Вы находитесь на странице: 1из 1

Mis padres hicieron algo muy inusual.

Se negaron en rotundo a calificar el autismo de


«terrible», de catástrofe sin sentido. ¡Todo lo contrario! Decidieron ver belleza donde los otros
veían tragedia, luz donde los otros veían oscuridad, felicidad y no tristeza. Escogieron aportar
belleza al mundo e hicieron algo grande de esa situación. Esa actitud y su apasionante
perseverancia, fue lo que produjo mi espectacular metamorfosis, lo que me permitió salir de
mi encierro sin ningún rastro de mi antigua condición. Efectivamente, la clave del trabajo de
esos padres fue que no veían el autismo como un problema, sino como algo fascinante. Estos
dos inusuales padres, llenos de vitalidad, pusieron tanto amor y alegría en el tema del autismo
que se convirtieron en expertos en el tratamiento de estos niños. Tan expertos que
aprendieron a sacarle de ahí.

Neil, el padre de Raun, también dio su versión de los hechos en una entrevista de televisión
(los Kaufman se hicieron muy famosos en el Estados Unidos de los años setenta):

Nosotros decidimos ser felices con nuestro hijo. Nos integramos en su mundo con sinceridad y
entusiasmo. Dejamos de juzgar su conducta autista como «buena» o «mala». En verdad, era lo
mejor que podía hacer en ese momento. Entonces, cuando él se balanceaba, nosotros nos
balanceábamos con él. Cuando daba una palmada, nosotros también. Cuando hacía girar un
plato, nosotros igual. Cuando emitía sonidos agudos, cantábamos «su canción». No se trataba
de imitarle, sino de comunicarnos a su manera. Poco a poco, llegamos a su mundo y
empezamos a construir puentes de afecto, gestos y palabras.

Le dimos la vuelta a nuestra vida. Cambiamos la disposición de las habitaciones de la casa para
acomodarlas al programa. Nuestros otros dos hijos también se metieron de lleno. Y yo
finalmente dejé un negocio que me iba muy bien para dedicarme a tiempo completo. Cada día
era una oportunidad de reforzar nuestro compromiso común. Pero, por encima de todo, cada
momento se convirtió en un momento de celebración, de felicidad. Donde otros veían un
escenario amenazador y disfuncional, nosotros veíamos juego y apasionante trabajo. A base de
miles de pequeños pasos, le enseñamos a hablar, interactuar y dominar habilidades que otros
niños aprendían fácilmente por su cuenta.

Вам также может понравиться