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MODULO 9: CENTRALES HIDRÁULICAS Y MINIHIDRÁULICAS

TEMA 11: GEOLOGÍA


Máster Generación Eléctrica

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Geología

INDICE

INDICE........................................................................................................................................................................... 3

1. GEOLOGÍA ............................................................................................................................................................... 4

1.1 Singularidad de la obra hidráulica ......................................................................................................................... 4


1.2 Tipos de rocas ....................................................................................................................................................... 5
1.3 Resistencia a compresión, fracturación, excavabilidad y ripabilidad ..................................................................... 5
1.4 Estabilización de taludes. Anclajes, bermas, muros de escollera, muros de gaviones, hidrosiembra .................. 8
1.5 Túneles ................................................................................................................................................................ 10
1.6 Campañas de investigación y ensayos ............................................................................................................... 12
1.7 Referencias ......................................................................................................................................................... 14

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Máster Generación Eléctrica

1. GEOLOGÍA
En este capítulo del curso se tratarán los conceptos más relevantes a tener en cuenta para
diseñar y construir un aprovechamiento hidroeléctrico enmarcándolo en el terreno. La geología
es la ciencia que estudia la composición, la estructura, las propiedades y el proceso de
formación de la materia que forma la Tierra; mientras que geotecnia es la que estudia el
comportamiento del terreno y las actuaciones a realizar sobre el mismo.

Ambas disciplinas diferencian entre rocas y suelos. Básicamente, el suelo es el producto


resultante de la acción sobre la roca de los agentes atmosféricos (sol, agua, nieve, viento), la
meteorización, y la gravedad. La mecánica de rocas y la de suelos son las disciplinas que
estudian el comportamiento estructural de las mismas.

1.1 Singularidad de la obra hidráulica

Por su finalidad, los saltos hidroeléctricos se emplazan cerca de los cauces de los ríos. La
mayoría de veces, para aprovechar el factor altura y conseguir así más potencia, los
aprovechamientos se ubican en zonas montañosas.

Figura 1. Distintas soluciones para salvar la topografía existente

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La obra hidráulica no deja de ser una obra lineal ya que, además de los emplazamientos de la
toma, con su azud o presa correspondiente, y de la central, el resto del circuito hidráulico suele
tener dimensiones que pueden llegar a ser kilométricas. Esto supone que, en múltiples
ocasiones, la solución que se haya de dar a la canalización tenga tipologías muy distintas en
función de la topografía del terreno (a cielo abierto en desmonte o en terraplén, en túnel, en
viaducto), de la geología y la estabilidad del mismo.

1.2 Tipos de rocas

La roca es un material compuesto por uno o varios minerales y que es resultado de distintos
procesos geológicos. Las rocas se clasifican en:

 Ígneas o magmáticas: son las de origen volcánico, producto de la solidificación del


magma. Un ejemplo es el granito.

 Sedimentarias: son las que se originan a partir de unas condiciones de


compactación de sedimentos, dando lugar a estratos. Un ejemplo es la caliza.

 Metamórficas: son las que se han formado a partir de unas condiciones de presión y
temperatura específicas. Un ejemplo es la pizarra.

Dentro de cada clasificación existen múltiples sub clasificaciones. De todas formas, no es


objeto de este curso el estudiarlas. Es imprescindible, sin embargo, conocer las características
de las rocas para evaluar su aptitud para cimentar alguna estructura o saber, en el caso de que
las características de la roca no lo permitan, qué actuaciones se han de acometer para
asegurar la estabilidad requerida.

A continuación se tratarán varios conceptos relacionados con la geología pero basados en la


adaptación de una estructura al ámbito estricto de la actuación. No hay que perder de vista que
problemas globales mucho más complejos en los macizos rocosos no son objeto de este curso.

1.3 Resistencia a compresión, fracturación, excavabilidad y ripabilidad

Para cada roca existen una serie de parámetros, entre muchos otros, que permiten evaluar su
aptitud para los requerimientos para los que esté diseñada. Los más importantes son:

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 Resistencia a compresión simple: es la fuerza aplicada por unidad de superficie


necesaria para romper un material. Los ensayos para evaluarla consisten en extraer
testigos de dimensiones ya establecidas y aplicar, ya en laboratorio, una fuerza axil
vertical. Los resultados que se obtienen son en unidades de presión
(1MPa=1N/mm2). Hasta hace unos años todavía se utilizaba la unidad Kg/cm2. La
relación entre una y otra es de 1 MPa= 10 Kg/cm2. Una roca pasa a ser suelo
cuando su resistencia a compresión es inferior a 0,6 MPa. El siguiente cuadro
muestra una clasificación muy genérica de las rocas en función de su resistencia a la
compresión con pruebas que se pueden realizar ‘in situ’.

Descipción de Resistencia a Compresión Identificación. Pruebas ‘in situ’


la Roca (Mpa)
Muy dura 200 Se rompe con más de un golpe de martillo. Lajas
Dura 60 Rompe con más de un golpe de martillo. Fractura
Media 20 Rompe con un golpe de martillo. Fractura
Blanda 6 Raya difícil con una navaja
Muy blanda 2 Raya con una navaja
Tabla 1. Clasificación de las rocas en función de su resistencia a compresión.

 Fracturación: muchas veces las rocas presentan planos de fracturación claramente


marcados. Se da la circunstancia de que la resistencia a compresión de una roca
fracturada puede ser prácticamente cero si el ángulo de aplicación de la carga es
suficiente como para que la resistencia al rozamiento del plano de fractura no sea
capaz de soportar dicha carga. Un ejemplo claro de rocas con grado de fracturación
elevado y con un único ángulo de fracturación son las pizarras.

En el diseño del aprovechamiento hidroeléctrico el terreno aparecerá para ser soporte de una
cimentación o para ser excavado.

En el caso de la cimentación, básicamente la estructura diseñada (azud, presa, central, codos


de tubería forzada, etc.) ha de solicitar al terreno cargas inferiores a las que éste resiste a
compresión minoradas por los factores de seguridad que la norma de aplicación exija. Es
importantísimo diseñar las estructuras sobre un ámbito superior al estrictamente ocupado,
analizando posibles inestabilidades generales de los macizos.

Para la excavación es necesario introducir otro concepto que es el de ripabilidad. La ripabilidad


es la aptitud que tiene un terreno de ser arrancado mediante un elemento mecánico (p.ej. por la

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cuchara de una giratoria). En el caso de que con la cuchara de excavación el volumen


excavado no fuera el considerado como eficiente, es necesaria la utilización de martillos
rompedores acoplados a giratorias o a retroexcavadoras. A este proceso también se le
denomina escarificación. Los martillos rompedores pueden ser hidráulicos o neumáticos. Los
de mayor rendimiento son los hidráulicos; de hecho los neumáticos son de uso casi exclusivo
manual. En función de su peso tienen más o menos eficacia. Una vez fracturada la roca es
necesario cargar el escombro con la pala o la cuchara, con lo que el proceso se alarga en el
tiempo.

La siguiente figura muestra el grado de excavabilidad de una roca en función de varios


parámetros de la misma (gráfico de Franklin).

Figura 2. Gráfico de Franklin. Grado de excavabilidad de la roca en función de su resistencia a compresión y de la


separación entre las fracturas del macizo

Se da la circunstancia de que, para la cimentación, es deseable tener resistencias a


compresión elevadas y fracturación mínima; mientras que para la excavación lo es bajas
resistencias (material excavable) y, si hubiesen planos de fracturación, que éstos fuesen
favorables para la obtención de un rendimiento elevado.

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En el caso de encontrarnos con roca muy dura (resistencia a compresión>35 Mpa) en que los
medios mecánicos de fracturación no son eficientes, se hace necesaria la realización de
voladuras. Para la realización de éstas es necesaria la redacción de un proyecto de voladuras
redactado por un Ingeniero Técnico de Minas. La realización de voladuras requiere una serie
de permisos del Ministerio de Industria y de la Guardia Civil que hace que, si no se programa
con antelación suficiente, se demore su ejecución.

1.4 Estabilización de taludes. Anclajes, bermas, muros de escollera, muros de


gaviones, hidrosiembra

De entre todas las actuaciones que implican la construcción de un aprovechamiento


hidroeléctrico, una de las más delicadas es la ejecución de los taludes. Hablamos de taludes en
desmonte cuando la excavación que se realiza es sobre el terreno y en terraplén cuando se
vierte terreno excavado sobre el terreno formando un paramento inclinado. A nivel
medioambiental es imprescindible compensar el volumen de excavación (el que provoca
desmonte) con el de aportación del terraplén (ver figura 3). No debemos olvidar que, en la
mayoría de casos, lo que es beneficioso medioambientalmente, lo es también
económicamente, a saber, se ahorrarían todos los costes de transporte de material excavado,
vertido y cánones a pagar en vertederos autorizados.

Figura 3. Excavación de desmonte (Vd) que compensa al terraplén (Vt) (Vt=Vd)

También se conoce como talud a la proporción vertical/horizontal del paramento que se


obtiene. Al excavar un desmonte es imprescindible no superar el talud definido en el proyecto
o, incluso, dejarlo algo más tendido. En el caso de un terraplén, aunque el proyecto haya

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estimado un talud, el talud definitivo será el que la granulometría y las condiciones del
extendido y compactado de las capas determinen. A modo muy simplificado, a mayor tamaño
de la roca, mayor es el talud (más inclinado). Si el terraplén está formado por roca de tamaño
considerable (d>20 cm) se le suele denominar también pedraplén. Es importante destacar que
terraplenes formados a partir de roca drenan la posible acumulación de agua en el trasdós del
terraplén. En el caso de ejecutarse terraplenes con materiales de granulometría muy fina que
no permitan el drenaje natural, se hace necesario el ejecutar redes de drenaje artificiales para
evitar acumulación de agua y evitar así inestabilidades futuras.

Para la estabilización de taludes existen múltiples soluciones. La elección de una u otra


dependen de factores no sólo técnicos, sino también económicos y medioambientales. Los
taludes son muchas veces la parte más visible de la obra y es importante minimizar su impacto
mimetizándolos al máximo con el entorno. A continuación se muestran algunas de ellas:

 Anclajes: son perforaciones al terreno dentro de las cuales se coloca un elemento de


acero que puede o no tesarse. Este elemento pueden ser una barra corrugada
(también conocido como bulón) o bien cables de tesado. El espacio libre entre el
acero y el terreno se puede inyectar sólo en el fondo de la perforación (bulbo) o,
además, en el resto de la perforación. En el extremo visto se coloca una pletina con
unas cuñas que impidan el movimiento del elemento de acero. Se puede optar por: a)
aplicar una fuerza de tesado al anclaje (en este caso se consigue aplicar una fuerza
de compresión al macizo que ayuda a estabilizarlo); o b) no aplicar fuerza alguna (en
este caso, sólo cuando el macizo tuviera desplazamiento entraría en carga el
anclaje). La filosofía de esta solución consiste en aplicar una fuerza puntual de
compresión al macizo en el sentido que más ayude a su estabilización (por ejemplo
en el perpendicular al plano de fracturación, aumentando la componente normal de la
fuerza en ese plano y aumentando así su resistencia al deslizamiento).

 Bermas: si la altura de un talud es muy considerable, se aconseja la realización de


bermas. Las bermas son espacios horizontales llanos que se intercalan en el
paramento del talud. De esta manera se da estabilidad al talud y, en caso de
desprendimientos, sirve como zona de recogida del material desprendido. A las
bermas se les puede dar el ancho necesario para el paso de un vehículo, hecho que
facilitará el mantenimiento de la estructura. También se pueden utilizar las bermas
para plantar vegetación y disminuir así el impacto medioambiental.

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 Muros de escollera: si se dispone de roca de gran tamaño (escollera) ésta permite


ejecutar taludes muy inclinados. Además, como se ha comentado anteriormente, el
drenaje del trasdós queda asegurado.

 Muros de gaviones: cuando se quieren conseguir taludes muy inclinados y el


tamaño de la roca es pequeño, o no se dispone de escollera, se puede colocar la
roca en jaulas de acero de malla de alambre. De esta manera se puede ajustar
mucho la geometría y adaptarla así mejor al emplazamiento.

 Hidrosiembra: consiste en proyectar sobre el talud una solución líquida que contiene
las semillas y nutrientes necesarios para que crezca un manto vegetal. De esta
manera se consigue proteger de la lluvia y del viento al talud, evitando así que se
erosione. Esta solución es sólo válida para taludes de suelo. Esta solución consigue
minimizar el impacto medioambiental del talud.

1.5 Túneles

Para mantener la mínima pendiente en los circuitos en lámina libre o para minimizar las
pérdidas de carga en los circuitos a presión, en muchos casos es necesario el diseñar túneles
para salvar la topografía a lo largo del trazado del circuito hidráulico.

Los túneles consisten en realizar un orificio longitudinal a un macizo rocoso. Si la sección del
túnel es pequeña (hasta 10 m2) se suele llamar galería, y puede excavarse toda la sección de
una sola vez (un solo avance). En el caso de secciones más importantes que, por ejemplo,
permitan el paso de vehículos, la sección se divide en la parte superior (avance) y la inferior
(destroza).

La zona más compleja de ejecución de un túnel es el emboquille (inicio y final) del mismo. En
esta zona se encuentra el terreno más meteorizado y es donde también se concentran
mayores inestabilidades. El procedimiento general consiste en ejecutar una pantalla de
micropilotes (perforaciones de hasta 300mm de diámetro donde se alojan cilindros metálicos
que, posteriormente, son inyectados con lechada de cemento desde el fondo de la perforación
hacia el exterior) ligeramente inclinados respecto a la horizontal creando así un abanico que
estabiliza el frente. Bajo el amparo de este paraguas ya se pueden iniciar los trabajos de
perforación.

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En función de la geología, de la resistencia del terreno, de la existencia de fracturas, etc… se


diseña el túnel. Una vez excavado, y en función de las convergencias (medición de la
disminución de distancias entre dos puntos de la misma sección) se ejecuta el sostenimiento
mediante cerchas (perfiles metálicos) y/o gunita (proyección de hormigón de granulometría muy
fina). En los casos en que la galería haya de ser visitable, o cuando las filtraciones de agua
sean importantes, es necesario ejecutar un revestimiento. De esta forma se asegura un buen
drenaje del trasdós del mismo y se da al conjunto un acabado más cuidado. El revestimiento se
suele ejecutar con carros de encofrado. En los casos en que esté previsto la ejecución de un
revestimiento, a éste se le puede asignar mayor capacidad portante, disminuyendo también la
capacidad estructural del sostenimiento.

Los métodos para la ejecución de túneles son muy diversos. Entre los más conocidos para roca
está:

 el método austriaco (o NATM – New Austrian Tunelling Method): este método


consiste en aprovechar la deformación de la roca una vez realizada la excavación (se
permite que haya convergencias) antes de la ejecución del sostenimiento. De esta
manera se liberan tensiones en el macizo y el sostenimiento se puede ejecutar con
menos capacidad estructural portante. De esta manera se puede disminuir el coste
de la obra y conseguir que el macizo empuje menos.

 el método belga: este método consiste en ejecutar primero la excavación de la parte


superior de la sección; ejecutar su sostenimiento y, a posteriori, ejecutar la
excavación de la parte inferior con su sostenimiento. De esta forma se consigue que
la sección se deforme de una forma controlada (a menos sección excavada, menos
convergencias)

En un mismo túnel, dado que muchas veces la geología del macizo va cambiando, es
necesario diseñar distintas soluciones de sostenimiento y revestimiento.

En casos en que la geología sea muy homogénea, y el importe de la inversión prevista lo


permita, es posible ejecutar túneles mediante tuneladoras. Una tuneladora es una máquina que
perfora el terreno, extrae el escombro generado e, incluso, puede colocar el revestimiento. La
longitud de las tuneladoras pueden llegar a más de 100m de longitud y los diámetros de
perforación pueden llegar hasta los 15m. Existen tuneladoras para roca y para suelos. En
ambos casos pueden ejecutarse con revestimiento de dovelas (éstas funcionarían como un

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todo-uno de sostenimiento-revestimiento), aunque si la estabilidad de la roca y otros factores lo


permiten, puede suprimirse.

Los rendimientos que se pueden conseguir son altísimos. Sin embrago, su fabricación (cada
tuneladora es prácticamente un prototipo), su transporte, el coste de implantación, las
instalaciones exteriores necesarias para suministro de energía (de potencia muy elevada) y de
agua, las vías para el tránsito de personas mediante vagonetas hacia el frente, las cintas
transportadoras de los escombros, la zona de acopio del escombro generado, el parque de
dovelas, etcétera, hacen que tras un análisis económico se acabe desestimando su uso. Sin
embargo, para proyectos hidroeléctricos de cierta entidad su utilización está más que
justificada.

1.6 Campañas de investigación y ensayos

Previo a la redacción del anteproyecto o del proyecto constructivo es necesario realizar una
campaña de investigación del terreno y de sondeos. En estas campañas es importante
distinguir entre lo que se pueda obtener de la observación de la geología más superficial y de lo
que los sondeos nos puedan aportar de la geología más profunda.

Para iniciar el estudio es imprescindible disponer de los mapas geológicos del IGN (Instituto
Geográfico Nacional) y de los que algunos centros autonómicos dispongan (por ejemplo, el IGC
(Institut Geològic de Catalunya)). En estos mapas geológicos se presenta la geología
superficial e incluso algún corte geológico que permite englobar la geología concreta de
nuestro estudio en su entorno geológico global.

Una visita a la zona de ubicación de la infraestructura es vital. De esta forma se podrán


apreciar taludes ya estabilizados en el tiempo de carreteras o caminos forestales ya existentes
en los alrededores. Es una norma de buena práctica diseñar los ángulos de los taludes de
proyecto haciéndolos iguales a los ya existentes. Otro aspecto importante a tener en cuenta es
que la aparición de vegetación en zonas de taludes rocosos indica filtraciones de agua y, en
consecuencia, fracturas en ese macizo.

La campaña de sondeos ha de ser muy intensa en el trazado de los túneles. Para ello, es
imprescindible, siempre que se pueda, el extraer testigos del terreno que coincidan con la traza
del mismo. Es importante también que los emboquilles del túnel se estudien con especial
atención, ya que acostumbran a ser los que pueden presentar más inestabilidad. La

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fracturación del macizo en las zonas de los codos de las tuberías forzadas ha de estudiarse
con especial cuidado, ya que los fallos en estas cimentaciones no suelen ser debidas a baja
capacidad portante de la roca, sino a inestabilidades en los planos de fractura de la roca. Para
la zona de la central, que se sitúan en zonas planas, es válido simplemente con realizar alguna
placa de carga, que consiste en medir la deformación del terreno en función de una carga
aplicada. Si las deformaciones están dentro de un rango aceptable, el terreno es apto para la
construcción de la central. Esto es especialmente relevante en las zonas donde esté previsto
ubicar las turbinas, los equipos electromecánicos, los pilares del puente grúa y los
transformadores.

El estudio del terreno necesario para el azud o la presa requiere tener en cuenta otros
aspectos, no sólo de capacidad portante del terreno, sino también de permeabilidad del cuenco
donde se almacena el agua y de fisuración en los estribos de la presa si ésta es de gravedad.
En casos muy complejos, estos estudios han servido para realizar modelos de estabilidad de
macizos rocosos realmente complejos, como el que se hizo para la presa de Escales (río
Noguera Ribagorzana)

De todo lo anteriormente descrito, los ensayos más habituales son:

 Resistencia a compresión simple: (ya se ha tratado en el apartado 11.3)

 Ensayo SPT (Standard Penetration Test) o ensayo de penetración estándar: nos


permite determinar la resistencia de un terreno a la penetración. El ensayo consiste
en soltar repetidamente desde una altura determinada el peso de una masa conocida
sobre una varilla hincada en el fondo de un sondeo. A partir del número de golpes y
de la longitud de penetración de la varilla se determina el valor SPT. El valor del
ensayo SPT (N) es la suma del número de golpes necesarios para hincar la varilla
entre las marcas 15 – 30 y 30 – 45 (en cm.). A mayor valor N, menos penetrable es el
terreno. Los valores están en la horquilla 0 (terreno totalmente penetrable) y 50
(terreno más duro). Es un ensayo exclusivamente para suelos o para rocas de muy
baja resistencia.

 Índice R.M.R. (Rock Mass Rating) o clasificación de Bieniawski: es una


clasificación que, en función de la resistencia a compresión, del RQD, de la
separación entre fisuras, el estado de las mismas y la presencia de agua, determina
un índice de calidad del macizo rocoso estudiado. El índice varía entre 0 y 100% y
está dividido en 5 clases (muy pobre, pobre, regular, bueno y muy bueno)

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 Índice Q de Barton: mide la calidad geotécnica de la roca en función de la velocidad


de propagación de las ondas sísmicas ‘p’. Los valores de este índice van desde 0,001
para rocas de muy mala calidad hasta 1000 para macizos de muy buena calidad.

 Índice de R.Q.D. (Rock Quality Designation): es el porcentaje de testigos obtenidos


del sondeo superiores a los 10 cm de longitud. Con este índice se mide la
fracturación de la roca y sus valores son superiores a 90-95% para macizos sin
fracturas e inferiores a 25% para macizos fuertemente fracturados.

 Ensayo de placa de carga: este ensayo consiste en aplica ‘in situ’ una carga
conocida (suele ser el propio camión o furgoneta que transporte el quipo) sobre una
placa circular de dimensiones establecidas. De esta manera se encuentra una
relación tensión-deformación del terreno.

 Ensayo de Lugeon: mide la permeabilidad de un sondeo. Consiste en inyectar agua


a una presión conocida a un sondeo y medir la cantidad de la misma que desaparece
en el macizo. Se utiliza para evaluar la inyectabilidad de los macizos rocosos en los
estribos de una presa.

En el caso de que se realicen sondeos, es muy aconsejable que las muestras obtenidas
(debidamente clasificadas y guardadas) se mantengan controladas para inspecciones
posteriores.

También son de mucha utilidad catas del terreno, es decir, excavaciones de pequeñas
dimensiones (50 cm de profundidad, 40 cm de ancho) para evaluar visualmente el terreno.

1.7 Referencias

[1] Francisco A. Izquierdo Silvestre, “Cuestiones de Geotecnia y Cimientos”, Ed. Universidad


Politécnica de Valencia, 2001

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