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JUDO-DEPORTES DE COMBATE.

Según algunos autores, podemos afirmar que la actividad deportiva surge de la existencia de
armonía entre la disciplina y la creatividad, que es el binomio sobre el que se orienta también la
cultura. Sin embargo, mientras que los fenómenos culturales establecen una comunicación de los
hombres a través de la palabra o de la imagen, el deporte lo hace a través de la acción y del
movimiento. Ambos son aspectos esenciales de esa necesidad que el ser humano ha tenido
siempre, en todos los tiempos y lugares, de comunicarse con sus semejantes.
Según algunos autores, podemos afirmar que la actividad deportiva surge de la existencia de
armonía entre la disciplina y la creatividad, que es el binomio sobre el que se orienta también la
cultura. Sin embargo, mientras que los fenómenos culturales establecen una comunicación de los
hombres a través de la palabra o de la imagen, el deporte lo hace a través de la acción y del
movimiento. Ambos son aspectos esenciales de esa necesidad que el ser humano ha tenido
siempre, en todos los tiempos y lugares, de comunicarse con sus semejantes.
Pero, ¿qué es el Judo? Siguiendo el Diccionario Ilustrado de las Artes Marciales (Frederic, 1989),
Judo significa vía de la suavidad y es definido como un arte marcial no violento y no ofensivo cuya
base fundamental son las técnicas de combate con manos desnudas utilizadas en el Jujitsu. En
realidad, viene a ser el resumen de todos los estilos orientales de lucha, que se venían practicando
en China, Japón y Corea (así como, en otras naciones limítrofes) desde muchos siglos atrás. El
método oriental, cualquiera que fuese su expresión, era más sutil, hasta si se quiere más suave,
menos rudo que cualquier otro; pero infinitamente más efectivo. Cualesquiera que sean lo méritos
físicos del judo su aplicación más importante (a diferencia de otras actividades físico-deportivas que
se practican más habitualmente en las clases de educación física en Primaria) es el desarrollo de la
personalidad, que se consigue por medio del entrenamiento. El cual, incluye el estudio de aspectos
filosóficos y espirituales de la vida, adquiriéndose (entre otras cosas) atributos de índole cultural,
sentido del equilibrio, confianza en uno mismo e independencia de pensamiento. Siendo, todos ellos,
elementos esenciales en el desarrollo personal del niño. Así, el judo puede ser el camino o el
principio para hacer el mejor uso de la energía física y mental, que deben conjugarse en todo
momento (educación integral). Y, esto será de aplicación en cualquier ámbito de la vida diaria.

1.2. SÍNTESIS HISTÓRICA


1.2.1. Orígenes y expansión en el ámbito internacional.
En el siglo XIX, el doctor Baeltz, profesor de Medicina en la Universidad de Tokio, fue quien hizo
revivir el prestigio perdido por un arte marcial llamado Jujitsu; que, apartándose de su filosofía,
estaba sirviendo para aumentar la violencia en las calles de Japón. El Ju-Jitsu es un compendio que
reúne las formas de ataque y defensa contra un adversario sin armas o armado. Este tipo de lucha
nació en la época feudal del Japón, en que los guerreros ocasionalmente tenían que combatir a
mano desnuda; mientras que, su enseñanza y práctica sistemática se extendió, sobre todo, entre los
años 1600 y 1650.
Uno de los alumnos del doctor Baeltz, Jigoro Kano (1860-1938), demostró un extraordinario interés y
adaptabilidad hacia el jujitsu; al mismo tiempo que su inquietud le llevaba a estudiar todos los
métodos de Defensa Personal existentes en aquel momento. Tras este largo proceso, Jigoro Kano
estableció los principios que dieron lugar al nacimiento del Judo.
Kano, conocedor como alumno de varias escuelas de jujitsu; así como, de las tendencias europeo-
norteamericanas en educación y deporte, logró sistematizar las técnicas de este arte marcial japonés
tradicional, a partir de utilizar la energía de la forma más eficaz posible. Al resultado de todo ello,
Kano le denominó Judo (que, literalmente, significa camino de la flexibilidad).
El creador del judo, Jigoro Kano, como Director del Departamento de Educación del Ministerio de
Educación de Japón, fue el responsable de la introducción de un programa de educación física en el
sistema escolar japonés, que incluía la práctica del judo. De esta forma, esta práctica deportiva se
formó y se desarrolló, desde sus inicios, en el contexto de la Educación Física en Japón. Pero, Kano
no se mantuvo únicamente dentro de los límites de lo físico, porque también era un humanista y veía
el deporte como un medio para conseguir otros fines más elevados. El período entre 1880 y 1890 es
el momento en el que el pensamiento de Kano experimentó su principal desarrollo, y también el
período en que el judo tomó forma.
Con objetivos pedagógicos y enfatizando en el aspecto educativo, Jigoro Kano, procedió a la síntesis
metodológica de todos los métodos que aprendió a través del estudio del jujitsu, encaminando su
práctica a la formación y desarrollo de personas maduras en paz consigo mismo, y con su entorno
social. La estrecha relación entre el Judo y el Jujitsu se ve especialmente reflejada a través de las
Katas, como refleja la siguiente afirmación del maestro Kano: “Kata o forma es un sistema de
movimientos preconcebidos, que enseñan las bases fundamentales de ataque y de defensa. Aparte
de proyectar e inmovilizar (que también se realiza en Randori), incluye puñetazos, patadas, cortes
con cuchillos y diversas técnicas más. Estas últimas sólo se practican en la kata, porque es
únicamente en ésta donde los movimientos se conocen con antelación, pues cada practicante sabe
lo que va a hacer el otro de antemano”. Para Kano, la kata se configura como un sistema
metodológico, que si bien presenta una estrecha influencia del jujitsu, tiene unas connotaciones
eminentemente personales. De hecho, este fue un sistema metodológico utilizado por Jigoro Kano
con unos fines claramente utilitaristas, debido al incremento y la enorme afluencia de alumnos en los
primeros años de la creación del Kodokan (el lugar donde Kano enseñaba judo); que, hacía muy
difícil mantener la enseñanza a nivel individual, a la vez que se creaba un grave problema en
relación con la falta de espacio material para los practicantes. Estos inconvenientes, obligaron a
Kano a “la creación de un esquema técnico, las katas, para que los practicantes tuviesen la ocasión
de mejorar técnicamente mediante la práctica de movimientos agrupados”. (Espartero, 1997)
Además, Kano estableció dentro del judo la distinción entre “judo en sentido estricto” y “judo en el
sentido más amplio”. Con “sentido estricto” quería decir, el judo como un ejercicio físico que tenía
como principal objeto el ataque y la defensa; mientras que, al referirse al “judo en el sentido más
amplio”, se refería a que era un estudio y método de entrenamiento del espíritu y del cuerpo, tanto
como una norma de actuación en la vida o los negocios. Él estaba más interesado en el judo en el
sentido amplio, que es la aplicación de principios intrínsecos para la mejora física, por ejemplo: el
esfuerzo de intentarlo, la entrega para el logro y la actitud sincera. Por ello, en la actualidad, hay
muchas personas que quieren practicar judo como formación y recreación; y, para poder ofrecerles
una actividad adaptada a sus necesidades e intereses, en el marco de una sociedad democrática,
tendremos que apartarnos de los esteriotipos que en materia de entrenamiento de judo han sido
universalmente aplicados. Cuantas más formas haya de enseñar y de practicar judo, más gente
estará cómoda practicándolo. Así, según Villalón (1997), el “Judo del futuro debe ir indisolublemente
unido con la educación y la democracia”.
Para hacernos una idea de cómo se produjo la evolución expresada con anterioridad vamos a
aportar una serie de datos, que sistematizan el desarrollo histórico acaecido. Fue en 1882, cuando
Jigoro Kano, con tan solo 22 años de edad, creó su propia escuela, a la que llamó Kododan (que
significa: “casa que enseña el camino”). El nuevo arte marcial creado por Kano no era un simple arte
de ataque y defensa como el Jujitsu, sino que era un camino que los hombres debían seguir a través
de su práctica. Así, este nuevo arte marcial, llamado Judo, establecía un camino para el desarrollo
completo de la persona a través de la lucha cuerpo a cuerpo.
La tarea de difusión del judo no fue fácil, ya que durante un considerable espacio de tiempo los
discípulos de Kano tuvieron que someterse a continuas confrontaciones con los jujitsukas para
demostrar su superioridad. Ante las aplastantes victorias del judo en estas confrontaciones, se
originó una gran expansión del mismo; mientras que, para el jujitsu supuso su casi total desaparición.
En 1895, el Kodokan estableció el Go-Kio, que recogía las técnicas esenciales del judo, con el fin de
facilitar y mejorar su enseñanza y aprendizaje. El cual, sólo ha sufrido pequeñas rectificaciones en
los años 1920 y 1983.
A lo largo del siglo XX, los discípulos de Kano divulgaron el judo por Occidente, llegando a ser lo
que hoy es, una disciplina que ofrece al practicante tanto aportes físico-mentales como valores a
toda su configuración como persona (Rodríguez, 1986).
Otros hechos de interés se centran en la aprobación del judo como asignatura oficial para los
escolares japoneses de grado secundario (1908), el nombramiento en 1909 de Jigoro Kano como
miembro del Comité Olímpico Internacional (siendo el primer japonés designado para este cargo), la
creación (por parte del Kodokan) de las secciones de judo femenino (1926) y judo infantil (1934), la
celebración del I Campeonato del Mundo en Tokio (1956), y la aparición del judo como deporte
olímpico en los Juegos Olímpicos de Tokio (1964), manteniéndose hasta la actualidad (Taira;
Herguedas; Román, 1992).

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