, llegó a la cima de la unas ropas rotas y feas y de un golpe seco lo
montaña, jadeante por la fatiga y la emoción. El hincó en tierra. Pero se percató de que le faltaba
sol comenzaba su ocaso ; llegaba puntual por lo un corazón y cogió el mejor fruto del peral, lo
que dio gracias al cielo en su corazón. metió entre paja y se fue a casa.
Anhelante esperó, mirando en todas las Allí quedó el espantapájaros moviéndose al
direcciones. El Señor no aparecía por ninguna ritmo del viento. Más tarde un gorrión voló
parte. Por fin descubrió, visible sobre una roca, despacio sobre el huerto buscando dónde podía
algo escrito: “Dispénsame, estoy ocupado encontrar trigo. El espantapájaros al verle quiso
ayudando a los que sofocan el incendio”. ahuyentarle dando gritos, pero el pájaro se posó
Entonces comprendió dónde debía encontrarse en un árbol y dijo:
con Dios. - Déjame coger trigo para mis hijitos.
74. LA ENVIDIA - No puedo. - contestó el espantapájaros. Pero
tanto le dolía ver el pobre gorrión pidiendo
Cuidaos de la envidia, porque ante el Cielo a comida que le dijo - Puedes coger mis dientes
cada uno se os dio según vuestra necesidad. que son granos de trigo.
Y muchos diréis: “A mí no me dio el Cielo según El gorrión los cogió y de alegría besó su frente
mi necesidad porque paso hambre. Ni me dio de calabaza. El espantapájaros quedó sin boca,
según mi necesidad porque paso falta de amor. pero muy satisfecho de su acción.
Textos para orar y reflexionar 20
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Una mañana un conejo entró en el huerto. 76. LOS ESPEJOS


Cuando se dirigía hacia las zanahorias, el
muñeco lo vio y quiso darle miedo, pero el Un día descubrió Satanás un modo de
conejo le miró y le dijo: divertirse. Inventó un espejo diabólico con una
- Quiero una zanahoria, tengo hambre. propiedad mágica: en él se veía feo y mezquino
todo cuanto era bueno y hermoso y, en cambio,
Tanto le dolía al espantapájaros ver un conejito se veía grande y detallado todo lo que era feo y
hambriento que le ofreció su nariz de zanahoria. malo.
Cuando el conejo se marchó, quiso cantar de Satanás iba por todas partes con su terrible
alegría, pero no tenía boca, ni nariz para oler el espejo. Y todos cuantos se miraban en él se
perfume de las flores, pero estaba contento. horrorizaban: todo aparecía deforme y
Más tarde apareció el gallo cantando junto a él. monstruoso.
- Voy a decirle a mi gallina que no le ponga más El Maligno se divertía de lo lindo con su espejo.
huevos al dueño de esta huerta, pues nos mata Cuanto más repugnantes eran las cosas más le
de hambre. gustaban. Un día le pareció tan delicioso el
espectáculo que se desternilló de risa. Se rió
- Eso no está bien, dijo el espantapájaros. Yo te
tanto que el espejo se le fue de las manos y se
daré comida, pero tú no digas nada a tu mujer.
hizo trizas, partiéndose en millones de pedazos.
¿De acuerdo? Coge mis ojos que son de maíz.
Un huracán, potente y perverso, desperdigó por
- Bien, contestó el gallo, y se fue muy todo el mundo los trozos del espejo.
agradecido.
Algunos trozos eran más pequeños que un
Poco más tarde alguien se acercó a él y dijo: granito de arena y penetraron en los ojos de
- Espantapájaros, ¿podrías darme una limosna, muchas personas. Estas personas comenzaron
tú que eres tan bueno? El labrador me ha a verlo todo al revés: sólo percibían lo que era
echado de su casa. malo de manera que sólo veían la maldad por
todas partes.
- ¿Quién eres?, le preguntó el espantapájaros.
Yo no puedo verte. ¿No os habéis encontrado, acaso, con hombres
de ese tipo?
- Soy un vagabundo que pido limosna.
Cuando Dios se dio cuenta de lo que había
- Coge mi vestido, es lo único que puedo pasado se entristeció. Y decidió ayudar a los
ofrecerte. hombres. Se dijo: “Enviaré al mundo a mi Hijo.
El vagabundo, tomando las ropas viejas del El es mi imagen, mi espejo. Es el reflejo de mi
espantapájaros, se marchó muy contento. Más bondad, de mi justicia y de mi amor. Refleja al
tarde el espantapájaros notó que alguien lloraba hombre como Yo lo he pensado y querido”.
junto a él. Era un niño que buscaba comida para Y Jesús vino como un espejo para los hombres.
su madre. El dueño de la huerta no había Quien se miraba en él descubría la bondad y la
querido ayudarle. hermosura y aprendía a distinguirlas del
- Toma, le dijo el espantapájaros, te doy mi egoísmo y de la mentira, de la injusticia y del
cabeza que es una gran calabaza... desprecio.
Cuando el labrador fue al huerto y vio su Muchos amaban el espejo de Dios y siguieron a
espantapájaros en aquel estado, se enfadó Jesús. Otros, en cambio, rechinaban de rabia y
muchísimo y le prendió fuego. decidieron romper este espejo de Dios. Y lo
asesinaron.
Sus amigos, al ver cómo ardía, se acercaron y
amenazaron al labrador, pero en aquel momento Pero bien pronto se levantó un nuevo y potente
cayó al suelo algo que pertenecía a aquel huracán: el Espíritu Santo. Arrastró los millones
monigote: su corazón de pera. El labrador, de fragmentos por todo el mundo. El que recibe
riéndose, se lo comió diciendo: una mínima centella de este espejo empezará a
ver al mundo y las personas como las veía
- ¿Decís que todo os lo ha dado? Pues esto me
Jesús: lo primero que se refleja en ellas son las
lo como yo.
cosas buenas y hermosas, la justicia y la
Pero sólo al morderla, notó un cambio en él. El generosidad, la alegría y la esperanza. En
espantapájaros le había comunicado su bondad. cambio, la maldad y la injusticia aparecen como
Entonces el labrador dijo: vencibles y cambiables.
- Perdonadme, desde ahora os acogeré Bruno Ferrero. “La silla vacía...”, p. 17
siempre.
Mientras tanto, el espantapájaros se había
77. LA ESTATUA
convertido en cenizas y el humo llegaba hasta el Cierta vez, entre las colinas, vivía un hombre
sol transformándose en el más brillante de sus poseedor de una estatua cincelada por un
rayos. anciano maestro. Descansaba contra la puerta
Manuel Sánchez Monge. “Parábolas como de cara al suelo. Y él nunca le prestaba
dardos”, p. 73 atención.

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Un día pasó frente a su casa un hombre de la sintió en su corazón cuando se dio cuenta del
ciudad, un hombre de ciencia. Y advirtiendo la peligro de las fieras o cuando conducía su
estatua preguntó al dueño si la vendería. canoa por las inciertas aguas del río?
Riéndose, el dueño respondió: “¿Y quién Y les dijo: “Id y descubridlo vosotros mismos.
desearía comprar esa horrible y sucia estatua? Nada puede sustituir al riesgo y a la
El hombre de la ciudad dijo: “Te daré esta pieza experiencias personales”. Pero, para orientarles,
de plata por ella”. les hizo un mapa del Amazonas.

El otro quedó atónito, pero agradado. Ellos tomaron el mapa y lo colocaron en el


Ayuntamiento. E hicieron copias de él para cada
La estatua fue trasladada a la ciudad al lomo de uno. Y todo el que tenía una copia se
un elefante. Y, luego de varias lunas el hombre consideraba experto en el Amazonas, pues ¿no
de las colinas visitó la ciudad y, mientras conocía acaso cada vuelta y cada recodo del
caminaba por las calles, vio una multitud ante un río, y cuán ancho y profundo era, y dónde había
negocio y a un hombre que a voz en cuello rápidos y dónde se hallaban las cascadas?
gritaba: “Acercaos y contemplad la más
maravillosa estatua del mundo entero. El explorador se lamentó toda su vida de haber
Solamente dos piezas de plata para admirar la hecho aquel mapa. Habría sido preferible no
más extraordinaria obra maestra”. haberlo hecho.

Al instante, el hombre de las colinas pagó dos Anthony de Mello. “El canto del pájaro”, p. 47
piezas de plata y entró en el negocio para ver la 81. FLEXIBILIDAD
estatua que él mismo había vendido por una
sola pieza de ese mismo metal. El discípulo fue a visitar al maestro en el lecho
Kahlil Gibrán. “Obras completas (tomo 2)” de muerte.
- Déjame en herencia un poco de tu sabiduría -
78. ¿EXISTE DIOS? le pidió.
Alguien le preguntó si existía un Dios. Contestó: El sabio abrió la boca y pidió al joven que se la
- Te aconsejo que medites si tu comportamiento mirara por dentro: “¿Tengo lengua?”
variaría según la respuesta que se diese a esa - Seguro - respondió el discípulo.
pregunta. Si permaneciese inalterable, la - ¿Y los dientes, tengo aún dientes?
pregunta sería ociosa. Si, por el contrario, tu
conducta variase, en tal caso puedo ayudarte - No - replicó el discípulo -. No veo los dientes.
diciendo que tú mismo habrías zanjado la - ¿Y sabes por qué la lengua dura más que los
cuestión: efectivamente, necesitarías ese Dios. dientes? Porque es flexible. Los dientes, en
Bertolt Brecht. “Historias de almanaque”. cambio, se caen antes porque son duros e
inflexibles. Así que acabas de aprender lo único
79. EXPECTATIVAS que vale la pena aprender.
Cuando el Maestro oía decir a alguien: “Me Bruno Ferrero. “La silla vacía...”, p. 24
gustaría mucho más mi mujer si fuese de otra
manera”, solía contar lo que le ocurrió a él un
82. LA FÓRMULA
día mientras contemplaba una puesta de sol en El místico regresó del desierto. “Cuéntanos”, le
el mar. dijeron con avidez, “¿cómo es Dios?”.
- “¿No es precioso?”, le dijo entusiasmado a una Pero ¿cómo podría él expresar con palabras lo
pasajera que se encontraba junto a él apoyada que había experimentado en lo más profundo de
en la barandilla. su corazón? ¿Acaso se puede expresar la
- “Sí - dijo de mala gana la mujer -. Pero ¿no Verdad con palabras?
cree usted que estaría mejor con un poco más Al fin les confió una fórmula (inexacta, eso sí, e
de rosa a la izquierda?” insuficiente), en la esperanza de que alguno de
- “Todo el mundo - dijo el Maestro - te resulta ellos pudiera, a través de ella, experimentar por
encantador cuando prescindes de las sí mismo lo que él había experimentado.
expectativas que te habías forjado sobre cómo Ellos aprendieron la fórmula y la convirtieron en
deberían ser”. un texto sagrado. Y se la impusieron a todos
Anthony de Mello. “Un minuto para el absurdo”. como si se tratara de un dogma. Incluso se
tomaron el esfuerzo de difundirla en países
80. EXPLORADOR extranjeros. Y algunos llegaron a dar su vida por
ella.
El explorador había regresado junto a los suyos,
que estaban ansiosos por saberlo todo acerca Y el místico quedó triste. Tal vez habría sido
del Amazonas. Pero ¿cómo podía él expresar mejor que no hubiera dicho nada.
con palabras la sensación que había inundado Anthony de Mello. “El canto del pájaro”, p. 46
su corazón cuando contempló aquellas flores de
sobrecogedora belleza y escuchó los sonidos
nocturnos de la selva? ¿Cómo comunicar lo que

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83. GRAN MIEDO Cierto día, un viajante le dijo al profeta:


- ¿Por qué sigues predicando? ¿No ves que tu
Caía la noche. El sendero se internaba en el misión es imposible?
bosque más negro que la noche. Yo estaba sólo,
desarmado. Tenía miedo de avanzar, miedo de Y el profeta respondió:
retroceder, miedo del ruido de mis pasos, miedo - Al principio tenía la esperanza de poder
de dormirme en esa doble noche. cambiarlos. Pero si ahora sigo gritando es
Oí crujidos en el bosque y tuve miedo. Vi brillar únicamente para que no me cambien ellos a mí.
entre los troncos, ojos de animales y tuve Anthony de Mello. “El canto del pájaro”, p. 82
miedo, más miedo que nunca. Por fin salió de la
sombra una sombra que me cerró el paso. 86. HACER SALIR AL SOL
- “¡Vamos pronto! ¡La bolsa o la vida!” “Por mucho que te esfuerces no lograrás
Y me sentí casi consolado por esa voz humana, enmendar tu vida ni alcanzar la iluminación más
porque al principio había creído encontrar a un que podrías hacer salir al sol por tus propias
fantasma o a un demonio. fuerzas”, decía el Maestro.
Me dijo: “Si te defiendes para salvar tu vida, “Entonces, ¿para qué me hacéis practicar tantos
primero te quitaré la vida y después la bolsa. ejercicios de penitencia y devoción y estudio y
Pero si me das la bolsa solamente para salvar la contemplación?, contestaba el discípulo.
vida, primero te quitaré la bolsa y después la “Para que estés despierto cuando salga el sol”.
vida.”
Paradoja eterna del esfuerzo y la gracia.
Mi corazón se enloqueció, mi corazón se rebeló. Paradoja bella y cierta, atrayente y
Perdido por perdido, mi corazón se dio la vuelta. desesperante, ayuda permanente y prueba
irritante. Hay que hacer todo sabiendo que no
Caí de rodillas y exclamé: “Señor, toma todo lo
sirve para nada.
que tengo y todo lo que soy”.
Carlos G. Vallés. Vida Nueva nº 2039, mayo 96
De pronto me abandonó el miedo y levanté mis
ojos. 87. ¿HACIA DÓNDE REZAR
Ante mí todo era luz. En ella el bosque verdecía.
- Rezo siempre mirando a la Meca, maestro,
84. GRANO DE ORO porque allí me han enseñado a dirigir mis
plegarias.
Iba yo pidiendo de puerta en puerta por el
- Haces bien, hijo mío. Pero no puedes estar
camino de la aldea, cuando tu carro de oro
todo el día mirando hacia la Meca, y Dios está
apareció a lo lejos como un sueño magnífico. Y,
en todas partes. Acostúmbrate a rezar también
yo me preguntaba maravillado, quién sería
todas las direcciones.
aquel Rey de reyes.
- Rezo siempre a las horas determinadas
Mis esperanzas volaron hasta el cielo, y pensé
cuando el muecín llama a la oración desde la
que mis días malos se habían acabado. Y me
mezquita.
quedé aguardando limosnas espontáneas,
tesoros derramados por el polvo. - Haces bien, hijo mío ; pero acostúmbrate a
rezar también cuando no llama nadie, pues Dios
La carroza se paró a mi lado. Me miraste y
está dispuesto a escucharte en cualquier
bajaste sonriendo. Sentí que la felicidad de la
momento.
vida había llegado al fin. Y de pronto, tú me
tendiste tu diestra diciéndome: “¿puedes darme - Yo rezo con mis labios, maestro, cuando recito
alguna cosa?”. versos sagrados, con mis dedos al pasar las
cuentas benditas de oración, con mis rodillas al
¡Qué ocurrencia de tu realeza! ¡Pedirle a un
hincarlas en el suelo en adoración, con mis ojos
mendigo! Yo estaba confuso y no sabía qué
cuando derraman lágrimas de emoción.
hacer. Luego saqué despacio de mi saco un
granito de trigo y te lo di. - Haces bien, hijo mío ; pero acostúmbrate a
rezar también cuando tus labios no se muevan o
Pero, qué sorpresa la mía, cuando al vaciar por
tus rodillas no estén hincadas ; cuando tus ojos
la tarde mi saco en el suelo encontré un granito
miren otros objetos y tus dedos se empleen en
de oro en la miseria del montón. ¡Qué
otros menesteres. Dios están en todas las
amargamente lloré por no haber tenido corazón
circunstancias de la vida, en todo movimiento y
para dártelo todo!
en toda palabra, en todo gesto y en toda mirada,
R. Tagore y allí hemos de hallarlo si queremos estar
siempre en su presencia. Las posturas rituales
85. GRITAR PARA QUEDAR A SALVO son sólo para recordarnos que cualquier postura
Una vez llegó un profeta a una ciudad con el fin nos ha de llevar a pensar en Dios ; y las lecturas
de convertir a sus habitantes. Al principio la sagradas son sólo para recordarnos que toda
gente le escuchaba cuando hablaba, pero poco palabra ha de servirnos para recordar su
a poco se fueron apartando, hasta que no hubo nombre. La mezquita está en su sitio para
nadie que escuchara las palabras del profeta.

Textos para orar y reflexionar 23


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consagrar todo el espacio. La Meca es una para Todo el mundo acudió y leyó Gabriel el primer
bendecir a toda la tierra. mandamiento. Entonces dijo Dios: “Todo el que
- Lo acepto, maestro, ya que veo a Dios en vos. haya pecado contra este mandamiento deberá
trasladarse al infierno inmediatamente”. Algunas
- Como yo veo a Dios en ti, hijo mío. personas se separaron de la multitud y se
Carlos G. Vallés. Vida Nueva nº 2025 fueron llenas de tristeza al infierno.
Lo mismo hizo con el segundo mandamiento,
88. HERMANOS con el tercero, el cuarto, el quinto... Para
Dos hermanos, uno soltero y otro casado, entonces, la población del cielo había decrecido
poseían una granja cuyo fértil suelo producía considerablemente. Tras ser leído el sexto
abundante grano, que los dos hermanos se mandamiento, todo el mundo se fue al infierno,
repartían a partes iguales. a excepción de un solo individuo gordo, viejo y
calvo.
Al principio todo iba perfectamente. Pero llegó
un momento en que el hermano casado empezó Le miró Dios y dijo a Gabriel: “¿Es ésta la única
a despertarse sobresaltado todas las noches, persona que ha quedado en el cielo?
pensando: “No es justo. Mi hermano no está “Sí”, respondió Gabriel.
casado y se lleva la mitad de la cosecha; pero
“¡Vaya!”, dijo Dios, “se ha quedado bastante
yo tengo mujer y cinco hijos, de modo que, en
solo, ¿no es verdad? Anda y di a todos que
mi ancianidad, tendré todo cuanto necesite.
vuelvan.
¿Quién cuidará de mi pobre hermano cuando
sea viejo? Necesita ahorrar para el futuro mucho Cuando el gordo, viejo y calvo individuo oyó que
más de lo que actualmente ahorra, porque su todos iban a ser perdonados, se indignó y gritó a
necesidad es, evidentemente, mayor que la Dios: “¡Eso es injusto! ¿Por qué no me lo dijiste
mía”. antes?”
Entonces se levantaba de la cama, acudía ¡Ajá! ¡Otro fariseo a la vista! ¡Otro hijo mayor! ¡El
sigilosamente a donde residía su hermano y hombre que cree en recompensas y castigos y
vertía en el granero de éste un saco de grano. que es un fanático de la más estricta justicia!
También el hermano soltero comenzó a Anthony de Mello. “El canto del pájaro”, p. 156
despertarse por las noches y a decirse a sí
mismo: “Esto es una injusticia. Mi hermano tiene 90. LA HOJA BLANCA
mujer y cinco hijos y se lleva la mitad de la Dijo un día una hoja blanca de papel: “Me he
cosecha; pero yo no tengo que mantener a formado blanca, nítida, inmaculada y pura, y así
nadie más que a mí mismo. ¿Es justo que mi seré hasta la eternidad. Prefiero quemarme y
pobre hermano, cuya necesidad es mayor que volverme ceniza blanca antes de permitir que
la mía, reciba lo mismo que yo? me mancille la negrura y me macule la
Entonces se levantaba de la cama y llevaba un suciedad”.
saco al granero de su hermano. Oyó un tintero aquellas razones y se rió en su
Un día se levantaron de la cama al mismo negro corazón, pero no se atrevió a tocar
tiempo y tropezaron uno con otro, cada cual con aquella hoja blanca de papel.
un saco de grano a la espalda. La oyeron también las plumas y tampoco la
Muchos años más tarde, cuando ya había tocaron. Y así permaneció la hoja de papel
muerto los dos, el hecho se divulgó. Y cuando blanca, nítida, cual la nieve... pero vacía.
los ciudadanos decidieron erigir un templo, Kahlil Gibrán. “Obras completas (tomo 1)”
escogieron para ello el lugar en el que ambos
hermanos se habían encontrado, porque no 91. LA HOJA QUE NO QUERÍA AGUA
creían que hubiera en toda la ciudad un lugar
más santo que aquél. Había una vez una planta muy joven en la que
se ponían grandes esperanzas. Tenía
Anthony de Mello. Alfonso Francia. “Educar con
exactamente cuatro hojas. Cuatro bonitas hojas,
parábolas”, p. 52
resplandecientes al rocío y al sol.
89. EL HIJO MAYOR Un día las cuatro hojas tuvieron (es la moda)
una reunión.
Estaba Dios paseando por el cielo cuando, para
su sorpresa, se encontró con que todo el mundo Una dijo que su vocación clara consistía en
se hallaba allí. Ni una sola alma había sido permanecer unida al naciente arbolito, pero que
enviada al infierno. Esto le inquietó, porque en lo sucesivo había decidido prescindir del
¿acaso no tenía obligación para consigo mismo agua. Cuestión de proyecto personal: “Que sus
de ser justo? Además, ¿para qué había sido compañeras estudiasen el asunto y una vez
creado el infierno, si no se iba a usar? entendido respetaran su libertad”.
De modo que dijo al ángel Gabriel: “Reúne a Las otras tres hojas estaban repletas de buenas
todo el mundo ante mi trono y léeles los Diez disposiciones y decidieron aceptar lo que su
Mandamientos”. compañera les pedía.

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Se instaló un ingenioso sistema de paraguas: Volvió el poeta que fue a un concierto y que con
con el buen tiempo el paraguas se cerraba y se la música se había inspirado. Y escribió en la
abría en cuanto amenazaba lluvia. hoja: “¡Qué necios serían el arco y el violín si
Y he aquí que el arbolito tan prometedor dio pensaran que son ellos los que tocan! Igual de
signos de languidez y murió. necios somos los hombres cuando presumimos
de lo que hacemos, olvidando que todos somos
Cada hoja fue llevada por el viento a un sitio simples instrumentos de Dios”.
distinto.
Raúl Berzosa, “Parábolas para una nueva
¿Qué se podía haber hecho? ¿Pedir a la hoja evangelización”, p. 168
que no quería agua que se marchara a otro
sitio? ¿Llegar a un compromiso? 95. JESÚS, ADOPTADO
Hay grupos en que para respetar la libertad de - Anoche tuve un sueño realmente precioso.
uno, no se respeta a los otros. Y, finalmente,
termina muerto todo el grupo. - ¿Ah, sí? ¿Qué fue?
Jacques Loew - Soñé que teníamos un hijo.
- ¿Otro más ? ¡Si van tres...!
92. HUELLAS DE DIOS
- Era un hijo especial. Era... ¡Jesús de Nazaret!
Era africano. Y creía en Dios. Alguien se - ¡Por Dios santo! Tú estás loca. Déjate de
propuso tomarle el pelo y reírse de él. Y le sueños y vamos a comer.
preguntó:
Los cinco se pusieron a la mesa como siempre.
- ¿Cómo sabes tú que existe Dios? Pero aquel día, ella había puesto una silla de
- ¿Y cómo sabes tú que una persona o un perro más, como si fueran seis. Esa noche, en la
o un burro ha estado alrededor de tu choza? cama, junto a su esposo, soñaba aún despierta.
- Lo descubro por las huellas que deja en la La mañana siguiente era día de fiesta. Ella
arena del suelo. estaba radiante, como el que lleva dentro el sol
de una alegre noticia saliendo por los ojos.
- También yo descubro a Dios por las huellas
que deja. - ¡El sueño era verdad! Esta noche lo he visto
aún más claro. Tendremos otro niño. Será Jesús
93. HUELLAS EN LA ARENA de Nazaret.
- Pero mujer, ¿ya estamos otra vez?
Una noche soñé que iba andando por la playa
con Dios. Y que se proyectaban en el cielo - No es ninguna locura. Es la pura verdad. Nos
muchas escenas de mi vida. En cada cuadro haremos la cuenta de que él es otro hijo.
veía huellas de pisadas en la arena. A veces las Cuando les regalemos juguetes o les demos
de dos personas y otras sólo las de una. propinas, al comprarles los libros, la ropa,
comida o medicinas, contaremos con cuatro, y
Observé que durante los períodos más difíciles
una parte será para los niños pobres. ¿No nos
de mi existencia se veían huellas de una sola
dio su palabra, palabra de hombre y Palabra de
persona. Y dije:
Dios? “Conmigo lo hicisteis”. Es como si
- Me prometiste, Señor, que siempre caminarías adoptáramos al Hijo del Dios y al hijo de María.
a mi lado. ¿Por qué cuando más te necesité no ¿No es una gran verdad?
estabas conmigo?
Alberto Iniesta
Él respondió:
- Cuando viste las huellas de una sola persona,
96. EL JUICIO DE LA COLMENA
hijo mío, fue cuando tuve que llevarte en brazos. “¡Oh, hermanas mías!”, dijo la abeja, “somos
Manuel Sánchez Monge. “Parábolas como chispas del sol; nuestro cuerpo es del mismo
dardos” metal. Somos hijas del gran cielo; nuestras alas
son del mismo cristal. La justicia reina en
94. INSTRUMENTOS nuestras ciudades: la razón nos dirige a la
dicha; la música acompaña nuestros actos.
En el escritorio de un famoso poeta había un
tintero que, por la noche, cuando las cosas Nos alimentamos con luz líquida; con un azúcar
cobraban vida, se daba mucha importancia. incorruptible y diáfano. Somos las únicas
Decía: “Es increíble la de cosas hermosas que criaturas que saben comer sin matar. Para
salen de mí. Con una sola gota de mi tinta se nosotras, comer es unirnos a la más fina
llena toda una página. ¡Y cuántas cosas esencia de las cosas. Para nosotras, comer no
magníficas y conmovedoras se pueden leer en es perseguir una presa, abatir a un ser viviente,
ellas!” desgarrar el cadáver, arrancar y dañar el fruto;
para nosotras es fecundar la flor, es hacer
Pero sus jactancias provocaron el resentimiento resurgir la vida.
de la pluma: “¿No comprendes, tonto barrigudo,
que tú sólo eres el que pone la materia prima? Mas, ¡oh hermosísimas mías! ¿Por qué no
Soy yo la que con tu tinta escribo lo que hay en somos del todo perfectas como los astros son
mí. ¡La que realmente escribe es la pluma!” perfectos? Sólo una cosa nos aparta de la

Textos para orar y reflexionar 25


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dignidad de los dioses: el aguijón y el veneno Los que buscan la iluminación no logran
que llevamos en el vientre. Y el que emplea el encontrarla, porque no comprenden que el
aguijón muere, pero quita la vida del que mata. objeto de su búsqueda es el propio buscador. Al
Si, pues el amor no os contiene, que por lo igual que la belleza, también Dios está en el yo
menos el temor os cohiba. del observador.
En cuanto a mí, prefiero morir a manos de mis Anthony de Mello. “La oración de la rana (1º
enemigos que por efecto de mi propia malicia. tomo)”, p. 197
¡Oh, reina!, te devuelvo mi aguijón y de mi
propio veneno haré miel”. 98. LECHE DE LEONA
Las obreras juzgaron y dijeron: “¿Para qué sirve El rey enfermó, y el médico real emitió el
la miel sin el aguijón y el veneno? Cuanta más diagnóstico que el rey no curaría a no ser que
miel tengamos, más expuesta al robo quedará tomase la leche de una leona. El rey estaba
nuestra colmena. Devolver el aguijón es hacerse dispuesto a tomar la leche. ¿Pero quién traería
cómplice del enemigo. ¿Quién no descubre el la leona? Se ofreció la real recompensa. ¿Se
aguijón y el veneno de la traición en las melosas atrevería alguien?
palabras de ésta? La acusada merece la
Un campesino que habitaba en la selva se
muerte”.
ofreció y pidió un tiempo. Él conocía la guarida
Los zánganos juzgaron y dijeron: “Conocemos de los leones, se ganó su confianza con
nuestro destino, que es perecer por el aguijón. graduado contacto, ofreció tierna caza a la leona
¿Pero quién sospecha que somos cobardes? El y ordeñó su leche. La llevó derecho al rey y le
amor y la muerte están ligados. Querer el uno invitó a beberla.
sin la otra es contrario a la lógica, a la
En la corte sobran los envidiosos. Alguien gritó:
costumbre y al honor. La proposición ofende. La
¡No es leche de leona! Otro: ¡Es leche de cabra!
acusada merece la muerte”.
Otro: ¡Es leche de camella! La sospecha se
La reina juzgó y dijo: “Si el razonamiento de la adueñó de todas las mentes, y el rey se dispuso
acusada fuese justo, señalaría el fin de la a castigar al imprudente que por ganar una
colmena; por ende, es falso. Ella merece la recompensa real traía leche falsa. Pero el
muerte”. campesino supo defenderse. Dijo al rey:
Todos los aguijones se volvieron, pues, contra la “¿Queréis saber si es de verdad leche de leona
abeja que había renunciado al suyo. la que traigo? Bebedla. Si es de leona os
curaréis, y si no, os quedaréis como estáis. ¿No
Todas las que picaron murieron con valentía. digo verdad?” Calló la corte. Bebió el rey la
Toda a colmena murió por miedo a quedarse leche y se curó inmediatamente. El campesino
indefensa. recibió la recompensa.
Lanza del Vasto. “Umbral de la vida interior” Mil dudas en la mente. ¿Será, no será?
¿Resultará, no resultará? Oración, petición,
97. LA LECCIÓN DE UDDALAKA práctica espiritual, ejercicios del alma, fe en el
obrar, esperanza en el preservar. ¿Merece la
El sabio Uddalaka enseñó a su hijo a descubrir
pena? ¿Dará fruto? ¿Será verdad? Mil dudas
al Uno tras la apariencia de lo múltiple. Y lo hizo
nos asaltan ante las verdades y las prácticas del
valiéndose de “parábolas” como la siguiente:
espíritu. Y las mil dudas tienen una solución:
Un día le ordenó a su hijo: “Pon toda esta sal en bebe la leche. Ora, reza, lee, medita. Daño no te
agua y vuelve a verme por la mañana”. hará. Y si te cura, era leche de leona. En vez de
El muchacho hizo lo que se le había ordenado, y llenar la vida de vacilaciones, tengamos
al día siguiente le dijo su padre: “Por favor, sencillamente la decisión de hacer lo que
tráeme la sal que ayer pusiste en el agua”. sabemos hacer. Beber de un trago. Y llega la
salud.
“No la encuentro”, dijo el muchacho. “Se ha
Carlos G. Vallés
disuelto”.
Vida Nueva nº 2004, de 5 agosto del 95
“Prueba el agua de esta parte del plato”, le dijo
el padre. “¿A qué sabe?” 99. EL LEÓN Y LAS HORMIGAS
“A sal”. Un día el león hizo que se reunieran todos los
“Sorbe ahora de la parte del centro. ¿A qué animales de la sabana, del bosque y de la
sabe? montaña. Cuando todos llegaron ante él, el
pregonero se subió a un árbol y gritó la
“A sal”. proclama: “Orden del rey león. Todos los
“Arroja al suelo el contenido del plato”, dijo el animales, de todo género, especie y tamaño,
padre. deben reconocer al león como rey, rindiéndole
obediencia. Quien se niegue será castigado”.
Así lo hizo el muchacho y observó que, una vez
evaporada el agua, reaparecía la sal. Entonces Se escuchó un gran murmullo en la asamblea
le dijo Uddalaka: “Tú no puedes ver a Dios aquí, de los animales; después una vocecita se alzó
hijo mío, pero de hecho está aquí”. protestando. Era el portavoz de las hormigas
guerreras: “Nosotras no aceptamos. En nuestra

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tribu, nuestros antepasados nos dieron una glaciales. Se queda allí, destrozado sin poder
reina y nosotros sólo obedecemos sus órdenes”. reaccionar. Segundos más tarde el hijo
El león, con un rugido desafiante, respondió: desaparece dando un portazo... Entonces, el
“Tendréis vuestro castigo”. padre da un salto en el rellano de la escalera,
corre y alcanza a su hijo. Le entrega su propia
Todos se dispersaron, los hijos del león salieron llave de la casa y le dice: “Toma, cógela. Así,
de caza, cogieron un jabalí, lo escondieron tras cuando vuelvas, no hará falta que llames”.
unas ramas y fueron a llamar al rey. Las
hormigas se reunieron desde los cuatro puntos 102. EL LOCO
cardinales y en un momento cubrieron la
sabana. Se preparaban para la gran batalla. Fue en un jardín de un manicomio donde conocí
a un joven de rostro pálido y hermoso y lleno de
En un momento se comieron el jabalí, dejándole encanto.
sólo los huesos. Mientras tanto el sol había
desaparecido tras el horizonte. Llegó el león, Y sentándome a su lado sobre el banco le
majestuoso, con su familia. Entonces en ejército pregunté: “¿Por qué estás aquí?”
de hormigas entró en acción. Me miró asombrado y respondió: “Es una
De la hierba y de las hojas llovieron sobre los pregunta inadecuada, pero te contestaré. Mi
leones, treparon por sus patas mordiendo con padre quiso hacer de mí una reproducción de sí
fuerza. Los leones rugían de dolor, se tiraban mismo; también mi tío. Mi madre deseaba que
sobre la hierba para frotarse, intentaron escapar, fuera la imagen de su ilustre padre. Mi
pero no podían luchar en la oscuridad contra el hermana mostraba a su esposo navegante
enemigo omnipresente. como el ejemplo perfecto a seguir. Mi hermano
pensaba que debía ser como él un excelente
A la mañana siguiente un buitre, pasando en atleta. Y mis profesores, como el doctor de
vuelo rasante, vio esparcidos los esqueletos filosofía, el de música y el de lógica, ellos
desnudos de la familia de aquel que había también fueron terminantes y cada uno quiso
querido imponerse como rey absoluto de los que fuera el reflejo de sus propios rostros en un
animales. Y continuando su camino solitario espejo. Por eso vine a este lugar. Lo encontré
pensó que los poderosos no deberían nunca más sano. Al menos, puedo ser yo mismo”.
despreciar la fuerza de los pequeños cuando se
unen. En seguida se volvió hacia mí y dijo: “Pero dime,
¿te trajeron a este lugar la educación y el buen
Fábula del pueblo bantú. Antena Misionera, consejo?”
marzo 1993
Yo respondí: “No, soy un visitante”.
100. LEYENDA Y él añadió: “Oh, tú eres uno de los que
Abel y Caín se encontraron después de la viven en el manicomio del otro lado de la
muerte de Abel. Caminaban por el desierto y se pared”.
reconocieron desde lejos, porque los dos eran Kahlil Gibrán. El vagabundo, p. 49-50
muy altos. Los hermanos se sentaron en la
tierra, hicieron un fuego y comieron. Guardaban 103. LA LUZ EN EL PAÍS DE LA
silencio, a la manera de la gente cansada NOCHE
cuando declina el día. En el cielo asomaba
alguna estrella, que aún no había recibido su Sucedía en el país de la noche. Una noche que
nombre. A la luz de las llamas, Caín advirtió en nunca se acababa: jamás había salido el sol. Le
la frente de Abel la marca de la piedra y dejó gente en este país era apocada y triste, por
caer el pan que estaba por llevarse a la boca y tanta oscuridad. Ni se daban cuenta de que
pidió que le fuera perdonado su crimen. estaban tristes: lo veían tan normal. Para ellos,
la vida era triste, oscura. Las calles y las casas
Abel contestó: eran tan oscuras como la misma boca del lobo.
- ¿Tú me has matado o yo te he matado? Ya no No existían las estrellas.
recuerdo; aquí estamos juntos como antes. Un día en aquel pueblo se presentó un niño que
- Ahora sé que de verdad me has perdonado - tenía una pequeña llama en la palma de la
dijo Caín -, porque olvidar es perdonar. Yo mano y se paseaba por las calles. Algunos niños
trataré también de perdonar. del país de la noche salieron a los balcones y
decían a los mayores: “Aquel niño que pasa por
Abel dijo despacio:
la calle lleva una lucecita en la mano. ¿Qué
- Así es. Mientras dura el remordimiento dura la es?”. Y la gente mayor les respondía: “Anda,
culpa. niño, métete en casa y cierra el balcón. Ha
venido del país de la luz. Quiere hacernos daño
101. LA LLAVE en los ojos”. Y cogían a los niños y los
Una tarde, el padre se encuentra a su mujer encerraban en casa. Pero ellos, aun estando
llorando ante al hijo que acaba de preparar su cerrados, decían: “Quiero irme al país de la luz,
maleta y se dispone a abandonar la casa. quiero irme con aquel niño al país de la luz”.
Quiere preguntarle, dialogar con él, intentar La gente se dio las buenas noches, se acostó, y
comprenderle. Pero le paralizan las respuestas después se levantó para ir al trabajo. Y mira por

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dónde, ya de mañana, había niños que obstáculo que te impide avanzar es tu yo. Hazlo
paseaban por el país de la noche con una desaparecer. Bórrate tú delante de tus ojos. El
lucecita en la mano. Y daban saltos cantando: más mínimo apego a tu yo es una pesada
“Nosotros nos hemos pasado al país de la luz”. cadena que traba tus pies. Si sientes la sed de
Y estaban locos porque el pequeño de la la presencia de Dios, no vuelvas nunca a ti. El
lucecita en la mano les había dado la llama. Y que renuncia a su yo, encuentra a Dios”.
de esta manera se paseaban por los callejones Carlos G. Vallés
del país de la noche. Vida Nueva nº 2055 de 7/9/96
Los hombres del país de la noche no querían la
105. MAL QUE PRODUCE BIEN
luz. Decían: “Eso hace daño en los ojos”. Y
murmuraban entre ellos y se enfurecían contra Dijo un día el Maestro: “No estaréis preparados
los niños del país de la luz porque llevaban la para combatir el mal mientras no seáis capaces
pequeña lucecita en la mano. Y ahora ya no de ver el bien que produce”.
eran cinco o diez; eran cientos y cientos, y entre
Aquello supuso para los discípulos una enorme
todos llenaban de alegría y luz el país de la
confusión que el Maestro no intentó siquiera
noche.
disipar.
En la casa grande del país de la noche se
Al día siguiente les enseñó una oración que
reunieron los hombres para discutir lo que
había aparecido garabateada en un trozo de
harían a los niños del país de la luz. Y
papel de estraza hallado en el campo de
decidieron llamarles, no a todos, pero sí a los
concentración de Ravensburg:
cabecillas. Y les dijeron: “Ahora mismo, ante
nosotros, apagaréis vuestra luz; tener esa luz “Acuérdate, Señor, no sólo
encendida va contra nuestras costumbres de los hombres y mujeres de buena
sagradas de nuestro país”. Y mandaron a los voluntad,
guardianes apagar todas las luces de todos los sino también de los de mala voluntad.
niños y a los primeros les mandaron al calabozo No recuerdes tan sólo el sufrimiento
más oscuro del país de la noche. Muchos de los que nos han causado;
niños que habían paseado su pequeña lucecita recuerda también los frutos
se pusieron a llorar. Y unos hombres del país de que hemos dado gracias a ese
la noche entraron en el calabozo para apagarles sufrimiento:
el resplandor, pero no podían de ninguna la camaradería, la lealtad,
manera; soplaban con toda su rabia, pero la luz la humildad, el valor,
no se apagaba nunca; les metían las manos en la generosidad y la grandeza de ánimo
los cubos de agua, pero era imposible: la que todo ello ha conseguido inspirar.
pequeña lucecita no se rendía nunca. Al final, Y cuando los llames a juicio,
los dejaron estar... Hicieron poner en los haz que todos esos frutos que hemos dado
periódicos que todo había concluido, cerraron la sirvan para su recompensa y su perdón”.
puerta con siete candados, pusieron vigilantes Anthony de Mello. “Un minuto para el absurdo”.
en la entrada y se fueron. Sal Terrae.
Dentro quedaron solos los niños del país de la
luz. Pero todo el país de la noche, desde el 106. MANIFIESTO DE LAS INDIAS
calabozo hasta la casa del zapatero, todos E INDIOS JÓVENES
vieron cómo en el país de la noche empezaba a
Nosotros, la gran mayoría de las indias y de los
clarear. ¡Quién sabe si habían descubierto que
indios jóvenes de la tribu de aquí, no tener
la pequeña llama había dejado en todos los
trabajo y por eso no tener mondas para comprar
corazones un poco de resplandor!
choza, ni para comida, ni para taparrabos, ni
104. MAESTRO DEL MAESTRO para plumas de colores que alegrar vida y
fiestas de vez en cuando.
Al maestro le preguntaron: “¿Y quién fu vuestro Así que tener que aguantar en choza de padre y
maestro?” Él respondió: “Un perro. Lo vi al madre mientras nuestras caras envejecer y gran
borde de un estanque que agua clara; jadeaba mala leche nos invadir.
de sed y no se atrevía a beber. Al acercarse a la
superficie del agua veía su imagen reflejada, Cuando trabajar, tener que ser el trabajo de
creía que era otro perro que le amenazaba y pocas lunas o debajo de agua y, aunque trabajo
huía sin beber. Al final, la sed pudo más que el ser igual o más que trabajo de indios mayores,
miedo, se arrojó al agua, con lo que desapareció monedas ser muchas menos.
el otro perro y bebió a gusto”. Nosotros decir que aunque no nos dejar mover
“¿Y de qué le sirvió a usted ese incidente?”, manos para trabajar, necesitar mover boca para
insistieron los discípulos. El maestro explicó: comer, y tener derecho a monedas como todos
“Entendía en aquel momento que el obstáculo los indios y las indias de la tribu.
que impedía al perro saciar su sed era su propio Además, cuando crecer, tener que ir a la mili a
yo, es decir, la falsa imagen de la ilusión del yo. perder el tiempo y hacer gilipollas y aprender a
Una vez que ésta desapareció, el perro alcanzó usar palo de fuego y tener que ir en canoa lejos
su objetivo. Ésa es la suprema lección. El a hacer guerra a indios pobres que no habernos

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hecho nada. Si decir no, o mili caca, encerrar en Llegado el momento del diálogo, alguien
cárcel. preguntó: “Entonces, ¿cómo podemos encontrar
Culpa de todo tener gran jefe morro gordo y su a Dios?
clan, que sólo ayudar a rostros pálidos pasta - Mirando la creación, no analizándola.
gansa de afuera a amontonar muchas monedas, - ¿Y cómo hay que mirarla?
mientras nosotros morir de asco.
- Si un labrador intenta buscar la belleza de una
Nosotros saber que situación chunga de ahora puesta de sol, lo único que descubrirá será el
no tener por qué ser situación chunga siempre, sol, las nubes, el cielo y el horizonte de la
sino que poder y tener que cambiar. tierra... mientras no comprenda que la belleza
Nosotros empezar por denunciar, ¿y tú? no es una “cosa”, sino una forma especial de
mirar. Buscarás a Dios en vano mientras no
107. LAS MARIPOSAS comprendas que a Dios no se le puede ver
como una “cosa”, sino que requiere una forma
Tres mariposas amigas vieron cierto día una
especial de mirar... semejante a la del niño, cuya
lámpara de luz en una vivienda. La curiosidad
visión no está deformada por doctrinas y
por saber qué era aquello que brillaba como el
creencias prefabricadas.
sol, pero que no era el astro, les hizo entrar en
aquella habitación. La primera, intrépida, se Anthony de Mello. “Un minuto para el absurdo”.
acercó a la bombilla. Enseguida regresó
diciendo: “No he podido saber muy bien qué era 110. LA MISMA DIRECCIÓN
porque aquello me cegaba”. Una pareja de novios preguntó al maestro:
La segunda, más atrevida, se acercó más y casi “¿Qué debemos hacer para que nuestro amor
se quema las alas; “Es horrible, casi me dure para siempre?”
destroza las alas”. “Amar juntos otras cosas”, respondió el maestro.
La tercera mariposa se acercó más y más, hasta Los amigos no se miran a los ojos, sino que
quedar atrapada por el calor de la bombilla y miran los dos en la misma dirección.
arder con ella. La luz en aquel momento se
volvió más intensa durante algunos segundos... Bruno Ferrero. “El canto del grillo”, p. 54
Sólo la tercera supo realmente qué era la
bombilla. 111. LA MONA
Raúl Berzosa, “Parábolas para una nueva Había una vez una mona que andaba saltando
evangelización”, p. 37 de árbol en árbol. Mientras saltaba vio un bello
nogal. Cogió una nuez y la mordió. Como la
108. MILAGRO cáscara estaba amarga, la mona la tiró y se
quedó sin probar el rico bocado que tenía
- ¿Para qué orar? Dios no me ha concedido lo dentro.
que le he pedido. He buscado a Dios, lo he
buscado sinceramente, con todo el ardor... pero En la vida sucede lo mismo. Existen personas
Dios no acudió a la cita. que comienzan a realizar una actividad:
aprender un oficio, tocar un instrumento,
- Perdón... ¿De qué Dios me hablas? ¡Es tan comenzar una escultura, etc. Estas personas,
fácil buscar un dios a la medida de nuestros cuando tropiezan con las primeras dificultades,
sueños y deseos! En tu país se considera abandonan la tarea iniciada y, de ese modo, se
milagro el que Dios haga tu voluntad. Entre quedan sin saborear las satisfacciones que les
nosotros se considera un milagro el que alguien hubiera deparado el trabajo iniciado, una vez
haga la voluntad de Dios. que hubieran superado las dificultades del
El Dios cristiano nos sorprende, nos desborda y comienzo.
descascarilla nuestros falsos sueños, nuestros Alfonso Francia. “Educar con fábulas”, p. 20
facilones mesianismos. ¡Y nos deja en la
Verdad! 112. LA MUÑECA DE SAL
Prudencio López Arróniz. “Más allá..! PS Ed.
Una muñeca de sal recorrió miles de kilómetros
109. MIRAR A DIOS de tierra firme hasta que, por fin, llegó al mar.
Quedó fascinada por aquella móvil y extraña
El Maestro impartía su enseñanza: “El genio de masa, totalmente distinta de cuanto había visto
un compositor se halla en las notas de su hasta entonces.
música; pero analizar las notas no sirve para
revelar su genio. La grandeza del poeta se “¿Quién eres tú?”, le preguntó al mar la muñeca
encierra en sus palabras; pero el estudio de de sal. Con una sonrisa, el mar respondió:
éstas no revela su inspiración. Dios se revela en “Entra y compruébalo tú misma”.
la creación; pero, por mucho que escudriñes la Y la muñeca se metió en el mar. Pero, a medida
creación, no encontrarás a Dios, del mismo que se adentraba en él, iba disolviéndose, hasta
modo que no descubrirás el alma por mucho que apenas quedó nada de ella. Antes de que
que examines el cuerpo”. se disolviera el último pedazo, la muñeca
exclamó asombrada: “¡Ahora ya sé quién soy!”.

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Alfonso Francia. “Educar con fábulas”, p. 53 Entonces me tranquilicé. Y me sentí vivo. Y, ¡oh
maravilla!, cambié.
113. LA MURMURACIÓN
Ahora sé que en realidad no podía cambiar
Un día, una mujer dada fácilmente a sacar hasta encontrar alguien que me quisiera,
defectos de los demás se fue a confesar con prescindiendo de que cambiara o dejara de
alguien que tenía fama de santo. Aquel confesor cambiar. ¿Me quieres Tú de esa manera, Dios
escuchó pacientemente a la penitente; después mío?
le dijo: “Como penitencia, coge una gallina y Anthony de Mello. “El canto del pájaro”, p. 92
recorre las calles más importantes de tu pueblo
arrancando lentamente las plumas que soltarás 116. NO CUENTAN LOS MÉRITOS
al viento. Después. regresa otra vez a mí”.
El joven está confuso. Su idea de la justicia no
Aquella señora obedeció. Cuando retornó al parece avenirse con lo leído en el Evangelio.
confesor, éste le dijo: “La penitencia no ha Pregunta:
concluido. Ahora debes volver a andar por las
calles y recoger todas las plumas que has - ¿Por qué Dios paga igual jornal a quien trabajó
sembrado”. de sol a sol y a quien sólo trabajó una hora?
“Es imposible”, contestó la mujer. El maestro pondera el valor de la justicia de
Dios, cuya acción está explicada por dos nuevos
“Así es la murmuración”, respondió el confesor. elementos: el amor y la gratuidad. Y prosigue:
Pequeños juicios sobre otras personas pueden
crear situaciones irreparables. - Un padre tiene tres hijos. Uno es fuerte y sano,
constituye un ejemplo de laboriosidad y entrega
P. Righetto al trabajo familiar. El segundo es débil y de
114. NI SIQUIERA TÚ ERES TUYO salud quebradiza, trabaja regularmente, pero no
puede con los trabajos más duros y a veces ha
Y dijo Buda: “Esta tierra es mía, éstos son mis de guardar cama. El tercero tiene parálisis
hijos”... son las palabras que dice el loco que no desde la infancia, es una carga en casa, ya que
comprende que ni siquiera él mismo es suyo. no puede valerse por sí mismo. Vive gracias a
los cuidados de los demás. ¿A quién de los tres
En realidad, nunca posees cosas. Tan sólo las
hijos habrá de amar más el padre?
retienes durante un tiempo. Si eres incapaz de
desprenderte de ellas, serás agarrado por ellas. El joven, tras breves reflexión, responde en tono
seguro:
Todo cuanto atesores debes tenerlo en el hueco
de tu mano como si fuera agua. - Los tres tienen igual derecho al amor del
padre, y en todo caso recibirá más amor aquel
Trata de apresarla y desaparecerá. Intenta
que tenga mayor necesidad de ser amado. El
apropiártela y te manchará.
padre ama sin más, no por los méritos que
Déjala en libertad y será tuya para siempre. tenga cada uno.
Antohny de Mello. “La oración de la rana. 2 Vidal Ayala. “La voz del bosque”. PS.
115. NO CAMBIES 117. NO PESA... ES MI HERMANO
Durante años fui un neurótico. Era un ser El grupo estaba de excursión cuando aparece a
angustiado, deprimido y egoísta. Y todo el lo lejos un niño de unos ocho años que trae
mundo insistía en decirme que cambiara. Y no sobre sus hombros a otro más pequeñito, como
dejaban de recordarme lo neurótico que era. de tres. Su rostro era ardiente, tostadito como el
Y yo me ofendía, aunque estaba de acuerdo con de todos los campesinos del lugar. Más
ellos, y deseaba cambiar, pero no me convencía expresivo quizás al pasar a nuestro lado, pero
de la necesidad de hacerlo, por mucho que lo incapaz de ocultar un cierto cansancio,
intentara. producido sin duda por la distancia, lo difícil del
camino y el peso del niño.
Lo peor era que mi mejor amigo tampoco dejaba
de recordarme lo neurótico que estaba. Y Para dar calor humano y aliento al pobre niño,
también insistía en la necesidad de que yo pregunté con tono de cariñosa cercanía: “Amigo,
cambiara. ¿pesa mucho?”. Y él, con inefable expresión de
cara y encogimiento de hombros, que
Y también con él estaba de acuerdo, aunque encerraban una gran carga de amor, de valor y
tampoco podía impedir ofenderme con él. De de resignación, dice con fuerza y decisión: “No
manera que me sentía impotente y como pesa, es mi hermano”, y agarrando más
atrapado. fuertemente al pequeño, que sonríe y saluda
Pero un día me dijo: “No cambies. Sigue siendo con su manita derecha, echa una corta y lenta
tal como eres. En realidad no importa que carrera haciendo saltar con gracia a su
cambies o dejes de cambiar. Yo te quiero tal hermanito que aún mira una vez atrás para
como eres y no puedo dejar de quererte”. sonreír.
Aquellas palabras sonaron en mis oídos como
música: “No cambies. No cambies... Te quiero”.

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118. NO SE PUEDE ENSEÑAR Entonces la mariposa se fue hacia arriba y


desapareció. Pasaron varios días, que fueron
Un rey envió a su hijo al maestro para que lo años para la oruga, y ésta notó que se le venía
formase en ciencia y en verdad. Cuando volvió, el final. Se fue hacia una rama saliente de pino y
su padre le preguntó: “¿Has aprendido aquello cuando se ponía el sol hizo su tumba de seda,
que no se puede enseñar?”. “No”. “Pues vuelve acostándose para esperar la venida de la
al maestro”. muerte.
El maestro le dijo: “No te lo enseñé porque no Y con el tiempo llegó la primavera de su
me lo pediste y porque no se puede enseñar. nacimiento como mariposa, extendió sus alas y
Sólo se puede indicar. Mira, toma esas rauda se ensimismó en el aire y dio sus
cuatrocientas cabezas de ganado, vacas, primeros aleteos hacia el sol de la mañana. Y
bueyes, ovejas, cabras, llévalas al bosque cuando volaba vio a una oruga que subía
profundo donde nadie llega, cuídalas en trabajosamente por un tronco y posándose
silencio, y cuando las cuatrocientas sean mil, delante de ella le dijo: “Hola, hermana del
vuelve a mí”. pasado. ¿Por casualidad sabes tú que vendrán
El muchacho partió, escogió el lugar y quedó en en el futuro días...?”
solitario apacentando el ganado. Se aburrió. Se Cayetano Arroyo. “Diálogos con Abul-Beka”
desesperó. Se calmó. Se encontró. El silencio
apagó las palabras y acalló el pensamiento. Su 120. OJOS CERRADOS; OJOS
ser entero se sintió uno con la naturaleza y los ABIERTOS
árboles y los prados y el ganado y la vida.
Aprendió lo que no se podía enseñar. Vio lo que La madre de Krishna, la encarnación del dios
no se podía leer. Sintió lo que no se podía más popular, cuidó de él mientras era niño,
expresar. Se olvidó de contar el ganado, de adolescente y joven con todo el cariño de madre
perseguir un fin, de por qué estaba allí. Alcanzó y la sumisión de la fe. Creció Krishna y le llegó
la iluminación. el momento de dejar su casa, su pueblo y a su
madre para predicar, ayudar y redimir a su
Un día los mugidos del ganado le hicieron caer pueblo. Al despedirse, su madre le pidió una
en la cuenta de que ya no cabían en el valle. gracia: “Que siempre que cierre yo los ojos, te
Eran ya más de mil. Sonrió al recordar la misión vea”. Krishna le contestó: “Te concedo una
que le había llevado allí. Recogió el ganado y lo gracia mejor: que siempre que abras los ojos,
pastoreó sin prisas hacia la morada del maestro. me veas”.
Al ver al maestro, el discípulo se inclinó
profundamente ante él. Y el maestro, con la Ver a Dios en todo. En las personas, en las
misma elegante generosidad, se inclinó cosas, en la vida. Ver a Dios con los ojos
profundamente ante el discípulo. Por fin había abiertos. El andar se hace fe y el mirar se hace
aprendido lo que no se puede enseñar. contemplación. Allí está Él. En cada sonido está
el eco de su voz, en cada color está un destello
Nada que merezca la pena puede ser de su mirada. Allí se esconde, o mejor dicho, allí
enseñado. Sólo pueden crearse situaciones en se revela. Todo lo ha hecho Él y Él vive en todo
uno aprenda consigo mismo y con Dios. Ésa es lo que ha hecho. Todo son huellas para quien
la labor del maestro. bien conoce el pisar del Amado.
Carlos G. Vallés. Vida Nueva nº 2027, de Los ojos bien abiertos. Los hizo Él para que
febrero del 96 viéramos todos, y en todo a Él. Rostros y
movimientos, encuentros y sucesos, naturaleza
119. NUEVAS DIMENSIONES y asfalto. No hay diferencia en cuanto a su
Una vez iba una oruga paseando por la rugosa presencia, porque Él está en todo. Basta con
superficie de un tronco. La vio una mariposa y abrir los ojos y verlo. Ver claro, ver de frente, ver
posándose ante ella le dijo: “Hola, hermana del del todo. Saber reconocer rasgos eternos en
pasado. ¿Por casualidad sabes tú que vendrán paisajes diarios. Saber sentir la presencia divina
en el futuro días en que abandonando esa en un apretón de manos. Saber contemplar la
envoltura terrena te hagas voladora como yo y presencia divina en un apretón de manos. Saber
asciendas hacia el cielo?” contemplar la visión infinita en el horizonte del
entorno constante. Saber ver.
Y la oruga le dijo: “Sí. Eso es lo que me
enseñaron mis padres y a ellos les enseñaron ¿Por qué la gente, cuando proponemos unos
mis abuelos. Decían que después de ésta hay minutos de oración, siempre cierra los ojos?
otra vida donde podemos liberarnos de las Carlos G. Vallés. Vida Nueva, 18/3/95
cadenas de la tierra y ascender alados a nuevas
dimensiones. Mas yo no lo creo, y aunque en 121. ORACIÓN “ESCUCHADA”
mis días y en mis noches pienso que camino
hacia algo, mi imaginación se para en este Un piadoso musulmán rezaba todos los días
plano donde adoro el latido de la savia y el ante Dios, y todos los días le suplicaba una
palpitar de las hojas cuando me acarician los gracia que deseaba le concediese. Se colocaba
pies”. siempre para su oración en el mismo rincón de
la mezquita, y tantos años pasaron y tantas
veces repitió su oración que cuentan que las

Textos para orar y reflexionar 31


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señales de sus rodillas y sus pies quedaron Al verlos el cabrero se dijo: “Si los padres vienen
marcadas sobre el mármol del suelo sagrado. a cuidar a sus hijos con tanto esmero, quiero ver
Pero Dios parecía no oír su oración, parecía no cómo los hijos agradecidos de tanto amor a sus
enterarse siquiera de que alguien le invocaba. padres, los cuidan a ellos”.

Un día por fin se le apareció al devoto Cogió una red y la echó sobre la pareja
musulmán en su oración un ángel de Dios, y le aprisionándolos. Inmediatamente abrió la puerta
dijo: “Dios ha decidido no concederte lo que le de la jaula y, dejando libres a los hijos, metió en
pides”. Al oír el mensaje del ángel, el buen ella a los padres. Los hijuelos salieron volando y
hombre comenzó a dar voces de alegría, a en vano los padres esperaron su regreso.
saltar de gozo, a contarles, a todos los que se Al cabo de un tiempo murió la pareja de hambre
reunieron al verlo, lo que le había sucedido. La y dolor.
gente preguntó, sorprendida: “¿Y de qué te Alfonso Francia. “Educar con fábulas”, p. 24
alegras, si Dios no te ha concedido lo que le
pedías?” A lo que él contestó, rebosándole el 124. PARÁBOLA DEL
gozo sincero en cada palabra: “Es verdad que MELOCOTÓN DE SECANO
me lo ha negado, pero al menos así sé que mi
oración llegó hasta Dios. ¡Qué más puedo El Reino de los Cielos se parece a esos
desear!” Y siguió repartiendo alegría. melocotones de secano, que son más
Oración es saber que mi voz llegó a Dios. No es pequeños, más feos y menos presentables que
la petición, la concesión, la respuesta. O sí es los aguados melocotones del mercado. Por
todo eso, pero por dentro y por encima de todo todas esas razones no pueden competir con
es la fe de saber que el mensaje llegó, que mis ellos en precio y se venden por una nonada.
palabras sonaron en oídos divinos, que la tierra Pero ¡qué sabrosos son!, ¡qué delicadamente
tocó el cielo. ¿Qué importa el “resultado” de la dulces!, ¡qué insospechadamente gratificantes
oración cuando tenemos el “contacto”? Yo cuando se los muerde, no sin cierto cuidado,
escribí la carta, y ahora sé que la carta llegó y porque si el bocado es muy ávido, le entra a uno
fue leída. Eso es lo que me interesa. miedo de tropezar con el hueso!
El buen musulmán continuó yendo todos los El reino del capital se parece a uno de esos
días a la mezquita, al rincón marcado por sus melocotones de cada día de cada verano, que
rodillas, para dar gracias porque su oración son una maravilla de la técnica. Son preciosos,
había llegado a Dios. descomunales, tientan a los ojos con sus
colores de lienzo de Sorolla, que sugieren la
Carlos G. Vallés promesa de un nuevo festín de Babette. Su sola
vista parece justificar aquel eslogan antiguo y
122. LA OVEJA PERDIDA... cazaturistas de que “España ofrece calidad”. Y,
Parábola para educadores religiosos: sobre todo, parece justificar cualquier precio que
se pague por ellos. ¡Ellos sí que son un buen
Una oveja descubrió un agujero en la cerca y se
negocio!
escabulló a través de él. Estaba feliz de haber
escapado. Anduvo errante mucho tiempo y Pero con ellos el festín se acaba a la hora de
acabó desorientándose. hincarles el diente: tienen figura y color suave y
sugerencia, pero carecen de lo único decisivo: el
Entonces se dio cuenta de que estaba siendo
buen sabor. El exceso de agua que los ha
seguida por un lobo. Echó a correr y a correr...,
henchido y los ha lavado, e invita a pagarlos sin
pero el lobo seguía persiguiéndola. Hasta que
temor y a morderlos sin miedo, debe ser el
llegó el pastor, la salvó y la condujo de nuevo,
mismo que los ha vuelto insípidos. Están
con todo cariño, al redil.
diciendo: “Págame y muérdeme”, pero luego no
Y a pesar de que todo el mundo le instaba a lo saben a nada.
contrario, el pastor se negó a reparar el agujero
No saben a nada, claro; pero ¡éstos sí que son
de la cerca.
rentables! Mientras que lo del sabor es
Anthony de Mello. “El canto del pájaro”, p. 198 simplemente cuestión de tiempo: dentro de
pocos años, las generaciones que suben ya se
123. LOS PADRES Y LOS HIJOS habrán acostumbrado, y ya no conocerán el
Un cabrero paseando por el campo vio un árbol. sabor del melocotón de secano, ni siquiera del
En el árbol había un nido de pajarillos. Estaban melocotón en general. No podrán comparar. Y
solos, pues los padres habían ido a buscar el donde no puede haber comparación tampoco
alimento. El cabrero cogió los pajarillos y los puede haber sospecha, ni queja, ni protesta. ¡Ya
metió en una fría jaula de metal. veis qué sencillo resulta todo!

Cuando llegaron los padres, viendo que no Quien tenga oídos para oír, que oiga.
estaban sus hijos, afligidos los buscaron. 125. EL PARAÍSO
Encontraron la jaula donde la había puesto el
cabrero y allí estaban los pajarillos revoloteando En un sueño un ferviente discípulo del Talmud
en su interior. fue autorizado a acercarse al templo del
Paraíso, donde los grandes sabios del Talmud

Textos para orar y reflexionar 32


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pasaban su vida eterna. Vio que estaban Anthony de Mello. “El canto del pájaro”, p. 26
sencillamente sentados alrededor de varias
mesas estudiando el Talmud. El discípulo se 128. PERDÓN Y OLVIDO
preguntó: ¿Estoy de verdad en el Paraíso? De
Un cura estaba harto de una beata que todos
pronto oyó una voz: “Te equivocas. Los sabios
los días le venía a contarle revelaciones que
no están en el Paraíso. El Paraíso está en
Dios personalmente le hacía. Semana tras
ellos”.
semana, la buena señora entraba en
Manuel Sánchez Monge. “Parábolas como comunicación directa con el cielo y recibía
dardos”, p. 59 mensaje tras mensaje. Y el cura, queriendo
desenmascarar de una vez lo que de
126. PASARÁ superchería había en tales comunicaciones, dijo
Un rey convocó a la corte a todos los magos del a la mujer: “Mira, la próxima vez que veas a
reino y les dijo: “Querría ser siempre un buen Dios dile que, para que yo me convezca de que
ejemplo para mis súbditos. Presentarme es Él quien te habla, te diga cuáles son mis
siempre como un hombre fuerte y seguro, pecados, esos que yo sólo conozco”. Con esto,
sereno e impasible frente a las vicisitudes de la pensó el cura, la mujer se callará para siempre.
vida. Me ocurre a veces que me encuentro triste Pero a los poco días regresó la beata.
o deprimido por una mala noticia. Otras veces “¿Hablaste con Dios”. “Sí”. “¿Y te dijo mis
una alegría imprevista o un gran éxito me ponen pecados?”. “Me dijo que no me los podía decir
en un estado de sobreexcitación anormal. Todo porque los ha olvidado”. Con lo que el cura no
eso no me gusta. Me hace sentirme como una supo si las apariciones aquellas eran
brizna que lleva el viento de la suerte. verdaderas. Pero supo que la teología de
Fabricadme un amuleto que me proteja de esos aquella mujer era buena y profunda: porque la
estados de ánimo y estos cambios de humor”. verdad es que Dios no sólo perdona los
pecados de los hombres, sino que una vez
Uno tras otro, los magos se echaron atrás. perdonados, los olvida. Es decir, los perdona del
Sabían hacer amuletos de todas las clases para todo.
los incautos que se acercaban a pedirles ayuda,
pero no era fácil engatusar a un rey. Y a un rey Manuel Sánchez Monge. “Parábolas como
que, además, pretendía un amuleto de efecto dardos”, p. 107
tan difícil. 129. LA PERLA
El rey estaba a punto de estallar de ira, cuando
se adelantó un viejo sabio que dijo: “Majestad, Dijo una ostra a otra: “Siento un gran dolor
mañana te traeré el anillo que buscas. Cada vez dentro de mí. Es pesado y redondo y me
que lo mires, si estás triste te pondrás alegre y lastima”.
si te encuentras nervioso, podrás calmarte. Y la otra ostra replicó con arrogante
Simplemente bastará que leas la frase mágica complacencia: “Alabados sean los cielos y el
grabada en el anillo”. mar. Yo no siento dolor dentro de mí. Me siento
Al día siguiente, el sabio volvió y, en medio de bien por dentro y por fuera”.
un silencio general, ya que todos tenían En ese momento, un cangrejo que por allí
curiosidad por conocer la frase mágica, alargó el pasaba escuchó a las dos ostras, y dijo a la que
anillo al rey. estaba bien por dentro y por fuera: “Sí, te
El rey lo miró y leyó la frase grabada sobre el sientes bien e intacta; mas el dolor que soporta
aro de plata: “También esto pasará”. tu vecina es una perla de inigualable belleza”.
José Joaquín Gómez Palacios. “Buenos días / Kahlil Gibrán. “Obras completas (tomo 2)”
2”. CCS. 1995”
130. EL PESCADOR SATISFECHO
127. EL PEQUEÑO PEZ El rico industrial se horrorizó cuando vio a un
“Usted perdone”, le dijo un pez a otro, “es usted pescador del Sur tranquilamente recostado
más viejo y con más experiencia que yo y contra su barca y fumando su pipa.
probablemente podrá ayudarme. Dígame: “¿Por qué no has salido a pescar?”, le preguntó
¿dónde puedo encontrar eso que llaman el industrial.
Océano? He estado buscándolo por todas
“Porque ya he pescado bastante por hoy”,
partes sin resultado”.
respondió el pescador.
“El Océano - respondió el viejo pez - es donde
“¿Y por qué no pescas más de lo que
estás ahora mismo”.
necesitas?”, insistió.
“¿Esto? Pero si esto no es más que agua... Lo
“¿Y qué iba a hacer con ello?”, preguntó a su
que yo busco es el Océano”, replicó el joven
vez el pescador.
pez, totalmente decepcionado, mientras se
marchaba nadando a buscar en otra parte. “Ganarías más dinero”, fue la respuesta. “De
ese modo podrías poner un motor a tu barca.
Deja de buscar, pequeño pez. No hay nada que
Entonces podrías ir a aguas más profundas y
buscar. Sólo tienes que estar tranquilo, abrir tus
pescar más peces. Entonces ganarías lo
ojos y mirar. No puedes dejar de verlo.

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suficiente para comprarte unas redes con las Bernardo Atxaga. “El hombre solo”. Ediciones B.
que obtendrías más peces y más dinero. Pronto
ganarías para tener dos barcas... y hasta una 133. PROBAR POR UNO MISMO
verdadera flota. Entonces serías rico, como yo?”
Una compañía internacional pidió a un
“¿Y qué haría entonces?”, preguntó de nuevo el comerciante indio que le proporcionara
pescador. muestras de frutas, incluyendo variedades para
“Podrías sentarte y disfrutar de la vida”. elegir a diferentes precios. Siguiendo sus
indicaciones, preparó cinco cajas separadas,
“¿Y qué crees que estoy haciendo en este indicando el comerciante a sus obreros que les
preciso momento”, respondió el satisfecho colocaran las etiquetas.
pescador.
Lamentablemente, los embaladores
Anthony de Mello. “El canto del pájaro”, p. 171 confundieron las etiquetas, por lo cual los
precios y las calidades estaban mal indicados.
131. PIDE LO QUE QUIERAS Cuando los importadores abrieron las cajas y
Kapil Muni era pobre y desconocido antes de probaron las de “calidad excelente”, lo que
alcanzar la santidad que lo hizo querido y probaron fue en realidad la calidad ínfima.
venerado en toda la India. Sin inmutarse, sin embargo, declararon que
Su mujer le dijo un día: “Me he enterado de que eran deliciosamente dulces, a pesar de lo
el rey da una moneda de oro al brahmán que es elevado del precio, que ellos estimaron
el primero en bendecirle”. excelente para aquella calidad. Decididamente
harían un pedido grande.
Kapil fue a dormir a la puerta de palacio para ser
el primero en cuanto amaneciera el día. A media Al probar la siguiente clase, que realmente eran
noche le despertó la luna llena, creyó que era el bastante mejores, pusieron gesto de desagrado
sol, y se precipitó a la puerta. Los guardas lo por lo ácido y convinieron en que la inferioridad
apresaron como ladrón. El rey, sin embargo, al estaba reflejada en el precio, mucho menor.
juzgarlo, creyó su historia y le dijo que pidiese lo El resto, que contenía lo mejor, ni lo abrieron y
que quisiera. lo arrojaron a un montón de basura.
Kapil pensó: “Pediré la moneda de oro que me Algunos pájaros, que observaban de lejos,
corresponde. O, ya que el rey me ofrece más, bajaron enseguida y se dieron un festín: “¡Qué
pediré cinco. No, diez. Mejor veinte para cubrir estúpidos son los humanos! ¿Es que no pueden
todo el año. O cien. Más seguro mil. Digamos probar por sí mismos la calidad en lugar de
cien mil para asegurar el porvenir de los hijos. confiar en las etiquetas?”
Mejor aún un millón para vivir de los intereses.
Pero el dinero solo no da seguridad. Ya que el Pedro Ribes. “Parábolas y fábulas...”, p. 81
rey no ha puesto límite a lo que puedo pedirle, le 134. PROGRESO
pediré la mitad de su reino. ¿Y por qué la mitad
tan sólo? Le pediré el reino entero. Aunque eso El maestro estaba escuchando a un afamado
no sería justo para con el rey que tan bien se economista cómo explicaba sus ideas acerca
porta conmigo. Mejor conformarme con la mitad del desarrollo. El economista defendía que lo
del reino. Ahora que eso de la administración más importante era el crecimiento económico y
conllevaría muchas preocupaciones. Más vale el bienestar. Porque todo crecimiento es bueno
dejarlo en dinero. Volvamos al millón de en sí mismo.
monedas de oro. Demasiado. La verdad es que
El maestro tomó la palabra: “Si su teoría fuese
con cien mil me basta y me sobra para mí y toda
cierta, habría que admitir que es lo mismo que
mi familia. Y también con mil. Para ser sincero
piensa la célula cancerosa: lo único importante
voy a pedir sólo cien. O veinte. O diez. O cinco.
es crecer, sin discernir el bien o el mal que se
Lo mejor será pedir honradamente una moneda
pudiera estar haciendo”.
de oro que es lo que me corresponde. ¿Y para
qué necesito yo una moneda de oro? Mejor Raúl Berzosa, “Parábolas para una nueva
estoy como estoy”. evangelización”, p. 192
Cesó el deseo. Y Kapil alcanzó la iluminación. 135. LOS PUERCOESPINES
Carlos G. Vallés
Es de noche y hace frío. Y en una gran
132. EL PRESO Y EL REY extensión están unos puercoespines. Como
hace frío, se acercan, y como se acercan, se
En la cárcel se decía: “Un hombre está preso, pinchan. Y al hacerse daño, se separan. Y así
pero todas y cada una de las noches sueña que sucesivamente.
es rey y vive con todas las comodidades de un
Todo el juego de la vida consiste en encontrar la
rey; en cambio, muy lejos de la prisión, un rey
distancia que nos permite al mismo tiempo
tiene cada noche el sueño opuesto, es decir,
ayudarnos los unos a los otros y no hacernos
que está preso y vive penado en la cárcel.
daño los unos a los otros. Aceptar que el otro no
¿Quién será más feliz de los dos?” Y la
sea yo, que posea caminos propios y, al mismo
respuesta: “En invierno el preso, en verano el
rey”.

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tiempo, no aceptar la separación: intentar vivir a 138. ¿QUÉ PIDE DIOS DE MÍ?
dos.
Schopenhauer El viejo monasterio había sobrevivido a las
diversas vicisitudes y pruebas de su ya larga
136. ¡QUÉ DIFÍCIL ES EL PERDÓN! historia. La fundación se remontaba a los
tiempos en que la comarca estaba deshabitada,
Érase un rey que tenía tres hijos. Poseía por tratarse de un terreno abrupto de difícil
además muchas riquezas. Sobre todo un acceso. El núcleo de la población actual nació a
brillante de valor extraordinario, admirado en el la sombra del monasterio y se mantenía
mundo entero. ¿Para quién sería aquel brillante vinculado a él. Existía una mutua dependencia y
al repartir la herencia? Su padre les sometió a complementación. En todo tiempo hubo jóvenes
una prueba. Sería para el que realizase la del pueblo que abrazaban la vida monacal. Los
mayor hazaña el día señalado... Al llegar la monjes, a su vez, dedicaban generosos
noche, cada uno relató los acontecimientos de esfuerzos a cultivar el espíritu del pueblo.
la jornada.
Había destacada, en estas tareas, un anciano
El mayor había dado muerte a un dragón que monje cuya larga vida de entrega a Dios y de
sembraba el pánico por todo el reino. El atención a los demás era objeto de admiración
segundo venció a diez hombres bien armados común. Retirado de la actividad directa por su
con una pequeña daga. El tercero dijo: “Salí avanzada edad, aún era buscado por su don del
esta mañana y encontré a mi mayor enemigo consejo.
durmiendo al borde de un acantilado... y le dejé
Hasta el venerado monje llegó un joven, atraído
seguir durmiendo”.
por la fama de su ciencia y virtud. Cuando
Entonces el rey se levantó de su trono, abrazó a estuvo ante él, le expuso:
su hijo menor y le entregó el brillante.
- Deseo que me digas, con brevedad y sin
Manuel Sánchez Monge. “Parábolas como palabras rebuscadas, qué es lo que Dios pide a
dardos”, p. 116 cada uno; necesito saber qué quiere Dios de mí.
137. ¡QUÉ MÁS QUIERES! Responde el monje:
- Es muy sencillo. Jesús nos vino a mostrar, con
Un hombre se hallaba en el tejado de su casa su vida, y a decirnos lo que Dios quiere de
durante unas inundaciones y el agua le llegaba nosotros: simplemente lo quiere todo.
ya a los pies. Poco después, pasó un individuo
remando en una canoa, y le gritó: “¡Oiga! Vidal Ayala. “La voz del bosque”. PS.
¿Quiere que le lleve a un sitio más alto?”.
139. RAÍCES
“No, gracias”, replicó el hombre. “Tengo fe en el
Señor y Él me salvará. Un niño que jugaba con otros niños lo vio pasar
y dejándolo todo se fue tras Él para escucharle.
Pasó el tiempo, y el agua le llegaba al hombre
Y el Maestro señalándolo decía:
hasta la cintura. Entonces pasó por allí una
lancha de motor. “¿Quiere que le lleve a un sitio - Mirad que para él, aquello que deja es tan
más alto?”, gritó el que la llevaba. valioso como si vosotros dejarais vuestras casas
y vuestras familias y todas vuestras posesiones.
“No, gracias”, respondió el hombre. “Tengo fe en
el Señor, y Él me salvará”. Bienaventurados vosotros que podéis dejar
porque tenéis y más bienaventurados aquellos
Más tarde, cuando el nivel del agua llegaba ya
que más tienen porque más pueden dejar.
al cuello del individuo, llegó un helicóptero.
“¡Cójase a la cuerda!”, gritó el piloto. “Yo le Envidia os tiene la montaña, que no puede dejar
subiré”. de ser montaña para hacerse nube. Envidia os
tiene el hermano árbol, que no puede ni por un
“No, gracias”, respondió el hombre por tercera
instante dejar de ser árbol para hacerse águila.
vez. “Tengo fe en el Señor, y Él me salvará”.
Y la hermana rosa, ¡cuánto daría por volar como
Desconcertado, el piloto dejó a aquel hombre en una mariposa! Vosotros podéis dejar todo
el tejado, casi cubierto por las aguas. Después cuanto se os dio, para probaros.
de haber pasado horas allí, el pobre hombre no
Y cuando guardáis, no hacéis sino alargar las
pudo resistir más, se ahogó, y fue a recibir su
pruebas, hasta atrofiaros, como se atrofian los
recompensa.
árboles viejos y echan raíces cada vez más
Mientras aguardaba ante las puertas del profundas.
Paraíso, se halló frente al Creador, y se quejó
Cayetano Arroyo. “Diálogos con Abul-Beka”,
de lo ocurrido: “Señor, yo tenía total fe en que
Tú me salvarías, y me abandonaste. ¿Por 140. RANA DEL POZO
qué?”.
A lo cual replicó el Señor: “¿Qué mas quieres? En un pozo profundo vivía una colonia de ranas.
¡Te mandé dos lanchas y un helicóptero”. Llevaban su vida, tenían sus costumbres,
encontraban su alimento y croaban a gusto
Johnny Hart haciendo resonar las paredes del pozo en toda
su profundidad. Protegidas por su mismo

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aislamiento, vivían en paz, y sólo tenían que traición; y ella dijo que no pensaba bajar, y que
guardarse del pozal que, de vez en cuando, les deseaba a todas que lo pasaran bien, y se
alguien echaba desde arriba para sacar agua marchó con su compañera y los siete
del pozo. Daban la alarma en cuanto oían el renacuajos.
ruido de la polea, se sumergían bajo el agua o Abajo en el pozo hubo mucho revuelo, y hubo
se apretaban contra la pared, y allí esperaban, algunas ranas que quisieron comentar la
conteniendo la respiración, hasta que el pozal propuesta, pero las autoridades las acallaron en
lleno de agua era izado otra vez y pasaba el seguida, y la vida volvió a la normalidad de
peligro. siempre en el fondo del pozo.
Fue a una rana joven a quien se le ocurrió Al día siguiente, por la mañana, la niña de las
pensar que el pozal podría ser una oportunidad trenzas rubias se quedó asombrada cuando, al
en lugar de un peligro. Allá arriba se veía algo sacar el cubo con agua del pozo, vio que estaba
así como una claraboya abierta, que cambiaba lleno de ranas
de aspecto según fuera de día o de noche, y en
la que aparecían sombras y luces y formas y Carlos García Valles. “Salió el sembrador...”
colores que hacían presentir que allí había algo
nuevo digno de conocerse. Y, sobre todo, 141. REGALO, NADA MÁS
estaba el rostro con trenzas de aquella figura Ayer me encontraba en la cocina preparando la
bella y fugaz que aparecía por un momento cena. Entró mi hija mayor. Me dio un papel
sobre el brocal del pozo a arrojar el cubo y escrito. Apartando la comida del fuego y
recobrarlo todos los días en su cita sagrada y tomando el papel entre mis manos comencé a
temida. Había que conocer aquello. leer:
La rana joven habló, y todas las demás se le “Por haberme lavado los dientes
echaron encima: “Eso nunca se ha hecho. Sería toda la semana: 7 pesetas.
la destrucción de nuestra raza. El cielo nos Por ir a comprar el pan: 3 pesetas.
castigará. Te perderás para siempre. Nosotras Por traer el pan y la gaseosa: 4 pesetas.
hemos sido hechas para estar aquí, y aquí es Por cuidar el hermanito
donde nos va bien y podemos ser felices. Fuera cuando saliste con papá al cine: 15
del pozo no hay más que destrucción absoluta. pesetas.
Que nadie se atreva a violar las sabias leyes de Por ir a buscar las quinielas: 7 pesetas.
nuestros antepasados. ¿Es que una rana Por tomarme
jovenzuela de hoy puede saber más que ellos? las asquerosas medicinas: 14 pesetas.
La rana esperó pacientemente la próxima Total: 50 pesetas.
bajada del pozal. Se colocó estratégicamente, Había terminado de leer. Ella estaba tan
dio un salto en el momento en que el pozal iba a tranquila moviendo su bolígrafo entre los
ser izado y subió en él ante al asombro y el dientes. Mientras la miraba, algo me hizo sentir
horror de la comunidad batracia. El consejo de una profunda pena. Y al mismo tiempo una serie
ancianos excomulgó a la rana prófuga y prohibió de recuerdos se agolparon en mi mente.
que se hablara de ella. Había que salvaguardar Tomando el bolígrafo, di la vuelta al papel y
la seguridad del pozo. comencé a escribir:
Pasaron los meses sin que nadie hablara de ella Por nueve meses
y nadie se olvidara de ella, cuando un buen día que duró tu gestación: REGALO.
se oyó un croar familiar sobre el brocal del pozo, Por ese parto
se agruparon abajo las curiosas y vieron que ahora dicen sin dolor: REGALO.
recortada contra el cielo la silueta conocida de la Por las lágrimas
rana aventurera. A su lado apareció la silueta de que pude derramar: REGALO.
otra rana, y a su alrededor se agruparon siete Por mis horas
pequeños renacuajos. de desvelo e inquietud: REGALO.
Por los gastos
Todas miraban sin atreverse a decir nada,
cuando la rana habló: “Aquí arriba se está de colegio y de profesor: REGALO.
maravillosamente. Hay agua que se mueve, no Por los objetos
como allá abajo, y unas fibras verdes y suaves que rompiste de valor: REGALO.
que salen del suelo y entre las que da gusto Por la ropa
moverse, y donde hay muchos bichos pequeños que te compro sin cesar: REGALO.
muy sabrosos y variados, y cada día se puede Por los chicles,
comer algo diferente. Y luego hay muchas ranas golosinas y demás: REGALO.
de muchos tipos distintos, y son muy buenas, y Después de leer mi mensaje, tenía lagrimas en
yo me he casado con ésta que está aquí a mi los ojos. Me abrazó muy fuerte y me dijo:
lado, y tenemos siete hijos y somos muy felices. “Mamá, te quiero mucho”. Tomó el papel en mis
Y aquí hay sitio para todas, porque esto es muy manos y en grandes letras escribió: REGALO.
grande y nunca se acaba de ver lo que hay allá Regalo, regalo nada más, hija mía. Mi suma de
lejos”. amor te quiero regalar. Yo nunca me fijo en la
De abajo, las fuerzas del orden advirtieron a la suma. ¡Qué más da!
rana que, si bajaba, sería ejecutada por alta

Textos para orar y reflexionar 36


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142. REGATEAR POR LA VIDA maldad; otros no sabían lo que hacían; y otros
hacían el mal creyendo que hacían el bien”.
En sus años jóvenes, el Maestro había viajado El Maestro concluye: “Y tú, ¿qué eres?”
por todo el mundo. Hallándose una vez en el
puerto de Sanghai, oyó un griterío cerca de su Hay tanto de bueno en el peor y tanto de malo
barco. Al mirar hacia allá, vio cómo un hombre, en el mejor que es absurdo condenar a nadie.
inclinado sobre la borda de un junco cercano, Carlos García Vallés
sujetaba por la coleta a otro hombre que se
debatía frenéticamente en el agua. 145. EL SECRETO DE LA
El del junco sumergía al otro de vez en cuando FELICIDAD
en el agua y lo volvía a sacar. Luego discutían
Una niña caminaba por el bosque cuando vio
ambos durante un minuto, o algo así, hasta la
una mariposa atrapada entre las zarzas. Con
siguiente zambullida.
sumo cuidado para no romperle las alas, la
El Maestro llamó entonces al grumete y le liberó.
preguntó de qué discutían. El muchacho sonrió
La mariposa, después de volar un rato, regresó
y dijo: “No discuten, señor. El del junco le pide al
y, de improviso, se transformó en una preciosa
otro sesenta yuans por no ahogarle, y éste sólo
hada que le dijo: “Para agradecer tu bondad,
le ofrece cuarenta”.
escucharé tu mayor deseo”.
Tras las lógicas risas de los discípulos, el
La niña reflexionó un instante y después
Maestro dijo: “¿Hay uno solo de vosotros que no
respondió: “Quiero ser feliz”.
ande regateando con la única Vida que hay?”. Y
todos guardaron silencio. Entonces el hada se inclinó sobre ella, le
susurró algo al oído y desapareció.
Anthony de Mello. “Un minuto para el absurdo”.
La niña se convirtió en mujer y nadie en todo el
143. SALVAR A UNO país era más feliz que ella. Cuando le
preguntaban el secreto de su alegría, se limitaba
- Con lograr salvar a un solo muchacho en esta a sonreír y decía: “He seguido el consejo de una
institución ya habrán quedado justificados los buena hada”.
gastos y esfuerzos que se invierten en una
institución de este tipo - dijo un experto Pasaron los años y la niña se hizo vieja, pero
educador en el momento de inaugurar un era siempre la más dulce y feliz viejecita del
reformatorio. país. Sus vecinos, y también sus nietos, temían
que pudiese morir con ella el secreto de su
Posteriormente, un miembro de la junta directiva felicidad. Le pidieron: “Revélanos qué te dijo el
le dijo: hada”.
- ¿No ha estado usted ligeramente exagerado? La deliciosa viejecita les respondió: “Me reveló
¿Cree de veras que el salvar a un solo que, incluso los que aparentan seguridad, todos
muchacho justificaría todos los gastos y tienen necesidad de mí”.
esfuerzos?
Herminio Otero
- ¡Si se tratara de mi hijo, sí! - fue la respuesta. Narraciones para la catequesis
Antohny Mello. “La oración de la rana. 2”, p. 30 146. EL SECRETO DEL PARAÍSO
144. SANTO Y PECADOR Un samurai fuerte y corpulento fue a visitar a un
El maestro le pide al discípulo: “Encuéntrame un pequeño monje: “Enséñame en qué consiste el
santo. recorre toda la tierra y sus continentes, cielo y el infierno”.
busca en rincones y cuevas si es necesario; El monje alzó los ojos para contemplar al
tómate todo el tiempo que haga falta, pero al imponente guerrero y le respondió con enorme
final trae a un verdadero santo a mi presencia”. desprecio: “¿Enseñarte a ti en qué consiste el
El discípulo parte, busca, tarda en volver y, al cielo y el infierno? En verdad que no me sería
fin, regresa solo. Y explica: “No lo encontré. Vi a posible enseñarte nada. Eres puerco y
grandes ascetas, pero me parecían cerrados en hediondo, eres una vergüenza, un flagelo para
sí mismos; observé a quienes servían la casta los samurais. Apártate de mi vista, no
heroicamente al prójimo, pero percibí una puedo soportarte”.
sombra de vanidad en sus acciones; admiré El samurai montó en cólera. Comenzó a
oraciones encendidas, pero noté que e fervor no temblar, el rostro encendido de rabia. no lograba
duraba en su firmeza. Ninguno me satisfizo del decir una palabra. Desenvainó la espada y la
todo”. puso en alto, dispuesto a acabar con la vida del
El Maestro cambia su mandato: “Búscame un monje.
pecador y tráelo a mi presencia”. - Eso es el infierno - murmuró el monje.
El discípulo parte... y regresa nuevamente solo: El samurai estaba confundido. ¡Cuánta
“No encontré a un verdadero pecador. Unos compasión y rendimiento en este hombrecillo
hacían el mal, pero era por debilidad, no por que había ofrecido la propia vida para darle esa
enseñanza, para demostrarle lo que es el

Textos para orar y reflexionar 37


ITAKA - ESCOLAPIOS CUENTOS Y PARÁBOLAS

infierno! Lentamente bajó la espada, lleno de tarde, se toma un merecido descanso”. Y siguió
gratitud y de una paz inesperada. su camino.
- Y eso es el cielo - murmuró el monje. Enseñanza de la parábola: en realidad no
Bruno Ferrero. “La silla vacía...”, p. 34 podemos decir mucho del carácter y costumbres
del campesino que se sentó a la puerta de su
147. SENDA ESTRECHA casa. Pero sí podemos decir algo de los tres
hombres que pasaron por el camino: del primero
En cierta ocasión previno Dios al pueblo de un podemos decir que era un perezoso, del
terremoto que habría de tragarse las aguas de segundo que era un mujeriego y del tercero que
toda la tierra. Y las aguas que reemplazarían a era un hombre muy trabajador.
las desaparecidas habrían de enloquecer a todo
De un apotegma de los Padres
el mundo.
Tan sólo el profeta se tomó en serio a Dios. 149. LA SERPIENTE Y LA ABEJA
Transportó hasta la cueva de su montaña
enormes recipientes de agua, de modo que no Iba una abeja volando por un campo lleno de
hubiera de faltarle el líquido elemento en los flores y arbustos, se paró en uno de ellos y
días de su vida. extrajo miel. Pasaba por allí una serpiente y se
acercó al mismo arbusto, mordió el tronco y
Y efectivamente, se produjo el terremoto, sacó veneno.
desaparecieron las aguas y una nueva agua
llenó los arroyos y los lagos y los ríos y los Esto me hizo pensar que, de un libro lleno de
estanques. Algunos meses más tarde bajó el ciencia leído por dos personas, una mala y la
profeta de su montaña a ver lo que había otra buena, pueden sacar la buena miel, es
ocurrido. Y era verdad: todo el mundo se había decir lo bueno del libro, y la mala el veneno.
vuelto loco y le atacaba a él y no quería tener De lo que se deduce que todo depende de las
nada que ver con él. Y hasta se convenció de buenas o las malas intenciones con que se
que era él el que estaba loco. miran y hacen las cosas. O dicho de otro modo:
Así pues, el profeta regresó a su cueva de la el malo lo malo ve, y el bueno ve lo bueno.
montaña, contento por haber tenido la Alfonso Francia. “Educar con fábulas”, p. 86
precaución de guardar agua. Pero, a medida
que transcurría el tiempo, la soledad se le hacía 150. SÍSIFO
insoportable. Anhelaba tener compañía humana.
Los dioses habían condenado a Sísifo a
De modo que descendió de nuevo a la llanura.
hacer rodar una roca hasta la cima de una
Pero nuevamente fue rechazado por la gente,
montaña, llegada a la cual, la piedra volvía a
tan diferente de él.
caer por su propio peso. Pensaron, y con razón,
Entonces el profeta tomó su decisión: Tiró el que no existe castigo más doloroso que el
agua que había guardado, bebió del agua nueva trabajo inútil y sin esperanza ninguna... Ver
y se unió a sus semejantes en la locura. todo el esfuerzo en tensión para elevar la
Cuando buscas la Verdad, vas solo. La senda enorme piedra, hacerla rodar y ayudarla a
es demasiado estrecha para llevar compañía. vencer la fuerza de gravedad de una pendiente,
Pero, ¿quién puede soportar semejante cien veces bajada y subida; ver el rostro
soledad? crispado con la mejilla pegada contra la
piedra...
Anthony de Mello. “El canto del pájaro”, p. 120
Y al final de cada largo esfuerzo, medido por
148. LOS SENDEROS DE LA LUZ el cielo y el tiempo sin profundidad, tener la
esperanza de lograr la meta. Una vez allí,
Un día, al atardecer, un campesino se sentó a la Sísifo ve la piedra descender de nuevo,
puerta de su casa a tomar el fresco, Por ahí rápidamente, en unos instantes, hacia ese
pasaba el camino en dirección al cercano mundo inferior de donde es necesario elevarla
pueblo. otra vez hacia las cimas. Vuelta a descender a
Pasó un hombre, que al divisar al campesino las llanuras. Esa misma lucha hacia las
sentado, pensó para sí: “Este hombre es un cumbres basta para llenar un corazón de
perezoso. No trabaja y se pasa el día sin hacer hombre. Pensemos que Sísifo era dichoso.
nada sentado a su puerta”. Y siguió de largo. Nota.- La acción tiene valor en sí. Es lo que
Luego pasó otro caminante en dirección al exalta el mito. Permite al hombre la satisfacción
pueblo, y al ver al campesino sentado, pensó de desarrollarse. Pero le falta algo muy humano:
para sí: “Ese hombre es un mujeriego. Está todo saber por qué lucha.
el día sentado junto al camino para ver pasar a
las muchachas y alternar con ellas”. Y siguió de 151. SOLIDARIDAD
largo. Estaba un día Diógenes plantado en la esquina
Pasó otro viajero en dirección al pueblo, y al ver de una calle riendo como un loco.
al campesino sentado a su puerta, pensó para “¿De qué te ríes?”, preguntó un transeúnte.
sí: “Este hombre es muy trabajador. Ha
trabajado duro todo el día, y ahora, al caer la

Textos para orar y reflexionar 38


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“De lo necio que es el comportamiento humano”, Carlos G. Vallés


respondió. Vida Nueva nº 2051 de julio 1996
“¿Ves esa piedra que hay en medio de la calle? 154. EL TAPARRABOS
Desde que llegué esta mañana diez personas
han tropezado con ella y la han maldecido, pero Un gurú quedó tan impresionado por el progreso
ninguna de ellas se ha tomado lo molestia de espiritual de su discípulo que, pensando que ya
retirarla para que no tropezaran otros con ella”. no necesitaba ser guiado, le permitió
independizarse y ocupar una pequeña cabaña a
Raúl Berzosa, “Parábolas para una nueva
la orilla del río.
evangelización”, p. 109
Cada mañana, después de efectuar sus
152. EL SUFRIMIENTO abluciones, el discípulo ponía a secar su
taparrabos, que era su única posesión. Pero un
Un discípulo preguntó al maestro: día quedó consternado al comprobar que las
- ¿Por qué los buenos sufren más que los ratas lo habían hecho trizas. De manera que
malos?. tuvo que mendigar entre los habitantes de la
El maestro respondió: aldea para conseguir otro. Cuando las ratas
también destrozaron éste, decidió hacerse con
- Una vez un ciudadano tenía dos vacas, una un gato, con lo cual dejó de tener problemas con
robusta y otra débil. ¿A cuál puso el yugo? las ratas, pero, además de mendigar para su
- Ciertamente a la fuerte, respondió el discípulo. propio sustento, tuvo que hacerlo para
conseguir leche para el gato.
Concluyó el maestro:
“Eso de mendigar es demasiado molesto”,
- Así hace el Misericordioso: para que el mundo
pensó, “y demasiado oneroso para los
siga adelante, pone el yugo a los buenos.
habitantes de la aldea. Tendré que hacerme con
Anónimo judío. “Parábolas para una nueva una vaca”. Y cuando consiguió la vaca, tuvo que
evangelización”, p. 73 mendigar para conseguir forraje. “Será mejor
que cultive el terreno que hay junto a la cabaña”,
153. EL TALISMÁN pensó entonces. Pero también aquello demostró
En premio a sus servicios al maestro, el joven tener sus inconvenientes, porque le dejaba poco
recibió un talismán con el que podría lograr todo tiempo para la meditación. De modo que empleó
lo que desease. Sólo tenía que tener cuidado de a unos peones que cultivaran la tierra por él.
cumplir con las condiciones que imponía su uso. Pero entonces se le presentó la necesidad de
Podía usarse sólo para algo importante, algo vigilar a los peones, por lo que decidió casarse
que no hiciera daño a nadie sino bien a todos, y con una mujer que hiciera esa tarea.
algo que él no pudiera obtener por sus propias Naturalmente, antes de que pasara mucho
fuerzas. Con esas condiciones quedaba tiempo se había convertido en uno de los
garantizada la fuerza del talismán y el efecto hombres más ricos de la aldea.
inmediato. Años más tarde, acertó a pasar por allí el gurú,
El joven lo guardó celosamente y esperó la que se sorprendió al ver una suntuosa mansión
ocasión de usarlo. Pensó en dinero, pero eso lo donde antes se alzaba la cabaña. Entonces le
podía ir consiguiendo él mismo poco a poco; preguntó a uno de los sirvientes: “¿No vivía aquí
pensó en el amor de una joven, pero un discípulo mío?”
comprendió que era mucho más noble ganarle Y antes de que obtuviera respuesta, salió de la
el corazón con su propia bondad y cariño; pensó casa el propio discípulo. “¿Qué significa todo
en viajar por todo el mundo, pero supo que esto, hijo mío?”, preguntó el gurú.
también eso entraba dentro de sus propias “No va usted a creerlo, señor”, respondió éste,
fuerzas si realmente lo deseaba. “pero no encontré otro modo de conservar mi
Al fin cayó descubrió el verdadero mensaje del taparrabos”.
talismán. Hacerle caer en la cuenta de lo que Así crecen las organizaciones espirituales.
verdaderamente deseaba y hacerle extremar
sus esfuerzos pues, bien pensado, siempre Anthony de Mello. “La oración de la rana (1º
estaba a su alcance lo que realmente deseaba, tomo)”, p. 110
y era mucho más satisfactorio lograrlo con su
propio esfuerzo que no con la magia de un 155. EL TAPIZ MARAVILLOSO
talismán extraño. El talismán tenía su fuerza en Un buen hombre recibió una carta de un amigo.
no ser usado. En hacer reflexionar ante cada Le comunicaba que le iba a regalar un hermoso
crisis. En sacar a flote las fuerzas ocultas que tapiz. Era precioso, le decía, y hacía los
siempre son más de las que creemos tener. En mayores elogios del tapiz precioso que iba a
entregarnos al máximo y hacer todo lo que está recibir todo él bordado en oro, representaba
en nuestra mano antes de pedir ayuda ajena. En primorosamente unas escenas bellísimas de
descubrirnos a nosotros mismos. cacería, los colores estaban perfectamente
Por eso se trata de un talismán que todos conseguidos. Su valor, en una palabra, era
hemos recibido. Ahora nos toca usarlo... sin incalculable.
usarlo.
Textos para orar y reflexionar 39
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A los pocos días llamaron a su puerta para Entonces vio llegar a un tigre que llevaba una
entregarle el tapiz. presa en su boca. El tigre ya se había hartado y
Lo desembaló a toda prisa, y al verlo, no pudo dejó el resto de la carne para el zorro.
menos de sentirse defraudado. Aquello no era Al día siguiente, Dios volvió a alimentar al zorro
sino un montón de hilos mal distribuidos sin por medio del mismo tigre.
formar dibujo alguno inteligible. Aquí y allá se En hombre comenzó a maravillarse de la gran
veían nudos empalmados de cualquier manera. bondad de Dios y se dijo:
Por ningún sitio veía aquellas maravillosas
escenas de cacería de que le había hablado. - Voy también yo a quedarme en un rincón,
¿No será fruto de la imaginación de mi amigo?, confiando en el Señor, y Éste me dará cuanto
llegó a pensar. ¡Tantos elogios para tan poca necesito.
cosa! Así lo hizo durante muchos días. Pero no
De repente, y casi sin advertirlo, dio la vuelta al sucedía nada. El pobre hombre estaba casi a
regalo y respiró aliviado. Desgraciadamente lo las puertas de la muerte cuando oyó una voz
había estado mirando del revés. Ahora sí pudo que le decía:
admirar los riquísimos matices de los colores, - Oh tú, que te hallas en la senda del error, abre
las bellas escenas representadas... En fin, le los ojos a la verdad. Sigue el ejemplo del tigre y
pareció que su amigo se había quedado corto deja de imitar al pobre zorro mutilado.
en las alabanzas.
Luego, el hombre vio a una niña aterida y
Así nos ocurre a nosotros con el dolor. Depende tiritando de frío dentro de un ligero vestido y con
de por dónde lo miremos. Mirado del lado de pocas perspectivas de conseguir una comida
acá nos parece un sinsentido, un absurdo. Visto decente. Se encolerizó y le dijo a Dios:
desde los ojos de Dios puede convertirse en una
- ¿Por qué permites estas cosas? ¿Por qué no
ocasión maravillosa para encontrarnos con lo
haces nada para solucionarlo?
mejor de nosotros mismos, con los demás y con
el mismo Dios. Durante un rato, Dios guardó silencio. Pero
aquella noche, de improviso, le respondió:
Manuel Sánchez Monge. “Parábolas como
dardos”, p. 217 - Ciertamente que he hecho algo. Te he hecho a
ti.
156. TE AYUDARÉ SIEMPRE ASÍ Manuel Sánchez Monge. “Parábolas como
En el patio de recreo de un centro de dardos”, p. 191
recuperación para poliomelíticos, un niño de
siete años acaba de caer al suelo y lucha por 158. TODO ES RELIGIÓN
levantarse. Los músculos de sus piernas están Un predicador norteamericano preguntó al
atrofiados y agarrotados por la terrible camarero de un restaurante de Pekín qué era la
enfermedad y se retuerce en el suelo buscando religión para los chinos.
una posición que le permita utilizar las fuerzas
intactas de sus brazos, para poder incorporarse. El camarero le hizo salir a la terraza y le
preguntó: “¿Qué es lo que usted ve desde aquí,
El educador pasa en esos momentos por allí y el señor?”
niño, al verlo, abandona el esfuerzo y le tiende
la mano gritándole: “Levántame”. Pero el “Veo una calle y unas casas, gente que pasea y
educador se le aproxima sonriendo y le autobuses y taxis que circulan”.
responde: “No, Juanito, levántate tú”. El niño “¿Y qué más?”
tiene un arrebato de cólera, golpea el suelo con
“Árboles”.
los puños, pero el educador no cede. Entonces,
calmado ya, reanuda su esfuerzo. Poco a poco, “¿Qué más”
encuentra una forma de equilibrio irguiéndose “Está soplando el viento...”
por atrás y apoyándose en los brazos muy
despacio, se levanta y se mantiene de pie. Su El chino extendió sus brazos y exclamó: “¡Eso
cara se dilata en una inmensa alegría y es la religión, señor!”
arrojándose en brazos del educador le grita: “Tú ¡Lo buscas como quien busca la visión con los
no me has ayudado, ¿eh? Tienes que decírselo ojos abiertos! Es tan evidente que es difícil
a los demás... que tú no me has ayudado, que lo buscarlo.
he hecho yo solo”. Pero después, un poquito Anthony de Mello. “La oración de la rana (2º
después reflexiona un poco y añade: “Sí, a tomo)”, p. 102
pesar de todo, tú me has ayudado...”. El otro le
responde: “Te ayudaré siempre así”. 159. TONELADA DE ARROZ
Jean Le Du
“Una mujer que deseaba vivamente encontrar la
157. TE HICE A TI paz en medio de sus quehaceres domésticos de
esposa y madre, acudió al sabio Yang Zhu y le
Un hombre que paseaba por el bosque vio a un rogó le instruyera lo más rápidamente posible
zorro que había perdido sus patas, por lo que el para alcanzar la iluminación enseguida y poder
hombre se preguntaba cómo podría sobrevivir. volver a su hogar con el ánimo ecuánime, ya

Textos para orar y reflexionar 40


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que tenía plena fe en que, una vez liberada su Pero resulta que el gurú había hablado de un
mente de la ilusión que es la vida, podría Mesías “disfrazado”... ¿No serían aquellos
dedicarse plenamente a sus deberes sin que defectos parte de su disfraz? Bien mirado, todos
éstos turbaran en manera alguna su espíritu. en el monasterio tenían defectos... ¡y uno de
sabía que esto era así, y estaba dispuesta a ellos tenía que ser el Mesías!
hacer todo lo que se le dijera para llegar a la Cuando llegó al monasterio, reunió a los monjes
liberación interior en el breve tiempo de que y les contó lo que había averiguado. Los monjes
disponía. se miraban incrédulos unos a otros: ¿el
El sabio respondió: “Genuino es tu deseo, y ésa Mesías... aquí? ¡Increíble! Claro, que si estaba
es la primera gran condición para alcanzar el disfrazado... entonces, tal vez... ¿Podría ser
fruto del espíritu. Pero también hace falta cierta éste... o aquél?
instrucción y ciertas prácticas que puedo ir Una cosa era cierta: si el Mesías estaba allí
enseñándote poco a poco en ratos breves, disfrazado, no era probable que pudieran
según tengas tiempo para venir a verme. Junto reconocerle. De modo que empezaron todos a
con el gran deseo, la gran paciencia es también tratarse con respeto y consideración. “Nunca se
requisito indispensable para la iluminación. Me sabe”, pensaba cada cual para sí cuando
has dicho que tienes un hijo. En toda su vida tu trataba con otro monje, “tal vez sea éste...”
hijo llegará a comerse una tonelada de arroz.
Pero ¿qué pasaría si le haces comerse todo ese El resultado fue que el monasterio recobró su
arroz de una vez? No le haría bien, sino daño. antiguo ambiente de gozo desbordante. Pronto
Aprende a tener gran deseo y ninguna prisa. volvieron a acudir docenas de candidatos
Vuelve aquí cuando lo desees”. pidiendo ser admitidos en la Orden, y en la
iglesia volvió a escucharse el jubiloso canto de
Carlos García Valles. “Salió el sembrador...” los monjes, radiante del espíritu de Amor.
160. UNO DE VOSOTROS ES EL ¿De qué sirve tener ojos si el corazón está
MESÍAS ciego?
Anthony de Mello. “La oración de la rana (1º
El gurú, que se hallaba meditando en su cueva
tomo)”, p. 58
del Himalaya, abrió los ojos y descubrió,
sentado frente a él, a un inesperado visitante: el 161. LA VANIDAD
abad de un célebre monasterio.
Érase una vez un científico que descubrió el arte
“¿Qué deseas?”, le preguntó el gurú.
de reproducirse a sí mismo tan perfectamente
El abad le contó una triste historia. En otro que resultaba imposible distinguir al original de
tiempo, su monasterio había sido famoso en la reproducción. Un día se enteró de que
todo el mundo occidental, sus celdas estaban andaba buscándole el Ángel de la Muerte, y
llenas de jóvenes novicios, y en su iglesia entonces hizo doce copias de sí mismo. El ángel
resonaba el armonioso canto de sus monjes. no sabía cómo averiguar cuál de los trece
Pero habían llegado malos tiempos: la gente ya ejemplares que tenía ante sí era el científico, de
no acudía al monasterio a alimentar su espíritu, modo que los dejó a todos en paz y regresó al
la avalancha de jóvenes candidatos había cielo.
cesado y la iglesia se hallaba silenciosa. Sólo
Pero no por mucho tiempo, porque, como era un
quedaban unos pocos monjes que cumplían
experto en la naturaleza humana, se le ocurrió
triste y rutinariamente sus obligaciones. Lo que
una ingeniosa estratagema. Regresó de nuevo y
el abad quería saber era lo siguiente: “¿Hemos
dijo: “Debe ser usted un genio, señor, para
cometido algún pecado para que el monasterio
haber logrado tan perfectas reproducciones de
se vea en esta situación?”
sí mismo. Sin embargo, he descubierto que su
“Sí”, respondió el gurú, “un pecado de obra tiene un defecto, un único y minúsculo
ignorancia”. defecto”.
“¿Y qué pecado puede ser éste?” El científico pegó un salto y gritó: “¡Imposible!
“Uno de vosotros es el Mesías disfrazado, y ¿Dónde está el defecto?”
vosotros no lo sabéis”. Y dicho esto, el gurú “Justamente aquí”, respondió el ángel mientras
cerró sus ojos y volvió a su meditación. tomaba al científico de entre sus reproducciones
Durante el penoso viaje de regreso a su y se lo llevaba consigo.
monasterio, el abad sentía cómo su corazón se Anthony de Mello. “La oración de la rana (1º
desbocaba al pensar que el Mesías había vuelto tomo)”, p. 185
a la tierra y había ido a parar justamente a su
monasterio. ¿Cómo no había sido él capaz de 162. LA VECINA DESALIÑADA
reconocerle? ¿Y quién podría ser? ¿Acaso el
hermano cocinero? ¿El hermano sacristán? ¿El Una mujer se quejaba ante una amiga que
hermano administrador? ¿O sería él, el hermano había ido a verla de lo desaliñada y poco
prior? ¡No, él no! Por desgracia, él tenía cuidadosa que era una vecina suya. “¡Tendrías
demasiados defectos... que ver cómo lleva de sucios a los niños... y
cómo tiene la casa! Es una auténtica desgracia
tener que vivir con semejante vecindario... Echa

Textos para orar y reflexionar 41


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una mirada a la ropa que tiene tendida en el El joven comenzó a preguntarle sobre todas las
patio: fíjate en las manchas negras que tienen dudas que tenía, que eran muchas; y a todas
esas sábanas y esas toallas...” contestó la Verdad con certeza indudable. Le
La amiga se acercó a la ventana, miró hacia preguntó si los gobernantes decían la verdad.
afuera y dijo: “A mí me parece que esa ropa está (No). Si su mujer le engañaba. (Lo mismo que él
perfectamente limpia, querida. Lo que tiene a ella). Si el pelo de su vecino era postizo. (Sí).
manchas son tus cristales”. Si los quitamanchas quitan las manchas de
verdad. (No). Y así siguió preguntando sobre
Anthony de Mello. “La oración de la rana (2º todo lo que se le ocurrió preguntar, y recibió
tomo)”, p. 154 siempre la respuesta definitiva y clara a cada
pregunta. Durante un año y medio estuvo
163. EL VENDEDOR DE GLOBOS preguntando, hasta que se le acabaron las
Un niño negro contemplaba extasiado al preguntas y se dispuso a despedirse. Preguntó
vendedor de globos en la feria, el cual era, a la dama: “¿Y deseáis que les diga de vos a los
evidentemente un excelente vendedor: en un hombres y mujeres de allá abajo?” A lo cual ella
determinado momento soltó un globo rojo, que sonrió con viveza: “Decidles que soy joven y
se elevó por los aires, atrayendo a una multitud hermosa”. Y sonrió con su único diente. ¡La
de posibles clientes. Luego soltó un globo azul, Verdad miente! ¡Oh liberación de liberaciones!
después uno amarillo, a continuación un globo Carlos G. Vallés
blanco. Todos ellos remontaron el vuelo hacia el Vida Nueva nº 2.083 de marzo del 97
cielo hasta que desaparecieron.
166. VERDADERA ESCUELA
El niño negro, sin embargo, no dejaba de mirar
un globo negro que el vendedor no soltaba en Un conejo, un pájaro, un pez, una ardilla, un
ningún momento. Finalmente le preguntó: pato y otros animales, decidieron fundar una
“Señor, si soltara usted el globo negro, ¿subiría escuela. Todos se pusieron a discutir qué es lo
tan alto como los demás?” que se debía enseñar. El conejo insistía en que
la carrera debía figurar como asignatura. Lo
El vendedor sonrió compasivamente al niño,
mismo hizo el pájaro con el vuelo, el pez con la
soltó el cordel que tenía sujeto el globo negro y,
natación y la ardilla con la trepa de árboles.
mientras éste se elevaba hacia lo alto, dijo: “No
Todos los demás animales querían también que
es el color lo que hace subir, hijo. Es lo que hay
sus respectivas especialidades constasen en el
dentro”.
repertorio de disciplinas. Hecho de este modo,
164. VER AL CREADOR cometieron el error garrafal de que todos los
animales habían de seguir todos los cursos.
Un filósofo dijo a un anacoreta: El conejo se comportó magníficamente en la
- Hazme ver tu Dios. carrera; ningún otro podía correr como él. Pero
El anacoreta respondió: se dijeron que enseñar a volar era algo positivo,
intelectual y emocionalmente. Por tanto, se
- Alza los ojos y mira al cielo: Dios está allí. empeñaron en que el conejo aprendiese a volar.
El filósofo alzó los ojos y resultó deslumbrado Le pusieron sobre una rama y exclamaron:
por la luz del sol. “Vuela, conejo”. Y el pobre animal saltó al vacío
y se rompió la pata. Como consecuencia de la
Entonces el anacoreta contestó: caída ni siquiera pudo ya correr bien. En vez de
Tú me pides ver a Dios y no eres capaz siquiera sobresaliente en carrera, sólo obtuvo un
de soportar el resplandor de una criatura suya. aprobado, y en vuelo le suspendieron. El comité
Anónimo judío. de estudios seguía entusiasmado.
Con el pájaro ocurrió algo parecido: volaba a su
165. LA VERDAD OS HARÁ antojo, por lo que era candidato seguro al
LIBRES sobresaliente. Pero quisieron que el pájaro
excavara agujeros como el topo. Naturalmente
Un joven se lanzó en busca de la Verdad. se quebró las alas y el pico, por lo que no pudo
Deseaba encontrarla costase lo que costase y ya volar satisfactoriamente.
estuviese donde estuviese. Donde preguntaba,
siempre le decían que más allá, que más arriba, F. Basaglia. “Vivir, amar y aprender”.
que más lejos. Atravesó desiertos, cruzó ríos,
escaló montañas. Y por fin, en un pico del
167. VERÉIS LO QUE SOIS
Himalaya, en una cueva escondida, entre hielos Un pajarillo me dijo un día: “He volado y volado
y nieves, encontró a la Verdad. Era una anciana buscando las alas que me hacen volar y la
decrépita con un solo diente en la boca, rostro fuerza que me mueve, y no la encuentro”.
con más arrugas que piel, y lacios cabellos
blancos sobre sus hombros. Pero era la Verdad, Y yo respondí: “Hermano mío, también el
y su voz clara y firme daba testimonio a su hombre anda buscando su camino y la fuerza
saber de todo lo que había sucedido desde el que lo hace andar y no se da cuenta que es “él
principio del mundo. mismo”.

Textos para orar y reflexionar 42


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Y una palmera que nos escuchaba dijo: “Dejaos hubieran cortado para hacer mesas y sillas. Por
de filosofar y tomad mi ejemplo. Cada ser es lo el hecho de ser inutilizable ha podido ser tan
que da. Mirad lo que dais y veréis lo que sois”. grande y hermosa que uno puede sentarse y
Y después miré hacia arriba y vi que muchos descansar a su sombra.
pajarillos dormían en su seno. Misión Abierta nº 6 de junio del 97
Cayetano Arroyo. “Diálogos con Abul-Beka” 170. PARTIR ES LLEGAR
168. LA ZANAHORIA ES MÍA Un cuento de Frank Kafka:
Una anciana falleció y fue llevada por lo ángeles “Ordené que trajeran mi caballo del establo. El
ante el Tribunal. Pero, al examinar su historial, el criado no me entendió, así que fui yo mismo.
Juez descubrió que aquella mujer no había Ensillé el caballo y lo monté. A la distancia oí el
realizado un solo acto de caridad, a excepción sonido de una trompeta y pregunté al mozo su
de cierta ocasión en que había dado una significado. Él no sabía nada; no había oído
zanahoria a un mendigo famélico. sonido alguno. En el portón me detuvo y me
Sin embargo, es tan grande el valor de un preguntó: “¿Hacia dónde cabalga, señor?” – “No
simple acto de amor que se decretó que la lo sé”, respondí, “sólo quiero partir”. –
mujer fuera llevada al cielo por el poder de “¿Entonces conoce usted la meta?”, preguntó él.
aquella zanahoria. Se llevó la zanahoria al – “Sí”, contesté, “ya te lo he dicho. Partir es mi
tribunal y le fue entregada a la mujer. En el meta”.
momento en que ella tomó en su mano la Partir es la meta. El futuro es el presente. El
zanahoria, ésta empezó a subir como si una sonido de la trompeta ha llegado al oído, y en
cuerda invisible tirara de ella. llevándose eso no está todo. La esencia es partir. Dar el
consigo a la mujer hacia el cielo. primer paso. Abrir el establo. Montar en el
Entonces apareció un mendigo, el cual se caballo. Si nos paramos a preguntar, no
agarró a la orla del vestido de la mujer y fue saldremos nunca. Y si nunca salimos, nunca
elevado junto con ella; una tercera persona se llegaremos. No hace falta mapas, ni itinerarios,
agarró al pie del mendigo y también se vio ni brújulas. Hace falta fe para salir de casa y
transportado. Pronto se formó una larga hilera alegría para lanzarse al camino. La meta era
de personas que eran llevadas al cielo por salir. Ya hemos salido. Ahora cada paso será
aquella zanahoria. Y, por extraño que pueda otra meta, cada encrucijada será un comienzo,
parecer, la mujer no sentía el peso de todas cada principio será un fin. Salir es llegar.
aquellas personas que ascendían con ella; y El diálogo insistente retrasa al viajero. ¿A dónde
además, como ella no dejaba de mirar al cielo, vas? ¿Cuál es la meta? ¿Cuándo llegarás?
ni siquiera las veía. ¿Cuándo volverás? Quien se para a responder
Siguieron subiendo y subiendo, hasta llegar estas preguntas se envuelve en la duda y se le
prácticamente a las puertas del cielo. Entonces paraliza el caballo. Es decir, se le paraliza la
la mujer miró para abajo, para echar una última mente. Por tener que detallar a dónde llegar le
ojeada a la tierra, y vio toda aquella hilera de resulta por fin imposible el partir. Las garantías
personas detrás de ella. matan la aventura. La seguridad ahoga el
entusiasmo. La necesidad de la certeza no
Aquello la indignó y, haciendo un imperioso permite desplegar las alas de la posibilidad. La
ademán con su mano, gritó: “¡Fuera! ¡Fuera tiranía del fin anula los medios.
todos de aquí! ¡Esta zanahoria es mía!
El criado del establo no había oído la trompeta.
Pero, al hacer aquel imperioso gesto, soltó la
zanahoria por un momento... y se precipitó con Carlos G. Vallés. Vida nueva nº 2103 de
todos hacia abajo. septiembre 97

Hay un solo motivo de todos los males de la 171. ESTAR UNIDOS


tierra: “¡Esto me pertenece!”.
Los hijos de un labrador estaban peleados.
Anthony de Mello. “La oración de la rana (1º Éste, a pesar de sus muchas recomendaciones,
tomo)”, p. 187 no conseguía con sus argumentos hacerles
cambiar de actitud. Decidió que había que
169. LA ENCINA INÚTIL conseguirlo con la práctica. Les exhortó a que le
Érase una vez un carpintero que caminaba por trajeran un haz de varas. Cuando hicieron lo
el monte con uno de sus aprendices. Les llamó ordenado, les entregó primero las varas juntas y
la atención una gran encina, rugosa, enorme, mandó que las partieran. Aunque se esforzaron
añosa, espléndida. Y el carpintero preguntó al no pudieron; a continuación, desató el haz y les
aprendiz: dio las varas una a una. Al poderlas romper así
fácilmente dijo: “Pues bien, hijos, también
- ¿Sabes por qué este árbol es grande, tan
vosotros, si conseguís tener armonía seréis
rugoso, tan añoso y espléndido?
invencibles ante vuestros enemigos, pero si os
- No lo sé. ¿Por qué? peleáis, seréis una presa fácil”.
- Porque es inútil, respondió el carpintero. Si la Esopo
encina hubiese sido útil ya hace tiempo que la
Textos para orar y reflexionar 43
ITAKA - ESCOLAPIOS CUENTOS Y PARÁBOLAS

172. SOLIDARIDAD CON EL burlados; pero al final ocurrió que los lobos se
presentaron de verdad. Y mientras su rebaño
FUTURO era saqueado, gritaba pidiendo auxilio, pero los
El sultán sale una mañana rodeado de su de la aldea, sospechando que bromeaba según
fastuosa corte. Al poco de salir encuentran a un tenía como costumbre, no se preocuparon. Y así
campesino que planta afanoso una palmera. El ocurrió que se quedó sin ovejas.
sultán se detiene al verlo y le pregunta La fábula muestra que los mentirosos sólo
asombrado: ganan una cosa: no tener crédito aun cuando
- Anciano, plantas esta palmera y no sabes digan la verdad.
quién comerá su fruto... Muchos años necesita Esopo
para que madure y tu vida se acerca a su
término. 175. LA MANTA
El anciano lo mira bondadosamente y luego le Un padre casó a su hijo y le donó toda su
contesta: fortuna. Se quedó a vivir el padre con los recién
- ¡Oh, sultán! Plantaron y comimos; plantemos casados y así pasaron dos años al cabo de los
para que coman. cuales nació un hijo del matrimonio.
El sultán se admira de tan grande generosidad y Fueron luego sucediéndose los años. El abuelo
le entrega cien monedas de plata, que el no podía ya andar sino apoyándose en su
anciano toma haciendo una reverencia, y luego bastón y se sentía sucumbir bajo la aversión de
dice: la nuera. Ésta decía constantemente a su
marido: “Me voy a morir pronto si tu padre
- ¿Has visto, oh rey, cuán pronto ha dado fruto
continúa viviendo con nosotros”.
la palmera?
El marido fue donde su padre y le dijo: “Tienes
Más asombrado, el sultán, al ver cómo tiene
que irte. Ya te hemos mantenido durante
sabia salida para todo un hombre del campo, le
muchos años”.
entrega otras cien monedas.
La respuesta del padre fue: “¡Que Dios te
El ingenioso anciano las besa y luego contesta
bendiga, hijo mío! Me voy, pero al menos dame
prontamente:
una manta para abrigarme pues estoy muerto
- ¡Oh, sultán!, lo más extraordinario de todo es de frío”.
que generalmente una palmera sólo da fruto una
El marido llamó a su hijo, que todavía era un
vez al año y la mía me ha dado dos en menos
niño: “Baja al establo y dale a tu abuelo una
de una hora.
manta de los caballos para que tenga con qué
Maravillado está el sultán con esta nueva salida, abrigarse”.
ríe y exclama dirigiéndose a sus acompañantes:
El niño bajó al establo con su abuelo, escogió la
- Vamos pronto. Si estamos aquí un poco más mejor manta, la dobló por la mitad y, haciendo el
de tiempo este buen hombre se quedará con mi abuelo sostuviera uno de los extremos,
bolsa a fuerza de ingenio. comenzó a cortarla sin hacer caso a lo que el
Carolina Toval anciano tristemente le decía: “¿Qué haces,
niño? Tu padre te ha mandado que me la dieses
173. EL CUERVO Y LA ZORRA entera. Voy a quejarme a él”.

Un cuervo que había robado un trozo de carne “Haz como quieras”, contestó el muchacho.
se posó en un árbol. Y una zorra, que lo vio, El abuelo salió del establo y, buscando a su hijo,
quiso adueñarse de la carne, se detuvo y le dijo: “Mi nieto no ha cumplido tu orden: no me
comenzó a exaltar sus proporciones y belleza, le ha dado más que la mitad de una manta”.
dijo además que le sobraban méritos para ser el El padre ordenó al muchacho: “Dásela por
rey de las aves y, sin duda, podría serlo si entero”.
tuviera voz. Pero al querer demostrar la a la
zorra que tenía voz, dejó caer la carne y se puso “No, por cierto”, contestó el rapaz. “La otra mitad
a dar grandes graznidos. Aquélla se lanzó a la guardo para dárosla a vosotros cuando yo
arrebatar la carne y dijo: “Cuervo, si también sea mayor y os arroje de mi casa”.
tuvieras juicio, nada te faltaría para ser el rey de El padre, al oír esto, llamó al abuelo que ya se
las aves”. marchaba: “¡Volved, padre mío! Os hago dueño
Esopo y señor de mi casa. No comeré un pedazo de
carne si que vos hayáis comido otro. Tendréis
174. EL PASTOR BROMISTA un buen aposento, un buen fuego, vestidos
como los que yo llevo...”.
Un pastor que llevaba su rebaño bastante lejos
de la aldea, se dedicaba a hacer la siguiente Y el buen anciano lloró sobre la cabeza de su
broma: se ponía a gritar a los aldeanos diciendo hijo arrepentido.
que unos lobos atacaban a sus ovejas. Dos o Carolina Toval
tres veces los de la aldea se asustaron y
acudieron corriendo, volviéndose después

Textos para orar y reflexionar 44


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176. LA RESPONSABILIDAD ES 178. LA NAVAJA


DE TODOS Un día la navaja, saliendo del mango que le
Éste es un cuento sobre Gente llamada Todos, servía de funda, se puso al sol y vio el sol
Alguien, Cualquiera y Nadie. Había que hacer reflejado en ella.
un trabajo importante y Todos estaban seguros Entonces se enorgulleció, dio vueltas a su
de que Alguien lo iba a hacer. Cualquiera lo pensamiento y se dijo: “¿Volveré a la tienda de
podría haber hecho, pero Nadie lo hizo. Alguien la que acabo de salir? De ninguna manera. Los
se enojó por esto, porque era el trabajo de dioses no pueden querer que tanta belleza
Todos. Cada uno pensó que Cualquiera lo degenere en usos tan bajos. Sería una locura
podría hacer, pero Nadie se enteró de que dedicarme a afeitar las enjabonadas barbas de
Todos no lo iban a hacer. Todos culparon a los labriegos. ¡Qué bajo servicio! ¿Estoy
Alguien, cuando Nadie hizo lo que Cualquiera destinada para un servicio así? Sin duda alguna
podía haber hecho. que no. Me ocultaré en un sitio retirado y allí
pasaré mi vida tranquila”.
177. EL QUÉ DIRÁN
Después de vivir este estilo de vida durante
Érase una vez un viejo que tenía un burro al que algunos meses, salió fuera de su funda al aire
quería vender. Un día él y su hijo, y el burro por libre, se dio cuenta de que había adquirido el
supuesto, fueron al mercado. aspecto de una sierra oxidada y que su
Alguien les increpó por el camino: “Qué tontos superficie no podía reflejar ya el resplandor del
sois, puesto que vais andando teniendo un sol. Arrepentida, lloró en vano su irreparable
burro”. desgracia y se dijo: “¡Cuánto mejor hubiera sido
gastarme en manos del barbero que tuvo que
El padre dijo: “Es verdad, ya que tenemos un privarse de mi exquisita habilidad para cortar!
burro, usémoslo mientras podamos”. Se subió ¿Dónde está ya mi rostro reluciente? El óxido lo
en él y el hijo agarró el ramal para seguir el ha consumido”.
camino.
Leornardo da Vinci
“¿No te da vergüenza, viejo?”, le dijo alguien.
“Tú en burro mientras tu hijo tiene que caminar”. 179. LA TORTUGA Y LA LIEBRE
El anciano se sonrojó, se bajó del burro y dijo a Una tortuga y una liebre discutían sobre quién
su hijo: “Móntate un rato y yo sujetaré el ramal”. era más rápida. Así, fijaron una fecha y un lugar
A continuación se encontraron con unas señoras y se separaron. La liebre, por su natural rapidez,
que venían del mercado: “¿No te da vergüenza? descuidó el ponerse en carrera, se tiró al borde
Un joven como tú montando en burro mientras del camino y se durmió. Pero la tortuga,
tu anciano padre va andado. consciente de su propia lentitud, no cesó de
La cara del joven se puso tan roja como la de su correr, y de este modo tomó la delantera de la
padre momentos antes. “Las señoras tienen liebre dormida y se llevó el premio del triunfo.
razón, padre. Yo no debería ir descansando La fábula muestra que muchas veces el
mientras tú caminas”. esfuerzo vence a la naturaleza descuidada.
“¿Por qué no nos montamos los dos?”, dijo el Esopo
viejo. El burro siguió con los dos hombres sobre
él. 180. MEJOR HACER ALGO QUE
“¿No os da vergüenza?”, gritaron unos hombres LAMENTARSE
que recogían heno en un campo cercano. “Dos Un anciano vivía en el norte de China. Su casa
adultos encima de un pobre burro. ¿Cómo miraba al sur, pero ante su puerta se alzaban
podéis ser tan crueles?” dos enormes montañas. Le cerraban el camino.
El viejo y su hijo se bajaron rápidamente. “Ya sé El anciano y sus hijos se pusieron manos a la
lo que podemos hacer”, dijo el joven. “En lugar obra: con pico y pala comenzaron a allanar las
de que el burro nos lleve, nosotros llevaremos al montañas.
burro”. El vecino del anciano, moviendo la cabeza, dijo:
Los hombres fueron recibidos a carcajadas de "¡Qué locos estáis! Es imposible allanar estas
burla mientras se esforzaban en llegar al montañas".
mercado llevando al burro sobre sus hombros. El anciano sonrió y luego dijo: "Cuando yo
“Fíjate, dos hombres llevando un burro, cuando muera, mis hijos continuarán. Cuando mueran
el burro está hecho para llevarlos a ellos”, mis hijos continuarán mis nietos. Las montañas
gritaba la gente a coro. son altas, pero ya no crecen. Nuestras fuerzas
pueden crecer. Con cada palada de tierra que
“Por intentar dar gusto a todos, dijo el viejo, no
quitamos nos vamos acercando a la meta. Es
hemos agradado a nadie. En el futuro seremos
mejor hacer algo que lamentarse de que las
nosotros los primeros en agradarnos”.
montañas no nos dejan ver el sol".
365 cuentos para dormir
Y el anciano siguió cavando con ánimo
inquebrantable.

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Esto conmovió al mismo Dios. Y mandó a sus ¿Quién ha cambiado su valor?"


mensajeros a la tierra para allanar las Pronto llegó la respuesta:
montañas. "El toque de la mano del maestro".
Misión Abierta nº 9 de noviembre de 1997
¡Cuántos seres humanos hay,
181. HISTORIA UNIVERSAL de vida desafinada,
maltrechos y destrozados por el pecado,
Al principio, la Tierra estaba totalmente que son subastados a precios irrisorios
desorganizada. Hacerla habitable constituyó una ante una turba inconsciente!
hermosa tarea. Para atravesar ríos nos había ¡Lo mismo que el viejo violín!
puentes, no había caminos para subir montes.
¿Te querías sentar? Ni siquiera un banquito a la Un plato de lentejas, un vaso de vino,
sombra. ¿Te caías de sueño? No existían las Una apuesta y, luego, sigue tu camino...
camas; para no pincharse los pies, ni zapatos ni A la una, a las dos... casi a las tres...
botas. Si veías poco, no encontrabas unas Pero llega el Maestro...
gafas. Para jugar un partido no había balones. y la turba insensata nunca puede comprender
Faltaban la olla y el fuego para cocer el valor de un alma y el cambio que produce
macarrones y, pensándolo bien, hasta faltaban el toque de la mano del Maestro.
los macarrones. No había nada. Cero más cero,
y basta. Sólo existían los hombres, con dos 184. MI DIOS Y YO
brazos para trabajar y así los errores más El petirrojo le dijo al gorrión: “Me gustaría, de
grandes se pudieron remediar. No obstante, veras, saber, por qué estos afanosos seres
quedan aún muchos por corregir: ¡Remangaos, humanos se apresuran y se preocupan tanto”.
hay trabajo para todos!
Y el gorrión le contestó: “Amigo, estoy seguro de
Gianni Rodari que tiene que ser porque ellos no tienen un
182. LA OSTRA Padre Celestial que se cuide de ellos como se
cuida de ti y de mí”.
Es una gracia especial la de la ostra.
Cuando entras en su seno un grano 185. LA FELICIDAD VIENE
de arena, una chinita que le hace daño, DETRÁS
no se echa a llorar; no se queja,
ni desespera. Día a día va cambiando Un perrito le dijo a un viejo perro: “Durante un
su dolor por una perla: una obra curso de filosofía, aprendí que lo mejor para un
maestra de la naturaleza. perro es la felicidad, y resulta que esa felicidad
Bruno Forte está en mi rabo. Por eso trato de atraparlo; en
cuanto lo atrape, la tendré”.
183. EL TOQUE DEL MAESTRO
El viejo perro le replicó: “También yo pienso que
Estaba maltrecho y desportillado, la felicidad es algo bueno para un perro y que
y el subastador pensó que no merecía la pena esa felicidad está en mi rabo. Pero me he dado
perder mucho tiempo con el viejo violín. cuenta de que, cuando voy detrás de él, se
Pero lo alzó en sus manos con una sonrisa: aparta de mí; pero cuando marcho a cumplir mi
"¿Qué ofrecéis por él, buena gente? - exclamó - deber, él viene detrás de mí”
¡Mil pesetas, mil...! Van dos mi pesetas.
¿No hay quien dé más? 186. CORRESPONSABLES
Dos mil, dos mil... ¿Quién ofrece tres mil?
Van tres mil a la una, tres mil a las dos, En un crudo invierno, un anciano tembloroso fue
Y tres mil a las... ¡pero no!" llevado ante los tribunales. Se le acusaba de
Desde el fondo de la sala haber robado pan. Al ser interrogado, el hombre
un hombre de cabellos grises explicó al juez que lo había hecho porque su
se adelanta y toma el arco, familia estaba muriéndose de hambre.
limpia el polvo del viejo violín, - La ley exige que sea usted castigado – declaró
tensa las flojas cuerdas el juez -. Tengo que ponerle una multa de
y toca una melodía pura y celestial, quinientas pesetas.
celestial como el canto de los ángeles. Al mismo tiempo metió la mano en el bolsillo y
dijo: “Aquí tiene usted el dinero para pagar la
Cesa la música, y el subastador, multa. Y además, pongo una multa de cien
Con voz grave, dice: pesetas a cada uno de los presentes en la sala
"¿Qué dais por el viejo violín? por vivir en una ciudad donde un hombre
- mientras lo mantiene en alto - necesita robar pan para poder sobrevivir”.
¡Cien mil pesetas! ¿Quién da doscientas mil?
¡Doscientas mil! ¿Quién ofrece trescientas mil? Pasaron una bandeja por el público y el pobre
Trescientas mil a la una, hombre, totalmente asombrado, abandonó la
trescientas mil a las dos, sala con cinco mil pesetas en su bolsillo.
¡y trescientas mil a las tres!"
La gente aplaudía, pero algunos lloraban.
"No acabamos de entenderlo.
Textos para orar y reflexionar 46
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187. EL CAMINO DE LA FELICIDAD fueron advertidos durante 120 años largos para
que se arrepintieran de su falsa conducta y de
El sabio está sentado bajo el árbol de siempre. sus técnicas de desnaturalización de la verdad.
La gente viene y le consulta y le pregunta y le ¿Por qué Dios le manda construir el arca? Para
cuenta cuitas y le pide bendiciones. Y él escu- que sus contemporáneos observaran e hicieran
cha y bendice y responde a cada uno según lo penitencia. Dios le manda plantar cedros, regar-
necesita. los, esperar a que crezcan, ir haciendo el arca...
En esto se acerca un joven y le pregunta sobre y la gente cuando le veía hacer aquellos le
la felicidad. Hemos nacido para ser felices. No lo preguntaban y Noé respondía que si dejaban de
somos. ¿Cómo serlo? El joven pregunta y el robar habichuelas, Dios evitaría el diluvio.
sabio escucha. Después le dice: "Vuelve Pero ellos... no prestaron atención.
mañana. Te espero aquí".
Marie Vidal. “Un judío llamado Jesús”
El joven vuelve al día siguiente, pero no hay
nadie bajo el árbol. Se cerciora de que es el 189. ADÁN Y EVA
mismo árbol, el mismo sitio. Sí, lo es, pero no
hay ni rastro del sabio. Espera, pero no viene. El Señor escuchó la penitencia de Adán y le
Sigue esperando, pero sin resultado. respondió: “Te perdono según tu palabra”. Y
cuando el Señor vio que Adán y Eva se
Entonces al joven se le ocurre sentarse bajo el
arrepentían de su pecado se llenó de compasión
árbol. El árbol es de todos, y allí descansará. Lo
hacia ellos y los tranquilizó para que no se
hace con paz.
sintieran desgraciados por haber sido expul-
Al cabo de un rato alguien se acerca. La gente sados del Paraíso donde todo era bueno. No les
sabe que bajo ese árbol se sienta el sabio, y abandonó, sino que los amó para siempre. El
vienen a consultarle, y hoy llega un hombre, Señor llamó al hombre y a la mujer y les dijo:
toma a nuestro joven por el sabio, pues nada “Sé que vendrán sobre vosotros días duros, días
hay de extraño en el mundo de la sabiduría, y se de angustias y males que quebrantarán vuestro
pone a hacerle preguntas. El joven cae en la espíritu. Pero sabed que Yo os amo y que nada
cuenta de la equivocación, pero decide seguir la os ha de faltar. Por eso voy a sacar de mi tesoro
broma. Así por lo menos pasará el tiempo. una perla para vosotros. Héla aquí: ¡es una
Luego ya se lo dirá y se reirán los dos. lágrima! Y cuando os encontréis con una
El hombre pregunta sobre la felicidad. Hemos catástrofe, derramaréis esa lágrima de vuestros
nacido para ser felices. No lo somos. ¿Cómo ojos y os sentiréis aliviados de vuestra tristeza”.
serlo? Y el joven se encuentra con que va En ese momento los ojos de Adán y Eba empe-
respondiendo, va diciendo cosas, y el visitante zaron a derramar lágrimas. Y esas lágrimas
asiente, entiende, se siente satisfecho. rodaban y caían por tierra. Estas lágrimas eran
El joven sospecha y se fija en las facciones del las primeras de mundo que humedecían la
visitante. Sonríe. El visitante es el sabio superficie del suelo. Adán y Eva les dieron estas
disfrazado. Le ha enseñado a que se responda lágrimas en herencia a sus hijos y a los hijos de
a sí mismo. Nadie puede decirnos el camino de sus hijos hasta la eternidad. Pero fuera de la
nuestra felicidad sino nosotros mismos. descendencia de Adán, nada en el mundo forma
algo semejante para llorar con lágrimas. Desde
Carlos G. Vallés. Vida Nueva nº 2121 de enero entonces y hasta el día de hoy, las personas
del 98 vierten una lágrima en los momentos de angus-
tia y de desgracia y ella aligera su carga y
188. EL DILUVIO consuela su corazón.
Todo el pueblo de Israel conoce el Midrash Marie Vidal. “Un judío llamado Jesús”
sobre los motivos del diluvio: una situación
repetitiva consentida por todos aquellos que no 190. LOS SEIS ABSURDOS
la consideraban grave, si bien se aprovechaban
ampliamente de ella. Si un pobre tenía sólo un El Maestro dijo: "¿Has oído hablar alguna vez
cesto de habichuelas para poder subsistir, cada de los seis absurdos y sus consecuencias?"
uno le robaba una habichuela. Para él El discípulo respondió: "Nunca he oído hablar de
representaba el fin de habichuelas. Pero ellos eso".
no venían dónde estaba el mal. ¿Qué pasa?
Entonces el Maestro se lo explicó: "El primer
Quitarle a uno una habichuela, ¿a eso le llamáis
absurdo consiste en pretender alcanzar el bien
robar? ¡Vaya tontería! Y de todos modos ¿creéis
prescindiendo del estudio y su consecuencia es
que nos pondrán pleito por una habichuela? No,
la decepción; el segundo consiste en intentar
no podría poneros un pleito por tan poca cosa.
alcanzar la ciencia sin entregarse al estudio, lo
Pero Dios califica esta actitud de violencia. Y
que conduce a la incertidumbre; el tercero
decidió mandar el diluvio.
consiste en el deseo de ser sincero prescin-
La sentencia puede parecer muy dura e impro- diendo del estudio, lo cual provoca el engaño; el
pia de la misericordia de Dios. Pero este cuarto consiste en pretender obrar rectamente
veredicto se hace mucho menos rígido cuando sin haber recibido la instrucción adecuada, con
se entiende la pedagogía puesta en acción para lo que se cae en la temeridad; el quinto consiste
evitar el diluvio. Los contemporáneos de Noé en querer compaginar el valor con la incultura, lo
Textos para orar y reflexionar 47
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que da lugar a la insubordinación; finalmente, si to que no llevaba consigo su libro de oraciones.


se desea alcanzar la perseverancia prescin- Se hallaba en medio del bosque y se le había
diendo del estudio, se cae en la testadurez y salido una rueda de la carreta y el pobre hombre
obcecación". estaba muy afligido pensando que aquel día no
Carlos Díaz iba a poder recitar sus oraciones.
Diez palabras clave para educar en valores Entonces se le ocurrió orar del siguiente modo:
191. LIBRE HASTA EL FIN “He cometido una verdadera estupidez, Señor:
he salido de casa esta mañana sin mi libro de
Se cuenta que una vez un ejército rebelde oraciones y tengo tan poca memoria que no soy
irrumpió en una ciudad coreana y todos los capaz de recitar sin él ni una sola oración. De
monjes del templo budista de la localidad manera que voy a hacer una cosa: voy a recitar
huyeron. Todos, excepto el abad. Entonces el cinco veces el alfabeto muy despacio, y Tú, que
general rebelde que se pavoneaba por el templo conoces todas las oraciones, puedes juntar las
se quedó atónito al ver que el abad no caía de letras y formar esas oraciones que yo soy
hinojos inmediatamente ante él: incapaz de recordar”.
- ¿No sabes - rugió - que estás viendo a un Y el Señor dijo a sus ángeles: “De todas las
hombre que puede traspasarte con su espada oraciones que he escuchado hoy, ésta ha sido,
sin un parpadeo? sin duda alguna, la mejor, porque ha brotado de
un corazón sencillo y sincero”.
- ¿Y tú - replicó el abad - estás viendo a un
hombre que puede ser traspasado por una 195. LA LLAVE DEL CALABOZO
espada sin un parpadeo!
El general quedó desconcertado. Pasado un El preso está encerrado en la cárcel cuando
momento, se inclinó reverencialmente y se Dios se le aparece, le da la llave de la prisión y
marchó. le dice que la use para salir fuera y liberarse. El
recluso queda fuera de sí por la emoción, cuelga
Carlos Díaz la llave de la pared y le reza todos los días y le
Diez palabras clave para educar en valores ofrece incienso y se postra ante ella. Pero sigue
192. LA SILLA VACÍA en la cárcel.
Desilusionado por el fracaso, pierde la fe en
Un enfermo tenía una silla vacía junto a su
llave, en Dios, en la religión y continúa mise-
cama. Cuando llegó un sacerdote de visita, le
rable en su calabozo. Un día un compañero
comentó: “He colocado a Jesús en esa silla y
escucha su historia y le abre los ojos. Le explica
estaba hablando con él hasta que llegó usted”.
el funcionamiento de la llave, cómo hay que
Algunos días más tarde, cuando falleció, la hija
introducirla en el agujero que tiene la puerta,
del enfermo fue a visitar al cura y le dijo: “Lo
darle la vuelta a la derecha, empujar la puerta y
dejé solo un par de horas. ¡Parecía tan lleno de
salir. El recluso escucha, lo intenta, lo consigue
paz! Cuando volví de nuevo a la habitación lo
y queda libre.
encontré muerto. Pero noté algo raro: su cabeza
no reposaba sobre la almohada de su cama, La llave, dice el Maestro, son los convenciona-
sino sobre una silla colocada junto a la cama. lismos religiosos. De nada sirve la llave si no se
Antonny de Mello usa. La llave no va a hacerlo por nosotros. Y de
Sadhana, un camino de oración nada vale el incienso y las postraciones y las
adoraciones. La llave es para abrir la puerta, no
193. ¿HE SIDO BUENO? para venerarla en sí misma. Es para practicarla.
Una pareja iba paseando por la calle con su hijo Hay quienes, sigue el Maestro, no quieren tener
de unos cinco años. Al ver a un pobre mendi- nada que ver con prácticas religiosas. Tiran la
gando en la calle dieron una moneda al niño llave porque puede convertirse en objeto de
para que se la entregara al necesitado. culto, y señalan que de hecho hay gente
religiosa que hace eso precisamente y convierte
Cuando éste lo hizo, volvió sonriente diciendo: las enseñanzas en culto, las instrucciones en
¡Qué bueno he sido! recitales y las llaves en ídolos. Quizá. Pero,
¿No nos pasa a nosotros que nos creemos concluye el Maestro, si aún te encuentras dentro
buenos porque damos lo que únicamente de la cárcel, la llave puede ayudarte.
hemos recibido para los demás? ¿E incluso que, Carlos G. Vallés
en lugar de darlo todo, nos reservamos una Vida Nueva 2.135 de mayo del 98
parte de ello para nosotros mismos? ¿Somos
buenos porque lo damos todo o sólo hacemos lo 196. UNIÓN CON DIOS
que tenemos que hacer? ¿Y nos damos cuenta
Érase una vez un asceta. El solitario estaba
que estamos en ese mismo momento ante
meditando en un rincón, en el campo. De pronto
nuestros padres?
se le presentó un ratoncillo y comenzó a oler
194. ALFABETO sus viejas sandalias. El asceta abrió sus ojos. Y
se enfadó mucho:
Un pobre campesino que regresaba del merca- - ¿Por qué me molestas en mi meditación?,
do a altas horas de la noche descubrió de pron- gritó.

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- Tengo hambre, dijo el ratón. le dio vino.


- Vete de aquí, estúpido ratón, añadió el asceta, Baltasar fue a reportar,
estoy buscando la unión con Dios. No me más allá del quinto pino...
molestes. e intranquilo el gran Melchor
consultaba su Longinos.
- ¿Cómo quieres entrar en unión con Dios, si ni - ¡No llegamos, no llegamos,
siquiera estás en unión conmigo?, preguntó el y el Santo Parto ha venido!
ratón. - Son las doce y tres minutos,
Misión Abierta nº 7 de septiembre de 1998 y tres reyes se han perdido.
El camello cojeando,
197. ¿DÓNDE NO ESTÁ DIOS? más medio muerto que vivo,
va especulando su felpa,
Érase una vez un místico que iba se entre los troncos de olivos.
peregrinación a la Meca. Hacía mucho calor y Acercándose a Gaspar,
las jornadas eran largas. Se detuvo a la sombra Melchor le dio al oído:
de un árbol y se durmió. "Vaya birria de camello,
Otro peregrino, que llevaba la misma ruta, vio el que en Oriente te han vendido".
místico dormido; le despertó y comenzó a A la entrada de Belén
hacerle grandes reproches: ¡eres un desalmado, al camello le dio el hipo.
un impío, no tienes respeto a Dios, te has ¡Ay qué tristeza tan grande
dormido con los pies hacia la Meca! ¡Deberías en su belfo y en su tipo!
sentirte avergonzado! Se iba cayendo la mirra
El sufí levantó la cabeza y pidió amablemente a lo largo del camino,
perdón. Y añadió: “¡Colócame los pies en la Baltasar lleva los cofres,
dirección donde no esté Dios! Melchor empujaba al bicho.
Y a las tantas ya del alba,
Misión Abierta nº 8 de octubre de 1998 ya cantan los pajarillos,
los tres reyes se quedaron
198. EL PAYASO SERIO boquiabiertos e indecisos,
Sucedió una vez que se declaró un incendio oyendo hablar como a un Hombre
entre bastidores de un teatro. El payaso salió al a un Niño recién nacido.
escenario a informar al público. Creyeron que - No quiero oro ni incienso,
era una broma y aplaudieron. Repitió el aviso, y ni esos tesoros tan fríos,
aplaudieron más fuerte. Por eso creo que el quiero al camello, le quiero.
mundo se acabará en medio de los aplausos de Le quiero, repitió el Niño.
todos los graciosos que se creerán que es una A pie vuelven los tres reyes,
broma. cabizbajos y afligidos.
Mientras tanto el camello echado
Nos dicen cristianos serios que la iglesia está le hace cosquillas al Niño.
perdiendo credibilidad. Y nos reímos. Nos dicen Gloria Fuertes
que en grandes regiones no hay apenas jóvenes
que aspiren al sacerdocio y a la vida religiosa. Y 200. VENIR SIN NADA
no le damos importancia.
Un día un monje fue a visitar a un maestro y le
Nos dicen que los jóvenes de hoy "pasan" de la dijo: "He venido sin nada".
iglesia. Y no nos afecta, porque sabemos que la
iglesia durará para siempre. El maestro le contestó: “Entonces, déjalo por
ahí”. Si tenía la sensación de venir sin nada,
Nos dicen que impera el "cristianismo a la implica que echaba en falta algo.
carta", donde cada cual toma lo que quiere de
dogmas y mandamientos y creencias y El monje no entendió nada y se enfadó.
conductas, con la consiguiente confusión y Entonces, tranquilamente, el maestro le dijo: “Te
anarquía y debilitamiento de fe y costumbres. Y lo ruego, recógelo y vuelve a casa”.
seguimos tan tranquilos. Catherine Clément. “El viaje de Teo”
Nos están dando los avisos más serios que 201. LA PAJARITA DE PAPEL
pueden darse, y que son verdad porque el fuego
se ha declarado ya entre bastidores. Y seguimos "Tato tenía seis años y un caballo de madera.
riendo y aplaudiendo. Siento en el rostro del
Un día su padre le dijo:
payaso responsable su agonía en el escenario.
A veces sueño que soy yo ese payaso. - ¿Qué regalo quieres? Dentro de poco es tu
cumpleaños.
Carlos G. Vallés. Vida Nueva 2161 de
noviembre de 1998 Tato se quedó callado. No sabía qué pedir.
Entonces vio un pisapapeles sobre la mesa de
199. EL CAMELLO su padre. Era una pajarita de plata sobre un
El camello se pinchó pedazo de madera. Y sobre la madera estaba
con un cardo del camino escrito:
y el mecánico Melchor

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PARA LOS QUE NO TIENEN TIEMPO DE - Ya sé lo que necesita nuestra pajarita para ser
HACER PAJARITAS. feliz.
Al leer aquello, sin saber por qué, el niño sintió Y se puso a hacer muchas pajaritas de papel. Y
tristeza por su padre y dijo: cuando la habitación estuvo llena de pajaritas,
- Quiero que me hagas una pajarita de papel. Tato gritó:

El padre sonrió: - ¡Mira, papá!¡ Nuestra pajarita de papel ya es


muy feliz! Es el mejor regalo que me has hecho
- Bueno, te haré una pajarita de papel. en toda mi vida.
El padre de Tato comenzó a hacer una pajarita Entonces todas las pajaritas de papel, sin
de papel, pero ya no se acordaba. Fue a una necesidad de ningún aparato, volaron y
librería y compró un libro. Con él aprendió a cantaron por toda la habitación.
hacer pajaritas de papel. Al principio le salían
mal, pero después de una horas hizo una 202. TRANSFORMARSE EN
pajarita de papel maravillosa. FUEGO
- Ya he terminado, ¿te gusta?
El sacerdote Lot fue a ver a otro sacerdote
El niño miró la pajarita de papel y dijo: (José) y le dijo: "Padre, de acuerdo con mis
- Está muy bien hecha, pero no me gusta. La posibilidades, he guardado mi pequeña regla y
pajarita está muy triste. he observado mi humilde ayuno, mi oración, mi
meditación y mi silencio contemplativo; y en la
El padre fue a casa de un sabio y le dijo: medida de lo posible, mantengo mi corazón
- Esta pajarita de papel está triste; inventa algo limpio de malos pensamientos. ¿Qué más debo
para que esté alegre. El sabio hizo un aparato, hacer?
se lo colocó a la pajarita debajo de las alas y la En respuesta, el anciano se puso en pie, elevó
pajarita comenzó a volar. El padre llevó la hacia el cielo sus manos y apuntó hacia unas
pajarita de papel a Tato y la pajarita voló por antorchas encendidas y le dijo: "Te falta
toda la habitación. transformarte en eso, totalmente en fuego".
- ¿Te gusta ahora?, le preguntó. Y el niño dijo:
203. UN SUSPIRO COMO
- Vuela muy bien pero sigue triste. Yo no quiero
una pajarita triste. ORACIÓN
El padre fue a casa de otro sabio. El otro sabio Un zapatero remendón acudió a un Maestro
hizo un aparato y con él la pajarita podía cantar. judío, y le dijo: "No sé que hacer con mi oración
La pajarita de papel voló por toda la habitación de la mañana. Mis clientes son personas pobres
de Tato, y, mientras volaba cantaba una que no tienen más que un par de zapatos. Yo se
hermosa canción. los recojo a última hora del día y me paso la
noche trabajando; al amanecer aún queda
Tato dijo:
trabajo por hacer si quiero que todos ellos los
- Papá, la pajarita de papel está triste; por eso tengan listos para ir a trabajar. Y mi pregunta es:
canta una triste canción. !Quiero que mi pajarita ¿qué debo hacer con mi oración de la
sea feliz¡ mañana?".
El padre fue a casa de un pintor famoso. Y el "¿Qué has venido haciendo hasta ahora?",
pintor famoso pintó hermosos colores en las preguntó el Maestro judío.
alas, en la cola y en la cabeza de la pajarita de
"Unas veces hago la oración a todo correr y
papel. El niño miró la pajarita de papel pintada
vuelvo enseguida a mi trabajo; pero eso me
de hermosos colores.
hace sentirme mal. Otras veces dejo que se me
- Papá, la pajarita de papel sigue estando triste. pase la hora de la oración, y también entonces
El padre de Tato hizo un largo viaje. Fue a casa tengo la sensación de haber faltado; y de vez en
del sabio más sabio de todos los sabios. Y el cuando, al levantar el martillo para golpear un
sabio más sabio de todos los sabios, después zapato, casi puedo escuchar como mi corazón
de examinar la pajarita, le dijo: suspira: ¡qué desgraciado soy, pues no soy
capaz de hacer mi oración de la mañana...!".
- Esta pajarita de papel no necesita volar, no
necesita cantar, no necesita hermosos colores Le respondió el Maestro judío: "Si yo fuera Dios
para ser feliz. apreciaría más ese suspiro que la oración".
Y el padre de Tato preguntó: 204. DIOS NO SE OCUPA DE LO
- Entonces, ¿por qué está triste? QUE PUEDES HACER TÚ
Y el sabio más sabio de todos los sabios le Un discípulo llegó a lomos de su camello ante la
contestó: tienda de su maestro sufí. Desmontó, entró a la
- Cuando una pajarita de papel está sola, es una tienda, hizo una profunda reverencia y dijo:
pajarita de papel triste. "Tengo tan gran confianza en Dios que he
dejado suelto a mi camello ahí fuera, porque
El padre regresó a casa. Fue al cuarto de Tato y
le dijo:

Textos para orar y reflexionar 50


ITAKA - ESCOLAPIOS CUENTOS Y PARÁBOLAS

estoy convencido de que Dios protege los Estaba a punto de subir a su Rolls Royce
intereses de los que le aman". cuando un andrajoso pilluelo se le acercó
"¡Pues sal afuera y ata a tu camello, estúpido!", suplicante: "Por caridad, señora, déme seis
le dijo el maestro. "Dios no puede ocuparse de peniques. Llevo dos días sin comer..."
hacer en tu lugar lo que eres perfectamente La duquesa le rechazó con un gesto y le dijo:
capaz de hacer por ti mismo". "¡Desgraciado! No te has dado cuenta de que he
estado bailando para ti toda la noche?"
205. MEDIACIONES DE DIOS
210. OCUPARSE DEL MUNDO
Un hombre se perdió en el desierto. Y más
tarde, refiriendo su experiencia a sus amigos,
ENTERO
les contó cómo, absolutamente desesperado, se Érase una vez un hombre que estaba
había puesto de rodillas y había implorado la construyéndose una casa. Y quería que fuera la
ayuda de Dios. casa mas hermosa, más acogedora y más
"¿Y respondió Dios a tu plegaria?", le confortable del mundo.
preguntaron. Entonces llegó alguien a pedirle ayuda, porque
"¡Oh, no! Antes de que pudiera hacerlo, el mundo estaba ardiendo. Pero lo que a él le
apareció un explorador y me indicó el camino. interesaba era su casa, no el mundo.
Cuando, al fin, tuvo construida su casa,
206. ACTUAR COMO DIOS descubrió que no tenía de un planeta donde
Un día, Abraham invitó a un mendigo a comer colocarlo.
en su tienda. Cuando Abraham estaba dando
gracias, el otro empezó a maldecir a Dios y a
211. NO HAY LUGAR
decir que no soportaba oír su Santo Nombre. Cuando don Enrique falleció, fue directamente al
Presa de indignación, Abraham echó al cielo. Nada más llegar, llamó con fuerza y
blasfemo de su tienda. determinación a la puerta de san Pedro, que
entreabrió.
Aquella noche, cuando estaba haciendo sus
oraciones, le dijo Dios a Abraham: "Ese hombre - ¿Quién es? – preguntó una voz.
ha blasfemado de mí y me ha injuriado durante - ¡Soy yo, don Enrique Fernández del
cincuenta años, y sin embargo, yo le he dado de Valdivieso! –contestó orgulloso.
comer todos los días. ¿No podías haberlo
soportado tú durante un sólo almuerzo?". - ¡Vete, aquí no hay sitio para los dos!
Y don Enrique tuvo que instalarse en el
207. ANDAR PRIMERO CON EL purgatorio. Al cabo de un tiempo, si es que en la
CORAZÓN eternidad hay tiempo, volvió a ascender al cielo
y volvió a llamar, con más timidez, a la puerta.
Un anciano peregrino recorría su camino hacia
las montañas del Himalaya en lo más crudo del - ¿Quién es? – preguntó de nuevo la voz.
invierno. De pronto se puso a llover. - ¡Soy yo! – contestó don Enrique omitiendo
Un posadero le preguntó: "¿Cómo has esta vez sus apellidos insignes.
conseguido llegar hasta aquí con este tiempo de - ¡Vete, aquí no hay sitio para los dos! – le
perros, buen hombre?". volvió a responder la voz.
Y el anciano respondió alegremente: "Mi Y de nuevo don Enrique tuvo que volver al
corazón llegó primero, y el resto de mí le ha sido purgatorio, y de nuevo la misma historia se
fácil seguirle". repitió una, dos, tres, cuatro, cien veces, hasta
que un día al preguntarle la voz, don Enrique
208. VIVIR ES MÁS IMPORTANTE respondió:
QUE TEORIZAR - ¡Soy Tú!
Un niño le preguntó a un electricista: "¿Qué es Sólo entonces hubo sitio para él en el cielo.
exactamente la electricidad?".
Julio Peradejordi “56 cuentos para buscar a
"La verdad es que no lo sé, pequeño. Pero Dios”
puedo hacer que te dé luz?".
(La verdad no es teórica. Fundamentalmente se 212. LA TENTACIÓN
le vive). - Después de vencer una serie de terribles
tentaciones en mi cueva del desierto –
209. CARIDAD Y NO explicaba el maestro a sus discípulos –
BENEFICENCIA extenuado, desfallecido, le pregunté al
Una enjoyada duquesa salió, a latas horas de la Señor:
noche, de un elegante hotel de Londres donde - ¿Dónde estabas, Dios mío, mientras me
había cenado y asistido a un "baile de caridad" a atacaba la tentación?
beneficio de los niños abandonados.

Textos para orar y reflexionar 51


ITAKA - ESCOLAPIOS CUENTOS Y PARÁBOLAS

- Estaba en medio de tu corazón, orgulloso, hacia su destino, cargado de encargos más


viéndote combatir y vencer – me respondió urgentes y rentables que el que había
el Señor. motivado el viaje. Cuando le tocó regresar,
Julio Peradejordi “56 cuentos para buscar a éstos habían tomado tanto tiempo que
Dios” volvió sin haber podido realizar el encargo
del rey.
213. LA FE Julio Peradejordi “56 cuentos para buscar a
Dios”
Le preguntaron al maestro por qué partían
tantos barcos a la mar y por qué regresaban tan 216. UNO MISMO
pocos, a lo cual él contestó:
- La vela del barco de la existencia humana El maestro les decía: “Diez mil hombres que
es la fe. Mientras la vela existe y está izada, vienen de fuera no pueden abrir la puerta de la
el viento conduce el barco hacia puerto. ciudad si dentro no tienen un cómplice. Diez mil
Cuando la vela no está izada o no existe, palabras que vienen de fuera son totalmente
las palabras de los sabios son sólo viento. inútiles si no son confirmadas por el interior. Si
un árbol no tiene humedad en sus raíces, de
Julio Peradejordi “56 cuentos para buscar a nada la servirán diez mil torrentes”.
Dios”
Julio Peradejordi “56 cuentos para buscar a
214. LA ORACIÓN Y LA FE Dios”

- ¿Hay algo más importante que la oración? 217. EL ESPEJO


– le preguntó el discípulo al maestro.
La mujer de Abdul era la más bella de la ciudad.
- Ciertamente – respondió éste -. La fe es En cierta ocasión en que Abdul regresaba de un
más importante. La oración entre los largo viaje, ésta le preguntó:
musulmanes es obligatoria cinco veces al
día. La fe, para todos los hombres - ¿Qué me has traído?
realmente religiosos, es necesaria en todo - Nada más bello que tu semblante. ¿Qué
momento. Puedes dejar de orar por fuerza iba, pues, a traerte? Sólo puedo ofrecerte
de causa mayor, sin embargo en los este espejo para en todo momento puedas
momentos difíciles tu fe ha de ser todavía contemplarte en él.
más fuerte. Además, sin la fe la oración Así pues, prosiguió el maestro después de
carece totalmente de valor y de eficacia: es relatar la historia, ¿qué creéis que le podéis
pura hipocresía mientras que la fe sin la ofrecer a Dios?, ¿vuestros méritos?, ¿vuestros
oración no carece de valor. Las oraciones sacrificios?, ¿vuestras ofrendas?, ¿vuestros
son diversas, varían según los lugares, las conocimientos? ¡Él es todo conocimiento, todo
épocas y las religiones, pero la fe es mérito y toda belleza, más que todos vosotros
siempre la misma. juntos! Sólo desea una cosa de vosotros: que en
Julio Peradejordi “56 cuentos para buscar a el día de la verdad le ofrezcáis un espejo puro
Dios” en el que poder contemplarse.
Julio Peradejordi “56 cuentos para buscar a
215. LA ÚNICA COSA
Dios”
Después que hubieran realizado todos los
trabajos que el maestro les había 218. EL HOMBRE QUE LLORÓ
encomendado, y que no eran pocos, éste se Era un hombre que había nacido en la tierra de
acercó a ellos y les dijo: Yen, pero que creció y se educó lejos de allí. En
- Todo lo que habéis hecho no sirve para su ancianidad le entró nostalgia de su tierra
nada. natal y decidió volver a ella.
Sorprendidos, le preguntaron por qué, y les En su viaje, sus compañeros de viaje decidieron
relató la siguiente historia: gastarle una broma. Uno le dijo al llegar a un
- Una vez un rey envió a uno de sus poblado: “Este es tu pueblo”. Y él quedó muy
servidores a hacer un pequeño recado. serio. Otro señaló un edificio y le dijo: “Este es el
Dado que estaba muy lejos y suponía templo al que te llevaban de pequeño”. Él
muchos días de viajes y un gasto elevado, suspiró profundamente. Otro le llevó a una casa
el criado decidió comunicar a sus parientes abandonada y le dijo: “Esta es la casa de tus
y amigos su partida para ver si alguien la antepasados, donde tú naciste”. El hombre se
confiaba más recados y así aprovechaba emocionó visiblemente. Por fin, otro compañero
más el viaje. No se equivocó: mucha gente de viaje le llevó a un cementerio, le mostró unas
tenía asuntos que resolver y la distancia tumbas antiguas y le dijo: “Éstas son las tumbas
hacía que se retrasaran. Por eso se los de tus antepasados”. Ante ellas el hombre se
confiaron al criado. Y aún más, todos ellos postró y se deshizo en sollozos y lágrimas.
eran aparentemente de mayor envergadura Viéndolo tan apesadumbrado decidieron que ya
e importancia que el recado que le había era bastante y le dijeron que todo era una
encomendado el rey. Y así el criado partió
Textos para orar y reflexionar 52
ITAKA - ESCOLAPIOS CUENTOS Y PARÁBOLAS

broma. El hombre pidió perdón por sus El ENTUSIASMO bailó secundado por la
emociones, y no habló más por el camino. EUFORIA. La ALEGRIA dio tantos saltos que
Llegaron por fin a su verdadero pueblo y allí vio termino por convencer a la DUDA, e incluso a la
su verdadera casa donde nació y las tumbas de APATÍA, a la que nunca le interesaba nada.
sus antepasados. Pero no se sintió mal ni lloró. Pero no todos quisieron participar. La VERDAD
prefirió no esconderse (¿para qué?), si al final
El hombre había entendido que nuestras siempre la hallaban, y la SOBERBIA opinó que
emociones no son el resultado de lo que era un juego muy tonto (en el fondo lo que le
realmente es, sino de lo que nosotros creemos molestaba era que la idea no hubiese sido
que es. Nuestros sentimientos no vienen de las suya), y la COBARDÍA prefirió no arriesgarse...
cosas en sí, sino de nuestras creencias acerca
de ellas. Quien entiende eso, encuentra la paz. - Uno, dos, tres...- comenzó a contar la
LOCURA.
Carlos G. Vallés
La primera en esconderse fue la PEREZA que,
Vida Nueva nº2183, de mayo del 99 como siempre, se dejó caer tras la primera
piedra del camino. La FE subió al cielo, y la
219. LA CARAVANA EN EL ENVIDIA se escondió tras la sombra del
DESIERTO TRIUNFO, que con su propio esfuerzo había
logrado subir a la copa del árbol más alto. La
Un poderoso sultán viajaba por el desierto
GENEROSIDAD casi no alcanzaba a
seguido de una larga comitiva que transportaba
esconderse; cada sitio que hallaba le parecía
su tesoro favorito de oro y piedras preciosas.
maravilloso para alguno de sus amigos: que si
A mitad de camino, un camello de la caravana, un lago cristalino, ideal para la BELLEZA; que si
agotado por el ardiente reverbero de la arena, el bajo de un árbol, perfecto para la TIMIDEZ;
se desplomó agonizante y no volvió a que si el vuelo de la mariposa, lo mejor para la
levantarse. VOLUPTUOSIDAD; que si una ráfaga de viento,
El cofre que transportaba rodó por la falda de la magnífico para la LIBERTAD. Así que terminó
duna, reventó y derramó todo su contenido de por ocultarse en un rayito de sol. El EGOÍSMO,
perlas y piedras preciosas, entre la arena. en cambio, encontró un sitio muy bueno desde
el principio, ventilado, cómodo... pero sólo para
El sultán, no quería aflojar la marcha; tampoco él.
tenía otros cofres de repuesto y los camellos
iban con más carga de la que podían soportar. La MENTIRA se escondió en el fondo de los
Con un gesto, entre molesto y generoso, invitó a océanos (¡mentira!, en realidad se escondió
sus pajes y escuderos a recoger las piedras detrás del arco iris), y la PASIÓN y el DESEO en
preciosas que pudieran y a quedarse con ellas. el centro de los volcanes. El OLVIDO... ¡se me
olvidó dónde se escondió!... pero es no es lo
Mientras los jóvenes se lanzaban con avaricia importante.
sobre el rico botín y escarbaban afanosamente
en la arena, el sultán continuó su viaje por el Cuando la LOCURA contaba 999.999, el AMOR
desierto. Se dio cuenta de que alguien seguía todavía no había encontrado un sitio para
caminando detrás de él. Se volvió y vio que era esconderse, pues todo se encontraba ocupado,
uno de sus pajes que lo seguía, sudoroso y hasta que divisó un rosal y, enternecido, decidió
jadeante. esconderse entre sus flores.
- ¿Y tú - le preguntó el sultán - no te has parado -¡Un millón!- contó la LOCURA y comenzó a
a recoger nada? buscar.
El joven le respondió con dignidad y orgullo: La primera en aparecer fue la PEREZA, sólo a
tres pasos de la piedra. Después se escuchó a
- ¡ Yo sigo a mi rey ! la FE discutiendo con Dios en el cielo sobre
Zoología. Y a la PASIÓN y al DESEO los sintió
220. LAS VIRTUDES
en el vibrar de los volcanes.
Cuentan que una vez se reunieron en un lugar En un descuido encontró a la ENVIDIA y, claro,
de la tierra todos los sentimientos y cualidades pudo deducir dónde estaba el TRIUNFO. Al
de los hombres. Cuando el ABURRIMIENTO EGOÍSMO no tuvo ni que buscarlo; el solito
había bostezado por tercera vez, la LOCURA, salió disparado de su escondite, que había
como siempre tan loca, les propuso: resultado un nido de avispas.
- ¿Jugamos al escondite? De tanto caminar sintió sed y, al acercarse al
La INTRIGA levantó la ceja intrigada y la lago, descubrió a la BELLEZA. Y con la DUDA
CURIOSIDAD, sin poder contenerse, preguntó: resultó más fácil todavía, pues la encontró
"¿Al escondite?, ¿ y cómo es eso?" sentada sobre una cerca sin decidir aún de qué
lado esconderse.
- Es un juego - explicó la LOCURA- en que yo
me tapo la cara y comienzo a contar desde uno Así fue encontrando a todos: el TALENTO entre
hasta un millón mientras ustedes se esconden y la hierba fresca, la ANGUSTIA en una oscura
cuando yo haya terminado de contar, el primero cueva, la MENTIRA detrás del arco iris y hasta
de ustedes al que encuentre, ocupará mi lugar el OLVIDO, al que ya se le había olvidado que
para continuar el juego. estaba jugando a los escondidos.

Textos para orar y reflexionar 53


ITAKA - ESCOLAPIOS CUENTOS Y PARÁBOLAS

Pero sólo el AMOR no aparecía por ningún sitio. otra, se escuchaban las oraciones de los
La LOCURA buscó detrás de cada árbol, bajo monjes: "Señor, te pido", "Señor, te pido",
cada arroyo del planeta, en la cima de las "Señor, te pido". También el Abad hacía su
montañas y, cuando estaba por darse por plegaria: "Señor, te pido...". Por fin, todos
vencida, divisó un rosal y las rosas... Y tomó una callaron largamente.
horquilla y comenzó a mover las ramos, cuando Hasta que de nuevo se dejó oír la voz del Abad:
de pronto un doloroso grito se escuchó. Las "Ahora, Señor, dinos en qué podemos ayudarte;
espinas habían herido en los ojos al AMOR. La te escuchamos en silencio".
LOCURA no sabía qué hacer para disculparse; Al cabo de un rato concluyó: "Gracias, Padre,
lloró, rogó, imploró y hasta prometió ser su porque quieres contar con nosotros". Y todos los
lazarillo. monjes respondieron al unísono: "Amén".
Desde entonces, desde que por primera vez se (Porque habían comprendido que la oración,
jugó al escondite en la tierra, como el amor, tiene dos tiempos: dar y recibir, y
EL AMOR ES CIEGO Y LA LOCURA LO que si falta uno de ellos, se muere.)
ACOMPAÑA SIEMPRE.
224. COMPASIÓN
221. EL CIEMPIÉS
Uno de los discípulos fue sorprendido en el acto
- Qué complicación (exclamó el Abad viendo de robar. Lo apresaron, denunciaron, acusaron y
caminar a un ciempiés) y qué maravilla: lo hace esperaron el castigo ejemplar del Maestro. Pero
tan bien que parece fácil. el Maestro no hizo nada. El descontento se
De pronto, le vino a la memoria una historieta intensificó entre los demás discípulos que
que había escuchado no sabía dónde: "El murmuraron, protestaron, amenazaron. Por fin,
pequeño ciempiés sintió que debía lanzarse a al ver que no se castigaba al culpable, todos los
caminar, y preguntó inquieto a su madre: demás discípulos se reunieron y declararon ante
el Maestro que, si el ladrón no era expulsado, se
- Para andar, ¿qué pies debo mover primero: los irían todos ellos.
pares o los impares, los de la derecha o los de
la izquierda, los de delante o lo de detrás? ¿O El Maestro contestó: "Podéis iros. Vosotros
los del centro? ¿Y cómo? ¿Y por qué? tenéis ya buenas costumbres y buen juicio.
Sabéis discernir el bien y el mal y actuar según
- Cuando quieras andar, hijo mío - le respondió el dictamen de vuestra conciencia. Pero este
la madre- deja de cavilar y... anda". pobre hermano no distingue el bien del mal.
¿Quién le va a enseñar si yo no lo hago? Yo
222. LA SED seguiré enseñándole a él, aunque todos los
Un joven inquieto se presentó a un sacerdote y demás os marchéis".
le dijo: El ladrón se echó a llorar. Sintió que todo deseo
- 'Busco a Dios'. de robar había desaparecido de sus entrañas.
Hasta entonces se había mostrado arrogante,
El reverendo le echó un sermón, que el joven confiado al verse protegido, impenitente en
escuchó con paciencia. Acabado el sermón, el busca de la próxima ocasión para practicar
joven marchó triste en busca del obispo. impunemente sus artes. Pero, ante la bondad
- 'Busco a Dios', le dijo llorando al obispo. del Maestro, se le deshizo el orgullo, se le
Monseñor le leyó una pastoral que acababa de abrieron los ojos, se le enterneció el corazón. Y
publicar en el boletín de la diócesis y el joven vio lo que nunca había visto y entendió lo que
oyó la pastoral con gran cortesía, pero al acabar ninguna lección le podría haber hecho aprender.
la lectura se fue angustiado al papa a pedirle: El ladrón no fue el único que lloró. Hubo también
- 'Busco a Dios'. lágrimas escondidas en ojos de muchachos que
se sabían culpables de faltas encubiertas que al
Su santidad se dispuso a resumirle su última no ser vistas iban quedando en su conciencia
encíclica, pero el joven rompió en sollozos sin apagada como no cometidas.
poder contener la angustia.
La compasión del Maestro es la gran virtud que
- '¿Por qué lloras?', le preguntó el papa inspira la mejor conducta en el discípulo. Ya no
totalmente desconcertado. hubo más robos.
- 'Busco a Dios y me dan palabras' dijo el joven Carlos G. Vallés
apenas pudo recuperarse.
Vida Nueva 2189 del 12 de junio de 1999
Aquella noche, el sacerdote, el obispo y el papa
tuvieron un mismo sueño. Soñaron que morían 225. EL OTRO YO
de sed y que alguien trataba de aliviarles con un
largo discurso sobre el agua. Se trataba de un muchacho corriente: en los
pantalones se le formaban rodilleras, leía
223. DAR historietas, hacía ruido cuando comía, se metía
los dedos a la nariz, roncaba en la siesta, se
Aquella tarde, la comunidad monástica hacía, en llamaba Armando Corriente en todo menos en
su oratorio, una plegaria de intercesión. Una tras una cosa: tenía Otro Yo.

Textos para orar y reflexionar 54


ITAKA - ESCOLAPIOS CUENTOS Y PARÁBOLAS

El Otro Yo usaba cierta poesía en la mirada, se exactamente en el punto en que la superficie por
enamoraba de las actrices, mentía la que marchaba, cambiaba de color. Las seis
cautelosamente, se emocionaba en los patas hollaron una N mayúscula y oscura.
atardeceres. Al muchacho le preocupaba mucho Después de una momentánea detención,
su Otro Yo y le hacía sentirse incómodo frente a terminó por atravesarla. Ahora la superficie era
sus amigos. Por otra parte el Otro Yo era otra vez clara. De pronto el terrón resbaló sobre
melancólico, y debido a ello, Armando no podía el papel, partiéndose en dos. La hormiga hizo
ser tan vulgar como era su deseo. entonces un recorrido que incluyó una detenida
Una tarde Armando llegó cansado del trabajo, inspección de ambas porciones, y eligió la
se quitó los zapatos, movió lentamente los mayor. Cargó con ella, y avanzó. En la ruta,
dedos de los pies y encendió la radio. En la hasta ese instante libre, apareció una colilla
radio estaba Mozart, pero el muchacho se aplastada. La bordeó lentamente, y cuando
durmió. Cuando despertó el Otro Yo lloraba con reapareció al otro lado del pucho, la superficie
desconsuelo. En el primer momento, el se había vuelto nuevamente oscura porque en
muchacho no supo que hacer, pero después se ese instante el tránsito de la hormiga tenía lugar
rehizo e insultó concienzudamente al Otro Yo. sobre una A.
Este no dijo nada, pero a la mañana siguiente Hubo una leve corriente de aire, como si alguien
se había suicidado. hubiera soplado. Hormiga y carga rodaron.
Al principio la muerte del Otro Yo fue un rudo Ahora el terrón se desarmó por completo. La
golpe para el pobre Armando, pero enseguida hormiga cayó sobre sus patas y emprendió una
pensó que ahora sí podría ser íntegramente enloquecida carrerita en círculo. Luego pareció
vulgar. Ese pensamiento lo reconfortó. tranquilizarse. Fue hacia uno de los granos de
azúcar que antes había formado parte del medio
Sólo llevaba cinco días de luto, cuando salió la terrón, pero no lo cargó.
calle con el propósito de lucir su nueva y
completa vulgaridad. Desde lejos vio que se Cuando reinició su marcha no había perdido la
acercaban sus amigos. Eso le lleno de felicidad ruta. Pasó rápidamente sobre una D oscura, y al
e inmediatamente estalló en risotadas. Sin reingresar en la zona clara, otro obstáculo la
embargo, cuando pasaron junto a él, ellos no detuvo. Era un trocito de algo, un palito acaso
notaron su presencia. Para peor de males, el tres veces más grande que ella misma.
muchacho alcanzó a escuchar que comentaban: Retrocedió, avanzó, tanteó el palito, se quedó
"Pobre Armando. Y pensar que parecía tan inmóvil durante unos segundos. Luego empezó
fuerte, tan saludable". la tarea de carga. Dos veces se resbaló el palito,
pero al final quedó bien afirmado, como una
El muchacho no tuvo más remedio que dejar de suerte de mástil inclinado. Al pasar sobre el área
reír y, al mismo tiempo, sintió a la altura del de la segunda A oscura, el andar de la hormiga
esternón un ahogo que se parecía bastante a la era casi triunfal. Sin embargo, no había
nostalgia. Pero no pudo sentir auténtica avanzado dos centímetros por la superficie clara
melancolía, porque toda la melancolía se la del papel, cuando algo o alguien movió aquella
había llevado el Otro Yo. hoja y la hormiga rodó, más o menos replegada
sobre sí misma. Sólo pudo reincorporarse
226. A IMAGEN Y SEMEJANZA cuando llegó a la madera del piso. A cinco
Era la última hormiga de la caravana, y no pudo centímetros estaba el palito. La hormiga avanzó
seguir la ruta de sus compañeras. Un terrón de hasta él, esta vez con parsimonia, como
azúcar había resbalado desde lo alto, midiendo cada séxtuple paso.
quebrándose en varios terroncitos. Uno de éstos Así y todo, llegó hasta su objetivo, pero cuando
le interceptaba el paso. estiraba las patas delanteras, de nuevo corrió el
Por un instante la hormiga quedó inmóvil sobre aire y el palito rodó hasta detenerse diez
el papel color crema. Luego, sus patitas centímetros más allá, semicaído en una de las
delanteras tantearon el terrón. Retrocedió, rendijas que separaban los tablones del piso.
después se detuvo. Tomando sus patas traseras Uno de los extremos, sin embargo, emergía
como casi punto fijo de apoyo, dio una vuelta hacia arriba. Para la hormiga, semejante
alrededor de sí misma en el sentido de las posición representó en cierto modo una
agujas de un reloj. Sólo entonces se acercó de facilidad, ya que pudo hacer un rodeo a fin de
nuevo. Las patas delanteras se estiraron, en un intentar la operación desde un ángulo más
primer intento de alzar el azúcar, pero favorable. Al cabo de medio minuto, la faena
fracasaron. Sin embargo, el rápido movimiento estaba cumplida. La carga, otra vez alzada,
hizo que el terrón quedara mejor situado para la estaba ahora en una posición más cercana a la
operación de carga. Esta vez la hormiga estricta horizontalidad. La hormiga reinició la
acometió lateralmente su objetivo, alzó el terrón marcha, sin desviarse jamás de su ruta hacia el
y lo sostuvo sobre su cabeza. Por un instante zócalo. Las otras hormigas, con sus respectivos
pareció vacilar, luego reinició el viaje, con un víveres, habían desaparecido por algún invisible
andar bastante más lento que el que traía. agujero.
Sus compañeras ya estaban lejos, fuera del Sobre la madera, la hormiga avanzaba más
papel, cerca del zócalo. La hormiga se detuvo, lentamente que sobre el papel. Un nudo,
bastante rugoso de la tabla, significó una
Textos para orar y reflexionar 55
ITAKA - ESCOLAPIOS CUENTOS Y PARÁBOLAS

demora de más de un minuto. El palito estuvo a "¿Que fue eso?", preguntó. Mi amigo lo tomó en
punto de caer, pero un particular vaivén del brazos, lo acarició para tranquilizarlo, pero,
cuerpo de la hormiga aseguró su estabilidad. conforme a sus principios educativos, le dijo la
Dos centímetros más y un golpe resonó. Un verdad: "Fue una bomba". "¡Que suerte!", dijo el
golpe aparentemente dado sobre el piso. Al niño. "Yo creí que era un trueno".
igual que las otras, esa tabla vibró y la hormiga
dio un saltito involuntario, en el curso del cual, 229. LOS POCILLOS
perdió su carga. El palito quedó atravesado en
Los pocillos eran seis: dos rojos, dos negros,
el tablón contiguo. El trabajo siguiente fue cruzar
dos verdes, y además importados, irrompibles,
la hendidura, que en ese punto era bastante
modernos. Habían llegado como regalo de
profunda. La hormiga se acercó al borde, hizo
Enriqueta, en el último cumpleaños de Mariana,
un leve avance erizado de alertas, pero aún así
y desde ese día el comentario de cajón había
se precipitó en aquel abismo de centímetro y
sido que podía combinarse la taza de un color
medio. Le llevó varios segundos rehacerse,
con el platillo de otro. "Negro con rojo queda
escalar el lado opuesto de la hendidura y
fenomenal", había sido el consejo estético de
reaparecer en la superficie del siguiente tablón.
Enriqueta. Pero Mariana, en un discreto rasgo
Ahí estaba el palito. La hormiga estuvo un rato
de independencia, había decidido que cada
junto a él, sin otro movimiento que un
pocillo sería usado con su plato del mismo color.
intermitente temblor en las patas delanteras.
Después llevó a cabo su quinta operación de "El café ya está pronto. ¿Lo sirvo?", preguntó
carga. El palito quedó horizontal, aunque algo Mariana. La voz se dirigía al marido, pero los
oblicuo con respecto al cuerpo de la hormiga. ojos estaban fijos en el cuñado. Este parpadeó y
Esta hizo un movimiento brusco y entonces la no dijo nada, pero José Claudio contestó:
carga quedó mejor acomodada. A medio metro "Todavía no. Esperá un ratito. Antes quiero
estaba el zócalo. La hormiga avanzó en la fumar un cigarrillo." Ahora sí ella miró a José
antigua dirección, que en ese espacio Claudio y pensó, por milésima vez, que aquellos
casualmente se correspondía con la veta. Ahora ojos no parecían de ciego.
el paso era rápido, y el palito no parecía correr La mano de José Claudio empezó a moverse,
el menor riesgo de derrumbe. A dos centímetros tanteando el sofá. "¿Qué buscás?", preguntó
de su meta, la hormiga se detuvo, de nuevo ella. "El encendedor." "A tu derecha." La mano
alertada. Entonces, de lo alto apareció un corrigió el rumbo y halló el encendedor. Con ese
pulgar, un ancho dedo humano y temblor que da el continuado afán de búsqueda,
concienzudamente aplastó carga y hormiga. el pulgar hizo girar varias veces la ruedita, pero
la llama no apareció. A una distancia ya
227. PERSECUTA calculada, la mano izquierda trataba
Como en tantas y tantas de sus pesadillas, infructuosamente de registrar la aparición del
empezó a huir despavorido. Las botas de sus calor. Entonces Alberto encendió un fósforo y
perseguidores sonaban y resonaban sobre las vino en su ayuda. "¿Por qué no lo tirás?" dijo,
hojas secas. Las omnipotentes zancadas se con una sonrisa que, como toda sonrisa para
acercaban a un ritmo enloquecido y ciegos, impregnaba también las modulaciones
enloquecedor. de la voz. "No lo tiro porque le tengo cariño. Es
un regalo de Mariana."
Hasta no hace mucho, siempre que entraba en
una pesadilla, su salvación había consistido en Ella abrió apenas la boca y recorrió el labio
despertar, pero a esta altura los perseguidores inferior con la punta de la lengua. Un modo
habían aprendido esa estratagema y ya no se como cualquier otro de empezar a recordar. Fue
dejaban sorprender. en marzo de 1953, cuando él cumplió 35 años y
todavía veía. Habían almorzado en casa de los
Sin embargo esta vez volvió a sorprenderlos. padres de José Claudio, en Punta Gorda,
Precisamente en el instante en que los habían comido arroz con mejillones, y después
sabuesos creyeron que iba a despertar, él, se habían ido a caminar por la playa. El le había
sencillamente, soñó que se dormía. pasado un brazo por los hombros y ella se había
228. RUTINAS sentido protegida, probablemente feliz o algo
semejante. Habían regresado al apartamento y
A mediados de 1974 explotaban en Buenos él la había besado lentamente, morosamente,
Aires diez o doce bombas por la noche. De como besaba antes. Habían inaugurado el
distinto signo, pero explotaban. Despertarse a encendedor con un cigarrillo que fumaron a
las dos o las tres de la madrugada con varios medias. Ahora el encendedor ya no servía. Ella
estruendos en cadena, era casi una costumbre. tenía poca confianza en los conglomerados
Hasta los niños se hacían a esa rutina. simbólicos, pero, después de todo, ¿qué servía
aún de aquella época?
Un amigo porteño empezó a tomar conciencia
de esa adaptación a partir de una noche en que "Este mes tampoco fuiste al médico", dijo
hubo una fuerte explosión en las cercanías de Alberto.
su apartamento, y su hijo, de apenas cinco "No."
años, se despertó sobresaltado.
"¿Querés que te sea sincero?"

Textos para orar y reflexionar 56


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"Claro." Alberto se levantó del sofá y se acercó al


"Me parece una idiotez de tu parte." ventanal.

"¿Y para qué voy a ir? ¿Para oírle decir que "Que otoño desgraciado", dijo, "¿Te fijaste?" La
tengo una salud de roble, que mi hígado pregunta era para ella.
funciona admirablemente, que mi corazón "No", respondió José Claudio. "Fijate vos por
golpea con el ritmo debido, que mis intestinos mí."
son una maravilla? ¿Para eso querés que vaya? Alberto la miró. Durante el silencio, se sonrieron.
Estoy podrido de mi notable salud sin ojos." Al margen de José Claudio, y sin embargo, a
La época anterior a la ceguera, José Claudio propósito de él. De pronto Mariana supo que se
nunca había sido especialista en la había puesto linda. Siempre que miraba a
exteriorización de sus emociones, pero Mariana Alberto se ponía linda. El se lo había dicho por
no se ha olvidado de cómo era ese rostro antes primera vez la noche del 23 de abril del año
de adquirir esta tensión, este resentimiento. Su pasado, hacía exactamente un año y ocho días:
matrimonio había tenido buenos momentos, eso una noche en que José Claudio le había gritado
no podía ni quería ocultarlo. Pero cuando estalló cosas muy feas, y ella había llorado,
el infortunio, él se había negado a valorar su desalentada, torpemente triste, durante horas y
amparo, a refugiarse en ella. Todo su orgullo se horas, es decir, hasta que había encontrado el
concentró en un silencio terrible, testarudo, un hombro de Alberto y se había sentido
silencio que seguía siendo tal, aún cuando se comprendida y segura. ¿De dónde extraería
rodeara de palabras. José Claudio había dejado Alberto esa capacidad para entender a la gente?
de hablar de sí. Ella estaba con él, o simplemente lo miraba, y
"De todos modos debería ir", apoyó Mariana. sabía de inmediato que él la estaba sacando del
"Acordate de lo que siempre te decía apuro. "Gracias", había dicho entonces. Y
Menéndez." todavía ahora la palabra llegaba a sus labios
directamente desde su corazón, sin
"Cómo no, que me acuerdo: Para Usted No Está razonamientos intermediarios, sin usura. Su
Todo Perdido. Ah, y otra frase famosa: La amor hacia Alberto había sido en sus comienzos
Ciencia No Cree en Milagros. gratitud, pero eso (que ella veía con toda
Yo tampoco creo en milagros." "¿Y por qué no nitidez) no alcanzaba a depreciarlo. Para ella,
aferrarte a una esperanza? Es humano." querer había sido siempre un poco agradecer y
otro poco provocar la gratitud. A José Claudio,
"¿De veras?" Habló por el costado del cigarrillo.
en los buenos tiempos, le había agradecido que
Se había escondido en sí mismo. Pero Mariana él, tan brillante, tan lúcido, tan sagaz, se hubiera
no estaba hecha para asistir, simplemente para fijado en ella, tan insignificante. Había fallado en
asistir, a un reconcentrado. Mariana reclamaba lo otro, en eso de provocar la gratitud, y había
otra cosa. Una mujercita para ser exigida con fallado tan luego en la ocasión más
mucho tacto, eso era. Con todo, había bastante absurdamente favorable, es decir, cuando él
margen para esa exigencia; ella era dúctil. Toda parecía necesitarla más.
una calamidad que él no pudiese ver; pero esa
A Alberto, en cambio, le agradecía el impulso
no era la peor desgracia. La peor desgracia era
inicial, la generosidad de ese primer socorro que
que estuviese dispuesto a evitar, por todos los
la había salvado de su propio caos, y, sobre
medios a su alcance, la ayuda de Mariana. El
todo, ayudado a ser fuerte. Por su parte, ella
menospreciaba su protección. Y Mariana
había provocado su gratitud, claro que sí.
hubiera querido -sinceramente, cariñosamente,
Porque Alberto era un alma tranquila, un
piadosamente- protegerlo.
respetuoso de su hermano, un fanático del
Bueno, eso era antes; ahora no. El cambio se equilibrio, pero también, y en definitiva, un
había operado con lentitud. Primero fue un solitario. Durante años y años, Alberto y ella
decaimiento de la ternura. El cuidado, la habían mantenido una relación superficialmente
atención, el apoyo, que desde el comienzo cariñosa, que se detenía con espontánea
estuvieron rodeados de un halo constante de discreción en los umbrales del tuteo y sólo en
cariño, ahora se habían vuelto mecánicos. Ella contadas ocasiones dejaba entrever una
seguía siendo eficiente, de eso no cabía duda, solidaridad algo más profunda. Acaso Alberto
pero no disfrutaba manteniéndose solícita. envidiara un poco la aparente felicidad de su
Después fue un temor horrible frente a la hermano, la buena suerte de haber dado con
posibilidad de una discusión cualquiera. El una mujer que él consideraba encantadora. En
estaba agresivo, dispuesto siempre a herir, a realidad, no hacía mucho que Mariana había
decir lo más duro, a establecer su crueldad sin obtenido a confesión de que la imperturbable
posible retroceso. Era increíble cómo hallaba a soltería de Alberto se debía a que toda posible
menudo, aún en las ocasiones menos propicias, candidata era sometida a una imaginaria y
la injuria refinadamente certera, la palabra que desventajosa comparación.
llegaba hasta el fondo, el comentario que
"Y ayer estuvo Trelles", estaba diciendo José
marcaba a fuego. Y siempre desde lejos, desde
Claudio, "a hacerme la clásica visita adulona
muy atrás de su ceguera, como si ésta oficiara
que el personal de la fábrica me consagra una
de muro de contención para el incómodo
vez por trimestre. Me imagino que lo echarán a
estupor de los otros.

Textos para orar y reflexionar 57


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la suerte y el que pierde se embroma y viene a derecha, recorrió lentamente la mejilla y el


verme." mentón. Finalmente se detuvo sobre los labios
"También puede ser que te aprecien", dijo entreabiertos. Entonces ella, como todas las
Alberto, "que conserven un buen recuerdo del tardes, besó silenciosamente aquella palma y
tiempo en que los dirigías, que realmente estén cerró por un instante los ojos. Cuando los abrió,
preocupados por tu salud. No siempre la gente el rostro de José Claudio era el mismo. Ajeno,
es tan miserable como te parece de un tiempo a reservado, distante. Para ella, sin embargo, ese
esta parte." momento incluía siempre un poco de temor. Un
temor que no tenía razón de ser, ya que en el
"Qué bien. Todos los días se aprende algo ejercicio de esa caricia púdica, riesgosa,
nuevo." La sonrisa fue acompañada de un breve insolente, ambos habían llegado a una técnica
resoplido, destinado a inscribirse en otro nivel tan perfecta como silenciosa.
de ironía.
"No lo dejes hervir", dijo José Claudio.
Cuando Mariana había recurrido a Alberto en
busca de protección, de consejo, de cariño, La mano de Alberto se retiró y Mariana volvió a
había tenido de inmediato la certidumbre de que inclinarse sobre la mesita. Retiró el mechero,
a su vez estaba protegiendo a su protector, de apagó la llamita con la tapa de vidrio, llenó los
que él se hallaba tan necesitado de amparo pocillos directamente desde la cafetera.
como ella misma, de que allí, todavía tensa de Todos los días cambiaba la distribución de los
escrúpulos y quizás de pudor, había una colores. Hoy sería el verde para José Claudio, el
razonable desesperación de la que ella negro para Alberto, el rojo para ella. Tomó el
comenzó a sentirse responsable. Por eso, pocillo verde para alcanzárselo a su marido,
justamente, había provocado su gratitud, por no pero antes de dejarlo en sus manos, se
decírselo con todas las letras, por simplemente encontró con la extraña, apretada sonrisa. Se
dejar que él la envolviera en su ternura encontró además, con unas palabras que
acumulada de tanto tiempo atrás, por sólo sonaban más o menos así: "No, querida. Hoy
permitir que él ajustara a la imprevista realidad quiero tomar en el pocillo rojo."
aquellas imágenes de ella misma que había
hecho transcurrir, sin hacerse ilusiones, por el 230. LA CUEVA DE LA MORA
desfiladero de sus melancólicos insomnios. Pero
I
la gratitud pronto fue desbordada. Como si todo
hubiera estado dispuesto para la mutua Frente al establecimiento de baños de Fitero, y
revelación, como si sólo hubiera faltado que se sobre unas rocas cortadas a pico, a cuyos pies
miraran a los ojos para confrontar y compensar corre el río Alhama, se ven todavía los restos
sus afanes, a los pocos días lo más importante abandonados de un castillo árabe, célebre en
estuvo dicho y los encuentros furtivos los fastos gloriosos de la reconquista por haber
menudearon. Mariana sintió de pronto que su sido teatro de grandes y memorables hazañas,
corazón se había ensanchado y que el mundo así por parte de los que lo defendieron como de
era nada más que eso: Alberto y ella. los que valerosamente clavaron sobre sus
almenas el estandarte de la cruz. De los muros
"Ahora sí podés calentar el café", dijo José
no quedan más que algunos ruinosos vestigios;
Claudio, y Mariana se inclinó sobre la mesita
las piedras de la atalaya han caído unas sobre
ratona para encender el mecherito. Por un
otras al foso y lo han cegado por completo; en el
momento se distrajo contemplando los pocillos.
patio de armas crecen zarzales y matas de
Sólo había traído tres, uno de cada color. Le
jaramago; por todas partes adonde se vuelven
gustaba verlos así, formando un triángulo.
los ojos no se ven más que arcos rotos, sillares
Después se echó hacia atrás en el sofá y su oscuros y carcomidos; aquí un lienzo de
nuca encontró lo que esperaba: la mano cálida barbacana, entre cuyas hendiduras nace la
de Alberto, ya ahuecada para recibirla. Qué yedra; allí un torreón que aún se tiene en pie
delicia, Dios mío. La mano empezó a moverse como por milagro; más allá los postes de
suavemente y los dedos largos, afilados, se argamasa con las anillas de hierro que
introdujeron por entre el pelo. La primera vez sostenían el puente colgante.
que Alberto se había animado a hacerlo,
Durante mi estancia en los baños, ya por hacer
Mariana se había sentido terriblemente inquieta,
ejercicio, que, según me decían, era
con los músculos anudados en una dolorosa
conveniente al estado de mi salud, ya arrastrado
contracción que le había impedido disfrutar de la
por la curiosidad, todas las tardes tomaba entre
caricia. Ahora no. Ahora estaba tranquila y podía
aquellos vericuetos el camino que conduce a las
disfrutar. Le parecía que la ceguera de José
ruinas de la fortaleza árabe y allí me pasaba las
Claudio era una especie de protección divina.
horas y las horas escarbando el suelo por ver si
Sentado frente a ellos, José Claudio respiraba encontraba algunas armas, dando golpes en los
normalmente, casi con beatitud. Con el tiempo, muros para observar si sonaba a hueco y
la caricia de Alberto se había convertido en una sorprender el escondrijo de un tesoro, y
especie de rito y, ahora mismo, Mariana estaba metiéndome por todos los rincones, con la idea
en condiciones de aguardar el movimiento de encontrar la entrada de alguno de esos
próximo y previsto. Como todas las tardes, la subterráneos que es fama existen en todos los
mano acarició el pescuezo, rozó apenas la oreja castillos de los moros.

Textos para orar y reflexionar 58


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Mis diligentes pesquisas fueron por demás términos que yo, a mi vez, se la voy a referir a
infructuosas. mis lectores.
Sin embargo, una tarde en que, ya II
desesperanzado de hallar algo nuevo y curioso Cuando el castillo, del que ahora sólo restan
en los alto de la roca sobre la que se asienta el algunas informes ruinas, se tenía aún por los
castillo, renuncié a subir a ella, y limité mi paseo reyes moros, y sus torres, de las que no ha
a las orillas del río que corre a sus pies, quedado piedra sobre piedra, dominaban desde
andando a lo largo de la ribera, vi una especie lo alto de la roca en que tienen asiento todo
de boquerón abierto en la peña viva y medio aquel fertilísimo valle que fecunda el río Alhama,
oculto por frondosos y espesísimos matorrales. tuvo lugar junto a la villa de Fitero una reñida
No sin mi poquito de temor, separé el ramaje batalla, en la cual cayó herido y prisionero de los
que cubría la entrada de aquello que me pareció árabes un famoso caballero cristiano, tan digno
cueva formada por la naturaleza y que, después de renombre por su piedad como por su
que anduve algunos pasos, vi era un valentía.
subterráneo abierto a pico.
Conducido a la fortaleza y cargado de hierros
No pudiendo penetrar hasta el fondo, que se por sus enemigos, estuvo algunos días en el
perdía entre las sombras, me limité a observar fondo de un calabozo luchando entre la vida y la
cuidadosamente los accidentes de la bóveda y muerte, hasta que, curado casi milagrosamente
del piso, que me pareció que se elevaba de sus heridas, sus deudos le rescataron a
formando como unos grandes peldaños en fuerza de oro.
dirección a la altura en que se halla el castillo de
que ya he hecho mención, y en cuyas ruinas Volvió el cautivo a su hogar; volvió a estrechar
recordé entonces haber visto una poterna entre sus brazos a los que le dieron el ser. Sus
cegada. Sin duda, había descubierto uno de hermanos de armas y sus hombres de guerra se
esos caminos secretos, tan comunes en las alborozaron al verle, creyendo llegada la hora
obras militares de aquella época, el cual debió de emprender nuevos combates; pero el alma
servir para hacer salidas falsas o coger, estando del caballero se había llenado de una profunda
sitiados, el agua del río que corre allí inmediato. melancolía, y ni el cariño paterno ni los
esfuerzos de la amistad eran parte a disipar su
Para cerciorarme de la verdad que pudiera extraña melancolía.
haber en mis inducciones, después que salí de
la cueva por donde mismo había entrado, trabé Durante su cautiverio logró ver a la hija del
conversación con un trabajador que andaba alcaide moro, de cuya hermosura tenía noticias
podando unas viñas en aquellos vericuetos, y al por la fama antes de conocerla; pero que
cual me acerqué so pretexto de pedirle lumbre cuando la hubo conocido la encontró tan
para encender un cigarrillo. superior a la idea que de ella se había formado,
que no pudo resistir a la seducción de sus
Hablamos de varias cosas indiferentes: de las encantos y se enamoró perdidamente de un
propiedades medicinales de las aguas de Fitero, objeto para él imposible.
de la cosecha pasada y la por venir, de las
mujeres de Navarra y el cultivo de las viñas; Meses y meses pasó el caballero forjando los
hablamos, en fin, de todo lo que al buen hombre proyectos más atrevidos y absurdos: ora
se le ocurrió, primero que de la cueva, objeto de imaginaba un medio de romper las barreras que
mi curiosidad. lo separaban de aquella mujer, ora hacía los
mayores esfuerzos por olvidarla, y ya se decidía
Cuando, por último, la conversación recayó por una cosa, ya se mostraba partidario de otra
sobre este punto, le pregunté si sabía de alguien absolutamente opuesta, hasta que, al fin, un día
que hubiese penetrado en ella y visto su fondo. reunió a sus hermanos y compañeros de armas,
-¡Penetrar en la cueva de la Mora! -me dijo, hizo llamar a sus hombres de guerra y, después
como asombrado al oír mi pregunta-. ¿Quien de hacer con el mayor sigilo todos los aprestos
había de atreverse? ¿No sabe usted que de esa necesarios, cayó de improviso sobre la fortaleza
sima sale todas las noches un ánima? que guardaba a la hermosura objeto de su
-¡Un ánima! -exclamé yo, sonriéndome-. ¿El insensato amor.
ánima de quién? Al partir a esta expedición, todos creyeron que
- El ánima de la hija de un alcaide moro que sólo movía a su caudillo el afán de vengarse de
anda todavía penando por estos lugares, y se la cuanto le habían hecho sufrir arrojándole en el
ve todas las noches salir vestida de blanco de fondo de sus calabozos; pero después de
esa cueva, y llena en el río una jarrica de agua. tomada la fortaleza, no se ocultó a ninguno la
verdadera causa de aquella arrojada empresa,
Por explicación de aquel buen hombre vine en en que tantos buenos cristianos habían perecido
conocimiento de que acerca del castillo árabe y para contribuir al logro de una pasión indigna.
del subterráneo que yo suponía en
comunicación con él había alguna historieta, y El caballero, embriagado en el amor que, al fin,
como yo soy muy amigo de oír todas estas logró encender en el pecho de la hermosísima
tradiciones especialmente de labios de la gente mora, no hacía caso de los consejos de sus
del pueblo, le supliqué me la refiriese, lo cual amigos, ni paraba mientes en las
hizo, poco más o menos, en los mismos murmuraciones y las quejas de sus soldados.

Textos para orar y reflexionar 59


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Unos y otros clamaban por salir cuanto antes de Y en su delirio precursor de la muerte, de sus
aquellos muros, sobre los cuales era natural que labios secos, al pasar por los cuales silbaba la
habían de caer nuevamente los árabes, respiración sólo se oían salir estas palabras
repuestos del pánico de la sorpresa. angustiosas:
Y, en efecto, sucedió así: el alcaide allegó de los -¡Tengo sed! ¡Me abraso! ¡Agua! ¡Agua!
lugares comarcanos y una mañana el vigía que La mora sabía que aquel subterráneo tenía una
estaba puesto en la atalaya de la torre bajó a salida al valle por donde corre el río. El valle y
anunciar a los enamorados amantes que por todas las alturas que lo coronan estaban llenos
toda la sierra que desde aquellas rocas se de soldados moros, que, una vez rendida la
descubre se veía bajar tal nublado de guerreros, fortaleza, buscaban en vano por todas partes al
que bien podía asegurarse que iba a caer sobre caballero y a su amada para saciar en ellos su
el castillo la morisma entera. sed de exterminio. Sin embargo, no vaciló un
La hija del alcaide se quedó al oírlo pálida como instante, y tomando el casco del moribundo, se
la muerte; el caballero pidió sus armas a deslizó como una sombra por entre los
grandes voces y todo se puso en movimiento en matorrales que cubrían la boca de la cueva y
la fortaleza. Los soldados salieron en tumulto de bajó a la orilla del río.
sus cuadras; los jefes comenzaron a dar Ya había tomado el agua, ya iba a incorporarse
órdenes; se bajaron los rastrillos, se levantó el para volver de nuevo al lado de su amante,
puente colgante y se coronaron de ballesteros cuando silbó una saeta y exhaló un grito.
las almenas.
Dos guerreros moros que velaban alrededor de
Algunas horas después comenzó el asalto. la fortaleza habían disparados sus arcos en la
El castillo podía llamarse con razón dirección en que oyeron moverse las ramas.
inexpugnable. Solo por sorpresa, como se La mora, herida de muerte, logró, sin embargo,
apoderaron de él los cristianos, era posible arrastrarse a la entrada del subterráneo y
rendirlo. Resistieron, pues, sus defensores una, penetrar hasta el fondo, donde se encontraba el
dos y hasta diez embestidas. caballero. Éste, al verla cubierta de sangre y
Los moros se limitaron, viendo la inutilidad de próxima a morir, volvió en su razón y,
sus esfuerzos, a cercarlo estrechamente para conociendo la enormidad del pecado que tan
hacer capitular a sus defensores por hambre. duramente expiaban, volvió sus ojos al cielo,
El hambre comenzó, en efecto, a hacer estragos tomó el agua que su amante le ofrecía y, sin
horrorosos entre los cristianos; pero sabiendo acercársela a los labios, preguntó a la mora:
que, una vez rendido el castillo, el precio de la -¿Quieres ser cristiana? ¿Quieres morir en mi
vida de sus defensores era la cabeza de su jefe, religión y, si me salvo, salvarte conmigo?
ninguno quiso hacerle traición, y los mismos que La mora, que había caído al suelo desvanecida
habían reprobado su conducta juraron perecer con la falta de sangre, hizo un movimiento
en su defensa. imperceptible con la cabeza, sobre la cual
Los moros impacientes, resolvieron dar un derramó el caballero el agua bautismal
nuevo asalto al mediar la noche. La embestida invocando el nombre del Todopoderoso.
fue rabiosa, la defensa desesperada y el choque Al otro día, el soldado que disparó la saeta vio
horrible. Durante la pelea, el alcaide, partida la un rastro de sangre a la orilla del río, y
frente de un hachazo cayó al foso desde lo alto siguiéndolo entró en la cueva, donde encontró
del muro, al que había logrado subir con la los cadáveres del caballero y su amada, que
ayuda de una escala, al mismo tiempo que el aún vienen por las noches a vagar por estos
caballero recibía un golpe mortal en la brecha contornos.
de la barbacana, en donde unos y otros
combatían cuerpo a cuerpo entre las sombras. 231. LA ROSA DE LA PASIÓN
Los cristianos comenzaron a cejar y a
(Leyenda religiosa)
replegarse. En este punto la mora se inclinó
sobre su amante, que yacía en el suelo, Una tarde de verano, y en un jardín de Toledo,
moribundo, y tomándolo en sus brazos con unas me refirió esta singular historia una muchacha
fuerzas que hacían mayores la desesperación y muy buena y muy bonita.
la idea del peligro, lo arrastró hasta el patio de Mientras me explicaba el misterio de su forma
armas. Allí tocó a un resorte, se levantó una especial, besaba las hojas y los pistilos que iba
piedra como movida de un impulso sobrenatural arrancando, uno a uno, de la flor que da nombre
y por la boca que dejó ver al levantarse, a esta leyenda.
desapareció con su preciosa carga y comenzó a
descender hasta llegar al fondo del subterráneo. Si yo la pudiera referir con el suave encanto y la
tierna sencillez que tenía en su boca, os
III conmovería como a mí me conmovió, la historia
Cuando el caballero volvió en sí, tendió a su de la infeliz Sara.
alrededor una mirada llena de extravío, y dijo: Ya que esto no es posible, ahí va lo que de esa
-¡Tengo sed! ¡Me muero! ¡Me abraso! piadosa tradición se me acuerda en este
instante.

Textos para orar y reflexionar 60


ITAKA - ESCOLAPIOS CUENTOS Y PARÁBOLAS

I savia y lozanía sobre los ennegrecidos muros


En una de las callejas más oscuras y tortuosas de los edificios ruinosos.
de la ciudad imperial, empotrada y casi En la parte de la casa que recibía una dudosa
escondida entre la alta torre morisca de una luz por los estrechos vanos de aquel ajimez,
antigua parroquia mozárabe y los sombríos y único abierto en el musgoso y agrietado
blasonados muros de una casa solariega, tenía paredón de la calleja, habitaba Sara, la hija
hace muchos años su habitación raquítica, predilecta de Daniel.
tenebrosa y miserable como su dueño, un judío Cuando los vecinos del barrio pasaban por
llamado Daniel Leví. delante de la tienda del judío y veían por
Era este judío rencoroso y vengativo, como casualidad a Sara tras las celosías de su ajimez
todos los de su raza, pero más que ninguno morisco y a Daniel acurrucado junto a su
engañador e hipócrita. yunque, exclamaban en alta voz, admirados de
Dueño, según los rumores del vulgo, de una las perfecciones de la hebrea:
inmensa fortuna, veíasele, no obstante, todo el - ¡Parece mentira que tan ruin tronco haya dado
día acurrucado en el sombrío portal de su tan hermoso vástago!
vivienda, componiendo y aderezando cadenillas Porque, en efecto, Sara era un prodigio de
de metal, cintos viejos o guarniciones rotas, con belleza. Tenía los ojos grandes y rodeados de
las que traía un gran tráfico entre los truhanes un sombrío cerco de pestañas negras, en cuyo
de Zocodover, las revendedoras del Postigo y fondo brillaba el punto de luz de su ardiente
los escuderos pobres. pupila como una estrella en el cielo de una
Aborrecedor implacable de los cristianos y de noche oscura. Sus labios, encendidos y rojos
cuanto a ellos pudiera pertenecer, jamás pasó parecían recortados hábilmente de un paño de
junto a un caballero principal o un canónigo de púrpura por las invisibles manos de un hada. Su
la primada sin quitarse una y hasta diez veces el tez era blanca, pálida y transparente como el
mugriento bonetillo que cubría su cabeza calva alabastro de la estatua de un sepulcro. Contaba
y amarillenta, ni acogió en su tenducho a uno de apenas dieciséis años, y ya se veía grabada en
sus habituales parroquianos sin agobiarlo a su rostro esa dulce tristeza de las inteligencias
fuerza de humildes salutaciones, acompañadas precoces, y ya hinchaban su seno y se
de aduladoras sonrisas. escapaban de su boca esos suspiros que
La sonrisa de Daniel había llegado a hacerse anuncian el vago despertar del deseo.
proverbial en todo Toledo, y su mansedumbre, a Los judíos más poderosos de la ciudad,
prueba de las jugarretas más pesadas y las prendados de su maravillosa hermosura, la
burlas y rechiflas de sus vecinos, no conocían habían solicitado para esposa; pero la hebrea,
limites. insensible a los homenajes de sus adoradores y
Inútilmente los muchachos, para desesperarlo, a los consejos de su padre, que instaba para
tiraban piedras a su tugurio; en vano los que eligiese un compañero antes de quedar sola
pajecillos y hasta los hombres de armas del en el mundo, se mantenía encerrada en un
próximo palacio pretendían aburrirlo, llamándole profundo silencio, sin dar más razón de su
con los nombres más injuriosos, o las viejas extraña conducta que el capricho de
devotas de la feligresía se santiguaban al pasar permanecer libre.
por el umbral de su puerta, como si viesen al Al fin, un día, cansado de sufrir los desdenes de
mismo Lucifer en persona. Sara y sospechando que su eterna tristeza era
Daniel sonreía eternamente, con una sonrisa indicio cierto de que su corazón abrigaba algún
extraña e indescriptible. Sus labios delgados y secreto importante, uno de sus adoradores se
hundidos se dilataban a la sombra de su nariz acercó a Daniel y dijo:
desmesurada y corva como el pico de un - ¿Sabes, Daniel, que entre nuestros hermanos
aguilucho, y aunque de sus ojos pequeños, se murmura de tu hija?
redondos y casi ocultos entre las espesas cejas, El judío levantó un instante los ojos de su
brotaba una chispa de mal reprimida cólera, yunque, suspendió su continuo martilleo, y sin
seguía impasible golpeando con su martillito de mostrar la menor emoción, preguntó a su
hierro el yunque donde aderezaba las mil interpelante:
baratijas mohosas y, al parecer, sin aplicación
alguna, de que se componía su tráfico. - ¿Y qué dicen de ella?
Sobre la puerta de la casucha del judío, y dentro - Dicen -prosiguió su interlocutor-, dicen... ¡Qué
de un marco de azulejos de vivos colores, se sé yo! Muchas cosas... Entre ellas, que tu hija
abría un ajimez árabe, resto de las antiguas está enamorada de un cristiano.
construcciones de los moros toledanos. Al llegar a este punto, el desdeñado amante de
Alrededor de las caladas franjas del ajimez, y Sara se detuvo para ver el efecto que sus
enredándose por la columnilla de mármol que lo palabras hacían en Daniel.
partía en dos huecos iguales, subía desde el
Daniel levantó de nuevo sus ojos, lo miró un rato
interior de la vivienda una de esas plantas
fijamente, sin decir palabra, y, bajando otra vez
trepadoras que se mecen verdes y llenas de
la vista para seguir su interrumpida tarea,
exclamó:
Textos para orar y reflexionar 61
ITAKA - ESCOLAPIOS CUENTOS Y PARÁBOLAS

- ¿Y quién dice que eso no es una calumnia? Luz, que, robado por unos judíos, dejó un rastro
- Quien los ha visto conversar más de una vez de sangre por el cual se descubrió el crimen, o
en esta misma calle, mientras tú asistes al la historia del Santo Niño de la Guardia, en
oculto sanedrín de nuestros rabinos -insistió el quien los implacables enemigos de nuestra fe
joven hebreo, admirado de que sus sospechas renovaron la cruel Pasión de Jesús.
primero, y después sus afirmaciones, no Reinaba en la ciudad un silencio profundo,
hiciesen mella en el ánimo de Daniel. interrumpido a intervalos, ya por las lejanas
Este, sin abandonar su ocupación, fija la mirada voces de los guardias nocturnos que en aquella
en el yunque, sobre el que después de dejar a época velaban en derredor del Alcázar, ya por
un lado el martillo se ocupaba en bruñir el los gemidos del viento, que hacía girar las
broche de metal de una guarnición con una veletas de las torres o zumbaba entre las
pequeña lima, comenzó a hablar en voz baja y torcidas revueltas de las calles, cuando el dueño
entrecortada, como si maquinalmente fuesen de un barquichuelo que se mecía amarrado a un
repitiendo sus labios las ideas que cruzaban por poste cerca de los molinos, que parecen como
su mente. incrustados al pie de las rocas que baña el Tajo,
y sobre las que se asienta la ciudad, vio
- ¡Je, je, je! -decía, riéndose de una manera aproximarse a la orilla, bajando trabajosamente
extraña y diabólica-. ¿Con que a mi Sara, al por uno de los estrechos senderos que desde lo
orgullo de la tribu, al báculo en que se apoya mi alto de los muros conducen al río, a una
vejez, piensa arrebatármela un perro cristiano? persona a quien, al parecer, aguardaba con
¿Y vosotros creéis que lo hay? ¡Je!, ¡je! impaciencia.
-continuaba, siempre hablando para sí y
siempre riéndose mientras la lima chirriaba cada - ¡Ella es! -murmuró entre dientes el barquero-.
vez con más fuerza, mordiendo el metal con sus ¡No parece sino que esta noche anda revuelta
dientes de acero-. ¡Je! ¡Je! Pobre Daniel, dirán toda esa endiablada raza de judíos !... ¿Dónde
los míos, ¡ya chochea! ¿Para qué quiere ese diantres se tendrán dada cita con Satanás, que
viejo moribundo y decrépito esa hija tan todos acuden a mi barca, teniendo tan cerca el
hermosa y tan joven, si no sabe guardarla de los puente?... No, no irán a nada bueno cuando así
codiciosos ojos de nuestros enemigos?... ¡Je! evitan toparse de manos a boca con los
¿Crees tú, por ventura, que Daniel duerme? hombres de armas de San Cervantes, pero, en
¿Crees tú, por ventura, que si mi hija tiene un fin, ello es que me dan buenos dineros a ganar,
amante..., que bien pudiera ser, y ese amante y a su alma su palma, que yo en nada entro ni
es cristiano y procura seducirla, y la seduce, que salgo.
todo es posible, y proyecta huir con ella, que Esto diciendo, el buen hombre, sentándose en
también es fácil, y huye mañana, por ejemplo, lo su barca, aparejó los remos, y cuando Sara, que
cual cabe dentro de lo humano, crees tú que no era otra la persona a quien al parecer había
Daniel se dejara arrebatar su tesoro?... ¿Crees aguardado hasta entonces, hubo saltado al
tú que no sabrá vengarse? barquichuelo, soltó la amarra que lo sujetaba y
- Pero -exclamó interrumpiéndole el joven-, comenzó a bogar en dirección a la orilla
¿sabéis acaso...? opuesta.

- Sé -dijo Daniel levantándose y dándole un - ¿Cuántos han pasado esta noche? -preguntó
golpecito en la espalda-, sé más que tú, que Sara al barquero apenas se hubieron alejado de
nada sabes ni nada sabrías si no hubiese los molinos y como refiriéndose a algo de que
llegado la hora de decirlo todo... Adiós; avisa a ya habían tratado anteriormente.
nuestros hermanos para que cuanto antes se - Ni los he podido contar -respondió el
reúnan. Esta noche, dentro de una o dos horas, interpelado: ¡un enjambre! Parece que esta
yo estaré con ellos. ¡Adiós! noche será la última que se reúnen.
Y esto diciendo, Daniel empujó suavemente a - ¿Y sabes de qué tratan y con qué objeto
su interlocutor hacia la calle, recogió sus abandonan la ciudad a estas horas?
trebejos muy despacio y comenzó a cerrar con - Lo ignoro...; pero ello es que aguardan a
dobles cerrojos y aldabas la puerta de la alguien que debe de llegar esta noche. Yo no sé
tiendecilla. para qué lo aguardarán, aunque presumo que
El ruido que produjo ésta al encajarse para nada bueno.
rechinando sobres sus premiosos goznes Después de este breve diálogo, Sara se
impidió al que se alejaba oír el rumor de las mantuvo algunos instantes sumida en un
celosías sobre el ajimez, que en aquel punto profundo silencio y como tratando de ordenar
cayeron de golpe, como si la judía acabara de sus ideas. «No hay duda -pensaba entre sí-; mi
retirarse de su alféizar. padre ha sorprendido nuestro amor y prepara,
II alguna venganza horrible. Es preciso que yo
Era noche de Viernes Santo, y los habitantes de sepa dónde van, qué hacen, qué intentan. Un
Toledo, después de haber asistido a las tinieblas momento de vacilación podría perderlo.»
en su magnífica catedral, acababan de Cuando Sara se puso un instante en pie, y como
entregarse al sueño o referían al amor de la para alejar las horribles dudas que la
lumbre consejas parecidas a las del Cristo de la preocupaban se pasó la mano por la frente, que

Textos para orar y reflexionar 62


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la angustia había cubierto de un sudor glacial, la de horror al penetrar en su interior con la


barca tocaba a la orilla opuesta. mirada.
- Buen hombre -exclamó la hermosa hebrea, Al rojizo resplandor de una fogata que
arrojando algunas monedas a su conductor y proyectaba las sombras de aquel círculo infernal
señalando un camino estrecho y tortuoso que en los muros del templo, había creído ver que
subía serpenteando por entre las rocas, ¿es ese algunos hacían esfuerzos por levantar en alto
el camino que siguen? una pesada cruz, mientras otros tejían una
- Ese es, y cuando llegan a la Cabeza del Moro, corona con las ramas de los zarzales o afilaban
desaparecen por la izquierda. Después, el sobre una piedra las puntas de enormes clavos
diablo y ellos sabrán a dónde se dirigen de hierro. Una idea espantosa cruzó por su
-respondió el barquero. mente: recordó que a los de su raza los habían
acusado más de una vez de misteriosos
Sara se alejó en la dirección que éste le había crímenes; recordó vagamente la aterradora
indicado. Durante algunos minutos se la vio historia del Niño Crucificado, que ella hasta
aparecer y desaparecer alternativamente entre entonces había creído una grosera calumnia
aquel oscuro laberinto de rocas oscuras y inventada por el vulgo para apostrofar y zaherir
cortadas a pico después, y cuando hubo llegado a los hebreos.
a la cima llamada la Cabeza del Moro, su negra
silueta se dibujó un instante sobre el fondo azul Pero ya no le cabía duda alguna; allí, delante de
del cielo, y, por último, desapareció entre las sus ojos, estaban aquellos horribles
sombras de la noche. instrumentos de martirio, y los feroces verdugos
sólo aguardaban a la víctima.
IV
Sara, llena de una santa indignación, rebosando
Siguiendo el camino donde hoy se encuentra la en generosa ira y animada de esa fe
pintoresca ermita de la Virgen del Valle, y como inquebrantable en el verdadero Dios que su
a dos tiros de ballesta del picacho que el vulgo amante le había revelado, no pudo contenerse a
conoce en Toledo por la Cabeza del Moro, la vista de aquel espectáculo y, rompiendo por
existían aún en aquella época los ruinosos entre la maleza que la ocultaba, presentóse de
restos de una iglesia bizantina, anterior a la imprevisto en el umbral del templo.
conquista de los árabes.
Al verla aparecer, los judíos arrojaron un grito de
En el atrio, que dibujaban algunos pedruscos sorpresa, y Daniel, dando un paso hacia su hija,
diseminados por el suelo, crecían zarzales y en ademán amenazante, le preguntó con voz
hierbas parásitas, entre las que yacían, medio ronca:
ocultas, ya el destrozado capitel de una
columna, ya un sillar groseramente esculpido - ¿Qué buscas aquí, desdichada?
con hojas entrelazadas, endriagos horribles o - Vengo a arrojar sobre vuestras frentes -dijo
grotescas o informes figuras humanas. Del Sara con voz firme y resuelta- todo el baldón de
templo sólo quedaban en pie los muros laterales vuestra infame obra, y vengo a deciros que en
y algunos arcos rotos ya y cubiertos de hiedra. vano esperáis la víctima para el sacrificio, si ya
Sara, a quien parecía guiar un sobrenatural no es que intentáis cebar en mí vuestra sed de
presentimiento, al llegar al punto que le había sangre, porque el cristiano a quien aguardáis no
señalado su conductor, vaciló algunos instantes, vendrá porque yo lo he prevenido de vuestras
indecisa acerca del camino que debía seguir; asechanzas.
pero, por último, se dirigió con paso firme y - ¿Sara! -exclamó el judío, rugiendo de cólera-.
resuelto hacia las abandonadas ruinas de la Sara, eso no es verdad; tú no puedes habernos
iglesia. hecho traición, hasta el punto de revelar
En efecto, su instinto no la había engañado. nuestros misteriosos ritos, y si es verdad que los
Daniel, que ya no sonreía; Daniel, que no era ya has revelado, tú no eres mi hija...
el viejo débil y humilde, sino que, antes bien, - No; ya no lo soy; he encontrado otro Padre, un
respirando cólera de sus pequeños y redondos Padre todo amor para los suyos, un Padre a
ojos, parecía animado del espíritu de la quien vosotros clavasteis en una afrentosa cruz
venganza, rodeado de una multitud como él, y que murió en ella por redimiros, abriéndonos
ávida de saciar su sed de odio en uno de los para una eternidad las puertas del cielo. No; ya
enemigos de su religión, estaba allí y parecía no soy vuestra hija, porque soy cristiana y me
multiplicarse dando órdenes a los unos, avergüenzo de mi origen.
animando en el trabajo a los otros, disponiendo, Al oír estas palabras, pronunciadas con esa
en fin, con una horrible solicitud los aprestos enérgica entereza que sólo pone el cielo en
necesarios para la consumación de la boca de los mártires, Daniel, ciego de furor, se
espantosa obra que había estado meditando arrojó sobre la hermosa hebrea y derribándola
días y días, mientras golpeaba impasible el en tierra y asiéndola por los cabellos, la arrastró,
yunque de su covacha de Toledo. como poseído de un espíritu infernal, hasta el
Sara, que en favor de la oscuridad había pie de la cruz, que parecía abrir sus
logrado llegar hasta el atrio de la iglesia, tuvo descarnados brazos para recibirla, exclamando
que hacer un esfuerzo para no arrojar un grito al dirigirse a los que los rodeaban:

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- Ahí os la entrego; haced vosotros justicia de parte mañana de su castillo para reunir su
esa infame, que ha vendido su honra, su religión hueste a las del rey don Fernando, que va a
y a sus hermanos. sacar a Sevilla del poder de los infieles, y yo
IV debo partir con el conde. Huérfano oscuro, sin
nombre y sin familia, a él le debo cuanto soy. Yo
Al día siguiente, cuando las campanas de la le he servido en el ocio de las paces, he
catedral asordaban los aires tocando a gloria, y dormido bajo su techo, me he calentado en su
los honrados vecinos de Toledo se entretenían hogar y he comido el pan a su mesa. Si hoy le
en tirar ballestazos a los Judas de paja, ni más abandono, mañana sus hombres de armas al
ni menos que como todavía lo hacen en algunas salir en tropel por las poternas de su castillo,
de nuestras poblaciones, Daniel abrió la puerta preguntarán maravillados de no verme:
de su tenducho, como tenía por costumbre, y <<¿Dónde está el escudero favorito del conde
con su eterna sonrisa en los labios comenzó a de Gómara?>>, y mi señor callará con
saludar a los que pasaban, sin dejar por eso de vergüenza, y sus pajes y sus bufones dirán, en
golpear en el yunque con su martillito de hierro; son de mofa: <<El escudero del conde no es
pero las celosías del morisco ajimez de Sara no más que un galán de justas, un lidiador de
volvieron a abrirse, ni nadie vio más a la cortesía>>.
hermosa hebrea recostada en su alféizar de
azulejos de colores. Al llegar a este punto, Margarita levantó sus
ojos, llenos de lágrimas, para fijarlos en los de
... su amante, y removió los labios como para
Cuentan que algunos años después un pastor dirigirle la palabra; pero su voz se ahogó en un
trajo al arzobispo una flor hasta entonces nunca sollozo.
vista, en la cual se veían figurados todos los Pedro, con acento aún más dulce y persuasivo,
atributos del martirio del Salvador del mundo, prosiguió así:
flor extraña y misteriosa, que había crecido y
enredado sus tallos por entre los ruinosos muros - No llores, por Dios, Margarita; no llores, porque
de la derruida iglesia. tus lágrimas me hacen daño. Voy a alejarme de
ti; mas yo volveré después de haber conseguido
232. LA PROMESA un poco de gloria para mi nombre oscuro... El
cielo nos ayudará en la santa empresa.
(Leyenda castellana) Conquistaremos a Sevilla, y el rey nos dará
I feudos en las riberas del Guadalquivir a los
conquistadores.
Margarita lloraba con el rostro oculto entre las
manos; lloraba sin gemir, pero las lágrimas Entonces volveré en tu busca y nos iremos
corrían silenciosas a lo largo de sus mejillas, juntos a habitar en aquel paraíso de los árabes,
deslizándose por entre sus dedos para caer en donde dicen que hasta el cielo es más limpio y
la tierra, hacia la que había doblado su frente. más azul que el de Castilla; volveré, te lo juro;
volveré a cumplir la palabra solemnemente
Junto a Margarita estaba Pedro; éste levantaba empeñada el día que puse en tus manos ese
de cuando en cuando los ojos para mirarla, y anillo, símbolo de una promesa.
viéndola llorar, tornaba a bajarlos, guardando a
su vez un silencio profundo. - ¡Pedro! -exclamó entonces Margarita,
dominando su emoción y con voz resuelta y
Y todo callaba alrededor y parecía respetar su firme-. Ve, ve a mantener tu honra -y al
pena. Los rumores del campo se apagaban; el pronunciar estas palabras se arrojó por última
viento de la tarde dormía y las sombras vez en brazos de su amante. Después añadió,
comenzaban a envolver los espesos árboles del con acento más sordo y conmovido-:Ve a
soto. mantener tu honra; pero vuelve..., vuelve a
Así transcurrieron algunos minutos, durante los traerme la mía.
cuales se acabó de borrar el rastro de luz que el Pedro besó la frente de Margarita, desató su
sol había dejado al morir en el horizonte; la luna caballo, que estaba sujeto a uno de los árboles
comenzó a dibujarse vagamente sobre el fondo del soto y se alejó al galope por el fondo de la
violado del cielo del crepúsculo, y unas tras alameda.
otras fueron apareciendo las mayores estrellas.
Margarita siguió a Pedro con los ojos hasta que
Pedro rompió al fin aquel silencio angustioso, su sombra se confundió entre la niebla de la
exclamando con voz sorda y entrecortada, y noche, y cuando ya no pudo distinguirle, se
como si hablase consigo mismo: volvió lentamente al lugar donde la guardaban
- ¡Es imposible..., imposible! sus hermanos.
Después, acercándose a la desconsolada niña y - Ponte tus vestidos de gala -le dijo uno de ellos
tomando una de sus manos, prosiguió con al entrar-; que mañana vamos a Gómara con
acento más cariñoso y suave: todos los vecinos del pueblo para ver al conde,
- Margarita, para ti el amor es todo, y tú no ves que se marcha a Andalucía.
nada más allá del amor. No obstante, hay algo - A mí más me entristece que me alegra ver irse
tan respetable como nuestro cariño, y es mi a los que acaso no han de volver -respondió
deber. Nuestro señor, el conde de Gómara, Margarita con un suspíro.

Textos para orar y reflexionar 64


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- Sin embargo -insistió el otro hermano-, has de Luego, envueltos en la nube de polvo que
venir con nosotros, y has de venir compuesta y levantaba el casco de sus caballos, y lanzando
alegre; así no dirán las gentes murmuradoras chispas de luz de sus petos de hierro, pasaron
que tienes amores en el castillo y que tus los hombres de armas del castillo, formados en
amores se van a la guerra. gruesos pelotones, que semejaban a lo lejos un
II bosque de lanzas.

Apenas rayaba en el cielo la primera luz del Por último, precedido de los timbaleros, que
alba, cuando empezó a oírse por todo el campo montaban poderosas mulas con gualdrapas y
de Gómara la aguda trompetería de los penachos, rodeado de sus pajes, que vestían
soldados del conde, y los campesinos que ricos trajes de seda y oro y seguido de los
llegaban en numerosos grupos de los lugares escuderos de su casa, apareció el conde.
cercanos vieron desplegarse al viento el pendón Al verle, la multitud levantó un clamor inmenso
señorial en la torre más alta de la fortaleza. para saludarle, y entre la confusa vocería se
Unos sentados al borde de los fosos, otros ahogó el grito de una mujer, que en aquel
subidos en las copas de los árboles, éstos momento cayó desmayada y como herida de un
vagando por la llanura, aquéllos coronando las rayo en los brazos de algunas personas que
cumbres de las colinas, los de más allá acudieron a socorrerla. Era Margarita, Margarita,
formando un cordón a lo largo de la calzada, ya que había conocido a su misterioso amante en
haría cerca de una hora que los curiosos el muy alto y muy temido señor conde de
esperaban el espectáculo, no sin que algunos Gómara, un de los más nobles y poderosos
comenzaran a impacientarse, cuando volvió a feudatarios de la corona de Castilla.
sonar de nuevo el toque de los clarines, III
rechinaron las cadenas del puente, que cayó El ejército de don Fernando, después de salir de
con pausa sobre el foso, y se levantaron los Córdoba, había venido por sus jornadas hasta
rastrillos, mientras se abrían de par en par, y Sevilla, no sin haber luchado antes en Écija,
gimiendo sobre sus goznes, las pesadas Carmona y Alcalá del Río de Guadaira, donde,
puertas del arco que conducía al patio de una vez expugnado el famoso castillo, puso los
armas. reales a la vista de la ciudad de los infieles.
La multitud corrió a agolparse en los ribazos del El conde de Gómara estaba en la tienda
camino para ver más a su sabor las brillantes sentado en un escaño de alerce, inmóvil, pálido,
armaduras y los lujosos arreos del séquito del terrible, as manos cruzadas sobre la
conde de Gómara, célebre en toda la comarca empuñadura del montante y los ojos fijos en el
por su esplendidez y sus riquezas. espacio con esa vaguedad del que parece mirar
Rompieron la marcha los farautes, que, un objeto y, sin embargo, no ve nada de cuanto
deteniéndose de trecho en trecho, pregonaban hay a su alrededor.
en alta voz y a son de caja las cédulas del rey A un lado, y de pie, le hablaba el más antiguo de
llamando a sus feudatarios a la guerra de moros los escuderos de su casa, el único que en
y requiriendo a las villas y lugares libres para aquellas horas de negra melancolía hubiera
que diesen paso y ayuda a sus huestes. osado interrumpirle sin atraer sobre su cabeza
A los farautes siguieron los heraldos de corte, la explosión de su cólera.
ufanos con sus casullas de seda, sus escudos - ¿Qué tenéis, señor? -le decía-. ¿Qué mal os
bordados de oro y colores y sus birretes aqueja y consume? Triste vais al combate y
guarnecidos de plumas vistosas. triste volvéis, aun tornando con la victoria.
Después vino el escudero mayor de la casa, Cuando todos los guerreros duermen rendidos a
armado de punta en blanco, caballero sobre un la fatiga del día, os oigo suspirar angustiado, y si
potro morcillo, llevando en sus manos el pendón corro a vuestro lecho, os miro allí luchar con
de ricohombre con sus motes y sus calderas, y algo invisible que os atormenta. Abrís los ojos y
al estribo izquierdo, el ejecutor de las justicias vuestro terror no se desvanece. ¿Qué os pasa,
del señorío vestido de negro y rojo. señor? Decídmelo. Si es un secreto, yo sabré
Precedían al escudero mayor hasta una guardarlo en el fondo de mi memoria como en
veintena de aquellos famosos trompeteros de la un sepulcro.
tierra llana, célebres en las crónicas de nuestros El conde parecía no oír al escudero. No
reyes por la increíble fuerza de sus pulmones. obstante, después de un largo espacio, y como
Cuando dejó de herir el viento al agudo clamor si las palabras hubiesen tardado todo aquel
de la formidable trompetería, comenzó a oírse tiempo en llegar desde sus oídos a su
un rumor sordo, compasado y uniforme. Eran inteligencia, salió poco a poco de su inmovilidad
los peones de la mesnada, armados de largas y, atrayéndole hacia sí cariñosamente, le dijo
picas y provistos de sendas adargas de cuero. con voz grave y reposada:
Tras éstos no tardaron en aparecer los - He sufrido demasiado en silencio. Creyéndome
aparejadores de las máquinas, con sus juguete de una vana fantasía, hasta ahora he
herramientas y sus torres de palo; las cuadrillas callado por vergüenza; pero no, no es ilusión lo
de escaladores y la gente menuda del servicio que me sucede. Yo debo hallarme bajo la
de las acémilas. influencia de laguna maldición terrible. El cielo o

Textos para orar y reflexionar 65


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el infierno deben querer algo de mí, y lo avisan torres, almenadas y fuertes. Por cima de la
con hechos sobrenaturales. ¿Te acuerdas del corona de almenas rebosaba la verdura de los
día de nuestro encuentro con los moros de mil jardines de la morisca ciudad, y entre las
Nebrija en el aljarafe de Triana? Éramos pocos. oscuras manchas del follaje lucían los miradores
La pelea fue dura, y yo estuve a punto de blancos como la nieve, los minaretes de las
perecer. Tú lo viste: en lo más reñido del mezquitas y la gigantesca atalaya, sobre cuyo
combate, mi caballo, herido y ciego de furor, se aéreo pretil lanzaban chispas de luz, heridas por
precipitó hacia el grueso de la hueste mora. Yo el sol, las cuatro grandes bolas de oro, que
pugnaba en balde por contenerle. Las riendas desde el campo de los cristianos parecían
se habían escapado de mis manos, y el fogoso cuatro llamas.
animal corría llevándome a una muerte segura. La empresa de don Fernando, una de las más
Ya los moros, cerrando sus escuadrones, heroicas y atrevidas de aquella época, había
apoyaban en tierra el cuento de sus largas picas traído a su alrededor a los más célebres
para recibirme en ellas. Una nube de saetas guerreros de los diferentes reinos de la
silbaba en mis oídos. El caballo estaba algunos Península, no faltando algunos que de países
pies de distancia del muro de hierro en que extraños y distantes vinieran también, llamados
íbamos a estrellarnos, cuando... Créeme: no fue por la fama, a unir los esfuerzos a los del santo
una ilusión. Vi una mano que, agarrándole de la rey.
brida, lo detuvo con una fuerza sobrenatural y,
volviéndole en dirección a las filas de mis Tendidas a lo largo de la llanura mirábanse,
soldados, me salvó milagrosamente. En vano pues, tiendas de campaña de todas formas y
pregunté a unos y otros por mi salvador. Nadie colores sobre el remate de las cuales ondeaban
le conocía, nadie le había visto. <<Cuando al viento distintas enseñas con escudos
volabais a estrellaros en la muralla de picas -me partidos, astros, grifos, leones, cadenas, barras
dijeron-, ibais sólo, completamente solo. Por eso y calderas y otras cien y cien figuras o símbolos
nos maravillamos al veros tornar, sabiendo que heráldicos que pregonaban el nombre y la
ya el corcel no obedecía al jinete>>. Aquella calidad de sus dueños. Por entre las calles de
noche entré preocupado en mi tienda. Quería en aquella improvisada ciudad circulaban en todas
vano arrancarme de la imaginación el recuerdo direcciones multitud de soldados, que, hablando
de la extraña aventura. Mas al dirigirme al lecho dialectos diversos y vestido cada cual al uso de
torné a ver la misma mano, una mano hermosa, su país y cada cual armado a su guisa,
blanca hasta la palidez, que descorrió la formaban un extraño y pintoresco contraste.
cortinas, desapareciendo después de Aquí descansaban algunos señores de las
descorrerlas. Desde entonces, a todas horas, en fatigas del combate, sentados en escaños de
todas partes, estoy viendo esa mano misteriosa alerce a la puerta de sus tiendas y jugando a las
que previene mis deseos y se adelanta a mis tablas, en tanto que sus pajes les escanciaban
acciones. La he visto, al expugnar el castillo de el vino en copas de metal; allí algunos peones
Triana, coger entre sus dedos y partir en el aire aprovechaban un momento de ocio para
una saeta que venía a herirme; la he visto, en aderezar y componer sus armas rotas en la
los banquetes donde procuraba ahogar mi pena última refriega; más allá cubrían de saetas un
entre la confusión y el tumulto, escanciar el vino blanco los más expertos ballesteros de la
en mi copa, y siempre se halla delante de mis hueste, entre las aclamaciones de la multitud,
ojos, y por donde voy me sigue: en la tienda, en pasmada de su destreza; y el rumor de los
el combate, de día, de noche... Ahora mismo, tambores, el clamor de las trompetas, las voces
mírala, mírala aquí, apoyada suavemente en de los mercaderes ambulantes, el golpear del
mis hombros. hierro contra el hierro, los cánticos de los
Al pronunciar estas últimas palabras el conde se juglares, que entretenían a sus oyentes con la
puso de pie y dio algunos pasos como fuera de relación de hazañas portentosas, y los gritos de
sí y embargado de un terror profundo. los farautes que publicaban las ordenanzas de
los maestros del campo, llenando los aires de
El escudero se enjugó una lágrima que corría mil y mil ruidos discordes, prestaban a aquel
por sus mejillas. Creyendo loco a su señor, no cuadro de costumbres guerreras una vida y una
insistió, sin embargo, en contrariar sus ideas, y animación imposible de pintar con palabras.
se limitó a decirle con voz profundamente
conmovida: El conde de Gómara, acompañado de su fiel
escudero, atravesó por entre los animados
- Venid... Salgamos un momento de la tienda. grupos sin levantar los ojos de la tierra,
Acaso la brisa de la tarde refrescará vuestras silencioso, triste, como si ningún objeto hiriese
sienes, calmando ese incomprensible dolor, su vista ni llegase a su oído el rumor más leve.
para el que yo no hallo palabras de consuelo. Andaba maquinalmente, a la manera que un
IV somnámbulo, cuyo espíritu se agita en el mundo
El real de los cristianos se extendía por todo el de los sueños, se mueve y marcha sin la
campo de Guadaira hasta tocar en la margen conciencia de sus acciones y como arrastrado
izquierda del Guadalquivir. Enfrente del real, y por una voluntad ajena a la suya.
destacándose sobre el luminoso horizonte, se Próximo a la tienda del rey, y en medio de un
alzaban los muros de Sevilla, flanqueados de gran corro de soldados, pajecillos y gente

Textos para orar y reflexionar 66


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menuda que le escuchaban con la boca abierta Ella, que le ha conocido,


apresurándose a comprarle alguna de las con grande aflicción gemía:
baratijas que anunciaba a voces y con “¡Ay de mí, que se va el conde
hiperbólicos encomios, había un extraño y se lleva la honra mía!”
personaje, mitad romero, mitad juglar que, ora Mientras la cuitada llora,
recitando una especie de letanía en latín diz que el viento repetía:
bárbaro, ora diciendo una bufonada o una ¡Mal haya quien en promesas de hombre fía!
chocarrería, mezclada en su interminable III
relación, chistes capaces de poner colorado a Su hermano, que estaba allí,
un ballestero con oraciones devotas, historias estas palabras oía.
de amores picarescos con leyendas de santos. “Nos has deshonrado”, dice.
En las inmensas alforjas que colgaban de sus “Me juró que tornaría.”
hombros se hallaban revueltos y confundidos mil “No te encontrará, si torna,
objetos diferentes: cintas tocadas en el sepulcro donde encontrarte solía.”
de Santiago, cédulas con palabras que él decía Mientras la infelice muere,
ser hebraicas, las mismas que dijo el rey diz que el viento repetía:
Salomón cuando fundaba el templo y las únicas ¡Mal haya quien en promesas de hombre fía!
para libertarse de toda clase de enfermedades IV
contagiosas; bálsamos maravillosos para pegar Muerta la llevan al soto;
a hombres partidos por la mitad; evangelios la han enterrado en la umbría;
cosidos en bolsitas de brocatel, secretos para por más tierra que le echaban,
hacerse amar de todas las mujeres, reliquias de la mano no le cubría:
los santos patrones de todos los lugares de la mano donde un anillo que le dio el conde
España, joyuelas, cadenillas, cinturones, tenía.
medallas y otras muchas baratijas de alquimia, De noche, sobre la tumba,
de vidrio y plomo. diz que el viento repetía:
Cuando el conde llegó cerca del grupo que ¡Mal haya quien en promesas de hombre fía!
formaban el romero y sus admiradores, Apenas el cantor había terminado la última
comenzaba éste a templar una especie de estrofa, cuando rompiendo el muro de curiosos,
bandolina o guzla árabe con que se que se apartaban con respeto al reconocerle, el
acompañaba en la relación de sus romances. conde llegó a donde se encontraba el romero y,
Después que hubo estirado bien las cuerdas cogiéndole con fuerza del brazo, le preguntó en
unas tras otras y con mucha calma, mientras su voz baja y convulsa:
acompañante daba la vuelta al corro sacando
los últimos cornados de la flaca escarcela de los - ¿De qué tierra eres?
oyentes, el romero comenzó a cantar con voz - De tierra de Soria -le respondió éste sin
gangosa y con un aire monótono y plañidero un alterarse.
romance que siempre terminaba con el mismo - ¿Y dónde has aprendido ese romance? ¿A
estribillo. quién se refiere la historia que cuentas? -volvió
El conde se acercó al grupo y prestó atención. a exclamar su interlocutor, cada vez con
Por una coincidencia, al parecer extraña, el muestras de emoción más profunda.
título de aquella historia respondía en un todo a - Señor -dijo el romero, clavando sus ojos en los
los lúgubres pensamientos que embargaban su del conde con una fijeza imperturbable-, esta
ánimo. Según había enunciado el cantor antes cántiga la repiten de unos en otros los aldeanos
de comenzar, el romance se titulaba el del campo de Gómara, y se refiere a una
Romance de la mano muerta. desdichada cruelmente ofendida por un
Al oír el escudero tan extraño anuncio, pugnó poderoso. Altos juicios de Dios han permitido
por arrancar a su señor de aquel sitio; pero el que al enterrarla quedase siempre fuera de la
conde, con los ojos fijos en el juglar permaneció sepultura la mano en que su amante le puso un
inmóvil escuchando esta cántiga: anillo al hacerla una promesa. Vos sabréis,
I quizá, a quién toca cumplirla.
La niña tiene un amante V
que escudero se decía. En un lugarejo miserable y que se encuentra a
El escudero le anuncia un lado del camino que conduce a Gómara he
que a la guerra se partía. visto no hace mucho el sitio en donde se
“Te vas y acaso no tornes.” asegura tuvo lugar la extraña ceremonia del
“Tornaré por vida mía.” casamiento del conde.
Después que éste, arrodillado sobre la humilde
Mientras el amante jura,
fosa, estrechó en la suya la mano de Margarita y
diz que el viento repetía:
un sacerdote autorizado por el Papa bendijo la
Mal haya quien en promesas de hombre fía!
lúgubre unión, es fama que cesó el prodigio y la
II mano muerta se hundió para siempre.
El conde, con la mesnada,
de su castillo salía.
Textos para orar y reflexionar 67
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Al pie de unos árboles añosos y corpulentos hay ¿Qué haces, imbécil? Ves que la pieza está
un pedacito de prado que al llegar la primavera herida, que es la primera que cae por mi mano,
se cubre espontáneamente de flores. La gente y abandonas el rastro y la dejas perder para que
del país dice que allí está enterrada Margarita. vaya a morir en el fondo del bosque. ¿Crees
acaso que he venido a matar ciervos para
233. LOS OJOS VERDES festines de lobos?
Hace mucho tiempo que tenía ganas de escribir - Señor -murmuró Iñigo entre dientes-, es
cualquier cosa con este título. Hoy, que se me imposible pasar de este punto.
ha presentado ocasión, lo he puesto con letras - ¡Imposible! ¿Y por qué?
grandes en la primera cuartilla de papel, y luego
he dejado a capricho volar la pluma. - Porque esa trocha -prosiguió el montero-
conduce a la fuente de los Alamos: la fuente de
Yo creo que he visto unos ojos como los que he los Alamos, en cuyas aguas habita un espíritu
pintado en esta leyenda. No sé si en sueños, del mal. El que osa enturbiar su corriente paga
pero yo los he visto. De seguro no los podré caro su atrevimiento. Ya la res, habrá salvado
describir tal cuales ellos eran: luminosos, sus márgenes. ¿Cómo la salvaréis vos sin
transparentes como las gotas de la lluvia que se atraer sobre vuestra cabeza alguna calamidad
resbalan sobre las hojas de los árboles después horrible? Los cazadores somos reyes del
de una tempestad de verano. De todos modos, Moncayo, pero reyes que pagan un tributo. Fiera
cuento con la imaginación de mis lectores para que se refugia en esta fuente misteriosa, pieza
hacerme comprender en este que pudiéramos perdida.
llamar boceto de un cuadro que pintaré algún
día. - ¡Pieza perdida! Primero perderé yo el señorío
de mis padres, y primero perderé el ánima en
I manos de Satanás, que permitir que se me
- Herido va el ciervo..., herido va... no hay duda. escape ese ciervo, el único que ha herido mi
Se ve el rastro de la sangre entre las zarzas del venablo, la primicia de mis excursiones de
monte, y al saltar uno de esos lentiscos han cazador... ¿Lo ves?... ¿Lo ves?... Aún se
flaqueado sus piernas... Nuestro joven señor distingue a intervalos desde aquí; las piernas le
comienza por donde otros acaban... En cuarenta fallan, su carrera se acorta; déjame..., déjame;
años de montero no he visto mejor golpe... Pero, suelta esa brida o te revuelvo en el polvo...
¡por San Saturio, patrón de Soria!, cortadle el ¿Quién sabe si no le daré lugar para que llegue
paso por esas carrascas, azuzad los perros, a la fuente? Y si llegase, al diablo ella, su
soplad en esas trompas hasta echar los limpidez y sus habitadores. ¡Sus, Relámpago!;
hígados, y hundid a los corceles una cuarta de ¡sus, caballo mío! Si lo alcanzas, mando
hierro en los ijares: ¿no veis que se dirige hacia engarzar los diamantes de mi joyel en tu serreta
la fuente de los Alamos y si la salva antes de de oro.
morir podemos darlo por perdido? Caballo y jinete partieron como un huracán.
Las cuencas del Moncayo repitieron de eco en Iñigo los siguió con la vista hasta que se
eco el bramido de las trompas, el latir de la perdieron en la maleza; después volvió los ojos
jauría desencadenada, y las voces de los pajes en derredor suyo; todos, como él, permanecían
resonaron con nueva furia, y el confuso tropel inmóviles y consternados.
de hombres, caballos y perros, se dirigió al El montero exclamó al fin:
punto que Iñigo, el montero mayor de los
marqueses de Almenar, señalara como el más a - Señores, vosotros lo habéis visto; me he
propósito para cortarle el paso a la res. expuesto a morir entre los pies de su caballo por
detenerlo. Yo he cumplido con mi deber. Con el
Pero todo fue inútil. Cuando el más ágil de los diablo no sirven valentías. Hasta aquí llega el
lebreles llegó a las carrascas, jadeante y montero con su ballesta; de aquí en adelante,
cubiertas las fauces de espuma, ya el ciervo, que pruebe a pasar el capellán con su hisopo.
rápido como una saeta, las había salvado de un
solo brinco, perdiéndose entre los matorrales de II
una trocha que conducía a la fuente. - Tenéis la color quebrada; andáis mustio y
- ¡Alto!... ¡Alto todo el mundo! -gritó Iñigo sombrío. ¿Qué os sucede? Desde el día, que yo
entonces-. Estaba de Dios que había de siempre tendré por funesto, en que llegasteis a
marcharse. la fuente de los Alamos, en pos de la res herida,
diríase que una mala bruja os ha encanijado con
Y la cabalgata se detuvo, y enmudecieron las sus hechizos. Ya no vais a los montes precedido
trompas, y los lebreles dejaron refunfuñando la de la ruidosa jauría, ni el clamor de vuestras
pista a la voz de los cazadores. trompas despierta sus ecos. Sólo con esas
En aquel momento, se reunía a la comitiva el cavilaciones que os persiguen, todas las
héroe de la fiesta, Fernando de Argensola, el mañanas tomáis la ballesta para enderezaros a
primogénito de Almenar. la espesura y permanecer en ella hasta que el
sol se esconde. Y cuando la noche oscurece y
- ¿Qué haces? -exclamó, dirigiéndose a su
volvéis pálido y fatigado al castillo, en valde
montero, y en tanto, ya se pintaba el asombro
busco en la bandolera los despojos de la caza.
en sus facciones, ya ardía la cólera en sus ojos-.

Textos para orar y reflexionar 68


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¿Qué os ocupa tan largas horas lejos de los que huecos de las peñas, en las ondas del agua,
más os quieren? parece que nos hablan los invisibles espíritus de
Mientras Iñigo hablaba, Fernando, absorto en la Naturaleza, que reconocen un hermano en el
sus ideas, sacaba maquinalmente astillas de su inmortal espíritu del hombre.
escaño de ébano con un cuchillo de monte. Cuando al despuntar la mañana me veías tomar
Después de un largo silencio, que sólo la ballesta y dirigirme al monte, no fue nunca
interrumpía el chirrido de la hoja al resbalar para perderme entre sus matorrales en pos de
sobre la pulimentada madera, el joven exclamó, la caza, no; iba a sentarme al borde de la
dirigiéndose a su servidor, como si no hubiera fuente, a buscar en sus ondas... no sé qué, ¡una
escuchado una sola de sus palabras: locura! El día en que saltó sobre ella mi
Relámpago, creí haber visto brillar en su fondo
- Iñigo, tú que eres viejo, tú que conoces las una cosa extraña.., muy extraña..: los ojos de
guaridas del Moncayo, que has vivido en sus una mujer.
faldas persiguiendo a las fieras, y en tus
errantes excursiones de cazador subiste más de Tal vez sería un rayo de sol que serpenteó
una vez a su cumbre, dime: ¿has encontrado, fugitivo entre su espuma; tal vez sería una de
por acaso, una mujer que vive entre sus rocas? esas flores que flotan entre las algas de su seno
y cuyos cálices parecen esmeraldas...; no sé; yo
- ¡Una mujer! -exclamó el montero con asombro creí ver una mirada que se clavó en la mía, una
y mirándole de hito en hito. mirada que encendió en mi pecho un deseo
- Sí -dijo el joven-, es una cosa extraña lo que absurdo, irrealizable: el de encontrar una
me sucede, muy extraña... Creí poder guardar persona con unos ojos como aquellos. En su
ese secreto eternamente, pero ya no es posible; busca fui un día y otro a aquel sitio.
rebosa en mi corazón y asoma a mi semblante. Por último, una tarde... yo me creí juguete de un
Voy, pues, a revelártelo... Tú me ayudarás a sueño...; pero no, es verdad; le he hablado ya
desvanecer el misterio que envuelve a esa muchas veces como te hablo a ti ahora...; una
criatura que, al parecer, sólo para mí existe, tarde encontré sentada en mi puesto, vestida
pues nadie la conoce, ni la ha visto, ni puede con unas ropas que llegaban hasta las aguas y
dame razón de ella. flotaban sobre su haz, una mujer hermosa sobre
El montero, sin despegar los labios, arrastró su toda ponderación. Sus cabellos eran como el
banquillo hasta colocarse junto al escaño de su oro; sus pestañas brillaban como hilos de luz, y
señor, del que no apartaba un punto los entre las pestañas volteaban inquietas unas
espantados ojos... Este, después de coordinar pupilas que yo había visto..., sí, porque los ojos
sus ideas, prosiguió así: de aquella mujer eran los ojos que yo tenía
clavados en la mente, unos ojos de un color
- Desde el día en que, a pesar de sus funestas
imposible, unos ojos...
predicciones, llegué a la fuente de los Alamos, y,
atravesando sus aguas, recobré el ciervo que - ¡Verdes! -exclamó Iñigo con un acento de
vuestra superstición hubiera dejado huir, se profundo terror e incorporándose de un golpe en
llenó mi alma del deseo de soledad. su asiento.
Tú no conoces aquel sitio. Mira: la fuente brota Fernando lo miró a su vez como asombrado de
escondida en el seno de una peña, y cae, que concluyese lo que iba a decir, y le preguntó
resbalándose gota a gota, por entre las verdes y con una mezcla de ansiedad y de alegría:
flotantes hojas de las plantas que crecen al - ¿La conoces?
borde de su cuna. Aquellas gotas, que al
desprenderse brillan como puntos de oro y - ¡Oh, no! -dijo el montero-. ¡Líbreme Dios de
suenan como las notas de un instrumento, se conocerla! Pero mis padres, al prohibirme llegar
reúnen entre los céspedes y, susurrando, hasta estos lugares, me dijeron mil veces que el
susurrando, con un ruido semejante al de las espíritu, trasgo, demonio o mujer que habita en
abejas que zumban en torno a las flores, se sus aguas tiene los ojos de ese color. Yo os
alejan por entre las arenas y forman un cauce, y conjuro por lo que más améis en la tierra a no
luchan con los obstáculos que se oponen a su volver a la fuente de los álamos. Un día u otro
camino, y se repliegan sobre sí mismas, saltan, os alcanzará su venganza y expiaréis,
y huyen, y corren, unas veces, con risas; otras, muriendo, el delito de haber encenagado sus
con suspiros, hasta caer en un lago. En el lago ondas.
caen con un rumor indescriptible. Lamentos, - ¡Por lo que más amo! -murmuró el joven con
palabras, nombres, cantares, yo no sé lo que he una triste sonrisa.
oído en aquel rumor cuando me he sentado solo - Sí -prosiguió el anciano-; por vuestros padres,
y febril sobre el peñasco a cuyos pies saltan las por vuestros deudos, por las lágrimas de la que
aguas de la fuente misteriosa, Para estancarse el Cielo destina para vuestra esposa, por las de
en una balsa profunda cuya inmóvil superficie un servidor, que os ha visto nacer.
apenas riza el viento de la tarde.
- ¿Sabes tú lo que más amo en el mundo?
Todo allí es grande. La soledad, con sus mil ¿Sabes tú por qué daría yo el amor de mi padre,
rumores desconocidos, vive en aquellos lugares los besos de la que me dio la vida y todo el
y embriaga el espíritu en su inefable melancolía. cariño que pueden atesorar todas las mujeres
En las plateadas hojas de los álamos, en los

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de la tierra? Por una mirada, por una sola hombres. Yo vivo en el fondo de estas aguas,
mirada de esos ojos... ¡Mira cómo podré dejar incorpórea como ellas, fugaz y transparente:
yo de buscarlos! hablo con sus rumores y ondulo con sus
Dijo Fernando estas palabras con tal acento, pliegues. Yo no castigo al que osa turbar la
que la lágrima que temblaba en los párpados de fuente donde moro; antes lo premio con mi
Iñigo se resbaló silenciosa por su mejilla, amor, como a un mortal superior a las
mientras exclamó con acento sombrío: supersticiones del vulgo, como a un amante
capaz de comprender mi caso extraño y
- ¡Cúmplase la voluntad del Cielo! misterioso.
III Mientras ella hablaba así, el joven absorto en la
- ¿Quién eres tú? ¿Cuál es tu patria? ¿En contemplación de su fantástica hermosura,
dónde habitas? Yo vengo un día y otro en tu atraído como por una fuerza desconocida, se
busca, y ni veo el corcel que te trae a estos aproximaba más y más al borde de la roca.
lugares ni a los servidores que conducen tu La mujer de los ojos verdes prosiguió así:
litera. Rompe de una vez el misterioso velo en
que te envuelves como en una noche profunda. - ¿Ves, ves el límpido fondo de este lago? ¿Ves
Yo te amo, y, noble o villana, seré tuyo, tuyo esas plantas de largas y verdes hojas que se
siempre. agitan en su fondo?... Ellas nos darán un lecho
de esmeraldas y corales..., y yo..., yo te daré
El sol había traspuesto la cumbre del monte; las una felicidad sin nombre, esa felicidad que has
sombras bajaban a grandes pasos por su falda; soñado en tus horas de delirio y que no puede
la brisa gemía entre los álamos de la fuente, y la ofrecerte nadie... Ven; la niebla del lago flota
niebla, elevándose poco a poco de la superficie sobre nuestras frentes como un pabellón de
del lago, comenzaba a envolver las rocas de su lino...; las ondas nos llaman con sus voces
margen. incomprensibles; el viento empieza entre los
Sobre una de estas rocas, sobre la que parecía álamos sus himnos de amor; ven..., ven.
próxima a desplomarse en el fondo de las La noche comenzaba a extender sus sombras;
aguas, en cuya superficie se retrataba, la luna rielaba en la superficie del lago; la niebla
temblando, el primogénito Almenar, de rodillas a se arremolinaba al soplo del aire, y los ojos
los pies de su misteriosa amante, procuraba en verdes brillaban en la oscuridad como los
vano arrancarle el secreto de su existencia. fuegos fatuos que corren sobre el haz de las
Ella era hermosa, hermosa y pálida como una aguas infectas... Ven, ven... Estas palabras
estatua de alabastro. Y uno de sus rizos caía zumbaban en los oídos de Fernando como un
sobre sus hombros, deslizándose entre los conjuro. Ven... y la mujer misteriosa lo llamaba
pliegues del velo como un rayo de sol que al borde del abismo donde estaba suspendida, y
atraviesa las nubes, y en el cerco de sus parecía ofrecerle un beso..., un beso...
pestañas rubias brillaban sus pupilas como dos Fernando dio un paso hacía ella..., otro..., y
esmeraldas sujetas en una joya de oro. sintió unos brazos delgados y flexibles que se
Cuando el joven acabó de hablarle, sus labios liaban a su cuello, y una sensación fría en sus
se removieron como para pronunciar algunas labios ardorosos, un beso de nieve..., y vaciló...,
palabras; pero exhalaron un suspiro, un suspiro y perdió pie, y cayó al agua con un rumor sordo
débil, doliente, como el de la ligera onda que y lúgubre.
empuja una brisa al morir entre los juncos. Las aguas saltaron en chispas de luz y se
- ¡No me respondes! -exclamó Fernando al ver cerraron sobre su cuerpo, y sus círculos de plata
burlada su esperanza-. ¿Querrás que dé crédito fueron ensanchándose, ensanchándose hasta
a lo que de ti me han dicho? ¡Oh, no!... expirar en las orillas.
Háblame; yo quiero saber si me amas; yo quiero
saber si puedo amarte, si eres una mujer... 234. EL BESO
- O un demonio... ¿Y si lo fuese? (Leyenda toledana)
El joven vaciló un instante; un sudor frío corrió Cuando una parte del ejército francés se
por sus miembros; sus pupilas se dilataron al apoderó a principios de este siglo de la histórica
fijarse con más intensidad en las de aquella Toledo, sus jefes, que ignoraban el peligro a que
mujer, y fascinado por su brillo fosfórico, se exponían en las poblaciones españolas
demente casi, exclamó en un arrebato de amor: diseminándose en alojamientos separados,
comenzaron por habilitar para cuarteles los más
- Si lo fueses.:., te amaría..., te amaría como te
grandes y mejores edificios de la ciudad.
amo ahora, como es mi destino amarte, hasta
más allá de esta vida, si hay algo más de ella. Después de ocupado el suntuoso alcázar de
Carlos V, echóse mano de la Casa de Consejos:
- Fernando -dijo la hermosa entonces con una
y cuando ésta no pudo contener más gente,
voz semejante a una música-, yo te amo más
comenzaron a invadir el asilo de las
aún que tú me amas; yo, que desciendo hasta
comunidades religiosas, acabando a la postre
un mortal siendo un espíritu puro. No soy una
por transformar en cuadras hasta las iglesias
mujer como las que existen en la Tierra; soy una
consagradas al culto. En esta conformidad se
mujer digna de ti, que eres superior a los demás
encontraban las cosas en la población donde
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tuvo lugar el suceso que voy a referir, cuando Nuestro joven oficial no tuvo, pues, que torcer
una noche, ya a hora bastante avanzada, llaves ni descorrer cerrojos para penetrar en el
encueltos en sus oscuros capotes de guerra y interior del templo.
ensordeciendo las estrechas y solitarias calles A la luz del farolillo, cuya dudosa claridad se
que conducen desde la Puerta del Sol de perdía entre las espesas sombras de las naves
Zocodover, con el choque de sus armas y el y dibujaba con gigantescas proporciones sobre
ruidoso golpear de los cascos de sus corceles, el muro la fantástica sombra del sargento
que sacaban chispas de los pedernales, aposentador, que íba precediénsole, recorrió la
entraron en la ciudad hasta unos cien dragones iglesia de arriba abajo, y escudriñó una por una
de aquellos altos, arrogantes y fornidos de que todas sus desiertas capillas, hasta que una vez
todavía nos hablan con admiración nuestras hecho cargo del local mandó echar pie a tierra a
abulas. su gente, y hombres y caballos revueltos, fue
Mandaba la fuerza un oficial bastante joven, el acomodándola como mejor pudo.
cual iba como a distancia de unos treinta pasos Según dejamos dicho, la iglesia estaba
de su gente, hablando a media voz con otro, completamente desmantelada; en el altar mayor
también militar, a lo que podía colegirse por su pendían aún de las altas cornisas los rotos
traje. Este, que caminaba a pie delante de su jirones del velo con que le habían cubierto los
interlocutor, llevando en la mano un farolillo, religiosos al abandonar aquel recinto;
parecía servirle de guía por entre aquel laberinto diseminados por las naves veíanse algunos
de calles oscuroas, enmarañadas y revueltas. retablos adosados al muro, sin imágenes en las
Con verdad, decía el jinete a su acompañante, hornacinas; en el coro se dibujaban con un
que si el alojamiento que se nos prepara es tal y ribete de luz los extraños perfiles de la oscura
como me lo pintas, casi casi sería preferible silleria de alerce; en el pavimento, destrozado
arrancharnos en el campo o en medio de una en varios puntos, distinguíanse aún anchas
plaza. losas sepulcrales llenas de timbres, escudos y
¿Y qué queréis mi capitán?, contestóle el guia largas inscripciones góticas; y allá a lo lejos, en
que efectivamente era un sargento aposentador. el fondo de las silenciosas capillas y a lo largo
En el alcázar no cabe ya un gramo de trigo, del crucero, se destacaban confusamente entre
cuando más un hombre; San Juan de los Reyes la oscuridad, semejantes a blancos e inmóviles
no digamos, porque hay celda de fraile en la que fantasmas, las estatuas de piedra, que, unas
duermen quince húsares. el convento adonde tendidas, otras de hinojos sobre el mármol de
voy a conduciros no era mal local, pero hará sus tumbas, parecían ser los únicos habitantes
cosa de tres o cuatro días mos cayó aquí como del ruinoso edificio.
de las nubes una de las columnas volantes que A cualquier otro menos molido que el oficial de
recorren la provincia, y gracias que hemos dragones, el cual traía una jornada de catorce
podido conseguir que se amontonen por los leguas en el cuerpo, o menos acostumbrado a
claustros y dejen libre la iglesia. ver estos sacrilegios como la cosa más natural
En fin, exclamó el oficial, después de un corto del mundo, hubiéranle bastado dos adarmes de
silencio y como resignándose con el extraño imaginación para no pegar los ojos en toda la
alojamiento que la casualidad le deparaba; más noche en aquel oscuro e imponente recinto,
vale incómodo que ninguno. De todas maneras, donde las blasfemias de los soldados que se
si llueve, que no será dificil según se agrupan quejaban en voz alta del improvisado cuartel, el
las nubes, estaremos a cubierto y algo es algo. metálico golpe de las espuelas, que resonaban
sobre las anchas losas sepulcrales del
Interrumpida la conversación en este punto, los pavimento, el ruido de los caballos que piafaban
jinetes, precedidos del guía., siguieron en impacientes, cabeceando y haciendo sonar las
silencio el camino adelante hasta llegar a una cadenas con que estaban sujetos a los pilares,
plazuela, en cuyo fondo se destacaba la negra formaban un rumor extraño y temeroso que se
silueta del convento con su torre morisca, su dilataba por todo el ámbito de la iglesia y se
campanario de espadaña, su cípula ojival y sus reproducía cada vez más confuso, repetido de
tejados desiguales y oscuros. eco en eco en sus altas bóvedas.
He aquí vuestro alojamiento, exclamó el Pero nuestro héroe, aunque joven, estaba ya
aposentador al divisarle y dirigiéndose al tan familiarizado con estas peripecias de la vida
capitán, que después que hubo mandado hacer de campaña, que apenas hubo acomodado a su
algo a la tropa, echó pie a tierra, tornó al farolillo gente, mandó colocar un saco de forraje al pie
de manos del guía y se dirigió hacía el punto de la grada del presbiterio, y arrebujándose
que éste le señalaba. como mejor pudo en su capote y echando la
Comoquiera que la iglesia del convento estaba cabeza en el escalón, a los cinco minutos
completamente desmantelada, los soldados que roncaba con más tranquilidad que el mismo rey
ocupaban el resto del edificio habían creído que José en su palacio de Madrid.
las puertas le eran ya poco menos que inútiles, Los soldados, haciéndose almohadas de las
y un tablero hoy, otro mañana, habían ido monturas, imitaron su ejemplo , y poco a poco
arrancándolas pedazo a pedazo para hacer fue apagándose el murmullo de sus voces.
hogueras con que calentarse por las noches.

Textos para orar y reflexionar 71


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A la media hora sólo se oían los ahogados pormenores que ya habían oído referir acerca
gemidos del aire que entraba por las rotas de su carácter original y extraño.
vidrieras de las ojivas del templo, el atolondrado Después de los estrechos abrazos de
revolotear de las aves nocturnas que tenían sus costumbre y de las exclamaciones, plácemes y
nidos en el dosel de piedra de las esculturas de preguntas de rigor en estas entrevistas; después
los muros, y el alternado rumor de los pasos del de hablar largo y tendido sobre las novedades
vigilante que se paseaba envuelto en los anchos que andaban por Madrid, la varia fortuna de la
pliegues de su capote, a lo largo del pórtico. guerra y los amigotes muertos o ausentes,
II rodando de uno en otro asunto la conversación
En la época a que se remonta la relación de vino a para el tema obligado, esto es, las
esta historia, tan veridica como extraordinaria,, penalidades del servicio, la falta de
lo mismo que al presente, para los que no distracciones de la ciudad y el inconveniente de
sabían apreciar los tesoros de arte que los alojamientos.
encierran sus muros, la ciudad de Toledo no era Al llegar a este punto, uno de los de la reunión
más que un poblachón destartalado, antiguo, que por lo visto, tenía noticia del mal talante con
ruinoso e insufrible. que el joven oficial se había resignado a
Los oficiales del ejército francés, que a juzgar acomodar su gente en la abandonada iglesia, le
por los actos de vandalismo con que dejaron en dijo con aire de zumba:
ella triste y perdurable memoria de su Y a propósito del alojamiento, ¿qué tal se ha
ocupación, de todo tenían menos de artistas o pasado la noche en el que ocupáis?
arqueólogos; no hay para qué decir que se Ha habido de todo, contestó el interpelado, pues
fastidiaban soberanamente en la vetusta ciudad si bien es verdad que no he dormido gran cosa,
de los Césares. el origen de mi vigilia merece la pena de la
En esta situación de ánimo, la más insignificante velada. El insomnio junto a una mujer bonita no
novedad que viniese a romper la monótona es seguramente el peor de los males.
quietud de aquellos días eternos e iguales era !Una mujer!, repitió su interlocutor, como
acogida con avidez entre los ociosos; así es que admirándose de la buena fortuna del recién
promoción al grado inmediato de uno de sus venido. Eso es lo que se llama llegar y besar el
camaradas, la noticia del movimiento estratégico santo.
de una columna volante, la salida de un correo
de gabinete o la llegada de una fuerza Será tal vez algún antiguo amor de la corte que
cualquiera a la ciudad, convertianse en tema le sigue a Toledo para hacerle más soportable el
fecundo de conversación y objeto de toda clase ostracismo, añadió otro de los del grupo.
de comentarios, hasta tanto que otro incidente !Oh, no!, dijo entonces el capitán, nada menos
venía a sustituirle, sirviendo de base a nuevas que eso. Juro, a fe de quien soy, que no la
quejas, críticas y suposicones. conocía y que nunca creí hallar tan bella patrona
Como era de esperar, entre los oficiles que, en tan incómodo alojamiento. Es todo lo que se
según tenían costumbre, acudieron al dia llama una verdadera aventura.
siguiente a tomar el sol y a charlar un rato en el !Contadla! !contadla!, exclamaron en coro los
Zocodover,no se hizo platillo de otra cosa que oficiales que rodeaban al capitán, y como éste
de la llegada de los dragones, cuyo jefe se dispusiera a hacerlo así, todos prestaron la
dejamos en el anterior capitulo durmiendo a mayor atención a sus palabras, mientras él
pierna suelta y descansando de las fatigas de su comenzó la historia en estos términos.
viaje. Cerca de un hora hacía que la
Dormía esta noche pasada como duerme un
conversación giraba alrededor de este asunto, y
hombre que trae en el cuerpo trece leguas de
ya comenzaba a interpretarse de diversos
camino, cuando he aquí que en lo mejor del
modos la ausencia del recién venido, a quien
sueño me hizo despertar sobresaltado e
uno de los presentes, antiguo compañero suyo
incorporarme sobre el codo un estruendo
del colegio, había citado para el Zocodover,
horrible, un estruendo tal que me ensordeció un
cuando en una de las bocacalles de la plaza
instante para dejarme después los oídos
apareció al fin nuestro bizarro capitán,
zumbando cerca de un minuto, como si un
despojado de su ancho capotón de guerra,
moscardón me cantase a la oreja.
luciendo un gran casco de metal con penacho
de plumas blancas, una casaca azul turquí con Como os habréis figurado, la causa de mi susto
vueltas rojas y un magnífico mandoble con vaina era el primer golpe que oía de esa endiablada
de acero, que resonaban arrastrándose al campana gorda, especie de sochantre de
compás de sus marciales pasos y del golpe bronce, que los canónigos de Toledo han
seco y agudo de sus espuelas de oro. colgado en su catedral con el laudable propósito
de matar a disgustos a los necesitados de
Apenas le vio su camarada, salió a su encuentro
reposo.
para saludarle, y con él se adelantaron casi
todos los que a la sazón se encontraban en el Renegando entre los dientes de la campana y
corrillo, en quienes había despertado la del campanero que toca, disponíame, una vez
curiosidad y la gana de conocerle, los apagado aquel insólito y temeroso rumor, a
seguir nuevamente el hilo del interrumpido

Textos para orar y reflexionar 72


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sueño, cuando vino a herir mi imaginación y a verdadero serrallo, en San Juan de los Reyes;
ofrecerse ante mis ojos una cosa extraordinaria. serrallo que desde ahora pongo a vuestra
A la dudosa luz de la luna que entraba en el disposición, ya que a lo que parece, tanto os da
templo por el estrecho ajimez del muro de la de una mujer de carne como de piedra.
capilla mayor, vi una mujer arrodillada junto al !Oh no!, continuó el capitán, sin alterarse en lo
altar. más mínimo por las carcajadas de sus
Los oficiales se miraron entre sí con expresión compañeros: estoy seguro de que no pueden
entre asombrada e incrédula; el capitán, sin ser como la mía. La mía es una verdadera dama
atender al efecto que su narración producía castellana que por un milagro de la escultura
continuó de este modo: no podéis figuraros parece que no la han enterrado en un sepulcro,
nada semejante a aquella nocturna y fantástica sino que aún permanece en cuerpo y alma de
visión que se dibujaba confusamente en la hinojos sobre la losa que la cubre, inmóvil, con
penunbra de la capilla, como esas virgenes las manos juntas en ademán suplicante,
pintadas en los vidrios de colores que habréis sumergida en un éxtasis de místico amor.
visto alguna vez destacarse a lo lejos, blancas y De tal modo te explicas, que acabarás por
luminosas, sobre el oscuro fondo de las probarnos la verosimilitud de la fábula de
catedrales. Galatea.
Su rostro, ovalado, en donde se veía impreso el Por mi parte, puedo deciros que siempre la creí
sello de una leve y espiritual demacración; sus una locura, más desde anoche comienzo a
armoniosas facciones llenas de una suave y comprender la pasión del escultor griego.
melancólica dulzura; su intensa palidez, las
purísimas lineas de su contorno esbelto, su Dadas las especiales condiciones de tu nueva
ademán reposado y noble, su traje blanco y dama, creo que no tendrás inconveniente en
flotante, me traían a la memoría esas mujeres presentarnos a ella. De mi sé decir que ya no
que yo soñaba cuando era casi un niño. ! vivo hasta ver esa maravilla. Pero ... ¿qué
Castañas y celestes imágenes , quimérico diantre te pasa?... diríase que esquivas la
objeto del vago amor de la adolescencia!. Yo me presentación, !ja, ja! bonito fuera que ya te
creía juguete de una adulación, y sin quitarle un tuviéramos hasta celoso.
punto los ojos ni aun osaba respirar, temiendo Celoso, se apresuró a decir el capitán, celoso de
que un soplo desvaneciese el encanto. Ella los hombres, no ... mas ved, sin embargo, hasta
permanecía inmóvil. dónde llega mi extravagancia. Junto a la imagen
Antojábaseme al verla tan diáfana y luminosa de esa mujer, también de mármol, grave y al
que no era una criatura terrenal, sino un espíritu parecer con vida como ella, hay un guerrero ...,
que, revistiendo por un instante la forma su marido sin duda ... Pues bien lo voy a decir
humana, había descendido en el rayo de la luna, todo, aunque os moféis de mi necedad ... si no
dejando en el aire y en por de si la azulada hubiera temido que me tratasen de loco, creo
estela que desde el alto ajimez bajaba que ya lo habría hecho cien veces pedazos.
verticalmente hasta el pie del opuesto muro, Una nueva y aún más ruidosa carcajada de los
rompiendose la oscura sombra de aquel recinto oficiales saludó esta original revelación del
lóbrego y misterioso. estrambótico enamorado de la dama de piedra.
Pero ..., exclamó interrumpiéndole su camarada Nada, nada, es preciso que la veamos, decían
de colegio, que comenzando por echar a broma los unos.
la historia, había concluido interesándose con su
Sí, sí, es preciso saber si el objeto corresponde
relato ¿cómo estaba allí aquella mujer? ¿no le
a tan alta pasión, añadían los otros.
dijiste nada? ¿no te explicó su presencia en
aquel sitio? ¿Cuándo nos reuniremos para echar un trago
en la iglesias en que os alojáis? exclamaron los
No me determiné a hablarle, porque estaba
demás.
seguro de que no había de contestarme, ni
verme, ni oírme. Cuando mejor os parezca, esta misma noche si
queréis, respondió el joven capitán, recobrando
¿Era sorda?, ¿era ciega?, ¿era muda?,
su habitual sonrisa, disipada un instante por el
exclamaron a un tiempo tres o cuatro de los que
relámpago de celos. A propósito, con los
escuchaban la relación.
bagajes he traído hasta un par de docenas de
Lo era todo a la vez, exclamó al fin el capitán botellas de champagne, verdadero champagne,
después de un momento de pausa, porque restos de un regalo hecho a nuestro general de
era ... de mármol. brigada, que, como sabéis es algo pariente.
Al oír el estupendo desenlace de tan extraña !Bravo, bravo!, exclamaron los oficiales a una
aventura cuando había en el corro voz prorrumpiendo en alegres exclamaciones.
prorrumpieron a una ruidosa carcajada, mientras
!Se beberá vino del país!
uno de ellos dijo al narrador de la peregrina
historia, que era el única que permanecía !Y cantaremos una canción de ronsard!
callado y en una grave actitud: Y hablaremos de mujeres, a propósito de la
!Acabáramos de una vez! Lo que es de ese dama del anfitrión. Conque ... hasta la noche.
género, tengo yo más de un millas, un

Textos para orar y reflexionar 73


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Hasta la noche. iglesia, anunció a los oficiales que había llegado


III la hora de comenzar el festín.

Ya hacia un largo rato que los pacíficos El capitán que hacía los honores de su
habitantes de Toledo habían cerrado con llave y alojamiento con la misma ceremonia que
cerrojo las pesadas puertas de sus antiguos hubiera hecho los de su casa, exclamó,
caserones; la campana gorda de la catedral dirigiéndose a los convidados:
anunciaba la hora de la queda, y en lo alto del Si gustáis, pasaremos al buffet.
alcázar, convertido en cuartel, se oía el último Sus camaradas, afectando la mayor gravedad,
toque de silencio de los clarines, cuando diez o respondieron a la invitación con un cómico
doce oficiales que poco a poco habían ido saludo, y se encaminaron a la capilla mayor
reuniéndose en el Zacodover tomaron el camino precedidos del héroe de la fiesta, que al llegar a
que conduce desde aquel punto al convento en la escalinata se detuvo un instante, y
que se alojaba el capitán, animados más con la extendiendo la mano en dirección al sitio que
esperanza de apurar las comprometidas botellas ocupaba la tumba, les dijo con la finura más
que con el deseo de conocer la maravillosa exquisita:
escultura.
Tengo el placer de presentaros a la dama de mis
La noche había cerrado sombría y pensamientos. Creo que convendréis conmigo
amenazadora; el cielo estaba cubierto de nubes en que no he exagerado su belleza.
de color de plomo; el aire, que zumbaba
encarcelado en las estrechas y retorcidas calles, Los oficiales volvieron los ojos al punto que les
agitaba la moribunda luz del farolillo de los señalaba su amigo, y una exclamación de
retablos, o hacía girar con un chirrido agado las asombro se escapó involuntariamente de todos
veletas de hierro de las torres. los labios.
Apenas los oficiales dieron vista a la plaza en En el fondo de una arco sepulcral revestido de
que se hallaba situado el alojamiento de su mármoles negros, arrodillada delante de un
nuevo amigo, éste que les aguardaba reclinatorio con las manos juntas y la cara vuelta
impaciente, salió a encontrarles, y después de hacia el altar, vieron, en efecto, la imagen de
cambiar algunas palabras a media voz, todos una mujer tan bella que jmás salió otra igual de
penetraron juntos en la iglesia, en cuyo lóbrego manos de un escultor, ni el deseo pudo pintarla
recinto la escasa claridad de una linterna en la fantasía más soberanamente hermosa.
luchaba trabajosamente con las oscuras y !En verdad que es un ángel!, exclamó uno de
espesísimas sombras. ellos.
!Por quien soy!, exclamó uno de los convidados !Lástima que sea de mármol!, añadió otro.
tendiendo a su alrededor la vista, que el local es
No hay duda que aunque no sea más que la
de lo menos a propósito del mundo para una
ilusión de hallarse junto a una mujer de este
fiesta.
calibre, es lo suficiente para no pegar los ojos
Efectivamente, dijo otro, nos traes a conocer a en toda la noche.
una dama, y apenas si con mucha dificultad se
¿Y no sabéis quién es ella?, preguntaron
ven los dedos de la mano.
algunos de los que contemplaban la estatua al
Y con todo, hace un frío que no parece sino que capitán, que sonreía satisfecho de su triunfo.
estamos en la Siberia, añadió un tercero,
Recordando un poco del latín que en mi niñez
arrebujándose en el capote.
supe, he conseguido, a duras penas, descifrar la
Calma, señores, calma, interrumpió el anfitrión; inscripción de la tumba, contestó el interpelado;
calma, que a todo se proveerá. !Eh, muchacho!, a lo que he podido colegir, pertenece a un título
prosiguió dirigiéndose a uno de sus asistentes, de Castilla, famoso guerrero que hizo la
busca por ahí un poco de leña, y enciéndenos campaña con el Gran Capitán. Su nombre lo he
una buena fogata en la capilla mayor. olvidado; mas su esposa, que es la que veis, se
El asistente, obedeciendo las órdenes de su llama doña Elvira de Castañeda, y por mi fe que
capitán, comenzó a descargar golpes en la si la copia se parece al original, debió ser la
sillería del coro, y después que hubo reunido mujer más notable de su siglo.
una gran cantidad de leña, que fue apilando al Después de estas breves explicaciones, los
pie de las gradas del presbiterio, tomó la linterna convidados, que no perdían de vista al principal
y se dispuso a hacer un auto de fe con aquellos objeto de la reunión, procedieron a destapar
fragmentos tallados de riquísimas labores, entre algunas de las botellas, y sentándose alrededor
los que se veían ,por aquí, parte de una de la lumbre, empezó a andar el vino a la ronda.
columnilla salomónica, por allá, la imagen de un
A medida que las liberaciones se hacían más
santo abad, al torso de una mujer o la
numerosas y frecuentes, y el calor del
disconforme cabeza de un grifo asomado entre
espumoso champagne comenzaba a trastornar
hojarasca.
las cabezas, crecían la animación, el ruido y la
A los pocos minutos, una gran claridad que de algazara de los jóvenes, de los cuales éstos
improvisto se derramó por todo el ámbito de la arrojaban a los monjes de granito adosados en
los pilares los cascos de las botellas vacías, y

Textos para orar y reflexionar 74


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aquéllos cantaban a toda voz canciones que se entretenían en pintarles bigotes con
báquicas y escandalosas, mientras los de más carbón.
allá prorrumpían en carcajadas, batían las Los jóvenes acogieron con grandes carcajadas
palmas en señal de aplausos o disputaban entre esta ocurrencia: pero el capitán, sin hacer caso
sí con blasfemias y juramentos. de sus risas, continuó siempre fijo en la misma
El capitán bebía en silencio como un idea:
desesperado y sin apartar los ojos de la estatua ¿Crees que yo le hubiera dado el vino, a no
de doña Elvira. saber que se tragaba al menos el que le cayese
Iluminada por el rojizo resplandor de la hoguera en la boca ...? !oh ...! !no! yo no creo, como
y a través del confuso velo que la embriaguez vosotros, que estas estatuas son un pedazo de
había puesto delante de su vista, parecíale que mármol tan inerte hoy como el día en que lo
la marmórea imagen se transformaba a veces arrancaron de la cantera. Indudablemente, el
en una mujer real; parecíale que entreabría los artista, que es casi un dios, da a su obra un
labios como murmurando una oración; que se soplo de vida que no logra hacer que ande y se
alzaba su pecho como aprimido y sollozante ; mueva, pero que le infunde una vida
que cruzaba las manos con más fuerta; que sus incomprensible y extraña, vida que yo no me
mejillas se coloreaban, en fin como si se explico bien, pero que la siento, sobre todo
ruborizase ante aquel sacrílegio y repugnante cuando bebo un poco.
espectáculo. !Magnifico!, exclamaron sus camaradas, bebe y
Los oficiales que advirtieron la taciturna tristeza prosigue.
de su camarada, le sacaron del éxtasis en que El oficial bebió, y fijando los ojos en la imagen
se encontraba sumergido, y presentándole una de doña Elvira, prosiguió con la exaltación
copa, exclamaron en coro: creciente:
!Vamos brindad vos, que sois el único que no lo !Miradla...! !Miradla ...! ¿no veis esos
ha hecho en toda la noche! cambiantes rojos de sus carnes mórbidas y
El joven tomó la copa, y poniéndose en pie y transparentes ...? ¿no parece que por debajo de
alzándola en alto, dijo encarándose con la esa ligera epidermis azuladas y suave de
estatua del guerrero arrodillado junto a doña alabastro circula un fluido de luz color de
Elvira. rosa ...? ¿queréis más reaidad ...?
!Brindo por el emperador, y brindo por la fortuna !Oh!, sí, seguramente, dijo uno de los que le
de sus armas, merced a las cuales hemos escuchaban, quisiéramos que fuese de carne y
podido venir hasta el fondo de Castilla a hueso.
cortejarle su mujer, en su misma tumba, a un !Carne y hueso...! !Miseria, podredumbre...!,
vencedor de Ceriñola!. exclamó el capitán. Yo he sentido en orgía arder
Los militares acogieron el brindis con una salva mis labios y mi cabeza; yo he sentido este fuego
de aplausos, y el capitán, balanceándose, dio que corre por las venas hirvientes como la lava
algunos pesos hacía el sepulcro. de un volcán, cuyos vapores caliginosos turban
No ... prosiguió dirigiéndose siempre a la y transtornan el cerebro y hacen ver visiones
estatua del guerrero, y con esa sonrisa estúpida extrañas. Entonces el beso de esas mujeres
de la embriaguez, no creas que te tengo rencor materiales me quemaba como un hierro
alguno porque vea en ti un rival ... al contrario, candente, y las apartaba de mi con disgusto,
te admiro como un marido paciente, ejemplo de con horror, hasta con asco; porque entonces,
longanimidad y mansedumbre, y a mi vez quiero como ahora, necesitaba un soplo de brisa del
también ser generoso. Tú serías bebedor a fuer mar para mi mente calurosa, beber hielo y besar
de soldado ... no se ha de decir que te he nieve ... ; nieve teñida de sueave luz, nieve
dejado morir de ser, viéndonos vaciar veinte coloreada por un dorado rayo de sol ... ; una
botellas ... !toma!. mujer blanca, hermosa y fría, como esa mujer
de piedra que parece incitarme con su fantástica
Y esto diciéndole llevóle la copa a los labios, y hermosura, que parece que oscita al compás de
después de humedecérselos con el licor que la llama, y me provoca entreabriendo sus labios
contenía le arrojó el resto a la cara, y afeciéndome un tesoro de amor ... !Oh ...!
prorrumpiendo en una carcajada estrepitosa al si ...; un beso ....,sólo un beso tuyo podrá calmar
ver cómo caía el vino sobre la tumba goteando el ardor que me consume.
de las barbas de piedra del inmóvil guerrero.
!Capitán...!, exclamaron algunos de los oficiales
!Capitán!, exclamó en aquel punto uno de sus al verle dirigirse hacía la estatua como fuera de
camaradas en tono de zumba, cuidado con lo sí, extraviada la vista y con pasos inseguros,
que hacéis mirad que esas bromas con la gente ¿qué locura vais a hacer?, !basta de bromas, y
de piedra suelen costar caras ... Acordaos de lo dejad en paz a los muertos!.
que aconteció a los húsares del 5 en el
monasterio de Poblet ... Los guerreros del El joven ni oyó siquiera las palabras de sus
claustro dicen que pusieron mano una noche a amigos, y tambaleando y como pudo llegó a la
sus espadas de granito y dieron que hacer a los tumba y aproximóse a la estatua, pero al
tenderle los brazos resonó un grito de horror en
el templo. Arrojando sangre por ojos, boca, y

Textos para orar y reflexionar 75


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nariz, había caído desplomado y con la cara Hace ya muchos años, en una noche lluviosa y
deshecha al pie del sepulcro. oscura, llegó a la puerta claustral de esta abadía
Los oficiales, mudos y espantados, ni se un romero y pidió un poco de lumbre para secar
atrevían a dar un paso para prestarle socorro. sus ropas, un pedazo de pan con que satisfacer
su hambre y un albergue cualquiera donde
En el momento en que su camarada intentó esperar la mañana y proseguir con la luz del sol
acerca sus labios ardientes a los de doña Elvira, su camino.
habían visto al inmóvil guerrero levantar la mano
y derribarle con una espantosa bofetada de su Su modesta colación, su pobre lecho y su
guante de piedra. encendido hogar puso el hermano a quien se
hizo esta demanda a disposición del caminante,
235. EL MISERERE al cual, después que se hubo repuesto de su
cansancio, interrogó acerca del objeto de su
(Leyenda religiosa) romería y del punto adonde se encaminaba.
Hace algunos meses que, visitando la célebre - Yo soy músico -respondió el interpelado-. He
abadía de Fitero, y ocupándome en revolver nacido muy lejos de aquí, y en mi patria gocé un
algunos volúmenes de su abandonada día de gran renombre. En mi juventud hice de mi
biblioteca, descubrí en uno de sus rincones dos arte un arma poderosa de seducción y encendí
o tres cuadernos bastante antiguos, cubiertos de con él pasiones que me arrastraron a un crimen.
polvo y hasta comenzados a roer por los En mi vejez quiero convertir al bien las
ratones. facultades que he empleado para el mal,
Era un Miserere. redimiéndome por donde mismo pude
condenarme.
Yo no sé música; pero le tengo tanta afición que,
aun sin entenderla, suelo coger a veces la Como las enigmáticas palabras del desconocido
partitura de una ópera y me paso las horas no pareciesen del todo claras al hermano lego,
muertas hojeando sus páginas, mirando los en quien ya comenzaba la curiosidad a
grupos de notas más o menos apiñados, las despertarse, e instigado por ésta continuara en
rayas, los semicírculos, los triángulos y las sus preguntas, su interlocutor prosiguió de este
especies de etcéteras que llaman llaves, y todo modo:
esto sin comprender una jota ni sacar maldito el - Lloraba yo en el fondo de mi alma la culpa que
provecho. había cometido; mas al intentar pedir a Dios
Consecuente con mi manía, repasé los misericordia no encontraba palabras para
cuadernos, y lo primero que me llamó la expresar dignamente mi arrepentimiento,
atención fue que, aunque en la última página cuando un día se fijaron mis ojos por casualidad
había una palabra latina, tan vulgar en todas las sobre un libro santo. Abrí aquel libro, y en una
obras, finis, la verdad era que el Miserere no de, sus páginas encontré un gigante grito de
estaba terminado, porque la música no contrición verdadera, un salmo de David, el que
alcanzaba sino hasta el décimo versículo. comienza: Miserere mei, Deus! Desde el
instante en que hube leído sus estrofas, mi
Esto fue, sin duda, lo que me llamó la atención único pensamiento fue hallar una forma musical
primeramente; pero luego que me fijé un poco tan magnífica, tan sublime, que bastase a
en las hojas de música, me chocó más aún el contener el grandioso himno de dolor del Rey
observar que en vez de esas palabras italianas Profeta. Aún no la he encontrado; pero si logro
que ponen en todas, como maestoso, allegro, expresar lo que siento en mi corazón, lo que
ritardando, piú vivo, a piacere, había unos oigo confusamente en mi cabeza, estoy seguro
renglones escritos con letra muy menuda y en de hacer un Miserere tal y tan maravilloso, que
alemán, de los cuales algunos servían para no hayan oído otro semejante los nacidos; tal y
advertir cosas tan difíciles de hacer como esto: tan desgarrador, que al escuchar el primer
Crujen..., crujen los huesos, y de sus médulas acorde los arcángeles dirán conmigo, cubiertos
ha de parecer que salen los alaridos; o esta los ojos de lágrimas y dirigiéndose al Señor:
otra: La cuerda aúlla sin discordar, el metal ¡Misericordia!, y el Señor la tendrá de su pobre
atruena sin ensordecer; por eso suena todo y no criatura.
se confunde nada, y todo es la Humanidad que
solloza y gime; o la más original de todas, sin El romero al llegar a este punto de su narración
duda, recomendada al pie del último versículo: calló por un instante, y después, exhalando un
Las notas son huesos cubiertos de carne; suspiro, tornó a coger el hilo de su discurso. El
lumbre inextinguible, los cielos y su armonía..., hermano lego, algunos dependientes de la
fuerza:..., fuerza y dulzura. abadía y dos o tres pastores de la granja de los
frailes que formaban un círculo alrededor del
- ¿Sabéis qué es esto? -pregunté a un viejecito hogar, escuchaban en un profundo silencio.
que me acompañaba, al acabar de medio
traducir estos renglones, que parecían frases - Después -continuó- de recorrer toda Alemania,
escritas por un loco. toda Italia y la mayor parte de este país clásico
para la música religiosa, aún no he oído un
El anciano me contó entonces la leyenda que Miserere en que pueda inspirarme, ni uno, ni
voy a referiros. uno, y he oído tantos, que puedo decir que los
I he oído todos.

Textos para orar y reflexionar 76


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- ¿Todos? -dijo entonces, interrumpiéndole, uno purgatorio a impetrar su misericordia cantando


de los rabadanes-. ¿A que no habéis oído aún el el Miserere.
Miserere de la Montaña? Los circunstantes se miraron unos a otros con
- ¿El Miserere de la Montaña? -exclamó el muestras de incredulidad; sólo el romero, que
músico con aire de extrañeza-. ¿Qué Miserere parecía vivamente preocupado con la narración
es ese?. de la historia, preguntó con ansiedad al que la
- ¿No dije? -murmuró el campesino, y luego había referido:
prosiguió con una entonación misteriosa-: Ese - ¿Y decís que ese portento se repite aún?
Miserere, que sólo oyen por casualidad los que, - Dentro de tres horas comenzará sin falta
como yo, andan día y noche tras el ganado por alguna, porque precisamente esta noche es la
entre breñas y peñascales, es toda una historia, del Jueves Santo y acaban de dar las ocho en el
una historia muy antigua, pero tan verdadera reloj de la abadía.
como, al parecer, increíble. Es el caso que en lo
más fragoso de esas cordilleras de montañas - ¿A qué distancia se encuentra el monasterio?
que limitan el horizonte del valle, en el fondo del - A una legua y media escasa. Pero, ¿qué
cual se halla la abadía, hubo hace ya muchos hacéis? ¿A dónde vais con una noche como
años, ¡qué digo muchos años!, muchos siglos, ésta? ¡Estáis dejado de la mano de Dios!
un monasterio famoso, monasterio que, a lo que -exclamaron todos, al ver que el romero,
parece, edificó a sus expensas un señor con los levantándose de su escaño y tomando el
bienes que había de legar a su hijo, al cual bordón, abandonaba el hogar para dirigirse a la
desheredó al morir, en pena de sus maldades. puerta.
Hasta aquí todo fue bueno; pero es el caso que
- ¿A dónde voy? A oír esa maravillosa música, a
este hijo, que por lo que se verá más adelante
oír el grande, el verdadero Miserere, el Miserere
debió de ser de la piel del diablo, si no era el
de los que vuelven al mundo después de
mismo diablo en persona, sabedor de que sus
muertos y saben lo que es morir en el pecado.
bienes estaban en poder de los religiosos y de
que su castillo se había transformado en iglesia, Y esto diciendo, desapareció de la vista del
reunió a unos cuantos bandoleros, camaradas espantado lego y de los no menos atónitos
suyos en la vida de perdición que emprendiera pastores.
al abandonar la casa de sus padres, y una El viento zumbaba y hacía crujir las puertas,
noche de Jueves Santo, en que los monjes se como si una mano poderosa pugnase por
hallaban en el coro, y en el punto y hora en que arrancarlas de sus quicios; la lluvia caía en
iban a comenzar o habían comenzado el turbiones, azotando los vidrios de las ventanas,
Miserere, pusieron fuego al monasterio, entraron y de cuando en cuando la luz de un relámpago
a saco en la iglesia, y a éste quiero, a aquél no, iluminaba por un instante todo el horizonte que
se dice que no dejaron fraile con vida. Después desde ellas se descubría.
de esta atrocidad se marcharon los bandidos, y
su instigador con ellos, a donde no se sabe, a Pasado el primer momento de estupor:
los profundos tal vez. Las llamas redujeron el - ¡Está loco! -exclamó el lego.
monasterio a escombros; de la iglesia aun
- ¡Está loco! -repitieron los pastores, y atizaron
quedan en pie las ruinas sobre el cóncavo
de nuevo la lumbre y se agruparon alrededor del
peñón de donde nace la cascada que, después
hogar.
de estrellarse de peña en peña, forma el
riachuelo que viene a bañar los muros de esta II
abadía. Después de una o dos horas de camino, el
- Pero -interrumpió impaciente el músico- ¿y el misterioso personaje que calificaron de loco en
Miserere? la abadía, remontando la corriente del riachuelo
que le indicó el rabadán de la historia, llegó al
- Aguardaos -continuó con gran sorna el
punto en que se levantaban, negras e
rabadán- que todo irá por partes.
imponentes, las ruinas del monasterio.
Dicho lo cual, siguió así su historia:
La lluvia había cesado; las nubes flotaban en
- Las gentes de los contornos se escandalizaron oscuras bandas, por entre cuyos jirones se
del crimen: de padres a hijos y de hijos a nietos deslizaba a veces un furtivo rayo de luz pálida y
se refirió con horror en las largas noches de dudosa; y el aire, al azotar los fuertes machones
velada; pero lo que mantiene más viva su y extenderse por los desiertos claustros, diríase
memoria es que todos los años, tal noche como que exhalaba gemidos. Sin embargo, nada
en la que se consumó, se ven brillar luces a sobrenatural, nada extraño venía a herir la
través de las rotas ventanas de la iglesia; se oye imaginación. Al que había dormido más de una
como una especie de música extraña y unos noche sin otro amparo que las ruinas de una
cantos lúgubres y aterradores que se perciben a torre abandonada o un castillo solitario: al que
intervalos en las ráfagas del aire. Son los había arrostrado en su larga peregrinación cien
monjes, los cuales, muertos tal vez sin hallarse y cien tormentas, todos aquellos ruidos le eran
preparados para presentarse en el Tribunal de familiares.
Dios limpios de toda culpa, vienen aún del

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Las gotas de agua que se filtraban por entre las Una vez reedificado el templo, comenzó a oírse
grietas de los rotos arcos y caían sobre las losas un acorde lejano que pudiera confundirse con el
con un rumor acompasado, como el de la zumbido del aire, pero que era un conjuro de
péndola de un reloj; los gritos del búho, que voces lejanas y graves que parecía salir del
graznaba refugiado bajo el nimbo de piedra de seno de la tierra e irse elevando poco a poco,
una imagen en pie aún en el hueco de un muro; haciéndose cada vez más perceptible.
el ruido de los reptiles, que, despiertos de su El osado peregrino comenzaba a tener miedo;
letargo por la tempestad, sacaban sus disformes pero con su miedo luchaba aún su fanatismo por
cabezas de los agujeros donde duermen o se todo la desusado y maravilloso, y alentado por
arrastran por entre los jaramagos y zarzales que él dejó la tumba sobre que reposaba, se inclinó
crecían al pie del altar, entre las junturas de las al borde del abismo por entre cuyas rocas
lápidas sepulcrales que formaban el pavimento saltaba el torrente, despeñándose con un trueno
de la iglesia, todos estos extraños y misteriosos incesante y espantoso, y sus cabellos se
murmullos del campo, de la soledad y de la erizaron de horror.
noche llegaban perceptibles al oído del romero,
que sentado sobre la mutilada estatua de una Mal envueltos en los jirones de sus hábitos,
tumba, aguardaba ansioso la hora en que caladas las capuchas, bajo los pliegues de las
debiera realizarse el prodigio. cuales contrastaban con sus descarnadas
mandíbulas y los blancos dientes las oscuras
Transcurrió tiempo y tiempo, y nada se percibió; cavidades de los ojos de sus calaveras, vio los
aquellos mil confusos rumores seguían sonando esqueletos de los monjes, que fueron arrojados
y combinándose de mil maneras distintas, pero desde el pretil de la iglesia a aquel precipicio,
siempre los mismos. ¡Si me habrá engañado!, salir del fondo de las aguas y, agarrándose con
pensó el músico; pero en aquel instante se oyó los largos dedos de sus manos de hueso a las
un ruido nuevo, un ruido inexplicable en aquel grietas de las peñas, trepar por ellas hasta tocar
lugar, como el que produce un reloj algunos el borde, diciendo con voz baja y sepulcral, pero
segundos antes de sonar la hora: ruidos de con una desgarradora expresión de dolor, el
ruedas que giran, de cuerdas que se dilatan, de primer versículo del salmo de David:
maquinaria que se agita sordamente y se
dispone a usar de su misteriosa vitalidad - Miserere mei, Deus, secundum magnam
mecánica, y sonó una campanada..., dos..., misericordiam tuam!
tres...; hasta once. Cuando los monjes llegaron al peristilo del
En el derruido templo no había campana, ni templo, se ordenaron en dos hileras y,
reloj, ni torre ya siquiera. penetrando en él, fueron a arrodillarse en el
coro, donde, con voz más levantada y solemne,
Aún no había expirado, debilitándose de eco en prosiguieron entonando los versículos del
eco la última campanada; todavía se escuchaba salmo. La música sonaba al compás de sus
su vibración temblando en el aire, cuando los voces: aquella música era el rumor distante del
doseles de granito, que cobijaban las esculturas, trueno, que, desvanecida la tempestad, se
las gradas de mármol de los altares, los sillares alejaba murmurando; era el zumbido del aire
de las ojivas, los calados antepechos del coro, que gemía en la concavidad del monte; era el
los festones de tréboles de las cornisas, los monótono ruido de la cascada que caía sobre
negros machones de los muros, el pavimento, las rocas, y la gota de agua que se filtraba, y el
las bóvedas, la iglesia entera comenzó a grito del búho escondido, y el roce de los
iluminarse espontáneamente, sin que se viese reptiles inquietos. Todo esto era la música y algo
una antorcha, un cirio o una lámpara que más que no puede explicarse ni apenas
derramase aquella insólita claridad. concebirse; algo más que parecía como el eco
Parecía como un esqueleto de cuyos huesos de un órgano que acompañaba los versículos
amarillos se desprende ese gas fosfórico que del gigante himno de contrición del rey salmista
brilla y humea en la oscuridad con una luz con notas y acordes tan gigantes como sus
azulada, inquieta y medrosa. palabras terribles.
Todo pareció animarse, pero con ese Siguió la ceremonia; el músico, que la
movimiento galvánico que imprime a la muerte presenciaba absorto y aterrado, creía estar
contracciones que parodian la vida, movimiento fuera del mundo real, vivir en esa región
instantáneo, más horrible aún que la inercia del fantástica del sueño, en que todas las cosas se
cadáver que agita con su desconocida fuerza. revisten de formas extrañas y fenomenales.
Las piedras se reunieron a las piedras; el ara, Un sacudimiento terrible vino a sacarlo de aquel
cuyos rotos fragmentos se veían antes estupor que embargaba todas las facultades de
esparcidos sin orden, se levantó intacta, como si su espíritu. Sus nervios saltaron al impulso de
acabase de dar en ella su último golpe de cincel una conmoción fuertísima, sus dientes
el artífice, y al par del ara se levantaron las chocaron, agitándose con un temblor imposible
derribadas capillas, los rotos capiteles y las de reprimir, y el frío penetró hasta la médula de
destrozadas e inmensas series de arcos que, los huesos.
cruzándose y enlazándose caprichosamente
entre sí, formaron con sus columnas un Los monjes pronunciaban en aquel instante
laberinto de pórfido. estas espantosas palabras del Miserere:

Textos para orar y reflexionar 78


ITAKA - ESCOLAPIOS CUENTOS Y PARÁBOLAS

- In iniquitatibus conceptus sum: et in peccatis se dilataban sus pupilas, saltaba en el asiento y


concepit me mater mea. exclamaba:
Al resonar este versículo y dilatarse sus ecos - ¡Eso es; así, así, no hay duda..., así! -y
retumbando de bóveda en bóveda, se levantó proseguía escribiendo notas con una rapidez
un alarido tremendo que parecía un grito de febril, que dio en más de una ocasión que
dolor arrancado a la Humanidad entera por la admirar a los que lo observaban sin ser vistos.
conciencia de sus maldades; un grito horroroso, Escribió los primeros versículos y los siguientes
formado por todos los lamentos del infortunio, hasta la mitad del salmo; pero al llegar al último
de todos los aullidos de la desesperación, de que había oído en la montaña le fue imposible
todas las blasfemias de la impiedad; concierto proseguir.
monstruoso, digno intérprete de los que viven en
el pecado y fueron concebidos en la iniquidad. Escribió uno, dos, cien, doscientos borradores:
todo inútil. Su música no se parecía a aquella
Prosiguió el canto, ora tristísimo y profundo, ora música ya anotada, y el sueño huyó de sus
semejante a un rayo de sol que rompe la nube párpados y perdió el apetito, y la fiebre se
oscura de una tempestad, haciendo suceder a apoderó de su cabeza, y se volvió loco, y se
un relámpago de tenor otro relámpago de júbilo, murió, en fin, sin poder terminar el Miserere,
hasta que, merced a una transformación súbita, que, como una losa extraña, guardaron los
la iglesia resplandeció bañada en luz celeste; frailes a su muerte, y aún se conserva hoy en el
las osamentas de los monjes se vistieron de sus archivo de la abadía.
carnes; una aureola luminosa brilló en derredor
de sus frentes; se rompió la cúpula, y a través ...
de ella se vio el cielo como un océano de lumbre Cuando el viejecito concluyó de contarme esta
abierto a la mirada de los justos. historia, no pude menos de volver otra vez los
Los serafines, los arcángeles y los ángeles y las ojos al empolvado y antiguo manuscrito del
jerarquías acompañaban con un himno de gloria Miserere, que aún estaba abierto sobre una de
este versículo, que subía entonces al trono del las mesas.
Señor como una tromba armónica, como una In peccatis concepit me mater mea...
gigantesca espiral de sonoro incienso:
Estas eran las palabras de la página que tenía
- Auditui meo dabis gaudium et laetitiam: et ante mi vista, y que parecía mofarse de mí con
exultabunt ossa humiliata. sus notas, sus llaves y sus garabatos
En este punto, la claridad deslumbradora cegó ininteligibles para los legos de la música.
los ojos del romero, sus sienes latieron con Por haberlas podido leer hubiera dado un
violencia, zumbaron sus oídos y cayó sin mundo:
conocimiento por tierra, y no oyó más...
¿Quién sabe si no será una locura?
III
Al día siguiente, los pacíficos monjes de la 236. EL MONTE DE LAS ÁNIMAS
abadía de Fitero, a quienes el hermano lego (Leyenda soriana)
había dado cuenta de la extraña visita de la
noche anterior, vieron entrar por las puertas, La Noche de Difuntos, me despertó a no sé qué
pálido y como fuera de sí, al desconocido hora el doble de las campanas. Su tañido
romero. monótono y eterno me trajo a las mientes esta
tradición que oí hace poco en Soria.
- ¿Oísteis, al cabo, el Miserere? -le preguntó
con cierta mezcla de ironía el lego, lanzando a Intenté dormir de nuevo. ¡Imposible! Una vez
hurtadillas una mirada de inteligencia a sus aguijoneada la imaginación es un caballo que se
superiores. desboca y al que no sirve tirarlo de la rienda.
Por pasar el rato, me decidí a escribirla, como
- Sí respondió el músico. en efecto lo hice.
- ¿Y qué tal os ha parecido? A las doce de la mañana, después de almorzar
- Lo voy a escribir. Dadme un asilo en vuestra bien, y con un cigarro en la boca, no le hará
casa -prosiguió, dirigiéndose al abad-, un asilo y mucho efecto a los lectores de El
pan para algunos meses, y voy a dejaros una Contemporáneo. Yo la oí en el mismo lugar en
obra inmortal del arte, un Miserere que borre que acaeció, y la he escrito volviendo algunas
mis culpas a los ojos de Dios, eternice mi veces la cabeza con miedo cuando sentía crujir
memoria y eternice con ella la de esta abadía. los cristales de mi balcón, estremecidos por el
aire de la noche.
Los monjes, por curiosidad, aconsejaron al abad
que accediese a su demanda. El abad, por Sea de ello lo que quiera, allá va, como el
compasión, aun creyéndole un loco, accedió, al caballo de copas.
fin, a ello y el músico, instalado ya en el I
monasterio, comenzó su obra.
- Atad los perros, haced la señal con las trompas
Noche y día trabajaba con un afán incesante. En para que se reúnan los cazadores y demos la
mitad de su tarea se paraba y parecía como vuelta a la ciudad. La noche se acerca, es día
escuchar algo que sonaba en su imaginación, y

Textos para orar y reflexionar 79


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de Todos los Santos y estamos en el Monte de las breñas y los zarzales. Los ciervos braman
las Animas. espantados, los lobos aúllan, las culebras dan
- ¡Tan pronto! horrorosos silbidos. Y al otro día se han visto
impresas en la nieve las huellas de los
- A ser otro día, no dejara yo de concluir con ese descarnados pies de los esqueletos. Por eso en
rebaño de lobos que las nieves del Moncayo Soria lo llamamos el Monte de las Animas, y por
han arrojado de sus madrigueras, pero hoy es eso he querido salir de él antes que cierre la
imposible. Dentro de poco sonará la oración en noche.
los Templarios, y las ánimas de los difuntos
comenzarán a tañer su campana en la capilla La relación de Alonso concluyó justamente
del monte. cuando los dos jóvenes llegaban al extremo del
puente que da paso a la ciudad por aquel lado.
- ¡En esa capilla ruinosa! ¡Bah! ¿Quieres Allí esperaron al resto de la comitiva, la cual,
asustarme? después de incorporársele los dos jinetes, se
- No, hermosa prima. Tú ignoras cuanto sucede perdió por entre las estrechas y oscuras calles
en este país, porque aún no hace un año que de Soria.
has venido a él desde muy lejos. Refrena tu II
yegua, yo también pondré la mía al paso, y
mientras dure el camino te contaré esa historia. Los servidores acababan de levantar los
manteles; la alta chimenea gótica del palacio de
Los pajes se reunieron en alegres y bulliciosos los condes de Alcudiel despedía un vivo
grupos. Los condes de Borges y de Alcudiel resplandor, iluminando algunos grupos de
montaron en sus magníficos caballos, y todos damas y caballeros que alrededor de la lumbre
juntos siguieron a sus hijos Beatriz y Alonso, conversaban familiarmente, y el viento azotaba
que precedían a la comitiva a bastante los emplomados vidrios de las ojivas del salón.
distancia. Mientras duraba el camino, Alonso
narró en estos términos la prometida historia:- Solas dos personas parecían ajenas a la
conversación general: Beatriz y Alonso. Beatriz
- Ese monte que hoy llaman de las Animas seguía con los ojos, y absorta en un vago
pertenecía a los Templarios, cuyo convento ves pensamiento, los caprichos de la llama. Alonso
allí, a la margen del río. Los Templarios eran miraba el reflejo de la hoguera chispear en las
guerreros y religiosos a la vez. Conquistada azules pupilas de Beatriz.
Soria a los árabes, el rey los hizo venir de
lejanas tierras para defender la ciudad por la Ambos guardaban hacía rato un profundo
parte del puente, haciendo en ello notable silencio.
agravio a sus nobles de Castilla, que así Las dueñas referían, a propósito de la noche de
hubieran solos sabido defenderla corno solos la Difuntos, cuentos temerosos, en que los
conquistaron. Entre los caballeros de la nueva y espectros y los aparecidos representaban el
poderosa Orden y los hidalgos de la ciudad principal papel; y las campanas de las iglesias
fermentó por algunos años, y estalló al fin, un de Soria doblaban a lo lejos con un tañido
odio profundo. Los primeros tenían acotado ese monótono y triste.
monte, donde reservaban caza abundante para - Hermosa prima exclamó, al fin, Alonso,
satisfacer sus necesidades y contribuir a sus rompiendo el largo silencio en que se
placeres. Los segundos determinaron organizar encontraban, Pronto vamos a separarnos, tal
una gran batida en el coto, a pesar de las vez para siempre; las áridas llanuras de Castilla,
severas prohibiciones de los clérigos con sus costumbres toscas y guerreras, sus hábitos
espuelas, como llamaban a sus enemigos. sencillos y patriarcales, sé que no te gustan; te
Cundió la voz del reto, y nada fue a parte a he oído suspirar varias veces, acaso por algún
detener a los unos en su manía de cazar y a los galán de tu lejano señorío.
otros en su empeño de estorbarlo. La
proyectada expedición se llevó a cabo. No se Beatriz hizo un gesto de fría indiferencia: todo
acordaron de ella las fieras. Antes la tendrían un carácter de mujer se reveló en aquella
presente tantas madres como arrastraron desdeñosa contracción de sus delgados labios.
sendos lutos por sus hijos. Aquello no fue una - Tal vez por la pompa de la Corte francesa,
cacería. Fue una batalla espantosa: el monte donde hasta aquí has vivido se apresuró a
quedó sembrado de cadáveres. Los lobos, a añadir el joven. De un modo o de otro, presiento
quienes se quiso exterminar, tuvieron un que no tardaré en perderte... Al separarnos,
sangriento festín. Por último, intervino la quisiera que llevases una memoria mía... ¿Te
autoridad del rey: el monte, maldita ocasión de acuerdas cuando fuimos al templo a dar gracias
tantas desgracias, se declaró abandonado, y la a Dios por haberte devuelto la salud que viniste
capilla de los religiosos, situada en el mismo a buscar a esta tierra? El joyel que sujetaba la
monte, y en cuyo atrio se enterraron juntos pluma de mi gorra cautivó tu atención. ¡Qué
amigos y enemigos, comenzó a arruinarse. hermoso estaría sujetando un velo sobre tu
Desde entonces dicen que cuando llega la oscura cabellera! Ya ha prendido el de una
noche de Difuntos se oye doblar sola la desposada; mi padre se lo regaló a la que me
campana de la capilla, y que las ánimas de los dio el ser, y ella lo llevó al altar... ¿Lo quieres?
muertos, envueltas en jirones de sus sudarios,
corren como en una cacería fantástica por entre

Textos para orar y reflexionar 80


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- No sé en el tuyo contestó la hermosa, pero en con ellas de día y de noche, a pie y a caballo,
mi país una prenda recibida compromete una solo y en batida, y nadie dirá que me ha visto
voluntad. Sólo en un día de ceremonia debe huir el peligro en ninguna ocasión. Otra noche
aceptarse un presente de manos de un deudo..., volaría por esa banda, y volaría gozoso como a
que aún puede ir a Roma sin volver con las una fiesta; y, sin embargo, esta noche..., ¿a qué
manos vacías. ocultártelo?, tengo miedo. ¿Oyes? Las
El acento helado con que Beatriz pronunció campanas doblan, la oración ha sonado en San
estas palabras turbó un momento al joven que, Juan del Duero, las ánimas del monte
después de serenarse, dijo con tristeza: comenzarán ahora a levantar sus amarillentos
cráneos de entre las malezas que cubren sus
- Lo sé, prima; pero hoy se celebran Todos los fosas... ¡Las ánimas!, cuya sola vista puede
Santos y el tuyo entre todos; hoy es día de helar de terror la sangre del más valiente, tornar
ceremonias y presentes. ¿Quieres aceptar el sus cabellos blancos o arrebatarlo en el
mío? torbellino de su fantástica carrera como una hoja
Beatriz se mordió ligeramente los labios y que arrastra el viento sin que se sepa adónde.
extendió la mano para tomar la joya, sin añadir Mientras el joven hablaba, una sonrisa
una palabra. imperceptible se dibujó en los labios de Beatriz,
Los dos jóvenes volvieron a quedarse en que, cuando hubo concluido, exclamó en un
silencio, y volvióse a oír la cascada voz de las tono indiferente y mientras atizaba el fuego del
viejas que hablaban de brujas y de trasgos, y el hogar, donde saltaba y crujía la leña, arrojando
zumbido del aire que hacía crujir los vidrios de chispas de mil colores.
las ojivas, y el triste y monótono doblar de las - ¡Oh! Eso, de ningún modo. ¡Qué locura! ¡Ir
campanas. ahora al monte por semejante friolera! ¡Una
Al cabo de algunos minutos, el interrumpido noche tan oscura, noche de Difuntos y cuajado
diálogo tornó a reanudarse de este modo: el camino de lobos!
- Y antes que concluya el día de Todos los Al decir esta última frase la recargó de un modo
Santos en que así como el tuyo se celebra el tan especial, que Alonso no pudo menos de
mío, y puedes, sin atar tu voluntad, dejarme un comprender toda su amarga ironía; movido
recuerdo, ¿no lo harás? -dijo él, clavando una como por un resorte se puso en pie, se pasó la
mirada en la de su prima, que brilló como un mano por la frente, como para arrancarse el
relámpago, iluminada por un pensamiento miedo que estaba en su cabeza y no en su
diabólico: corazón, y con voz firme exclamó, dirigiéndose a
la hermosa, que estaba aún inclinada sobre el
- ¿Por qué no? -exclamó ésta, llevándose la
hogar, entreteniéndose en revolver el fuego:
mano al hombro derecho, como para buscar
alguna cosa entre los pliegues de su ancha - Adiós, Beatriz, adiós, Hasta pronto.
manga de terciopelo bordado de oro, y después, - ¡Alonso, Alonso! -dijo ésta, volviéndose con
con una infantil expresión de sentimiento, rapidez; pero cuando quiso o aparentó querer
añadió: detenerlo, el joven había desaparecido.
- ¿Te acuerdas de la banda azul que llevé hoy a A los pocos minutos se oyó el rumor de un
la cacería, y que no sé qué emblema de su color caballo que se alejaba al galope. La hermosa,
me dijiste que era la divisa de tu alma? con una radiante expresión de orgullo satisfecho
- Sí. que coloreó sus mejillas, prestó oído a aquel
rumor que se debilitaba, que se perdía, que se
- ¡Pues... se ha perdido! Se ha perdido, y
desvaneció por último.
pensaba dejártela como un recuerdo.
Las viejas, en tanto, continuaban en sus cuentos
- ¡Se ha perdido! ¿Y dónde? -preguntó Alonso,
de ánimas aparecidas; el aire zumbaba en los
incorporándose de su asiento y con una
vidrios del balcón, y las campanas de la ciudad
indescriptible expresión de temor y esperanza.
doblaban a lo lejos.
- No sé... En el monte acaso.
III
- ¡En el Monte de las Animas! -murmuró,
Había asado una hora, dos, tres; la medianoche
palideciendo y dejándose caer sobre el sitial.
estaba a punto de sonar, cuando Beatriz se
¡En el Monte de las Animas! -luego prosiguió,
retiró a su oratorio. Alonso no volvía, no volvía,
con voz entrecortada y sorda-: Tú lo sabes,
y, a querer, en menos de una hora pudiera
porque lo habrás oído mil veces. En la ciudad,
haberlo hecho.
en toda Castilla, me llaman el rey de los
cazadores. No habiendo aún podido probar mis - ¡Habrá tenido miedo! -exclamó la joven,
fuerzas en los combates, como mis cerrando su libro de oraciones y encaminándose
ascendientes, he llevado a esta diversión, a su lecho, después de haber intentado
imagen de la guerra, todos los bríos de mi inútilmente murmurar algunos de los rezos que
juventud, todo el ardor hereditario de mi raza. La la Iglesia consagra en el día de Difuntos a los
alfombra que pisan tus pies son despojos de que ya no existen.
fieras que he muerto por mi mano. Yo conozco Después de haber apagado la lámpara y
sus guaridas y sus costumbres, y he combatido cruzado las dobles cortinas de seda, se durmió;

Textos para orar y reflexionar 81


ITAKA - ESCOLAPIOS CUENTOS Y PARÁBOLAS

se durmió con un sueño inquieto, ligero, de la ciudad de Soria, unas cerca, y otras
nervioso. distantes, doblaban tristemente por las ánimas
Las doce sonaron en el reloj del Postigo. Beatriz de los difuntos.
oyó entre sueños las vibraciones de las Así pasó una hora, dos, la noche, un siglo,
campanas, lentas, sordas, tristísimas, y porque la noche aquella pareció eterna a
entreabrió los ojos. Creía haber oído, a par de Beatriz. Al fin, despuntó la aurora. Vuelta de su
ellas, pronunciar su nombre; pero lejos, muy temor entreabrió los ojos a los primeros rayos
lejos, y por una voz ahogada y doliente. El de la luz. Después de una noche de insomnio y
viento gemía en los vidrios de la ventana. de terrores, ¡es tan hermosa la luz clara y
- Será el viento -dijo-, y poniéndose la mano blanca del día! Separó las cortinas de seda del
sobre su corazón procuró tranquilizarse. lecho, tendió una mirada serena a su alrededor,
y ya se disponía a reírse de sus temores
Pero su corazón latía cada vez con más pasados, cuando de repente un sudor frío cubrió
violencia, las puertas de alerce del oratorio su cuerpo, sus ojos se desencajaron y una
habían crujido sobre sus goznes con chirrido palidez mortal descoloró sus mejillas: sobre el
agudo, prolongado y estridente. reclinatorio había visto, sangrienta y desgarrada,
Primero unas y luego las otras más cercanas, la banda azul que fue a buscar Alonso.
todas las puertas que daban paso a su Cuando sus servidores llegaron, despavoridos,
habitación iban sonando por su orden; éstas con a notificarle la muerte del primogénito de
un ruido sordo y grave, y aquellas con un Alcudiel, que por la mañana había aparecido
lamento largo y crispador. Después, un silencio; devorado por los lobos entre las malezas del
un silencio lleno de rumores extraños, el silencio Monte de las Animas, la encontraron inmóvil;
de la medianoche; lejanos ladridos de perros, asida con ambas manos a una de las columnas
voces confusas, palabras ininteligibles; ecos de de ébano del lecho, desencajados los ojos,
pasos que van y vienen, crujir de ropas que entreabierta la boca, blancos los labios, rígidos
arrastran, suspiros que se ahogan, los miembros, muerta, ¡muerta de horror!
respiraciones fatigosas, que casi se siente,
estremecimientos involuntarios que anuncian la IV
presencia de algo que no se ve y cuya Dicen que después de acaecido este suceso, un
aproximación se nota, no obstante, en la cazador extraviado que pasó la noche de
oscuridad. Difuntos sin poder salir del Monte de las Animas,
Beatriz, inmóvil, temblorosa, adelantó la cabeza y que al otro día, antes de morir, pudo contar lo
fuera de las cortinas y escuchó un momento. que viera, refirió cosas terribles. Entre otras, se
Oía mil ruidos diversos; se pasaba la mano por asegura que vio a los esqueletos de los antiguos
la frente, tornaba a escuchar; nada, silencio. Templarios y de los nobles de Soria enterrados
en el atrio de la capilla levantarse al punto de la
Veía, con esa fosforescencia de la pupila en las oración con un estrépito horrible, y, caballeros
crisis nerviosas, como bultos que se movían en sobre osamentas de corceles, perseguir como a
todas las direcciones, y cuando dilatándolas las una fiera a una mujer hermosa y pálida y
fijaba en un punto, nada; oscuridad de las desmelenada que, con los pies desnudos y
sombras impenetrables. sangrientos, y arrojando gritos de horror, daba
- ¡Bah! -exclamó, volviendo a recostar su vueltas alrededor de la tumba de Alonso.
hermosa cabeza sobre la almohada de raso azul
del lecho. ¿Soy yo tan miedosa como esas 237. EL RAYO DE LUNA
pobres gentes cuyo corazón palpita de terror (Leyenda soriana)
bajo una armadura al oír una conseja de
aparecidos? Yo no sé si esto es una historia que parece
cuento o un cuento que parece historia; lo que
Y cerrando los ojos, intentó dormir...: pero en puedo decir es que en su fondo hay una verdad,
vano había hecho un esfuerzo sobre sí misma. una verdad muy triste, de la que acaso yo seré
Pronto volvió a incorporarse, más pálida, más uno de los últimos en aprovecharme, dadas mis
inquieta, más aterrada. Ya no era una ilusión: las condiciones de imaginación.
colgaduras de brocado de la puerta habían
rozado al separarse, y unas pisadas lentas Otro, con esta idea, tal vez hubiera hecho un
sonaban sobre la alfombra; el rumor de aquellas tomo de filosofía lacrimosa; yo he escrito esta
pisadas era sordo, casi imperceptible, pero leyenda, que, a los que nada vean en su fondo,
continuado, y a su compás se oía crujir una al menos podrá entretenerlos un rato.
cosa como madera o hueso. Y se acercaban, se I
acercaban, y se movió el reclinatorio que estaba
Era noble; había nacido entre el estruendo de
a la orilla de su lecho. Beatriz lanzó un grito
las armas, y el insólito clamor de una trompa de
agudo, y rebujándose en la ropa que la cubría,
guerra no le hubiera hecho levantar la cabeza
escondió la cabeza y contuvo el aliento.
un instante, ni apartar sus ojos un punto del
El aire azotaba los vidrios del balcón; el agua de oscuro pergamino en que leía la última carta de
la fuente lejana caía y caía con un rumor eterno un trovador.
y monótono; los ladridos de los perros se
dilataban en las ráfagas de aire, y las campanas

Textos para orar y reflexionar 82


ITAKA - ESCOLAPIOS CUENTOS Y PARÁBOLAS

Los que quisieran encontrarlo no lo debían En aquellas largas noches de poético insomnio
buscar en el anchuroso patio de su castillo, exclamaba:
donde los palafreneros domaban los potros, los - Si es verdad, como el prior de la Peña me ha
pajes enseñaban a volar a los halcones y los dicho, que es posible que esos puntos de luz
soldados se entretenían los días de reposo en sean mundos; si es verdad que en ese globo de
afilar el hierro de su maza contra una piedra. nácar que rueda sobre las nubes habitan
- ¿Dónde está Manrique? ¿Dónde está vuestro gentes, ¡qué mujeres tan hermosas serán las
señor? -preguntaba algunas veces su madre. mujeres de esas regiones luminosas! Y yo no
- No sabemos -respondían sus servidores-; podré verlas, y yo no podré amarlas... ¿Cómo
acaso estará en el claustro del monasterio de la será su hermosura?... ¿Cómo será su amor?
Peña; sentado al borde de una tumba, II
prestando oído a ver si sorprende alguna Sobre el Duero, que pasa lamiendo las
palabra de la conversación de los muertos; o en carcomidas y oscuras piedras de las murallas de
el puente, mirando correr una tras otra las olas Soria, hay un puente que conduce de la ciudad
del río por debajo de sus arcos; o acurrucado en al antiguo convento de los Templarios, cuyas
la quiebra de una roca y entretenido en contar posesiones se extendían a lo largo de la
las estrellas del cielo, en seguir una nube con la opuesta margen del río.
vista o contemplar los fuegos fatuos que cruzan
como exhalaciones sobre el haz de las lagunas. En la época a que nos referimos, los caballeros
En cualquiera parte estará menos en donde esté de la Orden habían ya abandonado sus
todo el mundo. históricas fortalezas; pero aún quedaban en pie
restos de los anchos torreones de sus muros;
En efecto, Manrique amaba la soledad, y la aún se veían, como en parte se ven hoy,
amaba de tal modo, que algunas veces hubiera cubiertos de hiedra y campanillas blancas, los
deseado no tener sombra por que su sombra no macizos arcos de su claustro, las prolongadas
lo siguiese a todas partes. galerías ojivales de sus patios de armas, en las
Amaba la soledad porque en su seno, dando que suspiraba el viento con un gemido, agitando
rienda suelta a la imaginación, forjaba un mundo las altas hierbas.
fantástico, habitado por extrañas creaciones, En los huertos y en los jardines cuyos senderos
hijas de sus delirios y sus ensueños de poeta, no hollaban hacía muchos años las plantas de
porque Manrique era poeta, ¡tanto, que nunca le los religiosos, la vegetación, abandonada de sí
habían satisfecho las formas en que pudiera misma, desplegaba todas sus galas, sin temor
encerrar sus pensamientos, y nunca los había de que la mano del hombre la mutilase,
encerrado al escribirlos! creyendo embellecerla.
Creía que entre las rojas ascuas del hogar Las plantas trepadoras subían encaramándose
habitaban espíritus de fuego de mil colores, que por los añosos troncos de los árboles; y las
corrían como insectos de oro a lo largo de los sombrías calles de álamos, cuyas copas se
troncos encendidos, o danzaban en una tocaban y se confundían entre sí, se habían
luminosa ronda de chispas en la cúspide de las cubierto de césped; los cardos silvestres y las
llamas, y se pasaba las horas muertas sentado ortigas brotaban en medio de los enarenados
en un escabel, junto a la alta chimenea gótica, caminos, y en los trozos de fábrica, próxima a
inmóvil y con los ojos fijos en la lumbre. desplomarse, el jaramago, flotando al viento
Creía que en el fondo de las ondas del río, entre como el penacho de una cimera, y las
los musgos de la fuente y sobre los vapores del campanillas blancas y azules, balanceándose
lago vivían unas mujeres misteriosas, hadas, como en un columpio sobre sus largos y
sílfides u ondinas, que exhalaban lamentos y flexibles tallos, pregonaban la victoria de la
suspiros o cantaban y se reían en el monótono destrucción y la ruina.
rumor del agua, rumor que oía en silencio, Era de noche; una noche de verano, templada,
intentando traducirlo. llena de perfumes y de rumores apacibles, y con
En las nubes, en el aire, en el fondo de los una luna blanca y serena en mitad de un cielo
bosques, en las grietas de las peñas imaginaba azul, luminoso y transparente.
percibir formas o escuchar sonidos misteriosos, Manrique, presa su imaginación de un vértigo de
formas de seres sobrenaturales, palabras poesía, después de atravesar el puente, desde
inteligibles que no podía comprender. donde contempló un momento la negra silueta
¡Amar! Había nacido para soñar el amor, no de la ciudad que se destacaba sobre el fondo de
para sentirlo. Amaba a todas las mujeres un algunas nubes blanquecinas y ligeras arrolladas
instante: a ésta porque era rubia, a aquélla en el horizonte, se internó en las desiertas
porque tenía los labios rojos, a la otra porque se ruinas de los Templarios.
cimbreaba al andar, como un junco. La medianoche tocaba a su punto. La luna, que
Algunas veces llegaba su delirio hasta el punto se había ido remontando lentamente, estaba ya
de quedarse una noche entera mirando a la en lo más alto del cielo, cuando al entrar en una
luna, que flotaba en el cielo entre un vapor de oscura alameda que conducía desde el derruido
plata, o a las estrellas, que temblaban a lo lejos claustro a la margen del Duero, Manrique exhaló
como los cambiantes de las piedras preciosas.

Textos para orar y reflexionar 83


ITAKA - ESCOLAPIOS CUENTOS Y PARÁBOLAS

un grito, un grito leve y ahogado, mezcla extraña Llegó a la cima, desde la que se descubren la
de sorpresa, de temor y de júbilo. ciudad en lontananza y una gran parte del
En el fondo de la sombría alameda había visto Duero, que se retuerce a sus pies, arrastrando
agitarse una cosa blanca que flotó un momento una corriente impetuosa y oscura por entre las
y desapareció en la oscuridad. La orla del traje corvas márgenes que lo encarcelan.
de una mujer, de una mujer que había cruzado Manrique, una vez en lo alto de las rocas, tendió
el sendero y se ocultaba entre el follaje, en el la vista a su alrededor; pero al tenderla y fijarla
mismo instante en que el loco soñador de al cabo en un punto, no pudo contener una
quimeras o imposibles penetraba en los blasfemia. La luz de la luna rielaba chispeando
jardines. en la estela que dejaba en pos de sí una barca
- ¡Una mujer desconocida!... ¡En este sitio... ¡A que se dirigía a todo remo a la orilla opuesta.
estas horas! Esa, esa es la mujer que yo busco En aquella barca había creído distinguir una
-exclamó Manrique-; y se lanzó en su forma blanca y esbelta, una mujer sin duda, la
seguimiento, rápido como una saeta. mujer que había visto en los Templarios, la
III mujer de sus sueños, la realización de sus más
locas esperanzas. Se descolgó de las peñas
Llegó al punto en que había visto perderse, con la agilidad de un gamo, arrojó al suelo la
entre la espesura de las ramas, a la mujer gorra, cuya redonda y larga pluma podía
misteriosa. Había desaparecido. ¿Por dónde? embarazarlo para correr, y desnudándose del
Allá lejos, muy lejos, creyó divisar por entre los ancho capotillo de terciopelo, partió como una
cruzados troncos de los árboles como una exhalación hacía el puente.
claridad o una forma blanca que se movía.
Pensaba atravesarlo y llegar a la ciudad antes
- ¡Es ella, es ella, que lleva alas en los pies y que la barca tocase en la otra orilla. ¡Locura!
huye como una sombra! -dijo, y se precipitó en Cuando Manrique llegó, jadeante y cubierto de
su busca, separando con las manos las redes sudor, a la entrada, ya los que habían
de piedra que se extendían como un tapiz de atravesado el Duero por la parte de San Saturio
unos en otros álamos. Llegó, rompiendo por entraban en Soria por una de las puertas del
entre la maleza y las plantas parásitas, hasta muro, que en aquel tiempo llegaba hasta la
una especie de rellano que iluminaba la claridad margen del río, en cuyas aguas se retrataban
del cielo... ¡Nadie! ¡Ah!... Por aquí, por aquí va sus pardas almenas.
-exclamó entonces-. Oigo sus pisadas sobre las
hojas secas, y el crujido de su traje, que arrastra IV
por el suelo y roza en los arbustos -y corría, y Aunque desvanecida su esperanza de alcanzar
corría como un loco, de aquí para allá, y no la a los que habían entrado por el postigo de San
veía-. Pero siguen sonando sus pisadas Saturio, no por eso nuestro héroe perdió la de
-murmuró otra vez-; creo que ha hablado; no saber la casa que en la ciudad podía
hay duda, ha hablado... El viento, que suspira albergarlos. Fija en su mente esta idea, penetró
entre las ramas; las hojas, que parece que en la población y, dirigiéndose hacía el barrio de
rezan en voz baja, me han impedido oír lo que San Juan, comenzó a vagar por sus calles a la
ha dicho; pero no hay duda: va por ahí, ha ventura.
hablado..., ha hablado... ¿En qué idioma? No Las calles de Soria eran entonces, y lo son
sé; pero es una lengua extranjera... todavía, oscuras y tortuosas. Un silencio
Y tornó a correr en su seguimiento, unas veces profundo reinaba en ellas, silencio que sólo
creyendo verla, otras pensando oírla: ya interrumpían, ora el lejano ladrido de un perro,
notando que las ramas por entre las cuales ora el rumor de una puerta al cerrarse, ora el
había desaparecido se movían, ya imaginando relincho de corcel que piafando hacía sonar la
distinguir en la arena la huella de sus breves cadena que lo sujetaba al pesebre en las
pies; luego, firmemente persuadido de que un subterráneas caballerizas.
perfume especial, que aspiraba a intervalos, era Manrique, con el oído atento a estos rumores de
un aroma perteneciente a aquella mujer que se la noche, que unas veces le parecían los pasos
burlaba de él complaciéndose en huirlo por de alguna persona que había doblado ya la
entre aquellas intrincadas malezas. ¡Afán inútil! última esquina de un callejón desierto; otras,
Vagó algunas horas de un lado a otro, fuera de voces confusas de gentes que hablaban a sus
sí, parándose para escuchar, ya deslizándose espaldas y que a cada momento esperaba ver a
con las mayores precauciones sobre la hierba, su lado, anduvo algunas horas corriendo al azar
ya en una carrera frenética y desesperada. de un sitio a otro.
Avanzando, avanzando por entre los inmensos Por último, se detuvo al pie de un caserón de
jardines que bordeaban la margen del río, llegó piedra; oscuro y antiquísimo, y al detenerse
al fin al pie de las rocas sobre las que se eleva brillaron sus ojos con una indescriptible
la ermita de San Saturio. expresión de alegría. En una de las altas
- Tal vez, desde esta altura podré orientarme ventanas ojivales de aquel que pudiéramos
para seguir mis pesquisas a través de ese llamar palacio se veía un rayo de luz templada y
confuso laberinto -exclamó, trepando de peña suave, que, pasando a través de unas ligeras
en peña con la ayuda de su daga. colgaduras de seda color de rosa, se reflejaba

Textos para orar y reflexionar 84


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en el negruzco y agrietado paredón de la casa oír, un extremo de su traje, un solo extremo que
de enfrente. vuelva a ver, me bastarán para conseguirlo.
- No cabe duda; aquí vive mi desconocida Noche y día estoy mirando flotar delante de mis
-murmuró el joven en voz baja y sin apartar un ojos aquellos pliegues de una tela diáfana y
punto sus ojos de la ventana gótica-; aquí vive... blanquísima; noche y día me están sonando
Ella entró por el postigo de San Saturio... Por el aquí dentro, dentro de la cabeza, el crujido de
postigo de San Saturio se viene a este barrio... su traje, el confuso rumor de sus ininteligibles
En este barrio hay una casa donde, pasada la palabras. ¿Qué dijo?... ¿Qué dijo?... ¡Ah!, si yo
medianoche, aún hay gente en vela... ¿En vela? pudiera saber lo que dijo, acaso...; pero aun sin
¿Quién, sino ella, que vuelve de sus nocturnas saberlo, la encontraré...; la encontraré; me lo da
excursiones, puede estarlo a esas horas?... No el corazón, y mi corazón no me engaña nunca.
hay más; ésta es su casa. Verdad es que ya he recorrido inútilmente todas
En esta firme persuasión, y revolviendo en su las calles de Soria; que he pasado noches y
cabeza las más locas y fantásticas noches al sereno, hecho poste de una esquina;
imaginaciones, esperó el alba frente a la que he gastado más de veinte doblas de oro en
ventana gótica; de la que en toda la noche no hacer charlar a dueñas y escuderos; que he
faltó la luz ni él separó la vista un momento. dado agua bendita en San Nicolás a una vieja,
arrebujada con tal arte en su manto de
Cuando llegó el día, las macizas puertas del anascote, que se me figuró una deidad; y al salir
arco que daban entrada al caserón, y sobre de la Colegiata, una noche de maitines, he
cuya clave se veían esculpidos los blasones de seguido como un tonto la litera del arcediano,
su dueño, giraron pesadamente sobre los creyendo que el extremo de sus holapandas era
goznes, con un chirrido prolongado y agudo. Un el del traje de mi desconocida; pero no
escudero apareció en el dintel con un manojo de importa...; yo la he de encontrar, y la gloria de
llaves en la mano, restregándose los ojos y poseerla excederá seguramente al trabajo de
enseñando al bostezar una caja de dientes buscarla.
capaces de dar envidia a un cocodrilo.
¿Cómo serán sus ojos?... Deben de ser azules,
Verlo Manrique y lanzarse a la puerta, todo fue azules y húmedos como el cielo de la noche; me
obra de un instante. gustan tanto los ojos de ese color...; son tan
- ¿Quién habita en esta casa? ¿Cómo se llama expresivos, tan melancólicos, tan... Sí..., no hay
ella? ¿De dónde es? ¿A qué ha venido a Soria? duda: azules deben de ser, azules son
¿Tiene esposo? Responde, animal -ésta fue la seguramente, y sus cabellos, negros, muy
salutación que, sacudiéndole el brazo negros y largos para que floten... Me parece que
violentamente, dirigió al pobre escudero, el cual, los vi flotar aquella noche, al par que su traje, y
después de mirarlo un buen espacio de tiempo eran negros...; no me engaño, no, eran negros.
con los ojos espantados y estúpidos, le contestó ¡Y qué bien hacen unos ojos azules muy
con voz entrecortada por la sorpresa: rasgados y adormidos, y una cabellera suelta,
- En esta casa vive el muy honrado señor don flotante y oscura, a una mujer alta...; porque...
Alonso de Valdecuellos, montero mayor de ella es alta, alta y esbelta como esos ángeles de
nuestro señor el rey, que, herido en la guerra las portadas de nuestras basílicas, cuyos
contra moros, se encuentra en esta ciudad ovalados rostros envuelven en un misterioso
reponiéndose de sus fatigas. crepúsculo las sombras de sus doseles de
granito!
- Pero, ¿y su hija? -interrumpió el joven,
impaciente-. ¿Y su hija, o su hermana, o su ¡Su voz!... Su voz la he oído...; su voz es suave
esposa, o lo que sea? como el rumor del viento en las hojas de los
álamos, y su andar acompasado y majestuoso
- No tiene ninguna mujer consigo.
como las cadencias de una música. Y esa mujer,
- ¡No tiene ninguna!... Pues, ¿quién duerme allí, que es hermosa como el más hermoso de mis
en aquel aposento, donde toda la noche he visto sueños de adolescente, que piensa como yo
arder una luz? pienso, que gusta de lo que yo gusto, que odia
- ¿Allí? Allí duerme mi señor don Alonso, que, lo que yo odio, que es un espíritu hermano de
como se halla enfermo, mantiene encendida su mi espíritu, que es el complemento de mi ser,
lámpara hasta que amanece. ¿no se ha de sentir conmovida al encontrarme?
¿No me ha de amar como yo la amaré, como la
Un rayo cayendo de improviso a sus pies no le amo ya, con todas las fuerzas de mi vida, con
hubiera causado más asombro que el que le todas las facultades de mi alma?
causaron estas palabras.
Vamos, vamos al sitio donde la vi la primera y
V única vez que la he visto... ¿Quién sabe si,
- Yo la he de encontrar, la he de encontrar; y si caprichosa como yo, amiga de la soledad y el
la encuentro, estoy casi seguro de que he de misterio, como todas las almas soñadoras, se
conocerla... ¿En qué? Eso es lo que no podré complace en vagar por entre las ruinas en el
decir...; pero he de conocerla. El eco de sus silencio de la noche?
pisadas o una sola palabra suya que vuelva a Dos meses habían transcurrido desde que el
escudero de don Antonio de Valdecuellos

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desengañó al iluso Manrique; dos meses marchamos a la guerra. En la guerra se


durante los cuales en cada hora había formado encuentra la gloria.
un castillo en el aire, que la realidad desvanecía - ¡La gloria!... La gloria es un rayo de luna.
con un soplo; dos meses durante los cuales
había buscado en vano a aquella mujer - ¿Queréis que os diga una cantiga, la última
desconocida, cuyo absurdo amor iba creciendo que ha compuesto Mosén Arnaldo, el trovador
en su alma, merced a sus aún más absurdas provenzal?
imaginaciones, cuando, después de atravesar, - ¡No! ¡No! -exclamó el joven, incorporándose
absorto en estas ideas, el puente que conduce a colérico en su sitial-. No quiero nada...; es decir,
los Templarios, el enamorado joven se perdió sí quiero: quiero que me dejéis solo...
entre las intrincadas sendas de sus jardines. Cantigas..., mujeres..., glorias..., felicidad...,
VI mentiras todo, fantasmas vanos que formamos
en nuestra imaginación y vestimos a nuestro
La noche estaba serena y hermosa; la luna antojo, y los amamos y corremos tras ellos,
brillaba en toda su plenitud en lo más alto del ¿para qué?, ¿para qué? Para encontrar un rayo
cielo, y el viento suspiraba con un rumor de luna.
dulcísimo entre las hojas de los árboles.
Manrique estaba loco; por lo menos, todo el
Manrique llegó al claustro, tendió la vista por su mundo lo creía así. A mí, por el contrario, se me
recinto y miró a través de las macizas columnas figura que lo que había hecho era recuperar el
de sus arcadas... Estaba desierto. juicio.
Salió de él, encaminó sus pasos hacia la oscura
alameda que conduce al Duero, y aún no había 238. LA AJORCA DE ORO
penetrado en ella, cuando de sus labios se (Leyenda toledana)
escapó un grito de júbilo.
I
Había visto flotar un instante y desaparecer el
extremo del traje blanco, del traje blanco de la Ella era hermosa, hermosa con esa hermosura
mujer de sus sueños, de la mujer que ya amaba que inspira el vértigo, hermosa con esa
como un loco. hermosura que no se parece en nada a la que
soñamos en los ángeles y que, sin embargo, es
Corre, corre en su busca; llega al sitio en que la sobrenatural; hermosura diabólica, que tal vez
ha visto desaparecer; pero al llegar se detiene, presta el demonio a algunos seres para hacerlos
fija los espantados ojos en el suelo, permanece sus instrumentos en la tierra.
un rato inmóvil; un ligero temblor nervioso agita
sus miembros, un temblor que va creciendo, que El la amaba; la amaba con ese amor que no
va creciendo, y ofrece los síntomas de una conoce freno ni límite; la amaba con ese amor
verdadera convulsión, y prorrumpe, al fin, en en que se busca un goce y sólo se encuentran
una carcajada, en una carcajada sonora, martirios, amor que se asemeja a la felicidad y
estridente, horrible. que, no obstante, diríase que lo infunde el Cielo
para la expiación de una culpa.
Aquella cosa blanca, ligera, flotante, había
vuelto a brillar ante sus ojos; pero había brillado Ella era caprichosa, caprichosa y extravagante,
a sus pies un instante, no más que un instante. como todas las mujeres del mundo; él,
supersticioso, supersticioso y valiente, como
Era un rayo de luna, un rayo de luna que todos los hombres de su época. Ella se llamaba
penetraba a intervalos por entre la verde bóveda María Antúnez; él, Pedro Alonso de Orellana.
de los árboles cuando el viento movía las Los dos eran toledanos, y los dos vivían en la
ramas. misma ciudad que los vio nacer.
... La tradición que refiere esta maravillosa historia
Habían pasado algunos años. Manrique, acaecida hace muchos años, no dice nada más
sentado en un sitial, junto a la alta chimenea acerca de los personajes que fueron sus héroes.
gótica de su castillo, inmóvil casi, y con una Yo, en mi calidad de cronista verídico, no
mirada vaga e inquieta como la de un idiota, añadiré ni una sola palabra de mi cosecha para
apenas prestaba atención ni a las caricias de su caracterizarlos; mejor.
madre ni a los consuelos de sus servidores.
II
- Tú eres joven, tú eres hermoso -le decía
aquélla-. ¿Por qué te consumes en la soledad? El la encontró un día llorando, y la preguntó:
¿Por qué no buscas una mujer a quien ames, y ¿Por qué lloras?
amándote pueda hacerte feliz?
Ella se enjugó los ojos, lo miró fijamente, arrojó
- ¡El amor!... El amor es un rayo de luna un suspiro y volvió a llorar.
-murmuraba el joven.
Pedro, entonces, acercándose a María le tomó
- ¿Por qué no despertáis de ese letargo? -le una mano, apoyó el codo en el pretil árabe
decía uno de sus escuderos-. Os vestís de desde donde la hermosa miraba pasar la
hierro de pies a cabeza; mandáis desplegar al corriente del río y tornó a decirle:
aire vuestro pendón de rico hombre, y
¿Por qué lloras?

Textos para orar y reflexionar 86


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El Tajo se retorcía gimiendo al pie del mirador, parecía decirme, mostrándome la joya. ¡Cómo
entre las rocas sobre las que se asienta la brilla! Parece un círculo de estrellas arrancadas
ciudad imperial. El sol trasponía los montes del cielo de una noche de verano. ¿La ves?
vecinos; la niebla de la tarde flotaba como un Pues no es tuya, no lo será nunca, nunca...
velo de gasa azul, y sólo el monótono ruido del Tendrás acaso otras mejores, más ricas, si es
agua interrumpía el alto silencio. posible; pero ésta, ésta, que resplandece de un
María exclamó: modo tan fantástico, tan fascinador..., nunca,
nunca. Desperté; pero con la misma idea fija
No me preguntes por qué lloro, no me lo aquí, entonces como ahora, semejante a un
preguntes, pues ni yo sabré contestarte ni tú clavo ardiendo, diabólica, incontrastable,
comprenderme. Hay deseos que se ahogan en inspirada sin duda por el mismo Satanás... ¿Y
nuestra alma de mujer, sin que los revele más qué?... Callas, callas y doblas la frente... ¿No te
que un suspiro; ideas locas que cruzan por hace reír mi locura?
nuestra imaginación, sin que ose formularlas el
labio, fenómenos incomprensibles de nuestra Pedro, con un movimiento convulsivo, oprimió el
naturaleza misteriosa, que el hombre no puede puño de su espada, levantó la cabeza, que, en
ni aun concebir. Te lo ruego, no me preguntes la efecto, había inclinado, y dijo con voz sorda:
causa de mi dolor; si te la revelase, acaso te - ¿Qué Virgen tiene esa presea?
arrancaría una carcajada. - La del Sagrario murmuró María.
Cuando estas palabras expiraron, ella tornó a - ¡La del Sagrario! -repitió el joven con acento de
inclinar la frente y él a reiterar sus preguntas. terror-. ¡La del Sagrario de la Catedral! ...
La hermosa, rompiendo al fin su obstinado Y en sus facciones se retrató un instante el
silencio dijo a su amante con voz sorda y estado de su alma, espantada de una idea.
entrecortada:
- ¡Ah! ¿Por qué no la posee otra Virgen?
Tú lo quieres; es una locura que te hará reír; -prosiguió con acento enérgico y apasionado-.
pero no importa; te lo diré, puesto que lo ¿Por qué no la tiene el arzobispo en su mitra, el
deseas. Ayer estuve en el templo. Se celebraba rey en su corona o el diablo entre sus garras?
la fiesta de la Virgen, su imagen, colocada en el Yo se la arrancaría para ti, aunque me costase
altar mayor sobre un escabel de oro, la vida o la condenación. Pero a la Virgen del
resplandecía como un ascua de fuego; las notas Sagrario, a nuestra Santa Patrona, yo..., yo, que
del órgano temblaban, dilatándose de eco en he nacido en Toledo, ¡imposible, imposible!
eco por el ámbito de la iglesia, y en el coro los
sacerdotes entonaban el Salve, Regina. Yo - ¡Nunca! -murmuró María con voz casi
rezaba, rezaba absorta en mis pensamientos imperceptible-. ¡Nunca!
religiosos, cuando maquinalmente levanté la Y siguió llorando.
cabeza y mi vista se dirigió al altar. No sé por
Pedro fijó una mirada estúpida en la corriente
qué mis ojos se fijaron, desde luego, en la
del río; en la corriente, que pasaba y pasaba sin
imagen; digo mal; en la imagen, no; se fijaron en
cesar ante sus extraviados ojos, quebrándose al
un objeto que, hasta entonces, no había visto,
pie del mirador, entre las rocas sobre las que se
un objeto que, sin que pudiera explicármelo,
asienta la ciudad imperial.
llamaba sobre sí toda mi atención... No te rías...;
aquel objeto era la ajorca de oro que tiene la III
Madre de Dios en uno de los brazos en que ¡La Catedral de Toledo! Figuraos un bosque de
descansa su Divino Hijo... Yo aparté la vista y gigantescas palmeras de granito que al
torné a rezar... ¡Imposible! Mis ojos se volvían entrelazar sus ramas forman una bóveda colosal
involuntariamente al mismo punto. Las luces del y magnífica, bajo la que se guarece y vive, con
altar, reflejándose en las mil facetas de sus la vida que le ha prestado, el genio, toda una
diamantes, se reproducían de una manera creación de seres imaginarios y reales.
prodigiosa. Millones de chispas de luz rojas y
azules, verdes y amarillas, volteaban alrededor Figuraos un caos incomprensible de sombra y
de las piedras como un torbellino de átomos de luz, en donde se mezclan y confunden con las
fuego, como una vertiginosa ronda de esos tinieblas de las naves los rayos de colores de
espíritus de las llamas que fascinan con su brillo las ojivas donde lucha y se pierde con la
y su increíble inquietud... Salí del templo; vine a oscuridad del santuario el fulgor de las
casa, pero vine con aquella idea fija en la lámparas.
imaginación. Me acosté para dormir; no pude... Figuraos un mundo de piedra, inmenso como el
Pasó la noche, eterna con aquel pensamiento... espíritu de nuestra religión, sombrío como sus
Al amanecer se cerraron mis párpados, y, ¿lo tradiciones, enigmático como sus parábolas, y
creerás?, aún en el sueño veía cruzar, perderse todavía no tendréis una idea remota de ese
y tornar de nuevo una mujer, una mujer morena eterno monumento del entusiasmo y de la fe de
y hermosa, que llevaba la joya de oro y nuestros mayores, sobre el que los siglos han
pedrería; una mujer, sí, porque ya no era la derramado a porfía el tesoro de sus creencias;
Virgen que yo adoro y ante quien me humillo; de su inspiración y de sus artes.
era una mujer, otra mujer como yo, que me
En su seno viven el silencio, la majestad, la
miraba y se reía mofándose de mí. ¿La ves?
poesía del misticismo y un santo honor que

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defiende sus umbrales contra los pensamientos que se arrastran, como rumor de pasos que van
mundanos y las mezquinas pasiones de la y vienen sin cesar.
tierra. La consunción material se alivia Pedro hizo un esfuerzo para seguir en su
respirando el aire puro de las montañas; el camino; llegó a la verja y siguió la primera grada
ateísmo debe curarse respirando su atmósfera de la capilla mayor. Alrededor de esta capilla
de fe. están las tumbas de los reyes, cuyas imágenes
Pero si grande, si imponente se presenta la de piedra, con la mano en la empuñadura de la
catedral a nuestros ojos a cualquier hora que se espada, parecen velar noche y día por el
penetra en su recinto misterioso y sagrado, santuario, a cuya sombra descansan por toda
nunca produce una impresión tan profunda una eternidad. ¡Adelante!, murmuró en voz baja,
como en los días en que despliega todas las y quiso andar y no pudo. Parecía que sus pies
galas de su pompa religiosa, en que sus se habían clavado en el pavimento. Bajó los
tabernáculos se cubren de oro y pedrería; sus ojos, y sus cabellos se erizaron de horror; el
gradas, de alfombras, y sus pilares, de tapices. suelo de la capilla lo formaban anchas y oscuras
Entonces cuando arden despidiendo un torrente losas sepulcrales.
de luz sus mil lámparas de plata; cuando flota Por un momento creyó que una mano fría y
en el aire una nube de incienso, y las voces del descarnada lo sujetaba en aquel punto con una
coro y la armonía de los órganos y las fuerza invencible. Las moribundas lámparas,
campanas de la torre estremecen el edificio que brillaban en el fondo de las naves como
desde sus cimientos más profundos hasta las estrellas perdidas entre las sombras, oscilaron a
más altas agujas que lo coronan, entonces es su vista, y oscilaron las estatuas de los
cuando se comprende, al sentirla, la tremenda sepulcros y las imágenes del altar, y osciló el
majestad de Dios, que vive en él, y lo anima con templo todo, con sus arcadas de granito y sus
su soplo, y lo llena con el reflejo de su machones de sillería.
omnipotencia. ¡Adelante!, volvió a exclamar Pedro como fuera
El mismo día en que tuvo lugar la escena que de sí, y se acercó al ara; y trepando por ella,
acabamos de referir se celebraba en la catedral subió hasta el escabel de la imagen. Todo
de Toledo el último de la magnífica octava de la alrededor suyo se revestía de formas quiméricas
Virgen. y horribles; todo era tinieblas o luz dudosa, más
La fiesta religiosa había traído a ella una imponente aún que la oscuridad. Sólo la Reina
multitud inmensa de fieles; pero ya ésta se de los cielos, suavemente iluminada por una
había dispersado en todas direcciones, ya se lámpara de oro, parecía sonreír tranquila,
habían apagado las luces de las capillas y del bondadosa y serena en medio de tanto horror.
altar mayor, y las colosales puertas del templo Sin embargo, aquella sonrisa muda e inmóvil
habían rechinado sobre sus goznes para que lo tranquilizara un instante concluyó por
cerrarse detrás del último toledano, cuando de infundirle temor, un temor más extraño, más
entre las sombras, y pálido, tan pálido como la profundo que el que hasta entonces había
estatua de la tumba en que se apoyó un instante sentido.
mientras dominaba su emoción, se adelantó un Tornó empero a dominarse, cerró los ojos para
hombre que vino deslizándose con el mayor no verla, extendió la mano, con un movimiento
sigilo hasta la verja del crucero. Allí, la claridad convulsivo, y le arrancó la ajorca, la ajorca de
de una lámpara permitía distinguir sus oro, piadosa ofrenda de un santo arzobispo, la
facciones. ajorca de oro cuyo valor equivalía a una fortuna.
Era Pedro. Ya la presea estaba en su poder; sus dedos
¿Qué había pasado entre los dos amantes para crispados la oprimían con una fuerza
que se arrestara, al fin, a poner por obra una sobrenatural; sólo restaba huir, huir con ella;
idea que sólo al concebirla había erizado sus pero para esto era preciso abrir los ojos, y Pedro
cabellos de horror? Nunca pudo saberse. Pero tenía miedo de ver, de ver la imagen, de ver los
él estaba allí, y estaba allí para llevar a cabo su reyes de las sepulturas, los demonios de las
criminal propósito. En su mirada inquieta, en el cornisas, los endriagos de los capiteles, las fajas
temblor de sus rodillas, en el sudor que corría de sombras y los rayos de luz que, semejantes
en anchas gotas por su frente, llevaba escrito su a blancos y gigantescos fantasmas, se movían
pensamiento. lentamente en el fondo de las naves, pobladas
La catedral estaba sola, completamente sola y de rumores temerosos y extraños.
sumergida en un silencio profundo. No obstante, Al fin abrió los ojos, tendió una mirada, y un grito
de cuando en cuando se percibían como unos agudo se escapó de sus labios. La catedral
rumores confusos: chasquidos de madera tal estaba llena de estatuas, estatuas que, vestidas
vez, o murmullos del viento, o, ¿quién sabe?, con luengos y no vistos ropajes, habían
acaso ilusión de la fantasía, que oye y ve y descendido de sus huecos y ocupaban todo el
palpa en su exaltación lo que no existe; pero la ámbito de la iglesia y lo miraban con sus ojos
verdad era que ya cerca, ya lejos, ora a sus sin pupila.
espaldas, ora a su lado mismo, sonaban como Santos, monjes, ángeles, demonios, guerreros,
sollozos que se comprimen, como roce de telas damas, pajes, cenobitas y villanos se rodeaban

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y confundían en las naves y en el altar. A sus mano a esa otra señora que, después de dejar
pies oficiaban, en presencia de los reyes, de la suya, se adelanta hacía aquí, precedida de
hinojos sobre sus tumbas, los arzobispos de cuatro pajes con hachas? Pues ése es el
mármol que él había visto otras veces inmóviles marqués de Moscoso, galán de la duquesa
sobre sus lechos mortuorios, mientras que, viuda de Villapineda. Se dice que antes de
arrastrándose por las losas, trepando por los poner los ojos sobre esta dama había pedido en
machones, acurrucados en los doseles, matrimonio a la hija de un opulento señor; mas
suspendidos en las bóvedas ululaba, como los el padre de la doncella, de quien se murmura
gusanos de un inmenso cadáver, todo un mundo que es un poco avaro... Pero, ¡calla!, en
de reptiles y alimañas de granito, quiméricos, hablando del ruin de Roma, cátale que aquí se
deformes, horrorosos. asoma. ¿Veis aquel que viene por debajo del
Ya no pudo resistir más. Las sienes le latieron Arco de San Felipe, a pie, embozado con una
con una violencia espantosa; una nube de capa oscura y precedido de un solo criado con
sangre oscureció sus pupilas; arrojó un segundo una linterna? Ahora llega frente al retablo.
grito, un grito desgarrador y sobrehumano, y ¿Reparasteis, al desembozarse para saludar a
cayó desvanecido sobre el ara. la imagen, en la encomienda que brilla en su
Cuando al otro día los dependientes de la iglesia pecho? A no ser por ese noble distintivo,
lo encontraron al pie del altar, tenía aún la ajorca cualquiera lo creería un lonjista de la calle de
de oro entre sus manos, y al verlos aproximarse Culebras... Pues ése es el padre en cuestión.
exclamó con una estridente carcajada:- Mirad cómo la gente del pueblo le abre paso y lo
saluda. Toda Sevilla lo conoce por su colosal
- ¡Suya, suya! fortuna. El solo tiene más ducados de oro en
El infeliz estaba loco. sus arcas que soldados mantiene nuestro señor
el rey don Felipe, y con sus galeones podría
239. MAESE PÉREZ, EL formar una escuadra suficiente a resistir a la del
ORGANISTA Gran Turco...
Mirad, mirad ese grupo de señores graves; ésos
(Leyenda sevillana)
son los caballeros veinticuatro. ¡Hola, hola!
En Sevilla, en el mismo atrio de Santa Inés, y También está aquí el flamencote, a quien se
mientras esperaba que comenzase la misa del dice que no han echado ya el guante los
Gallo oí esta tradición a una demandadera del señores de la Cruz Verde merced a su influjo
convento. con los magnates de Madrid... Ese no viene a la
Como era natural, después de oírla aguardé iglesia más que a oir música... No, pues si
impaciente que comenzara la ceremonia, maese Pérez no le arranca con su órgano
ansioso de asistir a un prodigio. lágrimas como puños, bien se puede asegurar
que no tiene su alma en su almario, sino
Nada menos prodigioso, sin embargo, que el friéndose en las calderas de Pedro Botero... ¡Ay,
órgano de Santa Inés, ni nada más vulgar que vecina! Malo..., malo... Presumo que vamos a
los insulsos motetes con que nos regaló su tener jarana. Yo me refugio en la iglesia. Pues,
organista aquella noche. por lo que veo, aquí van a andar más de sobra
Al salir de la misa no pude por menos que los cintarazos que los paternóster. Mirad, mirad:
decirle a la demandadera con aire de burla: las gentes del duque de Alcalá doblan la
- ¿En qué consiste que el órgano de maese esquina de la plaza de San Pedro, y por el
Pérez suene ahora tan mal? callejón de las Dueñas se me figura que he
columbrado a las del de Medina Sidonia. ¿No os
- ¡Toma! -me contestó la vieja-, ¡es que ése no lo dije?
es el suyo!
Ya se han visto, ya se detienen unos y otros, sin
- ¿No es el suyo? ¿Pues qué ha sido de él? pasar de sus puestos... Los grupos se
- Se cayó a pedazos de puro viejo hace una disuelven... Los ministrales, a quienes en estas
porción de años. ocasiones apalean amigos y enemigos, se
retiran... Hasta el señor asistente, con su vara y
- ¿Y el alma del organista? todo, se refugia en el atrio... Y luego dicen que
- No ha vuelto a aparecer desde que colocaron hay justicia... Para los pobres.
él que ahora lo sustituye. Vamos, vamos, ya brillan los broqueles en la
Si a alguno de mis lectores se le ocurriese oscuridad... ¡Nuestro Señor del Gran Poder nos
hacerme la misma pregunta después de leer asista! Ya comienzan los golpes... ¡Vecina,
esta historia, ya sabe por qué no se ha vecina! Aquí..., antes que cierren las puertas.
continuado el milagroso portento hasta nuestros Pero, ¡calle! ¿Qué es eso? Aún no han
días. comenzado cuando lo dejan... ¿Qué resplandor
I es aquel?... ¡Hachas encendidas! ¡Literas! Es el
señor arzobispo.
- ¿Veis ese de la capa roja y la pluma blanca en
el fieltro, que parece que trae sobre su justillo La Virgen Santísima del Amparo, a quien
todo el oro de los galeones de Indias; aquel que invocaba ahora mismo con el pensamiento, lo
baja en este momento de su litera para dar la trae en mi ayuda... ¡Ay! ¡Si nadie sabe lo que yo

Textos para orar y reflexionar 89


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debo a esta Señora!... ¿Con cuánta usura me los fuelles. Luego, el muchacho mostró tales
paga las candelillas que le enciendo los disposiciones que, como era natural, a la muerte
sábados!... Vedlo qué hermosote está con sus de su padre heredó el cargo... ¡Y qué manos
hábitos morados y su birrete rojo... Dios le tiene, Dios se las bendiga! Merecía que se las
conserve en su silla tantos siglos como deseo llevaran a la calle de Chicharreros y se las
de vida para mí. Si no fuera por él media Sevilla engarzasen en oro... Siempre toca bien,
hubiera ya ardido con estas disensiones de los siempre; pero en semejante noche como ésta es
duques. Vedlos, vedlos, los hipocritones, cómo un prodigio... El tiene una gran devoción por
se acercan ambos a la litera del prelado para esta ceremonia de la misa del Gallo, y cuando
besarle el anillo... Cómo lo siguen y lo levantan la Sagrada Forma, al punto y hora de
acompañan confundiéndose con sus familiares. las doce, que es cuando vino al mundo Nuestro
Quién diría que esos dos que parecen tan Señor Jesucristo..., las voces de su órgano son
amigos, si dentro de media hora se encuentran voces de ángeles...
en una calle oscura... Es decir, ¡ellos, ellos!... En fin, ¿para qué tengo que ponderarle lo que
Líbreme Dios de creerlos cobardes. Buena esta noche oirá? Baste ver cómo todo lo más
muestra han dado de sí peleando en algunas florido de Sevilla, hasta el mismo señor
ocasiones contra los enemigos de Nuestro arzobispo, vienen a un humilde convento para
Señor... Pero es la verdad que si buscaran... Y si escucharlo. Y no se crea que sólo la gente
se buscaran con ganas de encontrarse, se sabida, y a la que se le alcanza esto de la solfa,
encontrarían, poniendo fin de una vez a estas conoce su mérito; sino que hasta el populacho.
continuas reyertas, en las cuales los que Todas esas bandadas que veis llegar con teas
verdaderamente baten el cobre de firme son sus encendidas, entonando villancicos con gritos
deudos, sus allegados y su servidumbre. desaforados al compás de los panderos, las
Pero, vamos, vecina, vamos a la iglesia, antes sonajas y las zambombas, contra su costumbre,
que se ponga de bote en bote..., que algunas que es la de alborotar las iglesias, callan como
noches como ésta suele llenarse de modo que muertos cuando pone maese Pérez las manos
no cabe ni un grano de trigo... Buena ganga en el órgano...; y cuando alzan no se siente una
tienen las monjas con su organista... ¿Cuándo mosca...: de todos los ojos caen lagrimones
se ha visto el convento tan favorecido como tamaños, al concluir se oye como un suspiro
ahora?... De las otras comunidades puede inmenso, que no es otra cosa que la respiración
decirse que le han hecho a maese Pérez de los circunstantes, contenida mientras dura la
proposiciones magníficas. Verdad que nada música... Pero vamos, vamos; ya han dejado de
tiene de extraño, pues hasta el señor arzobispo tocar las campanas, y va a comenzar la misa.
le ha ofrecido montes de oro por llevarlo a la Vamos adentro... Para todo el mundo es esta
catedral... Pero él, nada... Primero dejaría la noche Nochebuena, mas para nadie mejor que
vida que abandonar su órgano favorito... ¿No para nosotros.
conocéis a maese Pérez? Verdad es que sois Esto diciendo, la buena mujer que había servido
nueva en el barrio... Pues es un santo varón de cicerone a su vecina atravesó el atrio del
pobre, sí, pero limosnero, cual no otro... Sin más convento de Santa Inés y, codazo con éste,
pariente que su hija, ni más amigos que su empujón en aquél, se internó en el templo
órgano, pasa su vida entera en velar por la perdiéndose entre la muchedumbre que se
inocencia de la una y componer los registros del agolpaba en la puerta.
otro... ¡Cuidado que el órgano es viejo!... Pues
nada; él se da tal maña en arreglarlo y cuidarlo, II
que suena que es una maravilla... Como que lo La iglesia estaba iluminada con una profusión
conoce de tal modo, que a tientas... Porque no asombrosa. El torrente de luz que se desprendía
sé si os lo he dicho, pero el pobre es ciego de de los altares para llenar sus ámbitos chispeaba
nacimiento... ¿Y con qué paciencia lleva su en los ricos joyeles de las damas, que
desgracia!... Cuando le preguntan que cuánto arrodillándose sobre los cojines de terciopelo
daría por ver, responde: Mucho, pero no tanto que tendían los pajes y tomando el libro de
como creéis, porque tengo esperanzas. oraciones de manos de sus dueñas, vinieron a
¿Esperanzas de ver? Sí, y muy pronto -añade, formar un brillante circulo alrededor de la verja
sonriendo como un ángel-. Ya cuento setenta y del presbiterio.
seis años. Por muy larga que sea mi vida,
Junto a aquella verja, de pie, envueltos en sus
pronto veré a Dios:
capas de color galoneadas de oro, dejando
¡Pobrecito! Y si lo verá..., porque es humilde entrever con estudiado descuido las
como las piedras de la calle, que se dejan pisar encomiendas rojas y verdes, en la una mano el
de todo el mundo... Siempre dice que no es más fieltro, cuyas plumas besaban los tapices; la otra
que un pobre organista de convento, y puede sobre los bruñidos gavilanes del estoque o
dar lecciones de solfa al mismo maestro de acariciando el pomo del cincelado puñal, los
capilla de la Primada. Como que echó los caballeros veinticuatro, con gran parte de lo
dientes en el oficio... Su padre tenía la misma mejor de la nobleza sevillana, parecían formar
profesión que él. Yo no lo conocí, pero mi un muro destinado a defender a sus hijas y a
señora madre que santa gloria haya, dice que lo sus esposas del contacto de la plebe. Esta, que
llevaba siempre al órgano consigo para darle a se agitaba en el fondo de las naves con un

Textos para orar y reflexionar 90


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rumor parecido al del mar cuando se alborota, comenzó la misa. En aquel punto sonaban las
prorrumpió en una exclamación de júbilo, doce en el reloj de la catedral. Pasó el Introito, y
acompañada del discordante sonido de las el Evangelio, y el Ofertorio; llegó el instante
sonajas y los panderos, al mirar aparecer al solemne en que el sacerdote, después de
arzobispo, el cual, después de sentarse junto al haberla consagrado, toma con la extremidad de
altar mayor, bajo un solio de grana que rodearon sus dedos la Sagrada Forma y comienza a
sus familiares, echó por tres veces la bendición elevarla. Una nube de incienso que se
al pueblo. desenvolvía en ondas azuladas llenó el ámbito
Era hora de que comenzase la misa. de la iglesia. Las campanas repicaron con un
Transcurrieron, sin embargo, algunos minutos sonido vibrante y maese Pérez puso sus
sin que el celebrante apareciese. La multitud crispadas manos sobre las teclas del órgano.
comenzaba a rebullirse demostrando su Las cien voces de sus tubos de metal resonaron
impaciencia; los caballeros cambiaban entre sí en un acorde majestuoso y prolongado, que se
algunas palabras a media voz, y el arzobispo perdió poco a poco, como si una ráfaga de aire
mandó a la sacristía a uno de sus familiares a hubiese arrebatado sus últimos ecos.
inquirir por qué no comenzaba la ceremonia. A este primer acorde, que parecía una voz que
- Maese Pérez se ha puesto malo, muy malo y se elevaba desde la tierra al cielo, respondió
será imposible que asista esta noche a la misa otro lejano y en un torrente de atronadora
de medianoche. armonía. Era la voz de los ángeles que,
Esta fue la respuesta del familiar. atravesando los espacios, llegaba al mundo.

La noticia cundió instantáneamente entre la Después comenzaron a oírse como unos


muchedumbre. Pintar el efecto desagradable himnos distantes que entonaban las jerarquías
que causó en todo el mundo sería imposible. de serafines. Mil himnos a la vez, que al
Baste decir que comenzó a notarse tal bullicio confundirse formaban uno solo, que, no
en el templo, que el asistente se puso en pie y obstante, sólo era el acompañamiento de una
los alguaciles entraron a imponer silencio extraña melodía, que parecía flotar sobre aquel
confundiéndose entre las apiadas olas de la océano de acordes misteriosos, como un jirón
multitud. de niebla sobre las olas del mar.

En aquel momento, un hombre mal trazado, Luego fueron perdiéndose unos cuantos;
seco, huesudo y bisojo por añadidura, se después, otros. La combinación se simplificaba.
adelantó hasta el sitio que ocupaba el prelado. Ya no eran más que dos voces, cuyos ecos se
confundían entre sí; luego quedó una aislada,
- Maese Pérez está enfermo -dijo-. La sosteniendo una nota brillante como un hilo de
ceremonia no puede empezar. Si queréis, yo luz. El sacerdote inclinó la frente, y por encima
tocaré el órgano en su ausencia, que si maese de su cabeza cana, y como a través de una
Pérez es el primer organista del mundo, ni a su gasa azul que fingía el humo del incienso,
muerte dejará de usarse este instrumento por apareció la Hostia a los ojos de los fieles. En
falta de inteligente. aquel instante, la nota que maese Pérez
El arzobispo hizo una señal de asentimiento con sostenía tremante se abrió y una explosión de
la cabeza, y ya algunos de los fieles, que armonía gigante estremeció la iglesia, en cuyos
conocían a aquel personaje extraño por un ángulos zumbaba el aire comprimido y cuyos
organista envidioso, enemigo del de Santa Inés, vidrios de colores se estremecían en sus
comenzaba a prorrumpir en exclamaciones de angostos ajimeces.
disgusto, cuando de improviso se oyó en el atrio De cada una de las notas que formaban aquel
un ruido espantoso. magnífico acorde se desarrolló un tema, y unos
- ¡Maese Pérez está aquí!... ¡Maese Pérez está cerca, otros lejos, éstos brillantes, aquéllos
aquí!... sordos, diríase que las aguas y los pájaros, las
brisas y las frondas, los hombres y los ángeles,
A estas voces de los que estaban apiñados en
la tierra y los cielos, cantaban, cada cual en su
la puerta, todo el mundo volvió la cara.
idioma, un himno al nacimiento del Salvador.
Maese Pérez, pálido y desencajado, entraba, en
La multitud escuchaba atónita y suspendida. En
efecto, en la iglesia, conducido en un sillón, que
todos los ojos había una lágrima; en todos los
todos se disputaban el honor de llevar en sus
espíritus, un profundo recogimiento. El
hombros.
sacerdote que oficiaba sentía temblar sus
Los preceptos de los doctores, las lágrimas de manos, porque Aquel que levantaba en ellas,
su hija, nada había sido bastante a detenerle en Aquel a quien saludaban hombres y arcángeles,
el lecho. era su Dios, y le parecía haber visto abrirse los
- No -había dicho-. Esta es la última, lo conozco. cielos y transfigurarse la Hostia.
Lo conozco, y no quiero morir sin visitar mi El órgano proseguía sonando; pero sus voces
órgano, esta noche sobre todo, la Nochebuena. se apagaban gradualmente, como una voz que
Vamos, lo quiero, lo mando. Vamos a la iglesia. se pierde de eco en eco y se aleja y se debilita
Sus deseos se habían cumplido. Los al alejarse, cuando de pronto sonó un grito en la
concurrentes lo subieron en brazos a la tribuna y tribuna, un grito desgarrador, agudo, un grito de
mujer.
Textos para orar y reflexionar 91
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El órgano exhaló un sonido discorde y extraño, después de la muerte de su padre entró en un


semejante a un sollozo, y quedó mudo. convento de novicia. Y era natural:
La multitud se agolpó a la escalera de la tribuna, acostumbrados a oir aquellas maravillas,
hacia la que, arrancados de su éxtasis religioso, cualquiera otra cosa había de parecernos mala,
volvieron la mirada con ansiedad todos los por más que quisieran evitarse las
fieles. comparaciones. Pues cuando ya la comunidad
había decidido que en honor del difunto, y como
- ¿Qué ha sucedido? ¿Qué pasa? -se decían muestra de respeto a su memoria, permaneciera
unos a otros, y nadie sabía responder, y todos callado el órgano en esta noche, hete aquí que
se empeñaban en adivinarlo, y crecía la se presenta nuestro hombre diciendo que él se
confusión, y el alboroto comenzaba a subir de atreve a tocarlo... No hay nada más atrevido que
punto, amenazando turbar el orden y el la ignorancia... Cierto que la culpa no es suya,
recogimiento propios de la iglesia. sino de los que le consienten esta profanación.
- ¿Qué ha sido eso? -preguntaron las damas al Pero así va el mundo... Y digo... No es cosa la
asistente, que; precedido de los ministriles, fue gente que acude... Cualquiera diría que nada ha
uno de los primeros en subir a la tribuna y que, cambiado de un año a otro. Los mismos
pálido y con muestras de profundo pesar, se personajes, el mismo lujo, los mismos
dirigía al puesto donde lo esperaba el arzobispo, empellones en la puerta, la misma animación en
ansioso, como todos, por saber la causa de el atrio, la multitud en el templo... ¡Ay, si
aquel desorden. levantara la cabeza el muerto! Se volvía a morir
por no oír su órgano tocado por manos
- ¿Qué hay?
semejantes.
- Que maese Pérez acaba de morir.
Lo que tiene que, si es verdad lo que me han
En efecto, cuando los primeros fieles, después dicho, las gentes del barrio le preparan una
de atropellarse por la escalera, llegaron a la buena al intruso. Cuando llegue el momento de
tribuna, vieron al pobre organista caído de boca poner la mano sobre las teclas, va a comenzar
sobre las teclas de su viejo instrumento, que una algarabía de sonajas, panderos y
aún vibraba sordamente, mientras su hija, zambombas que no hay más que oír... Pero,
arrodillada a sus pies, lo lloraba en vano entre calle, ya entra en la iglesia el héroe de la
suspiros y sollozos. función. ¡Jesús!, ¡qué ropilla de colorines, qué
III gorguera de cañutos, qué aire de personaje!
Vamos, vamos, que hace ya rato que llegó el
- Buenas noches, mi señora doña Baltasara. arzobispo y va a comenzar la misa... Vamos,
¿También usarced viene esta noche a la misa que me parece que esta noche va a darnos que
del Gallo? Por mi parte, tenía hecha intención contar para muchos días.
de ir a oírla a la parroquia pero, lo que sucede...
¿Dónde va Vicente? Donde va la gente. Y eso Esto diciendo la buena mujer, que ya conocen
que, si he de decir la verdad, desde que murió nuestros lectores por sus exabruptos de
maese Pérez parece que me echan una losa locuacidad, penetró en Santa Inés, abriéndose,
sobre el corazón cuando entro en Santa Inés... según costumbre, un camino entre la multitud a
¡Pobrecillo! ¡Era un santo!... Yo de mi sé decir fuerza de empellones y codazos.
que conservo un pedazo de su jubón como una Ya se había dado principio a la ceremonia. El
reliquia, y lo merece... Pues en Dios y en ni templo estaba tan brillante como el año anterior.
ánima que si el señor arzobispo tomara mano El nuevo organista, después de atravesar por en
en ello, es seguro que nuestros nietos lo verían medio de los fieles que ocupaban las naves
en los altares... Mas ¡cómo ha de ser!... A para ir a besar el anillo del prelado, había subido
muertos y a idos no hay amigos... Ahora lo que a la tribuna, donde tocaba, unos tras otros, los
priva es la novedad..., ya me entiende usarced. registros del órgano con una gravedad tan
¡Qué! ¿No sabe usted nada de lo que pasa? afectada como ridícula. Entre la gente menuda
Verdad que nosotras nos parecemos en eso: de que se apiñaba a los pies de la iglesia se oía un
nuestra casita a la iglesia y de la iglesia a rumor sordo y confuso, cierto presagio de que la
nuestra casita, sin cuidarnos de lo que se dice o tempestad comenzaba a fraguarse y no tardaría
deja de decir... Sólo que yo, así..., al vuelo..., mucho en dejarse sentir.
una palabra de acá, otra de acullá... sin ganas
- Es un truhán que, por no hacer nada bien, ni
de enterarme siquiera, suelo estar al corriente
aun mira a la derecha -decían los unos.
de algunas novedades.
- Es un ignorantón que, después de haber
Pues, sí, señor. Parece cosa hecha que el
puesto el órgano de su parroquia peor que una
organista de San Román, aquel bisojo que
carraca; viene a probar el de maese Pérez
siempre está echando pestes de los otros
-decían los otros.
organistas, perdulariote; que más parece jifero
de la Puerta de la Carne que maestro de solfa, Y mientras éste se desembarazaba del capote
va a tocar esta Nochebuena en lugar de maese para prepararse a darle de firme a su pandero, y
Pérez. Ya sabrá usarced, porque esto lo ha aquél percibía sus sonajas, y todos se disponían
sabido todo el mundo y es cosa pública en a hacer bulla a más y mejor, sólo alguno que
Sevilla, que nadie quería comprometerse a otro se aventuraba a defender tibiamente al
hacerlo. Ni aun su hija, que es profesora, extraño personaje, cuyo porte orgulloso y

Textos para orar y reflexionar 92


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pedantesco hacía tan notable contraposición El arzobispo se retiró, seguido de sus familiares.
con la modesta apariencia y la afable bondad Unas tras otras, las literas de los señores fueron
del difunto maese Pérez. desfilando y perdiéndose en las revueltas de las
Al fin llegó el esperado momento, el momento calles vecinas; los grupos del atrio se
solemne en que el sacerdote, después de disolvieron, dispersándose los fieles en distintas
inclinarse y murmurar algunas palabras santas, direcciones, y ya la demandadera se disponía a
tomó la Hostia en sus manos... Las campanillas cerrar las puertas de la entrada del atrio, cuando
repicaron, asemejando su repique una lluvia de se divisaban aún dos mujeres que después de
notas de cristal. Se elevaron las diáfanas ondas persignarse y murmurar una oración ante el
de incienso y sonó el órgano. Una estruendosa retablo del Arco de San Felipe, prosiguieron su
algarabía llenó los ámbitos de la iglesia en aquel camino, internándose en el callejón de las
instante y ahogó su primer acorde. Dueñas.

Zampoñas, gaitas, sonajas, panderos, todos los - ¿Qué quiere usarced, mi señora doña
instrumentos del populacho, alzaron sus Baltasara? -decía la una-. Yo soy de este genial.
discordantes voces a la vez; pero la confusión y Cada loco con su tema... Me lo habían de
el estrépito sólo duraron algunos segundos. asegurar capuchinos descalzos y no lo creería
Todos a la vez, como habían comenzado, del todo... Ese hombre no puede haber tocado
enmudecieron de pronto. El segundo acorde, lo que acabamos de escuchar... Si yo lo he oído
amplio, valiente, magnífico, se sostenía aún, mil veces en San Bartolomé, que era su
brotando de los tubos de metal del órgano como parroquia, y de donde tuvo que echarlo el señor
una cascada de armonía inagotable y sonora. cura por malo; y era cosa de taparse los oídos
con algodones... Y luego, si no hay más que
Cantos celestes como los que acarician los mirarlo al rostro, que, según dicen, es el espejo
oídos en los momentos de éxtasis, cantos que del alma... Yo me acuerdo, pobrecito, como si lo
percibe el espíritu y no los puede repetir el labio, estuviera viendo, me acuerdo de la cara de
notas sueltas de una melodía lejana que suena maese Pérez cuando, en semejante noche
a intervalos, traídas en las ráfagas del viento; como ésta, bajaba de la tribuna, después de
rumor de hojas que se besan en los árboles con haber suspendido al auditorio con sus
un murmullo semejante al de la lluvia, trinos de primores... ¡Qué sonrisa tan bondadosa, qué
alondras que se levantan gorjeando de entre las color tan animado!... Era viejo y parecía un
flores como una saeta despedida de las nubes; ángel... No que éste, que ha bajado las
estruendos sin nombre, imponentes como los escaleras a trompicones, como si le ladrase un
rugidos de una tempestad; coros de serafines perro en la meseta, Y con un olor de difunto y
sin ritmo ni cadencia, ignota música del cielo unas... Vamos, mi señora doña Baltasara,
que sólo la imaginación comprende, himnos créame usarced, y créame con todas veras: yo
alados que parecían remontarse al trono del sospecho que aquí hay busilis...
Señor como una tromba de luz y de sonidos...,
todo lo expresaban las cien voces del órgano Comentando las últimas palabras, las dos
con más pujanza, con más misteriosa poesía, mujeres doblaban la esquina del callejón y
con más fantástico color que lo habían desaparecían. Creemos inútil decir a nuestros
expresado nunca. lectores quién era una de ellas.

... IV

Cuando el organista bajó de la tribuna, la Había transcurrido un año más. La abadesa del
muchedumbre que se agolpó a la escalera fue convento de Santa Inés y la hija de Maese
tanta y tanto su afán por verlo y admirarlo, que Pérez hablaban en voz baja, medio ocultas
el asistente, temiendo, no sin razón, que lo entre las sombras del coro de la iglesia. El
ahogaran entre todos, mandó a algunos de sus esquilón llamaba a voz herida a los fieles desde
ministriles para que, vara en mano, le fueran la torre, y alguna que otra rara persona
abriendo camino hasta llegar al altar mayor, atravesaba el atrio, silencioso y desierto esta
donde el prelado lo esperaba. vez, y después de tomar el agua bendita en la
puerta, escogía un puesto en un rincón de las
- Ya veis -le dijo este último cuando lo trajeron a naves, donde unos cuantos vecinos del barrio
su presencia-. Vengo desde mi palacio aquí sólo esperaban tranquilamente a que comenzara la
por escucharos. ¿Seréis tan cruel como maese misa del Gallo.
Pérez, que nunca quiso excusarme el viaje
tocando la Nochebuena en la misa de la - Ya lo veis -decía la superiora-: vuestro temor
catedral? es sobre manera pueril; nadie hay en el templo;
toda Sevilla acude en tropel a la catedral esta
- El año que viene -respondió el organista- noche. Tocad vos el órgano, tocadlo sin
prometo daros gusto, pues por todo el oro de la desconfianza de ninguna clase; estaremos en
tierra no volvería a tocar este órgano. comunidad... Pero... proseguís callando, sin que
- ¿Y por qué? -interrumpió el prelado. cesen vuestros suspiros. ¿Qué os pasa? ¿Qué
tenéis?
- Porque... -añadió el organista, procurando
dominar la emoción que se revelaba en la - Tengo... miedo -exclamó la joven con un
palidez de su rostro-, porque es viejo y malo, y acento profundamente conmovido.
no puede expresar todo lo que se quiere. - ¿Miedo? ¿De qué?
Textos para orar y reflexionar 93
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- No sé..., de una cosa sobrenatural... Anoche, - ¡Miradlo! ¡Miradlo! -decía la joven, fijando sus
mirad, yo os había oído decir que teníais desencajados ojos en el banquillo; de donde se
empeño en que tocase el órgano en la misa, y, había levantado, asombrada, para agarrarse
ufana con esta distinción, pensé arreglar unos con sus manos convulsas al barandal de la
registros y templarlo, a fin de que os tribuna.
sorprendiese... Vine al coro... sola..., abrí la Todo el mundo fijó sus miradas en aquel punto.
puerta que conduce a la tribuna... En el reloj de El órgano estaba solo, y, no obstante, el órgano
la catedral sonaba en aquel momento una seguía sonando...; sonando como sólo los
hora..., no sé cuál..., pero las campanas eran arcángeles podrían imitarlo... en sus raptos de
tristísimas y muchas..., muchas..., estuvieron místico alborozo.
sonando todo el tiempo que yo permanecí como
clavada en el umbral, y aquel tiempo me pareció ...
un siglo. - ¿No os dije yo una y mil veces, mi señora doña
La iglesia estaba desierta y oscura... Allá lejos, Baltasara; no os lo dije yo? ¡Aquí hay busilis!
en el fondo, brillaba como una estrella perdida Oídlo. ¡Qué! ¿no estuvisteis anoche en la misa
en el cielo de la noche, una luz moribunda...: la del Gallo? Pero, en fin, ya sabréis lo que pasó.
luz de la lámpara que arde en el altar mayor... A En toda Sevilla no se habla de otra cosa... El
sus reflejos debilísimos, que sólo contribuían a señor arzobispo está hecho, con razón, una
hacer más visible todo el profundo horror de las furia... Haber dejado de asistir a Santa Inés, no
sombras, vi..., lo vi, madre, no lo dudéis; vi a un haber podido presenciar el portento..., ¿y para
hombre que, en silencio, y vuelto de espaldas qué?... Para oir una cencerrada, porque
hacia el sitio en que yo estaba, recorría con una personas que lo oyeron dicen que lo que hizo el
mano las teclas del órgano, mientras tocaba con dichoso organista de San Bartolomé en la
la otra sus registros..., y el órgano sonaba, pero catedral no fue otra cosa... Si lo decía yo. Eso
sonaba de una manera indescriptible. Cada una no puede haberlo tocado el bisojo, mentira...;
de sus notas parecía un sollozo ahogado dentro aquí hay busilis, y el busilis era, en efecto, el
del tubo de metal, que vibraba con el aire alma de maese Pérez.
comprimido en su hueco y reproducía el tono
sordo, casi imperceptible, pero justo. 240. LA CORZA BLANCA
Y el reloj de la catedral continuaba dando la En un pequeño lugar de Aragón , y allá por los
hora, y el hombre aquel proseguía recorriendo años de mil trescientos y pico, vivía retirado en
las teclas. Yo oía hasta su respiración. su torre señorial un famoso caballero llamado
don Dionís, el cual después de haber servido a
El horror había helado la sangre de mis venas;
su rey en la guerra contra infieles, descansaba a
sentía en mi cuerpo como un frío glacial, y en
la sazón, entregado al alegre ejercicio de la
mis sienes fuego... Entonces quise gritar, quise
caza, de las rudas fatigas de los combates.
gritar, pero no pude. El hombre aquel había
vuelto la cara y me había mirado...; digo mal, no Aconteció una vez a este caballero, hallándose
me había mirado, porque era ciego... ¡Era mi en su favorita diversión acompañado de su hija,
padre! cuya belleza singular y extraordinaria blancura
le habían granjeado el sobrenombre de la
- ¡Bah! Hermana, desechad esas fantasías con
Azucena, que como se les entrase a más andar
que el enemigo malo procura turbar las
el día engalfados en perseguir a una res en el
imaginaciones débiles... Rezad un paternóster y
monte de su feudo, tuvo que acogerse durante
un avemaría al arcángel San Miguel, jefe de las
las horas de la siesta, a una cañada por donde
milicias celestiales, para que os asista contra los
corría un riachuelo, saltando de roca en roca
malos espíritus. Llevad al cuello un escapulario
con un ruido manso y agradable.
tocado en la reliquia de San Pacomio, abogado
contra las tentaciones, y marchad, marchad a Haría cosa de unas horas que don Dionís se
ocupar la tribuna del órgano; la misa va a encontraba en aquel delicioso lugar, recostado
comenzar, y ya esperan con impaciencia los sobre la menuda grama a la sombra de una
fieles... Vuestro padre está en el cielo, y desde chopera, departiendo amigablemente con sus
allí, antes que daros sustos, bajará a inspirar a monteros sobre las peripecias del día, y
su hija en esta ceremonia solemne, para el refiriéndose unos a otros las aventuras más o
objeto de tan especial devoción. menos curiosas que en su vida de cazadores les
habían acontecido, cuando por lo alto de la
La priora fue a ocupar su sillón en el coro en
empinada ladera y a través de los alternados
medio de la comunidad. La hija de maese Pérez
murmullos del viento que agitaba las hojas de
abrió con mano temblorosa la puerta de la
los árboles, comenzó a percibirse , cada vez
tribuna para sentarse en el banquillo del órgano,
más cerca. el sonido de una esquililla a las del
y comenzó la misa.
guión de un rebaño.
Comenzó la misa y prosiguió sin que ocurriera
En efecto, era así, pues a poco de haberse oído
nada notable hasta que llegó la consagración.
la esquililla empezaron a saltar por entre las
En aquel momento sonó el órgano, y al mismo
apiñadas matas de cantueso y tomillo y a
tiempo que el órgano, un grito de la hija de
descender a la orilla opuesta del riachuelo,
maese Pérez. La superiora, las monjas y
hasta unos cien corderos blancos como la nieve,
algunos de los fieles corrieron a la tribuna.

Textos para orar y reflexionar 94


ITAKA - ESCOLAPIOS CUENTOS Y PARÁBOLAS

detrás de los cuales, con su caperuza calada Una vez el zagal repuesto de su turbación, le
para libertarse la cabeza de los perpendiculares dirigió de nuevo la palabra a don Dionís, y con el
rayos del sol, y su hatillo al hombro en la punta tono más señorío del mundo, y fingiendo un
de un palo, apareció el zagal que los conducía. extraordinario interés por conocer los detalles
- A propósito de aventuras extraordinarias- del suceso a que su montero se había referido,
exclamó al verle uno de los monteros de don le hizo una multitud de preguntas, a las que
Dionís, dirigiéndose a su señor, ahí teneis a Esteban comenzó a contestar de una manera
Esteban, el zagal que de un tiempo a esta parte evasiva, como deseando evitar explicaciones
anda más tonto que lo que naturalmentre lo hizo sobre el asunto.
Dios, que no es poco, y el cual puede haceros Estrechado, sin embargo, por las
pasar un rato divertido refiriendo la causa de sus interrogaciones de su señor y por los ruegos de
continuos sustos. Constanza, que parecía la más curiosa e
¿Pues qué le acontece a ese pobre diablo?, interesada en que el pastos refiriese sus
inquirió don Dionís con aire de curiosidad estupendas aventuras, decidióse éste a hablar,
picada. mas no sin que antes dirigiese a su alrededor
una mirada de desconfianza, como temíendo
!Friolera!, añadió el montero en tono de zumba, ser oído por otras personas que las que allí
es el caso que, sin haber nacido en Viernes estaban presentes, y de rascarse tres o cuatro
Santo, ni estar señalado con la cruz, ni hallarse veces la cabeza tratando de reunir sus
en relaciones con el demonio a lo que se puede recuerdos o hílvanar su discurso, que al fin
colegir de sus hábitos de cristiano viejo, se comenzó de esta manera:
encuentra, sin saber cómo ni por donde , dotado
de la facultad más maravillosa que ha poseído Es el caso, señor, que según me dijo un preste
hombre alguno, a no ser Salomón, de quien se de Tarazona, al que acudí no ha mucho para
dice que sabía hasta el lenguaje de los pájaros. consultar más dudas, con el diablo no sirven
juegos, sino punto en boca, buenas y muchas
¿Y a qué se refiere esa facultad maravillosa?, oraciones a San Bartolomé, que es quien le
se refiere, prosiguió el montero, a que, según él conoce las cosquillas, y dejarle andar; que Dios
afirma, y lo jura y lo perjura por todo lo más que es justo y está allá arriba, proveerá a todo.
sagrado del mundo, los ciervos que discurren
por estos montes se han dado de ojo para no Firme en esta idea, había decidido no volver a
dejarle en paz, siendo lo más gracioso del caso decir palabra sobre el asunto a nadie, ni por
que en más de una ocasión los ha sorprendido nada, pero lo haré hoy por satisfacer a vuestra
concertando entre sí las burlas que han de curiosidad, y a fe, a fe que después de todo, si
hacerle y después que estás burlas se han el diablo me lo toma en cuenta y torna a
llevado a termino, ha oído las ruidosas molestarme en castigo de mi indiscreción,
carcajadas con las que las celebran. buenos evangelios llevo cosidos a la pelliza y
con su ayuda creo que, como otras veces, no
Mientras esto decía el montero, Constanza, que me será inútil el garrote.
así se llamaba la hermosa hija de don Dionís, se
había aproximado al grupo de los cazadores, y Pero vamos, apremió don Dionís, impaciente al
como demostrase su curiosidad por conocer la escuchar las digresiones del zagal, que
extraordinaria historia de Esteban, uno de éstos amenazaba no concluir nunca, dejate de rodeos
se adelantó hasta el sitio en donde el zagal y ve derecho al asunto.
daba de beber a su ganado, y le condujo a A él voy, contestó con calma Esteban, que
presencia de su señor que, para disipar la después de dar una gran voz acompañada de
turbación y el visible encogimientos del pobre un silbido para que se agruparan los corderos,
mozo, se apresuró a saludarle por su nombre, que no perdía de vista y comenzaba a
acompañando el saludo con una bondadosa desparramarse por el monte, tonó a rascarse la
sonrisa. cabeza y prosiguió así:
Era Esteban un muchacho de diecinueve a Por una parte vuestras continuas excursiones, y
veinte años, fornido, con la cabeza pequeña y por otra el dale que le das de los cazadores
hundida entre los hombros, los ojos pequeños y furtivos, que ya con trampa o con ballesta no
azules, la mirada incierta y torpe como la de los dejan res a vida en veinte jornadas al contorno,
albinos, la nariz roma, los labios gruesos y habían no hace mucho agotado la caza en estos
entreabiertos, la frente alzada, la tez blanca , montes, hasta el extremo de no encontrarse un
pero ennegrecida por el sol, y el cabello, que le venado en ellos ni por un ojo de la cara.
caía parte sobre los ojos y parte alrededor de la Hablaba yo de esto mismo en el lugar, sentado
cara, en guedejas ásperas y rojas semejantes a en el porche de la iglesia, donde después de
las crines de un rocín colorado. acabada la misa del domingo solía reunirme con
Esto, sobre poco más o menos, era Esteban en algunos peones de los que labran la tierra de
cuanto al físico, respecto a su moral, podía Veratón , cuando algunos de ellos me dijeron:
aseverarse sin temor de ser desmentido ni por Pues, hombre, no sé en qué consistía el que tú
él ni por ninguna de las personas que le no las topes, pues de nosotros podemos
conocían, que era perfectamente simple, asegurarte que no bajamos una vez a las hazas
aunque un tanto suspicaz y malicioso, como que no nos encontremos rastro, y hace tres o
buen rústico.
Textos para orar y reflexionar 95
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cuatro días, sin ir más lejos, una manada que, a pequeño rellano que formaba el monte en el
juzgar por la huellas, debía de componerse de sitio donde yo estaba oculto, cuando
más de veinte, le segaron antes de tiempo una enteramente a mis espaldas, tan cerca o más
pieza de trigo al santero de la Virgen del que me encuentro de vosotros, aí una nueva
Romeral. voz fresca, delgada y vibrante que dijo ....,
¿Y hacía qué sitio seguía el rastro?, pregunté a creedlo, señores, esto es tan seguro como que
los peones, con ánimo de ver si topaba con la me he de morir..., dijo ... claro y distintamente,
tropa. Hacía la cañada de los cantuesos, me estas palabras:
contestaron. !Por aquí, por aquí, compañeras,
que está ahí el bruto de Esteban!
No eché en saco roto la advertencia, y aquella
noche misma fui a apostarme entre los chopos. Al llegar a este punto de la relación el zagal, los
Durante toda ella estuve oyendo por acá y por circunstantes no pudieron ya contener por más
allá, tan pronto lejos como cerca, el bramido de tiempo la risa que hacia largo rato les retozaba
los ciervos que se llamaban unos a otros, y de en los ojos, y dando rienda suelta a su buen
vez en cuando sentía moverse el ramaje a mis humor prorrumpieron en una carcajada
espaldas, pero por más que hice todo ojos, la estrepitosa. De los primeros en comenzar a reír
verdad es que no pude distinguir a ninguno. y de los últimos en dejarlo , fueron don Dionís,
que a pesar de su fingida circunspección no
No obstante, al romper el día, cuando llevé a los pudo por menos que tomar parte en el regocijo,
corderos al agua, a la orilla de este río, como y su hija Constanza, la cual cada vez que
obra de dos tiros de honda del sitio en que nos miraba a Esteban todo suspenso y confuso,
hallamos, y en una umbría de los chopos, donde tornaba a reírse como una loca hasta el punto
ni a la hora de la siesta se desliza un rayo de de saltarle las lágrimas a los ojos.
sol, encontré huellas recientes de los ciervos,
algunas ramas desgajadas, la corriente un poco El zagal, por su parte, aunque sin atender al
turbia y, lo que es más particular, entre el rastro efecto que su narración había producido,
de las reses las breves huellas de unos pies parecía todo turbado e inquieto; mientras los
pequeñitos como la mitad de la palma de mi señores reían a sabor de sus inocentadas, él
mano, sin ponderación alguna. tornaba la vista a un lado y a otro con visibles
muestras de temor y como queriendo descubrir
Al decir esto, el mozo, instintivamente, y al algo a través de los cruzados troncos de los
parecer buscando un punto de comparación, árboles.
dirigio la vista hacia el pide de Constanza que
asomaba por debajo del brial, calzado de un ¿Qué es eso, Esteban, qué te sucede?, le
precioso chapín de tafilete amarillo, pero como preguntó uno de los monteros, notando la
al par de Esteban bajasen también los ojos de creciente inquietud del pobre mozo, que ya
don Dionís y algunos de los monteros que le fijaba sus espantadas pupilas en la hija de don
rodeaban, la hermosa niña se apresuró a Dionís, ya las volvía a su alrededor con una
esconderlo, exclamando con el tono más natural expresión asombrada y estúpida.
del mundo; !Oh no!; por desgracia, no los tengo Me sucede una cosa muy extraña, explicó
yo tan pequeños pues de este tamaño sólo se Esteban, cuando, después de escuchar las
encuentran en las hadas cuya historia nos palabras que dejo referidas, me incorporé con
refieren los trovadores. prontitud para sorprender a la personas que las
Pues no paro aquí la cosa, continuó el zagal, había pronunciado, una corza blanca como la
cuando Constanza hubo concluido, sino que nieve salió de entre las mismas matas en donde
otra vez, habiéndome colocado en otro yo estaba oculto, y dando unos saltos enormes
escondite por donde indudablemente habían de por encima de los carrascales y los lentiscos, se
pasar kis ciervos para dirigirse a la cañada, allá alejó seguida de una tropa de corzas de su color
al filo de la medianoche me rindió un poco el natural, y así estas como la blanca que las iba
sueño , aunque no tanto que no abriese los guiando, no arrojaban bramidos al huir, sino que
ojhos en el mismo punto en que creí percibir que se reian con unas carcajadas cuyo eco juraría
las ramas se movían a mi alrededor. Abrí los que aún me está sonando en los oídos en este
ojos, según dejo dicho, me incorporè con sumo momento.
cuidado, y poniendo atención a aquel confuso !Bah!....!Bah!... Esteban, exclamó don Dionís
murmullo que cada vez sonaba más próximo, aí con aire burlón, sigue los consejos del preste de
en las ráfagas de aire como gritos y cantares Tarazona no hables de tus encuentros con los
extraños, carcajadas y tres o cuatro voces corzos amigos de burlas, no sea que haga el
distintas que hablaban entre si, como un ruido y diablo que al fin pierdas el poco juicio que
algabaria semejantes al de las muchachas del tienes, y pues ya estás provisto de los
lugar, cuando riendo y bromeando por el camino evangelios, y sabes las oraciones de San
vuelven en bandadas de la fuente con sus Bartolomé vuélvete a tus corderos, que
cántaros a la cabeza. comienzan a desbandarse por la cañada.
Según colegía de la proximidad de las voces y Si los espíritus malignos tornan a incomodarle
del cercano chasquido de las ramas que crujían ya sabes el remedio: paternoster y garrotazo.
al romperse para dar paso a aquella turba de
locuelas, iban a salir de la espesura a un

Textos para orar y reflexionar 96


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El zagal, después de guardarse en el zurrón un Y sin embargo, entre los señores comarcanos
medio pan blanco y un trozo de carne de jabalí, murmurábase que la hermosa castellana de
y en el estómago un valiente trago de vino que Veratón no era tan limpia de sangre como bella,
le dio por orden de su señor uno de los y que, a pesar de sus trenzas rubias y su tez de
pañafreneros, despidióse de don Dionís y su alabastro, había tenido por madre una gitana. Lo
hija, y apenas anduvo cuatro pasos , comenzó a cierto que pudiera haber en estas
voltear la homda para reunir a pedradas los murmuraciones nadie pudo nunca decirlo,
corderos. porque la verdad era que don Dionís tuvo una
Como a esta sazón notábase don Dionís que vida bastante azarosa en su juventud, y
entre unas y otras las horas del calor eran después de combatir largo tiempo bajo la
pasadas y el vientecillo de la tarde comenzaba a conducta del monarca aragonés del cual recabó
mover las hojas de los chopos y a refrescar los entre otras mercedes el feudo del Moncayo
campos, dio orden a su comitiva para que marchóse a Palestina, en donde anduvo errante
aderezasen las caballerías que andaban algunos años, para volver por último a
paciendo sueltas por el inmediato soto; y encerrarse en su castillo de Veratón con una hija
cuando todo estuvo a punto, hizo seña a los pequeña, nacida sin duda en aquellos países
unos para que soltasen las traíllas, y a los otros remotos. El único que hubiera podido decir algo
para que tocasen las trompas, y saliendo en acerca del misterioso origen de Constanza,
tropel de la chopera, prosiguió adelante la pues acompañó a don Dionís en sus lejanas
interrumpida caza. peregrinaciones, era el padre de Garcés, y este
había ya muerto hacía bastante tiempo, sin decir
II una sola palabra sobre el asunto ni a su propio
Entre los monteros de Don Dionís había uno hijo, que varias veces y con muestras de gran
llamado Garcés hijo de un antiguo servidor de la interés se lo había preguntado.
familia, y por tanto el más querido de sus El carácter tan pronto retraído y melancólico
señores. como bullicioso y alegre de Constanza, la
Garcés tenía poco más o menos la edad de extraña exaltación de sus ideas, sus
Constanza, y desde muy niño habíase extravagantes caprichos, sus nunca vistas
acostumbrado a prevenir al menor de sus costumbres, hasta la particularidad de tener los
deseos y adivinar y satisfacer el más leve de ojos y las cejas negros como la noche, siendo
sus antojos. blando blanca y rubia como el oro, habían
contribuido a dar pábulo a las hablillas de sus
Por su mano se entretenía en afilar en los ratos
convecinos , y aun el mismo Garcés, que tan
de ocio las agudas saetas de su ballesta de
íntimamente la trataba, había llegado a
marfil, él domaba los potros que había de
persuadirse que su señora era algo especial y
montar su señora, él ejercitaba en los ardides de
no se parecía a las demás mujeres .
la caza a sus lebreles favoritos y amaestraba a
sus halcones, a los cuales compraba en las Presente a la relación de Esteban, como los
ferias de Castila caperuzas rojas bordadas de otros monteros, Garcés fue acaso el único que
oro. oyó con verdadera curiosidad los pormenores
de su increíble aventura, y si bien no pudo
Para con los otros monteros, los pajes y la gente
menos de sonreír cuando el zagal repitió las
menuda del servicio de don Dionís , la exquisita
palabras de la corza blanca, desde que
solicitud de Garcés y el aprecio con que sus
abandonó el soto en que habían sesteado
señores le distinguían, habíanle valido una
comenzó a revolver en su mente las más
especio de general animadversi´0n, y al decir a
absurdas imaginaciones.
los envidiosos , en todos aquellos cuidados con
que se adelantaba a prevenir los caprichos de "No cabe duda que todo eso de hablar las
su señora, reveláse su carácter adulador y corzas es pura aprensión de Esteban, que es un
rastrero. No faltaban, sin embargo, algunos que completo mentecato, decía entre si el joven
más avisados o maliciosos, creyeron sorprender montero mientras que, jínete en un poderoso
en la asiduidad del solicito mancebo algunas alazán, seguía a paso el palafrén de Constanza,
señales de mal disimulado amor. la cual también parecía mostrarse un tanto
distraida y silenciosa, y retirada del tropel de los
Si en efecto era así, el oculto cariño de Garcés
cazadores, apenas tomaba parte en la fiesta,
tenía más que sobrada disculpa en la
pero, ¿quién dice que en lo que se refiere a ese
incomparable hermosura de Constanza.
simple no existirá algo de verdad?, prosiguió
Hubiérase necesitado un pecho de roca y un
pensando el mancebo.
corazón de hielo para permanecer impasible un
día y otro al lado de aquella mujer singular por Cosas más extrañas hemos visto en el mundo, y
su belleza y sus raros atractivos. una corza blanca bien puede haberla, puesto
que, si se ha de dar crédito a las cantigas del
La Azucena del Moncayo llamábanla en veinte
país, San Humberto, patrón de los cazadores,
leguas a la redonda, y bien merecía este
tenía una. !Oh, si yo pudiese coger viva una
sobrenombre, porque eran tan airosa, tan
corza blanca para ofrecérsela a mi señora!."
blanca y tan rubia, que como a las azucenas,
parecía que Dios la había hecho de nieve y oro. Así pensando y discurriendo pasó Garcés la
tarde, y cuando ya el sol comenzó a esconderse

Textos para orar y reflexionar 97


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por detrás de las cevinas lomas y don Dionís !Oh! ,exclamo Garcés, en cuanto a eso, estad
mandó volver grupas a su gente para tornar al segura que como yo la topase de ballesta,
castillo, separóse sin ser notado de la comitiva y aunque me hiciese más monos que un juglar,
echó en busca del zagal por lo más espeso e aunque me hablara, no ya en romance, sino en
intrincado del monte. latín, como el abad de Munilla, no se iba sin un
La noche había cerrado casi por completo arpón en el cuerpo.
cuando don Dionís llegaba a las puertas de su En este punto del diálogo terció don Dionís, y
castillo. Acto continuo dispusieron una frugal con una desesperante gravedad a través de la
colocación y sentóse con su hija en la mesa. que se adivinaba toda la ironía de sus palabras,
Y Garcés ¿dónde está?, preguntó Constanza, comenzó a darle al ya sendereado mozo los
notando que su montero no se encontraba allí consejos más originales del mundo, para el caso
para servirla como tenía de costumbre. de que se encontrase de manos a boca con el
demonio convertido en corza blanca. A cada
No sabemos, se apresuraron a contestar los nueva ocurrencia de su padre, Constanza fijaba
otros servidores; desapareció de entre nosotros sus ojos en el atribulado Garcés y rompia a reír
cerca de la cañada, y esta es la hora que como una loca, en tanto que los otros servidores
todavía no le hemos visto. reforzaban las burlas con sus miradas de
En este punto llegó Garcés todo sofocado, inteligencia y su mal encubierto gozo.
cubierta aún de sudor la frente, pero con la cara Mientras duró la colocación prolongóse esta
más regocijada y satisfecha que pudiera escena en que la credulidad del joven montero
imaginarse. fue, por decirlo así, el tema obligado del general
Perdóname señora, rogó, dirigiéndose a regocijo; de modo que cuando se levantaron los
Constanza, perdonadme si he faltado un paños, y don Dionís y Constanza se retiraron a
momento a mi obligación: pero allá de donde sus habitaciones, y toda la gente del castillo se
vengo a todo correr de mi caballo, como aquí, entregó al reposo, Garcés permaneció un largo
sólo me ocupaba en serviros. espacio de tiempo irresoluto, dudando si, a
pesar de las burlas de sus señores, proseguiría
¿En servirme?, repitió Constanza, no
firme en sus propósitos o desistiría
comprendo lo que quieres decir.
completamente de la empresa.
Sí ,señora, en serviros, repitio el joven, pues he
!Y qué diantre!, exclamó, saliendo del estado de
averiguado que es verdad que la corza blanca
incertidumbre en que se encontraba. Mayor mal
existe. A más de Esteban, le dan por seguro
del que me ha sucedido no puede sucederme, y
otros varios pastores, que juran haberla visto
si, por el contrario es verdad lo que nos ha
más de una vez, y con ayuda de los cuales
contado Esteban ... !oh, entonces cómo he de
espero en Dios y en mi patrón San Humberto,
saborear mi triunfo!.
que antes de tres días, viva o muerta, os la
traeré al castillo. Esto diciendo, armó su ballesta, no sin haberle
hecho antes la señal de la cruz en la punta de la
!Bah!... !Bah!.. ,exclamó Constanza, con aire de
vira, y colocándosela a la espalda se dirigió a la
zumba, mientras hacían coro a sus palabras las
poterna del castillo para tomar la vereda del
risas más o menos disimuladas de los
monte.
presentes. Dejáte de cacerías nocturnas y de
corzas blancas; mira que el diablo ha en la flor Cuando Garcés llegó a la cañada y al punto en
de tentar a los simples, y si te empeñas en que según las instrucciones de Esteban, debía
andarle a los talones, va a dar que reir contigo aguardar la aparición de las corzas, la luna
como con el pobre Esteban. comenzaba a remontarse con la lentitud por
detrás de los cercanos montes.
Señora, interrumpió Garcés, con voz
entrecortada y disimulando en lo posible la A fuer de buen cazador y práctico en el oficio,
cólera que le producía el burlón regocijo de sus antes de elegir un punto a propósito para
compañeros, yo no me he visto nunca con el colocarse al acecho de las reses, anduvo un
diasblo y, por consiguiente, no sé todavía cómo gran rato de acá para allá examinando las
las gasta: pero conmigo os juro que todo podrá trochas y las veredas vecinas, la disposición de
hacer menos dar que reír, porque el uso de ese los árboles , los accidentes del terreno, las
privilegio sólo en vos sé tolerarlo. curvas del río y la profundidad de sus aguas.
Constanza conoció el efecto que su burla había Por último, después de terminar este minucioso
producido en el enamorado joven; pero reconocimiento del lugar en que se encontraba,
deseando apurar su paciencia hasta lo último, agazapóse en un ribazo junto a unos chopos de
tornó a decir en el mismo tono: ¿y si al copas elevadas y oscuras, a cuyo pie crecían
dispararle te saluda con alguna risa del género unas matas de lentisco, altas lo bastante para
de la que oyó Esteban, o se te ríe en la nariz, y ocultar a un hombre echado en tierra.
al escuhcar sus sobrenaturales carcajadas se te El río, que desde las musgosas rocas donde
cae la ballesta de las manos, y antes de tenía el nacimiento, venía siguiendo las
reponerte del susto ya ha desaparecido la corza sinuosidades del Moncayo, al entrar en la
blanca más ligera que un relámpago?. cañada por la vertiente, deslizábase desde allí
bañando el pie de los sauces que sombreaban

Textos para orar y reflexionar 98


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sus orillas, o jugueteando con alegre murmullo melodía después que ha expirado temblando la
entre las piedras rodadas del monte, hasta caer última nota. Y dominado por la invencible
en una hondura próxima al lugar que servía de languidez que ambargaba sus miembros, iba a
escondrijo al montero. reclinar de nuevo la cabeza sobre el césped,
Los álamos, cuyas plateadas hojas movía el aire cuando tornó a oír el eco distante de aquellas
con un rumor dulcísimo, los sauces que misteriosas voces, que acompañándose del
inclinados sobre la limpia corriente humedecían rumor del aire, del agua y de las hojas, cantaban
en ella las puntas de sus desmayadas ramas, y así:
los apretados carrascales por cuyos troncos CORO
subían y se enredaban las madreselvas y las - El arquero que velaba en lo alto de la torre ha
campanillas azules, formaban un espeso muro reclinado su pesada cabeza en el muro.
de follaje alrededor del remanso del río.
- Al cazador furtivo que esperaba sorprender la
El viento, agitando los frondosos pabellones de res lo ha sorprendido el sueño.
verdura que derramaba en torno su flotante
sombra, dejaba penetrar a intervalos un furtivo - El pastor que aguarda el día consultando las
rayo de luz, que brillaba como un relámpago de estrellas, duerme ahora y dormirá hasta el
plata sobre la superficie de las aguas inmóviles amanecer.
y profundas. - Reina de las ondinas , sigue nuestros pasos.
Oculto tras los matojos, con el oído atento al - Ven a mecerte en las ramas de los sauces
más leve rumor y la vista clavada en el punto en sobre el haz del agua.
donde según sus cálculos debían aparecer las
- Ven a embriagarte con el perfume de las
corzas Garcés esperó inútilmente un gran
violetas que se abren entre las sombras.
espacio de tiempo.
- Ven a gozar de la noche, que es el día de los
Todo parecía a su alrededor sumido en una
espíritus.
profunda calma. Poco a poco, y bien fuese que
el peso de la noche, que ya había pasado de la Mientras flotaban en el aire las suaves notas de
mitad, comenzara a dejarse sentir, bien que el aquella deliciosa música, Garcés se mantuvo
lejano murmullo del agua, el penetrante aroma inmóvil. Después que se hubo desvanecido, con
de las flores silvestres y las caricias del viento mucha orecaución apartó un poco las ramas, y
comunicasen a sus sentidos el dulce sopor en no sin experimentar algún sobresalto, vio
que parecía estar impregnada la Naturaleza aparecer las corzas, que en tropel y salvando
todo, el enamorado mozo que hasta aquel punto los matorrales con ligereza increíble unas veces
había estado entretenido reviviendo en su deteniéndose como a escuchar otras,
mente las más halagüeñas imaginaciones, jugueteaban entre sí ya escondiéndose entre la
comenzó a sentir que sus ideas se elaboraban espesura, ya saliendo nuevamente a la senda,
con más lentitud y sus pensamientos tomaban bajaban del monte en dirección al remanso del
formas más leves e indecisas. río.
. . . . . . . . . . . Delante de sus compañeras, más ágil, más
linda, más juguetona y alegre que todas,
Cosa de dos horas o tres haría ya que el joven
saltando, corriendo, parándose y tornando a
montero roncaba a pierna suelta, disfrutando a
correr, de modo que parecía no tocar el suelo
todo sabor de uno de los sueños más apacibles
con los pies, iba la corza blanca, cuyo extraño
de su vida, cuando de repente entreabrió los
color destacaba como una fantástica luz sobre
ojos sobresaltado, e incorporóse a medias lleno
el oscuro fondo de los árboles.
aún de ese estupor del que vuelve en sí de
improvisto después de un sueño profundo. Aunque el joven se sentía dispuesto a ver en
cuando le rodeaba algo de sobrenatural y
En las ráfagas del aire y confundido con los
maravilloso, la verdad del caso era que,
leves rumores de la noche, creyó percibir un
prescindiendo de la momentánea alucinación
extraño rumor de voces delgadas, dulces y
que turbó un instante sus sentidos, fingiéndole
misteriosas que hablaban entre sí, reían o
músicas, rumores y palabras, ni en la forma de
cantaban cada cual por su parte y una cosa
las corzas, ni en sus movimientos, ni en los
diferente, formando una algarabía tan ruidosa y
cortos bramidos con que parecían llamarse,
confusa como la de los pájaros que despiertan
había nada con que no debiese estar ya muy
al primer rayo del sol entre las frondas de una
familiarizado un cazador práctico en esta clase
alameda.
de expediciones nocturnas.
Este extraño rumor sólo se dejó oír un instante,
A medida que desechaba la primera impresión,
y después todo volvió a quedar en silencio.
Garcés comenzó a comprenderlo así, y riéndose
Sin duda soñaba con las majaderías que nos interiormente de su incredulidad y su miedo,
refirió el zagal, se dijo Garcés, restregándose desde aquel instante sólo se ocupó en
los ojos con mucha calma, y en la firme averiguar, teniendo en cuenta la dirección que
persuación de que cuando había creído oír no seguían, el punto donde se hallaban las corzas.
era más que esa vaga huella del ensueño que
Hecho el cálculo, cogió la ballesta entre los
queda, al despertar, en la imaginación como
dientes, y arrastrándose como una culebra por
queda en el oído la última cadencia de una

Textos para orar y reflexionar 99


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detrás de los lentiscos, fue a situarse sobre pasar rozando la tersa superficie. En tanto que
unos cuarenta pasos más lejos del lugar en que éstas permanecían recostadas aún al borde del
se encontraba. Una vez acomodado en su agua con los ojos azules adormecidos aspirando
nuevo escondite, espero el tiempo sificiente con voluptuosidad del perfume de las flores y
para que las corzas estuvieran ya dentro del río, estremeciéndose ligeramente al contacto de la
a fin de hacer el tiro más seguro. Apenas fresca brisa, aquéllas danzaban en vertiginosa
empezó a escucharse ese ruido particular que ronda, entrelazando caprichosamente sus
produce el agua cuando se bate a golpes o se manos ,dejando caer atrás la cabeza con
agita con violencia, Garcés comenzó a delicioso abandono e hiriendo el suelo con el pie
levantarse porquito a poco y con las mayores en alternada cadencia.
precauciones, apoyándose en la tierra primero Era imposibles seguirlas en sus ágiles
sobre la punta de los dedos, y después con una movimientos, imposible abarcar con una mirada
de las rodillas. los infinitos detalles del cuadro que formaban,
Ya de pie, y cerciorándose a tientas de que el unas corriendo, jugando y persiguiéndose con
arma estaba preparada, dio un paso hacía alegres risas por entre el laberinto de los
delante, alargó el cuello por encima de los árboles; otras surcando el agua como un cisne y
arbustos para dominar el remanso, y tendió la rompiendo la corriente con el levantado seno;
ballesta, tendió la vista buscando el objeto que otras, sumergiéndose en el fondo, donde
había de herir, se escapó de sus labios un permanecían largo rato para volver a la
imperceptible e involuntario grito de asombro. superficie, trayendo una de esas flores extrañas
La luna, que había ido remontándose con que nacen escondidas en el lecho de las aguas
lentitud por el ancho horizonte, estaba inmóvil y profundas.
como suspendida en la mitad del cielo. Su dulce La mirada del atónito montero vagaba absorta
claridad inundaba el soto, abrillantaba la de una lado a otro, sin saber dónde fijarse,
intranquila superficie del rio y hacia ver los hasta que, sentado bajo un pabellón de verdura
objetos como a través de una gasa azul. que parecía servirle de dosel , y rodeada de un
Las corzas habían desaparecido. grupo de mujeres todas a cual más bella, que la
ayudaban a despojarse de sus ligerísimas
En su lugar, lleno de estupor y casi de miedo, vestiduras, creyó ver el objeto de sus ocultas
vio Garcés un grupo de bellísimas mujeres, de adoraciones; la hija del noble don Dionís, la
las cuales unas entraban en el agua incomparable Constanza.
jugueteando, mientras las otras acababan de
despojarse de las ligeras túnicas que aún Marchando de sorpresa en sorpresa, el
ocultaban a la codiciosa vista el tesoro de sus enamorado joven no se atrevía ya a dar crédito
formas. ni al testimonio de sus sentidos , y creíase bajo
la influencia de un sueño fascinador y
En esos ligeros y cortados sueños de la engañoso.
mañana, ricos en imágenes risueñas y
voluptuosas, sueños diáfanos y celestes como No obstante, pugnaba en vano por persuadirse
la luz que entonces comienza a transparentarse de que todo cuando veía era efecto del
a través de las blancas cortinas del lecho, no0 desarreglo de su imaginación, porque mientras
ha habido nunca imaginaciones de veinte años más la miraba, y más despacio, más se
que bosquejase con los colores de la fantasía convencía de que aquella mujer era Constanza.
una escena semejante a la que se ofrecía en No podía caber duda, no ; suyos eran aquellos
aquel punto a los ojos del atónito Garcés. ojos oscuros y sombreados de largas pestañas,
Despojadas ya de sus túnicas y sus velos de mil que apenas bastaban a amortiguar la luz de sus
colores, que destacaban sobre el fondo pupilas, suya aquella rubias y abundante
suspendidos de los árboles o arrojados con cabellera que, después de coronar su frente se
descuido sobre la alfombra del césped, las derramaba por su blanco seno y sus redondas
muchachas discurrían a su placer por el soto, espaldas como una cascada de oro, suyos, en
formando grupos pintorescos, y entraban y fin, aquel cuello airoso que sostenía su lánguida
salían en el agua, haciéndola saltar en chispas cabeza, ligeramente inclinada como una floir
luminosas sobre las flores de la margen como que se rinde al peso de las gotas de rocío, y
una menuda lluvia de rocío. aquellas coluptuosas formas que él había
soñado tal vez, y aquellas manos semejantes a
Aquí una de ellas, blancas como el vellón de un manojos de jazmines, y aquellos pies diminutos,
cordero, sacaba su cabeza rubia entre las comparables sólo con dos pedazos de nieve
verdes y flotantes hojas de un planta acuática, que el sol no ha podido derretir y que a la
de la cual parecía una flor a medio abrir, cuyo mañana blanquean entre la verdura.
flexible talle más bien se adivinaba que se veía
temblar debajo de los infinitos círculos de luz de En el momento en que Constanza salió del
las ondas. bosquecillo, sin velo alguno que ocultase a los
ojos de su amante los escondidos tesoros de su
Otra allá, con el cabello suelto sobre los hermosura, sus compañeras comenzaron
hombros mecíase suspendida de la rama de un nuevamente a cantar estas palabras con una
sauce sobre la corriente del río, y sus pequeños melodía dulcísima:
pies, color de rosa, hacían una raya de plata al
CORO
Textos para orar y reflexionar 100
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- Genios del aire, habitadores del luminoso éter, alcance, y esto diciendo, dejó volar la saeta, que
venid envueltos en un jirón de niebla plateada. partió silbando y fue a perderse en la oscuridad
- Silfos invisibles, dejad el cáliz de los del soto, en el fondo del cual sonó al mismo
entreabiertos lirios y venid en vuestros carros de tiempo un grito, al que siguieron después unos
nácar, a los que vuelan uncidas las mariposas. sonidos sofocados.

- Larvas de las fuentes, abandonad el lecho de !Dios mío!, exclamó Garcés, al percibir aquellos
musgo y caed sobre nosotras en menuda lluvia lamentos angustiosos. !Dios mío, si será
de perlas. verdad!.

- Escarabajos de esmeralda, luciérnagas de Y fuera de sí, como loco, sin darse cuenta
fuego, mariposas negras, !venid!. apenas de lo que le pasaba, corrió en la
dirección en que había desaparecido la saeta,
- Y venid vosotros todos, espíritus de la noche, que era la misma en que sonaban los gemidos.
venid zumbando como un enjambre de insectos Llegó al fin; pero al llegar, sus cabellos se
de luz y de oro. erizaron de horror, las palabras se anudaron en
- Venid, que ya el astro protector de los su garganta y tuvo que agarrarse al tronco de un
misterios brilla en la plenitud de su hermosura. árbol para no caer a tierra.
- Venid, que ha llegado el momento de las Constanza, herida por su mano, expiraba allí a
transformaciones maravillosas. su vista, revolcándose en su propia sangre,
entre las agudas zarzas del monte.
-Venid, que las que os aman os esperan
impacientes. 241. CÓMO DAR UNA MALA
Garcés, que permanecía inmóvil, sintió al oír NOTICIA A TUS PADRES
aquellos cantares misteriosos que el áspid de
los celos le mordía el corazón, y obedeciendo a, Queridos papá y mamá:
un impulso más poderoso que su voluntad, Desde que me fui al colegio he descuidado el
deseando romper de una vez el encanto que escribiros y lamento mi desconsideración por no
fascinaba sus sentidos, separó con mano haberlo hecho antes. Ahora os pondré al
trémula y convulsa el ramaje que le ocultaba, y corriente, pero antes sentaos. No leáis nada
de un solo salto se puso en la margen del río. El más, a menos que estéis sentados. ¿De
encanto se rompió , desvanecióse todo como el acuerdo?
humo, y al bullicioso tropel con las tímidas
Bueno, pues me encuentro bien ahora. La
corzas, sorprendidas en lo mejor de sus
fractura de cráneo y la conmoción que me
nocturno juegos, huían espantadas de su
produjo la caída al saltar desde la ventana de mi
presencia, una por aquí, otra por allá, cuál
dormitorio, cuando este se incendió, a poco de
salvando de un salto los matorrales, cuál
llegar aquí, se han curado perfectamente. Pasé
ganando a todo correr la trocha del monte.
sólo quince días en el hospital y ahora veo casi
!Oh, bien dije yo que todas estas cosas no eran con normalidad y sólo me afecta el dolor de
más que fantasmagorías del diablo!, exclamó cabeza una vez al día. Por fortuna, el incendio
entonces el montero; pero por fortuna, esta vez en el dormitorio y mi salto por la ventana fueron
ha andado un poco torpe, dejándome entre las presenciado por un empleado de la gasolinera
manos la mejor presa. cercana, que avisó a los bomberos y a la
Y, en efecto, era así, la corza blanca, deseando ambulancia. Después me vino a visitar al
escapar por el soto, se había lanzado entre el hospital y como yo no tenía sitio donde vivir, a
laberinto de sus árboles, y enredándose en una causa del incendio, él fue tan amable que me
red de madreselvas, pugnaba en vano por invitó a compartir su vivienda. Realmente se
desasirse. Garcés le encaró la ballesta. pèro en trata de un sótano, pero es muy cuco. Él es un
el mismo punto en que iba a herirla, la corza se muchacho excelente y nos enamoramos como
volvió hacía en montero, y con voz clara y locos, por lo que pensamos casarnos. Aún no
aguda detuvo su acción con un grito, diciéndole: sabemos la fecha exacta, pero podrá ser antes
de que se note mi embarazo.
- ¿Garcés, qué haces?.
Sí papás, estoy embarazada. Me consta lo
El joven vaciló, y después de un instante de mucho que os complacerá ser abuelos y estoy
duda, dejó caer al suelo el arma, espantazdo a segura que recibiréis bien al bebé, dándole el
la sola idea de haber podido herir a su amante. mismo cariño, afecto y cuidados que tuvisteis
Una sonora y estridente carcajda vino a sacarle conmigo cuando era pequeña.
al fin de su estupor, la corza blanca había
aprovechado aquellos cortos instantes para La causa del retraso en nuestra boda se debe a
acabarse de desenredar y huir ligera como un una ligera infección que padece mi novio y nos
relámpago, riéndose de la burla hecha al ha impedido pasar las pruebas hematológicas
montero. prematrimoniales, y que yo, descuidadamente,
me he contagiado de él.
!Ah, condenado engendro de Satanás!, exclamó
Garcés con voz espantosa, recogiendo la Estoy segura de que lo recibiréis en nuestra
ballesta con una rapidez indecible, pronto has familia con los brazos abiertos. Él es cariñoso, y
cantado victoria pronto te has creido fuera de mi aunque no muy educado, tiene ambición. Su

Textos para orar y reflexionar 101


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raza y religión son distintas de la nuestra, pero que tenía en un claro del monte, como a siete
sé que vuestra tolerancia, frecuentemente cuadras de las casa. Comenzaban ya a
expresada, no os permitirá enfadaros por esto. preñarse los capullos tratando de reventar en
Ahora que ya estáis al corriente de todo, quiero una mano abierta que regalaba la blanca fibra.
deciros que no se incendió mi dormitorio, no Serían cerca de las once de la mañana. Estaba
tuve fractura ni conmoción de cráneo, ni fui al con la azada en la mano desde las cinco, y
hospital, no estoy embarazada, no tengo novio, ahora el cansancio se desparramaba por su
no sufro ninguna infección y no hay ningún cuerpo lo mismo que el sudor que lo
muchacho en mi vida. Sin embargo, he sacado deshidrataba dejándole huellitas de sal al
un suspenso en Historia y un aprobado en secarse. Tenía sed y esperaba llegar cuando
Ciencias, y quiero que veáis estas notas en su antes a su rancho para refrescarse bajo el
perspectiva adecuada. chorro de agua de la bomba y beber después
Vuestra hija que os quiere.. Ana. despacio y a sorbos lentos. Conocía los peligros
del agua fresca para el que la bebe con ansia y
242. LA GESTIÓN DEL TIEMPO con el cuerpo recalentado por las faenas del
campo.
Un experto asesor de empresas en Gestión del
Decidió acortar el camino. En lugar de hacerlo
Tiempo quiso sorprender a los asistentes a su
por la huella que bordeaba un rastrojo viejo lleno
conferencia.
de malezas, lo cortó derecho por entre los yuyos
Sacó de debajo del escritorio un frasco grande altos y la gramilla espesa. Con la azada al
de boca ancha. Lo colocó sobre la mesa, junto a hombro, y arrastrando a medias sus viejas
una bandeja con piedras del tamaño de un puño alpargatas, trataba de avanzar por entre el
y preguntó: “¿Cuántas piedras piensan que malezal donde el año anterior había tenido la
caben en el frasco?. chacra. Iba distraído de lo que hacía y
Después de que los asistentes hicieran sus concentrado en lo que le esperaba. Ni tiempo
conjeturas, empezó a meter piedras hasta que tuvo de darse cuenta, cuando sus pies
llenó el frasco. Luego preguntó: “¿Está lleno?”. tropezaron en un gran bulto que estaba
escondido entre el pastizal.
Todo el mundo lo miró y asintió. Entonces sacó
de debajo de la mesa un cubo con gravilla. No hubo manera de evitar la costalada.
Metió parte de la gravilla en el frasco y lo agitó. Instintivamente arrojó a un lado la azada, para
Las piedrecillas penetraron por los espacios que no lastimarse con ella, y dejó que el cuerpo
dejaban las piedras grandes. El experto sonrió cayera lo más flojo posible, para evitar
con ironía y repitió: “¿Está lleno?”. quebraduras. Se dio un tremendo golpe que
apenas si lograron mitigar las ramas del yuyo
Esta vez los oyentes dudaron: “Tal vez no”. colorado que lo recibió, junto con algunas
“¡Bien!”. rosetas traicioneras. Desde adentro le nació la
Y puso en la mesa un cubo con arena que necesidad de desahogarse con una maldición.
comenzó a volcar en el frasco. La arena se ¡Lo que le faltaba al día!
filtraba en los pequeños recovecos que dejaban Pero se contuvo. Si había tropezado, con algo
las piedras y la grava. “¿Está lleno?”, preguntó sería. ¿Y si aquello fuera una sandía? Se puso
de nuevo. de pie, y recogiendo la azada, fue despejando el
“¡No!”, exclamaron los asistentes. lugar donde terminaban las huellas de sus
pisadas y comenzaba la de su cuerpo. Y
“Bien”, dijo, y cogió una jarra de agua de un litro efectivamente, allí entre la gramilla alta y los
que comenzó a verter en el frasco. El frasco aún yuyos frondosos, estaba una hermosa sandía
no rebosaba. con la guía medio seca. Pesaba como veinte
“Bueno, ¿qué hemos demostrado?”, preguntó. kilos. Seguramente alguna semilla de la
cosecha anterior había germinado entre el
Un alumno respondió: “Que no importa lo llena rastrojo, y ahora le ofrecía su fruto de la única
que esté tu agenda, si lo intentas, siempre manera que tenía: poniéndoselo delante de sus
puedes hacer que quepan más cosas”. pies.
“¡No!”,concluyó el experto: “Lo que esta lección A pesar del cansancio, del calor, y de su cuerpo
nos enseña es que si no colocas las piedras dolorido por la caída, cargó con cariño la sandía
grandes primero, nunca podrás colocarlas sobre sus hombros y con cuidado completó la
después. ¿Cuáles son las grandes piedras en tu distancia que lo separaba de su rancho. Y
vida?. Tus hijos, tus amigos, tus sueños, tu mientras de antemano saboreaba la sorpresa
salud, la persona amada.... Recuerda, ponlas que le daría a su patrona, se iba diciendo a sí
primero. El resto encontrará su lugar”. mismo:
243. UN TROPIEZO - ¡No hay tropiezo que no tenga su parte
aprovechable!
El Chaco ardía en el algodonal. Mediaba enero,
y Ciriaco se había levantado muy temprano a fin Mamerto Menapace, osb. Monasterio
de aprovechar el fresco de la mañana para Santa María de Los Toldos
pegar la última carpida al tabloncito de algodón

Textos para orar y reflexionar 102


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244. DIOS EXISTE gloria y de palmas y de andar sobre vestiduras,


no se envanecía, porque sabía que esto no era
Un hombre fue a una barbería a cortarse el pelo por él sino por el que llevaba encima: él no era
y recortarse la barba. Como es costumbre en sino el borriquito de Jesús. Pidamos al Señor
estos casos, entabló una amena conversación que nos haga también esta gracia a nosotros.
con la persona que le atendía. Revista Ave María, nº 656 Agosto-Septiembre
Hablaban de muchas cosas y tocaron varios de 2000
temas. De pronto tocaron el tema de Dios. El
barbero dijo: 246. EL ENANO Y EL GIGANTE
Fíjese caballero, que yo no creo que Dios exista, Cuentan de un gigante que se disponía a
como usted dice... atravesar un río profundo y se encontró en la
- ¿Pero?, ¿por qué dice usted eso? - preguntó el orilla con un pigmeo que no sabía nadar y no
cliente. podía atravesar el río por su profundidad. El
gigante lo cargó sobre sus hombros y se metió
- Pues es muy fácil, basta con salir a la calle en el agua.
para darse cuenta de que Dios no existe, o
dígame, acaso si Dios existiera, habrían tantos Hacia la mitad de la travesía, el pigmeo, que
enfermos, habría niños abandonados, si Dios sobresalía casi medio metro por encima de la
existiera no habría sufrimiento ni tanto dolor cabeza del gigante, alcanzó a ver, sigilosamente
para la humanidad, yo no puedo pensar que apostados tras la vegetación de la otra orilla, a
exista un Dios que permita todas estas cosas. los indios de una tribu que esperaban con sus
arcos a que se acercase el gigante.
El cliente se quedó pensando un momento, pero
no quiso responder para evitar una discusión. El El pigmeo avisó al gigante, Este se detuvo, dio
barbero terminó su trabajo y el cliente salió del media vuelta y comenzó a deshacer la travesía.
negocio. Recién abandonaba la barbería, En aquel momento, una flecha disparada desde
observó en la calle a un hombre con la barba y la otra orilla se hundió en el agua cerca del
el cabello largo. Al parecer, hacía mucho tiempo gigante, pero sin haber podido ya llegar hasta él.
que no se lo cortaba y se veía muy Así ocurrió con otras sucesivas flechas,
desarreglado. mientras ambos - gigante y pigmeo - ganaban la
orilla de salida sanos y salvos.
Entonces entró de nuevo a la barbería y le dijo
al barbero: El gigante dio las gracias al pigmeo, pero éste le
replicó: - "Si no me hubiese apoyado en ti, no
- ¿Sabe una cosa? los barberos no existen . . . habría podido ver más lejos que tú".
- ¿Cómo que no existen? - pregunto el barbero - Ideas para trabajar el texto en grupos:
Si aquí estoy yo, y soy barbero.
+ Dramatizar el cuento.
- ¡No! - dijo el cliente - No existen porque si + Revisar en nuestra vida si alguna vez vivimos
existieran no habría personas con el pelo y la alguna experiencia parecida. Ponerla en común.
barba tan larga como la de ese hombre que va + Si el grupo es de chicos de primaria, dibujar el
por la calle. cuento a manera de historieta y colocar una
- Ah, los barberos sí existen, lo que pasa es que frase que resuma el mensaje central. Luego
esas personas no vienen hacia mí. exponer los trabajos de cada uno y terminar con
una oración.
- ¡Exacto! - dijo el cliente - ese es el punto, Dios + Si se trabaja con jóvenes de secundario,
sí existe, lo que pasa es que las personas no dividir en pequeños grupos y encargar a cada
van hacia Él y no le buscan, por eso hay tanto uno que escriba un cuento semejante con
dolor y miseria... alguna situación cotidiana para todos ellos. Dar
Texto aportado por María Elena Ruiz también la posibilidad de dramatizar la situación.
+ Debatir el cuento entre todos intentando
245. EL BURRITO profundizar cuál es el mensaje que brinda.
Imaginar y reproducir con improvisaciones el
El burrito es de un amigo mío (la foto de la
diálogo entre los dos personajes en los distintos
postal) muy edificante y al que mucho me
momentos del cuento.
gustaría imitar en muchas de sus virtudes.
+ Realizar tarjetas individuales con un
Siempre calla (fuera de algún rebuznillo); nunca
pensamiento alrededor del mensaje del cuento y
se queja, no tiene pretensiones de caballo;
una ilustración realizada por cada integrante del
carga con todo como lo que es, como un burro.
grupo. Luego intercambiar las tarjetas entre
Cuando la gente quiere insultar a otro le dicen
todos.
su nombre y él no se molesta: le da un comino;
se ve que aprendió aquello de "oprobios, Preguntas para profundizar:
injurias, afrentas, etc." Es el más humilde de los + ¿ Es común la ayuda mutua entre nuestros
animales. Y por humilde mereció estar con conocidos? ¿Recordamos ejemplos similares
Jesús: en su nacimiento, en su huida a Egipto, que hayan salido en los medios de
llevándolo encima en los momentos duros de la comunicación?
persecución; y después en los gloriosos de la + ¿Cómo nos sentimos cuando damos una
entrada en Jerusalén; y en esos momentos de mano a alguien? ¿Y cuándo no la damos?

Textos para orar y reflexionar 103


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+ ¿Somos agradecidos con quienes nos estremecían de vida; y se largaban a volar, a


ayudan? correr, a saltar o a hacer aquello que la vida les
+ ¿Cuándo prestamos un servicio lo hacemos regalaba por dentro.
por amor al otro (sea quien sea) o para buscar Pero un día el Niño Dios quiso hacer algo
un reconocimiento de los demás? realmente bonito. Iba a crear el mainumb: el
J.I. González Faus picaflor. La verdad es que se esmeró al
inventarlo. No quería hacerlo grande, pretendía
247. GRACIAS, SEÑOR hacerlo hermoso. Buscó entre los ivot iporá
Un alma recién llegada al cielo se encontró con veva, las flores más lindas, los colores más
un ángel. El ángel llevó al alma a un recorrido brillantes y llamativos y se los colocó en la
por el cielo. palma de la mano. En un claro del monte
recogió algo del ñasaind, dejado por la luna. Del
Ambos caminaron paso a paso por unos cohetí mañanero, la alborada, extrajo los colores
grandes talleres llenos con otros ángeles. El suaves. Mezcló todo esto con un puñadito
ángel se detuvo frente a la primera sección y blando de retá pytá, tierra colorada del borde del
dijo: "Esta es la sección de recibo". Paraná. Lo amasó despacito con sus dedos
Aquí, todas las peticiones hechas a Dios divinos hasta hacer una pasta tierna y delicada.
mediante la oración son recibidas. "El alma miró Y le dio la forma de un pajarito, en le que metió
a la sección y estaba terriblemente ocupada con una chispa de aratirí: el relámpago.
muchos ángeles clasificando peticiones escritas Así lo tenía en al palma de su mano derecha,
en voluminosas hojas de papel de personas de como si fuera el nido desde donde tendría que
todo el mundo. partir. Lo arrimó despacito a la boca y lo rozó
Ellos siguieron caminando hasta que llegaron a apenas con sus labios para besarlo. Tocado por
la siguiente sección y el ángel le dijo: "Esta es el soplo divino el pajarito se estremeció entero y
la sección de empaquetado y entrega". abriendo las alas partió recto hacia arriba, para
doblar en ángulo cerrado sobre sí mismo y ser
Aquí, las gracias y bendiciones que la gente
una flor temblorosa frente a un racimo azul de
pide, son empacadas y enviadas a las personas
jacarandá. Así nació el mainumb.
que las solicitaron. El alma vio cuán ocupada
estaba. Había tantos ángeles trabajando en ella Pero resulta que Añá Mba’e Poch, el diablo, lo
como tantas bendiciones estaban siendo andaba espiando. Porque quería copiar lo que el
empaquetadas y enviadas a la tierra. Niño Dios hacía, para sacar también él algo
parecido. Fue haciendo lo que le veía hacer. Y
Finalmente, en la esquina más lejana del cuarto,
así, juntó también él un poco de los colores de
el ángel se detuvo en la última sección. Para su
las flores primorosas, le robó los tintes a la
sorpresa, sólo un ángel permanecía en ella
alborada, y los mezcló con claro de luna y
ocioso haciendo muy poca cosa. "Esta es la
temblor de refucilo. Buscó la greda colorada del
sección del agradecimiento" dijo el ángel al
Paraná y con sus dedos peludos y largos trató
alma. "¿Cómo es que hay tan poco trabajo
de darle forma a la pasta que había conseguido.
aquí?" - preguntó el alma.
No le salió tan prolijo, porque de apurado tenía
"Esto es lo peor"- contestó el ángel. Después un ojo en lo que miraba y otro en lo que hacía.
que las personas reciben las bendiciones que Lo que siempre es feo. Cuando lo tuvo listo a su
pidieron, muy pocas envían su agradecimiento. pajarito, resulta que éste no se movía. Y claro
¿Cómo uno agradece a las bendiciones de ¡que se iba a mover! Si no tenía vida adentro.
Dios? Tenía que soplarlo. Pero el diablo tiene mal
aliento. En cuanto Añá Mba’e Poch la arrimó a
"Simple" contestó el ángel, "Solo tienes que su hocico y lo quiso besar, el pobre bichito se
decir, Gracias Señor" aplastó contra la mano como para atajarse. El
Gracias Señor, por darme el regalo más grande; diablo lo tiró para arriba, a fin de que volara. Y
por enviar a tu hijo unigénito a morir por mis resultó que en vez de largarse de flor en flor
pecados y darme la salvación, la vida eterna por como el mainumb de Dios, el animalito cayó al
medio de Jesús. suelo como un cascote y se desparramó todo.
Yanira C. Así nació el cururú vaí, el escuerzo. A pesar de
que tiene lindos colores, siempre anda
248. IMAGEN Y SEMEJANZA aplastado y escondiéndose, porque lleva arriba
el mal aliento del diablo.
Estaba el Niño Jesús a la costa del Paraná
Dios inventó el amor, con todo lo lindo que
jugando. Como todos los niños se dedicaba a
encontró, y le dio el beso de su bendición. El
modelar figuras de animales y de pajaritos con
diablo quiso copiarlo, y lo que le salió fue el
sus manitas embarradas. Solo que él tenía el
vicio, la pasión y el egoísmo. En muchas cosas
poder de darles además de la forma, la vida.
se parecen, pero son muy distintos. Como el
Luego de trabajarlos bien, no los ponía a secar.
mainumb lo es del cururú vaí.
Simplemente los colocaba en la palma de la
mano y los soplaba. Es decir: los rozaba con su Mamerto Menapace, osb. Monasterio
aliento como si les diera un beso. Y al sentirse Santa María de Los Toldos
alentados por el beso de Dios, los animalitos se

Textos para orar y reflexionar 104


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249. LA GALLINA Y LOS HIJOS


PATOS Ideas para trabajar el texto en grupos:
Una pata muy maternal puso paciente una Nos parece que este cuento puede resultar una
docena de huevos. Soñaba con su nueva excelente motivación para una reunión de
familia. padres de hijos adolescentes. Es común que
El amor la afiebró y comenzó a pasar largas aparezcan en las familias las problemáticas
jornadas, con sus días y sus noches, acerca de las diferencias generacionales, lo que
empollando paciente su esperanza. En uno de los padres esperan de los hijos, los distintos
sus breves descansos, corrió hasta la vecina modos de pensar y vivir que caracterizan a
laguna, para refrescarse con un rápido baño. Y padres e hijos. Un buen equilibrio entre la
fue tan mala su suerte, que fue descubierta por necesaria libertad para crecer y la autoridad
un zorro que acechaba hambriento. Y el zorro propia de la misión de los padres ayuda a
se la comió. sobrellevar estos conflictos y resolverlos sin
enfrentamientos. Charlar de esto en reuniones
Una gallina muy maternal, afiebrada por la de padres puede ayudar mucho.
cluequez, y desposeída de sus huevos, se sintió
dolida ante la desgracia. Y decidió hacerse Lectura del cuento.
cargo del nido, donde doce huerfanitos dormían Trabajo en grupos:
en sus cascarones. + Relacionar el cuento con la vida cotidiana y la
Y cubrió con su calor de madre el nido experiencia de ser padres.
abandonado. + ¿Qué cosas o situaciones pueden ser para
Pasaron los días, y entre sus plumas comenzó a cada uno la "laguna" del cuento?
moverse la vida. Doce patitos, hijos adoptivos + ¿En qué aspectos notamos a nuestros hijos
de mamá gallina, comenzaron a caminar por el diferentes a nosotros? ¿En que nos afecta esto?
campo. A veces como una cinta amarillenta + Reflexionar juntos el siguiente pensamiento:
detrás de la madre adoptiva y, otras, como un "A cada generación de adultos
remolino de hojas secas, llevadas por el viento. le nace una generación nueva,
capaz de hacer lo que ellos no alcanzaron.
En una jornada de intenso calor, mamá gallina No le prohibas a tu hijo arrojarse al mar,
sintió sed. Y se encaminó con su familia hacia la porque tú no sabes nadar".
cercana laguna, para beber. En plenario:
Pero, ¡qué mal rato pasó! ¡Qué susto terrible! + Un integrante de cada grupo hace una breve
¡Qué disgusto! Porque en cuanto los doce exposición de los temas charlados entre todos.
huerfanitos descubrieron el agua, se arrojaron a + Se termina haciendo una ronda en la que
ella, ¡felices! Flotaban como copos de algodón cada padre comenta su conclusión sobre lo
amarillento. charlado luego de oír las reflexiones de los
Mamá gallina olvidó su sed. Abrió las alas. diferentes grupos.
Cacareó desesperadamente. Los llamó con René Trossero
insistente cloqueo.
250. EL DON DEL CONSEJO
Pero, ¡nada! Los doce patitos se internaban
aguas adentro, como una flota de barquitos de Dinámica para trabajar con jóvenes y adultos el
juguete, llevada por el viento. ¡Seguros! don del consejo.
¡Felices! Mamá gallina siguió en su deseperado
La madre, la muerte y el ángel.
cloqueo. Volvió a cacarear con toda su fuerza.
"En pleno día -por tiempo y por edad- la mujer
Ante lo inútil de todos sus llamados intentó
vestía de noche. La oscuridad de su pena hacía
arrojarse al agua, para salvar a sus hijos
juego con la suelta cabellera, los ojos
adoptivos. ¡Imposible! Sintió que las aguas
insondables y la túnica. Unidad exterior y
amenazaban su vida. Retrocedió y sacudió sus
anímica.
plumas en la orilla.
Cansada de llamar a la Muerte -que bajó la
Esto la convenció más hondamente del peligro
caperuza, tapó sus oídos y vagó por todo el
que corrían sus hijos en las aguas.
mundo sólo por no oírla- acudió al Angel.
Y cacareó una vez más, desesperadamente.
- Señor: he perdido a mi hijo . ¡Era tan pequeño
Y llegó corriendo el gallo. que cabía exactamente en la cuna de mis
"¿Qué sucede?", preguntó, asumiendo su brazos! En vano llamé a la Muerte para que me
responsabilidad de jefe. lo devolviera...
"¿No ves?", respondió mamá gallina, mirando - ¿No sabes, Mujer, que la muerte no devuelve
absorta la flota lejana. nada...?
El gallo miró detenidamente a los felices patitos - Le rogué que me llevara junto a él. No fui
flotar sobre el agua tranquila. escuchada.
Después dijo resignadamente, para sí y a mamá Las alas del Angel permanecieron rígidas como
gallina: "Estos no parecen hijos nuestros". si nunca hubieran levantado vuelo.

Textos para orar y reflexionar 105


ITAKA - ESCOLAPIOS CUENTOS Y PARÁBOLAS

- Señor: no tengo paz ni consuelo. Toda yo soy un crucifijo fino, de madera negra. En lo alto, los
una estéril lluvia de lágrimas. fragmentados colores de un "vitraux".
- Resignación, Mujer. Dobló su torturada humanidad ante el Pastor.
- Lo soñé con amor. Lo engendré con amor. Lo Señor: he perdido a mi hijo. Era tan pequeño y
esperé con amor. Lo dí a luz con amor... Y me tan grande mi dolor. Vivo penando y sin
fue arrebatado. No tiene sentido. (*) consuelo.
- Busca las palabras de la resignación y de la fe El pastor le dijo: "En el día del juicio final
- dijo el Angel y desapareció. veremos los rostros de El y de los seres que
La Mujer cerró sus desolados ojos. Cuando los amamos y perdimos. Mira las aves del cielo...
volvió a abrir estaba en una Iglesia que Considera los lirios del campo... Dios da y Dios
destilaba esplendor. En los murales escenas del quita. Resignación, hija mía".
Viejo y Nuevo Testamento. Pintores de clara En lágrimas, ya sin fuerzas, la Madre era una
estirpe idealizaron hasta el arrebato místico, los figura oscura, espasmódicamente sacudida por
rostros de Vírgenes y Santos. sollozos y el viento.
Se arrodilló ante el sacerdote. Ajena a la vida que pasaba a su alrededor, sólo
- Padre: he perdido a mi hijo. No tengo paz ni recordaba la fugaz que latió dentro de ella, tuvo
consuelo. En vano he llamado a la Muerte. Vivo en sus brazos y se perdió como un sueño...
en martirio. El Potero Celestial, con infinita pena, extendió
- "Bienaventurados los que sufren porque de su celeste ala derecha y, movimiento de brisa, le
ellos será el reino de los cielos... Dios da y Dios alzó el rostro.
quita. Tu criatura, Mujer, es un ángel grato a los - Mujer, levántate. Voy a llevarte ante quien
ojos del Señor. Resignación, hija mía". comprenderá tu dolor.
Cubierta con su cabellera como un manto, la Por un instante, la Madre abandonó su
Madre entró en la Sinagoga. Refulgían la oscuridad de cuerpo y espíritu. Vio la claridad y
estrella de David y los candelabros de siete supo que ante esa luz, toda otra luz -la de la
brazos. Arcos de flores blancas, para el cortejo aurora y la del mediodía, de las fogatas, las
de la novia, temblaban al acercarse a la bordada bujías y las lámparas- era casi sombra...
seda de un dosel. - ¡Señora...! - suplicó ante la augusta figura -. Tú
Se arrodilló ante el rabino. que perdiste a tu Hijo, ¿cuál es la fórmula del
- Señor: he perdido a mi hijo. Lo engendré con consuelo...?
alegría. No tengo calma, ni consuelo, ni sentido Entonces, a dos mil años del hecho, los ojos de
mi vida. Soy un dolor. la Virgen maría se llenaron de lágrimas..."
- "Un Rabí perdió a su hija recién nacida y, en su de Eugenia Calny. 30. Cuentos para la
acompañamiento, iba alegre y danzando... Catequesis.
Cuando le preguntaron el motivo, repuso: "Me Para reflexionar:
alegra poder devolver a Jehová un alma tan
pura como cuando El me la dio en En general, los cuentos, permiten adaptaciones
custodia...Dios da y Dios quita. Resignación, hija y es factible utilizar la misma narración para
mía". distintas edades. Sin embargo, en esta ocasión
elegimos un cuento destinado sólo a los adultos.
Envuelta en la oscuridad de su cabellera y de su Cuando estábamos haciendo el proceso de
pena, la Mujer entró en la mezquita. Finas selección de los cuentos para los dones del
columnas de alabastro copiaban la altura y la Espíritu Santo, y empezamos a leer "La madre,
esbeltez de las palmeras del desierto. La la muerte y el ángel", nos pareció que era muy
filigrana de la piedra reproducía, hasta el infinito, fuerte, por el gran dolor de esta madre que no
el nombre de Alá. puede encontrar consuelo para sus sufrimientos.
Se hizo un ovillo a los pies del Imán. Sin embargo, cuando llegamos al final,
- Señor: he perdido a mi hijo. Era tan pequeño comprendimos que era el cuento adecuado para
que mis brazos le bastaban. Lo amaba y lo trabajar este don, el del consejo. ¿Quién puede
perdí. No tengo consuelo. Vivo en aconsejar? El que tiene sabiduría y
desesperación. entendimiento, pero además, es capaz de
ponerse en el lugar del otro. Los consejos que
- "La verdadera tumba de los mortales no está recibe esta mujer de parte de los distintos
en la tierra sino en el corazón de los hombres... pastores o sacerdotes, no son malos, cada uno
Tu hijo está vivo en tu corazón. Vida y Muerte no de ellos va diciendo una verdad, pero es María
nos pertenecen, Dios da y Dios quita. la única que se pone junto a la mujer y llora con
Resignación, hija mía". ella. Es con la actitud que le dice que no está
Arrebujada en el manto vivo de su cabellera, la sola, que ella está a su lado, que Jesús también
Madre entró en una capilla evangelista. la escucha y la comprende en su sufrimiento. Es
necesario pedir con insistencia esta capacidad
Las paredes eran grises y desnudas. Ni un
de aconsejar que implica necesariamente saber
cuadro, ni un signo de mundana frivolidad. Sólo
escuchar, ponerse en el lugar del otro,

Textos para orar y reflexionar 106


ITAKA - ESCOLAPIOS CUENTOS Y PARÁBOLAS

compadecerse, como tantas veces lo hizo fácil. Pero al fin el hambre por un lado, y su
Jesús,y por sobre todas las cosas, dejar instinto de cazador solitario por el otro, lo
nuestros propios intereses de lado para tratar de animaron a acercarse. Y lo que vio le confirmó
descubrir qué es lo mejor para el que necesita sus esperanzas. La gallina estaba al alcance de
de nosotros un consejo. sus saltos, y de ninguna manera había allí arriba
Para trabajar con el cuento: nada que se pareciera a una trampa. Tenía
suficiente experiencia como para conocer
- Narrar o leer el cuento hasta (*). Preguntar a dónde había peligro. Y la gallina estaba
los participantes qué le dirían a una mujer en realmente apetitosa.
esta situación.
- Entregar a cada participante una copia del - Dios ayuda al que madruga – se dijo, sin
cuento y terminar la lectura. Analizar lo que dice percatarse de que otro había madrugado antes
cada uno de los personajes: ángel, sacerdote, que él. De esto se dio cuenta recién cuando al
rabino, imán, pastor y María. segundo salto, y casi teniendo ya el ave entre
- Conversar entre todos qué significa aconsejar sus dientes, al caer a tierra sintió el ¡trac! De la
- Dejar un momento de silencio en el cual cada trampa de hierro que estaba escondida entre los
uno va a pensar en las personas que alguna vez pastos del suelo.
le pidieron un consejo, cómo respondieron, Eso no se lo había esperado. ¡Maldita gula, que
cómo las escucharon, si fueron capaces de lo llevó a descuidarse! La trampa no estaba
aconsejar desinteresadamente, si fueron entre las ramas, sino donde había puesto la
capaces de ponerse en el lugar del otro y junto pata. O mejor la mano. Porque la pinza de hierro
al otro. Invitar al que lo desee para que con dientes herrumbrados, había agarrado su
comparta sus reflexiones. mano derecha justo por arriba de la muñeca. La
- Hacer una oración al Espíritu Santo pidiendo sangre comenzó a chorrear y el frío inicial se fue
que nos de capacidad para saber aconsejar. convirtiendo en un agudísimo dolor que le
251. LA MANO DERECHA acalambraba todo el cuerpo. Fueron inútiles los
esfuerzos. Los dientes penetraban cada vez
Este es un cuento de bichos. Y trata de Aguará, más en la coyuntura, y la trampa estaba
el Zorro. Don Juan, como se lo llama en el amarrada con alambre al tronco del árbol.
campo. Personaje lleno de astucia, y por demás Bien pronto Don Juan el Aguará comprendió que
aficionado a los gallineros. Pero que no deja así todo estaba perdido. De allí no se soltaría, ni
nomás el cuero en la estaca. Aunque a veces el podría llevarse aquella maldita trampa a su
hambre lo lleva a cometer imprudencias, que cueva. Luego de una noche de dolores
suele pagar caro. tremendos, llegaría la madrugada y con ella el
Se la tenían jurada en la estancia a Don Juan. peón recorriendo al trotecito de su caballo zaino.
Sabían que era inútil buscarlo entre las pajas Abriría desde arriba la tranquera, se acercaría a
bravas del cañadón, una vez que allí se ganaba. la tapera, se dejaría caer del caballo con el
También hubiera sido de gusto buscarlo con talero en la mano, arrollada la lonja sobre el
perros de día. Los olía de lejos y cualquier puño y libre el cabo para sacudirle el golpe que
cueva le servía de escondite para hacérseles lo despenaría definitivamente. De todo esto no
humo. De ahí que decidieron ganarle por la le cabía la menor duda. Aunque a veces el dolor
astucia. Conocían su preferencia por las que y su instinto de conservación lo llevaban a
llevan pluma, sobre todo cuando están gordas y realizar desesperados esfuerzos por arrancar su
alejadas de la defensa normal de los gallineros mano derecha de la dentadura de fierro que lo
cercanos a la casa. atenazaba.
Y así fue que le armaron la trampa. En la tapera Y llegó la madrugada. El golpe del cierre sobre
vieja. Le ataron una gallina viva y gorda a media el travesaño de la tranquera lo despertó del
altura, enredándola en un alambre, entre los letargo. Allí estaba el peón acercándose al
gajos no muy altos de un naranjo viejo. Todo trotecito sobón de su zaino. Don Juan se dio
parecía haber sucedido de casualidad. La cuenta de que había llegado el momento
gallina podría haberse alejado de la casa decisivo. Había que optar. Y optó.
habitada y la noche la sorprendería picoteando Arrimó con rabia sus afilados dientes a los
en el patio lleno de yuyos en la tapera vieja. Allí dientes de hierro de la trampa, afirmándolas
se habría subido al naranjo para dormir a justo allí sobre la herida que producían. Cerró
seguro, y un alambre quizá de cuánto tiempo los ojos, y a la vez que daba un tremendo tirón,
olvidado, la habría enganchado dejándosela a mordió con todas sus fuerzas su propia mano,
pedir de boca a Don Juan. cortándosela a ras del hierro.
Al menos esa fue la conclusión a la que llegó el Allí quedaría su mano derecha, mientras él, en
Aguará luego de estudiar desde la distancia y tres patas y casi sin fuerzas, huía hacia los
con cautela la situación con la que se encontró pajonales salvando así su vida.
aquella nochecita. El hambre lo había sacado
del pajonal, y antes de arriesgar una cercanía al Consideró preferible salvar la vida rengo, que
gallinero había querido pasar por aquel lugar terminar con sus cuatro patas bajo el talero del
para averiguar el ruido del aleteo de lo que peón.
podría ser un ave. No se dejó convencer muy

Textos para orar y reflexionar 107


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Mamerto Menapace, osb. Monasterio Caído ya el sol, todo el horizonte refucilaba en


Santa María de Los Toldos silencio, como quien prueba el filo de sus armas
antes del entrevero.
252. LA CAMISA DEL HOMBRE
Los molinos montaban guardia, cada uno en la
FELIZ esquina de su potrero, olfateando el viento,
Un gran marajá indio no era feliz. Sin embargo, siempre de frente. Y los grandes eucaliptos de
tenía todo lo que un mortal puede desear, un las avenidas entraban en la noche de a pie, bien
palacio lujoso, riquezas en abundancia, agarrados en la tierra con sus raíces en abanico
esclavos a su disposición, distracciones y recortando un trozo del cielo estrellado con su
renovadas incesantemente, mujeres que ramaje tendido al aire. Algunos eran bien
cambiaba varias veces por semana. A pesar de grandes. Se los podía ver desde legua y media
eso, no era feliz. Un día, fue en busca de su de distancia; y hasta podían ser puntos de
gran visir, y le preguntó qué debía hacer para referencia. Alrededor de las casas estaban
ser feliz. desparramados los demás árboles. Unos
grandes; otros pobres, más chicos. Algunos
- Nadie es feliz, le respondió el hombre. tenían como misión dar fruta, otros sólo flores. Y
Insatisfecho, el marajá planteaba su problema a otros estaban allí nomás por llenar un hueco,
todos los que encontraba. Un sabio aceptó simplemente porque la casualidad de la vida
comprometerse y le dio su receta de la felicidad: había hecho entrar allí su carozo. O tal vez
"Tenéis que poneros la camisa de un hombre porque alguien, alguna vez, se había fijado en
feliz, y llegaréis a serlo". Inmediatamente, el ellos y los había transplantado allí.
marajá envío a sus embajadores por todo su Pero todos, eso sí, habían buscado la altura. Su
reino con la misión de encontrar al hombre feliz ansia de aire y de luz los había obligado a
y llevarle su camisa. estirarse para sacar al menos el brazo de una
Los enviados partieron hacia los cuatro puntos rama por encima de los demás. Algunos no
cardinales del reino e interrogaron a las gentes. habían llegado a tiempo y ahí estaban, tapados
y secos.
Por todas partes la misma respuesta:
Todos entraban en la misma noche, cada uno
- No, no soy feliz
con su historia hecha de pasado y de proyectos.
- No tengo mas que un pedazo de tierra y no Cada uno asegurado en su existencia por la
puedo alimentar a mi familia. profundidad de sus raíces, la seguridad de sus
- No estoy bien en mi pellejo; no estoy de tornillos o la flexibilidad de sus ramas. El tiempo
acuerdo conmigo mismo. había ido acumulando en ellos fuerza y
resistencia. Curtidos por los soles o los vientos,
- Estoy terriblemente fastidiado, etc. habían terminado por tener confianza en ellos
Ricos y pobres, hombres y mujeres, adultios y mismos. Además, cada uno de ellos comprendía
niños, nadie era feliz. y valoraba el aporte de su propia existencia.
Los legados estaban a punto de desesperarse Algunos tenían sus frutas casi maduras. Otros
cuando, un día, uno de ellos descubrió, en el las estaban haciendo crecer para mayo. Leña,
fondo de un macizo montañoso, una cueva en la abrigo, sombra o agua: cada techo y cada árbol
que vivían unos "yoguis". Habían abandonado el tenía conciencia de estar cumpliendo una
mundo para dedicarse a las realidades divinas. misión. Y la conciencia de estar cumpliendo una
No poseían nada y se alimentaban con un grano misión importante mantiene fácilmente en pie y
de arroz por día. Al primero a quien se acercó, el hace que uno considere su propia existencia
enviado le hizo la pregunta: como imprescindible. A los mejor,
acostumbrados de tiempo a estar allí plantados,
- ¿Eres feliz? les resultaba difícil imaginarse ese paisaje sin
- ¿Yo? Completamente feliz, contestó. ellos. Y de tanto tomarse entre ellos como
puntos de referencia, y de mirar desde la altura
- Entonces, dame tu camisa al momento. de sus ramas hacia abajo, habían reducido su
Unos instantes, el sabio fijó sobre el rostro del geografía a la superficie capaz de ser cubierta
interlocutor su mirada profunda y transparente. por su sombra. Habían reducido la vida a su
Después dijo, con un gesto que indicaba una vida, y la existencia a su existencia.
evidencia: Al final la noche terminó por envolverlo todo. El
- Muy gustoso te daría mi camisa. Pero ya hace candil de una luna en creciente apenas si
tiempo que no la tengo lograba mantenerse encendido detrás de las
Pierre Babin nubes; pero no iluminaba nada. Sólo el chispear
de los refucilos cada vez más amplios en sus
253. LOS GRILLOS Y EL ademanes, lograba regalar su contorno a los
VENDAVAL árboles con más tamaño. Pero eso era sólo el
gesto de un instante, lo necesario como para
La tarde había ido apilando nubarrones en el ubicar al enemigo.
oeste. Hacía días que el viento norte andaba Cuando del bochorno del día cada uno se fue
suelto, acartuchando los maizales y enervando entregando al descanso atrincherado en sus
a la gente. Algo tenía que pasar esa noche.
Textos para orar y reflexionar 108
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viejas seguridades. Sólo los grillos parecían 254. LOS HOMBRES Y LA TIERRA
estar despiertos y mezclaban en toda esa
geografía su humilde canto inútil. Hay muchas maneras de estudiar la tierra. De
Acostumbrados a mirar desde abajo y a sentirse relacionarse con ella. He conocido un grupo de
pequeños, se habían olvidado casi de sí mismos ingenieros que vinieron al campo, extrajeron
y necesitaban de su canto para comunicarse pequeñas muestras de tierra, y luego las
con sus hermanos grillos invisibles, pero analizaron minuciosamente en sus laboratorios.
también despiertos. Así profesaban su fe en Al tiempo volvieron acompañados por otros
todo lo grande que veían arriba: el cielo, las hombres e instalaron una ladrillería. Arañaron la
nubes, los refucilos; y mucho, pero mucho más superficie de la tierra y le sacaron toda la capa
lejos, las estrellas ahora ocultas. fértil. La humillaron prolijamente en el pisadero,
A media noche se oyó un grito. Ese grito la mezclaron con otros elementos, de la zona
inmenso de la naturaleza sorprendida por el unos y otros traídos de afuera. moldearon el
vendaval. Cada rama, cada tronco, cada arista amasijo, luego lo resecaron al sol y lo apilaron
gimió bajo el tremendo empuje de la avalancha. de a miles formando un hormiguero. El fuego
Cedieron las raíces de los inmensos eucaliptos, completó la obra, endureciendo esta tierra fértil,
y en su caída esos gigantes aplastaron en su desmenuzada sin identidad en una infinitud de
abrazo a cuanto se guarnecía a su sombra. paralilepípedos útiles para ser transportados y
Todo cuanto estaba de pie fue sacudido por el apilados en cualquier parte.
vendaval, que en sólo tres minutos cambió el Cuando se agotó la tierra fértil y el paisaje
viejo paisaje abriendo brechas de luz y mostró su rostro agrio de médano y de tosca,
derramando descuajados los ramajes con esos hombres levantaron el campamento y se
historias y proyectos. También el canto de los fueron a reanudar su minería en paisajes
grillos fue ahogado por ese alarido del vendaval nuevos. No creo que la nostalgia haya tenido
y de las cosas, y en esos momentos ya nadie nada que hacer en su despedida. Nada dejaban
pensó más en ellos. Ni en ello ni en nada. El allí esos hombres que fuera obra suya, a no ser
impacto de la sorpresa y la angustia del paisaje los restos de hornallas de color entre rojo y
transformado, hicieron que los hombres se negro, que en ese paisaje de tierra semejaban
olvidaran de todo lo que aún seguía igual. bocas de puñalada en el cuerpo de un finado.
A lo mejor nadie pensó que las estrellas aún También he visto un grupo de hombres que en
seguían en sus sitios. Nadie de los hombres, términos científicos hablaban de la fauna y de la
aturdidos por el miedo, consideró que aún se flora. De cada yuyo distinto sacaron un par de
darían atardeceres quietos y anocheceres tibios hojitas. Descubrieron flores raras y se
con luciérnagas en los reparos. indignaron al comprobar que otras se habían
Tratando de templar los nervios, tendido en la extinguidos. Estos hombres, ¡con qué respeto y
cama, yo escuchaba los truenos que se con qué altura hablaban de la tierra! Con
alejaban hacia el este destrozando paisajes términos precisos y correctos aborrecieron el
viejos, arriados por refucilos que la distancia trabajo de los ladrilleros.
hacía cada vez menos enérgicos. El silencio se Y luego de unos días, agotado ya lo que tenían
fue acercando, como para ver qué pasó. Y fue que decir, se fueron también ellos del paisaje,
entonces cuando un chirrido arañó el silencio de sin que quedaba de ellos ni un recuerdo en
los truenos lejanos. Breve, el canto del grillo se absoluto. A su paso, es cierto, el paisaje no
detuvo como asustando de lo que había hecho. quedó humillado. Pero tampoco se aportó nada
Pero al ratito se repitió con más confianza. Y nuevo al paisaje. No se vio allí organizarse un
pronto tomó la firmeza y el ritmo cadencioso de trebolar, ni verdear un trigal. ni preñarse los
las letanías de capilla de misión. Otros grillos se surcos en el batatal.
unieron a su rezo, y pronto, de entre los pastos Al tiempo, una ley declaró a ese paisaje:
prosternados por el vendaval, surgió hacia la “Parque Nacional”. Y con ello esa tierra fue
noche madre de las estrellas aún ocultas, hacia sentenciada a virginidad perpetua; a ser para
Dios, esa profesión de fe en la vida y en la siempre tierra de turismo, paisaje para ser
victoria sobre todos los vendavales pasados y gozado o estudiado sin compromiso; con
futuros. prohibición absoluta de que allí se hiciera ni
¿Inconsciencia del grillo? No. organizara nada.
Simple y profunda intuición de mi pueblo Y he visto también otros grupos de hombres.
humilde. Vinieron con todo lo poco que tenían, y algunos
Hay árboles que sólo cuando han caído uno se animales. Tenían muchas menos posibilidades
da cuenta de lo grandes que eran (proverbio que los ladrilleros y mucha menos ciencia que
chino). los sabios. Pero tenían una gran riqueza: tenían
tiempo y cariño por la tierra.
Mamerto Menapace, osb. Monasterio
Santa María de Los Toldos Comenzaron por incendiar un trozo de pajonal.
Ordenaron un pequeño trozo de paisaje y allí se
instalaron para vivir. Traían semillas distintas,
nuevas para ese paisaje viejo. Al principio todo
pareció quedar igual, salvo los pequeño

Textos para orar y reflexionar 109


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tablones de geografía cambiada. Y la presencia colmillos de marfil que sobresalían de la


constante de aquellos hombres en diálogo pequeña boca. Quedó tan admirado de lo que
continuo con la tierra, interpelándola por los había conocido que inmediatamente fue a
abrojos, por la quínoa y el chamico. contarles a los otros dos lo que había aprendido.
Nuestros hombres no interpelaban a la tierra por Les dijo:
lo visible de la tierra, por lo que la tierra - El elefante es como un tronco, cubierto a
mostraba. Interpelaban a la tierra por lo que en ambos lados por dos frazadas, y del cual salen
la tierra había de oculto. No se limitaron a dos grandes lanzas frías y duras.
recoger u organizar lo que encontraron en su Pero resulta que cuando le tocó el turno al
superficie. La incendiaron, la roturaron, la segundo sabio, sus manos tocaron al animal en
recorrieron tranco a tranco sembrándola de la panza. Trataron de rodear su cuerpo, pero
semillas nuevas. Después supieron esperar. éste era tan alto que no alcanzaba a abarcarlo
Esperaron vigilantes, carpiendo siempre el con los dos brazos abiertos. Luego de mucho
rebrote del paisaje viejo. Y lo que es importante: palpar, decidió también él contar lo que había
vivieron en la tierra; no se fueron de ella. aprendido. Les dijo:
Eran hombres con fe en la tierra. Con un cariño - El elefante se parece a un tambor colocado
profundo por la tierra. Sabía que la tierra tiene sobre cuatro gruesas patas, y está forrado de
posibilidades muchísimo más ricas que aquello cuero con pelo para afuera.
que puede dar cuando es dejada a sus solas
fuerzas. Entonces fue el tercer sabio, y agarró el animal
justo por la cola. se colgó de ella y comenzó a
No es que se hayan propuesto liberarla de algo: hamacarse como hacen los chicos con una
yuyos invasores o antiguo pajonal. No quisieron soga. Como esto le gustaba a la bestia, estuvo
liberar la tierra de algo. Quisieron liberar algo en largo rato divirtiéndose en medio de la risa de
ella. Sus posibilidades ocultas, su capacidad de todos. Cuando dejó el juego, comentaba lo que
trigal, su florecer de linares, sus rastrojos de sabía. También él dijo:
maizal fortificado de trojas.
- Yo se muy bien lo que es un elefante. Es una
La tierra aceptó a estos hombres. Les devolvió cuerda fuerte y gruesa, que tiene un pincel en la
con inmensa generosidad las semillas que ellos punta. Sirve para hamacarse.
habían sembrado. Al tiempo comenzó a haber
una identificación entre esos hombres y la tierra Resulta que cuando volvieron a casa y
liberada. comenzaron a charlar entre ellos lo que habían
descubierto sobre el elefante no se podían
Bajo un mismo sol, la tierra y los hombres poner de acuerdo. Cada uno estaba plenamente
comenzaron a tener la piel color trigal. Y cuando seguro de lo que conocía. Y además tenía la
el hombre se acostó a dormir en el surco, la certeza de que sólo había un elefante y de que
tierra se levantó a vivir en el alma de sus hijos. los tres estaban hablando de lo mismo. pero lo
Así cuentan que nació el folklore, con sus que decían parecía imposible de concordar.
coplas. Tanto charlaron y discutieron que casi se
Mamerto Menapace, osb. Monasterio Santa pelearon.
María de Los Toldos Pero al fin de cuentas, como eran los tres muy
sabios, decidieron hacerse ayudar, y fueron a
255. LOS TRES CIEGOS preguntar a otro sabio que había tenido la
oportunidad de ver al elefante con sus propios
Había una vez tres sabios. Y eran muy sabios.
ojos.
Aunque los tres eran ciegos. Como no podían
ver, se habían acostumbrado a conocer las Y entonces descubrieron que cada uno de ellos
cosas con solo tocarlas. Usaban de sus manos tenía razón. Una parte de la razón. Pero que
para darse cuenta del tamaño, de la calidad y de conocían del elefante solamente la parte que
la calidez de cuanto se ponía a su alcance. habían tocado. Y le creyeron al que lo había
visto y les hablaba del elefante entero.
Sucedió que un circo llegó al pueblo donde
vivían los tres sabios que eran ciegos. Entre las Ideas para trabajar el texto en grupos:
cosas maravillosas que llegaron con el circo, + Analizar el cuento. ¿qué momentos podemos
venía un gran elefante blanco. Y era tan señalar? ¿cuál es la conducta de cada
extraordinario este animal que toda la gente no personaje?
hacía más que hablar de él. + Relacionar el cuento con alguna situación
Los tres sabios que eran ciegos quisieron similar que hayamos vivido. Ponerla en común.
también ellos conocer al elefante. Se hicieron + Para contestar juntos:
conducir hasta el lugar donde estaba y pidieron - ¿Escuchamos a los demás, sus
permiso para poder tocarlo. Como el animal era opiniones, sus ideas?
muy manso, no hubo ningún inconveniente para - ¿Creemos tener siempre la"justa", y
que lo hicieran. que los otros están equivocados?
- ¿Qué nos enseña este cuento sobre
El primero de los tres estiró sus manos y tocó a la verdad de las cosas?
la bestia en la cabeza. Sintió bajo sus dedos las + Relacionar el cuento con Dios. ¿Nos pasa lo
enormes orejas y luego los dos tremendos mismo que a los tres sabios? ¿Por qué?
Textos para orar y reflexionar 110
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+ Hacer un listado de situaciones comunes que intenciones traía. Al principio no tuvo suerte.
puedan ser iluminadas con este cuento. Por Una tardecita sintió que le bicho volvía. Digo
ejemplo, cuando hay que tomar decisiones en bicho, porque le pareció que se trataba de eso
conjunto, al analizar la realidad, etc. cuando vio aparecer algo que podía parecerse a
Mamerto Menapace un mono. Pero pronto se percató de que en
realidad se trataba del mismísimo Mandinga en
256. LOS TRES ESPÍRITUS persona. Traía de una soguita una mona, puro
gruñido y morisquetas. Se arrimó a la plantita de
De esto hace mucho tiempo. Fue para poco parra, y sin más ceremonia, agarró a la mona
después de esa gran creciente que se llevó a por el pescuezo y la degolló allí mismo. Con su
casi toda la humanidad, con aves, bichos y sangre regó bien la tierra en derredor del tronco
sabandijas. Además de cuarenta días de de la planta. Después agarró al animalito
aguacero sin parar, se rompieron las defensas y muerto, y revoleándolo de la cola, lo tiró entre
el agua sublevada atropelló llevándoselo todo los pajonales. Limpió el facón en los pastos, y
por delante. sin siquiera saludar se hizo humo.
Anoticiado por Tata Dios, el paisano don Noé Don Noé no tuvo tiempo para reaccionar.
había construido una gran jangada, sobre la que Cuando se quiso dar cuenta, Satanás ya se
armó un enorme galpón en el que guareció de había ido sin dejar rastros. Pensaba irse para su
cada especie de bicho una yunta. Además logro casa a comentar lo extraño del suceso pero
salvar a su familia: su patrona y los tres hijos volvió a sentir ruido entre los pajonales. Esta
con sus esposas. vez la cosa parecía en serio, porque eran
Cuando bajó la creciente, aquello parecía un bramidos. Y no era para menos Mandinga
cementerio. Pero no era cuestión de echarse apreció de nuevo, traía un puma a la cincha.
para atrás. Enseguida se comenzó todo de Bravo andaba el bayo, tirando zarpazos y
vuelta. Noé entregó a cada uno de sus hijos los dentelladas por todos lados. Pero el diablo no
animalitos salvados, asignándoles la zona de era manco, y pisándole en las ancas lo inmoló
campo donde podrían criarlos. Como él ya allí mismo, repitiendo el extraño rito de regar
andaba medio viejo y con las tabas entumecidas con su sangre la plantita de viña. Terminada la
de tanta humedad como había soportado, operación, tomó al puma por la cola y
decidió dedicarse a cultivar una pequeña revoleándolo lo tiró entre los pajonales. Y a los
chacrita vecina a las casas. saltos desapareció como si se fuera a buscar
otro animal para repetir lo que andaba haciendo.
Además de la verdura y hortalizas para el
consumo, le dio al viejo por probar con unas Noé sospechó que volvería esta vez decidió no
especies nuevas, que parecían ser de buen dejarlo escapar. Se tanteó la cintura para
porvenir. En una cosa de esas dio una plantita cerciorarse de que el facón estaba a mano. De
medio rugosa, que daba una especie de racimos su empuñadura colgaba el grueso rebenque
con frutita muy dulce. Pensó que podía ser cabo de naranjo, y lonja de cuatro dedos de
buena fruta para fabricar algún jugo virtuoso y ancho. Se agazapó sobre sus garrones, listo
reconfortante. Sin darse cuenta, había para el salto. No tuvo que esperar mucho. De
descubierto la planta de vid. nuevo se sintieron unos gruñidos y golpes.
Mandinga traía de la cola y a los rodillazos un
Como era hombre de ingenio, en cuanto la vio
chanchito. Aunque el animal se quería empacar,
prosperar y crecer, enseguida le armó una parra
el diablo se dio maña y lo arrimó a la parra.
para que se fuera agarrando. A cosa de una
Después de degollarlo, como entendido en el
cuadra de las casas quedaba el terrenito que le
asunto, volvió a regar con su sangre el tronco y
dedicó. Todos los días iba a echarle una
toda la tierra que lo rodeaba. Ya se disponía a
miradita, a la vez que aprovechaba para carpir
tomarlo de la cola para revolearlo, cuando Noé
los yuyos que aparecían entre los surcos y
se le fue encima como un ventarrón. No le dio
almácigos. Si algún gusano, de los salvados
tiempo ni pa’ encomendarse a Dios. De un
vaya a saber cómo de la inundación, se atrevía
talerazo en la nuca lo volteó panza abajo, y ya
a subirse al parral, lo bajaba de allí con el lomo
se le tiró encima apretándolo con las rodillas en
del falcón, y lo aplastaba con la bota sin miedo
la cintura, mientras le bajaba el rebenque sin
de acabar con su especie.
asco por las asentaderas.
Una mañanita encontró algo raro en su quinta.
Mientras le menudeaba los azotes, Noé le
Vio pisadas que no eran de cristiano, pero
gritaba furioso:
tampoco parecían de animal. Y para peor,
parecía que el desconocido se las había -¡Te agarré, maldito! De aquí no vas a salir sin
agarrado con la plantita de viña. Porque allí se marca, hasta que no me hayas confesado todito
arremolinaban las huellas, y hasta había lo que andás haciendo, y por qué me has
removido la tierra alrededor del tronco. Lo querido engualichar mi viña.
rastreó, pero la rastrillada se le perdió entre los Bramaba el maldito por el dolor, pero no podía
pajonales un par de cuadras más allá. sacárselo al paisano Noé de encima. La boca se
Como no era hombre de dejarse madrugar por le llenaba de tierra, y ya medio ahogado le
un cualquiera, Noé se decidió a esperarlo suplicó que no le siguiera pegando. Que le
escondido entre los matorrales, para ver qué contaría todo lo que había estado haciendo. Así,

Textos para orar y reflexionar 111


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ya medio charqueado por la lonja de la guacha 257. ASAMBLEA EN LA


que Noé no le mezquinaba, se decidió a
confesar la picardía que andaba realizando. Y
CARPINTERÍA
apretando contra el suelo, al final dijo: Un cuento para compartir
- Le estaba echando gualicho a la raíz de la Cuentan que en la carpintería hubo una vez una
viña, para darle virtú al vino. extraña asamblea. Fue una reunión de
- ¿Y de que virtú se trata? – bramó Noé. herramientas para arreglar sus diferencias. El
martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea
- Son tres espíritus diferentes – respondió el
le notificó que tenía que renunciar. ¿La causa?
apretaro -. Tres espíritus que se van
¡Hacía demasiado ruido! Y, además, se pasaba
despertando a medida que le hombre se interna
el tiempo golpeando.
en el vino. Al principio es el de la mona. Al que
no sabe dominarse a tiempo, en cuanto se El martillo aceptó su culpa, pero pidió que
bandea un poco, le entra el espíritu de este también fuera expulsado el tornillo; dijo que
bicho, y comienza a hacerse el gracioso para había que darle muchas vueltas para que
hacer reír a la gente. Y todos los que lo ven, lo sirviera de algo.
cargan diciéndole que suelte la mona que se Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero a
agarró. Si continúa bebiendo, se le despierta el su vez pidió la expulsión de la lija. Hizo ver que
espíritu del puma. Se pone malo y peleador. Se era muy áspera en su trato y siempre tenía
atreve cobardemente con su mujer y con los fricciones con los demás.
chicos. Le da por buscar camorra y por provocar
peleas. Es que le ha entrado en el cuerpo la Y la lija estuvo de acuerdo, a condición de que
sangre del puma. Si continúa bebiendo, fuera expulsado el metro que siempre se la
entonces es el cerdo el que se le despierta por pasaba midiendo a los demás según su medida,
dentro. Comienza a gruñir, se le cae el chiripá y como si fuera el único perfecto.
termina por tirarse en las cunetas revolcándose En eso entró el carpintero, se puso el delantal e
en el barro igualito que un chancho. inició su trabajo. Utilizó el martillo, la lija, el
- ¡Ahá, bicho desgracio! – bramó Noé, al tiempo metro y el tornillo. Finalmente, la tosca madera
que le descargaba un tremendo rebencazo -. Yo inicial se convirtió en un lindo mueble.
te voy a enseñar a andar haciendo picardías. Cuando la carpintería quedó nuevamente sola,
Aquí mismo te voy a despenar para limpiar el la asamblea reanudó la deliberación. Fue
mundo de un sabandija como vos. entonces cuando tomó la palabra el serrucho, y
Pero al querer sacar el facón, aflojó un poco las dijo: "Señores, ha quedado demostrado que
rodillas, y Mandinga se le fue de abajo como tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con
carozo mal apretado. Noé quedó de rodillas y nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace
con el cuchillo en la mano, mientras Mandinga valiosos. Así que no pensemos ya en nuestros
salía echando humo por los pajonales con el puntos malos y concentrémonos en la utilidad
trasero ardiéndole por los rebencazos. de nuestros puntos buenos".

Noé se secó el sudor de la cara con la punta del La asamblea encontró entonces que el martillo
pañuelo que tenía al cuello. Después se arrimó era fuerte, el tornillo unía y daba fuerza, la lija
con pena a la planta de vid, dispuesto a cortarla era especial para afinar y limar asperezas y
de un solo hachazo. Ya había levantado el observaron que el metro era preciso y exacto.
facón, cuando el ángel del cielo le detuvo el Se sintieron entonces un equipo capaz de
brazo al tiempo que le pegaba el grito: producir muebles de calidad. Se sintieron
- ¡No amigo, no lo haga! ¡Respete los dones de orgullosos de sus fortalezas y de trabajar juntos.
Dios! Llegará un día en que el mismísimo Hijo Ocurre lo mismo con los seres humanos.
de Dios necesitará del vino, para convertirlo en Observen y lo comprobarán. Cuando en un
su sangre, a fin de que todo aquel que la beba grupo se buscan a menudo defectos en los
tenga la vida eterna, lo que es la vida de Dios. demás, la situación se vuelve tensa y negativa.
Ahora usted ya sabe los peligros que encierra. En cambio, al tratar con sinceridad de percibir
Tómelo con moderación y enséñele a sus hijos y los puntos fuertes de los demás, es cuando
nietos la verdad de esta historia. florecen los mejores logros humanos.
Pero Noé medio afligido le dijo que aunque así Es fácil encontrar defectos, cualquiera puede
lo hiciera, a lo mejor sus descendientes, hacerlo, pero encontrar cualidades, eso es para
empezando por sus hijos, no le harían caso. espíritus superiores que son capaces de inspirar
Entonces el ángel de Dios agachándose levantó todos los éxitos humanos.-
del suelo el rebenque y se lo alcanzó, mientras Martha Lambrechts. Catequesis 2000 - año
riendo le decía: jubilar
- Tome amigo, y enséñeles esto...¡pa’ recuerdo!
Mamerto Menapace, osb. Monasterio
Santa María de Los Toldos

Textos para orar y reflexionar 112


ITAKA - ESCOLAPIOS CUENTOS Y PARÁBOLAS

258. LA CARAVANA EN EL 260. LA SOMBRA SANTA


DESIERTO Érase una vez un hombre tan piadoso que hasta
Un poderoso sultán viajaba por el desierto los ángeles se alegraban viéndolo. Pese a su
seguido de una larga comitiva que transportaba enorme "santidad", no tenía ni idea de que era
su tesoro favorito de oro y piedras preciosas. un santo. ÉL se limitaba a cumplir sus humildes
obligaciones, difundiendo en torno suyo la
A mitad de camino, un camello de la caravana, bondad de la misma manera que las flores
agotado por el ardiente reverbero de la arena, difunden sus fragancia, o las lámparas su luz.
se desplomó agonizante y no volvió a
levantarse. Su "santidad" consistía en no tener en cuenta el
pasado de los demás, sino que tomaba a todo el
El cofre que transportaba rodó por la falda de la mundo tal y como era en ese momento,
duna, reventó y derramó todo su contenido de fijándose por encima de la apariencia de cada
perlas y piedras preciosas, entre la arena. persona, en lo más profundo de su ser, donde
El sultán, no quería aflojar la marcha; tampoco todos eran inocentes, honrados y demasiado
tenía otros cofres de repuesto y los camellos ignorantes para saber lo que hacían. Por eso
iban con más carga de la que podían soportar. amaba y perdonaba a todo el mundo, y no
Con un gesto, entre molesto y generoso, invitó a pensaba que hubiera nada de extraordinario en
sus pajes y escuderos a recoger las piedras ello puesto que era la consecuencia lógica de su
preciosas que puedieran y a quedarse con ellas. manera de ver a la gente.
Mientras los jóvenes se lanzaban con avaricia Un día le dijo un ángel: "Dios me ha enviado a ti.
sobre el rico botín y escarbaban afanosamente Pide lo que desees y te será concedido.
en la arena, el sultán continuó su viaje por el ¿Deseas, tal vez, tener el don de curar?". "No",
desierto. Se dio cuenta de que alguien seguía respondió el hombre, "preferiría que fuera el
caminando detrás de él. Se volvió y vio que era propio Dios quien lo hiciera". "¿Quizá te gustaría
uno de sus pajes que lo seguía, sudoroso y devolver a los pecadores al camino recto?" "No",
jadeante. respondió, no es para mi eso de conmover los
- ¿Y tú - le preguntó el sultán - no te has parado corazones humanos. Eso es propio de los
a recoger nada? ángeles". "Preferirías ser un modelo tal de virtud
que suscitaras en la gente el deseo de imitarte?
El joven le respondió con dignidad y orgullo: "No" dijo el santo, "porque eso me convertiría en
- ¡ Yo sigo a mi rey ! el centro de atención".
"Entonces, ¿Qué es lo que deseas?" preguntó el
259. CUENTO ángel. "La gran gracia de Dios" -. Respondió Él.
"Un muchacho se quejaba un día a Dios y le "teniendo eso, no deseo tener nada más". "No",
decía: le replicó el ángel, "tienes que pedir algún
milagro; de lo contrario, se te concederá
- Señor, tú has hecho ricos a todos los demás, cualquiera de ellos, no sé cual..." "Está bien; si
mientras que a mí no me has dado nada. es así, pediré lo siguiente: deseo que se realice
Un viejo, que escuchaba sus quejas, le dijo el bien a través de mí sin que yo me dé cuenta."
- ¿Eres tan pobre como crees? ¿No te ha dado De este modo se decretó que la sombra de
Dios juventud y salud? aquel santo varón, con tal de que quedara
- Sí, es verdad, y me siento orgulloso de ello, detrás de él, estuviera dotada de propiedades
dijo el muchacho. curativas. Y así, cayera donde cayera su sombra
- y siempre que fuese a su espalda -, los
Entonces el viejo le tomó de la mano y le dijo enfermos quedaban curados, el suelo se hacía
- Si te diese cien mil pesetas, ¿te dejarías cortar fértil, y recobraban la alegría los rostros de los
la mano derecha agobiados por el peso de la existencia.
- ¡Ni hablar! Pero el santo no se enteraba de ello, porque la
atención de la gente se centraba de tal modo en
- ¿Y la izquierda? su sombra que se olvidaban de él; y de este
- ¡Tampoco! modo se cumplió con creces su deseo de que
- ¿Y si te diese un millón, te dejarías quedarte se relizara el bien a través de él y se olvidaran
sin vista? de su persona.
- ¿No lo permita Dios! Ni por una fortuna daría Anthony de Mello
uno de mis ojos
261. LOS MIL PERRITOS
- Entonces, ¿de qué te quejas?, le dijo el viejo.
¿No ves la inmensa fortuna que Dios te ha Se dice que hace tiempo, en un pequeño y
regalado? Pues vete, y no seas desagradecido. lejano pueblo, había una casa abandonada.
Tolstoi Cierto día, un perrito buscando refugio del sol,
logró meterse por un agujero de una de las
puertas de dicha casa.

Textos para orar y reflexionar 113


ITAKA - ESCOLAPIOS CUENTOS Y PARÁBOLAS

El perrito subió lentamente las viejas escaleras Nuremberg. Albert comenzó entonces el
de madera. Al terminar de subir las escaleras se peligroso trabajo en las minas, donde
topó con una puerta semiabierta; lentamente se permaneció por los próximos cuatro años para
adentró en el cuarto. Para su sorpresa, se dio sufragar los estudios de su hermano, que desde
cuenta que dentro de ese cuarto habían 1000 el primer momento fue toda una sensación en la
perritos más observándolo tan fijamente como él Academia.
los observaba a ellos. El perrito comenzó a Los grabados de Albretch, sus tallados y sus
mover la cola y a levantar sus orejas poco a óleos llegaron a ser mucho mejores que los de
poco. Los 1000 perritos hicieron lo mismo. muchos de sus profesores, y para el momento
Posteriormente sonrió y le ladró alegremente a de su graduación, ya había comenzado a ganar
uno de ellos. El perrito se quedó sorprendido al considerables sumas con las ventas de su arte.
ver que los 1000 perritos también le sonreían y Cuando el joven artista regresó a su aldea, la
ladraban alegremente con él ! Cuando el perrito familia Durer se reunió para una cena festiva en
salió del cuarto se quedó pensando para sí su honor. Al finalizar la memorable velada,
mismo: ¡Qué lugar tan agradable! ¡Voy a venir Albretch se puso de pie en su lugar de honor en
mas seguido a visitarlo!¨ la mesa, y propuso un brindis por su hermano
Tiempo después, otro perrito callejero entró al querido, que tanto se había sacrificado para
mismo sitio y se encontró entrando al mismo hacer sus estudios una realidad.
cuarto. Pero a diferencia del primero, este Sus palabras finales fueron: "Y ahora, Albert
perrito al ver a los otros 1000 perritos del cuarto hermano mío, es tu turno. Ahora puedes ir tú a
se sintió amenazado ya que lo estaban viendo Nuremberg a perseguir tus sueños, que yo me
de una manera agresiva. Posteriormente haré cargo de ti". Todos los ojos se volvieron
empezó a gruñir; obviamente vio como los 1000 llenos de expectativa hacia el rincón de la mesa
perritos le gruñían a él. Comenzó a ladrarles que ocupaba Albert, quien tenía el rostro
ferozmente y los otros 1000 perritos le ladraron empapado en lágrimas, y movía de lado a lado
también a él. Cuando este perrito salió del la cabeza mientras murmuraba una y otra vez:
cuarto pensó: "Que lugar tan horrible es este!! "No... no... no...". Finalmente, Albert se puso de
Nunca más volveré a entrar allí!" En el frente de pie y secó sus lágrimas. Miró por un momento a
dicha casa se encontraba un viejo letreroque cada uno de aquellos seres queridos y se dirigió
decía: "La Casa de los 1000 Espejos". luego a su hermano, y poniendo su mano en la
TODOS LOS ROSTROS DEL MUNDO SON mejilla de aquel le dijo suavemente: "No,
ESPEJOS. NO ERES RESPONSABLE DE LA hermano, no puedo ir a Nuremberg. Es muy
CARA QUE TIENES, ERES RESPONSABLE tarde para mí. Mira lo que cuatro años de
DE LA CARA QUE PONES... trabajo en las minas han hecho a mis manos.
Cada hueso de mis manos se ha roto al menos
262. MANOS QUE ORAN una vez, y últimamente la artritis en mi mano
derecha ha avanzado tanto que hasta me costó
Durante el siglo XV, en una pequeña aldea
trabajo levantar la copa durante tu brindis...
cercana a Nuremberg, vivía una familia con 18
mucho menos podría trabajar con delicadas
niños. Para poder poner pan en la mesa para tal
líneas el compás o el pergamino y no podría
prole, el padre, y jefe de la familia, trabajaba
manejar la pluma ni el pincel. No, hermano...
casi 18 horas diarias en las minas de oro, y en
para mí ya es tarde".
cualquier otra cosa que se presentara. A pesar
de las condiciones tan pobres en que vivían, dos Sus palabras finales fueron: "Y ahora, Albert
de los hijos de Albrecht Durer tenían un sueño. hermano mío, es tu turno. Ahora puedes ir tú a
Ambos querían desarrollar su talento para el Nuremberg a perseguir tus sueños, que yo me
arte, pero bien sabían que su padre jamás haré cargo de ti". Todos los ojos se volvieron
podría enviar a ninguno de ellos a estudiar a la llenos de expectativa hacia el rincón de la mesa
Academia. Después de muchas noches de que ocupaba Albert, quien tenía el rostro
conversaciones calladas entre los dos, llegaron empapado en lágrimas, y movía de lado a lado
a un acuerdo. Lanzarían al aire una moneda. El la cabeza mientras murmuraba una y otra vez:
perdedor trabajaría en las minas para pagar los "No... no... no...". Finalmente, Albert se puso de
estudios al que ganara. Al terminar sus estudios, pie y secó sus lágrimas. Miró por un momento a
el ganador pagaría entonces los estudios al que cada uno de aquellos seres queridos y se dirigió
quedara en casa, con las ventas de sus obras, o luego a su hermano, y poniendo su mano en la
como fuera necesario. mejilla de aquel le dijo suavemente: "No,
hermano, no puedo ir a Nuremberg. Es muy
Después de muchas noches de conversaciones
tarde para mí. Mira lo que cuatro años de
calladas entre los dos, llegaron a un acuerdo.
trabajo en las minas han hecho a mis manos.
Lanzarían al aire una moneda. El perdedor
Cada hueso de mis manos se ha roto al menos
trabajaría en las minas para pagar los estudios
una vez, y últimamente la artritis en mi mano
al que ganara. Al terminar sus estudios, el
derecha ha avanzado tanto que hasta me costó
ganador pagaría entonces los estudios al que
trabajo levantar la copa durante tu brindis...
quedara en casa, con las ventas de sus obras, o
mucho menos podría trabajar con delicadas
como fuera necesario. Lanzaron al aire la
líneas el compás o el pergamino y no podría
moneda un domingo al salir de la Iglesia.
Albretch Durer ganó y se fue a estudiar a
Textos para orar y reflexionar 114
ITAKA - ESCOLAPIOS CUENTOS Y PARÁBOLAS

manejar la pluma ni el pincel. No, hermano... puerta negra, de aspecto dantesco, cráneos
para mí ya es tarde". humanos servían como decoración y el
picaporte para abrirla era la mano de un
263. EL MENDIGO cadáver...en verdad, algo verdaderamente
horrible sólo de imaginar, mucho más para ver.
Cuentan que a un pueblo lejano, un día llegó un
hombre ya bien anciano. Dicen que era sabio. El rey se colocaba en el centro de la sala y
Unos jóvenes universitarios decidieron probarlo. gritaba: “Ahora escojan, ¿qué es lo que ustedes
Fueron hasta él y le preguntaron: "Si eres un quieren: morir clavados por flechas o abrir
sabio, entonces dinos quien es la mejor persona rápidamente aquella puerta negra mientras los
de este pueblo." dejo encerrados allí? Ahora decidan, tienen libre
albedrío, escojan....” Todos los prisioneros
Al día siguiente, se posicionó en una calle
tenían el mismo comportamiento: a la hora de
donde se dice que todos los ciudadanos
tomar la decisión, ellos llegaban cerca de la
pasaban continuamente. Colocó un cartel que
horrorosa puerta negra de más de cuatro metros
decía "NECESITO ALGO DE USTED. POR
de altura, miraban los cadáveres, la sangre
FAVOR, DÓNEME ALGUNA COSA." La gran
humana y los esqueletos, con leyendas escritas
mayoría le dio dinero. Pero, cada vez que le
del tipo: "viva la muerte" , y decidían: - prefiero
daban dinero, él lo arrojaba a otro mendigo que
morir flechado... uno a uno, todos actuaban de
se encontraba a su lado. La gente se sorprendió
la misma forma, miraban la puerta negra y a los
con su actitud. Al día siguiente, de nuevo estaba
arqueros de la muerte y decían al rey: - prefiero
él con el mismo cartel. Esta vez, muy pocos le
ser atravesado por flechas a abrir esa puerta y
dieron dinero - que fue debidamente arrojado al
quedarme encerrado.
otro mendigo – pero le trajeron comida, de la
mejor y de la peor. Nuevamente, el sabio dio Millares optaron por lo que estaban viendo: la
toda la comida recibida a otros mendigos muerte por las flechas. Un día, la guerra
cercanos y, al llegar la hora del almuerzo, comió terminó, pasado el tiempo, uno de los soldados
de su propia comida. Nadie entendió que quería del "pelotón de flechas" estaba barriendo la
realmente el sabio. Llegó el tercer día, estaba él enorme sala cuando apareció el rey. El soldado
con el mismo cartel pero esta vez le dieron con toda reverencia y un poco temeroso,
menos dinero que el día anterior y muy pocos le preguntó: - Sabes, gran rey, yo siempre tuve
dieron comida y la que recibió él la distribuyó una curiosidad, no se enfade con mi pregunta,
con los otros mendigos del lugar, pero, un pero... ¿qué es lo que hay detrás de aquella
hombre apareció se acercó al sabio, le preguntó puerta negra? El rey respondió...recuerdas que
cómo estaba, le sonrió, conversó un rato con él a los prisioneros siempre le di la opción de
y después se retiró. Cuando el hombre se fue, el escoger?, pues bien...ve y abre esa puerta
sabio se movió y abandonó el lugar. negra. El soldado, temeroso, abrió
cautelosamente la puerta y sintió un rayo puro
Dos días después, los jóvenes preguntaron
de sol besar el suelo de la enorme sala, abrió un
sobre lo que había sucedido. "Mis jóvenes, la
poco más la puerta y más luz y un delicioso
realidad es que tanto el dinero como la comida
aroma a verde llenaron el lugar. El soldado notó
que me dieron no tenían nada de especial
que la puerta negra daba hacia un campo que
Simplemente cumplían con su deber, por tener apuntaba a un gran camino. Fue ahí que el
algo, dando a los que no tienen. Sin embargo, la soldado se dio cuenta de que la puerta negra
persona que se acercó, me sonrió y conversó llevaba hacia la... Libertad.
conmigo es la mejor de todas, porque me dio la
riqueza de la vida y la comida del alma. 265. CAMBIO DE LA APLICACIÓN
"Siempre que busquen a alguien bueno, NOVIA 6.0 A ESPOSA 1.0
verifiquen que, junto con cualquier cosa
El año pasado un amigo mío, administrador de
material, esa persona dé algo de si misma."
sistemas como yo, cambio la aplicación NOVIA
264. EL PODER DE LA PUERTA 6.0 por ESPOSA 1.0 y encontró que la
actualización dejaba mucho que desear.
NEGRA
En primer lugar ESPOSA 1.0 deja muy escasos
Érase una vez en el país de las mil y una los recursos del sistema para otras aplicaciones;
noches...En este país había un rey que era muy no solo eso, sino que se ha dado cuenta de que
polémico por sus acciones, tomaba a los ESPOSA 1.0 es también prolífica procesadora
prisioneros de guerra y los llevaba hacia una de NIÑOS 1.X, los cuales son adicionalmente
enorme sala... Los prisioneros eran colocados consumidores de recursos valiosos.
en grandes hileras en el centro de la sala y el
No había mención de este particular fenómeno
rey gritaba diciéndoles: “Les voy a dar una
ni en la documentación aportada por el
oportunidad, miren el rincón del lado derecho de
fabricante del producto, ni en la garantía del
la sala...” Al hacer esto, los prisioneros veían a
mismo, aunque otros colegas le habían
algunos soldados armados con arcos y flechas,
informado de que esto seria de esperar debido a
listos para cualquier acción. Ahora, continuaba
la naturaleza de la aplicación.
el rey...miren hacia el rincón del lado
izquierdo...Al hacer esto, todos los prisioneros Pero las sorpresas no acabaron ahí. Además,
notaban que había una horrible y grotesca ESPOSA 1.0 se autoconfigura de forma que
Textos para orar y reflexionar 115
ITAKA - ESCOLAPIOS CUENTOS Y PARÁBOLAS

siempre se lanza en la inicialización del sistema, llamarles, vuelven sobre la explicación al


desde donde puede monitorear todo el resto de anterior problema (bug en el kernel).
los procesos. ESPOSA 1.0 AVISO DE INCOMPATIBILIDAD: Si
Mi amigo se esta encontrando con que algunas tratas de instalar AMANTE 1.1 antes de
aplicaciones como NOCHE DE POKER 10.3, desinstalar ESPOSA 1.0, esta borrara los
JUERGA DE CERVEZA 2.5 y NOCHE DE PUB archivos MS-DINERO y a continuación
7.0 no se pueden ejecutar nunca mas, porque procederá a ejecutar una auto-desinstalación.
ESPOSA 1.0 bloquea el sistema cuando son Entonces AMANTE 1.1 rehusara instalarse
seleccionados (incluso aunque antes alegando insuficientes recursos en el sistema.
funcionaron bien siempre). Para evitar este efecto indeseable, intenta
En su instalación, ESPOSA 1.O instala instalar AMANTE 1.1 en un entorno diferente y
automáticamente servicios indeseados, como nunca ejecutes una aplicación de transferencia
SUEGRA 3.1 y CUÑADO versión DEMO, los de archivos, como por ejemplo MANCHA DE
efectos mas notables de estos servicios ROUGE 6.0.
añadidos es una degradación diaria y progresiva También evita similares aplicaciones de alquiler
del rendimiento del sistema. porque se sabe que pueden transferir virus que
Mi amigo, que no escarmienta, esta pueden afectar a ESPOSA 1.0. Otra solución
considerando muy seriamente cambiar la podría ser ejecutar AMANTE 1.1 vía proveedor
versión de la aplicación ESPOSA, pero hay de red bajo un nombre anónimo; de nuevo evita
algunas características que el querría ver los virus que puedan ser accidentalmente
añadidas en la siguiente versión de la aplicación cargados.
(ESPOSA 2.0) y estas son: N.R.: algunos consideran que la única aplicación
1) Un botón "Olvídate de mi" y otro para que funciona correctamente, aun cuando
minimizar. convive con otras mencionadas, es MANUELA
2) Incorporación de una opción que permita que 1.0 o (en sus diversas versiones)...
ESPOSA 2.0 pueda ser instalada con la opción 266. ESCONDITE DE AMOR Y
"desinstalar en cualquier momento", sin la
perdida de la cache y otros recursos valiosos del LOCURA
sistema. Cuenta, que una vez se reunieron en un lugar
3) Una opción para correr el controlador de red de la tierra todos los sentimientos y las
en modo "promiscuo", que permita al sistema cualidades de los hombres, y ocurrió cuanto
probar en versión shareware diversas sigue:
aplicaciones de la competencia, para tener un Cuando el aburrimiento había bostezado por
mayor conocimiento del mercado. tercera vez, la locura, como siempre tan loca,
Yo, por mi parte, he decidido evitar todos los les propuso:
dolores de cabeza asociados a ESPOSA 1.0, - ¿Jugamos al escondite?
continuando con NOVIA 4.0. Incluso así he
encontrado numerosos problemas. La intriga levantó la ceja intrigada y la
Aparentemente no puedes instalar NOVIA 4.0 curiosidad, sin poder contenerse preguntó:
sobre NOVIA 3.0, debes desinstalar las - ¿Al escondite? ¿Cómo se juega?
versiones anteriores primero.
- Es un juego -explicó la locura- en que yo me
Además, aparentemente, las versiones de tapo la cara y comienzo a contar desde uno
NOVIA tiene conflictos para compartir el uso de hasta un millón, mientras ustedes se esconden y
la puerta I/O (Entrada/Salida). cuando yo haya terminado de contar, el primero
En el servicio de soporte técnico me han de ustedes al que encuentre, ocupará mi lugar
comentado que se trata de un bug conocido y para continuar el juego.
que están buscando una manera de rodear el El entusiasmo bailó secundado por la euforia. La
problema, pues aparentemente se encuentra alegría dio tantos saltos que terminó por
implementado en el kernel (corazón) de la convencer a la duda, e incluso a la apatía, a la
aplicación y no consideran aconsejable que nunca le interesaba nada. Pero no todos
modificar este. quisieron participar.
Para empeorar las cosas, el programa para La verdad prefirió esconderse -¿para qué?, si al
desinstalar NOVIA 3.0 no funciona muy bien, final siempre la encontraban-. Y la soberbia
dejando trazas indeseables de la aplicación del opinó que era un juego muy tonto -en el fondo lo
sistema. que le molestaba era que la idea no había salido
Otro problema: todas las versiones de NOVIA de ella y fuese suya- y la cobardía prefirió no
continuamente lanzan molestos mensajes arriesgarse.
acerca de las ventajas de cambiar a ESPOSA - Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis.... -comenzó
1.0. Consultado de nuevo, el soporte técnico me a contar la locura.
sugiere ignorar tales mensajes, cuando les
indico que para esa solución no me hacia falta

Textos para orar y reflexionar 116


ITAKA - ESCOLAPIOS CUENTOS Y PARÁBOLAS

La primera en esconderse fue la pereza, que Desde entonces, desde que por primera vez se
como siempre, se dejó caer tras la primera jugó al escondite en la tierra, el amor es ciego y
piedra del camino. la locura lo acompaña siempre.
La fe subió al cielo y la envidia se escondió tras Revista Misión Joven marzo 1999
la sombra del triunfo, que con su propio
esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol 267. CARTA DE UN BEBÉ
más alto.
Hola Mami.....
La generosidad, casi no alcanzaba a
Soy tu hijo, me recuerdas? El que debió ser mi
esconderse. Cada sitio que hallaba le parecía
padre andaba fuera del país, no bastaron las
maravilloso para alguno de sus amigos. Así le
promesas de amor que le escribías, ni tu
ocurrió que si un lago cristalino para la belleza;
honestidad, ni tu familia. En su ausencia surgió
que si el bajo de un árbol perfecto para la
otro hombre. De ese romance fui engendrado
timidez; que si el vuelo de la mariposa para la
yo. Que gratos recuerdos mami, de los tres
voluptuosidad; que si una ráfaga de viento para
meses y veintiún días que me acunaste en tu
la libertad....
vientre, me sentía tan seguro!. Que bonito era
Así que terminó por ocultarse en un rayito de sentir tu caricias, escuchar el timbre dulce de tu
sol. El egoísmo, en cambio, encontró un sitio voz, jugar con tu universo interno. Sin embargo,
muy bueno desde el principio: ventilado, había que blanquear tu desliz, tenia que MORIR
cómodo, pero sólo para él. el delator y ese era YO.
La mentira se escondió en el fondo de los Por entonces supe de los problemas y de las
océanos - esto no es verdad, en realidad se discusiones que tenías con tu amante, mi padre.
escondió detrás del arco iris-, y la pasión y el El quería verme nacido y tu no. Que peleas!,
deseo en el centro de los volcanes. hasta que al fin pudiste arrancarle el dinero que
El olvido no recuerdo dónde se escondió, pero costó mi defunción. Por cierto, que triste que a
esto no es lo importante. todo le pongan precio en el mundo de los
hombres. "Hasta el asesinato de un inocente".
Cuando la locura contaba 999, el amor todavía Que caros son los abortos! Comentaste. Pero
no había encontrado un sitio para esconderse, no hay, tiempo que perder, lo que tenga que ser
pues todo se encontraba ocupado hasta que que sea de una vez.
divisó un rosal y, estremecido, decidió
esconderse entre sus flores. No justifico tu crimen mamá, pero lo perdono. Lo
que no me cabe en la cabeza es la maldad de
- Un millón- contó la locura y comenzó a buscar. aquella bestia vestida de blanco. ¡Que temor tan
La primera en aparecer fue la pereza, sólo a tres horrible!, cuando me apuntaba con aquella
pasos de la piedra. Después se escuchó a la fe enorme aguja, que anunciaba el fin de mi vida.
discutiendo con Dios en el cielo sobre zoología. Recuerdo que en ese momento, presintiendo el
Y la pasión y el deseo los sintió en el vibrar de final de mi vida, rompí en llanto incesante, pero
los volcanes. ni tu ni él pudieron escucharme. Quise huir,
alejarme de aquel extraño monstruo que
En un descuido, encontró a la envidia y, claro,
amenazaba con destruirme. Mi ritmo cardiaco
pudo deducir dónde estaba el triunfo.
iba aumentando, sobrepasaba los 200 latidos
Al egoísmo no tuvo ni que buscarlo; él solito por minuto, me agitaba, me convulsionaba lo
salió disparado de su escondite, que había más fuerte posible para evitar el contacto con
resultado ser un enjambre de avispas. aquel tubo letal, pero el espacio era reducido y
De tanto caminar, sintió sed y al acercarse al el agresor llevaba las de ganar.
lago, descubrió la belleza. Finalmente y para desgracia mía, la punta de
Y con la duda, resultó más fácil todavía, pues la succión se adhirió a una de mis piernitas y la
encontró sentada en una cerca sin decidir aún desprendió de un tajo. Mutilado y con un dolor
de qué lado esconderse. que no imaginas, seguí moviéndome cada vez
más lento, pues aquel ambiente antes tan
Así fue encontrando a todos: el talento entre la agradable, trasparente y calientito, se fue
hierba fresca: la angustia en una oscura cueva: volviendo rojizo y cada vez mas seco. La punta
la mentira detrás del arco iris, y hasta el olvido, de la aspiradora me seguía insistentemente. El
el cual ni se acordaba que estaba jugando al médico la introducía y buscaba a ciegas. Le
escondite. Pero sólo el amor no aparecía por daba lo mismo arrancarme una piernita, un
ningún sitio. bracito o mi tronco. como te darás cuenta, para
La locura buscó detrás de cada árbol, bajo cada el asesinato en si, no existe ningún
arroyo del planeta, en la cima de las montañas procedimiento técnico, lo importante es matar.
y, cuando estaba por darse por vencida divisó YO seguí llorando en una agonía impresionante.
un rosal y las rosas... y tomó una horquilla, El tubo volvió a alcanzarme, esta vez
comenzó a pinchar en el corazón de las rosas y enganchándome un bracito, que también fue
de pronto escuchó un grito. Las espinas habían desprendido. Negándome a morir, mi cuerpecito
herido en los ojos al amor. La locura no sabía desgarrado seguía sacudiéndose. La manguera
qué hacer para disculparse; lloró, rogó, imploró jalaba mi tronco, tratando de arrancarlo de la
y hasta prometió ser su lazarillo.

Textos para orar y reflexionar 117


ITAKA - ESCOLAPIOS CUENTOS Y PARÁBOLAS

cabeza. Al fin lo logro. El desmembramiento fue esas manos tuyas tan lindas y tan semejantes a
total, solo mi cabeza quedó dentro, esta era las mías, manos de cirujano mal logrado.
demasiado grande para ser succionada; así que Y termino pidiendo por favor, no para mi pues
el medico introdujo unas poderosas pinzas y con comprenderás que ya no lo necesito, sino para
ellas la aplastó. Ah, que horrible!, mi tierna otros niños que aún viven en el seno materno,
cabecita explotó como una nuez. Para entonces que a ellos no los maten como a mi, si conoces
ya tenía rato de estar muerto. No sentía nada. a una joven madre que quiera abortar o algún
Me trago por completo la sanguinaria sujeto que monta campañas a favor del aborto.
aspiradora. O a una médico que se burla de Hipócrates, o a
Sé que lo que te sucedió a ti te traumó. una enfermera que se presta a ese crimen,
Conozco, mamá, tus largas noches en vela y tus cámbiales ese corazón de roca por uno de
sobresaltos. Sé que me amas, pues sueñas carne. Préstanos, a millones que no tienen voz,
conmigo y más de una vez te has preguntado, si la tuya y grítales a todos que tenemos derecho a
soy niño o niña, ah, si supieras la alegría que te vivir como ellos, exigimos que nos dejen amar
hubiera traído!. ¿Sabes mami, que los niños no aunque no nos amen, pedimos que nos den la
deseados al nacer son mas amados?. Ah por oportunidad de demostrar cuanto somos
cierto, soy niño!. Y quiero que sepas que me capaces de dar y hacer por los demás..... es tan
parezco mas a ti que al seductor que te engañó. triste tener un corazón para nada.
Pero no te preocupes, vas a olvidar, yo a cada Ya no quiero atormentarte más, es mejor decirte
momento pido a Dios que borre de tu mente adiós, para no seguir alimentando ese dolor que
esas pesadillas que turban tu descanso y te dan te lacera y te quema por dentro. Hasta que nos
muerte en vida!. Mientras te escribo tengo a mi veamos mami, entonces te enseñaré lo mucho
lado a Antonio, bueno es un decir, porque mi que te amo. Te espero con los labios aún sin
amigo es igual que yo, lo mato su mamá porque estrenar, rebosantes de besos que tengo
cuando ella era muy joven, una noche al guardados solamente para ti.
regresar a su casa, un hombre la violó, y por Hasta entonces....
eso se deshizo de su hijo a los pocos días de
haberlo concebido. 268. NOS NECESITAMOS
A mi amigo le obsesiona una pregunta. ¿Por
En el centro de un gran bosque había un gran
qué si mi mama no amaba al hombre que la
árbol, un magnífico árbol. A su sombra se
violó, me mató a mi, que la hubiera amado por
sentaban a descansar. Los caminantes y en sus
siempre y jamás me hubiera avergonzado de
ramas los pájaros construían sus nidos.
ella?. Aquí en el reino del amor, solo
entendemos el lenguaje del amor, por eso no Pero un día las ramas dijeron: “¿Veis lo
comprendemos esos "argumentos" acerca del importantes que somos? Causamos la
aborto: que por malformaciones del feto, que por admiración de todos los que nos ven y los
violación, que por dificultades económicas de pájaros están muy contentos de vivir con
los padres, que por no tener mas hijos, que "la nosotras… Además qué colorido tan maravilloso
familia pequeña vive mejor". Me cuenta que ni tienen nuestras hojas¡ ¿Qué tenemos nosotras
las guerras, ni Hitler con sus cámaras de gas que ver con ese sucio y viejo tronco, tan feo y
mortal, han realizado tan criminal y desmedida horrible, y cuánto menos con esas apestosas
masacre. Con los abortos, se ha privado a la raíces que están todo el día bajo tierra?”
humanidad de brillantes poetas, sacerdotes y Y decidieron que desde aquel día vivirían solas,
médicos, de músicos, pilotos, estadistas, sin necesitar de nadie.
profesores, periodistas, licenciados, pintores,
arquitectos, ingenieros, escultores.... a mi todos El tronco pos su lado dijo: “¿Qué sería del árbol
me dicen que quizá hubiera sido un brillante sin mí? Soy quien sustenta a las ramas y doy
cirujano o un pianista. Cuando nos reunamos vigor a todo el árbol. Si yo no estuviese aquí las
mami, ya veras que manos tengo: lo que más ramas no tendrían fundamento ni savia que les
me agrada es cuando me dicen "tu mami tiene diese colorido y vida… Soy ciertamente el más
que ser muy hermosa". fuerte e importante”.

No llores mami. Perdóname si acaso yo soy el Nosotras sí que somos bien importantes,
culpable de tu sufrimiento, lucha por olvidar el dijeron las raíces. El árbol no podría subsistir sin
pasado para que seas feliz. Si es necesario, nosotras que absorbemos de la tierra, la
olvídate de mi. Ah! Se me olvidaba, aunque me sustancia con la que producimos el alimento
consumo por las ganas de verte, no te des prisa que sustenta al tronco y a las hojas. Por eso no
en venir, pues mis hermanos te necesitan más tenemos nada que ver con ese tronco tan
que yo. Hazle a ellos lo que nunca pudiste antipático y gordo y menos con esas ramas tan
hacerme a mi. Fíjate que cuando bañas al bebé creídas. Desde hoy nos alimentaremos nosotras
o lo amamantas, no se, me entra un poquitín de solas y no daremos nuestra sabia a nadie. Y así
añoranza de todo lo que pude ser y no fui. No lo hicieron.
sabes lo que me hubiera gustado que me El gran árbol comenzó a secarse. Las hojas se
arrullaras en tus brazos o que me amamantaras cayeron, y el tronco se quedó sin una gota de
con leche de tus pechos, ser acariciado por savia. Las raíces estaban más tristes que
nunca. Los pájaros abandonaron los nidos
Textos para orar y reflexionar 118
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construidos en las ramas, y la gente que pasaba él y le mostró una gran roca frente a la cabaña.
por el bosque, ya no se sentaba a tomar la Le explicó que debía empujar la piedra con
sombra… Todo el bosque estaba muy triste todas sus fuerzas. El hombre hizo lo que el
porque el gran árbol se estaba muriendo. Señor le pidió, empujaba la piedra... y ésta no
Pero poco a poco las raíces, las ramas y el se movía. Todas las noches el hombre
tronco, se dieron cuanta de que no podían vivir regresaba cansado y sintiendo que sus
separados, que estaban hechos unos para esfuerzos eran en vano. Como el hombre
otros, que la importancia no era de cada uno, empezó a sentirse frustrado, Satanás decidió
sino del árbol que todos formaban… Así que las entrar en el juego trayendo pensamientos a su
raíces dejaron de guardarse la savia, sólo para mente: "Has estado empujando esa roca por
ellas, y se las dieron al tronco. Este, al principio, mucho tiempo y no se ha movido". Le dio al
se negaba a participar pero al fin también hombre la impresión de que la tarea que le
colaboró. Las ramas se alegraron al recibir la había sido encomendada era imposible de
primera gota de savia, y pidieron perdón al realizar y que él era un fracaso. Satanás le dijo:
tronco y a las raíces por haberlos despreciado. "¿Porqué esforzarte todo el día en esta tarea
Todo volvió a ser como antes. Los pájaros imposible? Sólo haz un mínimo esfuerzo y será
siguieron anidando en sus ramas y la gente suficiente". El hombre pensó en poner en
sigue tomando la sombra bajo su copa. práctica esto pero antes decidió elevar una
oración al Señor y confesarle sus sentimientos:
El árbol ya está de nuevo feliz y el bosque se "Señor, he empleado toda mi fuerza para
alegra con él. conseguir lo que me pediste, pero aun así, no
he podido mover la roca ni un milímetro.
269. NICOLÁS Y CASIANO ¿Porqué he fracasado?".
Una vieja leyenda popular rusa cuenta que lso El Señor le respondió con compasión: "Querido
santos Nicolás y Casiano iban paseando cuando hijo: Cuando te pedí que me ayudaras, te dije
encontraron en su camino a un pobre labriego que la tarea era empujar la roca con todas tus
cuyo carro había volcado. fuerzas y lo has hecho. Nunca dije que
- Vamos a ayudarle - propuso Nicolás. esperaba que la movieras. Ahora vienes a mí,
sin fuerzas, a decirme que has fracasado, pero
- Yo no, que me ensuciaré la túnica. ¿en realidad fracasaste?. Mírate ahora, tus
- Entonces espérame, que vuelvo enseguida. brazos están fuertes y musculosos, tus manos
San Nicolás arremangó su túnica, metió mano a callosas y resistentes. Has ejercitado tu Fe en ti
la carreta volcada, trabajó con el labriego hasta y en mí, la perseverancia y la constancia; a
que caballo y carreta quedaron de nuevo en el pesar de la adversidad, has crecido. Tal vez no
camino. Eso sí, la túnica de Nicolás estaba rota has movido la roca, pero tu misión era hacer
y llena de manchas. bien lo que se te pidió y tú, lo has hecho.

San Pedro se extrañó al verles entrar en el cielo: Ahora, querido amigo, juntos moveremos la
“¿Qué ha pasado?” roca".
Nicolás le contó. 271. EL PUZZLE DEL MUNDO
San Pedro le preguntó a Casiano: “Pero si
estabais juntos, ¿cómo es que tú vuelves limpio Un científico, que vivía preocupado por los
y sin rotos? problemas del mundo, estaba decidido a
encontrar las respuestas necesarias para
- Yo no suelo mezclarme en lo que no me solucionarlos. Por eso, se pasaba los días en el
corresponde y, por supuesto, no quise estudio de su casa en busca de respuestas para
ensuciarme la túnica. sus dudas.
San Pedro sentenció: “Bien; tú, Nicolás, que no Una tarde, su hijo de cinco años entró en el
te importó mancharte por ayudar al prójimo, estudio con la intención de ayudarle a trabajar.
tendrás en adelante dos fiestas cada año y El científico, nervioso por la interrupción, le pidió
serás considerado por los labriegos de Rusia el al niño que fuese a jugar a otro sitio. Pero
santo más importante después de mí. Tú, después de comprobar que no le hacía caso,
Casiano, que has preferido guardar limpia tu pensó en algo que pudiera distraer su atención.
túnica, tendrás tu fiesta cada cuatro años, el 29 ¡Perfecto! Encontró una revista y vio que una de
de febrero, cuando toque bisiesto. sus páginas tenía un mapa del mundo. Arrancó
Lo cual significa que a san Pedro le gustan las la hoja, recortó el mapa en muchos trozos y,
túnicas blancas, pero le gustan más las túnicas junto con un rollo de celo, se lo dio a su hijo
gastadas por ejercer la caridad. diciendo: “Mira, hijo, como te gustan tanto los
puzzles, te voy a dar el mundo en trocitos para
José Mª Javierre
que lo arregles sin ayuda de nadie”.
270. LO QUE SE PUEDA Así, el padre quedó satisfecho y el niño también.
El padre porque pensó que el niño tardaría más
Un hombre dormía en su cabaña cuando de
de una hora en hacerlo. El niño porque creyó
repente una luz iluminó la habitación y apareció
que estaba ayudando a su padre. Pero después
Dios. El Señor le dijo que tenía un trabajo para
de unos minutos el niño exclamó: “Papá, ya”-

Textos para orar y reflexionar 119


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El padre, en un primer momento, no dio crédito casualidad… es la misma gente que


a las palabras del niño. Era imposible que, a su encontrarás aquí!”
edad. Hubiera conseguido recomponer un mapa Poco después llegó otro joven que le hizo la
que nunca había visto antes. Desconfiado, el misma pregunta que el anterior. También el
científico levantó la vista del libro que leía, anciano le respondió igual: “¿Cómo es la gente
convencido de que vería un resultado del lugar de donde vienes?” El joven reflexionó
desastroso propio de un niño de cinco años. un momento y le contestó: “Se puede confiar en
Pero, para su sorpresa, comprobó que el mapa ella. Es amable, justa y demuestra mucho amor
estaba perfectamente reconstruido: cada trocito hacia los demás”. A lo que el anciano le dijo:
había sido colocado y pegado en el lugar “¡Qué casualidad! Es la misma gente que
correspondiente. encontrarás aquí”.
Sin salir de su asombro y mirando fijamente el El nieto, sin entender nada y bastante
mapa, le dijo al niño: “Hijo, si tú no sabías cómo sorprendido, le preguntó a su abuelo: “¿Por qué
era el mundo, ¿cómo has podido hacerlo? has hecho eso, abuelo? A cada uno le has dicho
“Muy fácil, papá – contestó el niño- cuando una cosa distinta”. Mirándole fijamente a los
arrancaste la hoja de la revista vi que por el otro ojos, le respondió: “Decide qué rostro llevarás
lado había un hombre. Di la vuelta a los trocitos por dentro y ese será el que muestres a los
que me diste y me puse a hacer el puzzle del demás. No eres responsable de la cara que
hombre, que sabía cómo era. Cuando conseguí tienes. Eres responsable de la cara que pones.
arreglar el hombre di la vuelta a la hoja y vi que Fco. Cerro y otros. “Cientos de cuentos
había arreglado el mundo”. parábolas para todos”. Ed. Monte Carmelo.
Fco. Cerro y otros. “Cientos de cuentos
parábolas para todos”. Ed. Monte Carmelo. 274. SEÑALES
272. LA ESTRELLA DE MAR Una vez un hombre susurró: “Dios mío, dime
algo”. Y un árbol cantó. Pero el hombre no
Cierto día, caminando por la playa, reparé en escuchaba. Luego, el hombre habló más alto
una persona que se agachaba a cada momento, pidiendo: “Dios, háblame”. Y el viento silbó a su
recogía algo de la arena y lo lanzaba al mar. alrededor. Pero el hombre no oía. El hombre
Hacía lo mismo una y otra vez… miró a su alrededor y gritó: “Dios, déjame que te
Tan pronto como me aproximé me di cuenta de vea”. Y una estrella se encendió con fuerza en el
que lo que aquella persona agarraba eran cielo. Pero el hombre no veía. Entonces el
estrellas de mar que las olas depositaban en la hombre gritó: “Dios, muéstrame un milagro”. Y
arena, y una a una las arrojaba de nuevo al en ese momento un niño nació. Pero el hombre
océano. no lo supo.

Intrigado, le pregunté por lo que estaba Luego, el hombre ya desesperado pidió a voces:
haciendo, a lo cual me respondió: “Tócame, Dios. Hazme saber que estás aquí”
Dicho esto, Dios bajó y lo tocó. Pero el hombre,
- Estoy lanzando estas estrellas marinas sin darse cuenta, espantó la mariposa que
nuevamente al océano. Como ves, la marea es volaba a su alrededor y siguió caminando.
baja y estas estrellas han quedado en la orilla, si
no las arrojo de nuevo al mar morirán aquí por Fco. Cerro y otros. “Cientos de cuentos
falta de oxígeno. parábolas para todos”. Ed. Monte Carmelo.

- Entiendo, pero debe haber miles de estrellas 275. EL ECO


de mar sobre la playa. No puedes lanzarlas
todas, son demasiadas. Y quizá no te des Un padre fue con su hijo a las montañas. De
cuenta de que esto sucede en cientos de playas manera inesperada el niño cae al suelo y,
a lo largo de la costa. ¿No estás haciendo algo aunque sólo se hizo una leve herida en su
que no tiene sentido? pierna, pegó un fuerte grito: ¡Aaahh!
Mi interlocutor sonrió, se inclinó y tomó una Cuál sería su sorpresa cuando oye su propia
estrella marina y mientras la lanzaba de vuelta voz repetirse, desde algún lugar de la montaña:
al mar, me respondió: “Para ésta sí lo tuvo”. ¡Aaahh!
Fco. Cerro y otros. “Cientos de cuentos Asombrado gritó nuevamente: “¿Quién eres tú?.
parábolas para todos”. Ed. Monte Carmelo. Y eso mismo recibió por respuesta.
Ya enojado y menos preocupado por su herida
273. ¡QUÉ CASUALIDAD! volvió a gritar: “Cobarde”. Y esa fue la
Un joven recién llegado a un pueblo preguntó a respuesta.
un anciano que estaba acompañado por su El niño mira sorprendido a su padre y este le
nieto: “Cómo es la gente que vive aquí?” El sonríe a la vez que le dice: “Presta atención”. Y
anciando le contestó con otra pregunta: ”¿Cómo luego grita: “Te admiro” Y esa respuesta recibe.
es la gente del lugar de donde vienes?” El joven “Eres el mejor”…
dijo: “Muy egoísta, pero sobre todo envidiosa y El niño, sorprendido, continuaba sin entender.
vengativa”. Entonces, el viejo replicó: “¡Qué Por ello, su padre le explica: “La gente llama a

Textos para orar y reflexionar 120


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esto el eco, pero realmente es la vida. Y tiene el Sonriendo, el otro amigo respondió: "Cuando un
poder de devolverte de igual manera cualquier gran amigo nos ofende, deberemos escribir en
cosa que digas o hagas”. la arena donde el viento del olvido y el perdón
Fco. Cerro y otros. “Cientos de cuentos se encargarán de borrarlo y apagarlo; por otro
parábolas para todos”. Ed. Monte Carmelo. lado, cuando nos pase algo grandioso,
deberemos grabarlo en la piedra de la memoria
276. GESTIÓN DE TIEMPO del corazón donde viento ninguno en todo el
mundo podrá borrarlo".
Un experto asesor de empresas en gestión de
Anónimo (Árabe)
tiempo quiso sorprender a los oyentes. Sacó de
debajo del escritorio un frasco grande de boca 278. EL ESPEJO
ancha. Lo colocó en la mesa, junto a una
bandeja con piedras del tamaño de un puño y "Dios no mira ni vuestros rostros, ni vuestras
preguntó: “¿Cuántas piedras piensan que caben obras, solo mira vuestros corazones y vuestras
en el frasco?”. intenciones"
Después de que los asistentes hicieran sus La mujer de Abdul era la más bella de la ciudad.
conjeturas, empezó a meter piedras hasta que En cierta ocasión en que Abdul regresaba de un
llenó el frasco. Luego preguntó. “¿Está lleno?” largo viaje, ésta le preguntó:
Todo el mundo lo miró y asintió. Entonces sacó - ¿Qué me has traído?
de debajo de la mesa un cubo con gravilla. Y Abdul le contestó:
Metió parte de la gravilla en el frasco y lo agitó.
Las piedrecillas penetraron por los espacios que - Nada hay más bello que tu cara. ¿Qué iba,
dejaban las piedras grandes. El experto sonrió pues a traerte? Sólo puedo ofrecerte este
con ironía y repitió: “¿Está lleno?” espejo para que en todo momento puedas
contemplarte en él.
Esta vez los oyentes dudaron, tal vez no… Y
puso en la mesa un cubo con arena que Así pues, prosiguió el Maestro después de
comenzó a volcar en el frasco. La arena se relatar esta historia, ¿qué creéis que le podéis
filtraba en los pequeños recovecos que dejaban ofrecer a Dios?, ¿vuestros méritos? ¿Vuestras
las piedras y la grava. “¿Está lleno?”, preguntó ofrendas? ¿Vuestros conocimientos? ¡El es todo
de nuevo. “¡No!”, exclamaron los asistentes. Conocimiento, todo Mérito y todo Belleza, más
que todos vosotros juntos! Sólo desea una cosa
“Bien”, dijo y cogió una jarra de agua que de vosotros: que en el día de la Verdad le
comenzó a verter en el frasco. El frasco aún no ofrezcáis un espejo puro en el que pueda
rebosaba. contemplaros tal como sois.
“Bueno, ¿qué hemos demostrado?”, preguntó. Y ese espejo puro, que podemos empezar a
Un alumno respondió: “Que no importa lo llena pulir y limpiar a partir de este mismo instante es
que esté tu agenda, si lo intentas, siempre nuestro corazón.
puedes hacer que quepan más cosas”.
279. EL INVENTARIO
“No – concluyó el experto – lo que esta lección
nos enseña es que si no colocas las piedras A mi abuelo aquel día lo vi distinto. Tenía la
grandes primero, nunca podrás colocarlas mirada enfocada en lo distante. Casi ausente.
después”. Pienso ahora que tal vez presentía que ése era
Fco. Cerro y otros. “Cientos de cuentos el último día de su vida. Me aproximé y le dije: -
parábolas para todos”. Ed. Monte Carmelo. ¡Buen día, abuelo! -Y él extendió su silencio. Me
senté junto a su sillón y,luego de un misterioso
277. AMIGOS instante, exclamó:

Dice una linda leyenda árabe que dos amigos -¡Hoy es día de inventario, hijo!
viajaban por el desierto y en un determinado -¿Inventario? -pregunté sorprendido.
punto del viaje discutieron. -Sí, ¡el inventario de las cosas perdidas! -me
El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en contestó con cierta energía, y no sé si con
la arena: HOY, MI MEJOR AMIGO ME PEGO tristeza o alegría. Y prosiguió: -Del lugar de
UNA BOFETADA EN EL ROSTRO. donde yo vengo, las montañas quiebran el cielo
Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde como monstruosas presencias constantes.
resolvieron bañarse. El que había sido Siempre tuve deseos de escalar la más alta.
abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, Nunca lo hice, no tuve el tiempo ni la voluntad
siendo salvado por el amigo. Al recuperarse suficientes para sobreponerme a mi inercia
tomó un estilete y escribió en una piedra: HOY, existencial. Recuerdo también aquella chica que
MI MEJOR AMIGO ME SALVÓ LA VIDA. amé en silencio por cuatro años; hasta que un
día se marchó del pueblo, sin yo saberlo.
Intrigado, el amigo preguntó: “¿Por qué después
que te lastimé, escribiste en la arena y ahora ¿Sabes algo?... también estuve a punto de
escribes en una piedra? estudiar ingeniería, pero mis padres no pudieron
pagarme los estudios. Además, el trabajo en la
carpintería de mi padre no me permitía viajar.

Textos para orar y reflexionar 121


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¡Tantas cosas no concluidas, tantos amores no - Su nombre es Riqueza. - Luego indico hacia el
declarados, tantas oportunidades perdidas! otro. Su nombre es Éxito y yo me llamo Amor.
Luego, su mirada se hundió aún más en el vacío Ahora ve adentro y decide con tu marido a cuál
y se le humedecieron sus ojos. Y continuó: de nosotros tres ustedes desean invitar a
-En los treinta años que estuve casado con Rita, vuestra casa.
creo que sólo cuatro o cinco veces le dije "te La mujer entró a su casa y le contó a su marido
amo". lo que ellos le dijeron. El hombre se puso feliz:
Luego de un breve silencio, regresó de su viaje “¡Qué bueno! Y ya que así es el asunto,
mental y, mirándome a los ojos, me dijo: entonces invitemos a Riqueza, dejemos que
entre y llene nuestra casa de riqueza”.
-Éste es mi inventario de cosas perdidas, la
revisión de mi vida. A mí ya no me sirve. A ti sí. Su esposa no estuvo de acuerdo: “Querido,
Te lo dejo como regalo para que puedas hacer ¿por qué no invitamos a Éxito?”
tu inventario a tiempo. La hija del matrimonio estaba escuchando
Y luego, con cierta alegría en el rostro, continuó desde la otra esquina de la casa y vino
con entusiasmo y casi divertido: corriendo con una idea: ”No sería mejor invitar a
Amor? Nuestro hogar entonces estaría lleno de
- ¿Sabes qué he descubierto en estos días? amor”.
- ¿Qué, abuelo? - Hagamos caso del consejo de nuestra hija -
Aguardó unos segundos y no contestó, sólo me dijo el esposo a su mujer
interrogó nuevamente: - Ve afuera e invita a Amor a que sea nuestro
- ¿Qué es lo más grave en la vida de un huésped.
hombre? La esposa salió afuera y les pregunto a los tres
La pregunta me sorprendió y sólo atiné a decir, viejos:
con inseguridad:-No lo había pensado. Supongo - ¿Cuál de ustedes es Amor? Por favor, que
que matar a otros seres humanos, odiar al venga para que sea nuestro invitado.
prójimo y desearle el mal. ¿Tener malos
pensamientos, tal vez? Amor se puso de pie y comenzó a caminar hacia
la casa. Los otros dos también se levantaron y
Su cara reflejaba negativa. Me miró lo siguieron. Sorprendida, la dama les preguntó
intensamente, como remarcando el momento y, a Riqueza y Éxito:
en tono grave y firme, me señaló:
- Yo sólo invité a Amor, ¿por qué ustedes
- Lo más grave en la vida de un ser humano es también vienen?
descubrir las cosas perdidas sin tener tiempo
para encontrarlas y recuperarlas. Los viejos respondieron juntos: “Si hubieras
Al día siguiente, regresé temprano a casa, invitado a Riqueza o Éxito, los otros dos habrían
después del entierro del abuelo, para realizar en permanecido afuera, pero ya que invitaste a
forma urgente mi propio "inventario" de las Amor, donde sea que él vaya, nosotros vamos
cosas perdidas. con él. Donde quiera que hay amor, hay también
riqueza y éxito”.
Tú… ¿ya hiciste tu inventario?
281. EL RABO
280. LOS TRES VIEJITOS
Le dijo un cachorrillo al perro viejo: “Aprendí en
Una mujer salió de su casa y vio a tres viejos de un curso que la felicidad es el colmo de la vida y
largas barbas sentados frente a su jardín. Ella que se encuentra en mi rabo. Desde entonces
no los conocía y les dijo: “No creo conocerlos, me dedico a perseguir mi cola; cuando consiga
pero deben tener hambre. Por favor entren a mi atraparla, tendré la felicidad y habré colmado mi
casa para que coman algo”. vida”.
Ellos preguntaron: “¿Está el hombre de la El perro viejo contestó: “Yo también he
casa?” reflexionado sobre lo mismo. Pero he notado
“No”, respondió ella, “no está”. que, cuando persigo mi rabo, doy vueltas y más
vueltas y el rabo siempre se me escapa; pero,
- Entonces no podemos entrar - dijeron ellos.
en cambio, cuando continuo tranquilamente mi
Al atardecer, cuando el marido llego, ella le camino, el rabo me sigue”.
contó lo sucedido. “Entonces diles que ya
Hedwig Lewis. “En camino con Dios”.
llegué, e invítalos a pasar”
Mensajero.
La mujer salió a invitar a los hombres a pasar a
su casa. 282. Y DIOS CREÓ A LOS
“No podemos entrar a una casa los tres juntos”, CATEQUISTAS
explicaron los viejitos. Y (Y A LOS TUTORES Y A LOS PROFESORES
- ¿Por qué? - quiso saber ella. Y A LOS MONITORES...)
Uno de los hombres apunto hacia otro de sus Cuando Dios creó el mundo, un día antes de
amigos y explicó: darlo por terminado, Dios encomendó a sus

Textos para orar y reflexionar 122


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ángeles la tarea de recorrer de nuevo el mundo


y ver si faltaba algo por hacer. Un ángel,
llamado Juan, le contestó: Señor, mil veces nos
has enviado a ver si faltaba algo, ya te hemos
dicho que todo quedó muy bien. Y Dios se fue a
dormir.
A la mañana siguiente, Dios madrugó más de lo
normal, y aún en pijama se asomó a la ventana
y vio que el hombre estaba talando bosques,
matando focas, robando a sus empleados e
inventando armas para pelear por el petróleo,
antes aún de descubrirlo; Dios mandó a sus
ángeles bajar a la tierra a indagar qué había
hecho mal y corregirlo.
Muchos días después los ángeles subieron a su
presencia:
Señor, te hemos de dar una mala noticia. Toda
tu obra ha quedado perfecta, salvo una cosa: el
corazón del hombre se rasga con cada palabra
que pronuncian los otros hombres, y en cada
grieta se cuelan unos sentimientos extraños que
Tú no creaste y que el hombre mismo les ha
puesto nombres: odios, envidias, celos,
rencores, ambición...
Nosotros hemos cerrado sus heridas con Tus
palabras y con Tus sentimientos, pero no basta
con cerrarlas una vez; se vuelven a abrir
continuamente, el corazón del hombre te ha
quedado algo olvidadizo y frágil. Habría que
estar todo el día a su lado.
Un ángel propuso: Sólo cabe una solución, has
de destruirlo y volver a crearlo de nuevo,
mejorando su corazón; el de los elefantes te
quedó muy bien, podrías copiárselo.
Dios contesto: No sería mala idea si no les
hubiese cogido ya tanto cariño y hasta tengo
algunos escogidos entre ellos para grandes
misiones. Creo que es mejor solución la que
dijiste antes: que haya ángeles en medio de
ellos, constantemente cerca, para cerrar sus
heridas y sanarles el corazón y para hablarles
de mi y de nuestro proyecto común, a todas
horas, en toda ocasión, a tiempo y a destiempo.
Id todos. ¡Quedáis sin trabajo en el cielo, todos
a la tierra! Yo mismo iré también el próximo 25
de diciembre.
Y DIOS CREO A LOS CATEQUISTAS (y a los
tutores, profesores, especialistas, monitores)
Natalio Saludes OFM

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