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MES A 65 ■ ' •
NUEVOS ELEMENTOS
DE CIRUGIA
Y DE
MEDICINA OPERATORIA.
NUEVOS ELEMENTOS % E G
DE CIRUGIA
y de
MEDICINA OPERATORIA
CON VNA
POR L. J. BEGIN,
Doctor en Medicina , Redactor , en lo respectivo á la parte qui
rúrgica, de las Memorias de Medicina, Cirugía y Farmacia
militares; miembro de la Academia Real de Medicina de Pa
rís, y de la Sociedad médica de emulacion de la misma ; cor
responsal de las Sociedades de Ciencias médicas de la Muse-
lie, de Ciencias, Agricultura y Artes del Bajo Rliin, de Agri
cultura, Comercio, Ciencias y Artes de Chalons-sur Marne,
de Medicina de Lovaina etc.
TRADUCIDOS AL CASTELLANO
Por Doi» Cayetano Balseyro y Don Justo Aceñ
profesores de
le Medicina ei
en esta Corle.
TOMO L
MADRID:
Imprenta de D. Leon Amarita , plazuela de Santiago , n. x
1827.
PROLOGO DE LOS TRADUCTQRJg.^
DE CIRUGIA
.'f 'i' Y DE
"..*«;. »* * •
MEDICINA OPERATORIA.
LIBRO PRIMERO.
Generalidades
CAPITULO
sobre las operaciones
PRIMERO.y las curas.
í
ai
deben llamar poderosamente la atencion del Cirujano,
pues son los que presentan mayor número de proba
bilidades en favor de la curacion que se debe adop
tar. Obrando de otro modo el práctico preferiría la
satisfaccion de su amor propio á las ventajas reales
que el enfermo debe esperar de la operacion.
En un gran número de casos debe el práctico de
cidirse menos por los preceptos generales que por las
modificaciones especiales que presenta la enfermedad
que tiene á la vista. Asi, aunque la amputacion del
brazo por el hombro debe ser en general practicada
conservando las partes anterior y posterior de la ar
ticulacion, hay sin embargo circunstancias en que
estando destruidas estas partes es necesario hacer otros
colgajos. Por razones que haya para preferir la de
presion á la estraccioh en la catarata , es sin embargo
preciso emplear algunas veces este último modo de.
operar.
En toda operacion es necesario no solo hacer Debe repre-
eleccion del método y modo mas convenientes, ««ntarsecons-
J ' tantemento
das
sino las
tambien
circunstancias
representarse
y todas
en ellasentendimiento
dificultades que
lo- ficnIta<les
toda» las 1ue
di-
... pueden ocuj-
pueden ofrecerse durante su ejecucion. Es tambieu rirle,
indispensable determinar con anticipacion el parti
do que se tomará si llega á cortarse tal parte , si se
presenta tal alteracion, si la enfermedad se prolon
ga hasta tal órgano : en una palabra , cuando el Ci
rujano empieza una operacion debe haberlo previsto
todo, calculado y dispuesto para que nada pueda de
tenerle; y cuando se ve obligado á abandonar la em
presa, se le puede acusar con justa razon de imprevi
sion ó de temeridad.
M
o.' Preparar El sugeto á quien te va á hacer una operacion
el sugeto a la j u •j j • j
operacion. grave debe considerarse como una persona destinada
á sufrir una irritacion brusca , violenta y seguida da
tina inflamacion mas ó menos intensa y duradera : im
porta pues prepararle para que soporte con la posi
ble serenidad , tanto el sacudimiento que debe espe-
rimentar, como la enfermedad que será su inevitable
í/. Prepara- resultado. A este efecto el práctico, examinando las
cion anticipa- dlferentes partes de la organizacion , y observando las
principales funciones, reconocerá el estado general
del sugeto y el de las visceras mas importantes, con
cuyos datos le será mas fácil prescribir el régimen y
los medicamentos preparatorios mas convenientes.
Combatir la disposicion á las irritaciones por medio
de evacuaciones sanguíneas, de baños y de bebidas
emolientes; disipar las congestiones locales aplicando
sanguijuelas en las inmediaciones de los órganos afec
tados , ó poniendo de antemano vejigatorios en partes
distantes de las que deben ser el asiento de la opera-
eion; tales son las preparaciones mas generalmente
'... . útiles á los sugetos á quienes se trata de operar. Se
oflao'nsbaó3 sab* 1ue ^os purgantes, de que se ha hecho en estos
'• casos un uso rutinario, no deben administrarse sino
cuando estan positivamente indicados por los signos
de la retencion de materias saburraJes en el canal di
gestivo. Debe observarse tambien que los vejigatorios,
cuyo. uso se juzgue conveniente, deben aplicarse lo
menos diez ó doce dias antes de la operacion , á fin
de que el movimiento de escitacion y de calentura
que frecuentemente determinan, no venga á reunirse
con el que provoca la operacion , y á aumentar, de este
modo su violencia. Lo moral de los enfermos merece
iS
tambien fijnr entonces toda la atencion del Cirujano:
casi todos tienen necesidad de que se les anime y
tranquilice en cuanto á los dolores y riesgos de la
operacion, y aun algunos desean ser engañados en
este punto , mientras que hay otros con quienes con
viene no disimular ninguno de loa tormentos que
deben esperimentar, á fin de que la violencia de estos
en el momento de la accion instrumental no des
mienta lo que el práctico ha prometido. Hay hombres
cuyo espíritu se remonta con facilidad al nivel de las
circunstancias en que se encuentran , y á quienes
es ventajoso por esta razon hacer conocer y casi de
mostrar todos los pormenores .del modo operatorio
que se trata de ejecutar. Por lo demas, estas reglas
no pueden tener una aplicacion general, y solo al
práctico toca determinar , con arreglo al conoci
miento que haya adquirido de lo moral del sugeto,
los medios mas á propósito para disponerle bajo este
respecto á la operacion.
Rasurar la parte enferma , si es que se halla cu- B. Prepara-
bierta de pelo ó de vello ; limpiarla , llenar á veces los lnm*
órganos ó los trayectos fistulosos por medio de inyec
ciones , á fin de que sea mas fácil descubrirlos y cor
tarlos; evacuar, por el contrario, en otros casos las
cavidades inmediatas para que sus paredes deprimi
das se alejen del trayecto que deben recorrer los ins
trumentos; tales son algunas de las preparaciones
mas importantes que conviene poner en práctica an
tes de operar. La operacion de la talla sub-pubiana
y la de la talla lateralizada presentan ejemplos de cir
cunstancias en que son necesarias estas diversas pre
cauciones. . " ,
a6
C* Disponer Para toda operacion debe haber dispuestos dos
.' aparato. aparatos, uno instrumental y otro para la cura: con
viene no confundirlos, y disponer por separado to
dos los objetos de que debe componerse cada uno
de ellos. Es evidente que estos objetos varian segun
la naturaleza de las operaciones, segun los tejidos
que deben cortarse, los órganos que pueden ser
interesados etc. No puede establecerse en este pun
to ninguna regla general , sino que el Cirujano
ha debido prever todas las circunstancias aun acci
dentales que puede presentar la operacion , debe
tambien disponer en sus aparatos todos los . obje
tos, cuyo uso puedan reclamar estas circunstancias.
Asi es como son necesarios los cauterios, los hilos en
terados, las erinas, pinzas de diversas especies , sier
ras, legras etc., en los casos en que se teme cortar
vasos, descubrir caries, y esperimentar dificultades
durante la diseccion ó la estirpacion de tumores etc.
7.- Colocar. Terminadas todas estas disposiciones conviene
^.Abugeto. cojocar aj sugeto para la operacion en una situa
cion tal que siendo cómoda para él, lo sea tambien
para el Cirujano , y que perfectamente descubierta en
toda su estension la parte enferma , se presente , di
gámoslo así , por sí misma á los instrumentos. Deben
disponerse algunos paños para envolver al sugeto, ó
bien colocarlos debajo de la region afectada para que
reciban la sangre ó los otros líquidos. Los antiguos
usaban con frecuencia de lazos para sujetar á los
enfermos ; pero los modernos han proscrito estos apa
ratos mas horrorosos que útiles, y que daban á la
Cirugía un caracter de barbaridad sin hacerla por eso
mas eficaz. La operacion de la talla sub-pubiana es
27
acaso la única en que se sujeta todaiia de este modo
á los enfermos.
En las demas operaciones se apoderan, ya de n. AlosAju-
los miembros, ya del tronco ó de la cabeza algunos ^antes'
ayudantes vigorosos y atentos ; y sin incomodar al
enfermo, sin abrumarle con su peso, y sin sujetarle
de modo que le tengan enteramente inmóvil, limitan
sus movimientos, los detienen ó dirigen de manera
que no perjudiquen i la operacion ; en una palabra,
le contienen sin fatigarle, y sin aumentar los dolo
res demasiado vivos que está ya sufriendo. Entre estos
ayudantes hay algunos que deben ser discípulos ejer
citados , y cuyas funciones contribuyan realmente á
la operacion. El Cirujano coloca ordinariamente de
lante de sí á un discípulo inteligente que debe ayu
darle á atar los vasos, que separa las partes, limpia
la herida de la sangre que la cubre, y facilita de este
modo el curso y la accion de los instrumentos: á estos
ayudantes ejercitados es á quienes confia el cuidado de
comprimir los vasos en la base de los miembros, de
tener y de dirigir las luces de que necesita hacer uso
cuando la natural es insuficiente , de asegurar espe
cialmente la inmobilidad de la parte en que opera, y
en fin de presentarle y de recibir los instrumentos á
medida que los necesita , ó que se ha servido ya de
ellos. Todas estas personas deben colocarse de modo
que puedan desempeñar sus respectivas funciones
con desembarazo, sin confusion ni ruido; y sus ac
ciones deben guardar tal armonía con las del Ciruja
no que todo se haga con oportunidad y en el orden
mas conveniente.
Finalmente, se aproxima al sugeto el mismo ope- c. El mira*
38
Cirujano. rador , y despues de reconocer de nuevo la existencia
y todas las particularidades de la enfermedad, y de
recapitular todo lo que se propone hacer, se coloca
de modo que pueda ejecutar sus movimientos con
entera libertad , y en una situacion tal que no espe-
rimente
sible la operacion
fatiga ni dificultad
sin mudar , ydeque
postura.
concluya si espo-
CAPITULO IL
CAPITULO III.
n -
102
La ie»g»r- se desarrollan. Para romper estas ataduras cuando
mejor3 medfo son blandas, esponjosas ó filamentosas, basta estirar
de destruir. en sentido contrario los tejidos que se quieren rom-
lascuandoson , , , .. , , , r .
blandas y es- Peri o p^sar el dedo índice entre las superficies que
ponjosas. se tratan de separar. Esta operacion se llama ras
gadura; pero es raro que se presente ocasion de
Inconve- emplearla en la práctica quirúrgica, porque silos va-
mentes
presentan que
eu sos „ue
1 se dividen por su , medio
, . no
. suministran
. san-
los demas ca- gre, produce dislaceraciones e irritaciones profundas
sos, en los tejidos sanos cuando se usa para destruir su
continuidad.
3.* producto. La inflamacion aguda y violenta tiene por efecto
Induracion, enrojecer los tejidos y hacerlos homogéneos y bas
tante semejantes al tejido del hígado ó del bazo, cu
yo estado puede llegar á ser permanente y formar lo
que se llama hepatizacion. Pero si la flogosis prolon
gándose disminuye de intension, el órgano afecto se
pone
suerte muy
que parece
pronto que
blanco,
una linfa
tirante
coagulable
y compacto,
infiltrada
de
-
(
io3
En efecto la inflamacion crónTca y la induracion que
produce deben ser combatidas a beneficio de eva
cuaciones sanguíneas locales, poco abundantes y repe
tidas, de aplicaciones emolientes y de baños ; y cuan
do ha desaparecido toda especie de dolor, cuando
la parte empieza á ablandarse, las fricciones hechas en
ella con linimentos alcalinos, las cataplasmas cubiertas
de jabon raspado y otros remedios análogos aceleran
los progresos de la resolucion. La aplicacion de un
vejigatorio tambien puede ser útil, pero no debe em
plearse hasta que se halle muy adelantado el mal,'
y es preciso estar muy á la mira de sus efectos, á
fin de suprimirle si es perjudicial, y de volver al mé
todo antiflogístico.
El origen de esos tumores fungosos tan comunes 4> producto.
en las membranas mucosas de la nariz , de la vagina, '^umorfs ful?"
' o > gosos o cuta-
del recto etc., debe referirse á una irritacion viva neos,
y considerable algunas veces, pero mas comunmente
obscura y apenas sensible. Esta misma causa es in
contestablemente la que determinados tumores pedi-
culados de los tegumentos. Unos y otros, cuando son
accesibles á los instrumentos, deben ser separados, ya
por medio de unas tijeras á raiz de su pedículo , ya á.
beneficio de hilos encerados atados fuertemente á su
base. El primer medio es mas pronto ; pero el segundo
no menos seguro se emplea mas generalmente, y debe
preferirse cuando el tumor es voluminoso, porque evi
ta la hemorragia. En este caso la ligadura, compuesta Se Ies eom-
ó de un hilo encerado ó de una hebra de seda, debe ba,ecasl siera"
7 pre por medio
estar fuertemente apretada; y de este modo estrangu- de una liga-
lando las partes que comprende, priva de nutricion al
resto del tumor, y éste se marchita y cae. Si no bastase
io4
una ligadura para producir este efecto , y dejase
vivo el centro del pedículo despues de haber ul
cerado circularmente su circunferencia, sería necesa
rio aplicar otra por encima de la primera , ó conti
nuar apretándola á medida que los tejidos compren
didos entre ella fuesen disminuyendo de volumen.
5.' Producto. Hecha crónica la inflamacion, y continuando el
tengan
te; naturales^
ó no a- trabajo
alterando
desorganizador,
mas y mas los de
tejidos,
que ella
pervierte
es el origen,
su nutri-
va
nalopía con loi . , , . *. , , , , ,
dría economía partes
viviente. C10n 5 yfibrosas
o bien, les
cartilaginosas,
da el aspectohuesosas
y la testura
ó mucosas
de las
CAPITULO IV.
inflama
estrañosfuertemente
que nosotros
l una
empleamos
tumefaccion
paralas
mas curas,
ó menosse
Considerable rodea sus bordes; las partes á cuyas es-
pensas se forma, son penetradas por la sangre, que
inyecta todos los vasos é infarta todos los tejidos;
la superficie misma se pone roja, seca, de un color
oscuro , y se produce en ella un dolor mas ó me
nos vivo. Ácia el segundo dia adquieren estos fenó
menos su mas alto grado de intension , y se desar
rolla una calentura cuya violencia es proporciona
da á la estension y á la vivacidad de la flogosis lo
cal. Veinte y cuatro horas despues disminuyen los
accidentes; una resudacion serosa y sanguínea, y
despues mas consistente, penetra el aposito, y se es
tablece la supuracion sanguinolenta al principio, y
muy pronto dotada de las cualidades del verdadero
pus. En este tiempo los tejidos que entran en la com
posicion de la herida pierden su caracteres orgáni
cos especiales ; la fibrina de los músculos , la gelati
na de los tendones, de las aponevroses, de los cartí
lagos etc., son absorbidas ó destruidas; y la super
ficie entera de la herida se cubre de granulaciones
rojizas, celulosas y vasculares que se llaman mame
lones carnosos. Estas granulaciones forman una espe
cie de membrana que continua segregando pus, y que
desecándose despues de la circunferencia al centro,
constituye el tejido de la cicatriz. Estos fenómenos
se suceden rápidamente en las partes celulosas y car
nosas , y se verifican con mas lentitud en las apo
nevroses , los tendones , los cartílagos y los huesos;
cuyas partes puestas al descubierto son frecuentemen
te heridas de muerte, y se separan á la manera de
las escaras. La formacion de la cicatriz es siempre
precedida de la depresion de los bordes de la heri-s
123
da, los cuales se alargan acia el centro de la divi
sion ; lo que ha hecho creer por mucho tiempo en
la regeneracion de las carnes y de los tegumentos.
Tales son los fenómenos que presentan los di
versos periodos de las heridas con pérdida de sus
tancia. Es evidente que la inflamacion desempeña en
ellos el principal papel , y que el deher del Cirujano
consiste en moderar su violencia, y por consiguiente
en hacer menos considerable la duracion de la en
fermedad. Para esto se emplearán las curas suaves y
sencillas hechas con hilas finas blanqueadas en lejia,
observando con mucha atencion el estado general del
«ugeto y el de la parte afecta , á fin de combatir en
cualquier parte que se presenten los fenómenos de
una irritacion demasiado viva. Luego que la herida
empieza á cicatrizarse , deben colocarse al rededor de
sus bordes vendoletes untados de cera to para preca
ver que las hilas se peguen á ellos, y por consiguien
te1 los tirones y rasgaduras que esto podia ocasionar.
Estas precauciones generales y estas curas bastan
para que en poco tiempo se cicatricen completamen
te las heridas mas estensas.
Obütá«ulos Sin embargo, diversas circunstancias pueden re
para la cica- tardar aun el trabajo reparador de la naturaleza; y la
heridas que su- inflamacion de la superficie de las heridas puede,
P^a°- . como todas las otras, estar sostenida y exasperada en
delas FÍsceras, términos de llegar á desnaturalizar las partes que in
vade, y aun á destruirlas. Debe observarse aqui que
las visceras, y en especial las digestivas, ejercen la
influencia simpática mas poderosa sobre las heridas,
y que su irritacion ocasiona con mucha frecuencia la
degeneracion de estas últimas; de suerte que tanto
123
para el Cirujano como para el Médico , propiamente
dicho, el examen de los principales órganos de la
economía es un objeto del mayor interes. Basta las
mas veces hacer cesar una irritacion gástrica poco
intensa para ver mejorarse el aspecto de una heri
da, y para que la cicatrizacion vuelva á adquirir su.
curso regular.
Cuando una irritacion repentina y violenta del n. Metastasis,
pulmon , de la pleura ó de cualquiera otro órgano
hace cesar la de una herida, y ocasiona lo que se de
signa con el nombre de metastasis, al mismo tiempo
que se combate la nueva flogosis por medio de sau-
grias generales y locales, es necesario cubrir la solu
cion de continuidad con sustancias irritantes, sus
ceptibles de producir en ella una revulsion saludable.
La irritacion de las heridas tiene algunas veces c. Hemorra-
por efecto la exhalacion de sangre de los vasos capi- Sla apilar,
lares de los mamelones celulosos y vasculares. Este
accidente es easi siempre el resultado de curas toscas
é irritantes que aumentan la accion vascular y el aflu
jo de la sangre, y se remedia con el uso de sustan
cias emolientes y de curas mejor dirigidas. En al
gunos sugetos esta exhalacion sanguínea parece de
pender de una disposicion especial á las hemorragias,
en cuyo caso es necesario cambiar el modo de irrita
cion de la herida, y recurrir á los astringentes mas
enérgicos: yo he sido testigo de un caso de esta espe
cie, en que fué necesaria la aplicacion del cauterio
actual á la superficie de una herida de sable , simple y
produciéndose
poco profunda,sinencesar,
que laamenazaba
hemorragia
la vida
capilar,
del re-,
he
rido.
ia4
Callosida- Los endurecimiento! callosos de los bordes de las
heridas , producidos siempre por una irritacion pro
longada, ceden por una parte á la sustraccion de las
causas que los han ocasionado , y por otra á la apli
cación de tópicos emolientes que las ablandan y des
truyen. Guando estas callosidades son secas y consi
derables , es las mas veces necesario cortarlas con un
instrumento.
bordes
E. Adelgaza.
de las o enSucede
las 'Ierí^as
algunas
GOnveces
desprendimiento
en los abscesos
de subcutáneos
la piel, que
/
LIBRO SEGUNDO.
CAPITULO PRIMERO.
»
l52
aplicacion del hilo encerado , el ayudante encarga
do del asa del hilo simple, no debe haber cesa
do de tirarle con suavidad ácia abajo , á fin de ase
gurar y de estender el labio ; pero siendo ya inútil,
se cortan los cabos cerca del órgano.
Lahemorra- La aplicacion de los bordes de la herida basta co-
Íle°?nemW. munmente para detener el flujo de sangre; sin em-
go es necesario bargo es necesario observar con cuidado al enfermo
estar á la mira i ^ t • i>* i *
de los niños por algun tiempo , pues Luis y Bichat citan elem-
despuea de la píos de hemorragias de la cara bucal del labio, que
oneracion. i 11 i • i i
han llegado a ser mortales en algunos nmos que
chupaban y tragaban la sangre al paso que iba flu
yendo. Despues de la reseccion de un labio leporino
accidental y lateral , sería tal vez necesario colocar
. una ligadura sobre el tronco dividido del boi de labial
correspondiente.
Aplicacion Limpias las partes de la sangre que las cubría, se
iiU¡vondl>Sei1 introducen las dos compresitas lengüetas debajo de
lasestremidades de las agujas, cubriendo la herida con
una ligera planchuela untada de cerato ; las dos com
presas gruesas y graduadas, ó las dos pelotas ovales
que deben aplicarse á los carrillos , se colocan y man
tienen
te todaenla estas
operacion
partes ha
pordebido
un ayudante,
dirigir incesantemen
quien duraría
S- H.
S. IV.
s. v.
, ,. . . , , prenderse
intentar y practicar con buen éxito la ablacion de los tu estirpac¡on
tumores duros y escirrosos de la region parotidea siempre que
, ., ... % el mil no se
cuando es posible asegurarse con anticipacion de que cstiendaáuua
no se es tienden a demasiada profundidad. Entonces 8r*n.d? ,Pro"
• , fuudidaa.
importa poco que la enfermedad tenga su asiento en
los ganglios cervicales superiores, ó en el mismo te
jido glandular: lo que debe esclusivamente guiar al
Cirujano es la estension del mal, y la posibilidad de
destruirle completamente sin tocar á los troncos vas
culares y nerviosos que le rodean. En estas operacio- Modo ordi-
nes debe descubrirse el tumor por medio de las con- nanodeprac-
r ticar la ope-
venientes
tenderse
Conviene
atras á adelante,
desde
empezar
incisiones,
la áoreja
la
fin diseccion
cuyo
deacia
levantar
diámetro
la base
de abajo
eldetumor,
mayor
laá mandíbula.
arriba
debe
volvién-
y es-
de racion.
i¡¿.i Ití
- ?(ífv*
dole
biendo
sobre
ligarse
el carrillo
los vasosá tan
medida
luegoque
como
se lese separa;
cortan. de^y^.*'^
Ei\i, .$r¡? r¿ ^,
mita cicatrizarse.
Luis parece haber sido el primero que tuvo la a. Kestablc-
idea de restituir á la saliva su curso natural. Para esto flmie.nto de
las vias natu-
es necesario asegurarse ante todo de que la porcion rales,
de conducto anterior á la fístula está libre. El catete
rismo, comunmente fácil del canal de Stenon , se prac
tica con un estilete que se introduce en la herida, di
rigiéndole de atrás á delante , de fuera á dentro , y un
poco de arriba á bajo. Para que este estilete pueda in
troducirse en la boca es necesario estender el carrillo
y enderezar de este modo el ángulo que forma la es-
tremidad del conducto, atravesando la membrana mu
cosa de esta cavidad. Si se hallase obstruido por algun
*7°
cuerpo estrafío debería procederse inmediatamente á
la estraccion de este; y si el canal estuviese estrechado
, deberia
la que conduciendo
pasarse con de
el estilete
la bocauna
aciahebra
la herida
de seda
esterior
, con
Lesiones de la lengua.
reseccion de •i
este órgano. dades , de que este accidente es la causa. Las tijeras ue
hojas cóncavas de Levret , las que M. Percy ha pro
puesto, y que tienen una lengüenta trasversal en la
estremidad de una de sus hojas , son igualmente in
útiles. Abriendo el enfermo cuanto le sea posible la
boca es fácil coger la campanilla con las pinzas de
anillos, y dirigiendo entre tanto las tijeras de derecha
á izquierda, y casi trasversalmente sobre la base del
órgano, se corta este de un solo golpe, en cuyo caso
vale mas cortar demasiado que de menos, pues no hay
ningun inconveniente en que llegue el corte hasta el
velo del paladar, de suerte que este órgano presenta
un reborde entre la boca y la faringe.
2 i Diñs'wn ^ velo del paladar está espuesto , como los labios,
lo
•vertical
delpaladar.
del ve. par|.e
á una lnetl|a.
divisionEsta
congénita
lesion,, análoga
estendidaal álabio
lo largo
leporino,
de la
íntroducir las .
sondas exofá. los , ydebeti tener desde fres ó cuatro hasta seis ú ocho
gicas. líneas de diámetro y una longitud de quince á veinte
pulgadas. Para introducirlas, estando sentado el en
fermo con la cabeza doblada acia atrás y la boca abier
ta, se dirige su estremitíad untada en una grasa
cualquiera hasta la faringe, y se continua empujando
la varilla hasta que su estremo baya ¡legado al estó
mago. La parte esterior de la sonda no puede per
manecer sin inconveniente en la boca, y es necesa
rio dirigirla á las ventanas de la nariz : para esto se
introduce en. una de las fosas nasales una sonda de
Bellocq, y desplegada la estremidad del resorte en la
boca, se ata á ella un cordonete que, tirado por la
nariz, lleva tras sí la estremidad de la sonda, la cual
se lija en la parte esterior. Esta operacion es mucho
mas facil de ejecutar que aquella en que se introduce
187
primero la sonda por la nariz. En efecto, formanda
el eje de la faringe un ángulo recto con el suelo de
las fosas nasales, la estremidad del instrumento cho
ca contra la pared de la cámara posterior de la bo
ca, y es preciso introducir los dedos á fin de do
blar la sonda ácia abajo y dirigirla al esófago. Pe •
ro estas tentativas son siempre trabajosas, molestas
para el enfermo, y algunas vect-s terminan por hacer
pasar el instrumento á la laringe.
La tos, el dolor y la salida del aire par la sonda Fenómenos
indican esta introduccion estraviada; en tuvo caso debe 1"e . ia<"cin
relirarse la estremidad del instrumento y darle una cienen la larin-
direccion mejor. La ausencia d-e toda especie de in- *>e*
comodidad, y el calor agradable que se siente en el
estómago, á consecuencia de la inyeccion de líquidos
calientes y nutritivos , hacen conocer que el instru
mento está colocado como corresponde. De cualquier
modo que sea, la sonda no constituye ordinariamente
en los casos de estrechez del exófago mas que un
recurso precario que permite alimentar al sugeto sin
preservarle del resultado funesto que acarrea casi
constantemente la inflamacion crónica de que está
afectado.
La faringe y el exófago, contractiles y lubrifica- 4.» Cuerpoi
dos por un líquido mucoso abundante, son al mis- estranos dete-
* nidos en la/a-
mo tiempo susceptibles de una dilatacion muy con- riage 0 en ele
siderable que les permite dar paso a cuerpos estra- x°fa&°-
ños de bastante volumen. Sin embargo , no es raro
ver detenerse estos cuerpos en alguno de los puntos
del conducto que constituyen estos órganos, cuyo ac
cidente se anuncia por un dolor vivo que se aumen
ta por los movimientos, de degluticion , acompa-
iSS
ñado de la agitacion y ansiedad del sugeto.
El Cirujano En este caso puede el Cirujano adoptar tres par-
puede obrar tklos Et) eject es pos¡ble: i.° abandonar el cuer-
entonces de 7 »
tres maneras po estraño á sí mismo y esperar á que se desprenda
diferentes. espontáneamente: 2.° empujarle hasta el estómago;
y 3.° estraerle por la boca ó por una abertura he
cha en el conducto en que está melido.
^.Abandonar Los cuerpos estranos detenidos en el exófago y
el enfermo á , , , , , . » , , ,
los solos es- abandonados a si mismos producen a su derredor una
fuerzos de la inflamacion violenta, que aumenta al principio la
fuerza que los' detiene. A esta flogosis sucede una re
lajacion mas ó menos completa, y la supuracion que
resulta de ella arrastra algunas, veces la causa irritan
te. Asi sucede cuando vemos ciertos cuerpos estraños
que , despues de haber permanecido mas ó menos
tiempo en el exófago, descienden espontáneamente
hasta el estómago ó salen por la boca j pero tambien
en muchos casos la inflamacion que ocasionan tiene
por efecto la adherencia del exófago á los órganos
circunyacentes y la ulceracion de sus paredes. Se re
fiere un ejemplo de erosion de la arteria carótida,
producida por esta causa ; y en otro sugeto en quien
el exófago se habia unido á la traquia -arteria , for
maron los alimentos un derrame mortal en las vias
aéreas. En algunos casos de los mas felices se des
arrolló un absceso en el cuello, y dió salida al cuer
po estraño : pero si este accidente se verifrcase en el
pecho , la muerte sería su inevitable resultado. Se ve,
pues, que abandonando á sí mismos los cuerpos de
tenidos en el exófago, se espone al enfermo á una
suerte muy desventajosa, y a' accidentes cuya gra-
, Tedad es imposible prever y evitar. De donde resul
i8g
ta que este es el partido peor que puede tomar el Ci
rujano , y que no debe adoptarle sino en los casos
estremos en que todos los medios empleados para des
prender el cuerpo estraño hayan sido inútiles; en cu
yo caso debe recurrirse á la dieta absoluta , á las san
grías y á las aplicaciones de sanguijuelas á fin de mo
derar la violencia de la inflamacion. B« Empujar
Es facil conocer que es menos ventajoso conducir el cuerpo es-
, , , trauo hasta el
la
un boca.
cuerpoEnestrano
efecto,hasta
¿ escepcion
el estomago
de lasque
sustancias
sacarle que
por estómago.
cxofagotomia.
operacion
cuerpo
ocupe laes porcion
bastante
sino Sin
en embargo,
cervical
el
voluminoso
caso de
delnoque
para
exófago.
debe
elsobresalir
proponerse
cuerpo
Cuandoestraño
deeste
esta
un Practic.ar
Modo esta
de
1 1 operacion, se-
modo manifiesto por debajo de los tegumentos, se gun Guattani,
debe hacer echar al enfermo de espaldas , con la ca
beza doblada ácia atras, y practicar una incision de
unas dos pulgadas delante del borde anterior del mús
culo esterno cleidomastoideo y en el centro mismo de
i9s
la tumefaccion. Separados los labios de la herida se
dejan á la parte de afuera la arteria carótida y los nér- •
tíos que la acompañan; se ligan los ramos vasculares
que es preciso abrir, y luego que se ha llegado al
exófago se cortan sus membranas y se hace salir el
cuerpo estraño. Cuando no existe ningun tumor con
viene operar en el lado izquierdo del cuello , en donde
el exófago se separa un poco de la traquia- arteria , en
cuyo caso solo los conocimientos anatómicos pueden
guiar al Cirujano. Esta operacion , aconsejada por
Guattani, ha sido practicada con buen éxito en el
hombre vivo por Roland y GoursaulJ ; y de algunos
años á esta parte no hay uno de cuantos se dedican á
hacer esperimentos que no la haya practicado en los
animales vivos sin ocasionar accidentes graves.
Segun M.Vac- M. Vacca Berlinghieri ha imaginado un modo de
hierf erli"^" practicar la «xofagotomia que la hace segura y facil,
aun en el caso de no existir ninguna elevacion debajo
de la piel. Para esto , situado el enfermo como en el
caso precedente, y terminada la incision de los tegu
mentos , se introduce en el exófago un instrumento
llamado por el autor ectopexófa^o. Este instrumento se
compone de una sonda de goma elástica cerrada por
su estremidad y hendida por el lado izquierdo en la
estension dedos ó tres pulgadas, cuya sonda contiene
en su interior un estilete de acero, compuesto de dos
ramas, terminadas por un boton de figura de acei
tuna. Cuando se introduce el estilete hasta la estremi
dad de la sonda , las dos ramas se mantienen en con
tacto ; pero cuando se le saca , hallándose desprendida
la varilla izquierda , sale por la hendidura y se sepa
ra del resto del instrumento. Introducido pues el ec
io3
topexófago, cerrado hasta el parage en que se hace la
incision, fija el Cirujano la cánula, y retirando un poco
el estilete, la rama divergente de este levantala pared
correspondiente del canal, y le hace formar en la he
rida una eminencia que sirve de guia al bisturí. Un
ayudante mantiene el instrumento en la situacion que
le ha dado el operador, al mismo tiempo que este,
asiendo el boton que eleva el exófago, divide este ór
gano en una estension mas ó menos considerable. In
troduciendo en seguida el dedo en la cavidad del ór
gano impide que se pierda su abertura , y sirve de
guia á las pinzas , con las que se procede á buscar y
estraer el cuerpo estraño, habiendo sacado antes por
la boca el instrumento conductor.
Este modo de practicar la exofagotomia la hace Sus ventajas,
tan segura y fácil de ejecutar, como aventurada y ro
deada de graves dificultades ha parecido ser hasta
aqui; y es digno de admiracion verá M. Lisfranc reco
mendar todavía en esta operacion el uso de la sonda
de dardo que espone á herir de dentro á fuera las par
tes mas importantes.
En un caso en que el exófago , distendido por un La broneoto-
i
cuerpo estrano muy voluminoso, comprimia dej atras miaindicada,
tar puede es-
adelante la traquia-arteria , y amenazaba de sofocacion
al sugeto, practicó Habicot la operacion de la bron-
cotomia. Pero para imitar este ejemplo seria necesario
que el sugeto estuviese en el último estremo, y abso
lutamente imposibilitado de soportar ninguna de las
operaciones indicadas mas arriba. En efecto, la inci
sion de la traquia-arteria, ó de la laringe, no puede
tener otra utilidad que la de ocurrir á la dificultad
que el obstáculo induce en la respiracion , pues nada
I. i3
194
influye en la situacion del cuerpo estraño, y despues
de su ejecucion seria necesario ocuparse en estraer ó
empujar este como si nada se hubiese hecho todavía
en favor del sugeto , sino agravar su mal estado con
una nueva herida.
>
CAPITULO II.
s: i.
Los cuerpos estraños que por el exófago han des- i.° Los cuer
een di do al estómago, ordinariamente son espelidos Jgtenidosenel
por el ano. Por consiguiente, los medios á que debe estómago, si
i •j i no son espeli-
buen
recurrirse,
éxito,y consisten
que las mas
en veces
favorecer
son seguidos
la espulsion
de un
de dos
traerse,
¿ei¡e^es.
r'IV...r ■ .', •
CuandoLesiones
las heridas
del que
hígado
interesan
y del bazo.
la sustancia del !•* Herjdai
S. jv.
;. Derrames abdsminales. , , ».
s. v.
§• I. _
nía
r¡os de rosa- se
nueva ,hernia
hallase inclinada
exactamente. encima
ú alguno j lados,
de susdel, antiguo
resultarian
tumor,
*9
aoo
S. IV.
Hernias umbilicales.
rara vez esta enfermedad; sin embargo se la observa ras en 'os *"
con ibastante frecuencia
p en ilas mugcres que ihan tenido
. . se
dultos,
formonv por
no
muchos embarazos,y en aquellos sugetos en quienes e.' ombligo.
. .. ... 1 , sino en sus in-
el abdomen esta muy distendido, como en los casos mediaciones,
de ascitis. Entonces no sale el tumor por el mismo
ombligo, sino por los intersticios fibrosos formados
en su inmediacion , y casi siempre en su parte supe
rior ó á los lados , como lo ha hecho observar M. Sce-
merring. Estas hernias son susceptibles de hacerse VariedaWe»
muy voluminosas; sin embargo, permanecen á veces muy no"<Dles
L . .. , de estas her
ían pequenas que apenas se las percibe, y ocultas en nias.
el hoyo que forma la piel del ombligo , se necesita un
tacto muy ejercitado para reconocerlas. Estas peque
ñas hernias umbilicales, de que no se ha hablado bas
tante hasta ahora, ocasionan los mismos accidentes
que las que se forman en la parte superior de la lí
nea alba.
Las hernias umbilicales son ordinariamente fáciles Curaeion.
de reducir y de contener. En los niños recien nacidos
es siempre necesario reconocer con cuidado la ba.se.
del cordon ; y si se percibe algun tumor en ella , con
viene introducirle en el vientre, y practiear en se
guida la ligadura muy cerca del abdomen , de, modo
que se comprenda en ella el saco herniario. Desault Modo opeiv-
procedia, á imitacion de los antiguos, de un modo d* D'"
semejante cuando la hernia sobrevenía muchos meses,
despues del nacimiento: hacia que un ayudante le
vantase el fondo del tumor , y entretanto intruducia
éi mismo las visceras. Verificada la reduccion ataba i
202
sion
Laescompre-
mucho hernias
número
creian
con
visceras
curacion
abdominal,
que
su base
muy En
no
tumores
apretada,
curados,
los
quedando
umbilicales,
de
la
las
radical
niños
venciesen
sugetos
cubiertas
ningun
secundarios
yse
,debien
de
de
presentaron
laobstáculo
operados
este
óde
enfermedad
que
bien
nuevo.
la
caso
mas
modo
solo
hernia
que
por
podia
óobliterada
algun
esten
menos
creia
Así
tengan
;Desault,
con
pero
es
impedir
tiempo
dispuestos
conseguir
voluminosos.
que
una
es
ya
la yevidente
abertura
tumores
un
ligadura
despues
que
que
gran
áuna
las
se
mas
ble. preferí- de
, este género,
,■ debe colocarse al rededor del abdo
s- v.
, ,, , . don con¡fenica
la linea alba enteramente abierta. Kn este caso apare- en ¿OJ„„j0,,
ce entre los dos músculos rectos un tumor oblongo
mas ó menos voluminoso que contiene algunas veces
la mayor parte del estómago , del hígado y del canal
intestinal; pero en el mayor mimero de sugetos sola
la línea alba esta' mas laxa que en el estado natural , y
la conformacion es menos imperfecta: esta le
sion se conoce por una tumefaccion , ó mas bien una
salida longitudinal que se estiende desde el cartílago
xifoides hasta el ombligo. En todos los casos de esta
especie debe sostenerse el abdomen con una venda
ancha, ó mejor todavía con un corsé atacado, á fin
de precaver el aumento del tumor, de restituir las,
visceras que han salido de su lugar al libre ejercicio
de sus funciones, y permitir á la naturaleza conso
lidar las partes, cuya organizacion ha descuidado con
cluir. Se ha visto sobrevenir la separacion y la dis
tension de la línea alba en las mugeres á consecuen
cia de los muchos embarazos; en cuyo caso debe em-
plearsé el mismo método , pero sin esperar conseguir
la curacion radical de la enfermedad.
En la parte superior de la línea alba se observan 2.° Bernias
muchas veces unos tumores muy pequeños que son. de laParte iU'
ao4
pcrior d* la l¿- mas frecuentes en la inmediacion del cartílago xi-
nca alba. fo¡des que cerca del ombligo , y que van acompaña
dos de tension en el epigastrio , de cólicos reiterados,
y de diversos trastornos en la accion digestiva. Estos
tumores, difíciles á veces de reconocer, cuando re
caen en sugetos de una gordura algo considerable,
han sido atribuidos, ya á el estómago, ya al colon
trasverso, ya en fin á la parte superior del epiploon,
y yo creo que todas estas partes son susceptibles de
formarlos. De todos modos exigen la aplicacion de
un ceñidor elástico guarnecido de una pelota peque
ña y muy convexa que los mantenga exactamente con
tenidos. En caso de estrangulacion es necesario des
bridar acia arriba y un poco á la izquierda.
5 . gemías MM. Scarpa, Pelletan, Lawrence y oíros muchos
precedidas de uan encontrado en la línea alba tumores formados por
'modas por "la la gordura que afectaban la figura de las bernias de
gordura,, esla reg¡on y que en algunos sugetos fueron operadosj
pero en el estado ordinario la consistencia, la impo
sibilidad de la reduccion y la insensibilidad de estos
tumores pueden hacerlos distinguir de las hernias
epiplóicas. Tambien se ha observado algunas veces
que unas producciones semejantes de gordura , for
madas entre el peritoneo y la línea alba, han llegado
á rasgar esta y á formar una salida en la parte este-
rior, llevando tras sí la porcion de la membrana se
rosa del abdomen que cubria su superficie posterior.
Esta mudanza de lugar de dichas partes ha ocasiona
do hernias, para cuya curacion ha sido preciso em
plear los medios contentivos de que se ha tratado an
teriormente: pero si se manifiestan accidentes de es
trangulacion , aun cuando el diagnóstico es incierto
a95
debe recurrirse á la operacion. M. Dupuytren ha ob
servado que la ablacion de estos tumores ha hecho
cesar los accidentes que esperimentaba el enfermo,
lo que es verosimil dependa de que esta operacion
pone término á la tension que el pedículo del paque
te de gordura ocasiona en el peritoneo.
A consecuencia de embarazos repetidos en las 4» Relaja-
mujeres, y de las hidropesías ú otras enfermedades cion delas Pa"
h ' J r , redes del ab-
ánálogas en los hombres , las paredes abdominales domen.
suelen quedar flojas, relajadas, pendientes é incapaces
de sostener el peso de las visceras. En este caso con
viene hacer llevar al enfermo un ceñidor que supla
la accion de las partes cuyo resorte está destruido.
Este es tambien el único remedio que puede em- S.° Hemlat
plearse en los casos de hernias formadas á conse- faThcTidaTdel
cuencía de las heridas de las paredes abdominales, abdomen.
cuyo mecanismo , causas y disposicion se han indica
do mas arriba.
s vi.
Hernias perineales.
Hernias isquiáticas.
Hernias sub-pubianas.
pubiano
Las hernias
son tanque
rarasse como
formanlaspor
precedentes,
el agujero ysub-
no nia*s.onrara,s
Estas he'i1-
* y difíciles de
han
ha
parte
especie,
verney
reconozca
interno,
del
reducido,
vendage
muydesconocido
tumor
sido
difíciles
superior
yreferido
deT,
pectíneo,
observadas
Garengeot.
se
una
ocasionó
lalos
cuya
hernia
del
debe
algunas
por
movimientos
grande
muslo
la
exacta
Mr.
hasta
comprimir
Como
semejante,
muerte
veces,
Cloquet,
ypor
aplicacion
despues
estan
medio
del
los
del
y con
despues
en
sugeto.
circunscritas
músculos
muslo.
adductores
la
deun
haria
una
estrangulacion
Arnaud,
caso
Cuando
de
Si
especie
sin
delgado
haberla
de
en
, se
duda
en
Du-
está
esta
las
de
se
la conocer.
Modo
bn<Iarla,
dedes-
ser
3oo
gnn M. Du- hernia sobreviniese la estrangulacion , se la podra re-
P1 > ren- mediar haciendo algunas incisiones dirigidas acia
dentro en el lado opuesto al parage por donde sa
len los vasos sub-pubianos.
S- IX.
Hernias diafragmáticas.
S- X.
Estrangulaciones internas.
veces
siempre
los La
casos
superior
curacion
delicada,
de quealhe
depoder
frecuentemente
hablado
las afecciones
del esarte.
necesario
En
de
difícil,
el
este
primero
curar
ygenero
algunas
al en-
de
es Se
Curacion.
puede. o-
„
t en el primer
fermo , introducir el dedo en la herida, y buscar el caso:
asa intestinal estrangulada en sus inmediaciones; y
cuando esta pueda ser atraida ácia afuera debe diri
girse el dedo á lo largo de su superficie hasta llegar á
la brida que la comprime , é introducir por debajo de
ella el boton del bisturí de Cooper : M. Dupuytren
ha destruido de este modo estrangulaciones á muchas
pulgadas de profundidad. En el segundo caso, esto es, en el segun-
fuerzos
despues que
de lase reduccion
han hechototal
ejecutar
de laalhernia,
enfermosi no
losbas
es- do,
3o7
especie de canal , que recibe las materias fecales y las
espele afuera por la abertura de las paredes del vien
tre. Este canal, llamado por M. Scarpa embudo mem"
bi anoso , és liso y pulido en su cara esterna , degene
rado en la interna en una membrana mucosa preter
natural, y muy variable en cuanto á su longitud y
latitud.
El intestino forma en el punto de la pared abdo- Disposiciones
minal , á que está adherido . un ángulo mas ó menos 9ue entonces
. presenta el m-
ogudo, segun que haya sido dividida ó destruida uná; testiuo.
porcion mas ó menos cocsiderable del diámetro de
este órgano. De esta disposicion resulta que el intes
tino está mas ó menos encorvado en el parage de esta,
abertura , y que su pared mesentérica forma en su ca
vidad una salida ó espolon , ya apenas sensible, ó y*
muy considerable. Pero las materias estercoráeeas es
fuerza que se deslicen por encima de esta prominen
cia , y que la rodeen para pasar del estremo superior
del intestino al inferior. Este movimiento no es muy
difícil cuando el espolon es poco prominente y está
distante de la abertura de la fístula ; pero lo es mas, y
aun liega á hacerse imposible cuando se adelanta has
ta cerca de la herida esterior. En este último caso los
dos estremos del intestino estan casi paralelos, y no
puede pasar nada del uno al otro, porque al llegar las
materias á la estremidad del espolon se hallan fuera
fíela cavidad intestinal, ¿impelidas al esterior.
Ademas de la incomodidad repugnante que resulta Accidentes
de la salida de una cantidad bastante grande, ó dela 511c acompa-
totalidad de las materias fecales , por uno de los pun- complican*"l
tos de la pared abdominal , el ano artificial ocasiona ano artificial,
una disminucion mas ó menos grande en la nutricion
3o8
del sugeto, segun sea la porcion afectada de los intes-
>r. Enflaque- tinos. Entonces salen los materiales antes de haber
cimiento del . , ,, , . . .
sugeto. s,"o
contienen:
privados
se de
enflaquece
todas lasel moleculas
enfermo, nutritivas
y poco á poco
que
los
B. Caida
intestinos
de Hega al último
... grado del marasmo.
. Sucede
. ■ algunas,
al traves dela veces que los intestinos, no estando contenidos por el
huida. ano artificial , como lo estan por los esfínteres del ano
natural, se precipitan fuera, volviéndose de modo que
forman tumores , frecuentemente muy considerables,
por cuya estremidad salen las materias fecales. Estos
tumores, cuya base es inferior, y la punta por con
siguiente superior, cuando son recientes tienen un
color rojo, y estan húmedos y lubrificados por la mu-
cosidad; pero cuando son mas antiguos se cubren de
una especie de epidermis delgada y ligera que hace
su superficie menos sensible al contacto de los cuer
pos esteriores ; y aun se ha visto á los intestinos, inver
tidos de este modo, hincharse, inflamarse y estrangu
larse. Otro accidente muy comun en el ano artificial
<¡. Inflama- «s la irritacion y la flogosis erisipelatosa , producidas
cion
cjon ydeulcera-
los te- €n los tegumentos
°i que
1 le rodean por
1 el contacto de
mediatos.
guínenlos in- nas
los materiales
veces seguida
que salen
de ulceraciones
por él, cuyaherpélicas,
flogosis es nias
algu-ó
-
LIBRO TERCERO.
i.* Union Es muy raro hallar los grandes labios unidos en-
eangímta de tre sl. pero cuando se presenta esta conformacion
los grandes Ict-
¡,¿0Ji preternatural, un surco longitudinal indica el parage
en que debia existir la separacion ; no puede descu
brirse el clítoris, el orificio de la uretra, ni el de la
vagina, y es imposible espelcr la orina. Por consi-
. ■ queOperacion
reclama,
guíente es necesario recurrir inmediatamente a la 1
operacion y cortar la membrana que une las dos par
tes de la vulva con un bisturí conducido sobre una
sonda acanalada, la cual se introduce por una aber
tura pequeña becha al principio en el medio de esta
membrana; y puede precaverse una nueva aglutina
cion de las partes con la aplicacion de algunas tiras
untadas de cerato.
El clítoris es susceptible de adquirir en ciertas 2.* Longitud^
mugercs un volumen análogo al del miembro en el dUoiis.
hombre; y esta disposicion ha sido causa de muchas
equivocaciones respecto de los pretendidos herma-
froditas; y se la ha, visto servir para los desórdenes
mas vergonzosos. Consultado el Cirujano en un caso Esciiion.de
i • , , • . , ii este órgano.
ae esta especie, el unico partido que debe tomar es
el de cortar el elitoris; operacion facil de ejecutar de
un corte de bisturí, pudiéndose despues contener fa
cilmente la hemorragia por medio del cauterio ac
tual. Esta operacion probablemente no remediaría la
ninfomanía, piense lo que quiera Levret acerca de
este punto; pero sí puede oponerse con buen éxito á Esta opera-
los furores de la, masturbacion en las jóvenes, como _OI,el.
lo ha probado M. Dubois. mino á la mas-
La longitud demasiado considerable de los pe- 3 . iWo».
queños labios, muy comun en las mugeres de algu- gañon Jema-
t, siado comide-
nas provincias de Ariica, es muy rara en Jtoiropa, rab¡e ¿c ¡of
casi siempre accidental y consecuencia de par.tos la- pequeño! la
boriosos. Pero si las ninfas, sobresaliendo del nivel de
los grandes labios, fuesen irritadas y estregadas ó con
tusas por los muslos al tiempo de andar ó al hacer
otros ejercicios, deberian cortarse por su base con
Rescision las
3iiStijeras. Esta operacion no presenta ninguna difi-
L ai
\
322
que necesi- diar este estado debe echarse la muger de espaldas
1 al traves dela cama, con las piernas y muslos sepa-
rajos, y sostenidos por ayudantes: en seguida se in
troduce acia el útero un trocar, ó mejor todavía un
bisturí , con la hoja envuelta en un paño hasta cerca
de la punta , el cual se dirige á lo largo del dedo ín
dice de la mano izquierda , y se hace una abertura
por donde salga el líquido. Se da a' la herida bastante
estension y una forma crucial, manteniéndola abierta
á beneficio de algunos lechinos introducidos entre sus
labios, hasta que estos se hayan cicatrizado por se
Esta especie parado.
En las operaciones de este género , del mismo dio-
de aberturas
espone á las i 1ue cn *as
£*° , ql1*3 se necesita
. practicar
. i imper-
en la .
metritis mas foracion de la vagina , es menor lu dificultad que pre-
violcntas. . .
scntan en su ejecucion, i riesgos a que esponen
que los
alas enfermas. La sangre, cuyo flujo ocasionan, es
negra, fluida, viscosa y sin olor desagradable: dilata
con mas ó menos fuerza la matriz , y aun á veces pe
netra hasta las trompas. Su salida es casi constante
mente seguida de una inflamacion del útero y sus de
pendencias tal que múchas enfermas han sucumbido
á ella eh pocos dias, como ha observado M. Dupuy-
tren. Por consiguiente no deben practicarse jamás es
tas operaciones sin haber examinado antes el estado
de los órganos abdominales , y sin estar dispuesto á
precaver y combatir sus irritaciones , demasiado vivas,
con los remedios mas enérgicos.
3* Disloca- Colocada la matriz entre dos órganos, cuyas di-
eimes de la mensiones varían á cada instante , y fijada por otra
lanCriz ó hys- . , . .
teroloxias. parte en su lugar por vinculos membranosos, estensi-
bles y poco resistentes,- está muy espuesta á disloca
3a3
clones graves y considerables, siendo las mas nota
bles las que se verifican de delante á atrás, y de
atrás á adelante , las cuales se conocen con los nom
bres de antevenían y de retroversion. En el primer ca- ¿_ jnteoer-
so el fondo de la matriz se dirige ácia adelante, y su s'°" y retrovcr-
cuello ácia atrás; y el segundo está caracterizado por
una situacion opuesta. Uno y otro pueden verificarse,
ya
tresenprimeros
el estadomeses
de vacuidad
del embarazo;
del órgano,
y sonyamas
durante
ó menos
los .
tuacion
graduados
oblicua,
, segun óque
quelasuviscera
fondohaya
estétomado
á la misma
una al
si- *
(i) Nadie ignora que las heridas del útero son frecuente
mente mortales por su naturaleza , por la importancia de esta
viscera, y por la inSüencia en el sistema general de la vida;
¿y estas mismas razones no» serán suficientes para que sea
tambien mortal su desorganizacion cancerosa ? ¿ Será necesario
que en este último caso , todavia mas grave que el primero.
venga la diarrea á acatar de conducir la enferma al sepulcro f
No negamos que la afeccion simpática de los intestinos gruesos
ocasione muchas veces este síntoma , el cual creemos debe
acelerar la ruina de la enferma ; pero tambien estamos per
suadidos que si esta, en vez de diarrea , tuviese estriñimiento
de vientre , no por eso dejaria de perecer , si la enfermedad
se hallase ya adelantada como pinta el Autor. Nota de los Tra
ductores,
347
desgraciadas no hay ninguna especie de curacion ; y
aun cuando no debiera sobrevenir el cancer , los es
citantes de que se les manda hacer uso bastarian
para producir su desarrollo. Mas adelante , cuando
la enfermedad está ya mas caracterizada , y el infarto
del cuello uterino permite prever su próxima ulce
racion , se limitan estos prácticos á combatir los sín
tomas mas graduados de la enfermedad ; oponen á
los dolores los narcóticos , á la calentura la manza
nilla ó la quina, ala tumefaccion del cuello ute
rino la saponaria y la cicuta; y creyendo haberlo he
cho é intentado todo , permanecen espectadores ocio
sos y desconsolados de los progresos de un mal siem
pre terrible, frecuentemente rebelde á todos los re
medios; pero que ellos no saben combatir sino á la
ventura, y siguiendo las huellas del mas grosero em
pirismo.
Para el Cirujano ilustrado la irritacion crónica Consiste en el
.y el cancer incipiente del cuello de la matriz recja- uso de los r<:"
J r medios anti-
man el uso enérgico y continuado por mucho tiem- flogísticos y
po de los antiflogísticos y de los revulsivos mas po- revulsiT0s-
derosos , como las sangrías locales reiteradas, segun la
violencia de los accidentes y la fuerza del sugeto, las ♦
bebidas emolientes y emulsivas , las lavativas atem
perantes, y los baños de asiento mucilaginosos; re
curriendo despues á los cauterios, y aun á la aplica
cion pasagera de la moza por encima de la pelvis y por
los muslos ; en cuya época suelen producir tambien es-
celentes efectos las aplicaciones continuas del yelo. Este
sistema de terapéutica ha producido ya los mas felices
resultados , y todo promete que se verán multiplicarse
cada dia las curaciones conseguidas por su medio.
348
S!
dadla enferme-
no cede no quetla
Si el uso
mas de
recurso
estos que
remedios
la operacion
no fuese
, la suficiente^
cual con-
á estos reme- 1 .
Puede
carseentonces
dioses preciso
operar.practi- partes
co.
sisteEsta
importante,
enafectas,
separar
práctica
ócon
en
yestá
es
el
destruirlas
que
instrumento
fundada
en todos
por
en cortante
medio
los
unacasos,
observacion
deltodas
ycáusti-
prin-
las
mediatamente.
T • j i ' i i i La operacion
La operacion del cancer del pecho es un recur- <jehe ser pre
so estremo q^ue no debe emplearse sino cuando los cedida 7 se~
antiflogísticos y revulsivos hayan sido ineficaces , fe'ios antiflo-
y cuyo éxito no pueda asegurarse sino por el uso gíst'cos y de
, , ii • , los reyulsL-
de los atemperantes y de los exutorios antes y des- yos.
358
pues de la ablacion de lss partes afectas.. Esta regla
de práctica quirúrgica la he esplanado ya en otra
obra , y creo inútil repetir aqui lo que dije en
ella (i).
teran
Sinalgunas
embargo,
veces
haylosmuchas
signos circunstancias
del hidrocele,que
'hacen
al- Tariac'as
Alteraciones
1ue
n i n pueden jire-
desaparecer muchos de ellos, y obscurecen y diheul- semar la túni-
tan el diagnóstico. Así el tumor fuertemente ¡tenso y f.a vaiP-n . ' el
" • « liquido que
ro
muyquevoluminoso
no puede sepercibirse
pone en en
ciertos
él la sugetos
fluctuacion:
tan dü-
su contiene
™'s""í t?$ücu-.
y el'
, .i i i .i i i. . dinariamentc
combatido, como los hidroceles ordinarios, por me- la pUnc¡on v
dio de inyecciones y con el uso sucesivo de la com- la inyeccion,
presion, á fin de poner en contacto sus paredes y de
374
asegurar su mutua aglutinacion. Esta operacion debe
ser igualmente aplicada al hidrocele enquistado del
epididimn, enfermedad rara de que hace poco he
observado un ejemplo. La incision y la escision no
convienen sino cuando el diagnóstico de la enfer
medad presenta alguna obscuridad, ó cuando las
paredes del quiste son demasiado gruesas para que
se las pueda deprimir y poner en contacto con fa
cilidad.
4.' infiltra- A la historia del hidrocele se reune la infiltracion
cion serosa del . . .. j . , . . . . .
cordon esper- serosa del tejido celular del cordon de los vasos es-
mático. permáticos. Esta enfermedad, á queM. Scarpa da el
nombre de hidrocele difuso , es algunas veces dificil de
distinguir del cirsocele: forma un tumor blando, ob
longo, pastoso, poco fluctuan te, mal circunscrito, sin
nudosidades flexuosas y estendido desde el anillo in
guinal, al cual dilata hasta el fondo del escroto. Si
este tumor se resiste á las aplicaciones resolutivas y
tónicas é incomoda al enfermo , debe hacerse en él
una incision longitudinal, con lo que, una vez eva
cuado el líquido, se inflama el tejido celular y se veri
fica la curacion radical.
6S Cirsocele. El cirsocele, formado por la dilatacion varicosa
de las venas espermáticas, presenta un tumor blando,
pastoso, indolente, y estendido desde el abdomen
Sus caracteres, hasta el fondo del escroto. El calor y el estar mucho
tiempo de pió aumentan su volumen , el cual dis
minuye por la impresion del frio y por la sitivneion,
horizontal; y m la tos ni los esfuerzos violentos la
comunican. movimiento alguno. Por medio del ta«to»
se reconoce que está compuesto de cordones blandos,
nudosos, formados por la dilatación de las venas es-
375
permáticas, á cuyos fenómenos se agrega uña sen
sacion incómoda de plenitud y peso en el escroto, á
veces dolores mas ó menos vivos en el testículo , y
tensiones en los lomos.
El cirsocele es mas frecuente en los viejos que Sus causas,
en los adultos, y mas que en los robustos en los Porqueesmas.
sugetos débiles, y las mas veces afecta al lado iz- lado izquierdo
quierdo, lo que depende, segun Morgagni, del modo queeneldere-
con que la vena espermática izquierda se abre en la
renal; y segun J. L. Petit, Richter,Callisen, MM. Du-
bois y Richerand de la presion que ejerce la parte ,
inferior del colon sobre los vasos espermáticos. De
cualquier modo que esto sea, el cirsocele es suscep
tible de adquirir un gran volumen , y se le ha visto
igualar al de dos puños. Las venas varicosas penetran Sus resulta*
algunas veces hasta dentro del testículo, desorgani- <Jo8,
zan y destruyen su sustancia , ocasionando en algu
nos sugetos dolores atroces , y en otras circunstancias
el testículo atrofiado y endurecido parece que se pier
de en medio del paquete varicoso , ó se pone escirro-
so y canceroso.
El cirsocele reclama el uso de un sírsperisorio Metodo cura-
bien hecho que sostenga exactamente el testículo; y Uv0'
los remedios á beneficio de los cuales se llega algu
nas veces á curarle , y casi siempre á limitar sus pro
gresos, son los baños frios, las aplicaciones tónicas y
astringentes, un régimen corroborante y el elercicio
moderado. Cuando es antiguo y voluminoso el tumor,
y ocasiona tales dolores é incomodidad que reduci
do el enfermo á una inmovilidad absoluta, esta re
suelto á que se le: libre de cualquier modo del mál¿
debe recurrirse á la operacion ; pero siempre des-
3^6
pues de haber ensayado inútilmente el uso de los
remedios indicados mas arriba,
ta escision Esta operacion que ha sido practicada por A. Paré,
de las ven.cs l L p ¡ l p Cumano Consisle en descubrir el
varicosas pue. J '
de llegar á ser cordon espermático en toda su estension, despojarle
r.^c^sana. {je cubiertas que le suministra la fascia-superficia-
lis, los arcos invertidos del músculo cremaster , y la
Jascia-internahs ; finalmente, en separar de las otras
venas varicosas y cortarlas inmediatamente , ó despues
de haber hecho en ellas dos ligaduras para mas seguri
dad. Una operacion de esta clase no me parece ni
muy larga ni muy dificil de practicar; y M. Delpech
no ha tenido razon para desecharla, porque vale cier
tamente mas recurrir á ella en algunos casos estrenios
y raros, que abandonar el sugeto á los dolores que
padece.
6.' Detencion El testículo suele quedarse á veces detenido den-
el anillo"10 tro ^ víentre, en el canal inguinal , ó en el anillo
supra.pubiano. En el primer caso es imposible reco
nocer su presencia; y como no se manifiesta por nin
gun accidente, la Cirugía no puede servir de nada.
En el segundo y tercero debe procurarse favorecer
la estension de los lazos que retienen el órgano por
medio de baños emolientes, de aplicaciones laxan
tes y de un ejercicio moderado ; y cuando ha des
cendido bastante para que pueda introducirse el de
do entre él y el anillo, conviene ejercer presiones
suaves de ahajo á arriba sobre la prominencia gne for
ma, y aun colocar entre esta prominencia y la pared
del vientre la pelota de un braguero, cuyo destino
principal es evitar la salida de las visceras que pro
penden á escaparse del abdomen. Si estando el tes«
377
ticulo detenido mas arriba del anillo se estrangulase
al pasar por él, deberia tratarse de obliterar esta
abertura , ó á lo menos procurar cerrarla á beneficio
de baños frios, de modo que el órgano quedase de
tenido por encima de ella.
Casi todos los testículos supernumerarios que han 7.* Testículo
descrito
, ,los autores, estaban
' formados
, por algunas
. supernumera-
porciones del epiploon que habiendo salido por el No está de-
•ii c u i i- i j mostrada su
anillo, formaban en el escroto tumores peoiculados existencia.
de estas
gordura;
producciones
lo rual es yfácil
la falta
conocer
del canal
por ladeferente.
densidad
Las heridas del escroto que penetran hasta el tes- 8.° Heridas del
tículo reclaman unas curas las mas suaves y ejecuta-
das con mucho cuidado. Debe procurarse precaver
una flogosis demasiado intensa que destruiría la sus
tancia propia del órgano , y sobre todo guardarse
bien de estirar y de estraer los filamentos de color
pajizo que se presentan en la herida , y que no son
otra cosa que los conductos seminíferos que se des
prenden de su cubierta albugínea. Los aplastamien
tos completos del testículo exigen la ablacion de este
órgano; pero antes de practicar esta operacion es ne
cesario asegurarse bien de que es indispensable , y es
tos casos son raros.
La flogosis intensa del testículo es un afecto siem- 9.» inflama-
pre grave; y aunque producido algunas veces por
causas estertores , es en el mayor número de suge-
tos producida simpáticamente por 'la inflamacion de
la uretra en la blenorragia. En uno y otro caso re
clama esta enfermedad el uso de los antiflogísticos
generales y locales, y sobre todo la aplicacion reite
rada de sanguijuelas al escroto; y en los casos de
378
flegmasia de la uretra se añade casi siempre con ven
taja á estos remedios la introduccion de una cande
lilla en este canal, á fin de llamar a él la irritacion y
el flujo que la hinchazon del testículo habia hecho
desaparecer. En la curacion de esta enfermedad no
convienen los resolutivos sino cuando habiendo des
aparecido enteramente el dolor, tarda la absorcion
demasiado en apoderarse de los materiales deposita
dos por la irritacion.
10. Absceso de lqs aDscesos de ios testículos deben dilatarse tan
este organo. r
luego como se conozca su existencia de un modo
evidente. Este afecto ra comunmente acompañado
del infarto escirroso , ó de la desecacion y atrofia de
estos órganos.
11. Esperma- Se ha dado frecuentemente el nombre de esper-
matocele á ingurgitaciones producidas por la irrita
cion crónica del testículo, las cuales deben curarse
como todos los afectos del mismo género.
12. Sarcoceleó El testículo está muy espuesto á las inflamaciones
cancer del tes- / • / i i • j
ticulo cronicas y a la degeneracion cancerosa en razon de
su situación , y acaso mas todavía á causa de las sim
padas que le unen á la uretra, y del modo con qae
puede abusarse de su accion. No se ha observado
bastante , que durante una gran parte de la vida son
los testículos el asiento de una escitacion reproduci
da casi continuamente, y cuya intension es muy con
siderable ; escitacion que en algunos sugetos debe de
jar vestigios', y preparar, digásmolo asi, los elemen
tos de una¡ irritacion desorganizadora que la causa
mas ligera basta despues para desarrollar.
Sus síntomas Todas las causas irritantes- son susceptibles de
»ou los de las producir el satcocele, y es facil reconocer la existen»
379
eia de este afecto en que á los síntomas de la flogo- inflamaciones
sis aguda sucede usa tumefaccion variable del testí- cronicas,
culo , cuyo peso se hace nias considerable de lo que
su volumen parece indicar, y en los fenómenos si
guientes: la forma regular del órgano se va alterando
poco á poco; es comunmente oval, su estremidad
mas gruesa corresponde acia arriba y adelante , y la
pequeña a'cia abajo y atras: pasado algun tiempo se
hace el tumor desigual y abollado , y permanecien
do mucho mas indolente y duro , llegan por último á
desarrollarse en él dolores lancinantes que le traspa
san en todos sentidos hasta que finalmente se ablan
da: la piel intacta hasta entonces empieza á irritar
se; contrae adherencias con algunos de los puntos
prominentes del tumor; se forma un absceso, y la
abertura que da salida al pus permanece fistulosa: al
gunas veces se elevan de ella vegetaciones fungosas , y
la supuracion , la calentura y la diatesis cancerosa ge
neral acarrean siempre la muerte del enfermo des
pues de un tiempo que en ciertos sugetos es muy lar
go. El cancer del testículo es uno de aquellos cuyo
éxito es en general funesto de un modo mas lento.
Muchos sugetos piensan que una vez declarado el Debe comba-
sarcocele necesita constantemente la ablacion del tes- tl"e Por me"
dio de los an-
tículo ; pero esta opinion no está afortunadamente tiflogísticos.
apoyada en las pruebas , siempre decisivas , de la prác
tica. Yo he visto , y ún gran número de prácticos han
podido observarlo tambien , sarcoceles voluminosos,
duros , desiguales ,. y que eran el asiento de dolores
vivos, resolverse gradualmente y desaparecer despues,
no por el influjo de k>s mercuriales, de los funden
tes ó de la cicuta, sino á beneficio de la quietud , d©
38o
un régimen severo , de baños frecuentes , de cata
plasmas emolientes , y sobre todo de sangrías locales
practicadas cada dos ó tres días, mediante la aplica
cion de tres, cuatro ó seis sanguijuelas, segun la
fuerza de los sugetos. M. Gama, uno de los gefes mas
distinguidos de la Cirugía militar, ha conseguido un
gran numero de curaciones de esta especie; y aun
está inclinado á creer que no hay sarcocele aunque
se halle, en el estado de induracion , que no pueda
ceder á este método curativo , empleado con la ener
gía y perseverancia convenientes. Los mercuriales no
convienen sino en los casos en que la enfermedad pa
rece ser debida á una sífilis que no ha sido hasta en
tonces curada metódicamente, y la cicuta y los pre
tendidos fundentes, que se preconizan todavía, no
han curado acaso jamás un solo sarcocelei
S¡ la enferme- Cuando estos remedios no bastan conviene ope-
tlad no cede rar antes que la ingurgitacion escirrosa se estienda al
debeoperarse. , , . , , .. ,. . , ,
cordon espermatico y a los ganglios linfaticos de la
fosa iliaca ó de los lomos , en cuyo caso debe esplo
rarse con el mayor cuidado el estado del abdomen y
Circunstan- del cordon. Siempre que las partes enfermas no pue-
ciasque con- den ser totalmente separadas, las ingurgitaciones que
traindican es- . r > o o i
ta operacion, mortales.
quedan progresan
Sin embargo,
rápidamente,
seria conveniente
y no tardan
no arredrar
á hacerse
don;
se á presencia
y sobre todo,
de unanoinfiltracion
confundfr indolente
con el tumor
del cor-
de
• i •, i con que se ba
rri astado corvas ;' pero
r no necesitan mas que
T una leve „ ...
ga esta opera-
inflexion en su estreinidad, y aun levantando el miem- cion no deben
biií-
ro de modo que lorme un angulo #i recto con eli eje una
tener mas
|¡gera
que
del cuerpo puede introducirse , en caso de necesidad, corvadura cer-
por la uretra una algalia enteramente recta. Los ins- e ^,c°"
trunientos muy corvos se dirigen difícilmente: su
punta se apoya con demasiada fuerza en la pared su
perior de la uretra , y sucede algunas veces que tro
piezan en el ligamento triangular, ó que levantan de-
rnasiado la porcion membranosa del canal por donde
pasan , en lugar de penetrar en el cuello de la vejiga.
Para ejecutar el cateterismo debe estar el sugeto Mododeprac-
de pie, con los muslos separados y medio doblados, ucar la °Pe"
apoyando la espalda en un plano solido, ó bien echa
do sobre el borde izquierdo de lá cama con la pared
anterior del tronco en relajacion: el Cirujano coge
lateralmente el miembro con la mano izquierda, por
detras del glande, de modo que los dedos pulgar é
índice de que hace uso, no compriman la uretra, y
quede descubierta la abertura de este canal: despues
de estirar el miembro y levantarle ácia el abdomen,
se introduce suavemente en el orificio de la uretra la
punta de la sonda untada en aceite : á medida que el
instrumento es empujado con el pulgar y los otros
dos dedos de la mano derecha, de modo que su' con
cavidad esté vuelta acia el arco del pubis , se es
tiende con la otra mano el pene sobre el cateter, y
cuando
4oo este ha llegado por debajo de la bóveda que
4o8
este orificio y la tuberosidad del isqftion izquierdo;
y de un segundo corte dirigido en el mismo sentido,
divide el tejido celular de que estas partes abundan.
Se lleva entonces el dedo índice izquierdo-, cu yo bor
de cubital e5tá dirigido acia arriba, al ángulo supe-
perior de la herida, y su uña debe undirse en la ra
nura del cateter, que es facil percibir al través de la
pared de la uretra: esta uña sirve de guia á la pun-
V ta del bisturí que se introduce por encima .de ella , y
que despues de haber llegado al surco del catéter
debe dirigirse acia abajo en la . extension de dos ó
tres líneas, con el fin de cortar la porcion membra
nosa de la uretra. Aquí concluye el primer tiempo de
la operacion: el dedo índice debe permanecer en ta
herida , y su uña no abandonar <d áureo del ca
teter.
Segundo Ledran y Pouteau, con el fin de practicar con mas
fin
'■"incision
de la parte
del prostata,
seguridad introducían
la division del
en aquella
cuello de
porlalavejiga
ranuray del
deca-
la
r.iemhronosa , , , . i • i
<!» ia uretra, teter una sonda acanalada, que despues de retirado
la
delvejiga
cuelloy de .este. .servia de guia
° al bisturí
i ■ con que practicaban la
la prostata,
Modo de n¡vel
incision.
de La
agua
ssnda
para depoder
routeau
medir
tenia
exactamente
en su mango
la in-
un
practicarla se. . . • 1 » i
fíiin Ledran, clinacion que se daba a su ranura.. A estos modos de
Pouteau y Le. 0peraF se agrega el de Lecat, con cuyo cistototno,
ó el gorgerete cistotomo conducidos por la ranura
del cateter, se dividian las partes al mismo tiempo
que se introducían en ellas. Pero estos instrumentos
y operaciones no se han vuelto á usar.
Segtmllaw- El gorgerete de Hawkins es el único que. se ha
k'ns. conservado, y de él se hace todavía uso en Inglater
ra, Italia y Alemania; pero á pesar de las modificado
4°9
nes que han hecho Bliclse , Cline , B. Bell , Cruicks-
ham.k, Desault y M. Scarpa de este instrumento,
consta siempre de una hoja mas ó menos corva, ancha
y cortante por el borde que está inferior cuando se
vuelve su cavidad ácia la derecha, cuya hoja está
montada en un mango corvo por el lado de su con
vexidad. Para servirse del gorgerete es preciso coger
le de modo que su borde cortante este.dirigido en el
mismo seniido que la herida esterior, y llevar su es-
tremidad á la ranura del cateter sobre el dedo índice
izquierdo, y el roce que se percibe, resultado del
contacto inmediato de dos cuerpos metálicos, anun
cia que el instrumento ha llegado á la uretra. Cogien
do entonces con la mano izquierda la placa del cate
xime
ter, yalelevándole
pubis, introduce
de modoelqué
Cirujano
su concavidad
con la derecha
se apro-
mento desti- , i - i i. . j i
el
nado
espesor
á medir
de parage
imaginado
estrechado,
otro que se
penetrando
desplegabapor
aciala atras,
abertura
y des-
del
pre incurable.
3. ° Hipospa- abertura
Mas comun
de la uretra
es la disposicion
por la caraopuesta,
inferior esdeldecir
miem, la
colgalos
que
las
estirar
cortarla
funciones
es mucho
acia
de
membranosos
un
adelante
genitales.
mas
golperacional.
con
laque
Muchos
estremidad
las
embarazan
Finalmente
tijeras
prácticos
ódelelel prepucio,
ejercicio
M.
bisturí,
aconsejan
Ferrier
de
loy SegunM. Fer-
• rier.
ha propuesto cortar solamente el rodete circular que
cierra el prepucio, y llevándole despues acia atras,
continuar la division de su membrana interna hasta
la base del glande, dejando la piel intacta. Yo he Segun el au'
usado en una ocasion de un método semejante; ha-
448
biendo agarrado el prepucio con el índice y pulgar
de la mano izquierda , é introducido una de las ho
jas de las tijeras corvas por el plano en la abertura,
hice una incision desde la parte mas inmediata al fre
nillo hasta el medio de la cara dorsal; y volviendo
entpnces el instrumento sobre este punto, concluí el
corte en el lado opuesto , y de este modo quedó cor
tada toda la estremidad estrechada y fibrosa del ór
gano , y descubierta la parte anterior del glande. En
seguida continué la incision de la membrana inter
na del prepucio por la línea media hasta el repliegue
que esta forma ácia atras, y despues de la cura
cion no quedó absolutamente ningun vestigio de de
formidad.
Operacion del Los principios que acabo de sentar deben empeñar
fiuio3is acci- á economizar los tegumentos mas que lo que se acos-
dental. tumbra cuando se practica
6 . la operacion• del
jicnmosis ac
cidental. A lo menos es inútil cortar la piel ácia atrás
hasta mas allá de la base del glande , pues basta que se
pueda descubrir este y curar las úlceras que le afec
tan. Para esto es preciso estirar la piel ácia atrás;
despues introducir de plano entre el glande y el pre
pucio la hoja de un bisturí delgado y estrecho , cuya
punta debe estar embotada con una bola de cera;
cuando ha profundizado este instrumento hasta don
de se crea conveniente, se dirige su corte ácia arri
ba ; y rompiendo el prepucio con la punta , se hace
la division de atras á adelante, y de un solo golpe.
Esta, aunque no llegue mas que á la mitad ó al ter
cio anterior del prepucio , basta sin embargo para di
sipar la ingurgitacion de las partes , y producir en
ellas una relajacion saludable; y en el mayor nú
449
mero de casos seria inútil llevar mas adelante la ope
racion.
Cuando el prepucio demasiado estrecho se retrae 6." Parafimo-
por bajo del glande, sucede en algunos sugetos que
no puede volver á colocarse en su situacion natural,
y entonces las partes situadas delante de él se hin
chan , se irritan, se inflaman , y se ven espuestas ala
gangrena. En estos casos el Cirujano debe esforzarse
en disminuir el volumen de las porciones del órgano
que estan hinchadas , ó en impeler detras del punto
de la constriccion la sangre y la linfa que las distien
den. Para esto bastan las compresiones suaves pero
reiteradas; y despues de haber untado conveniente
mente el glande con un cuerpo graso , cede fácilmen
te á los dedos que le soban , por decirlo asi, y des
pues que se le ha reducido á su dimension ordinaria,
se puede casi siempre hacerle pasar por la abertura
del prepucio. Sin embargo si se frustran estas tentati
vas es preciso, por una parte, hacer pequeñas escari
ficaciones en las partes hinchadas, y por otra cortar
las bridas del órgano que las estrangulan.
En los momentos de estravio ocasionados por el * " Cuerpos
delirio erótico se han solido aplicar al miembro un estrqñoi apli-
sinnúmero de cuerpo estraños , tales como eslabones, W^,*'"í<^
llaves etc. , cuyos cuerpos ocasionar! casi siempre la
hinchazon de la parte anterior del órgano, y una
constriccion dolorosa que tienden á gangrenarle. En
tonces debe procurarse, como en la parafimosis, dis
minuir el volumen de las partes hinchadas, y sacar el
cuerpo que las oprime ; y si esto no basta, ó si el uso
de este medio pareciese peligroso por causa de la du
racion y violencia de la inflamacion, conviene cortar
I. ao
45o
el cuerpo estrafio con la lima , la sierra, las tenazas
ú otros instrumentos análogos, procurando no tocar
al miembro , á lo menos en cuanto sea posible.
8.' Cancer■del Se ha observado que el mayor número de los su-
micmbro. getos que padecen cánceres en el miembro habian te
nido anteriormente úlceras en el glande ó parafimo-
sis. Estos afectos anteriores ¿podrán acaso haber dis
puesto las partes á padecer flegmasías desorganizado
ras? Sea de esto lo que quiera, el carcinomia, cono
cido en esta parte por todos los caracteres que le
blacion
Exige la del
a- ci0n
distinguenraj^mJ)roijD¿|fc
en las demaspracticar
del cuerpo,
esta operacion,
exige la abla-
co-
pene. r r 7
coge
locadocon
el sugetp.
la manoen izquierda,
el borde derecho
la partede anterior
la cama ,del
sa
•
ÍNDICE
13 Pág;
í rologo de los Traductores 5
Prólogo* ........ 9
LIBRO PRIMERO.
LIBRO SEGUNDO.
LIBRO TERCERO.
ERRATA CONSIDERABLE.