A MANERA DE INTRODUCCION

ESTRUCTURA METODOLOGICA DEL ARTÍCULO

Fundamentación

Se pretende predecir la función trascedente del Órgano Judicial en la distribución funcional

del poder en nuestros sistema político, refutando tangencialmente la concepción de los autores
señalados, que refieren al poder judicial sin fuerza sobre aquellos elementos internos que
configuran la esencia del poder mismo y lo mantienen en el escenario del control político.

Pregunta

¿La función del Órgano Judicial en la distribución funcional del poder es activa en base al
Sistema Mixto de control de constitucionalidad y convencionalidad?

Hipótesis.

El Órgano Judicial tiene una función activa en la distribución funcional del poder, en la
aplicación del Sistema de Control de constitucionalidad y convencionalidad.

Objeto

Establecer que el Órgano Judicial tiene una función activa en la distribución del poder,
mediante la aplicación de los sistemas de control constitucionalidad y convencionalidad
contenidos en la CPE, que permitirán desarrollar una cultura jurídica positiva en la
Administración pública en general.

Conclusión.

Formular un escenario dentro la Administración Publica, en la cual se permita establecer que

los servidores públicos en base a las directrices establecidas por el Órgano Judicial realizan a
una labor de control de constitucionalidad y convencionalidad mixto.
 EL CONTROL ACTIVO DEL ORGANO JUDICIAL EN LA DISTRIBUCION
FUNCIONAL DEL PODER

Elías Fernando Mansilla Ramos

Maestría en Derecho Constitucional y Procesal Constitucional - UASB

El sistema político nacional referido en sustancia al presidencialismo, la

representación parlamentaria y la independencia de órganos (poderes), difiere en gran
medida de los modelos vigentes en la región, por ello, comprender la distribución
funcional del poder en este sistema bajo la premisa conservadora de Carlos S. Nino
semánticamente criticado por Lucas Arrimada Anton1 resulta inapropiado en
sustancia, sin embargo letal cuando observamos su ligera praxis histórica, al aceptar
que el estado de la razón y equidad se encuentran sometidos al estado del derecho
de la fuerza y las bestias2, como represento en su momento Perón.

Lo que se pretende en el presente corto artículo, es predecir la función trascedente

del Órgano Judicial en la distribución funcional del poder en nuestros sistema político,
refutando tangencialmente la concepción de los autores señalados, que refieren al
poder judicial sin fuerza sobre aquellos elementos internos que configuran la esencia
del poder mismo y lo mantienen en el escenario del control político, al carecer de
espada, dinero, riqueza y tener un papel inactivo por no decir pasivo en decisiones
que afectan en la vida, intereses y relaciones que se realizan en sociedad de forma
real y en la práctica popular, por eso, el órgano judicial es indiferente a las Fuerzas
Armadas, la economía y recursos financieros, limitándose a preservar un orden legal
aceptable en la medida que el pueblo y el Estado activen la necesidad de su
participación, de otra manera se desvirtuaría su esencia, que entienden es no molestar
a los demás Órganos en la toma y ejecución de decisiones políticas, siendo esta
concepción inadecuada y anticuada para nuestro sistema constitucional.

El constituyente boliviano inserto en la Constitución de 2009, el reconocimiento

expreso de las herramientas de control de constitucionalidad más representativos,
tanto Difuso y Concentrado que a cita del constitucionalista boliviano, Roberto Arturo
Corrales Dorado3, se mezclan en un sistema mixto o paralelo, al cual consideró es
fortalecido con el control de convencionalidad prexistente generado el 2016 por la
CIDH, en el Caso Almonacid Arellano y otros Vs. Chile el 20064.

1 Lucas M. Arrimada Antón, Sin Frenos Ni Contrapesos “Mucho más allá del presidencialismo y parlamentarismo: democracia
deliberativa y división de poderes en el siglo XXI”.
2 Juan Domingo Perón, La fuerza es el derecho de las bestias que cita: “Por eso el verdadero gobernante es, además de un

conductor, un maestro. Su tarea no se reduce a conducir un pueblo sino también a educarlo” “un general temulento y
ambicioso se nombra Presidente por decreto, luego por decreto se declara Poder Legislativo y asume también por su cuenta
el Poder Judicial.”
3 Roberto Arturo Corrales Dorado, Jurisdicción Constitucional, que cita: “En la actualidad siguiendo a Fernández Segado, no

se puede hablar de sistema de control puros, sino que existe una hidratación de ambos, por eso se habla de sistemas mixtos,
en los cuales puede predominar uno u otro sistema.”
4 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Control de Convencionalidad, Cuadernillo de Jurisprudencia de la Corte

Interamericana de Derechos Humanos Nº 7, 2010, San José - Costa Rica.

Para establecer la importancia de la relación entre las herramientas de control de
constitucionalidad y convencionalidad con la distribución funcional del poder, es
necesario identificar las normas que contienen ambas herramientas que sustenten la
posición asumida, esta se encuentran en la CPE cuando expresa en el Articulo 410,
“Todas las personas, naturales y jurídicas, así como los órganos públicos, funciones
públicas e instituciones, se encuentran sometidos a la presente Constitución”; “La
aplicación de las normas jurídicas se regirá por la siguiente jerarquía”, y el Articulo
256 “…declaren derechos más favorables a los contenidos en la Constitución, se
aplicarán de manera preferente sobre ésta…” “Los derechos reconocidos en la
Constitución serán interpretados de acuerdo a los tratados internacionales de
derechos humanos cuando éstos prevean normas más favorables”.

Su mera descripción no explica su significativa importancia en la distribución funcional

del poder, esta se concentra al vislumbrar que cuando se activa el control
concentrado, es por competencia que el Tribunal Constitucional Plurinacional,
mediante una decisión tornara una conducta humana en licita o ilícita, un requisito
judicial o administrativo en imprescindible o flexible, un procedimiento o elemento
competencial determinado necesario u omisible, en la aplicación de un principio, regla
o norma otorgara lineamientos de su contenido, naturaleza, significado o extensión;
su constante actividad positiva generará necesariamente cultura jurídica en la
sociedad y el Estado, que valorizará o depreciara elementos virtuosos de la legalidad,
seguridad jurídica, igualdad y pluralidad en todas los estamentos de nuestra sociedad,
es decir el civil, el servidores público, autonómico, judicial, policial, militar o clerical
electo o designado, comprenderá que los fundamentos esenciales y las bases
doctrinales logren madurez institucional y se materialicen en los órganos ejecutivo y
legislativo, para que su actuar pasivo en su facultad constitucional de interpretar las
normas ejerciendo un control Difuso de Constitucionalidad y Convencionalidad, se
conviertan en práctica y cotidiana, en sentido que los actores que ejercen funciones
de poder, ejerzan de forma prudente la aplicación o inaplicación de normas que por
esencia se encuentren reñidas con los principios constitucionales y convencionales,
permitiendo un balance en la disfuncionalidad de poderes.

Bajo esta premisa de premonición ideal del uso y aplicación perfecta de los medios de
control citados, se establece que el papel del Órgano Judicial es activo, este no solo
se ejerce competencia ante la resolución de causas ordinarias o constitucionales, el
resultado de las interpretaciones, las opiniones consultivas y el desarrollo doctrinal
que realizan su miembros (magistrados), le otorgan su protagonismo en la pesos y
contrapesos de la distribución funcional del poder, es cuestión de generar actitudes
que promuevan el desarrollo del estado constitucional de derecho.
Bibliografía.
 Lucas M. Arrimada Antón, Sin Frenos Ni Contrapesos “Mucho más allá del
presidencialismo y parlamentarismo: democracia deliberativa y división de poderes
en el siglo XXI”.
 Roberto Arturo Corrales Dorado, Jurisdicción Constitucional, 2019, Santa Cruz –
Bolivia.
 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Control de Convencionalidad,
Cuadernillo de Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos
Nº 7, 2010, San José - Costa Rica
 Juan Domingo Perón, La fuerza es el derecho de las bestias, 1958, Montevideo –
Uruguay.