A mediados de la década de los ochenta, se presentó un cambio en las teorías del
aprendizaje producido por el desarrollo de las ciencias cognitivas. El cambio consistía en cuestionarse las ideas y sugerían que el aprendizaje es independiente de la disciplina y aceptar que aprender matemáticas implica asimilar conceptos, métodos y principios que poseen diferencias con lo estudiado en otras áreas del conocimiento. Pólya considera que el aspecto formal de las matemáticas tiene poca relación con la actividad de resolver problemas y con el descubrimiento matemático, discute el potencial de los métodos heurísticos, las estrategias de carácter general para atacar un problema y sugiere heurísticas enmarcadas dentro de su propia experiencia como matemático al resolver problemas; las cuales pueden ser modeladas por los maestros en salón de clases y una vez internalizadas (en el sentido de Vigotsky) por los alumnos pueden usarlas sin ayuda externa.
El método de resolución de problemas de Allan Schoenfeld, profundiza y completa el
trabajo de George Pólya. Utiliza el término Metacognitivo para denominar a los procesos de reflexión y que están asociados a las acciones mentales de monitoreo y control que actúan implícitas y continuamente mientras se resuelven problemas; es una habilidad que se desarrolla paulatinamente y ayuda a identificar obstáculos y/o contradicciones que se cometen en el camino de solución. Para Schoenfeld, las indicaciones que permiten avanzar en el método propuesto por Pólya equivalen a hacer un inventario de lo que el estudiante sabe y de la forma en la que adquirió los conocimientos matemáticos. Considera que para entender el proceso por el cual las personas resuelven problemas e incidir en la enseñanza, es necesario considerar a las matemáticas la dinámica del salón de clases y el aprendizaje junto con el proceso de pensar, es decir, se necesita incorporar el conocimiento de las matemáticas, profesores de matemáticas, educadores y especialistas de las ciencias cognitivas.