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El lenguaje y la lengua
La comunicación. Propiedades del lenguaje humano. La lengua como sistema de
signos. Las funciones del lenguaje. El signo lingüístico: definición y características.
Esquema de contenidos
INTRODUCCIÓN
1. La comunicación
1.1. Definición
1.2. Elementos que intervienen en el acto de comunicación
1.3. Otros elementos del proceso comunicativo
2. Propiedades del lenguaje humano
3. La lengua como sistema de signos
4. Las funciones del lenguaje verbal
5. El signo lingüístico
5.1. Definición de signo
5.2. Tipos de signos
5.3. El signo lingüístico: definición y características
INTRODUCCIÓN
Una de las características básicas de los seres humanos es el hecho de que somos
seres sociales, es decir, que nos desarrollamos dentro de estructuras sociales y en
interacción constante con otros miembros de nuestra especie. Esto no sería posible sin
haber desarrollado una capacidad comunicativa productiva y que funciona de manera
constante.
Aunque en muchas otras especies animales también existe comunicación,
entendiendo comunicación como toda acción por parte de un organismo que puede
alterar la conducta de otro organismo (por ejemplo: dos perros que se olisquean para
conocerse es un modo de comunicación entre ellos), la especie humana ha desarrollado
un sistema de comunicación altamente complejo a través del lenguaje verbal
principalmente (las palabras, las frases, los textos, etc.), pero también a través del
lenguaje no verbal (gestos, iconos, movimientos, etc.).
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El ser humano tiene una capacidad innata para el aprendizaje, uso y desarrollo del
lenguaje verbal que le distingue de otras especies animales. Esta capacidad se apoya en
la creación de un símbolo complejo como es el signo lingüístico y de un sistema de
combinación de este singo que da lugar al lenguaje en general (el lenguaje en abstracto,
que incluye todas las lenguas del mundo) y a las diferentes lenguas en particular (el
inglés, el español, el chino, etc.).
El lenguaje permite la comunicación y tiene una serie de propiedades, características
y funciones específicas que vamos a conocer en este tema.
1. La comunicación
1.1. Definición
En general se considera que la comunicación es un proceso consciente de
intercambio de información entre dos o más participantes entre los que se distinguen un
emisor y un destinatario quienes comparten un sistema de signos comunes, es decir, un
código.
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Canal: es la vía por la que circula el mensaje. Incluye tanto el medio físico de
transmisión (normalmente, el aire en la transmisión oral y el papel en la escrita) como
los sentidos implicados en la emisión y la recepción (canal visual, auditivo o
audiovisual).
Referente: es el elemento de la realidad sobre el cual se da información. No es,
por tanto, un elemento del código, sino que es exterior a este.
Contexto: es el conjunto de circunstancias de la realidad que enmarcan el acto
comunicativo.
Contexto lingüístico: es el contexto del mensaje (entorno en el que se sitúa una
unidad lingüística dada), esto es, los mensajes anteriores y posteriores a él.
Contexto comunicativo: son las circunstancias exteriores y también psicológicas
en las que se sitúa el acto comunicativo.
CONTEXTO COMUNICATIVO
CÓDIGO
REFERENTE
(puede estar
CANAL en cualquier
parte)
Ejemplo 1: María llama por teléfono a su amigo Pepe y durante la conversación le dice: “Pues me
compré al final el coche rojo”.
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Emisor: María.
Receptor: Pepe.
Mensaje: “Pues me compré al final el coche rojo”, vamos, el mensaje es que se compró un coche rojo.
Código: como la conversación es telefónica, vamos a considerar que el único código que se utiliza es el
verbal (no hay gestos ni movimientos de María que Pepe pueda interpretar, solo escucha su voz). Así, el
código es el verbal y en concreto el castellano o español, pues María usa este código y las normas
gramaticales de esta lengua para comunicarse.
Canal: el medio que sirve para comunicarse es el telefónico, por tanto el oral (vocal-auditivo).
Referente: es todo a lo que hace referencia el mensaje: 1) que María se compró un coche; 2) que el
coche es rojo; 3) el propio coche.
Contexto: hay un contexto lingüístico, que es toda la información en torno a ese mensaje que ha dado
pie al mismo (probablemente Pepe le ha preguntado sobre ello) y las respuestas posteriores. El contexto
comunicativo: una conversación telefónica informal entre dos amigos.
Ejemplo 2: vas conduciendo con tu coche ves un semáforo en rojo y detienes el coche en el lugar
apropiado para ello.
Emisor: vamos a considerar que el semáforo es el emisor, aunque si somos un poco más exhaustivos
deberíamos considerar al emisor a la Dirección General de Tráfico que regula el tráfico de las ciudades.
Receptor: Tú.
Código: el código que se usa esta vez es de tipo no verbal, es un código lumínico que conocemos y en el
que se usa una serie de colores que tienen un significado concreto.
Referente: el mensaje hace referencia a la acción que debes realizar: detener el coche
Contexto: ahora no tiene relevancia el contexto lingüístico sino solo el contexto comunicativo de la
conducción que presupone muchos aspectos: que quienes conducen tienen el carné de conducir y conocen las
normas, señales y códigos de la circulación, que vas por una vía donde hay semáforos y otros elementos
propios de la conducción, que el semáforo marca la necesidad de que pares para que puedan pasar peatones y
otros coches, etc.
1.3. Otros elementos del proceso comunicativo
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Teniendo presente el esquema del proceso comunicativo, volvemos a insistir y
ampliamos la definición de comunicación: la comunicación es un proceso mediante el
cual una fuente o emisor transmite un mensaje a un receptor o destinatario para lo cual
es necesario que estos compartan un código común además de hacerlo enclavados en un
contexto o situación comunicativa determinada.
En este proceso, no obstante, debemos hacer otras consideraciones:
Pueden intervenir ruidos y redundancias
Todo acto comunicativo puede estar afectado por perturbaciones que dificultan la
comunicación a las que se conocen como ruido y que provocan una pérdida de
información. Este “ruido” no solo debe ser entendido como un ruido físico (el claxon de
un coche, el ladrido de un perro) sino también circunstancias tales como que el emisor
no sea claro en el momento de transmitir el mensaje, que no vocalice adecuadamente,
no compartir el contexto comunicativo, etc. Para contrarrestar los efectos del ruido, el
emisor repite contenidos, es decir, introduce cierto grado de redundancia o las
aclaraciones o explicaciones necesarias para el éxito comunicativo.
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Por último, en este apartado debemos incluir también una mención a la relevancia de
la comunicación no verbal en los procesos comunicativos. Hay estudios que dicen que
en realidad un 80% de la información que transmitimos sobre nosotros es, en realidad,
no verbal.
La comunicación no verbal son todos los signos no lingüísticos que tiene valor
comunicativo. En la conversación oral concurren a la vez muchos aspectos no verbales
con valor comunicativo como: el tono de voz, ruiditos, alargamiento de palabras,
acortamientos, movimientos, gestos, expresiones de la cara, la cercanía o lejanía al
hablar, etc.
También es comunicación no verbal otros sistemas o signos tales como las señales
de tráfico, los pictogramas del aeropuerto, las señales lumínicas de las calles, etc. Todos
ellos pueden considerarse lenguajes no verbales normalmente de tipo icónico (suelen
basarse en un tipo de signo que se llama icono que veremos más adelante) que, en
cualquier caso, no alcanzan la profundidad y complejidad del lenguaje verbal humano.
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hablante. La lengua nos sirve para hablar de cosas que no está presentes en el momento
de la comunicación.
Prevaricación. Consiste en la posibilidad de emitir mensajes que no sean
verdaderos no solo en el sentido de mentir, sino también de crear una ficción (contar un
chiste, inventar un cuento, escribir una novela).
Reflexividad. Es la capacidad de la lengua para hacer referencia a ella misma,
por ejemplo, en este propio tema, la lengua nos sirve para explicarse a sí misma.
Carácter discreto de sus unidades mínimas. Las lenguas utilizan un conjunto
reducido de elementos (sonidos o fonemas como “a”, “b”, “c”,…) que contrastan
claramente entre sí y que se combinan para formar unidades mayores (sílabas y
palabras). Que esos sonidos sean distinguibles y separables es lo que define que el
lenguaje verbal humano está formado por unidades mínimas discretas.
Doble articulación del sistema de la lengua. Y volvemos con los sonidos
mínimos de una lengua (los fonemas): los fonemas no tienen significado pero sí tienen
capacidad diferenciadora. Por ejemplo, la diferencia entre el sonido de una “b” y el de
una “p” no es muy grande en realidad y, sin embargo, tiene carácter diferenciador ya
que la aparición de un sonido en lugar de otro nos permite distinguir si decimos “bala” o
“pala”. Bien, pues que estos elementos mínimos sin significado pero con capacidad de
distinguirse, se combinen para formar unidades con significado (monemas) es el
segundo nivel de articulación del sistema de la lengua, el más básico.
[Aclaración: los monemas son unidades con significado pero no necesariamente palabras, por ejemplo
“panes” tiene dos monemas: “pan” que tiene el significado de la palabra, y “-es” que tiene el significado de
pluralidad, indica que hay más de uno.]
Sin embargo, solo diciendo monemas sueltos no llegamos a ningún lado, así tenemos
el primer nivel de articulación del sistema que permite combinar esas unidades para
formas palabras y, a su vez, combinar palabras para decir oraciones y oraciones para
formar textos.
[Aclaración: si nos fijamos un poco, con muy pocos elementos (los fonemas) podemos dar pie a una
cantidad de mensajes infinitos: podemos inventar palabras nuevas y decir mensajes nuevos continuamente.]
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Transmisión cultural. Aunque los seres humanos nacemos con una capacidad
innata para adquirir el lenguaje, no nacemos con la capacidad de producir frases en una
lengua en particular. Todo el mundo adquiere una lengua en una cultura en comunidad
con otros hablantes. Este proceso por el que una lengua pasa de una generación a otra
ha sido llamado transmisión cultural.
Además, la creación de la escritura es la herramienta de transmisión de
información y de cultura más alucinante del mundo, más importante en realidad que la
creación de la imprenta o de Internet. Está claro que los primeros lenguajes del ser
humano fueron orales, pero somos la única especie animal en la Tierra que ha sido
capaz de crear la escritura.
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El nivel o plano fonológico. Lo hemos visto en la doble articulación: las unidades
mínimas del plano fonológico son los fonemas o sonidos de una lengua. Estas unidades
no tienen significado, pero sí capacidad para diferenciarse entre ellas.
El nivel o plano morfológico. Es la combinación de monemas (unidades con
significado) para formar palabras. En el análisis morfológico es en el que debemos
distinguir: 1) cómo está formada una palabras y 2) qué tipo de palabra es (un sustantivo,
un verbo, un adjetivo,…).
El nivel o plano sintáctico. Las palabras se combinan y forman unidades de
significado mayor como son los sintagmas y las oraciones. El análisis de este plano da
pie al análisis sintáctico.
El nivel o plano semántico. Se centra en todo lo que tiene que ver con el significado
de las unidades, no con cómo se forman (a diferencia de los niveles anteriores). Sobre
todo se centra en el estudio del significado de palabras (sinónimos, antónimos, etc.).
Función apelativa o conativa. En los mensajes en los que predomina esta función,
la atención se orienta hacia el receptor para provocar en él algún tipo de respuesta, sea
verbal o no verbal.
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Ejemplos: “¡Ey, tú!”, “¡Pepe, ven aquí!”, “Si se fijan ustedes en el siguiente dibujo…”.
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5. El signo lingüístico
5.1. Definición de signo
Un signo es un elemento inmediatamente perceptible a través de los sentidos que
sustituye a un objeto, concepto o idea de la realidad. El signo consta de significante
(forma concreta, material, perceptible por los sentidos) y significado (concepto
abstracto sin consistencia material) que son inseparables, como las dos caras de una
moneda o las dos páginas de un folio. La relación inseparable que se establece entre el
significante y el significado se denomina significación.
Ejemplos: el signo € significa euro, el significante es el dibujo € y el significado “euro”.
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advierten del peligro de la aparición de vacas o ciervos; en el aeropuerto para indicar “Salidas” y “Llegadas”
aparece un icono de un avión despegando y aterrizando respectivamente.
Símbolos: mantienen con el objeto una relación convencional y arbitraria, es decir,
no hay causa – efecto, motivación ni similitud entre el significante y el significado Para
que el símbolo sea válido para una comunidad de intérpretes, debe tener un dignificado
común para todos ellos.
Ejemplos: la cruz roja para la Cruz Roja, el símbolo de la paz o el propio signo lingüístico.
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El signo lingüístico es una unidad lingüística que puede ser percibida por el ser
humano mediante algunos sentidos (oído, vista o tacto en el caso del Braille) y que
permite representar un evento comunicativo, es decir, que pone un elemento sensible (el
significante) en lugar de otro (el significado). El tipo de relación que se establece entre
significante y significado es de tipo simbólico, esto quiere decir que el signo lingüístico
es un símbolo lo cual define algunas de sus características principales.
Como todo signo, el signo lingüístico es una estructura formada por dos partes
indisociables: el significante y el significado. El significante es la parte material,
perceptible por los sentidos (una imagen acústica, es decir, la cadena de sonidos a la que
se asocia un mismo concepto) y el significado es el concepto o idea que el significante
evoca en nuestra mente y que tiene un referente.
SIGNIFICANTE
Signo lingüístico
SIGNIFICADO
Planta perenne, de
SIGNIFICADO
tronco leñoso y
elevado, que se
ramifica a cierta
altura del suelo.
SIGNO REFERENTE
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Arbitrario. En el signo lingüístico la unión del significante con el significado es
arbitraria, no se debe a ningún vínculo natural en la realidad. La relación entre
significante y significado está convencionalizado por la comunidad lingüística para la
cual la significación de un signo significa lo mismo.
Linealidad del significante. Los signos lingüísticos no se emiten simultáneamente
(a la vez), sino de forma sucesiva (uno detrás de otro) debido a que bien en su forma
oral o en su forma escrita no es posible la emisión o recepción simultánea. El
significado, en cambio, por su naturaleza, no se puede definir como es percibido.
Mutable (que cambia) e inmutable (que no cambia). Esta doble característica del
signo lingüístico parece una contradicción pero depende de la perspectiva con la que lo
observemos.
Desde una perspectiva sincrónica (en un momento concreto) el signo lingüístico es
inmutable. Los individuos de una comunidad lingüística tienen a su disposición todos
los signos lingüísticos que deben tener la misma forma y el mismo significado para que
la comunidad lingüística se pueda entender. No podemos cambiar el signo a voluntad o
cuando queramos porque correríamos el riesgo de no poder comunicarnos.
Sin embargo, desde una perspectiva diacrónica (con el paso del tiempo) el signo
lingüístico cambia, precisamente porque es arbitrario. Podemos decir que el tiempo va
alterando los signos lingüísticos y las reglas que regulan la lengua. Esto dio pie, por
ejemplo, a que a partir del latín se formaran lenguas diferentes como el español, el
portugués, el italiano, el francés o el rumano.
Bibliografía
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