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Teología Fundamental Práctica.

Una propuesta a partir de Johann Baptist Metz1


Practical fundamental theology. A proposal
from Johann Baptist Metz
Edwin Raúl Vanegas Cuervo. Pbro.2

Resumen Abstract
El teólogo alemán Johan Baptist Metz dirige su re- The German theologian Johan Baptist Metz directs his
flexión hacia el carácter práctico de la teología y la vida reflection towards the practical character of theology

(Recibido: 05-09/2017. Aprobado: 11-10/2017)


cristiana. En el camino de su propuesta nos plantea and Christian life. In the way of his proposal, Metz sets
la valoración de las categorías fundamentales de esta out the valuation of the fundamental categories of this
nueva teología: recuerdo, narración y praxis. Estas ca- new theology: memory, narration and praxis. These
tegorías irán perfilando las nuevas condiciones del dis- categories will outline the new conditions of the dis-
curso sobre Dios y las actitudes del teólogo que quiera course on God and the attitudes of the theologian who
enfrentar su reflexión a las apremiantes condiciones de wants to face his own reflection to the pressing condi-
la sociedad secularizada y a la privatización de la ex- tions of the secularized society and to the privatization
periencia cristiana. No se puede entender la teología of the Christian experience. It is not possible to under-
encerrada en sí misma y sin capacidad de auto crítica, stand theology enclosed within it self or without self-
ya que dentro de su estructura más profunda no es pri- criticism capacity, since within its deepest structure is
vada sino pública. El recuerdo peligroso de la pasión not private but public. The dangerous memory of the
y muerte de Jesús es el centro de esta nueva teología suffering and death of Christ is the center of this new
fundamental práctica y debe encontrar en la narración practical fundamental theology, and it must find in the
y la praxis de la solidaridad universal los medios para narration and praxis of universal solidarity the means
incidir en el escenario de la historia contemporánea. to influence the stage of the contemporary history. For
Para esta tarea el teólogo se esfuerza por agudizar sus achieving this task, the theologian strains for sharpen-
actitudes de crítica, diálogo y praxis. ing his attitudes of criticism, dialogue and praxis.

1BMBCSBTDMBWF5FPMPHÓBGVOEBNFOUBM3FDVFSEP ,FZXPSET'VOEBNFOUBMUIFPMPHZ.FNPSZ
/BSSBDJØO1SBYJT4FDVMBSJ[BDJØO4PMJEBSJEBE /BSSBUJPO1SBYJT4FDVMBSJ[BUJPO4PMJEBSJUZ

1
Artículo de Reflexión.
2
Teólogo de la Pontificia Universidad Gregoriana. Docente Unimonserrate. E-mail: pedwinvanegas@arquibogota.org.co

Cómo citar este artículo: Vanegas, C. E. (2017). Teología Fundamental Práctica. Una propuesta a partir de Johann Baptist Metz. Revista Hojas y Hablas, (14), 28-40. Eoi: 10.29151/
hojasyhablas.n14a2

28 ISSN (e) : 2539-3375 [Pp. 28-40]


Teología Fundamental Práctica. Una propuesta a partir de Johann Baptist Metz

Introducción crítica de esta obra se propone rescatar los princi-


pales elementos de la nueva teología fundamental
El teólogo alemán Johann Baptist Metz es con- y las categorías que deben ser apropiadas por el
siderado precursor de la nueva teología política teólogo para alcanzar los fundamentos y la praxis
y la persona que, en sus más de 45 años de re- de la vida cristiana en las actuales circunstancias
flexión, ha aportado al avance de la teología fun- de nuestra cultura posmoderna.
damental. Su reflexión y producción teológica El itinerario que seguiremos por medio de este
son pertinentes en las condiciones de una socie- texto es el siguiente: Exponer en primer lugar qué
dad contemporánea que pide dar razones de la debe entenderse por teología fundamental prácti-
esperanza y la vida cristiana. Metz en el desarro- ca; seguidamente las categorías que sostienen esta
llo de su teología trata temas fundamentales que teología; y concluir con una reflexión personal so-
parecen insondables en la tradición teológica o bre las actitudes del teólogo para nuestro tiempo.
en algunos casos, temas que se han evitado. Entre
esos cuestionamientos, se encuentra la perma- 1. Teología política, como teología
nente inquietud por la praxis de la vida cristiana. fundamental práctica
Metz ha evidenciado el fenómeno de privatiza-
ción de la experiencia y discurso cristiano, que le A través del análisis de la Ilustración y sus con-
ha conducido a perder la capacidad de crítica y secuencias, la teología fundamental encuentra su
auto crítica. Por tanto, el teólogo contemporáneo objeto, método y tareas específicas dando respues-
tiene como misión colocar la reflexión de la fe y ta a la crisis de la teología sufrida por la incursión
la vida cristiana en el terreno de lo público, para de las ideas de la Ilustración en todas las dimen-
que de esta manera, se pueda dar la irrupción del siones del saber y el obrar humano. Siguiendo a J.
mensaje de Cristo y éste pueda incidir en la cons- B. Metz presentamos la situación actual de la teo-
trucción de una nueva sociedad. logía fundamental como disciplina teológica que
El presente artículo, apoyado en la propuesta de tiene que ver con la reflexión crítica y práctica de
Metz, se convierte en un ejercicio de reflexión teo- la experiencia cristiana.
lógica aplicable a las nuevas condiciones que debe
enfrentar el teólogo fundamental en su vocación 1.1 La Ilustración y el carácter apologético
teológica. Para el teólogo es urgente la tarea de ofre- práctico de la teología fundamental.
cer un camino reflexivo y crítico ante peligros de Como punto de partida en el desarrollo de la teo-
la privatización y la secularización. De la mano del logía fundamental actual está la citación bíblica
teólogo alemán iremos precisando el ser y quehacer tomada de la primera carta del apóstol Pedro: Dad
de la teología fundamental y, además, la necesaria culto al Señor, Cristo, en vuestros corazones, siem-
conversión en las actitudes del teólogo. pre dispuestos a dar respuesta a todo el que os pida
Es oportuno precisar que en este escrito se razón de vuestra esperanza (1Pe. 3; 15). Tomando
centra en la obra más importante de Metz, que esta cita bíblica J.B. Metz afirma tajantemente cuál
se puede entender como la columna vertebral de debe ser el objetivo del quehacer teológico, en me-
todo su esfuerzo teológico. Esta obra es La fe, en dio de la situación de ilegitimidad de la metafísica
la historia y la sociedad escrita en 1977 y que tie- y la teología, ocasionada por el desarrollo global y
ne como subtítulo: Esbozo de una teología funda- acelerado de la Ilustración del siglo XVIII y XIX.
mental para nuestro tiempo. A partir de la lectura Metz (1979) hace un llamado a la teología como

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apología de una esperanza (p.2), que sea respuesta nueva apología. Metz agrupa en tres tendencias,
a la crisis ocasionada por la racionalidad, el pro- lo que ha llamado e1 frente apologético, que en la
greso y el materialismo en el cual se encuentra el escuela alemana encuentra su más destacado de-
mundo. sarrollo. Sin embargo, estas tendencias teológicas
La corriente iluminista ha logrado desencade- son insuficientes o limitadas en la solución de un
nar en el ser humano una nueva comprensión del problema que sobrepasa el ámbito de la razón ha-
mundo y una nueva forma de expresión, hacien- cia uno más complejo que es el de la praxis.
do que exista un lenguaje universal cuyas palabras
fundamentales son evolución y progreso. Estos a. La neoescolástica
términos expresan un nuevo espíritu con el que Esta apologética se puede ubicar entre la segunda
el ser humano piensa y vive. La teología no puede mitad del siglo XIX hasta la década de los años 30
hacer caso omiso a esta nueva situación, tampoco del siglo XX. El contexto está enmarcado por las
puede seguir encerrada en un discurso privativo, grandes críticas ideológicas a la religión coman-
ni mucho menos dejarse diluir en un cristianismo dadas sobre todo por personajes como Feuer-
a-histórico o secularizado. La teología fundamen- bach, Marx y Nietzsche. Ante este desafío la nueva
tal entra en este escenario como una apologética apologética busca regresar a los fundamentos de
de la esperanza, que, a diferencia de la apologética la filosofía moderna y la ciencia, para desde allí
clásica, no solo es una respuesta teórica o de de- proponer una justificación a la altura de la racio-
mostración, sino que tiene que ver con una crítica nalidad gobernante. “La neoescolástica busca una
de la historia y que conduce a una praxis cristiana base segura en el pasado, recurriendo directamen-
transformadora. Metz expresa el carácter apolo- te a las tradiciones modernas. Esta teología en-
gético de la teología fundamental, diciendo: “Una cuentra su expresión clásica y de forma reveladora
teología fundamental que se entienda como inves- en la obra Teología del Pasado de Kleutgen” (Metz,
tigación de los fundamentos de la teología tiene 1979, p.31).
por fuerza carácter apologético, y no solo inciden-
talmente o como vestigio histórico sino esencial- b. La doctrina social de la Iglesia
mente” (Metz, 1979, p.22). Ante el constatable rompimiento de la rela-
La necesidad de una teología fundamental ción entre religión y estado, que ha traído consigo
práctica para nuestro tiempo nace como conse- la Ilustración, la Iglesia siente una pérdida en el
cuencia del análisis de la situación grave y signifi- carácter normativo y universal del cristianismo
cativa, debida a dos grandes cambios producidos dentro del conjunto del comportamiento y acción
por la Ilustración y que han afectado de manera social en el mundo. Para atender a esta carencia
directa al cristianismo y la teología: ya no se puede se incrementa la reflexión y producción de textos
identificar la fe cristiana con la conciencia religio- magisteriales que quieren presentar y actualizar la
sa; se ha roto la unidad entre religión y sociedad, posición de la doctrina católica en los problemas
entre vida religiosa y vida social. sociales y políticos del siglo XX.

1.2 Respuestas a la crisis teológica originada La doctrina social de la Iglesia constituye un


por la Ilustración descargo frente al reto político del tiempo. Se
La Ilustración genera al interior de la teología trata, de un intento, indirecto, de salvar los pro-
una crisis que da como origen el despertar de una blemas y cuestionamientos fundamentales de

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la fe y de la teología al margen de los cuestiona- logéticos y trate de defender la fe cristiana en un


mientos de la época. (Metz, 1979, p.33) diálogo con las tradiciones modernas.
El espíritu que mueve el anhelo de una nueva
c. El tradicionalismo apologética logra vencer la tendencia de aisla-
Se desarrolla como contraposición crítica, casi miento de la neoescolástica frente a las tradiciones
siempre negativa, frente a la versión político-re- filosóficas y científicas de la Edad Moderna. Se en-
volucionaria de la Ilustración. Esta respuesta teo- tabla un diálogo con las tradiciones modernas no
lógica ha sido liderada de manera particular por solo de manera defensiva, sino con la voluntad de
los laicos franceses a principios del siglo XIX, ani- asimilación crítica y fecunda, que permita no solo
mados por el impacto de la Revolución Francesa y el crecimiento de la apologética, sino también de
el auge de la Modernidad fundada sobre la razón. la teología sistemática. Abanderados de este inten-
Las principales críticas de los tradicionalistas se to se encuentran en la Escuela de Tubinga.
manejan en el ámbito de un rechazo al dominio La apologética se va convirtiendo en teología
de la razón, sobre todo en la dimensión de la le- fundamental cuando en su desarrollo y en la con-
gitimidad de la autoridad y la proclamación de la secución de su método tiene en cuenta los pro-
autonomía del hombre vociferado por la Revolu- blemas fundamentales de la fe y no un obstinado
ción Francesa. espíritu defensivo o evasivo ante las corrientes
modernas que ha generado la Ilustración. Vale la
El menosprecio tradicionalista de la razón no pena llamar la atención a la manera como la es-
forma parte primariamente de un complejo de cuela francesa pudo realizar, en consonancia con
intereses teológicos, sino que sirve casi exclu- el aporte de la filosofía de Maurice Blondel, la lla-
sivamente al interés de restaurar la concepción mada apologética de la inmanencia, que colocó
monárquica de la soberanía frente a la idea de la teología en diálogo y confrontación sería con
la democracia burguesa, que apelaba por su las ideas del modernismo francés. Sin embargo,
parte a una autonomía de todos los individuos es en la obra de Karl Rahner donde se puede ver
basada en la razón humana. (Metz, 1979, p.35) el alcance del desarrollo de la nueva teología del
siglo XX, recuperando la tradición apologética
1.3 Origen de la nueva apologética como y teológico-fundamental en el foro interno de la
teología fundamental teología, por medio de la distinción entre teolo-
Las tendencias teológicas de respuesta frente a la gía “formal” y teología “material”. Esta distinción
dura crítica que ha generado la Ilustración para la es explicada por Metz:
religión cristiana, se han dado de manera alterna
con diferencias en el objetivo o acentos de cada En la teología fundamental deben estudiarse las
una, encontrándose mutuamente en el intento estructuras formales de la fe dogmática; la teo-
apologético y la apropiación del nuevo lenguaje logía fundamental es en cierto modo dogmáti-
ilustrado que el mundo ha tomado. Sin embargo, ca formal y, a la inversa, la dogmática sólo tiene
la respuesta a la crisis era insatisfactoria y agudiza- sentido si se convierte en teología fundamen-
ba el rompimiento de la relación entre la teología tal material, es decir, si expone sus contenidos
dogmática y la teología fundamental. Se crean las dogmáticos articulándolos con los problemas
condiciones para el surgimiento de una nueva teo- del tiempo: “Oyente de la palabra» en sentido
logía que logre relacionar los diversos frentes apo- teológico solo puede serlo quien a un mismo

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tiempo escucha las objeciones de su tiempo y es decir, lo ha reducido a la esfera privada del
comparte los problemas de su entorno” (Metz, sujeto que vive sin problemas en la sociedad y
1979, p. 37). a su honestidad normal.

(O SDQRUDPD SDUD HO GHVDUUROOR GH OD QXHYD WHR- De tal forma, que todos los hombres sin excep-
ORJtD IXQGDPHQWDO HQFXHQWUD XQ GHVDItR JUDQGH ción puedan hacerse sujetos de la teología y ser
\VXUJHQODVSUREOHPiWLFDVUHOHYDQWHVGHODUHOD- protagonistas de la praxis liberadora que trae la
FLyQGHODWHRORJtDFRQHOPXQGRODKLVWRULD\HO memoria peligrosa de la pasión y resurrección de
SURJUHVR/DLQTXLHWXGSRUHOLPSDUDEOHSURFHVR Jesucristo.
GHVHFXODUL]DFLyQKDFHYHUTXHODFULVLVGHOD,OXV- La aparición del sujeto burgués y la distorsión o
WUDFLyQQRKDVLGRVXSHUDGDGHOWRGRVLQRTXHKD pérdida de la categoría de praxis del cristianismo
SURGXFLGR QXHYRV SODQWHDPLHQWRV (9DOH OD SHQD son los nuevos lugares desde los cuales la teología
UHFRUGDU TXH D WUDYpV GHO GHVDUUROOR GH VX REUD fundamental debe reflexionar y colocar de nuevo
7HRORJtD GHO 0XQGR 0HW]  SS  a todo ser humano, como protagonista, en la di-
LQWHQWD UHVSRQGHU D HVWD FULVLV QR VXSHUDGD SRU námica de una religión cristiana que lo conduzca
OD WHRORJtD PRGHUQD \ XQ HMHPSOR GH HVWR HV OD hacia la realización del Reino definitivo y escato-
D¿UPDFLyQIXQGDPHQWDOTXHKDFHHODXWRUGRQGH lógico, en el cual va tomando forma una comu-
HOPLVWHULRGHODHQFDUQDFLyQHVHOSULQFLSLRGHOD nidad más justa y libre de toda privatización del
VHFXODUL]DFLyQ  discurso y la praxis de la religión. La teología prác-
(OSULPHURGHHOORVWLHQHTXHYHUFRQHOVXMHWR tica, desde la perspectiva de Metz, nos aporta tres
GHODWHRORJtD\HORWURSODQWHDPLHQWRVHUH¿HUHD categorías fundamentales que nos disponemos a
ODSUD[LVGHOFULVWLDQLVPRHQPHGLRGHXQPXQGR presentar.
VHFXODUL]DGRHPDQFLSDGRHLOXVWUDGR
+HPRVOOHJDGRDOSXQWRFHQWUDOGHVGHGyQGHVH 2. Categorías de la teología política
SODQWHDODQHFHVLGDGGHKDFHUXQDWHRORJtDSROtWLFD como teología fundamental práctica
FRPR WHRORJtD IXQGDPHQWDO SUiFWLFD FX\R REMH-
WLYRKDGHVHUGHYROYHUDOFRQFHSWRGHSUD[LVVX Hablar de categorías de la nueva teología política,
UDGLFDOLGDGFULVWLDQD\ORKDJDDSOLFDEOHWDPELpQ debe entenderse como el conjunto amplio donde
DOVXMHWRQREXUJXpVDTXHOORTXH 0HW]S se sistematizan las condiciones existenciales de la
 HQWLHQGH SRU VXMHWR EXUJXpV HVWi H[SUHVDGR experiencia cristiana, para que sean totalmente
FODUDPHQWHFRQVXVPLVPDVSDODEUDV prácticas. Detrás de cada categoría hay una sis-
tematización de otras realidades que inciden en
Lo que en la Ilustración se realiza y luego en el el sujeto teológico y la realidad histórica y social
curso de la época moderna se afirma y se abso- que lo circundan. Las categorías influyen de ma-
lutiza es el surgimiento de un hombre nuevo, nera axiológica y amplían los temas y conceptos
el burgués; el sujeto burgués se establece en la propios de la teología política como teología fun-
teología moderna gracias al liberal abrazo de damental práctica. Estas categorías son: memoria-
ésta con la Ilustración; que finalmente, y sobre recuerdo, narración y solidaridad.
todo, un determinado concepto burgués de
praxis ha reprimido el concepto genuinamen- 2.1 Memoria-Recuerdo
te cristiano de praxis y libertad socio-crítica, El recuerdo y la memoria son categorías esencia-

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les para la mentalidad judía y helenista, las cuales permanecen estáticas en el tiempo, sino que
influyen de manera decisiva en el desarrollo his- son actualizadas a través del cumplimiento de
tórico del cristianismo. El recuerdo ha alcanzado su misión en el mundo.
un rango singular en el ámbito teológico porque 3. Su función es interpretar de manera crítica la
posee unas características que han hecho de esta historia y la sociedad. La nueva interpretación
categoría un punto central y único en la perma- se da desde el clamor de los vencidos y no de
nencia a través del tiempo y la historia, del men- los vencedores. El recuerdo del que debe hacer
saje y obra de Jesucristo. Al referirnos al recuerdo uso la teología política debe propiciar la crítica
en la teología cristiana, se ha querido expresar en ante cualquier forma de reducción del tiempo
primer lugar “la relación de mediación entre la y la historia.
razón y la historia; en segundo lugar, la categoría 4. Facilita la conciencia apocalíptica dentro de la
de recuerdo en cuanto resumen de los caracteres teología. Ante toda reducción inmanentista o
básicos tanto de la filosofía como del pensamiento evolucionista de la historia, donde el hombre
tradicional judeo-cristiano” (Metz, 1979, p. 193). se ve sumergido en un profundo presente es-
Cuando se habla del recuerdo en un ámbito tático o un futuro oculto y trágico, el recuerdo
pragmático y utilitarista se corre el riesgo de re- como categoría teológica evoca e incita en la
ferirse a una realidad lejana, acabada, abandona- persona y la sociedad el dinamismo y el po-
da, sin incidencias en el presente. Por tal razón, der transformador de la historia, a partir de un
es necesario redescubrir el significado teológico concepto del tiempo desde la perspectiva de la
del recuerdo, para legitimar las realidades conexas esperanza cristiana y la praxis del seguimiento.
a esta categoría, tales como: tradición, apocalíp-
tica, memorial, escatología, etc. El desarrollo del Unido a las anteriores características, el recuerdo
recuerdo como categoría es perceptible por medio se presenta en la teología política como un medio
de cuatro características que le son propias: de realización práctico de la razón en cuanto liber-
tad, como una estructura narrativa y en relación
1. El recuerdo posee una fuerza solidaria con el con las tradiciones de la anamnesis y la memoria
pasado y una apertura a la esperanza escatoló- cristiana. La libertad es un elemento esencial en
gica. No es una simple remembranza del pasa- el desarrollo de la historia y de la razón del sujeto.
do, sino es un recuerdo peligroso, en el sentido El tipo de recuerdo propio de la razón crítica es
que hace presente la memoria de los muertos el recuerdo de la libertad (Metz, 1979, p. 204), de
y vencidos, colocando a la teología en solidari- él nace el interés que motiva y rige la realización
dad con las víctimas. práctica de la razón.
2. Tiene la capacidad de ser trasmitido a través Quiero detener mi atención al aspecto de
de los distintos modos de vida social dentro anamnesis y memoria peligrosa que tiene el cristia-
de la Iglesia. En esta característica se sostie- nismo, como elementos constitutivos de la catego-
ne la importancia de la Tradición y la Iglesia ría de recuerdo en el planteamiento de la teología
como comunicadora o transmisora oficial de política. Para referirnos a la anamnesis y la memo-
la memoria peligrosa de Jesucristo en el mun- ria, debemos tener en cuenta un problema social
do y en la historia. La Iglesia por medio de la y cultural de nuestro tiempo como es la amnesia
memoria reconoce permanentemente que la fe cultural, que define Metz (2002) en su obra Dios y
y sus expresiones sociales son dinámicas y no Tiempo, de la siguiente manera:

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Cuando hablamos de amnesia cultural nos re- 2.2 Narración


ferimos al silenciamiento del dolor del recuer- Desde un análisis fenomenológico se percibe
do en la memoria cultural del hombre. Jean que en el mundo y el hombre existe una ex-
François Lyotard ha resaltado con acierto que periencia de la narración y que de forma es-
en realidad hay dos clases de olvido: por un pecial el cristianismo posee dicha estructura.
lado, borrar todas las huellas para que no sea Por medio de la narración la teología ha po-
posible volver a recordar; y, por otro lado, y en dido responder la crítica sobre el carácter no
contraposición al anterior, el recuerdo «perfec- objetivo e inexpresable de la tradición cristia-
to», es decir, la disposición de que, en y por la na en sus contenidos y formas prácticas. Es
representación de los sucedido, queda asumido una tarea urgente de la teología devolver al
y aclarado lo que acaeció. (p.171) aspecto narrativo de la fe su lugar como ca-
mino e instrumento de comunicación de la
El olvido es una condición que ha marcado el experiencia creyente originaria: el memorial
desenvolvimiento de la historia, de la sociedad de Jesucristo muerto y resucitado.
y, de manera directa, se opone a la tradición Se puede afirmar que la tradición bíblica es
cristiana que se basa en el recuerdo de la me- el primer testimonio donde podemos consta-
moria peligrosa del misterio pascual de Cristo. tar que existe una estructura narrativa en la
La memoria passionis, mortis et resurrectionis experiencia de la fe del pueblo de Israel y del
Jesus Christi es aquella clase de recuerdo peli- Cristianismo. Un punto de unión entre la ex-
groso que se actualiza en la vida de la Iglesia. Se periencia de la fe del pueblo elegido y la comu-
trata de: nidad cristiana está en el continuo cambio de
un estado antiguo a uno nuevo que se trasmite
una memoria peligrosa y liberadora, que en en las narraciones originales y originarias. La
el día de hoy nos está siempre acuciando, novedad trasmitida consiste en la destrucción
porque el recuerdo no es de un futuro cual- por parte de Dios de todo aquello que se opo-
quiera, sino del que se describe en la vida de ne a la incomparable novedad del Cristo re-
Jesús, en su testamento, que nos obliga a estar sucitado, dador de vida y futuro escatológico
cambiando constantemente para poder res- realizable.
ponder a sus exigencias. (Metz, 2002, p. 76) Para poder aprovechar la categoría de na-
rración, la teología debe prevenir el peligro de
La teología política por medio de la categoría del reducir esta categoría al espacio de los relatos
recuerdo conducirá al teólogo y al cristiano a co- o mega relatos, carentes de profundidad y sig-
laborar en la construcción de una nueva cultura nificado, lejanos de las experiencias objetivas
que rechaza la amnesia y el olvido y boga por la y sin precedentes que se han mantenido en la
consolidación de una cultura anamnética, que no conciencia creyente por muchas generaciones.
sólo surja de la dimensión religiosa, sino que evo- Este objetivo se logra precisando tres dimensiones
que e impregne las dimensiones comunicativas y que son propias de la narración en el desarrollo de
simbólicas de la sociedad. Una cultura anamné- la teología política que deben estar siempre pre-
tica será el futuro de la teología como mística y sentes: el sentido práctico, el sentido pastoral y el
espiritualidad, que reconoce el carácter universa- sentido teológico de la categoría de la narración.
lista que nace del recuerdo del sufrimiento. a. Sentido práctico

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Teología Fundamental Práctica. Una propuesta a partir de Johann Baptist Metz

Las narraciones siempre ponen en evidencia rea- como elemento fundamental dentro de la práctica
lidades diversas pero necesarias, que interactúan y sostenimiento del culto. Lo preocupante es que
y hacen posible el desarrollo de las estructuras muchos de estos grupos se consideran sectarios o
narrativas y lingüísticas. “La narración tiende a la incluso marginales dentro de la misma Iglesia.
comunicación práctica de la experiencia en ella
acumulada y evidencia cómo el narrador y los Por lo general los grupos y “movimientos mar-
oyentes se incorporan —liberándose— a la expe- ginales” no suelen argumentar. Más bien na-
riencia relatada” (Metz, 1979, p. 215). La narra- rran, o mejor dicho, intentan narrar. Narran la
ción siempre tiene que ver con las experiencias historia de su conversión o vuelven a contar las
vitales, que han llegado a un significado trascen- historias bíblicas, con frecuencia de un modo
dental en el individuo, pero que al ser expresadas descuidado, muy fácil de comprender y mani-
por medio del narrador, se convierten en expe- pular. (p.218)
riencias comunitarias.
La narración y el proceso por el cual se expre- Esta situación deja, positivamente, un campo
sa, son siempre portadores de una experiencia que abierto para el desarrollo de una pastoral que
involucra y libera; en algunos contextos alcanza parte del anuncio kerigmático, donde la pasto-
incluso un valor sagrado y ético. La fidelidad a la ral y la predicación se encuentren y alcancen la
narración por parte del narrador y la disposición unidad por medio de la narración del aconteci-
de los oyentes son condiciones necesarias para miento peligroso y salvador de la muerte y re-
que la narración alcance su objetivo, que consiste surrección de Jesucristo. La crisis de la pastoral
en ser trasmisora de significado y liberación para de hoy es generada por la ausencia del anuncio
quienes no son escuchados o para quienes no pue- kerigmático y se constata en que la fuerza trans-
den expresarse. formadora del mensaje escatológico parece no
Dentro del cristianismo la estructura narrati- tener incidencia en la realidad del mundo se-
va alcanza un momento importantísimo, sobre cularizado. Ante esta crisis, se puede responder
todo en las acciones sacramentales, especialmen- con una profundización de la estructura narra-
te la Eucaristía, que es el momento en el cual, la tiva como camino pastoral.
memoria de la muerte y resurrección de Jesucris- Existe hace mucho tiempo una crisis narrati-
to se hace explícita por medio de la narración. va en el cristianismo no solo en el ámbito de la
No es un relato de un pasado acaecido, sino que fe vivida, sino en el quehacer teológico. La teo-
la narración de la cena de Jesús y sus discípulos logía política teniendo en cuenta esta crisis pas-
posee un carácter liberador eterno. En las reali- toral aboga por el rescate de la narración como
dades sacramentales la realidad verbal y la rea- categoría de trasmisión de la memoria Christi,
lidad fáctica alcanzan una unidad esencial por de tal forma que alcance a todos los hombres,
medio de la narración. para que puedan escuchar el recuerdo peligroso
que libera y comprometerse con la construcción
b. Sentido pastoral del reino definitivo, donde serán llamados, de
Metz (1979) describe con preocupación, pero tam- manera especial, los sufrientes y las víctimas.
bién con una valoración positiva, el florecimiento Ante esta crisis la Iglesia deberá prepararse para
de las experiencias religiosas que dan prioridad a redescubrir su papel como narradora de las his-
la fuerza de la narración del testimonio de vida, torias de aquellos que no han podido expresarse

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porque el mundo les ha cerrado las posibilida- introduce en una de las categorías más urgentes
des materiales y espirituales. de la nueva teología fundamental: la solidaridad.
Esta categoría esencial se convierte en la finali-
c. Sentido teológico dad concreta de todo discurso crítico de la teo-
La narración permite alcanzar la unión entre la ra- logía y la praxis cristiana. “La solidaridad como
zón y la historia. La narración opera como media- categoría de una teología fundamental práctica
dora entre la salvación y la historia. La narración significa asistencia, apoyo y promoción del suje-
tiene una función mediadora en sentido teológico to frente a sus graves amenazas y sufrimientos”
permitiendo la reconciliación entre la vida histó- (Metz, 1979, p. 237).
rica como experiencia de no identidad y la salva- La sociedad moderna habla de unos canjes de
ción como narración de la memoria de Jesucristo. la solidaridad, mediados por el interés puesto en
El cristianismo como comunidad de los que el progreso, marca como punto de inicio un inter-
creen en Jesucristo es fundamentalmente una co- cambio entre iguales, dejando de lado a quienes
munidad del recuerdo y la narración que posee marcan diferencia en la sociedad, a las víctimas,
en su esencia una estructura que la hace práctica. a los sufrientes, aquellos que no han alcanzado la
Cuando la fe no valora adecuadamente esta rea- mayoría de edad, como objetivo de la Ilustración.
lidad salvífico narrativa y reduce la memoria de
Jesucristo a una dimensión solamente mitológica, La solidaridad es cualitativamente algo más que
inmediatamente cancela la incidencia histórica del un pacto finalista entre partes iguales y, desde
acontecimiento único e insoslayable de la muerte luego, el humanismo, algo más que un huma-
y resurrección del Señor. Es en el carácter me- nismo de objetivos, esto es, un compromiso sin
morial y narrativo que tiene el misterio pascual, cálculos previos con la vida oprimida: esta idea
donde encontramos la responsabilidad del cristia- cristiana brilla cada vez más por su ausencia.
nismo con la salvación del mundo y la historia que (Metz, 1979, p. 239)
se presentan con el rostro del sufrimiento, la frag-
mentación y el sin sentido. “La teología que pueda La solidaridad se presenta como categoría de sal-
cumplir este papel de mediación entre la salvación vación del sujeto donde quiera que se encuentre
y la historia del sufrimiento, debe ser una teología amenazado por la opresión, por la muerte, por
‘rememorativa’ y ‘narrativa’ ” (Metz, 1973, p. 233). el olvido, por el aislamiento. La solidaridad es el
compromiso universal de la humanidad que favo-
2.3 Solidaridad rece el protagonismo de cada individuo frente a su
Los procesos de Ilustración y secularización, han propia salvación y la participación de la redención
portado como consecuencia el olvido del sujeto, realizada por Cristo, de manera universal y defini-
sobre todo, el olvido del ser humano que sufre y tiva. La perspectiva creyente de la solidaridad nos
está asilado por la mano, falsamente salvadora, de ofrece la comprensión del sujeto y el alcance de
la modernidad y el progreso. La historia acentúa una verdadera acción solidaria.
una fuerte orientación hacia el costado de los ven-
cedores, como abanderados de la mayoría de edad a. Sujetos de la solidaridad
que piensan haber alcanzado el grado más alto de La solidaridad está apoyada en la valiosa realidad
humanidad. Esta condición actual, unida al aná- humana de la comunicación. El intercambio vital
lisis que hemos hecho hasta el momento, nos entre los humanos define una lógica de necesidad

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Teología Fundamental Práctica. Una propuesta a partir de Johann Baptist Metz

y dependencia intersubjetiva. El lenguaje y los b. Solidaridad Universal


signos, como convenciones universales, reflejan Elemento significativo en la praxis cristiana, es
claramente esta realidad fundamental de la hu- precisamente, su carácter de universalidad, que
manidad. En la experiencia vital del ser humano brota del apoteósico y singular acontecimien-
se da una dinámica de intercambio permanente, to de la encarnación. A partir de este hecho sin
no solo material, también a niveles profundos y precedentes, la categoría teológica de solidaridad
existenciales, que van definiendo su lugar dentro adquiere unas dimensiones inimaginables dentro
de la historia y la transformación de la naturaleza. de un horizonte universal. Vivimos una época de
Frente a esta solidaridad recíproca el cristianismo sensibilidad por lo global, por la unificación de
resalta por medio de la solidaridad acompañada los espacios y la información a nivel mundial. Los
de la memoria y la narración. En la afirmación de vínculos de relaciones se mueven con una rapidez
las relaciones interpersonales como mediadoras de impresionante gracias a las distancias acortadas
una solidaridad cristiana, hay un descubrimiento por los medios de comunicación cada vez más
de la verdadera correspondencia entre un yo y un avanzados y efectivos. La Ilustración ha dejado
tú, en la dimensión del encuentro del rostro su- en la conciencia humana una sensibilidad atenta
friente, que interpela y anima la decisión libre y a cualquier perturbación del orden moral y ético
comprometida de la praxis cristiana. En este pun- que perjudique la convivencia y el progreso de la
to Metz se ha dejado inquietar por el pensamiento raza humana. En medio de esta realidad se podría
de Emmanuel Lévinas y así lo ha expresado: hablar de una solidaridad globalizada, sin embar-
go, esta realidad global no agota el significado pro-
Me ha causado impacto el comprobar hasta qué fundo de la solidaridad cristiana.
punto sabe ver él [Lévinas] lo misterioso de La solidaridad cristiana es una categoría teo-
los otros hombres en su alteridad. Y hasta qué lógica que tiene que ver con el seguimiento de
punto nosotros, llevados de la fuerza del pensa- Cristo, que ha optado por la causa del hombre, sin
miento asimilatorio griego-metafísico, hemos encasillarse en niveles políticos, sociales, econó-
convertido siempre a los otros en una función, micos. Su preocupación es el ser humano y so-
más o menos positiva o negativa, de nosotros bre todo, el sufriente. El cristianismo siguiendo a
mismos, de nuestros problemas de identidad, Cristo también hace una opción preferencial por
de nuestro acceso al yo: y esto incluso en las el ser humano, para que éste logre ser sujeto de la
teorías de la intersubjetividad. Y qué poco he- solidaridad universal de Dios.
mos comprendido lo lejano y extraño —que La Iglesia es la llamada a ser la impulsadora de
nada ni nadie puede eliminar— del Otro, la or- los proyectos de solidaridad universal compro-
den aparece en su rostro de dejarle seguir sien- metiéndose de manera efectiva con los proble-
do el Otro. (Metz & Wiesel, 1996, pp. 43-44) mas que conlleva la opción preferencial por las
víctimas. Este camino coloca un derrotero segu-
La solidaridad manteniendo su unidad con las cate- ro en el diálogo inter religioso y la participación
gorías de recuerdo y narración se presenta como la de la Iglesia en ambientes, que por la privatiza-
realización del compromiso práctico del cristiano. ción de la teología se han descuidado, como por
La decisión efectiva por el seguimiento de Cristo ejemplo: la historia, las culturas, las ciencias, la
eleva al creyente en la experiencia sublime de la ca- economía y la política.
ridad, sobre todo, hacia aquellos que son víctimas. La conciencia eclesial, como la abanderada en

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la universalidad de la caridad que protege a los en una publicación reciente el teólogo chileno Juan
débiles, es el cometido de una teología política Pablo Espinosa Arce, afirma: “Jesucristo es pues el
aplicada en la praxis cristiana y por tanto revo- paradigma de este nuevo sujeto, del que es consti-
lucionaria en medio de las condiciones injustas y tuido en el sujeto por excelencia de la nueva his-
opresoras de los sistemas dominantes de la histo- toria, de la historia escatológica. Y esta esperanza
ria contemporánea. Para la Iglesia el compromiso es una de la que se hace memoria y narración,
con la solidaridad representa un reto, pero a la vez categorías políticas y centrales de la teología de
refleja su función más originaria. Metz”. (Espinosa Arce, 2016, p. 142). Por tanto,
las categorías de la teología política solo pueden
Conclusiones ser apropiadas por un sujeto que en la persona
de Jesucristo encuentra el paradigma de hombre
La obra teológica desarrollada por Metz ha sido y sociedad, un sujeto reconciliado con la histo-
el resultado de la preocupación del teólogo por la ria y en apertura a la construcción de un futuro
legitimación del cristianismo en las condiciones posible en el seguimiento de Cristo.
críticas que ha dejado, en el mundo y la historia, En la propuesta teológica de Metz sobresale
un incontrolable movimiento de secularización, la experiencia de cuestionamiento permanente
emancipación e Ilustración, propiciado por la ra- sobre la forma de abordar los problemas actua-
cionalidad y la subjetividad de la Edad Moderna. les y que animan el trabajo por la consecución
Esta preocupación es expresada constantemente de una actitud teológica madura a través de tres
en las obras de Metz (1968) con la siguiente afir- características que deben acompañar el trabajo
mación: “La teología ha reducido el núcleo central y la vida del teólogo: la crítica, el diálogo y la
del mensaje al ámbito privado y la práctica de la praxis. En la presentación de estas característi-
fe a una decisión de espaldas al mundo”. (p. 387). cas quisiera recoger, a modo de conclusión, la
Metz es exponente de la teología fundamental, en llamada actual de la teología fundamental en la
cuanto toca las fronteras de la relación entre teo- búsqueda de un horizonte de profundización de
logía e historia, teoría y praxis, teología y religión la fe y el anonadado esfuerzo por dar razones de
y las presenta reconciliadas sistemáticamente en el la esperanza en medio de los profundos cuestio-
escenario de la historia y el mundo formado por namientos de la humanidad.
seres humanos, capaces de ser sujetos de la praxis
teológica transformadora de la realidad infortuna- Actitud teológica crítica
da de los sufrientes. Las experiencias de confron- La actitud crítica se entiende como la capacidad
tación con su contexto histórico y la formación de mirar más allá de la apariencia de los fenó-
filosófica idealista y trascendental han hecho de menos, de los acontecimientos, para dar paso a
Metz un exponente de la teología fundamental y la verdad y el logos de la teología. La crítica es el
el gestor de la llamada nueva teología política. esfuerzo por descubrir el fundamento de la rea-
Es oportuno observar que en el trasfondo de lidad en la cual se desarrolla la libre comunica-
la propuesta de Metz se ha venido elaborando ción de Dios y la repuesta vital del creyente. En
una cristología que ilumina la consolidación de medio de las actuales condiciones de un mundo
un nuevo sujeto creyente, que será el responsable fragmentado y distorsionado se hace necesaria la
de llevar a cabo este proyecto de teología política exaltación de los vínculos que superen las fractu-
como teología fundamental práctica. Al respecto, ras ocasionadas por el triunfo de la razón ilustra-

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Teología Fundamental Práctica. Una propuesta a partir de Johann Baptist Metz

da y el ocultamiento de la religión en la esfera de abordar los contenidos de ciencias auxiliares,


un discurso privado y burgués. como, por ejemplo: la sociología, la política, la an-
La crítica y la autocrítica ayudan a la teología tropología y la psicología, si quiere que el discurso
en el esfuerzo por alejarse de los peligros de la teológico esté a la altura del juego lingüístico que
privatización y el divorcio de la dimensión his- ha envuelto la historia de la humanidad moderna
tórico-social. La teología fundamental con ayuda y contemporánea, y del cual se ha querido sacar el
de la crítica puede alcanzar sus objetivos porque discurso metafísico y religioso. La pluralidad de
ella encuentra en la relación entre fides et ratio formas y estructuras cambiantes en las cuales se
el lugar privilegiado de su competencia como va envolviendo el ser humano dejan de lado las di-
ciencia teológica, y busca desarrollar un discurso mensiones de la memoria y la trascendencia, para
evocador que permite acoger la fe cristiana con vivir en el eterno presente y el materialismo ver-
toda la credibilidad y operatividad. La teología tiginoso que lo lanzan al profundo abismo del sin
fundamental se preocupa por la situación con- sentido y la desesperanza.
creta del ser humano a quién Dios comunica su Con esta apertura al diálogo la teología puede
Palabra cercana y definitiva, dentro de las dimen- ir adquiriendo un lenguaje evocador que dirija
siones sociales e históricas. la experiencia humana hacia la trascendencia y
le comprometa en la consolidación de la praxis
Actitud teológica dialogal-narrativa trasformadora en el contexto histórico presente.
Una segunda actitud teológica es el diálogo que La categoría de la narración nos ofrece un ca-
implica, además de saber expresar los contenidos mino pastoral seguro que pasa por la evocación
propios, conocer y escuchar las voces de quienes y las narraciones vitales, las cuales dan paso a la
se excluyen o son excluidos. Para fortalecer esta experiencia del discipulado, sobre todo, como ac-
dimensión del quehacer teológico debemos apren- tualización de la peligrosa memoria de Jesucristo
der a escuchar las voces de la historia y el desarro- muerto y resucitado, que es trasmitida por la Igle-
llo del progreso humano, para contextualizar y así sia y aceptada en el mundo con un poder subver-
pronunciar el discurso sobre Dios, por medio de sivo y trasformador.
un lenguaje evocador que permita la escucha de la
Palabra reveladora de Dios, siempre viva y actual Actitud teológica práctica
en su Hijo muerto y resucitado. La revaloración de la dimensión práctica de la fe es
No podemos hablar de Dios en las condiciones el esfuerzo permanente de la nueva reflexión teo-
del mundo actual si no conocemos con certeza el lógica propuesta por Metz. Es por medio de la crí-
contenido de lo que anunciamos y si no tenemos tica y de la praxis como la Iglesia puede rechazar el
en cuenta al hombre en el conjunto de su expe- peligroso camino de la privatización del discurso
riencia vital. La teología debe ser la voz y debe ha- teológico y de la vivencia del cristianismo lejano
blar a aquellos que no pueden expresar su clamor de la historia y de la memoria de quienes claman
o sus preguntas sobre Dios. El carácter dialogal justicia. La praxis debe ser entendida desde la am-
de la teología debe estar lejano de todo discurso plitud del cometido de la experiencia creyente del
privado o burgués, que no habla ni responde a las cristiano, donde la razón y la fe no son opuestas
inquietudes profundas del ser humano. sino complementarias.
Elemento importante en esta actitud dialo- La ratificación de la dimensión práctica del cris-
gal, es el coraje que debe poseer el teólogo para tianismo está lejos de reducir la fe a un conjunto

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axiológico, ético o exclusivamente moralista; esta la reflexión teológica que lo conduzca a la madurez
praxis es un reclamo de sentido de la historia y de de un pensamiento crítico, narrativo y práctico, sien-
la esperanza escatológica, donde la comunicación do fiel a la Palabra de Dios comunicada en la historia
de Dios y la respuesta del hombre se armonizan en y en la persona humana. La teología, como discurso
la construcción de una sociedad más justa y libre. sobre Dios, deberá ser comunicada de tal forma que
En el contexto de la época actual, donde se vive alcance su fuerza como Palabra de significación y li-
una transición de la modernidad a una posmoder- beración personal y social.
nidad existe mayor sensibilidad por las voces del tes-
timonio, el afecto y el sentido. Esta condición puede Referencias
ser un camino abierto para el cristianismo y la teolo- Metz, J. B. (1979). La fe, en la historia y la socie-
gía, que posee un mensaje de vida y sentido, marca- dad. (M. O. Bravo, Trad.) Madrid, Madrid, Espa-
do no sólo por un discurso, sino por la experiencia ña: Cristiandad.
existencial de Jesucristo que le da sentido al drama y Metz, J. B. (2002). Dios y tiempo. Madrid, Ma-
a los cuestionamientos más profundos del ser huma- drid, España: Trotta.
no. Es la memoria de Jesucristo encarnado, sufriente, Metz, J. B. (1973). Breve apología de la narra-
muerto y resucitado el testimonio de la experiencia ción. Concilium (84), 222-238.
fundamental que debemos transmitir en medio de la Metz, J. B., & Wiesel , E. (1996). Esperar a pesar
historia actual. de todo. (C. Gauger, Trad.) Madrid, Madrid, Espa-
Hoy no se puede hacer teología alejándose de la ña: Trotta.
historia, el lenguaje y la cultura del hombre posmo- Metz, J. B. (1968). El problema de una teología
derno. Hablar de Dios en el mundo contemporáneo política. Concilium (36), 385-403.
pasa de la demostración a la mostración del misterio Metz, J. B. (2007). Memoria Passionis. Una evo-
que da sentido y fundamento a la historia personal cación provocadora en una sociedad pluralista. (J.
y social. La praxis debe ser realizada por un sujeto M. Gotor, Trad.) Santander, Santander, España:
humano que considera en la estructura profunda de Sal Terrae.
su ser una interpelación espiritual a ser seguidor de Metz, J. B. (1970). Teología del mundo. (C. R.
la verdad y a luchar contra el olvido del sufrimiento Garrido, Trad.) Salamanca, España: Sígueme.
de las víctimas, que ha dejado el desarrollo de la se- Espinosa Arce, J. P. (2016). Johann Baptist Metz
cularización negativa en virtud del progreso. y la teología cristiana después de Auschwitz. Cues-
El teólogo debe asumir un compromiso serio con tiones Teológicas , 43 (99), 133-147.

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