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REPBUBLICA BOLIVARINA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD BICENTENARIA ARAGUA


SAN JOAQUÍN DE TURMERO-ESTADO ARAGUA
ESCUELA DE PSICOLOGIA

Práctica de Psicología Infanto Juvenil

Alumno: Suarez Gustavo V. 19.190.181


Las lesiones cerebrales pueden ser traumáticas o adquiridas, según la causa de
la lesión de la persona. Es muy importante saber cuáles son las causas de una
lesión cerebral para su tratamiento y para prevención.

Una lesión cerebral traumática (TBI) es un traumatismo que sufre el cerebro, no


de naturaleza degenerativa ni congénita, que es causado por una fuerza física
externa que puede producir un estado de conciencia reducido o alterado y que
deteriora las capacidades cognitivas o el funcionamiento físico. También puede
provocar un trastorno en el funcionamiento conductual o emocional. Las lesiones
cerebrales traumáticas pueden ocurrir durante las actividades diarias. Las
causas frecuentes de lesiones. Incluyen:

• caídas

• agresiones

• lesiones deportivas

• accidentes automovilísticos.

Entre los niños más pequeños, las causas más frecuentes de lesiones cerebrales
son las caídas, como cuando se caen de su cambiador o por las escaleras. Un
dato trágico es que el abuso físico por golpear o zamarrear a un niño también es
una de las causas principales en los niños más pequeños. Otra causa frecuente
de lesiones cerebrales es los accidentes automovilísticos cuando el niño es un
pasajero o cuando es chocado por un auto. Las caídas o las colisiones mientras
andan sobre skates o andan en bicicleta, así como también las lesiones
deportivas, son causas frecuentes de lesiones cerebrales en niños en edad
escolar primaria y en adolescentes.

Las lesiones cerebrales adquiridas se originan por alguna afección médica,


incluidas las siguientes:

• derrame

• encefalitis

• aneurismas
• trastornos metabólicos

• anoxia (falta de oxígeno durante una cirugía, por sobredosis de droga o


ahogamiento inminente)

• exposición a sustancias tóxicas

• meningitis

• tumores cerebrales

Si bien las causas de las lesiones cerebrales son diversas, los efectos de estas
lesiones en la vida de un niño son bastante similares. Esta guía utiliza el término
general “lesión cerebral” para incluir a los niños con lesiones cerebrales
traumáticas y adquiridas. El término “lesión cerebral traumática” (TBI) se utiliza
cuando la información que se proporciona es específica de las lesiones
traumáticas.

Las lesiones cerebrales pueden cambiar la cognición, las emociones, el


comportamiento y la personalidad de un niño. Estos cambios pueden ser sutiles
y evolucionar a lo largo del tiempo o pueden ser inmediatos, radicales y
evidentes. Después de un período de recuperación de días, semanas o meses,
las familias y los docentes pueden notar que lo que aparentemente eran cambios
menores en la vida en el hogar y la escuela han pasado a ser más significativos.
Al principio, puede creerse que los cambios son la respuesta del niño ante el
trauma de la lesión, parte del proceso de recuperación o una diferencia en la
manera en la que los padres o los docentes responden al niño. O las familias y
los docentes quizás no asocien en absoluto el comportamiento o los cambios
con la lesión cerebral. En realidad, los cambios son una consecuencia directa de
la lesión en el cerebro del niño. Como consecuencia de una lesión cerebral, los
niños y adolescentes pueden manifestar muchos cambios en cuanto a sus
rutinas, en sus habilidades para la vida y para la educación, y en sus relaciones
con amigos y familiares. Los niños de mayor edad pueden recordar cómo
estaban antes de la lesión. Esos recuerdos pueden provocar reacciones
emocionales que alteran su autoestima y afectan su comportamiento.
Determinadas áreas del cerebro, como los lóbulos frontales, controlan el
comportamiento y son sumamente susceptibles a dañarse durante una lesión
traumática. Por ejemplo, un niño que era sociable, lleno de energía y atento antes
de la lesión, ahora puede parecer impulsivo y que se perturba fácilmente.
Cuando un niño sufre una lesión cerebral, aunque quizás no se indique
específicamente en los diagnósticos por imágenes que hay daño en el lóbulo
frontal, las funciones del lóbulo frontal suelen verse afectadas. El niño puede
tener dificultad con las siguientes cuestiones:

• controlar su ira

• temperamento

• comenzar o dejar de hacer alguna acción

• sentimientos

• desasosiego

• incapacidad para mantenerse concentrado o seguir indicaciones

• impulsividad.

La intervención psicológica consiste en la aplicación de principios y técnicas


psicológicos por parte de un profesional acreditado con el fin de ayudar a otras
personas a comprender sus problemas, a reducir o superar estos, a prevenir la
ocurrencia de los mismos y/o a mejorar las capacidades personales o relaciones
de las personas aun en ausencia de problemas. Ejemplos: ayudar a una persona
a reducir sus obsesiones, a una familia conflictiva a comunicarse mejor, a unos
niños de un medio desfavorecido para prevenir el aumento de conductas
agresivas incipientes, a adolescentes normales a mejorar sus habilidades de
relación heterosexual. En general, los campos de aplicación de la intervención
psicológica son muy variados: clínica y salud, educación, área laboral,
programas comunitarios, deporte.

A su vez la intervención psicológica puede llevarse a cabo a distintos niveles:


individual, parejas, familias, grupos y comunidades. Los distintos niveles no son
excluyentes; así, puede combinarse el tratamiento en grupo con sesiones de
asistencia individual. El nivel individual es uno de los más frecuentes, si no el
que más. El psicólogo trabaja con una persona de modo exclusivo o casi
exclusivo para ayudarle a reducir o superar un trastorno, eliminar o reducir
comportamientos de riesgo, adquirir o potenciar hábitos saludables, afrontar una
enfermedad crónica, etc. El resto de niveles se explican a continuación.

Existen diferentes modelos teóricos que varían en diversos aspectos importantes


tales como: forma de concebir la conducta normal y anormal y los trastornos
psicológicos, variables relevantes en el desarrollo y mantenimiento de dichas
conductas y trastornos, relaciones existentes entre dichas variables, modos de
recoger los datos pertinentes, objetivos a conseguir con la intervención y modo
de llevar a cabo esta. Un modelo permite organizar la información adquirida,
facilita la comunicación con otros profesionales que siguen el mismo modelo y
es una guía que orienta la toma de decisiones del clínico y la investigación. Sin
embargo, un modelo también puede constituir una fuente de problemas. Por
ejemplo, cuando se generaliza en exceso intentando explicarlo todo con un
modelo que ha sido validado sólo con ciertos comportamientos o cuando el
modelo lleva a buscar sólo ciertos aspectos en detrimento de otros que pueden
ser tanto o más importantes. Además, el lenguaje propio de cada modelo dificulta
la comunicación con los seguidores de otros modelos, con lo cual es difícil
entenderse; de modo que se pueden estar diciendo las mismas cosas con
distintas palabras o expresando diferentes significados con los mismos términos.

En resumen, tener un modelo como referencia puede ser útil, pero esto debe
complementarse con la comprensión de los otros puntos de vista y el aprecio de
sus aportaciones. En general, parecen poco útiles los modelos inflexibles,
incapaces de incorporar nuevos elementos en principio útiles, y los modelos
formulados de tal manera que no permiten su investigación empírica controlada
o que, caso de permitirla, no es llevada a cabo o que, si lo es, sus resultados no
son tenidos en cuenta para modificar el modelo.

El modelo conductivo es un enfoque de la psicología clínica que se fundamenta


en la psicología del aprendizaje para la explicación de los trastornos psicológicos
y el desarrollo de estrategias dirigidas al cambio terapéutico. Otra característica
central de este enfoque es el estar basada en el estudio experimental de los
principios y leyes del aprendizaje, cuyos principales procesos son:

a. Condicionamiento clásico: Se basa en el trabajo de Pavlov y otros


fisiólogos rusos, quienes realizaron estudios experimentales con perros
en los que se observó que cuando un estímulo inicialmente neutral (por
ejemplo, el sonido de una campana) se emparejaba a un estímulo como
la comida, capaz de provocar automáticamente respuestas fisiológicas
incondicionadas, tras repetirse el emparejamiento un número de veces
comenzaba a provocar una respuesta similar a la provocada por el
estímulo incondicionado (salivación), aun sin la presencia del estímulo
incondicionado. El principio del condicionamiento clásico, además de su
implicación en la adquisición de respuestas condicionadas simples, puede
estar implicado en la adquisición de respuestas complejas, como las de
ansiedad y otros estados emocionales ante determinadas condiciones
estimulares, lo que tiene gran relevancia en la explicación y tratamiento
psicológico de problemas emocionales diversos.
b. Condicionamiento operante o instrumental: Hace referencia al aprendizaje
de respuestas conductuales por las consecuencias o cambios
ambientales que ocasionan. Cuando la conducta se asocia a cambios
ambientales o consecuencias favorables, dicha conducta resulta
positivamente reforzada y aumenta su probabilidad de ocurrencia en el
futuro. Por el contrario, las consecuencias negativas o la ausencia de
consecuencias se asociarían a una disminución de la probabilidad de
ocurrencia de la conducta en el futuro. En síntesis, el sujeto aprendería a
responder conductualmente en condiciones ambientales particulares
(estímulos discriminativos) por las consecuencias que sus respuestas han
tenido a lo largo de su historia biográfica
c. Aprendizaje observacional o vicario: Se refiere al aprendizaje de patrones
de conducta que se deriva de la observación de otros. En este caso,
aumenta la probabilidad de la conducta cuando se observa que su
ejecución por parte de otros en determinadas condiciones de estímulo
lleva a consecuencias favorables. Del mismo modo, la probabilidad
disminuiría cuando se observa que la conducta de que se trate resulta
castigada o no va seguida de consecuencia alguna.
d. La terapia pate de la evaluación conductual: La terapia parte de la
evaluación conductual, en la que es central el análisis funcional de los
episodios concretos del problema para identificar las condiciones
antecedentes, así como las consecuencias de la conducta problema. De
este modo, es posible establecer hipótesis sobre las principales
influencias en su mantenimiento y, sobre esta base, aplicar los
procedimientos terapéuticos pertinentes, basados en la psicología del
aprendizaje. Sin embargo, contra una visión simplista de la terapia de
conducta, debe señalarse, siguiendo a Marino Pérez, que “los problemas
se presentan y las ayudas se ofrecen en su contexto social natural, que
se habrá de reconocer complejo en cuanto a la multitud de matices que
concurren continuamente. Quiere ello decir, entonces, que la
operativización de la conducta puede resultar en un catálogo de formas
escasas y poco flexibles respecto a los infinitos matices del contexto. La
cuestión coherente con los criterios conductistas está en atenerse a
clases de conductas definidas precisamente por fines genéricos (no en el
sentido de vagos, sino de clases generales)”. En este mismo sentido cabe
añadir que el contexto con el que se interactúa debe entenderse de un
modo amplio, ya que la persona no solo se relaciona con estímulos
externos sino también con estímulos privados como son los pensamientos
verbales o imágenes, emociones y sensaciones corporales. Al mismo
tiempo, más que una relación lineal en la que el sujeto reacciona a
estímulos diversos, la relación sujeto-ambiente se entiende de modo
dialéctico. Es decir, no solo el contexto induce o es ocasión de conductas
diversas, sino que estas, al mismo tiempo, están implicadas en el
moldeamiento del contexto.

La Psicoterapia Cognitiva se entiende como la aplicación del modelo cognitivo a


trastornos psicológicos específicos a través del uso de una variedad de técnicas
diseñadas para modificar creencias disfuncionales y modos erróneos de
procesamiento de la información que son característicos del trastorno. Desde
este marco teórico, se considera que experiencias de aprendizaje particulares a
lo largo del desarrollo están en la base de esquemas cognitivos o creencias que
aumentan la vulnerabilidad a las alteraciones psicológicas. Los esquemas o
supuestos disfuncionales pueden activarse en condiciones vitales relacionadas
con ellos y que, por tanto, tienen un especial significado para la persona. La
activación de esquemas o creencias disfuncionales conduce a sesgos cognitivos
en el procesamiento de la información, de los que serían ejemplo los siguientes:

a) Sobregeneralización: Implica llegar a una conclusión general a partir de


uno o varios hechos aislados y aplicar la conclusión tanto a situaciones
relacionadas con ella como a situaciones no relacionadas. Estos errores
o sesgos cognitivos se traducen en valoraciones o interpretaciones de
especial relevancia en la respuesta emocional y conductual a la situación.
Es decir, las reacciones emocionales y conductuales serían una
consecuencia directa de dichas valoraciones. Las valoraciones o
interpretaciones disfuncionales pueden ocurrir de manera automática en
el sentido de surgir irreflexivamente en el flujo de la conciencia sin que el
paciente considere su adecuación o validez. El paciente asumiría que
estos pensamientos automáticos negativos son fiel reflejo de la realidad.
Otro aspecto importante del modelo cognitivo es la consideración de las
interacciones entre distintos elementos de la presentación del trastorno
en la perpetuación de este. Por ejemplo, las conductas de evitación
pueden dificultar la adquisición de competencias sociales que, lo que, a
su vez, incrementa la ansiedad en este tipo de situaciones, la tendencia a
la evitación, los pensamientos negativos acerca de sí mismo y así
sucesivamente. La terapia se basa en la evaluación y formulación clínica
del problema. En ella se incluyen los factores de predisposición (por
ejemplo, ansiedad rasgo, déficits en determinadas competencias,
creencias disfuncionales o red social pobre), desencadenantes (por
ejemplo, acontecimiento vital perturbador) y de mantenimiento (por
ejemplo, pensamientos automáticos negativos o conductas de evitación).
La formulación o comprensión clínica del problema o trastorno orienta los
procedimientos terapéuticos específicos.
b) Abstracción selectiva: Se refiere a centrarse en un detalle específico
ignorando otras características más relevantes de la situación. Estos
errores o sesgos cognitivos se traducen en valoraciones o
interpretaciones de especial relevancia en la respuesta emocional y
conductual a la situación. Es decir, las reacciones emocionales y
conductuales serían una consecuencia directa de dichas valoraciones.
Las valoraciones o interpretaciones disfuncionales pueden ocurrir de
manera automática en el sentido de surgir irreflexivamente en el flujo de
la conciencia sin que el paciente considere su adecuación o validez. El
paciente asumiría que estos pensamientos automáticos negativos son fiel
reflejo de la realidad. Otro aspecto importante del modelo cognitivo es la
consideración de las interacciones entre distintos elementos de la
presentación del trastorno en la perpetuación de este. Por ejemplo, las
conductas de evitación pueden dificultar la adquisición de competencias
sociales que, lo que, a su vez, incrementa la ansiedad en este tipo de
situaciones, la tendencia a la evitación, los pensamientos negativos
acerca de sí mismo y así sucesivamente. La terapia se basa en la
evaluación y formulación clínica del problema. En ella se incluyen los
factores de predisposición (por ejemplo, ansiedad rasgo, déficits en
determinadas competencias, creencias disfuncionales o red social pobre),
desencadenantes (por ejemplo, acontecimiento vital perturbador) y de
mantenimiento (por ejemplo, pensamientos automáticos negativos o
conductas de evitación). La formulación o comprensión clínica del
problema o trastorno orienta los procedimientos terapéuticos específicos.
c) Magnificación y minimización: Se refiere a errores cometidos al evaluar la
significación o magnitud de un acontecimiento. Estos errores o sesgos
cognitivos se traducen en valoraciones o interpretaciones de especial
relevancia en la respuesta emocional y conductual a la situación. Es decir,
las reacciones emocionales y conductuales serían una consecuencia
directa de dichas valoraciones. Las valoraciones o interpretaciones
disfuncionales pueden ocurrir de manera automática en el sentido de
surgir irreflexivamente en el flujo de la conciencia sin que el paciente
considere su adecuación o validez. El paciente asumiría que estos
pensamientos automáticos negativos son fiel reflejo de la realidad. Otro
aspecto importante del modelo cognitivo es la consideración de las
interacciones entre distintos elementos de la presentación del trastorno
en la perpetuación de este. Por ejemplo, las conductas de evitación
pueden dificultar la adquisición de competencias sociales que, lo que, a
su vez, incrementa la ansiedad en este tipo de situaciones, la tendencia a
la evitación, los pensamientos negativos acerca de sí mismo y así
sucesivamente. La terapia se basa en la evaluación y formulación clínica
del problema. En ella se incluyen los factores de predisposición (por
ejemplo, ansiedad rasgo, déficits en determinadas competencias,
creencias disfuncionales o red social pobre), desencadenantes (por
ejemplo, acontecimiento vital perturbador) y de mantenimiento (por
ejemplo, pensamientos automáticos negativos o conductas de evitación).
La formulación o comprensión clínica del problema o trastorno orienta los
procedimientos terapéuticos específicos.
d) Personalización: Es la tendencia del paciente para atribuirse a sí mismo
sucesos externos cuando no hay base para establecer esa conexión.
Estos errores o sesgos cognitivos se traducen en valoraciones o
interpretaciones de especial relevancia en la respuesta emocional y
conductual a la situación. Es decir, las reacciones emocionales y
conductuales serían una consecuencia directa de dichas valoraciones.
Las valoraciones o interpretaciones disfuncionales pueden ocurrir de
manera automática en el sentido de surgir irreflexivamente en el flujo de
la conciencia sin que el paciente considere su adecuación o validez. El
paciente asumiría que estos pensamientos automáticos negativos son fiel
reflejo de la realidad. Otro aspecto importante del modelo cognitivo es la
consideración de las interacciones entre distintos elementos de la
presentación del trastorno en la perpetuación de este. Por ejemplo, las
conductas de evitación pueden dificultar la adquisición de competencias
sociales que, lo que, a su vez, incrementa la ansiedad en este tipo de
situaciones, la tendencia a la evitación, los pensamientos negativos
acerca de sí mismo y así sucesivamente. La terapia se basa en la
evaluación y formulación clínica del problema. En ella se incluyen los
factores de predisposición (por ejemplo, ansiedad rasgo, déficits en
determinadas competencias, creencias disfuncionales o red social pobre),
desencadenantes (por ejemplo, acontecimiento vital perturbador) y de
mantenimiento (por ejemplo, pensamientos automáticos negativos o
conductas de evitación). La formulación o comprensión clínica del
problema o trastorno orienta los procedimientos terapéuticos específicos.
e) Pensamiento absolutista dicotómico: Se refiere a la tendencia a clasificar
todas las experiencias de manera extrema sin contemplar su gradación.
Estos errores o sesgos cognitivos se traducen en valoraciones o
interpretaciones de especial relevancia en la respuesta emocional y
conductual a la situación. Es decir, las reacciones emocionales y
conductuales serían una consecuencia directa de dichas valoraciones.
Las valoraciones o interpretaciones disfuncionales pueden ocurrir de
manera automática en el sentido de surgir irreflexivamente en el flujo de
la conciencia sin que el paciente considere su adecuación o validez. El
paciente asumiría que estos pensamientos automáticos negativos son fiel
reflejo de la realidad. Otro aspecto importante del modelo cognitivo es la
consideración de las interacciones entre distintos elementos de la
presentación del trastorno en la perpetuación de este. Por ejemplo, las
conductas de evitación pueden dificultar la adquisición de competencias
sociales que, lo que, a su vez, incrementa la ansiedad en este tipo de
situaciones, la tendencia a la evitación, los pensamientos negativos
acerca de sí mismo y así sucesivamente. La terapia se basa en la
evaluación y formulación clínica del problema. En ella se incluyen los
factores de predisposición (por ejemplo, ansiedad rasgo, déficits en
determinadas competencias, creencias disfuncionales o red social pobre),
desencadenantes (por ejemplo, acontecimiento vital perturbador) y de
mantenimiento (por ejemplo, pensamientos automáticos negativos o
conductas de evitación). La formulación o comprensión clínica del
problema o trastorno orienta los procedimientos terapéuticos específicos.

Las principales estrategias terapéuticas empleadas en la terapia cognitiva son:

a) Reestructuración cognitiva: Consiste en el análisis cuidadoso de


pensamientos automáticos comunicados por el paciente que son
relevantes para el problema. En este análisis se trata de especificar de
manera concreta el significado subjetivo del pensamiento y las evidencias
en las que se basa. Más que intentar refutar las valoraciones
problemáticas, el terapeuta realiza preguntas focalizadas en el
pensamiento y la evidencia en la que se basa, así como en evidencias
que podrían cuestionar el pensamiento. La meta es ayudar al paciente a
considerar interpretaciones o valoraciones más realistas y adaptativas. Es
importante señalar que el desafío de pensamientos automáticos negativos
trata de generalizar los cambios de estos patrones cognitivos
problemáticos, a través de su práctica repetida, a contextos de la vida
diaria de modo que se consoliden cambios.
b) Entrenamiento en solución de problemas: Esta estrategia se entiende
como un recurso que facilita el afrontamiento de situaciones de conflicto
o estrés. Consiste en varias fases que son aprendidas en el transcurso de
las sesiones de terapia con el objetivo de ser empleadas en situaciones
problemáticas a las que la persona se ve confrontada. En concreto, las
fases del entrenamiento en solución de problemas son las siguientes:
Orientación hacia el problema. Definición concreta del problema.
Generación de posibles soluciones. Examen de las ventajas y
desventajas de cada una de las soluciones generadas. Elección de la
solución preferida. Puesta en práctica de la solución. Evaluación de los
resultados.
c) Experimentos conductuales: El paciente podría hacer determinadas
predicciones negativas que conducen a conductas problemáticas como
son las conductas de evitación o de búsqueda de seguridad excesivas. La
planificación, durante la sesión de terapia, y la puesta en práctica de
cambios en ese tipo de conductas podría ayudar al paciente a comprobar
la adecuación de las predicciones negativas, y, en caso de ser
inadecuadas, conducir a cambios en el patrón cognitivo disfuncional. Una
característica central de la terapia cognitiva es su énfasis en el cambio de
patrones cognitivos problemáticos como son los pensamientos
automáticos negativos y, en último término, creencias o esquemas
disfuncionales que están en la base de estos. El objetivo es facilitar el
afrontamiento de situaciones asociadas a la perturbación emocional y, en
consecuencia, mejorar la calidad de vida y el ajuste emocional y
psicosocial a largo plazo.
Por último, la terapia cognitiva conductual (TCC) se ha convertido en las últimas
tres décadas en la orientación psicoterapéutica que ha recibido mayor evidencia
empírica y experimental sobre su eficacia y efectividad en una gran diversidad
de problemas y trastornos psicológicos. Este hecho ha generado una ampliación
creciente de sus ámbitos de aplicación, y no sólo por su capacidad para resolver
problemas, sino por hacerlo, además, de una forma que resulte rentable en
términos de coste-beneficio, al tratarse de intervenciones de tiempo limitado, con
la posibilidad de llevarse a cabo en grupo y capaces de integrarse con facilidad
en ámbitos de tratamiento interdisciplinar. La TCC se muestra, por tanto, con
capacidad para atender de la mejor forma las necesidades sociales de
intervención, tanto en el ámbito de la salud en general, como en el área
educativa, industrial o comunitaria.

La Terapia Cognitivo Conductual (TCC) puede definirse actualmente como la


aplicación clínica de la ciencia de la psicología, que se fundamenta en principios
y procedimientos validados empíricamente (Plaud, 2001). Desde los momentos
iniciales, hace ya cinco décadas, en que la Terapia de Conducta se adhería
fuertemente a los principios y teorías del aprendizaje, una larga y compleja
evolución se ha dado en esta disciplina, habiéndose ampliando su sustentación
teórica más allá de las teorías del condicionamiento, para pasar a considerar en
la explicación del comportamiento humano factores y modelos procedentes de
otros ámbitos de la psicología (e.g. psicología evolutiva, social y cognitiva.

Es una forma de entender cómo piensa uno acerca de sí mismo, de otras


personas y del mundo que le rodea, y cómo lo que uno hace afecta a sus
pensamientos y sentimientos. La TCC le puede ayudar a cambiar la forma cómo
piensa ("cognitivo") y cómo actúa ("conductual") y estos cambios le pueden
ayudar a sentirse mejor. A diferencia de algunas de las otras "terapias habladas",
la TCC se centra en problemas y dificultades del "aquí y ahora". En lugar de
centrarse en las causas de su angustia o síntomas en el pasado, busca maneras
de mejorar su estado anímico ahora.

Se ha demostrado que es útil tratando: Ansiedad, Depresión, Pánico, Agorafobia


y otras fobias: Fobia social, Bulimia, Trastorno obsesivo compulsivo, Trastorno
de estrés postraumático, Esquizofrenia. La TCC le puede ayudar a entender
problemas complejos desglosándolos en partes más pequeñas. Esto le ayuda a
ver cómo estas partes están conectadas entre sí y cómo le afectan. Estas partes
pueden ser una situación, un problema, un hecho o situación difícil. De ella
pueden derivarse: Pensamientos, emociones, sensaciones físicas,
comportamientos. Cada una de estas áreas puede afectar a las demás. Sus
pensamientos sobre un problema pueden afectar a cómo se siente física y
emocionalmente. También puede alterar lo que usted hace al respecto.

Por su parte la intervención del psicólogo escolar como equipo multidisciplinario


en el contexto escolar. La Psicología Educativa es diferente a otras ramas de la
Psicología porque su objeto principal es la comprensión y el mejoramiento de la
educación. Los psicólogos educativos estudian lo que la gente expresa y hace
en el proceso educativo, lo que los maestros enseñan y cómo los alumnos
aprenden significativamente en el contexto de un currículum particular, en un
entorno específico donde se pretende llevar a cabo la formación y/o la
capacitación. También se afirma que en su carácter de disciplina
pluriparadigmática ha fundamentado sus núcleos teórico- conceptual,
tecnológico-instrumental y técnico práctico La Psicología Educativa se enfoca en
el estudio psicológico de los problemas cotidianos de la educación, a partir de
los cuales se derivan principios, modelos, teorías, procedimientos de enseñanza
y métodos, prácticas de planeación, instrucción y evaluación; así como métodos
de investigación, análisis estadísticos y procedimientos de medición y evaluación
para estudiar los procesos que desarrollan los estudiantes en su proceso
formativo, ya sea en el nivel escolarizado o en el no formal. Las metas de la
Psicología Educativa son comprender los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Los psicólogos educativos desarrollan conocimientos y métodos; también utilizan
los conocimientos y métodos de la Psicología y otras disciplinas relacionadas
para estudiar el aprendizaje y la enseñanza en situaciones complicadas. El
objetivo principal de la Psicología Educativa es entender la enseñanza y el
aprendizaje, y la investigación es un instrumento fundamental. Los psicólogos
educativos diseñan y conducen muchos tipos diferentes de estudios de
investigación en su intento por comprender la enseñanza y el aprendizaje.
Conducir investigaciones para probar respuestas posibles es una de las tareas
fundamentales de la Psicología Educativa. La otra es la combinación de los
resultados de varios estudios en teorías que intentan presentar una perspectiva
unificada de áreas como la enseñanza, el aprendizaje en diversos contextos y
las características del desarrollo del ser humano.
Bibliografía

https://psicologiaymente.net/clinic a/tecnicas-cognitivo-conductuales
https://blog.mentelex.com/trastorn os-del-desarrollo-neurologico/
https://blog.mentelex.com/trastorn os-del-desarrollo-neurologico/

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