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Resumen Abstract
El teólogo alemán Johan Baptist Metz dirige su re- The German theologian Johan Baptist Metz directs his
flexión hacia el carácter práctico de la teología y la vida reflection towards the practical character of theology
1BMBCSBTDMBWF5FPMPHÓBGVOEBNFOUBM3FDVFSEP ,FZXPSET'VOEBNFOUBMUIFPMPHZ.FNPSZ
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1
Artículo de Reflexión.
2
Teólogo de la Pontificia Universidad Gregoriana. Docente Unimonserrate. E-mail: pedwinvanegas@arquibogota.org.co
Cómo citar este artículo: Vanegas, C. E. (2017). Teología Fundamental Práctica. Una propuesta a partir de Johann Baptist Metz. Revista Hojas y Hablas, (14), 28-40. Eoi: 10.29151/
hojasyhablas.n14a2
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apología de una esperanza (p.2), que sea respuesta nueva apología. Metz agrupa en tres tendencias,
a la crisis ocasionada por la racionalidad, el pro- lo que ha llamado e1 frente apologético, que en la
greso y el materialismo en el cual se encuentra el escuela alemana encuentra su más destacado de-
mundo. sarrollo. Sin embargo, estas tendencias teológicas
La corriente iluminista ha logrado desencade- son insuficientes o limitadas en la solución de un
nar en el ser humano una nueva comprensión del problema que sobrepasa el ámbito de la razón ha-
mundo y una nueva forma de expresión, hacien- cia uno más complejo que es el de la praxis.
do que exista un lenguaje universal cuyas palabras
fundamentales son evolución y progreso. Estos a. La neoescolástica
términos expresan un nuevo espíritu con el que Esta apologética se puede ubicar entre la segunda
el ser humano piensa y vive. La teología no puede mitad del siglo XIX hasta la década de los años 30
hacer caso omiso a esta nueva situación, tampoco del siglo XX. El contexto está enmarcado por las
puede seguir encerrada en un discurso privativo, grandes críticas ideológicas a la religión coman-
ni mucho menos dejarse diluir en un cristianismo dadas sobre todo por personajes como Feuer-
a-histórico o secularizado. La teología fundamen- bach, Marx y Nietzsche. Ante este desafío la nueva
tal entra en este escenario como una apologética apologética busca regresar a los fundamentos de
de la esperanza, que, a diferencia de la apologética la filosofía moderna y la ciencia, para desde allí
clásica, no solo es una respuesta teórica o de de- proponer una justificación a la altura de la racio-
mostración, sino que tiene que ver con una crítica nalidad gobernante. “La neoescolástica busca una
de la historia y que conduce a una praxis cristiana base segura en el pasado, recurriendo directamen-
transformadora. Metz expresa el carácter apolo- te a las tradiciones modernas. Esta teología en-
gético de la teología fundamental, diciendo: “Una cuentra su expresión clásica y de forma reveladora
teología fundamental que se entienda como inves- en la obra Teología del Pasado de Kleutgen” (Metz,
tigación de los fundamentos de la teología tiene 1979, p.31).
por fuerza carácter apologético, y no solo inciden-
talmente o como vestigio histórico sino esencial- b. La doctrina social de la Iglesia
mente” (Metz, 1979, p.22). Ante el constatable rompimiento de la rela-
La necesidad de una teología fundamental ción entre religión y estado, que ha traído consigo
práctica para nuestro tiempo nace como conse- la Ilustración, la Iglesia siente una pérdida en el
cuencia del análisis de la situación grave y signifi- carácter normativo y universal del cristianismo
cativa, debida a dos grandes cambios producidos dentro del conjunto del comportamiento y acción
por la Ilustración y que han afectado de manera social en el mundo. Para atender a esta carencia
directa al cristianismo y la teología: ya no se puede se incrementa la reflexión y producción de textos
identificar la fe cristiana con la conciencia religio- magisteriales que quieren presentar y actualizar la
sa; se ha roto la unidad entre religión y sociedad, posición de la doctrina católica en los problemas
entre vida religiosa y vida social. sociales y políticos del siglo XX.
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tiempo escucha las objeciones de su tiempo y es decir, lo ha reducido a la esfera privada del
comparte los problemas de su entorno” (Metz, sujeto que vive sin problemas en la sociedad y
1979, p. 37). a su honestidad normal.
(O SDQRUDPD SDUD HO GHVDUUROOR GH OD QXHYD WHR- De tal forma, que todos los hombres sin excep-
ORJtD IXQGDPHQWDO HQFXHQWUD XQ GHVDItR JUDQGH ción puedan hacerse sujetos de la teología y ser
\VXUJHQODVSUREOHPiWLFDVUHOHYDQWHVGHODUHOD- protagonistas de la praxis liberadora que trae la
FLyQGHODWHRORJtDFRQHOPXQGRODKLVWRULD\HO memoria peligrosa de la pasión y resurrección de
SURJUHVR/DLQTXLHWXGSRUHOLPSDUDEOHSURFHVR Jesucristo.
GHVHFXODUL]DFLyQKDFHYHUTXHODFULVLVGHOD,OXV- La aparición del sujeto burgués y la distorsión o
WUDFLyQQRKDVLGRVXSHUDGDGHOWRGRVLQRTXHKD pérdida de la categoría de praxis del cristianismo
SURGXFLGR QXHYRV SODQWHDPLHQWRV (9DOH OD SHQD son los nuevos lugares desde los cuales la teología
UHFRUGDU TXH D WUDYpV GHO GHVDUUROOR GH VX REUD fundamental debe reflexionar y colocar de nuevo
7HRORJtD GHO 0XQGR 0HW] SS a todo ser humano, como protagonista, en la di-
LQWHQWD UHVSRQGHU D HVWD FULVLV QR VXSHUDGD SRU námica de una religión cristiana que lo conduzca
OD WHRORJtD PRGHUQD \ XQ HMHPSOR GH HVWR HV OD hacia la realización del Reino definitivo y escato-
D¿UPDFLyQIXQGDPHQWDOTXHKDFHHODXWRUGRQGH lógico, en el cual va tomando forma una comu-
HOPLVWHULRGHODHQFDUQDFLyQHVHOSULQFLSLRGHOD nidad más justa y libre de toda privatización del
VHFXODUL]DFLyQ discurso y la praxis de la religión. La teología prác-
(OSULPHURGHHOORVWLHQHTXHYHUFRQHOVXMHWR tica, desde la perspectiva de Metz, nos aporta tres
GHODWHRORJtD\HORWURSODQWHDPLHQWRVHUH¿HUHD categorías fundamentales que nos disponemos a
ODSUD[LVGHOFULVWLDQLVPRHQPHGLRGHXQPXQGR presentar.
VHFXODUL]DGRHPDQFLSDGRHLOXVWUDGR
+HPRVOOHJDGRDOSXQWRFHQWUDOGHVGHGyQGHVH 2. Categorías de la teología política
SODQWHDODQHFHVLGDGGHKDFHUXQDWHRORJtDSROtWLFD como teología fundamental práctica
FRPR WHRORJtD IXQGDPHQWDO SUiFWLFD FX\R REMH-
WLYRKDGHVHUGHYROYHUDOFRQFHSWRGHSUD[LVVX Hablar de categorías de la nueva teología política,
UDGLFDOLGDGFULVWLDQD\ORKDJDDSOLFDEOHWDPELpQ debe entenderse como el conjunto amplio donde
DOVXMHWRQREXUJXpVDTXHOORTXH0HW]S se sistematizan las condiciones existenciales de la
HQWLHQGH SRU VXMHWR EXUJXpV HVWi H[SUHVDGR experiencia cristiana, para que sean totalmente
FODUDPHQWHFRQVXVPLVPDVSDODEUDV prácticas. Detrás de cada categoría hay una sis-
tematización de otras realidades que inciden en
Lo que en la Ilustración se realiza y luego en el el sujeto teológico y la realidad histórica y social
curso de la época moderna se afirma y se abso- que lo circundan. Las categorías influyen de ma-
lutiza es el surgimiento de un hombre nuevo, nera axiológica y amplían los temas y conceptos
el burgués; el sujeto burgués se establece en la propios de la teología política como teología fun-
teología moderna gracias al liberal abrazo de damental práctica. Estas categorías son: memoria-
ésta con la Ilustración; que finalmente, y sobre recuerdo, narración y solidaridad.
todo, un determinado concepto burgués de
praxis ha reprimido el concepto genuinamen- 2.1 Memoria-Recuerdo
te cristiano de praxis y libertad socio-crítica, El recuerdo y la memoria son categorías esencia-
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les para la mentalidad judía y helenista, las cuales permanecen estáticas en el tiempo, sino que
influyen de manera decisiva en el desarrollo his- son actualizadas a través del cumplimiento de
tórico del cristianismo. El recuerdo ha alcanzado su misión en el mundo.
un rango singular en el ámbito teológico porque 3. Su función es interpretar de manera crítica la
posee unas características que han hecho de esta historia y la sociedad. La nueva interpretación
categoría un punto central y único en la perma- se da desde el clamor de los vencidos y no de
nencia a través del tiempo y la historia, del men- los vencedores. El recuerdo del que debe hacer
saje y obra de Jesucristo. Al referirnos al recuerdo uso la teología política debe propiciar la crítica
en la teología cristiana, se ha querido expresar en ante cualquier forma de reducción del tiempo
primer lugar “la relación de mediación entre la y la historia.
razón y la historia; en segundo lugar, la categoría 4. Facilita la conciencia apocalíptica dentro de la
de recuerdo en cuanto resumen de los caracteres teología. Ante toda reducción inmanentista o
básicos tanto de la filosofía como del pensamiento evolucionista de la historia, donde el hombre
tradicional judeo-cristiano” (Metz, 1979, p. 193). se ve sumergido en un profundo presente es-
Cuando se habla del recuerdo en un ámbito tático o un futuro oculto y trágico, el recuerdo
pragmático y utilitarista se corre el riesgo de re- como categoría teológica evoca e incita en la
ferirse a una realidad lejana, acabada, abandona- persona y la sociedad el dinamismo y el po-
da, sin incidencias en el presente. Por tal razón, der transformador de la historia, a partir de un
es necesario redescubrir el significado teológico concepto del tiempo desde la perspectiva de la
del recuerdo, para legitimar las realidades conexas esperanza cristiana y la praxis del seguimiento.
a esta categoría, tales como: tradición, apocalíp-
tica, memorial, escatología, etc. El desarrollo del Unido a las anteriores características, el recuerdo
recuerdo como categoría es perceptible por medio se presenta en la teología política como un medio
de cuatro características que le son propias: de realización práctico de la razón en cuanto liber-
tad, como una estructura narrativa y en relación
1. El recuerdo posee una fuerza solidaria con el con las tradiciones de la anamnesis y la memoria
pasado y una apertura a la esperanza escatoló- cristiana. La libertad es un elemento esencial en
gica. No es una simple remembranza del pasa- el desarrollo de la historia y de la razón del sujeto.
do, sino es un recuerdo peligroso, en el sentido El tipo de recuerdo propio de la razón crítica es
que hace presente la memoria de los muertos el recuerdo de la libertad (Metz, 1979, p. 204), de
y vencidos, colocando a la teología en solidari- él nace el interés que motiva y rige la realización
dad con las víctimas. práctica de la razón.
2. Tiene la capacidad de ser trasmitido a través Quiero detener mi atención al aspecto de
de los distintos modos de vida social dentro anamnesis y memoria peligrosa que tiene el cristia-
de la Iglesia. En esta característica se sostie- nismo, como elementos constitutivos de la catego-
ne la importancia de la Tradición y la Iglesia ría de recuerdo en el planteamiento de la teología
como comunicadora o transmisora oficial de política. Para referirnos a la anamnesis y la memo-
la memoria peligrosa de Jesucristo en el mun- ria, debemos tener en cuenta un problema social
do y en la historia. La Iglesia por medio de la y cultural de nuestro tiempo como es la amnesia
memoria reconoce permanentemente que la fe cultural, que define Metz (2002) en su obra Dios y
y sus expresiones sociales son dinámicas y no Tiempo, de la siguiente manera:
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Las narraciones siempre ponen en evidencia rea- como elemento fundamental dentro de la práctica
lidades diversas pero necesarias, que interactúan y sostenimiento del culto. Lo preocupante es que
y hacen posible el desarrollo de las estructuras muchos de estos grupos se consideran sectarios o
narrativas y lingüísticas. “La narración tiende a la incluso marginales dentro de la misma Iglesia.
comunicación práctica de la experiencia en ella
acumulada y evidencia cómo el narrador y los Por lo general los grupos y “movimientos mar-
oyentes se incorporan —liberándose— a la expe- ginales” no suelen argumentar. Más bien na-
riencia relatada” (Metz, 1979, p. 215). La narra- rran, o mejor dicho, intentan narrar. Narran la
ción siempre tiene que ver con las experiencias historia de su conversión o vuelven a contar las
vitales, que han llegado a un significado trascen- historias bíblicas, con frecuencia de un modo
dental en el individuo, pero que al ser expresadas descuidado, muy fácil de comprender y mani-
por medio del narrador, se convierten en expe- pular. (p.218)
riencias comunitarias.
La narración y el proceso por el cual se expre- Esta situación deja, positivamente, un campo
sa, son siempre portadores de una experiencia que abierto para el desarrollo de una pastoral que
involucra y libera; en algunos contextos alcanza parte del anuncio kerigmático, donde la pasto-
incluso un valor sagrado y ético. La fidelidad a la ral y la predicación se encuentren y alcancen la
narración por parte del narrador y la disposición unidad por medio de la narración del aconteci-
de los oyentes son condiciones necesarias para miento peligroso y salvador de la muerte y re-
que la narración alcance su objetivo, que consiste surrección de Jesucristo. La crisis de la pastoral
en ser trasmisora de significado y liberación para de hoy es generada por la ausencia del anuncio
quienes no son escuchados o para quienes no pue- kerigmático y se constata en que la fuerza trans-
den expresarse. formadora del mensaje escatológico parece no
Dentro del cristianismo la estructura narrati- tener incidencia en la realidad del mundo se-
va alcanza un momento importantísimo, sobre cularizado. Ante esta crisis, se puede responder
todo en las acciones sacramentales, especialmen- con una profundización de la estructura narra-
te la Eucaristía, que es el momento en el cual, la tiva como camino pastoral.
memoria de la muerte y resurrección de Jesucris- Existe hace mucho tiempo una crisis narrati-
to se hace explícita por medio de la narración. va en el cristianismo no solo en el ámbito de la
No es un relato de un pasado acaecido, sino que fe vivida, sino en el quehacer teológico. La teo-
la narración de la cena de Jesús y sus discípulos logía política teniendo en cuenta esta crisis pas-
posee un carácter liberador eterno. En las reali- toral aboga por el rescate de la narración como
dades sacramentales la realidad verbal y la rea- categoría de trasmisión de la memoria Christi,
lidad fáctica alcanzan una unidad esencial por de tal forma que alcance a todos los hombres,
medio de la narración. para que puedan escuchar el recuerdo peligroso
que libera y comprometerse con la construcción
b. Sentido pastoral del reino definitivo, donde serán llamados, de
Metz (1979) describe con preocupación, pero tam- manera especial, los sufrientes y las víctimas.
bién con una valoración positiva, el florecimiento Ante esta crisis la Iglesia deberá prepararse para
de las experiencias religiosas que dan prioridad a redescubrir su papel como narradora de las his-
la fuerza de la narración del testimonio de vida, torias de aquellos que no han podido expresarse
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porque el mundo les ha cerrado las posibilida- introduce en una de las categorías más urgentes
des materiales y espirituales. de la nueva teología fundamental: la solidaridad.
Esta categoría esencial se convierte en la finali-
c. Sentido teológico dad concreta de todo discurso crítico de la teo-
La narración permite alcanzar la unión entre la ra- logía y la praxis cristiana. “La solidaridad como
zón y la historia. La narración opera como media- categoría de una teología fundamental práctica
dora entre la salvación y la historia. La narración significa asistencia, apoyo y promoción del suje-
tiene una función mediadora en sentido teológico to frente a sus graves amenazas y sufrimientos”
permitiendo la reconciliación entre la vida histó- (Metz, 1979, p. 237).
rica como experiencia de no identidad y la salva- La sociedad moderna habla de unos canjes de
ción como narración de la memoria de Jesucristo. la solidaridad, mediados por el interés puesto en
El cristianismo como comunidad de los que el progreso, marca como punto de inicio un inter-
creen en Jesucristo es fundamentalmente una co- cambio entre iguales, dejando de lado a quienes
munidad del recuerdo y la narración que posee marcan diferencia en la sociedad, a las víctimas,
en su esencia una estructura que la hace práctica. a los sufrientes, aquellos que no han alcanzado la
Cuando la fe no valora adecuadamente esta rea- mayoría de edad, como objetivo de la Ilustración.
lidad salvífico narrativa y reduce la memoria de
Jesucristo a una dimensión solamente mitológica, La solidaridad es cualitativamente algo más que
inmediatamente cancela la incidencia histórica del un pacto finalista entre partes iguales y, desde
acontecimiento único e insoslayable de la muerte luego, el humanismo, algo más que un huma-
y resurrección del Señor. Es en el carácter me- nismo de objetivos, esto es, un compromiso sin
morial y narrativo que tiene el misterio pascual, cálculos previos con la vida oprimida: esta idea
donde encontramos la responsabilidad del cristia- cristiana brilla cada vez más por su ausencia.
nismo con la salvación del mundo y la historia que (Metz, 1979, p. 239)
se presentan con el rostro del sufrimiento, la frag-
mentación y el sin sentido. “La teología que pueda La solidaridad se presenta como categoría de sal-
cumplir este papel de mediación entre la salvación vación del sujeto donde quiera que se encuentre
y la historia del sufrimiento, debe ser una teología amenazado por la opresión, por la muerte, por
‘rememorativa’ y ‘narrativa’ ” (Metz, 1973, p. 233). el olvido, por el aislamiento. La solidaridad es el
compromiso universal de la humanidad que favo-
2.3 Solidaridad rece el protagonismo de cada individuo frente a su
Los procesos de Ilustración y secularización, han propia salvación y la participación de la redención
portado como consecuencia el olvido del sujeto, realizada por Cristo, de manera universal y defini-
sobre todo, el olvido del ser humano que sufre y tiva. La perspectiva creyente de la solidaridad nos
está asilado por la mano, falsamente salvadora, de ofrece la comprensión del sujeto y el alcance de
la modernidad y el progreso. La historia acentúa una verdadera acción solidaria.
una fuerte orientación hacia el costado de los ven-
cedores, como abanderados de la mayoría de edad a. Sujetos de la solidaridad
que piensan haber alcanzado el grado más alto de La solidaridad está apoyada en la valiosa realidad
humanidad. Esta condición actual, unida al aná- humana de la comunicación. El intercambio vital
lisis que hemos hecho hasta el momento, nos entre los humanos define una lógica de necesidad
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la universalidad de la caridad que protege a los en una publicación reciente el teólogo chileno Juan
débiles, es el cometido de una teología política Pablo Espinosa Arce, afirma: “Jesucristo es pues el
aplicada en la praxis cristiana y por tanto revo- paradigma de este nuevo sujeto, del que es consti-
lucionaria en medio de las condiciones injustas y tuido en el sujeto por excelencia de la nueva his-
opresoras de los sistemas dominantes de la histo- toria, de la historia escatológica. Y esta esperanza
ria contemporánea. Para la Iglesia el compromiso es una de la que se hace memoria y narración,
con la solidaridad representa un reto, pero a la vez categorías políticas y centrales de la teología de
refleja su función más originaria. Metz”. (Espinosa Arce, 2016, p. 142). Por tanto,
las categorías de la teología política solo pueden
Conclusiones ser apropiadas por un sujeto que en la persona
de Jesucristo encuentra el paradigma de hombre
La obra teológica desarrollada por Metz ha sido y sociedad, un sujeto reconciliado con la histo-
el resultado de la preocupación del teólogo por la ria y en apertura a la construcción de un futuro
legitimación del cristianismo en las condiciones posible en el seguimiento de Cristo.
críticas que ha dejado, en el mundo y la historia, En la propuesta teológica de Metz sobresale
un incontrolable movimiento de secularización, la experiencia de cuestionamiento permanente
emancipación e Ilustración, propiciado por la ra- sobre la forma de abordar los problemas actua-
cionalidad y la subjetividad de la Edad Moderna. les y que animan el trabajo por la consecución
Esta preocupación es expresada constantemente de una actitud teológica madura a través de tres
en las obras de Metz (1968) con la siguiente afir- características que deben acompañar el trabajo
mación: “La teología ha reducido el núcleo central y la vida del teólogo: la crítica, el diálogo y la
del mensaje al ámbito privado y la práctica de la praxis. En la presentación de estas característi-
fe a una decisión de espaldas al mundo”. (p. 387). cas quisiera recoger, a modo de conclusión, la
Metz es exponente de la teología fundamental, en llamada actual de la teología fundamental en la
cuanto toca las fronteras de la relación entre teo- búsqueda de un horizonte de profundización de
logía e historia, teoría y praxis, teología y religión la fe y el anonadado esfuerzo por dar razones de
y las presenta reconciliadas sistemáticamente en el la esperanza en medio de los profundos cuestio-
escenario de la historia y el mundo formado por namientos de la humanidad.
seres humanos, capaces de ser sujetos de la praxis
teológica transformadora de la realidad infortuna- Actitud teológica crítica
da de los sufrientes. Las experiencias de confron- La actitud crítica se entiende como la capacidad
tación con su contexto histórico y la formación de mirar más allá de la apariencia de los fenó-
filosófica idealista y trascendental han hecho de menos, de los acontecimientos, para dar paso a
Metz un exponente de la teología fundamental y la verdad y el logos de la teología. La crítica es el
el gestor de la llamada nueva teología política. esfuerzo por descubrir el fundamento de la rea-
Es oportuno observar que en el trasfondo de lidad en la cual se desarrolla la libre comunica-
la propuesta de Metz se ha venido elaborando ción de Dios y la repuesta vital del creyente. En
una cristología que ilumina la consolidación de medio de las actuales condiciones de un mundo
un nuevo sujeto creyente, que será el responsable fragmentado y distorsionado se hace necesaria la
de llevar a cabo este proyecto de teología política exaltación de los vínculos que superen las fractu-
como teología fundamental práctica. Al respecto, ras ocasionadas por el triunfo de la razón ilustra-
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axiológico, ético o exclusivamente moralista; esta la reflexión teológica que lo conduzca a la madurez
praxis es un reclamo de sentido de la historia y de de un pensamiento crítico, narrativo y práctico, sien-
la esperanza escatológica, donde la comunicación do fiel a la Palabra de Dios comunicada en la historia
de Dios y la respuesta del hombre se armonizan en y en la persona humana. La teología, como discurso
la construcción de una sociedad más justa y libre. sobre Dios, deberá ser comunicada de tal forma que
En el contexto de la época actual, donde se vive alcance su fuerza como Palabra de significación y li-
una transición de la modernidad a una posmoder- beración personal y social.
nidad existe mayor sensibilidad por las voces del tes-
timonio, el afecto y el sentido. Esta condición puede Referencias
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