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Carolina Coronado

Victoria Carolina Coronado y Romero de Tejada


(Almendralejo, 12 de diciembre de 1820-Lisboa, 15 de enero de
Carolina Coronado
1911) fue una escritora española, autodidacta y con una gran
sensibilidad, considerada la equivalente extremeña de otras
autoras románticas coetáneas como Rosalía de Castro y literata
de tal notoriedad que la llegarían a comparar con Bécquer,
además de una virtuosa del piano y del arpa. Publicó en 1843
un tomo de Poesías, reeditado en 1852, que prologó
Hartzenbusch. Escribió también novelas y obras teatrales con
predominio de temas históricos y compromiso social.

Índice
Biografía
Carrera literaria
Liceo de Madrid Retrato de Carolina Coronado (c.1855) por
Homenaje Corona Poética Federico Madrazo, óleo sobre lienzo, Madrid,
Cartas a Juan Eugenio Harztenbusch Museo del Prado.
Hermandad Lírica Información personal
Obra Nombre de Victoria Carolina Coronado y
Obras nacimiento Romero de Tejada
Reconocimiento de la autora Nacimiento 12 de diciembre de 1820
Almendralejo (España)
Véase también
Notas
Fallecimiento 15 de enero de 1911 (90 años)
Lisboa (Portugal)
Referencias
Lugar de Cementerio de San Juan
Bibliografía
sepultura (España)
Enlaces externos
Nacionalidad Española
Información profesional

Biografía Ocupación Salonnière, escritora y poeta


Movimiento Romanticismo
Victoria Carolina Coronado y Romero de Tejada, hija de
Género Poesía y novela
Nicolás Coronado y Gallardo y de María Antonia Eleuteria
Romero de Tejada y Falcón, habría nacido el 12 de diciembre
de 1820 en la localidad pacense de Almendralejoa en el seno de una familia acomodada pero de ideología progresista, lo que
provocó que su padre y su abuelo fueran perseguidos. Fue la tercera de nueve 4 hermanos a quienes dedicó numerosos poemas,
especialmente a Emilio. Tras mudarse a Badajoz, capital de la provincia, con cuatro años debido a que su padre comenzó a
trabajar de secretario en la Diputación, Carolina fue educada en la forma tradicional para las niñas de la época: costura, labores
del hogar, etc. pese a lo cual, ya desde pequeña mostró su interés por la literatura y comienza a leer, robando horas al sueño,
cualquier género u obra que puede conseguir. Por ello desarrolló una extraordinaria facilidad para componer versos. Sus primeros
poemas datan de la temprana edad de 10 años. Con un lenguaje algo desaliñado e incluso con errores léxicos y ortográficos, pero
espontáneo y muy cargado de sentimiento, motivado por amores imposibles entre los cuales destaca Alberto, su supuesto primer
compañero, de quien se duda si realmente llegó a existir, y que murió en el
mar. La afección de catalepsia crónica que padecía, posiblemente
contribuyó a su temperamento romántico, llegando a "morir" varias veces,
lo que hizo que se obsesionase con la idea de poder ser enterrada en vida.

Llevó una vida revolucionaria ya que en 1838, en plena guerra civil,


Carolina Coronado emprendió con entusiasmo el bordado de una bandera
para un batallón creado para defender el trono de Isabel II.[cita requerida]

Una de sus “falsas muertes”, fue publicada en 1844, que motiva que
Carolina escriba Dos muertes en una vida, y que se publicaría tras su
fallecimiento. Ya entonces había sido admitida en el Instituto Español y en
casi todos los Liceos de España.

Cuatro años más tarde, en 1848, una enfermedad nerviosa la deja medio
paralítica en Cádiz y los médicos le recomiendan tomar aguas cerca de
Madrid, por lo que traslada su residencia a la capital.
Carolina Coronado, litografía de Luis
En 1852 se casa en Madrid, con sir Justo Horacio Perry, secretario de la Carlos de Legrand
embajada de EE. UU. en Madrid. Tuvo un hijo, Carlos Horacio (1853-
1854), y dos hijas, Carolina (1857-1873) y Matilde (n. 1861)
sobreviviendo esta última a sus dos hermanos y que se casó con Pedro Torres Cabrera. Tiene varias "premoniciones" en las que
anticipa el fallecimiento de su hija. Y su obsesión por la muerte la llevó hasta tal punto que, cuando su marido muere en 1891,
embalsama el cadáver, negándose a enterrarlo e incluso dirigiéndose a él con el apelativo de "el silencioso" y "el hombre de
arriba". Fue tía de Ramón Gómez de la Serna.5

Era amiga de la reina Isabel II la cual obligó al marqués de Salamanca a que vendiera a Carolina un trozo de su finca y allí se
construyó un palacete en lo que hoy es la calle Lagasca.

Siendo ella revolucionaria, su residencia madrileña se hizo famosa por las tertulias literarias que en ella se realizaban, ya que
sirvió como punto de encuentro para escritores progresistas y refugio de perseguidos, llegando a asistir algunos de los más
renombrados autores del momento, como Emilio Castelar. Sin embargo, este refugio clandestino, y su afinidad por la revolución,
causarían que sufriese la censura de la época. Pese a ello, logró publicar algunas de sus obras en periódicos y revistas hasta lograr
cierta fama.

Participó también en la campaña contra la esclavitud, llegando a ser, con Concepción Arenal, del cuadro dirigente de la Sociedad
Abolicionista de Madrid. En 1868 se fechan los versos A la abolición de la esclavitud en Cuba, poesía que provocó un escándalo
político al ser declamada en público el 14 de octubre, poco después de estallar la Revolución del 68, con la que simpatizaban
Carolina y su marido.6

Al llegar las revoluciones se van a vivir a Lisboa, al palacio de la Mitra, en Pozo do Bispo, población próxima a Lisboa, a pesar
de haber perdido sir Horacio toda su fortuna que tenía invertida en el tendido del cable submarino de comunicaciones que uniría
Estados Unidos con Europa.

Viuda desde 1891, falleció en el palacio de la Mitra de Lisboa el 15 de enero de 1911, y como su hija Matilde —que murió poco
después— no tuvo descendencia, todas sus pertenencias, escritos y muebles del palacio pasaron a la familia de Torres Cabrera,
hoy conde de Canilleros. Está enterrada en el cementerio de Badajoz.

Carrera literaria
Las primeras composiciones de Carolina son poesías. La primera de ellas que fue publicada en dos diarios se titula A la palma.
Desde entonces, consiguió materializar una vocación que se manifestó de forma temprana. El entorno familiar y social no le
facilitaron el camino, debido a que su familia era de ideología progresista por lo que eran perseguidos, y a que fue criada bajo los
valores de la época, en los que escribir no estaba incluido. Su empeño personal contrasta con la debilitada fortaleza física (tenía
catalepsia) que a veces le hace renunciar a su deseo más profundo; dualidad que encaja muy bien con el perfil romántico.

La literatura fue para Carolina un oasis donde refugiarse de su naturaleza


enfermiza, contando también con varias depresiones de carácter nervioso a
lo largo de su vida, agravadas por las pérdidas de sus hijos. Sin embargo,
detrás de esta imagen de mujer débil y delicada se esconde una dilatada
existencia con gran fortaleza latente, que le permitió desarrollar una
respetable carrera.

Harztenbusch, quien fue un buen consejero y maestro, fue muy receptivo a


los trabajos que presentó Carolina. Se tomó muy en serio su trabajo y le
hace recomendaciones y correcciones que le sirven de gran ayuda en su
trayectoria. Fue su principal sostén y apoyo. Prologó el volumen de poesías
escrito por la poeta extremeña y esta le dedicó la obra “La voluntad
demostrada de escribir la introducción”.

Aparte de Harztenbusch, otros escritores de la época como Donoso Cortés,


Bretón de los Herreros, Martínez de la Rosa, recibieron con los brazos
abiertos a Carolina Coronado en el mundo de las letras. Le dedicaron
poesías y gratos juicios, sin perder de vista el tono condescendiente del que Carolina Coronado en una fotografía de
a veces hicieron gala. Como respuesta a esta gran acogida, Carolina pudo finales del siglo XIX

participar y fue bien recibida en instituciones como el Liceo Artístico y


Literario de Madrid y le invitaron a participar en homenajes de poetas y
escritores contemporáneos. Pero, a pesar de ello, también se dejaron oír comentarios peyorativos que tildaban a la escritora de
pedante.

Otro de los autores con prestigio en esa época que ayudó a Carolina a abrirse paso en un espacio artístico liderado por hombres,
fue Gustave Deville. Como agradecimiento, Carolina le dedica su poema «A Napoleón», fechado en Badajoz en 1845.

Aunque su primera incursión en el mundo literario fue a través de la lírica, Carolina Coronado no dudó en adentrarse en otros
géneros que revelan la versatilidad de su espíritu. Algunas de sus obras en prosa se publicaron por entregas en semanarios y
periódicos. Su producción literaria fue diversa: novelas, como Jarilla, Paquita,Adoración, Luz; La Sigea, La rueda de la
desgracia, manuscrito de un conde, El Oratorio de Isabel la Católica y la inacabada Harnina; obras como Los genios gemelos.
Primer paralelo: Safo y Santa Teresa de Jesús, Un paseo desde el Tajo al Rhin, descansando en el Palacio de Cristal,Galería de
poetisas contemporáneas,España y Napoleón y Anales del Tajo corresponden a sus ensayos. También se conocen algunos títulos
de obras teatrales que se estrenaron como El cuadro de la Esperanza. Narrativa epistolar y otros artículos completan la
producción de Carolina Coronado.

Liceo de Madrid
El Liceo Artístico y Literario de Madrid fue fundado por José Fernández de la Vega en 1838. Este círculo artístico surgió con el
interés de fomentar las letras y las Bellas Artes. En las Constituciones del Liceo no se negaba la participación de las mujeres, es
más podían ser admitidas como facultativas en las diferentes secciones y acudir a las sesiones que organizaba la institución.
Este fue el escenario que acogió los primeros pasos literarios tanto de Carolina Coronado como de Gertrudis Gómez de
Avellaneda. Carolina Coronado realizó su primer viaje a Madrid en 1848, para entonces ya se había publicado su primer volumen
de poesías. La acogida calurosa que le ofrecieron los miembros de este círculo artístico tuvo como consecuencia una improvisada
respuesta con un poema titulado “Se va mi sombra, pero yo me quedo. A mis amigos de Madrid”. Sus sentidas y agradecidas
palabras quedaron reflejadas en dicha composición que se publicó en La España el 25 de septiembre de 1848.

Homenaje Corona Poética


Alberto Rodríguez y Lista de Aragón (1775-1848) fue un matemático y poeta sevillano. Fundó la Academia de la Buenas Letras y
en 1847 ingresó en la Real Academia de la Historia. Al año siguiente de su muerte, un grupo de poetas le dedicaron un homenaje
con el título de Corona poética. En este compendio de poemas está el de Carolina Coronado. Su participación en el mismo pone
de manifiesto el terreno que fue ganando la escritora dentro del reducto masculino de la creación artística.

Cartas a Juan Eugenio Harztenbusch


Esta correspondencia se inició en 1840 y se prolonga hasta 1849. La
Biblioteca Nacional de España conserva un conjunto de 32 cartas.

En estas cartas se muestra un testimonio personal que nos permite conocer


las dudas e inquietudes de Carolina, que plasma sus sentimientos y
emociones personales, y reflexiona sobre otros asuntos que trascienden lo
meramente lírico. A pesar de la ayuda y el apoyo que le prestó su maestro,
a quien van dirigidas estas cartas, Carolina muestra su desánimo. Debido a
su carácter revolucionario, tuvo varios problemas a la hora de publicar sus
escritos, pero a partir de la segunda mitad del S XIX, la corriente
intelectual femenina fue afianzándose. Casa de Carolina Coronado en Lisboa

En ellas se nos da a conocer el talante de la escritora y también otros


aspectos que nos ilustran acerca de la sociedad de la época. En varias ocasiones se queja de su falta de instrucción y de dedicar
gran parte de su tiempo a labores propias de su sexo (como inculcaban los valores de la época en la que vivía). Sin embargo, sus
ganas de aprender le llevaron a la enseñanza a manos de ella misma, aprendiendo así sola francés e italiano, pudiendo así leer los
clásicos de su época.

La formación e instrucción que una joven recibía a mediados del siglo XIX era muy limitada, orientada a lo que se denomina
“cultura del adorno”. Sin embargo, gracias a la presión de algunos, se publicaron manuales de instrucción y revistas femeninas.
En estas cartas también Carolina aprovechaba para pedirle consejo a su amigo para completar su formación.

A pesar del reconocimiento y del apoyo que le dedica Juan E. Hartzenbusch, la sociedad no estaba preparada para asimilar el
deseo de ciertas mujeres de colarse en ámbitos marcadamente masculinos. El espacio femenino estaba reducido a lo doméstico y
a lo familiar. Carolina Coronado, a pesar de su vocación y predisposición para las letras, no deja de formar parte de este
paradigma.

Hermandad Lírica
Coronado fue una de las cabezas más visibles, aparte de ser mentora de varias de ellas, de las poetas que formaron lo que se llama
la "Hermandad Lírica". Esta estaba formada por un grupo de escritoras con una características comunes: nacidas alrededor de
1820, pertenecientes a familias de la burguesía, autodidactas y que establecieron entre ellas unas redes de apoyo y de aliento
mutuo que, en la mayoría de las veces, solamente era epistolar. Necesitaban ese apoyo mutuo ya que eran conscientes de estar
introduciéndose en un mundo eminentemente masculino. Consiguieron ser publicadas en prensa y muchas de ellas publicaron en
El pensil del Bello Sexo, un suplemento de la revista El Genio de Víctor Balaguer, y que se considera la primera antología de
escritoras españolas. En él firmaron: Carolina Coronado, Amalia Fenollosa, Manuela Cambronero, María Cabezudo Chalons,
María Josefa Massanés, Ángela Grassi y Gertrudis Gómez de Avellaneda entre otras.7

Estas escritoras se dedicaban poemas mutuamente, se escribían prólogos para sus libros y mantenían una correspondencia regular.
Coronado se convirtió en el modelo a seguir para muchas de ellas, así Vicenta García Miranda decidió escribir poesía tras leer un
poema suyo.8 Dentro de estas relaciones se encuadra que Coronado escribiera el prólogo del primer tomo de poesía de
Robustiana Armiño.9

Obra
La producción más importante de Coronado es la poética. Sus poemas fueron recogiéndose poco a poco en revistas, y más tarde,
en 1843, se recopilaron en un volumen (Poesías) con prólogo de Hartzenbusch. En las posteriores ediciones de 1852 y 1872 se
incorporaron nuevos poemas. Sin embargo, hasta hace poco no se ha podido conocer la totalidad de su obra. Poemas como "La
rosa blanca", "Tú eres el miedo", "Se va mi sombra, pero yo me quedo" y "El amor de los amores", serían recordados como sus
mejores obras.10

En prosa escribió un total de quince novelas, a destacar Luz, El bonete de San Ramón, La Sigea, Jarrilla, La rueda de la
desgracia (1873) y Paquita (1850), esta última considerada por algunos críticos como la mejor de todas.

También escribió obras teatrales como El cuadro de la esperanza (1846), Alfonso IV de León, Un alcalde de monterilla y El
divino Figueroa, aunque solamente logró estrenar la primera. El cuadro de la esperanza fue su obra más popular.

Influencias recibidas

De claro estilo romántico, consiguió unas composiciones con una gran carga de sensualidad, muy próximas al naturalismo, como
en su poema más conocido: El amor de los amores; que escribió en «Sierra Jarilla» tras la muerte de Alberto.

Carolina Coronado se dedicó desde muy joven no sólo a la composición de sus propios versos, sino a la lectura de importantes
autores, en los que ella se apoyó y se inspiró ya que fue autodidacta. Le apasionó la lectura de Tarso, Petrarca y Lamartine y
tradujo sus obras italianas al español. Además tenía entre sus páginas favoritas las de la obra de Santa Teresa, Fray Luis de León,
Garcilaso, San Juan de la Cruz, Menéndez Valdez y otros, y aprendiendió de todos ellos.

Obras
Desde el punto de vista temático, su obra es muy diversa: la contemplación e interpretación subjetiva de la naturaleza, el amor, la
religión, el compromiso cívico, social e incluso político, y sobre todo el feminismo, que es uno de los motivos más personales y
constantes en su obra. Su obra poética es merecedora de ser conocida por el “polimorfismo” (variedad) en la métrica, y uso de los
adjetivos y “sinestesias” (sensación variada de una localización). 11

La producción dramática de la autora no es muy amplia. Se conocen algunos títulos (El divino Figueroa, Petrarca, Un Alcalde de
Monterilla y Alfonso IV de León), pero ninguna constancia de su edición. Por otras fuentes, no obstante, sabemos que se llevaron
a escena, como las páginas dedicadas al rey leonés, cuyo estreno tuvo lugar en Badajoz. Debió trabajar en ella entre 1847 y 1848
y también se llevó a escena en los salones de El Liceo Artístico y Literario de Madrid el 16 de enero de 1849 con la presencia de
SS.MM la reina, el Rey y la Reina Madre con motivo de la entrega de premios. Es, asimismo, significativo el compromiso de
generosidad que muestra Carolina Coronado hacia los más débiles. No sólo destinó el beneficio de su primer libro a una escuela
de párvulos, sino que “Hice también el papel de Elena en el cuadro de la Esperanza (por lo que fui coronada en este Liceo) en
beneficio de los párbulos y a estos pienso socorrer nuevamente si alguna retribución hallo en mis tareas”.
Otro de los ensayos que escribió Carolina Coronado es este de Los genios
gemelos:Safo y Santa Teresa cuya publicación tuvo lugar en el Semanario
Pintoresco Español. Obra controvertida por la elección de las dos figuras:
Santa Teresa de Jesús y la poetisa de Lesbos, Safo.Tanto la elección de las
dos figuras como las reflexiones que vierte, le sirven a Carolina como
contrapunto para proclamar sentimientos más allá de la preocupación
literaria.

Alfonso IV de León
El divino Figueroa
La exclaustrada
Un alcalde de monterilla
Luz
El bonete de San Ramón
Poesías (1843)
El cuadro de la Esperanza (1846)
Paquita. La luz del Tajo. Adoración (1850)
Jarilla (1851)
Páginas de un diario. Adoración (1851)
El siglo de las Reynas (1852)
La Sigea (1854) Escritorio de Carolina Coronado en el
Museo del Romanticismo, Madrid
¡No hay nada más triste que el último adiós! (1859)
España y Napoleón(1861)
La rueda de la Desgracia. Manuscrito de un Conde (1873)
A un poeta del porvenir (1874)
Vanidad de vanidades (1875)
Anales del Tajo. Lisboa. Descripción en prosa (1875)

El cuadro de la esperanza (1846)

El cuadro de la esperanza es una pieza teatral. La comedia, de final feliz, presenta a dos personajes femeninos, Esperanza y
Elena que le dan pie a la autora a verter alguna reflexión sobre la condición y el destino femeninos. Esperanza, hermana de
Miguel Ángel Buonarotti, conseguirá el amor deseado, después del desafío que lanza su afamado hermano: dos pintores
cautivados por la joven, deberán retratarla y el que manifieste mayores dotes conseguirá su triunfo. El destino se alía con
Esperanza. Elena enamorada en secreto del Buonarotti finalmente consigue su propósito.

Paquita, La luz del Tajo, Adoración (1850)

Paquita y Adoración se publicaron conjuntamente, siendo ambas novelas


históricas. Pero mientras Paquita se ambienta en la corte portuguesa
renacentista, Adoración tiene un desarrollo temporal más inmediato. En
Paquita, Carolina Coronado urde una ficción narrativa entre la dama
portuguesa doña Francisca de Ovando, Paquita, y el poeta luso Sá de
Miranda, cuya obra conoció Carolina. La triste historia de Paquita la
convierte en una mujer sin voluntad y dominada, cuya vida tiene un final
trágico. En Adoración, el personaje femenino de la novela, permite a la
escritora reflexionar y denunciar la crueldad de las relaciones sociales y el
peso de ciertas modas y convencionalismos.
Monumento a Carolina Coronado en
Almendralejo
Es una de las novelas más conocidas de Carolina Coronado, se publicó en 1850 y tuvo una rápida acogida y difusión. En la nota
preliminar dedica la obra a sus tíos Francisco y Pedro Romero. Sobre un entramado histórico en el que sobresalen Juan II y sus
hermanos y don Álvaro de Luna, sin una obediencia estricta a la fidelidad, según las propias palabras de la autora, se deslizan los
amores incomprendidos entre Román, doncel de Juan II, y su amada, la mora Jarilla. La novela se divide en cuatro partes. En la
última se produce el desenlace con la muerte de los dos jóvenes. Más allá de este relato histórico-romántico, la autora aprovecha
para reflexionar sobre la situación política de la época.

La Sigea (1854)

La novela de ambiente histórico La Sigea fue publicada por primera vez en el Semanario Pintoresco Español en varias entregas,
con una dedicatoria a la señorita doña Natalia Falcón, prima de la autora. La novela comenzó a escribirla en 1849 y la concluyó
cuatro años después, tal y como explica en el prólogo. La publicación en libro (2 volúmenes) se retrasa hasta 1854. Carolina
Coronado rescata para su novela a Luisa Sigea, humanista del siglo XVI que pasó parte de su vida en la corte portuguesa al
servicio de la infanta doña María. La elección de esta etapa histórica, Edad de Oro cultural, se podría explicar por la conexión de
la escritora con el liberalismo decimonónico que no dudó en ensalzar este período. La decisión de Carolina Coronado de
enfrentarse a una novela histórica se ajusta a la estética literaria del momento por ser un género eminentemente romántico
Asimismo, algunos autores, señalan que el personaje de Luisa Sigea le sirve para hablar de múltiples aspectos que inquietan a la
escritora.

La rueda de la desgracia, Manuscrito de un Conde (1873)

La rueda de la desgracia es una novela de ambientación contemporánea cuyo título no deja de ser un trasunto metafórico que
permite a la autora verter opiniones y críticas acerca de ciertas prácticas y costumbres perniciosas, además de no dejar de lado la
situación política que está viviendo España en esos momentos. El subtítulo nos presenta al Conde de Magacela, protagonista
junto a Ángela, que termina en un convento para redimir su pena por su ruina personal y la causada a la familia por su afición al
juego de la ruleta.

Reconocimiento de la autora
No siendo en su época bien reconocido que una poetisa publicase sus
obras, Carolina se hizo paso en el mundo literario recibiendo por ello
varios reconocimientos. Por ejemplo en el artículo “En honor de una
extremeña” se recopilan todas las repuestas publicadas en distintos
semanarios en relación con la propuesta que promueve Nicolás Díaz y
Pérez en una carta que dirige a don Manuel Balmaseda, presidente de la
Diputación Provincial de Badajoz. Dicha iniciativa no es otra que
homenajear a Carolina Coronado, que vive en esos momentos en su retiro
de Lisboa. El deseo no es otro que coronar a la poeta extremeña como
antes lo habían sido otros poetas: M. José Quintana, Lista, José Zorrilla.
Monumento a Carolina Coronado en el
Este último reconoció el mérito de Carolina tras leer unos emborronados
Parque de Castelar, Badajoz
endecasílabos suyos en una de las sesiones del Liceo Madrileño. Sin
embargo, Carolina Coronado, lejos de aceptar tan honroso homenaje,
manifestó su más profunda negativa, dirigida al mencionado Sr. Díaz y Pérez.

En el periódico La Discusión, Carolina Coronado empezó a publicar «Galería de Poetisas Contemporáneas», teniendo
continuidad este trabajo en otras publicaciones. Este trabajo ambicioso lo define otra de las escritoras contemporáneas como
trabajo concienzudo y de gran mérito.
En el Semanario Pintoresco Español (1836-1857), colaboraron los escritores más representativos del momento. En el caso de
Carolina Coronado aparte de dar a conocer su novela La Sigea, publicó otros trabajos, como su ensayo “Los genios gemelos”, o el
poema “El amor de los amores” . Otras publicaciones, como La Ilustración, dieron a conocer las impresiones de un largo viaje
que le llevó a la escritora por Francia, Inglaterra, Bélgica y Alemania.

Véase también
Literatura española del Romanticismo: El Romanticismo en el marco literario español.
Escritores españoles del Romanticismo: Listado de autores románticos.
Romanticismo: Visión general del movimiento.
Literatura de España: Evolución de la literatura española.

Notas
a. Manuel Ossorio y Bernard, en 1889 en una escueta entrada biográfica para La España Moderna, data su
nacimiento tres años más tarde, el 23 de diciembre de 1823.1 Sin embargo, En 1911 el historiador José
Cascales Muñoz, en un artículo biográfico para la Revista de Extremadura, señaló el 12 de diciembre de 1820
como el día de nacimiento de la escritora, mediante la cita de la partida de bautismo;2 igualmente, en una
reseña necrológica en 1911 del periódico ABC se recoge de nuevo esta fecha del 12 de diciembre de 1820.3
Todas las fuentes coinciden, eso sí, en el lugar de nacimiento: Almendralejo.

Referencias
1. Ossorio y Bernard, 1889, pp. 191-192.
2. Cascales Muñoz, 1911, p. 1.
3. «Muertos ilustres: Carolina Coronado» (http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1911/
01/17/011.html). ABC: 11. 17 de enero de 1911.
4. geni.com: Nicolás Coronado Gallardo y Cortés (https://www.geni.com/people/Nicol%C3%A1s-Coronado-Gallardo
-y-Cort%C3%A9s/6000000010374486660?through=6000000010344596635)
5. Ramón Gómez de la Serna, (1935), Mi tía Carolina Coronado, Editorial EMECE, Buenos Aires
6. «Carolina Coronado, un universo romántico» (http://www.bne.es/es/Micrositios/Guias/FolletosExposiciones/resou
rces/docs/FolletoExpoCarolinaCoronado.pdf). PDF. Consultado el 04/03/16.
7. Patiño, Mercedes Lledó (8 de diciembre de 2012). «La visibilidad de las escritoras del S. XIX en el espacio
público de la prensa» (http://revistas.ucm.es/index.php/ESMP/article/view/40936). Estudios sobre el Mensaje
Periodístico 18 (0): 569-575. ISSN 1988-2696 (https://www.worldcat.org/issn/1988-2696).
doi:10.5209/rev_ESMP.2012.v18.40936 (http://dx.doi.org/10.5209%2Frev_ESMP.2012.v18.40936). Consultado el 30 de
noviembre de 2018.
8. Iker González-Allende (2004). University of Nebraska-Lincoln, ed. «Entre la modestia y el orgullo: Las
coordenadas metapoéticas de Carolina Coronado» (http://digitalcommons.unl.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=10
77&context=modlangspanish).
9. Hernando, Bernardino M. (30 de junio de 2014). «Robustiana Armiño, la moderada exaltación» (http://arbor.revist
as.csic.es/index.php/arbor/article/view/1941). Arbor 190 (767): 139. ISSN 1988-303X (https://www.worldcat.org/issn/1988-
303X). Consultado el 30 de noviembre de 2018.
10. Necrológica diario ABC 17/01/1911 (http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1911/01/
17/011.html)
11. «Extremeños Ilustres - Carolina Coronado» (https://extremenosilustres.wikispaces.com/Carolina+Coronado).
extremenosilustres.wikispaces.com. Consultado el 5 de marzo de 2016.

Bibliografía
CASCALES MUÑOZ, José (enero y febrero de 1911). «Carolina Coronado» (http://prensahistorica.mcu.es/es/publicac
iones/numeros_por_mes.cmd?anyo=1911&idPublicacion=3672). (en dominio público). Revista de Extremadura:
Ciencia y Arte. Órgano de las Comisiones de Monumentos de las dos provincias (Cáceres) XIII (139-140): 1-20.
NAVAS RUIZ, Ricardo (1990). El Romanticismo español. Madrid.
OSSORIO Y BERNARD, Manuel (septiembre de 1889). «Apuntes para un diccionario de escritoras españolas del siglo
XIX» (http://prensahistorica.mcu.es/es/publicaciones/numeros_por_mes.cmd?idPublicacion=8054). (en dominio
público). La España Moderna (Madrid): 169-194.
KIRKPATRICK, Susan Las románticas: escritoras y subjetividad en España, 1835-1850 Valencia 1991 ISBN:
84-3760-977-1
VVAA Historia de las mujeres 4.El siglo XIX Ed.Taurus Madrid 2000 ISBN 84-306-0391-3
KIRKPATRICK, Susan Antología poética de escritoras del siglo XIX Ed. Castalia Madrid 1992 ISBN 84-7039-
662-5
La pluma como espada. Del Romanticismo al Modernismo. Dirección Anna Caballé. Ed. Círculo de Lectores.
Barcelona. 2003. ISBN 84-226-9864-1

Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Carolina Coronado.
Wikisource contiene obras originales de Carolina Coronado.
Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Carolina Coronado.
Selección de poemas (http://amediavoz.com/coronado.htm)
Obras digitalizadas de Carolina Coronado (http://bdh.bne.es/bnesearch/Search.do?numfields=1&field1=autor&fie
ld1val=%22Coronado%2c+Carolina%22&field1Op=AND&exact=on&advanced=true&language=esEn) en la
Biblioteca Digital Hispánica de la Biblioteca Nacional de España
Mujeres en la historia. Capítulo dedicado a Gertrudis Gómez de Avellaneda, Carolina Coronado y Robustiana
Armiño. (http://www.rtve.es/alacarta/videos/mujeres-en-la-historia/mujeres-historia-romanticas/831035/)
Folleto de la exposición Carolina Coronado, un universo romántico (2011) en conmemoración al centenario de
su muerte (http://www.bne.es/es/Micrositios/Guias/FolletosExposiciones/resources/docs/FolletoExpoCarolinaCor
onado.pdf) realizado por la Biblioteca Nacional de España

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