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Resistencia al esfuerzo cortante

Es la resistencia que oponen los granos del suelo a ser desplazados unos respecto a otros por
una fuerza cortante aplicada. En los suelos gruesos carentes de cementación, esta resistencia
se deriva solamente de la fricción que se desarrolla en los puntos de contacto entre los granos.
La magnitud de la resistencia friccionante es función de la presión de contacto y del coeficiente
de fricción entre los granos. El coeficiente de fricción, a su vez, depende de:

• La rugosidad de las superficies de los granos

• La forma y el tamaño de los granos

• La graduación de los diferentes tamaños

• La compacidad del arreglo estructural de las partículas.

Estas características de los granos y de su estructura son consecuencia del origen geológico del
suelo. Por ejemplo: En los suelos de origen fluvial, los granos suelen ser de formas
redondeadas y tener superficies pulidas por la abrasión producida por el frotamiento entre
ellos al ser transportados por la corriente fluvial. En los suelos piroclásticos, en cambio, la
acción abrasiva del transporte por el aire es casi imperceptible, por lo que los granos son de
formas angulosas y tienen superficies rugosas; estas características les dan a los suelos
piroclásticos mayor fricción ínter granular que la de los suelos fluviales. La medición de la
resistencia al corte de los suelos y de los factores la afectan es el tema del capítulo 1-8.

Permeabilidad

La velocidad (v) con la que el agua fluye en un suelo, bajo un gradiente hidráulico (i) igual a la
unidad, se define como la permeabilidad del suelo (k), y se expresa en. cm/seg, de acuerdo con
la ley de Darcy:

La permeabilidad está relacionada directamente con el tamaño de los poros del suelo, el cual,
a su vez, depende del tamaño de las partículas, de su graduación y de su compacidad. Esta
propiedad hidráulica de los suelos es de gran importancia práctica en la ingeniería de
Cimentaciones. Por ejemplo:

Cuando se tienen que hacer excavaciones en suelos granulares gruesos, que contienen menos
de 12% de partículas finas, y la profundidad de la excavación es mayor que la del nivel del agua
freática, se requiere de instalaciones especiales de bombeo para abatir el nivel del agua, antes
de iniciar los trabajos de excavación, con el fin de mantener seca y estable la zona de
construcción de la estructura de cimentación. El tipo de bombas, la separación y profundidad
de los pozos y la capacidad del equipo de bombeo pueden variar considerablemente,
dependiendo de la permeabilidad del suelo. Si el suelo estuviera formado por partículas
comprendidas entre las mallas #4 y #40 (4.75 mm y 0.425 mm), se requeriría una instalación
de bombeo cuya capacidad sería unas 30 veces mayor que la requerida si el rango de tamaños
de la arena estuviera comprendido entre las mallas #40 y #200 (0.425 mm y 0.075 mm). Pero si
el suelo fuera una grava con granos de 4.75 mm a 50 mm, o más, el control del flujo del agua
por bombeo resultaría impráctico y sería necesario adoptar otro método de construcción
diferente. El capítulo 1-6 presenta este tema con mayor detalle.

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