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INDICE ........................................................................................................................ 1
RESUMEN .................................................................................................................. 2
INTRODUCCION ........................................................................................................ 3
CAPITULO I ................................................................................................................ 4
1.1 Definiciones sobre la violencia familiar ............................................................. 4
1.2 Integrantes del grupo familiar ........................................................................... 7
1.3 Tipos de violencia familiar ................................................................................ 7
1.3.1 Tipos de violencia basada en el género. ................................................. 7
1.3.2 Violencia Sexual .................................................................................... 15
1.4 Causas de la violencia familiar ....................................................................... 16
1.5 Causas de la violencia según el género ......................................................... 19
CAPITULO II FACTORES QUE INCIDEN EN LA VIOLENCIA FAMILIAR................ 21
2.1 Factores de tipo económico............................................................................ 21
2.2 Factores de tipo social .................................................................................... 22
2.3 Factores de tipo personal ............................................................................... 23
2.4 Factores de tipo psicológico ........................................................................... 24
2.5 Consecuencias de la violencia familiar ........................................................... 26
CAPITULO III: ALTERNATIVAS DE SOLUCION ...................................................... 31
3.1 La violencia familiar un problema real ............................................................ 31
3.2 Características de la violencia familiar............................................................ 36
3.2.1 Características del agresor .................................................................... 40
3.2.2 Características de la mujer víctima de la violencia ................................ 41
3.3 Incidencia de la violencia familiar ................................................................... 44
3.4 Factores que favorecen la supervivencia de la violencia familiar ................... 45
3.5 Organismos de protección contra la violencia familiar .................................... 46
CONCLUSIONES ..................................................................................................... 56
BIBLIOGRAFIAS ....................................................................................................... 57
1
RESUMEN
No hay país ni comunidad a salvo de la violencia; está en nuestras calles y en
nuestros hogares; violencia es una constante en la vida de gran número de
personas. Para muchos, permanecer a salvo consiste en cerrar puertas y ventanas,
y evitar los lugares peligrosos. Para otros no hay escapatoria, porque la amenaza
de la violencia está detrás de esas puertas, oculta a los ojos de los demás.
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INTRODUCCION
La violencia familiar es un fenómeno que ocurre en todos los países, clases
sociales y ámbitos de la sociedad. Incluye no sólo las agresiones físicas, sino
también el maltrato psíquico y sexual. Es un problema social de grandes
dimensiones, cuyas consecuencias ponen en riesgo la salud e incluso la vida de los
grupos de población que son más vulnerables en función de su sexo, edad y
condiciones físicas: mujeres, niñas y niños.
A pesar de su gran impacto en la salud, aún son muy pocos los prestadores de
servicios que deciden dar la cara a la violencia familiar, la cual se expresa en
lesiones físicas y psicológicas que presentan muchas de las mujeres que acuden
todos los días a los centros de salud. Para ellas, las mujeres, dar la cara tampoco
es fácil. La ignorancia, la vergüenza, y la ausencia o ineficacia de las respuestas
institucionales son algunos de los múltiples obstáculos que perpetúan la violencia
que forma parte de su vida cotidiana... de su vida familiar.
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CAPITULO I
1.1 Definiciones sobre la violencia familiar
La violencia es un concepto de múltiples dimensiones y connotaciones. De
acuerdo al diccionario de la Real Academia de la Lengua Española violencia es “la
aplicación de medios fuera de lo natural a cosas o personas para vencer su
resistencia”. Con está conceptualización se ha definido a la violencia como “el uso
de una fuerza abierta u oculta, con el fin de obtener de un individuo o de un grupo
lo que no quieren consentir libremente.
Según Corsi, J (1994) “la violencia implica una búsqueda de eliminar los
obstáculos que se oponen al propio ejercicio de poder, mediante el control de la
relación obtenido a través del uso de la fuerza. Para que la conducta violenta sea
posible tiene que darse una condición: la existencia de un cierto desequilibrio de
poder, que puede estar definido culturalmente o por el contexto u obtenido
mediante maniobras interpersonales de control de la relación”
Abarca, sin carácter limitativo, "la violencia física, sexual y psicológica en la familia,
incluidos los golpes, el abuso sexual de las niñas en el hogar, la violencia
relacionada con la dote, la violación por el marido, la mutilación genital y otras
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prácticas tradicionales que atentan contra la mujer, la violencia ejercida por
personas distintas del marido y la violencia relacionada con la explotación; la
violencia física, sexual y psicológica al nivel de la comunidad en general, incluidas
las violaciones, los abusos sexuales, el hostigamiento y la intimidación sexual en el
trabajo, en instituciones educacionales y en otros ámbitos, el tráfico de mujeres y la
prostitución forzada; y la violencia física, sexual y psicológica perpetrada o tolerada
por el Estado, donde quiera que ocurra."
Que tenga lugar en la comunidad y sea perpetrada por cualquier persona y que
comprende, entre otros, violación, abuso sexual, tortura, trata de personas,
prostitución forzada, secuestro y acoso sexual en el lugar de trabajo, así como en
instituciones educativas, establecimientos de salud o cualquier otro lugar, y Que
sea perpetrada o tolerada por el Estado o sus agentes, donde quiera que ocurra".
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Según Sarquis, C. (2000) sostiene que: “la violencia ha sido definida nominalmente
como “un acto llevado a cabo con la intención de, o percibido como teniendo la
intención de, dañar físicamente a otra persona”. Por su parte violencia conyugal es
aquella que se establece en la relación íntima y estable entre un hombre y una
mujer, estén o no legalmente casados, pudiéndose manifestar de manera física,
psicológica y/o sexual a través de un variado tipo de manifestaciones con distinto
grado de frecuencia y severidad.
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violencia dentro de una familia a través de parientes secundarios (tales como
abuelos, tíos, primos). Raramente los casos de violencia familiar suceden desde
los hijos a los padres ya que la misma siempre supone un ejercicio de cierto poder
y de los roles de jerarquía que pueden existir entre los diferentes miembros de un
grupo familiar.
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En algunos casos se habla también de violencia patrimonial o económica, lo cual
implica la restricción del acceso a los recursos financieros o de otro tipo como
instrumento de control y sometimiento.
Dependiendo del ámbito en el cual la violencia sea perpetrada, ésta puede ser
agrupada de la siguiente manera:
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tiene la obligación de actuar con la debida diligencia para prevenir, investigar y
sancionar la violencia contra la mujer.
Maltrato juvenil.
Es cualquier acción u omisión, no accidental que provoque un daño físico o
psicológico a un adolescente por parte de sus padres o cuidadores.
Hay diferentes tipos de maltratos juveniles:
Maltrato físico: Se refiere a cualquier lesión infligida que provoca un daño físico o
enfermedad en un adolescente. Se identifican los siguientes signos:
Versión contradictoria entre el relato de los padres y las lesiones que presenta el
niño, hematomas inexplicables.
Cicatrices, marcas de quemaduras, fracturas inexplicables, marcas de mordeduras
de la medida de un adulto.
Hay factores que predisponen a que ocurra. Estos factores pueden ser: baja
autoestima, necesidad de control sobre el entorno y sentimientos de inferioridad.
Los adolescentes que han sido maltratados, necesitan ayuda psicológica para no
repetir el esquema de abuso a otras personas.
Maltrato sexual: Se refiere a cualquier implicación adolescentes, dependientes e
inmaduros en cuanto a su desarrollo, en actividades sexuales que no comprenden
plenamente y para los cuales son incapaces de dar un consentimiento informado.
Se podría definir al abuso sexual como el tipo de contacto sexual por parte de un
adulto o tutor, con el objetivo de lograr excitación y/o gratificación sexual.
Se pueden ver los siguientes signos: Llanto fácil sin ningún motivo, cambios
bruscos en la conducta escolar, llegar temprano a la escuela y retirarse tarde,
ausentismo escolar, conducta agresiva o destructiva, depresión crónica,
conocimiento sexual y conducta inapropiada para la edad, irritación dolor o lesión
en zona genital, temor al contacto físico.
Abandono y abuso emocional: El abuso emocional generalmente se presenta
bajo las formas de hostilidad verbal, como por ejemplo insultos, burlas, desprecio,
críticas o amenazas de abandono. También aparece en la forma de constante
bloqueo de las iniciativas por parte de algún miembro de la familia.
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Todo esto provoca en el joven graves trastornos psicológicos.
Algunos indicios de abuso emocional pueden ser: extremada falta de confianza en
sí mismo, exagerada necesidad de ganar o sobresalir, mucha agresividad o
pasividad en el adolescente.
Los padres muchas veces abusan emocionalmente de sus hijos basados en
buenas intenciones, como por ejemplo cuando quieren que sobresalgan en el
colegio, en el deporte o en la vida social. Pero a partir de esas buenas intenciones
pueden presionarlos o avergonzarlos al punto de crearles un sufrimiento emocional
crónico.
Mientras que el abandono emocional puede ser desde un lugar pasivo, sin brindar
afecto, apoyo y la valoración que toda persona necesita para crecer
psicológicamente sano. Se refiere a la falta de respuesta a las necesidades de
contacto afectivo del joven; una constante indiferencia a los estados anímicos del
púber.
Puede darse a través de:
La violencia verbal tiene lugar cuando mediante el uso de la palabra se hace
sentir a una persona que no hace nada bien, se le ridiculiza, insulta, humilla y
amenaza en la intimidad o ante familiares, amigos o desconocidos.
La violencia no verbal es aquella que se manifiesta en actitudes corporales de
agresión como miradas de desprecio, muestras de rechazo, indiferencia, silencios
y gestos insultantes para descalificar a la persona.
Abandono físico: Se presenta cuando las necesidades físicas no son atendidas
por ningún miembro del grupo que convive con el niño.
Existen pues, muchos tipos distintos de violencia, y se producen en muy diversos
contextos. Es preciso considerar la magnitud y la dinámica de la violencia, tanto
interpersonal como auto infligida o colectiva, y discutir sus conexiones para sentar
las bases de intervenciones preventivas.
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aunque algunas poblaciones (por ejemplo, los grupos de bajos ingresos) corren
mayor riesgo que otras.
Además de las agresiones físicas, como los golpes o las patadas, este tipo de
violencia comprende las relaciones sexuales forzadas y otras formas de coacción
sexual, los malos tratos psíquicos, como la intimidación y la humillación, y los
comportamientos controladores, como aislar a una persona de su familia y amigos
o restringir su acceso a la información y la asistencia.
Aunque las mujeres pueden agredir a sus parejas masculinas y también se dan
actos violentos en parejas del mismo sexo, la violencia de pareja es soportada en
proporción abrumadora por las mujeres e infligida por los hombres.
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Al igual que el maltrato de menores, el maltrato de ancianos comprende
agresiones físicas, sexuales y psíquicas, así como el abandono. Los ancianos son
especialmente vulnerables a los abusos económicos, es decir, al uso inadecuado
de sus fondos y recursos por parte de parientes u otros cuidadores.
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La violencia sexual repercute hondamente en la salud física y mental de las
víctimas. Al igual que las lesiones, se asocia a un mayor riesgo de diversos
problemas sexuales y reproductivos con consecuencias que se manifiestan tanto
de inmediato como muchos años después de la agresión.
En la salud mental, las repercusiones son tan graves como en la física, y pueden
ser también muy duraderas.
La mortalidad asociada a la violencia sexual puede deberse al suicidio, a la
infección por el VIH o al homicidio, bien durante la agresión, o bien ulteriormente
en los “asesinatos por honor”
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Violencia Psicológica y/o Emocional: Se refiere a los actos verbales o no
verbales que simbólicamente, dañan a otro o amenazan con causarle daño.
Comprende una serie de conductas verbales reiterativas como insultos, gritos,
críticas permanentes, desvalorización, burlas, hostigamiento, posesividad excesiva,
prohibiciones, sarcasmos, amenazas, culpabilizar. Y conductas no verbales como
rehusarse a hablar a cerca de un problema, cerrar de golpes una puerta, quebrar
alguna cosa, destruir objetos o animales significativos para el otro, pasar períodos
en silencio absolutos.
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amenazas de suicidio u homicidio, amenazar a la pareja con golpearla o lanzarle
alguna cosa.
El hostigamiento sexual es una forma de violencia que tiene que ser reconocida y
combatida, no ha sido posible alcanzar una definición precisa y clara del mismo, lo
que ha dificultado su análisis. Sin embargo, podemos tomar la definición que
proponen Rojas (1999) basada en tres componentes, a saber:
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como premeditadas, y aunque persiguen un intercambio sexual, no
necesariamente lo alcanzan.
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hombre, la restricción sexual por parte de la mujer hacia el hombre puede generar
que este trate de someterla a la fuerza o que el hombre suspenda sus deberes
como padre.
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Otro factor que afecta es que en la mayoría de familias las personas no saben
decir las cosas, no saben hacer peticiones, ni hacer solicitudes, por lo cual
manejan un lenguaje agresivo y acusatorio esto da pie a que generen peleas y se
pase de la violencia verbal a la violencia física. En cuanto a la falta de tolerancia
las personas no entienden que cuando se convive con otra persona se debe
comprender y tolerar su comportamiento en las diferentes circunstancias en que se
encuentre ya sean conflictivas o no.
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construcción social y no en aspectos biológicos o naturales. De ahí nace la falsa
creencia de parte del hombre de su superioridad respecto de la mujer, y, de la
obediencia de ésta hacia él.
En el programa “La conversa con Javier Echevarría” (Radio CPN); Miriam Salazar
presidenta de la Comisión Intersectorial del Sector Salud para la violencia contra la
mujer, afirmó: “La violencia familiar comúnmente es ejercida por el varón, que tiene
el poder económico, y la ignorancia de los derechos de la mujer”
Mencionó, que la violencia con los hijos surge muchas veces cuando los padres
quieren realizarse a través de sus hijos y los obligan a ser cosas que ellos no
desean, y ante el rechazo surge la violencia física y psicológica.
A su turno, la psicóloga Janet Oliveros, afirmó que la violencia familiar puede
generarse por factores económicos, conflictos de pareja y generacionales en
relación a la crianza de los hijos. Asimismo señaló que es muy común que estos
problemas sean patrones repetitivos, pues muchos adultos que vivieron problemas
de violencia familiar de niños, lo repiten en sus hogares. La psicóloga aseguró que
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en la medida que la mujer, tenga individualidad económica y de decisión, logrará
alcanzar su independencia.
Ante esta problemática, el Ministerio de Salud ha iniciado trabajos para promover
una cultura de paz y buen trato y mejorar la salud mental de las personas,
mediante la enseñanza de habilidades de comunicación y asertividad en escuelas
de diversos sectores de la población.
También, a nivel comunitario realizan programas de familias y viviendas saludables
y capacitan a las mujeres en temas labores para que generen sus propios recursos
económicos, puntualizó Oliveros.
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CAPITULO II FACTORES QUE INCIDEN EN LA VIOLENCIA FAMILIAR
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necesario impulsar iniciativas desde la sociedad civil donde se expongan y se haga
énfasis en los derechos. Esa, dice, no solo es obligación del Estado.
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y autoestima provocando con estos actos, efectos colaterales que se reflejan en los
hijos. En definitiva la violencia intrafamiliar es un mal que está presente a nivel de
todo estrato social. Este tipo de acciones de violencia, maltrato, familiar o de genero
se ha transformado en un problema que exige atención urgente, por cuanto a pesar
que en la actual Constitución de la República se refuerza el derecho a la mujer y la
familia y se han creado centros de protección y asistencia a los agraviados, la
incidencia de estos actos no se reducen sino que se mantiene, provocando daños
irreparables en las victimas, provocado lesiones graves o muerte a manos del
agresor que atenta contra la integridad de su esposa, sus hijos, la familia y la
sociedad. En la actualidad se han presentado casos de extrema violencia en el
entorno familiar, donde el agresor pasa a cometer asesinatos, de la esposa y sus
hijos. Es así que la realización de este trabajo de tesis se basa en la importancia que
tiene la familia en su conjunto, lo que es elemental para tener una sociedad sana con
niños que se desarrollen en un entorno familiar estable.
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Éste trastorno puede tener bases en la infancia de las personas cuando se llevan a
cabo la falta de atención por parte de los padres o familiares, y la violencia
intrafamiliar. Los principales afectados son los niños ya que estar en un ambiente de
violencia puede traer graves consecuencias como, por ejemplo: Entre las
consecuencias más graves que trae para un niño vivir en un entorno familiar violento
están: problemas de agresividad, dificultades de interacción social, tendencia a
interpretar de modo hostil la conducta de los otros, baja autoestima, problemas de
egocentrismo cognitivo y social.
Debemos unir nuestras fuerzas y acabar con este problema para poder vivir mejor.
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Alcaldía de Medellín, la gente tiende a separar el maltrato físico, el maltrato
psicológico y el feminicidio, pero “todos están entrelazados: lo físico empieza con lo
psicológico porque nunca te dan una patada y se quedan callados”.
A mediados del siglo XX, el sociólogo Albert Biderman estudió los métodos de tortura
utilizados en China contra los prisioneros de guerra. Diane Russell, experta en
violencia de género, encontró más tarde que estas prácticas eran muy parecidas a
las usadas en la violencia psicológica intrafamiliar y por eso hoy la escala de
Biderman sirve para medir este tipo de maltrato. “No es que las mujeres víctimas
sean unas bobas que se dejan, sino que el agresor usa tácticas muy poderosas que
terminan por anularlas. Es un abuso que tiene un patrón sostenido y organizado con
el fin de someter al otro”, explica la psiquiatra Isabel Cuadros, directora de la
fundación Afecto.
Entre los mecanismos más usados están denigrar al otro, demostrarle que no vale
nada y así destruir su autoestima; humillar o criticar su físico (“eres fea”, “eres
gorda”) o acosar con celos exagerados. También se consideran violencia psicológica
las amenazas de llevarse a los niños o de quitarle el dinero, por ejemplo. De hecho,
la presión económica es “una trampa o chantaje suplementario”, dice Hirigoyen, que
impide a la mujer salir de la relación. La intimidación es otra herramienta y consiste
en dar portazos o golpear objetos. “Cuando rompe el televisor, el mensaje es que el
próximo puede ser ella”, dice Cuadros. Está, además, la indiferencia ante las
demandas afectivas. También se asocia a la violencia sexual. “No es una violación
como la gente se la imagina. Es soportar una relación sexual supuestamente
amorosa cuando se ha vivido el maltrato psicológico durante el día”, acota Romero.
Aunque este tipo de maltrato no deja heridas visibles, el daño emocional se puede
observar en una valoración psiquiátrica. Los síntomas son estrés postraumático, falta
de sueño y concentración y, en general, un deterioro de la salud mental. Puede
incluso tener secuelas físicas porque “las defensas se bajan y hay más propensión a
gripas, dolores de cabeza, indigestiones y hasta cáncer”, dice Romero.
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Visibilizar este tema es importante y más en un país donde, según Cuadros, todos
están traumatizados por tantos años de guerra. Con ella coincide Romero, quien
asegura que en Colombia hay violencia psicológica colectiva porque se tolera la
burla y la humillación contra las mujeres. Conocer estas modalidades de violencia es
crucial, pues si se logra detener la psicológica será posible acabar con la física y el
feminicidio.
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Es importante entender que la violencia familiar es un hecho social ya que los niños,
hombres y mujeres que son maltratados pueden desplazar esa violencia hacia otros
espacios de su alrededor en un futuro.
Es por ello que este tipo de violencia no entiende de raza, sexo o clase social ya que
su amenaza puede afectar a cualquier ámbito de la sociedad. Para evitar que su
riesgo se extienda a otros ámbitos, primordialmente a través de los hijos, es
necesario entender las consecuencias que puede acarrear ésta.
Consecuencias de la violencia contra niños y mujeres
1- Normalización de la violencia
Una de las primeras causas de la violencia en los niños es que son testigos
inmediatos de la misma.
Es decir, atender constantemente a episodios de violencia continuada en casa
supone que puedan llegar a entender la violencia como una actitud normal en sus
vidas. Creyendo, por tanto, que ésta es una pauta de relación lógica.
No obstante, los hijos no siempre van a ser conscientes de este tipo de violencia.
Esto es observable cuando unos padres tienen una relación fría entre ellos y sin
amor. La falta de afecto puede generar un vacío inconsciente que cause estragos la
relación que tengan los menores con sus parejas o amigos.
3- Miedo a la soledad
Como consecuencia a los episodios de violencia vividos, los niños también
generaran sensaciones o emociones relacionadas con el miedo a estar solos o
incluso con el miedo a morir.
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La ira, o la tensión también son consecuencias de la violencia vivida de forma
continua. Vivir constantemente en un estado de alerta supone una alteración en
el sistema nerviosoy, a la larga, problemas relacionados con la salud del corazón.
5- Falta de confianza
Uno de los primeros elementos que se intenta subsanar en caso de mujeres que han
sido víctimas de violencia de género o niños, es la autoestima.
La autoestima, entendida como la valoración positiva que tiene el sujeto sobre sí
mismo es primordial para poder salir de un caso de agresión constante ya que
permite adoptar la confianza suficiente para poder huir del agresor.
En este sentido, lo primero es darse cuenta de que se es víctima de un caso de
violencia, y a partir de ahí, buscar ayuda.
Así, la primera premisa es trabajar con la voluntad de las mujeres, libres de cualquier
tipo de condicionamiento.
El apoyo psicológico no solo estará centrad en reforzar la confianza y la seguridad
de la persona sino también en educar en valores de igualdad, obtención de la
autonomía y modificación de las relaciones materno filiales distorsionadas por la
situación de violencia.
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6- Aislamiento
Como consecuencia de esta violencia, la mujer maltratada poco a poco se irá
desplazando de sus círculos de amistades, bien por un sentimiento de culpabilidad,
que mencionaremos después, o bien por miedo o temor a recibir nuevas agresiones.
En el caso de los niños, éstos pueden mostrar cierta distancia en su relación con los
compañeros de clase, lo que le impide pedir ayuda y causarle un estado de
ensimismamiento.
7- Falsa culpa
En algún momento de la violencia, la mujer puede sentirse culpable de haber
producido en su compañero/a sentimental la situación de violencia que vive en su
casa, y en sí la conducta del agresor.
Así, la víctima podrá llegar a pensar, tras un proceso de interiorización de roles
machistas y sexistas, que ella merece los improperios de su pareja por haberlo
dejado solo o haberse alejado para, por ejemplo, disfrutar un rato.
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Entre otros ejemplos se puede detectar esta violencia en el propio agresor al
observar la irresponsabilidad que tiene éste para hacerse cargo de sus hijos.
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CAPITULO III: ALTERNATIVAS DE SOLUCION
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Moreno (1999) estudió la violencia en la pareja y encontró variables que tenían una
relación directa. Dentro de estas se encontraba el nivel socioeconómico (a menos
recursos, más violencia), el sexo (la mujer tendía a maximizar la violencia y los
varones a minimizarla, aunque el nivel de violencia fuera similar), la edad (más
violencia en los jóvenes), el estado civil (más violencia entre los no casados), la
experiencia de malos tratos en la infancia, el consumo excesivo de alcohol, los que
tenían actitudes de justificación de la violencia y los que tenían menos habilidades
para enfrentarse a los conflictos.
Cuando se habla de violencia en la pareja, generalmente se la relaciona con la
violencia contra la mujer. Pero ampliando la mirada, podremos tener un mejor
conocimiento de todo lo que implica. Johnson (1995, 2011, citado en Delgado, 2016)
propone tres tipos de violencia, la primera es la violencia contra la mujer, la segunda
las respuestas violentas como resultado del primer tipo de violencia, y el tercer tipo,
que es el menos estudiado, la violencia situacional que es cuando el conflicto de la
pareja sale de control y puede ir escalando hasta generar respuestas graves.
Es muy común que se presenten conflictos en la pareja y ambos participen de una
pelea, pero es importante considerar que este es el origen de muchas agresiones, ya
que dependerá mucho la reacción de cada uno. Muchos conflictos pueden terminar
en violencia (Delgado, 2016), y como Moreno (1999) planteaba, hay características
que podrían facilitar que se presente.
Por ejemplo la juventud hace que respondamos con mayor energía y seamos menos
prudentes en nuestras reacciones, el nivel de compromiso también influye cuando
deseamos dar una solución a un problema en la pareja, y como el autor propone hay
más violencia cuando no hay matrimonio.
Después de analizar todo lo descrito, vemos la importancia de una preparación para
el matrimonio y un conocimiento real de uno mismo y del otro. Las crisis en la familia
se presentarán inevitablemente, por lo cual se hace necesario un entendimiento en
la pareja y una formación inicial de bases sólidas para evitar en el futuro que los
conflictos puedan escalar hasta la violencia. La violencia es uno de los fenómenos
más extendidos en la época contemporánea y su impacto se advierte no solo en
situaciones de abierto conflicto, sino incluso en la resolución de problemas, a veces
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muy simples, de la vida cotidiana. En esa medida, se puede afirmar con certeza que
muchas personas, en alguna etapa, han sido sus víctimas, aunque en la gran
mayoría de los casos no se reconoce. No obstante, esta presenta características y
causas diferentes, y generalmente se manifiesta en 3 formas: psicológica, física y
sexual. La violencia intrafamiliar puede dirigirse en contra de cualquiera que tenga
menos poder que el abusador, lo que incluye niños, adolescentes, hombres, madres
y ancianos.
Este problema no es un fenómeno moderno como muchos piensan, pues durante
siglos, generaciones de padres y madres, educadores y educadoras, maltrataban a
los niños porque quizás pensaban que hacían bien. Tales concepciones ético-
morales, de modelo tradicional, mantenidas hasta la actualidad, sustentan una
educación vertical y represora, de discriminación, obediencia y "respeto", que
solamente desarrolla la dependencia.
Hoy se constata, mediante investigaciones, que la violencia existe en todas sus
manifestaciones posibles, aunque en muchos lugares carecen del dramatismo que
dibujan otras realidades sociales; sin embargo, los estudios realizados sobre la
violencia familiar no llegan a conocer las dimensiones del problema. En Santiago de
Cuba se demostró que en niños con edades de 8-10 años, pertenecientes a un área
de salud, 56,3 % de ellos eran víctimas de violencia intrafamiliar.
La familia es una de las instituciones en la que identificar el fenómeno resulta más
complejo porque los integrantes lo niegan ante el temor de ser cuestionados o
lacerar la imagen familiar. En dichos eventos, las mujeres, los niños y las niñas
suelen ser los más afectados.
Cada año, aproximadamente 5,3 millones de féminas son victimadas por una pareja
íntima. En la Encuesta Nacional sobre la Violencia contra la Mujer alrededor de 31 %
de las encuestadas respondió que había sido asaltada físicamente por su cónyuge
actual o anterior, o una pareja íntima o circunstancial, en algún momento de su vida.
Más de 40 % de las féminas afectadas por estos actos, denunciaron que sufren
lesiones. El aumento de la frecuencia de episodios de transgresión contra un
cónyuge se encuentra asociado al temor de un incremento del riesgo de maltrato a
los hijos.
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Existe una vinculación estrecha entre el acecho y otras formas de violencia, por ello,
de las mujeres acechadas por una presente o anterior pareja, 81 % también fueron
agredidas físicamente por esa persona y 31 % sufrieron un ataque sexual. Las
consecuencias psicológicas que experimentan las víctimas de abuso ejercido por
una pareja íntima incluyen depresión, pensamientos suicidas, intento de suicidio,
baja autoestima, abuso de alcohol y otras drogas, así como desorden de estrés
postraumático.
Es necesario y de gran importancia tratar la violencia doméstica o intrafamiliar, pues
en un hogar donde existan estas dificultades, sus miembros probablemente
desarrollen esta forma de comunicación o, por el contrario, se aíslen en detrimento
de la autoestima y maduración de la personalidad de víctimas.
Las generaciones futuras tienen el derecho a crecer en un mundo de paz, lo que se
traducirá, a largo plazo, en salud y bienestar para todos. Se trata de una realidad
social históricamente transformable y controlable, que requiere de esfuerzos a todos
los niveles y en varios campos. Por ello, los autores de este trabajo se propusieron
profundizar en el estudio de la violencia, en particular, la intrafamiliar, para así
contribuir al mejoramiento de la calidad de vida en la población cubana.
En Ecuador, el 95% de violencia contra la mujer ocurre en casa. Un estudio realizado
por la Policía Judicial (PJ), entre 2002 y 2008, reveló que el 58% de agresiones
contra mujeres se da por el cónyuge; un 23% por el conviviente y un 4% por algún
familiar.
La violencia intrafamiliar, VIF, alcanza una dimensión alarmante: su promedio anual
es de 12.712 denuncias, 1.060 denuncias mensuales y alrededor de 35 denuncias
diarias. Las mujeres son quienes presentan mayoritariamente las denuncias por VIF,
con un 97%, es decir 7.451 casos. En el caso del Distrito Metropolitano de Quito se
estima que, al menos, 7 de cada 10 mujeres han afrontado situaciones de VIF.
La violencia doméstica (84%) está a la cabeza de las agresiones que se ejercen
contra las mujeres. Pero la violencia no sólo es física, sino también sicológica y
sexual. La violación sexual es, hasta hoy, el acto más terrible que sufre una mujer y
registra el 83% de los delitos sexuales, que son generalmente perpetrados por
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familiares o conocidos de la víctima, lo que pone en evidencia que las mujeres
corren riesgos de agresión tanto en la esfera privada como en la pública.
La violencia de género, hacia niñas/os, adolescentes y mujeres está reconocida
como una violación a los derechos humanos, como un problema de salud pública, de
justicia social e incluso de seguridad ciudadana. Incluye actos que causan daños o
sufrimientos de índole física, mental o sexual; implica amenazas, chantajes
emocionales, económicos y otras formas de privación de la libertad. Sobrepasa
factores de clase, etnia, raza, credos religiosos etc.; es una forma de discriminación
que impide gravemente el goce de derechos y ejercicio de libertades que supondrían
la igualdad y equidad con relación a los hombres. Provoca el deterioro de la mujer y
la familia en la salud física, sexual, reproductiva y psicológica, aumentando la
probabilidad del alcoholismo, drogadicción, disfunciones sexuales, intentos de
suicidio y depresión. Lo que convierte a la familia en un espacio no acogedor para
niñas/os y adolescentes, aumentando las posibilidades de conductas delictivas. Así,
la violencia contra las mujeres impone una carga económica enorme que causa
pobreza tanto a nivel individual, familiar, comunitario y social en general. La actual
Constitución Política de la República considera la violencia de género, hacia
niñas/os, adolescentes y mujeres, como un problema de seguridad ciudadana y
dispone la obligación del Estado de garantizar a todas las personas el libre y eficaz
ejercicio y goce de los derechos humanos establecida en esta y en las
declaraciones, pactos, convenios y más instrumentos internacionales vigentes. Sin
embargo, muy poco se ha avanzado en materia de erradicar esta violencia; así,
según los informes de la Dirección Metropolitana de Seguridad Ciudadana, en Quito,
hasta septiembre del 2008 se presentaron 7.651 denuncias, de las cuales 7.451
corresponden al sexo femenino. Un dato importante radica en que, de acuerdo a
estos registros, las agresiones se dan con mayor frecuencia en horas de la mañana
y que la mayoría de los ataques se producen en el propio domicilio, tal como lo
demuestra el siguiente cuadro:
Consciente de esta realidad y preocupado por contribuir a la mejora de la situación
social y la calidad de vida de las mujeres, el Centro Ecuatoriano para la Promoción y
Acción de la Mujer, CEPAM, ejecuta dos proyectos encaminados a combatir la
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violencia contra las mujeres, jóvenes y niños en la ciudad de Quito. Estos proyectos
son: “Prevención y atención de la violencia intrafamiliar y sexual en dos colegios de
Quito”, desarrollándose en el Instituto Nacional Mejía y la Unidad Educativa
Municipal Experimental “Sucre”; y “Fortalecimiento del acceso a la justicia y ejercicio
de ciudadanía, por una vida libre de violencia para jóvenes y mujeres de Quito”,
realizado en la comunidad de Guápulo. Estos proyectos están auspiciados por el
Ayuntamiento de Valencia y la Generalitat, en cooperación con la Fundación de
Ayuda Contra la Drogadicción- FAD.
Ma. Eugenia Rojas, coordinadora de proyectos del CEPAM, afirma que “estos
proyectos consisten en abrir espacios de conversación y reflexión entre jóvenes,
padres, madres o familiares con el objetivo de posibilitar prácticas más deliberativas
de actuar de cada uno de los involucrados, que permitan establecer relaciones más
responsables y de cuidado con uno mismo y con quienes nos rodean”.
Uno de los objetivos de los proyectos es el análisis desde el ámbito cotidiano,
generalmente denominado privado, para construir una ciudadanía más activa
mediante una metodología de talleres y reflexiones, organizados en base a temas
específicos a partir de preguntas o actividades varias, para posteriormente proceder
a la entrega de información por medio de charlas o la exposición de temas como
violencia intrafamiliar y sexual, acoso, abuso, masculinidades, cultura de paz, marco
jurídico para afrontar las agresiones, entre otros, que permitirá a los /las participantes
iniciar un proceso reflexivo de debate y discusión, buscando generar un cambio en
las prácticas cotidianas de relación, y así contribuir para la erradicación de la
violencia, puesto que en cada taller están presentes visiones de género,
construcción identitaria, sexualidad, afectividad y autoestima.
36
de Evaluación a víctimas de Violencia Intrafamiliar: Sección V Diagnóstico de
manifestaciones y severidad de la Violencia Intrafamiliar y la Encuesta de Autolesión
en Adolescentes. Los resultados han revelado que el mayor porcentaje de víctimas
de Violencia Familiar reporta el tipo psicológico en un nivel leve de gravedad,
seguido en menores porcentajes, por el tipo de Violencia familiar física y sexual. Por
otro lado, se encontró que más del 30% de las adolescentes se ha autolesionado
alguna vez en la vida, con una edad de inicio entre los 14 y 15 años de edad, siendo
la manifestación más común, el corte y otras lesiones en la piel., quienes admiten en
su mayoría esconder sus heridas por temor a la reacción de los otros. Finalmente, se
encontró que la mayoría de las adolescentes que se ha autolesionado, han sido
también víctimas de Violencia Familiar leve, tanto física, como psicológica y sexual.
37
línea” o si ha recibido los últimos mensajes que le ha enviado, aunque no le haya
contestado.
5. El agresor tratará de conseguir el AISLAMIENTO de su víctima con su entorno,
tratando de conseguir sus claves de acceso a las redes sociales y mensajería
instantánea, para conocer los contactos que tiene y tratar de anular sus
relaciones sociales con argumentos como que “no le convienen”, de tal forma que
su vida quede reducida sólo a él.
6. Dentro del ciclo de la violencia de género es habitual que el agresor muestre su
ARREPENTIMIENTO después del episodio violento. Tratará de volver a
recuperar su confianza y, en ocasiones, culpará a su víctima de haber provocado
su reacción. Pedirá perdón y asegurará que no volverá a ocurrir. Pero NO ES
CIERTO.
7. En la violencia de género, el agresor tratará de justificarse o hacer ver a su pareja
o ex pareja que TODO LO HACE POR AMOR A ELLA.
8. Es posible también que el agresor coaccione a su pareja o ex pareja para que
haga lo que él quiera bajo la amenaza de difundir cualquier fotografía o vídeo que
pudiera tener de ella o de ambos de carácter íntimos o de contenido sexual.
9. En las relaciones de pareja en las que se da este tipo de violencia, se observa en
ocasiones un fuerte vínculo de apego o DEPENDENCIA que es dañina, insana y
peligrosa entre las dos personas. Ninguno de los dos miembros de la pareja es
feliz en la relación. Ella, aunque se sienta “anulada” o no consiga sentir bienestar,
no es capaz de poner límites al comportamiento controlador de su pareja, porque
no tiene suficientes herramientas ni madurez emocional, o porque no tiene
modelos BUEN TRATO en su entorno que le ayude a salir de esta situación
RIESGOS:
1. Las adolescentes que sufren este tipo de violencia pueden padecer ANSIEDAD
CONSTANTE, SENTIMIENTOS DE INDEFENSIÓN y sensación de no ser
dueñas de sus vidas. Este tipo de relaciones pueden provocar GRAVES
SECUELAS PSICOLÓGICAS si no se recibe el tratamiento psicológico
adecuado. Una relación en la que existe violencia de género, genera en ella
38
BAJA AUTOESTIMA. El aislamiento es una de las mayores secuelas en una
adolescente víctima de violencia de género.
2. Muchas menores adolescentes NO identifican las conductas de abuso
psicológico como violencia de género: el control de la forma de vestir, de sus
amistades, amenazas etc. Restan importancia a lo que les ocurre, les cuesta ver
el peligro y su deterioro y se resisten a reconocer lo que les está pasando.
Cuando no es identificado se tolera y, finalmente, se acaba normalizando.
Los adolescentes consideran que la violencia es inevitable en una relación de pareja.
Incluso pueden llegar a identificar una conducta de ciberacoso como amor,
preocupación o interés en lugar de considerarlo como un intento de control y dominio
y no consideran, por ello, la necesidad de pedir ayuda a sus familiares o a
profesionales.
4. Existe, también, entre estas menores adolescentes, una escasa percepción del
riesgo para realizar determinadas conductas a través del móvil o de Internet,
como el envío de imágenes íntimas o, incluso, de contenido sexual. En el
momento de hacerlo, no se paran a pensar en las consecuencias que esto podía
conllevar, lo ven como un acto de intimidad entre ella y su pareja y confía
demasiado en la discreción de ésta última y en el amor que le profesa
5. Es un riesgo que la menor adolescente haya padecido una experiencia previa de
maltrato, porque en este caso pensará que merece ser maltratada.
39
4. Sus amistades las elige ella y no debe permitir que su pareja maneje sus perfiles
a través de las Redes Sociales o se ponga en contacto con sus amigos/as sin el
consentimiento de ella.
5. ES MUY IMPORTANTE APRENDER A RESPETARSE para que los demás
también lo hagan. Si tu hija se respeta a sí misma, es más difícil que permita una
relación en la que haya violencia de género.
6. Es importante que vuestras hijas sepan que CON 14 AÑOS YA SE TIENE
RESPONSABILIDAD PENAL y ante cualquier acto constitutivo de un posible
delito o falta, hay que responder ante la Justicia. Por tanto, si el agresor tiene
esta edad o más, se le puede denunciar y tendrá consecuencias legales. Además
se activará de inmediato las medidas policiales y judiciales de protección que
sean necesarias para proteger a vuestras hijas.
7. EXISTEN RECURSOS ESPECÍFICOS para ayudar a las adolescentes que
padecen o han sido víctimas de violencia de género.
8. Ante cualquier duda o preocupación, vuestras hijas puedes llamar al Teléfono
ANAR de Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo (900 20 20 10), que es
gratuito, confidencial y está atendido por un equipo de profesionales (psicólogos,
trabajadores sociales y abogados).
9. Los padres que queráis recibir información u orientación respecto violencia de
género en adolescentes, podéis llamar al Teléfono ANAR del Adulto y la Familia
(600 50 51 52), con las mismas características.
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Le echa la culpa del abuso a su pareja.
Proyecta sus propios errores a su compañera.
No toma responsabilidad de sus acciones.
Tuvo una mala niñez.
Tiene problemas económicos.
Ingiere alcohol, es fumador.
Se pone agresivo con sus hijos cuando estos hacen alguna "travesura’’.
Abusa verbalmente (insulta, grita, dice "palabrotas’’
Creció en una familia donde vio abuso. Puede ser más violento cuando su
compañera está embarazada o ha dado a luz.
Tiene tendencia a negar el abuso, lo minimiza y a veces ni se acuerda.
Presiona a su pareja para que abandone la casa, si la compañera se va de la
casa hace lo posible para que regrese. Le pide disculpas.
Es egoísta, ignora los sentimientos de los demás.
Cree que los hombres tienen derechos a ciertos privilegios (extremadamente
machista)
Vive amenazando a su esposa.
41
Tampoco debemos olvidar que el agresor puede aparecer de mil formas diferentes y
que, lo más común es que el maltrato empiece al principio de la relación de forma
muy sutil en forma de maltrato psicológico y que poco a poco, con el paso del
tiempo, este maltrato se vaya recrudeciendo, o simplemente se quede en esta forma
ya que es suficiente para ejercer el control deseado. Este maltrato sutil es aquel que
no aparece en televisión, es un maltrato muy difícil de detectar y, en muchos casos,
la mujer que lo sufre y el entorno que rodea a la pareja no se dan cuenta.
Entrando de lleno en las “características” que se llegan a encontrar en varias
mujeres maltratadas víctimas de la Violencia de Género, estarían:
Dependencia y pérdida de identidad. Las mujeres maltratadas suelen perder su
libertad e individualismo, dejando de lado de realizar las cosas que a ellas mismas le
caracterizaban, y estando a todo momento a las órdenes de su pareja, pidiéndole
siempre permiso a esta para realizar cualquier cosa. Pierden toda identidad para vivir
prácticamente a la sombra de los demás, sintiéndose indefensa y asumiendo que sin
su pareja no pueden hacer nada. Rara vez se dejan ver por reuniones familiares o de
amigos ya que siempre intentarán rehuir de cualquier actividad social y siempre
preferirán estar con su pareja.
Baja autoestima. El valor que se da a sí misma una mujer que ha sufrido un
maltrato es muy bajo. Difícilmente pensará en ella misma y siempre estará
condicionada por su pareja. Es muy común que piensen que todo lo que hacen está
mal, auto inculpándose de prácticamente todo. No se valoran ni piensan en los
logros que han conseguido como persona y no desarrollarán sus potenciales en
otras áreas prefiriendo quedarse aisladas en casa, cuidando de ella y teniendo
absolutamente todo preparado para cuando su pareja llegue que lo encuentre todo
listo y perfecto. En ocasiones, se puede dar el caso de que estas mujeres hayan
vivido en círculos familiares donde no se le haya prestado la suficiente atención, por
lo que la falta de cariño existente en una relación de pareja lo asume como normal.
Ansiedad. Viven sumidas en la tristeza continua, sometiéndose diariamente a
muchas situaciones de estrés y de ansiedad. La incertidumbre en su vida diaria es
continua lo que les sume poco a poco hacia una depresión, donde aún se van a
valorar menos como persona. Este estado provocado por el estrés y la ansiedad
42
hará que se les vea pasivas ante todos los problemas que puedan surgir y que
siempre estén esperando un cambio que ellas mismas difícilmente lo tomarán en
este estado. Por ello, la obligación también que tenemos los demás de detectar
estos casos e intentar dentro de lo posible que la persona afectada se dé cuenta de
la relación, siempre con un grado de sutileza extrema para evitar nuevos
enfrentamientos.
Miedo. No hay que engañarse, toda persona que está luchando por su propia
supervivencia siente miedo a cualquier estímulo. Por una parte, la mujer maltratada
puede sentir indefensión sin su pareja y, a su vez, siente miedo de ella. Siente miedo
a cualquier reacción que pueda tener, a que las cosas que ella haga no sean de su
agrado o simplemente por si piensa que no hace lo suficiente por su pareja. En
ocasiones, este miedo viene acompañado de temblores, hipervigilancia,
palpitaciones, sobresaltos o ataques de pánico.
Variación de la Realidad. A pesar de que no suelen sociabilizar con frecuencia,
cada vez que tengan un encuentro social y se les pregunte por ellas mismas, en
muchas ocasiones intentarán esquivar ciertos temas, distorsionarán la realidad o
justificarán los actos de su pareja culpabilizándose por todo lo sucedido a sí mismas.
A pesar de esto, se puede leer muy bien entre líneas el sufrimiento y tristeza de la
mujer que está siendo víctima de la Violencia de Género ya que, lo que en realidad
está buscando es comprensión y consuelo por parte de los demás, ya que, en
muchas ocasiones, lo que en realidad está lanzando es una llamada de atención
para salir de la situación en la que está viviendo.
El primer paso que se debe de dar en este tipo de situaciones es hacer ver que la
mujer maltratada no está sola, que tiene a personas que la quieren y que le quieren
ayudar. Ella se tiene que sentir poco a poco arropada para dar el primer paso y
contactar con asociaciones de ayuda como AFAVIR, el centro de ayuda 24 h de la
mujer maltratada o cualquier otro centro local de que la pueda ayudar. Es
fundamental recordar que de esta situación se puede salir y que es posible rehacer
la vida de estas personas para que puedan vivir en paz y disfruten de ellas mismas y
su círculo más cercano.
43
No seas cómplice, si conoces a alguna mujer que está pasando por esta situación,
ayúdala, oriéntala, no la dejes sola, no mires hacia otro lado pensando que esta
situación no va contigo. Demuéstrale tu cariño, no la presiones, hazle sentir que
estás de su parte que estás ahí para apoyarla y ayudarla con todo lo que haga falta.
La Violencia de Género no es un problema individual, es un problema social que
entre todos debemos de erradicar.
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La demanda de atención institucional por parte de mujeres afectadas por violencia
familiar es del 27%.
En esta cifra, el profesional explicó que las mujeres que más están denunciando
hechos de violencia tienen entre los 40 y 45 años.
"Parece que después de los 40 recién toman valor para denunciar la violencia de
parte de sus parejas (...) No es que antes no hayan sido abusadas por sus parejas,
lo que pasa es que no querían levantar la voz", comentó.
Sólo 4.1% solicitó atención en un establecimiento de salud y 4,9% en Centros de
Emergencia Mujer del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (Mimp).
Cutipe explicó que la violencia contra la mujer siempre ha estado presente en la
historia de la humanidad, prueba de ello son los crueles castigos como la lapidación
que sufrían las féminas en la antigüedad.
"Actualmente la violencia se ha hecho más visible debido a los medios de
comunicación y las redes sociales", remarcó.
Las consecuencias más comunes de este tipo de hechos son: homicidio, lesiones
graves, infecciones de transmisión sexual, vulnerabilidad a las enfermedades y
suicidios, entre otros.
Sus efectos traen graves consecuencias en la mujer, como la autoestima baja,
miedo, stress, ansiedad, depresión, incomunicación y aislamiento.
45
• Restricciones en el acceso al dinero contante y al crédito.
• Leyes discriminatorias en materia de herencia, derecho de propiedad, uso
Del terreno público, y pago de pensiones alimenticias a divorciadas y
Viudas.
• Restricciones en el acceso al empleo en los sectores formales e informales.
• Restricciones en el acceso de las mujeres a la educación y
A la capacitación.
Legales • Inferioridad jurídica de la mujer, ya sea según la ley escrita o según el
Derecho consuetudinario y su aplicación práctica.
• Leyes en materia de divorcio, cuidado de los hijos, pensiones alimenticias
Y herencia.
• Definiciones jurídicas de la violación y los abusos domésticos.
• Bajo nivel de alfabetización jurídica entre las mujeres.
• Falta de tacto en el tratamiento de mujeres y niñas por parte de al policía
y del personal judicial.
Políticos • Representación insuficiente de la mujer en las esferas del poder, la
Política, los medios de comunicación y en las profesiones médica y
Jurídica.
• Trato poco serio de la violencia doméstica.
• Concepción de la vida familiar como un asunto privado y fuera del
Alcance del control del Estado.
• Riesgo de desafiar al status quo o las doctrinas religiosas.
• Restricciones en la organización de las mujeres como fuerza política.
• Restricciones en la participación de las mujeres en el sistema político
Organizado.
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La violencia familiar, como agresión física y psicológica lleva implícita una
elaboración dentro de una estructura de poder que se refleja en las relaciones
interpersonales de los miembros; es una práctica consciente, orientada, elaborada,
aprendida y legitimada por quienes se sienten con más poder que otras, con más
derechos que otros de intimidar y controlar. En suma, es un patrón aprendido de
generación en generación.
Toda violencia familiar constituye violación a los Derechos humanos y libertades
individuales y colectivos y por consiguiente un obstáculo para el desarrollo de sus
integrantes y del grupo familiar.
Existen 2 niveles desde los cuales se configura la violencia familiar: Producida desde
espacios externos a la familia y a partir del espacio interior de los mismos.
47
No se puede decir sin embargo, que la violencia familiar se origina exclusivamente
en la familia o únicamente en la sociedad, sino que es un proceso de mutua
generación e interrelación.
Los miembros de la familia que resultan más afectados son las mujeres, las niñas,
las adolescentes y el grupo del adulto mayor, por ser las personas más vulnerables
dentro de la sociedad patriarcal*, que estructura y jerarquiza las relaciones de
acuerdo al poder y la dominación de unas personas sobre otras.
En una sociedad patriarcal la mujer es considerada como el sexo débil y/o inferior
frente al varón, legitimado desde la familia y reforzado por la actitud "pasiva y
escéptica"(3) que asumen las mujeres víctimas de violencia.
48
No obstante y concomitantemente existen "importantes logros"(4) alcanzados que
han posibilitado disminuir las brechas latentes de desigualdad.
En nuestro país, la población infantil y del adulto mayor, aún es víctima frecuente de
violencia por no ser considerados como protagonistas activos de la vida familiar.
Los adolescentes en el Perú también son víctimas de violencia entre otras causas,
porque esta etapa todavía es difícil de afrontar por la familia y por la misma
naturaleza de ésta.
Para tener idea de las causas principales de la violencia familiar en el Perú son:
Raíces culturales e históricas.
Medios de comunicación.
Consumo de drogas.
Incompatibilidad de caracteres.
Ausencia de comunicación asertiva y precarias relaciones humanas.
"Instancias como los cuarteles de servicio militar en el Perú"(5)
Dependencia económica de la víctima, etc.
No es apenas la mujer, las niñas, las adolescentes y del adulto mayor que son
víctimas de violencia, también lo son, en buena medida, los varones que por factores
ampliamente conocidas (estructura patriarcal) no se dan a conocer, asimismo no
existen estudios que den cuenta de la dimensión de la misma.
49
Sociales.
"Frente a las manifestaciones de violencia, la respuesta que ofrece nuestro sistema
legal resulta bastante limitado. A lo largo de nuestra historia legislativa, la reacción
estatal a este problema se ha focalizado en el agravamiento de pena para el
agresor."(7)
50
Creación de casas de refugio para víctimas de violencia.
Módulo piloto de atención contra la violencia familiar "Emergencia mujer".
Líneas telefónicas de atención contra la violencia familiar. El módulo
"Emergencia Mujer" ofrece 7 servicios de atención: Comisaría de la mujer,
asesoría legal, conciliación, asesoría psicológica, asistencia social, médico
legal y fiscal.
Sólo entre los meses de marzo 1999 y enero 2000 en el Módulo de Emergencia
Mujer (PROMUDEH) fueron atendidos en Lima 9,200 casos de violencia familiar.
En el ámbito nacional en 1997, atendieron 68,091 casos que afectan a 79,873 niños
y adolescentes. Encontrándose en cuanto a materias conciliables al cumplimiento de
obligaciones de alimentos (37%) seguido de casos de régimen de visitas y tenencias
51
(10%) y sólo el (0.6%) lo referido a los casos de violencia familiar (Boletín Nº 1
CODEMUNA, Puno-Perú 1998, 26).
Más de 100 mil casos atendieron DEMUNAS en 1999 con las conciliaciones. Las
Estadísticas señalan que el 40% de los casos son de denuncias por alimentos y
maltrato, los casos de violencia familiar alcanzan el 20% y el de los niñas no
reconocidos llega al 12% (Boletín Informativo 2000). "55 de cada 100 adolescentes
sin educación han estado alguna vez embarazadas, y 47 de cada 100 ya son
madres."(9)
La Policía Nacional del Perú, que está facultado para recibir denuncias y realizar las
investigaciones del caso.
En suma, las Políticas de lucha contra la Violencia Familiar en el Perú han orientado
52
sus acciones a partir de la promulgación de leyes contra la Violencia Familiar y la
vigencia y reconocimiento al código de los Derechos del niño y del adolescente, de la
mujer y de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
De acuerdo a Parodi (12) estas políticas sociales de lucha contra la violencia familiar
se ubican dentro de políticas de servicios sociales, no obstante, no existe una
tipología universalmente aceptado.
Sin embargo, frente a este alarmante problema que trasciende nuestras fronteras
nacionales, en el ámbito internacional se han venido desarrollando, discutiendo y
materializando una serie de propuestas encaminadas a erradicar diversas
manifestaciones de violencia que se producen en contra de las mujeres (víctimas
más frecuentes), niñas y adolescentes.
53
Asimismo, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba el 20 de noviembre
de 1989, la comisión de los Derechos de las Niñas. El Estado peruano lo aprobó en
agosto de 1990.
54
Considerar nuestra formación profesional que desde los inicios se torna
insuficiente como para responder a las demandas sociales, entre ellos a la
violencia familiar.
Varios detonantes entran en juego para configurar lo anteriormente descrito:
55
CONCLUSIONES
Una forma de prevenir y erradicar la violencia intrafamiliar consiste en cambiar los
modelos de educación de los hijos al interior del hogar, y de asignar tareas
igualitarias a todos, hombres y mujeres.
Hay que destacar que es importante denunciar cualquier maltrato físico así sea el
más mínimo que parezca. Pues solo así podremos tener una idea más realista de
la situación en nuestro país ya de por si precaria.
56
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